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to·.·.~.~ - seminarioartecolonial...grandeza y decadencia delosromanos». Siguiendo ~ las huellas a Montesquieu, tambien nosotros va-

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EL IDIOMA Y SUS ESTILOS

EI asunto que voy a tratar es afin POl' su natu-,~<1.:. raleza al problema que tan magistralmente acert6(f.,,;. a resolver Montesquieu, el gran paladin de la Ii-I:: bertad le-gal, con sus «Consideraciones» sobre la. antigua Roma, es decir, sobre las «causas de lagrandeza y decadencia de los romanos». Siguiendo

~ las huellas a Montesquieu, tambien nosotros va-<~~ mos a preguntarnos y a indagar cuales fueron las~- causas de la grandeza espanola en eillamado Siglo.~'de Oro y cuales las que terrninaron con ella.

",q:. "~;" Las causas directas de un hecho esencialmente.~ .politico - y tal fue, en efecto, en el siglo XVI Ia_~g"randeza de Espana - se encuentran y actuan en,"'primer termino:naturalmente, dentro de la-esfera

-s '. "del.-Estaao. Cuanto mlis robusta es, empero, la.J:.' 1,-' pulsacion en Ia vida politica, tanto mas vigcrosa-

mente mueve a colaboracion y emulaci6n a la..:actividad humana en otros sectores, y tanto mas'intenso es el eco que despierta, Les huellas del

;;A;'crecimientopolitico se perciben en la economia,en la tecnica, en la literatura, en las artes y basta. en Ia conciencia religiosa.-r Yo entiendo, incluso, que Ia correspondencia en-tre el aumento de poder politico y e1 desarrollo

b}., ~radual de las realizaciones Iiterarias, poeticas y

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( ( (,( ( ( ( ( (.(,(,(,( C ( ( ( ( ( (Ie ( ( ( ( C ( ( ( (. (, (\(I( ( r (,(,(14 • LA LITERATURA ESPA~OLA DEL SIGLO DE ORO 15CARLOS VOSSLER

artisticas, mas aun, que la pervivencia efectiva de d}' t~~)~' Vemos, pues, como los exitos de Ia estrategia yla fantasia cr eado r a largo tiempo despues del ~\~~~~~ de la politica se hacen patentes ala vez que los dea?"otamien~o politico y militar del pais, ha de con- " .~~~~:" la for:nacion hu:nanista; como, empero, tambien,sl.derarse Justame~te como un rasgo esencial del ':rif, ;;~~ los prrmeros pahdecen pronto y desaparecen mu-Siglo de Oro espafiol, Aduzcamos como prueba al- .' ~~,~~f, cho antes que los segundos. Con otras palabras:gunas fechas elocuentes. .~ l6=~{"t~~~:glgS2~~p~1~ c!~.:J~r12t~gRp.~s~~..e.n~!~En 1588 quedo aniquilada la flota mas temida )1: i/{o/: ~t?~'7 en et-arte_ durante dos: centurias, que

del rn~ndo, la Ar~ada Invenc.ible de Felipe II, y li. >.~~k;.&§!~~eE:.~~~eb!en~o~~!~e!~~~e9omo su.epoca.de ~ro, Ia partir de este ano fatal cormenza el descenso de ~,Ift.;, ~ent]jas ~que,-..en.i.cambio, solo durante un slglo~.jEspana ~e las cirnas de su predominio europeo y :.'~if"" ~y.,~~~iTInar~suJle~m?~la .polit{c~.~He aq~i unaultramarine . .:u,a-~p~Jlas-artes"en.cambj<!l~pesta ;I~,[f~~~relaclOn rara y peculiar isima, un r itmo autentica-\'l;l&-l~!.eratura';- sobrevivieron durante mas -de. cien 1'.;" ~~;~ mente espafiol, Yo, per mi parte, no encuentro~~e"s~~adenCra~~~n:inc61~~~!gi~i1Wsf~·t ';~:'~:~:.' nada semejante en ningiina otra nacion europea.i;1:asIa:J.68i'(:.iio.filUere--.Cald3ron~en-;:1~35,."-E6p~atJ ':i;' ?:\;':';. ;, Como es posible explicar esta potente per vi-~~g~~p':;~!~~?'Di.~go· .yelazq~ez;...Y."~n)605~y- f&lm ~p:~~~." . ~en~ia de las ener?,ias art~s~icas I?as aHa de .losapa~<ee~.«,D~n:~Q,uIJote»,.€l.mas sublrme;lloema:liul ,-yrr :~:, • hmltes de la capacldad pohbca? Sl no me eqUlvo-r~a~q!:le::haya- p1.:Oducido-el-genio:,.e·spanol "~l< :'~.", co, algo sernejante tiene lugar de nuevo hoy bajo

Si con~ideramos, de otra parte, los comienzos '1::.' ~h.:, fo~a.s dis~intas ante nuestros ojos: desde qu.e lade este Slglo de Oro, veremos que surgen con no- ~'~,~:~: AmerIca h1spana se ha separado total y radlcal-table simultaneidad, tanto los primeros sintomas ;,. ~;;,~_.mente de Espana en el terreno politico, tiende masde.l camino a~cendente en conquistas, descubri- :~ ~~\: . y :nas a su antigua madre patria y. ~e Ie ace7"cam1entos y aCClOnesgnerrel':lS, como las prirnel'as .~\.tH",:', mas estrecharnente en el sector esplntuaI y hte-realizaciones del pensamiento contemplativo y de ~. ~d! rario. Tambien aqui me parece reconocer el mismola creaci6n al'tistica. En un solo instante de vision :~i'~~ rasgo espanol, que yo Hamaria activismo fantas-y accion abarca Espana las costas y tesoros del ~~::~~~; tico 0 fantasia activista, 0 bien, para utilizar unaNuevo Mundo y Ia belleza ideal-sensible de la An- .~ i~:' expresion mas corriente en Espana, «donquijotis-tigiiedad renaciente dentro de la poesia, del arte ~1~~~;rno», en e1 sentido elevado que Unamuno ha dadoy de ]a ciencia. L~s carabelas de Colon, las tropas .;:~.,,~~ a e~~apalabra en su celebre li~ro «La vida de Donde Gonzalo de Cordoba, los versos y estrofas de r.~i.~;~ QUl]Otcy Sancho» (1906). BaJo este concepto hayBoscan, de G'arcilaso, de Juan del Encina de Gil 'If!J '':.1~ - que entender un impulso volitivo al que la fanta-, ~.:;~., .de Vicente y Sa de Miranda, las artes de seduc- i: .'~",} sia y los suefios tan pronto despiertan y espoleancion de la «Celestina», las aventuras y rnaravillo- " .. -ri. como extravian y burIan, 0 bien, contemplandolosas ha:anas del «Amadis», todo ella penetra, como ~ ~i:'" desde otro punto de vista, un fantasear que esti-obedeclendo a un solo impulso, dentro de la reali- ':fo.. ~~ mula., arrastra, consume y suplanta la fuerza dedad hist6rica. t,r. t;'~~:" la acci6n. EI quijotismo reviste dos momentos:

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16 CARLOS VOSSLER

impulso y desfallecimiento, albor y crepusculo. EIprimero puede compararse metaforicamente conaquel hipcgrtfo rapido 'como el viento que, al prin-cipio de «La vida es suefio» de Calderon, se preci-pita por rocas y despefiaderos en la escena. Elsegundo podria equipararse, en cambio, mejor, conel derrengado pero noble Rocinante. Lo mismo quedespues de apagadas las detonaciones y calmadala erupcion, cuando ya la lava fria y petrificadase extiende por la llanura, todavia se alza durantelargo tiempo sobre el volcan una nube de ceniza yvapores, as! tambien actuan en los grandes escri-tores espafioles las fuerzas de la fantasia y de losideales nacionales, superviviendo al derrumba-miento politico. Ni una sombra de dud a en la pa-tria 0 de apagamiento de animo puede echarse devel' en la inmensa produccion dramatics de Lopede Vega 0 de Calderon. Solo algunas cabezas do-tadas de agudeza, sentido critico y circunspeccion,como Mariana, Quevedo 0 Gracian, perciben .a tiempo los peligros y desdichas que amenazan asu patria. La reflexion ha sido siempre y por do-qlliera rara cualidad, y los espanoles del Siglo deOro erall, en su mayoria, caracteres artisticos,de temperamento poetico, harto dados al quijotis- 7~~~~';}mo (1). r t.

.." . . ·~t : ..~e a todos movia, unificaba y elevaba ac

~tu~iasmo comtin. era la corriente·;vig~I:osarde su! .\.~poesfa~,poPular epico-lirica, aquellos romaifces ala~ '~:'" ...~ .,. ~... .. ~

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(1) En su libro «El Conde-Duque de Olivares», Madrid, 1936,especialmente pp. 208 ss., ba mostrado convincentemente Grego-rio Marafian Ia forma en que se manifiesta el «quijotismo» enIa epoca de Ia decadencia. Para las presuposiciones y comienzosdel «quijotismo» es altamente instructivo el libro de WernerKrauss «Das tiitige Leben und die Literatur im mittelalterlichenSpanien», Stuttgart, 1929.

LA LITERATURA ESPAflOLA DEL SIGLO DE ORO 17

dos -que tan rica y potentemente surgen en la epo-ea- de' transicion, que va de las luchas contra los ~~itr.abes en la vieja. Espana a las' -conquistas del.Nuevo Mundo, y cuyo eco pasa de la Edad Media a,:.los etiempoa modernos. De igual manera que las- -.fabulas de heroes y encantamientos, cuyo rumorperturbo el seso a Don Quijote lanzandole al mun-do en busca de aventuras, as! tambien estos ro-mances eran en 10 esencial los mismos que canta-ban y recitaban los marinos, soldados y aventu-reros durante sus viajes hacia Ia India 0 haciaAmerica.

A:o.:lavez que-Ia poesia; en ella y a su vera, se~,.."",. " ..

hallaba- en, vigor.el idioma- castellano, .como la base'y garantia mas amplias 'y comjirensivas de la co-munidad en el pensar y en el sentir.

Para nuestro objeto, _la··importancia 'del idionia~· ..hallasprincipalmente en su capacidad para dar •......... ...._ ... ",.

expresion- -.al sentimiento, menos, en cambio, en-~~{~:e~)~z~cion~s.~. posibilidades ..como instrumen-,t~~derla'inteligencia. No vamos a tratar, por eso,

~.._ '",~ .. "",'ni de su estructura gramatical ni de la riqueza desu vocabulario. Todo ello eran cosas tan firme-mente definidas ya a)~olnienz~os~del:"Siglo de Oro.,que Antonio 'de'Nebrija pu<i9,escribir €,ll su «Gra..Jrp.fitica.cast~llaml>5de 1492, «estar- ya nuestra len-iua tanto en la_cumbre, que mas-se puede temer .eluescendimiento ~.della que. esper~rda s·ubida». Delo~que todavia carecia como instrumento este idio-rna nacional, era de un cultivo atento por parte delos hombres de ciencia. Le faltaba 10 que ya ~naqueUa epoca poseia el italiano, el cuidado filolo-gico y, por ello, la precision, ductilidad, exactitudy gradacion de la expresion, de acuerdo con laformaci on, la clase social, la ocasion y la peculia-

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18 CARLOS VOSSLER

ridad del que hablaba y del que escuchaba, del es-critor y del lector. Antes de que los espafiolespudieran cumplir los cometidos formales del refi-namiento estilistico del idioma, se vier on arrastra-dos a empresas harto mas urgentes, a guerras,.conquistas y hegemonia mundial. Como ya deciaFernando de Herrera: «Ocupados en las armascon perpetua solicitud hasta acabar de restituirsu reino a la religion cristiana, no pudiendo entreaquel tumulto i rigor de hierro acudir a la quietudi sosiego destos estudios, quedaron por la mayorparte agenos a su noticia». Juan de Valdes, FrayLuis de Leon, Ambrosio de Morales, Francisco deMedina, Martin de Viciana y otros nos dan testi-

- monio de que al espafiol no le quedaba muchotiempo para «gramatiquerias», y de que para elvalia mas el impetu de una accion que el labradode una palabra (2). A ello se debe tambien, quelos exitos primordiales del castellano en el extran-jero, es decir, su expansion en Europa y en Ame-rica, se debieran mucho mas al poder politico quea sus bellezas y refinamientos literarios. mlrCfiste?lUanp"se,cC5nvirtio, en efecto, enel-idioma mundial

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~~~~C?];': pero su extension por otros paises y suconqul"sta de los animos tuvo lugar harto rapidae impetuosamente para que las preocupaciones ar-tisticas, las diferenciaciones filologicas y la con-formacion literaria del vocabulario pudieran se-guir a la par y acompanar con la correspondienteeficacia esta carrera triunfal (3).

(2) En su libro «Las apologias de 1:1 lengua castellana en elI!iglo de 01'01>, Madrid, 1929 (vol. VIII de los «Chlsicos olvidados1»,ha r(unido Jose Francisco Pastor una serie de testimonios deesta espccie.

(3) Cf. Amado Alonso, «Castellano, espanol, idioma naciona1.Historia espiritual de tres nombres», Buenos Aires, 1938.

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LA LITERATURA ESPAnOLA DEL SIGLO DE ORO 19

, En lugar de un estilo idiomatico sobrio, contro-lado y severo, tal como 10 poseian 0 pretend ianalgunos pocos artistas de alta cultura, surgieron~~~as,. s .m..a:ne!~s desenfrenadas, semibarbaras y~3ca5¥a?as~.*q.~e, c~noc~mos con .los .no~b~es de,icultismo,:;;, culteranismo, ~conceptismo, J errgonzactTliparlist~i:y';~ottas- denominaeiones: semejantes, '?

Poetas y escritores que habian descuidado 0 desde-fiado la var la cara a su idioma, no vacilaron enaplicarle afeites, cubriendole a porf'ia con artifi-ciosos adornos greco-latinos, Bstas-tendencias pre ...~~~~~!1'especialmenteal.comienzo y al.fin del Siglo~Q..t9, mientras que .en.el.Intermedio ..se preferiauneidioma. y -discurso. naturales, sencillos, intencio-n~damerite llanos. y, .orgullosamente simples (4).Hacla mediados del siglo XVII podia sostener conrazon el historiador Fray Jeronimo de San JoseEzquerra de Rozas: «N uestra Espana, tenida untiempo POl' grosera Y barbara en el lenguage, vie-ne hoy a esceder a toda la mas florida cultura delos Griegos y Latinos .. Y aun anda tan por losextremos, que casi escede aora por sobra de Io que'antes se notaba POl' falta. .. Ha subido su hablartan de punto el artificio, que no Ie alcanzan yalas comunes leyes del bien decir, y cada dia se lasinventa nuevas el arte ... Y es cosa considerable

(') A fin de moderar Ia exagcrada generalizacion de mi es-qucmo., ilus.tritndolo, a Ia vez, con ejemplos caracteristicos, remitoal lector al hermoso estudio de R, Menendez -Pido.l «EI lenguajedel siglo XVI», en «Cruz y Raya», NQ G, Madrid, 15 de sep-tiembre de 1033, asi como ados monografias historicoestilisticas,singularmente instructivas: H. Hatzfeld, «'Don Quijote' alsWortlmnstwerk», Leipzig-Berlln, 1927, y Damaso Alonso, «Lalengua poetica de Gongora», Anejo xx de la «Revlsta de I"ilologiaespailoJa». :Madrid, 1935, La sogunda parte de cste ex('elentctrabajo no se ha pub:icado atm, Como complemento provisionalpuede conciderarse la introduccion del uutor a su edicion de lascSoJedade.s» de Gongora, Madrid, Revirta de Occidente, 1927.

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20 CARLOS VOSSLER

que la extrafieza 0 extravagancia del estilo, queantes era achaque de los raros y estudiosos, hoy 10sea, no ya tanto de ellos, cuanto de la multitud casipopular, y vulgo ignorante: que tal debe llamarsela muchedumbre de los que afectan de esta mane-ra de hablar y escribir ... La elegancia de Garci-1aso, que ayer se tuvo por osadia poetica, hoy esprosa vulgar: como tambien nuestra mas subidapoesia sera manana (si el uso asi 10 admite) prosadel vulgo. .. En Espana, mas que en otra nacion,parece que andan a la par e1 trage y el 1enguage,tan inconstante y mudable e1 uno como e1 otro»(e Genio de la Historia», Zaragoza 1652).ifitfitO'en'-;raJit'~ratura como en e1uso ffii6matiCi}.......... -~"'""". .;_.,

del~l<?~<!E¥Q.r~.:..p:ueden distinguirse tres "'g1:a~s~ilr&ticos,:~el~popular, .el clasico y el artificio~Q~~-".-- •. --.: .•. _'..Ii ... ~ '...... -'_-

c:ulteran.o;:-l5os~tres· existian simultaneame:ri:te~:..pe~r.~"1~ .-''''''_'- -~o",sm .embargo, ..el tercero no ?alcanz6 plena wali-~~~sta )~ Ult~a..: e?~Ca~;}l!.~a el_~arr<lco, ;m~rit~~~qu~_""el estiloaclasico desempeno -~n"~olo:~~~~JJ.'e£.~~~e;~~~t~~;~?n2,l:~lativamente brev:'-.Yi~Poi';;aSiid~~b, :.~~~seg,li:rtd~~'categoria. -El estllo ·Po.P:Ua:t;tt~~~~per.~~~eci6- jninterrumpida~..ej~.te:-::ell¥~o;~,tant<?~e%~l~1?l'lm~ro como en. e1.se~,!~.d.~lg:Od§ht:.eI>O£~'~le ol.~,.paclendo a~to de presenCIa- has-!-~~~Ja§. ultimas~ciI!l~.s del culteranisnio, graefaw~onstante imp.ulso ascendente. En la suntuosacOnSb.·ucCion ··litehiria del idioma espanol, el pisointermedio, que hubiera po dido representar elgrado de la moderacion y de In. pureza, ocupael espacio mas modesto. Toda la arquitectura lin-giiistico-literaria del Siglo de Oro espanol se dis-tingue de las construcciones coetaneas de los ita-lianos y franceses por la masa y firmeza de suscimientos populares, cuyos muros se e1evan h?cia

(,(,CI(le (Ie (1(\(lCI(I('(\( ()((

LA LITERATURA ESPANOLA DEL SIGLO DE ORO 21

10 alto como un sistema de pilares que sustenta ensu parte superior la obra exquisitamente labradade una cornisa delicadisima. Con claridad y fuer-za probatoria contundentes ha puesto de manif'ies-to Ramon Menendez Pidal en la poesia anonima yrobustamente tradicional de los romances y de lascomedias esta compenetraci6n reciproca de 10 po-pular y 10 conscientemente artistico, iluminandocon toda agudeza las diferencias entre este estilonaciona1 del antiguo espafiol y e1 individualismodesarraigado del arte cosmopolita de hoy 0 deayer ...eLa poesia - dice -, cada vez mas, renunciaa ser expresi6n de sentimientos dilatadamente hu-manos, para encerrarse en cavilaciones reservadasa un cenaculo de iniciados; las escuelas luchan porcrear nuevos tipos de poesia, singulares en su to-talidad, apartadizos, aislados, atormentandose trasalgun preciosismo que, como lenguaje cifrado, noquiere ser comprensible para todos, y mas aun, seavel'gonzaria de llegar a sel' demasiado compren-dido de cualquiera. Pero es indudable que, por ul-timo, se afirmara en de~initiva .el artista que al'ro-gante y sencillamente afronte el peligro de sel'entendido de todos, e1 que, como los mas grandespoetas de todos los siglos, tenga algo que decir10 mismo a la muchedumbre que al hombre se1ecto,y podemos esperal' que en un mas aHa una educa-cion mas elevada, efectiva e integral del hombrepodra traer que la poesia vuelva a ser sentida encom un, expresando y uniendo emociones colecti-vas, como en los mejores dias de otras epocas degran florecimiento que hoy miramos con admira-tiva envidia, y siendo entonces el arte 10 mas, y e1artista 10 menos, podra renacer cualquier formade poesia an6nima y tradiciona1, pues la vida de

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~£ CARLOS VOSSLER

esta no depende de la cronologia de la cultura,sino de la orientacion ideal del hombre» (5).

;,Hacia donde, empero, conducia al hombre es-ta orientacion ideal en la epoca heroica que esta-mos considerando? A mi entender, ello puedeecharse de ver en algunas peculiaridades del usoidlomatico. Si el lenguaje, en efecto, no decide, ni.siquiera asegura, las aspiraciones y la fe nacio-nales y humanas, si, empero, las expresa, las cornu-nica y las sugiere.

En el uso popular del lenguaje se hallaba muyextendida la tendencia a las llamadas construccio-nes de sentido, es decir, a frases cuya significa-cion no se desprende sin mas de la estructura gra-matical de las mismas, sino que tiene que ser de-ducida, adivinada y, por as! decirlo, venteada porel contexto y por la entonaci6n del discurso. Estarenuncia a la dilucidacion formal no se debe tan-to a descuido, incapacidad 0 falta de precisiony exactitud, como, mas bien, a la familiaridad ycompenetracion existentes entre el que hablaba 0

escribia con sus oyentes y lectores. EI hecho deque unos y otros se sentian espafioles de todo co-razon, espafioles por la sangre, por los apetitos ypor la fe, hacia inutil toda una serie de compli-cadas delimitaciones, determinaciones y explica-ciones. Cuando cl objeto, especialmente, sobre elque la oraci6n versaba era conocido y amado detodos y para todos de valor, cuando, por ejemplo,se relataba 0 cantaba de la fe catolica, de la gran-deza y gloria de Espana, de recuerdos y esperan-zas nacionalcs, entonces se establecia entre el poe-

(G) «El RomaT1CCl'O,teorias e investigaciones», tomo III de la«Bibliotcca de cnsayos», Madrid, Editorial Paez, S. A. (1921'0Ipp. 59 ss.

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LA LlTERATURA ESPAnOLA DEL SIGLO DE ORO fS

)r ta y el publico un fluido y comprension reciprocos,.~ un campo magnetico, podria decirse, que permitia"- y favorecia formas altamente directas y enfaticasr,.("1~~.'. ,de la oratoria y de la poesia, 10 mismo pleonasmos~~~ abundosos que elipses secas, audaces y sobrias.~ Los ejemplos mas autenticos de este genero esti-

Iistico los encontramos en los llamados romancesfronterizos. Estos romances fueron compuestos amenudo en los siglos xv y XVI por los mismoscombatientes que en las marcas fronterizas de-fendian su cristianismo contra el Islam. Estos ro-mances, dice por eso Menendez Pelayo, «son muyhistoricos, verdaderamente populares, puramen-te nacionales y limpios de toda imitacion extrafias.Por eso no hay que confundirlos con los romancesllamados «moriscos», compuestos mas tarde, conconsciente y admirable captacion de las esenciasarabes, por artistas de delicado tsmperamento.romances que contienen, por ello, mayor reflexiony artificio (6).

La originalidad y enfasis que surgen en excla-maciones cortadas y repetidas como«iAy de mi Al-hama 1»,0 «i Ay Dios, que buen caballero el Maes-tre de Calatrava!» 0 «iBien se te emplea, buenrey, - buen rey, rnuy bien se te emplea !», los co-mienzos directos y sin circunloquios, el progresode la accion como a saltos y empujones, la oscila-cion de los verbos entre pasado y presente, entretiempos reales e irreales, entre formas del deseo,de la posibilidad y de la condicionalidad, el man-

(0) Cf. los tcxtos en la «Antologia de poetas Hl'icos cllstella-nos», de Menendez Pelayo, tomo VIII, pp. 141-199, y en reIa-cion con ellos las pp. 167 ss. del tome XII. Sobre los romancl'Sespaiioles en general cf. el volumen, tan breve como rico decontenido, de Ludwig Pfandl, «Spanische Romanzen~ (tomo 21'de'la «Sammlung romnnischer 'Obungstextel», Halle, 1933

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24 CARLOS VOSSLER

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tenerse y cambiar entre la dicci6n directa e indi-.. recta, la falta de motivaciones psicologicas, cir-

cunstancias explicativas 0 preparacion de los aeon-tecimientos, el inquieto y exuberante impresio-nismo de las descripciones, la concisa abreviaci6n-de 10 episodico, la apasionada rapidez al relatar10 principal, el caracter subito de los desenlaces,a veces ironicos, a veces humoristicos, a vecestambien obscuros, pavorosos, tragicos 0 triunfan-tes, en una palabra, el curso agitado, accidentadoe imprevisible de toda la inspiracion, que no pro-cede ni de incapacidad poetica ni de desarmoniaen el sentimiento nacional, sino de un gusto apa-sionado por la improvisacion y del impulso haciala realizacidn de una fantasia casi cinematogra-fica, que ha de considerarse como dote 0 herenciadel quijotismo mas arriba descrito: todo ella ca-racteriza el estilo popular de los romances fron-terizos y de otros proximos a ellos 0 concebidos- bajo su inspiracion.·

En estos romances domina una forma de ex--presion colectiva, estereotipada y, sin embargo,altamente subjetiva. Esta forma de expresion sedistingue claramente de la popularidad medievalde los generos estilisticos, ya que estos reposa-ban sobre una objetividad epica, tal como co-rrespondia a un publico menos disgregado y, enel campo politico y social, todavia mas firmemen-te articulado y unificado, y poseian, POl' ello, unritmo mas sereno, uniforme y sobrio.

lEI -JUemo~pkfior~en, tanto ':qrie ·~6rga£i,§,ffiO;go~. eaJl: seiEl'£_<!~~~'S~;~de: arrib.a';!lb~jo ~a ~~partp.:;i't'ilJ'r~~~f~a~t~~_·q!:.-152~·, . es~ decir, ,a'!:~nS'e~~~£..ija~ttotal>de::los ..comun~r~~ t,~:n~/Y.~~~J~~~~~:~elltonO'e'S~-se'h-hundi6'tot'alm ente.lu_'eS'tt\u!tl.':lf!J:1sot

,~ ~.,~ •. D'o ,f' ..-. • . ~

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LA LITERATURA ESPANOLA DEL SlGLO DE ORO ~5

qi~!i~;~.t<tc!~t_ico,;democratic:a .de-:-:1aEd~d,Media.,f/1W~9~~:sobrEh~sus~:_escombros' el.absolutismo de ;g~h?~~,~.Al faltar un contenido juridico quemantuviese reunidas las diversas clases sociales,estas se distancian unas de otras y se disocian.Tambien el gusto comienza simultaneamente amodificarse.

&;to;~Ili;el '--!~!om~-~ap.1.,i,li~r1;como~~_!(),s:~estilos~ite..~~,1i~~~?}~.~::'\YItran, desde ';'.~gJ:'~I~~ielementos- indi-,~f~~,!~S!as.:.~y, liricos, cuyas avanzadas acabamosde observar en los romances fronterizos. De otraparte, ascienden y alcanzan vigencia literaria nu-merosos motivos y formas populares. E~;~~.r~,s,.~~¥l4~?~~~~q~e ~em12~reja:~~~o~~~etJi:q.d~vidualismojl

~~:t~~~Wt~Jfl~~~o~~ au:e~:~~a~~ ~e:~e~h:' ~~t~~formas.;~yulgaresnno' logran.. desde luego.. consti-~-' . ", ' _-... _._- ... -tF1_~PO~-f;STI-S;~pr:opios~:medios.nuevos. generos lite-:~Q~179!-t-W.?,S'~~til~sti~o~\fJJ~.tvulg~r es.)~<~()J.ltil,lu"a~~EP-.iSplQi,' una.sanaql~~~po~<?, ..j;~l};;.s.e."le.);}.,~G"e!f~~~I,}~v.~~s~mel~te}.ep:;~tex~o~, C,?~i50~.;'iYr:fftirk

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nes, mercenarios, vendedores ambulantes y dcmastipos de la especie, gustaban de ernpapar, salpi-mentar y sazonar su habla tosca con especiasidiomaticas y preciosismos extranjeros. De ellose convence uno facilmente prestando oido porbreves momentos a ciertas conversaciones quetienen Iugar en las mancebias y tabernas de la~Segunda Celestina» de Feliciano de Silva 0 deIa «Lozana Andaluza» de Francisco Delicado. Enla ultima puede oirse ademas la jerga hispano-italiana con que se entendian en Napoles y enRoma los espafioles de las clases infimas alli es-tablecidos 0 a los que los azares de la fortuna ba-bian dejado en alguria de aquellas ciudades. De laLozana, acabada de llegar a Rorna procedente deAndalucia, se dice alli : «Que esta en son la veo yoque con los cristianos sera cristiana, y con losjodios jodia, y con los turcos turca, y con los hi-dalgos hidalga, y con los ginoveses ginovesa, y .con los franceses francesa, que para todos tienesalida» (1).

Es asombrosa la habilidad y destreza con quelos escritores del Sigle de Oro acertaban a unirlas oposiciones extremas del estilo mas elevado ymas infimo. Las diversas aleaciones de oro y co-bre idiornaticos que aqui lograron merecerlan bienun estudio especial, porque en esta ciencia de lacombi'nacion, que a veces degenera en mania Q

en vicio, se revela mucho de la fuerza y debilidadde su genio. Junto al fruto del verdadero talento. se halla aqui 10 conseguido tan s610 a fuerza deartificio. Por un lado, no faltan comedias y na-rraciones, en -las que personas de los mas bajos

('1') c:Rctrato de la Loz:mu AndaIuza». Eel. Madrid. 1899, p. 28.

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estratos de la sociedad y de la cultura lucen conorgullo latinismos, reminiscencias mitologicas ytodo un oropel libresco que en nada les correspon-de: torpe mescolanza y vicioso culteranismo, queredunda en perjuicio, no solo de estos personajes,sino, tambien, de sus misrrios creadores, tan par-camente dotados de buen gusto. De otra parte,empero, se encuentran dialogos logrados y de per-fecta armenia, duetos verdaderamente genialesentre la sencillez y la agudeza, la ingenuidad y elidealismo, el escudero y el caballero, el graciosoy el heroe, mas aun, la c onc il iac io n mas purapoeticamente de dos mundos opuestos que yo co-nozco en idioma humano : Sancho Panza y DonQuijote. Consideremos, al menos, un pequefioapartado, singularmente sugestivo, de este dialo-go, aquella parte en que se habla de metaforas yrefranes. EI ref'ran, como es sabido, contiene laexperiencia vital 0 filosofia practica de muchasgeneraciones, conservandola en combinaclones po-pulares semipoeticas de consonancias y asonan-cias 0 en ritmos 0 f'rases mas 0 menos simetricas,como, por ejemplo: «Anti van leyes - do quierenreyes», 0 «Mas vale fee remiendo - que bonito.agujero», 0 «AI que no tiene - el rey le hace fran-co», etc. (8). Son formulas 0 sentencias que osci-Ian entre concepto e imagen, abstraccion e impre-sion. En todos ellos se encuentra algo indeciso,cortado y multivoco, que tiene que recibir su sen-tido entero y preciso por la aplicacion a una si-

(8) La suma inmensa de refranes espaiiolc3 llama ya In aten-cion en el siglo XVI, sicndo coleccionada pOr Hernan NUlle?Pinciano (1555). Gonzalez Correas y otros. Bibliografia recicntcsobre cl asunto se en~ontrara en Walter Gottsckalk. ~Die biIdhaf-t.en Sprichworter der nom~\ner.~, 3 '101umenes. Heildelberg. 1935"36 y 38.

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tuaci6n concreta. Una ley peculiar de oposicion yacuerdo impera aqui, en virtud de la cual un re-fran situado en el seno de un argumento esencial-mente prosaico hace resaltar la f'uerza poetica queen el alienta, mientras que situado en el curso delpensamiento poetico se alza como una isla de prosa.

im)$]j1~s:ln1e.dieYales. y, ':a la cahe£a1'ia'~~~~P,.:~~~I:1t~~",:~~iCiO~a~?~ .por in:,l?]o'~~~~~::.~. '~~,~les':verdades~ a los. e-qt11v'ocr~!a(;h;V_1::_~aS0Ig~taIoi'as;,'.:a1ifibologia~f:-y ~aleg~~~ .~~r.0!l:~n"Iestricciones--del jn.~-go:1?bl~~WIDre1!(J,f<{'ue.ruMnDrmdaban.sus di~ffi":mrS"i'~~~:i~,!'j~]l~lm.occidental, innata'y-'aprenma~a~~~Tiia~ ..h:l9":ha-ce,~POl': ej emplo;: ~b!'~cirrfe~~J~:-sil-:celebre '::.«Libro_del .bue::rnmlf£)~i';:qrr~~!tit}ly'~en; realidad, un. verdadeto, l:f:f'€Via.'f-ip!;~~

" -Jt~' ~ _..... L.... , • ~.~ '§:entido:

rQue sobre toda fabla se entiende otra cosa,Sin la que se alega en la l'az6n fermosa (0).

Como una palmera de cohetes surgen los refra-nes del libro jovial de este piadoso chancero, quesabe pero no siente la oposicion entre 10 temporaly 10 eterno, y que tan bien se encuentra, por ello,en la multivocidad de las cosas.

Can una flaca cuerda non aIzad.s grand tranca,Nin por un solo ifane! non corre bestia. manca,A la pen a pesada non Ia muevc una palanca,Con cunos e almadanas poco a poco se arran ca.

r

... ..A toda cosa brava grand tiempo In amansa:La cierva montesina mucho corrida cansa (1-0).

Sin ritmo ni metro, el espiritu alegre y vivo de

e) Ed. Cejador y Frauca, tomo II (vol. 17 de «Clasicos cas-tellanos»), p. 258.

(10) Op. cit. tomo I (vol. 1<1), pp, 191, 193. Ed. Jean Duca-min, Toulouse, l!)OI, p, 95,

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esta 'obra rimada del «buen amor» camina a saltosentre sabiduria y bufonada, prosa y poesia.

~~~tlJ.si6n semejantede.refranes se encuenjE:a;~d.~~~?~s,.:.en ...«.L~:Celestina», a. finales del s~i~M~~~~)?~n.}03~~:~~~rp.~,rosa:S;.:im.~taCjo?es~'Y;il

_. m..uY~~s~~~lm~nte:ttamEien;" :en'Has,:~dos?torrtedl$p~~ug;~~~as;o;:~na:cieiit~s<<Eufr6g~na~~Y:~-<<.:ulysipp.Q~~~~«!;illo.rotea.»~de,:LoP'e >ae~y.ega.'Si bien puedeecnai§e~ae'ver una cierta conciencia artistica enla utilizacion y distribucion de los muchos e in-cluso muchisimos refranes, e..s,-..s~'2'~!!!l:>~?:.:gbj~]:Y~trimonio~exclusivo ....de ."Cervantes-habercsabido, 'I1e.~".....' .~~~~I'(""~ _.f- ..,... _. ~ .iIf,~.""-" -~.... ._,,~.- :-..-:0.' .:""".... • _' -. -- _ ~ ..

~~~~~~~~a;:r;teh~?r,eIk:"\.el;,~~~_~e~({fd~e~l~~_n8:tural~za~~~~~~ ..a.~~~:re~:r~:!1..~,.yer.:y.~!lt~s:(e~em.des~ul;>r140r,::dir~~l~~~a4tp.o~:ti!!.o~P17E1saiC~'~~d:,;·~s~uo~a .li;..t2:t'.e~G_eryan~e~h_a -mostrado: com.<J'.-?en~boca-:delW}?~~l.9.~1c.~.,;el¥;:refr~n; d~sa:rolla: ,tb'da BU ...pe- _-':l~~~~~~sc~p~~da_,~oesla) y,: 'CO?,10,:,a;..:s~·!'\;""~Z,.~~;se:,~q,~~~~Bt~*P~,~~t?/pa,!,a:.el_,.ahya.t de·.~o:ta,~de."nOIDQ~jp.J~~e_lt.una·lnso'Portable 'pras'a tnVIal.«-j 0 maldito seas de Dios, Sancho!, dijo a esta

sazon Don Quijote. Sesenta mil Satanases te lle-ven a ti y a tus refranes; una hora ha que losestas ensartando y dandome con cada uno tragos detormento. Yo te aseguro que estos refranes te hande llevar un dia a la horca; por elIos te han de qui-tar el gobierno tus vasallos, 0 ha de haber entre enoscomunidades. Dime: l donde los hallas, ignorante,o como los aplicas, mentecato?, que para decir youno y aplicarle bien, sudo y trabajo como si cavase .

»-Por Dios, Sefior nuestro amo, replico San-cho, que vuesa merced se quej a de bien pocas co-sas. l A que diablos se pudre de que yo me sirvade mi hacienda?, que ning-una otra tengo, ni otrocaudal alguno, sino refranes y mas refranes. Y

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{;. ahora se me ofrecen cuatro que venian aqui pin-

tiparados, 0 como peras en tabaque; pero no losdire, porque al buen callar llaman Sancho» (<<DonQuijote», 2:;\ parte, cap. 43).

Contemplar c6mo al buen asno de Sancho le ere-dan unas diminutas y debiles alas de Pegaso, ycomo el pobre animal aleteaba procurando elevar--se del polvo terreno, era para Don Quijote, hayque comprenderlo, un espectaculo poco edificantee insoportablernente risible. N osotros percibimosaqui, empero, la maestria de Cervantes, que nomezcla y confunde las formas de expresi6n delpueblo y de la corte, sino que las distingue aguda-mente, graduandolas y cornbiriandolas con humor.

POl' muy frecuente que sea, por 10 demas, el ta-lento humoristico entre los espafioles, no todos, nisiquiera en el Siglo de Oro, estuvieron dotados deel. En la epoca hubo artistas y gener os literariosque no soportaban en el severo y estricto tonoclasico de sus obras ningiin aditamento de elemen-tos populares y, menos aun, vulgares. Entre estoscontaban en primer terrnino 10s.;\I>iifiSta~.ffi~'!<lof-~!l~i61'1'otiiliana: -Boscari, Gareilaso,: Gutierre~d~ge.:rtina·,...Diego Hurtado de Mendoza, ..Herreri;~lla~mado el Divino, y algunos otros ..:;,..Ahora bien, l c6mo se compaginan estas dos de-nominaciones «puristas» y ~:de formaci6n italia-na»? Hay que tener presente que el italianismode los artistas mencionados se hallaba orientadamucho mas en sentido estetico que idiomatico, esdeciI', que tendian al ideal estilistico italiano, sin,por eso, sin embargo, incorporarse literalmente asus modelos. En el aspecto idiomatico su ideal eraesencialmente negativo, es decir, purista. En sucelebre cal'ta a dolia Je:tonima Palova de Almo-

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,gavar ha caracterizado con toda exactitud Garci-lase de la Vega este hecho. Aqui alaba el poeta altraductor espafiol del «Cortegiano» de Castiglio-ne, su amigo Juan Boscan, por haber sabido estemantener en el idioma castellano una actitud quesolo los pocos habian conseguido hasta entonces :evitaci6n de toda artificiosidad, sin caer, no obs-tante, en la trivialidad 0 en la aridez. Denlro dela impecable limpidez de su estilo, Boscan no em-plea sino giros cortesanos, agradables a los oidosmas delicados, pero que, sin embargo, ni chocanni causan la impresi6n de innovaciones (11). As!tambien en el mismo Garcilaso, en cuyas poesiasapenas si se han encontrado italianismos, a pesarde que los linguistas se prornetian de elIos una ricacaza en este sentido. Margot Arce Blanco ha revi-sado cuidadosamente todos los textos, pudiendoanotar tan s610 algunos escasos y minimos italia-nismos, dos galicismos y algunos pocos arcaismos.El resultado de conjunto es, por eso: «Pero, sobretodo, un lenguaje llano, familiar a ratos - comoen Ia egloga segunda -, matizado de popular-is-mo, y siempre asequible y agil en la expresi6n delos afectos, en el matiz, en la 'exactitud descriptiva.El enfasis viril de la lengua castellana se mitigay dulcifica trasmutado en Ia apacible ternura delos versos de Garcilaso; las palabras adquierennueva y mayor flexibilidad para expresar sutile-zas psico16gicas» (12).

Ello confirma y subr~ya la idea de que el orden

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(11) Carcilaso, «Ohms», vol. 3 de «Clasicos castel1:mos», 2~edici6n, pp. 253 58.

(12) Margot Arce Blanco, «Garcilnso de la Vega», Anejo XIIIde Ja «Revista de Filologia espaiiolv.», Madrid, lD30, pp. 121 s<;.y rni nota critica en «Literaturblatt fur germanische und roma-nische PhiJologic», ano LIlI (1932), col. 267.

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clasico y purista dentro del estilo idlomatico delSiglo de Oro solo desempefia un papel modesto,medio, de segundo range, mitigador y, por as! de-eirIo, femenino. Su influjo fue lento y bienhechor,sin que pueda acusarsele en absoluto, como antesse solia creer, de haber favorecido la mania ex-tranjerizante en el idioma, la eual ha de achacarse,mas bien, a los estilistas de 10 vulgar y del arte.aublimado. Los puristas del clasicismo no consi-guieron, es verdad, ni siquiera en los primeros de-cenios del Renaeimiento, una vigencia absoluta niun dominio incontrovertido. En los mismos diasincluso de su gran impulse ascendente, les sali6al eneuentro en la persona del vigoroso Cristobalde Castillejo un «easticismo» castellano autocto-no y brusco, que tambien era un purismo, peromucho menos docto, amable, dulce y apacible y,.sobre todo, mueho menos cortesano y nada arro-gante y exclusivo hacia abajo, sino, mas bien, dis-puesto a incorporarse y a afirmar el estilo infe-rior. Nada tiene, por ell0, de extraiio que esteecasticismo» se sintiera capaz de tratar los masdiversos motives.

Por dondo los trovadoresSon: de burtar y reir,Que no se clan a escribirSino penas y dolores.jCosa vana,Que In. Icngua castellana,Tan cumplida y singular,Se haya toda de emplearEn materia tan Iiviana l

(13. A. E., tomo XXXII, p. 15G.)

Estos versos de Castillej 0 no estarian fuera delugar como lema sobre el pardo escudo relucientedel idioma castellano, en los mementos en que sedisponia a la conquista del mundo.

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SEGUNDA LECCION

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