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Sin cargo extra, incluye recordatorios de larevolución con tintes indiofernandezcos, entre pilas de muertos y soldaderas fofas. Hayborracheras en Chapultepec y la previsiblepresencia de las deidades al estilo Huitzilopochtli y Tezcatlipoca. Laberinto de lasposdatas donde la urbanización de la Ciudad de México (pretexto para otro capítulo), como en el mejor cine de rumberas,aparece "lodosa", sobre todo cuanto elPoeta camina "por la calle negra de unaciudad perdida". Horror.
Aridjis se abisma en la alegoría inconsecuente y en la reiterada voluntad de autoengañarse "poéticamente" ("cuando come,la mesa tiembla como una perra flaca"), loque manifiesta hasta la aberración en elpathos de su poema Patos, donde las avesdesvalidas pululan hambrientas y cruzan lacalle "entre los coches" de una avenidaseguramente espectral.
El capítulo dedicado a los Desfigurashace honor a su título. Se compone dedieciséis prosas que acogen errores tan inocentes como reveladores de un afán localista que a estas alturas es ya muy sospechoso. Hay ''un coche con placas de Morelia", pero como es ficción todo se vale; lasplacas de Morelia bien pueden suplantar alas de Michoacán, why not? Aquí, lamirada "es 10 único del hombre que vuela,pues lo demás es la carne" (cabe señalarque el único texto que quizá salga delesquema del libro es el que contiene estecapítulo, titulado Observación a las cincode la tarde).
Intento vano de condensación, redundancia de la luz como una veta ya muyfatigada y fatigante, retórica de la nitidez yla claridad, ejercicio indiferente, elaboración fetichizada de una pretendida "pureza", la poesía de Homero Aridjis se desborda en la vacuidad. Recobrar el aliento lepresupone un cambio defmitivo en la dirección de su obra.
Roberto D. Ortega
Homero Aridjis, Vivir para ver. Las dos orillas,Editorial Joaquín Mortiz, S. A., México, 1977,125 pp.
Prosa petrificadaArboles petrificados* salido a la luz haceunos cuantos meses y ahora consagradobajo el rubro de Premio Villaurrutia, es un
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Libros
libro que reúne 12 cuentos cortos donde,por el título y temas, se pretende revitalizar y dar forma a un género poco presenteen México, el gótico. La autora retoma elesquema clásico del cuento de terror: lanarración se inicia introduciendo al lector auna atmósfera particular y extraña, la anécdota o tema principal se entrevé desde unprincipio, pero el refuerzo esencial se encuentra en los finales que son generalmenteavocados al asombro y la sorpresa. Lostextos aparecen saturados de demonios yfantasmas que buscan acomodo en un mundo específico de obsesiones femeninas.
Característica del cuento es la capacidadde la acción narrativa para rendir constancia del hecho particularísimo mediante elcual el hombre da, del universo en queforma parte,_una imagen poética. Los textos de Amparo Dávila muy pocas vecesalcanzan la belleza y la profundidad de lapoesía como "investigación del mundo", aexcepción de momentos breves en los monólogos de Griselda y otros, la prosa torpey descuidada da paso a secuencias que sequieren poéticas y resultan abrumadoramente cursis: "era un hombre en toda laextensión de la palabra...," "breves lucecitas cuando algo gelatinoso y caliente empezó a correr entre sus piernas. Miró haciaabajo y vio sobre el piso un ramo deamapolas deshojadas", "La fatalidad se imponía y eran sus víctimas", etc...
Podemos decir que el error principal deArboles petrificados es la falta de unidad ycongruencia de una problemática y su realización narrativa. Los cuentos participan deuna serie de obsesiones personales que no sesalvan de la anécdota y el interes individual, una problemática ihcapaz de producirasombro. Una tras otra aparecen obsesiones
que no se definen ni se ubican en losplanos narrativos que aborda el autor.
Primeramente es la equivocación de género y estilo. Quizá más que en ningúnotro género en el cuento la etimología dela palabra narrar es el motor y la esencia,narrar proviene de refero, entre cuyas acepciones figuran las de restituir, restablecer,retroceder, volver hacia el origen.
El cuento requiere una reducción delcampo narrativo análoga al estrechamientode conciencia que acompaña a las ideasfijas; en los cuentos de Amparo Dávila lasideas se dejan inconclusas la mayor de lasveces, o en el peor de los casos se resuelvencon demasiada facilidad.
El primer cuento del volumen, "El patiocuadrado", es el más pretencioso en formay contenido, sin embargo uno de los meno~
logrados. Historia amorfa que plantea labúsqueda de la existencia, la razón de vivir,el paso por la literatura, el constante asediode la angustia, el sueño y la muerte. Lahistoria no es lineal y trata de alcanzardiferentes realidades; el transcurso de unplano de vida a otro metafóricamente expresado en encuentros con "existenciasinexistentes" que atraviesan la razón de lavida y llegan a manifestaciones metafísicasy filosóficas para explicarla.
El argumento es premeditadamente caótico: una mujer sentada al borde del crepúsculo alIado de Horacio. La atmósfera sepresenta pesada y con un sabor a vacío.'Horacio se dirige hacia un hombre en situación suicida y es él el que muere (¿latrasposición de la muerte en los hombres?). El personaje central es un narradorfemenino que comienza el viaje hacia símismo. Del umbral de la razón a la explicación del hombre. El cuento goza de pocosmomentos lúcidos y apreciables, desde unprincipio defme las reglas que han de servirde guía; el mundo onírico, el paraíso delsueño y la invención.
El segundo cuento, "La rueda", es eldeseo de ahondar en el fenómeno de latemporalidad y la existencia. La rueda esuna alusión a la forma elíptica y repetitivadel hombre en el tiempo. Narrado en primera persona, una mujer sale del Sanborn'sde Niza. En la calle de Hamburgo en unatienda, frente a un espejo, un hombre separa al lado de ella ¡¿Marcos?! Ambospersonajes salen a la calle, ella: "Presa deese terror que entra en la vida por laspuertas del alma." Al atravesar la calle unabismo se abre a sus pies (nuevamenteimagen del inesperado acceso al mundointerior) y caen a unas arremolinadas pro-
-Libros
* Amparo Dávila, Arboles petrificados. "Nueva narrativa hispánica", Joaquín Mortiz, 1977.
da y guapa, que se aparece en la casaalquilada es común y a estas alturas bastante anticuada.
Asimismo, en las últimas dos historias eldeseo de convertirlas forzosamente en cuen·to de terror, origina que la autora caiga unay otra vez en el lugar común y la resolución fácil: "y clandestinamente en éstanoche que empieza a caérseme en pedazos". "No sé bien lo que te estoy diciendohe caído dentro de un remolino de sorpre:sas y turbación."
Cito a Susan Sontag: "Lucrecio veía alhombre desgarrándose entre el placer delsexo y el dolor de la falta de emociones,atormentado por supersticiones inspiradaspor la religión, acosado por el miedo a ladecadencia y muerte corporal. Aconsejabael conocimiento científico que enseña unaliberación inteligente, una ecuanimidad. Para Lucrecio el conocimiento científico esun modo de gracia psicológica. Es el camino por el que aprenderemos a soltamos."
Este modo de gracia psicológica o conocimiento, de soltarnos, es en la literatura lacapacidad de penetrar cada vez más en elmUI\do del hombre y transformarlo, debuscar su libertad. Todo buen libro transforma nuestra posición frente al mundo. Ye s precisamente esta forma de abordar elmundo, este quehacer de desentrañarlo loque no logran los cuentos de Arboles petrificados, que como oficio o trabajo artesanalpueden atribuírseles imperfecciones fácilesde ser excluidas, que no obstante muchotienen que ver con la incapacidad de lostextos para transmitir y conmover.
Víctor M. Navarro
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fiesta, en casa de industriales de renombre.Para Rogelio esto significa "la oportunidadde su vida", ,~a opción de un mejor trabajopara no "terminar tus días en ese miserablepuesto, con un sueldo infeliz que no tealcanza para nada". Sin embargo el hombrellega a la fiesta perdido en alcohol causando el repudio y la crítica de la "gentebien", y en un momento entre metafísico yabrumador se suicida ahogándose en la piscina, mientras la fiesta alcanza su apogeo.La narración del borracho es alternada conmonólogos interiores de este mismo, dondeaparece una problemática amorosa y social.Dicha alternancia da fluidez al cuento ypermite ubicar al personaje en una concepción específica.
Hay otro, curioso "Oscar", que es lahistoria de una especie de Frankestein-nifíosalvaje-GasparHausser-monstruo comic, sinllegar a trascender ninguno. Teresa vuelve asu casa provinciana después de trabaj..run tiempo en la capital. Cuando regresatodo es igual que siempre; un padre autoritario, una madre noble-ama de casa, doshermanos inocentones y hacendosos, y Oscar que sigue en el sótano recluido ytemido. La enfermedad insinuada y jamásconocida de Oscar se agrava hasta el nivelde ser causante de la muerte del padre, dela madre y del incendio de la casa, del cuallogran huir Teresa y sus otros dos hermanos. Esta es una de las historias que seconocen sin haberla leído. Todo tipo dedesenlace es previsible, desde el momentode leer las cuatro primeras páginas el argumento se conoce de antemano.
Estocolmo 3es el terror zonarrosino.Tiene la fuerza de los malos programas detelevisión de suspenso. La visión del fantasma, aún cuando sea una muchachita delga-
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[undidades. Aparece la problemática deEros y Thanatos, la angustia y una apresurada búsqueda de la superficie, salir "a laluz, al sol que amo, a esas pequeñas cosasque se nos dan sin tributo". Entonces sepasa al descubrimiento de Marcos como unhombre muerto que regresa ( ¡uuuyyyyy! )y del terror se va al melbdrama; una mujerinsatisfecha de la vida que aboga por no morir y expone argumentos tan contundentescomo: "antes de morir quiero conocer muchas cosas en las que he soñado siempre, países, mares, ruinas, sitios hermosos, todo lo quealimenta el espíritu,... un hombre en toda laextensión de la palabra (¡gulp! ) y no sólofragmentos y despojos de seres humanos...sentir el amor y gozarlo, comprobar queexiste la ternura verdade.ra y sencilla..."
Bajo anécdotas que más bien dispersanun posible tema, la autora lleva la narracióna un momento (computus) que en lugar deconvertirse en realidad literaria se falsea porla facilidad de la resolución. Todo lo queacontecía era producto del sueño: "al tiempo que experimentaba una gran alegría, laalegría de estar viva aún y no muerta, ocamino hacia la muerte como en el terriblesueño recién terminado". La mujer despierta a la realidad, lleva a cabo el arreglomatutino, le pregunta a la doméstica sobrerecados o telefonemas y recuerda la citapara desayunar con su amiga Teresa en(¡vaya premonición! ) el Sanborns de Niza.Se reúnen las dos amigas y transcurre eldesayuno "entre comentarios de la últimapelícula, de la barata del Palacio de Hierro,de la carta de Luis Mario, de los zapatos dePertergaz que son un verdadero primor ytan cómodos, y quedando en vernos elsábado a las siete de la noche para ir a laexposición de pintura francesa". Teresa saleprimero del restarán por su prisa de llegaral trabajo. Entonces el tiempo se encargade transportar al narrador al principio delcuento: una mujer sale del Sanborns deNiza. En la calle de Hamburgo en unatienda, frente a un espejo, un hombre separa aliado de ella ¡¿Marcos?! etc...
En realidad el libro Arboles petrificadoses un solo cuento dividido en doce partes,donde las obsesiones y los problemas sonsiempre los mismos con diferentes matices,y que convierten los relatos en una narrativa que se repite hasta el cansancio.
lo mejor, sin duda, del volumen es eltitulado Carden Party. Es la historia deRogelio, un burócrata mediocre, que conbastantes dificultades consigue por parte desu amigo Oscar una invitación a una lujosa