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Hechos
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Hechos ayer y hoy
19 de Abril 2015 www.facebook.com /Escuela Dominical
Hermoso Jesús Hermoso Jesús
05 d
e 15
11 abril 1555 muere
Juana de Castilla
(Juana la loca)
defensora de los
luteranos en España,
declarada loca para
apartarla del reinado.
Fue torturada para
tomar la misa.
Hechos 7 – 11
Estos capítulos nos presentan acontecimientos sorprendentes, entre ellos
hay que resaltar el valor que mostraron los primeros cristianos para
defender su fe y para compartir el mensaje de Cristo en medio de terribles
hostilidades. Personajes como Pedro, Esteban Felipe, el mismo Saulo y
posteriormente Pablo, se muestran como hombres fieles a sus creencias y
a la fidelidad a Cristo, como el único Salvador. Su pasión por Cristo y la
obediencia a su palabra, los llevaron por diferentes lugares, aún a costa de
su propia vida.
ABRIL 2015
11 – Culto Juvenil 25 – Culto Juvenil
26 – Tarde Familiar
“Yo y mi casa serviremos a Jehová”
“Según nos escogió en Él antes de la
fundación del mundo, para que
fuésemos santos y sin mancha delante
de Él en amor” Efesios 1:4
La conclusión del discurso llega en el verso 51 y en el 54 se describe de
forma muy gráfica lo que sentían sus detractores. En el 55 Esteban está
lleno del Espíritu Santo y muere viendo la gloria de Dios, muere pidiendo
perdón por los que le martirizaban. Lo lindo del relato es el contraste que
el escritor dibuja; mientras hay una escena de violencia exacerbada,
concluye diciendo que “diciendo esto durmió…” No muere Esteban,
duerme y con estas palabras se perpetúa la esperanza bienaventurada de
los que padecen por la causa de su fe en Jesucristo, el Salvador.
Discurso y lapidación de
Esteban – 7
Al leer el discurso de Esteban, un
diácono, no queda más que
impresionarnos debido al amplio
conocimiento de la historia de Israel y
una debida interpretación en condena
por los actos execrables de los
antepasados y las generaciones
presentes. Nadie pudo enfrentar a
Esteban con argumentos, lo hicieron
con piedras.
Saulo, perseguidor y Felipe en Samaria – 8
En este capítulo aparece un personaje que cambiará la historia de la Iglesia, tanto como
perseguidor, como el posterior Perito Arquitecto de la Iglesia, Saulo y después Pablo.
Por la persecución organizada por Saulo (3) los creyentes buscaron donde escapar y
mientras lo hacían iban predicando (4) Esto llevó a Felipe, otro Diacono, a Samaria, una
ciudad considerada odiosa por los judíos, Felipe predica y una gran multitud de personas se
convierte; Felipe al ver el movimiento del Señor, envía a llamar a los Apóstoles, siguen las
conversiones y ahora la llenura del Espíritu, incluido Simón, un mago que intentó comprar
el poder del Espíritu Santo (desde entonces se le llama “simonía” a la práctica de intentar
comprar y negociar con el poder de Dios). El otro relato que completa el capítulo es la
conversión y bautismo de un hombre etíope, quién recibe el mensaje del Señor y se va
gozoso a su ciudad, seguramente a
compartir lo que Dios había hecho
con él.
Conversión de Saulo y dos
milagros – 9
“Saulo, respirando todavía
amenazas y muertes contra los
discípulos del Señor…” (1) Toda
la intención de Saulo era destruir
totalmente a los discípulos, pero
Dios tenía otro plan y se le
presenta camino a Damasco, desde
ese momento se convierte en uno
de los principales promotores del mensaje de Cristo. Predicando en Damasco y luego en
Jerusalén. Por su puesto que los hermanos tenían desconfianza. Sus antiguos aliados ahora
procuraban matarlo (23-25)
Luego de la conversión de Saulo, la persecución cesó por algún tiempo y “entonces las
iglesias tenían paz por toda Judea, Galilea y Samaria; y eran edificadas, andando en el
temor del Señor, y se acrecentaban fortalecidas por el Espíritu Santo” (31)
También Pedro, usado por el Señor obra dos milagros extraordinarios que sirvieron como
respaldo a la obra de Dios en aquellas ciudades. Curación de un paralítico llamado Eneas
(32-35) Muchos creyeron por este milagro. Y la resurrección de Dorcas, “esta abundaba
en buenas obras y en limosnas que hacía…” (36 – 43)
Se consolida el ministerio entre los gentiles – 10
Cornelio, “centurión de la compañía llamada la Italiana, piadoso y temeroso de Dios con toda
su casa, y que hacía muchas limosnas al pueblo, y oraba a Dios siempre...” (2) Dios le da una
visión y le indica que debe llamar a Pedro. Mientras eso sucede en Cesarea, Pedro tiene otra
visión, por medio de la cual Dios le preparó para asistir a la casa de un gentil. Pedro, como buen
judío expresa su malestar diciendo “Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre
llame común o inmundo; por lo cual, al ser llamado, vine sin replicar” (28-29) ¿Qué clase de
saludo es este? Bueno, Dios le mostró a Pedro que Él no hace ninguna acepción de personas,
todos somos iguales ante Dios. Los presentes en la casa de Cornelio creyeron, fueron bautizados
por el Espíritu Santo y luego en agua. El discurso de Pedro en esa ocasión contiene los puntos
primordiales de lo que se conoce como el Kerigma Apostólico en el libro de Los Hechos (34 –
43)
Pedro justifica su visita a Cornelio - Los “cristianos” de Antioquía – 11
La noticia de que Pedro había entrado y comido con gentiles no agradó a los hermanos en
Jerusalén. Pedro tuvo que explicar detalladamente la razón y los hechos acontecidos en casa de
Cornelio. Concluye diciendo “Si Dios, pues, les concedió también el mismo don que a nosotros que hemos creído en el Señor Jesucristo, ¿quién era yo que pudiese estorbar a Dios? Entonces,
oídas estas cosas, callaron, y glorificaron a Dios, diciendo: ¡De manera que también a los
gentiles ha dado Dios arrepentimiento para vida!” (17 – 18)
La narración de esta sección es muy bella leámosla: “Ahora bien, los que habían sido esparcidos
a causa de la persecución que hubo con motivo de Esteban, pasaron hasta Fenicia, Chipre y Antioquía, no hablando a nadie la palabra, sino sólo a los judíos. Pero había entre ellos unos
varones de Chipre y de Cirene, los cuales, cuando entraron en Antioquía, hablaron también a los griegos, anunciando el evangelio del Señor Jesús. Y la mano del Señor estaba con ellos, y
gran número creyó y se convirtió al Señor. Llegó la noticia de estas cosas a oídos de la iglesia
que estaba en Jerusalén; y enviaron a Bernabé que fuese hasta Antioquía. Este, cuando llegó, y vio la gracia de Dios, se regocijó, y exhortó a todos a que con propósito de corazón
permaneciesen fieles al Señor. Porque era varón bueno, y lleno del Espíritu Santo y de fe. Y una gran multitud fue agregada al Señor. Después fue Bernabé a Tarso para buscar a Saulo; y
hallándole, le trajo a Antioquía. Y se congregaron allí todo un año con la iglesia, y enseñaron a
mucha gente; y a los discípulos se les llamó cristianos por primera vez en Antioquía. En
aquellos días unos profetas descendieron de Jerusalén a Antioquía. Y levantándose uno de ellos,
llamado Agabo, daba a entender por el Espíritu, que vendría una gran hambre en toda la tierra
habitada; la cual sucedió en tiempo de Claudio. Entonces los discípulos, cada uno conforme a lo que tenía, determinaron enviar socorro a los hermanos que habitaban en Judea; lo cual en
efecto hicieron, enviándolo a los ancianos por mano de Bernabé y de Saulo” (19 – 30) Con esta
conmovedora descripción, culmina el capítulo 11.