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Agustín de Hipona Ética y política 1. La ética agustiniana, aceptará elementos procedentes del platonismo y del estoicismo, que encontramos también en otros aspectos de su pensamiento. Así, compartirá con ellos la conquista de la felicidad como el objetivo o fín último de la conducta humana; este fin será inalcanzable en esta vida, dado el caracter trascendente de la naturaleza humana, dotada de un alma inmortal, por lo que sólo podrá ser alcanzado en la otra vida. 2. Considerar que la felicidad consistiría en la visión beatífica de Dios, la gozarían los bienaventurados en el cielo, tras la práctica de la virtud, hay que tener en cuenta que es necesaria la gracia de Dios para poder alcanzar tal objetivo, lo que hace imposible considerar la salvación como el simple efecto de la práctica de la virtud y planteará no pocos problemas teológicos, recurrentes a lo largo de la historia del cristianismo. 3. Respecto al problema de la existencia del mal en el mundo, la solución se alejará del platonismo, para quien el mal era asimilado a la ignorancia, tanto como del maniqueismo, para quien el mal era una cierta forma de ser que se oponía al bien; para San Agustín el mal no es una forma de ser, sino su privación; no es algo positivo, sino negativo: carencia de ser, no-ser. Todo lo creado es bueno, ya que el ser y el bien se identifican. 4. En cuanto a la sociedad y la política, San Agustín expone sus reflexiones en La ciudad de Dios, obra escrita a raíz de la caída de Roma en manos de Alarico y de la desmembración del imperio romano. Los paganos habían culpado a los cristianos de tal desastre, argumentando que el abandono de los dioses tradicionales en favor del cristianismo, convertido desde hacía tiempo en la religión del imperio, había sido la causa de la pérdida del poder de Roma y de su posteiror destrucción. En esa obra San Agustín ensaya una explicación histórica para tales hechos partiendo de la concepción de la historia como el resultado de la lucha de dos ciudades, la del Bien y la del Mal, la de Dios y la terrenal, de la luz y de las tinieblas. 5. La ciudad de Dios la componen cuantos siguen su palabra, los creyentes; la terrenal, los que no creen. Esa lucha continuará hasta el final de los tiempos, en que la ciudad de Dios triunfará sobre la terrenal, apoyándose San Agustín en

Agustín de Hipona Ética y Política

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Agustn de Hiponatica y poltica1. La tica agustiniana, aceptar elementos procedentes del platonismo y del estoicismo, que encontramos tambin en otros aspectos de su pensamiento. As, compartir con ellos la conquista de la felicidad como el objetivo o fn ltimo de la conducta humana; este fin ser inalcanzable en esta vida, dado el caracter trascendente de la naturaleza humana, dotada de un alma inmortal, por lo que slo podr ser alcanzado en la otra vida. 2. Considerar que la felicidad consistira en la visin beatfica de Dios, la gozaran los bienaventurados en el cielo, tras la prctica de la virtud, hay que tener en cuenta que es necesaria la gracia de Dios para poder alcanzar tal objetivo, lo que hace imposible considerar la salvacin como el simple efecto de la prctica de la virtud y plantear no pocos problemas teolgicos, recurrentes a lo largo de la historia del cristianismo.3. Respecto al problema de la existencia del mal en el mundo, la solucin se alejar del platonismo, para quien el mal era asimilado a la ignorancia, tanto como del maniqueismo, para quien el mal era una cierta forma de ser que se opona al bien; para San Agustn el mal no es una forma de ser, sino su privacin; no es algo positivo, sino negativo: carencia de ser, no-ser. Todo lo creado es bueno, ya que el ser y el bien se identifican.4. En cuanto a la sociedad y la poltica, San Agustn expone sus reflexiones en La ciudad de Dios, obra escrita a raz de la cada de Roma en manos de Alarico y de la desmembracin del imperio romano. Los paganos haban culpado a los cristianos de tal desastre, argumentando que el abandono de los dioses tradicionales en favor del cristianismo, convertido desde haca tiempo en la religin del imperio, haba sido la causa de la prdida del poder de Roma y de su posteiror destruccin. En esa obra San Agustn ensaya una explicacin histrica para tales hechos partiendo de la concepcin de la historia como el resultado de la lucha de dos ciudades, la del Bien y la del Mal, la de Dios y la terrenal, de la luz y de las tinieblas. 5. La ciudad de Dios la componen cuantos siguen su palabra, los creyentes; la terrenal, los que no creen. Esa lucha continuar hasta el final de los tiempos, en que la ciudad de Dios triunfar sobre la terrenal, apoyndose San Agustn en los textos sagrados del Apocalipsis para defender su postura. De hecho, la oposicin sealada ser utilizada posteriormente para defender la prioridad de la Iglesia sobre los poderes polticos, exigiendo su sumisin, lo que ocurrir en la alta edad media. Asegurada esa dependencia, San Agustn aceptar que la sociedad es necesaria al individuo, aunque no sea un bien perfecto; sus instituciones, como la familia, se derivan de la naturaleza humana, siguiendo la teora de la sociabilidad natural de Aristteles, y el poder de los gobernantes procede directamente de Dios.tica y poltica 1. La tica agustiniana, aunque inspirada directamente por los ideales morales del cristianismo, aceptar elementos procedentes del platonismo y del estoicismo, que encontramos tambin en otros aspectos de su pensamiento. As, compartir con ellos la conquista de la felicidad como el objetivo o fn ltimo de la conducta humana; este fin ser inalcanzable en esta vida, dado el caracter trascendente de la naturaleza humana, dotada de un alma inmortal, por lo que slo podr ser alcanzado en la otra vida.

2. Hay aqu una clara similitud con el platonismo, mediante la asociacin de la idea de Bien con la de Dios, pero prevalece la inspiracin cristiana al considerar que la felicidad consistira en la visin beatfica de Dios, de la gozaran los bienaventurados en el cielo, tras la prctica de la virtud. Adems, hay que tener en cuenta que es necesaria la gracia de Dios para poder alcanzar tal objetivo, lo que hace imposible considerar la salvacin como el simple efecto de la prctica de la virtud, (entre otras cosas por la imperfeccin de la naturaleza humana que supone el pecado original), y plantear no pocos problemas teolgicos, recurrentes a lo largo de la historia del cristianismo.

3. Respecto al problema de la existencia del mal en el mundo (si Dios es la suma Bondad por qu lo permite?) la solucin se alejar del platonismo, para quien el mal era asimilado a la ignorancia, tanto como del maniqueismo, para quien el mal era una cierta forma de ser que se opona al bien; para San Agustn el mal no es una forma de ser, sino su privacin; no es algo positivo, sino negativo: carencia de ser, no-ser. Todo lo creado es bueno, ya que el ser y el bien se identifican.

4. En cuanto a la sociedad y la poltica, San Agustn expone sus reflexiones en La ciudad de Dios, obra escrita a raz de la cada de Roma en manos de Alarico y de la desmembracin del imperio romano. Los paganos haban culpado a los cristianos de tal desastre, argumentando que el abandono de los dioses tradicionales en favor del cristianismo.tica: San Agustn considera que el objetivo de todo ser humano es ser feliz y que, para lograr la felicidad, el hombre ha de volverse hacia el soberano bien, Dios y amarlo. La libertad es la que capacita al hombre para dirigirse a Dios. Sin embargo, el hombre puede hacer lo contrario, eso es el pecado, y es responsabilidad del ser humano. El pecado es una traicin a la voluntad, mediante la cual renuncias a Dios por otras realidades. El mal moral es una consecuencia del uso de nuestro libre albedro. La voluntad busca necesariamente la felicidad, pero ha sido el pecado original el que ha tenido como consecuencia la concupiscencia y la ignorancia. Como consecuencia del pecado somos incapaces de superar esa inclinacin al mal sino es por el auxilio de la gracia: Dios despliega su bondad y se hace efectiva la libertad como posibilidad real de hacer bien. Con Adn y Eva peca toda la humanidad y, esto, reduce las posibilidades de elegir. Por tanto, es necesaria la redencin (vida, muerte y resurreccin de Jesucristo) que posibilita la salvacin del creyente con la gracia divina. Segn San Agustn, las leyes eternas de la moralidad estn impresas en el hombre y solo cumplindolas se puede alcanzar la felicidad, pero sin la gracia divina es imposible cumplirlas. Las buenas obras nacen de la gracia, aunque son necesarias dos condiciones: la gracia divina y el libre albedro. Por efecto de la gracia no se anula la voluntad sino que se convierte de mala en buena. Adems, este poder para usar el libre albedro, es la libertad. Poder no obrar el bien es inseparable del libre albedro, pero poder hacerlo se seal de verdadera libertad, y hallarse en gracia, hasta el punto de no poder realizar el mal, sera el grado mximo de libertad. Para San Agustn existen dos tipos de libertad: la libertad mxima, anhelo de amar a Dios y de satisfacer la bsqueda humana de la felicidad, y el libre albedro, capacidad de decidir libremente, aunque debilitada por el pecado original. La tica de San Agustn es eudemonista: el fin de la conducta humana es la felicidad y est basada en el amor. La voluntad es la que debe llevar al hombre a Dios, conocerlo y amarlo.La poltica e historia: El amor es un concepto clave en la tica de San Agustn y tambin en su poltica y en la historia. El amor es lo que une a los hombres entre s pues que, cada hombre, se siente vinculado con los que amen lo mismo que el. Una sociedad no es sino un conjunto de hombres unidos porque aman a los mismos objetos, y este amor determinar el tipo de sociedad de que se trate. Todos los cristianos se hallan unidos por el amor a Dios, por eso todos los autnticamente cristianos forman un solo pueblo. Poco tiempo despus del saqueo de Roma por los visigodos, que tuvo lugar en el ao 410, San Agustn escribi La ciudad de Dios, una obra que ejercera un enorme influjo en el pensamiento posterior y que supuso la inauguracin de una nueva disciplina filosfica: la filosofa de la historia. En su obra, Agustn describe dos ciudades habitadas por personas muy diferentes: La ciudad celestial, en la que viven quienes aman a Dios hasta el desprecio de s mismos, y la ciudad terrena, habitada por quienes se aman a s mismos hasta el desprecio de Dios. Segn San Agustn, las dos ciudades coexisten, y los seguidores de una y otra conviven en una lucha espiritual que tiene como momentos cumbre las dos venidas de Dios Hijo al mundo. De esta forma, la historia de la humanidad tiene una concepcin lineal que comienza con la creacin y acaba con el triunfo final de la ciudad de Dios sobre la ciudad de los hombres y la salvacin eterna. La concepcin cclica de la historia que haba dominado el pensamiento filosfico desde sus orgenes en la Grecia clsica cede el paso a este nuevo enfoque. Se impone la idea segn la cual hay momentos de especial relevancia en la historia, que tienen una significacin especial y que marcan el curso de los acontecimientos, dirigidos siempre hacia una meta final. El planteamiento de San Agustn se sita, pues, en un plano ms escatolgico4 que poltico. El sentido de la historia est revelado en sus lneas principales, puesto que Cristo ha anunciado su segunda venida, el fin de la historia misma y el juicio de los hombres y de los pueblos. El gran misterio de la historia es que en ella se conjuga la accin y la sabidura de Dios con la libertad de los hombres. San Agustn, el cristiano, dice, debe mantener la esperanza y tener una actitud optimista ante los tiempos, por difciles que parezcan. Del mismo modo, la sociedad poltica, el Estado, debe saber que no es ella la ltima instancia en la que los seres humanos existen y buscan el bien.C. LA TICA AGUSTINIANAEl pensamiento tico de San Agustn es una armoniosa sntesis de platonismo,estoicismo y, naturalmente, cristianismo:a) El fin ltimo de la conducta humana es la consecucin de la felicidad.b) Esta felicidad, inasequible en esta existencia terrena, slo puede alcanzarsecon la posesin, en la otra vida, del Sumo Bien, de Dios (influencia platnica y cristiana).c) Tal posesin se realiza mediante la llamada visin beatfica de Dios, queslo en el cielo tienen los bienaventurados (tesis estrictamente cristiana).d) El camino de la salvacin es la prctica de la virtud (con base en elplatonismo y estoicismo).e) Las virtudes en San Agustn no son slo las cardinales ya conocidas por lospaganos, sino tambin las teologales. Adems tendr un alto papel la gracia. Pero esto yano es Filosofa, sino Teologa.f) El problema del mal; es ste un problema capital en San Agustn. No slopor influencia del maniquesmo, sino tambin del pelagianismo (hereja defendida porPelagio, relativa a la cuestin del pecado original y a la capacidad del hombre y de lalibertad humana para salvarse).Para San Agustn todo el universo, y cada una de las cosas que lo integran, esbueno, es un bien, dado que es una imitacin, imperfecta por supuesto, de las Ideasdivinas (ejemplarismo). El ser es bueno, todo lo que es, es bueno; ens et bonumconvertuntur (el ser y el bien se identifican). El mal no es ser, sino carencia de ser;cualquier ser creado no es malo por lo que es, sino por lo que no es. El mal no es algopositivo (ser), sino negativo (carencia de ser, no-ser). Y San Agustn pone un belloejemplo para aclarar esto; si algo fuese malo positivamente, lo sera para todos los serescreados; en consecuencia, si el veneno del escorpin fuese malo positivamente, entoncestambin sera veneno para el propio escorpin, y ya sabemos que no es as.En consecuencia, dado que el mal es carencia de ser, (no-ser), no podemos acusara Dios de su existencia, ya que Dios es responsable del ser, que es lo que ha creado,pero no del no-ser, que no lo cre, porque el no-ser no es. Claro es que se podraargumentar diciendo que por qu Dios no cre a las criaturas sin carencia de ser; pero tal supuesto es absurdo, ya que entonces tendra que haber creado a las criaturas en laplenitud del ser, es decir, infinitamente perfectas, o sea, tendra que haber creado tantosdioses como criaturas, y esto, evidentemente, es un total absurdo.D. LA TEORA POLTICO-SOCIAL EN SAN AGUSTNEn realidad, y dentro de la divisin agustiniana de la Filosofa, sus doctrinassociopolticas pertenecen a la tica. Sin embargo, las hemos incluido en epgrafe apartepor su importancia y para mayor claridad.Estas teoras estn expuestas bsicamente en La Ciudad de Dios. El motivo queimpuls al santo a escribir esta obra fue, como ya ha sido analizado, el hundimiento delImperio romano. Este hundimiento dio lugar a dos fenmenos interesantes y muymotivadores en el santo. De una parte, el dolor lgico en los cristianos que, no loolvidemos, eran ciudadanos del Imperio. De otra parte, la acusacin de los pensadorespaganos, acusacin ya levantada desde antiguo pensemos en Libanio o en Smmacode que la causa de la decadencia y ruina del Imperio era el que se hubiera hechocristiano. En sntesis, el argumento de los paganos era ste: Mientras Roma fue fiel a susdioses, Roma creci y prosper y fue la seora del mundo. A medida que el Cristianismofue extendindose, iba acelerndose la ruina del Imperio. La causa de nuestra decadenciaes el Cristianismo; el remedio a la misma, volver a nuestros viejos dioses.En La Ciudad de Dios, San Agustn va a intentar responder y solucionar ambascuestiones; pero para ello va a construir, por primera vez en la historia humana, unaFilosofa de la Historia universal quizs con la excepcin del historiador pagano Polibio. Para San Agustn, la historia de la Humanidades la historia de la lucha entre dos ciudades, la delBien y la del Mal, la ciudad de Dios y la ciudadterrena, la ciudad de la luz y la ciudad de lastinieblas. Para entender bien esto hay que tener encuenta que en latn haba dos palabras quetraducimos por ciudad, urbs y civitas; urbssignifica el conjunto de edificaciones de una ciudad,las casas, paseos, monumentos, etc.; civitas es elconjunto de los habitantes de la ciudad, el conjuntode los hombres que moran en ella.Por tanto, cuando San Agustn habla deCiudad de Dios, hay que entender el conjunto delos seres humanos que han existido, existen yexistirn creyentes en Dios y anhelantes por lavirtud; y algo igual, pero todo lo contrario, respectode la ciudad terrena.La Ciudad de Dios se inicia con la creacinde los ngeles, siendo su primer componentehumano Abel y alcanzando su mxima expresinen la Iglesia de Cristo; la segunda nace con elpecado original, siendo su primer representanteCan. Y el santo esboza un gigantesco esquema enel que, indudablemente con errores histricos grandes, nos describe la historia universal hasta su tiempo como una pica lucha entre lasdos ciudades. Esta lucha seguir hasta el final de los tiempos, en los que se llegar altriunfo definitivo de la Ciudad de Dios sobre la terrena (aqu San Agustn usar mucho delApocalipsis) Entresacando los puntos ms importantes de la riqusima floresta de ideas que es suobra La Ciudad de Dios, diremos:a) San Agustn establece que el Imperio romano es un momento ms de esapica lucha, y que la ruina del Imperio, si llegara a consumarse, no significa pese a quel lo sienta tanto como el ms patriota romano pagano el fin del mundo, sino una etapams hacia ese final; sera un Imperio ms de los muchos antes existentes y tambindestruidos.b) Que, en cualquier caso, la causa de la ruina no ha sido el que haya muchosromanos que sean cristianos, sino el que no todos los romanos lo sean; ha sido el afndesmesurado de lujo y placer de los romanos paganos lo que ha debilitado el Imperio.c) En cualquier caso, el Cristianismo es la nica esperanza que le queda aRoma: Lo que custodia Cristo no puede ser destruido por el godo, dir el santo.d) Refirindose, no ya al problema de la sociedad romana, sino a la sociedaden general, mantendr que el sumo bien de la sociedad radica en la paz; la nicajustificacin de la guerra es que sea una guerra encaminada a restablecer una paz yarota.e) La sociedad es beneficiosa para el individuo, pese a sus inconvenientes eimperfecciones. La sociedad no es un mal necesario, como dira Epicuro, sino un bien,aunque no perfecto.f) La institucin familiar y la sociedad se derivan de la misma naturalezahumana (tesis aristotlica), no es producto de una convencin o pacto interesado.g) El poder del gobernante, procede directamente de Dios. San Agustndefiende el origen divino y directo del poder del que gobierna (ya veremos que en la Edad Media surgir la teora del poder divino indirecto). INFLUENCIA DE SAN AGUSTNAunque al tratar filsofos posteriores iremos indicando el influjo que sobre muchosde ellos ejerci San Agustn, hay que destacar desde ahora que ha sido uno de lospensadores cuya huella e influencia se ha dejado notar ms. La filosofa medieval hasta elsiglo XII es fundamentalmente agustiniana, y despus de este siglo el peso delpensamiento agustiniano ha sido constante en la balanza del pensar filosfico.Parafraseando una expresin ya antes aludida en otro tema, podramos decir queuna gran parte de la filosofa cristiana ha sido mera anotacin a pie de pgina delvigoroso, bello y profundo pensamiento de Agustn de Tagaste, el obispo de Hipona. ticaAgustn de HiponaEl impulso que llevaba al alma a auto-transcendersey a descubrir en su propio interior a Dios iluminando su alma, se da tambin en el mbito del querer,en el mbito de la voluntad. TICANos hiciste, Seor, para ti y nuestro corazn estar inquieto hasta que descanse en ti ticaAgustn de Hiponatica materialtica teleolgicatica material: Lo que hace buena o mala una accin es la materia o contenido de la accin(lo que hacemos)tica teleolgicaEl telos o el fin de nuestros actos (la felicidad), es la base sobre la que el hombre descubre lo que est bien y lo que est mal. ticaAgustn de HiponaPero, para Agustn, dicho fin (la felicidad ), slo puede alcanzarse en el ms all: visin beatfica Nos hiciste, Seor, para ti y nuestro corazn estar inquieto hasta que descanse en ticmo? ticaAgustn de Hiponacmo?Con DiosContra DiosLibre albedroy libertad La naturaleza humana ha sido corrompidaNecesita la ayuda de Dios para obrar bienGraciaPecado original ticaAgustn de HiponaLibre albedroy libertad Libre albedroLibertad Posibilidad de elegir entre el bien y el malNecesita la ayuda de Dios (la Gracia)Descartado, tras el Pecado OriginalLa libertad sera, el libre albedro, Ayudado por la GraciaLa naturaleza humana ha sido corrompidaEl hombre no puede querer el bienAunque lo quisiera, no podra hacer el bien El problema del mal.Agustn de HiponaPor qu existe el mal en el mundo?Qu es el mal?Y vio Dios, que todo era bueno(Sobre la Creacin, Libro del Gnesis) El problema del mal.Agustn de HiponaPor qu existe el mal en el mundo?Qu es el mal?Y vio Dios, que todo era bueno(Sobre la Creacin, Libro del Gnesis) El problema del mal.Agustn de Hipona=BIENSERMal metafsicoMal moralLibre AlbedroMal fsicoPecado OriginalEl mal : no ser, carencia o privacin de ser.El mal no existeNo es un ente Poltica: La Ciudad de Dios.Agustn de HiponaLa ciudad de DiosAlarico entra en Roma (410)Cristianismo: religin oficial del Imperio (380)Agustn sale al paso de aquellos que culpan al cristianismo de ser la causade la decadencia del Imperio. La ciudad de DiosAgustn de HiponaCiudad de DiosCiudad TerrenalFormada por aquellos que aman a Dios y siguen su palabra (aman a Dios)Formada por aquellos que se aman a s mismos y desprecian a Dios .En la actualidad, ambas ciudades estn mezcladas, de modo que no es posible identificarlas totalmentecon La historia no es ms que el resultado de la lucha entre dos ciudades. La ciudad de DiosAgustn de HiponaCiudad de DiosCiudad TerrenalEsta distincin entre ciudad de dios y ciudad terrena continuar durante toda la Edad Mediaen lo que se ha llamado agustinismo polticoy ser utilizada para justificar o legitimar la prioridad de la Iglesia (poder religioso) sobre el poder poltico. La lucha continuar hasta el fin de la historia y triunfar la Ciudad de Dios.

EL CONOCIMIENTO DE LA VERDADAgustn no trat de construir un sistema filosfico cerrado, ya que entendi la filosofa como un proceso de aprendizaje, como una continua bsqueda de la verdad que nos gua en la prctica del bien para la consecucinde la felicidad. Sin distincin afirma en el Sermn 150 todos los filsofos con su estudio, su investigacin, sus dilogos y su vida no apetecieron otra cosa que alcanzar la vida feliz. Esta fue la nica causa de su filosofar, y pienso que esto lo tienen tambin en comn con nosotros [los cristianos]. Tras su paso por el maniquesmo, el escepticismo y el neoplatonismo, Agustn encontr la verdad plena en la fe cristiana. Para l, solo existe una verdad, a la que se puede acceder por dos caminos: la razn y la filosofa que nos acercan a ella parcialmente y la fe que nos la da a conocer en plenitud. Ambos caminos se complementan: la fe, impulsada por la gracia divina, purifica y orienta la inteligencia y la conduce al conocimiento de las cosas inteligibles, y la razn ayuda a profundizar en el contenido de la fe y proclama su credibilidad. Maniquesmo: doctrina fundada por el filsofo persa Manes que sostiene la existencia de dos principios absolutos y contrarios, el bien y el mal, que luchan eternamente entre s. A ambos principios corresponden dos reinos: el del espritu, al que pertenece el bien, y el de la materia, donde impera el mal. Escepticismo: doctrina de algunos filsofos por la que se afirma que la verdad no existe, o que, si existe, el ser humano es incapaz de conocerla. San Agustn en su estudio (detalle), de Botticelli, fresco del s. XV, Iglesia de Ognissanti (Florencia, Italia).SEMBLANZAAgustn naci en Tagaste (Cartago) en el ao 354, de padre pagano y madre cristiana. Durante su juventud, tal y como l mismo narra en sus Confesiones, vivi en un ambiente pagano en el que se dej seducir por el vicio. Estudiretrica en Cartago, donde la lectura de Cicern le infundi un ardiente amor a la verdad. Pronto crey encontrar la verdad que anhelaba en el maniquesmo, al cual se adhiri durante diez aos. En el ao 383 se traslad a Roma, donde fund una escuela de retrica y filosofa y atraves una etapa de escepticismo. Posteriormente, se acerc a la filosofa neoplatnica, lo que lo predispuso intelectualmente para acoger el cristianismo.