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PROYECTO DE REHABILITACIÓN INTEGRAL PARA EL POBLADO DE YAPEYÚ Y LA REGIÓN DE ASENTAMIENTOS DE LAS MISIONES JESUÍTICAS EN LA PROVINCIA DE CORRIENTES PROSPECCIÓN ARQUEOLÓGICA – INFORME PRIMERA ETAPA 1 Carmen Curbelo – María del Carmen Núñez Camelino 15 de noviembre – 15 de diciembre de 2005
1. INTRODUCCIÓN
En el año 2004, la provincia inició acciones tendientes a cumplir con las
disposiciones establecidas en la ley nacional 25.743 de protección del
patrimonio arqueológico y paleontológico. Entre las acciones programadas se
solicitó asistencia técnica al Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento
Latinoamericano (INAPL) para realizar un diagnóstico del estado de los sitios
arqueológicos jesuíticos de la provincia. El Lic. Rafael Goñi fue el encargado de
realizar la evaluación que tuvo lugar entre los días 22 y 26 de noviembre de
ese año. En su informe final, Goñi manifestó que los actuales pueblos estarían
asentados sobre los antiguos pueblos jesuíticos, es decir sobre sitios
arqueológicos y destacó la urgencia del problema de conservación y
preservación del patrimonio en cada uno de ellos. Además, insistió en la
necesidad de elaborar un “Plan de Manejo de los Recursos Culturales” bajo el
principio básico de que esos bienes constituyen “recursos no renovables” por lo
que cualquier pérdida representa un daño irreparable. Este plan debería
constar de algunos pasos iniciales entre los que se cuentan el registro de los
bienes y la investigación científica que generara información histórica y
arqueológica (Goñi, 2004).
En ese mismo año, la Subsecretaría de Cultura de la Provincia de
Corrientes es invitada a participar de las reuniones por el Corredor
1 Este informe está archivado en el Instituto de Cultura de Corrientes, Pcia. De Corrientes, Argentina.
Los resultados parciales están publicados en: Curbelo, C. y M. C. Núñez Camelino, 2008. Yapeyú: Pueblo misionero y correntino. Primera etapa de prospección y diagnóstico. En: Carrara, Ma. Teresa (Comp.) Cambio Cultural en Arqueología Histórica, Actas del Tercer Congreso Nacional de Arqueología Histórica. Pp. 414-425. Escuela de Antropología, Facultad de Humanidades y Artes, Universidad Nacional de Rosario. Rosario. Núñez Camelino, M. y C. Curbelo, 2008. Análisis de la historiografía que trata sobre los procesos de formación de sitio en Yapeyú. En Folia Histórica del Nordeste, 17:199-218. Instituto de Investigaciones Geo Históricas, CONICET – Universidad Nacional del Nordeste. Chaco.
2
Internacional de las Misiones Jesuíticas, una iniciativa de universidades
argentinas (UNAM y UNNE), brasileras (URI- Santo Angelo; Uniamérica y
Unioeste de Foz de Iguazú) y paraguayas (Universidad Católica Nuestra
Señora de la Asunción). El objetivo general de estos encuentros era el de
elaborar un plan estratégico para el desarrollo local y sustentable de los
pueblos de las Misiones Jesuíticas. Estas reuniones permitieron observar el
hecho de la falta de incorporación de los pueblos jesuíticos correntinos al
conjunto de las misiones jesuíticas que integran el circuito y la falta de apoyo a
nivel nacional para las acciones de protección y conservación de los primeros.
La particular situación de los pueblos jesuíticos llevó a que la Dirección
de Bellas Artes y Patrimonio Cultural de la Subsecretaría de Cultura elaborara
un programa de acción específico para los pueblos jesuíticos correntinos. El
objetivo general del mismo es el de reconocer, valorar y proteger el patrimonio
jesuítico de la provincia de Corrientes, a través de acciones que tiendan a la
sensibilización y concientización de las diferentes comunidades, a la
capacitación de los actores sociales en la valoración y difusión de su propia
historia, a la investigación, difusión y protección del pasado de estos poblados
y mejorar, de esta manera, la incorporación de los pueblos al Corredor del
Circuito Internacional de las Misiones Jesuíticas.
Por otra parte, debido a la particular circunstancia de haber sido el lugar
de nacimiento del general San Martín, Yapeyú ha despertado el interés
protector tanto de instituciones nacionales como provinciales, desde principios
del siglo XX. El primer antecedente legal que se conoce para el pueblo de
Yapeyú es la Ley Nacional Nº 9655, del 13 de julio de 1915, que autoriza la
adquisición del terreno en el que estuvo localizada la casa natal del Gral. San
Martín.
El 4 de febrero de 1942, el Decreto Nacional Nº 112.665, entre otras
disposiciones, se declara como lugar histórico el señalamiento de las antiguas
misiones de Corrientes: Yapeyú, Santo Tomé, La Cruz y San Carlos.
El pueblo de Yapeyú fue especialmente protegido mediante el Decreto
Nacional Nº 24.455 del 6 de octubre de 1945, que lo declaró lugar histórico. Por
su parte, el Gobierno de la Provincia de Corrientes, en el Acuerdo Nº 277 del 3
de abril de 1929, declaró Monumento Histórico a las ruinas de la casa natal del
Gral. San Martín en Yapeyú.
3
En los últimos años, la provincia de Corrientes ha promulgado nuevas
leyes relacionadas con este pueblo jesuítico: la Ley Provincial Nº 5254 del 13
de febrero de 1998, que declara de interés provincial el traslado de los restos
de los padres del Gral. San Martín a la localidad de Yapeyú y la Ley Provincial
Nº 5435 del 19 de junio de 2002 que declara de interés provincial al Cuartel de
Granaderos a Caballo “Gral. San Martín” y al Museo Sanmartiniano de la
localidad de Yapeyú.
Es importante destacar que ninguna de estas leyes ha contribuido a la
preservación del patrimonio del pueblo pues, hasta el momento, no se ha
materializado un fondo económico que permita llevar adelante acciones en ese
sentido.
En el año 2005, la senadora nacional Anahí Sánchez, eleva un proyecto
de ley nacional, por el cual se declararía de interés nacional la reivindicación
del Pueblo de Yapeyú además de la emergencia nacional de la preservación
histórica, cultural y patrimonial del mismo. Al mismo tiempo, se establecería un
fondo especial para llevar a cabo las obras de infraestructura básica
necesarias.
A partir de este proyecto, y por iniciativa de la senadora Sánchez, se
convoca a una reunión en Yapeyú con la idea de discutir el proyecto de ley. De
esta reunión participaron expertos y representantes del gobierno provincial, de
la UNNE y de organismos nacionales. Como consecuencia del encuentro, se
conformó un equipo de trabajo integrado por los funcionarios y los
profesionales que asistieron al mismo.
En una reunión posterior ese equipo de trabajo se dividió en comisiones
temáticas, cuya tarea sería la de realizar un diagnóstico y proponer un
cronograma de trabajos que finalmente deberían desembocar en un “Proyecto
de rehabilitación integral para el poblado de Yapeyú y la región de
asentamientos de las Misiones Jesuíticas en la Provincia de Corrientes”.
Los integrantes de la Comisión de Arqueología integrada por la Lic.
Carmen Curbelo y la Prof. María Núñez Camelino presentaron un proyecto de
investigación para realizar un primer relevamiento arqueológico en la localidad.
El mismo fue realizado entre los días 22 de noviembre y 02 de diciembre de
2005. Sus resultados se presentan en este informe.
4
2. UBICACIÓN Y CARACTERISTICAS DEL SITIO
El pueblo Yapeyú se ubica a los S29 28 19.1 W56 48 55.3. sobre la margen
derecha del Río Uruguay y al Norte del Ao. Guaviravy (antiguamente Yapeyú),
afluente del Uruguay, en territorio del Departamento de San Martín, Provincia
de Corrientes, República Argentina. Se encuentra distante 624 Km. de la
desembocadura del Río de La Plata por vía fluvial y 440 de la ciudad de
Corrientes por tierra. Es una Comuna de 3ª. Categoría cuya población
asciende, según datos provisorios del Censo 2001, a 2.114 habitantes (ver fig.
1, 2 y 3).
Fundado en 1627 como pueblo misionero jesuítico con el nombre de
Nuestra Señora de los Santos Reyes de Yapeyú, fue incendiado y saqueado en
1817 por fuerzas portuguesas, y permaneció inactivo como núcleo poblado
hasta 1862 en que fue repoblado con familias de colonos franceses,
continuando hasta la actualidad.
A lo largo de su historia dependieron de su administración territorios que
actualmente pertenecen a Argentina, Brasil y Uruguay (ver fig. 4). Fue
importante centro densamente poblado, con producción ganadera extensiva,
tejido de algodón, fábrica de instrumentos musicales, escuela de música
durante el período jesuítico y hasta fines del siglo XVIII, perdiendo todas sus
posesiones a lo largo de la primera década del siglo XIX. Su repoblamiento por
los colonos franceses apareja actividades hortícolas y ganaderas intensivas,
destacándose a lo largo del siglo XX la producción de arroz. Se mantuvo
aislado de las vías de comunicación hasta la construcción de la Ruta Nacional
14, que pasa a unos 10 km. de él.
2.1. PAISAJE NATURAL
2.1.1. CLIMA2
El clima subtropical sin estación seca es el que predomina en la
provincia, caracterizándose por tener una temperatura media anual entre 16º C
y 21º C; valores elevados de humedad relativa; lluvias ciclónicas o frontales
2 Tomado de http://www.lahueya.com.ar/index/argentina/corrientes/clima.htm Consultado: 6.12.2005
5
que precipitan en el año entre 1.000 y 1.500 mm; y períodos de pocos días de
heladas que se producen como consecuencia del ingreso de aire frío de origen
antártico.
La disminución progresiva de la temperatura de Norte a Sur y de las
lluvias en el mismo sentido y de Este a Oeste, son particularidades del clima
que se manifiesta a lo largo y ancho del territorio correntino, observándose que
en Goya por ejemplo, caen solamente más de 40 mm. en el mes de julio, sin
llegar a configurarse una estación verdaderamente seca.
Hacia el Sur hallamos una franja de transición climática (hacia clima templado)
donde las precipitaciones son estivales y las temperaturas medias inferiores.
2.1.2. FLORA3
La Provincia de Corrientes presenta una variedad fitogeográfica,
producto del contacto de distintas formaciones vegetales: praderas y sabanas
con hierbas, solas o integrando otras formaciones, especies hidrófilas en las
áreas pantanosas, selvas en galería en las riberas de los ríos y grupos aislados
de bosques en medio de pastizales.
El territorio correntino se extiende en la formación fitogeográfica
conocida como Parque Mesopotámico, donde las condiciones climáticas
determinan el predominio del árbol en el Norte y de las hierbas en el Sur. Por el
aporte florístico de los dos grandes ríos se encuentran especies de la Selva
Misionera y del Parque Chaqueño.
También hay isletas o grupos de árboles propios del monte entrerriano.
La selva misionera se prolonga a lo largo de los cursos, que cuando son
angostos posibilitan que las copas de los árboles se unan en lo alto, quedando
en la penumbra; es la llamada Selva en Galería, se encuentra formando
manchones o isletas, en cuyo suelo coexisten hangar, musgos, helechos,
lianas, enredaderas y epífitas, estas últimas son muy abundantes,
destacándose la presencia de numerosos cactus, helechos, claveles del aires,
además de lianas y enredaderas.
3 Tomado de http://www.lahueya.com.ar/index/argentina/corrientes/fauflo.htm Consultado: 6.12.2005
6
En el sotobosque hallaremos densos cañaverales de la robusta caña
tacuaruzú, que alcanza los 10 metros de altura, palmera pindó, lapacho,
ibapoy, higuerón, viraró, ambay que vegeta en la orillas de las isleta cerca de
los cuerpos de agua. Espina corona, sauce criollo, higuerón, quebrachillo,
ombú, timbó, laurel, sarandí blanco, aliso del río, lapachillo, molle, guayaibí,
aguay-morotí y muchas otras especies conforman este ambiente.
En el estrato herbáceo hallaremos a la ortiga brava, de anchas y
urticantes hojas.
El Chaco Oriental está representado por bosques secos
entremezclados con palmares y sabanas. Los primeros están compuestos por
los quebrachos blanco y colorado chaqueño, ñapindá, chañar, algarrobo
blanco, ñandubay, guaraniná, entre otros árboles.
En los grandes ríos, la vegetación dominante es la acuática y palustre,
con sus raíces sumergidas fijas o flotantes, que se mueven a la velocidad de la
corriente, impidiendo a veces la normal navegación. Algunas especies son:
juncos, espadañas, camalotes de hermosas flores azules (cuyos tallos y
pecíolos foliares poseen abundante tejidos esponjosos para sustentarse en el
agua), repollitos, lentejas, helechitos de agua, irupé o maíz de agua, quizás el
vegetal más llamativo, por sus enormes hojas en forma de plato que alcanza el
metro y medio de diámetro, cubiertas de espinas en su cara inferior como
defensa contra los herbívoros y su fruto es utilizado como alimento.
Sobre sus hojas es frecuente ver caminando algunas aves acuáticas en busca
de alimento.
En los bordes de las lagunas, en tierra firme o zonas poco profundas, la
vegetación está formada por altas plantas acuáticas como: pirí, paja brava,
totora, pehuajó, de grandes hojas y flores blancas en racimos. El denso
agrupamiento y la acumulación de vegetación acuática origina la formación de
los llamados "embalsados". Se trata de islas flotantes sobre la cuales se va
depositando tierra, se compactan las raíces y pueden presentar vegetación
arbustiva e inclusive arbórea como: sangre de drago, ceibo, etc.
Los palmares de yatay con pastizales y los bosques bajos y espinosos
de ñandubay y espinillo, representan al Espinal. Estos ambientes se ubican en
las lomadas arenosas y sectores no inundables.
7
Es en los esteros y lagunas donde la abundancia de nutrientes, unida al
calor y la humedad permiten que el desarrollo de los vegetales alcance una
magnitud asombrosa constituyendo uno de los ecosistemas más productivos
del mundo, y por lo tanto un inagotable recurso alimenticio para la fauna.
2.2. CARACTERIZACION GEOLOGICA Y GEOMORFOLOGÍCA4
AMBITO REGIONAL
2.2.1. Geomorfología
El ámbito geomorfológico general es el de llanuras suavemente
onduladas con pendiente regional NE-SW, con cotas aprox. entre 70m y 35m.
Las excepciones a este cuadro las constituyen el extremo NE, con lomadas
más desarrolladas y cotas de hasta 120m, y los afloramientos basáltico-
areniscosos de la meseta centro-sur, con cotas de 95-100m; llegando hasta los
200m en el pequeño cordón relictual de Tres Cerros, al Oeste de la localidad
de La Cruz.
2.2.2. Geología
Como subdivisión de la Mesopotamia Argentina, el actual territorio de
Corrientes está regionalmente incluido en la gran Cuenca Chaco-Paranaense,
que incorpora además a las provincias de Misiones, Chaco, Entre Ríos, Santa
Fe, casi toda la superficie de Formosa, gran parte de Santiago del Estero,
Córdoba y Buenos Aires y sectores de Salta, Tucumán, La Pampa, San Luis, e
incluyendo un pequeño sector en el Oriente de La Rioja.
Siguiendo el análisis de C. Fernández Garrasino (Y.P.F.), la extensión
areal de esta Cuenca en el Continente Sudamericano es enorme, ocupando
más del 30% de su superficie continental, según datos de diversas
investigaciones. Sus Unidades aflorantes más antiguas en nuestro país son:
Basamento Cristalino: Secuencias de Ventana, Tandilia e Isla de Martín García.
4 Toda la información fue seleccionada y extractada en forma textual de: PROVINCIA DE
CORRIENTES- CONDICIONES GEOTECNICAS, Minería de la República Argentina. Consultado:
6.11.05 http://mineria.gov.ar/ambiente/estudios/IRN/corrientes/corrientes-cond-geo.asp#m7
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Paleozoico Inferior: Areniscas cuarcíticas del extremo austral de la
Sierra de Comechingones (Córdoba).
Jurásico Superior-Cretácico Inferior: Formación Serra Geral/Formación
Solari, intercaladas (Mesopotamia).
2.2.3. CARACTERÍSTICAS DEL ÁREA DONDE SE EMPLAZA YAPEYÚ
Geomorfología
Desde el punto de vista geomorfológico, Yapeyú se encuentra
emplazado sobre una terraza del río Uruguay, con una cota media de 60 msnm
El suelo está conformado fundamentalmente por arcillas rojizas, con presencia
escasa de afloramientos de areniscas de color rojizo y basalto y
concentraciones de rodados de calcedonia, ópalo y arenisca.
En el sector S-SE de Corrientes el rasgo más saliente es la presencia de
superficies de erosión de antiguos pediplanos y pedimentos que le otorgan al
paisaje el aspecto de suaves colinas escalonadas. Las redes de drenajes son
dendríticas a dendrítico-angulares, formando cuencas convergentes bien
desarrolladas, a radioanulares en el extremo sur, con diámetros de varias
decenas de kilómetros. Por la escasez en el desarrollo de suelos predominan
las llanuras y lomadas de praderas, pero también se presentan reducidas áreas
con bosques bajos abiertos y bosques de galería.
Planicie de Erosión Oriental: Es una Estructura, continuidad de la de
Misiones, llegando hasta Entre Ríos. Distingue 3 sectores (ver fig. 7): 3.1 - 3.2 -
3.3 - Los sectores 3.1 y 3.3 son superficies de erosión de antiguos pedimentos
y pediplanos, con paisaje actual de colinas suaves, escalonadas. El río
Aguapey, límite entre los sectores 3.1 y 3.2, es parte actual del primer antiguo
Paleocauce del Río Paraná en territorio correntino.
El sector 3.2 está dominado por una extensa estructura subcircular
cupuliforme, y otras menores hacia el SW, muy erosionadas, y que se
corresponderían con las existentes en Misiones. El resto de su actual relieve se
halla cubierto por sedimentos cuaternarios, en parte con deficiente drenaje.
A Yapeyú le corresponde el Sector 3.2.
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2.2.4. SUELOS
Región Oriental
En la región Oriental se encuentran los suelos más desarrollados, en
especial en el sector noreste, donde la intemperización del basalto exhibe su
máxima expresión con la formación de suelos altamente evolucionados
(Ultisoles). En su parte meridional se observan suelos con distintos grados de
desarrollo, desde incipientes sobre afloramiento rocoso, hasta aquellos con
horizontes A1-A2-B2-C (Inceptisoles, Molisoles, Alfisoles). En el extremo
sureste con relieve relativamente escarpado a partir de material calcáreo han
evolucionado suelos con horizontes genéticos bien diferenciados en los que se
evidencia una marcada lixiviación, dando lugar a la formación de un horizonte
iluvial (B-textural); en estas situaciones el relieve juega un papel preponderante
(Vertisoles, Molisoles). No obstante, en el valle aluvial del río Corriente y otros
ambientes similares, existen suelos formados por capas de sedimentos de
granulometría variada, sin llegar a constituir horizontes genéticos (Entisoles–
Inceptisoles).
Constituye básicamente una gran planicie de erosión elaborada sobre
un firme basamento de rocas eruptivas básicas y areniscas cuarzosas, en parte
intercaladas con basaltos, ambas de edad Jurásico superior.
Familia Paso de los Libres (Capurro et al., 1985), (Diversos Ordenes)
En el margen del río Uruguay se forman una serie de terrazas
compuestas por diversos tipos de suelos, desde poco desarrollados, sobre
cantos rodados (Inceptisoles) y arenosos profundos (Entisoles), hasta bien
desarrollados (Ultisoles); aquellos oscuros del valle aluvial (Molisoles) y pardo–
amarillentos en las planicies (Alfisoles). Es otra de las familias intensamente
utilizadas en agricultura, citricultura, horticultura, forestación, inclusive el arroz
en los planos bajos.
2.2.5. GEOLOGIA AREA ITUZAINGO-SANTO TOME (C2)
Consideraciones Generales
10
Ambos departamentos, particularmente la totalidad del Sto. Tomé, y el
extremo E-NE del Ituzaingó se corresponden geológicamente con las Mesetas
basálticas del Sur de Misiones, constituyendo una misma unidad. Para
Corrientes, constituye la segunda de las denominadas regiones "altas".
Litología y Estratigrafía
De más antiguo a actual, se diferencian las siguientes unidades formacionales:
Grupo Solari-Serra Geral
Areniscas y Basaltos intercalados, del Jurásico Superior a Cretácico Inferior.
Espesor mínimo en el área, estimado: 600m.
Formación Solari: Si bien en esta área no presenta afloramientos en superficie,
se ha detectado en perforaciones para agua al SE de Santo Tomé y más al
Sur, en Alvear y La Cruz.
Areniscas cuarzosas, finas a medianas, redondeadas; rosadas a rojizas, algo
silicificadas. Matriz arcillosa, caolinítica.
Formación Serra Geral: Aflora en toda el área NE de la provincia, y sigue a lo
largo de la faja costera del Departamento de Santo Tomé sobre el río Uruguay,
hasta Mocoretá y aún más al sur en Entre Ríos. Hacia el occidente comienzan
a desaparecer a partir de una línea que uniría Rincón Santa María, en
Ituzaingó, con Paso Caa Caraí, y desde allí hacia el Sur, un límite aún
indefinido entre el cauce del río Aguapey y el borde oriental de los esteros del
Iberá.
Basaltos tholeíticos, grises oscuro o violáceos, amígdalas rellenas
c/alteraciones.
Formación Yeruá: (Herbst, 1971): Constituida por depósitos de reducido
espesor (3 a 8 m) de areniscas gruesas, con clastos subangulares y que hacia
la base pasan a ser brechosos o conglomerado-brechosos, de coloración
rosado oscuro a rojizo. Los clastos dominantes son de cuarzo y el cemento,
silíceo. En Santo tomé el conglomerado posee rodados de hasta 8 cm de
11
diámetro mayoritariamente de sílice, pero también de basaltos, en parte
alterados. Aquí tanto la matrix como el cemento son arcillosos.
Los afloramientos ubicados a la fecha son muy escasos (en Santo Tomé y al
Norte de la misma localidad).
En el área de esta misma población, la Fm Yeruá está directamente
asentada sobre los Basamentos de Serra Geral. Se le asigna edad Cretácica
Superior. Más al Sur, ya en la provincia de Entre Ríos, tiene mayores
espesores y distribución areal.
Formación Fray Bentos: (Solo detectada a través de perforaciones en el
subsuelo). Oligoceno Inferior-Medio ocupa una faja sobre el sector occidental
del subsuelo del Departamento de Ituzaingó, con espesores que
aparentemente no superan los 20 m, y a profundidades variables, entre 50 y 70
m.
Limolitas arenosas, rosadas a castaño claro muy calcáreas. Arenas con 70%
de cuarzo.
Formación Ituzaingó: (Herbst-Santa Cruz-Zabert, 1976). Edad Plioceno
Superior (con dudas).
Litología: areniscas y arenas con diverso grado de coherencia, desde friables a
muy duras, por procesos actuales de cementación secundaria. Son de
granulometría desde fina a muy gruesa, ocasionalmente conglomerádicas.
Coloraciones variadas, desde blanquecinas y amarillentas hasta pardo rojizas.
Suelen presentar intercalaciones de lentes limosos y arcillas de coloraciones
más oscuras. Su característica principal es la permanente estratificación
cruzada, lo cual es indicador de ambientes fluviales.
El 98% de su composición mineralógica es cuarzosa.
El área de distribución de esta Formación es muy amplia para la
provincia, ya que, a partir de alrededor de 30 Km. al Este de Ituzaingó sigue
una alineación NE-SW a lo largo de todo su territorio.
Aflora en las costas del río Paraná a lo largo de todo su recorrido, hasta
Guayquiraró y más al Sur, penetrando en Entre Ríos. Es común encontrar en
las perforaciones espesores de 80 a 90 m, aunque los hay mucho menores. El
máximo detectado fue en la ciudad de Corrientes, con 160m.
12
Formación Toropí: (Herbst-Alvarez, 1974). Edad Pleistoceno Medio a Alto
(Ensenadense). Litología: arenas arcillosas, limos arenosos y en parte arcillas
arenosas, en ese orden de importancia; de coloraciones grisáceas en variados
tonos, duras (cuando están secas), con estratificación de bancos del orden de
0,20 a 1 m. Mineralógicamente predomina la fracción cuarzo (93%) y un 4% de
ortoclasas.
Dentro de las arcillas predominan las montmorillonitas. En muchas localidades
con afloramientos aparece en la parte cuspidal un material más coherente, con
apariencia de "costra", lo cual constituye un elemento distintivo fácilmente
individualizable.
Las distribuciones de este elemento formacional son también muy amplias en
la provincia. En el área del Departamento de Ituzaingó ocupa su sector NW,
aflorando sobre las barrancas del Río Paraná. Su espesor promedio es
pequeño, no sobrepasando hasta ahora los 10m.
Unidades Post-Yupoí
Formación Apóstoles: (Rimoldi-Gentili, 1976) Pleistoceno Superior? Constituida
por los típicos suelos rojos característicos de toda la provincia de Misiones y
que se prolongan en el NE de Corrientes, recubriendo el desarrollo de los
Basaltos de la Formación Serra Geral. Si bien es cierto que hacia el tope de
espesor de estos materiales se trata de verdaderos suelos, que los edafólogos
incluyen en la Familia Timbauva, no se puede considerar como suelo la
totalidad de dicho espesor, ya que verdaderamente se trata de una
descomposición in situ de los basaltos, es decir, se trata de una verdadera
laterización.
Litológicamente se corresponden a arcillas limosas de color rojizo intenso
típico, muy ácidas, predominando las caolinitas, y sin estratificación visible.
Sus espesores son muy variables, de entre 0,5m hasta 30m.
Rodados del río Uruguay (Battaglia, 1964). Cuaternario (sin precisión
formacional). Son conglomerados que se presentan en forma de "manchones",
aislados, sobre las partes altas de las terrazas que acompañan en algunos
tramos al Río Uruguay. Constituidos por rodados de entre 7 y 12 cm de
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diámetro, de composición silícea (calcedonia, ágata y a veces cuarzo blanco),
con matriz de arenas cuarzosas; son rodados bien redondeados.
Ocasionalmente contienen restos de maderas silicificadas. Sus espesores no
son grandes, en canteras en explotación se visualizan entre 4 y 6 m.
La fuente de origen de estos rodados probablemente sea la Formación
Ituzaingó, por la similitud con los rodados de ésta.
Aluvios actuales: Los sedimentos de las planicies aluviales actuales son
esencialmente arenas, de coloraciones blanquecinas y grisáceas amarillentas,
con intercalaciones ocasionales de material limo-arcilloso.
El sistema del Iberá presenta una diversidad de materiales depositados y
redepositados por un complejo de factores físicos y químicos cambiantes,
temporal y arealmente.
Zonas de Afloramientos Formacionales
Formación o Miembro Serra Geral: Centro- Sur y NE de la provincia,
principalmente, más la faja costera del Río Uruguay y afloramientos
dispersos en la región Oriental de aquella. En Corrientes se han
detectado, a través de perforaciones, espesores de hasta 600m para el
conjunto Serra Geral/Solari.
Formación o Miembro Solari: las zonas de afloramiento son más
reducidas que las de los basaltos. Las más notorias se hallan entre el S
de Mercedes y N de Curuzú Cuatiá. El mayor espesor aflorante se
presenta en el área de los Tres Cerros, con 80m.
Formación Ituzaingó: Afloran en gran parte de la zona occidental de la
provincia, a partir de Ituzaingó, notablemente expuestos sobre largos
tramos de las orillas del Río Paraná. Espesores máximos detectados en
perforaciones para aguas: 160m, en la región Noroccidental,
disminuyendo notoriamente hacia la Oriental, con apenas unos 15m
sobre la faja costera del Río Uruguay.
Formación Toropí: Casi siempre ligada a la Fm Yupoí, con espesores
no superiores a los 10m.
14
Formación Yupoí: Son sedimentos ampliamente distribuidos en la
provincia. Se los presume elaborados a partir de los materiales de la
Formación Ituzaingó. Espesores máximos detectados: 12m.
Formación Apóstoles: Consideramos válido el criterio de Gentili y
Rimoldi en diferenciar como entidad formacional a los suelos rojos
característicos del NE de Corrientes y gran parte de Misiones, bajo dicha
nomenclatura, ya que cumple en tal sentido con las exigencias del
Código de nomenclatura estratigráfica. Espesores máximos detectados:
15m.
Formación Caracteres Litológicos Edad
Fm. APOSTOLES (Rimoldi)
Limos arenosos y arcillas pardo rojizas a rojas.
Holoceno
Fm. YUPOI
Arenas pelíticas, grises verdosas. Las arcillas del Sector Occidental son illíticas-montmorillon. En el Oriental, montmorilloníticas.
Holoceno (Lujanense)
Fm. TOROPI Arenas y areniscas muy pelíticas grises-verdosas.
Holoceno (Ensenadense Movimientos Epirogénicos Post.Pampeanos)
Fm. ITUZAINGO
Arenas y areniscas amarillentas – ocres-. Intercalaciones de pelitas y gravillas. Pelitas caoliníticas – Arenas 99% cuarzosas. Abundante estratificación entrecruzada.
Plioceno Superior
Fm. PARANA Areniscas blanquecinas muy friables, alternando con arcillas verdes.
Mioceno Superior
Fm. FRAY BENTOS
Limolitas arenosas, rosadas a castaño claro muy calcáreas. Arenas con 70% cuarzo.
Oligoceno Inf. Medio
Fm. PAY UBRE
Areniscas calcáreas y calcáreos arenosos, algo conglomerádicos; muy consolidados blanquecinos a rosados, silicificados.
Cretácico Superior
Fm. YERUA Areniscas gruesas a medias, rojizas a blanquecinas. Frecuentemente cemento calcáreo; óxidos de hierro.
Cretácico Medio Inf.
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GRUPO SERRA GERAL
Fm. SERRA GERAL
Basaltos tholeíticos, grises oscuro o violáceos Amígdalas, rellenas c/alteraciones.
Jurásico Superior
Fm. SOLARI
Areniscas cuarzosas, finas a medianas, redondeadas; rosadas a rojizas, algo silicificadas. Matriz arcillosa, caolinítica.
Jurásico Superior a Cretácico Inf.
Recursos Mineros
Para el área C2 se mencionan los siguientes recursos:
Rocas basálticas: en explotación reducida (triturados).
Arenas normales: en explotación reducida (mecanizada).
Cantos rodados: en explotación reducida y discontinua.
Arcillas: en olerías (reducida).
Aguas mineralizadas: sin explotación.
Potencial de aguas termales: sin investigar.
Potencial de hierro, Aluminio y Dióxido de Titanio: investigado, sin
explotación, a pesar de los importantes porcentajes de dichos minerales
en los suelos rojos en todo el sector NE de la provincia, demostrado a
través de distintos estudios y ensayos.
Potencial de arcillas expandibles y Cerámica: sin explotación
Arenas especiales: (con alta pureza en cuarzo - mínimo 99%) sin
explotación.
Paisaje Antrópico
Las áreas circundantes de praderas se usan actualmente en trabajos agrícolas
y ganadería. Los esteros asociados al Ao. Guaviraví se explotan para
plantación de arroz. La población se concentra principalmente en el área
urbana.
3. CRONOLOGIA DE YAPEYÚ
1626 - 1627 El padre Mastrilli, junto al padre Roque González y el padre
Pedro Romero, recorren la zona con el objeto de determinar el
lugar de fundación
16
1627 El 4 de febrero se funda Nuestra Señora de los Santos Reyes de
Yapeyú, en el lugar donde ya había estado Roque González
hablando con los indígenas. El padre Romero fue su primer cura.
1647 Finaliza la construcción de la iglesia.
1679 Se inicia la explotación de ganado vacuno. Se instala la primera
vaquería, la llamada Vaquería del Mar, sobre la costa atlántica
en el SE del territorio de la actual República Oriental del
Uruguay.
1691- 1693 Estadía del padre Antonio Sepp.
1754 Resistencia del cacique Rafael Poracatú al ejército de
Andonaegui durante la Guerra Guaranítica.
1766 El Padre Oliver refiriéndose al tamaño de la Iglesia dice que
podía albergar 7.947 feligreses, la población de Yapeyú en ese
momento.
1767- 1768 Se ordena la expulsión de los jesuitas. Fue ejecutada por
Francisco de Paula Buccarelli, gobernador del Río de la Plata,
quien tomó posesión de Yapeyú el 8 de julio de 1768.
1769 El gobernador de las Misiones, Francisco Bruno de Zavala,
autorizó a Yapeyú a poblar hasta “el Salto”, extendiéndose la
jurisdicción por el occidente desde el Miriñay hasta el arroyo
Yeruá, al sur de Concordia, por medio de un programa de
poblamiento rural cuyo ejecutor fue el Teniente de Gobernador,
don Juan de San Martín, y ejecutado entre los años 1777 y 1780
1774 Asume como Teniente Gobernador de Yapeyú don Juan de San
Martín.
1776- 1777 Don Juan de San Martín se ocupa de concretar la ocupación del
“Camino al Salto”, creando nuevas estancias (Mocoretá y
Mandisoví, entre otras) en una zona exenta del peligro de
minuanes y charrúas.
1777- 1780 Se instalaron estancias criadoras de ganado en Mocoretá o San
Gregorio, Mandisoví, La Merced, entre otras.
1780 Yapeyú posee estancias en ambas márgenes del río Uruguay.
1798 El inventario de la época demuestra que se mantenían en pie los
17
talleres y estancias.
1801 Un decreto del virrey Avilés declara la liberación selectiva de 73
familias yapeyuanas, las más productivas (con oficio) y que
sabían español. Invasión portuguesa a las Misiones Jesuíticas.
Destrucción parcial de la iglesia de Yapeyú.
Yapeyú tenía en ese momento según datos de Félix de Azara,
8.510 pobladores.
1803 Carlos IV emite una Real Cédula con fecha del 17 de mayo, que
libera a los guaraníes de los trabajos comunales. Reconstrucción
de la iglesia de Yapeyú.
1806 Según el inventario de la época, se conservaban dieciséis
capillas, cinco en la jurisdicción del pueblo y las once restantes
en las estancias.
1810 El Reglamento de 30 de diciembre elaborado por Belgrano para
las Misiones establece, en la práctica, la liberación total de los
guaraníes. Yapeyú quedó reducido al territorio comprendido
entre el Miriñay y el Uruguay y los límites con La Cruz, más la
antigua estancia comunitaria de la Merced, entre el Miriñay y el
Timboy.
1815 Andresito es nombrado por Artigas comandante general de la
provincia de Misiones.
1817 Francisco das Chagas Santos, militar portugués, como parte de
su incursión destinada a destruir las Misiones, destruye Yapeyú
en febrero de ese año, con el consiguiente despoblamiento
general.
1825 Yapeyú y La Cruz habían sido absolutamente abandonados y las
escasas familias que aún permanecían se retiraron ante el inicio
de la guerra con Brasil.
1827 Por iniciativa del Gobernador Ferré, Corrientes incorporó a su
territorio el área del río Miriñay hasta el Uruguay, desde el
Aguapey hacia el Sur.
1862 El gobernador Pujol sanciona el proyecto de repoblación sobre la
planta del antiguo pueblo. Según la Comisión Departamental de
18
San Martín, muchos colonos comenzaron a ocupar chacras y
solares arbitrariamente. Para ese año, Yapeyú era un pequeño
vecindario rural con dos casas de comercio, una a cargo del
italiano Saleore y la otra del francés Ledon.
1869 La Cámara de Representantes de la Provincia reestablece el
antiguo pueblo de Yapeyú, con el nombre de “General San
Martín”.
1887 El 22 de enero, el gobernador designa a don Martín Zapata
como encargado de realizar las tareas de mensura del pueblo.
1895 Hernández consigna 1330 habitantes en el pueblo.
1899 El 12 de octubre, se inaugura el Monumento a San Martín y la
nueva iglesia, designándose como patrono a San Martín de
Tours. El ingeniero Basaldúa entrega una petición a Roca
solicitando la conservación de las ruinas adjudicadas como casa
natal de San Martín.
Cecilio Ruidiaz, su propietario, cede a la Nación a través del
Gral. José I. Garmendia, la casa de San Martín.
1900 Según el censo de la época Yapeyú poseía 1500 habitantes.
1915 Una comisión de arquitectura a cargo del Arq. René Villeminot,
se encarga de relevar el estado de las ruinas. Por ley nacional se
autoriza la adquisición de la manzana de terreno ocupada por las
ruinas de la casa del Gral. San Martín.
1915- 1923 Se instala la discusión acerca de la autenticidad de las ruinas de
Yapeyú como la verdadera casa de San Martín.
1929 El gobierno de la provincia declara Monumento Histórico
Provincial a las ruinas de la casa del Gral. San Martín.
1938 Se inauguran las obras de construcción del Templete.
1968 Personal docente y alumnos del Colegio Maipú de Yapeyú
descubren restos pertenecientes a la antigua iglesia jesuítica en
el solar del mismo colegio.
1969 A cargo del rector del Colegio Maipú, Prof. Marinho, se conforma
una comisión que se encargará de realizar excavaciones
arqueológicas con el objeto de recuperar los restos
19
pertenecientes a la antigua iglesia jesuítica.
1977 El gobierno de la provincia de Corrientes, a cargo del general de
división (R), L. C. Gómez Centurión, organiza el “Proyecto
Yapeyú”, designando como director ejecutivo al teniente coronel
N. L. Braillard Poccard. Como tareas previas a los festejos por el
Bicentenario del Nacimiento del Gral. San Martín, se decide la
demolición del Colegio Maipú y se inician excavaciones para la
recuperación de la antigua iglesia jesuítica, entre otras obras de
infraestructura tales como el anfiteatro, el comedor del
bicentenario y los bungalows en diferentes partes del pueblo.
1978 Se realizan los festejos en conmemoración del bicentenario del
nacimiento del Gral. San Martín. Se inaugura el Museo de la
Cultura Jesuítica “P. G. Furlong”.
2001 Según los datos provisorios del censo de ese año Yapeyú posee
alrededor de 2.100 habitantes.
4. REGISTRO DE RESTOS Y VESTIGIOS MATERIALES DE YAPEYÚ
En este punto analizaremos las diferentes observaciones, descripciones
e intervenciones, sistemáticas o no, intrusivas o no, que se han realizado en
Yapeyú con el objetivo de describir o estudiar restos y vestigios culturales para
aproximarse a su pasado. Tomamos como punto de partida el quiebre que
significó el ataque portugués de 1817, que cierra una etapa de existencia de
290 años.
4.1. DIAGRAMACION DEL ESPACIO Y ARQUITECTURA DE NUESTRA
SEÑORA DE LOS SANTOS REYES DE YAPEYU
Conocido más frecuente y simplemente como Yapeyú, este pueblo fue
uno de los de más temprana fundación entre los pueblos misioneros, realizada
en 1627 por el padre Pedro Romero. Su ubicación, especialmente elegida
sobre la margen occidental del río Uruguay (Pcia. de Corrientes, Rep.
20
Argentina) lo colocaba como el más meridional de los pueblos misioneros, en
atención a dos pesadas razones para los Jesuitas. La primera, su cercanía y
dominio de los territorios habitados por "la nación de los indios del Uruguay
/formada por/ charrúas, yaros y otras naciones inhumanas y bárbaras que ni
tienen casas, ni sementeras, ni lugar determinado, y se sustentan
continuamente de la caza y pesca cotidiana" (Carta del Padre Mastrilli en
Furlong, 1978:156). Esta proximidad e incursión en este territorio les permitiría
"la conversión de toda esta provincia" (loc.cit.). La segunda razón para su
fundación fue ubicarla a la menor distancia posible de Buenos Aires. "... y nos
hacíamos señores del paso para subir y bajar a Buenos Aires, cosa de suma
importancia para el gobierno y comodidad de esta reducción, por la brevedad
del camino, respecto del que se andaba antes..." (loc.cit.)
No existen planos de época de la misión. De todas formas, sus vestigios
indican que su planta, en general, obedeció al modelo empleado para el resto
de los pueblos misioneros jesuíticos.
La diagramación inicial del pueblo, realizada por el P. Roque González,
fue hecha al modo de los pueblos españoles coloniales, con las casas
familiares dispuestas individualmente, con espacio para huerta cada una de
ellas. Dice el propio Roque González: "Me resolví a construir /el pueblo/ a la
manera de los españoles, para que cada uno tenga su casa con sus límites
determinados y su correspondiente área para impedir el fácil acceso de una a
otra…" (Furlong, 1978:146-147).
“Después de varios ensayos se abandonó este sistema español por las
viviendas comunes alargadas de la tradición guaraní y ubicando las huertas
fuera del poblado” (Sustercic, 1999:255).
Luego de una gran epidemia de viruela, ocurrida en el área misionera en
los primeros años de la década de 1740, y que diezmó un importante número
de pobladores, en Yapeyú se modificó la estructura de las casas de indios: “Las
chozas fueron reemplazadas, en esta oportunidad, por viviendas de piedra,
cubiertas de tejas, bien distribuidas y ventiladas” (Del Techo, 1897:341).
En 1786 su distribución urbana era la siguiente: “40 aceras o hileras de
casas, con techo de teja para viviendas de naturales y 3 capillas inmediatas al
pueblo” (Maeder y Gutiérrez, 1994:64). Uno de los hitos principales y
definitivos, el ataque portugués de 1817, deja en estado de abandono a la
21
mayoría de sus construcciones. Con el paso del tiempo y la falta de
reutilización comienzan a ser invadidas por la vegetación y a sufrir pérdida de
su estructura.
De forma similar al resto de los pueblos misioneros, el conjunto edilicio
correspondiente al uso y manejo de los sacerdotes: iglesia, colegio, talleres y
cementerio, se dispuso sobre uno de los lados de la plaza, en este caso el lado
Sur, orientado al norte, mientras que las casas se disponían alrededor de los
otros tres y de frente al conjunto arquitectónico dominante. La iglesia se
inaugura en 1647 y “…no era de las mejores”. Era grande en función que
podía contener a los "7947 feligreses" "… en parte su ancha fachada era de
piedra, como se deduce de la cabeza de Ángel, que formaba parte de la
misma. Tiene cinco altares -agregaba Oliver- cuyo adorno y el de toda la
iglesia, aunque es competente, es inferior al de otros pueblos" (Furlong,
1978:189). Fue destruida parcialmente con el ataque portugués de 1801
comenzándose en 1803 su reconstrucción, fundamentalmente el techo y su
tirantería. En 1817 resulta destruida por un incendio, nuevamente en manos
del ejército portugués. (Op.cit.) La iglesia originada durante el período
misionero ya no vuelve a reconstruirse.
4.2. DESCRIPCIONES e INVESTIGACIONES
1857 - Entre los primeros datos referidos a los restos de Yapeyú se encuentran
los relatados por De Moussy: "Yapeyú fue una verdadera villa; ello es fácil de
reconocer por el espacio que cubren sus ruinas; ella hace sesenta años tenía
según Azara 5500 habitantes. Un bosque impenetrable cubre su
emplazamiento; para examinar los restos que aún subsisten fue necesario abrir
un camino a machete a través de los espesos matorrales que los envuelven.
Se reconocen las ruinas de la Iglesia, las del colegio, la habitación de los
padres y de los almacenes. La fila de casas que forman la plaza está abrigada
por una doble galería sostenida por pilares de urunday. Dados (o cubos) de
greda roja bien trabajada soportan estos pilares donde algunos están aún en
pie, en tanto que los otros yacen medio quemados sobre el suelo. (...) Una
docena de familias viven en torno a sus ruinas (...) Después de nuestra visita
fueron colonos franceses" (De Moussy, 1857)
22
1864 – El francés Victor Richard realiza la mensura del pueblo de Yapeyú,
generando 48 manzanas divididas en seis solares iguales. En la Memoria hay
menciones a que en la manzana numerada 33, sobre el lado Oeste de la plaza
“hay muy buenos escombros que, con un poco de trabajo puede utilizarse”.
“En la manzana 40 adjudicada a los colonos franceses Frechón y Pedlhez se
acota que allí estaba la „Iglesia de los jesuitas y el Colegio” (Maeder y
Gutiérrez, 1994:64) (ver fig. 9).
1895 – Publica el historiador P. Hernández: “De las ruinas no queda resto
alguno de consideración; sólo hay una memoria del lugar en que estuvo la
iglesia, en uno de los lados de la plaza, formando ángulo con la capilla actual.
Entre los edificios particulares, subsisten las paredes de la casa en que nació el
Gral. José de San Martín, de quien toma nombre este pueblo. A poca
distancia, y ya en las afueras, hay rastros de una zanja que tal vez sirvió para
defensa del pueblo contra invasiones repentinas de los indios infieles; y a
mayor distancia, dentro del bosque se ven señales de otra zanja que
probablemente era de las que se abrían para retener el ganado en los
rodeos…” (Hernández, 1908)
1899 - En un relato de viaje en barco por el río Uruguay, citado por el
historiador H. Gómez, el viajante al pasar frente a Yapeyú narra que "De lejos
se ven ruinas de un monasterio y de un campanario y existe una gran plaza
que fue la de la reducción de los jesuitas" (Gómez, 1923:93).
1920 - El padre E. Maldonado ejerció su curato en Yapeyú en las primeras
décadas del siglo XX. Publica el libro La cuna del Héroe (Yapeyú) en 1920,
con importante información proveniente de sus propias vivencias en el pueblo y
del relevamiento de datos orales, aportando información para:
El asentamiento de los colonos franceses en 1862 y su relación con
los restos arquitectónicos existentes en el pueblo.
Relevamiento y croquis de ubicación de restos.
Datos e historia de la casa de San Martín.
Información sobre la existencia y ubicación de objetos muebles de
origen misionero jesuítico.
23
Según este autor "En la época de la repoblación se conservaban aún
muchas casas antiguas, o sea de la época jesuítica y en buen estado, de
suerte que esos repobladores tuvieron perfectamente donde albergarse. Se
conservaban intactos los murallones de la iglesia antigua jesuítica, los que
empleaban, mas tarde, de espaldón para tirar al blanco (…) Se conservaban
también los edificios de almacenes, pudiéndoseles reconocer por los estantes"
(Maldonado, 1920:30).
Con respecto a la historia de la iglesia actual y su ubicación, de acuerdo con
el autor, ya existía una iglesia en ese lugar cuando se produce la llegada de los
colonos franceses, quienes la reconstruyen. “La iglesia más nueva fue
construida por los pobladores, después de que regresaran al pueblo, del que
habían huido para refugiarse en otros poblados; porque la iglesia jesuítica tenía
el techo destruido”. Se refiere a indígenas misioneros vueltos a Yapeyú luego
del saqueo portugués. Esto se confirma a partir de bautismos asentados en el
Libro de Bautismos de Nuestra Señora de los Tres Reyes de Yapeyú (1816-
1824) realizados entre 1819 y 1821 en el mismo pueblo de Yapeyú. “esta
misma iglesia encontraron los repobladores de Yapeyú en 1862 (...) y sobre la
misma planta, ellos edificaron otra de adobes, destruyendo los muros de la
anterior, que fueron de piedra asentadas en barro." (Op.cit.:38)
Maldonado realiza un croquis con el relevamiento de edificios de su época y
vestigios de la época jesuítica (ver fig. 10).
1923 - En los primeros años de la década de 1920, el historiador H. Gómez
(1923; 1942) realizó intervenciones de excavación y recolección de materiales
aportando información sobre:
El área de casas de indios de la antigua misión
El predio donde se habían levantado la iglesia, el colegio y los talleres
Las ruinas atribuidas a la “casa de San Martín”
Vestigios de sótanos/depósitos en diferentes lugares.
Con respecto a las primeras halló “restos de construcciones bajo la
superficie del suelo (16 Has aprox.): cimientos de piedra de casas
cuadrangulares de una pieza, y en una capa generalizada (10 o 15cm de
grueso) de cascotes y fragmentos de tejas de barro cocido. Las ruinas sobre la
24
superficie, (distribuidas en 3 Has) siguen los cimientos y enladrillado de las
viejas piezas; el enladrillado en una capa de profundidad equivalente a la capa
de tejas y ladrillos de las 16 has. Los restos de la casa de San Martín
pertenecen a estas últimas ruinas mencionadas” (1923:95).
En relación al conjunto arquitectónico iglesia, colegio, talleres, Gómez
identificó para la primera: “sobre la tierra, bajo una frondosa vegetación se
hallaron restos de tejas provenientes de la columnaria y la tirantería del techo,
además de ladrillos delgados cocidos. Bajo esta capa, mezclado con tierra
vegetal, se halla el piso, de baldosas octogonales que se unen en otras más
pequeñas cuadradas” (1923:95). Identifica además que en la iglesia "la
cantidad de piedra existente es más reducida /que para las otras
construcciones del pueblo que relevó/, notándose que las grandes paredes
maestras, de metro y medio de espesor, son de tierra pisada" (Op.cit.:94).
En cuanto a los otros dos conjuntos expresa: “Hacia el este, donde
debieron levantarse las piezas de las sacristía y celdas habitaciones de los
padres (...) el piso (...) es de ladrillo cocido, también colocado sobre tierra roja
(...) ni en estos locales (...) ni en parte alguna del pueblo, se encuentran de las
baldosas octogonales del templo, con excepción de en la ruina consagrada
como casa donde nació el General San Martín” (Op.cit.:97).
De lo excavado y relevado, una parte importante la conforman diferentes
tipos de estructuras subterráneas, como por ejemplo: “…una construcción de
ladrillo en forma cuadrangular de 30 por 60 cm. de luz, de ladrillos enormes de
0,42 cm. de largo. Siguiéndola llegaron 2 m. más abajo del nivel del terreno
actual, a un pozo de piedra labrada de 0,80 cm. de diámetro, y que fue seguido
en toda su longitud, unos 3 m. hasta encontrar tierra firme y roja (...) desde más
o menos 0,50 cm de su nivel superior se hallaba lleno de tierra con huesos
calcinados (de vaca), restos de carbón y pedazos de alfarería. Entre estos son
los más curiosos una taza de barro cocido con manija ancha de unos 7 cm. de
alto, y restos de otra, vidriada, con dibujos simétricos formando guarda.
También se sacaron pedazos de vidrio plano, como de ventana, y restos de un
vaso del mismo material. Algunas piedritas con residuos de cobre. En las
inmediaciones de estas excavaciones se recogieron clavos de hierro, de
piedra, un mango de cobre labrado a martillo, maderas petrificadas y un caño
de mosquete (...) en la barranca, como a 120 m. del río Uruguay (...) bajo una
25
capa de 2,5 m. de terreno rellenado y de cascotes y de pedazos de teja, se dio
con un piso de ladrillo cocido, y bajo el, las paredes de un sótano, compuestas
de 5 hiladas de adobe y 15 de ladrillos cocidos (...) estas paredes comprenden
3 lados del rectángulo, faltando la que da al río... se trataría de un depósito...(o)
un edificio importante que no puede ser sino alguno de los antiguos almacenes
del comercio jesuita (...) allí debió estar un amplio edificio articulado con las
ruinas del solar vecino (unos 60m), en que se levantan los restos e la casa
donde nació el General San Martín, la residencia de los tenientes gobernadores
de Yapeyú..." (Op.cit.:225)
Gómez realiza un plano, superpuesto al amanzanado del pueblo, con los
resultados de sus exploraciones (ver fig. 11).
1955 -1956 – Vicente Nadal Mora publica los resultados de sus excavaciones
en Yapeyú, realizadas por esos años5. El autor halla numeroso material de
mampostería: columnas, capiteles, bases, baldosas cuadradas, rectangulares y
octogonales, tejas y el reloj solar de piedra (Busaniche, 1955: 147-48).
Nadal Mora habría ubicado:
1. El conjunto arquitectónico correspondiente al uso de los Padres, el cual
según el autor se extiende 245 metros de Oeste a Este, ordenado de la
siguiente forma:
La entrada de la huerta
El cementerio dividido en cuatro secciones, con una “enorme cruz” al
fondo.
La iglesia según el autor tenía “tres entradas de las que la central era la
mayor y con puerta de cedro tallado; en su interior era bastante lujosa,
de tres naves separadas por columnas doradas, con arcos entre ellas y
variada decoración policroma; un baptisterio muy rico formando capilla, y
al final el ábside semicircular. Los pisos eran de baldosas octogonales y
cuadradas. Poseía aquella iglesia cinco altares, cuatro confesionarios,
púlpito, órgano y pila bautismal de piedra; sus cimientos miden 25
metros de frente y 33 de longitud total. El campanario era de madera,
con cinco campanas, situado al parecer en el recinto del cementerio.”
(Busaniche, 1955:148). El Colegio, que estaba compuesto por
5 La publicación realizada en un artículo del Diario La Prensa de fecha 20.2.1955, no fue posible ubicarla,
por lo tanto citamos de Busaniche, 1955.
26
habitaciones con “porticado” en tres de sus lados (menos el norte) y su
patio medía 28 x 33m. (loc.cit.).
Talleres, su patio comunicaba con el patio del Colegio a través de “una
portada de piedra” y estaba rodeado a su vez, de locales donde se
trabajaba (loc.cit.).
Colegio y talleres estaban unidos por un pórtico, del cual el autor dice
haber reconocido los cimientos, registrando una longitud de 120 metros.
2. El poblado en general. El autor describe la planta de la misión diciendo que
“se desplegaba en simetría con respecto a un eje que correspondía al
longitudinal de la iglesia, cuya fachada se veía así al fondo de una avenida
principal. En el poblado se distinguían dos clases de edificios; aquellos que
podríamos llamar públicos tales como cárcel, cocina popular, panadería,
almacenes, etc.; los otros edificios eran destinados a viviendas de los
indígenas y comprendían 39 pabellones alargados, rodeados por galerías,
techados con tejas, y en lo interior una serie de habitaciones
incomunicadas… Los pabellones que contorneaban la plaza estaban
destinados a los caciques, sus separaciones interiores eran de piedra y los
pisos de baldosas.” (loc.cit.)
Desconocemos la o las fuentes de las que Nadal Mora toma los datos para
realizar estas afirmaciones (ver fig. 12).
1955 – Para el Arq. Busaniche “los únicos recuerdos de Nuestra Señora de los
Reyes Magos se reducen a las piedras que han sido utilizadas para levantar las
viviendas existentes” (Op.cit.:149).
1968 - Colegio Maipú - Sobre las ruinas de la iglesia Jesuita funcionó desde
las primeras décadas del siglo XX una escuela secundaria. En el año 1968 “los
alumnos varones del Establecimiento dirigidos por el suscripto /Rector Prof.
Ramón Marinho/ y profesores, en un sitio contiguo al patio del Ciclo, que
pertenece al mismo, descubren la existencia de un piso formado por ladrillos
octogonales que de acuerdo a los estudios realizados tiene una extensión de
sesenta por cuarenta metros, observándose una escalinata de cuatro peldaños
de piedras” (Colegio Maipú, 1968- 1969: 8).
Como consecuencia, el Ministerio de Educación y Salud Pública emite la
Resolución Ministerial Nº 774 que establece:
27
“Art. 1º: Desígnase al Ciclo Básico “Maipú” de Yapeyú, custodio de los
restos históricos pertenecientes a la desaparecida “Reducción Jesuítica”
que se hallaron dentro de los terrenos por sí ocupado.
Art. 2º: El señor Director del citado Ciclo Básico será responsable de su
mantenimiento, debiendo aplicar las medidas conducentes para evitar la
destrucción o fragmentación o traslado de dichos restos fuera del predio
correspondiente.
Art. 3º: Con el asesoramiento del Departamento de Historia procederá a
la ubicación, limpieza y clasificación de dichos restos, debiendo informar
de la tarea realizada dentro de los sesenta días de notificado de la
presente resolución.
Art. 4º: El Director del Ciclo Básico queda facultado para interesar a las
autoridades municipales y de las FF.AA. en primer término, a
instituciones y vecinos a fin de estructurar un plan de acción que permita
el rescate de restos ubicados en propiedades públicas y privadas, no
controladas con rigor científico e histórico, debiendo constituir un museo
local” (Colegio Maipú, 1968- 1969: 10).
Al mes siguiente (septiembre de 1968) se “constituye en reunión de vecinos,
autoridades civiles y militares, una Comisión “Pro- Excavaciones” de las ruinas
jesuíticas” de Yapeyú (op. cit.). Nada hay consignado sobre las excavaciones
realizadas. Los vestigios dejados al descubierto están descriptos en el informe
de Catoggio (Loc.cit.) a partir de la observación directa de los mismos. Estos
fueron:
Parte del solado octogonal correspondiente al interior de la iglesia
delimitado por muros de piedra (al Este).
La galería Este en la cual se dejaron bases de columnas ubicadas a lo
largo y fustes prismáticos de arenisca tumbados a su lado.
El área correspondiente al altar de la iglesia.
Con parte de los materiales muebles recuperados se inaugura en el mes de
noviembre del mismo año, en “el Museo Sanmartiniano de esta localidad un
“Salón Jesuítico” donde se exhiben los elementos rescatados de las ruinas de
la iglesia jesuítica, cementerio anexo a la misma y de otros sitios de Yapeyú,
28
según consta en el inventario general anexo a folio doce del presente libro”
(Colegio Maipú; 1968- 1969: 12).
Entre los restos se recuperó el cuadrante de reloj de sol horizontal que luego
de reparado, fue colocado en el patio del colegio donde se volvió a romper.
1978 – Trabajos de “Puesta en valor de los restos jesuíticos de los pueblos de
Misiones en territorio correntino”. A partir de un convenio entre el Gobierno de
la Provincia de Corrientes y la Universidad Nacional del Nordeste, se
encomienda al Departamento de Conservación del Patrimonio Arquitectónico
de la Facultad de Arquitectura la realización de los trabajos.
El equipo de trabajo contó con la presencia de las arqueólogas Licenciadas Ma.
Mónica Catoggio y Marta Inés Baldini. Los trabajos de investigación
arqueológica se publicaron en “Excavaciones. Yapeyú, Puesta en valor de la
Misión Jesuitica “Nuestra Señora de los Reyes de Yapeyú”. Yapeyú (Provincia
de Corrientes)” (Catoggio, 1979:13-18).
Se hicieron observaciones sobre el pueblo en general. “Se comprobó la
existencia de restos de muros en su mayoría reutilizados para la edificación
actual; bases de columnas y pilares de piedra dispersos por el pueblo”
(Op.cit.:14).
Las excavaciones se centraron en el predio donde está ubicada la
iglesia. El objetivo era la recuperación de las ruinas del edificio que estaban
por debajo del Colegio Maipú, el cual se demuele para ello, la puesta en valor
de las ruinas y establecer en el lugar un “Museo de la Cultura Jesuítica”.
Durante las tareas de limpieza de las ruinas se identificaron:
El solado de cerámica octogonal que había sido destapado en el año
1968, correspondiente al piso de la iglesia.
Parte de la pared Este de la iglesia, de piedra, de 0.90m de ancho y
unos 0.50m de altura con respecto al solado octogonal, cuyo estado de
conservación no era igual para todo su largo (35m)
Al Este de la pared anterior, una galería sobreelevada (con respecto al
piso octogonal) con diferentes tipos de solado cerámico: rectangular
hacia el norte y octogonal hacia el sur. A lo largo de esta galería había
“nueve bases de columnas y siete pilares de piedra, de sección
cuadrangular tumbados a sus lados” (Catoggio, 1979:15). Las dos
29
bases más al norte, están labradas y presentan un hueco central
cuadrado.
“En la parte posterior del terreno y aproximadamente en el centro de la
estructura de la iglesia se encuentra una superficie elevada, cubierta por
lajas. En el centro de la misma existen dos escalones de piedra y en su
límite posterior, restos de una pared de ladrillos y adobe (…) Por detrás
de la misma continúa una superficie cubierta por solados de diferentes
formas, cuyo límite aún no ha sido definido” (op. cit: 15).
Al final de la galería en el extremo sur, observaron un piso de piedras
irregulares, en declive hacia el sur. Lo atraviesa en forma oblicua, un
canal de desagüe cubierto con baldosas rectangulares que “se une con
otro mayor” que corre E-O cubierto por lajas. Desde aquí otro canal de
mayor tamaño que los anteriores, cubierto con lajas corre N-S.
Hacia el Sur de este punto y hacia el Este se desarrollan una “serie de
recintos cuadrados independientes, de baldosas rectangulares en forma
de “bastón roto” separadas entre sí por el espacio de un muro del que no
quedan restos” (op.cit.: 15).
Tumbas en el interior de la iglesia. Junto a la pared Este aparecieron
“probables” tumbas marcadas por solado diferente. Sobre el Oeste no
se identificó ninguna (op.cit.: 15).
Resultados de las excavaciones
Se plantearon cuatro trincheras y doce sondeos en el área donde había
estado emplazado el Colegio Maipú, en el área Oeste del templo. Sus
resultados fueron:
Identificación del muro frontal de la iglesia, de piedra, de 1,20 de ancho y
alturas que oscilaban según su grado de conservación, entre 0.50 y
0.70m del piso octogonal interior.
Pared lateral Oeste de piedra, 1,20m de ancho por 29.70m de largo. A
los 19.50m desde la cara externa del muro frontal se abre una entrada
lateral de 3m de ancho continuándose a través de ella, hacia el exterior
del muro, el solado octogonal.
30
Baptisterio. Un recinto cuadrangular de 4,87 x 5m conformado en su
lado Norte por una prolongación hacia el Oeste del muro frontal con
entrada a la iglesia (2.60m de ancho) a partir de su pared Este.
Presenta solado rectangular de barro cocido.
Galería Oeste. A 2.20m al Oeste de esta pared, aparecen alineadas en
sentido Norte a Sur “cuatro bases de columnas de piedra decorada
mediante talla con huecos centrales en forma cuadrangular”. (Loc.cit.)
Cementerio. En el área fuera de la galería Oeste se encontró un resto
de lápida, fechada en 1798. Las autoras consignan que los pobladores
ya habían encontrado restos óseos humanos y fragmentos de lápidas
cuando se abrió la calle (Obispo Romero) (Loc.cit.).
El informe publicado no contiene planos.
El 30 de marzo de 1978 se inauguró el Museo de la Cultura Jesuítica
que fue construido bajo la dirección del Arquitecto Andrés Salas y el Señor
Arnaldo Juan Pujal. “Dentro de una moderna técnica museográfica se
consideró conveniente que las ruinas y fragmentos de las antiguas
construcciones formaran parte de la exposición didáctica del Museo. (…) La
liberación de vastas zonas de solado y de muros (…) posibilitó definir un
emplazamiento que permitiera mantener lo sustancial del conjunto y a la vez
incorporar las nuevas construcciones. El carácter didáctico del Museo aparece
acentuado en el hecho de que las piezas exhibidas son un complemento
ilustrativo y demostrativo de los logros obtenidos por la cultura de las Misiones
Jesuíticas. Al efecto los paneles distribuidos por los distintos pabellones
abordan los temas diversos que permiten interpretar y explicar el fenómeno de
la integración cultural misionera” (Gutiérrez, 1979:19-20).
1995 – “Proyecto de investigación arqueológica y etnohistórica de Nuestra
Señora de los Santos Reyes de Yapeyú”. Desarrollado por el Gabinete de
Investigaciones Antropológicas de la Provincia de Corrientes, con la dirección
del Lic. Humberto Miceli, bajo la supervisión de los Arquitectos Daniel
Schavelzon y Arnaldo Juan Pujal, designados por el Ministerio de Cultura y
Educación de la Nación (Diario Época, 1995).
Aparentemente se iniciaron algunas acciones pero se carece de datos
acerca de la continuación del Proyecto.
31
5. OBJETIVOS6
Generales
Interpretar comportamientos culturales relacionados con la interacción
sociocultural de los diferentes grupos étnicos y sociales en el territorio
ocupado por la Misiones Jesuíticas, tanto diacrónica como sincrónicamente.
Recuperar la mayor cantidad restos materiales originados durante el
período Misionero Jesuita remanentes en el pueblo de Yapeyú.
Específicos
Reconocer los procesos de formación de sitio que están presentes en
Yapeyú a partir de los vestigios materiales correspondientes a las
diferentes ocupaciones ocurridas poniendo el énfasis en el
reconocimiento y registro de los restos originados durante el período
misionero.
Identificar a nivel diacrónico, la función y significado de los diferentes
espacios reconocidos para el sitio.
Crear una base de datos (GIS) para todos los restos y vestigios
concretos que se identifiquen y sus proyecciones sobre la base de los
análisis de cartografía comparada.
Extender los conocimientos a nivel local, aportando para el desarrollo del
Proyecto “El Patrimonio Jesuítico en la Provincia de Corrientes. Rescate
y Valoración” (Ma. Del Pilar Salas y Ma. Del Carmen Núñez Camelino)
Extender el conocimiento a nivel provincial y nacional, en ese orden de
prioridades, con el doble objetivo de educación patrimonial y de difusión
turística.
6. METODOLOGIA
El objeto de estudio de la arqueología antropológica, como ciencia
social, es la comprensión de las conductas valiéndose de la recuperación y
análisis de los restos y vestigios materiales, vinculados con el quehacer
6 Reproducimos los Objetivos establecidos en el Proyecto.
32
humano. Cuando dichos restos pertenecen a grupos que además pueden
conocerse a partir de documentos escritos, éstos se asocian a los restos
materiales para profundizar en los contextos socioculturales del grupo
estudiado. En este sentido, la rama que se denomina Arqueología Histórica
estudia comportamientos humanos a partir de los restos y vestigios materiales
en asociación con la documentación escrita producida sobre ellos, ya sean
fuentes primarias o historiográficas.
En esta investigación partimos, para el cumplimiento del objetivo
principal en esta etapa que es la identificación y ubicación de los restos y
vestigios materiales originados en la fundación jesuita de Yapeyú, del
reconocimiento de los procesos de transformación del sitio arqueológico.
(Schiffer, 1987). Esta posición asume que ningún sitio arqueológico ha
permanecido inalterado a través del tiempo. Por el contrario, participa de una
dinámica permanente de cambios, de la cual resulta su situación actual. Tanto
las intervenciones humanas como la acción del clima, vegetación y animales,
generan modificaciones a lo largo del tiempo y constituyen agentes de
perturbación del registro arqueológico, a los que para ser estrictos debemos
sumar, además, esta investigación. Asumir estas condiciones exige, para el
abordaje de un sitio arqueológico, partir del hoy para comprender esos
procesos de modificación y por lo tanto la globalidad del conjunto investigado.
Para lograrlo, se recurrió al estudio de los restos y vestigios materiales
presentes y pasados, a la producción bibliográfica producida hasta la
actualidad sobre el sitio, al reconocimiento de la diagramación del espacio
actual y a las características actuales de sus construcciones. A todo ello
sumamos el relevamiento de testimonios orales -lo no escrito- donde reside
buena parte de la historia cotidiana del sitio, así como la vivencia –el
imaginario- que la población asociada tiene de él.
Finalmente, y en concordancia con lo expuesto, esta investigación tomó
como ejes de conocimiento, la intersección dinámica y la construcción cognitiva
de tiempo y espacio, a través de la cual podemos acceder a los restos y
vestigios7 visibles y no visibles, correspondientes al sujeto y período de estudio.
7 Definimos operativamente para este informe: Restos: cualquier objeto de origen antrópico de carácter esencialmente
mueble, que puede ser observado y medido en todas sus partes. Vestigio: cualquier producto de origen antrópico de
carácter esencialmente inmueble, que puede ser observado y medido solo parcialmente.
33
Aún con este planteo metodológico harto claro, debemos ser cautos en
reconocer que no será posible conocer en su totalidad, la situación y ubicación
de muchos restos y vestigios.
El sitio arqueológico8
Teniendo en cuenta que el espacio ocupado por un pueblo misionero
comprendía espacios edificados y no edificados, metodológicamente lo
definimos el sitio arqueológico como toda el área objeto de actividades
vinculadas con la ocupación del pueblo, donde los artefactos y vestigios
aparecen en forma discontinua en el espacio, y los límites estarán impuestos
por la ausencia total de restos materiales, aunque teniendo en cuenta los datos
provenientes de las fuentes escritas (espacios de uso sin edificaciones).
6.1. ACCIONES DESARROLLADAS
RELEVAMIENTO BIBLIOGRAFICO
Se trabajó principalmente con fuentes historiográficas. Para esta etapa, las
fuentes primarias fueron manejadas a través de éstas. La bibliografía
consultada abarcó desde el periodo misionero jesuita, es decir desde la
fundación de Yapeyú, hasta la actualidad. De ella surge la base de datos cuyos
resultados se exponen en el punto 2. La bibliografía se cita al final.
Para próximas etapas de profundización a todos los niveles del
conocimiento, se ha visto la necesidad de consultar las fuentes primarias; tarea
que deberá ser llevada adelante por un historiador profesional.
RELEVAMIENTO ORAL
El relevamiento oral en este trabajo de campo parte de la idea de que “la
presencia directa del investigador no garantiza por sí sola un acceso cabal y
completo al objeto de estudio”. En este sentido, cobra importancia el trabajo
con informantes, pues son ellos quienes proveen información y con quienes se
relaciona el investigador en el campo (Guber, 2004: 127).
8 Nos parece importante reproducir aquí el concepto de sitio arqueológico ya planteado en el Proyecto.
34
“La información que cualquier informante puede proveer puede reducirse a
un conjunto de patrones asimilables a la sociedad total y a la cultura real. En
busca de las normas, de las pautas ideales, el investigador contacta a los „más
entendidos en cada tema‟, a las voces „autorizadas‟, pues así obtendrá la
norma válida para todos los miembros” (Guber, 2004: 128). Durante el tiempo
destinado al trabajo de campo, la búsqueda de informantes se centró,
principalmente, en los pobladores de mayor edad, al mismo tiempo que se los
seleccionó a partir de su vinculación con casas, claramente levantadas sobre
fundaciones que interpretamos como originadas durante el período misionero –
casas de indios-. A su vez, en un efecto rebote, éstos llevaron a otros
informantes, cubriendo un amplio espectro entre la población de más largo
arraigo en el pueblo.
Se relevaron los siguientes datos:
Edad
Sexo
Nombre
Actividad presente y pasada
Qué conoce de los restos misioneros jesuíticos
Qué conoce sobre la época de los colonos franceses
Qué conoce sobre cambios en los vestigios históricos durante el siglo
XX
Si posee materiales culturales de algún tipo
Se entrevistó un total de 16 personas de entre 50 y 96 años de edad.
“La referencia a acciones, pasadas o presentes, de sí o de terceros, que no
hayan sido atestiguadas por el investigador puede alcanzarse a través de la
entrevista. Entendida como relación social a través de la cual se obtienen
enunciados y verbalizaciones, es además una instancia de observación; al
material discursivo debe agregarse la información acerca del contexto del
entrevistado, sus características físicas y su conducta” (Guber, 2004: 203). En
el trabajo de campo realizado en Yapeyú se empleó técnica de entrevista con
preguntas dirigidas y abiertas, recogidas mediante anotación y
complementadas con fotografía de los informantes y de materiales.
35
Principales temas abordados
Proyecto Yapeyú
Los entrevistados mencionaron el proyecto Yapeyú, que se llevó
adelante durante la década del 70 (entre los años 1977 y 1978) y que estuvo a
cargo del militar Néstor Braillard Poccard. Gracias a este plan se construyeron
el Museo Jesuítico, los bungalows, el comedor del bicentenario, el anfiteatro y
el aeropuerto, y además se colocó asfalto sobre la avenida principal. Este
proyecto habría sido ideado por el gobierno militar de la época.
Transformación del pueblo en las décadas del 60 y 70
Muchos de los entrevistados mencionaron un proyecto por el cual todas
las casas se pintaron iguales, si bien no hubo coincidencia respecto de la
cronología y del impulsor. Algunos relacionaron esta medida con el “Proyecto
Yapeyú” de la década del 70, durante la intendencia de Francisco Maiquez y
otros recordaron al Gral. Requeijo de la 3º Brigada de Curuzú Cuatiá, quien
habría mandado a pintar, en forma gratuita, todos los frentes con colores
“coloniales” (tales como el blanco, amarillo y verde que aún mantienen muchas
de las casas del pueblo). Esta idea habría sido puesta en práctica a partir de un
decreto del gobierno nacional (ver fig. 13)
Las ruinas de la casa de San Martín
Antes de la construcción del Templete, la antigua casa de San Martín
habría poseído puertas y ventanas de madera. El tamaño habría sido mayor
que el actual, pero muchas de las habitaciones habrían desaparecido como
consecuencia del reaprovechamiento de piedras para el ferrocarril. Junto al
Templete se encuentra una casa donde hoy funciona un centro de referencias y
la Asociación Aguiyú. Esta construcción habría sido ocupada hasta la década
de 1940 por los curas párrocos de Yapeyú.
El descubrimiento de las ruinas que hoy forman parte del Museo Jesuítico
El mencionado hallazgo habría sido realizado por un alumno del Colegio
Maipú. Aparentemente, el aljibe del colegio se habría encontrado repleto de
basura, lo que llevó a que se realizaran excavaciones en los fondos del mismo.
36
Fue de esa manera que se encontró la punta del escalón del altar mayor. Bajo
estos escalones, se habrían encontrado tres cuerpos de sacerdotes con ajuar
asociado, que se habrían desintegrado ni bien fueron abiertas las tumbas.
Túneles
Se menciona su existencia principalmente en dos sectores del pueblo:
en la antigua iglesia jesuítica y en la zona del templete y el anfiteatro. En
algunas situaciones, el término túnel fue utilizado indistintamente con el de
sótano. Las dimensiones y localización de los túneles variaron según los
entrevistados. Algunos mencionaron la existencia de túneles en el sector de la
iglesia posterior al altar, con largos totales de entre 15 y 20 m. La cantidad de
éstos variaría entre cuatro y siete, y la mayoría desembocaría en la costa del
río.
Entre el templete y el anfiteatro habría habido un túnel-sótano cuyas
dimensiones habrían sido de 4 x 4 m. Ninguna de las personas que
mencionaron el o los túneles los habría recorrido en su totalidad y tampoco
pudieron dar una localización exacta de los mismos. Una de las posibles
salidas se habría encontrado frente al actual Regimiento de Granaderos, donde
en el pasado existió un mangrullo y se habrían encontrado algunos objetos de
valor.
Además, en los túneles, se habrían escondido materiales valiosos (se
mencionaron desde monedas hasta leones de oro).
Pérdida de materiales
Algunos informantes se mostraron reticentes a brindar información, al
menos al inicio de las entrevistas, fundamentando esta actitud en que Yapeyú
había experimentado muchas pérdidas a causa de la “gente de afuera”.
Mencionaron las visitas de coleccionistas que habrían llegado a Yapeyú para
recolectar material que enriqueciera sus colecciones. También que las
antropólogas que llevaron adelante la excavación durante la década del 70
habrían llevado la mayor parte de los materiales recuperados en esa
oportunidad, a La Plata, dejando muy poco para la colección del Museo
Jesuítico. Algunos vecinos acusaron a otros de poseer material arqueológico e
histórico en sus domicilios particulares. Algunos admitieron poseer este tipo de
37
material e incluso accedieron a mostrarlo y autorizaron que sean fotografiados.
Negaron estar dispuestos a donarlos al Museo Jesuítico y esperan formar otro
museo en el futuro con esas colecciones (ver fig. 14 y 15).
RELEVAMIENTO ARQUEOLÓGICO
El relevamiento arqueológico abordó el sitio aplicando:
A. Técnicas no intrusivas
Las técnicas no intrusivas son aquellas en las que la obtención del dato se
realiza sin la alteración del registro arqueológico. Teniendo en cuenta aquí, la
particularidad del sujeto de estudio y la importante presencia de los procesos
de formación de sitio, preferimos maximizar este tipo de técnicas, a los efectos
de minimizar la destrucción de contextos que pueden ser abordados en el
marco de un plan de investigación y puesta en valor más amplio.
Dentro de esta propuesta y para los tiempos y recursos disponibles
utilizamos:
1. Análisis cartográfico comparativo
Cartografía histórica:
Mapa Furlong (ver datos)
Plano Catastral del Pueblo de San Martín. 1864. Víctor Richard. (Maeder y Gutiérrez, 1994:64)
San Martín. Croquis del pueblo. 1884. Agrim.
Martín Zapata – (Gómez, 1923:152-53)
Sin título. Croquis. Sin escala (Maldonado, 1920:40).
Relevamiento del pueblo de Yapeyú. 1899.
Agrim. E Schulte. Plano y topografía. Esc. 1:1000 (Gómez, 1923:104-105; Maeder y Gutiérrez, 1994:63).
Yapeyú a vuelo de pájaro. Dibujo de Vicente
Nadal Mora… sin escala (Furlong, 1978:188; Maeder y Gutiérrez, 1994:)
38
Carta Topográfica de la República Argentina, I.G.M., Hoja
2957-28, Yapeyú. Esc. 1:100000 – 1925.
Carta Topográfica Planimétrica de la Provincia de Corrientes,
Servicio de Cartografía, Fotogrametría y Fotointerpretación,
Hoja 56, Yapeyú. Esc. 1:50000 - 1981
Plano de la Ciudad de Yapeyú. Dirección General de Catastro
y Cartografía, 2003. Esc. 1:5000.
Fotografía aérea. I.G.M., 7D-414-0913 – Esc. 1:60.000, Vuelo
1973.
2. Relevamiento visual pedestre
De acuerdo a la metodología propuesta se recorrió el espacio ocupado
por el pueblo relevando los siguientes datos:
Orientación, morfología, dimensiones y materiales constructivos
de las estructuras arquitectónicas vinculadas principalmente con
las manzanas céntricas del pueblo. (Plano Catastro)9
Reconocimiento de la disposición espacial y topografía de la
actual planta urbana.
Reconocimiento y registro de la reutilización de restos y vestigios
materiales.
3. Relevamiento GPS
Se realizó geoposicionamiento para todos los rasgos y vestigios relevados,
los que fueron agrupados de la siguiente manera:
Area general del pueblo
Muro de contención de sedimento de la huerta
Los datos se presentan en las tablas siguientes.
Área general del pueblo
N° Lugar Coordenadas
003 Templete S 29° 28.301’ O 56° 48.836’
004 Ruinas Flores Meza y Sgto. Cabral S 29° 28.263’ O 56° 49.033’
9 El Plano de Catastro con todas las referencias citadas en este informe se agrega aparte. El único
ejemplar es entregado a la Sub Secretaría de Cultura de la Provincia.
39
005 Casa Obispo Romero y San Lorenzo S 29° 28.204’ O 56° 48.942’
006 Plaza (esquina Obispo Romero y San Lorenzo) S 29° 28.208’ O 56° 48.930’
007 Plaza (esquina Gregoria Matorras y San Lorenzo) S 29° 28.231’ O 56° 48.858’
008 Plaza (esquina Gregoria Matorras y Sgto. Cabral) S 29° 28.294’ O 56° 48.885’
009 Plaza (esquina Obispo Romero y Sgto. Cabral) S 29° 28.272’ O 56° 48.954’
010 Muro de Cimer (calle San Lorenzo) S 29° 28.178’ O 56° 48.992’
011 Muro de Cimer (calle Flores Meza) S 29° 28.161’ O 56° 49.044’
Muro de contención de sedimento de la huerta
N° Lugar Coordenadas
M01 Detrás comedor ACA (calle Gregoria Matorras) S 29° 28.346’ O 56° 48.875’
M02 Gregoria Matorras y Maldonado S 29° 28.378’ O 56° 48.900’
M03 Gregoria Matorras (casa s/n) S 29° 28.410’ O 56° 48.930’
M04 Obispo Romero (misma manzana que el anterior) S 29° 28.394 O 56° 49.011’
M05 Maldonado (en la cuadra de la ferretería) S 29° 28.335’ O 56° 49.047’
M06 Maldonado (enfrente de M05, sobre piedras) S 29° 28.331’ O 56° 49.044’
M07 Sgto. Cabral (interior casa Bartlett) S 29° 28.282 O 56° 49.021
M08 Maldonado (familia Figueredo- Ocampo, ferretería) S 29° 28.357’ O 56° 49.054’
M09 Flores Meza (casa vecina edificio Aguas) S 29° 28.282’ O 56° 49.093’
4. Tipología muraria
Se realizó relevamiento de muros de acuerdo al siguiente criterio:
Paredes cuyo material constructivo fuera piedra:
i. Casas habitación en uso
ii. Muros perimetrales en uso
iii. Casas habitación desocupadas y semi-destruidas
iv. Restos de la “Casa de San Martín”
40
Categorías de diagnóstico operativamente definidas para este
relevamiento:
Conservación:
Excelente: No hay alteraciones de ningún tipo.
Bueno: Hay alteraciones que no afectan su apariencia, su originalidad
puede ser reconocida.
Regular: Más del 80% del vestigio está alterado.
Malo: El vestigio está totalmente modificado y es irrecuperable.
Preservación: Están vinculadas a cualquiera de las categorías de
conservación:
Estable: No hay riesgos de que se produzcan más alteraciones.
Atención: Hay alteraciones activas o potenciales y peligra el vestigio si
no se toman medidas.
Peligro: Las alteraciones ya han modificado lo suficiente y continúan
como para que se tomen medidas extremas de conservación con
urgencia.
Impacto: Existe posibilidad de alteraciones debido a obras planificadas.
Debe estudiarse.
ESTRUCTURA A
Emplazada en zona urbana, corresponde a una casa actualmente
desocupada y en ruinas. Ubicada en la intersección de las calles Sargento
Cabral y Flores Meza, área de baldío, hacia el Este de la plaza. Orientación
del eje mayor de la construcción: 30ºO
Está compuesta de dos habitaciones cuyo eje mayor se orienta E-O,
construidas de bloques canteados y semicanteados de arenisca roja y algunos
fragmentos de ladrillo (0.06m espesor). Todo asentado en barro, con presencia
de tejas y esquirlas de piedra en las juntas. Faltan los techos. La habitación al
Este mantiene aún buena parte de sus paredes y una abertura de puerta que
permite el acceso al interior. La segunda habitación presenta menos altura de
paredes y su estructura está más deteriorada. Hay materiales constructivos
41
producto de desmoronamientos en el interior y exterior. Está colonizada por
diferentes tipos de plantas: trepadoras, gramilla, líquenes. Todo el conjunto se
encuentra a la intemperie (ver fig. 17, 18, 19 y 20) (Plano Catastro).
Diagnóstico:
Bueno – Atención
Espesor pared b: 0,24m
Espesor pared c: 0,50m
Interpretación:
Las características constructivas en general, hacen visibles por lo menos
tres momentos: el primero representado por las paredes a, b, d, e, f; un
segundo, representado por la pared c. Su análisis estaría indicando que son
más antiguas las primeras que la segunda. Un tercero estaría constituido por
reconstrucciones precarias con materiales actuales: viga de hierro a modo de
dintel de la puerta (ver fig. 16).
Cronología:
El tipo de técnica constructiva para el primer conjunto de paredes fue
común a lo largo de toda la época de la colonia. Por otra parte, su técnica no es
idéntica a la reconocida y observada en otras partes del mismo sitio
(estructuras C y D) a las que consideramos originadas durante el período
jesuita. Por lo tanto, es difícil poder asignarle un momento de origen claro.
Como aproximación relativa, la falta de Pórtland para asentar los materiales
constructivos la ubicaría antes de 1880.
Procesos de alteración:
En 2004 fueron colocados pilares de Pórtland a modo de valla, alrededor
de la estructura, lo que constituye un agregado que interfiere con los restos,
tanto en su visibilidad como en la alteración del registro arqueológico cuando
se hicieron los pozos.
En 2005 se realizó al Este de la estructura una excavación por parte
también de la municipalidad, sin fines claros y que aún está abierta.
42
Diagnóstico y recomendaciones:
Su condición de estar ubicada en un predio baldío permite realizar
excavaciones a los efectos de identificar otros restos que pudieran
corresponder al conjunto y mejorar la interpretación.
Requiere de eliminación y control de la vegetación que la invade y altera.
Es museable, previa puesta en valor y determinados los procesos de
preservación.
Relevamiento de datos orales
Las entrevistas realizadas a los vecinos del predio generaron
información sobre la historia reciente de la construcción. Es un lugar que los
turistas recorren, se reconoce la antigüedad que no se precisa en tiempos
“siempre estuvo igual”. En el año 1976 fue abandonada por su dueño que tuvo
hasta ese momento un quiosco con teléfono público. En esa misma década
funcionó allí una Oficina Pública. En las festividades se instala allí un quiosco
de venta de bebidas. Durante un temporal “reciente” se produjeron los últimos
desmoronamientos de paredes. Los muchachos se trepan a los muros sacan
piedras de ellos y las tiran. Las autoridades municipales son responsabilizadas
por el estado del edificio. El propietario del terreno no reside en Yapeyú.
ESTRUCTURA B
Emplazada en zona urbana, corresponde a una casa actualmente
habitada. Ubicada en la esquina de las calles Obispo Romero y San Lorenzo,
hacia el ángulo NO de la plaza. Orientación del largo de la construcción: 30ºO
Se trata de una pared mixta: parte inferior de piedra y la superior de ladrillo
moderno. La piedra es arenisca roja, bloques canteados y semi canteados y
elementos arquitectónicos tales como bases, fustes y capiteles diseminados en
la construcción, asentada con barro. Las paredes de piedra tienen una
terminación superior irregular, continuándose hasta el techo con ladrillo
moderno asentado con arena y Pórtland, cementante presente también en las
modificaciones de las aberturas.
43
Caras externas a la intemperie. La pared de piedra está colonizada por
líquenes y vegetación parásita, aunque tiene mantenimiento de limpieza asiduo
(ver fig. 21 a 23) (Plano Catastro)
Diagnóstico:
Bueno - Atención
No se pudieron tomar espesores.
Solo fue posible observar la cara externa de las paredes.
Interpretación:
La orientación de la estructura permite interpretar que está levantada
sobre fundación originada durante el periodo de la misión, correspondiente a
casa de indios. Las paredes corresponden a una época posterior,
reutilizándose piedras y elementos arquitectónicos provenientes de otras
construcciones de origen misionero. Su ubicación en un área relevante del
pueblo y el tipo de argamasa presente en los tramos de piedra, hace suponer
que su reconstrucción podría estar vinculada con la ocupación de los colonos
franceses a partir de 1862, época en que debió ser totalmente de piedra. La
terminación de ladrillo que se observa ahora obedece a una reconstrucción
posterior, por lo menos de 1880 en adelante debido a la presencia de Pórtland.
Representa los diferentes procesos de ocupación del pueblo,
demostrando en su ubicación, orientación y materiales constructivos, la
reutilización y permanencia del espacio y materiales del período misionero por
parte de dos ocupaciones sucesivas: el poblamiento de los colonos franceses
inicial, y una reforma realizada en el siglo XX, aún en uso.
Datos de relevamiento oral
Los propietarios del inmueble son vecinos de la ciudad de Corrientes. La
señora que habita la casa es la cuidadora desde hace 30 años y no tiene
ninguna información acerca de los materiales que la constituyen ni de su
origen.
ESTRUCTURA C
44
Emplazada en zona urbana, corresponde a un muro perimetral que da
sobre la vereda. Propiedad privada en uso. Orientado 30ºO. Ubicada en San
Lorenzo y Flores Meza, hacia el Oeste de la plaza. Sus materiales
constructivos son fundamentalmente piedra arenisca roja, bloques canteados y
semi canteados, asentados en barro. Se incluyen fragmentos de ladrillo y las
juntas están rellenas con fragmentos de teja y esquirlas. La técnica de
construcción consiste en ordenar los materiales para formar las dos caras de la
pared, mientras que en el centro, las oquedades se rellenan con barro,
fragmentos de piedra y de teja. Posee altura incompleta, su parte superior no
es homogénea y se observan desmoronamientos sobre el patio interno que
delimita. Se encuentra a la intemperie, presenta alteraciones por presencia de
líquenes y arbustos de mediano porte que crecen dentro y sobre la cara interna
de la pared (ver fig. 24 y 25) (Plano Catastro).
Diagnóstico:
Regular – Peligro
Espesor: 0,52m
Interpretación:
Su orientación cardinal y su ubicación con respecto a la manzana
(vereda), hacen factible pensar en su apoyo sobre cimentación correspondiente
a una casa de indios del período misionero. Asimismo, el espesor se
corresponde con el utilizado en el período para paredes de casas habitación.
Si bien no se realizó estudio de fundación, la continuidad y características
constructivas de la pared permiten interpretarla como originada en el período
misionero.
Representa los diferentes procesos de ocupación del pueblo,
demostrando en su ubicación, orientación y materiales constructivos la
permanencia del espacio y materiales del período misionero reutilizados por
parte de la ocupación actual.
Diagnóstico y recomendaciones:
45
Este muro está asociado, en el predio interno, a restos de paredes de
piedra, perpendiculares a él, visualizadas a partir de las acumulaciones de
derrumbe y fundaciones. Por su situación en áreas no construidas son
potencialmente excavables.
Se debe eliminar la vegetación arbustiva que del lado interno crece contra y
dentro del muro. Para ello es necesario comunicarse con los propietarios.
Actividad arqueológica asociada:
Junto a esta pared se realizó la Recolección Superficial 1 (RS1).
Datos de relevamiento oral
Los propietarios del predio son vecinos de la ciudad de Corrientes, el
cuidador no maneja información excepto su conocimiento cotidiano de los
restos que se ven, pero no conoce origen ni fechas para ellos.
ESTRUCTURA D
Emplazada en zona urbana, corresponde a un muro perimetral que da
sobre la vereda. Ubicada sobre calle Flores Meza. Propiedad privada en uso.
Orienta: 80ºO. Sus materiales constructivos son fundamentalmente bloques de
piedra arenisca roja, canteada y semi canteada, asentados en barro. Se
incluyen fragmentos de ladrillo y las juntas están rellenas con fragmentos de
teja y esquirlas. La técnica de construcción consiste en ordenar los materiales
para formar las dos caras de la pared, mientras que en el centro, las
oquedades se rellenan con barro, fragmentos de piedra y de teja. Altura
incompleta en algunas partes, mientras que en otras se remató en un momento
diferente al de su construcción original, con dos hiladas oblicuas de ladrillos
modernos, formando una especie de terminación a dos aguas sobre su parte
superior. Asimismo se pueden observar aberturas correspondientes a la pared
original (ventana) que han sido rellenadas posteriormente. Se encuentra a la
intemperie, presenta alteraciones por presencia de líquenes y musgos sobre
las piedras y entre las juntas (Plano Catastro) (ver fig. 26 y 27)
Diagnóstico:
46
Bueno – Atención
Espesor: 0.45m
Interpretación:
Sus características técnicas, su orientación cardinal y su ubicación con
respecto a la manzana (vereda), hacen factible pensar en su apoyo sobre
cimentación correspondiente a una casa de indios. Asimismo, el espesor se
corresponde con el utilizado en el período para paredes de casa habitación. Si
bien no se realizó estudio de fundación, la continuidad y características
constructivas de la pared permiten interpretarla como originada en el período
misionero.
Representa los diferentes procesos de ocupación del pueblo,
demostrando en su ubicación, orientación y materiales constructivos la
reutilización y permanencia del espacio y materiales del período misionero y su
modificación posterior en períodos que pueden ser asignados, a partir de las
argamasas utilizadas, a un período previo a 1880 (relleno de aberturas
asentado en barro) y posterior a él (terminación superior con ladrillo moderno
asentado con Pórtland y arena).
Está permanentemente a la sombra con alto tenor de humedad.
Requiere de análisis de líquenes y musgos para reconocer su afectación
y prevenir a los propietarios.
Datos de relevamiento oral
No se tomaron.
La “CASA DE SAN MARTIN”
Ubicada en zona urbana, hacia el ángulo SE de la plaza, es una
estructura con un alto contenido simbólico actualmente objeto de exposición,
protegida dentro de un espacio cerrado. Su eje mayor orienta 80ºO. Paredes
de piedra de bloques canteados y semicanteados de arenisca roja, asentados
unas veces con barro y otras con arena y Pórtland. En algunas partes las
juntas se han rellenado con mezcla de arena, Pórtland y arcilla roja. Algunos
47
bloques presentan colonización por líquenes, graffiti correspondientes a
diferentes épocas, oscurecimiento debido a exposición al humo o fuego y
adherencias de Pórtland en sus caras exteriores. La disposición aleatoria de
estos rasgos indica claramente la reubicación de los bloques para la
reconstrucción de paredes.
Son tres habitaciones, sin techo, y paredes semi derruidas cuyas alturas
varían por este hecho. El recinto central tiene puertas hacia el exterior en sus
paredes Norte y Sur, y dos ventanas a los lados de la puerta sobre pared
Norte. Una tercera puerta interior la comunica con la habitación del extremo
Oeste que también tiene una abertura sobre su pared Oeste, careciendo de
ventanas. La habitación al Este tiene una puerta exterior en su pared Norte y
una ventana en su pared Sur. Esta habitación carece de solado presentando
piso de arcilla roja. La central tiene solado cerámico rectangular en mal estado
de conservación, y la occidental, tiene restos de un solado de lajas.
Diagnóstico:
Regular – Estable
Espesor medio de paredes:
Antecedentes
En 1786, un inventario de las construcciones del pueblo establece que
“entre ellas /las casas del pueblo, se encuentra/ una cuadra extendida de E a O
con 9 cuartos y una sala con sus corredores de una banda y otra, con sus
ventanas y puertas techadas de buenas maderas y aquellas con rejas de
hierro, pared de piedra y lo mismo la del corral que circunda todo el ámbito de
dicha(s) aceras de casas” (En Maeder y Gutiérrez, 1994:64)
En 1899, al mismo tiempo que se inaugura el monumento al Gral. San
Martín en la plaza de Yapeyú, se entrega una petición al Presidente Roca
solicitando la conservación de las ruinas atribuidas a la casa natal de San
Martín. Durante las dos primeras décadas se suceden relevamientos de los
vestigios, y discusiones en el ámbito académico, sobre su autenticidad. En
1929, el gobierno de la provincia declara a las ruinas como Monumento
Histórico Provincial. Se dispone su preservación y musealización
inaugurándose en 1838 el templete que encierra los restos arquitectónicos.
48
Desde ese momento hasta la actualidad, se ha debido intervenir en los
vestigios con obras de conservación, fundamentalmente consolidación de
paredes.
El padre Maldonado establece en su publicación (1920) que ya desde la
llegada de los colonos franceses, en la década de 1860, se hablaba de la casa
que había sido habitada por San Martín. En el croquis que publica (1920:40)
en el lugar donde hoy se levantan los restos de la casa y el templete, aparece
dibujada una estructura rectangular, cuyo eje mayor se orienta Este-Oeste.
Presenta cuatro habitaciones sobre el lado Este (10’) cuya función era el
alojamiento de tropa y que dan hacia el Este a un patio que servía de
caballeriza (10’’). Otras seis habitaciones, no comunicadas entre sí, pero con
puertas hacia un patio interno (10) y hacia el exterior, figuran como parte de
una casa de familia. Entre éstas se encontraba la habitación asociada con San
Martín (fig. 10). Por su parte, la tradición oral relevada por nosotros ha
señalado repetidamente que buena parte de las piedras que conformaban las
paredes de la construcción se usaron para las instalaciones del ferrocarril a
principios del siglo XX. Lo que todos destacan, historiadores e informantes, es
que siempre se respetó la habitación –que es la central en los restos actuales-
donde se dice indistintamente que nació o que vivió el Gral. San Martín.
Algunos informantes la recuerdan con sus cerramientos de madera.
Contamos con una fotografía aportada por un informante, correspondiente a las
primeras décadas del siglo XX que retrata al padre Maldonado junto a un
colono, frente a lo que se puede reconocer en su morfología general, como
parte de los vestigios de la casa que actualmente se encuentra dentro del
templete, algunas de cuyas habitaciones aún estaban en uso (ver fig. 28).
Hernán Gómez, que investigó intensivamente el tema (1923, 1942), junto
a toda la información referente a la historia del significado y de la permanencia
material de la casa, publica un plano de la misma (fig. 29) y hace una
descripción de ella donde quedan en evidencia algunas modificaciones sufridas
por la construcción, ocurridas con posterioridad a esa publicación y que se
corresponden con algunas características actuales de la misma.
En primer lugar, su tamaño no se corresponde. Ya en el plano levantado
por Gómez quedan de la construcción que dibuja Maldonado, apenas tres
cuartos y una extensión indefinida de paredes hacia el Oeste y hacia el Norte
49
que parecen haber sido cortadas para la construcción del templete y la
exposición de los restos de interés. En segundo lugar, el plano de Gómez
plantea diferencias en las aberturas de la casa, faltando las dos puertas
laterales en la habitación central que hoy se pueden observar. Asimismo, es
claro en el dibujo, que falta un importante volumen de paredes, sobre todo en
los cuartos laterales (ver fig. 29). A partir del relevamiento que realizamos se
pudo observar algunos rasgos en las piedras: marcas, líquenes e incluso
adherencias de Pórtland en algunas de ellas, que no todas formaron parte de la
estructura original y se encuentran recolocadas en sus lugares actuales (ver fig.
30).
Comparada la fotografía que obtuvimos del informante con los vestigios,
encontramos que existen partes de las paredes que fueron reconstruidas para
su exposición. Por último, hay una gran diferencia entre lo que describe
Gómez y los vestigios actuales. El historiador enfatiza la coincidencia de
presencia de solado octogonal “similar al de la iglesia” en la casa atribuida a la
infancia de San Martín. Actualmente ese solado no está presente. La
habitación del extremo Este no tiene solado, la del centro lo tiene de cerámica
rectangular, y la más occidental presenta restos de un solado de piedra laja.
Nos llama la atención la diferencia, porque más allá de las argumentaciones de
Gómez para fundamentar la veracidad de que la casa fuera la de San Martín,
sus observaciones con respecto al resto de los restos arqueológicos de Yapeyú
son altamente acertadas, por lo tanto nos inclinamos a creer que esta
afirmación también lo fue, solo que el solado ya no está donde debiera.
No es objetivo de este informe aportar ni a favor ni en contra de la verdad
absoluta en relación a si los restos efectivamente corresponden a la casa
ocupada por los Gobernadores de Yapeyú en época post jesuítica. En lo que
tiene que ver con nuestro objetivo, debido a las modificaciones y
cercenamientos que ha sufrido la construcción es difícil adjudicarle una
cronología precisa, sin embargo hay algunos elementos que pueden ser
tomados en consideración para aproximarnos a una hipótesis.
Los restos de paredes que coinciden con la fotografía de principios del
siglo XX están asentados en barro, lo cual indicaría que su construcción
fue realizada antes del uso masivo del Pórtland en la región.
Posiblemente 1900.
50
Si la construcción, que es de estructura compleja, estaba siendo
utilizada a principios del siglo XX, es posible pensar que estuviera
presente al menos una parte importante de ella, cuando se produce la
llegada de los colonos franceses.
Teniendo en cuenta que la ocupación de Yapeyú no se interrumpe a lo
largo del siglo XIX, y se mantiene la tradición oral sobre la “casa de San
Martín”, es posible pensar que la construcción ha continuado en pie y
posiblemente en uso total o parcialmente.
En el documento citado para 1786 se describe con precisión esta
estructura, aunque no se menciona su función. Si, siguiendo la tradición
oral, fue la construcción elegida por los gobernadores de Yapeyú desde
1768 para su vivienda, es claro que su origen se puede ubicar en el
período misionero.
Considerando las características de su arquitectura y distribución del
espacio interno y su ubicación con respecto a la planta del pueblo
misionero, basados en razonamiento analógico podemos generar la
hipótesis de que dicha construcción correspondió originalmente, a la
casa que se disponía para las viudas, huérfanos y mujeres solas en los
pueblos misioneros: el cotyguazú.
Técnicas intrusivas
Las técnicas intrusivas convierten al arqueólogo en un agente más de
transformación del contexto arqueológico, modificándolo a partir de la
remoción/alteración de todo o parte del registro. Se minimizó su empleo,
dirigiéndolas a la resolución de problemas concretos, evitando excesiva
remoción de los materiales culturales muebles y destrucción de los contextos.
Las técnicas utilizadas fueron:
Recolecciones superficiales
Combinación de Trincheras y Sondeos, excavados con técnica
estratigráfica.
Estos últimos se aplicaron exclusivamente para resolver las interrogantes
planteadas por los restos de la iglesia construida durante el periodo jesuita (ver
localización de trincheras y sondeos en fig. 32).
51
Recolección superficial 1 (RS1)
Asociada a la calle junto a la estructura D. Se recogió una muestra
aleatoria de materiales culturales que aparecían en la superficie de la vereda
junto al muro, en área de pasaje.
Objetivos:
Registrar la aparición de materiales culturales en asociación con
áreas abiertas para reconocer la potencialidad del sitio en cuanto a
su presencia y recuperación, ya que parecen ser invisibles, tanto en
las intervenciones sistemáticas que se realizaron, como en el uso
cotidiano de los espacios del pueblo.
Resultados:
Fragmentos de vidrio industriales y no industriales, cerámica
escobada, fragmentos de teja, loza moderna (ver fig. 33).
Trinchera 1 (T1) – 8.40m x 1m – 60ºO
Se planteó transversalmente sobre la pared Oeste de la iglesia jesuita
donde no hay restos ni vestigios en superficie (ver fig. 34, 35 y 36).
Objetivos:
Resolución de presencia, tipo y estructura de la pared en ese lugar
Límite sur de la galería oeste y solado de la misma
Existencia de Sacristía sobre este lado de la Iglesia
Límite con el cementerio.
Resultados:
Se identificó en planta de E a O:
Unidades arquitectónicas:
52
Presencia de solado octogonal perfectamente delimitado en su
límite contra la pared.
Pared de “mezcla de tierras especiales” (Busanicche, 1955)
sedimento compactado gris, 0.90m
Fosa de fundación, sedimento arcilloso rojo, 0,20m
Fuera de las unidades arquitectónicas la estratigrafía sedimentaria se
desarrolla de la siguiente forma:
Estrato 1 – Tapiz vegetal, sedimento areno-arcilloso, gris, con fragmentos de
teja, carbón, vidrio. 0 – 0,23m n/s Producto de acumulación y relleno
correspondiente principalmente al período posterior al Colegio Maipú. Cubierto
por el tapiz, es la superficie actual del suelo.
Estrato 2 – Sedimento areno arcilloso, rojizo-grisáceo clara mezcla de los
estratos 1 y 3, compactado, presentando costra gris blancuzca en la parte
superior, pequeñas y numerosas inclusiones de sedimento gris compactado.
Con abundancia de fragmentos de teja oscurecidos por su frecuente remoción
e intemperismo (rojo grisáceo), y presencia de cerámica con terminación
escobada. Producto fundamentalmente de relleno y en parte de acumulación,
en su última etapa de formación correspondió al período de actividad del
Colegio Maipú. Su superficie habría conformado el suelo de pisoteo
correspondiente a ese período. De acuerdo a información oral esta área
correspondía al patio trasero de la Escuela donde se quemaba basura entre
otras actividades. 0,23 – 0,35 m n/s
Estrato 3 – Sedimento arcillo arenoso, rojizo, con abundancia de fragmentos de
teja y fragmentos de carbón. Estrato de matriz edáfica natural, su periodo de
uso correspondió a la época misionera en adelante, conteniendo parte de los
materiales arquitectónicos (tejas) correspondientes al derrumbe del techo luego
de incendiada la iglesia en 1817. 0,35 – 0,50m n/s
Estrato 4 – Sedimento arenoso con muy baja proporción de arcilla, naranja
claro. Su coloración se aclara a medida que se hace más profundo y aumenta
la proporción de arena. Contiene escasos fragmentos de teja, ubicados en
posición horizontal, de coloración rojizo anaranjado. Estrato de matriz edáfica
natural, ubicado por debajo de las alturas correspondientes a los pisos
culturales interior (solado octogonal) y exterior (galería). La disposición y
53
coloración de los fragmentos de teja asociados y la falta de un estrato
humificado son claros indicadores de que no sufrió la acción del pisoteo por un
período prolongado. Sus características de altura, así como su matriz, permiten
interpretarlo como el área de obra durante la construcción de la iglesia,
aproximadamente entre 1627 y 1647 (cuando queda finalizada).
Trinchera 2 (T2) - 2.85 x 0.45 – 60ºO
Se ubica en forma transversal a la prolongación imaginaria de la pared Sur de
la galería Este.
Objetivos:
Encontrar la pared que cierra la galería Este y el ángulo con la pared de
la iglesia que corre hacia el Sur.
Resultados:
No se registró la presencia de pared en ese lugar. En toda su superficie y a los
0.05m de la superficie actual del suelo quedo al descubierto solado octogonal,
muy fragmentado, denotando malas condiciones de conservación pero in situ
(fig. 37).
Trinchera 3 (T3) - 3 x 0.50 – 10ºO
Se ubica perpendicular y a partir del área central de la T2 (ver figura 38)
Objetivos:
Ubicar la pared orientada N-S que continúa a la galería Este.
Resultados:
En planta de E a W
Fundación en piedra ubicada 0.04m por debajo del tapiz vegetal. Se
trata de bloques chatos y redondeados en su cara superior, que
sobresalen del suelo apenas 0.03m.
Línea de losetas, dispuestas de canto, que delimitan el área de
cimentación/pared y el solado octogonal.
Solado octogonal, muy fragmentado, en malas condiciones de
conservación, in situ.
54
Trinchera 4 (T4) – 1.50 x 0.45m – 30ºO
Se ubica hacia el Sur de la T3 planteada en forma transversal a la línea
de losetas de canto que en ese lugar asoma por entre el tapiz y se orienta N-S.
Objetivos:
Identificar la presencia de la pared que corre N-S.
Resultados:
Al igual que en la anterior encontramos:
Al Oeste, fundación de piedra con las mismas características
reseñadas en la T3.
Línea de losetas, dispuestas de canto, que delimitan el área
fundación/pared y el solado octogonal.
Solado octogonal, muy fragmentado, en malas condiciones de
conservación, in situ.
Trinchera 5 (T5) – 8 x 1m 60ºO
Se planteó en forma transversal al sobre relieve del terreno hacia el Sur
de los vestigios del templo.
Objetivos:
Identificar el límite/pared Sur de la iglesia.
Reconocer los vestigios que conformaban el sobre relieve observado
Reconocer el área correspondiente al presbiterio y los daños sufridos
debido a trabajos con pala mecánica en el lugar (1987)
Resultados:
De Norte a Sur identificamos en planta:
Suelo natural de sedimento arcillo rojizo, falta solado.
Línea de una única fila de losetas de arenisca gris (0.25x0.50m)
asentadas sobre un patín de sedimento especialmente preparado, color
gris, orientada Este-Oeste.
Restos de pared de sedimento especialmente preparado, en continuidad
con el patín mencionado anteriormente, que se levanta inmediatamente
55
al Sur de la línea de losetas anterior de 0.75m de espesor, corre en
sentido E-O.
Sedimento gris rojizo, removido y producto de acumulación, con
importante cantidad de fragmentos de teja.
Restos de pared de sedimento especialmente preparado, de 1.10m de
espesor, corre en sentido E-O.
En matriz de sedimento edáfico natura arcilloso rojo, acumulación de
ladrillos (0.18 de ancho x 0.06 de espesor, no había ninguno con el largo
entero) producto de un derrumbe (ver fig. 39, 40 y 41).
Interpretación:
Se trata del área del presbiterio del templo. El solado faltante fue
removido por las acciones de la pala mecánica en 1987, así como la
acumulación de sedimentos con abundantes fragmentos de teja. Interpretamos
los restos de pared de 0.75m de espesor asociados a la línea de losetas grises
como una pared levantada por detrás del altar (de los retablos). La pared de
1.10m de espesor la asignamos al límite Sur del templo, reconociendo así que
su largo total era de 66.70m desde la línea interior de la fachada.
La acumulación de sedimentos con teja quedó resuelta en el Sondeo 2 (S2).
Sondeo 1 (S1) – 3,70 x 2.70m
Se plantea en área, abarcando desde la línea final de la galería Este y el
ángulo conformado por ésta y la pared de la iglesia no visible que corre N-S.
Objetivos:
Identificar la resolución arquitectónica para el cuerpo de la iglesia desde
el final de la galería Este, hacia el Sur .
Resultados:
Piso de bloques de piedra redondeados ubicados al Sur de la galería
denotando un espacio externo con respecto a la galería y a la iglesia.
Canal de recogida de aguas pluviales de ladrillo y piedra que se inicia en
el ángulo a partir de 1.10m del límite del solado de la galería y del de la
planta de la iglesia respectivamente.
56
Línea de losetas dispuestas verticalmente señalando los límites entre las
paredes E-W ubicada hacia el W y S de la galería y la pared N-S que
cierra el lado Este de la iglesia y los pisos mencionados.
Espacio acondicionado, donde hubo un poste, en el ángulo de
intersección entre las paredes mencionadas arriba (ver fig. 42).
Sondeo 2 (S2) – 1 x 0.50m – 30ºO
Ubicado en forma transversal a la T5 sobre la acumulación de sedimento gris
rojizo con abundantes fragmentos de teja.
Objetivos:
Conocer el espacio que estaba rellenando el sedimento gris rojizo entre
las dos paredes de sedimento especialmente preparado.
Resultados:
Estratigrafía:
Estrato 1 – 0 – 0.21m n/s. Sedimento gris rojizo, con abundantes restos de teja
y carbón. Producto de relleno.
Estrato 2 – 0.22 – 0.32m n/s. Sedimento rojizo grisáceo, con menor cantidad
de fragmentos de teja, aumentan los de carbón en cantidad y tamaño de los
fragmentos. Producto de relleno, pero menos removido que el 1.
Estrato 3 – 0.33 – 0.49m n/s. Sedimento rojizo, sin fragmentos de teja, con
abundantes fragmentos de carbón, de igual tamaño y mayores que en el 2.
Producto de relleno, con menos alteraciones que los anteriores.
Estrato 4 – 0.49 – 0.55m n/s. Piso de solado cerámico rectangular con
adherencias de carbón en su superficie (fig. 43 y 44).
Interpretación:
Los estratos 1 a 3 están rellenando lo que fuera un recinto, ubicado entre
una pared trasera del altar y la pared final del templo. Posiblemente la
sacristía.
Sondeo 3 (S3) – 0,50 x 0.30m
Ubicado contra la cara externa de la pared de piedra Oeste de la iglesia.
Objetivos:
57
Reconocer las características de fundación de la pared.
Resultados:
Fuera de la estructura:
Estratigrafía sedimentaria:
Estrato 1 – Sedimento rojizo grisáceo areno arcilloso, altamente
disturbado. Contiene materiales modernos (vidrio, metal), cerámica
escobada, fragmentos de teja, carbón vegetal y mineral, pequeños
rodados, intrusiones de sedimento gris. (0.30m potencia)
Estrato 2 – Sedimento rojizo, arcilloso. Se asocian a él ladrillos
fragmentados y removidos (ancho 0.06m). (0.15m potencia)
Estrato 3 – Sedimento rojo oscuro, arcilloso. Sin materiales. (Continúa
hacia abajo)
Estructura:
Los bloques de piedra semicanteados de la pared asientan sobre una
capa de sedimento preparado gris y guijarros, cuyo tamaño medio es
de 0.03 x 0.03m, con una potencia de 0.15 a 0.20m. No hay escalón
de fundación.
La relación de altura entre el estrato 2 y el sedimento basal de la pared
no queda clara debido a las remociones sufridas por el terreno en este sitio y a
la amplitud del sondeo (fig. 45).
Preservación del Registro Post Intervención
Excavaciones
Todas las intervenciones sub superficiales fueron tapadas previa colocación
de un indicador cronológico contemporáneo (moneda). Se sellaron depositando
una camada de arena blanca sobre el fondo, y por encima de ella, se rellenó
con el mismo sedimento extraído (fig. 46). Las unidades arquitectónicas
identificadas en planta (solados, fundaciones, paredes) recibieron el mismo
tratamiento.
Materiales culturales
58
No se recogieron todos los restos excavados.
Fragmentos de teja
a. En cada intervención se recogió una muestra dirigida por la posición
estratigráfica de los materiales y su representatividad al respecto
(tamaño, color, matriz asociada). Esta muestra fue embolsada y
etiquetada para su manejo en laboratorio.
b. Un importante número de tiestos quedó en el sedimento extraído y
junto a él volvió al relleno de los pozos.
c. La tercera parte, aleatoria, que había sido separada y no formó parte de
ninguno de los otros grupos, se contabilizó y se colocó en cajas
quedando sin lavar, depositado en el Museo Guillermo Furlong.
Ladrillo
Los fragmentos tuvieron el mismo destino que los grupos b y c de tejas.
Cerámica con terminación escobada
Se trasladaron al laboratorio todos los fragmentos recuperados en las
distintas actividades.
Otros
El resto de los materiales culturales fueron recogidos como muestra de
los estratos y procesos de formación presentes. Se llevan a laboratorio.
El material seleccionado para laboratorio se trajo a Corrientes para
lavar, analizar e inventariar debiendo volver luego a Yapeyú.
7. INTERPRETACION DE LOS RESULTADOS
ÁREA DEL PUEBLO
Los restos y vestigios materiales relevados para la superficie ocupada por el
casco urbano del pueblo permiten concluir:
1) El área señalizada en el Plano de Catastro, relacionada con la plaza y
con por lo menos dos líneas de manzanas en su entorno, mantiene en las
dimensiones de la propia plaza, de sus cuadras y de sus calles, la planta que
corresponde a la diagramación originada en la misión jesuítica.
2) En la misma área, la longitud de la línea frontal sobreedificada sobre la
calle o potencialmente edificable, sumada al registro de muros y fundaciones
59
que juzgamos originados durante el período misionero, reafirma la
interpretación del punto 1. Nos permite afirmar además, que las construcciones
allí presentes se han levantado a expensas de las fundaciones y/o muros
remanentes del período misionero.
3) La plaza mantiene las dimensiones correspondientes al espacio
misionero (fig. 48).
4) La disposición del espacio actual en el pueblo de Yapeyú permite
reconocer y reconstruir a través del registro arqueológico, por lo menos en el
área vinculada con la plaza, la diagramación de la planta de la misión jesuita.
5) Las nuevas edificaciones sobre las fundaciones de origen misionero
están mostrando diferentes procesos de ocupación del pueblo. Es así que su
reutilización se asocia con la ocupación de los colonos franceses de la cual aún
permanecen estructuras de vivienda. Tomaremos como ejemplo la estructura
B, que representa tres momentos (ver fig. 22 y 23):
Fundación de origen misionero
Reutilización de fundación y materiales de mampostería durante la
ocupación de los colonos.
Reutilización de todo lo anterior, terminado con ladrillo y en uso
actualmente.
6) Según la documentación histórica, en los primeros años de la década de
1740, como consecuencia de la epidemia de viruela, se recurrió al uso masivo
de la piedra. Este dato no está representado en las estructuras actuales del
pueblo y se retroalimenta con datos provenientes de la bibliografía e
información oral que afirman la extracción y traslado masivos de materiales
cuando la construcción del ferrocarril y su dislocación para otros usos.
7) Los materiales de mampostería son reutilizados actualmente con diferentes
funciones públicas (bancos en veredas) o privadas (adornos de jardín, parte de
paredes de viviendas) (fig. 49 y 50).
Conjunto de edificaciones correspondientes al conjunto conformado por
los talleres, el colegio y la iglesia.
Talleres y Colegio
60
Este conjunto edilicio ubicado en la manzana al Sur de la plaza, con su cara
frontal orientada al Norte, ha sufrido muchas modificaciones. El área
correspondiente a los talleres y el colegio tienen edificaciones que exceptuando
la línea frontal de fundación que se desarrolla a lo largo de la cuadra, y un resto
de pared visible en el ángulo NE del edificio de la municipalidad, han
desaparecido por completo y pertenecen a particulares. De acuerdo al modelo
empleado por los jesuitas para ordenar todo el complejo arquitectónico y a los
vestigios ubicados en diferentes momentos, los talleres habrían ocupado el
extremo más oriental de la manzana, mientras el colegio ocupó el centro,
lindando con los talleres al Este y la iglesia al Oeste.
Al SE del Museo Furlong y al Sur de la cochera perteneciente al Hotel
San Martín, se ubicarían, de acuerdo al informe de Catoggio (1978), por debajo
de la vegetación de gramilla y caraguatá, restos de algunas de las habitaciones
correspondientes a la estructura del colegio, de origen misionero jesuita. Este
terreno es actualmente, propiedad de la municipalidad.
Iglesia
El área de emplazamiento de la iglesia desde los inicios misioneros del
pueblo, hasta 1817, estuvo en el extremo Noroeste de la manzana, al Sur de la
plaza. En esta etapa registramos: las técnicas constructivas y los diferentes
procesos de formación, fundamentalmente aquellos posteriores a 1817, que
determinaron el estado actual de los restos arqueológicos. A los datos
aportados por las intervenciones anteriores, sobre todo a los de Gómez (1923)
y Catoggio (1978), logramos complementar los siguientes (ver fig. 52)10:
Dimensiones. A partir de los datos obtenidos en la T5 y el
reconocimiento de la pared final del templo al Sur, podemos afirmar que la
planta tenía 30m de ancho por 66.70m de largo total, con su eje mayor
orientado 30ºO. Estas medidas la convierten en uno de los mayores, si no el
mayor, de todos los templos construidos en los pueblos misioneros.
10
Todos los datos consignados en este punto remiten al Plano de la figura
61
Tipología constructiva.
De acuerdo a los rasgos relevados, la adscribimos al Tipo 1 de
Busaniche (1955:55-56) para los templos misioneros jesuíticos: Templo
primitivo o típico, de estructura en madera, y a la Primera etapa 1610-1641: El
bautismo de la arquitectura vernácula de Sustercic (1999:249-258) en el primer
período de construcción de templos.
Las características de los restos de paredes de piedra cuya terminación
se encuentra a los 0.50m por encima del solado, sumado a la escasa cantidad
de piedra encontrada en el área de la iglesia (Gómez, 1923) y los resultados de
las T1, T3, T4 y T5 y S1 donde aparecen restos de paredes de sedimento
especialmente preparado, confirma que las paredes de la iglesia eran de tierra,
no de piedra. La estructura general era de madera, construida con el sistema
de “pares y nudillo”, en el cual las paredes no eran muros portantes
(Busaniche, 1955, Sustercic, 1999). Aporta positivamente a ello el S2 que
demuestra que la fundación de las paredes con basamento de piedra está
conformada por un estrato de tierra especialmente preparada mezclada con
guijarros, lo cual no parece suficiente fundación para una pared de piedra de
1.20 de espesor y por lo menos 3m de alto, sin argamasa de cal; la que, de ser
portante debería a su vez, soportar cabriado y techo de tejas de media caña
de 30m de luz. Dice Cardiel (en Furlong, 1953:388): “todos estos templos se
hacen de diverso modo que en Europa: porque primero se hace el tejado, y
después las paredes. Clávanse en la tierra grandes troncos de madera,
labrados a azuela. Encima de ellos se ponen los tirantes y las soleras; y
encima de estas las tijeras, llaves, latas y tejado; y después se ponen los
cimientos de piedra.” Las crónicas son claras (Busaniche, 1955; Cardiel en
Furlong, 1953) en cuanto a la falta de cal para las construcciones en el período
misionero por lo menos hasta mediados del siglo XVIII. Dice Busaniche que
“los muros de piedra o de adobe se asentaron sobre una mezcla a base de
tierras especiales /sedimento especialmente preparado, gris compacto11/ por lo
cual tuvieron poca solidez y enorme ancho” (1955:44). No fue hallada cal en
ninguna de las intervenciones arqueológicas realizadas en esta área.
11
De esta forma llamaremos en adelante al material de origen sedimentario, intencionalmente preparado,
y registrado por nosotros en diferentes partes de la estructura. Preferimos esta denominación ya que lo
encontramos formando parte de fundaciones de paredes de piedra, de contrapisos y conformando cuerpos
de pared, no habiéndose visibilizado con claridad la técnica de construcción (adobe, tapia u otra).
62
Se identificaron improntas de postes contra las paredes laterales, que
estarían indicando su ubicación cada 7m. Aportan para este dato los
rectángulos de solado diferenciales, posibles tumbas (Catoggio, 1979) que se
ubican perfectamente en los lienzos (ver fig. 52).
Teniendo en cuenta la técnica de construcción (pares y nudillos) y la luz de
la nave (30 x 66.70m) proponemos que la iglesia de Yapeyú haya contado con
un doble par de columnas, haciéndola poseer cinco naves. Es decir, cinco
espacios cuya única definición eran las columnas de madera que sostenían el
pesado techo de tejas. De esta forma, habría sido el segundo templo
misionero con estas características junto con el de Concepción (Busaniche,
1955). Por compartir su concepción del espacio y porque es fundamental para
comprender más adelante nuestras propuestas, citamos lo que Sustercic
expresa sobre las características materiales y simbólicas de las iglesias
misioneras para esta etapa. “La nave central resultante correspondía en planta,
a la nave de cualquier iglesia europea. Equivalencia más lingüística y
simbólica que real ya que la división de las naves en la nueva arquitectura
misionera no correspondía, como en las iglesias europeas, a tres espacios con
cubiertas y claristorios diferenciados. Las altas y esbeltas columnas-horcones
tampoco compartimentaban el espacio al modo de los voluminosos pilares
barrocos de las iglesias coloniales…” (Sustercic, 1999:255) “Lo que se
impone al espectador, que por primera vez penetra en una de estas iglesias, es
la sugestión de un espacio diferente, nunca antes percibido, que se halla
conformado y definido por el inmenso techo a dos aguas, como el firmamento
sostenido por los árboles de los horcones. Esos troncos-columnas enriquecen
con su disposición vertical y rítmica, sin compartimentarla, la percepción de
este vasto ámbito, abarcado y modelado por su gran techo piramidal”
(Op.cit.:256). Volviendo a Yapeyú, no utilizamos como prueba positiva la
posesión de cinco altares para apoyar la existencia de cinco naves, ya que
había templos con esa cantidad de altares cuya luz era más pequeña. El largo
necesitado para las “cadenas” -30m- y la falta de árboles de ese tamaño en la
región es lo que fundamenta desde nuestro punto de vista, la necesidad de un
doble par de columnas.
63
El techo era de tejas de media caña (o muslera) de diferentes grosores;
testimonio del mismo son los abundantes restos de ellas ya consignados por
Gómez (1923) en sus excavaciones. Nosotros hemos reconocido su presencia
tanto en los estratos correspondientes al uso del predio posterior al derrumbe
del techo y abandono del templo (T1 y T5), como en aquellos estratos
contemporáneos a las obras de construcción de la iglesia donde registramos la
presencia de algunos fragmentos (T1). (Fig. 54)
El piso del templo como ha sido ya consignado (Gómez, 1923) y
(Catoggio, 1979), presenta un solado de baldosas cerámicas octogonales
unidas por cuadrados. Existen en el interior de la nave, por lo menos tres
superficies rectangulares donde el solado es de baldosas rectangulares
(posibles tumbas), así como el que corresponde al baptisterio que también es
rectangular.
El templo contaba con dos galerías laterales. La galería Este se
extiende desde la línea exterior de la fachada al Norte, 51m hacia el Sur. Tiene
dos tipos de solado, uno rectangular desde el extremo Norte hasta los 34 m y
desde allí hasta el límite Sur -16m- solado octogonal unido por cuadrados.
Entre los 48m y el límite Sur hay una abertura lateral por la que se continúa el
solado octogonal del interior del templo a la galería. Sobre la línea Este se
observan seis bases cuadradas de arenisca roja con pilares prismáticos, de la
misma materia prima, apoyados sobre ellas. Además, hay otras tres bases sin
pilares y tres pilares sin base. Este número de bases y pilares, su ubicación y
sus características no coincide con lo indicado por Catoggio (1978) en su
informe. No podemos afirmar dadas las condiciones, que esa sea la
disposición original, ni que esas sean las columnas correspondientes a la
galería. Es uno de los indicadores de la continua remoción de piezas en el
área.
La galería Oeste se extiende desde la pared Sur del baptisterio hasta el
final de la pared de piedra, con 28 m de largo. Según Catoggio, (1979), que
logró verlo en sus excavaciones, tuvo solado octogonal que se continuaba
hacia ella, desde el interior del templo, a través de una abertura lateral de 3 m
de ancho. La misma fuente nos dice que se encontraron cuatro pedestales de
columnas, de arenisca roja, con hueco central cuadrado (para sostener poste
de madera). Actualmente, uno de ellos falta y el resto de las características
64
descriptas para la galería son invisibles, debido a las modificaciones
introducidas por la instalación del museo –construcciones y enjardinado-.
Nuestra T1, uno de cuyos objetivos era reconocer la presencia de esta
galería paralela a todo el largo de la pared Oeste tal como aparece en el Este,
demostró que a esa altura (40 m. de la fachada) no hay indicios de que hubiera
habido solado, ni presencia de galería. La superficie de pisoteo era sedimento.
Morfología general
El templo se encierra en una figura rectangular, demostrando nuestras
intervenciones (T3, T4 y S1) al final de la galería Este, que en el área del
presbiterio se reducía el ancho de la planta en 2,30 m. hasta el final. Esta
particularidad está apoyada por:
La ubicación e inicio del desagüe que parte del ángulo descrito y corre
Noroeste-Sureste dejando espacio para el asiento de las paredes de
sedimento especialmente preparado de 0.90m de espesor (fig. 42)
La ubicación y definición de la abertura lateral.
La ubicación de la impronta de la columna en el ángulo interno.
Esto mismo deberá corroborarse sobre la pared Oeste. No tenemos aún
conocimiento de cómo se resolvió el ábside.
Tenía dos puertas laterales, que daban a las galerías.
El baptisterio, se construyó en capilla, a expensas de una extensión
hacia el Oeste de la pared de la fachada, con entrada desde el interior del
templo. El recinto mide 5 x 4,87m y posee solado cerámico rectangular de
0.15x0.08x0.05m.
El área del altar entera fue vista y someramente descripta por última
vez, aunque no mensurada ni registrada gráficamente, durante los trabajos
realizados en el año 1977. (Catoggio, 1979)
Actualmente, se encuentra cubierta de vegetación, sobre todo gramilla,
yuyos y caraguatá, observándose a simple vista, un sobre relieve de forma
aproximadamente rectangular, en el área central, hacia el Sur de la planta del
templo. Por debajo de la vegetación se perciben losetas de arenisca roja y
grandes piedras prismáticas formatizadas como escalones, todo removido. De
acuerdo a datos orales, esta área y por lo tanto los materiales que referimos,
65
fueron removidos con pala mecánica en el año 1987 para construir viviendas,
proyecto que fue detenido.
La T5, dejó al descubierto parte de las estructuras correspondientes al
presbiterio y altar, así como vestigios de un recinto que, al no existir espacios
cerrados hacia el Este o el Oeste del presbiterio, proponemos que habría
funcionado como sacristía. Debe ser contrastado con más información.
En cualquiera de las intervenciones se identifica abundancia de
fragmentos de madera carbonizada, también citado por Gómez (1923), restos
del episodio de incendio de 1817, y correspondientes obviamente a toda la
estructura de madera que la constituía.
Si bien quedaron resueltas algunas interrogantes sobre técnicas
constructivas y tamaño del templo de origen jesuita, solamente el planteo de
excavaciones en área permitirá corroborar o desechar el resto de las
interpretaciones, así como conocer la totalidad de la planta. Queremos dejar
claro aquí que investigación arqueológica no es igual a exposición de vestigios.
La investigación arqueológica manipula la cultura material, con el objetivo de
conocer los comportamientos culturales que le dieron origen y uso, pero
también con el de conservarla y preservarla para evitar su pérdida.
Cementerio
Los trabajos en esta oportunidad no se desarrollaron en el área
considerada como ocupada por el cementerio originado en el período
misionero. De acuerdo a su ubicación generalizada para los pueblos
misioneros, a la izquierda de la iglesia, y sumando a ello los datos de Catoggio
(1979) y referencias orales, la actual calle Obispo Romero ocupa una parte
importante de la superficie que estuviera destinada a cementerio.
Huerta y construcciones asociadas
El área de la huerta sobre la base de la analogía con otros pueblos
misioneros habría estado detrás del conjunto edilicio de uso de los padres, el
cual se encuentra sobreelevado con respecto a los campos de cultivo hortícola.
En Yapeyú, el área que durante el período misionero estuvo destinada a huerta
se puede reconocer a partir de varios rasgos. El primero de ellos se identifica
66
en la topografía del área contigua a la parte trasera del templo y el colegio, que
desciende en suave pendiente hacia el Sur. El segundo está vinculado con la
orientación de una de las líneas principales de canales de recogida de aguas
pluviales, construida para llevar sus aguas pendiente abajo, hacia el lugar de
sembradío.
El tercer rasgo está relacionado con lo que denominamos muro de
contención de sedimentos de la huerta. Señalizado tanto en el croquis de
Maldonado como en el de Gómez, restos de dicho muro pueden ser
actualmente observados en algunas partes del pueblo, atravesando calles y
visible a partir de un abrupto quiebre en la topografía del terreno
inmediatamente asociado a él. Dicha construcción tuvo como objetivo evitar la
erosión y desplazamiento de sedimentos entre la zona alta con el conjunto de
edificios y la huerta y la importante pendiente natural que tiene el terreno hacia
el Sur. De esta forma, este muro de bloques de piedra arenisca roja que,
según los vecinos que lo han observado tendría unos 3m de espesor
alcanzando en algunos tramos hasta 5m de potencia, constituía un verdadero
murallón de contención de sedimentos, preservando el área de cultivos de la
erosión.
8. ESTADO ACTUAL DE LOS VESTIGIOS12
Los vestigios culturales originados en la misión jesuítica representan dos
situaciones: la de invisibilidad y la de visibilidad.
Vestigios no visibles
Los vestigios no visibles permanecen, en la mayoría de los casos, a nivel
subsuperficial sobre todo en predios particulares, donde no han sido
reutilizados para construir sobre ellos. En estos casos existe la posibilidad de
su investigación para obtener nuevos datos sobre la ocupación del espacio,
sobre todo en las casas del pueblo y sobre los procesos que las han
12
En este punto hacemos nuestras además, las recomendaciones realizadas por el Lic. Rafael Goñi en su
informe sobre el estado de los bienes patrimoniales pertenecientes a los pueblos misioneros de la
Provincia de Corrientes (Goñi, 2004).
67
modificado hasta el momento. En esta situación se encuentran también los
restos del colegio que mencionamos antes, una parte importante del templo,
los desagües, la línea de contención de sedimentos de la huerta y
seguramente, otros restos en diferentes partes del pueblo, teniendo en cuenta
la superposición de ocupaciones.
Otros restos no visibles materialmente como las fundaciones de
estructuras, sin embargo, permanecen actualmente en su ubicación espacial a
partir de las reutilizaciones posteriores que mantienen en algunos sectores, la
visibilidad de la planta del pueblo misionero.
Vestigios visibles
Las estructuras que aparecen visibles comparten sin excepciones, un
alto riesgo de pérdida. Todas ellas están siendo reutilizadas, o bien como parte
de paredes de viviendas en uso o como muros de separación de espacios
públicos y privados. Con diferentes grados de alteración, el intemperismo, la
vegetación herbácea y arbustiva y los líquenes que la colonizan, sumado a la
acción de remoción de materiales por los habitantes, producen cambios y la
destrucción con diferente aceleración, de los vestigios.
Entre ellos el caso más urgente lo constituye la iglesia. Los restos del
templo originado en el período misionero han sufrido desde su incendio y
abandono en 1817, diferentes procesos de transformación cuyo último y
definitivo referente hasta ahora ha sido la excavación parcial del predio y la
construcción del Museo de la Cultura Jesuítica “Guillermo Furlong”.
El principal problema que enfrentan los vestigios es su exposición. Por
un lado están expuestos a la intemperie, que los ha dejado a merced de los
agentes climáticos y de la colonización de la vegetación, y por otro, están
sometidos al pisoteo debido a las tareas de limpieza y a la circulación de
visitantes en las ruinas.
El solado cerámico ha sufrido y continúa sufriendo, un deterioro
irreversible: cambio de color, resquebrajamiento, remoción y pérdida de piezas.
La magnitud de esta pérdida puede observarse en las fotografías adjuntas.
La situación es extensiva a todos los tipos de solado existentes. De la
misma forma, ocurre con las paredes de piedra. Las excavaciones del año 77
68
dejaron expuestos restos de paredes asentadas en barro que sufren similares
procesos de destrucción que los solados: remoción de piezas, colonización por
la vegetación, intemperismo.
En esta misma situación se encuentran las piezas arquitectónicas
muebles tales como fustes, capiteles, bases de columnas, escalones, que
yacen sin orden y muchas veces en situaciones y posiciones en las que peligra
su conservación.
A estas modificaciones se suma la construcción de los edificios
destinados para el museo sobre y dentro del recinto de la iglesia. Las pautas
de investigación para el bien cultural no están en tela de juicio, evidentemente
se respetó lo estipulado por la Carta de Venecia (1964) para la investigación de
sitios arqueológicos con estructuras arquitectónicas. Los directores de ese
proyecto fundamentan además, de acuerdo a criterios museográficos, la
orientación teórica elegida para el manejo del área (Gutiérrez, 1978). Sin
embargo, y sin querer caer en juicios anacrónicos, el manejo inadecuado de
conceptos fundamentales como conservación y preservación en la
administración de bienes culturales, está presente en el estado actual de los
restos del templo jesuita.
La construcción de edificios dentro del recinto de la iglesia alteró y
destruyó una parte de él. En lo material y en lo simbólico.
En lo material, no hubo conservación, en la medida que necesariamente
tuvo que ser destruida una parte y alteradas otras para llevar a cabo la obra de
construcción de los módulos del museo y su emplazamiento. Además, no se
previó la preservación de los vestigios posteriormente a la intervención. Todos
los restos quedaron expuestos al pisoteo constante de los visitantes y
empleados que deben, necesariamente, caminar sobre los restos para poder
recorrerlos. Por otra parte, para la circulación entre los módulos se
construyeron pasarelas de madera que pretendiendo proteger el solado, se
apoyan directamente sobre él. No se previeron las consecuencias de alterar y
dejar al descubierto estructuras y materiales sin las medidas de preservación
necesarias. Treinta años después, los daños son mensurables –como para no
repetirlos ni continuarlos-.
Desde el punto de vista simbólico, la ruptura es igualmente seria. El
valor del espacio está en la dimensión cognitiva y simbólica que le dan sus
69
creadores y que luego cada observador re interpreta en función de sus propios
códigos. Su significado está plasmado en sus dimensiones, en las
características de su delimitación, en sus divisiones internas y en los objetos
que están y los que no, que lo transforman en un espacio con significado
sociocultural.
Recién ahora conocemos las dimensiones totales del templo y su
morfología parcial. Con más información se puede confeccionar una maqueta
o su reproducción digital en tres dimensiones. Sin embargo, el espacio del
templo original quedó incapacitado para ser mostrado, aunque sea en su
planta. Está interrumpido por las construcciones del museo.
Lo que en este momento está expuesto no le muestra al visitante la
iglesia jesuita de Yapeyú. Debido a la presencia de los módulos del museo y
que lo expuesto es solamente una parte del templo sin cartelería, a lo que se
suma la presencia de restos y vestigios colocados fuera de sus lugares
originales, lo visible es una suerte de escenografía que muestra restos de una
construcción: anónimos, amorfos e incompletos.
Por lo tanto, en muchos sentidos, sería recomendable tomar medidas en
forma urgente con respecto a estos vestigios.
9. LA SOCIEDAD YAPEYUANA Y LOS RESTOS MATERIALES
El pasado de un grupo social no siempre y muchas veces no sucede, es
reconocido o apropiado por los individuos. El reconocimiento de la importancia
histórica de los pueblos misioneros es una construcción intelectual que
proviene de los grupos que pueden construirla –académico y político-. La
convivencia con los restos de un pueblo misionero no necesariamente
convierte a los individuos en propietarios de ese conocimiento. Median planes
de enseñanza de la Historia Nacional, procesos históricos sociales complejos,
construcciones identitarias, coyunturas económicas, entre las muchas variables
posibles en la dinámica sociocultural.
La decisión de gerenciar bienes culturales con fines de desarrollo
cultural y económico en una localidad, debe pasar necesariamente, por un
reconocimiento del imaginario social colectivo local con respecto a lo que se
propone, para conocer el grado de apropiación y de construcción de la
70
temática. Difícilmente se pueda esperar conservadores y preservadores en
una población no apropiada de su pasado; por lo general, para ella, los restos
materiales forman parte de su entorno cotidiano más funcional en lo material
que en lo simbólico. Y frecuentemente sucede que dichas construcciones no
coinciden en nada con las que en los mismos planos tienen la academia y los
gobernantes. En el caso concreto de Yapeyú, basta con ver la reutilización
actual para funciones diversas, de restos arquitectónicos de origen misionero.
La apropiación para usos públicos: afilado de herramientas, ornamentos de
jardín, bancos, mesas; la reutilización de remanentes de muros y paredes que
“sirven”, y seguirán estando hasta que terminen de cumplir su función “actual” o
se desplomen; la apropiación privada a modo de trofeos personales, de
imaginería y otros objetos muebles.
Por estas razones y otras más, ya fundamentadas, hacemos hincapié en
este informe, en los procesos generales y no en el “momento” particular
misionero exclusivamente.
Desde lo político y académico nuestra obligación es ver objetos y
espacios dinámicos y no estáticos, y reconocer no solamente el estado de los
restos materiales y cómo se pueden utilizar para el desarrollo económico, sino
aproximarnos al lugar que ellos tienen en la sociedad actual, en este caso la
yapeyuana, para generar una interactuación real.
De las entrevistas realizadas para generar una primera aproximación a
la sociedad, podemos resumir de la siguiente forma, los temas que preocupan
a nivel material y simbólico: la presencia de “túneles”; la existencia de “tesoros”
asociados a esos túneles y la figura de San Martín prestigiando al pueblo, que
a su vez, aunque se reconoce y enorgullece detentando tan alto honor, se
siente dejado de lado o “incomprendido” por la nación.
El museo de la cultura jesuítica no se “siente” como propio: son los
“honguitos”. Del pasado, tanto misionero como de los colonos franceses, poco
se habla. Algunos de los testimonios orales llamaron la atención por su
coincidencia con lo publicado por autores como Maldonado y Gómez,
historiadores de la primera mitad del siglo XX que han sido superados por la
producción historiográfica posterior, y que es desconocida por la comunidad.
71
No se asocia la construcción del pasado al desarrollo socioeconómico,
se “espera” que lleguen soluciones desde lo político y lo académico casi en una
inconsciente actitud paternalista.
10. DIAGNOSTICO Y RECOMENDACIONES
Planificar la recuperación del pasado para mirarlo en el presente implica
asumir responsabilidades de futuro y no solamente ejecutar. Los bienes
culturales son propiedad de la sociedad, administrados por el estado la mayoría
de las veces y mediatizados en su conocimiento por la academia. Ambos
grupos de elite, que no debemos perder de vista que, tanto la administración
como el conocimiento de lo que definimos como “Patrimonio Cultural”, deben
estar ligados a la sociedad que convive con él. Esto conlleva la obligación de
ambos grupos –político y académico- de conocer a la sociedad en la cual
están insertos los bienes culturales para que ella sea parte activa de la
propuesta de gerenciamiento de esos bienes.
La tarea de gerenciar los bienes culturales yapeyuanos requiere de un
equipo de trabajo e investigación interdisciplinario. Es preciso profundizar en
los comportamientos de la sociedad, desarrollar actividades de extensión y
capacitación, involucrar a la sociedad en el proyecto como una parte activa de
promoción. Actuar para que la sociedad sienta la necesidad de conocer,
preservar y utilizar ese pasado en beneficio propio con ideas propias.13
Paralelamente, es necesario implementar con carácter de urgente en
algunos casos, tareas de conservación y preservación del patrimonio expuesto,
comenzando con los restos del templo.
Para totalizar la información sobre el templo y lo que queda del colegio
se requiere como ya lo expresamos, una investigación histórica y arqueológica
más amplia y exhaustiva. Ella permitiría obtener los conocimientos que nos
faltan a través de la recuperación de los restos y vestigios remanentes, que no
necesariamente deberán ser expuestos. Las técnicas museográficas para
exponer o no los vestigios, deberán ser aportadas por el profesional
correspondiente.
13
Acciones de este tenor ya están contempladas en el Programa Pueblos Jesuíticos de la Sub Secretaría de
Cultura de la Provincia de Corrientes.
72
En aras de la preservación de los vestigios deberían preverse lo antes
posible, las medidas para detener las acciones dañinas. Estas deberían
discutirse con el equipo interdisciplinario porque involucran decisiones
filosóficas y ejecutivas directas, además de la evaluación de los costos para las
diferentes posibilidades.
Cualquiera de las investigaciones arqueológicas que se realicen con
técnicas de intervención, deberán estar enmarcadas en un proyecto global de
gerenciamiento de los bienes culturales para tomar las decisiones de tapar o
exponer total o parcialmente los vestigios.
Por otra parte, existe un conjunto de vestigios que contiene información
en la situación y estado que se encuentra actualmente, y que requeriría en lo
inmediato, de la aplicación de las técnicas museográficas necesarias para
hacer visible una parte importante de la historia del pueblo, comenzando con su
origen misionero. Nos referimos al conjunto de manzanas relacionadas con la
plaza, así como diferentes tramos del muro de contención de la huerta y el
espacio de la huerta mismo de época jesuítica.
11. CONCLUSION A MODO DE RESUMEN
1. Se debe considerar la continuidad en la ocupación del espacio en el
área de Yapeyú. La existencia de colecciones tanto de cerámica como de
líticos recolectadas en sitios aledaños indicaría la presencia de grupos
indígenas habitando la zona. Este dato se menciona además en las
fuentes, cuando se justifica la elección de Yapeyú como lugar de
asentamiento de la misión jesuítica.
2. El Yapeyú misionero tuvo vital importancia geopolítica para el conjunto
de los pueblos misioneros por su ubicación meridional sobre el río Uruguay.
Administró importantes superficies de campo y rodeos numerosos de
ganado vacuno, en una extensión que abarcaba parte de los actuales
territorios de Uruguay y Brasil. El espacio yapeyuano fue más allá del
poblado mismo, fue la misión de mayor población, “la” estancia de
producción y cría de ganado de los 30 pueblos. En él funcionó una escuela
de música, se fabricaron instrumentos musicales y armas, se hilaba
algodón. Su población estuvo integrada con individuos de diferentes grupos
73
indígenas además del guaraní y hubo presencia de individuos afro en
diferentes momentos, durante el período jesuita y durante la ocupación
portuguesa. Tuvo una importante jurisdicción religiosa abarcando territorios
al oriente y occidente del Río Uruguay, que culminó hacia 1823.
3. Mantuvo sus posesiones y capacidad económica menguada, pero muy
por encima de los otros pueblos, aún durante el periodo post jesuítico, así
como su preponderancia demográfica por lo menos hasta las dos primeras
décadas del siglo XIX.
4. Fue objeto del ataque portugués en dos ocasiones, 1801 y 1817. El
último destruyó definitivamente el templo y parte de sus edificaciones y la
sumó al despoblamiento en que todo el contexto bélico estaba sumergiendo
al territorio misionero. Sin embargo, para 1819 ya estaba funcionando otra
iglesia (en el lugar donde se levanta la que está en uso actualmente) y es
claro que un reducido núcleo de familias continuó viviendo en torno a las
ruinas y reutilizando parte de ellas a lo largo del siglo XIX.
5. En 1862 los impulsos de poblamiento de la campaña desde la
gobernación de la Provincia, llevan a instalar en el lugar del antiguo pueblo,
a un conjunto de colonos franceses. Se limpia la vegetación que había
ganado el área central, se reutilizan fundaciones y materiales
arquitectónicos, se reedifica la iglesia que había funcionado durante el siglo
XIX.
6. A lo largo del siglo XX el crecimiento del pueblo, la construcción del
ferrocarril, continúan produciendo movimientos, extracciones masivas y
reutilizaciones de los materiales constructivos, así como el descubrimiento
de nuevos restos y vestigios que pasan a formar parte de la fisonomía
cotidiana del pueblo.
7. De esta forma, actualmente se amalgaman en Yapeyú restos y vestigios
de su origen misionero, visibles en materiales y diseño del espacio, restos y
vestigios de la colonización francesa, ausencia de restos por sus
reutilizaciones y extracciones para otros lugares. Se perciben
modificaciones y ocultamientos de vestigios en aras de nuevas
construcciones y reutilizaciones funcionales o simbólicas de los materiales
muebles.
74
8. Esta suma dinámica de procesos da como resultado al Yapeyú actual.
Esos procesos son los que deben hacerse visibles, compartiéndolos con la
sociedad yapeyuana a su manera. Cualquier proyecto de gerenciamiento
de bienes culturales que no tenga en cuenta la inserción de la sociedad
como el tercer grupo de opinión, junto con lo académico y lo político, será
una imposición más, una solución que “se espera que llegue”, pero que
difícilmente prosperará, si no es apropiada por los habitantes.
Para ello se requiere:
La conformación de un equipo interdisciplinario: arquitectos, antropólogos
sociales, arqueólogos, museólogos, historiadores, lingüistas, técnicos en
turismo y comunicación para desarrollar un proyecto integral de gerenciamiento
de bienes culturales.
La creación de una red interinstitucional que sume a las fuerzas vivas de la
sociedad: Instituciones gubernamentales (nacionales, provinciales,
municipales), Institutos de Enseñanza, Organizaciones religiosos, Empresarios,
y cualquier otra Institución o individuo que esté afín a sumar sus esfuerzos.
Tareas de extensión para vincular a la sociedad con su patrimonio y
comprometerla en su protección.
Tareas de conservación, drásticas y urgentes para la mayor parte de los
vestigios visibles, especialmente el templo.
Tareas de investigación arqueológica para obtener nuevos conocimientos
acerca de los comportamientos culturales no escritos, presentes en los
procesos yapeyuanos.
Ampliar el desarrollo de la investigación histórica como apoyo para el
conocimiento de los contextos socioculturales.
Tareas de musealización de los vestigios y espacios con significado.
Tareas de capacitación para transformar a los bienes patrimoniales tangibles e
intangibles en productos que desarrollen la creatividad con miras al desarrollo
económico local.
75
12. BIBLIOGRAFIA BATTAGLIA, A. 1964. Reconocimiento geológico general del río Uruguay, entre el A° Mocoretá y Apóstoles (Misiones). Inf. Técnico del D.N.G.M., N°23, Buenos Aires. BUSANICHE, H. 1955. La arquitectura en las Misiones Jesuíticas Guaraníes El Litoral, Santa Fe. CATOGGIO, M. M. 1979. Excavaciones Yapeyú. Puesta en valor de la Misión Jesuítica “Nuestra Señora de los Reyes de Yapeyú. Yapeyú (Provincia de Corrientes) DANA, 7:13-17. Facultad de Arquitectura y Urbanismo, UNNE. Resistencia. COLEGIO MAIPU. Libro Histórico. Año 1968- 1969. M/S. Yapeyú. DEL TECHO, N. 1897. Historia de la Provincia del Paraguay, de la Compañía de Jesús, T III. Madrid. Diario Época. 1995. Domingo 7 de mayo. Corrientes. FURLONG, G., 1953. José Cardiel, S.J. y su Carta Relación (1747). Librería del Plata S.R.L., Buenos Aires. FURLONG, G. 1978. Misiones y sus pueblos de guaraníes. Posadas GÓMEZ, H. 1923. Yapeyú y San Martín. Librería Nacional; J Lajouane y Cia. Editores. Buenos Aires. 255 pp. Librería Nacional. Buenos Aires. GÓMEZ, H. 1942. El municipio de Yapeyú. Corrientes. GOÑI, R. 2004. Evaluación del estado de conservación de sitios históricos-arqueológicos. Informe de Viaje a la Provincia de Corrientes. M/S GUBER, 2004. El salvaje metropolitano. Reconstrucción del conocimiento social en el trabajo de campo. Paidós. Buenos Aires. GUTIÉRREZ, R., 1979. Museo Guillermo Furlong. Yapeyú. DANA, 7:19-23. Facultad de Arquitectura y Urbanismo, UNNE. Resistencia. HERNÁNDEZ, P. 1908. El extrañamiento de los jesuitas del Río de la Plata. Madrid. MAEDER, E. y R. GUTIÉRREZ, 1994. Atlas Histórico y Urbano del Nordeste Argentino. Pueblos de indios y Misiones Jesuíticas. Instituto de Investigaciones Geohistóricas. CONICET-FUNDANOR. Resistencia MAEDER, E. y R. GUTIÉRREZ, 1995. Atlas Histórico del Nordeste. Instituto de Investigaciones Gehistóricas. CONICET-FUNDANOR. Resistencia.
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