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Afirmar que es factible impulsar a niveles inéditos la agricultura protegida con un fuerte componente maya, implica reorientar y alinear una serie de recursos físicos, técnicos, humanos y financieros como no se ha contemplado y efectuado hasta hoy, y en especial asumir una actitud innovadora e incluyente por parte de todos, todos los involucrados en el proceso. Una agricultura protegida rústica y con innovaciones basadas en el imaginario maya es el inicio de otra época, de otra época con más aportaciones de esta cultura al mundo. El único riesgo que se aprecia para el 2012, y años subsecuentes es que
la agricultura protegida en Quintana Roo persista en crecer menos de lo
que su potencial rural ofrece.
El reto para los tomadores de decisiones es formidable y único. Chetumal, Quintana Roo. Diciembre/ 2011
Una oportunidad inédita en la agricultura de Quintana Roo
Índice
Una oportunidad inédita en la agricultura de Quintana Roo .......................................................... 1
Estatus y futuro de la agricultura protegida ..................................................................................... 5
Objetivos y clasificaciones. ............................................................................................................. 5
La principal deficiencia es la transferencia de tecnología. ............................................................. 6
Justificación y problema conceptual .............................................................................................. 9
Las implicaciones de las transferencias originales ....................................................................... 10
La visión institucional: infraestructura vs intangibles .................................................................. 12
Tres factores de sesgo: clima, mercado y desarrollo tecnológico. ................................................ 15
El clima ......................................................................................................................................... 15
Mercado y Capacitación ............................................................................................................... 17
Desarrollo tecnológico ................................................................................................................. 20
Tipología insuficiente: materiales y montos de inversión ........................................................ 23
El sustrato ................................................................................................................................. 26
Quintana Roo en el universo de la Agricultura Protegida ........................................................ 27
Ciencia, material genético y denominación de origen. ............................................................ 29
Posibilidades de industrialización ............................................................................................. 32
Giros o comportamientos inesperados..................................................................................... 33
Elementos promisorios y advertencia ............................................................................................ 34
Angustias e incertidumbres no se reflejan en Quintana Roo....................................................... 34
Las adquisiciones o inversiones de países en crecimiento. ......................................................... 35
Conclusiones y líneas de acción .............................................................................................. 38
Bibliografía ............................................................................................................................ 41
Anexos .................................................................................................................................. 43
Una oportunidad inédita en la agricultura de Quintana Roo
Presentación y agradecimientos
Ha sido un verdadero hallazgo poder conjeturar y concluir con algunas líneas de acción
estratégicas sobre el potencial real de la agricultura protegida en Quintana Roo. El
presente trabajo se realizó en el contexto de la implementación del “Sistema Nacional de
Información de Agricultura Protegida” a solicitud expresa de la Secretaría de Agricultura
Desarrollo Rural e Indígena del Gobierno del Estado de Quintana Roo (SEDARI).
Deseo dar las gracias a quienes hicieron posible esta circunstancia un tanto esquiva en
virtud de la relativa falta de información, y lo disperso y heterogénea de la misma.
A los productores en primer término, quienes están en un permanente trance
experimental por una incorporación abrupta de técnicas de producción y su consecuente
adaptación a las difíciles condiciones donde iniciara este gran intento para modernizar la
agricultura en los albores del siglo XXI, la zona maya. 500 años después de que iniciara el
mestizaje.
En particular a los integrantes de los “invernaderos sociales” de los ejidos X-Hazil,
Chunhuas y Tihosuco a quienes asedie a preguntas derivadas de los retos y situaciones
que han y siguen enfrentando y quienes constituyen la avanzada de una serie de
innovaciones que están haciendo posible la reinserción del campo, de la horticultura
maya en la agricultura nacional y mundial, a través de un potente ariete: el chile
habanero. Las pláticas con sus dirigentes han sido inspiradoras, orientadoras y
cuestionadoras sobre la visión de una agricultura ideal contrastada con la sólida base
empírica que hilvanan en la cotidianeidad. Por cierto, uno entre ellos acuñó el epígrafe
del capítulo “Conclusiones y líneas de acción”. Igualmente, la foto de la portada
corresponde a la agricultura protegida que se desarrolla en Chunhuas.
Los datos oficiales disponibles en el Estado de Quintana Roo proporcionados por las
respectivas áreas de planeación de las secretarías del ramo (SEDARI, SAGARPA),
permitieron reconstruir la ruta trazada, la posterior evolución de la trayectoria, así como
el dinámico y un tanto explosivo interés por parte de los productores sobre las
posibilidades de la agricultura protegida en la entidad. Fotografías, proyectos y censos
han sido material inestimable para apreciar este incipiente auge factible.
En deuda estoy con el escepticismo de un grupo profesional de cuestionadores, al inicio
de las incursiones a lo rural maya, en lo que se apreciara como de muy inciertos
resultados en relación a la productividad y pertinencia de los “invernaderos”; así como
con las consultas a una amistad erudita en humanización de cultivares y por extensión en
procesos.
Una oportunidad inédita en la agricultura de Quintana Roo
Estatus y futuro de la agricultura protegida R. Valladares A.
1
Una oportunidad inédita en la agricultura de Quintana Roo
La información disponible de la productividad lograda por campesinos de la región maya
de Quintana Roo, permite afirmar que se está ante una situación pocas veces vista en la
entidad sobre las posibilidades reales para impulsar un desarrollo de la agricultura en
particular y del medio rural en lo general, con base en técnicas que han generado al
entrelazar algunos principios de ambientes controlados, de agricultura protegida, con el
conocimiento que detentan de materiales regionales y de las condiciones de producción.
Con rendimientos de 8 a 10 kilogramos por metro cuadrado de chile habanero con guía o
crecimiento indeterminado, las 66.5 hectáreas de invernaderos que se reportan como
existentes en Quintana Roo tienen un potencial real de 6,651 toneladas al año. Y, al
precio medio rural de 25 pesos por kilo se debe generar una derrama bruta de 166
millones de pesos, los cuales se pueden cuadruplicar por el efecto conjunto de exportar y
dar valor agregado a la producción primaria. Hoy; es un negocio de 664 millones que aún
no se está consolidando (La superficie incluye la superficie de la paraestatal Hidroponía
Maya).
Cómo se ha llegado a esta situación tan prometedora y cuáles son algunas de las
limitantes presentes, que se tendrían que resolver para transformar una posibilidad real
en realidad, es lo que se explica con base en un recuento somero de los datos que se han
obtenido de algunos productores y de información institucional de los 10 años de
existencia de la actividad en el estado.
Además; la revisión de la bibliografía disponible y de los reportes de estos tipos de
aprovechamiento ha permitido situar la eficiencia local en el contexto del país y el
mundo, que es de utilidad para elaborar contrastes tanto con la competencia
internacional como con los modelos o referentes agroindustriales que se han estado
fomentando en el estado y que han sido identificados con los invernaderos.
En este sentido se han elaborado conjeturas para definir la opción ideal desde una
perspectiva social incluyente de manera tal que sea factible precisar un escenario con los
probables recursos invertidos o erogados a la fecha, vía agricultura protegida campesina
y lo que podrían estar representando para la economía rural y del Estado de Quintana
Roo.
Así, asumiendo una erogación de 500 millones de pesos en inversiones en los 10 años de
historia del proyecto “invernaderos sociales”. Con ese monto se habrían fomentado 2,000
hectáreas de agricultura protegida, en función de los costos que han abatido los
productores mayas en los conceptos de diseño, sustrato, riego y operación; lo cual
Una oportunidad inédita en la agricultura de Quintana Roo
Estatus y futuro de la agricultura protegida R. Valladares A.
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ubicaría al estado con el 15% de la superficie bajo este tipo de manejo en el país1. Una
producción de 200 mil toneladas de chile habanero (considerando 100ton/ha. con la
tecnología actual), y un valor bruto rural de 5 mil millones de pesos. En otros términos, el
estado sería la capital mundial del chile habanero.
Es factible, por medio de este contraste comparar las opciones hoy existentes en el
estado, así como mencionar algunas de las características más relevantes en estos tipos
de manejo.
Así; por un lado, se ha fomentado y manejado el esquema del eje asesor “Hidroponía
Maya” consistente en los invernaderos de inspiración y origen europeo e infraestructura
con base en tecnología francesa e israelí, agroindustria llave en mano, que no consideró
en lo esencial las condiciones climáticas y procuró situaciones ideales de producción
como es el sustrato importado de fibra de coco.
En esta tesitura se le otorgó prioridad a la infraestructura y a la automatización de los
procesos, procurando maximizar rendimientos. Sin embargo, se soslayó la decisiva
influencia del clima en el trópico-húmedo, situación en la que un invernadero pierde su
sentido primario de mantener la temperatura dentro de los parámetros de crecimiento
óptimo de las especies bajo manejo, y donde el principal problema de estrés lo
constituyen las altas temperaturas en las épocas de estío.
Por otro lado, la contraparte campesina ha adaptado y desarrollado la tecnología
disponible adecuándola a la disponibilidad de los recursos existentes en la región. Por lo
que se han concentrado iniciativas en áreas donde prevalecen suelos pedregosos; en
abatir los costos de la infraestructura, utilizando de partida materiales regionales; en
redimensionar el tamaño de las áreas protegidas y enfocar especial atención al control de
plagas y enfermedades, que es una constante en las regiones tropicales; así como en
asegurar la humedad necesaria para producir durante todo el año.
Por ello, por elemental supervivencia en la actividad, los campesinos han abatido los
costos hasta la tercera o cuarta parte de los presupuestados inicialmente en los proyectos
de invernaderos sociales. Cabe aclarar que en estas condiciones de innovación
tecnológica, son pocos los agricultores que han logrado consolidarse en la actividad,
existiendo un porcentaje de la actividad con éxito que se podría ubicar en el 5%. No son
1 Aunque existe controversia entre las fuentes consultadas, el censo agropecuario del 2007 ubica la
superficie total en 12,540 hectáreas. Otros grupos especializados las ubican hoy en 10,000; con crecimientos anuales del 5% en todas las categorías de invernaderos. En tanto que Presidencia de la República consideró el pasado noviembre (Valle de Arista) que se han alcanzado 20,000 a partir de 700 en el año 2000. Sin duda, la variación obedece al concepto clasificatorio de agricultura protegida por arriba de invernaderos en sentido estricto, aunque las tasas de crecimiento varían de 5 al 20% anual según las diversas fuentes.
Una oportunidad inédita en la agricultura de Quintana Roo
Estatus y futuro de la agricultura protegida R. Valladares A.
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más de cinco grupos (invernaderos) los que no están en números rojos y otro 35% que se
mantiene difícilmente en equilibrio. Efecto combinado de una deficiente administración
al no haber incorporado los cambios citados, por la incertidumbre que implica innovar
técnicas sobre la marcha y acometer la comercialización en mercados desconocidos; lo
cual explica este bajo porcentaje.
La innovación tecnológica parte desde la reorientación productiva, pues en el inicio del
proyecto “invernaderos sociales” se indujo a la producción de tomate; y posteriormente
las iniciativas de algunos productores definieron un giro a la producción de chile
habanero en crecimiento indeterminado a mediados de la década pasada, con lo que
lograron triplicar los volúmenes de producción que por ese entonces proponían las
instituciones de investigación como el óptimo de lo que denominan fuga productiva o
incrementos en rendimiento con base en mejoras escalonadas; de manera tal que el
cultivo con la aplicación de todos los adelantos técnicos establecía en teoría rendimientos
de 30-35 toneladas por hectárea (INIFAP).
Es destacable la omisión en los proyectos del análisis de las variables climáticas, pues a
pesar del estrés ocasionado a las plantas en las épocas de máximas temperaturas, la
obtención de la disipación térmica se concentró a lo sumo en la ventilación cenital de los
diseños de origen, etiquetados como franceses e israelitas. En este sentido el ajuste, el
rediseño, consideró además del tipo de estructura, el tamaño, las dimensiones para
elevar la eficiencia en grupos de trabajo reducidos abatiendo las dimensiones de los
proyectos propuestos de 3,540 metros cuadrados de “invernadero” y poder así detonar la
actividad.
Si con esta información, que es la elemental de la poca disponible, se ha logrado captar lo
esencial del planteamiento, no es necesario que se continúe con la lectura; este es un
resumen conclusivo que destaca las inéditas posibilidades reales en el estado de Quintana
Roo de una “agricultura protegida”, aún con desarrollo incipiente o en ciernes,
posibilidades que han sido rescatadas básicamente por campesinos mayas, y se puede
pasar directamente a las conclusiones y propuestas al final del documento
A menos que se deseen conocer algunas precisiones que describen la evolución de los
“invernaderos” a una agricultura protegida en el estado, con indicadores de producción,
los diseños utilizados en otras latitudes; y un análisis sucinto de las limitantes climáticas y
económicas en niveles mundiales, las que, con rangos variables de probabilidad afectarán
en el futuro el prometedor desarrollo teórico que se ha expuesto; así como una breve
exposición de las técnicas de innovación local con las que han contribuido los
productores.
Una oportunidad inédita en la agricultura de Quintana Roo
Estatus y futuro de la agricultura protegida R. Valladares A.
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En suma, se exponen las causas por las cuales se ha hecho poco y de forma un tanto
deficiente sin haber detectado aún el real potencial de esta agroindustria en Quintana
Roo, el cual radica en la síntesis de conocimientos que se han generado a partir de las
posibilidades que se han identificado en los instrumentos técnicos de una agricultura bajo
ambiente controlado.
Por otra parte, es del todo necesario hacer un esfuerzo de prospectiva con el fin de
dimensionar las posibilidades reales en diferentes escenarios que contemplen apoyos
hasta hoy escatimados o proporcionados bajo una concepción limitada de lo que pude ser
la agricultura protegida en el estado de Quintana Roo, esencialmente por una visión
parcial del desarrollo rural.
Afirmar que es factible impulsar a niveles inéditos la agricultura protegida con un fuerte
componente maya, implica reorientar y alinear una serie de recursos físicos, técnicos,
humanos y financieros como no se ha contemplado y efectuado hasta hoy, y en especial
asumir una actitud innovadora e incluyente por parte de todos, todos los involucrados en
el proceso. El reto para los tomadores de decisiones es formidable y único a 100 años de
reconocer a los primeros habitantes en esta región en el siglo XX, y a 500 de que se
iniciara el mestizaje en América.
Una oportunidad inédita en la agricultura de Quintana Roo
Estatus y futuro de la agricultura protegida R. Valladares A.
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Estatus y futuro de la agricultura protegida
Objetivos y clasificaciones.
La agricultura protegida es el objetivo del presente trabajo, y en particular, elaborar un
rediseño de una tipología y la pertinencia de “invernaderos” susceptibles de ser
instaurados como elemento clave para desarrollar el universo del agro y el medio rural en
Quintana Roo; para lo cual es necesario un balance de la experiencia reciente en la
entidad sobre dos aspectos que están relacionados.
Uno, el impulso y grado de consolidación que ha adquirido la agricultura en sentido
amplio a partir de la identificación y gestión de las soluciones a los principales problemas
y retos. En esencia, el dominio de las técnicas identificadas con una agricultura intensiva,
lo que permitiría visualizar las posibilidades de éxito de una agricultura considerada de la
mayor complejidad por el nivel de control de las variables que intervienen en el proceso
productivo.
Dos, el análisis y balance de las principales experiencias durante los 10 años que
comprenden la década del 2001 al 2011 en la que se ha llevado a cabo el principal
esfuerzo en la entidad para desarrollar una agricultura protegida mediante la
construcción de una red de invernaderos denominados “sociales”, así como del complejo
“Hidroponía Maya”, su evolución, metas establecidas y logros alcanzados en ese periodo.
Existen elementos para considerar que la infraestructura que se analiza dista en alguna
medida en identificarse con los invernaderos en su acepción clásica. Ello, con
independencia de las denominaciones; sean estas como ambientes controlados por los
incrementos en el dominio de las variables que intervienen en la producción de especies
vegetales, o como protección y manejo creciente en relación al medio ambiente en el que
se efectúan las actividades productivas, agriculturas protegidas; o con la incorporación de
una exigencia en aumento para que la producción se realice en entornos menos
artificiales desde la perspectiva de un uso restringido de agroquímicos, principalmente
orientados al control de plagas, enfermedades y la competencia de especies no
deseables, mediante las que se pugna por una agricultura orgánica, aunque ello sea en
principio y en apariencia contradictorio con la intensificación, para que la agricultura en el
trópico mexicano sea cada día más sostenible y orgánica.
Lo que se puede conjeturar es que en el caso de Quintana Roo es factible que se haya
presentado un gradiente complejo de opciones como efecto de un control diferenciado y
variable de las condiciones restrictivas para producir, restricciones que están
identificadas con el suelo, el clima y el consumo heterotrófico o presencia de plagas y
enfermedades que caracterizan a la entidad.
Una oportunidad inédita en la agricultura de Quintana Roo
Estatus y futuro de la agricultura protegida R. Valladares A.
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Variables que no se consideraron con rigor al inicio de este ambicioso programa de
“invernaderos” o que simplemente por la complejidad y lo inédito de las condiciones
asociadas para producir en el trópico húmedo rebasaron el acervo de conocimientos
disponibles (en particular para invernaderos tropicales) por su orientación básica hacia el
control de las bajas temperaturas en los climas templados y fríos, en fuerte interacción
con el control de humedad deficitaria en épocas críticas del ciclo vital de las plantas.
Así, se enfrentaron condiciones un tanto inéditas y se acometieron con, prácticamente,
los mismos instrumentos y con el mismo acervo teórico que en los países de origen de las
tecnologías propuestas, para que fueran impulsadas tal cual por las instituciones locales
de desarrollo.
Fotos. 1 y 2. Invernadero en la región de Alto Valle de Río Negro con uso de manta antihelada en
Argentina; e invernadero multicapilla P-9’60 Gótico en una región no tropical de una empresa española.
Es claro que de persistirse con esa orientación, sin la necesaria mezcla con técnicas
inspiradas en las condiciones reales del clima y suelo en el estado sería, lo menos,
tortuoso como camino y oneroso como precio a erogar, y en general se continuarían
enfrentando situaciones económicas que serían difíciles de superar por los productores
campesinos, lo que obligará a continuos “rescates institucionales”, transformando o
degradando una oportunidad inédita en la agricultura del Estado de Quintana Roo.
La principal deficiencia es la transferencia de tecnología.
Lo notable no son la diversidad o magnitud de las equivocaciones en cuanto a las posibles
predicciones del éxito de los “invernaderos sociales”, que han sido además señaladas por
los productores en diversos foros, sino cierta falta de claridad y conciencia de lo que
representan y el significado profundo que tienen estos equívocos. Es factible afirmar que
se ha carecido de una visión con un conocimiento de las causas definitorias, de las
palmarias restricciones productivas en cuanto a los factores de éxito de estas empresas.
Una oportunidad inédita en la agricultura de Quintana Roo
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En este contexto, la principal causa es que los expertos no han generado los aciertos
correspondientes con los esquemas que operan y la razón ha sido justamente porque son
expertos de otras latitudes, que no habían acometido las condiciones de producción del
trópico húmedo, y porque subestimaron el grado o los tipos de dificultades locales; así,
por ser de otras latitudes, difícilmente ajustaron sus esquemas a las nuevas condiciones
con las que se han enfrentado. Por ejemplo, no apreciaron la bondad de la piedra como
sustrato. Los técnicos y productores locales son los que han efectuado la aportación clave
incluso en términos favorables a la reciente denominación de origen del chile habanero
(Ver Anexo 1), pues se considera una condición insoslayable para mantener el estatus de
origen de la producción de chile habanero2.
Fig. 1. Publicidad en la página de internet de una empresa española dedicada a la venta de
infraestructura para invernaderos y similares. La visión industrial es palmaria.
PRODUCTOS
INVERNADEROS
Multicapilla de techo curvo
Multicapilla de techo gótico
Multicapilla de techo a dos vertientes
Multicapilla con techo Fotovoltaico
CENTROS DE JARDINERIA
Instalaciones de nueva creación
Rediseño de estructuras existentes
Sí, es factible que los expertos se impongan con argumentos de carácter técnico que
pueden ser incluso en ocasiones hasta artificialmente complejos, a diferencia de las
contribuciones que hacen los productores y técnicos locales (en base al ensayo y error, o
prueba y acierto, o “ajustes estocásticos” según Taleb) con una orientación clara, que es
producto del conocimiento y dominio de las condiciones de producción locales.
2 La denominación de origen, de acuerdo con el artículo 156 de la Ley de la Propiedad Industrial, es “el
nombre de una región geográfica del país que sirva para designar un producto originario de la misma, y cuya calidad o característica se deban exclusivamente al medio geográfico, comprendiendo en éste los factores naturales y los humanos”.
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Estatus y futuro de la agricultura protegida R. Valladares A.
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Pues todos aceptan, al menos en teoría, que la prevención es más rentable o menos
costosa que las acciones correctivas; sin embargo, el esquema actual empleado ha sido el
de transferir acríticamente, llave en mano le denominan, como si se tratase de un
manejo correspondiente a materiales inertes, de carácter más bien industrial; y con
posterioridad intentar corregir hechos que en alguna medida pudieran ser incorregibles,
sobre todo en términos que no resulten onerosos y más costosos que los proyectos
iniciales. El sesgo es pues de naturaleza, de origen, por los sesgos o los tintes industriales
que se conceptualizan como válidos para prácticamente toda condición.
Sin agua no puede haber intensificación de la agricultura, menos ambientes controlados,
o agricultura protegida; sin embargo, alrededor del 20% de los invernaderos, o de los que
se denominan como tales, carecen de esta infraestructura hidráulica básica, y otro 20% la
tiene de manera deficiente. Así, solo por este concepto clave se presentan deficiencias en
poco menos del 40% de los “invernaderos” en la entidad. Por ello no es casual que, en
principio, se hayan diseñado e implantado los “invernaderos” en las áreas con
disponibilidad de agua, o de libre alumbramiento, según la clasificación de la Comisión
Nacional del Agua (CONAGUA). Ello revela igualmente cierta deficiencia en el concierto
entre instituciones que promueven la intensificación de la agricultura.
Así, se observa una actitud un tanto sin concierto, que desborda cualquier previsión que
pudiera calificarse de proyecto o de un plan de inversión, ante el número y calidad de
imponderables que necesariamente se tenían que enfrentar, en particular donde la
infraestructura técnica ha tenido dificultades para arraigar. Aunque, por otro lado, se
debe reconocer que los modelos no necesariamente son irreales o erróneos, sino que han
sido las aplicaciones que de ellos se han hecho en las condiciones físicas y sociales del
estado de Quintana Roo las que de alguna manera y en grados variables han estado
fallando.
A la luz de la experiencia de 10 años, los expertos contratados han demostrado
deficiencias en imaginación, o incluso, menos que aquellas creadas por las adaptaciones
de los productores y técnicos locales; o las que algunos productores independientes con
los ojos un poco más abiertos han efectuado, respecto a los problemas y restricciones a
los que se han tenido que enfrentar.
Una primera observación que se puede externar es que en cierto modo, los
conocimientos que se aplican tal cual en otros contextos, pudieran ser inductores de
deficiencias en las condiciones locales diferentes de aquellas de origen y serían necesarias
algunas adaptaciones rigurosas a las no tan favorables condiciones físicas que
caracterizan a la entidad.
Una oportunidad inédita en la agricultura de Quintana Roo
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Justificación y problema conceptual
La pretensión de este documento es presentar no solo las principales causas que hacen
necesario un replanteamiento de la forma en que hasta hoy se ha intentado intensificar la
agricultura en el Estado de Quintana Roo por medio de invernaderos, a los que también
se les ha denominado, agricultura bajo ambiente controlado, sino también las principales
reorientaciones que ya se han iniciado, que se están efectuado sobre la marcha, al no
haber, o haber poca experiencia en las condiciones de trópico-húmedo y que son
necesarias en la entidad.
En general, este tipo de actividad consiste en modificaciones o controles de las
condiciones para producir que trascienden el manejo clásico de hacer agricultura y en lo
esencial va de áreas abiertas (cielo abierto) a entornos cerrados donde es factible
manipular las principales variables de crecimiento: temperatura, agua, provisión de
nutrientes y control de plagas y enfermedades, en donde los rendimientos se pueden
multiplicar por diez, que es la proporción o el factor mínimo aceptado para optar a este
tipo de instalaciones.
En particular, el objetivo primordial se centraría en explicar por qué no se logran los
niveles de rendimientos con técnicas de producción similares, pues se ubican, para el caso
del tomate, en torno al 25% de las obtenidas en otras regiones del país, en términos de
rendimientos; por qué algunos costos fueron de partida onerosos cuando la estructura
organizativa en algunos de ellos permitiría reducir el riesgo de un cambio tecnológico
propiciando asesoría técnica y facilidades para comercializar, por qué el proceso “curva”
de aprendizaje se ha prolongado 10 años, que es cuando apenas un 5% de los
invernaderos en el Estado se pueden considerar exitosos, en función de la satisfacción y
rentabilidad que le proporcionan a sus beneficiarios. Con deficiencias estatales y
nacionales en torno al 50%3.
Cuadro. 1 Los costos en infraestructura y operación están determinando el crecimiento de la actividad.
Revista productores de hortalizas.
3 Fracasó 50% de invernaderos impulsados por gobierno federal. Revista Productores de Hortalizas. 31 de
octubre de 2007.
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Es un caso extremo, en el que en general, la rentabilidad es baja, aunque los ahora
invernaderos exitosos, este 5%, están en condiciones de hacer y hacen señalamientos de
las deficiencias en las diferentes fases del proceso, que les ha correspondido reconducir, y
en el cual sobresale una serie de desencuentros organizativos y de claridad en los
principios de funcionamiento empresarial en todos los niveles, desde el invernadero
como unidad productiva hasta sus vínculos con el mercado.
Una asignatura pendiente que no la menor, pues aunque pudieran considerarla como
irrelevante, son las características físicas de los invernaderos, que a su vez también son en
parte el origen y la síntesis de problemas que aparecen bajo otras formas, pues se
necesita un mínimo de adecuaciones cuando no un rediseño de los invernaderos
existentes para que se ajusten a las condiciones del estado de Quintana Roo.
Es claro que el cúmulo de señalamientos que se podrían sintetizar en 4, 5 causas
principales de deficiencias, orillan o hacen necesario un alto momentáneo para poder
reconducir todo el proceso y la forma en que tendrían que participar las instituciones;
es un intentar por aprender de los errores para que una idea en principio excelente para
los productores de la entidad se recobre en su real magnitud.
Así, con este acercamiento a las causas físicas de las fallas en la instrumentación de los
invernaderos en el trópico, en particular de los denominados sociales, por haber estado
concebidos para beneficiar a los campesinos, se puede considerar que se tendría una
base para reconducir y reorientar el proceso de intensificación de la agricultura protegida
en el estado de Quintana Roo.
Las implicaciones de las transferencias originales
Entre los proyectos iniciales presentados en el año 2000; se presentó a la casa de
invernaderos FILCLAIR de origen francés, con un tipo: casas de cultivo del modelo de
invernadero multiclair 9600 como uno de los idóneos para las condiciones en el estado de
Quintana Roo.
Explícitamente se decía en la descripción del proyecto, “………El concepto de resistencia
tampoco debe ser exagerado ya que aquí no tenemos nieve como en otros
países…………….FILCLAIR cuenta con una gran experiencia de más de 35 años de diseñar,
fabricar e instalar invernaderos en 70 países, contando ya con más de 4,500 hectáreas de
invernaderos instalados……..”.
Aunque por otro lado, una definición común de invernadero es: “Construcción de vidrio o
plástico en la que se cultivan plantas, a mayor temperatura que en el exterior”
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Estatus y futuro de la agricultura protegida R. Valladares A.
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(infoagro.com); o bien, según la primera acepción de la real academia española, “Sitio a
propósito para pasar el invierno, y destinado a este fin”.
Es claro que se requiere un esfuerzo de rediseño en la infraestructura para transitar de
Europa y el cercano oriente a las condiciones del trópico húmedo, sobre todo si la idea es
hacer más permanente a las actividades productivas y superar la estacionalidad que
impone la temporada de lluvias, lo que necesariamente implica el control de variables,
que pueden ser, y en realidad son, diferentes y no solo aquellas a las que se identifican
con bajas temperaturas para permitir mayor tiempo de crecimiento a los cultivares.
En palabras de algunos campesinos, señalan las siguientes deficiencias:
1. “Que se proporciona un invernadero con falta de adaptación a los climas de la región.
Aunque los invernaderos sean de muy buena tecnología”.
2. “Los países que venden invernaderos como España, Israel, Holanda, tienen solo el
interés de vender, pero no te asesoran en la adaptación de esa tecnología a la región en
la que uno produce”.
3. “Las limitantes se deben a muchos factores, dentro de las cuales podemos destacar: el
poco conocimiento del manejo de los mismos por parte de muchos de los productores
que los dejan abandonados cuando ven que no pueden manejarlos. La falta de técnicos
que asesoren a los productores es un aspecto importante que hay que tomar en cuenta.
Además de que los invernaderos que se construyen no son exactamente los adecuados a
los cultivos ni a las condiciones ambientales en donde se establecen, y muchas veces las
empresas constructoras tienen diseños estándar”.
De cualquier forma, la crítica de los campesinos ha estado enfocada, entre otros, a los
módulos de tres naves consecutivas que identifican a sus modelos por la superficie, en el
caso francés; 1,888; 2,950 y 3,540 producto de un ancho estándar de 29.50 metros por
longitudes de 64, 100 y 120 metros respectivamente.
Así, ha sido el modelo, en particular, los módulos que se han suministrado que se ubican
por encima de las consideraciones a las condiciones locales, y lo que ha primado es el
diseño previo, ya existente, sobre las características novedosas y probablemente nuevas
para las empresas contratistas que se enfrentan por primera vez al trópico húmedo de la
Península de Yucatán, lo cual se está señalando como una limitante o deficiencia para
lograr óptimos productivos; además de que se orienta a producir incluso, solo en las
especies bajo contrato, o de las que se tienen referentes del mercado nacional e
internacional como el tomate.
Una oportunidad inédita en la agricultura de Quintana Roo
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La visión institucional: infraestructura vs intangibles
En un nivel nacional, si bien se puede afirmar que en algunas entidades del país y en los
subsectores que integran el universo de lo rural, el presupuesto que las diferentes
secretarías con competencias e incidencias rurales por medio de la conformación del
Programa Especial Concurrente para el Desarrollo Rural Sustentable (PEC) es
considerable; el problema fundamental radica principalmente en la orientación básica de
la inversión; que se orienta más hacia instrumentos, equipo y maquinaria que en algunos
intangibles que podrían generar mayor valor, como las capacidades de los productores, a
los cual se les confiere poca confianza y relevancia. Pues de alguna manera se han
presentado desequilibrios o vacíos conforme al tipo de técnicas que se intentan impulsar.
Es decir, los recursos se invierten en las diferentes áreas fundamentalmente en
adquisiciones materiales de diverso orden, porque están diseñadas para ello, y en vez de
fomentar la agricultura de los pequeños productores y de los campesinos que lo
requieren para desarrollar su potencial, se orienta preferentemente a los agricultores que
disponen de alguna infraestructura y que son capaces de gestionar y aprovechar los
programas diseñados por las instancias presupuestadoras de la inversión; así como por las
empresas comercializadoras que suministran los componentes que se abren en tales
programas; todo lo cual constituye una visión limitada de la inversión pública, que por lo
general queda reflejada en los lineamientos y reglas de inversión gubernamental.
En el presente caso, es una deficiencia instrumental que dificulta la obtención de logros o
de expectativas de producción acordes con el nivel de inversión que se promueve, pues
ante los desniveles técnicos desde la situación de partida hasta las técnicas a controlar en
los proyectos, las brechas o lagunas de diversa índole exponen o permiten fragilidades al
desarrollo de los proyectos, o cuando se concretan, el salto o giro requiere de una serie
de recursos adicionales en paralelo que o no se contemplan o se ignoran, lo que hace que
los proyectos posean deficiencias desde su conceptualización, al menos para ser
instrumentados y que vayan obteniendo niveles de éxito creciente. Superar esta situación
requiere de un nivel de reflexión de los técnicos del cual, en general, se ha adolecido.
Y si en términos nacionales es lo preponderante, que el gasto público rural sea regresivo y
favorezca la concentración de los beneficios, como algunos análisis lo han constatado,
ello no se refleja automáticamente en todas las entidades donde los problemas son de
otra naturaleza o se presentan matices diferentes; en efecto, en Quintana Roo se puede
afirmar que se hace un esfuerzo, se procura integrar a los campesinos en técnicas de
punta tal como se ha instrumentado con el caso de los invernaderos sociales desde hace
10 años, por lo que las deficiencias señaladas tienen mayores implicaciones en la falta de
logros, en la consecución de metas. En no lograr éxitos por medio de la inversión pública.
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Los calificativos pueden tener alguna base y ser tan diversos como que el ejercicio
presupuestal es tardío, incierto, institucionalmente descoordinado, falto de objetivos, sin
planeación estratégica y operado con ineficiencia; pero esta enumeración cuando se
describe sin análisis no nos conduce a una identificación real de los problemas, a la
identificación de las causas primigenias que podrían constituir los cimientos de un
replanteamiento sólido en el funcionamiento general de las instituciones.
No es solo el hecho de que la inversión pública destinada al fomento productivo esté
sesgada y sea favorable a las regiones más capitalizadas, donde se consolidan los
agronegocios y a donde se orienta el 92 por ciento de los recursos, y sea desfavorable al
sur-sureste y a los pequeños agricultores y campesinos, a quienes llega el 8 por ciento de
los recursos fiscales destinados a la actividad agropecuaria, sino la concepción misma de
cómo desarrollar la agricultura lo que está en entredicho; pues en general, el esquema de
inversión se reproduce o ratifica al interior de los estados.
Así, una de las tareas pendientes radica no solo en incrementar esa proporción sino en
hacerlo de una forma eficiente en la que los pequeños agricultores y campesinos sean los
beneficiarios, mediante el principio participativo, procurando que estén presentes en
todo el proceso del proyecto. En obtener un dominio paulatino de los diferentes ámbitos
del ciclo productivo. Es decir, no se reduce a dotarlos de maquinarias y equipos, sino que
interviene una serie de procedimientos en el que las capacidades para producir,
organizarse y comercializar, con las que deben interactuar, son vitales para la
permanencia y futuro de las empresas campesinas.
El reto actual es la intensificación sostenible de la agricultura campesina, principio que
hoy hasta los organismos multilaterales como la FAO y el Fondo Monetario Internacional
(FMI) recomiendan privilegiar con el fin de lograr a su vez la satisfacción de la demanda
de los mercados locales, orientando el gasto público a la pequeña y mediana agricultura
campesina capaz de producir básicos con tecnologías sostenibles de bajo costo
energético.
Por otro lado, de no atenuarse, en pocos años la migración podría acabar con una cultura
milenaria y un tejido social correspondiente. En una época en que los haberes
civilizatorios, culturales son valiosos, pues la humanidad se encuentra ante una
encrucijada, una crisis multidimensional que cuestiona y pone en entredicho el modelo
urbano industrial y demanda paradigmas de repuesto. Entre ellos el que representan las
comunidades agrarias.
Así, al distanciarse física, intelectual y espiritualmente los hijos del campo, se están
perdiendo los saberes, se desfonda el patrimonio, dejan de ser viables las estrategias de
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solidaridad productiva transgeneracional y se acorta dramáticamente la visión de futuro
de las familias.
Por ello una de las preguntas clave, por tanto, no es si el Estado debe intervenir o no, sino
cuáles deben ser los objetivos de su intervención, y también cuáles son los instrumentos
más apropiados para conjugar en armonía mercado, estado y sociedad.
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Tres factores de sesgo: clima, mercado y desarrollo tecnológico.
El clima
A principios del presente siglo el clima aún no se consideraba por las instituciones como
una de las variables relevantes a ser consideradas en las actividades productivas, tal como
hoy se identifica genéricamente con el cambio climático, lo cual continuará repercutiendo
aún más en el diseño original de los “invernaderos”; o se tendrá que tomar en cuenta con
mayor rigor que el que se le ha dado hasta la fecha.
Sin duda ello es una consecuencia de que ha sido durante la primera década del presente
siglo cuando se devela el peso enorme del cambio climático, antes circunscrito a los foros
de expertos, los cuales no eran trascendidos o revertían poco hacia la sociedad, hacia los
procesos productivos presentes o en sus estadios primarios como era el caso de los
invernaderos en el trópico.
Los elementos hoy disponibles, como efecto incluso de la limitada en logros, conferencia
de Durban, pues se persiste en acuerdos no vinculantes por parte de los principales
emisores de carbono en los niveles mundiales, en la cual Climate Action Tracker, una
organización que agrupa a científicos afirmó que “el mundo se mantiene sobre la
trayectoria para un recalentamiento superior a los 3°C con las graves consecuencias que
se derivan”.
Otro dato recientemente expuesto fue que el permahielo que cubre permanentemente
alrededor de un cuarto de las tierras del hemisferio norte, donde se ubica una gigantesca
reserva de carbono orgánico, restos de plantas y animales que se fueron acumulando
durante milenios, ha iniciado su descongelamiento y se empieza a descomponer
liberando en la atmósfera una parte de este carbono, bajo forma de metano y CO2. En
total, las tierras árticas contendrían unos 1.7 billones de toneladas de carbono.
Lo que representa "alrededor de cuatro veces más que todo el carbono emitido por las
actividades humanas en los tiempos modernos y el doble de lo que contiene actualmente
la atmósfera", de acuerdo con la afirmación de los biólogos estadunidenses Edward
Schuur y Benjamin Abbott, en un comentario publicado por Nature.
Según estos científicos y unos 40 expertos más de la red Permafrost Carbon Research
Network, que firman el estudio, esto representa "el triple" de lo estimado anteriormente
por los modelos de cambio climático.
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A su vez M. Hansen afirma que por arriba del límite de incremento en la temperatura de
2°C respecto a los niveles preindustriales es la certidumbre de una catástrofe a largo
plazo. “Para conservar un clima que se asemeje al del holoceno, periodo en el curso del
cual se desarrolló la civilización, es necesario mantener la concentración de CO2
atmosférico por debajo de 350 partes por millón (ppm)”. Era de 270 ppm en el siglo XIX y
hoy es de 390 ppm.
Según el investigador, célebre por haber sido el primer científico, 1988, en dar la señal de
alarma sobre la cuestión climática; el umbral de 2° Celsius de recalentamiento fijado por
la comunidad internacional, no otorga seguridad a las sociedades en el largo plazo.
El director del Goddard Institute for Space Studies (GISS), principal laboratorio de los
estudios climáticos de la NASA, presentó recientemente una reconstrucción de la
evolución de las temperaturas en los últimos 5 millones de años. “Estamos cerca de la
temperaturas existentes en periodos de hace 130,000 y 400,000, y se sabe que en estos
dos periodos el nivel medio del mar era de 4 a 6 metros superior al de hoy.
Por otro lado, la Agencia Internacional de la Energía (AIE) determinó que los países
disponen de cinco años para contener el cambio climático a dos grados centígrados,
umbral a partir del cual el Intergovernmental Panel on Climate Change (IPCC) considera
que el aumento de temperatura provocará daños irreversibles.
Además, el aumento de cerca de un grado centígrado de la temperatura media en el
último medio siglo puede vincularse con una certeza de entre el 90% y el 100% a que la
actividad humana favorece el calentamiento global, según los científicos expertos en
cambio climático de la ONU, tal como lo advierte el informe que el IPCC presentó en el
presente año en Uganda y que reporta la incidencia del aumento de dióxido de carbono
(CO2) en la atmósfera. (Ver Anexo 2).
Por ello, la estrategia económica y la estrategia climática son y serán indisociables en el
futuro. Un dato que lo confirma entre los muchos publicados recientemente es que el
año 2011 ha sido uno de los más secos en los últimos 50 en México y en Francia. Aunque
se observan diferencias regionales.
Así, la sequía del 2011 ha ocasionado que en Sinaloa menos de 50 por ciento de la
superficie agrícola se cultive en el ciclo otoño-invierno, debido a que las presas
presentaron el nivel de almacenamiento más bajo en 10 años y a que hubo una escasa
recarga durante este verano, señaló el más reciente reporte del Monitor de sequía de
América del Norte.
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Incluso las afectaciones regionales pueden ser contradictorias conforme a las diversas
actividades productivas; así, en el Estado de Quintana Roo se presentó una sequía inédita
en los meses de febrero, marzo y abril; sin embargo, no obstante una precipitación
ligeramente por debajo de la media histórica, esta estuvo bien repartida a lo largo del
ciclo agrícola del verano, originando un temporal aceptable con rendimientos de maíz por
arriba de la media, incluso duplicándolos en algunos casos.
Por otro lado, la Organización Meteorológica Mundial (OMM) precisó en su actual
informe que lo que torna particular al año 2011 no es tanto su nivel de temperaturas
como que haya sido relativamente caliente pese a la influencia de un “fuerte episodio de
La Niña que se desarrolló en el Pacífico tropical en el segundo semestre de 2010 y que
persistió hasta mayo de 2011”.
Este fenómeno climático, “uno de los más intensos de los últimos 60 años”, de acuerdo
con la OMM, provocó sequías en el este de África, en las islas de la parte central del
Pacífico ecuatorial y en el sur de Estados Unidos, e inundaciones en África austral, en el
este de Australia y en el sur de Asia.
El 29 de noviembre en Durban la OMM señaló que los 13 años más calurosos que haya
conocido el planeta desde que existen registros de temperatura se concentraron en los
pasados 15 años.
Así, no solo no se contemplaron las diferencias para la construcción de invernaderos en
latitudes distintas, en climas que contrastan con el trópico húmedo del estado de
Quintana Roo, sino que tampoco se consideraron los cambios (difícilmente se habría
podido) que se anunciaban en el horizonte como acentuadores de las dificultades que se
enfrentarían con los diseños originales y los materiales transferidos, donde lo principal no
es conservar calor sino disiparlo. Es posible que difícilmente se estuviera en condiciones
de predecir estas circunstancias cuando se instrumentaban los proyectos de
“invernaderos” alrededor del año 2000.
Mercado y Capacitación
Entre los aspectos socioeconómicos señalados por los productores como limitantes para
el desarrollo de una agricultura protegida destacan las dificultades para colocar la
producción obtenida. Pues, los volúmenes que se obtienen desde un inicio con las
técnicas de agricultura protegida, por lo general superan las posibilidades que han tenido
normalmente a su alcance para comercializarlos, consistente en ubicarlos en mercados
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regionales, en los mercados a los que tradicionalmente habían concurrido desde sus
localidades.
De hecho “mercado y distribución” es uno de los 10 factores de éxito que la revista
“productores de hortalizas” identifica como elementos críticos; del artículo “Diez
elementos críticos para desarrollar una operación exitosa de producción de hortalizas
en invernadero” aportación de Merle Jensen, editora; el cual destaca en adición a otro
que puede ser muy relevante en la entidad “el control de plagas y enfermedades”.
Por ello el planteamiento de otorgar seguridad a través de una comercializadora que
colocaría la producción de los “invernaderos sociales” permitió que se estableciera un
esquema ideal de funcionamiento, relacionado con el otorgamiento de una serie de
servicios, además de la comercialización, como sería la asesoría en el dominio de la
nueva tecnología. Una capacitación permanente para alcanzar niveles de producción que
se estimaron en los proyectos respectivos iniciales como rentables conforme a la
inversión canalizada.
Ambos aspectos, inserción en los mercados y capacitación, han sido una fuente de
fricciones y desencuentros entre los campesinos y lo que sería la matriz, hoy identificada
como “Hidroponía Maya”. Y, al margen de un análisis exhaustivo, se puede afirmar que se
ha debido a una falta de claridad y transparencia en el proceso de asimilación, adecuación
y difusión de una tecnología que puede tener una amplia gama de niveles técnicos, para
los cuales es necesario considerar los tiempos de maduración en el dominio de estos y en
la respectiva inserción y consolidación en los diferentes mercados.
Los principales puntos de las diferencias se concentran en lo que los productores
consideran cierta opacidad en los costos de producción, que incluye a la capacitación; y
en los márgenes de las posibles ganancias repercutidas a los “invernaderos sociales”.
Estas diferentes apreciaciones es conveniente esclarecerlas con independencia del
modelo de funcionamiento o relación que se identifique como el idóneo para que
Quintana Roo adquiera y mantenga el estatus que es factible le corresponda como
innovador en la agricultura protegida o en ambientes controlados de los climas trópico-
húmedos.
En cuanto a la capacitación que se requiere para el avance en los diversos niveles
tecnológicos, se estima que el 25% de la infraestructura abandonada o subutilizada en
un nivel nacional ha sido la justificación para crear recientemente (septiembre 2011) un
centro especializado para tal fin, en cuyo diseño se han identificado tres niveles técnicos.
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Así, el Centro de Innovación y Transferencia de Tecnología “El Huevo” –el más importante
en el sector agropecuario del país-, estará orientado a capacitar a los productores y
técnicos de la región (centro y norte) para detonar la aplicación de agricultura protegida.
Con este proyecto, que abarca todos los eslabones en la cadena productiva de verduras y
hortalizas, se busca impulsar la producción de agroalimentos en las vertientes:
invernaderos de mediana y alta tecnología, mallas sombra y macro túneles; transferencia
de tecnología; empaque y la incorporación a mercados competitivos, con el
acompañamiento de los Programas de Desarrollo de Capacidades, Extensionismo Rural y
Manejo Postcosecha.
De esta manera, productores y técnicos de San Luis Potosí y entidades aledañas
(Aguascalientes, Guanajuato, Zacatecas, Jalisco, Veracruz, Tamaulipas, Nuevo León,
Querétaro y Coahuila) podrán obtener una capacitación teórica (30 por ciento) y práctica
(70%) en lo referente a la instalación y operación de unidades de producción en
ambientes controlados.
Los tres diferentes niveles tecnológicos y tipos de agricultura protegida (invernaderos de
mediana y alta tecnología, malla sombras y macro túnel), con producciones desde 20
kilogramos metro cuadrado y hasta 58 kilogramos, en tomate racimo, los hace un
referente de producción y tecnología.
Este proyecto, afirmó el Secretario de Agricultura, “además de fomentar una actividad
amigable con el medio ambiente, aumenta los rendimientos, y contrarresta los efectos
por el cambio climático”. Y “vincula a otras empresas que ya tienen un mercado cautivo
nacional e internacional, con lo que queda resuelto desde el origen la parte de la
comercialización de los proyectos que aquí se concreten, además de la incorporación de
los productores de tomate de esta región en la nueva marca -Teki Toma- del Comité
Nacional del Sistema Producto Tomate”.
Como se puede apreciar, el hecho de haber situado centros de capacitación en los
estados de San Luis Potosí y Guanajuato, deja de lado una agricultura protegida con
características de trópico húmedo como sería necesario para el sureste del país, aunque a
la fecha se le puede considerar como poco significativa por la superficie que representa
en los niveles nacionales (0.1%). Por ejemplo, en San Luis Potosí la precipitación media es
de 390 mm y la temperatura de 16.9 °C; un clima árido con inviernos fríos.
Así, no está demás mencionar, por el carácter y orientación de la información emanada
de instancias centrales, que el referente de estos centros, inaugurados en el 2011, son los
cultivos de tomate, pimientos, pepinos y calabazas, con condiciones de producción de
menores temperaturas y humedad que los que prevalecen en el Estado de Quintana Roo.
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Desarrollo tecnológico
La producción y cultura del chile habanero no solo es consubstancial a los estados de la
península de Yucatán, sino que durante los últimos 5, 6 años ha permitido un giro en la
orientación de la agricultura bajo ambiente controlado en el Estado de Quintana Roo,
conducida básicamente por los productores de los “invernaderos sociales”.
Las contribuciones de mayor relevancia se han concentrado en tres elementos esenciales:
1) En la reorientación de la producción de tomate a chile habanero bajo crecimiento
indeterminado, lo que ha permitido multiplicar por un factor de 10, 12 los rendimientos
usuales obtenidos mediante el cultivo tradicional;
2) En la contribución a un rediseño de las estructuras o invernaderos proporcionados por
las instituciones, entre otros aspectos aplicando un protector al plástico de la techumbre
para bajar la radiación y en consecuencia la temperatura en el interior de los
“invernaderos” y
3) En la innovación de los sustratos para sustituir al propuesto por “Hidroponía Maya”
originalmente de fibra de coco, probando diferentes mezclas de la región y con una fuerte
proporción del ingrediente de mayor presencia en la península, material pétreo.
La reorientación efectuada por los productores es posible apreciarla con claridad al
observar las directrices que a mediados del sexenio 2006-2011 se sostenían en cuanto a
los objetivos de producción.
Se cita en extenso el planteamiento denominado Plan Sectorial de Agronegocios (PSA) en
lo concerniente a agricultura protegida, “Para el caso específico de este agronegocio
solamente se refiere al cultivo de tomate bajo ambiente controlado, dado que el cultivo
de cielo abierto no es significativo. Este agronegocio surge impulsado por el gobierno
estatal, buscando llevar opciones productivas a las zonas mas deprimidas, básicamente
aquellas en las que la agricultura es una actividad sumamente difícil, dado que los
terrenos son extremadamente pedregosos y por consiguiente de productividad muy baja
o nula. En la actualidad se encuentran instalados 36 invernaderos que cubren una
superficie de 3,600 m2 cada uno, lo que significa una superficie total de 12.9 ha. bajo
ambiente controlado, las cuales tienen un potencial productivo de 1,560 toneladas al año,
en el último registro de 2004 se obtuvo una producción de 950 toneladas, muy por
debajo de la demanda estatal situada en 4,400 toneladas. Los invernaderos se
encuentran ubicados en terrenos de propiedad ejidal, distribuidos en 16 comunidades de
los municipios Felipe Carrillo Puerto, José María Morelos y Lázaro Cárdenas. El esquema
de organización se conforma de 36 Sociedades de Producción Rural de entre 6 y 10
socios, aglutinando a 330 productores en un primer nivel organizativo, en un segundo
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nivel se han constituido 4 empresas Integradoras bajo la figura de Uniones de SPR
orientadas a hacer más eficiente la administración gerencial y facilitar el acopio para la
comercialización”.
En cuanto a la inercia productiva que se estableció en la entidad, hacia tomate, se puede
afirmar que estuvo basada en la orientación nacional, misma que se refleja los siguientes
cuadros.
Cuadro 2 y 3. México es el principal exportador de tomates y pimientos a Estados Unidos. Revista
productores de hortalizas. Noviembre 2008.
El giro productivo en la agricultura de Quintana Roo se puede apreciar por los datos
recabados y externados a partir de algunos de los invernaderos sociales que se
aventuraron en el cambio señalado de tomate a chile habanero, del que manifiestan
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poder mantenerse en un nivel de rendimientos de 10 Kilogramos/metro cuadrado en
cultivo indeterminado.
Fotos. 3 y 4. Invernadero U Yumil Nah de Mujeres Mayas en Xhazil sur Municipio de Felipe Carrillo
Puerto, donde se pueden apreciar las innovaciones señaladas.
Incluso entre las diferentes visiones para obtener productos con el menor costo posible
en uso de insumos se presentan casos extremos de productores aislados que postulan
otra vertiente en la cual la principal característica insiste en lo innecesario del
invernadero, rescatando solo las espalderas para la producción mediante crecimiento
indeterminado, lo cual no deja de ser excepcional por la cantidad de plagas y
enfermedades que caracterizan a las regiones tropicales. Sin embargo el ejemplo un tanto
exitoso de este caso se puede apreciar a continuación, con las trampas químicas y
biológicas para el control de plagas y transmisores de enfermedades. Fotos 5 y 6.
Fotos 5 y 6. Producción de tomates en espaldera con rendimientos de 80 ton/ha.
Pues, “se debe tener en cuenta que si bien, las condiciones ambientales dentro del
invernadero le son favorables a las plantas para que expresen su potencial de
producción, también son favorables para la presencia y daño por plagas y enfermedades,
por lo cual se deben implementar medidas preventivas y correctivas, pues plagas y/o
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enfermedades pueden acabar con el cultivo en su totalidad en un corto espacio de
tiempo”; así, al mismo tiempo que se protegen los cultivares, se exponen a su vez a
ataques de plagas y enfermedades por las condiciones de vida propicias que se le proveen
a los mismos.
Con todo, actualmente se puede afirmar que casi la totalidad de la agricultura protegida
está orientada a la producción de chile habanero (se estima un 90% aproximadamente)
en lo que en un inicio se proyectara para el cultivo de tomate vía “invernaderos sociales”.
Con independencia de a quienes se les podría otorgar el mérito de este giro, es pertinente
señalar que en adición a ese primer paso, otro factor que puede estar incidiendo
últimamente, es el hecho que a mediados del año 2010 se decretara la norma oficial para
el chile habanero, dejando como usufructuarios a los agricultores de la península de
Yucatán.
Tipología insuficiente: materiales y montos de inversión
Las clasificaciones de los invernaderos se relacionan básicamente con las características
de la estructura y a las formas que con variaciones mínimas las empresas internacionales
han adecuado principalmente a climas de bajas temperaturas y a regiones desérticas con
oscilaciones de temperatura diarias que pueden ser fuertes. Un ejemplo es el catalogo de
la empresa española citado con antelación.
Otro ejemplo que permite apreciar esta tendencia es una clasificación expuesta en la
revista “Productores de hortalizas”:
“• Baja Tecnología: estructuras de baja inversión, con tecnologías de producción
similares a las de cultivos de campo, con alta vulnerabilidad al clima externo. El factor de
mayor ponderación para su adquisición es el precio. En este segmento (mallas–sombra),
los fabricantes mexicanos compiten con empresas extranjeras, al no incurrir en gastos de
transporte que implica llegar a otros países.
• Mediana Tecnología: estructuras de mediana inversión, con tecnologías de producción
avanzadas y vulnerabilidad al clima externo sólo en climas extremos.
• Alta Tecnología: estructuras de inversión elevada, con altas tecnologías que implican
automatización, mecanización, eficiencia en el uso de espacios y gran independencia del
clima.”
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Es una clasificación sencilla que encubre la complejidad en la que se realiza la agricultura
protegida, hace especial énfasis en el aspecto climático, como se puede apreciar, y en
particular principalmente en relación con las temperaturas bajas.
En este mismo sentido, “respecto a los materiales con que se construyen los invernaderos
en territorio mexicano, Niv Dardik, responsable de Netafim América Central, señala que
50 por ciento son invernaderos de polietileno, 45 por ciento de malla sombra y 3 por
ciento de vidrio.” Que es otra manera de expresar tecnologías medias, bajas y altas,
clasificación que se refiere a la parte externa o cobertura del invernadero e
indirectamente a la estructura.
Figs. 2 y 3. Cultivos y nivel tecnológico de los invernaderos y la agricultura protegida en México.
Una precisión extensiva de la tipología anterior se basa a su vez en los montos de esas
inversiones, proponiendo algunos rangos clasificatorios con un indicador en base a la
inversión por metro cuadrado, lo cual tiene una fuerte correlación con el tipo de
estructura y la automatización. En esta clasificación serían aquellos construidos con
vidrios y estructuras metálicas con un nivel alto de automatización los de mayor costo y
corresponderían al invernadero tipo “venlo” holandés con 1,500 pesos por metro
cuadrado, al cual identifican con alta tecnología. Corresponden a las inversiones de 250
pesos los de un nivel medio y al rango menor a 150 los de baja tecnología.
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En otra clasificación expuesta en el 2007, imagenagropecuaria.com remarcó que “para
acabar con los seudoconstructores de invernaderos, la AMCI (Asociación Mexicana de
Constructores de Invernaderos) en coordinación con la Universidad Autónoma de
Chapingo (UACh) elaboró un estudio sobre los criterios agronómicos que deben
considerarse para manejar un invernadero”.
Resultado de este estudio se clasificó a los invernaderos en cuatro tipos, para trópico
húmedo, trópico seco, altiplano y desierto. Asentaba que “Cada uno de estos
invernaderos tiene un criterio agronómico; el cual se basa en una investigación en
fisiología vegetal y la temperatura del medio ambiente”.
Luego de asegurar que a través de estas cuatro tecnologías podría resolverse el problema
de los invernaderos, se expresaba que estaban a la espera de la autorización de la norma
correspondiente –la cual ya se encuentra terminada- a fin de que pueda aplicarse en lo
inmediato.
El titular de AMCI explicó que el objetivo de la norma es el poder beneficiar al productor
para que conozca qué debe tener un invernadero y cómo opera; los constructores
también se verán favorecidos al contar con un criterio agronómico para su edificación,
dependiendo de la región, clima y producto del que se trate; y también servirá para que el
gobierno se base en ésta al dar los apoyos en la materia.
Sin embargo es pertinente aclarar, a pesar de lo expresado, que el invernadero tropical
adquiere esa categoría solo por tener ventilación cenital, como se puede apreciar en el
catálogo que presentan del citado estudio diferentes agrupaciones.
Foto 5. Revista Productores de Hortalizas. Pedro Ponce Cruz. Mayo de 2011
En otra clasificación similar expresada como “Características de los tipos de invernaderos
construidos en la diversa geografía mexicana” de la misma revista “Productores de
Hortalizas” definen cinco tipos de invernadero utilizados en México: para climas
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templados, para climas tropicales, para cualquier tipo de clima, macrotúneles y casa-
sombra.
No obstante la generalidad para establecer las categorías, del mismo artículo es
rescatable una observación, “las estructuras que han dado mejores resultados son
aquellas que permiten alcanzar tres metros cúbicos por cada metro cuadrado de
superficie. En estas condiciones se logra un mejor desarrollo de los cultivos altos (tomates
y pimientos, por ejemplo).”
Fotos 6 -9. Dos invernaderos rústicos con tomate y chile habanero en comunidades del sur del estado de
Quintana Roo. 2009 y 2010. Ejidos Pantera y Margarita Maza de Juárez.
El sustrato
“Es importante destacar que tanto en México como en España, el 80% de la producción
bajo invernadero se realiza en suelo. Una de las ventajas del cultivo en suelo es el que
tiene una alta capacidad de amortiguamiento desde el punto de vista nutrimental y de
manejo del agua, es decir que en caso de tener interrupciones pasajeras en el suministro
del agua y elementos nutritivos, el sistema no se ve tan afectado como ocurre con el
sistema de cultivo en sustrato. Además este sistema se presta para iniciar un proceso de
aprendizaje en la horticultura protegida, pues es muy similar al manejo de la fertirrigación
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en la horticultura a cielo abierto y en el cual, por lo general, los productores de hortalizas
ya tienen experiencias” (Castellanos, 2003).
Sin embargo este no es el caso en el estado de Quintana Roo, donde el tipo de suelo ha
hecho necesario un manejo o alteración del mismo que se ha orientado en dos
direcciones, si no antagónicas, al menos sustantivamente diferentes. Una ha sido
mediante la incorporación de un sustrato ajeno a las condiciones del estado, de
importación, para horticultura en principio de alta gama, pero costoso, como es la fibra
de coco importada. (Ver Anexo 3). La otra ha consistido en una serie de ensayos
efectuados por los productores de los “invernaderos sociales” con diversas proporciones
de los suelos Kankab y T’zekel, este ultimo pulverizado en una gravilla fina.
Recordemos que ha sido en los suelos Kankab, uno de los pocos en los que se ha
desarrollado la horticultura maya y en las adecuaciones de los solares con diferentes
grados de pedregosidad. Es una síntesis de las formas de hacer agricultura intensiva a
partir de recursos restringidos de suelo y agua, de la conciencia de dichas limitantes, con
materiales, ideas y posibilidades de comercialización que han sido provistas desde el
exterior, lo que ha permitido en el caso del sustrato bajar costos hasta una décima parte.
Foto 10. Sustrato actual con materiales de la región en estructura rústica. Chunhuas. F.C.P.
Quintana Roo en el universo de la Agricultura Protegida
Con independencia de los cambios dinámicos que se han dado en la agricultura protegida,
acepción amplia de invernaderos, son pertinentes algunas cifras de México y el mundo en
las que se toman como base las 12,540 hectáreas en el país del censo agropecuario del
año 2007.
De acuerdo con Miriam Chávez Ruiz, Asociación Mexicana de Horticultura Protegida
(AMHPAC) “La superficie total de invernaderos y macrotúneles en el mundo ronda 1
millón 600,000 hectáreas, concentrándose el 80% en el este asiático [Espi et Al., 2006]. La
otra gran área de concentración es la zona mediterránea, con un 12% de la superficie
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mundial. México por su parte, contribuye con el 0.78%, de la superficie mundial [Banco
de México, FIRA], EUA con el 0.69 % y Canadá con el 0.03 % de la superficie mundial.
“En los países desarrollados, el principal costo de cultivo en invernaderos es la mano de
obra. Así, en México se observa una mayor superficie cubierta y un mayor crecimiento en
los últimos años, mientras que en EUA y Canadá se ha frenado su crecimiento por el
incremento en costos de mano de obra y combustibles y, por supuesto, por la pérdida de
rentabilidad derivada de la oferta mexicana.
Hoy día, es una necesidad vital conocer el tamaño, localización y estacionalidad de la
oferta de los productos de invernadero y contrastarlas con las mismas variables de la
demanda a fin de estar en condiciones de poder tomar las mejores decisiones para el
desarrollo competitivo de la agricultura protegida en México.
A base de prueba y error se ha desarrollado una buena experiencia nacional para la
selección de sitios, tecnologías y comercialización, lo cual está mejorando el desempeño
de las unidades productivas e incrementando su competitividad en el ámbito regional,
poniendo presión a sus competidores del resto de Norteamérica.”
Como se puede apreciar es un amplio espacio el que tendrán que recorrer los
productores para alcanzar un mejor posicionamiento de la agricultura protegida del
estado en el país y el mundo, desde las probablemente 100 hectáreas existentes en la
actualidad, con base en los rendimientos y productividades que han demostrado son
factibles de obtener en el cultivo de chile habanero de hábito indeterminado. (Los datos
mundiales de la producción de chile se pueden apreciar en el Anexo 4).
Como contraste, los siguientes datos de la misma fuente, que se refieren a medias
nacionales, son referentes a considerar sobre la base de que “Una estructura casa-sombra
produce unas 160 t/ha de tomate; mientras que en un invernadero con tecnología media
y mejor sustrato, podrían lograrse 350 t/ha; y en uno de alta tecnología, más de 500 t/ha.
Más del 50% de estructuras comerciales son casas-sombra, según indican los
comercializadores de invernadero en México, el 48% corresponden a invernaderos de
plástico y únicamente el 1% son estructuras de vidrio.
El 76% de los productores de invernadero no invierte en asesoría técnica, por
considerarlo innecesario o porque no confía en los asesores. Por otra parte, México no
cuenta con suficiente personal técnico capacitado en la producción en invernaderos, y
la mayoría de productores con espacio productivo inferior a 5 ha, no cuenta con
recursos suficientes para pagar el salario de un buen técnico.
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El índice de abandono es nulo en regiones vinculadas al mercado de exportación. Tal es el
caso de Sinaloa, Jalisco, Michoacán o Guanajuato. Además, existen desarrollos locales en
la región sur-sureste de México, donde el crecimiento es a menor ritmo pero interesante.
Por otra parte, un estudio de AMHPAC muestra que algunas entidades registraron hasta
40% de abandono del total de extensión.”
Ciencia, material genético y denominación de origen.
Pareciera que se presenta un paralelo entre el logro de un registro para un cultivo con
denominación de origen y dificultades en la obtención del material genético. Con el chile
habanero (Capsicum sinense) ha sucedido algo similar a las dificultades que enfrentara el
tequila (Agave tequilana) al final de la década de los noventa, cuando una enfermedad
diezmó la base genética del cultivo.
La realidad es tenaz en demostrar las debilidades, las faltas de una mínima prospectiva;
pues, en el año 2009 se liberó la semilla “Jaguar” por el INIFAP en el estado de Yucatán,
que reportaba aún sus rendimientos en base al sistema de siembra con hábito
determinado y potencial de 28 toneladas/ha en densidad media, con la promesa que se
comercializaría a través de la Fundación Produce, beneficiando a 20 productores en esa
primera etapa. (Revista Yucatán julio 2009).
A finales del 2010, “el Instituto Nacional de Investigaciones Forestales, Agrícolas y
Pecuarias (INIFAP), se fijó acabar con uno de los obstáculos de la producción del picante:
la falta de semillas, en coordinación con productores particulares. Ahora por medio de los
investigadores del INIFAP que obtuvieron la variedad Mayapán, la cual reúne
exactamente los requisitos del chile habanero que le valió a la Península de Yucatán la
denominación de origen”.
Se puede apreciar un desfase del área de ciencia y transferencia de tecnología en la
generación y liberación de material genético, así como en las técnicas que se describen tal
como se expresa en las metas de producción; quizá esa falta de atención sea un reflejo
inconsciente de una subvaloración de los materiales locales.
De igual forma una base estadística débil, inconsistente que difícilmente permite
visualizar una perspectiva del pasado inmediato se puede apreciar en los datos de los
sistemas nacionales y de los que publican incluso las áreas de investigación.
Así, “de acuerdo con cifras del Servicio de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP),
en 2009 las tres entidades de la península de Yucatán sumaron 445 hectáreas sembradas
con chile habanero, siendo Yucatán la de mayor extensión: 351.
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La superficie cosechada en 2009 fue de 423 hectáreas en total, con 5 mil 431 toneladas
de producción, cuyo valor fue de 91 millones 623 mil 254 pesos. El precio al productor en
ese mismo año fue, en promedio, de 16 mil 870 pesos por tonelada, aunque en Quintana
Roo alcanzó el precio más alto pagado al productor: 22 mil 834 pesos por tonelada.
También fue ese estado el que registró el mayor rendimiento por hectárea en 2009; con
una superficie de casi 26 hectáreas de invernadero logró un promedio de 71.78
toneladas por hectárea. Por su parte, Campeche reporta solamente 1.5 hectáreas bajo
invernadero; en esta entidad la producción por hectárea fue de 21 toneladas.”
Ya en el 2009 el SIAP reportaba que los rendimientos en Quintana Roo eran superiores a
los del resto del país incluyendo a los otros dos estados de la península, al tiempo que se
continuaban registrando, en diferentes trabajos de investigación, técnicas que ya habían
sido superadas por los productores con base en agricultura protegida, tal como se refleja
en una investigación del INIFAP en el estado de Tabasco y Yucatán. Ver Anexo 5.
Cuadro 4. Producción, rendimientos y valor de la producción a nivel nacional de chile habanero.
Años Superficie
sembrada (ha)
Producción
(t)
Rendimientos
(t ha-1
)
Valor de la
producción ($)
2000 94.20 534.66 10.29 6,019,499.95
2001 216.36 1409.28 9.10 17,036,693.01
2002 854.40 2602.98 6.68 21,533,461.68
2003 680.48 4589.57 7.22 33,569,036.00
2004 955.59 5183.17 7.82 54,190,556.00
Fuente: SIAP, 2007
Los datos del cuadro fueron la base para ubicar el potencial productivo en el estado de
Tabasco a cielo abierto, mismos que desconocían y no registraron los avances obtenidos
en el Estado de Quintana Roo en torno a esas fechas en agricultura protegida.
La conclusión del estudio señalaba que “El rendimiento potencial del chile habanero para
el estado de Tabasco en el ciclo primavera verano es de 29.5 t /ha, y para el ciclo otoño
invierno de 31.2 t/ha, rendimientos que son superiores al promedio nacional de 7.82
t/ha. Así mismo, son superiores a lo reportados por el estado de Chiapas, quien reportó
los rendimiento más altos en el año 2004 con 15 t/ha (SIAP- SAGARPA, 2008).”
Con esto se pretende señalar además de los avances que se han tenido en el Estado de
Quintana Roo, las lagunas o vacíos que persisten y a los cuales es necesario dar atención
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para consolidar el desarrollo de la agricultura protegida en su vertiente de chile
habanero.
Resta en este aspecto solo señalar que se debe tener una especial atención a los
descubrimientos relacionados con el chile habanero reportados en ámbitos del
mejoramiento o la competencia posible por las características que se pudieran lograr
detectar, como es un mayor grado de pungencia o Unidades de Calor Scoville (SHU por
sus siglas en ingles), para analizar la conveniencia de incorporarlo y producirlo bajo
contrato. Por ejemplo la variedad “Bhut Jolokia” bautizada así por los americanos es tres
veces más picosa que el habanero “Scotch Bonnet”, de cultivo común en el estado. Ver
Anexo 6.
Fig. 4. Unidades de Calor Scoville (SHU) o pungencia por tipo de chile
Pues un imperativo insoslayable es fusionar ciencia y técnica, investigación con
desarrollo; recordemos solo dos hechos: El primer país en percibir la íntima asociación
entre ciencia y desarrollo fue Alemania, cuyas grandes empresas -Zeiss, Siemens, Krupp-
empezaron en el siglo XIX a montar laboratorios. El arranque de la industria
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estadounidense solo se produjo en los años veinte, cuando el Gobierno federal y el recién
creado National Research Council atizaron a todas sus grandes empresas -Westinghouse,
Kodak, Standard Oil, Du Pont, AT&T, General Electric- para que apostaran en firme por la
investigación.
Posibilidades de industrialización
Un aspecto que también está presente desde hace por lo menos 10 años radica en las
iniciativas por industrializar, por ofertar productos derivados del chile habanero, entre los
que se pueden identificar ya una gama variada que va desde salsas con fórmulas de
preparación familiares que tienen al mercado nacional como objetivo, hasta otras que se
consideran “gourmet” que aspiran a posicionarse en el mercado mundial, pasando por
compuestos menos comunes y de mayor pungencia o picosidad como en el caso de
aceites y pastas.
Un ejemplo de esa gama está representada por productos de los tres estados de la
península. Aceite y crema “Doña O” del estado de Campeche; salsas “Fuego Maya” y “De
Boca en Boca” de Yucatán y salsas gourmet CHIICK de Quintana Roo. Sin duda, apenas es
el inicio de una multiplicación de diferentes tipos de salsas y derivados del chile habanero
tal y como existen diferentes mezclas y orígenes del café o de tequilas diferentes,
destinados a una variedad de gustos y preferencias.
Foto 11. Diversas salsas actualmente producidas en los estados de la Península de Yucatán
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Giros o comportamientos inesperados
En esencia se han observado cuatro giros básicos en cuanto a los proyectos iniciales. Los
relativos a la orientación de la producción y el diseño que han sido expuestos líneas
arriba; y faltarían por analizar, aún sea brevemente, aquellos correspondientes a la
participación de la mujer y a la dispersión geográfica o territorial de la actividad.
La acotación de género se impone y hace necesario establecer un seguimiento sobre los
niveles de eficiencia que adquieran en general las mujeres que participan en agricultura
protegida, baste señalar que las mujeres contribuyen en gran parte y son determinantes
en las actividades del solar, además de su activa e imaginativa incidencia en las demás
actividades productivas del campo.
Así, con la información disponible de los “invernaderos sociales” se puede afirmar que
tienen un porcentaje mayor de éxito que los hombres, en base a las instalaciones que se
pueden calificar de exitosas, y además, en la actualidad participan en una mayor
proporción, presentando probablemente tasas más bajas de deserción que los hombres
quienes tienen otras opciones a las que recurren con regularidad, sobre todo, ante las
incertidumbres que se presentaron durante el proceso “curva” de aprendizaje, entre los
años 2001 y el 2006.
Una primera estimación en base a la permanencia y el éxito de los “invernaderos
sociales” que iniciaron a principios de la década pasada sugiere la siguiente evolución
favorable a las mujeres. Con la sexta parte del total conformado por mujeres, hoy es
exitoso uno que corresponde a X-hazil, en tanto que las cinco sextas partes restantes
controlados por hombres consolidan dos, Tihosuco y Chunhuas; aunque sería pertinente
definir y levantar la información de indicadores con un mayor contenido cuantitativo.
Respecto a la difusión e implantación de las actividades de agricultura protegida que se
ha observado hacia la totalidad del estado, los registros e inventarios disponibles
constatan un gran entusiasmo en el sur de la entidad, así como en las comunidades
aledañas a los casos exitosos. En los municipios del sur se tiene una participación cercana
al 25% del total de instalaciones en el estado, cuando era prácticamente inexistente a
mediados de la década pasada.
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Elementos promisorios y advertencia
Angustias e incertidumbres no se reflejan en Quintana Roo.
No se expresan o se manifiestan las mismas incertidumbres en el campo quintanarroense
que las que se reseñan para otras áreas, regiones o países; e incluso se presentan
dinámicas de crecimiento poblacional diferentes y un tanto contrastantes, por situarse el
agro del estado, contiguo a un área de servicios exitosa que beneficia al medio rural con
una paulatina mejoría de los estándares de vida; aunque lo realmente relevante que se ha
podido observar durante los últimos años es que contra una inercia de baja productividad
histórica y contra los bajos pronósticos asociados a esas condiciones restrictivas, se
atisban posibilidades de crecimiento y éxito productivo en el campo maya.
Ello es efecto tanto del bienestar general generado como de una repercusión no explicita
en la conducción de los presupuestos estatales orientados al sector agropecuario y
pesquero. Con todo, es del todo conveniente preparar las condiciones que en breve
aparecerán con una competencia acendrada en este ámbito de la economía mundial, la
agricultura protegida, su diseño, alcances y orientación amigable con el medio ambiente.
Así, al cierre del primer semestre de 2011, de acuerdo con el Coneval, 17 estados de la
República (Aguascalientes, Baja California –primer lugar en este renglón–, Colima,
Chihuahua, Durango, Nuevo León, Oaxaca, Puebla, Querétaro, San Luis Potosí, Sinaloa,
Sonora, Tabasco, Tamaulipas, Veracruz y Zacatecas) y el Distrito Federal (escalón número
5) reportan un nivel histórico en personas que perciben ingresos inferiores al valor de la
canasta básica. Otras cinco entidades están cerca de alcanzar dicho estatus (Baja
California Sur, Guanajuato, Guerrero, estado de México y Tlaxcala). Lo cual ubica al estado
de Quintana Roo en el tercio superior en cuanto a ingreso y bienestar.
Con independencia de que el Índice de la Tendencia Laboral de la Pobreza (ITLP), que
muestra la tendencia de la proporción de mexicanos que no pueden adquirir la canasta
alimentaria con el ingreso de su trabajo, “se encuentra en el peor nivel desde el inicio de
su medición, superando incluso al registrado durante la crisis de 2009”.
En este contexto de incertidumbre, desaceleración económica y volatilidad de los
mercados, los resultados del ITLP reflejan la ausencia o deficiencias de una política que
solucione el problema de pobreza. Y se debe considerar que entre 1992 y 2010, el
número total de pobres aumentó 25 por ciento; actualmente 57.7 millones de mexicanos
se encuentran en esta precaria circunstancia; casi 20 años atrás, sumaron 46.13 millones.
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Por el contrario, en la entidad no se observan las incertidumbres asociadas, lo cual se
confirma con las expectativas registradas mediante una encuesta, publicada
recientemente en la que se puede apreciar la percepción de los habitantes en el estado
de Quintana Roo que lo ubica prácticamente en la cima del país.
Fig. 4. El optimismo en el estado de Quintana Roo
Son dos elementos que sugieren amplias condiciones en cuanto a la predisposición de los
productores del agro en el estado, para involucrarse en proyectos que aprecien con
posibilidades de éxito, como las que se presentan en la coyuntura actual de disponibilidad
técnica, y creciente participación en el mercado a partir del logro del registro del chile
habanero como uno de los 8 productos mexicanos con certificado de origen.
Las adquisiciones o inversiones de países en crecimiento.
El interés de China por el acceso a reservas de petróleo es de sobra conocido: “No hay un
CEO de una petrolera latinoamericana importante, ni uno solo, con el que los chinos no
hayan hecho contactos”, afirmaba recientemente el diario económico argentino El
Cronista.
Tantos recelos como con el petróleo, provocan en Argentina la posibilidad de que China
no se limite a comprar soja o maíz, sino que compre la tierra en que se produce. Una cosa
es firmar, como hizo recientemente el ministro de Agricultura, acuerdos para garantizar
determinados suministros de carne, cebada, lácteos, manzanas y bambú, por ejemplo, y
otra que alguna provincia haya decidido “ceder” a una empresa china más de 300.000
hectáreas para el cultivo de soja. El gobierno de Cristina Fernández de Kirchner ha
anunciado ya una ley, parecida a la que ya existe en Brasil, para limitar al 20% de tenencia
total de tierras rurales en manos extranjeras, con un tope de 1.000 hectáreas en manos
de la misma persona o empresa no argentina.
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Otro referente en el proceso productivo directo de hortalizas; de costos, en este caso
relacionado con la mano de obra en particular, y en general se refiere a la competitividad
en un mundo cada día más integrado, se puede apreciar con las actividades directas que
los productores chinos desempeñan en Sudan, respecto a los cuales los agricultores
mayas se puede afirmar que son rivales en imaginación y productividad.
En la granja de Fan Hui Fang. En el extrarradio de una ciudad atestada con más de cinco
millones de habitantes, donde en vez de asfalto y edificios hay solo caminos de tierra y
casas de adobe. En esta finca de cinco hectáreas, Fang produce, cada año, 1.400
toneladas de verduras chinas que vende a las corporaciones asiáticas que emplean a
miles de chinos en la construcción de presas sobre el Nilo o en la explotación del
petróleo.
La experiencia como agricultor en su Shandong natal y un agudo olfato para los negocios -
rasgo típico del pueblo chino- le sirvieron para identificar el nicho de mercado. En Sudán
hay agua, abundante sol y buena tierra, y sus compatriotas suponen una demanda
estable, razona. Así que se lanzó. "Compré la parcela e importé semillas. Hubo dos años
malos por las plagas y el calor, pero ahora todo va bien. Tengo planes incluso para
exportar". “Hemos venido a traer la felicidad a los sudaneses".
La consultora Consultancy Africa Intelligence lo confirma: antes de la escisión del país en
julio de este año, China (1.300 millones de habitantes) era el primer inversor en Sudán y
compraba el 71% de las exportaciones del país africano. El vacío dejado por las
desinversiones de las potencias occidentales en la década de los noventa, destinadas a
aislar económicamente a Sudán, solo sirvió para echar en brazos de Pekín a un país rico
en recursos.
De esta forma, sin apenas hacer ruido, China se ha convertido en el mayor prestamista
del mundo al conceder 110.000 millones de dólares en créditos entre 2009 y 2010,
superando al Banco Mundial (según una investigación reciente de Financial Times).
Las cifras son reveladoras: el centro de estudios The Heritage Foundation estima que
China ha invertido o cerrado contratos por más de 260.000 millones de dólares en África,
Asia y Latinoamérica desde 2005 hasta junio de 2011.
Esa cantera inagotable de mano de obra permite a Pekín ofrecer un tentador paquete
como moneda de cambio para la extracción de recursos. El nuevo Mesías pone encima de
la mesa financiación blanda, tecnología y capital humano para erigir infraestructuras más
rápidas y baratas que nadie. Para acceder a estos proyectos llave en mano, el país
receptor solo tiene que ceder sus minas aún por explotar o abrir el grifo que haga fluir el
oro negro que alberga el subsuelo.
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Por otro lado y en términos más amplios. Esta estrategia alcanza en Angola -segundo
mayor suministrador de petróleo a China- una dimensión sin parangón. Una población
china que ronda los 200.000 efectivos se emplea como albañiles, soldadores, electricistas,
ingenieros y arquitectos para reconstruir las entrañas de un país que sufrió la guerra civil
más duradera de África -27 años- y cuya economía, impulsada por el aumento de los
precios del crudo, registra tasas de crecimiento asiáticas. A 20 kilómetros al sur de la
capital, Luanda, un proyecto representa mejor que ningún otro la magnitud china en el
resurgir de la excolonia portuguesa: el complejo residencial de Kilamba Kiaxi.
En una extensión de 56 kilómetros cuadrados, una marabunta de 15.000 empleados a
sueldo de la estatal china CITIC trajina entre cementeras y grúas móviles con el propósito
de levantar la primera ciudad angoleña totalmente nueva desde la independencia, en
1975. A distancia, la obra inmobiliaria más grande del planeta, cuyo presupuesto ronda
los 10.000 millones de dólares, se asemeja a un conjunto de inmensos panales cuyas
abejas se arremolinan y revolotean sin descanso.
"Los chinos nos sacrificamos más, tanto en lo personal como en lo corporativo. Los
occidentales invierten un dólar y quieren ganar dos. Nosotros nos conformamos con
ganar 10 centavos. Ello explica que los chinos triunfen donde los occidentales no pueden
hacerlo".
Miles de pequeños empresarios chinos han salido al nuevo mundo para hacer fortuna,
muchos de ellos aventurándose en cruzadas inverosímiles que en ocasiones han
desembocado en historias repletas de éxito. Nos hemos cruzado con ellos en las
plantaciones de caucho del norte de Laos, en las reservas madereras de la Siberia rusa o
en el corazón de la Argentina rural, en busca de la soja que garantice la seguridad
alimentaria de las generaciones futuras del gigante asiático.
La producción china, que en la última década ha arrasado en no pocos países industrias
enteras como el textil o el calzado, continuará inexorablemente su avance. A ello
contribuirá el deshielo en el Ártico que, como consecuencia del calentamiento global,
permitirá en quizá una década que las mercancías chinas accedan a los mercados
europeos y a la Costa Este de Estados Unidos en la mitad de tiempo que necesitan hoy. La
nueva ruta marítima, que será navegable varios meses al año, permitiría reducir la
travesía en más de 6.000 kilómetros. En síntesis, o desarrollan el medio rural los
productores de Quintana Roo con el apoyo de las instituciones; o, con el nivel de apertura
del país, no sería extraño que lo hiciera otro con mayor iniciativa, siendo uno muy
probable, China.
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“La actitud lo es todo”
Conclusiones y líneas de acción
Los giros, las reorientaciones prácticas que se han presentado durante los 10 años de
impulso a la agricultura protegida en el estado de Quintana Roo, se han manifestado en
muy diferentes ámbitos de una actividad productiva que comprende desde el
cuestionamiento de los acerbos técnicos trasladados desde otras latitudes a las
condiciones del trópico húmedo de la entidad, hasta la participación creativa de los
productores; lo que incluye además, entre otros aspectos, un replanteamiento de las
actitudes, una reflexión sobre la especialización que debieran asumir las instituciones
tanto administrativas como de servicios y generadoras del conocimiento.
Son aspectos cuya interrelación son la base para que la producción de hortalizas en
Quintana Roo se constituya en el motor del desarrollo rural, que tal como se ha alcanzado
a entrever y se ha expuesto en el documento contiene un potencial real que es factible
concretar extendiendo los ajustes o adecuaciones que ya se han instrumentado y del que
a continuación se presenta una síntesis.
El conocimiento del manejo y los cambios para producir chile habanero en sustitución de
tomate como principal cultivo en la agricultura protegida de Quintana Roo, la demanda
nacional e internacional, con independencia de fuertes competencias cimentadas en
hallazgos de chiles con mayor pungencia (Bhut Jolokia y Red Savina) o con mayor número
de Unidades de Calor Scoville (SHU por sus siglas en ingles), así como una base aún
endeble en el rescate de material genético; hacen confirmar que se debe consolidar la
reorientación de la producción hortícola en el estado hacia el rescate y consolidación de
su principales componentes históricos, los cuales trascienden al chile habanero; sin
embargo, este constituye una plataforma ideal para proyectar a la agricultura maya en el
mundo.
Las aportaciones efectuadas en cambios a la estructura y el sustrato, con ahorros en
inversión y el redimensionamiento de la superficie, ajustándola a las posibilidades de los
productores, en particular impulsada por las instituciones que han respondido a una
demanda creciente de estos componentes (CDI y desarrollo rural en los municipios),
respaldados en éxitos de las pruebas bajo ensayo y error, perfilan superficies de medio
mecate por productor en sociedades de 6 integrantes (dos naves de 600 metros
cuadrados cada una), en la concepción rústica que consiste básicamente en construir con
materiales regionales, tanto en estructura como en sustrato, asegurando para ello la
disponibilidad de riego.
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Un reinicio ambicioso procurando facilitar la incorporación del mayor número de las
comunidades y ejidos en el estado a esta actividad, con un esquema diferenciado de
apoyos, pero partiendo de esta concepción rústica, permitirá una selección de los
campesino(a)s en base a la prestancia con que se realizan y adoptan las innovaciones
técnicas necesarias en la adaptación de la producción que transitaría de los tradicionales
Kankabs y Canches al sistema de agricultura protegida maya de Quintana Roo,
incorporando los instrumentos y las técnicas necesarias para asegurar producciones de al
menos 10 kilogramos por metro cuadrado, como una meta de un proceso asequible,
participativo e incluyente.
En consonancia con este planteamiento es a su vez necesaria la reorientación de los
esfuerzos en ciencia, tecnología y enseñanza, aspectos que se deben focalizar en este
campo para potencializar los resultados en un corto plazo. Para ello, se debe procurar una
más estrecha relación entre las actividades productivas y la sistematización del
conocimiento empírico, entre productores que inician y productores que ya han adquirido
experiencia y que están adaptando y generando bases técnicas, que por inéditas no han
circulado por los centros de enseñanza e investigación; por lo cual, es pertinente, de
manera semejante a como lo han considerado con las transmisión de tecnologías en el
centro del país, instaurar centros de capacitación de productor a productor, ubicados
estratégicamente en la geografía del estado y conforme al nivel productivo de la
agricultura protegida de las comunidades.
La concepción que se expone evita identificar alta tecnología con montos de inversión
que es como en general se ha establecido, en particular por las adecuaciones que es
necesario hacer y que aún no están definidas del todo. Por lo que se ha podido observar
producto de estos 10 años de experiencia es que con bajas inversiones no solo es factible
que se incorpore un mayor número de productores, sino que se pueden lograr elevadas
productividades a partir de un rediseño con base en lo rústico y asegurar un proceso
“curva” de aprendizaje que no sea oneroso para los productores.
Así, lo que los campesinos han logrado demostrar es que con bajas o menores inversiones
se pueden obtener las producciones que la literatura o las experiencias de otras latitudes
identifican con tecnologías medias, para las que además, los técnicos y expertos han
tenido dificultades en adecuar, al intentar transferirlas integralmente como paquete,
automatización incluida.
La comercialización es el principal problema señalado por los productores. Es lo que
significa transitar de producciones destinadas al autoconsumo o de baja escala a una
producción intensiva en agricultura protegida. El diseño original contemplaba la
comercialización, de la producción de tomate de los “invernaderos sociales” a través de
una comercializadora, Hidroponía Maya, con la que se han tenido relaciones tirantez por
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concentrar demasiadas atribuciones, quizá necesarias en esos inicios, pero que lo menos
que se expresa es que son opacas o poco transparentes, al no reflejar los beneficios
obtenidos en mercados consolidados.
Además de los giros de conceptualización y diseño se presentan otros dos, uno de género
y otro de dispersión territorial. Respecto al género, la participación de las mujeres se ha
estado incrementando de poco menos del 20% al 30% en estos 10 años; en tanto que en
lo referente a la dispersión territorial se ha ampliado desde los municipios mayas hacia el
sur, donde la actividad representa actualmente un 23%. Así, la agricultura protegida no
solo contribuye a la incorporación de la mujer en actividades con un potencial de éxito,
sino que estas se difunden a todo el territorio estatal.
Por la dimensión del reto y las metas que se plantean para la agricultura protegida, es
pertinente y necesario que se definan reglas claras para los participantes en esta
compleja red, en la que, cotidianamente sin duda, se presentarán aspectos a ser
normados y revisados con regularidad, y en la cual, la confianza tendrá que ser el capital
a incrementar, hoy en apariencia deficitario. Este es un aspecto crucial para el futuro de
la agricultura protegida, del que puede depender el grado de éxito de una empresa en la
concurren participaciones estatales, sociales y privadas.
En este sentido, un esfuerzo que es necesario efectuar consiste en lograr algún nivel de
coordinación entre las diferentes instituciones que participan y que participarán en el
impulso y potenciación de la agricultura protegida para complementarse y evitar
duplicidades, que si hoy aún son menores, con un auge del rubro se vería expuesto a una
dispersión de recursos con el argumento de que se aplican en agricultura protegida.
Así, de las decisiones que se tomen dependerá que esta sea una actividad que continúe
con la inercia observada hasta hoy, de dificultades en la consolidación de una agricultura
protegida; o que se constituya en un verdadero motor del desarrollo rural en la región
maya y en las demás regiones a donde se ha estado extendiendo. Sin duda, el espacio que
no sea ocupado por este reto de gran complejidad, la horticultura tropical, otras regiones
o países lo llenarán y lo más probable es que sea como agricultura bajo contrato.
En suma, el único riesgo que se aprecia para el 2012, es que la agricultura protegida en
Quintana Roo persista en crecer menos de lo que su potencial rural ofrece. Una
agricultura protegida rústica y con innovaciones basadas en el imaginario maya son la
salida y el inicio de otra época, de más aportaciones de esta cultura al mundo. Así es
como en el 2012 se iniciaría en realidad otro ciclo calendárico.
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Bibliografía
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Anexos
1. Denominación de origen de siete productos. SIAP SAGARPA
2. El cambio climático ya extrema las temperaturas
3. AGRICULTURA BAJO AMBIENTE CONTROLADO
4. FAO Estadísticas Mundiales Chile fresco y Pimientos 2009
5. PRODUCCIÓN TECNIFICADA DE CHILE HABANERO
6. The hottest chilli
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Anexo 1
Denominación de origen de siete productos. SIAP SAGARPA
Productos con DO según valor de la producción nacional 2010
Fuente: SIAP con datos de las Delegaciones de la SAGARPA, Subsecretaría de Agricultura e Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial.
Chiapas y Veracruz (entidades con la DO) aportan 49% del total nacional.
La calidad de estos productos se refleja en la creciente demanda de países de los cinco continentes en los últimos cinco años; productos como el café y la vainilla han duplicado su volumen de exportación durante ese periodo (1.9 y 1.7 veces, respectivamente).
SAGARPA. DISEMINA. SIAP. México D.F. 4 de julio de 2011. Número 36.
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Anexo 2
El cambio climático ya extrema las temperaturas
El alza de un grado en medio siglo se atribuye al factor humano
FERRAN BALSELLS - Barcelona - 19/11/2011
El cambio climático empieza a tomar cuerpo: el aumento de cerca de un grado centígrado
de la temperatura media en el último medio siglo puede vincularse con una certeza de
entre el 90% y el 100% a la actividad humana que favorece el calentamiento global, según
los científicos expertos en cambio climático de la ONU (IPCC). Así lo advierte el informe
que el IPCC presentó ayer en Uganda y que retrata la incidencia del aumento de dióxido de
carbono (CO2) en la atmósfera. Los científicos llevan varios años advirtiendo de estos
efectos pero el documento estima por primera vez, con distintos porcentajes de
probabilidad, el impacto del calentamiento global que está convirtiendo en cada vez más
extremos los fenómenos climáticos.
"Puede afirmarse con un alto grado de certeza que las temperaturas máximas
y mínimas aumentan debido al incremento de los gases invernadero", advirtió
Qin Dahe, uno de los responsables del informe. El IPCC augura además que el cambio
climático disparará la fuerza de las tormentas, intensificará el efecto de las sequías y de
otros fenómenos naturales como tornados o inundaciones. La temperatura media
global aumentará entre uno y tres grados centígrados a mediados de siglo y
de dos a cinco grados a finales de siglo.
"Es una aviso serio que coincide con los informes de la Agencia Internacional de la
Energía", señaló Dahe. Esta Agencia fijó que los países disponen de cinco años para
contener el cambio climático a dos grados centígrados, umbral a partir del
cual el IPCC considera que el aumento de temperatura provocará daños
irreversibles. El informe del IPCC concluye que el calentamiento disparará
probablemente la frecuencia y la intensidad de las olas de calor y las sequías,
especialmente en el área mediterránea, en la que se encuentra España. "Los gobiernos
deben empezar a adaptarse para hacer frente a estos fenómenos climáticos mucho más
extremos", recomienda el IPCC. Los científicos calculan que esta nueva situación generará
pérdidas de miles de millones de euros y afectará a sectores económicos como el turismo y
la agricultura.
"Es un informe especialmente relevante por la vulnerabilidad de España al aumento de las
temperaturas y del nivel del mar", admitió el Ministerio de Medio Ambiente español tras
conocer las conclusiones del documento. "Debemos realizar acciones urgentes en favor del
clima", corroboró la comisaria de la UE de Acción por el Clima, Connie Hedegaard. La
entidad ecologista Greenpeace, por su parte, reclamó a los gobiernos que asuman
compromisos para reducir los efectos del calentamiento global.
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Anexo 3
En esta carátula de un proyecto de invernadero social del año 2002 se puede apreciar el
sustrato original mencionado, así como la orientación de inicio de los 36 invernaderos.
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Anexo 4
Aunque es probable que la inclusión de la India en la estadística hiciera variar la tabla debe
considerarse que no se hace distinción de las diferentes especies, tipos y variedades de
chile.
FAO World Stats Fresh Chiles & Peppers 2009
FAO Estadísticas Mundiales Chile fresco y Pimientos 2009 Estos son los Top 20 del Mundo de 2009 Estadísticas de Producción de Chiles frescos y los pimientos de la Organización para la Alimentación y la Agricultura de las Naciones Unidas. La producción está en toneladas métricas.
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Anexo 5
HORTALIZAS
PRODUCCIÓN TECNIFICADA DE CHILE HABANERO PARA LA
CRECIENTE DEMANDA NACIONAL E INTERNACIONAL INNOVACION TECNOLOGICA: La producción
tecnificada de chile habanero con el uso de
sistemas de riego- fertilización con base en los
requerimientos del cultivo por etapas fenológicas
y el seguimiento de la composición de la
solución del suelo, así como el control integrado
de plagas, permite elevar la competitividad de
esta alternativa para la diversificación de la
horticultura mexicana basados en la creciente
demanda de este nicho de mercado nacional e
internacional.
PROBLEMA A RESOLVER: La producción de chile
habanero es tradicional en la Península de Yucatán. Se
caracteriza por el bajo empleo de tecnología: baja densidad de
población 10 mil plantas por hectárea, riego con mangueras el
cual emplea una gran cantidad de mano de obra, el control
manual de la maleza y el manejo sanitario poco eficiente. Estas
deficiencias propician bajo rendimiento,
12 t/ha y altos costos de producción.
RECOMENDACIÓN PARA SU USO: Se puede aplicar esta
tecnología a cualquier tipo-variedad de chile habanero, fruto
naranja y rojo, con siembras durante todo el año. Así mismo es
aplicable para diferentes suelos con ajustes en función de las
condiciones físicas y de fertilidad del mismo.
Se recomienda usar riego por goteo o cintilla, cuyo diseño se
debe adaptar a la densidad de 22,000 a 25,000 plantas por
hectárea. El riego se aplica en función del requerimiento del
cultivo, y para ello se pueden auxiliar del uso de
tensiómetros.
Para realizar la fertigación se recomienda el uso de un inyector
venturi, dosatrón, entre otros. La nutrición debe realizarse con
base en las demandas del cultivo en cada etapa fenológica,
para lo cual se cuenta con las curvas de requerimiento para N,
P y K; además se deben aplicar las cantidades requeridas de
Ca, S, Mg y micronutrientes. Es necesario utilizar fertilizantes
solubles de alta concentración.
Para realizar el seguimiento de la fertigación se deben
instalar extractores de solución del suelo, de los cuales se
tomarán muestras al menos una vez por semana, y se
analizarán para determinar los niveles de nitrato, potasio, pH y
conductividad eléctrica, con equipo portátil. Con base en estos
resultados se ajustarán las dosis de fertilizantes.
AMBITO DE APLICACIÓN Y TIPO DE PRODUCTOR: Esta
tecnología puede ser empleada por aquellos productores de
chile habanero, que dispongan de un alto nivel de inversión,
para hacer frente a los costos de un sistema de riego por
goteo, la fertigación y el eficiente manejo sanitario del cultivo.
Esta tecnología se puede aplicar en toda la península de
Yucatán, así como a los diferentes estados de la república
en los que ya se cultiva chile habanero, mediante algunas
adaptaciones.
DISPONIBILIDAD: Mediante consultas especializadas,
asesoría, cursos de capacitación, entre otros, la tecnología
de producción de chile habanero con fertirriego esta al
acceso de productores, empresarios, organizaciones,
técnicos y profesionistas. Los insumos requeridos se
pueden conseguir con distribuidores locales.
COSTO ESTIMADO: El costo de producción es de
$80,000.00 por hectárea, incluye: sistema de riego por
goteo, inyector, mano de obra, plaguicidas, fertilizantes y
semilla. Este costo puede variar ligeramente dependiendo
del estado del país en la cual sea aplicada la tecnología.
RESULTADOS ESPERADOS: Con la adecuada y
oportuna aplicación de la tecnología, se esperan obtener
rendimientos superiores a las 25 t/ha, o sea, al menos 10
t/ha más que la tecnología tradicional. Sin embargo supera
ampliamente a esta, ya que se logra aproximadamente
60% del fruto sea de primera clase (mayor a 10 gramos).
Este nivel de rendimiento debe generar ingresos brutos por
el orden de 150 mil pesos a la venta, bajo un esquema de
comercialización organizado.
IMPACTO POTENCIAL: El mercado de picantes,
particularmente, chile habanero es un nicho de oportunidad
en el mercado nacional e internacional, así como en la de
productos gourmet como fruto fresco o procesado como
polvo o salsas. Sin embargo, para el futuro, por su alto
contenido de capsaicina, tiene potencial para el desarrollo
de nuevos usos, medicinal, cosmético e industrial, con alto
valor agregado.
INFORMACION ADICIONAL: Esta tecnología ha sido
validada y transferida en diversas condiciones de suelo y
clima de la Península de Yucatán, y es empleada por
grupos organizados de productores-empresarios.
Se recomienda consultar:
Chile habanero: características y tecnología de producción.
2001. Folleto Técnico. INIFAP.
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HORTALIZAS
PRODUCCIÓN TECNIFICADA DE CHILE HABANERO PARA EL CRECIENTE
MERCADO NACIONAL E INTERNACIONAL
Brecha Tecnológica
Niveles y potencial de rendimiento de chile
habanero con riego por goteo y fertigación
Fuga de rendimiento Fuga de producción
Ámbito de aplicación de la tecnología
Principales Estados Yucatán
Campeche Quintana Roo
También es factible en:
Tabasco
Veracruz
15.0 t/ha
10.0 t/ha
5.0 t/ha
Tecnología propuesta: riego por goteo con
fertigación y manejo sanitario eficiente:
25 t/ha
INIFAP previa: riego con goteo,
20,000 plantas/ha, fertilización manual, manejo sanitario adecuado
20 t/ha
Tradicional mejorada: riego con
micromangueras, 20,000 plantas/ha, fertilización manual,
manejo sanitario regular
15 t/ha
Rendimiento estimado
37,500 ton
Fuga: 22,500 t
Rendimiento estimado
30,000 t
Fuga: 15,000 t
Rendimiento estimado
22,500 ton
Fuga: 7,500 t
Jalisco
Sinaloa
Tradicional: riego por mangueras,
10,000 plantas/ha, manejo sanitario deficiente, fertilización manual,
12 t/ha
Rendimiento estimado
15,000 t
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Anexo 6
The hottest chilli A new horizon in agri-entrepreneurship
Its journey to number one position as the world’s hottest chilli is an interesting one. In the year
2000, Mathur, a scientist from Defense Research Development Organization (DRDO), Tezpur,
Assam first reported it to be the hottest chilli. However, its fame spread around the world only
after a British couple Joy and Michael Michand from Dorschester, U.K. laid their hands on a few
fruits of this variety in an oriental store in U.K. In 2004, the couple sent a sample out of curiosity
to a laboratory in USA and was stunned when their sample recorded an unbelievable 923000
SHU.
It breathes fire and proudly pronounces so by its bright red,
wrinkled and ominous looking flesh. Its saga of fierceness,
however, remained obscure for hundreds of years to the people
beyond the North- Eastern region of India until it captured the
imagination of the world in 2006 having earned the distinction of
being the hottest chilli in the world. Locally known as ‘Bhut
Jolokia’ (Vernacular meaning Bhut=‘ghost’, Jolokia= ‘chilli’), ‘Bih
Jalakia’ (meaning poison chilli) and ‘Naga Jalakia’ (named
after the once ferocious ‘Naga’ warrior tribe of North East India)
it belongs to the species Capsicum chinense Jacq.
This cultivar is being grown and consumed in different states of the region like Assam,
Nagaland, Manipur and Mizoram from time immemorial. So hot is the chilli that local people
handle and consume it with respect. Any normal person who dares to eat a whole Bhut Jalakia
would almost certainly require hospital treatment. Nevertheless, because of its refreshing aroma,
palatability and medicinal properties, people have been using it for pickle preparation,
flavoring curries and for home remedies of ailments like gastritis, arthritis and chronic
indigestion problems.
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Rise to glory Its journey to number one position as the
world’s hottest chilli is an interesting one.
Although for hundreds of years people of
North East India must have sweated and
sworn by its name with watery eyes
every time after consuming Bhut Jolokia,
but nobody really bothered to compare its
heat with other record setters. In the year
2000, Mathur, a scientist from Defense
Research Development Organization (DRDO), Tezpur, Assam first reported it to be the
hottest chilli. However, its fame spread around the world only after a British couple Joy and
Michael Michand from Dorschester, U.K laid their hands on a few fruits of this variety in an
oriental store in U.K. They grew the plants in poly tunnel because low temperature was
not convenient for proper growth of Bhut Jolokia. They knew that the fruits were very hot because
they had to wear gloves and remove the seeds outdoor while preparing them for drying. In
2004, the couple sent a sample out of curiosity to a laboratory in USA.
Till that time Red Savina Habanero held the Guinness Book of Records for being the hottest chilli
in the world with a rating of 570000 Scoville Heat Units (SHU). The couple was stunned
when their sample recorded an unbelievable 900000 SHU. A fresh sample was then sent
to a lab in New York just to recheck the ratings but the result was, once again, an
astounding 923000 SHU. An independent analysis of heat of Bhut Jolokia by the Chile Pepper
Institute, New Mexico University, USA in 2006 revealed a rating of 1001304 SHU, almost double
than that of Red Savina, which established beyond any doubt that the chilli originally from North
East India is the hottest.
The pungent principle
The fiery sensation of chilli is caused by a compound ‘capsaicin’ localized mainly in the
placenta and the flesh of a chilli fruit. It survives both cooking and freezing and dissolves in fat.
Capsaicin is found only in chillies and not in other plants and animals. Detectable to the
human taste buds to one part in one million, this powerful alkaloid is extracted from chillies as
an oleoresin (thick oil). The oleoresin is refined into a white crystalline powder which is the pure
capsaicin. The measurement of heat of a chilli was originally done by tasting a dilute solution of
chilli extract and giving a value to it. In 1902, Wilbur Scoville had developed this method and so
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the heat value was expressed as Scoville Units. Now-a-days, heat of chilli is tested using
spectrometer or HPLC (High Pressure Liquid Chromatograph) to rate the chillies in Scoville
units which indicate parts per million of capsaicin. The Scoville units of pure capsaicin are
between 15,000,000-16,000,000.
Use of capsaicin Capsaicin is becoming more popular every day in applications that range from the strange to
the ingenious. Capsaicin has been found to trigger the brain to produce endorphins, a natural
pain killer that promotes a sense of well-being. There are now dozens of brands of capsaicin
creams in the market to combat the pain of arthritis and for topical use for disease like
shingles, psoriasis, and other skin disorders. Researchers are putting new twists on these
medications almost weekly. One recent application format is the capsaicin patch used for pain
relief. Other medical developments include the introduction of capsaicin gels and the addition of
other medicines or herbs to make the capsaicin products more efficacious as pain killers for
minor muscle aches, joint arthritis, backaches, bruises and sprains.
Other uses of the compound include manufacture of police grade pepper spray that comes handy
in riot control, subduing criminals and even as a self- defense kit for lonely woman. Capsaicin
has been applied to veterinary sutures to prevent pets from pulling them out with their teeth. Its
use has been suggested for coating fiber-optic cables to prevent rodents from gnawing on
them. Capsaicin is also used as animal and insect repellent, specially, ants and cockroaches.
In fact, many experts believe that capsaicin’s use as a medicine has a great future that
scientists are just beginning to discover.
Plant description
This particular chilli belongs to the species Capsicum chinense Jacq. It is a self-pollinated
species; however, considerable cross pollination (up to 10%) may occur when insect population
is high. The plant behaves as a semi-perennial if grown under optimal condition. In North Eastern
India, plant height range from 50-100 cm. Under semi-perennial situation it may grow even taller.
The stem is green, with anthocyanin (dark color pigments) pigmentation on the nodes. The
surface of the leaf has the characteristic crinkle look as in other C. chinense species. Leaves are
ovate in shape and size ranges from 10 - 14 cm in length and 5.5 - 7.5 cm in width. Flowers
are pendant, with creamy white corollas, often with a touch of light green. The anthers are
blue while the filaments are purple. It has clustering flowering habit with 2-3 flowers per node but
at maturity there are rarely more than two fruits per node. The elongated fruits are 5 to 7 cm in
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length, 2.5 to 3.0 cm in diameter (at shoulder), with an undulating surface. Depending on the
soil and climate, fruit shape also seems to differ a bit. Fruits colour ranges from light green to
green to bright red /bright orange at maturity. The fruit possess 4-5 hollow locules and bears
about 25-35 slightly wrinkled seeds. The average fruit weight is around 5g and under field
condition, in a single season a plant produces around 15-20 full sized fruits and 10-14 smaller
fruits.
Growing bhut jolokia
That it can be grown under diverse soil and climatic
conditions is apparent from the fact that it is already grown
in few parts of India and neighbouring countries like Sri
Lanka and Bangladesh. It has been grown experimentally
even in the U.S.A and U.K. However, for optimum
growth, it requires well drained sandy loam, clay loam or
laterite soils.Seeds should be extracted from completely
matured fruits and dried. It is advisable to wear gloves
during manual extraction of seeds. After drying, the seeds
can be immediately germinated. However, the germination
of seeds take long time (about 15-20 days) so it is advisable to treat the seeds with fungicides and
insecticides to avoid damage of the seeds due to fungal or insect attack during the
germination period. The dried seeds should be stored in air tight containers/polythene
packets under refrigeration as the germination percentage decreases rapidly in high ambient
temperature. Seeds should be sown in seed beds established in sunny areas. Normal
treatments of the seed bed should be followed. After 30 days, the seedling should be
transplanted in the main field prepared with the fertilizer doses of normal chilli.
In North Eastern region there are two planting time, kharif and rabi. Kharif cultivation, practiced in
the hilly states, starts in Feb/March and harvesting is done from May- June onwards. In the
plains, it is grown as rabi crops during Sept-Oct. The productivity and pungency of rabi
grown crop is generally more than kharif crop.
During the crop growth several diseases infest the plants in the North-East. The most common
diseases are ‘die-back’, ‘anthracnose’ and ‘leaf curl’ and as such adequate plant protection
measures should be taken. The chilli pods are picked when they are bright red/bright orange in
colour. As in other chilli, several picking has to be done for complete harvesting. In the North East,
the Bhut Jolokia is mainly traded as fresh fruits and only a limited portion is traded as dried
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products. Drying of this chilly is easier because of its thin
flesh and 4-5 sun drying is enough to dry it completely. The
chilli retains its lustrous colour even after drying. The
average fresh fruit yield of this chilli is around 80-100q
/ha under rainfed condition while dry weight ranges from
10-12 q/ha. In the local market, a kilo of fresh bhut
jolokia fetches around Rs 100-150 depending upon the
season.
Prospect of bhut jolokia
Bhut Jolokia may definitely be the most ideal chilli variety of India for extraction of oleoresin
and capsaicin as it is characterized by very high capsaicin content of 3-5%. Most of the Indian
chilli varieties are unsuitable for the purpose as they contain less than 1% capsaicin, a
standard needed for commercial extraction of Capsaicin. The
oleoresin and capsaicin has very high market demand both at
domestic and international level and it is a very costly product. In
the recent years chilli has made a dramatic entry in the world
market. It is not only a hot favorite of the Asians but even
the western world is shedding bland palate to embrace the
chilli. Restaurants take pride in placing several red hot chilli in
their menu cards. Often, the chillies are main ingredients of the
dish. Recipe with chilli is in great demand with those seeking an
instant solution to nasal blocks. The chillies are a big business
now. The Bhut Jolokia with its high pungency, high vitamin-C content and medicinal properties
will surely cut a niche in the international markets. It will be a hot favorite in chilli eating
competitions of Europe and USA and may be used in preparation of red hot chilli sauces beating
the Maxican preserve. Thus, bhut jolokia is poised to become number one in the existing
hierarchy of hot chillies. In Assam, already local initiative have been started to export value
added products made from this chilli to European and US markets. Commercial cultivation of
bhut jolokia thus appears to be an attractive proposition for Indian farmers.
# R. Borgohain & J. Devi
Department of Plant Breeding and Genetics
Assam Agricultural University