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LOS ESTUDIOS DE ARQUEOASTRONOMÍA EN ESPAÑA: ESTADO DE LA CUESTIÓN STUDIES OF ARCHAEOASTRONOMY IN SPAIN: A REVIEW TRABAJOS DE PREHISTORIA 63, N o 2, Julio-Diciembre 2006, pp. 13-34, ISSN: 0082-5638 M. a LUISA CERDEÑO (*) GRACIA RODRÍGUEZ-CADEROT (**) PEDRO R. MOYA (***) ANA IBARRA (*) SILVIA HERRERO (*) RESUMEN Los estudios de Arqueoastronomía tienen una larga tra- yectoria en algunos países europeos y, en menor medida, en España. Mayoritariamente se llevan a cabo desde el campo de los astrónomos y todavía no han alcanzado un definiti- vo reconocimiento en el ámbito arqueológico. En este tra- bajo se revisan las líneas de trabajo existentes en España, con la inevitable referencia al marco europeo, y se analizan los principales problemas que tiene planteados esta disci- plina académica. ABSTRACT Studies of Arqueoastronomy have a long tradition in Europe and, to a lesser extent, in Spain. This research is mainly done by astronomers. The recognition of this studies is still lacking in archaeology. This paper reviews current research projects in Spain and the main problems raised by Archaeoastronomy. Palabras clave: Arqueoastronomía. Historiografía. Espa- ña y Europa. Key words: Archaeoastronomy. Historiographical Review. Spain and Europe. I. INTRODUCCIÓN El tema de este artículo se decidió durante el curso de Doctorado 2002/03 que con el título Ar- queología y Física: aplicaciones de la Astronomía y la Geofísica a la Arqueología se viene impartien- do en la Universidad Complutense desde hacia va- rios años (1). Este doctorado arranca de la disposi- ción que muestran las profesoras que lo imparten en aplicar nuevas fórmulas de cooperación entre la Arqueología y otras disciplinas científicas, interés que ha propiciado la formación de un equipo de investigación centrado en la observación de posi- bles orientaciones astronómicas en yacimientos de la cultura celtibérica (2). Los estudios arqueastronómicos tienen una tra- yectoria de hace más de un siglo en algunos países de Europa donde la relación que las sociedades an- tiguas mantenían con el cosmos suscitó pronto el interés de eruditos e investigadores. Sin embargo, su desarrollo como auténtica disciplina científica puede situarse a partir de 1930, cuando A. Thom co- **(*) Dpto. de Prehistoria. Facultad de Geografía e Historia. Universidad Complutense. Ciudad Universitaria. 28040-Madrid. Correo electrónico: [email protected] *(**) Sección Departamental de Astronomía y Geodesia. Facultad de CC Matemáticas. Universidad Complutense. Ciu- dad Universitaria. 28040-Madrid. Correo electrónico: grc@mat. ucm.es (***) Becario de FPU de la Secretaría de Estado de Educa- ción y Universidades. Departamento de Prehistoria, Universidad Complutense de Madrid. 2004. Recibido: 7-IX-05; aceptado: 23-II-06. (1) Se imparte de manera conjunta entre las profesoras Mª L. Cerdeño, de la Facultad de Geografía e Historia, G. Rodríguez Caderot, de la Facultad de CC. Matemáticas y Mª C. Hernández, de la Facultad de CC. Físicas, de la UCM. El curso está incluido en el Programa de Doctorado del Dpto. de Prehistoria que obtuvo la Mención de Calidad en 2002/2003. (2) Dicha colaboración se inició con el Proyecto de Investiga- ción Complutense PR78/02-10930 titulado “Un estudio multidis- ciplinar: ciencias aplicadas en dos yacimientos celtibéricos”.

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    LOS ESTUDIOS DE ARQUEOASTRONOMA EN ESPAA:ESTADO DE LA CUESTIN

    STUDIES OF ARCHAEOASTRONOMY IN SPAIN: A REVIEW

    TRABAJOS DE PREHISTORIA63, No 2, Julio-Diciembre 2006, pp. 13-34, ISSN: 0082-5638

    M.a LUISA CERDEO (*)GRACIA RODRGUEZ-CADEROT (**)PEDRO R. MOYA (***)ANA IBARRA (*)SILVIA HERRERO (*)

    RESUMEN

    Los estudios de Arqueoastronoma tienen una larga tra-yectoria en algunos pases europeos y, en menor medida, enEspaa. Mayoritariamente se llevan a cabo desde el campode los astrnomos y todava no han alcanzado un definiti-vo reconocimiento en el mbito arqueolgico. En este tra-bajo se revisan las lneas de trabajo existentes en Espaa,con la inevitable referencia al marco europeo, y se analizanlos principales problemas que tiene planteados esta disci-plina acadmica.

    ABSTRACT

    Studies of Arqueoastronomy have a long tradition inEurope and, to a lesser extent, in Spain. This research ismainly done by astronomers. The recognition of this studiesis still lacking in archaeology. This paper reviews currentresearch projects in Spain and the main problems raised byArchaeoastronomy.

    Palabras clave: Arqueoastronoma. Historiografa. Espa-a y Europa.

    Key words: Archaeoastronomy. Historiographical Review.Spain and Europe.

    I. INTRODUCCIN

    El tema de este artculo se decidi durante elcurso de Doctorado 2002/03 que con el ttulo Ar-queologa y Fsica: aplicaciones de la Astronomay la Geofsica a la Arqueologa se viene impartien-do en la Universidad Complutense desde hacia va-rios aos (1). Este doctorado arranca de la disposi-cin que muestran las profesoras que lo impartenen aplicar nuevas frmulas de cooperacin entre laArqueologa y otras disciplinas cientficas, intersque ha propiciado la formacin de un equipo deinvestigacin centrado en la observacin de posi-bles orientaciones astronmicas en yacimientos dela cultura celtibrica (2).

    Los estudios arqueastronmicos tienen una tra-yectoria de hace ms de un siglo en algunos pasesde Europa donde la relacin que las sociedades an-tiguas mantenan con el cosmos suscit pronto elinters de eruditos e investigadores. Sin embargo,su desarrollo como autntica disciplina cientficapuede situarse a partir de 1930, cuando A. Thom co-**(*) Dpto. de Prehistoria. Facultad de Geografa e Historia.

    Universidad Complutense. Ciudad Universitaria. 28040-Madrid.Correo electrnico: [email protected]

    *(**) Seccin Departamental de Astronoma y Geodesia.Facultad de CC Matemticas. Universidad Complutense. Ciu-dad Universitaria. 28040-Madrid. Correo electrnico: [email protected]

    (***) Becario de FPU de la Secretara de Estado de Educa-cin y Universidades. Departamento de Prehistoria, UniversidadComplutense de Madrid. 2004.

    Recibido: 7-IX-05; aceptado: 23-II-06.

    (1) Se imparte de manera conjunta entre las profesoras M L.Cerdeo, de la Facultad de Geografa e Historia, G. RodrguezCaderot, de la Facultad de CC. Matemticas y M C. Hernndez,de la Facultad de CC. Fsicas, de la UCM. El curso est incluidoen el Programa de Doctorado del Dpto. de Prehistoria que obtuvola Mencin de Calidad en 2002/2003.

    (2) Dicha colaboracin se inici con el Proyecto de Investiga-cin Complutense PR78/02-10930 titulado Un estudio multidis-ciplinar: ciencias aplicadas en dos yacimientos celtibricos.

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    menz a separar el misticismo de los yacimien-tos emblemticos, como Stonehenge, y los anlisisestrictamente cientficos (Thom 1954 y 1967).

    En el entorno arqueolgico todava se teme caeren la mera especulacin, al existir dificultades paracontrastar empricamente algunas hiptesis y sepiensa que quizs no se ha desarrollado una coope-racin autnticamente pluridisciplina que garanticeunos resultados satisfactorios. Hace diez aos seachacaban estas posturas al desorden metodolgi-co y al caos conceptual (Iwaniszeski 1994: 5).

    Para que se generalice definitivamente esta lneade investigacin, creemos imprescindible la cola-boracin entre investigadores de diferentes especia-lidades, bsicamente arquelogos y fsicos, demanera que los resultados no muestren carencias nien la toma y manejo de los datos ni en la interpre-tacin cultural que de ellos se haga. Es evidente queel conocimiento de la posicin y movimientos delos astros requiere un slido conocimiento de fsi-ca y matemticas, mientras que la comprensin delcomportamiento humano en pocas pasadas es ta-rea de arquelogos y antroplogos. Como analiza-mos ms adelante, hasta hace poco tiempo han sidoescasos los equipos mixtos que han acometido es-tos estudios y su inclusin en proyectos arqueol-gicos, as como su presencia en los planes de estu-dio universitarios es minoritaria.

    En cualquier caso el desarrollo de esta discipli-na es ya amplio, los trabajos sobre la materia se hanmultiplicado en los ltimos aos en diferentes par-tes del mundo y en nuestro pas tambin se estdetectando un creciente inters por ella. Por esohemos querido revisar la actividad realizada enEspaa, dentro del panorama general europeo y porello nuestro anlisis historiogrfico se ha centradoen estos dos entornos.

    II. OBJETIVOS Y MTODOS DE LAARQUEOASTRONOMA

    Desde hace dcadas se han propuesto diferentesdefiniciones de Arqueoastronoma y en trabajosrecientes de nuestro pas se la considera como ladisciplina que trata de averiguar el grado de cono-cimientos astronmicos de las sociedades antiguas,relacionados con su visin del cosmos (Belmonte2000: 14) o de estudiar el desarrollo de la astrono-ma de las sociedades prehistricas dentro de sucontexto cultural (Esteban 2003: 309). Estas defi-niciones, claras en apariencia, habra que matizar-

    las para evitar que al hablar de conocimientopueda deslizarse de manera implcita nuestra pro-pia perspectiva moderna de conocimiento tcnicoy de lgica cientfica que es resultado de una formadeterminada de pensamiento racional, olvidandoque el pensamiento humano no siempre ha estadoestructurado de la misma manera. Por su parte, laHistoria de la Astronoma parte del concepto quehoy tenemos sobre esta ciencia aunque la mayorade los grupos del pasado tuvieron una relacin muydiferente con los fenmenos naturales, sobre losque tenan muy poco control. Por ello, la Arqueoa-stronoma sera la encargada de estudiar la mane-ra en que las sociedades de pocas pasadas se rela-cionaron con el cosmos, a partir de los datosarqueolgicos, etnogrficos e histricos.

    La relacin de la Arqueologa, encargada delestudio de los grupos humanos del pasado a travsde los restos materiales de su cultura, con la Astro-noma se justifica si esta ltima puede proporcionarrespuestas a las incgnitas que la primera tieneplanteadas. Puede ser interesante averiguar cul fueel papel que jug el cielo en el conjunto de las ma-nifestaciones culturales de aquellas sociedades o dequ manera incorporaron la visin de dicho espa-cio celeste a su imaginario colectivo, recordandoque eran ms globalizadoras y tanto su tecnologacomo su organizacin social o su ideologa forma-ban un todo difcil de independizar, muy diferentea nuestro mundo moderno, caracterizado por unpensamiento tecnolgico fragmentario y analtico(Winter y Salazar 1997: 3).

    Las sociedades primitivas tienden a sacralizaraquello que no controlan y les sobrepasa, confirien-do carcter sagrado a un amplio nmero de lugares,de seres vivos y, como no, al cosmos o bveda ce-leste que les envuelve y de la que proceden la ma-yora de los acontecimientos que regulan su vida.En el cielo se producen la mayora de los fenme-nos decisivos para la supervivencia. De l viene laluz y la oscuridad, el fro y el calor, la lluvia o la au-sencia de ella, etc., y por esta razn dichos fenme-nos han pasado a formar parte de la narrativa o mi-tologa de todas las culturas, muchas de las cualesubican en el cielo el origen de todos los aconteci-mientos que superan el control humano, as comola morada de los dioses o de otros seres sobre-na-turales.

    La Arqueologa hace tiempo que atiende a laimportancia que para todas las sociedades tena elespacio en el que habitaban, a travs de la Arqueo-loga Espacial, Territorial o del Paisaje. Pero no se

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    debera olvidar que si el sitio sobre el que vivan eraimportante, no cabe la menor duda de que la bvedaceleste, suspendida permanentemente sobre suscabezas, tuvo que servir tambin de fundamentalreferente espacial y temporal.

    Si somos capaces de demostrar la corresponden-cia entre la forma y posicin de determinados ves-tigios arqueolgicos y su posible orientacin haciaelementos o eventos celestes, la nueva informacinayudar a comprender mejor el comportamiento deaquellos grupos antiguos y, sobre todo, su forma depensar a travs de smbolos que resulta difcil des-cifrar. Esta nueva lnea de investigacin plantea lapregunta de hasta dnde es posible conocer las res-puestas que se dieron en cada momento a los fen-menos astronmicos o celestes y si podemos llegara saber el significado ltimo de ubicaciones de ele-mentos, orientaciones repetitivas, etc. Incluso en elcaso de culturas estatales, con un mayor grado deconocimiento y control del medio, se nos escapa lafinalidad real de sus supuestos observatorios astro-nmicos y el objetivo y uso que hacan de la infor-macin que en ellos obtenan.

    Como el objetivo principal de este trabajo eshacer una revisin de la finalidad y enfoque de lostrabajos de Arqueoastronoma, especialmente des-de la perspectiva del estudio de la cultura, no se tra-tan en profundidad las distintas metodologas em-pleadas, aunque resumimos de manera breve losmtodos y tcnicas necesarios para llevar a cabouna observacin rigurosa.

    Desde el punto de vista tcnico, es fundamentalla toma de los datos de campo distinguiendo duran-te las excavaciones entre los trabajos meramentetopogrficos y los destinados a obtener clculosastronmicos. Los primeros permiten referenciarlos objetos y medir con precisin suficiente susorientaciones respecto al horizonte. Por ejemplo,una medida habitual es el azimut o ngulo desde elpunto cardinal norte hasta la direccin considera-da, controlndose con mayor facilidad la orienta-cin de una construccin si es grande o tiene un eje.Pero los hallazgos no siempre son modlicos y lasestructuras conservadas pueden tener forma irregu-lar, encontrarse fragmentadas o movidas, tratarsede conjuntos pequeos, de tumbas sin sealizacin,etc. Hay que adaptarse y solucionar los problemasplanteados en cada caso pues slo un buen trabajode campo basar las hiptesis de orientaciones conintencionalidad astronmica en observaciones fia-bles. Enumeraremos algunos de los trabajos topo-grficos a realizar en un yacimiento: definicin de

    un sistema de referencia a partir de su orientacinen redes geodsicas o por medio de las tcnicasGPS, radiacin de la excavacin, levantamientostopogrficos, mapeo de la zona, etc., adems deutilizar sistemas de almacenamiento de la informa-cin que permitan una bsqueda rpida y fiable dedatos y su reutilizacin siempre que se desee.

    Los trabajos de clculos astronmicos requierenuna metodologa sistemtica y ordenada. En primerlugar, hay que tener en cuenta la latitud del sitioestudiado puesto que de ello depende el aspecto delcielo. Por ejemplo, ciertas estrellas son circumpo-lares (no tienen ni orto ni ocaso) en unos lugares yen otros no. Igualmente, el movimiento del eje derotacin de la Tierra alrededor del eje de la eclptica(plano orbital de la Tierra), llamado precesin delos equinoccios cambia la posicin del Polo celes-te. Como consecuencia, lo que ahora llamamos es-trella polar, por estar prxima al Polo celeste, nosiempre ha tenido la misma posicin. Es importanteconsiderar la variacin en la oblicuidad de la eclp-tica, es decir, el ngulo entre el plano del ecuadorceleste y la eclptica, pues esto hace cambiar ladeclinacin del sol en los solsticios, segn las po-cas. Este factor es importante cuando se trata decalcular la posicin de los ortos y ocasos del sol enel horizonte durante un cierto momento del pasado.Adems, otros factores afectan la determinacinprecisa de los acimutes de los ortos y ocaso de losastros. Los ms importantes son la depresin delhorizonte, horizonte abrupto, paralaje solar y lunaro la extincin y refraccin atmosfrica.

    El abanico de posibilidades es amplio en cuan-to a la instrumentacin a utilizar. Solo los instru-mentos topogrficos o geodsicos como teodolitos,estaciones totales y/o receptores GPS proporcionanresultados precisos indiscutibles. Cuando el estadode conservacin de los restos arqueolgicos no esptimo y es plausible su desplazamiento o se en-cuentren en muy mal estado, etc., una brjula y unclinmetro pueden ser adecuados para corregir losdatos siempre que tengamos en cuenta la diferen-cia entre el norte medido con la brjula y el norteverdadero.

    III. LA ARQUEOASTRONOMA ENEUROPA

    Antes de acometer la revisin espaola, nos pa-reca necesario comprobar cual era el estado de lacuestin en Europa al ser el marco de referencia

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    obligado. Entre todos los pases europeos creemosque es Inglaterra el mejor representante tanto por sularga tradicin en estos estudios, como porque fueall donde se fund en 1970 la revista Journal forthe History of Astronomy y, ms tarde, en 1979,Archaeoastronomy como un suplemento especia-lizado de la misma (3).

    Este suplemento es el que hemos elegido comoparadigma de esta lnea de investigacin y hemosanalizado detalladamente todos las nmeros publi-cados (1979 a 2002, con un total de 27 volmenesy 129 artculos consultados) considerndolo unamuestra suficientemente representativa, tanto anivel europeo como espaol. Hemos manejado dosniveles de anlisis principales: un criterio de distin-cin geogrfica sistematizando la ubicacin de losyacimientos estudiados y un segundo criterio dediferenciar la etapa histrica a la que pertenecen loslugares elegidos.

    Llama la atencin el hecho de que apenas dosaos despus de su fundacin, los arqueoastrno-mos ya se estaban autoanalizando (Heggie 1981)aunque reflexionar sobre los orgenes y evolucinde la propia disciplina suele ser prueba de que unaciencia ha alcanzado su madurez tras una dilatadatrayectoria. En este caso el motivo es que existauna larga tradicin anglosajona de interesarse porel significado de sus monumentos antiguos pues yaen el siglo XVIII el arquitecto J. Wood y el anticua-rio W. Stukeley sospechaban de la orientacin in-tencionada de Stonehenge, Callanis, Castle Rigg odel Sarsen Circle. An as, no fue hasta el siglo XIXcuando otro anticuario, A. L. Lewis, hizo el primercompendio de yacimientos susceptibles de ser in-terpretados desde el punto de vista astronmico.Aunque su trabajo no tuvo mucho xito, fue poste-riormente retomado por Somerville, un capitn dela marina britnica, y por Sir Norman Lockyer(Idem: 17).

    Esta tradicin fue recogida en las primeras d-cadas del pasado siglo por A. Thom, uno de los im-pulsores de la Arqueoastronoma moderna y ejem-plo de la desvinculacin de los grandes yacimientoscomo Stonehenge con un modesto papel en suobra y la realizacin de clculos matemticos msprecisos. Su primer trabajo en esta materia vio la luz

    en 1954 (The solar observatories of MegalithicMan en Journal of the British Astronomical Asso-ciation) y en 1967 hizo la primera gran recopilacincientfica en la que se incluan de ms de 500 yaci-mientos (Megalithic sites in Britain) (Ibidem: 17-18; Thom 1954 y 1967).

    No obstante, el halo mtico que envuelve losgrandes monumentos ptreos de las antiguas cultu-ras lastra los contenidos de la disciplina. Por ejem-plo, de los 65 artculos que versan sobre Europa(prcticamente la mitad de los artculos publicadosen Archaeoastrnomy) un 63% de ellos se refierena estudios realizados sobre yacimientos megalticos(Fig. 1), recurrencia que puede justificarse por lasventajas que estos monumentos presentan al poder-se medir muy bien su eje y la direccin hacia la quese orienta.

    Hasta mediados de los aos 80 los autores se-guan reinterpretando los mismos monumentos queya se haban estudiado en el siglo XVIII, princi-palmente los megalitos de las islas britnicas ysobre todo los yacimientos excepcionales comoStonehenge, Newgrange, Castle Rigg, HanggstoneMoor, Callanish V, Brogar, Ballanaby, Dunskeig,Mid Clyth, islas rcadas, Shetlands, etc.

    Del mismo modo, el porcentaje restante de art-culos versa sobre yacimientos monumentales loca-lizados en Amrica (31%) y frica (6,20%), inmer-sos en el anlisis de la simbologa de las grandespirmides mayas y egipcias (Fig. 1) y, en menormedida, sobre aquellos situados en el continenteasitico (3,87%), publicndose tambin algunos decontenido terico o ms general (8,52%).

    Tras la revisin de los trabajos publicados en larevista Archaeoastronomy, creemos que es posibledistinguir tres grandes fases de desarrollo fijndo-nos en los hitos ms significativos de esta publica-cin. Como nuestro marco de estudio es ms redu-cido, dichas etapas no coinciden con las queestableci Iwaniszeski cuando revis la evolucinde esta disciplina desde una perspectiva mundial,incluyendo tanto la trayectoria europea como laamaericana (Iwaniszeski 1994: 6 y ss).

    Primera etapa o fase de formacin: Est repre-sentada por la intensa actividad que, desde el perio-do de entreguerras europeo y sobretodo desde laposguerra, encabezaron investigadores como elescocs Thom. Se trataba de una generacin decientficos procedentes de la fsica o de la ingenieraque, como el propio Thom en Gran Bretaa o Inne-rebner en Italia, iniciaron sus mediciones sobre

    (3) Journal for the History of Astronomy tiene una periodici-dad cuatrianual, mientras que el suplemento Archaeoastronomyes publicado de forma anual a excepcin de los aos 1984, 1985y 1989 en los que se editaron dos volmenes. Ambas estn publi-cadas por el Churcill College de Cambridge y auspiciadas por elprofesor M. Hoskin: www.shpltd.co.uk/jha.html (acceso 15-III-2005). La publicacin se ha interrumpido en 2005.

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    yacimientos de forma casi autodidacta (Thom1954; Innerebner 1959).

    En aquellos momentos no manejaban la dimen-sin histrica o cultural del yacimiento arqueolgi-co elegido al que consideraban como mero conte-nedor de datos interesantes, siempre referidos almegalitismo britnico. Poco a poco incorporaronnuevos mtodos tcnicos gracias a la crecienteimportancia de las computadoras, pero los datos secuantificaban arbitrariamente y, como sucede enalgn trabajo de Alexander y Archie Thom (1980y 1983), todava partan de variables aisladas delyacimiento o monumento a estudiar, sin alusin al-guna a los rasgos de la sociedad que los gener.

    Los trabajos planteaban tericamente los proble-mas de la disciplina, pero se enfocaban casi exclu-sivamente a la medicin de las posibles orientacio-nes. Las mltiples formulaciones slo podan serinterpretadas por otros expertos en Fsica y Astro-noma, se citaban slo a s mismos (Thom y Thom1980: 89) y, a su vez, mostraban evidentes carenciasen la interpretacin cultural y social, hablando delhombre megaltico como si ste fuera un entehomogneo, atemporal y omniespacial (Idem,1980b: 90).

    La ausencia de contextualizacin del objeto deestudio se deba al desconocimiento o a la inexis-tencia de datos. No importaba la cronologa concre-ta ni el grupo cultural al que se adscriba el monu-mento, slo interesaba crear leyes de aplicacin

    general que hicieran de un acto ideolgico y simb-lico, como es la construccin de un megalito, unainterpretacin matemtica ajustable a cualquiersociedad que alguna vez hubiera hecho construc-ciones ms o menos semejantes. No obstante, lafundacin de las revistas mencionadas a lo largo delos aos 70 reflejan que se plante la necesidad denuevos cauces de comunicacin dentro de una dis-ciplina en plena evolucin. Esta primera etapa cul-min con la edicin en 1979 de Achaeoastronomy,exponente de las nuevas aplicaciones de la Astro-noma a los yacimientos arqueolgicos.

    Segunda etapa o fase de transicin: La dcadade los aos ochenta signific una verdadera revo-lucin en el campo de la Arqueoastronoma, mar-cada por las investigaciones en otros mbitos euro-peos y por la participacin de nuevos especialistas.Prueba de ello es la presencia en Archaeoastro-nomy del primer autor no anglosajn que investiga-ba en Europa (Rosenfeldt 1984).

    Profesores como Ruggles, arquelogo de laUniversidad de Leicester y Hoskin, fsico y miem-bro de la Universidad y del Churchill College deCambridge, vieron la necesidad de consolidar nue-vos espacios de discusin en The Oxford Conferen-ces on Archaeoastronomy (4), denominadas as porla sede de la primera reunin en 1981 (Heggie1982). Atendiendo a la trayectoria arqueolgica deHoskin, su primer organizador, se defini la disci-plina arqueoastronmica como el estudio de las re-acciones de las sociedades humanas ante los fen-menos astronmicos que se deban conocer a travsde la Antropologa, Arqueologa, Historia y Prehis-toria.

    Los investigadores que participaban en Ar-chaeoastronomy advirtieron sobre el imprudentemanejo de los datos arqueolgicos y sealaron lanecesidad de investigaciones interdisciplinares,dndose cuenta de lo incompleto que resultaba labsqueda de la grfica perfecta, nico objetivo delos astrnomos (Heggie 1981; Ruggles 1984 y1994; Rosenfeldt 1984; McCluskey 1989; Rugglesy Martlew 1989; Martlew y Ruggles 1993; Hoskinet al. 1996; Hoskin y Zedda 1997).

    En algunos trabajos se apostaba directamentepor la desmitificacin de muchos observatorios

    Fig. 1 . Comparativa entre los temas publicados en Archeo-astronomy, 1979-2002.

    (4) www.lpl.arizona.edu/oca (acceso 15-III-2005). La prime-ra conferencia fue la decana de los congresos sobre la materia,pero su periodicidad trienal y el incumplimiento de la misma ensus aos iniciales la ha relegado detrs la SEAC, cuyas reunionesson anuales y la publicacin de las actas puntual.

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    cuyo uso exacto no se poda demostrar con preci-sin tras los anlisis correspondientes (Ruggles1985; Proverbio et al. 1987). Trataron de aportarms informacin sobre los yacimientos estudiados,incluyendo fotografas de los mismos y datos de di-versa naturaleza. Junto a esta desmitificacin de lasteoras megalmanas y siempre generalizadoras dealgunos autores (Rosenfeldt 1984; Ruggles 1985),apareci en 1985 la primera publicacin sobre con-textos arqueolgicos de fuera de Irlanda y de lasIslas Britnicas que, para nuestro inters, se ocupa-ba de los monumentos talayticos baleares (Hoskin1985). La presencia de especialistas no anglosajo-

    nes empez a ser cada vez ms importante (Roma-no y Aveni 1986; Proverbio et al., 1987) y, en grannmero de casos, estaba unida a la incipiente cola-boracin internacional en proyectos conjuntos,entre otros, en el rea meridional de la PennsulaIbrica (Hoskin y Sauch 1999; Gmez y Hoskin2000), en los monumentos talayticos (Hoskin etal. 1990; Hoskin y Morales 1991; Garca Rosell etal. 2000) o en los dlmenes sardos (Hoskin y Zed-da 1997) (Fig. 2).

    En esta segunda etapa se empieza a incluir latemtica arqueoastronmica en los programas uni-versitarios, siempre en funcin de la presencia en

    Fig. 2 . Instituciones acadmicas europeas que han publicado en Archaeoastronomy: 1979-2002. A) Her Majestys Trea-sury , 1; B) Royal Greenwich Observatory, 1; C) Institute of Astronomy-Universidad de Cambridge, 1; D) Churchill Co-llege de Cambridge, 6; E) Universidad de Cambridge , 2; F) Universidad de Leicester , 6; G) Universidad de Leeds, 2; H)Thurso Technical College, 1; I) Universidad de Cagliari , 1; J) Universidad de Padua, 1; K) Universidad de Palermo, 1; L)Observatorio de Palermo, 1; M) Centro de Estudios Mediterrneos de Nuoro, 1; N) Gymnasium Meindorf Hamburgo, 1; O)Naturhistoriesche Gesellschaft Nrnberg, 1; P) Vilnius Pedagogical University; 1; Q) Institute of Theoretical Phisycs Li-tuania, 1; R) Universidad de Atenas, 1; S) Museo Benaki de Atenas, 1; T) Ministerio de Cultura Aix-en-Provence; U) Uni-versidad de Autonnoma de Barcelona, 1; V) Universidad de las Islas Baleares, 1; ) UNED, 3; W) Universidad de La Laguna,4; Y) Universidad de Sevilla, 1; Z) Universidad de Crdoba, 1; a) Universidad de Huelva, 1; b) Universidad de Salamanca,1; c) Universidad de Santiago de Compostela, 1; d) Instituto de Astrofsica de Canarias, 6; e) Museo de la Ciencia y del Cosmosde La Laguna, 2; f) Museo de Menorca, 1; g) Museu Cerd, Puigcerd, 1; h) Seccin de Patrimonio de Urnieta (Guipzcoa),1; i) Seccin de Patrimonio del Gobierno de las Islas Baleares, 1; j) Universidad de Lisboa, 2; k) Associaao de Estudios doAlto Tejo, 1; l) Centro de Cincia do Europarque. Sta. M da Feira, 1.

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    tales centros de investigadores interesados que,coincidentemente, eran los que publicaban en Ar-chaeoastronomy. La Universidad de Leicester, a laque esta adscrito Ruggles, fue una de las pocas queofertaba la asignatura de Arqueoastronoma paraarquelogos. Asimismo, el Churchill College deCambridge alcanz su protagonismo tras la ads-cripcin de Hoskin al mismo.

    Tercera etapa o fase de apertura: La tendenciaque se estaba gestando en la etapa anterior desem-boc, durante la ltima dcada del siglo XX, en laverdadera expansin cualitativa y cuantitativa dela Astronoma aplicada al estudio del pasado deEuropa.

    La ya citada atencin de Hoskin al mundo tala-ytico anticip una nueva fase en la que, junto a loshabituales artculos referentes a Escocia, Gales oIrlanda, la revista Archeoastronomy se enriquece alpresentar clculos e interpretaciones de monumen-tos procedentes de Baleares, Crcega, Cerdea tombe dei giganti y nuraghe, Sicilia, la pennsu-la Italiana, Creta e incluso de la costa bltica(Papathanassiou 1991; Hoskin y Morales 1991;Hoskin et al. 1993; Straizys y Klimka 1997). Fru-to de ellas nacern las primeras sntesis nacionalesde Arqueoastronoma (Romano 1992; Belmonte2000).

    Gracias a la frentica actividad investigadora deHoskin, la pennsula Ibrica se erigi como prota-gonista de los artculos de Archaeoastronomy conel emblemtico yacimiento calcoltico de Los Mi-llares (Almera), el Bronce Talaytico o las marcasastronmicas de los guanches canarios (Hoskin etal. 1990; Hoskin y Morales 1991; Belmonte et al.1993). No deja de ser relevante que en 1993 Bel-monte, desde el Instituto Astrofsico de Canarias,iniciara una asidua participacin en la revista ingle-sa (Belmonte et al. 1995, 1995b, 1995c, 1996,2000...).

    El cambio observado no slo es cuantitativo sinotambin cualitativo pues los astrnomos comienzana adentrarse en la bibliografa arqueolgica, tratan-do de contextualizar en el espacio y en el tiempo losvestigios a estudiar. Es sintomtico el inters dealgunos arquelogos por estos temas arqueoastro-nmicos, siendo un ejemplo el libro sobre diversosaspectos de Stonehenge dirigido por Cunliffe yRenfrew (1997).

    Los proyectos menorquinos y megalticos deHoskin (Hoskin 1989, 1995. Lpez Plaza et al.1997) estn avalados por arquelogos e incluso se

    emplean datos cronolgicos radiocarbnicos. En1989, Ruggles y Martlew apuestan por una inves-tigacin plural en su proyecto de la Isla de Mull,combinando programas de excavacin arqueolgi-ca, anlisis polnicos, estudios del horizonte y unainvestigacin estadstica. Tambin hay que desta-car los ensayos que cimentan las interpretacionesastronmicas de ciertos monumentos sobre lasfuentes antiguas. Unos, como Hoskin o Papatha-nassiou (1991), usan la mitologa mientras queotros profundizan en las races de los conocimien-tos populares y tradicionales propios de cada re-gin, como ya hicieran Straizys y Klimka (1997) enel Bltico. Recurrir a otras fuentes que no sean lapropia observacin emprica del fenmeno astral esuna muestra ms del intento de aperturismo de ladisciplina arqueoastronmica, hablndose desdehace ya tiempo de la Etnoastronoma, ms desarro-llada en el mbito de la investigacin americana(Baity 1973;Aveni 1988).

    Por otra parte, se sigue observando la correla-cin existente entre el aumento de las publicacio-nes y la presencia de esta disciplina en los mbitosacadmicos y educativos que la van incluyendo ensus planes de estudio universitarios. En la Univer-sidad de Leicester ya existe un mdulo de Arqueoa-stronoma en su Diplomatura de Arqueologa mien-tras que en otros pases, como por ejemplo Portugal,de los nueve centros universitarios analizados (5)la Astronoma slo est vinculada a los departa-mentos de Matemticas Aplicadas o a los centros deAstrofsica y tan slo en la Seccin de Astronoma,Astrofsica y Astronutica de la Asociacin Acad-mica de la Universidad de Coimbra se han ofreci-do cursos no reglados en los que se relaciona elcosmos con la egiptologa tradicional. Sin duda esla Universidad de Leicester la que mayor intersmuestra por estos estudios y, como anuncia su p-gina web (6), para el curso 2006-07 se va a impar-tir un Master titulado Archaeoastronomy andCultural Astronomy, dentro de un Master generalsobre Landscape Studies.

    En definitiva, de los 129 artculos analizados enArchaeoastronomy (1979-2002) podemos consta-tar la aplicacin de tcnicas astronmicas hacia untipo de yacimientos arqueolgicos de cronologas

    (5) Universidad del Algarve, Universidad Tcnica de Lisboa,Universidad de Lisboa, Universidad de Oporto, Instituto Politc-nico de Oporto, Universidad de Coimbra, Universidad FernandoPessoa de Oporto, Universidad de Beira Interior, Universidad delMio.

    (6) www.le.ac.uk/archaeology/rug/aa/pg/index.html (accesoOctubre 2005)

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    muy concretas. Mientras el 7,7% del total estudiacontextos de la Edad del Bronce en la cuenca euro-mediterrnea (5,4% corresponden al Talayticobalear), el 6,2% analiza otros de poca clsica,mientras slo el 2,3% de los trabajos se centra enestructuras medievales; en iguales trminos existeun reducido 2,3% dedicado al perodo Prehispni-co de las islas Canarias. Por el contrario, el 31,8%de los artculos versan sobre monumentos megal-ticos, convirtindose en el tema esencial de estarevista y, por ende, de la Arqueoastronoma actual(Fig. 2).

    Aparte de los trabajos publicados en Archaeoa-stronomy, esta nueva etapa cuenta con la creacine inicio de las reuniones de la Socit Europenepour lAstronomie dans la Culture (SEAC) (7). Fun-dada en Estrasburgo por Jaschek en 1992, tuvo suconferencia inaugural en 1993 y desde entoncesmantiene una periodicidad anual, siendo sus Actasun buen escaparate de las actuales lneas de inves-tigacin.

    Una gran parte de sus miembros son astrofsicosy en muchas publicaciones se observa que los plan-teamientos son ms tcnicos que arqueolgicos alabordar las mediciones de las ruinas antiguas. Al-gunos de los participantes en sus congresos anua-les, sobre todo desde el campo de las ciencias so-ciales, estn alertando sobre este problema. Essignificativo un reciente trabajo de Iwaniszeski(2003: 7 y ss) en el que, tras el revelador ttulo loserrticos caminos de la Astronoma Cultural, plan-tea los conflictos que pueden surgir entre las Cien-cias Aplicadas y las Humanidades al tener diferen-tes paradigmas en su investigacin y abogando porla necesidad de salvar esa dicotoma si se quiere al-canzar un punto de entendimiento til. Durante la13 Conferencia de la SEAC (Cerdea, junio 2005)hubo algunas voces en esta lnea (8), subrayandoque no se ha avanzado mucho en los ltimos aosa pesar de la proliferacin de publicaciones y advir-tiendo que no deben reducirse estos estudios a lamedicin de todos los monumentos antiguos exis-tentes, sino que hay que buscar nuevos espaciostericos y prcticos.

    Finalmente, tambin cabe destacar el inicio delas conferencias INSAP (The Inspiration of Astro-

    nomical Phenomenon) (9), cuya primera edicintuvo lugar en 1994 en el lago Albano (Lazio, Italia).Estas reuniones tienen carcter trienal y con sedealternante, ya sea en el mbito europeo (Malta,Palermo, Oxford) o norteamericano. La proceden-cia de algunos miembros de su comit cientfico esel mejor exponente de sus objetivos: hay numero-sos astrnomos encabezados por G.V. Coine(Steward Observatory de la Universidad de Arizo-na, EE.UU.) o D.W. Pankeiner (Departamento deLenguaje y Literatura Moderna de la Universidadde Lehigh, EE.UU.); relacionados con el Arte des-tacan V. Shrimplin (Universidad de las Artes deLondres) y G. N. Wells (Ithaca College, EE.UU.)y, finalmente, R.M. Sindair (Santa Fe Institute,EE.UU.) ha trabajado en algunos aspectos de ar-queologa norteamericana.

    En definitiva, las conferencias INSAP versanacerca de la incidencia de las efemrides astron-micas dentro de otras manifestaciones culturales,como la literatura, la msica o la pintura, cuestinesta que explica que los participantes sean escrito-res, filsofos, artistas, etc. y que no se centren encuestiones estrictamente arqueoastronmicas.

    IV. LA ARQUEOASTRONOMA ENESPAA

    El desarrollo de esta disciplina en Espaa ofre-ce un cierto retraso respecto al de otros pases eu-ropeos, hecho que ya recalcaba Iwaniszeski (1994)en su mencionado trabajo al afirmar que esta cien-cia se hallaba en la Pennsula todava en un estadioinicial, apenas comenzando su despegue y, efecti-vamente, no citaba en su bibliografa ningn trabajode autores espaoles. Pasados ms de diez aos,esta situacin ha cambiado algo, pero quizs no alritmo que cabra esperar.

    En la Pennsula Ibrica existe muy poca tradi-cin de estudio en este mbito y, salvo algn intentopionero que luego comentaremos, Espaa y Portu-gal alcanzaron un cierto protagonismo en el cam-po de la Arqueoastronoma debido al inters de al-gunos investigadores que, como Hoskin, buscabanampliar el nmero de yacimientos con posibilida-des de ser analizados fuera del rea britnica.

    Para obtener una perspectiva general de estaactividad en nuestro pas, orientamos la bsqueda

    (7) www.shpltd.co.uk/aacontents.html y www.iac.es/seac/seac1.html (acceso 15-III-2005).

    (8) La 13 Conferencia de la SEAC se ha celebrado a finalesde Junio de 2005 en la isla de Cerdea y en la lnea que comenta-mos fueron interesantes las intervenciones de A. Lebeuf, profesorde Historia de la Religiones en la Universidad de Cracovia, y lade E. Paztor, del Museo Matrica de Hungra.

    (9) http://ethel.as.arizona.edu/~white/insap/insap.htm (acceso15-III-2005).

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    en dos direcciones: revisar la bibliografa acadmi-ca para identificar estos temas y a los autores e ins-tituciones que estn detrs, as como los yaci-mientos y pocas sobre los que han centrado suinters; en segundo lugar, en ver cual es la presen-cia de esta disciplina en los estudios universitariosya que ello puede ser un ndice de sus posibilidadesde crecimiento futuro.

    IV.1. Publicaciones

    En Espaa no existe una publicacin equivalentea la britnica Archaeoastronomy y, teniendo encuenta la propia definicin de esta disciplina y laprocedencia de la mayora de los firmantes de esteartculo, nos pareca prioritario comprobar cual esel inters y la repercusin real de los estudios ar-queostronmicos en el campo de la Arqueologa.La percepcin general es que la investigacin ar-queolgica sigue mostrando un mayoritario desin-ters por el tema porque quizs el enfoque y losresultados obtenidos no se ajustan a sus objetivosde estudio.

    Para verificar dicha afirmacin, hemos efectua-do una bsqueda bibliogrfica en revistas especia-lizadas en Prehistoria y Arqueologa fijndonostanto en las de mayor difusin, como en las de ca-rcter ms local, para sondear todas las posibilida-des, mostrndose en el Anexo final la muestra con-sultada. Puede comprobarse la entidad de estaspublicaciones en la catalogacin y valoracin quehace unos aos realiz el CINDOC sobre las Re-vistas Espaolas de Humanidades y Ciencias So-ciales (10).

    El resultado obtenido es escaso puesto que haymuy pocos trabajos de Arqueoastronoma en estas

    revistas especializadas (Tabla 1) . La mayora de lostrabajos arqueoastronmicos estn publicados enlos foros britnicos ya comentados o en revistas yboletines de Astrofsica (11) que no llegan a los fon-dos de las bibliotecas de Humanidades y no suelenser consultados por los arquelogos.

    Todo ello refleja que realmente no se contemplaesta lnea de actuacin en los proyectos de investi-gacin arqueolgica a pesar de que podra llegar aser, como decamos al principio, una fuente de in-formacin suplementaria para obtener datos sobreaspectos ideolgicos de las sociedades antiguas.Estudios especializados en temas del espacio y deltiempo o en la relacin que las sociedades primiti-vas mantuvieron con su entorno no se hacen eco deeste tipo de propuestas (Arqueologa Espacial (12);Hernando 2002, etc.), incluso artculos que se ocu-pan de posibles cultos lunisolares de grupos prerro-manos, no atienden especficamente a los mtodosastronmicos (Lpez et al. 1990).

    Tras la revisin de las publicaciones espaolas,podran diferenciarse dos momentos sucesivos enla trayectoria seguida por la Arqueoastronoma ennuestro pas, que es ms corta que la que hemosanalizado en Inglaterra.

    Primera etapa o fase inicial: El inicio de esta dis-ciplina en Espaa podra marcarse a mediados de losaos 80, cuando Hoskin comenz a publicar enArchaeoastronomy los monumentos talayticosya reseados en el apartado anterior (Tabla 2).Como el principal inters de este investigador secentraba en el mundo megaltico, entr en contac-to con la nica arqueloga que, desde su universi-

    Tab. 1. Artculos de Arqueoastronoma publicados en revistas de Arqueologa-Prehistoria.

    (10) http>&&www.cindoc.CSIC.es&info&inforev2.html

    (11) Por ejemplo: Anuario del Observatorio Astronmico delI.G.N., Astrum, Noticias del Instituto Astrofsico de Canarias, Re-vista de la A.A.T., Revista de la Sociedad Canaria de Ciencias,Tribuna de Astronoma.

    (12) Revista editada por el Seminario de Arqueologa y Etno-loga Turolense. De periodicidad anual, public el n 1 en 1984 yel volumen 23-24 en 2004.

    2006.

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    dad de Salamanca, haba realizado una investi-gacin multidisciplinar pionera sobre las orienta-ciones astronmicas de quince dlmenes del occi-dente peninsular, en la que participaron con ella unetnlogo y un astrnomo (Lpez Plaza et al. 1991-92).

    El autor britnico se propuso medir las orien-taciones de todos los megalitos peninsulares, ac-tividad que qued reflejada en la serie de ochoartculos, Studies in Iberian Archaeoastronomy,

    editados entre 1994 y 2001 en la revista Archaeo-astronomy en colaboracin con autores espao-les (Hoskin et al. 1994, 1995, 1995b, 1998, 2001;Hoskin y Palomo 1998; Lpez Plaza et al. 1997.Hoskin y Sauch 1999; Gmez Ruiz y Hoskin 2000)(Tabla 3).

    Pero todos estos trabajos se hicieron mayorita-riamente al margen las investigaciones arqueolgi-cas y no tuvieron un reflejo directo en ellas, puescomprobamos que durante esos y posteriores aos

    Tab. 2. Principales yacimientos insulares estudiados arqueoastronmicamente.

    Tab. 3. Principales yacimientos espaoles en los que se han realizado estudios arqueoastronmicos.

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    LOS ESTUDIOS DE ARQUEOASTRONOMA EN ESPAA: ESTADO DE LA CUESTIN 23

    se hicieron slidos trabajos sobre el megalitismopeninsular sin atender estos aspectos astrales (Bue-no 1988, 1991; Criado y Villoch 1998; Bradley yFbregas 1999; Garca Sanjuan 2005). Cabe citar laparticipacin de Hoskin y la inclusin de la Ar-queoastronoma en el Congreso sobre megalitismoatlntico celebrado en Santiago de Compostela afinales de los aos 90 (Senna et al. 1997).

    La mayor actividad en este campo se concentren la Universidad de Salamanca por la razn antesexpuesta y durante algunos aos se publicaron tra-bajos de yacimientos espaoles y portugueses. Aello hay que aadir la presencia en esta misma ciu-dad del profesor Jaschek, director del Observato-rio de Estrasburgo y fundador de la SEAC (Jaschek1993) quien por razones familiares se traslad aSalamanca cuando se jubil, permaneciendo allhasta su fallecimiento (1993-1999). Durante esosaos estimul la celebracin de reuniones peridi-cas sobre Astronoma y Ciencias Sociales en lasque participaban profesores del rea de Humanida-des y de Fsica (13), aunque no se lleg a crear unaautntica escuela de Arqueoastronoma ni seampli el inters a nuevos arquelogos. Sin embar-go, el Departamento de Prehistoria y Arqueologade Salamanca no ha abandonado de manera abso-luta estos estudios, que a veces comparte con pro-fesores portugueses. Aquella actividad de los aosnoventa y la propia figura de Jaschek propiciaronque en 1996 Salamanca fuera la sede de la reuninanual de la SEAC en cuyas Actas se publicaronnumerosos trabajos peninsulares.

    Al margen del centro salmantino, fueron losprofesores Almagro Gorbea y Gran-Aymerichquienes dirigieron el primer proyecto especfica-mente arqueolgico con un amplio estudio ar-queoastronmico, fue en Bibracte (Borgoa, Fran-cia) a lo largo de los aos ochenta. A pesar detratarse de un yacimiento en territorio galo, el equi-po multidisciplinar estuvo dirigido y coordinadopor investigadores espaoles y en la realizacin delos clculos astronmicos intervino una de las fir-mantes de este artculo (G.R.C.). Los amplios re-sultados se publicaron en la revista Complutum,editada por el Departamento de Prehistoria de laUniversidad Complutense de Madrid (Almagro-Gorbea y Gran-Aymerich 1991) y posteriormentese volvieron a tratar en un nuevo trabajo (Armentiaet al. 1993).

    Tiempo despus, de nuevo la revista Complutumacogi otro de los pocos estudios astronmicos,planteados desde la Arqueologa, realizado en lanecrpolis prerromana de La Osera (Baquedano yMartnez Escorza 1998). En l, se trataba de de-mostrar la orientacin astronmica intencionada delas sealizaciones funerarias, subrayando con elloel inters que puede tener la atencin hacia estos as-pectos desde el punto de vista socio-cultural que, enel caso de sociedades del mbito celta, pueden te-ner apoyo en otras fuentes, como los testimonios es-critos de las ltimas etapas.

    Pero, en general, desde las Humanidades no seprest mayoritaria atencin a estos estudios y, aun-que fue en 1991 cuando apareci en Archaeoastro-nomy el primer artculo de un espaol (Hoskin yMorales, ste ltimo del Museo de Menorca) fuedos aos despus cuando apareci el primer equi-po formado exclusivamente por espaoles, especia-listas en Astrofsica (Belmonte et al. 1993). A partirde este momento tanto algunos investigadores delInstituto de Astrofsica de Canarias (IAC), situadoen Tenerife, como del Museo de la Ciencia y delCosmos, ubicado en La Laguna, comenzaron apublicar frecuentes estudios en Inglaterra y puededecirse que son quienes se ocupan casi en solitariode esta lnea de trabajo. Mantienen adems unaestrecha vinculacin con los colegas europeos, re-flejada en su activa presencia en el seno de la SEACprcticamente desde su fundacin y publicando unabuena parte de sus trabajos en la Actas de las re-uniones que esta Asociacin realiza anualmente.

    Sin duda, es el equipo liderado por Belmontedesde el IAC quin rene el grueso de la investiga-cin en Arqueoastronoma actualmente realizadaen Espaa y su actividad puede calificarse de impa-rable si observamos el elevado nmero de sus escri-tos. Como sera difcil una exhaustiva enumeracin,remitimos a su pgina web para una consulta deta-llada (14) ya que, aunque han dedicado la mayorparte de sus trabajos a yacimientos peninsulares einsulares, van ampliado su inters hacia las antiguassociedades circunmediterrneas, llegando al Prxi-mo Oriente y Egipto (Aparicio et al. 1993; Barrios1997; Cortes 1987; Jimnez 1994; Belmonte yHoskin 2002). Por su parte otros autores, tambinprocedentes del campo tcnico, han centrado suatencin sobre las posibles astronomas de los gru-pos neolticos (Rebullida 1988, 1990).

    (13) La profesora Socorro Lpez Plaza particip de maneradirecta y le agradecemos la informacin que nos ha proporcionado.

    (14) http://www.iac.es/project/arqueastronomia/ (acceso 15-III-2005).

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    Como hemos visto, la mayor parte de los intere-sados en la materia son fsicos y en sus trabajos seobserva una gran perfeccin en las observacionesy en la toma de datos as como una bsqueda cons-tante de la metodologa adecuada, pero todas esasmediciones y orientaciones siguen estando desco-nectadas del punto de vista arqueolgico cuyo ob-jetivo es averiguar las formas de actuacin y depensamiento de aquellas sociedades.

    Segunda etapa o fase de despegue: Si nos fija-mos en los trabajos publicados y en los autores delos mismos, no se observan diferencias demasiadoacusadas con la etapa anterior, aunque podra ele-girse el simblico ao 2000 como fecha que marcauna cierta diferencia cualitativa, al ser el momentoen que ya se imparten cursos de Arqueoastronomaen los programas de doctorado universitario, comodetallaremos ms adelante.

    Los miembros del equipo canario intensificaronsus trabajos y los ampliaron hacia yacimientos dediferentes pocas (Esteban 2001 y 2002; Esteban yAura 2001), publicndose algn resultado en revis-tas especializadas de Prehistoria (Idem, 2002). Lanovedad es que el inters no se centr solo en losmegalitos o en el mundo insular sino que tambinse atendi a sociedades prerromanas, concretamen-te a las del mbito cultural ibrico cuyos santuariosse observaron bajo una nueva perspectiva, no aten-dida en el momento de su primera publicacin(Broncano 1989).

    En esta fecha se reedit el libro coordinado porBelmonte (2000) sobre Arqueoastronoma Hispa-na, al que puede considerarse un reflejo de la lneade trabajo seguida y del creciente inters por estostemas, aunque en las colaboraciones no participningn arquelogo. La introduccin resume bienlos objetivos y posibilidades de la disciplina y losestudios restantes son exponentes de los perodosms atendidos por estos investigadores. Siguenocupando el primer puesto los megalitos y los mo-numentos insulares, pero tambin se incorporannuevas hiptesis sobre el significado del arte paleo-ltico, destacando la interpretacin de la sala de losbisontes policromos de Altamira como una repre-sentacin fidedigna de las constelaciones de la VaLctea (Antequera 2000: 67).

    Desde el campo arqueolgico se han realizadonuevos estudio sobre la Edad del Hierro cltica,poca poco tratada en nuestro pas desde esta nue-va perspectiva pero que puede ofrecer un campo deestudio interesante. Un reciente trabajo plantea laposible orientacin intencionada de un petroglifo

    gallego ubicado en el interior de un abrigo rocosoorensano (Garca Quintela y Santos 2004: 51). Losautores realizan un detallado repaso de la ideologareligiosa celta sobre bases arqueolgicas y textua-les, pero falla el soporte tcnico al no haberse rea-lizado clculos ni mediciones astronmicas queavalen las hiptesis propuestas.

    Por nuestra parte, hemos intentado descubrir lasposibles orientaciones de ciertos elementos de lacultura celtibrica a raz de la interesante informa-cin proporcionada por la necrpolis de Herrera(Cerdeo et al. 2001-2002, 2004, 2006). Tanto laposicin de las numerosas sepulturas de la necr-polis, como las sealizaciones de algunas de ellasse prestaban a una observacin de tipo astronmi-co que, una vez realizada, permite apuntar la hip-tesis de una orientacin intencionada de las mis-mas. De momento slo se han realizado estudios eneste yacimiento, pero el objetivo de los prximostrabajos ser analizar ms ejemplos del mismombito cultural para poder contrastar estos prime-ros resultados.

    Tras la revisin efectuada en las revistas espao-las, se puede observar que la intensidad de la inves-tigacin desarrollada en nuestro pas es menor quela de otras zonas europeas, que est bastante desvin-culada de la lnea arqueolgica y que, adems, estmuy descompensada tanto en relacin con la ubi-cacin de los yacimientos, como con la poca a laque pertenecen (Figs. 3 y 4).

    Respecto al primer punto, se observan zonasmucho mejor estudiadas que otras, en general coin-cidentes con la ubicacin de los equipos de trabajo,de lo que es un buen ejemplo el caso de los archipi-lagos balear y canario. Respecto a la poca elegida

    Fig. 3. Concentracin de los estudios arqueoastronmicosen la Pennsula Ibrica.

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    LOS ESTUDIOS DE ARQUEOASTRONOMA EN ESPAA: ESTADO DE LA CUESTIN 25

    ha sido mayoritaria la polarizacin sobre los mega-litos, suponemos que por las mismas razones quecomentamos en Europa, eligindose casos prctica-mente por todo el territorio peninsular, aunque exis-te una mayor concentracin en las regiones occiden-tales. Son claramente minoritarios los trabajos sobreyacimientos de otras pocas, caso de la Edad delHierro, del arte paleoltico o del arte esquemtico.El panorama general refleja que se investiga pocodesde la perspectiva arqueoastronmica y, sobretodo, que dicha investigacin se concentra en pocosautores, la mayora de ellos especialistas en Astro-fsica, que firman casi el 80% de los estudios que sehacen en Espaa.

    IV.2. Docencia universitaria

    El segundo aspecto que nos pareca necesarioindagar era el docente, puesto que la inclusin deesta disciplina en los planes de estudio puede supo-ner un impulso importante para su definitiva acep-tacin. Para esta bsqueda hemos utilizado princi-palmente la informacin que las universidadesproporcionan en sus pginas web.

    Por el momento son escasas los centros que pres-tan atencin a esta materia tanto desde la perspec-tiva de la Fsica, como de la Arqueologa. En elprimer caso, la preocupacin por el contexto hist-rico en las asignaturas de Fsicas y Matemticas sereduce a una breve introduccin al grueso de la dis-ciplina, de la misma manera que en las facultadesde Historia las posibilidades del uso de herramien-tas astronmicas en la interpretacin de conjuntos

    arqueolgicos se enumeran, a lo sumo, como tc-nicas cargadas de cierto subjetivismo y de aprecia-ciones relativas.

    Es posible que este panorama vaya cambiandosi aumenta la comunicacin entre los especialistasde ambas secciones. Poco a poco se observa que laArqueoastronoma va incorporndose a los planesde estudios de algunas universidades espaolas,principalmente en aquellas en las que sus profeso-res participan en proyectos interdisciplinares.

    Fue pionero el curso de especializacin que im-parti Belmonte en 1998 en la Universidad Inter-nacional Menndez Pelayo de Tenerife, tituladoSeminario de Astronoma y cultura: arqueoastro-noma y etnoastronoma pero, como enseanza re-glada, fue la Facultad de Ciencias Fsicas de la Uni-versidad de la Laguna la primera que propuso en elplan de estudios de la licenciatura una asignaturadenominada Astronoma Clsica, en la que se in-clua un apartado de Arqueoastronoma.

    En los estudios de Tercer Ciclo es donde estadisciplina tiene mayor presencia. Desde el bienio2001-2003, La Laguna tiene un programa de Doc-torado, que obtuvo la Mencin de Calidad en elbienio 2003-2005, titulado Fsica del Cosmos den-tro del cual se oferta un curso opcional de Historiade la Astronoma y Arqueoastronoma, impartidopor Belmonte y Spraje. No obstante, en l se otor-ga prioridad a la matriculacin de alumnos de Ma-temticas, Fsica e Ingeniera lo que asla de nuevoa los futuros arquelogos de los mtodos emplea-dos por la Arqueoastronoma, que se practica des-de una perspectiva meramente tcnica.

    Por su parte, en la Universidad Complutense de

    Fig. 4. Yacimientos estudiados segn criterio geogrfico y cronolgico.

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    26 M.a Luisa Cerdeo et al.

    Madrid existe el curso de Doctorado interdisciplinarya mencionado al principio de este artculo, en el queparticipan dos de las autoras firmantes, profesorasde los Departamentos de Prehistoria y de Fsica dela Tierra I respectivamente. El origen del actual cur-so fue el que en 1999 ofertaron desde la Facultad deCC. Fsicas las profesoras Hernndez y Rodrguez,titulado Geofsica y Astronoma aplicadas a la Ar-queologa aunque pronto observaron las carenciasque implicaba la ausencia de una visin especializa-da desde el mbito de las ciencias sociales, convir-tindolo posteriormente en autnticamente multi-disciplinar. Desde el curso 2002-2003, se ofertatambin en el Departamento de Prehistoria, desde elque participa la profesora Cerdeo, con el ttuloArqueologa y Fsica: aplicaciones de la Geofsicay la Astronoma dentro de su Programa Estrategiasde investigacin en Prehistoria que obtuvo la Men-cin de Calidad en 2002, renovada desde enton-ces (15).

    Desde la vertiente de las Humanidades, tambinla Universidad de Sevilla oferta un Seminario deArqueoastronoma en la Facultad de Geografa eHistoria para las Licenciaturas de Historia, Histo-ria del Arte y Antropologa Social y Cultural, im-partido por el profesor Escacena. La Universidad deSalamanca no tiene un Doctorado especfico sobrela materia, pero el curso de la profesora Lpez Pla-za, titulado Megalitismo, territorio y comunida-des, dedica una parte del programa a las posibili-dades de calcular las orientaciones astronmicas delos monumentos y al inters de su interpretacin;durante el pasado curso acadmico ha intervenidoen algunas clases, en calidad de profesor Visitan-te, J. Galindo (Universidad de Mjico), especialistaen Arqueoastronoma.

    En otros lugares, la Arqueoastronoma trascien-de el campo meramente docente y est integrada enla propia estructura de los departamentos e institu-tos, como el caso de la Universidad de Alicante. Suvinculacin al Observatorio Astronmico de laUniversidad de Valencia permite que desde la Uni-dad de Arqueometra se oferten los clculos ar-queoastronmicos como una tcnica o un anlisisms a desarrollar. Igual sucede en el archipilagocanario donde, como hemos visto, cada vez es msfrecuente la colaboracin del IAC con miembros decentros universitarios insulares y peninsulares. Conmayor frecuencia se van estableciendo redes supra-

    departamentales con proyectos integrados por in-vestigadores de distintas universidades y especia-lidades, caso de la colaboracin de la profesoraOrtiz (Escuela Politcnica Superior de la Universi-dad San Pablo-CEU) con la Universidad de Cce-res y con la Escuela de Ingenieros de Caminos dela Universidad Politcnica de Madrid, para desarro-llar un proyecto arqueoastronmico, as como suvinculacin con la Universidad Nacional de Crdo-ba (Argentina) para otro proyecto sobre la Arqueas-tronoma andina precolombina (16).

    Un buen reflejo del escaso desarrollo de esta l-nea de investigacin entre los arquelogos e histo-riadores espaoles es el hecho de que no exista enlas instituciones correspondientes una lnea propiade investigacin arqueoastronmica, reducindo-se la colaboracin a contactos ms o menos espo-rdicos. Por ejemplo, con el IAC han colaboradolos profesores Tejera (Dpto. de Historia, Universi-dad de la Laguna), Prez Ballester y Aura (Facul-tad de Historia, Universidad de Valencia), Poveda(Dpto. de Prehistoria de la Universidad de Alican-te), Aramburu-Zabala (Consejera de Educacin,Gobierno Balear), Cortell (Museo Arqueolgico deAlcoy, Alicante) o Jimnez (Museo Arqueolgicode Santa Cruz de Tenereife), etc. (17).

    V. CONSIDERACIONES FINALES

    Tras esta revisin general de la trayectoria quela Arqueoastronoma ha seguido en Espaa y en suentorno ms inmediato, podemos subrayar algunosaspectos significativos ya valorados con detalle enlos apartados correspondientes.

    Hasta mediados de los aos 80, se observa en laspublicaciones europeas la ausencia de una perspec-tiva cultural pues los proyectos de investigacin nose realizaban bajo el comn diseo de arquelogosy astrnomos. Algo semejante ocurra en nuestropas donde, a pesar de que su incorporacin fue mstarda a esta lnea de trabajo, sigui bsicamente laspautas establecidas por los autores britnicos.

    El cientificismo de los primeros autores, siem-pre astrofsicos, era totalmente excluyente aunqueese problema se va reduciendo con un lenguaje msaccesible que permite un acercamiento ms fcil alos datos tcnicos. En algunos trabajos todava se

    (16) Datos obtenidos en la pgina web E. Ortiz: http://pollux.ft.uam.es/elena/ (acceso 15-III-2005).

    (17) http://www.iac.es/project/arqueoastronomia/ (acceso 15-III-2005).

    (15) En el recin estrenado Master en Arqueologa, la asigna-tura Arqueometra I, impartida por la profesora Cerdeo, incluyetemas de Arqueoastronoma.

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    percibe hoy cierto enfoque monumentalista, apli-cndose los clculos astronmicos a grandes estruc-turas ptreas que, por lo general, siguen envueltasen un cierto misticismo popular; es lo que sucedecon el caso de los recurrentes megalitos, aunque nose estudiaron solo por esta razn sino porque ofre-can posibilidades de efectuar mediciones y orien-taciones, en principio, ms fciles de comprobar.Del mismo modo, existen muchos trabajos queversan sobre las construcciones de las primerassociedades estatales, ganando abrumadoramentelas pirmides de cualquiera de los continentes.

    Al principio eran comunes las generalizacionesculturales y, por ejemplo, se trataba a los gruposmegalticos como meros constructores de observa-torios, aunque incluso este extremo tampoco podaconfirmarse mediante los clculos realizados yaque uno de los errores cometidos por los pionerosde la Arqueoastronoma fue pretender ofrecer unosresultados positivos, que revelasen orientacionesintencionadas previamente supuestas. Este panora-ma ha ido cambiando y son ms frecuentes los es-tudios sobre yacimientos menos espectaculares yde otras pocas, atendindose a las tumbas de unanecrpolis, la orientacin de las puertas de los cas-tros, la ubicacin de los pequeos espacios sagra-dos, etc., indicadores de que esta lnea de investi-gacin puede aplicarse a un amplio espectro deyacimientos y puede proporcionar nueva informa-cin sobre cualquier grupo social en estudio.

    Para los arquelogos sera un gran avance con-tar con nuevas tcnicas que permitan una aproxima-cin al pensamiento de las sociedades antiguas yhabra que preguntarse si es sta la finalidad ltimade todas esas mediciones realizadas por los tcni-cos. Se han llevado a cabo multitud de ellas en nu-merosos yacimientos, la mayora de ellas impeca-bles desde el punto de vista metodolgico, pero enla mayora de los casos estas aplicaciones no estn

    imbricadas en los proyectos planteados desde laperspectiva de las ciencias sociales.

    Hay que intentar descubrir qu observacionescelestes hacan las diversas sociedades pretritaspero, sobre todo, averiguar porqu las hacan, enqu fenmenos se fijaban, para qu las utilizaban yqu importancia les concedieron, en definitiva, cualfue la relacin que mantuvieron con el cosmos. Sise pierde esta perspectiva, la Arqueoastronomapuede desembocar en un callejn sin salida, en elque la argumentacin sea circular si la propia tomade datos y la medicin de las posibles orientacionesse convierte en un objetivo en s mismo y no en unmtodo para avanzar un poco ms en la compren-sin de las culturas del pasado.

    La presencia de esta materia en los planes deestudio de la Universidad nos parece un paso im-portante hacia su aceptacin definitiva, siempre quese realice desde una perspectiva comn porque, delo contrario, los astrnomos seguirn haciendocomplejos clculos y los arquelogos seguirn ha-blando de los conceptos de tiempo y espacio, sinninguna conexin entre ambos.

    Aunque parece estar en vas de cambio, todavapersiste el distanciamiento inicial entre los diferen-tes especialistas, con perspectivas dispares a la horade acercarse a la misma evidencia material. El pro-blema de fondo reside, como decamos al principio,en la existencia de dos epistemologas en conflicto,en que la investigacin de los fenmenos socialestiene un carcter diferente al del estudio de los fe-nmenos fsicos de la naturaleza (Iwaniszeski2003). Pero la Arqueoastronoma, por propia etimo-loga, es una materia necesariamente interdiscipli-nar que debe buscar un espacio comn de encuen-tro si verdaderamente quiere resultar eficaz y noconvertirse en una disciplina marginal que no pue-da cumplir los objetivos que por definicin se hapropuesto.

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