Proverbios 12:16 Por Salvador Gmez Dickson

Prov.12:16 El necio al punto da a conocer su ira; mas el que

no hace caso de la injuria es prudente. El libro de Proverbios manifiesta un inters continuo por contrastar al insensato con el sabio, al necio con el prudente. Y al hablar del tema de la ira no hace una excepcin. La reaccin entre uno y otro son muy distintas. Mientras uno ve que tiene que dar a conocer su indignacin con obligatoriedad, el otro es capaz de ejercer un dominio de su alma que le permite pasar por alto las ofensas. Veamos cada uno en particular. El necio al punto da a conocer su ira. ste es el cuadro grfico de uno que acta sin pensar; de uno que no cuenta hasta diez para no estropear la situacin. En su mente, todo es secundario a la necesidad de hacer ver a los dems que est en desacuerdo, que se siente humillado, que su estima personal ha sido herida. Para ste individuo, mantener las buenas relaciones no es tan importante como revelar con un rostro enojado y palabras hirientes que las cosas no se han hecho como l pensaba. El lugar, el momento y las circunstancias no importan, como tampoco delante de quin se encuentre. Se conduce impetuoso a su necedad. No tiene tiempo para pensar. Sus emociones trabajan ms rpido que su mente y que su voluntad. Los pensamientos que tenderan a apaciguar la furia que siente llegan despus que la necedad ha sido cometida. Si tan slo se hubiera detenido a considerar que es una tontera aquello por lo que pelea, ningn grito ni golpe se habran producido. El necio da rienda suelta a toda su ira (29:11). Cuando se siente avergonzado por alguien, inmediatamente deja salir por su boca palabras hirientes, lanza indirectas penetrantes, utiliza palabras vengativas que procuran que sea imposible para el otro sentirse bien. El orgullo tiene mucho que ver en esto. El necio tiene la piel muy sensible; se ofende y molesta con facilidad. Ante la menor crtica se aran desmedidamente. Las reacciones tan extremas ante las cosas que le irritan son mucho ms aborrecibles que las provocaciones originales. El pecado y la injusticia que se cometieron contra l son nada en comparacin con las locuras que comete un hombre en su furor. Cul es la razn impulsora de tantos crmenes? En un momento de frenes, el hombre llega a un vertiginoso veredicto acerca de otra persona: la pena muerte. Es as que a veces, por una tontera, hay hombres que han perdido

la vida. El rey Nabucodonosor mand a matar a todos sus sabios porque no le pudieron interpretar un sueo (Dan.2:12,13). Cuntos matrimonios han sido severamente afectados por los desvaros de un cnyuge airado. La actuacin de un da ha dejado marcas difciles de borrar en la relacin entre padres e hijos. No es una reaccin exagerada la que tanto padres como hijos se muestran unos a otros por cosas que despus framente reconocen como nada? Es por esto necesario preguntarnos: Vale ms la causa por la que estoy peleando que las consecuencias que cosechar por mi enojo? Mas el que no hace caso de la injuria es prudente. ste es el que no se deja provocar fcilmente por el agravio cometido en contra suya. Ha aprendido a absorber el golpe de la humillacin, a mantener la compostura y a evitar el conflicto. Es el que siente un verdadero y genuino alivio en dejar su causa ante el trono de la gracia; sabe dejar las cosas en las manos de Dios. Y si Dios ya lo sabe, el mundo no tiene porqu enterarse. Hay momentos para hablar y hay momentos para manifestar una indignacin santa. Pero las palabras de este texto se refieren obviamente a ofensas que podemos pasar por alto. Necesitamos aprender la gracia de ignorar los insultos y las crticas injustas. Estas forman parte inevitable de la vida. Por eso Cristo nos instruy a poner la otra mejilla cuando somos golpeados. Eso no es otra cosa que mansedumbre. Son diferencias como sta las que hacen que el testimonio del justo brille tanto en un mundo en el que las personas se devoran unas a otras. El dominio propio es una caracterstica del sabio, y cuando los hombres la observan en otros, la reconocen. No han sido pocos los que han atribuido su inters inicial por el evangelio a la actitud piadosa de un creyente ante la provocacin. Qu tipo de testimonio est ofreciendo usted? Es capaz de excusar y pasar por alto las injurias y afrentas que recibe, o empeora la situacin con su reaccin?