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Maestría en Docencia Universitaria Universidad de Buenos Aires Cohorte 2014 Primer cuatrimestre 2014 Seminario Los estudios universitarios: tradiciones y modelos Profesor: Pablo Buchbinder Profesores invitados: Juan S. Califfa y Mariano Millán Maestrando: Alejandra Marcela Romero DNI 17.962.856 E-mail: [email protected]

Una nueva carrera universitaria en la UBA: Diseño Gráfico

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Maestría en Docencia Universitaria Universidad de Buenos Aires Cohorte 2014 Primer cuatrimestre 2014 Seminario Los estudios universitarios: tradiciones y modelos Profesor: Pablo Buchbinder Profesores invitados: Juan S. Califfa y Mariano Millán Maestrando: Alejandra Marcela Romero DNI 17.962.856 E-mail: [email protected]

Una nueva carrera universitaria en la UBA: Diseño Gráfico La Carrera de Diseño Gráfico, dependiente de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (UBA) se creó en 1985 en el contexto de la recuperación democrática. Para entender por qué se crea allí y en ese momento tendremos que conocer el contexto en el cual esto ocurre, revisar algunos antecedentes académicos y no académicos, nacionales e internacionales, y después ver algunas de las características, personajes y situaciones de su creación.

Nuevos aires: La recuperación democrática y la Universidad El ingreso a la universidad durante la última dictadura militar implicaba exámenes muy selectivos de acuerdo al puntaje obtenido en pruebas formuladas a tal efecto, además, los cupos restringían la cantidad de alumnos por carrera. Por el contrario, a partir de la recuperación democrática se produce, en 1983, la supresión de los cupos, pero con cursos de ingreso en la mayoría de las universidades. En la UBA en particular, los cupos se eliminaron en 1985 con la incorporación del Ciclo Básico Común. Los exámenes y el cupo generaron la proliferación de academias o institutos privados pagos para la preparación de los aspirantes a ingresar a la universidad. Esto acentuó la desigualdad de posibilidades según la capacidad económica de los estudiantes. La retención de la matrícula durante la dictadura, la eliminación de los cupos y de los exámenes de ingreso y el aumento de la oferta académica incrementó la matrícula universitaria casi recuperando la cantidad de alumnos de 1976. En 1983 la matrícula universitaria (universidades nacionales) era del 73% de la de 1976 y la del 84 fue un 32% mayor a la del 83.

En 1984, ya los alumnos de las universidades superaban al medio millón, acercándose a la cifra de 1975. En 1985 sumaban 664.000 y en 1986, 700.000. Los ingresantes a la UBA pasaron de 40.000 en 1974 a 12.000 en 1981 y la cantidad de estudiantes en la UBA bajó de 159.776 a 106.981 en 1983.1

Mediante el decreto 154/83 del 13 de diciembre de 1983, dictado por el presidente Raúl Alfonsín, se restableció la vigencia de los estatutos universitarios a junio de 1966, con el cual se propiciaba el retorno del cogobierno universitario y se sostenía la libertad de cátedra. Además se reincorporaron los docentes cesanteados por razones ideológicas y se revisaron los concursos ocurridos durante la dictadura. También se rehabilitaron los Centros de Estudiantes. El gobierno alfonsinista sostiene abiertamente, a través de discursos, pero también de los decretos y leyes que promueve, la voluntad de restauración de los principios reformistas de la autonomía, la participación estudiantil, el fomento del pluralismo ideológico que garantice un nivel académico alto y la apertura de la universidad a las aspiraciones educativas de todos los sectores.

Consideramos a la universidad como un órgano fundamental para la formación de una conciencia democrática y social en el país. Esta misión, de tan clara significación para la nacionalidad, debe cumplirla a la vez que ejerce su alto ministerio cultural e intelectual de centro de estudios superiores y escuela de capacitación técnica y profesional. Para el gobierno de la universidad, hemos sostenido permanentemente los principios de la Reforma Universitaria iniciada en 1918, a los cuales adherimos con la convicción más absoluta de su constante e histórica vigencia. Los instrumentos legales que proyectaremos para poner en ejecución este compromiso, adquirido hace muchos años, se inspirarán en esos indeclinables

1 Buchbinder P. y Marquina M. Masividad, heterogeneidad y fragmentación: el sistema universitario argentino 1983– 2007 / (1a ed.) Los Polvorines: Univ. Nacional de General Sarmiento; Buenos Aires: Biblioteca Nacional, 2008.

principios y en las mejores experiencias argentinas de su aplicación. Retornaremos así a la idea ejemplificadora de que la universidad debe tener como objetivo formar hombres y mujeres al servicio de la Nación y no tecnócratas encasillados en sus profesiones. No haremos ahora otra vez el penoso inventario de los males que ha padecido la universidad argentina en los años recientes. Sólo aseguramos que les pondremos inmediato remedio, implantando un régimen de gobierno y administración de las casas de estudio que se apoye en los principios reformistas de la conducción tripartita, el diálogo entre los claustros y, dentro de cada uno de éstos, el coloquio intelectual dinámico y fecundo y la democratización integral del sistema. A su tiempo y en este marco conceptual y ético, la universidad misma, operando con los instrumentos de su autarquía administrativa y su autonomía académica, reorganizará sus cuadros docentes mediante limpios concursos de antecedentes y oposición, con preeminencia de este último método, jerarquizará y modernizará sus actividades y se abrirá definitivamente a todos los jóvenes capaces, de todas las extracciones sociales, cuyo ingreso no se trabará con cupos ni restricciones arbitrarias. La vocación científica, el estudio serio, la adquisición de las idoneidades profesionales, se desarrollarán con libertad y dignidad en la nueva universidad argentina. Esa nueva universidad, libre, autónoma, creadora y hondamente convencida de su responsabilidad nacional, está convocada desde ya a integrarse enérgicamente en el magno esfuerzo que todos los argentinos emprendemos hoy para reconstruir las instituciones democráticas, poner en marcha el trabajo productivo, asegurar el bienestar del pueblo y cimentar la grandeza de la patria al amparo seguro de nuestra Constitución histórica. Nuestro tiempo exige, por otra parte, que los gobiernos atiendan como asunto de primordial relevancia el desarrollo del saber científico puro y de sus aplicaciones tecnológicas. Para encauzar esta acción impostergable, hemos creado la Secretaría de Estado Ciencia y Técnica, que coordinará estas actividades en el Estado y en otros sectores, con el fin de utilizar e incrementar en grado óptimo el patrimonio nacional constituido por las inteligencias y los conocimientos de millares de especialistas, muchos de los cuales se encuentran actualmente radicados en el exterior por falta de oportunidades intelectuales en el país o para eludir absurdas discriminaciones. No sólo estimularemos con todos los recursos disponibles las tareas de nuestros sabios e investigadores, sino que corregiremos definitivamente las prácticas discriminatorias del pasado. A ejemplo de los países más avanzados y libres del mundo, en la selección y formación de recursos humanos dedicados a la labor científico-técnica sólo se atenderá a la idoneidad y la capacidad profesional. Otra preocupación básica será la de coordinar trabajos, investigaciones y programas científicos entre los diversos centros e instituciones del país, incluidas las universidades, promoviendo a la vez el intercambio tecnológico con los países latinoamericanos y del mundo en desarrollo, y el diálogo igualitario y práctico con los países de mayor adelanto en estas disciplinas, sin comprometer la capacidad autónoma de decisión nacional en cuanto a la adquisición o desarrollo de tecnologías. [...] En esta Argentina democrática que hoy da sus primeros pasos, no habrá privilegios oficiales para determinadas tendencias o grupos, ni mucho menos "listas negras" u otras formas equivalentes de exclusión por motivos relacionados con la subjetividad de las ideas o con la trayectoria política de las personas. Damos por reiterados, en esta ocasión, los conceptos y

propuestas ampliamente enunciados en la plataforma electoral que en su momento sometimos al juicio de la ciudadanía, y adelantamos nuestra decisión de llevar adelante todos los proyectos de apoyo allí esbozados para las tareas intelectuales, artísticas y culturales, y en particular para las que expresen contenidos nacionales y procuren aproximar a todos los sectores del pueblo al goce de las obras más calificadas del espíritu.2

La universidad debía volver a encontrar su rol social, su protagonismo en la discusión de las ideas y recuperar su nivel académico mediante la investigación y el pensamiento crítico. Uno de los instrumentos para la recuperación plena de las universidades fue la Ley Nº 23068, llamada también “Ley de Normalización de la Universidades Nacionales” cuyo artículo primero dice: “Declárase como régimen provisorio de normalización de las universidades nacionales, hasta tanto se dicte la correspondiente ley de fondo, el establecido en el Decreto 154/83, con las modificaciones establecidas en la presente ley. La normalización a que se refiere este régimen se cumplirá en el plazo de un año, prorrogable por otro plazo no mayor de 180 días, si las circunstancias así lo hicieren necesario, a contar desde la vigencia de la presente ley.” Nuevos horizontes: La FAU en la recuperación democrática El primer rector de la recuperación democrática fue el doctor Francisco Delich y en la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) el decano normalizador fue el Arq. Berardo Dujovne, que asume su cargo en enero de 1984, quien según sus propias palabras, se encuentra con:

(...) la Facultad vacía. Sólo el río adelante. Me recibió el Director General Administrativo, y me esperaba también, el decano interventor saliente, el Arq. Piña, último del Proceso, quién me entregó las llaves del auto oficial, como acto de traspaso de mando. Empecé a trabajar en dos direcciones: una, la de conformar un equipo y otra, la de informarme sobre las condiciones y existencias reales.3

En el año 84 la única carrera que se dictaba en la FAU era Arquitectura y el curso de ingreso para el año 1984 estaba ya preparado con el mismo equipo docente que había estado dictando las clases, con lo cual una de las primeras resoluciones del decano normalizador Dujovne fue preparar unas medidas de ajuste para poder poner en práctica dicho curso. Y dado que la calidad de la enseñanza se había deteriorado en forma notable durante el proceso militar, se consideró prioritario conformar nuevas cátedras:

[…] se hizo un llamado muy fuerte a todos los arquitectos que ya habían sido profesores. Algunos se habían alejado en el 66, otros habían vuelto en el 73 ó 74. Los invité a participar sin ningún tipo de discriminación política ni ideológica, para que se incorporaran todos aquellos que tenían un aporte para hacer.4

2 Mensaje presidencial del Dr. Raúl Alfonsín a la Honorable Asamblea Legislativa, Buenos Aires, Imprenta del Congreso de la Nación, 1983. (Fragmento) 3 “1984–2004 Educación en Democracia”. Número especial de Contextos. Revista de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo”, otoño 2004. 4 Entrevista a Berardo Dujovne (ex decano de la FADU), por Aída Daitch, coordinadora editorial de la revista Contextos.

Esta convocatoria amplia y democrática, que incluyó a todos aquellos profesores que estuvieran dispuestos a participar, incluidos aquellos desplazados por la dictadura, logró poner en marcha más de treinta cátedras en paralelo en muy poco tiempo. Esta apertura y la discusión de cuestiones que habían estado ausentes durante la dictadura, obligaron a incluir nuevos temas en la agenda, entre otros: las evaluaciones generales de la disciplina y de qué forma desarrollar procesos comunes a pesar de (o gracias a) la presencia de enfoques arquitectónicos muy diferentes. Otro tema pendiente, que coincidía con la intención de ampliar la oferta académica universitaria, era la creación de la Carrera de Diseño (tema que en realidad, suponía la puesta en marcha de un proyecto que ya contaba con antecedentes). La intención de aumentar la oferta académica acompañando la necesidad del desarrollo nacional puede verse en lo informado en el Boletín de la UBA de enero-abril de 1985: “en los considerandos de ambos proyectos [se refiere a los anteproyectos de las carreras de Diseño Gráfico e Industrial] se subraya la necesidad e importancia que revisten para los planes de desarrollo nacional, así como la conveniencia de diversificar carreras y estimular, mediante ellas, nuevas actividades e investigaciones que contemplen la demanda social en los campos respectivos.” En una idea inicial, el Diseño se consideró un área integral con ciertas especificidades (Diseño Gráfico y Diseño Industrial), pero separado de la Arquitectura. Es decir: una disciplina nueva, que integraba ambas instancias. Pero existía también otra mirada, que consideraba al Diseño una instancia “superior” dentro de la cual deberían inscribirse la Arquitectura, el Diseño Industrial y el Diseño Gráfico. Antes de lo nuevo: Los antecedentes académicos y profesionales

Antecedentes académicos nacionales Existían ya estudios de diseño en dos universidades nacionales que pueden tomarse como antecedentes académicos: el Departamento de Diseño y Decoración, creado en 1958 tras el impulso de César Janello, continuado y dirigido por Abdulio Giúdice en la Escuela Superior de Artes Plásticas de la Universidad Nacional de Cuyo y las carreras de Diseño Industrial y Diseño en Comunicación Visual creadas en 1962 en la Universidad Nacional de la Plata. Al año siguiente se completaron los cuerpos docentes de esas dos carreras de la UNLP y fueron designados Leonardo Aizemberg en Diseño Industrial y Roberto Rollié en la Diseño de Comunicación Visual En la UBA, entre 1960 y 1966, hubo dos proyectos. En 1960, durante el decanato del Arq. Carlos Coire, se conformó una comisión que elaboró un proyecto de creación de un ente vinculado a los temas del Diseño (refiriéndose al Diseño Industrial) que no se implementó. La comisión estaba integrada por los arquitectos César Jannello (proveniente de la Universidad Nacional de Cuyo) y Rodolfo Möller (en ese momento ambos eran profesores de la FAU) y por Gerardo Clusellas, Roberto Segre, Gonzalo Arias y Roberto Tedeschi (ingeniero de la UBA). La segunda, durante el decanato del Arq. Alfredo Casares (sucesor de Coire) con una nueva comisión integrada por César Jannello y Rodolfo Möller, con Hirsz Rotzait, Rafael Iglesia, Carlos Méndez Mosquera y Gastón Breyer, que también analizó el tema, aunque en ninguna de las dos oportunidades se concretaron planes de estudio.

También dentro de la FAU podrían considerarse antecedentes de la creación de la Carrera de Diseño Gráfico algunas asignaturas de la carrera de Arquitectura, como Composición Decorativa (del primer plan de estudios de la carrera) y Visión (del plan reformado). Asimismo podemos considerar que profesores como Janello, Doberti y Breyer, formados como arquitectos, imprimieron a la carrera una fuerte impronta. La proyectualidad es lo que da justificación a la inclusión de las carreras de diseño en la FAU.

Antecedentes académicos internacionales Entre los antecedentes académicos internacionales de relevancia la Staatliche Bauhaus fue la primera escuela en proponer un programa formal de enseñanza del diseño y un centro de investigación expresiva que tuvo entre sus principales protagonistas a algunos de los mejores arquitectos y artistas de la época. Esta escuela, surgida entre guerras, se destacó por su impulso a las experiencias interdisciplinarias, por su propuesta de proyecto y resolución en talleres múltiples, por el trabajo mancomunado entre diferentes oficios, que permitía aprender de modo vivencial tanto el proyecto como la producción. Es importante la difusión de las ideas sobre la conjunción entre arte, técnica y racionalidad que hizo esta escuela. La Bauhaus incorporó en 1923 asignaturas relacionadas con el diseño gráfico, compuestas por fotografía, construcción de tipografías y tomó como ejercicios la comunicación de la escuela, diseñando los afiches, los folletos, los programas, etcétera. El primer director de la escuela fue Walter Gropius, aunque Paul Klee y Lazslo Moholi-Nagy fueron quienes más trabajaron en el área de Diseño. El único diseñador gráfico “puro” formado en la Bauhaus fue Herbert Bayer (Mazzeo, 2014). Un legado interesante de la concepción del diseño de la Bauhaus es no considerar al diseño como algo solamente comercial, sino también como una contribución cultural que debía expresar y manifestar el espíritu de su época. Sostiene Walter Gropius, uno de los creadores y director de la Bauhaus (1917/1927): “La forma sigue a la función”, postura que buscaba la unión entre el uso y la estética. En la segunda época de la Bauhaus se profundiza la necesidad de transformar la escuela en un emprendimiento rentable y la escuela cambia su nombre a “Escuela Superior de Diseño”. A partir de 1927 (bajo la dirección de Hannes Meyer) se diferencian dos planes de estudios, el de Arquitectura a la que se le subordinan la construcción y el diseño de interiores y el de Publicidad que incluye grabado, escultura y más tarde, la fotografía. El modelo de enseñanza de esta etapa tiene similitudes con el modelo de enseñanza actual, donde docentes y estudiantes desarrollan en el taller una actividad proyectual5 compartida.

5 “[…] el término “saber proyectual” acuñado por Tomás Maldonado, da cuenta de una particular manera de problematizar el mundo, estrechamente vinculada al racionalismo, la planificación y la instrumentalidad de las prácticas sociales. En el mundo proyectual, los problemas encuentran soluciones a partir de un proceso de desagregación de etapas, desarrollo de estrategias, subdivisión de problemáticas y articulación planificada de todas estas variables. De este modo, de un problema (de vivienda, de consumo material o de comunicación visual) o de una idea, surge un objeto diseñado como respuesta al interrogante inicial y a todas las variables que intervienen en este mismo proceso.” http://www.iaa.fadu.uba.ar/publicaciones/critica/0135.pdf (consultado el 21/01/15). Devalle, Diego Cabello, Laura Conti y pasantes. “Emergencia y consolidación del Diseño Gráfico en Buenos Aires. Un estudio de sus publicaciones en el período 1951-1989”. Verónica. (ponencia en el Seminario de Crítica - 2003, FADU/UBA).

La contribución que ha hecho la Bauhaus a la pedagogía en el siglo XX es importante. Su tradición fue seguida por las escuelas suizas (Basilea y Zurich) y luego por la Hochschule für Gestaltung en Ulm, Alemania, con Tomás Maldonado y el suizo Max Bill como grandes protagonistas.

Antecedentes no académicos Por fuera del ámbito académico hay múltiples antecedentes, de los cuales señalaremos algunos grupos artísticos, la aparición de textos referidos al diseño y el oficio que antecede a la creación de la Carrera. El Modernismo y su difusión en América latina, principalmente en Argentina y Brasil, la internacionalización producto de los viajes de algunos de sus protagonistas y del impacto del contacto directo con el desarrollo vanguardista europeo también influyeron en las ideas de quienes serían los protagonistas de la creación de la Carrera en la UBA. Puede tomarse como ejemplo el cambio de las ideas acerca de la función del arte en Tomás Maldonado. Él partió concibiendo al arte como posibilitador del cambio en el mundo, pero cambió hacia un arte con posibilidades de ser producido en serie fecundando estéticamente la vida cotidiana.6 Asimismo es importante incluir aquí al Arte Concreto Invención por su crítica sobre la forma y la representación ya que protagonistas de esta vanguardia (Maldonado, por ejemplo) toman papeles relevantes en la definición de la disciplina.

Una lectura doble del fenómeno insiste, por un lado, en el carácter pionero del Concretismo como movimiento radicalizado del arte y su temprana vocación de separación de la plástica, la escultura y la arquitectura, y por el otro en el reconocimiento de Maldonado como figura capital del desarrollo del Diseño en el escenario nacional e internacional.7

Podemos ubicar la producción del Arte Concreto Invención dentro del geometrismo y como heredero del Constructivismo, De Stijl, del Neoplasticismo y de la segunda época de la Bauhaus.

El grupo Arte Concreto Invención se disuelve, por lo cual Maldonado crea la Asociación Arte Concreto Invención. En esa misma época también formó parte de OAM (Organización de Arquitectura Moderna) junto a jóvenes arquitectos que pugnaban por la innovación en el diseño. En 1952 participó del grupo Artistas Modernos de la Argentina, organizado por el crítico del arte Aldo Pellegrini. En 1949 escribe el primer artículo en la Argentina referido al Diseño Industrial y su proyección social en la Revista del Centro de Estudiantes de Arquitectura (1949). En 1951 funda la revista Nueva Visión, una publicación trimestral de arte, arquitectura, diseño industrial y gráfica que se publicó hasta 1957. El primer número incluye, entre otros, un artículo de Ernesto N. Rogers sobre Max Bill. En 1953 se edita el libro Max Bill de Maldonado.

6 “El futuro del arte es la integración, la expansión hasta tal punto que hasta las zonas más remotas y secretas de la vida cotidiana puedan ser estéticamente fecundadas”. Composición. Video sobre la obra de Tomás Maldonado de Film And Arts TV. 7 Devalle, Verónica. La travesía de la forma. Paidós, 2009.

También pueden citarse algunas otras publicaciones como antecedentes tempranos. Los primeros artículos sobre Diseño pueden ubicarse a partir de 1955 en la revista Nueva Arquitectura, donde ya puede verse que el Movimiento Moderno se comienza a tejer con el Concretismo y el pensamiento progresista (Devalle, 2009). La revista Ciclo, fundada por el crítico y poeta Aldo Pellegrini y con dirección gráfica de Maldonado, de composición austera y rigurosa. Dice Carlos Méndez Mosquera: “En el diseño gráfico del segundo número se introducen cambios, Alfredo Hlito ya colabora con Maldonado, la tipografía se define, se utilizan los tipos traídos por el propio Maldonado, hay más rigor y control (Méndez Mosquera, 1997). El segundo número del Boletín del Centro de Estudiantes de la FAU (cea2, 1949) contaba también con material relevante: la publicación de un afiche de Max Huber sobre el Congreso Internacional de Arquitectura Moderna de Bérgamo de 1949, una nota de Mies van der Rohe, notas sobre Gropius y Moholy-Nagy y presentación de la tipografía diseñada por Moholy-Nagy y Bayer en la Bauhaus (Devalle, 2009). También en el Boletín se publicó una nota de Maldonado sobre la proyección social del diseño industrial. Como mencionamos antes, el grupo de Ciclo funda la revista Nueva Visión (1951), que se presentó como órgano editorial de la “cultura visual”. La publicación es responsable de la introducción de las teorías de la buena forma8 en el país. Y es relevante, además, por su calidad gráfica y por la presencia de los fundadores del diseño gráfico en la FAU (Devalle, 2009). Esta publicación dará nacimiento a la Editorial Nueva Visión, cuya primera edición es el ya citado libro Max Bill (1953) de Maldonado. También podemos señalar la práctica del diseño que antecede a la creación de la Carrera en manos de idóneos o de profesionales de otras disciplinas. En ese sentido podemos ubicar a la pionera Axis (1951/1953), empresa conformada por Hlito, Maldonado y Méndez Mosquera a medio camino entre la publicidad y la gráfica. Asimismo a Agens, la agencia cautiva de publicidad del Grupo SIAM Di Tella, que desarrolló, a partir de 1959 un importante proyecto publicitario generado por un equipo multidisciplinario. La real innovación de Agens fue haber incluido como parte central de una estrategia publicitaria al diseño gráfico y haber generado un Departamento propio de diseño industrial. Fue la primera vez que en nuestro país aparecen las comunicaciones integrales subordinando a los departamentos de publicidad, márketing, comercialización y promoción bajo una misma estrategia empresarial articulada por una imagen pública. Entre los creativos de la agencia figuraban: González Ruiz (por aquel entonces, estudiante de Arquitectura), Shakespear, Macció, Polesello, Pérez Celis, Potenza, Juan Carlos América Sánchez y Rubén Fontana. Además de las áreas de Diseño Gráfico y Diseño Industrial, en Agens se formó un equipo de redactores integrado por Paco Urondo, Núñez, Norman Brisky, en Televisión Alberto Ure y en el equipo de creativos Josefina Robirosa y Jorge Michel (Devalle, Cabello, Conti y otros, 2003). En el tiempo, la dirección de Agens tuvo 3 titulares: Pollard, Méndez Mosquera y, por último, Frank Memelsdorff. El mismo grupo económico fundó el Instituto Di Tella (1958/1970) que tenía como misión “promover el estudio y la investigación de alto nivel, en cuanto atañe al desarrollo científico, cultural y artístico 8 “La palabra forma de inmediato se nos aparece como equivalente de calidad. En este sentido cuando decimos la forma perfecta, la bella forma, la buena forma, la forma útil, queremos expresar un aumento de una sola cualidad: la cualidad de la forma. (La forma es) la expresión armónica de la suma de todas las funciones”. Maldonado, Tomás. “Belleza, forma, función” en Max Bill. Buenos Aires, Nueva Visión, 1955.

del país; sin perder de vista el contexto latinoamericano donde está ubicada la Argentina”. En su estructura contó con centros específicos para la cultura, las ciencias sociales y técnicas. El apoyo al arte permitió la creación de varios centros de estudio: el Centro de Artes Visuales, el Centro de Experimentación Audiovisual, el Centro Latinoamericano de Altos Estudios Musicales y llegaron a esbozar el Centro de Estudio para Teatro. El Departamento Gráfico del Di Tella no conformó un centro, pero constituyó uno de los principales aspectos visibles del Instituto. A lo largo del tiempo, sistematizó la comunicación y formuló una identidad cultural de alto impacto, cuya influencia llegó a las empresas nacionales de entonces, con piezas gráficas de gran impacto en vía pública y con gran cantidad de afiches, programas de mano y folletería con utilización de rotulación, puesta en página, tipografía y recursos de impresión innovadora para la época. La iniciativa de su director, Juan Carlos Distéfano, de convocar a hombres vinculados a la realización gráfica permitió generar el primer equipo profesional de diseñadores gráficos. En 1964 se incorpora el fotógrafo Humberto Rivas y Roberto Alvarado, Juan Andralis y Rubén Fontana. En 1967 se incorpora Norberto Coppola y en 1968 Carlos Soler (Devalle, Cabello, Conti y otros, 2003). Nueva Carrera: Diseño Gráfico en la UBA El decano normalizador de la FAU, Arq. Berardo Dujovne, junto al secretario académico de la facultad, Arq. Javier Sánchez Gómez, proponen la creación de la Carrera de Diseño al rector de la UBA, Dr. Francisco Delich, quien apoya el proyecto. Luego, bajo la coordinación de Carlos Salaberry, convocan a Roberto Doberti, Arnoldo Gaite, Ricardo Gonzalez Ruiz, Ricardo Blanco, Reinaldo Leiro, Carlos Méndez Mosquera, Julio Colmenero y Hugo Kogan, a una comisión para elaborar el Plan de estudios. El decano Dujovne quería era que la carrera estuviera lista para el ciclo lectivo siguiente (1985), y la comisión trabajó con los antecedentes de las universidades de Cuyo y de La Plata. En forma paralela al trabajo de la comisión, se hizo una experiencia preliminar con materias electivas de la carrera de Arquitectura. Se creó entonces la materia electiva Diseño Gráfico y se designó a Guillermo González Ruiz Profesor Titular interino. Los diseñadores Gustavo Albisu, Eduardo Cánovas, Helena Homs, Martín Mazzei, Gustavo Pedroza, Alfredo Saavedra y Daniel Wolkowicz conformaron el equipo docente. La comisión trabajó en un principio en un proyecto que consideraba el Diseño de modo integral, con especializaciones en gráfico e industrial. Pero luego se definieron dos carreras independientes. El proyecto9, resultado del trabajo de evaluación y elaboración de contenidos que la comisión propuso, contenía un Plan de Estudios de 8 cuatrimestres de curso y uno de proyecto final de Tesis. En ese mismo momento ( 1985) se implementó por primera vez el Ciclo Básico Común por lo que se modificó el proyecto para que el Plan quedara conformado con 6 cuatrimestres del Área Proyectual, compuesto de cuatro materias cuatrimestrales y dos materias anuales. En abril de 1985 comienza la primera cohorte de la Carrera de Diseño Gráfico, con 126 alumnos ingresantes exceptuados del CBC porque habían aprobado el primer año de Arquitectura. Ese año la Facultad de Arquitectura y Urbanismo (FAU) pasa a denominarse Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (FADU).

9 Ver anexo I

Al momento de crearse la carrera fueron convocadas para conformar los equipos docentes personas de ámbitos diferentes, por un lado, arquitectos, por otro idóneos dedicados a la práctica del diseño y la comunicación, complementados por docentes provenientes de otras disciplinas. La conformación de los equipos docentes fue una tarea importante en el inicio de la Carrera, Guillermo González Ruiz lo relata de esta manera:

(…) responder con urgencia a las expectativas de los estudiantes, abriendo Diseño Gráfico de par en par para formar los equipos docentes con todos los aportes de las tres vertientes disciplinarias: los autodidactas, que poseían el perfil de la gráfica; los arquitectos, que incorporaban la metodología proyectual y los profesionales de las demás asignaturas que contribuían con su saber específico. La contribución de los primeros equipos docentes fue fundamental. En 1985 integraron el primer Taller de diseño Gráfico I: Eduardo Cánovas, Norberto Coppola, Rubén Fontana, Helena Homs, Martín Mazzei, Alfredo Saavedra y Ronald Shakespear. Y en las demás materias los profesores titulares fueron Hermenegildo Sabat en Morfología I, y los hoy profesores consultos, cineasta Simón Feldman en Medios Expresivos I, ingeniero Roberto Meisegeier en Tecnología I, arquitecto Carlos Méndez Mosquera en Historia I, y sociólogo Héctor Schmukler en Comunicación I”.10

También formaron parte del primer plantel de docentes Silvia Pescio, Daniel Wolkowicz, Perla Ambran, Liliana Forbes, Guillermo Coni Molina, Silvia González y Gustavo Pedroza. En 1987, a este Plan se le sumó la asignatura Tipografía (anual de primer y segundo año), haciéndose cargo de la misma Rubén Fontana. Por lo tanto, las asignaturas anuales del primer y segundo año se convirtieron en tres (Diseño, Morfología y Tipografía). Al día de la fecha no se han hecho otras modificaciones, salvo la incorporación de materias optativas. El año pasado (2014), la FADU convocó a analizar y repensar el Plan de estudios con vistas a reformarlo. El Plan de estudios aprobado11 es profesionalista, el conjunto de asignaturas que lo integran prefiguran la práctica profesional de los futuros profesionales y no cuenta con asignaturas ligadas a la investigación, la producción teórica o la extensión universitaria. Opinión: algunas ideas Debemos considerar que las primeras experiencias de grupos interdisciplinarios que abordan los problemas del diseño lo hacen en simultaneidad con la creación del INTI, INTA, del IDES y el CONICET. Esto puede leerse como respuesta específica al proyecto de país que planteaba el desarrollismo.

10 Entrevista a Guillermo Gonzalez Ruiz. “1984–2004 Educación en Democracia”. Número especial de Contextos. Revista de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, otoño 2004. 11 Puede consultarse en: http://www.uba.ar/download/academicos/carreras/dis-grafico.pdf (consultado el 27/01/2015).

La práctica anterior era entendida en términos de oficio o de recurso económico de ganarse la vida. Las artes gráficas eran un oficio desarrollado en los talleres de imprenta y la publicidad era una práctica menor en manos de arquitectos o artistas, considerada una actividad lucrativa pero de escasa valoración. Hasta los años ‘50 nos encontramos con el movimiento de Arte Concreto Invención y con un grupo de arquitectos jóvenes y ávidos del “pensamiento moderno” debatiendo sobre la técnica, la producción de objetos y el hábitat. A partir de los años ‘60 el concepto de Diseño Gráfico comienza a tomar forma a partir de prácticas proyectuales específicas diferenciadas de las de las bellas artes y la publicidad y de un incipiente cuerpo teórico. La modernidad, la racionalidad y la experimentación se combinan para lograr resultados del trabajo creativo y técnico en función de la comunicación, la identidad y la edición. Articular la dimensión estética, técnica y científica del mundo material con esta intención es lo que delimita el campo del diseño. Si bien en la década del ‘60 hubo dos intentos de institucionalizar la práctica del diseño en una carrera universitaria, debieron pasar dos décadas más para que esto sucediera. De más está decir que en ese lapso los Estudios de Diseño lograron cierto estatus, se consolidaron y fueron reconocidos abordando proyectos complejos y de gran impacto social12. Para el momento de creación de la Carrera en la UBA, los idóneos del diseño se habían vuelto profesionales y es probable que esta sea una de las causas de la impronta profesionalista del Plan de estudios. Los diseñadores que formularon ese proyecto habían aprendido a hacer su trabajo haciéndolo y habían descubierto el sentido de esa práctica luego de hacerla. Y como método de enseñanza adoptaron el trabajo en los talleres, propicio para aprender a desarrollar el pensamiento proyectual a partir del trabajo conjunto de docentes y alumnos. Es el espacio democrático el que lo permite. Bibliografía Buchbinder P. y Marquina M. Masividad, heterogeneidad y fragmentación: el sistema universitario argentino 1983-2007 (1a ed.) Los Polvorines: Univ. Nacional de General Sarmiento; Buenos Aires: Biblioteca Nacional, 2008. Buchbinder, Pablo. ¿Revolución en los claustros? La Reforma universitaria de 1918. Buenos Aires: Editorial Sudamericana, 2008. Devalle, Verónica. La travesía de la forma: emergencia y consolidación del diseño gráfico (1948-1984). Buenos Aires: Paidós, 2009. Estudios de comunicación; 29. Maldonado, Tomás. Max Bill. Buenos Aires: Editorial Nueva Visión, 1955.

12 El Plan Visual de Buenos Aires fue el primer diseño integral de la señalética urbana de la Ciudad de Buenos Aires, creado entre 1971 y 1972 por decisión del intendente porteño Saturnino Montero Ruiz. El diseño estuvo a cargo del estudio de Guillermo González Ruiz y Ronald Shakespear.

Mazzeo, Cecilia. ¿Qué tiene el diseño para decir de la enseñanza del diseño?, Buenos Aires: Ediciones Infinito, 2014. Nosiglia y Marquina, 1995, en Nosiglia, M. C. Transformaciones en el gobierno de la educación superior. Quesada, Ernesto. El ideal Universitario. Buenos Aires: 1918. Vidable, Daniel. La carrera de Diseño Gráfico y su creación en la FAU-UBA. Composición. Video sobre la obra de Tomás Maldonado de Film And Arts TV. “Educación en Democracia”. Número especial de Contextos. Revista de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, otoño 2004. Plan de estudios Diseño Gráfico: http://www.fadu.uba.ar/academica/car_dg.html Revista Contextos Nº 01. Año 01. Revista de la Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo. UBA, octubre de 1997. Universidad de Buenos Aires. Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo (Buenos Aires) FADU 85-89. Buenos Aires: Facultad de Arquitectura, Diseño y Urbanismo, Secretaría de Extensión Universitaria, 1989. 34 p.: il., fot. NOTAS: Memoria de la gestión del Arq. Juan Manuel Borthagaray. Centro de Documentación Biblioteca FADU/UBA - Inventario 22381

Anexo 1: Resolución firmada por el Decano Normalizador de la Facultad de Arquitectura y Urbanismo Berardo Dujovne y por el Secretario de Asuntos Académicos Javier S. Sánchez Gómez (18.02.1985) que aprueba el el informe de la Comisión designada para la creación de la Carrera de Diseño Gráfico y formaliza la elevación al Consejo Superior Provisorio.