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El hombre combate con un arma, pero conquista con una idea. Nuestra historia ha atestiguado un sinfín de influjos quiméricos donde, de una u otra forma, alguno ha terminado por tornarse dominante por una coordenada espacial y temporal finita. Tal como MckNamee y Miller (2014) mencionan, una ideología legitima un arreglo social determinado y por lo tanto su naturaleza debe radicar en que esta no sea falsable metódicamente; es decir, que su valor yazca en la creencia del receptor de contenido. Pues, ¿quién pudo haber argüido en contra de la reencarnación o la procedencia divina de los reyes en su punto álgido como dogma que justificaba quién detentaba el poder? No obstante, tarde o temprano la palabra con naturaleza ambivalente perece por su propia dualidad, para que otra tome su lugar y la contienda ideológica persista. El individualismo, de la mano del Capitalismo, nos trajo una nueva quimera, la del hombre que es “amo de su destino”, la del hombre que es “capitán de su alma”, la de la meritocracia. La tan reiterada idea de que no importa de dónde vengamos, ni quiénes seamos, podremos alcanzar nuestros más grandes cometidos; el sueño americano; la promesa del esfuerzo; la razón de muchos para levantarse por las mañanas; el bálsamo de la superación: la tan proclamada panacea llamada movilidad social. Difícilmente podríamos rebatir el hecho de que han existido sociedades donde la posibilidad de alcanzar ciertos estándares de vida independientemente de la condición inicial de la cual partan los individuos ha sido mayor que en otras. Probablemente uno de los ejemplos más claros es el que nos proporciona Estados Unidos de Norteamérica durante el siglo XX, particularmente acentuado en la época posterior a la Segunda Guerra Mundial. Haciendo un breve recuento de las referencias que se han hecho el concepto de “El sueño americano”, James Trostlow Adams publicó en 1931 “The Epic of America”, planteó una sociedad en la cual la oportunidad existía para cada hombre según su habilidad y capacidad; es decir, donde la noción de meritocracia primase en lo más profundo del sistema. A su vez, el concepto de meritocracia como tal tuvo su origen en 1961 en un ensayo de Michael Young, donde éste "No importa cuán estrecho sea el portal cuán cargada de castigos la sentencia, soy el amo de mi destino, soy el capitán de mi alma” “Invictus” de William Henley Fernando Landa Saldaña Santiago de Regil Moreno Ana Karina Castolo Rodríguez “Mesa de Distribución del ingreso y movilidad social: preámbulo de discusión”

Movilidad social: un tema pendiente

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El hombre combate con un arma, pero conquista con una idea. Nuestra historia ha atestiguado

un sinfín de influjos quiméricos donde, de una u otra forma, alguno ha terminado por tornarse

dominante por una coordenada espacial y temporal finita. Tal como MckNamee y Miller

(2014) mencionan, una ideología legitima un arreglo social determinado y por lo tanto su

naturaleza debe radicar en que esta no sea falsable metódicamente; es decir, que su valor

yazca en la creencia del receptor de contenido. Pues, ¿quién pudo haber argüido en contra de

la reencarnación o la procedencia divina de los reyes en su punto álgido como dogma que

justificaba quién detentaba el poder? No obstante, tarde o temprano la palabra con naturaleza

ambivalente perece por su propia dualidad, para que otra tome su lugar y la contienda

ideológica persista. El individualismo, de la mano del Capitalismo, nos trajo una nueva

quimera, la del hombre que es “amo de su destino”, la del hombre que es “capitán de su

alma”, la de la meritocracia. La tan reiterada idea de que no importa de dónde vengamos, ni

quiénes seamos, podremos alcanzar nuestros más grandes cometidos; el sueño americano; la

promesa del esfuerzo; la razón de muchos para levantarse por las mañanas; el bálsamo de la

superación: la tan proclamada panacea llamada “movilidad social”.

Difícilmente podríamos rebatir el hecho de que han existido sociedades donde la posibilidad

de alcanzar ciertos estándares de vida independientemente de la condición inicial de la cual

partan los individuos ha sido mayor que en otras. Probablemente uno de los ejemplos más

claros es el que nos proporciona Estados Unidos de Norteamérica durante el siglo XX,

particularmente acentuado en la época posterior a la Segunda Guerra Mundial. Haciendo un

breve recuento de las referencias que se han hecho el concepto de “El sueño americano”,

James Trostlow Adams publicó en 1931 “The Epic of America”, planteó una sociedad en la

cual la oportunidad existía para cada hombre según su habilidad y capacidad; es decir, donde

la noción de meritocracia primase en lo más profundo del sistema. A su vez, el concepto de

meritocracia como tal tuvo su origen en 1961 en un ensayo de Michael Young, donde éste

"No importa cuán estrecho sea el portal

cuán cargada de castigos la sentencia,

soy el amo de mi destino,

soy el capitán de mi alma”

“Invictus” de William Henley

Fernando Landa Saldaña

Santiago de Regil Moreno

Ana Karina Castolo Rodríguez

“Mesa de Distribución del ingreso y movilidad social:

preámbulo de discusión”

plasmaba su visión de una sociedad futurística operando en función del mérito como eje

rector. Finalmente, fue hasta el año de 1995 cuando Jennifer Hochschild identificó cuatro

aristas del sueño americano: que cualquier persona sin importar su origen (1) puede aspirar

al éxito (2) a través de acciones que dependen exclusivamente de uno mismo (3), ya que el

éxito está inminente ligado al acto virtuoso del hombre (4) (MckNamee, et al 2014). No es

coincidencia que al leer estas características sintamos una fuerte identificación con un ideal

social, pues el ideal de meritocracia ejemplificada por Estados Unidos ha permeado en

muchas partes del planeta y México no puede ser la excepción, pero pensemos que no

siempre ha sido así. Existen múltiples ejemplos de sociedades donde la configuración estaba

regida por aspectos religiosos y políticos de forma inapelable (Buckman, 2002). Estados

Unidos, la nación de los migrantes, donde habitantes de diversos rincones de la Tierra

arribaron para alcanzar estándares de vida sin precedentes para ellos, no puede pasar

desapercibido, independientemente del carácter mítico que pueda llegar a tomar.

Es importante subrayar el último aspecto mencionado sobre este fenómeno: por más que

existan múltiples voces que clamen por la funcionalidad y éxito de una doctrina, no implica

que esto sea fidedigno. Siempre es necesario remitirse a un análisis fundamentado de los

hechos para ponderar sus éxitos y fracasos. El peligro no radica en que consideremos que un

sistema con dicha instrumentación sea deseable; sino en el hecho de que concluyamos que

esa es la forma en la que en realidad el sistema funciona y que no sea así. Este pensar nos

lleva ineluctablemente a conclusiones tales como: “El que es pobre, es pobre porque quiere”

o “el que estudia va a salir adelante”; visiones que generan una confianza excesiva e

inmerecida en un sistema social y que, en sinergia con un cúmulo de desigualdad, puede

encaminarnos al odio y al clasismo. Siempre se tolerará más la desigualdad en un sistema

donde se cree que existe la movilidad social. No podemos permitir que esto suceda. Es

menester entender que nuestra apreciación de las oportunidades en México tiene un

componente inexorable que principia de nuestra coordenada socioeconómica de origen, fruto

del azar. Y en función de ello, que la pobreza nos duela, que la falta de oportunidad nos duela,

que la desigualdad nos duela y que sintamos no solo un deber intelectual por comentar, sino

un compromiso humano por impactar de forma que algún día cada mexicano pueda ser “el

amo de su destino, el capitán de su alma”. Éste, y ningún otro, debe ser el motor que mueva

la discusión de la presente mesa.

Conceptos iniciales

Al momento de querer hablar de un concepto multidimensional como lo es la movilidad

social en México existe un problema fundamental que brota a la vista: la falta de información

específica sobre el tema. No fue hasta el año 2006 que la Fundación Espinosa Rugarcía llevó

a cabo la “Encuesta ESRU de Movilidad Social en México” (EMOVI 2006), teniendo esta

un tremendo impacto por ser la primera encuesta a nivel nacional sobre este tema en

específico. Atrajo la lente de múltiples especialistas y, a través de la información provista, la

Fundación Espinosa Rugarcía y el Centro de Estudios Espinosa Yglesias han producido

contenido de su análisis de forma sistemática. La última EMOVI fue realizada en el 2011 y

su informe correspondiente generado por parte del CEEY fue hecho público en 2013. Es por

esto que las dos principales fuentes de información del presente escrito serán las fundaciones

mencionadas y las recopilaciones que han realizado en torno al tema.

Aunque todas rondan en torno a la misma noción, existe una amplia gama de definiciones

sobre el concepto de movilidad social. Julio Serrano y Florencia Torche lo definen

concretamente como “el grado de asociación entre los recursos de los padres y el logro

socioeconómico de sus hijos” (Serrano et al, 2010). Y agregan que esto implica que la

población tendrá oportunidades, de diversa índole tales como educativas o económicas, que

no tengan un grado alto de determinación por su situación inicial. Esta última propiedad es

interesante, aunque abre espacio para la discusión. Ciertamente es virtualmente imposible

afirmar que no exista ninguna afectación para la determinación de la condición

socioeconómica de una persona por parte de alguna condición de origen (que responde

también a factores genéticos, pero el terreno del debate “crianza vs naturaleza” no compete

al presente documento), pero también resulta problemático definir qué implica “no tener un

grado alto de determinación” al momento de traducirlo a cuestiones cuantitativas para el

análisis. Asimismo, se menciona de forma más general el concepto de movilidad

intergeneracional como “el nivel de asociación entre la posición socioeconómica de padres e

hijos” (Serrano et al, 2010). Un par de conceptos que traen bastante claridad a la discusión y

que los mismos autores se encargan de aclarar son los de movilidad absoluta y movilidad

relativa. El primero hace referencia a “el mejoramiento general de las condiciones de vida de

la población de un país”, mientras que el segundo refiere, según los autores, a “la asociación

neta entre condiciones de padres e hijos, una vez dada cuenta del desarrollo económico”.

Naturalmente es fundamental tomar en cuenta los cambios estructurales económicos que han

ocurrido en un país para poder analizar adecuadamente la movilidad social que ha presentado

la población.

En un estudio posterior, el Centro de Estudios Espinosa Yglesias afirma que:

“(…) el significado se acota a un campo de estudio que se concentra, en general, en analizar las

opciones que tienen los miembros de una sociedad para cambiar su nivel socioeconómico, y en

específico, para identificar la facilidad con la que dichos miembros pueden moverse a lo largo de la

estructura socioeconómica. El grado de movilidad social es un indicador que mide la igualdad de

oportunidades en una sociedad.” (CEEY, 2013).

Asimismo, en el mismo documento el CEEY agrega dos puntos fundamentales sobre los

conceptos de movilidad absoluta y relativa mencionados anteriormente. El primero es que la

movilidad absoluta, en el sentido en el que hace referencia a cambio en el nivel

socioeconómico, no puede generar dudas sobre la necesidad de su existencia; no obstante, la

relativa implica que, dado que unos escalan en la posición económica, otros necesariamente

descienden. Ahora bien, esto no es sinónimo de que se encuentren peor, pues el movimiento

en términos absolutos de la sociedad los puede tener en mejores condiciones de un nivel de

vida, pero el descenso en términos proporcionales es inescapable. El segundo punto que suma

a esto último es que esto no implica que la dinámica sea un “juego de suma cero”, sino que

se consiga a través de elementos meritocráticos y que promuevan la cohesión social. Esto es

particularmente importante, ya que la percepción de que una dinámica social como la

mencionada sí es un juego suma cero, donde los que se benefician necesariamente perjudican

a un tercero, puede llevar a que efectivamente las reacciones de las personas hagan que así

sea.

Aunque quizás evidente en este caso, siempre es importante cuestionar la deseabilidad de un

esquema social. Ante esta controversia, Julio Serrano y Florencia Torche, en el primer

compendio del EMOVI 2006, aclaran que la movilidad social debe ser promovida bajo un

punto de vista normativo (ya que no hacerlo va en contra de la meritocracia), de eficiencia

(colocar capital social donde más contribuya al desarrollo) y de integración social (la

ausencia de meritocracia puede generar malestar). Teniendo esto claro, podemos profundizar

en las dimensiones de la movilidad social propuestas por el CEEY. La primera dimensión es

la de la educación, donde la movilidad educacional es la relación entre el nivel educativo del

padre y el de los hijos y puede en particular puede presentarse por cambios estructurales en

forma de movilidad absoluta. La segunda dimensión es la ocupacional, asumiendo que la

educación es una forma de jerarquización o estratificación social. El siguiente es ingreso y

riqueza, que siguiendo la lógica anterior, relaciona los niveles de ingreso o riqueza de padres

con el de los hijos. No obstante, aquí es importante subrayar que es preferible medir riqueza

que ingreso, ya que el primero refleja el “potencial de consumo de largo plazo de las

personas”, a través por ejemplo, de un índice ponderado por activos de diferentes índoles. La

última dimensión de la movilidad social es la percepción, esto se debe a que siempre existirá

un componente subjetivo en la noción de bienestar socioeconómico; para que las personas

busquen movilidad requieren creer que es posible y considerar que es deseable y estas

aspiraciones no necesariamente siempre se presentan. Cada una de ellas presupone una fuente

de debate muy amplia, pero en particular lo que le atañe a esta mesa es el tema relativo al

ingreso y a la riqueza. No obstante, no se puede hablar de una dimensión sin necesariamente

implicar otra, por lo que nuestro análisis debe ser multidimensional aunque una categoría

tenga ultimadamente mayor peso que las demás.

En lo relativo a esto último, vale la pena subrayar el hecho de que Miles Corak, Director del

Departamento de Estadísticas de la Familia y el Trabajo de Canada, comienza su libro a cerca

de la movilidad en ingreso intergeneracional haciendo énfasis en la importancia que ha tenido

en países norteamericanos y europeos la atención en programas de política pública enfocados

en niños. Esto lo atribuye a dos motivos: por una parte, que los niños son dependientes de un

tercer agente para satisfacer la mayoría de sus necesidades y por otra, que dedicar recursos a

los niños es una inversión para toda la sociedad. Esto lo respalda con el informe de la

UNICEF del 2000, donde se apoya la idea de que los niños que crecen en niveles

considerables de pobreza no alcanzarán todo su potencial y tienen mayor probabilidad de ser

adultos pobres que también críen hijos en la pobreza. Es decir, a mayores niveles de pobreza

existe menor movilidad intergeneracional del ingreso (Corak, 2004).

Finalmente, simplemente a manera de preámbulo, existen varias herramientas para describir

el campo de las dinámicas intergeneracionales. Una de ellas son las matrices de transición.

Estas muestran, bajo ciertas condiciones, la correlación (o alguna otra media estadística) que

existe entre el estado de un agente respecto a cierta variable determinada en un momento y

su transición a otro momento. Por ejemplo el porcentaje de familias norteamericanas que

pasaron del tercer decil del ingreso al primero en una generación. En los siguientes apartados

se mostrarán ejemplos para tener mayor claridad. Por otra parte, podemos tener modelos

provenientes de la teoría económica de la estadística y con ellos hacemos pruebas para ver

qué tan compatibles son con la realidad y sacar conclusiones de ellos. Brevemente

proponemos el siguiente ejemplo del texto de Corak y que ofrece un resultado interesante.

Suponga un modelo con la siguiente forma:

𝑙𝑛𝑌𝑖,𝑡 = 𝛼 + 𝛽𝑙𝑛𝑌𝑖,𝑡−1 + 𝜀𝑖, 𝑡

Esencialmente lo que nos está comunicando es que suponemos que existe cierta relación

entre el ingreso que tiene una persona el día de hoy (𝑌𝑖,𝑡) con el ingreso de la generación

anterior (𝑌𝑖,𝑡−1). Y justamente esta relación es capturada por el valor de 𝛽, que es la fracción

de ingreso que una generación transmite a otra (Corak, 2004); de forma que si vale uno, todo

el ingreso de una generación se pasa a otra y si vale cero nada se transmite a la siguiente

generación. Es decir, conforme tiende a cero hay mayor movilidad social del ingreso y

conforme tiende a uno menor movilidad. Después de realizar ciertas pruebas estadísticas con

datos de Estados Unidos de 1999 para comparar a las familias de mayor ingreso con las de

menor ingreso, se llegó a la siguiente conclusión:

Valor de 𝛽 0 0.2 0.4 0.6 0.8 1.0

Ventaja en

ingreso

1.0 1.64 2.70 4.44 7.30 12.0

Lo que nos muestra la tabla es, a diferentes valores de 𝛽, cómo cambia la ventaja en ingreso

que los hijos de las familias más ricas tendrán respecto a las más pobres. Esta conclusión nos

habla fuertemente sobre la relación entre la movilidad social y la desigualdad respecto al

ingreso. El resultado es claro, En una sociedad con perfecta movilidad social (𝛽 = 0), los

hijos de ricos y pobres están en igualdad de circunstancias; mientras que en una sociedad sin

movilidad social (𝛽 = 1)la ventaja será de 12 veces en nivel del ingreso. También vale la

pena resaltar que a ligeros cambios en la movilidad social las modificaciones en ventaja en

ingreso para la siguiente generación del cuantil de mayor ingreso respecto al menor crece de

forma muy importante. Hay que tener en cuenta que el objetivo general de estas herramientas

es conocer la relación que existe entre alguna característica del padre comprendida dentro del

concepto de movilidad social (las cuatro dimensiones descritas, por ejemplo) y las del hijo.

El presente trabajo no tiene como base modelos econométricos; se presentan con el objetivo

de que el lector puede interesarse en ellos y profundizar en esa literatura de así desearlo.

Resultados globales del Informe de Movilidad Social en México 2013

Los resultados del informe en cuestión proviene de los datos obtenidos del EMOVI-2011, y

tiene las siguientes características: tiene representatividad nacional para hombres y mujeres

entre 25 y 64 años de edad, aplica tanto para jefes como no jefes de hogar, tiene datos actuales

y retrospectivos para comparar la situación económica actual del entrevistado con la de su

hogar de origen (14 años de edad del entrevistad) y tiene una muestra final de 11,0001

entrevistas (CEEY, 2013).

Quizás uno de los puntos que provee más información al momento de tratar de abordar una

problemática social es comparar y el segundo entender a nivel interno para después poder

explorar iniciativas externas que, a través de pertinentes ajustes, podrían ser implementadas

con cierto grado de éxito; no obstante esta técnica no es exhaustiva. Es necesario entender

las dinámicas internas de cada nación y región particular para poder proponer soluciones

adecuadas según sea el caso.

A continuación se presentan una serie de gráficas y tablas tomadas de datos emanados

directamente del EMOVI-2011 y generados por el CEEY en su informe de movilidad social

2013. Estas imágenes pretenden avivar el debate en un intento por comprender dinámicas

estructurales, así como comprender qué perspectiva tienen las personas sobre la propia

dinámica social en la cual se encuentran inmersos. Los datos se encuentran agrupados dentro

de las cuatro dimensiones de la movilidad previamente definidas, es importante ver la

relación sistémica que inciden entre estos para poder proponer una solución adecuada en

términos de objetivos y presupuesto.

El siguiente gráfico muestra la correlación intergeneracional a nivel educativo de México

respecto a muchos otros países. Es necesario resaltar que únicamente refiere al ámbito

educativo, una de las cuatro dimensiones de la movilidad social, pero definitivamente un

pilar fundamental del mismo. Naturalmente entre mayor la correlación, menor el nivel de

movilidad.

Gráfica 1. Correlación intergeneracional del nivel educativo por países

Internamente, la situación de México según las cuatro dimensiones previamente definidas es

la siguiente:

Educativo

Podemos constatar con profunda claridad que entre mayor es el nivel educativo del padre

entrevistado mayor es la probabilidad de que tenga mayor nivel de educación formal,

desapareciendo rápidamente la probabilidad de que quede sin estudios o con la primaria

incompleta. Es decir, existen fuertes razones para pensar que el impulso de la educación trae

resultados relevantes en la siguiente generación.

Sin embargo, esta dinámica resulta sumamente compleja, por lo que el siguiente modelo

puede ofrecer mayor claridad al respecto:

Gráfica 2. Qué tan frecuente es que los entrevistados tengan la misma escolaridad que su padre, para

población mexicana.

El modelo ilustrado nos muestra el

nivel de impacto que cada una de las

seis principales variables y sus

respectivos errores tiene en los otros

factores. Estas pueden ser de forma

unidireccional (como en el caso del

logro ocupacional del padre y el logro

ocupacional del sujeto en cuestión) o

bidireccional, es decir, que se afectan

mutuamente (como es en el caso del

logro educativo del padre y el logro

ocupacional del padre). La

comparación de los valores

corresponde a Estados Unidos, México

y Chile. A continuación un modelo

ajustado para comparar la misma

dinámica entre Chile y México.

Figura 1a. Modelo clásico de estratificación social:

resultados comparados

Figura 1b.Modelo ajustado de estratificación social: resultados comparados

Fuente: Puga Ismael, et al. (2010). Capítulo V de “Movilidad

Social en México”, CEEY. Cd de México

Ocupacional

Socioeconómica

Gráfica 3. Clasificación ocupacional en dos generaciones, para población mexicana

Subjetiva

Gráfica 4.Principales causas de pobreza que perciben los entrevistados, para población mexicana

Gráfica 5. Principales causas de éxito que perciben los entrevistados, para población mexicana

Gráfica 6. Expectativas educativas de los entrevistados sobre la escolaridad de sus

hijos según el nivel educativo del entrevistado, para población mexicana.

Gráfica 7. Expectativas educativas de los entrevistados sobre la escolaridad de sus

hijos según el nivel educativo del padre del mismo, para población mexicana.

Respecto a la brecha de género, se obtuvo lo siguiente:

Gráfica 8.Movilidad intergeneracional socioeconómica, para mujeres (regresión por

cuantiles)

Gráfica 9. Movilidad intergeneracional socioeconómica, para hombres (regresión por

cuantiles)

Gráfica 10. Situación laboral de la entrevistada según el nivel educativo del padre de la

misma, para mujeres

Gráfica 11. Situación laboral del entrevistado según el nivel educativo del padre del

mismo, para hombres

El Plan Nacional de Desarrollo como herramienta de movilidad social

En el presente apartado se expondrán a grandes rasgos los programas elaborados por las

administraciones de los últimos seis sexenios en materia de movilidad social. Para ello, es

importante tener en cuenta el Plan Nacional de Desarrollo de cada uno, conceptualizándolo

como el documento que señala las principales acciones que deben instrumentarse para hacer

frente a los diversos problemas y retos de la nación.

El primer Plan Nacional de Desarrollo1, en México, lo presentó el Presidente Miguel de la

Madrid Hurtado en 1983. Después de impulsar varias reformas constitucionales, se incorporó

en la Constitución el artículo 26 el cual prevé la obligación de que el Estado organice “un

sistema de planeación democrática del desarrollo nacional para imprimir solidez, dinamismo,

conectividad, permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la independencia y

la democratización policía, social y cultural de la nación”2.

Ahora bien, es importante enfatizar que la movilidad social, como se precisó en un primer

apartado, tiene diversas vertientes por lo que se debe entender como una cuestión que

involucra diversos factores. Cabe destacar que la movilidad social no se ha abordado de

1 El Plan Nacional de Desarrollo es un documento de trabajo que rige la programación y presupuestación de la

Administración Pública Federal; ha sido concebido como un canal de comunicación del Gobierno de la

República que transmite a la ciudadanía de manera clara, concisa y medible la visión y estrategia de gobierno

de la administración en turno. 2 Artículo 26. A. El Estado organizará un sistema de planeación democrática del desarrollo nacional que

imprima solidez, dinamismo, competitividad, permanencia y equidad al crecimiento de la economía para la

independencia y la democratización política, social y cultural de la nación.

Los fines del proyecto nacional contenidos en esta Constitución determinarán los objetivos de la planeación.

La planeación será democrática y deliberativa. Mediante los mecanismos de participación que establezca la ley,

recogerá las aspiraciones y demandas de la sociedad para incorporarlas al plan y los programas de desarrollo.

Habrá un plan nacional de desarrollo al que se sujetarán obligatoriamente los programas de la Administración

Pública Federal.

La ley facultará al Ejecutivo para que establezca los procedimientos de participación y consulta popular en el

sistema nacional de planeación democrática, y los criterios para la formulación, instrumentación, control y

evaluación del plan y los programas de desarrollo. Asimismo, determinará los órganos responsables del proceso

de planeación y las bases para que el Ejecutivo Federal coordine mediante convenios con los gobiernos de las

entidades federativas e induzca y concierte con los particulares las acciones a realizar para su elaboración y

ejecución. El plan nacional de desarrollo considerará la continuidad y adaptaciones necesarias de la política

nacional para el desarrollo industrial, con vertientes sectoriales y regionales.

En el sistema de planeación democrática y deliberativa, el Congreso de la Unión tendrá la intervención que

señale la ley.

forma explícita en ningún plan de desarrollo sino que es posible advertir programas

relacionados con este tópico de forma implícita.

Los seis planes de desarrollo que se han presentado de 1983 a la fecha han establecido

objetivos nacionales según el contexto y las necesidades de la época; sin embargo, es posible

identificar coincidencias en temas como el crecimiento, la estabilidad económica, el

mejoramiento de los niveles de vida, calidad educativa así como el fortalecimiento

democrático.

A continuación se presentan las líneas de acción de cada Presidente por orden cronológico:

Miguel de la Madrid Hurtado (1983-1988)3

El primer plan de desarrollo establecía cuatro principales objetivos: i) conservar y fortalecer

las instituciones democráticas, ii) vencer la crisis, iii) recuperar la capacidad de crecimiento

e iv) iniciar los cambios cualitativos que requiere el país en sus estructuras económicas,

políticas y sociales.

En el aspecto que interesa, el plan proponía un cambio estructural que se precisaba en seis

orientaciones generales: i) enfatizar los aspectos sociales y distributivos del crecimiento,

ii)reorientar y modernizar el aparato productivo y distributivo, iii) descentralización de las

actividades productivas y el bienestar social, iv) adecuación de las modalidades del

financiamiento a las propiedades del desarrollo y v) preservar, movilizar y proyectar el

potencial del desarrollo nacional, entre otros4.

Carlos Salinas de Gortari (1989-1994)

Durante este sexenio nuestro país sufrió grandes transformaciones, en gran medida debido

al cambio de ideología que partió de un nacionalismo revolucionario –reconocible en los

antecesores priistas– a un corte de liberalismo social.

Así, podemos encontrar que esta corriente permeó en el diseño y programación de las

diversas acciones gubernamentales reflejadas en el Plan Nacional de Desarrollo. Es posible

3 Veáse Plan Nacional de Desarrollo de Miguel de la Madrid Hurtado

http://www.juridicas.unam.mx/publica/librev/rev/rap/cont/55/doc/doc7.pdf 4Witker Jorge, Comentario al Plan Nacional de Desarrollo 1983-1988,

bibliohistorico.juridicas.unam.mx/libros/5/2337/9.pdf, página 4.

esbozar cuatro grandes objetivos de ese sexenio: i) la defensa de la soberanía y promoción

de los intereses de México en el mundo; ii) la ampliación de la vida democrática, iii) la

recuperación económica con estabilidad de precios y iv) el mejoramiento productivo del nivel

de vida de la población.

El mencionado plan se componía por seis capítulos, de los cuales en tres se hacía referencia

de forma particular a la educación, resaltando la necesidad de implementar la calidad en este

ámbito en congruencia con el desarrollo nacional. Así, el Plan concebía la educación como

un medio para generar recursos humanos y materiales que serían la base del progreso

nacional frente a grandes retos y transformaciones en el contexto internacional. Frente a los

inminentes cambios, se proponía la modernización económica y social, dentro de la cual se

incluía la modernización educativa como condición necesaria para el bienestar social.

México debía hacer frente a los retos y oportunidades del mundo moderno5.

En el ámbito social, es importante destacar el Plan Nacional Solidaridad6 desplegado durante

el sexenio salinista. Puesto en marcha en el año 1988, pugnaba por una mayor justicia social

donde era necesaria la conjunción de las acciones gubernamentales y la participación activa

de la población. Durante el sexenio se invirtieron cas 18 000 millones de dólares en diversas

tareas y programas7, de los cuales se pueden destacar la rehabilitación y construcciones de

escuelas, la organización de la población para introducir agua potable a las diversas

comunidades, servicio eléctrico, construcción y rehabilitación de hospitales, pavimentación

de colonias, la construcción de más de 20 000 kilómetros de caminos rurales, la

reconstrucción de 15 000 kilómetros de carreteras, más de 14 000 tiendas de abasto

comunitario, entre otras8.

Resulta relevante este primer programa como antecedente para lo que se concibe como el

tronco principal de la política social del gobierno federal en México: durante el sexenio de

Ernesto Zedillo bajo el nombre de “Progresa9”, durante la administración de Vicente Fox con

5 Ejecutivo Federal, Plan Nacional de Desarrollo p.12; Cfr.: Guevara González Rosa Iris, La educación en

México: siglo XX, México, IIE-UNAM/Porrúa, 2002, pp. 96-97. 6 Mayor información acerca del Pronasol en http://revistas.bancomext.gob.mx/rce/magazines/258/5/RCE5.pdf 7 SEDESOL (1994). «Solidaridad. Seis años de trabajo.». Programa nacional de Solidaridad. 1994. 8 SHCP (1994). «Programa Nacional Solidaridad». Información básica sobre la ejecución y desarrollo del

programa del 1ro de diciembre de 1988 al 31 de agosto de 1994. 1994. 9 Véase Programa Progresa Sedesol disponible en

http://cca.org.mx/cca/web/ventana/ligas/programa_progresa.htm

el Programa “Oportunidades”10 y “Prospera”11 en 2014 con la presidencia de Enrique Peña

Nieto.

Ernesto Zedillo Ponce de León (1995-2000)

En este sexenio se establecieron varios objetivos, en lo que interesa, se buscó el avance a un

desarrollo social que propiciara y extendiera en todo el país las oportunidades de superación

individual y comunitaria bajo los principios de equidad y justicia.

En este sentido se estructuraron diversas estrategias y líneas de acción tales como la

ampliación de la cobertura y la calidad de los servicios básicos, la armonización del

crecimiento con la distribución territorial de la población, la promoción del desarrollo

equilibrado de las regiones, privilegiar la atención a la población con mayor desventaja

económica y social, así como el impulso de una política integral de desarrollo social12.

Vicente Fox Quesada (2001-2006)13

Este plan sostuvo tres grandes áreas de acción para el gobierno federal. La primera, bajo el

rubro desarrollo social y humano; la segunda, crecimiento con calidad y por último, orden y

respeto.

En la segunda, se sostuvieron los siguientes objetivos: i) mejora de los niveles de educación

y bienestar de los mexicanos, ii) incremento de la equidad y la igualdad de oportunidades,

iii) impulso a la educación para el desarrollo de las capacidades personales y de iniciativa

individual y colectiva, iv) fortalecimiento de la cohesión y capital social, v) desarrollo social

y humano y vi) ampliación de la capacidad de respuesta para fomentar la confianza

ciudadana.

10 Programa Oportunidades disponible en

http://www.sedesol.gob.mx/work/models/SEDESOL/Transparencia/TransparenciaFocalizada/Programas_Soc

iales/pdf/oportunidades.pdf 11 Programa Prospera disponible en http://www.gob.mx/prospera 12 Véase Plan Nacional de Desarrollo 1995-2000, páginas 60 a 98 en

http://zedillo.presidencia.gob.mx/pages/pnd.pdf 13 Plan Nacional de Desarrollo 2001-2006 en

http://dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=766335&fecha=30/05/2001

Felipe Calderón Hinojosa (2007-2009)

Durante este sexenio se impulsaron diversas reformas estructurales así como diversos planes

sociales para la consecución de los objetivos previstos en el plan nacional de desarrollo.

Algunos de los objetivos relacionados con el aspecto social son i) la reducción de la pobreza

extrema y aseguramiento de la igualdad de oportunidades, la ampliación de capacidades que

se tradujeran en una mejora en la calidad de vida. Además, se buscaba garantizar la

alimentación, salud, educación, vivienda digna y medio ambiente adecuado para el

desarrollo; ii) buscar que todos los mexicanos fueran tratados con equidad y justicia en las

diversas esferas, reduciendo las brechas sociales, económicas y culturales persistentes en la

sociedad mexicana; iii) garantizar las oportunidades efectivas para ejercer a plenitud los

derechos ciudadanos y participación activa en la vida política, cultural, económica y sociales

de las comunidades y del país.

Enrique Peña Nieto (2013-2018)

El Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018 emitido por el Gobierno de la República, se dirige

a la consecución de cinco metas nacionales: i) México en paz, ii) México incluyente; iii)

México con educación de calidad, iv) México Próspero y v) México con responsabilidad

global. De igual forma, promueve en todas las políticas públicas tres estrategias

transversales: democratizar la productividad, consolidar un gobierno cercano y moderno e

incorporar la perspectiva de género.

Se debe destacar que al tomar posesión el gobierno federal, el presidente y los principales

representantes de los tres principales partidos políticos firmaron el “Pacto por México”, el

documento presentaba como objetivo el convertirse en un instrumento que sentara las bases

de un acuerdo político, económico y social que impulsara el crecimiento económico para

generar empleos de calidad así como la ampliación de derechos y libertades para generar

bienestar para toda la población. Según el Informe de Movilidad Social 2013 emitido por el

CEEY14, de los 95 de los compromisos que derivan del pacto 37 guardan relación con

movilidad social.

Por otra parte, se estableció el Sistema Nacional de la Cruzada contra el Hambre. En este

proyecto se sostuvo que se requerían de acciones transversales, concretas y coordinaras con

otros ámbitos que inciden directamente en el problema de carencia alimentaria tales como

educación, salud, seguridad social, vivienda e ingreso de las familias, etc. De los 69

programas de gobierno que buscan la instrumentación de la Cruzada contra el Hambre, 53

guardan relación con movilidad social.

Bajo el contexto anterior, es posible advertir –como se precisó al inicio de este apartado –

que el tema de movilidad social se ha incorporado implícitamente en los diversos planes

nacionales de desarrollo. Sin embargo, consideramos que es fundamental que el tema de

movilidad social se constituya de manera explícita en uno de los ejes principales de la agenda

nacional.

El CEEY, de acuerdo al diagnóstico efectuado así como de los instrumentos teóricos y

conceptuales en el tema, señala dos condiciones que el Estado debería establecer como

objetivos para lograr la movilidad social de los mexicanos y son: i) garantizar la igualdad de

oportunidades y las condiciones de competencia para que la posición de las personas en la

distribución socioeconómica sea resultado de un proceso competitivo en igualdad de

condiciones sin estar premeditada por el origen y ii) en caso de que la igualdad de

oportunidades y condiciones de competencia no resulten suficientes, establecer esquemas

de redistribución que eviten que la condición se herede a las siguientes generaciones.

Si bien es cierto que para lograr la movilidad social en México se necesita una variedad de

reformas y diseño de políticas públicas, también lo es que ya existen diversas reformas que

pueden abonar a este objetivo. Nos referimos a la reforma educativa15, laboral y de

protección social.

14 Centro de Estudios Espinoza Yglesias (CEEY), Informe de Movilidad Social en México 2013, disponible en

http://www.odisea.org.mx/centro_informacion/discriminacion/informe/inf_mov_social_2013.pdf , p. 73. 15 Diario Oficial de la Federación (dof), «Decreto por el que se reforman los artículos 3o. en sus fracciones iii,

vii, viii; y 73, fracción xxv, y se adiciona un párrafo tercero, un inciso d) al párrafo segundo de la fracción ii y

De igual forma, el Sistema Nacional Anticorrupción, aprobado por nuestros legisladores el

16 de junio del presente año y promulgado dos días después, podría suponer grandes avances

en materia de movilidad social y concebirse como un paso firme hacia la consolidación de

uno de los pilares de la agenda de reformas estructurales de nuestro país. Aunado a lo

anterior, recientes estudios reflejan que la incipiente corrupción podría relacionarse también

con la alta desigualdad y la poca movilidad social en nuestro país16. El CEEY ha realizado

la siguiente infografía para esbozar la relación:

Ante los cambios y reformas estructurales que se han implementado en nuestro país resulta

relevante posicionar el tema de movilidad social como un factor importante a considerar para

lograr alcanzar el ideal de meritocracia cuya persecución tanto ha costado.

una fracción ix al artículo 3o. de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos http », 26 de febrero

de 2013. Disponible en:://www.dof.gob.mx/nota_detalle.php?codigo=5288919&fecha=26/02/2013 16 México: la herencia de la corrupción, Revista México Social, publicado el 1 de julio de 2016 disponible en

http://www.mexicosocial.org/index.php/colaboradores/movilidad-social/item/1127-la-herencia-de-la-

corrupcion

Posturas tomadas por expertos (Periodistas, académicos, políticos, empresarios) en torno

a la movilidad social y a la desigualdad.

Informe PNUD 2016

El informe sobre Desarrollo Humano México 2016 del Programa de las Naciones Unidas

para el Desarrollo (PNUD)17 se enfoca sobre la movilidad y la desigualdad, en especial en la

movilidad igualadora de oportunidades, es decir, el avance en bienestar que reduce las

diferencias entre regiones, hogares y personas, y sus efectos sobre el desarrollo humano.18

Uno de sus objetivos principales es identificar los obstáculos clave que deben ser removidos

en las entidades federativas, municipios y personas con particular desventaja para permitirles

mayor movilidad. Estos elementos van desde problemas de integración económica de ciertas

entidades federativas y municipios hasta los problemas de cobertura de la seguridad social

para los trabajadores informales, pasando por asignaciones inadecuadas del gasto público en

etapas cruciales del ciclo de vida.

Se plantean dos principales factores que contribuyen a la falta de movilidad igualadora de

oportunidades entre los estados del país. Por un lado, en el periodo 2003-2013 los estados

del sur-sureste (Campeche, Chiapas, Guerrero, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco,

Veracruz y Yucatán) tuvieron una tasa de crecimiento media anual del PIB de 1.3%, por

debajo del 3% que presentó el resto del país. Por otro lado, el gasto público federal en

desarrollo humano, que comprende al sector salud, educación y transferencias al ingreso,

presenta una relación inversa con las carencias en desarrollo por estados. Es decir, a mayores

carencias en desarrollo humano en el estado, menor es el gasto en los sectores mencionados.

17 El PNUD trabaja en cerca de 170 países y territorios, ayudando a lograr la erradicación de la pobreza, y la

reducción de las desigualdades y la exclusión. Da asistencia a los países en el desarrollo de políticas,

capacidades de liderazgo, asociación e institucionales con el fin de alcanzar el desarrollo sostenible (PNUD

2016). 18 Para detectar la movilidad igualadora de oportunidades, se necesita establecer primero un parámetro de

referencia. Este punto es la desigualdad observada en el IDH en un momento del tiempo (situación inicial). A

esta desigualdad inicial se le compara con la desigualdad en el IDH observada en otro punto del tiempo (o

situación final). Si la diferencia entre la desigualdad inicial y la final es positiva, hubo movilidad igualadora de

oportunidades. En otras palabras, hubo movilidad igualadora de oportunidades si la situación de desigualdad

final es menor que la de la situación inicial. Por lo tanto, la movilidad igualadora de oportunidades identifica

cuándo el avance en desarrollo se traduce en reducciones de la desigualdad (Fields 2010).

La política pública debe fortalecer el capital físico y humano para elevar la productividad y

el crecimiento de la región sur-sureste. El Programa Regional de Desarrollo del Sur-Sureste

2014-2018 y la Estrategia Nacional de Desarrollo del Sur-Sureste se enfocan en

infraestructura productiva y turismo, con muy poco énfasis en el desarrollo de capital

humano, uno de los factores que inhibe la productividad.

Lo que ocurre en el mercado laboral es decisivo para detonar la movilidad absoluta e

igualadora de oportunidades, ya que el ingreso de los hogares y su desigualdad provienen

principalmente de él. La movilidad igualadora descendente del ingreso se asocia

principalmente a la caída del ingreso laboral real, 25% en los últimos diez años; a la dualidad

del esquema de seguridad y protección social con una alta tasa de informalidad, y a la baja

participación de las mujeres en el mercado de trabajo. Para fortalecer el mercado de trabajo

formal habría que avanzar hacia un sistema de protección social universal basado en un

paquete básico de servicios financiado mediante impuestos en lugar de contribuciones.19 Para

incrementar las posibilidades de participación de las mujeres en el mercado laboral formal,

se propone llevar a cabo un esfuerzo conjunto de política social y política laboral que

garantice áreas de cuidado de menores en los espacios de trabajo, incluidas las actividades

relacionadas con la lactancia. Lo anterior exige infraestructura material y recursos humanos

significativos. Asimismo, se debe igualar a la alza el tiempo de licencia por maternidad y

paternidad (CEEY 2013, 17-18).

Luis Rubio

Luis Rubio, Presidente del Centro de Investigación para el Desarrollo (CIDAC), ha expuesto

que la desigualdad no es un problema en el que se deban centrar esfuerzos, argumentando

que la política pública debería enfocarse esencialmente en la pobreza (Reforma, 2016). La

desigualdad es un efecto del sistema económico que premia y recompensa la creatividad y la

innovación, inevitablemente generando diferencias de ingreso en el proceso. La desigualdad,

sobre todo tan acusada como la que existe en México, tiene un origen complejo y no puede

19 Para una propuesta detallada al respecto, consultar Levy (2008).

resolverse meramente con política fiscal. De hecho, la noción de elevar impuestos a unos

para redistribuirlos a otros siempre ha tenido el resultado de disminuir el crecimiento (porque

desincentiva la inversión) sin beneficiar a los más pobres, porque la burocracia no es eficiente

en la distribución de esos beneficios y, quizá más importante, porque existe todo un

entramado institucional que de hecho promueve la pobreza. El ejemplo de la reforma fiscal

de hace dos años es por demás elocuente: afectó el consumo de los pobres y disminuyó la

inversión de los ricos. Atacar la pobreza es el gran reto del país y no hay muchas formas de

hacerlo. La más obvia es logrando altas tasas de crecimiento económico en un contexto de

mucho mayor competencia a la que estamos acostumbrados, en adición a un viraje radical en

políticas públicas que son clave para los pobres. Una receta como esta podría preservar la

desigualdad pero tendría el efecto de disminuir drásticamente la pobreza no con dádivas sino

con oportunidades de empleo productivo.

Las ideas de Rubio están basadas en teorías expuestas por economistas como William

Watson, de la Universidad McGill. En su libro The Inequality Trap: Fighting Capitalism

Instead of Poverty muestra su rechazo a la preocupación que se ha mostrado por la

desigualdad en los últimos años, pues no es un problema tan grave como la pobreza. Hay

múltiples tipos de desigualdad para las que se necesitarían políticas específicas para atacar

cada una y es bastante complicado que la sociedad se ponga de acuerdo en el juicio moral

que habría que elegir para atacarla. El mayor problema desde su perspectiva es que el

combate a la desigualdad se vuelve un combate al capitalismo, que al final es el sistema que

ha traído los niveles de bienestar nunca antes vistos en la historia humana, y el único con

posibilidades de erradicar la pobreza (Watson 2015).

Anthony Atkinson

Sir Anthony Atkinson es uno de los investigadores que por largo tiempo han estado en el

frente contra la desigualdad. Para Atkinson, la escala del problema es bien conocida, pero

existen pocas propuestas sobre qué hacer contra ella. En su libro Inequality: What Can Be

Done? hace una serie de propuestas que los países interesados en disminuir la desigualdad

podrían adoptar. De forma general, plantea que se debe ir más allá que poner mayores

impuestos a los más ricos para financiar programas públicos. Propone cinco áreas sobre las

que habría que actuar: tecnología, empleo, seguridad social, distribución del capital e

impuestos (Atkinson 2015).

Atkinson expone que los más ricos tienen una gran influencia sobre las políticas de forma

que pueden proteger su riqueza. Cuando los gobiernos priorizan una baja inflación sobre un

bajo desempleo, o menores impuestos sobre inversión en infraestructura y educación, están

respondiendo a las preferencias de los más ricos (Economist 2015). De esta forma, detalla 15

propuestas para disminuir la desigualdad, entre las que destacan:

- La dirección del cambio tecnológico debe estar dirigida de forma que

incremente el empleo.

- Asegurar un marco legal que permita a los sindicatos representar a los

trabajadores en todos los niveles.

- Se debe prevenir y atacar el desempleo, inclusive dando empleo público a

aquellos que lo deseen por el salario mínimo.

- Un salario mínimo que alcance los niveles mínimos de bienestar.

- Un ingreso mínimo universal para toda la población.20

- Incrementar las tasas marginales de impuestos al ingreso.

- Aumentar los beneficios y cobertura de la seguridad social.

CEEY

En México la mayoría de los estudios sobre movilidad social los ha llevado a cabo el Centro

de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY). Entre sus principales motivaciones destaca que la

existencia de una movilidad social importante implica que una sociedad es capaz de

reconocer y recompensar el esfuerzo y talento de sus integrantes. En el Informe de Movilidad

Social 2013 se expone que las personas que provienen de estratos pobres difícilmente podrán

salir de ellos, para las clases medias las oportunidades son muy limitadas, y que para quienes

nacen en hogares de altos ingresos y bienestar, lo más probable es que a lo largo de la vida

se mantengan en ese nivel; es decir, México es un país con una muy baja movilidad social.

En general, la sociedad mexicana se caracteriza por altas tasas de movilidad social en los

20 Una de las propuestas esbozadas para México en este tema la plantea Enrique de Val Blanco (2016).

sectores medios y bajas tasas en los sectores más bajo y más alto de la estructura

socioeconómica. Por esto, se debe reducir la probabilidad de que las desigualdades en

realización socioeconómica que se dan como resultado natural de un proceso competitivo

determinen desigualdades de origen para las siguientes generaciones. En ese sentido, resulta

necesario establecer mecanismos de protección social que aseguren un piso mínimo de

bienestar social para la población mexicana.21 En el esquema propuesto recientemente por el

CEEY destacan las siguientes propuestas. A raíz del EMOVI-2011, el CEEY tiene las

siguientes recomendaciones puntuales en función del marco teórico:

1) Garantizar la igualdad de oportunidades y las condiciones de competencia. Ésta es

una condición necesaria para que la posición de las personas en la distribución

socioeconómica sea resultado de un proceso competitivo en igualdad de condiciones,

y no esté predeterminada por el origen.

2) Si la igualdad de oportunidades y las condiciones de competencia no resultan

suficientes para lograr movilidad en términos de las realizaciones socioeconómicas

de las personas, resulta necesario establecer esquemas de redistribución que eviten

que dicha condición se herede a las siguientes generaciones.

En función de la información arrojada del informe, el CEEY propone las siguientes acciones

en política pública:

1) Incrementar la calidad en el nivel de educación básica y media, no solamente para

mejorar las competencias cognitivas de manera prospectiva, sino también para

impulsar competencia de personalidad (autoestima y habilidades sociales)

2) La cobertura en educación media y superior y superior debe ser ampliada. Las

opciones limitadas de completar el ciclo educativo no sólo tienen que ver con la

calidad en los primeros niveles de formación, sino también con las restricciones de

espacios en los niveles altos.

3) Hay que establecer política que permitan la discriminación positiva en la educación

y el trabajo, de tal manera que favorezca el ingreso de más mujeres al mercado

laboral. Lo anterior implica toda una serie de acciones complementarias que eliminen

otras barreras culturales a las que se enfrentan las mujeres.

4) De manera complementaria a todo lo anterior, hay que reducir la posibilidad de que

las desigualdades en realización socioeconómica que se dan como resultado natural

de un proceso competitivo determinen desigualdades de origen para las siguientes

generaciones. En ese sentido, resulta necesario establecer mecanismos de protección

social que aseguren un piso mínimo de bienestar social para la población mexicana.

Siendo más específicos respecto a esto último, puntualizan:

21 Una de las propuestas del CEEY en torno al sistema de protección social se puede consultar en Chávez et

al. (2012).

1. Acceso efectivo a la salud con un estándar equivalente al del IMSS.

2. Seguro de vida e invalidez.

3. Pensión universal.

4. Convergencia de todos los sistemas de salud pública.

5. Eliminación de cuotas obrero-patronales a la salud.

6. Eliminación de exenciones y regímenes especiales (IVA e ISR), y de subsidios

generalizados.

7. Focalización de las transferencias a las familias más pobres.

8. Revisión de programas sociales para que sean redistributivos.

9. Asegurar la transparencia y rendición de cuentas en los tres órdenes de gobierno.

Empresarios

Para Juan Pablo Castañón, presidente del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) la

desigualdad es una causa estructural de la incapacidad de nuestro país de lograr mayores

niveles de crecimiento, porque mantiene los mercados acotados, y junto con ellos, las

oportunidades de inversión y de generación de empleo. Para combatir esto hace un llamado

por un crecimiento que ponga a la empresa en el centro, como motor de la economía y de las

personas y su desarrollo, como principio y fin de toda la actividad social, económica y

política (El Economista 2016).

Reflexiones adicionales

Respecto a los programas adicionales, recomendamos fuertemente la siguiente

evaluación del CONEVAL del programa Prospera:

o https://www.prospera.gob.mx/EVALUACION/es/wersd53465sdg1/eval_es

p/2014/Informe_ejecutivo_PROSPERA_2014-2015.pdf

Recomendamos consultar “Equality of What?” de Amartya Sen:

o http://tannerlectures.utah.edu/_documents/a-to-z/s/sen80.pdf

También “Capability and Well-Being” del mismo autor:

o http://existencia.org/files/alt-eco/quality.pdf

También recomendamos revisar los principales puntos de: “El Capital en el Siglo

XXI” de Thomas Pickety

o http://www.robertdkirkby.com/blog/2015/summary-of-piketty/

“The Sun Also Rises: Surnames and the History of Social Mobility” de Gregory

Clark puede ser una consulta interesante de igual forma.

En general, recomendamos las referencias empleadas a lo largo del documento.

Todas ellas están disponibles en línea o en la Biblioteca Raúl Baillères Jr.

Cuestionamientos interesantes:

o Relación movilidad social y corrupción

o Relación movilidad social y burocracia

o Relación movilidad social y finanzas personales

o Relación movilidad social y acceso al crédito

http://www.mckinsey.com/global-themes/americas/a-tale-of-two-

mexicos

o Relación movilidad social y educación

o Relación movilidad social y discriminación

o Relación movilidad social y esquema fiscal

o Relación movilidad social y pobreza

o Relación movilidad social y sistema de seguridad social universal

o Relación movilidad social e inclusión tecnológica

o Relación movilidad social y narcotráfico (crimen organizado, delincuencia,

etc)

o Relación movilidad social y factores genéticos

o Relación movilidad social e identidad nacional

o ¿Es posible crear un sistema verdaderamente meritocrático?, ¿cuáles son los

principales obstáculos en México?

o ¿Han venido las corporaciones que han monopolizado las industrias a

disminuir la posibilidad de “autoempleo”?, ¿cómo afectan los monopolios,

oligopolios y cárteles a la movilidad social?

o ¿En qué medida afecta lo cerrados que son ciertos círculos en México,

limitando acceso a conocimiento, recursos financieros, etc a tan solo un

grupo reducido de personas a la movilidad social?

o ¿La movilidad social debe ser una aspiración universal?, ¿sólo la relativo?,

¿sólo la absoluta o ambas?

Puntos críticos a dialogar

Día 1 Objetivo: Temática definida y lineamientos.

Primera Sesión Identificación del tema.

¿Qué es la movilidad social? y ¿qué implica?

Segunda Sesión Delimitación del tema y posibles vertientes para abordarlo.

¿Qué tema se va a abordar? ¿Cuál es el enfoque?

Tercera Sesión ¿Cuáles son los sub-temas relevantes? Recomendamos escoger el o los temas que

consideren más relevantes para que justifiquen su prioridad en la sesión.

Cuestionamientos interesantes:

o Relación Movilidad social y

Corrupción

Burocracia

Finanzas personales

Acceso al crédito (http://www.mckinsey.com/global-

themes/americas/a-tale-of-two-mexicos)

Educación

Discriminación

Esquema fiscal

Pobreza

Sistema se seguridad social universal

Inclusión tecnológica

Narcotráfico (crimen organizado, delincuencia, etc.)

Factores genéticos

Identidad nacional

El grupo deberá votar el tema que considere más relevante para diseñar la

propuesta.

Día 2 Objetivo: Diseño de propuesta.

Cuarta Sesión Identificar herramientas, empresas, actores relevantes, instituciones, programas

que ya existen para abordar el tema. Una vez hecho lo anterior, deberán decidir si

van a utilizar algo que ya existe (1) o bien, van a plantear algo nuevo (2).

Bajo cualquier escenario, la propuesta debe poder responder las siguientes

interrogantes:

¿Qué?

¿Quiénes serán los beneficiados (directos e indirectos?

¿Cómo se hará?

¿Con qué recursos?

¿Cuándo?

¿Dónde?

Además, debe ser una propuesta sostenible tanto desde la perspectiva presupuestal

como en la jurídica.

Recomendamos formar distintas comisiones que aborden los distintos pilares que

debe cumplir la propuesta (por ejemplo: comisión jurídica, comisión de

presupuesto). Esto en razón de la interdisciplinariedad de nuestros integrantes.

Quinta Sesión Integración y trabajo de las distintas comisiones.

Sexta Sesión Presentación del trabajo de las comisiones. Apertura de debate para comentarios,

críticas y sugerencias por parte del grupo.

Séptima Sesión Integración de propuesta. Análisis de posibles problemas en la propuesta y

rectificación de diseño. Delimitación de la implementación.

Día 3 Objetivo: Implementación

Octava Sesión Análisis de los stakeholders y división de trabajo. Presentación del trabajo ante el

grupo y apertura de debate para críticas y modificaciones a la propuesta.

Novena Sesión Consolidación de propuesta (en su parte de diseño e implementación). Cierre,

palabras del Presidente Fernando Landa Saldaña.

Referencias

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Press

Buckman, R. (2002). Les Racines de La Foi. Toronto, Canada: H&O Editions.

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Disponible en: http://www.ceey.org.mx/informe-movilidad-social-mexico-2013-imagina-

tu-futuro.

Chávez Presa, Jorge, Fausto Hernández Trillo, Luis Felipe López-Calva y Centro de Estudios

Espinosa Yglesias.2012. El México del 2012. Reformas a la hacienda pública y al sistema

de protección social. México: Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

Corak, M. (2004). Generational Income Mobility in North America and Europe. Cambridge, UK:

Cambridge University Press.

De Val Blanco, Enrique. 2015.”El Ingreso Ciudadano Universal para México” En Más Allá de la

Crisis: El Reclamo del Desarrollo, coord. Rolando Cordera, pp. 366-387. México: Fondo de

Cultura Económica.

El Economista. 2016. La empresa, el enclave para abatir desigualdad: CCE. Disponible en:

http://eleconomista.com.mx/industrias/2016/02/15/empresa-enclave-abatir-desigualdad-cce

(Consultado el 12 de agosto de 2016).

Espinosa, J. S., & Torche, F. (2010). Movilidad Social en México: Población, desarrollo y

crecimiento. México D.F.: Centro de Estudios Espinosa Yglesias.

Fields, Gary. 2010. “Does income mobility equalize longer-term incomes? New measures of an old

concept.” The Journal of Economic Inequality 8 (4): 409- 427.

Levy, Santiago. 2008. Buenas intenciones, malos resultados. México: Editorial Océano.

McNamee, S. J., & Miller Jr. , R. K. (2014). The Meritocracy Myth. Lanham, Maryland: Rowman

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Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). 2016. Informe sobre Desarrollo

Humano México 2016: Desigualdad y Movilidad. Disponible en:

http://www.mx.undp.org/content/mexico/es/home/library/poverty/informe-nacional-sobre-

desarrollo-humano-mexico-2016/

The Economist. 2015. Mind the Gap. Disponible en: http://www.economist.com/news/books-and-

arts/21653596-anthony-atkinson-godfather-inequality-research-growing-problem-mind-gap

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Watson, William. 2015. The Inequality Trap: Fighting Capitalism Instead of Poverty. Toronto:

University of Toronto Press.