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 · tan técnicas de gestión política. Una trama disciplinaria pone en comunión al hombre y la tierra: la arquitectura sobria de la llanura como lugar de encierro; y el traba

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a campana tañida e repicada

«Se canta lo que se pierde»Antonio Machado, Otras canciones a Guiomar

En aquel Imperio, el Arte de la Cartografía logró tal Perfección que el Mapa deuna sola Provincia ocupaba toda una Ciudad, y el Mapa del Imperio, toda unaProvincia. Con el tiempo, estos Mapas Desmesurados no satisficieron y losColegios de Cartógrafos levantaron un Mapa del Imperio, que tenía el Tamañodel Imperio y coincidía puntualmente con él. Menos Adictas al Estudio de laCartografía, las Generaciones Siguientes entendieron que ese dilatado Mapa eraInútil y no sin Impiedad lo entregaron a las Inclemencias del Sol y losInviernos. En los Desiertos del Oeste perduran despedazadas Ruinas del Mapa,habitadas por Animales y por Mendigos; en todo el País no hay otra reliquia delas Disciplinas Geográficas.Jorge Luis Borges, Del rigor en la ciencia

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Z a g u á n

El paisaje castellano cantado por la Generación del98 es, en realidad, un repliegue sobre sí mismo pordonde sigue horadando la modernidad. Su cuerpo, den­so y estratificado, corresponde también al de ese nuevoproletariado por entre cuyos órganos –páramos– transi­tan técnicas de gestión política. Una trama disciplinariapone en comunión al hombre y la tierra: la arquitecturasobria de la llanura como lugar de encierro; y el traba­jo, con el que descarnar los campos, como un dipositi­vo para su gobierno. La fuerza de esta poesía, entérminos discursivos, adquiere una perspectiva casimaquínica en tanto fuerza de una empresa de Estado, lade su regeneración.Pero como todo mapa, esta cartografía de superficiesáridas, es una ilusión. A la llanura la ha creado la litera­tura y, al igual que en el cuento de Borges, se ha desdo­blado para ocupar la totalidad del territorio. Es, estameseta vivida como un estado de conciencia, la queoculta que el paisaje representa, antes que nada, una re­lación social. Mientras revelación mística, puede so­portar los avatares de la (post)modernidad; en elmomento que descubre el contenido social que alberga,son muchos los velos que se caen. A semejanza del Im­perio del cuento, se ha extendido sobre la epidermis delo real una densa capa de simulacros en la que es muyfácil encajar cada última nocividad.Fue en este plano que inscriben las lógicas del dominiodonde se desplazó, a mediados de los '60, un topónimoque modificó fronteras en el imaginario. La Lora, lapequeña Texas, llegó a trazar en el aire las líneas pordonde pasarían las grandes vías, refinerías, ensan­ches..., el progreso. En estos pueblos se recibió a lastorres de perforación como a inmensos tótemes carga­dos de potencias mágicas. Enviadas por dioses provee­dores solo han encontrado réplica en los tiempos

presentes, con una comarca completamente desahu­ciada, objeto de museo, donde reina un silencio soloroto por el traqueteo de los exhaustos caballitos deextracción.

Saber escrutar estas ruinas que nos pueblan, es ir ar­mando respuestas con que resignificar la llanura. Lacrítica, como la de hoy al Fracking, se extravía cuan­do se entretiene a contemplar las connotaciones delrelato desarrollista. Puede parecer, quizás, caprichosoel interrogar sobre el lugar de la negatividad de estarausentes los factores ambientales, pero es un primerpaso para vislumbrar el entorno más allá del puro fe­tiche. Jaime Semprun, mucho más hábilmente, colocóen el centro de la discusión el elemento fundamentaldando la vuelta a la fórmula implantada por el ecolo­gismo ciudadanista: no se trata tanto de qué mundovamos a dejar a nuestros hijos, sino a qué hijosvamos a dejar el mundo.

Dos son los textos que componen este segundo Con­cejo, ambos provenientes de una misma pluma y unamisma correspondencia. El primero, «Respondiendoa la llamada del cuerno», entra en diálogo con el nú­mero anterior de la revista para hacer sus aportacio­nes en el debate en torno al movimiento del 15M,concretando aspectos y moviendo algún enfoque; en«Carta abierta a la asamblea contra el Fracking deBurgos» –a quien este zaguán está queriendo acom­pañar–, desde una aproximación al mundo comunal,problematiza componentes básicos de esta lucha ytantas otras.Con esta entrega, comparando al trasluz los artículosrecopilados por esta publicación en su más queescasa trayectoria, resaltan muchas intersecciones enlas claves narrativas. Pero hay una, de entre todas,que, casi por exigencias del guión, lleva impresa en

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su prospección una cierta urgencia: ¿hacia dónde lle­van, en la contestación, las puertas de las institucionesdel Estado? Las derivas municipalistas captan,obligatoriamente, una gran atención en esta cuestión,pero el día a día de la intervención política estásembrado de ejemplos que convendría no descuidar.Esta Redacción Editorial se toma la licencia en lanzarel guante, tanto a defensores como a detractores, parapoder medir aquí sus argumentos.

La paleta de paisajes que plasman a los camposcastellanos discurre por entre los regatos de las palabrasde sus gentes. La llanura cárdena –el bosqueprotegido–, signo de un lenguaje que ya no remite aningún vínculo, hueco, perdido. Emergerán vaguadas,riscos, dehesas y mil mesetas allí donde configurenarticulación en la comunicación de una comunidad, unaestrategia con la que crear lazo social. Atendiendo a laimpugnable razón del verso, en este caso de JorgeGuillén: me despierto en mis palabras... y por ellasestoy con mi paisaje.

[email protected]

Vurgos, primavera del año 31 (Era Orwell)

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Respondiendo a la llamada del cuerno.

Escuchamos el tañido de campanas, las señales de humo, el aviso puer­ta a puerta, y respondemos a esta llamada a CONCEJO reuniéndonos en laplaza de la aldea, o en lo alto del cerro tal como hicieron nuestros ancestrosdurante siglos, en ese espacio de encuentro y unión para la reflexión y laacción críticas. Antes de comenzar este concejo, quisiera ­ante los aquípresentes­ repartir elogios para aquellos que hicieron sonar el cuerno ante­riormente: por los aspectos formales del CONCEJO Nº1 ­con una ediciónsobria y muy cuidada (con algún error tipográfico no trascendente)­, por laimportancia que se le da a la palabra ­con un lenguaje elegante y preciso­,por la portada y el título ­evocadores­ que inspiraban en nosotros el anhelode comunidad, de comunicación horizontal, y de otra forma de organiza­ción grupal.

Este primer número de CONCEJO ya en su introducción, el “Za­guán”, apunta a la práctica social de la palabra en torno al olmo, a la enci­na, o la plaza. El texto principal ofrece una profunda reflexión sobre lo quefue el llamado movimiento del 15M.

Lo que en aquellos ilusionantes meses posteriores a mayo de 2011 seleía entre líneas del «no nos representan» ampliamente coreado y las filasde los asistentes a asambleas multitudinarias parecía un cambio de ciclo,una apuesta general en favor de la autogestión y la autonomía. Hoy, 2015,inquieta que los poderes constituidos ­en evidente crisis de credibilidad­puedan ganar terreno y revertir esa tendencia, entrando en una fase de re­novación, maquillaje y apuntalamiento del sistema de dominación que pa­decemos. La creciente represión de aquellos que rechazan el orden socialimperante y se autoorganizan, así como la desmovilización popular queejerce el encantamiento de la política de masas y los líderes, es cuanto me­nos preocupante. Ante la corrupción y descrédito de las instituciones, la re­forma constitucional, del sistema electoral y del sistema judicial es

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promovida no solo por los sectores más reaccionarios. Quienes hace nomucho se declaraban antimilitaristas, insumisos contra toda forma de jerar­quía, o críticos con el sistema, apuestan hoy no por el desmantelamiento, si­no por la «regeneración democrática» del parlamento, los cuerpos deseguridad del Estado, el ejercito, la monarquía... El discurso es el mismo dederecha a izquierda ­supuestamente anticapitalista­: generar empleo, rein­dustrializar Europa, revitalizar la economía. Estamos hartos de la política yla economía, queremos reapropiarnos de nuestras vidas. El ruido mediático,la sobresaturación de información que no es generada por uno mismo, ahogahoy como ayer, ese otro imaginario que cual semilla por germinar queremoscultivar.

Los medios de comunicación y la gestión de la crisisEn “El 15M contado a los alemanes”, se hace un análisis de este como

movimiento asambleario y mediático, tal como reconoce el texto desde unaperspectiva parcial, la del anarquismo ibérico, en el que ­pese a la voz uni­formadora del texto­ también “cabe prácticamente de todo”. Comienzaprimero, con una crítica al papel jugado por los medios en la “crisis” y en el15M, como intermediarios de los partidos políticos en la ciudadanía televi­dente, y las asambleas.

El avance de una nueva cultura televisiva, ha generado ciudadanos­consumidores poco críticos totalmente permeables a los intereses de losconglomerados mediáticos y espectadores pasivos de una realidad fabricada.Incluso entre los sectores combativos de la sociedad (y no hablamos aquísolo del 15M) existe esa tendencia a perseguir a los «medios de comunica­ción» (aunque estos sean «alternativos y no comerciales»), para visibilizar elproblema, para «sensibilizar» o incluso para «movilizar» a la población. Unaespecie de ansia por relatar el «movimiento», por documentarlo, por hacerlovisible, como si todo aquello que no fuese nombrado no existiera en nuestrasociedad mediatizada.

Pero cuando la pantalla se vuelve refugio, somos infantilizados, se nossuministra información de manera tan directa que es consumida sin digerir,

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sin conciencia crítica1. Además ese imperialismo de la actualidad ­de lo es­pectacular­ en los medios, no deja madurar ideológicamente, y hace perderpasado y futuro. La novedad es más valiosa que lo perdurable. Lo urgentesustituye a lo importante. La asunción de este discurso nos aleja de noso­tros mismos y de los demás, sin generación propia de aquello que somos ocómo interpretamos el mundo (cultura, identidad, cosmovisión). Una co­municación viva, responde a motivaciones internas y no a informaciones demedios ajenos y pasivos (TV, radio, prensa). Por eso los colectivos no de­ben obsesionarse con “relatar” su «movimiento», y menos aún a los mediosde comunicación de masas que –como la historiografía oficial– han estadosiempre al servicio del poder.

En estos momomentos de crisis multidimensional del sistema, recu­perar nuestras raíces (el comunal, el concejo abierto) es vital para conver­tirnos en sujetos –no objetos– de la historia.

Para contribuir a este cambio cultural hay que alejar la televisión denuestros hogares2. Podemos utilizar la publicidad y la desinformación delos diarios de masas para encender nuestras chimeneas. No estaría de másrecuperar cantores, poetas y maestros locales, animar a nuestros niños alcontacto con la naturaleza y sus iguales, y sobre todo con sus abuelos, en­señándoles a valorar la experiencia y conocimientos de estos.

La reconstrucción de la vida social y la cohesión vecinal, ha de estarbasada en una comunicación oral y de cercanía, de tipo práctico, comple­mentada con publicaciones que inviten a una reflexión más pausada. Quizáalguna como esta que tienen entre sus manos, autogestionada, de difusióngratuita, y de colaboración abierta. CONCEJO sale a la luz con el deseo deabrir un espacio de debate colectivo en Burgos y son las aportaciones quelleguen a [email protected] las que le darán vida y continuidad.

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1. Tal y como nos recordaba Jose Saramago; “Hoy en día la realidad hasido totalmente sustituida por la información. Todos vivimos en circuitosde representación. En estas condiciones, la democracia representativa esuna gran impostura. Nosotros creemos que elegimos en virtud de lasreflexiones que nos hacemos pero no es verdad, elegimos en virtud deaquello que los flujos de información nos presentan como bueno, flujosque tienen unos filtros pavorosos para determinar aquello que se nos sirve”2. Consideramos sin duda la televisión como el vehículo fundamental de lacolonización mental que venimos sufriendo. La tele genera pasividad yapatía; la publicidad, y los supuestos estándares de bienestar que divulga,son instrumento de propaganda ideológica, irradiador de consumismo einsostenibilidad tanto en los hogares urbanos como rurales.

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Pero más allá de publicaciones y espacios de encuentro, ante la media­tización de la vida, queremos recuperar una comunicación horizontal, basadaen la cercanía, y con la interferencia mínima de mercachifles tecnológicos.Con el fin de acelerar la descomposición de la sociedad de masas y consu­mo, colectivos e individuos hemos de comunicarnos estableciendo contactosque fomenten la autoorganización3.

La descomposición del tejido socialEn CONCEJO Nº1 se pasa luego a analizar la mercantilización de la

vida, el dinero como único nexo de unión y la perdida de los círculos de so­lidaridad, de apoyo mutuo y tradiciones comunitarias del mundo rural y delmovimiento obrero. Una visión que compartimos y matizamos en cuanto alasociacionismo y la autonomía obrera, tan dependiente hoy de un salario ode la asistencia del estado (paro, «migajas» sociales). Es por esta estrecharelación con el Mercado/Capital que pensamos que la autonomía obreratendrá sus límites, aunque apoyamos toda forma de cooperativismo que seaconsciente de los mismos.

Perdidas las prácticas de autosuficiencia, solidaridad y cultura­identi­dad colectivas, aparecen la dependencia/servilismo y el triste figurín resul­tante (sic); el ciudadano. Desde esta perspectiva, se hace urgente recuperar laautonomía y unas relaciones que escapen al control del Estado y el Mercado.

Pero existe tal brecha entre lo que es y lo que debería ser, que ni noso­tros mismos podemos tomarnos en serio. Un día uno se cansa de una críticay un análisis compartidos y ya conocidos, y de hablar de “autoorganización”y de “solidaridad”. A muchos nos domina el deseo de poner en sintonía losactos y las ideas. Y entonces llega el momento en que además de dedicarnosa la retórica sobre la revolución, afrontemos los problemas y las necesidadesque actualmente se encuentran supuestamente satisfechas (o no solucionadas

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3. “Ya es hora de pensar bien lo que queremos decir y cómo decirlo. Laidea es empezar modestamente, contactando cara a cara. Otras formas decomunicación ­teléfonos, cartas, documentos, etc, nunca deben usarse parasustituir el contacto directo. De hecho deben servir para preparar elcontacto. El principio básico del contacto entre colectivos es: reúnete solocuando tengas algo que decir al otro. Esto significa dos cosas; Primero, quetienes una idea concreta de lo que vas a decir. Segundo, que has preparadoesto antes.” Métodos anti­masa para la organización de colectivos.

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de forma adecuada) por el Estado y el capitalismo; alimentación­salud, co­bijo, educación­trabajo, convivencialidad ...

La reflexión crítica no puede limitarse únicamente a la “palabra”, seaesta escrita en una sesuda revista, o hablada en asamblea en un colectivopotente. A fin de recuperar el sentido práctico y efectivo del Concejo, esnecesario recuperar su finalidad principal: el trabajo basado en el interés dela comunidad y el bien común, el trabajo en colectividad.

Revitalizar y reforzar las prácticas de autosuficiencia, apoyo mutuo ytradición del mundo rural, representa recuperar el Concejo como reuniónpara organizar trabajos colectivos4. Si hoy nos reunimos a “hablar por ha­blar”, o a “festejar por festejar”, la mayoría de las fiestas del mundo ruralse correspondían con el final de trabajos comunales o facenderas, donde secelebraban sobre todo los fuertes lazos de hermandad y reciprocidad frutodel trabajo en común. Pero no queremos pecar de nostalgia por tiempos novividos. Simplemente reivindicamos el ponernos manos a la obra, con lavoluntad de hacer algo útil y bello. Como dijimos antes, no solo en lo ma­terial, sino también en lo inmaterial, como la identidad colectiva, el afecto,la fraternidad, la generosidad, la solidaridad, la autoorganización, ... prácti­cas hoy casi desaparecidas.

Si la acción debe ir precedida de reflexión, la reflexión debe ir acom­pañada de esta (acción), para que no todo quede en un “hablar por hablar”,y porque, ¿hay reflexión real sin ningún tipo de práctica? Toda reflexión sinacción se vuelve estéril, degenera endogámicamente, enredada en el maras­mo de pensamiento sobre pensamiento, sobre pensamiento, sobre pensa­miento... Que la regeneración del tejido social no se vuelva un diálogo­muy sesudo eso sí­ estéril.

Comunicación, control social y sumisión digitalContinuando el diálogo con CONCEJO Nº1, se dice citando a los si­

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4. En el campo aún se realizan las Hacenderas o Facenderas en Galicia,Andechas en Asturies, Auzolan en Euskal Herria, con tiempos fijos ycíclicos. Febrero o marzo, para echar estiércol en los huertos y campos,para limpiar fuentes, canales, riberas de ríos; junio, para segar la hierba;agosto para recoger el cereal, septiembre para la leña y los meses deinvierno para compartir veladas junto al fuego, desgranando judías, etc...

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tuacionistas “donde hay comunicación no hay Estado”. La tesis situacionistamerecería un estudio y una crítica aparte, pero no es del todo cierto que lacomunicación en las plazas del 15M escapara al control del Estado. Por ex­periencia, nosotros que estuvimos en Barcelona, vimos a la secreta, y el fuer­te dispositivo policial que no se tradujo únicamente en desalojos, sino en unseguimiento de lo que allí se trataba. Por otra parte, aterra la capacidad decontrol que las «nuevas tecnologías de la comunicación» ponen a disposicióndel poder, y la ingenuidad con las que diariamente las utilizamos para «co­municarnos». Si hace 10 o 12 años alguien fuera preguntado si llevaría con­sigo un geolocalizador, un micro, y un aparato de control implantado en laoreja todo el mundo respondería negativamente. Hoy en eso que llaman Es­paña, el número total de móviles cuadruplica la población. La difusión masi­va y sin cuestionar de estas tecnologías ha llegado a una situación absurda,con las consecuencias ecológicas y para la salud que eso supone5.

Tv, redes sociales, prensa digital, correo electrónico... Nos pasamoshoras consumiendo electricidad ante pantallas. Asumimos como algo normalque nos exploten en la cara los anuncios de una inmobiliaria cuando ayer

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5. Cientos de trabajos científicos publicados sobre este asunto, presentanpruebas de los impactos sobre la salud de las tecnologías inalámbricas:Pueden causar leucemia infantil, tumores cerebrales, son un factor deriesgo para el cáncer de mama y el alzheimer, afectan la actividad eléctricadel cerebro, pueden dañar al ADN y perturbar el sistema inmunológico.Existen pruebas de que los límites actuales de intensidad de lasreglamentaciones nacionales e internacionales son peligrosos einadecuados: primero, porque fueron determinados según los consejos deexpertos e ingenieros de las empresas de telefonía y cuando se sabíamuchos menos de su impacto sobre la salud. Segundo, porque tienen encuenta solamente los efectos térmicos de las ondas, y finalmente, porqueno tienen en cuenta las posibilidades de impacto a largo plazo de unaexposición a estas ondas durante décadas. En cuanto a las consecuenciasambientales, cuando pensamos en las posibles ventajas que ofrecenmóviles y otros dispositivos portátiles, no podemos olvidar el inmensonegocio que suponen, un mercado que mueve no solo miles de millones deeuros al año, sino también millones de megavatios de energía y toneladasde materiales en todo el planeta. Entre ellos el coltán, que se utiliza en laconstrucción de componentes de todos los aparatos electrónicos, es una delas causas de los conflictos armados que sufren los países en los que selucha por controlar las zonas de extracción de este mineral (PIMIENTA2005).

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chateábamos con una amiga sobre nuestro deseo de buscar una casa. El usocomercial de información privada con fines publicitarios es el pan nuestrode cada día en nuestra bandeja de entrada. Pero el peligro y el potencial demiles de millones de datos personales, conversaciones, registro de las pági­nas que visitamos, direcciones ip desde las que nos conectamos, cookies deidentificacion, la información que buscamos, las amistades que frecuenta­mos,... en definitiva el control y el registro de un completo perfil psicológi­co de cada usuario de la red, almacenado por siempre e imborrable, va másallá del control de los deseos y de las emociones mediante la publicidad.

Cuando una compañía multimillonaria ofrece sus servicios de forma«gratuita y altruista» hemos de preguntarnos si no seremos nosotros losproductos en venta. Hace unos años la multinacional Google revelaba algobierno chino información sobre disidentes y activistas políticos. Aquellanoticia, aunque con poco estruendo mediático, sí saltó a la prensa, pero elcontrol y registro de esta información es sistemático para cualquier perso­na. En un momento de gran desgaste del modelo económico y político en elque se sustenta el sistema de dominación, nadie está a salvo de ser conside­rado por la autoridad como persona potencialmente subversiva6. En estecontexto, desarrollar ideas divergentes y expresarlas puede convertirnos ensospechosos. Insistimos en ello no por crear un ambiente de paranoia ydesconfianza entre nosotros, sino por intentar romper el mito de la supuestaneutralidad de la tecnología, ya que la mayoría de estas tecnologías tienensu fin y su origen en aplicaciones militares o de gestión empresarial. Portodo ello, a la hora de usar el móvil, el correo electrónico, debemos hacerlocon cierto «principio de precaución»: ¿Debería hablar de esto por el correoelestrónico o mejor hacerlo en persona? ¿Necesito hacer esta llamada o mepuedo organizar de otra manera ? ¿Le molesta a la persona con quien es­toy si escribo un mensaje mientras me está hablando ? ¿ Podemos com­

6. Son técnicas habitualmente utilizadas por los cuerpos policiales lasescuchas telefónicas para investigar y vigilar a «grupos de interés». Pocasde estas escuchas desarticulan tramas urbanisticas o escandalos decorrupción, pero se sabe que estas técnicas se utilizan por ejemplo, paravigilar las preparaciones y las acciones de activistas sociales. “Así, porejemplo, pueden identificar todas las personas que llevan el móvil encimadurante una asamblea. Con estas listas pueden pedir a los operadores losarchivos de sus comunicaciones en el último año. Si tu móvil no estáapagado y separado de su batería, es técnicamente posible utilizarlo comoun micrófono de ambiente para escucharte a ti y a los demás” (PIMIENTA2005)­ 19 ­

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partir y gestionar estos y otros aparatos de manera colectiva? ¿Cuál es la de­pendencia que nos genera la tecnología? ¿Cómo ha alterado la forma de rela­cionarnos y comunicarnos?

En definitiva, compartimos la crítica al “ágora electrónica” que hace elprimer número de CONCEJO, pues la comunicación y cohesión, jamás podrádarse únicamente a través de las mal llamadas tecnologías de la información7.

Representatividad y Poder ¿Todo el poder para las Asambleas?Siguiendo el diálogo con el CONCEJO Nº1 se hace también en el texto

alegato contra la representación, contra el vanguardismo, contra la usurpaciónde la conciencia por parte de unas élites pensantes (sic). Se expresa la preo­cupación por salir del gueto, y la oportunidad que el 15M brindó para ello:“entender los ritmos de un interlocutor que no parte de los mismos presu­puestos, encontrar un lenguaje común, evitar la repetición de consignas (...)revisar los propios fundamentos, ser honestos”... En la exposición cronológicade los sucesos del 15M sin embargo se comienza clasificando y encasillandoa los distintos agentes que participaron en el mismo. Entendemos y comparti­mos la crítica y los prejuicios a ciertos colectivos, pero hagamos algo de au­tocrítica, de cómo estos prejuicios nos hacen posicionarnos no a posteriori(como pudiera hacer “El 15M contado a los alemanes”), sino en un primermomento ante el otro, del que somos desposeídos, para permanecer otra vezmás en el gueto. Por eso tachamos a colectivos e individuos de reformistas,ciudadanistas, momias de la izquierda y anclados en la defensa del Estado deBienestar. Tampoco podemos decir que todos los “indignados” quisieran re­cuperar los niveles de consumo previos a 2008, ya que en las plazas se vio unsentimiento generalizado de desconfianza a un modelo económico que hastaentonces se había impuesto sin resistencias. Si el “bloque libertario y autóno­

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7. Las “redes sociales” surgen de una carencia social, de falta decomunicación horizontal, de un fuerte sentimiento de soledad, entreexistencial y social, y de una demanda de otra forma de comunicación;inmediata, basada en la transparencia, en la ausencia de límites (o tabúes),de trabas a la comunicación y al deseo de crear vínculos al margen de laestructura social y de las constricciones de los códigos dominantes. Pero lared es un mundo líquido en el que no se hace pie; es un mundo en el queuno corre el riesgo de transformarse en la sombra de un e­mail.

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mo” es presentado como la vanguardia, los “revolucionarios sin más (sic)”dificil forma de solucionar desaveniencias. La asamblea no ha de tener unapostura ideológica previa, ya que las admite todas, con la condición de quese priorice lo común ante el interés personal. Asumidlo como crítica quenos hacemos a nosotros mismos, ya que no podemos evitar estas posturas(¿poses?) en nuestras asambleas, en las que se supone hablamos simple­mente entre iguales, pero en las que nos enredamos en enfrentamientosideológicos, con el peligro de que todo vuelva a quedar en un “hablar porhablar”.

Siguiendo con la sana autocrítica y la terapia que supone la honesti­dad (hoy ridiculizada y denostada), la pérdida de control de uno mismo enla defensa vehemente, encendida y colérica ­que no llena de odio­ de laasamblea, nos ha llevado a enemistades personales, a acusaciones de todotipo, así como a un profundo sentimiento de soledad, sobreexposición yfrustración. Las dudas que algunos expresan sobre la asamblea son legíti­mas, ya que todos nos hemos encontrado con asambleas interminables, ycon personajes inaguantables que no hacen sino boicotearlas. Una concep­ción ingenua, simplista o demasiado teórica ­no basada en la experiencia­de la asamblea también puede desacreditarla. Pero como explicaremos enel texto que hoy presentamos, no existe el comunal sin la asamblea, puestodo aquello que es gestionado colectivamente necesita de ella.

A los que nos acusan de utópicos, visionarios, e ingenuos, hemos dereconocerles que tal como menciona F. Rodrigo Mora, el régimen asam­bleario es un orden libre pero no perfecto. En palabras de este autor: «En lasociedad actual la asamblea solo puede desarrollarse hasta cierto punto, loque hace que las personas que la integramos, tengamos un gran margen demejora, debiendo afrontar cada quien sus carencias y errores. Es un ordenlibre precisamente porque a través del esfuerzo individual posibilita quemejoren tanto la comunidad como el individuo. Es imposible avazar haciauna sociedad asamblearia en lo político sin a la vez impulsar una transfor­mación integral de la persona».

Coincidimos con CONCEJO Nº1 cuando se enumeran los aspectospositivos de la auto­organización en asamblea, la preocupación por la cosacomún (y no intereses particulares), la política sacada del encierro de lasurnas, el espectro contestatario y criminalizado estrechando lazos conquienes hasta entonces les confundían con monstruos, la complicidad, lasuperación de la telearrealidad por unos momentos en los que nos sentimossujetos activos y no espectadores pasivos. La asamblea, “hervidero deideas y serpentín de debates”.

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Acabamos con estas reflexiones e ideas, y asumimos el reto que suponetransformarnos nosotros mismos, para que la pereza, la falta de responsabili­dad, el afán de protagonismo, la inmadurez, la avaricia, los rencores, y otrosingredientes del sistema de valores actual, no perjudiquen a las asambleas enlas que participamos. La belleza de cualquier colectivo al fin y al cabo depen­de del esfuerzo de quienes lo forman. ¡Contad con nosotros para el próximoCONCEJO y la próxima FACENDERA!

Norte de Burgos, enero 2015

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EL COMUNAL Y EL CONCEJO ABIERTO

La gente llamaba comunales a aquellas tierras sobre las que se tenían dere­chos de uso compartidos, no para producir beneficios monetarios, sino paracontribuir al aprovisionamiento de las familias. Comunales son los bieneshoy amenazados por el fracking, y nos referimos aquí no solo a aquellosbienes comunes más sutiles e íntimos como son el paisaje y la cultura pro­pias ­en los que se enmarcan las actividades socio­económicas tradiciona­les para la subsistencia de la gente de las zonas afectadas­, sino también alos bienes comunes universales como son la tierra, el agua y el aire que yaestaban gravemente amenazados a nivel global.Los Concejos, eran las asambleas de autogobierno y toma de decisiones devecinos y vecinas sobre el patrimonio comunal, que era muy amplio en lossiglos pasados (montes, agua, caminos, sierras, herramientas, molinos,hornos, bueyes, acequias de riego, pastos) y escaso y gravemente deterio­rado en la actualidad. La propiedad privada era una realidad apenas exis­tente, predominando el patrimonio familiar y la propiedad colectiva ­tantointelectual como material­. Hubo un tiempo en que los pueblos ibéricosconstruían y custodiaban su propia cultura, como tradiciones, cuentos, can­

Carta abierta a la Asamblea contra elFracking de Burgos

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En «Respondiendo a la llamada del Cuerno», anotábamos esta idea: noexiste el comunal sin la asamblea. ¿Pero qué entendemos por comunal?¿Qué entendemos por una asamblea?

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ciones, un vasto conocimiento sobre plantas medicinales o recetas gras­tronómicas, y festividades que también se organizaban mediante ConcejoAbierto.El comunal y el régimen concejil comenzó a gestarse en Castilla a partir dela crisis del Imperio Romano, cuyo poder también parecía que jamás se de­sintegraría. Cuando entre los siglos VII y VIII (y quizá antes) este espaciomontañoso ­donde las estribaciones orientales de la Cordillera Cantábrica seencuentran con las occidentales de los Pirineos­ fuera de las esferas de poderorganizado, comenzó a ser llamado con el nombre de “Castella”1, quienes asílo nombraban hacían referencia a la abundancia de pequeñas aldeas situadasen las cimas de los cerros, en las que gentes libres vivían de lo que producela tierra por medio de aprovechamientos comunales, organizados en Concejoabierto.Tras la caída del Imperio y Ley romanas, gentes libres se auto­organizarondurante siglos mediante Concejo abierto y derecho consuetudinario (usos ycostumbres basados en la tradición). La apropiación de los recursos naturalespor una minoría, y la acumulación de la tierra en manos privadas, fue ampliay obstinadamente desafiada y gran parte del entorno continuó siendo aún unbien común, como explicamos en «Resistir al invasor»2. El rechazo a la le­gislación vigente, la visigoda en aquel tiempo ­y que apenas se aplicó­, sehace patente en la quema en el año 930 del fuero juzgo en Burgos.Hasta el siglo XI los centros de población urbanos y rurales fueron lugaresde habitación y agrupaciones humanas, cuya existencia no era reconocidapor el derecho, sin ninguna organización jurídico­política de carácter local o

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1. Las formas de poblamiento con las que se fue encontrando Roma en suexpansión por Europa eran diversas y para referirse a ellas utilizarontérminos como “castelli”, “vicus”, y “villae”, como así atestiguan las actasdel primer concilio de Toledo de finales del siglo IV. Cuando los pobladoseran pequeños, y generalmente situados en alto, se utilizaba el diminutivo“castellum” (en plural “castella”) para referirse a ellos.2. http://www.fracturahidraulicano.info/noticia/resistir­invasor.html: «Elasunto es claro: tal como hicieron nuestros ancestros con otros invasores,nos oponemos a la usurpación de los bienes comunes. Los bienescomunales pueden existir sin intervención del Estado, pero la "riqueza", lapropiedad privada o privativa, requieren de control judicial y policial parasu defensa, en cada vez más cantidad y de formas cada vez más sutiles.

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municipal. Así ha podido decir Galo Sánchez que Castilla ha vivido sin le­yes hasta el siglo XIII3.Pero no se trata de retroceder a las virtudes del pasado sin reconocer suserrores y limitaciones; pues también nuestro pasado adoleció de defectos.Con todos sus aciertos, la sociedad rural popular castellana nació permi­tiendo al poco la existencia del poder condal, luego de la corona. La deca­dencia del Concejo, va en paralelo al aumento del poder del rey.El poder de la corona ­muy débil al principio pues no tuvo poder legislati­vo hasta más tarde­ fue creciendo con Fernando III el Santo, y Alfonso Xante la falta de coordinación y de respuesta de las asambleas locales a rea­lidades supraterritoriales. Contra el surgimiento del ente estatal y la pérdidade autogobierno de las comunidades rurales, la resistencia popular de en­tonces no supo trascender lo local (salvo sectores reducidos del movimien­to antiseñorial) y fueron movilizaciones que no se proponían erradicar elpoder del rey sino limitarlo en su territorio. Pese a que ciudades y villas lu­charon contra las imposiciones y el Concejo Abierto no pudo ser desterradosino con el correr de un plazo largo de años, la decadencia y desnaturaliza­ción definitiva del Concejo se inicia en el siglo XIII al sustituirse la Asam­blea General de Vecinos por un concejo reducido ­concejo cerrado­ al quepasan con carácter permanente todas las atribuciones de aquella4.¿Y todo esto qué tiene que ver con el fracking, o el problema energético?Dirán algunos. Las aldeas y comunidades rurales dependían del comunal yel Concejo, y más allá de las similitudes en la lucha por la defensa de los

3. Sánchez Galo: Para la Historia de la redacción del antiguo D. TerritorialCastellano.4.Alfonso XI rey perverso y totalitario por antonomasia, incidedefinitivamente en la aniquilación del Concejo Abierto, al prohibir estasreuniones populares porque daban lugar a banderías y disturbios. EnBurgos da un impulso activo a la intervención regia en la administraciónlocal, al mandar constituir una Junta de «boni homine», que junto alAlcalde, merino y escribano asumen las funciones de la asamblea en 1345.La convocatoria y presidencia del Concilium correspondía exclusivamentea los jueces y alcaldes, sin cuya presencia la reunión era ilegal. Enoposición a la Asamblea general de vecinos ­Concejo Abierto­, surge elConcilium ­concejo cerrado­, reunión de personas que ostentan cargospúblicos (Juez, Alcaldes, Jurados y Escribanos).

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bienes comunes, y la resistencia a las imposiciones de las élites dominantes,también dependían de un uso eficiente del territorio precisamente porqueeran pobres en energía y materiales de origen no orgánico5. Con la llegadade lo que se ha entendido por “progreso” al mundo rural, del endeudamientoy el consumo de masas, y los combustibles fósiles (o derivados químicos), lagestión integrada del territorio dejó de ser una necesidad. Estos fenómenos yla monetarización de la economía campesina, abocaron el modelo de desa­rrollo tradicional y todos sus conocimientos al cajón de los perdedores de lahistoria.La guerra contra el modelo de vida rural continúa hoy. Con la llegada delfracking a nuestras tierras, la explotación y la avaricia miran hacia los últi­mos reductos de un paisaje pacientemente construido por el trabajo y la cul­tura campesinas. Con la actual política de industrialización del campo, conmás de 70 permisos de exploración otorgados por el Ministerio de Industria,el antiguo espacio agrario parece haber perdido todo tipo de función econó­mica tradicional, y el Estado fragmenta el territorio dividiéndolo en sectores,cual selva amazónica o África pre­colonial, dispuestos a ser vendidos a lamultinacional de turno que quiera explotarlos. Con otras licencias en cola deespera, la provincia de Burgos, con 22 es la que más permisos concentra detodo el Estado.El problema es que encima de estos “yacimientos” vive gente, que protesta,que se defiende, que no quiere capitular y resiste al invasor, para defender lopoco que queda de bienes comunes.Las bases para asegurar la participación de todas las personas en la gestióndel comunal ya existían en el mundo rural, con eficacia probada a lo largo desiglos de historia. Ese saber tradicional debe ser enaltecido no solo por suvalor humano, social, cultural, etnográfico o histórico, sino también, ahora,por su utilidad y su futuro.

5. Lo cual nos recuerda que el camino a una sociedad rural ecológica,socialmente justa y políticamente libre no es patrimonio exclusivo de lasesferas sociales con mayor poder adquisitivo, uno de los mitos, fabricado porla televisión y los medios de comunicación masivos que, junto con laincapacidad actual de trabajar en colectivo, más minan la vuelta al campo.

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EN FAVOR DE LA ASAMBLEALa asamblea es la expresión de un colectivo. Un colectivo es un grupo depersonas que trabajan unidas en torno a unas pautas comunes. El colectivocomienza cuando la gente debate y se pone de acuerdo no solo en los obje­tivos, sino también en los medios para lograrlos.El trabajo asambleario es más lento que en una organización jerárquica. Enesta no existe un consejo de administración que marque directrices y unconjunto de asalariados o militantes que las ejecute, como en el ejército, laempresa, el partido político o el colegio público. En la asamblea todos so­mos iguales, no nos dividimos entre cabezas pensantes y cabezas ejecutan­tes. Se decide colectivamente, se realiza colectivamente. Acertamos juntoso nos equivocamos juntos. La horizontalidad del asamblearismo es una ga­rantía de la participación e implicación de todos en la toma de decisiones.Si una propuesta se elabora recogiendo desde el principio las diferentessensibilidades, el resultado, sea cual sea, será compartido por el colectivo.De esta manera se trabaja la cohesión.La asamblea no es un órgano de censura, sino de consenso. Este se basa envisibilizar las diferencias y en potenciar las iniciativas en las que haya unacuerdo de mínimos. No puede haber una dictadura de la asamblea porqueno todo ha de pasar por la asamblea y esta tiene unos límites de actuaciónque no pueden atacar la libertad y la soberanía individual. Su función prin­cipal es fijar las lineas fundamentales de la acción colectiva, que son adop­tados sin coerción por todos aquellos que formen parte de ella.Trabajar de forma asamblearia implica asumir responsabilidades, acudirpuntualmente y llevar propuestas concretas para no divagar y proponerideas que luego nadie quiere asumir. Implica un tempo pausado, para queestas propuestas sean sometidas a análisis y debate, y así evitar decisionesprecipitadas y no consensuadas. Implica también aprender a trabajar enequipo, a hablar en público, a sintetizar y no caer en monólogos o a mono­polizar las intervenciones (hay que dejar espacio a los que les cueste máshablar), respetar los turnos de palabra, sacrificar esas mañanas soleadas dedomingo para “discutir” con compañeros un hervidero de ideas. Toda unaescuela de democracia directa. Muchos creemos en la legitimidad y la im­portancia de este tipo de organización, y que el proceso es tan importantecomo el resultado.

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PROPUESTAS PARA LA ASAMBLEA ANTIFRACKINGEste punto es el menos importante, ya que es simplemente nuestra visión, yen la asamblea hay infinidad de ellas. Aceptamos las críticas a las ideas ypropuestas que aquí se exponen, como esperamos se acepten las críticashacia las ideas y propuestas que se exponen en la asamblea y no se malin­terpreten como ataques personales.Nuestra disidencia pública del actual sistema representativo, siempre argu­mentada y razonada, ha generado intrigas y suspicacias. No decimos que lagente que participa del circo electoral y recibe información a través de latele o la prensa comercial permanezca siempre pasiva, pero sí afirmamosque es absolutamente imprescindible una mayor implicación en los proble­mas que nos afectan y una participación activa para resolverlos. Para mu­chos en la asamblea, ni la política ni el Estado forman parte del mecanismode explotación, sino que son espacios susceptibles de ponerse al servicio deintereses comunes, y por ello trabajan poniendo una gran cantidad de tiem­po y energía en la reforma y control de la Administración6.Pensamos, sin perjuicio de apoyar este tipo de iniciativas institucionales uotras como salir en la tele o la prensa, que el ritmo de nuestras acciones nopueden marcarlo estas, ya que responden a sus propios intereses. Creemosque nuestra acción primordial debe encaminarse hacia la coordinación conotras asambleas y asociaciones/colectivos, para crear y reforzar nuestrospropios canales de información y movilización. Es ahí donde ­bajo nuestropunto de vista­ se ha de invertir el máximo de esfuerzo, para que el proble­ma del fracking pueda resolverse por intervención popular, independiente­mente de lo que políticos, funcionarios y expertos en esta tecnologíadeterminen7.

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6. Bilboko fracking­aren aurkako asanblada (BFAA 2012). Más allá de lafractura hidráulica: «En cuanto el fracking adquiera definitivamente carácterestratégico se pondrá en marcha toda la maquinaria mediática, represiva ylegislativa que permita al progreso abrirse paso en nuestras tierras. En estesentido, las moratorias que se van sucediendo en diferentes países a nuestroalrededor tienen como objetivo único el ganar algo de tiempo para limpiar yponer a punto los engranajes del entramado impositivo».

Proponemos así, fomentar las acciones que refuerzan la implicación popu­lar y las dinámicas asamblearias para que estas se multipliquen en cada ba­rrio, pueblo y aldea; en cada uno de los núcleos habitados. La asambleaprovincial contra el fracking de Burgos ha de servir principalmente comoespacio de debate, encuentro y coordinación ­sin carácter impositivo­ paralas distintas asambleas, que bajo el lema «ni aquí ni en ningún sitio» quie­ran sumarse a la resistencia.Como hacía CONCEJO en su primer número, no queremos dejar escapar laoportunidad de enumerar los aspectos positivos de la autoorganización enasamblea:

­ El debate y la reflexión públicas, que arrastran la política fuera delas instituciones.

­ El pensamiento crítico, y la responsabilidad trabajada de forma co­lectiva; lejos de la desafección ciudadana por los asuntos que le competen(que no necesariamente son los que los medios oficiales presentan).

­ La preocupación por la cosa común (y no intereses partidistas oparticulares)

­ El trabajo en equipo que hace sentirnos sujetos activos (y no pasi­vos de una realidad mediatizada)

­ La horizontalidad, la complicidad y la confianza en la gente con laque habremos de trabajar codo con codo para resistir y desobedecer elfracking y sus imposiciones, aquí o en cualquier sitio.Un saludo y hasta la proxima reunión/asamblea.

Norte de Burgos, enero 2015

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7. Depender de instituciones y tecnócratas –o en la innovación tecnológicatal como aseguran los paladines de la ciencia y la técnica occidental–característica del hombre moderno, nos ha condicionado a creer que solo losespecialistas pueden solucionar los problemas que ellos mismos crearon. Simediante la auto­organización popular y la implicación personal y colectivapudieran resolverse todos los asuntos de la cosa pública, entonces podríaaplicar el mismo tratamiento a cuestiones como el urbanismo, el ejército, elsistema judicial y el régimen parlamentarista actual ­herederos delfranquismo­, la empresa capitalista y el trabajo asalariado... la estruturainstitucional toda, tan tensa y frágil, desde cualquier punto crítico podríaderrumbarse.

Fe de erratasConcejo Nº 1:

pág. 27, Post­scriptum: El observador observado

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