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"Sobre una imitación de bronce oficial romano republicano en Hispania", Gaceta Numismática 186 (2013), 47-59. Asociación Numismática Española

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SUMARIO

XXV ENCUENTRO DE ESTUDIOS SOBRE LA MONEDA

PONENCIAS Montserrat Marsal Astort ........................................................................................... 3 Técnicas de análisis químicos no destructivos aplicados a la numismática.

Miquel Sánchez i Signes ............................................................................................ 9 Composició tipològica i anàlisi metal·logràfica del tresor de croats del carrer de la Llibertat (València).

COLABORACIONES Esteban Induráin ....................................................................................................... 39 ¿Se acuñaron cuadrantes en la ceca ibérica de Bascunes-Pamplona?.

Luis Amela Valverde ............................................................................................... 47 Sobre una imitación de bronce oficial romano republicano en Hispania.

Miguel Ibáñez Artica ................................................................................................ 61 Hallazgo de monedas feudales francesas en Lasarte (Guipúzcoa, España).

Eduardo Alfaro y Carlos de la Casa .......................................................................... 71 Tesorillo medieval de Monte Real, Diustes. (Soria).

Jesús Alturo y Tània Alaix ...................................................................................... 111 Les inscripcions, figures i símbols en les monedes catalanes medievals.

Simonluca Perfetto .................................................................................................. 141 Ceca y monedas en la ciudad de Lanciano (1441-1640).

Fernando López Sánchez ....................................................................................... 147 Un real de a ocho del ensayador Pedro Martín de Palencia a nombre de Felipe III: 1622 mejor que 1621.

Néstor F. Marqués González .................................................................................. 155 La moneda falsa en la crisis del S. XVII. Un resello de 1658-59 sobre una moneda de la ceca latina de Segovia.

Enrique Gozalbes Cravioto y Helena Gozalbes García .......................................... 159 Un catálogo numismático del Museo Arqueológico de Tetuán (Marruecos) de 1956.

RESEÑAS ................................................................................................................. 169

LIBROS RECIBIDOS .................................................................................................. 173 ® de los respectivos autores de los artículos. La ANE se reserva el derecho de publicar total o parcialmente los artículos de Gaceta Numismática en su página web. La reproducción total o parcial de esta publicación por cualquier medio deberá de contar con la autorización escrita del autor o autores de los textos y del editor. La ANE respeta el contenido de las aportaciones recibidas. Por lo tanto, no se hace responsable de las diferencias de criterio expuestas en dichos escritos, así como de plagios, copias o cualquier otro elemento que de alguna manera pueda hacer que terceras personas se sientan perjudicadas. La ANE no tiene ningún lazo de unión con las publicaciones más que su inclusión con GN, órgano de la sociedad a disposición de los socios que desean colaborar bajo su estricta responsabilidad. Diseño gráfico de la portada: Manuel García Garrido. Impresión: NT gràfics, S.C.P.

Dep. Legal. B.23.929-1996. ISSN 0210-2137

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XXV ENCUENTRO DE ESTUDIOS SOBRE LA MONEDA

Ponencias

TÉCNICAS DE ANÁLISIS QUÍMICOS NO DESTRUCTIVOS

APLICADOS A LA NUMISMÁTICA

MONTSERRAT MARSAL ASTORT En el instante que se pretende analizar una muestra, en este caso una moneda, lo primero que hacemos es efectuar un examen visual de la misma, como si fuera un análisis previo, para poder determinar el procedimiento a seguir. Por tanto, vamos a interrogar a esa pieza. Las expectativas del estudio numismático serán la información que podamos obtener en cuanto a la procedencia, utilización, historia, etc. Cuantos más sean los datos que tengamos de la pieza a analizar, mayor será la facilidad de obtener un buen análisis y estaremos en mejores condiciones de elegir la técnica analítica idónea. Comenzaremos haciendo un breve repaso de los componentes que constituyen las monedas a modo de introducción.

METAL. Es un elemento químico cuya característica principal es su alta densidad y que está en estado sólido a temperatura ambiente. ALEACIÓN. Mezcla por fusión de dos o más metales para obtener las propiedades requeridas para una aplicación específica. ORDEN DE LOS MATERIALES SÓLIDOS. Los materiales sólidos están ordenados en lo que se denomina hábito cristalino, que en los metales puros, salvo raras excepciones, pueden cristalizar en tres estructuras: cúbica, cúbica centrada y hexagonal. RAZONES FÍSICO-QUÍMICAS DE ELECCIÓN. Una de las razones por lo que se ha elegido el oro, la plata y el cobre es la facilidad con que se pueden alear. Esto es debido a que tienen el mismo hábito cristalino de cúbico centrado. Esta facilidad para alearse nos da la ventaja de poder aprovechar las propiedades de cada uno de ellos y variar la aleación según su aplicación. El oro, la plata y el cobre son completamente miscibles en fase líquida. Hemos apuntado que la base constituyente de las monedas de la antigüedad son oro, plata y cobre, pero además de estos tres metales existe

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la posibilidad que podamos encontrarnos con otros elementos metálicos. Entre los más frecuentes encontramos el Cr, Fe, Ni, Zn, Al, Sn, Pt. Como impurezas, podemos hallar V, Mn, Co, As, Mo, Pd, Cd, Sb, Pt, Hg, Bi. Y raramente, a nivel de trazas, Ti, Ga, Ge, Zr, Nb, Tc, Ru, In, Hf, Ta, W, Re, Os, Ir, Tl. Cabe destacar que tanto el estaño como el platino los pondríamos dentro de los elementos primarios que se encontrarían en una aleación usada para monedas, ya que en algunos lugares se usaron como aleación base. Las trazas serán muy importantes para cuando queramos identificar la procedencia del metal base ya que nos darán una pista del lugar de extracción del mineral. El hecho de que se hayan utilizado estos tres metales (oro, plata y cobre), es debido a su estabilidad química y su inalterabilidad frente a los medios ambientales. Estabilidad Química-Alterabilidad El oro es muy estable, inalterable e insoluble en condiciones medioambientales. La plata es estable, débilmente alterable y un poco soluble. El cobre es menos estable que la plata y el oro, y tiene mayor solubilidad. Una vez revisadas estas premisas, vamos a pasar a describir las técnicas de análisis más idóneas según mi entender para este tipo de muestras. Existen dos tipos de métodos analíticos para los metales, uno destructivo y otro no destructivo, en el caso que nos concierne obviamente no existe ninguna duda en la elección. De todas formas, vamos a comentar cada uno de ellos. Técnicas de análisis

1. Destructivas: vía húmeda; espectroscopia de emisión atómica 2. No destructivas: fluorescencia de RX; dispersión de energías de RX;

difracción de RX; LIB (laser induced breakdown spectroscopy) Sobre las destructivas. Los metales son fácilmente solubles en ácidos tanto

fuertes como débiles. El método de vía húmeda consiste en disolver una muestra de material en un ácido. Con la reacción obtenida se puede identificar el metal, pero la parte utilizada de la muestra queda irrecuperable.

Otro método destructivo es el de espectroscopia de emisión atómica. Da buenos resultados analíticos, pero la muestra queda seriamente dañada.

Sobre las no destructivas. Antes de pasar a describir los métodos de análisis no destructivos vamos a hacer unos comentarios sobre la fuente de energía que se utiliza para estas técnicas, en la mayoría son los rayos X. Al iluminar un material con algún tipo de radiación se puede conocer su composición química y estructural.

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Cuando los RX interaccionan con la materia se producen gran cantidad de fenómenos. Dependiendo del tipo de material con que se encuentren, puede ocurrir que sean absorbidos o transmitidos, como sería el caso de las radiografías. Cuando interaccionan con un cristal son difractados o difundidos y proporcionan la composición de la materia cristalina de lo analizado. A la vez se generan RX secundarios que son los que aprovechamos para la técnica de fluorescencia. Vamos a comentar cada una de estas técnicas no destructivas.

Fluorescencia. En este tipo de técnica, la fuente de energía es una emisión de RX que al impactar sobre la superficie de la muestra generan, tal como hemos comentado anteriormente, los RX secundarios que son recogidos por un detector. Este detector los pasa a un lector para transformarlos en un diagrama y de esta manera cada elemento tiene su respuesta característica que viene representado por un espectro. Así se puede conocer la composición elemental de la zona analizada. Una vez obtenido el espectro se puede conocer el análisis cuantitativo de la muestra a través de unos patrones determinados.

Dispersión de energías. Esta técnica va acoplada normalmente a un microscopio electrónico, ya sea de transmisión (electrones primarios o transmitidos) o de barrido (electrones secundarios o reflejados). El de transmisión no nos sirve, ya que comporta un análisis destructivo. Por el contrario, en el microscopio electrónico de barrido (MEB) la muestra no queda dañada y el ensayo puede ser efectuado sin ninguna clase de modificación. La fuente de energía utilizada son los electrones, que al impactar sobre el material generan muchos fenómenos. Todos ellos se pueden recoger teniendo el detector adecuado. En nuestro caso, sería preciso disponer de un detector de rayos X .En este tipo de técnica es condición imprescindible que la pieza a analizar sea conductora, ya que los electrones que precisamos son los reflejados y, si no hay conductividad, el resultado puede ser erróneo. Otra condición es que el análisis se realice en vacío, ya que los electrones se propagan en línea recta y, a menor resistencia, más resolución en el análisis. Como resultado de todo este proceso obtendremos un espectro en el que podremos identificar los elementos que componen la muestra, ya que cada uno de ellos tiene una respuesta característica en una escala de electronvols. Como en la técnica de fluorescencia, mediante un programa determinado podremos obtener un análisis cuantitativo de la zona analizada a partir del espectro obtenido previamente. Este tipo de análisis es fiable si la muestra es homogénea, ya que si es heterogénea, al efectuar los análisis en zonas muy pequeñas, podríamos obtener resultados erróneos. De todas formas, esto se podría solventar realizando varios análisis procurando cubrir toda la muestra y hacer la media de todos ellos.

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Difracción de rayos X. En este tipo de analítica la respuesta obtenida es del compuesto del material analizado. Así, por ejemplo, el análisis no nos dirá si hay cobre y azufre, sino sulfuro de cobre o cualquier sal de estos dos elementos. Esto nos sería útil en el caso de que la moneda a analizar tuviera una pátina de compuesto, ya sea de óxidos, sulfuros, sulfatos, carbonatos etc, lo que nos facilitaría el conocimiento de su procedencia gracias a todos estos compuestos que se hallan en su superficie. Libs (Laser induced breakdown spectroscopy). Esta técnica, aun siendo destructiva, la he situado en los métodos no destructivos ya que el análisis produce daños visibles tan sólo a nivel microscópico, por ello estaría en la frontera de los dos métodos. Una vez descritas las técnicas de análisis más habituales nos encontramos ante el dilema de elegir el método más adecuado para obtener un buen resultado. Ya he comentado anteriormente que antes de realizar un análisis en una muestra es aconsejable un examen visual y el mayor conocimiento de la pieza, y a partir de todos los datos y de lo que queramos obtener podremos elegir la técnica. En la mayoría de los casos, el método más adecuado por su precisión y facilidad en cuanto a ejecución será el de la fluorescencia, excepto cuando se quiera obtener la composición, como ya se ha explicado anteriormente. Vamos a exponer un par de casos prácticos realizados mediante la técnica de fluorescencia. El primer grupo consta de dos monedas de oro de 8 escudos de Felipe V, una de la ceca de Méjico y la otra de Sevilla. Se ha elegido el mismo rey y dos cecas distintas para poder comparar y encontrar diferencias si las hay. En primer lugar, determinaremos la metodología de análisis eligiendo los parámetros para que sean los mismos en todas las muestras analizadas. Los parámetros a determinar son: el área, el tiempo de análisis y la energía con que vamos a efectuar el ensayo. El área dependerá del tamaño de la moneda, es aconsejable, para un mejor resultado, que sea la mayor posible. En cuanto al tiempo de análisis, cuanto más tiempo, más resolución. Una vez establecidos los parámetros, pasaremos a efectuar la calibración del equipo. Después se efectúa un análisis previo para conocer los elementos prioritarios que componen la muestra y seguidamente se introducen en el programa los análisis de los materiales puros con los parámetros que hemos determinado. Una vez que hayamos efectuado estas operaciones, ya podemos pasar al análisis de las muestras. En el primer grupo se realizaron cinco análisis en distintas partes de las dos muestras con área de 2cm y 100 segundos de análisis. Los resultados obtenidos se pueden ver en la tabla que se adjunta. Comparándolos, vemos que en la de la ceca de Sevilla hay menos oro, más plata y menos cobre que

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en la de Méjico, de manera que podemos observar las diferencias existentes en estas emisiones. En cuanto al segundo grupo de análisis, se han elegido tres monedas de distintas procedencias y épocas, una de Fernando VI (1753, Madrid), otra de Carlos III (1787, Popayán) y otra también de Carlos III (1788, Madrid). Se ha seguido la misma metodología que en el grupo anterior en cuanto a los parámetros y la forma de efectuar los análisis. En la segunda tabla que se adjunta se puede apreciar que la moneda de Fernando VI muestra una clara diferencia en cuanto a Ag y Au con respecto a las de Carlos III. Puede que esto sea normal, tratándose de monarcas diferentes. En cuanto a las de Carlos III, existe también una clara diferencia entre sus componentes, sobre todo en la plata. Ante todo lo expuesto, creo que es importante destacar que todo lo que no podemos apreciar claramente con un examen visual detallado, como el color, la densidad,composición, etc, sí que se puede saber mediante las técnicas no destructivas de análisis, las cuales nos ayudarán a una buena caracterización de la muestra, de una moneda en este caso.

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COMPOSICIÓ TIPOLÒGICA I ANÀLISI METAL·LOGRÀFICA DEL

TRESOR DE CROATS DEL CARRER DE LA LLIBERTAT

(VALÈNCIA)

MIQUEL SÁNCHEZ I SIGNES∗

El present text és el resultat de la intervenció exposada a la seu de l'ANE, Barcelona, el dia 5 de març de 2012, sota el títol potser una mica estufat de “El tresoret de croats del carrer de la Llibertat (València): composició tipològica i anàlisi metal·logràfica d'un conjunt de croats dels segles XIII i XIV (Pere II – Pere III)”. En aquells moments, l'estudi del tresor que ens ocuparà al llarg de les següents pàgines era només un oferiment del Museu de Prehistòria, i en concret del seu conservador del gabinet de numismàtica, Manuel Gozalbes, a portar a terme una classificació i estudi el més acurats possible destinats a completar la publicació del conjunt amb una sèrie d'articles i, amb sort, una futura monografia, però la riquesa en vessants d'estudi així com la inexistència d'un coneixement en profunditat no només ja d'aquestes peces monetàries sinó sobretot de llur funcionament i circulació ens han portat, a dia d'avui, a convertir-lo en l'objecte de la nostra tesi de doctorat1. El resultat d'aqueixa primera aproximació per la nostra banda al tresor del carrer de la Llibertat fou la intervenció a la seu de l'ANE de la qual parlàvem. En ella, presentàrem uns resultats preliminars que, amb el temps transcorregut des d'aleshores, s'han acabat mostrant fragmentaris i insuficients, molt més com més s'avança en la classificació i estudi no només dels tipus monetaris, sinó també de les llegendes i la seva tipografia, les representacions del monarca o la composició metal·logràfica d'un lot de peces, analitzades i pendents d'anàlisi, que tracta de ser el més representatiu possible del conjunt de la troballa. El tresor de croats del carrer de la Llibertat de València L'any 1994, hom portà a terme una intervenció arqueològica d'urgència en el districte de Ciutat Vella de València, el centre històric, als solars formats pels números 3 i 5 del carrer de la Llibertat, molt a prop del

∗ Arqueòleg- doctorand en Arqueologia Medieval per la Universitat de València. 1 Aquest canvi de plantejament ens ha obligat, és clar, a variar el tema del nostre

projecte de doctorat original, però no així al director del mateix, qui continua essent el doctor Josep Torró i Abad (Universitat de València, departament d'Història Medieval), al qual hem d'agrair no només la continuïtat en la direcció sinó també el seu gran interés per implicar-s'hi.

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llit vell del riu Túria i dins del recinte emmurallat d'època romana, musulmana i cristiana medieval (Herreros, 2002; Martí, 2002; Ribera, 2002). La intervenció estigué motivada per la necessitat d'ampliar la seu de les Corts Valencianes, la part posterior de la qual feia frontera amb els edificis enderrocats en el carrer de la Llibertat. Com és habitual en les excavacions arqueològiques urbanes, el registre estratigràfic va deixar al descobert una seqüència compresa entre l'edat contemporània, la qual corresponia amb els últims habitatges que hi havia a l'indret, i l'època medieval islàmica; malauradament, la cota d'afectació de la nova construcció prevista no va permetre continuar davallant fins a nivells més antics.

Figura 1. Plànol de situació del carrer de la Llibertat

El tresor aparegué dins d'un recipient ceràmic fragmentat, associat a un plat que hi podria haver funcionat com a tapadora de l'ocultació. Hom identifica l'objecte contenidor com un braseret o fogó, de forma cònica, més ample a la base que no pas a la boca, de base completament plana, parets rectes convergents amb una vora molt marcada en la zona medial de la peça i una ranura reentrant tot just per sobre; l'objecte acaba en una vora circular arrodonida. A l'interior, la peça presenta un fons també pla i diverses estries horitzontals paral·leles que recorren tot el diàmetre del fogó. És un contenidor d'obra aspra, amb diverses empremtes de foc tant a l'interior com a l'exterior de la base, la qual cosa evidencia que, en el moment de l'ocultació, l'objecte ceràmic es trobava o s'havia trobat en ús. La seva finalitat era allotjar les tises per a escalfar el recipient que s'hi hauria de col·locar al damunt. La seva cronologia és baixmedieval cristiana. A més a més, aparegueren diversos fragments d'un plat melat clar, de forma bastant

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plana, llavi motllurat, parets rectes i peu anellat alt molt marcat amb un botó al soler. Les seves característiques morfològiques ens porten a situar-lo en moments baixmedievals, amb molta seguretat al segle XIV, data que coincideix amb el regnat de l'última autoritat representada en el conjunt de monedes, Pere III2 (1336-1387), i amb la cronologia aproximada per al fogó. Tots dos objectes ceràmics foren restaurats l'any de la troballa pel servei de restauració del Servei d’Investigació Prehistòrica de la Diputació de València (SIP) i actualment s'hi troben dipositats, junt amb quatre-cents croats, a la seu de les Corts Valencianes. El total de peces monetàries que composen el tresor és de 2483 (s'hi havien comptabilitzat dos fragments com a dues monedes distintes, raó per la qual als primers recomptes n'apareixen 2484). Totes elles corresponen al tipus de moneda anomenada croat, batut a la seca de Barcelona entre l'any 1285 i les primeries del segle XVIII, centúria en què desapareix tot coincidint amb l'entrada de la nova dinastia borbònica al tron espanyol. Cal advertir, en primer lloc, que es tracta d'una selecció en què només n'apareixen d'aquest tipus concret (cal destacar, però, els quatre mitjos croats a nom d'Alfons II, únics al conjunt) i, en segon, que no és un conjunt representatiu del trànsit del moment ni entre Barcelona i València ni tampoc dins dels límits del regne valencià3. Allò que sí resulta clar és que es tracta

2 Emprem la numeració catalana per a nombrar els monarques, segons els consells

de Riera i Sans (2011), i sense epítets. Així, Pere III d'Aragó (I de València), de malnom “el Gran”, és Pere II de Barcelona; Alfons III d'Aragó (I de València), de malnom “el Franc”, és Alfons II de Barcelona; Jaume II “el Just” manté el numeral tant a Aragó com a Barcelona i València; Alfons IV d'Aragó (II de València), “el Benigne”, és Alfons III de Barcelona; i, per últim, Pere IV d'Aragó (II de València), anomenat “el Cerimoniós” o també “el del Punyalet”, és Pere III de Barcelona. Els criteris fonamentals rauen en els fets que es tracta de moneda batuda a Barcelona i en aquells històrics de manera estricta que l'autor citat explica al seu article.

3 El tema de la circulació monetària en l'àrea de Barcelona a València, i sobretot dins les fronteres del regne de València, és encara un tema poc clar i en el qual caldrà continuar avançant. Mateu i Llopis féu importants aportacions, a banda de les quals hem de destacar l'estudi efectuat per Josep Torró al voltant de la presència i circulació de moneda forana (aragonesa, catalana, melgoresa i morlana) al regne de València al llarg del segle XIII cristià (Mateu i Llopis, 1931, 1937; Torró, 2000). Sembla cada vegada més clara la formació d'un panorama eclèctic al llarg dels segles XIII i XIV en què corren al regne valencià no només els rals creats per Jaume I, sinó també monedes barcelonines, les quals semblen inundar el mercat valencià, jaqueses, dels comtats de la Catalunya nord i dels comtats catalans encara no absorbits per Barcelona, com ocorre amb la presència cada vegada major segons avancen estudis i descobriments arqueològics de les encunyacions dels comtes d'Urgell, sobretot de Ponç de

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de la troballa amb major volum d'aquestes característiques, pel que fa a les assenyalades, descoberta fins ara4. El recipient amb les monedes va aparéixer a l'interior d'un buit d'un mur de pedra d'Alcublas, en un context baixmedieval, sense que haja estat ara com ara possible precisar a quin moment concret correspondria la unitat constructiva. La troballa, realitzada durants unes últimes tasques de neteja abans de donar per conclosa la intervenció arqueològica, fou ràpidament dipositada per la directora de l'excavació, Consuelo Matamoros de Villa5, davant les autoritats del moment en matèria de Patrimoni de la Conselleria de Cultura de la Generalitat Valenciana. La primera anàlisi del conjunt, efectuada per P. P. Ripollés i M. M. Llorens Forcada, amb la col·laboració de la directora de l'excavació arqueològica el mateix any 1994, posava de relleu que es tractava d'un tresor format només per croats encunyats des del regnat d'Alfons II fins el de Pere III. Fou una aproximació preliminar basada en els primers exemplars del tresor netejats (200 peces) i que donà com a resultat una petita monografia (Llorens, Matamoros i Ripollès, 1994). Fins a l'any 2010 no tornà a despertar l'interés el tresor del carrer de la Llibertat, la major part del qual (2083 peces) havia quedat dipositat al Museu de Prehistòria de València, mentres que les restants peces es trobaven a la seu de les Corts Valencianes6, juntament amb el recipient de la troballa,

Cabrera (Cebreiro, en premsa, “El conjunto monetal de Cueva Santa (Enguera, Valencia) i d'Ermengol Xè”).

4 És el tresor de major volum en composició de croats i l'únic format només per aquest tipus de moneda al territori valencià. Malgrat això, no és l'única troballa numismàtica en què hi apareixen croats de Barcelona, pel fet que allò més habitual és trobar els grossos d'argent barrejats amb altres tipus de moneda forana, com els diners jaquesos, amb diners de tern i amb moneda local valenciana, els rals. Troballes com la de la Reina Mora (Forcada, Ripollés i Doménech, 1997: 57), l'Ombria de l'Atzúvia o el Pont de Fusta a València (Forcada, Ripollés i Doménech, 1997: 58), de composició mixta, representen la circulació monetària del moment (segles XIII-XIV), però responen a ocultaments per causes puntuals més que a llargues acumulacions, com seria el cas que ens ocupa. El del carrer de la Llibertat és un tresor únic i exclusiu fins al moment.

5 Actualment, cap del Servei d'Arqueologia, Etnologia i Arquitectura de la Direcció General de Patrimoni Cultural Valencià de la Generalitat Valenciana, a la qual l'hem d'agraïr les facilitats donades per a reprendre l'estudi del conjunt de croats.

6 En maig de 1994, l'aleshores director de Patrimoni Artístic de la Conselleria de Cultura resol entregar al Museu de Prehistòria de València tot el tresor perquè se n'hi realitzin les tasques de neteja i restauració. En novembre de 1994, amb motiu de la inauguració oficial de la seu de les Corts Valencianes s'hi organitza una exposició en què s'hi permet veure per primera vegada una part del tresor,

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també restaurat el 1994 per Inocencio Sarrión Montañana al gabinet de restauració del Museu de Prehistòria. La raó per la qual hom decidí reprendre les tasques sobre el tresor del carrer de la Llibertat rau en la necessitat de neteja i conservació del conjunt, d'una banda, i d'altra d'inventari i classificació definitius dels croats. Aprofitant la represa de l'estudi i restauració del tresor, l'alumna de la Universitat Politècnica de València, Carmen Bouzas Bello, proposà, durant les seves pràctiques al gabinet de restauració del Museu de Prehistòria de València sota la direcció de la seva actual cap, Trinidad Pasies Oviedo, de participar-hi amb la finalitat de convertir una part substancial d'eixes tasques en el seu treball final de Màster en Conservació i Restauració de Béns Culturals (UPV, 2010-2011). Hom decidí, doncs, com a pas previ per a l'inventari i catalogació de tot el tresor, efectuar la neteja del conjunt monetari complet, a excepció d'un petit grapat (vuit en concret, repartides entre els regnats d'Alfons II, Jaume II, Alfons III, Pere IV i el grup últim d'indeterminades pel seu estat de conservació) de peces les quals s'han deixat com a testimoni per a futures investigacions. La catalogació dels croats ja nets aportà un nou arc cronològic, car s'hi descobriren tres encunyacions de Pere II (monarca que començà el batiment d'aquest tipus de moneda) i que l'any 1994, amb les 200 monedes sobre les quals hom realitzà la primera aproximació, no foren localitzades. Quedava, doncs, complet l'esquema de les encunyacions per regnats: apareixien representats al tresor Pere II, Alfons II, Jaume II, Alfons III i Pere III, amb més d'una quarantena de tipus bibliogràfics diferents. La cronologia del tresor, doncs, comença l'any 1285, puix Pere II només gaudeix de temps per a batre croats durant uns mesos d'aquest any abans de morir, i acaba en algun moment indeterminat del regnat de Pere III, suposem que cap a la meitat del segle XIV, coincidint bé amb algun dels brots de pesta que devasten el territori valencià entre 1347/1348 i 13757, o bé amb la guerra dels Dos Peres (1356-1365/13758) i els dos episodis de setge castellà sobre

composada de 200 monedes netes i 200 encara per netejar. Aquestes 400 peces ja no tornarien al Museu de Prehistòria de Valencia, restant dispositades, com ja hem comentat, fins a dia d'avui a les dependències de les Corts Valencianes.

7 Els episodis de pesta són comuns i repetitius, i delmen una població enfeblida per les crisi alimentàries que comencen amb la gran mancança del 1333 (lo mal any primer), en temps d'Alfons III. Els brots i rebrots son continus, però d'entre tots ells, per les grans mortandats que causen i per l'impacte a l'imaginari popular, destaquen els de 1347 i 1348 (la pesta negra), 1362, 1363 i 1375. Cal destacar que ni la pesta de 1347 és la primera, ni la del 1375 serà l'última.

8 La guerra dels Dos Peres és el conflicte més llarg i costós que van mantenir en tota la seva història les corones d'Aragó i de Castella. Enfrontà els reis Pere III i Pedro I, de malnom “el Cruel”, entre els anys 1356, quan es declara la guerra

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la ciutat de València (1363 i 1364). Un lapse d'entre 60 i 90 anys d'encunyacions diferents, la qual cosa no val a dir, cal tenir-ho en compte, que qualssevulla persona, fos qui fos, trigàs aqueix temps en acumular tot aquest tresor: un dels fets, precissament, que desconeixem del tresor del carrer de la Llibertat és la rapidesa amb què s'arribà a formar, és a dir, si fou un dipòsit aplegat al llarg de molts anys o, pel contrari, en els instants previs a llur ocultació, per contraposar dues situacions hipotètiques. De qualssevol manera, el molt bon estat de conservació de la gran majoria de croats, el reduït desgast i el fet que només un més que mínim percentatge de les monedes s'hagin atresorades retallades ens porta a pensar en una minsa circulació d'aquest numerari, la qual cosa ens planteja una nova qüestió força interessant al voltant de l'origen i raons de l'acumulació. Una qüestió més, és clar. Barcelonesos a dotze diners9 Amb els noms de diners de Barcelona, diners d'argent, grossos blancs, barcelonesos, barcelonesos d'argent, ternats, croats o “crucesignatos”, la documentació medieval fa referència a un tipus de moneda, múltiple del diner de tern barcelonés, que el rei Pere II manà començar a batre, amb el permís dels consellers, prohoms i ciutadans de Barcelona, el 1285 a la seca de la dita ciutat10. El gros d'argent s'havia

després d'anys d'alarma i preparatius, i el 1375, quan Enrique II de Trastámara signa la pau d'Almazán amb el rei Pere III. Al territori valencià i aragonés es desenvolupa en tres etapes marcades per dues treves i, a partir del 1365, l'acció es desenrotlla en gran mesura sobre el territori castellà fins al 1368, quan mor assassinat el rei Pedro I i es refreden les hostilitats.

9 De la crida a la confiança dels ciutadans que fa el Consell de Barcelona perquè accepten els croats per a las transaccions, tractant d'evitar el rebuig a causa de les falsificacions que comencen a correr durant la primera meitat del segle XIV: “A 14 de Juliol de 1339, crida de part del Veguer de ordenació dels Consellers, que nengu gos rebujar los Barcelonesos a dotze diners, y que sis dubtava si eren rebedors anassem als Proms assignats a la Plassa de S. Jaume, y a la del Blat y als Cambis, que ells declararían si ho son, y sis deuen tallar”. De les Rúbriques de Bruniquer (Crusafont, 1989: 153).

10 La seca es mantindrà gairebé invariable fins la desaparició del croat, a les primeries del segle XVIII, però no així el nom de la moneda. La nova moneda naixia amb el nom de diner d'argent. Les Rúbriques de Bruniquer l'anomenen el 1329 barcelonés d'argent, mentre que el 1330 apareixen en una reial provisió d'Alfons III com a grossos blancs o diners d'argent de Barcelona, denominació que es manté durant tot el segle XIV (Crusafont, 1989: 143). No serà fins al segle XV quan, sempre en la documentació, hom abandone aquest nom i comence a emprar-se el de ternats (any 1407 a les Rúbriques de Bruniquer, segons Crusafont 1989: 143) i, en molta major mesura, el de croats (o la seva

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convertit en una fretura. Des de les acaballes del segle XII corrien a diversos estats europeus múltiples de la moneda menuda per a facilitar-ne els cada vegada majors requeriments del comerç, i al segle XIII Barcelona era ja una potència comercial ben important al Mediterrani. Les conquestes de Mallorca i València no havien fet més que afermar eixa posició, raó que explica que bona part de l'oligarquia catalana n'estigués interessada. Malgrat això, oligarques, consellers, prohoms i ciutadans de Barcelona rebutjaren l'any 1268 l'intent de l'infant Pere, aleshores hereu a la Corona, d'establir un gros d'argent a imitació dels quals havia vist córrer per altres indrets fora dels estats de la Corona d'Aragó. Malgrat tot, la posada en circulació dels grossos d'argent de l'infant Pere fou considerada pels barcelonins una greu falta a la promesa signada el 1256 per Jaume I i pel propi infant Pere davant els consellers de Barcelona, en el moment de la creació del diner de tern que substituïa al ja feble diner doblenc, de no mudar la moneda de Barcelona a perpetuïtat sense el consentiment previ del Consell de la ciutat. Així que, assabentat el rei, la nova moneda fou ràpidament retirada de la circulació11. No seria fins l'any 1285 quan tornaria a plantejar-se la qüestió: arran el casament de Pere II amb Constança de Hohenstaufen i l'episodi de

llatinització “crucesignatos”), nom popular derivat de la gran creu que llueixen aquestes monedes al revers i que ja havia de ser comuna a la segona meitat del segle XIV, car la primera vegada que apareix a la documentació ho fa en un document de Pere III: [...] et velimus ulterius aliam summam cudi facere, videlicet usque ad quantitatem centum millium marcarum croatorum argenti [...] (Salat, 1818: 157). La denominació es mantindrà estable fins la fi de les emissions, excepte per un document del 1400 (Salat, 1818: 157) i un altre de 1466 (Crusafont, 1989: 143), en què hi apareixen com a reals.

11 [...] quod dominus infans Petrus volebat et intendebat facere cudi et fieri in civitate Barchinonae novam monetam de argento; ita quod denarius argenteus valeret duodecim denarios monetae Barchinonae perpetuae de terno quae perpetuo currere debet [...]; amb aquestes paraules exposen els consellers i prohoms de la ciutat de Barcelona, reunits amb l'infant Pere i el rei Jaume, l'intent del primer de batre una nova moneda a Barcelona sense el consentiment acordat l'any 1256, com hi recorden poc després al mateix document: [...] ostendens pluribus rationibus et per instrumentum dictae monetae de terno quod erat firmatum et juratum ab ipso domino rege et ab ipso domino infante Petro cum voto solemni ab eisdem emisso vallatum ac bulla plumbea domini regis corroboratum [...]. Exposats els motius, i vist que havia estat signat pel rei i pel seu propi fill el jurament de no mudar la moneda de Barcelona ni batre'n de nova sense el permís del Consell de la ciutat, Jaume I mana que non cuderetur neque fieret nec etiam de aliqua alia cujuscumque ponderis signi vel legis (Salat 1818: 154, t. I, enumerat com a Instrumentos justificativos num. XIII. De l'acta de la reunió entre el rei i l'infant i els consellers, prohoms i ciutadans de Barcelona). Així doncs, la moneda surt de la circulació i no se'n torna a parlar.

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les Vespres Sicilianes (1282), el ja aleshores rei (son pare Jaume havia mort el 1276) pren possessió de la corona siciliana on, des del 1283, posa en circulació grossos múltiples del diner que allà hi anomena pirrals. La bona acceptació dels pirrals al mercat, així com el creixent menester a Barcelona de comptar amb múltiples de compte físics per als diners (com tohom sabrà, la lliura i el sou són unitats que mai no arribarien a encunyar-se), van empényer els consellers i ciutadans de Barcelona a acceptar el batiment a la ciutat de grossos d'argent, els mateixos que havien rebutjat disset anys enrere, amb un valor d'onze diners i mig i una talla de 72 peces per marc12 (segons el marc de Barcelona, establert en 234 grams). Amb aquesta llei i talla, la nova moneda assolia, llavors, un pes teòric al voltant dels 3,25 grams que els monarques, des del mateix Pere II, anaren retallant amb el temps: Pere II ja aprofità per a reduïr-la a 74 peces el marc malgrat el privilegi d'eixe mateix any; Alfons II la passà a 76 el marc, Jaume II a 77 el marc i Alfons III a 78, mentres que al regnat de Pere III es produeix una recuperació de la talla a 74 peces el marc a causa de les contínues protestes per les constants reduccions, les quals no aconseguien pas altra cosa que enfeblir la moneda incrementant així els guanys d'emissió (Crusafont, 1996: 81). D'eixos 3,25 grams de pes, 3,11 grams haurien de correspondre a plata fina (és a dir, argent de dotze diners), i 0,14 grams a l'aram o lliga (Botet, 1908-1911: 69). El croat naixia, doncs, com un mitjà d'intercanvi comercial fort, com pretenia l'oligarquia comercial barcelonesa, i a més a més amb la novella promesa del rei de no batre noves emissions de croats sense el consentiment del Consell de Barcelona, el qual, a banda, s'hi reservava el privilegi de poder batre moneda si ho creia necessari. El model del croat copiava fil per randa el model d'anvers i revers del diner de tern barceloní. L'anvers presenta una llegenda començada sempre per una creu que, segons l'encuny, pot ser grega (sense reforçaments), potençada (amb reforçaments simples al braç i al pal) o paté (eixamplada als quatre acabaments). Actualment treballem en el camí d'establir una tipologia d'aquests signes tant com de la tipografia de les llegendes per a poder tancar una seriació d'encunys. La llegenda de l'anvers

12 Noverint universi quod Nos Petrus Dei Gratia [...] praebuistis nobis consensum cudendi et faciendi monetam de argento cum signo quo signatur moneta Barchinonae perpetua de terno: promittentes vobis quod faciemus ipsam monetam cudi bene et legaliter in Barchinona et non alibi et de bono et legali argento et quod de unaquaque mercha boni argenti ad rectum pondus marchae tabulae campsorum Barchinonae faciemus fieri et cudi septuaginta duos denarios argenti boni et fini tantum et non ultra; et quod unusquisque denarius cudatur et fiat ad legem undecim denariorum et oboli praedictae monetae Barchinonae perpetuae de terno. Document de creació del croat, any 1285 (Salat, 1818: 16, t. II.).

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fa i farà sempre referència a l'autoritat emissora, en aquest cas el rei ja siga de la Corona d'Aragó o de la Monarquia Hispànica des de Carles I, amb l'epítet “Dei gracia rex”, rei per la gràcia de Deu. Als segles XV, XVI i XVII hom tendeix a allargar la llegenda, però eixes encunyacions escapen ja del nostre marc cronològic. La llegenda va sempre emmarcada per dues gràfiles de punts, una exterior i una interior, i al centre de la moneda s'hi representa el bust del rei, sempre de perfil i coronat. La corona i el vestit són els elements que més evolucionen, des de corones buides molt semblants a les dels diners de Jaume I fins les corones farcides, amb remats de flor de lis i elements decoratius flanquejant el remat central (normalment puntes amb o sense peduncle, rectes o invertides, i en menor mesura punts o altres motius més rars); malgrat l'evolució, sembla que a partir del regnat de Jaume II es mantenen estables d'un rei a un altre fins a Pere III. Els cabells s'hi dibuixen rectes, fins gairebé els muscles, amb ondulacions en la majoria dels casos, i acabats, en els regnats de Pere II i Alfons II en anells, i des del regnat de Jaume II en barres verticals que oscil·len en nombre de 6 a 8 (més antigues que aquestes han de ser les emissions en què l'acabament dels cabells de Jaume II és en tres anells, com als seus antecessors). L'ull podem trobar-nos-el ametlat o rodó amb certa tendència oval, i depenent de la força d'encunyació i de l'estat de l'encuny, farcit o amb pupil·la, forma que hauria de ser la normal en acabar la seva tasca el gravador. Pel que fa al vestit, la tipologia és força diversa i, ara per ara, la que millor representa les variants és l'aportada per Miquel Crusafont al seu catàleg de la moneda catalana (Crusafont, 2009). El revers és bastant més senzill. La llegenda, entre dues gràfiles de punts com a l'anvers, fa referència sempre a la ciutat emissora, variant en el tresor del carrer de la Llibertat entre CIVI-TAS-BA'Ch'/k-NONA a CIVI-TASB-ARCh'/k-NONA. Com a l'anvers, en alguns tipus les paraules de la llegenda es troben separades mitjançant creuetes/flors o punts/anells. En tots els casos, la llegenda del revers es troba dividida en quatre quarters per la gran creu equilàtera que dóna nom a aquest tipus de peces. Als quatre quarters alternen, per sota de la llegenda, un anell d'una banda i tres punts disposats en triangle d'altra. Depenent de l'encuny emprat en l'emissió, l'anell es trobarà al primer i últim quarter, o al segon i tercer, alternant amb els tres punts. L'última diferència substancial entre tipus la trobem en la tipologia de les lletres. Aquestes poden ser llatines o gòtiques, i encara que a grans trets podria semblar que determinen una certa emissió, podem dir que gairebé mai és així, i que més aviat responen a la possibilitat de poder reciclar punxons dins les emissions d'un mateix rei o a la mà del gravador quan prepara una emissió o la completa, car al tresor del carrer de la Llibertat trobem tipologies bastant uniformes que, de sobte, presenten una o

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dues vocals llatines o gòtiques, o una moneda que ja no respon a la tipologia general de l'emissió malgrat compartir totes les restants característiques de classificació. Composició tipològica del tresor Com ja havíem avançat, al tresor del carrer de la Llibertat es troben representats els regnats de Pere II, Alfons II, Jaume II, Alfons III i Pere III. La composició en nombre de peces és desigual entre ells; el major volum el representen els regnats de Jaume II i Pere III, seguits per Alfons III, Alfons II i Pere II13 (veure taula 1).

AUTORITAT TOTAL TOTAL

ACUMULAT Pere II 3 3

Alfons II 151 154 Jaume II 848 1002 Alfons III 691 1693 Pere III 786 2479

Indeterminades 4 2483

Taula 1. Volum de peces per regnats

Pere II (1276-1285) Pere II compta al tresor del carrer de la Llibertat amb una escassa representació, només tres croats, un dels quals, a més a més, resulta extremadament rar. El baix nombre de peces d'aquest rei sembla senzill d'explicar a causa de la curta durada de la seua emissió, a penes uns mesos abans de morir, de manera que, ja per aquesta situació, les peces d'aquest rei són escasses per elles mateixes. El fet que els croats de Pere II siguen minsos al País Valencià i, en concret, pel fet de tractar-se del cas que estem estudiant, al tresor del carrer de la Llibertat, pot fer-nos pensar que no arribaren a circular en gran volum entre Barcelona i València com sí ocorre

13 Per a la classificació de tots ells hem emprat el Catàleg General de la Moneda

Catalana. Països Catalans i Corona Catalano-Aragonesa (s. V a.C. – s. XX d. C.), de Miquel Crusafont (2009); Barcelona. Societat Catalana d’Estudis Numismàtics, Institut d’Estudis Catalans. Els tipus monetaris descrits en les següents pàgines apareixen referits a aquesta classificació amb l'abreviatura Cru. seguida pel número de catàleg que l'autor assigna a les peces en qüestió.

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amb els regnats posteriors. De qualsevol manera, ara per ara ens recolzem en l'opinió de Miquel Crusafont, que els considera rars o molt rars tots ells (Crusafont, 2009). Dels tres croats atribuïts amb total seguretat a Pere II, dos d'ells pertanyen al tipus Cru.2137, batuts amb dos encunys d'anvers i revers distints, diferents d'aquell exposat per Crusafont (2009: 377). Disposem, doncs, de tres encunys diferents lozalitzats (els dos nostres i el del Catàleg de Miquel Crusafont) per a aquest tipus de croat que, de segur, ampliaran el seu nombre amb la identificació, estudi i sistematització d'altres exemplars. El tercer dels croats només ve citat en el Catàleg de Miquel Crusafont: es tracta d'un tipus del qual només es coneix un altre exemplar dipositat al MNAC (Museu Nacional d'Art de Catalunya), i que fou publicat per A. Heiss (1867-1869) i després per J. Botet (1908-1911)14. El seu estat de conservació és bastant dolent (1,94 grams, malgrat no haver estat retallada15), i la lectura de les seues llegendes és bastant feixuga i fragmentària: a l'anvers, + P. DEI [...] ARAGO[N] [...] [RE]X, mentres que el revers és una mica més senzill, resultant BARQ-INON(tres punts)-(tres punts)BEN[D]-I[C]TAS(tres punts). Botet proposava la lectura + P·DEI·GRA·ARAGON SICILIA REX per a l'anvers, i BARC-INON-BENU-IUTAS per al revers (Botet, 1908-1911: 73-74, vol. II), mentres que la d'Heiss s'aproxima molt més a la del croat del carrer de la Llibertat: + P·DEI GRA·ARAGON SICIL REX a l'anvers, i al revers BARC-INON-BEND-ICTAS (Heiss, 1867-1869: 73, vol. II ). No només mostra variacions respecte a tota la resta aquest croat en les llegendes d'anvers i revers, sinó també en la representació del bust reial al camp de l'anvers. Es representa dins d'una composició de vuit semicercles amb un anellet entre cada punt de contacte a la part externa, un tant floral i propera a l’orla amb què s'ornen els pirrals sicilians; el bust resulta bastant esquemàtic, més proper a les representacions de Jaume I als diners de tern i als rals valencians que no pas a les dels croats que en major volum entraran en circulació fins la mort de Pere II. La corona és desmesuradament alta, l'ull rodó, nas i llavis de factura tosca i el cabell ondulat molt senzill; el coll recte i el vestit estret, amb els muscles molt marcats, li confereixen un aspecte realment poc elaborat. Al revers, l'esquema és el mateix que seguiran els croats fins la seva desaparició, amb la gran creu tan característica, però en

14 Mateu i Llopis també s'ocupà d'ella en un dels seus darrers treballs, encara que

de manera un tant desencertada: “el número 179 de Botet [...] no dice en su anverso P(etrus Dei Gracia Aragon(um) Sicile Rex y en reverso no “Barcino benu-iutas” sino Barcinona Civitas [...]” (Mateu i Llopis, 1985: 36). Tractava de demostrar que Botet havia errat en la lectura de les llegendes, però la seua aproximació no fou tan exacta com va creure.

15 Segons Heiss, l'exemplar del MNAC pesa 2'80 grams (Heiss, 1867-1869: 73).

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aquest cas els anells i punts s'hi troben envoltats per la mateixa composició de vuit semicercles amb anellets a l'exterior de les interseccions, composició a la qual la creu talla.

Figura 2. Croat de Pere III (Botet, 179) Alfons II (1285-1291) L'emissió d'Alfons II és bastant més abundant que no pas la de son pare, tant a efectes generals de circulació com al tresor del carrer de la Llibertat. Alfons II bat croats a Barcelona entre 1285 i 1291, el temps que s'allarga el seu regnat. Al tresor del carrer de la Llibertat tenim representats quatre tipus, dels quals un d'ells correspon a les úniques quatre peces de mig croat que, sorprenentment, trobem en tot el conjunt monetari.

TIPUS BIBL. NOMBRE TOTAL ACUMULAT Cru.2148 140 140 Cru.2148a 2 142 Cru.2148c 5 147 Cru.2149 4 151

Taula 2. Emissió d’Alfons II

Resulten cridaners tres factors que desitgem hom tinga en compte: el primer, l'elevat nombre de croats del tipus Cru.2148 respecte a la resta del regnat, un fet potser relacionat amb un primer i gran volum d'encunys manats fer per a l'emissió de 128616, i que hom aniria substituïnt fins al 1291 a causa del desgast o els trencaments. Ara per ara ens trobem en disposició d'avançar una major uniformitat d'encunys de revers que no pas d'anvers, i la reutilització d'alguns d'aquests reversos durant el següent regnat, la qual cosa

16 Arxiu de la Corona d'Aragó (A.C.A.), reg. 65, fol. 12, aplegat per Botet, 1908-

1911: 76. És l'única emissió de croats que, per la documentació, coneixem d'aquest monarca.

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ens estaria parlant d'un aprofitament al màxim dels encunys. A banda, donat que hom comparteix bastants característiques morfològiques amb la representació posteriorment de Jaume II i les decoracions de cabell, vestit i corona, podríem arribar a pensar no només en una continuïtat en la moda artística, sinó també, i pel nostre parer amb preferència, en els mateixos gravadors de la seca de Barcelona (val a dir mestres, oficials o aprenents) dels temps d'Alfons II; però aquesta informació encara és una hipòtesi que, amb el treball futur, caldrà comprovar de manera acurada. El segon factor que cal tenir en compte és el de les llegendes de l'anvers. Es tracta de variants d'encuny, dividides en un primer moment en deu grups però que, amb l'avanç de l'estudi des de la primera classificació ençà, han començat a elevar-se fins als quinze o vint grups (encara no n'estem del tot segurs, de manera que no ens arrisquem, ara per ara, a proporcionar una xifra definitiva). La nostra divisió es basa en la presència o absència i posició de punts o grups de punts que funcionen com a separació de les paraules de la llegenda ALFO¯SVS DEI GRACIA REX. Els punts apareixen sols o de dos en dos, en tres posicions principials: baixa, mitjana i superior, aïllats o pegats a les lletres. Aquests deu grups principals, donats com a provisionals i que ja hem apuntat en un treball paral·lel17, són els mateixos que presentàrem durant la intervenció a l'ANE. No podem deixar de recordar, però, que representen una classificació parcial i subjecta als últims canvis, els quals inclouen, sobretot, noves posicions per als punts o agrupacions de punts: GRUP I: ALFOSVS:DEI:GRACIA REX GRUP II: ALFOSVS:DEI˙GRACIA REX GRUP III: ALFOSVS:DEI GRACIA REX GRUP IV: ALFOSVS·DEI:GRACIA REX GRUP V: ALFOSVS.DEI:GRACIA REX GRUP VI: ALFOSVS˙DEI˙GRACIA REX GRUP VII: ALFOSVS˙DEI GRACIA REX GRUP VIII: ALFOSVS DEI˙GRACIA REX GRUP IX: ALFOSVS DEI.GRACIA REX GRUP X: sense punts Amb l'avanç en les tasques d'estudi del conjunt d'Alfons II esperem poder oferir aviat una nova classificació molt més acurada. El tercer factor que volem destacar és la posició de l'abreviatura d'Alfonsus. Aquesta es representa mitjançant una línia ondulada (~) en posició superior, de major o menor llarg segons l'espai entre les lletres i entre

17 Sánchez i Signes (2012), “La troballa monetària del carrer de la Llibertat

(València): un tresor de croats dels segles XIII i XIV”, Archivo de Prehistoria Levantina, XXIX; pp. 309-333.

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aquestes i la gràfila exterior. Hem comprovat la seua existència entre F i O (ALF¯OSVS) i entre O i S (ALFO¯SVS), bastant menys comuna que no pas la primera. Jaume II (1291-1327) Jaume II regnà al llarg de trenta-sis anys, de manera que la documentació relativa a les seves emissions és abundant i bastant ben coneguda; el volum de croats encunyats a Barcelona al llarg del seu regnat és molt alt (de fet, el seu percentatge dins del tresor del carrer de la Llibertat és el major, amb 848 peces): tenim constància de les ordres d'emissió dels anys 1294-1296, 1309, 1311, 1316, 1318/1319-1320, 1320 i 1322/1324-1327. Els tipus encunyats per Jaume II s'ajusten amb bastant exactitud a la classificació efectuada per Miquel Crusafont (2009), encara que hem pogut distingir, dins del tipus Cru.2154, variants en els anells que hom disposa al vestit com a adorn de manera horitzontal; així, hem establert tres grups provisionals atenent a la presència d'anells, punts o tots dos, i en l'últim cas a la major quantitat dels uns o dels altres: GRUP A: vestit ornat amb anells GRUP B: vestit ornat amb punts GRUP C: vestit ornat amb anells i punts SUBGRUP C1: major quantitat d'anells que de punts SUBGRUP C2: major quantitat de punts que d'anells Resta en estudi el fet de quins dels punts podrien ésser anells farcits pel desgast dels encunys. Esbrinar quins encunys pateixen un major desgast podrà aportar-nos una informació valuosa al voltant dels processos de renovació o aprofitament dels encunys i el punt màxim de desgast al qual poden arribar abans d'ésser retirats. També hem pogut observar que, malgrat el gran percentatge de les monedes que presenten una sèrie de cinc anells/punts, molts encunys poden diferenciar-se de la resta amb senzillesa pel fet de presentar sis anells/punts.

TIPUS BIBL. NOMBRE TOTAL ACUMULAT Cru.2150 14 14 Cru.2150a 17 31 Cru.2151 2 33 Cru.2151a 8 41 Cru.2152 27 68 Cru.2152a 71 139 Cru.2153 22 161 Cru.2153a 19 180 Cru.2154 62 242

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Cru.2154a 59 301 Cru.2154c 5 306 Cru.2154d 6 312 Cru.2154e 125 437 Cru.2154f 99 536 Cru.2154h 1 537 Cru.2154i 4 541 Cru.2155 57 598 Cru.2155a 21 619 Cru.2156 113 732 Cru.2156a 75 807 Cru.2156c 17 824 Cru.2156d 15 839 Cru.2157 3 842 Cru.2157a 4 846 Indeterminades 2 848

Taula 3. Emissió de Jaume II

Alfons III (1327-1336) Alfons el Benigne regnà solament durant nou anys, però el volum de peces batudes sota el govern d'aquest monarca no sembla correspondre's ni amb la brevetat del seu regnat ni amb els esdeveniments que hagué de viure. Acumula al tresor del carrer de la Llibertat un total de 691 peces, les quals es diferencien de les del seu oncle perquè aquestes inclouen el nom sencer del monarca en la llegenda de l'anvers: ALFONSVS DEI GRACIA REX. La tipologia no és tan variada ni fragmentària com en el cas de Jaume II, però així i tot els tipus identificats són nombrosos:

TIPUS BIBL. NOMBRE TOTAL ACUMULAT

Cru.2184 65 65 Cru.2184a 65 130 Cru.2184b 245 375 Cru.2184c 270 645 Cru.2184e 2 647 Cru.2184f 21 668 Cru.2184g 20 688 Cru.2184i 2 690

Indeterminades 1 691

Taula 4. Emissió d’Alfons III

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Pere III (1336-1387) Documentalment, les emissions del Cerimoniós són les més abundants, i pel que fa al tresor del carrer de la Llibertat, representen el segon volum més alt quant a percentatge de peces d'un regnat.

TIPUS BIBL. NOMBRE TOTAL ACUMULAT Cru.2220 36 36 Cru.2220a 35 71 Cru.2220b 280 351 Cru.2220c 1 352 Cru.2220d 307 659 Cru.2220h 33 692 Cru.2220i 22 714 Cru.2220k 21 735 Cru.2220l 43 778 Cru.2223j 1 779 Indeterminades 7 786

Taula 5. Emissió de Pere III

El regnat de Pere III està marcat per les guerres contínues: contra

Mallorca (1343-1349), contra la Unió d'Aragó i de València (1347-1348), contra Gènova (1351-1386), contra Castella (1356-1375), a més d'altres conflictes menors. No caldrà assenyalar amb gaire detalls els greus problemes de liquidesa que la Corona arrossega a causa, principalment, de tots els enfrontaments al llarg d'aquest regnat. Aquesta qüestió ens han deixat una abundant documentació al voltant de les súpliques de préstec i de noves emissions que el rei fa, en persona o a través de lletres, o fins i tot en la seva absència mitjançant sa muller, la reina Elionor, als consellers de la ciutat de Barcelona perquè li permeteren encunyar grans quantitats de croats per a suportar totes aqueixes grans despeses18.

18 Carta de D. Pedro IV Rey de Aragon dirigida al obispo de Barcelona, para que

ceda el diezmo que percibia del batimiento de la moneda á favor del Rey para continuar la guerra contra el Rey de Castilla. Sexto Grat. A. R. C. A. C. B. (Arxiu Reial de la Corona d'Aragó de la Ciutat de Barcelona, o A.C.A.), en Salat, 1818: 37, t. II; documents justificatius, XXXV. Document datat el 1365. Carta escrita por el Rey D. Pedro IV de Aragon á los conselleres de Barcelona, con la cual les pide permiso para batir en la ciudad de Barcelona la suma de cien mil

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L'elevat percentatge de croats a nom de Pere III presents en el tresor del carrer de la Llibertat es troba en relació amb aquest enorme volum d'emissions de la seca de Barcelona al llarg del seu regnat, però també, com ocorre de manera creixent durant els regnats anteriors, amb les cada vegada majors relacions i interelació dels espais econòmics i monetaris entre Barcelona i València. Ara per ara, no hem trobat diferències representatives d'encunys respecte les ja classificades tant per D. Badia (1969) com per M. Crusafont (2009), però esperem que l'avanç en l'estudi i classificació dels encunys puga aportar, com en els regnats anteriors, algunes sorpreses. Procés de restauració Quan arribà a les dependències del Museu de Prehistòria de València, el tresor del carrer de la Llibertat havia patit un fort procés de corrosió del contingut metàl·lic (recordem que els croats no són de plata pura, sinó plata d'una llei d'onze diners i mig i la resta amalgama o billó sobretot de coure), la qual cosa havia provocat que les monedes quedaren pegades entre elles, formant moltes blocs amb major o menor quantitat de peces. Tant aquests blocs com, principalment, les pàtines de corrosió impossibilitaven la lectura de les monedes i, a més a més, posaven en perill la conservació del conjunt. Malgrat tractar-se d'una troballa en teoria tancada, el recipient del tresor es va descobrir fragmentat, de la mateixa manera que el platet que hauria funcionat com a tapadora; això facilità, amb el temps (el tresor es trobava ocult i soterrat, recordem-ho, almenys des de la segona meitat del segle XIV), l'accés d'oxígen al conjunt i el contacte d'algunes de les monedes amb la terra (per tant amb l'aigua i la humitat), produïnt processos de corrosió majors o menors depenent de la posició de les monedes dins del conjunt; no pateixen els mateixos processos de deteriorament aquelles peces enganxades a les parets del recipient, per tant més exposades que les situades al nucli de la troballa, envoltades per tota la resta de croats. L'oxidació del metall, sobretot del coure, i l'aparició de sulfurs i bromurs de plata, tot unit a l'acidessa del PH de la terra i la presència de sals (les quals afavoreixen la conductivitat elèctrica i, per tant, la unió de les peces entre elles), convertí el tresor de croats en un seguit de perilloses reaccions químiques de corrosió que calia eliminar per a garantir-ne la conservació. Així es féu l'any 1994

marcos de croats, Salat, 1818: 37, t. II; documents justificatius, XXXIV. Declaración de Dña. Leonor consorte de D. Pedro IV de Aragon lugar teniente general en la cortes de Tortosa jurando en fe Real que no se alteraria ni mudaria la moneda barcelonesa, y confirmando los privilegios concedidos por los reyes predecesores á la ciudad de Barcelona. In lib. I Virido. Fol. 191 et 192. A. M. B.; instruments justificatius, XXXVI (Salat, 1818: 38, t. II).

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amb 200 monedes, sobre les quals es va portar a terme el primer atansament a la composició tipològica del conjunt. Fins a l'any 2010 no es tornà a reprendre, com ja havíem indicat, la tasca de neteja, restauració i consolidació del tresor. Mitjançant una primera ullada, hom va poder determinar quatre graus de corrosió (Bouzas, 2011): I. Pèrdua del color de l'argent i aparició de sulfurs de plata II. Corrosió del coure i aparició de sulfurs i bromurs de plata III. Estat avançat de corrosió del coure, amb l'aparició de la típica pàtina verda, i elevat percentatge de bromurs de plata IV. Molt avançat estat de corrosió del coure i de l'argent i adhesió de diverses monedes en un sol bloc La corrosió del coure deixa sobre la superfície de les monedes una capa verda de major o menor gruix depenent del grau de deteriorament, mentre que la corrosió de l'argent apaga el color de la peça. En analitzar les pàtines de corrosió, es va poder comprovar que les reaccions químiques més comunes que havien portat les monedes a aquell estat havien estat els òxids, els clorurs, els sulfats, els sulfurs i els carbonats pel que fa al coure, i els sulfurs, clorurs i bromurs entre la plata19 (Bouzas, 2011). La neteja de totes elles, a excepció actualment d'uns vuit exemplars, deixats com a testimoni per a futures anàlisis, ha pogut tornar l'aspecte original al conjunt dels croats.

Figura 3. Una imatge del tresor de croats

19 Dels òxids, la cuprita (Cu2O) i la tenorita (CuO); dels clorurs la nantoquita

(CuCl), l'atacamita i la paratacamita (Cu2(OH)3Cl); dels sulfats, la brotxantita (Cu4So4(OH)6); dels sulfurs la calcocita (CuS2) i la covelita (CuS); dels carbonats, la malaquita (CuCO3·Cu(OH)2) i l'açurita (2CuCO3·Cu(OH)2). Per a la plata, els principals components de la corrosió són l'acantita (Ag2S), la cerargirita (AgCl) i el bromur de plata (AgBr): aquests dos últims components, quan actuen units, donen a la superfície de les monedes eixa pàtina apagada opaca tan característica de les peces sense netejar.

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El primer procés de restauració, aplicat sobre les 200 monedes que, en el mes de novembre de 1994, formaren part de l'exposició de les Corts Valencianes, consistí en la neteja de tots aqueixos processos de corrosió mitjançant la introducció dels croats en àcid fòrmic al 30% en cubeta d'ultrasons i rentat amb aigua desionitzada calenta i freda. En aquelles peces en què la capa de corrosió no arribava a desaparéixer per complet, s'hi aplicà electròlisi amb la moneda enrotllada en paper d'alumini. Una vegada finalitzades les intervencions, es neutralitzaren els productes químics, es procedí al secat a mà de les peces i per últim a l'aplicació d'una capa de conservació composada per Paraloid B-72 al 5%. El bon criteri del gabinet de restauració d'aquells moments ha permés que els croats continuen en un estat de conservació excel·lent a dia d'avui. Les restants 2283 monedes, restaurades a partir de l'any 2010 també al Museu de Prehistòria de València, passaren pràcticament pel mateix procés de neteja i consolidació, afegint banys de tiourea al 10% per a facilitar la eliminació dels productes de corrosió de la plata. La capa de protecció, en aquest cas, hi fou doble, amb una primera aplicació de Paraloid B-72 al 3%, seguida d'una capa de cera microcristalina (Reswax). Els resultats de la intervenció de restauració de 2010/2011, amb el temps, s'han demostrat òptims. L'estat de conservació de les monedes resulta, ara per ara, molt satisfactori. Anàlisis metal·logràfiques Una part important de la tasca desenvolupada entre el 2010 i el 2011 consistí en l'anàlisi de contingut metàl·lic d'una mostra més o menys representativa del tresor, consistent en dotze peces pertanyents als regnats d'Alfons II, Jaume II, Alfons III i Pere III. Les monedes, abans de ser enviades al laboratori, havien passat ja pel procés de neteja, de manera que l'anàlisi de contingunt metàl·lic, tant de superfície com del nucli s’efectuà sobre els croats restaurats i legibles. Abans, però, de procedir a la retirada de les capes de corrosió, hom decidí pesar els dotze croats que havien estat escollits per a les anàlisis, i tornar-los a sospesar una vegada nets, obtenint els següents resultats: MOSTRA AUTORITAT TIPUS PES INICIAL PES FINAL

1 Alfons II Cru.2148 3'134 g. 3'015g.

2 Alfons II Cru.2148 3'215g. 3'011g.

3 Alfons II Cru.2148 3'140g. 3'019g.

4 Jaume II Cru.2154e 3'358g. 2'916g.

5 Jaume II Cru.2154e 3'166g. 3'049g.

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6 Jaume II Cru.2154e 3'180g. 3'128g.

7 Alfons III Cru.2184b 3'327g. 3'095g.

8 Alfons III Cru.2184b 3'265g. 3'205g.

9 Alfons III Cru.2184b 3'202g. 3'114g.

10 Pere III Cru.2220b 3'294g. 3'227g.

11 Pere III Cru.2220b 3'357g. 3'039g.

12 Pere III Cru.2220b 3'178g. 3'077g.

Taula 6. Pesos dels croats analitzats

La pèrdua de matèria, i per tant de pes, resultava evident, produïnt-

se oscil·lacions respecte la talla que, segons la documentació de què disposem, haurien de tenir els croats: 76 peces per marc (mostres 1-3) o 3,082 g. per peça, 77 peces per marc (mostres 4-6) o 3,042 g. per peça, 78 peces per marc (mostres 7-9) o 3,003 g. per peça, i 74 peces per marc (mostres 10-12) o 3,166 g. per peça. Amb coneixement de les fluctuacions en la talla i, possiblement també, en la composició de les monedes, hom establí un seguit d'objectius que caldria assolir mitjançant les analítiques previstes: comprovar la composició en matèria primera dels croats (quantitats d'argent i d'aram); analitzar els components químics que van poder intervindre en l'amalgama de l'argent amb l'aram; comprovar l'existència d'altres productes o components químics presents en el procés de fabricació; analitzar els processos de mineralització; analitzar la composició del nucli de les peces; esbrinar la quantitat de croats amb presència de mercuri i en quins percentatges totals i relatius; analitzar l'ubicació del mercuri en les peces (superfícies o si també s'hi podia trobar al nucli de les monedes), i esbrinar la funció del mercuri en el procés de fabricació dels croats. Amb aquests objectius marcats, s'envià la mostra de dotze croats als laboratoris de la Universitat de València on, en col·laboració amb Trinidad Pasies Oviedo, cap del gabinet de restauració del Museu de Prehistòria de València, s'efectuaren les pertinents anàlisis pels doctors Doménech i Doménech-Carbó. No fou necessària cap preparació prèvia, a banda, com hem indicat, de la neteja de les pàtines de corrosió que haurien pogut interferir en els resultats finals. Per a les anàlisis s'emprà de manera preferent la microscòpia electrònica (SED/EMX), acompanyada de proves amb FTIR (Espectroscòpia Infraroja Transformada de Fourier), voltamperometria de partícules i microscòpia òptica per a l'observació directa de talls i superfícies. En tots els casos hom realitzà les proves sobre distintes zones de les peces, sense necessitat d’ombrejat amb carboni a excepció de la porció de moneda en què

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s'hi decidí analitzar el contingut metàl·lic del nucli, com més endavant comentarem. La prova mitjançant el SED/EMX (microscopia electrònica), basada en els quatre components que, des d'un primer moment, es volia identificar (Ag/plata i Cu/coure pel fet que formen el nucli principal dels croats, Pb/plom davant la possibilitat que s'hi hagués reduït la llei de les monedes amb aquesta matèria, i Hg/mercuri el qual va aparéixer gairebé per sorpresa en les anàlisis20), aportà el següent quadre de dades:

MOSTRA Ag Cu Pb Hg

1 87,91 % 3,58% - -

2 85,75% 4,06% - -

3 64,88% 1,93% - 29,41% 4 79,73% 1,49% - 0,38% 5 80,65% 2,10% - 0,85% 6 79,53% 3,66% - 1,31% 7 79,05% 2,48% - 1,08% 8 81,21% 2,92% - 1,26% 9 65,05% 1,65% - 19,23%

10 79,13% 2,94% - 0,53% 11 82,31% 2,54% - -

12 79,75% 2,89% - 1,67%

Taula 7. Resultats de les anàlisis

Amb una primera ullada, hom pot comprovar la sorpresa que els resultats21 aportaren. Mentres que els nivells de plata s'hi troben en percentatges més o menys estables però un poc per sota de les normes establertes a la documentació, sobretot pel que fa a les mostres 3 i 9, i el coure en un nivell baix com correspon a un metall que funciona com a

20 El mercuri no és un element estrany a les encunyacions antigues i modernes,

però sí un tant aliè a les seques medievals. Almenys des del segle XVI s'empra de dues maneres: per a aconseguir les amalgames del metall preciós (argent o or) amb el billó, i per a daurar les monedes d'or, és a dir, per a extraure el seu color más daurat. Malgrat tot, cal tenir en compte els efectes nocius que els vapors de mercuri podien arribar a causar en la salut dels treballadors de la seca (Córdoba, 2009: 218).

21 Resultats extrets de Bouzas, 2011: 44.

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aleació de monedes de bona talla, els nivells de mercuri es disparen en algunes mostres (3 i 9), mentres que en altres la seva presència és mínima o inexistent. Com ha d'ocórrer, per una altra banda, en croats d'argent gairebé pur (onze diners i mig, recordem), el plom no apareix sobre cap de les superfícies analitzades. El fet que la quantitat de plata present en els croats analitzats resulte inferior a l'establerta és una dada interessant que, no obstant, s'haurà de confrontar i comparar amb futures analítiques. No podem negar, a més a més, l'interès que subjau en l'aparició del mercuri a la superfície dels croats, però no menys desconcertant pot arribar a resultar l'absència de plom a anversos i reversos i la seva presència, per contra, al nucli d'un dels croats analitzats (anàlisi no destructiva sobre una peça partida), com podem apreciar a la taula 8:

Ag Cu Pb Cl

Nucli metàl·lic

51,59 % 2,99 % 0,48 % 0,05 %

Taula 8. Anàlisi del nucli metàl·lic

La troballa de plom al nucli no ha de respondre necessàriament a un procés de falsificació o de rebaixa intencional de la llei dels croats. En aquest cas, en la nostra opinió, sembla més senzill pensar en processos de copelació de la plata en què les restes de plom no hi han estat eliminades per complet pel que fa al nucli (ajuda a aquesta hipòtesi el baix percentatge de plom present), explicant-se l'absència a la superfície pels progressius processos de rentat i rescalfat que els cospells passen abans i després de llur encunyació. En aquesta línia es sitúen també treballs anteriors (Bouzas, 2011: 46). La presència de mercuri és un fet una mica més complicat d'explicar. No es tracta d'un element comú que aparega en altres anàlisis fetes sobre numerari medieval de la Corona d'Aragó (Abascal, Ripollès i Gozalbes, 1996: 35-39), de manera que la seua presència als croats del carrer de la Llibertat és, com a poc, inusual. Les dues primeres mostres (1 i 2), tipus Cru.2148 d'Alfons II, no contenen mercuri. El seu pic d'argent és bo, d'un 87,91% amb aleació de coure del 3,58% la primera de les monedes, molt semblant, a la segona, composada per un 85,75% d'argent i un 4,06% de coure. La mostra 3 presenta una decreixement del contingut en argent (64,88%) i també del coure per a l'amalgama (1,93%), una reducció preocupant respecte no només a les mateixes encunyacions (continúa tractant-se del tipus Cru.2148) sinó també a la talla i llei que havien de presentar els croats; per una altra banda,

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aquesta peça és la que major percentatge de mercuri conté, un 29,41%, la qual cosa representa un nivell molt elevat per a tractar-se d'un element en teoria residual i que, a més a més, no hauria d'estar ahí. L'àrea analitzada es centra en el rostre del monarca, a l'anvers, d'on s'han pres dos punts d'anàlisi addicionals, un dels quals dóna una percentatge encara superior de mercuri, d'un 36,75% davant un pic del 58,7% d'argent, mentres que el segon, pres a la galta del monarca, dona un percentatge del 91'47% d'argent i només un 3'29% de mercuri. La variació extrema dels pics percentuals de mercuri ens parla d'un repartiment desigual d'aquest element, de manera que es fa força complicat pensar en un bany de mercuri, la qual cosa hauria d'aportar nivells més o menys homogenis d'aquest element.

Figura 4. Espectre analític de la mostra 3, Alfons II (Bouzas, 2011)

En les mostres de Jaume II, el mercuri continua present, però en uns nivells molt menors que en qualssevol de les anàlisis de la mostra 4. Les mostres 5, 6 i 7 presenten, respectivament, uns nivells de 0,38% (pes atòmic) – 1,35% (percentatge sobre el total), 0,85% (percentatge sobre el total) i 1,31% (percentatge sobre el total). A l'espectre, aquests pics són poc representatius, encara que majors que els tercers marcadors de tenorita on hi continúa apareixent el mercuri en proporcions properes al zero per cent acompanyat d'un petit pic de coure que, en aquesta banda de l'espectre, s'ha de relacionar amb el frec prolongat de les monedes amb materials calcaris que formen, en contacte amb el coure, pàtines de corrosió de composició CaCO3 (Doménech et alii, 2011: 2806). La mostra 6, pertanyent al regnat de Jaume II, tipus bibliogràfic Cru.2154e, tendeix també a donar resultats distints depenent dels diversos punts d'anàlisi, encara que no tan radicalment oposats com en la peça comentada més amunt d'Alfons II: la mostra general, sobre el rostre del monarca, proporcionà uns resultats de 79,53% d'argent, 3,66% de coure i 1,31% de mercuri, com s'hi pot veure a la taula 7, però el punt pres sota la galta del rei fa pujar el nivell de mercuri fins un 2,20%, mantenint-se l'argent estable (77,94%), mentres que el segon punt, sobre el

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nas, es troba exempt de mercuri, elevant-s'hi en aquest cas el nivell d'argent fins a un 82,55%. De nou ens trobem que no existeix uniformitat en la presència de mercuri a les monedes analitzades. Les mostres 7 i 8, regnat d'Alfons II, tipus bibliogràfic Cru.2184b, es mantenen en nivells estables respecte les anteriors, percentatges de plata del 79,05% i 81,21% respectivament i de mercuri per sota de l'1,5%. Malgrat tot, la mostra 9, idèntic regnat i tipus bibliogràfic, presenta una davallada atípica quant al percentatge d'argent i un pic molt elevat de mercuri, de la mateixa manera que ocorria a la mostra 3. L'argent s'hi presenta en un volum del 65,05%, mentres que el mercuri ho fa en un 19,23%, la segona elevació percentual més important de la mostra de dotze peces. A més a més, a la cua de l'espectre, a banda dels típics pics relacionats amb la presència de tenorita, s'hi observen percentatges residuals de mercuri que s'allarguen una mica més que als espectres d'unes altres anàlisis. En aquesta peça, a més a més, es van prendre dues mostres addicionals, una de les quals al revers. La mostra de l'anvers, al mentó del monarca, proporcionà un nivell major d'argent (79,04%) i un percentatge bastant inferior de mercuri (4,26%) d'allò marcat per l'analítica general, però a l'anvers els resultats diferien de manera dràstica, trobant-nos amb una disminució important de l'argent (55,03%) i una elevació inusual del mercuri (29,33%), amb un allargament dels pics percentuals a la cua de l'espectre juntament amb la tenorita.

Figura 5. Espectre analític de la mostra 9, Alfons III (Bouzas, 2011) Les mostres 10 i 12 (Pere III, tipus Cru.2220b) deixen veure uns nivells residuals de mercuri, mentres que la mostra 11 no en presenta. De nou, els percentatges de plata se situen en nivells estables, però una mica per sota de la composició establerta a la documentació medieval. Pel que fa als nuclis metàl·lics, com ja hem comentat abans, la presència de plom s'ha de relacionar, en opinió nostra, amb processos de copelació de la plata en què no s'hi han eliminat pas per complet les restes d'aquest metall. L'absència de mercuri en aquest cas ens podria estar

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indicant, per una altra banda, que només actua aquest component en la superfície de les monedes i no en l'amalgama, és a dir, és un element que afecta al cospell ja acabat, encunyat o no, i del qual ens manca encara esbrinar-ne la funció i la raó per la qual no apareix de manera uniforme a les superfícies dels croats. No hi ha dubte que aquestes analítiques representen només el primer pas d'una vessant de treball que, sense oblidar la documentació escrita, ens aproximarà a la realitat del circulant de l'època i de les encunyacions entre els segles XIII i XIV. Valoracions finals La possibilitat que se'ns presenta, ara per ara, de realitzar nous anàlisis és força captivadora. Un cop oberta la via dels estudis analítics, caldrà continuar fins que ens sigui possible obtenir una mitjana de resultats acceptable que ens permeta parlar amb propietat d'àmplies mostres per als diferents tipus de croat que composen cada regnat del tresor del carrer de la Llibertat. La mostra de dotze monedes analitzades per l'equip format per Antonio Doménech, Maria Teresa Doménech-Carbó, Trinidad Pasies i Carmen Bouzas ha obert un front poc comú, car les anàlisis en moneda medieval són força més escassos que les dels períodes de l'Antiguitat (Abascal, Ripollès i Gozalbes, 1996). Davant la possibilitat de tornar a realitzar nous anàlisis sobre un conjunt monetari molt més ampli s'ha escollit una mostra representativa de tots els regnats, incloent-hi les tres peces conservades de Pere II, fins a un total de tres croats per als tipus bibliogràfics amb major volum. Pretenem així comparar no només les emissions per regnats i els grans tipus establerts, sinó també les variants d'encuny detectades a cada tipus, amb la intenció d'obtenir resultats que hom puga comparar amb la documentació, reforçant-se de manera mútua; en el cas contrari, en què els resultats no fossin uniformes ni es trobessin en relació amb els documents medievals, ens hauríem de preguntar per la disparitat d'aquests respecte ordinacions reials i ordres de seca. No hi ha dubte que el tresor del carrer de la Llibertat presenta moltíssims vessants d'estudi. Només amb els resultats de les anàlisis ja realitzades surten diverses qüestions que caldrà solucionar en un futur: la composició a la baixa en argent de moltes de les peces; la presència de plom al nucli metàl·lic; la presència de mercuri a la superfície de les monedes, i la seva desigual distribució. No cal dir que el replantejament d'aquestes qüestions està subjecte als resultats de les futures anàlisis. Sembla clar, pel que fa al tercer punt, que la presència de mercuri no pot pas relacionar-se amb processos d'amalgama de l'argent amb el billó, processos, d'altra banda, que són bastant més tardans

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que aquells que s'hi porten a terme en la seca de Barcelona al segle XIV, i que no es tracta d'un afegit posterior i intencional. Els banys de mercuri tampoc no semblen una hipòtesi gaire satisfactòria, de manera que continua resultant un entrebanc obtenir una resposta. La nostra intenció de realitzar noves anàlisis sobre diversos punts d'una mateixa peça rau en la possibilitat de comparar la distribució del mercuri, les seves quantitats i la proporció en uns croats respecte d'altres. El tresor del carrer de la Llibertat ofereix, també, una vessant d'estudi tipològic força rica, pel fet que s'hi troba concentrada una alta densitat d'encunys que poden seriar-se i classificar-se, establint uns criteris encara poc treballats en numismàtica medieval, aplicats a la seca de Barcelona: factura dels encunys, reutilització, reparació d'aquells que van desgastant-se, utilització dels reversos d'un regnat a un altre... A banda, està la possibilitat de poder realitzar una tipologia de les tipografies emprades en les llegendes i la seva evolució al llarg dels regnats, així com traçar la transformació estilística de les representacions reials des de Pere II fins Pere III; de la mateixa manera, l'estudi dels elements que composen aquestes imatges dels anversos (corona, vestit, remats de la corona...) ens permetran, d'aquí a poc, poder establir diferents encunys i, fins i tot, distingir els gravadors que actuen en cada moment en la seca barcelonesa. Però, per damunt de tot, el nostre treball tendeix a centrar-se en la comparació amb la documentació medieval. No hem d'oblidar que la importància del tresor del carrer de la Llibertat rau en tres aspectes principals: arqueològic, numismàtic i econòmic. L'estudi de les llistes d'evolució de preus dels segles XIII i XIV permetrà una valoració real de l'enorme riquesa acumulada en el tresor, així com completar el panorama de la història econòmica d'aquest període: ja apuntaven Forcada, Matamoros i Ripollés (1994:35) que amb els croats de la troballa, al segle XIV, hom podia comprar una casa dins la vila de Vila-real per uns 1080 sous (54 lliures); amb 20 sous a l'any pagava un barber el Consell de Vila-real o per dos sous era possible comprar sis gallines, per posar alguns exemples. El valor del tresor del carrer de la Llibertat s'estima en 2481 sous, és a dir, 124 lliures o, el que és el mateix, 29772 diners, una gran riquesa a l'època. Allò més interessant, també, és la tasca interdisciplinar en què pot enquadrar-se l'estudi d'aquest conjunt monetari. Des de la perspectiva arqueològica, l'estudi dels materials i de l'estratigrafia del jaciment, així com del recipient ceràmic i altres materials associats, i també del propi tresor, podrà polir la cronologia del tancament de l'ocultació. Des de la perspectiva analítica, la comparació dels resultats obtinguts en laboratori amb la documentació medieval ens aproximarà a la realitat del circulant i al funcionament de les seques i les encunyacions durant els segles XIII i XIV a Barcelona; és una de les vies d'estudi més interessants, pel fet que podrem

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distingir les ordres reials i de seca d'allò que realment es batia i acabava circulant. Des de la perspectiva numismàtica, els estudis estadístics que se'n poden realitzar són múltiples, així com els estudis tipològics i la revisió de les classificacions existents per tractar de completar-les amb possibles noves troballes o diferències d'encuny no catalogades encara. Per últim, des de la perspectiva històrica, el tresor de croats del carrer de la Llibertat permet aproximar-se al model de producció de la seca de Barcelona entre els segles XIII i XIV, al model de circulació monetària no només entre l'oligarquia comercial catalana, sinó sobretot en l'àrea de circulació entre Barcelona i València, i esbrinar el model de circulació existent al regne de València a la Baixa Edat Mitjana on, malgrat l'existència dels rals valencians, la moneda és múltiple i on la catalana sobretot acaba per inundar el mercat (Torró, 2000). Actualment, el tresor es troba conservat al Museu de Prehistòria de València (2083 peces), mentres que una part d'ell es pot consultar a la seu de les Corts Valencianes (400 peces). Una representació del tresor està exposada a la sala d'Història de la Moneda del propi Museu de Prehistòria de València perquè tothom, quan s'hi aprope, puga gaudir d'aquesta excepcional troballa.

Bibliografía

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Colaboraciones

¿SE ACUÑARON CUADRANTES EN LA CECA IBÉRICA DE

BASCUNES-PAMPLONA?

ESTEBAN INDURÁIN1

Introducción El objeto de la presente nota es dar a conocer una pequeña pieza de cobre que acabo de adquirir recientemente en una subasta. La pieza en cuestión podría corresponder a un cuadrante de la ceca Navarra de Bascunes (Pamplona), lo cual sería una novedad de indudable interés ya que, por lo que a mí me consta, no se conocen cuadrantes de esta ceca. He estado repasando uno por uno los libros y catálogos al uso, sobre todo los específicos del tema de Navarra (AAVV, 2001; Pintado, 2009; Bergua et al, 1991; Domínguez, 1979; Jusué & Ramírez, 1987, 2002) sin encontrar referencia alguna a una pieza similar. No he parado ahí: he seguido mi investigación repasando catálogos de subastas, en los últimos diez años, de las firmas españolas más solventes y reconocidas. Y no he podido encontrar tampoco nada similar. Posible cuadrante inédito de Bascunes: descripción detallada de la pieza. Se trata de una pieza de muy pequeño tamaño. Su diámetro es de 13mm. (tiene algún golpe en canto, y podría haber llegado a medir un poco más en origen). Su peso es de un gramo escaso (de nuevo hay que decir que como la pieza está bastante desgastada, probablemente tuviera en origen un peso superior). El anverso presenta una cabeza viril de tipo vascón, si bien, por los rizos del peinado, recuerda algo más a los tipos del denario de plata de la ceca de Bascunes que a los tipos de los ases de cobre de la misma ceca. A la izquierda de esa cabeza viril se aprecian –aun bastante desgastadas—al menos dos letras ibéricas de la leyenda usual BE-N-KO-TA que aparece tanto en los ases de cobre como en los denarios de plata de esta ceca. En

1 Miembro de Asociación Numismática Española. Número de Socio: 6152-N. Catedrático de Universidad (área de Análisis Matemático). Universidad Pública de Navarra. Departamento de Matemáticas. Campus Arrosadía. Edificio Las Encinas. E-31006-PAMPLONA (Navarra). ESPAÑA. Tfno.: +34-948169551. FAX.: +34-948166057, e-mail: [email protected]

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concreto, la “N” es prácticamente incontestable (se distingue claramente), mientras que la “KO” está más difuminada. El resto de las letras (la “BE” inicial y la “TA” final) hay que adivinarlas, aunque hay alguna pequeña sombra, indicio o traza de las mismas.

Anverso

Detalle ampliado de la letra ibérica “N”

Detalle ampliado de lo que podría ser la letra “KO”

Detalle ampliado de la “N” seguida de la “KO”

Foto del anverso, desde otra posición

El reverso presenta un caballo saltando, bastante estilizado. Todo parece indicar que lleva encima a un jinete, pero no se aprecia del todo bien

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(por ejemplo, lo que podría ser la cabeza del jinete es un simple punto, y el cuerpo del jinete podría corresponder a un fino trazo vertical; no llegamos a ver, tampoco, si el supuesto jinete porta armas –espada- o no). Bajo esta figura de caballo saltando, e inmediatamente a derecha de las dos patas de atrás de tal caballo, comienza una leyenda ibérica, que interpretamos como “BA-S-CU-N-E-S”).

Reverso de la pieza

Detalle ampliado: las patas del caballo, y luego las letras “BA” (un nuevo trazo vertical) y “S” (como

una “M”)

Detalle –muy ampliado—de la letra ibérica “CU”

Detalle ampliado del final de la leyenda de reverso: Claramente se aprecia la letra “N”, y si se compara con la “N” que vimos en el anverso, notaremos que están

diseñadas del mismo modo. Son prácticamente idénticas.

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Detalle de conjunto de la leyenda de reverso, tal y como la vemos

Foto del reverso, en otra posición

distinta Recordemos que la leyenda ibérica “BASCUNES” se presenta ante nuestra vista más o menos como “IMONES”, con los matices siguientes: la I es un mero trazo vertical, y corresponde al sonido “BA”. Lo que parece una “M” corresponde en realidad a un sonido de tipo “S”, algo así como la letra sigma griega mayúscula girada un cuarto de vuelta en sentido horario. Lo que parece una “O” lleva un punto dentro, y corresponde al sonido “CU”. Lo que parece una “N” tiene un diseño ligeramente distinto a nuestra “N”, con distintos grados de inclinación y longitud en cada trazo. Lo que parece una “E”, y que corresponde también al sonido “E”, carece del trazo horizontal superior de nuestra “E”, y, además, el trazo inferior no es horizontal, sino que forma un ángulo agudo con el trazo vertical. Finalmente, la última letra es una “S”, un poco estilizada quizás. Para poder decir que se trata de un “cuadrante” –cuarta parte de la unidad-, resulta obvio que deberíamos compararla con la unidad (o “as”) en sí misma. Pues bien, esto es precisamente lo que hacemos a continuación... El resultado de la comparación salta a la vista. De hecho, el segundo as (o unidad que pongo en la imagen) es el que tiene el diámetro más pequeño de los que tengo en mi colección –los diámetros de los ases pueden oscilar ligeramente, unos milímetros, entre unas piezas y otras-. Como se ve, la pequeña pieza objeto de estudio, es, en efecto, muchísimo más pequeña que las correspondientes unidades. Y por su tamaño, ni siquiera diríamos que es una “mitad” (o “semis”), sino más bien una cuarta parte o “cuadrante”.

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El supuesto cuadrante, comparado con las unidades (anverso)

El supuesto cuadrante, comparado con las unidades (reverso)

Apoyando la teoría. Queriendo buscar argumentos que justifiquen que la ceca de “Bascunes” pudo, en efecto, haber emitido cuadrantes, debemos tener en cuenta que hay una ceca muy próxima, a saber la de “ARSAOS” (habitualmente asociada también a territorio vascón, y probablemente sita en

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alguna zona de la actual Navarra, así mismo próxima a Pamplona), que sí que los acuñó, y son éstos conocidos y catalogados.

Cuadrante de Arsaos (foto algo ampliada)

As de ARSAOS

Para terminar de apoyar nuestra teoría, podemos indicar que se conoce un denario de plata “híbrido” (ARSAOS-BASCUNES), con anverso típico de una de las cecas (ARSAOS) y reverso de la otra ceca (BASCUNES), tal y como aparece analizado en J. Pintado (2009, p. 333). Evidentemente, esto refuerza la idea de que eran cecas muy próximas, de características muy similares. De esta manera, no parece descabellado suponer que los tipos de medida de una de las cecas se reproduzcan también en la otra ceca… Y que si una de las cecas acuñó cuadrantes, la otra también lo hizo, aunque hayan permanecido inéditos hasta ahora mismo. En fin, que la polémica está servida… Juzgue el lector por sí mismo.

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SOBRE UNA IMITACIÓN DE BRONCE OFICIAL ROMANO

REPUBLICANO EN HISPANIA

LUIS AMELA VALVERDE La importante casa de subastas Jean Elsen & ses Fils S.A., en su subasta 110, lote nº 1, de 10 de septiembre de 2011, presenta este más que interesante ejemplar:

«ESPAGNE, AE semis, 49-45 av. J.-C. Emission hispanique durant la guerre civile entre Pompée et César. Droit : Tête de Saturne à droite. Derrière, S. Revers : Proue à droite. Au-dessus, S. A l'exergue, OMA. Ref.: Alvarez Burgos, 2043. 2,47g. Patine

verte. Très Beau à Superbe. VF – EF» Lo que más nos sorprende de esta pieza es que se diga que se emitió durante la guerra civil que en Hispania enfrentó a pompeyanos y cesarianos (49-44 a.C.). La explicación parece deberse a que Álvarez Burgos, en su catálogo sobre amonedaciones hispánicas hasta el s. V d.C., menciona que C. Julio César (cos. I 59 a.C.) emitió en la Península un denario y dos ases (ÁLVAREZ, 2008, p. 358-359). Reproduciremos su información, comenzando por la moneda de plata:

R. 39. Denario. AR. Anv.: Cabeza de Venus a derecha. Rev.: trofeo, entre carro de

guerra y escudo con lanzas y hacha; a los lados, CAESAR IMP. Álvarez Burgos (2008, p. 358) señala que: «De las acuñaciones de Julio César atribuidas a Hispania, la que parece menos dudosa es la que tiene como reverso un trofeo, que bien pudiera ser el dedicado por Cneo Pompeyo a su padre y un carro de guerra, posiblemente galo, lo que sugiere la conquista de este trofeo por las tropas de Julio César; la leyenda es similar a las acuñaciones pompeyanas hispanas». La descripción tiene “miga” (con perdón), ya que desconocemos qué trofeo erigió Cn. Pompeyo hijo (pues se trata de este personaje, según puede comprobarse en la obra de Álvarez Burgos) a su padre, Cn. Pompeyo Magno (cos. I 70 a.C.), y menos que lo ocupasen las fuerzas de César. Desde luego,

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no puede referirse al que este último erigió en los Pirineos tras las guerras sertorianas (83-72 a.C.), suponemos. Ciertamente, sorprende que la emisión RRC 468/1-2 de César, que se considera unánimemente efectuada en Hispania con objeto de financiar la campaña de Munda (45 a.C.)1, no aparezca citada en la obra de Álvarez Burgos.

Denarios RRC 468/1 y RRC 468/2 respectivamente

Nos ha llamado la atención de que el denario que presenta Álvarez Burgos no lo recordábamos como efectuado por César durante la guerra civil. De hecho, la explicación puede observarse en el siguiente comentario del catálogo de la casa Numismatica Ars Classica NAC AG, en su subasta 63, lote nº 466, del 17 de mayo de 2012:

«Julius Caesar. Denarius 44, AR 3.91 g. Head of Venus r., hair bound with taenia. Rev. IMP – CAESAR Trophy; on l., chariot; on r., shield, two spears and carnyx. Babelon Julia 13. C 15. Sydenham 1016. Sear Imperators 130. Crawford 482/1. Extremely rare. Old cabinet tone, reverse, slightly off-centre, otherwise extremely fine. Privately purchased from H. A. Baldwin in September 1982. Finding a place for this coinage among the many issues of imperators in the 40s B.C. is no easy task. It is generally agreed that it was struck during the brief era spanning the last months of Julius Caesar’s life to the rise of his heir, Octavian, yet it seems no greater precision is possible. Sydenham attributed the type to a Gallic mint and assigned it to the period c.55-44 B.C. Crawford describes it as an issue of Caesar of 44 B.C., inferring only that it is among Caesar’s final issues. Sear considers it to have been the first military coinage of Octavian following the murder of his great-uncle, and he attributes it to a mint moving with Octavian in Italy or Cisalpine Gaul in the spring of 43 B.C. The design is distinctively Caesarean: the portrait is of Venus, from whom the Julians claimed descent, and the trophy among

1 Sobre esta emisión, vid: L. AMELA VALVERDE, “El denario RRC 468, acuñado en Hispania”, en Actas del XI Congreso Nacional de Numismática (Zaragoza, 2003), 65-70; “La acuñación cesariana RRC 468, emitida en Hispania”, en Varia nummorum II (Barcelona, 2013), 19-29.

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Gallic military spoils clearly harkens to Caesar’s conquests in Gaul. The most intriguing element of the design is the war chariot upon which the trophy rests, which Crawford and Foss note may be a British essedum. The inscription (C) CAESAR IMP is enigmatic, for it could refer to Caesar or to Octavian, as both were imperators. If the latter, it likely would relate to Octavian being hailed imperator on April 15, 43 B.C. during his campaign against Antony at Mutina. By the time this coin was struck, the title imperator had become part of Caesarean titulature, as the senate in 45 B.C. had allowed Caesar to use it as a praenomen (though some doubt has been cast on Dio’s report that the senate also allowed him to grant use of the name to his descendants).» Menos mal que su atribución no es dudosa, ¡faltaría más! No se sabe si es de Julio César o de su hijastro C. Julio Octaviano (cos. I 43 a.C.), posteriormente el emperador Augusto (27 a.C.-14 d.C.). Desde luego, lo único que sí parece cierto es que no fue emitida en Hispania. Esto es una muestra de las dificultades que existentes en el estudio de la Antigüedad. Se ha avanzado mucho, pero si los logros obtenidos no se difunden, de nada sirve la investigación. Si las viejas (y equívocas) teorías siguen sin ser corregidas adecuadamente, el error persiste. Como decíamos, Álvarez Burgos atribuye a territorio peninsular dos ases a César, que describimos a continuación: R 40. As. AE. Anv.: cabeza de Jano bifronte; encima, I. Rev.: proa de nave a derecha; encima, I; debajo, leyenda poco visible ROMA. R. 41. As. AE. Anv.: similar. Rev.: similar, pero leyenda AMOR. Este autor nos indica que se trata de acuñaciones de buen arte, pero con la leyenda Roma algunas veces corrupta e incluso retrógrada (ÁLVAREZ, 2008, p. 359). De hecho, puede observarse que no existe ningún elemento que permita atribuir estas piezas a César, pues son ases o imitaciones de éstos normales y corrientes. Clasificación según Álvarez Burgos Álvarez Burgos (2008, p. 359-361) señala que: «Como réplica de las emisiones romanas y ante la falta de moneda fraccionaria, aparecen labras indígenas imitando las acuñaciones de cobre, que tienen una abundante producción en la Bética entre principios del siglo I a.C. y los primeros años de la Era Cristiana». La lista de imitaciones indígenas que ofrece Álvarez Burgos (2008, p. 359-361) es la siguiente: -R 42. As. AE (22,0-18,0 g). Anv.: cabeza de Jano bifronte; encima I. Rev.: proa a derecha; encima ¿I?; debajo, leyenda AMOR. -R 43. As. AE. Anv.: similar. Rev.: similar, sin leyenda en exergo. Arte degenerado con leyenda ROMA, muchas veces retrógrada e incluso sin leyenda.

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-R 44. Semis. AE (8,5-4,0 g). Anv.: cabeza de Saturno a derecha; detrás, S. Rev.: proa a derecha; encima, S; en exergo, ROMA. -R 45. Semis. AE (4,5 g). Anv.: similar, pero con letra S invertida. Rev.: similar, pero con letra S invertida.

-R 46. Semis. AE (5,0-4,5 g). Anv.: similar. Rev.: similar, pero con letra S tumbada a izquierda. -R 47. Semis. AE (5,0-4,5 g). Anv.: similar, pero con letra S invertida. Rev.: similar, pero con letra S tumbada e invertida.

-R 48. Semis. AE (7,5-6,0 g). Anv.: similar. Rev.: similar, pero a derecha S. -R 49. Semis. AE (3,6-3,2 g). Anv: similar. Rev.: similar, pero en el exergo IOMA.

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-R 50. Semis. AE (7,6-5,8 g). Anv.: cabeza de Saturno a derecha; detrás, S. Rev.: proa a derecha; encima, S; en exergo, AMOR. -R 51. Semis. AE (6,0-4,0 g). Anv.: cabeza de Saturno a derecha; detrás, S. Rev.: proa a izquierda; encima, S invertida¸ en exergo, AMOR (R invertida). -R 52. Semis. AE (5,5-4,0 g). Anv.: similar, pero encima, S. Rev.: similar, pero encima S y en exergo AMOR (R invertida).

-R 53. Semis. AE (1,9-1,5 g). Anv.: cabeza de Saturno a izquierda. Rev.: proa a derecha2 (sic); encima S tumbada e invertida; en exergo, IOM.

Podemos observar de la lista anterior la gran disparidad de pesos de las distintas variantes. En cualquier caso, la referencia de la casa de Jean Elsen, el nº 2043 de Álvarez Burgos, no se refiere a la publicación de este autor del año 2008 sino a una versión anterior (1987, p. 293), que corresponde a R49 de la primera edición citada, pero con leve diferencia en la descripción, puesto que, como se aprecia en el dibujo que presenta Álvarez Burgos, en el anverso figura una Z detrás de la cabeza varonil, y no una S. En la versión anterior de Álvarez Burgos (1987, p. 293), no figura los ases que este estudioso atribuye a César, y un menor número de imitaciones, que define de la siguiente manera: «Acuñaciones hispánicas. Como réplica de las emisiones romanas coetáneas, aparecen labras indígenas imitando estas acuñaciones en cobre, que deben tener una larga cronología». Puede observarse una ligera discrepancia con la misma definición que ofrece este estudioso posteriormente. En definitiva, podemos decir que la emisión que nos presenta la casa Jean Elsen es una imitación de moneda oficial romana, pero de ningún modo existen elementos para señalar que fue fabricada durante la guerra civil que enfrentaron a cesarianos y pompeyanos en Hispania durante los años 19-44 a.C. Clasificación de Villaronga En su momento, el maestro Villaronga dedicó su atención al fenómeno de las imitaciones de moneda fraccionaria romana de época republicana. Creemos de interés reproducir a continuación su clasificación de estas piezas.

2 En la descripción de Álvarez Burgos la proa se encuentra a la derecha.

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-Imitaciones romanas del s. II a.C (VILLARONGA, 1994, 407. VILLARONGA Y BENAGES, 2011, 494). Imitaciones de los ases romano-republicanos con Jano bifronte, hallados en Andalucía (VILLARONGA, 1994, 407). -ACIP 2505 = CNH 1 = Vill. 7. AE. As. 30/32 mm de diámetro, 25,17 g de peso (2 ejemplares), rareza 9. Anv.: cabeza de Jano bifronte. Rev.: proa de nave a derecha, en exergo, diversos signos ilegibles. -ACIP 2505 = CNH 2 = Vill. 4-6. AE. As. 30/32 mm de diámetro, 22,64 g de peso (5 ejemplares), rareza 8. Anv.: similar. Rev.: similar, pero proa a izquierda. -Imitaciones romanas del s. I a.C. 3 Imitaciones de semises romano-republicanos que se encuentran de manera abundante en Andalucía (VILLARONGA, 1994, 427. VILLARONGA Y BENAGES, 2011, 524).

-ACIP 2658 = CNH 1 = Cr. 6-7 = Vill. 8-9. AE. Semis. 20/21 mm de diámetro, 5,19 g de peso (2 ejemplares), rareza 9. Anv.: cabeza de Saturno a derecha; detrás, S. Rev.: proa de nave a izquierda; encima, S; debajo, leyenda AMOR.

-ACIP 2659 = CNH 2 = Cr. 11 = Vill. 10-17. AE. Semis. 20 mm de diámetro, 5,59 g de peso (7 ejemplares). Rareza 7. Anv.: similar. Rev.: proa de nave a derecha; encima, S; debajo, leyenda ROMA. -ACIP 2660 = CNH 3 = Cr. 9 = Vill. 18-19. AE. Semis. 20 mm de diámetro, 6,12 g de peso (2 ejemplares). Rareza 9. Anv.: similar. Rev.: similar, pero leyenda AMOR.

3 VILLARONGA, 1994, 427. VILLARONGA Y BENAGES, 2011,524-525.- GARCÍA-BELLIDO Y BLÁZQUEZ, 2002, 324 señalan para finales del s. II a.C. y primer tercio del s. I a.C. dos emisiones de semises, dos de trientes y una de cuadrantes, mientras que coincide con Villaronga en las dos emisiones de ases pertenecientes al s. II a.C.

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-ACIP 2661 = CNH 4 = Cr. 13 = Vill. 20-21. AE. Semis. 18 mm de diámetro (20 ejemplares). Rareza 5. Anv.: cabeza varonil laureada de estilo rudo a izquierda; detrás, S (a veces invertida). Rev.: proa de nave a derecha; encima, S invertida. -ACIP 2662 = CNH 5 = Cr. 18-20 = Vill. 22-43. AE. Semis. 15 mm de diámetro, 3,15 g de peso (43 ejemplares). Rareza 3. Anv.: cabeza varonil laureada de estilo rudo a derecha; detrás, S. Rev.: proa de nave a derecha; encima, S. La dificultad de la clasificación de estas piezas puede observarse en el siguiente ejemplar, sacado a subasta por la casa Classical Numismatic Group, Inc. (CNG), subasta electrónica 247, lote nº 2, de 12 de enero de 2011:

«SPAIN. Indigenous imitations of Roman Republican coinage. 1st century BC. Æ

Semis (15mm, 1.78 g, 12h). Laureate head of Saturn right; S behind / Prow; [uncertainly positioned S] above, degraded ROMA in exergue. Cf. Burgos R49.

Good VF, brown surfaces.» Este ejemplar presenta una leyenda degradada en el exergo del reverso. Imitaciones indígenas de moneda fraccionaria romana republicana Como señala Marcos (1996, 199), «la imitación de moneda romano-republicana en bronce es uno de los aspectos en los que se inscribe en el proceso de la amonedación de la época tardorrepublicana». Como se trata de piezas de poco valor, su producción al parecer estuvo motivada por la escasez generalizada de moneda fraccionaria que se produjo en los años finales del s. II a.C. y en el s. I a.C., que no por la obtención de un beneficio económico por parte de posibles falsificadores (MARCOS, 1996, 199. GARCÍA-BELLIDO Y BLÁZQUEZ, 2002, 323). Desde la segunda mitad del s. II a.C. y hasta las dos primeras décadas del s. I a.C., la evolución del sistema económico romano estuvo marcada por el incremento de las acuñaciones de plata, que no tuvo reflejo en la masa monetaria de bronce emitida. Si bien, a pesar de que tras la no emisión de ases (entre el año 145 a.C. y el año 116/115 a.C.), las fracciones de esta unidad se mantienen, el porcentaje de estas últimas sufrirá un brusco descenso a partir de los años 138-122 a.C. Si bien ca. el año 114 a.C. el as es recuperado de nueva para la acuñación y el nivel de amonedamiento del bronce muestra un ligero incremento, el abandono de la emisión de pequeños

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valores por Roma se irá haciendo cada vez más patente (CRAWFORD, 1974, 626, 636 y 699). Así, desde mediados del s. II a.C. la producción monetaria de la ceca de Roma estuvo marcada por un fuerte descenso en las emisiones de bronce en beneficio de las de plata. No sólo su emisión fue cada vez más esporádica, sino que, incluso a partir del año 82 a.C., se llegó a suspender por completo las acuñaciones de bronce en el taller oficial de Roma, hasta que no se volvió a reemprender en la década de los años 40 del mismo siglo (CRAWFORD, 1974, 597; MARCOS, 1996, 199). Esta política supuso el desabastecimiento de un tipo de circulante necesario para las transacciones cotidianas de un gran sector de la población. A pesar de que a inicios del s. I a.C. talleres locales emiten abundantes series con divisores de bronce, seguramente la demanda no sería siempre cubierta (RIPOLLÈS. 1994, 135. MARCOS, 1996, 199). En este contexto, se pueden inscribir las imitaciones de monedas de Iltirkesken (ACIP 2716-2721) y de Neronken (ACIP 2707-2715) que se efectúan en la Galia Transalpina a principios del s. I a.C. (GURT, 1985, 32-33. MARCOS, 1996, 199) o las de pequeños divisores de Cástulo que se llevan a cabo en contextos mineros de la Hispania Ulterior durante este mismo siglo (CHAVES, 1986, 870; MARCOS, 1996, 199). En cuanto a lo que se refiere a la imitación de las series de monedas de bronce romano-republicanas, se conoce un grupo importante de éstas que, en opinión de Crawford, se habrían emitido en las provincias romanas de la Galia Narbonense y la futura Tarraconense, es decir, las provincias republicanas de la Galia Transalpina y la Hispania Citerior, junto a algunos ejemplos, más bien escasos, procedentes de una zona al norte de la ciudad de Roma y de la península italiana en general (MARCOS, 1996, 200; ARÉVALO Y

CAMPOS, 1998, 321). Según Crawford (1982, 140), si bien no existe evidencias para fechas estas monedas, sospecha que el fenómeno de las imitaciones de monedas de bronce romano-republicanas es esencialmente de los tres primeros cuartos del s. I a.C. Las imitaciones son en su mayor parte semises y cuadrantes, lo que sugiere que fueron producidas en un periodo en que el sextante había dejado de ser la denominación más pequeña en el uso cotidiano y había sido reemplazado por el cuadrante. Los pesos de las imitaciones en general pertenecen a la parte inferior del rango cubierto por los semises y cuadrantes oficiales de finales del s. II a.C. En la parte final del periodo sugerido para la fabricación de estas piezas es difícil imaginar que se efectuaran una gran cantidad de imitaciones de bronce romano-republicanos ante la aparición de las nuevas monedas de oricalco y cobre de Augusto (CRAWFORD, 1982, 140).

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Uno de los problemas existentes a la hora de estudiar el fenómeno de las imitaciones es su correcta identificación, ya que, debido a las características propias de la acuñación de monedas de bronce, con una cierta irregularidad en la aplicación del patrón metrológico así como grandes disparidades de peso entre monedas de una misma serie, existen muchos casos en las que existen serias dificultades para diferencias las piezas oficiales de sus imitaciones (MARCOS, 1996, 200; ARÉVALO Y CAMPOS, 1998, 321). A este respecto es significativo el caso de los divisores de la serie RRC 339 (ca. 91 a.C.). Estas piezas, si bien tienen unos pesos semiunciales adecuados y no presentan ningún defecto evidente de acuñación, son considerados por Crawford como probables emisiones no oficiales debido a que presentan un tipo de proa en sus reversos que no se corresponden con el nuevo diseño que se impone para las monedas de bronce a partir de los inicios del s. I a.C. Por el contrario, los paralelos más próximos se encuentran en aquellas piezas que, debido a las irregularidades que presentan, son más fácilmente clasificables como imitaciones (CRAWFORD, 1974, 340. MARCOS, 1989, 944; 1996, 200. ARÉVALO Y CAMPOS, 1998, 321).

Semis RRC 339/2 de ca. 91 a.C.

Dentro de este tipo de producciones, Bahrfeldt (BAHRFELDT, 1934-1936, 108-112) fue el primero en identificar dos grandes grupos de semises que consideró que fueron emitidos en la península Ibérica a partir del elevado número de piezas que se conservaban en colecciones y museos de España. Esta procedencia ha sido corroborada por Villaronga quien, además, señala la región de Andalucía como la zona en donde aparecen mayor número de estas monedas (VILLARONGA, 1985, 33-40; 1994, 427; CHAVES, 1993, 123; MARCOS, 1996, 200). Si bien es en la Hispania Ulterior donde este fenómeno tuvo mayor repercusión (VILLARONGA, 1985, 34) su presencia se constata también en otros lugares (MARCOS, 1996, 200 y 209). En este sentido, es muy interesante el hallazgo de un tesorillo compuesto por 15 ejemplares hallados de forma casual en una zona próxima al río Guadalete, a su paso por la provincia de Cádiz. El lote estaba compuesto por 2 piezas de la ceca de Carteia y 13 imitaciones de bronce romano-republicanas (1 triente y 12 semises). A destacar que la mitad de los semises descubiertos fueron fabricados con los mismos cuños de anverso y

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reverso; esto supone que habrían sido puestos en circulación en una fecha relativamente reciente y que posiblemente su acuñación se hubiera producido en un lugar próximo al lugar del hallazgo. La cronología es de finales de los 70 o inicios de los 60 del s. I a.C. (CHAVES, 1993, 124; MARCOS, 1996, 207; ARÉVALO Y CAMPOS, 1998. 322). Ha de tenerse en cuenta que la mayor parte de bronces de imitación romano-republicanos que se encuentran en Hispania son semises (aunque también se localizan ases, trientes y cuadrantes), los cuales pueden diferenciarse en dos grandes grupos. El primero estaría compuesto por monedas acuñadas bajo un patrón próximo al del sistema uncial, con unos 6,07 gramos de peso medio (CHAVES, 1993, 122). Estas piezas suelen presentar un buen estilo, aunque a veces parecen con leyendas retrógradas o tipos invertidos. Villaronga consideró que su cronología podría situarse a finales del s. II a.C. o principios del s. I a.C. (VILLARONGA, 1973-1974, 155; 1985, 39), cuando se produce la implantación oficial de la reforma semiuncial tras la Lex Plauta Papiria del año 91 a.C. (CRAWFORD, 1974, 77 y 596). Pero Chaves (1993, 124), a causa del tesorillo del río Guadalete, la retrasa, como hemos mencionado, hasta la década de los años 70 o inicios de la siguiente. El segundo grupo lo componen una serie de ejemplares de bastante mala realización y con pesos medio aproximado de unos 3,15 gramos, muy por debajo del patrón semiuncial. Villaronga (1985, 39) cree que se han de fechar a principios del siglo I a.C. Estos dos grupos de semises presentan una diferente distribución. De esta forma, la serie de peos más elevado muestran una distribución más amplia, mientras que las más ligeras, si bien se encuentran presentes en otras zonas, se localizan en mayor número en la actual Andalucía (MARCOS, 1996, 211). El campamento romano de Cáceres el Viejo permite puntualizar todavía más la cronología del fenómeno de estas imitaciones, al encontrarse durante su excavación un semis de estas características con un peso de 3 gramos, demuestra que las imitaciones más ligeras, o al menos parte de éstas, ya habían sido puestas en circulación con anterioridad a la destrucción de este campamento, es decir, ca. los años 80-77/5 a.C., aunque podrían haberse continuando fabricando posteriormente (MARCOS, 1996, 211). Debido a la abundante presencia de este tipo de piezas en la Hispania Ulterior, y al hecho de que lo que hacen es copiar el modelo oficial de la ceca de Roma, Chaves (1993, 124) ha elaborado la teoría de que la emisión de estas imitaciones fuer debida a la presencia de gentes itálicas asentadas en el valle del Guadalquivir. Se trataría de negotiatiores o publicani dedicados a una serie de actividades económicas relacionadas con el comercio o con las explotaciones mineras o agrícolas que, ante la escasez

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de circulante de bronce fraccionario, necesario para los intercambios cotidianos, promovieron la acuñación de estos valores imitando la moneda habitual en su lugar de origen. Por otra parte, Marcos considera que si la etapa de circulación normal de estas piezas puede situarse desde finales del s. II a.C. a mediados del s. I d.C., estas fechas corresponden a una época en que en Hispania asistimos a diferentes acontecimientos bélicos. De esta forma, entre los años 134-82 a.C. los gobernadores romanos tuvieron que hacer frente a numerosas revueltas indígenas, principalmente protagonizadas por los lusitanos y, más tarde, entre los años 82-72 a.C., se produce el conflicto sertoriano. No sería casualidad que en donde se encuentran monedas de bronce de imitación romano-republicana se pueda constatar la presencia de tropas romanas. Esto se confirmaría en los casos de los ocultamientos de Azaila y Cáceres el Viejo, acontecidos durante el conflicto sertoriano a los que habría que sumar ciertos asentamientos destruidos en este periodo por alguna acción bélica en donde se han localizado este tipo de piezas, como Villasviejas de Tamuja (Botija, prov. Cáceres) y La Balaguera (Puebla Tornesa, prov. Castellón) (MARCOS, 1996, 210. ARÉVALO Y CAMPOS, 1998. 324). Durante esta época, además de los grandes núcleos urbanos, áreas mercantiles y portuarias o centros de producción especializada como explotaciones mineras y agrícolas, uno de los ámbitos de población que requirió el uso de moneda fraccionada fue el ejército (CHAVES, 1994, 109). La penuria por este tipo de piezas tras el cese de su producción por la ceca oficial de Roma provocaría que en determinados lugares como, por ejemplo, campamentos militares situados en áreas alejadas de cualquier taller monetal, se recurriera a la acuñación de un numerario realizado a imitación del modelo oficial de Roma y con destino a una población principalmente de origen itálico (MARCOS, 1996, 211). Sea como fuere, estas producciones son de un carácter muy dispar tanto desde el punto de vista técnico como estilístico y metrológico, por lo que probablemente no pueden ser adscritas a un único momento ni probablemente a unas mismas circunstancias (MARCOS, 1996, 211). De esta manera, la etapa que comprende el fin de la guerra sertoriana (72 a.C.) hasta mediados del s. I a.C. es un periodo en el que se produce un fuerte descenso de la producción monetaria debido al cierre de numerosos talleres (RIPOLLÈS, 1994, 141) con lo que se originó un desabastecimiento que pudo provocar así mismo la acuñación de este tipo de moneda. En este caso, los destinatarios quizás sí pudieron ser diversos grupos de itálicos establecidos a lo largo del valle del Guadalquivir, quienes disponían de un tipo de economía que necesitaba de un medio de cambio para las transacciones cotidianas. Este hecho explicaría la menor dispersión

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geográfica de las piezas de menos peso y que se centren especialmente en determinadas áreas de la Hispania Ulterior (MARCOS, 1996, 211; ARÉVALO

Y CAMPOS, 1998, 325). Bibliografía ÁLVAREZ BURGOS, F. (1987): La moneda hispánica desde sus orígenes hasta el siglo V, Madrid. ÁLVAREZ BURGOS, F. (2008): La moneda hispánica desde sus orígenes hasta el siglo V, Madrid. ARÉVALO, A. Y CAMPO, M. (1998): “Las emisiones romanas y sus imitaciones en Hispania durante la República”, en Historia monetaria de Hispania antigua (Madrid), 318-334. BAHRFELDT, M. VON (1934-1936): “Beiträge zur römischen Kupferprägung aus dem Ende der Republik. 2. Das Kleinkupfer mit rückläufiger Aufschrift und anderen Abweichungen”, Blätter für Múnzfreunde 19, 108-112. CHAVES, F. (1986): “Hallazgo de monedas en Riotinto (Huelva)”, en Estudios en homenaje al Dr. Antonio Beltrán Martínez (Zaragoza), 863-872. CHAVES, F. (1993): “Hallazgo de un conjunto monetal a orillas del Guadalete (Cádiz)”, en Studia Paleohispanica et indogermánica J. Untermann Ab Amicis Hispanicis Oblata (Barcelona), 117-128. CHAVES, F. (1994): “Indigenismo y romanización desde la época de las amonedaciones hispanas de la Ulterior”, Habis 25, 107-120. CRAWFORD, M. H. (1974): Roman Republic Coinage, 2 vols., Cambridge. CRAWFORD, M. H. (1982): “Unofficial imitation and small change under the Roman Republic”, AIIN 29, 139-164. GARCÍA-BELLIDO, M. P. Y BLÁZQUEZ, C. (2002): Diccionario de cecas y pueblos hispánicos, con una introducción a la numismática antigua de la Península Ibérica. Volumen II: Catálogo de cecas y pueblos, Madrid. GURT, J. M. (1985): Clunia III: Hallazgos monetarios. La romanización de la Meseta Norte a través de a circulación monetaria de la ciudad de Clunia, Madrid. MARCOS ALONSO, C. (1989): “Imitaciones de numerario romano-republicano de bronce en el Museo Arqueológico Nacional”, en VII Congreso Nacional de Numismática (Madrid), 441-452. MARCOS ALONSO, C. (1996): “Aportación a la circulación de las imitaciones de divisores romano-republicanos en la Península Ibérica”, Numisma 237, 149-223. MORA SERRANO, B. (2006): “Metrología y sistemas monetarios en la Península Ibérica (siglos V-I a.C.)”, en Actas XII Congreso Nacional de Numismática (Madrid), 23-61. RIPOLLÈS, P. P. (1994): “Circulación monetaria en Hispania durante el periodo republicano y el inicio de la dinastía Julio-Claudia”, en VIII Congreso Nacional de Numismática (Madrid), 115-148. VILLARONGA GARRIGA, L. (1973-1974): “El sistema metrológico semiuncial romano”, Numisma 120-131, 155-165. VILLARONGA GARRIGA, L. (1985): “Imitaciones de la moneda Romano Republicana de bronce en la Península Ibérica”, GN 79, 33-40.

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HALLAZGO DE MONEDAS FEUDALES FRANCESAS EN LASARTE

(GUIPÚZCOA, ESPAÑA)

MIGUEL IBÁÑEZ ARTICA Características del hallazgo

Hace algo más de medio siglo, apareció un conjunto formado por siete monedas medievales francesas en una huerta de la población guipuzcoana de Lasarte (actualmente municipio de Lasarte-Oria, creado como tal en 1986)1.

Según sus procedencias podemos señalar tres grupos, cuyas características son las siguientes: a. Monedas del Condado de Anjou. Anónimas del s. XII, emitidas a nombre de Fulco en la villa de Angers, durante los reinados de Enrique II Plantagenet y Ricardo Corazón de León (1151-1189-1199). 1.- Dinero, c. 1160-1190, Angers. A: + FVL(CO CO)MES, (la leyenda comienza a las 3 h.) (Conde Foulques). Cruz cantonada en el segundo cantón con un omega y en el 4º con un alfa. R: + VRBS AIDC(CSV). (Villa de Angers). Monograma de Foulques girado. Datos metrológicos: 18 mm, 0,86 g. P.A. 1498 2.- Dinero, c. 1160-1190, Angers. A: + FVLCO COMES, (la leyenda comienza a las 3 h.). (Conde Foulques). Cruz cantonada en el segundo cantón con un omega y en el 4º con un alfa. R: + VRBS ANDEGAVIS. (Villa de Angers). Monograma de Foulques girado. Datos metrológicos: 18 mm, 0,75 g. P.A. 1499 b. Monedas del Condado de Penthièvre en Bretaña, emitidas en la villa de Guingamp. Tipos inmovilizados a nombre de Etienne I (Esteban I). (1093-1138). Anónimas (Siglos XI-XII).

1 Estas monedas fueron guardadas por el propietario de la huerta, y tras su fallecimiento, los descendientes las llevaron, junto con otras piezas modernas también encontradas a lo largo de los años en la zona, a un comercio numismático. Agradecemos a la empresa “Filatelia y Numismática Vivar” de San Sebastián, las pesquisas realizadas para el estudio de este conjunto monetario.

GACETA NUMISMATICA

DICIEMBRE 2013186

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3.- Dinero, c.1100-1150, Guingamp. A: +STEPIAN COO (letra “S” tumbada). Cruz cantonada de estrellas de 6 puntas en primer y segundo cantón. R: +GVINGAMP. Cabeza barbada irreconocible a la derecha. Datos metrológicos: 20 mm., 0,72 g. P.A. 1440 4.- Dinero, c.1100-1150, Guingamp. A: +STEPIAN COO (“S” tumbada). Cruz cantonada de estrellas de 6 puntas en primer y segundo cantón. R: +GVINGAMP. Cabeza barbada a la derecha con un besante frente a la boca. Datos metrológicos: 19 mm., 0,96 g. P.A. 1446 5.- Dinero, c.1100-1150, Guingamp A: +STEPPAN COO (“S” tumbada). Cruz cantonada de estrellas de 6 puntas en primer y segundo cantón. R: +GVINGAMP. Cabeza barbada irreconocible a la derecha. Datos metrológicos: 19 mm., 0,76 g. P.A. 1440 6.- Dinero, c.1100-1150, Guingamp. A: +STEPIAN COO (“S” tumbada). Cruz cantonada de estrellas de 6 puntas en primer y segundo cantón. R: +GVINGAMP. Cabeza barbada irreconocible a la derecha. Datos metrológicos: 19 mm., 0,72 g. P.A. 1440 c. Dinero tornés de la Abadía de San Martín de Tours. Anónimo, s. XII. 7.- Dinero tornés anónimo (s. XII, hasta 1204). A: + TVRONVS CIVIS. Cruz inscrita en un círculo. R: +S(CS) MARTINVS. Castillo tornés con dos puntos. Datos metrológicos: 17 mm., 0,87 g. P.A. 1636 Cronología del conjunto monetario.

Poey d’Avant (1858) atribuye las monedas con leyenda “Fvlco” a Foulques IV (1060-1109) ó V (1109-1129), mientras que las emitidas en la villa de Guingamp se corresponden con un tipo inmovilizado que comenzó a acuñarse en tiempos del conde Esteban I de Penthièvre (1055-1137). Por último el dinero anónimo acuñado en Tours pudo emitirse entre comienzos

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del siglo XII y 1204, año de la conquista de Normandía por el monarca francés Felipe Augusto2.

Para obtener una cronología más precisa es preciso recurrir a la información que nos proporcionan los hallazgos donde aparecen estos tipos monetarios. Por ejemplo el de 289 monedas encontradas en Roma (Grantley & Lawrence, 1916), de las cuales 85 son peniques ingleses y el resto piezas continentales, la mayoría de Provins, y también diez piezas de Anjou de las cuales cinco presentan la leyenda “VRBS AIDCCSV” (como el ej. nº 1 del hallazgo de Lasarte), así como seis dineros de la Abadía de San Martín de Tours. La cronología de este tesoro en base a las emisiones inglesas es de una fecha próxima a 1189, es decir de finales del s. XII. Por otra parte, las monedas a nombre de FVLCO que aparecen en hallazgos aislados o tesorillos en Jerusalén, Trípoli, Kessab o Siria, pertenecen al s. XIII (Schulze & Schulze, 2003). En los tesoros de época de Felipe Augusto encontrados en el noroeste de Francia predominan las monedas de Guingamp, Anjou, Maine, Touraine y Orleans. Mientras en los textos manuscritos conservados de Normandía, Anjou y Maine, aparece citada frecuentemente la moneda angevina (como moneta publica), en ellos no se revela la importancia que tuvo la moneda de Guingamp, que sí aparece reflejada en los tesoros de la época3, muy frecuentes debido al conflicto armado entre Juan sin Tierra y Felipe Augusto, por el dominio de la zona en los primeros años del s. XIII (Yvon, 1970). Probablemente las emisiones de Guingamp se contabilizaron en la documentación bajo el término genérico de “angevinos”. Las monedas del hallazgo de Lasarte, si bien pueden ser consideradas como feudales francesas, en realidad fueron acuñadas para circular en un territorio controlado por el monarca inglés. Aunque las monedas feudales francesas estaban destinadas a tener una circulación local, en el caso de las monedas emitidas en el vasto territorio controlado por Inglaterra durante el siglo XII, las emisiones de las diferentes cecas situadas desde Bretaña (Guingamp) haste el Bearne (Morlas), circularon libremente por todo el territorio.

2 La acuñación de tipos inmovilizados durante largos períodos de tiempo es un hecho relativamente frecuente. En España el caso más singular en esta época es el dinero o pepión atribuido a Alfonso I el Batallador de la ceca de Toledo, que siguió acuñándose ininterrumpidamente desde comienzos del s. XI hasta al menos mediados del XIII (Rueda & Rueda, 1989). 3 Por ejemplo en el tesoro de Hottot-en-Auge (Calvados) de 4000 monedas, casi la mitad (1950 ejemplares) son dineros de Guingamp (Chautard, 1862; citado en Yvon, 1970).

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Enrique II de Inglaterra impuso en 1158 un único tipo monetario, perfeccionado en 1180 por Philippe Aimer, monedero de Tours, quien estableció un tipo de esterlín de mejor estilo, que se mantuvo invariable durante más de medio siglo, hasta 1247, ya en el reinado de Enrique III. Sin embargo en los dominios continentales del monarca inglés no existía una moneda propia de los Plantagenet, y la moneda oficial del rey de Inglaterra era el dinero angevino, tipo inmovilizado con monogramas de Foulques y Geoffroi en Anjou y a nombre de Herbert en Le Mans. El “angevino” aparece citado en la documentación en 1139 y es nombrado con frecuencia a partir de 1154 (Dumas, 1979). A diferencia de los esterlines con un contenido de 138 mg de plata (95% de pureza), las emisiones francesas de los dominios ingleses presentan valores muy inferiores, desde los 720 a 780 mg. de los morlaneses del Bearne, los 565 mg. de las emisiones de Le Mans, hasta los 266 a 319 mg. de los dineros acuñados en Bretaña, Penthièvre, Angers, Déols, La Marche o Turenne (Dumas, 1986).

A finales del s. XII y en los primeros años del s. XIII, el dinero angevino tenía el mismo valor que el dinero tornés, y un 2% más que el de Guingamp (Delisle, 1849). En el último cuarto del s. XII, los dineros torneses fueron los más importantes de los cinco tipos monetarios que circularon conjuntamente en los dominios franceses de los reyes de Inglaterra, que eran también duques de Normandía y condes de Anjou, Touraine y Maine. Los otros cuatro tipos eran los peniques ingleses de cruz corta, los mansoisinos y angevinos, acuñados como condes de Maine y Anjou y los de Guingamp (Spufford, 1989 pp. 199-200).

Tras la conquista del territorio, Felipe Augusto convirtió al dinero tornés de la Abadía de San Martín de Tours en la principal moneda real4, por el contrario el resto de las monedas locales, como los angevinos o las emisiones de Guingamp, no sobrevivieron a la caída de los Plantagenet en Normandía y dejaron de acuñarse. A pesar de que las monedas encontradas en Lasarte corresponden a tipos inmovilizados que se acuñaron a lo largo del siglo XII, la comparación con otros hallazgos nos permite ubicarlo en una fecha cercana al cambio de siglo, es decir alrededor del año 1200.

4 A partir de la conquista de Normandía, los dineros torneses llevan en el anverso el nombre del monarca francés “PHILIPVS REX”, manteniéndose el castillo tornés en el reverso con la leyenda “SCS MARTINVS”. El término “castillo tornés” utilizado para describir la imagen del reverso comienza a emplearse en 1850 por Fillon y en 1853 por Barthélemy.

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Posibles motivaciones de la presencia de estas monedas en la zona del hallazgo. Una vez fijada la cronología aproximada de las emisiones, queda una segunda pregunta por resolver, la motivación de la presencia de unas monedas procedentes de lugares tan lejanos.

Los datos documentales (Gautier, 1972, 1979) nos informan sobre la presencia de moneda angevina (del condado de Anjou), tornesa y melgoresa en el norte de la Península Ibérica5, datos que coinciden con los obtenidos de los hallazgos que guardan relación con los peregrinos europeos que recorrían el Camino de Santiago. Hay que tener en cuenta la frecuente presencia de pobladores francos en las ciudades del Camino de Santiago; por ejemplo en Oviedo en 1145 había dos merinos, uno para los “francos” y otro para los castellanos, y en Lugo, durante la segunda mitad del s. XII, existía una importante población de francos (Gautier, 1979).

Los hallazgos registrados de moneda medieval foránea se distribuyen entre la frontera francesa y Santiago de Compostela (Ibáñez, 1998), y en relación con las monedas encontradas en Lasarte, podemos destacar el hallazgo del barrio de Capiscol (Burgos), de seis dineros de la Abadía de San Martín de Tours y otros cinco angevinos a nombre de Foulques, monedas encontradas a flor de tierra en una zona donde existió un lazareto para peregrinos. Collantes (1951) sitúa la ocultación de estas monedas a comienzos del s. XIII. También en Orense apareció un tesorillo de dineros de la Abadía de San Martín de Tours (Osaba, 1954).

Cuantitativamente, el hallazgo más importante de moneda feudal francesa en el norte peninsular, tuvo lugar en noviembre de 1986 a seis kilómetros de Sahagún (León). Se trataba de un tesoro formado unas 450 monedas, que desgraciadamente fue dispersado y vendido a comerciantes franceses6. Este tesorillo componía probablemente la bolsa de un peregrino que había pasado, o procedía de Cluny, de donde viene la tercera parte de las monedas del tesoro, y la pérdida u ocultamiento se produjo en la segunda mitad del s. XII (Dhenin & Prot, 1996).

5 En 1192 una casa es vendida en Asturias por 100 “solidos aiovinos”, es decir por 1200 dineros angevinos (Gauthier, 1982). 6 El Gabinete de Monedas y Medallas de París pudo adquirir 23 ejemplares y consiguió información de este tesoro integrado por 140 a 150 dineros de la Abadía de Cluny, 10 dineros de Chalon, un óbolo de Etampes, 12 dineros de París, un óbolo de Romoratin, un dinero de Alain, duque de Bretaña, un óbolo de Guingamp, un óbolo de Melle, 50 a 60 barbarins de Limoges, otros tantos dineros de Lyon, 30 dineros de Vienne, 5 ó 6 dineros de Valence, unos 10 dineros y un óbolo de Suse, de Amadeo III, 10 dineros de Inglaterra, al menos 21 dineros normandos y tres dineros alemanes indeterminados.

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El poblado de Lasarte surgió en algún momento de la Edad Media en el punto de confluencia de varios ramales del Camino de Santiago, el procedente de Francia que llegaba hasta Hernani y el que venía de Navarra pasando por Urnieta (Orella et al., 1985). La población primitiva se asentaba en torno a la antigua ermita de San Pedro, que en 1569 se transformó en la actual iglesia parroquial. En esta zona se encontraba la “Torre de los Lasarte”, denominada más tarde como Oquendo, que fue la que dio nombre al pueblo y perduró hasta el siglo XIX. Por el momento no se ha encontrado en la zona ningún vestigio medieval.

Como conclusión, todos los datos parecen indicar que el hallazgo de Lasarte se corresponde con la pérdida de algunas monedas por parte de un peregrino, que procedente de la región norte del Loira, se dirigía a Santiago de Compostela hacia el año 1200. Bibliografía COLLANTES, E., 1951. “Nuevo hallazgo de monedas francesas en el Camino de Santiago”. Boletín de la Comisión Provincial de Monumentos Artísticos e Históricos. Institución Fernán González, Burgos. 114: p. 430. DELISLE L., 1849. “Des revenus publics en Normandie au douzième siècle”. Bibl. de l´ecole des chartes 10: pp. 173-210. DHENIN, M. & R. PROT, 1996. “Deniers normands dans un trésor espagnol” (XIIe siècle). Bull. Soc. Fr. Numismatique 51(4): pp. 75-79. DUMAS, F., 1979. “Les monnaies normandes (Xe-XIIe siècles) avec un répertoire des trouvailles”. Rev. Numism. 21: pp. 84-140. DUMAS, F., 1986. “La monnaie dans les domaines Plantagenêt”. Cahieres de civilisation médiévale 113/114: 53-59 pp. GAUTHIER, J., 1972. “Monnaies d'outre-Pyrénées dans le nord-ouest de la Péninsule ibérique, XIIe-XIIIe siècles”. Bulletin philologique et historique, année 1969 (Actes du 94e Congrés national des societés savantes tenu à Pau. Bibliothèque Nationale, París, 1972: 23 pp. GAUTHIER, J., 1979. Historia urbana de León y Castilla en la Edad Media (siglos IX-XIII), trad. Encarnación Pérez Sedeño, Madrid, Siglo XXI de España: 471 pp. GAUTHIER, J, 1982. “Aperçus sur la monnaie et les usages monétaires dans les Asturies, d'après la documentation de San Pelayo d'Oviedo (1043-1270)”. En la España Medieval (En memoria de Salvador de Moxó), 2: pp. 379-394. GRANTLEY, L. & L.A. LAWRENCE, 1918. “On a find of French deniers and English pennies of the Twelfth Century”. British Num. Soc. 14: pp. 39-46. IBÁÑEZ, M., 1998. “Monedas foráneas en época Medieval y Moderna”. Actas X Congr. Nac. Numismática. Albacete 28-31 Octubre 1998. Madrid, Museo Casa de la Moneda: pp. 129-171. ORELLA J. L., E. KORTADI, X. ARANBURU, P. SAIZ, J. A. CANTERO, A. CUESTA, A. BLANCO, M. F. IPARRAGUIRRE, J. ALDAZABAL, I. CENDOYA, S. ARAIZ, C. SEGUROLA, C. USOZ, I. HIDALGO, T. MENDIZABAL, T. FRESNILLO, V. HERRERO & M. DEL RÍO, 1985.

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“El Camino de Santiago en Guipúzcoa. De Zubernoa a Zalduendo”. Eusko Ikaskuntza, Cuadernos de Sección. Artes Plásticas y Monumentales 3: pp. 189-294. OSABA, B., 1954. “Tres tesorillos medievales. Briviesca, Muño, Ordejón de Abajo (Burgos)”. Numario Hispanico 3(5): pp. 87-97. POEY D'AVANT, F., 1858. Monnaies féodales de France. Premier volume. París: 367 pp. + 51 lám. RUEDA, M. & C. RUEDA, 1989 (1992). “La moneda medieval castellana: Problemática y propuesta de método de estudio”. III Congr. Arq. Medieval Española I: 43-68 pp. SCHULZE, I. & W. SCHULZE, 2003. “A coin hoard fron the time of the first Crusade, found in the Near East”. Rev. Numism. 159: pp. 323-353. SPUFFORD, P., 1989. Money and its Use in Medieval Europe. Cambridge Univ. Press. 484 pp. YVON, J., 1970. “Esterlins à la croix courte dans les trésors français de la fin du XIIe et de la première moitié du XIIIe siècle”. BNJ 39: pp. 24-60.

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Figura 1.- Localización del lugar del hallazgo y de las cecas emisoras

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Figura 2.- Monedas del hallazgo de Lasarte (Guipúzcoa).

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TESORILLO MEDIEVAL DE MONTE REAL, DIUSTES. (SORIA)

EDUARDO ALFARO1

CARLOS DE LA CASA2

Introducción3 Ya quedan lejos aquellos años de inicio de la arqueología medieval cristiana, que bien podríamos unir a las excavaciones de la necrópolis de la iglesia de San Miquel de Olerda4. Las últimas décadas han visto un extraordinario avance en las investigaciones y conocimiento de la arqueología medieval y muy especialmente del mundo funerario en la Península Ibérica, destacando el caso de Cataluña5, e igualmente en otras zonas6, pero no de una forma tan intensa y global como las citadas. Sin embargo, no podemos decir que haya sucedido lo mismo con otras disciplinas como la numismática cristiana del medievo. Cataluña ha marcado un hito con los trabajos de Anna María Balaguer y Miquel Crusafont, aunque centrados de forma casi exclusiva a ese territorio; en Aragón se dieron algunos pasos7 pero no se ha continuado en esa línea, y en Castilla y León la esperanza de lo que pudo ser un futuro esperanzador se frustró con la prematura muerte de la Dra. Mercedes Rueda8. Por eso creemos que toda aportación por pequeña, que sea, no sólo es necesaria sino imprescindible y más viniendo de tesorillos. No se olvide que los hallazgos de monedas han sido desde siempre una fuente de datos

1 Licenciado en Historia. Fundación Rd R-NS. [email protected] 2 Doctor en Historia. UNED. Soria. [email protected]. 3 Nuestra más sincera gratitud a don Hilario Pascual por poner las monedas a nuestra disposición, así como a don Alejandro Plaza y doña Ana Carillo por la realización de las fotografías. 4MOLIST, Nuria/RIPOLL, Gisela (2012). Arqueología funerària al nord-est peninsular (segles VI-XII). Barcelona. Vol. 1, pág. 13. 5MOLIST, Nuria/RIPOLL, Gisela (2012). Arqueología funerària al nord-est peninsular (segles VI-XII). Barcelona. 2 vols. 6AURELL, Jauma/PAVÓN, Julia (Editores). (2002). Ante la muerte. Actitudes, espacios y formas en la España medieval. Navarra. CASA, Carlos de la. (1991). Mundo funerario del medievo cristiano en Soria: estudio arqueológico de sus necrópolis. Barcelona. CASA, Carlos de la. (1992). Las necrópolis medievales de la provincia de Soria. Valladolid. LÓPEZ QUIROGA, Jorge. (2010). Arqueología del mundo funerario en la Península Ibérica. (siglos V-X). Madrid. 7 VV.AA. (1983). La moneda aragonesa. Mesa Redonda. Zaragoza. 8RUEDA, Mercedes. (1991). Primeras acuñaciones de Castilla y León. Salamanca.

GACETA NUMISMATICA

DICIEMBRE 2013186

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básicos para el conocimiento de la historia en general y para la monetaria en particular, como puso de manifiesto hace tiempo Balaguer9. Las investigaciones arqueológicas han ido aportando hallazgos sueltos de sumo interés. Muchos de ellos dentro de un contexto arqueológico determinado y esto han favorecido al conocimiento de las estructuras detectadas en Soria; el caso más evidente lo tenemos en Tiermes10. Por otra parte, existen hallazgos que no han sido dados a conocer, especialmente tesorillos, unas veces porque se han limitado a realizar las referencias de ellos caso del denominado tesorillo de Las Casas o de la carretera de Calahorra11, otros porque desaparecieron rápidamente. De ahí nuestra decisión de dar a conocer este conjunto de piezas, detectadas en el territorio denominado de Tierras Altas en la provincia de Soria, como hiciesen en su momento Sáez y Rueda con el tesorillo de Astudillo12. El trabajo se compone de tres partes: localización sobre el territorio del hallazgo, circunstancias y recuperación del mismo, catálogo y consideraciones finales sobre este conjunto de ciento cincuenta y siete monedas. Circunstancias del hallazgo

En la localización, recuperación y devenir de este tesorillo participaron un número no escaso de personas. El hecho de que fuesen muchos sus protagonistas y el que tuviese cierto eco en la comarca, máxime si tenemos en cuenta que parece ser que llegó a haber alguna reseña en la prensa provincial, en la riojana seguro, hizo que fuese un pequeño acontecimiento que estuvo en los corrillos comarcales durante el verano de los hechos, con la consiguiente distorsión que el boca a boca, el comentario, la opinión y la interpretación hicieron del caso.

Para aclarar las circunstancias contamos con tres fuentes. Una, la información directa de Hilario Pascual, cura de Villar del Río y depositario del conjunto de monedas que ha puesto a nuestra disposición y que aquí presentamos. La segunda de Félix Jiménez, natural de Santa Cruz de

9BALAGUER, Anna M. (1984). Estudio de los hallazgos como fuente de datos para la historia monetaria. Gaceta Numismática 74/75 III/IV, págs. 21-29. 10CASA, Carlos de la. (1984). Moneda medieval hispano-cristiana en Tiermes. Gaceta Numismática nº 74-75, III/IV. Págs. 177-197. CASA, Carlos de la (1991,1992). 11MATEU LLOPIS, Felipe. (1951). Hallazgos monetarios VI. Ampurias, XIII, pág. 232 12SÁEZ, Inmaculada/RUEDA, Mercedes. (1984). El Tesorillo de Astudillo. Gaceta Numismática nº 74-75, III/IV. Págs. 199-229.

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Yanguas y agente forestal aquellos años de Tierra Yanguas, que meses después tuvo a su cargo al maquinista que saca a la luz el tesorillo y del que recibió información directa del hallazgo. La tercera fuente es indirecta, Javier Ramírez, ingeniero de ICONA fallecido hace poco más de un año, que en la segunda mitad de los noventa es entrevistado por el equipo de arqueólogos de la empresa ARQUETIPO, entrevista que será la base de la ficha que consta en el Inventario Arqueológico de la Junta de Castilla y León con código 42-209-0003-01 y nombre ‘Monedas en el Monte 194’13.

Según don Hilario y Félix podemos casi asegurar que fue a principios del verano de 1970 (junio o primeros de julio) cuando, en el paraje conocido como el Robledo de Avellaneda, el maquinista que trazaba la pista forestal que hoy recorre las laderas meridionales de Monte Real y el operario de Montes que le acompañaba, detuvieron máquina y trabajo atraída su curiosidad por brillos de las monedas, resplandores salpicados entre la tierra y las rocas removidas por la pala. Todas las fuentes coinciden en señalar que las piezas debían estar depositadas en una bolsa o saquete, aunque no nos han podido aclarar si ésta fue una deducción a posteriori o reconocieron la misma sobre el terreno.

Esta parte del tesorillo localizado en un primer momento queda en manos de los responsables de Montes, quienes hacen un primer y rápido rastreo. Parece ser que inicialmente intentan vender las monedas, pero como no daban mucho por ellas reparten algunas entre los operarios –de las aparentemente menos valiosas, el vellón y el resto acabará en un cajón de las oficinas provinciales de Montes en Soria. Ahí estuvieron hasta el momento de las transferencias autonómicas en el que desaparece esta institución de ámbito nacional, quedándose las monedas uno de los ingenieros parece ser que en compensación por algún tipo de trabajo pendiente de cobro. Aquí se pierde la pista, posiblemente de forma definitiva, a la parte del tesorillo localizado inicialmente, el que consta en el inventario de la Junta de Castilla y León: unas 40 piezas de vellón y media docena de gran tamaño que se atribuyen a Pedro I.

La otra parte del tesorillo, la que aquí se presenta, es la que recoge Hilario Pascual, a quien informa y lleva al lugar del hallazgo Antonio, natural de Yanguas, en ese momento capataz de Montes encargado de supervisar la ejecución de la pista. A partir de julio de ese año, durante varios meses, hasta que se echa la zahorra y se apelmaza la pista, don Hilario subirá al lugar en numerosas ocasiones. Sin otra ayuda que un paletín y mucha paciencia, no había viaje –nos decía– que no bajase al menos media

13ARQUETIPO SCL., (1996-1997), Inventario arqueológico de las cuencas del Cidacos, Linares y Alhama. Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León.

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docena de monedas. Según comentaba todas aparecieron sobre la pista, en un largo de unos 50 metros, seguramente arrastradas por la pala. El grueso de piezas recuperadas por don Hilario son las que catalogamos aquí, al que hay que añadir las que regaló al capataz de Montes citado y a dos curas que entonces estaban en Yanguas, piezas estas que eran de las “gruesas”.

Con lo expuesto se puede concluir que de este tesorillo tenemos la evidencia de unas 200 piezas de vellón y en torno a una decena más “gruesas”. Una parte, extraviada, es fruto del momento de la localización y de los días inmediatos; de ella sabemos lo que consta en el Inventario Arqueológico de la Junta de Castilla y León. La segunda proviene de la intensa prospección que en los meses siguientes realiza don Hilario y a la que faltaría alguna moneda que dio a las personas que le ayudaron. No hay que descartar que otra u otras personas vinculadas al hallazgo recogiesen por su cuenta alguna moneda, cantidad que en cualquier caso no sería significativa sino más bien anecdótica, la excepción. E igualmente es normal pensar que más de una pieza se quedase en el lugar, aunque sabiendo lo minuciosa que fue la prospección de don Hilario, creemos que poco habría de variar en número a lo conocido. Territorio

El topónimo que da nombre al tesorillo, Monte Real, es la línea de montaña que de este a oeste separa la provincia de Soria (Castilla y León) de La Rioja. La vertiente norte para el riojano Camero Viejo, la sur Tierra de Yanguas. No obstante, tradicionalmente se han ampliado en ocasiones estos Cameros a la zona yangüesa14, sobre todo la del río Ostaza, afluente del Cidacos al que vierten las laderas meridionales de Monte Real a la altura de las aldeas de Diustes y Camporredondo.

Las cumbres de Monte Real son por tanto frontera norte de la vieja Comunidad de Villa y Tierra Yangüesa que parten en el oeste del Cerro Castillo (1.688 m), alcanzan su máxima altura dirección este en el Canto Hincado (1.761 m) para ir cayendo progresivamente en la misma dirección hasta hundirse en el lecho del Cidacos entre las barranqueras que separan la Villa de las tierras de Enciso (La Rioja). El tesorillo se localizó en su sector más elevado, las laderas sudeste del Canto Hincado, a 1.510 m de altura, unos 500 m al sur de la línea de cumbre (coordenadas UTM X 0549302 – Y 4664794).

14GOVANTES, A. C. de, 1846. Diccionario Geográfico-Histórico de España, por la Real Academia de la Historia Sección II. Comprende La Rioja o toda la provincia de Logroño y algunos pueblos de la de Burgos. pp. 44-45

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La Comunidad de Villa y Tierra de Yanguas coincide en lo geográfico con un espacio natural evidente, el valle de montaña que conforma el Cidacos en sus 20 primeros kilómetros, desde su nacimiento en Los Campos hasta adentrarse en una laberíntica sucesión de barrancos y serrijones que no se despejará hasta abrirse poco antes de alcanzar la vega de Arnedo. Estas duras barranqueras septentrionales –de las que Monte Real es precisamente el primer frente- no han supuesto un obstáculo en las relaciones, al contrario. Es el Cidacos río de la margen derecha del Ebro que nace en las laderas septentrionales del interfluvio Ebro-Duero (Montes Claros/Sierra de Alba), plena y profunda montaña de la Serranía Ibérica, entre Cebollera y el Moncayo. Aunque un tanto complicada, resulta ser una de las pocas rutas naturales entre la Meseta (llanura soriano-numantina) y La Rioja Baja. La situación de Yanguas, a la entrada de los barrancos en los que se encaja el Cidacos, así como el conocimiento y dominio de los tortuosos caminos que acompañan al río aguas abajo de la Villa, supone algo más que el control de un territorio, es la llave que permite el paso o cierra la puerta a quienes desde el altiplano soriano deseen alcanzar las vegas de Arnedo y Calahorra, la Rioja Baja, control que aparece explícito en su propio nombre y en la leyenda de su escudo “Ianuas de Val de Arneto”, Puertas de val de Arnedo15.

Además de esta ruta, esencial para comprender el origen de

Yanguas, nos interesan las que comunicaban con los vecinos Cameros. Importante era el llamado Camino Real, que por Diustes remontaba el Ostaza y trasponía al Camero Nuevo por el Cerro Castillo, ruta que se queda

15MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo. (1983). Las Comunidades de Villa y Tierra de la Extremadura Castellana. Madrid. Pág. 51.

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lejos del paraje del tesorillo, el Robledo de Avellaneda. Sí nos parece probable que pueda tener relación con un importante camino que partía de la Villavieja16, remontaba el río Masas y por el llamado Quinto de Santiago alcanzaba Monte Real para pasar a los Cameros. Cerca del Robledo de Avellaneda hubo de cruzarse este último con otro local que desde Camporredondo ascendía por el barranco Colajambre, atravesaba Monte Real y llegaba a Avellaneda de Cameros17. Próximo a este cruce de caminos, a unos 800 m al este del lugar del hallazgo, parece que existe en Camporredondo el vago recuerdo de una ermita. El topónimo es sugerente: Cerro Santo. Pero nada queda. Los mismos trabajos que provocaron la localización del tesorillo han eliminado tanto la ermita, arrasada por un cortafuego, como los caminos por la plantación de coníferas. Lo que hace un siglo fueron pastos con manchas leñosas hoy es un inmenso monte de coníferas en el que sólo se ven claros donde los canchales de rocas impidieron plantar pinos.

Existe una concordia de Yanguas con cuatro villas cameranas (Ajamil, Torremuña, Ravanera y San Román) en la que acuerdan una fórmula de respeto y limitaciones en el aprovechamiento común de pastos, así como reunirse todos los años por San Miguel para dirimir sus diferencias. Se especifica que dicha reunión debía hacerse en una ermita del término de Camporredondo, Santa María del Espinar. Nada se sabe de esta ermita. Por su emplazamiento en el viejo parcelario de Camporredondo, hoy absorbido por Diustes, ubicado además en la mitad superior de las laderas de Monte Real, lo que supone un reparto más equitativo de la distancia que debían salvar los representantes de cada villa, atrae la idea de asociar el Cerro Santo con esta ermita y la consiguiente reunión anual. Un enorme vacío humano entre miles y miles de hectáreas plantadas de pinos es el contexto actual del Robledo de Avellaneda, del Tesorillo de Monte Real, en el que sólo es posible imaginar el trazado de unos caminos y una ermita desaparecidos.

El territorio de Yanguas, extremadamente áspero y montañoso, empuja a pensar que fue un lugar de refugio y repliegue en los momentos difíciles de la Alta Edad Media. Parece que inicialmente estuvo en la órbita de los Banu Qasi de Tudela y Arnedo para, a lo largo del siglo X, entrar con los Cameros en la de los reyes de Pamplona. En el siglo XII, ya en la corona de Castilla, se incorpora al Señorío de Cameros recibiendo un año después sus fueros. Los conflictos entre los Señores de Cameros, en ese momento los 16Núcleo original de Yanguas, despoblado y desplazado en la actualidad unos 300 m. de la Villa. De él quedan en pie tan sólo la Iglesia de Santa María y la torre de San Miguel. 17TOLEDO TOLEDO, Manuel. (1995). Historia de la Villa y Tierra de Yanguas. Soria. Pág. 18.

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Haro, y Alfonso XI harán que a finales del siglo XIII pase a depender del poder real, enfrentado ahora a sus antiguos señores. La situación perdurará hasta que en 1.366 Enrique II concede Yanguas y los Cameros a uno de sus valedores para la obtención del trono, Juan Ramírez de Arellano, dependencia que se mantendrá ya durante todo el Antiguo Régimen.

Como decíamos al principio, la historia de la Comunidad de Villa y Tierra de Yanguas se ha fundido y confundido a veces con la de los Cameros, en la que las crestas de Monte Real son frontera y a la vez puente de unión. La razón principal, el vínculo durante muchos siglos de ambos territorios con un mismo señor, el Señor de Cameros. Fruto de ese trasiego humano entre el Camero Viejo y Tierra de Yanguas es el extravío o, más seguramente, la ocultación de unas monedas que su dueño no pudo volver a recoger. Como contexto político y social, décadas de conflictos entre el poder real y la nobleza, de problemas sucesorios, de guerras fronterizas entre Aragón y Castilla y, lo más cercano, décadas plagadas de desencuentros entre las vertientes de Monte Real, la norte del Señor de Cameros y la sur de la Comunidad de Villa y Tierra de Yanguas, en definitiva, décadas de profunda inestabilidad, de guerra civil18. Catálogo La descripción morfológica de las monedas integrantes de este tesorillo irá expuesta por orden cronológico de los monarcas a los que pertenecen. En primer lugar las correspondientes a Castilla y León y posteriormente a Aragón; al finalizar cada uno de los reinos se expondrán las piezas o fragmentos sin adscripción, pero que corresponden a esos territorios. En primer lugar les daremos un número correspondiente al orden en este catálogo, para continuar con una “sigla” compuesta por MR (Monte Real), So (Soria) y el número con que nos fueron entregadas por su propietario; tras la descripción del anverso (An) y reverso (Rv), incluidas las leyendas (Ley), aportaremos el peso, que ha sido obtenido en una balanza de precisión de más menos 0,05 gramos; el módulo (Mód), que se ha medido con un pie de rey de una precisión de de 0,05 mm; la conservación (Con) señalada de acuerdo al grado de desgaste de las piezas, siguiendo el criterio al uso; frustra (F), muy gastada (MG), bastante gastada (BG), algo gastada (AG), sin gastar (SG) y flor de cuño (FC), en los casos en que falta parte de la pieza o esta se haya visto modificada se ha explicado igualmente.

18DIAGO HERNANDO, Máximo. (2001) Evolución de las relaciones de poder en la región soriana durante el siglo XIV, El Siglo XIV. El Alba de una Nueva Era. Monografías Universitarias. Universidad Internacional Alfonso VIII. Soria. Págs.104-110.

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La dirección de los cuños (Pc) viene expresada por un numeral que define la posición del reverso sobre la numeración de la esfera del reloj. La ceca se expone igualmente, y cuando no se puede apreciar, pese a existir, la significamos con ---. Por último indicar que las referencias bibliográficas vienen expuestas por el apellido del primer autor, el número de página y el del catálogo. Al final de cada monarca la expresamos completa e igualmente al concluir el artículo.

CASTILLA Y LEÓN

Alfonso X (1252-1284) 1.- MR. So. 047.- Noven de vellón19. An: En el interior de una gráfila de ocho semicírculos castillo. Debajo un cuenco. Ley: + MONETA CASTELLE. Rv: En el interior de una gráfila de ocho semicírculos león a izquierda. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,64 gramos. Mód: 17 mm. PC: 6. Ceca: Cuenca. Con: AG. ÁLVAREZ, 37: 203. CAYÓN, 224. 1149. 2.- MR. So. 048.- Noven de vellón. An: En el interior de una gráfila de ocho semicírculos castillo. Debajo B. Ley: + MONETA CASTELLE. Rv: En el interior de una gráfila de ocho semicírculos león a izquierda. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,68 gramos. Mód: 18 mm. PC: 11. Ceca: Burgos. Con: AG. ÁLVAREZ, 36: 196. CAYÓN, 224: 1146.

MR.So. 048. Fotografía: Alejandro Plaza y Ana Carrillo 3.- MR. So. 076.- Noven de vellón. An: En el interior de una gráfila de ocho semicírculos castillo. Debajo cuenco. Ley: + MONETA CASTELLE. Rv: En el interior de una gráfila de ocho semicírculos león a izquierda. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,57 gramos. Mód: 16,5 mm. PC: 3. Ceca: Cuenca. Con: AG. ÁLVAREZ, 37: 2O3. CAYÓN, 224:1149. 19Cayón, con cierta reserva, habla de “noven o dinero burgalés. CAYON, Adolfo et alii. (2005). Las monedas españolas. Del tremis al euro. Del 411 a nuestros días. Madrid. Vol. I, pág. 224.

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MR.So. 076. Fotografía: Alejandro Plaza y Ana Carrillo 4.- MR. So. 092. Noven de vellón. An: En el interior de una gráfila de ocho semicírculos castillo. Debajo una L. Ley: + MONETA CA[S]TELLE. Rv: En el interior de una gráfila de ocho semicírculos león a izquierda. Ley: + ET L[E]GIONIS. Peso: 0,50 gramos. Mód: 16 mm. PC: 1. Ceca: León. Con: AG, recortada y falta un fragmento. ÁLVAREZ, 37: 205. CAYÓN, 224: 1150. 5.- MR. So. 095. Noven de vellón. An: En el interior de una gráfila de ocho semicírculos castillo. Debajo una T. Ley: + MONETA CASTE[L]LE. Rv: En el interior de una gráfila de ocho semicírculos león a izquierda. Ley: + ET [LE]GIONIS. Peso: 0,69 gramos. Mód: 18 mm. PC: 11. Ceca: Toledo. Con: AG, doblada una esquina. ÁLVAREZ, 36: 200. CAYÓN, 224: 1153. 6.- MR. So. 115. Noven de vellón. An: En el interior de una gráfila de ocho semicírculos castillo. Debajo una T. Ley: + MONE[TA CASTELLE]. Rv: En el interior de una gráfila de ocho semicírculos león a izquierda. Ley: [+ ET LE]GIONIS. Peso: 0,36 gramos. Mód: 17 mm. PC: 12. Ceca: Toledo. Con: MG, falta un fragmento. ÁLVAREZ, 36: 200. CAYÓN, 224: 1153. 7.- MR. So. 120. Noven de vellón. An: En el interior de una gráfila de ocho semicírculos castillo, debajo un cuenco. Ley: + MONETA CA[STE]LLE. Rv: En el interior de una gráfila de ocho semicírculos león a izquierda. Ley: + ET LEGIO[NI]S. Peso: 0,55 gramos. Mód: 17,5 mm. PC: 7. Ceca: Cuenca. Con: AG, falta un fragmento. ÁLVAREZ, 37: 203. CAYÓN, 224: 1149. 8.- MR. So. 068. Pepión de vellón20. An: En el interior de un círculo un castillo. Debajo B. Ley: + ALF REX CASTELLE. Rv: En el interior de un círculo león a izquierda. Ley: ET LEGIONIS. Peso: 0,70 gramos. Mód: 19 mm. PC: 7. Ceca: Burgos. Con: AG. ÁLVAREZ, 36: 189. CAYÓN: 223: 1115.

20Cayón lo denomina Pepión o ¿Dinero prieto? CAYÓN, Adolfo et alii. (2005).Op. cit. Vol I, pág. 223.

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9.- MR. So. 071. Pepión de vellón. An: En el interior de un círculo un castillo. Debajo S. Ley: + ALF REX CASTELLE. Rv: En el interior de un círculo león a izquierda. Ley: ET LEGIONIS Peso: 0,62 gramos. Mód: 19 mm. PC: 12. Ceca: Sevilla. Con: BG. ÁLVAREZ, 36: 190. CAYÓN, 223: 1124.

MR. So. 071. Fotografía: Alejandro Plaza y Ana Carrillo

Bibliografía

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Sancho IV 1284-1295 10.- MR.So.001. Cornado21 de vellón. An: Busto coronado del Rey a izquierda. Ley: SANC-II REX. Rv: Castillo con cruz sobre vástago, en la torre central una estrella a cada lado. Ley: +CASTELLE LEGIONES. Peso: 0,74 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 3. Ceca: dos estrellas. Con: AG. HEISS, 44:4. ÁLVAREZ, 39: 228. CAYÓN, 231: 1195.

MR.So. 001. Fotografía: Alejandro Plaza y Ana Carrillo 11.- MR.So.007 Cornado de vellón. An: Busto coronado del Rey a izquierda. Ley: SANC-II REX. Rv: Castillo con cruz sobre vástago. A un lado parece verse una B y al otro una estrella. Ley: + CASTELLE LEGIONIS.

21Cornado o Dinero Noven, según Cayón. CAYÓN, Adolfo et alii. (2005).Op. cit. Vol I, pág. 230.

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Peso: 0,61 gramos. Mód: 17 mm. P.C: 5. Ceca: Podría ser Burgos. Con: BG. HEISS, 44: 2. ÁLVAREZ, 39: 231. CAYÓN, 230: 1179. 12.- MR.So. 015. Cornado de vellón. An: Busto coronado del Rey a izquierda. Ley: [SA]NC-[II REX]. Rv: Castillo con cruz sobre vástago. A un lado no se aprecia y al otro una estrella. Ley: [+ C] AST [ELLE LEGI]O[NIS]. Peso: 0,54 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 12. Ceca: ---. Con: MG. HEISS, 44:4. ÁLVAREZ, 39: 228 Y 229. CAYÓN: 231: 1195. 13.- MR.So.032. Cornado de vellón. An: Busto coronado del Rey a izquierda. Ley: SANC-II RE[X]. Rv: Castillo con cruz sobre vástago. A un lado una venera y al otro una estrella. Ley: + CASTELLE LE[GIONIS]. Peso: 0,62 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 3. Ceca: Coruña. Con: BG. ÁLVAREZ, 39: 233. CAYÓN: 230: 1182. 14.- MR.So.039. Cornado de vellón. An: Busto coronado del Rey a izquierda. Ley: SANC- [II REX]. Rv: Castillo con cruz sobre vástago. T en la puerta. Ley: [+ CASTELLE] LEGIONIS Peso: 0,69 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 2. Ceca: Toledo. Con: MG. ÁLVAREZ, 40: 245. CAYÓN, 230-231: 1190-1191. 15.- MR.So.074. Cornado de vellón. An: Busto coronado del Rey a izquierda. Ley: SANC-II REX. Rv: Castillo con cruz sobre vástago. Ley: + CASTELLE LEGIONIS. Peso: 0,69 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 5. Ceca: Sin ceca. Con: MG. ÁLVAREZ, 39: 226. CAYÓN, 230: 1198. 16.- MR.So.078. Cornado de vellón. An: Busto coronado del Rey a izquierda. Ley: [SA]NC- II RE[X]. Rv: Castillo con cruces a ambos lados, debajo T. Ley: [+ CAS]TELLE LEGIONIS. Peso: 0,58 gramos. Mód: 17 mm. P.C: 1. Ceca: Toledo. Con: MG. ALVAREZ, 40: 245. CAYÓN: 230-231: 1190-1191. 17.- MR.So.086. Cornado de vellón. An: Busto coronado del Rey a izquierda. Ley: [SANC] - II RE[X]. Rv: Castillo. Ley: + CASTELLE LEGI[ONIS]. Peso: 0,85 gramos. Mód: 17 mm. P.C: 3. Ceca: ---. Con: MG. ÁLVAREZ, 39-40: 226-249. CAYÓN, 230-231: 1178-1198.

Bibliografía

ÁLVAREZ BURGOS, F. et alii. (1980). Catálogo general de la moneda medieval hispano-cristiana desde el siglo IX al XVI. Madrid. HEISS, Aloiss. (1867).Descripción general de las monedas hispano-cristianas. Desde la invasión de los árabes. Madrid. Vol. I. CAYÓN, Adolfo et alii. (2005). Las monedas españolas. Del tremis al euro. Del 411 a nuestros días. Madrid. Vol. I.

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Fernando IV (1295-1312) 18.- MR.So.003. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo de puntos. Debajo cuenco. Ley: + F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,74 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 9. Ceca: Cuenca. Con: BG. ÁLVAREZ, 43: 273. CAYÓN: 234: 1220. 19.- MR.So.005. Pepión de vellón. An: C castillo en el interior de un círculo de puntos. Debajo Lo. Ley: + F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,68 gramos. Mód: 19 mm. P.C:69. Ceca: Lorca. Con: BG. ÁLVAREZ, 43: 268. CAYÓN, 234: 1222

MR.So.005. Fotografía: Alejandro Plaza y Ana Carrillo 20.- MR.So.006. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo: cuenco. Ley: +F RE[X] CAS[TELLE]. Rv: León en el interior de un círculo. Ley: + ET [LEG] ION[IS]. Peso: 0,46 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 12. Ceca: Cuenca Con: MG. ÁLVAREZ, 42: 262. CAYÓN, 234: 1226. 21.- MR.So.008. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo T. Ley: +F REX CASTELLE. Rv: León en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,64 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 9. Ceca: Toledo. Con: BG, recortada en un borde. ÁLVAREZ, 42: 267A. CAYÓN: 234: 1225. 22.- MR.So.010. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo una venera. Ley: +F REX CASTELLE. Rv: León en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,62 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 12. Ceca: Coruña. Con: AG, recortado en un borde. ÁLVAREZ, 42: 267A. CAYÓN: 234: 1219. 23.- MR.So.011. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo un cuenco. Ley: +F [REX] CASTELLE. Rv: León en el interior de un crculo. Ley: + ET [LEGIO]NIS. Peso: 0,74 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 3. Ceca: Cuenca. Con: BG. ÁLVAREZ, 42: 264. CAYÓN: 234: 1220.

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24.- MR.So.012. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo cuenco deformado. Ley: +F RE[X CA]STELLE. Rv: León en el interior de un círculo. Ley: + ET L[EGIO]N]IS. Peso: 0,56 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 3. Ceca: Cuenca. Con: AG. ÁLVAREZ, 42: 262. CAYÓN, 234: 1220. 25.- MR.So.013. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Ley: +F REX CAS[TELLE]. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: [+ ET] LEGIO[NIS]. Peso: 0,72 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 11. Ceca: ---. Con: BG. ÁLVAREZ, 42: 262 y ss. CAYÓN, 234: 1217-1226. 26.- MR.So.016. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo una S. Ley: +F REX CA]STELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET L[EGIO]N]IS. Peso: 0,78 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 3. Ceca: Sevilla. Con: MG, falta un pequeño reborde. ÁLVAREZ, 42: 265-266. CAYÓN, 234: 1224. 27.- MR.So.019. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo un cuenco muy desgatado. Ley: +F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET L[EGIO]N]IS. Peso: 0,67 mm. Mód: 19 mm. P.C: 12. Ceca: Cuenca. Con: BG. ÁLVAREZ, 42: 262. CAYÓN: 234: 1220. 28.- MR.So.020. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo una T. Ley: +F R[EX C]ASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEG[IO]N]IS. Peso: 0,76 gramos. Mód: 16 mm. P.C: 11. Ceca: Toledo. Con: BG, recortado el borde. ÁLVAREZ, 42: 267A. CAYÓN, 234: 1225. 29.- MR.So.023. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo tres triángulos22. Ley: +F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,94 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 2. Ceca: ---. Con: BG. ÁLVAREZ, 43. CAYÓN, 234.

MR.So.023. Fotografía: Alejandro Plaza y Ana Carrillo

22 No hemos encontrado paralelo de ceca.

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30.- MR.So.024. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo una venera. Ley: +F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,79 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 11. Ceca: Coruña. Con: BG. ÁLVAREZ, 42: 269. CAYÓN, 234: 219. 31.- MR.So.025. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Ley: +F RE[X CAST]ELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIO[NIS]. Peso: 0,60 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 10. Ceca: ---. Con: MG, falta un fragmento. ÁLVAREZ, 42: 261y ss. CAYÓN, 234: 1217-1226. 32.- MR.So.026. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo una venera. Ley: +F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,76 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 10. Ceca: Coruña. Con: MG. ÁLVAREZ, 42: 269. CAYÓN, 234: 1219. 33.- MR.So.027. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo una T. Ley: +F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,65 gramos. Mód: 16 mm. P.C: 7. Ceca: Toledo. Con: MG. ÁLVAREZ, 42: 267A. CAYÓN, 234: 1225. 34.- MR.So.034. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo una T. Ley: +F REX CAST[ELLE]. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LE[GIO]NIS. Peso: 0,63 gramos. Mód: 20 mm. P.C: 9. Ceca: Toledo. Con: MG, falta un fragmento. ÁLVAREZ, 42: 261-269. CAYÓN, 234: 1225. 35.- MR.So.035. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo un cuenco. Ley: +F REX CAST[ELLE]. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Le: + ET [LEGI]ONIS. Peso: 0,54 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 9. Ceca: Cuenca. Con: AG, falta un fragmento. ÁLVAREZ, 42: 261-269. CAYÓN, 234: 1220. 36.- MR.So.037. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Ley: +F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0, 66 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 12. Ceca: ---. Con: MG, fragmentada. ÁLVAREZ, 42: 261-269. CAYÓN, 234: 1217-1226. 37.- MR.So.042. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo un B. Ley: +F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,67 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 12. Ceca: Burgos. Con: AG. ÁLVAREZ, 42: 261-269. CAYÓN, 234: 1217.

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38.- MR.So.044. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Ley: +F RE[X CASTEL]LE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,59 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 2. Ceca: ---. Con: An: F. Rev: MG. ÁLVAREZ, 42: 261-269. CAYÓN, 234: 1217-1226 39.- MR.So.049. Pepión de vellón. An. Castillo en el interior de un círculo. Debajo S. Ley: +F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,77 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 7. Ceca: Sevilla. Con: BG. ALVAREZ, 42: 265.

MR.S0.049. Fotografía: Alejandro Plaza y Ana Carrillo 40.- MR.So.051. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo tres puntos. Ley: + FREX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,80 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 2. Ceca: Segovia23. Con: BG. ÁLVAREZ, 43: 267. CAYÓN, 234: 1223. SÁEZ, 204-205. 41.- MR.So.052. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo tres puntos. Ley: + F[REX CAST]ELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEG[I]ONIS. Peso: 0,53 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 11. Ceca: Segovia24. Con: MG, falta un fragmento. ÁLVAREZ, 43: 267. CAYÓN, 234: 1223. SÁEZ, 204-205. 42.- MR.So.055. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo S. Ley: +F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,86 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 5. Ceca: Sevilla. Con: MG. ÁLVAREZ, 42: 265. CAYÓN, 234: 1224. 23 .- Álvarez y Sáez y Rueda atribuyen con reservas los tres puntos a Segovia. Cayón et alii, dan con seguridad los dos y los tres puntos a la ceca de Segovia. 24 .- Álvarez y Sáez y Rueda atribuyen con reservas los tres puntos a Segovia. Cayón et alii, dan con seguridad los dos y los tres puntos a la ceca de Segovia.

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43.- MR.So.056. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Ley: +F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,83 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 4. Ceca: ---. Con: MG. ÁLVAREZ, 42: 261 y ss. CAYÓN, 234: 1217-1226. 44.- MR.So.058. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo un cuenco, aplastado. Ley: +F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,67 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 9. Ceca: Cuenca. Con: MG. ÁLVAREZ, 42: 261-269. CAYÓN, 234: 1220. 45.- MR.So.060. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Ley: +F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,75 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 7. Ceca: ---. Con: BG. ÁLVAREZ, 43: 261-274. CAYÓN, 234: 1217-1226. 46.- MR.So.062. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo S. Ley: [+F REX] CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,59 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 11. Ceca: Sevilla. Con: MG. ÁLVAREZ, 42: 265-266. CAYÓN, 234: 1124. 47.- MR.So.063. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo tres puntos. Ley: + F[REX CAST]ELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEG[I]ONIS. Peso: 0,69 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 7. Ceca: Segovia25. Con: BG. ÁLVAREZ, 43: 267. CAYÓN, 234: 1223.

Mr. So.063. Fotografía: Alejandro Plaza y Ana Carrillo 48.- MR.So.064. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo cuenco, deformado. Ley: + F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,73 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 9. Ceca: ¿Cuenca?. Con: BG. ÁLVAREZ, 42: 262. CAYÓN, 234: 1220. 25 .- Álvarez y Sáez y Rueda atribuyen con reservas los tres puntos a Segovia. Cayón et alii, dan con seguridad los dos y los tres puntos a la ceca de Segovia.

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49.- MR.So.065. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo B. Ley: + F [R]EX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,67 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 2. Ceca: Burgos. Con: BG, falta un fragmento. ÁLVAREZ, 42: 263-4. CAYÓN, 234: 1217. 50.- MR.So.066. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Ley: + F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,64 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 2. Ceca: ---. Con: MG, falta un fragmento. ÁLVAREZ, 42: 261-274. CAYÓN, 234: 1217-1226. 51.- MR.So.067. Pepión de vellón. An. Castillo en el interior de un círculo. Debajo tres puntos. Ley: + F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,79 gramos. Mód: 18,5 mm. P.C: 9. Ceca: Segovia26. Con: AG, falta un fragmento. ÁLVAREZ, 43: 267. CAYÓN, 234: 1223. SÁEZ, 204-205. 52.- MR.So.069. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo cuenco. Ley: + F REX [CAS]TELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,62 gramos. Mód: 18. mm. P.C: 6. Ceca: Cuenca. Con: BG. ÁLVAREZ, 42: 262. CAYÓN, 234: 1220. 53.- MR.So.070. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo tres puntos27. Ley: + F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET [L]EGIONIS. Peso: 0,71 gramos. Mód: 19. mm. P.C: 11 Ceca: Segovia. Con: BG. ÁLVAREZ, 43: 267. CAYÓN, 234: 1223. SÁEZ, 204-205. 54.- MR.So.072. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Ley: + F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,70 gramos. Mód: 19,5. mm. P.C: 11. Ceca: Sin ceca. Con: MG. Los temas centrales prácticamente no se aprecian. ÁLVAREZ, 42: 261. CAYÓN, 234: 1226. 55.- MR.So.073. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Debajo T. Ley: + F REX CASTE[LL]E. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET [LE]GIONIS.

26Álvarez y Sáez y Rueda atribuyen con reservas los tres puntos a Segovia. Cayón et alii, dan con seguridad los dos y los tres puntos a la ceca de Segovia. 27Álvarez y Sáez y Rueda atribuyen con reservas los tres puntos a Segovia. Cayón et alii, dan con seguridad los dos y los tres puntos a la ceca de Segovia.

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Peso: 0,77 gramos. Mód: 19. mm. P.C: 11. Ceca: Toledo. Con: BG, le falta un fragmento. ÁLVAREZ, 42: 267A. CAYÓN, 234: 1225. 56.- MR.So.077. Pepión de vellón. An: Castillo en el interior de un círculo. Ley: + F REX [CASTELLE]. Rv: León a izquierda, en el interior de un círculo. Ley: + ET LEGI[ONIS]. Peso: 0,63 gramos. Mód: 19. mm. P.C: 10. Ceca: ---. Con: MG. ÁLVAREZ, 42-43: 261-274. CAYÓN, 234: 1217-1226. 57.- MR.So.083. Pepión de vellón. An: Un castillo en el interior de un circulo de puntos. Debajo creciente. Ley: + F RE[X] CASTELLE. Rv: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: + ET L[E]GIONIS Peso: 0,59 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 4. Ceca: Cuenca. Con: AG, falta un fragmento. ÁLVAREZ, 42: 272. CAYÓN, 234: 1221. 58.- MR.So.084. Pepión de vellón. An: Un castillo en el interior de un círculo de puntos. Debajo S. Ley: + F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: + ET LEGIONIS Peso: 0,76 gramos. Mód: 18,5 mm. P.C: 9. Ceca: Sevilla. Con: BG. ÁLVAREZ, 42-43: 265-266. CAYÓN, 234: 1224. 59.- MR.So.088. Pepión de vellón. An: Un castillo en el interior de un círculo de puntos. Debajo cuenco. Ley: + F REX CASTELLE. Rv: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: + ET LEGIONIS Peso: 0,65 gramos. Mód: 17,5 mm. P.C: 7. Ceca: Cuenca. Con: MG, falta un pequeño fragmento. ÁLVAREZ, 42: 262. CAYÓN, 234: 1220. 60.- MR.So.091. Pepión de vellón. An: Un castillo en el interior de un círculo de puntos. Debajo tres estrellas. Ley: + F REX CAS[TELLE]. Rv: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: + ET LEGIONIS Peso: 0,66 gramos. Mód: 17 mm. P.C: 7. Ceca: Segovia28. Con: BG, recortada. ÁLVAREZ, 43: 267. CAYÓN, 234: 1223. SÁEZ, 204-205. 61.- MR.So.098. Pepión de vellón. An: Un castillo en el interior de un círculo de puntos. Debajo B. Ley: + F REX CAS[TEL]LE. Rv: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: + ET LEGION[IS]. Peso: 0,63 gramos. Mód: 18,5 mm. P.C: 6. Ceca: Burgos. Con: MG, le falta un fragmento. ÁLVAREZ, 42:263-264. CAYÓN, 234: 1217.

28Álvarez y Sáez y Rueda atribuyen con reservas los tres puntos a Segovia. Cayón et alii, dan con seguridad los dos y los tres puntos a la ceca de Segovia.

89

62.- MR.So.099. Pepión de vellón. An: Un castillo en el interior de un círculo de puntos. Ley: + F R[EX CA]STELLE. Rv: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,81 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 12. Ceca: No se aprecia29. Con: MG, se encontraba fragmentada por la mitad. ÁLVAREZ, 42-43:262-274. CAYÓN, 234: 1217-1226. 63.- MR.So.107. Pepión de vellón. An: Un castillo en el interior de un círculo de puntos. Ley: + F RE[X CASTE]LLE. Rv: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: + E[T] LEGIONIS. Peso: 0,62 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 17. Ceca: No se aprecia30. Con: MG, se encontraba fragmentada por la mitad. ÁLVAREZ, 42-43:262-274. CAYÓN, 234: 1217-1226. 64.- MR.So.117. Pepión de vellón. An: Un castillo en el interior de un círculo de puntos. Debajo tres puntos. Ley: + F REX CAS[TELLE]. Rv: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: + ET LE[GIONIS]. Peso: 0,41 gramos. Mód: 14 mm. P.C: 6. Ceca: Segovia31. Con: MG, le falta dos fragmentos. ÁLVAREZ, 43:267. CAYÓN, 234: 1223. 65.- MR.So.118. Pepión de vellón. An: Un castillo en el interior de un círculo de puntos. Ley: + F RE[X CAST]ELLE. Rv: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: [+ ET L]EGIONIS. Peso: 0,44 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 3. Ceca: ---. Con: AG, falta media moneda. ÁLVAREZ, 42-43:261-274. CAYÓN, 234: 1217-1226. 66.- MR.So.126. Pepión de vellón. An: Un castillo en el interior de un círculo de puntos. Ley: [+ F] REX CAST[ELLE]. Rv: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: + ET LEG[IONIS]. Peso. 0,36 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 7. Ceca: ---. Con: MG, falta más de media moneda. ÁLVAREZ, 42-43:264-274. CAYÓN, 234: 1217-1226. Bibliografía ÁLVAREZ BURGOS, F. et alii. (1980). Catálogo general de la moneda medieval hispano-cristiana desde el siglo IX al XVI. Madrid. CAYÓN, Adolfo et alii. (2005). Las monedas españolas. Del tremis al euro. Del 411 a nuestros días. Madrid. Vol.

29 El material utilizado en la restauración tapa la zona donde debe estar la marca de ceca. 30 El material utilizado en la restauración tapa la zona donde debe estar la marca de ceca. 31 Álvarez y Sáez y Rueda atribuyen con reservas los tres puntos a Segovia. Cayón et alii. Dan con seguridad los dos y los tres puntos a la ceca de Segovia.

90

SÁEZ, Inmaculada/RUEDA, Mercedes. (1984). El Tesorillo de Astudillo. Gaceta Numismática nº 74-75, III/IV. Págs. 199-229.

Alfonso XI 1312-1350 67.- MR.So.004. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Ley: + A. REX [CAS] TEL[E]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: +[E]TLE[GIO]NIS Peso: 0,82 gramos. Mód: 19. P.C: 12. Ceca: ---. Con: BG. HEISS, 52: 12-14. ÁLVAREZ, 47: 310-318. CAYÓN, 240: 1256-1269. 68.- MR.So.014. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Debajo venera. Ley: + AL. [REX]. CAS[TELE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: + ET LEGIO[NIS]. Peso: 0, 77 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 12. Ceca: Coruña. Con: MG, falta un fragmento. HEISS, 53: 15. ÁLVAREZ, 47: 312. CAYÓN, 240: 1258-1259. 69.- MR.So.021. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Debajo L. Ley: [+ A.REX]. CASTEL[E]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Delante de la pata trasera, levantada, del león un pequeño círculo. Ley: + E[T LEGIO]NIS. Peso; 0,66 gramos. Mód:17 mm. P.C: 7. Ceca: León. Con: F. ÁLVAREZ, 47: 320. CAYÓN, 240: 1260. 70.- MR.So.028. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Debajo B. Ley: + A.REX . CASTELE. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,85 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 12. Ceca: Burgos. Con: MG. HEISS, 52: 13. ÁLVAREZ, 47: 311. CAYÓN: 240: 1256-1257. 71.- MR.So.029. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Sobre la torre derecha un pequeño círculo. Debajo L. Ley: + A. [REX. C]ASTELE. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Delante de la pata trasera levantada un pequeño círculo. Ley: +[ET LE]GIO[NIS]. Peso: 0,65 gramos. Mód: 16 mm. P.C: 6. Ceca: León. Con: MG, faltan fragmentos. ÁLVAREZ, 47: 320. CAYÓN, 240: 1260. 72.- MR.So.030. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Sobre la torre derecha un pequeño círculo. Debajo L. Ley: + A. REX. [CASTELE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Delante de la pata trasera levantada un pequeño círculo. Ley: +E[T LE]GIO[NIS]. Peso: 0, 68 gramos. Mód: 18,5 mm. P.C: 12. Ceca: León. Con: MG, recortada. ÁLVAREZ, 47: 320. CAYÓN, 240: 1260.

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73.- MR.So.031. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Debajo venera. Ley: + A. REX. CASTELE. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: + E[T LEGIONIS]. Peso: 0,64 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 9. Ceca: Coruña. Con: MG, recortada. ÁLVAREZ, 47: 312. CAYÓN, 1258-1259. 74.- MR.So.033. Noven de vellón An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Debajo venera. Ley: + [A]. REX CASTELE. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: +ET LEGI[ON]I[S]. Peso: 0, 64 gramos. Mód: 17 mm. P.C: 3. Ceca: Coruña. Con: BG, falta un pequeño fragmento. ÁLVAREZ, 47: 312. CAYÓN, 240: 1258-1259. 75.- MR.So.036. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Debajo venera. Ley: [+ A]. REX CAST[ELE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: +ET L[E]GIONIS. Peso: 0,71 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 2. Ceca: Coruña. Con: MG, falta un fragmento. HEISS, 53: 15. ÁLVAREZ, 47: 312. CAYÓN, 240: 1258-1259. 76.- MR.So.043. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Debajo venera. Ley: + A. REX CASTELE. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: +ET LEGIONIS. Peso: 0,71 gramos. Mód: 18,5 mm. P.C: 12. Ceca: Coruña. Con: MG, faltan pequeños fragmentos. HEISS, 53: 15. ÁLVAREZ, 47: 312. CAYÓN, 240: 1258-1259. 77.- MR.So.046. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Debajo ¿B? Ley: + A. REX [CASTELE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos, con una pequeña aspa en el ángulo inferior izquierdo. Ley: + [ET LEG]IONIS. Peso: 0,42 gramos. Mód: ---. P.C: 10. Ceca: Burgos. Con: MG, faltan fragmentos. HEISS, 52: 13. ÁLVAREZ, 47: 311. CAYÓN: 240: 1256. 78.- MR. So. 053. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Sobre la torre derecha un pequeño círculo. Debajo L. Ley: + A. REX [CASTELE]. Rv: León rampante a izquierda, circulillo delante de la pata trasera levantada, dentro de un cuadrado de puntos. Ley: + [ET LEG]IONIS. Peso: 0,80 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 3. Ceca: León. Con: MG. ÁLVAREZ, 47: 314. CAYÓN: 240: 1260. 79.- MR. So. 057. Noven de vellón. An. Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Sin ceca. Le: + A. REX CASTELE. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: +ET LEGIONIS. Peso: 0, 77 gramos. Mód: 19,5 mm. P.C: 2. Ceca: Sin ceca. Con: AG.

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HEISS, 52: 12-14. ÁLVAREZ, 47: 310. CAYÓN: 240, 1269.

MR. So.057. Fotografía Alejandro Plaza y Ana Carrillo 80.- MR.So.061. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Debajo en la puerta T. Ley: [+ A.] REX CASTELE. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: +ET LEGIONIS. Peso: 0,76 gramos. Mód: 17 mm. P.C: 3. Ceca: Toeldo. Con: BG, recortada. HEISS, 55: 14. ÁLVAREZ, 47: 308. CAYÓN, 240: 1268. 81.- MR.So.075. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Debajo B. Ley: [+ A.] REX CASTELE. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. En la parte inferior izquierda de este un aspa. Ley: +E[T LE]GIONIS. Peso: 0,57 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 1. Ceca: Burgos. Con: MG. HEISS, 52: 13. ÁLVAREZ, 47: 311. CAYÓN, 240: 1256-1257. 82.- MR.So.082. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Debajo y dentro del castillo T. Ley: + A. REX [CASTELE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos, aspa en la parte inferior izquierda. Ley: +ET LEGIONIS]. Peso: 0,65 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 5. Ceca: Toledo. Con: MG. Esta fragmentada y faltan algunos trozos. HEISS, 53: 14. ÁLVAREZ, 47: 318. CAYÓN, 240: 1268. 83.- MR.So.087. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Debajo B. Ley: + A. REX CASTE[LE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos, aspa en la parte inferior izquierda. Ley: +ET LEGIONIS. Peso: 0,61 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 6. Ceca: Burgos. Con: MG, falta un fragmento. HEISS, 52: 13. ÁLVAREZ, 47: 311. CAYÓN, 240: 1256-1257. 84.- MR.So.094. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Debajo T, dentro del castillo. Ley: [+ A.] REX CASTELE. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos, aspa en la parte inferior izquierda del mismo. Ley: + E[T LE]GIONIS. Peso: 0,83 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 11. Ceca: Toledo. Con: MG, recortada. HEISS, 53: 14. ÁLVAREZ, 47: 318. CAYÓN, 240: 1268.

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85.- MR.So.105. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos, debajo B. Ley: [+ A. REX] CAS[TELE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: +E]T [LEGI[ON[IS]. Peso: 0,59 mm. Mód: 18. P.C: 11. Ceca: Burgos. Con: MG, falta un fragmento. HEISS, 53: 13. ÁLVAREZ, 47: 311. CAYÓN, 240:1256-1257 86.- MR.So.106. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos, debajo L. Ley: [+ A. REX] CA]STELE. Rv: León rampante a izquierda, un círculo pequeño en la pata trasera levantada, dentro de un cuadrado de puntos. Ley: +ET LEGION[IS]. Peso: 0,54 gramos. Mód: 18mm. P.C: 12. Ceca: León. Con: MG32 y le falta un fragmento. HEISS, 52: 12-14. ÁLVAREZ, 47: 314. CAYÓN, 324:1260. 87.- MR.So.119. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos, debajo en la puerta T. Ley: + A. REX CA[STELE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: + [ET LEGI]ONI[S]. Peso: 0,65 gramos. Mód: 17,5 mm. P.C: 11. Ceca: Toledo. Con: F y le falta media moneda. HEISS, 53: 14. ÁLVAREZ, 47: 318. CAYÓN, 240:1269. 88.- MR.So.125. Noven de vellón. An. Castillo en el interior de un cuadrado de puntos, debajo venera. Ley: [+ A]. REX CAS[TELE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: + ET LEG[IONIS]. Peso: 0, 47 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 5. Ceca: Coruña. Con: BG, falta casi media moneda. ÁLVAREZ, 47: 312. CAYÓN, 240:1258-1259. 89.- MR.So.129. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Ley: + A. [REX CASTE]LE. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: + ET LE[GIONIS]. Peso: 0,34 gramosa. Mód: ---. P.C: 10. Ceca: ---. Con: MG, sólo se conserva un fragmento de media moneda. HEISS, 52: 12-14. ÁLVAREZ, 47: 310-318. CAYÓN, 240:1256-1269. 90.- MR.So.136. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Ley: + A. R[EX CASTELE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: [+ E]T LE[GIONIS]. Peso: 0,44 gramos. Mód: ---. P.C: 7. Ceca: ---. Con: MG, sólo se conserva un fragmento de media moneda. HEISS, 52: 12-14. ALVAREZ, 47: 310-318. CAYÓN, 240:1256-1269.

32El material utilizado en la restauración tapa la zona donde debe estar la marca de ceca.

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91.- MR.So.138. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos, debajo T en la puerta. Ley: + A. REX CAS[TELE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: + E[T LEGIO]NIS. Peso: 0,75 gramos. Mód: 16 mm. P.C: 12. Ceca: Toledo. Con: F. HEISS, 53: 14. ÁLVAREZ, 47: 318. CAYÓN, 240:1258. 92.- MR.So.139. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos, debajo venera. Ley: + A. REX CASTELE. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0.78 gramos. Mód: 18,5 mm. P.C: 7. Ceca: Coruña. Con: BG. ÁLVAREZ, 47: 312. CAYÓN, 240:1258-1259. 93.- MR.So.140. Noven de vellón. An. Castillo en el interior de un cuadrado de puntos con un pequeño círculo sobre la torre derecha. Debajo L. Ley: + A. REX CASTELE. Rv: León rampante a izquierda con un circulillo delante de la pata trasera que va levantada, dentro de un cuadrado de puntos. Ley: + ET LEGIONIS. . Peso: 0,97 gramos. Mód: 18,5 mm P.C: 9. Ceca: León. Con: AG. ÁLVAREZ, 47: 314. CAYÓN, 240:1260. 94.- MR.So.141. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos, debajo T en la puerta. Ley: + A. REX CAS[TELE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: + E[T LEGIO]NIS. Peso: 0,79 gramos. Mód: 17 mm. P.C: 12. Ceca: Toledo. Con: MG. HEISS, 53: 14. ALVAREZ, 47: 318. CAYÓN, 240:1268. 95.- MR.So.142. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado, debajo T en la puerta. Ley: + A. REX [CASTELE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado. Ley: + ET L[EGIONIS]. Peso: 0,73 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 3. Ceca: Toledo. Con: F, recortada. HEISS, 53: 14. ÁLVAREZ, 47: 318. CAYÓN, 240:1268. 96.- MR.So.143. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado, un pequeño círculo sobre la torre derecha. Debajo L. Ley: + A. REX CAS[TELE]. Rv: León rampante a izquierda, delante de la pata trasera levantada un circulillo, dentro de un cuadrado. Ley: + E[T] LEGIONIS. Peso: 0,61 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 11. Ceca: León. Con: AG, le falta un pequeño fragmento. ÁLVAREZ, 47: 314. CAYÓN, 240:1260. 97.- MR.So.144. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado, Debajo T en la puerta. Ley: + A. [REX CASTELE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado. Ley: + ET [LEGIONIS]. Peso: 0,73 gramos. Mód: 17 mm. P.C: 1. Ceca: Toledo. Con: MG, recortada. HEISS, 53: 14. ÁLVAREZ, 47: 318. CAYÓN, 240:1268.

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98.- MR.So.145. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado. Ley: + A. REX CAS[TE]LE. Rv: León a izquierda dentro de un cuadrado. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,68 gramos. Mód: 18,5 mm. P.C: 6. Ceca: Sin ceca. Con: MB, faltan algunos pequeños fragmentos. HEISS, 53: 14. ÁLVAREZ, 47: 310. CAYÓN, 240:1269. 99.- MR.So.146. Noven de vellón. An: Castillo, sobre la torre lateral derecha un circulillo, en el interior de un cuadrado, debajo L. Ley: + A. REX CASTELE. Rv: León rampante a izquierda, delante de la pata trasera levantada un pequeño círculo, dentro de un cuadrado. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,62 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 6. Ceca: León. Con: MG. HEISS, 52: 12-14. ÁLVAREZ, 47: 314. CAYÓN, 240:1260.

MR. So.146. Fotografía: Alejandro Plaza y Ana Carrillo

100.- MR.So.147. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado. Ley: + A. REX CASTELE. Rv: León a izquierda dentro de un cuadrado. Ley: [+ ET LE]GIONIS. Peso: 0,84 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 12. Ceca: ---. Con: MG. HEISS: 52: 12-14. ÁLVAREZ, 47-48: 310-323. CAYÓN, 240:1256-1268. 101.- MR.So.148. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado, debajo T en la puerta. Ley: [+ A]. REX [CASTELE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado. Ley: [+ ET LEGI]ONIS. Peso: 0,90 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 3. Ceca: Toledo. Con: F, recortada. HEISS, 53: 14. ÁLVAREZ, 47: 318. CAYÓN, 240: 1268. 102.- MR.So.149. Noven de vellón. An: Castillo, sobre la torre lateral derecha un circulillo, el interior de un cuadrado, debajo L. Ley: + A. REX CASTELE. Rv: León rampante a izquierda, delante de la pata trasera levantada un pequeño círculo, dentro de un cuadrado. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,80 gramos. Mód: 18,50 mm. P.C: 3. Ceca: León. Con: BG. HEISS: 52: 12-14. ÁLVAREZ, 47: 314. CAYÓN, 240:1260.

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MR. So.149. Fotografía: Alejandro Plaza y Ana Carrillo 103- MR.So.150. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado, debajo B. Ley: + A. [R]EX CASTELE. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado, en la parte inferior izquierda una pequeña aspa. Ley: + ET LEGIONIS. Peso: 0,67 gramos. Mód: 18,50 mm. P.C: 3. Ceca: Burgos. Con: BG, algo recortada. ÁLVAREZ, 47: 314. CAYÓN, 240:1260. 104.- MR.So.151. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado, debajo S tumbada. Ley: + A. REX CASTELE. Rv: León a izquierda dentro de un cuadrado. Ley: +[ ET LEGI]ONIS. Peso: 0,74 gramos. Mód: 17 mm. P.C: 7. Ceca: Sevilla. Con: MG, casi F. ÁLVAREZ, 47: 316. CAYÓN, 240:1262. 105.- MR.So.152. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado, debajo T en la puerta. Ley: + A. REX [CASTELE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado. Ley: + ET LEGI[O]NIS. Peso: 0,67 gramos Mód: 19 mm. PC: 3. Ceca: Toledo. Con: BG, recortada. HEISS: 52: 12-14. ÁLVAREZ, 47: 318. CAYÓN, 240:1258.

MR. So.152. Fotografía: Alejandro Plaza y Ana Carrillo. 106.- MR.So.153. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos, debajo B. Ley: + A. [REX CAST]ELE. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos, en la parte inferior izquierda una aspa pequeña. Ley: +ET LEGIONIS. Peso: 0,80 gramos. Mód: 17mm. P.C: 2. Ceca: Burgos. Con: MG, recortada. ÁLVAREZ, 47: 314. CAYÓN, 240:1260. 107.- MR.So.154. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado, debajo L. Ley: + A. REX CASTELE. Rv: León rampante a izquierda con un círculo pequeño delante de la pata trasera levantada del animal, dentro de un cuadrado. Ley: + ET LEGIONIS.

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Peso: 0,73 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 3. Ceca: León. Con: BG. ÁLVAREZ, 47: 314. CAYÓN, 240:1260. 108- MR.So.155. Noven de vellón. An: Castillo en el interior de un cuadrado de puntos, debajo B. Le: + A. REX CAS[TELE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos, en la parte inferior izquierda una pequeña aspa. Ley: +ET LEGIONIS. Peso: 0,77 gramos. Mód: 17. P.C: 1. Ceca: Burgos. Con: BG, recortada. HEISS: 52: 13. ÁLVAREZ, 47: 311. CAYÓN, 240:1256-1257. 109.- MR.So.040. Cornado de vellón. An: Busto coronado del rey a izquierda. Ley: + ALFO-[NS] REX. Rv: Castillo de tres torres, junto a la torre derecha S. Ley: [+ CASTELLE ET LEGIONIS]. Peso: 0,70 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 9. Ceca: Sevilla. Con: MG. HEISS: 53: 15. ÁLVAREZ, 45: 288. CAYÓN, 239: 1250-1252.

MR.So.040. Fotografía: Alejandro Plaza y Ana Carrillo. 110.- MR.So.079. Cornado de vellón. An: Busto coronado del rey a izquierda dentro de una gráfila de puntos, que le separa de la leyenda. Ley: + ALFONSVS DO [GRA R]. Rv: Castillo de tres torres, debajo ¿concha o venera? Ley: + CASTEL[E ET LEGIO]NIS. Peso: 0,62 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 7. Ceca: Coruña. Con: BG, recortada y falta un fragmento. HEISS: 53.15. ÁLVAREZ, 46: 305. CAYÓN, 239: 1237-1238. 111.- MR.So.100. Cornado de vellón. An: Busto coronado del rey a izquierda, la corona y el manto llega a los bordes de la moneda. Ley: [+ ALFO]S [REX]. Rv: Castillo de tres torres, la central más alta ocupando el campo. Debajo T en la puerta. Ley: [+ CASTELLE] ET LEG[IONIS]. Peso: 0,55 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 11. Ceca: Toledo. Con: MG, le falta varios fragmentos. HEISS: 53.14. ÁLVAREZ, 45: 298. CAYÓN, 238:1253. 112.- MR.So.101. Cornado de vellón. An: Busto coronado de frente del rey dentro de una gráfila de puntos, excepto la corona y el manto que llega a los bordes de la moneda. Ley: [AL]FOSV REX. Rv: Castillo de tres torres dentro de una gráfila, debajo A. Ley: [+ ALF]ONSVS REX [CASTEL]. Peso: 0,88 gramos. Mód: 20 mm. P.C: 12. Ceca: Ávila. Con: MG, le falta un fragmento. HEISS: 53.16. ÁLVAREZ, 46: 307. CAYÓN, 239:1255.

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113.- MR.So.124. Cornado de vellón. An: Busto coronado del rey a izquierda, la corona llega al borde de la moneda.. Ley [+ ALFONS] REX. Rv: Castillo de tres torres, la central más alta ocupa el campo, debajo L. Ley: [+ CASTELLE] ET LEGIONIS. Peso: 0,43 gramos. Mód: 16 mm. P.C: 5. Ceca: León. Con: MG, le falta media moneda. HEISS: 52: 9. ÁLVAREZ, 45: 289-290. CAYÓN, 238:1243. Bibliografía ÁLVAREZ BURGOS, F. et alii. (1980). Catálogo general de la moneda medieval hispano-cristiana desde el siglo IX al XVI. Madrid. HEISS, Aloiss. (1867). Descripción general de las monedas hispano-cristianas. Desde la invasión de los árabes. Madrid. Vol. I. CAYÓN, Adolfo et alii. (2005). Las monedas españolas. Del tremis al euro. Del 411 a nuestros días. Madrid. Vol. I.

Pedro I (1350-1368) 114.- MR.So.054. Cornado de Vellón. An: Busto coronado del rey de frente en el interior de una gráfila. La corona y el manto quedan fuera. Ley: [PE]TRV-S REX. Rv: Castillo de tres torres, en el interior de una gráfila de puntos, debajo una B. Ley: + PE]TRVS REX CASTELLE. Peso: 0,60 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 12. Ceca: Burgos. Con: MG. Falta un pequeño fragmento. HEISS, 58:9. ÁLVAREZ, 52: 351-352. CAYÓN: 248: 1301-1302

MR. So.054. Fotografía: Alejandro Plaza y Ana Carrillo

115.- MR.So.059. Cornado de Vellón. An: Busto coronado del rey de frente en el interior de una gráfila. La corona y el manto quedan fuera. Ley: [PETRV]-S REX. Rv: Castillo de tres torres, en el interior de una gráfila de puntos. Ley: + [PE]TRVS REX CASTELLE. Peso: 0,84 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 12. Ceca: ---. Con: MG, recortada y falta un fragmento. HEISS, 58: 9. ÁLVAREZ, 52: 351-355. CAYÓN: 248: 1301-1303. 116.- MR.So.085. Cornado de Vellón. An: Busto coronado del rey de frente en el interior de una gráfila. La corona y el manto quedan fuera. Ley: PETRV-S REX. Rv: Castillo de tres torres en el interior de una gráfila de puntos, debajo una venera. Ley: + PETRVS [RE]X CASTELLE.

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Peso: 0,76 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 3. Ceca: Coruña. Con: MG, falta un fragmento. HEISS, 58: 9. ÁLVAREZ, 52: 353. CAYÓN. 248: 1303. Bibliografía ÁLVAREZ BURGOS, F. et alii. (1980). Catálogo general de la moneda medieval hispano-cristiana desde el siglo IX al XVI. Madrid. CAYÓN, Adolfo et alii. (2005). Las monedas españolas. Del tremis al euro. Del 411 a nuestros días. Madrid. Vol. I. HEISS, Aloiss. (1867). Descripción general de las monedas hispano-cristianas. Desde la invasión de los árabes. Madrid. Vol. I.

SIN IDENTIFICACIÓN SEGURA33

117.- MR.So.137. Noven de vellón de Alfonso X. An: en el interior de un lóbulo un castillo. Debajo cuenco. Ley: [+ ALF REX CA]STELLE. Rv: En el interior de un lóbulo círculo león a izquierda. Ley: + : ET [LEGIONI]S Peros: 0,32 gramos. Mód: ---. PC: 3. Ceca: Burgos. Con: MG. Sólo se conserva un pequeño fragmento. ÁLVAREZ, 36: 203. CAYÓN, 224:1149. 118.- MR.So.089. Pepión de vellón de Fernando IV. An: Un castillo en el interior de un círculo de puntos. Ley: + [F REX CAS]TELLE. Rv: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: + ET LEGIO[NIS]. Peso: 0,75 gramos. Mód: 17. mm. P.C: 7. Ceca: ---. Con: F, falta un fragmento. ÁLVAREZ, 42-43:261-274. CAYÓN, 234: 1217-1226. 119.- MR.So.090. Pepión de vellón de Fernando IV. An: Un castillo en el interior de un círculo de puntos. Debajo T. Ley: [+ F REX CAST]ELLE. Rv: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: + [ET LE]G[I]ONIS Peso: 0,46 gramos. Mód: 16,5 mm. P.C: 1. Ceca: Toledo. Con: MG. ÁLVAREZ, 43:267A. CAYÓN, 234: 1217-1226.. 120.- MR.So.096. Pepión de vellón de Fernando IV. An: Un castillo en el interior de un círculo de puntos. Debajo un menguante. Ley: + [F] REX CASTE]LLE. Rv: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: + [ET L]EGIONIS Peso: 0,61 gramos. Mód: 19 mm. P.C:9. Ceca: Cuenca. Con: BG, falta un fragmento ÁLVAREZ, 42:262. CAYÓN, 234: 1121. 121.- MR.So.097. Pepión de vellón de Fernando IV. An: Un castillo en el interior de un círculo de puntos. Debajo una ¿Lo? Ley: [+ F] R]EX CASTLL[E]. Rev: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: + ET LEG[IONIS].

33Incluimos en este apartado una serie de monedas sobre las que no tenemos una seguridad plena de filiación, aunque esta es muy alta.

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Peso: 0,65 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 5. Ceca: ¿Lorca?. Con: AG, falta un fragmento. ÁLVAREZ, 43:268. CAYÓN, 234: 1222. 122.- MR.So.116. Pepión de vellón de Fernando IV. An: Un castillo en el interior de un círculo de puntos. Ley: CASTEL. Rv: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: + ET IS. Peso: 0,33 gramos. Mód.19 mm. P.C: 5. Ceca: ---. Con: MG, faltan dos fragmentos. 123.- MR.So.156. Noven de vellón de Alfonso XI. An. Castillo en el interior de un cuadrado de puntos. Debajo B. Ley: [+ A. REX] CAS[TELE]. Rv: León rampante a izquierda dentro de un cuadrado de puntos. Ley: + [E]T [LEGION]IS. Peso: ---. Mód: ---. P.C: ---. Ceca: Burgos. Con: MG, sólo se conserva un pequeño fragmento. HEISS: 52: 12-14. ÁLVAREZ, 47: 311. CAYÓN: 240: 1256-1257. 124.- MR.So.113. Dinero de vellón de Alfonso XI. An: Castillo inscrito en una gráfica lobular Ley: GR-. Rv: León rampante a izquierda inscrito en una gráfica lobular. Le: LEGIO Peso: 0,37 gramos. Mód: 18 mm. PC: 12. Ceca: ---. Con: Frustra y sólo se conserva media moneda. 125.- MR. So. 080. Cornado de vellón de Juan I. An: Busto coronado del rey a izquierda. Ley: IO[HANIS REX]. Rev: Castillo de tres torres. Debajo una ¿estrella? Ley: [+ CASTE]LLE E LEGIONIS. Peso: 0,67 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 6. Ceca: ¿Sevilla? Con: MG. CAYÓN, 268: 1453. 126.- MR.So.114. Pepión de vellón de Alfonso X o Fernando IV. An: Un castillo en el interior de un círculo de puntos. Ley: REX CA. Rev: León a izquierda en el interior de un círculo de puntos. Ley: + ET IONIS. Peso: 0,67 gramos. Mód: 18,5 mm. P.C: 9. Ceca: ---. Con: MG, falta un fragmento.

MONEDAS, SIN IDENTIFICAR, DE CASTILLA Y LEÓN34

127.- MR.So.022. Fragmento de moneda de vellón de muy fino cospel. En el anverso un castillo en el interior de un círculo. En el reverso un león a izquierda inscrito en un círculo. Peso: 0,42 gramos. Su estado de conservación muy gastado. 128.- MR.So. 041. Fragmento de moneda de vellón de fino cospel. En el anverso un castillo en el interior de un cuadrado y en el reverso igualmente inscrito un león a izquierda. Peso: 0,56 gramos. Estado de conservación F. 129.- MR.So.045. Fragmento de cornado de vellón de fino cospel. En el anverso busto coronado del rey a izquierda y en el reverso castillo de tres torres. En la puerta una T. Peso: 0,51 gramo. PC: 12. Estado conservación: muy malo y apenas se conserva media moneda. 130.- MR.So.050. Fragmento de cornado de vellón de fino cospel. En el anverso busto coronado del rey a izquierda y en el reverso castillo de tres torres. En la puerta

34 .- Monedas correspondientes a monarcas castellanos, pero sin poder adscribirse a ninguno por su estado de conservación y/o fragmentación

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una T. Peso: 0,51 gramo. PC: 12. Estado conservación: muy malo y apenas se conserva media moneda. 131.- MR.So.081. Fragmento de cornado de vellón de fino cospel. En el anverso busto coronado del rey a izquierda y en el reverso castillo de tres torres. Ley: No se puede leer bien. Peso: 0,70 gramos. PC: 3. Conservación muy mala, falta un fragmento. 132.- MR.So.108. Fragmento de moneda de vellón de fino cospel. En el anverso y en el interior de un cuadrado un castillo de tres torres. En el reverso y en el interior de la misma figura un león. Peso: 0,63 gramos P.C: 2. Sin ceca. Estado frustra. 133.- MR.So.109. Fragmento de moneda de vellón de fino cospel. En el anverso se aprecia un castillo en el interior de un cuadrado. En el reverso un león en el interior de la misma figura e igualmente se percibe la leyenda: NIS. Peso: 0,44 gramos. Estado de conservación: frustra, sólo se conserva media pieza. 134.- MR.So. 110. Fragmento de moneda de vellón de fino cospel. En el anverso se aprecia un castillo en el interior de un cuadrado. En el reverso un león en el interior de la misma figura e igualmente se percibe la leyenda: GIONIS. Peso: 0,49 gramos. Estado de conservación: frustra, sólo poseemos media pieza. 135.- MR.So.111. Fragmento de moneda de vellón de fino cospel. En el anverso se aprecia un castillo en el interior de un cuadrado. En el reverso un león en el interior de la misma figura. Sólo se aprecia +. Peso: 0,37 gramos. Estado de conservación: frustra. 136.- MR.So.112. Fragmento de moneda de vellón de fino cospel. En el anverso se aprecia un castillo en el interior de un cuadrado. En el reverso un león en el interior de la misma figura. Peso 0,28 gramos. Estado de conservación F, apenas media pieza. 137.- MR.So.121. Moneda de vellón de muy fino cospel. En el anverso un castillo en el interior de un círculo y en el reverso un león a izquierda inscrito en un círculo. Peso: 0,43 gramos. Su estado de conservación muy gastado y falta media moneda. 138.- MR.So.122. Moneda de vellón de muy fino cospel. En el anverso un castillo en el interior de un círculo y en el reverso un león a izquierda inscrito en un círculo. Peso: 0,33 gramos. Su estado de conservación muy gastado y no llega a ser media moneda. 139.- MR.So.123. Moneda de vellón de muy fino cospel. En el anverso un castillo en el interior de un círculo. Leyenda CASTELLE. En el reverso un león a izquierda inscrito en un círculo. Leyenda: ONIS. Peso: 0,53 gramos. Su estado de conservación muy gastado y no llega a ser media moneda. 140.- MR.So.127. Fragmento de moneda de vellón de fino cospel, anverso castillo en el interior de un cuadrado y en el reverso león inscrito en un cuadrado. Estado de conservación frustra. No llega a media pieza. 141- MR.So.128. Fragmento de moneda de vellón de fino cospel, anverso castillo en el interior de un círculo y en el reverso león inscrito en un círculo. Estado de conservación frustra. 142.- MR.So.132. Fragmento de un cornado de vellón de muy fino cospel. En el anverso busto de monarca coronado. En el reverso castillo. Sólo se conserva y muy mal un cuarto de moneda.

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143.- MR.So.133. Fragmento de moneda de vellón de muy fino cospel. En el anverso un castillo en el interior de un círculo. En el reverso un león a izquierda inscrito en un círculo. Su estado de conservación muy gastado y no llega a ser media moneda. 144.- MR.So.134. Fragmento de moneda de vellón de muy fino cospel. En el anverso un castillo en el interior de un círculo. En el reverso un león a izquierda inscrito en un circulo. Su estado de conservación muy gastado y no llega a ser media moneda. 145.- MR.So.135. Fragmento de moneda de vellón de muy fino cospel. En el anverso un castillo en el interior de un círculo. En el reverso un león a izquierda inscrito en un círculo. Su estado de conservación muy gastado y no llega a ser media moneda. 146.- MR.So.157. Pequeño fragmento de moneda de vellón de muy fino cospel. En el anverso un castillo en el interior de un círculo. En el reverso no se aprecia círculo. Su estado de conservación muy gastado.

FRAGMENTOS

147.- MR.So.102. Fragmento de moneda de vellón. En su reverso se observa un león en el interior de una gráfila de puntos y la leyenda: ET LEGI. 148.- MR.So. 131. Fragmento de moneda de vellón de fino cospel. S/N.-Fragmentos minúsculos.

REINO DE ARAGÓN

Jaime II (1291-1327)

1.- MR.So.018. Dinero de vellón. An: Busto coronado a la izquierda, este corta la leyenda por arriba y por abajo. La corona cerrada con tres perlas en su parte interior. Ley: ARA-GON. Rv: Cruz patriarcal o de doble travesaño en el interior de una gráfila circular, que finaliza en su parte inferior en punta. Ley: IACOBVS [R]EX. Peso: 0,74 gramos. Mód: 17 mm. P.C: 5. Con: BG. HEISS, 17: 1. ÁLVAREZ, 183: 1301. CAYÓN, 322: 1790. 2.- MR.So.093. Dinero de vellón. An: Busto coronado a la izquierda, este corta la leyenda por arriba y por abajo. La corona cerrada con tres perlas en su parte interior. Ley: ARA-GON. Rv: Cruz patriarcal o de doble travesaño, en el interior de una gráfila circular, que finaliza en su parte inferior en punta. Ley: IACOBVS REX. Peso: 0,97 gramos. Mód: 17 mm. P.C: 1. Con: BG. HEISS, 17: 1. ÁLVAREZ, 183: 1301. CAYÓN, 322: 1790. 3.- MR.So.038 Óbolo de vellón An: Busto coronado a la izquierda, este corta la leyenda por arriba y por abajo. La corona cerrada con tres perlas en su parte interior. Ley: ARA-GO[N]. Rv: Cruz patriarcal o de doble travesaño, en el interior de una gráfila circular, que finaliza en su parte inferior en punta. Ley: IACOBVS REX Peso: 0,73 gramos. Mód: 19 mm. P.C: 2. Con: MG, falta un pequeño fragmento. HEISS, 17: 2. ÁLVAREZ, 184:1302. CAYÓN, 322:1791.

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MR.So. 093. Fotografía: Alejandro Plaza y Ana Carrillo

Bibliografía ÁLVAREZ BURGOS, F. et alii. (1980). Catálogo general de la moneda medieval hispano-cristiana desde el siglo IX al XVI. Madrid. CAYÓN, Adolfo et alii. (2005). Las monedas españolas. Del tremis al euro. Del 411 a nuestros días. Madrid. Vol. I HEISS, Aloiss. (1867). Descripción general de las monedas hispano-cristianas. Desde la invasión de los árabes. Madrid. Vol.

Pedro IV 1335-1387

4.- MR.So.002. Dinero de vellón. An: Busto coronado a la izquierda, la corona cuenta con una banda de perlas. La pechera porta una hilera de finas lengüetas. Ley: ARA-GON. Re: Cruz patriarcal o de doble travesaño, en el interior de una gráfila circular, finaliza en una punta central. Ley: [+ PE]TRVS [DI] GRA REX Peso: 0,92 gramos. Mód: 17 mm. P.C: 3. Con: AG HEISS, 19: 1. ÁLVAREZ, 184:1305 VIDAL, 157-166. CAYÓN, 323: 1794.

MR. So.002. Fotografía: Alejandro Plaza y Ana Carrillo 5.- MR.So.009. Dinero de vellón. An: Busto coronado a la izquierda, la corona cuenta con una banda de perlas. La pechera porta una hilera de finas lengüetas. Ley: ARA-GON. Rv: Cruz patriarcal o de doble travesaño, en el interior de una gráfila circular, finaliza en una punta central. Ley: PETRVS DI GRA REX. Peso: 1,06 gramos. Mód: 18 mm. P.C: 6. Con: AG. HEISS, 19:1. ÁLVAREZ, 184:1305. VIDAL, 157-166. CAYÓN, 323: 1794.

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MR.So.009. Fotografía: Alejandro Plaza y Ana Carrillo 6.- MR.So.017. Dinero de vellón. An: Busto coronado a la izquierda, la corona cuenta con una banda de perlas. La pechera porta una hilera de finas lengüetas. Ley: [ARA-GON]. Rv: Cruz patriarcal o de doble travesaño, en el interior de una gráfila circular, finaliza en una punta central. Ley: [+ ] PET[RVS DI GRA R]EX. Peso: 0,77 gramos. Mód: 16 mm. P.C: 3. Con: F. Faltan varios fragmentos. HEISS, 19: 1. ÁLVAREZ, 184:1305 VIDAL, 157-166. CAYÓN, 323: 1794. 7.- MR.So.104. Dinero de vellón. An: Busto coronado a la izquierda, la corona cuenta con una banda de perlas. La pechera porta una hilera de finas lengüetas. Ley: AR[A]-GO[N]. Rv: Cruz patriarcal o de doble travesaño, en el interior de una gráfila circular, finaliza en una punta central. Ley: [+PE]TRVS DI GRA REX. Peso: 0, 71 gramos. Mód: 17 mm. P.C: 9. Con: anv: F y rev: MG. HEISS, 19:1. ÁLVAREZ, 184:1305. VIDAL, 1983:157-166. CAYÓN, 323: 1794.

MONEDAS SIN IDENTIFICAR DE ARAGÓN

8.- MR.So.130. Dinero de vellón. An: Busto coronado a la izquierda, la corona cuenta con una banda de perlas. La pechera porta una hilera de finas lengüetas. Ley: [ARA]-GON. Rv: Cruz patriarcal o de doble travesaño, en el interior de una gráfila circular, finaliza en una punta central. Ley: GRA REX. Peso: 0,46 gramos. Mód: ---. P.C: 12. Con: MG, sólo se conserva un fragmento. 9.- MR.So.103. Moneda de vellón de muy fino cospel. Su estado de conservación, así como la misma, impiden ver el anverso. En el reverso se aprecia mínimamente una cruz patriarcal y en la leyenda: GON. Conservación F. Consideraciones finales Evidentemente no estableceremos conclusiones definitivas, no sería lógico en ninguna circunstancia, y menos en esta en donde las características del hallazgo, las referencias del mismo, la restauración de algunas piezas y el estado de conservación, bastante irregular con tendencia al desgaste, total o parcial, de las mismas lo imposibilitan. Pero sí realizaremos algunas consideraciones finales, que estimamos necesarias, para un mejor conocimiento sino de la época, sí para el conocimiento del territorio en donde se produjo el hallazgo.

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A nuestras manos han llegado 157 monedas o fragmentos de monedas, amen de tres pequeños fragmentitos, todas ellas de vellón y pertenecientes 148 a la corona de Castilla y León y 9 a la de Aragón. Según las referencias administrativas, nada fiables, aparecieron cuarenta en un saquillo de este material y seis más grandes de oro. Hablemos de la corona de Castilla y León, 116 con adscripción, 10 de las que no tenemos total fiabilidad para establecer el monarca al que pertenecieron, veinte que aún sabiendo que pertenecen a este territorio no nos es posible decir quién reinaba cuando fueron acuñadas y dos fragmentos.

Alfonso X Las monedas más antiguas corresponden al llamado Rey Sabio, concretamente contamos con nueve, siete novenes y dos pepiones, acuñadas las primeras en Burgos, Cuenca, León y Toledo y las dos últimas en Burgos y Sevilla. Seis piezas, novenes, portan la leyenda MONETA CASTELLE ET LEGIONES, sobre el origen y filiación de este epígrafe se ha discutido hasta la saciedad, especialmente por Gil Farrés, Pío Beltrán, Mateu LLopis, etc., pero creemos que el tema quedó meridianamente claro después del estudio de las piezas de Astudillo35.

El segundo tipo, pepiones, tienen como leyenda ALF REX CASTELLE ET LEGIONES. Respecto a los pesos, la media es de 0,62 gramos, el módulo 17,55 y la posición de cuño nos muestra seis variantes siendo las más representadas las correspondiente a 11 y 7.

Sancho IV Las piezas correspondientes a este monarca nunca han ofrecido la complicación de las de su padre. A él corresponden ocho piezas, todos cornados, con la leyenda SANCII REX CASTELLE LEGIONES, teniendo representadas las cecas de Burgos, Coruña y Toledo; de tres ha sido imposible detectarla y una carece de ceca.

El peso alcanza una media de 0,67 gramos, con 18,00 mm. de módulo y cinco variantes de cuño, con prevalencia para el 1 y el 3. Gil Farrés y Orol Pernas mantuvieron sus diferencias sobre una posible falsificación de época, como comentan Sáez y Rueda36. Sobre las acuñaciones de este rey, y más concretamente sobre los cornados, existen dos trabajos que estimamos que son sumamente aclaratorios y

35 SÁEZ, Inmaculada/RUEDA, Mercedes. (1984). Op. cit. Págs. 210-211. 36 SÁEZ, Inmaculada/RUEDA, Mercedes. (1984). Op. cit. Pág. 211

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complementarios de cualquier catálogo37 sobre el monarca Sancho IV, a los que recomendamos acudir. Fernando IV Al rey Fernando IV corresponden cuarenta y nueve piezas, pepiones, con la leyenda F. REX CASTELLE ET LEGIONIS. Al analizar las mismas hemos vuelto a recordar la ya tradicional disputa referente al F. REX y su atribución a Fernando III o Fernando IV y, como ya viene siendo normal, por coherencia, las atribuimos a este último monarca.

La bibliografía al respecto es amplia, pero nosotros nos hemos basado en tres artículos: el ya citado de Sáez y Rueda38, el clásico de Metcaff39 y el de Domingo Figuerola40, de ahí que no volvamos a repetir lo ya indicado por prestigiosos numismáticos, pero no queremos dejar de recomendar la lectura del trabajo de Chaves, hace ya casi un siglo, sobre Fernando III41.

Todas las cecas que acuñaron monedas de este marco, con la excepción de Ávila, están presentes en este conjunto monetal, siendo Cuenca, Segovia y Toledo las más representativas. El peso medio se sitúa en 0,68 gramos, unos gramos por debajo de las piezas del tesorillo de Astudillo. El módulo es de 18,33 y la posición de cuño nos muestra diez variantes siendo las correspondientes a 7, 9 y 12 las más comunes. Por último, debemos de indicar que en este bloque de piezas son las correspondientes a este monarca las más numerosas, seguidas por escasa diferencia las de su hijo Alfonso XI. Alfonso XI A este rey corresponden cuarenta y siete monedas, cuarenta y dos novenes y cinco cornados, y según afirman las crónicas, las primeras

37AULLÓ COSTILLA, Manuel. (1957). Cornados y Novenes de Alfonso XI. Numario Hispánico, tomo VI. Págs. 141-156. OROL PERNAS, Antonio. (1992). Acuñaciones de Sancho IV. Numisma, 123. Págs. 109121. 38SÁEZ, Inmaculada/RUEDA, Mercedes. (1984). Op. cit. Págs. 212-216 39METCAFF D. M. (1972). A hoard of billón of Fernando IV. The American Numismatic Society, 18. New-York. 40 DOMINGO FIGUEROLA, Luis. (1973). Monedas con F REX CASTELLE 7 ER LEGIONIS. ¿acuñadas por Fernando III? No, por Fernando IV. Gaceta Numismática, 28, págs. 7-16. 41CHAVES Y JIMÉNEZ, M. (1917). Doscientas monedas de Fernando III. Asociación Española para el Congreso de las Ciencias.

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acuñadas fueron similares en valor a las de su progenitor, los cornados como los de su abuelo Sancho IV y los novenes como los de su padre. En los novenes tenemos los castillos de tres torres en anverso y el león en reverso, ambos inscritos en cuadros y los cornados nos muestran en la cara principal el busto del monarca a izquierda y el castillo, igualmente, de tres torres en los reversos y en una de ellos, se muestra al rey de frente . Los novenes con la leyenda en el anverso: A REX CASTELE y en el reverso: ET LEGIONIS. Las cecas que hemos detectado son Burgos, Coruña, León, Toledo, estas dos últimas las más localizadas, Sevilla, Segovia y sin ceca. Debemos indicar, como ya han realizado otros investigadores, que existen variedades diferentes dentro de cada localidad42.Su peso medio es de 0,74 gramos, su módulo 17,98 mm y nueve variantes de cuño con predominio de 12 y 3. En los cornados se presentan en nuestro caso dos tipos, en uno el monarca mira a izquierda y nos muestra tres variantes en el epígrafe: ALFONS REX; ALFOS REX y ALFONSVS DO GRA R y dos en el reverso: CASTELLE O CASTEL ET LEGIONES. En el caso del monarca que se nos presenta su busto de frente la inscripción es ALFOSV REX /ALFONSVS REX CASTEL. Los reversos nos muestran un castillo de tres torres, la central siempre más alta que las laterales y junto a estas, a veces, reseña de la ceca; como ya se ha dicho en los novenes en el interior de un cuadrado y en los cornados ocupa el campo central y sólo se nos da en el interior de un círculo en el caso de la pieza que muestra al monarca de frente

Los cornados tienen un peso medio similar a los novenes, 0,73 gramos, el módulo 18,40 mm y tenemos tantas variantes de cuño como piezas, es decir cinco. Las cecas son Coruña, Toledo y León, para los busto laterales y Ávila para el de frente. Pedro I Es curioso observar el escaso número de piezas de Pedro I “El Justiciero”, tres, y realizamos esta afirmación por las escasas referencias documentales que tenemos de este hallazgo. Estas que obran en el Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León, como ya se ha dicho, proceden de las referencias verbales que lograron un grupo de investigadores al prospectar la zona y que es la siguiente: el tesorillo guardado en una especie de saquete, constaba de unas seis monedas de gran tamaño con la leyenda de Pedro I rex castelle y otras 40 más pequeñas idénticas y con similar leyenda, en el anverso un escudo”.

42AULLÓ COSTILLA, Manuel. (1957). Cornados y novenes de Alfonso XI. Numario Hispánico, tomo VI., págs. 141-156.

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Se trata de cornados en donde se aprecia el busto del rey de frente y en el reverso castillo de tres torres en el interior de una gráfila de puntos. En el anverso: PETRVS REX y en el reverso PETRVS REX CASTELLE. Acuñadas una en Burgos, otra en Coruña y la tercera sin poder identificar. Su peso medio está en 0,70 gramos, su módulo en 18,30 mm y el cuño nos muestra dos variantes, 12 y 3. A la corona castellana y leonesa pertenecen otras diez monedas de vellón, que por diferentes motivos, especialmente de conservación, no nos han sido posible atribuir con seguridad total a monarcas concretos. Sí podemos decir que corresponden a los mismos que hemos identificado y la única variante podría ser la pieza Mr.So.080 que pudiera tratarse de un cornado de vellón de Juan I acuñado en Sevilla. A mayores, tenemos veinte piezas o fragmentos de piezas, todas ellas de vellón, cuya iconografía nos ubican en Castilla y León, pero no podemos ni siquiera insinuar el monarca que reinaba cuando se acuñaron.

Nueve piezas son la muestra testimonial de la Corona de Aragón en este tesorillo. Lamentablemente la bibliografía, incluso la monográfica no es, como ya se ha dicho, tan abundante como en Castilla y León o Cataluña. Quizás por el número de acuñaciones, no olvidemos, como ya puso de manifiesto el Prf. Beltrán Martínez, los apuros económicos y monetarios de la corona aragonesa43. Jaime II Tenemos tres piezas, las dos primeras dineros de vellón, y la tercera un óbolo. La leyenda es la misma ARAGON en el anverso y IACOBVS REX en el reverso. Con el busto coronado del rey y la cruz patriarcal o de doble travesaño en el interior de una gráfila como elementos iconográficos. El peso es desigual tenemos un dinero y el óbolo en 0,73 y 0,74, mientras el restante dinero llega a los 0,97 gramos. Al estudiar estas piezas hemos tenido cierta dificultades, dado el nivel de desgaste hasta el punto de dudar si atribuir estas piezas a Jaime I o Jaime II, y mucho más después de estudiar detenidamente los dineros analizados por Alfaro44, inclinándonos finalmente por atribuírsela al segundo. De Pedro IV, contamos con cuatro dineros de vellón con la leyenda: ARAGON/PETRVS REX DI GRA REX. Su peso varía desde 0,71 gramos a 1,06 gramos, pero no nos sorprende conociendo las piezas depositadas en el

43BELTRÁN MARTÍNEZ, Antonio. (1983). Introducción a la moneda aragonesa. La moneda aragonesa. Zaragoza, págs. 17. 44ALFARO, ASINS, Carmen. (1983). Dineros jaqueses de Jaime I en el Museo Arqueológico Nacional. La moneda aragonesa. Zaragoza, págs. 147-156.

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Museo Arqueológico Nacional45, la moneda de mayor peso de todo el conjunto monetal. A esta corona se le puede atribuir dos piezas, sin identificación clara. Nuestra intención al dar a conocer este tesorillo no ha sido otra que dar a conocer a la sociedad un hallazgo que estimamos importante y que se ha podido recuperar gracias a la paciente labor de Don Hilario Pascual, quien con paciencia, dedicación y entusiasmo fue recuperando las piezas que tras su hallazgo, hace ya más de medio siglo, fueron repartidas entre los trabajadores que las descubrieron y que ahora ha puesto a nuestra disposición. Lamentablemente no hemos tenido noticias de algunas piezas, al parecer de oro, y que fueron repartidas entre los mandos y que hubiesen enriquecido este trabajo, posiblemente fuesen doblas similares a la estudiadas recientemente por Mozo y Retuerce46. Estamos seguros que este conjunto de piezas vendrán a enriquecer el escaso conocimiento que tenemos de la numismática medieval cristiana en nuestra provincia y es evidente que si pudiésemos ir dando a conocer otros hallazgos similares se enriquecería el conocimiento de este interesante y apasionante momento histórico. Bibliografía ALFARO, Carmen. (1983). “Dineros jaqueses de Jaime I en el Museo Arqueológico Nacional”. La moneda aragonesa. Zaragoza, págs. 147-156. ÁLVAREZ BURGOS, F. et alii. (1980). Catálogo general de la moneda medieval hispano-cristiana desde el siglo IX al XVI. Madrid. ARQUETIPO S.C.L., (1996-1997), Inventario arqueológico de las cuencas del Cidacos, Linares y Alhama. Servicio Territorial de Cultura de la Junta de Castilla y León en Soria. AULLÓ COSTILLA, Manuel. (1955). “Cornados de Sancho IV”. Numisma, 16. Págs. 65-85. AULLÓ COSTILLA, Manuel. (1957). “Cornados y Novenes de Alfonso XI”. Numario Hispánico, tomo VI. Págs. 141-156. AURELL, Jauma/PAVÓN, Julia (Editores). (2002). Ante la muerte. Actitudes, espacios y formas en la España medieval. Navarra. BALAGUER, Anna. (1983). “Estudio de los hallazgos como fuente de datos para la historia monetaria”. Gaceta Numismática. Págs. 21-29 BELTRÁN MARTÍNEZ, Antonio. (1983). “Introducción a la moneda aragonesa”. La moneda aragonesa. Zaragoza, págs. 5-22.

45 VIDAL BARDÁN, José María. (1983). Catalogo de los dineros de Pedro IV en el Museo Arqueológico nacional. La moneda aragonesa. Zaragoza, págs. 160. 46MOZO, Antonio/RETUERCE, Manuel. (2010). La moneda de oro en los reinos de Castilla y León. Siglos XII-XV. Madrid págs. 52-56

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CASA, Carlos de la. (1984). “Moneda medieval hispano-cristiana en Tiermes”. Gaceta Numismática nº 74-75, III/IV. Págs. 177-197. CASA, Carlos de la. (1991). Mundo funerario del medievo cristiano en Soria: estudio arqueológico de sus necrópolis. Barcelona. CASA, Carlos de la. (1992). Las necrópolis medievales de la provincia de Soria. Valladolid. CORRAL LAFUENTE, José Luis. (1983). “Bibliografía sobre numismática medieval aragonesa”. La moneda aragonesa. Zaragoza, págs. 87-92. CAYÓN, Adolfo et alii. (2005). Las monedas españolas. Del tremis al euro. Del 411 a nuestros días. Madrid. Vol. I. CHAVES Y JIMÉNEZ, Manuel. (1917). “Doscientas monedas de Fernando III” Asociación Española para el congreso de las Ciencias. DIAGO HERNANDO, Máximo. (2001) “Evolución de las relaciones de poder en la región soriana durante el siglo XIV”, El Siglo XIV. El Alba de una Nueva Era. Monografías Universitarias: Universidad Internacional Alfonso VIII. Soria. Págs.103-140. DOMINGO FIGUEROLA, Luis. (1973). “Monedas con F REX CASTELLE / ET LEGIONIS. ¿acuñadas por Fernando III? No, por Fernando IV”. Gaceta Numismática, 28, págs. 7-16. GOVANTES, A. C. de. (1846). Diccionario Geográfico-Histórico de España, por la Real Academia de la Historia Sección II. Comprende La Rioja o toda la provincia de Logroño y algunos pueblos de la de Burgos. Madrid. HEISS, Aloiss. (1867). Descripción general de las monedas hispano-cristianas. Desde la invasión de los árabes. Madrid. 3 vol. LÓPEZ QUIROGA, Jorge. (2010). Arqueología del mundo funerario en la Península Ibérica. (siglos V-X). Madrid. MATEU LLOPIS, Felipe. (1951). “Hallazgos monetarios VI”. Ampurias XIII. Pág. 232. MARTÍNEZ DÍEZ, Gonzalo. (1983), Las Comunidades de Villa y Tierra de la Extremadura Castellana. Madrid. METCAFF D. M. (1972). “A hoard of billón of Fernando IV”. The American Numismatic Society, 18. New-York. MOZO, Antonio/RETUERCE, Manuel. (2010). La moneda de oro en los reinos de Castilla y León. Siglos XII-XV. Madrid. OROL PERNAS, Antonio. (1992). “Acuñaciones de Sancho IV”. Numisma, 123. Págs. 109-121. RUEDA, Mercedes. (1991). Primeras acuñaciones de Castilla y León. Salamanca. SÁEZ, Inmaculada/RUEDA, Mercedes. (1984). “El Tesorillo de Astudillo”. Gaceta Numismática nº 74-75, III/IV. Págs. 199-229. TOLEDO TOLEDO, Manuel. (1995). Historia de la Villa y Tierra de Yanguas. Soria. VIDAL BARDÁN, José María. (1983). Catálogo de los dineros de Pedro IV en el Museo Arqueológico nacional. La moneda aragonesa. Zaragoza, págs. 157-166. VV.AA. (1983). La moneda aragonesa. Mesa Redonda. Zaragoza.

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LES INSCRIPCIONS, FIGURES I SÍMBOLS EN LES MONEDES

CATALANES MEDIEVALS1

Si tibi tam rarus quam mihi nummus erit

Mart. 13, 3, 6

JESÚS ALTURO TÀNIA ALAIX

Seminari de Paleografia, Codicologia i Diplomàtica Universitat Autònoma de Barcelona

Fa pla bé Joaquim Botet i Sisó d’encapçalar la seva monumental i rigorosa obra “Les monedes catalanes”2 recordant la precisa i, en el seu moment, exacta definició de moneda que dóna sant Isidor de Sevilla: “In nomismata tria quaeruntur: metallum, figura et pondus; si ex iis aliquid defuerit, nomisma non erit”.3 El metall, el pes i el símbol són els tres elements essencials de les monedes en l’antiguitat i en l’edat mitjana. És més, la característica que s’ha revelat més duradora és la “figura”; el metall, tot i perviure, ha estat suplantat en bona part pel paper i el plàstic, matèries en què el pes té poca rellevància. És la “figura”, la representació figurada en què no manquen les llegendes, la que dóna la “garantia del poder públic”, com encertadament indicà el mateix Botet4, i, per tant, la més imprescindible, la principal. Fins al punt que no pot sorprendre que aquesta essencialitat faci que s’hagi vist en el mot nomisma una derivació de nomen, i que una de les accepcions de nomisma sigui precisament la de diners portadors dels noms de qui els feren encunyar, tal i com es veu en les actes del Concili de Francfurt de l’any 794. Podríem dir que d’alguna manera es culmina així un procès que, en la nostra cultura llatina, va del valor donat al simple metall sense més, del valor material en sentit propi, al valor figurat, al

1 Aquest text reprodueix la conferència dictada el 16 de maig de 2012 dins el XXII Seminari d’història monetària de la Corona d’Aragó, organitzat, sota coordinació del Dr. Albert Estrada-Rius, pel Gabinet Numismàtic de Catalunya del Museu Nacional d’Art de Catalunya. 2BOTET I SISÓ, Joaquim.Les monedes catalanes: estudi i descripció de les monedes carolingies, comtals, senyorials, reyals y locals propies de Catalunya. Barcelona: Institut d’Estudis Catalans, 1908-1911. 3 vol. 3ISIDOR, DE SEVILLA.Etymologiarum sive originum libri XX. W.M. Lindsay. Oxonii: Typographeo Clarendoniano, 1911. Llibre XVI, VIII, 12. 4BOTET I SISÓ, Joaquim.Les monedes catalanes. Vol. 1, p. XXV.

GACETA NUMISMATICA

DICIEMBRE 2013186

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nominal. Recordem simplement que la Llei de les Dotze Taules (450 a. C.) encara fixava les penes en quantitats de metall, no de moneda.5 Al seu anvers i revers, a la seva cara i creu, com significativament hom sol dir, s’encunyava una empremta principal i una altra de secundària, que representaven imatges o senyals sovint acompanyats d’una o de diverses llegendes que tenien la finalitat de garantir el valor de la moneda en qüestió donant fe de l’autoritat que havia disposat la seva encunyació. Però, al mateix temps, les imatges, els símbols i els textos encunyats esdevenien un òptim procediment de comunicació per transmetre el missatge, no menys important, de qui era l’autoritat del moment. Al capdavall aquestes representacions constituïen –constitueixen- una mostra més de l’orgullosa i inflexible epifania del poder amb perenne voluntat de fer-se veure. No debades ja deia Pascal que “la puissance royale n’a d’autre fondement que sa répresentation”.6 Hom podria dir, doncs, que, en una relació simbiòtica, les inscripcions garantien el valor de les monedes i, al seu torn, aquestes legitimaven el poder que les produïa. Aquesta era la seva funció. Les monedes, per tant, poden ser estudiades en el context polític, econòmic i social en què van sorgir i usar-se, però també poden ser analitzades des de la perspectiva cultural i artística. No podem ser especialistes en generalitats, com ho volia ser i, en efecte, ho era J. Ma. Vallverde, per manca de suficient capacitat, no pas perquè les matèries del saber no s’enllacin totes elles i s’interelacionin de manera immanent. Però l’excessiva especialització va dividir absurdament els camps de la paleografia, la papirologia i l’epigrafia, com si els suports materials i no les escriptures i els textos fossin l’objecte principal d’estudi. Amb tot, després de J. Mallon es fa difícil de defensar científicament aquestes separacions, però, en la pràctica, s’hi persisteix entossudint-nos a mantenir un retrocés metodològic en el qual no havien pas caigut els erudits “antiquaris” anteriors al segle XIX. De fet, una disciplina com la diplomàtica pot col·laborar amb la numismàtica no sols facilitant-li l’accés segur a l’autenticitat dels documents que aporten informació pecuniària, sinó també il·lustrant alguns dels elements que apareixen en les monedes, com els monogrames reials que en els diplomes tenen el valor del signum regis. Així els de Carlemany [fotos 1 i 2] o Lluís el Pietós. I sense tenir en compte ara les monedes que eventualment penjaven de la base d’alguns diplomes.7

5 D’acord amb Botet “la tradició romana atribueix al rey Servi Tuli la creació del aes signatum”. BOTET I SISÓ, Joaquim.Les monedes catalanes. Vol. 1, p. XVIII. 6PASCAL, Blas. Pensées. Paris: Garnier frères, 1958. p. 123 i 316. 7DHÉNIN, Michel. «Numismatique, sigillographie et diplomatique». Rivista italiana di numismatica, 95 (1993), p. 615-620.

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Foto 1. Diner d’argent de Carlemany, 780-800. Encunyat a Agen. © cgb.fr

Foto 2. Donació de Carlemany, 799. Gap, Archives départementales des Hautes-Alpes, G 2215. © Archives départementales des Hautes-Alpes

Però, ben mirat, potser no és sols per aquest motiu que la

consideració paleogràfica de les inscripcions monetals hagi tingut pocs conreadors. I és que no cal oblidar que la paleografia s’ocupa, essencialment, de les escriptures manuscrites i les llegendes de les monedes no ho són: o han estat encunyades o han estat foses. S’aparten així fins i tot de les inscripcions epigràfiques i s’atansen més a les lletres impreses per xilografia, del qual sistema no deixen de ser un antecedent cert i eficaç.8 I és que ja se sap que les lletres reproduïdes per sistemes mecànics evolucionen poc; només en detalls merament secundaris.

8BYENG-SEN, Park. Korean printing: from its origins to 1910. Seoul: Jimoondang, 2003.

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De fet, fins fa pocs anys el límit cronològic de la paleografia llatina era el segle XVI, és a dir, el moment en què es difongué la impremta, la qual consolidà les formes bàsiques de l’alfabet llatí fins als nostres dies. És cert que els numismàtics fan tasca paleogràfica –i bona tasca, tot sigui dit- quan llegeixen correctament les inscripcions encunyades i quan resolen encertadament les abreviatures, però s’ha treballat poc en l’anàlisi de l’evolució gràfica de l’alfabet numismàtic i potser per tradició s’han mantingut algunes lectures que no semblen del tot exactes. L’objectiu del nostre treball és de fer primer un repàs sobre aquesta qüestió, la correcta lectura de les llegendes i el seu significat, i considerar tot seguit també l’altre aspecte figuratiu, el de l’evolució, característiques i significat de les imatges i símbols representats en les monedes, per bé que, per manca de temps, en aquesta ocasió ens cenyirem només a alguns exemples.9 Un preliminar examen de l’escriptura emprada en les llegendes monetals i de les imatges que les acompanyen permet d’arribar a una primera conclusió: la major perfecció formal, derivada d’una més correcta tècnica, és la d’època romana i solament es recuperarà el seu nivell quan els ulls es girin, directament o indirecta, envers ella com a model. D’altra banda, l’anàlisi paleogràfica d’aquestes lletres encunyades, a manca encara d’un estudi més detallat, no sembla que permeti una datació gaire precisa de les monedes si considerem només la forma o disseny del seu alfabet. No ho sembla, almenys, sense altres elements coadjuvants. Sí permet, en canvi, de 9I som conscients que cal entendre les monedes en un sentit ampli i tenint en compte les “figurae” també de les fiduciàries, com les pallofes, de les medalles i fins dels segells i de qualsevol altre objecte amb inscripció batuda, com poden ser-ho eventualment alguns de sumptuaris, amb inscripcions encunyades també, que tenen, per aquest motiu, unes mateixes característiques gràfiques perquè parteixen d’unes idèntiques tècniques de producció. Si no els tindrem en compte en aquesta avinentesa, és també simplement per manca de temps. Afegim igualment que, des del punt de vista metodològic, s’ha de tenir en compte així mateix que en l’evolució de les formes gràfiques convé distingir les diferències motivades pel desgast ocasionat per l’ús d’un mateix encuny, i les possibles variants cronológiques i geogràfiques de les distintes emissions. D’altra banda, creiem que el seguiment d’aquesta transformació s’ha de fer partint de l’anàlisi de les representacions figurades contingudes en un mateix tipus de moneda real, car d’aquesta manera hom podrà observar millor la mutació dels alfabets i dels altres elements figuratius, alhora que l’anàlisi d’una mateixa moneda farà que un hom examini un semblant nivell en el mirament atorgat a la seva execució, atès que el valor variable dels distints tipus determinarà una major o menor cura de realització. No serà igual, evidentment, una malla o un diner que un florí. D’altra banda, no és la mateixa la capacitat tècnica de producció d’època romana, que en temps dels visigots, dels carolingis, d’època comtal o reial.

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diferenciar períodes amplis, com el visigot, el carolingi, el comtal i el reial. Peròprecisar més dins de cada un d’aquests períodes i, encara, de més curts dins de cada gran tipus, pot resultar possible si atenem també un altre aspecte, que és igualment objecte d’atenció prioritària en els estudis paleogràfics: el sistema braquigràfic o de les abreviatures i, encara, en el cas de les monedes, la diferent disposició i distribució de les síl·labes no tant dins la paraula com dins la frase. Aquesta consideració fins i tot pot aportar una mica de llum sobre la cronologia de les distintes emissions d’un mateix regnat. I, en aquest punt, també ens ajudarà, certament, l’anàlisi iconogràfica. Però, abans d’entrar en aquestes qüestions, sigui’ns permès de presentar a la consideració dels numismàtics algunes qüestions que suscita la lectura de determinades paraules i llegendes, algunes tradicionalment acceptades pels especialistes en una interpretació que, al nostre albir, no s’ajusta a la realitat. I és que creiem que hem de partir de la base que, llevat d’algun cas d’error d’«impressió» manifest, les llegendes han de tenir sentit.

I, en aquest punt, voldríem afegir que, a comprendre millor el significat de les llegendes, ajudaria –i no poc- que arrelés el costum d’oferir als lectors no sols la simple transcripció de les lletres tal i com apareixen en les monedes (que, lògicament, s’hauria de continuar fent), sinó també l’edició o transcripció interpretativa d’aquestes. Altrament, en força casos es fa difícil de capir quin és el sentit concret que l’estudiós dóna a la llegenda transcrita, més quan no se solen tampoc resoldre les abreviatures, ni tan sols restituir l’ordre de les lletres en la seva col·locació gramaticalment lògica, amb la qual cosa la transcripció oferta esdevé un desordenat i confús garbuix de lletres, un autèntic galimatias.

Foto 3. Diner de València atribuït a Jaume I (1213-1276). Barcelona, Gabinet Numismàtic de Catalunya, GNC 10768. © Museu Nacional d’Art

de Catalunya, fotografies de: Tània Alaix

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Si podem manifestar un altre desideratum, potser també fóra bo de fer notar que no sempre es dóna un paral·lelisme exacte entre l’encunyació de l’anvers i del revers. Volem dir que, algunes vegades, la disposició de la “figura” de l’anvers té una orientació que no correspon amb exactitud a la de la “figura” del revers, de manera que una i altra tenen un punt vertical de referència distint i estan, per tant, descentrades. En algun cas, com en el diner atribuït a Jaume I, GNC 10768 [foto 3], hom diria que aquesta irregularitat es deu al fet que es tracta d’una sobreencunyació, és a dir, d’una encunyació damunt una altra d’anterior.

Foto 4. Mig croat de Martí I (1396-1410). Barcelona, Gabinet Numismàtic de Catalunya, GNC 24342. © Museu Nacional d’Art de Catalunya,

fotografies de: Tània Alaix Però en altres exemples també constatem aquesta mateixa desviació

respecte de l’eix central, sense observar indicis de cap sobreencunya-ment. Basti observar la diferència ara entre el mig croat de Martí I, 24342 del GNC, [foto 4] amb una disposició irregular de l’eix vertical entre l’anvers i el revers, i el mig croat del mateix rei, GNC 15441, amb total regularitat en l’encunyació i coincidència plena de l’eix vertical. Òbviament assenyalar aquestes diferències, amagades sovint en la presentació fotogràfia de la cara i creu de les monedes en la seva disposició sempre normalitzada, pot tenir interès, per exemple, per tal de fer-se una idea més precisa del nivell tècnic de cada època i zona.

Errors d’encunyació

Els errors d’encunyació, en altres casos, poden afectar també la llegenda de les inscripcions, degut a una equivocació per part de qui la va modelar en el motlle. Aquesta explicació ens sembla que pot ser vàlida per a la curiosa variant BVR CINO NA, present en el revers d’un diner del catàleg

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de Vidal Quadras,10 el nº 5226, on la V no és altra cosa que una A cap per avall, confusió motivada potser per la mateixa abundància de V en el nom de l’emperador Lluís el Pietós, escrit a l’anvers LVDOVVICVS.

Possiblement també calgui veure una errada en la incorrecta disposició de les lletres per a BARCINONA en un altre diner del temps de Lluís, on llegim BAR CNIO NA, lectura segurament facilitada per la idèntica verticalitat dels traços seguits d’una N i una I. Es tracta de la moneda 5227 de l’esmentat catàleg de Vidal Quadras.

La llegenda del diner emès per Gausfred II de Rosselló (1014-1074) presenta, en alguna de les seves emissions, la varinat COSCILONI, on la C inicial, en comptes de l’esperable R, pot explicar-se per assimilació a la C de l’abreviatura CO(mes) precedent i a la C subsegüent de ROSCILONI.11 De manera semblant, en el diner atribuït al comte de Besalú Guillem I (1020-1052), corresponent a la moneda 11153 del GNC, s’hi llegeix SANCANCTA MARIA, on la repetició ANC s’explica per una diplografia, error ben freqüent en tot acte de còpia. Errors d’interpretació en alguna lletra Però no sempre l’equivocació està en els antics faedors. Qualque vegada també els investigadors actuals errem en les nostres interpretacions. Fa ja uns anys el recordat i malaguanyat amic Ignasi Ma. Puig i Ferreté parlava, en el I Simposi Numismàtic de Barcelona, d’Algunes abreviatures paleogràfiques de la numismàtica catalana medieval,12 on proposava, amb encert indubtable, la lectura H en comptes de K en determinades monedes on s’havia llegit BARCKNONA i no, com cal, BARCHINONA. Així ha estat transcrit molt sovint en les llegendes dels croats, per exemple. Però, aquí, la K, innecessària gramaticalment i de tan mal explicar en una abreviatura, on, contràriament a la funció estalviadora de lletres d’aquesta, la seva presència reduplicaria inexplicablement el mateix so que el ja representat per la C, és clarament el resultat d’un error d’interpretació. I és que es tracta, sens dubte, de la grafia BARCHNONA, que, naturalment, s’ha d’entendre BARCH INONA, amb una H minúscula, tallada per un traç d’abreviació que indica la mancança de la I si és que aquest traç no s’ha d’interpretar com una I petita, tal com volia I. Mª Puig i Ferreté, per bé que, al nostre entendre, la mateixa morfologia de la I la féu derivar aviat cap a un simple signe típic dels que

10Catálogo de la colección de monedas y medallas de Manuel Vidal Quadras y Ramón de Barcelona. Barcelona: Puvill, 1975. 4 vol. 11BALAGUER, Anna M. Història de la moneda dels comtats catalans. Barcelona: Societat Catalana d’Estudis Numismàtics, Institut d’Estudis Catalans, 1999. p. 454-455. 12Symposium numismático de Barcelona. Barcelona: Societat Catalana d'Estudis Numismàtics, 1979. Vol. II, p. 288-296.

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indiquen la presència d’un abreujament. Que això és així ben bé es veu, per exemple, en el croat de Pere II (1276-1285) 310235 del GNC, que, a més, duu la variant BArCH NONA, amb una R representada per una petita lletra minúscula volada. La forma més comuna BARCHNONA és visible, però, en un croat d’Alfons III (1327-1335), el 15344 del GNC. I que la lectura proposada és la correcta ho prova també la llegenda no abreujada de mig croat del mateix rei Pere II, on hom diu PETRVS REX a l’anvers, sense DEI GRACIA, com porten els croats, per estalviar espai, i al revers BA RC HI NO NA, paraula, com serà habitual, harmònicament distribuïda en grups separats de dues lletres; vegeu la moneda 11410 del GNC, on una a minúscula i oberta, de tradició cursiva, sobreposada, equival a la síl·laba final NA [Foto 5].

Foto 5. Croat de plata de Pere II (1276-1285). Barcelona, Gabinet Numismàtic de Catalunya, GNC 11410. © Museu Nacional d’Art de

Catalunya, fotografies de: Tània Alaix

En croats d’Alfons II (1285-1291) BARCHINONA també s’abreuja BA CH NONA amb una petita I volada (15408 i 34140 del GNC), sense que deixem de constatar en les seves encunyacions de croats l’abreviatura BACHNONA amb el típic traç tallant la primera asta de la H i un altre després de BA per a BAR, derivat també de l’esmentada R volada (GNC 15343 i 34141).

Semblant procediment abreviatiu se seguí en temps de Jaume II (1291-1327), en els croats del qual llegim IACOBUS DEI GRACIA REX + CIVI TAS BACH NONA, on hom continua abreujant CHI amb el traç travesser de la H i on BA significa BAR gràcies, ara, a unes ales superiors que coronen la A (GNC 34143). D’altra banda, en vistes a una possible periodització de les distintes emissions de croats en temps de l’esmentat sobirà, cal observar un canvi significatiu en la grafia de BARCHINONA. Ja

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hem vist com en els croats més antics aquest nom sempre s’escriu amb la síl·laba BAR abreujada en BA. Així ho fa també Jaume II (GNC 34143), però ja des d’aquest rei (GNC 35047) i en els regnats successius hom prefereix la forma plena BAR (parlem dels croats, no dels diners). Així Alfons III (1327-1335) en GNC 15344, Pere III (1336-1387) en GNC 1537) o Martí I (1396-1410) en GNC (109260). Naturalment, aquesta constatació permet de deduir que els croats de Jaume II amb la grafia BAR són d’emissions més recents que no pas els que presenten només BA. A més, la incorporació en l’espai de l’àrea d’una lletra de més obligà a una redistribució de les síl·labes. En la primitiva forma s’escrivia CIVI TAS BACH NONA, però, després, la presència de la R féu desplaçar la B cap al grup sil·làbic anterior i s’escrivia CIVI TASB ARCH NONA, en adoptar també una distribució sil·làbica de la frase en grups més homogenis i separats ara de quatre lletres. Vegeu, per exemple, els esmentats croats d’Alfons III, Pere III i Martí I.

Convé d’insistir en el fet que la lectura correcta és CH i no pas CK perquè encara en l’actualitat hom continua llegint CIVI TASB ARCK NONA en el revers d’alguns croats d’Alfons IV.13

Per la seva banda, els diners d’Alfons III i de Pere III continuen amb l’abreviatura BA per a BAR i prefereixen la Q al dígraf CH. Vegeu, per exemple, el diner 109248 del GNC, fet encunyar per Alfons III i els 15397, 15721 i 34174 del GNC, fets batre per Pere III, tots amb la grafia BA QI NO NA, potser, tal com va apuntar I. Mª Puig i Ferreté, perquè l’evolució gràfica de la C va donar a aquesta una forma semblant a una Q; si bé no cal oblidar tampoc que la Q evolucionà així mateix cap a una forma molt propera a una C d’ampla base, que podia facilitar també l’ús d’una lletra per altra. En qualsevol cas, adoptada aquesta grafia, la de Q en comptes de C o CH i en ser els diners de mida més petita, per tal de guanyar espai hom va suprimir la paraula CIVITAS i no es feia servir la U després de la Q. Errors d’interpretació motivats per la no consideració de la presència de nexes i d’altres característiques compressives per la manca d’espai

De vegades, per manca d’espai, els nexes eren triples, i com a tals cal llegir-los. La moneda nº 5241 del catàleg Vidal Quadras en el seu revers no s’ha d’interpretar, com de vegades s’ha fet, GIRNDA, pensant sols en un nexe ND, sinó GIRVNDA, perquè la V està inclosa superposada damunt els dos darrers traços de la N i el primer de la D, el qual serveix també per al

13 Com fa el bon amic i gran numismàtic CRUSAFONT, Miquel. Catàleg general de la moneda catalana: Països Catalans i Corona Catalano-Aragonesa (s. V aC-S. XX dC). Barcelona: Societat Catalana d’Estudis Numismàtics, Institut d’Estudis Catalans, 2009. p. 475-476.

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darrer traç de la N. Es tracta, doncs, d’un triple nexe VND. Així es pot veure també als diners episcopals de Girona del segle XI conservats al GNC, com el 15209 o els 15225, 15226 i 15227, entre d’altres.

La moneda del bisbe de Vic Bernat de Mur (1244-1264)14sol interpertar-se SANTI en lloc de SANCTI per no veure el nexe NC. A més, la grafia SANTI per SANCTI semblaria menys explicable encara en monedes d’encunyació episcopal.

Hom diria que la manca d’espai també feia que hom aprofités altres elements de la “figura” de la moneda, com els signes, particularment la creu per donar a aquesta (o a una part d’ella) un valor alfabètic: X o I. La creu usada com a X ja es troba, per exemple, en els trients de Recared (586-601), no encara en els de Leovigild (575-586), per bé que després no sembla usar-se amb aquest valor sinó d’una manera inconstant.15 Amb tot, no sabríem dir si aquí la X s’ha converit en la creu, o la creu s’aprofita com a X. En qualsevol cas, amb aquest procediment, es guanya no sols en espai sinó també en simbolisme.

Ara bé, malgrat el reduït espai de les monedes, també en alguna avinentesa calia omplir amb l’ajut del text, tradicionalment curt, o de representacions simbòliques, necessàriament petites, espais que altrament quedarien sense ocupar. D’aquí l’ús de determinades lletres ajagudes, particularment de la S, com en un diner atribuït al comte Ermengol VIII d’Urgell (1184-1209), visible en les monedes 15235 i 15236 del GNC. I, per aquest motiu també, la inscripció AV SO NA, repartida en tres síl·labes en els quarters que marcava una creu al revers dels diners episcopals de Vic, de principis del segle XI, deixava un quart quarter sense lletres, el qual fou omplert amb una flor de vuit pètals, flor que, d’altra banda, té un clar sentit simbòlic, com de seguida hom dirà [Foto 6].

D’altra banda, la forma rodona de les monedes induïa a una escriptura freqüentment retrògada. Així s’observa sovint en la presentació només d’alguna o d’algunes lletres, o de tota una paraula i fins llegenda. Un d’aquests casos és, per exemple, el S. SVLVAP, sanctus Paulus, que segueix

14Ibidem, p. 336. 15 D’acord amb el que es pot observar a les excel·lents reproduccions de BENAGES, Jaume. Corpus de les monedes visigodes de Tarragona: Leovigild-Àkhila II, 575-714. Barcelona: Societat Catalana d’Estudis Numismàtics, 2007. Una manera de fer semblant, la trobem també en altres àmbits de l’epigrafia. En la inscripció d’una creu de plom del segle XII, actualment al Museu de Périgueux, s’hi llegeix a l’anvers LEXPISTVS, on la X és comuna al mot LEX i a la forma grega del mot Crist, XPISTVS. Vegeu el Corpus des inscriptions de la France médiévale. Robert Favreau, Jean Michaud, Bernadette Mora (eds.); Edmond-René Labande (dir.). Paris: Centre national de la recherche scientifique; Poitiers: Université de Poitiers, 1979. «Dorgogne, Gironde», p. 49.

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un S. PETRVS, escrit en l’ordre usual, visible en un diner encunyat, segons opinió força estesa –que no compartim, com després direm-,pel bisbe de Vic Berenguer Seniofred de Lluçà (1076-1099).

En altres casos, com hem avançat, sols una lletra o una síl·laba d’un mot es presenten de forma retrògrada. Un diner fet encunyar pel comte Ramon Borrell (992-1018) duu, en el seu revers, la inscripció BARCAN; ni cal dir que aquí AN s’ha d’entendre NA, per formar l’abreviatura BARCNA de BARCHINONA; aquest exemple es pot veure en la moneda 11367 del GNC. També és parcialment retrògrada l’escriptura del mot COMES escrit OCMES en un mancús del temps de Ramon Berenguer I de Barcelona (1035-1076), tal com es veu en les monedes 15151 i 15152 del GNC. El mateix cas és el d’un diner episcopal de Vic de mitjan segle XII, on es llegeix A V S O i després A N, que, òbviament, cal interpretar NA per llegir AVSONA. Vegeu la moneda 34100 del GNC.

Foto 6. Revers dels diners episcopals de Vic, s. XI. Barcelona, Gabinet Numismàtic de Catalunya, GNC 109221. © Museu Nacional d’Art de

Catalunya, fotografies de: Tània Alaix

La presència o absència d’escriptura retrògrada en les monedes ha fet pensar a alguns estudiosos que podia tenir valor per a l’ordenació cronològica. Així, J. Botet creia que els abundants diners conservats del temps de Ramon Berenguer III de Barcelona (1096-1131) eren més antics si tenien llegendes retrògrades i més recents en cas contrari.16En canvi, M. Crusafont és de parer oposat, car, en l’ús del retrogradisme, hi veu un indici de major modernitat, de tal manera que les no retrògrades les considera de Ramon Berenguer III i les retrògrades de Ramon Berenguer IV. Tot i que reconeix que « mentre no disposem d’altres criteris més segurs d’atribució,

16BOTET I SISÓ, Joaquim. Les monedes catalanes. Vol. 1, p. 53-63.

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pensem que aquest conveni (sense més valor que el de fixar una fita), pot ésser útil per a la seva ordenació”.17 Nosaltres encara no hem fet estadístiques sobre aquest particular, però és evident que, mentre no es facin, no es pot donar cap valor de major o menor antiguitat o modernitat a la presència d’escriptura retrògrada, total o parcial.

Pel que fa a la paleografia numismàtica també s’imposa una altra consideració, ben evident. I és que el poc espai disponible en les monedes obligava a escriure-hi textos molt curts i, a més, a un ús major d’abreviatures i nexes, però també a una escriptura sovint fraccionada en síl·labes i no sempre disposades en l’ordre de lectura usual. Aquesta particularitat ha fet caure als estudiosos, qualque vegada, en alguna lectura poc precisa i fins inintel·ligible. O almenys així resulta de la seva presentació desordenada. En els diners batuts pel bisbe de Girona, pel que sembla a començos del segle XII, moneda 34066 del GNC, per exemple, s’hi veu entre la llengüeta d’una balança ST a l’esquerra i VM a la dreta, però a sota, entre els platets, IV. Naturalment aquesta llegenda s’ha de llegir de sota cap a dalt per a formar el mot IVSTVM, altrament la sèrie dispersa de síl·labes escampades resulta incomprensible.

Altres errors d’interpretació

Dèiem abans que les llegendes han de tenir un sentit. Quan no el tenen, o fallaren els encunyadors o fallem els qui les interpretem. El diner del comtat de Barcelona encunyat a nom de Lluís i conservat a l’Instituto de Valencia Don Juan, a Madrid, presenta a l’anvers una llegenda que ha estat considerada retrògrada i interpretada així: H. HCVSIVVV per A. M. Balaguer18 i H. HCVSIVV per M. Crusafont.19 A nosaltres, però, no ens sembla una inscripció totalment retrògrada; només en la darrera síl·laba del nom del monarca i opinem que cal llegir-la a partir del punt que precedeix la H, el qual, al nostre albir, constitueix la part més alta de l’anvers. A més, hi llegim: HLVVVVCSV IN, amb la particularitat que la C, presentada invertida, forma nexe amb I; d’aquí la seva forma angulosa i no arrodonida, seguida d’una SV de valor retrògrat, ara sí, per a VS. Per tant, interpretem HLVVVVICVS IN(perator), tal com en grafia més correcta apareix al diner carolingi del GNC, moneda 62805 [Foto 7].

17Symposium numismático de Barcelona, p. 419. 18BALAGUER, Anna M. Història de la moneda dels comtats catalans, p. 365. 19CRUSAFONT, Miquel.Catàleg general de la moneda catalana, p. 325.

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Foto 7. Diner carolingi (revers) de Lluís el Pietós (814-840). Barcelona, Gabinet Numismàtic de Catalunya, GNC 62805. © Museu Nacional

d’Art de Catalunya, fotografies de: Tània Alaix

Les abreviatures de les llegendes monetals amb alguna nova proposta d’interpretació

Una manera de fer característica de les inscripcions monetals era també recórrer a l’ús d’abreviatures. Però, contràriament al que hom ha dit, les abreviatures numismàtiques sovint apareixen en formes distintes a les més habituals en textos basats en altres suports. En la moneda del comtat de Besalú nº 5258 del GNC s’ha abreujat el nom BERNARDVS suprimint totes les vocals i deixant-lo en BR NR DS, abreviatura per contracció. Però, en aquesta mateixa moneda, també hi és present una altra abreviatura força freqüent per suspensió: CO per a COMES.

El particularisme braquigràfic de suprimir les vocals en els noms dels sobirans té una llarga tradició, constatable ja en les llegendes de les monedes visigodes, on podem llegir R·CCISV·NT·S R., com en la moneda 107361 del GNC, on un punt alt representa les vocals suprimides del nom RECCISVINTVS i un de baix indica l’abreviatura per suspensió de REX. Manera de fer que també hom troba en els trients de Wamba, on podem llegir IN DEI NOMINE escrit IND·IN·M en una encunyació de Còrdova (GNC 9967), IND·IN·M·E en una altra de Mèrida (GNC 9968 i 9969) i I·D·INM· (amb el puntet damunt la M en aquest darrer cas) en una tercera de Sevilla (GNC 32030 i 107358), en una bona mostra de diferències locals.

De vegades sembla que la tendència a l’estalvi d’espai, expressat en l’ús abundant d’abreviatures, afecta fins i tot la manera usual d’anomenar alguns sobirans tot aproximant la seva grafia al de la pronúncia en vernacle,

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sempre més breu per més evolucionada. Per això trobem escrit CARLVS20 en comptes de la manera més usual CAROLVS, com és propi de la forma llatinitzada del nom KARL. Així, en la forma sincopada, apareix, en efecte, el nom de l’emperador en el diner emès per ell a Roses després del 793/4.21 Semblant pot ésser el cas dels RAMVN per a RAMVNDVS en comptes de la forma més habitual RAIMVNDVS; si és que no cal entendre el segon pal de la A com un nexe AI, amb la qual cosa hauríem de transcriure sempre RAIMVNDVS.

Ja ens hem referit a la presència de monogrames reials també en les monedes. Uns diners emesos a Barcelona a nom de Carles sembla que en presenten també un, no interpretat.22 Nosaltres pensem en la possibilitat que es pugui tractar d’un monograma deformat del mot REX.

En una altra moneda de Besalú, en l’esmentat diner atribuït a Guillem I, GNC 11153, s’hi sol llegir BI SIL DV NO, però a nosaltres ens sembla que, en aquest cas, hi diu BI S DV NO per a BISVLDVNO. La lectura SIL potser ha estat induïda per una C que es troba davant la S, per bé que separada per un traç inclinat. Aquesta C deu correspondre a l’abreviatura per a COMITATVS.

Una altra manera d’abreujar característica i pròpia de les llegendes monetàries sembla la combinació de símbols i lletres. Aquest podria ser el cas d’una Crux saluatrix o d’una sancta Crux, car potser aquest és el significat de la S present al segon quarter d’una creu inscrita en un diner de Tolosa, compaginant un símbol i una paraula, malgrat s’expressi aquesta tan abreujadament com la seva primera lletra.23

El diner de billó encunyat durant la minoritat d’Ermengol VI (1102-1108) a nom del seu tutor i avi Pero Ansúrez, que en l’anvers tothom hi llegeix VRGELLODVS potser s’ha d’interpretar, en les seves tres darreres lletres, DNS per DOMINVS, que fa més sentit. És clar que, dins el particularisme braquigràfic monetal suara al·ludit, també es podria considerar que DVS és, aquí, la forma abreujada correcta per a DOMINVS

20 Encara que visualment no ho sembli, és evident que també hom podria sospitar un nexe OR en CARLVS per a CAROLVS. La O d’aquest nexe, l’hauríem de trobar en la part superior de la lletra R, si bé, en l’exemple suara adduït, no sembla veure-s’hi. Amb tot, caldrà observar altres casos per si un origen gràfic abans que fonètic estigués en l’origen d’aquesta singular grafia. 21CRUSAFONT, Miquel. «Tipo inédito de Carlomagno de la ceca de Roda». Acta numismàtica. Núm. 13 (1983), p. 125-135. BALAGUER, Anna M. Història de la moneda dels comtats catalans, p. 362. 22BALAGUER, Anna M. Història de la moneda dels comtats catalans, p. 362, tipus 9. CRUSAFONT, Miquel. Catàleg general de la moneda catalana, p. 321. 23 Recordem el cas de BVRCINONA per BARCINONA.

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en lloc de l’habitual DNS, si és que, novament, un error d’encunyació no ha motivat una V en comptes d’una N.24

Més problemàtic és el cas d’una abreviatura que apareix en un diner de billó de Rosselló encunyat, segons opinió comuna, per Girard II (1164-1172), identificable en la moneda 34088 del GNC. Aquí, s’hi llegeix clarament la llegenda PAS, que no sembla fàcil d’interpretar.Th. Bisson creu veure-hi una grafia variant de PAX, nom que, segons l’erudit americà, contribuiria a propagar l’ideal de la pau en un moment en què el moviment pacifista aconseguí la més plena popularitat, això és, als segles XI i XII.25

Cal tenir en compte, però, que un altre diner rossellonès, aquest atribuït a Gerard I (1102-1115), visible en la moneda 15612 del GNC, porta l’abreviatura PTA en el mateix lloc i amb tota seguretat el mateix significat. No podem pensar, doncs, en PAX, i potser calgui donar la raó a A. Ma. Balaguer, per a qui es tracta de l’abreviatura de PETRALATENSIS, comtat, el de Peralada, que seria reivindicat pel comte rossellonès.26Certament aquesta hipòtesi ve reforçada per la presència en altres diners rossellonesos de les abreviatures PET, PETA, PETV i, sobretot, PETR, més fàcilment atribuïbles al mot sencer PETRALATENSIS.

Amb tot, no deixa de ser cert que aquestes abreviatures per al valor indicat resulten una mica críptiques; particularment PAS i PTA. I qui sap si no era precisament aquest secretetisme el resultat inicial buscat. Es tractaria per ventura, de primer, d’una reivindicació velada i, a poc a poc, feta més clara? Si així fos, tal vegada hom podria establir, en base a un criteri de menor a major claredat en les abreviatures, una periodització més precisa de les distintes emissions i potser, fins i tot, hom podria procedir a una nova atribució a encunyacions del comte Gerard I o II de Rosselló.

Pensem, d’altra banda, que una abreviatura com PAS podria ser interpretada simplement PAGVS i PTA, PATRIA, atès que tant PAS com PTA acompanyen el nom de ROSILIONVS i que pagus i patria són termes equivalents de comitatus. Basti recordar l’ús de l’expressió in pago Russulionense en un diploma del 30 de juliol de 844.27Però aquestes interpretacions, diguem-ne ambigües, ja no serien possibles amb les altres abreviatures esmentades.

24 Recordem el cas de BVRCINONA per BARCINONA. 25BISSON, Thomas. Conservation of coinage: monetary exploitation and its restraint in France, Catalonia, and Aragon, c. A.D. 1000-c. 1225. Oxford: Clarendon, 1979. p. 54. 26BALAGUER, Anna M. Història de la moneda dels comtats catalans, p. 456-457, tipus 95. 27Els comtats de Rosselló, Conflent, Vallespir i Fenollet. Pere Ponsich (ed.) ; rev. i completat per Ramón Ordeig i Mata. Barcelona: Institut d’Estudis Catalans, 2006. 1a part, p. 101, doc. 34. (Catalunya carolíngia; 6).

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Sense moure’ns de la moneda encunyada al Rosselló, no veiem tampoc amb claretat que l’abreviatura CO i NT o la variant CT i NO, en què simplement hom canvia l’ordre de les mateixes lletres, d’un diner atribuït a Gausfred III de Rosselló (1115-1164), com el de les monedes 12869 i 34086 del GNC, correspongui a CONTI amb el valor de comte.28 I és que cap abreviatura no pot dur una lletra que en el mot desenvolupat no hi sigui, i COMES no presenta mai una N en cap cas de la seva declinació. Atès que el context en què apareix aquesta abreviatura convida, malgrat tot, a veure-hi el mot COMES o COMITATVS, més aviat pensaríem que l’abreviatura pugui significar CONSVLATVS, ja que, en el llenguatge medieval més elaborat estilísticament, hom troba consul utilitzat amb el significat de comes, el que permet deduir un CONSVLATVS paral·lel.29 En qualsevol cas, sembla que aquesta abreviatura ha de referir-se a COMITATVS o a un sinònim, possibilitat que vindria reforçada si pogués quedar confirmat el valor de les anteriors abreviatures considerades com equivalents, ni que sigui en un context volgudament amfibològic, a PAGUS i a PATRIA, presents també en monedes rosselloneses, tal com acabem de dir. Es tractaria, si així fos, d’un particularisme lèxic del comtat català del nord [Foto 8].

Foto 8. Diner rossellonès (revers) atribuït a Girard I (1102-1115). Barcelona, Gabinet Numismàtic de Catalunya, GNC 15612. © Museu

Nacional d’Art de Catalunya, fotografies de: Tània Alaix

Un diner de billó de Cervera, de Guillem de Cervera (1213-1228), tutor de la comtessa Aurembiax, porta la llegenda PAX VIS, que s’ha 28Tal com interpreten Anna M. Balaguer i Miquel Crusafont en les obres citades anteriorment. 29 En ordre decreixent de possibilitats –molt decreixent i només per completar algunes remotes hipòtesis-, potser també hom podria pensar en CONVENTUS o en CONTIO, i encara amb molta menys probabilitat en un CONTILE substantivat.

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interpretat PAX VOBISCVM,30 per bé que segurament es pot entendre en la fórmula més senzilla de la salutació litúrgica PAX VOBIS, llegenda que Th. Bisson creu associada a la legislació sobre pau de Cervera del setembre de 1202 i amb un document del febrer de 1203 en què la reina Sança, el rei Pere i Ramon de Cervera atorgaren “consulatum et coniuracionem inter se et contra illos qui non fuerint in eorum consulatu” als cerverins,31 interpretació que sembla força raonable.

El diner de billó de Pere d’Aragó, Pere II d’Urgell (1347-1408), per la seva banda, duu a l’anvers la llegenda PETRUS DEI GRACIA i al revers COMES URGELLI ET VI, que entenem abreviatura per a VICECOMES, perquè el susdit Pere no sols era comte d’Urgell sinó també vescomte d’Àger.

El desafortunat costum de no resoldre gairebé mai les abreviatures deixa sovint perplex el lector. No es resolen perquè se n’ignora el significat o perquè es considera que aquest és tan evident que es creu que el lector no tindrà cap dificultat a interpretar-les? Ni que sigui en deferència als possibles, però improbables lectors del nostre escrit diguem que, quan en un ducató d’Alfons IV (1416-1458) encunyat a Nàpols trobem en una cara la llegendaALFONSVS: D: G: R: ARAGON: SI: CI: VL: FAi en l’altra DNS: M: ADIVTOR: ET: EGO: DESP: I: M, caldrà interpretar, respectivament: ALFONSVS DEI GRATIA REX ARAGONUM SICILIE CITRA VLTRAQUE FANVM i DOMINVS MIHI ADIVTOR ET EGO DESPICIAM INIMICOS MEOS. Ni cal dir que aquesta darrera llegenda correspon al psalm 117, 7; i és que els psalms i altres textos bíblics acostumaven a inspirar els epígrafs religiosos de les monedes medievals32 que de vegades acompanyaven la inscripció que identificava l’autoritat de qui emanava el poder d’acunyació de la moneda en qüestió i alguna altra dada significativa sobre ella, com podia ser el nom de la seca. Ja es veu, per altra part, que idèntic psalm com a llegenda hom troba en els segells del mateix sobirà,33 amb la qual cosa queda de nou en evidència la necessitat d’estudiar a l’ensems la numismàtica i la sigil·lografia. Recordem, a més,

30UDINA, Frederic. «Una moneda inédita de Cervera». Numisma. Año III, nº 6 (enero-marzo 1953), p. 31-37. 31BISSON, Thomas. Conservation of coinage, p. 55, núm. 3. 32Donen diversos exemples: FROEHMER, Wilhelm. La liturgie romaine dans la numismatique. Macon: Impr. typ. et lith. protat fréres, 1889. 17 p. [Separata del’Annuaire de la Société de numismatique] i ENGEL, Arthur.; SEURRE, Raymond. Traité de numismatique du moyen âge. Bolonya: Arnaldo Forni, 1977. Vol. 1, p. LVII. 33SEGARRA, Ferran de. Sigil·lografia catalana: inventari descripció i estudi dels segells de Catalunya. Barcelona: Estampa d’Henrich Institució Patxot, 1916-1932. vol. 3, p. 24.

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que ja hom recorre als psalms en les llegendes d’alfonsins de Jaume II (1291-1327), com el ps. 117, 14, FORTITVDO ET LAVS MEA DOMINVS; i que també en els pirrals de Pere II (1276-1285) hom pot llegir SVMMA POTENTIA EST IN DEO, que correspon a Eccl.3, 20 (GNC 309444). Els exemples es podrien multiplicar fàcilment, cosa que ens indueix a esmenar la lectura d’un doble coronat de Joan I (1387-1396) interpretat DNS PTECTOR MEVS n ADIVT34 en DOMINVS PROTECTOR MEVS ET ADIVTOR.

Alguns signes indicadors de la presència d’una abreviatura

Sovint les abreviatures no vénen indicades per cap signe que ens adverteixi de la seva presència, però aquests no manquen tampoc. Al costat de la H minúscula tallada per un traç en el seu primer pal per indicar HI en BARCHINONA,derivat segurament, tal com hem dit, d’una I petita anterior i sobreposada, ja hem vist en un croat de Pere II, la a sobreposada amb valor de NA. També s’usa el semicercle amb valor de la síl·laba -us, així en PETR’ REX, tal com es veu en les monedes 2199 i 11230 del GNC;en IACOB’ REX, de la moneda 15528 del GNC; en MARTIN’ REX, del coronat 34201 del GNC, o el F·D’ REX, per a FERDINANDUS, del mig croat 24360 del GNC. També en GERALD’ COMES d’un diner urgellès atribuït a Guerau de Cabrera (1208/9 i 1213-1228); vegeu les monedes 10712 i 15250 del GNC. El mateix cal dir de Ponç de Cabrera (1236-1243), escrit PONCI’ COMES, com hom consta en la moneda 109228 del GNC.

Semblantment hom representava abreujada la P amb el traç típic que li dóna el valor de PRO. Així es troba, en efecte, abreujada P VI N CI E per PROVINCIE en un menut marsellès de Ramon Berenguer de Provença (1209-1245), acompanyat a més d’un escut català-provençal de dos pals, tal com es veu en la moneda 4289 del GNC; o també en un doble coronat de Martí I, com el 34200 del GNC, on llegim PTECTOR ME’ per a PROTECTOR MEUS.

El menut marsellès 4289 del GNC, encunyat en temps de Ramon Berenguer V (1209-1245), presenta, així mateix, el nom del comte abreujat R. BE COMES, on després de la B hi ha un petit traç horitzontal que li dóna el valor de BER. Ja es veu, d’altra banda, que aquesta manera de fer en les abreviatures és més pròpia de la baixa edat mitjana.

Advertim, per últim, en aquest apartat que el traç horitzontal indicador de la presència d’una abreviatura ha estat mal interpretat també en alguna ocasió confonent-lo amb un altre valor. Així la suposada “omega

34CRUSAFONT, Miquel. Catàleg general de la moneda catalana, p. 408.

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d’ales llargues”35 que corona les abreviatures de RMN i BRG en un diner encunyat a Osona i atribuït a Ramon Berenguer III, i conservat al MEV, no és altra cosa que el típic senyal d’abreviatura amb el característic abultament curvi central que també es pot observar en alguns còdexs, diplomes i filacteris de retaules o altres peces artístiques.36

Foto 9. Florí de Mallorca de Joan I (1387-1396). Barcelona, Gabinet Numismàtic de Catalunya, GNC 2222. © Museu Nacional d’Art de

Catalunya, fotografies de: Tània Alaix

Valor simbòlic de distintes grafies Per concloure aquest breu apartat sobre la paleografia monetària,

diguem també que es manté aquí l’escriptura diferent d’un mateix mot per assenyalar una categoria distinta segons a qui es referís. En els florins, mig florins i rals del temps de Joan I (1387-1396) [Foto 9] hom continuà representant, com en els florins de Pere III, sant Joan Baptista, acompanyat de la inscripció S. IOHA NNES B., tal com era característic des de les primeres encunyacions de florins a la república de Florència a mitjan segle XIII. Quan el sobirà era Pere també s’escrivia el seu nom abreujat en la llegenda ARAG REX P. (GNC 2231) o ARAG OREX P. (GNC 309506). Però quan accedí al tron Joan, la coincidència del nom del nou sobirà amb la del Baptista feia que, com a formula humilitatis, el patronímic del rei s’escrivís sencer, però sense H intercalada. Així trobem les llegendes S. IOHA NNES BT. i ARAG OREX IO ANNES en el florí 11276 del GNC i en mig florí 11277 del GNC. Però, en canvi, quan el nom del rei no apareix 35CRUSAFONT, Miquel; BALAGUER, Anna M.; PUIG I FERRATE, Ignasi M. Els comtats catalans: les seves encunyacions i àrees d’influència. Barcelona: Societat Catalana d’Estudis Numismàtics, 1979.p. 421. 36Basti com a sol exemple: Barcelona, ACA, Cancelleria, Ramon Berenguer IV, perg. núm. 6.

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acompanyat del del sant, aquell s’escriu també amb H intercalada. Així en els rals 12772 i 104549 del GNC llegim IOHANNES DEI GRATIA REX ARAGONUM AC MAIORICARUM. Era una manera de fer semblant probablement a quan, en l’alta edat mitjana, hom escrivia domnus de manera sincopada per a referir-se a un senyor terrenal i hom reservava la forma plena dominus per a invocar Jesucrist.

Observem, d’altra banda, que, des del regnat de Joan I, sembla accentuar-se la búsqueda d’una perfecta, equilibrada i harmònica distribució dels distints fragments textuals de les llegendes amb el mateix nombre de lletres, el que serveix per indicar que les monedes de Pere III que presenten la distribució ARAG REX corresponen a emissions anteriors a les que tenen ARAG OREX. En els florins d’Alfons V trobem el mateix procediment: ARAG OREX A. / S. IOHA NNES B.

Representacions figurades

La iconografia no és innocent. Volem dir que no obeeix al fruit de la lliure inspiració de l’artista, sinó que transmet un missatge dictat o inspirat des del poder de qui emet la moneda, el qual l’artesà o artista es limita a interpretar i traslladar en imatges.

Com és lògic, també aquí és possible de manifestar alguna petita discrepància envers les opinions emeses fins a l’actualitat. Així, a tall de mostra, podríem dir que el personatge que il·lustra el diner i l’òbol encunyats a Girona, pel que sembla al segle XI, que corresponen a GNC 15177 i al 15182, respectivament, s’ha interpretat com un àngel per Botet i com un sant per altres. No hi ha dubte que es tracta d’un àngel, car està provist d’ales, i la seva presència indica segurament una encunyació episcopal. Ni cal dir que els àngels, cristianització de la Victòria pagana, personifiquen el poder celestial de Déu [Foto 10 i 11].

Foto 10. Diner sense llegenda marginal i àngel, s. XI. Barcelona, Gabinet Numismàtic de Catalunya, GNC 15177. © Museu Nacional d’Art de Catalunya,

fotografies de: Tània Alaix

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Foto11. Òbol sense llegenda marginal i àngel, s. XI. Barcelona, Gabinet Numismàtic de Catalunya, GNC 15182. © Museu Nacional d’Art de Catalunya,

fotografies de: Tània Alaix

La mateixa limitació d’espai que disminuïa les facilitats per al desplegament de les llegendes, reduïa també la possibilitat de representacions figurades i simbòliques, encara que, igual que en els espais destinats a inscripcions, de vegades, també calia omplir algun buit amb algun signe o element ornamental, si bé sempre significatius, per acabar de completar les “figurae”; així ho hem vist a propòsit de les flors de vuit pètals, que tenen una llarga tradició; basti veure la decoració de la uestis triumphalis del díptic de Flavi Anastasi, cònsul a Constantinoble el 517.37 I també constatem aquesta manera de fer en la incorporació dels estels que solen acompanyar un bust, ja des d’època romana, on simbolitzaven l’eternitat, per bé que des del Baix Imperi esdevingueren simples marques de seques,38 tot i que en el seu ús medieval semblen recuperar el valor inicial, però cristianitzat. I és que se seguien tradicions, entre d’altres raons, perquè és ben veritat l’afirmació que fa Ferran de Sagarra que “el gravador d’encunys de moneda s’havía de circumscriure a una superficie molt reduída, i no podía innovar gran cosa dels tipus coneguts, per no anar contra la rutina del públic, refractari per naturalesa, a tota novetat.”39

Si partim de l’època visigoda, no sembla que puguem discrepar tampoc de l’observació feta per R. Arroyo: “Tipològicament la moneda intenta imitar la imperial romana, però amb un estil artístic tan pobre, que els busts semblaven caricatures, quedant només, perdut el valor artístic, la vàlua

37WILLIAMSON, Paul. Medieval ivory carvings: early Christian to Romanesque. London: V&A Publishing, 2010. p. 42. 38GANNON, Anna. The iconography of early anglo-saxon coinage: sixth to eighth centuries.Oxford : Oxford University Press, 2010. p. 74. 39SEGARRA, Ferran de. Sigil·lografia catalana, Vol. 1, p. XII.

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que li donava el seu contingut en or.”40 Aquest mateix autor creu que “la moneda hauria estat en aquest cas un signe de poder sobirà sobre un territori, més que un producte de necessitats econòmiques... la moneda d’or circulà escassament, car tampoc era gens necessària en una economia sense mercat.” I prossegueix dient que “aquestes escasses monedes d’or, d’una tosquetat i rudesa infantils, fetes a martell, havien de competir amb les monedes romanes vigents en la circulació monetària usual i en els intercanvis ordinaris i de pagaments menuts. És possible, però, que a la darrera etapa de la monarquia visigòtica la crisi econòmica que travessava el país, reduís d’una manera dràstica la utilització de la moneda, retornant al bescanvi de mercaderies”.41

És ben veritat, en efecte, que, pel que fa a les representacions figurades, en trobem de més gran inspiració en les èpoques de major desenvolupament econòmic, com és natural. No debades, no sembla del tot desassenyat de donar la raó a Higí (s. II a. C.), que creia que les Muses nasqueren de la Moneda, car diu en les seves Fabulae que ex Ioue et Moneta, Musae,42 és a dir, que les Muses eren filles de Júpiter i de Moneda, el nom de la qual associà erròniament amb el verb moneo, i per això l’usà per traduir Mnemosine, la mare que considerem vertadera de les dolces habitants de l’Helicó.

Foto 12. Diner dels bous (revers). Diner episcopal de Vic, s. XI. Barcelona, Gabinet Numismàtic de Catalunya, GNC 15261. © Museu Nacional

d’Art de Catalunya, fotografies de: Tània Alaix

40ARROYO ILERA, Rafael. Les monedes valencianes. València: Universitat de València, Secretariat de Publicacions, 1984. p. 57. (Cultura universitària popular; 3). 41Ibidem, p. 57. 42HIGÍ, Juli. Faules. Barcelona: Fundació Bernat Metge, 2011. Vol. 1, p. 123.

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Però ara voldríem aturar-nos un moment a considerar el significat dels diners vigatans dits dels bous [Foto 12]. Sobre la bellesa de les figures monetals s’ha remarcat sempre la que presenta un diner episcopal de Vic amb un camperol que amb la mà esquerra mena un parell de bous que llauren un camp mentre ell, amb la dreta dins el sarró per treure les llavors, va sembrant. Fins i tot s’ha volgut veure en aquesta imatge una actitud de benedicció.43A més, el moment de la seva batuda s’ha atribuït al pontificat de Berenguer Seniofred de Lluçà (1076-1099), perquè tres documents de 1082, de 1083 i de 1084 respectivament semblen fer-hi referència.

Efectivament, el 22 d’octubre de 1082, una dona anomenada Belècia, impulsada per la necessitat, “compulsa inopia et penuria famis et siti et nuditate”, i com que no tenia qui l’ajudés, “non est qui me adiuuet”, vengué a un seu nebot, dit Bonfill Tedball, una feixa de terra heretada dels seus pares a la parròquia de Sant Julià de Vilatorta, situada al costat del cementiri de l’església. El preu que en rebé fou de 30 sous de diners d’argent puríssim de moneda de Vic, un diners “ubi sunt boues depicti”, on eren gravats uns bous. El diaca Alerand fou qui posà la venda per escrit i, observador i sensible com devia ser, detallà la particular representació escènica dels diners.44

Al cap d’un any, trobem una nova referència documental a aquests diners, anomenats com els dels bous, “denariorum monete Vici de boues”, car l’1 de juny de 1083 el matrimoni format per Bernat Ènyec i Gerberga empenyoraren a Guillem Guifred, clergue de Sant Pere de Vic, una peça de terra de la parròquia de Sant Andreu de Gurb per un deute de vint sous de diners de les esmentades característiques. L’escrivent fou en aquesta ocasió el diaca Guillem.45

Per últim, el 24 d’abril de 1084 una nova venda, ara d’una vinya de la mateixa parròquia de Sant Andreu de Gurb, escrita pel mateix diaca Guillem, costà 15 diners també de moneda de Vic dels bous.46

En comentar aquestes monedes, J. Botet resumí l’essencial del que fins aleshores hom creia i després tothom l’ha seguit. Deia Botet:

“L’encunyació de les monedes ns. 149 y 150 sabem positivament que correspòn al bisbe Berenguer (1075-1089), qui fou promogut a la seu de l’arxidiòcesi tarraconense. Els documents dels anys 1082 y 1083 no

43CASTIÑEIRAS, Manuel. El calendario medieval hispano, textos e imágenes: siglos XI-XIV. Valladolid: Junta de Castilla y León, Consejería de Educación y Cultura, 1996. p. 23. (Estudios de arte; 7). 44ORDEIG I MATA, Ramon. Diplomatari de la catedral de Vic: segle XI. Vic: Publicacions del Patronat d’Estudis Osonencs: Publicacions de l’Arxiu i Biblioteca Episcopals, 2007. Fasc. 4art, p. 743, doc. 1454. 45Ibidem, Fasc. 4art, p. 758, doc. 1469. 46Ibidem, Fasc. 4art, p. 771, doc. 1484.

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permeten dubte sobre aqueix punt. Són de plata y llur pes es manté encara a la vora d’un gram. De l’emprempta del anvers ja n’hem parlat; la llegenda S. Petrus: S. Paulus, completa sa significació. A propòsit d’aquesta emprempta, el canonge Ripoll en una carta dirigida a En P. Salat, qu’hem vist entre les apuntacions del vol. III d’En Salat, fa notar qu’als sigles XIII y XIV els bustos de sant Pere y sant Pau figuren als segells del capítol de Vic, aixís com als dels bisbes d’aquesta diòcesi hi figura un bisbe ab bàcul y beneint. En quant a l’emprempta del revers, un pastor guiant una parella de bous, nova a la numismàtica de l’Edat mitja, s’ha pres com una reminiscència de la tan freqüent al numerari romà colonial y com alusiva a la reedificació d’Ausona per Wifret el Pilós: aixís ho apunta En Heiss y ja avants ho indicà En Moncada, y aquèixa es la primera impressió que produeix la vista de la moneda. En Salat opina que significa’l caràcter agrícola de la comarca d’Ausona. Per últim, Mossén Gudiol l’aprecía com un símbol religiós, expressiu de la jurisdicció o del poder episcopal pera regir y governar l’Iglesia, o bé de la potestat que donà Jesús als Pares Sants de conduir son remat. El caràcter religiós que predomina als tipus de les monedes, aixís a l’antiguitat com als temps mitjos, ens mou a considerar com la més probable l’opinió de Mossén Gudiol, espècialment tractantse de monedes episcopals, com ho són les ausetanes.”47

A nosaltres, però, no ens sembla que cap d’aquestes intrepretacions sigui del tot encertada. És veritat que l’escena reprodueix un ambient agrícola, però només hi veiem un caràcter profà, no exempt, però, de valor moral com de seguida direm. Avancem de primer que, certament, els gestos solen tenir un llenguatge i, per tant, un significat, però, en aquest cas, cal advertir que l’aparent mà que impartiria la benedicció seria l’esquerra i, a més, contràriament a l’ús habitual, ho faria amb dos dits, l’índex i l’anular, i no pas amb tres, amb el polze també, tal com és normal. D’altra banda, en la societat medieval, tan jerarquitzada, l’orde dels laboratores estava ben diferenciat del dels bellatores i, evidentment, del dels oratores. No sembla lògic que un llaurador imparteixi benediccions. De seguida tornarem sobre un altre possible significat d’aquests dits aixecats.

Aquesta escena, laica i pagesívola, en una moneda d’encunyació episcopal potser pugui tenir una altra interpretació, que, de ser certa, tal vegada també permetria de pensar fins i tot en una encunyació anterior d’aquest tipus; d’època olibiana (1017-1046) o dels primers temps del pontificat de Guillem de Balsareny (1046-1076). I és que no cal oblidar que, a la primera meitat del segle XI, a Vic es va copiar un manuscrit que transmetia les obres de Virgili, no sols l’Eneida, sinó també les Geòrgiques. Aquesta cronologia per al Virgili vigatà, malgrat la discrepància de datacions

47BOTET I SISÓ, Joaquim.Les monedes catalanes. Vol. 1, p. 182-183.

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proposades, és segura per un altre estudi que tenim en premsa sobre el particular.48 I, certament, hem de pensar que un còdex com aquest, copiat sens dubte a Vic per a la seva escola catedralícia, devia representar una certa commoció entre l’estament eclesiàstic del moment, l’únic, d’altra banda, literàriament culturalitzat, que, a més, veuria, com era comú en l’època, en el cast Virgili un autor cristià avant la lettre (recordem a més la interpretació simbòlica de la quarta ègloga). D’altra banda, no oblidem que les Geòrgiques van fornir al món artístic medieval un variat repertori d’imatges rurals, i que els manuscrits de les Geòrgiques il·luminats són relativament abundants.49 No seria, doncs, lícit de pensar que el lema, ben suscribible per la moral cristiana, labor omnia uicit, present en la primera geòrgica (Georg. I, 145), on tan detalladament hom descriu les distintes eines i activitats agrícoles, podia haver estat recollida en aquesta imatge de labor camperola, on l’esforç de llaurar i sembrar anuncia el premi de la collita? No cal pas recordar que l’hemistiqui labor omnia uicit esdevingué un proverbi molt difòs. Ben clar ho deixa Macrobi, que, en les seves Saturnalia, ens diu que anava en boca de tots, uice prouerbiorum in omnium ore funguntur.50

És veritat, tanmateix, que no trobem cap indicació directa als diners de bous abans de les dates indicades, el que fa pensar en dues possibilitats: la primera, en efece, que la seva inicial encunyació hagués tingut lloc entorn de 1082 i que la singularitat de la seva representació hagués fet que els escribes s’hi fixessin. En aquest cas, tampoc podem rebutjar la possibilitat que la font inspiradora de l’escena fossin igualment les geòrgiques virgilianes. Passada una trentena d’anys de la còpia de Virgili, les seves obres bé haurien pogut trobar igualment un esperit sensible qui s’hi inspirés.

L’altra possibilitat és que els diners dels bous ja s’haguessin encunyat poc després de la còpia virgiliana, però que la seva presència i circulació no hagués trobat cap rogatari prou sensible per remarcar la seva singularitat abans del 1082. Que, després, en 1083, un altre rogatari continués anomenant aquesta moneda com la dels bous, també s’explicaria, a més de per la possible popularitat d’aquest tipus monetari, per l’esperit imitatiu dels escrivents, que també es copiaven determinades fórmules literàries els uns als altres quan aquelles els agradaven. D’altra banda, observeu que tampoc després de 1083 hom troba noves referències als diners dels bous sense que hàgim de pensar per aquest motiu que deixessin de circular per reduïda que fos la seva emissió.

48Sobre l’origen i la data del Virgili de Vic, en premsa. 49MANE, Perrine. «Enluminures médievales des Georgiques de Virgile».Mélanges de l’École française de Rome. Vol. 107, núm. 1 (1995), p. 233-329. 50Sat. 5, 16, 7. Vegeu també: OTTO, August. Die Sprichwörter und sprichwörtlichen Redensarten der Römer. Leipzig: B.G. Teubner, 1890. p. 181.

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Nosaltres som de l’opinió d’inclinar-nos per aquesta segona hipòtesi. A més, també A. Mª. Balaguer pensa que hom pot avançar la data de l’encunyació d’aquests diners al temps del bisbe Guillem de Balsareny (1046-1076), per bé que continuada, segons ella, en època de Berenguer Sunifred de Lluçà. És clar que Balaguer basa la seva teoria en fets, al nostre criteri, no fefaentment provats. Car pensa que la representació de l’anvers, amb sant Pere i sant Pau, “tan perfecta, hauria probablement servit de model a una emissió, de seca no explícita i d’art tosc, que podem atribuir a Ramon Berenguer I i, amb reserves, al comtat d’Ausona.”51 Però els diners a què al·ludeix l’excel·lent numismàtica presenten moltes dificultats no del tot aclarides. Els mateixos bustos de sant Pere i de sant Pau, acarats i sostenint a l’ensems una creu, és una escena que recorda la dels trients d’Ègica i Vítiza (698-702), batuts a Tarragona, amb ambdós monarques també moletejats fit a fit, per bé que els diners ausetans són d’una qualitat artística molt superior. Per tant, en el cas que realment existissin dos bustos enfrontats en els dos nous diners suposadament de Ramon Berenguer I, els seus gravadors també podrien haver trobat el model en la tradició representada per les esmentades monedes visigodes. I àdhuc en altres de més properes en el temps.

I és que nosaltres creiem que la representació de sant Pere i de sant Pau té el seu model més immediat en les butlles pontifícies, on no sols apareixia llur nom a la rota, sinó que, sovint, també figurava llur imatge en els segells adposats [Foto 13].52 Butlles arribades al nostre país amb aquestes

51BALAGUER, Anna M. Història de la moneda dels comtats catalans, p. 122 52GUDIOL I CUNILL, Josep. Nocions d'arqueologia sagrada catalana. Vich: Imprenta de la Viuda de R. Anglada, 1902 p. 314, també hi veu la influència dels segells papals, i recorda que, en aquests, “desde’ls temps de Lleó IX hi veyém casi en absolut los tradicionals caps dels Apóstols Sant Pere y Sant Pau, ab les sigles SPE-SPA y una creu al mitx”, p. 313, tot i que observa que “s’acceptuan los segells de Víctor II que tenen en l’anvers un home rebent del cel unes claus y en l’altre cara la representació de Roma, los d’Urbá II que suprimeix los caps dels Apóstols y los de Clement VI, Juli II, Lleó X, Clement VII y Pau III que mostran los escuts de les families de que eran originaris”, p. 313, n.1. No deixa de ser significatiu per a la nostra proposta cronològica que Víctor II pontifiqués entre 1055 i 1057, i Urbà II entre 1088 i 1099, constatació que exclou la influència d’un model papal a Vic posterior a 1055. Recordem, per altra part, que Lleó IX va ser papa del 1049 al 1054. D’altra banda, el doble retrat de sant Pere i de sant Pau, els quals representen junts l’Església de Roma té encara més llarga tradició. Diu GUDIOL I CUNILL, Josep. Nocions d'arqueologia sagrada catalana, p. 143: “En lloch com á Roma s’han trobat tantes y tant velles memories d’aquests Apóstols, en lloch se pot presentar una tant antiga y constant tradició dels dos Prínceps de l’Iglesia. Es célebre per lo conegut un medalló de bronze en que s’hi veuen los caps de Sant Pere y Sant Pau fets d’una época en que havían d’esser conservades les bones tradicions artístiques, per lo que s’atribuheix á finals del sigle I, á un temps en que encara podían haverhi

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característiques iconogràfiques poden haver fornit el model a artesans vigatans, barcelonins i fins d’altres comtats o bisbats.53

Foto 13. Diner dels bous. Diner episcopal de Vic, s. XI. Barcelona, Gabinet Numismàtic de Catalunya, GNC 15261. © Museu Nacional d’Art de Catalunya,

fotografies de: Tània Alaix

Però tornem ara sobre el possible significat dels dits, índex i i anular, aixecats de la mà esquerra del llaurador. Ja des d’època clàssica hom usà un llenguatge dàctil, que trobà perdurabilitat en l’època medieval (i posterior). Beda el Venerable ens ha transmès en la seva obra De flexibus digitorum,54 el valor no sols numèric sinó també alfabètic de les distintes disposicions dels dits, diferents en la mà esquerra i en la dreta. Diversos dels còdexs transmissors d’aquesta obra il·lustren també amb miniatures aquests significats. Un d’aquests manuscrits és precisament el 19 de la Biblioteca Nacional d’Espanya, per al qual Burnam proposà un origen ripollès,55 seguit

contemporanis y cristians que havían disfrutat de la presencia dels Apóstols”. I poc importa ara que aquest medalló es consideri del segle IV-V, BELTING, Hans. Likeness and presence: a history of the image before the era of art. Chicago: University of Chicago Press, cop. 1994. p. 143. 53 Per a la documentació pontifícia arribada a Catalunya basti ara recordar l’obra de KEHR, Paul F. Papsturkunden in Spanien: Vorarbeiten zur Hispania pontificia. Berlin: Weidmannsche Buchhandlung, 1926-1928. Vol. 1, Katalonien. 54BEDA, el Venerable. Opera. Pars VI: Opera didascalia, 3. Cura et studio Ch. W. Jones. Turnholti: Typographi Brepols, 1980. p. 671-672. 55BURNAM, John M. Recipes from codex matritensis A16 (ahora 19): palaeographical edition from a black-on-white facsimile. Cincinnati: University of Cincinnati, 1980. 47 p.

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després en aquesta opinió per J. Ma. Millàs56 i per Manuel Castiñeiras.57 I poc importa, en aquesta ocasió, que el còdex de Madrid no ens sembli d’origen ripollès, ni tan sols català58. Amb tot, no creiem que hom pugui dubtar que el llenguatge dels dits era força estès entre els eclesiàstics i que, per tant, també seria conegut en els monestirs i catedrals de la Catalunya medieval. I, curiosament, els dos dits aixecats de la mà esquerra podrien simbolitzar, alfabèticament, la G. No seria possible de pensar, doncs, que l’encunyador dels diners dels bous, indicant la inicial de les Geòrgiques, ens estava donant, al·ludint-la simbòlicament, la font de la seva inspiració?59

Tot amb tot, el fet que pels mateixos anys, en concret a partir del 1036,60 disposem dels primers esments en diplomes dels mancusos de Barcelona batuts pel moneder Enees, de nom tan virgilià, no passa de ser una coincidència simpàtica.

En qualsevol cas, a l’època del bisbe Oliba sembla que cal atribuir amb força probabilitat l’encunyació d’altres diversos diners, com els que

56MILLÀS VALLICROSA, Josep M. Assaig d’història de les idees físiques i matemàtiques a la Catalunya medieval. Barcelona: Edicions Científiques Catalanes, 1983. p. 237-239, i MILLÀS VALLICROSA, Josep M.«El ms. 19 de la Biblioteca Nacional de Madrid y sus influencias clásica y oriental en la transmisión de las ciencias». Revista de Archivos, Bibliotecas y Museos, 67 (1959), p. 119-126. 57CASTIÑEIRAS, Manuel. «Las fuentes antiguas en el menologio medieval hispano: la pervivencia literaria e iconográfica de las Etimologías de Isidoro y del Calendario de Filócalo». Boletín del Museo Arqueológico Nacional, XII (1994), p. 77-100. 58 Car ni el caràcter de l’escriptura ni les mateixes característiques de les miniatures (amb ús de colors de poca tradició en els tallers catalans –vegeu MUNDÓ I MARCET, Anscari M. «Códices isidorianos de Ripoll». En: Isidoriana: estudios sobre San Isidoro de Sevilla en el XIV centenario de su nacimiento. León: Centro de Estudios San Isidoro, 1961, p. 395, n. 36–, semblen autoritzar a pensar-hi. Diríem que, en aquest cas, s’ha fet d’una mera hipòtesi, al nostre entendre poc fonamentada –basada en particularitats lingüístiques de l’amanuense, que farien pensar en un català, per bé que la llengua protocatalana té en comú amb altres llengües romàniques aquestes mateixes característiques- una certesa demostrada. GARCÍA AVILÉS, Alejandro. «El manuscrito 19 de la Biblioteca Nacional de Madrid: un códice computísticio de origen controvertido». Imafronte, 10 (1994-1996), p. 41-50, fa un bon estat de la qüestió sobre el tema i conclou que “todos los indicios apuntan hacia un origen italiano de M19, y muy probablemente casinense” i, en tot cas, no passaria d’acceptar la “mano de un copista de origen catalán (en un momento en que Montecassino era un destacado centro de atracción de la cultura occidental donde acudirían muchos monjes a completar su formación)”, p. 49, hipòtesi aquesta darrera, al nostre criteri, ben poc versemblant. 59 Tractem més detingudament aquesta qüestió en el nostre article Els diners “dels bous” de Vic, nova interpretació, en premsa. 60BALAGUER, Anna M. Història de la moneda dels comtats catalans, p. 71.

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duen al GNC les cotes 10730, 15256, 15257, 29195, 34098, 109221 i 109222, així com l’òbol del mateix fons 15259.

Totes les consideracions aquí formulades són només el resum d’un rudimentari esbós, exposat un xic ràpidament i precipitada, d’una aproximació que pensem dur a terme amb més calma i –esperem- temps al món de les representacions gràfiques i figurades de les monedes, ni que sigui que ho hàgim de fer nudi nummis, com el bon Horaci (S. 2, 3, 184), car estem convençuts que, fins i tot en disciplines tan consolidades i de tan rica tradició erudita com la Numismàtica, encara són possibles nous enfocaments i desconegudes troballes.

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CECA Y MONEDAS EN LA CIUDAD DE LANCIANO (1441-1640)

SIMONLUCA PERFETTO

Questo breve articolo vuol semplicemente annunciare l’imminente pubblicazione di una ricerca dettagliata sulla zecca di Lanciano, sicché esso non può contenere tutti i dati serviti alle ricostruzioni del caso, ma si prefigge solo di individuare l’ambito di reperimento dei materiali 'lavorati', nonché di denotare il fondamentale ruolo della zecca di Lanciano:

«S’era discusso per decenni o meglio per secoli sulla consistenza della zecca di Lanciano, ma la sua natura e le sue monete erano rimaste un mistero, tanto che ormai si stava decretando il suo oblio senza appello. Contro corrente nel presente volume l’autore, oltre ad individuare numerosi esemplari emessi da questa importante zecca, ne ripercorre storia e bibliografia, nel tentativo di mettere a fuoco quell’alone feudale che, sin dagli inizi del regno aragonese, ha permeato la formidabile demanialità lancianese. Dai documenti degli Archivi Italiani e da quelli della Biblioteca Comunale di Lanciano è emerso che la zecca di questa gloriosa università fu l’officina personale del sovrano e degli Aragonesi, in perfetta simmetria con la zecca di Rocca San Giovanni al servizio degli Avalos. Questi luoghi frentani rappresentarono il perno della politica orientale aragonese tra i secoli XV e XVI, quali sedi della pubblicità monetaria dello Stato. Questo studio ha profilato una vera e propria 'riforma storica e numismatica' che, inevitabilmente, cassa gran parte della precedente letteratura sulle zecche meridionali»1.

All’esito di sette lunghi anni di ricerche sulle zecche dell’Italia

meridionale, per me, cominciava a farsi pesante e ingombrante l’assenza delle monete di una zecca di cui era stata documentata l’attività sotto Alfonso il Magnanimo e di cui si conosceva un privilegio segnato da Ferdinando II re di Napoli. Finalmente, ho potuto dare alla stampa ben due volumi2 su quella che è risultata essere la zecca più importante del Regno di Napoli, documentata grazie a privilegi e monete dal 1441 al 1640.

1 Tratto dalla quarta di copertina di PERFETTO S. 2013, Monete e zecca nella

terra di Lanciano: un particolare caso di demanialità sub signo Aragonum (1441-1554), in corso di stampa.

2 Mi riferisco a idem nonché a PERFETTO S. 2014, Lanciano demaniale: il privilegio dei privilegi e la sua ignota zecca barocca (1212-1640), in corso di

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La notizia di tale operatività, ma soprattutto le monete di questa zecca, risultano sconosciute alla comunità scientifica e per questo mi è sembrato opportuno annunciarne preventivamente la scoperta.

Sotto Alfonso il Magnanimo, Lanciano è nominata 'città aragonese' e per tale motivo non utilizza il proprio stemma civico sulle monete, ma batte moneta come se la città fosse un feudo del re, benché essa sia posta in demanio. In questa zecca si battono soprattutto monete di propaganda aragonese, in quanto la sua funzione è rivolta a pubblicizzare i fatti della Casa d’Aragona nel mondo orientale. Le più famose fiere del Regno di Napoli tenute a Lanciano3 hanno liquidità assicurata grazie alla presenza della zecca sulla quale è stata rilevata una certa influenza da parte del Mastrogiurato, figura istituzionale esclusiva di questa università, conosciuta pure col nome di Mastro di Fiera.

Uno sconosciuto mastro di zecca, tal Silvestro Bossi4, attivo esclusivamente a Lanciano, a cavallo dei regni di Alfonso I e Ferdinando I, pone la propria iniziale “B” sulle monete lancianesi di quel periodo.

Diversamente gli ordini disposti sul finire del regno di Ferdinando I eliminano i distintivi di zecca sull’oro e sull’argento per tutte le zecche regnicole, mettendo così in evidenza l’assenza delle sigle del mastro di zecca sulle monete di Lanciano5. Questa particolarità perdurerà anche nell'inoltrata epoca moderna consegnandoci, per esclusione, la catalogazione delle ignote monete di Lanciano, comunque sempre abbinata a concessioni monetali di grazia.

Anche Federico III d’Aragona concede la zecca a Lanciano, fatto sinora sconosciuto, al pari di Alfonso II e Ferdinando il Cattolico6, ma ancor stampa; questi volumi contengono le trascrizioni di numerosi documenti tra cui quelli citati nel presente articolo, oltre ad accogliere ampie catalogazioni delle monete battute a Lanciano.

3 GROHMANN A. 1969, Le fiere del Regno di Napoli in età aragonese, Napoli. 4 Cfr. Società Napoletana Storia Patria, ms XXVIII, B, 1. Napoli, XVI sec.

(compilato forse dal 1545 in poi). Repertorium alphabeticum solutionum fiscalium vel exemptionum Regni Siciliae

Cisfretanae, vulgo Neapolis. Manuscriptum. Saec. XV. Sane Servandum. Kalephatus.

I discendenti di questo mastro di zecca annoverano tra loro anche un Mastrogiurato (cfr. PERFETTO 2013).

5 Archivio di Stato di Napoli, Cancelleria Aragonese, Curiae, vol. 2, ff. 106v e 109r. Napoli 23 ottobre 1494.

Ordine al maestro delle zecche di Napoli e l’Aquila 6 Cfr. Biblioteca Comunale Lanciano, RAVIZZA G., ms. 1735 (in fotocopia,

privo di numerazione) Privilegi di Lanciano concessi da diversi re (copia estratta dal Dr Giuseppe

Ravizza nel tempo del suo Mastrogiurato 1735)

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più importante risulta quello che ho chiamato 'il privilegio dei privilegi', elargito nel 1608 da Filippo III di Spagna alla città di Lanciano7. In esso, la zecca viene nuovamente accordata con la battitura di tutti e tre i metalli: oro, argento e rame. Infatti, per citare un esemplare, lo scudo in oro segnalato dal Pannuti al n. 1 è stato coniato nella zecca di Lanciano e non in quella di Napoli.

La città di Lanciano, benché posta in demanio, rinuncia alla propria pubblicità personale sulle monete (non appone simboli) al fine di edificare soltanto quella del sovrano di turno che in questo modo riceve il beneficio tipicamente feudale dei rapporti di vassallaggio, con indubbio vantaggio per entrambe le istituzioni sovrano/università8. Dunque la zecca risulta operativa sotto i seguenti sovrani di Napoli:

Alfonso I (1441-1458) Ferdinando I (1458-1494) Alfonso II (1494) Ferdinando II (1495-1496) Federico III (1496-1501) Ferdinando il Cattolico (1504-1516) Carlo V (1516-1554) Filippo II (1554-1598) Filippo III (1599-1621)

Copia de' Privilegi concessi da diverzi Serenissimi Re alla nostra Città di

Lanciano estratta da un'altra copia de medesimi dal Doctor Giuseppe Ravizza al tempo del suo uffizio di Mastrogiurato nell'anno 1736. Si avverte che di tale copia non può servirsi per presentarla in alcun tribunale per la copia da cui è stata estratta piena di errori. Servirà però per istruzzione de' nostri concittadini e per le notizie necessarie - Ampio privilegio di Alfonso d’Aragona (Benevento, 22 gennaio 1441) - Ampio privilegio di Ferdinando d’Aragona (Castelnuovo-Napoli, 10 marzo 1463) - Conferma dei privilegi Alfonso II d’Aragona (Castelnuovo-Napoli, 5 marzo 1494) - Ampio privilegio di Ferdinando II d’Aragona (Castelnuovo-Napoli, giugno 1495) - Ampio privilegio di Federico III d’Aragona (Castelnuovo-Napoli, ottobre 1496) - Esecutoriale di ampio privilegio concesso da Ferdinando il Cattolico, a firma di Ferdinando Francesco d’Avalos-Aquino (Napoli, 11 maggio 1507) - Ampio privilegio di Carlo V, a firma del viceré Don Pietro di Toledo (Napoli, 30 maggio 1533) - Stralcio di ampio privilegio concesso da Filippo III (Madrid, 15 febbraio 1608).

7 Archivo General de Simancas, Secretarias provinciales-Nápoles, leg. 170, Ciudad de Lanciano, ff. 101r-169r. Madrid, 15 febbraio 1608 (in PERFETTO 2014 è data la trascrizione completa del privilegio).

8 Per i dettagli e tutta la documentazione del caso si rimanda ancora a PERFETTO

2013 e PERFETTO 2014.

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Filippo IV(1621-16499) I principali autori come il Vergara, il Fusco, il Lazari, il Sambon, il

Cagiati, il Prota, il Dell’Erba, passando per i compilatori del Corpus Nummorum Italicorum fino a giungere ai più recenti Bovi e Pannuti, non hanno individuato le monete lancianesi, intestandole erroneamente alla zecca di Napoli, atelier che invece come quello dell’Aquila operava sotto l’egida dello stesso ufficio di mastro di zecca.

Sesquiducato battuto a Lanciano

sotto Alfonso I e Ferdinando I (postumo)

Fonte: Aureo & Calicò 218-2, Caballero de las Yndias - lotto n. 710

D: ALFOnSVS D G R ARAGO SICIL V F Campo quadripartito, palato nel primo e quarto quadrante, caricato

degli stemmi aragonese e angioino-durazzesco nel secondo e terzo quadrante, inscritto in un cerchio perlinato. Tutto il modulo è circoscritto da un bordo perlinato.

R: DnS ADIVTOR T GO D SP In Il sovrano, nell’atto di vibrare la spada, a cavallo riccamente bardato

e galoppante verso destra, inscritto in un cerchio perlinato. Tutto il modulo è circoscritto da un bordo perlinato. Dietro il cavallo si trova la lettera B, inziziale di Silvestro Bossi.

P.: gr. 5,30 Met.: AU Rar.: RRR Rif.: CAGIATI10 n.1; CNI11 n.manca; PR12 n.1a; MEC13 n.manca; DA14 n.2; MIR15 n.52/1.

9 La città di Lanciano è venduta e infeudata al duca di Castro in un certo qual

modo sin dal 1639-1640, ma nel 1649, nonostante le ripetute proteste dei Lancianesi, Filippo IV acconsente definitivamente alla vendita della città e delle sue pertinenze (cfr. Archivo General de Simancas, Secretarias provinciales-Nápoles, leg. 209, Real asenso a la venta que dicha ciudad de Lanciano ha hecho o hiciere de los casales poblados despobalados que se relacionan, en las condiciones que se expresan, ff. 23r-27r. Madrid, 15 febbraio 1649).

10 CAGIATI M. 1911-1922, Le monete del Reame delle due Sicilie, Napoli, Tipografia Melfi & Joele.

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Scudo battuto a Lanciano sotto Filippo III re di Spagna

Fonte: Disegno Cagiati Fonte: Asta Ratto 1962 - lotto n. 439

D: PHILIPP • III • DG • REX • ARA • V Busto coronato, volto a destra. R: SICILIAE HIERVSA Stemma ovale coronato. P.: gr. 3,35 Met.: AU Rar.: RRRRR Rif.: CAGIATI n.manca; CNI16 n.manca; PR n.1; DAP17 n.1; MIR

n.199.

Per gli ulteriori documenti che hanno corroborato l’intera ricerca e per tutte le altre monete, rimando ai due libri in uscita, contenenti le trascrizioni documentali e la catalogazione di oltre 150 esemplari battuti esclusivamente nella zecca aragonese, poi divenuta spagnola di Lanciano.

11 CNI XIX, AA.VV., Corpus Nummorum Italicorum, Napoli parte I — Dal

Ducato Napoletano a Carlo V, Vol. XIX, Roma 1910–1943, Bologna, Ristampa Forni.

12 PANNUTI M.-RICCIO V. 1984, Le monete di Napoli, Napoli, Lugano, Nummorum auctiones.

13 GRIERSON P.-TRAVAINI L. 1998, Medieval European Coinage. Italy (III). (South Italy, Sicily, Sardinia), Cambridge, University press.

14 D’ANDREA A., ANDREANI C. 2009, Le monete napoletane dai Bizantini a Carlo V, Castellalto, Edizioni D’Andrea.

15 FABRIZI D. 2010, (a cura di), Monete Italiane Regionali. Napoli, Pavia, Edizioni Numismatica Varesi.

16 CNI XX, AA.VV., Corpus Nummorum Italicorum, Napoli parte II — Da Filippo II alla chiusura della zecca, Vol. XX, Roma 1910–1943, Bologna, Ristampa Forni.

17 D’ANDREA A., ANDREANI C., PERFETTO S. 2011, Le monete napoletane da Filippo II a Carlo VI, Castellalto, Edizioni D’Andrea.

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UN REAL DE A OCHO DEL ENSAYADOR PEDRO MARTÍN DE

PALENCIA A NOMBRE DE FELIPE III: 1622 MEJOR QUE 1621

FERNANDO LÓPEZ SÁNCHEZ Universidad Jaume I (Castellón)/Wolfson College (Oxford, R.U.)

Un Real de a ocho del ensayador Pedro Martín de Palencia a nombre de Felipe III Un coleccionista de la ciudad de Oxford conserva en su monetario un real de a ocho de la ceca de Potosí con un peso de 26.82 gramos y un diámetro máximo de 33 mm. Nos ha sido imposible de establecer el origen último de esta macuquina, aunque es segura su adquisición en el año 2012 en el conocido comercio Antique on High, situado en la céntrica 85 High Street de la ciudad de Oxford. Esta macuquina presenta una superficie uniforme, así como claros restos de patina y de verdín, lo que parece indicar que no proviene de un pecio marino. En el reverso no puede leerse fecha ni detalle alguno perteneciente a la leyenda originaria. En el anverso, por el contrario, y a la derecha del campo monetal, se aprecia la marca de valor O/VIII con la última parte del numeral “I” oculta parcialmente bajo la gráfila, característica ésta considerada por E. Paoletti como propia de las macuquinas con fecha y escudo coronado del año 1621 (PAOLETTI, 2006, 114 -nº 158; 115 -nos 159-161; 327 -nos 158-161). Se distingue igualmente a la izquierda del campo monetal la cruz aspada (x) entre las letras “P” y “P” desplegadas verticalmente y correspondientes respectivamente a las iniciales de la ceca de Potosí y al ensayador Pedro Martín de Palencia (Fig. 1a). Tras la gráfila punteada, y de forma suficientemente visible, pueden leerse igualmente los restos de leyenda […] YPVS III D […] (Fig. 1 b, 1 c)

Fig. 1a

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Fig. 1b Fig. 1c

El interés principal de este real de a ocho radica en la claridad de la asociación en su anverso de las siglas del ensayador y fundidor potosino Pedro Martín de Palencia (P x P) con el monarca español Felipe III ([…] YPVS III D […])1. En la demanda presentada por Pedro Martín de Palencia contra el tesorero Alonso Reluz de Huerta en el año 1638, relativa al período 1624-1627 y conservada en el Archivo Histórico de Potosí, se afirma que Palencia fue ensayador y fundidor de esta ceca desde “los años de seiscientos y veinte y dos poco más o menos” (DYM, 1992, 8-9, PELLICER

I BRU, 1997, 298). Es cierto que la relativa vaguedad de la indicación proporcionada en el documento de 1638 ha propiciado cierta especulación en torno a una probable existencia de monedas atribuibles a Palencia y con fecha del año16212. Sin embargo, y en palabras de E. Paoletti, “hasta el presente no se encontró pieza alguna con detalles lo suficientemente claros para confirmarlo” (PAOLETTI, 2006, 117, 329)3.

Pedro Martín de Palencia parece haber reemplazado a Juan Ximénez de Tapia en el cargo de ensayador y fundidor de Potosí muy poco después de que llegase la noticia de la muerte de Felipe III a esta Villa Imperial (PAOLETTI, 2006, 114, 327). Puesto que para este numísmata argentino la noticia del fallecimiento del monarca el 31 de marzo de 1621

1 Luís Peralta como posible ensayador de Potosí para este período es una atribución actualmente descartada, PAOLETTI, 2006, 117, 329. 2Las fichas 2084 y 2086 del cabildo de Potosí (INCH Y LEMA, 2012, 64, 65) señalan que Pedro Martín de Palencia fue nombrado ensayador de la Casa de Moneda a finales del año 1617. Sin embargo, durante los años 1618 y 1619 ejerció como teniente de ensayador Juan Ximénez de Tapia (fichas 2118 y 2173, INCH Y LEMA, 2012, 77, 100). A partir del 02/10/1620 (fichas 2219 y 2225, INCH Y LEMA, 2012, 117, 118) Tapia consigue retener el cargo de ensayador y fundidor de la ceca, y esto hasta su relevo efectivo por Palencia, en principio en algún momento a lo largo del año 1622. Ver también, la información similar, aunque no idéntica, proporcionada por PAOLETTI, 2006, 109, 111, 114, 117, 324-329. 3 Los reales de a ocho atribuibles al ensayador Palencia y al año 1621 nos 4510 y 5702-5703 de CAYÓN, 1983, 467, 407 y los nos 4712 y 6191-6192 de CAYÓN, 2005, 591, 678 no son concluyentes, bien por no estar datados, bien por no encontrarse claramente reproducidos.

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sólo tardó unos pocos meses en llegar desde España hasta el virreinato del Perú, el real de a ocho nº 161 de su catálogo del año 2006 con la letra “T”-Juan Ximénez de Tapia- y el numeral “IIII” -Felipe IV- es clasificado como correspondiente aún al año 1621 (PAOLETTI, 2006, 115, 327-328) (Fig. 2). Si se asume tal posibilidad cronológica para el ejemplar de E. Paoletti, con más razón aún debe entonces estimarse que la macuquina de Oxford fue acuñada también en este mismo año 1621. Los escudos coronados dibujados en los anversos de ambas monedas son ciertamente muy semejantes. El nombre del monarca español, normalmente escrito como “PHILIPVS” en la mayoría de las series del período, es también grabado con una sola “P” y con una “Y” final en las dos macuquinas (Fig. 1 b) (MENZEL, 2004, 277). Además, los dos reales de a ocho comparten la transposición de leones y castillos (PAOLETTI, 2006, 115, 327-328), siendo los leones en ambos reversos del tipo galgo echado hacia delante. Las dos macuquinas pesan por último 28.6 gramos cada una de ellas.

¿Son estas semejanzas entre ambas monedas pruebas concluyentes de que al real de a ocho de Oxford debe asignársele el año 1621 como fecha de acuñación? Si esta fuese una hipótesis razonable, el real de a ocho de Oxford constituiría entonces la prueba hasta ahora nunca hallada de que el ensayador y fundidor Pedro Martín de Palencia asumió su oficio en la ceca de Potosí en el año 1621. Y no en el año 1622, como parece indicar la demanda presentada contra el tesorero Alonso Reluz de Huerta y depositada en el Archivo Histórico de Potosí.

Fig. 2 1622 mejor que 1621 Existe un obstáculo importante que invalida no obstante la aparentemente sólida prueba de que Pedro Martín de Palencia pudo haber asumido su cargo de ensayador en la ceca de Potosí en algún momento del año 1621. Este obstáculo no es otro que la muy tardía entronización oficial de Felipe IV en el virreinato del Perú. Sabemos a este respecto que la

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defunción de Felipe III se transmitió oficialmente a la ciudad de Lima tan tarde como el 8 de octubre de 1621 (CAMPOS Y FERNÁNDEZ DE SEVILLA, 2001, 334)4, celebrándose las exequias reales allí dos meses más tarde. Además, la proclamación solemne de Felipe IV como nuevo rey en esta ciudad tuvo que esperar nada menos que hasta el domingo 6 de febrero de 1622 (OSORIO, 2004, 31). En cuanto a la ciudad de Potosí, el cronista Bartolomé de Arzáns Orzúa y Vela escribe que “en esta ocasión (que fue a principios del mes de junio del año1622) llegó a esta Imperial Villa la noticia del fallecimiento del rey nuestro señor don Felipe III y tardó esta nueva sólo de Lima a este Potosí más de cuatro meses” (HAENKE Y MENDOZA, 1965, 331). Es verdad, como lo aseguran L. Haenke y G. Mendoza, que “ocultar esta noticia durante cuatro meses era prácticamente imposible, a menos que se cortase todo el tránsito de pasajeros desde España y desde otras partes de las Indias a Potosí, así como los correos y aún el comercio” (HAENKE Y

MENDOZA, 1965, 331, nota 5)5. Es cierto también que el propio Arzáns Orzúa y Vela da a entender que la noticia oficial de la defunción de Felipe III la comunicó el general don Francisco Sarmiento en la Villa de Potosí dos meses después de conocerla -en abril- y que esta precisión del cronista potosino significa que dos meses -y no cuatro- fueron más que suficientes para que la nueva recorriese la distancia existente entre Lima y Potosí6. Sin embargo, y aún suponiendo que se hubiese conocido la muerte de Felipe III en Potosí antes de abril de 1622, esto es, a finales del año 1621 o a principios del año siguiente, tal notificación se habría comunicado en todo caso oficiosamente y nunca de forma oficial. Arzáns Orzúa y Vela nos informa además de que tras la publicación del fallecimiento de Felipe III en Potosí “celebráronse sus reales exequias con las grandezas siempre acostumbradas en esta Villa y con mucha paz y conformidad de todas las naciones que en ella habitaban” (HAENKE Y MENDOZA, 1965, 331). Si trasladamos los tempos cívico-monárquicos conocidos para la ciudad de Lima a la de Potosí, puede convenirse de esta manera que las exequias de Felipe III en esta última Villa Imperial sucedieron no antes de principios del mes de agosto de 1622. Además, la entronización de Felipe IV

4Este plazo se corresponde con el desplazamiento de un alto cargo de Sevilla a Lima. El famoso virrey Francisco de Toledo zarpó de Sanlúcar de Barrameda el 19 de marzo de 1569 y arribó a Lima el 30 de noviembre de 1569, ocho meses después, THOMAS 2013, 130. 5 Ya a finales del siglo XVI una carta podía recorrer la distancia entre Sevilla y Lima en tan sólo 88 días. Sin embargo, podía tardar también tanto como 262 días, LORENZO SANZ, 1979, 34; THOMAS 2013, 329. 6“Finalmente el general Sarmiento con su mucha prudencia la publicó, después de haber alcanzado con todas las naciones suspensión de alborotos y armas por tiempo de dos meses” (HAENKE Y MENDOZA, 1965, 331).

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en Potosí fue un acontecimiento lógicamente posterior a las exequias de Felipe III, por lo que no parece que pudiera haberse celebrado mucho antes de principios del mes de octubre de este mismo año. Teniendo en cuenta la escrupulosa observancia con la que los azogueros, los nobles señores de Potosí y los ciudadanos de a pie siguieron las celebraciones cívicas en torno a la muerte de Felipe III (HAENKE Y

MENDOZA, 1965, 331), es poco probable que el personal de la ceca hubiese incluido el nombre de Felipe IV en su producción monetaria antes de su reconocimiento formal a principios del otoño de 1622. Si Pedro Martín de Palencia relevó a Juan Ximénez de Tapia como ensayador y fundidor de la ceca de Potosí en el año 1622 (DYM, 1992, 25, 28), puede asumirse entonces que la macuquina de Oxford pudo haberse acuñado antes de la ceremonia de la entronización oficial del nuevo monarca Felipe IV. Por lo que respecta a la macuquina nº 161 de Paoletti, es cierto que no sería imposible considerar que Tapia hubiese podido alternar su trabajo de ensayador con Palencia a lo largo del año 1622, habiéndose ya reconocido en la ciudad de Potosí a Felipe IV como rey. No obstante, el real de a ocho nº 161 de Paoletti es una moneda retocada, y parece más factible considerar que el equipo de Palencia modificase uno o varios cuños de Tapia de 1621 con el fin de adaptarlo(s) a la realidad monárquica de finales del año 1622. La reutilización de cuños y la sobreimpresión de siglas es fenómeno común en la moneda potosina7. El ejemplar nº 161 de Paoletti puede considerarse así como una macuquina batida en 1622 por el equipo de Palencia aunque con la inicial del ensayador precedente8.

A pesar del interés indudable que ofrece el conocimiento de la macuquina de Oxford, la significación de esta moneda no radica sin embargo principalmente en su adscripción cronológica. Su mayor interés descansa ante todo en la clarificación que proporciona acerca del ritmo acuñador que la Villa Imperial de Potosí pudo haber mantenido a lo largo del año 1622. Este ritmo, diferente lógicamente del observado en España, estuvo determinado no solamente por la lentitud en el conocimiento de la muerte de Felipe III en Potosí, sino también por la parsimonia con la que dicha ciudad reconoció oficialmente a Felipe IV como su nuevo rey (HAENKE Y MENDOZA, 1965, 331). Bartolomé de Arzáns Orzúa y Vela señala a este respecto que la noticia de la muerte de Felipe III llegó tarde a 7PAOLETTI, 2006, 117, 118 (nº 162), 329 (nº 162), 330; MENZEL, 2004, 28 para este tipo frecuente de anomalías. 8 Los reales de a ocho nos 478, 481-482 de CALICÓ, CALICÓ, TRIGO, 271 y los nos

456, 459-460 de CALICÓ, 2008, 322 son atribuidos a Ximénez de Tapia para los años 1622 y 1623. No obstante, estos ejemplares se corresponden con ejemplares no fehacientemente documentados o reproducidos con claridad, PAOLETTI, 2006,109, 324.

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Potosí “temiendo que por ella se perdiese de una vez esta Villa pues en todo el Perú se sabían sus alborotos”. No es ciertamente imposible que los conflictos entre vascongados y vicuñas que caracterizaron a la ciudad de Potosí desde 1615, y muy especialmente a partir la primavera de 16229, hubiesen tenido su reflejo en las confusas sucesiones de los tesoreros y ensayadores que nos conciernen10. Sin embargo, la razón principal de la asociación de las siglas de un ensayador que asumió su oficio en 1622 con el rey Felipe III puede considerarse, a tenor de la información proporcionada por la macuquina de Oxford, que fue ante todo cívica y ceremonial. Estas páginas esperan en todo caso animar a que estudios futuros sobre la ceca de Potosí aúnen ritmos cívicos con secuencias acuñadoras. Quizás así sea más fácil explicar algunas de las más llamativas anomalías monetarias de esta ceca11. Bibliografía CALICÓ, X. (2008): Numismática española. Catálogo de todas las monedas emitidas desde los Reyes Católicos hasta Juan Carlos I. 1474 a 2001, Barcelona. CALICÓ, Y. Y CALICÓ, X .Y TRIGO, J. (1998): Catálogo de todas las monedas emitidas desde los Reyes Católicos hasta Juan Carlos I. 1474 a 1998 (9ª edición), Barcelona. CAMPOS, J. Y CAMPOS FERNÁNDEZ DE SEVILLA, J. (2001): “Exequias en honor de Felipe III celebradas en Lima en 1621”, Hispania Sacra, 53/107, 327-344. CAYÓN, J. R. Y CAYÓN, C. (1983): Las monedas españolas desde los Reyes Visigodos año 406 a Juan Carlos I, Madrid. CAYÓN, A. Y CAYÓN, C .Y CAYÓN, J. (2005): Las monedas españolas. Volumen I. Del tremis al euro. Edades Antigua y Moderna (I), Madrid. DE OTAZU, A Y DÍAZ DE DURANA, J. R. (2008): El espíritu emprendedor de los vascos, Madrid. DYM, K. A. (1992): “Pedro Martín de Palencia, ensayador y fundidor de la casa de la moneda de Potosí (1622-1628)”, Gaceta Numismatica 107, 6-14. HAENKE, L. Y MENDOZA, G. eds. (1965): Bartolomé Arzáns de Orsúa y Vela (1676-1736). Historia de la Villa Imperial de Potosí: riquezas incomparables de su famoso cerro, grandezas de su magnánima población, sus guerras civiles y casos memorables, Providence (Rhode Island).

9Y hasta bien entrado el año 1625 (HAENKE Y MENDOZA, 1965, 328-402). 10Como reconoce PAOLETTI, 2006, 117-118, 329-330; DE OTAZU Y DÍAZ DE

DURANA, 2008, 309, para el conflicto que afectó a la gente que trataba el mineral de la plata, azogueros y cargos públicos y administrativos en relación con ellos. 11Como es el trabajo simultáneo de varios ensayadores a lo largo de varios períodos o el reconocimiento por más de tres años de Luis I como rey de España en la ceca de Potosí (PAOLETTI, 2006, 217, 379).

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INCH, C. Y LEMA, A. M. (dir.) (2012), Libros de acuerdos del cabildo secular de Potosí 1615-1675. Vol. 3. Catálogo. Archivo y Biblioteca nacionales de Bolivia, Sucre,http://www.crl.edu/sites/default/files/attachments/pages/ABNB%20CPLA3.pdf LORENZO SANZ, E. (1979), Comercio de España con América en la época de Felipe II, II vol. Valladolid. MENZEL, S. (2004): Cobs, pieces of eight and treasure coins: the early Spanish-American mints and their coinages, 1536-1773, Nueva York. OSORIO, A. (2004): El rey en Lima. El simulacro real y el ejercicio del poder en la Lima del diecisiete, Lima PAOLETTI, E. (2006): Eight reales cobs of Potosi/Monedas macuquinas de 8 reales de Potosí,(trad. al inglés de Woolson, M/ Sedwick, D. F.) Buenos Aires (2ª ed.). PELLICER I BRU, J, (1997), Glosario de maestros de ceca y ensayadores (siglos XIII-XX), Madrid. THOMAS, H (2013), El señor del mundo. Felipe II y su imperio (trad. de Martínez Gimeno, C.), Barcelona.

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LA MONEDA FALSA EN LA CRISIS DEL S. XVII. UN RESELLO DE 1658-59 SOBRE UNA MONEDA DE LA CECA

LATINA DE SEGOVIA

NÉSTOR F. MARQUÉS GONZÁLEZ Universitat Autònoma de Barcelona

A lo largo del siglo XVII, España vivió una gran crisis política y financiera que repercutió gravemente en el sistema monetario, sufriendo diversos cambios y devaluaciones continuadas a lo largo del siglo para hacer frente a la devastadora situación económica del país. No es nuestra intención tratar el tema de los resellos en profundidad1, sino centrarnos en uno de ellos, en concreto el que se llevó a cabo entre los años 1658 y 1659 como un intento de paliar la situación económica durante la guerra contra Francia que acabaría justamente en 1659 con la Paz de los Pirineos (De Santiago Fernández, 2000: p. 176, 181; 2006: p. 375. Almenara, E. 2007b: p. 1063, 1066).

La moneda resellada que mostramos a continuación se corresponde con una emisión transicional acuñada en la ceca de SEGOVIA en un periodo comprendido entre los años 45 y 27 a.C.2 y cuya descripción es la siguiente.

A/ Cabeza masculina a la derecha. Detrás C y delante L. Alrededor

grafila de puntos. R/ Jinete lancero cabalgando a la derecha. El caballo descansa sus cuartos traseros sobre línea. Debajo leyenda SEGOVIA. Alrededor grafila lineal.

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1 Para su estudio más completo recomendamos los trabajos de De Santiago Fernández, 2000 y Almenara 2007b. 2 Según nuestra reciente investigación. Marqués González, en prensa.

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1 x 2

Como podemos observar, este ejemplar publicado originalmente por Ripollès (Ripollès, 1986: p. 64, nº 147) y depositado en el Civiche Raccolte de Milán, presenta tanto en el anverso como en el reverso un resello del reinado de Felipe IV, concretamente el de 1658 - 1659. El resello fue acuñado con una fuerza desigual en todas las zonas, lo que propició que quedase bien grabado en su zona superior, pero poco marcado, por no decir imperceptible en su parte inferior. En el reverso se observa una corona de estilo tosco sobre el monograma PHILIPVS [Fig. 1], orientado hacia las 11 h, todo ello sobre el jinete lancero y la leyenda SEGOVIA, de la emisión original. En el anverso aparece el monograma REX [Fig. 2] también bajo una corona de las mismas características que la del reverso; orientada hacia las 2 h.

Tras una primera pragmática del 24 de septiembre de 1658 en la que se daba orden de fundir toda la moneda de vellón grueso y volverla a acuñar con unos tipos similares a los de las figs. 1 y 2 (Almenara, 2007a: p. 305-306; 2009: p. 106), la corona acabó por permitir la acuñación de dichos tipos sobre los cospeles sin ni siquiera aplanarlos (Almenara, 2007a: p. 311-312; 2007b: p. 1066)3, por la necesidad de acelerar las labores de acuñación ante la difícil situación económica que se presentaba, por lo que dejó de ser una emisión monetal, para convertirse en un resello más.

Este resello fue grabado en las cecas de Burgos, Cuenca, Granada, La Coruña, Madrid, Segovia, Sevilla, Toledo, Trujillo y Valladolid (Roma Valdés y Verdejo Sitges, 2002: p. 313), hasta el día 6 de mayo de 1659, momento en el que se publicó una nueva pragmática sobre la moneda de cobre (Almenara, 2007: p. 312; 2009: p. 108).

3 Tras una serie de sucesivos y efímeros cambios. Por el decreto del 10 de noviembre de 1658.

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Fig. I. Idealización del monograma Fig. 2. Idealización del monograma PHILIPVS bajo corona REX bajo corona

A pesar de no ser visible el valor resellado en la moneda, las

características del módulo del mismo (24 mm.) nos hacen pensar que debería corresponder con una pieza resellada a cuatro maravedíes. Por otro lado, en lo que respecta a la ceca en la que fue resellada, nos es imposible discernirlo, puesto que al igual que el año y el valor del resello, la marca de ceca se encontraba en los laterales o la parte inferior del mismo; siendo estas partes las menos visibles en el caso de la moneda que nos ocupa.

Sin embargo, existen diversos elementos que llaman la atención sobre este resello. En primer lugar, teóricamente, estaba estrictamente prohibido resellar cualquier tipo de moneda que no fuera de curso legal en esos momentos, lo que excluiría fulminantemente la posibilidad de resellar esta moneda, acuñada unos mil setecientos años antes. Sin embargo, como ocurre en muchas ocasiones, la teoría y la práctica difieren, teniendo constancia de algún resello oficial sobre moneda antigua. Sin embargo, a pesar de ello no pensamos que éste en concreto sea un resello oficial, por lo degradado y tosco de su estilo, que no se ajusta exactamente a las características de los tipos legales. Además, no parece que el resello posea todos los elementos accesorios del modelo original, habiendo sido sustituida la cenefa de arcos y compases que rodea el motivo principal [Figs. 1 y 2] por una gruesa línea claramente apreciable en la parte superior del reverso de la moneda.

Durante el prolongado periodo de crisis del s. XVII comenzaron a proliferar toda clase de talleres clandestinos para la falsificación de resellos, en muchas ocasiones asociados a los conventos donde la justicia del rey no podía ejercerse, siendo en estos lugares más barato resellar cualquier tipo de pieza sin tener que pagar por ello unas tasas abusivas que, por supuesto, constituían el beneficio que iba a parar a las arcas del reino (De Santiago Fernández, 2000: p. 177). Lógicamente, estos talleres ilegales de acuñación

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no tenían en cuenta qué tipo de moneda resellaban, por lo que en muchas ocasiones cualquier moneda de cobre, incluso recortes monetiformes, servían para estampar un resello y hacer correr la moneda como auténtica.

A pesar de que no podamos establecer a qué ceca pertenece el resello por la nula visibilidad de la marca de ceca y por su condición de falsificación, lo que aumenta enormemente la variabilidad de grabados empleados, no es descabellado pensar que la moneda pudo haber sido hallada en la propia ciudad de Segovia y resellada en un taller clandestino de la misma, sin que podamos estar convencidos de ello por las razones antes expuestas. Sin embargo no queríamos dejar pasar la oportunidad de reseñar la singularidad de esta moneda acuñada en la ceca latina de SEGOVIA y que, posiblemente en esta misma ciudad, volvió a circular mil setecientos años después, y esta vez con un nuevo valor de cuatro maravedíes.

Agradecimientos Queremos dar las gracias al Dr. P. P. Ripollès por su consejo y por procurarnos amablemente la imagen de la moneda resellada y a Xavier Sanahuja, Rafael Montilla y Iago Urgorri por sus comentarios.

Bibliografía ALMENARA, E. 2007: “Las monedas olvidadas. La acuñación del numerario de cobre durante durante el resello de Felipe IV”. Nvmisma 251. pp. 295 - 317. ALMENARA, E. 2009: “Una ceca para Extremadura. Trujillo (1641 - 1681)”. Nvmisma 253. pp. 101 - 115. MARQUÉS GONZÁLEZ, N. F. en prensa: “Nuevos planteamientos cronológicos e interpretativos acerca de la Ceca Latina de Segovia. Una emisión inédita”. Numisma. RIPOLLÈS, P.P. 1986: Le monete ispaniche nelle Collezioni Italiane. Parte I. Bollettino di Numismatica, Serie Speciale, Roma. ROMA VALDÉS, A; VERDEJO SITGES, J. 2002: “Notas sobre los resellos múltiples”. Actas XI Congreso Nacional de Numismática. Zaragoza. SANTIAGO FERNÁNDEZ, J. DE, 2000: Política Monetaria en Castilla durante el siglo XVII. Junta de Castilla y León. SANTIAGO FERNÁNDEZ, J. DE, 2006: “Moneda y fiscalidad en Castilla durante el siglo XVII”. En Galende Díaz, J.C. (dir.) V Jornadas Científicas Sobre Documentación de Castilla e Indias en el siglo XVII. Dpto. de Ciencias y Técnicas Historiográficas. UCM, Madrid.

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UN CATÁLOGO NUMISMÁTICO DEL MUSEO ARQUEOLÓGICO

DE TETUÁN (MARRUECOS) DE 1956

ENRIQUE GOZALBES CRAVIOTO*

HELENA GOZALBES GARCÍA**

El objetivo del presente trabajo es el de presentar un curioso documento que hemos localizado y que contiene una catalogación de las monedas antiguas del Museo Arqueológico de Tetuán redactado en junio del año 1956. La importancia del mismo radica en que por las circunstancias que con posterioridad atravesó dicha institución, desprovista de dirección efectiva durante más de dos décadas y, por el hecho de que el conocimiento de las monedas que el documento registra se encuentra “fosilizado” en la bibliografía científica en 1948, aporta nuevos datos al estudio de la numismática antigua en el norte de Marruecos. En este sentido planteamos la publicación ahora de un estudio preliminar sobre los datos numismáticos, inéditos en su mayor parte, que aporta el documento aludido. Introducción En el Reino de Marruecos existen dos museos que contienen las principales colecciones de numismática antigua, que recogen las piezas recuperadas en las distintas excavaciones arqueológicas realizadas desde 1914 (en el caso de Volubilis) y 1921 (en el de Tamuda). Se tratan respectivamente del Musée Archéologique de Rabat, creación inicial de Louis Chatelain y de los arqueólogos franceses y, del Museo Arqueológico de Tetuán, que fue creado por César L. Montalbán en los años veinte y después ampliado notablemente por la actuación de diversos arqueólogos españoles. De forma congruente con su historia, el Museo de Rabat contiene las monedas recuperadas en sitios arqueológicos de la zona meridional de la antigua Mauritania Tingitana, en especial de Volubilis, Banasa y Thamusida, mientras el Museo de Tetuán contiene las monedas recuperadas en el norte, en la época del protectorado español (1912-1956) y en especial en los yacimientos de Tamuda y Lixus. Los numismas antiguos de uno y otro museo han sido objeto de un conocimiento muy desigual. Los arqueólogos franceses apenas publicaron los hallazgos numismáticos en detalle, excepto en el caso concreto de los tesorillos a los que prestó cierta atención R. Thouvenot. No obstante, en momentos ya posteriores la catalogación completa de los fondos

* Universidad de Castilla-La Mancha ** Universidad de Granada

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numismáticos del museo de Rabat fue realizada por Jean Marion, que detalló el reparto de las distintas monedas por emisiones, cecas autóctonas y foráneas y emperadores1. Por el contrario, en el caso de Tetuán, la evolución del conocimiento de las monedas fue justamente inverso; a partir del año 1940 Pelayo Quintero, director del museo desde el año anterior, mostró una especial atención por las piezas monetarias y en sus memorias de excavación en Tamuda daba anualmente relación detallada de los hallazgos de las mismas2.

Por otra parte, en el año 1948, tras el fallecimiento de Quintero, la administración del protectorado encargó a Felipe Mateu y Llopis la catalogación de los fondos numismáticos del Museo, labor que realizó de forma significativamente detallada. La publicación de su monografía en 1949 es una buena muestra de la riqueza y volumen de monedas que había llegado a tener ya en esa época el museo tetuaní, más allá de las ausencias en algunos detalles y, sobre todo de algunos errores de clasificación de las piezas monetarias. Estos últimos se concentran, en concreto, en las monedas mauritanas pre-romanas, en las piezas númidas y en las cecas mauritanas, si bien la mayor parte de los errores son subsanables debido al cotejo de los datos con las ilustraciones de la propia monografía3. No obstante, la publicación de los hallazgos numismáticos se interrumpió en ese momento. La investigación arqueológica avanzó muchísimo con los trabajos del nuevo director del Museo, Miguel Tarradell, que desarrolló excavaciones prácticamente todos los años en Tamuda (1948 a 1958) y en Lixus (1949 a 1958 y, después en colaboración con M. Ponsich). Sin embargo, en sus publicaciones las referencias a los hallazgos de monedas son enormemente genéricas por lo que, en general, puede indicarse que se pierde el rastro del registro arqueológico-numismático desde 1948 a 1958. Por ejemplo, la publicación global de las campañas de excavación de 1949 a 1955 en Tamuda no recoge ninguna referencia sobre los hallazgos de monedas romanas, mientras para lo anterior simplemente

1 J. MARION: “Notes sur la contribution de la numismatique à la connaissance de la Maurétanie Tingitane“, Antiquités Africaines, 1, 1967, pp. 97-117. 2 Vid. también P. QUINTERO: Museo Arqueológico de Tetuán. Estudios varios sobre los principales objetos que se conservan en el Museo, Tetuán, 1942. Al respecto E. GOZALBES e I. GONZÁLEZ: “Pelayo Quintero Atauri y la numismática antigua”, XIII Congreso Nacional de Numismática, Madrid-Cádiz, 2009, 183-195. 3 F. MATEU Y LLOPIS: Monedas de Mauritania, Madrid, 1949. La corrección de los datos la realizamos en E. GOZALBES: “La colección numismática de Tamuda (Tetuán) de época mauritana”, Cuadernos del Archivo Central de Ceuta, 11, 1997, 7-22.

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confirma la pertenencia de las piezas registradas a tres grandes grupos4. La propia evolución posterior del Museo tetuaní ha conducido a que todos los que intentamos un estudio de los fondos numismáticos pudiéramos detectar que, a grandes rasgos, el mismo era ya prácticamente imposible. El documento El documento que damos a conocer en el presente trabajo está mecanografiado y contiene cerca de una veintena de páginas. Se trata de una copia de las realizadas usualmente con el procedimiento de poner un papel carbón y, se detecta con claridad el fuerte pulsar de las teclas de la máquina de escribir, sin duda para obtener al mismo tiempo otras copias. Este ejemplar, en todo caso, parece la primera copia. La portada o primer folio sin numerar viene encabezado por el rótulo “Delegación de Educación y Cultura” (del Protectorado) y “Museo Arqueológico”. Centrado en letra pequeña el título del documento: “catálogo de efectos existentes en el mismo” y, debajo el lugar y la fecha de elaboración: Tetuán, 8 de junio de 1956. El redactor del documento, según se indica expresamente, es Miguel Tarradell Mateu, director todavía entonces del museo tetuaní, que unos meses más tarde se incorporaría como catedrático a la Universidad de Valencia (en el documento se indica de una forma expresa que ya tiene ese puesto). Sin embargo, varios detalles, erratas y confusiones en los nombres de los sitios arqueológicos delatan que M. Tarradell ordenó la elaboración, pero que sólo lo supervisó por encima, debiendo ser el verdadero redactor Francisco López Muñoz, citado en el interior del documento como Secretario de la institución (en la que llevaba muy poco tiempo, habiendo sustituido al catalán Cecilio Giménez Bernal).

En cualquier caso, el conjunto del documento deja pocas dudas acerca del carácter del mismo. En efecto, en esos precisos momentos de junio del año 1956 se estaba produciendo la recuperación de la independencia por parte de Marruecos, tras los acuerdos del Sultán Mohamed V con Francia, primero y muy recientemente con España después. Se formó, en tales circunstancias, en el Norte de Marruecos una comisión mixta de transferencia de competencias entre la administración saliente y los delegados marroquíes, por lo que este documento tiene la función justamente de servir para dicha transferencia. En los archivos gubernamentales de Marruecos, todavía no públicos que sepamos, en Tetuán o en Rabat, se debe

4 M. TARRADELL : “Las excavaciones de Tamuda de 1949 a 1955”, Tamuda, 3, 1955, 80. Los tres grupos a los que se refería eran las cecas locales, con predominio de Tamuda y después de Tingi y en menor proporción Lixus, ciudades hispanas con predominio de Gades, y reyes mauritanos con predominio de Juba II.

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conservar el original. Esta copia en concreto pasó a las manos del que era el Delegado de Asuntos Indígenas y principal personaje hasta ese momento en la administración del protectorado español, Tomás García Figueras. Años más tarde este político donó una buena parte de su fondo documental y bibliotecario, que como “Fondo García-Figueras” pasó a formar parte de la sección “África” de la Biblioteca Nacional de Madrid. Los datos numismáticos No se trata, por tanto, de un documento técnico de carácter numismático, ni siquiera es un documento que trate en exclusiva de numismática. Por el contrario, son muchos los aspectos que recoge el documento, desde el sueldo del director del Museo y del personal que prestaba sus servicios en el mismo (que eran un secretario, un restaurador, un portero, dos porteros de segunda categoría y un guarda de las ruinas de Tamuda que cobraba una simple gratificación). Se mencionan también de pasada las vitrinas de la exposición museográfica con sus contenidos temáticos y de procedencia de las piezas, así como las bateas de los fondos con la referencia global de los lugares de procedencia de los restos, así como los muebles en la vivienda del propio director (que no había ocupado Tarradell). Sin embargo, el documento presta una atención muy especial a las monedas conservadas en el museo, que enumera desde la página 9 a la 14. Es indudable que el motivo de esta más precisa enumeración se encuentra en la consideración a priori de que este tipo de material podría tener en sí mismo un mayor valor pecuniario. En principio, un lector no avisado de las condiciones de los hallazgos en los campos arqueológicos de la región, así como sobre todo de las propias características del documento, llegaría fácilmente a la confusión; en efecto, como señalamos el documento ni es técnico, ni especialista en numismática y, por este motivo, debe ser manejado con una extremada prudencia. A grandes rasgos requiere una reelaboración de sus contenidos a partir justamente de los datos conocidos sobre hallazgos numismáticos realizados hasta el año 1948. En efecto, la confusión es fácil si no se considera que el documento refiere dos grandes conjuntos en la enumeración de las piezas: en primer lugar la “Relación de las monedas expuestas”, en segundo lugar lo que denomina “Monetario del despacho del Museo”. Esta circunstancia explica el por qué se repitan entre uno y otro apartado los lugares de aparición de las piezas monetarias.

Las primeras monedas, las expuestas para contemplación de los visitantes, lo estaban en una vitrina con las piezas ordenadas, una labor antigua puesto que, según deducimos, sólo pudo ser resultado de la aportación del mencionado F. Mateu y Llopis. Esta vitrina, con las monedas después desordenadas y cambiadas en los procesos de limpieza e, incluso

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algunas extraviadas, permaneció después más de cuatro décadas en la sala correspondiente del museo tetuaní (hoy día ya no existente) como pudimos (E. Gozalbes) observar en múltiples ocasiones (años setenta y ochenta). Junto a la relación de monedas por lugares de procedencia y, junto a la indicación imprecisa del metal de fabricación (en bronce o en plata, muy raramente en oro), en la parte referida a exposición se recoge una columna, encabezada por la época de cada emperador. Una serie de aportaciones documentales que ya no se repiten en la mención acerca de los ejemplares del despacho del museo, que por otra parte son, con mucha diferencia, los más numerosos.

En el despacho del museo, o espacio del director, se enumeran aparte 130 monedas de la batea número 24 y que se citan como recogidas de un coleccionista particular del norte de Marruecos. Se trata de Guillermo Ritwagen Solano (1884-1943) quien en los primeros tiempos del protectorado español ejerció como encargado de la prensa y de la documentación del mismo y, por tanto, debió ser quien recopilaba las noticias y también la bibliografía marroquí. Desconocíamos totalmente esta faceta numismática del periodista malagueño. Casi todas las monedas recogidas por él y entregadas al museo tetuaní son de época romana, además con predominio absoluto de tiempos constantinianos.

En total se mencionan, aunque no se realiza una cuenta sistémica, 1.332 monedas. De entre ellas hay que eliminar para lo que resulta interesante a un estudio las aportaciones de procedencia foránea: 3 monedas de plata romanas, otras 22 bronces romanos, 31 “monedas autónomas” (se supone que hispanas y en su mayoría de acuñación de Gades) junto a 4 castellanas de bronce y 1 francesa de plata, todas las cuales se indican como procedentes de Cádiz, por tanto, con casi total seguridad traídas de allí por el propio Pelayo Quintero en el año 1939. Así pues, quedan 1.271 monedas procedentes del norte de Marruecos que ofrecen, sin duda, una visión global sobre dos aspectos: en primer lugar, los temas que eran objeto de atención en la arqueología del protectorado; en segundo lugar, con esta salvedad, se ofrece un panorama bastante significativo acerca de la circulación y el abastecimiento monetaria en la antigüedad en el norte de Marruecos. Las etapas de la circulación En el monetario del museo arqueológico de Tetuán no hay monedas cartaginesas y ello coincide plenamente con el catálogo efectuado en 1948 por Mateu y Llopis, así como con otros hallazgos registrados. Dado que además M. Tarradell hizo abundantes excavaciones en centros fenicios y púnicos costeros, sobre todo con las intervenciones en la ciudad de Lixus, este hecho confirma que con anterioridad a la etapa de los reyes moros de la dinastía númida, siglos II y I a. C., no existió circulación monetaria en estos

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territorios, por lo que los hallazgos (barco hundido en el puerto de Melilla publicado, entre otros por C. Alfaro Asins, o “tesoro de Tánger” publicado por L. Villaronga) deben interpretarse en función de otras circunstancias. Por el otro extremo cronológico, según el catálogo de efectos, en el Museo había una sola moneda árabe medieval o moderna. Este hecho se relaciona con la metodología de registro del momento en los criterios museísticos españoles, que M. Tarradell desarrolló en Tetuán. En efecto, se entendía que “arqueología” era lo puramente dedicado a la prehistoria y a la antigüedad clásica, mientras lo árabe se integraba en otro contexto más en el interior de las “Bellas Artes”. De esta forma, aunque el Museo de Tetuán recogía también los hallazgos y donativos de monedas árabes y, Pelayo Quintero colaboró con Mateu y Llopis al respecto de la identificación de algunas de las piezas, las mismas fueron evacuadas del museo en 1952 y trasladadas a la Biblioteca General de Tetuán, donde se creó una sección de numismática árabe, destinada en el futuro a la proyección de un posible museo de arte islámico5. Curiosamente y, pese a esta ausencia, en el catálogo se recogen algunas monedas medievales que, en todo caso, proceden de cecas cristianas. Salvo una moneda árabe en bronce de Alcazarseguer, todas las demás se reflejan como procedentes de Lixus. Corresponden a una moneda de oro de Justiniano I, otra de bronce de este mismo emperador, una pieza de oro de Basilio I y Constantino (siglo IX), que se unen a un ducado veneciano de oro, otro ducado veneciano de oro “imitación” de Oriente Próximo, tres monedas portuguesas en bronce y, 6 piezas sin clasificar. Estos datos son explícitos acerca de la continuidad de vida en Lixus en el siglo VI y, sobre todo a partir del siglo IX, la ciudad de Tussummus mencionada por las fuentes árabes6. Respecto a las distintas etapas de la circulación, del documento se desprenden los siguientes datos en un estudio preliminar: 1. Existencia de una gran cantidad de las piezas acuñadas por las casas reales de Numidia y Mauretania a lo largo del siglo II a. C., que son conocidas como monedas de Masinissa y sus sucesores. Así en el catálogo se detecta que en el museo tetuaní existía más fuerte presencia de estas monedas que en otras colecciones de museos, sobre todo por el alto número

5 G. GUASTAVINO GALLENT, “Las monedas árabes de la Biblioteca General de Tetuán”, Tamuda, 5, 1957, 229-238. Sobre la política de patrimonio y museística en el protectorado español en Marruecos, vid. E. GOZALBES: Tetuán: Arqueología, Historia y Patrimonio, Tetuán, 2012. 6 F. MATEU Y LLOPIS: Monedas de Mauritania, p. 51 cita ya las dos piezas venecianas que además reproduce en fotografía, y de las bizantinas incluye en la p. 47 un áureo de León I (457-474) no citado en el catálogo.

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de las procedentes de las excavaciones de Tamuda7. 2. En lo que respecta a las piezas de cecas del Marruecos antiguo la proporción fuerte de las emisiones de Tamuda, que son pequeños divisores, está justificada por el peso de los hallazgos de esta ciudad. Junto a las piezas de esta ceca destacan las acuñaciones de Tingi (Tánger) con más de de medio centenar de piezas y las de Lixus con unas 35. Sin embargo, las piezas de Semesh no aparecen identificadas, con toda probabilidad porque se confunden con las de las cecas anteriores, en especial con su atribución a Lixus. 3. La moneda romana republicana está escasamente representada, con menos de 20 piezas identificadas y, por el contrario las piezas de cecas hispanas son mucho más numerosas, sobre todo las acuñaciones de Gades, a las que siguen Carteia y Malaca, así como una pluralidad de cecas del Bajo Guadalquivir. No obstante, aparecen catalogadas menos piezas de las conocidas como aparecidas a partir de publicaciones, lo que plantea el problema irresoluble de si realmente se guardaban todas las piezas aparecidas o, por el contrario, las muy repetidas servían para su “venta-intercambio”. 4. Las piezas del rey Juba II son relativamente numerosas, se produce un notable aumento respecto a las anteriores8 y también son bastantes más que las de su hijo Ptolomeo, desproporción quizás aumentada por mayores problemas de identificación en las monedas de éste último. 5. Las monedas romanas posteriores a la conquista se inician con el mismo Claudio, pero las evidencias de circulación monetaria en las primeras décadas de dominio romano son bastante modestas. Sin embargo, en el siglo II se produce un aumento importante de la circulación monetaria que se intensifica en la segunda mitad de esa centuria9. 6. Característica bastante peculiar es que a partir de los emperadores Severos se produzca un aumento muy considerable en la circulación y abastecimiento monetario. Este hecho es diferente al que puede detectarse en las Hispaniae, pero que refleja una evolución bastante similar en otras zonas de África10.

7 Sobre estas piezas, vid. recientemente E. GOZALBES, “Las monedas anepigráficas de Masinissa y sus sucesores (Numidia y Mauretania)”, Omni. Revue Numismatique, 5, 2012, 6-10. 8 Sobre las acuñaciones reales mauretanas anteriores, vid. recientemente L. AMELA VALVERDE, “Emisiones reales mauretanas (49-25 a. C.)”, Nvmisma, 256, 2012, 29-43. 9 E. GOZALBES, “La circulación monetaria alto-imperial en el norte de la Mauretania Tingitana”, Espacio, Tiempo y Forma, Historia Antigua, 19-20, 2006-2007, 211-227. 10 Hemos insertado y analizado los datos del catálogo respecto al siglo III en H. GOZALBES GARCÍA: Hallazgos numismáticos del siglo III d. C. en el sur de la

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7. El siglo IV tiene una magnífica y mayoritaria representación, hasta el punto de que al menos el 40% del monetario corresponde a esta época. A la luz de los datos del catálogo parece evidente que el siglo IV fue un momento de recuperación en el norte de la Mauritania Tingitana, donde está magníficamente representado el llamado “renacimiento constantiniano”. Este hecho, bien atestiguado en Tamuda y Lixus, se extiende también a otros centros menormente representados. Y es un hecho coincidente además con los hallazgos numismáticos de otros lugares del norte de la Tingitana no registrados en el catálogo11.

Epílogo El documento del que hemos presentado un análisis preliminar informa acerca del estado de los fondos numismáticos del museo arqueológico tetuaní. En este sentido, confirma plenamente las tendencias de circulación y abastecimiento monetaria en la región, los cuales podían ya deducirse en el difundido trabajo de catalogación que realizó Mateu y Llopis ocho años atrás. No obstante, en razón de la justicia, en la propia catalogación se habían realizado pequeños progresos, puesto que las cifras de monedas son ahora algo superiores, pero no es menos cierto que esos avances son relativamente limitados. Las piezas en exposición para los visitantes, 143 enumeradas, son las mismas de la catalogación de F. Mateu y Llopis. Aumentaron bastantes las conservadas en el despacho del director del museo, pero también son muchas las que se indican sin identificar o catalogar, tanto en moneda pre-romana como sobre todo en el periodo imperial romano. Y para terminar, insistimos en que el que estudiamos no se trata de un documento numismático. No vienen reflejados datos algunos de los valores y cecas de las de las monedas y, por supuesto tampoco de la

Bética y la Tingitana: circulación y abastecimiento monetario, Trabajo Fin de Máster Interuniversitario en Arqueología, Universidad de Granada, julio de 2013 (dirigido por los profesores M. I. Fernández García y A. Padilla Arroba). Sobre la circulación monetaria en otras zonas de África, P. SALAMA : “Huit siècles de circulation monetaire sur les sites cotiers de Maurétanie centrale et orientale (III siècle av. J. C.-V siècle ap. J. C.). Essai de synthèse », II Simposium Numismático de Barcelona, Barcelona, 1979, 109-146. 11 Caso de Tánger, M. PONSICH: Recherches archéologiques à Tanger et dans sa région, Paris, 1970, 292 ; caso de Dchar Jdid, antigua colonia romana de Zilil, estudiado por G. DEPEYROT : Zilil I. Étude du numéraire, Roma, 1999 ; caso también de los fondos del Museo de Ceuta, M. ABAD VARELA, « Ceuta y su entorno en el estrecho. Relaciones económicas durante la antigüedad a través de la numismática”, I Congreso Internacional El Estrecho de Gibraltar, vol. 1, Madrid, 1988, 1003-1016.

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metrología. Este hecho refleja que en el desarrollo más concreto y detallado del mismo obtendremos algunas precisiones pero nunca serán suficientes. Y sobre todo, también el trabajo, como ya hemos detectado, obligará a superar algunos errores/erratas cometidos por el secretario a la hora de mecanografiar las notas de las que disponía. Más allá de sus fuertes limitaciones, el estudio puramente estadístico permitirá concreciones en relación a la circulación monetaria desde el siglo II a.C. al V d.C. en el Norte de Marruecos.

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Reseñas SAMUEL GOUET, NICOLAS PARISOT, MICHAEL PRIEUR, LAURENT SCHMITT: Celtic I. Paris, Compagnie Générale de Bourse, 2010. 224 pp. SAMUEL GOUET, LAURENT SCHMITT, NICOLAS PARISOT: Celtic II. Paris, Compagnie Générale de Bourse, 2011. 272 pp. Queremos hacer una breve mención a estos dos catálogos de subasta editados por la conocida casa de subasta CGB, especializada en moneda antigua y francesa, debido a que están dedicados íntegramente a la moneda celta, en su mayor parte a la originaria de la Galia. El objetivo del editor de CELTIC es crear una serie, como la de ROME, en la que se ofrezcan las piezas de este origen.

En un principio, esta casa ya había ofrecido dos volúmenes monográficos dedicados a la numismática celta: MONNAIES II (agotado, ahora en e-book) y MONNAIES XV. Pero, tanto debido al éxito de ROME (libros dedicados exclusivamente a la moneda romana) como evidentemente al propio interés de la moneda nacional, ha nacido la serie CELTIC, que en su primera entrega ofrece cerca de 1350 monedas galas y célticas, y en el segundo 1300 (147 de oro y “electrum”, 374 de plata y vellón, 565 de bronce y 214 de “potín”) La serie CELTIC se diferencia de las dos obras mencionadas anteriormente, al presentar las monedas a todo color (tamaño 1:1), y no citar una breve historia de la autoridad monetaria, en concreto la “tribu”, responsable de su emisión, que resultaba completamente monótono. La serie se va a convertir en esencial para el estudio de la numismática gala, no tan solo por la calidad de las fotografías, el número de piezas y los breves comentarios que se efectúan a muchas de ellas, sino a la gran cantidad y variedad de monedas que se presentan de un mismo tipo (las más interesantes, a parte de reproducirse a 1:1, aparecen ampliadas), muchas de ellas inéditas, así como, p.e., piezas forradas, imitaciones contemporáneas, etc. Cada moneda presenta las siguientes características: número de catálogo, breve descripción de la clase de moneda, tipo, metal (oro, plata, bronce o “potín”), diámetro, uso horario, peso, descripción de anverso y reverso, bibliografía, y comentario en su caso. Los índices (aunque incompletos) ofrecen un verdadero listado de las autoridades emisoras de la Galia, que permiten al lector orientarse a través de las piezas ofrecidas. Al final, existe una bibliografía esencial que figura en las referencias de las monedas y que permite al lector interesado ampliar sus conocimientos en un listado de obras para su consulta.

La cantidad y variedad de las piezas, su reproducción en color y su bajo coste: ¡10 €!, harán sin duda que la serie CELTIC se consolide como su hermana ROME. Esperamos ansiosos tener en nuestro poder el siguiente ejemplar.

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SAMUEL GOUET, NICOLAS PARISOT, MICHAEL PRIEUR, LAURENT SCHMITT: Celtic III. Collection et doubles de divers amateurs. Paris, Compagnie Générale de Bourse, 2011. 233 pp. Tercer volumen que dedica la casa Compagnie Générale de Bourse, más conocida por CGB, posiblemente el máximo referente en cuanto a la moneda gala en el mundo, a una subasta de monedas célticas, aunque, en realidad, prácticamente todo el libro está consagrado a la moneda de origen galo. En esta ocasión, figuran casi 1.000 piezas. Como es habitual, aparecen algunas monedas procedentes de Hispania (incluidas ibéricas y fenopúnicas), de Britania y de Europa Central. Pero, como hemos dicho, el núcleo, por no decir prácticamente toda la extensión del libro, trata de piezas procedentes de la antigua Galia (incluida una numerosa representación de la colonia griega de Marsella). Como en los dos volúmenes precedentes, cada moneda presenta las siguientes características: número de catálogo, breve descripción de la clase de moneda, tipo, metal (oro, plata, bronce o “potín”), diámetro, uso horario, peso, descripción de anverso y reverso, bibliografía, y comentario en su caso. Datos valiosísimos para todos aquellos que quieran estudiar la numismática de la Galia y, por supuesto, para los coleccionistas, a los que se les ofrece un gran número de variedades para mejorar o completar sus colecciones. Los índices (aunque incompletos) ofrecen un verdadero listado de las autoridades emisoras de la Galia, que permiten al lector orientarse a través de las piezas ofrecidas. Al final, existe una bibliografía esencial que figura en las referencias de las monedas y que permite al lector interesado en ampliar sus conocimientos un listado de obras para su consulta.

Los comentarios a cada moneda ofrecen una gran información de interés. De esta forma, p. e., hemos de destacar la relacionada con las monedas de Germanus Indutilli, que tradicionalmente se han considerado de origen “trévero” y ahora, gracias a un estudio de J. M. Royen, han de considerarse como “remas”. Eso sí, ya es más discutible si es únicamente una emisión provincial y no gala, como figura en CELTIC III, o precisamente es el último representante de las amonedaciones galas. Quizás el problema sea de la definición contemporánea que queremos dar a las monedas, y esto no ocurriese en la Antigüedad. Baste este simple ejemplo de la utilidad de este catálogo de subastas, con importantes comentarios sobre gran número de tipos de piezas, siempre al día, en un tema tan complejo como es el de la amonedación gala.

La cantidad y variedad de los ejemplares presentados, su reproducción en color, un auténtico lujo, y su bajo coste, 10 € (no han subido el precio), hacen que la serie CELTIC se consolide junto con su hermana ROME. Así, ya CELTIC I parece haberse, lógicamente, agotado, al no figurar a la venta en la página web de la editorial. Esperamos ansiosos tener en nuestro poder el siguiente ejemplar, que en principio ha de aparecer en la primavera del año 2012. L. A. V.

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CAMPO, MARTA (COORDINADORA CIENTÍFICA): Mites, ofrenes funeràries i monedes. XV Curs d’història monetària d’Hispània. 24 i 25 novembre 2011. Barcelona, MNAC (Museu Nacional d’Art de Catalunya), 2011. 124 pág. De nuevo estamos ante la cita anual del curso de numismática peninsular ofrecido por el Gabinet Numismàtic de Catalunya (GNC), integrado en el MNAC, a cargo de la Dra. M. Campo. El curso, en esta ocasión dedicado a la relación entre los mitos y las ofrendas funerarias con la numismática, es siempre tratado de manera espléndida.

Los temas así como los conferenciantes son los siguientes, siendo siempre los artículos acompañados de ilustraciones y bibliografía, elementos imprescindibles para un mejor conocimiento del texto así como ofrece la posibilidad de ampliar los conocimientos acerca de las cuestiones planteadas: M. Oller Guzmán, “L’arc i la clava: Heracles en la iconografía monetal d’Òlbia Pòntica i de Gadir”, pp. 9-19; M. J. Pena, “La iconografía monetaria de Europe: ¿el sueño de una nueva tierra o una imagen erótica?”, pp. 21-34; X. Espluga, “Divinitats de la gens i de la familia en la moneda romana”, pp. 35-44; J. del Hoyo, “Aprovechamiento político de los dioses por Augusto y su tiempo”, pp. 45-53; J. Ritoré: “El «óbolo de Caronte»: estado de la cuestión y relectura de las fuentes”, pp. 55-74; M. Campo, “Entorn el mite de Caront. La moneda a les necrópolis del litoral oriental de la península iIbèrica (segles IV aC-II dC)”, pp. 75-102; H. Moreno, “Hércules en el Hades. Iconografía hercúlea en las monedas procedentes de la necrópolis de Gadir”, pp. 103-124. Puede observarse que, en un principio, el cuso gira sobre dos temas, el mito de Heracles/Hércules y el mito de Caronte, este último muy explotado en películas y series de la Antigüedad. Nadie puede negar la influencia del Hércules gaditano en el mediodía peninsular, y el peso que tuvo su templo en la región. Por ello, no es de extrañar que sea el emblema de las monedas de Gades. En cuanto a Caronte, se efectúa un estudio de las fuentes acerca de este mito y se comprueba en una parte del territorio peninsular si se llevó a la práctica la costumbre de poner una moneda al fallecido para pagar el pasaje al Otro Mundo.

Ciertamente, nosotros personalmente preferimos otros cursos que el GNC ha ofrecido anteriormente, pero esto no significa que el correspondiente al año 2011 no sea interesante. Así, por ejemplo, nos han interesado mucho las conferencias ofrecidas por los doctores Espluga y Del Hoyo, ya que se relacionan con el área de estudio del que esto escribe: el reflejo de la política en la iconografía monetaria.

Hay que decir que en relación con este curso se ha inaugurado la exposición en el MNAC de “Déus i mites de l’antiguitat. L’evidència de la moneda d’Hispània”, que dura desde el 23 de febrero de 2012 a 17 de marzo de 2013. Ya sabemos que somos muy reiterativos, pero esperamos que estos cursos se sigan efectuando en años venideros. Como de costumbre, no nos cansaremos a de alabar la colección de cursos de historia monetal de Hispania organizada por el MNAC, que son ya un referente en la numismática peninsular.

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PELLICER I BRU, JOSEP: Aproximación a la metrología peninsular (siglos IX dc.-XII dc.). Barcelona, A.N.E. (Asociación Numismática Española), 2013. 229 pp. Última obra (esperemos que escriba varias más) del Presidente de ANE, gran especialista en el campo de la metrología, que demuestra su saber en la presente obra, que no es más que la continuación de otros trabajos efectuados sobre esta materia a la que se ha dedicado durante toda su trayectoria científica. El título es en cierto modo engañoso, puesto que el autor trata preferentemente del tema en la documentación leonesa-castellana, con cuestiones tan interesantes como la introducción del mitqal andalusí en territorio cristiano o la introducción del marco de Colonia en la Península Ibérica. La parte mayor del presente libro es la translación de los textos existentes sobre metrología en la documentación de los reinos de Castilla y León, especialmente de los cartularios. Con ellos, el autor estudia la evolución de los pesos y las monedas de estos estados medievales, durante el periodo que cubre el libro, de manera magistral, aunque quizás demasiado enfocado al especialista, ya que la abundancia de datos lleva momentáneamente al lector a quedar apabullado por el conocimiento sobre la materia demostrado por el Sr. Pellicer. Pero, no nos engañemos. Para el autor, todos los sistemas metrológicos, en mayor o menos medida, están relacionados los unos con los otros, ya desde la lejana y misteriosa Sumeria, pasando por los foceos, hasta llegar al mundo carolingio y a los estados cristianos peninsulares. De esta manera, Pellicer se adentra en la metrología antigua prerromana peninsular, y nos desgrana su desarrollo hasta llegar al periodo reflejado en el título de este volumen, momento en que el reino (o reinos) castellano-leonés rompe con la Antigüedad y adopta el patrón andalusí. Muy interesante es su desarrollo sobre la metrología del denario ibérico, pero no estamos de acuerdo con el autor cuando desliga el peso del denario ibérico del denario romano, a pesar de que reconoce que hay numerosos investigadores que están de acuerdo de que ambas monedas presentaban el mismo peso. Los diferentes cuadros que salpican la obra permiten seguir las evoluciones de los sistemas metrológicos que se presentan, que sirven para conocer las relaciones ponderales entre los diferentes sistemas. Pellicer nos muestra como la influencia andalusí en este campo no sólo alcanzó a los reinos cristianos peninsulares, sino también se manifestó por Europa, dentro de su teoría sobre la relación entre los diversos sistemas metrológicos empleados en la Antigüedad y la Alta Edad Media. En este sentido, el autor llama en sus conclusiones a efectuar estudios metalográficos de las diferentes emisiones monetales para comprender las leyes utilizadas para acuñar moneda. En suma, una obra de carácter esencialmente sobre diversos sistemas metrológicos que acaban en el castellano-leonés, que esperamos que el autor vaya desarrollando en nuevos estudios. Siendo egoístas, esperamos que dedique su tiempo (o parte de éste) a desarrollar los sistemas metrológicos peninsulares indígenas.

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Libros Recibidos

AÑO 2012 Edición ANE PELLICER I BRU, J., Metrología Barcelona 2011. AMELA VALVERDE, L., Varia Nummorum. ANE. Barcelona 2012.

Compra BARAC, B. Referente Catalogue Orders, Medals and Decorations of the World. 1945. Part I. A-D. Zagreb 2009. BENANIBA, A. Y DIAZ J.M. Corpus des monnaies du Languedoc carolingie et féodal et du Roussillon. Francia 2011. LÓPEZ, CÉDRIC. Les monnaies attribuables aux Rutenes.2011. NERCESSIAN, Y. T. Silver coinage of the Artaxiad Dynasty of Armenia. Los Angeles 2006. RODRÍGUEZ LORENTE, J.J. Las monedas de Isabel II. Madrid 1957. VV.AA. La moneda de los íberos. Ilturo y los talleres layetanos. Exposición abril/junio 2012. Museu de l’Estampació de Premià de Mar. Abril 2012.

Obsequio autor o editor AMIGOS CASA MONEDA DE SEGOVIA. Las acuñaciones de moneda de Segovia. Desde 30 a.C. hasta 1869. Segovia 2012 BEITIA AREJOLALEIBAR, P.M. Moneda de Euskal Herria. Aramaio. 2011. BONILLA MEJÍA, L. Dimensión regional de la desigualdad en Colombia. Banco de la República. Bogotá, Colombia 2011. CEBREIRO ARES, F. Introducción a la Historia Monetaria de Galicia. (s. II a.C. – XVII d.C.). 2012. CRUSAFONT SABATER, M. Història de la moneda de l’Occitània Catalana. (s. XI-XIII). S.C.E.N. Barcelona 2012. FRANCÉS VAÑÓ, D. La moneda Handusí en al-Andalus. Montpellier, 2012. GONZÁLEZ WHITE, B. Catálogo de billetes de la República de Colombia. Banco de la República 1923-2002. Medellín, Colombia 2003. GUIRAO, R; MACÍAS, F Y MILIÁN, M.A. Botones de uniforme. España 1971-2011. Huesca 2012. LÓPEZ DE LA FUENTE, J.L. Tipos y variantes de los maravedís de los Austrias (1516-1700). Diciembre 2011. M.N.A.C. Déus i mites de l’antiguitat. L’evidència de la moneda d’Hispània. Febrer 2012. MARITIU, S. Y CIRJAN, R., Emisiunile de Bancnote Romanesti in Peritada 1929-1947. Banca Nationala A Romaniei. Bucarest 2011. PEÑA, ANTONIO DE LA. Galicia. Prehistoria, castrexo e primera romanización. Vigo 2005.

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RECUERO, M. Director Coordinador; colaboradores: RODRÍGUEZ, Mª A. y

ROMERO, P. Documentos Medievales del Reino de Galicia: Doña Urraca (1095-1126). Xunta de Galicia. Santa Comba 2002. RECUERO, M; RODRÍGUEZ, MªA Y ROMERO, P. Documentos Medievales del Reino de Galicia: Fernando II (1155-1188). Xunta de Galicia. 2000. ROMA , A. Notes on Castilian coinage. The XIII century. 2011. ROVIRA I GÓMEZ, S.J. Els Castellarnau. Societat Catalana de Genealogía, Heràldique, Sigil.lografia, Vexil-lologia i Nobiliària. Pineda de Mar 2003. TRAVAINI, L. Philip Grierson, Irish Bulls and Numismatics. Roma 2011. TYE, ROBERT, Early World Coins & Early Weight Standards. York 2009. VILLARONGA, L. Y BENAGES, J. Les Monedes de l’Edat Antiga a la Península Ibérica. Barcelona 2011. VV.AA Introducción a la Historia Monetaria de Galicia (s.II a.C. – XVII d.C.). 2012. F. Cebreiro Ares (Editor). VV.AA. Actas do II Coloquio Internacional de Espigrafía “Culto e Sociedade”. Sintria III-IV 1995-2007. VV.AA. Homenaje a Herbert A. Cahn. Circulus Numismaticus Basiliensis. Basel 1985. XIV CONGRESO NACIONAL DE NUMISMATICA. Nules-Valencia. Octubre 2010. (DVD). Obsequio Sr. Iago Urgorri MURO CARVAJAL, J. Monedas de Santiago. Reedición Valencia 1994. SUAREZ, M. Las monedas de Heliogábalo. Cádiz 1966.

Obsequio Banco de la República de Colombia HELG, A. Libertad e igualdad en el Caribe colombiano 177-1835. Banco de la República de Colombia. 2011. WIESNER, E. La economía política de la política macroeconómica en América Latina. Banco de la República de Colombia. 2010. Obsequios varios CAHN, H. A. Kleine Schiriften zur Münzkunde und Archäologie. Basel 1975. CLAIN-STEFANELLI, E. Italian coin engravers since 1800. Washington 1965. CLAIN-STEFANELLI, E. Numismatics an ancient science. Washington 1965. FRANKE, P. R. Kleinasien zur Römerzeit. Verlag C.H.Beck. Munich 1968. GÖBL, R. Einführung in die Münzkunde der römischen Kaiserzeit. Viena 1960. HAMIDI, H. Catalof of Modern Coins of Afganistán. Kabul 1967. KARIM, DJANI A. Mata Uang dan Sejarah. Yakarta 1979-1980. KROHA, T. Münzen Sammeln. Alemania 1961. LAL GUPTA, P. Coins India-The land and People. Nueva Delhi 1969. SAINZ VARONA, F. Medallística Burgalesa. Burgos 2007. VOETTER, O. Catálogo de la colección de monedas romanas de Paul Gerin. Viena 1921.

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Revistas intercambio AFNB. Boletín. Nº 72-73.2011 y Nº 74.2012. Assoc. Fil. y Num. de Brasilia. Arqueología y territorio medieval. Nº 19. Universidad de Jaén. 2012. ARSE. Nº 45. Sagunto 2011. AWRAQ. Nº 4. 2011. Boletín cultural y bibliográfico. Biblioteca Luis de Arango.Nº 81. 2011. Boletín de Historia y Antigúedades. Nº 853. 2011. Academia Colombiana de Historia. Boreas. Nº 33. 2010. Bulletin de la Société Française de Numismatique. Nº 10, 2011. Nº 1 al Nº 5, 2012. Butlletí informatiu. Grup Filatèlic Numismàtic i de Col.leccionisme. Terrassa. Nº 476 al 479. 2012. C D & M. Detección y monedas. Nº 28 al 32. 2012. El Eco Filatélico y Numismático. Nº 1205 al 1212. 2012. El Telégrafo. Nº 54 2012. Jaarboek loor Munt-en Penningkunde. Koninklijk Nederlands Genootschap.Amstersam. Nº 96, 2009 y Nº 97, 2010. La voz de Iniesta. Centro de Estudios de la Manchuela. Nº 23-Agosto 2011 y 24-Abril 2012. Lvcentvm. XXX, 2011. Mitteilungsblatt. Nº 44 y 45. 2012. Institut für numismatik und Geldgeschichte. Moeda. Nº 1 al Nº 4. 2012. NI Bulletin. Vol. 47, nº 1-1. 2012. NNB. Numismatisches NachrichtenBlatt. Nº 3 al Nº 11. 2012. Nordisk Numismatisk Unions Medlemsblad. Nº 1 al Nº 4. 2012. Numismática. Associaçao Numismática de Portugal. Lisboa. Enero-abril 2012. Numismática. Sociedad Numismática del Perú. Nº 54. NVMISMA. S.I.A.E.N. Nº 255. Enero/diciembre 2011. Revista di Studi Liguri. Enero-Diciembre 2008. Revista Numismática OMNI. Nº 1-2-3-4. 2009-2011. Wiadomosci Numizmatyczne. Varsovia 2011.