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UNIVERSIDAD DE MEXtCO 29
La piel de nuestros dientes. Una escena con Carmen Rassols
¿POESIA PROSAICA?
Por Ernesto MEJlA SANCHEZ
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protagonista principal de Panorama desde L'I puente, puede considerarse si noperfecta si sumamente adecuada. A pesar de los defectos de dicción, que limi~an
indiscutiblemente sus posibilidades. Ruvinskis supo matizar esta interpretacióncon exactitud y buen gusto. Entre losmejores elebe contarse también EeluardoFajardo que ofreció una limpia yema·tiva interpretación de Peelro Crespo enEl Alcalde de Zalamea, a pesar de la limitación que para el lucimiento personalde los actores implicaba la excesiva dimensión del escenario natural elegidopara representar esta obra.
La mejor actriz fue Carmen Bassols.que como Sabrina en La piel de nllestrosdientes, hizo gala de una am.plísima gam:lde matices y efectos tanto cómicos comodramáticos, proyectando con formidableexactitud la enorme escala de situacionesa que se ve sometido este personaje dentro del des:lrrollo de la obra, permitiendoque estas fueran percibidas en toda suamplitud. También Isabela Corona, comoFanny, en El teque;io caso de Jorge Lívido, supo sacarle el debido partido a lasposibilidades de este personaje, proyectando con gran autenticidad sus distint:lscaracterísticas.
El mejor escenógra fa fue Antonio López Mancera que resolvió Con suma eficacia el problema que entrañaba el doble~cenario indispensable para la representación de M esas separadas, ambientandocon muy buen gusto su construcción escenográfica.
quiera religioso, en el sentido más devoto.El canta "el manto / ele la perfecta juventud", que de suyo es un "manto real",no imaginado, y "tu corona de \1amas,tu costumbre / de estar haciendo luz atodas horas". Es la joven amada queilumina el mundo en torno. Que hace eldía a su alrededor, como que está "sustentada a la sombra / de una corona límpida de oro". De ahí que esta poesía escrita a la luz de esa lámpara de juventud("mientras vienes escribo", dice el poeta)sea diurna, solar, luminosa, como desdehace tiempo no se acostumbra. Poesíabajo el día, que deja ver lo cotieliano elhoy ("Siempre que digo 'hoy', en Jo I~láshondo / de mí nace una lenta / lumbre").
Esta luz cotidiana ha llevado al poetaa cantar la vida diaria, la vida de todoslos días, a rehuir la noche, con el sueñoy sus sueños. Lo cotidiano. según opiniónmayoritaria, es prosaico (la prosa de lavida, se dice). El poeta se ha vuelto,aparentemente, prosaico, La prosa es explicativa, lógica, razonable; pero el poetacomienza el poema más cotidiano de sulibro con estas palabras: "Qué absurdoqué imposible". No obstante. lo cotidian~se impone, lo explicativo triunfa a veces:"en una alcoba / con paredes de espejos"(el subrayado es nuestro y suprimib!e)y en "la ropa que dejaste / colgada enuna percha" (ide'l1l, y recuerda el Tangodel 7Jilldo, de Neruda). Lo lógico luchacon lo poético: "Como nadie sabrá queme has querido, / nadie sabrá que medejaste"; "y no te sorprendiste / de encontrarme contigo". Pero irrumpe lo ilógico esplendorosamente: "porque te I1C-
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la representación, sino que además, salvócon gran habilidad las dificultades técnicas que entrañaba la obra elegida, laborpor la que su clasificación parece indiscutible.
El mejor actor fue vVolf Ruvinskis,cuya interpretacic'm de Eddie Carbone,
EL MANTO Y LA CORONA
"Mais le pode confesse, en tete ele PS'Jlché,qne la !,rose lui cofile aulanl qll·e les ven."SAl 'TE-BEUVE, La Fonlaine (Porlrailslilléraires) .
* Rubén BOllifaz lniío, U II/onlo ,. la.rorona, Universidad Nacional .Ant"lIlo1l1~ del'vléxico, 1958, 82 pp.
AFINES DE 1958 se publicó El mantoy la cOI'ona. * Mal tiempo paralibros y más para libros de poesía,
a pesar del empeño mercantil ele ofrecerlos como regalo navideño. Los criticasapenas lograron incluir El manto :)1 lacorona en sus apresurados balances literarios de fin ele año. señalanclo al pasaralgún viso del "manto", alguná joya elela. "corona", que Bonifaz Nuño por algúnmotivo escribe con mayúscula inicial, ysobre todo, su prosaísmo, delito mayoren estos días de fuegos artificiales. Estasnotas de buena fe, que su autor acostumbra ofrendar respetuosamente a los muertos, se vuelven necesarias cuando libroscomo El tránsito de fuego, de EuniceOdio, cosechan el más apretarlo silencio,o como El 11lanto 'V la coron[l, sólo unascuantas palabras verdaderas.
¿ Qué manto, qué corona canta el poeta?Desde luego, el título es simbólico y naelaliteral; en nuestra América ya no quedanmantos y coronas sino en las iglesias. vnuestro poeta no es un iglesiero. ¡li si-
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LOS MEJORES EN 1958
el problema que implicaban los ccmtinuoscambios de lug-ar y a la propiedad conque supo amb;entar cada uno de ellos.
La mejor obra mexicana llevada a escena durante 1958 fue El teque1"ío casode Jorge Lívido, excelente pieza de Sergio Magaña, en la que dentro del mal'COde una anécdota policíaca, de la que elautor se sirve como simple pretexto, seexponen varios conflictos de orden mo·ral de indudable originalidad, interés yautenticidad, desarrollados con suma dicacia técnica y una sinceridad y un valorindiscutibles. Desgraciadamente la deficiente interpretación escénica de esta pieza, impidió en parte que sus valores fueran debidamente aquilatados, lo que noobsta sin embargo para que sus méritosla hagan acreedora de esta clasificación.
La mejor obra extranjera. descontando las representaciones no siempre adecuadas, de algunos clásicos como Lopede Vega y Calderón de la Barca, fuePanorama desde el puente, de ArthurMiller, en la que el autor recrea con extraordinaria validez varios de los elementosfundamentales de la tragedia griega, dentro de un marco de drama realista conexactas motivaciones psicológicas y 'unformidable impulso dramático, sin olvidar el medio social. Junto a ella debe mencionarse también a La piel de 'fIlIestrosdientes, de Thorton Wilder, interesantisimo experimento dramático en el quese intenta y se logra hacer un resumenun tanto irónico, pero profundo y conmovedor de la historia de la humanidad,simbolizada por una familia en la quese encuentran varios de los caracteres básicos, a la que se somete a todas las catástrofes posibles.
El mejor director fue Juan José Gurrola, que supo guiar con admirable eficacia al grupo de teatro de la Escuela)¡acional de Arquitectura, en la puestaen escena de La piel de nuestros di7ntes,que desde un punto de vista general puede considerarse la mejor de todas las quetuvieron lugar este año. Gurrola no só' ologró un excelente nivel interpretativoen todos los actores que tomaron parte en
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H. B.
c. V,
enteramente,15. México,
1I " ." - -1 dI" .Clan que ama oniega·, sena e ~J'Mn-
bral de maduración del proceso cóSmicototal", que podría llamarse, :J.bsolutamente, Dios -"causa y pri(lcipio d~ la evolución"- sin más, "gráh estable" en loultrasintético. d
.
Este libro no quiere suplir la lectura delas obras de Teilhard; nos invita a 'nacer10,pero nos amonesta para ir sobreaviso en busca de tfna "introducción a unaexplic~ción", y nos destaca las etapasesenciales de su dialéctica. Puede encon~
trarse también un agregado -"Teilhardi.pensador cristiano"- que áitica desde elpunto de vista teológico los esfuerzos-delsabio por ilustrar su ciencia natural porel conocimiento sobrenatural; esfuerzÓpatético por conciliar la naturaleza con elcristianismo, al cual ve como. una cosemogonía más que como una religión "éx~
clusivamente jurídica, mo'ral, platonizan~
te". Entiéndase bien: con la religión, 'nocon los fielfls que se pre'sentan a "los mejores gentiles" como .t1I1a "mística inde-'seable por ser infrahu111aná~ mórbida".Por último, los intérpretes 'ClebeJ;i estardispuestos a colocarse, para le'erle, ·en elmismo punto de vista en que éLse.~olQcj¡
para escribir. Sería absurdo reprochar asu trabajo científico cosas que corresponde más al teólogo criticar.
RAYMUNDO RAMOS GÓMEZ, Enroque de verano, Cuadernos del Unicornio, 11. México, 1958, 16 pp.
Aunque bastante apegado a la línea deBorges: la lúcida precisión del lenguaje,el gusto por la erudición y los juegosconceptuales, no por esto carece de méri tospropios. Y aunque casi desde el primermomento se sabe que se está frente a unaobra poco original, su lectura ofrece Ul1
interés continuado, porque el narradorposee dones naturales. No sería aventurado predecir que cuando haya asimilado lainfluencia que ahora lo domina, dará aconocer cuentos de gran calidad.
ELSA DE LLARENA, Prosas, Cuadernos delUnicornio, 8. 1958, 20 pp.
Breves prosas poemáticas que tiendena destacar valores subjetivos (pero la intención se pierde en gran parte por lavaguedad del lenguaje ) alternan con cuentos que observan directamente la realidad.A estos últimos (lo mejor del cuaderno)los caracterizan el tono reiterativo y elestilo llano; técnica, aunque no novedosa,sí de acuerdo con el tema que desarrolla:la vida elemental y monótona de las clasesbajas.
ROBERTO ESCALANTE, PensadoCuadernos del Unicornio,1958, 16 pp,
Comprende dos poemas. En el primero,"Mirad cómo mi cuerpo", hay frecuenteslogros, sobre todo adjetivales; pero lefalta fluidez al conjunto. El segundo poema, "Pensado enteramente", es másefectivo gracias a una mayor economíaretórica. La sobriedad de las metáforashace que los versos adquieran un acelerado ritmo, y que Se precipiten en un finalbrillante. En el primer poema, sentimosCJue el autor nos enfrenta sólo a frasespoéticas. En el segundo, en cambio, a hechos poéticos, lo cual marca una verélaelera diferencia de calidades.
Para discernir científicamente un sen-·tido a la evolución, T. deduce una ley derecurrencia, a raíz"de la aparición de laconciencia en la materia orientada hacia estados más y:más<;omplejos: Entiéndese por complejidad no sólo númeroy variedad, sino heterogeneidad organizada. La evolución se orienta h?cia losaltos complejos (supermoléculas más ymás complicadas) y síntesis; con lo quela relación materia-vida-conciencia adquiere un sentido: el desenvolvimiento social y psíquico del ser, por autoevolución,hacia un tipo "ultrahumano·" ("El hombre zoológicamente no es adulto. Psicológicamente no ha dicho su última palabra.") Consecuencia será que "la obracreadora del hombre no es más que laprolongación, la continuación de la cosmogénesis". De ahí que la fenomenologíade la evolución ¡'meda continuarse "ne~esariamente" en una "fenomenologÍa de laacción"; y que haya que constI~uir, pol"fin, una energética humana. Y si la evolución tiene un sentido irreversible vorientado, todo el universo lo tendrá: ha·~cia su maduración. (Heidegger, "escolástico y literario", afirmaría lo opuesto :eLabsurdo esencial del ser; el marxismo seria la frustración del porvenir.) No esesta una demostración metafísica de lainmortalidad, sino análisis fenomenológico, "físico", que enseña que la coherenciadel universo debe ser la aceptación de suestructura irreversible, ele su "porvenirhalagüeño". Y aquí está la diferencia entre una visión del mundo informada por"ciencia positiva" y una filosofia "de tipo literario". ("El sabio, conectado conel universo en sus dimensiones témporoespaciales, sabe muy bien que la hipótesisdel filósofo es puramente verbal".) Deaquí a la "infalibilidad del universo" sóloun paso (que no excluye los peligros defracaso, "inherentes a una evolución quese vuelve reflexiva y humanizada") conducido por un "optimismo estadístico" enTeilhard, a la vez cristiano o -comoquería Mounier- "trágico", La evolución del pensador converge a una "cumbre de personalización y de unificación".(En la humanidad, la evolución en vez deacrecentar simplemente el "número", engendra "un grupo en estado de expansión, un sistema de estructuras siempremás ligadas y mejor centradas"; está"anudándose sobre sí misma -racial, económica y mentalmente- con una rapidezy bajo una presión constantemente acelerada"; si las reflexiones se buscan y serefuerzan, ¿ no habrá por delante una humanidad en formación, suma de personasorganizadas?; si el movimiento de totalización acentúa la profundidad y la incomunicabilidad de los egos, tendiendo alos superegos, ¿ no habrá que ver la evolución de la multiplicidad como una plasmación de seres más libres y más conscientes? ... ) Al final del proceso -puntode convergencia, terminal a donde no losiguen muchos- Teilhard quiere presentir un polo de atracción y de consolida-
cesito te hago falta", "porque te dasexisto"; porque -agregam?s nosotrosla vida misma como la poesla 11<? e,; :lbs?lutamente lógica, .10 que n? ,q~l1ere lIec.l rque sean necesanamente 110g~cas y S1l1
sentido. Lo ·primero que se Impone enEl manto V la corona es pues su voluntadde lucidez· de claridad, la falta de misterio y de' sueño, la .apari~ncia l?~os2ica,el indudable acento !Iterarla, poetlco como el que más.
Desconcertará a muchos que el poetadeclare que le "nacen silencios y pa.labras ordenados" ; nada más natural. QUlenha utilizado en su fiel servicio todas lasgalas de la retórica (reminiscencias delatinidad, pericia versificadora) como elhipérbaton de "toda tú de puertas clarasfu-iste", el epíteto de "un recordado perfume", la trasposición de "ya la hora /llega de amar"; y las emotivida~es de lalengua conversaclOnal: el tratamIento de"usted", hispanoamericanismo de intimidad, patente en el te'egrama de la p. 13,el "¿ qué has hecho ?", de la p. 65, puedeestar seguro de su silencio y de su palabra, ordenados o no.
CLAUDE TRESMONTANT, Introducción alpensamiento de Teilhard de Chardin. Filosofía y Letras, 33. Imprenta Universitaria, México, 1958, 170 pp.
En 1955 murió el jesuita Teilhard deChardin, científico de renombre mundialpor sus aportaciones a la paleontología(descubridor del Sinanthropus) y por laoriginalidad de su pensamiento filosófico,más que meta u1trafísico: ya que presentacomparecidas en prodigiosa compatibilidad paradojas como las de racionalismoy fe, empirismo y teorías, lirismos y argumentación, teología y titubeos. Este libro, traducción impecable de Gallegos Rocafull, a la vez expositivo y crítico presenta "una idea clara, fiel y equilibrada"de un pensar que si al comenzar a ser editado ha encontrado reparos, ha sido paramuchos "una de las creaciones más originales y maravillosas de nuestra época",
El punto dc 'vista de Teilhard es el fenomenológico (quiere "expresar una visión de la humanidad, objetiva y espontánea, considerada como fenómeno"), sindefiniciones apriorísticas del ser, sin análisis ontológico de causas, sin metafísicani teología: es decir, una "memoria científica" que sirva de introducción a unaexplicación del mundo, que tenga por método fijar las apariencias fenoménicas delhombre y su posición actual "en relacióna las otras formas que ha tomado en to:'no nuestro el material cósmico en d transcurso del tiempo". Meyer ha defendidola legitimidad de esta lectura fenomenológica que ha descubierto leyes evolutivasindiscernibleg en el nivel microscópico. Suidea capital es la de la evolución como dimensión temporal de lo real (Berg-son),desde que ella enseñó a la filosofía lo quesignifica tiempo. Teilhard quiere hacerver la importancia de buscar sentido a lacosmogénesis; es decir, Cosmos en 'I)roceso de creación por evolución di;:igida,irreversible y constante. Con él se empieza a ver clara esa invasión de la fisicay la química en el dintel de una historianatural del universo. Su concepto cientí fico de evolución (como expresión-para nuestra empírica témporo-espacial- de creación) es el "reverso experimental" susceptible de ser opuesto al concepto metafísico de creación,