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“EL CONOCIMIENTO DEBE SER LIBRE Y NO DEBEN EXISTIR RESTRICCIONES A SU USO” R. STALLMAN Contra la sociedad de masas. Chris Wilson

201509 Contra la sociedad de masas_Chris Wilson_Insurrección Indómita Ed

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“EL CONOCIMIENTO DEBE SER LIBRE Y NO DEBEN EXISTIR RESTRICCIONES A SU USO” R. STALLMAN

Contra la sociedad de masas.

Chris Wilson

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FACEBOOK/Extinción Distro

FACEBOOK/Insurrección Indómita Ed.

INSURRECCIÓN INDÓMITA ED. 2015_09 TOLUCA; MÉXICO

Chris Wilson. Contra la sociedad de masas.

Esta obra es libre, puede redistribuirla o modificarla de acuerdo con los términos de la Licencia Arte Libre. Encontrará un ejemplar de esta licencia en el sitio Copyleft Attitude (http://www.artlibre.org/)

de la población trabajadora o sin utilizar para ello un esquema de

ingeniería social muy elaborado y autoritario.

La complejidad y la jerarquía estructurales de la civilización han de ser

rechazadas, junto con el imperialismo político y ecológico que

promueven por todo el mundo. No es posible que los seis millones de

habitantes del planeta sobrevivan como cazador@s-recolector@s. Para

aquell@s que no pueda hacerlo podrían cultivar su propia comida en

espacios significativamente pequeños (comparados con el tamaño de

los grandes campos de cultivo empobrecidos y envenenados por la

industria agrícola en la actualidad), como ya han demostrado las

técnicas de permacultura, cultivo ecológico y horticultura indígena. Los

aparatos de gestión y las instituciones de control social son solo

necesarios para administrar la producción e intercambio de mercancías

dentro de una economía basada en la especialización del trabajo, pero

no cuando los individuos y pequeñas comunidades toman el control de

sus propios medios de vida. El imperio de la jerarquía y la

reglamentación solo desaparecerán cuando la gente de nuevo comience

a cuidar de sus propias necesidades de forma directa a través de una

relación inmediata con la tierra. El mundo vivo solo podrá ser

preservado y restituido a su exuberante estado natural cuando los

medios de producción masiva dejen de funcionar. La anarquía y la

autonomía solo prosperaran cuando la gente aprenda de nuevo como

sobrevivir independientemente del cáncer que supone la civilización

industrial, y por fin, la destruyan.

Por favor, no modificar. [email protected]

Contra la sociedad de masas.

La anarquía es una forma de existencia sin autoridad coercitiva. En este

estado, un@ tiene libertad para hacer con su vida lo que él/ella mism@

decida, en función de sus propias necesidades, valores y deseos

individuales. No obstante, un@ no debe incluir las vidas de otros en su

esfera de control sin el consentimiento de ell@s.

Por tanto, un mundo no autoritario implica libertad de asociación, no

monarquía, oligarquía ni democracia. Much@s de l@s

autodenominad@s “anarquistas”, a la vez que remarcan la importancia

de la libre asociación, luchan por una sociedad más democrática donde

las entidades corporativas y estatales sean remplazadas por municipios

controlados por la comunidad, federaciones industriales controladas

por l@s trabajador@s y cosas por el estilo. Sin embargo, aquell@s que

desean vivir libremente según sus propias reglas, tienen razones para

sentirse amenazad@s por cualquier organización a gran escala, ya que

estas son siempre imperialistas y jerárquicas, incluso aquellas que

pretenden ser, o son descritas, como “democráticas”(como si la

subordinación del individuo a la mayoría fuera algo

incuestionablemente deseable).

L@s human@s somos sociables por naturaleza poc@s desean vivir

sol@s como ermitañ@s(aunque no debería negarse la libertad para

vivir así, si alguien lo desea). Ahora bien, l@s human@s somos sociables

si, pero de forma selectiva (no establecemos relaciones sociales con

cualquiera, y esperar que así lo hagamos acarrea siempre opre-

sión). Las personas, de forma natural, nos asociamos con otros con

quienes nos identificamos buscando esa compañía o apoyo mutuo. Así

ha sido a lo largo de la mayor parte de la historia de la humanidad. Solo

en épocas recientes hemos entrado a formar parte de organizaciones

de masas compuestas de miembros que no necesariamente se conocen

o simpatizan entre sí. El motivo de que estas organizaciones se hayan

formado no es que sean necesarias para la supervivencia. Durante mas

del 99% de la historia de la humanidad, la gente disfruto solo de

relaciones cara a cara basadas en lazos de parentesco, y algunas

culturas siguen haciéndolo aun. Aquell@s que no estén a gusto con l@s

de su banda o tribu son libres para buscar compañía en cualquier otro

lugar o para vivir sol@s. Este modo de asociación funciona bien los

miembros de sociedades autosuficientes de pequeña escala invierten,

por lo general, entre 2 y 4 horas al día en las actividades relativas a la

subsistencia. Aunque a veces pasan hambre, normalmente tienen

comida en abundancia y disfrutan de mucho más tiempo de ocio que

aquellas que viven en sociedades de masas. Las culturas indígenas que

aún quedan intactas hoy en día prefieren su modo tradicional de vida y

muchas de ellas con frecuencia desarrollan una impresionante

resistencia política contra las corporaciones y gobiernos que tratan de

obligarles a entrar en la sociedad de masas para poder así explotar sus

tierras y su mano de obra. Los seres humanos raramente se unen a una

organización de masas sin que les obliguen a ello, ya que esta les quita

autonomía e independencia.

nantes y jef@s, elect@s o no, y de ahí que también requiera que la

sociedad de masas sea rechazada.

Debido a que las organizaciones de masas valoran más la producción que

la autonomía personal o comunitaria, manifiestan inevitableme

tetendencias imperialistas, destruyendo o esclavizando toda forma de

vida que se cruce en su camino. Pero, la producción no es un valor

coyuntural u opcional que la sociedad de masas pueda dejar de lado y

continuar existiendo. Como las ciudades no son autosuficientes en la

producción de sus propios alimentos, de han ido apoderando del área

circundante para usarla con fines agrícolas, convirtiéndolas en inhóspita

tanto para los ecosistemas no artificiales como para las comunidades

humanas autosuficientes. Esta área se expande en proporción directa a

cualquier incremento en la población o en la especialización del trabajo

que la ciudad experimente.

Habrá quienes argumenten que la producción industrial podría ser

mantenida y, simultáneamente, ir reduciendo su escala, dejando así

algún espacio a los ecosistemas y a las gentes no industriales para

coexistir en ella. En primer lugar, esta propuesta invita a preguntarse por

qué la civilización industrial debería ser priorizada frente a otras formas

de vida, permitiendo a ella y a quienes la mantienen decidir exactamente

cuánto espacio les será adjudicado a quienes no participen en ella.

También es más que cuestionable si es siquiera posible para una sociedad

establecer un “equilibrio” entre la opulencia de la alta tecnología y la

sustentabilidad ecológica sin dejar desamparada a gran parte

responsabilidades en manos de representantes y especialistas se hace

necesaria si se pretende que funcione. Incluso si se determina por

consenso o mayoría quien es elegid@ para tomar parte en la toma de

decisiones o en las responsabilidades administrativas, l@s elegid@s

nunca están enteramente bajo el control del electorado a la hora de

desempeñar sus funciones. Un control estricto de las decisiones y del

comportamiento de l@s delegad@s o especialistas supondría una

supervisión constante por parte del resto del grupo, con lo cual esa

división del trabajo carecería de sentido. Y el éxito de la revocación

inmediata de medidas también depende de la posibilidad de esa

supervisión. Además l@s delegad@s elect@s reciben más tiempo y

recursos que las demás personas para permitirles presentar y preparar

sus puntos de vista y argumentos, y por consiguiente se les brinda una

gran oportunidad para que puedan imponer sus posturas por medio de

la manipulación propagandística y del engaño. Incluso si el grupo en su

conjunto determina todas las normas y procedimientos de actuación (lo

cual es en sí mismo imposible cuando se requieren conocimientos

especializados) y a l@s delegad@s solo se les asigna la tarea de

ejecutarlos, seguirían todavía actuando según sus propio criterio

cuando no estén de acuerdo con las reglas y crean que pueden evitar

las represalias por no tenerlas en cuenta.

Es decir, la democracia es necesariamente representativa, no directa,

cuando es practicada a gran escala, y la democracia representativa es hoy

precisamente la forma más frecuente de gobierno político. La abolición

de la jerarquía requiere la destitución definitiva de l@s gober-

La aparición de la civilización se basó en la producción compulsiva en

masa. Cuando ciertas sociedades comenzaron a valorar la productividad

agrícola por encima de todo lo demás, subyugaron para ello por la fuerza

a todas las formas de vida en torno a sus ciudades.

Comunidades de gentes que Vivian en la naturaleza y que deseaban

cazar, recolectar, pescar, cultivar sus huertos o cuidar de sus rebaños

solamente para subsistir fueron exterminadas sin piedad, o bien

esclavizadas, y los ecosistemas que habitaban fueron convertidos en

granjas y tierras de cultivo para alimentar a las ciudades. Solo a aquell@s

que se dedicaron, a tiempo completo, a la obtención de cosechas y a la

producción animal se les permitió seguir viviendo en el campo que

rodeaba las ciudades. En esas ciudades Vivian prisioner@s, mercaderes o

funcionari@s dedicad@s a tareas administrativas y control social. La

organización social se ha ido haciendo más compleja, mas

tecnológicamente avanzada y con objetos más amplios a lo largo de los

siglos desde que la civilización surgió en el “creciente fértil” en el próximo

oriente. Sin embargo la vida no humana es aun sacrificada y eliminada

para obtener fines humanos (y más rápidamente que jamás antes), y l@s

human@s somos aun obligad@s a vivir como sierv@s de la cultura y de

sus instituciones dominantes como condición para poder seguir

existiendo. La supervivencia directamente a partir de la tierra mediante

los propios medios resulta imposible para ocupar tierras es preciso pagar

de forma continuada una renta o una hipoteca, lo cual requiere de un@

dedicarse a trabajar para conseguir unos ingresos, y esto impide que

quede el suficiente tiempo libre para dedicarse a cazar o a cul-

tivar un huerto (mucho menos para acompañar esas actividades con

ocio). La enseñanza pública asegura que poca gente llegue siquiera a

aprender cómo sobrevivir independientemente de la economía jamás.

El capitalismo es la manifestación más corriente de la civilización en la

actualidad. La economía bajo el capitalismo esta en gran medida regida

por organizaciones favorecidas por los estados llamadas corporaciones,

las cuales disfrutan del mismo status legal que los individuos y por tanto

evitan y limitan la responsabilidad de quienes participan en ellas.

Las corporaciones existen para beneficiar a sus socios aquell@s

emplead@s por las corporaciones son legalmente obligad@s a

perseguir el beneficio por encima de cualquier otra cosa( por ejemplo;

por encima de la sustentabilidad ecológica, la seguridad de los

trabajador@s, la salud de la comunidad, etc.) y pueden ser despedid@s,

demandad@s y llevad@s a juicio si actúan de otro modo.

El capitalismo deja muy poco espacio para que la vida no humana

prospere de forma no servil(es decir, en ecosistemas salvajes en lugar de

en forma de tierras de cultivo y granjas de ganado, jaulas en batería, o

explotaciones forestales), y casi ningún lugar para aquell@s human@s

que no quieren desperdiciar sus vidas afanándose en producir un sinfín

de mercancías innecesarias. La mayoría de la gente pasa la mayor parte

de sus horas de vigilia dedicada a trabajos absurdos, monótonos,

reglamentados y, a menudo, física y mentalmente dañinos para poder

pagar sus facturas, bien sea debido a una necesidad finan-

ciera absoluta o bien por falta de consciencia de que todo podría ser de

otro modo.

Debido al aburrimiento, la alienación y la impotencia que experimentan

a diario durante toda su vida muchas personas en esta sociedad

muestra altas tasas de depresión, enfermedad mental, suicidio, adicción

a drogas y relaciones disfuncionales y abusivas, junto con numerosos

sustitutos de la existencia real (como por ejemplo; la televisión, el cine,

la pornografía, los videojuegos…).

El origen del autoritarismo sistemático, de la servidumbre obligatoria y

del aislamiento social fue la civilización, no el capitalismo “per se”.

Vistos desde esta perspectiva, l@s divers@s socialistas, comunistas, así

como las distintas corrientes de anarco izquierdistas existentes (como

por ejemplo; l@s sindicalistas, l@s ecologistas sociales, etc.), que

pretenden abolir el capitalismo sin atacar la civilización en su conjunto,

son sencillamente reformistas. La complejidad social que supone la

civilización solo es posible gracias a la opresión institucional. Los

sectores políticos citados no desean acabar con ella sino

democratizarla, esto es, aumentar la participación popular en la gestión

de esa opresión.

Aparte de lo absolutamente repulsivo que resulta animar a la gente a

participar en actos opresivos, hay que señalar que la democracia directa

es una ficción dentro del contexto de la sociedad de masas. En cualquier

asociación que se expanda más allá de aquel tamaño en que la relación

cara a cara entre sus miembros sea posible, la delegación de