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REFLEXIONES SOBRE CUERPO Elaborado por José Armando Vidarte Claros. Ph.D. Ciencias de la actividad Física y el deporte Fundamentos de la Actividad Física y el deporte Inicio planteando que para abordar el concepto de cuerpo, es necesario tener presente para ello la relación existente entre cuerpo, salud, discapacidad y movimiento. En este documento solamente se hará el ejercicio de abordaje de la categoría de Cuerpo, las diferentes concepciones de cuerpo responden a las diversas tendencias que sobre salud y discapacidad, se han establecido a lo largo de la historia. En este sentido se toma como eje de referencia el modelo de cuerpo objetivo Agámez, T.J., y Arenas, Q. B. (2004) donde el cuerpo objetivo emerge de la concepción mecanicista, siendo una entidad separada de mente y por tanto está al servicio de ésta. A continuación se esquematizan los diferentes elementos que subyacen la variable de cuerpo objetivo y se establecen diferentes conceptos los cuales son propuestos por Agámez,J. Arenas, B, Vidarte J., Vanegas, J. (2004) El cuerpo objetivo emerge de la concepción mecanicista, en donde el cuerpo es una entidad separada de mente y por tanto está al servicio de ésta. Ponty M. (1984, p. 92) afirma que la definición de un objeto es según vimos, de que existen partes y extrapartes y por lo tanto no admite entre sus partes o entre él y los demás objetos más que relaciones exteriores y mecánicas, es decir, existe una relación causal entre el movimiento recibido y el movimiento trasmitido y una relación de función a variables. En este sentido la función del organismo es percibir o concebir el acontecimiento psicofísico y de allí generar una forma de excitación que despliega y reorganiza la estructura cerebral, es decir es una

REFLEXIONES SOBRE CUERPO

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REFLEXIONES SOBRE CUERPO

Elaborado por José Armando Vidarte Claros.

Ph.D. Ciencias de la actividad Física y el deporte

Fundamentos de la Actividad Física y el deporte

Inicio planteando que para abordar el concepto de cuerpo, es necesario tener

presente para ello la relación existente entre cuerpo, salud, discapacidad y

movimiento.

En este documento solamente se hará el ejercicio de abordaje de la categoría de

Cuerpo, las diferentes concepciones de cuerpo responden a las diversas

tendencias que sobre salud y discapacidad, se han establecido a lo largo de la

historia. En este sentido se toma como eje de referencia el modelo de cuerpo

objetivo Agámez, T.J., y Arenas, Q. B. (2004) donde el cuerpo objetivo emerge de

la concepción mecanicista, siendo una entidad separada de mente y por tanto

está al servicio de ésta. A continuación se esquematizan los diferentes elementos

que subyacen la variable de cuerpo objetivo y se establecen diferentes conceptos

los cuales son propuestos por Agámez,J. Arenas, B, Vidarte J., Vanegas, J.

(2004)

El cuerpo objetivo emerge de la concepción mecanicista, en donde el cuerpo es

una entidad separada de mente y por tanto está al servicio de ésta. Ponty M.

(1984, p. 92) afirma que la definición de un objeto es según vimos, de que existen

partes y extrapartes y por lo tanto no admite entre sus partes o entre él y los

demás objetos más que relaciones exteriores y mecánicas, es decir, existe una

relación causal entre el movimiento recibido y el movimiento trasmitido y una

relación de función a variables. En este sentido la función del organismo es

percibir o concebir el acontecimiento psicofísico y de allí generar una forma de

excitación que despliega y reorganiza la estructura cerebral, es decir es una

permanente relación o tensión entre exteroceptividad e interoceptividad en una

perspectiva fisiológica que implica una estructura de control y jerarquización del

cuerpo; es allí donde emerge el concepto de control motor como proceso

regulador de las relaciones exteroceptiva e interoceptivas y organizador jerárquico

de la acción motora.

Desde esta perspectiva, el cuerpo objetivo se sumerge en las múltiples relaciones

causales entre las partes y en dimensiones diversas. Tales como: el cuerpo

instrumento: la relaciones entre el receptáculo exterior y la entidad superior el

alma o el espíritu; en el cuero físico la dimensión externa, asumida como lo

material o sustrato biológico necesario para dar soporte energético a la

dimensión interna, la mente, y en el cuerpo analógico de la acción las relaciones

entre la dimensión externa de las conductas motoras socialmente determinadas y

la interna asumida como las características evolutivas y madurativas del sujeto. A

continuación y teniendo como referente principal la propuesta de cuerpo objetivo

se mostrarán algunos elementos que permiten describir el cuerpo deportivo.

EL CUERPO DEPORTIVO

El cuerpo deportivo será asumido desde la mirada del cuerpo objetivo es decir,

aquel desde la mirada de Ponty (1984) ha sido conceptualizado en la perspectiva

de lo orgánico, lo somático, lo físico, hasta las propuestas modernas de

instrumento y analógico de la acción. Para ello en primera instanciase realizará un

abordaje histórico de su conceptualización desde diversos autores y

posteriormente se planteará algunos elementos propios de la propuesta deportiva

apoyados en la experiencia de los autores.

Cagigal (1979) plantea como las dos grandes realidades antropológicas para

comprender la cultura física son el cuerpo y el movimiento. Lo anterior permite

asumir que comprender el cuerpo deportivo, posibilita asumir al sujeto como

persona intencional, consciente, emocional, interactiva y presente, lo coloca en

una procesualidad que nunca agota su capacidad de ruptura y opción frente a las

instancias subjetivas que lo constituyen en el complejo interjuego de la

subjetividad social e individual, que no puede desligarse en ningún momento del

movimiento sin importar el contexto en el que se encuentre, ya que el cuerpo se

convierte acción generadora de movimiento.

Comprender el cuerpo en la dimensión deportiva o de la actividad Física,

significa comprender a la persona como generadora de subjetivación, por tanto, la

comprensión del tema de la subjetividad desde una perspectiva histórico-cultural

está indisolublemente ligada contexto espacio- temporal en donde se sitúa la

discusión de cuerpo, en este sentido se encuentran diversas perspectivas para

comprender el cuerpo tales como el cuerpo objetivo, subjetivo e intersubjetivo

(Agamez y Arenas, 2004).

En el orden deportivo el ser, es corporal, es un cuerpo corpóreo, asumido como

el sujeto con un cuerpo que se manifiesta con su cuerpo y a través de su cuerpo;

no puede asumirse solamente como el cuerpo objetivo (instrumento, análogo a la

acción) sino, como el cuerpo ser en el mundo (Vanegas, 2002) un cuerpo con

pensamientos, sentimientos, emociones, manifestaciones subjetivas y objetivas y

como lo han propuesto Agamez y Arenas (2004) un cuerpo subjetivo e

intersubjetivo que se concreta en un cuerpo sujeto. O como lo manifiesta Zubiri

(1986) una corporeidad como la vivenciación del hacer, sentir, pensar y querer;

por tanto es referida al ser humano donde este ser humano es y vive a través de

su corporeidad.

Zubiri (1986) muestra como el cuerpo ha sido asumido a través de la historia

como algo definido, estable y permanente (el hombre como tema) y el cuerpo

como evolución dinamismo y progreso (hombre como problema). Es desde esta

clasificación que en lo deportivo el cuerpo que se incluye la realidad corporal que

posibilita planteamientos educativos, recreativos y competitivos.

Es así como García Bacca (1987), quien a partir del planteamiento del hombre

como problema, para abordar el análisis cultural del deporte, de la actividad física,

el juego se hace necesario estudiar elementos como la comunicación, la

expresión, el gesto, el movimiento y la motricidad.

Para ampliar hasta lo aquí dicho, presentamos un recorrido histórico del concepto

cuerpo desde el componente deportivo.

En la antigua Grecia, el cuerpo fue asumido desde la perspectiva de la concepción

dualista, donde éste tuvo cabida en lo deportivo a partir del “dinamis” o fuerza que

empuja, que potencia y fortifica; la “kinesis” o movimiento espontáneo o artificial

que propicia el cambio. La expresión corporal y la motricidad planteaban

elementos de ejecución, realización y manifestación, es decir lo que se hace y

ejecuta, mientras que lo que no se hace realidad o muestra inseguridad, da cuenta

de los procesos de aprendizaje de educación que tiende hacia la forma creativa de

realización. Posteriormente Pitágoras y su escuela rechazan la sustantividad del

cuerpo como formulación de vida, siendo asumido más en la función de obstáculo

para la liberación y realización de la esencia de la persona, el cuerpo es soma que

no necesita ser rescatado para comprender la bondad del hombre asentada en su

espíritu.

Platón con su disociación de cuerpo y alma, plantea que esta alma solo

conseguirá la verdad y el ser de las cosas al separarse del cuerpo, siendo

necesario quitarse las ataduras corpóreas si se quiere el conocimiento de las

cosas, en Platón no es posible la regeneración del cuerpo, ni la idea de expresión

creativa, ni la adaptación o mejora de los juegos de los niños, ya que éstos iempre

se limitan a copiar de los adultos (padres o maestros).

Heráclito por su parte muestra como el movimiento es la razón del ser y del no ser,

es quien plantea que existe una metamorfosis negativa que nos obliga a no

permanecer idénticos a sí mismo, siendo necesario el enriquecimiento personal y

grupal por la fuerza del concepto de movimiento y que se pone en juego en el

gesto corporal. Es Heráclito quien se preocupa más por el hombre que por la

cualidad de movilidad o en movimiento y quien considera la hombre como parte

fundamental e interna del mundo.

Aristóteles plantea como desde el movimiento el hombre potencia la materia y la

forma, pasando de la potencia al acto, situación que se manifiesta en la “dynamis

“como tendencia innata para cambiar y desarrollarse; la “kinesis” como proceso

que preside el desarrollo de la naturaleza y los “energeia” o el continuo flujo de

vida una vez que se ha alcanzado el nivel de actualidad. A partir de estas

apreciaciones planteadas por Aristóteles se puede comprender de mejor manera

la génesis y conformación de las conductas creativas del hombre que juega y se

recrea. Por tanto desde sus planteamientos el cuerpo posee en sí mismo el

principio de su propio movimiento, posee la vida en movimiento debido a la

materia que junto al alma conforma el ser viviente.

Rousseau, en su obra el “Emilio o la educación”, plantea como al hablar de

educación Física como la educación por medio de juegos actividades y deportes,

desde los ejercicios físicos y la ejercitación personal. Se contemplan en los

objetivos de la educación el ejercicio continuo del cuerpo y el cultivo de la

inteligencia, defiende los ejercicios corporales como relación con los demás

cuerpos que nos rodean, y resalta que el aprendizaje de los escolares se da en el

patio del colegio; la relación entre el entendimiento y la buena condición física,

dándole mucha importancia a la ejercitación del cuerpo como base para el

aprendizaje del ser humano.

Zubiri (1989), plantea como el ser humano es muestra de sustantividad ya que

está vivo y por tanto se posee, tiene sentimientos, posee inteligencia, es un

sistema que tiene cuerpo y psique; el cuerpo como subsistema constituye algo

más que el organismo ya que se trata de materia corpórea. El hombre en esta

perspectiva entonces es psico-orgánico. Es decir, se puede asumir el cuerpo

desde una realidad fenomenológica en la que se destaca la intencionalidad que la

rige. Así mismo le asigna tres funciones principales al cuerpo: Organizadora,

configuradora y somática.

Husserl, destaca de su fenomenología la importancia de su actividad corporal en

los actos de la percepción de la realidad, la función de los sentidos y como el

cuerpo constituye el centro de las configuraciones espaciales. Es de destacar

como en la propuesta husserliana, la Psicomotricidad da la respuesta al valor

creativo de los gestos corporales de los niños y el cuerpo está siempre presente

en la actividad humana, y será el que determine su propia referencia corporal y

humana a su entorno.

Heidegger, desde el existencialismo aporta elementos valiosos en la mirada de lo

deportivo como son: comprender la esencia de cada ser desde su existencia

permite entender este ser desde la expresividad del gesto humano y deportivo

sobre todo en las diferentes manifestaciones de mundo en que se realiza. El

coexistir como elemento primordial en el se hace relevante los niveles de

participación y socialización que se juegan en el deporte.

Jaspers menciona el existir sobre el límite de las posibilidades del sujeto, situación

que permanentemente se vive en los procesos deportivos, donde las posibilidades

se juegan en la creatividad que se debe tener para el afrontar cualquier situación y

momento deportivo.

Laín (1989), quien ha permitido desde sus aportes de cuerpo que tanto la

Educación física como el deporte se enriquezcan desde la teoría integral del

cuerpo, a partir de los condicionantes de la ambigüedad y la incertidumbre, donde

se articulan el cuerpo orgánico, el cuerpo vivido y el cuerpo sentido, asume desde

la teoría integral del cuerpo humano que este es el lugar morfológico funcional de

todas las estructuras psico-orgánicas-operativas, impulsivas, significantes,

cognitivas, expresivas, pretensivas y posesivas que integran la realidad del

hombre; por lo cual objetiva y subjetivamente se nos manifiesta como un conjunto

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de instrumentos, fuente de impulsos o causa de sentimientos, carne expresiva,

apariencia simbólica y hacedor de su mundo, límite y peso.

Marías quien establece que la vida es corpórea, es decir, está encarnada, cada

persona tiene su propio cuerpo, con el cual hace su vida y añade que lo mejor de

esta vida es la expresión que tiene el sujeto. “Yo estoy corporalmente viviendo”.

Con la frase de yo no soy corpóreo, sino que estoy corpóreo, hace referencia a la

sensibilidad, a la condición sexuada, a la condición amorosa, a la temporalidad

corpórea y al carácter estético de la figura corporal.

Es a partir de la diada cuerpo – deporte, donde se establecen los diferentes

elementos constitutivos en el abordaje del cuerpo desde la propuesta establecida

para este documento.

Cuerpo Instrumento: Espiritualidad, fe, Dios, Divinidad, alma, mente, espíritu,

conciencia, pensamiento, búsqueda, trascendencia. Se revela cuando se ejercita

como mera estructura cinética que, con sus palancas y fuerzas mecánicas,

permite la mejor coordinación de los diferentes segmentos del cuerpo, en relación

al tiempo y el espacio, para lograr un óptimo rendimiento.

Al respecto en una actividad deportiva cualquiera, es posible distinguir entre unos

patrones técnicamente sólidos de movimiento, con una secuenciación de

ejercicios implicados, a nivel de cada sujeto que participa (que suponen la puesta

en práctica de las leyes de la anatomía, la fisiología y la biomecánica, y

frecuentemente el seguimiento estricto de un modelo de ejecución); y diferentes

acciones de movimiento exigidas para alcanzar una meta, si se observa el juego

en su conjunto (tal y como lo aborda el paradigma biomotriz, (Vázquez; 2001). En

ambas situaciones, ejecución individual y/o colectiva, el movimiento conlleva una

habilidad aprendida tendiente a alcanzar determinados resultados con la máxima

certeza, y un mínimo de pérdida de tiempo y energía.

Al analizar la ejecución de una especialidad deportiva, en los que prima la

búsqueda de la máxima eficacia, se aprecia que exhiben una serie de patrones

que definen el desempeño eficaz de su capacidad a través de una ejecución

pausada, una elección apropiada entre diferentes opciones posibles, una

percepción adecuada del entorno, adaptabilidad, facilidad del movimiento, un nivel

demostrable de automaticidad (Abernethy et als., 1996).

Cuerpo Físico: Materia y energía, armonía y perfección, segmentos corporales,

tono, fuerza, elasticidad, maquina, órgano, desempeño, eficiencia y eficacia,

estructura

Cuerpo análogo de la acción: Crecimiento y desarrollo, ontogenia, filogenia,

herencia, medio ambiente, patrón, acción, actividad, edad, ciclo vital., niñez,

juventud, adultez, vejez. El cuerpo-condición o análogo de la acción, surge

cuando, tras reconocer dificultades psicomotrices en el niño, preparamos un

programa para él, a fin de que, sometiendo al niño a modelajes concretos e

intensivos por parte del adulto, supere las dificultades observadas para la acción a

realizar. Rigal (2006) plantea que lo realmente aparente en la actividad del niño en

su primera infancia es su motricidad (sujeto que está en interación continua con el

entorno, activo por naturaleza), donde sus adquisiciones proceden en gran parte

de sus acciones motrices y de sus sensaciones. Por tanto gran parte del tiempo

está dedicado a actividades motrices que le permiten mejorar el control motor

asociado a su desarrollo motor. Cuando el niño no se ha apropiado de todas sus

posibilidades corporales para afrontar las exigencias que le impone el currículo

escolar se plantean entonces que hay un olvido del cuerpo; donde el fenómeno de

la corporeidad puede ser leído mediante los aspectos que configuran la

reproducción de dos metáforas: La corporeidad fantasmática y la agnosognósica,

con las cuales se pretende ilustrar lo que ocurre con el cuerpo en la escuela y que

fueron concebidas a partir de los comentarios de Bernard (1991), sobre hallazgos

neurofisiológicos en personas amputadas.

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Se muestra entonces como el cuerpo objetivo se sumerge en las múltiples

relaciones causales entre las partes y en dimensiones diversas como el cuerpo

instrumento, el cuerpo físico y el cuerpo analógico de la acción.

Pastor (2001) hace una aproximación a la propuesta morfoanalítica y asume el

cuerpo como real u objetivo (estructuras bio-fisiológicas, músculos, huesos),

cuerpo vivido o subjetivo (propioceptivo, el que genera la representación interna

del propio cuerpo) y el cuerpo emocional o biográfico (experiencias vivenciales).

Estos tres se encuentran en continua interdependencia, formando una unidad

psicocorporal, la cual no puede desarrollarse por sí sola sin algo que le dé

cohesión: el cuerpo relacional, “fundamentalmente un espacio, un lugar donde el

ser puede encontrar sus límites y al tiempo entrar en contacto con el exterior

manteniendo su integridad, la base de la construcción de la identidad” (Alcalde,

1996: 168-169).

En cuanto al cuerpo subjetivo, éste emerge de la necesidad de incluir el cuerpo

en el análisis de las prácticas sociales, con un significado que de cuenta de la

mutua e intima relación entre cuerpo y subjetividad. De acuerdo con lo anterior, el

cuerpo ha de entenderse como la superficie intermedia entre el individuo y la

sociedad, como lugar de la subjetividad incorporada o “encarnada” que también

refleja las sedimentaciones ideológicas de la estructura social inscripta en él”

(McLaren, P., 1994). El cuerpo subjetivo incluye la producción de la subjetividad

dada en el marco de las prácticas sociales y materiales. Podríamos decir así, que

la subjetividad se construye en la intersubjetividad; que las formas materiales se

subjetivizan y lo subjetivo se materializa. Se trata de un verdadero proceso de

encarnamiento, entendiendo por tal, la relación mutuamente constitutiva de la

estructura social y el deseo, es decir, la relación dialéctica entre organización

material de la interioridad y los modos culturales de materialidad que

subjetivamente integramos”. (McLaren, P., 1997 b).

El cuerpo subjetivo se inserta en el comportamiento pero no lo hace neutralmente,

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sino que sucede un proceso afectivo o de identificación con las formas sociales y

culturales apropiadas o encarnadas. (McLaren P, 1997b) utiliza la categoría de

inversión afectiva para dar cuenta que el mundo se estructura tanto semántica

como afectivamente. La inversión afectiva es el compromiso de afecto que

ponemos en esta construcción del mundo. Es “la intensidad o el deseo con el que

invertimos en el mundo y en nuestra relación con él” A través de esta inversión

afectiva, el cuerpo se inserta en su entorno físico y social dando lugar a la

creación de un sentido totalizado de la realidad (Grossberg, L., 1986). La

condición del cuerpo subjetivo, no queda totalmente agotado en el discurso

instituido, de no ser simplemente el producto de una totalidad homogénea,

convierte al mismo sujeto en un lugar de lucha, de tensiones, y conflictos. La

subjetividad es producida por las condiciones socioculturales, no es

autoproducida, pero conserva una autoconciencia como proceso de construcción

de la identidad y la afectividad y el co-estar entre otras.

La identidad del subjetivo se construye a través de la conformación de la

conciencia corporal asumida esta como el proceso por el cual el ser humano

como facticidad se constituye en unidad indisoluble de ente material y conciencia

significacional en la experiencia. Como lo plantea Vanegas G. J.H. (2002) mi

cuerpo me dice en primer término, como fundamento de todos sus ulteriores

decires, que yo existo. No como resultado de la propuesta cartesiana -Yo pienso,

luego yo existo- sino como unicidad en la vivencia. Es decir, emerge la

certidumbre de mi inmediata existencia, en mi primaria experiencia de lo que llamo

mi cuerpo, el cuerpo deja de ser un sistema biológico o psíquico, para

constituirse en el ser.

La constitución del cuerpo en sí, es el sustrato necesario para que emerja el

cuerpo para el otro, para el prójimo, ya que el prójimo se muestra fuera de mí, de

tal forma que las actitudes corporales se constituye en el escenario donde se da y

se expresa la afectividad, de tal forma que los sentimientos y las emociones se

dan al otro, quien es quien, me determina, ya que al mirarme el otro sabe lo que

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soy. “La afectividad da cuenta de los sentimientos, las emociones y las pasiones,

es consecuencia del reconocimiento del otro, es el paso de la indeferenciación de

los otros y las otras cosas a una filiación como reconocimiento a lo que esta fuera

de mí, pero a la vez me constituye como sujeto. (Vanegas J. H. 2001, p 101). En

medio de todas posiciones, el cuerpo es el eje que permite la reflexión dentro del

campo de sí mismo y es desde él a partir del cual, el hombre se puede manifestar,

el cuerpo más que un algo en el mundo es un algo expresivo en el mundo de la

vida. La constitución del cuerpo entre nosotros emerge en la acción expresiva y

en la acción social en el cohabitar el espacio manteniendo su particularidad y

compartiendo su temporalidad.

El cuerpo es un móvil espacio temporal, es el punto cero a partir del cual el mundo

se ordena, se valora, el cuerpo es la posibilidad de ser en el mundo como la

morada del hombre, según lo planteado por la Comunidad Académica Cuerpo

Movimiento. (2002 pp. 162-163. El sólo estar del cuerpo en el mundo es ya un

signo comunicativo, es estar en un ahora, en unas circunstancias determinadas:

con otros o sólo, en medio de los objetos que soportan las necesidades del

hombre que los dis- pone a su voluntad y su direccionalidad corporal. El cuerpo

como presencia en el mundo se constituye en un co-estar, es siempre un

dispositivo comunicativo. El hombre es acto en sí mismo en la medida en que el

cuerpo es un campo expresivo, el acto es un proceso en donde se exterioriza un

cuerpo en el mundo de vida y se manifiesta como transformación, sea corporal

interna, la acción entendida como praxis, es un ajustamiento en donde las

personas moldea su cuerpo a una realidad, el hombre se da corporalmente al

mundo, es más, el hombre es arrojado al mundo como corporalidad.

En cuanto al cuerpo intersubjetivo, Ferrater Mora J. (2001) plantea que si se

prescinde de sujetos cognoscentes en nombre de un objetivismo radical, no hay

entonces conocimiento, en la medida en que todo conocimiento es el resultado de

una actividad llevada a cabo por sujetos. Es así como la intersubjetividad se

construye en las relaciones que establecen los sujetos, de tal modo que varios

German Rincon
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sujetos puedan coincidir en sus juicios. La relación entre varios sujetos con vistas

al conocimiento da lugar a lo que se ha llamado «intersubjetividad» o lo

«intersubjetivo». La intersubjetividad es una especie de puente entre la

subjetividad y la objetividad.

En esta perspectiva el hombre como ser situado en el mundo, solo se construye a

si mismo cuando lo hace en su otro, es decir, que el hombre necesita de otros

hombres para ser hombre, como diría Fitche (1986) "el hombre solo se convierte

en hombre entre otros hombres; para ser hombres hay que ser varios" Luckmann

(1996, citado por Agamez, T., Arenas, B., Rodríguez, J., Restrepo, H., Vanegas,

J., y Vidarte, J. 2002) describe cómo el hombre aprende a actuar por medio de

procesos históricos de socialización de manera y modo determinado por la

sociedad y por la época, ya que las distintas sociedades disponen de bagajes

culturales diferentes en contenido y estructura que determinan normas, valores,

creencias, mitos y ritos a través de los cuales el hombre construye formas de ser,

estar, hacer y tener. Las relaciones personales del hombre se completan en el

otro, solo en la presencia de la otra persona, el ser humano alcanza la suprema

posibilidad de sí mismo, es verdad que es necesaria la relación entre dos

personas, para que esta interacción se dé, se requiere la participación como

implicación del sujeto en situaciones vitales, desde dominios que indican aspectos

relacionados con el funcionamiento tanto individual como social.

En este sentido, el cuerpo está sujeto a unos comportamientos y formas de

actuación a través de las cuales incorpora y construye procesos de socialización

para la adquisición del lenguaje, las normas, los valores, visiones del mundo y

formas de interactuar o relacionarse con los otros. El cuerpo es una construcción

simbólica, no una realidad en sí mismo. No es un dato indiscutible, sino el efecto

de una construcción social y cultural. En esta construcción el cuerpo es

socializado, valorado, culturizado y se espera de él unas formas, unas funciones y

unos roles que definen la diferencia entre hombres y mujeres. En éste sentido el

cuerpo está sujeto a unos comportamientos y formas de actuación a través de las

cuales incorpora y construye procesos de socialización para la adquisición del

lenguaje, las normas, los valores, visiones del mundo y formas de interactuar o

relacionarse con los otros. El cuerpo es una construcción simbólica, no una

realidad en sí mismo. No es un dato indiscutible, sino el efecto de una

construcción social y cultural. (Agamez J., et.all. 2004, pag.230)

BIBLIOGRAFIA

Agamez, J., Arenas, B., Restrepo, H., Rodríguez, J.E., Vanegas, J.H., y Vidarte.

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Ed. Pila Teleña, S.A. Madrid, 1987.

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Zubiri, Xavier. (1973). El hombre y su cuerpo. Cit por Laín Entralgo, Pedro: el

cuerpo humano. Teoría actual, Madrid, Espasa Calpe 1989, p319)

ACERCA DEL MOVIMIENTO

Abordar el concepto de movimiento implica una mirada histórica, en la cual se

debe hacer una aproximación a diferentes concepciones construidas desde

distintos campos del conocimiento, las cuales se convierten en referentes

necesarios para comprender las relaciones entre el movimiento y sus variadas

interacciones.

Movimiento como palabra proviene del griego Kinema, que indica presencia, ser,

estar, hacer. Lo anterior permite asumir el movimiento como sinónimo de vida.

Cuando se dice vida, se hace referencia ese inevitable ciclo vital que empieza a

fenecer en el mismo instante que se nace, la vida es una constante transformación

de materia en energía a través de movimiento mismo. Desde esta perspectiva

entonces, se puede mencionar que el movimiento como resultado de la evolución

del hombre se manifiesta desde el aspecto cultural en el trabajo y el deporte y

desde el aspecto cognitivo en el lenguaje. Pero además el movimiento representa

un placentero medio de expresión y comunicación como evidencia de esa energía

que posee el sujeto, donde exterioriza todas sus potencialidades (biológicas,

cognitivas y sociales). El movimiento se constituye en la forma de expresión social

histórico- cultural y en un auténtico lenguaje en el que están íntimamente ligados

la capacidad, la acción, la actividad motriz y el contexto.

El desarrollo científico del movimiento como problema fue abordado por muchos

autores, quienes se han dedicado a revisar y reflexionar sobre la temática, al

punto que se haya permitido realizar un giro epistemológico que ha movilizado el

desarrollo del conocimiento aportando avances al movimiento humano en áreas

como la neuropsicología, la psicología, la sociología y la biología. Autores como

Maturana y Varela (1973) demuestran la fundamental e íntima coodependencia

entre fenómenos vitales y cognición, entre los principios fundamentales de

organización del ser vivo y la naturaleza del conocimiento desde la biología y el

lenguaje.

Además los fundamentos epistemológicos se han asociado a la racionalidad, la

objetividad y la conciencia humana, elementos que han posibilitado hacer un

abordaje del movimiento y del sujeto desde una perspectiva de integralidad y

complejidad, donde la dualidad cuerpo- mente, ha sido superada por la mirada

holística de integración y articulación desde las diferentes posibilidades de

subjetividad, objetividad, sin desconocer la mirada conceptual que sobre cuerpo se

tenga, donde lo que se busca es la recuperación del sujeto en una perspectiva

biopsicosocial, donde lo corporal y la corporeidad tengan asiento, de tal manera

que se pueda comprender al ser humano y el mundo que habita, desde la

diferencia, el reconocimiento del otro, el diálogo y el contexto social e histórico.

El movimiento ha sido definido desde múltiples perspectivas que van desde las

definiciones más biológicas hasta las que contemplan el aspecto social,

psicológico, cultural entre otras. De acuerdo con lo expresado por Lora Risco,

Wallon, Rosseau, Krussen, Manno, Melas, Ortega y otros en las muchas

conceptualizaciones que encontramos el movimiento abarca desde un cambio de

posición y una serie de contracciones musculares, hasta ser contemplado como

un medio que le permite al individuo conocer su entorno (Cobo, 2005). Esta visión

del movimiento permite el acercamiento a una concepción holística que exige por

lo tanto un abordaje desde múltiples dimensiones convirtiéndolo en único para

cada individuo y con características específicas según la cultura y el entorno.

Para el contexto colombiano, desde el año 2002, el grupo de investigación cuerpo

movimiento de la Universidad Autónoma de Manizales, desarrolla la propuesta del

movimiento como sistema complejo, propuesta que ha sido abordada desde las

perspectivas funcional y fenomenológica y que ha sido referente teórico y

conceptual para profesiones que abordan en su objeto de estudio el movimiento

humano. Esta propuesta estructura el movimiento humano como sistema

complejo, desde lo analítico y comprensivo, y posibilita el análisis del movimiento

en general, es decir, desde los parámetros de “normalidad” y los asociados al

fenómeno de la discapacidad.

El movimiento como sistema complejo en la propuesta de Cuerpo- Movimiento ha

sido leído desde el concepto clásico, el cual precisa que: "Un sistema es un

conjunto de elementos que mantienen determinadas relaciones entre sí y que se

encuentran separados de un entorno determinado"29. En este sentido Lukhman

(1996) caracteriza el sistema complejo desde aspectos como: El sistema complejo

involucra la interacción de elementos reales e imaginarios, objetivos y subjetivos,

el sistema es autorreferente, entendida esta característica como la posibilidad que

tiene el sistema de delimitarse y diferenciarse del entorno, siendo parte de éste al

mismo tiempo.

Así mismo Maturana y Varela ( ) proponen otras características del sistema

complejo como son que este es autopoietico porque puede crear su propia

estructura y los elementos que la componen, generando y transformando la

energía interna (neural) en externa (cinética), la posibilidad de permitir gran

número de interacciones de múltiples subsistemas de diferentes complejidades

por la sobreabundancia de conexiones. Estas características permiten planteare

entonces, que, el movimiento humano no existe como la sumatoria de las áreas

físicas, motoras y cognitivas, sino que por el contrario, el movimiento humano

como sistema complejo existe en la medida que es posible leer el entretejido entre

Lo objetivo y lo Subjetivo, lo histórico y lo cultural, lo particular y lo colectivo, lo

cualitativo y lo cuantitativo, la explicación y la comprensión.

Las diferentes complejidades establecen una estructura en el movimiento como

sistema complejo, desde niveles de interacción y subsistemas. Los niveles son el

control motor, el aprendizaje motor y el contexto. Mientras que los subsistemas

son la capacidad motriz establecida como la potencialidad del hombre para poner

en juego los componentes biológicos (orgánico, hereditario y funcional),

29

LUKHMAN, Niklas. Sociedad y Sistema. La ambición de la teoría, Barcelona: Paidós. 1996. p. 13

psicológicos (afectividad, emocionalidad y procesos cognitivos) y sociales

(condiciones y estilos de vida y calidad de vida). La acción motriz como el paso de

las potencialidades a la ejecución, es decir, es el medio por el cual la capacidad

motriz se manifiesta en lo observable del movimiento humano. La acción motriz es

la ejecución del movimiento en tiempo presente, esto es en un ahora, y resulta de

la integración de múltiples patrones de movimientos simples y complejos como lo

propone Wisckstram (1990). La actividad motriz como la integración de múltiples

acciones en una situación tarea. Desde esta perspectiva la actividad motriz sólo

es posible si responde a las características espacio - temporales, ya no entendidas

como la proyección corporal, si no como los límites que determinan el entorno

mediato e inmediato, en el cual se actúa, constituyéndose en el contexto o en el

escenario que determina la situación a la que responde la tarea y donde se

ejecuta la acción.

Aquí la actividad motriz es manifestación de ser-en-el-mundo, como hecho visible

que se nos muestra en el hecho mismo, significa una señalada forma de hacer

frente a algo “Lo que pone en juego el sujeto para satisfacer las exigencias de la

tarea”27 apariencia del ente ser – ahí en relación situacional, donde el contexto es

espacio vivido, sentido, percibido, funcional, en unidad espacio – tiempo,

simultaneidad y alternancia de acciones motoras con relación al mundo de la

naturaleza y el mundo social tejidos por el mundo intersubjetivo.

Por último el comportamiento motor hace referencia a las múltiples actividades

motoras que es posible leer desde los arquetipos o sistemas modelizadores

construidos socialmente. Éste hace referencia no sólo a una actividad motora que

se actúa en un contexto espacio - temporal determinado, sino también al sistema

explicativo - comprensivo que le da el grupo a esa actividad motora bajo procesos

de normalidad y anormalidad. El comportamiento motor es el subsistema en el que

interactúa el componente comunicativo del movimiento como posibilidad de

construcción de significados en relación con la actividad motora: el componente

27

FAMOSE, Jean Pierre. Aprendizaje motor y dificultad de la tarea, Barcelona: Paidotribo. 1992. p. 45

ético como el referente de normas, reglas y límites que determinan lo bueno, lo

malo y lo legitimado socialmente, y lo legitimado históricamente; y el componente

estético desde donde se construye el sentido del acto motor, pero que aquí cobra

relevancia al construirse en parámetro de valoración de la actividad misma, de

acuerdo a la armonía sistémica entre movimiento - cuerpo - entorno. Comprender

el comportamiento implica leer lo social, lo histórico y lo cultural del movimiento

mismo.

El movimiento como sistema complejo ha posibilitado el desarrollo conceptual de

diversos programas académicos en el contexto local, regional y nacional, ha sido

referente teórico para los avances investigativos desde la mirada de procesos

como la Discapacidad, el Deporte y la clínica en profesiones como la Fisioterapia y

la Educación Física.

De otro lado el movimiento para algunos autores es homologable a la motricidad.

La motricidad, es concebida como el campo del saber en el que se pone en juego

la función del valor social, cultural, ético, político, cognitivo, imaginativo-creativo,

estético y motriz. La motricidad, entonces es un campo del saber cuyas fronteras

las constituye el ser humano en movimiento (Parlebas, 2007, Trigo y Col 2003,

Murcia, 2006, 2007, Hurtado, 2007).

La característica general de esta definición de motricidad es que rompe con la

consideración meramente funcional e instrumental del movimiento humano y se

centra en el ser humano en movimiento. El cuerpo tiene sentido sólo en el

contexto del sujeto corpóreo, lo que permite plantear entonces que la motricidad

es la expresión de sentido de esa corporeidad.

La base de desarrollo de la motricidad la constituyen expresiones como lo

artístico, la recreación, la actividad física, el deporte y la salud, también

conocidas como ludomotricidad (recreación), la paidomotricidad (Educación

Física), la ergomotricidad (Deporte) Lo anterior permite mostrar que no es posible

la simplificación instrumental del movimiento, en términos de destrezas,

habilidades o capacidades independientes de la vivencia; sino que estas

categorías corresponden a toda la complejidad del ser humano en movimiento.

Los nuevos paradigmas consideran el movimiento como una subcategoría de la

motricidad y, en consecuencia, es una de las manifestaciones de ésta, la cual se

centra en un ser humano multidimensional y en un movimiento intencional que

genera trascendencia. Sin embargo, desde la perspectiva de la corporeidad, por

su complejidad, la motricidad desborda el concepto de movimiento. Esta visión

sobre el concepto de movimiento (humano) es infinitamente más rica y más

profunda que la visión mecanicista del movimiento ofrecida por la biofisiología fruto

del paradigma cartesiano y de los conceptos newtonianos de la realidad (Feitosa,

1993)

Por medio de la motricidad el cuerpo alcanza la corporeidad y a través de su

energía expresa su capacidad de movimiento de tal forma que alcance la

creatividad suficiente para generar la expresión y comunicación. Es a partir de la

motricidad donde se descubre el cuerpo liberado de gastos energéticos inútiles. El

lenguaje corporal como forma de expresión abarca diferentes planos siendo

comunicación espontánea e instintiva; que acompaña toda expresión verbal;

puede hacer una acción intencionada; es material informático, real y ficticio, y sus

elementos fundamentales son el espacio, el tiempo y el cuerpo, es decir la unidad

psicomotora.

La motricidad concebida como una vivencia de la corporeidad permite explicar las

acciones que implican desarrollo de lo humano (Rey cao y otros, 1999), donde la

corporeidad es la vivenciación del hacer, sentir, pensar, y querer de manera que

se pueda identificar corporeidad con humanidad ya que el ser humano es y vive

solo a través de su corporeidad. En este sentido Trigo 1999, intenta diferenciar

este término de la realidad física del cuerpo y del tiempo, destaca ciertos rasgos

que pretende son exclusivos de la conducta humana pero que, en todo caso y con

otras palabras, se refieren a nociones psicológicas tales como la conciencia, lo

volitivo, lo cognitivo, lo afectivo o lo expresivo. Por tanto se asume que mientras el

cuerpo solo hace, la corporeidad permite la existencia del ser humano mediante la

unidad del hacer, el saber, el pensar, el sentir, el comunicar y el querer (pienso y

siento al tiempo que hago; actúo porque siento y pienso).

Como dice Vítor da Fonseca en sus investigaciones sobre la evolución del ser

humano: “la motricidad retrata, en términos de acción, los productos y los

procesos funcionales creadores de nuevas acciones sobre acciones anteriores.

Por la motricidad utilizadora, exploratoria, inventiva y constructiva, el Hombre y el

niño, humanizando, esto es, socializando el movimiento, adquirirán el

conocimiento” (Da Fonseca, 1989: 314-315).

Las teorías de este autor tienen múltiples influencias, pero entre ellas destacan las

de Wallon (1970) con su base psicobiológica y las de Luria (1979) en su

concepción neurobiológica. En sus trabajos, Da Fonseca afirma que la

ontogénesis de la motricidad es el espejo de la filogénesis humana. El crecimiento,

como aumento cuantitativo (estructura), y el desarrollo, como aumento cualitativo

(complejidad), son manifestaciones del mismo fenómeno. “...Por ello se demuestra

que los músculos (como órganos efectores por excelencia) son los instrumentos

privilegiados por los cuales los seres humanos comunican sus pensamientos. El

movimiento voluntario y el ajuste postural son las claves de la inteligencia y de la

comunicación humana. El pensamiento es la culminación de la acción, ambos son

las dos caras sublimes de la actividad psíquica superior. Así evolucionó la

conciencia humana a nivel histórico (aspecto filogenético) y así se da la

información de la inteligencia del niño (aspecto ontogenético)...” (Da Fonseca,

1988, p.47).