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OBSERVACIONES GENERALES SOBRE LA ARQUEO LOGIA DEL RIO NAPO ALDO BOLANOS-BALDASSARI* Introducción Durante los meses de febrero y marzo de 1987, el autor participó, desig- nado por e! gobierno peruano, en la "Expedición en Canoa del Amazo- nas al Caribe"! . Dicha expedición internacional, primera de carácter exclusivamente latinoamericano, marca un hito importante en la bús- queda de los elementos científicos necesarios en la tarea de integrar nuestros pueblos, pues es necesario precisar previamente, a manera de in- troducción breve, e! papel que debe jugar la Arqueología en esta tarea integrad ora. La Arqueología, para que sea ciencia, debe contribuir a la transfor- mación positiva de la sociedad y de la tierra, generando en última ins- tancia, nuevas alternativas para nuestro desarrollo; debe permitirnos fundamentalmente recuperar las evidencias de los pueblos pasados de América. precolombina para explicarle históricamente y reflexionar sobre e! presente. En esto radica su carácter transformador, en la posibi- lidad de aplicar las lecciones que ella nos deja. En esta perspectiva, durante el trayecto de la Expedición, desde su inicio en Misahuallí (560 metros sobre el nivel de! mar) en el Alto río Napo ecuatoriano, hasta el pueblo de Benjamín Constant a los inicios del Amazonas brasileño, se conformó un equipo de investigación social (arqueología, geografía, etnología, economía y política) con especialis- -tas de Colombia, Cuba, Ecuador y Perú! , con la clara visión de ser ne- cesidad, no sólo rescatar la historia sino de participar de ella creadora- mente, haciéndola parte presente de la conciencia de los pueblos que actualmente habitan en la región. * Instituto de Estudios Arqueológicos Andinos. Malecón Paz os 232A. Barranco, Lima, Perú.

OBSERVACIONES GENERALES SOBRE LA ARQUEO LOGIA DEL RIO NAPO

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OBSERVACIONES GENERALES SOBRE LAARQUEO LOGIA DEL RIO NAPO

ALDO BOLANOS-BALDASSARI*

Introducción

Durante los meses de febrero y marzo de 1987, el autor participó, desig-nado por e! gobierno peruano, en la "Expedición en Canoa del Amazo-nas al Caribe"! . Dicha expedición internacional, primera de carácterexclusivamente latinoamericano, marca un hito importante en la bús-queda de los elementos científicos necesarios en la tarea de integrarnuestros pueblos, pues es necesario precisar previamente, a manera de in-troducción breve, e! papel que debe jugar la Arqueología en esta tareaintegrad ora.

La Arqueología, para que sea ciencia, debe contribuir a la transfor-mación positiva de la sociedad y de la tierra, generando en última ins-tancia, nuevas alternativas para nuestro desarrollo; debe permitirnosfundamentalmente recuperar las evidencias de los pueblos pasados deAmérica. precolombina para explicarle históricamente y reflexionarsobre e! presente. En esto radica su carácter transformador, en la posibi-lidad de aplicar las lecciones que ella nos deja.

En esta perspectiva, durante el trayecto de la Expedición, desde suinicio en Misahuallí (560 metros sobre el nivel de! mar) en el Alto ríoNapo ecuatoriano, hasta el pueblo de Benjamín Constant a los iniciosdel Amazonas brasileño, se conformó un equipo de investigación social(arqueología, geografía, etnología, economía y política) con especialis--tas de Colombia, Cuba, Ecuador y Perú! , con la clara visión de ser ne-cesidad, no sólo rescatar la historia sino de participar de ella creadora-mente, haciéndola parte presente de la conciencia de los pueblos queactualmente habitan en la región.

* Instituto de Estudios Arqueológicos Andinos. Malecón Paz os 232A.Barranco, Lima, Perú.

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De esta manera nuestro trabajo no debía girar sólo en función dela recolección de información científica y toma de observaciones, lo cual,es ineludible, sino más bien en la elaboración de síntesis adecuadas quecontribuyeran a la conservación y entendimiento de la historia regionaly al desarrollo local. Esta forma de entender el trabajo permitió a los in-vestigadores, tanto sociales como a los de las otras ramas (botánica, zoo-logía, geografía física) enriquecer sus observaciones mediante la comu-nicación constante con la gente, estableciendo conversaciones individua-les, reuniones con comunidades o en seminarios y congresos como el deIquitos (Perú) y Leticia (Colombia).

Debido a las características de la Expedición, las observaciones nopodían ser intensivas, sino fueron en todo caso extensivas por nuestracorta estancia en cada lugar de parada. Sin embargo, esto nos permitióver a la región en su conjunto, como unidad, que en el caso de la inves-tigación arqueológica se hace evidente al estudiar los procesos históricosde la región.

Uno de los temas fundamentales que la expedición trató de demos-trar es que desde tempranas épocas prehispánicas los pobladores del con-tinente tuvieron importantes contactos con los del Mar Caribe, y queestos habrían sido posibles siguiendo las rutas naturales de las cuencasdel río Amazonas, río Negro y río Orinoco, entre los más navegableshasta desembocar en el Océano Atlántico navegando con dirección delCaribe.

Hoy cuando nos encontramos próximos a conmemorar los 500años desde la llegada de Colón a nuestras tierras, se discute sobre si hu-bo "descubrimiento" o si fue más bien un "encuentro de dos mundos".El hecho de demostrar tales relaciones caribeño-americanas por mediode la expedición, además de otras evidencias de tipo arqueológico, lin-güístico y etnográficas ya existentes, nos dice que América estaba sien-do "descubierta" ya por los propios americanos, aún mucho tiempo an-tes de la llegada de COLON.

De esta manera los habitantes precolombinos del Caribe, AméricaCentral y América del Sur, no formaban sociedades aisladas unas deotras sino que desde los orígenes de sus procesos históricos (poblamien-to, descubrimiento de la agricultura, de la cerámica y la metalurgia, de-sarrollo de la arquitectura y el urbanismo, el comercio, la organizaciónsocial y clases sociales, formación del estado, religión, etc.) las tres regio-nes se han caracterizado por una tendencia a la unidad de tales procesos,por metas comunes expresadas en la racionalidad de las relaciones delhombre con su medio ambiente, sin perder cada uno su especificidad.

Por esta razón, no debe sorprendemos el hecho de que el nuevohombre latinoamericano, conserve en su esencia ese elemento de busque-

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da de identidad, más aún si consideramos que la conquista europea seprodujo justamente en estas tres regiones y que en vez de romper estatendencia unitaria, la reforzó en el movimiento de resistencia y poste-rior independencia.

Latinoamérica debe seguir buscando esa unidad nunca perdida, si-no en proceso de construcción, pero en función a sus propias necesida-des y formas políticas, económicas y sociales modernas. Este es el retode los arqueólogos latinoamericanos de hoy, hacer de la Arqueología unfactor en el desarrollo y progreso de Latinoamérica.

Generalidades

Este trabaj o es producto de las observaciones de las evidencias ar-queológicas que existen en el río Napo, realizadas por el autor comomiembro de la Expedición Científica Latinoamericana "En canoa delAmazonas al Caribe, 1987".

La expedición se inició en el poblado de Misahuallí (selva orientalecuatoriana) a 560 metros sobre el nivel del mar, y concluyó en la con-fluencia del río Napo con el río Amazonas, en el oriente peruano.

Si bien es cierto que a simple vista es posible percibir la unidad cul-tural del poblador rural amazónico actual, esta unidad, así como su di-versidad, es necesario conocerla en su dinámica histórica. Arqueológica-mente debemos empezar por definir los indicadores materiales que nospermitan establecer los grupos culturales pre-hispánicos, sus territoriosy relaciones; y sus procesos históricos. Aquí presentaremos algunos deestos indicadores registrados por nosotros.

La Arqueología del Napo ha sido poco estudiada y sólo de manerageneral. Una de las primeras informaciones es la que da MAx UHLEsobreurnas antropomorfas (EvANs y NEcc_ERs 1968: 94,114), alas que lue-go J.C. TELLOtambién se refiere (TELLO 1968: 38). Anteriormente, J.GUILLIN (EVANS y MECCERS 1968: 36) había informado sobre otrasurnas del mismo tipo y procedentes de la misma zona, en la desemboca-dura del río Aguarico en el río Napo.

J.C. TELLO en 1946 pensaba que en la Amazonia debían encontrar-se los antecedentes de la Cultura Chavín (800-200 a.n.e.) "Cultura Ma-triz de la Civilización Andina" como él la llamaba. Pensaba, inclusive,que sus restos se encontraban dispersos hasta la Isla Marajó, en la de-sembocadura del rÍ o Amazonas en el Océano Atlántico.".

En épocas más modernas, el río Napo ecuatoriano ha sido estudia-do por los norteamericanos CLIFFORDEVANs y BETTYMECCERS,quie-nes realizaron excavaciones arqueológicas en varios lugares obteniendo

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muestras para fechados Radiocarbónicos. También por los padres PEDRO1. PORRAS(1961), quien recorrió la cabecera del río hasta Misahuallí yJUAN SANTOS ORTIZ DE VILLALBA(1981) quien ha recorrido las ribe-ras del Napo y sus afluentes en el vecino Ecuador.

El río Napa peruano no cuenta con ningún tipo de investigaciónarqueológica previa, aunque aquí incluimos las referencias sobre mate-riales observados procedentes de varios sitios en nuestro ter ri torjo,

Por otro lado, LUMBRERASen 1981, propuso que la América Andi-na se podía dividir en seis áreas culturales que comprenderían Costa ySierra, y que a éstas se debí a sumar otra más que aún esta en proceso dedefinición: en el área oriental andina, que incluiría " ... la banda orientalandina y su extensión selvática" (1981). La región amazónica junto conlas otras dos regiones, debió formar un eje constante de desarrollo en elproceso histórico social de las culturas de esta parte del continente, sinhaber perdido su propia unidad.".

Nuestras observaciones, aunque preliminares, parecen confirmar lapropuesta de LUMBRERAS.En primer lugar, las migraciones de campesinosde los Andes hacia la selva alta y baja en busca de nuevas tierras, es unfenómeno constante, en tiempos modernos, también lo fue durante lasépocas pre-hispánicas tardías, en la forma de "control vertical" (MURRA1975) por éxodos masivos de población, o por pérdida de batallas ytierras.

Actualmente, el grupo cultural con mayor cantidad de poblaciónen las riberas del Napa es sin duda el que se reconoce como Quichua.En su lengua conservan palabras del quechua andino y otras posiblemen-te derivadas de él. En el Napo se encuentran tam bién otros grupos cul-turales procedentes de diversas partes de la Amazonia, principalmentecolombiana, como los Huitotos, Se coy as y Boras, traídos por la fuerzadurante la primera mitad del presente siglo, para la explotación del cau-cho y el trabajo en las haciendas.

Es debido a esta variedad de grupos culturales, que hoy compartenmuchos rasgos etnográficos, que no se puede encontrar una correspon-dencia necesaria entre éstos y la evidencia arqueológica. Esta dificultadpara precisar los grupos culturales, sus territorios y su continuidad his-tórica, se ve acentuada por las negativas condiciones para la conserva-ción de las evidencias arqueológicas de origen orgánico, sobreviviendotan sólo restos como la cerámica y los instrumentos líticos y con suerte,huellas de arquitectura. Sin embargo, se pueden establecer algunas pre-cisio r es sobre los límites de la "extensión selvática" del área OrientalAndina.

Los límites del Area y las relaciones entre la región andina y la sel-vática pueden haber sido diferentes en cada período arqueológico. Al

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parecer, el área en su conjunto se manifiesta como un área de tránsitode Este a Oeste y de Oeste a Este, que comparte su desarrolIo con am-bas regiones, siendo por esto difrcil su definición.

Para las épocas tardías las fuentes et nohistóricas nos dan algunaidea sobre la dinámica de este proceso. Cuando en 1542 FRANCISCO DEORELLANA, descubridor del río Amazonas, y luego URZUA y AGUIRRE.19 años más tarde, transitaron por el río Nap o, lo describieron comodeshabitado. Sin embargo, ellos mencionan para el Alto Amazonas a gran-des y organizados grupos Omaguas que se caracterizaban por el cultivointensivo de la yuca por medio de la agricultura de "roza y quema", lacaza y la pesca como actividades económicas fundamentales (PORRO1981) además de las constantes relaciones a larga distancia que por ra-zones de intercambio mantenían con otros pueblos (L.<\THRAP 1981).

Igualmente, en el río Ucayah , anuente peruano del Amazonas,FRANCISCO D~: REQUENA, en 1793, encontró grupos que aún conserva-ban ese grado de desarrollo, inclusive en el cul tivo de la yuca y prepara-ción de la "fariña" (harina de yuca) en cantidad suficiente como paraproducir un excedente intercambiable.

En la boca del Amazonas, por medio de la información etnográficay arqueológica, se puede apreciar sociedades tardías con las mismas ca-racterísticas que en la Isla Marajó, en el Brasil. Además, en el oriente an-dino se han ubicado una serie de asentamientos de carácter urbano queindican, para los últimos siglos antes de la conquista europea, un desa-rrollo lo suficientemente espectacular como para pensar en sociedadesbastante especializadas, de notable avance en sus fuerzas productivas yde organización social compleja (LUMBRERAS, ibídem).

Tales sitios son los asentamientos Taironas de la Sierra Nevada deSan ta Marta en Colom bia, los sitios de la fase Pastaza en el río del mis-mo nombre en Ecuador, además de los Quzjos, j ibaros y [umbos referi-dos en las fuentes Etnohistóricas: en el nor-oriente peruano en los sitiosde Pajatén, Kuelap y muchos otros sitios en la cuenca de los ríos Utcu-bamba e Imaza, en los departamentos de Amazonas y San Martín. Esnecesario, además, nombrar la fase Cotococha de NEGGERSy EVANs conuna fecha aproximada de 1450 a 1500 d.n.e. a cuyas evidencias hacetambién referencia ORTIZ DE VILLALBA (l981: 59) y que no parecencorresponder con las observaciones de ORELLANA, URZUA y AGUIRREen el siglo XVI (BONAVIA 1968; EVANs y MEGGERS 1968, 1981;KAuFF

MAN 1986; LUMBRERAS 1981 a, b, ORTIZ DE VILLALBA 1981; Po-RRAS 1961;PORROA.1981; REQUENA 1793; SALOMON 1980; ZUBIA-TE 1984).

Con toda esta evidencia de un fuerte desarrollo social de los gruposde la Amazonia, así como de su unidad cultural, es necesario resolver elinterrogante de si realmente el río Napo se hallaba deshabitado, en qué

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grado lo estuvo y cuáles fueron las causas de este proceso de abandono,a pesar de haber abundantes evidencias arqueológicas de una densa, ytambién desarrollada ocupación anterior, tanto en las riberas del Napacomo en el resto de la Amazonia.

Hacia el primer milenio después de nuestra era, se desarrolló un es-tilo cerámica conocido como "Horizonte Polícromo" (EvA:--1sy MEc·GÉRS 1968), que se encuentra fuertemente distribuido en las riberas detodo el Amazonas y en los ríos J apurá y Napa. En este último, se le haidentificado como "Fase Napa", fechada entre 1188·1-J.80 d.n.e. (EvANsy MECCERS1968; ORTIZDEVILLALBA1981).

La cerámica Napa se caracteriza principalmente por el uso de for-mas abiertas con decoración impresa, incisa y excisa, pintada (blanco, ro-jo, negro) y modelada. Entre las formas identificadas se encuentran cue-llos de tinajas relacionados a la elaboración y almacenaje de la chicha deyuca o masato; vasijas abiertas y cerradas, decoradas o sin decorar, rela-cionadas a la preparación y consumo de alimentos; se encuentran tam-bién las típicas urnas funerarias antropomorfas relacionadas con los ri-tos de enterramientos y como vasijas decorativas.

Los sitios donde recogimos la cerámica Napo fueron; en el Ecua-dor, Pañacocha, Limoncocha, Santa Teresita y . uevo Rocafuerte, ene! Perú: las localidades de Vencedoras y Tempestad cerca a la fronteraecuatoriana, Angotero Pamba y en la confluencia del rÍoTamborconelNapa. Los primeros sitios han sido parcialmente investigados por losnorteamericanos EVANsy MECGERSy por el Padre ORTIZ DE VILLALBA.Los sitios del Napa peruano no han sido investigados aún, y de ellos te-nemos referencias por la pequeña colección del padre, JUAN MARCOSMERCIERde la misión cristiana de Angotero Pamba. Cabe mencionar queno se encontró referencias ni evidencias de sitios arqueológicos desde elpoblado de Santa Clotilde hasta lquitos, lo que puede corresponder conlas descripciones de Ac IRREy URSUA.

Se postula, aunque aún como hipótesis preliminar para futuras in-vestigaciones, que este punto (Santa Cleotilde) podría haber marcadoun límite cultural y/o político entre las poblaciones del Napa y los Oma-guas de! Alto Amazonas (PORRO 1981).

Dada la fuerte dispersión del llamado "horizonte Polícromo" enla Arrrazonia, desde los SUU años anteriores a la conquista, es posiblepensar que las culturas del bosque húmedo tropical basaron la dinámicade su desarrollo en el avance de sus propias fuerzas productivas, másque en influencias venidas de otras áreas culturales de los Andes.

Este desarrollo permi tió es tablecer a los grupos relaciones recí-procas de intercambio con otras áreas culturales. Los sitios de la taseNapo del Ecuador parecen dar evidencias en es te sen tido.

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En Limoncocha el área arqueológica ocupa una extensión aproxi-mada de una y media a una hectárea, se encuentra removida por las ins-talaciones del ahora abandonado Instituto Lingüístico de Verano. Deba-jo de una casa desocupada hallamos un hoyo de 1.5 x 3 m y de 80 cmde profundidad, lleno de cerámica, además de encontrarse dispersa portoda el área. El sitio se encuentra en una zona llana con un ligero decli-ve hacia la laguna adyacente conocida con el mismo nombre, rica parapesca y para la caza del caimán negro. Las riberas del Napa se encuen-tran a una hora de camino a pie.

La importancia del sitio .se nota en la gran cantidad de fragmentoscerámicas acumulados en ese pozo. Tanto por la calidad de la manufac-tura como por la cantidad, se puede pensar en una producción alfareramás allá del nivel doméstico, de un alto grado de especialización en sufabricación que debió requerir de un excedente de producción su Iicien-te como para dedicarse a estas tareas.

El mismo fenómeno ocurre en luevo Rocafuerte, toda el área queocupa la actual población tiene restos de cerámica Napa en la superficiede los alrededores del poblado, (sector Los Mangos) de unos 500 habi-tantes, también sucede el mismo fenómeno, tanto en extensión 'del sitioarqueológico como en la densidad y cantidad de restos de cerámica.

En los sitios de Pañacocha, cerca a la desem bocadura del río Coca,y Santa Teresita frente a Nuevo Rocafuerte, se ubicaron restos de estacerámica arqueológica, aunque en una cantidad mucho menor y asocia-da a asentamientos rurales pequeños, de carácter familiar.

Cerámica pertenecient también a esta fase nos fue referida paralos sitios de Tempestad y Vencedores (Perú) como abundante. Esta dis-tribución de la evidencia puede estar indicando diferencias de jerarquÍ a,carácter e importancia entre los sitios pertenecientes a esta fase. Hayque indicar también que es posible encontrar una división cntre una ce-rámica doméstica y otra suntuaria, esta última finamente acabada, quedebió haber sido ti tilizada para fines ri tuales, adquiriendo quizás impor-tancia como un valor de cambio, aún no determinado en su forma.

El hecho de no encontrar a la cerámica de esta fase fuera del áreaamazónica, es importante también en el sentido de que puede indicarque en esa época los ejes de desarrollo del árca se encontraban al inte-rior de ésta y que los límites de la propuesta Area Oriental Andina de-bieron haberse encontrado más hacia el Oeste, en la Cordillera Orientaly en la ceja de montaña.

Sin embargo, esta unidad quc encontramos desde la fase apo enadelante, asociada a sitios muy ex tensos y complcj os, tiene anteceden-tes mucho más antiguos en sociedades que sí pudieron haber tenido un

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FIGURA 18. Angoteros Pamba (Nepo Peruano)

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FIGURA 19. Cerámica de Santiago de Angoteros (Napa Peruano).

eje de desarrollo distinto, en el que la relación Andes-Selva jugó un pa-pe! más vital en e! proceso de adaptación de! hombre al bosque húmedo.

La más antigua fase de ocupación conocida para el río N apo es lallamada "Yasun í " con una fecha de 50 a.n.e. (EVANSy MEGGERS1968),esta ha sido encontrada en un sitio cerca a la confluencia del río Yasunícon e! río N apo.

Dicha fase se relacionaría con la rase Cosanga encontrada por Po-RRAS en el alto Pastaza y podría retroceder hasta unos 1000 a.n.e.(L MBRERAS 1981). Hemos recogido YasunÍ en el interior del destaca-mento militar de Misahuallí en el curso alto de! apo. A su vez, la faseCosanga se encuen tra relacionada a la encontrada en el sitio de Cotoco-lIao, en los alrededores de la ciudad de Quito, con una antigüedad posi-ble de 1500 a 500 a.n.e. y situada dentro del período formativo de losJ\ ndes Sep ten trionales. Por su morfología la cerámica Cotoeollao mues-tra además relaciones y también diferencias, con la cerámica Machalillay Chorrera de la misma época, en la costa ecuatoriana.

Un hecho importante fue el registro de dos fragmentos pertene-cientes a dos botellas con doble pico y asa puente, en pasta gris, muy si-m ilar a las [orrn as regis tradas por ROSA FUNG y luego R. RA VI ES en elrío Corrientes, en el Perú. Estos fragmentos pueden estar formalmenteemparentados con la cerámica formativa de Cotocollao (Gaceta Arqueo-

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lógica, noviembre 1982). La cerámica en referencia fue registrada en lalocalidad de Angotero Pam ba, cerca a la desembocadura del n'o Cura-ray y era parte de la colección de piezas arqueológicas del Padre J VANMARCOS MERCIER, encargado de la misión cristiana de la localidad.

Igualmente, por la presencia del asa puente y el doble pico, Yasu-ní podría estar relacionada a la cerámica Waira-Jirca de la sierra orien-tal peruana donde aparece esta forma (1800 a.n.e.). De todas maneraslo importante de este hallazgo es que indica un tránsito de elementosculturales entre la región andina, principalmente septentrional, con laregión selvática, extendiéndose hasta la altura del curso medio del Napoen el Perú, durante el período formativo.

El presente artículo ha sido elaborado con base en observacionesde parte de los materiales arqueológicos recuperados, y su objetivo espresentarlo a los investigadores, quedando pendiente su debida sistema-tización y descripción" . Los planteamientos aquí vertidos son hipótesispreliminares elaboradas como guía para futuras investigaciones que de-ben ser dirigidas a conocer la mecánica interna de los procesos cul tura-les descritos de manera aún insuficiente para épocas prehispánicas.

NOTAS

l. La ruta a seguir por la expedición fue la siguiente: por el r ro Xapo al río .\ma-zonas, luego por este r ío hasta el curso medio donde desemboca el río :\egro,por este último aguas arriba hasta su cabecera, para luego atravesar el paso delCasiquiare hasta las cabeceras del Orinoco y por ellas seguir hasta su desembo-dura en el Caribe. La meta final se programó en la Isla San Salvador de Guarra-ni, donde llegó COLON en 1492.

Los investigadores peruanos participamos sólo de la etapa comprendida entreel pueblo de Misahuallí (Napa ecuatoriano) hasta el límite Perú-Brasil en elAmazonas.

2. Chavín representa el surgrrrue nto de los estados primarios de Sudam ér ica(LUMBRERAS 1987 ms). La importancia de los trabajos de n:LLO(op. cit.)ade·más de ser el descubridor de esta cultura, radica en que se le asigna un carácterunitario a la cul tura de la "Floresta Tropical" a partir de la difusión de los ras-gos del arte Chavín y en plantear el origen autóctono de las culturas an din as,dentro de los marcos de discusión teórica de su época, en contra de las teoríasdifunsionistas de la primera mitad de este siglo.

3. LUMBRERAS (op. cit.) considera que la relación Costa-Sierra-Selva es un lact oreconómico a lo largo de la pre-historia americana y que es a partir de esas rela-ciones, en la que lo principal es la relación hombre medioambiente, que se ge-neran en épocas prehispánicas desarrollos particulares definidos geográfica yeconómicamente articulados, que se presentan como unidades a través deltiempo. A estas unidades se les conoce con el nombre de ".\reas Culturales".Las áreas reconocidas en los Andes son las siguientes:

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El extremo norte o Circurn Caribe, los Andes Septentrionales que incluyen elsur de Colombia y Ecuador y el norte del Perú; los Andes Centrales corres-ponden al Perú actual; los Andes Centro Sur se encuentran en el sur peruano,Bolivia y el norte chileno, el Extremo Sur en el sur chileno y oeste argentino.

4. La información que presentamos fue recogida a lo largo del trayecto a travésde conversaciones con los pobladores nativos y por un cuestionario desarrolla-do en varios días de entrevistas con CARLOSPADILLAyJUAN CAHUASARIOS,pobladores de las localidades de Cabo Pantoja y Vencedores, en el Napo perua-no cerca a la frontera con Ecuador.

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