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¡Qué pasen adelante!: La expresión de una sociedad del espectáculo y un talk show peruano Presentada como parte del curso Investigación Académica, EEGGLL, PUCP Ángela Priscilla Gutiérrez Cuadros 20105524 Sección 0676 - Comisión 0816 [email protected] Resumen El presente trabajo de investigación, relacionado con el área de comunicaciones y con el consumo de los medios de comunicación masivos, expone el interés por conocer cómo se expresa una sociedad del espectáculo dentro de la teatralización de la realidad cotidiana de los programas televisivos conocidos como talk shows, de tipo “hard”, en el Perú de la década de los noventa. Esta problematización tiene como respuesta propuesta a que la teatralización de la realidad de los talk shows “hard”, con enfoque en el programa ‘Laura en América’, es una expresión de una sociedad del espectáculo al banalizar los contenidos de estos programas televisivos y representar, popularizar el estilo de vida del sector subalterno del Perú de los noventa. Para la propuesta señalada, se ha planteado la siguiente orientación con la cual se pretende llegar a ella: en el primer capítulo, se definirán y describirán los conceptos principales dentro de la investigación así como su contenido de acuerdo a ciertos contextos con los que se pueden relacionar. Por último, en el segundo capítulo, se demostrará la relación entre conceptos e ideas que, en conjunto con el análisis correspondiente, se confirmara lo propuesto como respuesta, que es el fin de la monografía.

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¡Qué pasen adelante!: La expresión de una sociedad del espectáculo y un talk show peruano

Presentada como parte del curso Investigación Académica, EEGGLL, PUCP

Ángela Priscilla Gutiérrez Cuadros

20105524Sección 0676 - Comisión 0816

[email protected]

Resumen

El presente trabajo de investigación, relacionado con el área de comunicaciones y con el consumo de los medios de comunicación masivos, expone el interés por conocer cómo se expresa una sociedad del espectáculo dentro de la teatralización de la realidad cotidiana de los programas televisivos conocidos como talk shows, de tipo “hard”, en el Perú de la década de los noventa. Esta problematización tiene como respuesta propuesta a que la teatralización de la realidad de los talk shows “hard”, con enfoque en el programa ‘Laura en América’, es una expresión de una sociedad del espectáculo al banalizar los contenidos de estos programas televisivos y representar, popularizar el estilo de vida del sector subalterno del Perú de los noventa. Para la propuesta señalada, se ha planteado la siguiente orientación con la cual se pretende llegar a ella: en el primer capítulo, se definirán y describirán los conceptos principales dentro de la investigación así como su contenido de acuerdo a ciertos contextos con los que se pueden relacionar. Por último, en el segundo capítulo, se demostrará la relación entre conceptos e ideas que, en conjunto con el análisis correspondiente, se confirmara lo propuesto como respuesta, que es el fin de la monografía.

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IntroducciónEl ámbito de las comunicaciones abarca diversos y complejos temas relacionados con la sociedad, el

consumo y el impacto de los medios de información en la vida cotidiana de las personas. Por ello, resulta necesario estudiar y averiguar sobre estos procesos. La presente investigación tiene como foco de interés la televisión y su relación con la sociedad. Evidentemente, el tema a desarrollar está incluido en el área de comunicaciones por el hecho de que trata sobre el consumo, por parte de los peruanos durante los noventa, de los talk shows; y, específicamente, sobre cómo la sociedad del espectáculo se vio expresada en la teatralización de la realidad de esos programas televisivos. En efecto, los talk shows tuvieron su mayor apogeo en nuestro país durante la década de los noventa, convirtiéndose así en un fenómeno social y cultural con gran repercusión e influencia, sobre todo, en las masas populares. Por tanto, es preciso analizar su contenido y la relevancia que este tuvo en el consumo mediático y en los medios de comunicación.

La principal razón –o motivación- para realizar esta investigación radica en que no se suele establecer una relación directa entre la consolidación de una sociedad del espectáculo y los talk shows. Asimismo, el enfoque presente en este tema, al igual que la problematización, deriva del interés por conocer la relación entre dos fenómenos y, de esta manera, dar otro sentido a lo que sucede en la historia de la sociedad de un país, en este caso, la peruana, para lograr su propia conciencia y desarrollo.

Es preciso añadir que para esta investigación, la metodología o estrategia a ser empleada es una en la cual se basa en la búsqueda de materiales bibliográficos de diversos autores que sirven de ayuda a través de sus contenidos para poder confirmar los objetivos que conllevan a la hipótesis o respuesta tentativa del trabajo.

Los objetivos o finalidades del desarrollo del trabajo son uno, en general (objetivo general), que es expresado en el trabajo completo como la hipótesis principal, el cual es analizar la expresión de la sociedad del espectáculo en la teatralización de la realidad de los talk shows “hard” al banalizar sus contenidos y representar la cultura del sector subalterno del Perú de los noventa. Asimismo, se cuenta con otros dos objetivos que serán desarrollados en un primer y segundo capítulo correspondientemente, por separado, como soporte del principal. La distribución de los temas será justamente en estos capítulos, de acuerdo a la estructura de la investigación, los cuales se señalaran a continuación. Además, en estos dos últimos objetivos específicos mencionados, se encuentran cuatro sub-objetivos y un sub-sub-objetivo.

En el primer capítulo, se explicará el contenido de un talk show de tipo “hard” en relación a una sociedad del espectáculo. Se recurrirá a definiciones operativas sobre los fenómenos ya mencionados (talk show y sociedad del espectáculo). Se definirá talk show de tipo “hard” (inscrito dentro de lo que es un reality show) y sus características principales. Asimismo, se describirá lo que es una sociedad del espectáculo y lo que contiene de acuerdo a diversos autores y su relación con los medios de comunicación.

Por último, en el segundo capítulo, se expondrá la banalización de los contenidos de los talk shows y popularización y representación de la cultura chicha como expresión de una sociedad del espectáculo. Se mostrará la relación entre la teatralización de la realidad de los talk shows de tipo “hard” peruanos, en específico el de Laura Bozzo: ‘Laura en América’, y una sociedad del espectáculo, en la década de los noventa. En esta última parte, se explicara la popularización del estilo de vida del sector subalterno peruano de los noventa a través de los talk shows. Un tema esencial es este, el de la cultura chicha peruana y también el del boom de la programación televisiva peruana. Igualmente, se mostrara la manera en que la teatralización de la realidad conduce a la trivialización del contenido televisivo de los talk shows ‘hard’ peruanos en la década de los noventa donde se profundizara la realidad peruana de este periodo con lo anterior desarrollado.

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Capítulo 1

El contenido de un talk show de tipo “hard” y una sociedad del espectáculo

Al abarcar fenómenos como el talk show o la sociedad del espectáculo es necesario señalar que sus contenidos, formas, se pueden estudiar desde varios enfoques como, por ejemplo, el antropológico o el filosófico. En este capítulo, se definirán y describirán los dos fenómenos ya mencionados desde un enfoque cultural en relación con la disciplina de ciencias de la comunicación.

Un talk show es un programa, género de televisión. De acuerdo a Imbert: “el talk show, como su nombre lo indica, es antes que nada una espectacularización del habla” (2003, 123). Una espectacularización que se forma con la visibilización, a veces desmedida, de la intimidad de sus participantes- característica principal en estos programas. Como se puede observar, lo que es un espectáculo está relacionado con los talk shows, esto es puede ser debido al cambio radical que hubo en el formato de la televisión de mano con el inicio de la época de la posmodernidad.

No obstante, el otro fenómeno que se estudia no es el del ‘espectáculo’ sino el de la sociedad del espectáculo, que de acuerdo al filósofo Guy Debord, se refiere a:

… la sociedad industrial moderna, donde ha triunfado el capitalismo y la clase obrera ha sido (por lo menos temporalmente) derrotada, la alienación –la ilusión de la mentira convertida en verdad- ha copado la vida social, convirtiéndola en una representación en la que todo lo espontáneo, auténtico y genuino –la verdad de lo humano- ha sido sustituido por lo artificial y lo falso. En este mundo, las cosas –las mercancías- han pasado a ser los verdaderos dueños de la vida, los amos a los que los seres humanos sirven… (Vargas Llosa 2012: 24)

Debord aunque con su tesis se refería a un aspecto económico y filosófico de la sociedad no previó que, desde un aspecto cultural, social, es completamente correcta en la sociedad posmoderna del siglo XX. En lo que acertó fue, exactamente, en señalar que una sociedad del espectáculo parte de esta alienación, lo que lo hace característico, que más bien es una ilusión de la realidad. Y así, sus hipótesis parecen ser una perfecta radiografía de la sociedad posmoderna.

Investigaciones similares a las de Debord fueron hechas en los años siguientes probando el valor de alienación en la posmodernidad: “El 1979 y el 1980 han sido los años en los que, mientras se teorizaban algunas novedades ya maduras, surgían los primeros interrogantes sobre otras novedades, si así puede decirse, más nuevas. Las novedades maduras concernían a una sensible evolución en el concepto de espectáculo: un fenómeno de los años setenta” (Eco 1986: 233). Por lo tanto, partiendo del trabajo de Debord, influyó en otros autores como Jean Baudrillard, un gran seguidor de su trabajo, quien desarrolló varias investigaciones en torno a los temas de la hiperrealidad y análisis de la cultura posmoderna: “En este capítulo Jean Baudrillard va a desarrollar la idea del Simulacro como fenómeno que atraviesa a las sociedades contemporáneas y que se caracteriza por el surgimiento de la hiperrealidad, la simulación, la confusión entre signo y sentido, siendo que el primero elimina al segundo...” (Ruiz 2011: 3). Por ‘simulacro’ se refiere a este cambio radical que también observo Debord años anteriores pero que es más actual al surgimiento de los programas televisivos tipo reality show. Lo que aporta Baudrillard es el término de hiperrialidad:

Esta realización de un satélite en vivo, en un espacio cotidiano, in vivo, corresponde a la satelización de lo real, lo que llamo el <<hiperrialismo de simulación>>... Ahora comienza la era de la hiperrialidad. Lo que quiero decir es esto: aquello que se proyectaba psicológica y mentalmente, lo que solía vivirse en la tierra como metáfora, como escena mental o metafórica, a partir de ahora es proyectado a la realidad, sin ninguna metáfora, en un espacio absoluto que es también el de la simulación... La televisión es la prefiguración más directa de esto. (Baudrillard 2008: 190)

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Esta descripción sobre hiperrialidad lo enfoca Jean, a lo largo de sus trabajos, con respecto a los medios de comunicación y cómo estos han logrado que el espacio privado y público no sean más uno un secreto y el otro un espectáculo: “Ahora esta oposición se diluye en una especie de obscenidad donde los procesos más íntimos de nuestra vida se convierten en el terreno virtual del que se alimentan los medios de comunicación” (Baudrillard 2008: 193). Todo apunta a que el principio del que desarrollaba Debord sobre la alienación ha evolucionado ahora y la sociedad posmoderna vive en esta hiperrialidad. Pero es exactamente esta hiperrialidad lo que hace a los programas televisivos como los talk shows un espectáculo. Baudrillard señala que la obscenidad pone fin a la representación, espectáculo pero dentro de lo que se expondrá en este trabajo se reflejara que la obscenidad dentro de ellos no es siempre pura, libre de secretos. Aún se vive en una sociedad del espectáculo y en especial al ver como estos shows lograron su éxito.

Por otro lado, para entender mejor lo recién expuesto tenemos que definir el fenómeno talk show, programas tipo reality show, variantes de estos, según Vargas Gutiérrez:

Como podrá observarse, el Reality Show tiene una serie de variantes. Mejor dicho, de él se desprenden varios productos que van desde los programas en donde se resalta los actos heroicos o dolosos de la gente común, el seguimiento mórbido de los problemas o líos de algunas celebridades, hasta la transmisión en directo de las discusiones políticas o parlamentarias. El Talk Show, por tanto, se inscribe dentro de este tipo de producto televisivo. Por basarse en temas de la realidad, desde los más sórdidos hasta los de amplio interés político, con los actores “reales” y transmitirse “en vivo”, algunos prefieren llamar a este género el Reality Programming, Reality Life, Reality TV o Reality Show; es decir, “programas o televisión de la realidad”. (Vargas 2000: 59)

En los siguientes sub-capítulos se detallara más a fondo lo que son los reality shows, pero antes es necesario mostrar que los talk shows están inscritos dentro de estos y así heredan ciertas características como la hiperrialidad que Baudrillard expone: “La pérdida de la ilusión como posibilidad, el poder como productor de signos de su realidad, los reality show de los años setenta, convertidos en hiperreality shows: la televisión que nos ve, los mass media como ‘una especie de código genético que conduce a la mutación de lo real en hiperreal’” (Ruiz 2011: 3).

En síntesis, se concluye que hay una estrecha relación entre los dos fenómenos ya mencionados que, en los siguientes subcapítulos, se desarrollaran detalladamente su contenido y formación históricamente sustentando lo ya señalado.

Subcapítulo 1.1.: El concepto de sociedad del espectáculo

El término ‘sociedad del espectáculo’ fue usado por primera vez en 1969 por el escritor Guy Debord para el análisis de la sociedad capitalista moderna en su obra llamada ‘La sociedad del espectáculo’, en donde, como tesis principal, describía la alienación que había sufrido el hombre por los objetos materiales y el empobrecimiento del ser del hombre:

La alienación del espectador en beneficio del objeto contemplado (que es el resultado de su propia actividad inconsciente) se expresa así: cuanto más contempla menos vive; cuanto más acepta reconocerse en las imágenes dominantes de la necesidad menos comprende su propia existencia y su propio deseo. La exterioridad del espectáculo respecto del hombre activo se manifiesta en que sus propios gestos ya no son suyos, sino de otro que lo representa. Por eso el espectador no encuentra su lugar en ninguna parte, porque el espectáculo está en todas. (Debord 1967: 16)

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Asimismo, Vargas Llosa basándose en las ideas de Debord explica esta idea: “Asimismo, su afirmación de que, en un medio en el que la vida ha dejado de ser vivida para ser solo representada, se vive 'por procuración ', como los actores la vida fingida que encarnan en un escenario o pantalla. 'El consumidor real se torna un consumidor de ilusiones (proposición n.° 47)” (Vargas Llosa 2012: 25-26).

Como Vargas Llosa en su libro ‘La civilización del espectáculo’, en esta parte de la monografía, se ampliará la definición del concepto de sociedad del espectáculo en relación a lo cultural, es decir, describir la cultura de la sociedad espectáculo desde la década de los ochenta y noventa. Con más enfoque en cómo fue la sociedad del espectáculo en los noventa debido a que esta fue la década cuando los reality shows tuvieron su mayor apogeo.

En primer lugar, es necesario exponer la descripción de la cultura del espectáculo en una década más contemporánea como la que da Joan Ferrés:

Se habla de cultura del espectáculo para referirse a la cultura popular, que convive, para bien y para mal, con la cultura oficial. En algunas ocasiones se potencian o se complementan, en otras se contraponen, en muchas se ignoran… La mayor parte de los ciudadanos (particularmente los más jóvenes) están más expuestos a la cultura del espectáculo que a la cultura oficial. Y –lo que es más importante- les seduce mucho más. (Ferrés 2000: 20)

Ferrés al mencionar el termino de cultura oficial, se refiere a la cultura como se entendía antes, tradicionalmente, asociada a actividades intelectuales, artísticas y literarias de antaño, antes que comenzara el apogeo de los medios de comunicación masivos: “Hoy, gracias a la televisión, al video y a las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación, el ciudadano tiene acceso en su propia casa a cualquier tipo de espectáculo, a cualquier hora del día y de la noche. La televisión fagocita toda clase se espectáculos, desde el cine hasta el teatro hasta los conciertos, los deportes, los toros o las variedades” (Ferrés 2000: 20-21). Gracias a la televisión, donde se transmiten los talk shows, las personas se entretienen, satisfacen sus deseos de diversión por cierto periodo, las personas dejaron de lado otras formas de diversión ya que la televisión transmite estas también como, por ejemplo, una obra de teatro o un concierto de ópera. Es una nueva era en la que todo lo que buscamos es un espectáculo y lo podemos encontrar siempre a través de una pantalla.

Por otra parte, las características principales de una sociedad del espectáculo mencionadas desde la obra de Debord y presentes hasta la década de los noventa son, aparte de la alienación, la realidad como fuente de espectáculo:

Las imágenes que se han desprendido de cada aspecto de la vida se fusionan en un curso común, donde la unidad de esta vida ya no puede ser restablecida. La realidad considerada parcialmente se despliega en su propia unidad general en tanto que seudo-mundo aparte, objeto de mera contemplación. La especialización de las imágenes del mundo se encuentra, consumada, en el mundo de la imagen hecha autónoma, donde el mentiroso se miente a sí mismo. El espectáculo en general, como inversión concreta de la vida, es el movimiento autónomo de lo no-viviente. (Debord 1969: 124)

Esta característica es muy importante ya que está relacionada estrechamente a los talk shows, y tipos de programas parecidos a estos de la televisión que no generan más que espectáculo tras espectáculo, imagen tras imagen: “A la capacidad fagocitadora de los espectáculos convencionales y de lo que la realidad tiene de espectáculo, la televisión añade sus propios espectáculos, los específicamente televisivos: reality shows, concursos… Y, de esta forma, acaba por convertir en espectáculo todo lo que pasa por sus manos” (Ferrés 2000: 21).

Ahora bien, de estos temas de la alienación y la realidad como espectáculo, antes se habían mencionado para mostrar lo investigado por Jean Baudrillard que los denomina base de la hiperrealidad, lo que la permitió. Pero con respecto a lo que se quiere demostrar, el concepto de hiperrialidad es característico de la sociedad del espectáculo posmoderna ya que sirve como factor de la producción de los

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talk shows y su apogeo ya que consigue la unión del espacio privado con el público y esto lo convierte en un espectáculo:

Esta visibilización de la intimidad desemboca frecuentemente, en el TS, en una espectacularizacion que raya con la exhibición. Debido al formato mismo (literalmente el hacer del habla un espectáculo) y a la capacidad de la neo televisión de crear espacios híbridos, lo más privado se publicita, lo íntimo se ventila, el tabú se verbaliza y lo escabroso se visibiliza, todo ello dentro de una dilución generalizada de todas las categorías, en particular, en términos simbólicos, de aquellas que delimitan y ordenan nuestra relación con el mundo estructurándose en torno a la oposición canónica entre lo público y lo privado. (Imbert 2003: 124-125)

Asimismo, otra característica que tiene es la mediatización social por imágenes: “El espectáculo no es un conjunto de imágenes, sino una relación social entre personas mediatizada por imágenes (Debord 1969: 4).”Esta característica se puede observar gracias al surgimiento de la pantalla, televisión, en el mundo y que ocasiona que la palabra pase a segundo plano.

Retomando la contraposición de Ferrés entre una cultura oficial y otra popular, solo ejemplifica otra característica de la sociedad del espectáculo que es la pérdida del concepto de valor tradicional de un ‘producto’ ya que ahora se considera valioso lo que vende y no importa qué clase de contenido tenga: “El único valor es el comercial. La desaparición de la vieja cultura implico la desaparición del viejo concepto de valor. El único valor existente es ahora el que fija el mercado” (Vargas Llosa 2012: 32). Es así que, un producto vende más si es parte de un estilo de vida espectacular. Es decir, por ejemplo, adelantándonos a nuestro objetivo principal, que se expondrá más a fondo en el capítulo dos, en la década de los noventa en el Perú, los talk shows eran el producto y el estilo de vida era el de la cultura chicha. Esta abarcaba todas las esferas de entretenimiento como la música, el cine, la literatura o más bien la prensa. Este vendía más, tenía más valor por lo que ejemplificaba a la sociedad de la cultura chicha, la cual en este periodo tuvo su mayor desarrollo. Por ello, los talk shows tuvieron un gran éxito y los medios de comunicación lo promocionaban pero faltaba un criterio de valor. Esto se verá en el segundo capítulo.

Por otro lado, del nuevo sentido del valor de los objetos sobresale lo efímero que es. Esta idea es compartida por Frederic Martel y Vargas Llosa: “La diferencia esencial entre aquella cultura del pasado y el entretenimiento de hoy es que los productos de aquella pretendían trascender el tiempo presente, durar, seguir vivos en las generaciones futuras, en tanto que los productos de este son fabricados para ser consumidos al instante y desaparecer, como los bizcochos o el popcorn (Vargas Llosa 2012: 31)”.

En suma, las características descritas a lo largo de esta parte del capítulo sobre la sociedad del espectáculo van a ser retomadas en la primera parte del segundo capítulo para sustentar el objetivo general de la monografía, aunque, algunas de estas van a ser retomadas a continuación al discutir el contenido de los talk shows.

Subcapítulo 1.2.: El talk show de tipo “hard” en la sociedad del espectáculo

Al definir lo que es un talk show, según lo que ya mencionamos: que son variantes de los reality shows es conveniente definir ahora lo que son estos últimos, qué los hace únicos ya que así se conocerá lo que influye en los talk shows:

El reality show, una producción de bajo costo, que no tiene punto de comparación con las representaciones costosas de los programas de ficción, y que brinda a cada individuo (capaz de contar bien su historia) la posibilidad “de ser célebre por un cuarto de hora” (publicitaria intuición de A. Warhol), es considerado actualmente el fenómeno que representa “el cambio de institución televisiva en relación con el nuevo protagonismo de la gente común”... El espacio de la

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mediación entre la televisión y la gente común es lo que se denomina reality show. (Shardin 2001: 60)

Además de tener una función intermediaria con el público que se puede observar en, como ya mencionamos, la relación que tienen los talk shows con un estilo de vida, hay otras características que Shardin comenta como la demanda de credibilidad en la información, el rescate de la oralidad, la manipulación por parte de los espectadores, la fechoría y mediatización de la carencia: democratización de la cultura, y la defensa por la verdad (Shardin 2001: 61-62). Todas se pueden ver reflejadas en los talk shows, pero no siempre la credibilidad de la información así como la defensa por la verdad, en especial, en los talk shows de tipo ‘hard’ peruanos. Cabe recalcar que se analizaran los talk shows peruanos de la década noventa por lo que antes de mencionarlos se debe mencionar las características principales que podemos observar, en general, en estos programas televisivos: Un talk show en su autenticidad, en que lo hace diferente al formato de un reality:

a) suele tratar casi siempre de cuestiones sociales (<<Mujeres maltratadas>>, <<Desaparecidos>>) o personales (<<Mi marido me abandono>>, <<He sido infiel>>);

b) se requiere la participación del público y/o del espectador (mediante su presencia en el estudio o por teléfono);

c) se estructura en torno a la <<autoridad moral>> de un conductor (<<No. No te vas a suicidar>>, le dice tajantemente Ana Rosa Quintana en Sabor a ti a un travesti que ya no puede soportar más la prostitución);

d) su audiencia es mayoritariamente femenina (hasta un 70% de mujeres en España);

e) se emiten en franjas diurnas (mañana o tarde). (Imbert 2003: 123)

Las primeras cuatro características son sumamente importantes debido a que son las que más caracterizaron a los talk shows en el Perú aunque también hay otras particularidades propias de los nacionales que se mencionaran más adelante.

A lo largo de la historia de los talk shows se los han menospreciado tanto como se ha tratado de fomentar su valor útil dentro de la sociedad. Por un lado, debido a que lo que los espectadores de estos programas les interesa más el deseo de ver en pantalla la ventilación de la vida privada de la gente de la vida real, se cree que es amoral disfrutar de este goce:

Sin embargo, este interés actual por la gente ha sido interpretado por algunos comentaristas de TV como una perversidad voyerista de los telespectadores. Sin negar que efectivamente algunos reality shows y talk shows exploran las desviaciones humanas, tampoco se puede dejar de interpretar el interés televisivo por la gente al interior de un nuevo contexto cultural postguerra fría, que desestima el debate ideológico y aprecia más la vida personal y cotidiana de la gente, en tanto posibilidad de ensanchar la comprensión de la propia vida, no por vía conceptual sino a través de la experiencia existencial de los demás. (Sunkel 1999: 357)

Es así que, esta es una de las razones que justifica su popularidad entre los telespectadores además de otras razones psicológicas y patológicas. Aunque, en general, los talk shows desde el punto de vista de la investigación de Sunkel son percibidos como incorrecto ya que en su formato se vislumbran características de falsa seriedad:

Existe, por ejemplo, una crítica de orientación marxista a la comparecencia de la experiencia privada y cotidiana en los talk shows norteamericanos como Oprah Winfrey y Sally Jessy Raphael (Peck, 1995); según esa posición, la vida cotidiana expresada por gente común y corriente tendría poco valor como reveladora de la “verdadera realidad”. Esos talk shows norteamericanos supuestamente con finalidades terapéuticas serian en realidad una falsa terapia,

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ya que el espacio central otorgado al counseling de expertos es descalificado como adaptivo al capitalismo, y se reclama por la ausencia del análisis de corte sociológico. (Sunkel 1999: 358)

Al haber mencionado los talk shows norteamericanos es conveniente describir sus variantes, de acuerdo a Vargas Gutiérrez, existen dos tipos de talk shows: “En el género de los talk shows, hay dos variantes los “hard” o “duros” y los “light” o “suaves”. Dicha clasificación está determinada por los tipos de temas que abordan; así, los primeros tratan temas preferentemente de alcoba o íntimos…” (Vargas 2000: 73). Es preciso señalar que los talk shows peruanos son de la variante “hard” Además, el autor hace otra clasificación en grupos de los temas abordados en estos programas de origen peruano los cuales son los que este trabajo se va a enfocar: a.- Familiar b.- sexual c.- sentimental d.- vecinal-social e.- otros.

Ahora, como ya mencionamos anteriormente, con respecto al valor de un producto en la sociedad del espectáculo, este es de acuerdo a que tan popular o exitoso sea. Y más aún si se relaciona con un estilo de vida particular. Esta idea se reafirma con mucho de los talk shows que han logrado un considerable éxito. Por ejemplo, El show de Cristina logro esto ya que relaciono lo latino local con lo trasnacional:

Pero además de considerar esta estrategia como forma de ampliación de mercados, ya que nos estamos refiriendo a un bien simbólico, es interesante indagar en los aspectos culturales que el posicionamiento del programa implica. En este sentido, la acción de Cristina en particular y de Univisión en general se inscribe dentro de las prácticas de conformación de una identidad latina/ hispana trasnacional de las que participan numerosos agentes de diversos orígenes, tales como organizaciones culturales, compañías discográficas, etc. (Sunkel 1999: 406)

Similar a lo que pasó con el programa de Cristina, también paso con el de un talk show peruano llamado ‘Laura en América’ que será analizado en el siguiente capítulo. Además, la caracterisitca esencial de estos tipos de programas: hiperrealidad también será mencionada.

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Capítulo 2 La banalización del contenido televisivo de los talk shows peruanos de los

noventa como expresión de la sociedad del espectáculoSobre la base de los planteamientos anteriores, se expondrán, a continuación, los fenómenos de este

trabajo en relación al Perú de la década de los noventa. Una década en la cual el país padeció de diversos cambios en el desarrollo de su sociedad. Cambios que tuvieron como principal protagonista a la extravagante cultura chicha. Pero antes de detallar más a fondo esta nueva expresión cultural que se explicara más adelante, se debe tener una idea de lo que estaba ocurriendo, en especial, en el sector económico y político del país que, además, eran influenciados por los acontecimientos que estaban sucediendo a nivel mundial en esta década:

La década seleccionada es considerada como un momento de grandes transformaciones, en el país se aceleraba un proceso de globalización, que como se sabe implica una mayor integración -y dependencia- de los diferentes países del mundo en términos económicos, financieros, sociales, políticos y culturales. Esto supone que cualquier hecho o cualquier cambio en el mundo afectan de manera simultánea y cada vez más inmediata al resto del mundo. La caída del muro de Berlín, la crisis de los socialismos realmente existentes en algunas naciones y los enormes abismos e injusticias económico-sociales que se habían mantenido y agravado en los últimos años, tanto entre países ricos y pobres como entre diversos sectores sociales dentro de cada país, fueron los hechos importantes que marcaron los principales cambios a nivel mundial. (Fernández 2003)

Luego de terminada la Guerra Fría, la globalización comenzaba, se dio el fin de los regímenes socialistas y comenzaba la supremacía del capitalismo en el mundo. Y es así que, los acontecimientos ocasionados por la guerra tuvieron su efecto en el Perú, claramente reflejado en el gobierno del presidente Alberto Fujimori durante los noventa:

En el Perú, durante el gobierno de Alberto Fujimori, las transformaciones se manifestaron en lo económico, mediante el tránsito del capitalismo estatal al capitalismo privado con una escasa -o casi nula- participación gubernamental, y en lo político, a través del paso de un gobierno democrático a uno autocrático (1992 - 2001). Estos dos aspectos hicieron que el Perú tuviera, entre 1993 y 1997, altas tasas de crecimiento económico y una reducción considerable de la inflación que generó muchas expectativas.  Así como a nivel mundial decayeron lentamente las ideologías, en nuestro país se generó una crisis del sistema de partidos, propiciado en parte por el gobierno fujimorista. El terrorismo se había agudizado y ante la emergencia de un nuevo ordenamiento económico y político, el gobierno de Fujimori y su "pragmatismo" eliminaron todos los obstáculos que le impidieran proseguir con su reforma. (Fernández 2003)

Es así que, a lo largo de la década de los noventa, el país vivió una ligera estabilidad económica antes de que surgiera una crisis económica durante el año de 1998. Antes de pasar a este último evento de la última década antes del segundo milenio, en un enfoque del país distanciado de la política, la sociedad peruana, antes de la crisis, tenía un gran interés, preocupación individualista deslingándose de su preocupación social en conjunto:

En este contexto de "soluciones pragmáticas" que no fueron del todo efectivas, se multiplicaron las actitudes, valores y conductas individualistas, lo cual implicaba que la población, ante los grandes problemas sociales que atravesaba, diera prioridad a sus preocupaciones y angustias existenciales, individuales e inmediatas, como una forma de sobrevivencia social y mental, postergando las preocupaciones de tipo social y colectivo. (Fernández 2003)

Analizando lo último mencionado, el peruano de esta década estuvo inmerso en sí mismo tratando de buscar respuestas a sus preguntas las cuales serían de cierta manera solucionadas luego de la crisis de

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1998, pero estas preocupaciones fueron expresadas y percatadas por la sociedad a través del uso de los medios de comunicación:

Parafraseando a Pablo Sandoval, en un artículo sobre la juventud universitaria, en ocasiones los cambios sociales no pueden ser aprehendidos en grandes esquemas explicativos, por eso se torna borrosa la comprensión de los hechos de nuestra vida cotidiana. Además, muchas veces, por la celeridad de los acontecimientos, por la forma fragmentada en que interiorizamos nuestros conflictos, aspiraciones, desigualdades, discriminaciones, así como los valores de la sociedad contemporánea, sólo nos damos cuenta de estos sucesos recurriendo a intuiciones estéticas. Por ejemplo, el cine. (Fernández 2003)

De esta manera, queda claro que los medios de comunicación tuvieron un rol importante en la sociedad peruana de los años noventa como nunca antes. Se podría decir que era el boom de los medios masivos en el país. Y es que, los problemas o intereses sociales fueron representados, no solo en el cine, sino también en unos programas televisivos de creciente popularidad llamados talk shows, entre los cuales, el más popular fue el conducido por la abogada Laura Bozzo llamado ‘Laura en América’ y que representan a la cultura chicha de esta época. Sin embargo, como veremos en los siguientes subcapítulos, debido a varios factores, característicos de una sociedad del espectáculo, las representaciones de la sociedad en estos programas fueron exacerbadas y de cierta manera vulgarizadas. Todo ello en un ambiente de corrupción debido al gobierno de Fujimori y de informalidad por la cultura chicha, la cual, cabe mencionar, logró su inserción en la sociedad gracias, en gran medida, a los medios de comunicación.

Subcapítulo 2.1.: La teatralización de la realidad de un talk show de tipo “hard” peruano de la década de los noventa y una sociedad del espectáculo

De acuerdo a Vargas Gutiérrez, los talk shows en el Perú tuvieron su auge en la década de los noventa, el primer programa de este género fue “1900” conducido por el famoso escritor Jaime Bayly. El siguiente programa que tuvo una buena aceptación fue el de “Fuego Cruzado” pero fue con la llegada de los talk shows de origen americano como “Cristina” que en el Perú se comenzó a producir, imitar los talk shows (reality shows) de la televisión americana. Su gran exponente y conductora del talk show más famoso por su formato “hard” fue Laura Bozzo. “Laura en América”, el programa, es el caso específico de este trabajo de investigación por poseer todas las características ya mencionadas sobre la sociedad del espectáculo.

En primer lugar, su gran característica de este talk show peruano ‘hard’ fue la teatralización de la realidad donde se observa una expresión del fenómeno (sociedad del espectáculo), se debe a que es –y fue- una de las características fundamentales del componente narrativo de los talk shows; es decir, es parte de su discurso el representar (y a veces exagerar) a una sociedad, además de tratar temas de su realidad a través de la verbalización de estos:

Sin ser ficciones ni obras propiamente teatrales –mostrándose, al contrario, bajo el signo del documental o al amparo del interés sociológico y del bienestar social-, los Reality Shows y Talk Shows incluyen un componente dramatúrgico fuerte, consistente precisamente en visibilizar lo no-dicho (secretos, tabúes, prohibiciones), en mostrar públicamente las pasiones, en exhibir lo inconfesable (lo que está reservado al espacio privado, íntimo) y en hacer emerger lo inconsciente, lo vetado en el debate público (lo no asumido por la conciencia colectiva). (Imbert 2003: 127-128)

De esta manera, al teatralizar la realidad, esta característica que junta la hiperrealidad con el espectáculo genera que se banalicen los problemas abordados en el programa y se consideren estos como meros espectáculos ya que, como se mencionó, la ventilación de lo íntimo espectacularizara la realidad y rompe los límites entre lo público y privado. Además, como característica única en el Perú, los talk shows lograron su éxito gracias a que junto a su creación se estaba popularizando la cultura chicha en el país.

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Esta abarca los problemas políticos de la época, la música chicha, la prensa amarillista, entre otros sucesos. No obstante, antes que entremos a la idea principal de este subcapítulo es de suma importancia que aclaremos el origen de los talk shows peruanos la cual tiene relación con la cultura chicha.

En los marcos de las observaciones anteriores, es necesario explicar el fenómeno social de la cultura chicha en el Perú:

A lo largo del tiempo, esta manifestación de lo chicha se ha ido configurando, en una suerte de cultura que ha involucrado una serie de aspectos o dimensiones. De ahí, podemos decir que la cultura chicha presenta las siguientes dimensiones: 1. lo estético-cultural: colores estridentes, combinación de las comidas, mezcla de tradiciones y culturas, etc., que más de las veces se ha asociado con "mal gusto" desde cánones culturales distintos. 2. lo informal, la mezcla, pandemónium, etc. 3. La flexibilidad de las normas y los valores: lo inescrupuloso, fuera de las normas, etc. A partir de estas dimensiones, construidas socialmente, se extienden en todos los ámbitos de la sociedad: tanto social, político, económico y cultural. Y, por supuesto, como ya he señalado, en determinados contextos se relieva uno de sus aspectos. En estos dos últimos años es el ámbito político el que está en la escena nacional, es aquí donde hemos podido dar cuenta de algunas de las dimensiones ligadas con su significado negativo. (Quispe Lázaro 2004)

Se sabe, además, que las diversas manifestaciones de esta cultura fueron parte de los medios de comunicación:

La llamada cultura "chicha", en sus formas de comunicación masiva, se presenta en la prensa como un conjunto abigarrado de primeras páginas muy coloridas -con fotos audaces- que cuelgan de los ‘kioskos’ de venta y que difieren de manera tosca de sus homólogos formales, tanto en el diseño como en la temática noticiosa. En la radio en la banda de AM vociferando convocatorias a espectáculos populares u ofreciendo pócimas para el amor eterno. En la televisión con espectaculares "talk-shows" de temáticas sorprendentes. Son, en conjunto, la expresión actual del sensacionalismo peruano que conforma lo que es probablemente un fenómeno de cultura de masas único en el Continente y que parece estar llegando a extremos máximos de expresión al circular, desde hace pocas semanas, el primer diario pornográfico. (Gargurevich 1999)

Ahora bien, como vemos, se le atribuye a la cultura chicha el origen de los talk shows de origen peruano. Es decir, es la sociedad la que logró desarrollar un propio estilo de vida peruano a pesar de las críticas que se le hace o las connotaciones negativas con las que se la conocen. En efecto, el que en medio del boom de la cultura chicha, los TS “hard” hayan tenido gran acogida solo demuestra que las connotaciones negativas con las que se conoce sean reafirmadas ya que este tipo de programa transgrede con la intimidad de los panelistas en el programa, no sigue una línea ética y esto es fomentado en un mayor nivel por los miembros del TS como el público y el conductor (a) (Vargas Gutiérrez 2000).

Volviendo al tema de la teatralización de la realidad, inscrita en el contenido de estos programas televisivos, esta tiene una estrecha relación con el fenómeno de una sociedad del espectáculo ya que, de acuerdo a las citas mencionadas, Debord tanto como Vargas Llosa y Ferrés, definen este tipo de sociedad como una en la cual el capitalismo ha triunfado y junto con esta la alienación que le acompaña por las cosas materiales. Se rescata la proposición la cual explica que la vida deja de ser vivida para ser representada, una ilusión, tal como pasa en un TS porque junto a la representación que se da a ver de la realidad social peruana en, por ejemplo, ‘Laura en América’, es solo una ilusión ya que los temas abordados en el programa no lo son conversados correctamente y se espectaculariza lo mencionado por los participantes (Imbert 2003: 128).

De acuerdo a Debord, una sociedad del espectáculo es una en la cual el fin que se tiene es lograr más y cada vez más espectáculo y este espectáculo es una relación social entre personas mediatizadas por imágenes. Por lo que se ve claro que sucede si tomamos en cuenta lo expresado por Juan Gargurevich. O

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si se toma en cuenta el aporte de profesores de la Universidad de Huelva: Consumimos información en forma de imágenes porque consumir es el signo de nuestro tiempo, pero lo hacemos de una forma totalmente robotizada alejando de esa forma toda interrogante: ¿quién es el emisor?, ¿qué fines pretende?, ¿cómo se construyen los mensajes mediáticos?, ¿cuál es su ideología?, ¿qué se esconde tras lo obvio? Esta cita demuestra también la banalización de los contenidos de los TS que veremos en el siguiente subcapítulo junto con la siguiente: “De esta forma, la imagen ha sido y es el sustrato fundamental de la retórica de los medios de información de masas cuando éstos han sido utilizados para el control social y la fabricación del consenso (¿por qué no convertir en una urgencia social desentrañar cuáles son los mecanismos de la fabricación de ese consenso?)” (Universidad de Huelva). Con respecto a esta última cita, se puede ver su sustento si se la relaciona con lo aportado por Fernández sobre la sociedad peruana que necesitó la ayuda de los medios para poder tener una imagen de la nación.

Subcapítulo 2.1.1.: Popularización del estilo de vida del sector subalterno peruano

Al señalar al sector subalterno peruano, se está refiriendo al sector popular del Perú. Al sector de la cultura chicha. La cultura de la cual los talk shows de corte peruano surgieron. La teatralización de la realidad al ser parte fundamental en su contenido y dado que guarda relación con lo que es una sociedad del espectáculo logró que estos shows al representar la realidad cotidiana expusieran los temas a tratar no solo en el programa sino que al ser temas cotidianos de una cultura chicha, popularizó esta cultura a lo largo de toda la década de los noventa en periódicos y música chicha:

Vargas elaboró una lista de temas de talk-shows de la que ofrecemos sólo una muestra y que nos releva, nos parece, de mayores comentarios sobre su calidad: "Abandoné a mi hijo", "No creo en los hombres", "Me inicié en un prostíbulo", "Mi padre me violó", "Me acosan sexualmente", "Maridos borrachos", "Mi marido me hizo abortar", "Madres prostitutas", "Soy la tetona del barrio", ""El mundo de los enanos", "Le pego a mi marido", "Arruiné mi vida por él", "Adictos al sexo", "No te metas con mi hermana", "Me avergüenzo de mi madre", etc. Pero hay una visión favorable de estos programas. Una encuesta reveló que quienes aceptaban ser espectadores regulares de los talks shows tenían argumentos de peso para su elección. Las variables ofrecidas por los encuestadores fueron: -Presentan casos de la vida real; -Dan soluciones a determinados problemas personales; -Los temas/casos que presentan son interesantes; -Te enteras de los casos que les suceden a las personas; -Son programas divertidos. (Juan Gargurevich 1999)

Como se puede observar, los temas son propios de las dimensiones de la cultura chicha, son temas abordados de forma transparente e inescrupulosa. Y al representar un estilo de vida esto hace a estos programas más rentables sustentando otra característica de la sociedad del espectáculo: la de la importancia del valor económico, si vende más vale más. Aunque, de esta cita lo que se pone en duda es la parte en la que se expresa de que estos programas dan soluciones a los problemas personales, lo cual se analizará a continuación.

Subcapítulo 2.2.: La trivialización del contenido televisivo de un talk show de tipo “hard” peruano de la década de los noventa como resultado de la teatralización de la

realidad

Al señalar que la trivialización del contenido televisivo de un talk show peruano es resultado de la teatralización de la realidad a lo que se quiere hacer hincapié es a la manera en como los encargados de estos programas volvieron inútiles a los talk shows o reality shows al espectacularizar los temas domésticos y trivializándolos; volviéndolos programas efímeros que solo hacen tomar conciencia de un problema por unas horas pero luego se deshacen de ese logro al incentivar la fascinación en los televidentes por el conflicto de los protagonistas como el fin de todo el programa. (Imbert 2003: 135)

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Vargas Gutiérrez añade que el conductor(a) es una gran pieza en esta jugada ya que es quien trata de ahondar más en los temas sin importar que el panelista no esté en un estado emocional firme como para seguir verbalizando sus conflictos.

Por último, tomando como caso el show de Laura Bozzo, este programa vendió sus contenidos a favor de la campaña corrupta de Alberto Fujumori y así engañando a sus televidentes: el presidente de América Televisión, canal donde se transmitía el talk show de Bozzo, hizo arreglos con Vladimiro Montesinos para comprar ciertos contenidos del programa de Bozzo a favor de la campaña de Fujimori a finales de los noventa (Acebedo 2001: 4). Además, acá se puede observar que es cierto que se expresa la sociedad del espectáculo ya que se dejó de lado la defensa por la verdad e información creíble debido a que se jugó con el material de estos programas:

Al acercarse la campaña reeleccionista en 1999, Laura Bozzo llevó su compromiso político con Fujimori al paroxismo. Este compareció en el set, llovieron besos volados a Vladimiro Montesinos al que la unió una colaboración íntima que los rumores han querido convertir en romance... Explosiva mixtura del show manipulador y del periodismo negociado dominical... En realidad, el motivo real de la condena, a la que se le plegaron varios anunciantes privados, era el rechazo al abuso político de la televisión chantajeada por el Ejecutivo, encarnado en la más furibunda ejecutora del fujimorismo... en su mascarada de talk show justiciero. (Vivas Sabroso 2008: 477- 478)

Por ello, el talk show ‘hard’ peruano banalizó sus contenidos, no reflejó la verdad de la realidad peruana, popularizo la cultura chicha pero en la forma de presentarla transgresoramente la banalizó por completo.

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Conclusiones• Se llega a analizar la expresión de la sociedad del espectáculo en la teatralización de la realidad de los TS “hard” al banalizar sus contenidos ya que los vuelve un espectáculo más y, asimismo, al representar a la cultura chicha del sector subalterno del Perú de los noventa, dando como resultado la esperada relación entre conceptos. (Capitulo 2)

• Se explica la relación entre los contenidos de los talk shows y los de una sociedad del espectáculo dado que los temas e ideas desarrollados dentro del segundo son parte, aunque no en su mayoría, del formato que tienen los programas televisivos tipo reality show donde se encuentran inscritos los TS, entre otros. (Capítulo 1, pág. 2, párrafo 4)

• Se describe el concepto de sociedad del espectáculo, de acuerdo a la investigación de varios autores, donde se puede observar que su contenido y características están inclinados o conllevan a relacionarse con los medios de comunicación masivos y, además, a contextualizarse con la época del boom de la televisión e imagen. (Capítulo 1, pág. 3, párrafo 3)

• Se describen las características principales, prejuicios y tipos de un talk show que revelan que estos programas tienen un contenido amplio y significado esencial para la sociedad, una sociedad del espectáculo. (Capítulo 1, pág. 5, párrafo 6)

• Se expone la banalización de los contenidos de los TS ‘hard’ en relación con una sociedad del espectáculo ya que los TS y la mayoría de los medios de comunicación masivos, cuentan con cierta influencia de la SE. (Capítulo 2, pág. 8, párrafo 2)

• Se muestra la relación entre la teatralización de la realidad de los talk shows de tipo “hard” peruanos, donde la realidad representada en los TS es la cultura chicha, y una sociedad del espectáculo ya que se vive una mentira, todo es pura imagen y no se puede diferenciar lo verdadero. (Capítulo 2, pág. 9, párrafo 4)

• Se explica la representación y con ello, a la popularización del estilo de vida del sector subalterno peruano de los noventa a través de los TS, es decir, el de la cultura chicha dado que toma poder en la sociedad al acaparar los medios de comunicación como la televisión y la prensa. (Capítulo 2, pág. 10, párrafo 1)

• Se muestra la manera en que la teatralización de la realidad conduce a la trivialización del contenido televisivo de los TS ‘hard’ peruanos en la década de los noventa debido a que al teatralizar la realidad, se convirtió los problemas de la sociedad abordados por los TS en mero espectáculo, así como la imagen del conductor fue perdiendo el valor correspondiente en el programa. (Capitulo 2)

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Reconocimientos y Agradecimientos

A mis padres; a Manchi, aunque sé que este trabajo no es relevante para ella; a Jessica, María Claudia y Sara por adquirir materiales bibliográficos de la Biblioteca Central de la PUCP para mí luego de ser suspendida por un mes; y a Guti.

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Bibliografía

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