337

Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

  • Upload
    buinhu

  • View
    217

  • Download
    0

Embed Size (px)

Citation preview

Page 1: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en
Page 2: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en
Page 3: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en
Page 4: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas deHistoria en Llerena

Page 5: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Jornadas de Historia en Llerena (5ª. 22 y 23 de octubre de 2004. Llerena)

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena / [coordinación Felipe Lorenzanade la Puente, Francisco J. Mateos Ascacibar]. -- Llerena : Sociedad Extremeña deHistoria, 2003. -- 336 p. : il.I.S.B.N.: 84-609-4105-1

1. Llerena (Badajoz) - Historia - Congresos y asambleas I. Lorenzana de la Puente,Felipe, coord. II. Mateos Ascacibar, Francisco J., coord. III. Título.

946.222.21 Llerena(063)

La Sociedad Extremeña de Historia expresa su agradecimiento a cuantas instituciones,empresas y particulares han hecho posible, con su colaboración, la celebración de las V Jornadas de

Historia en Llerena.

Page 6: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

ACTAS DE LAS V JORNADAS DE HISTORIA ENLLERENA

SOCIEDAD EXTREMEÑA DE HISTORIA

Llerena, 2004

Page 7: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

6

V JORNADAS DE HISTORIA EN LLERENALlerena, 22 y 23 de octubre de 2004

ORGANIZACIÓNSOCIEDAD EXTREMEÑA DE HISTORIA

COMISIÓN CIENTÍFICAJosé Manuel Aznar Grasa (IES Fernando Robina, Llerena)Manuel del Barco Cantero (Universidad Popular de Llerena)Luis Garraín Villa (Cronista Oficial de Llerena)Alfonso Gutiérrez Barba (IES Fernando Robina, Llerena)Félix Iñesta Mena (IES Cieza de León, Llerena)Felipe Lorenzana de la Puente (IES Alba Plata, Fuente de Cantos)Francisco J. Mateos Ascacíbar (Archivo Municipal de Llerena)Rogelio Segovia Sopo (IES Ramón Carande, Jerez de los Caballeros)

PATROCINIOJUNTA DE EXTREMADURA. PRESIDENCIA DE LA JUNTACentro de Profesores y Recursos de AzuagaDiputación de BadajozAyuntamiento de LlerenaCentro de Iniciativas Turísticas de LlerenaCaja de BadajozCaja Rural de ExtremaduraCaja de Extremadura

COLABORACIÓNUniversidad Popular de LlerenaOficina de Turismo de LlerenaImprenta Grandizo

ACTAS

EDICIÓNSociedad Extremeña de HistoriaPlaza de España, 106900 LLERENA (Badajoz)www.jornadasdehistoriaenllerena.comLlerena, 2004

COORDINACIÓNFelipe Lorenzana de la PuenteFrancisco J. Mateos Ascacíbar

© De la presente edición: Sociedad Extremeña de Historia© De los textos e imágenes: los autoresI.S.B.N.: 84-609-4105-1Depósito Legal: BA- 97/05

Diseño de la portada: María del Mar Gragera RodríguezTraducciones: Antonio Lemus Muro

Maquetación, impresión y distribución:Imprenta GrandizoC/ Santiago, 25. 06900 LLERENA (Badajoz)Tfno. 924870077

Page 8: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

7

ÍNDICE

PONENCIAS

La guerra en la Historia Moderna: la Revolución Militar y la trayectoria de EspañaIrving A.A. Thompson ..........................................................................................................................................................................................

La columna de la muerte. 1936, Badajoz bajo el terror fascistaFrancisco Espinosa Maestre............................................................................................................................................................................

Las guerras de nuestros díasFelipe Sahagún...............................................................................................................................................................................................................

COMUNICACIONES

Guerra y caballería en la Baja Edad Media castellana. Un análisis de las crónicas de la épocaMª Rosario Osorio Domínguez ..........................................................................................................................................................................

Los desastres de la guerra: la incidencia de los conflictos bélicos en la historia moderna de Brozas(desde 1640 hasta 1812)Felicísimo García Barriga ..........................................................................................................................................................................

Las Reales Fortalezas de Órdenes Militares del Partido de Llerena en el siglo XVIIIJuan de Ávila Gijón Granados ....................................................................................................................................................................

Violencia simbólica, romances de ciegos y minorías étnicas. Aportaciones al romancero llerenenseIgnacio R. Mena Cabezas .................................................................................................................................................................................

Zafra, 1936: la guerra inexistenteJosé María Lama Hernández ........................................................................................................................................................................

Apuntes para el estudio del cementerio de los italianos de Campillo de LlerenaRaúl Aguado Benítez ...........................................................................................................................................................................................

Aportaciones a la investigación sobre la Guerra Civil en Extremadura. Amor en tiempos de guerraJosé Ángel Calero Carretero y Juan Diego Carmona Barrero ................................................................................................

El vuelo de la pluma (breve meditación sobre otra España)Manuel Martín Burgueño ....................................................................................................................................................................................

Esclavos y libertos ante el tribunal de la Inquisición de Llerena en el siglo XVIRocío Periáñez Gómez ..........................................................................................................................................................................................

Propiedad y uso de la tierra bajo el señorío santiaguista. El caso de Llerena y pueblos de su entornoManuel Maldonado Fernández .........................................................................................................................................................................

Una aportación documental para el estudio de la religiosidad popular en la Llerena del siglo XVII: lacofradía de Nuestra Señora de la Soledad a través de sus reglas de 1650Salvador Hernández González .........................................................................................................................................................................

Desamortización en Llerena (1799-1851)Miguel Ángel Naranjo Sanguino ......................................................................................................................................................................

ÍND

INAU

11

27

39CO

57Las

71D. L

85Oríge

101Man

127ntro

141, y

159El ret

173El phi

185Cau

201La rib

217La

235

PAG.

Page 9: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

8

Apuntes sobre la iglesia de los jesuitas de LlerenaMaría del Mar Gragera Rodríguez ..................................................................................................................................................................

Arquitecturas del Barroco en Llerena: el Barroco mínimoPedro Triguero-Lizana Gómez ................................................................................................................................................................

El pintor Eduardo Acosta y su legado. Una visión crítica ante el centenario de su nacimientoAntonio Manuel Barragán-Lancharro ..........................................................................................................................................................

Gucemas: Eros y ThanathosJulián Ruiz Banderas .............................................................................................................................................................................................

Relación de inscritos ...........................................................................................................................................................................................

263

277

285

305

331

Page 10: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

9

Ponencias

Page 11: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en
Page 12: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004Pgs. 11 a 26

ISBN: 84-609-4105-1

LA GUERRA EN LA HISTORIA MODERNA. LA REVOLU-CIÓN MILITAR Y LA TRAYECTORIA DE ESPAÑA

I.A.A. Thompson

Keele UniversityLittle Glebe

Golf Club RoadLittle Gaddesden

Herts, HP4 1LYReino Unido

[email protected]

Page 13: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

12

Page 14: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

13

LA GUERRA EN LA HISTORIA MODERNA. LA REVOLUCIÓN MI-LITAR Y LA TRAYECTORIA DE ESPAÑA

I.A.A.Thompson

RESUMEN

La trayectoria de la Monarquía de España en la época modernamarcha junto a la historia de sus ejércitos y armadas, sus momentosclaves invariablemente señalados por algún suceso militar impor-tante. Al mismo tiempo, la cronología del orto y ocaso de la Monar-quía parece sincronizarse con la de importantes cambios en las for-mas de hacer la guerra, tanto terrestre como marítima, tanto a prin-cipios del siglo XVI como a finales del XVII, cambios que en su con-junto se engloban en el debate más reñido y de mayor envergaduraque ha tomado lugar en la historiografía de la guerra moderna, el dela llamada Revolución Militar. Sin embargo, España ha sido margi-nada en este debate y, además, se ha pasado por alto la relevanciaque tuvieron los cambios en el modo de hacer la guerra en la capaci-dad de mantener su predominio en la Europa moderna. La regla,enunciada por el calabrés Tomasso Campanella en torno a 1600,según la cual en cada época la hegemonía se apoya en su propiomodo de guerrear y, por consiguiente, de que un cambio en el modode guerrear provoca un cambio en la distribución de poder, me haservido de inspiración y de punto de partida para esta ponencia.

WAR IN EARLY-MODERN HISTORY. THE MILITARYREVOLUTION AND THE TRAJECTORY OF SPAIN

The trajectory of the Spanish Monarchy in the early-modern periodruns parallel with the history of her armies and navies, its key momentsinvariably marked by some important military event. At the sametime the chronology of Spain’s rise and decline seems to correspondwith important changes in the art of war, both on land and at sea, aswell at the start of the 16th century as at the end of the 17th. Taken asa whole those changes have given rise to the most contested andextensive debate in the historiography of early-modern warfare, thatover the so-called Military Revolution. However, not only has Spainbeen marginalised in this debate, but the relevance of those changesin warfare to Spain’s ability to maintain her predominance withinEurope has been ignored. The observation of Tomasso Campanella,

Page 15: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

I.A.A. Thompson

14

in his Monarchy of Spain (c.1600), that in every age politicalhegemony rests on a specfic mode of warfare, and the corollary, thatchanges in the mode of warfare will lead to changes in the balance ofpower, has provided the inspiration and the starting point for thisdiscussion.

El excéntrico calabrés Tomasso Campanella, en su obra La Monarchia di Spagna,dedicada al moribundo Felipe II, en el capítulo donde trata de “Las causas del imperioespañol”, escribe: “Se sabe que cuando las guerras se hicieron con lanzas y caballos,extendieron su imperio los galos, godos y longobardos, y cuando con espadas, los roma-nos. Pero cuando la astucia valió más que la fuerza, después de la invención de la im-prenta y de la pólvora, la fortuna se inclinó del lado de los españoles, hombres activos,fuertes y astutos1 ”.

La idea de que la titularidad de la hegemonía en Europa tuviese relación con un“modo de guerrear” específico, y, en consecuencia, que un cambio en el modo de gue-rrear provocara un cambio en la distribución de poder, me ha servido de inspiración y depunto de partida para este trabajo.

En relación a la Monarquía hispánica, es cierto que la cronología de su orto y ocasoparece sincronizarse con la cronología de importantes cambios en las formas de hacer laguerra, tanto terrestre como marítima, tanto a principios del siglo XVI, como a finalesdel XVII. La trayectoria de la Monarquía marcha junto a la historia de sus ejércitos yarmadas, y sus momentos claves están invariablemente señalados por algún suceso mili-tar importante. Esto no quiere decir que los acontecimientos militares sean por sí mismossuficientes para explicar la naturaleza y el ejercicio del poder, pero sí que eran el últimomedio mediante el cual aquel poder se afirmaba; en palabras del vencido de Rocroi, DonFrancisco Manuel de Melo, la guerra hace las monarquías, y las deshace2 .

Entre las significativas batallas de Pavía y Rocroi, en 1525 y 1643, la preeminenciade España en el continente dependía en no pequeña medida de la excelente reputación delos tercios españoles, y en la guerra la reputación tiene una fuerza incalculable .

Sin embargo, a finales del siglo XV, en opinión de contemporáneos como Machiavelli,e incluso en la de españoles como Alonso Fernández de Palencia (Tratado de la Perfec-ción del triunfo militar, 1459), la supremacía militar entre las principales monarquías deloeste correspondía a Francia, supremacía debida a su formidable caballería pesada, lagendarmerie, y la potencia de su enorme tren de artillería, comprobados en el paseo deCarlos VIII por Italia en 1494 y la marcha irresistible de sus fuerzas por toda la penínsulaen aras a sus pretensiones sobre la corona de Nápoles3 .

1 CAMPANELLA, Tomás, La Monarquía Hispánica, Madrid, ed. P. Mariño, 1982, p. 12.2 Cit. en KAMEN, Henry, Spain’s Road to Empire. The Making of a World Power, 1492-1763, London, 2002, p.408.3 DÍEZ DEL CORRAL, Luis, El pensamiento político europeo y la monarquía de España. De Maquiavelo a Humbold,

Madrid, Alianza, 1983, p. 155.

Page 16: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

15

La reputación militar de los soldados españoles, por su parte, era todavía bastantereciente y nada segura. En realidad, sus orígenes radican en los logros de las tropasmandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI.Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en los Molinos deAtella en 1496, el cronista de las guerras italianas de Carlos V, Paolo Giovio, afirmó quefue allí donde “Gonzalo ganó para los españoles, cuya virtud todavía no era conocida,gran honor en las cosas de la guerra”4 .

Con la reanudación de la guerra contra Francia en 1521, la reputación militar de lastropas españolas se reforzó con la espectacular victoria y el apresamiento del mismo reyFrancisco en la batalla de Pavía en febrero de 1525. Las relaciones de los embajadoresvenecianos proporcionan testimonios muy precisos de que la reputación del ejército es-pañol estaba siendo comúnmente aceptada5 .

El nuevo liderazgo que ostentaban ahora los españoles en la liga militar europea tienemúltiples explicaciones, sociales, económicas, financieras, pero más que nada, a mi modode ver, hay que relacionarlo con los cambios fundamentales habidos en el arte y la prác-tica de la guerra, que en su conjunto han sido denominados en la historiografía recientecomo La Revolución Militar. Desde el planteamiento inicial del problema del impactohistórico de los cambios en la práctica de la guerra en la época moderna por MichaelRoberts en 1955, el concepto de Revolución Militar, entendido por él como un fenómenopropio del periodo 1560-1660, derivado de las reformas introducidas en el ejército ho-landés por Mauricio de Nasao y perfeccionadas por Gustavo Adolfo de Suecia en lasdécadas posteriores a 1590, ha sido revisado, matizado y extendido cronológicamente,tanto hacia adelante como hacia atrás, concediendo, por una parte, mucha más importan-cia al largo período bajomedieval, desde el primer cuarto del siglo XIV a las primerasdécadas del XVI, esto es, hasta el fin de las guerras de Italia en 1529, y por otra parte, ya la luz de interpretaciones más recientes, a los últimos años del siglo XVII y los prime-ros del XVIII. Eso sí, antes de hablar de una revolución militar, los historiadores hanidentificado “una serie de revoluciones militares”, transformaciones progresivas einterrelacionadas, lo que Clifford Rogers ha denominado “modelo evolutivo del equili-brio interrumpido” (“punctuated equilibrium evolution”)6 .

En primer lugar, y en su fase inicial, fue una revolución en el balance táctico entrecaballería e infantería a favor de ésta, revolución que toma su punto de partida en laprimera mitad del siglo XIV, y que ha llegado a identificarse con las clásicas formaciones

4 PIERI, Piero, “Consalvo di Cordova e le origine del moderno esercito spagnolo”, Actas V Congreso de Historia de laCorona de Aragón, Zaragoza, 1954, vol. III (pp. 209-225), p. 211; por su parte, GUICCIARDINI opinaba: “soy de laopinión que hoy España vale menos en las armas que nunca”, y “parece extraño que una provincia tan grande,donde tantos hombres hay sobre las armas, haya perdido siempre en cuantas guerras ha mantenido con tantospueblos, y en tan diversas épocas”, cit. en DÍEZ DEL CORRAL, L. El pensamiento político europeo…, pp. 134 y 178.

5 ALBERÍ, E. Le relazioni degli ambasciatori veneti, Florencia 1839-1863, vol. I, pp. 59 y 302: Niccolo Tiepolo, 1532;Bernardo Navagero, 1546; Michele Suriano, 1559.

6 ROBERTS, Michael, The Military Revolution, 1550-1660, Belfast, 1956; PARKER, Geoffrey, “The Military Revolution,1550-1660 -A myth?”, Journal of Modern History, 48, 1976, pp. 195-214, y The Military Revolution. Military Innovationand the Rise of the West, 1500-1800, Cambridge, 1988; BLACK, Jeremy, A Military Revolution? Military Change andEuropean Society 1550-1800, Basingstoke, 1991; ROGERS, Clifford J. (ed.), The Military Revolution Debate. Readingson the Military Transformation of Early Modern Europe, Boulder, CO., 1995.

Page 17: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

I.A.A. Thompson

16

suizas de finales del siglo XV, masas enormes de infantes formados en bloques de milesde hombres, armados de picas de cinco metros y más de largo, capaces no sólo de resistirpasivamente la carga de la antigua caballería pesada de lanza en astillero, sino también,en base a su buena organización y disciplina, de pasar a la ofensiva y avanzar sobre elenemigo en un frente profundo de más de 100 metros de ancho. La consecuencia fue quese pasó de una época caracterizada por el dominio del caballo, el choque y el papelmeramente auxiliar del proyectil, a otra época en la que dominará la infantería, el pro-yectil tendrá un papel central y la caballería pesada de los hombres de armas pasará a unsegundo plano.

En segundo lugar, se trató de una revolución de la artillería que empieza, no con lainvención de la pólvora y los primitivos cañones de mediados del siglo XIV, sino con lanovedosa utilización de artillería gruesa en campañas terrestres en Francia, Flandes eInglaterra en la segunda y tercera décadas del siglo XV, una revolución que a mediadosde este siglo estaba más o menos completada. Consecuencia de las mejoras habidas enlas técnicas de fabricación de cañones y pólvora, la artillería alcanzaba una capacidaddestructora hasta entonces inimaginable contra las altas cortinas de los castillos medie-vales. Terminada la imbatibilidad de las defensas fijas, la defensa había de dependermenos de la seguridad de las fortalezas y confiarse más a la campaña. Incluso, a princi-pios del siglo XVI (1513), Machiavelli pensaba que un príncipe con un ejército potenteno precisaba de fortalezas7 . El resultado estratégico de las transformaciones ocurridas enel siglo XV fue, pues, dar una clara ventaja al ataque sobre la defensa e incrementarnotoriamente la frecuencia de las batallas8 .

Fue esta coyuntura la que Carlos VIII pudo aprovechar para emprender la invasión deItalia en 1494. El impacto que produjeron las tácticas de las fuerzas francesas fue total.Lo describió, en palabras muchas veces citadas, el florentino Francesco Guicciardini,testigo ocular de muchos de los acontecimientos que relata en su Historia de Italia,escrita entre 1537 y el año de su muerte, 1541. Hacía en ella hincapié tanto en la movili-dad de la artillería francesa, la rapidez en el tiro y la violencia de sus bombardeos -lo quele permitía derribar en unas horas lo que antes en Italia necesitaba de muchos días-, comoen las diferencias tácticas entre las tropas galas y las italianas. Debido a la superioridadde la caballería de los hombres de armas, la irresistible formación de los piqueros suizosa su servicio y el predominio que ejercía su enorme tren de artillería, la ventaja francesasobre sus enemigos fue aplastante en todos los aspectos de la guerra. “Así -escribeGuicciardini con llamativa exageración- el reino de Nápoles y el ducado de Milán esta-ban investidos y conquistados casi en un sólo día”9 .

En tales circunstancias, la respuesta fue inevitable y abrió una nueva fase en la histo-ria de las técnicas militares: una revolución poliorcética (“artillery fortress revolution”)para contrarrestar el efecto del bombardeo de la artillería de pólvora sobre las antiguasmurallas de los castillos, y una nueva revolución táctica que opusiese a la dominación dela pica y la formación suiza una nueva integración operativa de unidades de infantería de

7 TAYLOR, F.L. The Art of War in Italy 1494-1529, Cambridge, 1921, p. 147.8 ROGERS, Clifford J. “The Military Revolutions of the Hundred Years War”, in The Military Revolution Debate…, (pp.

55-93), p. 74.9 GUICCIARDINI, Francesco, The History of Italy, ed. S. Alexander, New York, 1969, Libro XV, p. 341.

Page 18: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

17

armas blancas y de fuego y una caballería ligera auxiliar, en una combinación flexiblecapaz de prestar a cada una un apoyo recíproco.

La revolución poliorcética que se cuajaba en los sitios de Pisa y Pavía (1500 y 1509)consistía inicialmente en la rápida construcción de líneas de defensa interna no perma-nentes hechas de tierra, bajas o sumidas, con el objetivo de reducir el blanco a los bom-barderos y absorber y difundir la fuerza del cañonazo. A partir de los años 20 del sigloesta estrategia madura con las nuevas fortificaciones abaluartadas, la “traza italiana”,que caracterizan la poliorcética de los siglos XVI y XVII, con todo su complejo de bastionesestrellados, fosos y contraescarpas, etc., diseñado para alejar todo lo posible a la artilleríasitiadora del casco central y dar a los defensores el más perfecto campo de fuego10 .

El resultado fue que se puso fin a la época (1420-1520) en que los sitiadores habíangozado de todas las facilidades para lograr sus objetivos. De nuevo, las ventajas corres-pondían a los defensores. Las guerras del siglo XVI, las de Carlos V y Felipe II, nofueron, esencialmente, guerras campales, sino guerras de sitios, sitios largos, difíciles ycostosos. En los cien años que siguieron a Pavía (1525), las batallas, en su sentido másformal, de choques frontales, no fueron frecuentes. Los combatientes trataban de reduciral enemigo más por la acción del desgaste que por la fuerza, una estrategia que el histo-riador militar italiano Piero Pieri ha denominado como “strategia logoratrice”. El com-bate típico era, por una parte, el asedio atrincherado, laborioso y continuado, y por otra,la escaramuza, la emboscada, el encuentro rápido de grupos sin grandes efectivos perocon gran capacidad para movilizarse, como los que caracterizan las acciones de las gue-rras de Flandes11 .

Lo que nos interesa de todo esto es que fueron precisamente estas formas de hacer laguerra las que los contemporáneos distinguieron como propias de las capacidades milita-res de los españoles, de su carácter y reputación; por otro lado, eran las que menos seadaptaban a las cualidades militares de su gran rival francés. La fuerza de los francesesradicaba en su caballería pesada. Los españoles tenían buenos jinetes, esto es, una caba-llería ligera adecuada a un papel auxiliar al margen de la batalla; pero su caballería pesa-da no se hallaba a la altura de la de sus enemigos en Europa, mal armada, mal montada ypeor ejercitada. La reputación militar de los españoles descansaba en su infantería, yparticularmente en las calidades físicas y morales de estas tropas12 . Coinciden todos los

10 HALE, J.R. “The Early Development of the Bastion: An Italian Chronology c.1450-c.1534”, en HALE, J., HIGHFIELD,R. y SMALLEY, B. (eds.) Europe in the Late Middle Ages, London, 1965, pp. 466-494; HALE, J.R. RenaissanceFortification. Art or Engineering?, London, 1977.

11 PARKER, Geoffrey, The Army of Flanders and the Spanish Road,1567-1659, Cambridge, 1972, pp. 5-21.12 Philippe DE COMMINES, escribía entre 1489-1498: “era de saber que toda la nobleza y honra de Francia está en los

hombres de armas y caballería, como la de España en la infantería” (en VIGÓN, Jorge, El ejército de los ReyesCatólicos, Madrid, 1968, p. 127). Un juicio sobre la ineptitud de los hombres de armas españoles, en TAYLOR, F.L.The Art of War in Italy, p. 64, juicio casi universal, por lo menos hasta finales del siglo siguiente; también, DÍEZ DELCORRAL, L . El pensamiento político europeo…, p. 161; GARCÍA MERCADAL, J . Viajes de Extranjeros por Españay Portugal, Madrid, 1952, vol. I, p. 607: Vicente Quirini, “Relación de su visita a Castilla” (1505), p. 620; FrancescoGuicciardini, “Relación de España” (1512-13), p. 900; Gaspar Contarini: “Relación de su estancia en España” (1525);Pietro Gritti, “Relazione di Spagna” (1615-19); BAROZZI, N. y BERCHET, G. Relazioni degli stati europei, Venecia,1856, serie I: Spagna, vol. I, p. 525: “La cavalleria di Spagna ... nè per l’esperienza nè per la qualità dei cavallivengono stimati di molta considerazione.” Sir Charles CORNWALLIS, “The State of Spain” (1608), en Somers Tracts,London, 1810, vol. III (pp. 304-315), p. 307: “The cavalrey of Spaine consisteth of five thousand in ordinary pay,armed lightly with launce and targett; who, as well in regard of their little experience and practise, as the quality oftheir horses, which are weak and of little worth, are of no great accompt”.

Page 19: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

I.A.A. Thompson

18

comentaristas coetáneos en que los soldados españoles disponían de las mejores condi-ciones para dominar las nuevas formas de entender la guerra; los califican como discipli-nados, sobrios, resolutos, pacientes y sufridos, aptos sobre todo para las emboscadas, losasedios, la defensa de desfiladeros y para cubrir las retiradas. Francesco Guicciardini,aún escribiendo en un momento en que el ejército español todavía no había completadosu transición táctica, decía de los españoles: “la infantería, principalmente la de Castilla,goza de gran reputación, y es considerada como excelente, creyéndose que en la defensay asedio de las plazas en que tanto valen la destreza y la agilidad del cuerpo, supera atodas”13 . Cien años más tarde, el análisis (o el estereotipo) se mantenía inalterabe: “Elfrancés es superior y más a propósito a caballo, el español en pie; aquél vale para elasalto, éste para la retirada”, escribía el británico James Howell, en sus Instrucciónespara el viajar en el extranjero de 164214 .

No hay que asombrarse, pues, de que los españoles se mostrasen capaces de respon-der al desafío militar francés con unas innovaciones tácticas que establecerían la supre-macía técnica de sus ejércitos durante más de una centuria. El anticuado ejército queluchó en Nápoles y fue derrotado en 1495 en la batalla de Seminara por los suizos alservicio de Carlos VIII fue transformado por su jefe, el Gran Capitán, Gonzalo de Córdo-ba, adaptando a las experiencias castellanas de la Reconquista el modelo suizo, que yahabía sido importado a España por los Reyes Católicos y aplicado al ejército de Rosellónen las campañas de 1496 y 149715 , para crear de esta forma una fuerza que integraba lapica, el arcabuz y el jinete en una combinación novedosa que permitía a los arcabuceros,bajo la protección de las picas, romper la ofensiva de la caballería enemiga y los escua-drones de su infantería y facilitar el contraataque de sus propios piqueros, apoyado porcontingentes de jinetes suficientes para alejar los refuerzos enemigos y seguir a los fugi-tivos; es lo que Piero Pieri ha denominado “il principio difensivo-controffensivo”. EnCerignola, en 1503, en una acción trascendental, los arcabuceros españoles, protegidospor los accidentes naturales del terreno tanto como por las obras defensivas hechas apropósito, rechazaron a los hombres de armas franceses y a los piqueros suizos que lesatacaban. Aquí, en palabras de Pieri, “non solo due eserciti, ma due concezioni tattichesono di frente: l’azione risolutiva all’arma bianca, e l’azione distruttiva, piu lenta, studiata,economica, dall’arma da fuoco”16 .

13 “Relación de España (1512-13)”, en GARCÍA MERCADAL, J. Viajes de Extranjeros…, vol. I, pp. 613 y 1140; MiguelSURIANO, en su “Relación de España” (1559), opina: “La Infantería española, por su circunspección y la pacienciacon que soporta las fatigas, se pliega fácilmente a las leyes de la disciplina; sobrepasa a todas las demás cuando setrata de armar una emboscada, de defender un desfiladero, de hacer una retirada, de sostener un asedio”.

14 HOWELL, James, Instructions for Forrein Travel, London, 1642, p. 32; PLATTER, Thomas (1599): “No other nation sowell endures thirst, hunger, or heat, and this is what makes them such good soldiers. Skilful in skirmishes, cautiousin combat, agile in scaling walls, because of their slender stature, they are as prompt to attack as to retreat. But theirinfantry is superior to their cavalry, despite the fact that the latter have horses so fine and so fleet that they are calledthe sons of the wind.” (en su obra Journal of a Younger Brother, ed. S. Jennett, London, 1963, p. 228); SPEED, J. TheDescription of Spain, London, 1631: “To this day it breeds good Soldiers, slow but sure, and successfull in theirConquests. Yet such as prevaile more by art than valour. Their continuall scarcitie of victualls inureth them to hungerand other hardnesse, which oft-times wearieth out their enemie, and makes him yield at least to their patience, if notto their strength”.

15 DÍEZ DEL CORRAL, L . El pensamiento político europeo…, p. 162; QUATREFAGES, René, La Revolución militarmoderna. El crisol español, Madrid, 1996; ALBI DE LA CUESTA, J . De Pavía a Rocroi. Los Tercios de infanteríaespañola en los siglos XVI y XVII, Madrid, 1999, p. 13.

16 PIERI, P. “Consalvo di Cordova…”, p. 217; DÍEZ DEL CORRAL, L . El pensamiento político europeo…, pp. 208-210.

Page 20: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

19

La gran contribución de los españoles fue, en primer lugar, y siguiendo a Albi de laCuesta, “una percepción extraordinariamente precoz de la importancia de las armas defuego” portátiles, como la escopeta, el arcabuz y más tarde el mosquete, así como laprioridad que les concedían en sus formaciones17 ; en segundo lugar, lo que Alonso Baquerha llamado “esa revolucionaria coordinación de picas y arcabuces”, una coordinaciónque no era simplemente de armas, sino también de naciones: “la formación de piquerosalemanes junto a arcabuceros españoles”, tan característica de los ejércitos de losAustrias18 . Los españoles fueron los primeros en emplear masivamente las armas defuego, y desde los años iniciales del siglo XVI la proporción de armas de fuego entre lastropas españolas era del doble que entre los franceses, suizos y alemanes. Aunque en elcurso de las guerras italianas los contingentes de arcabuceros se habían generalizado ymultiplicado en todos los ejércitos, los españoles nunca perdieron su hegemonía en laposesión y uso de este armamento. Ésta era una de las ventajas que obtenía el emperadorde la multiplicidad de sus dominios, lo cual le permitía acceder a las mejores tradicionesmilitares de cada uno de los pueblos de sus reinos y explotarlas con la máxima eficacia,dejando, por ejemplo, a los lansquenetes alemanes luchar con la pica, en el manejo de lacual eran grandes especialistas, y a los españoles con el arcabuz. En Flandes, a finales desiglo, el 63% de los españoles estaban armados con arcabuces y mosquetes, y el 77% delos alemanes con picas; las dos terceras partes de los piqueros coseletes de las primerasfilas del ejército eran alemanes19 .

Sin embargo, la supremacía de los tercios españoles no era sólo una cuestión de inno-vaciones tácticas, sino también de moral. Al respecto, uno de los más significativos co-mentarios sobre el ejército español corresponde al soldado galés Sir Roger Williams, ensu A Briefe discourse of Warre de 1590. Williams conocía de primera mano tanto alejército español de los Países Bajos como a sus enemigos, y su discurso nos proporciona,así, una visión imparcial y fiable de las calidades militares del primero, cuya reputaciónse hallaba entonces en su plenitud. Para Williams, el español tenía que ser el modelo detodo ejército europeo por su disciplina, su espíritu de camaradería y su profesionalidad:“De veras, no he visto ejército que supera al del Duque de Parma en su disciplina y buenorden”20 .

Lo que más impresionó a Williams fue la perfección del sistema militar español, elhecho de tratar la guerra como una disciplina científica, psicológica y social, elplaneamiento cuidadoso de sus acciones por los generales, la preparación minuciosa delos asedios, el entrenamiento exhaustivo de las tropas por oficiales experimentados. Endefinitiva, lo que alababa Williams era una profesionalidad novedosa que había trasfor-mado al guerrero de la Reconquista en el militar disciplinado del Seiscientos, que actua-ba al servicio de una entidad, cuya principal virtud no era el valor individual sino la

17 ALBI DE LA CUESTA, J . De Pavía a Rocroi…, p. 13.18 Cit. en GONZÁLEZ CASTRILLO, R. El Arte militar en la España del siglo XVI, Madrid, 2000, p. 163, nota 10.19 PARKER, G. The Army of Flanders…, p. 277.20 “What makes the Spaniards discipline to be so famous as it is? their good order ... to speake troth, no Armie that I

ever saw, passes that of Duke de Parma for discipline & good order”, en EVANS, J. (ed.), The Works of Sir RogerWilliams, Oxford, 1972, p. 14.

Page 21: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

I.A.A. Thompson

20

obediencia al mando de sus superiores, y cuyo honor descansaba en las acciones colecti-vas y en la solidaridad como miembro del grupo. Lo que describía Williams era unainstitución que contenía todas las características esenciales del espíritu militar basado enlos principios de subordinación jerárquica, disciplina e integración, espíritu frecuente-mente considerado como elemento clave para entender el concepto de Revolución Militar.

Además, está claro que -gracias a la adopción del mosquete, la labor mecánica ycontinuada de los tiradores21 , la flexibilidad de la unidad táctica, el papel innovador de lacaballería ligera y la correcta ejecución de la poliorcética- Williams situaba al ejércitoespañol al frente de algunos de los avances técnicos y tácticos que han sido consideradoscomo el corazón de esta misma Revolución Militar. Tal y como insistió en su día Parkery más recientemente Fernando González de León, el ejército español estuvo lejos de serel dinosaurio anticuado que pareció haber sugerido la tesis de Michael Roberts22 . Loscomentarios de Williams no dejan lugar a dudas sobre la capacidad de los españoles deadaptarse a las novedades, que en absoluto está por debajo de la que hacían gala losholandeses, y que se evidencia en la rápida transformación, en unos 20 ó 30 años, de lacomposición táctica de los Tercios: de ser una fuerza que a comienzos de las guerras deFlandes estaba compuesta principalmente de piqueros, se convierte en otra caracterizadapor las armas de fuego a finales del reinado de Felipe II, y dentro de éstas casi se va atriplicar la proporción de mosqueteros. En sus inicios, un tercio se componía general-mente de tres partes de piqueros y una de arcabuceros; en 1603, las nuevas Ordenanzasredujeron el porcentaje de piqueros en cada compañía al 35%, y aumentaron el numerode arcabuceros y mosqueteros al 45 y 20% respectivamente. Estas proporciones regla-mentarias se aplican perfectamente a la composición real de los Tercios de Flandes, don-de, en la muestra general de marzo de 1601, el porcentaje de armas de fuego fue por lomenos igual al alcanzado por el ejército holandés cuando culminó su reforma a finalesdel siglo XVI; fuera de Flandes, en otros escenarios de guerra, la evolución hacia elproyectil fue aún más notoria23 .

No se puede dudar, pues, que los españoles se habían colocado a la vanguardia de loscambios militares del siglo XVI. Lo que Roberts entendió como una revolución táctica yestratégica, antes que una novedad promovida por militares holandeses y suecos en lasdécadas posteriores a 1590, era esencialmente una continuación de los avances que sevenían aplicando desde hacía bastante tiempo en los ejércitos de España.

Una continuación, sí; pero, por supuesto, también una extensión. El XVII llevaríamás adelante las innovaciones del siglo XVI, si bien modificando el sistema español yprovocando cambios importantes en la práctica de la guerra. En primer lugar, la pica

21 Véase la descripción que hace BRANTÔME de los arcabuceros españoles, acostumbrados “a girar en redondo, adar vuelta a uno u otro lado, ora aquí, ora allá, todo ello con la mayor rapidez ... sin la menor orden de mando”, cit.en ARCÓN DOMÍNGUEZ, José Luis, “De la Pica al Mosquete: la nueva naturaleza del combate”, en La OrganizaciónMilitar en los Siglos XV y XVI. Actas de las II Jornadas de Historia Militar, Málaga, 1993 (pp. 353-359), p. 357;también, ALBI DE LA CUESTA, J . De Pavía a Rocroi…, p. 91.

22 PARKER, G. “The Military Revolution…”; GONZÁLEZ DE LEÓN, F. The Road to Rocroi: The Duke of Alba, the CountDuke of Olivares and the High Command of the Spanish Army of Flanders in the Eighty Years War, UMI, Ann Arbor,Michigan, 1992.

23 PARKER, G. The Army of Flanders…, p. 277.

Page 22: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

21

continuaba su declive; mientras que en 1586 Martín de Eguiluz todavía podía considerarla pica “señora y reyna de las armas, y la más noble de esta era”24 , en sus memorias de laGuerra de Treinta Años, Sir James Turner notó “un desprecio de la pica tan general queno lo pude admirar bastante”25 . La pica parece haber vuelto a ser simplemente un armadefensiva. Como explica Don Bernardino de Mendoza en su Teórica y Práctica de Gue-rra de 1595, “la mayor parte de victorias que se ganan en estos tiempos es habiéndoseconseguido con la artillería o presteza de la arcabucería por las vivas ruizadas, desorde-nando los esquadrones del enemigo, sin haber visto ya afrontarse sino raras veces losesquadrones de picas”26 . “Derribar a un piquero que se pudo perdonar, es asesinar a uninocente”, dijo en broma el alemán Grimmelshausen en 1670, “porque el piquero nohace daño a nadie quien no se eche voluntariamente sobre su punta”27 . Finalmente, conla introducción de la bayoneta enchufada desde mediados del siglo y de la bayoneta anilladadesde los años 80, la pica cayó en principios del siglo XVIII en un desuso casi total28 .

El segundo cambio de importancia, también comentado por Turner, fue la restaura-ción del papel decisivo de la caballería en la batalla: “Las guerras furiosas que comenza-ron en la Cristiandad en el año de Nuestro Señor de 1618 -escribe- invertieron muchasbuenas y antiguas costumbres y constituciones, y entre otros cambios introducían Regi-mientos de caballería, y en tanto número que en muchos ejércitos había casi tantos regi-mientos de caballos como de infantes; de veras, yo he visto en más de un ejército haberun mayor número de regimientos de caballería que de infantería”29 . En pleno siglo XVI,la caballería se había reducido a ser una arma secundaria, suponía hasta el 10% delejército y era empleada, como apuntó Diego de Salazar en su Tratado de re militari de1536, no para cargar contra el enemigo, sino con una función auxiliar de reconocimiento,para adivinar y frustrar la logística enemiga y perseguir a quienes se batían en retirada30 .Aún en el ejército francés, la caballería, que era el 50% del ejército de Carlos VIII en1495, en las últimas guerras de Italia había decaído hasta el 10%31 . No obstante, en lasbatallas principales de la Guerra de Treinta Años, la caballería, armada con espada ypistola o carabina, formaba el tercio, la mitad y a veces la mayor parte de todas lasfuerzas presentes. En la batalla de Yankau, en marzo de 1645, la proporción de caballossobrepasó el 60%32 . Desde la batalla de Lutzen, en 1632, hasta la Guerra de Sucesión, lasbatallas se ganaban, no por la aplicación de la infantería en posiciones centrales, sino porla caballería, atacando a los flancos y la retaguardia, de lo que pudieron dar fe los espa-ñoles en Rocroi, en Lens y en Las Dunas33 . La reactivación de la caballería, el aumento

24 ESPINO LÓPEZ, Antonio, Guerra y Cultura en la época moderna, Madrid, 2001, p. 49.25 Sir James TURNER, Pallas Armata: military essays of the ancient Grecian, Roman and modern art of war, London,

1683, p. 177.26 ESPINO, A. Guerra y Cultura…, p. 219.27 DELBRÜCK, Hans, History of the Art of War, vol. IV: The Dawn of Modern Warfare, Lincoln, Neb., 1985, p. 269.28 CHANDLER, David, The Art of Warfare in the Age of Marlborough, London, 1976, p. 83.29 TURNER, J . Pallas Armata…, p. 232.30 ESPINO, A. Guerra y Cultura…, p. 33.31 LYNN, John A. Giant of the Grand Siecle. The French Army 1610-1715, Cambridge, 1997, p. 528; CHILDS, John,

Warfare in the Seventeenth Century, London, 2001, p. 157.32 DELBRÜCK, H. The Dawn of Modern Warfare…, p. 215.33 Francisco Manuel DE MELO, Política Militar en avisos de generales (1638), Col. Cisneros, nº 81, Madrid 1944, cap.

XXXVI, p. 156: “la caballería ... cuya fuerza o debilidad es que de ordinario gana o pierde las batallas campales”;DODGE, T.A Gustavus Adolphus. A History of the Art of War (1895), New York, 1998, pp. 454-455, 516, 562 y 564-465.

Page 23: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

I.A.A. Thompson

22

de las armas de fuego y el declive de la pica estaban estrechamente relacionados. Sepodía proteger a un mayor número de arcabuceros y mosqueteros por la más móvil ypolifacética caballería ligera que por una pica de limitado alcance y máximo estorbo alcampo de fuego, del abrigo de la cual el tirador no osaba alejarse. La caballería, pues,permitía a la arcabucería y a la mosquetería, ya liberadas de una función esencialmenteestática y defensiva, tomar un papel más ofensivo en la batalla.

El tercer cambio importante era la mayor linealidad, o frontalidad, de las formacionescampales y la reducción del personal de las unidades tácticas. Los Tercios clásicos, aun-que ahora más reducidos, fueron tres veces mayores que los nuevos batallones de 800hombres, formados por compañías de 50 ó 60 soldados. “Nunca fueron aún las másdébiles [compañías] de tan pequeño número como ordinariamente están ahora”, comentóTurner34 . En el curso del siglo XVII se experimentó una continua reducción en la profun-didad de las hileras, de diez en los ejércitos de Francia a principios de siglo a seis en losaños 30, y cuatro o menos en 170035 . Esto fue posible gracias a la más efectiva utiliza-ción de las armas de fuego, resultado en primera instancia de una instrucción más inten-siva y rigurosa, herencia de los nuevos ejercicios programados de los holandeses, y des-de mediados del siglo por la generalización progresiva del fusil de chispa, que era menospesado, más fiable y más rápido para cargar y tirar que el antiguo arcabuz o mosquete demecha. Se estima que con la introducción del fusil y de la bayoneta se multiplicó por tresla capacidad de fuego de la infantería, y por consiguiente las batallas se hicieron muchomás mortíferas, con bajas horrendas, aun entre los vencedores36 .

La consecuencia de estos cambios ideados para incrementar la intensidad del ataquefue que a finales del siglo XVII la táctica campal era ya muy distinta a la de sus comien-zos, y con ellos se iban perdiendo paulatinamente las ventajas que habían gozado losejércitos españoles durante el siglo XVI. “Los súbditos de nuestro rey no atacan conlanzas, espadas o caballos, como los franceses gustan de hacer -escribió Campanella-,sino que sobresalen por sus armas de fuego y por su valor, que son armas aptas paradefender fortalezas y no para luchar en campo abierto”37 . No sólo jugaba ahora la batallaun papel estratégico más importante desde la entrada de Gustavo Adolfo en la guerraeuropea38 , sino que, en su conjunto, los cambios específicos en el modo de guerreartendían a obrar en perjuicio de las ventajas históricas de las fuerzas españolas.

El nuevo valor prestado a la caballería, arma en la cual nunca habían dominado losespañoles, en la que presentaban serias deficiencias, anticuada e inocua según la ridicu-lizaba Montecuccoli incluso en la gran victoria de Nordlingen (1634), responsabilizada

34 TURNER, J . Pallas Armata…, p. 213.35 DODGE, T.A Gustavus Adolphus…, p. 572.36 CHANDLER, D. The Art of Warfare…, p. 77; PARROTT, D. “War and International Relations”, en BERGIN, J. (ed.)

The Seventeenth Century, Oxford, 2001 (pp. 112-144), p. 138; sin embargo, George RAUDZENS (“In Search ofBetter Quantification for War History: Numerical Superiority and Casualty Rates in Early Modern Europe”, War andSociety, 15, 1997, pp. 1-30), en base a ciertas fuentes, en mi opinión no del todo fiables, ha concluido que lasbatallas no muestran ninguna variación notable en la tasa de bajas.

37 CAMPANELLA, T. La Monarquía Hispánica…, p. 147.38 Russell F. WEIGLEY, The Age of Battles. The Quest for Decisive Warfare from Breitenfeld to Waterloo, Bloomington,

IND 1991.

Page 24: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

23

de algunas de las más notables derrotas39 , y cuyo aumento y reforma presentaban seriasdificultades por la provisión de animales40 ; la desaparición del piquero; la introduccióndel fusil y de la bayoneta…, todo contribuía a hacer irrelevante esa combinación defen-siva/contra-ofensiva del arma de fuego con la piquería que representaba por antonoma-sia la táctica española.

Además, existen algo más que indicios de que los ejércitos españoles respondíaninadecuadamente y con retraso respecto a otros estados europeos a las innovaciones delsiglo XVII. Según Pedro Osorio, en su Exercicio de Ayudantes de 1680, mientras que eltercio español estaba dividido en dos partes y el escuadrón se formaba en cuatro o cincohileras de fondo, los ejércitos extranjeros dividían sus regimientos en tres partes, con unarelación mayor de oficiales con respecto a los soldados rasos, y se formaban en sólo treso cuatro hileras de fondo, presentando así un mayor equilibrio de sus fuerzas frente alenemigo41 ; parece, aun así, que hasta muy tardíamente los tratadistas militares españolesseguían recomendando la “orden cerrada”42.

En cuanto al armamento, los ejércitos españoles también parecen haber sido másconservadores. En un memorial de 1677 en el que Don Juan de Vayarte y Avalospromocionaba una invención suya que llamó el “mosquetón”, se quejaba de que “losenemigos de Vuestra Mgd se balen más de la industria que nosotros, y es considerableesta ventaja; en la Cavallería particularmente han introducido las armas de fuego de dostiros, con que menos número suple la falta de mayor”43 . Y en momento tan tempranocomo 1669, el Marqués Buscayolo propuso que el ejército se constituyese enteramentede soldados ataviados de una nueva arma, de invención francesa, que él llamó “elespadarcabuz”44. Sin embargo, mientras que en los años 90 solamente el 18% de la infan-tería francesa llevaba todavía la pica -comparado con el 60% en 1600, casi el doble de laproporción entonces corriente en los tercios españoles- en 1693 el Consejo de Guerra enMadrid estaba proponiendo que la cuarta parte de los infantes destacados en Cataluñafuesen piqueros, un número apenas alterado desde hace 100 años45. Está claro que en unmomento tan avanzado como en 1689, cuando el Consejo de Guerra proponía la creaciónde compañías de granaderos armados con “fusiles ... con una espada corta que llaman losvalones Bayonetas que se pueden poner en los fusiles cuando se ha disparado y cargancon ellas como se podría hacer con medias picas”, el uso de la bayoneta era todavía pococonocido, aún en su forma primitiva46. Unos años más tarde, en diciembre de 1696, los

39 BARKER, Thomas M. The Military Intellectual and Battle. Raimundo Montecuccoli and the Thirty Years War, Albany,NY 1975, p. 108; el General Melo, comentando su derrota en Rocroi; “La orden en su caballería les ha dado lavictoria ... Habemos llegado al último desengaño de que nuestra caballería no quiere pelear, y si no hay algunaforma nueba de ponerla, es menester perder las provincias”, en CÁNOVAS DEL CASTILLO, A. Estudios sobre elreinado de Felipe IV, Madrid, 1888-1889, vol. II, p. 200; y Fuensaldaña, sobre la derrota de Lens en 1648: “lacaballería lorenesa rechazó la del enemigo hasta ponerla en confusión, y la de S.M., menos cuatro o cinco escua-drones que pelearon, sin llegar a ver al enemigo se puso toda en huida”: en Íbidem, p. 310.

40 STRADLING, R.A. “Spain’s Military Failure and the Supply of Horses”, History, 69, 1984, pp. 208-221.41 ESPINO, A. Guerra y Cultura…, p. 119.42 CÁNOVAS DEL CASTILLO, A. Estudios sobre el reinado…, vol. I, p. 212.43 Archivo General de Simancas, Estado, lg. 3.300, f. 12.44 ESPINO, A. Guerra y Cultura…, p. 113.45 ESPINO LÓPEZ, A. “El declinar militar hispánico durante el reinado de Carlos II”, Studia Histórica. Historia Moderna,

20, 1999 (pp. 173-198), p. 191; los regimientos españoles todavía llevaron picas en la batalla de Eckeren de 1703:CHANDLER, D. The Art of Warfare…, p. 68.

46 GIMÉNEZ FERRER, Juan I. “El Ejército de Carlos II”, en BALAGUER, E. y GIMÉNEZ, E. Ejército, ciencia y sociedaden la España del Antiguo Régimen, Alicante, 1995 (pp. 69-86), p. 73.

Page 25: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

I.A.A. Thompson

24

inventarios de las armas del ejército de Cataluña computaban solamente 919 carabinas y45 fusiles, contrastado con los 6.308 mosquetes y arcabuces, en un momento en el cualen Francia, Holanda, Brandenburgo e Inglaterra se estaba prescribiendo el uso universaldel fusil47 . A finales de siglo se estaban fabricando fusiles en Cataluña, pero su adopcióngeneral sólo avanzaba con muchas precauciones. El marqués de Leganés, en un informeelevado al Consejo de Guerra en 1699 sobre las pruebas poco satisfactorias hechas delfusil grande, concluyó diciendo que “no apruebo el que, por introduzir este género dearmas y cavallos de frisa, desterremos enteramente las picas y mosquetes vizcaynos,particularmente en los cuerpos españoles y italianos”. Por otra parte, juzgó el fusil cortoser “arma de gran servizio”, aunque propuso que sólo las dos partes se hicieran conserpentín para cuerda y la tercera con llaves, “y que se destierren los arcabuzes milanesesy vizcaynos que efectivamente no tienen alcanze, ni valen nada, como lo ha mostrado laesperiencia.” Por esta razón pensó armar los Tercios españoles e italianos del ejército deMilán con una parte de mosquetes, otra de picas, otra de fusiles con mecha, y otra defusiles con llave, ambos con bayonetas; es decir, solo la mitad del Tercio con fusiles, ysolo la tercera parte de las armas de fuego con llave48 . Esto sucede el mismo año en queFrancia ordenó el uso universal del fusil con llave, y diez años después de que se prescri-biese que se armasen todos los mosquetes y fusiles con bayoneta. Si en el año final de lacenturia España estaba camino de la modernización, fue sólo a medias y con reservas49 .Como escribe Espino López en un reciente e interesante estudio sobre la literatura militaren España, Guerra y Cultura en la Epoca Moderna, “La Monarquía Hispana fue inca-paz, llegado el momento, de servirse de las innovaciones de sus adversarios para intentarsuperar la crisis en la que había caído la institución militar a lo largo del siglo XVII”50 .Tenía razón, pues, el Marqués Buscayolo al concluir que “es necesario referir las calami-dades de la Monarquía a otras causas que son obvias y conocidas. Una de las principaleses el olvido del arte militar”51 .

No obstante, no conviene anticipar la relegación de España de la primera liga forma-da por las grandes potencias militares de Europa. Los cambios producidos que hemostenido ocasión de tratar tuvieron diversas consecuencias y de diferente intensidad parasus distintos protagonistas; la distancia entre la victoria y la derrota no siempre fue muygrande. Incluso la derrota de Rocroi no se reconoció inmediatamente como un hechotrascendental52 .47 ESPINO LÓPEZ, A . Catalunya durante el reinado de Carlos II. Política y guerra en la frontera catalana, 1679-1697,

Bellaterra, 1999, p. 281. Hay que advertir que en otros reinos la sustitución del mosquete de mecha por el fusil dechispa tampoco se hizo sin demoras, a pesar de su prescripción -1685 en Inglaterra, 1688 en Prusia, 1690 en Dinamarca,1692 en Holanda y Suecia-, y aún en Francia, donde el fusil estaba introducido en torno a 1670 y su uso general prescribióen 1699, los últimos mosquetes no se retiraron hasta 1708: CHANDLER, D. The Art of Warfare…, pp. 78-79.

48 GÓMEZ RIVERO, R. El gobierno y administración de las fábricas de arms (S.XVII). La familia Zavala, San Sebastián,1999, p. 152. En la Armada de la Carrera se continuó con el uso de los arcabuces y mosquetes de mecha durantetodo el siglo XVII, hallándose en desventaja frente a sus enemigos, armados desde los años 30 y 40 con escopetasy carabinas: SERRANO MANGAS, Fernando, Armadas y Flotas de la Plata (1620-1648), Madrid, 1989, p. 136.

49 En 1699 se prescribió el uso general del fusil, pero parece evidente que las reformas en la milicia española debíanmucho a la influencia francesa -sustitución de la pica, arcabuz y mosquete por el fusil y bayoneta: 29 de enero de1703: KAMEN, H. The War of Succession in Spain, 1700-1715, London, 1969, p. 61.

50 Madrid, 2001.51 CÁNOVAS DEL CASTILLO, A. Estudios sobre el reinado…, vol. I, p. 195.52 Sobre la batalla de Rocroi y la respuesta inicial a la derrota, vid. Cartas de Jesuitas, publicadas en el Memorial

Histórico Español, vol. XVII, Madrid, 1863, pp. 125 et seqq. v.g.: “aunque la pérdida de Rocroy ha dado grandeestampido, ha sido mucho menos de lo que se imaginaba” (p. 113); “no es con mucho la pérdida tan grande como secreyó al principio” (p. 127); “La rota en todo caso fue grande, pero ni nunca vista ni representada” (p.144).

Page 26: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

25

El hecho de no haber tratado en este trabajo sobre el dinero, la economía y la fiscalidad,ni sobre el reclutamiento, la organización de los tercios y el abastecimiento, ni tampocosobre la administración militar, no quiere decir que lo único que contase en la guerrafuesen las armas y la táctica, ni tampoco que fuese suficiente, sin más, el renombradoespíritu de camaradería y la moral de los soldados españoles. Claro está que los Terciosnecesitaban dinero, hombres y organización, y que las guerras internacionales eran con-flictos entre economías, sociedades y regímenes políticos tanto como enfrentamientosentre sus ejércitos. Sin embargo, en resumidas cuentas, y como se ha dicho, los resulta-dos de las batallas campales revelan de una manera brutal y sin equívocos cuáles de lossistemas militares contendientes eran los más innovadores efectivamente.

Desde una perspectiva general, es posible que la consecuencia más importante de loscambios técnicos habidos en la práctica de la guerra, tanto terrestre como marítima, a lolargo de la segunda mitad del siglo XVII, fue cómo cobraban ventaja los estados dotadosde una autoridad central fuerte, de recursos suficientes y de sistemas fiscales y adminis-trativos poderosos. El entrenamiento intensivo y prolongado, necesario para la prepara-ción de un mosquetero de línea, acrecentó bastante el capital invertido en el soldadoprofesional, y de ahí la utilidad de mantener las fuerzas militares sobre una base perma-nente. Al mismo tiempo, las cada vez más numerosas bajas producidas como resultadode la mayor eficacia de la mosquetería, condujo a la necesidad de mantener un númeromucho mayor de soldados tanto activos como en la reserva. Los estados que tenían lacapacidad, no sólo de movilizar, sino también de mantener lo que John Lynn denominó“ejércitos de mandamiento estatal” (“state commission armies”), sobre una base perma-nente y en esa nueva dimensión que requerían las necesidades técnicas y estratégicas delos últimos años del siglo XVII, adquirían una superioridad evidente53 .

Si España fue capaz de responder con éxito en el siglo XVI al desafío presentado porlos “modos de guerrear” franco-suizo por tierra y turco-mediterráneo por mar, ¿por quéno fue capaz de hacerlo frente al nuevo desafío de los holandeses, suecos, franceses, eingleses en el siglo XVII? Se trató, en primer lugar, sin duda, de una cuestión de recur-sos, sobre todo fiscales y económicos, pero también de recursos humanos y sociales. Porcausas bastante bien conocidas y que sobrepasan los límites de las meras técnicas milita-res, la España de los últimos años del siglo XVII era cada vez más incapaz de competir alnivel requerido. Mientras que en los años 90 Luis XIV mantenía 420.000 soldados en lasnóminas de sus ejércitos, una cifra seis veces mayor que cien años antes, Carlos II sólopudo pagar entre 70 y 80.000 efectivos de todas las naciones y en todos los frentes deguerra, lo que suponía una quinta o sexta parte de las tropas de su primo y cuñado, y pocomás de un tercio en relación a las que dispuso su mismo padre, Felipe IV54 .

Pero hay algo más. Las experiencias obtenidas durante la Reconquista y las guerrasde Granada -guerras de asedios y acciones limitadas, con predominio del infante, unacaballería ligera auxiliar, sin olvidar la importancia de la artillería y del proyectil portá-

53 LYNN, J.A. Giant of the Grand Siecle…, pp. 7-9.54 ESPINO LÓPEZ, A. “El declinar militar hispánico…”, pp. 178-183.

Page 27: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

I.A.A. Thompson

26

55 Relación de la batalla por el Almirante D. Francisco Feixó y Sotomayor, 15 de noviembre de 1639, en CERVERAPERY, José, La estrategia naval del Imperio, Madrid, 1982 (pp. 244-253), p. 253; FERNÁNDEZ DURO, ArmadaEspañola, IX vols., Madrid, 1895-1903, vol. V, 1899, p. 62: sobre la reticencia de los españoles a emplear los navíosde fuego, y p. 83: sobre su persistencia en las tácticas tradicionales frente a la nueva táctica de la fila india.

til- tuvieron un valor positivo para las guerras de Italia y Flandes. Pero en el siglo XVIIlas condiciones de la guerra se volvieron en contra de España; los factores que le dieronla ventaja en el siglo XVI, bien se disiparon, bien cobraron menos valor en las guerrasdel XVII. Tanto en tierra como en mar, la guerra se hacía más técnica, era más unacompetición tecnológica en la cual los cálculos mecánicos tenían mayor relevancia queel espíritu militar. Cuando Oquendo se enfrentó al almirante holandés Martin van Trompen la batalla de Las Dunas en septiembre de 1639, el resultado del combate no dependíadel poderío ni del número de galeones, sino del manejo de las embarcaciones, la artilleríay la táctica. Peleó como había peleado la Armada en 1588; van Tromp lo hizo como losingleses. Oquendo quiso luchar capitana contra capitana, como soldado contra soldado;van Tromp mantenía la lucha a tiro de cañón, y cuando tenía una ventaja aplastante soltólos navíos de fuego. Los españoles se sentían indignados y defraudados: “guerra tan civilcomo la del incendio”, protestó el almirante Feixó amargamente55 .

Tales sentimientos tenían raíces profundas. Por supuesto que la capacidad de respon-der reiteradamente a los desafíos tenía mucho que ver con la disponibilidad de recursos,pero también con la historia, o mejor dicho, con los senderos históricamente determina-dos. Parece que hay una entropía imperial: adaptando las palabras de Quevedo, las Mo-narquías se empeñan en mantenerse con las costumbres con que se fundaron. Acertada-mente, como ha observado Fernand Braudel, la supremacía militar tenía que ver tantocon la cultura como con la tecnología.

Page 28: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004Pgs. 27 a 38

ISBN: 84-609-4105-1

LA COLUMNA DE LA MUERTE. 1936, BADAJOZ BAJOEL TERROR FASCISTA

Francisco Espinosa Maestre

Apartado 318341003 SEVILLA

[email protected]

Page 29: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

28

Page 30: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

29

LA COLUMNA DE LA MUERTE. 1936, BADAJOZ BAJO EL TERRORFASCISTA1

Francisco Espinosa Maestre

RESUMEN

Lo que llamamos guerra civil contiene y encubre un golpe militarque triunfó en medio país, en el que no hubo guerra alguna sino sólorepresión. Badajoz fue una de las provincias en las que se dieronambas situaciones y en la que, según la historiografía posterior, todoquedó reducido a una serie de “operaciones militares” mediante lascuales quienes habían decidido acabar con la República controla-ron poco a poco el territorio. Lo cierto es que la decisión de llegar aMadrid por Badajoz con el ejército de África en cabeza convirtió aesta provincia, que no en vano era la avanzadilla de la reforma agra-ria, en un campo de prueba de los planes golpistas. Antes de que lasublevación cumpliera un mes ya habían caído Mérida y Badajoz. Yen dos meses la mitad occidental de la provincia fue engullida porlos sublevados, que tuvieron que ocupar pueblo a pueblo, en mediodel desmoronamiento y recomposición del Estado republicano. Trans-curridos casi setenta años de aquellos hechos y habiéndonos libradomuy lentamente y sólo en parte de la memoria que el franquismo noslegó, parece que por fin, aunque con evidente retraso por lo querespecta a Badajoz, ha llegado la hora de acudir a las fuentes prima-rias, de recoger la memoria viva de aquellos hechos y de devolver ala sociedad su propia historia.

THE DEATH COLUMN. 1936, BADAJOZ UNDER THEFASCIST TERROR

What we know as the Spanish Civil War contains and conceals amilitary coup that succeeded in half the country, in which there wasno war but only some repression. Badajoz was one of the provinceswhere both situations occurred and where, according to the subse-quent Historiography, it all amounted to a series of “military opera-tions” by means of which those who had decided to destroy with theRepublica gradually gained control of the territory. It is a fact that

1 Casi todo lo que se expone en este trabajo procede de mis obras: “Julio del 36: golpe militar y plan de exterminio”, enJulián Casanova (coord.), Morir, matar, sobrevivir. La violencia en la dictadura de Franco, Barcelona, Crítica, 2002, pp. 51-119, y La columna de la muerte. El avance del ejército franquista de Sevilla a Badajoz, Barcelona, Crítica, 2003.

Page 31: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Francisco Espinosa Maestre

30

the decision of arriving to Madrid starting from Badajoz headed byAfrican troops transformed this province, which had become a bas-tion of the land Reform, into a testing field for the plans of the rebels.In less than a month Merida y Badajoz had already fallen under therebels´ hands. And in two months the western half of the provincewas swallowed by them, who had to occupy the province town bytown, amidst the dismembering and rebuilding of the republican State.Now, almost seventy years after those events and, once we have gradu-ally and only partially got rid of the memory of the “franquismo”legacy, it seems, at last, although with an evident delay in respect toBadajoz, that time has come to look into the primary sources, to gatherthe living memory of such facts and to restore to society its own history.

Nuestro punto de partida debe ser marzo del 36, el momento posterior a las eleccionesde febrero en que se celebran las primeras reuniones importantes encaminadas a ponerfin a la República. Todavía no disponemos de un estudio completo sobre la trama golpistapero sabemos bastante de ella por las monografías provinciales que se han publicado.Las fuentes oficiales, caso del fondo conocido como los “Documentos del Coronel EmilioFernández Cordón”, que contiene las instrucciones de Mola y numerosos detalles sobrelos contactos entre éste y las diferentes capitanías, son muy interesantes pero o fueron yacontroladas en origen o expurgadas con posterioridad. Es significativo, por ejemplo, queun trabajo como el de Mohammad ibn Azzuz Hakim sobre La actitud de los moros anteel Alzamiento (Algazara, Málaga, 1997) haya sacado a la luz la ignorada instrucciónreservada de 30 de junio, en la que en el punto “q” se lee: “Eliminar a los elementosizquierdistas: comunistas, anarquistas, sindicalistas, masones, etc.”. En vano se buscaránórdenes tan directas y terminantes entre los documentos de Fernández Cordón conservadosen el Archivo General Militar de Ávila. O sea, que faltan instrucciones (un ejemplosimilar es el diario de operaciones de Varela, publicado recientemente -Almena, 2004- yque, en su intento de hacernos creer que estamos ante una guerra convencional, no contieneni una sola alusión a las tareas represivas).

Por suerte, la investigación sobre el golpe militar del 36, aunque muy lenta, avanzainexorablemente. Hace poco acaban de salir dos trabajos de gran interés sobre Ceuta yMelilla, especialmente el primero, de Francisco Sánchez Montoya. Ambas ciudadesfuncionan como microcosmos donde, lejos de las declaraciones escritas o de lasinstrucciones de Mola, podemos observar con detalle el plan de los golpistas del 36. Enel caso de Ceuta con la particularidad de que toda la represión, tal como era preceptivo,fue recogida tanto en el cementerio como en el Juzgado. Esto permite saber exactamentequé buscaban y cómo lo llevaron a cabo paso a paso.

Lo primero que hay que decir es que en la España en que triunfó el golpe no huboguerra civil alguna sino sólo represión. Hablamos de medio país: Canarias, las posesiones

Page 32: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

31

africanas, gran parte de Andalucía y Extremadura, Castilla-León, Galicia, Aragón, Navarra,Baleares,... Sin embargo el golpe fracasó en zonas claves del norte, centro y este, y muyespecialmente en Valencia, Barcelona y en la capital, Madrid. Ante estos fracasos pocohubieran podido hacer Mola y Queipo desde sus respectivos territorios por más queintentasen acercarse a Madrid aprovechando la descomposición del Estado.

La clave la tenía en ese momento Franco y su Ejército de África. Esto lo sabían losgolpistas y por ello se cuidaron tanto de que la ruta que llevaba del norte de África aCádiz y Sevilla estuviera libre desde los primeros momentos. El triunfo de la sublevaciónen Cádiz, Jerez de la Frontera y Sevilla era fundamental. Ya hemos dicho más de una vezque el cerebro de esta operación no fue Queipo de Llano sino el comandante del EstadoMayor de la II División José Cuesta Monereo, que era quien controlaba todos los hilosde la conspiración en el sur. Queipo llega tarde a la función y cumple su papel, que no eraotro que crear una gran confusión. Mirad lo que decían las octavillas lanzadas sobre losbarrios obreros en la mañana del 19 de julio:

OBREROS SEVILLANOS ¡Viva la República!Un general que se jugó la vida para implantar la República en España y quese siente más republicano que nunca, se dirige a vosotros deseoso de ahorrarvuestra sangre.De Cádiz han salido ya para Sevilla los Regulares de Ceuta. En cuantolleguen empezaremos a combatiros con la máxima energía y ¡ay! de aquellosque no se hayan sometido.Entregad las armas, que nunca lo podríais hacer a un general más amigo delpueblo.

GONZALO QUEIPO DE LLANO

La torpeza de la República no tuvo límites: Mola en Navarra, Franco en Canarias,Yagüe en Ceuta, Varela en Cádiz, Queipo de Inspector General de Carabineros... No hayexageración alguna en afirmar que si la República hubiera depurado a fondo y con energíael golpe de Sanjurjo de agosto del 32, buena parte de los protagonistas del 36 hubieranquedado fuera de juego. Entre otros el propio Cuesta Monereo, que fue su organizador enSevilla, la única ciudad donde triunfó la Sanjurjada. ¿Cómo pudo permitir el Gobierno,por ejemplo, que se celebrasen el día 12 de julio en tierras africanas las maniobras militaresde Llano Amarillo?

En este sentido la memoria de la Sanjurjada fue muy importante en el 36. Actuó muynegativamente, haciendo creer a gobernantes y a partidos y sindicatos que el Gobiernopodía controlar sin problema la trama golpista. Tampoco fue buena su influencia en otrosentido: la debilidad de la República con los militares implicados convenció a éstos deque hicieran lo que hicieran nunca saldrían mal parados.

Tal como quedó la situación en los días que siguieron la pieza clave no era otra que elEjército de África, herencia de la larga y terrible guerra colonial que ocupó el primer

Page 33: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Francisco Espinosa Maestre

32

tercio del siglo XX. Las castas militares golpistas no habían surgido de la nada. Además,contaron con algo que sólo existía allí: la carne de cañón que nutriría sin problema algunoa las fuerzas de choque de las columnas franquistas durante meses. Para las familias erauna ayuda. De entrada, dinero y una lata de aceite de 5 litros; y luego la posibilidad depensión: ¿Está matao ya?, preguntaban las mujeres todas las semanas. Toda la ruta de lascolumnas quedó sembrada de cementerios moros, a cargo de los municipios y supervisadospor las embajadas de Marruecos hasta no hace mucho tiempo.

Las primeras fuerzas de regulares llegan a Cádiz en la madrugada del domingo 19 dejulio y ese mismo día parte de ellas son enviadas a Sevilla. A partir de ese momento eltraslado de fuerzas tanto por aire como por mar será incesante. Contra las barricadaslevantadas en los barrios obreros y en los pueblos se mandarán moros y legionarios y seactuará con la artillería e incluso con la aviación desde la base de Tablada.

El traslado definitivo del ejército de Franco tendrá lugar el 5 de agosto mediante elllamado “convoy de la victoria”. Así pues, en menos de tres semanas, con ayuda alemana(comprometida desde el 25 de julio) e italiana, las fuerzas de élite del ejército (unos diezmil hombres) habían pasado a la península. Después de la experiencia de octubre del 34,hablar de moros y legionarios producía terror en la gente. A la fama de éstos se unieronlas charlas de Queipo de Llano a través de la radio desde la misma tarde del sábado 18 dejulio. Tanto pánico causaban las amenazas que soltaba y las barbaridades que decía queen los pueblos se prohibió escucharlas.

En los días siguientes al 18 de julio Queipo se sirvió de las fuerzas que iban llegandopara ocupar pueblo a pueblo los puntos estratégicos y los núcleos que ofrecían mayorresistencia. Castejón fue el primero en recorrer las rutas del suroeste y ya desde laocupación de Sevilla, repitiendo prácticas habituales de tipo africanista, utilizan métodoscomo colocar rehenes delante de sus fuerzas y dejar los caminos regados de cadáveres.

Las rutas principales quedan aseguradas y las secundarias pasan a depender decolumnas mixtas creadas ex profeso al mando de militares. Es así como se logra controlaren tan poco tiempo, pese a la oposición generalizada y a los frecuentes actos de resistencia,la ruta Cádiz-Sevilla, Sevilla-Granada, Sevilla-Córdoba y Sevilla-Huelva-Ayamonte, todasellas de gran importancia estratégica. El único escollo que se presenta es la provincia deBadajoz, importante porque impide el contacto entre las fuerzas de Mola y las de Queipoy Franco, y porque permite la comunicación Badajoz-Mérida-Madrid. Y fue precisamenteBadajoz contra la que a principios de agosto salieron desde Sevilla dos potentes columnasal mando de Asensio y Castejón, a las que pocos días después se uniría otra de Tella.Cada una de esas columnas se compone de fuerzas entre 2.500 y 3.000 hombres (la basede cada una de ellas es una bandera del Tercio, un tabor de Regulares y una batería deartillería). Su superioridad frente a la población civil o frente a los grupos armados conescopetas de caza o con armas que no saben usar bien es absoluta.

Cada vez que se acercan a una población suelen contar con información sobre susituación. A la menor sospecha de que hay posibilidad de resistencia por mínima que sease emplea la artillería y moros y legionarios realizan operaciones envolventes en las que,

Page 34: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

33

como en la guerra con Marruecos, se practican razzias indiscriminadas con gran derrochede violencia. Se pone en libertad a los presos de derechas y de inmediato el jefe de lacolumna se encarga de organizar la comisión gestora y de asegurar el control. Aunque losizquierdistas más señalados han huido, se detiene a los que quedan, a los familiares y agentes escogidas al azar en los barrios obreros.

El jefe de la columna pide normalmente un uno por ciento de la población para elprimer acto de carácter ejemplarizante. Entonces empieza el tira y afloja entre las fuerzasvivas locales. Se elabora una lista base con las personas que serán entregadas a la co-lumna, pero se permite sacar a alguien con tal de rellenar el hueco. En la ruta que llevabala columna, con pueblos habitualmente grandes entre 5 y 10.000 habitantes, esto equivalea que se entrega a la columna entre 50 y 100 personas por pueblo. Cuando la columnasale de la localidad los va eliminando por pequeños grupos y dejándolos en las salidas delos pueblos, en los cruces de carreteras, en los pozos públicos y abrevaderos, etc. EnZafra ocurre lo siguiente. Una de las personas entregadas a la columna es una de lasmaestras de la localidad. Su marido va junto a la mujer cuando la columna inicia lamarcha. Cuando le toca el turno al grupo donde va la maestra le gritan al marido que seaparte pero él decide quedarse con su mujer y morir junto a ella. Los cadáveres de más de50 personas quedan esparcidos entre los escasos kilómetros que separan Zafra del pueblosiguiente, Los Santos2. La operación se repite pueblo a pueblo. Y cuando se pasa de largopor algún sitio la purga se aplaza. Sería el caso de Villafranca: la columna pasa por allí el7 de agosto sin detenerse apenas pero un grupo vuelve el día 9 y un capitán del Tercioorganiza un supuesto consejo de guerra sumarísimo que en cuestión de horas decide laeliminación inmediata de 56 personas.

Cuando encuentran resistencia, caso de Fuente de Cantos, Almendralejo, Mérida oBadajoz, o cuando ha habido víctimas de derechas, siempre en los momentos inmediatosa la llegada de las fuerzas golpistas salvo el caso de Fuente de Cantos, la represión sedesborda. La entrada de las fuerzas en ciudades como Almendralejo o Mérida sonverdaderas razzias de castigo en las que cae todo el que se pone a tiro, incluso quienesalborozados salen a felicitar a los ocupantes. Conocemos el testimonio del párroco deSanta Eulalia en Mérida: el mismo 11 de agosto, recién ocupada la ciudad, se acerca alcuartel para saludar a los jefes militares. Por el camino alguien le dice que están acabandocon todos los ferroviarios de la ciudad, un importante nudo de comunicaciones. Llega alcuartel en plena masacre: una larga fila de detenidos espera el turno para la muerte.Reconoce entre los diez que van a caer a algunos de sus feligreses y ruega al capitán almando de la operación que le permita llevárselos, que son inocentes. El capitán le permitesalvar a dos. El cura, angustiado, recorre la fila sin decidirse a quién escoger. Entoncesvuelve al capitán y le dice que no puede elegir a dos. Éste, tras decirle que es la primeravez que hace tal cosa desde que salió de Sevilla, le permite llevarse a los diez. Luego lamatanza sigue. El cura apunta en su diario la dificultad de compaginar la justicia con lasprisas. No tardará mucho en decidir no inmiscuirse en la “justicia militar”.

2 Tomo esta historia de José María Lama, La amargura de la memoria, Badajoz, Diputación Provincial, 2004.

Page 35: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Francisco Espinosa Maestre

34

Muchos percibieron la caída de Mérida como el principio del fin. En ese momento,Yagüe, jefe ahora de la columna, podía haber seguido para Madrid. Pero no, aunqueBadajoz no representaba amenaza alguna, los golpistas deciden ocupar la ciudad. Habríados razones: aplicar el método de limpieza del territorio que se venía usando desde Melillae imponer un severo correctivo a la capital de la reforma agraria republicana. La operaciónsobre Badajoz constituye un desastre organizativo y estratégico. Pese a que Yagüe hasido designado jefe de las tres columnas encargadas de ocupar la ciudad, cada uno de losjefes militares busca la gloria propia. Así, mientras dos de las columnas ya han penetradoen la ciudad, las fuerzas de Asensio se empeñan en una absurda entrada por la PuertaTrinidad. La ocupación es apocalíptica. Todos los detenidos in situ son congregados enla plaza del Ayuntamiento, donde se han colocado ametralladoras que los va eliminandopor grupos. Como siempre, se deja a moros y legionarios un día para que hagan lo quequieran. Numerosos comercios y casas de la ciudad son saqueados. Los objetos fruto delbotín de guerra son vendidos antes de la marcha en improvisados mercadillos en diferentespuntos de la ciudad.

La defensa de la ciudad fue otro desastre. A la hora de la verdad, la mayoría de losmilitares se escondieron o huyeron; el peso de la defensa lo llevaron carabineros ymilicianos. La cercana ciudad de Elvas se llena de refugiados: los militares son protegidospor sus colegas; los civiles son entregados por la frontera. La plaza de toros, enclavada enuno de los baluartes de las murallas, se convierte en lugar preferente de reclusión y muerte.

La matanza de Badajoz es un momento culminante de la ruta hacia Madrid. Los ecosde lo ocurrido en la capital extremeña llegan al resto de España por los que puedenescapar, y a Europa y EEUU por los periodistas que acceden desde Portugal, cuyas crónicasy fotografías reflejan parte de los hechos. El portugués Mario Neves, los franceses MarcelDany, Jacques Berthet y René Brut, y los estadounidenses Jay Allen y John Whitakerrevelan al mundo la matanza de Badajoz. El escándalo es inmediato y los servicios depropaganda franquistas se ponen a trabajar de inmediato para contrarrestar los efectos dela información. Así surgirán primero los Avances del informe oficial sobre el terror rojoy poco después la gran campaña que tomará el nombre de la leyenda de Badajoz. Labatalla de la propaganda entre la matanza y la leyenda llega hasta nuestros días.

La dificultades de la Columna Madrid han ido aumentando a medida que se ibaacercando a la capital. No obstante, el tiempo que la República tarda en organizar unnuevo ejército y la impericia de sus miembros actúa en beneficio de los sublevados, queel 27 de agosto reúnen las columnas al mando de Yagüe y continúan la marcha hacíaMadrid. El día anterior Franco ha trasladado su cuartel de Sevilla a Cáceres. El siguienteobjetivo es Talavera de la Reina, para cuya ocupación preparan un detallado plan. Talaveraes ya una ciudad mejor defendida que las anteriores pero tampoco soporta el embate delas columnas de Yagüe el 3 de septiembre (ese mismo día cae Irún y San Sebastián el 12,quedando aisladas Vizcaya, Santander y Asturias). El pánico producía la huída en masade los milicianos, muchos de los cuales no pueden superar el terror que les producen losmoros y legionarios con sus gritos de guerra y su violencia extrema.

Page 36: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

35

Las fuerzas de choque siguen cayendo por docenas. Además de cementerios, la rutase llena de hospitales de sangre. Las bajas se renuevan de inmediato. Dos semanas despuésde la ocupación de Talavera, coincidiendo con la toma de Santa Olalla y Maqueda, Yagüecesa en el mando de la columna, siendo sustituido primero por Asensio y finalmente porVarela. Como causa del cese se aduce el cansancio del militar africanista y su discrepanciacon el plan de marcha. El momento es crucial: el 21 de septiembre, al día siguiente delcese de Yagüe, Franco es nombrado en Salamanca comandante en jefe de todas las fuerzassublevadas. Es el momento clave, tras la toma de Maqueda, en que decide anteponer laocupación de Toledo a la de Madrid. Toledo y su alcázar serían ocupados el día 27 y losefectos de la propaganda fueron enormes. A esto se unió el 30 de septiembre la pastoral“Las dos ciudades”, del obispo de Salamanca Pla y Deniel, una apuesta firme de la Iglesiaespañola por los golpistas que influye en los conservadores europeos al recubrir de barnizcristiano el fascismo español.

Se aprecia un cambio de estrategia que ya se notaba desde la ocupación de Mérida yBadajoz. Cumplido el objetivo de conectar las fuerzas de Mola con la de Franco y Queipola marcha toma otro ritmo. Poco a poco el golpe militar se va transformando en guerra yla marcha triunfal de las columnas en una guerra de frentes. Entre la ocupación de Badajozy la de Talavera transcurren tres semanas; entre ésta y la de Maqueda más de dos. AFranco deja de interesarle llegar a Madrid y prepara cuidadosamente una gran operaciónde propaganda en torno a la toma de Toledo y a la liberación de su alcázar. Todo ellocoincidirá con su ascenso a Jefe de Estado el 1 de octubre. Y no será hasta el día 6 de esemes cuando se reanude su marcha hacia la capital. Fue así como Madrid dispuso detiempo suficiente para preparar su defensa frente a las fuerzas de Mola y las cinco columnas(Asensio, Barrón, Castejón, Delgado Serrano y Tella) al mando de Varela y Yagüe (laayuda soviética empezó a llegar el 15 de octubre). 25.000 hombres en total suman lasfuerzas de Franco. Hasta el 20 de octubre, en que se ocupa Oviedo, Franco no fija suatención en Madrid, cuyo plan deja en manos de Mola y Varela.

La capital aguardaba aterrorizada la llegada del ejército de Franco. Para mover a ladefensa, la prensa recordó lo ocurrido en Badajoz y Toledo tras la entrada de los franquistas.El 6 de noviembre, el Gobierno Largo Caballero parte para Valencia. Muy pocos dirigentesde renombre quedan en Madrid acompañando a quienes han decidido resistir: una deellas, Margarita Nelken. Era tal la seguridad en la caída de Madrid que desde Sevillasalió una numerosa y variopinta excursión con un altar portátil para celebrar una misa enla Puerta del Sol. El teniente coronel Vicente Rojo contó con el plan de Varela, encontradoen un carro de combate. Finalmente, el 7 de noviembre se produce el fracaso estrepitosoante Madrid. El pueblo de Madrid, con el Quinto Regimiento y los 1.900 miembros de laXI BM, todos al mando de Miaja y Rojo, contra todo pronóstico, frenó en seco al Ejércitode África. Deprimido, Castejón declaró a John Whitaker: “Nosotros organizamos estarebelión y ahora somos los vencidos”. La aventura iniciada en Melilla el 17 de juliohabía concluido. Empezaba la guerra civil. Es el momento en que Alemania e Italiahacen suyo el problema, implicándose directamente en el desarrollo del conflicto. El 18de noviembre ambos países reconocían oficialmente el Gobierno de Franco.

Page 37: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Francisco Espinosa Maestre

36

Dicho esto, conviene extraer una serie de conclusiones:

1. El golpe militar del 36 comenzó el 17 de julio en Melilla y concluyó el 7 denoviembre en Madrid.

2. Una de las ventajas de la transformación del golpe en guerra fue la de convertirel plan de exterminio asociado al golpe militar en un apartado más de guerra civil española.Esto transformó a los golpistas en soldados, los homicidios en fusilamientos y las víctimasdel genocidio en víctimas de la acción de guerra.

3. En realidad la guerra civil, cuyos límites son noviembre del 36 y abril del 39,representa un paréntesis dentro de un plan de exterminio más general.

4. La guerra civil representa el medio elegido por los sectores antidemocráticospara imponer el plan de exterminio a todo el país. O el obligado sacrificio que esosmismos sectores impusieron a todos para erradicar la democracia que ponía en duda susprivilegios.

5. La particularidad de la posguerra española es que con ella no llegó la paz sinoque continuó durante varios años más la gran purga iniciada en julio del 36.

6. La misión del Ejército de África, base de la agresión contra la República, no eraotra que arrasar el suroeste, base de la militancia socialista, y crear hechos irreversiblesque impidieran detenerse o volver atrás. Sus objetivos, en definitiva, eran invertir losresultados electorales de febrero del 36 y preparar el terreno para el Nuevo Orden.

7. El terror, hecho de lógica y de azar, aseguraba el triunfo incluso en la derrota.Tuvo tres fases: el inicial de las Columnas, el de las élites locales a lo largo del 36 y lacriba definitiva de los consejos de guerra entre 1936 y 1945.

8. El paso de la Columna de la Muerte tuvo tales consecuencias que jamás, aunquehubiera vencido la República, podría haberse recuperado en su plenitud la vida anterioral golpe.

9. Los presupuestos ideológicos de los golpistas impedían plantear el conflicto entérmino de guerra civil o hablar de enemigos. Los rojos, concepto que englobaba a todapersona contraria a la sublevación, fueron considerados desde el principio como seresinferiores carentes de todo derecho.

Page 38: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

37

10. Investigaciones locales (Zafra, por ejemplo) nos dicen que el control llegó a sertan enorme que se elaboraron informes político-sociales de todos los vecinos, calle acalle y casa a casa. La base de dichos informes eran la Falange, la Guardia Civil y laIglesia.

11. Durante la etapa del golpe militar se funcionó en el terreno represivo con losbandos de guerra, que todo permitían. La conversión del golpe en guerra coincide con elabandono de los bandos y el inicio de los consejos de guerra sumarísimos, y con lareconversión de la llamada Columna Jurídica, dispuesta en Talavera para la toma deMadrid, en la Fiscalía del Ejército de Ocupación.

12. Para afrontar esa etapa histórica abierta en1931 y cerrada en 1978 lo primero quedebemos cuidar es la terminología. El legado franquista sigue teniendo mucho peso y sumisión no es otra que ocultar lo que realmente pasó (todavía hay quien discute el carácterfascista del golpe militar de julio del 36).

13. La batalla de la propaganda sigue abierta. Aún no nos hemos puesto de acuerdosobre cómo debemos tratar aquella etapa histórica. La segunda legislatura del PP y suapoyo al sector revisionista agrupado en torno a Jiménez Losantos (Moa, Vidal, Marco)demuestra que la derecha no ha roto con el franquismo.

Finalmente, ¿cuántas víctimas causó la Columna Madrid en su recorrido? No es posiblesaberlo por ahora e incluso puede que nunca lo lleguemos a saber. Contamos con datosque hablan de más de cien muertos la misma noche del 17 de julio en las posesionesafricanas. Sobre Cádiz dispondremos pronto del trabajo de Alicia Domínguez. De Huelvasí sabemos parte de la represión que las fuerzas de Castejón causan en el Condado y en lapropia capital. De Sevilla hay datos sueltos: sólo en la ciudad se recogen 123 muertosuna vez ocupada el día 21 de julio. El reguero de sangre que van dejando es más fácil deseguir a partir del 2 de agosto en la provincia de Badajoz: Llerena, Fuente de Cantos,Zafra, Los Santos, Villafranca, Almendralejo, Mérida, Montijo, Talavera la Real,Badajoz,... En cada uno de estos pueblos y ciudades hay una matanza inicial, que nuncabaja de 50 personas. En Almendralejo pasaron de 200, en Mérida de 300 y en Badajozsólo el día 14 de agosto debieron ser unas 600 personas.

Cuando acaba el ciclo represivo, primero a comienzos de 1937 y finalmente en 1945,los vencedores pudieron mirar atrás y comprobar la tarea realizada. Daré cifras mínimas:

Cádiz ........................ 2.500 (capital y 23 pueblos)

Huelva ...................... 5.500

Sevilla ..................... 12.000 (sólo capital 3.000 en 6 meses)

Page 39: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Francisco Espinosa Maestre

38

Córdoba ................... 9.500

Badajoz .................... 8.000 (capital y 88 pueblos)

Cerca de 40.000 personas “desaparecidas” en solo cinco provincias. Más que en Chiley Argentina juntas. Concluyo con una reflexión a posteriori del Comandante Militar deCádiz:

“La peculiar organización de los pueblos andaluces hacía que en un pueblo de 20.000habitantes existían 20 ó 30 terratenientes, 200 ó 300 tenderos o comerciantes y 15.000braceros sin más capital que sus brazos, todos asociados a organismos del Frente Popu-lar. Cuando ellos dominan pueden fusilar a los dos primeros grupos y quedarse solos; encambio los dos primeros grupos no pueden fusilar al tercero por su enorme número y porlas desastrosas consecuencias que acarrearía”.

Ese fue el límite que tuvo la represión: el mantenimiento del sistema productivo.

Page 40: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004Pgs. 39 a 53

ISBN: 84-609-4105-1

LAS GUERRAS DE NUESTROS DÍAS

Felipe Sahagún

Dpto. Relaciones InternacionalesFacultad de Ciencias de la Información

Universidad Complutense de MadridCiudad Universitaria

28040 [email protected]

Page 41: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

40

Page 42: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

41

LAS GUERRAS DE NUESTROS DÍAS

Felipe Sahagún

RESUMEN

En la era moderna se ha ido reduciendo el número de guerrasentre las grandes potencias, pero ha aumentado considerablementeel número de países, de soldados, de víctimas y de daños materialescausados en cada guerra. Hasta 1800, por ejemplo, sólo participabaen cada guerra alrededor de un 3 por mil de los habitantes del paísimplicado. En la Primera Guerra Mundial, esa cifra se había eleva-do a un 14 por ciento. A comienzos del siglo XXI, la población civiles la víctima principal en casi todos los conflictos armados.

Si entre 1495 y 1985 los que iniciaban las guerras las ganabancasi el 60 por ciento de las veces, desde entonces sólo las ganan el 18por ciento de las veces. Hace un siglo el 90 por ciento de las víctimasde las guerras eran combatientes uniformados; hoy, el 90 por cientoson civiles.

Hasta 1945, los países más industrializados eran los más belico-sos, tanto entre ellos como contra los menos avanzados; desde en-tonces ningún país industrializado se ha enfrentado directamente enguerra a otro. Es lo que John Gaddis ha bautizado como “la largapaz”. De hecho, desde 1945 no ha habido guerras directas entre los50 países más ricos del planeta. La razón principal, muy arraigadaen la doctrina marxista, es que, sencillamente, no les resulta renta-ble. Para los más ricos, según algunos teóricos, la guerra resultacada vez más cara y los beneficios derivados de ella, más escasos.

Desde 1945 casi todas las guerras interestatales y todas las gue-rras civiles se han librado en el llamado Tercer Mundo. La naturale-za de la guerra ha cambiado igualmente: hasta 1945, el 80 por cien-to de las guerras eran guerras convencionales; desde entonces, so-bre todo desde el fin de la Guerra Fría, casi todas las guerras songuerras de guerrilla o de baja intensidad.

WARS NOWADAYS

In the modern era the number of wars among the big powers hascome down, but there has been a substantial increase in the numberof nations involved, victims and physical damage caused by eachwar. Until the year 1800th the average number of a nation’s inhabit-

Page 43: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Felipe Sahagún

42

ants involved in each war was 3 per one thousand. In World War Ithat figure hasd already increased to around 14 percent. At the be-ginning of the 21st Century, civilians have become the main victimsin nearly all armed conflicts.

Between 1495 and 1985 those who started the wars used to winthem: nearly 60 percent of the time, to be precise. In the last twentyyears those wo iniciate the wars only obtain victory 18 percent of thetime. One hundred years ago 90 percent of the victims were uniformedcombatants; today, 90 percent of the victims are civilians.

Up to 1945 the most industrialized countries were the most bel-ligerent, not only against the less advanced countries but also againstother industrialized nations. Since then no industrialized country hasmade war, at least directly, to another. John Gaddis described thisperiod as “the long peace”. In fact, since 1945 there has not beenany direct military confrontation among any of the fifty richest coun-tries in the planet. The main explanation, with profound roots in theMarxist doctrine, is simply that war is not economically worth amongrich nations. There are exceptions, of course, but it is a theory fairlywell substantiated.

From 1945 to 1989 nearly every interstate war and every intr-astate war have taken place in the socalled Third World. The natureof war, in those years, has experienced a dramatic change. Until 1945,80 percent of the wars were conventional wars; after the Cold War,nearly every war belongs to the cathegory of guerrilla or low inten-sity wars.

Entiendo por guerra el conflicto armado, la violencia directa entre actores en la que,de acuerdo con el proyecto Correlates of War (COW), de la Universidad de Michigan,que lleva estudiando la guerra desde 1963, y que ha hecho suyo el SIPRI de Estocolmo,uno de los actores al menos es un Ejército estatal o un actor equivalente antes del naci-miento de los estados y mueren al menos mil combatientes por año1 .

Entendemos por guerra o conflicto armado la confrontación caracterizada por:· La intervención de, al menos, un ejército regular en la contienda.· Una secuencia lógica de los combates, observable desde fuera.· Al menos mil muertos por año2 .

Hoy día sólo la tercera de las tres condiciones -el mínimo exigible de mil muertos poraño- se da en la mayor parte de los conflictos armados. “En las guerras más recientes,

1 KEAGLEY, Charles W. y WITTKOPF, Eugene R. World Politics. Trends and transformation. New York, St. Martin’sPress, 1993 (4ª ed.), pp. 437-438.

2 Son las tres condiciones enunciadas en 1985 por el Instituto de Estudios de la Paz de Washington. Citadas porJean-Louis DUFOUR e n Les vraies guerres, Lyon, La Manufacture, 1990, p. 16.

Page 44: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

43

algunas de ellas todavía en curso, los ejércitos regulares se han deshecho (casos de Somalia,Liberia o Afganistán) o no han intervenido (caso del Líbano)”, señala Jean-Louis Dufour,analista francés de cuestiones militares. “[En otros casos] los combates son especialmen-te anárquicos (caso de Liberia), el número de partes enfrentadas es anormalmente eleva-do (4 ó 5 en Sudán, de 10 a 15 en Liberia y Afganistán, decenas de clanes en Somalia, de600 a 700 grupos armados en Argelia desde el 92, Irak desde la invasión estadounidensede 2003, desprovistos de una dirección centralizada que coordine sus acciones). Loscombates a veces tienen y a veces carecen de un objetivo estratégico. En otros conflictos,ya no son las fuerzas antagónicas las que están en el centro de los combates sino laspoblaciones (civiles)”3 .

Según algunos especialistas, desde el fin de las guerras napoleónicas, en 1816, hastael fin de la Guerra Fría, en 1988, habría habido 181 guerras. Es una cifra subjetiva,basada en criterios que se han quedado obsoletos para definir la mayor parte de las gue-rras de nuestros días. De mantenerlos, muchas de las invasiones y/o intervenciones mili-tares de los EE.UU. y de muchos países africanos en el último cuarto de siglo -incluidaslas invasiones de Granada en 1983 y de Panamá en 1991- quedarían fuera de la lista.

Definiendo la guerra como el enfrentamiento armado de dos o más estados (acciónmilitar de un estado más allá de sus fronteras), entre 1945 y 1988 se habrían producido269 y en ellas habrían participado un total de 591 estados4 .

El número de guerras en la historia depende, obviamente, del criterio que utilicemospara definirlas. Paul Shaw y Yuwa Wong han identificado más de 14.500 en los 5.600años de historia conocida o documentada, en las que habrían muerto más de 3.500 millo-nes de personas. Por término medio, el mundo habría vivido en guerra 96 de cada cienaños y en paz “sólo un 8 por ciento de toda la historia conocida de la humanidad”5 .

Es una conclusión muy generalizada entre los historiadores, pero que no refleja, enmi opinión, la realidad de un mundo en el que, aunque siempre haya soportado guerras,el porcentaje de sus habitantes que ha vivido en paz supera con creces al porcentajeafectado directa o indirectamente por la guerra.

Mucho más importante que el número, que siempre será inexacto, es el cambio en lastendencias. En la era moderna se ha ido reduciendo el número de guerras entre las gran-des potencias, pero ha aumentado considerablemente el número de países, de soldados,de víctimas y de daños materiales causados en cada guerra. Hasta 1800, por ejemplo,sólo participaba en cada guerra alrededor de un 3 por mil de los habitantes del paísimplicado. En la Primera Guerra Mundial, esa cifra se había elevado a un 14 por ciento.A comienzos del siglo XXI, la población civil es la víctima principal en casi todos losconflictos armados.

3 Jean-Louis DUFOUR, “La Guerre survivra-t-elle au XXe Siècle?”, Politique Etrangère, 1/97, p. 40.4 TILLEMA, Herbert, International armed conflicto since 1945: A bibliographic handbook of wars and military intervention,

Boulder Colorado, Westview Press, 1991. Cit. por NESTER, William, en International Relations. Politics and Economicsof the 21st Century, Belmont CA USA, Wadsworth/Thomson Learning, 2001, p. 286.

5 Citado por NESTER, W. International Relations…, p. 285. Los datos proceden de la obra de SHAW y WONG, Geneticsseeds of warfar: Evolution, nationalism and patriotismo, Boston, Unwin Hyman, 1989.

Page 45: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Felipe Sahagún

44

Desde 1500 el mundo ha vivido más de 600 guerras y ha perdido en ellas más de 150millones de vidas. En el siglo XX, que termina con la caída del muro de Berlín, hubo másmuertos en guerra que en los 400 años anteriores. Otros cambios importantes en el últi-mo siglo:

· Si entre 1495 y 1985 los que iniciaban las guerras las ganaban casi el 60 porciento de las veces, desde entonces sólo las ganan el 18 por ciento de las veces.

· Hace un siglo el 90 por ciento de las víctimas de las guerras eran combatientesuniformados; hoy, el 90 por ciento son civiles.

· Hasta 1945, los países más industrializados eran los más belicosos, tanto entreellos como contra los menos avanzados; desde entonces ningún país industrializado seha enfrentado directamente en guerra a otro. Es lo que John Gaddis ha bautizado como“la larga paz”6 . De hecho, desde 1945 no ha habido guerras directas entre los 50 paísesmás ricos del planeta7 . La razón principal, muy arraigada en la doctrina marxista, es que,sencillamente, no les resulta rentable. Para los más ricos, según algunos teóricos, la gue-rra resulta cada vez más cara y los beneficios derivados de ella, más escasos.

· Desde 1945 casi todas las guerras interestatales y todas las guerras civiles se hanlibrado en el llamado Tercer Mundo.

· La naturaleza de la guerra ha cambiado igualmente: hasta 1945, el 80 por cientode las guerras eran guerras convencionales; desde entonces, sobre todo desde el fin de laGuerra Fría, casi todas las guerras son guerras de guerrilla o de baja intensidad8 .

· Los EE.UU. son el país que ha participado en más guerras desde 1945: ha inter-venido en más de 300, que -dividiendo por los 60 años transcurridos- nos salen cincointervenciones por año9 . Aunque este dato parece contradecir algunos de los anteriores,si tenemos en cuenta el número de guerras iniciadas (entre 2 y 4) y el número de guerrasque continúan (entre 20 y 30) cada año desde 1990, no existe tal contradicción: la mayorparte de las guerras se libran en y/o entre los países menos desarrollados.

· La guerra, en los últimos dos siglos, ha sido más común que la paz y, en unmundo dividido en múltiples estados, los largos periodos de paz han sido escasos. Enotras palabras, la guerra, a lo largo de la historia, ha sido más la norma que la excep-ción10 .

· Sin embargo, teniendo en cuenta que el número de actores estatales se ha multi-plicado por tres desde 1945, en el último medio siglo asistimos a una reducción gradualdel porcentaje de actores involucrados en conflictos bélicos.

Según el SIPRI (Stockholm International Peace Research Institute), en 2003 había enel mundo 19 conflictos armados o guerras en 18 lugares distintos del planeta, la cifra másbaja desde el fin de la Guerra Fría a excepción de 1997, en que se contabilizaron 18

6 GADDIS, John, The long peace: Enquiries into the history of the Cold War, New York, Oxford Univ. Press, 1987.7 MUELLER, John, Retreat from Doomsday: The obsolescence of major war, New York, Basic Books, 1989, p. 5.8 RUSSETT, Bruce y STARR, Richard, World politics: A menu for choice, New York, Freeman, 1990, p. 171.9 Véanse ZELIKOW, Philip, “The United States and the Use of Force: A Historical Summary”, en OSBURN, George K.

y otros (eds.), Democracy, strategy and Vietnam, Lexington Book MA, 1987, pp. 31-84, y BLECHMAN, Barry, yKAPLAN, Stephen, Force without war: U.S. armed forces as a political instrument, The Brookings Institute, 1978,cap. 4. Completar la información con los informes anuales del SIPRI de Estocolmo desde 1990.

10 PEARSON, Frederic S. y ROCHESTER, Martin J. Relaciones internacionales. Situación global en el siglo XXI, SantaFe de Bogotá, McGraw Hill, 2000 (4ª ed.), p. 270.

Page 46: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

45

conflictos11 .

Diez años antes, en 1993, había registrado 34 conflictos armados en 28 lugares delmundo, todos ellos de carácter intraestatal. Es decir, que el número de guerras en losúltimos diez años se ha reducido casi a la mitad, mucho más si aplicamos el criterio delos combatientes muertos para distinguir entre conflicto armado y guerra propiamentedicha.

De las 19 guerras o conflictos armados graves registrados el último año, sólo dos erande carácter interestatal: el que libraban en Irak la resistencia y tropas de los EE.UU. conapoyo de algunos aliados, y el que enfrenta a la India y Pakistán en Cachemira desde laindependencia de ambos países, en 1947. Cuatro de esas 19 guerras se libraban en Áfricay ocho en Asia. Los autores del informe reconocen sus dudas a la hora de clasificar comointraestatal o interestatal la guerra de Afganistán.

Otras características de las nuevas guerras son su naturaleza polimorfa, sus fronterasdifusas, la confusión entre combatientes y civiles, la inexistencia de frentes estables y laviolación permanente de las leyes de la guerra.

La fuente principal de las guerras de hoy, según el SIPRI, es intraestatal y a elloatribuye su resistencia a soluciones rápidas, como se demuestra en los conflictos de Co-lombia y del Oriente Próximo. Es una explicación demasiado general y, por consiguien-te, confunde más que aclara.

RAÍCES DE LOS CONFLICTOS

Un equipo del Centro de Investigación para la Paz (CIP) de Madrid, coordinado porAlberto Piris, ha elaborado, a partir de la bibliografía más importante sobre tipología yraíces de conflictos, unas unidades didácticas muy útiles para uso de escolares que pue-den consultarse en Internet.

Piris resume las causas principales de conflictos en tres grandes grupos: los conflictosde origen psicológico o consecuencia de percepciones, las causas de tipo tradicional (elterritorio, la historia, la economía y los problemas étnicos) y lo que él llama las causasmodernas (falta de democracia, pobreza, deterioro medioambiental y militarismo)12 . Pocosconflictos obedecen a una sola causa.

En el origen de todo conflicto encontramos generalmente incomprensión y colisiónde objetivos. La incomprensión nace de las imágenes que cada actor tiene de sí mismo yde los otros, de las intenciones de los otros hacia él y del poder de los demás.

Las imágenes, a su vez, tienen tres orígenes diferentes: las llamadas imágenes litera-rias se alimentan de la historia narrativa, de los recuerdos, de los relatos y de las conver-saciones, transmitidos sobre todo en la familia, la tribu, el grupo y el lugar de trabajo; las

11 Sipri Yearbook, 2004 (http://editors.sipri.se/pubs/yb04/ch03.html).12 Alberto PIRIS, “Apuntes para una clasificación de los conflictos”, Anuario CIP 1996, pp. 21-39.

Page 47: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Felipe Sahagún

46

imágenes aprendidas -durante mucho tiempo casi exclusivamente en las iglesias, hoysobre todo en los medios de comunicación, especialmente en la radio y en la televisión-, y los conocimientos científicos, transmitidos principalmente en las escuelas y en lasuniversidades.

La mayor parte de los conflictos no alcanza nunca la fase de acción, mucho menos deagresión. Son el resultado de percepciones, necesidades o deseos enfrentados que seresuelven mediante negociaciones, por cansancio de alguna de las partes o por la modi-ficación de alguna de las percepciones, necesidades o deseos que los sostenían. Comodonde no hay crisis, confrontación ni víctimas rara vez hay noticia, la mayor parte de losconflictos pasan desapercibidos para los medios de comunicación y, por consiguiente,también para la opinión pública. Excepcionalmente, algunos conflictos se manifiestande forma violenta y se intentan resolver por la fuerza. La guerra, el terrorismo y ladelincuencia son formas cotidianas de esa manifestación.

Los medios de comunicación, la escuela y las religiones son, a la vez, actores, instru-mentos, mensajes y receptores del proceso. Pueden actuar, según se utilicen de una u otraforma, como armas de paz o de guerra, filtros, codificadores, espejos, carteros, asesores,educadores, fiscales, abogados, defensores, jueces, vendedores, compradores,legitimadores, combatientes, faros de alerta y torres de control. Reflejan, transmiten,destruyen y crean sistemas de valores y de creencias, estereotipos, mitos y tabúes. En elproceso, pueden generar, intensificar, debilitar o destruir aspiraciones compatibles o in-compatibles. En el primer caso, facilitan la solución de conflictos; en el segundo, losalimentan.

Cuando un sistema político, económico, militar o cultural impide la manifestaciónespontánea de un conflicto, como ha sucedido tantas veces en la historia con movimien-tos nacionalistas, religiosos y étnicos, con frecuencia se complica su solución por mediospacíficos, pero no siempre es así.

Durante siglos han buscado sin éxito respuestas a esta cuestión humanistas y científi-cos, políticos y filósofos. Las predicciones de los intelectuales más ilustres han resultadocasi siempre equivocadas. Es evidente que escasean enfoques interdisciplinarios y quecualquier afirmación general puede ser contestada inmediatamente por un sin fin de ex-cepciones.

Si es difícil que coincidan dos autores en las causas de un solo conflicto -todavía sedebaten hoy las causas de la Primera y de la Segunda Guerra Mundial, no digamos de laGuerra Fría y de las guerras de Bush-, mucho más difícil es ponerse de acuerdo sobre lasraíces de los conflictos armados como categoría general.

A partir de las investigaciones de Michael T. Klare13 , el ex director del Observatoriode Conflictos del CIP, Mariano Aguirre, distingue siete tipos:

13 Véase “War, Conflict and Peace in the Post-Cold War Era”, en Peace & World Security Studies. A Curriculum Guide,Londres, Lynne Rienner, 1994.

Page 48: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

47

· Conflictos regionales: potencias rivales que compiten por un territorio, unos re-cursos o un status. Ejemplo: Pakistán y la India.

· Guerras por recursos: la crisis de Kuwait del 92 por el petróleo es un claroejemplo. Las luchas por el agua, según numerosos autores, podrían sustituir al petróleocomo causa de conflictos en el siglo XXI.

· Conflictos separatistas y nacionalistas como los de los Balcanes, Chechenia,Sri-Lanka, etc.: todos aquellos derivados del intento de un grupo de establecer su propioestado. El Ulster y el País Vasco pertenecen a esta categoría.

· Conflictos irredentistas: provocados por grupos étnicos o tribales empeñados enextender sus fronteras para integrar a otros miembros de la misma etnia o tribu. Losproyectos de una Gran Serbia, de una Gran Albania o del Gran Marruecos entrarían eneste apartado.

· Luchas étnicas, religiosas y tribales entre grupos de un mismo estado que com-piten por recursos, tierra, ayuda, etc.: los casos de Somalia, Ruanda, Burundi y la Repú-blica Popular del Congo.

· Guerras revolucionarias y fundamentalistas de grupos que tratan de imponeruna determinada ideología o visión del mundo: los fundamentalistas islámicos en nume-rosos países musulmanes, las milicias en los EE.UU…

· Luchas por la democracia, el anticolonialismo y las reivindicaciones indígenas:el movimiento zapatista mexicano, por ejemplo14 .

La realidad es mucho más compleja y cualquiera de las simplificaciones anteriores,independientemente de su utilidad didáctica, plantea tantos o más problemas de los queresuelve. ¿Dónde situaríamos, por ejemplo, la confrontación ideológica que dominó lavida internacional durante casi todo el siglo XX? ¿Dónde empieza el irredentismo yterminan los fosfatos o la ambición de poder en la anexión marroquí del Sahara occiden-tal? Podríamos seguir hasta llenar una enciclopedia de interrogantes sin respuesta. Si delos tipos y de las causas pasamos a las soluciones, sucede lo mismo. La trilogía preven-ción-intervención-reconstrucción se ha convertido ya en un tótem al que todos recurrencuando no saben qué hacer.

LA PISTA DEL DINERO

Los estudios más rigurosos que se han hecho en los últimos decenios sobre las raícesde los conflictos señalan, como principales causas, la pobreza extrema y la dependenciade materias primas.

“Cada vez que estalla una guerra civil, algún historiador traza su origen en el sigloXIV y algún antropólogo desentierra sus raíces étnicas”, escribe Paul Collier, directordel grupo de investigación sobre desarrollo del Banco Mundial, en el tercer número de2003 de Foreign Policy. “No se lo crean tan fácilmente”, aconseja. “Algunos países son

14 Mariano Aguirre. Los días del futuro. Icaria, Barcelona 1995, pp. 168-169. También “Conflits armés fin de siècle”, enLe Monde Diplomatique. Noviembre 1995, pp. 10.

Page 49: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Felipe Sahagún

48

más propensos que otros a la guerra civil, pero historias lejanas y tensiones étnicas raravez son las mejores explicaciones de un conflicto. Es mejor que analicen el pasado re-ciente y, sobre todo, sus condiciones económicas”15 .

Cuando un país alcanza la renta per capita de las naciones más ricas del mundo, elriesgo de que se produzca una guerra civil es mínimo. Unos 900 millones de personasviven hoy en esa situación. Si, como señala Collier, cuatro mil millones viven en paísesde ingresos medios o a punto de conseguirlos gracias al crecimiento rápido y a la diver-sificación de sus economías -donde el riesgo de guerra es reducido-, “el conflicto poten-cial se concentra en los países habitados por los 1.100 millones restantes que habitan elplaneta”16 .

Entre 1960 y 1999 hubo 52 guerras civiles importantes. Al analizar las circunstanciassociales, políticas, históricas, económicas y geográficas de todas ellas, descubrimos unaduración media de siete años por conflicto y un legado de miseria y de enfermedades ensu origen.

Collier y Anke Hoeffler han estudiado por quinquenios esos cuarenta años y hanidentificado para el Banco Mundial las condiciones anteriores a los conflictos que po-drían ayudarnos a predecir o anticipar el estallido de guerras futuras. Entre sus conclu-siones destacan las siguientes:

· La desigualdad de renta y la diversidad étnico-religiosa, citadas tantas vecespara explicar muchos conflictos, no parecen aumentar el riesgo de guerra. Brasil es tandesigual o más que Colombia. La diversidad étnica y religiosa, de hecho, reduce el ries-go de guerra civil, salvo cuando el grupo étnico mayoritario convive con una minoríaimportante. Son los casos de Sri-Lanka, Ruanda y Bosnia, por citar sólo tres.

· Una vez que se inicia una guerra, suele durar mucho más tiempo si el país cuentacon dos o tres grupos étnicos dominantes.

· Que en un conflicto estén enfrentados dos o más grupos étnicos, sin embargo, nosignifica que la causa sea la diversidad étnica. Los medios de comunicación se fijan confrecuencia en la historia y la etnicidad porque los jefes rebeldes enfrentados tienden ahacer suyo ese discurso para ganar apoyo y legitimidad entre la población, y, ya en laguerra, reforzar la cohesión de sus milicias y/o conseguir dinero de la diáspora de esaetnia, si la hubiera, en el norte rico.

· En contra de una opinión muy extendida -que la democracia reduce casi a cero elriesgo de guerra-, Collier y Hoeffler concluyen que, al menos en los países pobres o debajos ingresos, el riesgo de guerra es independiente de la democracia. Ese riesgo esmucho mayor en los países situados entre los dos extremos de la autocracia y de lademocracia plena. La guerra más reciente en Costa de Marfil nos muestra el enormepeligro que existe de conflicto armado en las democracia más jóvenes, donde las institu-ciones todavía son frágiles y los gobiernos carecen todavía de ejércitos y policías conso-lidados.

15 Paul COLLIER, “The market for Civil War”, Foreign Policy, May-June, 2003, p. 40.16 Íbidem.

Page 50: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

49

· Han comprobado, también, que cuando un país sufre una guerra civil, aumentaconsiderablemente el riesgo de que la guerra se repita y que ese riesgo disminuye amedida que se logra prolongar la paz.

· Otra conclusión interesante es que la guerra civil, posiblemente porque cambiael equilibrio de intereses dentro de los países que la padecen, tiende a autoalimentarse ya perpetuarse. En otras palabras, los grupos dominantes en un conflicto invierten enarmas, guerrillas, infraestructuras, etc. que sólo sirven para la guerra. Si, como sueleocurrir, la guerra se convierte en su fuente de negocio aunque el resto de la sociedadsufra terriblemente, será muy difícil que acepten la paz. De hecho, los partidarios de lapaz, para salvar lo mucho o poco que tengan, tienden a huir fuera del lugar del conflicto.

· La geografía tiene, igualmente, una influencia considerable. Se conocen pocoscasos de guerrillas que hayan tenido mucho tiempo en jaque a un Gobierno en paísesdesérticos y llanos.

· Todos estos factores pasan a un segundo plano cuando se introduce la variableeconómica. Economía pobre y en declive, y fuerte dependencia de las exportaciones derecursos naturales son, con diferencia, los principales incentivos de las guerras.

“Cada punto adicional de crecimiento de la renta per capita reduce alrededor del 1%el riesgo de conflicto”, escriben. “Y al revés, es mucho más probable que las guerrassigan a periodos de colapso económico, como sucedió en Indonesia tras la crisis econó-mica de finales de los 90. Si la renta per capita de un país se multiplica por 2, el riesgo deque padezca un conflicto armado se reduce, aproximadamente, a la mitad”17 .

En los países que dependen excesivamente de la exportaciones de recursos naturales,los rebeldes pueden -y normalmente lo consiguen- hacerse con el control de parte de esecomercio para financiar sus operaciones militares. Sin los diamantes no se entienden lasguerras de Angola y Sierra Leona. Sin la madera, los Jemeres Rojos nunca habrían llega-do hasta donde llegaron en Camboya.

El vínculo entre materias primas y guerra es mucho más complejo. Las multinaciona-les que, generalmente, acuden a explotar esos recursos son presas fáciles del chantaje yde los secuestros con los que los rebeldes y los terroristas también se financian. Es fácilde comprender, por último, que los habitantes de las zonas ricas en recursos naturales sonmás propensos a la secesión, por la fuerza si es preciso, que los de las zonas sin recursos:Aceh (Indonesia), Cabinda (Angola) y Biafra (Nigeria) son ejemplos de ello.

El separatismo de estas regiones suele verse atizado por la forma en que los Gobier-nos, casi siempre camarillas corruptas e incompetentes, dilapidan los recursos y por elapoyo que, con frecuencia, reciben de los países vecinos.

Todos estos factores, por sí solos, no bastan para explicar muchas guerras civiles si nose dan las condiciones que permiten a una rebelión organizarse y sobrevivir. El liderazgonacional y el comportamiento de las multinacionales con intereses en esos países deter-

17 Íbid., p. 41.

Page 51: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Felipe Sahagún

50

minan muy a menudo que una rebelión consiga la fuerza militar necesaria para desenca-denar la guerra.

La intervención militar exterior rara vez es la solución. Es mucho más eficaz cortarlas fuentes de financiación de las organizaciones rebeldes. Si no hay mayor riesgo deguerra civil que allí donde se acaba de salir de una guerra civil, es obvio que, con fuerzasde paz adecuadas, ese riesgo se reduce. La condición indispensable es que la fuerza depaz sea creíble y disuasoria, y se prolongue el tiempo necesario para facilitar la recons-trucción económica del país. Desgraciadamente, muchas misiones de paz no son creí-bles, se interrumpen antes de que el país se recupere y no van acompañadas de los me-dios imprescindibles para esa recuperación.

LAS SIETE LECCIONES DE CARL BILDT PARA IRAK

Tras la guerra de Irak, el ex primer ministro sueco, destinado ahora en la RANDCorporation, mediador durante años de la ONU y de la UE en las guerras de los Balcanes,reconocía que no hay dos conflictos iguales, pero que de las experiencias más recientesen lugares tan alejados como Haití, Kosovo y Timor Oriental se pueden extraer al menossiete lecciones que ayudarían a estabilizar el Irak pos-Sadam18 :

· 1ª: Lo más urgente, tras la guerra, es restablecer la seguridad. “En Bosnia fraca-samos en la transferencia crítica de territorios en Sarajevo”, escribe Bild. “En Kosovo elmandato de las tropas era más claro, pero tampoco protegimos a las minorías. En amboscasos estamos pagando todavía las consecuencias”. En Afganistán fue todavía peor, allimitar la seguridad internacional a Kabul.

· 2ª: El desafío más importante no es la reconstrucción física, por importante,costosa y lenta que sea, sino la construcción de la infraestructura política que una a lasfuerzas enfrentadas y garantice un mínimo de orden que haga posible poner en pie lasactividades económicas necesarias para que la gente trabaje y coma.

· 3ª: Para construir un Estado, hay que saber qué Estado se desea construir, lo cualexige, normalmente, un acuerdo de paz o una constitución. “Es obvio el riesgo de desin-tegración de Irak y sus consecuencias si no hay un acuerdo rápido sobre una estructuraconstitucional que una a árabes, kurdos, turcomanos y asirios de las diferentes creenciasen un sistema aceptable para todos”.

· 4ª: Los problemas humanitarios siempre parecen los más graves al principio,pero es peligroso si toda la atención se enfoca en ellos y no en lo fundamental, que es lacreación de empleo y de una clase media sólida: las dos condiciones esenciales de laestabilidad a largo plazo. Para llegar a ese objetivo, hay que resolver cuanto antes losproblemas de la moneda, las aduanas, los sistemas fiscales, el derecho comercial, elsistema bancario, la reestructuración de la deuda y el acceso a los mercados internacio-nales de capital.

· 5ª: Sin unas fronteras tranquilas y seguras, es muy difícil estabilizar un país quesale de una guerra. Todo el mundo reconoce que nada facilitaría más la posguerra enIrak que una avance rápido hacia la paz entre israelíes y palestinos.

18 Carl BILDT, “Hard-earned lessons on nation-building”, International Herald Tribune, 7 de mayo de 2003, p. 6.

Page 52: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

51

· 6ª: Cuanto mayor sea el apoyo internacional, más fácil será la posguerra.· 7ª: No hay procesos de reconstrucción estatal rápidos ni fáciles. Hay que pensar

en años o en decenios y se necesita mucha paciencia.

Sin duda, todo lo que se haga para prevenir un conflicto, eliminar sus raíces, reducirsus efectos más negativos y recuperar la confianza entre las partes enfrentadas bien he-cho está, pero es más que dudoso, a tenor de la experiencia, que las recetas particularessirvan de mucho si no se tienen en cuenta dos paradigmas o modelos generales: el para-digma del cambio de sistema y el paradigma de la disuasión.

EL NUEVO PARADIGMA

Hay tres formas de ver la historia:a) Como un caos al que los historiadores se empeñan inútilmente en dar forma.b) Como una sucesión de rupturas o revoluciones interrumpida de vez en cuando

por momentos excepcionales de equilibrio y calma, en los que el tiempo y el espacioparecen detenerse a descansar para reponer energías, o…

c) Como una especie de cadena continua de causas y consecuencias que, sólo enocasiones, se rompe para dejar paso a una nueva cadena, época histórica o era.

Una de esas ocasiones parece que fue el gran resurgimiento social e intelectual que seprodujo en la vertiente de los siglos XI y XII. Otra, el período del Renacimiento y de laReforma en Europa. La segunda mitad del siglo XVII, con el nacimiento del Estado-nación, la Revolución Francesa, la primera unificación alemana y las dos guerras mun-diales son transiciones, mutaciones o momentos de cambio revolucionario similares.

Es fácil observar que el tiempo histórico -los procesos de continuidad y cambio- decada región del planeta ha sido diferente. En una de las pocas cosas en las que todos losobservadores están hoy de acuerdo es en que nos encontramos en otro de estos momen-tos excepcionales de mutación, una mutación que, como consecuencia de los cambiosdel último siglo, es por vez primera global. Tan global que autores tan prestigiosos comoJames Rosenau nos sugieren que dejemos de hablar de política internacional y utilice-mos sólo conceptos como global o posinternacional.

¿Cómo podemos reconocer el comienzo de nuevo sistema? El profesor StanleyHoffmann respondía ya en 1961 que sabremos que hemos entrado en un nuevo sistemainternacional cuando recibamos respuestas nuevas a cualquiera de las tres preguntas si-guientes:

· 1ª: ¿Cuáles son las unidades básicas del sistema?· 2ª: ¿Cuáles son los objetivos predominantes en política exterior de las unidades

del sistema?· 3ª: ¿Qué pueden hacer y hacerse los actores o las unidades del sistema con sus

medios militares y económicos?19 .

19 Cit. por Charles W. KEGLEY Jr. y Eugene R. WITTKOPF e n World Politics. Trend and transformation, Nueva York, St.Martin’s Press, 1993, pp. 5-6.

Page 53: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Felipe Sahagún

52

Aplicando los criterios de Hoffmann, no cabe la menor duda de que asistimos alnacimiento de un nuevo sistema internacional, global o posinternacional. Algunas de lasunidades más importantes del sistema se han transformado en muy poco tiempo. Laconquista territorial ha dejado de ser el objetivo predominante de la política exterior delos principales actores.

El instrumento económico y cultural ha aumentado en influencia, pero no ha sustitui-do al militar como medio principal de dominio o control. El poder, la religión, la políticay el dinero siguen siendo las causas principales de casi todos los conflictos.

Las principales amenazas contra la seguridad han dejado de ser ideológicas. Avancesimportantes en la tecnología, el transporte, las comunicaciones y, sobre todo, la organi-zación humana han modificado radicalmente las fuentes de poder y lo que cada actorpuede hacerse y/o hacer a otros con ese poder.

Muchas de las fronteras geopolíticas entre potencias y bloques que han constituidolas líneas de fractura del siglo XX han perdido importancia y surgen nuevos conflictos oresurgen conflictos viejos que estaban dormidos o apagados.

La búsqueda de los nuevos focos de conflicto ha dado lugar ya a varias teorías. Elprofesor Keneth Waltz, de la Universidad de California en Berkeley, sugiere que sereavivarán los cismas territoriales de períodos anteriores en cuanto alguna de las poten-cias emergentes -China, la nueva Europa, otra Rusia, Alemania o Japón- adquieran lafuerza suficiente para competir con los EE.UU. Más polémica y novedosa es la sugeren-cia del profesor de Harvard Samuel Huntington de que los principales conflictos de laposguerra fría estarán en las periferias de las grandes civilizaciones.

“Los Estados-nación seguirán siendo los actores más poderosos”, escribe, “pero losprincipales conflictos de la política global se producirán entre naciones y grupos de civi-lizaciones diferentes, y el choque de civilizaciones dominará la política global. Las lí-neas de fractura entre civilizaciones serán los frentes de batalla del futuro”.

Otros mantienen que las futuras líneas de fractura no estarán entre los principalesestados o civilizaciones sino en el creciente nexo que separará a las sociedades democrá-ticas y de libre mercado, y a los países que se resisten a estas fuerzas.

Todas estas respuestas siguen adoleciendo de un defecto grave: comparten la creen-cia de que los frentes de batalla del futuro (término de Huntington) seguirán teniendofronteras definidas geográficamente. Muchos de los conflictos más graves de los últi-mos años -de Bosnia a Ruanda, pasando por Argelia- no se puede explicar del todoutilizando los modelos anteriores. Otras formas cada vez más frecuentes y destructivasde violencia, como el terrorismo o los enfrentamientos raciales y religiosos, tampocoresponden o están limitados por geografía o civilización alguna20 . Si quedaba algunaduda, Osama Bin Laden se encargó de borrarla para siempre el 11-S.

Russell dijo en cierta ocasión que “el universo está hecho todo de manchas y sal-

20 Íbidem, pp. 26.

Page 54: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

53

tos”21 . Esta misma impresión les produce la historia a muchos historiadores. Como escri-bió Geoffrey Barraclough, “en todos los grandes viajes al pasado nos encontramos con lofortuito, lo imprevisto, lo nuevo, lo dinámico y lo revolucionario, y momentos en los quela humanidad salió de su camino trillado para seguir nuevas pistas y nuevos derrote-ros”22 .

Para bien o para mal, hoy somos testigos de uno de ellos.

En la nueva Doctrina Bush subyace la idea de que, frente a las nuevas amenazas, ladisuasión, tal como se ha aplicado y concebido en la Guerra Fría, ya no sirve. Frente aenemigos invisibles, de difícil localización geográfica, dispuestos a lanzar ataquesindiscriminados por motivos fanáticos de imposible racionalización se necesitan nuevasrespuestas.

De la vieja disuasión sobrevive, en cambio, el principio de que, sin un poder militarfuerte y la voluntad creíble de utilizarlo, no hay posibilidad de mantener la paz.

El historiador Donald Kagan es un firme partidario de la fuerza como instrumento dereducción de conflictos armados23 .

Tras estudiar muchas de las principales guerras de la historia, concluye que los perio-dos más prolongados de paz coinciden con los sistemas políticos más militarizados. Laspoleis griegas eran comunidades de guerreros. La cultura romana veneraba las virtudesmilitares.

La mayor parte de las democracias actuales defienden valores muy diferentes: el indi-vidualismo, la libertad, el bienestar, la tranquilidad, el pacifismo con raíces en Buda y enel Sermón de la Montaña. Cada vez, señala Kagan, se sacrifican más las necesidadesexternas y la seguridad al bienestar interior. La historia, concluye, nos enseña que elapaciguamiento y el desarme son antesalas inevitables de guerras y de conquistas por-que, en lugar de disuadir, incentivan acciones hostiles de los adversarios.

21 Bertrand RUSSELL, The Scientific Outlook,.Londres, 1931, p. 98.22 Geoffrey BARRACLOUGH, Introducción a la Historia Contemporánea, Madrid, Gredos, 1993 (70ª reimpr.), p. 12.23 KAGAN, Donald, Sobre las causas de la guerra y la preservación de la paz, Madrid, Turner. Fondo de Cultura

Económica, 2003, pp. 491-498.

Page 55: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en
Page 56: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Comunicaciones

Page 57: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en
Page 58: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004Pgs. 57 a 69

ISBN: 84-609-4105-1

GUERRA Y CABALLERÍA EN LA BAJA EDAD MEDIACASTELLANA. UN ANÁLISIS DE LAS CRÓNICAS DE LA

ÉPOCA

Mª Rosario Osorio Domínguez

IES Los MoriscosCerro de las Cruces, s/n

06228 HornachosBadajoz

[email protected]

Page 59: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

58

Page 60: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

59

GUERRA Y CABALLERÍA EN LA BAJA EDAD MEDIA CASTELLANA.UN ANÁLISIS DE LAS CRÓNICAS DE LA ÉPOCA

Mª Rosario Osorio Domínguez

RESUMEN

La presente comunicación consiste en un análisis del mundo de laguerra y del papel de la caballería tomando como fuente principalla cronística castellana de los siglos XIV y XV. La época que aquí nosocupa resulta especialmente interesante para estudiar los profundoscambios que vivió la guerra, su organización, armamento y comba-tientes ya en la antesala de la Edad Moderna. Aunque en estos dossiglos la guerra aún no se había profesionalizado, aunque los ejérci-tos tenían aún un fuerte carácter feudal, las transformaciones pro-ducidas eran ya muy profundas. La caballería pesada, base de losejércitos medievales, estaba perdiendo cada vez más su papel gue-rrero y cediendo su lugar a otros combatientes de distinto status so-cial y también con una táctica y una mentalidad muy distintas de lade los tradicionales “señores de la guerra” propios del medioevofeudal.

WAR AND CAVALRY IN THE CASTILIAN LOWER MIDDLEAGES. AN ANALYSIS OF THE CHRONICLES OF THE TIME

The present article consists of an analysis of the world of war andthe role of cavalry, taking the Castilian chronicles in the XIV and XVcenturies as the main sources. Such an epoch results mainly interest-ing in order to study the deep changes that the war, its organisation,armament and combatants already suffered in the anteroom to Mod-ern Age. Even though in these two centuries the war had not beenprofessionalized yet, although the armies still have a strong feudalcharacter, the transformations produced were already very deep. Theheavy cavalry, base of the mediaeval armies, was losing its warringrole and giving way for other combatants of different social statusand with different tactics and mentality from those of the traditional“lords of the war” typical of feudal mediaeval times.

Page 61: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Mª Rosario Osorio Domínguez

60

I. INTRODUCCIÓN

Durante varios siglos, la guerra contribuyó en gran medida a modelar las estructurasdel mundo medieval. No es extraño que los cronistas de la época la creyeran, por exce-lencia, una materia digna de ser historiada, ni que llenaran buena parte de sus escritoscon correrías, cabalgadas, batallas o asedios. Por otra parte, la guerra era un acto valiosoy prestigioso, constituía una especie de pedagogía superior que, a través del ascetismo yde la negación absoluta del placer, llevaba al hombre -al caballero- hacia la perfeccióninterior. No obstante, la cronística es con frecuencia una fuente sumamente contradicto-ria cuando tratamos de analizar a través de ella el mundo de la guerra medieval. A menu-do en sus relatos encontramos todo tipo de incorrecciones, cifras exageradas y parciali-dad por parte de los autores. No debemos olvidar que estos cronistas sólo narraban lo queellos, en muchos casos, habían vivido o conocido personalmente. Por hallarse tan cercade los hechos descritos su testimonio era no pocas veces confuso, escasamente objetivoy lleno incluso de prejuicios propios de la época.

Aquellos escritores tendían a ser conservadores. Su ideología no era otra que la de latradicional nobleza feudal, y muchas veces, en su deseo de presentar el hecho de armascomo algo noble y selecto, lleno de heroísmo y virtud caballeresca, llegaban a describirel encuentro de manera poco clara, y con un entusiasmo que nos hace difícil cualquiertipo de análisis.

A pesar de todo este cúmulo de prejuicios, imprecisiones y paradojas, a estos escrito-res les tocó vivir y conocer una época contradictoria en cuanto al modo de practicar laguerra, y todos esos cambios quedaron al fin plasmados, más o menos conscientemente,en sus obras. Nos hallamos en una época en la que nada parecido a un ejército profesio-nal moderno se conocía aún, a pesar de lo cual el armamento y la táctica se estabanmodificando profundamente. El caballero, que durante siglos había sido el pilar de laguerra medieval, se hallaba ahora acorazado bajo una armadura que era a la vez su mayorprotección y su inevitable debilidad. Otros combatientes, no tan nobles ni heroicos, carentesdel sentido del honor caballeresco pero enormemente eficaces, se iban abriendo caminoen el escenario de las múltiples guerras que asolaron la baja Edad Media. Este es elmarco que los cronistas castellanos, con todas sus contradicciones, acaban presentandoante nosotros, y que seguidamente vamos a analizar.

II. CABALLEROS Y OTROS HOMBRES MONTADOS: DISTINTOS TIPOS DECOMBATIENTES EN LA BAJA EDAD MEDIA

Entre los cronistas de la baja Edad Media aún era bastante habitual el considerar queel combatiente por excelencia, a quien se atribuía todo tipo de méritos, honores y cuali-dades literarias, era el caballero1 . Este “centauro dominador de Europa”2 había llegado a

1 DÍEZ DE GAMES, G. El Victorial. Crónica de don Pero Niño, conde de Buelna, ed. y est. de Juan DE MATA CARRIAZO,Madrid, 1940, cap. VIII, p. 40.

2 WHITE, L. Tecnología medieval y cambio social, Buenos Aires, 1973, p. 54.

Page 62: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

61

modelar, al parecer, la práctica de la guerra y había sentado los cimientos de la sociedadoccidental. Aquélla seguía siendo una opinión bastante común en los siglos XIV y XVaunque lo cierto es que, en buena medida, los tiempos habían cambiado según hemosdicho antes.

En primer lugar, el caballero había llegado a ser mucho más que un guerrero y, ensegundo, el combate, cada vez más complejo en táctica y armamento, distaba ya muchode la tradicional carga de la caballería pesada, sobre todo si tenemos en cuenta que lasbatallas campales eran mucho menos frecuentes de lo que pueda imaginarse3 .

Casi todos estos cronistas acostumbraban a usar, posiblemente sin reflexionar muchoen ello, vocablos muy diversos para designar a los distintos tipos de combatientes: “hom-bres de armas”, “jinetes”, “hombres que cabalgan a la guisa” o a la “gineta”, “lanceros”,“ballesteros”, “adalides”, “lanzas”, “cabalgaduras”, “rocines”... Frente a todos estos hom-bres, el término “caballero” era el único que iba más allá del terreno de lo militar. Elcaballero era mucho más que un guerrero montado a caballo, y con razón podemos decirque el único vínculo entre ese caballero y el heterogéneo grupo de guerreros montadosque nombran las crónicas, era el caballo. Las diferencias de status social y de rango en laguerra abrían una profunda brecha entre aquel y el resto de los encabalgados.

Los guerreros montados acostumbraban a dividirse en dos categorías: la de los caba-lleros pesados, llamados también “hombres de armas”, y la de los caballeros ligeros,designados como “jinetes”.

En el siglo XV el hombre de armas era un hombre a caballo pesadamente armado conun arnés rígido, armadura que en este siglo había triunfado por completo salvo en algu-nas áreas de la garganta y la cintura, aún cubiertas con piezas de malla. A grandes rasgossus armas ofensivas consistían en lanza, espada, maza, machete, etc.4 . Lo que los cronis-tas denominan como “lanza” no era un único combatiente sino un hombre de armasacompañado por dos o tres asistentes, jinetes o pajes5 .

En cuanto a los jinetes, para referirse a ellos los escritores medievales solían utilizartambién el término “roçines” o la expresión “cabalgar a la gineta”6 . A estos jinetes no seles nombra con demasiada asiduidad, tal vez porque para muchos escritores el guerreropor excelencia seguía siendo el caballero pesado.

No obstante, como ya hemos dicho, el mundo de la guerra fue cambiando poco apoco. Los hombres de armas perdieron su preeminencia y tuvieron que ceder su lugar aotros combatientes. Según P. Contamine, a finales del siglo XV ya había en los ejércitos

3 Véanse, por ejemplo, los comentarios sobre la escasez de batallas campales en la baja Edad Media de CONTAMI-NE, P. La guerra en la Edad Media, Barcelona, 1984, pp. 274 y ss.

4 Entre los numerosos estudios de conjunto acerca del armamento y las armaduras medievales pueden consultarsepor ejemplo BLAIR, C. European Armour, c. 1066 to c. 1700, Londres, 1958; OAKESHOTT, R .E. A Knight and hisArmour, Londres, 1964. Una bibliografía muy completa sobre el tema, mucha de ella comentada, en SOLER DELCAMPO, A. El armamento medieval hispano, Madrid, 1987.

5 Gráficamente, la “lanza” como unidad táctica de combate puede verse en FUNCKEN, L. y F. Le costume, l’armure etles armes au temps de la chevalerie, vol. I: Du huitième au quinzième siècle, París, 1977, pp. 86-89.

6 Por ejemplo, en CARRILLO DE HUETE, P. Crónica del Halconero de Juan II, ed. y est. de Juan DE MATA CARRIAZO,Madrid, 1946, cap. CXXXI, p. 95.

Page 63: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Mª Rosario Osorio Domínguez

62

europeos más jinetes que hombres de armas y se daba también una enorme promoción delos tiradores montados, tanto arqueros como ballesteros. Parece, sin embargo, que Castillase había quedado un tanto anticuada en cuanto a ciertas innovaciones militares: estostiradores, tanto si iban a pie como a caballo, solían ser obviados en las crónicas castella-nas y todo parece indicar que su presencia era mucho menor que en otros lugares deCentroeuropa7 .

En cuanto al vocablo “caballero”, durante varios siglos había servido para designar almero hombre de armas, pero en las últimas centurias medievales la palabra acabó porconvertirse más bien en sinónimo de noble o hidalgo. A diferencia del hombre de armas,el verdadero caballero había obtenido la caballería a través de una prestigiosa ceremoniade ingreso en la misma, y con frecuencia se le nombraba como “caballero de espuelasdoradas”. Era, sin duda, un hombre de linaje y los propios cronistas castellanos enten-dían que el valor y las cualidades caballerescas eran algo que el caballero recibía desde lacuna y que venía transmitido por la propia leche materna; no existía diferencia entre lavirtud individual y la de los antepasados, verdadero tesoro que le era otorgado al caballe-ro al ser armado como tal8 .

Por último, no debemos olvidar que desde finales del siglo XV estos caballeros seiban convirtiendo cada vez más en hombres de corte -todo un símbolo del “otoño de laEdad Media”-. La excepción a la regla la constituían los caballeros de la frontera, unterritorio donde todavía existía una cierta movilidad social y donde el caballero villanoposeía aún un papel importante y un estilo de vida que lo acercaban paulatinamente a lanobleza de linaje. Pero los cronistas de la época, hombres bastante conservadores a esterespecto, seguían vinculando los términos “caballero” y “caballería” al mundo de la gue-rra y de la hueste. La estampa del perfecto caballero, aunque cada vez más refinada ycortés, seguía siendo la de un guerrero hábil y valeroso, amén de muchas otras virtudes.Gutierre Díez de Games, el autor de El Victorial, lo expresaba de la siguiente manera:

“Los cavalleros, en la guerra, comen el pan con dolor; los biçios della son dolores e sudores:vn buen día entre muchos malos. Pónense a todos los trabaxos, tragan muchos miedos, pasan pormuchos peligros, abenturan sus vidas a morir o vivir. Pan mohoso o vizcocho, viandas mal adovadas,a oras tiene, a oras non nada. Poco vino o no ninguno. Agua de charcos o de odres. Las cotasvestidas, cargados de fierro, los henemigos al ojo. Malas posadas, peores camas. La casa de traposo de ojarasca, mala cama, mal sueño”.

III. LA GUERRA

En principio, debemos reconocer, como ya han demostrado no pocos investigadores,que es imposible reconstruir a posteriori el desarrollo de una batalla campal9 . Cronistascomo Gonzalo Chacón o Alonso de Palencia entre otros coinciden en describir la refrie-

7 CONTAMINE, P. Op. cit., pp. 164 y ss.8 DÍEZ DE GAMES, G. Op. cit., p. 37.9 “Toda narración de una batalla formal debe evitar dos escollos contrapuestos, la dramatización, por un lado, pero

también la racionalización, es decir, la reconstrucción ‘a posteriori’ de una táctica, de un esquema directivo quequizá nunca se haya practicado o ni siquiera imaginado” (CONTAMINE, P. Op. cit., p. 268). Véase también SMAIL,R.C. Crusading Warfare (1097-1193), Cambridge, 1956, p. 163.

Page 64: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

63

ga posterior al choque de la caballería como una lucha informe, que acababa resolvién-dose en caóticos encuentros individuales.

No debemos olvidar que la batalla medieval, dominada por la carga de la caballeríapesada, era escasamente compleja a nivel táctico. La fuerza de la caballería se basó siem-pre en su inmensa capacidad de choque en los encuentros en campo abierto. Por el con-trario, una vez descabalgado, el caballero perdía parte de su efectividad, ya que sus ar-mas, cada vez más pesadas, le impedían la libertad de movimientos. Para lograr esaeficacia era necesario que la compacta formación de la caballería avanzara conservandoun perfecto orden en sus haces, pues de lo contrario, perdida su fuerza de acometida,podía ser presa fácil de los enemigos. Pero por el propio carácter de las armas la caballe-ría pesada adolecía a menudo de flexibilidad: era difícil conservar el orden durante unlargo recorrido, y las irregularidades del terreno podían ocasionar una rápida desorgani-zación en sus filas; si a eso se sumaba una disposición eficaz por parte del adversario, labatalla estaba perdida10 . Situaciones como ésta se dieron en batallas como la del Troncosoo la famosa de Aljubarrota, donde los caballeros castellanos, incapaces de avanzar por unterreno muy accidentado, fueron pasto de los temibles arqueros galeses11 .

A todo esto podríamos sumar uno de los males frecuentes de la caballería medieval: lafalta de organización, la ausencia sorprendente de espíritu de cuerpo y un individualismoque llevaba a veces a los hombres de armas a incumplir las órdenes dadas12 .

En Castilla, la guerra tuvo durante la Edad Media dos vertientes bien diferenciadas:además de los enfrentamientos con los distintos reinos cristianos de Occidente, en lossiglos XIV y XV se tuvo que hacer frente a unos ataques granadinos y norteafricanosque, en ciertos momentos, llegaron a absorber la mayor parte de las fuerzas militarescastellanas. En general, podemos afirmar que la caballería pesada se mostró superiorfrente a los moros en las batallas campales. Tanto en la Boca del Asna, durante la toma deAntequera13 , como en la batalla de La Higueruela, veintiún años después14 , la pesadadensidad de la caballería “a la castellana” demostró gran eficacia en este tipo de encuentros.

Pero aunque la caballería resultaba idónea en las batallas campales, no ocurría lomismo al practicarse la “guerra guerreada” contra los moros. Este tipo de guerra no teníapor objetivo la conquista definitiva. Por el contrario, estaba compuesta de breves y rápi-das incursiones donde sólo se pretendía el desgaste económico del adversario, incendiarsus campos, destruir sus molinos y acequias y robar sus ganados. Ni tan siquiera era

10 Contamos con un artículo especialmente significativo sobre la actuación de la caballería pesada en las guerrasmedievales: GAIER, C. “La cavalerie lourde en Europe occidentale au XIII siècle; un problème de mentalité”, RevueInternationale d’Histoire Militaire, 1971, pp. 385-396.

11 LÓPEZ DE AYALA, P. Crónica de Juan I, ed. B.A.E., t. XVIII, Madrid, 1953, p. 103.12 Un ejemplo de ello fue la batalla de El Salado (Crónica de don Alfonso el Onceno, ed. B.A.E., t. CXVI, Madrid, 1953,

caps. CCL-CCLI, pp. 323-328). Podemos encontrar dos buenas descripciones de la batalla en HUICI MIRANDA, A.Las grandes batallas de la Reconquista durante las invasiones africanas (almorávides, almohades y benimerines),Madrid, 1956, pp. 356-362; y en GARCÍA FERNÁNDEZ, M. Andalucía, guerra y frontera, 1312-1350, Sevilla, 1990,pp. 68-74.

13 GARCÍA DE SANTA MARÍA, A. Crónica de Juan II de Castilla, ed. de Juan DE MATA CARRIAZO, Madrid, 1982, cap.143, pp. 304 y ss.

14 CHACÓN, G. Crónica de don Álvaro de Luna, condestable de Castilla, maestre de Santiago, ed. y est. de Juan DEMATA CARRIAZO, Madrid, 1940.

Page 65: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Mª Rosario Osorio Domínguez

64

forzoso que en estas correrías se produjera el enfrentamiento con los enemigos, aunqueel grupo debía estar siempre preparado para un ataque, en cuyo caso el factor sorpresa yla rapidez de movimientos eran decisivos en el éxito o fracaso de la empresa. Como es desuponer, la caballería castellana, con su parsimoniosa solidez, solía verse impotente antela ligereza de los musulmanes, que además luchaban en tierras muy fragosas y tenían unperfecto conocimiento de la zona.

Ya en tiempos de Alfonso XI el infante don Juan Manuel, en su Libro de los Estados,se refería a tales desventajas15 . La caballería granadina tenía justo lo que le faltaba a lapesada caballería castellana: la agilidad. Su liviano armamento y la ligereza de sus equi-pos permitían a estos jinetes un ritmo de lucha mucho más rápido y flexible: desde ladistancia podían contemplar las huestes del enemigo, escoger el lugar oportuno para elataque, evitar la carga de los contrarios cuando fuera necesario o llevarlos hacia unacelada. Podían también atacar una hueste enemiga en marcha, lanzarse sobre sus flancosy retaguardia y envolverla por completo. Y si el adversario era superior en número siem-pre tenían la oportunidad de emprender la huida sin que fuera forzosa la desorganizaciónde la tropa. Por eso, según don Juan Manuel, debía actuarse con mucha cautela ante losmusulmanes que, con sus tácticas, eran capaces de romper la sólida formación de lacaballería castellana. Ésta debía tener mucho cuidado cuando persiguiera a sus enemi-gos, evitar el desorden y las peligrosas emboscadas conocidas con el nombre de torna fuy.

Para hacer frente a las tácticas musulmanas, Alfonso XI empezó a introducir en sufilas una caballería “a la gineta” a imitación de sus vecinos granadinos y norteafricanos:se aligeró el peso de la loriga y se suprimieron diversos elementos de protección comolas canillas, los quijotes..., y se sustituyó también la pesada silla castellana por otra lige-ra, de estribos cortos, que permitía al jinete cabalgar con las piernas encogidas, lo queproporcionaba una mayor movilidad a los brazos y al tórax. A la vez, el armamentoofensivo quedaba reducido a una lanza corta, espada y puñal16 .

Como ya antes hemos dicho, la proporción de hombres de armas y jinetes fue aumen-tando a favor de estos últimos: según el cronista Carrillo de Huete, el rey Enrique IVtenía en gran consideración a los jinetes y él mismo cabalgaba así17 . Hombres de linajecomo don Rodrigo Ponce de León, el famoso marqués de Cádiz, no tenían tampocoreparo alguno en ser “caballeros a la gineta”18 .

Con el tiempo, los jinetes castellanos pudieron hacer frente a los corredores musul-manes con pleno éxito; habían logrado una rapidez y ductilidad muy eficaces en susfrecuentes correrías e incluso eran capaces de imitar a la perfección tácticas moras comoel famoso torna fuy, que ya en Tierra Santa había sido el terror de los cruzados19 . Cronis-

15 DON JUAN MANUEL, “Libro de los Estados”, en Obras completas del infante..., ed. y est. de José Manuel BLECUA,Madrid, 1981, vol I, 1ª parte, caps. LXXVIII-LXXIX, pp. 354-357. Véase también GARCÍA FITZ, F. “La guerra en laobra de don Juan Manuel”, en Estudios sobre Málaga y el reino de Granada en el V centenario de la conquista,Málaga, 1987, pp. 52-72.

16 Véase AGUILAR, P. Tractado de cavallería a la gineta, introducción de Ángel CAFFARENA, Málaga, 1960 (ed. facs.de la de Sevilla, 1572).

17 CARRILLO DE HUETE, P. Op. cit., cap. CCCLXXXV, p. 540.18 GALÍNDEZ DE CARVAJAL, L. Estudio sobre la Crónica de Enrique IV del Dr..., ed. y est. de Juan TORRES FONTES,

Murcia, 1946, cap. 21, p. 115.19 SMAIL, R. C. Op. cit., p. 256.

Page 66: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

65

tas como García de Santa María o Pérez de Guzmán relatan varias de las victorias que losguerreros castellanos solían infligir a sus enemigos moros20 .

No hay que olvidar que, contra los musulmanes, más que una guerra oficial lo que sepracticaba en tierras de frontera eran unos enfrentamientos al margen de la situación deabierta beligerancia entre los dos reinos. La “guerra guerreada” era la base económica dela caballería fronteriza y a los caballeros andaluces y murcianos les importaba muy pocoque hubiera o no un conflicto declarado entre Castilla y el Reino de Granada. Sus incur-siones más allá de la marca solían efectuarse a espaldas de cualquier decisión real21 .

Por el contrario, cuando la guerra se efectuaba contra los propios cristianos la caballe-ría pesada volvía a ser la protagonista de los encuentros. Según las crónicas de la épocano parece sino que Castilla, con tácticas más clásicas, se hallaba a veces en clara desven-taja ante los recursos militares de algunos de sus enemigos europeos. Esto pudo compro-barse especialmente en las batallas de Nájera y Aljubarrota. Ya antes nos hemos referidoa Aljubarrota y, en cuanto a Nájera, también en este caso la caballería pesada de Enriquede Trastámara se mostró completamente inhábil ante la lluvia de flechas contraria y lacarga de los hombres de armas ingleses22 .

Sin embargo, ya en el siglo XV se iba imponiendo en Castilla un creciente desplieguede la infantería en detrimento de la caballería pesada. Un siglo antes los peones flamen-cos, equipados con largas picas, habían frenado no pocas veces la carga de los caballeros.Esta infantería, más lenta pero más eficaz, y más acorde con la estructura de los estadosque se estaban consolidando en Europa, acabaría siendo el núcleo de los ejércitos de laEdad Moderna. En nuestro caso, también la cronística habla a veces de una clara preemi-nencia del peonaje, eficacísima en batallas como la de El Salado. En tiempos de EnriqueIV los infantes eran mucho más que meros asistentes. A veces llegaban incluso a trans-formarse en protagonistas del encuentro; se les hacía subir en carretas para que no secansaran durante el transcurso del viaje y se les ordenaba beber para que conservaran lafuerza en el combate. Y a despecho de cronistas y hombres de linaje, estos peones destro-zaban a los caballeros23 .

15 DON JUAN MANUEL, “Libro de los Estados”, en Obras completas del infante..., ed. y est. de José Manuel BLECUA,Madrid, 1981, vol I, 1ª parte, caps. LXXVIII-LXXIX, pp. 354-357. Véase también GARCÍA FITZ, F. “La guerra en laobra de don Juan Manuel”, en Estudios sobre Málaga y el reino de Granada en el V centenario de la conquista,Málaga, 1987, pp. 52-72.

16 Véase AGUILAR, P. Tractado de cavallería a la gineta, introducción de Ángel CAFFARENA, Málaga, 1960 (ed. facs.de la de Sevilla, 1572).

17 CARRILLO DE HUETE, P. Op. cit., cap. CCCLXXXV, p. 540.18 GALÍNDEZ DE CARVAJAL, L. Estudio sobre la Crónica de Enrique IV del Dr..., ed. y est. de Juan TORRES FONTES,

Murcia, 1946, cap. 21, p. 115.19 SMAIL, R. C. Op. cit., p. 256.20 GARCÍA DE SANTA MARÍA, A. Op. cit., cap. 31, pp. 100-101; el mismo episodio puede encontrarse también en

PÉREZ DE GUZMÁN, F. Crónica de Juan II, ed. B.A.E., t. LXVIII, Madrid, 1953, cap. XXIII, pp. 287-288.21 Véase, por ejemplo, la temeraria entrada en tierras musulmanas del fanático maestre de Alcántara Martín YÁÑEZ

DE LA BARBUDA en tiempos de Enrique III, narrada por LÓPEZ DE AYALA, P. Adiciones a las notas de la Crónicadel rey don Enrique III, ed. B.A:E., t. LXVIII, Madrid, 1953, año 4º, cap. X, p. 222.

22 No obstante, hay que decir que Ayala apenas nombra a estos arqueros al describir el desarrollo del encuentro, talvez influido por un prejuicio propio de su época que le hace pensar que el combate por excelencia es la carga de lacaballería (LÓPEZ DE AYALA, P. Crónica del rey don Pedro, ed. B.A.E., t. LXVIII, Madrid, 1953, p. 407). Puede verseun detallado plano del encuentro en OMAN, C. The Art of War in the Middle Age, vol 2, 1278-1485, Londres, 1991,pp. 188-189.

23 PALENCIA, A. Crónica de Enrique IV, ed. de Antonio Paz y Meliá, Madrid, 1975, año 7º, cap. XIV, p. 103. Véasetambién VALERA, D. Memorial de diversas hazañas. Crónica de Enrique IV, ed. y est. de Juan DE MATA CARRIAZO,Madrid, 1943, cap. LIX, pp. 181-182.

Page 67: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Mª Rosario Osorio Domínguez

66

Para adaptarse a los nuevos tiempos los propios hombres de armas acabaron desmon-tando y luchando a pie en las batallas. Así, por ejemplo, en Nájera casi todo el ejército delPríncipe Negro luchó a pie, y también en Aljubarrota los caballeros portugueses habíandesmontado24 .

A finales de la Edad Media, todo este mundo de caballeros, jinetes, arqueros y peonestuvo que padecer una profundísima sacudida: la llegada de la artillería. Por su intrínsecovalor la artillería fue siempre un arma anticaballeresca. El valor, la fuerza, la emulacióno el combate cuerpo a cuerpo, virtudes todas que se creían propias de la caballería, denada le servían a un hombre si luego, a muchos metros de distancia, moría caído por eltiro de una lombarda. Los cronistas castellanos lo sabían y a veces se lamentaban de queestas máquinas infernales malograran la vida de algunos caballeros de prestigio. Men-cionemos, por ejemplo, cómo Palencia relataba la muerte de don Diego de Guzmán porcausa del fuego barcelonés25 o cómo Luis de Pernia fallecía ante los muros de Carmona,derribado por un tiro de espingarda: según Galíndez de Carvajal aquélla era una muerte muypoco honrosa para un caballero que tanto había destacado en la guerra contra los moros26.

La presencia de la artillería era relativamente importante en las batallas campales y,según P. Contamine, fue bastante notable en Aljubarrota, al menos en el bando castella-no27 . No obstante, era en los sitios de villas y fortalezas donde cobraba verdaderoprotagonismo. Prácticamente encontramos alusiones a la artillería en todos los asediosdescritos por los cronistas castellanos, e incluso sabemos que ya en el siglo XIV, duranteel largo cerco de Algeciras, los granadinos hacían uso sistemático de la artilleríapirobalística: los moros solían lanzar desde sus posiciones grandes “pellas de fierro” alos castellanos28 .

Debemos recordar, por otra parte, que si la batalla era el espacio idóneo para la caba-llería, el asedio era todo lo contrario. Poco podía hacer el caballero en el sitio de unaplaza fuerte, puesto que la eficaz movilidad que le confería su montura se veía aquíimpedida por falta de espacio. Obligado a desmontar, a luchar en las bastidas o a subirpor las escalas, el hombre de armas se convertía en un infante y abandonaba su forma porexcelencia de combatir. Pero al menos en tales casos, aún guerreando a pie, su papel en elasalto de una fortaleza quedaba asegurado. Tampoco debemos olvidar que en un asediose gastaba mucho más tiempo y esfuerzos en erigir máquinas de aproximación, cegar contierra o piedras las zanjas que rodeaban la fortificación, crear situaciones de bloqueo,colocar trabucos y lombardas, almacenar proyectiles, etc. En todas estas operaciones lacaballería tenía muy escasa participación. Lo que de veras se requería era la presencia deun personal técnico, formado por mineros, zapadores o maestros ingenieros que, a pesar24 Según CONTAMINE, P. (Op. cit., p. 288), la caballería desmontada constituía una de las tácticas más utilizadas en

las batallas campales, sobre todo desde la Guerra de los Cien Años, aunque ya existía anteriormente. Puesto que,una vez descabalgados, los hombres de armas perdían gran parte de su movilidad, lo más recomendable era queaguardaran quietos a que el enemigo cometiera la imprudencia de avanzar y atacar.

25 PALENCIA, A. Op. cit., t. I, pp. 131-132.26 GALÍNDEZ DE CARVAJAL, L. Op. cit., cap. 139, p. 426. El mismo episodio puede verse también en VALERA, D. Op.

cit., cap. LXXI, pp. 210 y ss.27 Op. cit., p. 252.28 Una referencia directa al empleo de la pólvora puede verse en la Crónica de don Alfonso el Onceno... op. cit., cap.

CCCXXXV, p. 388.

Page 68: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

67

de no gozar del prestigio de los caballeros, llegaban a ser, en cierto sentido, los verdade-ros protagonistas del asedio. Sólo en el momento del asalto podían los hombres de armasdemostrar su verdadera superioridad.

Pero no siempre se producía el asalto. El éxito o fracaso de estas empresas a menu-do dependía de factores que iban más allá de lo puramente militar. Una campaña solíaquedar reducida a dos o tres meses durante el verano, su ritmo era muy lento y podíaverse envuelta en todo tipo de problemas. La carestía o las inclemencias climáticas so-lían ocasionar graves dificultades a los sitiadores, y las soldadas debían pagarse a tiem-po, a riesgo de producirse las acostumbradas deserciones. Por su parte, la capacidaddefensiva de los sitiados en general era mucho mayor que las fuerzas ofensivas del ene-migo: al amparo de sus murallas los hombres podían resistir durante meses, mientras susadversarios veían pasar el tiempo, consumirse sus vituallas y acercarse el invierno. Entales casos el papel de los caballeros se reducía a la espera paciente de un combate que nosiempre llegaba a producirse. Y al fin los sitiadores, desmoralizados e impotentes, acaba-ban no pocas veces levantando el cerco. Así le ocurrió, por ejemplo, a Fernando el deAntequera en Setenil, a Enrique II en Ciudad Rodrigo o a Pedro Girón ante los muros deJaén, defendidos por don Miguel Lucas de Iranzo.

Otras veces la rendición se producía antes de que los caballeros entraran en acción yemprendieran el asalto de la villa o fortaleza. Después de casi dos años de resistenciaAlgeciras se acabó entregando en marzo de 1344; una serie de intentos frustrados deconseguir víveres y la consiguiente falta de recursos, llevó a los moros a la rendición: asípues, el bloqueo prolongado y efectivo era a menudo la mejor arma de los sitiadores.

Y a todo esto venía a sumarse la artillería. Todas estas máquinas -incluidas bajo ladenominación de truenos- eran las causantes de muchas rendiciones anticipadas e indi-rectamente impedían que muchas villas llegaran a ser asaltadas por los hombres de ar-mas, de lo cual puede deducirse que la artillería precipitó en buena medida el fin de lacaballería como elemento principal de la guerra.

Ahora bien, está claro que ni todas las fortalezas sitiadas acabaron capitulando nitodos los cercos fueron levantados sin éxito. Por el contrario, la cronística habla tambiénde muchas plazas que fueron rendidas por asalto y este testimonio es especialmentevalioso para nuestro estudio, puesto que se refiere directamente al comportamiento delos caballeros en un asedio. Cuando esto sucedía los hombres de armas entraban verda-deramente en acción, aunque debían, como ya sabemos, desmontar y emprender la entra-da en la villa mediante escalas; su armadura rígida y mucho más protectora los hacíaidóneos para el momento del asalto29 . Además, estos hombres de armas demostraron aveces una increíble movilidad en tales actuaciones, a pesar de la solidez de sus armadu-ras. Así, Diego de Valera, al referirse a la toma de Cardela por don Rodrigo Ponce deLeón, escribe lo siguiente: “E como paresçiese a todos ynposible honbre poder subir desar-mado por donde don Manuel con todas sus armas subió, óvose por cosa maravillosa”30 .

29 Así sucedió, por ejemplo, en la toma de Antequera, narrada por GARCÍA DE SANTA MARÍA, A. Op. cit., cap. 176, pp.381 y ss.

30 VALERA, D. Op. cit., cap. LXXIII, p. 215.

Page 69: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Mª Rosario Osorio Domínguez

68

No obstante, en el total de operaciones de un asedio, los hombres de armas sí tenían amenudo la oportunidad de pelear sobre sus monturas. Con frecuencia los sitiados salíande sus muros a luchar contra sus ofensores, y la caballería podía entonces demostrar laimportancia que tenía aún su actuación en campo abierto. Así, por ejemplo, el cerco deAlgeciras, que duró cerca de dos años, llegó a convertirse en una sucesión casi cotidianade escaramuzas entre moros y cristianos.

En conclusión, podemos afirmar que en los siglos XIV y XV la caballería castellanasufrió una clara decadencia en el plano militar, y que dejó de ser la exclusiva protagonis-ta de la guerra en favor de las máquinas artilleras y de otros combatientes cuya táctica yorigen social eran completamente distintos a los suyos. Por otro lado, aunque su solidezdemostró ser muy eficaz en las batallas campales contra los moros, a la hora de practicarcontra ellos la “guerra guerreada” se vio obligada a cambiar su táctica de combate y aemplear los recursos de sus propios enemigos. La decadencia de la caballería quedó,empero, demostrada en sus luchas contra los propios cristianos. Así, la cronística de-muestra que, durante la primera mitad del siglo XV, la carga de los caballeros dominabatodavía los planteamientos tácticos castellanos: de ahí su fracaso ante sus adversarioseuropeos, que solían emplear a una infantería armada con arcos y ballestas, y perfecta-mente capacitada para frenar la embestida de la caballería castellana. Por esa causa,parece que ya en tiempos de Enrique IV la caballería fue cediendo terreno a un peonajebien organizado y equipado, y mucho más eficaz, lo que nos sitúa ya en la antesala de losejércitos, mucho más profesionalizados, de la Edad Moderna. Los caballeros siguieronteniendo una notable participación en la guerra, siendo además los conductores de lastropas. Pero su predominio, indiscutible durante varios siglos, ya nunca más volvería.Bien podemos creer que, en la Península Ibérica, la presencia de una frontera siempre enguerra contra los musulmanes pudo hacer pervivir muchos de los usos antiguos, quehacían que el caballero siguiera siendo un guerrero pero, en general, con el tiempo lanobleza se iría alejando del campo de batalla para vivir en un mundo cortesano y políticoque, a todos los efectos, cada vez resultaba más atractivo.

A pesar de todo esto, nunca antes la llamada cultura caballeresca había gozado demayor vitalidad. Según Martín de Riquer, el siglo XV fue por excelencia la época de loscaballeros andantes, hombres reales que “intoxicados de literatura actuaban de acuerdocon lo que habían leído en los libros de caballerías”31 , abandonaban casa, familia y bie-nes para errar durante meses en busca de aventuras, tratando de emular a aquellos héroesnovelescos con cuyas proezas, leídas o escuchadas, se habían embelesado durante horas.

Nunca antes del siglo XV hubo en Castilla justas y torneos tan espléndidos; jamás conanterioridad había nadie presenciado juegos de apariencia tan novelesca como el Paso dela Fuerte Ventura, en tiempos de Juan II32 , o el famoso Passo Honrosso de Suero de31 RIQUER, M. Caballeros andantes españoles, Madrid, 1967, p. 12. Algo semejante vuelve a decir STANESCO, M.

Jeux d’errance du chevalier médiéval. Aspects ludiques de la fonction guerrière dans la litterature du Moyen Ageflamboyant, Leiden, 1988, pp. 98-99.

32 El paso de la Fuerte Ventura es citado por diversos cronistas, entre ellos CARRILLO DE HUETE, P. Op. cit., cap. XIX,pp. 20-23; y BARRIENTOS, L. Refundición de la Crónica del Halconero, ed. y est. de Juan DE MATA CARRIAZO,Madrid, 1940, cap. XLIX, pp. 59-61. Para el estudio de los juegos caballerescos en el siglo XV merece también lapena consultar la crónica de ESCAVIAS, P. Hechos del condestable don Miguel Lucas de Iranzo (crónica del sigloXV), ed. y est. de Juan DE MATA CARRIAZO, Madrid, 1940.

Page 70: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

69

33 Véase la relación de RODRÍGUEZ DE LENA, P. El Passo Honroso de Suero de Quiñones, ed. de AmancioLABANDEIRA, Madrid, 1977.

Quiñones33 . Incluso la propia cronística aparecía a veces invadida por un lenguaje litera-rio más propio de una novela de caballerías que de una obra seria, como sucede, porejemplo, en la ya mencionada Crónica de Don Pero Niño o en la Crónica de Don Álvarode Luna, obra de Gonzalo Chacón. Así pues, los últimos tiempos de la caballería medie-val acabaron viéndose contradictoriamente envueltos en los ropajes del juego, el arte y laliteratura, unos ropajes que probablemente venían a esconder la decadencia que el esta-mento estaba padeciendo: poco a poco el Estado Moderno iría abriéndose paso. Con élllegarían nuevas formas de hacer la guerra y un nuevo tipo de ejército en cuyo seno yaapenas tenía cabida el caballero medieval.

Page 71: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en
Page 72: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004Pgs. 71 a 84

ISBN: 84-609-4105-1

LOS DESASTRES DE LA GUERRA: LA INCIDENCIA DELOS CONFLICTOS BÉLICOS EN LA HISTORIA MODER-

NA DE BROZAS (DESDE 1640 HASTA 1812)

Felicísimo García Barriga

Santa Lucía, 5010950 Brozas

[email protected]

Page 73: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Felicísimo García Barriga

72

Page 74: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

73

LOS DESASTRES DE LA GUERRA: LA INCIDENCIA DE LOSCONFLICTOS BÉLICOS EN LA HISTORIA MODERNA DE

BROZAS (DESDE 1640 HASTA 1812)

Felicísimo García Barriga

RESUMEN

La guerra es, sin duda, una de las principales lacras que la hu-manidad ha sufrido a lo largo de toda su historia. Sus efectos direc-tos e indirectos son de sobra conocidos; lo que no lo es tanto es cómose vivían esos conflictos bélicos en el pasado, conflictos que teníanen muchas ocasiones consecuencias devastadoras sobre la pobla-ción afectada. En este pequeño trabajo intentaremos acercarnos aesos efectos de los conflictos bélicos que afrontaron los vecinos deBrozas a lo largo de la Edad Moderna, analizando los cambios pro-ducidos en la dinámica demográfica, económica y social de esta vi-lla situada en el suroeste de la Alta Extremadura, relevante tanto porsu peso poblacional como por su situación geográfica, que la con-virtió en víctima de los conflictos entre la Monarquía Hispánica y lacorona de Portugal.

THE DISASTERS OF THE WAR: THE INCIDENCE OF WARCONFLICTS IN THE MODERN HISTORY OF BROZAS (FROM

1640 TO 1812)

War is, no doubt, one of the main evils that humankind has suf-fered through history. Its effects, direct or indirect, are obviously well-known; what is not so well-known is how those war conflicts werelived in the past, conflicts that on many occasions had devastatingconsequences upon the affected population. In this small essay wewill try to get a closer look at the effects of war conflicts that theneighbours of Brozas faced throughout Modern Age, analysing thechanges produced in the demographic, economic and social dynam-ics in this village situated in the southwestern area of the AltaExtremadura, a relevant village due both to the density of its popula-tion and its geographic situation, which transformed it in victim ofthe conflicts between the Spanish Monarchy and the PortugueseThrone.

Page 75: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Felicísimo García Barriga

74

I. LA GUERRA DE SECESIÓN DE PORTUGAL (1640-1668)

Tras un conflictivo siglo XV, en el que Extremadura sufrió guerras contra Portugal ytambién los conflictos entre monarquía y nobleza, además de la guerra civil en el seno dela orden de Alcántara, la región se vio libre de cualquier tipo de contienda bélica durantemás de 150 años (salvo las acciones llevadas a cabo en el conflicto de las Comunidades),período que supuso el auge económico y demográfico de la región1 . Sin embargo, estadinámica positiva, que ya se había roto desde finales del siglo XVI cuando aparecengraves problemas de subsistencias y la aparición de enfermedades epidémicas, se quebrarádefinitivamente con la sublevación de Portugal en 1640. A partir de ese momento y hasta1668, la guerra constituyó una rémora muy importante para la población extremeña.

La crisis política de la monarquía hispánica se plasmó en una serie de rebeliones enlos territorios periféricos, de las cuales la portuguesa fue sin duda la más grave, puesconcluyó con la pérdida de la corona lusa por parte de la monarquía de los Austrias y lainstauración en el país vecino de la casa de Braganza. La guerra de Secesión de Portugaltuvo como escenario fundamental a Extremadura2 , con todo lo que ello implicaba:alojamiento de tropas, robos, saqueos, movimientos forzosos de la población... La sacade soldados mediante levas provocó un desequilibrio en las cohortes de edad con lapérdida, en muchas ocasiones definitiva, de numerosos jóvenes en edad reproductivacuya ausencia crea un importante vacío demográfico. Por otro lado, la presencia desoldados contribuyó a un deterioro aún mayor de la ya de por sí maltrecha situacióneconómica de la población extremeña.

En todo caso, es en la frontera donde todos estos inconvenientes se dejaron sentir conmayor intensidad, como zona preferida por el enemigo para realizar incursiones quesembraban muerte y destrucción a su paso; dado que en esta guerra apenas hubo grandesbatallas, las operaciones bélicas se limitaron al sitio de las plazas más importantes (sobretodo Alcántara y Badajoz) y a las expediciones de castigo; éste es el caso de Brozas, quefue una de las numerosas localidades extremeñas que sufrió los saqueos portugueses;como represalia, en 1646 seis portugueses de los muchos que residían en esas fechas enBrozas, fueron “linchados” por los habitantes de la villa en represalia por los ataques desus compatriotas3 . En una petición de exención de impuestos hecha por el concejo brocenseen 1648 se decía

“...que por quanto el rebelde de Portugal ha causado grandes daños en los términos de estavilla en llevarle a sus vecinos sus ganados como estorbar se gocen sus pastos y lavores questa villatiene en sus términos con que dichos vecinos están necesitadísimos y la villa muy empeñada, y asíordinariamente corren por sus campos, molestan a los vecinos llevándoles sus ganados y a ellosprisioneros en tanta manera que a nueve de julio del año pasado de 1648 con solamente 80 caba-llos llegaron a las heras de esta dicha villa y quitó los bueyes que estaban trillando y mató algunosvecinos...”4 .

1 En términos generales, se puede decir que la población extremeña creció casi un 75% entre 1530 y 1591: BLANCOCARRASCO, J. P. Demografía, familia y sociedad en la Extremadura moderna, 1500-1860, Cáceres, 1999, p. 113.

2 Para entender las causas de la localización del conflicto en la frontera extremeña y su importancia estratégica, verCORTÉS CORTÉS, F. Alojamientos de soldados en la Extremadura del siglo XVII, Mérida, 1996, pp. 31-62.

3 Memorial Histórico Español, p. 364, cit. en RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, A. “Guerra, miseria y corrupción en Extremadura.1640-1668” en Estudios dedicados a Don Carlos Callejo Serrano, Cáceres, 1979, p. 619.

4 Archivo Histórico Provincial de Cáceres (AHPC), sec. Protocolos, lg. 3461, escribano Juan de Escobar Cantero.

Page 76: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

75

Como consecuencia de esos ataques, muchos de los pequeños pueblos de la rayasufrieron un grave proceso de despoblación con el desplazamiento de muchos de sushabitantes a los pueblos mayores y que estaban por tanto mejor preparados para la agresión,bien por sus fortificaciones defensivas, como Alcántara, bien por su relativa lejanía de laraya, como es el caso de Brozas. En las series de bautizados de las dos parroquias brocensesse aprecia un ligero repunte propiciado por la llegada de un considerable número dematrimonios procedentes de las zonas ya comentadas, sobre todo de los partidos de Va-lencia de Alcántara y Alburquerque. Así, aparecen en los libros de matrimonios unimportante número de individuos originarios de Herrera de Alcántara, Membrío, Salorino,Valencia de Alcántara, Herreruela o San Vicente de Alcántara; éste es un incrementoprecario y que, por otra parte, se diluye en la grave recesión de finales de los años 40 yprincipios de los 50, cuando Brozas sea directamente afectada por el conflicto5 .

Asimismo, la participación de vecinos de la villa en el conflicto perjudicó notablementeel probable desarrollo demográfico del pueblo; así, en enero de 1641 se recibía una cartadel conde de Villamediana, capitán general de la frontera de Extremadura, solicitandouna relación de los vecinos aptos para el servicio militar, vecinos que no sólo participaronen los combates en defensa de la propia provincia de Extremadura y en la protección delas principales plazas fuertes de la región, Alcántara y Badajoz, sino también en los otrosfrentes que la monarquía tenía abiertos en esos mismos momentos6 . De hecho, en loslibros de difuntos de estos años aparecen hasta 51 jóvenes brocenses muertos en loslejanos campos de batalla de Cataluña, 10 en Portugal y 3 en los aún más remotos deFlandes7 .

Los resultados de este cúmulo de circunstancias son palpables: entre 1631 y 1646,Brozas pasó de tener 1.151 vecinos a sólo 948; si convertimos los vecinos en habitantes,resulta una disminución del 17’6% en tan sólo 15 años. Además, y como decíamos antes,el leve incremento del número de bautizados que se produce a principios de la década de1640 da paso a partir de 1648 a un descenso brusco de los nacidos, que pasan de 145 en1640-1647 a sólo 102 en 1648-16558 . Desde luego, no podemos atribuir en exclusivaestos descensos a la influencia del conflicto bélico, pero sin duda éste se constituyó enelemento primordial para explicar estos fenómenos de decadencia poblacional.

Estos problemas se veían además agravados por la escasa o nula capacidad defensivade los pueblos ante los ataques enemigos; dada la concentración de las tropas, como yahemos comentado, en las ciudades de la frontera más importantes y de mayor valorestratégico, los pueblos debían recurrir a la autodefensa, para lo cual las comunicacionesentre ellos eran esenciales para poder avisar de una posible invasión. Así lo pone demanifiesto este acuerdo del ayuntamiento de Arroyo de la Luz, muy cercano a Brozas, en

5 GARCÍA BARRIGA, F. Población, familia y sociedad en la Extremadura del Antiguo Régimen (siglos XVII-XIX),Trabajo de grado inédito, Cáceres, 2002, pp. 50-54.

6 AHPC, sec. Municipal de Brozas, Asuntos militares, lg. 17 (1641).7 Archivo Histórico Diocesano de Coria-Cáceres (AHDC), sec. parroquiales, Parroquias de Santa María y Mártires de

Brozas, Libros de difuntos, números 23, 24 y 51.8 GARCÍA BARRIGA, F. Población, familia y sociedad…, p. 213.

Page 77: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Felicísimo García Barriga

76

el que se advertía “...cómo los portugueses se tomaron el castillo de las Herjas y anentrado en el lugar del Valverde para que esta villa se prevenga y siendo nezesario acudacon el socorro que pudiere y para que se acuda a el servizio de su Magestad, defensa deestos reinos y de esta villa y socorro...”9 .

Por último, los alojamientos suponían graves quebrantos tanto para la economía delmunicipio, que debía pagar la manutención de los soldados establecidos en sus lugares,como para los vecinos, que podían llegar a temer más al ejército propio que al enemigo.En cuanto al primer aspecto, los perjuicios sobre los concejos se derivaban de los gastosde defensa10 y el mantenimiento de los soldados y sus caballerías11 ; todos esos dispendiosacaban traduciéndose en la incapacidad de hacer frente a los pagos de impuestos; en elcaso de Brozas, en 1661 el concejo debía por el servicio real de 1653 a 1657 la enormecantidad de 1.219.988 maravedíes12 . Con respecto a los alojamientos de soldados, en1644 había en Brozas y Alcántara una compañía de 400 caballos13 ; asimismo, en 1659 sedecía que

“...están en esta villa dos compañías de quartel, una de don Conrrado Camacho y la otra dedon Francisco Augusto, capitán de cavallos y los soldados que tiene de su compañía hazen muchasextorsiones a los vezinos de esta dicha villa haziendo todo ello en contravenzión de la orden quetrajo y además corren sus canpos y les quitan sus ganados y venden la carne públicamente en estadicha villa sin poderlo rremediar...”14 .

Ante esta situación de abuso descontrolado, no era inusual que la población localintentase poner remedio de la única forma que entendían posible, es decir, mediante eluso de la violencia. En Brozas estuvo a punto de darse un caso de una sublevación popu-lar contra los soldados, cuando en 1648 el asesinato de un sargento de la milicia local amanos de algunos soldados de una compañía de caballería casi provoca un levantamientode los vecinos, que sólo pudo evitarse gracias a la intervención de los nobles y delgobernador de la villa, imponiendo el toque de queda; también debió de influir, sin dudaalguna, la indudable fuerza coercitiva que la compañía citada, compuesta por 300 soldadoscatalanes, en su mayoría bandidos y forajidos, tenía sobre la población, que temía unarepresalia de resultados incalculables15 .

En conclusión, la situación en la que los pueblos extremeños, y Brozas entre ellos,padecían después de 28 años de guerra era lamentable, provocando un notableempobrecimiento y un retraso considerable en el inicio de la recuperación demográfica yeconómica; la guerra contribuyó a ahondar aún más la crisis en la que la región se

9 Archivo Municipal de Arroyo de la Luz, sec. secretaría, Libros de acuerdos del concejo, 1642, acuerdo del 17 deabril.

10 En 1644 el concejo brocense se obligaba a pagar 3.564 reales por 28 mosquetes, 26 arcabuces y 26 picas enviadasdesde Badajoz: CORTÉS CORTÉS, F. El Real Ejército de Extremadura en la Guerra de Restauración de Portugal(1640-1668), Cáceres, 1985, p.72.

11 En 1659 Brozas debía entregar al ejército 1.000 fanegas de cebada para el sustento de la caballería del partido deAlcántara: CORTÉS CORTÉS, F. El Real Ejército de Extremadura…, p. 53.

12 Íbidem, p. 17.13 Arquivo Nacional da Torre do Tombo (Lisboa), Consultas del Conselho de Guerra, Maço 4b, nº 350: Carta del conde

de Alegrette, Elvas 30 de agosto de 1644, cit. en CORTÉS CORTÉS, F. Alojamientos de soldados…, p. 142.14 AHPC, sec. Municipal de Brozas, Asuntos militares, lg. 29 (1659).15 WHITE, L. “Actitudes civiles hacia la guerra en Extremadura (1640-1668)”, Revista de Estudios Extremeños, XLIII-II,

1987, pp. 487-501.

Page 78: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

77

encontraba sumida, hipotecando en gran parte su futuro a medio y largo plazo.

II. LA GUERRA DE SUCESIÓN

El inicio del siglo XVIII ofrece de nuevo un panorama desalentador para Extremaduray para Brozas con un nuevo conflicto bélico, esta vez la Guerra de Sucesión de España,que en el territorio extremeño será una nueva contienda entre Castilla y Portugal. Losefectos de la guerra serán similares a los del enfrentamiento del siglo XVII: saqueos,incendios, alojamiento de tropas, extensión de enfermedades... En esta ocasión, Brozasse convirtió en una de las localidades extremeñas más afectadas; prueba de ello es elsaqueo e incendio al que se vio sometida en abril de 1706; así lo recogió en una partidade matrimonio el párroco de Santa María, cuando afirmaba que “...estava el enemigo enesta dicha villa y la había quemado y saqueado por causa de este conflicto...”16 .

Los efectos de la guerra de Sucesión se hicieron sentir con toda su fuerza enExtremadura y en la zona de Brozas como continuación de la ya secular enemistad entreCastilla y Portugal, coligada en esta ocasión con Inglaterra y los Habsburgo en contra deFelipe V. Desde el inicio de la guerra, Brozas y su comarca se convierten en escenario delos combates entre españoles y portugueses, de los saqueos y destrucción de éstos y delconstante paso de tropas, con las consiguientes pérdidas para la economía de los lugarescomarcanos. Así, en los libros de actas capitulares de Brozas se registran gastos portránsito y estancia de tropas, así como constantes levas de soldados para los regimientosacantonados en Alcántara y Badajoz, puntos clave en la defensa de la frontera norte y surcon Portugal, respectivamente. A ello se sumará la visita que el propio rey Felipe V hizoa la villa en 1704, que supuso grandes dispendios para el concejo local y una consider-able merma en su capacidad económica. En este sentido, en un informe hecho en 1717por el procurador síndico general, y que la villa llegó a imprimir, se decía que

“...esta villa fue la que más se señaló en el servicio de su Magestad por hallarse inmediata aaquel reino y tres leguas distante de la Plaza de Alcántara, y por su puente repasó el Tajo SuMagestad en nueve de mayo de mil setecientos y quatro, contribuyendo esta villa con quanto se lerepartió, y dando los pinos mexores y más robustos de su término para las barcas, con que seformó el puente de comunicación para los exércitos en el mismo río de Tajo, además de los quartelesy tránsitos continuos de las tropas, y de daños en los panes, sembrados y sus ganados...”17 .

Las quejas ante esta situación eran constantes, e incluso el concejo de Brozas afirmabaque la villa corría peligro de despoblamiento por ser “...una de las principales de estasfronteras de Portugal, expuesta a los peligros próximos de imbasión de enemigos...” 18 .

A estos problemas se añadirá el de los saqueos y robos realizados en los campos de sujurisdicción por los propios castellanos huidos de los pueblos cercanos, por lo cual seformaron cuerpos de guardia para proteger las cosechas, y el estacionamiento de soldados

16 AHDC, sec. parroquiales, Parroquia de Santa María, Libros de matrimonios, lib. 19, f. 117.17 AHPC, sec. Real Audiencia, lg. 680: “Informazión hecha a pedimento de Phelipe Flores Rino, procurador general de

esta villa de Brozas, de las hostilidades y contratiempos que ha padecido”.18 AHPC, sec. Municipal de Brozas, Libros de Actas capitulares, nº 2 (1705), acuerdo del 7 de marzo.

Page 79: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Felicísimo García Barriga

78

en la villa; el hecho de que la mayoría de las tropas estuvieran compuestas por mercenariosextranjeros hacía muy difíciles las relaciones entre la soldadesca, que se comportaba enmuchos casos como un ejército de ocupación, y la población de los lugares deacantonamiento; por esa razón se quejaba el concejo brocense al marqués de Bay, capitángeneral de las tropas borbónicas en Extremadura, diciendo

“...que por quanto ay unibersal clamor y quexas ... de los exzesos y daños que hazen lossoldados del reximiento de Milán que están de quartel en esta villa queriendo que los patrones lesden a su arbitrio de comer y de beber pidiendo algunas cantidades exzesibas, dándoles a todos dealmorzar, comer y zenar y vino para sus comidas, paxa para los cavallos, hazen diferentesatropellamientos de que ay rrepetidas quexas, y asimismo de los ganaderos, por los ganados queles quitan y los labradores por las zebadas que les quitan en sus eras...” 19 .

Las levas de tropas suponían también un importante quebranto, tanto demográficocomo económico, para la villa, al privarles de hombres jóvenes susceptibles de casarse yde los consiguientes hijos de esos matrimonios, además de mermar la capacidad productivade una mano de obra notablemente envejecida. De hecho, entre 1703 y 1715 268 jóvenesbrocenses fueron elegidos por sorteo para combatir en los regimientos de Alcántara yBadajoz20 , donde las necesidades defensivas eran más imperiosas por las razones yaseñaladas; también se sufragó en 1705 una compañía de 180 hombres a caballo, condestino en Alcántara, y comandada por el alguacil mayor de la villa don Juan BravoFlores y por el caballero don Francisco Bravo21 . Además, estas levas suponían importantesgastos económicos para el concejo, que debía pagar los pertrechos, uniformes y armas delos nuevos soldados; por ejemplo, la manutención de la compañía de soldados enviada aAlcántara costó a las arcas de la villa 600 reales.

Por otro lado, los perjuicios de esta auténtica sangría demográfica eran notables, tantopor los fallecimientos de soldados como por las deserciones, que llegaron a ser un problemamuy grave. Así, la petición de 28 nuevos soldados hecha por el Marqués de Bay, capitángeneral de la provincia de Extremadura, en 1707, se debía a que todos los anterioreshabían desertado, y en el sorteo celebrado el 30 de noviembre de 1709 para suplantar labaja de 18 soldados de la villa “...no se mandó tocar la campana por los yncombenientesque están experimentados de hazer fuga los mozos y no los poder prender para ymbiarlosa servir...”22 .

También desde el punto de vista demográfico, la guerra de Sucesión tuvo para Brozasconsecuencias parecidas a las del conflicto del siglo XVII; así, la primera década delsiglo XVIII supone una importante recuperación de la natalidad, que alcanza los nivelesde la década 1640-1649, y que podemos explicar en parte por la afluencia de matrimoniosforáneos, procedentes en su mayor parte de la zona de Valencia de Alcántara yAlburquerque que, como ya sucediera a mediados del siglo anterior, huyeron a Brozaspara protegerse de los ataques portugueses, al menos temporalmente. Por ejemplo, en laparroquia de Santa María, el 16’4% de los niños bautizados en 1704 y el 20’4% de los

19 Íbidem, nº 2 (1705), acuerdo del 21 de abril.20 Íbid., nos. 1-13 (1703-1715).21 Íb., nº 2 (1705).22 Íb., nº 6 (1709), acuerdo del 30 de noviembre.

Page 80: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

79

bautizados en 1705 proceden de la zona reseñada23 . A partir de 1706 estos efectos positivosdesaparecen cuando Brozas se ve directamente afectada por el conflicto.

Así, son las acciones militares las que suponen un quebranto gravísimo para Brozas.Por ello, el concejo brocense intentó poner en marcha todos los medios a su alcance paraevitar un posible ataque. En este sentido, el 20 de mayo de 1705 se ordenaba el pago de217 reales gastados en la compra de armas para defender la villa en caso de ataque, y elacuerdo del 11 de diciembre de ese mismo año decía:

“que por quanto esta villa se halla amenazada del enemigo para venir a ella a saqueo y no tenermás amparo ni defensa que la de la casa fuerte donde poderse recoxer sus vezinos, y familias, yestar arruynada y dichas obras de que nezesita y no admitir dilazión por el riesgo que amenaza, seacordó se rrepare luego lo más nezesario para que se puedan defender los vezinos de esta villa sillegara el caso...”24 .

La invasión portuguesa de Brozas empezó a pasar de ser un mero temor a unaposibilidad más que real el 4 de abril de 1706, cuando un importante ejército al mandodel Marqués de las Minas, procedente de Membrío, se presentó en la villa exigiendo deésta la obediencia, es decir, una rendición incondicional. Ante esta tesitura, el concejodecidió pedir consejo al duque de Berwick, general en jefe de las fuerzas de Felipe V, queen esos momentos se encontraba con el grueso de sus tropas en Arroyo de la Luz. Elgeneral, según la versión de las autoridades brocenses, amenazó a la villa con un castigoaún mayor que el que le infligirían los portugueses en el caso de que se rindieran, y sedirigió con tres compañías de caballería a Brozas, donde permaneció los días 6 y 7 deabril. Ese día 7 apareció el ejército portugués a vista del pueblo, justo cuando el duque deBerwick había decidido levantar el campo y volver a Arroyo; ante las súplicas de losregidores brocenses, el duque les dio permiso para rendirse, pero ya era demasiado tarde;el general portugués se negó a aceptar dicha rendición, afirmando “...que era ya tarde,que sólo las yglesias se respetarían y que les perdonaba las vidas que todo lo demás seavía de dar a saco y fuego, para que todos los demás lugares entendiesen que le avían deyr a dar la obedienzia, luego que se la ymbiase a pedir, y que el castigo de éste habría deservir de escarmiento para los demás y el humo avía de llegar a Madrid”, amenaza quecumplió sobradamente, ya que el pueblo fue totalmente saqueado y dado al fuego. Lafortaleza, el ayuntamiento y la cárcel fueron destruidos, todo el grano existente fue robadoy saqueado, y además los vecinos tuvieron que entregar 1.080 doblones al invasor paraevitar la destrucción de las iglesias. La villa permaneció bajo el dominio portugués hastadiciembre de ese año de 1706, cuando la liberación de Alcántara supuso también la de

23 En Plasencia I. Fernández Millán se ha encontrado con la misma circunstancia: un importante máximo de nacimien-tos en 1706, año crítico para la capital altoextremeña, al igual que lo fue para Brozas, y sugiere las mismas razonesexpuestas arriba. Asimismo, en Coria se aprecia un crecimiento evidente de los bautismos a partir del inicio de losproblemas bélicos para la zona de Alcántara. En Cáceres, se pasa de 129 a 191 en 1704 y a 162 en 1705: FERNÁNDEZMILLÁN, I. La ciudad de Plasencia en el siglo XVIII: aspectos demográficos y sociales, Mérida, 1995, p. 290; BLAN-CO CARRASCO, J.P. Demografía, familia y sociedad en la Extremadura moderna, 1500-1860, Cáceres, 1999, p.135.

24 Estas medidas fueron totalmente ineficaces, toda vez que la villa fue efectivamente saqueada en 1706, y que trasesa invasión, en 1707, el concejo decidió solicitar la creación de escuadras de defensa formadas por los propiosvecinos y establecer centinelas a caballo en la zona de los riberos del Salor, por donde los portugueses podíanavanzar hacia la villa: AHPC, sec. Municipal de Brozas, Libros de Actas capitulares, nº 2 (1705), acuerdo del 11 dediciembre.

Page 81: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Felicísimo García Barriga

80

Brozas. Al año siguiente, en la primavera de 1707, de nuevo Brozas se vio amenazadapor una invasión enemiga, pudiéndose librar de ella sólo pagando más de 1.000 doblonesde oro, y dejando a la villa y sus vecinos en un estado financiero lamentable.

Toda esta información fue recogida por el concejo de la villa para solicitar del rey“...fuese servido conzederla remissión de todo lo que estubiere debiendo de suscontribuciones y exempción dellas por diez años desde principio deste, para que sepueda aplicar a su restablezimiento y reedificazión...”. Las autoridades concedieron elperdón de todas las rentas reales y millones durante cuatro años debido a que, según suspropias palabras, “...en atenzión a que los daños que an resultado a la dicha villa deBrozas de los saqueos, inzendios y estragos executados en ella por el exérzito de losenemigos son de los mayores que experimentado otra alguna, a la gran pérdida de losganados, frutos y haziendas, al valor y lealtad con que prozedieron sus vezinos en quantoa sido de mi real servizio, y para que pueda restablezerse a su antiguo estado yreedificazión de sus edificios...”25 . Sin embargo, una vez finalizado el período de perdón,Brozas tuvo que hacer frente de nuevo a una elevada presión fiscal que obligó a pagarentre 1711 y 1714 un total de 165.487 reales. Por ello, en 1717 el procurador síndicogeneral Felipe Flores Rino pedía se eximiese de nuevo a la villa del pago del servicioordinario y extraordinario.

Por tanto, la guerra de Sucesión supuso para Brozas una sangría demográfica yeconómica, de la que le costó muchos años recuperarse, y que como veremos más adelante,seguía viva en la memoria de sus habitantes décadas más tarde.

III. LA GUERRA DE LOS SIETE AÑOS (1762-1763)

El siguiente conflicto bélico que afectó, esta vez de forma más indirecta, a Brozas, fuela Guerra de los Siete Años, conflicto en el que España entró, eso sí, a regañadientes, en1762, al declarar la guerra a Inglaterra. Dado que Portugal era aliada tradicional de losbritánicos, las repercusiones más importantes de este conflicto se sufrieron, de nuevo, enla frontera hispano-portuguesa.

En el caso de Brozas, los efectos más notorios se derivaron de la presencia deimportantes contingentes de tropa, como se señala en un acuerdo municipal de 1764, enel que se decía “...que con el motivo de la próxima pasada campaña, sufrió esta villa elindispensable servicio, no sólo de alojar el crecido número de tropa de ynfantería ycavallería que es notorio, sino también el paso de la maior parte del exército y toda suartillería; lo qual puso este pueblo sobradamente intratable, y con particularidad lascalzadas y salidas de él, pues especialmente las que están para Alcántara y contrapuestasquedaron intransitables...”26 . El alojamiento de las tropas supuso la aparición de unagran epidemia de tabardillo, nombre con el que se conocía en la época al tifus, y quecausó gran mortandad tanto entre los soldados como entre la población local. A ello se

25 Íbidem, caja 13 (reales cédulas y órdenes), carp. 23, carta real de 28 de mayo de 1707.26 Íbid., Libros de Actas Capitulares, año 1764, acuerdo del 22 de enero.

Page 82: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

81

hace referencia en el acuerdo municipal por el cual se contrataba al médico de AlcántaraNarciso Bosch y Encina

“...en atenzión a la nezesidad tan urjente que ai en ella de las contínuas enfermedades y epide-mia de tabardillos con motivo de los hospitales de reales tropas ... y echos cargo de esta urjentísimanezesidad de tomar providencia para evitar la ruina universal del pueblo, atendiendo a la muche-dumbre de enfermedades prozedidas en el conzepto común del crezido numero de enfermos delexército de campaña, y aberse enterrado en ellos en el que llaman de Argüello más de quinientoscadáveres por cuia razón es prudentemente temible que entando en tiempo caloroso se infeste elpueblo...”27 .

Los gastos realizados en la construcción de esos cementerios, que se elevaron a 15.881reales, fueron abonados al final de la guerra por la Real Intendencia de Extremadura.Asimismo, en ese año de 1763 se creó la Junta de Sanidad, organismo encargado de velarpor la situación sanitaria de la villa, y que fue una de las primeras en crearse en todaExtremadura.

Pero estos problemas eran considerados secundarios en comparación con el peligrode una posible invasión, aún más al recordar la catástrofe que supuso la ocupaciónportuguesa de 1706. Por ello, nada más declararse la guerra el concejo brocense decidiósolicitar al rey permiso para constituir dos compañías de 50 hombres cada una paradefender al pueblo del enemigo. Para ello se redactó una solicitud en la que se resumíanperfectamente las desgracias pasadas en la guerra de principios del siglo, que permanecíaaún muy viva en la memoria de los brocenses; por esa razón, argumentaban

“...que en las guerras que sobstubo a principio deste siglo el augusto padre de Vuestra Magestadcontra la corona de Portugal padeció esta dicha villa las más extrahordinarias extorsiones, tantoque los enemigos la quemaron, saquearon dos veces, procedidos estos perjuicios de que pasandopor esta villa el Marqués de las Minas con un numeroso exército pidió las llabes y obediencia quelo negó por no sufrir el desonor de ser dominados de otro monarca que el lexítimo; en este concep-to y deseosos de servir a V.M. y por si acaso la corona de Portugal se declara a fabor de la deYnglaterra, ... an decidido hacer presente a su Magestad que con el motivo la inmediación aPortugal y ser este pueblo de bastante reputación y considerazión, se hace preciso que sea elobjetivo de los naturales de aquel reino para hacer hostilidades y por el que aiga algún resguardo,y para esto se pueden formar dos compañías de socorro y de cuantía de cinquenta hombres cadauna o del mayor número que se pueda contar, con las que se resistirán a las porciones de jente quevengan a robar al término como en las guerras pasadas lo hicieron de Casteldavid y Castel Branco,Segura, Salvatierra y otros pueblos de dicho reino de Portugal...”28 .

Afortunadamente, el pueblo se libró por una vez de la invasión, pero el miedo que talposibilidad despertaba entre la población de la villa es prueba evidente de los terriblesefectos, tanto reales como psicológicos, que la ocupación de principios del siglo dejó enBrozas.

27 Íb., año 1763, acuerdo del 1 de enero.28 Íb., año 1762, acuerdo del 28 de enero.

Page 83: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Felicísimo García Barriga

82

IV. LA GUERRA DE INDEPENDENCIA

La última guerra que afectará directamente a Brozas será la guerra de Independenciacontra los franceses, y que podemos considerar justamente como la más perjudicial parala villa, como veremos posteriormente.

El primer efecto directo de la guerra sobre la población fue la marcha de 300 hombresque, según el concejo, eran “...la maior parte de travajadores y labradores...”, lo queprovocó un importante ascenso de los salarios de los jornaleros; por ello, el concejo tuvoque intervenir para fijar los sueldos e impedir que las mieses quedasen sin segar. El 5 dejulio de ese año se decidió vender el pasto de la Acotada para poder “...mantener lastropas que se han levantado de la nación en defensa de ella, de la religión y el rey contrael emperador de los franceses y sus tropas...”, gastos que se elevaban a 88.000 reales29 .

Ya en 1809, la llegada de las tropas francesas a Extremadura despertó de nuevo lostemores de una invasión, que en esta ocasión corría el riesgo de convertirse en un desastreabsoluto para la región y sus poblaciones. Por ello, el 20 de marzo el concejo brocensedecidió poner en marcha una serie de medidas para la defensa de la villa; así, se establecía…

“que la primera defensa en caso de imbasión de los enemigos se haga fuera del pueblo, ... encuio ínterin podrán los vecinos prepararse a la defensa a la entrada de las calles, para lo que setapiarán algunas callejas a evitar sitios que puedan ocupar algunos vecinos que deven reunirse enlas principales entradas para rechazar al enemigo, y en el caso de que estos preparativos y dispo-siciones no sean suficientes, se pedirá auxilio a los pueblos circunbecinos. Que ... se haga requisageneral de las [armas] que tenga cada vecino, y se proceda a hacer chuzos para entregar a cada uno...; que se reitere bando haciendo saber a todos los vecinos de esta villa que en el caso de abando-nar sus casas con motibo de la venida del enemigo, se declararán traidores, no solamente losvecinos fugados, sino aún todo el pueblo, en el caso de que no obedezcan a las autoridades, encuio caso se quemarán sus casas y serán allanadas. Que se publique asimismo o se requiera casahita a los vecinos para que hayan efectibo el resto de donativos que haian hecho y escitandonuevamente para los que quieran hacer otros que puedan sufragar los gastos de la guerra, recau-dando aquellos en el término de ocho días, y en particular para éstos a los pudientes y eclesiásti-cos...”.30

Sin embargo, ninguna de estas medidas surtió efecto, indudablemente no por su faltade eficacia, sino por la clarísima superioridad del ejército francés. Así, el 12 de abril de1809 una columna de 500 franceses por el Este y una división de 6.000 soldados almando del general Lapille por el este asaltaron Brozas. Los invasores incendiaron granparte de la población, profanaron los templos, que fueron utilizados como caballerizas,saquearon las casas, segaron los sembrados, robaron el trigo del pósito y de los particularesy robaron y mataron gran parte del ganado; muchos de los habitantes del pueblo huyeronal campo, donde fueron perseguidos y asesinados. En efecto, los párrocos brocensesanotaron en abril de 1814 un total de 25 difuntos asesinados por los invasores francesesdurante el saqueo de la villa.

29 Íb., año 1808, acuerdo del 25 de julio.30 Íb., año 1809, acuerdo del 12 de marzo.

Page 84: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

83

El 19 de mayo se repitió la invasión, esta vez por el grueso del ejército del generalVíctor, que…

“se quedaron igualmente al saqueo, al destrozo y al incendio aunque no a matar, descubrieroncuanto había tapiado y quitaron en el despoblado lo poco que para su uso y servicio pudieron ...dejando el pueblo tan sucio, tan maltratado y tan fétido que días después de haberlo desocupadolos franceses ninguno de los naturales podían acogerse a él en medio de las lluvias y de unarigurosa estación, siéndoles preciso mantenerse en sus guaridas por espacio de mucho tiempo, quealargó el mucho temor de ser más veces sorprendido por el enemigo...”31 .

La situación en la que quedó la villa fue calamitosa: una parte importante de suvecindario muerta o huida, sin grano para poder sembrar ni para hacer pan, el concejototalmente expoliado y sin dinero para poder hacer frente a los enormes gastos... Laprimera década del siglo XIX dejaba a Brozas ante la mayor crisis vivida en toda suhistoria, que influirá de forma decisiva en el desarrollo demográfico, social y económicode la población brocense durante los próximos años.

En cuanto a las dificultades económicas, el estacionamiento permanente en la villade una compañía de 300 soldados y el paso constante de tropas, tanto españolas como delos aliados ingleses y portugueses, provocaron un estado de endeudamiento extremo delconcejo brocense. Ejemplos de esta crisis financiera son el recurso al arriendo anticipadode los bienes de propios para poder hacer frente a los enormes gastos causados por elejército, el repartimiento entre todos los vecinos, tanto pecheros como exentos, de unacontribución de 160.000 reales para pagar los gastos causados por un nuevo hospital decampaña establecido en la villa y que acogía a más de 200 enfermos y heridos, elestablecimiento de otra contribución extraordinaria de 224.000 reales sobre los bienesraíces y sobre el producto del trabajo o la solicitud de cesión de los diezmos de la MesaMaestral y la Encomienda Mayor de Alcántara. Por otro lado, el temor a una explosiónsocial llevó al concejo “...con el fin de precaver las consecuencias que amenazan alcomún y con el de mantener el orden y sosiego públicos...” a solicitar la exención delpago de los diezmos anteriormente citados para el año de 181132 .

Todo esta acumulación de males convierte a la guerra de Independencia en el colofónperfecto para observar las enormes dificultades y desgracias que la guerra provocaba enla Extremadura de la Edad Moderna, en la que un precario equilibrio posibilitaba lasupervivencia de la población con mayores o menores problemas, y que un conflictobélico rompía totalmente al distorsionar todos los factores demográficos, económicos,sociales y políticos. En este sentido, además, Brozas fue víctima de su cercanía conPortugal y de la secular enemistad entre este reino y el de Castilla para convertirse en unimportante objetivo militar en caso de enfrentamiento entre ambos países, condiciónque sus pobladores sufrieron resignadamente durante cientos de años. Por último, laguerra contra los franceses sumió a Brozas en una crisis de inimaginables proporciones,que sin duda influyó poderosamente en la decadencia que a partir de ese momento afectóde manera evidente a esta otrora importante villa extremeña.

31 Íb., año 1809, memorial dirigido a Fernando VII, 5 de agosto de 1809.32 Íb., años 1809, 1810, 1811 y 1812.

Page 85: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Felicísimo García Barriga

84

FUENTES:

Archivo Histórico Provincial de Cáceres:Secc. Protocolos, legajo 3.461, escribano Juan de Escobar Cantero.Secc. Archivo Municipal de Brozas, Asuntos militares, legajos 17 (1641) y 29 (1659).Libros de Actas capitulares, nos. 1-102 (1703-1815). Reales cédulas y órdenes,legajo 13.Secc. Real Audiencia de Extremadura, legajo 680: “Informazión hecha a pedimen-to de Phelipe Flores Rino, procurador general de esta villa de Brozas, de las hosti-lidades y contratiempos que ha padecido”.

Archivo Histórico Diocesano de Coria-Cáceres:Secc. Parroquiales, Parroquias de Santa María y Mártires de Brozas, libros de bau-tizados, casados y difuntos (siglos XVII-XIX).

Archivo Municipal de Arroyo de la Luz:Secretaría, Libros de acuerdos del concejo, 1642.

BIBLIOGRAFÍA:

BLANCO CARRASCO, J.P. Demografía, familia y sociedad en la Extremadura mo-derna, 1500-1860, Cáceres, 1999.

CORTÉS CORTÉS, F. El Real Ejército de Extremadura en la Guerra de Restauraciónde Portugal (1640-1668), Cáceres, 1985.Militares y guerra en una tierra de frontera. Extremadura a mediados del sigloXVII, Mérida, 1991.Alojamientos de soldados en la Extremadura del siglo XVII, Mérida, 1996.

FERNÁNDEZ MILLÁN, I. La ciudad de Plasencia en el siglo XVIII: aspectos demo-gráficos y sociales, Mérida, 1995.

GARCÍA BARRIGA, F. Población, familia y sociedad en la Extremadura del AntiguoRégimen (siglos XVII-XIX), Trabajo de grado inédito, Cáceres, 2002.

RODRÍGUEZ SÁNCHEZ, A. “Guerra, miseria y corrupción en Extremadura. 1640-1668” en Estudios dedicados a Don Carlos Callejo Serrano, Cáceres, 1979, pp.625-645.

WHITE, L. “Actitudes civiles hacia la guerra en Extremadura (1640-1668)”, Revista deEstudios Extremeños, XLIII (2), 1987, pp. 487-501.

Page 86: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004Pgs. 85 a 100

ISBN: 84-609-4105-1

LAS REALES FORTALEZAS DE ÓRDENES MILITARESDEL PARTIDO DE LLERENA EN EL SIGLO XVIII

Juan de Á. Gijón Granados

Dpto. de Historia ModernaFacultad de Geografía e Historia

Universidad Complutense de MadridCiudad Universitaria, s/n

28040 [email protected]

Page 87: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

86

Page 88: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

87

LAS REALES FORTALEZAS DE ÓRDENES MILITARES DEL PARTIDODE LLERENA EN EL SIGLO XVIII

Juan de Á. Gijón Granados

RESUMEN

La situación decadente de un porcentaje muy elevado de castillosde Órdenes Militares al finalizar el Antiguo Régimen fue una conse-cuencia de la falta de interés de sus propietarios para mantener enbuenas condiciones una arquitectura militar que poco uso bélico podíatener acabada la reconquista y alejada de la frontera o las costas. Alcontrario, los numerosos gastos de unos edificios obsoletos que eranincómodas residencias alejadas de la Corte fueron dejando a su suerteesta emblemática edilicia. En esta centuria la llegada de la dinastíaBorbón llevó a los monarcas a utilizar las dignidades, prioratos yencomiendas de estas corporaciones medievales en favor de los in-fantes segundones que se nutrían de sus títulos y su asegurado cau-dal económico. Los infantes de España fueron protagonistas de laconcentración en pocas manos de más de medio centenar de enco-miendas y otros bienes de Órdenes Militares, lo que supuso un ele-mento más de la política regalista borbónica en el contexto del des-potismo ilustrado del siglo XVIII.

THE ROYAL FORTRESSES OF THE MILITARY ORDERS OFTHE PARTY OF LLERENA IN THE XVIII CENTURY

The decaying situation of a very high percentage of castles ofMilitary Orders at the end of the Old Règime was a consequence ofthe lack of interest of its owners in keeping in good conditions a mili-tary architecture that was of little use once the reconquest had fin-ished and far away from the frontier or the coast. On the contrary,the numerous expenses of such obsolete buildings, uncomfortabledwellings situated far from the Court, caused them to be graduallyleft alone. In this century the arrival of the Bourbon dynasty led themonarchs to use the dignities, priories and encomiendas of thesemediaeval corporations in favour of their second infantes, who livedon those titles and their secured economic wealth. The Spanish in-fants were protagonists of the concentration in just a few hands ofmore than half a hundred encomiendas and other goods proceeding

Page 89: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Juan de Á. Gijón Granados

88

from the Military Orders, which supposed one element to be added tothe Bourbon royal prerogatives within the context of the illustrateddespotism of the XVIII century.

I. INTRODUCCIÓN1

La administración y organización del Partido de Llerena y de la Provincia de León enla Edad Moderna está lejos de ser aclarada por la historiografía actual, debido a su complejaevolución y a que las fuentes documentales no son homogéneas. La Orden Militar deSantiago en la España Moderna se organizaba administrativamente en dos provinciasdivididas en diez partidos a cuyo frente se nombraban caballeros gobernadores2 . Cadapartido estaba compuesto por cierto número de encomiendas y a su vez éstas por unavilla o más, bienes y otros lugares de población menor. Algunas dignidades y encomiendasestaban formadas por bienes e intereses en distintas poblaciones; además, estaban apartadoslos derechos de la Mesa Maestral, que tenía patrimonializado el Rey como AdministradorPerpetuo. En el siglo XVIII la Casa de Borbón se va a ir apropiando de encomiendas deÓrdenes Militares en todo el territorio español.

Santiago, Calatrava, Alcántara, Montesa y San Juan de Jerusalén van a tener a losInfantes de la Casa Real como propietarios de dignidades, prioratos y encomiendasobteniendo muchas de las mejores para engrosar su patrimonio personal. También otrasdos ramas de la familia, los Borbón-Bragança (Portugal) y los Borbón-Parma (Italia),van a recibir estos beneficios durante los siglos XVIII y XIX.

Domínguez Ortiz afirmó que fue a finales del Antiguo Régimen cuando Extremadurase configura como entidad administrativa, pero en realidad su andadura como provincialegítimamente constituida se remonta a la adquisición del Voto en Cortes en 1652, quefue compartido por las ciudades de Badajoz, Mérida, Trujillo y Plasencia y las villas deCáceres y Alcántara. La administración civil extremeña, como tantas otras en la Españamoderna, era un conglomerado de territorios de realengo y señoríos religiosos y seglares.Desde el punto de vista religioso, existían tres diócesis, Badajoz, Plasencia y Coria, altiempo que los territorios de la Orden de Santiago se gobernaban desde el Priorato deSan Marcos de León; por último, los pueblos de la Orden de Alcántara se dividían en losprioratos de Alcántara, Zalamea y Magacela. También la sede extremeña de la Inquisición,

1 Esta comunicación forma parte de una tesis doctoral sobre la Casa de Borbón y las Órdenes Militares en el sigloXVIII (1700-1809), bajo la dirección de la Catedrática Dª. María Victoria López-Cordón Cortezo, en el Departamentode Historia Moderna de la Universidad Complutense de Madrid. Las fuentes consultadas para este trabajo sonbásicamente los fondos de Órdenes Militares del Archivo Histórico Nacional. Además, he podido comprobar comoexiste una breve pero interesante historiografía sobre estos territorios de la Orden de Santiago para el siglo ilustra-do.

2 Sobre estos caballeros gobernadores del partido ver: PEREIRA IGLESIAS, José Luis, “Gobierno, administración yrecursos de las Órdenes Militares en la Extremadura de los siglos modernos”, en Las Órdenes Militares en laPenínsula Ibérica, vol. II: Edad Moderna, Cuenca, Universidad de Castilla-La Mancha, 2000, pp. 1.836-1.837. Y paraconocer sus nombres ver: MOTA ARÉVALO, Horacio, “La Orden de Santiago en tierras de Extremadura”, Revista deEstudios Extremeños, XVIII-I, Badajoz, 1962, pp. 63-67.

Page 90: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

89

en Llerena, le daba a la provincia daba una personalidad propia como territorio unificado.En el siglo XVIII, Extremadura se consolida como provincia con la creación de unaintendencia (1711), con capital en Mérida, que después fue a Badajoz, y con la instauraciónde la audiencia de Cáceres (1790)3 .

Pereira Iglesias indica que la Orden de Santiago para la Edad Moderna había divididoen dos provincias sus territorios. La provincia de Castilla, dividida en tres partidos: Ocaña,Alcaraz y Montiel, que a su vez se subdividían en partidos menores. La provincia deLeón, situada al sur de Extremadura y con capitalidad en Llerena y una encomienda alnorte del Guadiana (Montánchez). Esta Provincia de León tenía aproximandamente 9.000km2 y comprendía 85 concejos repartidos entre dos partidos, desde el punto de vistaespiritual: Mérida y Llerena4 .

La Orden de Santiago estaba dividida territorialmente en diez partidos (siglo XVII)para su mejor gobierno: Castilla, Montiel (Ciudad Real), Caravaca (Murcia), Segura dela Sierra (Jaén), Llerena, Hornachos, Mérida, Montánchez, Castilla la Vieja y Aragón.En el XVIII se redujeron a ocho: Provincia de León, La Mancha, Montiel, Sierra deSegura, Murcia, Castilla, Aragón y León5 . La de mayores rentas era la provincia de León(Extremadura).

Un manuscrito de D. Luis de Salazar y Castro nos habla de 37 encomiendas para laprovincia de León de Santiago (siglo XVII). Parece que este autor se propuso hacer lahistoria de cada encomienda extremeña y de sus comendadores. Obra que no llegó aacabar este prestigioso genealogista, pero nos han quedado sus apuntes con algunos es-cudos de comendadores dibujados a pluma al margen6 .

En el siglo XVIII Bernabé de Chaves refleja la existencia de 31 en la provincia deLeón de la Orden de Santiago. De las siete encomiendas de mayores rentas, cuatro deellas pertenecen a los Infantes de Borbón (Mayor de León, Azuaga, Bastimentos de Leóny Los Santos de Maimona)7 . Esto nos indica el claro objetivo que tenían estas encomiendas

3 DOMÍNGUEZ ORTIZ, Antonio, Sociedad y Estado en el siglo XVIII español, Barcelona, Ariel, p. 206; LORENZANADE LA PUENTE, Felipe, “Mapa fiscal de Extremadura desde la concesión del voto en Cortes”, Revista de EstudiosComarcales (La Serena, Vegas Altas y Montes del Guadiana), 2, 1990, pp. 95-120, y del mismo autor: “Los perfilespolíticos e institucionales de Extremadura en la Edad Moderna”, Revista de Extremadura, 12, 1993, pp. 41-56, y“Llerena y el Voto en Cortes de Extremadura”, Actas de la I Jornada de Historia de Llerena, Llerena, Junta deExtremadura, 2000, pp. 118-119.

4 Montánchez tenía muchos pueblos: Almoharín, Salvatierra, Alcuéscar, Botija, Casas de Don Antonio, La Zarza,Benquerencia, Torre de Santa María, Valdefuentes, Albalá, Arroyomolinos, Valdemorales y Torremocha. PEREIRAIGLESIAS, J.L. Op. cit., p. 1.830.

5 CHAVES, Bernabé (de), Apuntamiento Legal sobre el Dominio Solar de la Orden de Santiago en todos sus pueblos(Madrid, 1740), Barcelona, Eds. El Albir, facs., 1975, p. 201.

6 Alange, Alcuéscar, Almendralejo, Aguilarejo, Avelino, Bastimentos de León, Bienvenida, La Barra, Casas de Córdo-ba, Castrotoraf, Calzadilla, Castroverde, Castilleja de la Cuesta, Estepa, Estriana, Fuente del Maestre, Guadalcanal,Hinojosa, Lobón, La Mayor, Mérida, Medina de las Torres, Monasterio, Montemolín, Montijo, Mures y Benazuza,Ornachos, Oliva, Puebla de Sancho Pérez, Palomas, Peñansende, Reina, Rivera, Los Santos de Maimona, Valenciadel Ventoso, Usagre y Villafranca. BARRANTES, Vicente, Catálogo razonado y crítico de los libros, memorias ypapeles, impresos y manuscritos, que tratan de la provincia de Extremadura, así tocante a su historia, religión ygeografía, como a sus antigüedades, nobleza y hombres célebres, Madrid, M. Rivadeneyra, 1863, p. 286.

7 Según datos de 1740, las encomiendas de la provincia de León son: Alcuéscar, Mérida, Lobón, Montijo, Almendralejo,La Fuente, Aceuchal, Villafranca, Puebla de Sancho Pérez, Los Santos de Maimona, Alange, Palomas, La Oliva,San Marcos, Puebla de la Reina, Hornachos, Hinojosa, Reyna, Usagre, Bienvenida, Guadalcanal, Bastimentos deLeón, Azuaga, Mayor de León, Calzadilla, Aguilarejo, Medina de las Torres, Monasterio, Santa María Tudia, Montemolíny Valencia del Ventoso: CHAVES, B. Op. cit., p. 186.

Page 91: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Juan de Á. Gijón Granados

90

para los reales bolsillos de estos serenísimos personajes de la Corte.

El Partido de Llerena en el siglo XVII estaba dividido en 15 encomiendas: Azuaga,Bastimentos de León, Bienvenida, Casas de Córdoba, Fuente del Maestre, Guadalcanal,Hinojosa, Mayor de León, Puebla de Sancho Pérez, Reina, Ribera y Aceuchal, Los Santosde Maimona, Usagre, Valencia del Ventoso y Villafranca8 . A las que se añadieron en elsiglo XVIII las de Medina de las Torres y Montemolín.

Según E. Serrano y A. Atienza, en un documento de rentas de 1711 aparecen 12encomiendas citadas en el Partido de Llerena y otras 10 para el Partido de Mérida9 . Afinales del siglo XVIII el Partido de Llerena estaba compuesto por 41 villas, un lugar yseis aldeas. Todo el partido tenía aproximadamente 17.016 vecinos en 179210 .

Maldonado Fernández afirma que, integrada en la provincia de Extremadura estaba lamayor parte de la provincia de León de la Orden de Santiago. En ésta, a finales del sigloXVIII, se diferenciaban seis partidos: Llerena, Mérida, Segura de León, Hornachos, Je-rez y Montánchez. Formaban parte de este partido santiaguista de Llerena los siguientespueblos: Ahillones, Azuaga, Bienvenida, Casas de Reina, Fuente del Arco, Granja deTorrehermosa, Oliva, Palomas, Reina, Usagre, Trasierra, Cantalgallo, Malcocinado,Cardenchosa y Los Rubios11 .

8 RUÍZ RODRÍGUEZ, José Ignacio, Las Órdenes Militares castellanas en la Edad Moderna, Madrid, Arco, 2001, p. 33.Los datos están tomados de la tesis de C. LÓPEZ GONZÁLEZ (1988) sobre la hacienda de las Órdenes Militares enel siglo XVII.

9 El Partido de Llerena: Azuaga, Puebla de Sancho, Fuente del Maestre, Bienvenida, Guadalcanal, Hinojosa, Oliva,Paloma, Reina, Santos de Maimona, Usagre y Alcuéscar; mientras que el Partido de Mérida: Mérida, Yes y Faznilla,Villafranca, Rivera y Aceuchal, Bastimentos de León, Hornachos, Mayor de León, Casas de Córdoba, Alange ySegura de la Sierra (¿?). También se dirigían desde Madrid (¿el Tesoro de la Orden?) las encomiendas de Monesterio,Calzadilla, Enguera, Medina de las Torres, Montemolín, Aguilarejo y Almendralejo: SERRANO, Eliseo y ATIENZALÓPEZ, Ángela, “Valor y rentas de las encomiendas de las Órdenes Militares en el siglo XVIII”, Cuadernos deHistoria Jerónimo Zurita, 61-62, Zaragoza, 1990, pp. 139-153. El documento original debe tener más de un error yaque se cita a Caravaca en el partido de Mérida, cuando es de Cieza (Murcia) y tampoco aparece la propia encomien-da de Llerena, que sería la número 13 de su partido. También figura Segura de la Sierra en el partido de Llerena,cuando esta encomienda está en la provincia de Jaén; seguramente puede ser confundida con Segura de León.

10 Las principales eran Guadalcanal, Azuaga, Segura de León, Montemolín, Fuente de Cantos, Rivera del Fresno,Berlanga, Los Santos, Fuente del Maestre, Bienvenida, Medina de las Torres, Fuentes de León, Valencia del Vento-so y Hornachos. Las otras villas menores eran Fuente del Arco, Reina, Casas de Reina, Villagarcía, Usagre, Ayllones,Valverde, La Granja, Maguilla, Retamal, El Campillo, La Oliva, Palomas, Puebla de la Reina, La Higuera, Valencia delas Torres, Hinojosa del Valle, Llera, Puebla del Prior, Puebla de Sancho Pérez, Calzadilla, Cañaveral de León,Arroyomolinos de León, Cabeza la Baca, La Calera y Puebla del Conde. El lugar era Trasierra, y las seis aldeas:Canta el Gallo, Malcocinado, Cardenchosa, Pallares, Santa María y Los Rubios: DE LA PEÑA GÓMEZ, María Pilar,Arquitectura y urbanismo de Llerena, Cáceres, Univ. Extremadura, 1991, pp. 49-50.

11 El de Llerena tenía a la propia ciudad de su nombre y las villas de Ahillones, Azuaga, Berlanga, Bienvenida, Cabezala Vaca, Calera, Calzadilla, Campillo, Casas de Reina, Fuente de Cantos, Fuente del Arco, Fuente del Maestre,Fuentes de León, Granja de Torrehermosa, Higuera, Hinojosa del Valle, Hornachos, Llera, Maguilla, Medina de lasTorres, Monasterio, Montemolín, Oliva, Palomas, Puebla de la Reina, Puebla de Sanchos Pérez, Puebla del Maestre,Puebla del Prior, Reina, Retamal, Rivera del Fresno, Santos de Maimona, Segura de León, Usagre, Valencia de lasTorres, Valencia del Ventoso y Valverde, además del lugar de Trasierra (anexo a Casas de Reina) y las aldeas deCantalgallo (anexa a Llerena), Malcocinado (anexa a Guadalcanal y Azuaga), Cardenchosa (anexa a Azuaga),Pallares y Santa María de la Nava (anexos ambos a Montemolín), y Los Rubios (anexa a Granja): MALDONADOFERNÁNDEZ, Manuel, Llerena en el siglo XVIII. Modelo administrativo y económico de una ciudad santiaguista,Llerena, 1997, p. 37. En el siglo XIX los pueblos que formaban el partido judicial de Llerena eran la propia ciudad,Azuaga con su anejo de Cardenchosa, Granja de Torrehermosa y su anejo de Los Rubios, Berlanga, Ahillones,Fuente del Arco, Malcocinado, Valverde de Llerena, Valencia de las Torres, Villagarcía, Higuera de Llerena, Campi-llo, Casas de la Reina, Reina, Retamal, Maguilla, Trasierra y Llera: MONTERO SANTARÉN, Eulogio, Monografíahistórico-descriptiva de la ciudad de Llerena, Badajoz, Tipografía de Alberto Merino, 1900, p. 33. También sobre elPartido de Llerena es de interés consultar el reciente trabajo de MALDONADO FERNÁNDEZ, Manuel, “El Partido deLlerena: origen y evolución hasta finales del Antiguo Régimen”, Actas IV Jornadas de Historia en Llerena, Llerena,Sociedad Extremeña de Historia, 2003. La definitiva división del territorio en las provincias de Cáceres y Badajoztuvo lugar en 1833, después de varios intentos fallidos, según el autor.

Page 92: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

91

Desde el punto de vista religioso, continuando con la compleja situación administrativa,la provincia dependía del Prior que residía en el Convento de San Marcos de León. Laprovincia se dividía en los provisoratos de Llerena y Mérida. El provisorato de Llerenaagrupaba las parroquias de Azuaga, Ahillones, Berlanga, Bienvenida, Calzadilla, Casasde Reina, Campillo, Fuente del Maestre, Fuente del Arco, Granja de Torrehermosa,Guadalcanal, Higuera, Hinojosa del Valle, Hornachos, Llera, Llerena, Maguilla, Medinade las Torres, Puebla de Sancho Pérez, Puebla del Prior, Retamal, Rivera del Fresno,Santos de Maimona, Trasierra, Usagre, Valencia de las Torres, Valverde de Llerena, ycon cierta independencia las vicarías de Jerez de los Caballeros y la de Santa María deTudía12 .

La cartografía de Tomás López nos ofrece algunos mapas de Extremadura en el sigloXVIII con información detallada sobre las divisiones administrativas de la zona. El planode 1756 es el más simple y aporta algunos datos sobre el pasado romano de las ciudadesmás importantes. En 1766 realiza uno de mayor calidad en donde aparecen las encomiendasde las Órdenes de Santiago y Alcántara. Posteriormente, en 1798, Tomás López ejecutóel mejor de ellos dividiéndolo en ocho partidos: Badajoz, Alcántara, Cáceres, Mérida,Plasencia, Trujillo, Villanueva de la Serena y Llerena13 .

II. LAS ENCOMIENDAS DE LA ORDEN DE SANTIAGO DE LA CASA DEBORBÓN

En este partido de la Orden de Santiago la Casa de Borbón va a apropiarse de sieteencomiendas. El Infante D. Antonio Pascual de Borbón y Farnesio (1755-1817) obtuvola Encomienda de Los Santos de Maimona (1799). D. Luis Antonio Jaime de Borbón yFarnesio (1727-1785) recibió la Encomienda Mayor de León (1745-1785), Azuaga (1734-1785), Bastimentos de León (1734-1785), Medina de las Torres (1750-1785), que compróel Marqués de Perales14 , y Montemolín (1741-1785)15 . También la rama de los Borbón-Parma tendrá en la figura del Infante D. Luis, Duque de Parma y I Rey de Etruria laencomienda de Usagre en 1800. Éste fallece tres años más tarde, por lo que pasaría a suhijo Carlos Luis, II Rey de Etruria, en 1806. Carlos María Isidro (1788-1855) obtuvo en1802 y hasta 1809 la Encomienda Mayor de León; astimentos de León, Azuaga y LaGranja y los Juros de Montemolín.

12 Íbidem., p. 80.13 LÍTER MAYAYO, Carmen, La obra de Tomás López. Imagen cartográfica del siglo XVIII, Madrid, Biblioteca Nacional,

2002, pp. 202-205.14 Interrogatorio de la Real Audiencia. Extremadura a finales de los tiempos modernos. Partido de Llerena, Mérida,

Asamblea de Extremadura, 1994, p. 642.15 En 1573 se desmembraron varias villas de la Orden de Santiago, entre ellas Medina de las Torres y Montemolín,

pasando a depender jurídicamente de la ciudad de Sevilla en virtud de un asiento firmado por el caballero JuanNúñez de Illescas. Se especificaba el traspaso de las fortalezas, además de los otros bienes y derechos: PEREIRAIGLESIAS, J.L. Op. cit., pp. 1.849-1.850. Estas villas, denominadas Villas del Maestrazgo, en 1608 fueron a parar amanos de banqueros genoveses y parece que en 1626 se las autovenden volviendo al señorío: MARTÍN GALÁN,Manuel M. “Desmembraciones y ventas de bienes de las Órdenes Militares en el siglo XVI”, en Las Órdenes Milita-res..., pp. 1.655-1.658; sobre la evolución jurisdiccional de estas villas, vid. LORENZANA DE LA PUENTE, F. “Jue-ces y pleitos. La administración de la justicia en la Baja Extremadura en el Antiguo Régimen”, Hispania, LXIII/1, 213,2003, pp. 29-73.

Page 93: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Juan de Á. Gijón Granados

92

D. Antonio Pascual y el Cardenal-Arzobispo D. Luis Antonio eran infantes segundonesque financiaron sus actividades personales patrimonializando las rentas de encomiendasde Órdenes Militares. El tercer personaje, el Infante D. Luis de Borbón y Borbón (1773-1803), es nieto de D. Felipe de Borbón y Farnesio (hijo segundón de Felipe V) e hijo deFernando de Borbón y Austria (1751-1802), el primogénito del anterior. Las encomiendasde D. Luis pasaron a su único hijo varón, el Infante Carlos Luis de Borbón y Cerdeña(1799-1883), II Rey de Etruria (1803-1807), bajo la tutela de su madre regente, Dª MaríaTeresa de Cerdeña. Después fue Duque de Lucca tras heredar el título de su madre. Unquinto Borbón, Francisco de Paula (1794-1865) obtendrá la encomienda de Medina delas Torres. Finalmente el carlista, y hermano de Fernando VII, Carlos María Isidro, obtuvocuatro encomiendas desde 1802 hasta que fueron requisadas (1809) por José I.

En sus Reales Encomiendas de toda la península el tratamiento que van a tener suscastillos será desigual. Se conservarán los que tengan alguna utilidad reformando suinterior y conservándose como residencias de administradores y almacenes de grano,aceite, lana y vino16 . La utilidad bélica que podían tener unas fortalezas en el Partido deLlerena, heredadas de tiempos medievales, era completamente nula pese a la cercanía dela frontera portuguesa, país vecino amigo, e incluso miembro de la monarquía hispánica(1580-1640), pero con el que se tuvieron graves tensiones durante los siglos XVII y XVIII.

El castillo es la llave y emblema de la encomienda de una Orden Militar. En la tomade posesión, con el gesto físico de una señal de la cruz, se abren y se cierran algunas desus puertas como símbolo de propiedad del edificio, en las huertas se cortan ramas y enlos solares donde había antiguas construcciones desaparecidas se mueven las piedras delsuelo como toma de posesión.

A finales del siglo XVIII, el Castillo de Consuegra, sede de la Orden de San Juan,estaba en malas condiciones, y ante la idea del administrador de derribarlo la jerarquía dela Orden pensó que se debía mantener. Molero García indica que sobre el Castillo deConsuegra, pese a su estado ruinoso en 1796, se aconsejó dejarlo en pie porque “...faltandoel castillo, faltaría el fundamento principal en que se afianzan los privilegios y títulosprimitivos de la Dignidad Prioral, por estar encabezado por el castillo...”17 .

En estas fortalezas ya no residían los comendadores que, de manera intermitente,habían comenzado a dejar de utilizar una residencia de encomienda que ni siquieravisitaban en persona en la Edad Moderna. En su lugar aparece un responsable, caballerode la Orden Militar, que se encarga de gestionar los bienes y derechos de la circunscripción,entre cuyos edificios destaca la casa de la encomienda que en la mayoría de los casos es

16 GIJÓN GRANADOS, Juan de Ávila, “La Orden Militar de Santiago en Albacete. La huella de la reconquista en laprimera mitad del siglo XVIII”, Actas II Congreso de Historia de Albacete, vol. III: Edad Moderna, Albacete, I.E.A.,2002, pp. 145-152.

17 MOLERO GARCÍA, Jesús, “Carácter y función de la fortificación sanjuanista”, II Jornadas de la Orden de San Juan,Ciudad Real, I.E.M., 1999, p. 168. La Junta de Hacienda del Gran Priorato decidió “dejarlo sin reparo para que eltiempo le consuma”: GIJÓN GRANADOS, Juan de Ávila, Arqueología Moderna en el Castillo de Manzanares (Ciu-dad Real). La nobleza, la Casa de Borbón y las Órdenes Militares, Manzanares, 2003, p. 174. Las razones paraderribarlo que el administrador de Consuegra tenía eran personales. Una revuelta de la población se había resguar-dado allí, culpando al administrador de ser el motivo de la rebelión.

Page 94: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

93

un castillo. Los administradores de los Infantes de España tenían claro que debían usarestos edificios con la utilidad práctica que pudieran persiguiendo el claro objetivo delbeneficio económico. Si no tenían provecho los dejarían a su suerte para que la climatologíaadversa, los temblores de tierra y el saqueo los hicieran desaparecer casi completamente18 .

Al comenzar el siglo la Guerra de Sucesión19 nos mostró cómo en la península Ibéricauna mayoría de castillos se ganaban y perdían con gran facilidad por los dos bandos,demostrándose que nunca se tuvo prevista la entrada en una guerra organizada en elinterior de la monarquía; acabada la reconquista, tan sólo se había pensado en la guerrafuera de la península. Las fortalezas se habían convertido en el símbolo del poder señorial,o real, y muchas de ellas, en lugar de almacenar armamento y soldados, guardabangraneros, bodegas y todo lo necesario para una explotación agropecuaria. De otros tansólo se conocía su solar o sus cimientos y, en general, no tuvieron una organizacióncorrecta desde el punto de vista militar tanto por las tropas destinadas como por lospertrechos.

En las siete encomiendas que analizamos (Azuaga y la Granja, Bastimentos de León,Mayor de León, Medina de las Torres, Montemolín, Los Santos de Maimona, Usagre)encontramos restos de castillos sin funcionalidad en general, aunque destaca la persistenciadel Castillo de Segura de León (Encomienda Mayor de León).

Los castillos de la Orden de Santiago en Extremadura se disponen desde el centro dela región, al sur de Cáceres, hasta el sur de Badajoz. Además, no hemos de olvidar que lascasas de encomienda de algunas de estas poblaciones se edificaban como casas fuertescon torres como los palacios señoriales20 . También se dieron casos, a lo largo de estacenturia, de la transformación de un castillo medieval en una casa tercia con funcionesexclusivamente administrativas.

III. ENCOMIENDA DE AZUAGA Y LA GRANJA

Una fortaleza de tapial de origen árabe se tomó a los hispanomusulmanes y se construyóuna gran torre en el centro tras su conquista por los cristianos llegados del norte peninsu-lar21 . En 1477 se celebró en este edificio el Capítulo General de la Orden de Santiago,donde se nombró al Comendador Mayor de León, D. Alonso de Cárdenas, como nuevoMaestre de la Orden. Algunas referencias de finales del siglo XIX nos detallaban suestado de ruina y abandono22 .

18 GIJÓN GRANADOS, Juan de Ávila, “Las fortalezas de las Órdenes Militares de Santiago y Calatrava durante el sigloXVIII en Andalucía”, Actas del III Congreso de Historia de Andalucía, t . IV: Historia Moderna, Córdoba, Caja Sur,2003, vol. 10, pp. 91-107.

19 GIJÓN GRANADOS, Juan de Ávila, “Simbología, función y realidad de las fortalezas en España y Portugal durantela Guerra de Sucesión española”, II Congreso de Castellología, A.E.A.C., 2001, en prensa.

20 NAVAREÑO MATEOS, Antonio, Castillos y fortalezas en Extremadura, Murcia, Diario Hoy, 1998, pp. 281-283.21 MÉLIDA, José Ramón, Catálogo Monumental de España. Provincia de Badajoz (1907-1910), Madrid, Ministerio de

Instrucción Pública y Bellas Artes, vol. II, p. 78.22 RODRÍGUEZ DÍAZ, Félix, Azuaga (1891), Badajoz, Ayuntamiento de Azuaga, 2000, pp. 55-60. Sobre Azuaga en el

siglo XVIII ver: LINARES LUJÁN, Antonio Miguel, “La villa de Azuaga desde el final de la Baja Edad Media hasta lacrisis de Antiguo Régimen: Patrimonialización de los bienes de aprovechamiento común”, en Azuaga y su historia,Zafra, Ayuntamiento de Azuaga, 2001, pp. 43-133.

Page 95: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Juan de Á. Gijón Granados

94

M. Mateos García indica la existencia en la Campiña Sur extremeña de los castillosde Azuaga, Valencia de las Torres y Villagarcía de la Torre. El castillo de Azuaga estabaen 1734 arruinado por el abandono de sus anteriores propietarios, las torres y almenasderruidas y las estancias inhabitables23 . También Garrido Santiago transcribe el texto desu estado en 1734, año en el que estaba abandonado, demolidas sus torres y almenas, conlas habitaciones olvidadas y saqueado por oportunos paisanos anónimos24 . Luis Antoniode Borbón tomó posesión de la encomienda llamada “Encomienda de Azuaga y la Granja”como “Administrador con goce de frutos” en ese año25 . El infante Don Luis se apropiade la encomienda pese a no tener edad suficiente para ello según las reglas de la Orden deSantiago y poseer otras dos Órdenes Militares incompatibles con la de Santiago, el collardel Toisón y el cordón del Sancti Spíritus. La diplomacia del Rey en Roma procuró lasbulas y breves correspondientes para que saliera adelante la apropiación de esta nuevaencomienda. El embajador en Roma se encargaría de tramitar los papeles suficientescomo para hacer viable la nueva propiedad.

El castillo se describía “… mui arruinado, sin avitación alguna y sumamenteimperfectas y demolidas sus torres y almenas…”, y se citaba una cerca de tierra con unterreno en sembradura que se hallaba alrededor de la fortaleza, cuya pared de tapia sehallaba arruinada26 . Este edificio medieval aún existe, parcialmente arruinado al sur dela población, en un altozano junto a la carretera27 .

IV. ENCOMIENDA DE BASTIMENTOS DE LEÓN

Luis Antonio de Borbón recibió la encomienda como “Administrador con goce defrutos” en 173428 , habiendo vacado por fallecimiento de Melchor Henríquez de Cabrera,Marqués de Villabrágima. La toma el infante Don Luis pese a no tener edad suficiente yposeer otras dos Órdenes Militares incompatibles con la de Santiago. La diplomacia delRey en Roma también realizó su trabajo para que el infante poseyera la nueva encomienda.Vicente de Quadros toma posesión como administrador de la encomienda, otorgandopoder para representarlo a D. Francisco Antonio de Atienza, regidor de la ciudad deMérida y caballero de la Orden de Santiago, teniente de Guardias de Infantería española,gobernador y superintendente de rentas reales y generales de Mérida, su partido y tesorería.

En la toma de posesión se denunciaba que no se habían hecho las suficientes reformasen los edificios de la encomienda, entre los que no había ningún castillo: “Y porque acausa de haver havido mucho descuido en algunos comendadores en hazer gastar yconvertir el dinero procedido de las dichas medias annatas han reducido las obras yreparos de las dichas encomiendas notable daño…”29 .23 MATEOS GARCÍA, Manuel, Análisis del Patrimonio Histórico-Arqueológico de la “Campiña Sur” Extremeña, Badajoz,

CEDER, 2001, pp. 114-130.24 GARRIDO SANTIAGO, Manuel, Documentos de la Orden de Santiago sobre castillos extremeños, Cáceres, Univer-

sidad de Extemadura, 1989, p. 43.25 Archivo Histórico Nacional (AHN), secc. Órdenes Militares (OO.MM.), lib. 1584 (año 1734).26 Íbidem, ff. 34rº-vº.27 RUIBAL RODRÍGUEZ, Amador, “Castillos de Extremadura”, en Castillos de España, León, Everest, , 1997, t. III p. 1.598.28 AHN, OO.MM, carp. 67, nº 4 (1734).29 Íbidem, f. 7rº.

Page 96: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

95

La encomienda tenía numerosos derechos dispersos, por lo que la documentación nosindica, y por eso se dividía en tres partidos (1734): Mérida, Llerena y Montánchez.Además, Juan Ruíz de Arze30 , vecino y regidor perpetuo de Mérida, era el arrendador dela encomienda de Bastimentos de León en aquellos momentos.

- Partido de Mérida:

La ciudad de Mérida, las villas de D. Álvaro, Valverde, Torremayor, Garrovilla, Oliva,los lugares de San Pedro, Trujillanos, Mirandilla, Carrascalejo, Aljucén, Cordobilla, laNava, Esparragalejo, Calamonte y Torremejía.

- Partido de Montánchez:

Montánchez, Arroyomolinos, Almohazén, Valdemorales, Zarza de Montánchez, Thorrede Santa María, Salvatierra de Santiago, Benquerenzia, Botija, Torremocha, Casas de D.Antonio y Alvalá.

- Partido de Llerena:

Llerena, Maguilla, Contrasierra, Casas de Reyna, Aillones, Fuente del Arco,Guadalcanal (con los cortijos de Malcocinado), La Higuerita, Bienbenida, Usagre, Rivera,Hornachos, Villafranca y Fuente del Maestre31 .

Los encargados de la administración en los tres partidos son: Francisco de Mier yArenas, presbítero comisario del Santo Oficio, vecino de la Zarza de Montánchez (Par-tido de Montánchez); Joseph de Santa Mariña, vecino de Llerena (Partido de Llerena); yJuan de Zúñiga (Partido de Mérida).

V. ENCOMIENDA MAYOR DE LEÓN

Felipe V concede a D. Luis la Encomienda Mayor de León para cuando vacase por latestamentaría del Marqués de Leganés, que tenía el goce de frutos por 29 años que cumplíanel 6 de enero de 1745. Ya en 1734 había recibido el derecho a la encomienda para cuandoterminase el plazo testamentario. El caballero Vicente Hore, residente en la Corte ySargento Mayor del Regimiento de Infantería de Granada, tomará posesión comoapoderado del Marqués de Scotti32 , administrador de las encomiendas de Órdenes Militaresdel infante. La encomienda tenía distintos derechos en Fuentes de León, Cañaveral deLeón, Arroyomolinos, Cabeza de Vaca, Segura de León y Valencia de las Torres.

En Valencia de las Torres, el caballero de Santiago D.Vicente Hore se paseó por lacasa de la encomienda (¿el castillo?) haciendo diferentes señales y cruces en las murallascomo toma de posesión33 . En 1745 se describía como un castillo-torreón de mamposteríacon piedra labrada en las esquinas que guardaba un granero de trigo34 .

30 Íbid., f. 23vº.31 Íb., ff. 20vº-21rº-vº.32 Íb., carp. 180, nº 6 (1745).33 Íb., f. 79vº.34 GARRIDO SANTIAGO, M. Op. cit., p. 197.

Page 97: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Juan de Á. Gijón Granados

96

El Castillo de Segura (Segura de León)35 era la cabeza de la Encomienda Mayor deLeón. En la descripción de 1745 se señala una entrada con dos arcos apuntados en piedraseparados por un tramo y que daban paso, a la izquierda, a un portal de cinco arcos demedio punto de ladrillo sobre seis columnas con sus basas y capiteles36 .

Bajo este portal había una escalera que daba a una capilla (de unos 6 metros de largoy de ancho) con un altar sobre cuatro escaleras y un retablo fingido al fresco “descostrado”y de pinturas “bastas”. En la pared, una pila de piedra labrada y una pequeña ventana(lucero) para que iluminara el espacio sacralizado. Los visitadores pensaron en blanquearel interior, cubrir con azulejos las escaleras del altar y revestir esta mesa para que mejorarasu aspecto. Desde allí se entraba a una alcoba y de esta a una sala que daba a otraspuertas:

“…entrando por dichas puertas se reconoció un callejón en forma de teja que está lleno deruina, pareze haver sido escalera para entrar a un cubo donde ay una mazmorra, y otros quartospequeños arruinados que debe componer dicho Maestro”37 .

Por otra puerta se pasó por un pasillo estrecho dando a una cocina con chimenea. Dela cocina se salía a la escalera principal, que daba a la plaza de armas interior. Otro cuartotiene una caballeriza con una pesebrera, desde la caballeriza se sube por una puerta a otrocuarto arruinado que necesitaba reedificarse. Volviendo al pasadizo se entró por unapuerta a la escalera principal. En el primer descanso (mesa) se entró en un cuarto que daa la plaza de armas. Desde este cuarto, una puerta comunicaba con otra habitación destruidaque se había de reedificar. Subiendo las escaleras, once peldaños, se llegó a un corredorde cinco arcos y pilares de ladrillo de 15 metros de largo, en ésta había una ventanageminada con dos arcos de medio punto y una columna de mármol en medio, con dospoyos para vigilar, como otras muchas de la fortaleza38 . Desde la plaza de armas se llegaa la puerta de bastimento o Granero, inmediatas a la Torre del Homenaje, con dos columnasde ladrillo y arco rebajado39 .

Desde el interior, una escalera de 27 peldaños servía para subir a la muralla, en ella sevio un cubo cubierto de bóveda de rosca de ladrillo, con la bóveda rota por la clave. Elperímetro de las murallas y andenes era el siguiente: en el primer lienzo que iba desdeeste cubo a la torre del homenaje había 24 metros con trece almenas, tres de ellasdestrozadas, se llegó a una puerta por donde se entra a una “plaza de armas” que es uncuadrado de unos cuatro metros con nueve almenas, desde aquí por otra puerta se entrabaen la torre del homenaje con puertas de arco apuntado40 .

30 Íbid., f. 23vº.31 Íb., ff. 20vº-21rº-vº.32 Íb., carp. 180, nº 6 (1745).33 Íb., f. 79vº.34 GARRIDO SANTIAGO, M. Op. cit., p. 197.35 No hemos de confundir la Encomienda de Segura de León, en la provincia de Badajoz, con la de Segura de la

Sierra, en Jaén. Ambas pertenecen a la Orden de Santiago.36 AHN, OO.MM., carp. 180, nº 6, f. 44vº.37 Íbidem, ff. 45vº.38 Íbid., ff. 46rº-47rº. La Sala Principal tenía 16 metros de largo, 6 de ancho y 4’5 de alto con dos ventanas geminadas

con parteluz.39 Íb., f. 53vº. A derecha e izquierda dos trojes, además tres naves que sirven de graneros con diez arcos y doce

columnas de ladrillo. 18 metros de largo y 12 de ancho.

Page 98: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

97

En la torre del homenaje se reconoció la bóveda del segundo tramo, que necesitabareparo, subiendo a la plaza de armas superior a la torre se observó que tenía 24 almenasde cal y ladrillo sobre el parapeto. Abajo, en el primer tramo de la torre, se entró por unapuerta a una sala abovedada, en el suelo una boca de mazmorra formada con cuatropiedras de cantería labradas. La torre cuadrada tenía 8 metros de lado y casi 15 de alturahasta la punta de las almenas. Desde el cubo anterior, otro segundo lienzo de muralla de16 metros de largo, con 8 almenas, y desde este otro tercer lienzo de 16 metros y ochoalmenas, otro cubo, y siguiendo un ángulo saliente con “medio cubo” el cuarto lienzocon unos 15 metros y ocho almenas, otro sexto muro de adarve de casi 15 metros y oncealmenas llevaban a un baluarte que defendía la entrada principal. En este lienzo había unarco de ladrillo en las almenas con una campana. Dos aljibes en la plaza de armas inte-rior, un “pedrero antiguo de yerro para arrojar balas de piedra, que está inútil por faltarlela recámara” y un foso que rodeaba todo el edificio completaba el panorama del castillo41 .A finales del siglo XVIII se decía de este: “…que aunque antiguo, está entero yperfectamente conservado”42 . A principios del siglo XIX su exterior se conservaba, perosu interior estaba desorganizado y se había convertido en habitaciones para almacenes43 .En la actualidad el edificio presenta un uso cultural, siendo de propiedad municipal44 .

VI. ENCOMIENDA DE MEDINA DE LAS TORRES

Medina de las Torres fue una encomienda enajenada como señorío por Felipe II y quevolvió en 1708 a ser encomienda por muerte sin descendencia de su último señor45. Laencomienda fue dada a un noble, el Conde de Merode Vesterloo, volviendo al seno de laOrden Militar de Santiago46 .

El Maestre de Santiago D. Alonso de Cárdenas llegó a un acuerdo con el Duque deFeria para derribar el castillo en 147547 , a principios del reinado de los Reyes Católicosy finalizando la Edad Media. Lo que hizo que a la altura del siglo ilustrado el edificio notuviera suficiente consistencia para formar parte de la encomienda.

Por fallecimiento del Conde de Merode Vesterloo, en 1750, D. Luis Antonio recibióla encomienda como “Administrador en goce de frutos”. Tomó posesión de la encomien-da D. Miguel de Ottondo, Agente General de S.A.R. el infante D. Luis y apoderado del

40 Íb., f. 55rº-vº.41 Íb., ff. 56vº-59rº.42 Interrogatorio…, referencia en la introducción de la obra.43 MÉLIDA, J.R. Op. cit., p. 405.44 RUIBAL RODRÍGUEZ, A. Op. cit., p. 1.564.45 El caballero de Alcántara D. Alonso de Aguilar adquirió la encomienda en 1688: GIJÓN GRANADOS, J. Á. Op. Cit.,

2003, nota 536, p. 177.46 ORTIZ ROMERO, Pablo y FRUCTUOSO BARRIENTOS, Federico, Historia de Medina de las Torres por José Anto-

nio Barrientos y Salas (1848), Badajoz, 2004, p. 85. Estos autores indican, con serias dudas, que la encomienda fuedel Conde de Mezodí (¿?). Se trata del Conde de Merode. VÁZQUEZ GARCÍA, Francisco, El Infante Don LuisAntonio de Borbón y Farnesio, Ávila, Dip. Prov. de Ávila, Inst. Gran Duque de Alba, 1990, pp. 385-389. Memoria delas futuras encomiendas que en las órdenes militares de Santiago, Calatrava, Alcántara y Montesa concede el Reyal Infante D. Luis su hijo. El Conde de Merode Vesterloo es un título extranjero que recibió la Grandeza de España en1709 de manos de Felipe V: GONZÁLEZ-DORIA, Fernando, Diccionario Heráldico y nobiliario de los Reinos deEspaña, San Fernando de Henares, Bitácora, 1994, p. 173.

47 GARRIDO SANTIAGO, Manuel. Op. cit., p. 163.

Page 99: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Juan de Á. Gijón Granados

98

Marqués de Scotti48 , sin que el infante visitase el lugar.

En un plano de J.A. Barrientos, a mediados del siglo XIX, señala la situación de lavilla con un icono de su castillo y también aparece una atalaya hacia el suroeste49 . Desdeentonces hasta hoy se ha ido desmoronando ante su abandono, por lo que quedan escasosrestos, como parte de los lienzos y dos torres50 .

VII. ENCOMIENDA DE MONTEMOLÍN

El castillo es un edificio de tapial de origen árabe que tuvo reconstrucción cristianamedieval51 . Mota Arévalo nos indicó, en 1958, que la encomienda, tras pasar un tiempoenajenada, volvió a la Corona en 1770. Ya en el siglo XIX la encomienda fue cedida porFernando VII en 1819 a su hermano Carlos María Isidro de Borbón y éste a su hijoCarlos Luis, que se llamó Conde de Montemolín52 .

Pero la documentación original de 1741 nos indica que el infante D. Luis AntonioJaime de Borbón obtuvo esta encomienda de manos de su administrador de bienes deÓrdenes Militares D. Anibal Scotti, Marqués de Scotti, por vacante de J. Garcey. Antesfue comendador Francisco López de Zúñiga, Marqués de Baides (1666)53 .

No menciona nada más que algunos derechos económicos de la encomienda, sin citarel castillo ni otro edificio. Pese a todo, hoy, en un cerro al oeste de la población, quedanlos restos arruinados del edificio54 .

VIII. ENCOMIENDA DE LOS SANTOS DE MAIMONA

Existió un castillo cuyas ruinas apenas subsistían en el siglo XVIII55 . Distintoscomendadores se sucedieron al frente de la encomienda hasta que llegó a manos de losBorbón. En 1719 fue nombrado comendador D. Juan Manuel de Aguilera y los Ríos,Conde de Canalejas, en 1736 le sucedería como “administrador con goce de frutos” D.Tomás de Guzmán y Espínola, y en 1747 el Marqués de Moya, D. Felipe Pacheco, tomaríaposesión como comendador de Los Santos de Maimona56 .

Después, conocemos que el Marqués de Villena la tuvo hasta su muerte y que en julio

48 AHN, OOMM., carp. 196, nº 7 (1750).49 ORTIZ ROMERO, Pablo, Investigaciones arqueológicas en Medina de las Torres durante el siglo XIX. Las excavaciones

de Los Cercos y un manuscrito inédito de José Antonio Barrientos, Badajoz, Diputación Provincial de Badajoz,2002, p. 145.

50 TERRON REYNOLDS, María Teresa, Castillos de Badajoz, León, Ediciones Lancia, 1992, p. 53.51 MÉLIDA, J.R. Op. cit., p. 82.52 MOTA ARÉVALO, Horacio, “El Castillo de Montemolín”, Revista de Estudios Extremeños, XV-II, 1959, p. 387. Sobre

el Conde de Montemolín: CENTURIÓN, Leopoldo Augusto (de), Historia de la vida pública y privada de D. CarlosLuis de Borbón y de Braganza, primogénito de D. Carlos María Isidro, Madrid, 2ª edición, corregida y aumentada porManuel Álvarez, 1848.

53 AHN, OOMM., carp. 213, nº 15 (1741).54 RUIBAL RODRÍGUEZ, A. Op. cit., p. 1552. TERRON REYNOLS, M.T. Op. cit., pp. 58-59.55 Íbidem, p. 400.56 AHN, OOMM., carp. 310, nº 5, 6, 7.

Page 100: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

99

de 1799 la propiedad fue concedida al hermano del rey Carlos IV, D. Antonio Pascual deBorbón. Toma posesión Tomás García, administrador general de la Encomienda deZalamea, en nombre del infante, que no llegó a visitar su encomienda. D. Antonio Pascual,en julio de 1799, era caballero Gran Cruz de la Orden de Carlos III, caballero de la Ordendel Toisón de Oro, caballero de la Orden del Sancti Spiritus, caballero de la Orden de SanGenaro, caballero de la Orden de Santiago, comendador de la Encomienda Mayor deAlcántara y, en la misma institución, también de Piedrabuena, Zalamea, Castelnovo yCeclavín. En Calatrava era Comendador Mayor de Alcañiz (Aragón), de Fresneda yRafales, y también poseía la de Manzanares, de importantes rentas. Por reales órdenes desu hermano recibe la Encomienda de Corral de Almaguer y Los Santos de Maimona, queeran del Marqués de Villena57 . En la descripción de los edificios de la encomienda, elcastillo ni aparece, la inspección se centra en la Casa de la Encomienda y en la iglesiaparroquial. Hoy apenas quedan restos de su castillo58 sobre lo alto de un cerro próximo ala ciudad dominando una carretera.

IX. ENCOMIENDA DE USAGRE

En esta encomienda se conoce una despoblación por la epidemia de 1768, que leshizo huir a Bienvenida, aunque entre 1778 y 1800 volvió a repoblarse59 .

Durante el siglo XVIII perteneció a ilustres personajes de mano de los reyes. En 1738era comendador Casimiro de Ustáriz, Marqués de Ustáriz, secretario en el Consejo deHacienda, Sala de Millones, y oficial mayor de la Secretaría del Despacho de la Guerra.En 1753 se la concedió al comendador Juan de Obrien y Ockonor, caballero de Santiago,brigadier de caballería de los Reales Ejércitos y capitán de la Brigada de CarabinerosReales. En 1764 tomó posesión como comendador Francisco Javier Everardo, Marquésde Casatilli, caballero de Santiago y capitán de Navío de la Real Armada60 . En 1800 pasóal parmesano D. Luis de Borbón (1773-1803) y tras su fallecimiento sería concedida a suhijo D. Carlos Luis de Borbón desde 180661 .

Los reyes Felipe V, Carlos III y Carlos IV promovieron a sus hijos varones primogénitoscomo Príncipes de Asturias y herederos de la Corona, a las infantas les organizaron unabuena boda y los infantes segundones, además de algunos honores importantes, fueronlos acaparadores de títulos y encomiendas de Órdenes Militares.

Estas encomiendas de la Orden de Santiago en tierras de Extremadura presentan unaevolución desde el final de la reconquista y durante toda la Edad Moderna. Es evidente el

57 Íbidem, lib. 1.591, ff. 13rº-14rº (copia 1799).58 NAVAREÑO MATEO, A. Op. Cit., p. 197.59 LARREY, José, Crónica de la Villa de Usagre, Los Santos de Maimona, Excmo. Ayuntamiento de Usagre, 1992, pp.

153-171. Los comendadores durante el siglo XVIII fueron, según el autor, Enrique Fernández de Medrano (1737),Marqués de Ustáriz (1738), Juan de Obrien y Ockonor (1753) y el Marqués de Casatilli (1764-…, en 1791 todavía lo era).

60 AHN, OOMM., carp. 353, nº 4, 5, 6, 7-8 (faltan); 1738-1753-1764-1800-copia 1800. Las visitas de 1800 son docu-mentos que no llegaron a entrar en los fondos del Archivo Histórico Nacional.

61 GIJÓN GRANADOS, Juan de Ávila, La Casa de Borbón y las Órdenes Militares en el siglo XVIII. Tesis doctoral delDepartamento de Historia Moderna de la Universidad Complutense de Madrid, dirigida por Dª. María Victoria López-Cordón Cortezo, en proceso de elaboración.

Page 101: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Juan de A. Gijón Granados

100

desinterés por conservar los edificios militares que habían sido un elemento fundamentalen la repoblación, tanto desde el punto de vista de la bipolaridad militar-administrativacomo desde la mentalidad de la seguridad de los vasallos repobladores en tierras defrontera.

El siglo ilustrado mantenía como parte de la estructura de las encomiendas algunosedificios militares que eran evidencia de un pasado de reconquista honorífico que cuandose vislumbraba el inevitable final del Antiguo Régimen ocasionaban numerosos gastosde mantenimiento. Eran los símbolos de la reconquista cristiana hispánica. La mayoríafueron abandonados a su suerte para sanear las rentas de las encomiendas, ya que sumantenimiento inútil ocasionaba numerosos gastos de reparo. Esta mentalidad hizodesaparecer muchos castillos que ya entonces eran huellas de la historia.

Page 102: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004

Pgs. 101 a 126ISBN: 84-609-4105-1

VIOLENCIA SIMBÓLICA, ROMANCES DE CIEGOS YMINORÍAS ÉTNICAS. APORTACIONES AL

ROMANCERO LLERENENSE

Ignacio R. Mena Cabezas

IES MacarenaPuelles de los Santos, s/n

41009 [email protected]

Page 103: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

102

Page 104: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

103

VIOLENCIA SIMBÓLICA, ROMANCES DE CIEGOS YMINORÍAS ÉTNICAS. APORTACIONES AL ROMANCERO

LLERENENSE

Ignacio R. Mena Cabezas

RESUMEN

El rechazo a las minorías étnicas o religiosas en España ha teni-do y sigue teniendo una larga tradición. A su exterminio o expulsiónle siguieron su persecución, discriminación e invisibilidad. Pero di-cho rechazo comprendía otras esferas de violencia étnica, social ypolítica que no fueron ajenas a los propósitos de una mayor eficaciay extensión, que valiéndose de las manifestaciones más corrientes dela cultura popular como el refranero, dichos, tópicos, chistes, prejui-cios, coplas, burlas, caricaturas y romances, lograron mantener vi-vos los estereotipos que han variado muy poco a lo largo del tiempo.Los romances de ciegos contribuyeron a mantener y legitimar unaviolencia simbólica a lo largo del tiempo, su difusión y popularidadconstituyó un poderoso agente de la unidad nacional y negación delas diferencias. El propósito fundamental de esta comunicación hasido caracterizar este tipo de romances y ofrecer dos ejemplos delsiglo XVIII, que por su vinculación directa o indirecta a la comarcade Llerena, permiten reflejar la violencia simbólica ejercida contrados minorías concretas: judíos y gitanos. Nuevo Romance, en que seda cuenta y declaran dos sinagogas de Judíos que se han descubiertoen la ciudad de Llerena y Relación Nueva de la Gitana.

SYMBOLIC VIOLENCE, TRASHY VERSE AND ETHNIC MI-NORITIES. CONTRIBUTIONS TO LLERENA´S ROMANCERO

The rejection to ethnic or religious minorities in Spain has fol-lowed a long tradition, which still exists. Prosecution, discrimina-tion and invisibility followed the extermination or expulsion. But sucha rejection comprehended other spheres of ethnic, social and politi-cal violence which were not alien to purposes of a greater effective-ness and extension, which, using the most common manifestations ofpopular culture such as proverbs, sayings, clichés, jokes, prejudices,verses, tricks, caricatures and romances, sustained the stereotypesthat have suffered very little variation through the years. The trashy

Page 105: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Ignacio R. Mena Cabezas

104

verses contributed to maintain and legitimate a symbolic violencethroughout time, and their diffusion and popularity constituted a pow-erful agent of the national unity and the refusal of the differences.The main purpose of this essay has been to show the different fea-tures of this type of romance and also to offer two examples belong-ing to the XVIII century, which, due to their direct or indirect link tothe area of Llerena, let us reflect the symbolic violence exercisedagainst two particular minorities: Jews and Gypsies. These two ex-amples are: New romance, detailing and citing two Jewish synagoguesnewly discovered in the town of Llerena and New tale about the Gypsywoman.

I. INTRODUCCIÓN

Pese a que la alteridad y las diferencias entre los diversos grupos humanos constituyeuna realidad histórica y empírica, ampliamente constatable, no lo es menos el hecho deuna persistente negación del derecho a la diferencia o la instrumentalización de la dife-rencia misma como legitimación de la dominación, discriminación, desigualdad e infe-rioridad de grupos humanos con color de piel, formas de vida, lengua, costumbres oreligión diversas. Los límites simbólicos del nosotros respecto a ellos pueden revitalizarseo reproducirse a través de un conjunto variado de prácticas rituales, signos de identidady acciones simbólicas, que son seleccionadas y compartidas socialmente, pero que pue-den o no estar vinculadas necesariamente con el plano político o religioso, es decir,pueden pertenecer a un heterogéneo repertorio de señales, narraciones, discursos, tradi-ciones, objetos y símbolos que condensan y articulan eficazmente la memoria y los pro-cesos de identidad y diferenciación colectiva. La tradición oral y el romancero constitu-yen también un agente de socialización de las normas y valores colectivos, de las espe-ranzas y conflictos compartidos, y de producción y reproducción de las fronteras étnicasy culturales entre grupos sociales, nacionalidades y localidades.

El rechazo a las minorías étnicas o religiosas en España ha tenido y sigue teniendouna larga tradición. A su exterminio o expulsión le siguieron su persecución, discrimina-ción e invisibilidad. Pero dicho rechazo comprendía otras esferas de violencia étnica,social y política que no fueron ajenas a los propósitos de una mayor eficacia y extensión,que valiéndose de las manifestaciones más corrientes de la cultura popular como el refra-nero, dichos, tópicos, chistes, prejuicios, coplas, burlas, caricaturas y romances, lograronmantener vivos los estereotipos que han variado muy poco a lo largo del tiempo. Losromances de ciego, por su carácter vulgar, también contribuyeron a mantener y legitimaruna violencia simbólica a lo largo del tiempo. Su difusión y popularidad constituyó unpoderoso agente de la unidad nacional y negación de las diferencias, de estigmatizacióny mistificación de las minorías y grupos sociales extraños. Es propósito fundamental deesta comunicación caracterizar este tipo de romances y ofrecer dos ejemplos, que por suvinculación directa o indirecta a la comarca de Llerena, permiten reflejar la violencia

Page 106: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

105

simbólica ejercida contra dos minorías concretas: judíos y gitanos.

Los pliegos de cordel y los romances de ciegos constituyen un heterogéneo y extensomaterial de narraciones poéticas que tuvieron siempre un carácter subalterno respecto alo que se consideraba propiamente como literatura popular. Herederos de la tradiciónoral, supieron adaptarse a las condiciones de la imprenta formando un conjunto de textosy obras breves cuya producción y consumo estaba fuera de las estructuras de la culturaletrada. Desde el siglo XVI los impresores españoles y europeos comenzaron a editar enpublicaciones baratas, romances épicos y amorosos medievales y vidas de santos queadaptaron y simplificaron para conseguir textos cortos y asequibles. Con el tiempo, estascolecciones se ampliaron: almanaques, relatos de sucesos portentosos o milagrosos, guíasde viaje, libelos, cancioneros, grabados, libros religiosos, de magia, obras burlescas ysatíricas, relaciones históricas, aleluyas, etc. Su denominación procede de la exposiciónal público de pliegos sueltos atados con cordeles que los vendedores ofrecían en suspuestos callejeros. Su carácter marginal y ambulante se reforzaba por los grupos socialesque los distribuían, fundamentalmente ciegos, pero también: mulatos, vagabundos, bu-honeros, gitanos, etc.

Su consideración como literatura vulgar, ya desde el propio siglo XVII, hacía referen-cia a su inclusión en un campo de producción, distribución y consumo literario hetero-doxo y ajeno a los circuitos de la literatura culta en cada momento (Aguilar Piñal, 1972).Los literatos y especialistas siempre criticaron estas creaciones de autoconsumo popularalejadas del monopolio de competencia legítima que los instituía. Pero junto al rechazoestético los romances de ciegos fueron objeto del rechazo moral: la abundancia de críme-nes y desórdenes, de supersticiones y desatinos amorosos, el diluvio de milagros,encantamientos, brujerías y castigos divinos chocaban con el puritanismo y el ordenestablecido. Caro Baroja fundamenta el divorcio entre el pueblo y las clases cultas que seorigina en el siglo XVIII como “una especie de polarización social y literaria conforme ala cual, mientras los literatos, letrados y eruditos se hacen, de día en día, más racionalistas,los elementos populares siguen intolerantes y aun exageran la credulidad y la beatería,hasta llegar a grados que molestan francamente a los cultos. La literatura dieciochesca,culta, es gélida y prosaica a la par, como batida en frío, voluntariamente limitada, afuerza de preceptos retóricos y morales. La popular de que hemos de hablar bastante,incorrecta, emocional hasta llegar al delirio, dominada por pasiones hondas y a vecesmorbosas, lo más antiacadémica y lo más esperpéntica que puede pensarse” (Caro Baroja.1990: 24). De esta manera, lo vulgar aparece como algo negativo y despreciable quemanifiesta resistencias y obstáculos a la imposición del gusto hegemónico y a los crite-rios legítimos de las clases dominantes. Y sin duda se opone a la recreación idealista delo popular que imponen la nobleza y la burguesía. Frente a lo auténticamente popularcomo manifestación idealista y nostálgica del alma del pueblo inventado por los gruposdominantes de la producción cultural, las diferentes representaciones popularesvulgarizadas expresan las censuras y distancias, el descontrol y libertad de las masas,respecto al campo de la producción económica, social, político y simbólico (Bourdieu,1993: 153. Martín Barbero, 1993: 111). La apelación al pueblo o lo popular no hace más

Page 107: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Ignacio R. Mena Cabezas

106

que manifestar la lejanía de los especialistas y literatos cultos respecto al pueblo real. Laliteratura vulgar refleja así la dominación de la literatura culta. Una y otra se definen enrelación a la contraria. No hay otra definición de literatura popular y vulgar más que surechazo y posición dominada y dependiente de la literatura culta. Su sumisión pasa a serresistencia.

Como investigadores, el romancero debe interesarnos por ser un espacio de hibrida-ción entre los estratos sociales y los campos de producción cultural, entre lo culto y lopopular, lo urbano y lo rural, lo oral y lo escrito. Ciertos autores románticos y folkloristaspretendían “dictaminar qué es lo tradicional o popular, y qué no, prescindiendo de todolo demás, erigirse en jueces y guardianes de la tradición, implica un acto de fe en unaidea determinada de pueblo, la que quiere salvaguardarse: una idea de pueblo en armoníadentro del proyecto de la nación, sin conflictos sociales ni tensiones entre clases” (DíazViana, 1995: 9). De este modo, la concepción neotradicionalista se complementaba conlos planteamientos románticos (Menéndez Pidal, Durán, Wolf, Milá y Fontanals) a lahora de considerar la literatura de cordel como una degradación de la auténtica literaturapopular hispánica. El vulgo nunca canta o versifica, sólo vocea y degrada. La línea evo-lutiva parecía simple, a los antiguos cancioneros y romances populares idealizados comoverdadero romancero, le siguieron en el siglo XVIII romances vulgares, rústicos, exage-rados y degenerados. La corrupción y falsedad de la literatura de cordel se opone a lapureza, naturalidad de la verdadera y auténtica literatura popular. Y en esto, barrocos,ilustrados, románticos y neotradicionalistas estaban de acuerdo (Díaz Viana, 1995: 65-75. Aguilar Piñal, 1972: X-XII).

El descubrimiento del pueblo1 en el romanticismo en sus tres vertientes más claras: elnacionalismo, la revolución o los planteamientos estéticos, condensa y esencializa lopopular como comunidad orgánica idealizada, ajena a la historia o bien mitificada en unpasado épico, que cosifica y selecciona interesadamente ciertos aspectos campesinos yrurales. La autenticidad popular pasa a ser nostalgia (o utopía nacionalista), incontaminadapor los cambios del siglo, como supervivencia primitiva, pero en todo caso, niega elproceso histórico de formación de lo popular (Díaz Viana, 1995).

Las perspectivas de Bajtin (1974) y Caro Baroja (1990) pueden alumbrar la produc-ción social de la literatura de cordel. Ambos investigan la cultura popular como opuestaa la oficial y escenifican los procesos históricos de su desarrollo, sus elementos y contra-dicciones. Centran su escenario en la plaza pública y en las calles, donde el pueblo lleva-ba la voz cantante o utilizan la metáfora del carnaval como cronotopos de la emergenciade lo popular. La plaza constituye un escenario no segmentado, abierto a la cotidianidady a la interacción, al diálogo y la crítica. Espacio abierto reacio al control de la iglesia, el

1 A la concepción ilustrada y romántica de pueblo como sujeto de la soberanía corresponde en el ámbito de la culturauna noción negativa de lo popular como lo irracional, incivilizado, atrasado, primitivo, irracional, supersticioso. Y a lainclusión abstracta del pueblo en la estructura política corresponde su exclusión concreta, basándose en la legitima-ción de las desigualdades sociales que hizo el liberalismo. La apelación al pueblo legitima el poder de la burguesíaen la misma medida exacta en que su invocación articula su exclusión de la cultura. Y es en ese movimiento en elque se gestan las categorías de culto y popular, es decir, lo popular como lo in-culto (MARTÍN BARBERO, 1993: 14-20).

Page 108: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

107

poder o la justicia, aunque éstos fueran dispositivos de control cercanos y espectadores.

De este modo, la literatura de cordel despliega en las calles y plazuelas un lenguaje enel que predominan tanto en el vocabulario como en los ademanes y performances carac-terísticos del contacto popular, las expresiones ambiguas que dan salida a lo prohibido:groserías, injurias, blasfemias, desacatos, desamores, pecados infames, exageracionesmonstruosas. Lo vulgar es lo plebeyo y callejero, lo desviado y contaminado. Liberan logrotesco y lo cómico, posibilitando espacios para la libertad en la expresividad popular(García de Enterría, 1973. Caro Baroja, 1990). La exageración grotesca, la vulgaridad, elsobrenaturalismo, la mezcolanza de lo sagrado y profano, el sufrimiento o la risa generanuna oposición al control del mundo oficial, a los dispositivos de represión de las culturaspopulares.

Hay pues “una literatura que, ausente por completo de las bibliotecas y las librerías desu tiempo, fue sin embargo la que le hizo posible a las clases populares el tránsito de looral a lo escrito” (Martín Barbero, 1993: 111). La de aquellos que sin saber apenas escri-bir saben leer, una escritura con estructura oral, narrada, recitada o cantada.Sociológicamente destinada a ser leída en voz alta, colectivamente. Mediadora entrelenguajes y públicos, entre lo sagrado y lo profano, entre la vulgarización de los gustosde las clases privilegiadas y la salida a la represión y sumisión de los dominados, de ahíque la represión estalle en exageración y burla. La recepción colectiva frente a la lecturaindividualista culta y capitalista posibilita el reconocimiento y la reelaboración de lamemoria colectiva.

Sin duda un género confuso, dado el anonimato de quien edita, escribe, recita, perso-nifica, reescribe o atribuye a autores famosos falsamente; la mezcla de sucesos y trage-dias, milagros y blasfemias; la reedición y reescritura como cauce de distribución sincontrol; su venta callejera, etc. Mulatos, ciegos, gitanos y vagabundos van por las callesalborotando a las gentes con voces altas y descompuestas. Los pliegos como los periódi-cos salen en busca de sus lectores. Contaban con un resumen como reclamo y publicidady unos grabados como imágenes seductoras que popularizan los mensajes y mundanizanlas devociones (Caro Baroja, 1990).

Sus temas centrales procedían de la tradición del romancero y del teatro barroco:asuntos religiosos, históricos, de cautivos, de valientes bandoleros, historias domésticas,amorosas, satíricas. De este modo, la gran tradición barroca, despreciada por los eruditosilustrados del siglo XVIII, pervivió en estos pliegos consumidos por las clases más hu-mildes (Marco, 1977). La literatura de cordel también trataba temas de actualidad: narra-ciones basadas en hechos reales como crímenes, hechos históricos, acontecimientos po-líticos, etc. Por todos estos rasgos los romances de ciegos transmitían un modelo ideal desociedad basada en los principios religiosos católicos tradicionales. A pesar de que sonhistorias de violencia, venganzas, devociones exaltadas o sátiras feroces, procuran serpara el lector un ejemplo moral. Pese a ello, muchos pliegos fueron prohibidos por laIglesia y figuraron en el Índice de libros prohibidos. En general estaban compuestos poruna estructura fija:

Page 109: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Ignacio R. Mena Cabezas

108

1. Introducción: en los primeros versos, con un estilo barroco, el autor anónimo ponede manifiesto que su obra tiene un marcado carácter oral: invoca al público para que lepreste atención y a la Virgen o los Santos para que le ayuden a recitar bien el poema ylegitimen la actuación al amparo de los mandatos de la Iglesia. Normalmente se hacehincapié en su estilo rudo y poco letrado y califica su historia como rara, notable, casoadmirable y original. Esta introducción tiene como finalidad preparar el ánimo del es-pectador distraído y darle tiempo a que se acerque al grupo donde se va a empezar acantar el romance.

2. Desarrollo de la historia: acompañada o no de grabados o aleluyas alusivos a losmomentos estelares de la historia. Con sucesivas pausas y llamadas de atención al público.

3. Final del romance: generalmente breve, en donde el autor podía identificarse y pideperdón a su auditorio por las faltas cometidas. A los saludos e invocaciones religiosascomunes le seguía la posterior venta de pliegos o la recogida de limosnas.

Por lo general los pliegos de cordel son obras poco accesibles, normalmente ajenas ala Historia de la Literatura. Ocultas en bibliotecas parcialmente catalogadas o en edicio-nes antológicas antiguas de romanceros. Nuestro propósito ha sido rescatar estas narra-ciones olvidadas de la tradición literaria. Sacar a la luz los temas, personajes y sucesosque se refieren a Llerena2 o Extremadura, pero también a los que salieron editados en susimprentas. Contribuir modestamente a divulgar estas historias de autores desconocidos oanónimos. En este sentido nuestra labor es heredera de otros investigadores que en elcaso de Extremadura estudiaron y recopilaron el rico romancero regional como: CaroBaroja, Cid, Gil García, Rodríguez Moñino, García Plata, Cañas Murillo, Diego Catalán,Flores del Manzano, García Matos, Lozano Manzano, Majada Neila, Guerra Iglesias oDíaz Iglesias.

II. DE JUDÍOS

A continuación presentamos: Nuevo Romance, en que se da cuenta y declaran dossinagogas de Judíos que se han descubierto en la ciudad de Llerena el día dos de Mayo,y en ellas se encontraron seis sacerdotes y nueve niños crucificados. Fueron descubier-tos por un labrador, que recogiendo un pobre mal herido, le dio noticia de todo lo quepasaba en las sinagogas. El pliego propaga y difunde una más de las constantes leyendasantijudías, alentadas por frailes y sacerdotes que se hicieron tan populares. Desde la

2 En el caso de Llerena hay que destacar la labor desconocida e incansable de A. ROMERO BARROSO (1989, 1997,2002), a él se deben la recopilación y publicación de algunos romances relacionados con Llerena como: El mayorCastigo en la Revista Torre Túrdula en 2003 (anteriormente publicado por Tejada Vizuete en la Revista Alminar nº 40,1982); el Romance del Pero Palo; e l Romance del Gallo y la Gallina o la pareja encantada (Tristán e Iseo); elRomance de como la Reina Blanca, mujer del rey de castilla Don Pedro, tuvo un hijo de su cuñado Don Fadrique, yde como cuando Don Enrique II llegó a reinar le hizo almirante de Castilla: “Ya llegaba Alonso Pérez / A Llerenaaquella villa / Puso el Infante a criar / En poder de una judía / criada fue del Maestre / Paloma por nombre había”; yla reedición del facsímil con el que la Unión de Bibliófilos Extremeños felicitó las Pascuas del año 2002 con esteromance del fondo Clot-Manzanares impreso en Llerena por Francisco Barrera: Primera parte de un nuevo romancedonde se cuenta y declara la venganza que executó una señora con su madre, por estorvarle sus gustos. Refieresecomo por haverla castigado su Madre, le dio la hija cinco puñaladas, con lo demás que verá el curioso. Sucedió enla cuidad de Almería, dia 6 de Marzo de este presente año de 1775.

Page 110: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

109

Edad Media se extendió por toda Europa una ola de fanatismo religioso y persecución alos judíos que dio lugar a la elaboración de un conjunto de tópicos difamatorios, estig-mas y leyendas protagonizadas por judíos, cuyos contenidos exaltados y morbosos fue-ron luego muy afines a la literatura de cordel: crímenes rituales contra cristianos, deicidiossobre hostias consagradas y cálices, lapidación de crucifijos o imágenes, sacrificios deniños inocentes, antropofagia e ingestión de sangre, venta de grasa y manteca humanas,magia, hechicería y exorcismos, etc3 .

Se trata de una versión que, hasta donde nosotros hemos podido indagar, no ha sidopublicada desde los inicios del siglo XIX. Es una historia que debió ser muy famosa ensu época y que circuló en pliego de cordel por toda España. Una versión modificada delromance apareció en Madrid en torno a 1800 y prohibido por la propia Inquisición deLlerena en 1802. El romance hacía alusión a supuestos sucesos ocurridos en Llerena enesos años, escritos por José Estebes de Castro y cuyo título era Nuevo romance en que serefieren los rigurosos martirios que han executados seis Judíos y cinco Judías con dosreligiosos, quatro niños y una muger, dase cuenta como estando para executar lo mismocon un sacerdote, los prendió el Santo Tribunal, con lo demás que verá el curioso lec-tor4 . En ella están presentes la mayoría de las claves históricas de Llerena: su importan-cia histórica como nudo de comunicaciones, la presencia de importantes aljamas de ju-díos en el pasado, el Tribunal de la Inquisición, centro político y religioso con una nume-rosa presencia de funcionarios, militares, artesanos, clérigos y sacerdotes, etc. El roman-ce que presentamos, sin embargo, no incluye datos identificativos, referencias a la im-prenta, el lugar o el año de edición. Sí podemos apuntar que por el tipo de letra, latemática y el papel empleado debe remontarse a la segunda mitad del siglo XVIII, y sihacemos caso al propio texto, a 1776. Aunque también podría ocurrir que se tratara de lareedición o reescritura de un romance anterior similar del siglo XVII. Consta de cuatropáginas, como es típico de los pliegos de cordel, sin numerar, a doble columna, con latípica versificación octosílaba del romancero5 . La primera página está encabezada conun pequeño grabado de Cristo Crucificado en el Calvario, con la Virgen María, Magda-lena y Marta, ante una atmósfera de tinieblas o tormentosa. Como romance de ciego,anónimo y callejero, debió tener una vida agitada, con reediciones en su deambular porlas calles de numerosas ciudades y pueblos de España durante el siglo XVIII. Entre loscatálogos revisados el romance no aparece siquiera reseñado en el voluminoso de AgustínDurán de 1859, ni en los extensos repertorios de Rodríguez Moñino o en la importantecolección de pliegos y aleluyas de la Fundación Joaquín Díaz de Valladolid. Sólo hemosencontrado una referencia en Aguilar Piñal en 1972. La edición que presentamos respeta

3 Sobre la extensión de los estigmas antijudíos en Extremadura pueden verse los trabajos de CARO BAROJA (1978),PEDROSA (1995), Israel GARZÓN (1995) y Marciano DE HERVÁS (1995).

4 AHN, Inquisición, lg. 4459, nº 17, publicado en “Papeles de la Inquisición”, Madrid, Revista de Archivos, Bibliotecasy Museos, 1914, 342, p. 71. Y dado a conocer también por CARO BAROJA (1978:430) e Israel GARZÓN (1995:412). Dicha versión comenzaba así: “Pásmese el cielo y la tierra/ al oir caso tan horrendo/ que el año de ochocien-tos/ con bien contemos/ ha sucedido en Llerena/ rico y abundante pueblo/ honra de Extremadura/ y asombro deluniverso/ De tierra de Portugal/ seis mercaderes vinieron/ a vivir a esta ciudad...”

5 El texto se encuentra en la Biblioteca Nacional y al parecer pertenecía a la colección particular del Pascual deGayangos, catalogado con la signatura R/24571-16, Sala Cervantes. Agradezco a Manuel Maldonado Fernández elhallazgo y la cesión de una copia del mismo.

Page 111: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Ignacio R. Mena Cabezas

110

íntegramente la versión que aparece en el pliego de la Biblioteca Nacional. No hay puescorrección ortográfica o alteración de grafías, versos, puntuación o erratas posibles ori-ginales.

NUEVO ROMANCE, EN QUE SE DA CUENTA, Y DECLARA DOS SINAGOGAS DEJUDIOS QUE FE HAN DEFCUBIERTO EN LA CIUDAD DE LLERENA EL DIA

DOS DE MAYO, Y EN ELLAS FE ENCONTRARON FEIS SACERDOTES,Y NUEVENIÑOS CRUCIFICADOS. FUERON DEFCUBIERTOS POR UN LABRADOR, QUERECOGIENDO UN POBRE MAL HERIDO, LE DIO NOTICIA DE TODO LO QUE

PAFABA EN LAS SINAGOGAS. SUCEDIÓ EN EFTE PREFENTE AÑO6

6 Uno de los rasgos comunes de los romances y leyendas antijudíos es la apelación al carácter supuestamentehistórico de los hechos. La inexistencia de referencias documentales es sustituida por elementos heterogéneos detradiciones populares hasta conformar cierta credibilidad. La vinculación de los crímenes rituales con la festividadde la Santa Cruz refuerza la monstruosidad. En Llerena hay testimonios históricos de la presencia de una importan-te comunidad, aljama y sinagoga judías en el siglo XV. FERNÁNDEZ NIEVA (1980, 1995) ha descrito la importanciade la aljama llerenense a finales del siglo XV. Así, en 1474, la judería está compuesta por 110 familias asentadasaunque su número fue en aumento tras la expulsión de los judíos de Andalucía en 1483, muchas de esas familias seinstalaron en la Baja Extremadura. GARRAÍN (1994,1996) habla de 125 familias y de 367 personas el número dejudíos conversos llerenenses procesados por la Inquisición a las que se les impusieron tributos económicos para serliberados en 1498. A finales del siglo XV un judío converso llerenense escribe el importante Tratado del Alboraiqueo Libro Alboraico (LÓPEZ MARTÍNEZ, 1954: 391-404). La presencia de familias y estirpes de médicos judios en elsiglo XVI y XVII ha sido también corroborada por SERRANO MANGAS (2003).Por otro lado, la represión del Tribunal de la Inquisición de Llerena cuenta con innumerables autos de fe antijudíos,incluso en el siglo XVIII hay constancias de autos en 1722, 1723, 1725 y 1752. Sobre el judaísmo en Extremaduracontamos con los trabajos de CARO BAROJA, HAIM BEINART, CANTERA BURGOS, CARRETE PARRONDO,LACAVE O FERNÁNDEZ NIEVA entre otros, Un importante catálogo y repertorio documental y bibliográfico sobre eltema puede encontrarse en MACÍAS KAPÓN (1995).

PRIMERA PARTE

Válgame Dios pecadores,

Los caftigos tan feveros,

que Dios nos efta enviando

con fequedades de tiempo,

con guerras, y enfermedades,

como al prefente tenemos

por nueftras culpas atroces,

y eftos cafos tan horrendos,

como el que voy cantar,

y aquí referir pretendo,

para poderlo cantar,

quiero valerme primero

de Christo, y fu Madre Santa,

y los Santos Evangelios,

que con tan divinos nortes

caminaré con acierto:

Ea, pluma, no te turbes,

Atención, que ya comienzo.

A la Ciudad de Llerena

dos Mercaderes vinieron

Page 112: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

111

de tierra de Portugal7 ,

a vivir en efte Pueblo,

con fus hijos, y familia,

ponen fu casa, y afiento,

hacian muchas limosnas,

y vifitaban los Templos;

defde Llerena a Lisboa

tienen fu trato,

de telas, y mercancías

con Calbinos, y Luteros,

Hebreos, y Proteftantes,

Irlandefes, y Gedemios.

A efte tiempo efta Llerena

toda de temores llena,

pues faltan feis sacerdotes,

y nueve niños con ellos.

La Jufticia, y Tribunal

andan que beben los vientos,

a ver si pueden hallar

la maldad de los protervos

que executan tal infamia;

y como prometio el Cielo

a la tierra, que no hay

nada oculto, ni encubierto,

fue el cafo, que un Labrador8

efta en la Ciudad viviendo,

efta de muy vuena vida,

muy piadoso, y limofnero,

pues fale todos los dias

a visitar los enfermos,

los focorre con dineros.

Fue un dia a ver fus Cortijos,

iban penfando, y diciendo:

Yo soy rico, y poderoso

en hacienda, y en dinero,

mis graneros, y mis arcas,

por providencia del Cielo,

por muchísimo que faque,

fiempre llenos los encuentro,

mi caudal es para pobres:

en efto que oyo los ecos,

ve un pobre, que le lamenta,

pronto acudió a focorrerlo,

vido un hombre mal herido,

muy laftimado, y fangriento,

y llevándolo a fu cafa,

lo acofto en un blando lecho,

con fuaves medecinas,

y coftofas que traxeron,

curo fus llagas, y heridas,

y le preguntó, diciendo:

de que tierra o de que patria

es ufted hermano muy lexos?

Ay alla necefidades?

Y le refpondio el enfermo

con muy fuaves palabras:

7 En la primera mitad del siglo XVII, con la unificación de España y Portugal y debido a las necesidades financierasdel Imperio, se produjo una importante llegada de familias portuguesas de cristianos nuevos o judeoconversos,muchas de ellas retornadas de la expulsión de 1492. La proximidad de Llerena a Portugal propició la presencia denumerosos mercaderes de aquel país. La caída de Olivares y del Inquisidor Fray Antonio de Sotomayor en 1643acabó con la permisividad con el criptojudaísmo. Y la Guerra con Portugal alentó los sentimientos antilusitanos. Noes de extrañar que la figura de los mercaderes acabaran condensando las retóricas antijudías y antiportuguesas,(HUERGA CRIADO, 1995).

8 La oposición entre los personajes de labradores y mercaderes es un elemento característico del teatro barrocoespañol. Tanto Lope de Vega como Calderón de la Barca elaboraron y simplificaron los rasgos positivos o negativosde ambos en consonancia con la ideología contrarreformista. Dichos personajes pasaron del teatro al romancero.

Page 113: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Ignacio R. Mena Cabezas

112

Ay en mi Patria un govierno

que alli nunca falta nada,

porque eftan todos contentos,

no tienen que defear.

Tambien aquí en eftos Reynos

de la redondez de Efpaña

tendran unos años buenos,

muy fertiles, y abundantes,

que afsi lo promete el Cielo,

defde el año de fetenta

y feis, que con bien contemos,

Signos, Aftros, y Planetas,

haran que haya mundo nuevo,

el Cielo nos lo conceda,

que haya en los pobres consuelo.

El doliente le refponde:

Hermano mio, es tan cierto,

como tienen en prifiones

un Sacerdote ahora mefmo,

tambien tres niños con él,

unos Judios protervos,

muy falsos de nueftra Ley.

Efte vardo del Infierno,

y aquellos dos Mercaderes,

que ya referidos dexo,

eftos tienen en fu cafa

un ofcuro apofento

una oculta finagoga,

y alli a el Sacerdote prefo;

de ufted cuenta a el Tribunal,

que bayan a focorrerlos

antes que los crucifiquen,

como con otros lo han hecho.

El Labrador quedó abforto

oyendo el razonamiento,

a los Señores da cuenta,

y muy prontos dispufieron

el llevar quince Soldados

bien armados, y fe fueron

a regiftrar las dos cafas,

fus alcobas, y apofentos,

y no pueden defcubrir

del informe nada cierto.

Enojados los Señores,

a el Labrador le dixeron:

Siempre andais con eftos pobres

hipócritas, y embufteros,

aora pagareis las coftas

de la Jufticia por ellos.

Los Mercaderes refponden,

ponedme a efte viejo prefo,

y cargarlo de prifiones,

hafta que nos haga bueno

credito, y honra que nos quita,

fantulario del Infierno.

Y en otra fegunda parte

daré fin a efte fuceffo.

FIN

DE LA PRIMERA PARTE

SEGUNDA PARTEAtencion noble Auditorio

en eftos fegundos verfos.

Dice un Soldado: yo oygo

en efte ofcuro apofento

unos ayes laftimofos,

Page 114: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

113

los Señores atendiendo,

oyen los mismos lamentos,

van quitando unas efteras,

que hay tendidas por el fuelo,

defcubrieron un porton,

lo alzaron, y luego vieron

baxar unas efcaleras

a aquellos profundos fenos

de la tierra, donde hallaron

atado contra un madero

un Sacerdote benigno,

aunque vivo, fin alientos,

tambien tres niños con el,

pidiendo con llanto tierno

jufticia contra la tierra,

y mifericordia a el Cielo.

Los facaron, y los llevan

con el debido filencio

en cafa del Sacerdote;

y los tres niños les dieron

a las afligidas Madres.

Confidere aqui el difcreto

de eftas Madres la alegria,

de las otras los lamentos.

Bolvamos a el Sacerdote,

que afsi porrumpio eftos ecos:

a las doce de la noche

vino un Mercader diciendo,

que fuera pronto a fu cafa

a confefar un enfermo:

efte era amigo mio,

me fui con el fin rezelos

y apenas entre en la cafa,

diez malignantes Hebreos

me aprifionan, y me llevan

donde uftedes me hallaron puefto.

Tiene el otro Mercader,

por palabras que tuvieron,

otra peor finagoga,

y fin detenerfe fueron,

le regiftraron la cafa,

y con la bobeda dieron,

llevaron luces, y hallan,

(aqui me valgan los Cielos!)

feis martires Sacerdotes

crucificados, y luego

fus carnes defpedazadas,

y maltratados fus cuerpos,

fus pechos alanceados,

y nueve niños con ellos,

abiertos los nueve vientres

para facarles el febo.

Oh mi Dios, y lo que fufres!

Como no te abres Infierno,

y a ellos malvados fepultas

en tus cabernosos senos!

Aqui fue el grande dolor,

fufpiros, y llantos tiernos,

y lagrimas que derraman

al punto como lo vieron.

Los Señores animofos,

como difcretos, y cuerdos,

a las doce de la noche

difpufieron los entierros:

por aumentar mas las penas,

de la Ciudad los lamentos,

aprifionan diez Judios,

fiete Judias con ellos,

Page 115: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Ignacio R. Mena Cabezas

114

de nueftra Ley Sacrofanta

enemigos, y proterbos.

Bolbamos al Labrador,

que él y los Señores fueron

todos juntos a fu cafa,

mil varios juicios haciendo

a tomar declaraciones

del Pobre, que dexo enfermo,

no lo hallaron, pero hallaron,

el Retrato verdadero

en las fabanas fixado,

de Christo, Redentor nueftro,

y unas letras que decian,

tendras la paga en mi Reyno

de todas las buenas obras,

que en el mundo eftas haciendo9 .

Todos quedaron abfortos

mirando eftos dos fucefos,

uno de grandes defgracias,

otro de mayor mifterio;

y la Ciudad alborotada,

los parientes, y los deudos

con llantos piden jufticia

contra los infames reos.

Pafaronfe algunos dias,

y fuftanciado el procefo,

las Judias, y Judios

los llevan a el quemadero10 ;

y declarando un Judio,

efte por fer el poftrero,

que iba a arder entre las llamas,

como dos mugeres fueron

las que traian los niños

por interes del dinero,

dandoles por cada uno

un doblon de a veinte pefos.

Aprifionan las mugeres,

y declaran fin tormento,

diciendo que a media noche,

iban a los blandos lechos

con pactos de hechiceria,

y a las madres daban sueño,

y les quitaban fus hijos,

y a otras madres no pudieron,

porque tenian los niños

los Sagrados Evangelios.

Ahorcaron las dos mugeres,

y en quartos las dividieron,

los pufieron en caminos,

porque firvan de efcarmiento,

porque aquellos que mal viven

tienen efte paradero

y luego nos admiramos

de los caftigos feveros,

que Dios nos efta embiando,

pues ay en nofotros mefmos

unas culpas tan enormes,

que merecen un Infierno.

Mira eftos dos Mercaderes,

que fi fueron defcubiertos,

fue por aquel Labrador,

y providencia del Cielo.

9 La figura del pobre anónimo en representación de Cristo y la acción providencial Deus ex maquina son tambiénelementos comunes del teatro barroco.

10 Los autos de fe del Tribunal de Llerena culminaban con una procesión hasta los ejidos del extrarradio donde eransentenciados a muerte los condenados. Todavía permanece en el callejero local la toponimia de Callejón de losQuemados.

Page 116: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

115

Christianos, efte es el cafo,

y lamentable fucefo,

no ay que fiarte de nadie

en efte mundo terreno,

que ay muchas familias malas

entre nofotros viviendo,

con falfas executorias

por nobles eftan viviendo,

pero dicen con fus obras

a el fin quien pueden fer eftos,

que aquel que no ladra, muerde,

baftante digo con efto.

Madres las que teneis hijos,

tened cuydado con ellos,

para que no los veais

como eftas tristes los vieron,

ponedle para defenfa

los Sagrados Evangelios,

que fon palabras que dixo

Christo por fu boca mefma;

y en fin donde efta fixado

el Divino Sacramento,

que al oir tan dulce nombre

tiemblan todos los infiernos.

Y aora el Autor suplica.

que le perdonen los yerros.

FIN

Page 117: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Ignacio R. Mena Cabezas

116

III. DE GITANOS

Teresa San Román comienza su obra La diferencia inquietante. Viejas y nuevas estra-tegias culturales de los gitanos, hablando de la parcialidad de las fuentes documentalescon las que nos enfrentamos al estudiar la historia de los gitanos en la península. Unahistoria que ellos no escriben y de las que están al margen. A su exclusión social se une,pues, su exclusión histórica y documental. Su presencia aparece diluida y tergiversadapor el etnocentrismo de la población dominante. Objetos de pragmáticas, disposicioneslegales, procesos judiciales y otros dispositivos de control del poder político y religiosopero nunca sujetos del devenir histórico. Sólo en los últimos años investigadores socialescomo Helena Sánchez Ortega, Elisenda Ardévol, Antonio Gómez Alfaro, Ana Giménez,Bernard Leblon, Caro Baroja, Domínguez Ortiz, Juan Gamella o la propia Teresa SanRomán han tratado de desvelar el proceso histórico de su presencia en España desde haceya casi seis siglos. Su labor ha tratado de arrojar pistas sobre la conformación de tópicosy estigmas en la conformación de la imagen del gitano y en los esquemas mentalesestereotipados de las relaciones interétnicas (y ello pese a que esas relaciones fueronsiempre constantes, complejas y diversas en relación con los diferentes momentos histó-ricos, las zonas geográficas y los grupos sociales que interactuaban). Desde finales delsiglo XV este grupo étnico tuvo que soportar las persecuciones y acusaciones de la po-blación mayoritaria que los percibía como diferentes y por ello peligrosos. Sucesivaspragmáticas de expulsión o exterminio en 1499, 1633 ó 1749 confirmaron la inquietudante una minoría incómoda. Y ello pese a que los casos de protección de algunas pobla-ciones y grupos, la integración sin conflictos o el mestizaje interétnico ha constituidouna constante también histórica. No obstante, la persistencia de los estigmas, el racismoy el conflicto étnico se consolidó en la memoria colectiva y se reactiva en momentoscruciales. Dichos estereotipos acabaron siendo más fuertes que los intentos de confianza,integración y diálogo11 .

Así pues, “la imagen que se obtiene de la minoría gitana durante los siglos XVI yXVII es sumamente negativa desde todos los puntos de vista. A las quejas de los repre-sentantes en Cortes hay que añadir la pésima opinión que tenían de ellos los memorialistasy arbitristas. Salazar de Mendoza, Navarrete, Sancho de Moncada, Pedro Figueroa, Juande Quiñones, Pedro de Villalobos y otros se desatan contra ellos en acusaciones quellegan hasta el canibalismo” (Sánchez Ortega, 1994: 27). Uno de ellos, Quiñones (1631),enumera la serie de delitos comunes de los gitanos, destacando el rapto de niños, elcanibalismo y la hechicería. El estereotipo que llega al romancero del siglo XVIII essorprendente: embaucadores, raptores de niños, antropófagos, mujeres rameras, hechi-ceras, traidores, mentirosos, polígamos, herejes, ladrones. Y al que Caro Baroja (1990)denominó como “mitología gitanesca”. Sólo a partir del romanticismo y de los relatos deviajeros extranjeros esta imagen aunque persistente se complementó con visiones exóti-cas que exaltaban el valor, la camaradería, la libertad y la fuerza de la sangre y el honor.

11 En el estudio de la pervivencia de estos estereotipos en la actualidad hay que destacar la obra de Tomás CALVOBUEZAS, ¿España Racista?, Barcelona, Anthropos, 1990.

Page 118: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

117

De este modo la imagen de los gitanos, diversos y diferentes entre sí, se fue simplifi-cando y elaborando en un proceso de estigmatización colectiva. “El prejuicio racial ac-túa como barrera interiorizada para establecer los límites y las reglas de la relacióninterétnica, para impedir un desequilibrio desfavorable para uno del estado de la compe-tencia. Se trata de ideas que descalifican a la otra etnia sobre valores fijadosetnocéntricamente” (San Román, 1994: 209). El estigma étnico no sólo consiste en elmensaje o esquemas que se enuncian o suponen, sino en hacer de ese contenido algoinnato y propio al grupo social o étnico opuesto. De ahí la lógica de deslegitimación y suuso indiscriminado. Al incorporar esquemas perceptivos y roles de interacción el estig-ma se convierte en un proceso social (Goffman, 1989). Por eso concluye Teresa SanRomán: “lo que convierte todo ello en racismo es su generalidad, su aplicaciónindiscriminada, su incapacidad para aceptar la falsación, y, todavía su atribución a leyesbiológicas de la herencia” (San Román, 1994: 209).

Los estereotipos de ladrones, inmorales, herejes, hechiceros, bárbaros, embaucadores,mentirosos, raptores de niños, antropófagos, etc., se sucedieron en los escritos legales yen la tradición popular. Su indiferencia respecto a las leyes, costumbres y poderes arbi-trarios payos no cesaba de estimular la persecución, los encarcelamientos o la imputa-ción ficticia de delitos. Los tópicos ignoraban los numerosos casos de integración ysedentarismo, de trabajo laborioso, de hostigamiento de las autoridades, la lucha por lasupervivencia en contextos de pobreza, la apropiación de su arte y música, su estimableayuda en las labores auxiliares de la agricultura y ganadería: esquiladores, herreros, com-praventa de ganados o el valor económico y social del comercio ambulante en zonasrurales y despobladas.

A los tópicos no ayudaban las contradicciones de las políticas laborales y sociales deasimilación tras la Pragmática de Carlos III en 1783. “La primera contradicción en lapolítica étnica laboral es, pues, ordenarles que tomen ocupaciones que no se les dejatomar y no reconocer como conocidas otras útiles que sí llevan a cabo. La segunda seproduce conforme los gitanos ven restringirse más y más lo que les estaba permitidohacer, con lo que cada vez era más fácil incurrir en desobediencia a las leyes (...) Seadoptaban medidas para que no realizaran tareas marginales, para que tampoco molesta-ran a los gremios y corporaciones y se les ordenaba una asimilación que empezaba porexcluirles” (San Román, 1997: 23-24). A la persecución económica, social y política seunió la religiosa. Y ello pese a que la Inquisición se ocupó de los gitanos con menor rigorque con otros grupos. Hasta bien entrado el siglo XVIII la inmunidad de los templossagrados constituyó un refugio para muchos gitanos perseguidos y ello pese a las tensio-nes con el poder político que generaban.12 Si arremetían contra ellos se debía a las prác-ticas consanguíneas, mágicas, astrológicas y de adivinación, (Caro Baroja, 1990; SánchezOrtega, 1988; San Román, 1997).

12 No obstante, los poderes locales justificaban o violaban la inmunidad de los templos según las circunstancias.TEJADA VIZUETE ha documentado esta relatividad en el caso de la ermita de la Virgen de los Milagros de Bienve-nida con documentos de 1618, 1720 y 1750. Francisco Joseph “de nazión gitana” se encontraban a las puertas de laermita de los Milagros de Bienvenida, “buscando qué trabajar, por ser sitio público donde los mozos trabajadoressuelen juntarse para que los busquen los que necesiten de ocuparlos”. Sin embargo, fueron apresados sin motivo

Page 119: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Ignacio R. Mena Cabezas

118

La historia de la presencia gitana en el partido de Llerena13 debió ser muy similar a lade otras zonas de Castilla y Andalucía. Desde finales del siglo XV los gitanos comienzana participar activamente en fiestas religiosas y profanas, en las comitivas aristocráticas yfestejos populares. Sus trajes, cantos y danzas coloristas y exóticos fueron frecuentes enlas fiestas del Corpus Christi. En Llerena hay constancia de sus presencia en 1567, 1584y 158714 . Sus cantos y bailes eran acompañados por instrumentos de percusión comotamboriles, panderos y sonajas (Barrios, 2002). Los bailarines gitanos y gitanas solíanser entre doce y veinte, aunque su comitiva era acompañada por el resto de sus familiasen campamentos ambulantes. En diferentes crónicas de ciudades, en los archivos ecle-siásticos y en las actas capitulares del siglo XVI se describen continuamente su contrata-ción y actuación, antes que su participación se prohibiera por pagana y escandalosa en elsiglo XVII.

El esfuerzo represor, excluyente y marginador de los poderes públicos chocó siemprecon la persistencia y presencia normalizada de familias gitanas activas y asentadas per-

aparente, según los reos, y llevados a la cárcel. Una vez realizadas las primeras averiguaciones, favorables a losencarcelados, se debía proceder contra los alcaldes ordinarios de la villa y su puesta en libertad, sin embargo, noparece que se intimidaran a los alcaldes, que además decidieron el traslado de los presos a Córdoba. Esta es ladeclaración prestada por el alcalde Don Esteban Gordón Blanco frente a las alegaciones del defensor del derechoa la inmunidad sagrada de los templos y ermitas ante el provisor de Llerena en 1750: “que aprehendió los espresadosjitanos por haber venido en su seguimiento un criado de la Excma. Sra. Ana Francisca de los Ríos, viuda del Sr.Conde de Fernán Núñez, por haberle hurtado a dicha Sra. seis cavallerías menores y haverle aporreado, rrobado ydexado maniatado al criado que las guardava, y que haviendo llegado ese criado que venía en seguimiento apedirme los prendiese y asegurase, por ser jitanos y ladrones, y teniendo presente el decreto de su Magestad deeste presente año, en que se sirve mandar se les entreguen a las Justicias los jitanos y que éstas no les dexen salirde los pueblos, sino a la labranza y cultivo de las tierras dentro de la jurisdizión (...) y por el mismo capítulo sedeclara que tengan por yncorregibles y ladrones famosos con pena de muerte” (TEJADA VIZUETE, 1996: 122-124.ADB, 1750, lg. 869). Y como ejemplos opuestos: “Alonso Fernández de Aguilar, cura de la villa contra un algualcil deSevilla por haber sacado violentamente a unos gitanos de la ermita de Roda” (ADB, 1618, lg. 5), y “Querella contralos alcaldes por violación de la inmunidad de la ermita de los Milagros a tres gitanos de Llerena que venían dePortugal con cuatro yeguas” (ADB, 1720, lg. 223).

13 No existen todavía suficientes y adecuados estudios sobre aspectos centrales de la historia de los gitanos enExtremadura y España como: su evolución demográfica, sus estrategias de parentesco y alianzas, sus creenciasreligiosas o los aspectos centrales de sus culturas de trabajo y actividades económicas. Los gitanos, más allá de surechazo, del folklore o de las sucesivas pragmáticas discriminatorias, han interesado poco. La carencia de datosrefuerza la invisibilidad del grupo y las confusiones sobre su cultura. El interés de los historiadores ha sido y siguesiendo secundario. Sin embargo, su presencia sigue resultando inquietante. Y su rastro permanece en los archivoshistóricos de muchas de las localidades de la comarca y sólo se necesita un acercamiento diferencial y críticorespecto de los estereotipos seculares. He aquí una muestra:A.M. Guadalcanal: “Censo de Gitanos en el término” (1783, lg. 126).A.M. Segura de León: “Resolución y orden real sobre actuaciones de la justicia contra las cuadrillas de gitanos”(1829, lg. 18, carp. 45).A.M. Fuentes de León: “Circulares sobre orden público referido a gitanos y vagabundos” (1746-1782, Fondo Antiguo,lib. 14).A.M. Cabeza la Vaca: “Provisión Real por la que se manda extremar la vigilancia sobre los gitanos y de quienes leemulan y castigar sus usos y costumbres” (1686, lg. 2, Carp. 8, ff. 75-80); “Orden del Gobernador de Llerena y autodel alcalde de Segura para que se evite el tránsito de gitanos” (1745, lg. 18, carp. 2-4, ff. 17-19); “Evacuación de lasdiligencias contenidas en la Pragmática sobre los gitanos” (1786, lg. 6, carp. 69, ff. 269-271.Referencias extraídas de LORENZANA DE LA PUENTE, F. Inventario de los Archivos históricos de Tentudía. Fuen-tes documentales para la historia de la comarca, Monesterio, Centro del Desarrollo Comarcal de Tentudía, 2001.

14 1 de Junio de 1584: “en el día de hoy se mandaron librar a los gitanos que bailaron en las fiestas del Corpus 66 mrs.”:Archivo Histórico Municipal de Llerena, Actas Capitulares, f. 267 (lg. 433-1).

Page 120: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

119

fectamente en la vida local desde hace cinco siglos15 , atestiguada por matrimonios mix-tos o por el abandono del nomadismo (o bien su presencia itinerante pero crucial para laseconomías agrarias locales cumpliendo labores de abastecimiento de mercancías en zo-nas despobladas o de oficios especializados muy necesarios en la vida rural). La pruebade las resistencias locales y de la normalidad de la convivencia interétnica es que frentea la redada general contra los gitanos de 174916 , muchas autoridades solicitaron al Con-sejo de Castilla instrucciones concretas sobre el encarcelamiento de los cónyuges nogitanos en los casos de matrimonios mixtos o peticiones de dispensas justificadas por lasconsecuencias nefastas para las comunidades debido a la desaparición de ciertos oficios(Gómez Alfaro, 1999).

IV. CARACTERIZACIÓN, DESCRIPCIÓN Y ANÁLISIS DEL ROMANCE DE LAGITANA

En la literatura culta del siglo XVII: Lope de Vega, Cervantes, Lope de Rueda, MateoAlemán y otros, los gitanos aparecían como ladrones y embaucando a las ingenuas gen-tes. Y las gitanas se presentan como hechiceras, bailarinas u ofreciendo la buenaventura.En todo caso aparecen en un contexto de picaresca donde lo gitano se utiliza como recur-so exótico, grotesco o cómico (Sánchez Ortega, 1994: 53). En el romancero popular estaimagen se exageró y degradó hasta límites insospechados, pero siempre en un equilibrioentre el temor y la risa.

La venta de pliegos y romances constituyó una de las alternativas económicas, pococonocidas, que algunos gitanos, junto a ciegos, mulatos y vagabundos, tomaron desde elsiglo XVII al XIX. Constituía una actividad, en ciertos momentos, aparentemente legal,integrada y honesta, pese a suponerles una escasa rentabilidad y prestigio. Pero les per-mitía combinar y alternar con otras actividades más conocidas, marginales o ilegalescomo: herreros, esquiladores, quincalleros, aguadores, vendedores, feriantes, posaderos,teñidores, hojalateros, esparteros, costaleros, carreteros, arrieros, albañiles, canasteros,chalanes de ganados, etc. El grupo extenso familiar podía desplazarse por el territorio ymientras los hombres se dedicaban a labores auxiliares agropecuarias, las mujeres y an-cianas vendían pliegos de cordel o trapos, ofrecían la buenaventura y adivinación o pe-dían directamente limosnas. También podía darse el caso que en los romances sobre

15 En el Donativo que la cuidad de Llerena hizo al rey Felipe IV en el año 1625, aparecen algunos datos al respecto: Enel arrabal de tijero o tejeiro aparecen: “Salvador, gitano: dos reales”, en ese mismo barrio aparecen varios herrado-res y esquiladores, que dados sus apellidos, también serían probablemente gitanos (GARRAÍN, 1995: 12). Un sigloy medio después, y pese a todas las disposiciones de expulsión o encarcelamiento, siguen estando presentes en laciudad. En una carta del Marqués de Valdeloro sobre los sucesos de la muerte del prior de Santo Domingo enLlerena en 1768 se cita: “También hay en esta ciudad unos gitanos honrados, que dicen que dos años hace queéstos frailes atacaron a un tal Juan Antonio Suárez, avecindado en esta ciudad, para que asesinase al prior pasado;a lo que se excusó diciéndoles mil oprobios, y que si alguno se arrimaba a él, le había de echar las tripas fuera conlas tijeras y que el no haberlo revelado a nadie fue por el miedo que tenía de que le matasen” (DAZA, 2000: 535)

16 A propuesta de Don Gaspar Vázquez Tablada, Obispo de Oviedo y presidente del Consejo de Castilla, se dictó laprisión colectiva de más de doce mil gitanos, ancianos y niños sin distinción, en “depósitos”, casas de trabajo y enarsenales de Marina, para sustituir al peonaje libre en los programas de construcción naval iniciados durante elreinado de Fernando VI.

Page 121: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Ignacio R. Mena Cabezas

120

gitanos se integrara al mismo tiempo en el pliego, la temática, los protagonistas, losrecitadores y los propios vendedores. Frente a las prohibiciones de otros oficios y en uncontexto de pobreza, guerras, crisis y competencia con las clases populares payas, la otraalternativa era la delincuencia: “La delincuencia, el robo, el asalto, el cuatrerismo, hansido durante siglos alternativas ilegales a los momentos de dificultades del sistema, queexpulsaba fuera de sus estipulaciones a gente que no le cabía dentro, a los que ahora nopodía mantener. Tuvieron que ser alternativas consideradas como posibles por muchosgitanos y por razones obvias (...) el cuatrerismo podía resultar más fructífero para genteque, como los gitanos, ya es móvil, que se organiza en pequeños grupos, mantiene unasolidaridad interna, posee una lengua rica e incomprensible hacia el exterior y además,tiene sobrados motivos para justificarse ideológicamente” (San Román, 1997: 36).

Por lo que se refiere a la temática del romance que reproducimos “las alusiones alcanibalismo de los gitanos circulaban en todo tipo de documentos, y aunque en estossiglos se dio algún caso real, en lo que respecta a los gitanos se trata de la imagen defor-mada por el terror que inspiraban a la población campesina, en la que es probable queinterviniera alguna broma pesada por los propios gitanos a algún ingenuo lugareño”(Sánchez Ortega, 1994: 30). O mejor la inversión de la violencia simbólica en un roman-ce, como creación poética, de una lógica de exterminio, persecución y dominación. Yello porque en el pliego de cordel la exageración de los sucesos violentos y el canibalis-mo se convierte en burla, sátira y diversión grotesca de modo claro. Además, el procesosocial del estigma se desvela “cuando el payo construye su estereotipo del gitano comogrupo solidario y libre unas veces, y como caníbal otras, lo que está haciendo es utilizarimágenes culturales preexistentes entre nosotros que se atribuían a pueblos primitivos,lejanos y desconocidos. Son imágenes culturales para significar lejanía o rechazo, paraindicar que se trata de seres humanos que no se ajustan a las pautas sociales propias y quesuelen tenerse, curiosamente, como normales” (San Román, 1994: 210-211).

El romance que presentamos Relación nueva de la Gitana, hasta donde hemos podidoindagar, no ha sido publicado desde el siglo XVIII17 . Sí aparece meramente reseñado enel catálogo de Aguilar Piñal de 1972. Es una historia que debió ser muy conocida en suépoca y que circuló en pliego de cordel por toda España. En ella están presentes la mayo-ría de los estereotipos étnicos, a los que nos hemos referido con anterioridad, y aparecende forma cómica muchos de las circunstancias de la vida de los gitanos en el siglo XVIII:la pobreza y miseria, el carácter nómada, la persecución de la justicia, la importancia delganado, su extensión por todo el mundo. Actividades como la mendicidad y ofrecer labuenaventura, el cuidado permanente de los hijos. En otras ocasiones la exageracióngrotesca llevan a describir el canibalismo, el amamantar al hijo de pecho, su limpieza, oincluso llegar a estimar delante de la horca más a sus asnos y acémilas que a sus hijos oa las invocaciones religiosas. El romance aparece impreso en Llerena, por Francisco

17 Sí tenemos noticia de una edición limitada facsímil del Romance, como felicitación navideña, por la librería de R.García Rodriguez en Córdoba en 1977. Dicha edición ha sido incorporada a la importante Colección de pliegos yaleluyas de la Fundación Joaquín Díaz de Valladolid.

Page 122: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

121

Barrera18 , conocido impresor de aquellos años aunque sin fecha y sin referencias a suautor. Si podemos apuntar que por el tipo de letra, la temática y el papel empleado deberemontarse a la segunda mitad del siglo XVIII. Consta de cuatro páginas, como es típicode los pliegos de cordel, sin numerar, a doble columna, con la típica versificación octosílabadel romancero. El texto se encuentra en la Biblioteca de la Facultad de Filología deSevilla, con la escueta signatura Caja 29 (158). La primera página está encabezada condos pequeños grabados que muestran una doncella y caballero con lujosas prendas. Denuevo, la edición que publicamos respeta íntegramente la versión que aparece en el plie-go original.

18 La investigación, recopilación y edición crítica de las obras de este impresor llerenense constituye una tarea muynecesaria. Además de los romances referidos en este trabajo, hemos rescatado del olvido otros romances curiososcomo: Nuevo Romance en que se desengaña a los Mancebos alentados de estos tiempos; El valiente Negro enFlande”; Don Carlos Udarca. Segunda parte; Rosaura la de Trujillo. Cómica relación que hace un infeliz amante auna tyrana belleza, significándole su sentimiento, compuesta por un ingenio de la ciudad de Llerena.

RELACIÓN NUEVA DE LA GITANA

Alabado sea Dios,

Mis Señores por Dios pido

den a esta triste Gitana

una bendita limosna,

así Dios les de su Gracia.

Valgame el Señor San Dimas,

no ay quien caridad me haga

de socorrer a esta pobre

viuda por sus desgracia?

No me responden ustedes?

Por vida de la Gitana,

que les dire la ventura,

que Dios les tenga guardada.

Duelanse por Dios bendito

de verme tan arrastrada,

y que tengo dos hijitos,

y hallarme tambien preñada,

y les aseguro a ustedes,

que es una preñez tan mala,

que quanto veo deseo,

y por mas fuerza que haga

no lo puedo remediar.

Toma el pecho, Alonso, calla,

agarralo vida mia,

hijo de toda mi alma,

que ha quedado huerfanito

maldita sea tu alma,

que me has mordido el pezon,

por poquito me lo arranca.

Voy a contar mis tragedias,

que lloraran de escucharlas.

A mi esposo Mondoñedo

la Justicia de la Sala

le mando prender, Señores,

(ay triste de la Gitana!

Por las cosillas que hacia:

Page 123: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Ignacio R. Mena Cabezas

122

valgame Santa Susana!)

bien empleado le estuvo,

el quiso, no confesara,

que a la pobre de su Madre,

estando mala en la cama,

la degolló, y con la sangre,

que por el pescuezo echaba,

hicimos veinte morcillas

tan gordas como esta vara,

tan sabrosas, y tan bellas,

que si ustedes las probaran,

se havian de chupar los dedos,

segun lo buenas que estaban,

(maldito sea el muchacho,

que me ha cagado la saya,

le metere una puntica

de pañal, traiganme agua,

apara que lave este niño,

mas vale que no la traigan,

porque todo se ha ensuciado,

esto por ustedes pasa;

vaya el trapo al muladar,

que este ya no vale nada).

Confeso mi Mondoñedo,

(que aquesta fue su desgracia,

que a seis Frailes Capuchinos

y diez de la Merced Santa

en una caballeriza

en sal tenia en su casa,

es verdad, maldito sea,

que todo se lo mamaba,

no comi, señores mios mios,

de los salares de casa

sino solo dos morrillos,

y que sabrosos que estaban)

tambien tu bulles, Ladron,

maldita sea quien te hizo,

hijo de aquel mala cara,

pues viendo que al otro dia

no havia que comer nada.

Los amigos con muy grande sigilo,

un Frayle le traxeron gordo, y vivo,

y entero en un caldero lo zamparon,

de esta suerte a la mesa lo llevaron,

y en el repartimiento que se hizo

no pude sacar mas que un chorizo,

que por mas que tiraba

con mis dos manos, y mi boca arisca,

no te pude sacar ni aun una pizca,

dilo a mis compañeros,

por ver si alguna cosa le sacaban,

y maldita la chispa que arrancaban,

porque estaba mas tieso que un garrote,

y examinar podia a un Galeote.

No quieres callar, Alonso?

Sosiegate vida mia,

dexame hablar muchacho,

toma el pezon, mama, mama.

Por estas cosillas, y otras

a horca lo sentenciaran,

metieronlo en la Capilla,

y al tercer dia lo sacan,

y los Padres Jesuitas,

le decian con fe Santa:

Animo, buen Mondoñedo,

animo, que poco falta,

di con mui grande dolor,

que te pesa alla en el alma

de haver a Cristo ofendido,

mira a Cristo, y su Fe Santa.

Mas el respondia entonces:

Harre burra, harre parda,

Page 124: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

123

y espoleando llegó

a la horca, que le aguarda,

y en medio de sus fracasos

iba la triste Gitana

qual dicen a la verguenza,

(como si yo la gastara)

Pedro Montano el Verdugo

a mi Mondoñedo agarra,

y a subir por la escalera

poco a poco le ayudaba,

y asi que en lo alto estuvo

me dixo aquestas palabras:

Bastiana del alma mia,

espejo de mis entrañas,

ya esta es la vez postrera,

que te he de ver, mi Gitana,

lo que te pido, y suplico

es que mires por Pasquala,

por la Parreña, y Montoya,

que son mis tres prendas caras

y que a mis hijos les des

qual mi vida la enseñanza.

Y yo respondi entonces

en lagrimas desatadas:

que si se quiebra la soga,

que alla en Ronda lo aguardaba

y arrojandolo el Verdugo,

quedo su garganta atada,

y le tire de los pies,

porque mucho no penara,

y asi que acabo su vida,

me bolvi a verle la cara,

y parecia; Señores,

por vida de la Gitana,

fino retrato de aquel

insigne carantamaula

que en el Arbol del Sauco

al Diablo le dio las Pasquas.

El pelo todo erizado,

toda la frente arrugada,

la boca tenia abierta,

y tanta lengua sacada

bien le diera dos mil besos,

aunque de mocos, y babas

se me llenara el hozico,

y como me las chupara,

Alonsito de mi vida,

ya huerfanito te hallas.

Lloren aquesta tragedia

con voces desentonadas

todos los Gitanos que hay

desde el Peru a Dinamarca

sin culpa me lo ahorcaron,

ay de mi triste, y cuitada!

Señores, esta es la historia

de esta infeliz desgraciada,

denme un dientecito de ajo,

para que en llegando a casa

le haga unas sopas al niño,

que de hambre casi rabia,

una camisita vieja

para si paro mañana,

embolver lo que naciere,

y perdonenme las faltas,

que quisiera ser doblon,

para a todas agradarlas.

IMPRESA EN LLERENA, POR FRANCISCOBARRERA, DONDE SE HALLARÁ TODOGENERO DE SURTIMIENTO.

Page 125: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Ignacio R. Mena Cabezas

124

BIBLIOGRAFÍA

AGUILAR PIÑAL, F. Romancero popular del siglo XVIII, Madrid, CSIC, 1972.ALVAR LÓPEZ, M. El Romancero. Tradicionalidad y pervivencia, Barcelona, Planeta,

1970.BAJTIN, W. La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento, Barcelona,

Barral, 1974.BARRIOS MANZANO, P. “La influencia gitana en la música clásica española”, Revis-

ta I Tchatchipen, Barcelona, 2002, pp. 43-47.BOURDIEU, P. Cosas dichas, Barcelona, Gedisa, 1993.CARO BAROJA, J. Los judíos en la España Moderna y Contemporánea, Madrid, Ist-

mo, 1978, t. III.Vidas mágicas e Inquisición, Madrid, Istmo, 1992.Ensayo sobre literatura de cordel, Madrid, Istmo, 1990.Romances de ciego, Madrid, Taurus, 1966.

CATALÁN, D. Siete siglos de Romancero, Madrid, Gredos, 1969.DAZA PALACIOS, S. “Acontecimientos extraordinarios en la ciudad de Llerena (1767-

1772)”, Revista de Estudios Extremeños, LVI-II, 2000, pp. 523-542.DÍAZ VIANA, L. El Romancero, Madrid, Anaya, 1990.

Los guardianes de la Tradición, Oiartzum, Sendoa Edit., 1995.DURÁN, A. Romancero General, Madrid, Ribadeneyra (BAE, X y XI), 1859.FERNÁNDEZ NIEVA, J. “Judíos y judaizantes en la baja Extremadura”, Actas de las

Jornadas de Estudios Sefardíes, Cáceres, Universidad de Extremadura, 1980.“Aljamas y sinagogas judías en la Extremadura meridional en torno a 1500”, enActas Jornadas Extremeñas de Estudios Judaicos, Badajoz-Hervás, Junta deExtremadura, 1995, pp. 331-350.

FLORES DEL MANZANO, F. “Situación actual del romancero en Extremadura”, Re-vista de Estudios Extremeños, LV-II, 1999, pp. 739-756.

FUNDACIÓN JOAQUÍN DÍAZ, Colección de pliegos y romances, Valladolid.GARRAÍN VILLA, L. “La comunidad judía de Llerena en el siglo XV”, Revista de

Fiestas Patronales, Llerena, 1994, pp. 7-10.“Los judíos conversos en la provincia de León del Maestrazgo de Santiago y elObispado de Badajoz a finales del siglo XV”, Revista de Estudios Extremeños, LII-III, 1996, pp. 773-846.

GARCÍA DE ENTERRÍA, M.C. Sociedad y poesía de cordel en el Barroco, Madrid,Taurus, 1973.

GIL GARCÍA, B. Cancionero popular de Extremadura, Badajoz, Diputación Provin-cial, t. II, 1956.

GOFFMAN, E. Estigma, Buenos Aires, Amorrortu, 1989.GÓMEZ ALFARO, A. La gran redada de gitanos, Madrid, Presencia Gitana, 1994.

“Tipologías, matrimonios mixtos y mestizajes gitanos en los censos históricos anda-luces”, en GAMELLA, J.F. (coord..) Los gitanos andaluces. Demófilo, 30, pp. 31-52.

HUERGA CRIADO, P. “Judeoconversos ibéricos a su paso por Extremadura”, en Actas

Page 126: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

125

Jornadas Extremeñas de Estudios Judaicos, Badajoz-Hervás, Junta de Extremadura,1995, pp. 307-330.

ISRAEL GARZÓN, J. “Entre el final y el comienzo: Judíos en Extremadura en lossiglos XVIII al XX”, en Actas Jornadas Extremeñas de Estudios Judaicos, Badajoz-Hervás, Junta de Extremadura, 1995, pp. 405-418.

LÓPEZ MARTÍNEZ, N. Los judaizantes castellanos y la Inquisición en tiempos deIsabel la Católica, Burgos, Imp. Aldecoa, 1954, pp. 391-404.

MACÍAS KAPÓN, U. “Hacia una bibliografía judeo-extremeña”, en Actas JornadasExtremeñas de Estudios Judaicos, Badajoz-Hervás, Junta de Extremadura, 1995,pp. 435-464.

MARCIANO DE HERVÁS, “Calumnias antijudías cacereñas”, en Actas Jornadas Ex-tremeñas de Estudios Judaicos, Badajoz-Hervás, Junta de Extremadura, 1995, pp.205-248.

MARCO, J. Literatura popular en España en los siglos XVIII y XIX, Madrid, Taurus,1977.

MARTÍN BARBERO, J. De los medios a las mediaciones, México, Gustavo Gili, 1993.MENA CABEZAS, I. “Un romance de ciegos del siglo XVIII sobre sinagogas judías en

Llerena”, Raíces. Revista Judía de Cultura, 58, 2004, pp. 39-46.MENÉNDEZ PIDAL, R. Romancero tradicional de las lenguas hispanas, VIII tt., Ma-

drid, Gredos, 1977.Estudios sobre el Romancero, Madrid, Espasa Calpe, 1973.

PEDROSA, J.M. “ Visión de lo judío en la cultura popular extremeña”, en Actas Jorna-das Extremeñas de Estudios Judaicos, Badajoz-Hervás, Junta de Extremadura, 1995,pp. 249-283.

QUIÑONES, J. Discurso al Rey Nuestro Señor contra los Gitanos, Madrid, BibliotecaNacional, 1631.

RODRÍGUEZ MOÑINO, A. Manual bibliográfico de Cancioneros y Romances, IV tt.,Madrid, Castalia, 1977.Diccionario bibliográfico de pliegos sueltos poéticos, Madrid, Castalia, 1970.

ROMERO BARROSO, A. “Una leyenda popular en Llerena como transformación delromancero”, en MARCOS ARÉVALO & RODRÍGUEZ BECERRA (coords.), An-tropología Cultural en Extremadura, Badajoz, Asamblea de Extremadura, 1989,pp. 693-696.“Llerena en el Romancero”, Revista de Fiestas Patronales, Llerena, 1997, pp. 12-13.

ROMERO BARROSO, A & RUIZ BANDERAS, J. “Toponimia mágica, fantástica y deleyendas”, Revista de Fiestas Patronales, Llerena, 2002, pp. 9-28.

SAN ROMÁN, T. “Reflexiones sobre marginación y racismo”, en SAN ROMÁN, T.(comp.) Entre la marginación y el racismo, Madrid, Alianza, 1994, pp. 181-239.La diferencia inquietante, Madrid, Siglo XXI, 1997.

SÁNCHEZ ORTEGA, H. Los gitanos españoles, Madrid, Castellote, 1977.La Inquisición y los gitanos, Madrid, Taurus, 1988.“Evolución y contexto histórico de los gitanos españoles”, en SAN ROMÁN, T.

Page 127: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Ignacio R. Mena Cabezas

126

(comp.) Entre la marginación y el racismo, Madrid, Alianza, 1994, pp. 13-60.SERRANO MANGAS, F. El secreto de los Peñaranda. Casas, médicos y estirpes

judeoconversas en la Baja Extremadura, Madrid, Hebraica Eds., 2003.VARIOS, Romancero Tradicional Extremeño, Mérida, Asamblea de Extremadura, 1995

(Diego Catalán, dir).

Page 128: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004

Pgs. 127 a 139ISBN: 84-609-4105-1

ZAFRA, 1936: LA GUERRA INEXISTENTE

José María Lama Hernández

Cabezo Bajo, 16, 4º06300 Zafra

[email protected]

Page 129: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

128

Page 130: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

129

ZAFRA, 1936: LA GUERRA INEXISTENTE

José María Lama

RESUMEN

Las guerras no sólo son operaciones militares. La violencia y lamuerte de una guerra a veces no se ejerce tanto en los campos debatalla como en la retaguardia. Las principales víctimas de una gue-rra suelen ser, no los militares, sino la gente del pueblo. Estas afir-maciones son evidencias en el caso de la Guerra Civil de 1936-1939y, especialmente, en la guerra vivida en las ciudades y pueblos delsur de Extremadura como Zafra. En Zafra no hubo guerra; sólo re-presión y violencia. La guerra, como en muchos otros lugares deExtremadura y de España, sólo fue la excusa para exterminar a losideológicamente contrarios.

ZAFRA: THE NON-EXISTING WAR

Wars are not only military operations. Violence and death in awar does not take place mainly in the battlefields but in the rear-guard. The main victims in a war are usually the townspeople, notthe military ones. Such claims are evident in the case of the CivilWar between 1936 and 1939 and, especially, in the war occurredand lived in the cities and towns of the South of Extremadura, suchas Zafra. There was no war in Zafra, only repression and violence.The war, as in many other places in Extremadura and in Spain, wasjust an excuse to exterminate the ideologically opposed people.

La Guerra Civil de 1936 a 1939 no fue en Zafra un acontecimiento bélico. Salvoalguna incursión aérea de aviones o el ruido de los cañonazos en las escaramuzas queprecedían a la toma de los pueblos cercanos, Zafra no vivió el fragor de las batallas.Durante los tres años de la guerra fue un lugar de retaguardia en la zona franquista, lleno-eso sí- de legionarios, regulares y soldados que iban y venían de un frente a otro. Peroel alejamiento de la primera línea de fuego no supuso salvaguarda de las vidas de loszafrenses. Como ocurrió en todos los pueblos de España, también muchos vecinos deZafra -de uno y otro bando- murieron en lejanas trincheras con las armas en la mano o -años y hasta décadas después- por culpa del estallido de bombas abandonadas desdeentonces.

Page 131: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

José María Lama Hernández

130

Pero además de las muertes en combate o fortuitas, la guerra en Zafra dejó -y ésta fuesu principal aportación de cadáveres- un espantoso reguero de asesinatos. Hasta el 7 deagosto de 1936, cuando ocupan Zafra los legionarios y los regulares de la columnamilitar del comandante rebelde Antonio Castejón, las autoridades republicanas ysocialistas habían logrado que no hubiera ni una sola víctima. Ni un solo muerto dederechas hubo en la Zafra republicana. Pero a partir de ese fatídico día 7 de agosto laciudad vivió una orgía de sangre que conmocionó a todo el vecindario. Cerca de doscentenares de personas, de ideas republicanas e izquierdistas, murieron asesinadas porpelotones de fusilamiento, primero formados por los militares del Ejército de África yluego integrados por los propios fascistas locales. La mayoría cayó ese mismo año 1936,pero hubo también asesinatos durante los años siguientes y, una vez finalizada la guerra,se siguió fusilando -aunque ya sólo en Badajoz, Mérida o Almendralejo- a los zafrensesque habían sido encarcelados y sometidos a Consejo de Guerra.

La Guerra Civil en Zafra no fue, pues, un acontecimiento bélico; fue una matanzaque nunca podrá ser olvidada por quienes la recuerdan y cuya memoria debe ser recobradapara quienes no la vivieron. Una guerra sin operaciones militares, pero con muchosmuertos. Una guerra cuya única estrategia se aplicó en la represión. Meter las manos enla panza sangrienta de esa monstruosidad ha sido mi intención al escribir el libro Laamargura de la memoria. República y Guerra Civil en Zafra (1931-1936), que saldrá ala luz el próximo mes de noviembre. Uno de los aspectos a los que he dedicado másatención en ese estudio es a la reconstrucción de la metodología de la represión utilizadapor los franquistas. Sobre ella versa un extenso capítulo, que extracto a continuacióncomo comunicación de estas V Jornadas de Historia en Llerena dedicadas a la “Guerraen la Historia”.

I. LA PRIMERA LISTA DE REPRESALIADOS

Más allá de disposiciones administrativas, nombramiento de cargos, celebracionesreligiosas o preparación para la batalla, la principal dedicación de las nuevas autoridadesdurante los días y meses siguientes a la ocupación militar de Zafra fue la represión.Durante mucho tiempo Zafra será, como casi toda España, un lugar de torturas, cárcel,vejámenes, incautaciones y asesinatos.

El primer objetivo de la actuación política de los rebeldes al hacerse con el control dela población consiste en la eliminación de los contrarios ideológicos. La represión habíacomenzado en el mismo momento en que las tropas africanas entran en la ciudad. Lamuerte de un tal Cirilo, abatido a primera hora de la mañana del 7 de agosto tras intentaren solitario y armado con un viejo mauser hacer frente a las tropas, y el asesinato de unascuarenta personas a mediodía, todas ellas a manos de los militares, pretendían ejemplifi-car el comportamiento que debían seguir los partidarios de los sublevados tras la partidadel grueso de las tropas. La actuación del comandante Castejón y los suyos marcará lapauta a partir de ese momento.

Page 132: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

131

El procedimiento seguido para seleccionar a quienes integraron esa primera tanda derepresaliados fue el siguiente. Castejón exigió de las autoridades que él mismo habíadesignado un número de nombres cercano al uno por ciento de la población: setenta.Como eran muchos los huidos, la mayoría de los que se anotaron en la lista no erandirigentes de primera fila. A quienes están en esos momentos en la alcaldía se les permiteborrar de la relación que poco a poco va engrosándose tres nombres a condición de queescriban otros tres. Hay quien logra que amigos y familiares no figuren en la lista de losque van a ser fusilados, pero a cambio, además de obligarle a comprar su vida -algunohubo de pagar hasta 500 ptas.-, debe incluir en ellas el nombre de otras personas. Esteprocedimiento provoca una ampliación paulatina del número y personalidad de los acu-sados, llegándose a implicar a personas que inicialmente deberían haberse salvado por suescasa significación política. El tira y afloja entre los militares y las nuevas autoridades,poniendo y quitando nombres, acaba según alguna fuente con 48 personas que han sidoinscritas y no borradas de la relación fatídica.

Mientras tanto los nominados van agrupándose en el centro de la plaza Grande, ro-deados de soldados. A mediodía, Castejón y parte de su columna salen de Zafra y se llevaatadas detrás a las cuarenta y tantas personas que no han encontrado valedor. La cuerdade presos, atados en grupos de siete u ocho, sale de la plaza detrás de la columna militar.La comitiva abandona la ciudad y se encamina hacia la carretera de Los Santos. Losvecinos, atemorizados, se asoman a las ventanas. Junto a los presos atados, al lado de lacolumna, camina un hombre desencajado. Es Rafael Hilario Torreglosa, un menorquímodelista de los talleres de Pons. Al enterarse de que a su mujer, Juana Soler, conocidacomo Juana “la Maestra”, la habían detenido fue a preguntar al Ayuntamiento qué iba aser de ella. Uno de los militares le contestó que iban a fusilarla. Desesperado, le dijo almilitar que entonces él tampoco quería vivir, que no era nadie sin ella, que prefería lamuerte. El oficial le comentó con crueldad: “¡Ah!, por mí no hay inconveniente, te vie-nes con nosotros y cuando llegue el momento ¡¡Pum!! y ya está”. La columna no sedetiene y sale de Zafra. Rafael camina como un autómata al lado de su mujer hacia LosSantos bajo el espantoso calor de ese mediodía agosteño. Cada cierto trecho el coman-dante ordena sacar de la cuerda a un grupo de siete presos y los fusila al lado de lacarretera. Uno de los últimos en colocarse frente al piquete, ya subiendo la cuesta de SanCristóbal, es el grupo de doña Juana. Rafael se sitúa al lado de su mujer y cae tambiénacribillado por las balas1 .

1 Estos espeluznantes hechos me han sido narrados por varios de mis informantes. Francisco Barrena es uno de losque mejor conoce esta historia, de la que también Adolfo Cantos me ofreció una versión antes de morir. La historiade Juana y Rafael ha tenido también repercusiones sorprendentes. Justo Calderón la contó en el documental Lasfosas del silencio de TV3. Uno de los que vio el programa a mediados de 2003 fue el escultor Iñaki Martínez desdesu casa de Mallorca. Le impresionó la historia y, sin conocerme previamente, logró ponerse en contacto conmigopara ampliar los datos que Justo había dado en el documental. En sus manos, la historia de Rafael “el Modelista” yde Juana “la Maestra”, que habían llegado a Zafra precisamente desde las islas Baleares, se convirtió en una obraescultórica de seis metros de altura titulada “El Abrazo”. Gestiones posteriores del Ayuntamiento de Zafra van aconvertir una reproducción de esa escultura de Iñaki Martínez en la estatuilla que se entregue a los ganadores delpremio de novela dedicado a Dulce Chacón que se fallará en Zafra por primera vez a finales de este año 2004.

Page 133: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

José María Lama Hernández

132

II. LA REPRESIÓN DE LOS HUIDOS

Una vez eliminados los integrantes de esa lista, la continuación de la represión era yatarea exclusiva de las nuevas autoridades locales. Durante esa misma tarde comienza sutrágica actividad la camioneta de una conocida pirotecnia local. Varios falangistas ymilicianos se sirven de ella y de su conductor para ir recogiendo por las calles de laciudad a gente que acabará fusilada en las paredes del cementerio de San Román.

Pero la huida de la mayoría de la población retrasó durante unos días la represión. Lagente del pueblo -hombres, mujeres, niños y ancianos- había corrido a los campos y sehabía refugiado en fincas y casas de los alrededores. A los dos o tres días de la entrada delas tropas algunos de los huidos comienzan a regresar al pueblo. Muchos caminos estántapiados con sacos terreros para obligar a utilizar sólo unas cuantas vías de entrada ysalida. En cada una de ellas varios guardias civiles y falangistas, junto a “algunos seño-ritos”, identifican a cada persona que regresa. Les toman la filiación y les mandan a sucasa. Sólo algunos son detenidos en ese momento. El resto de las detenciones se produ-cirá ya en los propios domicilios, una vez que los facciosos hayan recabado informaciónsobre la actuación política de los que regresan.

A partir de ahí comienza la eliminación de los huidos. Falangistas, guardias civiles oguardias municipales van a buscar a sus casas a algunos de los que habían huido y hanregresado. Durante varias horas los detenidos permanecen apresados en la cárcel delpartido o en Palacio, como se conocía al Alcázar de los Duques de Feria. Los interrogatoriosy las palizas provocan delaciones. Unos acusan a otros pensando que así salvarán la vida.Un ejemplo de estas torturas me lo ha relatado Guillermo Sánchez Castañón, investiga-dor que ha recogido entre los familiares de Francisca Sastre noticia de cómo cuandofueron a visitarla a la cárcel, poco antes de ser fusilada, “la encuentran con la mandíbularota, sin ropa, casi sin pelos, sin poder hablar, ojos morados... etc., etc. ... la habíantorturado durante la noche”.2

La segunda fase represiva, centrada en los que regresan al pueblo (o son capturados)tras días o semanas de huida, durará hasta los primeros días de octubre. La huida esconsiderada una prueba de la culpa y las formalidades previas al asesinato -por lo gene-ral, muy escasas- se reducen a la mínima expresión. A medida que caen las poblacionesde los alrededores, los huidos pierden posibilidades de escapar. Aunque en los primerosdías algunos regresan al pueblo por propia voluntad, pensando que las represalias no vana ser tan extremas, pasadas unas semanas ya tienen noticias de la violencia que estánempleando los fascistas. Y sólo regresan si son detenidos.

Pero además de estas dos fases o modalidades (los asesinatos del primer día y laeliminación de los huidos), la represión adoptó una tercera fórmula basada fundamental-mente en la investigación. Este método se apoyaba en dos instrumentos: la delación y losinformes sobre centros de trabajo. Este fue el procedimiento primordial de la represiónen Zafra.

2 Testimonio de Guillermo Sánchez Castañón.

Page 134: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

133

III. LA DELACIÓN

El primer paso de la cadena represiva es la delación. Una vez dominada militarmentela ciudad, los fascistas tejen una red de delatores y chivatos cuya actividad precede a lade los fusileros. Para congraciarse con los nuevos poderosos o por afinidad ideológicacon ellos, varias personas comienzan a facilitar al Ayuntamiento y a la comandanciamilitar datos sobre la conducta de sus vecinos. Entre los documentos que he recabadosobre la Guerra Civil en Zafra algunos son pequeñas notas, breves apuntes manuscritosque de manera anónima informan de la conducta política de los zafrenses. Son las notasde los chivatos. He aquí una muestra literal:

“G. R.Adulador de la Dictadura.Trabajó política de Marcelino DomingoJersey de dos coloresFue a repartir las tierrasY a cerrar colejio [sic] de monjas”

G. R. era Gerardo Ramírez Sánchez, un maestro de escuela, al que se acusaba develeidades políticas que supuestamente le habían llevado desde la admiración de la dic-tadura de Primo de Rivera y de la obra de su principal seguidor en Zafra, el marqués deSolanda, a la sintonía ideológica con el republicano Marcelino Domingo. En efecto,Gerardo Ramírez aparecía en una de las fotos hechas en un homenaje al marqués deSolanda en 1928, pero lo de menos era en un primer momento la veracidad de la acusa-ción; lo importante era que ésta -cierta o no- daba lugar a la apertura de una investigaciónque podía acabar causándole muchos problemas, si no la muerte, al delatado.

Veamos más ejemplos de estas notas que suponen el arranque de la cadena represiva:Burguillano a la Sierra. Muy bruto al lado de los dirigentes. Joaquín Hernández Lanza “ElBurguillano”.La viuda de Revordino, llevaba la goma debajo del delantal.Sabino concurría a casa de Baldomero Malpica durante el período rojo a escuchar las radios marxistas.También el zapatero hijo de Bigotes cortador de G. Berciano.Ponía la radio para las masasExclamó con júbilo en el B. Español de C. “ya van hullendo [sic] esos tales para Sevilla”.Ramiro García. Adulador de Lázaro.La de Abril calle G. Fernández su marido Amador.Felipe Boza (dice que en Zafra no se deja vivir).Nicanor Serrano.Secretario de la Sociedad de Dependientes de comercio y banca de U.G. de T.Rogado. Marcó el paso en la manifestación del 1º de mayo de 1936.

Una segunda modalidad más elaborada de esta literatura de la delación la forman losestadillos manuscritos en los que el informante refiere datos sobre la conducta política deuna serie de vecinos, habitualmente de la misma calle. He encontrado tres de estosestadillos. Están escritos por la misma persona y suponen un ejercicio de sistematizaciónmayor que la simple nota. El chivato ocasional se ha convertido en un informador oficial(quizás un guardia civil o un guardia municipal) que ordena sus informaciones y se lasofrece a los jefes en forma de documento burocrático. Sorprende que esta sistematiza-

Page 135: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

José María Lama Hernández

134

ción no vaya acompañada de una mayor pulcritud ortográfica, que en cualquier caso esacorde con la incultura de los encargados de realizar estas funciones.

Los tres documentos que pertenecen a esta serie nos ofrecen tres tipos de datos: elnombre o apodo de los investigados, su domicilio y una serie de observaciones sobre suconducta política. En uno de los estadillos, estas informaciones -que constituyen el meo-llo del documento- se facilitan bajo el significativo epígrafe “A lo que se dedicaba y trajeque bestía”. Aquí la falta ortográfica se convierte en una sugerencia paronímica acercade la condición de quien se empeñaba en estos menesteres delatores.

Son 58 los vecinos sobre los que ofrece información el delator en estos tres documen-tos. A varios de ellos sólo se les acusa de “revolucionarios”, “propagandistas” o “espías”,y a otros se les eleva a la categoría de “directivos” o “muy significados”, pero en lamayoría de los casos el delator ofrece más datos. Destaca de algunos su participación enla batalla de Los Santos (el hijo de Malpica, el hijo de Luis Mena, José Hernández), queen sus casas se celebraran reuniones de “marxistas” (Bautista y su mujer, Anacleto Pallero,Pedro Carballar, Juan Pinto Calderón, Tomás Berciano) o que fueran de los que “trasno-chaban y pegaban” (“Cachera el chico”, “un tal Pimpollo”, Anselmo Muñoz).

Especialmente relevantes son las acusaciones que se hacen a “El cano el de Cañahueca”(“apuntó a la señora de Salazar con la escopeta”), a “la Choveta” (“dicía... que a matar alos señoritos y a todos los que fuesen burgueses, in cluyendo a las Monjas y Frailes”), aAnacleto Pallero (“decía en boz alta que tenía que correr la sangre de los calcas por lacalle”), o a “un tal Vega albañil” (“uno de los días que estaba de comilona en la hermitade Belén, le refregó a las imágenes chorizo por el rrostro”).

En ocasiones la principal acusación es relacionar al investigado con uno de los diri-gentes políticos de la ciudad: de José Hernández se dice que “fue oficial del célebrePaloma el herrero”, muerto en la batalla de Los Santos; de Aquilino, hijo de Rabanero, sedestaca que “fue secretario del célebre Cocina el concejal”; de Juan Pinto Calderón sedice que es “primo de Luis Calderón”, otro concejal del Ayuntamiento; y a Julián, “elPotro Loco”, se le considera “protejido del señor Cabrera”, primer teniente de alcalde delAyuntamiento.

Los datos que se facilitan, salvo excepciones, tienen -por su irrelevancia y carácteranecdótico- sólo un valor ambiental. La importancia de este tipo de documentos no radi-ca, pues, en el contenido de la información que facilitan sino en el tono con el que estánescritos. Son la expresión primera de la cadena represiva y en Zafra, de manera excep-cional, se han conservado algunas de sus muestras documentales.

Hay otros documentos cuya apariencia me hace situarlos en un momento distinto deeste proceso de información represiva. Me refiero a los informes mecanografiados. Esposible que su autor sea el mismo que el de los estadillos, y si así fuera habría quesuponer que es empleado público con acceso a una máquina de escribir. No obstante,aunque pudiera haber una identidad profesional, algunos indicios hacen dudar que sea lamisma persona quien escribe los dos tipos de documentos: las faltas ortográficas, aun

Page 136: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

135

existiendo, no tienen la frecuencia que en el texto manuscrito; y sobre algunos investiga-dos se aportan datos, e incluso apodos, distintos en un texto y en otro.

IV. LA SOLICITUD DE INFORMES A LOS CENTROS DE TRABAJO

A partir del 24 de agosto, al medio mes de la entrada de las tropas, las autoridadesfranquistas organizan y sistematizan la represión. Durante la primera semana de sep-tiembre, los días 2 y 3 de ese mes, el alcalde de Zafra remite a las principales empresas ycentros de trabajo una carta solicitando la relación nominal de los empleados que había afecha 6 de agosto e informes sobre la conducta política de cada uno de ellos. Todos seapresuran a contestar y casi a vuelta de correo responden a Casimiro Tovar. Se conservandieciséis respuestas, correspondientes a 288 trabajadores, con las siguientes fechas:3

- 3/9/1936: Curtidos Cayetano Berciano Ramos (8 trabajadores)

- 3/9/1936: Curtidos Grergorio Berciano Ramos (17 trabajadores)

- 4/9/1936: Taller de José Díaz de Terán (68 trabajadores)

- 4/9/1936: Taller de Juan Pons Orfila (28 trabajadores)

- 4/9/1936: Materiales de construcción de Rodríguez Pina (24 trabajadores)

- 4/9/1936: CAMPSA (19 trabajadores)

- 4/9/1936: Sevillana de Electricidad (18 trabajadores)

- 4/9/1936: Instituto de Segunda Enseñanza (13 trabajadores)

- 4/9/1936: Herrería de González Lafont (15 trabajadores)

- 4/9/1936: Mármoles Sabán (14 trabajadores)

- 4/9/1936: Anisados Ramón Carballo (12 trabajadores)

- 4/9/1936: Curtidos Avelino Ibáñez Alonso (7 trabajadores)

- 4/9/1936: Comercio no identificado (10 trabajadores)

- 4/9/1936: Pedro Fernández (8 trabajadores)

- 4/9/1936: Chocolates Luis Merino (5 trabajadores)

- 5/9/1936: Panadería de Díaz Mulero (22 trabajadores)

El tono empleado por cada remitente es muy variado. La mayoría se limita a respon-der de la manera más aséptica posible dadas las circunstancias: una relación con losnombres de los empleados junto a su filiación sindical o partidista, el puesto que ocupaen la empresa y referencias muy escuetas como “conducta buena”. El responsable de la

3 Carpeta “1936/Movimiento/Zafra”, doc. 1 a 15 y 19 a 24. Carpeta de documentos pertenecientes a la colecciónparticular de M.A.F.T.

Page 137: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

José María Lama Hernández

136

casa Rodríguez Pina añade junto a alguno de los nombres una cruz, que explica así: “Losque tienen cruz han observado buena conducta y no se han distinguido políticamente.Los demás no tengo suficientes motivos para juzgarlos de una forma categórica”. Fran-cisco Sabán Gil también intenta proteger a sus trabajadores, la mayoría afiliados a laUGT, y dice: “En cuanto a la conducta de mis empleados puedo decirle que ni antes niahora me han faltado ni un día al trabajo”. La misma actitud sigue, entre otros, el empre-sario Pedro Fernández, que en su escrito sólo atribuye “conducta mala” a los que da por“desaparecidos”, siendo siempre buena la conducta del resto, aunque su filiación fueraizquierdista.

Un caso distinto, de mayor colaboración con las nuevas autoridades y encono con suspropios trabajadores, es el de la viuda de Eloy Díaz. En su relación añade a la filiaciónpolítica de algunos trabajadores informaciones entre paréntesis muy detalladas que pre-tenden contradecir a la facilitada por los obreros. Veamos tres ejemplos:

“Juan Apolo Roldán, preguntado dice no pertenecer a ningún partido político (no debe ser asípuesto que usaba corbata roja y sus niños camisa y corbata también roja)”

“Salustiano Tinoco Flores, preguntado dice no pertenecer a ningún partido político (no debeser cierto, pues alternaba con directivos socialistas, y hospedó en su casa dos niños de los huel-guistas de Almendralejo. También perteneció a la Unión Patriótica, se acomoda a todas las cir-cunstancias)”

“Antonio Lavado Ramallo, preguntado dice no pertenecer a ningún partido político (no debeser cierto, iba en la manifestación del 1º de mayo, y le han dado tierras para labrarlas)”

En la misma línea, de evidente animadversión hacia parte de sus trabajadores, se sitúael jefe de la Estación de ferrocarril Zafra-Huelva, Antonio Carranza, que responde con“gratísimo gusto” a la solicitud de la alcaldía. En primer lugar hace referencia a su propiaconducta con un texto singular:

“…mi conducta a mi poco entender es intachable, cosa que puede comprobar en las casas decomercio, incluso a las autoridades y además por el señor Sargento de la Guardia Civil que ahíreside y amigos, puede informarse sobre mi proceder, neutral completamente en sucedidos suce-sos [sic] y maldiciendo lo mucho malo que estaban haciendo, y si es mi voto y el de mi señora lasderechas que era lo lógico ¡Que Dios nos lo bendiga a todos!”.

Después de esta declaración previa realiza detallados informes de cada uno de susempleados, sin importarle comprometer la integridad física -como acabó ocurriendo- dealguno de ellos. Del factor Laureano Rubio, que sería fusilado dos meses después, dice:

“No me gusta un pelo su actuación, en estar agregado él de por sí a los escopeteros para evitarla entrada de los fascistas, y además con mucho rozamiento entre los agentes del Comité revolu-cionario. Su voto no lo sé pero supóngase cual pudiera ser”.

Al telegrafista Simón Ortega le dedica las siguientes palabras: “Este creo corresponde en Zafra al partido comunista y además en la Casa del Pueblo ese era

uno de los que llevaba las pandillas de mozalbetes por las calles cantando el U.H.P.”

Y tampoco son buenas las referencias que ofrece del guardafrenos Amador Arellano:“Mis observaciones en el servicio son de mala catadura, era uno de los que protestaban a

Page 138: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

137

cualquier cosa que se le mandaba y era de los de U.H.P.”

La disposición del jefe de la estación Zafra-Huelva hacia las nuevas autoridades noadmite dudas, pues termina su informe así: “Para su mayor comprensión y exactitud aquíme tiene a su disposición y cuantas preguntas tenga por conveniente hacerme con avisarpor teléfono seguidamente me presento a sus órdenes para darle facilidades”.

Una actitud muy diferente es la de José García Velasco, jefe de la otra estación ferro-viaria, la de MZA. En su primer informe se limita a reseñar los nombres de los 90 em-pleados, la función de cada uno de ellos, lugar de residencia y si está en Zafra o no. Elinforme es tan sucinto que debe presentar otro en el que, ya obligado, detalla in extensolas ideas políticas y “comportamiento” de cada trabajador. No obstante, el tono que uti-liza casi siempre es exculpatorio, evitando incriminar a sus subordinados.

Estos informes constituyen la principal evidencia de las operaciones de control socialde la población que desde finales de agosto de 1936 comenzó a ejercer el nuevo ayunta-miento, convertido de esta forma en el principal aparato represor de la ciudad. Pero losinformes eran sólo uno de los nutrientes del instrumento de control fundamental: lo quelas fuentes denominan, veladamente, fichero especial ordenado por la superioridad.

Según todos los indicios este fichero consistía en una serie de informes individualesde todas las personas sobre las que se reclamara información por algún organismo públi-co o privado. Estaban escritos a mano en pequeñas fichas de octava ordenadasalfabéticamente según el apellido de los investigados. La confección de estas fichas, quese nutrían de los informes de los centros de trabajo pero también de las delaciones yconfidencias de chivatos, tenía un responsable municipal concreto que llevaba a cabo sumisión con el asesoramiento de una comisión informativa formada por varios concejalesy funcionarios. A mediados de 1937 el encargado de este fichero es el teniente de alcalde,Manuel García Goitia, que al asumir provisionalmente la alcaldía en agosto es sustituidoen esas funciones por el concejal Miguel Fernández Ramírez. En septiembre de 1937encontramos también vinculado a ese trabajo al concejal Antonio Salazar Fernández. Si,en su arranque, la información podía partir de personas sin preparación cultural -comodelatan las faltas ortográficas de los informes del epígrafe anterior-, la culminación delproceso estaba en manos de personas de entidad intelectual, capaces de sistematizar elcaudal informativo que sobre cada individuo llegaba al ayuntamiento.

La información era reclamada por entidades diversas: la Compañía Telefónica, elHospital Militar, el Juez militar… Aunque había informes más detallados -como el delmédico y ex concejal socialista Antonio Fornelino, que ocupaba varias de estas fichastamaño octava-, la mayoría de las fichas eran muy escuetas:

“Gallango Vázquez (Asunción). Empleada del Hospital. No tiene familiar combatiente. Sumarido murió frente a las tropas. Su conducta moral y política muy deficiente. 8- Septiembre-1937. Para el Director del Hospital Militar”.

“Galea Asensio (Rafael). De Puebla de Sancho Pérez. Casado con hija de Zafra. Mala conducta”.

“Carramiñana García (Francisco). De la razón social Martínez y Carramiñana. De filiaciónazañista. No ha mostrado interés ni entusiasmo al Glorioso Movimiento Nacional. 6-septiembre-

Page 139: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

José María Lama Hernández

138

1937. Para el representante de la Cía. Arrendataria de Cerillas en la P. de Badajoz”.

Este procedimiento de elaboración de un fichero especial, al ser ordenado por la supe-rioridad, sería común a otras localidades. Lo realmente sorprendente del caso de Zafra esque se conserva una buena parte de él. Son 164 fichas que se incluyen en ese magníficolegajo de documentos que es la “Carpeta/1936 Movimiento/Zafra”. Repasando la rela-ción de las personas investigadas nos sorprende encontrar a muchos derechistas queincluso ocupaban puestos de responsabilidad en el nuevo régimen. Así, por ejemplo,hasta el propio juez de instrucción, Adolfo Barredo de Valenzuela tiene su ficha; eso sí,elaborada “a petición de parte”.

V. OTROS PORMENORES DE LA VIOLENCIA EN ZAFRA

Uno de los reportajes periodísticos que se conservan sobre la situación en Zafra unosdías después de la toma por las tropas de Castejón es el del periodista portugués LeopoldoAntónio de Carvalho Nunes, enviado especial del diario lisboeta O Seculo. Nunes fue elprimer periodista luso en entrar en España tras el golpe de Estado. Acompañó a las co-lumnas africanas desde Andalucía hasta Toledo y narró la conquista de cada pueblo yciudad desde un inmoderado partidismo favorable a los sublevados. Según el investiga-dor Alberto Pena, “sus reportajes eran monotemáticos. Su obsesión era describir los crí-menes cometidos por los ‘comunistas’ antes de la pacificación rebelde”4 . Pero al llegar aZafra, Leopoldo Nunes sólo puede titular su crónica con un significativo título: “Zafra,donde no había comunistas y uno de los pocos lugares de Extremadura donde no seregistraron crímenes, saqueos e incendios” (“Zafra, onde nao havia comunistas e umadas poucas terras da Estremadura onde nao se registaram crimes, saques e incendios”).Firma la crónica el 12 de agosto de 1936 y dice haber llegado en compañía de otroperiodista, Félix Correia, desde Sevilla el día anterior5 .

En Zafra se encuentran a otros dos reporteros, el también portugués José Augusto y elfrancés Guilherme de Braasy. Recorren por la mañana del día 12 las calles de la ciudad yNunes escribe que “hay barricadas en las calles, hechas por los comunistas, que huyeronal aproximarse el Tercio, por falta de ambiente para la lucha”. Finalmente, nos ofrece unaimagen significativa de uno de los izquierdistas detenido dentro del Alcázar:

“En uno de los arcos interiores, dos falangistas custodian a un hombre esposado con cadenasde acero. Era el jefe socialista de la zona. Casi analfabeto, feroz en las persecuciones políticas,ahora estaba completamente vencido. La mirada era recelosa. Balbuceaba como en una cantinela:‘No hice nada, no tenía armas’ ”.

El mismo caso lo relatará con variaciones significativas el también periodista portu-gués, José Augusto, que le acompaña en el recorrido por la ciudad. Dice que el hombredetenido es “de tipo campesino, boina vasca, barba por afeitar y… esposas y tiene una

4 PENA RODRÍGUEZ, Alberto, El gran aliado de Franco. Portugal y la Guerra Civil española: prensa, radio, cine ypropaganda, A Coruña, Edicios do Castro, 1998, p. 297. Nunes recopiló algunos de sus reportajes en el libro, degran éxito en su momento, A Guerra em Espanha! (Dois meses de reportagem nas frentes da Andaluzia e daEstremadura), Lisboa, 1936.

5 O Século, 17 de agosto de 1936.

Page 140: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

139

expresión asustadiza en los ojos de un azul fugitivo e incierto”. En su boca pone lamisma expresión que su colega: “No hice nada. No tengo armas. No hice nada. Lo juro”.Augusto dice que estas palabras son comentadas irónicamente por uno de los falangistasque lo vigilan: “Es un santo que debía ir a la catedral de Sevilla”, “es el jefe socialistalocal. Dice que no hizo nada. Vaya un tío”. El periodista abandona el lugar y al rato ve alfalangista andando con unas esposas en las manos que le dice: “Ya está”. Al salir deZafra, José Augusto ve sobre un campo de labor un hombre tirado, con las piernas y losbrazos en cruz.

Como ese hombre encadenado que repite “no hice nada, no tenía armas” acaban decenasde hombres capturados durante esos días a partir de los informes de delatores, falangistasy guardias. A partir de cierto momento, sólo los falangistas podían efectuar las detenciones.Un bando de Falange se encargó de recordarlo en un pasquín sin fecha, pero posiblementede finales de agosto de 1936:

“Orden de la Jefatura.

Nadie que no ostente el brazalete de F.E. y por tanto no esté afiliado a esta organización, podrápracticar detenciones ni registros domiciliarios, pues estos servicios corresponden única y exclu-sivamente, a los falangistas y Autoridades locales.

Al practicarse requisamientos, serán únicamente encargados y autorizados para ello, por es-crito, individuos de Falange, a los que se darán las oportunas instrucciones.

Los infractores de las anteriores órdenes, serán sancionados severísimamente”.

El texto no deja lugar a dudas sobre el férreo control que ejerció el poder sobre larepresión, al tiempo que disipa la posibilidad de actuación de cualquier incontrolado.Además el pasquín se cerraba con una nota impresionante, que literalmente decía:“Denuncias y confidencias, en las Oficinas de Falange”.

Tras ser interrogados y torturados, la ya citada furgoneta traslada a los elegidos deldía hasta el cementerio. Se les llevaba hasta allí custodiados por los miembros de lapatrulla que iba a fusilarlos. A veces los traslados se hacían a plena luz del día y losguardias debían bloquear la salida de Zafra a la altura de El Rosario para evitar que losfamiliares siguieran a la furgoneta e intentaran impedir los fusilamientos. Impotentes,gritaban e insultaban a los falangistas que se alejaban con sus maridos, con sus padres,hijos o hermanos. En la mayoría de las ocasiones las víctimas habían permanecidoencarceladas durante varios días, pero no fueron excepcionales los casos en los que se lesrecogía esa misma noche de su casa y se les llevaba directamente al cementerio. Notengo constancia de juicio alguno; todos fueron procedimientos sumarísimos.

Page 141: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en
Page 142: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004

Pgs. 141 a 158ISBN: 84-609-4105-1

APUNTES PARA EL ESTUDIO DEL CEMENTERIO DELOS ITALIANOS DE CAMPILLO DE LLERENA

Raúl Aguado Benítez

Manuel Pacheco, 5206442 Retamal de Llerena

[email protected]

Page 143: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

142

Page 144: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

143

APUNTES PARA EL ESTUDIO DEL CEMENTERIO DE LOS ITALIANOSDE CAMPILLO DE LLERENA

Raúl Aguado Benítez

RESUMEN

La ocupación militar de la provincia de Badajoz por las tropassublevadas conllevó la existencia de diferentes etapas de conquistadel territorio. Campillo perteneció a la segunda fase, estableciéndo-se junto con Retamal como puntos rebeldes más avanzados por lazona sur del Frente de La Serena. Es por ello por lo que Campillocontó con un hospital de campaña y un cementerio militar. En nues-tra comunicación abordamos el estudio de las diferentes fases deocupación de la provincia, la toma de Campillo por los sublevados,el análisis del cementerio, los materiales empleados en su construc-ción y un pequeño estudio sobre quiénes recibieron sepulturas endicho recinto, el número de cuerpos inhumados así como su posiblenacionalidad, intentando aportar luz a las distintas interrogantes quese encuentran abiertas.

SOME NOTES FOR THE STUDY OF THE CEMETERY OF THEITALIANS IN CAMPILLO DE LLERENA

The military occupation of the province of Badajoz by the upris-ing troops brought about the existence of different stages in the con-quering of the territory. Campillo belonged to the second stage, andit became, together with Retamal, the two most advanced rebelliouspoints in the Southern area of the front in La Serena. Therefore,Campillo was equipped with a war hospital and a military cemetery.In this article we focus on the study of the different stages in theoccupation of the province, the taking of Campillo by the uprising,the analysis of the cemetery, the materials used in its building and abrief study upon those who received burial in it, the number of bodiesinhumed as well as their probable nationality, trying to give answersto the many questions that are still unresolved.

Page 145: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Raúl Aguado Benítez

144

I. INTRODUCCIÓN

La elección de esta temática se debe a que consideramos que la historia local no ha demenospreciarse precisamente por ser local, ya que nos permite estudiar las excepcionesde los análisis generales. Además, en nuestra opinión, la realización de un discurso históricode carácter nacional no tiene por qué ser mejor que uno meramente local sólo por suámbito de estudio.

Creemos que para construir un relato histórico de carácter científico deben emplearsefuentes adecuadas, una bibliografía correcta y tenerse siempre en cuenta el marcogeográfico y temporal en el que el investigador pretende moverse.

Es por ello, por lo que decidimos elaborar este pequeño trabajo sobre un aspecto de laGuerra Civil, el de los cementerios militares, que si bien no despierta la atención queotras temáticas, como la represión o las grandes operaciones militares, en nuestra opiniónno se encuentra, en modo alguno, exento de interés. Especialmente en esta zona de Retamaly Campillo en la que el frente de guerra duró hasta finales de julio de 1938.

Para la elaboración de nuestro estudio hemos contado con los testimonios de perso-nas que conocieron la creación y los enterramientos que se produjeron en el cementerio,Actas de Sesiones de Campillo de Llerena, el diario HOY y la documentación existenteen el archivo municipal sobre el cementerio italiano.

II. CONTEXTO HISTÓRICO

El fallido intento golpista del 17-18 de julio de 1936 provocó una confrontación béli-ca que duraría tres años (1936-1939), con trágicas consecuencias en todo el territorionacional.

En tierras extremeñas, el inicio del conflicto trajo la división de la región. De un lado,la provincia de Badajoz, con el fracaso de las intentonas golpistas, permaneció dentro delbando gubernamental. Cáceres pertenecería a los insurgentes tras la sublevación militarque padeció el 19 de julio de 1936.

Con todo, fue la provincia de Badajoz la que conoció los mayores enfrentamientosdentro del ámbito regional y la que sufriría en mayor grado los efectos de la represiónfranquista. De modo que nuestra provincia iría pasando, gradualmente, a manos rebeldesa medida que las tropas de Franco conquistaban el territorio pacense. Con todo, podemosdestacar cuatro fases en la conquista de la provincia.

Un primer momento sería el que afectó a los municipios situados en las inmediacio-nes de la Ruta de la Plata y a aquellos que, no quedando en la mencionada vía, fuerontomados por los rebeldes en un primer momento. Se trataría de los municipios conquis-tados entre el 4 de agosto de 1936, fecha en que es tomado Monesterio1 , y el 14 de agosto

1 CHAVES PALACIOS, J . La Guerra civil en Extremadura. Operaciones Militares (1936-1939), Badajoz, 1997, p. 66.

Page 146: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

145

del mismo año, cuando es conquistada Badajoz por las tropas de Yagüe. Es ahora, cuan-do se produce la ocupación de Llerena, Los Santos de Maimona, Zafra, Villafranca de losBarros, Almendralejo y Mérida.

Por otra parte, la Columna Madrid dejó un importante rastro de sangre y escenas deauténtico pavor en las distintas localidades ocupadas. Ejecuciones que alcanzaron espe-cial virulencia en Badajoz, donde “la represión franquista generalizada comenzó en elmismo momento en que se consumaba la toma de la ciudad el 14 de agosto de 1936”2 .Además, según Francisco Espinosa, las víctimas de la matanza de Badajoz serían unas3.800, cifra obtenida a través de una serie de cálculos realizados por este historiadorcomparando la represión en ciudades como Huelva y Sevilla con la de la capital pacense.A ello habría que sumar el reconocimiento del propio Yagüe de que en Badajoz habríansido ejecutadas unas 4.000 personas, si bien el propio Espinosa sólo tiene documentadala cantidad de 1.349 ejecuciones3 entre 1936 y 1945, posible fruto de la ocultación deli-berada de ejecuciones por los sublevados.

La segunda fase correspondería a la toma de diferentes localidades entre el 14 deagosto y octubre de 1936, cundo quedaría fijado el frente de la Serena. Las localidadesmás importantes ahora conquistadas serían Olivenza, Alburquerque, Fregenal de la Sie-rra, Jerez de los Caballeros, Azuaga y Granja de Torrehermosa4 .

El tercer momento del avance de las tropas sublevadas por tierras pacenses supuso elcierre de la Bolsa de La Serena entre el 20 de julio y el 9 de agosto de 1938. En esta fasecaerían en manos de Franco localidades como Don Benito, Villanueva de la Serena,Castuera, Monterrubio, Campanario, Zalamea y Cabeza del Buey5 .

La cuarta, y última, etapa sería la constituida por la denominada “Ofensiva de laVictoria”, que se inició en los últimos días del mes de marzo6 de 1939 y acabaría con laocupación de municipios como Puebla de Alcocer, Peñalsordo, Herrera del Duque,Talarrubias, Siruela, Zarza Capilla, Garlitos, Sancti Spiritus, Fuenlabrada de los Montes,etc.

Con todo, podemos destacar que, tras la toma de las distintas localidades por lastropas rebeldes, se desataba una oleada represiva que no siempre se podía justificar por laexistencia de bajas en el combate o una represión republicana previa, tal y como sucedióen Retamal, con lo que junto a Francisco Espinosa podemos afirmar “que la represiónefectuada por los golpistas no guardó relación con la violencia previa o con la oposiciónencontrada”7 .

2 GUTIÉRREZ CASALÁ, J.L. La Guerra Civil en la Provincia de Badajoz: Represión Republicano-Franquista, Badajoz,2003, p. 490.

3 ESPINOSA, F. La Columna de la Muerte. El Avance de Ejército Franquista de Sevilla a Badajoz, Madrid, 2003, p.233.

4 CHAVES PALACIOS, J. Op. Cit., pp. 186-201.5 Íbidem, pp. 243-258.6 Íbid., pp. 186-201.7 ESPINOSA, F. Op. Cit., p. 103.

Page 147: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Raúl Aguado Benítez

146

III. OCUPACIÓN DE CAMPILLO POR LOS SUBLEVADOS

El municipio pacense de Campillo de Llerena fue ocupado por los sublevados el 1 deoctubre de 1936. Su conquista, que no se produjo de un modo especialmente virulento,tuvo como consecuencias la entrada, esa misma tarde, de las tropas rebeldes en la vecinapoblación de Retamal, un repliegue republicano hacia la Sierra del Argallén, donde seformaría un frente que duró hasta el verano de 1938, y la formación de otro frente entreCampillo y Peraleda del Zaucejo, que permaneció activo hasta finales de enero de 1939.La represión franquista en la localidad fue todavía más atroz, si cabe, que la represiónrepublicana previa.

La ocupación efectiva del poder municipal, la expulsión del gobierno local del FrentePopular y la formación de la primera Comisión Gestora de carácter franquista en Campi-llo se producirían aproximadamente del siguiente modo:

“[…]. En la Villa de Campillo de Llerena, siendo las trece horas del día primero de Octubre demil novecientos treinta y seis, y habiendo sido tomado éste pueblo dicho día por las fuerzas delEjército Nacionalista y Falange Española salvadoras de España, yó el infranscrito Don CarlosMencos López, Capitán de Caballería y Comandante Militar de ésta plaza, requerí a los vecinos deesta localidad Don José Mena Rodríguez, Don José María Frenández Otero, Don Emiliano MartínEnciso, Don José Otero Fernández, Don Pascasio Balas Enciso, Don Francisco Ortega Lombardo,Don José María Valenzuela Balas, Don Antonio Otero Hernández, y Don Fernando Herrón Otero,al objeto de constituir con los mismos, la Comisión Gestora, que ha de regir el Ayuntamiento deesta población.

Presentes los indicados señores, aceptan el referido cargo de gestores de éste Municipio, quehe tenido a bien encomendarles, y por tanto, constituí con los mismos la prenombrada ComisiónGestora, en la forma siguiente:

PRESIDENTE: Don José Mena Rodríguez.

VICEPRERSIDENTE: Don José Otero Fernández.

VOCALES: Don José María Fernández Otero.

Don Emiliano Martín Enciso.

Don Pascasio Balas Enciso.

Don Francisco Ortega Lombardo.

Don José María Valenzuela Balas.

Don Antonio Otero Hernández. Y

Don Fernando Herrón Otero.

Acto seguido, los indicados señores gestores juraron solemnemente ante mí desempeñar fiel-mente el cargo que se les confia, prestando acatamiento y fidelidad al Ejército Salvador de Españay sumisión á la JUNTA DE DEFENSA NACIONAL DE BURGOS, que rige y Gobierna los des-tinos de nuestra amada España.

Y no siendo otro el objeto de la presente, por mí el infrascrito Capitán Comandante Militar deésta plaza se dio por terminado este acto, extendiendose para constancia de lo en él actuado lapresente acta, que, firman conmigo, los tan repetidos gestores en Campillo de Llerena, FECHAUT SUPRA.

Page 148: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

147

El Capitán, Comandante Militar”.8

Por tanto, podemos comprobar cómo, una vez entradas las fuerzas rebeldes en lalocalidad, el siguiente paso en el control efectivo del poder era la constitución de unaComisión Gestora, elegida por la autoridad militar, que rigiese el municipio de acuerdocon los principios que regulaban el bando sublevado. Algo que en esta localidad se viofacilitado por la inexistencia de resistencia republicana previa a la ocupación del munici-pio, lo que determinó la ausencia de combates previos a su control por los rebeldes.

IV. APORTACIÓN ITALIANA AL BANDO FRANQUISTA

La ayuda italiana a Franco fue especialmente importante desde el punto de vistalogístico y técnico. Es el caso de los medios de transporte empleados en el paso delEstrecho, combustible, aviación, carros de combate, munición, equipamiento, etc., porno hablar de un cuerpo de ejército que superó las 50.000 unidades y que actuaba demanera independiente dentro del organigrama del ejército de Franco, el CTV9 .

La aportación italiana podría cifrarse en tres planos. En el aéreo dotó a los sublevadosde unos 760 aviones y unas 1.700 toneladas de bombas. Por su parte, en el plano terrestrela ayuda sería de 800 piezas de artillería, 7.600 vehículos motorizados, 10.000 ametralla-doras, 240.000 fusiles de repetición y 9.000.000 de cartuchos. Por último, en la vertientenaval aportó 56 submarinos y 25 barcos10 .

Además, con la formación de brigadas mixtas italo-españolas a principios de 1937,concretamente el 11 de enero de 1937, se creaba la brigada “Flechas Negras”, con losmandos, técnicos y material sobrante del CTV, que llegaron a tener unos 7.000 hombres,de los que aproximadamente el 80% eran de origen español11 .

En febrero del mismo año se creó la Brigada Mixta de Flechas Azules, con una com-posición similar a la anterior: dos Regimientos de tres batallones cada uno y cuatro com-pañías en cada batallón12 . De la formación de esta brigada, tenemos el siguiente testimo-nio, recogido del Diario HOY:

“[...]. El domingo a las once de la mañana, se celebró con gran brillantez en el paseo delGeneral Franco la solemne entrega de los guiones de combate a la brigada mixta.

Los dos estandartes, primorosamente bordados, fueron bendecidos por el Obispo de la Dióce-sis Don José María Alcaraz y Alenda, y entregados por la señora de Cornide y señoritas de LópezLago como madrinas.

El jefe de la brigada mixta dirigió una vibrante alocución a las tropas y el gobernador militar,señor Cañizares, también pronunció una patriótica arenga a los falangistas que recibían las enseñas.

Las madrinas pronunciaron discursos.

8 Archivo Histórico de la Diputación Provincial de Badajoz, Registro de Actas de Sesiones de Campillo de Llerena deoctubre de 1936.

9 http://www. guerracivil1936.galeón.com/ejnac2.htm10 http://www.Cascos colección.com/espana/es33.htm11 http://www.personal.menta.net/stonewall/docs/gc/gc3.pdf12 http://www.personal.menta.net/stonewall/docs/gc/gc3.pdf

Page 149: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Raúl Aguado Benítez

148

Después de la ceremonia se efectuó un brillante desfile en el que tomaron parte todas lasfuerzas de la guarnición, flechas y pelayos.

El público dio muestras de gran patriotismo, vitoreó al Generalísimo y a España y aplaudió alas fuerzas.

[...] LA ALOCUCIÓN DEL GOBERNADOR MILITAR.

¡Caballeros armados!

Vuestra presencia, vuestra marcialidad y vuestra eficacia son garantía del triunfo del ideal enno lejano plazo.

Pero todas nuestras manifestaciones llevan en sí algo de compromiso y estos compromisosson tanto más solemnes cuando van envueltos en la bendición de nuestro prelado y con una exal-tación de fe.

La voluntariedad con que es abrazada la causa revela su grandeza; no hay plebiscito máselocuente y satisfactorio que la manifestación unánime de las almas y cuerpos fuertes abrazados alas armas para imponerse al enemigo. ¡ Hombres de guerra! ¡ Guardianes del honor! Acabais derecibir los guiones que bajo el combate han de agruparos bajo sus pliegues. Tengo la seguridadabsoluta de que secundando con vuestro valor la inteligente dirección del general y jefes que osmandan podréis devolver a Badajoz cubiertos de laureles estos estandartes que hoy recibís.

Pueblo de Badajoz: Como representación tu Ayuntamiento de los de toda la provincia debes irencargando y situarlas en lugar predilecto las vitrinas donde deberán custodiarse a su vuelta esosguiones como recuerdo constante de la grandeza presente, como recuerdo para evitar retrocesos oconductas que desemboquen en situaciones como las actuales y como ejemplo para nuestros hijos,y con estos estandartes en libros de oro se guardarán los nombres de todos los que tomais parte enla Cruzada.

Mi fe en todos es absoluta. La solera de esta tierra, las virtudes perennes de la raza latina ya hasido probada para responder por todos. Vuestros mandos pueden estar tranquilos y llevaros a lavictoria les será fácil.

Y por último, hombres de armas, no olvidéis algo, que siempre os dije: ” Ser duros en la pelea,pero justos y clementes con el vencido”.

Y ahora, como sello y rúbrica del compromiso de honor hoy adquirido, gritad todos conmigo:¡Viva Italia! ¡Viva Portugal! ¡Viva Alemania! ¡Viva y Arriba España! Y ¡Viva el Generalísimo!13

Así pues, podemos comprobar cómo estas brigadas mixtas se formaron con italianos,españoles y también con apoyo portugués. Estas brigadas se constituyeron en Badajoz,provincia en la que intervinieron activamente, al menos en el frente de la Serena. Cir-cunstancia que se demuestra por la construcción del cementerio italiano de Campillo deLlerena, localidad limítrofe con mencionado frente, en el que serían enterrados los miem-bros de la Brigada Mixta de “Flechas Azules” muertos en combate.

V. CONSTRUCCIÓN DEL CEMENTERIO

El cementerio, fue construido en 1937, en las inmediaciones de la localidad de Cam-pillo de Llerena y justo al lado de la carretera que une Llerena con Castuera, la antigua-

13 Diario HOY, lunes 15 de febrero de 1937, p. 1.

Page 150: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

149

mente conocida como carretera Castuera-Venta del Culebrín. En su realización se em-plearon, como en tantas otras edificaciones de la época, piedras, con las que se elabora-ron los cimientos y que, aproximadamente, llegan hasta la mitad del muro, y el resto fuelevantado de tapial, excepto el muro de la entrada, que presenta una estructura de ladri-llos colocados de forma romboidal enmarcados por pilares que dotan de mayor consis-tencia a la fachada, con un afán claramente decorativo (Fig.1).

Fig. 1: Fachada Principal del Cementerio Italiano

Por otra parte, podemos apreciar la estructura rectangular del cementerio en el planoprimitivo (Fig. 2), en el que además podemos observar la disposición de las primerastumbas y el monumento central a los caídos:

Fig. 2: Plano Del Cementerio Militar

Page 151: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Raúl Aguado Benítez

150

Dicho monumento tiene una estructura circular realizada con piedras y rematada conuna cruz, además de una inscripción situada a media altura en la que se refleja la siguien-te leyenda: “DEPOSITA UNA FLOR Y ELEVA UNA ORACIÓN POR LOS SOLDA-DOS ESPAÑOLES Y LEGIONARIOS ITALIANOS DE LA BRIGADA “FLECHASAZULES” QUE HEROICAMENTE CAYERON POR ESPAÑA Y POR LA CIVILIZA-CIÓN MUNDIAL. JUNIO 1937. II AÑO TRIUNFAL”.

A la derecha de dicho monumento aparecen cinco tumbas que presentan sus respecti-vas placas de identificación y, que pertenecen a cuatro italianos, el sargento Airi GiovanniDi Pietro, el Caporale Maggiore Ammirati Domenico Di Giovanni, Caporale CampusGiuseppe di Salvatore y el legionario Cariola Antono Fu Vincenzo, y al español EmilianoCaballero Perdigón. En ellas se recogen el nombre, graduación, fecha y lugar de falleci-miento así como el regimiento al que pertenecía cada difunto (Fig. 3).

Fig. 3: Cruces con placas identificativas sobre las tumbas de los soldados

Otro conjunto de tumbas son las situadas en la zona izquierda del cementerio, queaparecen más difuminadas sobre el terreno y de las que sólo una se encuentra identifica-da, la perteneciente a Luis López.

Posteriormente, a medida que se desarrollaba el conflicto y las necesidades de efec-tuar inhumaciones eran mayores, se habilitaron nuevos espacios para el enterramiento denuevos soldados sublevados. Es por ello por lo que se crearon 33 nichos situados junto almuro trasero y a la derecha del altar, construidos en ladrillo (Fig. 4), repartidos en oncefilas con tres nichos en cada una. En su mayoría carecen de lápida y sólo presentan unacruz pintada en negro. Sólo dos nichos presentan lapidas, en una aparecen las iniciales“J.G.S.” y, en la otra se recoge la siguiente inscripción: ”CARLOS CHAVERO LOZA-NO CAVO DE FALANGE DIO SU VIDA POR DIOS Y POR LA PATRIA EN LAPOSICIÓN DE LOMAS ROJAS, FRENTE DE EXTREMADURA. EL 21 DE JUNIODE 1938”.

Page 152: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

151

Figura IV: Grupo de nichos construidos con posterioridad a 1937

Otro grupo importante de enterramientos son los nueve nichos situados junto al mo-numento central construidos en cemento y ladrillo (Fig. 5). Se encuentran distribuidos entres subconjuntos de 2, 3 y 4 nichos respectivamente.

Fig. 5: Nichos Construidos con ladrillo y cemento a nivel del suelo

Por otra parte, destaca un panteón erigido justo a la derecha del altar, y destaca porque en él se sepultaron los restos de Emiliano Martín Enciso, vecino de Campillo deLlerena y Alférez Provisional, fallecido el 31 de agosto de 1938 en el Vértice de Cabe-zuela (Cabeza del Buey).

Por último, debemos mencionar la existencia de una fosa común situada junto almuro lateral derecho del cementerio, en la que posiblemente se encuentren los restos deun número indeterminado de combatientes, elevado quizá, que habrían sido enterradosjunto a su identificación metida en una botella, por si los familiares querían recuperar sus

Page 153: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Raúl Aguado Benítez

152

restos una vez concluida la contienda14 . Esta fosa habría quedado separada por un pe-queño muro del resto de tumbas que se encuentran situadas a ras del suelo. La ubicaciónde mencionada fosa se refleja en la (fig. 6):

Fig. 6: Zona donde se ubicaría la posible fosa común

Cuestión aparte es la relacionada con el mantenimiento y cuidado del recinto funera-rio. En un primer momento fue entregado a las autoridades locales para que se ocupasende dicho mantenimiento, tal y como se refleja en el siguiente texto, fechado en 1937 y,perteneciente a la Brigada de “Flechas Azules”, por el que se cedía el cementerio almunicipio:

“[...]. 1ª BRIGADA MIXTA LEGIONARIA “FLECHAS AZULES”.

E. M.

Habiendo quedado terminado el cementerio de Guerra de esta Brigada, establecido en lasproximidades de Campillo de Llerena, a la altura del Kilómetro 83 de la carretera de Culebrín aCastuera, hago entrega del mismo a ese pueblo y al Ayuntamiento de su digna presidencia, segurostodos los que componemos esta brigada, de que el Patriotismo y Religiosidad de ese pueblo, tantasveces demostrado, velarán porque este Cementerio, símbolo de nuestra Raza, sea respetado yvenerado en el transcurso de los años.

Para que ese Ayuntamiento pueda informar a los deudos de los caídos que allí yacen, tengo elgusto de remitirle croquis con distribución de sepulturas y nombres, rogándole la más cuidadosaconservación del mismo.

Dios guarde a V. Muchos años.Zafra 30 Agosto 1937.II Año Triunfal.De Orden de S.F.

EL Comandante Jefe de E.M.”15

14 Testimonio de Cándido Cortés Navarro y Pablo Sánchez, estos testimonios también nos indicaron la posibilidad deencontrar nuevas tumbas fuera del cementerio, junto al muro posterior, quizá por la colmatación de cadáveres en elinterior de la edificación.

15 Archivo Histórico Municipal de Campillo de Llerena (AHMC). Cementerio de los Italianos.

Page 154: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

153

En realidad, de lo que más se preocupó el Ayuntamiento en los años siguientes a suconstrucción fue de la reparación del lateral derecho, caído tras un temporal, lo quedenota una cierta dejadez en su cuidado, y del blanqueo y limpieza del recinto para el díade los difuntos, en el que se realizaba una ofrenda floral. Sin embargo, no se hace refe-rencia a ninguna otra actuación para el resto del año, lo que puede darnos una idea delabandono del que fue objeto por las autoridades locales y militares, y cuyas consecuen-cias siguen siendo visibles hoy día, pues sigue sumido en el más absoluto abandonoinstitucional.

VI. ENTERRAMIENTOS DE SOLDADOS

De las inscripciones detalladas en su momento podemos lograr un importante listadode los soldados aquí enterrados; hemos escogido los soldados sepultados durante 1937para poder comprobar la existencia de italianos entre los difuntos, así tenemos:

TABLA I: SOLDADOS FALLECIDOS EN SIERRA LÁZARO Y AMERICANOS

NOMBRE GRADUACIÓN NOMBRE GRADUACIÓN

Guglielmo Ritralisa Teniente Manuel Canoza González Soldado

Fernando Orny Teniente José Campos Bora Soldado

Bartolo Dattola Teniente Santos Rodríguez Soldado

Giovanni Airi Sargento Julián Zuñiga Soldado

Emilio Tulú Sargento Rufino Almedo Soldado

Giuseppe Campa Caporale Maggiore Andrés Gutiérrez Soldado

Dommenico Anmirati Caporale Maggiore José Arveda Soldado

Ugo Cittarino Caporale Macario Peña Arce Soldado

Adriano Martínez Cabo Miguel Jámez Soldado

José Alba Lobato Cabo Nicolás Cubillo Soldado

Elías Ramos Malceñido Soldado Blas Galán Soldado

Quintín Regulo Prieto Soldado Florencio Reinado Soldado

Antonio Franco Soldado Andrés Baraza Soldado

Ubaldo Jiménez Soldado Cesáreo Arce Soldado

Marcos González Mateo Soldado Sante Delioti Soldado

Miguel Mesnugo Ramos Soldado Enrique Salaz Gómez Soldado

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

Page 155: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Raúl Aguado Benítez

154

Así, podemos comprobar la enorme cantidad de soldados aquí sepultados en un pri-mer momento. En su mayor parte, eran españoles, casi todos pertenecientes a la tropa,mientras los italianos eran en su mayoría oficiales y suboficiales, clara muestra de lacomposición de estas brigadas mixtas.

Entre 1938 y 1939 fueron enterrados en este cementerio militar 218 soldados, 11cabos, 16 sargentos, 4 tenientes, 14 alféreces y 2 capitanes16 , españoles en su totalidad.Todo ello nos da una idea del enorme movimiento que conoció el cementerio y, además,habría que sumar las inhumaciones de la fosa común que, según los testimonios recogi-dos, no habrían sido inscritas17 . Con todo, tenemos registradas un total de 339inhumaciones, pero la interrogante que se nos abre es ¿continúan los cuerpos enterradosen el cementerio?

La documentación disponible presenta contradicciones. Así, no coincide el número

16 Íbidem.17 Testimonio de Cándido Cortés Navarro y Pablo Sánchez .

Anastasia Della Corte Soldado Cesáreo Cejudo Soldado

Agustín Cipriano Soldado Miguel Litebano Soldado

Eduardo Sánchez Basruro Soldado Eusebio Badillo Soldado

Francesco Simela Soldado José Chamizo Soldado

Benito Núñez Soldado Miguel Cubillo Soldado

Angel Narcira Soldado Pedro Fernández Soldado

Enrique Vázquez Gómez Soldado José López Granijo Soldado

Massimino Silva Iglesias Soldado José Garmen Díaz Soldado

Juan Rocha Moslan Soldado Luis López Soldado

Eduvino Millán Torres Soldado Severino Cañal Soldado

Antonio Casida Soldado Víctor Ruso Soldado

Juan Eccira Soldado Julián Verga García Soldado

Manuel Andrada Bassoi Soldado Santos Andrés Asensio Soldado

Miguel Bernal Vega Soldado José Nonca Soldado

José Arnedo Soldado Emilio Caballero Soldado

Manuel Bergantiño Soldado Pedro Márquez Naya Soldado

Cecilio Martínez Soldado 2 desconocidos Soldados

Francisco María Clebes Soldado 4 desconocidos Soldados

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

_____________________________________________________________________________________________________________________________

Page 156: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

155

de enterrados según se consulte el croquis militar o el listado eclesiástico de los sepelioscelebrados, y algunos nombres que aparecen en un listado no lo hacen en el otro y viceversa:

“[...] En cumplimiento a su atento oficio, s/Refª. Secc. 2ª, nº2, asunto: s/ existencia de tumbasy lápidas de Militares italianos caídos en la Guerra de Liberación, en éste término municipal defecha de 25 del pasado noviembre, tengo el honor de informar a V. E. lo siguiente:

1º.- Que, en ésta localidad fue construido un Cementerio Militar por la 1ª BRIGADA MIXTALEGIONARIA “FLECHAS AZULES” en el mes de junio del año 1937, y entregado a éste Ayun-tamiento el 30 de agosto del mismo año, según el oficio y croquis de los que se adjuntan copias.

Este cementerio no fue destinado exclusivamente para enterramiento de italianos, ya que en elmismo fueron inhumados los caidos de Nuestro Glorioso Ejército en operaciones del frente deéste pueblo y cercanos al mismo.

2º.- Que, según la relación que en su día, fue facilitada aéste Ayuntamiento por el Sr. CuraPárroco de esta villa, formada con los datos que recibió del Sr. Capellán italiano de la División“Flechas Azules” y del Sr. Capellán del Hospital Militar que existió en esta plaza, que dieronsepultura a los mismos, el número y procedencia de los enterrados en mencionado cementeriomilitar son los siguientes:

OPERACIONES DEL MES DE JUNIO DE 1937, EN SIERRA LAZARO Y AMERICANOS:

2 Tenientes, 2 Sargentos, 2 Cabos y 45 Soldados. De éstos eran italianos solamente 9: LosTenientes D. Fernando Orny y D. Barttolo Dattola, los sargentos D. Emilio Tulú Y D. GiovaniAiri, los Cap. Magg. (Caporales Mayores) Cabos D. Giusepe Campa y D. Domingo Anmaicati ysoldados Santi Dellioti, Victor Russo Y Gallo Ugo.

En La citada relación y bajo los números 50-51 figura la expresión “DOS SOLDATE IGNOTE”.

Los restos de los nueve anteriormente prenombrados enterrados en las sepulturas que se deta-llan en la Copia del Croquis, y que según los datos que traia el sargento que mandaba el Pelotónencargado de efectuarlo, por orden del Servicio de recuperación de los mismos, fueron exhumadosel 18 de marzo de 1941 y trasladados al Mausoleo erigido en Zaragoza.

El resto de los enterrados eran españoles, así como los inhumados posteriormente, caídos enlas siguientes operaciones:

ATAQUE A LA SIERRA DE LOS ARGALLENES EL DIA 11 DE FEBRERO DE 1938: 1Capitán, 3 alfereces, 2 sargentos, 1 cabo y 22 soldados.

CONTRATAQUE ROJO DEL DIA 16 DE FEBRERO DE 1938: 1 Capitan, 1 teniente, 6alfereces, 3 cabos y 30 soldados.

OPERACIONES INICIADAS EL DIA 18 DE JUNIO DE 1938: 1 Teniente, 4 alfereces, 7sargentos, 2 cabos y 88 soldados.

OPERACONES EN EL SECTOR DE PERALEDA DEL ZAUCEJO EN 15 DE ENERO DE1939: 2 Tenientes, 6 sargentos, 5 cabos y 58 soldados”.18

Con ello, vemos cómo las cifras aportadas por el anterior documento son sensible-mente más bajas que las aportadas por el registro del párroco de la localidad. Además,nos encontramos con que, según la documentación, los restos de los soldados italianosfueron trasladados al Osario de San Antonio de Padua en Zaragoza y, sin embargo, con-tinúan en el cementerio varias placas de militares italianos, colocadas sobre tumbas, con

18 AHMC. Cementerio de los Italianos.

Page 157: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Raúl Aguado Benítez

156

lo que si eso es así cabría hacerse la Pregunta: ¿quiénes están en esas tumbas?, ¿por quécontinúan aquí esas placas? Son un conjunto de interrogantes que, en nuestra modestaopinión sólo se solucionarían con una excavación rigurosa y una exhumación de cadáve-res. Pero también nos interrogamos por los restos de los soldados españoles, que según lamisma documentación habrían sido trasladados a sus lugares de origen, pero, sin embar-go, si se observa atentamente se aprecian la existencia de tumbas intactas y en algunosnichos pueden observarse los esqueletos de varios soldados. Aparte de la gran interro-gante que se abre ante la posibilidad de la existencia de una enorme fosa común en elinterior del propio cementerio.

VII. CONCLUSIÓN

Tras el análisis de la aportación italiana al bando franquista y el control sublevado dela localidad de Campillo de Llerena, nos hemos centrado en la construcción del cemen-terio y las distintas edificaciones que experimentó en su interior, especialmente en losaños 1938 y 1939.

Presenta una estructura rectangular, en la que se utilizaron piedras para la construc-ción de los cimientos y el muro hasta media altura, siendo el resto levantado de tapial, enel que se emplearía barro con piedra y paja, recubierto todo ello por una capa de cal parablanquear la construcción.

Un punto importante es el de los enterramientos de soldados, tanto italianos comoespañoles. Así como la posible permanencia de restos en el cementerio. Algo que, si bienla documentación descarta de antemano, nos encontramos con nombres de soldados que,según esa misma documentación, habrían sido enterrados pero no exhumados en 1941.Es el caso del teniente Guglielmo Ritralis, el caporale Ugo Cittarino o, los soldadosFrancesco Simela y Anastasio Della Corte.

Teniendo en cuenta lo anteriormente descrito, junto a la permanencia de placasidentificativas en el cementerio, viene provocando una cierta polémica la existencia o no deitalianos sepultados en él, alimentadas por las protestas de la embajada italiana por la perma-nencia de carteles indicativos sobre la existencia y nombre que recibe dicha edificación.

Ante ello podríamos aventurar que, si bien hubo un cierto número de italianos trasla-dados a Zaragoza, especialmente quienes se encuentran relacionados en el plano delcementerio, hubo otros que siempre habrían permanecido en Campillo, y de los que no setiene constancia de que fuesen trasladados a Zaragoza.

En el caso de los españoles sucede algo parecido; según la documentación, muchoshabrían sido trasladados a sus lugares de origen; sin embargo, gran número de tumbaspermanecen intactas. Incluso, en algunos nichos pueden contemplarse la existencia derestos de soldados. Como quiera que sea, se trata de una polémica que únicamente secerraría con una excavación y un análisis exhaustivo de los restos, para saber si sonespañoles o italianos y, tratar de identificarlos.

Page 158: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

157

FUENTES

Actas de Sesiones de la Comisión Gestora del Ayuntamiento de Campillo de Llerena,1936-1945

Diario HOYArchivo Histórico Municipal de Campillo. Caja de documentos pertenecientes al Ce-

menterio Militar de los ItalianosTestimonios Orales

BIBLIOGRAFÍA

ABRIL RAMOS, A. “Huellas históricas de dolor”, en El Ancla. Revista Informativa dela Asociación de Vecinos de Santa Marina. Nueva Época, 12, Badajoz, junio de1996.

BENET, J. Qué fue la Guerra Civil, Barcelona, La Gaya Ciencia, 1976.CHAVES PALACIOS, J. La Guerra Civil en Extremadura. Operaciones militares (1936-

1939), Badajoz, Editora Regional, 2ª ed., 1997.La represión en la provincia de Cáceres durante la Guerra Civil (1936-1939),Cáceres, Universidad de Extremadura, 1995.

CONCOSTRINA, N. y POZO, J. “Cementerio de los Italianos de Campillo de Llerena”,Revista Adiós, 31.

ELORDI, C. Los años difíciles. El testimonio de los protagonistas de la Guerra Civil yla posguerra, Madrid, Aguilar, 3ª ed., 2002.

ESPINOSA, F. La Columna de la Muerte. El avance del ejército franquista, Barcelona,Crítica, 2003.

GARCÍA PÉREZ, J. “La Guerra Civil en Extremadura”, en VV. AA. Historia deExtremadura, Badajoz, Diario HOY, t. II, 1997.

GUTIÉRREZ CASALÁ, J.L. Colonias penitenciarias militarizadas de Montijo. Repre-sión franquista en la comarca de Mérida, Badajoz, Editora Regional, 2003.La Guerra Civil en la provincia de Badajoz: Represión republicano-franquista,Badajoz, Universitas Editorial, 2003.

MARTÍN RUBIO, A.D. La Represión roja en Badajoz. Colección Textos HistóricosT.A.R.F.E.

MUÑIZ CÁRDENAS, M. Al cielo por el martirio. Martirologio Pacense.SILVA, E. y MACÍAS, S. Las Fosas de Franco. Los Republicanos Que el Dictador

Dejó en las Cunetas, Madrid, Temas de Hoy, 2003.TUSELL, J. “La crisis de los Años Treinta”, en TUSELL, J. Historia de España, vol. VI:

Siglo XX, Madrid, Historia 16, 1994.VILA IZQUIERDO, J. Extremadura: La Guerra Civil, Badajoz, Universitas Editorial, 1984.

Page 159: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Raúl Aguado Benítez

158

PÁGINAS WEBS CONSULTADAS

http://www.Cascos colección.com/espana/es33.htmhttp:geocities.com/afterthe battle/spain.htmhttp://www. guerracivil1936.galeón.com/ejnac2.htmhttp://www.personal.menta.net/stonewall/docs/gc/gc3.pdf

Page 160: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004

Pgs. 159 a 172ISBN: 84-609-4105-1

APORTACIONES A LA INVESTIGACIÓN SOBRE LAGUERRA CIVIL EN EXTREMADURA.

AMOR EN TIEMPOS DE GUERRA

José Ángel Calero Carretero

IES Santiago ApóstolOrtega Muñoz, 30

06200 AlmendralejoBadajoz

[email protected]

Juan Diego Carmona Barrero

Estudio de ArquitecturaPlaza de la Iglesia, 4 1º-A

06200 AlmendralejoBadajoz

[email protected]

Page 161: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

160

Page 162: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

161

APORTACIONES A LA INVESTIGACION SOBRE LA GUERRA CIVILEN EXTREMADURA.

AMOR EN TIEMPOS DE GUERRA

José Ángel Calero CarreteroJuan Diego Carmona Barrero

RESUMEN

El hallazgo entre papeles familiares de uno de nosotros (JDCB)de una serie de sobres franqueados entre el 20 de noviembre de 1936y el 5 de septiembre de 1939 nos mueve a presentar esta comunica-ción a las V Jornadas de Historia en Llerena que, en esta edición,dedican a la guerra civil en Extremadura una de sus sesiones cientí-ficas. Es nuestra intención en esta comunicación presentar el con-junto de documentos, describirlos y situarlos en su contexto humanopara que los especialistas en el tema puedan utilizarlos. Entendemosque por nuestra formación y actividad investigadora, bastante aleja-da de la contienda civil, los documentos que presentamos pueden serutilizados por los especialistas con mayor rigor que por nosotrosque, a lo sumo, los aportamos por ser testimonio de primera mano yde un protagonista que conocemos de forma cercana. Los documen-tos pueden ofrecer una visión intimista –de ahí el subtítulo de nues-tra modesta aportación- y al tiempo un acercamiento a la vida coti-diana de la época y que posibilite su reconstrucción.

NEW CONTRIBUTIONS TO THE INVESTIGATION ABOUT THECIVIL WAR IN EXTREMADURA. LOVE IN TIMES OF WAR

The finding, among familiar papers belonging to one of us (JDCB),of a series of envelopes stamped between November 20, 1936 andSeptember 5, 1939 led us to present the following article in the VJornadas de Historia en Llerena, which, in this edition, have dedi-cated one of their scientific sessions to the civil war in Extremadura.It is our intention in this communication to show the group of docu-ments, to describe them and place them in their human context sothat they can be of use to the specialists in the subject. We understandthat due to our formation and investigating activity, quite distancedfrom the civil war, the documents that we present can be used by thespecialists with a greater precision than by us, and therefore we pro-vide them for being a first hand testimony and belonging to a pro-tagonist whom we closely know. These documents can show an intimist

Page 163: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

José Ángel Calero Carretero y Juan Diego Carmona Barrero

162

view -hence the subtitle in our modest contribution- and also a closerlook to everyday life at that time, making possible its reconstruction.

La investigación sobre la guerra civil española y más concretamente en Extremadura,ha vivido a partir de la década de los noventa un periodo de auge1 gracias a la utilizaciónde nuevas fuentes documentales procedentes del Gobierno Civil, del Archivo HistóricoNacional y de la Prisión Provincial de Cáceres. Con esta documentación se superan laslagunas anteriores propiciadas, en gran medida, por el exilio de importantes historiadoresde tendencia liberal2 y la actitud poco colaboracionista de los poderes oficiales franquistasque, si bien favorecieron la propaganda justificativa de la represión nacionalista3 , nofueron nada generosos con los datos que, de boca en boca principalmente, se ibandifundiendo por quienes habían sufrido la represión.

A partir de la conmemoración del cincuenta aniversario de la contienda en 1986, lainvestigación va a recibir un importante impulso con la publicación de trabajos de síntesisde las investigaciones publicadas4 y planteando las líneas de trabajo que deberían sertenidas en cuenta a la luz de la nueva situación5 . Con este planteamiento se produce,como se ha mencionado antes, un relanzamiento de las investigaciones sobre la guerracivil ahondando en el tema de la represión como objetivo principal y que ha ofrecidodiferentes y variados frutos, sin olvidar la carga ideológica añadida que, indiscutiblemente,presentan algunas de estas nuevas producciones6 . Sea como fuere, es necesario señalarel papel que la Universidad de Extremadura ha jugado en esta nueva andadura y así, alsocaire de su tutela, se han publicado obras referidas, entre otros lugares, a Cáceres7 , LaSerena8 , la provincia de Badajoz9 o la comarca de Guareña10 . Por nuestra partepretendemos contribuir al estudio de la vida cotidiana fundamentalmente11 , otra pretensiónse escapa a nuestras posibilidades e intenciones.

Después de esta breve introducción a propósito de las fuentes documentales,analizaremos las circunstancias de la toma de Alange, residencia de nuestros protagonistas.La toma de Alange por parte de las fuerzas sublevadas se organiza como una de lasoperaciones previas a la toma de posiciones para la conquista de Mérida. El 11 de agostode 1936, a primeras horas de la mañana, los municipios de Alange y Zarza de Alange seocupan tras vencer algunos focos de resistencia. La IV Bandera del Teniente Coronel

1 CHAVES PALACIO, J. “Historiografía sobre la guerra civil 1936-1939: Extremadura”, Historia Actual On-line, II, 4, 2004.2 BALCELLS, J.M. y PÉREZ BOWIE, J.A. El exilio cultural de la Guerra Civil (1936-1939), Salamanca, 2001.3 CALLEJA, J.J. Yagüe, un corazón al rojo, Barcelona, 1963.4 SÁNCHEZ MARROYO, F. y GARCÍA PÉREZ, J. La Guerra Civil en Extremadura 1936-1939, Badajoz, 1986.5 SÁNCHEZ MARROYO, F. “La Guerra Civil en Extremadura. Estado de la Cuestión”, Investigaciones Históricas, IX,

1989, pp. 139-160.6 Aun cuando se publicó antes, este es el caso de J. VILA IZQUIERDO, Extremadura: La Guerra Civil, Badajoz, 1983.7 CHAVES PALACIO, J. La represión en la provincia de Cáceres durante la Guerra Civil de 1936-1939, Cáceres, 1995.8 GALLARDO MORENO, J. La Guerra Civil en la Serena, Badajoz, 1994.9 GUTIÉRREZ CASALÁ, J.L. La represión en la provincia de Badajoz durante la Guerra Civil, Badajoz, 2003.

10 MARTÍN RUBIO, A.D. “La Guerra Civil en la comarca de Guareña”, Revista de Estudios Extremeños, LI-III, 1995, pp.793-810.

11 ABELLÁ, R. La vida cotidiana durante la Guerra Civil, Barcelona, 1973-1975.

Page 164: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

163

Asensio, mandada por el Comandante Vierna, intenta tomar posiciones en las proximidadesde Alange, pasando el vado que unía La Zarza con Don Álvaro, pero el alto nivel delcauce y la resistencia republicana,12 o los dos bombardeos que declaraba haber sufridoAsensio13 , hacen que el contingente retroceda hacia la retaguardia y se vuelva a incorporaral frente, esta vez por la carretera nacional.

La población permanecerá en una situación inestable, quedando el 19 de agosto de1936 otra vez en manos del poder gubernamental tras una ofensiva miliciana al mandodel comunista Martínez Cartón14 .

El 13 de septiembre de 1936 Alange es ocupado por una columna de nacionales almando del Comandante Cañizares, quedando definitivamente incorporado a la Españadel Alzamiento.

En este Alange rural y sobradamente conocido por sus termas romanas, nacía JoséBarrero Gil el día 18 de agosto de 191615 en el seno de una familia de ocho hermanos. Supadre, José Barrero Barragán, ejercía funciones de guarda en una finca cercana a lapoblación, perteneciente a la familia Soria-Rengifo de Villafranca de los Barros. Su madre,Manuela Gil Montero, dedicaba su vida a las tareas domesticas. La dependencia directade los terratenientes, como guarda de finca, al igual que su padre, sería uno de los factoresque influiría en la mentalidad político social del individuo. Siendo digno de mención elhecho de que otros hermanos, cuya profesión se estableció en niveles inferiores delescalafón social, mostraran ideas más liberales y opuestas a las del personaje que nosocupa. Sin duda, las convicciones políticas se reforzaron a raíz de las ocupaciones defincas por los yunteros en Alange en 193616 . En ellas pudo observar cómo afectabanestas revueltas a los que ejercían el trabajo de guardería en los Campos de Alange.

Floriana Cerrato Gordo, hija de Juan Cerrato Romero y Piedad Gordo Hernández,nació el año de 1918 en Talavera la Real (Badajoz), aunque toda la familia era de Alange.El nacimiento en Talavera ocurre por circunstancias coyunturales, pues pasado un tiempovolverán a su pueblo de origen. Floriana fue una joven de carácter y fuertes conviccionespolíticas, atreviéndose incluso a plantar cara a las provocaciones de algunos vecinos decontrario signo político en fechas previas al conflicto17 .

13 ESPINOSA MAESTRE, F. La columna de la muerte. El avance del ejercito franquista de Sevilla a Badajoz, Barcelo-na, 2003, p. 47.

14 CHAVES PALACIO, J. La Guerra Civil en Extremadura…, p. 81.15 Archivo Municipal de Alange (AMA), Registro Civil, libros de nacimientos, t. 34, f. 50.16 CADJIDE LABRADOR, J.J. Extremadura: Historias de la Utopia, Badajoz, 1996, p. 124.17 Entre otras anécdotas, todavía se recuerda por parte de algunos vecinos del pueblo aquella vez en la que salió a

pasear con otras dos amigas vistiendo prendas con los colores de la bandera del alzamiento, colocándose las tresde manera que formaban la señera bicolor (rojo-amarillo-rojo).

Page 165: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

José Ángel Calero Carretero y Juan Diego Carmona Barrero

164

Fig. 1: Árbol genealógico de Floriana Cerrato Gordo

La documentación a partir de la que se elabora esta comunicación es un conjunto deciento setenta cartas18 remitidas por José Barrero a Floriana Cerrato entre el 20 denoviembre de 1936 y el 5 de octubre de 1939. Los sobres presentan, entre otras, laparticularidad de que la destinataria se preocupó de completar con la fecha y lugar desdedonde se habían remitido. Además de los sobres, el contenido se muestra, a vecesinteresante, revelándonos curiosidades y anécdotas propias del correo de carácter privado.Los formatos, las tintas con las que se escriben y las formas de los sellos van sufriendovariaciones a medida que avanza la contienda. Algunos ejemplares son interesantes desdeel punto de vista filatélico, ya que se trata de sobres-carta en cuya cara exterior se imprimenfotografías e imágenes propias del régimen y en el interior se redacta la carta.

La mayoría de los sobres se han conservado sin el contenido interior, circunstanciasfamiliares propiciaron la destrucción de casi todas las misivas. Aquellas que se hanconservado nos proporcionan datos de la vida en el frente además de los mensajes propiosde una pareja de enamorados.

18 Archivo Particular J.D. Carmona Barrero (APCB), Guerra Civil, correspondencia.

Page 166: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

165

La relación de sobres con remite y fecha es la siguiente:

AÑO FECHA REMITE DE LAS CARTAS1936 20/11/36 Oliva, pueblo

28/11/36 Oliva, pueblo28/12/36 Oliva, pueblo

1937 23/07/37 Don Álvaro, pueblo28/08/37 Don Álvaro, pueblo01/09/37 Santa Amalia, sierra cortijo03/09/37 Santa Amalia, sierra cortijo07/09/37 Santa Amalia, sierra cortijo16/09/37 Santa Amalia, sierra del frente22/09/37 Santa Amalia, sierra del frente28/09/37 Santa Amalia, sierra del frente01/10/37 Santa Amalia, sierra del frente05/10/37 Santa Amalia, sierra del frente09/10/37 Santa Amalia, sierra del frente14/10/37 Santa Amalia, sierra del frente15/10/37 Santa Amalia, sierra del frente23/10/37 Santa Amalia, sierra del frente25/10/37 Santa Amalia, sierra del frente03/11/37 Santa Amalia, pueblo05/11/37 Santa Amalia, pueblo08/11/37 Santa Amalia, pueblo10/11/37 Santa Amalia, pueblo12/11/37 Santa Amalia, pueblo13/11/37 Santa Amalia, pueblo14/11/37 Santa Amalia, pueblo18/11/37 Santa Amalia, pueblo24/11/37 Santa Amalia, pueblo28/11/37 Santa Amalia, pueblo30/11/37 Santa Amalia, pueblo05/12/37 Santa Amalia, cortijo Ramblazo09/12/37 Santa Amalia, cortijo14/12/37 Oliva, pueblo

__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Page 167: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

José Ángel Calero Carretero y Juan Diego Carmona Barrero

166

1937 17/12/37 Santa Amalia, cortijo Ramblazo28/12/37 Santa Amalia, cortijo Ramblazo30/12/37 Santa Amalia, cortijo Ramblazo

1938 08/01/38 Santa Amalia, pueblo29/01/38 Santa Amalia, pueblo15/03/38 Santa Amalia, pueblo18/03/38 Santa Amalia, pueblo20/03/38 Santa Amalia, pueblo05/04/38 Santa Amalia, pueblo07/04/38 Santa Amalia, pueblo11/04/38 Santa Amalia, pueblo15/04/38 Santa Amalia, pueblo16/04/38 Santa Amalia, pueblo20/04/38 Santa Amalia, pueblo23/04/38 Santa Amalia, pueblo24/04/38 Santa Amalia, pueblo28/04/38 Sierra frente a Santa Amalia30/04/38 Sierra frente a Santa Amalia04/05/38 Sierra frente a Santa Amalia17/05/38 Sierra frente a Santa Amalia18/05/38 Sierra frente a Santa Amalia04/06/38 Campo de combate (Santa Amalia)06/06/38 Campo de combate (Santa Amalia)22/06/38 Villagonzalo, pueblo23/06/38 Villagonzalo, pueblo25/06/38 Santa Amalia, pueblo26/06/38 Santa Amalia, pueblo10/07/38 Sierra frente a Santa Amalia23/09/38 Contra-ataque, Frente de Córdoba01/10/38 Contra-ataque, Frente de Córdoba (Belmez)10/10/38 Frente de Córdoba20/10/38 Frente de Córdoba27/10/38 Villanueva del Rey (Córdoba)07/11/38 Villanueva del Rey (Córdoba)09/11/38 Villanueva del Rey (Córdoba)23/11/38 Villanueva del Rey (Córdoba)

__________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Page 168: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

167

1938 08/12/38 Villanueva del Rey (Córdoba)31/12/38 Baena, pueblo

1939 02/01/39 Baena, pueblo18/01/39 Frente de Córdoba (Peñarroya)19/01/39 Frente de Córdoba (Peñarroya)26/01/39 Frente de Córdoba (Peñarroya)27/01/39 Frente de Córdoba (Peñarroya)12/02/39 Frente de Extremadura (Cabeza del Buey)16/03/39 Frente de Extremadura02/07/39 Granjuela (Córdoba)14/07/39 Chiva (Valencia)18/07/39 Chiva (Valencia)20/07/39 Chiva (Valencia)23/07/39 Chiva (Valencia)05/09/39 Requena (Valencia)

El conjunto de cartas permite hacer una reconstrucción de los desplazamientosrealizados por José Barrero durante la contienda. La correspondencia entre José y Florianacomienza el 20 de noviembre de 1936, remitiéndose esta primera carta desde Oliva deMérida (Badajoz). Desde finales de septiembre, José Barrero se había incorporado a la2ª Bandera de Falange Española y Tradicionalista de la que formaba parte. En su carteramilitar19 se referenciaba este hecho “Ingresó el día 22 de septiembre de 1936 en la 1ª

_____________________________________________________________________________________________________________________________

____________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________________

Centuria de esta Bandera”, desde este destino se remitirían seis cartas más, teniendo laúltima fecha de 21 de abril de 1937.

Durante los primeros meses de 1937, el falangista José Barrero realizó funciones devigilancia en las poblaciones de Oliva de Mérida, Villagonzalo, Cristina y Valdetorresquedando registrado en su cartera militar: “Desde las fechas de su ingreso hasta el 24 dejulio de 1938, guarneciendo los pueblos entonces de primera línea de Oliva de Mérida,Villagonzalo y Valdetorres, ...”

En el segundo semestre del mismo año adelantó posiciones hasta Santa Amalia, desdedonde comenzó a escribir el 1 de septiembre de 1937, ya formando parte de la PlanaMayor, a la que se incorporó con la graduación de cabo. En estas fechas son destacablesalgunas operaciones protagonizadas por efectivos del Ejercito Sur ocupando la Sierra deEnfrente, lugar estratégico y fortificado próximo a Medellín20 . Este destino será el lugarde origen de las misivas enviadas desde 16 de septiembre hasta el 25 de octubre de 1937.

19 APCB, Guerra Civil, Documentos varios, Cartera militar.20 CHAVES PALACIO, J. La Guerra Civil en Extremadura…, p. 209.

Page 169: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

José Ángel Calero Carretero y Juan Diego Carmona Barrero

168

De esta etapa conocemos la composición de la 2ª Bandera destinada a transmisionesgracias a un documento21 en el que se relacionan los individuos que la formaban asícomo sus funciones. La transcripción del documento manuscrito es la siguiente:

Falange Tradicionalista y de las J.O.N.S.2ª Bon. Bandera Sección de TransmisionesRelación de individuos que tiene la expresadaSargento: D. Antonio Medina ClauzCabo: José Barrero Gil

Juan Bautista ThomasFalangistas: Francisco Trinidad Lozano

Manuel Merino Rebolledo (Biosca)Pedro Izquierdo Duarte (E. Comandancia)Eduardo Noriego GallegoLeocadio Duque Ventura (Biosca)José Balsera Domínguez (..... Banderas)Manuel Alonso DomínguezDamián Cortes Martínez (Correo Regto. . Banderas)Juan Mariscal MatadorFrancisco ParraTelesforo Castillo DieguezLaureano Sánchez Vicandi (E. División)Juan Pérez Pereira (Ete. Divi.)Pablo Monroy Díaz (Ete. Divi.)Pedro Molano Gómez (Ete. Divi.)Ángel Núñez Lobo (Enlace Coronel)Juan Sánchez Benito (Telefono)Rafael Pacheco Giles (Enlace Coronel)

Suman: Sargentos 1Cabos 2Ftas. 18Total 21

Durante el resto del año 1937, las cartas se remitieron desde la población de SantaAmalia hasta el mes de noviembre, y desde el cortijo El Ramblazo en el mes de diciembre,a excepción de alguna enviada desde Oliva de Mérida con motivo de algún permiso.

Los cuatro primeros meses de 1938 continuaron remitiéndose las cartas desde lapoblación de Santa Amalia, hasta que a finales de abril volvió a desplazarse a la sierra deEnfrente. El Ejercito Sur plantea por estas fechas el cierre de la Bolsa de la Serena conacciones ofensivas en las líneas de Córdoba, Badajoz y Cáceres22 . Las cartas aparecenmarcadas con las notas “Sierra frente a Santa Amalia” hasta el 18 de mayo de 1938; a

22 CHAVES PALACIO, J. La Guerra Civil en Extremadura…, p. 219.21 APCB, Guerra Civil, Documentos varios, lista 2ª Bandera Falange.

Page 170: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

169

partir de la siguiente misiva, que tiene fecha de 4 de junio, las líneas manuscritas de lossobres indican “Campo de combate Santa Amalia”, añadiéndose en el sobre del día 4 dejunio el siguiente texto: “Atacando los rojos desde el 29 de mayo hasta el 6 de junio”.Lógicamente, estas notas en los sobres están escritas por la destinataria con el fin deidentificar las diferentes cartas. La cartera militar vuelve a mencionar los hechos: “El 25de julio de 1938 tomó parte en la limpieza de la bolsa de la Serena, continuando en ella(Sector del Zújar) nuevamente de guarnición hasta el día 4 de septiembre de 1938”.

Tras unos días de descanso en Villagonzalo, desde donde se remitieron dos cartas, el25 de junio de 1938 volvió a escribir desde Santa Amalia, y desde la sierra de Enfrenteen el mes de julio. Carecemos de correspondencia durante el mes de agosto, y la siguientecarta fue remitida desde el Frente de Córdoba con fecha de 23 de septiembre de 1938apareciendo la palabra “contra-ataque” escrita junto a la fecha. Entendemos que duranteese mes no se tienen cartas, ya que José forma parte del grupo de soldados movilizadosen las operaciones del cierre de la Bolsa de la Serena, siendo después desplazado alFrente de Córdoba23 . En una de las cartas José reclama una fotografía de ella, y ésta sela envía con una dedicatoria (Fig. 2).

Los últimos meses de 1938 y el primero de 1939 las cartas proceden de Villanueva delRey, Baena y Peñarroya, destinos a los que se desplazó y que reflejan su cartera militar:

“El 25 de este mes, tomó parte en la defensa de las posiciones que guarnecía en el frente dePeñarroya (Sector de Belmez) rechazando los violentos ataques que durante cuatro días consecu-tivos desencadeno el enemigo. El 22 de enero del corriente año tomó parte en las operacionesrealizadas en el Sector de Peñarroya que dieron por resultado la rotura del frente enemigo porLomas Radio y conquistas de Sierra Calera ¿………?. Y Mano de Hierro así como en los contra-ataques que el enemigo llevo a cabo en las citadas posiciones”.

El avance del ejército sublevado le devolvió a la provincia desde donde escribirá,remitiendo desde Cabeza del Buey hasta el final de la contienda: “...Pasando el 9 defebrero a guarnecer otras del sector de Cabeza del Buey, donde permaneció hasta el día28 del mismo mes y año actual, que pasa a los pueblos de Cabeza del Buey y otros.Después tendrá que cumplir el servicio militar, siendo destinado a Chiva, Requena yGandia (Valencia) donde se licenciará el 5 de octubre de 1939 (Fig. 3).

Durante los tres duros años de guerra, la relación de noviazgo se mantuvo medianteuna continuada correspondencia. Después, la separación de José y Floriana se prolongaríaen el tiempo -la guerra había terminado el primero de abril- hasta octubre de 1939. Trasfinalizar el servicio militar en Gandía (Valencia) y antes de volver, José buscó, durantevarios meses y recorriendo varios campos de concentración, a su hermano Fernando, alque el conflicto le sorprendió haciendo el servicio militar en Madrid, teniendo que combatiren el bando republicano.

Al regreso hubo que hacer frente al periodo mas cruel de la guerra, la posguerra,teniendo que posponer la fecha de boda con Floriana hasta el año 1943, en el que el día5 de mayo contrajeron matrimonio en la Iglesia de Ntra. Sra. de los Milagros de Alange.

23 Íbidem.

Page 171: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

José Ángel Calero Carretero y Juan Diego Carmona Barrero

170

La vida del matrimonio transcurriría con normalidad hasta la llegada de una niña el 8de septiembre de 1944, que seria bautizada con el nombre de Manuela de la Nieves. Peroel destino es a veces cruel, tanto o más que una guerra, y cinco meses después José yFloriana volvían a separarse, aunque esta vez para siempre. Floriana, a la edad de 27años, fallecía el 20 de febrero de 1944 victima de una pulmonía doble24 .

En conclusión, las cartas conservadas presentan algunas peculiaridades dignas dedestacar. Es normal encontrar en ellas el inicio del texto con un “Querida hermana”,pensamos que la expresión era un recurso para evitar que la censura, presente en todomomento en el correo del bando nacional, llevase a cabo una lectura completa de lamisma. En ocasiones se intercalan en los textos varias líneas en código Morse, algonormal teniendo en cuenta que se trata de un cabo de transmisiones.

De un estudio más pormenorizado de los textos y de los sobres (Figs. 4 y 5), pensamosque se podrían concluir más datos para conocer la vida en el frente. Fuera del ámbitopersonal, esta colección de cartas supone un interesante conjunto desde el que se puedenanalizar diversos aspectos del periodo de la Guerra Civil, desde los puramente filatélicos,con el interés que puedan suscitar los distintos tipos de sobres y matasellos, hasta elanálisis desde un punto de vista estratégico-militar en el que se puede obtener el registrode movimientos de una determinada bandera.

24 AMA, Registro Civil, libros de defunciones, t. 33, f. 50.

Page 172: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

171

Fig. 2: Foto de Floriana Cerrato con dedicatoria en el reverso:“Dedico esta foto con todo el cariño de mi corazón para mi José. Alange 21-8-38” (Foto APCB)

Fig. 3: Carné de falangista de José Barrero tras licenciarse en 1939 (Foto APCB)

Page 173: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

José Ángel Calero Carretero y Juan Diego Carmona Barrero

172

Fig. 4: Sobre, anverso (Foto APCB)

Fig. 5: Sobre (reverso).Nótense los comentarios sobre origen y fecha escritos por la destinataria (Foto APCB)

Page 174: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004

Pgs. 173 a 183ISBN: 84-609-4105-1

EL VUELO DE LA PLUMA(BREVE MEDITACIÓN SOBRE OTRA ESPAÑA)

Manuel Martín Burgueño

IES Fernando RobinaAv. Ancha de Sevilla, s/n

06900 Llerena(Badajoz)

[email protected]

Page 175: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

174

Page 176: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

175

EL VUELO DE LA PLUMA(BREVE MEDITACIÓN SOBRE OTRA ESPAÑA)

Manuel Martín Burgueño

RESUMEN

Es terminología aún usada la de numerar España en varias, enfunción de su ideología, sobre todo y con propósito excluyente. Estaforma de entender la realidad plural de España tiene también susrepresentantes en el campo de la pintura (Goya) y aún hasta en el dela literatura (Machado). Sin embargo, un análisis de la misma reali-dad de España, sobre todo a partir de la más célebre guerra del sigloXX en Europa, como fue la Guerra Civil española, da como resulta-do la presencia en el mismo escenario de otra realidad distinta deaquellas y con otros propósitos y objetivos. Frente a la moderniza-ción de España que por encima de todo propugnan las llamadas fuer-zas de progreso en el tiempo de la II República española, aquellosque se encuadran en la otra España, que tampoco es ni quieren sec-taria o al dictado de la Iglesia católica, ensayan el modelo de lapostmodernidad que habían aprendido de la mano y los modos inte-lectuales de Ortega y Gasset.

THE RUNNING OF A PEN

It is still used such terminology as that of numbering Spain inseveral ones, depending on its ideology, above all, and with an ex-cluding purpose. This way of understanding the plural reality of Spainhas its representatives in the field of painting (Goya) and even in thatof literature (Machado). However, a close analysis of the same real-ity of Spain, mainly after the most renowned war in the XX century inEurope, the Spanish Civil War, brings as a result the presence in thesame scenario of another reality, different from all the others andwith different purposes and objectives. Facing the modernization ofSpain that the so-called progressing forces defend in the time of the IISpanish Republic, those people that are grouped within the otherSpain, which is not sectarian or following the dictates of the CatholicChurch either, try out the model of postmodernity that they had learntat the hands and intellectual ways of Ortega y Gasset.

Page 177: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Manuel Martín Burgueño

176

I. DE LAS FORMAS DIFERENTES DE ENTENDERSE A ESPAÑA

La Guerra Civil española (1936-39) sigue siendo fuente de inspiración y punto dedivergencia en casi todos los que llegan a ella por los más variados motivos. El que la pazno fuese posible o el que de forma inclemente se desatase aquella cruel y cruentísimaguerra de los mil días, mil veces analizada y otras tantas revisada, sigue dividiendo amuchos de los que ofrecen retazos o las más amplias panorámicas de la misma.

Sobre todo para quienes, en uno u otro bando, tomaron parte en aquella incivil guerra,se han hecho inevitables las preguntas de ¿por qué perdimos la guerra? o ¿para qué laganamos?

La izquierda, o mejor, las izquierdas como las históricas perdedoras de aquellacontienda, pero convencidas de la injusticia de aquel desenlace colectivo y atentas aldesarrollo de un hecho tan complejo, se preguntan por el motivo de su derrota. Cifranésta en una o en varias causas, pero éstas nunca las relacionan, ni siquiera remotamente,con alguna circunstancia de mérito atribuible al bando vencedor, al que se niega el pan yla sal y así, como en una buscada venganza, minimizan o ridiculizan su victoria y casisiempre olvidan que aquello fue ante todo una guerra de las de verdad en la que contó, ymucho, no las razones en porfía ni el prestigio de los dirigentes políticos, sino el grado depreparación de los contendientes y, sobre todo, el nivel técnico de sus mandos militares.

Las derechas -porque en aquella guerra no hubo tampoco una única derecha- desde elfinal de la contienda hasta la época de la llamada Transición, salvo casos muy aislados,no se pararon en la pregunta que, ya en la Transición, y mucho más después, se ha hechoasidua entre las personas instaladas en el Régimen que le precedió y sus devotosfavorecidos, para quienes la victoria en la Guerra Civil nunca debía ser motivo devergüenza, sino timbre de un orgullo que algunas veces convenía disimular. El paso delos años y la mudanza de los tiempos hizo que después y sobre todo para los llamados“demócratas de la Transición” aquella victoria de sus padres en los campos de batallaempezara a ser motivo de pesar y, como arrepentidos y contritos, se dieron a la tarea dehacer todo lo posible para que se prendiera en las tierras de la Celtiberia una -quepresentaron- como necesaria reconciliación y cargaron de un creciente moralismo lo queantes habían decidido las armas y sus padres se habían encargado de colgar, buscando eleterno recuerdo, en los muros de todos los templos cristianos de esta vieja España. Enesta tarea de apariencia tan humanística también contó la Iglesia católica española, queen una tan memorable como borrascosa Asamblea Conjunta quiso borrar gestos ydeclaraciones anteriores con los que en el pleno fragor de la contienda y ante todo el orbese había presentado como valedora tan sólo de una de las partes beligerantes y que a lapostre fue la que, también con otras alianzas, resultó la vencedora de tan fratricida guerra.

Sin embargo, ni entonces ni tampoco después las anteriores banderías fueron las únicasque existieron y siguieron existiendo también después. Los enfrentamientos más quedialécticos entre derecha e izquierda, y aún dentro de ellas, entre católicos y ateos, entrecentralistas y separatistas, entre carlistas y falangistas, entre fascistas y comunistas, entresocialistas y anarquistas y, más en abstracto y casi de forma utópica y populista, entre

Page 178: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

177

ricos y pobres, no comprenden ni a todos los españoles, ni siquiera al mayor número de ellos.

Si en la historia de la pintura universal quedan los trazos goyescos de las dos Españaso los que de ellas diera al verso don Antonio Machado, desde antes de la construcciónartística de esta imagen, hay además otra España, de la que muchos se han ocupado y quealgunos autores numeran como la tercera, a la que unos visten de democrática (Preston)y otros desean republicana, almenada, triunfadora y adornada con las más vivas esenciasde su próximo pasado (Osteriz Aranguren). Semejante diversidad tiene sus raíces en lamisma historia reciente de España, a la que retratan y a su modo presentan, entre nosotros,C. Seco, Viñas y Tamames, y desde fuera los H. Thomas, G. Brenan, Bolloten, R. Carz, S.Payne, P. Broné-P. Tamime, Soutworth y G. Jackson, por citar solo los más conocidos,cuya lectura nos enfila a la cuestión de saber a su vista cuántas Españas existen, si es elcaso de que hay tantas cuantas antes hubo o ellos, a su modo cada uno, vieron.

II. EL REINVENTO DE LA MODERNIDAD

Los libros que historian nuestras vidas cortan sus páginas allá por el siglo XVIII conel nacimiento de la Modernidad, que tanto persiguieron los ilustrados de allende losPirineos y de ultramar. Acá a esa misma Modernidad se la zarandeaba si se hallaban susvestigios por éstos haber logrado atravesar La Junquera, Fuentes de Oñoro o cualquierotro paso de frontera, incluida la de Gibraltar, al estar en desafío con las llamadas esenciashispánicas, de oscurecido abolengo y sin saber por quien traídas a este solar de la antiguaCeltiberia, patrañeada con el decurso de los años que siguieron al invento de las Américas.

Después de siglos de tímidos remedos malvistos, la España oficial de los añosprimorrepublicanos muy pronto se puso a andar por la vía de las reformas. Muchas deellas fueron mal recibidas por contrarias a los intereses de algunos sectores minoritariosy hasta entonces privilegiados. Otras porque resultaban incompatibles con siglos detradición y costumbres inveteradas en las más amplias capas de la sociedad española,poco dada a innovaciones y hasta entonces reacia y a la zaga de las más avanzadasdoctrinas políticas y sociales por entonces triunfantes en Europa.

Desde el primer momento de la bienvenida aurora republicana comenzó un agriopulso entre los defensores de las reformas y sus muy poderosos oponentes, que dispersospor toda la variada geografía peninsular estuvieron inicialmente desprovistos de unelemento común que los aglutinara y sirviera de revulsivo en su reacción. El paso de lasprimeras euforias y el impulso de algunos grupos minoritarios de la izquierda política,reacios también a las reformas gubernamentales, pero muy decididos a correr la suerte dela revolución, dividió la acción política republicana y abrió la vía de una contrarrevolución,que se empezó a consolidar en los sectores populares sólo a partir de la represión de lossucesos de la cuenca minera de Asturias. Desde este momento en adelante militares ymilitantes de las derechas económica, ideológica y política empezaron a coincidir en lainutilidad de la tarea parlamentaria y se dieron a pensar en la conveniencia de un golpede Estado, que a la usanza de los antiguos pronunciamientos, esperaban alcanzaría la

Page 179: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Manuel Martín Burgueño

178

complacencia de los más amplios sectores de la opinión pública, sobre todo en aquellosque por sus convicciones morales, religiosas o políticas no comulgaban ni con las reformasy eran, sobre todo, reacios a la revolución que se pedía a gritos y, otras veces, con gestosinequívocos por sectores minoritarios radicalizados pero con amplio eco en la opiniónpública.

Las reformas propiciadas por Azaña dieron con la resistencia de sectores tan influyentesentonces en la sociedad española como eran la Iglesia católica y el Ejército. Pero ambasinstituciones no reaccionaron de la misma forma. Confundiendo su fidelidad a la personadel rey Alfonso XIII con la que pudiera merecer la institución monárquica, algunas altasdignidades eclesiásticas, como fue el caso del cardenal Segura, vincularon aquella con laenemiga hacia todo lo que significaba o pudiera emprender el nuevo régimen político. Aligual que la Iglesia, el Ejercito, cuyas figuras más sobresalientes eran confesosmonárquicos, como fue el caso del general Franco, también quedó tocado y su reacciónsería cuestión de tiempo y, sobre todo, de oportunidad.

Tomando la Monarquía como una antigualla histórica, los reformistas en el poder oen sus antesalas perseguían con el modelo francorrepublicano a la vista la modernizaciónde España. Otra cosa sería que no todos los fervorosos de la idea pensasen lo mismo deesta modernización. Ni sobre los instrumentos con que conseguirla. Ni tampoco en losplazos en los que habría de llevarse a cabo.

No bien hubo nacido la República, y apenas recién presentada ésta ante las diferentesinstancias internacionales, empezaron a aparecer muestras inequívocas de la inmadurezpolítica de amplios sectores, tanto públicos como privados, de la vida española. Asaltos,quemas, ocupaciones, ataques, incautaciones y un largo rosario de desprecios a losderechos cívicos y políticos empezaron a cundir por los cuatro puntos cardinales de lavieja Celtiberia. No parecía sino que las reformas no tenían por qué esperarse y que elfuego habría de servir para purificar toda injusticia histórica. Tremendo error éste queprovocó el sentido grito de Ortega y Gasset de que no era aquello lo que debía y conveníaa España.

Ortega y Gasset había denunciado el error Berenguer y como miembro de laAgrupación al servicio de la República había sido uno de los más lúcidos y acres censoresde la Monarquía de Alfonso XIII. Incluso había tenido el atrevimiento de pedir en públicola desaparición del Trono. Sus portentosas dotes intelectuales, de las que dió continuasmuestras a lo largo de las miles de páginas de su vida, le llevaron a pensar que el mayorproblema de España era su soledad rural. La Restauración desde 1876 lo había sido afavor de una sola persona: la del monarca. Pero ni Canovás, ni Sagasta, ni Maura, nininguno de sus epígonos, civil o militar, había pensado, ni sentido a España por moderna.Ni tampoco había intentado lo fuera en toda la amplitud de las circunstancias. Se habíanproducido episodios coyunturales de revestir a la Nación de nuevos atavíos por el socorridosistema de las obras públicas. Pero poco más se había hecho. El seso de los dirigenteshabía estado absorbido por ganar plaza de exclusividad en cualquier circunstancia de losmás cortos aldeanismos y lograr que su nombre fuera gravado en el rotulo de una calle o

Page 180: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

179

plaza de su rincón natal. Ni los gritos de Ferrer, ni los de Costa, ni los de ningún otro -regeneracionista o no- habían sido escuchados ni, por supuesto, entendidos.

Cuando llegó la República, se retomó el mensaje de la modernidad de España. Peroesta modernidad se aguó con la mixtificación de unas sales políticas circunstanciales,que hicieron desconfiar a muchos del remedio. Desde el mes de diciembre de 1931, ycoincidiendo con los debates parlamentarios sobre la Constitución republicana, empezarona estar cada vez más distantes de la construcción moderna de la España oficial, querevocaba pero no corregía el turbulento curso de los acontecimientos que a poco tiempoiba a provocar la conspiración política que acabaría en el alzamiento militar, cuyo previsiblenacimiento ya fue de imposible aborto para quienes tardíamente lo intentaron; llegándoseasí, y una vez más, a esa suerte trágica de la historia de un pueblo, acostumbrado a no oírlas voces de sus maestros y por ello condenado a repetir siempre la misma historia.

III. DE MARBURGO EN ALEMANIA HASTA MADRID, A LA VERA DE LASIERRA DE GUADARRAMA

De la mano de algunos beneméritos krausistas se abrió el santuario europeo del saber,que era la Alemania que de las sabias decisiones del reformador rey Federico supomantener su esplendorosa primacía desde la Ilustración hasta los negros años del horrory del holocausto.

Con los albores del siglo XX hasta la gran y sabia nación alemana llegaron bastantesespañoles. La mayor parte con el patrocinio de la benemérita Junta de Ampliación deEstudios. Sin embargo, no todos los que fueron supieron aprender. Hasta hubo algunosque se trajeron lo más estrafalario y de menos valor que había en Alemania y aquí, por larabiosa incultura que se padecía y el regusto que siempre ha habido por lo extraño, lolograron pasar como lo mejor y a veces por no poco tiempo.

El joven Ortega y Gasset, que se había carteado con el afamado Unamuno, rector dela tan renombrada universidad castellana de Salamanca, había pasado a tomar leccionesde filosofía en la alemana de Marburgo, sede por entonces de las enseñanzas de Cohen yNatorp, dos de los más atrayentes profesores de filosofía del momento. El joven Ortegaera ya, como después siempre iba a seguir siendo, una esponja del conocimiento. Aprendíacon ver. Fue estando en Alemania cuando pudo apreciar en la distancia la mísera y de-plorable situación intelectual en que estaba sumida España, anclada en el campo delpensamiento todavía por entonces en la medieval moda escolástica, desechada desde elsiglo XVII y arrinconada después en el siglo XVIII en los países europeos de vanguardia.

La estancia en Alemania le sirvió a Ortega de mucho y no sólo en el terreno de lafilosofía. Su talante intelectual es muestra de su talento natural y fruto también de unacultura cosmopolita y liberal que aprendió en sus años alemanes.

El regreso de Ortega a España sirvió para alumbrar en el país una nueva situación enel terreno doctrinal, que hasta entonces no se había ni siquiera pensado como posible.

Page 181: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Manuel Martín Burgueño

180

Ortega en muy poco tiempo se convirtió en el faro y norte del pensamiento secular español.Su puesto en el ámbito universitario le sirvió para dirigir los trabajos académicos a unaserie de jóvenes que por entonces andaban en la Facultad de Filosofía de la UniversidadCentral de Madrid, de la que era también ya por entones afamado catedrático de Lógicael socialista Julián Besteiro, que después alcanzaría a ser Presidente de las CortesConstituyentes de la II República y al que siempre estuvo muy próximo Juan SimeónVidarte, natural de Llerena (Badajoz) y muerto en el exilio mexicano, autor de obras tanreleídas como la titulada Todos fuimos culpables por citar sólo una.

Entre aquellos jóvenes que tenían por profesores y amigos a Ortega y a Besteiro, seencontraban los que después iban a convertirse en los más celebrados maestros de lafilosofía española, de dentro y, despues de la Guerra Civil, de fuera del país. Entre ellosZubiri, José Gaos, Ferrater Mora, García Morente, María Zambrano, García Bacca yJulián Marias, por citar sólo a los más famosos de entre ellos.

En aquellos años en los que la Facultad de Filosofía de Madrid vivió sus mejorestiempos, Ortega aconsejó y orientó a sus muy sobresalientes discípulos para que soltasenel lastre de la filosofía escolástica, representada entonces por los libros de ZeferinoGonzález y las disquisiciones del canónigo compostelano Amor Ruibal, que era la quedaba para vivir en España del filosofar, y recondujeran sus pasos por los textos y lasmeditaciones de E. Husserld, de M. Heidegger, de N. Hartmann y de W. Jaeger. Aquelprivilegiado grupo de jóvenes entendieron a la perfección el mensaje de Ortega y, todavíajóvenes y prometedores universitarios, lograron zafarse de los modos escolásticosmedievales -al uso todavía por entonces en los centros y la universidades pontificiasespañolas- y no estancarse en los tiempos modernos, ya superados por completo enAlemania, Austria, Inglaterra y Francia. Fue así como antes que el resto de otros españolesrelevantes de la primera mitad del siglo XX, este privilegiado grupo de jóvenes -al quedespués se le daría el nombre de la “Escuela de Madrid” (Abellán)- aprendió el mensajey la vía de la Postmodernidad.

Salvo los estudiosos de la Filosofía Española, muy pocas son entre nosotros las per-sonas que han calibrado la importancia y el mensaje de aquel grupo fecundo yesplendoroso, que como tantas otras realidades españolas la Guerra Civil se encargó deastillar y aventar por la dilatada geografía peninsular y de ultramar del mundo hispánico.

Ortega y Gasset también asumió un comprometido papel al margen de su tareaprofesoral. Esta tarea no sólo testimonial se refleja muy bien en su oficio de diarioespectador del discurrir de la España de su tiempo y que él con perseverante constanciafue transcribiendo en sus muchos artículos escritos para el gran público y publicados ensu mayor parte en periódicos madrileños como El imparcial y El sol. Cultivó Ortega eneste género el testimonio de su verdad y el ofrecimiento de su compromiso; resultandodifícil que cualquiera de los temas más cruciales de su tiempo no apareciera de una u otraforma en sus muy variados y enjundiosos escritos. En esta tarea, sin embargo, no tuvopar entre sus muy valiosos discípulos, que sin embargo sí entendieron a la perfección sumejor legado en pro de arribar a España a la Postmodernidad, aunando su destino, como

Page 182: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

181

Estado, a su ámbito cultural y geográfico más próximo y propio y dejando de ser de unavez por todas un país de influyentes sacristías y poderosas salas de banderas.

El clarinazo del 18 de Julio de 1936 dando paso a la Guerra Civil en aquella Españade la desventura y los enfrentamientos, radicalizó la vida de los españoles hasta límitesque por entonces eran inconcebibles en las naciones de su entorno. Con los primeroscompases de los desfiles de las tropas cabileñas en lo que quedaba del antiguo Protectoradoy el crónico retraso de la Administración republicana en apagar el fuego que, además, sesabía iba a punto de prender en los cuarteles, bastó a Ortega para adivinar los días desangre que se le avecinaban a España y la casi infinita distancia en que podía quedarsumida en su necesaria remodelación como un Estado europeo.

IV. LOS DESASTRES DE LA GUERRA

De la Guerra Civil española están aún por hacer miles de historias menudas que tambiénforman parte de aquel singular fenómeno histórico, que tanto todavía sigue atrayendo.Entre esas historias menudas está la del desengaño de muchos de aquellos jóvenes que sevincularon al mundo de la intelectualidad por influencia de Ortega y Gasset y que, comoel maestro, también querían un nuevo destino para la España que conocieron y algunostanto sentían. Cuando se llega a este punto hay partidarios de José Antonio Primo deRivera que para dar lustre intelectual a su jefe anudan también a Ortega parte del proyectopolítico del joven fundador de Falange Española. Y siendo verdad que Primo de Riveratuvo iniciativa intelectual en el nuevo mensaje político que, mirando a Italia, logró forjarantes de su muerte, no es sin embargo cierto que su proyecto tuviera nada que ver con elde Ortega o el de la Escuela de Madrid, cuyas actividades se vieron truncadas por eldesarrollo, primero, de la guerra y después por la escalada de la represión y el castigo, enalgunos casos, del exilio que compartieron con otros españoles de distinta prosapiaintelectual. Esta pérdida supuso para España la vuelta a una situación crítica de sumisióny dependencia a modos y discursos hacía siglos arrinconados en los desvanes de la Historiade Europa. Entre otros quedaron libres las mesas de sus oficios en España intelectualesde la talla de Pablo de Azcarate (1890-1971), Augusto Barcia Trellez (1881-1961), LuisBuñuel (1900-1983), León Felipe (1884-1968), Luis Cernuda (1904-1963), José Gaos(1900-1969), Juan David García Bacca (1901-1992), Manuel Granell (1906-1993), LuisJiménez de Asua (1899-1970), Salvador de Madariaga (1886-1978), Fernando de losRíos (1879-1949), Claudio Sánchez Albornoz (1873-1984), Joaquín Xirau (1895-1946),Margarita Xirgú (1999-1969) y María Zambrano (1907-1991). Fue esta última la que enplena guerra civil escribió un emotivo libro sobre Los intelectuales en el drama de España(1937).

El propio Ortega se refugió en Argentina y allí, hasta su regreso a España, estuvoentregado a la tarea de creación y de difusión de la cultura española. Pero Argentina no esEspaña. Ni América Latina es Europa. Con lo que se quiere decir que la obra de Ortegaen esos años de su diáspora americana no tuvo apenas eco. Ni en España, ni fuera de ella.

Page 183: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Manuel Martín Burgueño

182

A Xavier Zubiri, uno de los miembros más relevantes de la Escuela de Madrid, elinicio de la guerra le sorprendió en Roma. Y es allí donde desde la embajada española,por ser vasco y hombre de la universidad, se le cortó un traje con el que se le empezó amirar con animadversión desde la nueva España franquista, enraizada en el odio a lainteligencia y al progreso. De vuelta a Madrid, Zubiri fue apartado de su cátedra defilosofía en la Facultad madrileña y por necesidad se vió obligado a aceptar otra en laUniversidad de Barcelona hasta que, ya en el año 1942, pudo solicitar la excedencia en laque se mantuvo sine die hasta el último de sus días como una imagen del intelectualdiscrepante de la política del que se autotitulaba nuevo Régimen.

Al aislamiento económico y político de la España franquista, que todos padecían enel interior, se sumó el día a día de los vetos por razones ideológicas y el de las depuracionesadministrativas en las escalas docentes, desde el nivel del magisterio hasta el de la másaltas instancias académicas de la universidad. Fue así de esa forma como el horizontecultural español fue poco a poco haciéndose más sombrío y más distante de los nuevosaires que al país había traído años atrás el joven y entusiasta Ortega.

Julián Marías, uno de los más lúcidos componentes de la Escuela de Madrid, que enla postguerra quiso orientar su vida ajustándola a su vocación de profesor universitariode filosofía, tuvo que ver cómo le birlaban la plaza en unas memorables oposicionesaliñadas como pocas. Fue ese el modo preferido por el Régimen para escarmentar atodos los que no eran de su comunión y credo, implantándose manu militari una Españamonolítica y unicolor sobre todas las demás que, en el exilio exterior o interior, habíansido puestas en cuarentena por impedir el azul horizonte de las “montañas nevadas y lasbanderas al viento” que en canto diario melodiaban los aburridos días de necesidadesque siguieron a la imposición de la que, cínicamente y desde las instancias oficiales,dieron en llamar la Nueva España y contra la que, desde dentro y desde fuera, se levantóel vuelo de la pluma en casi todas las latitudes y lenguas.

Contaban en vida de Unamuno que las piedras de Salamanca se habían hecho rojas devergüenza por las cosas que decía aquel vasco transplantado a la Meseta. Corrían losaños sesenta del pasado siglo y José Luis Aranguren -otro de los orteguianos de entoncesy pionero en España de las noticias sobre nuestra María Zambrano- fue invitado paraponer al día en materia de filosofía a los estudiantes del Palacio de Fonseca, creación delllerenense Juan de Hermosilla y singular sede de la Facultad de Filosofía y Letras de laUniversidad de Salamanca. Llegada la hora que anunciaba el programa, Aranguren fuepresentado por el Decano de la Facultad y tomó sin más la palabra. Expuso con su maestríahabitual y sus gestos tan característicos los nuevos modos del pensamiento y aleccionó alos estudiantes allí presentes para que cumplieran con su oficio. Cumplía así Arangurencon su encargo de conferenciante y, asimismo, con su oficio. Aranguren, aparte depublicista y escritor especializado, era profesor de Ética, pues había conseguido traspasarlos filtros de las oposiciones universitarias franquistas y se desempeñaba como profesorde dicha disciplina en la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Ma-drid, de la que con la grima y la enemiga de muchos era catedrático. Su intervención fue

Page 184: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

183

muy aplaudida. Sobre todo por los estudiantes que andaban más enterados de la políticade entonces. Como era de noche y los bolsillos no tenían fondos, casi todo el mundo alterminar la conferencia se fue a casa. Al día siguiente, la Salamanca negra, la Salamancaque había custodiado en tiempos de la Guerra al general Franco en el Palacio Episcopalque le había cedido el obispo Plá y Deniel, después Primado de España y Arzobispo deToledo, aquella Salamanca la más alejada de su preclara historia se desayunaba con unartículo publicado en el periódico local que, cosas curiosas de la vida, se titulaba -y sesigue titulando el periódico- El Adelanto. El artículo llevaba la firma de un dominico,famoso por sus estudios históricos, al que le salía la vena del Torquemada que llevabaadentro. Aranguren le contestó al siguiente día y en el mismo medio. Salamanca estabaque hervía con aquella académica disputa entre dos profesores universitarios, lo quehacía siglos que no se veía en la ciudad del Tormes. Pero todo acabó de forma chusca, altirar el sabio dominico por los registros de la ironía y así cancelar, una vez más, el vuelode la pluma de que tan necesitada andaba por entonces ese país o nación que todosseguimos llamando España.

Page 185: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en
Page 186: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004

Pgs. 185 a 199ISBN: 84-609-4105-1

ESCLAVOS Y LIBERTOS ANTE EL TRIBUNAL DE LAINQUISICIÓN DE LLERENA EN EL SIGLO XVI

Rocío Periáñez Gómez

Dpto. Historia. Área de Historia ModernaFacultad de Filosofía y LetrasUniversidad de ExtremaduraAvda. de la Universidad s/n

10071 Cáceres [email protected]

Page 187: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

186

Page 188: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

187

ESCLAVOS Y LIBERTOS ANTE EL TRIBUNAL DE LA INQUISICIÓNDE LLERENA EN EL SIGLO XVI

Rocío Periáñez Gómez

RESUMEN

Con este trabajo queremos realizar una pequeña aportación alestudio de uno los colectivos minoritarios y marginales de la socie-dad, el de los esclavos y libertos que vivieron en Extremadura en elsiglo XVI utilizando la información que sobre ellos nos aporta ladocumentación del Tribunal de la Inquisición de Llerena, en particu-lar las relaciones de causas. A partir de las noticias que nos ofreceesta fuente, trataremos acerca del perfil de los acusados, su proce-dencia, las razones por las que acaban en manos de la Inquisición,cuáles fueron los delitos más frecuentemente cometidos por los es-clavos y libertos, a qué penas fueron sentenciados, pero al mismotiempo abordaremos otras cuestiones como las actitudes, sentimien-tos, experiencias vitales, relaciones con otros miembros de la socie-dad, la percepción social que existía sobre los esclavos y algunos aspec-tos que apenas aparecen reflejados en otras fuentes documentales.

SLAVES AND FREED MEN AND WOMEN IN FRONT OF THETRIBUNAL OF THE INQUISITION IN LLERENA IN THE XVI

CENTURY

With this article we want to make a small contribution to the studyof one of the minority and marginal groups of society, that of theslaves and freed men and women who lived in Extremadura in theXVI century; for this purpose we will use the information that, con-cerning such a group, appears in the documents produced in the Tri-bunal of the Inquisition of Llerena, particularly the list of judicialcases. From the news offered by this source, we will study the profileof the accused people, their origin, the reasons why they ended upbeing judged by the Inquisition, the most common crimes committedby the slaves and freed men and women, their sentences, but at thesame time we will tackle other subjects such as the attitudes, feel-ings, vital experiences, relationships with other members of the soci-ety, the social perception existing about slaves and other aspects thathardly ever appear reflected in other documentary sources.

Page 189: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Rocío Periañez Gómez

188

I. INTRODUCCIÓN

La gran atención que se ha prestado al estudio de la Inquisición en las últimas décadasha puesto de manifiesto un panorama alejado de los tópicos que han pesado siempresobre el Santo Oficio acercándonos a la realidad de dicha institución: sus orígenes yobjetivos, sus hombres, los medios de actuación, los delitos reprimidos, las víctimas dela acción inquisitorial…, mostrando también las múltiples vías de investigación queproporciona la documentación generada por la Inquisición gracias a su riquezainformativa1 . De este modo, algunos investigadores que se ocupan del estudio de lasminorías y marginados en la España Moderna han podido comprobar el valor que lasfuentes inquisitoriales tienen para el conocimiento de estos grupos, tanto de los queconstituyeron un objetivo prioritario para los inquisidores por sus orígenes étnicos yculturales, como fueron los judíos y moriscos2 , como de otros, como los esclavos o deforma genérica las mujeres3 .

Nosotros queremos realizar una pequeña aportación al estudio de uno de estoscolectivos minoritarios y marginales de la sociedad, el de los esclavos y libertos quevivieron en Extremadura en el siglo XVI, utilizando la información que sobre ellos nosaporta la documentación del Tribunal de la Inquisición de Llerena, en particular lasrelaciones de causas, es decir, los informes periódicos que este Tribunal enviaba al Consejode la General y Suprema Inquisición. En cierta forma es la fuente la que acotacronológicamente nuestro estudio, centrándonos básicamente en la segunda mitad delQuinientos, pues las pérdidas documentales para el tribunal ubicado en tierras extremeñasson importantes debido en parte a los avatares sufridos por los archivos inquisitoriales,especialmente en sus primeros tiempos, de ahí que no se conserven las relaciones decausas anteriores a 15524 . Durante una primera etapa, el conocido después como Tribu-nal de Llerena tuvo un carácter itinerante, aspecto común a otros tribunales hispanoshasta que van consolidándose y definiendo sus respectivos ámbitos territoriales, más omenos fijados a principios del siglo XVI, cuando quedan adscritos al distrito del tribunal

1 Citaremos únicamente algunas de las obras consideradas ya como clásicas: ALCALÁ, A. y otros: Inquisición espa-ñola y mentalidad inquisitorial, Barcelona, 1984; BENNASSAR, B. (dir. ) Inquisición española: poder político y controlsocial, Barcelona, 1981; CONTRERAS, J. El Santo Oficio de la Inquisición de Galicia (Poder, sociedad y cultura),Madrid, 1982; ESCUDERO, J.A. La Inquisición en España, Madrid, 1985; GARCÍA CÁRCEL, R. Orígenes de laInquisición española. El Tribunal de Valencia, 1479-1530, Barcelona, 1976; KAMEN, H. La Inquisición española,Barcelona, 1967; PÉREZ VILLANUEVA, J. (dir. ) La Inquisición española: nueva visión, nuevos horizontes, Madrid,1980; PÉREZ VILLANUEVA, J. y ESCANDELL BONET, B. Historia de la Inquisición en España y América, Madrid,1984.

2 Algunos ejemplos del estudio de estas minorías en Extremadura: FERNÁNDEZ NIEVA, J. “Judíos y judaizantes enla Baja Extremadura”, Actas de las Jornadas de Estudios Sefardíes, Cáceres, 1980, pp. 251-265, “Inquisición yminorías étnico-religiosas en Extremadura”, Revista de Estudios Extremeños, XLI-II, Badajoz, 1985, pp. 213-260 yLa Inquisición y los moriscos extremeños (1585-1610), Badajoz, 1979; TESTÓN NÚÑEZ, I. “Minorías étnico-religio-sas en la Extremadura del siglo XVII”, Norba III, Cáceres, 1982, pp. 261-271.

3 CORTÉS LÓPEZ, J.L. “Los esclavos y la Inquisición (siglo XVI)”, Studia Historica, Historia Moderna, 20, pp. 217-240; PÉREZ DE COLOSÍA RODRÍGUEZ, M. I. “La esclavitud y el Santo Oficio de Granada: 1550-1600”, en MESTRESANCHÍS, A. y GIMÉNEZ LÓPEZ, E. Disidencias y exilios en la España Moderna, Alicante, 1997, pp. 213-224;FAJARDO SPÍNOLA, F. “El maltrato de los esclavos en documentos de la Inquisición Canaria”, Homenaje a Antoniode Bethencourt Massieu, T.I, Las Palmas, 1995, pp. 565-581; PALACIOS ALCALDE, M. “Formas marginales detrabajo femenino en la Andalucía Moderna”, Espacio, Tiempo y Forma, serie IV: Historia Moderna, 2, 1989, pp. 23-44.

4 TESTÓN NÚÑEZ, I. y HERNÁNDEZ BERMEJO, M.A. “La Inquisición de Llerena en la Centuria del Quinientos”,Actas del Congreso Pedro Cieza de León y su tiempo, Llerena, 1991, pp. 105-106.

Page 190: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

189

extremeño los obispados de Badajoz, Coria, Plasencia, Ciudad Rodrigo y los dominiosde las Órdenes Militares de Santiago y Alcántara5 , constituyendo éste el marco espacialde nuestro trabajo.

En cuanto a la fuente manejada, las relaciones de causas, hay que señalar que segúnavanza el tiempo serán más prolijas, incorporando más noticias sobre los reos, los delitosy las circunstancias en que se cometieron. En lo que se refiere a los esclavos y libertos,no sólo están presentes en la documentación en calidad de acusados, aunque éstos seránlos que atenderemos preferentemente en nuestro trabajo, sino también aparecen delatandoa otras personas o simplemente como testigos presenciales de los hechos referidos en lascausas. Trataremos acerca del perfil de los acusados, su procedencia, las razones por lascuales acaban en manos de la Inquisición, cuales fueron los delitos más frecuentementecometidos por los esclavos y a qué penas fueron sentenciados, pero al mismo tiempoabordaremos otras cuestiones que acaso sean más interesantes y menos aprehensiblescomo las actitudes, sentimientos, experiencias vitales, relaciones con otros miembros dela sociedad, la percepción social que existía sobre los esclavos y algunos aspectos queapenas aparecen reflejados en otras fuentes documentales.

Debemos partir de ciertas consideraciones, pues a todos los efectos los esclavos noposeían capacidad jurídica. Cuando cometían un delito que tenía que ser juzgado por lasautoridades civiles o eclesiásticas eran sus propietarios los que debían representarlosante la justicia como responsables de los actos de sus dependientes. Sin embargo, noocurre lo mismo en el ámbito de la fe. Pese a que los amos estaban obligados a bautizary adoctrinar a sus esclavos, estas tareas fueron generalmente descuidadas, quizás notanto el llevarlos a la pila para que recibieran el sacramento del bautismo y se incorporasenasí a la comunidad cristiana como el hecho de dotarles de una mínima enseñanza de ladoctrina católica, con lo que los esclavos poseían en general una deficiente instrucciónreligiosa, lo cual no fue obstáculo para que fuesen detenidos por la Inquisición y tuviesenque responder ante ella por sus pensamientos y prácticas heterodoxas.

II. LOS REOS

Los esclavos y libertos que comparecen ante el Santo Oficio de Llerena son 35, querepresentan el 0,65 % de las personas testificadas ante dicho tribunal durante el periodoque nos ocupa6 . Suponen una porción ínfima en el grupo de individuos procesados, perono hay que olvidar que los esclavos constituían una minoría en el conjunto de la poblaciónextremeña y en ningún caso fueron objeto de una persecución sistemática como sufrieronmoriscos o judíos.

Aunque en la información contenida sobre ellos en las relaciones de causas no suele

5 PLACER RUEDA, M.A. “La Inquisición en Extremadura: configuración de su distrito y fijación de su sede”, Actas delCongreso Hernán Cortés y su tiempo, Mérida, 1987, vol. I, pp. 390-396.

6 Para el periodo analizado fueron procesados 5.348 individuos: TESTÓN NÚÑEZ, I. y HERNÁNDEZ BERMEJO, M.A.Op.cit. p. 112

Page 191: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Rocío Periañez Gómez

190

indicarse su origen, siempre se señala junto con su nombre su condición esclava -y en sucaso la de liberto- y el lugar donde residen, además de algunos datos más sobre el colorde su piel, edad y el nombre de sus propietarios o antiguos amos. Por ello podemos saberque el perfil de los esclavos y libertos juzgados por el Tribunal de Llerena erapredominantemente masculino, 22 hombres frente a 13 mujeres, procedentes de distintaslocalidades ubicadas en el territorio correspondiente al distrito inquisitorial, desde Béjarhasta Guadalcanal, compareciendo más habitualmente los moradores de poblaciones decarácter urbano o semi-urbano como Llerena, Trujillo o Jerez de los Caballeros que losque habitaban en zonas rurales. Ello podría indicarnos un mayor control sobre los esclavosque residen en las ciudades que sobre los del campo, pero conociendo el funcionamientodel Tribunal y la extensión de sus redes de información por todo el territorio nos lleva apensar que esta circunstancia se deba más bien al hecho de que la esclavitud enExtremadura, sin estar ausente del ámbito rural, es un fenómeno predominantemente decarácter urbano.

Como señalábamos antes, la calidad informativa de las relaciones de causas mejora alo largo del tiempo. Gracias a ello conocemos el color de la piel de algunos de los esclavosy de casi la totalidad de los libertos juzgados por el tribunal, los cuales son negros ymulatos. Seguramente una gran parte de los esclavos de los que no se reseña el color desu piel presentarían también una pigmentación oscura, pues frecuentemente se produceuna asociación inequívoca por parte de la población libre entre la condición esclava ypersonas de color negro y mulato; se especifica más este aspecto en los detalles ofrecidosacerca de los libertos, pues sus características raciales chocan con su condición libre. Lamayoría de estos esclavos con la piel de color oscuro y de origen africano, llegaban aExtremadura a través de tierras portuguesas por medio de intercambios comerciales,pero otros habrían nacido en la Península, hijos de esclavas que han heredado la condiciónmaterna. Ese debe ser el caso de gran parte de los libertos que son descritos como mulatos,de forma que el blanqueamiento de su piel nos permite deducir que son descendientes denegros y población autóctona.

Cuatro de los esclavos procesados son moriscos, concretamente dos mujeres y dosvarones. La presencia de esclavos moriscos en tierras extremeñas se acentuará tras laGuerra de Granada (1568-1571) que conllevó la esclavización y la venta de los moriscosrebeldes capturados, sin embargo su representatividad numérica será escasa encomparación con los esclavos de origen africano que son los que predominan enExtremadura durante los siglos XVI y XVII7 .

En cuanto a las edades, los esclavos son en su mayoría jóvenes, entre los 16 y los 34años, mientras que gran parte de los libertos sobrepasan los 40 años.

7 PERIÁÑEZ GÓMEZ, R. La esclavitud en Jerez de los Caballeros durante la Edad Moderna, Trabajo de grado (Inédi-to), Cáceres, 2002, “Aproximación a la esclavitud en Llerena en el siglo XVI”, Actas III Jornadas de Historia deLlerena, Llerena, 2002, pp. 127-139, “La esclavitud en la sociedad trujillana del siglo XVII”, Actas de los XXXIIIColoquios Históricos de Trujillo (en prensa), y “Negros y negreros en la feria: el comercio de esclavos en Zafra en laEdad Moderna”, Actas del Congreso Internacional 550 Feria de San Miguel, (en prensa); ARAGÓN MATEOS, S. y SÁNCHEZRUBIO, R. “La esclavitud en la Alta Extremadura, proceso de auge y decadencia”, Norba, 7, 1986, pp. 93-109.

Page 192: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

191

II. LOS DELITOS

Los esclavos y libertos que vivían en Extremadura no fueron acusados, salvo pocasexcepciones, de delitos graves contra la fe. Como sabemos, la actuación inquisitorial nose centró en exclusiva en la extirpación de la herejía que representaban los judeo-conversos,moriscos, protestantes o alumbrados, sino que fue un instrumento de control sobre todala sociedad. Los investigadores que se han ocupado del estudio de la Inquisición hanpodido distinguir diferentes tiempos según la atención de los inquisidores a cierto tipo dedelitos, determinados en parte por las directrices marcadas por la Suprema pero influidostambién por las particularidades de cada territorio8 . Por tanto, la Inquisición se ocuparáde otras cuestiones que eran consideraban peligrosas para la fe en un intento de moldearla sociedad, aspecto que se hace muy evidente tras la celebración del concilio de Trento9 .

El Tribunal de Llerena mostrará esta inquietud muy tempranamente, aunque la actividaddesplegada frente a estos delitos tendrá su momento álgido en las dos últimas décadasdel siglo10 .

CUADRO I: TIPOS DE DELITOS COMETIDOS POR LOS ESCLAVOS Y LIBERTOS(SIGLO XVI)

Comenzaremos por los más graves, los delitos de herejía, objetivo preferente de laInquisición en su empeño por velar por la pureza de la fe y erradicar la herética pravedadde suelo hispano. Por delitos contra la fe serán juzgados dos esclavos moriscos, acusadosde seguir las prácticas musulmanas y una esclava que participó en la doctrina de losalumbrados, detectada en los años 70 del siglo XVI en la zona sur del distrito extremeño.

En lo referente a los primeros, hay que señalar que ninguno de ellos formó parte delas complicidades de moriscos sobre las que actuó la inquisición en este periodo11 . Setrata de casos aislados con resultados muy distintos. Juan de Guzmán, residente con su

8 DEDIEU, J.P. “Los cuatro tiempos de la Inquisición”, en BENNASSAR, B. Inquisición española: poder político ycontrol social. Barcelona, 1984, pp. 15-39.

9 DEDIEU, J.P. “El modelo religioso: las disciplinas del lenguaje y de la acción”, en BENNASSAR, B. Op. cit., pp. 208-209.10 HERNÁNDEZ BERMEJO, M.A. y TESTÓN NÚÑEZ, I. “Tiempo de Inquisición (La represión social en la Extremadura

del siglo XVI)”, Actas del Congreso Hernán Cortés y su tiempo, Mérida, 1987, vol. I, pp. 380-381.11 FERNÁNDEZ NIEVA, J. “Inquisición y minorías…”, Op. cit. , y La Inquisición y los moriscos… Op. cit.

Page 193: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Rocío Periañez Gómez

192

amo en Guadalcanal, era un morisco de los que “cabtibaron en la sierra de Granada”, esdecir, fue esclavizado como consecuencia de la rebelión de los moriscos en las Alpujarras.Según las testificaciones, el esclavo se preciaba de continuar siendo moro, pero tambiénlos testigos nos hacen partícipes de la situación de rechazo social e insultos que recibía.Así, “llamándole algunas personas moro dadlo al diablo”, el esclavo contestaba “que yosoy moro y de padres e abuelos moros … e que quyen me llama moro me pone unacorona e si yo fuera libre yo me fuera a Berbería”, palabras que escandalizaban a los quepreviamente le habían provocado. Ante tan graves acusaciones, acaba en manos del SantoOficio en 1575, declarando el reo que “había dicho las palabras por bía de pasatiempo yno de otra manera”. Nos parece claro que sus manifestaciones son ante todo una formade rebelarse contra su situación y reaccionar contra los ataques de los cristianos viejos,pero la Inquisición no lo considera un caso tan simple y somete al reo a tormento. En esetrance, Juan de Guzmán se declara moro, creyente en Mahoma y practicante de ceremoniasy oraciones musulmanas “pensando y creyendo salbarse en ellas y entendiendo que todoello hera contra nuestra Santa Fee Católica que tiene y enseña la Iglesia Romana”12 . Elarrepentimiento mostrado durante su confesión solo le servirá para librarle de la hoguera,al menos momentáneamente, porque veinte años después, en 1591, cuando el esclavosupera ya los 50 años de edad, vuelve a ser presentada ante la Inquisición una acusaciónen su contra, en la que nada menos que doce testigos declaran “que el dicho Juan deGuzmán dijo muchas veçes que era moro y que vivía en su ley e le plaçía ser moro y quelo avía de ser aunque pesase a quien pesase” y que tampoco visitaba el sambenito quecolgaba en la iglesia del pueblo pretextando que ya había cumplido su penitencia. Losjueces no pueden pasar por alto esta reincidencia y lo apresan de nuevo. El esclavoexcusará su conducta descargando la culpa sobre su amo. Su testimonio da cuenta de lasituación en que se encontraba después de haber cumplido los años de galeras que se lehabían impuesto como pena la primera vez que fue juzgado por el Santo Oficio, el rechazosufrido por los vecinos del pueblo y particularmente la forma de tratarle su amo,experiencias que le habían conducido a intentar suicidarse. Su declaración da fe de suestado de desesperación:

“aviéndole llamado su amo moro, él le avía respondido pues me llama moro, moro quiero serpara que me quemen o me baya deste mundo, que más quiero morir questar en buestra casa (…)aviendo ydo por una carga de leña sin comer bocado, lloviendo, quando volvió a la tarde con ellasu amo le avía dicho ‘perro, cómo venís tan tarde’ y que él le avía dicho que como llovía y lemandó que fuese haçer otra cosa y él dijo que comería él y el asno y lo aría y diçiéndole que fueseluego que a la noche comería, él de puro enoxo desesperado tomó una soga desparto y la puso enla cavalleriza de un madero para ahorcarse y se lo estorvaron”.

En esta segunda ocasión fue sometido nuevamente a tormento y se confiesa comomoro señalando a una morisca granadina que le había convencido para seguir en la sectade Mahoma y con quien se había casado según los ritos musulmanes. Muestra o pretendemostrar estar arrepentido afirmando que quiere morir como cristiano. Pero los jueces soninflexibles, el reo es declarado hereje y condenado a confiscación de bienes y a ser relajadoal brazo secular13 .12 Archivo Histórico Nacional (AHN), Inquisición, lg. 1.988, exp. 9.13 Íbidem, lg. 1.988, exp. 35.

Page 194: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

193

Menos dramático es el caso del segundo morisco, éste llamado Agustín de León ypropiedad del alguacil mayor de la gobernación de Llerena. En 1577 “fue testificado porun testigo de aver dicho cosas de la seta de Mahoma como persona que estaba en sucreencia”14 ; la acusación, a pesar de contar con un único testigo en su contra, era grave aojos del Santo Oficio por lo que el esclavo fue sometido a tormento y lo superó, lo quefinalmente le llevó a la absolución. Todo parece indicar que el reo había sido objeto deuna acusación malintencionada.

Elvira Zambrana, sin embargo, fue apresada en la investigación que la Inquisiciónllevó a cabo tras las alarmantes denuncias de fray Alonso de la Fuente sobre la existenciade un foco de alumbrados en el sur de Extremadura. Residía en la Fuente del Maestre yfue de las primeras mujeres detenidas por pertenecer a la secta junto con María Sánchez“la predicadora” en diciembre de 157315 , de forma que pasará varios años en las cárcelesinquisitoriales mientras el tribunal aclaraba los hechos, sometiéndola durante ese tiempoa duros interrogatorios donde la esclava confesó algunas cosas. Según consta en lasrelaciones, los jueces consideraban que “es muy ladina e tanbién se entiende que sabe yencubre mucho”16 , quizás por ello los inquisidores la presionan sometiéndola a tormento17 ,terminando su prisión cuando salió en el auto de fe celebrado en Llerena el 14 de junio de157918 .

Pero como ya adelantábamos, los casos referidos son excepciones a la norma. Losdelitos en que incurren los esclavos y libertos se encuadran más frecuentemente entre losllamados “delitos menores”. Como se puede observar en el Cuadro I, la causa más ha-bitual por la que comparecen ante el Santo Oficio de Llerena son los delitos de palabras:reniegos, expresiones heréticas, blasfemias... Señalan Mª Ángeles Hernández e IsabelTestón que “este tipo de conducta, fruto de una deficiente formación en materia religiosa,no implicaba en caso alguno negar dogmas del catolicismo (…) se trataba de simplesexpresiones, de creencias populares, carentes de toda intención, pero que pese a ello eranobjeto de atención para los jueces inquisitoriales”19 .

Esta afirmación acerca de la actitud de la población en general es extensible a losesclavos y libertos. Las circunstancias en que éstos profieren palabras o expresionescontrarias al dogma católico no difieren sustancialmente de las de los libres: momentosde ofuscación y enojo, como le pasó a Agustín, esclavo de Cristóbal de Balsameda,vecino de Béjar, quien en 1588 acude a los visitadores del Santo Oficio para acusarse de“que abría siete años que, pidiendo un día de almorçar en casa de su amo y aviéndoledicho que no podía almorzar porque hera bigilia de un santo dijo, reniego de ese santo”20 .

La deficiente instrucción en la doctrina de la iglesia de los esclavos conlleva a vecesla permanencia entre los neófitos de prácticas religiosas propias de sus lugares de origen.

14 Íbid., exp. 10.15 HUERGA, A. Historia de los alumbrados, I : Los alumbrados de Extremadura (1570-1582), Madrid, 1978, p. 22516 AHN, Inquisición, lg. 1.988, exp. 9.17 Íbidem, exp. 10.18 Íbid., lg. 1.988, exp. 12.19 HERNÁNDEZ BERMEJO, M. A. y TESTÓN NÚÑEZ, I. Op. cit. p. 113.20 AHN, Inquisición, lg. 1.988, exp. 25.

Page 195: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Rocío Periañez Gómez

194

Así, en la relación de causas realizada en 1555 figura un esclavo de Santa Cruz de Trujillollamado Cristóbal, el cual había sido procesado “porque dixo que tenía al sol por Dios”21 .Según este testimonio es muy probable que mantuviera sus creencias anteriores; no ob-stante, los inquisidores no mostraban un gran interés por manifestaciones de este tipo,que, como señala Aurelia Martín Casares, no son tratadas como herejía, sino que seinterpretan más bien como una muestra de infantilismo o ignorancia, pero nunca comoexpresiones de otras formas de espiritualidad específicamente negras. En palabras de lamisma autora: “para los cristianos de la época, uno de sus principales enemigos era elIslam. Otras formas de religiosidad, como el animismo, no se entendían como tales. Enconsecuencia, el control ejercido por la iglesia sobre la espiritualidad de los negroafricanosera menos estricto que el ejercido sobre las personas esclavizadas de ascendenciamusulmana”22 .

El escaso conocimiento de la doctrina católica pudo llevar al liberto de color negroLuis de la Serna a expresar creencias que a juicio de los inquisidores constituían unamanifestación herética, como que pecar de pensamiento no era tan grave como de obra;no cabe duda que había formado su propio juicio sobre algunas de estas cuestiones,quizás basándose en lo que la experiencia y la observación de lo que ocurría a su alrededorle mostraban y que resumen sus palabras: “que tanpoco era pecado mortal jugar y putearporque los cavalleros lo hazían y lo podían muy vien hazer porque tenían mayorazgos elos pobres no e que así pecaban mortalmente porque no lo podían sustentar”23 .

El contexto en que se inscriben las palabras heréticas de los esclavos suele caracterizarsepor constituir momentos de tensión con sus propietarios que evidencian una mala relaciónentre ambos, porque ¿qué podría llevar a la esclava María Barriga a decir “quémemme,que no creo en Dios ny en sus santos” cuando querían entregarla a su amo?24 o ¿quéejemplo le estaría dando al esclavo Juan Palomares su amo, un jerezano llamado donCristóbal Osorio, para declarar que “sy su amo no yba al infierno creería que no estabaDios en el çielo” añadiendo que “no avía justicia en la tierra ni Dios en el çielo y que nocreya en Dios”25 . Lo más probable es que estos esclavos fueran objeto de malos tratosfísicos o psíquicos por parte de sus dueños. En los dos ejemplos reseñados no nos constasu existencia, pero sí en otros contenidos en las relaciones de causas que nos ponen encontacto con esta realidad que no suele reflejarse en otro tipo de documentos y quedebían ser más habituales de lo que pensamos.

En ocasiones, las blasfemias y reniegos llegan a constituir un recurso para evitar losmalos tratos26 e incluso para salir del poder de propietarios especialmente crueles, comointentó Catalina Rodríguez, esclava mulata de 25 años que pertenecía a Catalina Rodríguez,

21 Íbidem, lg. 2.700, exp. 110.22 MARTÍN CASARES, A. “Cristianos, musulmanes y animistas en Granada: identidades religiosas y sincretismo cultu-

ral”, en ARES, B. y STELLA, A. (coords.) Negros, mulatos y zambaigos. Derroteros africanos en los mundos ibéri-cos, Sevilla, 2000. p. 209. La autora señala algunos ejemplos similares a éste que se encuentran en la documenta-ción inquisitorial correspondiente a los tribunales de Granada y Córdoba (pp. 214-215).

23 AHN, Inquisición, lg. 1.988-2, exp. 72.24 Íbidem, lg. 1.988, exp. 19.25 Íbid., lg. 2.700, exp. 68.26 FAJARDO SPÍNOLA, F. Op. cit., pp. 566-567.

Page 196: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

195

viuda de Francisco Morillo y vecina de Llerena. Al parecer su ama la castigaba confrecuencia muy duramente “dándole muchos golpes en la cabeça, rostro y cuerpo conuna mano de mortero de palo” por lo que había pedido, o casi mejor dicho, amenazado asu ama, “que por amor de Dios la vendiese porque sino había algún mal recaudo aunquefuese decir cosa por la qual la llevasen a la Inquisición”; y según ella misma declara sepropuso decir alguna cosa para que la llevasen al Santo Oficio, estando en ese propósitohasta que un día dijo que renegaba de Dios. Algunas personas la reprendieron por lo quehabía dicho, a lo que la esclava respondió con palabras que mostraban la verdaderadesesperación que padecía diciendo: “pues qué quereis que haga para salir de poder demi ama, porque si me hecho en un poço o me ahorco me llevará el demonio y por aquí mesalvaré pidiendo misericordia”27 .

En cuanto a los delitos sexuales, aunque en principio no fueron objeto de la accióninquisitorial pues ya eran atendidos por los tribunales civiles y eclesiásticos, la Inquisiciónse volvió hacia ellos a partir de la segunda mitad del siglo XVI, existiendo una estrecharelación entre esta nueva actitud, perceptible en todos los Tribunales, y la celebración delConcilio de Trento, donde se precisó y reafirmó la doctrina sobre el matrimonio. Así,como ha mostrado J.P. Dedieu, existirá una correlación entre la acción pastoral ejercidapor la Iglesia en estas materias, la preocupación estatal para reprimir determinadasconductas y la actuación del Santo Oficio28 .

El delito más extendido entre los esclavos y libertos en materia sexual fue el de lasimple fornicación, o lo que es lo mismo, fueron acusados por expresar públicamenteque las relaciones sexuales fuera del matrimonio no eran pecado o que a lo sumo constituíanun pecado venial. Probablemente los procesados por manifestar esta creencia desconocíanla doctrina de la iglesia sobre estas cuestiones, pero por otra parte son significativos losrasgos de los delincuentes en cuanto a su sexo, edad y estado pues coinciden con el restode los juzgados por el tribunal de Llerena por este delito. Predominan los varones,circunstancia lógica si se tiene en cuenta que en materia sexual la iniciativa la llevabanlos hombres; son jóvenes y solteros, lo que les lleva a defender una mayor libertad sexualacorde con sus necesidades fisiológicas, siendo además un comportamiento que les parecenatural y que estaba muy arraigado en las mentes populares29 .

Es habitual buscar una justificación moral de los actos realizados, o los que desearíanhacer. Parece el caso de Juan, esclavo de 18 años, perteneciente al jerezano FranciscoMéndez, quien “se difirió y acusó de que con ynorançia avía dicho no ser pecado aver ytener açeso carnal con una muger soltera pagándoselo”30 , manifestación bastante ha-bitual entre los fornicarios que trata de eximir su comportamiento basándose en latolerancia que aparentemente existe con respecto a la prostitución.

27 AHN, Inquisición, lg. 1.988, exp. 40.28 DEDIEU, J.P. “El modelo sexual: la defensa del matrimonio cristiano”, en BENNASSAR, B. Op. cit. pp. 270-275.29 HERNÁNDEZ BERMEJO, M. A. y TESTÓN NÚÑEZ, I. “La sexualidad prohibida y el Tribunal de la Inquisición de

Llerena”, Revista de Estudios Extremeños, XLIV, 1988, pp. 638-640. El perfil de los procesados por este tipo dedelitos en Llerena es similar también al de los juzgados en otros tribunales: DEDIEU, J.P. “El modelo sexual…”, Op.cit. pp. 284-288.

30 AHN, Inquisición, lg. 1.988, exp. 11.

Page 197: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Rocío Periañez Gómez

196

Además de eso, algunos hombres empleaban este tipo de argumentos para convencera miembros del otro sexo en sus propósitos, como Tomé, esclavo de Pedro Gonzálezvecino de Zafra, de 25 años, que fue testificado de que “persuadiendo a una esclava quetuviese cuenta carnal con él, le dixo y porfió no ser pecado, que quantas más vezes seholgasen hera menos pecado”31 .

Aunque, como afirma Henry Kamen, este tipo de información contenida en lasrelaciones de causas nos acerca más a las actitudes de los españoles en materia de sexoque a la realidad32 , debemos señalar que, en el caso de los esclavos, quienes por múltiplescircunstancias se ven imposibilitados de formar una unidad familiar estable (cambios depropietarios, obstáculos puestos por sus amos), es factible que utilizasen el amor ilegalcomo recurso para encontrar algún tipo de satisfacción en sus vidas. En los libros debautismos de las parroquias puede comprobarse fácilmente el carácter ilegítimo de loshijos de las esclavas, habidos de relaciones, unas veces consentidas y otras forzadas, conotros esclavos o con personas libres, incluso en ocasiones producto de vender su cuerpocomo recurso para su subsistencia, especialmente cuando han conseguido la libertad ytienen que buscarse un medio de vida. Quizás Isabel Gómez, una mulata liberta, estanteen Zafra, se dedicase a la profesión más antigua del mundo y por ello declara “que echara un onbre con una muger que no era pecado”33 . Lo cierto es que, en la misma villa deZafra, a principios del siglo XVI, las autoridades concejiles aprueban unas OrdenanzasMunicipales que contienen una serie de normas donde muestran su preocupación por laconducta moral de los esclavos, tanto sobre los de la propia villa como los foráneos. Esareglamentación trata de poner límite a los contactos carnales entre los esclavos, realizadosa sabiendas o no de los dueños, sancionando tanto a los esclavos que mantienen estasrelaciones como a los propietarios consentidores de ellas34 .

Por último, referir brevemente el único delito sexual juzgado que se distingue de losdemás, esta vez protagonizado por una mulata libre llamada Ana Rodríguez y vecina dePlasencia. A esta liberta se la acusa de bigamia, puesto que se ha casado por segunda vezestando vivo su primer marido. Su caso es similar a los de otros muchos bígamos juzgadospor el Tribunal de Llerena35 . Según su declaración, su primer marido marchó a servir “enla jornada de Inglaterra”, suponemos que en la famosa Armada Invencible cuyo desastrosodesenlace conocemos todos. La tardanza del marido en regresar al hogar se considerauna prueba de que ha fallecido y Ana, presentando los testigos oportunos que juran quesu marido ha muerto, vuelve a contraer matrimonio. Entre tanto, vuelven compañeros“que fueron en la misma jornada” de su primer marido, quienes afirman que está vivo,por lo que, verificados los dos matrimonios, la mulata es mandada prender y se abre lacausa. Aquí la acción inquisitorial chocará con la justicia eclesiástica del obispado deCoria, donde se había llevado el proceso ordinario, pues como ya hemos dicho este tipo31 Íbidem, lg. 1.988, exp. 11.32 KAMEN, H. “Notas sobre brujería y sexualidad y la Inquisición”, en ALCALÁ, A. y otros, Inquisición española y

mentalidad inquisitorial, Barcelona, 1984. p. 236.33 AHN, Inquisición, lg. 2.700, exp. 68.34 PERIÁÑEZ GÓMEZ, R. “Esclavitud y poderes públicos. Esclavos en las Ordenanzas Municipales extremeñas. El

caso de Zafra”, Cuadernos de Çafra, II, Zafra, 2004, pp. 163-165.35 HERNÁNDEZ BERMEJO, M. A. y TESTÓN NÚÑEZ, I. “La sexualidad prohibida…”, Op. cit., pp. 643-649.

Page 198: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

197

de delitos eran tratados normalmente por estos tribunales e incluso a veces por la justiciacivil. En realidad, la intervención de la Inquisición en estos asuntos trataba de dilucidar,más que el hecho en sí de haber contraído matrimonio dos veces, si ello entraña la creenciade que esta acción no era pecado. Finalmente los inquisidores absuelven a la rea, remitiendoal tribunal competente, el eclesiástico del obispado de Coria, que resuelva lo concernienteal matrimonio de esta mujer36 .

III. LAS PENAS

Aunque los delitos juzgados son similares, no todos los esclavos recibieron las mismaspenas. En ello influyeron determinados atenuantes o agravantes que los inquisidorestuvieron presentes. De igual modo, la aplicación durante el proceso de la tortura fue muyminoritaria y sólo nos consta que fueron sometidos a tormento tres esclavos, los acusadospor delitos contra la fe, dado que eran prácticamente los únicos en que se recurría a talprocedimiento.

CUADRO II: PENAS CON QUE FUERON SENTENCIADOS LOS ESCLAVOS YLIBERTOS37

PENAS ESCLAVOS Y LIBERTOS

Espirituales 13

Espirituales y corporales 13

Relajados 1

Absueltos 2

Otros 1

No se especifica 6

Como se puede apreciar en el cuadro, la mayor parte de las sentencias suponen laaplicación de penas espirituales a veces combinadas con penas corporales. Sólo un esclavofue condenado a la hoguera, el morisco Juan de Guzmán, cuyo caso expusimosanteriormente. Ni siquiera la alumbrada Elvira Zambrana tendrá un castigoexcepcionalmente grave teniendo en cuenta la acusación que pesaba sobre ella, puessimplemente se determinó “que salga en auto, abjure de levi, cient azotes y que de aquíadelante no trate de los dichos negocios”38 . Es probable que los jueces considerasen a la

36 AHN, Inquisición, lg. 1.988, exp. 48.37 Uno de los esclavos, el citado Juan de Guzmán, será juzgado y sentenciado en dos ocasiones, por ello se contabi-

lizan 36 personas en lugar de los 35 reos que hemos referido antes.38 AHN, Inquisición, lg. 1.988, exp. 12.

Page 199: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Rocío Periañez Gómez

198

hora de determinar la sentencia los muchos años que esta mujer había estado presa en lascárceles inquisitoriales.

Las diferencias que hemos apreciado en la imposición de las penas se deben a unaserie de circunstancias que los jueces contemplan. Así, la juventud o la inmadurez de losreos como en el caso de Diego, mulato esclavo del licenciado Orellana, vecino de Trujillo,quien había sido testificado por haber renegado de Dios mientras le pegaba su amo. Elesclavo acude al tribunal para confesar su delito, probablemente obligado por su dueño ydeclara ante los inquisidores que “lo havía dicho con el enojo y pasión que tenía como ledavan syn mirar lo que dezía”, y además su amo lo había azotado dos veces por laspalabras que habia dicho. Los jueces le condenan a que salga en el auto y abjure de levicon insignias de blasfemo “y no se le dio más pena atento a la hedad y haverle castigadosu amo”39 .

A veces se tiene en cuenta su grado de integración, como en el proceso contra Lucía,esclava negra del llerenense Joan de Guzmán, juzgada por haber proferido ciertostestimonios irreverentes contra la moral declarando que no tenía por pecado las relacionessexuales mantenidas con los hombres. Los jueces comprueban a partir de las defensasque hace la esclava “ser boçal y desatinada”. El término bozal se empleaba para designara aquellos esclavos recién llegados que desconocían la lengua y las costumbres propiasdel lugar, por tanto con esta apreciación los inquisidores se muestran algo más benévolos,lo que no es óbice para que la sentencia sea suficientemente dura a pesar de los atenuantes:ha de abjurar de levi y recibir cincuenta azotes en las cárceles del Santo Oficio40 .

Y también parecen ser menos duros con las personas de edad avanzada que no recibencastigos físicos, como una esclava negra de más de setenta años que renegó de Dios y sela sentenció a que saliese en auto y abjurase de levi41 .

En general, las penas aplicadas a los esclavos y libertos no difieren de las que recibie-ron el resto de los procesados que incurrieron en los mismos delitos. Entre ellas domi-nan, como hemos visto, las penitencias espirituales que se concretan en escuchar misa enalguna iglesia de Llerena o del lugar de donde procedían, a veces con soga y mordaza enla boca, salir en el auto en forma de penitente y abjurar de levi, o someterse a la vergüen-za pública. A las penas espirituales se añadían los castigos corporales materializados enazotes, desde los 20 que se imponen como mínimo hasta los 400 que reciben algunoscondenados. Además, algunas sentencias incluyen destierro o el servicio a galeras. Sihemos de destacar algo es que la mayor parte de los reos debían cumplir sus penitenciasen actos públicos, mostrándose frente a todo el pueblo, siendo uno de los medios princi-pales que tenía la Inquisición dentro de la línea moralizadora y ejemplarizante de estainstitución ante este tipo de delitos42 . Y al parecer, tenía resultado, pues uno de los signosapreciables era el rechazo hacia los penitenciados y lo que habían hecho. En la descrip-

39 Íbidem, lg. 1.988, exp. 16.40 Íbid., lg. 1.988, exp. 13.41 Íb., lg. 1.988, exp. 19.42 HERNÁNDEZ BERMEJO, M.A. y TESTÓN NÚÑEZ, I. “La sexualidad prohibida…”, Op. cit., p. 633.

Page 200: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

199

ción del auto de fe celebrado en Llerena en 1579 en el que salieron los alumbrados, entrelos que se encontraba la negra atezada Elvira Zambrana, “dijo un negro viéndola en elauto: mira la bellaca perra afrentabuenos”43 .

El desarrollo de todo el proceso perjudicaba a los propietarios, pues mientras losesclavos permanecen encarcelados se priva a los amos del servicio de sus dependientes,aunque ya hemos podido comprobar que esto fue lo que buscaron algunos esclavos paraalejarse de sus dueños. Por supuesto, la sentencia era gravosa para los propietarios enmúltiples sentidos. Por un lado, los castigos físicos podían dañar a los esclavos afectandoa su productividad laboral y en definitiva al rendimiento que pueden obtener de ellos suspropietarios, pero peor podía ser si recibían penas de galeras o destierro, que significa-ban el alejamiento del esclavo del lugar de procedencia del amo, con lo que éste segura-mente intentaría venderlo a alguien fuera del territorio donde estaba vedada la presenciadel esclavo. Es lo que debió pasar con Francisca, esclava de Alonso de Tordota, vecinode Salvatierra, sentenciada en “auto en forma de penitente con soga y abjuraçión de levi,doscientos açotes en esta villa y otros doscientos en la de Salvatierra donde cometió losdelictos y desterrada del distrito perpetuamente y se entregue a su amo para que fuera deldistrito disponga della a su voluntad”44 . En ocasiones incluso, los inquisidores determi-nan que deben ser informados si los amos quieren proceder a vender a sus esclavos,como se incluye en la sentencia de Elvira Zambrana: “que su amo no la venda sin liçenciadeste Santo Oficio”45 , suponemos que con el fin de tener controlada a la antigua rea.

En definitiva, la relación del Santo Oficio con los esclavos no se diferencia de la quemantuvo con las personas libres, lo cual según José Luis Cortés será una postura total-mente irracional, “puesto que si a aquéllos se los considera de nula capacidad jurídicapara realizar actos propios de una persona libre, se los supone, en cambio, capaces parael ejercicio de una religión que, de partida, se ha de practicar partiendo de la aceptaciónlibre de la fe”46 . Pese a esta contradicción, los esclavos y libertos comparecerán ante elTribunal para responder por sus delitos de herejía y por manifestaciones contrarias a la fecatólica como tuvieron que hacer otras muchas personas de diferente categorías socialesy serán sancionados por sus creencias erróneas y actos inadecuados con las mismas pe-nas que los demás procesados por similares delitos.

43 HUERGA, A. Op.cit., p. 526.44 AHN, Inquisición, lg. 1.988, exp. 11.45 Íbidem, lg. 1.988, exp. 12.46 CORTÉS LÓPEZ, J.L. Op. cit., p. 225.

Page 201: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en
Page 202: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004

Pgs. 201 a 216ISBN: 84-609-4105-1

PROPIEDAD Y USO DE LA TIERRA BAJO EL SEÑORÍOSANTIAGUISTA. EL CASO DE LLERENA Y PUEBLOS

DE SU ENTORNO

Manuel Maldonado Fernández

IES San IsidoroAmor de Dios, 24

41002 [email protected]

Page 203: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

202

Page 204: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

203

PROPIEDAD Y USO DE LA TIERRA BAJO EL SEÑORÍOSANTIAGUISTA. EL CASO DE LLERENA Y PUEBLOS DE SU

ENTORNO

Manuel Maldonado Fernández

RESUMEN

En tiempos medievales la Orden de Santiago cedió el dominio útilde las tierras a sus vasallos, mayoritariamente de forma colectiva,de manera que ningún individuo tuviese derecho de apropiar o mo-nopolizar para sí, ni el total ni una parte de las mismas. Así surgió ellatifundismo concejil y comunal, esto es, de uso colectivo, políticasocial y distributiva instalada ya en los territorios de la Orden afinales del XIII, defendida insistentemente en sus Establecimientos yLeyes Capitulares. El principio anterior prevaleció hasta bien entra-do el XVI, cuando la Corona, vía impuestos, reclama indirecta y pro-gresivamente de sus vasallos y concejos el beneficio de las tierrascedidas graciosamente durante la etapa de la Reconquista, dandopaso al desmantelamiento del patrimonio colectivo. Mas adelante,durante la segunda mitad del XIX y al amparo de las leyesdesamortizadoras, la mayoría de los bienes concejiles salieron a su-basta pública, instalándose de esta manera el latifundismo de domi-nio privado.

PROPERTY AND USE OF THE LAND UNDER SANTIAGUISTARULE. THE CASE OF LLERENA AND SURROUNDING VIL-

LAGES

In mediaeval times, the Order of Santiago used to give the usefuldomain of its lands to its subjects, mostly in a collective way, so thatno individual had the right to take or monopolize for himself eitherthe totality or a part of them. That was the origin to the council andcommon latifundium system, that is, of collective use, a social anddistributive policy already installed in the lands belonging to the Or-der at the end of the XIII century, and continually defended in itsEstablecimientos and Leyes Capitulares. The previous principle pre-vailed up to the first half of the XVI century, when the Crown, bymeans of taxes, indirectly and progressively demands from its vas-

Page 205: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Manuel Maldonado Fernández

204

sals and councils the benefit of the lands graciously ceded during theperiod of the Reconquista, causing the dismantling of the collectivepatrimony. Some centuries later, during the second half of the XIXcentury, and under the protection of the disentailing rules, most ofthe municipal properties were put up for auction, thus giving place tothe appearance of the private latifundium system.

I. INTRODUCCIÓN

Extremadura se asocia históricamente al latifundismo de dominio privado, situaciónque adquirió su máxima expresión, no precisamente en tiempos del feudalismo más radi-cal o durante el Antiguo Régimen, sino ya en el Nuevo Régimen, una vez consumadas lasdesamortizaciones de Mendizábal (1836) y Madoz (1855). Con anterioridad, la tierra eraen su mayor parte de dominio público, con un grado de afección y explotación colectivavariable, según las fechas y la zona que consideremos.

El dominio público generalizado de la tierra y su uso colectivo encuentra el origenmás próximo en la Reconquista, aplicando la entonces indiscutible teoría que atribuía ala Corona el mérito del triunfo sobre el infiel, factor determinante para que todas lastierras conquistadas quedaran en manos de la institución real, reservándose la facultad deconservarlas como realengas o de renunciar a su dominio en favor de los distintos seño-ríos. En el caso particular del señorío de la Orden de Santiago, institución bajo cuyajurisdicción quedó el marco territorial que nos ocupa, el dominio útil de las tierras fuecedido a los vasallos mayoritariamente de forma colectiva, es decir, de manera que nin-gún individuo tenía derecho de apropiar o monopolizar para sí, ni el total ni una parte delas fuerzas y sustancias de la Naturaleza que se produce sin intervención humana1 . Deesta manera surgió el latifundismo concejil y comunal, es decir, de uso colectivo, políticasocial y distributiva instalada ya en los territorios de la Orden a finales del XIII2 . En estasituación, con la salvedad que a continuación se analizará, permaneció la tierra hasta lasreferidas desamortizaciones.

En efecto, entre los dos modelos anteriores medió una larga etapa (desde finales delXVI hasta la segunda mitad del XIX) en la que predominaban los bienes de propios, esdecir, cuando una buena parte de las propiedades concejiles de uso colectivo, sin perdersus atribuciones originales, progresivamente se emplearon para cubrir necesidades delos concejos, necesidades generadas a cuenta de la excesiva presión fiscal reinante.

Por lo tanto, tres etapas claramente diferenciadas en lo que al uso y la aplicación delos beneficios de la tierra se refiere:

- Una primera (mediados del XIII a finales del XVI), en la que se instituyeron y

1 COSTA MARTÍNEZ, J. Colectivismo Agrario, Madrid, 1944, pp. 370 y ss.2 RODRÍGUEZ AMAYA, E. “La Orden de Santiago en tierras de Badajoz. Su política social y agraria”, en Revista de

Estudios Extremeños, II-3, Badajoz, 1946.

Page 206: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

205

explotaron enormes latifundios concejiles que pretendían beneficiar por igual al conjun-to de vasallos: tierra para todos en las dehesas, ejidos y baldíos concejiles.

- Otra intermedia (finales del XVI a la segunda mitad del XIX), durante la cualdichos beneficios, vía presión fiscal y sin perder el carácter concejil y comunal, eranabsorbidos por la maquinaria fiscal de la Hacienda Real: la tierra en función de lasnecesidades del Estado.

- Y una final, una vez extinguida la jurisdicción civil de la Orden de Santiago, enla cual, tras las leyes desamortizadoras referidas, dichos bienes pasaron a reducidasmanos privadas, determinando la aparición del latifundismo privado: la tierra para quienpudiera comprarla.

En esta comunicación nos centramos especialmente en la segunda de las etapas con-sideradas. En cuanto a la primera, las fuentes documentales que disponemos nos llevan aestas conclusiones, que sucintamente se tratarán más adelante. Sobre la aparición en lasegunda parte del XIX del latifundismo privado, no cabe duda alguna, aunque falta ennuestra zona un estudio sistemático de la abundante documentación que está a la esperade consulta.

En torno a la temática expuesta aparece una jerga conceptual diversa y confusa, dadaslas distintas acepciones que para un mismo concepto o modalidad de tierra se aplicaronen el contexto del Estado, situación que provoca una extraordinaria polémica entre losestudiosos clásicos y contemporáneos, que intentaremos aclarar y aplicar en función dela acepción más usual en el partido histórico de Llerena. La terminología más generalcorresponde a vocablos tales como dehesas, baldíos y ejidos, descartando el de propie-dad particular, pues nunca hasta finales del XVIII adquirieron en nuestro entorno geo-gráfico un significado superficial superior al 10%.

Con el nombre de dehesa se conocían aquellas tierras generalmente defendidas frentea cultivos y dedicadas al pastoreo en sus distintas granjerías. Eran privativas de cadaconcejo, siendo aprovechadas por los ganaderos locales siguiendo los principios asenta-dos en sus fueros y privilegios, más tarde también recogidos en las ordenanzas municipa-les. Por regla general, en cada pueblo existía más de una dehesa, destacando entre ellas ladehesa boyal, es decir, aquella parte reservada en exclusiva para los bueyes de arada delvecindario, aunque más tarde y bajo determinadas circunstancias se permitía temporal-mente el acceso de otras granjerías, especialmente una vez que el ganado mular es intro-ducido en las tareas agrícolas y cuando la cría caballar quedó protegida por la Corona. Elresto de las dehesas concejiles se dedicaban al pastoreo de cualquiera de las especiesganaderas del común de vecinos.

Los ejidos eran predios situados alrededor de cada pueblo, especialmente señaladospara las bestias y ganados de corral, para el establecimiento de eras y para la naturalexpansión urbana.

El vocablo baldío, pasando por alto sus distintas interpretaciones etimológicas, seaplicaba a aquellas tierras de peor calidad, difíciles de cultivar con la tecnología disponi-ble o de acceso más dificultoso, que en principio quedaron sin distribuir entre los distin-

Page 207: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Manuel Maldonado Fernández

206

tos concejos santiaguistas, estableciéndose en ellas una intercomunidad general de apro-vechamientos (labranza, plantíos de olivos, zumaque o viñedos, pastos, bellota, madera,leña, abrevaderos, caza y pesca) libres para cualquier vasallo de la Orden en su provinciaextremeña. Esta aplicación quedó institucionalizada en tiempos del maestre Osórez (fi-nales del XIII), aunque más adelante, a lo largo del XIV y a medida que crecía el vecin-dario, dichos baldíos quedaron repartidos entre las distintas encomiendas, estableciéndo-se complicadas comunidades de aprovechamientos y persistiendo en el mismo uso co-munal e interconcejil, con la salvedad de que progresivamente su disfrute quedaba res-tringido al vecindario de encomiendas vecinas. Es decir, de la intercomunidad general sepasó a una intercomunidad o mancomunidad de proximidad, tal como se refleja en losacuerdos del Capítulo General que la Orden celebró en Llerena (1383) bajo el maestrazgode Pedro Fernández Cabeza de Vaca3 .

Dehesas, ejidos y baldíos aluden, por lo tanto, a tierras con aplicaciones distintas. Lesunía la circunstancia de ser usufructuadas por el común de vecinos de un concejo concre-to o confederación de varios de ellos; les separaban sus distintas aplicaciones, con laparticularidad añadida de que en determinados momentos, con más intensidad en unaszonas que en otras, la Corona revindicaba los baldíos como tierras de realengo, circuns-tancia a la que hemos de añadir las frecuentes refriegas entre mesteños y ganaderos ylabradores locales.

II. ORIGEN DE LOS BIENES CONCEJILES Y COMUNALES: TIERRA PARATODOS EN LAS DEHESAS, EJIDOS Y BALDÍOS

La conquista definitiva de la Provincia de León de la Orden de Santiago tuvo lugardurante el segundo cuarto del XIII, es decir, en un período de éxitos consecutivos paralos ejércitos castellanoleoneses que se conoce como la Gran Reconquista. Fueron lasmilicias santiaguistas las más implicadas en Extremadura, de acuerdo con las estrategiasdiseñadas por Fernando III, quien agradeciendo los servicios prestados sucesivamenteles cedió el señorío solariego y jurisdiccional de las tierras incluidas en las primitivasencomiendas de Hornachos (1235), Alange (1243), Reina (1246) y Montemolín (1248),encomiendas que junto a las de Montánchez y Mérida, ya cedidas por su predecesor(1230), constituirían el señorío solariego y jurisdiccional santiaguista en Extremadura,con una superficie próxima a los 10.000 Km2.

A la vista de las cartas de donación a la Orden de Santiago, el dominio o propiedad dela tierra le correspondía inequívocamente a dicha institución, que para facilitar la repo-blación fue cediendo de forma gratuita y progresiva el dominio útil a los concejos queiban apareciendo, salvo las dehesas reservadas para las encomiendas y la Mesa Maes-tral. Con esta última excepción, más la incidencia de las escasas tierras de propiedad

3 MALDONADO FERNÁNDEZ, M. “Intercomunidades de pastos en las tierras santiaguistas del entorno de Llerena”,en Actas de las III Jornadas de Historia de Llerena, Llerena, 2002, pp. 85-105.

Page 208: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

207

privadas presentes en el señorío4 , podemos asumir que el latifundismo concejil de usocolectivo fue la pieza clave del sistema agropecuario en las tierras santiaguistas hastabien adentrado el XVI. Otro asunto bien distinto y no suficientemente estudiado consis-te en determinar las pautas seguidas en su distribución, recogidas en los Establecimien-tos o Leyes Capitulares de la institución, pero obviadas cada vez con más intensidad yfrecuencia.

En cualquier caso, claro predominio de lo comunal sobre lo privado durante la épocamarcada y, en cierto modo, equilibrio entre el usufructo concejil (en las dehesas y ejidosprivativos de cada concejo) y el supraconcejil (en los baldíos de cada encomienda ocircunscripción dezmatoria).

III. DE LOS BIENES COMUNALES Y CONCEJILES A LOS BIENES DE PRO-PIOS: LA TIERRA AL SERVICIO DEL ESTADO

Concluida la Reconquista, los Reyes Católicos se hicieron cargo de la administraciónde las distintas Órdenes Militares. Posteriormente, por bula de León X este privilegiorecayó en Carlos I y, finalmente, por otra de Adriano VI (1523), los maestrazos se asig-naron de forma perpetua a la Corona.

Los Reyes Católicos, aunque se aprovecharon económicamente de estas institucio-nes, respetaron el modelo de gobierno y administración de la etapa anterior, mantenien-do intactas las jurisdicciones, el modelo administrativo y los privilegios ganados por losvasallos santiaguistas. Sobre este particular, conviene destacar que ratificaron las con-cordias celebradas sobre los aprovechamientos interconcejiles de las tierras baldías y eluso colectivo y gratuito de ejidos y dehesas concejiles, todo ello recogido en los Estable-cimientos y Leyes Capitulares santiaguistas, ratificados y consensuados bajo su monar-quía.

Por lo contrario, sus sucesores paulatinamente transformaron las Ordenes en institu-ciones meramente honoríficas, asimilando el señorío a tierras de cuasi-realengo. Se esti-ma que no existió ningún plan preestablecido, sino el progresivo deterioro financiero dela Hacienda Real y el oportunismo político al que se prestaban los maestrazgos reciente-mente administrados de forma directa por la Corona, en los cuales ensayaron una serie deintervenciones que después, a partir del último tercio del XVI, se generalizaría en Castilla.Me refiero a la venta y empeño de villas, vasallos, tierras baldías, oficios públicos y otrasprerrogativas reales en los territorios de Órdenes, en un proceso de reseñorialización,como estiman Braudel5 y Noël Salomon6 , cuestiona Atienza Hernández7 y desdramatiza

4 Son las denominadas suertes de población, cedidas a título particular por la Orden a los primeros y más significadosrepobladores, con la finalidad de afianzar la repoblación del territorio. Estaban representadas por lotes que incluíanhuertas, viñedos, tierras de sembraduras y de pastoreo.

5 BRAUDEL, F. El Mediterráneo y el mundo mediterráneo en la época de Felipe II, México, 1987.6 SALOMON, N. La vida rural castellana en tiempos de Felipe II, Barcelona, 1982.7 ATIENZA HERNÁNDEZ, I. “Refeudalización en Castilla durante el siglo XVII: ¿un tópico?”, en Anuario de Historia

del Derecho Español, 56, 1986.

Page 209: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Manuel Maldonado Fernández

208

Domínguez Ortiz8 , por citar a historiadores clásicos en estos estudios. Lo cierto es queentramos en una etapa durante la cual, vía impuesto, la Corona reclama indirecta y pro-gresivamente de sus vasallos y concejos el beneficio de las tierras cedidas graciosamentedurante la etapa de Reconquista. Alegaba necesidades para la defensa de la fe católica,ahora no en la Península, sino en cualquier otra parte del mundo conocido, la mitad de élbajo el imperio de los Austria. En definitiva, el beneficio de las tierras y el esfuerzo desus habituales usufructuarios debía revertir en servicios al Estado y sus estrategias polí-ticas y religiosas, para lo cual la maquinaria fiscal ideaba todo tipo de artimañas.

La consecuencia más inmediata de la presión fiscal fue el desmantelamiento de losbienes comunales y concejiles. En su progresivo deterioro y en la zona que nos ocupa notuvo una incidencia decisiva el arrendamiento masivo de los bienes raíces y derechos dela Mesa Maestral, pues sus beneficios siempre habían pertenecido al maestre y la institu-ción que representaba. Tampoco tuvo incidencia especial la venta de baldíos atribuida ala etapa final del reinado de Felipe II, pues en caso de las tierras santiaguistas enExtremadura quedó reducida a ciertos predios de escasa entidad en las encomiendas deMérida y Montánchez9 . Lo que sí tuvo una extraordinaria repercusión fue el incrementofiscal, especialmente las nuevas modalidades impositivas que podríamos calificar deencubiertas, extraordinarias y solapadas, es decir, aquellas que la maquinaria fiscal idea-ba a medida que crecían los gastos derivados de la política imperialista de los Austria.

Los términos referidos no se aplican precisamente para contemplar los servicios rea-les usuales, agobiantes en cualquier caso, ni tampoco los habituales derechos de vasalla-je en favor de la Orden (diezmos, primicias, etc.) sino otros de carácter esporádico yextraordinario que terminaron por instalar la precariedad en los maestrazgos y en Castillaen general. En particular, me refiero a la supresión de la jurisdicción de los alcaldesordinarios en la administración de la primera justicia o instancia en los maestrazgosdesde 1566 y la posterior recompra de dicha jurisdicción a partir de 1588, los sucesivosdonativos reclamados por la Corona, la venta de villazgos y oficios públicos o los gastosextraordinarios para abordar las sucesivas contiendas, especialmente la guerra contraPortugal, por citar aquellos casos que más directamente influyeron en el cambio de utili-dad que sufrió la tierra en nuestra zona.

Lo cierto es que estos impuestos extraordinarios (mayoritariamente indirectos, puesafectaba por igual a cada vecino con independencia de sus rentas) se afrontaron estable-ciendo censos consignados o aplicados sobre los bienes concejiles y comunales, abando-nando progresivamente su uso habitual (distribución gratuita entre el vecindario de acuerdocon ciertas normas establecidas al respecto en las Ordenanzas de cada concejo, redacta-das siguiendo los principios de los Establecimientos o Leyes santiaguistas), pasando abienes de propios (comunales apropiados), ofertados en arrendamiento para afrontar losréditos o corridos que los censos generaban. Es decir, asistimos al desmantelamiento del

8 DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. “Ventas y exenciones de lugares durante el reinado de Felipe IV”, en Instituciones y socie-dad en la España de los Austrias, Barcelona, 1985.

9 CHAVES, B. Apuntamiento legal sobre el dominio solar de la Orden de Santiago, Salamanca, 1740, ed. facs. Barce-lona, 1975.

Page 210: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

209

patrimonio colectivo a requerimiento del propio Estado, ya incapaz de mantener su he-gemonía europea con las exacciones fiscales habituales hasta entonces.

Resumiendo, el tortuoso pero seguro camino que transformaron las tierras comunalesen bienes de propios, encuentra explicación en la excesiva presión fiscal, de forma gene-ral, aunque tres fueron los envites fiscales que en mayor medida provocaron el estableci-miento de censos sobre los bienes comunales en nuestra zona:

- La venta a los concejos en 1588 de la jurisdicción suprimida en 1566.- La compraventa de oficios públicos, especialmente las regidurías perpetuas.- Y la guerra contra Portugal.

III.1. Venta a los concejos de la jurisdicción suprimida en 1566

Hasta 1566, los alcaldes ordinarios de los concejos de la Orden de Santiago, tanto enlas villas como en sus lugares, tenían capacidad jurídica para administrar la primerajusticia en todos los negocios y causas civiles y criminales, quedando las apelaciones enmanos del gobernador de turno, en nuestro caso con residencia en Llerena. Esta primerajusticia era rápida y poco gravosa para las partes, pero también es cierto que pecaba dearbitraria, máxime cuando generalmente los alcaldes y regidores, aparte no ser entendi-dos en leyes, solían declinarse en favor de sus más afines o allegados. No obstante, laspartes litigantes podían recurrir ante el gobernador, poniendo en sus manos la revisión deesta primera justicia. Es decir, se podía revisar la primera sentencia, si bien las apelacio-nes conllevaban cuantiosos gastos administrativos y otras costas añadidas, que hacíancasi inviable el recurso de los vecinos con escasa hacienda.

Las anomalías anteriores deberían estar generalizadas en las villas y lugares de losterritorios de las Órdenes Militares, por lo que Felipe II, mediante una Real Provisión de1566, determinó cortar con ellas. Tres son los aspectos más interesantes a resaltar:

- En primer lugar, se determinaba que en las cabeceras de partido -en el caso de laProvincia de León de la Orden de Santiago establecidas en Llerena, Mérida, Jerez,Hornachos y Segura- no se nombrasen alcaldes ordinarios, quedando sus funciones asu-midas por los gobernadores o alcaldes mayores en dichas cabeceras.

- Por otra parte, serían los gobernadores o alcaldes mayores quienes en adelanteadministrarían la justicia ordinaria en los concejos de sus respectivos partidos, bien deoficio o a requerimiento de las partes.

- Finalmente, se estipulaba que si las partes no se dirigían en sus litigios al gober-nador o alcalde mayor, o éstos no la asumían de oficio, los alcaldes ordinarios localespodían actuar en primera instancia, dejando, si procedía, la apelación en manos de losgobernadores y alcaldes mayores.

Estas decisiones fueron acatadas por los súbditos, aunque no de buen grado, pues conel tiempo pudieron comprobar que, si bien se subsanaban ciertos vicios locales en laadministración de justicia, la intervención de los gobernadores, alcaldes mayores y elséquito de funcionarios que le acompañaba (alguaciles, escribanos y procuradores) ele-

Page 211: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Manuel Maldonado Fernández

210

vaba las costas de justicia generalmente muy por encima del daño que se pretendía sub-sanar. En definitiva, también era arbitraria, dado que la mayoría de los vasallos no dispo-nía de medios económicos para entablar las oportunas apelaciones.

Por ello, durante los años que siguieron a la promulgación de la citada Real Provi-sión, los concejos mostraron su disconformidad, reclamando nuevamente la jurisdicciónsuprimida. No parece que fuese el clamor del pueblo la circunstancia que indujo a laCorona a considerar dichas peticiones. Más bien encontramos en los agobios financierosde la Hacienda Real la causa de esta falsa merced, cuando el monarca, volviendo sobresus pasos, firmó en 1588 otra Real Provisión, ahora devolviendo la primera justicia a losconcejos a razón de 4.200 maravedíes por vecino. Con esta finalidad, en 1588 el Consejode Hacienda nombró a don Fernando del Pulgar como juez comisionado para este asuntoen los territorios de Órdenes Militares.

Estas noticias llegaron a los concejos, la mayoría de los cuales, sin calcular las conse-cuencias que pudieran derivarse, gestionaron la recompra de su jurisdicción. Los núme-ros no cuadraban, pero la ilusión era grande. Al final decidieron entramparse por encimade sus posibilidades y afrontar esta aventura de la que saldrían mal parados, no sólo elvecindario de entonces sino muchas generaciones posteriores, a los cuales dificultaron elacceso gratuito a los baldíos y dehesas concejiles, pues los censos establecidos sobredichos bienes, ahora considerados como de propios o apropiados por los concejos parasu arrendamiento, sirvieron para que el Honrado Consejo de la Mesta y los hacendadoslocales (mayoritariamente ganaderos estantes y riberiegos) empezaran a señorearse portodos los maestrazgos.

El ejemplo mejor documentado lo encontramos en Valencia de las Torres10 . En dichavilla, el 9 de marzo de 1589 se convocó una sesión de cabildo abierto, tras el toquepreceptivo de campanas. No sabemos cuantos valencianos asistieron y si eran muchos opocos los que realmente eran conscientes del alcance de lo que allí se iba a tratar. Encualquier caso, acordaron la recompra de la jurisdicción suprimida, dando poderes aalgunos de sus oficiales para negociar el asunto con el referido Fernando del Pulgar, quenecesariamente llevaría implícita la autorización real para establecer censos sobre losbienes concejiles que fuesen necesarios, a saber:

“...un pedazo de la dehesa boyal de la dicha villa que llaman el Carrascal Gordo, que es desdeel Rincón de la Higuera hasta el camino de en medio a Cabezaluenga, que otras veces se hansembrado y arado; y así mismo, para que puedan arar y arrendar para la boyada y pastos dospedazos del baldío del término de la dicha villa que llaman el Cerro de la Horca y la Peña delHierro, que así mismo se suelen arar; y todo el demás baldío del dicho término e dehesas puedanarrendarse a pastos”.

Algo parecido debió ocurrió en las comunidades constituidas en torno a las enco-miendas de Azuaga, Bienvenida y Usagre. Guadalcanal, de donde disponemos tambiénde una documentación exhaustiva, recompró su jurisdicción en las mismas fechas que

10 Se toma como referencia unas fotocopias de documentos del Archivo General de Simancas, sin signatura conocida,facilitadas por el Ayuntamiento de Valencia de las Torres.

Page 212: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

211

Valencia, negocio que le supuso establecer numerosos censos sobre sus dehesas y bal-díos comunales, por un total de 18.000 ducados11 .

Circunstancias semejantes a las descritas debieron concurrir en la villa de Reina, aun-que en este caso no tenemos la referencia documental oportuna. Dentro de la encomien-da de esta última villa (desentendiéndonos ya de Berlanga y Valverde, villas vendidasdefinitivamente en 1586 a los herederos de don Fadrique Enríquez) Fuente del Arcocompró su villazgo y jurisdicción en 1561, Casas de Reina en 1639 y Ahillones en 1646,no teniendo en ningún caso la necesidad de establecer censos sobre sus bienes concejiles,aunque quedaron fuertemente endeudados con la Real Hacienda, según los aconteci-mientos que más adelante se trataran. En el lugar de Trasierra no se decidieron a seguirlos pasos de los otros concejos de la Mancomunidad, sufriendo continuos acosos porparte de los oficiales de la gobernación de Llerena, que no se interrumpieron hasta quelos traserreños ganaron una Real Provisión en 1675, que prohibía las ingerencias delgobernador de Llerena en los asuntos civiles y criminales por debajo de 12.000maravedíes12 .

Llama especialmente la atención el caso de Azuaga, villa que también recompró sujurisdicción por las fechas consideradas. Sin embargo, tras el incendio de su archivohistórico años después, el documento de referencia desapareció, quedando obligado aratificar su compra en 1667, asunto que le supuso un desembolso adicional de 336.000maravedíes. De esta manera, aparte de reforzar la posición del concejo frente a las inge-rencias del gobernador de Llerena, se aclaraba la comunidad de pastos con Granja, anti-guo lugar de Azuaga y villa desde 1575.

Para concluir, quedan por considerar las circunstancias que afectaron a los antiguoslugares de Llerena, es decir, Cantalgallo, la Higuera y Maguilla. Dichos lugares, comoera costumbre en las tierras santiaguistas del partido de Llerena, en principio disponíande término y jurisdicción, como si de villas se tratasen. La jurisdicción, o lo que quedabade ella por la continua presión de Llerena, la perdieron definitivamente en 1566; sustérminos, como ninguno de ellos se prestó a recomprar su antigua jurisdicción, quedaronunidos al de Llerena, incorporándose al concejo de esta villa como si de aldeas se tratasen13 .

A modo de conclusión, en la compra de la jurisdicción suprimida en 1566 hemos delocalizar el primer envite de la Corona con repercusión directa en el desmantelamientode la propiedad comunal y del uso colectivo y gratuito de la tierra, que afectaba indistin-tamente a dehesas y baldíos concejiles. El dominio útil de la tierra seguía perteneciendoa los concejos, pero también las deudas contraídas para recomprar la jurisdicción, por loque, con contadas excepciones, se mantuvieron hipotecadas hasta la reforma o Ley Agra-ria de finales del XVIII. Los acreedores podían ser individuos particulares o institucio-

11 Documento trascrito como anexo por MUÑOZ TORRADO, A. Los últimos días de la Feria de Guaditoca, Sevilla, 1922.12 MALDONADO FERNÁNDEZ, M. La Mancomunidad de Tres Villas Hermanas: Reina, Casas de Reina y Trasierra

(Siglos XIII-XIX), Sevilla, 1996, p. 87.13 MALDONADO FERNÁNDEZ, M. “Maguilla, ¿una aldea de Llerena?, en Revista de Fiestas Mayores y Patronales,

Llerena, 2003, y “Exención jurisdiccional de la Higuera”, en Revista de Fiestas Patronales Nuestra Señora del Valle,Higuera de Llerena, 2004.

Page 213: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Manuel Maldonado Fernández

212

nes religiosas (parroquias, obras pías, capellanías, monasterios o conventos), si bien, conel transcurrir del tiempo, fueron dichas instituciones quienes mayoritariamente se hicie-ron con los derechos hipotecarios, como así se constata en las respuestas al Catastro deEnsenada dadas por los concejos de la zona.

III.2. Venta de oficios públicos

Al mismo tiempo que se desarrollaban los acontecimientos relatados, la Corona en-contró en la enajenación de oficios públicos otra fuente de ingresos para sanear la Ha-cienda Real, permitiendo la venta de cuantos oficios públicos se solicitaran. Dicha ventasignificaba que aquellos oficios que hasta entonces se concedían por merced real, salíanen venta a perpetuidad, pasando al patrimonio de una determinada persona o institución,con la facultad de ejercerlo, arrendarlo, venderlo o cederlo a sus herederos.

¿A qué clase de oficios nos referimos? Tomás y Valiente, siempre tan sistemático yesclarecedor en sus estudios, habla de tres modalidades: oficios de pluma (escribanías,en general), de poder (regidores, alguaciles y alférez mayor, principalmente) y de dinero(contadores, receptores, depositarios, fieles medidores, etc.)14 . De todos ellos tenemosconstatadas referencias en Llerena y su entono, aunque especialmente nos centraremosen la venta de regidurías perpetuas, por las repercusiones que tuvieron en el asunto quenos ocupa.

Fue a finales del reinado de Felipe II cuando la venta de regidurías adquirió tintesalarmantes, alcanzando cifras dramáticas a partir del XVII que, obviamente, fomentaronla oligarquización de los concejos, provocando la indignación del vecindario. No erapara menos, teniendo en cuenta que el gobierno de los concejos, con la capacidad decoacción que ello conllevaba, correspondía al cabildo, un órgano colegiado constituidopor los alcaldes ordinarios y regidores. En la memoria histórica del vecindario quedaríanreminiscencias de cuando el nombramiento de alcaldes y regidores se hacía democrática-mente en cabildo abierto, siendo todos los vecinos potenciales electos y electores. Tam-bién conocían de las inconveniencias que conllevaba el hecho de que desde los tiemposdel maestre e infante don Fernando de Aragón, y hasta 1562, sólo unos cuantos vecinostuviesen acceso a la nominación y elección de dichos oficios concejiles, circunstanciadesaconsejable pero menos que las que regían desde esta última fecha, cuando la Coronaprácticamente dejó en manos de los gobernadores y alcaldes mayores la elección deoficios concejiles. Sin embargo, ahora, tras la posibilidad de que las familias más pode-rosas en cada concejo pudiera libremente comprar el oficio de regidor, el camino quedódefinitivamente expedito para la oligarquización concejil, perdurando este sistema hastaprácticamente la aniquilación del Antiguo Régimen.

En lo acontecido en el concejo de Llerena encontramos el mejor ejemplo de lo ex-puesto15 . En efecto, ya en 1584 cinco llerenenses se habían embarcado en la segura

14 TOMÁS Y VALIENTE, F. Gobierno e instituciones en la España del Antiguo Régimen, Madrid, 1982.15 Numerosas referencias en el AMLl, remitiendo especialmente al lg. 476-2 (Libro de cuentas y razón de los arrenda-

mientos de dehesas, baldíos y ejidos).

Page 214: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

213

aventura de comprar sendas regidurías perpetuas. Esta circunstancia determinaba que elgobierno del concejo quedaba al antojo y conveniencia de estos particulares, lo que setraducía en poder de coacción, es decir, en dinero a la larga (manejo de los bienes concejiles,reparto interesado de los mismos y de los impuestos, acceso a dietas, etc.). En un princi-pio, el vecindario se opuso a tales manejos, consiguiendo ejercer el derecho de tanteosobre el consumo de dichos oficios, comprándolos a partir de 1598. Y aquí vino la segun-da parte del problema: ¿cuánto costó la recompra de las regidurías perpetuas y cómo sefinanció? La respuesta aparece en los libros de contabilidad del archivo llerenense: huboque hacer un desembolso de 30.000 ducados, para lo cual, como garantía de pago, seestableció un censo consignado sobre la mayor parte de los bienes concejiles, incluidaslas dehesas privativas de los lugares de Cantalgallo, la Higuera y Maguilla, siendo éste elmomento en el que Llerena definitivamente se anexionó de hecho los lugares referidos,quedando como sus aldeas, socampanas, barrios, arrabales o suburbios, que éstos eranlos términos que indistintamente usaban para referirlos. También fue el momento en elque la mayoría de los bienes concejiles llerenenses perdieron definitivamente el usocomunal y gratuito, pasando a bienes de propios, es decir, tierras arrendables cuyos be-neficios quedarían para cubrir gastos concejiles, en este caso concreto los derivados de lacompra a particulares de las regidurías perpetuas que Felipe II les había vendido.

No quedaron aquí las desdichas de los llerenenses, pues lo peor quedaba por llegar.En efecto, es cierto que el concejo era nuevamente dueño de las cinco regidurías, pero ¿aquien designaría en adelante el gobernador de turno como regidores? Obviamente a losmismos a quienes se había forzado a venderlas, a los vecinos más poderosos e influyen-tes, acentuándose el problema cuando, ante el crónico déficit de la Hacienda Real, laCorona acrecentaba paralelamente las regidurías, llegando a coexistir en el caso de Llerenahasta veintitrés regidores perpetuos16 .

Volviendo a 1598, el derecho de tanteo sobre las regidurías perpetuas ascendió a30.000 ducados, estipulándose cinco pagas anuales y consecutivas de 6.000 ducados. Eldinero lo adelantaron distintos particulares de Sevilla y Llerena, aunque más adelanteestos derechos recayeron definitivamente en Rodrigo de Castilla, un indiano oriundo deGuadalcanal, patrón fundador del convento de las concepcionistas de esta última villa,quien al final de su vida cedió dichos derechos al referido convento. En manos de lasconcepcionistas estuvieron los derechos hipotecarios de los bienes concejiles de Llerenahasta 1694, fecha en la que, aprovechando la fundación de la obra pía del capitán FernándezBarba, redimieron la mayor parte de los censos que afectaban al concejo, para, en estecaso, volver a establecer un censo sobre la dehesa del Encinal, ahora con la mencionadaobra pía17 . No pudo desembarazarse el concejo de Llerena de sus relaciones con lasconcepcionistas guadalcanalenses, pues nuevamente recurrieron a esta institución solici-tándole otro préstamo de 6.120.000 mrs. Esta fue la dinámica hacendística del concejo

16 MALDONADO FERNÁNDEZ, M. Llerena en el siglo XVIII. Modelo administrativo y económico de una ciudadsantiaguista, Llerena, 1997.

17 MALDONADO FERNÁNDEZ, M “El capitán Diego Fernández Barba, un llerenense generoso del siglo XVII”, enRevista de Fiestas Mayores y Patronales, Llerena, 1998.

Page 215: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Manuel Maldonado Fernández

214

llerenense durante todo el Antiguo Régimen; cambios y operaciones financieras que ge-neraban gastos (facultades reales, derechos de escribanías, dietas, comisiones, viajes,etc.) para el concejo y beneficio para la pléyade de regidores perpetuos que administra-ban el patrimonio colectivo.

La perversidad del sistema oligárquico instalado en los concejos con la anuencia de laCorona no estriba solamente en la repercusión más inmediata (necesidad de arrendar aparticulares los bienes concejiles, retrayéndolos del uso comunal y gratuito en beneficiodel vecindario), sino en su proyección a lo largo de la mayor parte del Antiguo Régimen,pues a los regidores perpetuos les interesaba el mantenimiento de la deuda concejil, entreotras circunstancias porque bajo esta situación quedaban con más libertad para adminis-trar los bienes empeñados; por lo contrario, si estuviesen desembargados su administra-ción quedaría sometida a lo dispuesto reglamentariamente en las ordenanzas municipa-les y en los Establecimientos de la Orden, que imponían el usufructo colectivo de losbienes concejiles.

Así lo debieron entender los cinco avispados vecinos de Valencia de las Torres que en1589 dirigieron y manipularon el concejo abierto que concluyó con el compromiso derecomprar la jurisdicción suprimida por la Real Provisión de 1566, pues en fechas inme-diatamente después se ofrecieron para comprar sendas regidurías perpetuas, circunstan-cia que les facilitaba la tarea de aprovecharse de los bienes comunales apropiados o depropios.

Y fue así porque la Corona siempre presentaba buenas disposiciones a la hora deconceder las facultades precisas que facilitaran el establecimiento de censos sobre losbienes concejiles, especialmente si se trataba de cobrar deudas fiscales. Igualmente po-nía la mano con facilidad cuando cualquier vecino mostraba interés por una regiduríaperpetua, negocio tan solicitado que ya desde principios del XVII la Hacienda real dis-ponía del material impreso adecuado, sólo a la espera de poner el nombre del interesadopor una regiduría perpetua, la cantidad que se comprometía a pagar, la fecha y las firmascorrespondientes. En efecto, tenemos noticias de la presencia de regidores perpetuos enprácticamente todos los concejos del ámbito territorial que se estudia. Aparte los casosextremos de Llerena y Guadalcanal, especialmente resulta llamativo el de Casas de Rei-na, un lugar de la villa de Reina con escasamente 80 vecinos, en donde en 1625 coexis-tían 10 regidores perpetuos, que suponemos serían los que en 1638 promovieron la exen-ción jurisdiccional de la villa de Reina, comprando la carta de villazgo.

III.3. Guerra contra Portugal

La política de los dos primeros Austrias es la directa responsable de la crisis y deca-dencia generalizada de la España del XVII, con la colaboración de sus sucesores. Loshistoriadores más significados ya se han ocupado de analizar el origen de esta decaden-cia y, con las lógicas divergencia en cuanto a ponderar los factores y hechos concretosque influyeron más decisivamente, estiman que la Corona se ocupó excesivamente en

Page 216: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

215

mantener el Imperio y su hegemonía militar e ideológica en Europa, descuidando elcomercio, que presentaba una balanza de pagos excesivamente negativa; es decir, semantuvo un poderoso y costoso ejército, mayoritariamente formado por mercenarios, almismo tiempo que disminuían las exportaciones y se incrementaban las importaciones,situación de la que se beneficiaban nuestros competidores militares europeos. Esta situa-ción sólo podía mantenerse con una presión fiscal elevada, complicada por la emigracióna América, años climatológicamente adversos y frecuentes brotes de epidemias. El resul-tado: menos vecinos para producir y mayor requerimiento fiscal, condiciones propensaspara que la tierra perdiera progresivamente el carácter comunal y gratuito que siempretuvo.

Ya a mediados del XVII, la inoportuna e infructuosa guerra contra Portugal vino aacentuar los males endémicos que particularmente afectaban a Extremadura. En efecto,Fernando Cortés18 , analizando las bajas de campaña demuestra cómo la mayor parte delimprovisado, bisoño e indisciplinado ejército estaba constituido por soldados extreme-ños, como también era de origen extremeño una buena parte de los pertrechos que deimprevisto se requería para mantenerlo19 .

Los escasos concejos santiaguistas del partido de Llerena que para entonces no teníansus bienes concejiles apropiados e hipotecados, sucumbieron ante este nuevo envite. Esel caso de la Mancomunidad de términos que desde 1265 constituían los concejos deReina, Casas de Reina, Trasierra y, en cierto modo, Fuente del Arco. Como el término eramancomunado y la carga fiscal era privativa de cada concejo, la deuda fiscal acumuladaen los primeros años del XVII forzó a dichos concejos mancomunados a repartirseadministrativamente el término “mancomunado, proindiviso e insolidium” que bajo es-tas condiciones fue otorgado por Pelay Pérez Correa20 .

Disponemos de las referencias documentales oportunas de cómo la contienda contraPortugal afectó directamente a los bienes concejiles de los pueblos mancomunados, con-cretamente sendas actas notariales de establecimiento de censos sobres las dehesas pri-vativas y mancomunadas, respaldadas por los escribanos de Llerena en distintos días ymeses de 1645. En todos los casos, el expediente generado se inicia con un acta decabildo, en cuyo desarrollo sus oficiales y vecinos, en un pleno abierto convocado a sonde campana tañida, decidieron hipotecar los bienes comunales para cubrir las exigenciasdel ejército. Para ello, pidieron licencia a la Corona (Felipe IV, en este caso), “suplicán-dole” la autorización oportuna para hipotecar dichos bienes y con el dinero obtenidosaldar los requerimientos para sufragar la guerra contra Portugal. Naturalmente, la res-puesta del monarca fue afirmativa. Lean en relación suficiente la facultad real concedidaal concejo de Casas de Reina, que poco difiere de las concedidas a los otros concejosmancomunados:

18 CORTÉS CORTÉS, F. “Guerra en Extremadura: 1640-1668 (Ejército, financiación y consecuencias)”, Revista deEstudios Extremeños, XXXVIII-I, 1982.

19 AMLl, lgs. 441-445, que corresponden a las Actas Capitulares de los años de dicha contienda, sembradas de nume-rosas alusiones y exacciones fiscales en forma de socorro a los pueblos afectados más directamente y al ejército.

20 MALDONADO FERNÁNDEZ, M. La Mancomunidad..., ob. cit.

Page 217: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Manuel Maldonado Fernández

216

“El Rey: Por cuanto por parte de vos, el Concejo, Justicia y Regimiento de las Casas nos fuehecha relación que nos estabais debiendo veintidós mil reales de sisa, quiebra de sisa, centenas,alcabalas, sal y servicios reales; y cuatro mil que los dichos oficiales de dicho concejo estabanobligados como particulares y aunque habían pagado los vecinos los repartimientos habían con-sentido [pagar] el dinero; y los cuatro mil reales prestados en la conducción de los soldados deCataluña y Badajoz y socorro que habíais ido a favorecer las plazas de Valverde y Badajoz,Villanueva del Fresno y el Montijo; y es imposible el que pudierais pagar los débitos si no era quele concediéramos facultad para que pudieseis tomar a censo los dichos veintidós mil reales sobreel ejido gamonal, dehesa de San Pedro, suertes de Viar y dehesillas: y para ello hicisteis informa-ción a cabildo abierto por donde constaba lo referido y que era conveniente se os concediese ladicha Facultad para que pudieseis tomar el dicho censo y que por lo susodicho nos serviríais paralas ocasiones presentes con lo que fuere justo y como la nuestra merced fuese, lo cual fue visto porlos de mi Consejo (...) Por cuanto nos habéis servido para la compra de caballos con que los delnuestro Consejo nos sirven en la presente guerra con mil y doscientos reales pagados en la villa deMadrid el día de Todos los Santos que viene del presente año de mil seiscientos y cuarenta y cinco(...) Por lo cual os damos licencia y facultad para que para el efecto de pagar y satisfacer a nuestraReal Hacienda los maravedís que nos estáis debiendo (...) podáis tomar a censo al quitar (...) losveintidós mil reales, y no más, a personas, concejos, comunidades, iglesias, o monasterios que osquisieren dar a censo a razón de veinte mil el millar, y no menos ni más de treinta mil, obligandoel ejido...”21

En el caso del lugar de Trasierra, sus oficiales también requirieron la Real Facultadcorrespondiente para tomar a censo 26.000 reales: 8.000 que debían de alcabalas, y elresto para ayudar al ejército de Extremadura. Proponían los traserreños establecer censossobre la parte del término que le había correspondido, es decir, las suertes de la dehesa deSan Pedro y Viar, así como la parte de las Dehesillas que le pertenecían, más el ejido deCavetrasierra22 .

La facultad real a favor de Reina viene redactada en términos parecidos, concedién-doles licencia para tomar a censo 2.500 ducados: 700 que ya debían del principal de uncenso, y el resto de los gastos con que habían cargado a la villa en concepto de trigo,cebada, carros y demás bagaje para bastimento del ejército de Extremadura en la guerracon Portugal23 .

Con las referidas facultades, los concejos, representados por algunos de sus oficiales,se personaron en Llerena para hacer pública sus respectivas ofertas, que fueron acepta-das a título particular por distintos vecinos de Llerena, si bien, más adelante recalaron losderechos censatarios en manos de distintos conventos de religiosas de esta misma ciu-dad, hasta que a principios del XIX consiguieron redimirlos.

21 APNLl, lg. 78, escribanía de Gaspar de Olivares.22 Íbidem.23 Íbid.

Page 218: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004

Pgs. 217 a 233ISBN: 84-609-4105-1

UNA APORTACIÓN DOCUMENTAL PARA EL ESTUDIODE LA RELIGIOSIDAD POPULAR EN LA LLERENA DELSIGLO XVII: LA COFRADÍA DE NUESTRA SEÑORA DE

LA SOLEDAD A TRAVÉS DE SUS REGLAS DE 1650

Salvador Hernández González

Núcleo Viterbo, bloque 5, 3º B41089 Montequinto

[email protected]

Page 219: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

218

Page 220: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

219

UNA APORTACIÓN DOCUMENTAL PARA EL ESTUDIO DE LA RE-LIGIOSIDAD POPULAR EN LA LLERENA DEL SIGLO XVII: LA CO-FRADÍA DE NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD A TRAVÉS DE SUS

REGLAS DE 1650

Salvador Hernández González

RESUMEN

Dentro de la historia de las mentalidades ocupa un destacado lu-gar el estudio de la religiosidad popular, conformando un complejocampo de estudio que ha despertado la atención de antropólogos,historiadores, sociólogos, historiadores del arte, etc., no sólo por suespecial incidencia en la conformación de manifestaciones artísticas,sino por constituir un fenómeno vivo con largas raíces en el tiempo.Por ello abordamos para el caso de Llerena el estudio de la herman-dad del Santo Entierro y Nuestra Señora de la Soledad tomando comobase el texto de las Reglas aprobadas por la autoridad eclesiástica en1650, documento que al reglamentar minuciosamente aspectos tanvariados como órganos directivos, recursos patrimoniales y progra-ma festivo y ceremonial, constituye una interesante aportación parael conocimiento de lo que debió significar la Semana Santa en la vidade la localidad en el siglo XVII.

A DOCUMENTARY CONTRIBUTION TO THE STUDY OF POPU-LAR RELIGIOUSNESS IN LLERENA IN THE XVII CENTURY:

THE BROTHERHOOD OF NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDADTHROUGH ITS RULES IN 1650

The study of popular religiousness occupies an outstanding placewithin the study of the history of mentalities, and it conforms a com-plex field of study that has attracted the attention of anthropologists,historians, sociologists, Art historians, etc., not only for its specialincidence in the shaping of artistic manifestations, but also for con-stituting a living phenomenon with deep roots in time. Therefore, forthe case of Llerena we will study the Brotherhood of the Santo Entierroand Nuestra Señora de la Soledad, taking as a starting point the textof the Rules passed by the ecclesiastic authority in 1650; this docu-

Page 221: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Salvador Hernández González

220

ment, by regulating in great detail aspects such as governing bodies,patrimony and festive and ceremonial program, constitutes an inter-esting contribution to the knowledge of what must have meant theHoly Week in the everyday life of the town in the XVII century.

I. EN TORNO A LOS ORÍGENES DE LA COFRADÍA DE NUESTRA SEÑORADE LA SOLEDAD: SU FUNDACIÓN EN EL CONVENTO DE LOS DOMINICOS

Dentro de la enorme riqueza de aspectos que muestra la historia de Llerena, el com-plejo mundo de la religiosidad popular se halla todavía necesitado de estudios que acla-ren los orígenes y evolución de las hermandades y cofradías, que tan importante papelhan desempeñado en la conformación tanto del patrimonio artístico como del ciclo festi-vo local, máxime en una localidad como la nuestra que, como se sabe, desempeñó duran-te siglos la capitalidad religiosa del Priorato de San Marcos de León. Aunque existensobre el tema algunas aportaciones de marcado interés, como la comunicación presenta-da por Maldonado Fernández y Mena Cabezas en las III Jornadas de Historia de Llerena1 ,todavía queda mucho camino por recorrer, no sólo en el caso de Llerena en particular,sino de Extremadura en general, si lo comparamos con la amplísima bibliografía, muyvariada, dispar y dispersa en objetivos, fuentes, metodología y resultados, que el estudiode la Semana Santa, romerías, procesiones, etc. y otras manifestaciones de la religiosi-dad popular ha generado en las vecinas tierras andaluzas.

Así pues, con la intención de contribuir a llenar este vacío, tratamos en esta ocasiónde aproximarnos al estudio de la Semana Santa en la Llerena del Antiguo Régimen,utilizando como botón de muestra la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad, corpora-ción religiosa de larga historia y todavía activa en nuestros días.

El nacimiento de esta hermandad se inscribe dentro del ambiente de intensidaddevocional definido por la Contrarreforma católica, que en nuestras tierras alcanzó ras-gos de acusada personalidad. Aunque ya en la Baja Edad Media puede rastrearse la pre-sencia de cofradías de muy variada naturaleza, tanto penitenciales como de gloria yasistenciales u hospitalarias, será en el siglo XVI, siguiendo las directrices del Conciliode Trento, cuando adquieran un nuevo impulso bajo el común denominador de la defensadel dogma católico mediante el culto público. De esta forma, como señala RomeroMensaque, las antiguas hermandades surgidas en los siglos XIV y XV como expresiónde aquella religiosidad medieval que buscaba en la asociación de otros devotos un mejorcamino para llegar a Dios y para expresar con plenitud su fe a través de diversos ejerci-cios como el del Vía Crucis, al llegar al Quinientos modifican su instituto buscando una

1 MALDONADO FERNÁNDEZ, M. y MENA CABEZAS, I. “Religiosidad popular, salud pública y beneficencia en Llerenadurante el siglo XVI”, Actas de las III Jornadas de Historia de Llerena, Llerena, Sociedad Extremeña de Historia,2002, pp. 143-164.

2 ROMERO MENSAQUE, C.J. “La Semana Santa en la Sevilla del Barroco”, Semana Santa en Sevilla. Sangre, luz ysentir popular. Siglos XIV al XX, Sevilla, Ediciones Gemisa, 1986, pp. 68-69.

Page 222: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

221

nuevas formas de vivir la religión acordes con la nueva época 2 , entre las que ocupa unlugar central la estación de penitencia pública desarrollada en el contexto de la salidaprocesional de las imágenes titulares de la corporación. Bajo estos parámetros, en lasegunda mitad del siglo XVI se multiplicó el número de cofradías existentes en los pri-meros años.

Este fenómeno de expansión cofrade también debió producirse en la Llerena del sigloXVI, componiendo un variado mosaico de hermandades de distinta naturaleza y finali-dad, integrado, como señalan Maldonado Fernández y Mena Cabezas, por cofradías gre-miales, devocionales, penitenciales y de caridad3 . Dentro de esta clasificación, la her-mandad de Nuestra Señora de la Soledad nace con una finalidad estrictamente peniten-cial, entregada, como veremos, a la asistencia a sus miembros y al culto público de susimágenes titulares mediante un definido programa ceremonial, aspectos todos que seránminuciosamente regulados en las Reglas de 1649. El nacimiento de esta cofradía aconte-ce en torno a 1565 en el seno del convento de Santo Domingo (el cual había sido fundadoen 1554 aprovechando la ermita de San Antón4 ), a tenor de la apreciación que se hace enel informe de la Visita de la Orden de Santiago de 1575 de que “parece que se ha fundadode diez años a esta parte”5 . A través de las cuentas presentadas el último año citado anteel visitador de la Orden de Santiago podemos hacernos idea del funcionamiento de lacorporación durante sus primeros años de existencia. Las fuentes de ingresos estabanconstituidas por algunos censos perpetuos procedentes de donaciones de cofrades, másla cuota de ingreso de los hermanos y las limosnas que se recogían en el bacín o cepillodepositado en la iglesia del convento de Santo Domingo6 . El capítulo de gastos se repar-tía entre diversos conceptos como consumo de cera, misas por los hermanos difuntos,celebración de festividades como la de Todos los Santos y adquisición de enseres, comola cruz que remataba el estandarte, realizada por el ensamblador Francisco García, o unasandas para sacar en procesión la imagen de Nuestra Señora de la Soledad.

Especialmente interesante, como reveladora de una manera de entender la función delarte sacro y de los usos artísticos de las cofradías de la época, es la apreciación emitidapor el Visitador sobre la imagen de la Virgen de la Soledad. En su visita al monasterio deSanto Domingo se halló “una imagen de Nuestra Señora de la Soledad, no con aquelladecencia y honestidad que pide la sacratísima Reina de los Ángeles que representa, porser los vestidos y tocado que tiene profanos, de tal manera que no sólo no mueven a loscristianos a devoción, pero provoca por la flaqueza humana a indevoción”. La moda delas imágenes de vestir, ampliamente extendida por España desde el Medievo, había sidoplenamente asumida por las clases populares en el siglo XVI como algo consustancial ala estética de las hermandades y cofradías. Así, en las últimas décadas del Quinientos seadvierte la presencia masiva de este tipo de imágenes en casi todos los desfiles que

3 MALDONADO FERNÁNDEZ, M. y MENA CABEZAS, I. Op. cit., pp. 154-156.4 PEÑA GÓMEZ, M.P. (DE LA) Arquitectura y urbanismo de Llerena, Cáceres, Universidad de Extremadura, 1991, p. 196.5 Archivo Historico Nacional (AHN), sección Ordenes Militares, Visitas de la Orden de Santiago, lib. 1.012 C, f. 123v.

Agradezco al amigo e investigador D. Manuel Maldonado Fernández el haberme brindado fotocopia del informe deesta Visita de 1575.

6 MALDONADO FERNÁNDEZ, M. y MENA CABEZAS, I. Op. cit., p. 155.

Page 223: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Salvador Hernández González

222

recorren las calles de las ciudades españolas, lujosamente ataviadas con ricas vestiduras,joyas y otros adornos. De esta forma, las efigies de la Virgen, que en realidad se reducíana un armazón o candelero con las manos y rostro de talla, jugaban con el efecto teatral delcambio de apariencia de la imagen al cambiársele la ropa en función del calendario litúr-gico, dándose la dualidad de “imágenes de alegría”o “de gloria”y “de tristeza”, según losvestidos que se le colocasen. En un principio, por tanto, la importancia que adquierenestas imágenes obedece al deseo de propaganda religiosa y catequesis permanente, aun-que al mismo tiempo el propio ambiente del que se rodean en las procesiones hace deellas, más que un instrumento de reflexión religiosa, un objeto para la contemplaciónestética7 . A pesar de ello, esta práctica de vestir las imágenes no tardó en despertar lascríticas de la jerarquía eclesiástica, que si bien en principio reconocía que lo fastuoso deun vestido o el brillo de una joya son reflejo de una belleza moral así como de unaautoridad divina, era también consciente de que la apariencia excesivamente humana ypreciosista de una imagen la convierten en un mero objeto estético, sin más connotacio-nes espirituales. De este modo, casi desde el mismo momento en que la imagen comienzaa aparecer bajo una concepción profana, se tiende a descalificar el lujo como algo inmo-ral, contemplándose la apariencia rica y lujosa como sinónimo de deshonestidad8 . De ahíque la legislación eclesiástica intente desterrar, sin conseguirlo, esta práctica de vestir lasimágenes. Esta intención es expresada abiertamente en el caso de la cofradía llerenensede la Soledad por los visitadores cuando ordenan a los mayordomos de la hermandad“que dentro de cuatro días quiten la dicha imagen para que la entierren donde bien vistoles fuere”y que se vendan los vestidos y demás adornos de la imagen. Con el producto dela venta se habría de hacer “una imagen de bulto entero, bien estofada y dorada, la cual sehaga con parecer del Prior de dicho monasterio conforme a lo que representa la dichaimagen”. Vemos, pues, como la Iglesia, poniendo en práctica las directrices del conciliode Trento, asume el control sobre el arte sacro, al que somete bajo su inspección paraevitar obras que por su iconografía errónea o sus incorrectos rasgos formales provoquenla burla hacia el tema que se representa. De ahí que el visitador de la Provincia de Leónprohíba terminantemente que la cofradía de Nuestra Señora de la Soledad celebre suestación de penitencia con la imagen titular de vestir, castigando con multas no sólo a loscofrades que se atreviesen a sacarla, sino a los clérigos que acompañasen la procesión,“porque así queda mandado en toda la Provincia como cosa que tanto importa a la buenagobernación de ella y servicio de Dios y del apóstol Santiago”9 .

Sin embargo, pese a las voces en contra de las imágenes vestidas pronunciadas por lossínodos diocesanos y algunos escritores de la época, la religiosidad popular asumió ple-namente esta modalidad artística, generándose en el seno de hermandades y cofradías untipo de imagen que les es específico y que forma un capítulo aparte dentro de la icono-grafía barroca, siendo ya imposible de frenar, bien por motivos sociales de ostentación yemulación entre los cofrades o bien por motivos estrictamente devotos, de tal modo que

7 MARTÍNEZ-BURGOS GARCÍA, P. “La imagen de vestir: el origen de una devoción barroca”, Pedro de Mena y suépoca, Sevilla, Dirección General de Bienes Culturales de la Junta de Andalucía, 1990, p. 153.

8 Íbidem, pp. 154-155.9 AHN, Ordenes Militares, Visitas de la Orden de Santiago, lib. 1.012 C, f. 125.

Page 224: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

223

en la estética del Barroco la escultura llega al paroxismo, haciendo de estas imágenesauténticos iconos vivientes al introducir todo tipo de postizos naturales, como cabelleras,pestañas, etc., consiguiendo que la imagen deje de valer como instrumento para la reflexióndevota y se convierta en una pieza digna de ser contemplada estética y sensualmente10 .

Pasadas algunas décadas y adentrándonos ya en el siglo XVII, el informe de la Visitade la Orden de Santiago de 1604 nos brinda nuevamente otros datos sobre la actividad dela Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad11 . Al igual que sucedía a fines de lacenturia anterior, la cofradía se mantiene a base de los ingresos procedentes del cobro dealgunos censos perpetuos, las cuotas de ingreso de los cofrades y las limosnas recogidasen el cepillo de la iglesia de Santo Domingo. De la misma forma, los gastos siguengirando en torno al consumo de cera, misas por los hermanos difuntos, la celebración deprocesiones y el mantenimiento del patrimonio artístico, aspectos estos últimos sobre losque esta Visita de 1604 nos brinda interesantes datos. En relación con las procesiones, seanota el pago de catorce reales a los músicos o ministriles, encabezados por un tal Ciprianoque junto con sus compañeros “tañeron la fiesta, procesión e misa del Niño Perdido”,celebración a la que nos referiremos más adelante cuando tratemos de las Reglas de1650, donde aparecerá claramente regulada. Para esta festividad no sólo se preparabanlas andas procesionales del Niño Jesús, sino que también se adornaba el templo concolgaduras, como lo apunta el pago de seis reales al muñidor Pedro Sánchez “por colgarla iglesia en el día del Niño Perdido”. El mismo acompañamiento musical de ministriles,pero con melodías fúnebres o “de dolor”acompañaba la procesión del Santo Entierro enla noche del Viernes Santo, abonándose por este concepto doce reales. Igualmente, otrospagos brindan algunos detalles del desarrollo de la estación de penitencia en la SemanaSanta, sobre los que profundizarán las Reglas de 1650, como es el caso de la presencia dedisciplinantes o el acompañamiento de clérigos rezando. Y en cuanto al patrimonio artís-tico, se consignan el pago de doce reales al carpintero Juan de Becerra por la madera yhechura de unas andas para la urna del Cristo Yacente, y los trece reales de una vara detela de bayeta para “aderezar las andas de la dicha hermandad”, seguramente las del pasode Nuestra Señora de la Soledad. Igualmente, la cofradía colaboró en el ornato del tem-plo conventual de los dominicos, como los siete reales pagados “de la parte que de ladicha hermandad cupo de las escaleras que se hicieron para la iglesia entre las hermanda-des de ella y el convento”. Tal vez se refiera a las escaleras que darían acceso a la capillamayor del templo, en el que también radicaba la hermandad de Nuestra Señora del Rosa-rio, corporación letífica de historia todavía mal conocida y que igualmente debió com-partir estos gastos con la penitencial de la Soledad.

II. Aprobación de Reglas en 1650

Por causas que se nos escapan, la Hermandad de la Soledad acabó abandonando elconvento de Santo Domingo para establecerse en la que habría de ser su sede hasta

10 MARTÍNEZ-BURGOS GARCÍA, P. Op. cit., pp. 158-159.11 AHN, Órdenes Militares, Visitas de la Orden de Santiago, lib. 1.015 C, ff. 360v-361.

Page 225: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Salvador Hernández González

224

nuestros días, la iglesia parroquial de Santiago. Aunque, como decimos, desconocemosla causa de esta mudanza, detrás pudieran estar problemas en las relaciones con la comu-nidad dominica, estrechez de espacio para el desenvolvimiento de su vida corporativa oquizás la necesidad de estar más cerca de los fieles y devotos, dado el relativo alejamien-to de la iglesia dominica del centro de la población. Cualquiera de tales razones o todasal unísono bien pudieron ser el móvil del traslado a la iglesia de Santiago, donde lahermandad reside con seguridad cuando el 26 de diciembre de 1649 sus miembros sereunieron para elaborar sus nuevas Reglas, que como instrumento jurídico regulase sufuncionamiento como asociación de fieles sujeta a la jurisdicción eclesiástica y por endea lo prescrito por el Derecho Canónico. Aunque, como hemos visto, la hermandad de laSoledad ya existía desde tiempo atrás, quizás habría perdido sus Reglas fundacionales osimplemente, como era frecuente en la época, no había regularizado su situación canóni-ca hasta este momento, funcionando de hecho como asociación de fieles, pero no a efec-tos jurídicos ante la autoridad eclesiástica del Priorato de San Marcos de León.

A esta situación de irregularidad jurídica, que no era privativa de Extremadura, sinoque era habitual en el resto de las regiones del país y que muchas hermandades veníanarrastrando desde prácticamente su nacimiento, pretendieron poner fin las autoridadeseclesiásticas de las diferentes diócesis españolas mediante la aplicación de las directricesemanadas del Concilio de Trento, dictando a este propósito los obispos y prelados unalegislación específica que se plasmó en la normativa recogida en los sínodos diocesanos.Así, y a modo de ejemplo, en la vecina archidiócesis sevillana el Sínodo celebrado en1604 por el Cardenal Niño de Guevara tuvo especial incidencia en la vida de las cofra-días, al establecer por primera vez unas normas para su gobierno, entre las que destaca laobligación que tienen todas estas entidades de presentar para su aprobación sus Reglas oestatutos ante el Ordinario eclesiástico, como requisito imprescindible para su reconoci-miento como tal cofradía por esta autoridad12 . Aunque no conocemos noticias al respec-to, una postura parecida se debió adoptar en la Provincia de León por parte de susprovisores de Mérida y Llerena, obligando a las hermandades existentes en su jurisdic-ción a regularizar su situación canónica. De esta forma, el texto presentado por la Her-mandad de la Soledad de Llerena fue aprobado el 19 de julio de 1650 por el licenciadoDon Avaro Bernardo de Miranda, provisor juez eclesiástico de la provincia de León, pordelegación del Prior Don García de Eslava y Zayas, decretando que estas Reglas secumplan “en todo y por todo como en ellas se contiene y so las penas de ellas”, sinolvidarse de prescribir la necesidad de autorización eclesiástica para ulteriores cambioso reformas de las mismas.

III. LA HERMANDAD DE LA SOLEDAD A TRAVÉS DEL TEXTO DE LAS RE-GLAS DE 1650: ORGANIZACIÓN, FUNCIONAMIENTO, PATRIMONIO ECONÓ-MICO Y CULTOS

El documento que estudiamos, conservado hoy en el Archivo Histórico Nacional13 ,

12 ROMERO MENSAQUE, C.J. Op. cit., pp. 65-66.13 AHN, secc. Códices, lib. 87 B: Constituciones de la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad de Llerena.

Page 226: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

225

muestra no sólo un interés propiamente local en relación con la historia de Llerena, sinoque nos sirve como botón de muestra para hacernos idea del funcionamiento de este tipode corporaciones durante el Antiguo Régimen en la Baja Extremadura, dentro del con-texto del rigor ideológico y la severidad normativa marcados por la alianza entre la mo-narquía de los Austrias y la Iglesia triunfante, con el telón de fondo de la Contrarreformacatólica. Como instrumento jurídico que regula la vida de las hermandades, en las Reglassuelen fijarse aspectos tan variados como la admisión de hermanos, sus derechos y obli-gaciones, cargos directivos, administración y custodia del patrimonio de la corporación,celebración de cultos y otros actos piadosos como la estación de penitencia y cuantascuestiones se considere oportuno regular. Por ello, este tipo de documentos, cuando sehan conservado en relación con otras épocas, constituye una fuente básica para el estu-dio, no sólo del fenómeno cofrade en sí mismo, sino por extensión para el estudio de lareligiosidad popular en tanto que ésta constituye una sugerente faceta del amplio campode la historia de las mentalidades, aun tomando la precaución de que son textos normati-vos que no siempre se cumplen en la realidad, pero que revelan una manera de entendery vivir la práctica religiosa en otras épocas de nuestra historia.

El texto de las Reglas de la Soledad comienza con un largo exordio justificativo de lanecesidad de redactar estas constituciones, echando mano de citas bíblicas y de ideasteológicas que insisten en la necesidad de la concordia, hermandad y buen orden entrelos componentes de la cofradía, “para huir de la confusión que suele causar la muche-dumbre”. Como para el buen orden de los miembros ha de haber una buena cabeza, loscuatro primeros capítulos definen la composición de la junta de gobierno, el ingreso delos cofrades y las obligaciones de éstos. Así, el capítulo primero trata de “como se hande elegir los oficiales” o junta directiva de la corporación. Anualmente y en la fecha delsegundo día de Pascua de Resurrección, se elegirán dos mayordomos y un alcalde, losdos primeros encargados de la administración de los bienes de la hermandad y el segun-do del gobierno de la misma. El cargo de alcalde lo desempeñará uno de los mayordo-mos salientes, concretamente el que en su día hubiese obtenido mayor número de votos.El ingreso de los cofrades queda regulado en el capítulo segundo, que estipula que lospretendientes han de presentar su petición en el cabildo o junta general de la hermandad.Una vez admitido, se anotará el nombre del nuevo cofrade en el “abecedario” o libroregistro de hermanos, comprometiéndose a abonar una limosna de veintidós reales o unalibra de cera en concepto de entrada. No obstante, la admisión viene determinada porunas condiciones restrictivas en función de la extracción social del candidato, de talmodo que, como matiza el capítulo tercero, no se admite “ningún hombre de oficio vil,como es capador, pregonero, verdugo, negro ni mulato ni esclavo, aunque los tales seanhijos de alguno de nuestros hermanos, ni a personas poderosas, atento que las tales per-sonas no cumplen con las obligaciones y cargas de dicha hermandad, sino a hombresllanos, oficiales que sirvan dicha hermandad a todo lo que se le ofreciere”. De esta for-ma, la hermandad de la Soledad excluye de sus filas no sólo a negros, mulatos y esclavos,siguiendo los prejuicios de limpieza de sangre que eran norma común en las institucio-nes de la época, y a individuos dedicados a oficios considerados como “viles” por su bajaextracción social, como los de capador, pregonero o verdugo, sino también, y lo que es

Page 227: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Salvador Hernández González

226

más sorprendente, a las clases altas, englobadas en el calificativo de “personas podero-sas”, aunque queda abierto un portillo para el ingreso de nobles, previa solicitud que seestudiaría en el cabildo de la hermandad. Sería interesante profundizar, a través de lasfuentes locales, en la procedencia de los miembros de esta hermandad con el objeto declarificar si realmente llegó a cumplirse este deseo de servir de receptáculo a una supues-ta clase media o si, por el contrario, pudo ir evolucionando hacia “el carácter claramentenobiliario con el que nacen muchas de estas asociaciones, herederas de las cofradías deganancias, que las hace vincularse allí donde los devotos tenían su residencia: conventosde órdenes militares”14 .

Entre los capítulos 4 al 6 se estipulan las obligaciones de asistencia funeraria de lahermandad para con sus miembros, función asistencial que constituye, junto con la esta-ción de penitencia, el “instituto” o finalidad para la que se instituyó la cofradía. Estecarácter de mutua funeraria, que no era exclusivo de las cofradías bajo la advocación dela Soledad sino que era compartido por la mayoría de las corporaciones piadosas de laépoca, venía impuesto, especialmente en nuestro caso, por la iconografía del episodiopasionista titular de la Hermandad: la Soledad de la Virgen al pie de la Cruz tras lamuerte de Cristo, trasladado al sepulcro por los Santos Varones. Por ello, el capítulo 4señala que a la hora del fallecimiento de algún hermano, el mayordomo ha de avisar alresto de los miembros de la cofradía para que todos asistan al entierro, multándose conpena de medio real el incumplimiento de esta obligación sin causa justificada. La asis-tencia funeraria se hace igualmente extensiva a los hijos y criados de los miembros de lacofradía, “no ganando salario ni teniendo con qué enterrarse”. El gasto de cera serácosteado por la corporación en la mitad para criados e hijos de hermanos, y en su totali-dad para éstos últimos. En sufragio de los difuntos, como se indica en el capítulo 5, secelebrarán cuatro misas rezadas y una cantada, que serán oficiadas por los capellanes dela iglesia de Santiago, “donde esta santa hermandad tiene su capilla”. Para el servicio deestos sufragios fúnebres y otros actos de culto, el capítulo 6 precisa que los mayordomosdeben tener preparada la cera correspondiente, “que sean ocho hachas para las fiestasque dicha hermandad celebra en cada un año y para los entierros de los hermanos quefallecieren”. La cofradía abonará la traída y el gasto de la cera. Y en caso de ausencia delos mayordomos, el alcalde -cargo equivalente al de actual hermano mayor- se encarga-rá de avisar, por medio del muñidor o recadero de la hermandad, a todos los hermanospara que asistan al entierro, bajo pena de multa de medio real. El capítulo de cultos ensufragio de los difuntos se completa, como prescribe el capítulo 7, con la celebración,durante la octava de Ánimas, en el mes de noviembre, de una misa cantada con vigilia yprocesión alrededor de la iglesia, quedando obligados todos los cofrades a su asistencia,so pena de medio real.

Junto a esta finalidad funeraria, la Hermandad de la Soledad desarrolla un programa

14 SÁNCHEZ HERRERO, J., LÓPEZ BAHAMONDE, M.R., MIURA ANDRADES, J.M. y MONTES ROMERO-CAMACHO,I. “Los cuatro tipos diferentes de Cofradías de Semana Santa, desde su fundación hasta la crisis de finales del sigloXVIII en la Andalucía bética y Castilla”, Actas del I Congreso Nacional de Cofradías de Semana Santa (Zamora,1987), Zamora, Diputación Provincial, 1988, p. 293.

Page 228: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

227

de cultos que giran, como es obvio, en torno a la celebración de su estación de peniten-cia en la Semana Santa. Como preludio festivo a la conmemoración pasionista, se cele-braba, el domingo siguiente a la festividad de la Epifanía del Señor (6 de enero), la fiestadel Niño Perdido, prescrita en el capítulo 8. Aunque sus características no se describenen el texto, sí podemos intuir cómo se desarrollaba, ya que todavía se celebra en algunoslugares de la vecina provincia de Sevilla, aunque en otras fechas, como en Guillenadurante el domingo de Resurrección, localidad que, por cierto, comparte con Llerena elpatronazgo de Nuestra Señora de la Granada. La fiesta consiste en la salida procesional,por separado, de las imágenes de la Virgen y del Niño Jesús, siguiendo cada una unrecorrido distinto, hasta su encuentro en un punto determinado, momento que es espera-do con ansia por los fieles, que irrumpen entonces en vítores, aplausos y otras demostra-ciones festivas al compás de la música. Que esta escenificación de la búsqueda del Niñopor parte de María se representaba en Llerena lo prueba la mención de “las andas deNuestra Señora y del Niño Perdido”, portadas por los hermanos que los mayordomosdesignasen, bajo pena de medio real en caso de resistencia. La misma multa se aplicabaa los que no asistiesen a esta procesión.

Pero como es lógico, el acto central del programa festivo de la Hermandad de laSoledad lo constituye la realización de la estación de penitencia el Viernes Santo acom-pañando la procesión del Santo Entierro, cuyos pormenores quedan descritos entre loscapítulos 9 al 12. Como acto previo a la salida, debía realizarse, aunque no se recoja enlas Reglas, la ceremonia del Descendimiento, practicada habitualmente por las herman-dades de la Soledad en estos siglos. Consistía en el desclavamiento y bajada del cuerpode Cristo de la cruz, durante el transcurso del sermón por ello denominado del Descendi-miento, ceremonia cuyos pormenores podrían evocarse si extrapoláramos a Llerena loque el abad Sánchez Gordillo nos cuenta para la Sevilla del siglo XVI, cuando refiere elacto que en las afueras de la ciudad, en un montículo cercano a la Puerta Real, celebrabala Hermandad del Santo Entierro. Hacia las doce de la mañana del Viernes Santo sesituaban allí las imágenes de un Cristo Crucificado, con los ladrones a los lados, las de laVirgen, San Juan y las Tres Marías representando la escena del Calvario. Aquí permane-cían hasta las tres de la tarde, momento en que tenía lugar el aludido Sermón del Descen-dimiento predicado por un sacerdote, mientras otros cuatro -denominados los “varonestimoratos”- desclavaban y bajaban la imagen del Señor de la Cruz y la colocaban en losbrazos de la Virgen. A continuación, envolvían su cuerpo en una mortaja y se organizabalo que era en sí la procesión del Santo Entierro, que se encaminaba a la Catedral, y a lavuelta de ésta se conducía al Yacente al convento de San Pablo, donde era depositadohasta la llegada del epílogo festivo del domingo de Resurrección, en que volvía a sucapilla como Resucitado15 .

Este esquema debió irse extendiendo por el resto de la región y sería adoptado por lashermandades del Santo Entierro y Soledad de Nuestra Señora. Por ello, era habitual quela imagen del Señor tuviese sus brazos articulados, para pasar de crucificado a yacente,

15 ROMERO MENSAQUE, C.J. Anales de las Cofradías sevillanas, Sevilla, Editorial Castillejo, 1991, p. 516.

Page 229: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Salvador Hernández González

228

como de hecho se advierte en la efigie de Llerena. Una vez depositado el cuerpo en laurna que lo conduciría al Santo Sepulcro, se organizaba, como decimos, la procesión delSanto Entierro, con el acompañamiento de autoridades, clero y cofrades. Así, el capítulo9 de las Reglas llerenenses define el hábito penitencial, compuesto por túnicas negrascon capirote, portando los penitentes hachas de cera amarilla en las manos. La procesiónsaldría de la parroquia de Santiago para dirigirse a la iglesia de Nuestra Señora de laConcepción “por la parte que más convenga y sea más decente”. Siguiendo la costumbrede la época, hay que sospechar que el cortejo haría una parada intermedia en la parroquiade Santa María de la Granada para visitar el Sagrario, al igual que lo haría en la Concep-ción. Aunque en el texto no se describe la composición de los pasos, es obvio que éstosserían dos, el primero la urna con la imagen del Señor Yacente, seguramente la esculturacristífera conservada hoy día en la iglesia de la Concepción, y el otro con la imagen de laVirgen, vestida de luto, con traje blanco y manto negro, al pie de la Cruz, como se advier-te en el dibujo que ilustra las Reglas que estudiamos, en la que se puede ver la imagen deNuestra Señora de la Soledad en actitud orante, de rodillas al pie de la Cruz vacía y conlas manos juntas sobre el pecho, aunque en este caso viste túnica de color claro y mantonegro. Así pues, la imagen de la Soledad mostraba, como otras imágenes de la época, elaspecto de una monja o viuda por la severidad de su traje16 . Aunque no podemos precisarsi la imagen representada es la actual Dolorosa de la corporación, obra al parecer decronología barroca pero sometida a profundas restauraciones, el dibujo demuestra que,pese a las órdenes emitidas por los Visitadores eclesiásticos, el uso de las imágenes devestir en nuestra zona, lejos de desterrarse, había adquirido plena carta de naturaleza,definiendo como antes vimos una manera de entender la imaginería procesional quetodavía continúa en nuestros días.

Una vez en la iglesia de la Concepción, el cuerpo de Cristo quedaría allí depositado,en espera de la llegada del Domingo de Resurrección. Una práctica similar realizaba, enla capital sevillana, como hemos visto, la hermandad del Santo Entierro, e igualmente lade la Soledad de San Lorenzo, cuyos cofrades, a la vuelta de su estación de penitencia ala Santa Iglesia Catedral, depositaban la urna del Santo Sepulcro en el convento delDulce Nombre de Jesús, hasta la celebración de la Pascua de Resurrección17 . Como parael resto de los actos, las Reglas de la Soledad de Llerena precisan que es obligatoria laparticipación de los hermanos, a los que se conmina esta vez con penas más fuertes, deveinticuatro reales la primera vez que falten, y con la baja en la hermandad la segunda,“y no sea tenido por tal hermano hasta que de nuevo pida la [admisión en] la hermandadpor petición y pague la limosna referida de dos ducados”.

De acuerdo con los planteamientos de la ortodoxia católica, la finalidad de la proce-sión de penitencia era, de un lado, la necesidad de mortificación para llegar al reino de ladivinidad, y de otro, la santificación del espacio urbano18 . En la gestación del modelo

16 SANZ SERRANO, M. J. “Las imágenes vestidas de la Virgen durante el Barroco”, Pedro de Mena y su época…, p. 467.17 CARRERO RODRÍGUEZ, J. Op. cit., p. 529.18 GÓMEZ LARA, M.J. y JIMÉNEZ BARRIENTOS, J. Semana Santa: fiesta mayor en Sevilla, Sevilla, Ediciones Alfar,

1990, p. 26.

Page 230: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

229

penitencial contrarreformista del siglo XVI, que se proyecta en las centurias siguientes,influyen el Concilio de Trento y el énfasis en el decoro religioso. Las cofradías, tanto lasexistentes con anterioridad como las que ahora nacen, adoptan la disciplina pública, alejercitarse sus miembros en una serie de prácticas de mortificación corporal durante elrecorrido procesional. Aunque se consideraba penitente en general a todos los cofradesrevestidos de túnicas y cubiertos con antifaz que participaban en la procesión llevandohachas de cera, penitencias y disciplinas, son estos dos últimos los que pueden deno-minarse propiamente penitentes19 . Surge así la figura del disciplinante o “hermano desangre” que, o bien se azota las espaldas, o puede caminar descalzo, con coronas deespinas sobre la cabeza, cruces sobre el hombro, etc., según sea la “disciplina” prescritaen las Reglas, distinguiéndose por medio de estos ejercicios purgativos del “hermano deluz” que acompaña con velas encendidas iluminando el cortejo. En el caso de la Soledadde Llerena, el capítulo 10 de sus Reglas ordena que “el Viernes Santo en la noche de cadaun año se haga una procesión de disciplina para que los hermanos que pidan devoción lopudieren hacer e hagan”. Seguramente seguirían la costumbre de la época de mortificar-se las espaldas con flagelos o cilios, consistentes en una especie de látigos terminados ensus extremos en unas pequeñas bolitas de cera en las que se incrustaban piedrecitas cor-tantes con las que se herían, provocando de este modo el buscado derramamiento desangre, a imitación de la Pasión de Cristo, fin básico de esta práctica penitencial. Para elcuidado de estos “cofrades de sangre” se preparaban unos recipientes con un ungüentoespecial y agua para el caso de que precisasen asistencia. Cuando finalizaba la procesiónse procedía al lavatorio de las heridas untándoles el ungüento, en cuya composiciónintervenían vino cocido y plantas aromáticas como arrayán, laurel, rosas, violetas y ro-mero20 . Así, en las cuentas presentadas en la Visita de 1604 se anotan pagos como cincoreales “de una esponja y arrayán que dio para la disciplina”, quinientos sesenta maravedísde once jarras de miel, quince reales de almud y medio de ajonjolí y ciento veintiochomaravedís de tres libras de piñones, productos adquiridos “para la noche de la disciplina”y con los que se elaborarían las pócimas reparadoras de los daños que se infligían en suscarnes los penitentes. Las Reglas de 1650 previenen que los mayordomos debían encar-garse de tener dispuesto no sólo tales pócimas, sino a los “lavadores” encargados deaplicarlas, “para que los hermanos que se azotaren de dicha hermandad y los demás quepor su devoción se quieren lavar, hallen dónde, prevenido con toda solicitud y cuidado”.

Otros hermanos, según manda el capítulo 11, serán los portadores de las imágenes deNuestra Señora de la Soledad y el Cristo Yacente, debiendo estar en la iglesia esperandola salida de la procesión, bajo pena de una libra de cera.

El ciclo ceremonial de la Semana Santa se cerraba con la procesión del Resucitado, enla mañana del domingo de Resurrección, acto al que se refiere el capítulo 12. Así, en estedía todos los miembros de la hermandad tienen obligación “de ir acompañando a NuestraSeñora con sus hachas de cera a la procesión de Nuestro Señor Jesucristo Resucitado,que ha de salir de la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción”. De esta forma, la

19 ROMERO MENSAQUE, C.J. Op. cit., p. 112.20 Íbidem, p. 113.

Page 231: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Salvador Hernández González

230

Madre saldría de la iglesia de Santiago en busca de su Hijo ya resucitado para dirigirse ala plaza, “donde se han de juntar ambas procesiones”. El encuentro en la plaza entreambos cortejos, el de la Soledad ya gozosa por la Resurrección de Cristo y el del Resuci-tado triunfante, desencadenaría la emoción de los fieles ante la contemplación de Madree Hijo frente a frente, creando un ambiente auténticamente festivo con el telón de fondodel incomparable marco arquitectónico de este espacio urbano de Llerena, creando unaestampa llena de colorido, perdida en nuestros días pero que podemos imaginar si aplicá-semos a nuestra localidad no sólo el relato que hacen los cronistas sevillanos de lasprocesiones de las ya citadas cofradías del Santo Entierro y Soledad de San Lorenzo,sino contemplando las ceremonias análogas todavía practicadas en la provincia de Sevi-lla, como los denominados “Encuentros” de Coria del Río, en el que la imagen de laVirgen de la Soledad se encuentra con su Hijo, aproximándose e inclinándose ambospasos uno hacia otro en medio del fervor y emoción desatada del gentío. Resulta espe-cialmente interesante que estas Reglas de la Soledad de Llerena de 1650 mantenganestos rituales festivos cuando en la vecina Sevilla la autoridad eclesiástica los proscribiócon severidad a raíz del Sínodo de 1604, en que se decreta que “no se haga en la SemanaSanta ni en la mañana de la Resurrección representaciones ... andando con la imagen deNuestra Señora alrededor del claustro ... buscando a su precioso hijo que le dicen que haresucitado, ni bajando el Cristo de la Cruz para enterrarlo”21 .

Los capítulos 13, 14 y 15 de las Reglas pasan a centrarse en el gobierno de la her-mandad por medio del Cabildo General de hermanos. Su convocatoria, como apunta elcapítulo 13, correrá a cargo de los mayordomos, que avisarán a todos los hermanos. Lafalta no justificada al cabildo queda penada con un real de multa. Para su celebración serequiere la presencia de un mínimo de dieciséis hermanos, un mayordomo y el escriba-no de la hermandad, con lo que tendrá carácter de cabildo general, siendo vinculantes yválidos los acuerdos aquí adoptados y quedando sin validez ni efecto cualquier contra-dicción hecha por los asistentes. Para asegurar la discreción de los temas tratados, sepena con una libra de cera a los que, fuera del cabildo, fuesen demasiado locuaces.Resulta muy curiosa la intención de querer garantizar la tranquilidad de la reunión,prohibiendo la entrada de aquellos que porten armas, bajo pena de dos reales o la expul-sión de la cofradía, en previsión de posibles altercados que no eran nada raros en lashermandades de la época y aun en las de nuestro tiempo. Igualmente se prohiben los“juramentos” o blasfemias, castigándose al infractor con multa de ocho maravedís y que“haga una cruz en el suelo y la bese en señal de arrepentimiento”.

El capítulo 14 asegura la sucesión, de padres a hijos, de la condición de miembro dela cofradía, al ordenar que “si algún hermano tuviere hijos y el padre falleciere, que elhijo mayor herede la hermandad [pertenencia a la cofradía]; y si fueren hijas, la mayorherede, prefiriendo siempre los varones a las hembras y de su mayoría”. En caso de queel hijo mayor fuese ya hermano, la adscripción paterna a la hermandad pasaría al segun-do hijo, que abonaría una libra de cera en señal de ingreso, siempre que no fuese de los

21 GÓMEZ LARA, M.J. y JIMÉNEZ BARRIENTOS, J. Op. cit., p. 30.

Page 232: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

231

“prohibidos”, es decir, negros, mulatos, esclavos o los que ejerciesen “oficios viles”,como se vio en otro capítulo de las Reglas. La condición de hermano se pierde para loshijos en caso de que la viuda del cofrade se vuelva a casar con otro individuo que no seamiembro de la hermandad, o cuando la hija haga lo propio con alguno de los “prohibi-dos”, medidas con las que parece asegurarse un fuerte carácter cerrado y endogámico enla composición de la cofradía.

Volviendo al cabildo general, el capítulo 15 regula la participación en los debates delas sesiones. Para ello “el hermano que quisiere proponer alguna cosa, se levante y tomeesta Regla en la mano y proponga lo que quisiere quieta y pacíficamente, y no puedaproponer de otra manera”. Así lo hará también el que responda a su propuesta, quedandoprohibidas expresiones como “mentís” o “no decís verdad”, bajo pena de una libra decera. Los que se enzarcen en discusiones o peleas pueden ser expulsados del cabildo porel mayordomo, que procurará después reconciliarlos. Si se negasen a hacer las paces,causarán baja en la hermandad hasta que soliciten nuevamente su ingreso y pidan per-dón por su falta.

Las Reglas tampoco se olvidan de asegurar el buen régimen económico de la herman-dad, cuya gestión del patrimonio es competencia de los mayordomos. Así, a tenor delcapítulo 16, éstos quedan obligados a llevar el correspondiente libro de cuentas, dondeanotarán “las limosnas que se juntaren con el plato de Nuestra Señora de la Soledad losdomingos y fiestas que se pidieren con él” y otras cantidades reunidas en otras ocasiones,como las que se solicitan para el lavatorio de los cofrades en Semana Santa. Precisamen-te el “plato” o demanda, que como en otras hermandades consistiría en un recipientecircular, ejecutado en metal y coronado por un vástago con la representación de la ima-gen titular, debió ser una de las principales fuentes de ingresos, al recogerse con él laslimosnas. Por ello, el capítulo 17 ordena que todos los hermanos, siguiendo un turnorotatorio, se encarguen de salir a la calle a pedir limosna con la “demanda” de NuestraSeñora de la Soledad, castigándose a los que se excusen de cumplir con esta obligaciónen el día asignado con pena de tres reales y tener que pedir “el día de fiesta consecutivocon el dicho plato”. Y si pese a ello persistiese en su negativa, será borrado del registro decofrades, “por inútil y que no quiere servir dicha hermandad”. Como testimonio de estapráctica de allegar limosnas callejeras, la Hermandad todavía conserva una demanda deplata con vástago central en el que aparece la imagen de la Soledad al pie de la Cruz,pieza ejecutada por el platero cordobés Antonio de Santa Cruz y contrastada en 1773 porJuan de Luque y Lieva, figurando en ella la siguiente inscripción: “ESTE PLATO ES DENUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDA I SE HIZO SIENDO MAYORDOMOS DONJOSEPH RODRIGUEZ BOTON PRO: I DN. JOSEPH BLAZQUEZ MORENO. AÑODE 1773”22 .

El control de la economía de la hermandad queda asegurado mediante la rendición decuentas por parte de los mayordomos, tal como se estipula en el capítulo 18. Quince días

22 Agradezco este dato a D. Manuel del Barco Cantero, quien igualmente nos manifestó la existencia de otras dosdemandas de plata conservadas en la Hermandad hasta los años 50 y hoy en paradero desconocido.

Page 233: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Salvador Hernández González

232

después de la elección de mayordomos, los salientes presentarán sus cuentas a los en-trantes. Y si hubiese algún “alcance” o déficit, lo abonarán a sus sucesores en el plazo dedos meses y se les hará cargo de ello “a los mayordomos que de presente fueren, porquelo han de cobrar o dar diligencias hechas que satisfagan a dicha hermandad”.

Como responsables de la gestión del patrimonio de la cofradía, los mayordomosestán obligados, según se expresa en el capítulo 19, a exponer en cabildo las necesidadesde la corporación, para que, si se estima oportuno, “todos los hermanos que en el cabildose hallaren den de limosna lo que quisieren”, siendo obligatoria la aportación monetariade los cofrades si así se determina por el cabildo, debiendo notificarse en este caso elacuerdo a los cofrades ausentes. Igualmente, los mayordomos realizarán inventarios delos bienes de la hermandad para su debido control, como lo fija el capítulo 20. Y desem-peñarán su cometido durante un año completo, de cuya gestión darán cuenta íntegra,aunque el plato de las limosnas esté repartido entre ambos, “para ahorrar de topes yconfusiones que suele haber en dichas cuentas”, según prescribe el capítulo 21. Estosmayordomos no podrán volver a ser elegidos hasta que paguen a la hermandad los “al-cances” o déficit obtenidos en su gestión y haya transcurrido un plazo de tres años desdeque desempeñaron su cargo, “salvo si a los hermanos pareciere convenir otra cosa alservicio de Dios Nuestro Señor y de su Bendita Madre y aumento de su santa herman-dad”, como lo expresa el capítulo 22. Dada la obligación de aceptar este cargo por partede los elegidos para ello, se impone, por el capítulo 23, que el escribano notifique sudesignación al interesado. Si éste no quisiese aceptar el cargo, será penado con unamulta de dieciséis reales. Una vez aceptado el cargo, prestará juramento de desempeñar-lo bien y fielmente, a tenor del capítulo 24.

Los últimos capítulos de las Reglas completan el cuadro de obligaciones de los co-frades y refuerzan el buen orden de la celebración del cabildo general. Así el capítulo 25obliga a los hermanos a prestar juramento “de estar y pasar y guardar los capítulos deesta Regla como en ella se contiene y so las penas de ella”. Y en relación con el cabildogeneral, el capítulo 26 previene que en caso de ausencia del escribano de la hermandad,podrá nombrase un sustituto, cuyos escritos tendrán plena validez. Para la convocatoriadel cabildo, el capítulo 27 ordena que “se mahieran [avisen] los hermanos de esta santahermandad urgentemente por el muñidor, avisándoles que se quiere hacer cabildo y queestén alerta para que en dando nueve campanadas con la campana gorda de Señor San-tiago acudan a cabildo a dicha iglesia, so las penas contenidas en esta Regla”. Y cerran-do el texto de las Reglas, el capítulo 28 fija la manera en cómo se han de ejecutar lassanciones impuestas a los cofrades. Así el mayordomo avisará, a través del muñidor, alinfractor para que pague la pena que le haya sido impuesta. Si se negase a ello, “luego lesaquen prendas y sea obligado el tal hermano a hacer llana su casa para que saquen ladicha hacienda y ningún hermano ni persona de su casa le defiende”. Esta defensa fami-liar frente a embargo de bienes por parte de la hermandad lo único que haría sería agra-var la sanción, ya que en tal caso el sancionado incurría en una nueva pena de cuatroreales a pagar dentro de cuatro días, expirado el cual la cantidad se duplicaría, dándoseleotro nuevo plazo de ocho días. Y si ni aún así abonase su deuda, el cofrade díscolo sería

Page 234: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

233

borrado de la nómina de hermanos “y no se admita si no es pagando la entrada de nuevo,pidiéndolo primero por petición en cabildo general”.

En definitiva, estas Reglas de la Hermandad de Nuestra Señora de la Soledad consti-tuyen un excelente testimonio documental para aproximarnos no sólo al estudio de laSemana Santa en la Llerena de la época barroca, sino que, al extrapolar sus característi-cas a otras corporaciones piadosas de la misma naturaleza, nos puede arrojar luz sobre elcomplejo y amplio campo de la religiosidad popular en la región, todavía necesitado deestudio y que indudablemente constituye un importante capítulo de la historia de lasmentalidades.

Page 235: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en
Page 236: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004

Pgs. 235 a 262ISBN: 84-609-4105-1

DESAMORTIZACIÓN EN LLERENA (1799-1851)

Miguel Ángel Naranjo Sanguino

IES Maestro Domingo CáceresTomás Romero de Castilla s/n

06011 [email protected]

Page 237: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

236

Page 238: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

237

DESAMORTIZACIÓN EN LLERENA (1799-1851)

Miguel Ángel Naranjo Sanguino

RESUMEN

La desamortización de Godoy en Llerena sacó a la venta, casi enexclusiva, fincas vinculadas a las parroquias, aunque no de su pro-piedad directa. Se trató de un notable grupo de fincas, rústicas yurbanas, de escaso valor de conjunto, que fueron adquiridas en sugran mayoría por un elevado número de vecinos de Llerena. Fue unadesamortización extensa, barata y localista. En cambio, la desamor-tización de censos de este período fue la más importante de todo elproceso desamortizador estudiado en este trabajo, tanto por el volu-men de censos redimidos como por el número de redimentes. La des-amortización del Trienio Liberal en Llerena fue casi anecdótica. Seenajenó sólo un edificio de los frailes de la Merced Calzada, que fueantes un colegio de jesuitas. La desamortización de Mendizábal-Espartero en Llerena siguió las pautas generales de toda la provin-cia, pero a un nivel más mediocre que la media provincial. Sin em-bargo presentó ciertas peculiaridades, como el notable valor relati-vo de sus bienes urbanos o la carencia de dehesas enajenadas. Pre-dominaron los compradores vecinos de Llerena, pero los foráneosfueron muy pocos e invirtieron aquí proporcionalmente bastante másque a nivel provincial. Por último, la desamortización de censos deesta etapa tuvo escasa entidad, al igual que ocurrió en toda la pro-vincia de Badajoz.

DISENTAILMENT IN LLERENA (1799-1851)

Godoy´s disentailment in Llerena put up for sale, almost exclu-sively, estate entailed to the parishes, although not its direct prop-erty. Such estate was conformed by a remarkable group of lands, bothrural estate and buildings, with a scarce group value, which wereacquired mostly by a great number of the inhabitants of Llerena. Itwas a vast, cheap and local disentailment. However, the mortgagedisentailment of this period was the most important of the whole al-ienating process studied in this article, both for the quantity of mort-gages redeemed and for the number of people redeemed. The disen-tailment of the Liberal Triennium in Llerena was almost non-exist-

Page 239: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Miguel Ángel Naranjo Sanguino

238

ent. Only one buildines, which had previously been a Jesuits´schooland which belonged to the Friars of the “Merced Calzada” wasdisentailed. The disentailment of Mendizábal-Espartero in Llerenafollowed the general model of the whole province, but at a lesserlevel than the average. However, it showed certain peculiarities, suchas the remarkable value of the town buildings or the lack of pasturesdisentailed. The buyers that resided in Llerena were predominant,and those from outside the town were very scarce, although they pro-portionally invested here quite more than at a provincial level. Fi-nally, the mortgage disentailment in this period had very little entity,the same as it happened in the whole province of Badajoz.

I. INTRODUCCIÓN

La desamortización fue uno de los muchos aspectos de la revolución liberal. Laestructura histórica que precedió al régimen liberal burgués en España recibió ladenominación de Antiguo Régimen. La revolución liberal procedió a su demolicióndesde finales del siglo XVIII y a lo largo de casi todo el siglo XIX.

Este proceso de cambio afectó a todos los niveles de la realidad histórica. En el planopolítico se pasó de la monarquía absoluta propia del Antiguo Régimen a un sistemaconstitucional parlamentario con derechos ciudadanos, en el plano social se pasó de unasociedad estamental con rasgos feudales a una sociedad clasista de predominio burgués,y en el plano económico se implantó progresivamente el sistema capitalista medianteuna serie de cambios interrelacionados en los tres sectores de la economía que han recibidola denominación, ya clásica, de revolución industrial.

Pero la revolución industrial fue en realidad una revolución económica integral quetrajo la fábrica y la máquina al sector industrial, modernizó los transportes con elferrocarril, articuló el mercado nacional y obró también grandes cambios en el sectoragrario.

Los cambios técnicos, la mecanización y los fertilizantes artificiales, se introdujeronen el campo tardíamente, a finales del siglo XIX y principios del XX. Antes se operaronen el sector agrario cambios relacionados con la tenencia y propiedad de la tierra en losque se inserta la desamortización. Los cambios más destacados en las formas de tenenciade la tierra fueron: la ruptura de la propiedad comunal1 , la abolición de los señoríos2 , lasapropiaciones diversas de tierras municipales3 , la mayoría sin base legal y deconsolidación oscilante, y el largo proceso de desamortización.

La desamortización fue un proceso mediante el que se pusieron en el mercado

1 ORTEGA SANTOS (2002).2 HERNÁNDEZ MONTALBÁN (1999).3 FERNÁNDEZ PARADAS (2002).

Page 240: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

239

numerosos bienes rústicos, urbanos y censos hasta entonces vinculados. Fueron los bienesdel clero, bienes concejiles (sobre todo bienes de propios) y bienes del Estado. Esteproceso siempre se llevó a cabo a través de una densa y explícita normativa legal4 .

En la desamortización de Godoy no hubo proceso nacionalizador, al estar aún envigencia formalmente el Antiguo Régimen5 y, por tanto, no se puede hablar de bienesnacionales en aquella desamortización. Pero a partir de la desamortización de las Cortesde Cádiz, primero se nacionalizaron los bienes (ahora ya bienes nacionales) yseguidamente se privatizaron en públicas subastas al mejor postor6 .

La desamortización fue un largo proceso que se inició hacia el 1766 y concluyó haciael año 1924. Tuvo estos hitos: la desamortización de los jesuitas, la de Godoy, la de lasCortes de Cádiz, la del Trienio Liberal, la de Mendizábal-Espartero y la de Madoz7 .

En conjunto, este suceso histórico ha tenido un amplio eco entre los historiadores dela segunda mitad del siglo XX8 . Pero la cuantificación global de la desamortizaciónespañola ha presentado enormes dificultades por la amplitud y complejidad del tema9 .La fórmula de investigación ha sido básicamente la monografía provincial sobre cadadesamortización en concreto. Pero dos han sido las estrellas de la actividad investigadora;primero la de Mendizábal10 y después la de Madoz11 . Finalmente se han hechomonografías provinciales sobre todo el proceso desamortizador12 .

La desamortización en Extremadura ha sido objeto de un gran esfuerzo investigador.Brevemente se puede decir que empezó con unos intentos globalizadores13 , que dieronpaso a intentos de alcance más reducido pero más denso. En este sentido han sido tratadasla desamortización de Godoy14 y la del Trienio Liberal15 , pero fueron lasdesamortizaciones de Mendizábal-Espartero y de Madoz las que recibieron mayoratención16 . El tema de los repartos concejiles también ha sido tratado17 .

En todo este contexto es en el que se va a incardinar el siguiente análisis del procesodesamortizador en la ciudad y término municipal de Llerena.

II. LA DESAMORTIZACIÓN DE GODOY

Se ha trabajado poco a nivel nacional y extremeño sobre esta desamortización18 . Y el

4 TOMÁS y VALIENTE (1971), MARTÍN MARTÍN (1972).5 HERR (1991).6 RUEDA HERNANZ (1986) y (1997).7 RUEDA HERNANZ (1997).8 VV. AA. Desamortización y Hacienda Pública… (1986).9 SIMÓN SEGURA (1969) , RUEDA HERNANZ (1997).

10 RUEDA HERNANZ (1982) es un ejemplo.11 CASTRILLEJO IBÁÑEZ (1987) es un ejemplo.12 SÁNCHEZ GÓMEZ (1994) es un ejemplo.13 MERINO NAVARRO (1976), MARTÍN MARTÍN (1978).14 MELÓN JIMÉNEZ (1984), NARANJO SANGUINO y ROSO DÍAZ (2003).15 NARANJO SANGUINO (2000).16 GARCÍA PÉREZ (1994), NARANJO SANGUINO (1997) y ROSO DÍAZ (2002).17 FUENTES MORCILLO (1993), LINARES LUJÁN (2001).18 MELÓN JIMÉNEZ (1984), NARANJO SANGUINO y ROSO DÍAZ (2003). En el estudio de Naranjo Sanguino y Roso

Díaz se hace un breve y actualizado análisis del tema a nivel nacional.

Page 241: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Miguel Ángel Naranjo Sanguino

240

trabajo sobre la desamortización en Extremadura de Naranjo Sanguino y Roso Díaz sehizo en su momento provisionalmente, sin apurar ni siquiera las fuentes19 . Así pues, sevalorarán los datos de esta desamortización en Llerena básicamente en sí mismos, sinpuntos de referencia sólidos en el contexto regional20 . Sólo se relacionará ocasionalmenteesta desamortización con la posterior de Mendizábal-Espartero21 .

II.1. Análisis general de las fincas desamortizadas

Los dos elementos que las fuentes nos aportan de forma sistemática son el número defincas vendidas y su valor de remate. Aunque también nos ayudan a caracterizar lasfincas: urbanas o rústicas, y su procedencia (civil, clero regular, clero secular y fincas de“vinculación eclesiástica”22 ).

CUADRO I: DESAMORTIZACIÓN DE GODOY: DATOS GLOBALES

En la desamortización de Godoy en Llerena se enajenaron más fincas (83 unidades)que en la posterior de Mendizábal-Espartero (82 unidades). Y parecer ser que en el

19 Actualmente las fuentes básicas han sido vaciadas y están en proceso de informatización. Pero aún se carece deresultados globales, por lo que no se dispone de puntos de referencia sólidos a nivel regional con los que compararlos datos de la desamortización de Godoy en Llerena. Los datos de Llerena que se analizan en el presente trabajoproceden de fuentes analizadas en este reciente estudio de Naranjo y Roso.

20 Naranjo Y Roso han hecho un avance provisional de resultados globales de la desamortización en Extremadura yestán en condiciones de afirmar que las cifras atribuidas por R. HERR a la desamortización de Godoy en Extremadurason excesivas. Por tanto, no se disponen de datos publicados fiables.

21 Las citas bibliográficas de los datos de la desamortización de Mendizábal-Espartero que aparecen en la de Godoyestán indicadas en este trabajo en el análisis posterior que hacemos de su desamortización.

22 Se ha dado esta denominación a aquellas fincas procedentes de instituciones vinculadas al clero secular pero sobrelas que ejercían el poder de decisión elementos laicos, o fueron fundadas por ellos, aunque se incardinasen enámbitos eclesiásticos como las parroquias. Entre estas instituciones de “vinculación eclesiástica” podemos citar lascofradías, obras pías, colecturías, patronatos, capellanía laicales, memorias, hermandades, etc. NARANJO SAN-GUINO y ROSO DÍAZ (2003: pp. 312-314).

Tipos defincas

de «vinculacióneclesiástica»

Page 242: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

241

ámbito provincial ocurrió justo lo contrario23 .

En cambio, su valor de remate fue muy inferior. En la desamortización de Godoy enLlerena las fincas valieron en total 519.538 reales, que representaban sólo el 43% de los1.208.030 reales a que se elevó el remate total de los bienes de la desamortización deMendizábal-Espartero en esta localidad. Y esto concuerda con lo que pudo pasar a nivelprovincial. Así pues, en la desamortización de Godoy en Llerena se enajenaron un grupoamplio de fincas de escaso valor. Circunstancia confirmada por la finca media llerenense,que alcanzó un valor exiguo de 6.335 reales, muy alejado de los 14.732 reales quealcanzó la de Mendizábal-Espartero.

Sin embargo, hubo una relativa línea de continuidad en la proporcionalidad queguardaron los datos de las fincas urbanas y las rústicas. El valor de las fincas urbanas fuemuy elevado en ambas desamortizaciones en Llerena: el 42,31% y el 43,07% del valortotal de remate respectivamente. Mientras que el valor de remate de las fincas rústicasen la desamortización de Mendizábal-Espartero en toda provincia de Badajoz se elevóal 88,71% del valor total. Así pues, las fincas urbanas fueron bastante más valoradas enLlerena que en el ámbito provincial, pero esto se debió sobre todo a un bien no urbanoestrictamente24 .

Claro que las fincas urbanas llerenenses de la desamortización Godoy fueron menosvaloradas que sus homónimas de Mendizábal-Espartero: en Godoy, con el 25,30% delas fincas se obtuvo el 42,31% del remate total, mientras que en Mendizábal, con sólo el14,63% de las fincas se obtuvo el 43,07% del remate total.

Todas estas conclusiones tienen una contrapartida, las fincas rústicas enajenadas enLlerena estuvieron poco valoradas en ambas desamortizaciones, lo que no les impidióaportar la mayoría de las fincas enajenadas y del valor de remate: el 74,69% y 57,68%en Godoy, y el 85,36% y 56,92% en Mendizábal, en lo que se refiere, respectivamente,a número de fincas totales y al valor de remate global25 .

Sólo tenemos 6 fincas rústicas con superficie indicada. Las 6 fincas tenían 33 has26 yvalieron 102.762 reales. Esto puede indicar que las fincas rústicas enajenadas en Llerenadurante la desamortización de Godoy tuvieron muy poca superficie media (5 has.).Además, la hectárea valió muy poco (3.043 reales). De lo que se deduce que las fincasrústicas debieron ser, en general, de pequeñas proporciones y de escasa calidad.

En lo que se refiere a la procedencia de las fincas enajenadas, la desamortización deGodoy en Llerena fue muy específica. Tanto por número de fincas como por valor deremate, las fincas de “vinculación eclesiástica” fueron decisivas. Aparte de ellas sólohubo un depósito de capital desamortizado al tribunal de la Inquisición.

23 Aún no se puede afirmar con rotundidad, pero es muy posible.24 La mayor parte del valor de remate de los bienes urbanos se debe al depósito de caudal de la Inquisición (165.619

reales). Por lo que el valor real de las fincas urbanas (casas) no fue elevado en realidad (54.247 reales).25 En todos los procesos desamortizadores en general, a nivel nacional, dominaron los bienes rústicos.26 Se trataba de 52 fanegas, a razón de 0,6493 has. por fanega.

Page 243: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Miguel Ángel Naranjo Sanguino

242

La enajenación masiva de este tipo de bienes en la desamortización de Godoy enLlerena debió ser un factor decisivo para que sólo se desamortizase una finca de estaprocedencia en la de Mendizábal-Espartero27 . Los bienes del clero secular, junto a loscuales se vendieron los de “vinculación eclesiástica”, en la desamortización deMendizábal-Espartero apenas aportaron el 8,53% de las fincas y el 1,06% del valor deremate28 . Así pues, los bienes del clero secular de Llerena propiamente dichos29 nofueron objeto de enajenación en ninguna de las dos desamortizaciones. El clero secular,debió gozar en Llerena de un gran poder e influencia.

II.2. Naturaleza de las fincas desamortizadas

Presentamos primero las rústicas y después la urbanas, ordenadas en función de suvalor de remate30 .

CUADRO II: DESAMORTIZACIÓN DE GODOY: NATURALEZA DE LAS FINCASDESAMORTIZADAS

Hubo muy pocas naturalezas en la desamortización de Godoy en Llerena con respectoal nivel provincial. Y lo mismo pasó en la de Mendizábal-Espartero, también en relacióncon el nivel provincial32 . La más importante de las naturalezas rústicas a nivel provin-cial, la dehesa, no apareció en Llerena en ninguna de las dos desamortizaciones. Pero lasegunda naturaleza más importante (la tierra de labor) sí apareció y aquí ocupó el primerlugar entre todas las naturalezas, rústicas y urbanas. Por lo demás, vemos que las otrasdos naturalezas rústicas fueron testimoniales por su valor.

27 Se trató de una finca procedente de la cofradía de Ánimas que valió 501 reales.28 Los pocos bienes del clero secular que se desamortizaron en Llerena durante la desamortización de Mendizábal-

Espartero procedieron de instituciones eclesiásticas de otros pueblos de alrededor.29 Nos referimos a los bienes directos de las parroquias, de los curatos y beneficios curados, de las catedrales, etc.,

que eran de posesión directa de la Iglesia.30 El cuadro de este tipo correspondiente a la desamortización de Mendizábal-Espartero tiene una columna específica

de superficie rústica, por lo que se han evitado en el mismo las columnas de porcentajes, para reducir la complejidaddel mismo.

31 Se vendieron colmenas y su entorno inmediato. El alcacer era un cultivo.32 NARANJO SANGUINO y ROSO DÍAZ (2003: pp. 306-307), NARANJO SANGUINO (1997: pp. 67-68 y 75-76).

Page 244: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

243

En las naturalezas urbanas, prácticamente sólo figuraban las casas, sin que apareciesenotros edificios, al contrario de lo ocurrido en la otra desamortización. La aparición decaudales o depósitos de dinero, fue una peculiaridad de la desamortización de Godoy33 .La circunstancia de ser Llerena la sede de la Inquisición en Extremadura puede explicarel más que notable volumen de este depósito de capital.

II.3. Instituciones desamortizadas

En Llerena hubo 10 instituciones afectadas por la desamortización de Godoy. Lashemos ordenado de mayor a menor en función de su valor de remate. La primera queaparece es el Tribunal de la Inquisición, que la hemos considerado como del clero regu-lar34 . Las otras 9 restantes eran todas de la modalidad denominada de “vinculacióneclesiástica”, caracterizadas por estar instaladas en las fábricas parroquiales (institucionesdel clero secular) pero sin dependencia orgánica de las mismas.

CUADRO III: DESAMORTIZACIÓN DE GODOY. INSTITUCIONES DESAMORTIZADAS

33 NARANJO SANGUINO y ROSO DÍAZ (2003: p. 307).34 La única razón de incluir esta institución dentro del clero regular está en que en la desamortización de Mendizábal

en la provincia de Badajoz los bienes de esta institución se desamortizaron por el mismo procedimiento que losbienes procedentes del clero regular.

35 La más afectada fue la cofradía de Ánimas, pero hubo otras: la del Santísimo Sacramento, la de Nuestra Señora delRosario, la de San Antonio Abad y la de San Pedro.

36 Fueron afectadas las siguientes obras pías: la del licenciado don Fernando Moreno, la de Juana Ortiz Maraber, la deFrancisco Fernández de Medina y, por último, la de Francisco de Castro Oro.

37 Sólo resultó afectada la imagen de Santa María de la Granada.38 Eran instituciones de cobranza de rentas de bienes eclesiásticos o limosnas. Fueron afectadas las siguientes: la de

Diego Pizarro de la Fuente y la de Diego Jerónimo Ortega. Hubo varias desconocidas.39 Sólo fue afectado el patronato de Catalina Pérez.40 Sólo fue afectada la de doña Francisca de Zúñiga.41 Hubo varias afectadas. La de Isabel Sánchez y Leonor Gómez, la de Diego Pizarro de la Fuente y, por último, la de

don Diego Jerónimo Ortega.42 Sólo fue afectada la hermandad de San Pedro y Santa Ana.

Page 245: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Miguel Ángel Naranjo Sanguino

244

Frente a la relativa variedad de instituciones que presentó la desamortización deMendizábal-Espartero en Llerena con bienes del clero regular, secular e institucionesciviles43 , la de Godoy casi no contuvo otra cosa que los bienes de las ya indicadasinstituciones de “vinculación eclesiástica”. La institución más afectada resultó ser elTribunal de la Inquisición debido a su gran depósito de capital desamortizado.

En las instituciones de “vinculación eclesiástica” se observa que fueron pocas lasinstituciones afectadas de cada variedad (cofradías, obras pías, etc.), como se puedecomprobar en las notas a pie de página. Claro que al fin y al cabo estas institucionesfueron prácticamente las únicas afectadas, y por esta razón posiblemente se verán muchomenos afectadas en la posterior desamortización de Mendizábal-Espartero, no sólo enLlerena, sino en toda la provincia de Badajoz.

Dentro de ellas fueron las cofradía y las obras pías las que concentraron la inversión,mientras que las demás presentaron unos valores de remate muy bajos, que en las dosúltimas (las memorias y las hermandades) fueron casi simbólicos.

II.4. Evolución cronológica del proceso desamortizador.

He aquí su cuadro.

CUADRO IV: DESAMORTIZACIÓN DE GODOY: EVOLUCIÓN CRONOLÓGICA

La desamortización de Godoy a nivel nacional se extendió a lo largo de 11 años,desde el año de 1798 hasta el de 1808. Así pues, este proceso en Llerena empezó algo

43 El cuadro de la etapa de Mendizábal-Espartero, que se examinará más adelante, carece de columnas de porcenta-jes, que se han evitado en el mismo para reducir su complejidad.

Page 246: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

245

tarde y terminó tempranamente, extendiéndose a lo largo de 7 años. En cambio, lasecuencia fue casi continua, pues sólo se rompió en el año 1801 en que no se vendieronfincas. Las ventas estuvieron muy concentradas temporalmente. Hubo tres años centralesy casi seguidos que concentraron las mayores ventas de fincas, por las que se obtuvieronlos valores de remate más elevados: los años 1800, 1882 y 1804 agruparon el 67,45% delas fincas enajenadas y el 80,69% del valor de remate global.

II.5. Análisis de los beneficiarios de la desamortización

De principio vamos a identificar a beneficiarios con compradores, aunque a veces noeran la misma cosa como se puso de manifiesto en la desamortización de Mendizábal-Espartero. Tenemos mucha menos información sobre los compradores de ladesamortización de Godoy que sobre los de la de Mendizábal-Espartero. Aunque existenalgunas fuentes interesantes44 .

El primer detalle destacable es que todos los compradores eran vecinos de Llerena,pues sólo un comprador, Juan Barragán, declaraba ser de la localidad próxima de Berlanga.Como sólo adquirió bienes por valor de 5.700 reales, se puede concluir que estadesamortización tuvo un acusadísimo carácter local en cuanto a compradores e inversiónrealizada.

Otro dato destacado es el elevado número de compradores. Fueron 48 individuos45 ,que superaron largamente los 27 compradores de la desamortización de Mendizábal-Espartero. Y el siguiente dato es que su comprador medio fue muy mediocre. Adquirióbienes por valor de 10.823 reales, frente a los 44.741 reales del comprador medio deMendizábal-Espartero, y eso que esté último fue, a su vez, un comprador medio tambiénmediocre en el conjunto de la desamortización provincial (73.143 reales).

Con una inversión por encima de la media (10.823 reales) sólo hubo 9 individuos46 ,que en conjunto invirtieron 397.273 reales, cifra que representaba el 76,46% del valorde los bienes totales enajenados. Todo esto indica que las compras se concentraron en unreducido grupo de la élite local.

Esta teoría la abona además otra circunstancia. Un instrumento de diferenciación queaportan las fuentes es la posesión o no del apelativo “don” en los compradores, queindicaba algún tipo de preeminencia social, política, económica, cultural, profesional,

44 Archivo Municipal de Llerena, Actas municipales del año 1785. Interrogatorio de la Real Audiencia de Extremadurade 1791. Partido de Llerena, Mérida, Asamblea de Extremadura, 1994, pp. 613-626.

45 Quizás fueran algunos menos, pues hay nombres que parecen pertenecer al mismo individuo, aunque no tenemosla certeza de ello. Ejemplo: don Matías López y don Matías Zebrián López; don Fernando Rodríguez, don FernandoZambrano y don Fernando Rodríguez Zambrano; don Antonio Vizuete, don Diego Antonio Vizuete y don DiegoVizuete.

46 Los reales de inversión se indican entre paréntesis: don José Amaya (165.619), don Fernando Zambrano (64.615),don Matías Zebrián López (40.035), don Fernando Rodríguez Zambrano (33.110), don Gabriel Torres (28.300), donJuan Molinillos (24.615), don Manuel Bergara (14.750), don Juan Carballar (14.500) y doña Joaquina del Castillo(11.729). Los 165.619 reales de don José Amaya eran el depósito de capital de la Inquisición, puesto que él era elreceptor del fisco de la institución.

Page 247: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Miguel Ángel Naranjo Sanguino

246

etc.47 . Resulta que de los 48 compradores en Llerena, 20 tenían “don”48 (el 41,66%) yadquirieron 49 fincas (el 59,03%) por un total de 441.725 reales (el 85,02%). Así pues,los compradores de la élite llerenense fueron decisivos en el proceso desamortizador desu localidad; mientras que los más humildes aportaron 28 compradores, que eran mayoría(el 58,33%), pero sólo adquirieron 34 fincas (el 40,96%) por 77.813 reales (el 14,97%).Así pues, el componente elitista fue una constante en el proceso desamortizador de Godoy,al igual que lo fue en el posterior de Mendizábal-Espartero.

Las mujeres compradoras fueron cinco49 , número más elevado que en Mendizábal-Espartero, aunque en ambos casos su papel fue muy poco relevante en conjunto.

La relevancia política de los personajes es difícil de cuantificar por la carencia defuentes. De todas formas alguno se ha localizado. Matías Cebrián, Antonio Vizuete yGabriel Torres fueron regidores perpetuos de la ciudad de Llerena, Fernando RodríguezZambrano fue diputado municipal de abastos, Diego Antonio Vizuete fue escribano denúmero de la ciudad y, por último, Juan Hidalgo desempeño el fielazgo municipal delpeso de la harina. Así pues, los compradores tuvieron un cierto peso en la política mu-nicipal de Llerena. Algunos tuvieron preeminencia social, económica y política.

II.6. La desamortización de censos

La desamortización de censos de Godoy favoreció más la consecución de la propiedadprivada plena que la de Mendizábal-Espartero al admitir sólo las redenciones, mientrasque la segunda aceptó las redenciones y la compra de censos50 . En Llerena, y seguramenteen toda la provincia de Badajoz, la desamortización de censos de Mendizábal-Esparterofue muy inferior51 a la de Godoy. En esta última se redimieron en Llerena 25 censos conun capital global de 170.130 reales y hubo 20 redimentes.

Se vieron afectados tres tipos de instituciones: regular, de “vinculación eclesiástica”y civil52 . De las instituciones regulares procedían 7 censos (el 28%) con un capital de101.436 reales (el 59,62%). Las instituciones concretas fueron el conventos de frailes dela Merced calzada y el de monjas de Santa Isabel (capital conjunto de 60.142 reales), elreal fisco y el tribunal de la Inquisición (con 94.822 reales de capital) y las temporalidadesdel extinto convento de Santo Domingo (con 600 reales de capital).

A las instituciones de “vinculación eclesiástica” les correspondieron 15 censos (el

47 NARANJO SANGUINO y ROSO DÍAZ (2003: p. 307). Descartamos para el caso de Extremadura que el “don” impli-case estatus nobiliario específicamente.

48 Además de los ya reseñados como grandes compradores, tenían “don” los siguientes: Juan Hidalgo Atienza, MarianoCastro, Antonio Vizuete, Diego Antonio Vizuete, Diego Vizuete, Fernando Rodríguez, Matías López, José RodríguezConejo, Alonso Palero, Antonio Muñoz Gajo e Isabel Ortiz Durán.

49 Ana Martín, Valentina Núñez, doña Joaquina Castillo, Isabel Ortiz Durán y María Ramona Fernández.50 Para los censos, ver el análisis de la desamortización de los mismos durante la desamortización de Mendizábal-

Espartero que se hace en este trabajo y consultar NARANJO SANGUINO (1997: pp. 214-220).51 Datos de la desamortización de censos de Mendizábal-Espartero en Llerena: 8 censos (3 redimidos y 5 comprados),

valor total de 19.346 reales, 3 redimentes y un comprador.52 Están enunciadas de mayor a menor volumen de capital desamortizado.

Page 248: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

247

60%) y un capital total de 51.940 reales (el 30,52%). La instituciones afectadas fueronlas capellanías (25.304 reales de capital), colecturías (6.940 reales), cofradías (4.700reales), patronato (3.663 reales) y memorias (1.133 reales)53 .

La aportación de las instituciones civiles fue muy baja: 3 censos (el 12%) y 16.754reales de capital (el 9,84%). Fueron tres instituciones: vínculo de Rodrigo Rangel (14.000reales de capital), hospital de San Juan de Dios y mayorazgo de María Mena.

La cronología de las redenciones se extendió de forma continuada desde el año 1800al de 1806. En los tres primeros el valor de las redenciones fue creciente (17.934, 18.703y 24.132 reales respectivamente), para hundirse en el año 1803 (800 reales) y alcanzar elmáximo en los dos años siguientes (49.690 y 48.697 reales), para caer el último (10.174reales). Así pues, esta desamortización de censos tuvo personalidad propia, no estuvo enfunción de las ventas de bienes; al contrario de lo ocurrido en la de Mendizábal-Espartero.

Los redimentes fueron 20 en total y seguramente todos fueron vecinos de Llerena. Lainversión estuvo poco concentrada. El redimente medio invirtió 8.506 reales, muchomás que en la de Mendizábal-Espartero, pero la gran mayoría sólo redimió un censo54 .Por esto sólo hubo cinco redimente con una inversión por encima de la media55 . Losredimentes que gozaban del apelativo de “don” tampoco alcanzaron excesivoprotagonismo: fueron 8 individuos56 (el 40%) y redimieron 13 censos (el 52%) con uncapital total de 87.140 reales (el 51,21%). Hubo dos nobles, pero invirtieron poco57 .

Entre los redimentes se ha localizado algunos cargos políticos: Cebrián López y Fran-cisco Hernández Santa Cruz fueron regidores perpetuos de la ciudad de Llerena, y DiegoMena fue perito tasador municipal por el sector de los labradores.

III. LA DESAMORTIZACIÓN DEL TRIENIO LIBERAL (1820-1823)

Hasta cierto punto fue una desamortización frustrada58 . Con la vuelta al absolutismoen 1823, Fernando VII ordenó restituir los bienes y censos enajenados a sus antiguospropietarios (instituciones del clero básicamente). Después, en el reinado de Isabel II, elliberalismo triunfante decidió devolver estos bienes a sus adquirientes durante el TrienioLiberal (decretos de 3-IX-1835 y 25-I-1837) y aquellos beneficiarios que quisieronformalizaron las escrituras de venta judiciales que les daban la posesión legal de losbienes y censos adquiridos durante el Trienio Liberal.

En la provincia de Badajoz se extendieron escrituras de venta judiciales sobre 67fincas que habían alcanzado en las preceptivas subastas un remate total de 10.615.547 reales.

53 Relación de instituciones: capellanías de Diego e Inés Morales, Ana de Oliveros, Pedro López Cazalla, Juan Bautis-ta Gasca, Francisco Fernández Medina y Diego Barba; colecturías de la iglesia de Santa María de la Granada y dela de Santiago; cofradía de la Virgen de Rosario; patronato de Ana Zapata de la Fuente; memorias de Francisca dela Huerta y de Francisco Parada.

54 Datos: 16 redimentes redimieron 1 censo, sólo 1 redimió 2 censos y 3 redimentes redimieron 3 cada uno.55 Real Fisco de la Inquisición (48.690 reales), D. José Casasola (40.000 reales), D. Francisco Hernández (17.934

reales), Francisco Rodríguez (14.000 reales) y D. Faustino Vargas (10.000 reales).56 D. Faustino vargas, Marquesa viuda de la Encomienda, D. Francisco Hernández, D. José Casasola, D. Cebrián

López, el Marqués de Encinares, D. José Maraber y D. Fernando Aguilar.57 Marquesa viuda de la Encomienda (6.132 reales) y Marqués de Encinares (5.500 reales).58 NARANJO SANGUINO (2000: pp. 89-117).

Page 249: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Miguel Ángel Naranjo Sanguino

248

En el término municipal de Llerena sólo se ha detectado una compra con escritura deventa judicial. Se trata del edificio del convento de los frailes de la Merced calzada quese vendió junto con una suerte de tierra de 20 fanegas, ubicada esta última en el sitio delJaral Gordo. La subasta tuvo lugar el 18 de diciembre de 1822 y se remató por 148.840reales por el comprador Isidoro de las Heras, vecino de Usagre. La finca le fue devueltael 4 de febrero de 1836 por decreto de 3 de septiembre de 1835 y se extendió escritura deventa judicial en base al decreto de 25 de enero de 183759 .

Esta sola compra llerenense únicamente supuso el 1,40% del valor total desamortizadoen la provincia de Badajoz60 .

El comprador Isidoro de las Heras era vecino de Usagre. Se trataba de un hacendadode aquella localidad. En 1836 fue elegido compromisario del pueblo para designar en laJunta del Partido judicial al representante de la demarcación para un repartimiento deimpuestos que se había de hacer en la Diputación Provincial, y fue elegido por el pueblode Usagre en la creencia de que reunía todos los requisitos para tal ocupación61 . Fuealcalde de la localidad en el año 183662 . También fue elector en Cortes por las leyes de1836 y de 1837. Adquirió 3 suertes de tierra en Llerena en los años de 1837-1838,durante la desamortización de Mendizábal-Espartero, por un remate total de 5.033 realesy con una superficie de poco más de 21 hectáreas. No figura en el repartimiento deimpuestos del año 1844 en Usagre como vecino contribuyente, por lo que ya debía estarmuerto, puesto que, como hacendado, debía aparecer en la lista de contribuyentes63 .

IV. LA DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL-ESPARTERO

Las monografías provinciales sobre la desamortización tienen casi todas una estructuramuy similar. Básicamente contemplan un análisis de los bienes desamortizados primeroy después una valoración de los beneficiarios (denominados vulgarmente compradores).

IV.1. Análisis general de las fincas desamortizadas

Llerena era uno de los 159 pueblos que tenía la provincia de Badajoz en el año 1837(con la desamortización en marcha) y era una de sus quince cabeceras de partido judicial.

En el cuadro que sigue se valoran las fincas enajenadas en Llerena desde casi todoslos ángulos pertinentes, relacionando porcentualmente sus datos con los provincialespara contextualizarlos64 .

59 Archivo Histórico Provincial de Badajoz, escribano de Badajoz Francisco Gómez Membrillera, escritura de ventajudicial de 19 de noviembre de 1838, lg. 815, f. 2.534 y ss.

60 En la provincia también se desamortizaron censos, pero no en Llerena.61 Acta municipal de Usagre de 2 de noviembre de 1836, archivo municipal de Usagre.62 Legajo titulado “Contribuciones-Impuestos. Desamortización-Ventas Nacionales” en donde aparecía la corporación

municipal en mayo de 1836 encabezada por este individuo. Archivo municipal de Usagre.63 Repartimiento de contribuciones del año 1844, archivo municipal de Usagre.64 Tesis doctoral sobre la desamortización de Mendizábal-Espartero en la provincia de Badajoz en NARANJO SAN-

GUINO (1994). Publicación posterior de la tesis en NARANJO SANGUINO (1997).

Page 250: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

249

CUADRO V: DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL-ESPARTERO:DATOS GENERALES

El primer apartado denominado DATOS TOTALES pone de manifiesto los bajosporcentajes de la desamortización en Llerena en el contexto de la desamortización anivel provinciaL. La desamortización llerenense apenas superó el uno por ciento en losdistintos conceptos.

65 Los valores de tasación y remate del cuadro corresponden a reales de vellón. La superficie rústica se expresa enhectáreas.

66 La tasación es el valor en reales con que salen todas las fincas a subasta para ser vendidas.67 El remate es el precio final en reales que alcanzaban las fincas en la subasta tras la puja.68 La cotización es la diferencia entre el valor inicial de subasta (tasación) y el valor final de venta (remate). Se expresa

en tantos por ciento (%).69 Se obtiene al dividir el valor total de remate entre el número de fincas. Se expresa en reales.70 Los porcentajes que aparecen en este apartado detrás de las cifras corresponde cada uno al porcentaje que cada

cifra representa en su total (provincial o llerenense).71 Los porcentajes que aparecen en este apartado detrás de las cifras corresponde cada uno al porcentaje que cada

cifra representa en su total (provincial o llerenense). En el clero regular se incluyen los bienes de las órdenes(frailes, monjas, órdenes militares) y la ex-Inquisición básicamente. En el clero secular se incluyen los bienes direc-tos e indirectos (“de vinculación eclesiástica”) de las iglesias y catedrales esencialmente. Los bienes civiles fueronen la provincia de Badajoz las adjudicaciones a la Hacienda pública y los bienes de la Corona y del Banco de SanCarlos en la Real Dehesa de la Serena.

Page 251: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Miguel Ángel Naranjo Sanguino

250

Pero veamos estos conceptos. El número de fincas desamortizadas fue bajo (82 fincas),aunque su valor de remate se elevó a más un millón doscientos mil reales72 . Y esta cifraya sería relevante en la desamortización de muchas otras provincias. Pero fuerelativamente baja, porque la desamortización de Mendizábal-Espartero en la provinciade Badajoz alcanzó valores de venta absolutos muy elevados73 .El valor de cotización fuemuy bajo, lo que indica que las pujas de las subastas en Llerena fueron poco competidas oconcurridas y el valor de remate apenas subió por encima del inicial (tasación). Fue máspobre que el provincial, que a su vez fue muy pobre en el contexto nacional74 .

Lo mismo se puede decir de la finca media de la desamortización llerenense, quealcanzó un precio inferior al provincial, que a su vez fue inferior al nacional75 .

Así pues el apartado de “Datos totales” nos descubre una desamortización llerenensecon un valor de remate relativamente bajo76 , poco a tono con el valor de remate provin-cial; y con unas fincas de escaso valor medio y con una cotización que indica un escasocompromiso por parte de los compradores con el proceso desamortizador de Llerena.

El siguiente gran apartado es el de TIPOS DE FINCAS. En la provincia de Badajozy en Llerena se enajenaron más bienes rústicos que urbanos y los primeros valieron enconjunto más que los segundos. Pero el rasgo diferenciador más destacado de ladesamortización en Llerena fue la notable importancia relativa que tuvo allí la enajenaciónde bienes urbanos, en contraste con su escasa relevancia a nivel provincial.

Los bienes urbanos en Llerena representaron el 14,63% de las fincas totales enajenadasy valieron el 43,07% del remate general, mientras que a nivel provincial los bienesurbanos sólo representaron el 9,77% de las fincas totales enajenadas y aportaron sólo el11,29% del valor de remate total.

Además, los porcentajes de la desamortización urbana en Llerena a nivel provincialfueron sensiblemente mejores que los de la rústica: el 1,63% de las fincas urbanas detoda la provincia y el 3,53% de su valor de remate; frente al 1,03% de las fincas rústicasy sólo el 0,59% de su valor de remate provincial.

La explicación está en la naturaleza de los bienes urbanos y rústicos desamortizadosen Llerena. Entre los urbanos hubo bienes muy caros como edificios de conventos ymolinos de harina, mientras que entre los bienes rústicos no hubo dehesas, que fueronlos bienes agrarios más caros de la desamortización en la provincia de Badajoz.

Por último, la superficie rústica enajenada estuvo en consonancia con el valor deremate de los bienes rústicos77 . La finca media llerenense tuvo una superficie parecida ala finca media provincial, pero el valor medio de la hectárea desamortizada en Llerenafue bastante inferior al de la hectárea a nivel provincial, lo que puede indicar que las

72 Pero que suponía un porcentaje bajo: el 0,78% del valor de remate total en la provincia.73 NARANJO SANGUINO (1997: pp. 45-46).74 NARANJO SANGUINO (1997: p. 46).75 NARANJO SANGUINO (1997: p. 46).76 Pero no en términos porcentuales (el 0,78% del valor de remate total de la provincia).77 Unas 848 hectáreas que representaron el 1,04% de la superficie enajenada en toda la provincia y valieron igualmen-

te un 1,03% del valor de toda la superficie rústica (las 81.009 hectáreas).

Page 252: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

251

tierras llerenenses desamortizadas fueron predominantemente malas: la hectárea desuperficie rústicas valió a nivel provincial 1.427 reales y la de Llerena valió sólo 810reales78 .

En el apartado PROCEDENCIAS, podemos observar por los porcentajes que aparecenal lado de las distintas cantidades que, a nivel de toda la provincia de Badajoz, las fincasprocedentes del clero regular fueron menos que las del clero secular, pero sin embargovalieron muchos más y aportaron muchas más superficie rústica; mientras que los bienesde origen civil tuvieron muy poca importancia. Pero en Llerena la desamortización afectócasi en exclusiva a los bienes del clero regular. Los mismos aportaron el 86,58% de lasfincas, el 92,35% del valor de remate total y el 96,34% de la superficie rústica. Losbienes del clero secular enajenados fueron mucho más escasos en número y valor79 . Losbienes civiles tuvieron una participación muy escasa en Llerena, aunque curiosamentefue porcentual más elevada que en el resto de la provincia80 .

IV.2. Naturaleza de las fincas desamortizadas

Según su naturaleza, las fincas desamortizadas en Llerena fueron de dos tipos: rústicasy urbanas.

CUADRO VI: DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL-ESPARTERO:NATURALEZA DE LAS FINCAS DESAMORTIZADAS

78 El valor de la hectárea media se obtiene dividiendo el valor de remate de los bienes rústicos entre su superficie.NARANJO SANGUINO (1997: pp. 65-66).

79 Los bienes de “vinculación eclesiástica” fueron muy importantes en la desamortización de Godoy.80 Fueron algunas casas con precios interesantes procedentes de adjudicaciones a la Hacienda pública.

Page 253: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Miguel Ángel Naranjo Sanguino

252

Las fincas rústicas desamortizadas en la provincia de Badajoz se distribuyeron entre14 naturalezas81 . Pero en Llerena sólo se localizaron 4 de ellas, señal de la escasa variedadagraria de la zona. Y las características de estas 4 naturalezas indican que en Llerenaexistía una agricultura mediterránea de secano, con fuerte base cerealista.

Llerena careció de dehesa desamortizada, que fue la naturaleza rústica más importantede la desamortización provincial, por valor de remate y superficie rústica enajenada. Ensegundo lugar estaba a nivel provincial la tierra de labor, que en Llerena ocupaba elprimer puesto. Y después, a gran distancia, en superficie y valor de remate, estaban anivel provincial las demás naturalezas, que en el caso de Llerena también se situaban amucha distancia de la tierra de labor.

Además, las cuatro naturalezas representadas en Llerena ocuparon, por el mismoorden, los primero puestos de la desamortización provincial en valor de remate, detrás de ladehesa. Así pues, hay grandes semejanzas entre el nivel provincial y llerenense, aunqueen Llerena no se desamortizasen dehesas. Tampoco se desamortizaron con Godoy.

Las naturalezas urbanas detectadas en la desamortización provincial se elevaron a 22en total82 , pero las contabilizadas en Llerena fueron sólo 5. A nivel provincial destacaronlas casas (gran número y elevado valor de remate global), seguidas de los conventos(edificios grandes y caros). En Llerena se desamortizaron pocas casas, pero los conventosfueron los bienes urbanos más importantes. Por último, los molinos, casas tercias83 y lasenfermerías de los conventos figuraron entre los bienes urbanos más valiosos tanto en ladesamortización provincial como en la llerenense. Así pues también hubo parecidosentre la desamortización urbana de la provincia y de Llerena.

IV.3. Instituciones desamortizadas

En Llerena hubo trece instituciones desamortizadas. Las agruparemos, de mayor amenor remate total, dentro del clero regular (femenino, masculino, ex-Inquisición ymaestrazgo), clero secular y procedencia civil.

81 Dehesa, tierra de labor, huerta, olivar, cercado, hacienda, chaparral, roza, cortinal, viña, pinar, encinas, quintería ycolmenar. NARANJO SANGUINO (1997: pp. 67-68).

82 Casa, convento, charca-albuera, molino de harina, enfermería, almazara, posada, casa tercia, corralón, bodega,silo o granero, ermita, puente, tenería, carbonería, cuadra, horno de teja y/o ladrillo, plaza de toros, panera, hornode pan, banqueta y pajar. NARANJO SANGUINO (1997: pp. 75-76). Se han considerado naturalezas urbanas todaslas sitas en las poblaciones, más las dedicadas a la industria, el comercio y los transportes.

83 Las casas tercias eran almacenes destinados a la recogida del grano procedente de los diezmos por parte deinstituciones eclesiásticas, como por ejemplo los Maestrazgos de las Órdenes Militares.

Page 254: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

253

CUADRO VII: DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL-ESPARTERO:INSTITUCIONES DESAMORTIZADAS

A simple vista, se comprueba que los 4 conventos de monjas, todos ubicados enLlerena, aportaron el grueso de la desamortización en esta localidad: el 78,04% de lasfincas, el 75,58% del valor de remate y el 93,98% de la superficie rústica87 . La ordendominante era la franciscana. Los conventos de monjas tuvieron también un importantepapel en el proceso desamortizador de toda la provincia, pero no tan relevante.

En cambio, los conventos de frailes fueron en la provincia de Badajoz la segundaprocedencia regular, mientras que aquí les sobrepasó la ex-Inquisición con la venta deun edificio. Los maestrazgos y la ex-Inquisición apenas tuvieron representatividad en ladesamortización provincial88, pero sí la tuvieron en Llerena, especialmente la ex-Inquisición.

Las instituciones del clero secular apenas tuvieron ninguna relevancia en ladesamortización llerenense, y además de las tres instituciones seculares afectadas, dos

84 Al despreciar parte de los decimales, puede salir alguna hectárea de menos sobre las 848 totales.85 Fábrica parroquial de Nuestra Señora de la Asunción en la villa de Fuente del Arco.86 Eran bienes incautados a civiles por distintas causas, que se subastaban a beneficio del Estado.87 Los datos globales de los 4 conventos de monjas: 64 fincas, 913.148 reales de remate y 797 hectáreas.88 NARANJO SANGUINO (1997: pp. 96-97).

PROCE-DENCIA ORDEN

Page 255: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Miguel Ángel Naranjo Sanguino

254

no estaban ubicadas en Llerena y la tercera era una cofradía de Ánimas. Así pues, sepuede decir que los bienes directos del clero secular llerenense89 no se vieron afectadospor el proceso desamortizador de Mendizábal-Espartero. Son datos que cuadran pococon las cifras provinciales, pues si se consulta el CUADRO V, se puede comprobar queel clero secular provincial aportó un elevado número de fincas, aunque baratas y depequeñas dimensiones. Además, entre el clero secular provincial las instituciones másafectadas eran las ubicadas en la misma localidad donde radicaba la finca. Y como en ladesamortización de Godoy tampoco se vieron afectados en Llerena los bienes directosdel clero secular, se puede suponer que éste debió tener mucho poder e influir bastanteentre los compradores para que sus bienes no terminasen enajenados.

Por último, los bienes civiles tuvieron una cierta relevancia, porque se trataba decuatro casas en Llerena que alcanzaron en las subastas un remate aceptable.

IV.4. Evolución cronológica del proceso desamortizador

El cuadro siguiente es muy clarificador.

CUADRO VIII: DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL-ESPARTERO:EVOLUCIÓN CRONOLÓGICA

89 Los bienes directos del clero secular eran los que pertenecían directamente a las fábricas parroquiales, los curatos,beneficios curados, y las catedrales, etc. Se excluyen de ellos los que en la desamortización de Godoy hemosdenominado de “vinculación eclesiástica” : cofradías, memorias, obras pías, etc.

Page 256: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

255

La desamortización en Llerena tuvo una evolución coincidente y a la vez distintacon respecto a la provincial90 . Fue más corta que la provincial, del año 1837 al año184791 . Pero ambas tuvieron los tres máximos en las mismas fechas. El primero fue enlos años 1837 a 1838 con el arranque de la desamortización de Mendizábal, que perdiófuerza en los años 1839 y 1840. El segundo máximo fue en los años 1843 y 1844 con elcenit de la desamortización de Espartero y el nuevo impulso que la política progresistadio a la venta de bienes regulares. Sin embargo, en la desamortización provincial elsegundo máximo fue el más elevado, mientras que en Llerena fue el primero. Pero desde1844, los moderados ralentizaron el proceso desamortizador, que tuvo un pequeñomáximo en el año 1847 a nivel provincial, que coincidió en Llerena con la venta deledificio de la ex-Inquisición que valió 111.967 reales. Después de 1847 la desamortizaciónprovincial de fincas remitió violentamente, mientras que la llerenense se murió.

IV.5. Análisis de los beneficiarios de la desamortización

De principio vamos a identificar a beneficiarios con compradores, aunque a veces noeran la misma cosa92 .

El análisis que se va a hacer contemplará diversas facetas de los compradores: suvolumen de compra, su aportación fiscal, su profesión, oficio o actividad económica, suparticipación política y electoral, etc.93 . Y todo este análisis requiere la consultapormenorizada de un conjunto voluminoso y variado de fuentes, tanto de ámbito mu-nicipal como provincial y nacional94 .

En el siguiente cuadro general de los compradores se ha intentado reflejar todo loque sabemos de estos compradores en las facetas que se han indicado.

A los compradores les hemos distribuido en este cuadro disponiéndoles en funciónde la compra de bienes nacionales realizada en la ciudad de Llerena, de mayor a menorcompra naturalmente. Y ha resultado en conjunto un cuadro muy complejo.

90 NARANJO SANGUINO (1997: pp. 54-55).91 La provincial fue del año 1836 al de 1852.92 NARANJO SANGUINO (1997: pp. 107-109).93 El modelo de análisis que se aplicará a los compradores en Llerena, seguirá las pautas del aplicado para la des-

amortización provincial de Badajoz, a nivel de fuentes, metodología y clasificaciones. Véase NARANJO SANGUINO(1997: pp. 116-124).

94 NARANJO SANGUINO (1997: pp. 30-40).La documentación utilizada está localizada básicamente en el ArchivoHistórico Provincial de Badajoz, el Archivo de la Diputación Provincial de Badajoz, el Archivo Municipal de Llerena yel Archivo del Ministerio de Hacienda en Madrid.

Page 257: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Miguel Ángel Naranjo Sanguino

256

CUADRO IX: DESAMORTIZACIÓN DE MENDIZÁBAL-ESPARTERO: BENEFICIARIOS

95 Se ha utilizado el libro provincial de impuestos del año 1852, que presentaba a todos los contribuyentes en Badajozagrupados según los pueblos en los que contribuían (vecinos y hacendados forasteros). NARANJO SANGUINO(1997: pp. 36-37). La cifra de impuestos que pagaban (en reales) en la localidad en que fueron vecinos, en el año1852, se pone entre paréntesis. Y se ha tomado como referencia para catalogar a los compradores así: grandeprovincial (+ de 200 reales de contribución anual), mediano provincial (100-200 reales) o pequeño provincial (- 100reales), que equivale a decir grande, mediano o pequeño contribuyente a nivel de toda la provincia. Consideramosque un contribuyente ya era grande cuando pagaba más de 200 reales que le daba derecho a voto en Cortes (leyelectoral del año 1837).Carecemos de datos fiscales de algunos grandes compradores, pero es que debieron fallecer antes del año 1852.Igualmente, hay que tener presente que también en aquella época se intentaba evadir impuestos.

96 Se entiende en sentido amplio: profesión, oficio, negocios, actividad económica general, etc.97 En el período 1836-1855 hubo tres leyes electorales: las de 1836 y de 1846 tuvieron un fuerte carácter censitario,

pero la de 1837 fue algo más abierta. Se indica por cuáles de estas leyes participaron electoralmente los compradores.98 Cargos políticos a nivel municipal, provincial y nacional.99 La Milicia Nacional fue el brazo armado del liberalismo contra el absolutismo, y después fue un instrumento más que

utilizaron ambas facciones del liberalismo, progresistas y moderados, para enfrentarse. Indicamos el nivel de parti-cipación de los compradores: miliciano u oficial.

100 Esta cantidad la pagaba en Medina de las Torres como hacendado forastero, pues en Llerena no tenía bienes raícesen el año 1852, al menos aparentemente.

101 Tratante en lanas y especulador en granos. Por estos conceptos pagaba casi todos sus impuestos.102 Esta cantidad la ingresaron ya sus herederos por él en el año 1852.103 Albéitar era un veterinario. Pero en aquella época era un oficio sin la categoría social que tiene ahora.

95 95

Page 258: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

257

La desamortización de Mendizábal se inició en 1836. Y en 1837 Llerena tenía 934vecinos y 3.405 almas104 . Considerando que fueron 22 los vecinos de Llerena queadquirieron en esta localidad bienes nacionales, resulta que sólo el 2,35% de su vecindariointervino en su proceso desamortizador. La desamortización de Mendizábal-Esparterofue muy minoritaria en Llerena. También lo fue en el conjunto de la provincia de Badajoz,donde sólo tuvo la condición de comprador el 2,30% del vecindario105 .

Los compradores totales que adquirieron bienes nacionales en Llerena106 fueron 27104 Boletín Oficial de la Provincia de Badajoz de 7 de noviembre de 1837, nº 133.105 Los vecinos de toda la provincia de Badajoz eran en el año 1837 unos 74.853 y los compradores vecinos en la

provincia se elevaron a 1.726, deducidos los 34 madrileños y los 20 de otras provincias y países. Aunque tambiénhubo otros 13 desconocidos, pero debieron ser pacenses no identificados.

106 Para todas las comparaciones entre los compradores en Llerena y los de toda la provincia, remitimos al apartado debeneficiarios en NARANJO SANGUINO (1997: pp. 105-214).

Page 259: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Miguel Ángel Naranjo Sanguino

258

individuos. Y constituyeron el 1,55% de los 1.782 compradores en la provincia deBadajoz. Un porcentaje bajo, en concordancia con los bajos porcentajes de los bienesnacionales desamortizados en la localidad.

De estos 27 compradores, 22 eran vecinos de Llerena, otros 4 residían en otraslocalidades de la provincia y sólo uno residía en Madrid. Así pues, la gran mayoría delos compradores eran vecinos de Llerena (el 81,48%). Y un grupo mayor aún erancompradores residentes en la provincia de Badajoz (el 96,29%). Sólo un compradorresidía en otra provincia distinta, Madrid (José Manuel de Torre).

Pero este personaje debió ser un llerenense emigrado a Madrid, pues ostentó el cargode Comisionado de Venta de Bienes Nacionales en la provincia de Badajoz, y concediódicho cargo a título interino a su primo, el vecino de Llerena Dionisio Torres107 . Sinembargo, por su gran inversión, más parece un testaferro de ricos compradores madrileñosque otra cosa108 .

Por todo lo cual, se puede afirmar que la gran mayoría de los compradores de ladesamortización en Llerena fueron vecinos de la localidad.

Sin embargo, los porcentajes fueron distintos en cuanto a participación en el valor deremate. Los bienes desamortizados en Llerena valieron en total 1.208.030 reales y los 5compradores no vecinos de Llerena aportaron 579.557 reales, lo que supuso el 47,97%de la inversión total. Como referencia provincial, tenemos que los compradores residentesen esta provincia aportaron el 67,5% de la inversión total, dejando sólo a los compradoresresidentes fuera de Badajoz el 32,5% de dicha inversión. Bajo esta óptica, los vecinos deLlerena invirtieron con mucha menos intensidad en su localidad, que lo hicieron elconjunto de compradores pacenses en esta provincia. Lo que puede ser una señal de ladebilidad económica (o del desinterés por la desamortización) de los llerenenses enaquella época.

El comprador medio en Llerena invirtió unos 44.741 reales, mientras que el compradormedio provincial invirtió 73.143 reales. Así pues, el comprador de Llerena fue por términomedio un inversor débil en comparación con el comprador medio provincial.

Hubo sólo 2 grandes compradores109 en Llerena a nivel provincial, con una inversiónsuperior a los 100.000 reales y ninguno residía en la localidad: José Manuel de Torre(Madrid) con 447.109 reales y Santiago del Cacho (Villafranca de los Barros) con 111.967reales. Ellos solos aportaron 559.076 reales (el 46,27% de la inversión total).

Esto nos pone de manifiesto otro rasgo de la desamortización en Llerena: el porcentajede inversores estaba en relación inversa al valor total de sus adquisiciones individuales.Los pequeños compradores (inversión menor a los 40.000 reales)110 fueron 16 y

107 Boletín Oficial de la Provincia de Badajoz de 29 de abril de 1843.108 José Manuel de Torre adquirió bienes nacionales en Llerena por valor de 447.109 reales, pero en el conjunto de la

provincia de Badajoz adquirió bienes por valor de 4.038.548 reales, que le valieron el sexto puesto entre los 1.782compradores en la provincia: NARANJO SANGUINO (1997: p. 236).

109 NARANJO SANGUINO (1997: pp. 127-128).110 NARANJO SANGUINO (1997: pp. 127-128).

Page 260: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

259

constituyeron el 59,25% de total, pero invirtieron sólo 109.629 reales que sumaban el9,07 de la inversión total; mientras que los otros 11 compradores restantes (el 40,75%)aportaron 1.098.401 reales, es decir, el 90,935% de la inversión global. Pero estacaracterística fue muy típica en toda la provincia.

El perfil económico, profesional y político de los compradores también es un aspectomuy importante.

Hay que empezar indicando que, si bien el comprador medio en Llerena realizó unainversión mediocre, esto no quiere decir que los compradores fueran genteeconómicamente débil. De hecho, 15 compradores fueron con seguridad grandescontribuyentes a nivel provincial, pero a los mismos debemos añadir otros 4 compradoresmás111 de los que no tenemos constancia expresa de que fueran grandes contribuyentes,pero su condición de electores en Cortes nos indica su condición de grandes propietarios,circunstancia inexcusable para ser elector, en un régimen duramente censitario como elde aquella época. En total, grandes contribuyentes debían ser 19 compradores, es decir,el 70,37% del total. Realmente, la gran mayoría de los compradores de la desamortizaciónen Llerena constituyeron una élite económica. A nivel provincial ocurrió algo parecido.

Profesionalmente hay 11 identificados solamente, aunque a muchos de los otros lescuadraría el apelativo de hacendados, propietarios o terratenientes, en función de sucontribución fiscal o en función de su condición de electores en cortes. Dentro de losidentificados dominaban las profesiones liberales (tres abogados, un escribano, unadministrador de arbitrios), las actividades especulativas o comerciales (dos especuladoresen granos, un tratante, un mercader) y las figuras propias del sector agrario (hacendado,terrateniente, labrador, propietario); mientras que apenas aparecían los oficios (un herreroy un albéitar) y los nobles; y además no había campesinos. Así pues, los protagonistassociales de la desamortización fueron: la burguesía rural y urbana. El papel de la mujeren la desamortización de Llerena fue más irrelevante aún que en la provincia112 , con unacompradora, Manuela Álvarez (600 reales de inversión).

En el plano político se constata una fuerte participación electoral, en una época delegislación rígidamente censitaria. Ejercieron su derecho al voto en Cortes113 21compradores, es decir el 77,77% del total. Este porcentaje era elevadísimo si lo compramoscon el nivel provincial. Con la ley de 1836 sólo votó el 0,53% de la población de laprovincia de Badajoz, con la del año 1846 lo hizo el 0,66%, y la ley de 1837, que fuemás permisiva, sólo concedió el derecho de voto en Cortes al 2,40% de la poblaciónprovincial114 .

Los compradores también participaron en la actividad política directa con dosdiputados provinciales, cinco alcaldes, dos concejales, y otros cargos menores. Era una

111 Juan Boceta, Joaquín Boceta, Julían Gómez Pérez y Ramón Crespo.112 NARANJO SANGUINO (1997: pp. 204-205).113 Se han comprobado sus nombres en las listas de electores que efectivamente habían votado en las sucesivas

elecciones de la época y que aparecían en el Boletín Oficial de la Provincia de Badajoz.114 NARANJO SANGUINO (1999: p. 42).

Page 261: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Miguel Ángel Naranjo Sanguino

260

importante representación política, y de elevado rango, dada la nutrida presencia dediputados provinciales y de alcaldes.

Su participación en la Milicia Nacional fue escasa hasta donde conocemos, pero fuemuy importante a nivel cualitativo, pues de los 9 compradores miembros de este cuerpocivil armado, 5 fueron oficiales, lo que les permitía ejercer una notable y real influenciasobre el llamado brazo armado del liberalismo.

Por último, se puede añadir que durante la Regencia de Espartero (1840-1843) laactividad política en Llerena fue intensa. Los dos partidos liberales se enfrentaron yvarios compradores llerenenses participaron en el fragor de esta lucha: entre losprogresistas estuvo el alcalde Antonio Carrasco, cliente de Joaquín Muñoz Bueno, yentre los moderados destacaron Agustín Cañizo, Fernando Zambrano, José María Monteroy Juan Boceta. Casi todos lo moderados citados fueron desterrados, junto con otros, araíz del pronunciamiento moderado de septiembre-octubre de 1841 por orden del JefePolítico progresista Cayetano Cardero, instigado por Joaquín Muñoz Bueno115 .

IV.6. La desamortización de censos

Había varios tipos de censos (consignativos, enfitéuticos, reservativos, etc.). El censoimplicaba el gravamen de un inmueble. El gravamen se podía eliminar por parte delpropietario del bien gravado (redención) o un comprador de bienes nacionales podíaadquirir el gravamen mediante subasta (compra de censo)116 . Así pues, coexistieron laredención y venta de censos.

La desamortización de censos de Mendizábal-Espartero en la provincia de Badajozfue muy tardía y escasa. Servía de sucedáneo, cuando remitían las compras de fincas. Ladesamortización de censos tuvo cierto auge cuando remitieron las ventas de fincas en elaño 1841 y su mayor subida tuvo lugar entre los años 1848 y 1851, cuando la enajenaciónde fincas era ya casi anecdótica en toda la provincia117 . Tampoco fue una desamortizaciónvoluminosa, pues contó con un total de 157 beneficiarios que desamortizaron 453 censospor un valor de 2.125.354 reales118 .

En Llerena la desamortización de censos presentó las mismas características dedebilidad. Se desamortizaron 8 censos (3 redimidos y 5 comprados) por un valor total de19.346 reales. Cronológicamente se redimió un censo en el año 1843, pero el grueso sedesamortizó cuando había cesado la enajenación de fincas: se desamortizaron 2 censosen 1849 y 5 en el año 1851.

115 Ver en el Archivo Municipal de Llerena la documentación del año 1843 del coronel Corres y otros y las actasmunicipales de aquel año. Ver en el Archivo de la Diputación Provincial de Badajoz la documentación de MiliciaNacional y Propios correspondiente a Llerena del año 1840 al de 1843.

116 Véase para el concepto de censo y sus tipos NARANJO SANGUINO (1997: pp. 214-215).117 NARANJO SANGUINO (1997: p. 218).118 NARANJO SANGUINO (1997: pp. 214-220).

Page 262: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

261

Los beneficiarios fueron escasos: 3 redimentes y un comprador. Los 3 redimentesfueron todos de Llerena y aportaron 16.667 reales en conjunto por los 3 censos queredimieron y que gravaban bienes de su propiedad. Uno de ellos fue también compradorde bienes nacionales, Miguel de Torre. Otro fue Antonio de la Cámara: rico propietario,comerciante, abogado, alcalde, concejal y oficial de la Milicia Nacional. El tercerredimente fue José Cámara, del que carecemos de datos.

El único comprador adquirió 5 censos por un valor de 2.679 reales. Se trataba deJuan Romero de Tejada y Falcón. Natural de Almendralejo, acabó afincándose en laciudad de Badajoz. Su familia, los Romero de Tejada-Falcón eran muy ricos y estabaemparentado con los Coronado (la poetisa Carolina Coronado), terminando él mismopor emparentar con los Landa (Rubén Landa). Fue un gran contribuyente provincial(2.306 reales de contribución en el año 1852), gran propietario, especulador de granos,arrendatario de suministros del ejército, elector a Cortes por las leyes de 1837 y 1846,alcalde de Badajoz y oficial de su Milicia Nacional. Su familia adquirió, a través de élcomo apoderado, bienes nacionales por valor de 5.796.700 reales (2.773 hectáreas), loque hizo de la misma el segundo gran comprador en la provincia. Juan Romero invirtióen solitario la cantidad de 202.070 reales en bienes nacionales.

V. ¿CONCLUSIÓN?

Las diferencias y semejanzas, las líneas de continuidad, etc., entre lasdesamortizaciones estudiadas en el presente trabajo las puede deducir fácilmente cualquierlector. Pero no sería riguroso hacer un balance de la desamortización en Llerenaexcluyendo la desamortización de Madoz119 , cuyo estudio está aún pendiente. Así quedemos tiempo al tiempo. Y el balance necesario se hará cuando se haya realizado elanálisis completo de la desamortización.

BIBLIOGRAFÍA

CASTRILLEJO IBÁÑEZ, F. La desamortización de Madoz en la provincia de Burgos(1855-1869), Valladolid, 1987.

FERNÁNDEZ PARADAS, M. Los repartos de tierras municipales en Málaga. 1767-1842, Málaga, 2002.

FUENTES MORCILLO, S. La desamortización antes de la desamortización de losbienes concejiles en la Baja Extremadura (1793-1855), tesis doctoral inédita, 1993.

GARCÍA PÉREZ, J. La desamortización eclesiástica y civil en la provincia de Cáceres

119 Estamos iniciando su análisis, y las dimensiones que parece tener son bastante importantes en relación a losanteriores procesos desamortizadores.

Page 263: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Miguel Ángel Naranjo Sanguino

262

(1836-1870), Cáceres, 1994.HERNÁNDEZ MONTALBÁN, F.J. La abolición de los señoríos en España (1811-

1837), Madrid-Valencia, 1999.HERR, R. La Hacienda Real y los cambios rurales en la España de finales del Antiguo

Régimen, Madrid, 1991.LINARES LUJÁN, A.M. El proceso de privatización de los patrimonios de titularidad

pública en Extremadura (1750-1936), tesis doctoral inédita, 2001.MARTÍN MARTÍN, T. La desamortización. Textos político-jurídicos, Madrid, 1972.

“La desamortización en Extremadura (1836-1895)”, Revista de Estudios Extreme-ños, XXXIV-III, 1978.

MELÓN JIMÉNEZ, M.A. “La desamortización de 1798 en el Partido de Cáceres”, Norba,5, 1984.

MERINO NAVARRO, J.P. La desamortización en Extremadura, Madrid, 1976.NARANJO SANGUINO, M.A. La desamortización de Mendizábal en la provincia de

Badajoz (1836-1852), tesis doctoral, 4 volúmenes, UEX, 1994.La desamortización de Mendizábal-Espartero en la provincia de Badajoz (1836-1852), Badajoz, 1997.“Consolidación de la oligarquía burguesa montijana en el poder”, en Actas de lasIII Jornadas de Historia de Montijo, 1999, pp. 39-48.“La desamortización del Trienio Liberal (1820-1823) en la provincia de Badajoz”,Cátedra Nova, 12, 2000.

NARANJO SANGUINO, M.A. y ROSO DÍAZ, M. “Aproximación a la desamortiza-ción de Godoy en la región de Extremadura”, en Manuel Godoy y su tiempo, Badajoz,2003, volumen 1º.

ORTEGA SANTOS, A. La tragedia de los cerramientos, Valencia, 2002.ROSO DÍAZ, M. “Directrices generales de la desamortización urbana en la provincia de

Cáceres (1836-1900)”, Revista de Estudios Extremeños, LVIII-III, 2002.RUEDA HERNANZ, G. La desamortización de Mendizábal en Valladolid (1836-1853),

Valladolid, 1982.La desamortización de Mendizábal y Espartero en España, Madrid, 1986.La desamortización en España: un balance (1766-1924), Madrid, 1997.

SÁNCHEZ GÓMEZ, M.A. La desamortización de Cantabria durante el siglo XIX (1800-1889), Torrelavega, 1994.

SIMÓN SEGURA, F. Contribución al estudio de la desamortización en España: ladesamortización de Mendizábal en la provincia de Gerona, Madrid, 1969.

TOMÁS y VALIENTE, F. El marco político de la desamortización en España, Barcelo-na, 1971.

VV. AA. Jornadas de Desamortización y Hacienda Pública, Madrid, 1986, 2 volúme-nes.

Page 264: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004

Pgs. 263 a 276ISBN: 84-609-4105-1

APUNTES SOBRE LA IGLESIA DE LOS JESUITAS DELLERENA

María del Mar Gragera Rodríguez

IES Fernando RobinaAv. Ancha de Sevilla, 32

06900 [email protected]

Page 265: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

264

Page 266: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

265

APUNTES SOBRE LA IGLESIA DE LOS JESUITAS DE LLERENA

María del Mar Gragera Rodríguez

RESUMEN

El recinto que alberga las Jornadas de Historia en Llerena fueoriginariamente la iglesia del colegio que los jesuitas fundaron enesta ciudad en el siglo XVII y que, tras la expulsión de la Compañía,ocupó la orden de la Merced. Los jesuitas se establecieron en Llerenagracias al apoyo constante y decidido del consistorio llerenense, yhubieron de hacer frente a la oposición de dominicos y francisca-nos. La iglesia que construyeron responde al modelo más difundidoentre la arquitectura jesuítica, con detalles que la emparentan conotras obras de la Compañía y con algunos de los más notables ar-quitectos españoles del momento. La siguiente comunicación pre-tende aportar algunos datos nuevos sobre este edificio, pero, sobretodo, resaltar su valor arquitectónico y su relación con varias cons-trucciones destacadas de la España del Barroco. El edificio es, asi-mismo, muestra del carácter retardatario del arte extremeño, resul-tado de su localización marginal respecto a los grandes centros decreación artística.

SOME NOTES ON THE CHURCH OF THE JESUITS INLLERENA

The building that houses the Jornadas de Historia en Llerena wasoriginally the church of the school that the Jesuits founded in thistown in the XVII century and which was occupied by the Order ofOur Lady of Mercy after the expulsion of the Company of Jesus. TheJesuits settled in Llerena thanks to the constant and determined sup-port of the local council, and they had to face the opposition of theDominicans and Franciscans. The church that they built conformsto the most extended model within the Jesuit architecture, with de-tails that relate it with other buildings of the Company and with someof the most remarkable Spanish architects of that moment. The fol-lowing essay tries to provide some new data about this building, but,above all, intends to point out its architectonic value and its rela-tionship with several outstanding buildings belonging to the Span-ish Baroque. The building is, at the same time, a proof of the re-tarded character of the Extremeño Art, due to its marginal positionin respect to the most important centres of artistic creation.

Page 267: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

María del Mar Gragera Rodríguez

266

I. INTRODUCCIÓN

El recinto que alberga las Jornadas de Historia en Llerena fue originariamente laiglesia que levantó la Compañía de Jesús cuando se estableció en nuestra ciudad en elsiglo XVII. Estudiada por Mª Pilar de la Peña Gómez1 , pretendo con esta comunicaciónaportar algunos datos sobre esta construcción, pero, sobre todo, llamar la atención sobreuno de los monumentos más señalados de nuestra localidad. Con frecuencia, lafamiliaridad del entorno urbano y arquitectónico hace que no reparemos en él; vemoscada día, pero no siempre miramos.

La Compañía de Jesús fue una poderosa orden religiosa que experimentó unespectacular desarrollo, desde su creación a mediados del siglo XVI, hasta, en el casoespañol, su expulsión por Carlos III en 1767, cuando contaba con ciento cuarentaestablecimientos en España. La explicación de este crecimiento se debe no sólo a laprotección de papas, reyes y nobles, sino también a su dedicación a la enseñanza. Enefecto, los jesuitas fundaron por toda España, en ciudades grandes y pequeñas, perotambién en pueblos y villas, colegios donde se impartían clases de gramática y primerasletras. Su labor docente (también en las Universidades), así como sus actividadesrelacionadas con la predicación, la catequesis, la dirección de congregaciones de laicos,etc., convirtieron a la Compañía de Jesús en la orden más influyente de España. A estepoder sobre las conciencias y las mentalidades se le une una riqueza cada vez mayor,fruto de la especial protección de las élites. Lógico será, por tanto, que despertara laanimadversión de las parroquias y de las otras órdenes religiosas, de fundación másantigua, que veían peligrar su posición ante el anuncio de los jesuitas de fundar colegioen su localidad. El temor de las otras congregaciones a perder influencia y, en especial,ingresos de limosnas o entierros, despertó la oposición a estos establecimientos2 .

La historia de los jesuitas en España está llena de estos conflictos, resueltosgeneralmente a favor de los intereses de la Compañía, que contaba con el apoyo de laCorona, la nobleza o miembros de la alta jerarquía eclesiástica. En otros casos, el respaldoprovino de los consistorios municipales, como sucedió en los colegios de Badajoz3 , o,como veremos, Llerena.

La aparición de religiones nuevas o reformadas provocó un oleada de fundacionesmonásticas en el último tercio del siglo XVI y la primera mitad del siglo XVII. Laoposición, en general, de municipios, obispados y clero consigue que las Cortesdeterminen, como una de las condiciones generales del servicio de millones, que el rey“mande por el tiempo que durare este servicio, el Consejo, las ciudades y villas destosReynos, no den licencia a nuevas fundaciones de monesterios, ansi de hombres, comode mugeres”; a cada nueva concesión del servicio de millones se repetía la prohibición4 .

1 Arquitectura y urbanismo de Llerena, Cáceres, 1991.2 CÁMARA MUÑOZ, A. Arquitectura y sociedad en el Siglo de Oro, Madrid, 1990, pp. 118-120.3 “La Ciudad de Badaxoz a muchos años haçe instançia a la Compañía de jesus para que en ella se funde un Collegio

para la buena institución y crianza de la juventud de que neçesita grandemente...”. Referencia en el Archivo Munici-pal de Salamanca (AMS), Libros de Acuerdos, 1626, f. 72v, 1 de julio de 1626.

4 Los Acuerdos que el Reyno hizo en las Cortes que se propusieron en nueue de Febrero de mil y seiscientos ydiecisiete..., s.l., s.i., s.f., f. 44v. También, DOMÍNGUEZ ORTIZ, A. Las clases privilegiadas en el Antiguo Régimen,Madrid, ed. de 1985, pp. 275-278.

Page 268: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

267

En las Cortes de 1623-1629 se trató nuevamente de los establecimientos monásticos:cualquier nueva fundación habría de llevar el voto consultivo del Reino reunido enCortes, y el voto decisivo de las ciudades y villas con voto. Se trataba de un nuevoprocedimiento; en esta ocasión, muchas de las ciudades sólo dieron a sus procuradorespoder para un voto consultivo, o voto provisional, reservándose el voto decisivo, o sea,la ratificación o no de la concesión ofrecida5 . De esta manera podría darse consentimientoa la fundación “sin embargo de las condiziones de millones que le prohíben”; la primerapetición de voto favorable presentada ante el ayuntamiento salmantino fue, precisamente,de la Compañía de Jesús, para fundar su colegio en Badajoz6 . El padre provincial Luisde la Palma escribe que, con fecha de 2 de mayo de 1626, en estas referidas Cortes, losjesuitas consiguieron el voto consultivo favorable de las ciudades reunidas; entre lasrazones alegadas para el consentimiento, están: la voluntad y patronazgo de la reina; lapropia ciudad de Badajoz pide “con encarezimiento” la fundación; no se gravará lahacienda de los vecinos, pues los jesuitas disponen de casa e iglesia hechas, así como de2.000 ducados de renta “que gastaran en beneffiçio de los naturales sin molestarles conpeticiones de limosna”. Visto por el concejo salmantino, “atendiendo a que la ciudad deBadajoz ynteresada en ello lo consiente y pide de un acuerdo y conformidad, por votodeçisiuo vino en ello y prestó consentimiento”7 .

En Extremadura, los jesuitas fundaron varios establecimientos entre mediados delsiglo XVI y la primera mitad del XVIII8 . Por orden de antigüedad, se trata de los dePlasencia, Fregenal de la Sierra, Badajoz, Llerena, Higuera la Real, Fuente del Maestrey Cáceres. La fecha de fundación de estos colegios puede variar según qué fuentes yautores consultemos, pues el proceso era lento y dificultoso, por los trámites legales(contradicciones y pleitos, obtención del consentimiento de las ciudades, facultad real,etc.)9 . Además, los jesuitas intentaron sin éxito establecerse en otras localidadesextremeñas: Las Brozas, Trujillo y Los Santos de Maimona10 ; en Las Brozas, la oposiciónprovino en principio, en 1617, del convento de Alcántara, y, años después, en 1629, de

5 LYNCH, J. España bajo los Austrias, Barcelona, 1988, vol. 2, p. 128.6 Recordemos que Extremadura era representada en las Cortes por la ciudad de Salamanca, hasta 1652: LORENZANA

DE LA PUENTE, F. “Llerena y el voto en Cortes de Extremadura”, en Actas de la I Jornada de Historia de Llerena,Llerena, 2000, pp. 99-121.

7 AMS, Libros de Acuerdos, 1626, ff. 72v-73, 1 de julio de 1626. Otro de los motivos expuesto por los jesuitas fue que“en toda la provinçia de Estremadura no tiene la Compañía de jesus casa ni collegio y que a desecho la Compañíade jesus otra fundazion en este arçobispado que tenia... y assi no biene a ser mas que commutaçion de un collegiopor otro”. No se entiende esto bien, pues, como veremos, los jesuitas ya estaban establecidos en Plasencia y enFregenal.

8 PEÑA GÓMEZ, M.P. (DE LA) “Edificios de la Compañía de Jesús en Extremadura (siglos XVI-XVIII)”, Revista deEstudios Extremeños, XLIX-I, 1993, pp. 99-105.

9 Mª Pilar DE LA PEÑA considera más antiguo el de Llerena (1631) que el de Badajoz (1634); sin embargo, el colegiopacense obtiene la aprobación de las Cortes en 1626, mientras que el llerenense la consigue en 1643. TambiénCLAUSELLS IGLESIAS da la fecha de 1635 (“Los conventos de Badajoz. Breves noticias referentes a la Compañíade Jesús”, Revista del Centro de Estudios Extremeños, V, 1931, pp. 79-109). En el caso del de Higuera, aparece elaño 1666 (PÉREZ REVIRIEGO, M. La Sierra, ruta medieval, Colecc. Cuadernos Populares, nº 38, Mérida, 1991, p.21), mientras que la fuente que he manejado cita documentos notariales del patrocinador, Don Francisco FernándezDávila, fechados en la ciudad de los Reyes (Perú) en 16 de febrero de 1670, y en Santo Domingo en 25 de febrerode 1673, así como la escritura, que establece una dote de 3.500 ducados de renta, hecha el 26 de junio de 1676ante Juan del Pino y Alzota, escribano público de Sevilla (AMS, Libros de Acuerdos, 1682, ff. 158-160v, 20 deoctubre de 1682.

10 PEÑA GÓMEZ, M.P. (DE LA) “Edificios...”, pp. 99-100.

Page 269: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

María del Mar Gragera Rodríguez

268

los franciscanos descalzos de la localidad11 . Las fundaciones en Trujillo y Los Santos nodebieron avanzar mucho, pues no se llegó a escribir a las ciudades con voto en Cortessolicitando su permiso. Sí hemos encontrado, sin embargo, la petición para poder fundaren Fuente de Cantos (lo que Salamanca consiente), bajo el patronazgo de D. Antonio delCorro y Doña María del Corro, su mujer12 .

II. LOS JESUITAS EN LLERENA

Desde finales del siglo XVI se plantea la posibilidad de que los jesuitas funden uncolegio en Llerena para ocuparse de la enseñanza de los jóvenes de la localidad. Aunqueentonces no lo consiguen, la presencia de jesuitas en Llerena es constante, con motivode las predicaciones de Cuaresma. Avanzado el siglo siguiente, toma la idea nuevo impulsogracias a un bienhechor, el presbítero de San Francisco de Quito, en Ecuador, FranciscoOrtiz de Porras13 . A él se refiere el Licenciado Morillo a mediados del siglo XVII:

“Estan mandados despachar, y ya la mayor parte en España, dos mil pesos de renta para fundarun colejio de la Compañía de Jesús para que selea y enseñe la Jubentud, y otros mill pesos de rentapara que se funde un convictorio junto y contiguo al Colejio para buena educación y virtud demosvecinos naturales de la villa de Villa Franca de adonde lo era Francisco de Porras presuitero ycanones que murio en Quito su fundador y por pleito que ha ubido entre la probincia de toledo y lade Andalucia se a aplacado este colejio ala probincia de toledo, tiene la Ciudad en su archivo laClausola dela fundación, y Razon dela quantidad que se ynbio y ha recibido Juan Antonio deMedina veinte y quatro de Seuilla uno delos testamentarios del fundador”14 .

En 1640 el concejo llerenense da poder al Padre Provincial Francisco Aguado y alPadre Baltasar de la Gudina para solicitar al Reino “se conçeda escritura y facultad parafundar en esta villa casa y colexio de teatinos”15 . Por esas fechas están en Llerena dosjesuitas, Rodrigo Delza y Blas Ortiz, para las predicaciones de Cuaresma. La ciudad lesda cien reales, y nombra dos comisarios para conseguirles cómodo alojamiento16 . En1641 se notifica al ayuntamiento que el convento de Santo Domingo ha ganado unaprovisión contradiciendo el establecimiento de los jesuitas; los provinciales habíanenviado dos religiosos para dar principio a la fundación. La ciudad acuerda “que en bozy en nombre della se salga a la defenssa de la dicha fundación y que se les de rrecaudo departe de esta ziudad a los conbentos de santo domingo y san francisco calzados y descalzos

11 En un primer momento, la ciudad de Salamanca contesta a la petición de los jesuitas diciendo que escribirá al reypara que dé permiso a la fundación; aunque luego se ve en consistorio la petición en contra de los franciscanos;finalmente, el Reino, y la ciudad de Salamanca, votarán en contra de la fundación: AMS, Libros de Acuerdos, 1629,ff. 107v-109 (25 de mayo), f. 223 (5 de septiembre) y 1630, ff. 146v-148 (10 de julio).

12 AMS, Libros de Acuerdos, 1672, f. 183, 15 de julio de 1672. Las cláusulas y condiciones de la fundación, segúnaparece en estas actas del concejo salmantino, se protocolizaron en Fuente de Cantos el 26 de julio de 1665 anteFrancisco de Hortega.

13 Este religioso aparece citado por José Manuel BERMÚDEZ en los Anales de la catedral de Lima de 1534 a 1824, enrelación a una entrega de dinero enviado por el Deán de Lima al Arzobispo de Quito: http://www.comunidadandina.org/bda/docs/PE-CA-0006.pdf>

14 Compendio o laconismo de la fundación de Llerena (Edición de Agustín Romero Barroso), pp. 12-13. La Compañíadividió el territorio español en cuatro provincias jesuíticas: Aragón, Castilla, Andalucía y Toledo; los colegios deFregenal de la Sierra e Higuera se englobaban en la de Andalucía, mientras que el de Llerena pertenecía a la deToledo.

15 Archivo Municipal de Llerena (AMLl), Libros de Acuerdos, 1638-1642, f. 369, 25 de diciembre de 1640.16 Íbidem, f. 400v, 12 de abril de 1641.

Page 270: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

269

manifestandoles el sentimiento que caussa a esta ziudad que contradigan la dichafundación”17 . En enero de 1642, “por llamamiento desta ziudad an benido a ella quatropadres de la conpañia de jesus a tratar de la fundazion que an de hazer en ella”18 . Mes ymedio después, se decide escribir al agente de la ciudad en la Corte para que “acuda a lasolicitud y despachos para la fundazion del colexio de jesus que se funda en esta ziudad”19 .En abril, se tiene noticia en consistorio de que el convento de Santo Domingo ha sacadouna provisión y despachos contradiciendo la fundación; se nombran dos regidorescomisarios para que hablen con el prior de Santo Domingo y le convenzan de que ceseen la contradicción y, de no conseguirlo, informen al tribunal de la Inquisición y alCabildo eclesiástico “representandoles la contradiçion del dicho prior y frayles de santodomingo y el util y probecho que a esta ziudad y beçinos les biene de la dicha fundazionpara que por su parte se acuerde y suplique a su magestad conçeda la dicha lizencia paraproseguir en ella”20 . En junio de ese año, está en Llerena el alcalde mayor de la ciudadde Badajoz, “que biene a tratar de la fundazion del colexio de la conpañia de jesus porcomision del consexo rreal de castilla a pedimiento de los conbentos desta çiudad que lacontradiçen”. Por su parte, el consistorio llerenense acuerda:

“se de poder a fernan gonzalez çid residente en Corte para que en el consejo Real de Castillay en la saca de cortes del Reyno y en otro qualquier tribunal que convenga se muestre parte ennombre desta ziudad y pida tenga efecto la fundazion del colexio de jesus que se esta fundando enesta ciudad y represente todas las caussas conbinientes para ello y quan conbiniente y util es a estaziudad y sus veçinos el que se haga la dicha fundazion y contradiga lo que por parte de los conven-tos de santo Domingo y san francisco y san sebastian descalzos desta ciudad se dixeren y alegarey presente sobre ello todos los papeles y demas autos que convengan y se de el poder con todas lasfuerças y clausulas nezesarias”21 .

Sin embargo, los dominicos consiguen una Real Orden de 28 de agosto de 1642 quedesautoriza dicha fundación, lo que, según Tomás Pérez Marín, supuso la demolición dela iglesia y campanario que habían construido22 . Según M. Pilar de la Peña, se transformóel templo de los jesuitas en una casa particular, retirándose la “custodia, altares, ymaxenes,pilas de agua vendita y todo lo demas tocante a yglesia”23 .

En 1644, se ve en el ayuntamiento de Salamanca una carta de la ciudad de Llerena,solicitando su consentimiento para el establecimiento de los jesuitas en nuestra localidad,“por lo mucho que convenia aya casa de dicha religion en la dicha ciudad”, para lo quedisponen los religiosos de un caudal de cincuenta mil ducados; en un nuevo consistorio,el concejo salmantino resuelve a favor de la petición del llerenense24 .

17 Íbid., ff. 495v-496v, 23 de diciembre de 1641.18 Íb., ff. 501-501v, 10 de enero de 1642.19 Íb., f. 520, 28 de febrero de 1642.20 Los dos regidores nombrados para esta comisión estaban presos por el juez para la conducción de los soldados de

Portugal; sin embargo, “por quanto es cosa tan conbiniente a el serviçio de dios nro. Sr. y bien desta rrepublica yconbiene en ello no aya dilazion salgan de la prision en questan /.../ bolbiendose bia recta a la dicha prision sindibirtirse a ottra cossa en cunpliendo con lo cometido” (Íb., ff. 549-550, 13 de abril de 1642).

21 Íb., f. 563v, 6 de junio de 1642, y ff. 572v-573, 16 de junio de 1642.22 “Llerena en la época de Zurbarán, entre la prosperidad y la decadencia”, en LORENZANA DE LA PUENTE, F.

(coord.), Francisco de Zurbarán (1598-1998). Su tiempo, su obra, su tierra, Badajoz, 1998, p. 57.23 Arquitectura..., p. 213.24 AMS, Libros de Acuerdos, 1644, ff. 12-12v y 21, 22 y 29 de enero de 1644.

Page 271: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

María del Mar Gragera Rodríguez

270

En 1646, según Mª Pilar de la Peña, hay nueva negativa de franciscanos y dominicos,mientras los jesuitas están alojados en una casa particular25 .

En 1648 el consistorio decide destinar 20.000 maravedís anuales de aquí en adelantepara leer gramática, y arrienda para los jesuitas la casa de Luis de Toro Ramos, “dondese a de leer por estar en parte mas comoda y çercana al colexio de dicha compañía. queesta zerca de dicho colexio”26 . El presbítero Luis de Toro Ramos aparece en la relaciónde vecinos elaborada con motivo del donativo que la localidad hizo al rey en 1625,publicada por Luis Garraín; dicho presbítero era morador en la calle Martín Bermejo(hoy calle de don Tomás Gómez García), que desemboca precisamente en la plazuela dela Merced o de los Ajos (entonces, plazuela de don Gómez)27 . Como vemos, los jesuitasdebieron establecer en un principio su colegio en la ubicación que conocemos, dondeluego levantarían su construcción. Sin embargo, cuando el 30 de julio de 1715 se realizala ceremonia de la colocación del Santísimo Sacramento “en la yglesia nueba del colejioque es (sic) la plazuela de los ajos”, la procesión recorre el trayecto “desde el colejio queesta junto a la puerta nueba hasta dicho colejio nuevo”28 .

III. ANÁLISIS DEL EDIFICIO

La planta de la iglesia del colegio llerenense es la más frecuente en los templos de laCompañía de Jesús: de cruz latina con transepto poco marcado, nave única con bóvedade medio cañón con lunetos, capillas entre contrafuertes, y cúpula sobre pechinas sobreel crucero (Fig. 1). Esta planta es la del Gesú de Roma, pero fue utilizada incluso antespor los jesuitas españoles, por ejemplo en la iglesia del Noviciado de Villagarcía deCampos (Valladolid); también es la del Colegio de Alcalá de Henares (levantada entre1602 y 1620), inspiradora, según R.G. de Ceballos, de las iglesias de San Juan Bautistade Toledo (antigua iglesia de la Casa Profesa), el Colegio Imperial de Madrid y el ColegioReal del Espíritu Santo de Salamanca29 ; y, en general, de las iglesias de la provinciajesuítica de Toledo30 . Sin embargo, no fue un tipo de planta privativo de los jesuitas, niel único esquema utilizado por los arquitectos para la Compañía, no faltando ejemplosde iglesias de tres naves y otras de plan central. No hay, como se ha repetido ya mucho,un “estilo jesuítico”, pues la Compañía no tuvo una voluntad firme y determinada deimponerlo de manera uniforme en sus edificaciones, ni desarrolló una maquinarialegislativa e institucional para llevarlo a la práctica; el modo nostro se refería a edificiosfuncionales, austeros y sencillos, no a un estilo arquitectónico determinado31 . Pero sí es

25 Arquitectura..., p. 213.26 AMLl, Libros de Acuerdos, 1648, ff. 10v y 38, 9 y 15 de junio de 1648. En 1649 muere Luis de Toro Ramos y la ciudad

vuelve a arrendar la misma casa a otro presbítero, Juan Contias, en 1652 (Íbidem, 1649-1652, f. 46, 28 de julio de1649, y f. 100v, 5 de enero de 1650.

27 GARRAÍN VILLA, L. “Donativo que la ciudad de Llerena hizo al rey Felipe IV en el año 1625”, Revista de Ferias yFiestas de Llerena, Llerena, 1993.

28 Así aparece en la invitación que presenta ante el ayuntamiento llerenense el rector del colegio, el P. FranciscoIgnacio de Morales Mudarra, para que asista la corporación municipal a la ceremonia (AMLl, Libros de Acuerdos,1715, ff. 59v-60, 29 de julio de 1715.

29 RODRÍGUEZ G. DE CEBALLOS, A. Estudios del Barroco salmantino. El Colegio Real de la Compañía de Jesús(1617-1779), Salamanca, 1985 (2ª ed.), p. 83.

30 RODRÍGUEZ G. DE CEBALLOS, A. La arquitectura de los jesuitas, Madrid, 2002, p. 110.31 RODRÍGUEZ G. DE CEBALLOS, A. La arquitectura..., pp. 21-23.

Page 272: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

271

cierto que muchos arquitectos vinculados a la Compañía intervinieron en múltiplesedificaciones, dándoles, obviamente, cierta unidad estilística; en principio, actuabanpreferentemente en una de las provincias jesuíticas, aunque solían intervenir además enotras zonas; el hermano Pedro Sánchez32 desarrolló su actividad en la provincia deAndalucía; el hermano Francisco Bautista33 , en la de Toledo; y el hermano Pedro Mato34 ,en la de Castilla. Con frecuencia coincidieron, a la vez o sucesivamente, en obrasseñaladas. Así, por ejemplo, en el Colegio Imperial de Madrid, donde a su autor, elhermano Pedro Sánchez, le sucede el hermano Francisco Bautista; dos arquitectos quevuelven a compartir trabajos en Toledo. Estos mismos, más el hermano Pedro Mato,vuelven a estar relacionados con las obras del Colegio Real de Salamanca35 . Estosarquitectos, como vemos, trazaron o construyeron varias iglesias con la más frecuenteplanta jesuítica (las del Colegio Imperial de Madrid, el Colegio Real de Salamanca, o lade San Juan Bautista de Toledo); pero también utilizaron otros esquemas en otros edificiospara la Compañía36 .

Fig. 1: Llerena. Iglesia delos jesuitas. Interior.

32 El hermano Pedro Sánchez (1569-1633) trabajó en Andalucía entre 1595 y 1620, construyendo edificios para losjesuitas en Baeza, Sevilla, Cádiz, Málaga y Granada; desde 1620 trabaja en Madrid, con obras como la iglesia delColegio Imperial, que comienza en 1622, y en Toledo, en la iglesia de San Juan Bautista (entonces de los jesuitas),ambas continuadas tras su muerte por el hermano Francisco Bautista. Según Mª P. DE LA PEÑA, posiblementeparticipó en el diseño de las trazas de la iglesia del colegio de Fregenal de la Sierra, enviadas a Roma en 1606(“Edificios...”, p. 104).

33 El hermano Francisco Bautista (muerto en 1679) fue el inventor de las cúpulas encamonadas (las dovelas de piedrase sustituyen por una armadura de madera revestida de ladrillo y enlucida de yeso, con los que se consigue unamayor ligereza y menores costes) y de unos capiteles característicos (libre interpretación del capitel corintio al quese superpone una moldura de ovas y dardos), el denominado “sexto orden”, que recoge, al igual que las cúpulasencamonadas, su admirador y discípulo fray Lorenzo de San Nicolás en su Arte y Uso de Arquitectura (1633 y 1664).

34 El hermano Pedro Mato (1601-1673) trabaja en Salamanca desde 1642 hasta su muerte; durante su estancia,además de atender a la construcción de la iglesia del Colegio Real salmantino, que se terminó totalmente en 1665bajo su dirección, se empleó en diseñar y cuidar de obras dentro y fuera de la ciudad (como, por ejemplo, en lasobras de la Compañía en Arévalo en 1650, en San Sebastián en 1651, en Villagarcía de Campos en 1660, o enValladolid en 1671).

35 Pedro Sánchez las visitó en 1628; Pedro Mato las dirigió desde 1642 hasta su muerte en 1673; y Francisco Bautistaestuvo, al menos, dos veces en Salamanca, en 1647 y en 1661, para inspeccionar la construcción (RODRÍGUEZ G.DE CEBALLOS, A. Estudios..., pp. 57, 68 y 70).

36 El hermano Pedro Sánchez empleó la planta centralizada en la iglesia de San Antonio de los Portugueses enMadrid, en la del colegio sevillano de San Hermenegildo y en la del de San Sebastián de Málaga; y el hermanoPedro Mato diseñó con forma de octógono alargado la iglesia del colegio de San Albano de Valladolid.

Page 273: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

María del Mar Gragera Rodríguez

272

Las iglesias que los jesuitas levantaron en Extremadura en el siglo XVII, en generalde escasa envergadura y construidas con materiales pobres, no despiertan mucho interés,por esa tendencia a equiparar el mérito arquitectónico con las dimensiones del edificio ola nobleza de sus materiales. En el templo de Llerena, los muros son de mamposteríacon detalles de ladrillos en los marcos de las ventanas y espadañas, reservándose lossillares para las portadas y las esquinas. Sin embargo, el edificio presenta una estudiadacombinación de volúmenes, claros y rotundos, que se realzan con la presencia de vigorosaspirámides-obeliscos (Fig. 2).

Fig. 2: Llerena. Iglesia de los jesuitas. Exterior.

En cuanto a la planta, los templos de Badajoz, Higuera y Llerena presentan un esquemasimilar: de cruz latina, con crucero poco desarrollado, bóvedas de cañón con lunetos enla nave y media naranja sobre pechinas en el crucero, y tres capillas, con tribunas sobreellas, a cada lado de la nave. La de Fregenal, sin embargo, se inspira en modelos andaluces,en forma de cajón, sin tribunas ni capillas laterales.

La planta de la iglesia de Llerena coincide con la de varias grandes construccionesjesuíticas: la del Colegio Real del Espíritu Santo de Salamanca (diseñada por Juan Gómezde Mora) (Fig. 3), la del colegio del Cardenal de Monforte de Lemos (trazada en 1592por el hermano Andrés Ruiz y Veremondo Resta, sin tribunas) o la de la antigua CasaProfesa de Toledo (del hermano Pedro Sánchez), hecha a imitación de la iglesia delColegio Máximo de Alcalá de Henares, trazada en 1566 por el P. Bartolomé deBustamante. Se diferencian, obviamente, en su tamaño y en el número de tramos ycapillas (cuatro en estas monumentales edificaciones y tres en Llerena); pero se parecenen el diseño general, con cabecera plana, las dos salas a ambos lados del altar mayor, asícomo sus proporciones.

Page 274: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

273

Fig. 3: Plantas de la iglesia de los jesuitas de Llerena, a la izquierda, (según M. P. de la Peña) y de la iglesiadel Colegio Real del Espíritu Santo de Salamanca, a la derecha, (modificada a partir del dibujo de O.Schubert, suprimiendo el último tramo del cuerpo de la iglesia).

La decoración exterior de obeliscos o pirámides y bolas es característica de laarquitectura herreriana, y continuará apareciendo en el arte español durante gran partedel siglo XVII. En edificios jesuitas los vemos en varios ejemplos; sobre todo, los enormesobeliscos que adornan la fachada de la iglesia del Colegio de Monforte de Lemos37 .

Las fachadas del transepto y de los pies del templo se resuelven con gran maestría:cuerpo rectangular rematado por frontón poco destacado, cuyo lado inferior apareceroto por el vano. Es este otro rasgo herreriano, como vemos en la fachada de la basílicadel monasterio de San Lorenzo de El Escorial, en el Patio de los Reyes38 . Las portadasque presentan son, sin embargo, desiguales. La del Evangelio, hacia la plazuela de losAjos (Fig. 4), destaca poco sobre el muro, mientras que la de los pies presenta un juegomás rico y voluminoso de molduras y claroscuros. Fueron, desde luego, concebidas porartistas diferentes (más barroco el segundo que el primero). En esa portada del Evangelioaparecen unas peculiares orejeras, que también se ven en el patio del Colegio Imperialde Madrid y en la fachada de la iglesia de San Juan Bautista de Toledo, probablementediseñadas por el hermano Francisco Bautista39 . Como ya hemos dicho, este arquitectodesarrolló su actividad con preferencia en la provincia jesuítica de Toledo (a la quepertenecía Llerena), por lo que es probable que interviniera de alguna manera en laiglesia llerenense; además, como experto en cúpulas, resultaría extraño que no se lehubiera consultado; las fechas de su actividad arquitectónica y las de la construcción deeste edificio coinciden40 .

37 Trabaja allí el arquitecto Simón de Monasterio (fallecido en 1624), que interviene también en el Colegio Real sal-mantino.

38 Como ha estudiado RODRÍGUEZ G. DE CEBALLOS, “los frecuentes contactos entre Juan de Herrera y los jesuitastuvieron como consecuencia el que éstos adoptaran para muchos de sus nuevos edificios e iglesias la desnudageometría y el escueto plasticismo del maestro escurialense, que tan bien se avenía, por otra parte, con los másbien austeros cánones de la nueva orden religiosa” (Bartolomé de Bustamante y los orígenes de la arquitecturajesuítica en España, Roma, 1967).

39 El patio del Colegio madrileño lo construye su discípulo Melchor de Bueras.40 Por esos años, como hemos visto, realizó visitas de inspección a las obras de la iglesia del Colegio Real de Salamanca,

que pertenecía, sin embargo, a la provincia de Castilla.

Page 275: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

María del Mar Gragera Rodríguez

274

En esta misma portada del Evangelio, las finas pilastras de los lados rematan enménsulas de idéntico diseño a la que aparece en una ilustración del tratado arquitectónicode fray Lorenzo de San Nicolás (Fig. 5); se trata de aquel que muestra un friso inventadopor el fraile agustino, que alterna ménsulas y triglifos, barroca licencia a la más ortodoxacombinación de ménsulas (en función de triglifos) y metopas. Este friso es precisamenteel que aparece en la base de la cúpula de nuestra iglesia (Fig. 6). Otro rasgo que podríarelacionar el templo llerenense con este arquitecto es la utilización, en la nave, desencillísmas dobles pilastras lisas, que sostienen un entablamento con un friso de triglifosy metopas vacías, como en la iglesia del convento de las benedictinas de San Plácido deMadrid, obra de fray Lorenzo iniciada en 1641.

Fig. 4: Llerena. Iglesia de los Jesuitas.Detalle de la portada del Evangelio.

Fig. 5: Ilustración del Arte y Uso de Arquitectura, de fray Lorenzode San Nicolás.

Page 276: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

275

No pretendo, sin embargo, atribuir la autoría de la iglesia de Llerena al hermanoFrancisco Bautista ni a fray Lorenzo de San Nicolás (dos arquitectos, por otro lado, queestuvieron estrechamente relacionados), pues carezco de cualquier apoyo documental;mi intención es sólo, como dije al principio, despertar el interés por este soberbio edificioy relacionarlo con la actividad arquitectónica de su época.

Sí se puede afirmar que la iglesia llerenense está más emparentada estilísticamentecon las austeras construcciones castellanas que con la gracia de la arquitectura andaluzacontemporánea. Además, se remonta a modelos bastante anteriores: la iglesia del ColegioReal de Salamanca fue trazada en 1617, la de la Casa Profesa de Toledo en 1619 y la delColegio Imperial de Madrid en 1620 (por no hablar de la fecha de las trazas de la iglesiadel Colegio Máximo de Alcalá de Henares, en 1566). Esta circunstancia es frecuente elarte extremeño de las diversas épocas, como reflejo de la posición marginal de nuestraregión respecto a los grandes centros de innovación artística.

IV. LOS ESCUDOS REALES DE LAS PORTADAS

El escudo con las armas reales que, repetido, preside las dos portadas de la iglesia,presenta varias irregularidades (Fig. 7): Castilla y León tiene un escudo cuartelado(primero y cuarto, con el castillo; y segundo y tercero, con el león); sin embargo, en estecaso no aparece la división entre el primero y el segundo cuarteles y, además, el otrocastillo aparece desplazado; también es irregular la disposición de uno de los leones(que mira hacia la derecha cuando debe representarse hacia la izquierda). En las armasde Sicilia falta el águila de los flancos, repitiendo los palos de jefe y punta. En las deBorgoña antigua falta la bordura, y las bandas tienen una disposición errónea. Además,faltan los cuarteles que representan los territorios de Granada (de plata y una granada alnatural rajada degules, tallada y hojada de dos hojas de sinople), de Austria (de gules y

Fig. 6: Llerena. Iglesia delos jesuitas. Cúpula delcrucero.

Page 277: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

María del Mar Gragera Rodríguez

276

una faja de plata) y de Borgoña moderna (de azur, sembrado de flores de lis de oro ybordura componada, cantonada de plata y gules). Por fin, el escusón de los Borbonesdispone equivocadamente las flores de lis (que habrían de ir 2/1, no 1/2) y carece de labordura de gules que diferencia a la rama española, de Anjou, de la línea principal de losBorbones franceses (Fig. 8).

Se trata de una versión sui generis del escudo real de Felipe V, lo que coincidiría conla época de consagración del templo, en el año 1715. Sin embargo, llama la atención lapresencia del pequeño escudo, labrado en la misma piedra, de la Orden de la Merced.Los mercedarios se hicieron cargo de esta iglesia en 1785, tras la expulsión de los jesuitasen 1767. Pero el escudo real no representa las armas del monarca de entonces, Carlos III,pues éstas incorporan las de los Ducados de Toscana y de Parma, por herencia materna, y ladisposición de los cuarteles es otra (con un escusón central con Castilla y León y las lisesborbónicas). Se trata, desde luego, de escudos añadidos en el siglo XVIII, con posterioridada la realización de las portadas, como puede comprobarse en una visión cercana.

Fig. 8: Dibujo comparativo entre el escudo labradoen las portadas de la iglesia de Llerena y el es-cudo que debiera aparecer.

Fig. 7: Llerena. Iglesia de los jesuitas. Escudo realen la portada de los pies.

Page 278: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004

Pgs. 277 a 284ISBN: 84-609-4105-1

ARQUITECTURAS DEL BARROCO EN LLERENA:EL BARROCO MÍNIMO

Pedro Triguero-Lizana Gómez

A.R.I. LlerenaSantiago, 88

06900 Llerena(Badajoz)

[email protected]

Page 279: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

278

Page 280: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

279

ARQUITECTURAS DEL BARROCO EN LLERENA:EL BARROCO MÍNIMO

Pedro Triguero-Lizana Gómez

RESUMEN

El propósito de este artículo es profundizar en el conocimientode la arquitectura barroca en Llerena, entendiéndola no como untodo unitario y homogéneo, sino más bien como un rico panoramaen el que una amplia variedad de tendencias, reflejo de la variedadestamental y cultural existente en la sociedad llerenense de los si-glos XVII y XVIII, coexisten y se relacionan entre sí, o incluso conotros estilos, como el Mudéjar o la arquitectura popular, a lo largodel tiempo. Más concretamente, hemos querido llamar la atenciónsobre una serie de elementos formales dispersos en los interiores y,sobre todo, en los exteriores de numerosos edificios de uso residen-cial situados por todo el casco antiguo de Llerena, y que, a pesar desu fuerte carácter civil y/o popular, nos hablan, con una sobriedadno exenta de un cierto gusto decorativista, de un Barroco mínimo.

BAROQUE ARCHITECTURE IN LLERENA: THE LESSERBAROQUE

The purpose of this article is to examine in depth the knowledgeof the Baroque architecture in Llerena, understanding such not as aunitary and homogeneous whole, but rather as a rich panorama inwhich a wide variety of tendencies, a reflection of the social andcultural variety that existed in the society of Llerena in the XVII andXVIII centuries, coexist and interrelate throughout time, even withother styles, like Mudejar or popular architecture. More precisely,we have wished to point out a series of formal elements scattered inthe interior parts of the buildings and, above all, in the outer parts ofnumerous buildings of residential use situated all around the oldparts of the town of Llerena, which, despite its strong civil and/orpopular character, show, with a sobriety immersed in some orna-mental taste, the existence of a lesser Baroque.

Page 281: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Pedro Triguero-Lizana Gómez

280

Antes de nada, queremos reivindicar el Barroco. Frente a la atención que, desde laspolíticas de recuperación y protección del patrimonio histórico-artístico hasta la publi-cación de estudios especializados, se ha dedicado al Mudéjar extremeño -especialmenteen la Campiña Sur- al Barroco se le ha dedicado una atención muy inferior, salvo en elámbito de la retablística1 . Una buena razón, en principio, sería la ausencia -relativa- deuna arquitectura barroca de importancia en Extremadura, aspecto éste posiblementemotivado por una excesiva focalización hacia la arquitectura religiosa por parte de losestudiosos2 .

En el conjunto extremeño, y especialmente en la comarca hoy denominada “Campi-ña Sur”, esta escasez relativa de arquitecturas barrocas de importancia se ve acompaña-da, curiosamente, por la abundancia de vestigios afines a este estilo, que en su mayoríano son de carácter religioso, o no son exactamente el tipo de arquitectura barroca quepuede aparecer en los manuales de Historia del Arte más al uso. Por tanto, es importante,en primer lugar, saber de qué tipo de Barroco estamos tratando.

Fernando Checa y José Miguel Morán consideran que “Desde mediados del sigloXVIII, coincidiendo con los primeros brotes críticos de procedencia ilustrada, se acos-tumbra a caracterizar a la arquitectura barroca española como algo decorativo, retablístico,carpinteril y atectónico”3 . Este carácter hiperdecorativo, que es propio de la arquitectu-ra barroca española, pero también de la centroeuropea y de la americana virreinal, es laevidencia de una cualidad específicamente barroca, la de ser, ante todo, apariencia. Deeste interés por la apariencia, y del entender el arte como propaganda, como medioretórico de persuasión usado por el poder, deviene la progresiva sofisticación en la ma-yoría de las empresas arquitectónicas y urbanísticas que se emprenden en España desdefines del siglo XVI. El poder, ya sea el religioso o el político -dos vectores íntimamenteunidos en el Barroco hispánico- se afianza retóricamente y se representa enfáticamenteen forma de retablo, pero también de fachada y, lo que es más innovador, en forma deespacio público: calle, plaza o incluso jardín. El urbanismo barroco en España, a través,por ejemplo, de las plazas mayores, impone un concepto teatral del espacio público. Laplaza se convierte o tiende a convertirse en un escenario en el que el poder se representacomo apariencia persuasiva.

En este sentido, el caso de la plaza mayor de Llerena es paradigmático. Su reformade 1587-1590 debe entenderse como inicio del proceso antes citado, que culminaría conla reforma de la fachada del Evangelio de la iglesia de Ntra. Sra. de la Granada, a media-dos del siglo XVIII, si bien estamos ante una plaza de origen bajomedieval, muy refor-mada en el tiempo, que carece de la severidad y el diseño unitario de las plazas mayoresmás canónicamente barrocas4 .

1 HERNÁNDEZ NIEVES, Román, Retablística de la Baja Extremadura. Siglos XVI-XVIII, Mérida, U.N.E.D., 1991, 620pp.; TEJADA VIZUETE, Francisco, Retablos barrocos de la Baja Extremadura (Siglos XVII-XVIII), Mérida, EditoraRegional, 1988, 93 pp.

2 JIMÉNEZ PRIEGO, Teresa, “Barroco Extremeño”, Revista de Estudios Extremeños, XXVIII-I, 1972, pp. 161-191.Incluye una bibliografía básica.

3 CHECA CREMADES, Fernando, y MORAN TURINA, José Miguel, El Barroco, Madrid, Ediciones Istmo, 1985, p. 88.4 BONET CORREA, Antonio, “La Plaza Mayor de Llerena”, Actas IV Jornadas de Historia en Llerena, Llerena, 2003, pp. 35-48.

Page 282: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

281

Antonio de la Banda y Vargas5 hizo un resumen de las características generales de laarquitectura barroca bajoextremeña que resulta revelador:

“Al igual que en el resto del territorio nacional, el barroco bajoextremeño posee un carác-ter netamente decorativo, pues fue en el campo de la ornamentación donde logró sus más acerta-das conquistas, manteniendo, en contraste, un tradicionalismo estructural que, salvo en excepcio-nes concretas como el templo hospitalario emeritense de San Juan de Dios, le privó del dinamismoy la teatralidad propia del italiano de signo borrominesco así como mantuvo el uso de las formasvignolescas, derivadas del Gesù romano, en las plantas eclesiales y las típicas rectangulares entorno a un patio central en las de carácter civil.

Junto a ellos, hay que destacar algunos elementos casi privativos de esta arquitectura extreme-ña como son los derivados de la tradición mudéjar6 , el carácter popular de la mayor parte de lasconstrucciones -muchas de ellas simples reformas o añadidos a viejas medievales- producto deltrabajo de albañiles o canteros locales, aparte del uso, en la arquitectura doméstica, de un esquemade casa de triple crujía con una o dos plantas y patio al fondo”.

La arquitectura barroca puede entenderse dentro de las coordenadas de lo que pode-mos llamar arquitecturas históricas7 ; esto es, una arquitectura capaz de integrarse total-mente en un medio físico específico y único y por tanto en una serie de tradicioneslocales en cuanto a técnicas, materiales, formas, colores, dimensiones y proporciones y,en suma, en cuanto a un determinado modo de concebir y practicar la arquitectura. En elcaso del Sudeste extremeño, y más aún en el caso de Llerena, es muy importante lasimbiosis entre la arquitectura mudéjar y la popular -simbiosis derivada de un interesan-tísimo fenómeno de apropiación cultural (quizá la apropiación de los símbolos y signosde identidad del vencido, el musulmán, por parte del vencedor, el cristiano)- tal y comoseñala José Ignacio González Lorenzo8 ; y es también muy importante la simbiosis quese produce entre arquitectura barroca y arquitectura popular. De hecho, mudéjar y barro-co son los estilos históricos que más nos encontramos en el conjunto histórico de Llerena,muy posiblemente porque son los estilos que mejor se mezclan y acomodan con lastradiciones arquitectónicas locales, es decir, ese cajón de sastre que se conoce comoarquitectura popular.

Precisamente, lo que a la postre destaca más en las calles de la vieja Llerena es lavariedad y riqueza de esa mezcla de estilos evidenciada en la arquitectura religiosa,especialmente el uso sistemático de paramentos de ladrillo visto -torre de la Iglesia de laGranada- y de espadañas de ladrillo de gran plasticidad -iglesia de Santiago, iglesia deSanta Clara, iglesia de la Merced-, que nos obligaría a hablar de un hipotético Barroco-mudéjar que ningún historiador, que sepamos, se ha parado a estudiar en profundidad.

El Barroco como fenómeno artístico y cultural no se puede entender sin valorar dos

5 DE LA BANDA Y VARGAS, Antonio, “Barroco-Arquitectura-Badajoz”, Gran Enciclopedia Extremeña, Mérida, Edex,1990, t. 2, pp. 95-98.

6 Un ejemplo de esto sería el uso del ladrillo visto en la torre de la Iglesia de Ntra. Sra. de la Granada, si bien esta torrepertenecería, por su estilo, a un peculiar Renacimiento de signo manierista.

7 TRIGUERO-LIZANA GÓMEZ, Pedro, “Arquitecturas históricas versus arquitectura moderna: apuntes para una rela-ción histórica entre arquitectura y cultura”, Revista de Feria y Fiestas, Azuaga, 2004, pp. 181-182.

8 GONZÁLEZ LORENZO, José Ignacio, “Una aproximación sociocultural a la arquitectura mudéjar de Llerena”, ActasI Jornada de Historia de Llerena, Llerena, 2000, pp. 73-82. Un texto fundamental, a nuestro juicio, como punto departida en el estudio del mudéjar llerenense.

Page 283: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Pedro Triguero-Lizana Gómez

282

binomios: lo culto y lo popular, por un lado, y lo civil y lo religioso, por otro. En laarquitectura civil llerenense encontramos una arquitectura barroca -o sujeta a una tradi-ción barroca- muy mezclada con la arquitectura popular bajoextremeña; se diría muchasveces que estamos ante una arquitectura de fachada, pues sólo una serie de molduras uornatos en resalte, en las fachadas, permiten hablar, aunque sea mínimamente y conreparos, de Barroco. Salvo en ejemplos aislados, de casas de aire señorial con una nota-ble riqueza decorativa -la del nº 16 de la Calle Santiago, con un curiosísimo mirador deesquina, o la del nº 13 de la Calle de la Fuente-, la arquitectura barroca civil que pode-mos encontrar en Llerena es de un carácter mucho más sobrio y con unas característicasformales mucho más cercanas a lo popular. Frente a la tensión hiperdecorativista de lastransgresoras propuestas anticanónicas de la arquitectura barroca más culta, en las callesde Llerena nos encontramos, en cambio, con un Barroco mínimo, es decir, tan depuradoen su sentido popular o vernáculo que casi no parece existir.

Características fundamentales de este Barroco mínimo serían las siguientes:

-Un mayor número de huecos hacia la fachada que en siglos anteriores9 . La fachadatiende cada vez más a un claro ordenamiento en ejes verticales de huecos, paralelosentre sí. En casi todos los casos se impone, y seguramente como en el resto de losterritorios del Reino de Castilla, con numerosas variantes, el modelo de composición defachada en doble alfiz, de ascendencia hispano-musulmana (no necesariamente mudé-jar), que define portadas rigurosamente simétricas, en dos alturas.

-La entrada se organiza ya en torno de un espacioso zaguán, del que arranca unpasillo axial que conduce a un patio interior.

-Aumenta la superficie de las parcelas de los inmuebles y la altura de los mismoshasta la cornisa.

-Se emplea el aparejo de mampostería o tapial, protegidos por un enjalbegado de calque además se usa como remedio higiénico frente a las frecuentes epidemias de lossiglos XVII y XVIII. Llerena se convierte así en el pueblo blanco de la actualidad. Lablancura y la textura de los paramentos de la arquitectura barroca de carácter popularson elementos característicos de la misma.

-Se usan sillares pétreos de granito o arenisca para reforzar esquinas y para enmarcarhuecos adintelados en portadas. Estas se enmarcan con un gran balcón en planta alta, o,caso del Hospital de San Juan de Dios, con un vano sin balcón, también enmarcado enpiedra, que define una típica composición de fachada en doble alfiz, muy usada entre lossiglos XVI al XVIII, y, como ya hemos dicho, de origen hispano-musulmán.

-Aparecen con frecuencia elementos decorativos como frontones partidos (rectos ocurvos), escudos, denticulados, veneras (quizá en alusión a la Orden de Santiago) ycolumnas o semicolumnas sobre plintos cajeados a ambos lados de la puerta de entrada.

9 MATEOS GARCÍA, Manuel, “Evolución estilística y morfológica de la vivienda popular en Azuaga y en la comarca dela Campiña Sur”, Revista de Feria y Fiestas, Azuaga, 2002, pp. 139-144.

Page 284: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

283

Más raramente pueden aparecer flameros, como, de nuevo, en el caso de la fachada delHospital de San Juan de Dios.

-Un elemento de tipo ornamental, característico del Barroco local, es una especie devano enmarcado y resaltado en la fachada, cegado u ocupado por una ventana, normal-mente rematado en un pequeño frontón recto y decorado por su parte inferior por moldurascurvas que pueden formar un escote o bien un arquillo cóncavo. Si bien es un elementomás propio de una arquitectura culta y/o religiosa (aparece en la Iglesia de la Merced, enla cabecera de la Iglesia de la Concepción y en la fachada del Evangelio de la IglesiaParroquial de Ntra. Sra. de la Granada, pero también, en menor tamaño, en la fachadalateral de una casa particular como la del nº 16 de la Calle Santiago) su peculiaridad nosobliga a incluirlo aquí. Estos vanos muestran en la Concepción y en la Merced unosremates verticales terminados en bolas, tomados seguramente del repertorio manierista.

-Los remates superiores de las fachadas se solucionan en forma de cornisas conmolduras, muy pronunciadas, bajo el alero, si bien es posible que se siguieran usandomodillones de tradición mudéjar. No conocemos casos de remates en forma de balaus-tradas, aunque pudo haberlas. También es posible que ya se empezaran a emplear ante-pechos y copones cerámicos vidriados (¿palacio de la Condesa?) en los remates de lasfachadas.

-En el interior, se emplean bóvedas de arista como cerramiento de habitaciones pre-dominantemente cuadradas. Más raramente se usa la bóveda de cañón.

-Las ventanas de fachada en planta baja se suelen diseñar de gran tamaño, hasta elsuelo, y son adinteladas, cerradas por una gran reja y rematadas por algún tipo de resalteo cornisa.

-Se generaliza la planta dedicada a doblado, muy posiblemente por el aumento de losexcedentes agrícolas desde el siglo XVIII.

-Los patios interiores10 se caracterizan por el uso de arcos de medio punto y carpanelesapoyados en columnas muy esbeltas, de mármol, en orden toscano, si bien a veces loscapiteles pueden estar muy decorados. A menudo se incluían en ellos elementos de ori-gen mudéjar, como pilares de sección poligonal, arcos enmarcados por alfiz o, por su-puesto, el ladrillo.

-Es muy posible que a partir de esta época, quizá desde el siglo XVIII, se generaliza-ra el uso de palomillas metálicas de forma curvilínea, en S, como soportes de balcones.

-La riqueza plástica, en cuanto a relieve y líneas, de las molduras que remarcan va-nos, cornisas o separan pisos en las fachadas, siendo éste un rasgo casi definitorio de lamayoría del Barroco de carácter civil y/o popular en el Sudeste extremeño.

-Suele haber guardapolvos de formas rectas o curvas sobre las ventanas y balcones,

10 GALINDO MENA, Julio, “Los patios porticados de Llerena”, Revista de Fiestas Mayores Patronales, Llerena, 1997,pp. 53-62.

Page 285: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Pedro Triguero-Lizana Gómez

284

y, bajo las mismas, peanas y/o alféizares, de formas rectas o curvas, y normalmente conmolduras. Todos los huecos abiertos a la fachada tienden siempre a proyectarse hacia elexterior mediante un resalte. Las peanas curvilíneas de la fachada de la casa situada en elnº 16 de la Calle Santiago son, en este sentido, excepcionales.

-Se emplean las espadañas como remates de ermitas, capillas y oratorios privados.Menos frecuente es el remate en forma de pequeño frontón recto o curvo, a modo depeto, situado sobre la portada, como vemos en la casa de la Calle de la Fuente, nº 13.

-Una ménsula central en el dintel de la portada, combinada con molduras propias deun lenguaje clasicista. Este detalle es característico del Barroco llerenense y de su co-marca.

-Cubriendo vanos adintelados suele aparecer, a modo de gran guardapolvos, un arcorebajado con los extremos rectos, quizá por derivación de una serliana.

-Por último, suele haber un ángulo recto o de noventa grados en los recercados querodean portadas adinteladas de adscripción barroca o construidas dentro de una tradi-ción barroca. Otro detalle característico que no sabríamos si unir a lo popular o a loBarroco propiamente dicho.

Este Barroco mínimo -mínimo en cuanto a su estética e identidad estilística, no encuanto a su interés- no es, evidentemente, exclusivo de Llerena: en su sencillez, en sutan aparentemente antibarroca sobriedad, en su equilibrio y serenidad, en su intermiten-te pervivencia, en su capacidad de aunar la arquitectura más utilitaria y más adaptada ausos y costumbres tradicionales ya en desuso con elementos puramente estéticos degran belleza, podemos encontrarlo en otras localidades del sur de Extremadura y del surde España con una evolución histórica similar a la de Llerena. Pero es evidente tambiénque en Llerena tiene una importancia cuantitativa y cualitativa que nos permite descu-brir a fondo la fecunda trama de influencias y relaciones mutuas que en siglos pasadosdefinió la práctica de formas de arquitectura -tradiciones, podría decirse también- muydiferentes entre sí.

Page 286: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004

Pgs. 285 a 303ISBN: 84-609-4105-1

EL PINTOR EDUARDO ACOSTA Y SU LEGADO. UNA VISIÓNCRÍTICA ANTE EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO

Antonio Manuel Barragán-Lancharro

Ramón y Cajal, 306260 Monesterio

[email protected]

Page 287: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

286

Page 288: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

287

EL PINTOR EDUARDO ACOSTA Y SU LEGADO. UNA VISIÓNCRÍTICA ANTE EL CENTENARIO DE SU NACIMIENTO

Antonio Manuel Barragán-Lancharro

RESUMEN

Aunque había nacido Eduardo Acosta Palop en Villagarcía de laTorre, siempre consideró como patria chica a Monesterio. De oríge-nes humildes, su trabajo y su dedicación le otorgó un puesto en elarte de la pintura y numerosos reconocimientos. Pero el legado deEduardo Acosta no ha sido un conjunto de lienzos que se pueda cuan-tificar, sino el haber descubierto y estimulado las dotes pictóricas deotro pintor también de Monesterio, Eduardo Naranjo. Los inicios deEduardo Acosta no fueron fáciles, la tragedia familiar le acompañóen sus primeros años con el fallecimiento violento de su hermana, lamaestra Josefa Acosta, conocida en Monesterio como doña Pepa. Supermanencia en territorio republicano durante la Guerra Civil lesirvió para perder su plaza de profesor que por oposición había ga-nado; aunque inmediatamente se incorpora a la docencia en Sevilla.Por ello, su faceta docente le restó tiempo para hacer evolucionar suarte; sin embargo, su tarea como maestro de pintores fue laboriosa ygratificante, y esa labor fue premiada en su jubilación con la Cruz dela Orden de Alfonso X el Sabio, concedida en 1976 por su largatrayectoria al frente de la Escuela de Artes Aplicadas y Oficios Artís-ticos de Sevilla.

THE PAINTER EDUARDO ACOSTA AND HIS LEGACY.A CRITICAL VIEW IN THE ONE CENTENNIAL OF HIS BIRTH

Although born in Villagarcía de la Torre, Eduardo Acosta Palopalways considered Monesterio as his home town. Of humble origins,his work and dedication gave him a place of honour in the art ofpainting, and numerous acknowledgments. But Eduardo Acosta´slegacy has not been a group of paintings that can be quantified, butthe discovery and stimuli for the pictorial talent of another painterfrom Monesterio, Eduardo Naranjo. The younger years of EduardoAcosta were not easy, the familiar tragedy accompanied him with theviolent death of his sister, the teacher Josefa Acosta, known inMonesterio as doña Pepa. His stay in the republican territory during

Page 289: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Antonio Manuel Barragán-Lancharro

288

the Civil War caused the loss of his job as a professor he had previ-ously gained; however, he immediately started work as a teacher inSeville. Therefore, his teaching labour prevented him from makinghis art evolve, although his task as a painter´s teacher was hard andgratifying, and it was awarded in his retirement with the Cruz de laOrden de Alfonso X el Sabio, granted to him in 1976 due to his longtrajectory as head of the Escuela de Artes Aplicadas y OficiosArtísticos of Seville.

I. LA INFANCIA Y SUS PRIMEROS AÑOS EN MONESTERIO (1905-1924)

Eduardo Acosta nació el 6 de octubre de 1905 en Villagarcía de la Torre, en la Plazade la misma, donde su padre, Antonio Acosta Moreno, ejercía la profesión de zapatero,fue además concejal hacia 1907. Había nacido éste hacia 1855 en la ciudad de Zafra.Dolores Palop García, su madre, había nacido en 1865 y su familia procedía de Enguera,provincia de Valencia, pues sus padres, Miguel Palop y Josefa García eran naturales deese municipio valenciano:

“En la villa de Villagarcía a las doce del día ocho de octubre de mil novecientos cinco, ante D.Camilo Montalvo Muñoz, Juez Municipal, y D. Faustino Henao y Suárez, Secretario; comparecióD. Antonio Acosta Moreno, natural de Zafra, término municipal de ídem [Zafra], provincia deBadajoz, de edad cincuenta años, casado, zapatero, domiciliado en la calle de la Plaza de estavilla, calle [sic] número [sic], según la cédula de vecindad número que exhibe [sic], manifestandoque esta comparecencia tiene por objeto inscribir en el Registro Civil un niño; y al efecto, comopadre del mismo declaró: que dicho niño nació en dicha calle, el día seis del actual, a las siete dela noche; que es hijo legítimo suyo y de su esposa Dolores Palop García, de cuarenta años de edad,y de esta vecindad, natural de [sic], término municipal de [sic], provincia [sic]; que es nieto porlínea paterna de Francisco [Acosta] y Felipa [Moreno], naturales de Zafra de [sic], natural de [sic],término municipal de [sic], provincia de [sic], domiciliado [sic]; y por la línea materna de Miguel[Palop] y Josefa [García] (difuntos), naturales de Enguera (Valencia), de [sic], natural de [sic],término municipal de [sic], provincia de [sic], domiciliado [sic]; y que al expresado niño se le hade poner el nombre de Eduardo. Todo lo cual lo presenciaron como testigos D. José Sola Durand,natural de ésta, término de ídem, provincia de ídem, mayor de edad, domiciliado en la calle delBarrio; y José Sánchez Bordallo, natural de, termino municipal de, provincia de, mayor de edad,y domiciliado en la calle de la plaza. Leída íntegramente esta acta, e invitadas las personas quedeben suscribirlas, a que la leyeran por sí mismas, si así lo creían conveniente, se estampó en ellael sello del Juzgado municipal y la firmaron el Sr. Juez, los testigos y el declarante, de todo lo quecertifico. Camilo Montalvo. José Sola. Faustino Henao. El declarante, Antonio Acosta

[Fuente: Registro Civil de Villagarcía de la Torre]

Según había manifestado el mismo pintor en numerosas ocasiones, su familia -compuesta por sus padres y tres hijos-, se había trasladado a Monesterio hacia 1910,cuando contaba él con cinco años de edad. Desde entonces considerará como patria chicaa Monesterio. La llegada de la familia Acosta Palop coincide con la del secretario delAyuntamiento de Cabeza la Vaca, Miguel Díaz Trejo, para hacerse cargo de la Secretaría

Page 290: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

289

municipal de Monesterio. Díaz Trejo estaba casado con Ángeles Acosta Moreno, y portanto era tío político de Eduardo Acosta.

“Acto seguido, manifestó a la corporación el señor presidente [Francisco Lancharro Pecellín],que con fecha veintinueve de abril próximo pasado le había presentado la dimisión del cargo desecretario interino de este municipio, don Ramón Martínez Macarro, la cual había aceptado provi-sionalmente, y nombrando con fecha treinta en igual forma para el desempeño de dicho cargo alvecino de Cabeza la Vaca, don Miguel Díaz Trejo, persona en quien entendía que reunía las con-diciones de aptitudes y honradez, así como las exigidas por la Ley para el desempeño de repetidocargas, por lo que proponía al Ayuntamiento se dignara acordar dicho nombramiento a su favor, yéste por unanimidad, así lo acuerda, disponiendo comience la percepción de haberes con fechatreinta de abril, último día en que comenzó a ejercer provisionalmente el cargo”1 .

El matrimonio Díaz Acosta tenía cuatro hijos, Presentación, Miguel, Coronada yAscensión. Doña Presentación fue durante muchos años la profesora en partos deMonesterio; los demás, excepto Coronada, que lo desconocemos, fueron maestrosnacionales que ejercieron alguna vez en el pueblo.

Miguel Díaz llegó como secretario llamado por los liberales, que habían desplazado alos conservadores, que llevaban doce años en la alcaldía. Y esa tendencia liberal fueimportante en esa familia, pues su hijo, Miguel Díaz Acosta, sería más tarde socialista, yal comienzo de la República fue presidente de la Comisión Gestora del Ayuntamiento2 ;al mismo tiempo era también presidente del Centro Obrero Socialista, y tras unos incidentesacaecidos en Monesterio en mayo de 1932, calificados judicialmente como sedición,presentó la dimisión irrevocable en su cargo.

La familia Acosta Palop también aparece en esos años como simpatizante del bandoliberal. Estos matices se pueden desvelar en dos hechos. En 1913, el ayuntamientoliberal de Felipe Sayago Romero le concede una subvención a Josefa Acosta Palop paraque instruya a seis niñas pobres.

“Satisfacer a Dª Josefa Acosta Palop del capítulo de imprevistos la enseñanza de seis niñaspobres. Así mismo, acordó la corporación por unanimidad que por la enseñanza primaria de seisniñas pobres, que por acuerdo de este Ayuntamiento se satisfagan doscientas trece pesetas anua-les, o sean, cincuenta y tres pesetas veinticinco pesetas por cada trimestre vencido con cargo alcapítulo 11, artículo único del presupuesto vigente”3 .

Un año después, el Ayuntamiento conservador se la retira y la reparte entre dos maestras.

“Así mismo, se acordó retirar desde el día de mañana a la profesora doña Josefa Acosta Palopla subvención que viene disfrutando de doscientas diez pesetas por la enseñanza de seis niñaspobres, y conceder en cambio la misma pensión por mitad a Coronada Guareño Garrote y Maríadel Refugio Ledesma Garrote, con la obligación de dar enseñanza cada una a tres niñas pobres quelo soliciten, obrando en esto siempre con la Alcaldía”4 .

1 Archivo Municipal de Monesterio (AMM), acta de la sesión plenaria del 3 de mayo de 1910.2 BARRAGÁN-LANCHARRO, A.M. “Breves pinceladas sobre la vida política y social en Monesterio durante los años

1930 y 1931”, Actas del I Congreso de la Memoria Colectiva de Tentudía, Tentudía, 2001, pp. 521 y ss.3 AMM, acta de la sesión plenaria del 23 de febrero de 1913.4 Íbidem, 13 de septiembre de 1914.

Page 291: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Antonio Manuel Barragán-Lancharro

290

La unión de Eduardo Acosta con su hermana fue muy importante. Años después, en elhomenaje de 1989, cuando se le dedicó una calle, la evocó emocionadamente.

“Me vais a permitir que en este acto yo os recuerde, y en especial a la gente más joven, a unapersona que me enseñó a sentir el arte, cuando ella tenia veintidós años y yo cinco. Se llamabaPepa Acosta y era mi hermana. La maestra Pepa como todos la conocían. Fue ella la que impartíala primera enseñanza y las labores artísticas a vuestras abuelas en aquellos años en que en Monesteriosolo había cuatro maestros. El que yo tenga hoy, en Monesterio, una calle que lleva mi nombresupone además de una gran satisfacción para mí, como he expresado anteriormente, un triunfo alas esperanzas y desvelos que mí hermana puso en mí, pues sin su confianza y orientación yo nohubiera sido lo que hoy soy. Para ella mi mas emocionado recuerdo”5 .

La lápida de Josefa Acosta en el cementerio de Monesterio, realizada por el mismoEduardo -que, como más tarde señalaremos, fue además un logrado pintor de cerámica-es harto elocuente con el siguiente epitafio “a mi hermana, que fue una santa”. PepaAcosta murió a los 46 años el 21 de febrero de 1930. Varios años antes había contraídomatrimonio con Juan Catalán Sayago, conocido como El Juano; en los cuatro enlacesmatrimoniales que había tenido El Juano la característica principal había sido la de losmalos tratos. Juan Catalán se destacaría en 1936 durante los disturbios que se desarrolla-ron en el mes de julio, siendo encarcelado primero por la Guardia Civil afecta al Gobier-no de la República, y más tarde por los franquistas. Esos malos tratos empujó a doñaPepa al suicidio tras una depresión, arrojándose al pozo de la casa donde vivían su padrey sus tíos, en la calle Hernán Cortés número uno.

Aunque en la calle Hernán Cortés vivió su padre desde 1929 a 1931, año de su falle-cimiento, la familia Acosta siempre había vivido en régimen de alquiler en la calle Torre-cilla, y en la casa número 53. En los años de niñez y de juventud su hermana estimula lasdotes artísticas de Eduardo, dándose cuenta que la pintura era su futuro. En esos años deformación, los vecinos de su calle fueron sus primeros modelos. Años después, en 1989,el Ayuntamiento decidió ponerle su nombre a la calle Torrecilla6 , a la que se opusoEduardo Acosta, pues como declaró el alcalde al ABC de Sevilla, “queríamos haberledado una calle en centro, pero él no quiso, porque decía que los nombres tradicionaleshabía que respetarlos”7 .

Hemos hablado de un hermano, mayor que él, llamado Antonio, y que había fallecidoen Monesterio, pues así consta en un nicho del cementerio; nunca habló de ese hermano(Fig. 2). En 1928 murió su madre, en concreto el 28 de enero (Fig. 3). El 15 de diciembrede 1931 falleció su padre, Antonio Acosta Moreno (Fig. 4), y unos meses antes -el 28 deagosto- su tío, Miguel Díaz Trejo también dejó de existir. Todas sus lápidas -excepto lasde Díaz Trejo- las hizo Eduardo Acosta de azulejos, que son el único ejemplo de esatipología en todo el cementerio de Monesterio.

5 Acto de homenaje al pintor Eduardo Acosta Palop. 9 de septiembre de 1989, editado por el Ayuntamiento deMonesterio, 1990.

6 AMM, actas plenarias del 19 de agosto y 7 de septiembre de 1989.7 ABC (Sevilla), 11 de septiembre de 1989, p. 63.

Page 292: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

291

II. AÑOS DE FORMACIÓN E INGRESO EN LA CARRERA DOCENTE (1924-1939)

Había manifestado el pintor que, gracias a una pensión concedida por el Ayuntamien-to de Monesterio hacia 1924, pudo iniciar su formación en Sevilla. En el mencionadohomenaje de 1989 agradeció esa acción “a sus autoridades de hoy y a la de muchos añosatrás, va mi agradecimiento y sentido recuerdo por su ayuda, que comenzó con mi prime-ra pensión en el año 1924 y termina con este acto que hoy nos reúne aquí a todos”.

En el año 1926 opositó a una subvención que concedía la Diputación Provincial deBadajoz. Esta institución había hecho una reforma en el reglamento que regía la adjudi-cación de estas ayudas. Estaban dotadas con mensualidades para un periodo de forma-ción que alcanzaban las doscientas pesetas cada mes. Suma bastante destacada. Además,la Diputación de Badajoz organizaba en el Ateneo de la capital exposiciones anuales conlas obras de los pensionados, que además debían de entregar alguna para enriquecer losfondos del Museo Provincial de Bellas Artes8 .

Hemos buscado información sobre la pensión que le concedió el Ayuntamiento en1924, pero no hemos hallado nada, quizás por estar consignada como partida presupues-taria. Pero desde el año 1923 se encontraba en Sevilla trabajando para poder sufragar susestudios. El alcalde en 1924 era Luis Megía García, hijo del pintor de Fuente de CantosNicolás Megía Márquez, y quizás su sensibilidad ayudó para la concesión de esa subven-ción a Acosta.

En Sevilla entró a trabajar como pintor de cerámica en la conocida Fábrica Mensaquey Vera, en Triana. Y participó activamente en la gran labor que desarrolló esa fábrica deazulejos en Sevilla ante su Exposición Universal de 19299 . Además, en el Pabellón Ex-tremeño de dicha Exposición, en las dos salas dedicadas a los artistas extremeños con-temporáneos, colgaron dos lienzos de Acosta titulados Campesinos Extremeños y LaZagala10 .

En Monesterio hizo algunos trabajos destacados. Su primera obra la realizó para laParroquia, un lienzo de grandes dimensiones, situado en el altar mayor, al lado del evan-gelio, copia del cuadro del Greco, Cristo en manos del Eterno Padre; el Greco, despre-ciado durante mucho tiempo, fue muy valorado a principios del siglo XX como precursoren la utilización de los colores y las imágenes semidistorsionadas. En el Altar de Ntra. Sra. delos Dolores -hoy de Jesús Nazareno- se colocó una pintura que representaba a la Virgen deTentudía. Estos dos trabajos ya no existen, pues fueron destruidos en el incendio de 1936.Adelardo Covarsí destacó en 1938 la destrucción del cuadro copia del Greco11 .

8 LEMUS LÓPEZ, E . Extremadura, 1923-30. La Historia a través de las Diputaciones Provinciales, Badajoz, 1993, p.211.

9 HERNÁNDEZ NIEVES, R. “Eduardo Acosta Palop”, en Exposición Eduardo Acosta. Paisajes. Junio 2001, Badajoz,2001, p. 9.

10 “Eduardo Acosta, natural de Monesterio [sic], domiciliado en Sevilla, Presenta dos cuadros al óleo titulados Campe-sinos Extremeños y La Zagala” : SEGURA OTAÑO, E. “El Pabellón de Extremadura en la E. I. A. de Sevilla”, Revistadel Centro de Estudios Extremeños, IV, 1930, p. 188.

11 COVARSÍ, A. “Extremadura Artística. Monesterio”, Revista del Centro de Estudios Extremeños, XII, 1938, p. 214.

Page 293: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Antonio Manuel Barragán-Lancharro

292

En 1928 se ofreció espontáneamente al Ayuntamiento para decorar artísticamente elsalón de plenos; regaló además un lienzo que representaba a Alfonso XIII, hoy desapare-cido12 .

“La Presidencia manifestó que por el pintor pensionado por la Diputación y por el Ayunta-miento, don Eduardo Acosta Palop, se había llevado a cabo la decoración del salón de sesiones, encuya obra, ya realizada, el aprovechamiento y adelanto de mencionado artista. Que por el ofreci-miento espontáneo del mismo para ejecutar mencionada obra de arte, y por la realización de lamisma, merecía, a su juicio un voto de gracia, y así lo proponía a la Corporación. El Ayuntamien-to, (con la) de conformidad con la propuesta del Sr. Alcalde, acordó que se le den las graciasanimándole a proseguir en el camino emprendido, y que se le entregue copia certificada de esteparticular para su satisfacción, y como prueba de la complacencia con que esta Corporación havisto el acto realizado por él mismo”13 .

Un año después el Ayuntamiento decidió retirarle la pensión por creer que no la nece-sitaba por ser autosuficiente14 . En ese mismo año, y siguiendo el programa de concesiónde becas, presentó obras suyas en la exposición de arte que se celebraba en Badajozdurante los otoños.

“El joven pintor extremeño por la Diputación, ha tenido la atención de regalar al Centro deEstudios Extremeños uno de los cuadros que ha figurado en la Exposición de Pinturas. Acosta hapresento sus obras en el Ateneo, y podemos asegurar que ha sido el éxito más resonante en esteúltimo trimestre en Extremadura. Revela el conjunto de su producción que si Acosta continúa conel mismo entusiasmo, será un gran artista que honrará a la Diputación que lo ha pensionado y aExtremadura”15 .

En el año siguiente, 1930, volvió a exponer en el Ateneo de Badajoz, consiguiendoigualmente críticas excelentes a su labor16 . En cambio, en Monesterio alguna obra sufriócierto desprecio. La incultura de los dirigentes socialistas destruyó en 1932 el trabajoque hizo Acosta en el salón de sesiones, pues al crearse dos escuelas unitarias, el Ayunta-miento ofreció el antiguo edificio consistorial para su instalación.

“Se dio lectura del oficio de la Inspección de Primera Enseñanza del 31 del pasado octubre enla que participa que por orden del Ministro de Instrucción Pública de 25 del mismo mes se hancreado en este Ayuntamiento, con carácter provisional, cuatro escuelas unitarias, dos de niños, y

12 “La Casa Consistorial se ha reparado, dándole un aspecto algo estético, pues la escalera que da acceso a la mismase ha alicatado, pavimentándola de baldosín de cemento, así como el salón de sesiones, también con zócalo alica-tado, estilo Talavera, ha sido decorado por el pintor pensionado de este Ayuntamiento, don Eduardo Acosta, queademás regaló para dicho salón un retrato al óleo de su majestad el Rey. Dicho salón se exorna con un mobiliariotipo renacimiento. En el despacho de la alcaldía se ha colocado otra mesa, sillones y librería del mismo estilo, quecontiene la Enciclopedia Jurídica, la Espasa y otras obras de mérito”, cit. en “Homenaje al Gobierno, Badajoz 13 deseptiembre de 1929”, El Noticiero del Lunes, Badajoz, 1929, p. 115.

13 AMM, sesión plenaria del 24 de agosto de 1928.14 Íbidem, 21 de agosto de 1929: “Teniendo en cuenta que el pintor subvencionado por este Ayuntamiento, don Eduar-

do Acosta Palop, en virtud de sus adelantos hechos en su profesión, puede atender a sus necesidades sin el auxiliode este Ayuntamiento que creó dicha subvención para ayuda de sus estudios, se acuerda suprimirla en el próximoPresupuesto”.

15 Revista del Centro de Estudios Extremeños, III, 1929, p. 454.16 “Cuando escribimos estas notas, se halla abierta, en el local del prestigioso Ateneo, una interesante Exposición de

Pinturas del joven y aventajado pensionado de la excelentísima Diputación, Eduardo Acosta. El considerable núme-ro de cuadros que presenta, en su mayoría de asunto regional, ponen de manifiesto la asombrosa laboriosidad y losrápidos progresos de joven pintor, cuya personalidad empieza ya a definirse con señalados caracteres”: Revista delCentro de Estudios Extremeños, IV, 1930, p. 424.

Page 294: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

293

dos de niñas, y que participe a aquella Inspección, en el más breve plazo posible si se dispone delocales adecuados para dicha instalación, y del material correspondiente. El Ayuntamiento, des-pués de una amplia deliberación acordó autorizar al Alcalde Presidente para que haga las gestio-nes necesarias para la adquisición del material escolar, y la adaptación de los locales que reúna lascondiciones pedagógicas e higiénica más necesarias donde se puedan instalar las Escuelas provi-sionalmente hasta tanto el Estado adapte a locales escuelas el edificio que le tiene ofrecido esteAyuntamiento”17 .

El Inspector de Sanidad, Dr. García Álvarez del Vayo, propuso que se picaran lasparedes como medida sanitaria, sin que se opusiera el alcalde socialista, Elías Torres, a ladestrucción del trabajo altruista que años atrás regaló al municipio Eduardo Acosta.

“El Sr. Alcalde dio conocimiento a la Corporación que el Inspector Municipal de Sanidad, D.Emilio García Álvarez había girado visita a las obras que se realizando en el viejo Ayuntamientopara adaptación de dos locales para las Escuelas últimamente creadas, y le había manifestado laconveniencia de picar las paredes del Salón de Sesiones y lucirlas por ser necesarios para lahigiene y salubridad de las mismas. Que había consultado con el maestro albañil D. Juan Vila paraque llevara a cabo la realización de dichas obras, las cuales importan la cantidad de ciento sesentay dos pesetas. El Ayuntamiento, una vez enterado del asunto, acordó aprobar dicha obra, y que seuna a la anteriormente aprobada para dicho fin”18 .

Un año antes, esa corporación le había encargado realizar una Alegoría de la Repúbli-ca para el salón de sesiones, abonándole cien pesetas. Más tarde se le encargó otra máspara el Juzgado Municipal19 . Al igual que el cuadro de Alfonso XIII, de las Alegorías dela República se desconoce su paradero actual.

Como indica Hernández Nieves, Acosta fue entre 1928 y 1930 profesor ayudante, yentre 1930 y 1936 profesor auxiliar de dibujo en la Escuela de Oficios Artísticos y en laEscuela de Bellas Artes de Sevilla20 . En Sevilla compaginó su labor pictórica y docentecon la tarea de dar a conocer su tierra en la capital andaluza. En 1932 tenía en proyectointentar unir a los intelectuales extremeños que allí residían para hacer un gran exposi-ción en el Pabellón Extremeño de la Exposición Universal para dar a conocer su tierracon el título Exposición del turismo de Extremadura. Ello lo manifestó en una entrevistarealizada para el periódico La Libertad de Badajoz. Por ofrecer otros datos sobre sutrayectoria la insertamos íntegramente.

“Desde Monesterio. Magno proyecto de nuestro insigne paisano Eduardo Acosta. Durante suestancia en ésta, pueblo natal de este gran artista, gloria de Extremadura, tuvo ocasión que mededicara un ratito para interviuvario [sic], referente a los pensamiento, que tuviese, a fin de darlea la publicidad en las columnas de nuestro diario La Libertad, y al manifestarle mis propósitostuvo frases muy sinceras, y de gran cariño para toda la redacción de este popular diario, y que

17 AMM, sesión plenaria del 14 de noviembre de 1932.18 Íbidem, 5 de diciembre de 1932.19 Íbid., 8 de agosto de 1931: “La Corporación acuerda que el pintor Don Eduardo Acosta haga la alegoría de la

Republica en pintura al óleo y con destino al Salón de sesiones, abonándole cien pesetas por el trabajo segúnofrecimiento que él ha hecho”. Sesión 4 de enero de 1932: “Se acuerda que por el pintor Acosta se haga unaalegoría de la República para el Juzgado Municipal; los gastos que se originen se abonen del capítulo de efectos ymobiliarios”.

20 Hernández Nieves, R. “Eduardo... p. 9.

Page 295: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Antonio Manuel Barragán-Lancharro

294

siempre estaba dispuesto a darnos toda clase de facilidades, por tratarse como se trata, de LaLibertad, prensa que lee con cariño, por tener sus columnas dispuestas a que sea el portavoz de lospueblos para decir todo lo que sea justo y legal, y después de varios elogios más que nos abstene-mos de dar por modestia, pasamos a lo importante, que es conocer el proyecto que tiene para esteinvierno, y que a mí, por la estrecha amistad que a él me une, y acosado a preguntas, no tuve másremedio que decirme. -Preguntas lo que quieras, que está visto que no me escapo a esta interviú.-Así lo esperaba de tu amistad, y prepárate que allá voy. -¿Qué es lo que piensas realizar tanpronto llegues a Sevilla para este invierno? Se queda un poco perplejo, y después, con gran firme-za, propia de este gran genio, contesta; -Verás, ahora cuando llegue a Sevilla quiero que nosunamos todos los artistas y literatos extremeños que residimos allí, y formar un comité con elobjeto de realizar un proyecto que tengo pensado y ya maduro, que consiste en hacer en el Pabe-llón de Extremadura de la pasada Exposición de Sevilla una gran exposición que se titulará ‘Expo-sición del Turismo en Extremadura’, donde con la colaboración de los individuos artistas extreme-ños damos a conocer a España todas la bellezas, tanto naturales como artísticas, y al mismo tiem-po dar a conocer con toda clase de detalle medios de locomoción y albergue en los sitios máspintorescos, estando a mi cargo la instalación de esta exposición, por la que siento gran interés ysimpatía, pues quiero con esto las bellezas de mi Extremadura, mi madre patria. ¡Si pudiera ser...a Europa entera, por ser el galardón más grande que poseo el ser extremeño! -¿En qué exposiciónde todas las que ha hecho han tenido más salidas tus cuadros, y en cuál has sido más agasajado? -¡En Badajoz! Fue una exposición que nunca creí tener el éxito que tuve, y las atenciones por partede mis paisanos no tuvieron límites, no mereciéndome los agasajos que me hicieron, y que losllevo grabados en el corazón, y que nunca podré olvidar, fue una etapa de días, los más felices demi vida artística; lo que poquito que soy a mi Extremadura se le debo, y a ella, por deber ineludi-ble, consagro todos mis triunfos, y no descansaré hasta verla donde por ley humana tiene queestar, y para esto, aunque trabajo y sinsabores que me cueste, he de hacer cuanto pueda para queocupe el lugar preeminente que por sus joyas artísticas debe poseer, para esto es el proyecto quetengo preparado, y que supongo que tengo preparado, y que supongo lograré lo que persigo, quees darle el justo nombre que Extremadura se merece, por sus mujeres, por sus joyas arquitectóni-cas, y por ser la tierra que le dio vida a aquellos ‘machos’ que triunfaron en América. Creo queestarás satisfecho con lo que te he dicho, y que no estarás quejoso, y corroboro lo que antes te dije,que no pongo obstáculos a nada que para La Libertad sea. Me despedí muy agradecido a las muchasatenciones de que fui objeto por parte del coloso del pincel y paleta, rogándome saludara a la redacciónen su nombre, y encareciéndome no realzara su humilde figura en la prensa. Le deseamos triunfe en sunueva empresa, y que vea coronado sus esfuerzos con el más rotundo éxito. Corresponsal”21 .

En el proyecto de la Exposición del Turismo de Extremadura colaboró el pintor deMonesterio, José Aceitón Sayago22 , que un año antes le fue concedida una pensión23

para ampliar su formación autodidacta en el Museo de Bellas Artes de Sevilla, pues se21 La Libertad (Badajoz), 17 de septiembre de 1932.22 Íbidem, 24 de septiembre de 1932. “Monesterio. Para el futuro artista José Aceitón. Ha sido donado a este Ayunta-

miento un cuadro representando el busto de Pablo Iglesias, creación del aventajado estudiante en el Museo deBellas Artes en Sevilla, José Aceitón, que es una verdadera obra de arte, y que pone de manifiesto las grandesdotes que posee este joven para dedicarse al difícil arte del glorioso Murillo. Es natural de esta villa, y de cunahumilde, y en colaboración con el insigne Eduardo Acosta, ayudará a éste en su magno proyecto de exhibir la‘Exposición del turismo en Extremadura’ obra que promete ser un exitazo, por la forma con que van a realizar estaexposición, y que ya en mi anterior describía. Ente chico, no abandonando el camino emprendido, llegará, quien loduda, a ser una de las muchas glorias extremeñas, tierra de generosos, artistas, poetas y soñadores. Siga el jovenAceitón por la senda emprendida por la senda emprendida, que el final será una verdadera apoteosis a los muchoséxitos en ciernes, y en premio a sus desvelos y trabajo, sus paisanos honrarán a esta gran figura, como aquí se sabehacer, con un homenaje digno de quien lo recibe. Yo, desde la columnas de La Libertad, felicito al amigo Aceitón porel trabajo exhibido, que ha sido un verdadero éxito, y no desmaye, a ver si pronto encumbra a la cima de la gloria artística,y podemos decirle lo que Chamizo en sus grandes versos, ‘porque semos asina, pardos, del color de la tierra”.

23 AMM, sesión plenaria del 14 de noviembre de 1931: “El Sr. Alcalde expuso a la Corporación que creía convenienteconceder una pensión de setecientas cincuenta pesetas anuales al pintor José Aceitón Sayago, que pudiera servirlepara abrirse paso en su carrera artística de lo que hay ejemplo en este Municipio en el caso de Eduardo Acosta. LaCorporación acordó por unanimidad adherirse a la propuesta”.

Page 296: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

295

oye de las personas mayores del pueblo que había dibujado un billete del Banco deEspaña que logró colar en el comercio de José Sampedro. En 1932 realizó en cerámicaun busto que representaba a Pablo Iglesias para el Grupo Escolar del Llano; y dos añosdespués el pergamino por el que se nombraba Ciudadano de Honor de Monesterio alpresidente del Gobierno don Alejandro Lerroux. Años después se suicidó en el Patio delos Naranjos de la Catedral de Sevilla.

En 1935, Acosta junto José Lafita Díaz, Presidente de la Sección de Bellas Artes delAteneo de Sevilla24 -cargo que había desempeño el año anterior25 , organizó una excur-sión de ateneístas para dar a conocer el Monasterio de Tentudía, que se celebró el 19 demayo26 ; si hubo alguien que mostró Extremadura en Sevilla ese fue Eduardo Acosta. Enese acto colaboró intensamente el Ayuntamiento de Monesterio27 .

Un año después, en 1936, obtiene la Cátedra de Dibujo de educación Secundaria28 ,por esa cuestión, durante la Guerra Civil permaneció en la zona republicana, primero enMadrid, y más tarde en Alicante29 . Como indica Hernández Nieves, tras su regreso aSevilla en 1939, es cesado como profesor interino de la Escuela de Artes y Oficios, y seincorporó inmediatamente a la sección de Triana.

La pintura de Acosta, su estilo, no difiere del gusto de la época, y marcó una graninfluencia pintores extremeños de su época.

“Acosta se sintió atraído por el costumbrismo de Eugenio Hermoso y de Adelardo Covarsí;del primero admiró los rostros y miradas de las muchachas frexnenses; del pacense, los paisajes,tan determinantes en la producción posterior de Acosta. También le atrajo la pintura de GonzaloBilbao y, más definitivamente, la de Gustavo Bacarissas. En Sevilla fue discípulo de Gómez Gil yJosé Rico Cejudo; fue condiscípulo de Manuel Echegoyán, Rafael Cantarero, Agustín Segura yRamón Monsalve”30 .

24 BAUTISTA OLIVA, F. “Otro artista que nos legó su arte”, en Tentudía, Calera de León, 2001, p. 37.25 HERNÁNDEZ NIEVES, R. “Eduardo...”, p. 9.26 AMM, acta de la sesión plenaria, 16 de mayo de 1935: “Seguidamente, se acuerda se obsequie a la Comisión que

viene del Ateneo de Sevilla en la Excursión a la Ermita Sierra de Tentudía el día 19 del actual con un modestoalmuerzo, y que los acompañe alcalde y concejales a dicha sierra, y que el gasto que origine referido almuerzo setraiga a la aprobación del Ayuntamiento”.

27 AMM, Depositaría, mandamiento de pago número 139/1935: “Ayuntamiento de Monesterio. Provincia de Badajoz.Relación de los gastos causados con motivo de la estancia en esta localidad de una comisión procedente delAteneo de la Ciudad de Sevilla, para visitar el Santuario de Tentudía, el día 19 del presente mes. 4 arrobas decarnes a José Antº Guerrero, 63’00. 6 arrobas y 7 libras de carnes a Alberto Guerrero, 87’95. 5 Kg. de asaduras, aJosé Antonio Guerrero, 15’00. 4 arrobas de vino tinto a Alberto Guerrero Pérez, 40’00. ½ arroba de vino blanco aAntonio Parra, 4’50. ½ arroba de aceite de José Cantillo, 10’00. ½ arroba de queso de 12’50. 3 burros arrendadospara transportes de utensilios, 6’00. 1 viaje a Culebrín, Puerto Lobo y Calilla, 2 guardias por bestia, 5’00. Entregadopor Francisco Guerrero a Mª Antonia para huevos, etc, 10’00. Comprado por José Sayago de tomates, 5’00. Por elmismo [José Sayago] de sal y aliños, 7’00. Ídem [por el mismo, José Sayago], una lata de aluminio, 1’40. 50 panescomprados a Amador Fernández Bolea, 27’50. 4 Kg. de chorizos comprados a Francisco Lancharro Sánchez, 24’00.2 días de trabajo de la Cocinera, Antonia Palomas, 8’00. 2 de María Antonia por el mismo concepto [cocinera], 8’00.1 día de trabajo a Francisco Vargas, 6’00. 1 día de trabajo de Bernando Bayón, 3’00. 1 de José Villalba por el mismoconcepto, 3’00. 1 de José Mayoral, por ídem [un día de trabajo], 3’00. 36 cubiertos comprados a Miguel Espacio Gil,18’00. 1 caja de palillos comprada por José Sayago, 0’40. 2 caballerías, dos días de Indalecio Carballar, 20’00. 2caballerías para llevar a las cocineras, 4’00. Desayuno y refrescos en el Radical a los excursionistas, 35’00. 50 cafésa Francisco Martínez Olmo, 12’50. Total, 439’75. Monesterio, 24 de mayo de 1935. Recibí el importe y distribuir entrelos relacionados, el Jefe de Policía, F L Conejo [Francisco Lancharro Conejo]”.

28 HERNÁNDEZ NIEVES, R. “Eduardo...”, p. 9.29 ACOSTA DÍAZ, J. “Discurso de inauguración de la exposición del pintor Eduardo Acosta en el Museo de Bellas Artes

de Badajoz”, Revista de Ferias, Monesterio, 2001.30 HERNÁNDEZ NIEVES, R. “Eduardo...”, p. 9 y ss.

Page 297: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Antonio Manuel Barragán-Lancharro

296

III. LA POSGUERRA Y LA RESTAURACIÓN DE LAS IGLESIAS (1940-46)

Los disturbios que se desarrollan a finales de la República en muchos pueblos extre-meños se cebaron con las obras de artes que custodiaban muchas iglesias. En los años deposguerra se terminarán de restaurar los templos destruidos, y es en esta época cuandoresurge por este motivo un arte religioso interesante.

El escultor imaginero sevillano Manuel Echegoyán, que tenía el estudio de esculturadebajo del de su consdiscípulo Eduardo Acosta31 , quizás por mediación de éste esculpióla efigie de Jesús Nazareno hacia 1945, la imagen de mayor mérito artístico de la iglesiade Monesterio. Varios años después, Echegoyán realizó la de San Isidro Labrador porencargo de la Hermandad Sindical Mixta de Labradores y Ganaderos.

Por encargo de Felipe Sayago Mejías, Acosta volvió a sus inicios de ceramista yrealizó las imágenes de la vida de Cristo en una serie de escenas que se dispone en labanca que sirve para sostener al Crucificado, imagen que adquirió el mencionado FelipeSayago. Esta obra, realizada en azulejos de Mensaque, la ejecutó en 1943.

Pero la pintura más conocida de Acosta en la Iglesia de Monesterio es la decoraciónde la cúpula semiesférica de la antigua capilla del Rosario, convertida en esos años en elSagrario de la Parroquia. El Triunfo de la Eucaristía representa la cúpula celeste con loselementos divinos y sostenido por los Cuatro Evangelistas en sus respectivas pechinas.Algún autor indica que fue donado por Acosta en 1944 a Monesterio32 ; sin embargohacia 1946 se había organizado una suscripción popular para ornamentar el Sagrario.

“Segundo, por el Alcalde se expuso a los reunidos que el Sr. Cura había invitado a este Ayun-tamiento para que contribuyera con algún donativo en metálico, en la suscripción abierta a efectosde recabar fondos con destino a las obras de ornamentación de la capilla del Sagrario, y que seráncosteadas por suscripción popular. Por unanimidad, se acordó cifrar el referido donativo en lasuma de doscientas cincuenta pesetas, que serán giradas con cargo al capítulo correspondiente delvigente presupuesto ordinario”33 .

Por esos mismos años también realizó el majestuoso altar mayor de Calera de León.El alcalde, José Comensaña Blanco, y el párroco, Tomás Pozuelo, encargan a Acosta queejecute las pinturas para el retablo mayor de la Iglesia de Santiago con total libertadartística. El presupuesto de dicho retablo alcanzó las 28.000 pesetas, cobrando el pintor13.000 pesetas de honorarios34 .

31 ACOSTA DÍAZ, J. “Discurso...”32 BAUTISTA OLIVA, F. “Otro artista...”, p. 38.33 AMM, sesión plenaria del 14 de diciembre de 1946.34 BAUTISTA OLIVA, F. “Otro artista...”, p. 37 y ss.

Page 298: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

297

IV. LA BÚSQUEDA DE NUEVOS TALENTOS PARA LA PINTURA (1946-1960)

Acosta siempre miró por sus paisanos que tenían posibilidades en la pintura. Ayudó aJosé Aceitón en los años treinta, y en los años cuarenta a otro natural de Monesterio quetenía predisposición para la pintura. Es el caso de Jacinto Villalba Delgado.

“Quinto. Instancia de Jacinto Villalba Delgado. Dada lectura a la misma, que dice así, ‘JacintoVillalba Delgado, natural de Monesterio, de 27 años de edad, hijo de Luis y de Victoriana, residen-te en Sevilla, calle de Avenida de S. José nº 3, 2º, izqda., alumno de la Escuela de Artes y Oficiosy Bellas Artes de Sevilla desde el año 1943, se dirige a V. S. como Presidente de ese digno Ayun-tamiento para exponerle lo siguiente, que por tener gran afición a la pintura, y encontrándome enésta, con el deseo de aprender en los centros de la capital, asistiendo a la Escuela antes citada,como así mismo a las clases de dibujo del Ateneo, y no disponiendo de más tiempo que mepermitiera ampliar las enseñanzas, pues mis posibilidades me lo impiden por tener que ganarme lavida en otras actividades ajenas a mi afición, es por lo que suplica a V. S. proponga a esa corpora-ción si tiene a bien concederme una ayuda para poner en práctica, aunque sea en parte, mi plan deestudios. Esperando de la benevolencia de V. S. sea atendida esta petición, a la que prometocorresponder con mis esfuerzos para que el buen nombre de nuestro pueblo esté a la altura de susdeseos y desvelos. Dios guarda a V. S. muchos años para bien de la patria. Sevilla, 11 de diciembrede 1946. Jacinto Villalba. Rubricado. Sr. Presidente Alcalde del Ayuntamiento de Monesterio(Badajoz)’. Y a la siguiente carta ‘Escuela de Artes y Oficios Artísticos y Bellas Artes. Sevilla.Particular. Sr. Alcalde Presidente del Ayuntamiento de Monesterio. Muy señor nuestro, comoprofesores de la Escuela de Artes y Oficios y Bellas Artes de Sevilla, nos dirigimos a U. parainformarle que el alumno Jacinto Villalba Delgado tiene excelentes condiciones para el dibujo,demostrando sus adelantos en los cursos sucesivos en la Escuela. Como solicita la ayuda econó-mica de la Corporación que U. tan dignamente preside para poder ampliar sus estudios, y como anuestro juicio creemos es merecedor de ella, interesados además destacar de este centro los verda-deros valores, hacemos votos para que se atienda su justa petición. Reiteramos de U. afectísimo S.S. Sevilla, 11 de diciembre de 1946. El profesor, Gregorio Durán. El profesor, Eduardo Acosta.Rubricados’. Los señores reunidos, por unanimidad, acuerdan conceder al recurrente Jacinto VillalbaDelgado una subvención de mil pesetas por el año de 1947, que se consigne en presupuesto dereferido ejercicio crédito suficiente para la indicada atención, haciendo constar que si en añossucesivos no se hace acreedor a tal beneficio por falta de competencia o provecho, automáticamentele será retirada mencionada subvención”35 .

Si Jacinto Villalba no continuó su carrera, en cambio, el mayor descubrimiento en lacarrera de Eduardo Acosta fue Eduardo Naranjo, a finales de la década de los cincuenta.Consiguió gestionar del Ayuntamiento una subvención para proseguir sus estudios, puesNaranjo, que ya estaba en Sevilla varios cursos atrás, había obtenido unas calificacionesmagníficas.

“Décimo. Subvención o beca de estudio en la Escuela de Bellas Artes y Oficios Artísticos deSevilla, a favor del natural de este pueblo, Eduardo Naranjo Martínez. A propuesta de la Presiden-cia, y previa declaración de urgencia, por el voto favorable de todos los Sres. reunidos, que sonmiembros que forma la corporación municipal, se pasó a tratar y conocer del asunto siguiente, nofigurado en el orden del día. Por el Sr. Alcalde se informa en este sentido, de que había recibidouna carta del pinto y profesor de la Escuela de Bellas Artes de Sevilla, D. Eduardo Acosta, quedice ‘Escuela de Artes y Oficios Artísticos y Bellas Artes. Sevilla. Profesorado. 14-6-58. Sr. Alcal-

35 AMM, sesión plenaria del 14 de diciembre de 1946.

Page 299: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Antonio Manuel Barragán-Lancharro

298

de Presidente de Monesterio. Mi querido amigo, me dirijo a ti como primera autoridad de esepueblo comunicándote mis impresiones acerca del alumno de esta Escuela, de la que soy profesor,Eduardo Naranjo Martínez, durante este curso de 1957-58, que se ha manifestado con unas condi-ciones inmejorables para el dibujo, dejando sentado buena prueba de ello al aprobar con sobresa-lientes los cuatros grupos de dibujo, que corresponden a cuatro cursos, en uno solo, haciendoademás las oposiciones al premio de la clase, habiendo conseguido obtener el primero, con estemotivo, me dirijo a ti como alcalde para que veáis la forma de prestarle vuestra ayuda en elpróximo curso, para que pueda continuar sus estudios en ésta, ya que se trata de un caso bien claro,y merece por lo tanto que todos nos preocupemos por él. Yo he de ir como todos los veranos siDios quiere por ésa, y ya te daré más detalles. Mientras, recibe un abrazo de tu buen amigo,Eduardo Acosta. Rubricado’. Y por lo tanto, sometía este asunto a discusión por si procedía tomaracuerdo. Los Sres. reunidos, después de un detenido estudio y cambios de impresiones, y conside-rando que se debe ayudar a este alumno, y favorecerle económicamente, en cuanto sea posible,por pertenecer a una familia modesta, y en evitación de que se malogren tan buenas cualidades ymejor disposición para las bellas artes, como al parecer se dan él, por unanimidad, y como se haceconstar, previa declaración de urgencia, se acuerda concedérsele una beca o subvención para ayu-da de sus estudios, en la cuantía de cinco mil pesetas, durante el próximo ejercicio económico de1959, para lo que figurará esta cantidad en el presupuesto ordinario correspondiente. Los pagos sehará n en dos plazos de dos mil quinientas pesetas cada uno, dejando al criterio de la Presidencialas fechas en que han de ser librados, pero siempre previa presentación por el interesado, y en surepresentación por ser menor, de su padre, de una certificación de sus profesores acreditativas desu aprovechamiento y de que es acreedor a la ayuda que se le concede”36 .

Comienza una relación entre Acosta y Naranjo intensa, y sólo unos años después elmaestro le permite compartir su estudio, con lo que muestra los secretos de la pintura,que con los años ha ido madurando. El maestro le indica al discípulo que agradezca alAyuntamiento su atención, y que done alguna obra como él hizo en los años veinte. Así,entregó una copia de su primera obra, una vista de la calle Santa Clara, y otra de la plazade San Lorenzo, de la ciudad de Sevilla37 . Además de una lámina al carboncillo delGeneral Franco. Las dos primeras obras se hallan actualmente en el despacho de la alcal-día, al General Franco lo tienen metido en la caja fuerte.

En 1961 Naranjo se separa de su maestro y se marcha a Madrid, terminando así suetapa sevillana e iniciando la madrileña, haciéndose paso por las diferentes tendenciasartísticas imperantes en la época hasta que el abrazo del hiperrealismo en los años setentalo catapultara a los mayores éxitos.

V. ETAPA DE BALANCE Y RECONOCIMIENTO DEL ARTE DE ACOSTA (1960-1991)

Acosta, a diferencia de Naranjo, se dedicó toda su vida a la enseñanza, y quizás porello no desarrolló plenamente la pintura como su discípulo. Naranjo era exigente en lapintura, y se mostró en desacuerdo cómo se enseñaba el arte a los estudiantes de los añossesenta, y es conocido el episodio que le ocurre hacia 1966, que le produjo amargura.

36 Íbidem, 25 de septiembre de 1958.37 Eduardo Naranjo, publicaciones de la Obra Social y Cultural Cajasur, Córdoba, 2002, p. 23.

Page 300: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

299

“Es becario del Ministerio de Educación y Ciencia para la formación del profesorado, laborque ejerce en principio, en la Escuela de Artes Aplicadas de Marqués de Cuba, como auxiliar dePedro Mozos. Al ser requerido para suplir, por enfermedad y convalecencia al titular de una de lasclases de pintura, y sorprenderle comprobar que sus alumnos solo pintaban temas de cacerías,aves disecadas o flores de plástico, con sistemáticos fondos negros, desea hacerles salir de suerror: ‘que la vida, -les dice- hay que pintarla como es, y que se puede pintar todo, que lo impor-tante es la emoción, y saber ver y sentir’. Los conceptos y la clase cambian radicalmente y a suregreso, el catedrático le tacha de rebelde e insubordinado y levanta recurso a la dirección paraque sea expulsado. Naranjo justifica su actuación, argumentando, que no podía soportar ver con-vertido el taller de conocimientos, que, según él, debía ser una clase, en una academia nocturnapara pintores domingueros. Interviene el que entonces era director de la sede central, don GermánCalvo, y le reclama como ayudante suyo, en la asignatura de Procedimientos Pictóricos de la callede La Palma. Esta experiencia significa para él, en aquellos tiempos, una de las más crudas decep-ciones y prácticamente, su despedida de la enseñanza oficial con la que llegó a soñar, y que mástarde, catalogaría, en parte, de retrógrada, antiartística e inútil38 .

En los años setenta, los reconocimientos a Eduardo Acosta van proliferando, sobretodo en los años previos a su jubilación. En 1973 es nombrado académico de número dela Real Academia de Santa Isabel de Hungría39 .

El primer homenaje que recibe en su pueblo se realiza en 1976, cuando su amigoJulián Vargas (Fig. 5), alcalde en aquellas fechas, decide hacer un homenaje colectivo alas personas más relevantes de la cultura de Monesterio

“6º informe de la presidencia sobre comida - homenaje programada para el dia 5 de juniopróximo. Por el Sr. Alcalde se da cuenta de que haciéndose eco del sentir popular, se está organi-zando una comida homenaje a los Sres. don Eduardo Acosta Palop, don Eduardo Naranjo Martínez,don Antonio Pérez Carrasco Megía, pintores, don José Sayago Pérez, Doctor-Veterinario y Escri-tor, don Antonio Román Díez y don Joaquín Calvo Flores, Profesores de Educación General Bá-sica, Poetas. Los cuales unidos a esta localidad por distintos vínculos han hecho que el nombre deMonesterio por el brillante ejercicio de sus diferentes actividades tenga resonancia no sólo provin-cial sino también de índole nacional. En virtud los Sres. Reunidos, tras amplía deliberación, y enla que todos tomaron parte resaltando los méritos de los homenajeados, por unanimidad acuerdanque el Ayuntamiento se adhiera al mismo, y como valioso recuerdo se le impongan en el acto, dehomenaje que tendrá lugar el próximo día 5 de junio el distintivo modelo solapa del escudo oficialde la corporación”40 .

En esa misma sesión del 28 de mayo se acordó empezar el expediente para nombrar aEduardo Acosta Hijo Adoptivo de Monesterio. En la Comisión Municipal Permanentedel 1 de octubre de 1976 se leyó la autorización del Gobierno Civil para concesión deesta distinción. El texto del pergamino sería el siguiente: “El Ayuntamiento de esta villa,deseando quedar constancia de su eterno agradecimiento, e interpretando el sentir unáni-

38 Íbidem, pp. 24 y ss.39 AMM, Comisión municipal permanente, sesión 16 de octubre de 1973: “Tercero. Nombramiento de don Eduardo

Acosta de Académico numerario de la de Bellas Artes de Sevilla. Por el señor Alcalde se da cuenta de que en lasección de arte del diario ABC de Sevilla del día 29 de septiembre, se da la noticia de que el insigne pintor donEduardo Acosta Palop, ha sido nombrado académico numerario en la vacante del pintor Miguel Ángel del Pino, de laReal Academia de Bellas Artes de Santa Isabel de Hungría de Sevilla. Y los señores reunidos, por unanimidadacuerdan que habida cuenta, dada su entrañable y permanente vinculación a este pueblo y su corporación munici-pal, hacer constar en acta la profunda satisfacción que este nombramiento nos produce”.

40 Íbidem, sesión plenaria del 28 de mayo de 1976.

Page 301: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Antonio Manuel Barragán-Lancharro

300

me de su vecindario, le honra concediendo a don Eduardo Acosta Palop el digno título deHijo Adoptivo de Monesterio como público reconocimiento de los grandes méritos con-traídos con su conducta ejemplar observada reiteradamente en pro de los intereses mora-les y materiales de esta villa. Monesterio a uno de Octubre de mil novecientos setenta yseis. Por la Corporación, el Alcalde. El Secretario”. El Alcalde le comunicó el acuerdopor carta el 5 de noviembre de 1976”

“5 de noviembre de 1976. Sr. D. Eduardo Acosta Palop, Curro Cuchares, 1-12, izq. QueridoAmigo. A propuesta de la Comisión Municipal Permanente, y después de los trámites burocráticospertinentes, con fecha 1 de octubre pasado has sido nombrado Hijo Adoptivo de Monesterio,acuerdo ratificado por el Ayuntamiento Pleno en sesión del 15 del mismo mes, por lo que te doymi más entusiasta enhorabuena; te ruego me digas una o dos fechas que más te convenga, para quejuntamente con Eduardo Naranjo, a quien se le va imponer el escudo de Monesterio, ya que la vezanterior no pudo asistir, veamos el día que más interesa a todos, a vosotros y a nosotros, aunquepor nuestra parte nos da igual, puesto que estamos aquí, solamente queremos que organice yresulte como vosotros os merecéis, lo mejor posible por lo cual ni muy próximo, para que détiempo a prepararlo todo, pero tampoco muy largo, para no restar entusiasmo, desde luego, anuestro entender después de navidades. Mis efectos a los tuyos y sabes puedes mandar a tu incon-dicional amigo”.

La contestación de Acosta fue la siguiente:

“Eduardo Acosta Palop. Estudio y domicilio, Curro Cuchares, 1 –12º. Sevilla [membrete]. 18-11-76. Sr. D. V. Julián Vargas Guisado, Monesterio. Estimado amigo Julián. El domingo pasado alregresar de Badajoz paré unas horas en ésa con el exclusivo objeto de daros las gracias personal-mente por la Cruz de Alfonso X el Sabio, pero me fue imposible localizarte, sintiéndolo de veras.Ya en ésta encontré ti carta en que veo el acuerdo de la Comisión Permanente Municipal nombrán-dome Hijo Adoptivo de Monesterio, cosa que os agradezco a todos, por lo que me honra, y por elcariño y agradecimiento que al pueblo le tengo, pues en realidad no he conocido más patria chicaque ésa. Con respecto a celebrar un acto en tal sentido que fuese unido a que no pudo asistirEduardo Naranjo, creo por estar muy cercano el que participé, no veo aconsejable repetirme enotro acto tan simpático y bien organizado como fue aquel; creo que estáis el momento con Naran-jo, al que yo más anima como uno más de vosotros. No obstante, yo he de ir por esa pronto, y yahablaremos de todo esto. Perdona que no te escribiera antes, pues he pasado unos días de gripebastante fastidiado. Con mi mayor agradecimiento por tus gestiones personales, como alcalde yamigo bien demostradas, recibe un fuerte abrazo del tuyo incondicional. E Acosta”.

Y el alcalde se puso en contacto con Naranjo para que elaborara el pergamino.

“28 de octubre de 1976. Sr. don Eduardo Naranjo Martínez. Porto Cristo, 10, 1º D. Parque deLisboa. Alcorcón, Madrid. Querido amigo. Como continuación a la conferencia que sostuve con-tigo respecto al pergamino de Hijo Adoptivo de Eduardo Acosta, y para que veas el formatoexigible, te incluyo en nota aparte, el texto que debe conforme a lo preceptuado en el reglamentomunicipal para la concesión de honores y distinciones. Puesto que es preceptivo el que tenga quedar cuenta al pleno del Ayuntamiento en la próxima reunión que celebre, te agradecería me indica-ses lo que piensas llevar por la confección del mismo, para tomar el acuerdo pertinente, queaunque está decidido en el ánimo de todos, hay que cristalizarlo en el frío papel de un acta. Comono pudiste asistir al homenaje anterior, no se te pudo imponer el escudo de Monesterio; estimoque, muy bien pudiera ser este el momento oportuno para efectuarlo, ¿qué te parece? Para ellohabría de ir pensando en aunar pareceres y buscar la fecha que no os ocasionara trastornos a

Page 302: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

301

ninguno de vosotros dos, puesto que a nosotros como estamos aquí no es problema, por lo quepudiera indicarme algunas fechas e igualmente a Eduardo Acosta le preguntaríamos lo mismo,para elegir después la más idónea, que a mi juicio no debe ser inmediatamente para organizarlobien, pero tampoco a largo plazo que resta entusiasmo. Mis afectos a los tuyos, y sabes puedesmandar a tu S. S. y amigo”.

Todo estos actos fueron proyectados para la feria de 1977. En 1980 se le volvió atributar un nuevo homenaje. Su jubilación la disfruta entre Monesterio y Sevilla, y nodejará de pintar (Fig. 6). Sin embargo, el hecho que más apreció fue la dedicación de unavía pública, justo dos años antes de fallecer en Sevilla, hecho que ocurrió el 5 de abril de1991, tal como informó la prensa sevillana41 .

Fig 1: Eduardo Acosta en los años setenta.

41 ABC (Sevilla), 6 de abril de 1991, p. 41.

Page 303: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Antonio Manuel Barragán-Lancharro

302

Fig. 2: Nicho de Antonio Acosta Palop en el cementerio de Monesterio.

Fig. 3: Nicho de Dolores Palop García en el cementerio de Monesterio.

Figura 4: Nicho de Antonio Acosta Moreno en el cementerio de Monesterio.

Page 304: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

303

Fig. 5: Eduardo Acosta (izquierda) con Julián Vargas (derecha) en 1965. Gentileza de A. Giraldo Carretero.

Fig. 6: Vista de la Iglesia de Monesterio desde laCalle de los Muertos. Acosta, 1963. Portada de laRevista de Ferias de Monesterio 1983.

Page 305: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en
Page 306: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas V Jornadas de Historia en LlerenaLlerena, 2004

Pgs. 305 a 330ISBN: 84-609-4105-1

Gucemas: Eros y Tanathos

Julián Ruiz Banderas

Navarra, s/n, bl. 10- 2ºC41015 Sevilla

[email protected]

Page 307: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

306

Page 308: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

307

GUCEMAS: EROS Y TANATHOS

Julián Ruiz Banderas

RESUMEN

Segundo trabajo que dedicamos al gran pintor llerenense. Estavez, nos centraremos en los aspectos que ha resaltado la crítica so-bre su obra. Pero también analizaremos otros contenidos contextualesde su pintura, sin obviar la realidad de los dos mundos en que hadesarrollado su existencia artística, el argentino y el español. Nonos cansaremos de reiterar el carácter provisional y divulgativo deestos trabajos que tienen como único objetivo dar a conocer la obrade nuestro paisano y, si acaso, espolear la conciencia de los quepuedan hacer que este objetivo se cumpla materialmente. Puestos asoñar, nos gustaría ver pronto una exposición sobre su obra enExtremadura o en Llerena. Sería una muestra de sensatez por partede los que administran la cultura, no demorar esta iniciativa, amende procurar que su pintura tenga plaza en el MEIAC o en otras salasde nuestra amplia geografía. Ojalá

GUCEMAS: EROS AND THANATHOS

This is the second essay that we dedicate to the great painter ofLlerena. This time we will focus on the aspects that the criticism hasemphasized about his work. But we will also analyse other contex-tual contents of his paintings, taking into consideration the reality ofthe two worlds where he has developed his artistic existence, theArgentinean and the Spanish ones. We will insist on the provisionaland revealing character of these essays, whose only objective is tomake public the work of our fellow countryman and, maybe, to stimu-late the conscience of those who can make this objective finally cometrue. Therefore, we would like to see, in the short term, an exhibitabout his work in Extremadura or in Llerena. It would be quite sen-sible on the part of the administrative cultural policy not to delaysuch an initiative, and also to try to include his paintings in the MEIACor in other art galleries in our wide geography. I wish.

Page 309: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Julián Ruíz Banderas

308

A Lucía, por todo

La mente recibe informaciónde forma desordenada

la ordena, le da sentido,en realidad no hace otra cosa,

le gusta,si se lo das todo hecho, se aburre

Henry Glass

...la muchedumbre de martillo, de violín o de nubeha de gritar aunque le estrellen los sesos en el muro

ha de gritar frente a las cúpulasha de gritar loca de fuegoha de gritar loca de nieve

ha de gritar con la cabeza llena de excrementoha de gritar como todas las noches juntas

ha de gritar con voz tan desgarrada...

Grito hacia Roma, F. García Lorca

I. LAS RAÍCES

Aquellos ojos de mil novecientos cincuenta y tantos, aquellas manos que avalabantanta intuición artística, captaban un mundo simple y pueblerino, un mundo chico, unmundo que se estrena. Paisajes, callejones, bodegones, retratos, murales para una fábri-ca de harinas. Tiernos escarceos de óleos y acuarelas.

Un mundo pequeñito. Un mundo de concursos y premios navideños de las juventu-des falangistas y de Galerías Preciados, en un Madrid franquista y trasnochado, con milquinientos niños concursando. Triste España de la obra sindical de educación y descan-so o de las Fiestas de la Granada, del alcalde Pedro Gallego.

Uno de esos días imprecisos del entonces, niños todos, nos arremolinábamos paramirar en la tienda de Escalera, en la calle de las Armas. Era un cuadro, un retrato, elmotivo de tanta expectación. Un cuadro sorprendente. ¡Era Carmona, Carmona hechoimagen!

Carmona era un personaje del paisaje de la infancia, distracción de algunos tontos que seaburrían en la plaza, en esas horas eternas de vacío. Días en los que nunca pasaba nada.

Nos hacía gracia ver entonces al bueno de Carmona, allí. Tan serio, tan real posaba,que sólo en Velázquez o en Nonell pude encontrar después un trato así de humano.

Page 310: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

309

Aquel niño que anhelaba ser pintor tenía como referencia a Eugenio Hermoso, elmaestro de Fregenal de la Sierra, hijo de unos modestos labradores, que estudió tambiénen Sevilla y en Madrid, por los lejanos años de comienzos del siglo.

Para una tierra en la periferia del mundo artístico, la de Eugenio Hermoso era esapintura realista o regionalista que tanto gustaba al franquismo cultural, que le nombraacadémico de bellas artes.

Cierto es que el pintor de Fregenal desarrolló una obra con cuño propio. Que tuvoéxito y buenas críticas. Que sus lienzos luminosos y coloristas retrataban personajesbajo hermosos paisajes extremeños de perfecta y bella factura. Pero este tipo de obratrasnochada,estaba al margen de las nuevas propuestas de las coetáneas vanguardias opost-vanguardias, y de poco le podían valer al joven Gucemas. Dicho lo cual sin menos-cabo de quien ha sido una de las figuras artísticas más interesantes de las artes extreme-ñas contemporáneas.

La propia villa de Fregenal, para ejemplo de otras, ha sabido conservar con encomia-ble mérito y cariño el legado de su obra, por medio de un museo local.

Lo más interesante era que en aquellos balbuceos llerenenses de Gerardo estaba ya elestilo vigoroso, el acento, el tono pictórico que caracterizará a nuestro pintor años des-pués.

Sin maestros ni enseñanzas, albergaba la esperanza de ser becado. Se fue a Madridpor mili voluntaria. Madrid, que era estar en el mundo, en el meollo de lo que se cocina-ba en los fogones artísticos.

Abrirse paso fue lo más duro. Escuela preparatoria, carteles de cine, publicidad. Detodo hizo. Era el mundo pobre del artificio, que paradójicamente contribuyó a su forma-ción, y a forjar el carácter, que no le cupo la suerte de su amigo Eduardo Naranjo.

Estaba avezado a estos cambios desde joven. Su experiencia de Madrid, fuera decasa casi niño, la búsqueda del sustento y del lenguaje (las dos necesidades prioritarias),la adaptación a una gran ciudad...

A Eduardo, en cambio, le fue mejor. Conoció entonces a su maestro, su tocayo EduardoAcosta. Estudió en la Escuela de Oficios y en la de Bellas Artes, en Sevilla. Pero alcontrario que Gerardo, resultó becado y marchó después a estudiar a Madrid, que esdonde finaliza sus estudios de pintura.

Gerardo y Naranjo comienzan su carrera subyugados por las tendencias neo-expresionistas. Ya vimos que era éste un lenguaje que respondía a las necesidades delcontexto cultural: crítica política y social, influjo de las etapas anteriores del expresionismoabstracto, etc. Y son varios los pintores extremeños que se decantan, curiosamente, poreste tipo de lenguaje, en las décadas de los cincuenta y sesenta.

Después, en París, el pintor de Monesterio consolida su peculiar estilo, un realismofantástico, poético o imaginativo.

Page 311: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Julián Ruíz Banderas

310

En la vida de los artistas, como en la de cualquier otro mortal, hay encrucijadas quemarcan para siempre el destino. Imelda, su mujer, fue esa encrucijada. Cuando en Ma-drid Gerardo conoce a Imelda, ya tenía a Argentina en la cabeza.

Por eso lo de Gerardo fue distinto. Si se me permite, más admirable. La necesidad,que aguza el ingenio y el lenguaje. Sin ayudas, en un medio inhóspito, tuvo que adoptaruna posición heroica, casi existencial. Él sería su propio maestro. Y claro, los maestrosdel Prado, y la obligación de abrirse paso con más dificultades... Además, no se perdíaexposición que se preciara, y estaba atento a todo lo novedoso en el mundo de la pintura.

Bien mirado, la historia de Gerardo es la de tantos otros pintores extremeños de estasdécadas. En todos existen nexos comunes. Así le sucede a Ortega Muñoz, el pintor deSan Vicente de Alcántara, que adoptó el mismo camino de Gerardo en su formación.También por esos años Barjola, el pintor de Torre de Miguel Sesmero, practica, como elllerenense, un expresionismo desgarrado y colorista, siendo la angustia y el dramatismode sus personajes algo que les une extrañamente.

Los cuadros de Barjola, como los de Gerardo, se pueblan de seres deformes odistorsionados. Denuncian también un mundo marcado por la violencia, el sufrimientoy la humillación, dolor que queda en parte atemperado por una mirada peculiar, vigoro-sa y humana. Estamos, como en la obra de Gerardo, ante escenarios crudos, mundosabyectos, seres a la deriva, y lo curioso es que esto se expresa, como lo hace tambiénGerardo, bajo la óptica de la seducción formal y calculando la violencia que este impac-to provocará en el espectador.

Barjola y Gerardo coinciden, así, en una pintura que denuncia la violencia, las gue-rras, el mundo de la marginación. Ambos practican un expresionismo radical. Tambiénhay muchas cosas que le separan. Les diferencia, por ejemplo, que en el primero hayconnotaciones septentrionales de Munch y de otros maestros del expresionismo europeo(también del magisterio cubista picassiano), mientras que Gerardo tiene como referen-tes los grandes maestros de la tradición española. También, que Gucemas se acerca másal compromiso político y social. He aquí un ejemplo más de paralelismo entre dos mun-dos distanciados (creo que Barjola y Gerardo no han llegado a conocerse).

Para algunos críticos, estas concomitancias, el hecho de que una generación de pin-tores extremeños se decante por una tendencia, un lenguaje expresivo, sería una muestramás de la influencia del medio, de la sociedad, o de mil cosas más. Y sin embargo, nopodemos hablar de una escuela extremeña de pintores. Esto nunca ha existido. Todo lodemás, es fruto del azar, del momento o de las circunstancias que vivieron Gucemas,Naranjo, Barjola o Muñoz Ortega, por poner algunos ejemplos.

Lo que sí une a estas dos generaciones de pintores es su desarraigo con su tierra natal.Hay, es verdad, excepciones, como las mencionadas con Eugenio Hermoso y algún otro.Pero Gerardo o Timoteo Pérez Rubio son los dos casos más representativos. A esteúltimo, pintor de Oliva de la Frontera, le tocó vivir el exilio brasileño, donde corre unasuerte parecida a la de nuestro pintor llerenense.

Page 312: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

311

No es que Gerardo marche a Argentina por descontento con la situación del país.Aunque, como afirmará alguna vez el propio pintor, en 1968 adquiere una clara con-ciencia sociopolítica. Argentina era una hipótesis de trabajo. Fue Imelda quien le inyec-tó el amor a esa tierra. Y viajaron entonces, en 1971.

Lo que al principio era sólo un propósito de meses, resultó ser una estancia definitivay se instalaron para siempre. El propio pintor lo dice muchas veces, en las entrevistasconcedidas a la prensa, que Tucumán y Amaicha fueron como un reencuentro con Llerena,con la patria perdida de la infancia, con los fantasmas del pasado.

II. LAS RAÍCES DEL GRITO

En casi todos los manuales de arte del siglo XX aparece siempre, a modo de prefacio,la pintura del noruego Munch. Por cierto, que su obra más conocida, El grito, ha sidorobada del museo de Oslo recientemente.

La historia del arte está llena de pintores que practican la pintura del grito o del gesto,la violencia de la línea, del color o del tema como alegato contra la injusticia, la guerrao la brutalidad humana. De Grünewald a Goya, de Munch a Bacon, pasando por losexpresionistas alemanes, o las nuevas tendencias neoexpresionistas de los ochenta, con-tamos con una amplia gama de registros, de matices riquísimos en esta pintura de logestual.

Claro que no es lo mismo el grito alienado y terrible de Munch que el grito metafísi-co de Bacon, por ejemplo. Con el noruego experimentamos una intensa emoción amal-gamada de terror, soledad o sinrazón. Bacon es otra cosa. Sus cardenales vociferantesgritan como espectros que emanan de un trasmundo. Son apariciones amenazantes queimponen una culpa atroz, un miedo metafísico. Gerardo y Bacon coinciden en que seinspiran en los maestros españoles de los siglos XVII y XVIII. Sospecho que Gerardono ha visto un cuadro del dublinés en su vida.

Con su marcha a Argentina, Gerardo dejó los años de Madrid, las exposiciones co-lectivas (una de ellas en Blanco y Negro). Llega con 27 óleos y 25 dibujos que expone enla peña El Cardón. Allá, por los comienzos de los setenta.

Dicen que fue un auténtico aldabonazo en los círculos culturales tucumanos. Y hoyson más los que reconocen que Gerardo de joven aportó renovación al mundo artísticode Tucumán, mundo en el que impacta con su vigoroso lenguaje.

Pero el impacto de su pintura en determinados círculos y públicos tuvo un efec-to adicional poco deseado. Le recriminaban sus temas, por la crudeza y virulencia de suobra. Para algunos la suya es una pintura cruel que no se digiere fácilmente. Y por tanto,de venta difícil.

Porque, efectivamente, Gerardo pertenece a esa veta de pintores del grito. Una pintu-ra a puro grito que no se queda a medio camino, que no se imposta, que no es resabioguiñolesco.

Page 313: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Julián Ruíz Banderas

312

En estos días, en la Bienal de Arte de Sevilla, un artista corso, Mauricio Cattelan, hasuscitado también la ira de un público que no entiende que el arte es como un juego desugerencias. Pero un juego intencionado, que debe revolver las tripas si hace falta, laconciencia durmiente de los que, instalados, no reaccionamos ante tanto dolor, injusticiao alineación.

La escultura en plástico de un niño, que cuelga de un árbol, ahorcado de un mástil,provoca repulsa. No se trata de una apología del infanticidio. Un maniquí de plásticoque representa a un niño no es un niño. Margritte ya lo decía en uno de sus lienzos dondemuestra una pipa: “Esto no es una pipa”. No equivoquemos arte y realidad. El artistapuede pintar un asesinato y no ser un asesino.

Se ofenden los que consienten las imágenes televisivas de esa muerte diaria y verda-dera de inocentes, los que cambian de cadena cuando la imagen molesta. Quizá aquellosque viven ajenos, cómodos, sin querer ver lo que sucede. Los que apenas se inmutanviendo la masacre de niños en Gaza, por ejemplo, frente al plato de comida humeante.Mauricio Cattelan es un gran artista contemporáneo, cuya obra inteligente ha sido apre-ciada por toda la crítica. Y en Sevilla asistimos, como en todo el mundo, al desencuentrodefinitivo e inquietante entre el público masa y la obra de arte.

La representación de un infanticidio, de un niño ahorcado, puede ser tan repulsivacomo algunas visiones obsesivas y terribles de Gucemas.

El éxito de nuestro pintor llerenense, de su pintura realista, radica también en esasfiguras contorsionadas de seres subhumanos o espectrales que evocan un grito. Un gritocon otra tesitura al grito munchiano o baconiano. Un grito que no soporta cierto públicoque no quiere ver, que teme afrontar los miedos propios. Porque, en efecto, Gerardo nopinta cuadros, sino pone espejos.

De Gerardo se ha dicho que petrifica el terror y, aunque él lo niegue, lo hace de formacalculada, nada queda al azar. Ofrece su terror a quien pueda asumirlo. Y como propues-ta inquietante, pretende que descifremos lo misterioso, lo terrible, lo erótico, la sangre,eso que no soportamos con la vista.… Es un analista inquietante de nuestro tiempo y delas relaciones humanas. Sus telas nos hablan de un karma universal, el precio que paga-mos por haber nacido, esa ciega voluntad universal que rige el mundo, el cosmos.

Bajemos pues a las catacumbas del miedo. Ahondemos en sucesos arcanos, primiti-vos, tragedias muy antiguas que nos acompañan, contra las que luchamos. Quiero decirla humanidad entera.

Gucemas pinta el miedo del diván en la consulta del psicoanalista. El pecado originalo la muerte del padre primigenio. Y lo hace, como se ha dicho, con sacudidas o latigazosestéticos que renuevan y expanden el organismo. Es verdad que su obra es pesimista, esla obra de un Schopenhauer con pinceles. Pero es un pesimismo compensado de sensua-lidad, un pesimismo que admite siempre la alegría de su potencia cromática.

El grito de Gucemas es un grito concreto en estos años sesenta y setenta. También es

Page 314: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

313

el grito eterno de los que sufren el despotismo y las tiranías.

Es un grito heredado de su tierra natal. Un grito genético. Es el grito de los alumbra-dos perseguidos, de los judíos ensabanados en las aljamas llerenenses, el de los tortura-dos por la Inquisición en la plaza de los Señores, de los caídos de la Torre, de losjornaleros humillados en las plazas, de los fusilados por el franquismo, de los que emi-gran, de los periféricos, de las madres en la plaza de Mayo, el grito de los desaparecidosen Chile, el grito, en fin de la sangre de las venas abiertas de toda América latina, ungrito universal.

III. TREINTA MIL DEBIERA SER SÓLO UN NÚMERO...

Hasta 1976, las cosas fueron relativamente fáciles en Tucumán. Trabaja en la televi-sión local mientras seguía haciendo su pintura comprometida, una pintura testimonial.Pero en los años setenta la situación social y política era inestable. Los montoneros, lasbombas a los abogados... Se veía venir la dictadura. Y cuando llegó, fue peor de loesperado: la oscuridad, la masacre sobre creadores, las cesantías y listas negras, losbustos de los gobernantes, la impunidad, el crimen, la dictadura de los campos inaugu-rada en Tucumán en 1975, la represión...

Lo dice el poeta argentino Mario Casacci que aplica en este verso una metáfora sobreel terror de la dictadura militar:

“30.000 debiera ser solo un númeroPero ya no podrá serloPorque hay sangre reseca, podrida y profanada”

Por eso, 30.000 no será sólo un número. La dictadura del 76, marcó un antes y undespués en todos los argentinos, en Gerardo. Le pusieron de patitas en la calle. Era larepresión suave inicial. Había que cuidarse y preocuparse por los amigos. Algunos ca-yeron. Era otra vez la pesadilla, sordamente vivida atrás, en España. Otra vez la censura,la cárcel para los disidentes. Había que ponerse en guardia y por si acaso desaparecer dela circulación. Amaicha, su retiro campestre, era un refugio.

En ocasiones así es una suerte dominar un arte, tener un mecanismo para explayar elmiedo, la cólera o el asco por tanta violencia concreta o congénita a la especie. Eraimposible no comprometerse con esta realidad que dotó de intenso contenido a su pintu-ra. Había que echar afuera todo ese miedo, toda esa repugnancia, toda la bronca pintan-do, pintando mucho. Y así, hasta el fin de la dictadura en 1983.

Renueva así la temática de su obra. Ahora, por una amarga ironía del destino, seconvertía abruptamente testimonial. En un tiempo de oprobio, de desprecio a la criaturahumana, su pintura es un alegato contra una sociedad basada en la injusticia y el exter-minio.

Mientras tanto, la crítica del país valora los méritos de su obra y reitera sus calidades,

Page 315: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Julián Ruíz Banderas

314

su oficio entroncado en la tradición pictórica española. Se pondera igualmente su grancapacidad técnica de dibujo y color.

Desde que obtiene su primer premio en Tucumán, Gerardo es constantemente laurea-do. Sus exposiciones individuales en Tucumán y en Buenos Aires son constantes y par-ticipa en salones y en certámenes, con honrosas distinciones, como hemos dicho. Todaslas revistas y periódicos especializados en la crítica artística han sabido apreciar elsimbolismo de esos seres sombríos sobre fondos planos y marrones.

Encomia igualmente el preciso dramatismo de su dibujo, ajustado a la superficie delos lienzos, generando una enorme tensión con briosas acometidas de color.

Ciertamente, la obra de Gucemas puede ser calificada como pintura oprimida, ator-mentada, descomedida. Sus cuadros presentan una humanidad agónica, un mundo im-pío, de seres monstruosos con pavorosas menestras de mortajas y parafernalias del ago-bio.

La crítica, en fin, descubre estos fuertes acordes trágicos, el tremendismo de suslienzos de extraordinaria ejecución, y sin embargo no deja de señalar lo extraño de suscomposiciones, de esa temática inquietante de implacable crueldad.

Hay más unanimidad respecto a los aspectos formales y técnicos de su obraTodos resaltan el cromatismo armonioso o los nobles empastes de su pintura. Las pince-ladas cuidadas, las composiciones de complejas tramas diagonales, los impulsivosescorzos, la técnica deslumbrante, la fuerza expresiva…

IV. COSAS VISTAS POR GUCEMAS

La crítica suele establecer dos etapas claras en la obra de Gerardo. La primera, hastacasi los años noventa, viene dominada por la recurrencia al símbolo, a esos enigmáticosenvoltorios de horrorosa belleza. Practica una pintura chamánica, conjura y narra enestos lienzos el drama de la existencia humana, y lo hace con exacerbado realismo, conironía, con gesto blasfemo y desgarrante. Sus telas son pesadillas de técnica rigurosa,donde recalan las profundas sinuosidades del alma humana. Incluso hay quien ve dosetapas más en la pintura de Gucemas desde 1970 a 1990: una marcada por las imágenestremendistas, escatológicas de miembros descoyuntados, etc. Otra donde los personajes(cambio cromático) aparecen en un patético ensimismamiento de rostros inescrutables.

A partir de 1990 la crítica establece un segundo periodo. Frente a su tradicionalfuror expresivo, hay quien ve ahora más reflexión y control. Aunque su pintura pierdafuerza testimonial, presenta cotas de más libertad plástica y de menos virulencia. Yaunque contemplamos una obra que no es política, sí es una pintura comprometida conla realidad. Son lienzos en los que explota una intensa energía. Un mundo como untotum revolutum, un perpetuo dinamismo heraclitano. Es la expresión de una extrañavoluntad trágica, cósmica, que arroya al ser humano como un elemento más de un mun-do absurdo. También un caos de sensualidad desbordante, donde no existen fronteras

Page 316: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

315

claras entre dolor y gozo. Una victoria de los sentidos y una pugna eterna de las dosdimensiones libidinales: eros y thanathos.

Gucemas ha sabido expresar también, como dice Eduardo Villar en la revista Ñ, laprovisionalidad, lo efímero, el tránsito permanente, la mutabilidad de todo. Es la pinturadel instante, el ideal que buscaron otrora los pintores barrocos.

V. PINTURA, MÉTODO Y MERCADO

Gerardo es un pintor con método paradójico. No premedita ni planifica. El cuadro sehace a sí mismo, sólo es elegida racionalmente la temática. Se parte de un esbozo sim-ple. Después viene el trance, la lucha con el cuadro, el cuadro que decide cómo quiereser él. No hay que engañarse. No hay límites ni barreras. Los ingredientes afloran, son lamateria del subconsciente. Después, todo debe ir surgiendo de modo natural, al azar. Sepinta de frente. He aquí el método.

Pintar un cuadro es muy satisfactorio, dice, cuando no se sabe cómo va a acabar.Porque en la propia obra uno se descubre. El propio cuadro se decide. Tener las cosasclaras es aburrirse o traicionarse. Quien primero queda sorprendido es el propio pintor.Pintar es parir. Los partos de Gucemas nacen de los hontanares ciegos del inconsciente.Luego hay que mirar a la criatura, que puede ser hermosa y terrible a la vez. Se tata de unautoanálisis psiquiátrico.

No es una metodología novedosa. Ya la hemos visto en otras pinturas y en otrosmomentos. Así, en la action painting de Pollock, en algunos ejemplos de los pintoressurrealistas, etc.

Gerardo es un artista en provincias. Pero su arte no es provinciano. Claro que tampo-co Tucumán es Extremadura. Allá hay una tradición mayor en lo que se refiere a las artescontemporáneas. En los años veinte hubo ya una generación de pintores que practicanuna pintura algo trasnochada, influida por el impresionismo y el paisajismo. Destacaronen el panorama nacional Martín Malharro y Faustino Brughetti. Después, la huella delcubismo y del expresionismo se hizo notar. Es el caso de Fernando Fader, que sacainteresantes conclusiones del expresionismo europeo. O mejor aún Raquel Forner, unosaños después

Y es que a partir de la década de los cincuenta es la eclosión del Neofigurativismo,representado en el área tucumana por artistas importantes como Joaquín Ezequiel Linaresy H. Aníbal Fernández. Tradición que continúa y se prolonga después con Eugenia Juárez,Ana Matilde Aviar, Nilda Noble, Gladis Montaldo y naturalmente, Gerardo Ramos...

Porque Gucemas se considera ya un argentino, aunque no pueda borrar su pasado.

Muchas veces ha estado tentado a volver a España. La tentación de regresar a Españale muerde. Quizás para el reencuentro con los fantasmas del pasado, como él dice. Talvez por la curiosidad o la esperanza de que su obra sea más conocida en estos lares. Ydesde luego, por el reencuentro con la familia y los amigos ¡Que injusto es este olvido!

Page 317: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Julián Ruíz Banderas

316

Pero siempre que ha venido ha echado en falta Tucumán. Se puede considerar ya unargentino de adopción. Él mismo se considera un tucumano, que necesita volver de vezen cuando al reencuentro con su pasado, con sus fantasmas...

Y no es que tenga motivos para el descontento. Con frecuencia se queja de la situa-ción de desarraigo que supone estar fuera de los circuitos comerciales, desinformado.Critica la nula gestión artística y cultural de los gobiernos argentinos, el centralismobonaerense. Nadie es nadie si no está en Buenos Aires. Así que vivir de la pintura sólo esdifícil para un artista de provincias. Y más cuando se hace gala de un arte comprometidoy rompedor, cuando no se es un artista convencional, amoldado, o ajustado a los gustosde la galería o de los que controlan en mundo del arte. En Tucumán, como en muchossitios, vivir de la pintura no es fácil. Su pintura, sin concesiones, está de espaldas a lagalería.

Mientras termino estas líneas contemplo a Gerardo, que habla en un programa yaantiguo de televisión. Fuma despaciosamente. Muestra seguridad. Afirma que el futuroes estupendo. Dice que vive con mucha intensidad. Muestra frente a las cámaras de TVsu humanidad. Se nota que es tipo humano maravilloso. Algo escéptico, quizá, de vueltade muchas cosas, ahora, en plena madurez. Quedan ya lejos los tiempos en que pintabay trabajaba en TV (canal de TV universitaria, canal 10). Ahora reparte su tiempo entre lalabor creadora y la enseñanza, en la Universidad de Tucumán.

Hace escasos días ha finalizado su gran retrospectiva en Buenos Aires. Un éxito otra vez.

VI. EXPOSICIONES INDIVIDUALES DE GERARDO RAMOS GUCEMAS

1960 Ayuntamiento de Llerena1965 Galería Círculo Catalán Madrid1967 Galería Círculo Catalán Madrid1971 Peña “El Cardón” Tucumán1972 Galería Lirolay Buenos Aires1974 Sociedad Argentina de Artistas Plásticos de Buenos Aires1975 Fundación Banco Empresario de Tucumán1977 Sociedad Argentina de Artistas Plásticos de Buenos Aires1978 Galería Galatea de Buenos Aires1979 Casa de la Cultura de Salta1979 Sociedad Dante Alighieri, Tucumán1979 Dirección de la Cultura, Jujuy1979 H. Palace, Santiago del Estero1980 Galería Ele, Córdoba1980 Galería Arthea, Buenos Aires1981 Udecoop, Tucumán1982 Galería Alberto Elia, Buenos Aires1982 Udecoop, Tucumán

Page 318: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

317

1983 Federación Económica, Tucumán1984 Galería Miró, Buenos Aires1985 Galería Miró, Buenos Aires1986 Retrospectiva, Museo de Bellas Artes de Tucumán1986 Galería Aguad y Bifarella, Córdoba1986 Galería Miró, Buenos Aires1987 Retrospectiva, Museo Gerardo Pérez, Córdoba1990 Galería Rubbers, Buenos Aires1991 Fundación Banco Empresario de Tucumán1992 Museo de Bellas Artes de Tucumán1994 Galería Praxis, Buenos Aires1995 Galería Praxis, Buenos Aires1998 Sesenta obras 97-98, Centro Cultural UNT, Tucumán2000 Retrospectiva Museo T. E. Navarro, Tucumán2004 Retrospectiva en el Museo Eduardo Sívori de Buenos Aires.

VII. LO QUE HA DICHO LA CRÍTICA DE GUCEMAS

“Hace muy pocos años, al ver las pequeñas muestras y tanteos en dibujo, óleo, acuarela ypluma de un niño sin maestro, vaticinamos que estábamos en presencia de un pintor nato...”

José María Lepe de la Cámara, HOY, noviembre de 1959

“En cuanto al estilo, Ramos Gucemas presenta dentro de la novedad temática exhibida ensa-yos de pintura expresionista plasmada en casi la mitad de sus óleos, incluida la cabeza de mujerpremiada en Badajoz y que revelan una ambición orientadora libre de encasillamientos en tenden-cia determinada...”

José María Lepe de la Cámara, HOY, agosto de 1960

“Plástico de singular valor, cuya obra adopta decididamente el tono comprometido con unarealidad compulsiva”

Hugo Monzón, La Opinión, Buenos Aires, 1972

“Aquello de convertirse en profeta en su tierra sigue erre que erre. Es decir: Gerardo RamosGucemas, español, no es profeta en Llerena...”

“...Prácticamente desconocido, diríase tristemente, en la provincia y hasta en España entera,Gucemas es en estos momentos figura de primer plano en la plástica tucumana.”

Gregorio González Perlado, HOY, 10 de mayo de 1975

Page 319: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Julián Ruíz Banderas

318

“El buen nivel pictórico rescatado de las experiencias del Neofigurativismo, constituye elsostén a la propuesta filosófica de Gucemas, sostenida sin atenuantes como el fruto de sus re-flexiones sobre la problemática de la sociedad contemporánea...”

O. F. Haedo, Pluma y pincel, Buenos Aires, 1977

“...Ante su obra el público, de una forma u otra, es obligado a adoptar una posición”

Sigwart Blum, Argentinisches Tageblatt, Buenos Aires, 1978

“... Obras de una horrorosa belleza cuyos antecedentes de alta jerarquía nos remontan a Goyay Velázquez, a Zurbarán y “El Españoleto”, buen dibujante y preciso colorista...”

E. H. Gené, Artemas, Buenos Aires, 1978

“... No existe arte sin continuidad. Ello surge de la pintura de Gucemas. No hay duda de queama las corridas de toros, es decir, la lucha, la lucha sangrienta. Seguramente admira también aGoya como pintor, quien como ningún otro español estuvo enfrentado a su época, en la medida enque ello puede hacerse con el arte. Gucemas es un pintor comprometido. Y que lo es, lo pruebanestos cuadros, obras de arte que raramente se ven en nuestras galerías...”

Sigwart Blum, Argentinisches Tageblatt, Buenos Aires, 1978

“...Pintura para intranquilizar, la suya. No es fácil o cómodo estupefaciente de costumbre,prontamente olvidado después. Un latido en las entrañas de la tormenta, un grito profundo, visceral,filoso, que no es elogio, ni alabanza de la fealdad (una realidad como cualquier otra, después detodo) sino, si se sabe ver a estos cuadros como supongo hay que hacerlo, la enseñanza de que sólodespués de la desolación y del sufrimiento se sabe qué cosas significan la paz y la esperanza, queel pintor, duramente ganadas cada vez, destroza a sabiendas, únicamente empeñado en reconquis-tar, así, y de manera todavía mas radiante, la verdadera luz”

Cesar Magrini, El Cronista Comercial, Buenos Aires, 1980

“... Se trata de un artista que posee un dominio total de sus medios expresivos y que por lomismo puede encarar con un alto grado de virtuosismo la representación figurativa. Y decimosesto porque la fuerza de su lenguaje proviene en parte de su significado simbólico; pero, por sobretodo, de la angustiante carga de sus temas, que sobrepasan generosamente el más imaginativoumbral de los horrores ... Pareciera querer volver al origen en la potencia de convicción que tieneel arte para hacer de la tragedia un mensaje tan natural como la vida y la muerte”.

E. Ballari, El Economista, Buenos Aires, 1980

“... Con una imagen que le es propia, el autor hace de los cuerpos lacerados una masa. Unamasa que instantáneamente se convierte en una cosmogonía sin atenuantes”

A. Andrés, La opinión, Buenos Aires, 1980

Page 320: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

319

“... Su pintura es descarnada, revulsiva, casi violenta, abruptamente testimonial, conmocionanteen una palabra”

Francisco Galíndez, noviembre 1981, Tucumán

“... El rol destacado del color está presente en todas las obras y pone de manifiesto no sólo undepurado oficio sino un goce en función de un contenido estético que transciende la mera repre-sentación objetiva... ”

Alberto H. Collazo, Clarín, Buenos Aires, 1982

“... Un mensaje del inconsciente alertándonos sobre la furia de un apocalipsis...”

Hernández Rosselot, La Razón, Buenos Aires. 1982

“... Tiene algo que decirnos, algo incómodo e inocultable a la vez. El se abroga la responsabi-lidad de denunciar la violencia que se ejerce y que ejercemos, la violencia referida a circunstan-cias determinables, y la ínsita en la condición humana ... Debe reconocerse que su respuesta esfrontal. La concentración de mensaje y medio se cumple inapelablemente; donde la imagen plan-tea urgencias agónicas, el artista refrenda plástica, éticamente, estas incitaciones ... La anécdotaretrocede ante la enunciación del desatino, mientras sus registros de pintor (de artista) se decantany afinan hasta límites ontológicos casi insoportables...

Elba Pérez, Convicción, Buenos Aires, 1982

“Se trata de un artista que posee un dominio total de sus medios expresivos y que por lo mismopuede encarar con un alto grado de virtuosismo la representación figurativa”

Aldo Galli, La Prensa, Buenos Aires, 1982

“Pinta como si tirara piedras con el ánimo de golpear. Pero lo hace de un modo que nada tienede vesánico”

Kliaman, La Nación, Buenos Aires, 1984

“Y ese maremagnum de formas y de músculos, de sentirse enredado, atado a veces por corde-les trituradores, otras por insensibles contenedores es la lucha que aflora en este deseo de libertadque finalmente alienta en la pintura de este artista”

Eduardo Balliari, El Economista, Buenos Aires, 1985

“... En Gucemas la forma está ajustada en sus lineamientos a la intención de una narrativa dehondos sentidos humanos, y en la cual la deformación o el deliberado intrincamiento de los volú-

Page 321: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Julián Ruíz Banderas

320

menes aparece como correspondiendo a un desarrollo conceptual e ideológico...”

Raúl Vera Ocampo, El Periodista, Buenos Aires, 1985

“... Porque aun cuando no se lo proponga, la pintura de Gucemas es una expresión social, nola del cartel o del panfleto, no la de esos simuladores de rebeldía que no tiene contenido ni oficiopara expresarse, sino la auténticamente espontánea, la naturalmente consustanciada con el arte...”

E.B., El Economista, Buenos Aires, 1985

“... Con pocos pintores se puede experimentar este proceso, mediante el cual el mensaje emo-cional que conlleva cada obra alcanza al observador, de manera tan completa, generando la nece-sidad de proseguir viéndola, o simplemente crea un rechazo, pero en ningún caso permite untestimonio indiferente ... Gucemas muestra al hombre en su verdadera dimensión interior, adscritoa sus temores, a sus incongruencias abismales, a su plenitud en el deseo y el sensualismo y, a sutorturado y complejo camino hacia la liberación espiritual. Es por tal circunstancia que sus imáge-nes retratan el dolor humano en distintas gradaciones blandiendo el sentido de lo trágico, con sucarga de terror y lástima, sobre la esperanza de la vida...”

Pablo Ponzano, La Voz del Interior, Córdoba, 1986

“... Gucemas influye por el coraje, la capacidad de resolver y por el elevadísimo nivel deoficio que se ofrece como un verdadero ejemplo...”

Dr. Domingo Biffarella, Córdoba, 1986

“... Lo mismo ocurre con la destilación de su oficio, que el artista muestra y esconde, como unprestidigitador de los naipes de la vida, astuto y solitario”

Miguel Briante, Página 12, Buenos Aires, 1990

“Una victoria de los sentidos apadrina su realidad y pone en orden los desajustes que sueledictar la voz cavernosa de la subconciencia”

Aldo Galli, Bellas Artes, Buenos Aires, 1990

“... Sin estridencias innecesarias, sin actitudes forzadas, Gucemas se expresa, pone de relieveque se trata de un artista reflexivo, con gran conocimiento del oficio pictórico, que ha vencido latentación del efectismo para dar cauce a una voz interior más profunda y convincente...”larín”.Buenos Aires. 1992

“...Pintor expresionista, riguroso dibujante y exaltado colorista, sus primeras obras son unadesgarradora indagación en la crueldad y el dolor, la violencia y la opresión. Su pintura tempera-mental y vehemente, es de elaborada factura. Usa densas capas cromáticas superpuestas, lumino-sas, vibrantes, sobre una composición de cuidada estructura. En sus obras más recientes, sin per-

Page 322: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

321

der la tensión del lenguaje ni la intencionalidad, valora más la sugerencia, utilizando su narrativacon anotaciones fantásticas e incluso de orden surreal, distorsionadoras, más distendidas...”

Diccionario de Pintores y escultores Españoles del Siglo XX, Ediciones Fo-rum. España

“Una muestra retrospectiva del pintor Gerardo Ramos Gucemas se inaugurará el sábado en elMuseo de Artes Plásticas Eduardo Sívori, en Buenos Aires. El Gallego, residente en Tucumándesde 1971, exhibirá pinturas realizadas entre el año 1970 y el 2004. Algunas de sus más impre-sionantes composiciones, como “Puerta” (1970) o “Ciego” (1978) estarán colgadas en el Sívorihasta el 26 de septiembre, hasta sus más recientes creaciones”.

“El desaparecido Francisco Galíndez (Panchito) había escrito en 1981 que, ‘como buen here-dero de Goya, sabe que el sueño de la razón engendra monstruos’. Por eso su pintura es descarna-da, revulsiva, casi violenta, abruptamente testimonial, conmocionante en una palabra. Esos seresmonstruosos y lacerantes que vemos reflejados en las telas no son otra cosa que nuestra propiaimagen, devuelta a través de un espejo deformante y revelador al mismo tiempo”.

Retrospectiva 1970-2004, Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori

BIBLIOGRAFÍA Y RECURSOS DE INVESTIGACIÓN

I. ENTREVISTAS Y TRABAJOS DE CAMPOUna vez más, la consulta constante con Lucía Ramos Gucemas ha sido de crucialimportancia. En los últimos meses hemos podido obtener mucha información gra-cias a sus inestimables observaciones y a su desvelada ayuda.

II. CATÁLOGOS Y CONFERENCIASGucemas: Catálogo de su exposición del 27 de Julio al 16 de Agosto de 1979.Tucumán., Sociedad Dante Alighieri.Catálogo de la Retrospectiva del Museo T. E. Navarro, Tucumán, 2000.Catálogo de su Retrospectiva 1970-2004. Museo de Artes Plásticas Eduardo Sívori,Buenos Aires, septiembre de 2004.Catálogo provisional de su obra. El propio autor nos ha proporcionado un CD contoda la obra fotografiada, desde finales de los años sesenta.II Taller Iberoamericano de Pintura en la Sede Iberoamericana de La Rábida,Huelva, 1997.

III. PRENSA Y REVISTAS ESPECIALIZADASParticular importancia tiene un artículo extenso publicado por Eduardo Rosenzvaig,con el título Gucemas, o el llamador de bronce, del que por desgracia no podemosdar referencias de fecha y lugar de publicación. Pero sí afirmamos que es un traba-jo digno de leer.

Page 323: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Julián Ruíz Banderas

322

Son muchísimas las críticas que hemos consultado sobre Gerardo, pero nos limita-remos a señalar la prensa que los ha publicado, toda vez que algunas han quedadomencionadas y referenciadas en el apartado anterior. Entre ellos destacamos:

-Hoy (España)-La Opinión-Pluma y pincel-Argentinisches Tageblatt-Artemas-El Economista-La Gaceta-El Cronista Comercial-La Opinión-Papeles de Córdoba-Clarín-La Prensa.-La Razón-La Nación-La Voz del Interior-Página 12-Bellas Artes-El País (España)

IV. LIBROSHacemos mención expresa de algunas obras útiles que nos han servido para enmar-car el estilo y lenguaje de nuestro autor. Que sepamos, no hay aún libros sobreGucemas.Por otra parte, en este apartado podríamos citar algunas obras en las que Gucemasha intervenido como ilustrador, en Tucumán. Para no hacernos gravoso, no lasincluimos.

BAYON, Damián, América latina en sus artes, México, Siglo XXI, 1974.CASTEDO, Leopoldo, Historia del Arte Iberoamericano. Siglo XIX y XX, Madrid, Alian-

za Editorial, 1988, vol. II.CIRLOT VALENZUELA, Lourdes, Últimas tendencias. Las claves del arte, Barcelona,

Planeta, 1997.CRUZ DE CASTRO, Francisco, Las Vanguardias artísticas en Europa, Pamplona, Salvat,

1987.GUASCH, Ana María, El arte del último siglo XX: Del posminimalismo a lo multicultural,

Madrid, Alianza Forma, 2002.HUYGHE, René, y otros, El arte y el mundo moderno, Barcelona, Planeta, 1980.MARCHAN FIZ, Simón, Del arte objetual al arte de concepto, Madrid, Ediciones Akal,

1997.

Page 324: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

323

MARCUS, Greil, Rastros de carmín. Una historia secreta del siglo XX, Barcelona, Ana-grama, 1999.

VV. AA. Diccionario de pintores y escultores españoles del siglo XX, Madrid, EdicionesForum, 2002.

V. PROGRAMA TELEVISIVOHemos podido ver un programa grabado en DVD proporcionado gentilmente porLucía Husmeas sobre la obra de Gerardo, titulado Mataco presenta a Gucemas,elaborado por la televisión de Tucumán.

VI INTERNET-www.quien-es.com/kultural/Autor.asp?Autor=Gerardo%20Gucemas-www.yosoytucuman.com.ar/educacionycultura/Culgral/referencia-www.artesur.com/links/premiadps_salon_nac-www.arteargentino.com/dic/art/lazarte-www.cfired.org.ar/cultura/esp2/cultura2/o_noa/jurados/pintura-www.bibliophilegroup.com/lynnsbookstore/argen-www.caldarelli.it/sirene/cazzaniga/antologia-www.gucemas.com.ar/-www.revistanueva.com.ar/00689/mix/-www.paginadigital.com.ar/eventosnacgalar-www.palermonline.com.ar/ noticias/nota165_sivori_febrer0.htm-www.pettoruti.com/dias.php-15k-www.proyectovenus.org/cgi-local/ramona.pl?objeto=muestrasWeb-101kf

Page 325: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Julián Ruíz Banderas

324

Fig. 1: ChupRojo, 1982, óleo sobre tela, 115x90

Page 326: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

325

Fig.2: Fig 3, 1970, óleo sobre cartón, 75x52. Madrid.

Page 327: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Julián Ruíz Banderas

326

Fig.3: Abrazul, 1980, óleo sobre tela, 115x115. Museo Rally, Punta del Este, Uruguay

Page 328: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

327

Fig. 4: Escap, 1980, óleo sobre tela, 100x81

Page 329: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Julián Ruíz Banderas

328

Fig. 5: Ozono, 1988, óleo sobre tela, 130x10. Diario La Gaceta

Page 330: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

329

Fig. 6: AlfRoj, 1990, óleo sobre tela, 130x130

Page 331: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Julián Ruíz Banderas

330

Fig. 7: Encim, 1997, óleo tela, 130x130

Page 332: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

331

RELACIÓN DE INSCRITOS EN LAS V JORNADAS DE HISTORIAEN LLERENA

Page 333: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

332

Laura Abad QuirósJosé María Alastruey LapeñaClara Alor LópezCristóbal Alvear GarijoFrancisco Alvear ZambranoMónica Andrés GarcíaSantiago Aragón MateosJosé Antonio Barragán OrtizInmaculada Barroso VelascoMª Antonia Becerra MontalbánBartolomé BennassarMª. Dolores Biedma MillanSantiago Blanco GómezRafaela Blanco ViciosoIsaac Buzo SánchezJosé Antonio Cabezas VigaraAntonio Calero ViñuelaManuel Luis Calle CabreraJoaquín Calvo CrehuetEster Candalija DiezJosé Candela MacayoJuan Sebastián Cara RodríguezLeonardo Clemente SantosSheila Curado AragónDaniel Curado FerreraGerardo Del Barco CanteroMª Del Mar Del Barco CanteroMª Africa Díaz AuniónBartolomé Díaz DíazVirginia Díez MuñozMaría Olvido Domínguez MonteroJosé Antonio Eslava CatanoInmaculada Esteban CruzMª Elena Esteban EnamoradoMª Granada Esteban TenaAdoración Estirado ArjonaMª Dolores Felipe NoriegaJuan Manuel Fernández ÁlvarezNoelia Fernández GuerreroMª Isabel Flores DuránPublio Galán MosqueroJulio Galindo MenaAntonio Gálvez Sánchez

Gracia Gamito GamitoMª Isabel García BacasFernando García CarrascoFrancisco Javier García CarreroMilagros García HabernauAntonio Jesús García MateosSandra García MoralesInmaculada Garraín VázquezLuis Garraín VázquezÁngel Garraín VillaÁngela Gómez VeraReyes González CastañoClara Mª González MateosMª Remedios Gordillo MorenoJosé Grillo LozanoJuan Guerra BermejoCarmen Guerrero BozaTomás Herrero DomínguezJuan Manuel Holguín MuñozJosé Iñesta MenaAntonio Iñesta MenaJuan Carlos Iñesta MenaMaría Izquierdo ChaparroJosé Ignacio Jiménez GordónZenón Labrador LuisJosé Antonio López de las PeñasManuel López GallegoAntonio Julio López LeitónDolores Lozano VargasIsidro Mandrión PereiraJosé Alberto Mariano ManchónMª Ángeles Martín GutiérrezRafael Martín HernándezMª José Martín HerrezueloMª Carmen Martín LemusDionisio Ángel Martín NietoDionisio Martín OrtésFernando Martínez MenaAna María Martínez RodríguezMª Teresa Mata de EchávarriJuan Antonio Matador de MatosBaltasar Mateos AscacíbarAntonio Mateos Redondo

Page 334: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en

Actas de las V Jornadas de Historia en Llerena

333

Juan E. Mena CabezasLourdes Mena CabezasRamón Millán CabezasFernando Millán MateosRomán Millán RodríguezPilar Mimbrero MotaMª Cristobalina Molina HuiguerasAmelia Moliner BernavéInmaculada Moliner BernavéCristina Moreno ArroyoJosé María Moreno GonzálezMª José Moreno LaraMª Dolores Muñoz CastroPurificación Muñoz EnamoradoJosé Muñoz FernándezJuan Muñoz MolinaBlanca Esther Murciano ToméAlejandro Muriano MuñozAra Inmaculada Murillo GordónAna Murillo LópezSandalio Murillo RodríguezVirginia Nieto LepeVerónica Nieves DíazDolores Oliver PérezBlanca Dolores Ortiz EnamoradoMª José Ortiz GarcíaRaquel Penco LópezJosé Mª Peña VázquezDomingo Pereira SantanaMatilde Pereira SantanaLorenzo Pérez MoralesBeatriz Pérez RuizMª Dolores Pizarro CáceresAna Gloria Pizarro CalderónMª Granada Platero RochaErenas Práxedes MillánAntonio Predrero RubioMª Luisa Primo DíazPedro Jerónimo Rayo ÁlvarezMiguel A. Rebollo LópezVictoria Reino PeralesMª Carmen Reluz SierraPedro Rex Mateos

Milagros Robustillo NúñezJosé J. Rodríguez CarrascoMaría Rodríguez MillánInmaculada Rodríguez VigaraJavier Rojo LozanoFátima Román CamachoGema María Romero GutiérrezMª José Romero MuñozMª Josefa Rosa BozadaJoaquín Rubio GallardoJuan Carlos Rubio MasaJuan Ángel Ruiz RodríguezJuan Pedro Ruiz RomeroMª del Mar Ruiz VillazánJosé Ramón Sánchez BravoEugenio Santos RafaelJosé Tomás Saracho VillalobosGermán Suárez FernándezMª Nieves Tena MoralesMª del Pilar Torres VázquezPilar Valdés GarcíaAntonio Valencia VillejoInmaculada Vázquez DomínguezAntonio Vázquez MoralesMª Jesús Viguera MolinsJosé Antonio Zamorano GarcíaFelisa Zamorano Martínez

Page 335: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en
Page 336: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en
Page 337: Actas V Jornadas · mandadas por el Gran Capitán en las guerras de Italia en la primera década del siglo XVI. Comentando el encuentro entre Gonzalo de Córdoba y Montpensier en