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Redacción definitiva Redacción definitiva Redacción definitiva Redacción definitiva Redacción definitiva Taller de investigación literaria 90 90 90 90 90 La redacción definitiva de un trabajo muestra el resultado final de un estudio que ha llegado a determinadas conclusiones; por ello debe ser clara, precisa y convincente. Consta de tres partes diferenciadas: • Una introducción, donde se anuncia el problema, cuestión, hipótesis, etc. • El cuerpo del trabajo, compuesto por los capítulos, apartados y párrafos que muestran el contenido del estudio. • Una conclusión, donde se realiza una síntesis y una valoración personal. Sobre la extensión del trabajo Debe tener una extensión proporcionada al tema que trata; es por ello que recomendamos confiar en el criterio personal. Puede suceder, sin embargo, que la extensión venga prefijada por el profesor, etc. Ante las limitaciones de espacio que se nos impongan, debemos valorar si se trata de exigencias innegociables -como el caso de las convocatorias para premios o concursos- o bien si podemos confiar en que se aplicará cierta flexibilidad. No suele darse el caso que un profesor se niegue a corregir un buen trabajo aunque haya superado el número de páginas indicadas, pero en este caso, es preciso asegurarse de que el trabajo es verdaderamente excelente. Ante la duda procuraremos limitarnos a las consignas establecidas. En este sentido, el único consejo sensato que podemos dar es que cada uno procure ajustarse a la extensión pactada o, en caso contrario, realizar un trabajo extraordinariamente brillante. La introducción La introducción debe estimular al lector/a a leer el resto del texto; debe, por lo tanto, exponer la intención del autor/a, los aspectos fundamentales que se tratarán, la metodología que se ha seguido, la bibliografía usada, etc. En esta fase del trabajo es apropiado pulir las cuestiones de estilo que todavía no nos habíamos propuesto cuando redactamos el primer borrador; así como comprobar que aún encaja perfectamente con todo el desarrollo posterior. El cuerpo del trabajo Constituye la parte fundamental de la obra y la más compleja ya que en ella se da a conocer el contenido del estudio. Para que el lector/a aprecie cierta consistencia lógica, será muy útil distribuir el texto en capítulos o secciones. Asimismo, para permitir una lectura más cómoda, cada división comenzará en una hoja aparte y debajo de cada título siempre se dejarán dos o tres líneas en blanco. Una vez realizado lo anterior, se repasarán los siguientes aspectos: • Comprobar que el conjunto del escrito es coherente, es decir, debemos asegurarnos de que cada división tiene sentido por sí misma y a la vez mantiene cierta unidad global con el resto de los capítulos.

06 Redacción definitiva

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Redacción definitivaRedacción definitivaRedacción definitivaRedacción definitivaRedacción definitivaTaller de investigación literaria

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La redacción definitiva de un trabajo muestra el resultado final de un estudio que

ha llegado a determinadas conclusiones; por ello debe ser clara, precisa y

convincente. Consta de tres partes diferenciadas:

• Una introducción, donde se anuncia el problema, cuestión, hipótesis, etc.

• El cuerpo del trabajo, compuesto por los capítulos, apartados y párrafos

que muestran el contenido del estudio.

• Una conclusión, donde se realiza una síntesis y una valoración personal.

Sobre la extensión del trabajo

Debe tener una extensión proporcionada al tema que trata; es por ello que

recomendamos confiar en el criterio personal. Puede suceder, sin embargo, que la

extensión venga prefijada por el profesor, etc.

Ante las limitaciones de espacio que se nos impongan, debemos valorar si se trata

de exigencias innegociables -como el caso de las convocatorias para premios o

concursos- o bien si podemos confiar en que se aplicará cierta flexibilidad. No suele

darse el caso que un profesor se niegue a corregir un buen trabajo aunque haya

superado el número de páginas indicadas, pero en este caso, es preciso asegurarse

de que el trabajo es verdaderamente excelente. Ante la duda procuraremos limitarnos

a las consignas establecidas. En este sentido, el único consejo sensato que podemos

dar es que cada uno procure ajustarse a la extensión pactada o, en caso contrario,

realizar un trabajo extraordinariamente brillante.

La introducción

La introducción debe estimular al lector/a a leer el resto del texto; debe, por lo

tanto, exponer la intención del autor/a, los aspectos fundamentales que se tratarán,

la metodología que se ha seguido, la bibliografía usada, etc.

En esta fase del trabajo es apropiado pulir las cuestiones de estilo que todavía

no nos habíamos propuesto cuando redactamos el primer borrador; así como

comprobar que aún encaja perfectamente con todo el desarrollo posterior.

El cuerpo del trabajoConstituye la parte fundamental de la obra y la más compleja ya que en ella se daa conocer el contenido del estudio.

Para que el lector/a aprecie cierta consistencia lógica, será muy útil distribuir eltexto en capítulos o secciones. Asimismo, para permitir una lectura más cómoda,cada división comenzará en una hoja aparte y debajo de cada título siempre sedejarán dos o tres líneas en blanco.

Una vez realizado lo anterior, se repasarán los siguientes aspectos:

• Comprobar que el conjunto del escrito es coherente, es decir, debemosasegurarnos de que cada división tiene sentido por sí misma y a la vezmantiene cierta unidad global con el resto de los capítulos.

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• Comprobaremos que los enlaces entre párrafos son los adecuados, así

como que la lectura resulte ágil y fluida.

• Se procurará que las oraciones sean claras y comprensibles, sin que ello

signifique renunciar a un determinado sello personal.

La conclusión

Es obligatoria en un trabajo académico. Debe contener un resumen breve y

coherente de los aspectos esenciales del trabajo, además de un comentario de los

resultados a los que se han llegado y que habían sido anunciados en la introducción.

No debe ser muy extensa, pero tampoco debe producir la sensación de que el

trabajo acaba bruscamente. De hecho, siendo como es la última impresión que el

lector/a tiene de un trabajo merece siempre una especial atención.

La paginación

La confección de un índice que permita localizar los capítulos con facilidad, exige

que se numere cada página del trabajo.

Tendremos presente que los números deben ser pequeños pero visibles, así como

que la portada y la página de agradecimientos -si la hay- no paginan.

Errores a evitar

Presentamos a continuación, algunas recomendaciones que nos ayudarán a evitar

alguno de los errores que con más frecuencia se cometen:

• No se utilizarán términos lingüísticos cuyo significado no se conozca

perfectamente; es muy fácil escribir una barbaridad semántica en aquellas

ocasiones en las que se utiliza vocabulario con pretensiones para deslumbrar al

lector/a. En este caso, la única forma de evitar dicho error, es consultar el

diccionario.

• No se presentarán ideas, opiniones o pruebas que no se puedan

justificar documentalmente. De otra forma, el trabajo parecerá superfluo

y los lectores/as no darán ningún crédito a nuestro estudio.

• Se procurará evitar la digresión o, dicho de otro modo, el irse por las

ramas. En un trabajo disperso, la unidad temática no está muy clara y se corre

el riesgo de que el lector/a desvíe su atención hacia ideas de carácter secundario.

• No se debe caer en la reiteración o repetición excesiva de la misma

idea; lo cual, sin duda, no hará más que aburrir al lector/a.

• Es recomendable no hacer uso afectivo de los adjetivos; nos referimos

a expresiones como: el más grande escritor. Las proyecciones personales tienen

sentido en la introducción y en la conclusión; en todo caso, cualquier opinión

personal siempre debe estar plenamente justificada, de lo contrario el

lector/a tendrá la sensación de que se halla ante un trabajo poco objetivo.

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El ordenador

Los trabajos han de presentarse de forma pulcra; por ello debemos procurar

que estén bien redactados y que visualmente sean atractivos. En este sentido, la

redacción definitiva debe ser realizada con un medio que procure claridad y facilite

la lectura: el ordenador.

La peculiaridad fundamental del ordenador como utensilio de trabajo es que

permite cualquier tipo de reelaboración del texto que se está escribiendo:

• Intercalar nuevas ideas.

• Reescribir una idea de muchas formas diferentes.

• Modificar con facilidad el orden de una frase, un párrafo o un texto.

• Borrar o restituir fragmentos.

• Sustituir unas palabras por otras, etc.

Si escribir con rigor exige corregir y mejorar repetidamente un texto, el

ordenador es el instrumento ideal para asegurar una redacción correcta.