¿Adónde se dirige la Historia?, por Michael Kelley

8/14/2019 Adnde se dirige la Historia?, por Michael Kelley

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Contra Mundum

No. 2 Invierno 1992

Adn de se Dirige la Histor ia?Adnd e se Dirige la Historia?

Por Michael W. Kelley

Milenialismo y Teora Social, por Gary North

(Tyler, Texas: Instituto para la Economa Cristiana, 1990). xvi, 393 pginas, ndice, no haybibliografa sino una Lista para Lectura Adicional.

Copyright 1991 Michael W. Kelley

Por casi trescientos aos los Cristianos no han tenido una teora social que sea, de manera nica ysin ningn tipo de compromiso, Bblica en definicin y en contenido para ofrecerla a lassociedades modernas que han sido transfiguradas, histrica e irrevocablemente, por lasrevoluciones cientficas, industriales y polticas que azotaron a todo el mundo civilizado

comenzando en algn momento del siglo XVII. Primero, los cambios radicales que resultaron deestas transformaciones histricas dejaron su huella inicial sobre las sociedades de Europa yNorteamrica. Pero no se detuvo all. Hoy, el impacto de la sociedad occidental se ha extendido atodo rincn del globo. Incontables multitudes de seres humanos an estn sintiendo los efectos deesta influencia. Por todas partes las naciones de la tierra estn siendo an sacudidas por las ondasde choque culturales que las fuerzas de estas transformaciones histricas han desencadenado.Pero, segundo, y mucho ms importante, estos cambios culturales han sido adoptados ymoldeados, no por una agenda social Bblica, sino por una agenda totalmente humanista y anti-Bblica que intenta rehacer la sociedad en conformidad con ideales que desafan a Dios y que secentran en el hombre. Esto, en s mismo, no es de sorprenderse. Despus de todo, desde elprincipio, el hombre ha estado en guerra con los propsitos de Dios para el hombre y la sociedad.

Habiendo pactado con Satans sobre el asunto del rbol del conocimiento del bien y del mal(Gn. 3), el hombre ha estado determinado a establecer sobre la tierra un paraso de civilizacinque excluya a Dios y Su voluntad para el hombre. El Tentador le dijo al hombre que l sera supropio Dios en todas las cosas que ataen a su vida y cultura. La voluntad y visin del hombrepara el hombre es su logos auto-declarado su palabra interpretativa para todo lo que conciernea su vida y empeos. Lo que es triste, y lo que es tristemente malinterpretado, es que losCristianos no han afirmado que las palabras autoritativas de Dios son el nico fundamento de lavida y actividad del hombre en el mundo, y especialmente de sus relaciones sociales. Peor an,por los pasados trescientos aos los as llamados Cristianos incluso han llegado tan lejos comonegar que la palabra de Dios tenga una agenda social especfica para la sociedad civil humana. Sino han ignorado la cuestin de una teora social Bblica entonces han buscado evitarla. Si algunos

han sido dirigidos a buscar algn tipo de ideal social para el hombre y la cultura ha sido casisiempre sobre la nocin de que, dado que la Biblia no provee una que le es propia, entonces lomejor que puede esperarse es adoptar alguna forma u otra de aquellas que han sido conjuradas enlas ftidas imaginaciones de los hombres humanistas y luego bautizarla en el nombre delCristianismo.

Es a causa de este evidente fracaso por parte de los eruditos, maestros y escritores, supuestamenteCristianos (particularmente aquellos que tienen un control atrincherado e indisputable de lasinstituciones de educacin superior en las universidades y seminarios) en construir una teora


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social viable y exclusivamenteBblica que Gary North, una vez ms por sus usuales, aunque noobstante sorprendentes prodigios de esfuerzo, public un libro de energa excepcional y de logrosingular. Ese libro esMilenialismo y Teora Social. Con su ahora acostumbrada mezcla demordacidad, invectivas apasionadas y brillantez verbal, North se ha dado a la tarea de llamar almundo Cristiano de su exilio auto-impuesto del mbito de la responsabilidad social. Sin embargo,tome nota: pues cualquiera que sea la responsabilidad social que la iglesia de Cristo tenga es nadamenos que irresponsable, incluso contraproducente, si fracasa en alguna manera deconformarse completamente a los dictados especficos de la palabra escrita de Dios. No essuficiente haber entrado a la arena pblica sino llevamos con nosotros una autoridad Bblica connada comprometida. En este aspecto, North quiere decir la ley de Dios: en todo caso, toda la leyde Dios, la ley casustica lo mismo que el sumario de la ley moral que se encuentra en losmandamientos. No que este pensamiento aparezca aqu por primera vez enMilenialismo yTeora Social. North ha enfatizado esta necesidad una y otra vez en sus numerosas publicaciones.Pero se propone clarificar que una teora social Bblica es imposible sin un fundamento Bblicotico sobre el cual permanecer. Podra suponerse que los Cristianos, con alguna pretensin de sertales, endosaran sinceramente tal programa social Bblicamente basado para la sociedad humana;especialmente dado el hecho que trescientos aos de control humanista de la poltica social hallegado, al momento presente, a un estado de crisis casi monumental. Pero tal no es el caso. Lamayora, si le prestan consideracin al asunto del todo, prefieren alguna versin humanista deteora social, afirmando ya sea que la Biblia no contiene alguna agenda social o, si posee una, surealizacin debe aguardar algn momento futuro, presumiblemente cuando Jess haya llegadopersonalmente a la escena para establecer su anhelado reino milenial. De modo que, comosugiere el ttulo, la teora social y el milenio estn interconectados. Sin embargo, antes de lallegada de Jess, y la imposicin de su reino en la tierra, todo lo que los Cristianos pueden esperaralcanzar en la forma de un programa social es adoptar alguna perspectiva no-Cristiana y luegobuscar influenciar su desarrollo con un tipo de sealamiento piadoso y trillado que a menudoenmascara su acuerdo con las metas estatistas y socialistas de sus patrones humanistas. Exceptoesto, el escape de cualquier inters social de cualquier tipo es todo lo que queda. No pocoshan escogido tambin esta ruta monstica. De cualquier forma, no es meramente resultado del

descuido aplicado la razn por la cual la Iglesia ha abandonado su responsabilidad en esteimportante aspecto de la experiencia del hombre; pero, en opinin de North (con toda razn), esdebido a un plan deliberado.

North escribe: Ese libro es un estudio introductorio de la relacin entre tres ideas: elmilenialismo, las sanciones de Dios en la historia y la teora social. (p. 15) Sin embargo, nodivide simplemente el libro en tres partes segn cada una de estas tres ideas, sino que las combinaen una narrativa continua. Si acaso, un captulo a menudo enfatizar una idea ms que otra, peroes solamente un asunto de nfasis. La intencin ha sido entrelazar las tres ideas juntas con elobjetivo de presentar un solo tema interconectado. Sin duda resultar una gran sorpresa paramuchos Cristianos el pensar en el tema del milenio para la mayora este pertenece al esoterismo

teolgico en combinacin con la teora social. Sin embargo, de hecho, la cuestin del milenio esla cuestin del reinado de Cristo (y el reinado de la Iglesia junto con l) en la historia. La historiaes, a su vez, la arena de la cultura y la civilizacin humana desde todo punto de vista. Abarca elreinado de Cristo ms que el alma del hombre en la historia? No se extiende a la totalidad de lospropsitos de la creacin de Dios en tanto que estos se centran en el llamado original del hombrea tener dominio sobre toda la tierra bajo la autoridad de Dios? En otras palabras, a la economa,la ciencia y la educacin, la poltica, la industria, etc.? No es suficiente decir s, y luego negarsea decir como es que ha de lograrse. Por cul criterio? Segn cul plan? Si es un plan basado enla ley Bblica, como North ha argumentado repetidamente, entonces la cuestin milenial y la


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teora social innegablemente se entremezclan entre s. La doctrina milenial de uno es la creenciade uno, o la no creencia, en la realizacin de tal agenda social Bblica en la historia. Dicho demanera diferente, la visin milenial de una persona afecta, y forzosamente afecta, la visin queuno tenga del progreso social en el tiempo.

Aquellos que busquen una discusin de las teoras sociales ya sean antiguas o modernas enNorth, ya sea en trminos de una investigacin detallada o de una aceptacin o rechazo Cristianogeneralizado, del tipo mira y escoge de sus diversos ideales y explicaciones programticas,simplemente buscarn en vano. North no tiene nada que decir respecto a los mritos o demritosde este o aquel punto de vista que haya hecho su aparicin en el pensamiento occidental. Laspreguntas que han dejado perplejas a las mentes ms profundas, tales como la razn para labsqueda incansable de la frmula social perfecta por parte del hombre, las causas materiales (ode otra ndole) que han dado lugar a diversas disposiciones sociales, o la manera en que lassociedades histricamente diferentes han servido, para bien o para mal, para promover lasaspiraciones civilizacionales y culturales del hombre no son de su inters. No se hace ningunamencin, por ejemplo, de Aristteles, Hume, Locke, Comte, Durkheim, o de algn otro apstolrepresentativo de la sabidura acadmica social. Su inters no yace en algunas distantesinvestigaciones empricas de alguna opinin particular recibida, sino que descansa en unaexplicacin filosfica, quiz incluso teolgica, de la naturaleza del vnculo social. (p. 33) Lateora social trata sobre aquella visin que los hombres adoptan para explicar como opera lasociedad, o mejor an, cmo se mantiene unida. (Ibidem) Segn North, quien posee un madurotalento para las distinciones analticas, tres visiones fundamentales (y solamente tres!) subyaceny moldean cualquier teora social concebible (vnculo). Dos de estas visiones son radicalmenteanti-Cristianas (anti-Bblicas) y una es exclusivamente Cristiana (Bblica). Estas son elorganicismo, el contractualismo y elpactismo. (p. 34) De ms est decir que las primeras dospertenecen a la categora de no-Cristiana, la ltima pertenece a la Cristiana.

En primer lugar el organicismo es aquella visin de la naturaleza de la sociedad que ha sido, hastala era moderna, a la que ms se ha apegado, de manera penetrante, el pensamiento y la

experiencia histrica del hombre no-Cristiano. Prevaleci a lo largo del mundo antiguo; e inclusosigui, con algunas modificaciones, manteniendo predominancia terica en la edad media.Bsicamente el organicismo fue la expresin del realismo metafsico de todas las partes. (p. 35)Es decir, la sociedad era percibida como un todo del cual sus miembros individuales eran luegoreconocidos como sus partes. Necesariamente el todo toma precedencia sobre las partes. El todono existe por medio de las partes, sino que las partes existen por medio del todo. Laparte/individuo sigue siendo inteligible aparte de su inclusin en el todo/sociedad. El todo moldeaa las partes. La sociedad le da al miembro individual su identidad y propsito. El ltimo existepara impulsar las metas de la primera. La sociedad es el fin o meta de todas las acciones por partedel individuo. La cuestin no es tanto qu justifica la naturaleza de la sociedad, sino qu justificala conducta de cualquier miembro particular si dejara de actuar segn las estipulaciones

socialmente sancionadas.

Segundo, el contractualismo, aunque tiene sus races en la edad media, representa la explicacinterica dominante de los hombres no-Cristianos de los pasados trescientos aos. La sociedadhumana no es alguna entidad metafsica que se yergue anterior a sus miembros y que lospredetermina. La nica entidad metafsica legtima es el simple individuo, y la sociedad es elvstago convencional de muchos individuos, cada uno de ellos habiendo entrado voluntariamenteen acuerdo con los otros para transferir su soberana poltica individualmente ostentada alEstado, que ahora mantiene el orden social. (p. 35) La sociedad (con el poder y la autoridad


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localizados en el Estado) es vista como una necesidad por razn de la proteccin de losindividuos contra el saqueo y la agresin de los vecinos de uno como resultado de la inevitablecompetencia por los frutos de la naturaleza. Aqu la cuestin llega a ser la medida en la cual elindividuo transfiere su soberana inherente a la sociedad y las limitaciones legtimas de laafirmacin de derecho, por parte del estado, sobre el individuo y sus posesiones. El modernopensamiento humanista sobre estas cuestiones puede verse que cae en una de dos categoras,dependiendo de cul direccin uno tienda a tomar al proveer una respuesta (a) elindividualismo, y (b) el colectivismo. El primero enfatiza tan poca transferencia como seaposible; el ltimo, tanto como sea posible.

Por ltimo se encuentra el pactismo North insiste, no algn tipo de medio entre los primerosdos extremos. Es totalmente diferente. Est basado en el Dios de la creacin. La sociedad no esalgo dado con carcter metafsico, ni es un producto utilitario de voluntades individualessoberanas. La sociedad es resultado del propsito de Dios para el hombre. l hizo al hombrecomo una criatura comunal. Los hombres, en primer lugar, haban de tener comunin con Dios, ycomunin unos con otros en segundo lugar. l no deja que el hombre defina y estipule lascondiciones de sus propias relaciones sociales: ms bien l las fundamenta sobre Su palabrasoberana. Las relaciones sociales humanas dependen de prescripciones morales que no soninventadas por los hombres para impulsar este o aquel propsito auto-declarado. Losrequerimientos morales absolutamente autoritativos de Dios se hallan en el centro de laexperiencia social humana, aparte de los cuales es imposible una comunidad genuina. Esto haceque la experiencia social tenga carcter pactal. Dios promete hacer que el trabajo de la mano delobre fructifique por la obediencia fiel del hombre a Sus demandas ticas. Es tambin en estepunto donde aparecen las sanciones; pues Dios derramar maldiciones sobre el hombre si esteniega su obediencia. Ambos factores encontrarn su realizacin en la historia, no nicamente alfinal de la historia.

El vnculo entre una teora social y el milenialismo es el de las sanciones ticas y su realizacinen la historia. Es esta idea de las sanciones en la historia la que, ms que cualquier otra, ha

causado profundas divisiones entre los Cristianos. (p. 37) Las sanciones estn necesariamenteconectadas con algn concepto de ley como factor obligatorio en las relaciones humanas; unaconcepcin del orden que, al ser observado, produce beneficios positivos para el hombre, peroque, cuando es violado, trae retribucin. En general, el concepto de ley que ms ha dominado elpensamiento del hombre, tambin el pensamiento Cristiano, ha sido una versin u otra de la leyNatural. (pp. 38, 39) Esto es al menos cierto en tanto que los hombres no hayan cnicamentesustituido el mero poder en lugar de alguna forma de moralidad. (p. 44) Cuando esto ocurreentonces todas las relaciones entre los hombres son simplemente determinadas por aquellos queposeen la habilidad, por medio del estado, de imponer su voluntad sobre los otros. En opinin deNorth, es un gran momento para que una visin Cristiana de las sanciones, basada no en el meropoder sino en la ley de Dios, sea implementada como la base de una teora social. Las sanciones

sociales deben ser sanciones Bblicas. Adems, las sanciones Bblicas proveen el fundamentopara la expansin de la civilizacin Cristiana en el tiempo. El punto de vista milenial adoptado vaa reflejar la creencia de uno en la expectativa de esta meta.

Si en los primeros tres siglos la iglesia fue teolgicamente absorbida en las cuestiones tocantes alser y la naturaleza de la Deidad, i.e., la formulacin correcta de la doctrina trinitaria, o envueltaen la defensa de la idea apropiada de Jess como el Dios-hombre; y si la Reforma fue testigo deun intenso debate con respecto a la verdadera posicin Bblica sobre la manera en que el pecadores justificado para con Dios, entonces no es menos seguro sugerir que quizs nuestro propio siglo


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ha visto como la cuestin escatolgica se ha levantado para ocupar el lugar principal en lacontroversia escatolgica. Es justo decir que el milenialismo no est ocupado con la persona deDios, o Cristo, tanto como con la naturaleza y extensin de Su reinado salvadoren la historia.Entonces, lo que se disputa no es que la Escritura ensee que el Mesas (el Cristo) fue enviadopara llevar a cabo una redencin plena y completa y, en concordancia con ese logro reestablecerel reino de Dios sobre la tierra en el que la rebelin del hombre se somete una vez ms a laautoridad de Dios en todas las cosas. Ms bien, la disensin emerge respecto al alcance esperadoy la sustancia de ese reinado redentor en lo que atae a la civilizacin y a la vida social delhombre en la historia, es decir, en el tiempo antes que Cristo regrese para marcar el inicio delestado final de las cosas. Acaso Cristo salva, en el tiempo presente, solamente almasindividuales, o incluye Su salvacin un proyecto social para el hombre? Es que Dios solamenterecupera autoridad sobre las personas estrictamente de manera individual, o reclama tambin elderecho a estipular una agenda social? Estas preguntas son fundamentales para el debate sobre elmilenialismo. Hoy pocas voces estn dispuestas a admitir que los propsitos redentores de Diosincluyen no nicamente individuos sino tambin la sociedad y todo lo que le atae. De ms estdecir que North se halla a la vanguardia de una creciente minora de aquellos que afirman loltimo.

Al presente tres puntos de vista mileniales han adquirido status como doctrina reconocida elpre-milenialismo, el a-milenialismo, y el post-milenialismo. Cada uno sostiene una explicacindistintiva de la naturaleza del reino de Cristo; cuando comienza (o comenz) a suceder y lasdimensiones de su ejercicio. El Premilenialismo afirma que Cristo debe regresar antes (anterior ao pre) que cualquier gobierno literal pueda comenzar a tener efecto sobre la vida y la cultura. ElPostmilenialismo sostiene que el reino de Cristo, en la historia y sobre todos los aspectos de lavida, se va llevando a cabo gradual y progresivamente sobre la tierra y, por lo tanto, el regreso deCristo sigue (o post) o sucede a lo que se ha descrito, a lo que se conoce a menudo de maneraburlona como la Cristianizacin del mundo. Finalmente, el Amilenialismo es mucho msambiguo en este aspecto. Busca escapar de un firme compromiso a la cuestin del reino de Cristoen la historia. A menudo insiste en que respalda la idea del reinado presente de Cristo sobre la

totalidad de la vida, pero cuando se le presiona para que explique la naturaleza del reinado deCristo sobre la vida social se retirar de cualquier afirmacin excepto la de una especie deprovidencia generalizada. Ciertamente desestimar cualquier nocin que sugiera que el reinado deCristo se ejerza a travs de un reinado de los santos por medio de la aplicacin especfica de losmandamientos Escriturales.

Histricamente, el Postmilenialismo fue la primera doctrina plenamente desarrollada en el mundomoderno; aunque se puede argumentar que el Premilenialismo tiene sus races en el alaAnabaptista de la Reforma. Al Postmilenialismo se le dio primero expresin en los sistemasteolgicos de los puritanos de Nueva Inglaterra y fue la posicin dominante, al menos enNorteamrica, hasta finales del siglo 19. Alrededor de ese tiempo en adelante declin y dio paso

al Premilenialismo el cual es ahora el punto de vista predominante. Con la erosin delPostmilenialismo histrico muchos de sus adherentes perdieron la fe en su visin y sudescendencia se volvi ms y ms hacia el Amilenialismo. Hoy hay muy pocos que permanezcanen el Postmilenialismo tradicional: el Amilenialismo se halla como un distante segundo lugarrespecto al Premilenialismo. De acuerdo a North el Amilenialismo fue importado de losReformados Holandeses.

La posicin de North no es simplemente la de argumentar a favor de uno de estos puntos de vistaestndares en oposicin a los otros dos. Aunque l mismo es un Postmilenialista, critica al


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Postmilenialismo tradicional. As pues, todas las tres posiciones estn sujetas a alguna medida decrtica. An as, son el Premilenialismo y el Amilenialismo los que reciben la peor paliza verbal:el Postmilenialismo es reprendido principalmente por su inadecuado tratamiento de la basepactal de su programa milenial. Si los dos primeros niegan rotundamente cualquier agendacivilizacional para la iglesia en la historia, el ltimo dej de proveer un plan suficiente para larealizacin prctica de un desarrollo social Cristiano progresivo en el tiempo. Si los primerosfueron porfiadamente pesimistas, el ltimo tena solamente su optimismo para seguiradelante. Tres cosas son las que se necesitan: (1) una filosofa Cristiana de la historia que tengaen cuenta el concepto de discontinuidad lo mismo que el de continuidad, i.e., que reconozca queDios puede romper un desarrollo continuo del mal y tambin sostener un crecimiento continuo dela justicia, (2) un compromiso con una doctrina progresiva de la santificacin por el EsprituSanto en las instituciones sociales de la creacin de Dios lo mismo que en las vidas personales delos individuos, y (3) una creencia en la efectividad de las sanciones basadas en la ley Bblica en lasociedad civil lo mismo que en las relaciones interpersonales. De estas cosas consiste la base deun Postmilenialismo pactal.

Para los modernos evanglicos pietistas de todos los rangos Gary North es la mosca en la sopa. O,para cambiar de metfora, es el elefante en la tienda de cristalera. No lo pueden ignorar tantocomo quisieran. Aunque se pueden encontrar aqu y all puntos de su pensamiento con los cualesobjetar, en lo general provee un antdoto muy necesario al escapismo sin sentido que tantoprevalece entre los Cristianos contemporneos. El humanismo se encuentra en un estado de crisis.No obstante, los Cristianos se rehsan a ofrecer alguna alternativa, y muchos incluso se hanvendido a la agenda humanista para la sociedad y la cultura.Milenialismo y Teora Socialesparte de su intento global para hacer que los Cristianos, una vez ms, tomen el plano superior yrecobren el programa, Bblicamente dirigido, para la civilizacin. CM

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