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Posgrado en Historiografía
TeoríaIII
Producción,comunicaciónyrecepcióndel
conocimientohistoriográfico
(MAESTRÍA)
SilviaPappeyMargaritaOlvera
3ªedicióncorregidayaumentada,2016
1ªedición:SilviaPappe,conapoyodeCarmenI.ValdesVega,2008
2ªedición,revisiónSilviaPappeyMargaritaOlvera,2014
Trimestre16P,responsablesdelaimparticióndelaUEA:Dra.SilviaPappe,[email protected]
Índice
Presentación 3
Objetivos 5
Ejesdetrabajo 6
1. Autor–lector 6
2. Hermenéutica–recepción 11
3. Enfoquesytransforaciones:losgiros 25
Girocultural:delaautorreflexiónhastalainstitucionalización 30
Percepciónyautorreflexiónenlaculturadelconocimiento 32
Actividades 35
Bibliografíageneral 39
Presentación
Después del primer grupo de ejes de trabajo en torno a temporalidad, espacialidad y
discursos, el segundo grupo se centró en los ejes de trabajo vinculados con el carácter
textual de la historiografía, tanto en los ámbitos de la teoría como de algunas de las
prácticas: en el marco conceptual y de experiencia que se ha llamado modernidades
múltiples, seplanteólaproblemáticadelosprincipiosdomiantes,paraestudiarlascondiciones
y lasposibilidadesde laescrituraensusdimensionesteóricas,enespecial lanarrativa.Como
indicamos al inicio de este segundo bloque, se trataba de una versión piloto que surgíaa
partir de materiales, lecturas y actividades planteados y trabajados con los alumnos de
generaciones anteriores.
El tercergrupode ejes de trabajo iniciacon losconceptosdeautory lector,paracontinuar
conloscamposdelahermenéuticaylarecepción.Conellopretendemosterminardeabarcarel
conjunto de la constitución, trasmisión y recepción del conocimiento sobre el pasado y sus
significadosencontinuatransformación.CerramoseltercerCuadernodeposgradoentornoa
la teoría con una breve reflexión en torno a los cambios acelerados planteados como giros
(lingüístico, iconográficoyespacial, entreotros),paraprofundizaren lasdiscusionesactuales
delgirocultural.
Entodomomento,lahistoriografíaculturalhaestadopresenteenlaslecturaspropuestas, en
los ejemplos y las actividades desarrolladas anteriormente, dado que todas lascondiciones
y posibilidades del conocimiento, tanto historiográfico como general, dependen de
experienciasculturalmentesignificadosysignificantes.Alentendercultura comoun concepto
paradigmático que ha sido formulado a partir de diversas tradiciones teórico-filosóficas e
históricas,proponemosunareflexiónentornoatresasuntosquesondeespecialrelevancia:1)
larelaciónentrecultura y teoría;2)el análisis críticode la cultura comoprincipio dominante
en los procesos de significación de identidad, poder y dominio; y 3) el estudio comparado
de las funciones culturalesdelamemoriay lastradicionescognitivas.
Enlaacualidad,elgiroculturalmuestrademaneraejemplardiversasposibilidades de plantear
problemas, preguntas y analizar objetos de estudio que se distinguen de cómo lo harían la
historia política, económica y social. Resaltan no sólo los enfoques, sino también las
consideracionesacercade loque pueda resultar relevanteen laexplicación e interpretación
delasexperienciasdelpasadoendeterminadoshorizontespolíticossocialesyculturales.
Finalmentenopodemosdejarde ladoque, en los debatesactuales,unenfoque teórico que
privilegia unparadigmade lo cultural, nos involucra necesariamente en la observaciónde
horizontesmúltiples,algunosdeellossincrónicos,otrossimplemente divergentes. Es así que
los estudios comparados desplazan con frecuencia la idea de los estados evolutivos de las
sociedades y la fuerte carga ideológica que la sostiene –algo sobre lo que hemos
reflexionadoyaenelcontextodelasmodernidadesmúltiples.
Objetivos
a) Reflexionar en torno a la transformacióny conceptualización de autor y lector, los
dos actores principales del acto de producción, comunicación y recepción, y
comprendersuscondicionesdehistoricidad.
b) Profundizarenlaproblemáticadelahermenéutica.
c) Introducir la recepción como un problemadeinvestigación diferenciado según las
tradiciones disciplinariasenlasquesebasasuestudio.
d) Identificarlosprincipalesgiroscomoellingüístico,elcultural,elicónicoyelespacial,y
evaluar sus alcances y limitaciones para la investigación y la generación del
conocimientohistoriográfico,sucomunicaciónyrecepción.
e) Conocer los debates entre enfoques culturales, sociopolíticos e históricos en la
historiografía.
Ejesdetrabajo
1. Autor-Lector1
Los conceptos de “autor” y “lector” se sitúan en un ámbito de problemas de investigación
presentesentodos loscasosenqueseanalizan laconstitución,elusoy la significacióndeun
discurso o, en términos más generales, un texto u otro tipo de grafías (visuales, objetos,
conceptualesentreotros). Tantoautorcomolectorsonconceptosoriginadosenlaideadeque
esnecesario constituir,determinar y establecertemporalmenteel“sentido”deuntexto,dada
la ambigüedad de sus posibles efectosquesepuedenobserveren su recepciónysu historia
efectual. En otras palabras, autor y lector son conceptos fundamentales para comprender
lanecesidadde interpretarlostextosquenosólonosonunívocos,sinoque ademástampoco
guardan,en sí,unsentido“original”.Encadaunode losmomentos discursivos (constitución,
interpretación, comunicación, recepción, significación y resignificación), se le confiere un
papelmás activo o preponderante a uno y otro de los dos tipos de actores que participan
en el proceso(ysiempreparticipantantoensusfuncionesdeautorcomodelector).
En“Lamuertedelautor”,unbrevetextode1960,RolandBarthesmuestradequémanera se
pasade la idea relativamente “sencilla” del autor comopersonaqueescribe un artículo,un
libro, un ensayo (de la práctica, del quehacer de un individuo), al concepto de un sujeto
constituido social e históricamente. A partir de la suposición de que, propiamente dicho,
ningún autor existe, en su calidad de autor, ni fuera de su texto, ni previamente a él, se
desdibuja la expectativa de conocer a fondo un texto mediante el conocimiento de la
biografía (incluso la biografía intelectual) de un autor. La propuesta de Barthes excede la
perspectiva de una investigación en torno al “lugar social” del autor, realizada con el fin de
establecerlasbasesparacomprenderelmomentodeproduccióndesusobras. Yasícomo en
la propuesta de Barthes se rebasa la noción de un “autor-dios” o “autor-autoridad”, cuyo
mensaje tiene una intención y un significado absolutos que deben de ser descubiertos e
1RetomadodePappe,Historiografíacrítica(pp.115-122),yrevisadoyampliadoparaesteCuaderno.2RolandBarthes,S/Z,p.2.3Barthes,loc.cit.4Cf.Hans-GeorgGadamer,Verdadymétodo,vol.I,“Elprincipiodelahistoriaefectual”,pp.370-377.5 Véase la explicación correspondiente en el siguiente eje de trabajo en el que profundizamos diversas
interpretadosporunlectorespecializado,asítambiénseanulala ideadequepuedaexistirun
textoquepartadecero,untextoquenoprovengadeotrostextos, lecturas,interpretaciones.
En este sentido, los textos permitirían “conocer” a un autor que se constituye junto con su
texto, sus lecturas de otros textos –pero sin tener un “dominio” o autoridad sobre él y su
significado.En la teoría literaria,esoseconocecomoautonomía del texto, una vez que éste
se haya hecho público. Llevando a Barthes y “La muerte del autor” a los terrenos de la
lectura, eso implica que el lector no sólo lee un texto; a la vez “lee”yconstituye,mediante
esta lectura, la posibilidad de conocer al autor y, en parte, su lugar social, su horizonte, su
historicidad.
Cuandohablamosde la interpretacióndeuntextoy supotencialdesignificadosmúltiples, le
corresponde un papel más activo al lector; por el contrario, cuando hablamos de la
constitucióndelosdiscursosyelprocesodeproducción,ledamosmayorénfasisalautor–aun
cuandoenamboscasosinterfierennecesariamentelosdostiposdeactores.Eneste juego que
privilegia uno y otro actor, la “muerte” del autor no implica desconocer la existencia del
autor como persona, individuo o colectivo deproducciónque enuncia un discurso.Loquese
poneentelade juicioeselgradode intervencióndeunautory,sobre todo, laposibilidadde
conocerunaespeciedeintenciónoriginalunívocaenloscontinuos procesosdesignificacióny
resignificación de un texto. En otras palabras, la “muerte” del autor indica, entre muchos
otros aspectos, que el significado de un texto no está en éste, sino en los procesos de
interpretación. Hay que relacionar, por lo tanto, el grado de intervención del autor y su
reconocimiento por parte de los lectores sucesivos, con la historicidad del texto: las
historicidades varias del autor, del texto y de las comunidades de lectores. Asimismo es
importante establecer que la identidad histórica del autor no basta para abarcarlosposibles
significados de un texto. El conocimiento de la biografía (intelectual) del autor y, en un
sentidomásamplio,desusrelacionesconinterlocutoresyotrosautores,susinteresesytextos,
noexplican,ensí,losposiblessignificados.
Tanto“autor”como“texto”rebasanlavidaobiografíadeunapersona,así comoel concepto
de“obra”confinadaa los límitesdeunestudio,unensayo.Esmás,establecena travésdela
lecturasuhistoricidadcomopartefundamentaldeloscontinuosprocesosdesignificación,con
lo cual entramos al ámbitodelotroconcepto que sepresentaenesteeje de trabajo,el del
lectorysufunciónenlosprocesosdeconstitucióndesentido.
El texto escribible [afirma Barthes en S/Z] es un presente perpetuo sobre el cual no puedeplantearse ninguna palabra consecuente (que lo transformaría fatalmente en pasado); eltextoescribiblesomosnosotrosenelmomentodeescribir,antesde queel juego infinito delmundo (el mundo como juego) sea atravesado, cortado, detenido, plastificado, por algúnsistema singular (Ideología,Género,Crítica) que ceda en lo referente a la pluralidad de lasentradas, la apertura de las redes, el infinitodeloslenguajes.2
Esapartirdeestetipodeplanteamientosqueseleotorgaríaunacrecienteintervencióna la
lectura comoprocesono sólo de interpretación, sinode significación: “loque está en juego
en el trabajo literario (en la literatura como trabajo) es hacer del lector no ya un
consumidor,sinounproductordeltexto”.3 Esonosllevaadiferenciarentredistintostipos de
lectura, realizadaspordistintos tiposde lectores,yaconsiderar forzosamente sus intereses,
horizontes,enfoques,comosepuedecomprenderapartirdeunahistoria de la lecturacomo
la editada por Cavallo y Chartier (Historia de la lectura en el mundooccidental). Por una
parte podríamos decir que ambos, autor y lector, pertenecen a comunidades y entornos
culturales con horizontes particulares; estas comunidades tienen puntos en común que
permiten, justamente, la comunicación y la posibilidad de comprensión (recuérdese el
concepto de fusión de horizontes4enlaterminología de Gadamer). Por otraparte podemos
afirmar, también, que autor y lector son conceptos que configuran, como tales, estas
comunidades, sus actividades, y su lugar social, y que es posible comprenderlasapartirdel
estudio,análisiseinterpretacióndelostextos.
La similitud de enfoque desde la problemática de los lectores y la de la hermenéutica
(dado que ambas se vinculan con la interpretación), requiere de diferenciaciones refinadas
quesólosepuedenlograrapartirdelaspreguntasdeinvestigación,esdecir,de los intereses
dequien investiga (dequien lee),de lahistoricidaddeestos lectores-investigadores, y de su
observación de segundo grado. Si bien la hermenéutica comoteoríaabre laposibilidadde
2RolandBarthes,S/Z,p.2.3Barthes,loc.cit.4Cf.Hans-GeorgGadamer,Verdadymétodo,vol.I,“Elprincipiodelahistoriaefectual”,pp.370-377.
retomarelsignificadodeun textodesdeel lector5,queremos enfocar aquí el ámbito de un
problema historiográfico distinto, indagando a partir del lector su lugar social, su horizonte
cultural y los referentes correspondientes. Los dos campos se delimitan por el lado de la
verdadcomoaspiración idealde lahermenéutica,y lapluralidadcomoelementoineludibleal
comparar a distintos lectores: distintas épocas, distintas comunidades de lectores, distintos
horizonteseintereses.Suslecturas establecencontinuamentesignificadoseincluyen,alavez,
losrecelosqueexpresan frenteaotraslecturas.Esteaspecto,estudiadoafondodesdelateoría
literaria,lo subrayaPauldeMan;ensuartículosobreelteóricoycríticoliterario,Krönerafirma
que:
Los textos literarios provocan, según Paul de Man, inevitablemente dos lecturasque se contrarrestanmutuamente, y entre cuyos extremo se sitúa el lector que esseducido a veces por una, a veces por la otra: una lectura que va conformando unsignificado que pretende determinar el contenido cognitivo de un texto, y unalectura que refleja esta constitución significativa que vuelve a cuestionaruna y otravezcadacontenidodeterminado.6
Los diversos problemas de investigación que se han observado y estudiado desde la crítica
literaria ofrecen pistas para la historiografía, sobre todo aquellos acercamientos que nos
remiten no a aspectos estéticos, sino a modalidades de construcción y constitución,
reconstruccióny reconstituciónde significadosmediante lecturasque,en ciertosmomentos,
parecen excluirsemutuamente. Paul de Man llama la atención a lo que en lahistoriografía
conceptualizamos comohistoricidad:mientrasque ciertas lecturas construyenun significado,
otraslocuestionan,invalidan,deconstruyenoreconfiguran.Estenoesunprocesosustitutivo–
laslecturas,aúnlascontradictorias,convivenyseconstituyenenacervosculturales.
En la historiografía podemos establecer estos múltiples niveles de manera similar a la
tradiciónde lacrítica literaria, subrayando que eneste caso, losprocesosdesignificación se
deben esencialmente a la historicidad tanto de los textos como de las lecturas sobre los
mismos. En otras palabras, se debe tanto al horizonte cambiante de los distintos tiempos,
espacios, conceptos y significaciones, como a las experiencias representadas. Asimismo, el
5 Véase la explicación correspondiente en el siguiente eje de trabajo en el que profundizamos diversasproblemáticasdelahermenéutica.6Kröner,“PauldeMan”,enAesthetikundKunstphilosophie,p.531.
hecho de introducir a las investigaciones nuevas (otras) fuentes, otras lecturas, otros
comentarios, y sobre todo otras preguntas que guían la investigación, transforma por un
lado el significadode los estudios preexistentes, de las fuentes utilizadas anteriormente, así
como del nuevo análisis historiográfico que se está elaborando: obliga a pensar de otra
maneraelconjuntodelcampodeconocimientoyde losproblemasquesepuedeninvestigar.
Enconjunto,afectasignificativamentetantoel conocimiento que se constituye comoel que
ya existía. Por el otro lado, y eso es muy importante en el contexto del estudio de los
lectores, altera el horizonte del lector. Ambos procesos de transformación se condicionan
mutuamente. Ahora, si bien son múltiples las posibilidades de lectura e interpretación,
éstas requieren de delimitaciones concretas en los procesos de investigación: atención a la
historicidad; a la transformación de nociones, conceptos y categorías; a los horizontes; y
sobre todo,alplanteamientode laspreguntas deinvestigación,laconstruccióndelosobjetos
deestudioydecadacorpusqueseconstituyeparasometerloainvestigación.
Un aspecto que queremos mencionar brevemente es la profundización de los estudios
historiográficos entorno a los actoresqueestánpresentesyqueparticipanactivamenteen
losprocesosdeconstrucción del conocimiento, representados en el ámbito teórico por los
conceptos de autor y lector; con ello permite ahondar de manera diferenciada en la
comprensión de los elementos subjetivos de estos actores. No se trata de superar esos
elementosnideobjetivarlos;tampocoesalgodeloqueunodebalamentarse,oderesignarse
anteunsupuestorelativismo;ynoescuestióndeexaltarelsubjetivismoyel carácterparcial,
fragmentadodetodahistoria–actitudesquesehanvistoenciertosmomentosdelosdebates
en losqueseenfrentabanlasposicionesde losposmodernosysusopositores. Indagamos en
tornoa los aspectos subjetivos en el afán de comprender, hasta donde esto sea posible, de
qué manera diversas visiones parciales, enunciados subjetivos y significados múltiples
pueden llegar a ser constitutivos de discursosdisciplinariosydevaloresparaunacomunidad,
unasociedadoinclusounacultura.
Es insuficiente establecer reglas generales con el fin de comprender la relación entre lo
particular y la pretensión de alcanzar lo general; esta relación se tiene que analizar en
funcióndesupropiahistoricidady,sobretodo,enelentendidodequetodohistoriador(todo
científicosocial)formapartedeestamismarelaciónenunsentidodoble: como sujeto que se
puede y debe de observar a símismo como autor / lector (observación de segundo grado),
y como parte de una comunidad disciplinaria que a su vez participa activamente en la
experienciadeunaculturainmersaenunaseriedevalores constitutivosdeésta.
Uno de los autores clásicos que han realizado un enorme esfuerzo por sistematizar estas
complejasrelaciones, esPaul Ricoeur,mediante latriplecategoríademímesis:1)unmundo
previamente dispuesto cuyos signos, reglas y normas están prefigurados, es decir,
simbólicamente comunicados; 2) un mundo que sigue a partir del primero y que es
comunicado mediante estructuras narrativas y configurado mediante relatos tanto ficticios
como históricos; y 3) unmundo del lector, transfiguradomediante la recepción del mundo
narrado. Así, la comprensión no es el resultado de algo reconocido como un determinado
estado de cosas, sino que se constituye como proceso que permite señalar las relaciones
entreelanálisisestructuraly laconstituciónexistencialdelossignificados.
2.Hermenéutica–Recepción7
Hermenéutica
Lahermenéuticafuedurantesiglosunadisciplina ligadaa la filologíay,desdemuchosde los
textos esenciales del mundo cristiano, se desarrolla en distintas versiones teniendo como
centro problemático la autenticidad, la verdadera versión, la interpretación correcta del
sentido originario de los textos. Por obvias razones, se convierte también en una refinada
técnica de interpretación de la ley para los juristas y, durante el Renacimiento, en una
herramienta para acceder a las propuestas de sentido de los clásicos griegos y latinos. Los
estudios sobre la religión, el derecho y la filología fueron los campos de desarrollo
privilegiado de la hermenéutica como arte de la interpretación de textos. Este arte tuvo
siempreunadimensión indudablementepráctica:setratabaentodos loscasosde identificar
la interpretación “verdadera”, fuese para articular estrategias de salvación, interpretar
7ElaboradoporMargaritaOlveraSerrano.
correctamente la ley para su aplicación a un caso particular, o bien, para encontrarenel
legadogrecolatinoorientacionesparaunavidacorrecta,buenaybella.
Muestra de lo anterior es el punto de inflexión en el desarrollo de la hermenéutica que es
posible identificaren laépocade laReformaprotestante. Estemovimientohizodescansar la
religión en el diálogo individual con Dios, de modo que el creyente, lejos de la salvación
sacramental y los intercesores, habiendo rechazado elmonopolio de la interpretación de la
sagradaescrituraporpartedelsacerdote,tienequedarsesupropiainterpretacióndela biblia,
con lo cual salen a la luz problemas cruciales respecto de la interpretación correcta, sobre
cómo resolver las dificultades que presentaban pasajes oscuros o de difícil comprensión,
etcétera. El creyente establece un diálogo con el texto sagrado que implica al menos dos
preguntas: ¿quién soy yo? ¿qué debo hacer? Antiguas tradiciones normativastuvieronque
ser revisadas para enfrentar nuevos retos, sin que ello modificara la doble naturaleza del
canonbíblico:sucarácterdefinitivoysuadaptabilidad.Nadasele puedesumarorestar,pero
debedar respuestaa laautocomprensióndecadageneración de creyentes. Estas cuestiones
ponenalahermenéuticaenelcentrodelashumanidades enesaépoca.
Algo semejante había ocurrido también en otros periodos, por ejemplo, cuando comienza a
circularelnuevotestamentoenelmundojudeocristiano. Elviejotestamentosehabía escrito
a lo largode un arco temporal de 1 100 años (indicador de que había pasadopor múltiples
escrituras y lecturas), mientras el nuevo se elaboró en aproximadamente 100, bajo la
urgencia práctica de difundir la palabra de Cristo. La reinterpretación aquí llevaba consigo
problemas ligados a la distancia temporal; al pasaje dela tradición oral ala escritura;así
como a la traducción, puesto que el viejo testamento fue escrito en hebreo y arameo y el
nuevo, en griego. La biblia es un buen ejemplode la forma enqueun texto, al salir de las
manos del autor o autores y quedar arrojados al tiempo, se convierten en propuestas de
sentido abiertas que tienen el potencial de actualizarse y recolocarse, en función de las
preguntas y horizontes de lectores que no son los destinatarios “originales” y que viven en
mundosdevidaconotrasexperienciasyotrossistemasdereferenciasy preguntas.
El sigloXVIII abreunperiodoen el que lahermenéutica experimenta undesarrollo definido
porelpasode lapreguntaclásica¿cómo interpretarcorrectamenteelsentidode untexto?a
otraquesederivadeunpreocupaciónporelmétodo:¿cuálessonlas condicionescomunesa
lainterpretacióndecualquiertextoparticular?Estepasosedebea Friederich Schleiermacher,
teólogo protestante, que se da a la tarea de codificar el canonquehabíaestructuradola
tareahermenéuticadesdesusorígenes,elcírculotextus – contextus.Enestecontexto,para
comprender una frase, el lector debía de remitirse a la unidad de sentido de nivel
inmediatamente superior, por ejemplo, un párrafo. Si el problema era la comprensión del
párrafo, la referenciaerael capítulo, sucesivamente,el libro, laobradelautory,finalmente,
subiografía,bajoelsupuestodeque losenunciados formuladoseranexpresionesvitalesyel
desentrañamientodesusignificaciónmásplena radicabaenunacabalcomprensióndelavida
delautor.
Schleiermacher plantea que es indispensable la elaboración de conceptos totales o de
síntesis para representar las fuentes documentales, los escritos a partir de los cuales era
posible reconstruir los acontecimientos, los nexos y los efectos históricos. Se deslinda de la
regla de procedimiento que dictaba que toda individualidad debía comprenderse con base
en el contexto. Este todo era la biblia, que se presumía tenía un sentido unívoco.
Schleiermacher sostiene que el camino de la comprensión del texto sagrado no debe
fundarse en la certeza dogmática, sino en la validez de los procedimientos mismos de la
comprensión. Sostieneque lahermenéuticaesuniversalyquedescansaenelhechode que,
al no existir comprensión inmediata, surge siempre el problema del malentendido, sobre
todoporelhechodequeel escrito (adiferencia de la tradición oral) tiene unalto gradode
oscuridadporqueestádesprendidodesucontextooriginal,laformadevidaque lediolugary,
por lo tanto, implica un alto grado de exigencia para el lector, así como la necesidad de
adentrarseenlainvestigaciónhistóricaparaaccederalmundodelautor.
En resumen, para este autor, la hermenéutica se plantea aquí como una herramienta para
evitar que el malentendido ocurra y llegar así a una comprensión verdadera. Sostiene,
además, que la hermenéutica es un método que puede aplicarse también a procesos
comunicativosengeneral,con lo cual la interpretacióndejadeserun campoexclusivode la
filología y la teología, de la jurisprudencia y se convierte en la cuestión de cómo un
miembro de una cultura entiende a otro. La hermenéutica adquiere aquí un estatus
ontológico, se ubica originalmente en el mundo vital, específicamente, el de la experiencia
individual.Estapropuesta rompe los límites de lahermenéutica gramatical y sedesplaza a la
hermenéutica psicológica, entendiendo por psicología el arte de percibir un acto como
parte orgánica de la totalidad de la vida individual. La tarea se convierte en comprender la
individualidaddelautor,sumundosubjetivo.Laspreguntasahorason:¿cuálfuesu intención?,
¿qué quería comunicar?, ¿qué experimentó?, ¿qué sintió? Lo fundamental ya no es el
producto, sino su autor, no el texto sino el proceso que lo crea, no la obra como un dato,
sino como expresión de la individualidad.Comprender significaría aquí restauración de lo
perdido, la ubicación del texto en su contexto vital. En estas coordenadas, Schleiermacher
postula la superioridad del intérprete frente al autor, no porquesusmétodosseanmejores,
sinoporqueconocela“textura”delconjuntohistórico del que es parte la obra. Gadamer se
deslindaría de esto al señalar que el intérprete “conocedeotromodo”.
Las aportaciones de Schleiermacher, en las que nos hemos detenido por considerar que sin
un trazo mínimo de éstas no es posible calibrar el relieve que adquirió posteriormente la
hermenéuticapara las cienciashistórico-sociales,desplazóa lahermenéuticaalumbral de la
historia, locualtendríaconsecuenciasepistemológicascrucialespara lasdisciplinas histórico-
socialesenelsiglosiguiente.
Wilhelm Dilthey (bíógrafo de Schleiermacher) cruza este umbral y plantea que la razón
ilustrada hace tabla rasa sobre la especificidad del mundo histórico y que, en su lugar, la
comprensiónhermenéuticadebeserelmétodoparaestudiarlo. Suplanteamiento,enel que
no nos podemos detener aquí, plantea que la hermenéutica no es únicamente un
procedimiento para la interpretación de textos, sino que también es posible comprender la
historia y la sociedad “como si” fueran textos. De esta forma, acciones, proyectos,
consecuencias, vestigios y marcas de los predecesores podían ser estudiados a través de la
comprensión,entendidaaquícomounprocedimientoopuestoalaexplicación.
Esta discusión tiene lugar en el horizonte de las disputas entre ciencias de la naturaleza y
ciencias del espíritu que tuvieron lugar en las disciplinas humanas en Alemania hacia el
último tercio del siglo XIX, país en el que el positivismo tuvo a sus críticos más severos,
provenientes de la tradición histórico-culturalista (Rickert, Dilthey, Windelband, Weber,
Simmel, etcétera). Las primeras, reivindicaban la explicación como el método único para
cualquier ciencia y, las segundas, lo rechazaban bajo el argumento de la especificidad del
mundo histórico residía en que era un mundo provisto de sentido, un sentido que era
dado por la actividad humana y al que no era posible acceder a través de la inducción
analítica propia delmétodopositivista. ParaDilthey la idea de razón ilustrada prescindía del
hecho de que los individuos están ligados por tradiciones, por valores, por el “espíritu”, no
sólopor leyes formalesy restriccionesobjetivas.Crítica lareducciónqueel positivismo hace
de los seres humanos a pura naturaleza, omitiendo la historicidad, la experiencia y la
subjetividad propia del mundo humano. La tradición historicista alemana reivindica el
sentimiento,laemoción,laintuiciónylateleología,enoposiciónalos llamados positivistas a
reparar en la causalidad. La demanda es que los conceptos den cuenta de la vida histórica
como un todo, como un mundo vital caracterizado por la intencionalidadyporlafinalidad.
Precisamente aquí radicó la pertinencia de los métodos interpretativos para dar cuenta
satisfactoriamentedelahistoriaydelasociedad.
Se propuso así la comprensión hermenéutica como un procedimiento apto para estudiar el
mundohistórico.Enesemomento,loslímitesdelapropuestahermenéuticadeDilthey fueron
la imposibilidaddedemostrar lavalidezde lacomprensión,puestoque laentendió comoun
revivir endopático (por parte del observador) de los contenidos de conciencia de seres
humanosque habíanvividoenelpasadoparaentender cómosehabíanorientado, por qué
actuaron como lo hicieron y no de otra forma, etcétera. Precisamente en este punto, Max
Weber, historiador de la economía y sociólogo al que se debe la idea de comprensión
explicativamás solventede las ciencias histórico-sociales de finales del siglo XIXyprincipios
delXXI,criticóaDiltheybajoelargumentodequesuideadecomprensión disolvíaladistancia
históricabajoelsupuestodequetodoslossereshumanoscompartían una especie de “fondo
común de conciencia” y que ello involucraba implicaciones onto- teológicas difíciles de
sostener desde una postura que aspirara a la producción de un saber racional sobre el
mundo histórico. Si la ciencia era un saber racional público por definición, no podía
depender de algo tan intransferible como la vivencia. De ahí que la propuesta weberiana
enlazaracomprensión conexplicación,comomuestransusreflexiones sobre los tipos
ideales históricos y los tipos ideales sociológicos, sin por ello desentenderse de las
dimensiones subjetivas implicadas en cualquier investigación, a la cuales consideró como el
punto de partida selectivo sin el cual no hay construcción del objeto, pero que tenían que
someterse a un control riguroso dado precisamente por la metodologíadelostipos ideales.
En otras palabras, la relación de valor (ligada a puntos de vista subjetivos) eran el punto de
partida, pero en modo alguno, el punto de llegada de la investigación, éste tenía que ser
necesariamentelaproduccióndeunsaberracionalválido sobreelmundohistórico-social.
Como teoría de las posibilidades y condiciones de la comprensión, la hermenéutica se
ocupa no sólo de la interpretación de textos, busca también la atribución de significados
válidos. Esto implica, necesariamente, una reflexión sobre la historicidad/temporalidad de
aquello que se busca comprender; para la historiografía, se trata principalmente de textos,
perotambiéndeotrotipodehuellasmaterialesque son resultadode laacciónen elmundo
de aquellos que nos han precedido en el tiempo (antecesores), como objetos, imágenes,
edificaciones, monumentos, etc. y que constituyen la base empírica del trabajo de todo
estudiosodelpasado.
Enelhorizonte intelectualde las transformacionesepistemológicasasociadasal llamado giro
lingüístico en la segunda mitad del siglo XX, la hermenéutica dejo de ser vista como una
disciplina auxiliar de la teología, la filología y la jurisprudencia para convertirse en una
orientación filosófica con un gran relieve para las disciplinas sociohistóricas. Esta
resignificación de la tradición hermenéutica se debió en buena medida a los aportes de
Heidegger a la reflexión sobre el ser y, sobre todo, a Gadamer (discípulo suyo), cuya
célebre obra Verdad y Método (1960) la consolidó como un campo de reflexión de primer
orden. Gadamer, siguiendo las orientaciones de Heidegger (sobre el ser en el mundo
comounserconotros,dotadodeunaestructuradeanticipaciónquehacequesuconocer sea
siempre pre-comprensión) deja de concebir el comprender/interpretar como un método
propio de lo que la tradición histórico-culturalista alemana llamó Ciencias del espírituhacia
elúltimoterciodelsigloXIX,planteandoquelacomprensiónhermenéutica tiene un estatuto
plenamente ontológico. Esto significa que Gadamer asume que antesqueserunmétododel
observador,lacomprensiónesunmodofundamentaldeserenel mundoqueestáatravesado
porellenguaje.Enotrostérminos,existirescomprender,yel comprendersiempretienelugar
en el medio del lenguaje. Todo el “proceso” de la interpretación es lingüístico
ontológicamentehablando.Enestesentido,esinevitable
Comprender para Gadamer es siempre ponerse de acuerdo con alguien sobre algo en el
mundo y el lenguaje es el “medio” universal en el que se vive y realiza el consenso, el
encuentro de horizontes. No se trata, entonces, de ponerse en el lugar del otro ni de
reproducir sus vivencias. Queda rota aquí la dimensión psicológica que asociaba a la
interpretación las propuestas de Schleiermacher y Dilthey. Todo comprender, en cambio, es
uninterpretarqueseefectúadesdeunhorizonteespacio/temporalespecífico,ligadoa juicios
previosqueson la condicióndeposibilidad del comprender mismo. Sin ellos, careceríamos
deuncriterioparaformularpreguntasprovistasdesentido,cuestionarun texto,desentrañar
una acción, acontecimiento o expresión. El diálogo involucra un circulo hermenéutico que
tiene un estatuto ontológicoy qu simultáneamente, parte de una historia efectual desde
la cual habla la tradición. Tradición que constituye nuestro ser y nosposibilita conocer lo
nuevo,perosiempredesdelegadosderivadosdeella.
El reconocimiento de la historicidad del comprender, el carácter productivo de la
interpretación, la centralidad del lenguaje y la experiencia, la pertenencia del estudioso del
pasado al círculo hermenéutico y a la historia efectual, el imperativo de situar la
elaboración de los objetos en sus coordenadas espacio/temporales y el asumir su relación
dialógica con las del observador, la imposibilidad de recuperación de lo que durante
mucho tiempo se pensó era el sentido original de los textos, documentos, acciones,
monumentos, huellas, etcétera, forman parte hoy de una especie de sentido común
historiográfico que se debe, en buena medida, a las aportaciones de la hermenéutica
filosóficagadamerianayalasdiscusionessobre laepistemologíade lascienciassocialesa las
quediolugardesdelosañossesentaendistintosámbitosdisciplinarios.Deahíqueel estudio
y discusión de sus planteamientos sean cuestiones de gran relevancia en la teoría de la
historiografía.
Otra gran aportación a la reflexión contemporánea sobre estos problemas se debe a Paul
Ricoeurquees,juntoconGadamer,elpadredelahermenéuticadespsicologizadadelsigloXX.
Deudor de la tradición fenomenológica husserliana, plantea una hermenéutica de la
distancia histórica cuya forma arquetípica sería la existente entre habla y escritura. La
lectura es para Ricoeur la práctica que hace explícito el ser en el mundo contenido en el
texto.Aldeslindarsedelahermenéuticapsicológicaqueindagaelpresuntosentido verdadero
de un escrito, Ricoeur plantea el texto y su objetividadmaterial como un límite a la deriva
interpretativayalasubjetividad.Enotrostérminos,estosignificaqueparaeste autor no hay
una oposición necesaria entre explicación y comprensión, puesto que la materialidad del
texto,suobjetividad,abren laposibilidaddeaccederaunacomprensión explicativa. Para él,
la tareahermenéutica radica encomprenderelmundodel textoen mediaciónconelmundo
del lector; la fenomenología de la lectura en sus relaciones con la comprensión/explicación
constituye aquíunadimensión centralpara el trabajo historiográfico.
LahermenéuticadeRicoeuresunahermenéuticadelasospecha:¿cómopodemosincluir una
instanciacriticaen la tradición, laautoridad,elprejuicio?,¿cómovalorar lahistoria efectual?
Gadamer respondía que hay una relación de extrañamiento y pertenencia, una tensión o
distancia que posibilita la toma de postura crítica frente a ella. Ricoeur piensa que la
respuestadeGadamer es insuficiente, puestoquequeda sin resolver la alternativa entre el
distanciamiento alienante y la participación por pertenencia. Propone fundamentar la
interpretación en el texto como modelo del distanciamiento en la comunicación. El texto
muestra la historicidad de la experiencia humana hecha de comunicación en y por la
distancia. La objetividad del texto dependería de cuatro cuestiones: la fijación del sentido;
la disociación entre intención del autor y texto; el despliegue de referencias implícitas; el
rango universal de destinatarios potenciales. Al sustituir el diálogo por el texto, Ricoeur
abre la posibilidad de “aplicación” de la hermenéutica a las ciencias sociales. Así, por
ejemplo, lasacciones sepuedenentender comoentidadesautonomizadasrespectodelactor
(en términos de sus consecuencias) y se les puede aplicar la dialéctica explicación-
comprensión,sindesmentirelestatutoontológico de la interpretación ni su lingüisticidad.
Tanto en la vertiente de Gadamer comoen ladeRicoeur, lahermenéuticaesuniversalizada
y le es reconocido a la experiencia y al saber humano su carácter interpretador. La
hermenéutica y el lenguaje son condiciones de la existenciamismadelserhumano,queno
puede estar en el mundo sin comprender con otros y comprenderse en el lenguaje. El
lenguaje, en este sentido, queda lejos de la concepción estructuralista de corte semiótico,
encabezada por Saussure, y se asume como constitutivo del estar en el mundo y de la
conciencia humana, puesto quetodaexperienciapasaporlaspercepcionesestructuradaspor
los códigos lingüísticos. Así, la idea de un universo objetivo, independiente del lenguaje y
explicablefueradeél,se muestracomoalgoinasequible.
Este breve trazo –cuyo propósito es meramente indicativo- permite entrever la gran
relevancia que tiene la reflexión hermenéutica para el trabajo historiográfico, en su ir y
venirde lateoríay laelaboraciónconceptual,a labaseempíricade las investigaciones. Y no
sólo para éste, sino también para una autorreflexión sobre las prácticas disciplinarias que
están implicadasdesde la seleccióndelobjeto, laspreguntas, losprocedimientos, las escalas
de observación, la aclaración de lo que se constituirá como “fuente”, la lógica
procedimentaldelarepresentaciónescrituraria,entremuchasotrascuestiones.
Recepción
Unode los problemas centrales derivados de la hermenéutica despsicologizadade Gadamer
y Ricoeur y que necesariamente involucra a la historiografía es el de la recepción. El
argumento que permite sostener esto es que la práctica histórica e historiográfica tiene
como uno de sus ejes centrales el trato con los textos, o bien, con huellas que son leídas
como si fueran textos. Esto quiere decir que la forma como se reciben en coordenadas
posterioresa lasdesuproducción,por lectoresuobservadores que no son los “originales”,
en tiempos y espacios distintos, a través de procesos de transmisión intergeneracional en
el que existen fallas, recolocaciones, olvidos, desconocimientos y fisuras, constituyenen sí
unconjuntodeproblemasquenoesposible procesar en la investigación operando con una
idea empirista de la recepción. Esta idea empirista asume que hay datos objetivos
contenidosen los textos, no reconoceelproblemade su temporalidad,ni la formacomo
losobservadoresinvolucransuspropios horizontes(sabiéndoloono)cuandotratanconellos.
Fue en la literatura donde estas cuestiones comenzaron a ser pensadas desde una lógica
interpretativa, deudora enmuchos sentidos tanto del giro lingüístico en general, comode la
hermenéutica gadameriana en particular. Es decir, si bien la teoría de la recepción
procede de consideraciones estéticas, su pertinencia para las disciplinas histórico-sociales es
indudable, por lo que es necesario resignificar sus planteamientos a la luz de una
historiografía reflexiva. Supunto departida fue la experienciaqueprovienede la interacción
del“espectador”con laobradearte. Repensadaparaelámbitode lo histórico,lateoríadela
recepciónllama laatenciónsobreelhechodequeestamosenun horizonte de “interacción”
con la historia: los discursos elaborados dentro de ella, pero también los objetos,
documentos, vestigios y recuerdos en general, tradiciones, costumbres, puntos de vista,
visionesdelmundo,procesos,ideas,etcétera.
En la recepción hay que considerar por lo menos tres ámbitos: a) el lugar social del que
“recibe”algoproducidopor losantecesoresyquetieneunadimensiónexperiencial que esla
marcadeunatemporalidadespecíficaenlaquelarelaciónentrepasado,presentey futurono
era la misma que la nuestra; b) la materia propia de los histórico; c) la experiencia en la
interacción del primer ámbito con el segundo. Algo muy relevante en este orden de
problemasesqueenelhorizontedelarecepciónnohayunaccesodirectoy puro al pasado;
tampoco a los discursos, objetos, huellas y objetos de ese pasado. Por lo contrario: el
conocimiento de la experiencia de lo ocurrido, pensado, proyectado en el pasado por los
antecesores, es posible únicamente a partir del lugar social del observador (que siempre
pertenece al tiempo presente). Esa experiencia (observada selectivamente) es lo que se
convierte,atravésdesuelaboraciónmedianteestudiosydiscursoshistóricos sujetosanormas,
reglasdisciplinariaseinstitucionesespecíficas,enelconocimiento históricodecadapresente.
La reflexión sobre la recepción (y lo mismo vale para la historia efectual),
independientemente de la tradición de la teoría literaria de la que procede, establece
además relaciones en una práctica arraigada en la propia disciplina histórica: la historia
comparada. Ésta sitúa sus fundamentos en una de las funciones más importantes del
pensamiento histórico para el mundo de vida, a saber, la necesidad de establecer una
identidadpropiaconbaseenunatradiciónquelasostengayque,enlasprácticas culturales y
sociales, la justifique y le dé continuidad frente a otras identidades, costumbres y
comportamientos no aceptados como propios. Los elementos que se integran a esta
identidad(yloqueserechazayexcluye)estánrelacionadosesencialmente conlarecepcióndel
pasado que, en este sentido, se convierte en una manera de adjudicar valores a las
experiencias y de ordenarlas en función de las expectativas y de cómo se entiendeellugar
que se ocupa en una cultura y una sociedadmoderna que se ve sujeta a transformaciones
continuas en el tiempo (como cualquier otra sociedad) que llevan el sello de la aceleración
como la modalidad predominante de la experiencia del tiempo. Desde un punto de vista
historiográfico, lo anterior implica que la reflexión sobre los procesosderecepción implica
por lomenosdos registros claramentediferenciados:elde la forma comoenelmundovital
constantemente se efectúan transmisiones, se reciben y recolocan legados; y el de la
observación, que tiene una doble reflexividad en el sentido dequenosóloseexaminan los
modoscomoserecibenlegadosytradicionesenelmundo prácticoporpartede losactoresy
gruposensusmundosdeviday,además,su“análisis” racional.
En este sentido, los procesos de significación de los observadores (selección de
dimensiones a examen, decisiones sobre cómo relacionarlas, las descripciones, narraciones,
explicaciones, rechazos, supresiones, olvidos, desconocimientos) están estrechamente
vinculados con la recepción y la historia efectual. Lamayoría de las veces es prácticamente
imposible distinguir claramente entre fuentes y documentos, historias escritas,
interpretaciones de las primeras y de éstas, su recepción y la historia efectual misma. La
distinciónentreestoselementosnoseprocedeenfuncióndedistintas“etapas” deunproceso
que constituye el conocimiento histórico (la conversión de una porción del pasado en
historia), sino en función del enfoque y los problemas que se plantea el investigador. La
especificidad de las preguntas que se formula, la forma de problematizar y argumentar, da
lugar a resultados diferenciados, es decir, a distintos conocimientos queno necesariamente
tienen el mismo registro cognitivo.Surge así una multiplicidad de saberesquenosederiva
de criterios cuantitativos, sino de la forma como se reciben las “fuentes” y delmodo como
se les interroga desde horizontes que también son múltiples. En cada caso, se sabe algo
distinto. Y puede ocurrir que estas diferencias se complementen, o bien, se contradigan
abiertamente.
Frente a la complejidad que representa este conjunto de problemas historiográficos ¿qué
aporta la teoría de la recepción? Principalmente, la historización de una serie de puntos de
encuentro: entre las fuentes y las obras que se refieren a ellas; entre las obras y las
tradicionesculturaleseintelectualesquelasatraviesan;entrelasobrasylasexpectativas que
se tienen frente a los problemas que plantean (la propuesta del texto); entre obras escritas
en temporalidades distintas y, en consecuencia, desde espacios de experiencia y horizontes
deexpectativasquenotienenunarelaciónde identidadconaquellosdesde las cuales se les
recibeeinterroga.Enestospuntosdeencuentro,sepuedenobservar transformaciones en la
comprensión y autocomprensión de una sociedad o una cultura; percibir puntos de ruptura
en la interpretacióndeunfenómenootradición;cambiosen lasorientacionesyexpectativas
delascomunidadesquesehanacercadoadeterminadas obrasotextosenperiodosdistintos,
así como los efectos que produce en sus patrimonios de conocimiento (fisuras, fallas,
ausencias de transmisión, omisiones, etcétera); la movilidad de los marcos quedefinen los
límites imaginarios de las disciplinas que se ocupan del estudio del pasado. O dicho con
mayorpropiedad,delestudiode las conexionesentrepresente,pasadoyfuturo.
La recepción (es) formaparte de la historia efectual, tanto enelmundo de vida como enel
mundo de la observación. Y la historia efectual, para una historiografía reflexiva, implica
trabajarcon lahipótesis deque (en las sociedadesmodernas) la tensiónentreelespacio de
experiencia y el horizonte de expectativas en cada horizonte histórico atraviesa de forma
permanente la recepción sociocultural en general, y la específicamente historiográfica.Ésta
nobuscaexplicarelsentidooriginaldeundiscursoapartirdel conocimiento de la situación
cognitiva, sociocultural, psicológica o política de un autor, grupo de autores o comunidad;
tampoco se trata de aportar una interpretación “más correcta” que la del autor (es) o
tradición en cuestión. Aunque todo esto forma parte de los procesos de recepción, lo
relevanteesanalizarelporquéyelcómode lossignificados elaborados por el conocimiento
histórico. Esto nos conduce no sólo a “correcciones”, nuevospasadosoregistros inéditos,
sino también a la historia efectual misma, a versiones simultáneas que dan cuenta de las
transformaciones y cambios del quehacer de los seres humanos en el tiempo. Con los
insumos de la teoría de la recepción, la historiografía puede problematizar e historizar,
tanto los significados que asigna a estas transformaciones, como los saberes que elabora
para tratar de llevar esta experiencia histórico-social al lenguaje de la representación
escrituraria para hacerla inteligible en otrascoordenadasespacio/temporales.
Enesteregistro,HansRobertJauss(pionerodelateoríade larecepción) realizóunaserie de
investigaciones teóricas, junto conestudios sobre estética, literatura y filosofía, entre otros
campos. La historiografía ha retomado de su reflexión sobre todo las categorías contenidas
en lapropuesta inicialdel libroLahistoriadela literaturacomoprovocación. EnAesthetische
Erfahrung und literarische Hermeneutik8, Jauss trabaja con las siguientes distinciones:
“construiryconocer” (poiesis,desdeelpuntodevistade loqueseproduce); “vermásde lo
quesesabe”(aistesis,queimplicalarecepcióndelaexperienciaestética);
y “mover y conciliar” (catarsis, en cuanto a los alcances comunicativos de la experiencia
estética.SeplanteanaquílosmismosnivelesqueintroduceRicoeurrespectodelconcepto de
triple mimesis, con la diferencia de que Jauss insiste mucho más en la noción de la
experiencia en relación con la estética. Al referirse, además, a la separación entre ficción y
realidad, permite aclarar el elemento de la ficción en la representación de la historia
(desdeelhorizontedelaliteraturaenelcasodeJauss),perotambiénpermiteampliarlohacia
una historiografía reflexiva. Ésta, no obstante, no trata de elementos de ficción, sino de
aquellosquenosepuedensujetarestrictamentea lasnormasde la“verdadhistórica”. Esen
estemismoestudio,enlaversiónampliada,dondeJaussdesarrollaparalosestudios literarios
losaspectosdeldiálogoydelhorizontey,finalmente,aquellosrelacionadoscon lateoríaylos
8Se cita aquí la edición en alemán de 1991. Traducida al español se encuentra la versión original de 1977 queconstituye a grandes rasgos la primera parte del texto que se publicaría casi 15 años después (Experienciaestética y hermenéutica literaria,Madrid, Taurus, 1992 (1986). De la primera versión (traducida al español), elautor quitó dos ensayos, dejando únicamente amplios resúmenes, y agregó tres estudios nuevos.Precisamenteaestosúltimoshacemosreferenciaenestecontexto,dejandoatráslaapreciacióndel propioautorenelprólogodelaprimeraversión,enelsentidodeque“lospresentesestudios,enmarcados enelcampodelaexperiencialiteraria,quedannecesariamentelimitadosalasatribucionesdelestudiosode laliteratura”(p.13).
debates suscitados sobre recepción e historia efectual, tradición y selección, horizonte de
expectativayfuncióncomunicativa.
Como puede verse con esta mirada panorámica, la teoría de la recepción constituye un
campo de reflexión particularmente relevante para la historiografía; a pesar de su
complejidad, su revisión es obligada para aumentar las probabilidades de acceder a un
trato con las fuentes que deje detrás la actitud natural con la que frecuentemente tiene
lugar. Este tipode trato, comose señaló ya, da porhechoque los textos, las “fuentes”, son
algo dado, que son datos dotados de una objetividad que el observador no se cuestiona,
puestoqueenelloshacedescansar lavalidezdelossaberesqueproducesobre el pasado. A
pesar de la dificultad intelectual que entraña, problematizar estos textos, estas “fuentes”
desde los insumosde la teoríade la recepción,permiteuntratoreflexivo conellas,un trato
capaz de rebasar el empirismoy accederal reconocimientode historicidad, la temporalidad,
la lingüisticidad que permea, no sólo a la realidad histórica misma, sino el saber que los
observadores producen sobre ella. Un saber móvil, relativo a horizontes específicos y que,
además,formapartedeunahistoriaefectualquecontiene la sedimentación estratificada de
saberes previosmúltiples en los que coexisten “acumulación”,rupturasy“novedades”.
3.Enfoquesytransformaciones:losgiros
El complejo panorama de los estudios históricos e historiográficos requiere de continuas
reflexiones en torno a las distintas maneras de abordarlos y de enfrentar sus desafíos y
provocaciones. En un trabajo anterior9 he planteado algunas consideraciones generales al
respecto, de las que voy a retomar aquellos elementos queserefierenespecíficamentea la
historiografíacultural,considerandolassiguientescircunstancias:
1) La influencia que la historiografía ha recibido de otras disciplinas y reflexionesteóricas, y que han marcado sustancialmente el carácter transdisciplinario de lainvestigaciónhistoriográfica;y
2) Lasconsecuentestransformacionesenlaproduccióndelconocimientosobreel pasadoanteunhorizontecrecientementedefinidoporunacomplejareddevisionesculturales.
Noesnuevalaafirmacióndequelosconocimientosgeneradosenotrasdisciplinas incidende
tal manera en los estudios históricos que el potencial interdisciplinario ha transformado y
sigue transformando lainvestigaciónylossaberes históricos. Lo que interesa ante todo esla
generación de una (supuesta) nueva tradición historiográfica en cuyo entorno se han
comenzadoa plantear, cada vezmás, problemáticas que requieren ser abordadas por varias
disciplinas a la vez.Se subraya la necesidad de considerar en mayor grado el potencial de
esas disciplinas y de los aspectos que se requieren para realizar investigaciones multi y
transdisciplinariasdemayor complejidad.Las cambiantes constelaciones interdisciplinarias se
reestructuran en función de la integración de los objetos de estudio, volviendo así mucho
más dinámico el intercambio de ideas, enfoques y reflexiones. En el mejor de los casos,
podemos observar una creciente conciencia acerca de las diversas funciones que
desempeña el conocimiento sobre el pasadoen distintas sociedades yculturas,yrelaciones
diferenciadasdeéstasconsusrespectivosconocimientosyposibilidadesdeidentificarseconsus
pasados.
9Cf. Silvia Pappe, “Laincertidumbredelahistoriaenlaperspectivadela historiografíacultural”,enRosaCameloy Miguel Pastrana Flores (edits.), La experiencia historiográfica.VIII ColoquiodeAnálisishistoriográfico,UNAM,2009,pp.179-198.
Loseñaladodemaneramuybreveenelpárrafoanteriorsebasaenunaseriedegiros,llamados
asíporsuvelocidadydinámica:despuésdel“girolingüístico”,sesucedenpropuestasdeotros
giros,enunritmocreciente,cadavezmásacelerado.Demanerametafórica,losgirosserefieren
a la aceleración del tiempo que se refleja esencialmente en la experiencia; la noción de giro
transforma,alapar,lavisiónmásquenadatemáticaacercadelosprocesosdeespecialización
en lahistoria (historiasocial,historiaeconómica,historiadegénero,historia regionalporsólo
mencionaralgunas),haciauncambioenlosenfoques:girohistoriográfico,giroiconográfico,giro
espacial,girocultural,entreotros.
El giro espacial, la atención centrada en el cuestionamiento conceptual de las nociones de
espacios, fronteras, horizontes y redes, pero también movimientos, desplazamientos, o
superposiciones, permite presentar una especie de mapa conceptual de estos giros y las
relaciones entre ellos, dejando abierto el momento estricto de su generación. Si el giro
lingüístico10alteróporcompletolaideadequeuntextodehistoriapresentahechosyprocesos
delarealidaddelpasado,paravolverlaatenciónsobreeltextomismo,sucarácterdiscursivoy
sucondicióndeser interpretado,conel findepresentarelconocimientosobre larealidaddel
pasado,sometidoasuvezainterrogantesdesupropiahistoricidad,elgirohistoriográfico11no
sólorefuerzaestaideaenelcampodelahistoriografía,sinoqueliteralmenteabrelanociónde
“textodehistoria”aotrostiposdediscursos,incluyendografíasvisuales,objetos,monumentos,
ideas, conceptos, etcétera. En ambos casos, se pretende leer el mundo como texto, con las
consecuentes discusiones acerca de la pertinencia de diferenciar entre texto y “realidad
material”,obien,acercadelaccesodelainvestigaciónydelaproduccióndeconocimientoala
realidad, mediada o no por el lenguaje. La inclusión del análisis de textos entendidos en un
sentido amplio parece haber requerido de un giro adicional, el iconográfico12. Distintas
tradicionesde la investigaciónhistóricavenenestaaperturauna seriedepeligros:enprimer
10 El término fue dado a conocer y se retomó en diversas disciplinas, a partir de Richard Rorty, El girolingüístico:dificultadesmetafilosóficasde la filosofía lingüística (seguidode"diezañosdespués"ydeunepílogodelautoralaedicióncastellana),Barcelona,Paidós/UniversidaddeBarcelona,1990(1ªed.eninglés1967).11Mendiola,Alfonso,“Elgirohistoriográfico.Laobservacióndeobservacionesdelpasado”,enHistoriayGrafía,no15,2000,pp.181-208.12Cf.Panovsky,Berger,Mitchellentreotros.
lugar,lapérdidadelarealidadhistórica,yenseguida,ladispersióndiscursivadeconocimientos
sin sustentos claros en la interpretación clásica de documentos claramente históricos. En los
debates que surgen en torno a estos peligros (llamados no pocas veces posmodernos), se
presenta también una crisis en las explicaciones históricas de largo aliento, los “grandes
relatos”.13 Por otro lado, se presenta la oportunidad a grupos, sectores, clases, tanto
minoritarioscomodeoposiciónoexluidos,ycuyasexperienciasnocoincidenconlosrelatosy
conocimientos tradicionalmente aceptados y comunicados, a generar su propio conocimiento
históricoconelquesepuedenidentificar.Lasdimensionesdememoriacolectivaeidentidadse
generan y extienden con ello, y atraen a su vez la atención de los estudios históricos e
historiográficos.Medianteungiro mássepretendeabarcarelfenómenodetransformaciones
aceleradasensuconjunto:elgirocultural14.
Estastransformacionesenlaproduccióndelconocimiento sobreelpasadotienensusraícesen
diversas experiencias.Un ejemplo queyahemencionado,es lapérdida(o la invalidación)de
losgrandesrelatosydevariosdelosfundamentosteóricosimplícitosoexplícitosacercadeuna
historiacompartida,perovistayestudiadadesdeunenfoque ligadoalpoder.Otraexperiencia
esquelacríticaaestetipodehistoriahatenidoinfinidad de consecuencias, unadeellas es la
fragmentación del conocimiento, el surgimiento de historias paralelas, de nuevos actores
sociales e históricos, y de nuevos acercamientos. Un enorme alcance tiene también la
experiencia culturalista, es decir, comprender que los valores de la cultura occidental
considerados universales, posiblemente no lo sean. Los efectos, diferenciados, son
inabarcables en su conjunto (enumeraciones, largas listas), por lo que, de acuerdo al giro
cultural, lamejor manera de discutirlos es considerando el entorno cultural en el que se
presentan: las tradiciones historiográficas nacionales; los debates interculturales; las
tradiciones en torno a la vigencia de valores (el humanismo, por ejemplo, en occidente; o
bien lossignificadosde lasprácticasen sociedadesmulticulturales, conscientes de serlo, que
13JeanFrancoisLyotardplantealamuerteodesaparicióndelos“grandesrelatos”ometarrelatoscomounodelossignosde laposmodernidad.Cf. Lyotard,Lacondiciónpostmoderna. Informesobreel saber.Barcelona,Cátedra,1987(1ªed.enfrancés1979).14 Frederic Jameson, El giro cultural. Escritos seleccionados sobre el posmodernismo 1983-1998, Buenos Aires,Manantial,1999(1ªed.eninglés1998).
rebasan las estructuras y las institucionesnacionalesoregionales); losmarcos intelectuales,
sociales, ideológicos en los cuales los actores y los grupos piensan su pasado –la lista
(inevitable al parecer) puede ser tan larga como el interés historiográfico en las
transformaciones disciplinarias y transdisciplinarias de la investigación, la producción y la
circulacióndelconocimientolorequiere.
Noescasualquelasposibilidadesylasnecesidadesdelos“estudiosculturales”sediscutan al
calor de los debates que replantean las relaciones interdisciplinarias y los enfoques
múltiples. Con la historización de la teoría, es decir, con el reconocimiento del carácter
temporal de todo discurso teórico, con el cuestionamiento de los paradigmas teóricos
desde estos mismos paradigmas, y con la consecuente autorreflexión en torno a los
planteamientos del quehacer historiográfico, cambian la experiencia y las expectativas
respecto a los conocimientos que una sociedad construye sobre sí misma. En tanto
manifestación cultural, estas transformaciones no sólo se “suman” a la cultura, sino que la
reestructuranylaresignifican.
Frentea la tradicionalhistoriade lacultura,15los“estudiosculturales”experimentaronen un
principio cambios similares a los observados para el caso de los estudios históricos: la
investigación en torno a fenómenos caracterizados indistintamente como “culturales”
produjo en primer lugar la multiplicación de temas, la inclusión de nuevos actores con sus
experiencias y manifestaciones, y una creciente interdisciplinariedad. A diferencia de la
historia, se percibe asimismo una notoria ideologización a través de enfoques que se han
hechopopularesmedianteelepítetode“lopolíticamentecorrecto”.1612Elvertiginoso proceso
de institucionalización en las universidades estadounidenses, de los “estudios culturales”
comonuevadisciplina, respondealgraninterésquedespierta la inclusiónde nuevos actores
y temas, y su gran presencia en la sociedad norteamericana actual. En sociedadesdonde la
15 Recordemos por ejemplo la obra de autores clásicos como Jan Huizinga y Jacob Burckhardt, además deteóricoscomoAntonioGramsci.16 Algunas tendencias de la historia o los estudios de género podrían ser un ejemplo, igual que algunascorrientes de la historia de la vida cotidiana. Cf. Peter Burke, Formas de historia cultural, 1999. Aún másideologizado resultó el texto (y su recepción) de Samuel P. Huntington, The Clash of Civilizations, Nueva York,Simon&Schuster,1996.
historia social ha tenido una enorme relevancia (Alemania, Francia, Inglaterra entre otros),
la transformación académica es distinta: en Alemania, por ejemplo, se habla más de
“ciencias culturales” (Kulturwissenschaften) que de “estudios culturales”,y suentradaa las
universidades se debe entender quizás más como respuesta a las profundas crisis de las
humanidades que a la presencia de nuevos temas y actores (quehabíanencontradoyaun
lugardestacadoenlahistoriasocial).
Por otra parte, en un proceso menos acelerado, pero de rupturas mucho más
significativas, la autorreflexión teórica ha producido cambios en el ámbito de lo que se
considera “cultural”, y en los enfoques y las formas de estudiar sus representaciones.
Posiblemente sea en este punto donde el enfoque teórico de la historiografía crítica, al
comprenderse a sí mismo como parte integrante de la cultura a analizar, pueda plantear
diversas posibilidades que tienen las sociedades actuales de estudiarse a través de sus
experiencias,susexpresionesysusprácticasculturales.
Para la reflexión teórica en torno a una historiografía cultural, uno de los retos consiste en
poder analizar aquello que se ha pensado, analizado e interpretado desde orígenes
disciplinarios distintos, es decir, aquello que había sido organizado de acuerdo a sus
semejanzas que permitían constituirlo en objetos de conocimiento particulares, propios de
cadadisciplina. Eldesarrollodisciplinario en sí se debeenparte a estaorganización cultural.
Así, lasexpresionesculturaleshansidoestudiadastantodesdelaantropología y la psicología
como desdelahistoria del arte, la críticaliterariayla semiótica.Enla reconstituciónde“lo
cultural”, estudiosbasadosenlíneasconceptualesqueno pertenecenaunasoladisciplina,y
cuyas funciones y significados difieren en cada una de las tradiciones, atraviesan las
fronteras de los espacios y conocimientos previamente establecidos;aunasí,nopodemos
ignorar que en tanto experiencia histórica, éstos siguen forman parte de los horizontes
actuales.
Elreto,sinembargo,nisiquieraselimitaalacoexistenciadedistintasmanerasde concebir la
cultura (desde diversas corrientes y disciplinas, y más recientemente, desde unos estudios
culturalesquesedefinenporcarecerdeliberadamentedeclaras delimitaciones disciplinarias).
El conocimiento moderno se caracteriza por sus subdivisiones y sualtaespecialización,de
manera que agregarle otra visión más pareciera de lo más sencillo como ha mostrado,
justamente, la rápida aceptación de los estudios culturales al interior de una organización
académica originalmente disciplinaria. La dificultadradicaencómoobservaryanalizarloque
surge como algo distinto, algo nuevo y significativo desde la reestructuración del
conocimiento, y atender al mismo tiempo los problemas teóricos que deriven de este
nuevo potencial. La necesidad de ubicar claramente losdistintosorígenes yplanteamientos
cognitivos requieren, en todo estudio historiográfico cultural, de un análisis crítico y
autorreflexivo que forma parte tanto del horizonte cultural en que se realizan los estudios
comodelodeloshorizontesdelobjeto deestudioencuestión.
Pensar la cultura en relación con los estudios históricos, historiográficos ymetahistóricos se
vuelveuna tarea infinitamentecomplejadesdeelmomentoenqueelquehacerdeesos tres
niveles en tanto conocimiento a construir, analizar y significar, forma parte de la propia
cultura. Ciertamente, eso sucede con todos los análisis e interpretaciones sociales; siempre
formamos parte de lo que estudiamos –en algún momento de la modernidad reflexiva,
perdimos la inocencia del presunto observador externo que no se ve afectado por sus
propiasprácticas.
Desdeelhorizontede lahistoriografía crítica,esogeneraunaseriedecuestionamientosque
queremosevocar:
¿Quéperspectivasintervienenenunaposibleteoríade lahistoriografíacultural?¿Cuáles son
los aspectos a considerar? O buscando una reformulación de las preguntas desde los
planteamientos y ámbitos teóricos, como líneas de investigación y problemas
historiográficos: ¿Cuál es el potencial crítico, reflexivo, significativo de “lo cultural” en sus
distintas acepciones? ¿Cuáles son sus posibilidades, implicaciones, contradicciones,
horizontesyexpectativas?Revisemosalgunasdelaslíneasquesepuedenperfilar.
Girocultural:delaautorreflexiónalainstitucionalización
Comopartesustancialdesuautorreflexión, lateoríahistoriográfica reubicasuposiciónenun
conjuntode tradiciones disciplinarias, discursivas y ámbitos referenciales diversos, a la vez
que se considera parte constitutiva de los horizontes culturales en los que inscribe su
quehacer. La problemática que se plantea en torno a las tradiciones “disciplinarias” se
relaciona no sólo con la llamada historia de las ideas; la función de la teoría historiográfica
referida a los procesos de construcción, organización y significación del conocimiento
estructura a nivel colectivo e institucional las más diversas formas de las que dispone una
sociedadparaestudiarseyparapensarseasímisma.
Ante los horizontes del conocimiento académico y no académico, la existencia de una
diferenciación poco precisa entre historia de la cultura, historia cultural, historiografía
cultural, y aun estudios culturales, señala desde luego que las maneras en que éstas se
han enfocado teóricamente en distintos momentos, se han transformado. Eso plantea
preguntas concretas acerca de lo que un determinado enfoque significa para el momento
de la significación; acerca de las tradiciones disciplinarias y teóricas que influyen en los
distintosenfoques;acercadecómo seproblematizaelestudiode loculturaly elespacioque
ocupa lavisiónde la culturaen una sociedad determinada. También indaga en torno a las
relaciones entabladas en y desdelacultura:entérminostemáticos,encuantoalaformade
organizar y estructurar el conocimiento, con respecto a lo que caracteriza este
conocimiento, y considerando las posibilidades que tiene para producir sentido, su
potencial simbólico,ylasfunciones socioculturalesquedesempeña,entreotras.
En los debates delasúltimasdécadashansidomás que nada los estudios culturales los que
aspiran a un universoquesedistingacualitativamentedelqueabarcanlasinvestigacionesde
los estudios históricos relacionados con la cultura. Ante la continua modificación de los
conceptos de cultura y de las nociones acerca de su estudio, las corrientes más recientes
ceden un espacio amplio y abierto a incursiones en los mundos de actores cada vez más
diferenciados, con enfoques transdisciplinarios por un lado, y con resultados fragmentados
por el otro. No pocos estudiosos responden de esta manera a la fragmentación
sociocultural actual, buscando y encontrando maneras de identificarse con historias más
cercanasa su propia experiencia.Lareflexión teórica en torno aestos fenómenosengran
medidaestareapendiente.
Percepciónyautorreflexiónenlaculturadelconocimiento
El espacio donde el pensamiento teórico de la historiografía crítica problematiza sus
condiciones y posibilidades particulares en relación con el horizonte cultural, y se convierte
así en su propio objeto de estudio, permite reflexionar en torno a las distintas posibilidades
depensary de pensarse culturalmente: lo que en ciertosmomentos se ve comocultura,en
otros forma parte de ámbitos distintos (desde “civilización” hasta “culturas” -en plural-
llamadas “bárbaras”, “salvajes”, “primitivas”, “autóctonas” etcétera, y vistas como culturas
de “los otros”). Eso permite estudiar la importancia que estas diferencias tienenparauna
sociedad, un grupo, una época; en relación con la estructura de los saberes, lasépocas se
pueden determinaryanalizar por cómo sepiensa una sociedad en unmomento dado en
comparación con la sociedaddeotra época.De aquí derivan elementos indispensables para
pensarse culturalmente e identificarse; una enorme relevancia tienen también aquellos
elementos que son excluidos porque no parecen ser importantes, porque son vistos como
característicosdeotrosgruposy,ante todo,porquenosequiereserdedeterminadamanera.
Y termina uno por preguntarse desde la historiografía ¿Qué tipo de conocimiento se
relaciona con qué tipo de reflexión teórica?Un problemamuy importante es cómo evaluar,
racionalmente y desde la autorreflexión de la teoría, una serie de fenómenos,
representaciones y sobre todo experiencias colectivas que no se someten a la explicación
racional; es más, donde la racionalización cognitiva elimina parte de las características
fundamentales de estas experiencias, y más que nada, la posibilidad de identificarse, a
partir de los conocimientos obtenidos, con el significado de estas experiencias. Sobre todo
experiencias colectivas social y culturalmente traumáticas parecen resistirse a la
racionalización, por lo que la autorreflexión en tomo a las condiciones del pensamiento
históricoresultaráfundamental.
Volvamos a la importancia del análisis de los propios debates, originados desde lugares
sociales e imaginarios, desde representaciones y formas de explicación e interpretación
diversas, y evidentemente distintas entre sí. Y volvamos a replantear la problemática que
surgedelarelaciónentreelespaciodelaexperienciayelhorizontedeexpectativas:delo que
se alcanza a pensar y reflexionar, y de lo que queda fuera; de lo que pierde o gana
importanciayrelevancia,de loqueparecetenersentidoy loqueno. Porejemplo:¿cómo es
que parte de esos debates interdisciplinarios se han percibido como pensamiento
posmoderno y relativista? Sin entrar aquí al debate en torno a la modernidad y la
posmodernidad, es importanteanalizarhastaquégradolaimpresiónolaevaluaciónde unay
otra influyen sobre la recepción del conocimiento construido en los distintos horizontesdel
pensamientohistórico.
Esas percepciones son pertinentes en los debates teóricos desde el momento en que
persiste la idea, propia del horizonte moderno, de que no puede haber pensamiento
crítico, reflexivo, analítico, de que no puede haber conocimiento académico si no es en
términos de esta modernidad. Por su parte, las rupturas con las tradiciones disciplinarias
parecen enfocarse más hacia una idea de posmodernidad. En otras palabras: la
importancia de la modernidad para el quehacer académico, en una disciplina como la
historia, para el conocimiento histórico y la comprensión que se tiene en la disciplina
sobre la disciplina, quizás apenas ahora se puede entender en todas sus dimensiones,
ahora que aquella modernidad se ha multiplicado y relativizada a lo largo ya de varias
décadas.
Paraunahistoriografía culturalautorreflexiva importa,ante todo,elconjuntode los debates
en tanto manifestaciones culturales: de la cultura del conocimiento, de su construcción y
trasmisión en una sociedad que tiene determinadas ideas acerca de su validez y
pertinencia.Y como comportamiento cultural, todasestasmanifestacionesinfluyen, aun
sin quesereflexionecríticamenteentorno aellas, de maneraclaray contundente en los
procesos de construcción, transmisión y recepción del conocimiento histórico,tantoteórico
comodisciplinario,tantoacadémicocomoextraacadémico.
Enestepunto se inscriben las largasyvariadasdiscusionesacercade lasdistintas formas en
que se ha visto y se sigue viendo la historia como expresión cultural occidental, y sus
relaciones con otras culturas. Ambas, tanto culturas como relaciones interculturales, se
encuentran en continuo movimiento, sus funciones cambian a lo largo del tiempo y en
funciónde diferentes visiones delmundo, intereses, expectativas etcétera. Se inscriben aquí
los debates acerca de la autocomprensión de la historia como arte o como ciencia, que se
orientaba porparámetros que dependíande la oposiciónarte-ciencia. En ciertos momentos,
la identidad disciplinaria de la historia se regulaba por las confrontaciones, choques y
acercamientos a los paradigmasde las cienciasduras,y aúnen la actualidad oscila entre las
ciencias sociales y las humanidades, cuandodehechoparticipa y forma partedeambas.
Entérminosculturales,esonopuedeserúnicamenteunobjetodeestudiopara lahistoria de
la disciplina. Los debates requieren, sin duda, de la atención y la participación de
historiadores críticos, autorreflexivos y con una visión multidisciplinaria, ya que de sus
premisas y decisiones temporalmente aceptadas depende en gran medida el tipo de
conocimientoqueconstruyelahistoria,ademásdelavaloraciónsocialdelossignificados que
establecen losestudios historiográficos. Loquemeparecenotorio, comoparte de la cultura
historiográfica en la que estamos inmersos y en la que estamos debatiendo, es que las
reflexiones teóricas apuntan, pese a una significativa resistencia, hacia lo incierto de la
disciplina,enunaredmúltipledeexperienciasysobretododeexpectativas.
Actividades
Eneltercertrimestrelosalumnostienenquehaberadquiridoyalacapacidaddeorganizarlas
lecturas,losplanteamientos,yeldesarrollodelasactividades,enfuncióndeunaestructurade
procesosdeinvestigaciónquepermitarealizarelconjuntodetareasdelasdistintasUEA.Conel
fin de aportar los comentarios y una retroalimentación óptima, es fundamental que todos
entreguenenlafechaindicada.Sólosepermitenexcepcionesporrazonesextraordinarias.
Actividad1.RevisióngeneraldelCuaderno
Entrega:18demayo(miércoles2ªsemana)
Lea cuidadosamente el Cuaderno y explique brevemente las principales dimensiones
desarrolladas,argumentandoadetalle surelevancia.Sitienealgunaduda,planteeclaramente
enquéconsisteycómopiensarresolverla.
Extensión:3cuartillas.
Actividad2.Autorylector
Entrega:3dejunio(viernes4ªsemana)
Estaactividadsedivideendospartes:a)distingayexpliquecómoentiendenla figuradeautor
Barthes y Foucault, considerando la tradición intelectual de cada uno, las funciones de
“autor”, y su relación con el texto; b) reflexione en torno a la historicidad de la lectura
como proceso: pueden existir aspectos como conservación, ruptura, tradiciones,
multiplicación, innovación, canon, diferentes soportes materiales, entre otros;piensecómo
semodifican las prácticas de lectura; y relacione la complejidad de la historicidad de los
distintoselementosconunprimerplanteamientos sobre recepción(larecepciónsedesarrolla
enelsiguienteejede trabajo).
Extensión:6cuartillas.
Lecturas:
Barthes,Roland,“TheDeathoftheAuthor”(Lamuertedelautor),enImage-Music-Text,NuevaYork,Hill&Wang 1999 (21a ed.), pp. 142-148. (1a edición en francés 1960;para la ed.en español, cf:http://www.cubaliteraria.cu/revista/laletradelescriba/n51/articulo-4.html
Foucault,Michel,¿Quéesunautor?,México,UniversidadAutónomadeTlaxcala,1985.
Chartier, Roger, Las revoluciones de la cultura escrita. Diálogo e intervenciones. Barcelona, EditorialGedisa, 2000. Capítulos “La lectura”, “La biblioteca”, “Lo numérico”, y “¿Muerte otransfiguracióndellector?”,pp.61-119.
Cavallo,Guglielmo,RogerChartier (dirs.),Historiade la lecturaenelmundo occidental. “introducción”por Guglielmo Cavallo y Roger Chartier, pp. 11-53; y “Leer por leer: un porvenir para lalectura”,porArmandoPetrucci,pp. 519-549.
Lecturaadicionalrecomendada:
Chartier, Roger, “Quinta Jornada. La revolución del texto electrónico”, en Cultura escrita, literatura ehistoria. Conversaciones con Roger Chartier. México, FCE,1999.pp.195-225.
Actividad3.Hermenéuticayrecepción
Entrega:24dejunio(viernes7ªsemana)
La hermenéutica de tipo filológico, psicológico etc. se orienta por la pregunta “qué quiso
decir el autor”, mientras que la hermenéutica gadameriana responde a preguntas como
“cuálessonlasposibilidadesdecomprensión”,“cómosellegaaunacuerdoconrespecto a la
propuesta de un texto y la historicidad de las preguntas que orienten las lecturas”, entre
otras.
Estaactividadsedivideentrespartes:
a) realice un resumende los capítulos deVerdad ymétododeHansGeorgGadamer,
vol. 1:Capítulo 9, “La historicidad de la comprensión como principio hermenéutico”;
yCapítulo11.3,“Laprimacíahermenéuticade lapregunta”;
b) explique las diferencias entre los dos tipos de hermenéuticamencionados,apartir
deun ejemplodeinvestigaciónhistórica/historiográfica;
c)apartirdelarevisióndelosprincipalespostuladosdeJaussacercadelarecepciónen
la teoría literaria, haga una propuesta para una recepción en el campo de la
historiografía,yargumentesupertinencia.
Extensióndeltotaldelas3partesa),b)yc):8-10cuartillas.
Lecturasobligatorias:
Gadamer,Hans-Georg,Verdad ymétodo, Salamanca, Ediciones Sígueme, 1993, vol. 1. Capítulo 9, “Lahistoricidad de la comprensión como principio hermenéutico”, pp. 331-377; y Capítulo 11.3,“Laprimacíahermenéuticade lapregunta”,pp.439-458.
Ricoeur, Paul. Ensayos de hermenéutica II. Ed. FCE. México. “La función hermenéutica deldistanciamiento” (pp. 95-110). NOTA: Este texto ya se leyó el trimestre pasado,porloquesetratadeunarelectura.
Jauss,Hans-Robert.“Historiade la literaturacomoprovocaciónpara laciencia literaria”,enRall,Dieter(edit.),Enbuscadeltexto.Teoríadelarecepciónliteraria,México,UNAM,1987.pp.55-58.
Starobinski,Jean.“Undesafíoalateoríaliteraria”,enRall,Dieter(edit.),Enbuscadeltexto.Teoríadelarecepciónliteraria,México,UNAM,1987.pp.211-220.
Actividad4.Enfoquesytransformaciones:losgiros
Entrega:19dejulio(martesdela11ªsemana)
En un ensayo, cada alumno planteará desde su propia historicidad (entendida no como
experiencia individual sino como horizonte disciplinar y socio-cultural) lo que considera las
principalesaportacionesdelconjuntodelosllamadosgiros,enelmarcodeloqueJörnRüsen
llama“culturahistórica”.Serecomienda,en laescrituradelensayo,unenfoquereflexivoque
muestrelacapacidaddeconceptualizaryargumentarteóricamentelosplanteamientos.
Extensión:de6a8cuartillas
Lecturas:
Mendiola, Alfonso. “El giro historiográfico: la observación de observaciones del pasado”,HistoriayGrafía,UIA,núm15,2000.pp.181-208.
Michael, Werner, y Bénédicte Zimmermann. “Beyond comparison: Histoire croisée and thechallenge of reflexivity”, en History and Theory, Vol. 45, núm 1 2006,pp.30-50.
Rüsen,Jörn,“¿Quéeslaculturahistórica?Reflexionessobreunanuevamaneradeabordarlahistoria”,Trad.de F. SánchezCostae Ib Schumacher,original enalemánenFüssmann,K.,Grütter,H.T.,Rüsen,J.(eds.):HistorischeFaszination.Geschichtskulturheute,1994,pp.3-26.
Rüsen,Jörn. “How to overcome ethnocentrism: approaches to a culture of recognitionby history inthe twenty-first Century”, enHistory and Theory, ThemeIssue43,núm.4,December2004,pp.118-129.
Librosdeapoyo:
Burke,Peter,Formasdehistoriacultural,Madrid,AlianzaEditorial,1999.
Jerónimo, Saúl, Danna Levin y Columba González (coords.), Horizontes y códigos culturales de lahistoriografía,México,UAM,2008.
Rüsen,Jörn,Tiempoenruptura,México,UAM.Azcapotzalco,2014.
Bibliografíageneral
La bibliografía seleccionada representa los principales ejes de discusión de este Cuaderno de
Posgrado;supresenciaes notable sobre todo en tres ámbitos de los debates: la autorreflexión en
tomoalascondicionesyposibilidadesdelpensamientoydelquehacer históricos, incluyendodiversos
análisis sobre historiografía, realizados en el ámbito de lo teórico; los estudios interculturales y los
que plantean estas relaciones interculturales a nivel teórico; y trabajos con un enfoque
multidisciplinarioqueatiendenlaproblemáticade realizar comparaciones entre estudios provenientes
dediferentestradiciones disciplinarias.
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