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Redes ISSN: 0328-3186 [email protected] Universidad Nacional de Quilmes Argentina Velho, Léa Redes regionales de cooperación en CyT y el MERCOSUR Redes, vol. 7, núm. 15, agosto, 2000, pp. 112-130 Universidad Nacional de Quilmes Buenos Aires, Argentina Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=90701504 Cómo citar el artículo Número completo Más información del artículo Página de la revista en redalyc.org Sistema de Información Científica Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Redes regionales de cooperación en CyT y el MERCOSUR

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Redes

ISSN: 0328-3186

[email protected]

Universidad Nacional de Quilmes

Argentina

Velho, Léa

Redes regionales de cooperación en CyT y el MERCOSUR

Redes, vol. 7, núm. 15, agosto, 2000, pp. 112-130

Universidad Nacional de Quilmes

Buenos Aires, Argentina

Disponible en: http://www.redalyc.org/articulo.oa?id=90701504

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Sistema de Información Científica

Red de Revistas Científicas de América Latina, el Caribe, España y Portugal

Proyecto académico sin fines de lucro, desarrollado bajo la iniciativa de acceso abierto

Las redes regionales decooperación en CyT, en cuantoobjeto y producto de políticasgubernamentales específicas,constituyen un fenómeno reciente.Las mismas se basan en laracionalidad según la cual talesredes tienen un papel importante enel desarrollo conjunto de laseconomías involucradas en lacooperación, con beneficiosequitativamente distribuidos entrelas naciones que participan de talcooperación. Intereses tantopolíticos como económicos motivanfundamentalmente la aglutinaciónde los países en bloques, en elintento de superar deficienciasindividuales que tornaríanimpracticable la supervivencia decada uno de los países por sí solos,en su carrera en pos del desarrolloy la “autonomía” tecnológica. Enotras palabras, las redes regionales

de cooperación en CyT procuranhacer realidad el viejo dicho de“todos juntos somos fuertes”.

Evidentemente, es mucho másfácil decir esto que ponerlo enpráctica. El ejemplo más exitoso quese conoce es el de los países de laUnión Europea y, aun así, lasdificultades que se presentan desdela propuesta hasta el establecimientode las redes de cooperación hansido, de hecho, bien claras. Cuandose habla de obtener los objetivos, losproblemas que deberán enfrentarseserán más graves, y lasevaluaciones de lo que se consiguióresultan bastante controvertidas(obviamente, dependen de losvalores, intereses y perspectivas dequien realiza la evaluación, al igualque de la metodología y de losindicadores utilizados).

Puede imaginarse que lasituación es mucho más compleja

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* Este artículo se basa en los diversos estudios realizados en el marco del Proyecto “Ciencia y Tec-nología en el Mercosur”, financiado por la Organización de los Estados Americanos (OEA), bajo lacoordinación administrativa de la Secretaria de Seguimiento y Evaluación del Ministerio de Cienciay Tecnología del Brasil, y bajo la coordinación científica de esta autora. Una síntesis de los resulta-dos puede encontrarse en Velho (1997), así como la referencia completa de la totalidad de los es-tudios realizados y de la metodología adoptada.** Departamento de Política Científica y Tecnológica, Instituto de Geociencias, Universidad Estadualde Campinas.

Redes regionales de cooperación en CyT y el MERCOSUR*

Léa Velho**

Introducción

cuando el modelo es aplicado alcontexto de los países menosdesarrollados. Esto se da por variasrazones, las cuales van desdedificultades financieras que estospaíses enfrentan (obviamente no seestablecen redes sinfinanciamiento), hasta la situaciónde dependencia en que tales paísesse encuentran (en relación con lospaíses más desarrollados) y quelimita considerablemente suaccionar. Un obstáculo más directoes el hecho de que en los paísesmenos desarrollados el sistema deinvestigación científica es aúnincipiente y el sistema de desarrollotecnológico es inexistente. Lasredes de cooperación de CyT enestos países, por lo tanto, tienencomo punto de partida una situaciónno muy alentadora.

Aun así, la configuración deredes de cooperación en CyT es unode los objetivos de los paísesmiembros del MERCOSUR. Existenvarias maneras de contribuir a laconsecución de este objetivo y esteartículo explora dos de ellas. Laprimera es comprender, de maneramás general, las razones y lascircunstancias en que,históricamente, se han establecidolas actividades cooperativas en CyT.Y cómo éstas se relacionan con elcontexto y el orden internacional.Estas cuestiones son presentadas ydiscutidas, de manera sintética, enla sección siguiente. La segundamanera es conocer las iniciativas decooperación que ya existen entrelos países del MERCOSUR. Estosignifica identificar la extensión, losmecanismos, las instituciones, las

áreas del conocimiento y lossectores económicos de lasactividades actuales de cooperacióncientífica y tecnológica que serefieren a estos países. Ese cuadrogeneral se presenta en la segundaparte de este artículo, con laesperanza que el mismo puedaservir como punto de partida para elestablecimiento de políticasrelativas a esta problemática.

Cooperación Internacional enCyT: pasado y presente

La colaboración científica es unfenómeno tan antiguo como lapropia ciencia, y los esfuerzos decolaboración en los que se hallaninvolucrados investigadores depaíses diferentes fueron detectadosya en el siglo XIX (Beaver y Rosen,1978). Bajo las más diversasformas, la colaboración científica seda, frecuentemente, en el ámbito delos llamados colegios invisibles(Price, 1963). Estos grupos secaracterizan por “su productividad,por compartir criterios en cuanto aprioridades de investigación, porentrenar estudiantes, por compartir,efectuar el seguimiento ymonitorear el conocimiento en sucampo” (Crane, 1972). Susmiembros se encuentran encongresos, conferencias, reunionessobre sus especialidades, se visitanpor medio de intercambiosinstitucionales o realizan trabajos encolaboración. Este tipo deorganización trasciende tanto loslímites del departamento y de lainstitución, como de un país, y en

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ella participan científicos de todoslos lugares del mundo donde existaactividad científica relevante en elárea o en la especialidad encuestión (Price y Beaver, 1966).

Tales interacciones entre losinvestigadores varían asimismo enintensidad: pueden ser desdesustantivas hasta prácticamenteinexistentes. Algunas veces uninvestigador puede ser consideradocomo colaborador, y aun figurar comocoautor, simplemente por habersuministrado material sobre el cualtiene control o por realizar algunaoperación de rutina. En otroscasos, investigadores de diferentesorganizaciones pueden colaborar através del uso colectivo de datos ode ideas, o de la ejecución, demanera separada, de diferentespartes de un proyecto, integrandoposteriormente los resultados y elanálisis. Se han registradoasimismo ocasiones en las que unasugerencia brillante hecha por uninvestigador en el curso de unadiscusión informal acabó teniendomayor impacto en la orientación yen los resultados de un proyecto deinvestigación que las que ejercieronsemanas de actividad intensa decolaboración entre científicos en ellaboratorio (Subramanyam, 1983,p. 35).

Dada la variedad decolaboraciones que es posibleestablecer, no es extraño que lasrazones que llevan a los científicosa colaborar entre sí sean tambiénde la más diversa naturaleza,siendo ciertamente la más obvia lanecesidad de la contribuciónespecializada de otros para

alcanzar los objetivos de lainvestigación, la que tambiénincluye la necesidad de trabajar enla proximidad de otros científicospara adquirir en tal contexto lashabilidades y el conocimientotácitos, como es típicamente el casode las relaciones entre maestro ydiscípulo (Beaver y Rosen, 1979).Las colaboraciones son tambiénmotivadas por la necesidad decompartir el uso de equipos cadavez más caros y complejos, y porlos nuevos esquemas definanciamiento adoptados por lasagencias (Katz, 1994). El deseo delos investigadores de aumentar suvisibilidad y, consecuentemente, sureconocimiento por los pares,también ha sido señalado como unfactor que estimula la colaboracióncientífica (Lawani, 1986; Pravdic yOluic-Vukovic, 1986; Narin yWhitlow, 1991). Tales factores–frecuentemente clasificados encognitivos, económicos y sociales–tienen importancia relativa diversapara explicar las frecuencias decolaboración observadas en lasdiferentes áreas del conocimiento yen los diferentes países (Luukonenet al., 1992).

No sólo varían las razonespara colaborar en ciencia, sinotambién los niveles de agregaciónen que la colaboración puededesarrollarse. Es decir, lacolaboración puede darse entreindividuos, grupos, departamentos,instituciones y sectores, en las másdiferentes combinaciones de estasunidades, dentro de una mismanación o involucrando nacionesdiferentes (Katz y Martin, 1997).

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Independientemente de lasrazones que llevan a lacolaboración, e independientementeasimismo de las unidades que lasejecutan, se asume frecuentementeque sus resultados finales seránpublicados de tal modo que permitaidentificar a los investigadoresinvolucrados, al igual que a susinstituciones y a sus países deorigen. Sobre la base de estapremisa, varios autores definen lacooperación científica como elconjunto de trabajos cooperativosdesarrollados entre dos o másinvestigadores e identificados pormedio de artículos firmados encolaboración (Medows y O’Connor,1971; Beaver y Rosen, 1979;Leclerc et al., 1992). Esta relacióndirecta entre colaboración ycoautoría ha sido cuestionada sobrela base de evidencias de quediferentes países, áreas delconocimiento, instituciones, gruposde investigación e individuos tienentradiciones y criteriossignificativamente diferentes paracalificar a alguien como coautor(Stefaniak, 1982).

Mientras tanto, aunreconociendo las limitacionesanteriormente mencionadas, elnúmero de artículos en coautoría hasido la medida más comúnmenteusada para detectar la ocurrencia,la extensión y los participantes delas colaboraciones científicas. Estosucede por varias razones. Enprimer lugar, porque buena parte delos otros productos de lacolaboración –conocimiento tácito,aprendizaje de determinada técnica,etc.– resultan intangibles, esto es,

prácticamente imposibles de sercuantificados. En segundo lugar,porque el número de artículos encolaboración es invariable yverificable, es decir, cuando existeel acceso a una misma base dedatos, diferentes investigadoresdeberán encontrar resultadosidénticos. Además, es un métodorelativamente barato y práctico paracuantificar la colaboración, ypermite el análisis de muestrasbastante grandes, generandoresultados estadísticamente mássignificativos que aquéllos de losestudios de ocurrencia(Subramanyam, 1983).

Consecuentemente, buenaparte de lo que se sabe sobrecolaboración científica ha sidoinvestigado a través del uso detécnicas bibliométricas. Entre otrasrevelaciones, tales estudiosproporcionan evidencia para algoque ya se suponía intuitivamente: elgrado de cooperación varíasignificativamente entre las diversasáreas del conocimiento en funciónde sus características cognitivas yorganizativas. De modo general, lasciencias básicas y las cienciasnaturales presentan un índice mayorde cooperación que aquel quepresentan las ciencias aplicadas ylas ciencias sociales (Storer, 1970;Herzog, 1975; Frame y Carpenter,1979). Este hecho es generalmenteatribuido al carácter universal de lasciencias básicas y al grado demadurez y consenso paradigmáticode las ciencias naturales. Éstas secontraponen al carácter localizado ycontingente de las cienciasaplicadas, que generan resultados

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más fácilmente apropiables, y a lafalta de consenso paradigmático delas ciencias sociales, que dificulta elproceso de negociación entre losinvestigadores, así como las tomasde decisión (Lodahl y Gordon, 1972).

En las últimas décadas, laintensificación de las actividades dela Big Science, a través de suimpacto en la organización social dealgunas áreas del conocimiento, sevio reflejada en cierto modo en lospatrones de coautoría científica. Deeste modo, el establecimiento yfuncionamiento de los grandeslaboratorios y research facilities(como los aceleradores departículas y telescopios), así comolos grandes proyectos biológicos(como el proyecto genomahumano), exigen la participación degrupos de investigación localizadosen países diferentes –no tan sólopor la complejidad científica, sinoprincipalmente por los costosinvolucrados– y han provocado unaumento de los índices decooperación internacional. Mientrastanto, las áreas científicasafectadas por estas modificacionesorganizativas en la ciencia no sonmuy diferentes de aquellas dondeesta práctica ya se dabaanteriormente, es decir las áreas deinvestigación básica y en cienciasnaturales.

Más recientemente, dosacontecimientos han contribuido amodificar este modelo decooperación científica internacional.Por un lado, preocupaciones porproblemas que trascienden lasfronteras geográficas, tales como elefecto invernadero o la destrucción

de la capa de ozono, o derivadosde la necesidad de tomar parte desistemas tecnológicos modernos,ya sea comunicaciones, transporteo comercio, demandan trabajosconjuntos supranacionales. Esto seha visto reflejado en el aumento detrabajos de investigación realizadosen coautoría en áreastradicionalmente “resistentes” a lacooperación, como por ejemplo lasdiversas disciplinas de laingeniería. Por otra parte, elcrecimiento de los sectoresindustriales de alta tecnología,frecuentemente referidos comoscience-based, ha estimulado lacolaboración científica entreempresas y entre paísesdesarrollados también en áreasaplicadas, como la ingeniería y latecnología. Tal tipo de acuerdospermite a las grandes empresastransnacionales, a partir deinversiones conjuntas eninvestigación científica, generar,también conjuntamente, nuevasoportunidades tecnológicas y,además, capacitarse paraexplorarlas. Debidamenteincentivada por los gobiernos através de la creación de programasespeciales de apoyo al desarrollotecnológico, esta nueva forma decooperación se está convirtiendoen típica entre los paísesavanzados (Humbert, 1993;Dickson et al., 1996).

Los efectos de estos dosacontecimientos se hacen sentir enlos datos bibliométricos,específicamente en el índice deautoría de artículos firmados porinvestigadores de diferentes países.

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Es decir, los estudios hanevidenciado que a pesar de haberocurrido un crecimiento de esteíndice en todas las áreas delconocimiento en el período que vade 1976 a 1990, la tasa decrecimiento fue considerablementemayor en las ingenierías/tecnologíaentre los países de la OCDE (Miquel,1992). Además, se puede percibirclaramente que este aumento enlas colaboraciones entre los paísesavanzados ha sido una respuesta alas iniciativas políticasgubernamentales en esta dirección,evidencia de lo cual es el hecho deque, aunque la cooperación entrelos países de la Unión Europeahaya aumentado en todas las áreasde CyT, la misma ha crecido a unatasa significativamente mayor enaquellas áreas que fueron objeto deprogramas especiales, tales comolas manufacturas de hierro y aceroy la agricultura (Narin et al., 1991)así como en la tecnología de lainformación (Mytelka, 1993).

Mientras tanto, ni las formastradicionales ni las nuevas formasde colaboración internacionalinvolucran a todos los países delmundo de igual manera, porrazones de orden práctico. Es decir,como regla general, sólo se buscauna colaboración cuando seconsidera que existe algo paraganar. De tal modo, lascolaboraciones científicas seconcentran en algunos paísesespecíficos, obviamente entreaquellos más desarrollados. Lascolaboraciones en las queparticipan países del Norte y delSur siguen también la regla general.

En lo que respecta a los países delSur, es evidente que elestablecimiento de colaboracionescon sus colegas del Norte implicaacceso a conocimiento, recursosfinancieros y materiales,reconocimiento y reputación. Lospaíses del Norte, por su parte,también tienen sus motivos.

Desde el comienzo de estesiglo las cooperaciones en el Norte-Sur han sido usadas comoherramientas diplomáticas paraalcanzar objetivos específicos depolítica externa (Dickson, 1988). Elcarácter “neutral” que esfrecuentemente atribuido a lascuestiones científicas permite unaaproximación entre paísesdespojada de las connotaciones de“colonialismo”, “imperialismo”, etc.La evidencia de que talaproximación es de interés para lospaíses del Norte es el númerosignificativo de agencias yprogramas creados por losgobiernos de tales países,específicamente para financiar lainvestigación cooperativa entre suspropios investigadores y los depaíses del Sur (Pakdaman, 1994).Evidentemente, tales colaboracionesinteresan también a los países delSur, y no tan sólo por razonescientíficas (Ezrahi, 1990). Por otrolado, para los colegas interesadosdel Norte la asociación coninvestigadores del Sur es la únicamanera de explorar científicamenteambientes específicos, de altarelevancia científica, que sólopueden ser encontrados en el tercermundo. Éste es el caso, porejemplo, de las investigaciones en

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astrofísica, geología y biodiversidaden que las buenas condiciones deobservación y la existencia demateriales y ecosistemasespecíficos y peculiares convierten alos países del Sur enparticularmente atrayentes parafinalidades de investigación (Okubo,1989; Ailes, 1988).

Los países del Sur, a su vez,no han demostrado, históricamente,interés “espontáneo”, sistemático ysignificativo de cooperar entre elloscientífica o tecnológicamente, loque se debe, en gran parte, al yamencionado aspecto práctico de lasituación. Es decir, losinvestigadores del Sur tienen poco(o se cree que tienen poco) paraofrecer a sus colegas del Sur, entérminos de acceso a recursosintelectuales, materiales yfinancieros. Además de ello, lacooperación internacional presentauna tendencia “al mantenimiento delazos establecidos durante elperíodo de colonización”, lo cualimplica una relación Sur/Norte. Deeste modo, los países del ÁfricaNegra, colonizados por los ingleses,presentan altos índices decolaboración con el Reino Unido ylos del Norte de África con Francia(Eisemon et al., 1985), al tiempoque Holanda tiende a mantenerrelaciones científicas estrechas conIndonesia, Surinam y AntillasHolandesas (Spaaden, 1997).

Se sabe también que lospaíses menos desarrolladostienden a permanecer bajo elliderazgo científico-tecnológico delpaís líder de una determinadaregión. Así, el bloque económico

central, formado por EuropaOccidental, los Estados Unidos y elJapón, tiene a su alrededor elmercado marginal de los paísesatrasados, y cada uno de los trespolos tiene su región de mayorinfluencia. El Japón ejerce undominio político-económico, y,consecuentemente, tambiéncientífico y tecnológico, sobre Asia,así como Europa sobre el África ylos Estados Unidos de Américasobre América Latina (Ohmae,1985; Chesnais, 1990). Lacooperación científica, entonces,tiende a seguir esta lógica. Datossobre la actividad científicainternacional del Japón demuestranque este país tiene una vinculaciónmuy fuerte con sus vecinos,principalmente en las áreas debiología, donde la producciónconjunta Japón-Asia (36%) yasobrepasó las existentes entreJapón-Europa (31%) y Japón-Estados Unidos (20%) (Okubo yMiquel, 1990). Los países deAmérica Latina, a su vez,presentan a los Estados Unidoscomo principal asociado científico,aunque, por razones históricas, loslazos con la Unión Europea seantambién bastante fuertes (Narváez-Berthelemot et al., 1992; Lewisonet al., 1993; Russell, 1995;Fernández et al., 1998).

Lo que se desprende de loexpuesto anteriormente es que lasnuevas circunstancias creadas porel mercado global no tienden amejorar la participación de lospaíses del Sur en las actividadescooperativas en CyT. Por elcontrario, entregados a merced de

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los vientos neoliberales, talespaíses serán cada vez másexcluidos de los nuevos procesos ydel nuevo orden mundial. La salidavislumbrada ha sido la organizaciónde tales países en bloquescomerciales, sobre la base de lapremisa de que por medio de laintegración regional es posiblefortalecerse y conquistar unaposición menos desfavorable en elpanorama internacional. Comoreflejo de la experiencia exitosa dela Unión Europea, este camino seha convertido en la tendencia queguía la reorganización geopolíticamundial, a la cual los países del surde América Latina tampoco seráninmunes.

Así, el Mercado Común delSur-MERCOSUR fue creado a travésdel Tratado de Asunción suscrito el26 de marzo de 1991 entre laArgentina, el Brasil, el Paraguay yUruguay. Se produjo un período detransición que duro tres años, hastala firma del Protocolo de Ouro Pretoen diciembre de 1994, en que seadoptaron decisiones de relevanciaextrema, tales como elestablecimiento de una estructurainstitucional. Desde 1996, Chile yBolivia participan en calidad demiembros asociados del MERCOSUR,conformando con éste una Zona deLibre Comercio, con procesospropios de adecuación.

En el caso particular de lospaíses del MERCOSUR, agotado elmodelo de desarrollo basado en lasustitución de importaciones, una delas motivaciones principales de laorganización en bloque comercialera superar obstáculos existentes,

particularmente para el desarrollo denuevas tecnologías en los paísescentrales. De este modo, laconformación del MERCOSUR terminacaracterizándose como una tentativade superación de barrerastecnológicas colocadasparticularmente, si bien noexclusivamente, por lasmultinacionales de los paísesavanzados que, dificultando elacceso de las economías periféricasa las nuevas tecnologías, terminancomprometiendo todos y cualquieresfuerzo de los países menosdesarrollados, volviéndolos cada vezmás dependientes.

Como consecuencia, desde sucreación, el MERCOSUR haprivilegiado, por lo menos en elnivel del discurso oficial y de lasacciones propuestas, lasactividades de cooperación en CyT.De hecho, los esfuerzos de lospaíses miembros del MERCOSUR parafortalecer, a través de programasoficiales conjuntos, suscolaboraciones en CyT, sonanteriores a la creación formal delbloque. Éste fue particularmente elcaso de la Argentina y el Brasil que,ya en la década del ochenta,habían establecido comisionesconjuntas de desarrollo eintegración de sectores estratégicos(como el aeronáutico/espacial y ennuevas tecnologías). Por ejemplo,fue suscrito un protocolo para elárea de Biotecnología y seorganizaron EscuelasArgentino/Brasileñas de Informática,en un intento deliberado de uniresfuerzos de los dos países enestas áreas.

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Dentro del marco institucionaldel MERCOSUR, el foro específico dedebate y coordinación de lascuestiones de CyT es la ReuniónEspecializada en Ciencia yTecnología (RECyT). La totalidad delas líneas directrices enumeradaspor la RECyT como Estrategias paraCiencia y Tecnología para lospaíses que la constituyen incluyenactividades de cooperación. Deimplementarse, talesrecomendaciones deberían tener unimpacto considerable en el perfil ytendencias de la cooperación enCyT entre los países miembros.

En vista de este cuadro, esrelevante preguntar: ¿en quémedida han tenido lugar y estánteniendo lugar colaboracionescientíficas y tecnológicas entre lospaíses del MERCOSUR? ¿Han idomodificándose a lo largo del tiempoel enfoque, las áreas delconocimiento, los sectoreseconómicos, las instituciones, lafrecuencia, amplitud y alcance detales asociaciones? En casoafirmativo, ¿qué modificaciones sehan verificado?¿Pueden talesmodificaciones ser atribuidas a lasacciones e instrumentos específicosque fueron adoptados comoconsecuencia de la implementaciónde políticas de los gobiernos localesu organismos regionales en funcióndel establecimiento del bloquecomercial?

Para responder a estaspreguntas se realizó un proyectobastante comprehensivo,constituido por una serie derelevamientos y estudiosespecíficos, todos ellos con la

participación de investigadores delos diferentes países del bloque(Velho, 1997). Los resultadosobtenidos, al mismo tiempo deconfirmar empíricamente algunasintuiciones, revelaron tambiénfacetas bastante nuevas, algunasde ellas en desacuerdo con lasabiduría convencional. Aquéllasmás relevantes se presentan acontinuación.

Iniciativas de cooperación en CyT en el MERCOSUR: redes decooperación embrionarias

Las instituciones directa oindirectamente ligadas a lasactividades de CyT en los países delMERCOSUR, ya se trate deorganismos gubernamentales,universidades, institutos deinvestigación o empresas (estataleso privadas) aún no ven comoprioritaria la cooperación con sussocios del bloque. La gran mayoríade las redes de cooperaciones seestablecen con institucionessimilares de los países europeos ynorteamericanos, y los programasde cooperación existentes sonmucho más abundantes con lospaíses avanzados. Esto indica quela importancia relativa de los paísesdel MERCOSUR en el esfuerzocooperativo de sus propiasinstituciones es bastante modesta, yno se diferencia de la que existecon los demás países de AméricaLatina. Esta situación fueevidenciada tanto en losrelevamientos realizados porentrevistas como en estudios

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bibliométricos (Fernández et al.,1998; Narváez-Berthelemot yRussel, 1997).

La preferencia por lacooperación con los paísesdesarrollados se explica por unconjunto de factores que incluyendesde la mayor capacitacióncientífica de éstos hasta ladisponibilidad de financiamiento.Consecuentemente, la colaboracióncon los países centrales es muchomás motivadora para lasinstituciones y para losinvestigadores de los países delMERCOSUR que la asociación coninstituciones o grupos deinvestigación de la región y, másespecíficamente, del bloque.Adicionalmente, las asimetríasintrarregionales tienden a desanimarla cooperación horizontal entre lospaíses del MERCOSUR. Este hecho nollega a ser sorprendente dada laconocida orientación de losinvestigadores de la región hacia laspautas teóricas y metodológicas delos grandes centros científicosmundiales, además del hecho deque una proporción significativa delos investigadores líderes localesfueron entrenados por y mantienenlazos estrechos con investigadoresde los países avanzados. Esbastante conocida la importancia delos vínculos establecidos entreprofesor y estudiante, maestro yaprendiz, orientador y orientando enel establecimiento de colaboracionesen ciencia (Prime y Beaver, 1966).

Por otra parte, un resultadoinesperado fue la revelación de quealgunos programas concebidos enlos países centrales y coordinados y

financiados por tales países acabandesempeñando, por vía indirecta,un papel de aproximación y nexoentre instituciones de unos y otrospaíses de la región, quecasualmente pueden pertenecer alMERCOSUR. Tal es el caso delPrograma Alfa, promovido por laUnión Europea; del ProgramaIberoamericano de Ciencia yTecnología para el Desarrollo–CYTED–; del Pro-Antar, y de variosotros. De hecho, el estudiobibliométrico realizadoespecíficamente dentro de esteproyecto evidenció que en elperíodo de 1980 a 1995, deacuerdo con la base de datos delScience Citation Index, fueronpublicados 710 artículos encoautoría por investigadores demás de un país del MERCOSUR. Entreéstos, cerca de 200 (30%)contaban, también en calidad decoautor, con un investigadoreuropeo o norteamericano(Narváez-Berthelemot y Russel,1997). Entretanto, es precisodestacar que, más allá de que losprogramas financiados pororganismos internacionales o depaíses avanzados representen unmecanismo viabilizador de losacuerdos de cooperación, esprobable que exista una orientaciónde la agenda de investigación porparte de las institucionesfinanciadoras. Es decir, el hecho deque diferentes países miembros delMERCOSUR participen de un mismoproyecto no significa,necesariamente, que los interesesde investigación del bloque esténsiendo atendidos. En realidad, y de

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acuerdo con lo consignado endiversas entrevistas, muchas veceslos investigadores del MERCOSUR

tienen intensa comunicación con elfinanciador y participante europeo, yprácticamente ninguna con sucolega de bloque que participa delmismo proyecto.

En términos de qué países delMERCOSUR cooperarán entre sí, lasinformaciones obtenidas dejaron enclaro que los emprendimientosconjuntos se concentran entre elBrasil y la Argentina. Sin embargo,aun estas asociaciones no puedenser consideradas comoconsecuencia al establecimiento delbloque comercial –es el casoparticularmente del CABBIO y de losconvenios en el área aerospacial yde energía nuclear que involucran aestos dos países, anteriores a aquelevento–. Éstas son debidas más alretorno de los regímenesdemocráticos en ambos países amediados de la década del ochenta,lo que permitió mayor aperturainternacional, un mayor tráfico deideas e intercambio deexperiencias. Hasta entonces, lacooperación en el área nuclear, porejemplo, se hallaba dificultada porlas diferentes políticas adoptadas:el Brasil y la Argentina estabanempeñados en obtener elenriquecimiento de uranio pormétodos diferentes (el Brasil, encooperación con Alemania, utilizabael método por centrifugación y laArgentina, el de difusión gaseosa).A través de la firma del ProtocoloNuclear en 1985, los presidentesSarney y Alfonsín se reunieron,iniciándose un mayor acercamiento

en esta área, tal como con comprasmutuas de componentes yequipamientos.

Paradójicamente, y debido arazones de orden financiero, en losúltimos años estas cooperaciones,particularmente en el caso delCABBIO, en lugar de fortalecerse sedebilitaron. Los protocolos deacuerdo entre el Brasil y laArgentina para el mantenimiento delprograma han dejado de cumplirsesistemáticamente, sea por un lado,sea por el otro, y en todos los casosaduciendo falta de recursos.

Desde el punto de vista de lanaturaleza de las instituciones queintegran la cooperación, las másactivas son las universidades. Lasmismas establecen básicamenteasociaciones en investigacióncientífica originadas de manera“espontánea”, esto es, se originanen el conocimiento personalexistente entre quienes luegoformarán la cooperación y, engeneral, están fuera del área decontrol y aun de conocimiento delas instituciones. Mientras tanto,más que el desarrollo conjunto deproyectos de investigación, lamodalidad más evidente decooperación entre las universidadesdel bloque se da en la formación derecursos humanos en el nivel deposgrado, y tiene un flujo invariableen dirección a las universidadesbrasileñas. Esto se debe al hechode que, con preeminencia para elsudeste del país, existe en el Brasiluna estructura consolidada deinvestigación y posgrados queconstituye un fortísimo polo deatracción para estudiantes de otros

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países de América Latina engeneral, y del MERCOSUR enparticular. Evidencia de ello son losdatos del PEC/PG (el programa debecas y subsidios para estudios deposgrado para estudiantesextranjeros) que, entre 1994 y 1997,otorgó 82 becas para la Argentina,48 para Chile, 70 para el Paraguayy 79 para el Uruguay, totalizando279 becas (Costa y Velho, 1997).Se sabe que estos números sonconsiderablemente conservadoresdado que una cantidad nadadespreciable de estudiantes realizasus posgrados con otras fuentes definanciamiento.

Las empresas privadas de losdiferentes países del MERCOSUR, a suvez, establecen relaciones decarácter tan sólo comercial, noincluyendo prácticamente nuncadesarrollos conjuntos de tecnología,sino tan sólo apenas transferenciade conocimientos específicos degestión o de asistencia técnica deposventa. Desde la perspectiva delos brasileños, el flujo deinformación siempre se da desde elBrasil hacia los demás países delBloque, tanto en el caso deEMBREAR, de USIMINAS y FIAT, o aunen el de SOFTEX Mercosur. La únicaexcepción consignada en el casodel Brasil (esto es, en el que seprevé que exista absorción detecnología generada en otro país delMERCOSUR por el Brasil) es elproyecto de fruticultura irrigada,cuyos productores reunidos en elSINDIFRUTA están interesados en lavasta experiencia de los chilenos enel gerenciamiento de empresasagrícolas y agroindustriales. Visto

desde la perspectiva de laArgentina, simultáneamente, seconsigna que en el sector deBiotecnología existen empresasargentinas con filiales y licenciasconcedidas a empresas brasileñas,indicando un flujo de conocimientocientífico y tecnológico en direcciónArgentina-Brasil. De igual modo, elEstado uruguayo consignó ejemplosrelevantes de flujo directo o indirectode tecnología de empresasuruguayas a sus filiales en otrospaíses: Sudamtex para el Brasil y laArgentina, Malteria Oriental para elBrasil y Unidad Coronaria Móvil paraChile. Existe consenso, asimismo,en el sentido de que la cooperacióndetectada entre empresas tambiénse da fuera del marco institucionalde políticas específicamentediseñadas para este fin, bajo lasoportunidades comerciales abiertaspor la simple creación del MERCOSUR,más a partir de la iniciativa eincentivo individuales de las propiasempresas.

Tal vez el resultado más directodel impacto del MERCOSUR en laconformación de una red regional decooperación en CyT sea la modalidadde colaboración que aprueba laarmonización de normas técnicas,estandarización, normalización yreglamentación de productos yprocesos. Las instituciones queactúan en esta modalidad decooperación son varias y diversas:desde universidades, a través de laparticipación de sus investigadoresen las comisiones y subcomisionesTécnicas del Subgrupo denominadoNormas Técnicas, hasta empresasestatales, pasando por institutos de

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investigación, autarquías delgobierno federal y órganos estatalesde control y fiscalización. Este tipode actividad de cooperación en elmarco de Metrología, normalizacióny calidad se refleja en una renovadaactividad de interrelación entre loslaboratorios responsables en todoslos países, en lo que se refiere aacreditación. Dada la crisis financieray de identidad que afectó de maneraindiscriminada a los institutostecnológicos gubernamentales devarios países del MERCOSUR, aquéllosperdieron mucho de su legitimidad yapoyo oficial en el campo deldesarrollo tecnológico. Comocontrapartida, los institutos estánhallando nuevos nichos deactividades en los serviciostecnológicos industriales, deimportancia fundamental a la luz delas normas ISO de calidad, CalidadAmbiental y para certificación delaboratorios. Estas actividades estánlogrando recuperar la motivación yestímulo de los investigadores ytécnicos de tales institutos, quesienten que su capacitación estásiendo solicitada para tareasimportantes para el desarrollo delpaís y futuro del bloque.

En lo que respecta a las áreasdel conocimiento científico osectores económicos específicos enque se establecen las relaciones decooperación, no se han detectadopreferencias relevantes. De hecho,un resultado bastante interesante yde gran interés para la política serefiere al hecho de que lasactividades de colaboraciónparecen tener lugar más en funciónde temas-problemas, de interés

para las actividades económicas delos diferentes países (tales comorecursos hídricos, mastitis bovina, laplaga del picudo del algodón) quepropiamente en disciplinas o áreasespecíficas del conocimiento. Así,llevados por la necesidad deresolver algún problema común,particularmente en las regiones defrontera, los países se sienten másmotivados para cooperar (encomparación con áreas en las queno compiten económicamente demanera directa). En este sentido, elproyecto de colaboración conocidocomo PROCISUR, anterior a lacreación del MERCOSUR, fuesistemáticamente indicado como elmodelo de cooperación científica ytecnológica que debería seradoptado por el MERCOSUR. Formadopor organismos de los cuatro paísesdel MERCOSUR, esta cooperación seda principalmente a través delintercambio de información, denormas bromatológicas yfitosanitarias.

A la luz de los resultadosobtenidos, ¿qué se puede decir delpresente y de las posibilidadesfuturas de establecimiento de redesregionales de cooperación de CyT

con participación de países delMERCOSUR?

Rumbo al establecimiento deRedes Regionales de Cooperaciónen CyT en el MERCOSUR: explorando los puntos fuertes yeliminando obstáculos

Pese a ser incipiente, lacooperación en CyT entre los países

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del MERCOSUR tiene chances defortalecerse y consolidarse. Esteoptimismo se justifica por una seriede razones. En primer lugar, laregión cuenta con un númerobastante significativo deinstituciones de enseñanza einvestigación, y ya existen diversasiniciativas individuales por parte delos investigadores para el desarrollode actividades conjuntas que hantenido bastante éxito; el estudiobibliométrico, por ejemplo, identificó40 casos de continuidad en lacolaboración bilateral entreinvestigadores del MERCOSUR

(Narváez-Berthelemot y Russel,1997). Esto significa casos en quedos equipos (con los mismosinvestigadores) publicaron juntosmás de dos veces en añosdiferentes, durante un período de16 años. La mayor parte de lacontinuidad se detectó entre laArgentina y el Brasil (36 casos) ymás de la mitad de éstas enCiencias de la Vida (seguidas por laFísica). Como se sabe por laexperiencia de los países de laUnión Europea, un buen comienzopara una política regional deincentivo a la cooperación esincentivar a los grupos einstituciones que ya se encuentrancolaborando entre sí. Ciertamente,tales grupos deberían ser llamadosa participar en los procesos denegociación para la creación delíneas de financiamiento específicaspara actividades de CyT en elámbito del MERCOSUR. En realidad,varios de estos grupos ya actúan entemas considerados fundamentalespara el desarrollo de la región, tales

como: bioseguridad, medioambiente, metodología para elcontrol de calidad (de productospara salud animal y humana, entreotros), cambio climático, tecnologíaaerospacial.

La segunda razón radica en laintensa relación que, en añosrecientes, se ha establecido entrelas universidades en el MERCOSUR

en términos de formación deinvestigadores. Tal como ya fueramencionado, la literaturaespecializada consigna que lasrelaciones que se establecen entreorientador y orientando tienden apersistir en el futuro y a evolucionarhacia colaboraciones mássimétricas. Aun en el caso de lasuniversidades, en especial aquellasque cuentan con programas deposgrado ya consolidados, existeun fuerte potencial y un espacio deactuación institucional para laestructuración de cursos conjuntosde extensión, entrenamiento yprogramas de posgrado entre lospaíses del MERCOSUR. Ese tipo decooperación se constituye en unamodalidad de doble vía, quecontribuye directamente a laelevación de la calificación de losrecursos humanos del paísreceptor, proporcionando beneficiosa los que participan de los cursos,como, por ejemplo, experiencia,posibilidad de nuevas orientaciones,investigaciones conjuntas, etc., parano mencionar los impactos a máslargo plazo, formando una nuevageneración de investigadorescapaces de establecer una pautaconjunta de investigación convínculos institucionales más

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estrechos y desarrollo de temasmás pertinentes a la realidad de lospaíses de la región.

La tercera razón para eloptimismo tiene más que ver con el“estado de ánimo” de losinvestigadores locales. Existe unaexpectativa general en el sentido deque la creación del MERCOSUR

consiga revertir la tendencia actualde preferencia por la cooperacióncon países avanzados; talesinvestigadores, particularmente losde las universidades regionales,ven el surgimiento del Bloque comouna oportunidad de ruptura de lazosde dependencia con los grandescentros; vinculados con lasinstituciones pequeñas y frágiles envarios aspectos, perciben quepueden reunir esfuerzos y compartirlo que tiene de positivo el objetivode crecer juntos. De hecho, elestudio argentino, particularmente,evidencia que esta expectativapuede confirmarse: en este país secalcula que la relación intra-MERCOSUR alcanza en la actualidadaproximadamente un 40% delesfuerzo de colaboración en CyT

(Mari, 1997). Si bien este datopodría estar sobrestimado dado quese privilegió un relevamiento de lasinstituciones donde se sabía quetales colaboraciones existían, elmismo es bastante significativo. Ysin duda, desde la perspectivapolítica, deberían diseñarse líneasde financiamiento específicas paraincentivar la colaboración entretales instituciones de frontera que,reconocidamente, están más alertaspara los problemas específicos queafectan a las regiones en las que se

localizan y menos motivadas paraacompañar las pautas de la cienciamainstream.

Tal recomendación se vuelveaún más relevante cuando serecuerda que ya existe también unatendencia hacia la cooperación entemas que pueden contribuir a laresolución de problemas que afectana todos los países del bloque, comoes el caso de problemas del áreafitosanitaria (por ejemplo, la plagadel picudo del algodón), laproblemática de la salud (humana,relacionada con diagnósticos yaprobación de medicamientos, yanimal, relativo al control de lamastitis bovina) así como decuestiones relativas a preservacióndel medio ambiente, entre otras.Tales temas pertenecen a lacategoría de aquellos que son deinterés de todos los países pero enlos cuales los países no compitenentre sí con vistas al mercado.

También resulta alentador elhecho de que la creación delMERCOSUR, si bien reciente, yamostró resultados concretos deincremento de colaboración dentrode la modalidad de armonización denormas técnicas, establecimiento depatrones y reglamentación deproductos y procesos. El número yla variedad de instituciones que seencuentran involucrados en estasactividades son considerables, y losresultados de los trabajos conjuntoshan sido evaluados comoextremamente positivos. Así, losinvestigadores que se hallanparticipando de estascolaboraciones ciertamente cuentancon opciones para participar.

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Un polo más débil para elestablecimiento de redes regionalesde cooperación en CyT entre lospaíses del MERCOSUR es ciertamenteel empresarial. En este caso, lacooperación se ha dado sobre todoen el área comercial, probablementecon la finalidad de permitir el ingresode la producción de empresasnacionales en el mercado regional.En raras ocasiones la cooperaciónentre empresas es vista como unaoportunidad para ponerse al día entemas de tecnologías de produccióny de gestión. Además, no sedetectaron casos de empresas quese encuentren apoyando enconjunto proyectos de investigacióno desarrollo. Evidentemente, esto noes más que la continuidad de unestado muy anterior a la creacióndel MERCOSUR. Es bastante conocidoel hecho de que las empresasprivadas establecidas en los paísesmenos desarrollados no realizaninvestigación porque utilizan latecnología desarrollada en suscasas matrices (en el caso de lastransnacionales) o importantecnología (en el caso de lasempresas nacionales). Ciertamente,es necesario mucho más que lacreación de un bloque comercial conel MERCOSUR para modificar estasituación. Y, en la medida en que lasredes regionales de cooperación enCyT apuntan, en última instancia, aldesarrollo conjunto de laseconomías participantes por mediode la innovación tecnológica, lasredes no se establecen de hecho sinla participación de las empresas.

Finalmente, es necesario muchomás que un acuerdo firmado entre

gobernantes de diferentes paísespara que se cree un bloque regional.El MERCOSUR es aún muy reciente ylos actores comienzan ahora aorganizarse y a reflexionar sobre elsignificado de ser/pertenecer a unbloque. A medida que el bloquecomercial se solidifique, se esperaque tenga lugar una ampliación ointensificación de los proyectos y delos intereses con una región, desdeque la existencia de un proyectoMERCOSUR sea explicitada einternalizada por los diferentessegmentos de la sociedad. Esto,evidentemente, no significa que elestablecimiento de colaboracionesentre los países del MERCOSUR puedaser abandonado al gusto de la “manoinvisible del mercado” (tanto en CyT

como en otros sectores). Esnecesario explicitar tantooportunidades como interesescomunes e identificar a los actorescapacitados, crear los incentivosfinancieros y los instrumentos queposibiliten verdaderamente alcanzarlos objetivos de creación delMERCOSUR. ❏

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