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    Reforma de la Educacin Superior ytransformaciones en el campo acadmico en Argentina

    Claudio Suasnbar*

    Resumen:Las polticas de reforma de la educacin superior han modificado los patronesde interaccin que histricamente estructuraron la relacin entre el Estado, las universidades

    y campo intelectual en la Argentina. La fuerte intervencin del Estado en la vida universitariaintroduce nuevas dinmicas de funcionamiento en las instituciones y en las comunidadesacadmicas. En este sentido, el trabajo analiza una dimensin poco estudiada como es elimpacto de esos procesos de reforma sobre el campo acadmico. A partir de informacinoriginal sobre un campo disciplinar especfico (estudios de la educacin superior), el trabajorealiza una reflexin sobre la relacin entre investigacin acadmica y construccin deagendas de poltica.

    Palabras-claves:Reformas del Estado; educacin superior; campo acadmico; investigacineducativa; intelectuales.

    Abstract: The policies of higher education reform have modified the interaction patternsthat have historically structured the relationship among the State, the universities and the

    intellectual field in Argentina. The strong State intervention within university life introducesnew functioning dynamics in the institutions and academic communities. Stating that,this paper analyzes a rarely studied dimension such us the impact of those reform processeson the academic field. Starting from original information on a specific field (researches onhigher education), this paper brings a reflection about the relationship between academicinvestigation and political planning.

    Key words:State reforms, higher education, academic field, educational investigation,intellectuals.

    * Secretario Acadmico de la Maestra en Educacin de la Facultad Latinoamericana de Ciencias

    Sociales (FLACSO/Argentina). Magister en Educacin y Doctorando en Ciencias Sociales.

    Investigador en rea de poltica educativa y polticas de Educacin Superior de la FLACSO y la

    UNLP. [email protected]

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    A universidade uma instituio social e como tal exprime de

    maneira determinada a estrutura e o modo de funcionamento dasociedade como um todo. Tanto assim que vemos no interior da

    instituio universitria a presena de opinies, atitudes e projetosconflitantes que exprimem divises e contradies da sociedade comoum todo. () Postos os termos desta maneira, poderia supor-se que,em ltima instncia, a universidade, mais do que determinada pelaestrutura da sociedade e do Estado, seria antes um reflexo deles. No

    , porm, o caso. exatamente por ser uma instituio socialdiferenciada e definida por sua autonomia intelectual que a

    universidade pode relacionar-se com o todo da sociedade e com oEstado de maneira conflituosa, dividindo-se internamente entre os

    que so favorveis e os que so contrrios maneira como asociedade de classes e o Estado reforam a diviso e a excluso sociais,impedem a concretizao republicana da instituio universitria e

    suas possibilidades democrticas.

    Marilena Chaui

    Surgida a principios del primer milenio, la universidad como espacio deconsagracin y legitimacin de conocimientos y saberes, constituye quizs una delas pocas si no la nica institucin social que desde la Edad Media se desarrollay proyecta hasta nuestros das. Esta prolongada historia nos revela una de las pecu-liaridades de esta especfica creacin de Occidente, que es su capacidad de cambi-ar simultneamente de forma y funcin en correspondencia con el contexto socio-poltico, sin por ello, perder su identidad y autonoma como comunidad intelectual.

    No es extrao, entonces, que las universidades jugaran un papel relevante en la

    constitucin de los Estados nacionales y en la expansin de la sociedad capitalistaa comienzos del siglo XIX (Mc GUINN, 1995; BONVECCHIO, 1991). As, losprocesos de racionalizacin y secularizacin de la sociedad que caracterizan el ingresoa la modernidad supusieron un profundo cambio en el estatuto del saber, lo cualtambin implic una modificacin de las funciones de las universidades. Por unlado, las nuevas sociedades empezaron a demandar la generacin de saberes tcni-cos capaces de ser transferidos al sector industrial, y, por otro, tambin las univer-sidades contribuyeron a conformar las identidades nacionales a travs de la difusinde valores y de una cultura moderna. El resultado de estos procesos fue unaprogresiva nacionalizacin de las universidades, que en alguna medida explica elsurgimiento de las diferentes tradiciones o modelos universitarios como formas

    especficas que adoptaron las articulaciones entre Estado, Sociedad y Universidad1

    .

    1. Mc Guin sintetiza estas cuestiones de la siguiente forma: Higher education institutions came

    under the protection of the secular state, and with the formation of nation-states in the 17th and

    18th centuries became `national higher education institutions, that is, instruments of states. At

    this time, higher education institutions were not the sole or even main generators of knowledge

    and values, but they were important in the justifications of the universal culture that was promoted

    by the new states (Mc GUINN, 1995, p. 79).

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    La universidad humboltiana como ideal de universidad centrada en la cienciay la investigacin, la universidad napolenica con su nfasis en la formacin deprofesionales como nueva nobleza de Estado o la universidad norteamericana, tansensible al mercado como dctil para la investigacin; conforman diferentes mo-delos o tradiciones que expresan esas complejas, y casi siempre contradictorias,relaciones entre cierta matriz socio-poltica y la universidad. Como seala MarilenaChaui (2000), la universidad moderna se torna una institucin social inseparablede la idea de democracia y de democratizacin del saber, ya sea para realizar estaidea como para oponerse a ella, hecho que expresa en ltima instancia la pre-sencia y disputa de diferentes proyectos polticos tanto al interior de la propiauniversidad como entre sta y el Estado.

    Desde esta perspectiva, la universidad latinoamericana constituye por derechopropio un modelo de universidad que como institucin social fue configurandosu identidad en el contexto de historias, tradiciones y luchas polticas nacionales.As, asociadas al Estado como agente de desarrollo en algunos momentos o en-frentadas a l como espacio de resistencia poltica en otros, refugio delconservadurismo autoritario unas veces o mbito de renovacin cultural ylaboratorio de vanguardias casi siempre; las universidades y la intelectualidadlatinoamericanas se fueron constituyendo en actores polticos relevantes de lassociedades nacionales2. No obstante, la profunda transformacin en el orden po-ltico, econmico, social y cultural que caracteriza la entrada al nuevo milenioencuentra a las universidades tensionadas y cuestionadas por mltiples demandasque ponen en discusin su identidad como institucin (MOLLIS, 2003).

    La agenda de la modernizacin neoliberal promovida durante la ltima dcadapor agencias y organismos internacionales (CORAGGIO; TORRES, 1997) nosolo conllev la progresiva desresponsabilizacin del Estado central en la prestacinde servicios pblicos (va privatizacin, descentralizacin y desregulacin) sinosobre todo supuso el desplazamiento del Estado como articulador del orden soci-al, en favor del mercado como regulador de las relaciones sociales. Los procesos dereforma de la educacin superior iniciados en los 90 como correlato sectorial deesta agenda expresan tambin la ruptura del contrato social que histricamentehaba ligado al Estado y la universidad. No es casual, entonces, que un pequeoncleo de palabras claves como calidad, eficiencia, competencia, evaluacin,acreditacin, etc. operen como directrices de estas reformas, las cuales revelan laintroduccin de una lgica de mercado tanto al interior de la universidad comoen su relacin con el Estado. Ms profundamente, el sentido de estos cambios

    2. Esta primaca de la vocacin poltica por sobre la vocacin cientfica como caracteriza Chaui en

    otro trabajo se expresa na idia de um projeto poltico, proposto pela prpria universidade,

    pela qual se definam modos de insero da universidade no campo poltico, e no tanto nos

    projetos do Estado de criao das universidades (CHAUI, 2002, p.116).

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    pone en discusin la identidad de la universidad latinoamericana como universidadpblica (IAZZETTA, 2001) y el rol de los acadmicos e intelectuales como actorespolticos.

    En este sentido, el presente trabajo focaliza su inters en una dimensin relati-vamente poco estudiada en la Argentina como es el impacto de los procesos dereforma de la educacin superior sobre el campo acadmico. Para ello, la primeraseccin presenta -desde una mirada panormica- los cambios operados en lospatrones de interaccin que en las ltimas dcadas estructuraron la relacin entreEstado, Universidad y campo acadmico en nuestro pas. Ms que un anlisisdetallado de las polticas estatales para el sector, este apartado profundiza en losnuevos actores y dinmicas de funcionamiento que introducen estas polticas alinterior de las instituciones universitarias y sus comunidades acadmicas. La se-gunda seccin presenta informacin original sobre un campo disciplinar de recienteconstitucin como es el de los estudios de la educacin superior. Aunque centradoen el tipo, cantidad y caractersticas de los agentes (investigadores) y productos(artculos y libros) de la actividad acadmica, la eleccin de este campo se justificaen la medida que nos permite aproximarnos a otra dimensin de los procesos dereforma como son los procesos de diferenciacin y jerarquizacin de los agentesdel campo. A modo de cierre al final del captulo se presenta una reflexin sobre larelacin entre investigacin acadmica y construccin de agendas de poltica

    Estado, Universidad y campo acadmico en la Argentina

    En las ltimas tres dcadas la relacin entre Universidad y Estado en la Argen-tina se estructur alrededor de un patrn bsicamente inestable que altern per-odos de fuerte control y represin fsica e ideolgica durante los regmenes polti-cos autoritarios y momentos de mayor apertura y permisividad en los regmenesdemocrticos3. En general este comportamiento tambin se articul en materia definanciamiento a tendencias que combinaron el congelamiento y/o restriccinpresupuestaria con el estmulo al sector privado, por un lado; y una tendenciaincremental de los fondos pblicos para el sector, por otra (BRUNNER, 1993).En este contexto, un elemento de continuidad (por lo menos hasta mediados delos 80) fue la incapacidad o imposibilidad, por parte de los transitorios ocupantesdel Estado, de generar proyectos de cambio que fueran ms all de la actitud

    3. Vale aclarar que si bien la inestabilidad poltica fue una constante a nivel regional en las dcadas

    mencionadas, la actitud asumida por los distintos regmenes autoritarios frente a las universidades

    no result homognea. Al contrario: es posible observar la configuracin de diferentes estrategias

    como por ejemplo las desarrolladas en los casos de Brasil y Chile. Para una visin comparativa

    de la relacin Estado-Universidad en Latinoamrica resulta muy esclarecedor el trabajo de Daniel

    Levy (1995).

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    represora o benevolente frente a las universidades, y por ende, de estructurar otropatrn de relacin sobre nuevos criterios.

    A nivel de la base del sistema, este movimiento pendular se manifest en laconsolidacin de una serie de comportamientos y estrategias, variables segn loscampos disciplinares y las dimensiones de cada universidad. En algunos casos,acentu o exacerb las tendencias corporativas como puede ser en el caso de lasllamadas ciencias duras, mientras que en otros, la mayor debilidad en cuanto a suinsercin institucional y al grado de profesionalizacin de sus cuerpos docentesacentu tendencias a la atomizacin acadmica y a la incentivacin decomportamientos individualistas, como por ejemplo en las ciencias sociales. Estasvariaciones explican en parte las diferentes capacidades tanto de resistencia en losmomentos de restriccin poltica como de recuperacin y reposicionamiento enaquellos de apertura democrtica (SUASNBAR et al., 1997).

    Los largos perodos de intervencin de las universidades nacionales han conso-lidado para este sector una fuerte sensacin de recelo y desconfianza hacia el Esta-do, del cual solamente se demanda que provea los recursos necesarios para elfuncionamiento institucional. Por esta razn, la idea de autonoma, tan cara a lacomunidad acadmica, ha mantenido una fuerte presencia en el discursouniversitario, pero enfatizando su costado en trminos de libertad negativa (noinjerencia estatal) y menos su costado positivo, como autogobierno.

    De esta manera, las caractersticas apuntadas sobre las relaciones entre Estadoy Universidad fueron sedimentando y en muchos casos, cristalizando determi-

    nadas estructuras de significacin que atraviesan y moldean las diferentes culturasdisciplinares e institucionales. Aunque todava son escasos los trabajos empricosenfocados en esta direccin (VESSURI, 1995; OTEIZA et al., 1992) quepermitiran dar cuenta ms acabadamente de las huellas dejadas en las comunida-des acadmicas por los perodos precedentes, es evidente que en coyunturas decambio como las actuales emergen una serie de comportamientos que van msall de la simple adaptacin o rechazo a las polticas implementadas. En nuestraopinin, las razones que explican estas actitudes hay que buscarlas en los elemen-tos constitutivos de la cultura acadmica y en los efectos desestructurantes sobresta, que las polticas oficiales incorporan en trminos de nuevas formas deregulacin.

    Con la reinstauracin de la democracia en los aos 80, y luego de la etapallamada de normalizacin, las universidades argentinas retomaron las pautasbsicas de funcionamiento marcadas por el modelo reformista. Sin embargo, ypese a que este cambio abri un espacio de mayor protagonismo del campoacadmico, el patrn de funcionamiento antes descripto se prolong en lneasgenerales durante los primeros aos del gobierno democrtico. No es sino hastacomienzos de los aos 90, con la creacin de la Secretara de Polticas Universitarias

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    (SPU) en el marco del Ministerio de Educacin, y en un contexto en el que losorganismos internacionales de crdito pasaron a convertirse en agentes centralesen la definicin de la agenda pblica (SIDICARO, 2002), cuando se empieza aoperar un cambio en las polticas estatales hacia el sector, que de alguna maneraexpresan las propuestas ampliamente difundidas por los organismos de crditointernacional, y aplicadas en la dcada anterior por diferentes gobiernos de laregin.

    Dichas propuestas han profundizado ciertas tendencias que con diferente rit-mo ya se vislubraban en las dcadas precedentes tales como los procesos dediferenciacin y ampliacin de la base institucional del sistema, el cual no solo semanifiesta en la creciente privatizacin sino en la generacin al interior del sectorprivado de ofertas orientadas a la satisfaccin de demandas de mercado comotambin de un pequeo pero dinmico segmento de universidades privadas deexcelencia. Asimismo, dentro del sector pblico la creacin de nuevas universi-dades en la periferia de la ciudad de Buenos Aires y ms recientemente de insti-tutos universitarios monodisciplinares acenta la diferenciacin del sector. Lacombinacin de los procesos de privatizacin y diferenciacin institucional hanrepercutido de manera diferente entre el mbito pblico y privado operndoseuna expansin y redistribucin del peso de estos sectores en la educacin superiorno universitaria donde se ha vuelto dominante la oferta privada (KROTSCH,2003).

    Estas propuestas de reestructuracin de las universidades y general del sistemade educacin se sostuvieron, sobre todo, sobre dos dispositivos fundamentales: elcambio en las formas de financiamiento y la incorporacin de mecanismos deevaluacin. Dichos dispositivos expresan claramente el desplazamiento de las fun-ciones tradicionales de planificacin y prestacin de servicios del Estado Docentehacia el control a distancia y la regulacin de mercado que caracteriza al EstadoEvaluador neoliberal. As, por un lado, el modelo de distribucin presupuestario

    Cuadro 1. Educacin Superior: matrcula e instituciones (pblico y privado)

    Fuentes: Anuarios estadsticos 1997 y 2004. Secretara de Polticas Universitarias, Ministerio de

    Educacin.

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    se dualiza rompiendo la tendencia incremental sealada, ya que se congelan laspartidas destinadas al funcionamiento, y se incorporan los llamados programasespeciales4, los cuales constituyen fondos destinados a rubros especficos(investigacin, grado y post-grado) sujetos a la competencia inter-institucional.Por otro, el discurso y la prctica de la evaluacin instala un nueva modalidad decontrol sobre las instituciones universitarias, que se manifiesta en la creacin deorganismos nacionales como la CONEAU (Comisin Nacional de Evaluacin yAcreditacin Universitaria) y la introduccin en la mayora de los programasespeciales de prcticas como los comits de pares para su evaluacin y/o seguimiento.

    Los resultados de estas polticas hasta el presente han sido por lo menoscontradictorios, cuando no perversos. Un ejemplo de ello son las polticas en elrea de investigacin. Si bien es cierto que algunos programas han permitido mejorarlas condiciones para el desarrollo de esta actividad, tambin tienen como contracaralas tendencias a la fragmentacin y elitizacin del sector5. A su vez, el carctercentralizado de estas polticas combinadas con la evaluacin de pares, que aspirabaa una mayor objetividad en la asignacin de recursos, ha degenerado en mecanis-mos altamente burocrticos y no necesariamente ms transparentes.

    Hablamos de un cambio en las formas de regulacin social (POPKEWITZ,1992) en la medida que estos dispositivos no slo reestructuran el patrn histri-co de funcionamiento (introduciendo nuevas reglas del juego en la relacin es-tado-universidad), sino que fundamentalmente tienden a un fuerte proceso de re-socializacin, y a la vez, de disciplinamiento de los sujetos y sus prcticas acadmicas.

    En una lnea de pensamiento foucaultiana de larga duracin diramos que lasformas precedentes de control sobre las universidades se centraron ms en lasinstituciones que en las personas, y ms en base a la coercin que, en la generacinde consensos6. De este modo, las categoras de investigador, las certificaciones de

    4. Nos referimos bsicamente al conjunto de programas que en los ltimos aos viene desarrollandola Secretara de Polticas Universitarias como pueden ser: el Programa de Incentivos y lacategorizacin de investigadores, el Sistema de Acreditacin de post-grados, el FOMEC (Fondopara el Mejoramiento de la Calidad) con crditos del Banco Mundial y recientemente el PROFIDEque es un fondo que financia proyectos especficos asignado de manera competitiva entre lasuniversidades.

    5. Trabajos anteriores han analizado cmo las polticas de incentivos docentes y de categorizacinde investigadores profundizan las tendencias a la fragmentacin del cuerpo docente, situacin

    que se manifiesta en la ampliacin de la brecha entre transmisin y produccin de conocimientos,y en la segmentacin y elitizacin al interior del sector de docentes-investigadores. Asimismo,sealan que la progresiva expansin de estos procesos en la base tienden a acentuar las diferenciasa nivel de departamentos, facultades y universidades (SUASNBAR, 1995).

    6. Quizs una excepcin a esta tendencia en la historia reciente de la universidad argentina hayasido el perodo 1958-66, donde el clima de la modernizacin desarrollista articul no sincontradicciones, a la lite poltica con vastos sectores de la intelectualidad universitaria (ver:TERN, 1991; SIGAL,1991).

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    post-grado, la cantidad de papers en revistas con referato, entre otros indicado-res; configuran la nueva cuadrcula que clasifica jerrquicamente a los individuos,y que a la vez, desplaza los viejos cdigos de reconocimiento acadmico.

    Este proceso de panoptizacin de la vida acadmica -an en estadoembrionario- tiene como un segundo efecto, la modificacin de las lgicasestructurantes de los campos acadmicos, en la medida que supone por un lado,una estandarizacin de los capitales puestos en juego, y por otro, la generacin denuevas estrategias de disputa. Al contrario de las expectativas oficiales, que buscanen la homogeneidad de criterios mayores niveles de previsibilidad, racionalidad yobjetividad; los nuevos mecanismos han producido ms incertidumbre que certe-zas. As, a excepcin de las disciplinas altamente globalizadas con circuitosfuertemente formalizados como la fsica, la astronoma o la biologa (y que enalguna medida operan como parmetro de estas polticas), el resto de los camposcomo las ciencias sociales, las ciencias de la salud y la totalidad de las carrerasprofesionales y artsticas plantean infinidad de problemas a la hora de definir yevaluar la calidad de sus prcticas especficas.

    Si el componente de lucha es una de las caractersticas de todo campo, encontextos que tienden a una polarizacin global del sector con integrados yexcluidos, y a una segmentacin dentro del primer grupo, las disputas por lalegitimidad y el reconocimiento adquieren formas hobbesianas7en la medida quese exacerban los componentes de individualismo, corporativismo y elitismo propiosdel trabajo acadmico. Las culturas acadmicas como condensacin heternoma

    de nuevas y viejas tendencias, nos brinda un marco de referencia para poder en-tender las lgicas que estn regulando el comportamiento institucional.

    As como las nuevas formas de regulacin desestructuran las anteriores identi-dades acadmicas y las reconfiguran sobre nuevos criterios, las polticas estatalesen curso tambin comienzan a modificar las lgicas de gobierno de las institucionesuniversitarias. Un primer rasgo es la emergencia de una doble lnea de gestin yconduccinque disputa la direccionalidad de las instituciones universitarias. Porun lado, los consejos acadmicos y superiores, que como vimos, al estructurarsepor este mixde lgica poltica y lgica acadmica se vuelven lentos e ineficacespara la definicin de polticas (problema del consenso) y para operativizar medi-das (problema de la eficacia). Por otro lado, las nuevas estructuras (denominadas

    genricamente unidades ejecutoras) que los programas de la SPU demandanpara su implementacin, aunque formalmente dirigidas a la coordinacin y

    7. El caso de los historiadores de la UNLP analizado en otro trabajo (SUASNBAR et al., 1997)constituye una buena aproximacin a las prcticas y lgicas que aqu caracterizamos comohobbesianas. Si bien los resultados de esta investigacin son provisorios, las crticas al sistemade categorizacin y el recelo frente a las nminas de evaluadores en otras disciplinas, pareceranindicar una mayor amplitud de estos comportamientos..

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    seguimiento tcnico, empiezan a constituirse en instancias de gobierno paralelo(SUASNBAR, 2001).

    Estructuradas desde una racionalidad burocrtica y altamente centralizada, einsertas a nivel de facultades y universidad (y en muchos casos en departamentos);las nuevas estructuras se integran segn las disciplinas: por acadmicosreconocidos, por gestores polticos y en los menos por grupos colegiados; peroen todos los casos avanzan en definiciones propias de los organismos del co-gobierno.

    La dualizacin de los mbitos de toma de decisiones tambin da cuenta de unsegundo rasgo que es la cristalizacin de nuevos actoresconstituidos sobre la base deotras fuentes de poder. A diferencia de perodos anteriores donde los cargos de

    gestin en el nivel central (ministerio) eran ocupados por sectores provenientesdel campo poltico, los programas de la SPU han demandado la generacin deuna burocracia acadmica de altas calificaciones. Dotada de abundantes recursos,el staff ministerial prioriz una estrategia ms intervencionista que discursiva8,donde la produccin de informacin estadstica respecto del sistema global (Cen-so de Estudiantes, Estadsticas de Universidades Nacionales, la categorizacin yacreditacin de post-grado, etc.), y en menor medida la investigacin especfica,se combina con la implementacin y gestin de los programas especiales. Paralela-mente, la legitimacin de mandarinatos acadmicos en casi todas las disciplinasa partir de la confeccin de bancos de evaluadores y de la conformacin decomisiones para acreditacin de post-grados, entre otras medidas; constituyenuna redistribucin y desplazamiento del poder de decisin hacia estos actores que,si bien no es nueva, en el marco de estas polticas disputan y desafan la racionalidadde las acciones emanadas desde los consejos acadmicos y superiores9.

    El impacto de las reformas sobre el campo acadmico: la

    emergencia de un campo de estudios de la educacin superior

    Como se habr podido apreciar, el cambio en los patrones de funcionamiento(relaciones entre el Estado y la universidad) que introducen las polticas de refor-ma se manifiestan en nuevas formas de regulacin (reglas del juego) y nuevos

    8. Una somera revisin de las publicaciones y documentos ministeriales muestra que, a excepcindel texto de la Ley de Educacin Superior sancionada en 1995, hay una casi inexistencia de un

    discurso legitimador explcito. En realidad la SPU instala una agenda de debate a partir de la

    produccin de informacin y la implementacin de los programas especiales, produciendo un

    efecto de parcializacin de las temticas donde se discute ms el cmo de la implementacin o

    no de las propuestas, y menos el modelo global al que se quiere arribar.

    9. El ejemplo del FOMEC resulta ilustrativo de las tensiones y contradicciones que instalan esta

    doble lnea de gestin y los nuevos actores.

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    actores en la cpula del sistema como al interior de las propias institucionesuniversitarias. Ciertamente, la velocidad y profundidad de los cambios operadosno han estado al margen de la forma en que se construy la agenda de reformas,de la conformacin de alianzas poltico-acadmicas que posibilitaron suimplementacin y de la desigual capacidad de las comunidades universitarias deresistir a los cambios. En este sentido, el proceso de conformacin del campo deestudios sobre la educacin superior y el anlisis cuantitativo de la produccinacadmica del perodo 1997-200310que a continuacin se presenta, nos permiteaproximarnos no solo a los procesos de diferenciacin y jerarquizacin de un cam-po especfico sino tambin a cmo las agendas de reforma del sector inciden en laconformacin de las agendas de investigacin y cmo stas a su vez delinean losmrgenes y posibilidad de intervencin poltica de las comunidades acadmicas.En lo que sigue presentaremos en primer lugar una breve resea histrica delcampo y luego nos concentraremos en las caractersticas de la produccin acadmica(volumen, temticas y la cantidad de productores y sus instituciones de pertenencia)tomando como indicadores las publicaciones en revistas acadmicas nacionales11,extranjeras12y libros publicados en el perodo.

    10. Este trabajo parte de una definicin restringida de produccin acadmica entendida como aquellos

    productos intelectuales objetivados (artculos y libros) que suponen alguna regla de validacin y/

    o legitimacin segn el mecanismo de evaluacin de pares. La base emprica utilizada se arm

    sobre la totalidad de los artculos referidos a la educacin superior universitaria publicados en

    revistas acadmicas nacionales, los artculos de autores argentinos publicados en el extranjero

    en una muestra de diez revistas internacionales y la totalidad de libros publicados sobre la temticadurante el perodo sealado.

    11. Se consultaron 17 revistas acadmicas de educacin argentinas (DEVETAC; PALAMIDESSI, 2003)

    para el presente estudio se seleccionaron 10 del total. El primer criterio que se tuvo en cuenta

    es que la revista haya sido publicada en el perodo 1997-2003, en segundo lugar se tuvieron en

    cuenta criterios como ritmo de aparicin regular, reconocimiento en el campo, estructura de

    contenidos diferenciada, compleja y con cierta estabilidad en el tiempo, publicaciones de artculos

    de autores afiliados a instituciones extranjeras y diversidad en la publicacin de trabajos de

    acadmicos de otras agencias. Las 10 revistas de educacin nacionales son: Alternativas Serie:

    Espacio Pedaggico (UNSL), Alternativas Serie: Historia y Prcticas Pedaggicas (UN LS),

    Contextos de Educacin (UNRC, Espacios en Blanco. Revista de Educacin (UNCPBA), IICE.

    Revista del Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Educacin (UBA), Anuario de Historia

    de la Educacin (SAHE), Cuaderno de Pedagoga Rosario (Centro de Pedagoga Crtica),

    Pensamiento Universitario (independiente, Propuesta Educativa (FLACSO), Revista Argentina

    de Educacin (AGCE), Revista IRICE (UNR).12. Las revistas acadmicas extranjeras consultadas fueron las siguientes: Brasil:Avaliao, Caderno

    Cedes, Cadernos de Pesquisa, Educao e Pesquisa, Educao e Realidade, Educao &

    Sociedade, Educao em revista, Revista Brasileira de Educao, Revista Brasileira de Histria da

    Educao, Revista Brasileira de Estudos Pedaggicos. Estados Unidos y el Reino Unido:American

    Educational Research Journal, American Journal of Education. Journal from Chicago, Assessment

    and Evaluation in Higher Education, British Journal of Sociology of Education, British Educational

    Research Journal, Cambridge Journal of Education, Comparative Education Review, Compare.

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    La investigacin sobre la educacin superior en la Argentina constituye unfenmeno reciente que no va ms all de 198813, si lo consideramos en trminosde una modalidad de trabajo asentada en programas o grupos de investigacin(sea en el Estado, las universidades o en centros privados) que se apoyan en el usode la bibliografa reconocida internacionalmente, y que adems se reconocen comomiembros de una mbito especializado de produccin de conocimiento.

    Esta breve historia de los estudios del campo se inicia recin en 1985 cuando sepublican los primeros trabajos que dan cuenta de la educacin superior en laArgentina desde una perspectiva acadmica inscripta a su vez en las tradicin deinvestigacin social (CANO, 1985; PEREZ LINDO, 1985). Hacia finales de ladcada, ya en plena incorporacin de la problemtica de la evaluacin, laaccountability y las polticas de reforma, comienza a funcionar un programa deestudios sobre la educacin superior en un centro acadmico independiente: elCEDES (Centro de Estudios de Estado y Sociedad). De esta manera este centroinicia una serie de investigaciones en el marco de un programa ms general confinanciamiento de la Ford Foundation, el cual adems de vincular centros simila-res de Amrica Latina (NUPES de Brasil y FLACSO de Chile, entre otros) seorienta principalmente a generar conocimiento en sintona con la agenda de re-forma impulsada desde el Estado y los organismos internacionales.Simultneamente se conforman grupos de investigacin en diferentes universida-des cuyo rasgo comn es su carcter fuertemente disciplinario generalmenteinscriptos en las ciencias sociales.

    Journal of Comparative Education, Comparative Education, Curriculum Inquir, Curriculum

    Studies, A journal of educational discussion and debate, Educational Policy Analysis Archives,

    Educational Research, History of education, Harvard Educational Review, Higher Educational.

    The International Journal of Higher education and educational planning, Higher Educational

    Review, International Higher Education, Journal of Curriculum Study, Journal of Education Policy,

    Oxford Review of Educational, Paedagogica Histrica, The Curriculum Journal. Espaa:Enseanza

    de las Ciencias, Revista de Investigacin y Experiencias Didcticas, Historia de la Educacin

    Revista Interuniversitaria, Infancia y Aprendizaje. Innovacin Educativa, Revista Complutense de

    Educacin, Revista espaola de pedagoga, Tavira. Revista de Ciencias de la Educacin, Revista

    Didctica de las Ciencias Experimentales y Sociales, Revista de Educacin, Revista de Investigacin

    Educativa, Tarbiya, Revista de Investigacin e Innovacin Educativa. Mx ico : Revista

    Latinoamericana de Estudios Educativos, Perfiles Educativos, Perfiles latinoamericanos, Revista

    de la Sede Acadmica de Mxico de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, Revista de

    la Educacin Superior, Revista internacional de Estudios en Educacin, Revista Mexicana de

    Investigacin Educativa. Organismos Internacionales: Boletn Proyecto Principal de Educacin en

    Amrica Latina y el Caribe, Educacin Superior y Sociedad, La Educacin, Perspectivas, Revista

    tr imestral de edu cacin compa rada, Revista Iberoamericana de Edu cacin, Revi sta

    Latinoamericana de Innovacin Educativa, Revista de Tecnologa Educativa, Revista de la CEPAL,

    International Review of Education.

    13. Para una visin panormica de las caractersticas y tensiones del campo de la educacin superior

    en la Argentina vase Krotsch y Suasnbar (2002) y para la regin latinoamericana vase Garca

    Guadilla (2000).

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    A partir de los 90, el tema de la reforma de la universidad ser el eje de la po-ltica universitaria argentina, cuestin que culmina con la aprobacin de la Ley deEducacin Superior en 1995 y en distintas medidas de poltica universitaria dirigidasbsicamente a introducir la competitividad y la reforma de las estructuras acad-micas. No es casual, entonces, que desde el Estado y en directa relacin con la mayorintervencin estatal se comienzan a desarrollar investigaciones policy oriented ascomo informacin sistemtica sobre la educacin superior. Como sealamos msarriba, el papel de la CONEAU y la SPU en la produccin de conocimiento ha sidocentral en la instalacin de ciertos temas de la agenda de poltica universitaria comola evaluacin, el financiamiento y la problemtica del acceso.

    Esta ampliacin y pluralizacin de los actores del campo de la educacin supe-rior tuvo su correlato en un aumento significativo de la produccin acadmicaque de unos pocos trabajos a comienzos de los 80 pasa a ocupar un lugar relevan-te dentro de los estudios educativos representando un 23% en la revistas nacionales,un 33 % en revistas extranjeras y un 17 % de la totalidad de libros publicados14.

    Sin duda, este aumento de la produccin acadmica es la consecuencia de laimplantacin de los programas de estmulo a la investigacin que privilegian comoindicadores de resultados a las publicaciones, hecho que tambin se vio reflejadoen el aumento de las revistas acadmicas de educacin aunque no en el campo dela educacin superior.

    Si se analiza la distribucin temporal de la produccin para el perodo (CuadroNro. 2) se observa cierta regularidad con un promedio por ao -para cada uno de

    los tipos de publicacin considerado- de 14,5 artculos por ao para revistas ar-gentinas, 4,33 para las revistas extranjeras, y un promedio de 6,5 libros por ao15.

    Cuando se analiza la insercin institucional de los investigadores-autores seobserva que las universidades nacionales continan siendo el principal soporteinstitucional de la generacin de conocimientos en este campo. Tal como lo muestrael Cuadro Nro. 3, las Universidades pblicas concentran el 98% de produccinen artculos publicados en revistas argentinas y el 88% en las revistas extranjeras16.

    14. El detalle de estos porcentajes es el siguiente: de un total de 593 artculos en revistas argentinas

    sobre educacin 157 pueden ser categorizados como pertenecientes al campo de la educacin

    superior. En lo que respecta a revistas extranjeras de un total de 121 artculos, 40 pertenecen al

    campo, mientras que de un total de 376 libros de educacin, 63 correspondan a educacin

    superior. Cabe aclarar que aqu solo se tomaron libros y no captulos de libros y que parte de losartculos contabilizados incluyen tanto estudios sobre educacin superior no universitaria como

    los especficos sobre universidad. Para una visin panormica del estado del campo de la educacin

    vase: Palamidessi (en prensa).

    15. Para estos porcentajes no se tom el ao 2003.

    16. Este es un dato complejo. El total de casos no coincide ni con el nmero de investigadores ni

    con el nmero de artculos. Esto es as porque: a) no en todos los casos se cuenta con la

    informacin sobre la pertenencia institucional de los autores, b) porque muchos artculos estn

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    Con todo, este dato habra que relativizarlo ya que una parte significativa de laproduccin de conocimiento del campo se realiza bajo la modalidad de contratosde consultora que muchas veces no tiene autora en el caso del Estado o bien notiene una circulacin de los circuitos acadmicos de difusin.

    Cuadro 2. Nmero de publicaciones (artculos y libros) segn tipo de publicacin y ao.

    firmados por ms de un autor y, c) porque un nmero significativo de autores presenta

    pertenencias institucionales mltiples. Lo sealado en el punto b) puede sobreestimar el peso

    de algunas instituciones si en las mismas los equipos acostumbran a firmar los artculos de manera

    colectiva. Lo indicado en el punto c) tiende a sobreestimar el nmero de instituciones involucradas

    dado que los autores pueden firmar artculos indicando pertenencias institucionales no relacionadas

    con los productos analizados.

    *los datos de este ao estn incompletos

    Fuente: elaboracin propia

    ( )*

    +) + ,-

    '

    '

    .

    - ' '

    Fuente: Elaboracin propia

    Cuadro 3. Produccin acadmica en educacin en revistas argentinas y extranjeras segn

    sector institucional.

    "

    + )/

    +

    01,

    2 2 '2

    3 3 2 3

    4/%

    # 52 2 52

    4/%

    /%3 3 2 52

    ! 52 3 3 52

    -4-), 2 ' 2 ' 2

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    De igual manera, el panorama en las Universidades pblicas tambin nos reve-la una fuerte diferenciacin ya que de las 41 universidades, 4 (U de Buenos Aires;UN de La Plata, UN de San Luis y UN de Ro Cuarto) concentran la mayorcantidad de autores en revistas nacionales y se reduce an ms en las publicacionesen revistas extranjeras siendo la UBA la de mayor presencia.

    La distribucin por reas temticas de la produccin (Cuadro Nro. 4) constituyeun indicador privilegiado para visualizar cmo se posicionaron los actoresacadmicos e instituciones del campo frente a la agenda de reformas del sector.

    Cuadro 4. Artculos en revistas argentinas, extranjeras y libros segn rea temtica

    Fuente: Elaboracin propia

    + )/ + 01 ,-%6

    ) 1 ) 1 ) 1

    /7 #8

    2 3 3 '2

    /! 7

    '2 2 2

    !

    ' 2 2 ' '2

    //

    7

    %

    2 3 3 2

    9

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    0!5

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    2 2 3 3

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    2 2 '2

    (5 8% 7

    # ' 2 2 2

    ;%

    3 3 2 2

    3# 2 2 3 3

    4 2 2 2

    -4-), 2 ' 2 2

    En este sentido, la desigual presencia de ciertas temticas en las revistasnacionales y extranjeras no solo muestra el lugar privilegiado que tienen los temasde reforma, evaluacin y financiamiento en la agenda de las publicacionesinternacionales sino tambin la diferenciacin al interior del campo entre

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    acadmicos cosmopolistas y localistas. As, el predominio en las revistas argen-tinas de temas referidos a Pedagoga Universitaria y Curriculum (30%) y Polticasde Ingreso y perfil de los estudiantes (15%) parecera estar dando cuenta de undesplazamiento de problemticas macro-polticas hacia aquellas ms micro-institucionales asociadas en parte a la agenda de cambio que propone la reformasde la educacin superior17.

    Con todo, este cosmopolitismo del reducido ncleo de investigadores quepublican en revistas extranjeras se ve relativizado cuando se analiza la distribucinpor pases (Cuadro Nro. 5). En este sentido, Brasil y Mxico parecen ser lasprincipales comunidades acadmicas donde se difunden los productos de lainvestigacin siendo muy reducida la presencia en el mundo anglosajn. Orienta-dos en su mayora a las temticas de evaluacin institucional (y en menor medidaa los procesos de reforma del sector) tambin revela indirectamente la comnagenda de poltica que recorre la regin latinoamericana.

    Quizs el dato ms revelador del proceso de diferenciacin y jerarquizacin delcampo sea la distribucin por agentes productores-investigadores (Cuadro Nro.6). De esta manera, se contabilizaron 107 autores cuyas producciones circulan en

    Cuadro 5. Artculos en revistas extranjeras segn reas disciplinares y lugar de

    publicacin de las revistas

    Fuente: Elaboracin propia

    17. Otra explicacin no necesariamente contradictoria con sta puede atribuirse al peso disciplinar

    de investigadores provenientes del campo de la pedagoga y la educacin.

    -%6

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    revistas argentinas, 18 en revistas extranjeras y 55 en lo que respecta a libros. Noobstante, dentro de este grupo se puede identificar un reducido nmero de inves-tigadores que producen conocimientos en forma sistemtica -y que logra difundirloscon cierta periodicidad respondiendo a estndares acadmicos de calidad- que noalcanzan a 30 profesionales.

    Si bien el carcter piramidal y jerarquizado es un rasgo de todo campo deconocimiento cientfico-acadmico, la baja productividad de la base y los seg-mentos intermedios (casi 100 investigadores publicaron un solo artculo) tambinse explica por el diferente grado de profesionalizacin de la actividad acadmica.Para dar un dato contundente al respecto sealemos que para el ao 2003 solo el13 % de la planta docente de las universidades pblicas tiene dedicacin de tiempo

    completo (vase Anuario Estadstico 1999-2003) .

    A modo de cierre. Una reflexin sobre las relaciones entre

    produccin de conocimiento y construccin de agendas de polticas

    Resumiendo los principales argumentos hasta aqu planteados, decamos quelas polticas de reforma de la educacin superior han modificado los patrones dearticulacin que histricamente articularon las relaciones entre Estado, universidady campo acadmico, las cuales estn generando una nueva configuracin del siste-ma universitario y de educacin superior en la Argentina.

    La velocidad y profundidad de estas transformaciones se asent en dos dispo-sitivos: la evaluacin y el cambio en los mecanismos de financiamiento, los cualesno sin conflicto ni tensiones introducen nuevas formas de regulacinreconfigurando las identidades acadmicas, la estructura de los campos disciplina-res y las dinmicas institucionales. De esta manera, si un foco de tensiones atraviesalas lgicas de gobierno de las universidades a travs de la dualizacin de las lneasde conduccin y la emergencia de nuevos actores en la cpula del sistema, otro

    Cuadro 6. Investigadores segn cantidad de artculos publicados en el perodo en revistas

    argentinas y extranjeras

    Fuente: Elaboracin propia

    ( (

    +) + ,

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    foco de tensiones se manifiesta en la diferenciacin y jeraquizacin de las comuni-dades acadmicas que tienden a cristalizar mandarinatos acadmicos.

    En este sentido, el esfuerzo homogeneizador de las polticas de modernizacinuniversitaria, finalmente, ha producido efectos contradictorios que como obser-vamos en el caso del campo de estudios de la educacin superior tienden aprofundizar la diferenciacin y estamentalizacin. Ms profundamente, el anlisisde la produccin de conocimiento de este campo nos muestra la debilidad ypermeabilidad de esta comunidad disciplinar para construir una agenda deinvestigacin autnoma y diferenciada de la agenda de reforma.

    Analizando la experiencia internacional en la conformacin del campo deestudios de la educacin superior, Guy Neave (2001) seala acertadamente que

    en aquellos pases con fuerte tradicin centralista en el gobierno del sistema comoAlemania y los pases nrdicos, el ncleo dinmico del campo est localizado en laesfera estatal del nivel central, mientras que en aquellos pases de tradicin msdescentralizada sea por una coordinacin de mercado como en Estados Unidos oms en las burocracias de las universidades como en Francia, el campo se localizaen la base y/o en las instancias intermedias de gobierno (rectorados). Cada una deestas situaciones supone grados de autonoma y capacidad de negociacin de lascomunidades acadmicas frente a las polticas estatales que se expresan en la mayoro menor diferenciacin entre la agendas de poltica y las agendas de investigacin(produccin de conocimiento).

    Comparado con estas experiencias, la situacin de las universidades argentinas

    presenta una situacin que desafa esta tipologa, puesto que si bien la base insti-tucional de la produccin acadmica se asienta mayoritariamente en estas insti-tuciones, su debilidad y diferenciacin interna parece restarle capacidad para arti-cular no solo una agenda de investigacin diferente a las problemticas queconstruyen la reforma del sistema sino, ms importante an, la posibilidad de ge-nerar una nueva agenda de poltica que supere la inercia de las polticas de los 90.

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    Recebido em 16 de maro de 2005 e aprovado em 10 de junho de 2005.