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Avá. Revista de Antropología ISSN: 1515-2413 [email protected] Universidad Nacional de Misiones Argentina Ramírez, Omar El espejo invertido de la realidad: del discurso del desarrollo a la apología de la gestión ambiental Avá. Revista de Antropología, núm. 10, marzo, 2007, pp. 66-77 Universidad Nacional de Misiones Misiones, Argentina Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=169014142003 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Redalyc.El espejo invertido de la realidad

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Avá. Revista de Antropología

ISSN: 1515-2413

[email protected]

Universidad Nacional de Misiones

Argentina

Ramírez, Omar

El espejo invertido de la realidad: del discurso del desarrollo a la apología de la gestión ambiental

Avá. Revista de Antropología, núm. 10, marzo, 2007, pp. 66-77

Universidad Nacional de Misiones

Misiones, Argentina

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=169014142003

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Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

66 avá Nº 10 /Marzo 2007

"El problema no es cambiar la "conciencia" de la gente o lo que tienen en la cabeza, sino elrégimen político, económico e institucional de producción de verdad"

(Michael Foucault. Un diálogo sobre el poder)

ResumenConstruido e históricamente conceptualizado desde el segundo periodo de posguerra, el desarrollo-como formulación discursiva de la creación de la realidad social- parece haberse constituido enuna de las principales directrices del transcurrir civilizatorio. Desplegando un conjunto de estra-tegias de planificación y promoviendo la transformación de los territorios mediante grandes pro-yectos, el desarrollo intenta presentar un esquema exclusivo -pero también excluyente- por mediodel cual interpretar los hechos y los acontecimientos. Tal modelo discursivo ha logrado avanzartras anular, asimilar y excluir diferentes representaciones socioculturales y ofrecer, simultáne-amente, soluciones aparentemente generalizables a la totalidad del género humano. Hoy en día,ante la enunciación de una problemática ambiental de escala planetaria, la moderna gestiónambiental se consolida como una propuesta global. Ante esto, ¿es posible reconocer un cambioentre la formulación discursiva de la gestión ambiental y la del desarrollo?

Palabras Clave: Biodiversidad Cultural - Desarrollo - Gestión Ambiental - Globalización- Plani-

ficación.

AbstractConstructed and historically conceptualized since the second post-war period, the development-understood as a discursive formulation of the creation of social reality- seems to have been esta-blished as one of the main guidelines of civilization's course. Displaying an ensemble of plan-

* Omar J. Ramírez. Centro de Estudios Interdisciplinarios (CEI). Universidad Nacional de Rosario (Argenti-na). Investigador Maestría en Sistemas Ambientales Humanos. E-mail: [email protected]

El espejo invertido de la realidad:

Del discurso del desarrollo a la apología de la gestión

ambiental

Omar Ramírez*

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ning strategies and promoting the transformation of territories by means of large developmentprojects, the development aims to present an exclusive -but also excluding- scheme by which factsand events can be interpreted. Such discursive model has been able to advance after annulling,assimilating and excluding different socio-cultural representations and simultaneously offeringsolutions that can be apparently generalized to the whole of humankind. Nowadays, in the pre-sence of an environmental problem of global scale, the modern environmental management con-solidates itself as a global proposal. Taking all this into account, is it possible to recognize achange between the discursive formulation of environmental management and that of deve-lopment?

Key Words: Cultural Biodiversity - Development - Environmental Management - Globalization

- Planning.

Omar Ramírez /El espejo invertido ...

Fecha de recepción: Agosto 2006Fecha de aprobación: Octubre 2006

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Asumamos dos puntos de referen-cia: por un lado, la interpretación deldesarrollo como una construcción dis-cursiva formulada en unos contextoshistóricos específicos, en respuesta alinterés de ciertas entidades y dinámicasde poder. Por el otro, la representaciónde una problemática ambiental a esca-la planetaria, caracterizada por laintensificación de una crisis civilizato-ria ecológica y social de impacto yrepercusiones globales. Si bien estasdos distinciones no se configuran apartir de una relación dual, sí ofrecenun significativo marco de análisis parala formulación de algunas reflexionesiniciales, sobre el papel desempeñadopor la moderna gestión ambiental,frente a la forma como integra y asi-mila la diversidad cultural en los dis-cursos totalizantes que actuaron -yactúan- como enfoques universalesaparentemente aplicables al conjuntodel género humano.

A continuación se plantean algunosinterrogantes iniciales que intentanobrar como parámetros guías, al esbo-zar aquellos tópicos sobre los cualesorientar la propia mirada del escrito:¿Es posible reconocer un cambioentre la formulación discursiva del des-arrollo sostenible y la del desarrollo pro-movido durante el segundo periodo deposguerra hacia mediados del sigloXX? ¿Qué repercusiones programáti-cas y pragmáticas genera el hecho dereconocer una problemática ambientala escala global? Ante esto ¿cómopodría interpretarse la relación entre lamoderna gestión ambiental, al ser pre-

sentada hoy en día como una de lasprincipales estrategias de planificacióny administración social, y la existentepluralidad discursiva social y cultural dela realidad?

El desarrollo como construcción histórica

A partir de la identificación de cier-tas condiciones materiales y la dife-renciación comparativa de particularesrelaciones sociales, el desarrollo parecehaberse constituido en una de las prin-cipales directrices del transcurrir civi-lizatorio de los denominados países delTercer Mundo.

Partiendo del reconocimiento de laimportancia de las dinámicas de dis-curso y poder en la creación de unaexperiencia colectiva, el desarrollo seexpresa como un resultado histórico,como una 'obra' efecto de prácticascognitivas concretas que intenta pre-sentar un esquema singular por mediodel cual acercarse al mundo. Es decir,como una 'invención' de los hechos, deverdades y posibilidades, de ficcionesy claridades, de mitos y libertades,logrando ser un eje articulador de larepresentación de los acontecimientossociales (Escobar, 1998; Gendzier,1985; Sachs, 1990, 1996).

Construido e históricamente con-ceptualizado desde el segundo periodode posguerra1, el desarrollo insinúa launiformidad de percepción del mundoen concomitancia con ciertas repre-sentaciones subjetivas, permitiendo lademarcación de aquellos espacios,

1 Para Wallerstein (1996: 164) "el surgimiento del término desarrollo fue una consecuencia inmediata de la apa-rición política del llamado tercer mundo en la era posterior a 1945". En este mismo sentido Sachs (1996: 1-7)afirma: "el faro del desarrollo fue construido inmediatamente después de la Segunda Guerra Mundial. Siguien-do al colapso de las potencias coloniales europeas, los Estados Unidos encontraron una oportunidad para dardimensión mundial a la misión que sus padres fundadores les habían legado: "ser el fanal sobre la colina"".

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pensamientos, estrategias y relacionesque han de ser promovidos comorutas certeras a recorrer por todas lassociedades y culturas. Donde 'la reali-dad', conquistada por una singularforma de interpretación, responde auna discreta descripción de las cir-cunstancias y los hechos.

Para comprender el desarrollocomo una construcción narrativa, esnecesario entenderlo como una 'estra-tegia', como un complejo de relacionesque entrama objetos, acciones, actores,representaciones, imaginarios, pensa-mientos y elementos, agrupándolos ydisponiéndolos conforme a una par-ticular lógica de argumentación.

Dicha situación establece un claroseñalamiento de "quién puede hablar,desde qué puntos de vista, con quéautoridad y según qué calificaciones",llevando a cabo una aprehensión dis-cursiva claramente coartante y unasubyugación de las dominantes salidasplanteadas mediante la precisión de"reglas a seguir para el surgimiento,denominación, análisis y eventualtransformación de cualquier proble-ma, teoría u objeto en un plan o polí-tica" (Escobar, 1998: 88). Esto reflejacómo los procesos de apropiación detal expresión, junto a los intentos porvariar su representación, terminansiendo formulados en los mismos tér-minos conceptuales inherentes a laidea del desarrollo2.

Este característico enfoque deno-ta la condición imperante y estándardel desarrollo: canalizar los imagina-rios sociales y los rumbos civilizatorios

bajo regímenes de 'construcción de laverdad'. Al hacerlo, la forma dedimensionar el abstracto y universalnivel de análisis, se transforma en unfactor condicionante de las reglas deexpresión y de las categorías de enun-ciación de los acontecimientos, refle-jando no sólo el aspecto determinan-te de la situación, sino también lanaturaleza hegemónica del discurso.

Así, no sólo se posibilita el des-pliegue de una forma de ser y actuar,sino que también se imposibilitan ycondicionan otras. Esta dinámica,interpretada como "representativa dela lógica de un campo de poder políti-co y económico, donde los actorescolectivos intentan establecer sus pro-pias perspectivas particulares, como laforma más correcta de proceder conrelación al desarrollo" (Ribeiro, 1991:59-101) plantea una doble situación.Por un lado, reconoce un proceso decircunscripción, es decir, de reconoci-miento de aquellas prácticas concep-tuales y empíricas adaptables y fun-cionales a la propia conformación ydifusión de la lógica que pretende serresaltada. Por otro lado, crea un pro-ceso de transgresión, de exclusión de ladiferencia, de la otredad, de aquelloque no logra ser compatible con lalógica inicial, como resultado de unasubvaloración relativa del fenómeno.

Este proceso de encuentro y con-frontación con aquello que no res-ponde a la lógica conocida y aceptadacomo única y válida por y para la socie-dad, supone la existencia de un estadoejemplar 'desarrollado' -e ineluctable-

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2 Un símil de esto es presentado por Escobar (1998: 22) al evidenciar cómo hacia finales de los años setenta,la discusión crítica y las propias estrategias alternativas al proceso dominante, necesariamente debían tener enconsideración la noción del desarrollo: "podía criticarse un determinado enfoque, y proponer modificacioneso mejoras en concordancia con él, pero el hecho mismo del desarrollo y su necesidad, no podían ponerse enduda".

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mente de otro 'subdesarrollado'- atri-buyendo un carácter despectivo yantagónico a la multiplicidad de relatosy culturas. Cada episteme histórica (Des-cola, 2001: 101-123) que construye suspropias combinaciones específicas derepresentación, se ve reinterpretadacomo un proceso 'inconcluso' e 'insu-ficiente', obligado a ser superadocomo menester objetivo e ineludibledel devenir civilizatorio. Perfilandotanto la problemática ante la cual diri-gir la mirada (el 'subdesarrollo' de algu-nas regiones del mundo) como la sali-da certera para superarla (enclavestecnológicos y económicos3), la idio-sincrasia del Tercer Mundo es enun-ciada en términos de 'escasez' y las cul-turas, por tanto, son expresadas como'obstáculos' al proceso de 'moderniza-ción' y 'progreso' inherentes del des-arrollo.

Uno de los principales efectos detal proceso es el señalamiento de la'pobreza' -especialmente la existente enlos países tercermundistas- como elproblema social y central a resolver.Asociada a diversas característicasinherentes a las culturas de estasregiones, y teniendo en mente las diná-

micas sociales, políticas y económicasde los países poderosos de Occidente,la 'pobreza' es relacionada con condi-ciones de 'deficiencia', 'carencia', 'esca-sez' y 'necesidad'; descifrando unascategorías aparentemente 'incomple-tas', susceptibles de ser 'mejoradas', 'ali-viadas' y 'restablecidas', por medio dela inserción de diferentes procesos deplanificación e intervención, dirigidasa 'modernizar', 'completar' y 'benefi-ciar' a dichas regiones4.

Así, las culturas, como procesosmúltiples y disímiles, son anuladas dis-cursivamente y transferidas automáti-camente a una idea evolucionista de lasociedad5, donde las regiones deno-minadas 'avanzadas' o 'desarrolladas',se encuentran en una instancia 'ade-lante' y 'mejor' con relación a las lla-madas zonas periféricas (Wallerstein,1996). Pero además, paradójicamente,donde estas últimas deben ser someti-das a una necesaria intervención paraavanzar y lograr alcanzar un estadopleno de bienestar.

Tras ello, las jerarquías discursivasadquieren sentido y actúan de formafuncional a la idea de existencia de unpunto, un estado, una condición o un

Ya desde 1949, el presidente estadounidense Harry Truman hacía explícito los mecanismos necesarios paraafrontar el 'subdesarrollo': "creo que deberíamos poner a disposición de los amantes de la paz los beneficiosde nuestro acervo de conocimiento técnico para ayudarlos a lograr sus aspiraciones de una vida mejor […] pro-ducir más es la clave para la paz y la prosperidad. Y la clave para producir más es una aplicación mayor y másvigorosa del conocimiento técnico y científico moderno". Harry Truman (1964/1949). Public papers of thePresidents of the United States, Harry S. Truman. Washington: U.S. Government Printing Office (Escobar,1998: 19).4 El Sistema Bretton Woods del periodo de posguerra, contribuyó enormemente a este proceso. Los ajus-tes estructurales impulsados por el Banco Mundial y el FMI en busca de presuntas mejoras, indujeron nuevosritos de dependencia y degradación de los territorios. La mayoría de las naciones de África, América Latina yAsia se concentraron en la exportación de productos primarios (café, algodón, maderas nobles, entre otros)muchas veces con el uso intensivo de insumos químicos e inmensa deforestación, conllevando serios impac-tos ambientales y desatención de la producción interna de alimentos. Hoy en día, diferentes instituciones finan-cieras internacionales continúan incentivando la realización de proyectos de infraestructura para 'modernizar'los territorios. Un ejemplo de ello es la iniciativa IIRSA (Integración de la Infraestructura Regional Surameri-cana) la cual, propuesta oficialmente en el año 2000 y financiada por el BID, CAF y FONPLATA, pretendeintegrar físicamente a los doce países de Suramérica para fortalecer los mercados, por medio de la superaciónde los obstáculos biogeográficos existentes (entiéndase por este último concepto los ecosistemas y biomas natura-les de la región).

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umbral de ventura al alcance de todaslas culturas y sociedades, incentivando,correlativamente, una disposicióncompetitiva entre ellas, al enfocar losesfuerzos en la búsqueda de la mejorforma para alcanzar, en el menortiempo posible, el anhelado 'estadode desarrollo'.

De esta forma, la tradición, la his-toria y las representaciones locales soncontempladas como 'obstáculos' parael asentamiento de la modernización apartir de la coexistencia de dos cir-cunstancias: por un lado, reconocien-do ciertos sistemas que limitan, entor-pecen y dificultan el establecimiento deun comportamiento dominante, y porotro, visualizando ciertos vacíos exis-tentes que, por su misma ausencia, nofacilitan el ingreso y la transformaciónde las regiones a un supuesto 'estadode prosperidad'. En ambos casos, selogra evidenciar una 'medicalización'de la pobreza en la cual se pretendeadvertir ciertos fenómenos, prácticas ypensamientos 'diferentes', como agen-tes causales de una condición 'irregu-lar'6.

En síntesis, como conceptos abs-tractos, modificables y moldeables, lasculturas adquieren sentido según elgrado de acercamiento y acatamientode las expectativas extrapoladas porOccidente poderoso, donde ciertas

entidades -y a partir de un procesorelativo de comparación- demandanuna pronta y urgente intervención'correctiva' del Tercer Mundo, convir-tiéndolo en "un espejo invertido de larealidad de otros: un espejo que losdesprecia y los envía al final de la cola,un espejo que reduce la definición desu identidad, la de una mayoría hete-rogénea y diversa, a los términos deuna minoría pequeña y homogenei-zante" (Esteva, 1996: 52-78).

Planificación del Desarrollo

Ahora bien, el hecho de reconocerel desarrollo como una construcciónhistórica, no es sinónimo de limitar suespacio de acción al mero campo de lasideas, por el contrario, "tal discursodeviene en prácticas concretas depensamiento y de acción mediante lascuales llega a crear realmente el TercerMundo" (Escobar, 1998: 33).

Uno de los instrumentos centralesde la difusión del desarrollo es la ejer-cida por las técnicas y prácticas de pla-nificación que, al asumir una idea de con-trol del ritmo de las experienciassociales como respuesta a la 'proble-mática' situación identificada, preten-de llevar a cabo una función de encau-ce de las regiones 'pobres' hacia el'certero camino del progreso'. Dicho

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5 Este enfoque consiste "en construir un esquema lógico de la evolución de las sociedades a partir de con-clusiones obtenidas de la evolución de la naturaleza y especialmente de la evolución de los seres vivientes. Estasconclusiones se resumían en algunos principios: tendencia al incremento de la complejidad interna de los orga-nismos y diferenciación de órganos especializados para integrar esta complejidad, etc." (Godelier, 1976: 8-14).En este conjunto metodológico también se encuentra la teoría de Rostow que concibe el desarrollo como unasecuencia de etapas históricas que son, por lo general, las mismas que pueden observarse en la evolución delos países actualmente 'desarrollados' (Rostow, 1970).6 Para Foucault : "la conciencia moderna tiende a otorgar a la distinción entre lo normal y lo patológico el poderde delimitar lo irregular, lo desviado, lo poco razonable, lo ilícito y también lo criminal. Todo lo que se consi-dera extraño recibe, en virtud de esta conciencia, el estatuto de la exclusión cuando se trata de juzgar y de lainclusión cuando se trata de explicar. El conjunto de las dicotomías fundamentales que, en nuestra cultura, dis-tribuyen a ambos lados del límite las conformidades y las desviaciones, encuentra así una justificación y la apa-riencia de un fundamento"(1996: 13).

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proceso, entendido como sinónimo deorden y confianza, responde a una cre-encia axiomática vitalmente relevantepara la organización de todo tipo deestructuras sociales, tanto en el planointernacional como local, presumien-do que el cambio colectivo es posibledirigirlo en común relación con lastransformaciones deseadas. Esta con-cepción optimista de la planificación,adquiere una amplia aceptación nosólo en los países poderosos de Occi-dente, sino también en las propiasregiones del Tercer Mundo que, des-lumbrados por la promesa de lamodernización7, aceptan la inserciónde transformaciones políticas y eco-nómicas como medio para alcanzarla.

La discusión así planteada transcu-rre en términos de elección de medios,no de fines, ya que el desarrollo, juntoa las nociones de progreso y moderni-zación, se convierte en un fin en símismo capaz de ser extrapolable altotal de la población. Los medios, entretanto, enlazados por una estructura deplanificación, son caracterizados porlos procesos de industrialización, cre-cimiento económico, tecnologización,eficiencia, empleo productivo, elevadonivel de vida, reformas político-eco-nómicas, entre otros.

Ahora bien, teniendo en cuenta lomencionado y reconociendo que "losprocesos planificados son fuertemen-te coercitivos [al ser] ejecutados porgrandes y poderosas burocracias vin-culadas a redes nacionales e interna-

cionales de intereses políticos y eco-nómicos" (Ribeiro, 1987: 3-27) es posi-ble realizar un par de observaciones alrespecto.

En primera instancia, el acto coer-citivo connatural a la planificación,arguye un inevitablemente proceso de

"… normalización y estandariza-ción de la realidad, lo que a su vezimplica la injusticia y la extinción dela diferencia y de la diversidad, [con-llevando] la superación o erradica-ción de las "tradiciones", "obstácu-los" e "irracionalidades", es decir, lamodificación general de las estruc-turas humanas y sociales existentesy su reemplazo por nuevas estruc-turas racionales" (Escobar, 1996:216-234).

Esta característica responde a unapráctica valorativa de hechos y accio-nes, teniendo como referencia unúnico parámetro de comparación,adjudicando propiedades 'normales' y'ordenadas' -y por lo tanto socialmen-te aceptadas- donde lo divergente,necesariamente censurado por unaestructura centralizada que vela por la'salud' y 'bienestar' de la sociedad, con-tinúa siendo sojuzgado bajo la miradaclínica característica de una sociedad decontrol.

Así, en segunda instancia, la apa-rente neutralidad con la que es llevado acabo el proceso de planificación deldesarrollo, no existe, ya que la formacomo es interpretada una noción del

7 Tal promesa es posible identificarla en las siguientes palabras del presidente Kennedy: "El mundo es muydiferente ahora. Pues el hombre tiene en sus manos mortales el poder de abolir todas las formas de pobrezahumana […] A aquellos pueblos en las chozas y en las aldeas de la mitad del planeta que luchan por romper lastrabas de la miseria masiva […] les ofrecemos una promesa especial - convertir nuestras buenas palabras en bue-nas acciones en una nueva alianza para el progreso - para ayudar a los hombres libres y a los gobiernos libresa despojarse de las cadenas de la pobreza". Discurso inaugural, Enero 20, 1961 (Escobar, 1996: 216-234).

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orden, la manera como se configuranlos elementos y la materialización dedichas medidas -como los proyectos dedesarrollo, por ejemplo- conllevan ensí mismo un cúmulo de ideas y accio-nes políticas, económicas y culturales,características de las condicionessociales del momento histórico de suformulación.

De esta manera, al encontrarse laplanificación en manos de "grandes ypoderosas burocracias", se abren laspuertas para la intervención de los pro-fesionales en la resolución de los 'pro-blemas sociales'. Una de las principalesformas que adquiere la planificación yla profesionalización del desarrollo -tomando como premisa discursivauna condición 'neutral' de la ciencia yla tecnología- es el fomento de la reso-lución técnica de tales situaciones. Estetipo de disposiciones genera un sin-número de reformas estructuralesdonde los esfuerzos internacionales, ensintonía con algunos intereses nacio-nales del Tercer Mundo, establecenmúltiples iniciativas estratégicas quepermiten acelerar el proceso demodernización de las regiones. En estesentido,

"la principal forma de apoyo exte-rior para esa tarea de reforma localse llamó 'asistencia técnica'. Lapalabra técnica supuestamente des-tacaba dos características esenciales:se decía que la asistencia era cientí-ficamente evidente por sí misma; y sedecía que era desinteresada. 'Técni-ca' implicaba 'meramente técnica', loque por lo tanto significaba implí-

citamente que era 'apolítica' […]La idea de que era desinteresada alparecer dio frutos amargos porquemuchos países entraron en ciclos deendeudamiento externo elevadísimo,fuga de capitales e inversión negati-va" (Wallerstein, 1996: 165-166).

Bajo esta mirada, los proyectos,como grandes intervenciones estruc-turales, son impulsados y aceptadoscomo benéficos por sí mismos, sintener en cuenta que al intervenir losterritorios se ejerce, entre otras cosas,una significativa transformación ydegradación del ambiente y un proce-so de inducción de formas concretasde interpretación de la relación socie-dad/ naturaleza.

En tercera instancia, para que lanormalización y la profesionalizaciónpuedan ser llevadas a cabo, es necesa-rio la existencia de un cuerpo centralque administre, controle y gestione lasdiferentes dinámicas tendientes aorientar toda la acción social bajo unmismo parámetro. Este aparato, carac-terizado por su lógica nuclear, buró-crata y jerárquica, adquiere dinamismoa partir de la conformación de uncomplejo sistema articulado donde losintereses -entendidos en un sentidopersonalista y privatista- logran impri-mir su carga ideológica en las accionesdesarrolladas8. Así, el diseño de políti-cas, planes, programas y proyectosactúan como agentes causales de pro-moción de ciertas racionalidades, peroa la vez, son resultado de circunstan-cias y contextos particulares que deno-

8 Koolen (1986: 47-89) expresa esta situación de la siguiente forma: "las fuerzas dominantes, de hecho, 'pla-nifican' de acuerdo con su propia forma de concebir los medios para fortalecer su dominio en el tipo de socie-dad que desean construir, y para ello escogen asesores, técnicos, llámense estos 'planificadores' o no".

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tan su especificidad frente a otras posi-bles y/o existentes.

La visión global de la problemática: la gestiónambiental

Una de las principales característi-cas dentro del discurso ambientalista afines del siglo XX, es la aceptación dela existencia de una problemáticaambiental a escala global como uno delos principales conflictos a los que seve enfrentada la humanidad. Estaadquiere tal dimensión a partir delreconocimiento del desequilibrio eco-lógico como totalidad, tendiendo aexpresar los acontecimientos bajo unmismo patrón de representación e ins-talando el tema, por lo tanto, dentro deunas dinámicas discursivas de deseo ypoder en la creación y representaciónde la realidad social.

Respondiendo a una doble consi-deración analítica dentro del discursoen el cual se encuentra inmerso -en tér-minos de causa y efecto- la crisisambiental actúa, por un lado, como unefecto globalizado, al ser ella mismaresultado de un proceso interpretativode los hechos, al reconocerse comoparte histórica de una forma de ver larealidad, es decir, al conformarsedesde determinados raciocinios,esquemas y estructuras de diferencia-ción. Pero, por otro lado, actúa comouna causa globalizante, al describir unestado inicial de la situación, al pro-poner un nuevo enfoque desde el cualdireccionar iniciativas teóricas y prác-ticas, al exponer la problemática comouna circunstancia particular sin ningúntipo de antecedente histórico y al pro-

poner e instalar dicha visión comovariable innovadora de representaciónde los acontecimientos ambientales.De igual manera, en el plano institu-cional, el mundo es teorizado en tér-minos globales donde, a partir de losinformes del Club de Roma y la Con-ferencia de Estocolmo en la década delos setenta, es presentada una visióndel mismo como un sistema global enel que todas las partes se encuentraninterrelacionadas.

Expuesta como una relación causa-efecto, la descripción de la crisisambiental identifica el objeto de estu-dio sobre el cual dirigir la mirada (elproceso de degradación y desequilibrioecosistémico planetario) y, a partir deeste, bosqueja las características de lasmedidas y acciones tendientes a darrespuesta a dicha representación de larealidad.

Teniendo en mente este particularenfoque, la solución necesariamentedeviene estrategias igualmente globalesque puedan interactuar sobre la totali-dad del área de influencia. Así, desdelas discusiones de la necesidad deincluir la dimensión ambiental en losprocesos de desarrollo (CEPAL/ILPES / PNUMA, 1986), hasta la apa-rición del concepto oficial de desarrollosostenible a fines de la década de los añosochenta, la planificación y la gestiónambiental han ejercido un papel domi-nante como estrategias que pretendenmejorar las dinámicas sociales deforma gradual y sistemática.

Hoy en día, la gestión ambiental,inserta en los principios y lineamientosdel desarrollo sostenible, es entendidacomo una gestión de los impactosambientales que pretende, entre otras

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cosas, organizar las actividades antró-picas que afectan el ambiente, con elfin de lograr el máximo bienestar socialal prever y mitigar los problemas gene-rados por la extensión e intensificaciónde un particular modelo de desarrollo.Empero, nos enfrentamos a una para-dójica situación: de forma proporcio-nal al aumento de la promoción, difu-sión e implementación de dichaestrategia, la intensificación de la crisisse incrementa sin lograr vislumbrar unsignificativo mejoramiento de lamisma y, por el contrario, parece "quelos esfuerzos por invertir las tenden-cias adversas, sólo han servido paraatenuar las pendientes negativas dedeterminados procesos de deterioro,sin que se haya logrado modificar sussignos" (Gligo, 2001: 235-250).

Al ser expuesta la gestión ambien-tal como una medida de igual propor-ción a la problemática sobre la cualpretende interactuar, ineluctablemen-te se consolida como una propuestaúnica y global, limitando otras posibi-lidades e iniciativas con el potencial deargumentarse y desplegarse tambiéncomo alternativas de solución. De estamanera, se tiende a estandarizar unaforma de interpretar la relación socie-dad / naturaleza, logrando asimilar lasdiferencias o, en su defecto, propi-ciando su exclusión dentro del pensa-miento dominante al condicionar supropia validez de existencia.

Las nociones de gestión y planifi-cación ambiental reproducen la ideaoptimista de administrar y agenciar lasdinámicas civilizatorias como 'objetos'maleables, factibles de ser modificadosy configurados por la propia interven-ción de otros agentes sociales. Esto

presupone la existencia de una nociónde progreso donde las sociedades, tras laaplicación de los rasgos denotativos dela modernización y la adopción de cier-tas maniobras de control, pueden lle-gar a alcanzar una mejor situación conrelación a la actual.

En este mismo proceso de objeti-vización, la gestión ambiental resigni-fica la naturaleza en términos instru-mentales, transformándola en medioambiente al otorgarle un preciso signi-ficado: actuar como un conjunto derecursos disponibles a la voluntad deldesarrollo, donde ella -la naturaleza-convertida ahora en un mero depósi-to de materias primas para la produc-ción de mercancías, "ya no significauna entidad autónoma, fuente de viday de discurso" (Escobar, 1998: 369)sino por el contrario, es abstraída a unaposición pasiva, dependiente, delimi-table y administrable como recurso natu-ral, requerido para la industria y elcomercio.

Así, al ir tras la búsqueda del equi-librio global, al tener en mente la abs-tracción planetaria sobre las particula-ridades históricas y culturales, ladiversidad es asimilada por el propiodiscurso de sostenibilidad, desdibu-jando la complejidad existente e iden-tificando dos entidades en juego: el ele-mento en crisis (la nave espacial tierra)y los actores implicados y afectadospor tal situación (nosotros como habi-tantes del planeta).

Actualmente, al igual que los pla-nificadores del Tercer Mundo amediados del siglo XX, el desarrollosostenible -marco conceptual de lagestión ambiental- continúa señalan-do la 'pobreza' como una de las prin-

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cipales causas del deterioro ambiental,haciendo necesaria la creación dedinámicas de intervención y 'mejora-miento'9. Este enfoque, parece reco-nocer la situación contemporáneacomo el punto cero de tal condición, des-conociendo las diferentes variables -laaplicación del vigente modelo de des-arrollo, entre otras- que han aportadoa la extensión e intensificación de talescircunstancias de pobreza.

En este sentido, el problema esabordado de una forma discretadonde la solución, en consonancia conla naturaleza del discurso, se enfoca enla necesidad de transferencia de ciertosrecursos tecnológicos que posibiliten lasuperación de la pobreza y, por lotanto, la reducción de la degradaciónambiental. En otras palabras, el pro-blema parece ser expuesto como

resultado de la ausencia de mecanis-mos de control y administración de lasactividades existentes y proyectadas,identificando en la gestión ambientaluna salida incólume y oportuna10.

Lo anterior parece desconocer lacomplejidad de la crisis y admite que lagestión ambiental -como extensióndiscursiva del desarrollo- puede llegara ser lo suficientemente certera y eficazpara ser aplicada en cualquier momen-to y lugar. Esto, sin duda, invita a cues-tionar de manera crítica la propuestauniformante detrás de tal discurso, enun periodo histórico donde el servilis-mo mimético, inherente al propiocampo discursivo del desarrollo, ame-naza no sólo la biodiversidad ecológi-ca, sino también, las raíces culturales ehistóricas de las distintas regiones delplaneta.

10 A manera de ejemplo, el PNUD (1992: 10) define la gestión ambiental como "la estrategia mediante la cualse organizan las actividades antrópicas que afectan el ambiente con miras a lograr el máximo beneficio socialy prevenir y mitigar los problemas potenciales atacando de raíz sus causas".

9 Al respecto, el Informe Brundtland afirma: "La misma pobreza contamina el medio ambiente, creando ten-siones de manera diferente. Los pobres, los hambrientos, destruyen con frecuencia su medio ambiente inme-diato a fin de poder sobrevivir: talan bosques; su ganado pasta con exceso las praderas; explotan demasiado lastierras marginales y en número creciente se apiñan en las ciudades congestionadas. El efecto acumulador deestos cambios está tan extendido que ha convertido a la misma pobreza en una importante calamidad global".(Comisión Mundial del Medio Ambiente y del Desarrollo, 1988: 50).

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Bibliografía

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