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Prof. PHILIPPE LEVY Psicoanalista Universidad de París XIII 1793-1993: TERROR, VIOLENCIA, PODERES DE LA PALABRA "DEL TRAUMA AL CONFLICTO"· 1793 ¡ 793 presenció la expansión de la institucionalización de una vasta empresa destinada a designar y castigar /' a los traidores y enemigos del interior de la Revolu- ( ción a través de la creación de un verdadero ejército re- volucionario capaz de denunciar a los sospechosos y de ayudar a acabar con el hilo de vida de todos aquellos cuyas supuestas intenciones antinacionales o antirrepublicanas exigían que se les ripostara. Se funda así el terror, asentado sobre las creencias y convic- ciones políticas de sus defensores, y sobre el paso al acto para imponer la validación de la ideología que predicaba. Es por eso que a través del análisis de las nociones que subtendieron todos sus componentes institucionales, es posible resaltar los lineamien- tos de la ideología que la acción aterrorizante sirve: ley de los sospechosos, constitución del Gran Comité de Salud Pública en sep- tiembre de 1793 (cuyos doce miembros se unieron en un pacto sin fundamento institucional que, no obstante, encerraba patriotismo, republicanismo, gusto por el poder, y activismo), Comité de Vigilancia y Tribunal Revolucionario, exigencia de producción, por todo ciuda- dano, de un certificado de civismo con obligación de denuncia de todos aquellos convertidos en supuestos subversivos, son algunos de sus signos, entre otros. Enjunio de 1793,el Comité será inculpado, desestabilizado e impugnado entanto centro de unidad de la nación, sobre la pregunta: ¿Quién habla la lengua del derecho? Los patriotas reclaman que se haga hablar la ley en nombre de la oposición de la voluntad de todos a la omnipotencia de la ley: expresión de una voluntad general. Se abre así la vía al juego de lo imaginario de una antinomia de la palabra viva y de la palabra escrituraria. • Este texto constituye el argumento de apertura de un coloquio interdisciplinario realizado en París los días 20 y 21 de marzo de 1993, Traducción: Prot. Pio Eduardo Sanrnguel A, Universidad Nacional de Colombia, "Les morts de la guerre son des morts ti part, abattus en pleine face et ti qui on a pris la vie comme on prend la parole ti quelqu'un." Georges Bernanos "Lorsque l'on veut mettre des mots sur la rencontre inmémoriale de l'affect et de l'offen- se, les mots pululent et glissent sur cette va- canee langagiére." Sylvie Nysenbaum b través de los significantes in- ~critos en el título, el autor va desarrollando los pivotes en tomo a los cuales giró este coloquio. 1793 pre- sencia la fundación del terror para imponer la validación de la ideología que predicaba. 1993 ve retomar un movimiento nacionalista en el que la violencia parece dejarle paso al terro- rismo. Conviene que reine la primera para escapar al terror y eventualmen- te abrir un espacio para la reinscrip- ción del proceso desimbolización. Este es el eje temático de una invitación a interrogar la capacidad de la modali- dad psicoanalítica del discurso para cuestionar la coyuntura histórica ac- tual. REV1STA CCltOt.4BIANA. DE PSICQLOGIA 33

1793-1993: TERROR, VIOLENCIA, PODERES DE LAPALABRA … · dicionales, incompetentes para restaurar unadimensión deidenti-dad republicana encrisissentida y padecida como una limitación

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Prof. PHILIPPE LEVYPsicoanalistaUniversidad de París XIII

1793-1993: TERROR, VIOLENCIA,PODERES DE LA PALABRA "DELTRAUMA AL CONFLICTO"·

1793

¡793 presenció la expansión de la institucionalizaciónde una vasta empresa destinada a designar y castigar

/' a los traidores y enemigos del interior de la Revolu-( ción a través de la creación de un verdadero ejército re-

volucionario capaz de denunciar a los sospechosos y de ayudar aacabar con el hilo de vida de todos aquellos cuyas supuestasintenciones antinacionales o antirrepublicanas exigían que se lesripostara.

Se funda así el terror, asentado sobre las creencias y convic-ciones políticas de sus defensores, y sobre el paso al acto paraimponer la validación de la ideología que predicaba. Es por esoque a través del análisis de las nociones que subtendieron todossus componentes institucionales, es posible resaltar los lineamien-tos de la ideología que la acción aterrorizante sirve: ley de lossospechosos, constitución del Gran Comité de Salud Pública en sep-tiembre de 1793 (cuyos doce miembros se unieron en un pacto sinfundamento institucional que, no obstante, encerraba patriotismo,republicanismo, gusto por el poder, y activismo), Comité de Vigilancia yTribunal Revolucionario, exigencia de producción, por todo ciuda-dano, de un certificado de civismo con obligación de denuncia detodos aquellos convertidos en supuestos subversivos, son algunosde sus signos, entre otros.

En junio de 1793,el Comité será inculpado, desestabilizado eimpugnado entanto centro de unidad de la nación, sobre la pregunta:¿Quién habla la lengua del derecho? Los patriotas reclaman que sehaga hablar la ley en nombre de la oposición de la voluntad de todosa la omnipotencia de la ley: expresión de una voluntad general. Seabre así la vía al juego de lo imaginario de una antinomia de lapalabra viva y de la palabra escrituraria.

• Este texto constituye el argumento de apertura de un coloquio interdisciplinario realizado en Paríslos días 20 y 21 de marzo de 1993, Traducción: Prot. Pio Eduardo Sanrnguel A, Universidad Nacionalde Colombia,

"Les morts de la guerre son des morts ti part,abattus en pleine face et ti qui on a pris la viecomme on prend la parole ti quelqu'un."

Georges Bernanos

"Lorsque l'on veut mettre des mots sur larencontre inmémoriale de l' affect et de l'off en-se, les mots pululent et glissent sur cette va-canee langagiére."

Sylvie Nysenbaum

b través de los significantes in-~critos en el título, el autor va

desarrollando los pivotes en tomo alos cuales giró este coloquio. 1793pre-sencia la fundación del terror paraimponer la validación de la ideologíaque predicaba. 1993 ve retomar unmovimiento nacionalista en el que laviolencia parece dejarle paso al terro-rismo. Conviene que reine la primerapara escapar al terror y eventualmen-te abrir un espacio para la reinscrip-ción del proceso de simbolización. Estees el eje temático de una invitación ainterrogar la capacidad de la modali-dad psicoanalítica del discurso paracuestionar la coyuntura histórica ac-tual.

REV1STACCltOt.4BIANA.DE PSICQLOGIA 33

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DOSSIER

Al mismo tiempo Robespie-rre crea el culto al Ser Supremo conel fin de reunir a los hombres parahacerlos mejores. Lo construye so-bre la idea de que la moral ha de serel fundamento único de la socie-dad civil y que la virtud, identifica-da con el amor a la igualdad, es labase unitaria del vínculo socialinmediato que debe reunir a lacomunidad, en beneficio de la Pa-tria. A esta exigencia religiosa lasubtiende la idea de que si la virtudha de recordarse constantemente alos individuos es porque aquellosque se ensañan obstinadamente enla destrucción de la empresa delibertad,los extravían sin cesar. Ne-cesariamente entonces, la políticasólo puede provenir de una tareade educación regeneradora que per-mita que la voluntad imponga elprincipio de humanidad de losunoscontra el capricho de aquellos quesupuestamente quieren aniquilarlo.

Este sesgo hará que el odio alotro, alimentado por una sospechaelevada al rango de virtud cívica yacompañada de una sobreestima-ción fantasmática de sus fuerzas,sea desde entonces el resorte de lapasión revolucionaria que permiti-rá, en últimas, que el terror nonecesite otra justificación que élmismo: nada debe escapar al con-trol de los ciudadanos porque éstosestán obligados a asumir solos laresponsabilidad de su salvación.

Así lo explica Francois Puret':"Bien lodijoMarx siguiendo aHegel,que la revolución francesa es el teatroen el que se despliega el voluntarismopolítico moderno en su pureza; el even-to permanece fiel a su idea originariasegún la cual la institución del contra-to social sólo puede ser producto de vo-luntades libres. Esta capacidad sinlímites que se le atribuye a la acciónpolítica le abre un campo inmenso a laradicalización de los conflictos y alfanatismo militante. En lo sucesivocada individuo puede apropiarse nue-l. Furet F. & Ozouf M. Dictionnaire Critique de /a Ré-vo/utJon Fran~aise. París: Flammanon, 1988.

34 No. 2 AÑO MCMXCIIIu NACIONAl DE COl.~IABOGOTA, D.C

vamente del viejo monopo-lio divino que consiste encrear el mundo humano conla ambición de recrearlo. Ysi en ello halla obstáculoscontrapuestos a su proyec-to, los atribuye más a la per-versidad de voluntadeshostiles que a la opacidad delas cosas: el único objeto delTerror es llevarse a cabo".

1993

1993,momento his-tórico situado en un con-texto de recomposicióndel universo humano en el cual, si-métricamente a la Weltanschauungreligiosa que vuelve numerosa acolmar las incertidumbres ligadasal derrumbamiento de las ideolo-gías políticas, retorna un movi-miento nacionalista bajo la formaespecular de una creencia presun-tamente secularizada, para even-tualmente reinstaurar un pacto so-cial a partir de la expresión activade una libre voluntad de los hom-bres que estaría buscando los me-dios para inscribirse en un discur-so común. Durante el último dece-nio de nuestro siglo, y bajo su aus-picio, la violencia parece dejarlepaso al terrorismo, que escribía susíntoma.

En efecto, el terrorismo en-gendrado por las violencias histó-ricas -consecuencia a su vez de lasobligaciones impuestas por razo-nes de Estado que se confieren es-tatuto de razón de la Historia-,justificó su propia acción en nom-bre de la exigencia revolucionaria,reivindicando su filiación con elTerror. Al hacerlo, contribuyó adar cuerpo a la representación deuna voluntad antagonista, intrusi-va y destructora, cuyo pretextofueron tanto la inmigración comolas yuxtaposiciones heteróclitas deetnias y culturas, producto de lasreorganizaciones geopolíticas de losdos últimos siglos.

Fue así como la figura delextranjero vino a dar cuenta de lavoluntad nacionalista de dar con-sistencia a las razones del persis-tente fracaso al que está condenadotodo fantasma de restauracióncohesiva de los lazos identificato-rios que se funde sobre la base de lavoluntad saludable (en tanto quecolectiva): si la cohesión nacionalno logra hallar las condiciones parasu realización, no es porque resultede una utopía sino porque existe enalguna parte una voluntad nefastay contraria trabajando en la som-bra para que no se cumpla.

Sobre tales bases, el odio y lasospecha sólo pueden alimentar yapoyar el sentimiento nacional has-ta hacérsele consustanciales. Fren-te a la fuerza producida por la ope-ración de tales dispositivos engen-dradores de creencia, la opinióndeclara, a las fuerzas políticas tra-dicionales, incompetentes pararestaurar una dimensión de identi-dad republicana en crisis sentida ypadecida como una limitación in-terna al supuesto ejercicio de lademocracia.

Por ello, la ciudadanía ya nologra fundarse sobre la libre con-ciencia ni sobre su corolario de li-bre expresión. Decir que el Otro esel garante o el eje de este impedi-mento es el resultado de una dene-gación que el discurso político ha

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PHILlPPE LEVY 1793·1993: TERROR, VIOLENCIA, PODERES DE LA PALABRA "DEL TRAUMA AL CONFLICTO"

sido incapaz de suprimir a travésde la constitución de vínculos entrelos ciudadanos, suficientes paraque, cada quien a su modo, puedahallarse enfrentado a la historia quese está construyendo. Lo único quelogra aún abrirse la vía de una di-mensión transindividual es una pa-labra proferida en forma de prome-sa dirigida a ellos, pero justamenteesta cualidadpromisoria dela palabra pre-suntamenteemitida parauso de aque-llos, es la mis-ma que losacalla. Estapalabra, -donde una prome-sa hecha aquienes no secontemplaque les perte-nezca, claroestá-, sólo laaprehendenbajo su moda-lidad colecti-va del parlerpour': palabraraptada, pala-bra birlada,propicia parala hipnosis ypara la emana-ción colectivade la creencia.El discursoque promue-ve los proble-mas sobre se-guridad pú-blica puede así convertirse a la vezen promotor de angustia y en por-tador de adhesión, porque reúne,en la misma enunciación, la ame-naza y su conjuro.

Por eso las ideologías de sal-vación hallan siempre su apogeoen momentos en que la relativiza-

cion de la noción de fronterasnacionales cuestiona todo un ima-ginario de la oposición del adentroy el afuera, en una dicotomía que sefunda únicamente sobre el re-pliegue del límite que se cierra sobresí mismo para convertirse en con-tinente de un contenido al que le daconsistencia. Lo que así se llamafronteras, en política, si tienen va-

lor de piel y sisus puertas setraducen enesfínteres, to-ma la funciónde imagen deun cuerpo; enelimaginario na-cionalista, tra-gar es natura-lizar, y exiliares expulsar;cuerpo camal ycuerpo social sefundan en larepresentaciónanalógica delos buenos y losmalos objetos.Se comprendeentonces laincredulidadque atormentaa algunos con-temporáneosnuestros res-pecto a las con-diciones de po-sibilidad deuna integra-ción no desin-tregradora, elrecelo frente ala voluntad de

1793-1993:TERROR, VIO-LENCE, THE POWER OF

WORDS; "From Trauma toConflict". The signifiers in thetiile of this paper enable iheauthor to develop the axesaround whieh this symposiumturned. 1973witnessed the firstuse ofterror to impose the legiii-macy ofthe ideology it preached.1993 saw the return of a naiio-nalist movement in tohicn vio-lenee seemed to llave given wayto terrorismo It is preferable forthe first named to reign in orderto elude terror and to eventuallyopen up a spaee for the reins-eription of the proeess of symbo-lization. This is the themaiic axisof this proposal to reeonsider thepowers of psyehoanalytie dis-course in the examination of ihepresent historieal juncture.

2. parler pour. hablar por, hablar para, y sobre todohablar en favor de. (N. del T.)

integración manifestada por elcuerpo extraño, y el clima de terrorque de allí se deriva siempre; secrean así las condiciones más pro-picias para el establecimiento deuna obsesividad defensiva y de unaorganización represiva que en-gendran la construcción de unverdadero delirio obsidional colec-tivo.

TERROREl TERROR, al fundarse en la

intensidad del medio que engen-dra, mantiene al sujeto bajo la de-pendencia imaginaria o real de lapotencia del Otro, que lo domina alpunto de hallarse aterrado y remi-tido a un phobos bajo cuya influen-cia su potencialidad de investimen-to erótico se verá aniquilada, di-suelta, por la ausencia de un espa-cio donde la inscripción simbólicapudiera dejar sus huellas.

A pesar de hallarse en losbrazos de su padre durante su ca-balgata nocturna y a pesar de la pa-labra de éste que buscaba tranqui-lizarlo ("Es sólo la bruma"), el niñode la balada de Goethe, confronta-do a la aterradora aparición del Erl-konig (el Rey de los Alisos), ya nopuede escapar al espanto mortal.In Seinen Armen das Kind War tot.Esta elaboración poética nos repre-senta los efectos del fracaso de larepresentación, que se destruye porsu imposibilidad de asumir la an-gustia que engendra y que tomaentonces el lugar del vacío, queinscribe su falla.

Como lo escribe MichelCuerirr': "La abolición de la alteridadme provoca una crisis de indentidad.El vértigo que me trastorna, en vez deinscribirse en el texto afectivo donde elyo se conforta y define, me devuelve aun pasado anterior al sujeto, trastocala memoria cultural, rompe el espejodonde el individuo se refleja como yo.Heme aquí devuelto a lo inmemorial, alo arcaico, a una modalidad anteafecti-va del sufrir".

Ya sea como mandato, ame-naza, maldición o profecía, el te-rror se articula siempre con unproceso de aniquilación de todovínculo de la palabra, porque pre-cisamente la función que tiene allísu enunciación es denegarle, a quienle esté destinada, todo poder dereciprocidad, prohibiéndole así3. Guerin M., La Terreur et la Pitie. T. 1. Aries: ActesSud, 1990.

REVISTACOlOMBI.ANADE PSICOlOGlA 35

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DOSSIER

desprenderse de ella, precipitán-dolo en una dimensión que excluyesu subjetividad y donde quedaabolido todo uso posible de la me-táfora. Nadie puede aspirar a res-ponder por sí mismo cuando se lomantiene bajo dominio, yjustamen-te es un signo del terror que aquelque es su víctima no pueda defen-derse del miedo enunciándolo.

El sujeto logra desprendersedel terror para así manejar su mie-do por medio de la institución deobjetos interpuestos entre la Cosa yél, e identificándose a su propiarepresentación; si en efecto, esto esasí, podemos imaginarnos hastaqué punto el desmoronamiento deeste apoyo -por ejemplo, en cursode una desestructuración psicóti-ca- puede confrontar al sujeto conun terror sin nombre, vale decir,claramente, inconcebible para losneuróticos que somos (por másfóbico-obsesivos que sean).

En revancha sin embargo, laexperiencia psicótica indudable-mente puede remitirnos al procesosegún el cual es la determinacióndel sujeto en tanto representaciónla que pone fin, ontogenéticamen-te, al terror del que era presa origi-nalmente.

VIOLENCIA

La VIOLENCIA, ligada a larepresentación que sostiene su efec-to, participa, en cambio, de la mane-ra como el sujeto llega a pensar sumiedo. Designa el objeto del miedoy se torna afín al insulto. Como yalo indicamos, la noción de sospe-choso, tal como la define la leyaprobada por la Convención el 17de septiembre de 1793, designa atodo individuo que aunque no hayahecho nada contra la libertad, no hahecho nada por ella. Así pues, sancio-na y categoriza de manera casitaxonómica a todos aquellos que serehusen a encarnar los ideales de laideología unitaria del actuar por lalibertad y revela inmejorablemente

36 No. 2 Ar"Io MCMXCIlIu NACIONAL DE CCllDM3IABOGN,A..o,e

hasta dónde puede fundarse conello el estatuto del ciudadano sobreel poder de la exclusión.

No podríamos dejar de inte-rrogarnos sobre el beneficio extraí-do, en tal ocasión, por quien colocaal otro en la dimensión del rechazo:de hecho, a través de este acto dedenuncia, cuyo valor de designa-ción determina tanto lo no especu-larizable como lo que no puedetolerarse de larepresenta-ción de unadiferencia,busca produ-cir el borra-miento de larepresenta-ción de supropia falta. Sise pretendefundar lohomogéneo yasegurar launidad de unaserie amena-zada por laexistencia delo que se plan-tea como ina-similable, con-viene enton-ces que reinela violencia,ante la cual elotro queda sinconsistencia,para escapar alterror en quenos encerraríael exceso deconsistenciadel Otro.

gentina [anine Puget\ "es el de uncuerpo desarticulado en busca de lossignos que puedan reorganizarlo. Esposible que las experiencias correcti-vas ayuden a dar un sentimiento de se-guridad interna y a sobreponerse alterror, al miedo o al horror".

En comparación al terror, ¿laviolencia le deja lugar a la posibili-dad de una reinscri pción del proce-so de simbolización con el que po-

drían reanu-darse los hilosde una me-moria desechay sostenerse lacontinuidaddel vínculo delsujeto conaquello queconstituye suhistoria? ¿Y ala re inscripciónde la relacióncon la Historiade esta histo-

1793- 1993: TERREUR,VIOLENCE, LES POU-

VOIRS DE LA PAROLE¡"Dutraumatisme au conflit". Apartir des signifiants du titre,l'auteur développe les pivotsautour desquels a tourné ce col-loque. 1793 fut témoin de lafondation de la terreur pourimposer la validation de l'idéo-logie qu'y était préchée. 1993voit revenir un mouvementnationaliste oú la violen ce sem-ble céder le pas au terrorisme. JIconvient que la premmiére reg-ne pour échapper a la terreur et,éventuellement, ouvrir un espa-ce a la réinscription du proces-sus de symbolisation. e'est l' a-xe thématique d'une invitationa interroger la capacité de lamodalité psychanalytique dudiscours pour questionner l'ac-tuelle conjoncture historique.

Los estu-dios adelantados sobre la Violen-cia de Estado han permitido cernirlos efectos del estado de amenaza ylas actitudes de negativa o desumisión que éste condiciona,abriendo la puerta a lo impensablede lo que Bion denomina terror sinnombre. El modelo del estado de ame-naza, escribía la psicoanalista ar-

ria?

PODERESDE LAPALABRA

Para .con-tinuar connuestro mode-lo, podríamoshablar de losPODERES DELA PALABRArecurriendo ala manera co-mo Jean PierrePaye'' describióel doble circui-to por medio

del cual se desarrolló, en la nochedel9 altO de terrnidor, el campo dela circulación narrativa resultante,por una parte, de la Convención,donde se hacían declaraciones que

4. Puget J., Violence d'Etat et Psychanalyse. París:Dunod, 1989. p. 39.5. Faye J.P., Peuton raconter I'événement? Le tempsdu non, No. 10·11, Abril-Septiembre, 1991.

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denunciaban a Robespierre comorealista oculto por fin desenmasca-rado, y por otra, de la Comuna, queenjuiciaba a la Convención tachán-dola de asamblea de traidores asueldo del extranjero. Esta circula-ción halló su fin cuando la bala delarma del gendarme Merda topó conla quijada de Robespierre, acusa-dor central, acallado desde enton-ces y destinado a la guillotina, peroque ya desde el 8 de termidor seencontraba perdido al verse des-provisto de su hegemonía narrati-va y expuesto a la injuria.

La articulación sintáctica dela injuria, al situar al insultado bajoel signo de la especie, lo coloca de-liberadamente por fuera de todareferencia subjetiva, haciéndoloparticipar de un significante aisla-do de la cadena que presuntamen-te define su esencia, y que lo fija enuna identificación especular objeti-vante. La pasión identificadoranunca se distancia mucho de lo queanima la estigmatización racista sisurge cuando la identidad nacionalse halla bajo una crisis de represen-tación, y en la que se convoca al ciu-dadano a la reconquista de las fron-teras naturales o a la salvaguardade la pureza de los orígenes. Si lanominación se opone en ocasionesa la simbolización (yen tales casosla primera es sólo una irrisoria pan-

tomima de la segunda), es porqueel insulto procede del poder inme-diato que resulta de producir unafractura del vínculo de palabra entreinsultado e insultante, y porque loreduce a la imposición al renunciara representarlo, para fijarlo en unarepresentación aterradora para él yhorripilante para los demás: Noeres más que eso; sólo eso!.

Por su parte, el psicoanálisisnos enseña que cuando se coloca alsujeto en posición de recibir elmensaje que viene del Otro, con-viene que le sea abierto el campo deuna dialéctica que le permita noverse obligado a responderle in-mediatamente como si se le mani-festara en forma de un mandatoproductor de obediencia automáti-ca que no movilizara una dimen-sión temporal. En cambio, el man-dato que inaugura lo simbólico parala humanidad, en la medida en quese articula con la inter-dicción, notiene nada de impositivo porqueimplica para cada caso la existenciade un auditor supuesto que obligaa recibirlo como una pregunta queviene del Otro.

Desde este punto de vista, ¿nopodría definirse la tarea del psico-analista como transmisión de loque,en la tradición analítica, compete alcompromiso ético que subtiendesu saber y anima su práctica? Tra-

bajar por restablecer los lazos de lamemoria rota actualizándolos enactos de memoria, ¿no es acasotomar partido por un cumplir con supalabra, tanto por parte del analistacomo del analizan te, que permiteque algo que es destino para unsujeto pueda llegar a desanudarsepor el sostenimiento de una pala-bra que logre que sea lo posible loque se repita, y que en lugar de loimposible -que como todos sabenfunciona como un real-, nadie seaobligado, retenido ni conservadocomo rehén?

DEL TRAUMA AL CONFLICTO

El "Wo Es uiar, soll [eh uierden"freudiano nos señala la ruta delrecorrido DEL TRAUMA ALCONFLICTO que permite, por undispositivo de lenguaje, el adveni-miento del sujeto en la cura, a tra-vés de una reactivación de las fuer-zasconflictuales. Decía Lacan" "[Noles parece notable, que en el origen de laexperiencia analítica, lo real se hayapresen tado bajo laforma de lo que tienede inasimilable -bajo laforma del trau-ma, que determina todo lo que sigue, yle impone un origen al parecer acciden-tal?"

Este inasirnilable, que funcio-na como un cuerpo extraño al queno se le puede arrogar nada porquetodo lo que el sujeto podría experi-mentar de él está situado por fuerade su conocimiento solamentepodemos abordarlo por los afectosde angustia y por el espanto en quenos sumerge la presencia enigmá-tica de lo indescifrable. La puestaen palabras de lo innombrable es,por definición, lo que no puededejarse oír en lengua alguna, conexcepción tal vez de la del cuerpo,donde lo irrepresentable, en tantoreal imposible de soportar, hacesentir su presencia.

En lo esencial de la maniobra

6. Lacan J., SeminariO XI. Los Cuatro ConceptosFundamentales del Psicoanálisis. Barcelona: Paidós.p. 63

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DOSSIER

analítica, lo que resulta de lo trau-mático pone en relieve la antino-mia que confronta la exigencianarrativa al choque con lo indeci-ble. No obstante, si se confirmaque la red de la Palabra ejerce sudominio sobre Das Ding, será posi-ble entonces abordar analíticamen-te los traumatismos narcisistas ac-tuales o infantiles, si se conviene enque la dimensión que evoca el trau-matismo es justamente la relacióncon el real que es intrínseco al len-guaje y que hallará en el espaciotransferencial su atribución afecti-va a través de las circunstancias desu narración.

Del logro de tal maniobradependerá que algo de la heridaconsecutiva a la violencia de la in-juria llegue a simbolizarse a travésde las figuras del conflicto.

Permitamos que cada cualelabore su vía de acceso para traba-jar este asunto y ocupémonos noso-tros de subrayar cómo Freud em-prendió su aporte a la comprensiónde la manera como llega a transmi-tirse un evento a partir del trauma:al respecto, Freud nos abre un ca-mino con la noción de Beleidigung,y con la descripción de las relacio-nes que ésta mantiene con el dolorque provoca bajo los auspicios deKrtinkung. En los "Estudios sobre laHisteria", ésta última viene a signi-ficar la herida no vengada, la afec-ción que engendra y la humillaciónsubsecuente; toma el lugar, a ma-nera de ofensa, de representantedel traumatismo psíquico, en tantoque la ofensa abarca en su signifi-cación al evento traumático, al es-tado del psiquismo en el momentoen que sobreviene el evento, asícomo las consecuencias psíquicasdebidas a la conservación de laintensidad y la integralidad delrecuerdo bajo la influencia de lahendidura psíquica que impone.

7. Nysenbaum S., L'offense. t'écrit du temps, No. 3,1993

38 No. 2. AÑOMCMXCIIIU NACIONAl... DE COlOf.ElIA80GOTA. D e

Así lo dice Sylvie Nysen-baurrr': "La palabra" es mágica por suhistoria, y esto porque la historia essiempre deactualidad aunque esté eclip-sada por la civilización y por la infla-ción de las palabras. Mágica en sí,pues es su parte silenciosa, el grito queacompaña al acto, el que se ha tornadosilencio. De ello resulta que la palabratiene el poder de dividir dividiéndose, yde acosar al sujeto. Su mira la haceportadora de una creencia sobre su des-tinatario, que siempre toma ell ugar deprimer locutor: se trata entonces deuna creencia sobre sí mismo. Es mági-camente como la palabra ha de presen-tarse, y también con ello ésta toma ellugar del acto y repite el traumatismode los comienzos de lapalabra (parole).Es a través del entendido que se harealizado la identificación al padre dela prehistoria personal... y que su figu-ra se ha erigido en el psiquismo. Figu-ra en parte intratable, como el destino,extraña para siempre al interior delpsiquismo".

Poderes de la palabra que tie-nen que ver con este entendido cuan-do se relaciona con la escucha que elmonoteísmo erigió como punto deequilibrio de la construcción sim-bólica que nos legó, y de aquellos

8. Palabra remite aquí a MOT, salvo cuando se indicalo contrario. (N. del T.)

en quienes la palabra delega los po-deres del decir: es en torno a esteeje temático que los psicoanalistaspodrían invitar a historiadores,lingüistas, juristas, periodistas ypolíticos para interrogar con ellosla capacidad que ofrece el modelopropuesto por la modalidad psico-analítica del discurso para darcuenta, en la coyuntura históricaque circunscribe nuestro presente,del cuestionamiento cuyo tenorcreímos actualizar con el tema queintentamos formular aquí*