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CAPÍTULO XVII LIONARDO COMO ASTRÚNOMO Pocas palabras diremos sobre sus concepciones astronó- micas que en su aspecto variado y contradictorio se aseme- jan a otras, pero que, como lo afirma un distinguido astró- nomo del Collegio Romano, ELlA MILLOSEVIcH, a veces presentan sanas concepciones e intuitivamente predicción de grandes descubrimientos. Es claro que en una ciencia tan antigua y tan ampliamente considerada, él se apoye en concepciones anteriores; así cuando admite la rotación diur- na de la Tierra en sus consideraciones respecto de los graves que caen desde lo alto de una torre (véase cap. XV, pág. 196); en cuanto a la revolución alrededor del sol, podemos leer en Quad. Ant. V, 25 r.: "11 sole sta fermo" (el sol está inmóvil), aunque no sabemos sifué ésta una concepción que más tarde desarrolló en su mente, o simplemente un apunte, consecuencia de una lectura. No obstante, debe observarse que en otro lugar afirma: "Come la terra non e nel mezzo del cerchio del sole, ne nel mezzo del mondo, ma e ben nel mczzo de sua elementi, compagni e uniti con lei; e chi stesse nella luna, quand'ella insieme col sole e sotto a noi, questa nostra terra, coll'elemento dell'acqua, parrebbe e farebbe offizio, tal qua) fa la luna a noi." ( Man. F, 25 v.) (Como la tierra no está en el centro del círculo del sol, ni en el cen- tro del mundo, sino que está en el centro de sus elementos y compañeros y unidos a ellos; y para quien residiese en la luna cuando está junto con el sol debajo, esta nuestra tierra junto con el elemento del agua, parecería y haría la misma impresión que nos hace la luna a nosotros.) Donde de muestra mayor originalidad es en la [204) !1 1 ¡ .;. ;l i .. > XVII LION ARDO ASTRÓNOMO 205 explicación de la luz cinérea de la luna. En el Cod. Leic., 2 r., después de tratar ampliamente de la naturaleza y otras particularidades de la luna, observa que cuando la luna se encuentra hacia occidente, cerca del sol que ya se ha pues- to, se nota una parte luminosa que rodea todo el sector menos iluminado; y que mientras una parte recibe directa- mente los rayos del sol, la otra los recibe en forma indirecta por reflexi6n sobre los océanos terrestres. Combate además la opinión, expresada por muchos, de que la luna tenga una débil luz propia, y que esta luz que hoy denominamos ciné- rea se deba a una especie de transparencia del cuerpo lunar. Agréguese que todavía GIAN BATIISTA RrcciOLI ( 1598- 1671) sostiene en esto la opinión errónea y que para en- contrar la correcta debe llegarse a MrcHAEL MA.sTLIN, el maestro de KEPLER y a GALILEO en su Side1' eus Nun- cius ( 1610). ·

18 Lionardo Como Astrónomo

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CAPÍTULO XVII

LIONARDO COMO ASTRÚNOMO

Pocas palabras diremos sobre sus concepciones astronó­micas que en su aspecto variado y contradictorio se aseme­jan a otras, pero que, como lo afirma un distinguido astró­nomo del Collegio Romano, ELlA MILLOSEVIcH, a veces presentan sanas concepciones e intuitivamente predicción de grandes descubrimientos. Es claro que en una ciencia tan antigua y tan ampliamente considerada, él se apoye en concepciones anteriores; así cuando admite la rotación diur­na de la Tierra en sus consideraciones respecto de los graves que caen desde lo alto de una torre (véase cap. XV, pág. 196); en cuanto a la revolución alrededor del sol, podemos leer en Quad. Ant. V, 25 r.: "11 sole sta fermo" (el sol está inmóvil), aunque no sabemos sifué ésta una concepción que más tarde desarrolló en su mente, o simplemente un apunte, consecuencia de una lectura. No obstante, debe observarse que en otro lugar afirma: "Come la terra non e nel mezzo del cerchio del sole, ne nel mezzo del mondo, ma e ben nel mczzo de sua elementi, compagni e uniti con lei; e chi stesse nella luna, quand'ella insieme col sole e sotto a noi, questa nostra terra, coll'elemento dell'acqua, parrebbe e farebbe offizio, tal qua) fa la luna a noi." ( Man. F, 25 v.) (Como la tierra no está en el centro del círculo del sol, ni en el cen­tro del mundo, sino que está en el centro de sus elementos y compañeros y unidos a ellos; y para quien residiese en la luna cuando está junto con el sol debajo, esta nuestra tierra junto con el elemento del agua, parecería y haría la misma impresión que nos hace la luna a nosotros.)

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explicación de la luz cinérea de la luna. En el Cod. Leic., 2 r., después de tratar ampliamente de la naturaleza y otras particularidades de la luna, observa que cuando la luna se encuentra hacia occidente, cerca del sol que ya se ha pues­to, se nota una parte luminosa que rodea todo el sector menos iluminado; y que mientras una parte recibe directa­mente los rayos del sol, la otra los recibe en forma indirecta por reflexi6n sobre los océanos terrestres. Combate además la opinión, expresada por muchos, de que la luna tenga una débil luz propia, y que esta luz que hoy denominamos ciné­rea se deba a una especie de transparencia del cuerpo lunar. Agréguese que todavía GIAN BATIISTA RrcciOLI ( 1598-1671) sostiene en esto la opinión errónea y que para en­contrar la correcta debe llegarse a MrcHAEL MA.sTLIN, el maestro de KEPLER y a GALILEO en su Side1'eus Nun-cius ( 1610). ·

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CAPín·w X VIII

LIONARDO FILOSOFO CONCLUSIONES GEJ\'ERALES

Con lo anterior ponemos fin a las consideraciones sobre los aportes científicos y técnicos de LIONARDO, considera­ciones que pueden parecer extensas por el número de pági­nas que en ellas hemos empleado, pero que seguramente son insuficientes si quisiéramos apreciar en forma completa tal contribución. Tampoco se nos podría reprochar el ha­ber concedido a LxoNARDo, considerado como sabio, un lugar no equitativo respecto de los otros sabios tratados en los volúmenes de este Panorama. Sin embargo, en un tratado de historia de la ciencia, el estudio de la figura de LIONARDO caracteriza admirablemente el período inicial del Renacimiento, con sus vínculos con el pasado, con sus deseos de renovación, con sus métodos y previsiones del futuro. Estudiar a LIONARDO es penetxar en el desarrollo Íntimo de ese período tan importante para la historia de la cultura humana y ofrece además la ocasión, que muchas veces en estas páginas hemos aprovechado, para rápidas di­gresiones sobre acontecimientos y hombres de épocas anterio­res o posteriores a la de este ser genial. Por eso estimamos que nuestra exposición acerca de LIONARDO cuadra armónica­mente en el conjunto de nuestros trabajo:; históricos 1.

Pero es claro que las consideraciones ~obre la ciencia y

1 Nos parece que en esto nuestra opinión es concordante con la de uno de los !llás competentes y destacados historiadores contem­poráneos de la ciencia, GronGE SARTON, quien se había propuesto preparar una "enciclopedia leonardiana" que debía representar un estudio completo del período del Renacimiento. Véase su anículo en "Raccolta Vinciana", X, 1919, Une encyclopédie léonardesque,

[206]

J

J XVIII LIONARDO Y UNA ENCICLOPEDIA 207

la técnica de LIONARDO están muy lejos de agotar comple­tamente esta portentosa figura del Renacimiento. Está de más decir que LIONARDO artista, pintor, escultor, dibujante, merece una consideración no menor que L!ONARDO sabio. Pero hay también un LIONARDO escritor, y sus escritos, que ante un primer examen parecen chocantes por su curioso idioma, su sintaxis y ortografía desordenadas y arbitrarias, sus repeticiones y anacolutos, etc., en un análisis más atento, se presentan con una fuerza y una belleza que se imponen. IsiDORO Dn Lu:-.Go, el eminente literato florentino que co­laboró en la gran edición de las obras de GALILEO como perito literario, mientras ANTO:-<Io FAvARO era el director

donde el prestigioso historiador belga que ha podido desarrollar en Estados Unidos, y con el apoyo de la Carncgie Institution, una actividad admirable, escribe: "La portée des études historiques aux­quels j'ai consacré ma vie, dépassc de beaucoup leurs résultats inmé­diats. Le but n'est pas seulement de connaltre l'histoire des sciences, mais d'btnnaniser la science, c'est-a-dire de la rendre plus aimable et plus vivante, de la montrcr en voie d'évolution et de progrcs, de mettre en évidence a la fin son unité profonde et ses relations in­nombrablcs avec toutes les autres activités de notre vie. Or, com­ment ce but serait-il mieux atteint, comment serait-il possible de mieux faire comprendre a la fin aux savants et aux artistes cette syn­these et cette harmonic idéale que de la leur montrer déja réalisée dans la personalité unique et grandiose de LEONARDO, a la fin le plus grand artiste, le plus grand savant et peut-etre le meilleur homme de son sieclc? Je veux démontrer l'unité et la beauté de la science, mais cene unité existait naturellement dans !'esprit de LEONARDO, et quant a la beauté de sa science, elle me paraissait aussi évidente que la beauté de la «Gioconda». De plus comme LEONARDO S est intéressé a tomes les choses que les hommes de la Rennaissance pouvaient con­cevoir, et a toutes les techniques auxquellcs ils pouvaient s'exercer, l'étude de son ccuvre nous offre une occasion admirable d'étudier l'état du progrcs humain a la fin du XVme siccle." Su extraordinaria actividad en el campo de la historia de la ciencia, en particular la labor para su lntroduction to tbe history of science, de la cual en estos días ha aparecido el volumen III dedicado al siglo xtv, añadida a la dificultad intrínseca de desarrollar plenamente tal empresa, han impedido hasta ahora a SARTON realizar efectivamente esta Enciclo­pedia leonardia11a, pero los motivos que lo impulsaron hacia ese tra­bajo, admirablemente expresados en las líneas transcriptas, conservan su valor. Es que, como él dice, el estudio de LJONARDO constituye la parte central y fundamental de un estudio adecuado y compren­sivo de la ciencia del Renacimiento.

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208 LA PROSA DE L/ONARDO XVIII

cientÍfico, al magnificar la prosa lionardiana en las confe­rencias f lorentinas, cuya publicación mencionamos en el capítulo III, se expresa así: "Y puesto que el pensamiento lo es de una mente soberana, de un adivinador, de un pre­cursor, el estilo y la lengua de aquella prosa póstuma anti­cipan la madurez de la prosa italiana de más allá del << Cin­quecento», cuando apagadas las magn~ficencias de la prosa humanista, otra mente soberana reflejará, en la palabra, la belleza austera de la verdad, limpia de nieblas peripatéticas, y, en la lengua, aun inmune de corrupción, el estilo sobrio y agudo de GALILEO cerrará. . . los caracteres de una pro­sa adecuada a la cultura científica moderna. LIONARDO

anticipó -o, digamos mejor, habría anticipado, si hubiera escrito para otros y no para sí mismo, si hubiera escrito libros-, sin que nadie lo supiera y sin que él mismo tuviera clara conciencia el escritor que G ALILF.O quiso ser y supo que era. Si GALILEO hubiera tenido, como es cierto que ni él ni otros hasta nuestros días tuvieron, noticias de la labor intelectual de LION ARDO, se hubiera asombrado de, cómo in­genio tal, pasara sin asegurar a la filosofía natural los bene­ficios de ]a experiencia del libre examen, por los cuales él, GALILEO, combatió victoriosamente. Si lo hubiera leído ha­bría reconocido en su prosa, guardando la debida relación, aquellas virtudes que exaltaba en su ARIOSTo: la luminosa sinceridad, el mesurado vigor, la adecuación del signo a la cosa significada."

Fuera del estilo, LroxARI>O merece ser también considerado por sus méritos en las fábulas, en los chistes y en otras composiciones literarias. Merecería ser también juzgada su personalidad, su completa abstención y desinterés en la política contemporánea y en los acontecimientos de Italia, ya entonces desgarrada por guerras que los extranjeros libra­ban en ella; su desprecio, transparente en sus escritos, hacia los curas y sus ensei1anzas; pero de todo esto no nos ocu­pamos en este Panorama, dada la limitación del tema que nos hemos impuesto 2•

2 Seguramente interesa conocer, si es posible, cuáles eran las ideas religiosas de LroNAROO. Esto nos lo ofrece claramente GroRGro V A-

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XVIII LIONA RDO FILÓSOFO 209

Pero, puesto que para nosotros la filosofía es una parte de la ciencia, ¿fué LIOXARDO también un filósofo> Debemos contestar a esta pregunta por varias razones: ante todo para destacar nuestra concepciún de la filosofía; en segundo lu­gar, por la razón de que se habla corrientemente del "filó­sofo L IOXARno" y se reúnen varios de sus fragmentos bajo el título de Pemamie11tos filosóficos y, por último, estando de acuerdo con lo que dice BEI\'J::llJ-:TTo CRocE :\ aunque no siempre con las razones que aporta o con su concepción misma de la filosofía, para negar rotundamente que LIO­

~ARIJO pueda considerarse un filósofo. Desde mi juventud he sostenido siempre que ciencia y fi-

SARJ en su Vita de Lionardo, si se consideran algunas modificaciones que introdujo cuando la publicó por segunda vez. Comparando las dos ediciones de la obra, la primera de 1550 y la segunda de 1568, que después sirvió de modelo para todas las otras ediciones, pode­mos observar la supresión de una frase y la modificaci(m de otra que se refieren a este tema, y que son sintomáticas por la variacifn1 que aportaron al texto. Cuando apareció la primera ediciún se po­d ía hablar bastante libremente de cuestiones religiosas. La situación era diferente cuando apareció la segunda. Los sucesos de los pro­testantes habían envenenado aún más los ánimos; en los países cató­licos ni se mencionaba el nombre de personas reformadas, excepto para maldccirlas; no seguir las prescripciones del culto era un delito que debía cast igarse; mostrarse incrédulo no se podía; y hasta se pretendía afirmar que sólo su religiosidad había permitido a los grandes artistas crear sus obras maestras. Así V ASARI, que en su primera edición había expresado con franqueza Jo que (justamente ) ~;e pensaba de LIONARDO, en interés mismo de su biografiado (por lo menos según la opinión de la época) fué obligado a introducir esas modificaciones. El pasaje suprimido es el siguiente: "Perilche fece ne !'animo, un concetto si cretico che e'non si accostava a qualci­voglia religionc stimando per avventura assai piir lo esser filosofo che cristiano." El modificado es: "Finalmente venuto vecchio, stette molti mesi ammalato, et vedendosi vicino alla morte, disputando di cose cattoliche, ritornando nella vía buona, si ridusse a la fede cris­t iana con molti pianti. La ondc confesso e contrito . . . " El pasaje modificado, en versión castellana, se encuentra más adelante en el texto. El hecho de ser la segunda edición la que generalmente se lec (directamente o en sus reproducciones), ha hecho desconocer que LJO:-:.~Rco, antes de enYejecer y enflaquecer, se consideraba ajeno a cualquier religión positiva. .

3 Véase en las mencionadas Conferenze fiorentine , su sugestiYo artículo L eonardo filosofo .

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210 UONARDO FILÓSOFO XVIII

losofía constituían un todo único e inseparable 4 • No es que desconczca lo qu~ escribe CRocE en el trabajo citado: " la filosofía non e altro che questa coscienza (la coscienza del fatto); e non consiste ne nella co~truzione naturalistica, ne nella erudizione storica, ne nella fantasía estetica, ne nell 'escrcizio della moralira, essa presuppone e trascende qucste forme particolari dcll'attivita umana facendole propio oggetto e trascende, si puó dire, persino se sressa facendosi oggetto se medesima nella logica filosofica". Pero esta reflexión de las distintas disciplinas científicas sobre sí mis­mas, esn1 ccncienc ia que en ·el hombre que reflexiona se extiende también a su propia reflexión (bien entendido, no en sentido psicológico) , es una parte que no puede separarse de las diferentes di<ciplinas y que con ellas también se vin­cula cuando se refiere al complejo total del saber. En caso contrario la "filosofía". llamémosla a~í siguiendo el uso corriente, se pierde en el vacío de las palabras sin ·sentido. Y el historiador debe, desgraciadamente, comprobar que mientras ha habido grandes filósofos, como ARISTOTELF.S en gran parte de sus escritos, más recientemente KANT y otros, la gran mayoría de los que se denominan filósofos, en espe­c ial en los tiempos modernos, se destacan por la vacuidad o tontería de sus afirmaciones o raciocinios, cuando no por la incomprensibilidad de sus concepciones y de sus escritos, debido a la evidente confusión que domina sus mentes.

Pero si queremos reservar la denominación de filósofos a los que de manera sana reflexionan sobre temas generales y de gnoseología, sin tratar jamás de abandonar los sólidos fundamentos de los hechos comprobados por la experiencia, ya externa o por introspección, si podemos en verdad con­siderar a GALILEO corr.o filósofo, ello debe excluirse para LJONARDO.

En sus apuntes encontramos con frecuencia aforismos que la may oría denomina "pensamientos filosóficos", pero que otros autores han rubricado bajo el título de reflexiones y sentencias varias; sobre la relación con Dios, sobre la acción

4 Véase en particular mi artículo Scienza e filosofia, publicado en "Rivista di Filosofía", I, 1910, p. 599.

XVIII MUERTE DE LIONARDO 211

del alma sobre el cuerpo, en contra de lo trascendente y de la esencia del ser, sobre el hombre que trata de corregir a la naturaleza, en contra de los desbordes de la fantasía y de la nigromancía, sobre los espíritus y si éstos toman un cuerpo de entre los elementos o pueden tener voz, sobre el dolor y su función, sobre la maldad del hombre, sobre la nada, sobre el hecho de que en el mundo no hay ninguna "quan­tité négligeable", etc. (para citar sólo algunos de los temas que en su excelente antología MARIE HERZFELD reúne bajo este título) ; pero todo esto no es en absoluto filosofía, aun en su sentido recto, sino reflexiones y divagaciones, opinio­nes personales sobre asuntos diversos. LroNARDO tiene tantos méritos, es un genio de tal magnitud que no es necesario, para ensalzarlo, atribuirle cosas que de ninguna manera le pertenecen. Eliminémosle, pues, de la serie de Jos filósofos, salvo que demos a esta palabra el sentido originario y etimo­lógico de amante de la sabiduría.

GroRGIO V ASARI, en su V ita de Lionardo, nos cuenta la siguiente anécdota sobre los últimos instantes del maestro ( transcribo la traducción castellana de la mencionada edi­ción porteña): "Finalmente, llegado a viejo, estuvo enfermo muchos meses, y, viendo cercana la muerte, se quiso infor­mar diligentemente acerca de las cosas católicas y del buen camino y santa religión cristiana, y después de confesarse y arrepentirse con muchos llantos, aunque no podía tenerse en pie, sosteniéndose en los brazos de sus amigos y sirvientes, quiso tomar devotamente el Santísimo Sacramento fuera de la cama. Entró entonces el rey que a menudo y amorosa­mente solía visitarlo, y Lr.oXARDO, por revere'ncia, se incor­poró sentándose en la cama, contando su mal y Jos acciden­tes de él y diciendo, además, cuánto había ofendido a Dios, como también a los hombres, por no haber trabajado en el arte como hubiera debido. Le tomó luego un paroxismo mensajero de la muerte y entonces el rey se levantó y le sostuvo la cabeza para ayudarlo y auxiliado, aliviándole el mal; pero el espíritu de L EONARDO, que era divinísimo, cono­ciendo no poder tener en la tierra más grande honor, expiró en los brazos del rey, a la edad de setenta y cinco (sic!)

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212 MUERTE DE LIONAJWO XVIII

años." Esta narración es toda una invención gratuita y per­sonal de V AS,\RI o de sus fuentes, como ya lo dijimos por lo que se refiere a la presencia del rey FRAN<;:Ots l. Lo mismo puede seguramente afirmarse respecto del pensamiento de LIONARoo de haber descuidado el arte y cultivado la ciencia. Que VAsARI, que sólo se interesaba de arte, mas nada de ciencia, estimara que rl tiempo empleado por LIOKARoo en sus investigaciones científicas fuera una total pérdida del mismo, es mu~· comprensible; lo que explica también el arre­pentimiento que pone en boca de LIOXARno por la supuesta ofensa a Dios y a los hombres. Pero en cambio nos parece extraño que un hombre muy inteligente y buen conocedor de las ciencias, en el ya varias veces mencionado volumen, llegue al final de su valioso estudio sobre Lro:>.'ARDO a la siguiente conclmión (p. 413 ): "Naturalmente la critica ha refutado siempre la leyenda, pero no ha podido anular su sentido profundo. Los ignorados hombres que la imaginaron y aquellos que consciente _v fielmente la r eprodujeron, creen que 1 ,JOXARoo, cuando frente a la muerte encuentra el justo criterio para el juicio de los hombres y de sí mismo, reco­noció que había quitado a Dios ~· a los hombres, el tiempo y la labor que él había consagrado, para satisfacer su propia curiosidad, a la investigación científica. Así L EO'>ARDO, como juez de sí mismo, condena al sabio y deplora al artista. Es este reconocimiento al que en líneas generales llegamos en nuestros análisis críticos, y nuestro pesar se agrega al de V ASAR! y los de su épcca."

Esta afirm aciém de ÜLSCHKI nos parece una blasfemia. ~o solamente las investigaciones científicas y técnicas de Lw­XARPO -no obstante las inevitables deficiencias que no he­mos ocultado \' las características de su estructura mental que le impedí;n llegar a una exposición completa y orgá­nica de la ciencia (ni tll1 LIOXAHno puede ser completo y perfecto)- constitu~·en un conjunto admirable rara vez logrado por sabio alguno, de cualquier época o de cualquier país, sino que estamos incli nados a apreciar más a L!OXAJmO

sabio que LIOXARno artista, aunque es difícil, por no decir imposible, s~ parar netamente a ambos. Por eso debemos pro-

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XVIll ORTOGRAFÍA DE PASAJES DE L/ONARDO 213

clamar como sumamente provechoso para los hombres el tiempo en el cual, abandonando el pincel, se dedicú a la contemplaciún c ientífica de la naturaleza o a orientar sus cálculos y sus esfuerzos para encontrar las leyes naturales de los fenómenos"·

'' El lector hahr.í seg-uramente ath:cnido que a! reproducir en su origina! italiano los d iferentes pasajes de LIO:oiARI>O, no hemos adop­tado una transcripción única. No es absolutamente posible adoptar en un libro destinado a un numeroso público de lectores, una trans­cripción diplondtica que c> la que suele acompañar la reproducciún facsimilar de los manuscritos. En !os escriros de L10:-;ARJJO la ortogra­f ía es fantástica, y, a veces, diferente para la misma palabra aludiendo frecuentemente a las parricularidades fonéticas, ya a la pronunciac ión florentina, ya a la milanesa. .\1uchas veces las palabras se unen, otras se separan en dos o más. En general faltan los signos de puntuación o aparecen en lugares donde no corresponden o carecen de sentido. Por ello todos los que han publicado los manuscritos originales han agn:gado a la transcripción diplomática una transcripción racionai separando o reuniendo com·enientememe las palabras, adoptando una ortografía comprensible que se acercara lo m:Ís posible a la de LJo­l'AROO o que, a juicio del transcriptor, se aproximara m;Ís o menos a la ortografía oficial. T ambién los que publicaron colecciones de fragmentos lionardianos, o los han c itado, para ser comprendidos han adoptado transcripciones que presentan profundas Yariacioncs entre sí. En nuestras citas no hemos podido seguir un método único de transcripción. Ello hubiera si do posible de disponer de la colec­ción completa del Corpus Vincianum, a fin de conocer directamente la t ramcripción diplomática, pero en Buenos Aires no estaban a mi disposición sinn muy pocas publicaciones de esa naturaleza. De ahí que debimos tomar muchas Yeces los pasajes de !as colecciones de Sonu o de RIC:HTER o de otros que metbdica o accidentalmente los habían publicado. De esta manera, como ad,·enirnos, no nos fué posible adoptar una transcripción única, basada sobre criterios per­sonales. lo que e\·entua!mentc podremos hacer en otra ocasión, en condiciones más favorables. Y no pudiendo ser satisfactoria una modificación, por nuestra parte, de transcripciones ajenas sin cono­cer los originales, hemos preferido reproducir, salvo algunos casos particulares, las que encontramos en los textos consultados. Por otra parte, esta variedad de transcripciones, si puede chocar al lexi­cógrafo, nn tiene ninguna importancia en el estudio de los aportes científicos de LIONARIJO.

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214 LA "ACADEMIA LEONARDI V/NC/"

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XVIII

FIG. 81. - Xudos de la Sala dclle Asse del Castello Sforzcsco de Milano, con la inscripción "Academia Lconardi Vinci".

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I~DICE AI..F ABÉTICO DE PERSONAS Y OBRAS ANONIMAS

1 Los mí:meros indican los capítulos; A, la AdvertcPcia preliminar)

Abü ai-Barakh, Hibat Allah b. Malka ai-Bagdadi ahad al-Za-man (1096-11 70}: XV.

Achattabriga di Piero del \'ac­ca (que casó con Caterina, madre de Lionardo da V inci): IL

Adams, Frank Dawson ( 1859-1942) : JI.

Agrícola ( = Bauer) , Georg (1494-1555): XI. XII.

Al-Kindl (Ahl\ Ytl ·;nf Y··m'¡l, h. Ishaq h. al-~abbah ) 1 = Alkindus) (m. c. 873): XII, XVI.

Al-Riizl (Abu Bakr ;VIuhammad b. Zakarlya¡ ( = Rhazes): XVI.

Albcrti, Leon Battista (1404-1472): I, III, 1\', V, XI, XII.

Albcrtus de Saxonia ( = Albert de Saxc = Albertuccio ) (1351-1390): XV.

Alcssandro VI (Rodrigo Lan~ol Borja o Borgia) (n. 1431; papa 1492-1503 ): ll.

Alfonso 1 d'Este (n . 1476: du-que de Ferrara 1505-1534) : V.

Alhazcn, véase lbn al-Hanam. Alkatoos (héroe homérico): X. Allori, Angelo ( = il Bronzino)

( -1572 ): JI. Amboise, Charles d', seigneur

de Chaumont (1473-1511): JI Anonimo Gaddiano (s xv1): II. Amonini, G iuscppc ( 1864- ) :

V. Apian ( = Biene,,·itz), Peter

(1495-155 2): XV.

Arcona ti, Galcazzo (s. xvn}: IH. Arconati, Luigi 1\·taria (s. xv11 ):

III, XV. Ares ( = ,\1ars) (dios de la mi­

tología griega): X. Arhimcdes de Sy;akousai (287-

212): XII, XIV, XV. Ariosto, Ludm·ico ( 1474-1533 ):

XVIII. Aristoteles de Stageira (384-

.l12): VII, XI, XV, XVIII. Aristotilc da Bologna, véase

Fioravanti, Aristntile. Arundcl (Count} Thomas Ho­

ward (15 75-1646) : III. Ashburnham (Lord) John

( 1797-1878): III. Avcrlino, Antoni o Fran•esco

( = il Filarete ) (c. 1416-1479) : l. Aviccnna, 7.:éase lbn Slna.

Baader, Joscph \ ' 011 (1763 - 1835): XII.

Babini, José (1897- ) : XV. Bacon, Roger (c. 1214-1294) :

VII, XII, XVI. Baldi, Bernardino (1553-1 617) :

V, XV. Baratta, ~lario (18<'!!-1935): III ,

XI. Barbari, Jacopo de', véase Jaco­

po de'Barbari. Barigozzi, Jacopo, ~·é,1Se Beren­

gario da Carpi.

[215}

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216 LIONARDO DA VJNCI, SABIO

Barkcr (hacia 1765 hizo estu­dios con vista a la turbina ) : XII.

Baroncelli, Bernardo di Bandino ( -1479!: JI, V.

Bcck, Theodor (1839-1917): XII.

Bcckmann, Johannes (17 35-1811 ): XII.

Bcltrami, Luca (l8i4-1933): lll, XIII.

Benci, Antonio di Jacopo, véase Pol/aiuolo ( il).

Bcndidio, Alberto (s. xv1 ) : Ill. Be n e d ett i, Alcssandro ( 1460-

1525): IX. Benedetti, G iovanbattista ( 15 30-

1590): V. Berengario da Carpi ( = Jacopo

Barigozzi) (c. 1470-1 ' 70): X. Beroald, Fran~;ois (s. xv1): XII. Besson, Jacqucs (hacia 1502-des­

pués de 1574) : XII. Biagio (Pelacani) da Parma (m.

1416): XV. Biencw itz, Pctcr, véase Apian. Bilancioni, Guglielmo (1881-

1936) : X. Biringuccio, Vannoccio ( 1480-

1539): l, VI, VII, XI. Bjornbo (hasta 1901 Christen­

scn), Axc! A. (1874-1911): X\i l . Boetius, Anicius ,'\hnlius Seve­

rinus (c. 480-524): VII. Bomhclli, Rafael (en 1550 esta­

ba listo el manuscrito de su Alge­bra, en 1572 fueron impresos los tres primeros libros ): A, XL

Borc a u, Guillaume (' 'notairc" en Amboise en 1519): H.

Borclli, Gian Alfonso (1608-1679): XIII, XV.

Borgia, Cesare ( = il V llienti­uo) (1476-1507): 11, Ill, XII.

Bottazzi, Filippo (1867-1941 ) : lll, IX, X.

Botticclli, Sandro ( = ..\lt:ssan­dro Filipcpi) (ll44-1510) : Il, VIII, IX, X.

Bramah, Joseph (1749-1814): XII.

Branca, Giovanni (1571-1640) : XII.

Bru n e 11 e se hi, Filippo ( 1377-1446) : 1, V.

llrunet, Pierre ( 1893- ) : VII, XV.

Buonarroti, ;\'1 ic he 1 a ng i ol o (1475-1564): I, Il , IX.

Bürgi (o Brrgi), Jobst ( 1552-1632) : XII.

Buridan, Jcan (c . 1300-dcspués de 1358): XV.

Cah·i, Girolamo (1874-1 934): 111.

Ca ne s trini, Gi0vanni (con­remp.) : XII.

Cannizzaro, Sranislao (1826-1910) : A.

Cardan o, Fazio 0444-1524): XII.

Cardano, Gcrolamo ( 1501-1576): A, V, VII , XI, XII.

Carusi, Enrico ( 18i8- ) : III. Casrelli , Bcnedetto ( 1578-1643 ):

XII, XV. Carerina (madre de Lionardo) :

ll. Ca,·erni, Raffacllo ( 183i -1900) :

VII XV C~cco . d'Ascoli ( = Franccsco

Stabil i) (1269-1327): VIIJ, XI. Cellini, Benvenuto (1500-157 1):

Ill, XII. Ccrmcnati, ,\!ario ( 1868-1924):

lll. Ccsalpino, Andrea (1524 ó 1525-

1603 J : XI. Charles IX (n. 1550; r ey de

Francia 1560-1574) : XII. Chrypffs, 1'\'ikolaus, o¡,•éa~e Cu­

sanus. Collconi, Bar ro 1om e o ( 1400-

1475) : II. Colombo, Cristoforo ( = Cris­

tóbal Colón) ( H51 - 1506): l. ~

ÍNDICE AUAHÉTICO 217

Commandino, Federigo (1 509-1565): XIV.

Conti, Angclo (1860-1930): III . Conti, Augusto (1822-1905):

m. Corncr ( = Corna ro ), Alvise

(1412-1464): XV. Corner ( = Cornaro), Marcan­

tonio (del ramo <leila Piscopia) ( 1543- ) : XV.

Cors in i, Andrea (1875- ) : XIII.

Cristo (de Lionardo) : 11. Crocc, Benedctto ( 1866- ) :

Ill, XVIIl. Cusanus, Nicolaus ( = Crypffs

de Kues) (1401-1464) : X, XII, XIV, XV.

D 'Ailly, Pierre ( =Petrus de Alliaco) (1350-1419): XV.

Dalla Porta (o Delia Porra), \~~~~·a~ 11~ at tista (¿ 1535?-1615 ) :

Dalla Torre, Marcantonio ( 1481-1511 ): 11, IX, X.

Da! Pnzzo, Ca ss ia no C15il4-1657): III.

l>alton, John (1766-1844): .-\. Danner, Leonhard (1497-1587) :

xn. D'Aragona, Cardenal Luiggi

(1474- 1519): 11. De Bcatis, Antonio (s. n j xv1):

II, III. Dclahire, (en 1707 ideó

un dispositi,·o para hundir pilote~ en el suelo): XII.

Del Lungo, Cario (conrcmp. ) : VII.

Del Lungo, Isidoro (1841 -1927) : III, XVIII .

Del Monte, Guidubaldo dci l\·1archesi (1545-1607 ): XII, XIV.

De Lorenzo, G:useppc (1871-19 ) : XI.

D escartes, René ( = Cartcsius) (1596-1650) : XI.

De T o ni, Gionn Battista ( 1864-1924) : Vlll, IX.

Deyman, Jan (contemp.) : IX. Dibner, Bcrn (contemp. ): XII. Dijksterhuis, Eduard Jan (1892-

) : XV. Diogcnes La e rt i os ( com:enzos

del s. - 111): XVI. Domcnico Vene z ia n o (!404-

Hó1): V. Dufresnc, RaphaCI (~. xvn) : III. Duhem, Picrrc-Maurice ( 1861-

1916) : III, V, IX, XI, XV. Dürcr, Albrccht (1471-15 28): 11,

VIIJ, IX, X, XII. Duvcrger, (en ló99 ideó

un aparato para rallar limas ) : XII .

Epikouros de Samo:; (341-270) : XVI.

Eukleides de Alexandrcia (fl. c. :;oo a. C.) : XIV.

Favaro, Anto ni o (1847-1922 ) : IIJ. VIl, XVUI.

Fa,·aro, G iuseppe ( 1877- ) : 111.

Fedcrigo U, Hohenstaufcn ( n . 1!94; rey de Sicilia 1198; empe· rador 1212; m. 1250) : XIII.

Feldhaus, Franz :\!aria (1874-): XII, Xlll .

Ferrari, Ludo,·ico ( 1522-1565 ): A , XI.

Fihonacci, o¡,·énse Leonardo Pi­sano. fi /arete ( il), 'l.'énse Avcrlino,

Antonio Francesco. Filiberta di Savoia (esposa de

Giuliano de'Medici) : U. Filipepi, Alessandro, véase Bot­

ticcll i, Sandro. F i ora van ti, Aristotile ( 1402-

:1479? ): l. Focq o Fock (s. xvm ): XII. Forster, John ( 1812-1876) : III. Fohnan, Adolf ;\hurirz ( 1873-

19-lO): III.

Page 8: 18 Lionardo Como Astrónomo

218 LIONARDO DA VINCJ, SABIO

Fourneyron, Bénoit (1802-1867): XII.

Fracastoro, Gerolamo ( ¿1478?-15 53) : XI, XII.

Francesco di Giorgio Martini (o di M.arcino) (1425-1506): l. Fran~ois 1 (n. 1494; rey de

Francia 1515-1547): 11. XVIII. Frantz, V. (contemp.) : XIII. Fréarel, Roland, "sieur" de

Chambray (s. xvn): 111. Freud, Siegmund (1856-1939):

III, XIII. Fumagalli, Giuseppina (com­

temp.) : Ill.

Galenos de Pcrgamon (129-c. 200): V, VII, X.

Galilei, Galileo ( 15'64-1642): I, Tll, V, VII, XI, XII, XIII. XIV, XV, XVI, XVII, XVIII.

Gallc, André (1761-1844): XII. Gavardi, Lclio (s. xv1): III. Gay-Lussac, Jo seph-Louis

( 1778-1850): A. Gerland, Ernst (1838-1910):

XV. G es ner, Conrad (1515-1565):

XL Gherardo de Cremona (c. 1114-

1187): XIV, XV, XVI. Ghibcrci, Lorenzo (1378-1455):

I, V. Giacomelli, Raffaele ( 1878- ) :

Xlll. Gian Pictro (Gonzaga) da Na­

vellara (1469-1515): 11. Gilberc, vVilliam ( 1540-1603):

XT. XII. Gioconda (la) ( = ¿Monna Lisa

del G iocondo? ): 11. Giotto di Bondone (1276-1337):

IV, V, IX. Giovanni dagli Specchi (mecá­

nico de Lionardo da Vinci): IX, XIV.

Giulio 11 ( = G iul iano dell?.

R o.v ere) {n. 1443; papa 1503-1513 ): ll.

Gliozzi, Mario (1899- ): XII.

Goethe (Johann) Wolfgang (1749-1832): IV.

Gonzaga, Gian Francesco III (1466-1510): II.

Govi, Gilberto (1826-1889): Ill, XI.

Grillon, (s. xvmjx1x): XII. · Grothe, H. (s. XIX): lll. Guglielmini, Domenico (1635-

1710): XI.

'Erodotos de Alikarnassos (aprox. 484-425): XL

'Erodotos (contcmp. de Epi­kouros) : XVI.

'Eron de Alexandreia (s. 1 :1. C.): XII, XV.

'lppokrates de Bios (s. v a. C.): XIV.

'lppokrates (11) hijo de 'Era· kleides de Kos (460-¿377?): V .

'lppolytos (Santo) ( -poco después de 235): XI.

'Omcros ( = poemas homéri­cos): X.

Halle, Gcrhard (contemp.): XIII.

Hankin, H. E. (co ntcmp) : XIII.

Hart, Ivor B. (1889- ) : XIII. Harvcy, William (1578-1658):

V, VII. Haupt, (en 1649 ideó un

carro movido por un cabrestan­te): XII.

Haydn, Hans (vivía en Nürn­berg hacia 1576): XII.

Hemmeter, John C. (1864-1931) : III.

H erzfeld, Mari e ( contemp.): III, XVIII.

Hirschberg, Julius (1842-1925): XVI.

1

J 1'

.:.·

INDICE ALFABÉTICO 219

Holl, Moritz (1852- ) : X. Hooke, Robert (1635-1703):

XII. Hopstock, H. (contemp.~: III,

IX. Howard, Thomas, véare Arun­

del (Lord). Huygens, Cristiaan 0629-

1695): V, XII.

Hubays b. al-Hasan aJ-Acsam (s .. Jx): VII. ·

I:Junayn Abu Zayd b. Ishaq al­cibadi (= Johannitius) (c. 809-879): VII.

lbn al-Hay!am (Abu cAJi al­Rasan) ( = Alhazen) (c. 965-ÜJ39): XII.

Ibn Sina (AbU cAJi al-Husayn b. cAbd Allah) (= Avicenna) (980-1037): V, X, XV.

ldomenaios (héroe homérico) : X.

lsabella d'Este-Gonzaga, mar­chesa di Mantova (1474-1539) : II.

Johannitius, véase Hunayn b. Ishaq.

Jordanus de Nemort (Nt.mora­rius) (todos los) (s. iOII ): XV.

Jousse, Mathurin (en 1629 ideó un aparato para tallar limas): XII.

Jürg, Johannes {presunto in­ventor en 15 30 de una máquina de hilar) : XII.

Kamal al-din (Abu ai-Hasan) al-Farizi (m. c. 1320): XII.'

Kant, Immanucl {1724-1804) : XVIII.

Kepler, Johannes (1571-1630) XVII.

Kundmann, (s. xvm): XI.

Lana (Terzi), padre Francesco 1631-1687): XIII.

Langius, (s. xvu/xvm): XI. Latini, Brunetto (c. 1200-1293) :

XI. La v oisier, Antoine-L aurent

(1743-1794): A. Le Bourgeois, Mann (s. XVI/

XVII) : XII. Leicester (Lord) (s. XVII) : m. Lenormand, Sébasrien (en 1781

ideó un paracaídas) : XII. Leone X (= Giovanni de'Me­

dici) (n. 1475; papa 1513-1521): 11, XII.

Leoni, Pompeo ( -1610): III. Levi bcn Gerson (= Leone de

Bannolas) (1288-1344): XII. Libri, Guglielmo Bruto Icilio

Timoleone, conre Carrucci della Sommaia (1803-1869): III, XIV.

Lilienthal, Otto (1848-1896): XIII.

Lippert, Julius (1839-1909): XVI. .

Lippi, Filippino (1458-1505) : II. Lomazzo, Gian Paolo (1538-

1588): XIV. Lorena (casa de): XII. L o renzo il Magmfico, vé.1se

Medíci, Lorenzo de'. Lorenzo di Credi ( = Sciarpel­

loni) (1459-1537): Il. Loria, Gino (1862- ) : XII. Lorini, Buonaiuto (1540- ? ) :

XII. Louis XII (n. 1463; rey de

Francia 1495-1515): Il. Louis XIII (n. 1601 ; rey de

Francia 1610-1643): XII. Lucretius Carus, Titus (entre

99 y 95-c. 55): XVI. Ludovico (Sforza) il Moro

(1451-1510): II, Ill, V, XIV. Ludwig, Heinrich (1829-1897):

III, XII. L y tton-Bulwer, Edward

(=Lord Lytton) (1803-1873): III.

Page 9: 18 Lionardo Como Astrónomo

220 UONARDO DA VINCI, SABIO

Mach, Ernst (1836-1916): XV. Machiavelli, ::"\Ticcolo (1469-

1527): JI. Mac Curdy, Edward (1871- ) :

III. Me ;\'lurrich, J. PIJyfair (1859-

1939): IX, X. Mag alháes, Fernáo (¿1480?-

1521): l. Maggiore, Ambrogio (s. xv1 ) :

XIV. Maggiore, Dionig; (s. xv1) :

XIV. Mantegna, Andrea (1431-1505) :

IX. Manzoni, Giacomo (s. XIX):

III. March, R. (en 1784 ideó un

aparato para hacer cuerdas) · XII. Marchena, José (=el Abr.te

Marchena) (1768-1821): XVI. Marcolongo, Roberto (181;~ -

1943 ) : III, XII, XIV, XV. Marey, Étienne-Jules (18>0-

1904): XIII. Margherita di Sa\'OÍs , regina

d'ltalia ) ( 1851-1926) : JII. Mariano Jacopo da Siena ( = il

Taccola ) (1361-antes de 1456): l. i\1arius, Caius (!57 -96) : VI. Marsilius de lnghen ( -139-f):

XV. Martclli, Piero di Baccio (con­

temp. de Lionardo da Vinci) : III.

Masaccio ( = Tommaso Guidi della Seheggia) (1402-1429) : IV, V, IX.

Masini, T ommaso da Peretola ( = Zoroastro) (mecánico de Lío­nardo da Vinci): H.

Miistlin (o Mostlin) , Michael (155(}-1631) : XVII.

Maurolyco, Francesco (1494-1575) : XII, XIV.

Mazenta, G i ovan ni Amhrogio (1565-1635 ) : III.

:VIedici, G i ovan ni de', véase Leone X.

Medici, Giuliano de' (1453-1478): 11.

;\ledici, Giullano de' (1478-1516) : 11, Ill.

Medici, Lorenzo de' ( il Magni­fico) (1446-1494) : ll .

Medici (los) de Firenze: 11. ~:lelzi (G iovan) France>co de

0491-1568) : 11, lll, XIV. Melzi, Orazio de (s xv1) : III. i'llcrejkowski, Dmit r i (181}5-

1941 ) : Xlll. ;\'1 ichclangiolo, •¡;éase Buonarro-

ti, M. !\lieli, Aldo (1879-1950): passím. fVIigliorotti, Atalante (s. xv): 11. Millosevich, Elia (1848-1919):

XVII. Mond, Sir Robert ( contemp.):

III. Mondino, de'Luzzi (c. 1270-

1320) : IX. Mümz, Eugene (1845-190?.) : III.

:--:apoléon I ( = Napoleone Bo­naparte ) ( 1769-1821): III.

1\'ikomaJ!os de Ger:;.~a (s. 11):

VII. ::-..Tewton, Isaac (1643 , calend.

greg.-1727) : V, XII . Noé (el patriarca bíblico):

XII.

Olivi, Petrus Joh anni s 1298) : XV.

Olschki, Leonardo ( 1885- ) : V, XV, XVIII.

Orrsme, ~ í e o 1 e ( 1313-1382): XV.

O r ige n es ( ¿de Alexaodreia?) (185-254): XI.

Ortiz, Te o doro ( conremp.) : XII.

Ortiz y Sans, José (s. XIX):

XVI.

/NJ)[CE ALFABÉTICO 221

Pacíoli (o Paciuolí) , Luca (c. 1445-1514): 1, 11, III, IV, V, X, XIV, XV.

Palissy, Bernard ( ¿1510?-1589): VII, XI.

Palladio, Andrea (1513-1580): IV.

Papnurio (Don) (c. del s. XIV) :

XII. Pappos de Al.exandreia (s. m/

!Y) : XV. Paracclsus ( = Philippus Aureo­

lus Theophrastus Bomb as t v o n Hohenheim) (1493-1541) : V I. Vil.

Pascal, Blaise (1623-1662) : XII, XV.

Pazzi, Francesco ( 1444-1478) : ll. Peckham, John (1228-1 291 ) :

xn. xvr. Pelacani, Biagio, v éase lliagio c':t

Parma. Péladan, Joséphin ( =Le Sar)

( 1859-1918): III. Perugino (il! ( =Pictro Van­

nucci) 0446-1524) : ll. Peschel, (s. xvm) : XII. Petrus Peregrinos de i\1aricourt

(su Epistola de Ma¡;rnete es de 1269) : VII.

Physiologus: VIII. Pieraccini , Gact~no (18C4-

19 . . ) : III. Pie ro della F::anccsca ( ¿1406?-

1492): 1, 11, V, JX. Piero di Bartolomeo da Vinci

(cura que bautizó a Líonardo) : ll.

Pirraluga, J'VIario (contemp.): 11. Piumati, Giovanni ( -1916) :

III, X. Piaron ( = Arísroklcs) de Ate-

nai (428-348): XIV. -Plinius Secundus, Caius (23-79):

XI. Plumier, Charles (1646-1705 ) :

XIV. Poggi, G i ovan ni ( contemp.) :

IV.

Polhem, Christopher (1661-1751) : XII.

Pollaiuolo (il) ( = Antonio di Jacopo Benci) ( 1433-1498) : V .

Poussin, Nicol as (1594-1665) : 111.

Prolcmaios, Klaudios (hizo ob­servaciones astronómicas entre 127 y 151): IX. Py~agoras de Samos (fi. aprox.

53 2-497 ) : VIl.

~ilon de Byzantion (s. 111 a. C.) : XII.

~iloponos ( = h,annes de Kai­sareia) (fl. c. 517) : XV.

R accolta Vinciana: 111. Raffaello, v éase Sanzi o, Raf­

faello. R a m clli, Agostino ( ¿1531?-

1590): XII. Ravaisson-:VI o llicn, Charles

(1849- ) : Ill. R e mbrandr, Harm enszo on

(1606-1669): IX. Renicri, Vince!1zio ( 1606-1647 1:

XV. Rcssel, Joscph (en 1826 aplicb

la r ueda hidráulic4 ): XII. Resta, Ricardo (1912- ) : ll. Reymond, ;\1arcel (s. x1xj xx ; :

III, V . R haz es, v éase Al-Razl (A bu

Bakr). Riccioli, Giovan Battisra ( 1598-

1671): XVII. Richter, Jean-Paul (1847-1937) :

111, XVIII. Richter, Gisela X A. (hi ja de

Jean-Paul ) : III. Richter, Irma A. (hija de Jcan­

Paul ): 111 . Richter, J e remí as Benjamín

(1762-1807) : A. Risner, Fricdrich ( - 1580) :

XII. Ristoro d'Arezzo (publica en

Page 10: 18 Lionardo Como Astrónomo

222 LIONARDO DA VINCI, SABIO

1282 su Composizione del mon­do): Xl.

Robusti, Jacopo, véase Tintoret­to (il).

Rossel, Joseph ( - ) : XII. Rossi , Attilio (contemp.):

III. Rouveyre, Édouard (s. x1xj xx):

lll. Rubeis, G. de ( = ¿Gerolamo

de Rossi, 1539-1607?): XII.

Sabachnikoff, Theodor (s. XIX/ xx) : lll.

Salaí ( = Gian Giacomo dei Caprotti) (ayudante de Lionardo da Vinci (1484-1523): II.

Santaló Sors, Lt•is (contemp.): XIII.

Sanzio, Raffaello (1483-1521 ) : IX.

Sarton, George (1884- ): XIV, XVIII.

Schurmann, Paul F. (1895- ) : XV.

Schuster, Fritz ( 1882- ) : XV. Séailles, Gabriel (1852-1922):

m. Semenza, Guido (1868-1929):

III, XII. Sencca, Lucius Annaeus (3 ó 4

a . C.-65) : XI. Sesto U 1 ter i ano, Alessandro

Teodoro de'Marchesi di (1694-1763) : III.

Sforza, Francesco l (n. 1401 ; duca di Milano 1450-1466) : 11, III, IV, IX.

Sforza, Gian Galeazzo Maria (n. 1469; duca di Milano 1476-1494): II.

Sforza, Ludovico, véase Ludo­vico il Moro.

Signorclli, Luca (1441-1523): IX.

Singer, Charles (1876- ): VIII, IX.

Sol mi, Arrigo ( 1873- ) : III.

Solmi, Edmondo (1874-1912): III, XVI.

Speeckle, (s. xv1): XII. Spinazzola, Vittorio (1863- ) :

lli. Stabili, Francesco, véase Ceceo

d'Ascoli. Steenson, Niels ( =Niccolo

Stenone = Nicolaus Steno): XI. Stevin, Simon ( 1548-1620): XII,

XV. Strada, Jacopo (1515-1588):

XII. Strada, Ottavio (hijo de Jaco·

po): XII. Straton de Lampsakos (m. c.

270 a. C.): VII.

Tannery, Paul (1843- 1904): XI. Tartaglia, Niccolo ( ¿1499'-

1557): A. I, V, XV. Thibault, Jacques-Anatole, véa-

se France, Anatole. Tiziano, véase Vecelli. Tideus (autor árabe): XVI. Toscanelli, Paolo Da! Pozzo

(1397-1482): XIV. Truvulzio, Gian Giacomo

( 1440-1518): III, IV.

Tabit b. Qurra (Abii al-Hasan ) b. -Manv·an al-Harrani (827-901): XV. -

Teoprastos de Eresos (c. 372-c. l88): VII, XI.

Usher, Abbot Payne ( 1883- ) : lll, XII.

Uziclli, Gustavo (183 9-1911 ) : I, lll.

Valerio, Luca ( ¿1527?-1618): XIV.

Valery, Paul (1877-1941): III. Valla , Giorgio (1430-1499) :

XIV. Vallentin, Antonina (contemp.):

111.

INDICE ALFABÉTICO 223

Vallisnieri (o Vallisneri) , Anto­nio (1661-1730) : XI.

Vangesten, Ove C. L. (con­temp.) : III.

Vannucci, Pietro ( = il Perugi­no) (1446-1523): 11.

Varchi, Benedetto (1503-1565): VII.

Vasari, Giorgio (1511-1574): 11, III, IV, IX, XVIII.

Vaucanson, Jacques de (1709-1782): XII.

Vecelli, Tiziano (1477-1576): 11.

Vemuri, Adolfo (1856-19 .. ): III, IV.

Vemuri, Giovan Battista ( 1746-1822): III.

Venturi, Lionello (contcmp.): IV.

Veranzio, Fausto (1551-después de 1616) : XII.

Verga, Ettore (contemp.): III. Verrocchio, Andrea del (1432-

1488): 11, V, IX. Vesalius, Andreas ( = André

Vésale) (1514/ 15-1564) : IX. Vinci, Antonio da (abuelo de

Lionardo) : II.

Vinci, Piero da (padre de Lío­nardo) (1429-1504): 11.

Vitelli, Vitellozzo, cante di Montone ( -1502/ 3): 11.

Vitruvius Pollio, Marcus (fl. c. S. 1): XII.

Vogl, Sebastian (contemp.): XVI.

Volta, Alessandro (1745-1827): A.

vValzer, R. (contemp.) : VII. Werner, Otto (1872- ) : XII,

XV, XVI. W i edema n n, Eilhard (1852-

1931): XII, XV. Witelo (= Vitcllio = Vitelio)

(c. 1230, poco después de 1278): XII, XVI.

Xenopanes de Koloppon (fl. c. 540 ;, C.): XI. --

Zanca, Vittorio (c. 1570-1602) : xn.

Zoroastro, véase Masini, Tom­maso.

Zuñiga, Eduardo García de (1870- ) : lll.