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PARA NUTRIR LOS SENTIDOS PÁG. 20 Edición número Doscientos setenta. Año 06. Caracas, 25 de marzo de 2018 REVISTA GRATUITA 270 07. DJ Akilín sabe a Caribe 12. Oído a la sonoridad oriental 14. Amaneció de maratón 17. Antropología de unas caderas

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PARANUTRIRLOS SENTIDOS

—PÁG. 20

Edición número Doscientos setenta. Año 06. Caracas, 25 de marzo de 2018REVISTA GRATUITA

270 07. DJ Akilín sabe a Caribe12. Oído a la sonoridad oriental14. Amaneció de maratón17. Antropología de unas caderas

REVISTA GRATUITA CIRCULA LOS DOMINGOS CON EL DIARIO CIUDAD CCS BÚSCALA DE LUNES A VIERNES EN NUESTRA SEDE: ESQ. SAN JACINTO, EDIF. GRADILLAS “C”, PISO 1, AL LADO DE LA TAQUILLA ÚNICA DE SERVICIOS MUNICIPALES Y EN LA LIBRERÍA HISTORIA (PREGUNTE POR JONÁS O LUIS CASTELLANOS), PASAJE HUMBOLDT.

Premio Nacional de Periodismo “Simón Bolívar”, 2014, 2015 y 2017.Premio Municipal de Periodismo “Guillermo García Ponce”, 2014.

CONSEJO EDITORIALErika FaríasRoberto MalaverGustavo Borges Revilla

DIRECTORAMercedes Chacín

EDITOR JEFECarlos Cova

COORDINADOR EDITORIALGustavo Mérida

DIRECTORA DE ARTE (E)Tatun Gois

COORDINADOR DE FOTOGRAFÍAJesús Castillo

COORDINADORA 2.0Yanira Albornoz (†)

WEB Y REDESEnyeli GonzálezRamón Pérez

REDACCIÓNMarlon ZambranoMalú RengifoCésar Vázquez

DISEÑOArturo Gonnella

FOTOGRAFÍAMichael MataEnrique Hernández

CORRECTORRodolfo Castillo

LOGÍSTICAIdania BracamonteDaniela FernándezEdi Cordero

COLABORAN EN ESTA EDICIÓNJosé Roberto Duque, Clodovaldo Hernández, Humberto Márquez, Mercedes Sanz, Francisco Aguana, Miguel Posani, Indira Carpio, Ana Cecilia Loyo, Nathali Gómez Moscoso,Jessica Mena, Henry Rojas, Rausseo Dos y Neptalí Segovia.Archivo Ciudad CCS.Fotografía de portada: Enrique Hernández.

IMPRESIÓN Complejo Editorial Alfredo ManeiroImprenta Nacional.

www.epaleccs.info [email protected]

@epaleccs @epaleccs Épale CCS Comercialización y Ventas: 0212-8080323/0426-5112114Distribución: 0212-8085843

Depósito Legal: pp201202dc4166

Una publicación de la

02 — PERFILJosé Gregorio Monagas

05 — EL MENJURJE Mancheta y demás

07— ENTREVISTA

El Caribe intenso: DJ Akilín

10— ... MONTE Y CULEBRA

Magia

12— MÚSICA

Oriente y su mar sonoro

14— TROTA CCS

Amanecer de maratón

22— VERSO A VERSO

Poesía o nada / Décima cotidiana

20— GASTRONOMÍA

Pichones de sibarita

06— MITOS

La guerra del escapulario ajeno

16— SEXODIVERSIDAD

Tímido

21— LIBREMENTE

La vida es bella

11— BOLEROS QUECURAN EL ALMA

17— CRÓNICA

“¡Menéalo, que tiene la azuca abajo!”

23— CRUCICULTURA

Crucigrama

24— EL RUMOR

DE LAS BOLAS

CONTENIDO

EESTUUUPIPIDEZ PATRRIARCAALPor Mercedes Chacín

Mario Vargas Llosa ha escrito novelas memorables. La primera que mi bipolar memoria recuerda: La tía Julia y el escribidor. Un caprichoso amor diáfano, primerizo. La última: Travesuras de una niña mala. Un amor atormentado, enfermizo. En el medio de estas historias no asistí a La fiesta del chivo. ¿Novela por encargo? Y que algún Dios me perdone. Vive en España, país de machismos notorios y letales. Desde ahí pontifica: el feminismo es la nueva inquisición. Las pruebas de su falsa afirmación brillan por su ausencia. Una vieja novela desata la estupidez patriarcal. Niñas abusadas en crónicas diarias, una mente enferma considerada pura. Lolitas que levantan ronchas pero ¿de qué se trata la creación? Alabanzas y lisonjas que se diluyen.La santa inquisición es demoníaca. Vargas Llosa busca brujas que no se sienten libres de pecado. Ni quieren sentirlo. Hay bestias que hay que atacar sin rezos. Sigamos.

SEGÚN EL COLOR

PERFIL02

POR JOSÉ ROBERTO DUQUE @JROBERTODUQUE / ILUSTRACIÓN RAUSSEO DOS

LA ESCLAVITUD NO FUE ABOLIDA EN VENEZUELA POR LA VALENTÍA O LA SUPERIORIDAD MORAL DE UNO O MÁS HOMBRES,

SINO PORQUE YA HACIA 1854 NO ERA VIABLE COMO NEGOCIO. CON TODO, ALGÚN MÉRITO SE HA GANADO EL MÁS GRIS DE LOS

MONAGAS PARA SER RECORDADO POR ESTAS FECHAS

A ver qué opinan de esta maraca de discurso, echado (recuerde: los discursos se echan) en el Congreso de Venezuela, en marzo de 1854:

“... la libertad del hombre no puede ponerse en duda, ni en contra-dicción, mucho menos en Venezuela, donde tantos años se ha dado el grito de libertad, y donde tanta sangre se ha derramado por alcan-zar para todos ese bien inestimable. La esclavitud es, señores, como dijo el gran Bolívar, la infracción de todas las leyes, la violación de todos los derechos. Venezuela, pues que se gloria de haber sido la primera en Suramérica que reconociese el gran principio de la sobe-ranía popular, origen y fuente de toda autoridad: Venezuela no debe aparecer más a los ojos del mundo entero con la horrible mancha de la esclavitud. ¿Qué derecho justo se alegará, señores, para conservar por más tiempo este título de ignominia que nos legaron las gene-raciones pasadas? Acordaos, honorables representantes, que sin la igualdad perecen todas las libertades, todos los derechos; y que con la esclavitud no hay igualdad”.

Alto ahí. Levántese un momento, tome agua, estire los músculos, mójese la cara, séquesela; ahora regrese y fíjese en la continuación del discurso:

“Yo os esfuerzo, pues, a que no abandonéis el tratamiento de esta importante materia. Buscad el modo de abolir la esclavitud sin vul-nerar los derechos de los poseedores de esclavos...”. Ahora sí, meta el frenazo completo y felicítese: acaba usted de entender por qué no debe sacarnos las lágrimas de emoción la efemérides que se está

cumpliendo en estas fechas: el día de la abolición de la esclavitud en Venezuela.

Por cierto, el sujeto que echó el discurso citado arriba fue el entonces presidente de la República, José Gregorio Monagas, mejor conocido como el hermano gris de José Tadeo Monagas.

EL CONTEXTO. Y DESPUÉS EL PERFILEn Venezuela se había prohibido la importación de esclavos africa-nos desde hacía casi medio siglo. Desde 1810, y sobre todo a partir de 1814 y la rebelión popular que casi acaba con los propietarios es-pañoles y criollos, todo aquel que quería hacer proselitismo o dema-gogia para captar adeptos o combatientes tenía que realizar gestos dramáticos y contundentes en favor de los esclavos, como por ejem-plo eso de decretar su libertad, cosa que en la vida real de las guerras en curso en realidad significaba: “Si peleas en mi bando te doy la libertad”. Muy bonito: si te pones a mis órdenes y sales a matar a esos carajos igualitos a ti que pelean en el otro bando, ya puedes conside-rarte libre. Por ahí anda regado todavía el relato racista y lamentable que pone al Negro Primero a ir a despedirse de su jefe, el Catire Páez, cuando siente que se está muriendo. Lo lancean, el carajo siente que se va a morir y su último gesto es morir frente a su jefe: uy, qué libre.

Nuestra historiografía bolivariana ha querido refrendar como dato certero que fue Bolívar quien abolió la esclavitud, en 1816. De nada ha valido lo que hicieron antes Piar, Miranda y Boves: Bolívar fue

MONAGAS EL QUE FIRMÓ EL FIN DE LA ESCLAVITUD

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quien liberó a los esclavos. Pero o fue sino 38 años después que se decretó esa liberación.

Así que ya no se importaban esclavos en Venezuela y casi en nin-gún otro país, y esto significaba, entre otras cosas, que la mano de obra que necesitaban las haciendas, ingenios e industrias provenía de la descendencia de los esclavos; tal como sucedía con las vacas y los caballos, las mujeres seguían pariendo y el ser humano que iba naciendo quedaba anotado como propiedad del amo de sus padres. La oleada internacional de abolición de la esclavitud estaba desatada en la América Hispana desde los años 20 (México y Chile fueron los primeros países en abolirla por ley). Venezuela fue uno de los últimos países en decretar el fin de esa llaga; un año antes se había hecho lo propio en la Nueva Granada. Pero miren lo que tuvo que pasar aquí para que en el país de la libertad se diera ese paso decisivo.

Tal vez no se haya dicho lo suficiente, por eso es bueno recalcarlo: en Venezuela la esclavitud fue abolida porque ya no era rentable, no era económicamente viable, no era negocio para los dueños de esclavos. Cuando usted tiene un esclavo en su hacienda tiene que alimentarlo y darle algo que se parezca a un vestido y una casa; cuando usted le dice al esclavo “eres libre” no solo lo pones en el trance de tener que conseguir todo eso por sí solo, sino que el tipo para poder vivir tiene que venderte lo único que sigue teniendo, que es su fuerza de trabajo. Machete: el tipo te sigue trabajando pero ahora no tienes la obliga-ción de darle espacio ni vestido ni comida ni un coño. ¿Conque te gusta la libertad y crees que eso consiste en comer nutella y cheez whiz de kraft? Ah bueno, piénsalo mejor.

De paso, de Europa comenzaban a llegar noticias un poco incom-prensibles de una cosa llamada dizque “revolución industrial” (ima-gínense a los venezolanos de entonces tratando de entender el tema del momento, como nos sucede hoy con las criptomonedas), y eso significaba que una máquina podía hacer el trabajo de varias per-sonas, y las sociedades de América tenían que ir preparándose para esa situación. En ese estado de conmociones lejanas pero inminentes se encontraba la agitada Venezuela del siglo XIX, y los ganadores de todo el proceso siguieron siendo los terratenientes y dueños de escla-vos, a quienes el gobierno tuvo que pagarles para liberar a todos los seres humanos oprimidos bajo sus botas: por cada recién nacido les pagaron a los amos 50 pesos; por cada varón fuerte y en plenas facul-tades hasta los 39 años de edad, 300 pesos; por cada viejo de 65 años o más, cinco pesos. El negocio del siglo: a los esclavistas les pagaron por librarse de esos estorbos (que siguieron trabajando para ellos, ahora mediante otro régimen de esclavitud pero que no se llamaba así) y José Gregorio Monagas pasó a la historia como el presidente magnánimo, de avanzada, justo y super-guao que el 24 de marzo de

1854 firmó el decreto que eliminaba para siempre la vergüenza de la esclavitud. La eliminó de los textos legales, ya ustedes saben.

En cuanto a este Monagas, en su vida siempre transitó y vegetó a la sombra de su hermano mayor, José Tadeo. Fuera para oponérsele o para seguirle los pasos, José Gregorio hizo cuanto hizo siempre con la figura del hermano rondándolo, dictándole pauta. De José Tadeo recibió la banda presidencial en 1851 y a José Tadeo se la entregó en 1855. Tres años después, derrocado el mayor, el menor (tenía 63 años) fue capturado, encarcelado en Puerto Cabello y luego traslada-do a una cárcel un poco más calurosa (Maracaibo), adonde enfermó y murió a los pocos días de su cautiverio.

Tampoco era que le faltaban méritos para ser recordado; no es de gratis que sus cenizas reposen en el Panteón Nacional. Como militar combatió en batallas célebres de la independencia de Venezuela y de América. La Batalla de Ayacucho se la perdió por varios kilómetros, pero no era que andaba de fiesta ni rehuyendo el combate: mientras Antonio José de Sucre se cubría de gloria, José Gregorio sitiaba la ciudad de El Callao, con lo cual neutralizaba a unas tropas que tal vez se la hubieran puesto difícil al prócer cumanés. Al regresar del Perú, Bolívar en persona lo nombró general de brigada y “Primera Lanza del Oriente”, y mire que en oriente lo que sobraban eran bue-nas lanzas.

En vista de que el arrojo y la valentía se consideran valores ciudadanos supremos, habrá que anotar a José Gregorio como alguien que los de-rrochó y los puso al servicio de una causa importante. Visto de cerca, con las lupas de otros valores no relacionados con el heroísmo y los cojones para matar y pelear, y a pesar de ese hito inmenso de la aboli-ción de la esclavitud, José Gregorio seguirá siendo siempre el hermano menor de José Tadeo (y si quieren averigüen en nombre de cuál de los dos es que el estado Monagas se llama como se llama).

LA ESCLAVITUD FUE ABOLIDA PORQUE YA NO ERA RENTABLE,NO ERA ECONÓMICAMENTE VIABLE, NO ERA NEGOCIO PARA LOS DUEÑOS DE ESCLAVOS—

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EL MENJURJE

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Puro santo

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1Aprovecho un instante sin nada que hacer para hacer nada: me tomo una selfie. Fotografía de alguien que se fotografía, espejo congelado, imagen del Yo tomada por uno para uso del mismo; concreción petrificada de Narciso, la selfie detiene el fugaz instante en que no pasa nada, pues selfie centrada en algo que no es selfie es vulgar fotografía. Luis Britto García

SELFIE

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Quedarse sin agua sin que nadie avise

SEMANAPOÉTICA

Arranca la temporada de es-trenos 2018 de la Compañía Nacional de Teatro homena-jeando a la mujer, con la pie-za de Rodolfo Santana Baño de damas que se extenderá hasta el 22 de abril en el Tea-tro Alberto de Paz y Mateos.Para los que tienen curio-sidad por los intríngulis de esos sanitarios, las funcio-

nes son los sábados y do-mingos a las cuatro de la tarde, con entrada a solo Bs. 30 mil. Entre otras cosas, la pieza es una oda a la fajina de la mujer en sus diferen-tes facetas, pero también una denuncia al machismo que en distintos aspectos sigue siendo una rémora de nuestra sociedad.

Ana Enriqueta Terán está siendo homena-jeada en la Semana de la Poesía que orga-nizó Monte Ávila Editores Latinoamericana hasta este domingo en todo el país y que en Caracas protagonizó una ruta poética en las adyacencias de la Plaza Bolívar.

El domingo 25, la fiesta poética continuará con el conversatorio “La presencia de Ana Enriqueta Terán”, en el que Beira Lisboa y Daniel Molina compartirán sus impresio-nes sobre la obra de la poetisa homenajea-da. El encuentro será en la Librería del Sur Orlando Araujo (esquina de Gradillas), a las dos de la tarde.

Redescubir nuestros sabores ancestrales

Llevan más de 200 años practicando una tradición que es patrimonio de la ciudad. Se trata de una jornada culto-festiva que da comienzo a la Semana Santa y para tal fin los palmeros de Chacao cuentan con su providencia administrativa para cumplir el ritual.Soberanía cultural y protección del medio ambiente se dan la mano en una jornada que les permite acceder al parque Nacional Waraira Repano para realizar la tala de las palmas que serán utilizadas durante el Domingo de Ramos.Un acto de fe que a los que no nos vuelve benditos, por lo menos nos hace reconocernos en la identidad caraqueña.

NUESTRAS PALMAS

¿Qué pasa en un baño de damas?

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ENTREVISTA

EL CARIBE INTENSO:DJ AKILÍN

EN ESTE VIAJE NO TODO SUENA A GUARAPA’E PLAYA.HAY UN SENTIDO, UNA BÚSQUEDA: LA MÚSICA, Y EL ETERNO

RETORNO DE LO QUE SOMOS

POR CÉSAR VÁZQUEZ @EPALECCS FOTOGRAFÍAS ENRIQUE HERNÁNDEZ

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¿QUE SI AQUÍ HAY CALLE? HAY CALLE El electrocaribe se puso la percha pa la foto, el electrópico y el caribe beats también, no todo aquí suena a guarapa’e playa, me refie-ro a la paleta de fusiones y sonidos que se expanden y se cruzan con nuestras raíces caribeñas y afrovenezolanas para sincre-tizarnos con las secuencias y el loop de la música electrónica contemporánea.

El cine independiente no se quedó atrás, la ópera prima de Christian Márquez, Cari-bian Drim, en la que Akilín se lleva los cré-ditos como compositor de la banda sonora, se acaba de proyectar. Finalmente llegó al Teatro Río Caribe y la cata de bebidas espi-rituosas apenas empieza.

Con Los Pecaya, la banda que suda cocuy sobre la tarima, Aquiles nos presenta su más reciente trabajo musical, Me ta llamando. El percusionista que lo acompaña carbura una pipa, la entrevista empieza recordando a Crosty, un rapero de Barlovento que murió estando en situación de calle. A “Moroco Topo” (como le dicen en el barrio a Aquiles Rengifo) no le preguntaremos sobre la últi-ma vez que puso a bailar a los europeos bajo una puesta de sol en Praga, ni de cómo ve el éxodo migratorio la comunidad venezolana en Barcelona. Sin embargo, se nos adelanta con la primicia de que en el famoso barrio madrileño de Lavapiés, por donde pasó el año pasado en su European Tour 2017, la policía acaba de cobrar la vida de un “man-tero” (vendedor informal y callejero) y, en este momento (el de la entrevista), la comu-nidad se prepara para una refriega callejera. Como andamos sin apresto y sin desodo-rante, le pregunto por su otro sobrenombre.

—¿ES VERDAD QUE TE DICEN“MILJAUS” (MILHOUSE), COMOEL DE LOS SIMPSON?—Sí… también. (Por esa extraña razón, aquellos ojos perdidos en el fondo de los cristales de sus lentes fotocromáticos, me habían hecho creer —en todos estos años— que siempre andaba hasta las metras.)

DIOS ES DJCuando se dice que Dios es un DJ es porque los DJ toman el control de nuestros cuer-pos a través de la música y la química que se combina con el diseño se inclina hacia la experiencia religiosa de las drogas.

—¿TIENES ALGÚN VICIO APARTE DE LAS BOMBAS DE AREQUIPE?—El trabajo de producir música. —¿QUÉ OPINAS DE LAS DROGAS?—Las drogas son recursos para expandir la mente, para relajarse y para escapar de la realidad.—¿SI HABLÁRAMOS DELEGALIZACIÓN, DE QUÉ DROGAS HABLARÍAMOS?—De todas las drogas (yo también lo creo).

Porque esta es una sociedad hipócrita don-de la gente se droga con todo, hasta con una coca cola y con otras drogas legales. —¿QUÉ DROGAS HAS PROBADO?—La coca cola. —¿ILEGALES?—Ninguna, no me ha hecho falta. EL ELECTROCARIBEDE LOS ÚLTIMOS TIEMPOSDe la riqueza cultural, nuestra música. De la mirada a nosotros mismos, la dignidad que embellece los cuerpos. Convencido de lo que hace, me dice: “Si salimos de esta, nos vamos a proyectar para siempre”. Esta conexión del alma y el cuerpo a través de la música tradicional no se puede confiscar

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solo a un goce meramente estético. Existe una cultura que resiste a los embates de los tiempos que nos tocó vivir, y a la muerte.

—¿CUÁL ES, ENTONCES, ELAPORTE DE TU PROPUESTAA LA MÚSICA VENEZOLANA?—Redescubrir nuevas sonoridades y nuevas texturas que acerquen la música venezolana a esta época. La música nuestra siempre la vemos como algo de museo o para bailarla a las 12; que la gente se vuelva loca en las fiestas y cumplir con la formalidad, como cuando ponen el “Alma llanera” para uno irse, hay que trascender esa visión y hacer que la música nuestra se oiga de otra ma-nera.

DÓNDE ANTES TOCABA UNA BANDA AHORA SE MONTA UN DJ—¿TE GUSTA EL ROCK?—Sí, no es lo que más oigo, pero sí, el rock le ha dado un gran aporte a la música po-pular. Pero he escuchado más jazz que rock.

—¿UN JAZZISTA?—Chucho Valdés.

—¿UNA BANDA DE ROCK?—Queen. Rapsodia Bohemia es una obra maestra.

—¿UNA BANDA DE ROCKNACIONAL? —Los Pecaya (se la puse fácil) tienen cosas interesantes. Lapa Mariposa de la mano de Cheo Romero fue una gran banda, y, bueno, hoy está con el proyecto La Callejera (que no es rock pero es una salsa con unas letras muy duras), porque Cheo es una leyenda de la música underground, alternativa, de esta ciudad desde los años 90. Colina también, tiene un pop caribeño interesante, así como Adrenalina Caribe, y, luego, una banda que se llamó PAN —funk caraqueño, con hip hop.

—¿ERES, ENTONCES,VALLECOCHERO?—Cochero vallero —“cochero” por delante—

El electrocaribe y el cocuy nos agasajan

aunque eso viene de los muchachos del Tiuna, por que ellos eran de El Valle y yo de Coche.

—¿QUÉ SIGNIFICA EL PARQUECULTURAL TIUNA EL FUERTE PARA UN COCHERO VALLERO?—Un referente cultural, un nuevo mode-lo de cultura para el barrio, para la ciudad para Venezuela y el mundo. —¿Y PARA EL ARTE? —También un referente, porque acerca al artista a la comunidad y lo vincula con el entorno. El Tiuna rompió los esquemas de las bellas artes de Plaza los Museos, porque en El Valle no pasaba nada cultu-ral, a pesar de que muchos artistas habían salido de allí.

“Yo, no me voy” nos dice... “Porque a don-de vayamos siempre seremos unos invita-dos”. A pesar de todas las situaciones y las complejidades que estamos atravesando los venezolanos, la “pasadera de roncha” en lo económico es la que más nos pega, sin embargo Akilín está plenamente con-vencido de que al superarlas estaremos mucho mejor. “Si pasamos esto, nos con-vertiremos en héroes de guerra”. Por eso ve en las crisis un bucle, un elemento cí-clico, donde pueden encontrarse grandes posibilidades.

“YO, NO ME VOY, PORQUE A DONDE VAYAMOS SIEMPRE SEREMOS UNOS INVITADOS”—

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... MONTE Y CULEBRA

Atornillado, galvanizado, petrificado en el ser social, se encuentra el impulso, o al menos el discurso, que niega todo lo que no sea medible, cuantificable o perceptible mediante nuestros sentidos o mediante los instrumentos tecnológicos, creados para ampliar el radio de acción de esos sentidos. Algo nos susurra al oído y a veces también nos grita: si no se puede ver, oír, oler, tocar o saborear, entonces no existe. Como si cinco piches sentidos fueran suficientes para captar y percibir todo lo que ocurre en el universo.

Lo llaman “proceso civilizatorio”, y es el mecanismo histórico, ideológico y sicosocial mediante el cual uno se siente seguro, con-vencido y dispuesto a pagar por unas pastillas a base de sábila, por-que el médico nos dijo que esas pastillas le limpiarán los intestinos, pero si viene alguien a proponernos que cortemos una penca de sábila y nos comamos unos cristales entonces lo llamamos bruto, irracional, anticuado, rudimentario, supersticioso y ridículo. Igual con unos cuantos alimentos: pago miles de bolívares por una vai-na empaquetada que me han dicho que es harina de maíz, pero me desgarro e indigno cuando me proponen que mejor siembre la mata de maíz.

Resulta mucho más tajante cuando se trata de asuntos cercanos a la magia, a la religión o a los asombros primordiales: nos da una risa del carajo la gente que todavía cree en seres superiores y en inteligencias no humanas. No sé quién fue el que estableció o decretó que para ser revolucionario necesariamente se tiene que ser ateo (y yo me jacto de serlo, por cierto), pero existe también esa resistencia a entender que, así como hay plantas comestibles, medicinales, maderables y ornamenta-les, también hay plantas con propiedades mágicas. ¿Existe la magia? No sé, pero existen millones de personas que a través de los milenios

POR JOSÉ ROBERTO DUQUE@JROBERTODUQUE

ILUSTRACIÓN HENRY ROJAS

MAGIA

que la humanidad contabiliza como historia han investigado, utilizado y aprovechado los poderes simbólicos, tranquilizantes o terapéuticos de muchos miles de plantas, y yo no soy quien para venirles a esos millones con una presunta racionalidad superior a decirles “Al carajo sus mitos y creencias: llegó el papá del materialismo histórico y aquí no caben la palabra ni el concepto ‘espiritual’”.

Por supuesto que no hay por qué hacerles ninguna concesión a la des-trucción de culturas que siguen perpetrando Europa y sus hijos con-tinuadores de la hegemonía, utilizando el miedo y las religiones como ariete ideológico. La farsa católica y judeocristiana consiste en poner a unos imbéciles con batolas, sotanas y coronas a administrar y a sa-carle provecho a algo que sí viene en el paquete biológico de los seres humanos y el resto de los animales: el estupor y los miedos. La ciencia es el navegador necesario para ubicarse en el planeta y en el universo, pero no hay por qué sentirse idiota y ni siquiera primitivo si nos pre-guntamos cómo un ser inteligente como el humano pudo ser creado por puro azar y sin intervención de inteligencias anteriores (eh: nadie ha dicho “superiores”) al ser humano.

Las especies terrestres nos hemos adaptado a situaciones planetarias y el ser humano preindustrial encontró acomodo y alivio en ese juego ancestral de las adaptaciones. Indague por los poderes mágicos de la ruda, la retama, la menta, el cundeamor, la artemisa, la sábila, la alba-haca, el jengibre, el pasote y los cariaquitos, y no se preocupe cuando comience la cacería de brujas, porque esa bicha vendrá: es más fácil llamar supersticioso y fanático al que busca en el universo vegetal las respuestas lógicas que la industria farmacéutica, la Academia y las fa-cultades de medicina decidieron complicar para poner el saber solo al servicio de clases dominantes.

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BOLEROS QUE CURAN EL ALMA

Nadie comprende lo que sufro yo... “¡recojan los vidrios!” exclamó el an-gelito malo... “¡qué vaina, ya se está acordando de la muchacha esa otra vez”!, dijo el bueno apenas comenzaba el bolero enarbolando la melodía de las trompetas con sordina para dar paso en voz al gran Daniel Santos, su amigo el “inquieto anacobero”... canto pues ya no puedo sollozar / solo, temblando de ansiedad estoy / todos me miran y se van”... hasta llegar a la súplica: “Mujer, si puedes tú con Dios hablar / pregúntale si yo alguna vez te he dejado de adorar. / Y al mar, espejo de mi corazón / las veces que me ha visto llorar / la perfidia de tu amor. Alguna versión dice: “El bar, refugio de mi corazón”. Jajá.

“Perfidia” es un bolero primo hermano de “Frenesí” del mexicano Al-berto Domínguez Borrás, con éxito en el cine, de hecho fue internacio-nalizado en la banda sonora de la película Casablanca, en la escena del club nocturno de París en la que Humphrey Bogart e Ingrid Bergman bailan juntos. De paso, Williams Rowland, productor de cine estadouni-dense, tituló una de sus películas Perfidia, interpretada en 1937 por Lupi-ta Palomera. Cuenta su hijo: “Después de escuchar esas dos espléndidas canciones, se podría pensar que mi padre se encontraba en un etapa de tranquilidad y amor, pero no, él vivía los tiempos de guerra en Estados Unidos. De hecho, Glenn Miller, músico estadounidense de jazz y ade-más militar —Mayor—, lo nombró el ‘musicalizador de la Segunda Gue-rra Mundial’, ya que, según palabras de mi padre, cuando llegaba con su espectáculo musical a los diferentes frentes que visitaba para distraer a los soldados, la canción que más solicitaban era ‘Perfidia’, le decían: ‘Mr. Frenesí, ‘Perfidia’.’..”.

No se pierdan la versión yazzeadita de Ibrahim Ferrer acompañado de Orlando “Cachaíto” López, Roberto Fonseca y Manuel Galbán. El final es la merma: Te he buscado por doquiera que yo voy / y no te puedo hallar. / ¿Para qué quiero otros besos si tus labios no me quieren ya besar? / Y tú, quién sabe por dónde andarás / quién sabe qué aventura tendrás, / que lejos estás de mí. (“En Marte, en la Luna en todos los planetas te voy a buscar toda la vida”, dice Ibrahim). Recojan los vidrios, otra vez, dijo el malo. Jajajá.

POR HUMBERTO MÁRQUEZILUSTRACIÓN JESSICA MENA

“PERFIDIA”

MÚSICA

ORIENTE Y SU MAR SONORO

LA SABROSURA DE SUS PLAYAS Y SU COMIDA SE EVIDENCIA EN SU MÚSICA. AL ORIENTE VENEZOLANO TAMBIÉN LO CARACTERIZA

SU VARIEDAD RÍTMICA QUE AÚN NO SE TERMINA DE DIFUNDIR POR TODO EL PAÍS. POR ESO VARIOS CULTORES ABOGAN POR

UNAPOLÍTICA ESTATAL QUE PROYECTE ESTA RIQUEZA

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POR MERCEDES SANZ @JAZZMERCEDES

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Varias parejas bailan como si estuvieran cepillando el piso. Al son de maracas, cuereta, mandolina, arpa, cuatro y más instrumentos, el grupo de músicos entona un joropo cotorreao.

El oriente venezolano es un reservorio musical. Esta zona abarca los estados Anzoátegui, Sucre, Nueva Esparta y Monagas. Es el ámbito donde se evidencian, de manera directa, las huellas de los sonidos arabescos, mediterráneos, andaluces, y, por supuesto, todo eso entremezclado con lo africano y lo indígena.

El resultado no puede ser mejor que coloridas combinaciones de cantos, danzas y ritmos. Y es que la música de este lado costero es eso: multiculturalidad, mestizaje, sensualidad que se asoman en el punto cruzao, la jota, en el galerón que brota como un torrente de la garganta de los pescadores, en las fulías desgarradas en la doliente y poderosa voz de la inmortal María Rodríguez; en tantos personajes anónimos, en cada habitante de las soleadas calles, y en figuras notorias como Gualberto Ibarreto, el más mediático, y vaya que hay que agradecerle eso de llevar la música oriental a diferentes públicos dentro y fuera de Venezuela.

Más de diez estilos de joropo conviven en el oriente del país, además de otras manifestaciones sonoras, recreativas y de bailes, unidas a la cotidianidad e historia de cada ciudad. ¿Qué tanto nos enseñan en los centros educativos acerca de la cultura oriental? ¿Qué tanto se difunde en los medios? Cuando apenas nos hacemos estas dos preguntas, la conclusión enseguida es: hay mucho por hacer.

“El principal problema son los medios masivos que no están proyectando toda nuestra música, excepto la llanera. El otro problema es que se ha instaurado el que al joven solo le gusta rock, pop y salsa. Lo que

más se difunde es el polo y la malagueña, pero el joropo oriental, por ejemplo, es muy representativo, ya que está formado por joropo, golpe de arpa y estribillo, tiene tres joropos en uno. Este estilo es muy rico en instrumentación. Se puede tocar con bandola, arpa, tres, violín, acordeón. Pero la música del oriente, en general, es muy diversa”, dice Oscar Lista, cantautor caraqueño de esta música, de padres orientales, y quien conduce el programa Guasangueando por Alba Ciudad.

Las radios y televisoras no proyectan ni una cuarta parte de los artistas que tiene esta región. Algunos fallecen, dejan un legado y ni nos enteramos. Sin ir muy lejos, todavía no se escucha el canto atronador de María Rodríguez. ¡Seguimos en deuda contigo, Guaricha!

“No se ha entendido bien la fortaleza de la música oriental. Esta zona de Venezuela es como un museo. Hay rasgos de los cantos árabes, griegos. Estas influencias le

María Rodríguez, la “sirena de Cumaná”

dan una riqueza rítmica y melódica que la distinguen del resto de los ritmos del país. Esta música es diversa y compleja. Lo que se pide es que se difunda. Solamente Margarita tiene unas quince formas musicales. Cada provincia tiene sus estilos. Lo que se tiene que valorar son las formas de expresarlos”, expone Alberto “Beto” Valderrama, cantautor e instrumentista margariteño.

Por su parte, la cantante y promotora cultural cumanesa Daisy Gutiérrez refiere: “La causa fundamental es que se ha institucionalizado una política de difusión de una parte de nuestra música. Se ha establecido el joropo llanero como la música que nos identifica. Esto viene desde la dictadura, luego continuó con las democracias de AD, Copei y hasta nuestros días. Desde allí venimos padeciendo. ¿Qué hay que hacer? Debe crearse una política de Estado que englobe la riqueza de la música oriental, de Lara, Zulia y de todos los estados venezolanos”.

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TROTA CCS

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Edición Número Doscientos setenta. Año 06. ÉPALE CCSCaracas, 25 de marzo de 2018. Edición Número Doscientos setenta. Año 06. ÉPALE CCS Caracas, 25 de marzo de 2018.

El domingo al amanecer es una hora de corredores. Mientras mucha gente aprovecha para dormir un poco más y otros están recién acostándose —luego de una noche de farra— los corredores saltan de sus camas y salen a disfrutar de las calles solitarias de una ciudad que solo existe ese día a esa hora. Una vaina mágica.

Eso vale para cualquier domingo, pero el domingo pasado fue especial porque salieron al mismo tiempo casi todos los corredores de la urbe.

Los que estaban inscritos en la primera edición del Maratón Caracas 42K se levantaron muy temprano (tipo 4 am) para estar antes de las 6 en el punto de partida,

el Parque Los Caobos. El mayor de los respetos y grandes reverencias para cada uno de ellos y ellas.

Otros, que no estaban inscritos, salieron también muy de mañanita con la idea de incorporarse como toreros espontáneos, algo que en el argot se llama “correr por

fuera”. Una observación al ojo por ciento indicaba que —al menos en los primeros tramos— había más o menos la misma cantidad de participantes inscritos que de coleados, dicho sea con el debido respeto para estos últimos.

Finalmente, antes de que terminara de amanecer también salimos los trotadores majunches, con el propósito de ver pasar a los maratonistas y de experimentar algunas de las sensaciones propias de una carrera de verdad verdad, con el debido respeto para las otras carreras.

Personalmente, me acerqué hasta la avenida Bolívar. Vi pasar al pelotón hacia el centro de la ciudad y luego de regreso hacia el este. Les cuento que experimenté una gran emoción. Confieso que incluso estuve a punto de meterme también a correr por fuera, pero prevaleció (valga la repetición) el respeto a los que de verdad están preparados para un reto como ese. En el desarrollo de la carrera, como suele ocurrir, los no tan entrenados se fueron

P

quedando en el camino. Como la ruta consistía en dos vueltas a un circuito de 21 kilómetros, muchos aprovecharon la primera para retirarse, es decir, que se “conformaron” con la distancia del medio maratón. Lo de conformarse es, claro, una ironía, pues se necesitan muchas horas, días, semanas, meses y hasta años de entrenamiento, además de una tremenda determinación, para llegar a esa “media mitad”.

Psicológicamente es un titánico desafío correr un maratón de doble vuelta. Eso dicen los conocedores y no es difícil imaginarse lo cuesta arriba que debe ser pasar por la meta la primera vez y pensar en que —¡uff!— ahora tengo que hacer el mismo recorrido de nuevo.

Tal vez esa característica hizo que los tiempos no hayan sido nada impresionantes, comparados con los de la élite de este exigente deporte. En una distancia cuyo récord mundial es de 2 horas 2 minutos, 57 segundos (de Dennis Kimetto, un atleta de otro mundo, aunque oficialmente nacido en Kenia), el ganador del Caracas 42K, el tachirense Dídimo Sánchez, paró el reloj en 2 horas 26 minutos 15 segundos.

NO AMANECIÓ DE GOLPE, SINO DE MARATÓN Clamando en la montaña. En

una de las primeras entregas de esta sección, en enero, informé

Cortafuego del Waraira Repano

mantenimiento. A principios de marzo, la situación no lucía mucho mejor. En particular, el deterioro se acentúa entre La

Hay zonas donde el sendero casi desaparece por lo altos que están los matorrales, cada

en caso de incendio forestal. En los predios de los guardaparques se dice que la situación ha sido

sino en la montaña.

Próxima entrega: “Sitios para correr en Caracas (II) Los Próceres

En cuanto a la categoría de mujeres, la marca mundial es de 2 horas 15 minutos y 25 segundos (de la británica Paula Radcliffe), mientras el tiempo de la capitalina Arelis Rodríguez (a quien llaman cariñosamente “Arepita”) fue de 2 horas 53 minutos 52 segundos. Sin embargo, los tiempos no son tan deficientes, comparados con los de otros maratones realizados en Caracas, como la más reciente edición del Maratón CAF, la de 2017. En esa prueba, José David Cardona marcó la pauta con 2 horas 23 minutos 23 segundos, y Zuleima Amaya ganó con un tiempo de 2 horas 49 minutos 44 segundos.

Como sea, el asunto de los récords no fue en absoluto lo más importante para la inmensa mayoría de los corredores que salieron (salimos, puedo decirlo con algo de orgullo) a correr el maratón oficial, a correrlo por fuera o a mirar pasar a los otros y soñar con participar alguna vez. Lo más importante es que, luego de muchos años de orfandad o de una prueba “prestada” (la de la CAF), Caracas amaneció de maratón. Los gestores de semejante logro merecen 42 kilómetros de aplausos.

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SOBERANÍAS SEXUALES

Todo comienza con un dolor hondo en lo más profundo del estómago. Es un malestar pendular, que va y viene en oscilaciones vertiginosas. Le sigue un desvanecimiento de las piernas, frío glacial entre los muslos y un estado general de torpeza que te congela los brazos y deja tu lengua trabada sobre el pastizal seco en que se te convierte la boca. No salivas. Los ojos se te nublan por una cortina plomiza que te impide mirar con seguridad, y el sudor comienza a contribuir con tu repentina ceguera.

Los pensamientos te traicionan: la distingues entre tus brazos, acariciada con loca pasión y sumisa entre tus pulsaciones, embadurnada entre el cue-llo y la oreja de una sola lambida. A la vez la sientes distante, incómoda, suplicando con su mutismo intransigente que desaparezcas. “¿Le hablo?” Te preguntas. “Veo dos opciones si le digo algo: se arrecha y ni me voltea a ver, lo cual me hundiría el orgullo hasta las catacumbas, o me responde solo por amabilidad, como para pasar triunfal el rato amargo”.

“¿Qué hago?”. Sudas a raudales. Buscas entretener la vista, pero no logras evitar posarte de nuevo sobre sus tetas, sobre su cabello de medusa retor-cida. Sus caderas de fantasía, su piel de barniz cobrizo, y los lentes culo’e botella de lectora del Chino Valera que casi te infartan. Pero nada sería lo mismo sin ese extraordinario trasero de bestia voluptuosa, monumento al trópico, que cincela en su conjunto una forma de belleza brutal.

“¿Y si le caigo y me confronta?”. Es la misma maldita pregunta que siempre te ha dejado amores en el tintero, relaciones cortas o largas sin siquiera empezar. Pero ¿y si coopera? “Voy pa esa”, te dices acopiando una fuerza milagrosa que te hace mover un pie.

Te arde la cara, sientes llamear desde tus ojos, el sudor empapa tus manos y ya te sabes desnudo e imbécil, sin capacidad ni para articular media frase que te pueda servir de plataforma para hablarle, mucho menos para ena-morarla. Sabes que podría ser ella, “la maga”, la que te salve del destierro del onanismo, la que te llene de carnes y coitos en esa fragua amatoria de la existencia que como siempre, se te escurre.

Nos consuela Misael Salazar Léidenz cuando habla en su Geografía erótica del venezolano, de la “permanente timidez que padecen los caraqueños”, obligados a consumir menjurjes como la yohimbina, los fosfatos vitami-nados, el mentol chino y muchas otras panaceas de la sexualidad y la segu-ridad, desde muy chamos.

¡Ni que me tome lo que me tome! En ese trance de transpirar frente a la posibilidad del escarceo sexual, temblequear en la sola presencia de ese lu-minoso objeto del deseo, hemos dejado un sinfín de suspiros y la absurda nostalgia —como advirtió el gran Sabina— de añorar lo que nunca jamás sucedió.

POR MARLON ZAMBRANO@MARLONZAMBRANO

ILUSTRACIÓN GABRIEL LARA

TÍMIDO

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CRÓNICA

“¡MENÉALO, QUE TIENELA AZUCA ABAJO!”

EL FENÓMENO DE LAS RUMBERAS, DESARROLLADO POR EL CINE MEXICANO DURANTE SU ÉPOCA DORADA, MERECE ENTENDERSE

CON SU ANTES Y SU DESPUÉS. CUESTIÓN ANTROPOLÓGICA QUE NO PIERDE VIGENCIA Y AUN EXPLICA DEMASIADAS COSAS

SOBRE EL ROL DE LA MUJER EN LATINOAMÉRICA

POR FRANCISCO AGUANA MARTÍNEZ

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1918

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Son dos dimensiones sensoriales distintas: una cosa era verlas en la pantalla en blanco y negro, technicolor o mexiscope moviendo las caderas electrificadas con desenfreno, los hombros y las piernas convulsionadas y percutivas en ar-moniosa cadencia y otra cosa, muy diferente, era sentirlas en vivo, en el recinto cerrado del teatro donde la multitud exudaba lujuria atiza-da por el tam tam de los tambores.

El cine de cabareteras que comienza con Santa (1932) al que luego se le agregan las rumbe-ras mexicanas, puertorriqueñas y cubanas es un subgénero del melodrama mexicano; un ornitorrinco dramático construido con reta-zos de diversos géneros del cine pero siempre tratando asuntos sentimentales: dramas del corazón. La trama maniquea de estas produc-ciones oscilaba entre dos extremos. Por un lado, en el que la heroína era una tragavenado o devoradora de hombres que tomaba para su construcción dramática aspectos de la vamp y la femme fatale popularizadas por las cinema-tografías de Estados Unidos y Europa, una tri-turadora de naranjas que convertía a los hom-bres, mediante la seducción y el engaño, en simples bagazos, víctimas de la ambición sin límite de estas mujeres, por la fama y el dinero. El otro extremo era el de la pobre muchacha, impoluta y virginal, que llegaba del campo a la ciudad para buscar el dinero con qué curar a su pobre madrecita gravemente enferma y evitar también la muerte, por inanición, de sus catorce hermanitos. Se alojababa en el quinto patio de una mugrienta casa de vecindad y un día, en mala hora, se atravesaba en su camino un hombre malvado, todo un bicho, chulo y cruel cuyo objetivo era seducirla, poseerla y

quitarle lo más preciado para ella: el virgo. No conforme con esto la bestia esa la prostituía y la involucraba con una red mafiosa o gansteril, agregándole suspenso y misterio a la tra-ma con lo que le hacía un guiño al cine negro o policial. Por estra-tegia de mercado los hombres víctimas en estos filmes eran los galanes buenos mozos del momento; los villanos eran los actores “cara‘e camión” encasi-llados en esos roles. Algo simi-lar ocurría con las actrices: el rol perruno lo interpretaba una bien agraciada actriz, de rostro duro pero atractivo; el de la plañidera y mala suerte era interpretado por la da-mita joven, de aspecto frágil que pudiera conmover al espectador por sus desgracias.

La muchacha pobre, engañada, desvirgada y prostitui-

CINE QUE PROMOVÍAEL MACHISMO PATRIARCAL: EL HOMBRE ERA EL QUE LLEVABA LOS PANTALONES—

des producciones musicales de Hollywood y fue con la música cubana con la que se nutrie-ron esas producciones.

Desde finales del siglo XIX los barcos cubanos recalaban en los puertos de Veracruz dejan-do su cargamento melodioso. Primero con el bolero, luego el danzón que Acerina convir-tiera en rasgo cultural de esa región al punto de reclamar la nacionalidad de ese ritmo para los mexicanos. Después vinieron la rumba, la guaracha, el guaguancó y el chachachá. Esto es, el bastimento necesario para que las caba-reteras murieran de dolor y pena con fondo de bolero o las rumberas latiguiaran sus cuerpos como poseídas por el demonio.

SOBRE UNA TUMBAUNA RUMBERAA medida que pasó el tiempo el género se fue degenerando por sus tramas simples y predecibles muchas veces tomadas, incluso sus títulos, de populares canciones. Tanto fue su desgaste que en el propio México co-menzaron a llamar a esas películas “churros”. Cesaron los tambores y el plumífero y raído traje de la rumbera lucía ya como pajarraco destartalado.

En los años 70 se quiso revivir a la industria mexicana del cine con las películas de ca-bareteras fronterizas aunque ya no la movía la pasión por el deseado macho sino el ins-tinto de supervivencia. El escenario donde se desarrollaban sus desgracias ya se había despojado de suntuosidades y de sonori-dades; solo le hacía compañía una triste rocola. La cabaretera ya no era la figura de atracción que otrora despertara emocio-nes descontroladas sino una marchita flor en medio del árido desierto; ya no eran los chulos descarados que atentaban contra su pureza virginal sino un grupo de des-almados miembros de carteles de drogas y otros zombis sociales tratando de saltar el muro de los lamentos hacia una falsa vida de prosperidad. Mientras tanto, la Calaca vestida de rumbera bailaba sobre las miles de tumbas de las mujeres asesinadas en las ciudades fronterizas.

da, rehén de unos tratantes de blancas y tra-ficantes de drogas, ya había sido tragada por la vorágine de la ciudad. Ahora dirigiría sus energías por los caminos de la redención y con la duda existencial de si seguir en la victimaria ciudad o regresarse a su pueblo: pobre, menos-cabada moralmente y ¡sin virgo! donde la vieja interesada de su madre —seguramente Sara García— le gritaría en su cara: “¡Arrabalera, aventurera, perdida, cabaretera, piruuuuja! (o sea, ¡puuuuuutaaa!). La bicha malvada caía de su pedestal de barro, de hinojos a los pies del galán rehabilitado por la triple A y se arrastraba cual patética culebra pidiendo perdón y regre-so; el hombre la veía con absoluto desprecio, escupía al piso, daba la media vuelta y se iba con el sol cuando moría la tarde. El cadáver del abyecto truhan aparecía tendido, en el Paseo Reforma, con un pico atravezado en el pecho y la muchacha mancillada era premiada con fama y fortuna (¡chan chan!). Allí radicaba el efecto catártico y moralizante de esos filmes. En el fondo promovían el orden existente, en todos los sentidos, castigando y premiando a los que se ajustaban a sus mandatos; promovía el machismo patriarcal: el hombre era el que llevaba los pantalones: el mero macho, pues la mujer debía ser sumisa, obediente, dependien-te y, además, ¡decente! Procuraban el equilibrio poblacional desalentando, con sus tramas pesi-mistas, el desplazamiento interno de millones de migrantes del campo a la ciudad que por los años 40 y 50, tenía lugar en Latinoaméri-ca. Algo así como “si te vienes para la ciudad , mira lo que te pasará”. Y, finalmente, enviaban el mensaje de la separación de clases sociales: algo así como “ustedes los ricos y nosotros los pobres”, o juntos pero no revueltos. Aunque los adinerados fueran presentados, con frecuen-cia, como seres crueles e indolentes sociales debían gozar de privilegios propios de su con-dición; si eras pobre debías ser conforme con estar vivo, rezarle a la virgencita de Guadalupe y soñar siempre, y solamente, con un mundo más justo.

La música era otra protagonista en las pelícu-las de rumberas y cabareteras que se crearon como respuesta del cine mexicano a las gran-

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GASTRONOMÍA

ANCESTRAL Y SENSORIAL

POR MARLON ZAMBRANO@MARLONZAMBRANO

FOTOGRAFÍAS ENRIQUE HERNÁNDEZ

PICHONES DE SIBARITA

Nos recibe con guarapito de toronjil, malojillo, menta y papelón. La degustación es sencilla y contundente: sirve para proteger nuestro siste-ma digestivo y es energizante. A la vez, remite a una noción de territorio infinito y sin ideas preconcebidas. No todo es café y curda.

Probamos las “arañas” de Chávez, una receta patrimonial de Barinas y laboriosa, porque la lechosa verde hay que saberla deslechar y luego tasajear para que no se parezca a otra cosa.

Olimos el perfume rico de la sarrapia de Bolívar, que sustituye a la vainilla y se desconoce porque resulta que la cosecha de los sarrapiales se la lle-vaban íntegra al exterior para hacer Amargo de Angostura. El mucumapuriun, originario del pueblo barí de la Sierra de Perijá, que por ahí la llaman semilla de “toddy” y que cuando la pro-cesas te sabe a cacao. La malagueta, que sustitu-ye al clavo de olor, y es más nuestra que la arepa.

“La vida está en la muela” nos cuenta que le decía su abuela. “Para vivir tenemos que oler, comer, escuchar, tocar... alimentar el cuerpo y el alma” afloja Laura Díaz, artífice de la Cocina Sensorial y Ancestral de la Gata María Loa, un día que nos invitó a una de las degustaciones y expo-venta con las que anda reconectándonos con la esencia.

¿Por qué sensorial y ancestral?, porque cada re-ceta está pensada para que volvamos a través de los sentidos al hogar, a lo nuestro.

Nos dio por seguirle la pista a la gastronomía alternativa, un sibaritismo de la supervivencia que es pasto fresco del autorreconocimiento, el arraigo y la identidad, otra manera de vivir la patria. El futuro hizo su entrada discreta y nos mandó a parar la imprimidera en papel y la comedera de basura a la que nos tenía acostumbrada la Venezuela opulenta que se

paseó vanidosa durante la bonanza petrole-ra, permitiéndonos el consumo desmedido e irresponsable.

“Al venezolano se le desacostumbró a cocinar, fueron sustrayendo poco a poco las recetas de las familias, con los ingredientes que conse-guía en el conuco, y en esa medida nos fueron imponiendo otros gustos e ingredientes y lo autóctono fue desapareciendo, no solo de las mesas sino de los cultivos” explica Laura. Se pasea por las ferias conuqueras de la ciudad y en cuanto sarao la inviten, con la misión de trascender la ingesta y la venta. “Hay que en-señar a la gente a hacer nuestra cocina”.

Exhibe sus pócimas y menjurjes: la torta melosa con harina de casabe que le hacían al Libertador con dátiles caraqueños; la torta de auyama y confituras de naranjas; el buñuelo de yuca relleno de mermelada de guayaba y bañado en papelón; sus vi-nagres orgánicos de tamarindo y piña; sus mermeladas de pomalaca y ají jobito de Sucre.

Ella anda en una cruzada personal que abo-lió el desconsuelo y se aprovecha del mo-mento para recuperar el patrimonio y la emotividad de nuestros sabores. Le viene de familia. Mujeres que estuvieron siem-pre alrededor del fogón en el asentamiento agrícola Pitahaya, de los Valles del Tuy. Con esos aromas nos hala de la nariz: “Sientes que hay algo ahí que te lleva a un lugar que es tuyo”.

LA ENCUENTRAS EN

@gatamarialoa

www.gatamarialoa.blogspot.com

Tlf. 0416-9277491

LIBREMENTE

Día y noche estamos bajo un bombardeo polimórfico y perverso.

La realidad pareciera conspirar contra nosotros y nuestros inten-tos de mantenernos a flote. Estamos en una realidad de guerra.

A causa de esto diariamente vivimos una ensalada de emociones y sensaciones como la impotencia, la desesperación, pena, frustra-ción, rabia, asombro, indefensión, dolor, miedo, angustia, odio, depresión, tristeza, desconfianza, apatía, mal humor, pesadumbre, en proporciones e intensidades increíbles y esto trastoca nuestro equilibrio psíquico. Ejemplo son esos momentos en donde ante una situación que no lo amerita reaccionamos negativamente o exageradamente. Por alguna parte debe salir la presión.

Pero hay otro problema. No podemos reprimir y tener dentro de nosotros todo ese cúmulo de sentimientos y sensaciones negati-vas, debemos deshacernos de ellas, por eso los ataques de rabia son funcionales.

Debemos entonces buscar alguna actividad que nos ayude a diri-gir esa rabia de una forma más armónica y no destructiva.

¿Como enfrentar “psicológicamente” esta guerra en la que esta-mos? ¿Qué mecanismos de defensa utilizamos?

Frente a situaciones de guerra como la que estamos viviendo en nuestro país generalmente se desarrollan tres visiones, que se tor-nan tres tipos de actitudes y formas de enfrentar la cotidianidad y están dirigidas todas a la sobrevivencia, pero desde puntos de vista y valoraciones diferentes de la realidad:

La visión romántica. Esta perspectiva que se engancha en imá-genes y liturgias religiosas, a veces traspasándose a lo político, se presenta como un cúmulo de imágenes y creencias sobre “el reino que está por venir”, la utopía por la que luchamos y defendemos, en esta visión se está constantemente a la expectativa de mejoras en la realidad cotidiana. “Nunca hay que perder la esperanza”. Esta perspectiva acentúa los aspectos de la realidad que considera positivos, negando los negativos según su posición ideológica.

La visión oportunista. Esta visión produce una constante actitud oportunista en la cotidianidad, es la realidad del compro y vendo, intercambio y gano, la selva alienada del mercado en su nivel más básico, es la perspectiva que puede llegar a decirte que tu hija tiene un precio. El portador de esta visión no está esperando mejoras de la realidad, lo que hace es “surfear” todos los días, como vaya viniendo vamos viendo. Ve la vida de una manera muy funcional, por ejem-

POR MIGUEL POSANI @MPOSANI

ILUSTRACIÓN JESSICA MENA

LA VIDA ES BELLA

plo, “esta persona me sirve para esto”.

La visión catastrófica. Pocos la pueden soportar, la de un futuro cada vez más reducido, extremo, sombrío, ilógico, irreal, el reino de la incertidumbre. Es la perspectiva que te dice “prepárate para lo peor, para días más duros”. En esta visión se tiende a acumu-lar productos, planes de contingencia, etc. Es una visión que en su extremo se vuelve paranoica. Es una visión de miedo que se retroalimenta exaltando determinadas partes de la realidad según su perspectiva inconsciente que es ideológica.

Ahora una buena pregunta sería: ¿En qué visión yo encajo, o a cuál me acerco más? Reflexiona, toma un papel y empieza a escri-bir cuál es tu visión y localiza tus actitudes cotidianas.

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Erich Fromm

“La respuesta madura al problema de la existencia es el amor”.

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PARA MARIELLE FRANCOPOR MICHELINY VERUNSCHK (BRASIL)TRADUCIDO POR AIXELA VALENTÍ

una mujer bajará del cerrocomo si bajara de una estrella

una mujer sus ojos iluminadossus manos latiendo vida y luchabajo sus pies la vieja serpiente[la labia las armas la cobardía de siempre]

una mujer bajará del cerrolas innumerables escaleras del cerrolos muros alambrados que separan al cerro

y pisará el suelo de ese país sin nombrede ese país que todavía no existede ese país que incesablemente no está

una mujer bajará del cerrotempestad es el vestido que tiene puestouna mujer bajará del cerroy aunque su sangre caigaherida incesante en el asfaltode la víctima del robo

@indira_carpioPOR INDIRA CARPIO

POESÍA O NADA

y aunque anuncien su muerte[y sí, aunque la conmemoren]a esta mujer nadie la podrá parar..

CARTA DE DENUNCIAPOR HELENA ZELIC (BRASIL)TRADUCIDO POR AIXELA VALENTÍN

no es que te hayas endurecido, mi amorduro está el mundome amas másme besas menosla culpa es del mundoy la culpa del mundo es de los ricosdicen que se ve feo hacer de un poemaun panfleto

pero es necesario darle nombrea los bueyes

walter souza bragamarcelo crivellapara hablar del presente

este poema está enraizado en un tiempoocurre hoy 15 de marzode 2018no estamos alegres pero tuvimos a maiakó-vskiparece que nuestro deber es perdurarparecía que el afecto nos podríasalvarallá afuera la barbarie aquí los dedos man-sos¿ves esas luces que invaden el techo?por la rendija de la ventanamadrugada y dan miedohoy, ese haz de luz es la muerteque acecha.yo sé que tienes las horas contadas perohazme compañía esta noche

porque no es tu voz, mi amorla que perdió su arrulloson las voces que estamos perdiendo

no eres tú que andas más muda, mi amorson los minutos de silencioque anteceden a la venganza¿logras oír?está viniendo.

VERSO A VERSO

Por qué insisten en callarnos

si la palabra es mujer

y es lo más bello del ser

que se hizo para amarnos.

La defensa es abrazarnos

entre todas, sin ser blanco

como lo fue Marielle Franco

por ser de fuerte sonrisa.

No nos quitarán la risa

ni el poder de nuestro canto.

DÉCIMA COTIDIANA

POR ANA CECILIA LOYO@decimacotidiana

Abrazarnos en defensa propia

Marielle Franco

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POR NEPTALÍ SEGOVIA

1. Prudencia, buen juicio, sentido común que alguien debe tener. 8. Ausencia de guerra. 11. Número atómico del hidrógeno. 12. Antónimo de desatar, desligar, desunir. 14. Dominio de internet de Marruecos. 15. Sinónimo de lado, aladar, temporal. 17. Masa metalífera o pétrea entre dos capas de un terreno. 19. Dominio de internet de Argentina.

21. Cantar la rana. 23. Símbolos del argón y del carbono. 24. Mama, pecho, pezón (inv.). 26. Instrumento musical de cuerdas antiguo. 28. Conocida población del estado Miranda. 29. Voz para contestar el teléfono. 31. Interpretad un texto. 33. Sustancia espiritual e inmortal de los seres humanos. 35. Decimocuarta letra del alfabeto español.

37. Calle de una población. 38. Río de Venezuela, en el estado Yaracuy. 40. Cerca, cercano, en inglés. 42. Titánide hija de Urano, madre de Zeus (inv.). 44. Instrumento metálico para abrir o cerrar una cerradura. 46. Primera voz de la escala musical (inv.). 48. Noticia o idea por la cual se hace comprensible algo.

50. Acto litúrgico dentro del cual se ofrece la eucaristía. 52. Cara del dado que tiene un solo punto. 53. Inclinación de un terreno o del paramento de un muro (inv.). 55. Prefijo con significado de igual. 57. Apócope de santo. 58. Rigor, exactitud, esmero en el trabajo (inv.).

SO

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N D

EL

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TE

RIO

R

1. Operación de sumar. 2. Preposición de lugar, tiempo o modo. 3. Apócope de nosotros. 4. Situación de vigilancia o atención. 5. Juicio, prudencia, sentido común. 6. Dominio de internet de Egipto. 7. Cosecha de la caña de azúcar. 9. El más grande de todos los sentimientos. 10. Paso más largo del normal. 13. Dominio de internet de Irán (inv.). 16. Enarbolé la bandera en el asta. 18. Cualquiera de los lados en declive de un monte. 20. El presidente de Cuba. 22. Ala sin plumas de cualquier ave. 25. Haydée “…” Bunke, recordada revolucionaria argentina. 27. Símbolos del uranio y del litro. 28. Leones del …, equipo capitalino de beisbol profesional. 30. Fidedigno, verídico y legal. 32. Moneda europea. 34. Terminación de infinitivo. 36. Apuesta que se hace en algunos juegos de cartas y de azar. 39. Combate entre dos adversarios (inv.). 41. Plural de vocal. 43. Nombre propio femenino. 45. Quered, apreciad, estimad. 47. Ser supremo, creador del universo. 49. Abreviatura arcaica de “usted”. 51. Manifieste con risas (inv.). 54. Sexta voz de la escala musical. 56. Abreviatura de “sureste”.

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Sí, a cada minimanual le llega su sábado, su hora menguada. Ni a usted ni a mí nos gustan los consejos, y menos si son 10 en una misma entrega, así que por hoy nos rebelaremos de escribirlos/leerlos y vamos a hablar de cualquier cosa.1. Si huele un ají presuntamente dulce antes de com-prarlo, para no llevar uno picante por error, igual va a equivocarse.2. Cuantos menos ingredientes tiene en su nevera, mejor le salen los sofritos.3. Detenerse varias veces a ver el Ávila, si no sana, al menos distrae.4. Ponga entrevistas televisadas para combatir el insomnio.5. Las indirectas generalmente caen en la persona menos pensada (literalmente).6. Sepa que hay gente que cree más en información dudosa de internet que en investigaciones serias publicadas.7. Imagine poder acceder a toda esa comida que le ofrecieron y despreció por razones fútiles.8. Si un entrevistado no hace pausas para pensar sus respuestas, está mintiendo.9. La gente que vive fuera de Venezuela quiere con-vencerlo de que sabe de Venezuela más que usted, que vive aquí.10. Este fue un minimanual bien raro pero necesario.

MINIMANUAL PARA CANSARSEDE LOS MINIMANUALES

TUIT DE

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@laespergesiaPOR NATHALI GÓMEZ

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Piscis, usted siempre está salao y huele a pescao. Sale pa'llá

PISCIS

www.epaleccs.infoEdición Número Doscientos setenta. Año 06. ÉPALE CCS Caracas, 25 de marzo de 2018.