12saltos desde el morro y un «brindis por el zonzo»

13los peligros de saludarse

mundial de fútbol brasil 2014

deporte

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• ISSN: 1999-8090 • $2.00 •

• junio 2014 •

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editorialESTIMADOS LECTORES: Cada cuatro años renace la euforia y hasta el rincón más inesperado se viste de Mundial. Habrá alguna casa que se atreva a poner el aviso de «Cerrado por fútbol», y otras tantas que ha-gan colgar de puertas o ventanas la bandera de su se-

el hombre que cantaba los relatos

noticias, pronósticosy calendario de los partidos

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vladia rubiocuevas de punta del este

gente

opinión

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«yo soy todas»

la capilla sixtina de los aborígenes cubanos

puede desaparecer

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© cortesía de la entrevistada

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lección. Mientras esperan, los invitamos a la lectura, ya sea del especial deportivo que ofrecemos en estas pá-ginas o de las habituales columnas de nuestros cola-boradores. Quizá preparen algunas de nuestras recetas para acompañar el partido o se detenga unos instantes sobre el testimonio de una periodista devenida pintora. Para nosotros, lo importante es que nos tengan cerca. Adelante: el juego está por comenzar. CM

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je Estampa de Luis MarianoJESúS LOzADA GUEvArA

EN UNA CIUDAD silenciosa y provinciana los niños duermen a la puesta del sol. Ellos no co-nocen la noche, mucho menos los placeres y misterios que en-cierra. No aspiran el vaho de la desnudez y los deseos. Una ur-be polvorienta cierra los porto-nes y la vida se traslada a la pe-numbra de los patios o a los corredores donde el bochorno se torna vientecillo y limonada. Yo nací en Santa María del Puerto del Príncipe, que hasta hace muy poco se resistía a ser oriental y pública. Era orgullo-samente aldeana, pero sin la so-berbia del que cree poseer el mundo, más lo tiene, lo goza y lo extiende a través de sus ca-lles y plazas recoletas.

Era un niño de nueve años cuando mi madre y yo salimos, por primera vez, a conocer la noche. Ella caminaba de prisa. ¿Yo? Yo miraba pasar las imágenes como en el cine-matógrafo. Los adoquines hacían que mis viejos y úni-cos zapatos compitieran con los grillos.

El antiguo Colegio Teresia-no, el de la aristocracia que murió de golpe, estaba ilumi-nado desde el pie hasta el al-ma. La calle ce-rrada. Una mul-titud interrum-pía el tráfico, suerte que en ese instante era cosa menor. Damas con sartas de perlas y pericones de visto-sos colores, caballe-ros de traje con olor a naftalina, y mi ma-dre y yo, tan felices aunque nos faltaran algu-nos aditamentos como para completar el ajuar de lo que se supone debió adornarnos en aquel acto social, que bien po-día ser un bautizo, un casa-miento o velorio, ¡qué sé yo! Te-níamos, sin embargo, la elegan-cia que viene de la raíz del ser. Limpios y decentes. Y era bas-tante o nos bastaba. Estamos allí. Más yo no sabía exacta-mente para qué. Los niños solo saben cuando se marchan.

Entramos a un teatro que yo conocía. Supuse que volve-ríamos a ver la versión de Bis-termundo Guimaraes de Blan-ca Nieves y los siete enanitos, con sus actores de rodillas y aque-lla madrastra enorme y empe-rifollada como para un baile, solo que de negro. Pero no. No era siquiera parecido lo que es-taba delante de mis ojos. En los pasillos la gente caminaba ve-loz, pero como en la punta de los pies, para no hacer ruido. En las lunetas se sentía una agi-tación que me pareció exagera-da, o quizás, pensándolo con ojos cincuentenarios, había un

y ya no soy un niño, he olvi-dado el resto. Me pido perdón por la mala me-

moria y el olvido. Luego vinieron los aplau-

sos y unos minutos en los que la gente se movió de

sus asientos, las damas coti-llearon detrás de sus abanicos y los caballeros encendieron ci-garrillos y hasta uno que otro puro de mala raza. Recuerdo que aquellos tabacos olían fuerte y crujían. ¿Será una trai-ción o un invento que viene a colocar penumbra donde hay agujeros y saltos? No me pre-ocupa, si para algo me ha servi-do la vida es para saber que soy lo que sueño.

Una vez que todo el mundo se acomodó otra vez en sus puestos, el artista regresó a la escena, pero esta vez iba con pantalón ceñido, de cinta de sa-tín a los lados como la de los es-móquines, y una camisa de mangas con vuelos. Se parecía a la que usaban los tamboreros de Los Comandos, la comparsa de mi niñez. Pero no, no era. No estábamos en junio ni aque-lla camisa era exactamente igual a la de ellos. El público, hasta entonces con aquella cir-cunspección tan provinciana,

se olvidó de sí mismo y de los de al lado, y comenzó a mostrar una euforia no común. Éramos entonces sobrios y discretos en todo tiempo y lugar. Aquel se-ñor narró historias desopilan-tes, cuyo verbo parecía rimar y entrar perfectamente en los terrenos de la clave cubana. No eran cuentos ni poemas, eran estampas costumbristas, mu-chas de ellas escritas pensando en la cadencia del intérprete. Desfilaron ante mí una tal Flo-rita –quinceañera como mu-chas que yo he visto–, un boxea-dor frustrado, y otros tantos, pero especialmente pasaron ante mis ojos y mis orejas un camarero al que le cae un coco

en la cabeza, una mujer llamada Cuchi, dos damas picúas que habían ido al «Mu-seo de la Ubre», vis-to a la «Momia Lui-sa» y escuchado una «transferencia» en

la «Universidad de las hormonas», un

rico que se baña en la piscina con jabón y un desfi-le interminable

de personajes es-trafalarios, pero de

mucha solvencia, que después conocería en

Venezuela con el nombre de «nuevos ricos» y «sifrinos»,

ya que todos ellos fue-ron retratados por Aqui-les Nazoa en su poema

satírico En el club. Del escenario a la platea y

de allí a la calle se extendió una fuerza arrolladora. A pesar de su mansedumbre y sobriedad, la corriente llegó hasta mi barrio y las casas de aquella gente respiraron hondo, pues recordaron que había una ma-nera graciosa y sana de reír y que Cuba podía ser, además de ara, una casa que nos albergara con serenidad; y que la isla guardaba, además de sus estre-mecimientos, la quietud del hi-lo de agua, del manantial que brota de una roca sabiendo que un día desembocará en el mar, sin que para ello sean necesa-rias las furias. Era 1972.

Luis Mariano Carbonell y Pullés, el patriarca de los conta-dores de historias, el hombre que cantaba los relatos y los poemas, el protagonista de la estampa que les conté, ha muer-to. Nadie eche sobre su cuerpo ceniza ni desgarre sus vestidu-ras en señal de penitencia y lu-to. Celebremos su vida y goce-mos de la dicha de haberle es-cuchado y de ser herederos de una vida decente y recta, de una venturosa existencia de trabajo y donación que nos acompaña-rá a los cubanos hasta el día en el que ya no valga la pena re-cordar nada porque habremos alcanzado todo en el Todo. CM

temblor y hasta un susto que venía de un tiempo anterior que se resistía a morir, por-que con él estaba esa par-te de nosotros que arma el presente solo cuando este abre las alas y vuela entre lo pa-sado y la futuridad. El escena-rio lo llenaba un piano de me-dia cola. A la izquierda.

Desfile como carnestolen-das. Creo. Sueño. Todos. Todos –por una noche– haciendo pac-to de olvido y descanso. Voces y susurros, cotilleos y aspavien-tos de múltiples colores. Vence-dores y vencidos bajo el mismo techo, amparados por las mis-mas alas. Milagro profano.

Justo a las ocho y treinta vi-no la oscuridad. Tras ella un señor muy alto, de traje corta-do a la medida, pómulos gran-des, y fino, como nadie, sin afectación, con gracia natural, como quien es y no aparenta. Ese caballero trajo la luz y el fervor. Puestos de pie, con re-cato, los tirios y los troyanos celebraban.

Aquel hombre tocó al pia-no danzas nacionalistas y ho-menajeó a Rita Montaner, que para mí era una señora con un lunar demasiado grande que cantaba con voz de pito de auxilio. Cosas de niño. Luego aquel mago, porque ante mis ojos aún lo es, sacó de la chis-tera cuentos, historias que no se parecían a las de mi madre y mucho menos a las de mi abue-la o a las mentiras de mi abuelo, aquellas en las que él decía ha-ber nacido en la «mera capital» de México, desde la que había salido en barco para atracar en la rada de Guaracabulla. Abue-lo Generoso reía a carcajadas, pero aquel señor enorme no. Contó de mujeres de plástico, de señoras de cejas peludas y de dos niñas que amaban a un mismo sapo, y dijo más cosas; pero como hace tanto tiempo,

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EL ESCRITOR uruguayo Eduardo Galea-no afirmó que el argentino Lionel Mes-si y el brasileño Neymar son unos «ver-daderos milagros» en medio de un de-porte como el fútbol, en el que se ha perdido la diversión y lúdica por los in-tereses comerciales.

«Hay dictaduras visibles e invisibles. La estructura de poder del fútbol en el mundo es monárquica. Es la monarquía más secreta del mundo: nadie sabe de los secretos de la FIFA cerrados a siete llaves. Los dirigentes viven en un castillo muy bien resguardado», señaló Galeano en entrevista al diario O Estado de São Paulo.

En esa línea, continuó Galeano, «los protagonistas del fútbol, los jugadores, trabajan como monos de circo, o sea, no son los receptores de los beneficios de los espectáculos que nos brindan, que creo son fortunas porque las cuentas son secretas.

»Los deportistas actúan por el pla-cer de jugar, lo que es importante. Rue-

EL MEDIOCAMPISTA Angel Di María señaló que «hace muchos años que Argentina no sale campeón ni llega a una final» por lo que la expectativa es grande, pero sostuvo que «hay que tomarlo con tranquilidad, saber que se puede». Por otra parte, el jugador del Real Madrid confesó que le «do-lió muchísimo» la sorpresiva ausen-cia de Banega en la lista definitiva pa-ra el Mundial.

El volante agregó que «el grupo está muy bien» y destacó: «Tenemos grandes

YA LEJOS del balón y el banquillo, el ex astro del fútbol argentino Diego Maradona, pone esta vez música al Mundial con una canción que grabó junto a su hija Dalma y el grupo de cumbia Apolo.

El ex seleccionador argentino y su hija cantan junto a Apolo «Gritándole al viento», cuyo video fue filmado en las playas y el desierto de Dubai, don-

EL RELIGIOSO brasileño Frei Betto con-fesó que apoyará «bravamente» a la se-lección de su país para que gane el Mun-dial de Brasil 2014, pero criticó al Go-bierno brasileño por decir que no tenía dinero para los derechos sociales de la población, pero sí para construir esta-dios para la FIFA.

«Yo voy a torcer (apoyar) brava-mente por la selección de Brasil, espe-

LA ESTRELLA de la selección de Francia y campeón del mundo en 1998, se bajó de Brasil 2014 por sus reiterados proble-mas en la espalda, según confirmó el se-leccionar galo, Didier Deschamps. El centrocampista del Bayern Múnich fue finalista en la última terna del Balón de Oro y había anunciado que este sería su

go a Dios para que los jugadores no pierdan ese placer, pues, en los últimos años, ellos vienen siendo condicionados apenas para ganar, lo que resulta en más dinero. No apruebo esa identifica-ción del balón como fuente de lucro», apuntó.

Para el autor de Las venas abiertas de América Latina, el fútbol actual «ha per-dido aquel brillo de encantamiento que debería marcar cada partido. Infeliz-mente, buena parte de los jugadores no ha demostrado aquella satisfacción que vemos, por ejemplo, en juegos de ni-ños».

Así, comparó el literato, «los niños no tienen la finalidad de la victoria, quieren apenas divertirse. Por eso, cuando surgen excepciones, como Mes-si y Neymar, son para mí unos verdade-ros milagros».

En su paso por la capital brasileña, donde participó de la Bienal del Libro de Brasilia, Galeano se refirió también

a su gran amigo Obdulio Varela, el fa-llecido capitán de la selección uruguaya que conquistó el Mundial del año 1950 ante el anfitrión Brasil, en el recordado «Maracanazo».

Comentó que Varela y el capitán brasileño Zizinho se hicieron muy ami-gos después de ese Mundial y se comu-nicaban por «telepatía».

«Parece brujería, pero yo tomé muy en serio esa forma de comunicación. Una vez estaba con Obdulio y de repen-te me dijo que había recibido un “men-saje” de Zizinho, que estaba con gripe, y eso era verdad (risas)», señaló.

Igualmente, valoró el gesto de Vare-la, quien en vez de celebrar con sus compañeros en el hotel la histórica con-quista, prefirió salir a las calles para acompañar a los hinchas brasileños por el dolor de la derrota.

«Él siempre se culpó por haberle causado esa gran tristeza a millones de personas», citó Galeano.

Eduardo Galeano:

«Messi y Neymar,

son verdaderos

milagros»

Breves noticias del Mundial

Di María: «Nosotros queremos la Copa, pero todos saben que no es fácil»

Un mundial sin Ribéry

Frei Betto espera que Brasil gane el Mundial

jugadores, los mejores del mundo en los mejores clubes del mundo».

En cuanto a los últimos tres jugado-res que quedaron fuera de la lista de los participantes de la Copa del Mundo, Di María señaló: «La verdad que fue muy difícil. Sinceramente, todos somos pro-fesionales y entendemos, pero llegadas las circunstancias no se puede entender el dolor que sentían los tres chicos, ja-más. Con Ever, además de compañeros de fútbol, es un gran amigo y me dolió muchísimo que quedara afuera. Hablé

con él y le mandé mensajes. El fútbol es así y a veces la vida te da estos golpes, hay que seguir mirando para adelante».

Respecto a su temporada, coronada con la obtención de la Liga de Campeo-nes, Di María destacó: «Fue un año muy bueno, estoy contento, feliz, y ahora a pensar en la Selección y ojalá que las cosas me salgan de la misma manera. Fui el mejor asistidor de la Liga, Copa del Rey; en la Champions, el mejor juga-dor en la final, pienso que fue el mejor año en mi carrera».

tercer y último mundial. Franck Ribéry, de 31 años, no había podido disputar ya los dos primeros amistosos premundia-listas de Francia ante Noruega (4-0) y Paraguay (1-1). El técnico Deschamps avisó que no lo forzaría para facilitar su recuperación. Llevó semanas sometién-dose a tratamientos con la esperanza de

superar sus problemas físicos, pero los últimos análisis confirmaron que no lle-garía en forma al torneo mundial. El técnico Deschamps cubrió su baja con la convocatoria de Rémy Cabella. Francia también perdió por una lesión en el muslo a Clément Grenier, sustituido por Morgan Schneiderlin.

ro que la selección gane esta Copa», dijo Frei Betto a EFE antes de dar una conferencia sobre movimientos socia-les y el futuro de América Latina en la Ciudad del Saber, un centro de conoci-mientos ubicado en una antigua base militar estadounidense en Ciudad de Panamá. Aún así, Betto señaló que el Gobierno brasileño se equivocó al de-cir que no había dinero para la salud,

educación, vivienda y el transporte pú-blico, pero que de «súbito como por mi-lagro había mucho dinero para las are-nas deportivas de la FIFA».

de el «Diez» trabaja como embajador deportivo de los Emiratos Árabes Uni-dos. También cuenta con escenas to-madas en la zona oeste del Gran Bue-nos Aires.

«Brota de la tierra la libertad de jugar sin fronteras. Unir nuestro rumbo en una sola bandera, mostrándole al mundo una pasión verdadera. Llegar a la cumbre al-canzando la gloria, dejando que te alum-

bren los astros de la historia, gritándole al viento», entona Maradona, ex capitán de la selección argentina campeona del mundo en México 1986.

En tanto, Maradona conducirá du-rante el Mundial el programa diario De Zurda junto al periodista y relator uru-guayo Víctor Hugo Morales, desde Río de Janeiro, para la cadena de televisión latinoamericana TeleSur. CM

Maradona pone música al Mundial de Fútbol de Brasil 2014

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El mundo en torno a Brazuca

Grupo ABrasil • Croacia • Camerún • México

Brasil •La escuadra anfitriona solo tiene un

objetivo: alzar la copa de campeones el 13 de julio en el césped del mítico Mara-caná. Cualquier otro resultado sería in-suficiente para la principal potencia de este deporte, con cinco trofeos universa-les en sus vitrinas, que esta vez tiene el aliciente adicional de acoger un certa-men que no organizaban desde el año 1950. En aquella ocasión, el conjunto uruguayo se impuso sensacionalmente a los cariocas, instaurando de paso uno de los sucesos más nefastos para la torci-da auriverde. La tropa de Luis Felipe Sco-lari sabe que ahora tiene en sus pies la posibilidad de desterrar para siempre ese maleficio. Felipão convocó para ello, Neymar a la cabeza, a jugadores que bri-llan en las principales ligas del mundo. El avezado preparador dejó fuera para consumar su anhelo a figuras del calibre de Ronaldinho, Kaká y Robinho. En el año 2002, en el torneo desarrollado en

Corea-Japón, excluyó a Romario, íco-no de la afición canariña. Al final sus pupilos consiguieron el penta-campeonato arrollando a todos los rivales.Croacia •La mayoría de los entendidos

considera que debe pasar como se-gundo del grupo. El combinado bal-

cánico construye sus esperanzas so-bre los botines de los volantes Luka

Modric, del Real Madrid; Iván Rakitic, del Sevilla; e Iván Perišic del Wolfsbur-go germano. En la punta, con la misión de perforar las redes rivales, aparecen Mario Mandžukic, del Bayern de Mú-nich, e Ivica Olic del Wolfsburgo.

México •Los aztecas tienen la cualidad histó-

rica, con independencia de las vicisitu-des que encuentran en el camino, de hacer soñar a su delirante afición. En esta oportunidad convocaron a hom-bres de gran experiencia como Rafael, el Rafa Márquez, del León y Carlos, Sal-sita Salcido, de los Tigres, encargados de la saga o al mediocampista Andrés Guardado, del Bayern Leverkusen. Sus aspiraciones supremas, sin embargo, descansan en lo que puedan aportar Ja-vier, el Chicharito Hernández, del Man-chester United y Oribe Peralta, del San-tos. Si Peralta repitiera su fenomenal desempeño en los Juegos Olímpicos de Londres, marcándoles dos dianas a los cariocas en la discusión del título, sería exaltado como héroe nacional.

Camerún •Durante la última década cada vez

que se alude a este equipo africano se piensa, invariablemente, en Samuel Eto’o. No en balde el delantero ha cau-

tivado a los públicos más exigentes, con sus disparos letales a la cabaña adver-saria. Tantos goles acumula a su paso por las principales ligas, que es referen-te lo mismo para hablar del Barcelona, el Inter de Milán o el Chelsea, su actual elenco. Desafortunadamente su maes-tría no suple las lagunas del conjunto, coincidiendo todos en que superar esta fase devendría auténtico milagro.

Grupo BEspaña • Holanda • Chile • Australia

España •Cuando cayeron hace un año ante

Brasil en la Copa Confederaciones, una buena parte de la prensa mundial se aventuró a señalar que fenecía, con esos tres goles permitidos, la era dora-da del «tiqui-taca» ibérico. Creo que se apresuraron demasiado en decretar el fin del conjunto más espectacular de los últimos años, con victorias inolvi-dables en las Eurocopa del 2008 y el 2012 y la Copa del Mundo del 2010. El primero de esos éxitos de la mano del recientemente desaparecido Luis Ara-gonés, mientras que los otros conduci-dos por Vicente del Bosque. Conscien-te del desafío que tiene por delante, el «Bigotón» del Bosque reunió una cons-telación de estrellas que refulgen en conjuntos de élite de España, Inglate-rra, Alemania e Italia. Quizás el área que le proporcione más dolores de ca-beza al avezado técnico sea la delante-ra, pues tendrá que escoger entre figu-ras titulares en cualquier otra nómina como David, el Guaje Villa, del Atlético; Fernando, el Niño Torres, del Chelsea; Álvaro Negredo, del Manchester City y Fernando Llorente, de la Juventus, a los que se suma el brasileño nacionali-zado Diego Costa, puntal indiscutible esta campaña con la tropa colchonera de Diego Pablo, el Cholo Simeone. Una muestra de la pujanza del balompié que se juega en sus predios es que este año lo ganaron todo en el Viejo Conti-nente, con el triunfo del Sevilla dentro de la Europa League y la victoria sensa-cional del Real Madrid, décima corona continental, dentro de la Champions. La final disputada entre los meren-gues y el Atlético, en el estadio de La Luz de Lisboa el pasado 24 de mayo, es la primera a este nivel entre dos clubes de la misma ciudad. Curiosa-mente fueron también dos conjuntos españoles los primeros en dirimir una corona entre elencos de un país, cuando el Real Madrid derrotó en el año 2000 al Valencia.

Holanda •No pienso que esta versión de los tu-

lipanes tenga la misma fuerza que la concurrente a la cita sudafricana. Ello no quiere decir que no dispongan de sufi-cientes ingredientes para pasar la ronda inicial. Entre sus luminarias destacan Wesley Sneijder, del Galatasaray turco; Rafael van der Vaart, del Hamburgo ale-mán; Robin van Persie, del Manchester United inglés y, especialmente, Arjen Ro-bben, del Bayern de Múnich.

Chile •Es un conjunto que puede interpo-

nerse a los designios ganadores de cual-quiera de las principales potencias, al punto de que varios expertos la ubican por encima de Holanda a la hora de acompañar a España como segundo clasificado de esta agrupación. Dos ju-gadores cargan sobre sus hombres la responsabilidad de conducir a la selec-ción austral: Alexis Sánchez y Arturo

Vidal. Sánchez, que debe quedar fuera de la plantilla del Barcelona, demostró con su golazo frente al Atleti en el cho-que final de la contienda de lo que es capaz. Vidal fue pieza importantísima dentro de formación bianconera de la “Vecchia Signora” de Turín.

Australia •Los de la isla continente les han to-

mado el gusto a las justas mundialistas ya que no se ausentan desde la convoca-toria de Alemania, en el 2006. Esa per-sistencia no implica que estén a la van-guardia, ni mucho menos dentro del concierto futbolístico. Su hombre proa continúa siendo Tim Cahil, que viste los colores de los New York Red Bulls de la MLS estadounidense.

Grupo CColombia • Grecia • Costa de Mar�l • Japón

Colombia •Los cafeteros inspiraron a muchos

aficionados de la región durante la eta-pa clasificatoria. En buena medida por-que deseamos ver una escuadra con la garra de aquellos tiempos, en que Car-los, el Pibe Valderrama y René Higuita hacían las delicias del público. Jackson Martínez y Teófilo Gutiérrez tienen gran peso ofensivo. El Tigre Falcao, inob-jetablemente uno de los delanteros más desequilibrantes del mundo, quedó fue-ra de la selección nacional en el último minuto, producto de la grave lesión que sufrió esta campaña en la rodilla. El técnico argentino José Pékerman tiene que prescindir de sus aportaciones, la tarea resultará mucho más engorrosa para los de la tierra del vallenato.

Grecia •Rememorar el triunfo de los helé-

nicos en la Eurocopa del 2004, desarro-llada con éxito en bellos estadios por-tugueses, es el consuelo más frecuente de su parciales. Aquella fue una sor-presa y estas, como tal, pocas veces premian con su encanto al mismo con-cursante. Las aspiraciones del momen-to son mucho más modestas y, en ho-nor a la verdad, parecen al alcance de la mano, si hablamos de rebasar el ca-lendario primigenio en el que partici-pan los 32 elencos. Giorgio Samaras, del Celtic escocés y Kostas Mitroglou, del Fulham británico, deben aportar decisivamente en la consecución de di-cho propósito.

Costa de Mar�l • Didier Drogba, vistiendo en la ac-

tualidad la franela del Galatasaray, es otro de los emblemas del fútbol moder-no, más allá de que su curva de rendi-miento no es la misma de antaño. Sus goles con el Chelsea serán revisitados constantemente por delanteros de cual-quier latitud, y eso es algo para respe-tar. No menos relevantes son las actua-ciones de Gervinho, de la Roma; Salo-mon Kalou, del Lille francés y el Yaya Touré, del Manchester City monarca dentro de la Premier League. Todo ello no les alcanza para obtener un pasapor-te a la próxima fase, algo que de consu-marse alegraría a muchos fuera de los pastos africanos.

Japón •Cuando irrumpieron en el torneo

de Francia, en 1998, eran una selección que despertaba la curiosidad de todos. En estos momentos, sin ausentarse des-de entonces a ninguna de las justas del orbe, representan una potencia en el ámbito asiático con un estilo sobrio acorde con su propia mentalidad de vi-da. Esa visión pragmática se alimenta

H. rOMO SIGLEr

CUANDO USTED deshoje estas páginas el planeta entero, no lo duda nadie, per-manecerá pendiente de cada detalle so-bre la Copa del Mundo que, a lo largo de un mes, encontrará asiento en varias ciudades brasileñas. Conscientes de que durante ese período todos apoyare-mos a las selecciones de nuestra prefe-rencia –intentando de paso alguna que otra gambeta o remate en improvisados terrenos engalanados con los más inve-rosímiles colores balompédicos–, La Calle… les obsequia, al igual que hici-mos durante la cita de Sudáfrica en el 2010, esta edición especial dedicada a la inigualable justa atlética.

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hoy, fundamentalmente, del juego de Keisuke Honda, del AC Milan; Shinji Kagawa, del Manchester United y Makoto Hasebe, del Núremberg.

Grupo DItalia • Inglaterra • Uruguay • Costa Rica

Italia •El arquero Gianluigi Buffon, de la

Juve, es uno de los símbolos de este on-ce, si bien Gigi ya no es el mejor del mundo en su posición. El director Cesa-re Prandelli sabe que todos los rivales, por encima de las coyunturas, aprecian a la azurra como seria contendiente a ceñirse la corona. Cuatro trofeos plane-tarios, el último conseguido en el 2006, le pone tensión a cualquiera que esté del otro lado del campo. Daniele De Rossi, de la Roma; el mítico Andrea Pir-lo, de la Juventus, Antonio, el Poeta, Cas-sano, del Parma; y Mario Balotelli, del Milan, ocuparán escaños protagónicos en la puesta en escena trasalpina.

Inglaterra •Excepto el «meta» Fraser Forster,

del Celtic escocés, el resto de los veinti-trés convocados por Roy Hodgson de-fienden los colores de conjuntos ingle-ses. Las mayores opciones de sonreír, al igual que en el pasado reciente, transitan por los pies de Steven Ge-rrard, del Liverpool; Frank Lampard, del Chelsea de José Mourinho; y Way-ne Rooney, del Manchester United. A ellos se suma lo que puedan aportar Jack Wilshere, del Arsenal; Daniel Stu-rridge, del Liverpool o Daniel Welbeck, del Manchester United.

Uruguay •La imagen dejada en Sudáfrica, y

más tarde titulándose en la Copa Amé-rica tirando a la cuneta a equipos como Argentina, recolocaron a la «Garra Charrúa» en el primer plano del más universal de los deportes. En esta opor-tunidad el «Maestro» Oscar Washing-ton Tabares vuelve a tener un conglo-merado de lujo, con integrantes de la ta-lla de Diego, la Tota Lugano, del West Bromwich; Cristian, el Cebolla Rodrí-guez, del Atlético de Madrid, Edison, el Caníbal Cavani, del París Saint Germain y Luis Suárez, que con 31 perforaciones en el Liverpool encabezó, junto a Cris-tiano Ronaldo, a los goleadores euro-peos. Añada a esta plantilla al incom-bustible Diego Forlán, ahora con los Ce-rezos de Osaka y al central Diego Go-dín, una de las inspiraciones del Atleti en su memorable campaña.

Costa Rica •Los ticos hace rato son un elenco im-

prescindible dentro de la Concacaf, ga-nando dicha reputación por el carácter que le imprimen a cada partido. Nunca debemos olvidar que eliminaron al equipo cubano, rumbo a la justa de Ale-mania en el 2006, por mejor gol average, producto del empate a dos dianas en el Pedro Marrero. Su estrella actual es Bryan Ruiz, del PSV Eindhoven holan-dés, secundado por el arquero Keylor Navas, del Levante, los volantes Yeltsin Tejeda, del Saprissa y Cristian Bolaños, del Copenhague y el atacante Joel Campbell, del Olympiakos.

Grupo EFrancia • Ecuador • Suiza • Honduras

Francia •Didier Deschamps informó, desde

el principio, sus elegidos. En la lista so-bresalen, lógicamente, el delantero Ka-

rim, el Gato Benzema, del Real Madrid, así como los defensas Mamadou Sakho, del Liverpool y Patrice Evra, del Man-chester United. Custodiando la cabaña tienen al experimentado Hugo Lloris, del Tottenham. Los «blues» anclaron en el segundo puesto hace ocho años, en aquella inolvidable final ante Italia, con el cabezazo incluido de Zidane a Materassi.

Ecuador •Cada anotación de los bananeros

será un homenaje a su desaparecida estrella Cristian, el Chucho Benítez. El liderazgo, en aras de brindarles un ale-grón a los aficionados de Quito, Cuenca o Guayaquil, debe asumirlo Antonio Valen-cia, con toda la autoridad que le proporciona sus representaciones desta-cadas con el uniforme del Manchester United. Christian Noboa, del Dí-namo de Moscú, Jefferson Montero del Morelia, y Enner Valencia, del Pachuca mexicano, fun-girán también como pivotes sobre cu-yo accionar estructure su estrategia el entrenador Reinaldo Rueda.

Suiza •Ottmar Hitzfeld posee la esperanza

de avanzar en esta llave. Para ello con-vocó a quienes más se destacaron en di-ferentes latitudes. Diego Benaglio, del Wolfsburgo, será el encargado de defen-der las mallas, mientras que Ricardo Rodríguez, del mismo conjunto teutón, apuntalará la defensa. Los goles deben salir de los disparos de Haris Seferovic, de la Real Sociedad, aunque la bujía no es otro que Xherdan Shaqiri, del Ba-yern de Múnich.

Honduras •Nadie pide en Tegucigalpa, ni en

ninguna otra localidad catracha, que sus muchachos lleguen al partido fi-nal. Una cosa es la ilusión, que no debe perderse nunca, y otra bien distinta las posibilidades reales de una formación. Luis Fernando Suárez ha repartido el juego entre todos sus hombres, con én-fasis en la acción de Maynor Figueroa, del Hull City inglés; Emilio Izaguirre, del Celtic; Oscar Boniek García, del Hous-ton Dynamo, norteamericano y Jerry Bengtson, del New England Revolu-tion, también de la MLS.

Grupo FArgentina • Nigeria • Bosnia-Herzegovina • Irán

Argentina •La albiceleste tiene en Lionel Messi

uno de los dos jugadores del torneo con mayor presión sobre sus espaldas. El otro es Neymar Jr. Si la «Pulga Avióni-ca» hala a sus compañeros hasta la con-quista del tercer campeonato para los sudamericanos, entonces nadie podrá escamotearle el mérito de estar, inte-gralmente, a la altura de Pelé y Marado-na, los dos monstruos sagrados en la centuria anterior. Para la batalla el ti-monel Alejandro Sabella dispone de una tropa compacta con opciones rea-les de imponerse. Javier, el Jefecito Mas-cherano, del Barcelona; Pablo Zabaleta, del Manchester City y Ángel, el Fideo Di María, del Real Madrid asumirán pa-peles decisivos en el empeño de alcan-zar el estrellato. La «artillería pesada» de los gauchos radica en su ofensiva, ca-talogada como la más potente del mo-mento. Escoltando a Messi, aparecen Sergio, el Kun Agüero, del Manchester City; Gonzalo, el Pipita Higuaín, del Na-

poli; Ezequiel, el Pocho Lavezzi, del Pa-ris Saint-Germain y Rodrigo Palacio, del Inter de Milán. Solo una discrepan-cia con la elección de Sabella: no creo que un hombre de la calidad de Carlos Tévez quede fuera de equipo alguno. El «Apache», nombrado en su país el «ju-gador del pueblo», se encuentra en ex-celente forma, al marcar diecinueve go-les en la Serie A italiana.

Nigeria •Cualquier elenco africano es reve-

renciado por su forma física, capaz de garantizar un duelo sin tregua frente a sus oponentes durante los 90 minutos

de partido. Nigeria, además de di-cha característica, exhibe ha-

bilidades técnicas en varios de sus representantes. Obi Mikel, del Chelsea; Ogen-yi Onazi, de la Lazio; Efe Ambrose, del Celtic; Ah-med Musa, del CSKA de

Moscú y Emmanuel Eme-nike, del Fenerbahçe turco,

son algunos de ellos. Bosnia-Herzegovina •

La escuadra balcánica hace su debut en estos torneos, lo que en modo alguno significa que está condenada al fracaso. Asmir Begovic, del Stoke City; Miralem Pjanic, de la Roma; Senad Lulic, de la La-zio y Vedad Ibiševic, del Stuttgart repre-sentan columnas para el entrenador Safet Sušic, si bien su punta de lanza no es otro que Edin Džeko, laureado depre-dador del Manchester City.

Irán •La agrupación persa parece destina-

da al sótano del apartado F, aunque pa-ra ello sus rivales no podrán descuidar-se. El arquero Daniel Davari, del Ein-tracht Braunschweig alemán; los defen-sas Pejman Montazeri, del Umm Salal y Steven, Mehrdad Beitashour, del Van-couver Whitecaps canadiense; así como los delanteros Masoud Shojaei, de Las Palmas y Reza Ghoochannejhad, del Charlton inglés serán algunas de las ba-zas del DT Carlos Queiroz, aunque el brillo principal debe recaer en el me-diocampista Javad Nekounam, del Al Kuwait.

Grupo GAlemania • Portugal • Estados Unidos • Ghana

Alemania •Lo tiene todo para vencer. Desde

un portero como Manuel Neuer (Ba-yern Múnich), pasando por defensas de la experiencia de Jérôme Boateng y Philip Lahm, igualmente del equipo de la Alianza Arena o Per Mertesacker del Arsenal; volantes del calibre de Mario Götze, Toni Kroos, y Thomas Müller, todos ellos del conjuntos mu-niqués, Lukas Podolski o Mesut Özil, del Arsenal. No ganan desde que el mexicano Edgardo Codezal pitó un pe-nalti a su favor, ante Argentina en la fi-nal de Italia en 1990. En lo individual Miroslav Klose, cañonero de la Lazio, alberga la posibilidad de superar el ré-cord histórico de goles del «Fenóme-no» Ronaldo Luiz Nazario da Lima.

Portugal •Clasificaron in extremis, luciéndose

en la repesca Cristiano Ronaldo en el dual meet memorable que entabló con el astro sueco Zlatan Ibrahimovic. Fabio Coentrão y Pepe, del Real Madrid; João Moutinho, del Mónaco; Raúl Meireles, del Fenerbahçe, Hélder Postiga, de la Lazio y Nani, del Manchester United, tendrán que encontrar su mejor forma para ayudar a CR7. De lo contrario pu-

dieran incluso caer en el primer round del evento.

Ghana •Hay mucho talento en la agrupación

que dirige Kwasi Appiah. Poder echarle mano a futbolistas como Michael Es-sien y Sulley Muntari, dupla del AC Mi-lan; Kwadwo Asamoah, de la Juventus; Daniel Opare, del Standard Lieja; Ke-vin-Prince Boateng, del Schalke 04; y Asamoah Gyan, es un lujo para cual-quiera.

Estados Unidos • Derrotar a Alemania en un encuen-

tro amistoso le insufló ganas a los de las barras y estrellas, pero eso no es su-ficiente en los exámenes del orbe. En su roster continúan teniendo preeminen-cia nombres como los de Tim Howard, del Everton; DaMarcus Beasley (Pue-bla), Brad Evans y Clint Dempsey, del Seattle Sounders FC; Jozy Altidore (Sun-derland), y Landon Donovan, de Los Ángeles Galaxy.

Grupo HBélgica • Rusia • Argelia • Corea del Sur

Bélgica •Existe gran expectativa en observar

a este elenco, que derrochó ganas y ele-gancia durante la clasificatoria. Su téc-nico Marc Wilmots, otrora atleta este-lar, sabe que hay ingenio dentro de sus muchachos. Daniel Van Buyten, del Ba-yern Múnich; Vincent Kompany, del Manchester City; Axel Witsel, del Zenit de San Petersburgo; Marouane Fellaini, del Manchester United y Romelu Lukaku del Everton, descuellan en esta camada, si bien las dos «joyas de la co-rona» lo constituyen Eden Hazard, del Chelsea y el defensor de los tres palos Thibaut Courtois, del Atlético de Ma-drid, uno de los mejores arqueros del planeta.

Rusia •Mandaron a Portugal al repechaje,

acontecimiento insospechado en el mo-mento de conformar el organigrama clasificatorio. Todos sus jugadores ins-critos se desempeñan en la liga rusa. A Ígor Akinféyev, del CSKA; Ígor Denísov, del Dínamo de Moscú; Denís Glus-hakov del Spartak y Alexander Ker-zhakov, del Zenit de San Petersburgo les corresponderá aplicar las enseñan-zas del italiano Fabio Capello, uno de los preparadores de más experiencia, y resultados, a nivel internacional.

Argelia •Vahid Halihodžic tiene por delante

un enorme reto: que su elenco tras-cienda por vez primera el umbral de la fase de apertura. Los norafricanos cuentan con varios jugadores de expe-riencia en ligas de renombre. Las es-trategias que utilicen se enfocarán, bá-sicamente, en la actuación de Faouzi Ghoulam, del Nápoles; Yacine Brahi-mi, del Granada; Islam Slimani, del Sporting Lisboa y Mehdi Lacen, del Getafe. Hassan Yebda, del Udinese, es su principal inspiración.

Corea del Sur •Doce años atrás dejaron estupefac-

tos a muchos, con su inclusión en la se-mifinal de la cita que acogieron de con-junto con Japón. Esta vez reunieron a fi-guras que prueban suerte en diferentes ligas, aunque con ello no tienen nada seguro. Hong Jeong-Ho, del Augsburgo; Ki Sung-Yueng, del Sunderland; Son Heung-Min, del Bayer Leverkusen y Park Chu-Young, del Watford son pun-tales del elenco, al igual que Lee Keun-Ho, del Sangju Sangmu. CM

américa del sur

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neymar andrés iniesta

«chicharito» hernández

alexis sánchez

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timothy cahill

brasil bra españa esp

méxico mex chile chi

croacia cro holanda ned

camerún cam australia aus

grupogrupogrupo B B B grupogrupogrupo C C C grupogrupogrupo D D Dfase clasificatoriafase clasificatoriafase clasificatoria

OCTAVOS DE FINALOCTAVOS DE FINALOCTAVOS DE FINAL

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semifinalessemifinalessemifinales

tercer y cuarto lugartercer y cuarto lugartercer y cuarto lugar

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est. Arena de São Paulo

est. Mineirão est. Castelão

est. Castelão

est. Maracaná est. Arena Pernambuco

est. Maracaná

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est. Nacional

est. Arena Fonte Nova est. Mineirão est. Castelão

est. Das Dunas est. Arena Pantanal est. Arena Pernambuco est. Arena Amazonia

est. Castelão est. Maracaná est. Nacional est. Arena de São Paulo

est. Arena Amazonia est. Beira-Río est. Das Dunas est. Arena Pernambuco

est. Nacional est. Arena da Baixada est. Arena Pantanal est. Das Dunas

est. Arena Pernambuco est. Arena de São Paulo est. Castelão est. Mineirão

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El campeonato estará dividido en dos fases: en la primera, se conformarán 8 grupos de 4 equipos cada uno, y avanzarán a la siguiente ronda los dos mejores de cada grupo. Los 16 equipos clasificados se enfrentarán posteriormente en partidos eliminatorios hasta que los dos equipos finalistas se enfrenten en la final a realizarse el 13 de julio, en el estadio Maracaná en Río de Janeiro.

según algunos informes, el gasto en las infraestructuras para los estadios se disparó hasta los 7 000 millones de dólares, cifra récord en la historia de los Mundiales

beira-río

maracaná

mineirão

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arena fonte nova

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arena pantanal nacional

arena de são paulo

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estadioArena Amazonia42 374 cap.

estadioCastelão64 846 cap.

estadioArena de São Paulo65 807 cap.

estadioDas Dunas42 086 cap.

estadioArena Pantanal42 968 cap.

estadioMaracaná76 804 cap.

estadioNacional68 009 cap.

estadioArena da Baixada 41 456 cap.

estadioMineirão62 254 cap.

estadioBeira-Río48 849 cap.

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días: 14, 17, 21, 24, 29 | jun.4 | jul.

días: 12, 19, 23, 26 | jun.1, 9 | jul.

días: 13, 16, 19, 24 | jun.

días: 13, 17, 21, 24 | jun.

días: 15, 18, 22, 25, 28 | jun.4, 13 | jul.

días: 15, 19, 23, 26, 30 | jun.5, 12 | jul.

días: 16, 20, 23, 26 | jun.

días: 14, 17, 21, 24, 28 | jun.8 | jul.

días: 15, 18, 22, 25, 30 | jun.

días: 14, 18, 22, 25 | jun.7 | jul.

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estadioArena Pernambuco44 248 cap.

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días: 14, 20, 26, 29 | jun.

estadioArena Fonte Nova48 747 cap.

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días: 13, 16, 20, 25 | jun.1, 5 | jul.

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grupogrupogrupo e e e grupogrupogrupo f f fgrupogrupogrupo c c c grupogrupogrupo g g ggrupogrupogrupo d d d grupogrupogrupo h h h

Xherdan Shaqiri

lionel messi

jacksonmartínez

bastian schweinsteiger

luis suárez

eden hazard

karimbenzema

Javad Nekounam

yayátouré

asamoah gyan

wayne rooney

alexander kerzhakov

antonio valencia

edin dzeko

Kostas Mitroglou

cristiano ronaldo

keylarnavas

sofiani feghouli

maynor figueroa

emmanuel emenike

shinji kagawa

michaelbradley

andreaprilo

ji dong won

suiza sui argentina argcolombia col alemania aleuruguay uru bélgica bel

brasil italia

1958 1962 1970 1994 2002 1934 1938 1982 2006

francia fra irán irncosta de marfil civ ghana ghainglaterra ing rusia rus

ecuador ecu BOSNIA-HERZERGOVINA bosgrecia gre portugal porcosta rica crc argelia agl

honduras hon nigeria nigjapón jpn estados unidos usaitalia ita corea del sur cor

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e64 partidos • 32 equipos • 1 CAMPEÓN

est. Nacional

est. Arena Fonte Nova

est. Arena de São Paulo

est. Maracaná

est. Arena de São Paulo est. Beira-Río

est. Nacional

est. Arena Fonte Nova

est. Nacional est. Maracaná est. Arena Fonte Nova est. Mineirão

est. Beira-Río est. Arena da Baixada est. Das Dunas est. Arena Pantanal

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est. Arena Amazonia est. Beira-Río est. Arena Pernambuco est. Arena de São Paulo

est. Maracaná est. Arena Fonte Nova est. Nacional est. Arena da Baixada

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la mascota oficial: es un armadillo –una especie en peligro de extinción; la mayor parte de su población habita en brasil–. El nombre fue elegido por 1.7 millones de brasileños y es una mezcla entre las palabras «fútbol y ecología».

El nombre fue elegido mediante una encuesta entre un millón de brasileños fanáticos del fútbol. Adidas se demoró más de dos años en diseñarla; 600 futbolistas de más de 30 países la probaron y se produjó en China.

Fuleco

alemania

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argentina

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Brazuca

algunos datos técnicos

seis paneles idénticos

cámara interna en butyl

termo sellado

la superficie con relieves detalla una excelente textura

espuma a base de poliuretano

absorción de agua

circunferencia

peso pérdidade presión

rebote

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campeónmundial

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EN EL MEDIO DE LA CALLE

A CArGO DE ARES Y ZARDOYAS

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EN EL MEDIODE LA CALLE

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eYULIAt DANAY ACOStA

CUANDO lo cotidiano se vuel-ve extraordinario ocurre la eclosión. Las brujas revolvien-do en sus cacerolas hacen esta-llar sus demonios, saltan las tapas de sus mejunjes borbo-teantes, vuelan en sus escobas chagalianas: gnomos, güijes, figuraciones inimaginables, fantasmagorías del humo coci-nado. Quejidos ensordecidos en el batir y batir para estallar en protestas poéticas de violi-nes tripulados por ángeles des-pavoridos. La aguada salpica-da por la tinta inventa sonori-dades de color, significados freudianos, pesadillas no atra-padas.

–¡Qué misterio! ¡La niña sa-be distinguir a Picasso de Cha-gall, con cinco años!– decía la madre sorprendida. Ahora, la mujer se ha montado la bruja, y ya no los separa, no los recono-ce. Bate y bate su chocolate mís-tico, sacrílego, contestatario. Lo extraordinario se ha vuelto co-tidiano».

Con la gloria de un estilo in-confundible y el ímpetu de la reve-lación, el cineasta Enrique Pineda Barnet bendice con estas palabras la apertura de la muestra Hecho en casa, que devela a una mujer como artista.

«El periodismo ya no me bastaba», confesó a la prensa cuando intentaron escudriñar acerca de los motivos que la lleva-ron a sumergirse en un lenguaje de este calibre. «Hay cosas que nun-ca van a poder ser dichas en su totalidad desde el periodismo, porque no se pueden expresar

con palabras frente a la panta-lla de una computadora. Para ello hace falta la armonía del pincel, el color. Quizá la cuarti-lla me queda chiquita».

Vladia Rubio, una de las firmas más reconocidas del periodismo cu-bano, hoy devenida pintora, se relle-na de una nueva sustancia que pres-cinde de las palabras para hablar-nos con otros ademanes sobre las mismas cosas. «Desde estas obras, también, sigo reportando la rea-lidad, pero de otra manera», afir-ma contundente Vladia.

Y es que dicen los colegas que Vladia necesita decir sin límites ni espacios, y desde los pinceles y las tintas. Y algunos aseguran que «defiende la tesis de que lo im-portante es comunicarse, aho-ra desde el mundo de la cartuli-na en blanco que terminan con-vertidas en obras de arte».

Su vocación por las artes plás-ticas siempre estuvo latente, lo re-flejaba en la cuartilla cuando ma-tizaba con palabras una vívida es-cena de sus crónicas, donde le era inevitable esconder esa práctica mimética de ir dibujando su obser-vación participante, mientras sin querer, en una búsqueda incons-ciente, afloraban analogías con la pintura:

«Me invitó a acompañarlo a su mesa y allí, en el mismísimo centro, sin nada que la camu-flara, siquiera una sombra o un portafolios piadosamente mal colocado, estaba la prueba de plana con el reportaje mío a pá-gina completa –no existían en-tonces las computadoras–. Pero más que un texto impreso, se-mejaba un cuadro de Salvador

Dalí, tantos eran los círculos rojos, las rayas azules, los sig-nos de interrogación y los ex-traños símbolos al margen».

Desde entonces ya pintaba. Lo hacía acuartelada entre lingüis-mos, mientras retumban sin pa-rar en su cabeza surrealistas can-ciones como «En el reino del re-vés, nada un pájaro y vuela un pez», inspiración inefable para teclear sus líneas periodísticas. De alguna etérea manera, dibuja-ba con palabras lo cotidiano en sus cuartillas y el resultado eran textos como estos:

«(…) los aromas de la hierba húmeda, de la lluvia cayendo, del pan recién horneado y el li-món, aún sobreviven; mas co-mo no están tras las vidrieras ni se anuncian en 3D, apenas reparan en ellos las narices en-trenadas en aspirar olores construidos en laboratorios: bosques de sándalo apresados en un spray y deshaciéndose en finísima llovizna sobre los asientos del auto; la calidez del jazmín al atardecer, encerrada a varias atmósferas en cilindro metálico y pulverizada entre las cortinas del recibidor (…)».

Bea triz Gago, curadora de la primera muestra pública de Vla-dia se atreve a decir que Hecho en casa «significa el nacimien-to “oficial” de una artista que ha aprendido a decir, al mar-gen de la palabra con la que ha lidiado siempre, lo que visual-mente tiene que decir».

Vladia Rubio: «Yo soy todas»

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LA CALLEDEL MEDIO

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¿Quién era antes Vladia, y quién es ahora?

«Antes y ahora, sigo siendo la misma en términos genera-les: una cubana que de niña, se entretenía con el Tío Stiopa se-guido de Betty Boop, que de adolescente escuchaba las can-ciones de Silvio y de los Beatles en una vieja grabadora de cas-sette, de donde Let it be ronro- neaba entre cristales rotos; una joven sin demasiadas incerti-dumbres, respetuosa –quizás demasiado– de disciplinas, nor-mas y convenciones; y hoy, una mujer feliz, aun cuando “la in-soportable levedad” de las an-gustias cotidianas me (nos) acompañe».

Cambiar el rumbo, ¿cuesta?«En lo esencial, no he cam-

biado ningún rumbo, sigo el mío, guiándome siempre por la brújula de la ética, la lealtad y la decencia. Ahora, si te refie-res a cambiar de ocupación, puedo decirte que no me ha resultado nada traumático ni con aires de bandazo. Desde que tengo uso de razón, me re-cuerdo pintando, dibujando, al punto que algunos no me lla-maban por mi nombre sino co-mo “la niña que pinta”, lo mis-mo en las inacabables reunio-nes a las que acompañaba a mi madre, que en las tardes hoga-reñas o en las últimas hojas de las libretas escolares mientras escuchaba, bien a lo lejos, ha-blar de fallas y plegamientos al profe de geografía».

Revelar tu pintura, ¿te cam-bió?

«No, no me cambió, pero eso de hacerla pública, trascen-diendo la estrecha frontera de seres queridos y amistades, me hace sentir contenta y a la vez incómoda. Lo primero, porque me entrego de una manera más completa a los demás, y sus re-acciones ante mis obras, las lec-turas que hacen de ellas, me enriquecen mucho. Lo segun-do, porque es tanto de mí lo que dejo en cada trazo, cada mancha, que me hace sentir vulnerable, casi desnuda».

La mujer como epicentro en tu obra delata un foco de interés o pre-ocupación en la perspectiva de gé-nero. ¿A quién le hablas con tus tra-zos, a las mujeres? ¿Te consideras una feminista?

«Hablo a quien quiera escu-charme, y a veces, simplemente entablo un soliloquio. Aun cuando la figura de la mujer y sus dramas cotidianos sean eje de mi expo Hecho en Casa, no me considero una feminista ni especialmente interesada en le-vantar pancartas por la igual-dad de género –aunque no por ello le reste un ápice de impor-tancia a esos necesarios empe-ños. Comprendo, incluso, que el tema queda implícito en esos dibujos, pero me mueven moti-vos más intimistas: los senti-mientos ambivalentes que en oportunidades nos acompañan mientras sudamos al punto de la deshidratación junto a la plancha, o sorteamos una pirá-mide de loza por fregar. En to-

tu obra. ¿El misterio, radica en lo visible y aparente común?

«Más que el misterio, la pa-radoja; más que lo feo u ordina-rio, la belleza encapuchada, la-tente a pesar de todo».

Hay un mundo fabulado en tus pinturas. ¿Tejes historietas mien-tas pintas?

«No, las historias están ahí, ellas solo me dan permiso para entretejerlas a mis tintas».

La mujer de las obras, ¿siempre es Vladia?

«Sí, porque yo soy todas –con el permiso del viejo Whit-man por parafrasearlo–.».

Esta vez no es un hombre quien pone su destino en la mesa y nos di-ce: «Yo soy el que riega las raí-ces de todo lo que crece, y la prueba de quién soy la llevo yo en mi rostro; lo que diga sobre mí, debes tú señalarlo como tu-yo, porque solo lo que nadie puede negar existe».

Con vitalidad propia y sello distintivo, el verso libre de Vladia se resiste a perder el control. Así ha sido siempre, con sus decisiones, con sus palabras, con sus figuras. Transita todo como a la vuelta de un carrusel donde uno termina justamente volviendo al mismo si-tio inicial: a lo que se es.

Lo que resulta de este ejercicio se concreta en una declaración de principios: sus latidos. Soterrados sentimientos expresan el poder absoluto de que en el aquí y ahora empieza y termina todo. Abre un camino que habrá de construir con la rebeldía y el libertinaje que toda creación implica, a sabien-das de que siempre hay algo que se destruye para que la naturaleza pueda lograr un perfecto equili-brio. Quizá así pueda entenderse mejor esta tensión en su obra. Hay muchas fuerzas que van y vienen en todas direcciones, hacia arriba y hacia abajo, hacia afuera y ha-cia adentro; y hay dos o tres cen-tros donde orbitan las mujeres y sus actos.

Vladia quiere tocar, aunque sea por un instante, las profundi-dades de un laberinto críptico en comunión con la naturaleza, la llamada mítica, y la constitución de la heroicidad que nos aguarda más allá de lo diario en lo corrupto, lo secreto y hasta lo miserable para recordarnos que hay vida en lo que puede parecer inútil.

Sin filtrar sus palabras, en un juego de virtualidad, la confiden-cia de lo desconocido la lleva a abarcarlo todo, sabiduría o cos-tumbres a sabiendas de que el mundo no es un caos. Restará de-cir que no se desdicen sus discur-sos, en la pluralidad habita lo lau-dable. Revelar un mundo, toda una naturaleza, y hacer el inven-tario de sus grandes fundamen-tos, requiere de un lenguaje que nos remonte a lo mítico. Vladia exhorta a la sinastría que implica acostumbrarse y a la vez vivir to-das estas cosas que son nuevas –el aire, la mañana, la mujer y el ni-ño–, porque aun cuando han esta-do aquí desde hace tanto tiempo, apenas hemos empezado a descu-brirlas. Cualquier deducción de-be avizorar que la magia misma de todo, existe. CM

dos esos quehaceres se entrete-jen el amor, la ternura, el placer y, a la vez, una sorda rebeldía, una inconformidad, que no siempre emergen junto a la es-puma de la ropa que lavamos, o el borbotear del café a punto. Hablo de una tensión dramáti-ca, no siempre de fácil solución, a la que intento dar salida en mis obras.

La tinta, el solo binomio de blanco y negro, ignorando cual-quier color, me he creído que, por ahora, son la mejor voz para tal intento. Justo por el drama-tismo que permiten expresar y que casi le es inherente, y tam-bién por la elegancia, por la su-tileza y la versatilidad que acom-pañan a la técnica de la tinta y la aguada, al blanco y negro; igual puede transmitirse un susurro que un grito, una caricia que una bofetada. Y el gato gigante que aguarda junto a la que toca el vio-lonchelo, aun llevando solo gri-ses, puede ser visto de un inquie-tante color magenta; mientras que de la mujer que pega el bo-tón con un hilo que la asfixia, emana un quejido marrón. Hondo y amenazante».

Pintar, ¿un método de explora-ción?

«Al menos, como comunica-dora –que nunca he dejado de ser ni dejaré–, pudiera arries-gar que, para mí, es sobre todo, una sorprendente vía de retroa-limentación».

Dicen que casi ningún artista plástico ha podido escapar a la in-fluencia de Picasso. ¿Qué huellas hay en ti de otros exponentes?

«Cuando los egipcios, con su horror vacui, llenaban sus papiros, ya estaban dejando su huella en mí –es fácil encon-trarla en mis cuadros. Cuando Chagall echó a volar a su pri-mera pareja de novios ya me estaba marcando. Igual pudie-ra decirte de Amelia, Zaida, Pedro Pablo, Fabelo… Lo mis-mo de Dulce María Loynaz, de Eliseo, Juan Ramón Jiménez… Y aunque pudiera resultar di-sonante ubicarla junto a tantos grandes, con orgullo le hago sitio también a mi abuela ma-terna, una especie de hada anónima de cuya destreza en bordados y tejidos nacían obras de arte; cuya innata sen-sibilidad y buen corazón fue-ron mi brújula».

Lo cotidiano se combina con lo sutilmente soñado o imaginado en

Con Violoncello

Duérmete mi niño (díptico)

Se cayó el botón

El peso del ajo Las hormigas de Gabriel

«Hablo a quien quiera escucharme, y a veces simplemente entablo un soliloquio».

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JOrGE WEJEbE CObO

HACE UNAS SEMANAS, mien-tras contemplaba cómo desde la punta del Morro a la entrada de la bahía de La Habana, se lanzaban al mar los deportistas en la competición de salto ex-tremo Cliff Diving –que cam-peones o no, al emerger con vi-da ya tenían asegurados miles de dólares por el riesgo, gracias a los promotores del evento y a la famosa bebida Red Bull–, fui relacionando aspectos aparen-temente inconexos de literatu-ra, historia y ecología que coin-ciden en aquel entorno.

Allá por los años cuarenta del siglo pasado, estaba por aca-bar una vieja forma de desha-cerse de la basura de La Haba-na. Al final de la bahía, cerca de Cayo Cruz, los deshechos eran embarcados en una patana, sa-cados mar afuera y frente a la zona de Cojímar, al este de la ciudad, vertidos al agua.Desde su salida la embarcación era se-guida por los tiburones, enton-ces abundantes y en espera del festín que le traía la descarga de la embarcación.

Al rebasar la patana la boca del Morro, se unían a la perse-cución la mayoría de los escua-los que patrullaban el mar

Pero también ese ciclo de ru-tina y a veces muerte anónima que se repetía con el diario rito de limpiar de podredumbre de La Habana, sirvió de contexto a unos de los cuentos más tiernos de Onelio Jorge Cardoso, en el cual un pescador de Cojímar en-tregaba amor y construía su en-torno de felicidad con lo que ob-tenía de la basura. Se titula un Brindis por el Zonzo.

«(…) Pues óigame, esos cuantos metros de terreno don-de estaba la casita y el jardín le correspondieron al Zonzo por herencia de no sé quién suyo. Luego, andando el tiempo, el Zonzo se enamoró, pero antes de casarse como todo hombre de ley, pensó primero en darle techo a la futura. Solo que para un hombre viviendo de sus pes-caditos hacer una casa era co-mo aspirar a doctor médico. ¿Se da cuenta? Bueno, pues la hizo. Entonces no bebía, enton-ces descubrió que cuando el lanchón bota allá afuera la ba-sura de La Habana suelen que-dar flotando muchas cosas en

el agua y entre ellas bue-nas maderas. En su “ca-chucha” se iba después de haberse pasado la noche pescando; a re-coger madera se iba. ¿Usted haría eso, doc-

tor? Y algo más que voy a decir aquí enseguida porque estas cosas aun-que parezcan asuntos de

niños son cosas de hom-bre. Sepa que en la basura

vienen milagritos para los pobres, hasta manzanas vie-nen, medio buenas, medio ma-las y hasta buenas del todo. Eso por diciembre, cuando se acaba la noche del veinticuatro. Pues las pescaba el Zonzo, doctor, las pescaba de la basura rica flo-tando en el mar. Y naranjas también y hasta queso. Y una vez –esto es lo que yo digo que parece cosa de niño y es de hombre– una vez pescó una muñeca rota que se puso luego a remendar y la dejó nueva con dos botones de vidrio que le co-sió en los lugares donde lleva los ojos. ¿Usted conoce la niñita tullida, la mayorcita de Román? Pues así como usted baja para la playa se la encuentra siem-pre en la puerta mirando al mar. Le hablo de las tres, la que no crece. Vaya a conocerla, que le enseñen la muñeca y que le cuenten ellos de las manzanas y las naranjas que les pescó el Zonzo sin decirle nunca de dónde venían. Un hombre así, por lo menos no merece que lo entierren sin flor. […]».

Hoy la zona está libre de ti-burones. La pesca indiscrimi-nada, la contaminación y la inexistencia, hace ya más de 70 años, de vertederos en el mar, hicieron posible que los depor-tistas se lanzaran una y otra vez al agua en pos del título o de la fortuna que los estimule a seguir arriesgando sus vidas en otras playas del mundo, donde la Red Bull los lleve con su pu-blicidad. CM

abierto. Más de un desgraciado trabajador encargado de la fae-na cayó al agua y fue devorado de inmediato ante la mirada aterrada de sus compañeros.

El diario peregrinar a ho-ra fija de la fácil comida fue desarrollando un reflejo condi-cionado que, ante el estímulo del ruido de la embarcación o la caída de algo al agua, hacía de los tiburones, ciegas máqui-nas de matar, destruyeran a dentelladas lo que creían una presa viva o muerta. En sus es-tómagos junto a restos huma-nos, se podían encontrar peda-zos de metal, latas, vasijas y cualquier objeto capaz de esti-mular o engañar sus apetitos. Eran los más agresivos de toda la región, alimentados por la diaria rutina del hombre al des-hacerse de su basura.

A la entrada de la bahía fue-ron descuartizados por los tibu-rones en la noche del 16 de sep-tiembre de 1895, más de treinta marineros españoles al hundir-se el crucero de guerra Sánchez Barcaíztegui cuando chocó con otro barco mayor. Según testi-monios de la época, los gritos de las víctimas se oían desde la cos-ta. Fue la mayor matanza por ataques de escualos que se re-cuerda en el país.©

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SANtIAGO ALbA rICOEspecial para LA CALLE DEL MEDIO

CASI TODAS las mañanas, y muchas tardes, cruzo el inte-rior del parque del Belvédère, en la ciudad de Túnez, muy cer-ca de casa. Allí, frente a una de las oficinas de la municipalidad capitalina, un hombrecito de sesenta años, bigote blanco y pañuelo enroscado en la cabe-za, se encarga de señalar a los coches el lugar donde pueden aparcar. Como ocurre con fre-cuencia en este país, es difícil saber si ha sido contratado pa-ra eso o él se ha posado en esa acera, como un gran pájaro, pa-ra conquistar el territorio, justi-ficar su existencia y ganar un poco de dinero. Tiene una silla que cambia de sitio –a un lado u otro de la carretera– según la orientación del sol y todos acep-tan –aceptamos– su papel y la dignidad que lo acompaña y que sus propios gestos, en mo-do un poco enfático, declaran sin cesar.

Como es normal en cual-quier lugar civilizado y no corrompido por el anonimato y el consumo, fuentes mayores de desconfianza, la segunda vez que pasé a su lado y nos recono-cimos nos intercambiamos un saludo: un izamiento de la ma-no y un salam-aleikum –o un «buenos días»–, investidos del placer desinteresado de este contacto pasajero. Un saludo es, por así decirlo, el átomo de la antropología humana, la partí-cula elemental de las relaciones ciudadanas y, si se reitera entre desconocidos, el vehículo y la expresión de un conocimiento sin consecuencias.

Nos saludamos y ya está: nos reconocemos como miem-bros de la misma especie y re-conocemos, al mismo tiempo, la posibilidad de un espacio co-mún libre de conflictos en el que solo existe la alegría de es-te reconocimiento entre –mo-mentáneos– iguales.

Es la afirmación, por así de-cirlo, de una igualdad al pasar, de paso, que quedaría rota sin duda en el caso de que el saludo se prolongase en una relación más estable o más profunda. En cualquier caso, hay algo muy universal y esperanzador en es-te placer banal y completo de intercambiarse rutinariamente un saludo con un desconocido; la intimidad no depende de la intensidad sino de la costumbre y la sociabilidad pura, fruición del animal humano, genera ilu-siones vertebrales inseparables de la construcción de un mun-do habitable.

En definitiva, que el hom-brecito de bigote blanco que di-rige el tráfico en el Belvédère y con el que me cruzo camino de mi trabajo, se ha convertido, con más razón o por las mis-mas razones vigentes en Face-book, en un «amigo». «Somos amigos de Facebook», se dice, y con mucho más fundamento podría decirse: «somos amigos de cruce de caminos».

Ahora bien, el hombrecito del bigote es un amigo extraño. Desde el mismo momento en que nuestras miradas se engan-charon dos veces y nuestros sa-ludos adquirieron el carácter normativo de una rutina, se desencadenó entre nosotros una relación de poder. Una re-lación de poder, sí, que ilumina también algo así como el átomo o la partícula elemental de toda relación de poder.

Fuera por mi condición visi-ble de extranjero o por nuestra común condición de machos o por la necesidad de afirmar la dignidad de su auto-empleo o contra mi placer manifiesto de saludarlo, lo cierto es que mi amigo de cruce de caminos co-menzó a utilizar el saludo, ex-presión y herramienta de nues-tro vínculo, para una guerra pequeña y a su modo fascinan-te que aún continúa: unas ve-ces, en efecto, me saluda y otras no y, cuando me saluda, lo hace modulando la altura de la ma-no o el tono de la voz en combi-naciones tan variadas, ricas y precisas que me mantienen, co-mo manifiestamente quiere, pendiente de su juego.

Si yo dejo de saludarlo a propósito tras dos días sin res-puesta, él se reengancha, teme-roso de haberme perdido para

siempre, con entusiástico apa-rato, después de lo cual, en los días sucesivos, vuelve a rebajar poco a poco el gesto y el regis-tro de voz hasta la expresión más amortiguada, hasta el bor-de mismo de la insignifican-cia: un gestito de la palma de la mano, abierta junto al mus-lo, mientras mira hacia otra parte, fingiendo un digno ata-reamiento.

Es una relación de poder pura, purísima, pues no tiene más medios que el propio vínculo gestual –el saludo– y no obtiene nada, ni dinero ni servicios ni homenajes, con su victoria. O quizás sí. Él obtie-ne, supongo, un placer mayor que el que acompaña a un simple saludo y que tiene que ver con el de la –momentá-nea– desigualdad: esta des-igualdad al pasar, de paso, que invierte su posición so-cial en el mundo y administra mi suspense y mi atención. Yo, por mi parte, obtengo el placer privilegiado de esta ex-periencia antropológica fun-damental: la gestación inocua y, por tanto, neta, incontami-nada, como de laboratorio, de un embrión de poder.

Puedo decir que la astucia de mi amigo de cruce de cami-nos me lo hace aún más simpá-

tico y hasta interesante. Ha po-litizado el átomo social del sa-ludo gratuito y, estirando mis prejuicios favorables, columbro ahí una tenaz voluntad antico-lonial. Es, en todo caso, un hombre complejo en su simpli-cidad, refinado a pesar de sus escasos medios. Al mismo tiem-po, sin embargo, la lección que me propone tiene una dimen-sión inquietante. O dos.

Por un lado entiendo que en ninguna parte, ni siquiera en los cruces de caminos, hay relaciones entre iguales, entre humanos desnudos que dejan a un lado su formación, su cla-se, su nacionalidad, su sexo, para intercambiarse un saludo entre potenciales hermanos, como puros miembros de la misma especie socializada –como esos futbolistas que se intercambian banderines y en-trechocan sus manos antes de comenzar el partido.

Por otro lado, me embarga una cierta desesperanza al in-terpretar que, incluso en el me-jor de los mundos posibles, des-activadas o atenuadas las fuen-tes de conflicto –clase, género, nacionalidad– las relaciones de poder seguirán contaminando todos los vínculos en la medida en que es el poder mismo, y no la riqueza o el homenaje o el

sexo, el verdadero objetivo de cada gesto.

No, no lo creo. Volvamos al principio. El hombrecito del Belvédère no tiene más me-dios que un saludo para expre-sarlo todo; como otros tienen que detener una hemorragia con un pañuelo de seda que antes se han atado en la cabeza para protegerse del sol, o a ve-ces hay que quemar un piano, en el que se ha tocado a Bach, para encender un fuego. Un saludo puede servir para mu-chas cosas, como una navajita suiza, y mantener intacto, sin embargo, su impulso inicial, su origen estrictamente comu-nicativo y placentero.

Recuerdo nuestro primer saludo, un puro intercambio de banderines antes de comenzar el partido, la fruición elemental de proclamar la propia huma-nidad, de reconocerse como congéneres, de frotar las pala-bras y los gestos como dos pe-rros o dos corderos se huelen y frotan sus cuerpos en el za-guán.

No es evidente, es verdad, que las cosas comiencen por el principio; no es evidente que no hayan comenzado siempre ya (desde el poder y sus avata-res), pero el principio no es el poder sino el saludo y el solo hecho de saludarse, el hecho de que sigamos saludándonos en-tre desconocidos, sin más pro-pósito que el de esta afirmación pública de sociabilidad, dibuja el marco constituyente de otro comienzo posible con otras corrupciones posibles. Saludar-se estará siempre lleno de peli-gros, pero comencemos, mien-tras podamos, por el principio: saludémonos. CM

Los peligros de saludarse

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CON SUS 213 DIBUJOS PLASMADOS en el techo y parte de sus paredes, la Cueva #1 de Punta del Este, Isla de la Juventud, clasifica como el más signifi-cativo monumento artístico de la pre-historia caribeña.

Como Director del Museo Municipal de Historia de la Isla de la Juventud, par-ticipé en numerosas visitas al lugar, a ve-ces invitado por el Dr. Antonio Núñez Ji-ménez, entonces Presidente de la Acade-mia de Ciencias de Cuba, quien sistema-tizó en varios libros el arte rupestre ame-ricano.

Nunca olvido los primeros rayos so-lares señalados con asombrosa puntua-lidad por una flecha roja incrustada so-bre los 28 círculos concéntricos rojos y otros tantos negros, que forman el asombroso mapa celestial en el centro de la espelunca.

Cuando en el año 1981 colocamos la tarja de bronce que certifica la condi-ción de Monumento Nacional para toda el área de Punta del Este, ya existía pre-ocupación por el visible deterioro de las pinturas. Recuerdo que Núñez Jiménez hacía hincapié en preservar las condi-ciones naturales lo más cercanas al há-bitat de dos mil años atrás. Lo esencial, decía, es mantener el equilibrio creado por la naturaleza a través de los siglos, cuya alteración afecta la preservación de las pictografías.

Por eso leí alarmado el artículo de Orfilio Peláez titulado Legado ancestral en apuros, publicado en el diario Gran-ma hace unos meses, donde confirmaba que «las pinturas rupestres muestran notables afectaciones provocadas por el crecimiento de hongos y algas sobre los pigmentos de los dibujos».

Un hallazgo con historiaLa llamada Cueva #1 de Punta del

Este, es conocida desde comienzos del pasado siglo cuando un náufrago llama-do Freeman P. Lane quedó varado en el extremo sur oriental de la Isla de Pinos, donde descubrió, a su decir, «una gruta profunda de cincuenta pies, con bóveda agu-jereada en chimenea y paredes adornadas de dibujos indios».1

Tal reporte ocasional alcanzó rele-vancia en el año 1922, al publicar el cuba-no Fernando Ortiz los resultados de su visita a la cueva, llamándola «La Capilla Sixtina de los aborígenes cubanos».

Vendrían nuevas exploraciones: un alemán de apellido Topsius, en el año 1932 hizo las primeras observaciones as-tronómicas desde el interior de la cueva. El Dr. René Herrera Fritot, profesor de la Universidad de La Habana, clasificó entre los años 1937 y 1938 alrededor de 103 dibujos.

En el año 1944, Antonio Núñez Jimé-nez entra para siempre en la historia de Punta del Este, debido a una polémica originada por el periodista Roberto Pé-rez de Acevedo, quien sugirió un origen natural para los pictogramas. El plan-teamiento motivó una visita al lugar, con la participación del citado reportero, junto al joven Núñez y otros científicos cubanos.

Además de corroborar la autentici-dad aborigen del arte rupestre, descu-brieron en la cercana, y bautizada por ellos Cueva #2, diez nuevas pictografías, inventario aumentado en años posterio-res por los miembros de la Sociedad Es-peleológica de Cuba.

Pasado el histórico año 1959, Núñez Jiménez se ocuparía personalmente del estudio y preservación del arte milena-rio de los aborígenes cubanos. En espe-cial se acometió la restauración del sin-gular templo precolombino.

Tal trabajo estuvo a cargo de un ma-trimonio holguinero profesionales de la arqueología y el arte: el Dr. José Manuel Guarch Delmonte y su esposa Caridad Rodríguez Cullel, quienes se preocupa-ron por mantener el uso de pigmentos naturales. Para el rojo, óxido de hierro obtenido de la Hematita o Perdigón, pie-dra abundante en la llanura septentrio-nal pinera; mientras que el negro se con-siguió a partir del carbón vegetal, consi-derando en ambos casos su asociación a la cultura aborigen. Ambos restaurado-res señalan la utilización de pecíolos del Guano de Campeche, planta abundante en la zona, previamente machacados, como «magníficos pinceles».2

Excavaciones posteriores aportaron restos humanos, entre ellos, un cadáver

completo en la Cueva #4, datado por ra-dio carbono de mil 150 años. Este hallaz-go contribuyó a afianzar la autenticidad de los dibujos.

En las imágenes predominan de forma abrumadora los círculos concén-tricos, muchos rojos, otros combinan-do el negro y escasamente algunos os-curos por completo. Inclusive las figu-ras, como un posible ofidio enroscado o la llamada cruz pinera, basan su dise-ño en motivos curvilíneos.

Los pintores de Punta del Este vivían de la recolección de especies marinas, excepcionalmente abundantes en el sur pinero, y alguna pesca en aguas poco profundas. De la tierra firme, jutías y reptiles, además de algunas frutas.

La casi absoluta presencia de instru-mentos fabricados a partir de las conchas nacaradas, determinó llamarlos poste-riormente la Cultura del Caracol. La rela-ción con estas especies pudiera haber re-percutido en las formas de los dibujos.

En cuanto a la simbología: Rojo y Negro, vida y muerte, sangre, sol, luz y sombras atrapadas en una misteriosa caverna. ¿Quiénes somos? ¿De dónde vi-nimos y a dónde vamos? Quizás las eter-nas preguntas de la humanidad, hechas dibujos cuando no existía la escritura, esencialmente toda una filosofía. La práctica mágica de pintar también de ro-jo los huesos de sus muertos es una cla-ra alusión a la sangre vivificadora.

En el mundo se encuentran otros ejemplos cuya simbología se acerca a la de nuestros aborígenes.

En las praderas norteamericanas, un anciano brujo de la tribu Oglaglá dice que «el círculo es sagrado porque el Gran Espíritu ha hecho todos los objetos redondos. El Sol, la Tierra y la Luna son redondos como un escudo. Todo lo que crece, como el tronco de un árbol, es redondo. El círculo cierra el horizonte y de los cuatro ámbitos del círculo llegan los cuatro vientos».3

Para el pueblo Arunta, en las antípo-das australianas el círculo y los colores rojo y negro también conservan un sig-nificado prominente. Lo mismo en algu-nas culturas africanas, así como para los Tikunas suramericanos.

De vuelta a las cuevas de Punta del Este, varios han sido los factores que han

repercutido en el estado actual de sus pinturas, a pesar de los esfuerzos de las autoridades locales para preservarlas.

Un hecho inusitado fue la conver-sión del lugar, durante casi 20 años, en vivienda de un gallego llamado Antonio Isla, quien se presume haya ocupado la caverna en la década de 1930. El humo de la cocina de este personaje tapió nu-merosos dibujos.

Sin embargo, el asunto viene plan-teándose con seriedad desde los años se-tenta del pasado siglo. La fatal combina-ción de algas y hongos en las paredes produce mohos y líquenes, avanzando sobre los pictogramas como si se tendie-ra una alfombra sobre de ellos.

El incentivo turístico trae hoy mu-chos más visitantes que décadas atrás, aunque desde Nueva Gerona la Direc-tora de Patrimonio Cultural, Marbelis Castillo afirma que mantienen «dos pro-motores culturales a tiempo completo en el lugar. Los turistas van siempre acompaña-dos y a pie. No se permite cortar árboles, ni siquiera chapear, solamente un trillo con-duce hasta la cueva. Aunque ciertamente el Huracán Gustav causó alguna deforesta-ción durante su paso».

Se trata de un problema con más de medio siglo de advertencias, sin una muestra de retroceso en cuanto al ata-que destructivo de agentes biológicos y humanos.

Aunque no sepamos a ciencia cier-ta el verdadero significado, en las pa-redes pétreas de Punta del Este se con-serva un singular intento de nuestra especie por aclarar ese eterno proble-ma del ser que aguarda aún por una revelación definitiva en la sociedad contemporánea. CM

citas1 Berchon Charles: A través de Cuba.

Referencia de Núñez Jiménez. En: Cuba: Dibujos Rupestres, 1975.

2 Guarch J. M. y Rodríguez Cullel C.: Consideraciones acerca de la morfo-logía y desarrollo de los pictogramas cu-banos. En: Cuba Arqueológica # 2, 1980. p. 56.

3 Núñez Jiménez Antonio: El Arte Ru-pestre cubano y su comparación con el de otras áreas de América, 1976. p. 22.

vICENtE MOríN AGUADO Tal reporte ocasional alcanzó rele-vancia en el año 1922, al publicar el cuba

completo en la Cueva #4, datado por ra-dio carbono de mil 150 años. Este hallaz

repercutido en el estado actual de sus pinturas, a pesar de los esfuerzos de las

La Capilla Sixtina de los aborígenes cubanos puede desaparecer

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La Capilla Sixtina de los aborígenes cubanos puede desaparecer · elogio para mí misma ·

Yo soy la fugitiva,la que estruendosamente abrióde par en par las puertasde la Casavivienday cogió el monte.No hay trampas por sobre la que no haya saltado.No han encontrado nunca las huellas que conduzcan a mi palenque.Al parecerhe sabido hacer muy bien las cosas.Ríobajito e intensamente,hago mueca a los contramayoralestiro piedras,rompocabezas, sientoquejidos y maldiciones. Ríootra vez, mientras bebo el agua eternamentefresca de los curujeyes,porque, en las noches, para mí sola,puso la luna en ellostoda la gloria de su luz.

· certeza del desastre · ¿En qué centuria inserto esta leyenda,de cuando fuiste nube, descendiendosobre mí que era flor?.Dime, ¿en qué tiempo cabe lo que digosi hasta las fechas que lo aseguranvan palideciendo?

· el tigre y yo durmiendo juntos · El tigre tuvo sueño,se echa junto a mi, se duermecomo un regalo inusitado. Tiendomi mano y lo acaricio.Dichosa es esta mano que se pierdeentre el dibujo de su piel.Me arrimo aún más.El tigre es tibio y manso. Pegomi oído a su corazón.Apenas late. ¿Cómopuede ser tan pausadoel corazón del tigre?Entre él y yo no hay selvatempestad ni miedo.Ninguna distancia nos separa.Respira suave, huelea cerezas el alientode este animal que amo y cuido.Ahora se mueve, vuélveseal otro lado, no despierta,pero temoque el sueño acabe.No el del tigre, el mío.

A. A. G.

LA POETA cubana Georgina Herrera nació en Jovellanos, Matanzas, el 23 de abril de 1936. Además de ser una de las voces más res-petadas de nuestra poesía, Georgina es una reconocida escritora radial. Desde el año 1962 trabaja en Radio Progreso, emisora para la que ha escrito novelas, cuentos y piezas tea-trales de gran acogida entre los oyentes. Una importante zona de su obra profundiza en la problemática femenina, especialmente en la de la mujer negra, tema sobre el que se man-tiene investigando en la actualidad. Su pri-mer poemario, titulado con las iniciales de su nombre, GH, lo publicó dentro de las Edicio-nes El Puente, en 1962. Desde entonces, su poesía ha sido conocida a través de títulos co-

· carta astral a una mariposa · Termina abril, tú naces.Alargada, lenta, te arrastras.Pareces un bostezo,pero te ciñe la primavera,Venus rige tu tiempo y no transige.Vas a ser bella,ese color ambiguo será otro.Ni te imaginas como serás de azuly luna.Toques finísimosde húmedo arco iris rozarán tus alas.Porque tú volarás,llegando a alturas increíblesy, cuando ni lo piensestu fin serán los fuegos que aún ignoras.Te acercarás, descenderás, pero antestuyo será el espacio, el aire,tocar la flor con la que te confundaspor la belleza igual.El día que no esperasel aire se hará viento.¿La tibia y leve luz? El fuego hacia el que vayas,consumiéndote, como sucede siempreen el amor.

· oriki para las negras viejas de antes · Los velorioseran el sitio exacto para que se abrierancomo libros fabulososen sus mejores páginas.Ellas, las negras viejas, contabanlo que anteshabía llegado a sus oídosPero nosotras, las que ahoradebíamos ser ellas,fuimos contestonas,no supimos oír,tomamos cursos de Filosofía,no creímos.Habíamos nacido demasiado cercade otro siglo, sóloaprendimos a preguntarlo todoy al final, estamos sin respuestas.Ahora, en los velorios, alguien,estoy segura, esperaque contemos lo que debimos aprender.Permanecemos silenciosas,parecemostristes cotorras mudas.No supimosapoderarnos de la magia de contarsencillamenteporque nuestros oídos se cerraron,quedaron tercamente sordosante la gracia de oír. CM

mo Gentes y cosas (Unión, 1974), Granos de sol y luna (Unión, 1978), Grande es el tiempo (Unión, 1989), Gustadas sensaciones (Unión, 1996), Gritos (Unión, 2004), África (Ediciones Matanzas, 2006) y Gatos y liebres (Unión, 2009). En el año 2005 apareció su interesante libro de testimonio Golpeando la me-moria, escrito en coautoría con Daysi Rubiera. Su poesía ha sido traducida a varios idiomas y se es-tudia en universidades de Inglaterra, Estados Unidos y Canadá. Textos de su autoría han sido incluidos en numerosas antologías poéticas den-tro y fuera de la Isla. Es miembro de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, y fue distinguida como Escritora de Mérito del Instituto Cubano de Radio y Televisión. Posee además, entre otros reconocimientos, las medallas Raúl Gómez Gar-cía y Alejo Carpentier, y la Distinción por la Cul-tura Nacional.

INCLUYE POEMAS DE...

GeorginaHerrera

una cuestión de apuros la que me puso sin zapatos sobre aquel surco. Lógico, que luego una, para mitigar el dolor de los golpes contra las piedras, le agrega los condimentos emo-cionales de la dichosa novela del siglo xviii y termina por creerse en contacto directo con la naturaleza, cuando en reali-dad está llenándose de tierra colorada hasta el tuétano.

Para las once de la mañana no me creía que hubiéramos terminado y que el campo sin fin apareciera pleno de matoji-tos mustios, dispuestos a ser re-gados y comenzar el ciclo. Un rato después me robé unas ci-ruelas y unos limones y unos tamarindos, en ese orden. Un campesino me descubrió en el acto y le salió la sonrisa más os-cura y hermosa que he visto en mi vida. Supe que tenía un cóm-plice: si me atrapaban, diría que él me vio primero.

Más tarde volvimos a en-contrarnos. Pensé que venía a quitarme mis ciruelas y mis li-mones y mis tamarindos, pero no. Tomó mis pies rojizos de tanta tierra, los vio llenos de moretones y me dijo: «Pobreci-ta, seguro trabajaste cantidad». Los puso debajo del chorro de agua y los lavó como si fueran suyos. Era más viejo que mi abuelo, más arrugado, más en-clenque, y me miraba con el ca-riño de tres abuelos juntos.

«Hace más de 50 años que trabajo la tierra –me dijo–, ¡y nunca se me había ocurrido quitarme los zapatos, mijita!».Otra vez la sonrisa oscura y la piel curtida y el rojo impregna-do en los dedos.

Desde el domingo me miro los pies. Siempre me pasan co-sas lindas los domingos. CM

rOSANA bErJAGA

EL CAMPO SECO amaneció mu-cho antes que yo. Vamos a ser justos, solo estaba medio seco; la tierra dura no había dejado morir algunas malas hierbas que a la primera luz de la ma-ñana no tenían nada que envi-diar a la flor más hermosa. Re-cuerdo que mi primer pensa-miento sobre la belleza no llegó hasta una hora después de estar sobre el rojo del suelo. Antes de eso mascullé un insulto y antes del insulto... solo recuerdo que el reloj sonó demasiado tempra-no y que tuve que salir a la calle antes de las 7:00 a.m. Pero aho-ra serían ya las nueve, y estaba de pie sobre el suelo ondulante, maldiciendo no tener la cámara para fotografiar ese momento en que el rastrillo de Pedro le-vantaba el polvo y hacía magia con la luz.

Un trabajo voluntario de domingo puede convertirse en una película de miedo si el pri-mer saludo de los anfitriones se resume a señalarte un cam-po sin fin y unos montoncitos de bejuco que habrán de mu-tar en boniato seis meses des-pués de nuestra siembra. Una película de miedo, sin embar-go, puede ser divertida según la óptica con que se mire: Bri-llante y Camagüey, dos bueyes blanquipardos alegraron el día con su irreverencia, y Pe-dro resultó ser también un co-municador incansable. (En se-rio, incansable).

Por primera vez sembré sin zapatos. No se trató de un ro-manticismo desmedido ni de la necesidad de «sentir la tierra bajo mis pies desnudos», ni cualquier otro pasaje sacado de una novela del siglo xviii. Fue

Luz de domingo

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· e l a b o r a c i ó n ·Cernir la harina y el bicarbonato ¶ Añadir el azúcar, la sal y la ralladura de limón ¶ Mezclar bien ¶ Batir los huevos, adicionar el yogurt, el aceite y el zumo de limón ¶ Unir ligeramente ¶ Agregar la mezcla anterior a la harina; mezclar hasta que quede bien ho-mogénea ¶ Colocar en un molde con un pa-pel en el fondo ¶ Cocinar en recipiente apro-piado, durante una hora y media, aproxima-damente ¶ Comprobar el término de coc-ción mediante la introducción de un palillo en la masa, que debe salir seco ¶ Decorar a su gusto. nota: Se puede utilizar cualquier tipo de yogur

(de leche de vaca, de soya, entre otros). En el horno se cocina con intensidad de calor de baja a mediana durante 30 minutos, aproxi-madamente.

pOLLO AL LIMóN

······

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pollosal

harina de trigohuevo

pan ralladolimón

azúcar morenoaceite para freír

2 cuartos ½ cucharada½ taza2 unidades½ taza2 unidades medianas3 cucharadas

· e l a b o r a c i ó n ·Extraer la piel del pollo, deshuesar y cortar en lonjas ¶ Puntear de sal ¶ Pasar las lonjas por la harina (reservar dos cucharadas), lue-go por los huevos batidos, y empanizar ¶ Freír en aceite bien caliente, tres minutos por cada lado ¶ Extraer y colocar en papel absor-bente ¶ Aparte, exprimir los limones, com-pletar con agua hasta obtener una taza y me-dia ¶ Adicionar el zumo diluido en una cace-rola pequeña, añadir el azúcar, revolver; de-jar hervir y reducir la mitad, cocinando a fue-go mediano ¶ Mezclar la harina restante en un poquito de agua y disolver; añadir a la re-ducción de la limonada ¶ Dejar cocinar hasta que alcance la consistencia deseada ¶ Colo-car el pollo en un plato, verter la salsa por en-cima o al lado en recipiente adecuado; ador-nar preferiblemente con rodajas de limón.

· i n g r e d i e n t e s ·pa r a c u a t r o r a c i o n e s

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1 cucharada4 unidades½ taza4 cucharadas4 cucharadas

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CUrIOSIDADES GAStrONóMICAS: IMAGINArIO Y rEALIDAD (II)

COMEr EN CASA

CD tHE LAMpLIGHtErINTÉRPRETE: ANIMA MUNDIAMMUS, 2014

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PROPUESTASMUSICALES

LA CALLEDEL MEDIOJUNIO 2014

A cargo de AILEr pérEz, IJOrkI MOrALES Y CArMEN SOUtO

UN CUbANO EN LONDrESAUTOR: ALDO LópEz-GAvILáNINTÉRPRETE: ALDO LópEz GAvILáNCD De todos los colores y también verdeproducciones Colibrí, 2013

NADIE SAbE DE AMOrAUTOR: rAúL pAzINTÉRPRETE: rAúL pAzCD venproducción independiente, 2014

pASO rAGGAAUTOR: DJ rApHOxINTÉRPRETE: DJ rApHOxCD beats zombisIndependiente/ LNME, 2013

LUSH LIfEAUTOR: JANYSEtt MCpHErSONINTÉRPRETE: JANYSEtt MCpHErSONCD blues side liveIndependiente, 2014

ESA SOY YOAUTOR: AISAr HErNANDEzINTÉRPRETE: ELItO rEvé Y SU CHArANGONCD La Aplanadora de CubaEn producción, 2014

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ACOMpáñAMEINTÉRPRETE: bUENA fE FEAT. LA COLMENItADIR.: Ian padrón

Video Clip

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pEñA DE LOS kENttodos los domingos, 9:00 p.m. en El Submarino Amarillo (Calle 17 esquina 6. vedado)

eSpaCio

74junio2014

NÚMERO directorenrique ubieta gómez

jefa de redacciónrosana berjaga

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fotografíasm. v. g.

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MADELAINE vázQUEz GáLvEz

CONTINUAMOS con algunas historias y curiosidades sobre los alimentos, que confirman el papel preponderante de la alimentación en el devenir histórico. Muchas de ellas entremezclan hechos precisos con pinceladas de fantasía, y nos animan a seguir buscando la ver-dadera esencia.

PizzaSegún mitos populares, el origen

de la pizza se remonta a los egipcios, que en el momento de celebrar fiestas y cumpleaños a sus faraones, fabrica-ban un pan horneado de masa muy li-viana y delgada, deliciosamente sazo-nado con finas hierbas y especias. Se sabe que antes de la llegada del tomate a Italia, los napolitanos preparaban lo que hoy en día se denomina «pizza blanca», elaborada con ajo, perejil y aceite de oliva. Solo a mediados del si-glo xviii, los habitantes de la penínsu-la comienzan a incorporar el queso proveniente de la leche de búfalo en la pizza, la cual se ha convertido en un alimento de fama mundial.

SalTiene una larga historia, pues se ha

demostrado que los primeros asenta-mientos humanos se producían en los lugares en que había agua y este pro-ducto. También se conoce que en los primeros años de Roma, cada soldado recibía diariamente su paga en sal, lo que dio origen al término de «salario». Los cocineros de la antigüedad inicia-ron la costumbre de mezclar la sal con otras especias, como pimienta, jengi-bre, comino, apio, azafrán, perejil y eneldo; y en la actualidad algunos ali-mentos como el pescado, se pueden co-cinar al horno, envueltos en una grue-sa costra de sal.

Barquillo de heladoEl origen del barquillo de helado

no fue fruto de un laboratorio de ideas sino de la casualidad. Cuentan que en el año 1904, un panadero sirio y un he-ladero de origen francés, ocupaban dos espacios contiguos en una Exposición Universal en Estados Unidos. El hela-dero vendía mucho y un día se quedó sin platos ni tazas para servir el helado a sus clientes, así que tuvo que buscar una solución de urgencia. Para ello acudió a su vecino que disponía de una especie de galletas llamadas zalabia, con las cuales envolvió un trozo de he-lado, causando una notable sensación.

Piña coladaEl lugar de nacimiento de la piña

colada se ubica en Puerto Rico. Refie-ren que un legendario pirata de ese país, preparaba una bebida hecha de piña, coco y ron para subir la moral de su tripulación. La receta se perdió cuando el pirata fue ejecutado en el si-glo xix. Otra historia asevera que un famoso barman de un restaurante lla-mado Barrachina de la ciudad de San Juan, creó la famosa piña colada en el año 1963, mezclando jugo de piña, cre-ma de coco, leche condensada y hielo

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ria

do

Sen una batidora. Frente a ese lugar se encuentra hoy una placa que pronun-cia que allí se creó esta riquísima be-bida.

DaiquiríEl famoso Daiquirí, bebida insigne

de la coctelería cubana fue creada en el año 1898, en Daiquirí, barrio del muni-cipio cubano de El Caney, en Santiago de Cuba. Es aquí que se elabora su pri-mera versión con ron, limón, azúcar y hielo. Posteriormente en los bares de La Habana, bajo el influjo del barman Emilio González —el famoso Maraga-to—, llega a cautivar el paladar de los bebedores de todo el mundo, incluido el de Ernest Hemingway, quien lo in-mortaliza, ya en su versión frappé, con la expresión «Mi mojito en La Bodegui-ta y mi daiquirí en el Floridita». Hoy también se prepara con la adición de frutas y licores.

Más sobre el chocolateEl chocolate tiene su origen en el

nuevo mundo, a partir del uso de las semillas de cacao. Los aztecas prepa-raban un brebaje con este ingrediente,

al que adicionaban toda clase de espe-cias, excitantes y alucinógenos, hasta el punto de atribuirle poderes afrodi-siacos. Luego, los colonizadores lo fueron transformando con la adición del azúcar de caña, vainilla, canela y anís. Durante años el chocolate fue solo patrimonio de los españoles, quienes al inicio mantuvieron el se-creto de tan rico alimento. Ya en el si-glo xviii fue clasificado por el natura-lista Linneo, como «verdadero ali-mento de los dioses».

MayonesaSobre el origen de la salsa mayone-

sa se cuenta que el mariscal Richelieu y su séquito durante la toma de Mahón en las Islas Baleares por parte de las tropas francesas, tuvieron ocasión de probar una salsa hecha a base de aceite y ajo. A esa salsa se le eliminó el ajo y se enriqueció con huevo para adecuarla a los finos paladares de los comandantes invasores. Tanto les gustó que llevaron a Francia la receta dándola a conocer allí como mayonesa, en recuerdo a la breve dominación balear. CM

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