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COSAS de la VIDA Alguns escarabats, libèl·lules i papallones, en perill d’extinció 14% LIBÈL·LULES AMENAÇADES 11% ESCARABATS AMENAÇATS 9% PAPALLONES AMENAÇADES Determinades espècies corren el risc de deixar d’existir a causa de la pèrdua de l’hàbitat i el canvi climàtic LA DADA DEL DIA FONT: Comissió Europea 4 DE ABRIL DEL 2010 20 DOMINGO Conexión a internet: http://www.elperiodico.com Los expertos temen que las redes sociales reemplacen a los amigos Sospechan que el triunfo de estas plataformas es síntoma de pereza y creen que marcan tendencia «Inquieta que Facebook canibalice la potestad de la palabra ‘amistad’», dice el autor de ‘Faceboom’ MAURICIO BERNAL BARCELONA Q ue Fulano coloca a nivel de bendición la apari- ción de internet es algo de sobra sabido, como sa- bido es que tiene tendencia a utili- zar la frase «me ha cambiado la vida» –o alguna parecida– cuando se refie- re a la mensajería instantánea, el co- rreo electrónico o el universo em- palagoso de alguna red social. Hay algunos que le dan la razón: el ejerci- cio cotidiano de enviar un mensaje, conectarse a un servicio de mensaje- ría o navegar en un universo de rela- ciones en Facebook, Twitter o Tuen- ti puede ser menos una peregrina incorporación a las modas ciberné- ticas y más, dicen, un paso hacia un nuevo modelo de estar. No me visto, no bajo las escaleras, no camino has- ta el bar de la esquina, no comparto cerveza con Zutano. Mejor me meto al Facebook y digo esto: «Qué tal». «En general, las telecomunicacio- nes cambian la forma en que se rela- ciona la gente porque la gente tie- ne tendencia a ser perezosa, y cuan- do uno puede evitar un esfuerzo lo evita». Habla Juan Faerman, o el sen- tido común de Juan Faerman; en- tre los dos escribieron un libro, Fa- ceboom (Alienta), que alerta contra los peligros de la famosa red social. «Yo –dice el escritor, guionista y pu- blicitario argentino– temo mucho que un día Facebook canibalice la potestad de la palabra amigo. Y me pregunto cómo vamos a llamar a los amigos cuando los amigos sean si- nónimo de amigos de Facebook. Me parece bastante dañino que la gente use esa palabra. En el Messenger sí tienes a tus amigos, es gente que co- noces, y ahí, en cambio, no se llaman amigos, se llaman contactos. Lo co- herente sería llamarlos amigos ahí, y decir contactos en el Facebook». EL ERROR DE AMBOS / La conciencia de que las nuevas tecnologías, y en es- pecial las redes sociales –por esa vir- tud que tienen de ser sitios donde la gente, al igual que en un bar, que en una esquina o que en un centro comercial, se encuentra– acabarán redefiniendo nociones como «amis- tad», verbos como «relacionarse» y expresiones como «vamos a quedar» es algo sobre lo cual los estadouni- denses han reflexionado bastante. Elizabeth Bernstein, popular colum- nista de The Wall Street Journal, escri- Consecuencias de las nuevas tecnologías 3 Un nuevo escenario Páginas 20 y 21 888 bió hace poco lo siguiente: «Aquí fue donde tú y yo nos equivocamos: lle- vamos nuestra amistad a internet. Empezamos a comunicarnos por correo electrónico, y a hacerlo más que por teléfono. Luego pasamos a la mensajería instantánea. Nos hi- cimos amigos en Facebook y acaba- mos twitteando pensamientos –140 caracteres o menos– en Twitter». Es decir, un proceso. Una tenden- cia. «Una tendencia al aislamiento –dice Faerman, repite lo que otros han repetido hasta la saciedad–. Me parece que la gran falacia de inter- net radica en su supuesta virtud de comunicarnos más cuando la ver- dad es que nos aísla más. Nos comu- nica más desde un lugar virtual, pe- ro nos aísla desde el punto de vista de las relaciones interpersonales». El peligro no está, coinciden, en los viciosos: aquellos capaces de en- cerrarse y de prácticamente renun- ciar al contacto visual y de tener rela- ciones nada más que por la red. El pe- ligro, dicen, es que las redes sociales están exhibiendo un inusitado po- der de penetración, que el número de usuarios crece en la práctica cada minuto (Facebook tiene más de 400 millones, y en Twitter se intercam- bian 50 millones de mensajes dia- rios) y que, por lo tanto, no es estú- pido pensar que de aquí a unos años puede haber gente que confunda amistad con otra cosa, y menos estú- pido aún sospechar que lo que suce- de es el comienzo de un cambio. ENGANCHADOS A LA PANTALLA / «Yo co- nozco gente –dice Francisco Canals, del Observatorio de Internet–, que por culpa de internet se han aisla- do, personas que salían, que iban a restaurantes, que tenían su grupo de amigos y que ahora se quedan en- cerrados los fines de semana engan- chados a la pantalla. Pero también sé de casos de personas introvertidas a las que de alguna manera internet ha sacado a la calle. Los tímidos es- tablecen a través de internet el con- tacto que no pueden establecer en 33 Participantes en el Campus Party de Valencia, el año pasado, en julio, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. MIGUEL LORENZO 33 Un dato significativo, no solo de la implantación de las nuevas tec- nologías entre las generaciones más jóvenes, sino del triunfo de un nuevo modelo de relación social, es el que arrojó hace poco un es- tudio sobre la seguridad en el uso de internet que llevaron a cabo la Fundación Observatorio de la So- ciedad de la Información (Fobsic) y el Centro de Seguridad de la In- formación de Catalunya (Cesicat). Según la encuesta, realizada en la Festa dels Súpers del 2009 entre ni- ños de 8 y 14 años, el 51,5% de los menores catalanes participan acti- vamente en al menos una red social por internet. Con todas lasventajas y los peligros que asomarse a esa ventana, sobre todo cuando se es menor de edad, suele implicar. 33 Es sobre este aspecto que el estudio hace énfasis: la seguridad. Habida cuenta de que no solo la mitad de los menores están en una red social, sino que también el 50% suelen usar servicios de mensaje- ría instantánea, y casi dos de ca- da tres el correo electrónico, pare- ce tranquilizador que el 96,5% de- claren que jamás se relacionan con desconocidos a través de la red (el restante 3,5% dicen que sí), y que el 66% digan que cuando se encuen- tran un extraño en el ordenador lo comentan inmediatamente con sus padres. Los adultos, que tam- bién fueron interrogados, respon- dieron mayoritariamente (el 54,8%) que revisan con frecuencia el his- torial y los servicios a los que están dados de alta sus hijos. Vigilan. Más del 50% de los niños catalanes ya tienen sus primeras relaciones virtuales

3 Páginas 20 y 21 Los expertos temen que las redes ... · ligro, dicen, es que las redes sociales están exhibiendo un inusitado po-der de penetración, que el número de usuarios

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Page 1: 3 Páginas 20 y 21 Los expertos temen que las redes ... · ligro, dicen, es que las redes sociales están exhibiendo un inusitado po-der de penetración, que el número de usuarios

COSAS de la VIDA Alguns escarabats,libèl·lules i papallones, en perill d’extinció

14%LIBÈL·LULESAMENAÇADES

11%ESCARABATSAMENAÇATS

9%PAPALLONESAMENAÇADES

Determinades espèciescorren el risc de deixar d’existir a causa de la pèrduade l’hàbitat i el canvi climàtic

LA DADA DEL DIA

FONT: Comissió Europea

4 DE ABRIL DEL 201020DOMINGO

Conexión a internet: http://www.elperiodico.com

Los expertos temen que las redes sociales reemplacen a los amigos

Sospechan que el triunfo de estas plataformas es síntoma de pereza y creen que marcan tendencia

«Inquieta que Facebook canibalice la potestad de la palabra ‘amistad’», dice el autor de ‘Faceboom’

MAURICIO BERNALBARCELONA

Que Fulano coloca a nivel de bendición la apari-ción de internet es algo de sobra sabido, como sa-

bido es que tiene tendencia a utili-zar la frase «me ha cambiado la vida» –o alguna parecida– cuando se refie-re a la mensajería instantánea, el co-rreo electrónico o el universo em-palagoso de alguna red social. Hay algunos que le dan la razón: el ejerci-cio cotidiano de enviar un mensaje, conectarse a un servicio de mensaje-ría o navegar en un universo de rela-ciones en Facebook, Twitter o Tuen-ti puede ser menos una peregrina incorporación a las modas ciberné-ticas y más, dicen, un paso hacia un nuevo modelo de estar. No me visto, no bajo las escaleras, no camino has-ta el bar de la esquina, no comparto cerveza con Zutano. Mejor me meto al Facebook y digo esto: «Qué tal». «En general, las telecomunicacio-nes cambian la forma en que se rela-ciona la gente porque la gente tie-ne tendencia a ser perezosa, y cuan-do uno puede evitar un esfuerzo lo evita». Habla Juan Faerman, o el sen-tido común de Juan Faerman; en-tre los dos escribieron un libro, Fa-ceboom (Alienta), que alerta contra los peligros de la famosa red social. «Yo –dice el escritor, guionista y pu-blicitario argentino– temo mucho que un día Facebook canibalice la potestad de la palabra amigo. Y me pregunto cómo vamos a llamar a los amigos cuando los amigos sean si-nónimo de amigos de Facebook. Me parece bastante dañino que la gente use esa palabra. En el Messenger sí tienes a tus amigos, es gente que co-noces, y ahí, en cambio, no se llaman amigos, se llaman contactos. Lo co-herente sería llamarlos amigos ahí, y decir contactos en el Facebook».

EL ERROR DE AMBOS / La conciencia de que las nuevas tecnologías, y en es-pecial las redes sociales –por esa vir-tud que tienen de ser sitios donde la gente, al igual que en un bar, que en una esquina o que en un centro comercial, se encuentra– acabarán redefiniendo nociones como «amis-tad», verbos como «relacionarse» y expresiones como «vamos a quedar» es algo sobre lo cual los estadouni-denses han reflexionado bastante. Elizabeth Bernstein, popular colum-nista de The Wall Street Journal, escri-

Consecuencias de las nuevas tecnologías 3 Un nuevo escenario Páginas 20 y 21 888

bió hace poco lo siguiente: «Aquí fue donde tú y yo nos equivocamos: lle-vamos nuestra amistad a internet. Empezamos a comunicarnos por correo electrónico, y a hacerlo más que por teléfono. Luego pasamos a la mensajería instantánea. Nos hi-cimos amigos en Facebook y acaba-mos twitteando pensamientos –140 caracteres o menos– en Twitter». Es decir, un proceso. Una tenden-cia. «Una tendencia al aislamiento –dice Faerman, repite lo que otros han repetido hasta la saciedad–. Me parece que la gran falacia de inter-net radica en su supuesta virtud de comunicarnos más cuando la ver-dad es que nos aísla más. Nos comu-nica más desde un lugar virtual, pe-ro nos aísla desde el punto de vista de las relaciones interpersonales». El peligro no está, coinciden, en los viciosos: aquellos capaces de en-cerrarse y de prácticamente renun-ciar al contacto visual y de tener rela-ciones nada más que por la red. El pe-ligro, dicen, es que las redes sociales

están exhibiendo un inusitado po-der de penetración, que el número de usuarios crece en la práctica cada minuto (Facebook tiene más de 400 millones, y en Twitter se intercam-bian 50 millones de mensajes dia-rios) y que, por lo tanto, no es estú-pido pensar que de aquí a unos años puede haber gente que confunda amistad con otra cosa, y menos estú-pido aún sospechar que lo que suce-de es el comienzo de un cambio.

ENGANCHADOS A LA PANTALLA / «Yo co-nozco gente –dice Francisco Canals, del Observatorio de Internet–, que por culpa de internet se han aisla-do, personas que salían, que iban a restaurantes, que tenían su grupo de amigos y que ahora se quedan en-cerrados los fines de semana engan-chados a la pantalla. Pero también sé de casos de personas introvertidas a las que de alguna manera internet ha sacado a la calle. Los tímidos es-tablecen a través de internet el con-tacto que no pueden establecer en

33 Participantes en el Campus Party de Valencia, el año pasado, en julio, en la Ciudad de las Artes y las Ciencias.

MIGUEL LORENZO

33 Un dato significativo, no solo de la implantación de las nuevas tec-nologías entre las generaciones más jóvenes, sino del triunfo de un nuevo modelo de relación social, es el que arrojó hace poco un es-tudio sobre la seguridad en el uso de internet que llevaron a cabo la Fundación Observatorio de la So-ciedad de la Información (Fobsic) y el Centro de Seguridad de la In-formación de Catalunya (Cesicat). Según la encuesta, realizada en la Festa dels Súpers del 2009 entre ni-ños de 8 y 14 años, el 51,5% de los menores catalanes participan acti-vamente en al menos una red social por internet. Con todas lasventajas y los peligros que asomarse a esa ventana, sobre todo cuando se es menor de edad, suele implicar.

33 Es sobre este aspecto que el estudio hace énfasis: la seguridad. Habida cuenta de que no solo la mitad de los menores están en una red social, sino que también el 50% suelen usar servicios de mensaje-ría instantánea, y casi dos de ca-da tres el correo electrónico, pare-ce tranquilizador que el 96,5% de-claren que jamás se relacionan con desconocidos a través de la red (el restante 3,5% dicen que sí), y que el 66% digan que cuando se encuen-tran un extraño en el ordenador lo comentan inmediatamente con sus padres. Los adultos, que tam-bién fueron interrogados, respon-dieron mayoritariamente (el 54,8%) que revisan con frecuencia el his-torial y los servicios a los que están dados de alta sus hijos. Vigilan.

Más del 50% de los niños catalanes ya tienen sus primeras relaciones virtuales

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21DOMINGO4 DE ABRIL DEL 2010SOCIEDAD

una discoteca, lo establecen antes y luego quedan, así que me parece que también tiene ventajas. Creo que Facebook ha triunfado de la forma en que ha triunfado por su capacidad de crear adicción, y que la mejor forma de usarlo, paradóji-camente, es no siendo adictos». Los acérrimos defensores de las redes sociales no se detienen en mi-nucias: el mundo cambia, dicen, la tecnología avanza y las relaciones entre personas hacen ambas cosas: cambiar y avanzar. El estadouni-dense Jesse Stay, autor del súper ventas I’m in Facebook, now what? (Es-toy en Facebook, ¿y ahora qué?) ala-ba sin dudarlo el modelo, las for-mas del modelo y las posibilida-des del modelo. «La gran razón del triunfo de Facebook –dice– es que sabes que te estás comunicando con alguien real». Alguien con un rostro, quiere decir, y con un nom-bre, una edad, una lista de aficio-nes y unas fotos y un grupo de ami-gos. Alguien, dice, de verdad. H

Consecuencias de las nuevas tecnologías 3 Un enganchado Páginas 20 y 21 LLL

J La pobre comunicación por internet: sin voz, y por lo tanto sin tonos ni volúmenes de voz, sin lenguaje corporal, sin cejas que levantar, sin ninguno de los matices del lenguaje oral. Los que han tomado distancia y abordado Facebook, y las redes sociales en general, con ojos críticos, advierten del peligro que suponen en términos de eso: lenguaje; comunicación. «El lenguaje pierde relieve, naturalmente –dice Juan Faerman–. A las comunicaciones le faltan un montón de tonos y el lenguaje se vuelve impersonal». Patricia Wallace, autora de La psicología de internet, recuerda una obviedad, que «en la red no ves los bostezos», y al citarla en su columna de The Wall Street Journal, Elizabeth Bernstein dice que «el teclado aún deja mucho que desear como instrumento de comunicación».

J Es el mismo problema del que adolecen las comunicaciones por correo electrónico o por mensajería instantánea, pero la diferencia es que nadie imaginó que fueran a solaparse con las relaciones de verdad. «Por otra parte –añade Faerman–, las redes sociales están vaciando el valor de la palabra en general. El valor de la palabra de la persona, quiero decir. No ves al otro, y parece que eso te anima más que de costumbre a mentir. Cuando alguien, por ejemplo, te invita a un evento, y tú, sabiendo que no vas a ir, le pones que vas a asistir. Ocurre mucho. Estás empeñando, perdiendo la palabra. ¿Por qué? Porque las caras de no tengo ganas no se pueden poner en Facebook. Yo pongo que no voy a ir y la gente se ofende».

EL TECLADO NO ES ELOCUENTE

el lenguaje

un invento con polémica

JENNIFER GISBERT LUNA

«Me relaciono más a través de Facebook que en la vida real. Te van añadiendo a páginas y vas haciendo amigos, y al final incluso acabas ligando. Ligando en la vida real, claro».

ESTUDIANTE, 18 AÑOS

«Me relaciono más por el Facebook»

MARISA ESCARTÍN

«No creo ni que Facebook enriquezca o empobrezca las relaciones, pero sí creo que las amplía. Es un lugar de encuentro y reencuentro, y si se usa bien no pasa nada».

FUNCIONARIA, 43 AÑOS

«Permite ampliar las relaciones»

ORIOL ORS

«No estoy en Facebook, pero no me parece un mal invento. Sí creo que esto de las nuevas tecnologías está sobredimensionado. Con el fijo también se vivía bien».

INGENIERO, 33 AÑOS

«No me parece un mal invento»

NOEMÍ ÁLVAREZ

«Estoy en Facebook básicamente para estar en contacto con mis amigos del pueblo. Me sirve mucho. En general, creo que enriquece tu vida y tus relaciones».

FARMACÉUTICA, 31 AÑOS

«Enriquece tu vida y tus relaciones»

RAFA SÁNCHEZ

«Facebook es un arma que carga el diablo, si yo estuviera en él, pondría un seudónimo y no pondría foto. Te aporta tantas ventajas como inconvenientes».

SECTOR EDITORIAL, 43 AÑOS

«Es un arma que carga el diablo»

ojos. ¿Esa mujer? ¿Sí? Sí. Ese era él. «Desde el mediodía hasta las 3 de la tarde es cuando hay más acti-vidad. Los estudiantes se despier-tan y se conectan, y los que traba-jamos... pues eso: trabajamos». Juan mira la foto. Sus ojos reco-rren la pantalla y se fijan en el bo-tón de Me gusta. Lo mira y lo mira hasta que empieza a darle vueltas la cabeza. «No me gusta», piensa. ¿Por qué no hay un botón de No me gusta? De repente, Jordi envía un mensaje. Su amigo. Le pregunta qué hace esta noche. Juan se lo pre-gunta: qué hago esta noche, y pien-sa que Jordi no es la primera op-ción. Mira el reloj, apenas son las cinco. Y piensa que le sobra tiempo para contestar. H

33 Conectado 8 Juan Arcade consulta su página de Facebook en su piso de Barcelona, hace dos semanas.

Juan, su ritual matutino: despere-zarse, levantarse, hacerse un café. Abrir el Facebook. «Si tengo tiem-po –matiza–. Si no, me espero al tra-bajo». El vistazo que echa es ocioso: es temprano y no hay nadie. Lo sa-be. Pero hay un detalle que llama su atención. Señoras en velocirrapto-res capitaneadas por Chuck Norris. Juan Arcade. 145 amigos. Señoras en velocirraptores capi-taneadas por Chuck Norris: suena bien. Le gusta. Se hace fan. Apaga el ordenador, le da un último sorbo al café. Se ducha y va al trabajo. En el metro se acuerda de Chuck Norris. Juan Arcade. 145 amigos. Fan de una infinidad de páginas de Facebo-ok que no sirven para nada como Ga-llinas sordas que bailan claqué y recitan poemas de Virgilio en portugués, Fiestas que duran más que una boda gitana y Que se forme un agujero negro y se tra-gue toda Suiza. Y, desde esta mañana, de Señoras en velocirraptores capitanea-das por Chuck Norris. Por alguna ra-zón que nadie conoce, las señoras, los velocirraptores y Chuck Norris son muy apreciados en Facebook. «Te puedes pasar toda una tarde haciéndote fan de tonterías, y miran-do las cosas de las que tus amigos se hacen fans. Conozco gente que se pasa horas frente al televisor. Yo me paso horas con el Facebook». En el trabajo, Juan vuelve a mi-rar su página. Aún es temprano y Fa-cebook es un desierto y hay bolas de paja rodando en la arena, pero de aquí a unas horas pulularán los ami-gos: lo sabe. Así que envía mensajes. «Siembro», explica. «Luego trabajo, y a eso de las once vuelvo a mirar a ver quién ha respondido». Antes, sin embargo, hace una cosa que lo em-parenta con millones de usuarios:

una luminosa y mastodóntica fies-ta que va a tener lugar en dos días. «El perfil de Facebook me lo hice ha-ce tres años –señala– cuando tenía 21 y me fui de Erasmus a Edimburgo, y me lo hice sobre todo para no gas-tar en teléfono». Y así sigue siendo: Facebook si se puede evitar el mó-vil; móvil cuando no va el Facebook.

La mujer de la foto

Juan Arcade, 145 amigos. ¿Por qué coger el teléfono para quedar a co-mer? Juan queda por el Facebook. De vuelta al despacho encuentra una foto. Apenas se reconoce. Ape-nas recuerda. Se la envía María... sí. Ahora. ¿Ese es él? El fin de semana, sábado por la noche. Esos pelos. Esos

M. B.BARCELONA

Café con Chuck Norris

ELISENDA PONS

Un usuario de 24 años muestra cómo Facebook se ha convertido en una herramienta que lo acompaña en el día a día H Lo usa como instrumento de ocio y comunicación

LA RUTINA

El joven se conecta todos los días y usa la página para quedar, ver fotos, jugar y saber qué hacen sus amigos

entra en Farmville. Un juego. Una comunidad de granjeros. Y hace es-to tan raro: vender pelo de caballo. A las once vuelve a conectarse. Lo primero que ve es un mensaje de su hermano: «¡Basta ya de grupos idio-tas!». Por lo demás, la cosecha es po-bre: apenas un par de respuestas, una de ellas con información sobre