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EDITORIAL Cinco Años, tres nombres, una misma consignaENTRE VALLES Y MONTAÑAS Convocatoria X Encuentro De Sabores Y Saberes Campesinos. IX Congreso De FENSUAGRO.VOCES URBANAS Ciudad Moderna.MÁS QUE LORA MOJADA Medios De Comunicación Y Su Incidencia En El Proceso De Paz. Conclusiones Conversatorio De Arte Y Cultura Por La Paz Con Justicia Social.HIJXS DE LA REBELDÍA Mambrú Se Fue A La Guerra Y Nunca Más Volvió.FORJANDO LIBERTAD Panorama Organizativo Y Retos Políticos De Las Mujeres De La MAPA Para El 2015.LA PAZ NUESTRA LUCHA. ¿Caguanazo A Las FARC-EP? Nada Que Justifique La Guerra Impuesta Al Pueblo. 9 De Abril 2015 En Las Calles De Cali, El Pueblo En Marcha. La Muerte De José Miguel, Violencia Estructural E Infanticidio En La Guajira.ATANDO CABOS Orígenes Del Conflicto Armado (I).SOMOS MÁS, SOMOS PAZ. SOMOS PODER Marcha Patriótica, Opción De Poder Regional Y Nacional.TU BANDERA ES MI BANDERA La Victoria De Los Pueblos Del Mundo: A Propósito De Los 70 Años Del Fin De La Segunda Guerra Mundial.DE BORONDO Cuento: La Muerte. Poema: Te Quiero Libre – Somos Cinco Mil.
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Edicin No.05
Abril - Mayo - Junio 2015
01GGG
El Valle por la Definitiva Independencia
EditorialEditorialEditorial
archa Patritica y Cabildo Abierto por
Mla Independencia fue su primer nombre en julio de 2010. Luego perdera su apellido y quedara como Marcha
Patritica, a secas, en 2011. Un ao despus, en
abril de 2012, optara por un nombre compuesto
y terminara llamndose Movimiento Poltico y
Social Marcha Patritica.
Prxima a cumplir cinco aos de existencia, con
los mismos padres, pero con nuevos hijos que
crecen por todo el pas, Marcha Patritica ha
cambiado de nombre pero no de propsito, su
consigna es la misma: Por la Segunda y
Definitiva Independencia es su ruta de trabajo y
lucha.
Inspirados por el sueo de Bolvar, hombres y
mujeres continan llenando calles y auditorios
en todos los campos y ciudades del pas. La lucha
por la Independencia ha costado vidas, heridos y
montajes judiciales que han llevado a la crcel a
quienes trabajan por un mejor pas. Sin embargo
la valenta del pueblo ha podido ms que la
represin y la guerra sucia del Estado contra
nuestros integrantes. Seguimos en pie y
ganando terreno a diario, sumando conquistas y
procesos sociales que ven en Marcha Patritica
la mejor opcin de poder popular para
transformar y gobernar el pas.
No hay lugar de Colombia donde Marcha
Patritica no sea un referente de Justicia Social.
Porque acabar la guerra es una de nuestras
tareas, y en cada barrio o vereda el mensaje de
resolver el conflicto colombiano por la va del
dilogo siempre ha estado presente, as como la
exigencia de dar solucin a las injusticias que
provocaron los alzamientos armados. Por eso
Paz con Justicia Social es nuestra exigencia para
superar la guerra en Colombia y nuestro
propsito al apoyar los dilogos de paz entre el
Gobierno y los grupos insurgentes. De all se
desprende el porqu del apoyo y defensa del
actual proceso de paz entre el Gobierno y las
FARC-EP y nuestra exigencia de cese bilateral al
fuego para evitar la muerte entre hermanos.
Cinco aos trabajando por la paz del pas y su
transformacin para beneficio del pueblo ha
dejado tareas. El Frente Amplio por la Paz, el
proceso nacional de Constituyentes por la Paz
con Justicia Social, la MIA, la Cumbre Agraria y la
Asamblea Nacional Constituyente son tan solo
a lguna de e l las donde dec id idamente
participamos. Son todos procesos en los cuales
Marcha Patritica trabaja por la unidad de los
movimientos sociales en pro de la construccin
de poder popular para la Segunda y Definitiva
Independencia.
Por: Alexnder Escobar / Red de Medios Alternativos y Populares -REMAP-
rxima a cumplir cinco aos de
Pexistencia, con los mismos padres, pero con nuevos hijos que crecen por todo el pas, Marcha Patritica ha cambiado de
nombre pero no de propsito, su consigna es
la misma: Por la Segunda y Definitiva
Independencia es su ruta de trabajo y lucha.
Cinco Aos, Cinco Aos, Cinco Aos, Tres Nombres, Tres Nombres, Tres Nombres, Una Misma Consigna Una Misma Consigna Una Misma Consigna
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ContenidoContenidoContenido
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marchapatrioticaenelvalle.blogspot.com
Independencia y soberana para el pueblo es
nuestra lucha, un propsito firme durante todos
estos aos de enfrentar la tirana y ganar batallas
con la imagen de El Libertador en nuestra frente.
Marcha Patritica cabalga de la mano de Bolvar y
todos los hombres y mujeres cuya vida ha sido
ofrendada para el bien del pueblo colombiano.
Con Marcha Patritica la historia de las gestas
independentistas salt de las aulas, de las clases
magistrales a las calles. La espada de Bolvar
abandon los libros y ahora es el rostro de miles
que marchan hacia la Segunda y Definitiva
Independencia. Hoy Bolvar no para de
multiplicarse en campos y ciudades que
decidieron enfrentar al tirano y a los enemigos de
la paz que terminarn vencidos y condenados
por sus crmenes. Porque toda la historia de lucha
es nuestra, y la cobarda es de ellos con sus armas,
el presente despierta la rebelda de un pueblo
que lucha hasta la victoria.
Abril - Mayo - Junio 2015
EDITORIAL
Cinco Aos, tres nombres, una misma consigna
ENTRE VALLES Y MONTAAS
Convocatoria X Encuentro De Sabores Y Saberes Campesinos.
IX Congreso De FENSUAGRO.
VOCES URBANAS
Ciudad Moderna.
MS QUE LORA MOJADA
Medios De Comunicacin Y Su Incidencia En El Proceso De Paz.
Conclusiones Conversatorio De Arte Y Cultura Por La Paz Con Justicia Social.
HIJXS DE LA REBELDA
Mambr Se Fue A La Guerra Y Nunca Ms Volvi.
FORJANDO LIBERTAD
Panorama Organizativo Y Retos Polticos De Las Mujeres De La MAPA Para El
2015.
LA PAZ NUESTRA LUCHA.
Caguanazo A Las FARC-EP?
Nada Que Justifique La Guerra Impuesta Al Pueblo.
9 De Abril 2015 En Las Calles De Cali, El Pueblo En Marcha.
La Muerte De Jos Miguel, Violencia Estructural E Infanticidio En La Guajira.
ATANDO CABOS
Orgenes Del Conflicto Armado (I).
SOMOS MS, SOMOS PAZ. SOMOS PODER
Marcha Patritica, Opcin De Poder Regional Y Nacional.
TU BANDERA ES MI BANDERA
La Victoria De Los Pueblos Del Mundo: A Propsito De Los 70 Aos Del Fin
De La Segunda Guerra Mundial.
DE BORONDO
Cuento: La Muerte.
Poema: Te Quiero Libre Somos Cinco Mil.
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El Valle por la Definitiva Independencia
Entre Valles y Montaas-
diez aos de la primera versin del
AEncuentro de Saberes y Sabores Campesinos, este evento regresa al Municipio de Tulu que en 2006 es impulsado
por la Coordinacin Campesina del Valle del
Cauca (CCVC) y las organizaciones campesinas
que nut ren este espac io organ izat ivo
d e p a r t a m e n t a l . H a s t a e l 2 0 0 8 e s t a s
organizac iones y los comits agrar ios
pertenecientes a la Asociacin de Trabajadores
Campesinos del Valle del Cauca (ASTRACAVA),
subdirectiva Tulu son quienes gestionan y
dinamizan el encuentro que se caracteriza por la
participacin de organizaciones campesinas de
Tulu y municipios vecinos.
Desde 2009 se da la part ic ipacin de
organizaciones campesinas de Valle, Cauca y
Nario, lo que le da un carcter regional como
suroccidente Colombiano y en 2011 el
encuentro se lleva a otros municipios del Valle
del Cauca como Buga, Pradera, Florida y Guacar
lo cual consolida el carcter regional del evento y
de construccin de propuestas desde y para el
campesinado pues se desarrollan espacios
temticos en torno a temas de inters para este
sector.
Los objetivos del Encuentro de Sabores y
Saberes campesinos, han sido visibilizar el
trabajo de las organizaciones campesinas del
Valle del Cauca y del suroccidente en la
recuperacin de la soberana alimentaria; la
d e fe n s a d e l a s s e m i l l a s n at i va s y lo s
conocimientos asociados a su mantenimiento;
la produccin al imentaria y las recetas
tradicionales; la recuperacin de la economa y la
cultura campesina y; la defensa de los derechos
humanos, que vienen siendo menoscabados
desde hace por lo menos cuatro dcadas atrs
por la implementacin de modelos econmicos
y culturales forneos.
El encuentro pretende generar un espacio
amplio y unitar io para la construccin
p a r t i c i p at i v a d e l a t e r r i t o r i a l i d a d d e l
campesinado vallecaucano como aporte a la
consolidacin de la paz con justicia social a
travs de la III Constituyente Campesina
Departamental por la Paz con Justicia Social, el
encuentro contar con intercambio de semillas,
taller de cocina, muestras campesina y artstica,
juegos tradicionales y el IV Festival de Msica
Campesina.
ASOCIACIN DE TRABAJADORES CAMPESINOS DEL VALLE DEL CAUCA - ASTRACAVA- SUBDIRECTIVA TULU
COORDINACIN CAMPESINA DEL VALLE DEL CAUCA - CCVC
Contactos: Cel 316 7420947 313 7143268 - [email protected]
CONVOCATORIA:CONVOCATORIA:CONVOCATORIA:
AAAGGG
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marchapatrioticaenelvalle.blogspot.com
Con la participacin de una importante delegacin de
ASTRACAVA, se celebr en Bogot durante los das
5 al 8 de junio el XI Congreso Nacional de la
Federacin Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria,
federacin a la cual honrosamente pertenecemos. A
continuacin reproducimos algunos apartes de la
Declaracin Poltica del Congreso:
Los tratados de libre comercio, el proyecto de ley sobre
Zonas de Inters de Desarrollo Rural Econmico y Social,
ZIDRES; el avance de los agro negocios, la concentracin de la
propiedad de la tierra, las locomotoras minero-energticas y
del recin aprobado Plan Nacional de Desarrollo en su
re fe re nt e a la Tra n s fo r m ac i n d e l Ca m p o , s o n
complementarios a las polticas que buscan una mayor
concentracin de la riqueza y consolidacin del capital
financiero transnacional en nuestra nacin y el despojo de
nuestros territorios.
La Guerra sigue siendo el principal instrumento de despojo y
concentracin de riqueza por parte de la oligarqua
Colombiana en alianza con el capital transnacional y el poder
destructor del imperialismo. El campesinado, los pueblos
indgenas, las comunidades afrodescendientes y en general la
clase trabajadora de nuestro pas han venido siendo
d e s p o j a d a s s i s t e m t i c a m e n t e d e s u s d e r e c h o s
fundamentales. Hacen parte de esta maquinaria de guerra y
despojo, el poder ejecutivo, el legislativo y la rama judicial que
se conjugan rtmicamente al son de los intereses del capital
transnacional y nacional.
Los dilogos de Paz que se desarrollan en la ciudad de la
Habana- Cuba, entre el Gobierno Colombiano y la guerrilla de
las FARC- E.P, es la mayor esperanza de la sociedad
colombiana para que se alcance un acuerdo definitivo que
ponga fin a la confrontacin armada y abra el camino a la
solucin poltica, que posibilite la paz estable, duradera y la
justicia social. Desde nuestra Federacin, llamamos a las
partes a cumplir su palabra de no levantarse de la mesa de
negociacin, hasta tanto no se haya firmado el acuerdo final.
Al mismo tiempo al Gobierno Nacional a poner en prctica de
inmediato los acuerdos hasta ahora alcanzados en
materia de polticas agrarias y dems acuerdos que
contribuyan a generar confianza y apoyo social al
proceso de negociacin.
FENSUAGRO se declara en proceso constituyente,
dedicando el tiempo necesario a promover y organizar la
co nvo cat o r i a d e u n a A S A M B L E A N AC I O N A L
CONSTITUYENTE, que posibilite materializar los acuerdos de
la Habana en una Nueva Constitucin Poltica que garantice
l a p a z c o m o u n p r i n c i p i o f u n d a m e n t a l d e l o s
Colombianos/as, la justicia social, la democratizacin de la
Riqueza y de la vida poltica de la nacin. La Asamblea
Nacional Constituyente deber sentar las bases para la
construcc in de una soc iedad democrt ica , con
autodeterminacin, antiimperialista y con plenitud de
soberana nacional. La paz deber pasar a ser un principio
fundamental del pueblo colombiano, la cual deber
garantizar de manera gratuita a todos los colombianos/as el
derecho a la salud y la Educacin; a gozar de una vivienda
digna, el acceso al agua potable, a los alimentos de buena
calidad, al trabajo digno, a la tierra para las comunidades
campesinas y tnicas que no la posean y dems componentes
que permita el apoyo directo del estado a la Economa
Campesina.
El reconocimiento de los Derechos de los campesinos
colombianos debe concretarse de forma inmediata Desde
FENSUAGRO impulsaremos y nos movilizaremos por la
implementacin de Polticas Agrarias Democrticas que
tengan como eje central la REFORMA AGRARIA INTEGRAL Y
POPULAR.
Nos comprometemos a continuar consolidando la Cumbre
Agraria, Campesina, tnica y Popular conjuntamente con las
fuerzas sociales y populares que la integran como un espacio
de unidad en la diversidad pero comprometido con la
mov i l i zac in y la lucha permanente cont ra las
transnacionales, por la recuperacin de la tierra, el territorio y
la vida digna. De igual manera, a organizar y preparar
unitariamente las acciones de protestas populares hacia el
PARO AGRARIO Y POPULAR, ante los incumplimientos por
parte del Gobierno Nacional a los acuerdos pactados en el
2013 y 2014 con el Movimiento campesino y los pueblos
indgenas que hacemos parte de la Cumbre
VAMOS POR LA PAZ, LOS DERECHOS
CAMPESINOS Y LA SOBERANA ALIMENTARIA.
XI Congreso De XI Congreso De XI Congreso De
FENSUAGRO.FENSUAGRO.FENSUAGRO.
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El Valle por la Definitiva Independencia
Ciudad ModernaCiudad ModernaCiudad Moderna
ocesV Urbanas-i b ien e l pas v iv i un
Sm o m e n t o d e h e r v o r industrial en la primera mitad del siglo XX, esta no vino
acompaada de un cambio
estructural de las instituciones
p o l t i c a s , q u e r e s u l t a n
fundamentales para hablar de
modernidad en el conjunto de una
sociedad.
1
Por: Hamilton A. Surez Betancur
uele decirse que Colombia es un ejemplo
Sen Amrica Latina, cuando se habla de la modernidad de sus instituciones. Ello se le endilga a la capacidad que ha demostrado de
estar a la altura de los cambios que exigen los
ajustes del mercado mundial y de sus relaciones
polticas derivadas.
Es de suponerse, que la modernidad se pos
sobre los procesos, las comunidades, las culturas
y todas las instancias que se encuentran
confinadas en esa construccin idlica llamada
nacin. Uno de esos escenarios, puede
corresponder a las ciudades, como smbolo
evidente de la modernidad, ya que quiz no
exista otro laboratorio tan concreto, como para
no verlo a travs de los lentes de una de las
instituciones ms representativas en los
discursos del Estado.
El primer obstculo que se halla, en lo que se
podra llamar, analfabetismo urbano. Esto es, la
ignorancia de los procesos de constitucin de
una urbe, a partir de la esencia cultural endmica
de cada territorio. Un pas que suele asociar el
universo de lo indgena a lo atrasado, a lo brbaro
o a lo apartado, ignoto y extico, representa de
por s, una carencia de sustento que contenga el
sustrato simblico de las culturas, que dieron
parte de su vida al mestizaje que hoy somos. No
hay ciudad en Colombia, que tenga un pilar en la
memoria de las comunidades ancestrales.
Supongamos entonces que los urbanistas
comprenden eso y que entienden que los
territorios citadinos fueron construidos como
resultado de la evolucin de la cultura. Luego de
eso, se puede otear el siglo XX como lapso de
consolidacin de las ciudades colombianas. No
es que antes no existieran, es que en ese siglo
son ms evidentes los cambios que se dieron al
interior de las ciudades, al calor de la aplicacin
de los preceptos modernistas.
Piensen por un momento en un pas rural, que
i n i c i a u n p r o c e s o g e n e r a l i z a d o d e
industrializacin y de expansin de territorios en
el rea andina y que vive una inusitada
efervescencia de riqueza por el mercado del
caf. Piensen en un pas que reinvierte ese
capital originario en la banca, la industria y el
comercio. Los centros de convergencia de esa
prctica fueron algunas ciudades capitales, que
vieron como su poblacin aumentaba al ritmo
del crecimiento de la industria y de sus
horizontes de trabajo y obrerismo. Las ciudades
se convirtieron en centro de atraccin de cientos
de miles de personas que vieron all, la
oportunidad de ser.
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marchapatrioticaenelvalle.blogspot.com
Sin embargo, la modernidad nunca viene por
cuenta de las mquinas. Ese es un error en el
que suelen caer algunos tecncratas sociales,
cuando se deslumbran con las tecnologas de
punta de la poca. A decir verdad, las tcnicas
de extraccin y laboriosidad de los minerales
e n l a s co m u n i d a d e s i n d g e n a s , e ra n
sorprendentemente ms avanzadas que las de
los conquistadores espaoles. Igual se puede
asegurar con el manejo de las aguas, la
construccin, la medicina, los tejidos, entre
muchos otros. Bastara importar el aparato
para asegurar la modernidad social y ello a
todas luces, no es as.
Si bien el pas vivi un momento de hervor
industrial en la primera mitad del siglo XX, esta
no vino acompaada de un cambio estructural
de las instituciones polticas, que resultan
fundamentales para hablar de modernidad en
el conjunto de una sociedad. Con el corte
abrupto del proyecto bolivariano y la adopcin
de un sistema poltico anquilosado en el
santanderismo del siglo XIX, es difcil hablar de
un cambio cualitativo en las instituciones
colombianas y por ende, en la constitucin y
consolidacin de las ciudades como smbolo
de la modernidad de una nacin.
Pero faltara una estocada ms: La Violencia;
aquel captulo vergonzante de la historia que
se debe escribir con maysculas, para dar una
pista de su magnitud sangrienta, as como de la
capacidad de los gobiernos para promover un
fratricidio de banderas bipartidistas. La
migracin vaci el campo y le otorg el ttulo a
C o l o m b i a d e p a s u r b a n o . S l o
aproximadamente el 30% de los habitantes
del pas, viven hoy en el campo, con el
agravante del discurso demaggico de la
Nueva Ruralidad, que no es sino la justificacin
de la subordinacin de los territorios rurales, a
las necesidades propias de las urbes. Ese
proceso de urbanizacin se dio de forma
dramtica en la segunda mitad del siglo XX y
vino a hacer colapsar cualquier capacidad de
planeacin de las administraciones locales.
El escenario no es muy optimista. En resumen,
e l p a s e x p e r i m e n t u n p r o c e s o d e
consolidacin urbana en el siglo XX, con un
gran volcamiento de poblacin hacia las
ciudades capitales, con mayor fuerza en la
segunda mitad del siglo. A la vez, sufri un
proceso de expansin industrial desde los aos
Treinta, que vino a diluirse en los Noventa, bajo
la promesa del paraso de la globalizacin y la
apertura econmica. A ello se le suma, una
prctica poltica que se qued estancada en el
seoro de hace dos siglos. As, de qu
modernidad se puede hablar? Es claro, la
economa ha evolucionado lentamente dentro
de su dependencia tecnolgica de otros pases
industrializados y en la conversin de su
capacidad laboral hacia las condiciones
indignas del mercado mundial; pero an se
evidencian trazas de la pauperizacin de la
modernidad de las instituciones polticas. Ello
es, modernizacin sin modernidad.
Ese conjunto desconcertante se evidencia en
la ciudad colombiana de hoy, que salvo por una
revolucin urbana, esto es, la conversin de
todas las instituciones citadinas a la esencia de
nuestra propia cultura; seguir siendo el
panten de una sociedad que se envejece bajo
la esperanza de una modernidad fallida que
an no llega.AAAGGG
1
Historiador de la Universidad Nacional
de Colombia Sede Medelln.
Estudiante de Maestra en Urbanismo
en la Universidad Pontificia Bolivariana.
Actualmente se desempea como
Gestor Social y Cultural del Parque
Biblioteca Doce de Octubre,
perteneciente al Sistema de Bibliotecas
Pblicas de Medelln.
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El Valle por la Definitiva Independencia
MEDIOS DE COMUNICACIN Y SU INCIDENCIA EN EL PROCESO DE PAZMEDIOS DE COMUNICACIN Y SU INCIDENCIA EN EL PROCESO DE PAZMEDIOS DE COMUNICACIN Y SU INCIDENCIA EN EL PROCESO DE PAZ
Nos Pintan Pajaritos En El Aire... Nos Pintan Pajaritos En El Aire... Nos Pintan Pajaritos En El Aire...
Ms...M
Q Lnte la sombra situacin que
A atraviesa la mesa de dilogos, diferentes sectores polticos, extranjeros, latifundistas,
institucionales y empresariales se
han encargado de generar apata y
polarizacin en el pueblo
colombiano haciendo uso de uno de
los poderes ms influyentes en la
sociedad, los Medios de
Comunicacin.
ojada-ue ora
esde diciembre de 2014 a mayo 2015 se
Dd i e r o n a v a n c e s e n d i r e c c i n a l desescalamiento del conflicto armado, con un cese unilateral indefinido de parte de las
FARC-EP, que contribuy con un 85% de
disminucin en las acciones de guerra en todo el 1
pas , y con un cese de los bombardeos por parte
del ejrcito oficial, adems del acuerdo de
descontaminacin de materiales explosivos en
algunas zonas del pas. Lamentablemente,
fuimos testigos del retroceso en el consecuente
desescalamiento del conflicto armado cuando el
gobierno nacional reactiv los bombardeos y las
FARC-EP suspendieron el cese unilateral de
fuego , consecuenc ia lg ica de la tes i s
gubernamental de negociar en medio de la
guerra; de nuevo a lo mismo, bala va, bala viene, y
la mayora de colombianos vemos alejarse el
anhelado acuerdo final de una paz estable y
duradera.
Ante la sombra situacin que atraviesa la mesa de
d i logos , d i ferentes sectores pol t icos ,
extranjeros, latifundistas, institucionales y
empresariales se han encargado de generar
apata y polarizacin en el pueblo colombiano
haciendo uso de uno de los poderes ms
influyentes en la sociedad, los Medios de
Comunicacin.
Los medios de comunicacin masiva juegan un
papel vital para la legitimacin de un Estado,
quienes como ejes influyentes y generadores de
opinin pblica tienen la misin de construir
hablando de un Estado social de derecho y
d e m o c r t i c o - e s p a c i o s d e i n c l u s i n y
participacin que instruyan a los ciudadanos
frente a los diversos contextos sociales,
culturales, econmicos, educativos y ecolgicos
de una manera tica.
Sin embargo, en Colombia el empresariado
guerrerista se ha apoderado de los medios de 2
comunicacin privados distorsionando su
esencia y convirtindolos en aparatos al servicio
de sus propios intereses, jugando un papel
propagandstico cuyo objetivo es incentivar en el
pueblo sent imientos de odio , miedo y
desesperanza para legitimar su accionar ilegal,
entindase, la organizacin, financiacin y 3
promocin del paramilitarismo .
Por: Colectivo de Anlisis Comunicacional Rompiendo el Cerco
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marchapatrioticaenelvalle.blogspot.com
Sin duda alguna este accionar meditico es un muro
gigante que obstruye la consecucin de un acuerdo
de paz, que ms all de colores polticos, es una luz
que ilumina la esperanza de los sectores populares
que han derramado lgrimas y sangre durante 51
aos soportando las inclemencias del conflicto
social y armado colombiano.
La reanudacin de las hostilidades se convirti en la
oportunidad para los medios privados de acabar con
un proceso que desde su inicio no ha sido del inters
de sus dueos, sus constantes reportajes y
especiales periodsticos enfatizan slo las
opiniones del sector poltico dominante que destila
u n p e n s a m i e n t o b e l i c i s t a , c e n s u r a n d o
amaadamente las voces mayoritarias que estn a
favor de la paz con justicia social y que el 9 de abril del
2015 mostraron su decidido apoyo a la solucin
dialogada en las calles de nuestra patria. Los
intereses econmicos y polticos de los dueos de
los medios de comunicacin masivos privados,
origina que aspectos cruciales del periodismo y la
comunicacin como la construccin de procesos
comunicativos (inclusin y participacin de todos los
actores), la tica periodstica y el valor de la verdad
sean reemplazados por la imposicin del discurso
dominante (excluyendo y marginando a los actores
no dominantes), la violacin de todos los principios
ticos y la mentira.
Producto de esto, la poblacin colombiana esta
polarizada debido a la manipulacin, tergiversacin
y descontextualizacin de la informacin que
expelen los medios masivos quienes han llegado al
punto de priorizar y dar rango a muertes de
colombianos; un militar cado en combate es
sinnimo de indignacin, repudio y genera lgrimas
en los comentaristas, un guerrillero abatido se
considera un logro alcanzado por las fuerzas
armadas y el gobierno y genera alegra en los
comentaristas, mientras que un afro descendiente,
indgena, campesino o sindicalista asesinado por
fuerzas estatales es una noticia censurada o
tergiversada al gran pblico.
Asimismo, durante sus cubrimientos y anlisis del
conflicto no se instruye a los ciudadanos sobre por
qu se origin este flagelo, ni mucho menos se abre
la oportunidad de participacin a travs de sus
espacios televisivos, radiales y/o escritos a los
sectores populares vctimas del conflicto o los
contendores polticos, ms bien, los periodistas se
adelantan a entrevistar a los comandantes,
capitanes, oficiales del ejrcito, la polica, Esmad o
voceros oficiales, usando frases que invalidan al
opositor poltico, tan inverosmiles que insultan la
inteligencia, por ejemplo, durante el paro docente
los presentadores de medios hablaban de la tristeza
de los nios que no podan asistir a clases por culpa
del paro, pero ningn medio hablaba, ni habla, de la
verdadera tragedia que deben afrontar miles de
nios y jvenes para asistir a clases, la decadente
infraestructura, la falta de tiles, medios de
transporte, vas, la deficiente alimentacin en las
cocinas escolares, la falta de personal docente, el
salario deficiente y desigual de los docentes, toda
esta problemtica como producto del desinters de
los gobiernos de turno y sus polticas antipopulares.
Incluso, en caracol radio tenemos a un militar dando
el estado del clima reemplazando a la institucin civil
IDEAM (Instituto de Hidrologa, Meteorologa y
Estudios Ambientales de Colombia), ser esto pura
coincidencia o confirmar el uso de los medios para
incentivar la guerra, cunto dinero recibirn las
cadenas radiales, televisivas, escritas, sus principales
directores y periodistas?, y de dnde sale ese
dinero?, sera interesante darle respuesta a esta
pregunta.
Abril - Mayo - Junio 2015
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El Valle por la Definitiva Independencia
Ante esta situacin se hace necesario cuestionarnos
sobre la importancia de la democratizacin y control
de contenidos de los medios de comunicacin, para
que se acabe el monopolio de la informacin, la
opinin en manos de los medios privados y el
lenguaje que promueva la guerra. Necesitamos que
se abran espacios para que los medios populares y
comunitarios puedan visibilizar las problemticas del
pueblo colombiano y forjar as verdaderos procesos
comunicativos donde se promuevan los Derechos
Humanos, los valores cvicos y democrticos, la tica
y la organizacin de las comunidades para reclamar
sus derechos, as como generar un marco que haga
que la informacin que circula por los medios sea
responsable, respetuosa, sera y producto de
investigacin de lo contrario ser muy difcil alcanzar
una paz estable y duradera si se permite que el
discurso de la guerra se fomente.
Todo esto debe ir acompaado de las debidas
garantas y apoyo del Estado para el funcionamiento
de estos medios y el ejercicio de la participacin
poltica. Colombia sigue siendo uno de los lugares
ms peligrosos del mundo para ejercer el periodismo
independiente y el Estado colombiano tiene un largo
prontuario de persecuciones, interceptaciones
ilegales, asesinatos y desapariciones de periodistas,
cuyo caso ms emblemtico es el de Jaime Garzn.
Sumado a la persecucin, destierro, detencin ilegal
y asesinatos a sindicalistas, miembros de Marcha
Patritica, del Congreso de los Pueblos, MANE,
MOSUEP, los falsos positivos, la masacre de todo un
partido poltico como la UP, A Luchar, la AD-M19,
entre otras que histricamente ha ejecutado la clase
dominante, bajo su estrategia de quitarle al agua al
pez y bajo el principio del todo se vale, asesinando a
travs de paramilitares y militares mientras se
oculta/legitima con los medios masivos.
Si no hay garantas y apoyo Estatal ser muy difcil
construir la paz cuando todos los das los amos del
cuarto poder nos hablan maravillas de la guerra y nos
pintan la paz como si fuera el infierno, cuando todos
los das nos cuentan la historia del pas desde el
punto de vista de quienes estn en el poder y nos
dicen que todos los males son culpa de la insurgencia
y que si no hubiera guerrilla toda la plata se podra
invertir en el bienestar de los colombianos.
1
. Informe presentado el 20 de mayo por el Centro de Recursos
para el Anlisis del Conflicto -CERAC-.
2
. La familia Santodomingo dueos de Caracol TV, el grupo Prisa
de Caracol radio, la familia Ardilla Lule de RCN (Datos recogidos
de la web). Si analizamos los peridicos, a nivel nacional
tenemos 60 marcas diferentes en manos de 13 dueos (Segn
http://www.mediosencolombia.com/ proyecto del Centro de
Estudios de Periodismo de la Universidad de los Andes). Sera
interesante hacer una investigacin sobre los actuales dueos de
los medios masivos en Colombia para completar esta lista.
3
. Para ms informacin leer el informe de la Comisin Histrica
presentado el mes de febrero del 2015.AAAGGG
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marchapatrioticaenelvalle.blogspot.com
Conclusiones Conversatorio De Arte Y CulturaConclusiones Conversatorio De Arte Y CulturaPor La Paz Con Justicia SocialPor La Paz Con Justicia Social
Conclusiones Conversatorio De Arte Y CulturaPor La Paz Con Justicia Social
esde la RAPSO y la Fundacin El Teatro Vive, no descansamos por
Dhacer acciones culturales y acciones de unidad del sector de artistas en marcha. Evidencia de ese esfuerzo de los artistas fue El VII festival nacional de teatro popular 'teatro y realidad social desarrollado
en Palmira valle durante 10 das en el mes de mayo, con ms de 20
funciones de teatro social en varios escenarios de la ciudad, con obras que
abarcaron la reflexin del conflicto social y armado, y el tema de la paz del
pas, talleres, conciertos y el conversatorios de arte y cultura por la paz con
justicia social, convocado por la red de artistas populares del suroccidente
(rapso) y realizado en la ciudad de Palmira el 30 de mayo de 2015, dentro
del marco del VII festival nacional de teatro popular 'teatro y realidad social
donde manifestamos que la defensa y afirmacin de la vida son
inseparables de nuestra cotidianidad y creacin artstica, mxime cuando
el poder criminal quiere imponernos los bombardeo y el estruendo de las
balas que expulsa a cientos de comunidades de sus territorios; por tanto
concluimos:
Abril - Mayo - Junio 2015
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El Valle por la Definitiva Independencia
AAAGGG
FRENTE A LA GUERRA Y LA PAZ
1. Que el cese bilateral al fuego entre el
Gobierno Nacional y la guerrilla de las FARC-
EP debe declararse de manera inmediata. No
ms derramamiento de sangre entre
hermanos y familias llorando a sus hijos!
2. Apoyar decididamente los dilogos de paz
entre el Gobierno Nacional y las FARC-EP, en
el entendido que el conflicto cultural, social y
armado en Colombia solo podr solucionarse
por la va del dilogo y el logro de la Paz con
Justicia Social.
3. Que el actual modelo econmico est
ligado a la guerra que vive el pas. Por tanto su
discusin debe ser de obligatoriedad en los
dilogos de paz.
4. Que tanto la Cultura como las demandas y
necesidades de los artistas deben discutirse
para superar la guerra. En este sentido, por
tercer ao consecutivo, reiteramos la
exigencia de incluir la discusin de la Poltica
Cultural en la agenda de los dilogos de paz
en La Habana.
5. Que la importancia de la cultura y el sector
artstico para la paz y transformacin del pas
debe ir ms all de un formalismo discursivo.
Por ello exigimos al Gobierno y las FARC-EP
participacin directa en la mesa de dilogos
que se desarrolla en La Habana.
FRENTE AL ARTE Y LA CULTURA
1. Resulta indispensable continuar los
procesos de formacin artstica en campos,
barrios y comunas. Conocer y trabajar con la
co m u n i d a d e s f u n d a m e nt a l p a ra l a
construccin de un nuevo pas, y cmo ello
afecta los contenidos y la esttica en la
creacin artstica.
2. Como artistas populares nos proponemos
un arte con memoria que aprende y se
enriquece de los saberes de las comunidades
para construir pas.
3. Nos preocupa tanto el contenido como la
forma. En nuestras creaciones lo social y
poltico siempre debe estar acompaado de
una esttica que a diario se reinvente.
4 . R e a f i r m a m o s e l p r o c e s o d e l a
Constituyente Nacional de Arte y Cultura por
la Paz con Justicia Social como un espacio de
construccin de la Poltica Cultural del pas y
para exigir y encontrar soluciones a las
problemticas de los artistas.
FRENTE A LA COMUNICACIN
1. Los medios masivos de comunicacin han
impuesto una cultura de la guerra y castrado
la memoria del pas. Apoyar y crear medios
alternativos de comunicacin desde el seno
de los procesos artsticos, es una tarea a
desarrollar.
Paz con Justicia Social es la exigencia de los
artistas populares en Colombia que luchamos
por condiciones de vida dignas para nuestro
sector y el pueblo colombiano. Sabemos que
quienes dedicamos nuestra vida al arte
somos afectados por problemticas en
particular, pero tambin es claro que
compartimos las mismas necesidades del
resto de la sociedad, y con los cuales
estrechamos afectos y lazos de hermandad
pata trabajar por un mejor presente y futuro
inmediato.
Palmira, Mayo 30 de 2015
Departamento del Valle del Cauca,
Colombia
VII Festival Nacional de Teatro Popular
'Teatro y Realidad Social'
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marchapatrioticaenelvalle.blogspot.com
Rebelda-ijxs...H DeLa
bjetar conciencia es un derecho subjetivo;
OEso dicen quienes hacen parte de la dura maquinara estatal, que busca militarizar la vida juvenil, criminalizarnos, reducirnos a su mnima
expresin. Nunca hemos sido tomados en cuenta
como sujetos polticos, se nos niega la participacin
de los espacios de decisin y solo buscan
mantenernos sumisos e institucionalizados, es decir,
tenernos controlados y as reproducir su sistema,
podemos decir que, prestar servicio militar es
obligatorio solo para unos, mejor dicho es cuestin de
clase, donde los empobrecidos, los campesinos, los
indgenas y afros estn al servicio del capital.
Mientras la ley 48 de 1993 en su artculo 10 obliga a
todo hombre mayor de 18 aos a resolver su situacin
militar. Aspectos sociales como la educacin, la
cultura, el arte y el deporte, siguen sumergidas en el
desinters por parte del Gobierno Nacional,
convirtiendo en cmplice la educacin quien nos
lleva a los distritos militares.
Bien es sabido, por orden constitucional en su artculo
18 donde, da las garantas para la libertad de
conciencia, por tal motivo, es de exigencia el
cumplimiento de este derecho, pues como jvenes
colombianos nos reusamos a seguir entregando
nuestras vidas y seguir alimentando el conflicto
armado vivido desde hace ms de 50 aos. Por ello,
recibimos con agrado la iniciativa legislativa de
servicio social para la paz, que posibilite escenarios de
participacin de las y los jvenes en la construccin
de la paz, el fortalecimiento de la democracia y la
promocin y garanta de los derechos humanos, se
hace importante que esta iniciativa deje en manos de
los ciudadanos la construccin de la paz, dejando de
depender de las fuerzas armadas; de esa misma
forma solo tomaran las armas los colombianos que
quieran pertenecer a las fuerzas armadas, quedando
abierta la posibilidad de una verdadera objecin de
conciencia.
Las y los jvenes colombianos buscamos nuevos y
adecuados espacios de confluencia, de participacin
poltica; partimos de tener una conciencia que nos
permita considerar a las personas como sujetos de
derecho y libertades, sin tener que diferenciar entre
sexo, raza, origen social u orientacin sexual, exigimos
que se nos proteja nuestro deseo de no pertenecer a
las arcas militarizadas de un mal gobierno, que lo
nico que busca es acabar con la vida juvenil. Desde la
Juventud Rebelde del Valle del Cauca, nos
reafirmamos como sujetos en contra de la
militarizacin de la vida juvenil, exigimos que la
objecin de conciencia sea un derecho promovido
por el Estado mismo, que el ser joven sea un derecho,
donde la educacin, la cultura, el arte el deporte, la
vida poltica y todos aquellos espacios donde las y los
joven no tenemos vos, podamos gozar de una vida
plena sin ser subyugado por leyes que van en contra
de nuestra posicin poltica, de nuestra conciencia,
del ser joven como tal. Apoyamos el desarrollo de
una Asamblea Nacional Constituyente que aporte
principios de libertad de decisin, de igualdad y que
nos encamine a una nueva Colombia, caminamos
hacia nuestra segunda y definitiva independencia,
por una Colombia en paz con justicia social.
Nos han dotado de
camuflados, nos han puesto
un fusil en las manos, nos
han dado municiones e
instrucciones militares, nos
han puesto en los campos
de batalla, nos obligan a
pagarle algo al estado, el
m i s m o q u e n o s h a
abandonado.
Mambr Si Fue A La Guerra Mambr Si Fue A La Guerra Mambr Si Fue A La Guerra
Y Nunca Y Nunca Y Nunca
Volvi Volvi Volvi Ms Ms Ms
AAAGGG
Por: Juventud Rebelde Valle
Abril - Mayo - Junio 2015
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El Valle por la Definitiva Independencia
orjandoibertad
FL
as mujeres en Colombia constituimos la
Lmitad de la poblacin. Segn las cifras del DANE/2005, las mujeres representamos un poco ms de la poblacin masculina: 51,2%
mujeres y 48,8% hombres. De acuerdo a las
comunicaciones e informes en 2013 de ONU
MUJERES en Colombia, existen una mayor
insidencia de la pobreza en las mujeres y en las
nias. Retomando los resultados de la Gran
Encuesta Integrada de Hogares GEIH- 2011, las
mujeres presentan una tasa de pobreza monetaria
del 34,7%, frente a una pobreza masculina del
33,5%. En relacin con la participacin en el
mercado de trabajo y las afectaciones por los altos
indices de desempleo que tiene el pas, las
mujeres tienen menores posibilidades de
participacin laboral y sufren en mayor cantidad la
oleada de desempleo que cubre al pas. Las
mujeres muestran en promedio un 11% de
desocupacin frente al 6,4% representada por los
hombres.
Son varias las problemticas que aquejan a las
mujeres a lo largo del territorio nacional; muchas
de ellas inscritas en el marco del conflicto social,
econmico, poltico y armado que desangra a la
nacin hace ms de 60 aos. La guerra tambin se
ha posado sobre el cuerpo de las mujeres, sobre
sus territorios, sobre sus comunidades. El
incremento a la violacin de los derechos
humanos de las mujeres explot en lo que va
corrido del ao en un 300% en comparacin con
2014. La Defensora del Pueblo denunci,
retomando cifras del Instituto Nacional de Salud,
que han sido presentados 5.243 casos, en
promedio 38 casos diarios, de violencia sexual
contra las mujeres en el marco del conflicto
armado, en todo el territorio nacional. En
contraposicin, con los 284 casos presentados en
2014. (Declaracin Mujeres de la Marcha Patritica
por el Da de la Dignidad de las Mujeres Vctimas
de Violencia Sexual en el marco del Conflicto
Armado, 2015)
Panorama Organizativo Y Retos Polticos Panorama Organizativo Y Retos Polticos De Las Mujeres De La Marcha Patritica Para El 2015De Las Mujeres De La Marcha Patritica Para El 2015
Panorama Organizativo Y Retos Polticos De Las Mujeres De La Marcha Patritica Para El 2015
Nosotras sabemos que somos las reserva tica y poltica para la paz
Declaracin poltica de las mujeres de la Marcha Patritica
Reunin nacional de mujeres, mayo de 2013. Bogot.
Por: Equipo Departamental de Mujer y Gnero
Movimiento Poltico y Social Marcha Patritica Valle del Cauca
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marchapatrioticaenelvalle.blogspot.com
Esta presencia mayoritaria de las mujeres en los
bejmenes que cubren a la mayora del pueblo
colombiano, es una tendencia que abarca todo los
sectores sociales del pas. No obstante, y aunque
sonara paradjico o contradictorio, son tambin las
inmesas mayoras de mujeres las que engruesan los
cinturones de la resistencia en campos y ciudades.
Sobre los hombros de muchas mujeres reposa, hoy
ms que nunca, el cuidado de la familia, de la
comunidad, del territorio, de todos los tejidos sociales
que se hilan alrededor de su cuerpo y de su presencia
en la lucha campesina, afrodescendiente, indgena,
estudiantil, barrial, sindical, por la defensa de los
derechos humanos, por la libertad de las prisioneras
polticas y en todas las dimensiones que exige la lucha
poltica en nuestro pas. Son las mujeres, hoy por hoy,
centrales en los procesos organizativos que se
adelantan tanto en la Marcha Patritica como en otras
expresiones polticas alternativas.
Particularmente en nuestro movimiento poltico y
social, las mujeres han mostrado su decisin y talante
para enfrentar los estragos de la guerra y proponer
alternativas para nuestros procesos organizativos. La
organizacin de las mujeres es hoy una realidad que
no puede invisibilizarse ni ocultarse. De modo que
desde el ao 2013, el movimiento poltico y social
Marcha Patritica viene apoyando e impulsando en
diferentes regiones del pas, una poltica democrtica
y pluralista que encamine los esfuerzos por la unidad
de los diferentes sectores sociales, poblacionales y
polticos que existen en el territorio nacional. Fruto de
la necesidad de crear espacios de unidad y lucha de
las gentes del comn, las mujeres al interior de la
Marcha Patritica vienen fortaleciendo diversas
estrategias organizativas que estan permitiendo el
crecimiento y afianzamiento del movimiento social y
politico alternativo en Colombia, a la vez que crean
estrategias de cualificacin y formacin poltica. Un
ejemplo de esto fue la masiva participacin en la
movilizacin de mujeres por la paz en 2013, los
espacios de articulacin promovidos en 2014 que
permitieron realizar escuelas departamentales y
regionales en todos los departamentos del Caribe,
pero tambin en el Huila, Caquet, Putumayo y en el
Valle del Cauca, donde se realiz la primera escuela
de mujeres de la Marcha Patritica en Buga, en el mes
de noviembre; y la participacin de todas en la
preparacin y movilizacin del pasado 9 de abril por
el apoyo a los dilogos en La Habana y la exigencia del
cese bilateral al fuego.
L 2015
M
P
Nuestro movimiento social y poltico Marcha
Patritica eman de su X COPAN un llamado a
continuar en la labranza de caminos que conduzcan a
la conquista de la paz con justicia social como base de
la construccin de un nuevo pas y de un nuevo
gobierno. Es as como nosotras, las mujeres que
venimos en Marcha por una Colombia nueva, hemos
venido avanzando en la construccin de escenarios
conjuntos que nos permitan discutir alrededor de
nuestras reivindicaciones y luchas, consignas, formas
de expresarnos y encontrarnos buscando fortalecer
nuestra lucha histrica como mujeres de los sectores
populares en bsqueda de la transformacin
profunda de las condiciones del pueblo colombiano.
El ltimo, la reunin nacional del sector de mujer de la
Marcha Patritica realizada en la ciudad de Bogot los
das 30 y 31 de mayo del presente ao, el cual cont
con la participacin de mujeres de los diversos
sectores sociales y lugares de la geografa colombiana
y que genera un llamado a todas nosotras como
sujetas histricas, polticas y parte integral de nuestras
organizaciones a asumir tres grandes retos:
Primero, encontrarnos, tejer lazos entre nosotras que
nos permitan dar cuenta de nuestras problemticas
comunes as como nuestras particularidades;
i d e n t i f i c a r l a s d i v e r s a s f o r m a s c o m o l a
institucionalidad colombiana (en el marco de la
Constitucin de 1991) nos ha excluido en los mbitos
sociales, polticos, econmicos y culturales; el por qu
hoy somos las ms pobres entre los pobres y la forma
en como vivimos el conflicto social, poltico y armado,
el como nos arrebata nuestros hijos, nuestros cuerpos
y nuestras vidas.
Segundo, avanzar en la construccin de nuestro
sector bajo el reconocimiento de que la lucha de las
mujeres hace parte integral y fundamental de la lucha
por la transformacin social, poltica y econmica de
Colombia, que ste debe construir una dinmica
propia y permanente que permita avanzar en la
elaboracin de propuestas de cara hacia otras
mujeres y de cara al pas.
Abril - Mayo - Junio 2015
Manuela Beltrn oncurso:...Lo que se nombra no existe.C
El Equipo de Trabajo Departamental de Mujer y Gnero Valle, invita a todas y todos a renombrar la
franja de Mujer y Genero del Boletn Formativo/Informativo Al Galope por medio del:
El ttulo debe tratar de recoger, de forma
sinttica, elementos variados de la
plataforma poltica y/o el carcter de
nuestro movimiento. Puede incluir el nombre
d e a l g u n a m u j e r o s u j e t o n o
heteronormativo que haya hecho parte de
la historia de los movimientos sociales y
polticos en el Valle del Cauca, Colombia y/o
en Latinoamrica.
El ttulo tambin puede ser una mezcla
variada y creativa que surja de nuestros
documentos fundacionales o de las
realidades cotidianas vividas por las gentes
del comn en nuestros barrios, ros o
Desde Julio 1 a agosto 14: convocatoria y recepcin de propuestas.
Desde el 14 de agosto a 31 de agosto eleccin y veredicto
mas informacin marchapatrioticaenelvalle.blogspot.com
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El Valle por la Definitiva Independencia
Necesitamos espacios de convergencia, articulacin, de
construccin de unidad orgnica, programtica y de
accin, donde podamos recoger nuestras experiencias
organizativas y nuestras diferentes iniciativas que hoy
se encuentran dispersas, as mismo buscamos llamar a
las nuevas formas y propuestas de las mujeres
patriticas que no se encuentran dentro de nuestras
organizaciones de base.
Por ltimo, debemos avanzar en nuestro ejercicio
como sujetas polticas y como colectividad de derechos
y sumarnos al desarrollo del proceso constituyente que
nos permita construir desde las bases propuestas de
nuevo pas, entendiendo que este proceso constituye
u n e s c e n a r i o f u n d a m e n t a l p a r a n u e s t r o
empoderamiento en el mbito poltico y social en dos
sentidos: por un lado, el reconocimiento de las mujeres
como sujetos sociales y polticos integrales llendo ms
all de la representacin femenina formada por la
Constitucin de 1991, es decir, vistas esencialmente
como madres y con un rol fundamentalmente
biolgico de todos los mbitos de nuestra vida y por el
otro, sumar las reivindicaciones y propuestas de las
mujeres de mltiples sectores sociales como pilares en
el desarrollo de un nuevo pacto social que permita la
construccin de otros escenarios de la lucha poltica.
Es el 2015 el ao para avanzar a pasos agigantados las
luchas que nos hemos trazado desde la dignidad y por
nuevos amaneceres, alzando en alto las banderas que
llevaron nuestras madres que desde hace ms de
doscientos aos parieron nuestra patria, que la han
defendido desde la templanza y la rebelda y que hoy
seguimos construyendo sin dar marcha atrs.AAAGGG
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marchapatrioticaenelvalle.blogspot.com
i siquiera Pastrana ya niega que el proceso de paz
Ndel Cagun, a finales de los '90, sirvi para que el Estado colombiano ganara tiempo ante unas FARC-EP que se encontraban a la ofensiva, y pudiera
aplicar una profunda reingeniera militar, un aislamiento
poltico a fondo del movimiento guerrillero que incluy
la calificacin de terroristas-, as como preparar, a travs
del Plan Colombia, la entrada de lleno de los gringos al
conflicto sin lo cual, ninguno de los golpes que han
recibido los insurgentes hubiera sido posible. Es decir, el
proceso de paz del Cagun sirvi, no para una bsqueda
de paz, sino para profundizar la guerra[1]. Pastrana, que
aparte de ladrn sali tambin bufn, culpa a las FARC-EP
de su fracaso. Sin embargo, desde la lgica oligrquica, el
Cagun no fue un fracaso sino un tremendo golazo.
EL BLOQUE OLIGRQUICO SE RE-ORGANIZA PARA
EL CAGUANAZO
A Santos tambin le toc negociar para ganar tiempo. El
2012 fue un momento muy complicado: el gobierno
enfrentaba ya un lustro de fortalecimiento de la iniciativa
guerrillera, as como un espiral ascendente de luchas
populares en todo el territorio -fundamentalmente en las
zonas rurales-, cuyo inicio podemos identificar en la
huelga de los corteros a finales del 2008. Si sumamos la
imposibilidad, debido al conflicto social y armado, de abrir
el territorio nacional a la inversin extranjera y su
locomotora minera, se explica el escenario que permite el
actual proceso de negociacin entre insurgentes de las
FARC-EP y gobierno. Mientras tanto, se embolata y
posterga indefinidamente el escenario de negociaciones
con el ELN, tal cual como lo hizo Pastrana. Esto parece un
dja-vu.
Est Santos preparando su propio Caguanazo a las
FARC-EP? Es una probabilidad bastante cierta. El ingenuo
optimismo de los opinlogos de oficio, de izquierda o de
derecha, que hasta hace poco declaraban que el proceso
era irreversible o que el 2015 sera el ao de la paz, se ha
evidenciado como espurio. Tan espurio como las ilusiones
de quienes crean que Santos impulsara una especie de
Frente Popular contra el fascismo uribista. En esa
ilusin, desconfiaron de la movilizacin popular, y
pusieron sus fichas en el apoyo abierto o velado a un
sector de la burguesa, representado en Santos. Apoyo
que se expres en lo electoral no solamente en la
segunda, sino que de manera an ms grave- en la
primera vuelta. Entre los que tragan sapos para probar la
mermelada y esa izquierda que lleva medio siglo como
vagn de cola del liberalismo, le entregaron la llave de la
paz a Santos. Y como tambin lo dijimos a su momento,
en lugar de ese quimrico Frente Popular, qued claro el
da despus de las elecciones, que las concesiones seran
hacia la derecha y jams hacia la izquierda[2].
Precisamente, lo que estamos sucediendo.
Con las llaves de la paz entregadas en bandeja de plata,
Santos puede, en cualquier momento, cumplir lo que ha
amenazado desde un primer momento: patear la mesa y
volver a la guerra como si nada. Ya sabemos la lnea
argumentativa: lo intentamos pero no se pudo, las FARC-
EP mamaron gallo, rompieron su cese al fuego unilateral
en Buenos Aires, nos toc defender la poblacin
atemorizada de retaliaciones, tuvieron su oportunidad,
nunca habamos avanzado tanto pero nuestra voluntad
tiene lmites. Y con la pedagoga de la guerra que ha
desarrollado durante este proceso de paz en medio del
conflicto, hoy tiene, quizs, ms respaldos polticos para
romper la mesa que para alcanzar un acuerdo con los
insurgentes. Triste, pero cierto.
Caguanazo a las Caguanazo a las Caguanazo a las FARC-EP?FARC-EP?FARC-EP?
Por: Jos Antonio Gutirrez D.
Est Santos
preparando su
propio Caguanazo
a las FARC-EP?
Abril - Mayo - Junio 2015aL NL
PAZ uestraucha-
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El Valle por la Definitiva Independencia
EL GRAN AUSENTE: PROTAGONISMO POPULAR
Lo nico que poda haber inclinado la balanza a favor
de una solucin negociada al conflicto y en cuanto
negociada, parcialmente favorable a los intereses
populares- era la movilizacin y la presin
permanente de las bases sociales. Era demostrar que
el pueblo es quien tiene las llaves de la paz. Era seguir
con la escalada de protestas y presin popular que
llev a Santos a la mesa y que hizo que Santos
abriera foros y espacios participativos, por
restringidos que fuesen, a las expresiones populares
para discutir sus problemas ms acuciantes desde la
perspectiva de la agenda de negociaciones. Era
poner a la movilizacin y la lucha popular como el
actor principal de la solucin poltica, y llevar a la
oligarqua al nico terreno de lucha en el cual no
tiene el toro por las astas el terreno de la lucha de
clases.
El escenario del Paro Agrario del 2013 gener
espanto en la oligarqua colombiana: no solamente
la accin decidida de los campesinos dej en claro
que la poltica de Desarrollo Nacional, junto al
a p e r t u r i s m o e co n m i co n e o l i b e ra l , e ra n
insostenibles, sino que plante un escenario de
convergencia entre el campo y la ciudad, con
millones de personas solidarizndose en los centros
urbanos, que tena un gran potencial transformador.
Santos inmediatamente comenz a maquinar la
desmovilizacin de esa fuerza social. Con algunas
platicas, logr calmar momentneamente los
nimos sin tener que hacer ningn cambio de fondo.
Luego, instal mesas de negociacin que no
resuelven nada. Como dijo un dirigente de base, a los
campesinos los traen como carro viejo: de taller en
taller. Luego, agitando el coco de Uribe, se encarg
de que las fichas liberales que tiene en el campo
popular instalaran el consenso sobre lo inoportuno
de movilizarse contra Santos en el contexto de las
elecciones. Luego, la coyuntura electoral, sumada al
electoralismo inveterado de cierta izquierda que
confa ms en la autoridad aun pese a ser
mitmana, irresponsable e incumplidora- que en el
pueblo, una izquierda que encuentra preferible los
acuerdos con Santos a una movilizacin de masas
que se les salga de las manos, han dado el golpe de
gracia a la desmovilizacin popular. Se reproduce
esa tendencia descrita por Marco Palacios para esa
izquierda, siempre confiada en las virtudes de la
elite jacobina () Con Lenin, siempre haban
desconfiado del 'espontanesmo de las masas'[3].
Es muchsimo ms fcil desmovilizar al pueblo que
volverlo a movilizar: la frmula de no salgamos hoy,
aunque la gente est arrecha, saldremos maana, en
la prctica, nunca ha funcionado. Santos emergi de
esta coyuntura como triunfador, gracias al apoyo
tcito o explcito de un importante sector del
movimiento popular, y logra as recomponer la
hegemona del bloque dominante.
EL CALLEJN SIN SALIDA DE LOS GESTOS
UNILATERALES
En el campo militar (que jams en un conflicto social
como el colombiano es el decisivo) tambin Santos
logra neutralizar el peligro. No me extender
mayormente en esta ocasin sobre el impacto de los
gestos unilaterales, precisamente en momentos en
que toda accin debera ser bilateral; ya me he
referido a eso recientemente[4]. El problema de
f o n d o e s q u e e l g o b i e r n o h a a p o s t a d o ,
exitosamente, por debilitar al adversario en el
contexto de las negociaciones para sacar o una paz
barata (para ellos, cara para el pueblo) o un retorno a
la guerra total en condiciones ms favorables para s.
Si la insurgencia est debilitada o no, es un asunto
que no puede ser abordado como una cuestin
absoluta, pero lo cierto es que las FARC-EP se
encuentran hoy con alrededor de 100 guerrilleros
muertos en bombardeos y acciones militares desde
que declararon su cese al fuego unilateral (casi 50 en
las ltimas dos semanas), eso sin contar los mltiples
arrestos y capturas, as como la prdida de la
iniciativa militar. Es decir, el cese al fuego unilateral
fue un festn para el guerrerismo. En trminos
relativos, claro que la insurgencia se ha debilitado
militarmente con el cese al fuego unilateral, mientras
que en lo poltico no gan prcticamente nada: los
medios siguen con su demonizacin como si nada,
aplaudieron cada golpe que se les dio en este
perodo, montaron escndalo por cada accin
defensiva, y ahora responsabilizan a las FARC-EP por
la escalada de violencia. Esto, mientras tambin se
asesina y encarcela a los luchadores populares, pues
esta guerra no es slo contra la insurgencia sino que
contra todas las expresiones del pueblo organizado..
18GGG
marchapatrioticaenelvalle.blogspot.com
Las reglas del juego estn claras: Santos no necesita dar
ninguna muestra de reciprocidad pero puede pedir todo
el tiempo ms y ms gestos unilaterales a la insurgencia.
l s puede asesinar incluso a dos miembros del equipo
negociador de las FARC-EP, tal cual antes haba
asesinado al comandante insurgente Alfonso Cano,
pero los guerrilleros no pueden siquiera capturar a un
general en un golpe de mano caso del general Alzate-
porque Santos patea la mesa. Las FARC-EP solamente
estn autorizados a matar a soldados pobres, porque
eso s no molesta mayormente al establecimiento
aunque le saquen provecho mediticamente. Por eso
es que al bloque dominante le importa un pepino si la
guerra contina o no, siempre y cuando el escenario que
sea les garantice el mximo de beneficios; es decir, que
se maten entre pobres, mientras la oligarqua disfruta de
las mieles del saqueo generalizado al pueblo
colombiano sin que nadie le moleste.
ENTENDER EL MOMENTO SIN FALSAS ILUSIONES
EN LA OLIGARQUA: NI IRREVERSIBILIDAD NI
FATALISMO
As las cosas, todo parece indicar que se viene un
Caguanazo a las FARC-EP. O se rinden o se vuelve a la
guerra total, pero el Estado ya est en una posicin
mucho ms fuerte. De concretizarse este escenario,
estaramos no solamente ante un revs histrico para
los insurgentes, sino que el conjunto del movimiento
popular, tanto quienes se identifican con la salida
negociada como quienes no, sufriran un golpe del que
tardaran aos, sino dcadas en recuperarse. Se
equivocan quienes piensan que una rendicin o derrota
de la insurgencia, o la firma acelerada de la paz exprs,
serviran para abrir un espacio poltico a nuevos
movimientos sociales de corte progresista, hoy
represados, supuestamente, por la guerra (en
abstracto). Para lo que serviran es para fortalecer a la
misma oligarqua de siempre en un autntico carnaval
reaccionario. Ese bloque dominante es la verdadera
represa para los movimientos populares la guerra,
apenas la expresin de su forma de dominacin
concreta.
Tambin constituye un error hacerse falsas ilusiones en
torno al supuesto carcter progresista de Santos de cara
al uribismo: una lectura errnea que lleva a polticas
desastrosas. Decir que el carcter zigzagueante y la
incapacidad de Santos para cumplir sus compromisos,
as como su persistencia en la arremetida militar contra
los insurgentes, tendran que ver con supuestas
presiones sobre l (que sin duda las tiene, pero no
determinan su comportamiento), es una falta de
sentido histrico, es desconocer la naturaleza de la
oligarqua colombiana e ignorar el carcter concreto de
l a l u c h a d e c l a s e s e n Co l o m b i a . P i e n s a n ,
ingenuamente, que de no ser por el coco uribista Santos
sera un paladn de los pobres y un demcrata de tomo y
lomo?
Es necesario entender el carcter de esta oligarqua,
entender el sentido de la negociacin y el hecho de que
reposa sobre un equilibrio precario de fuerzas y no sobre
sencillas voluntades, para poder superar el actual
momento desde la lucha popular, mediante hechos
concretos, no mediante spl icas a la rancia
oligarqua[5]. Esa es realmente la nica esperanza que
tiene el sector popular en la actual coyuntura. Santos no
es invencible, pero seguir sindolo mientras sea l
quien define el terreno de lucha. Pero as como no
debemos sobrevalorar a Santos, tampoco debemos
desestimarlo. Una nota de Anncol plantea que Santos
es un tigre de papel. Quizs as lo sea; pero no podemos
dejar la cita de Mao incompleta. Hay que recordar que
an el tigre de papel tiene colmillos y garras[6]. Y eso es
lo que ha sabido mostrar en estas semanas el
presidente de la paz. Hay que demostrar que el viejo
topo[7] tambin tiene sus garras.
[1] http://www.eltiempo.com/Multimedia/especiales/caguan-proceso-paz/gobierno_11154861-7
[2] http://anarkismo.net/article/27091
[3] Marco Palacios, Violencia Pblica en Colombia, Bogot, FCE, 2012, p.74.
[4] http://anarkismo.net/article/28100
[5] http://anarkismo.net/article/28179
[6] https://www.marxists.org/espanol/mao/escritos/IPT56s.html
[7] Alusin de Marx al movimiento revolucionario, que socava las bases del capitalismo de manera subterrnea y
paciente. Este trmino es utilizado en El 18 Brumario de Luis Bonaparte.
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El Valle por la Definitiva Independencia
Nada Que Justique Nada Que Justique La Guerra Impuesta Al PuebloLa Guerra Impuesta Al Pueblo
Nada Que Justique La Guerra Impuesta Al Pueblo
No hay que llamarse a engaos. Los sectores democrticos (Frente
Amplio, Frente Unido, Clamor social por la paz, etc.) tienen la inmensa
responsabilidad histrica de derrotar a los guerreristas, porque si no se
dar al traste con los profundos anhelos de paz del pueblo colombiano.
i quisiramos justificar la guerra, tendramos
Sun sinnmero de razones no slo desde la prctica de quienes la ejercen, sino incluso desde los mismos tericos. En el libro de Oliverio
Gmez Hernndez, Dignidad o Violencia. Aportes
para una Filosofa de la Paz, el autor hace un rastreo
por diversas posiciones, empezando por los filsofos
griegos para algunos de los cuales la justicia es el
inters del ms fuerte, siguiendo con los romanos a
travs de Flavio Vegecio y que se convirti en un
axioma: Si quieres la paz preprate para la guerra. Ni
que decir de la sociedad medieval, en donde se
avanz en una identificacin del poder poltico con la
fuerza. Ya en la modernidad, Maquiavelo quien no
repara en los medios que haya que utilizar
incluyendo la violencia y la guerra para alcanzar lo
fines, aunque como lo dice el autor, la justificacin
maquiaveliana del recurso a la violencia se hace en el
horizonte moderno de la poltica como ciencia,
dirigida por la razn. Ms adelante, Hobbes a partir
de su estado de guerra de todos contra todos
construir ese monstruo, ese Estado absolutista o
Leviathn que aplicar la violencia porque es
depositario de la misma, usar las armas porque sin
ellas no valen los pactos. Kant, por su parte, afirma
que la violencia es componente insoslayable de lo
humano y por tal motivo, los Estados adquieren el
derecho a hacerse la guerra, condicin para avanzar
hacia lo que l denominaba una paz perpetua.
Hegel, el gran filsofo alemn, consideraba la guerra
benfica para la salud tica de los pueblos, para la
consolidacin de la autonoma y soberana como
comunidad poltica, es decir, la guerra viene a ser el
medio para que la historia avance, aunque en su
devenir aplaste muchas flores inocentes. En fin,
Nietzche habla de la ley del ms fuerte y son
conocidos sus llamados a despertar de nuevo al
hombre y al soldado para la gran lucha por el poder.
Marx, deca que la violencia es la partera de toda
vieja sociedad preada de una nueva. Clausewitz,
por su parte, afirmaba que la guerra es la mera
continuacin de la poltica por otros medios.
Las justificaciones de la guerra estn expresadas en
diversos autores y sirve tanto para el anlisis de la
guerra convencional (o entre Estados) y de la
llamada guerra asimtrica, que es donde se
engloban los conflictos irregulares como el caso de
nuestro prolongado conflicto armado interno. Sin
embargo, los guerreristas de todos los pelambres, en
el caso colombiano, probablemente acudan a
argumentos no tanto filosficos sino econmicos, en
la defensa de los intereses de lo que Gaitn llam la
oligarqua, que harto se ha beneficiado de la guerra
como forma de acumulacin de capitales, como
modo de ascenso social de ciertas capas de la
oficialidad y como medio para contener expresiones
alternativas que histricamente han buscado
Por: Carlos Alberto Snchez Collazos / Comisin Departamental de Paz
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marchapatrioticaenelvalle.blogspot.com
obtener el poder poltico, pero que dado que se han
cerrado las opciones legalmente establecidas, han
decidido acudir a la lucha y la resistencia armada.
Olvidan estos guerreristas de viejo y nuevo cuo lo
que dijo el Libertador Simn Bolvar, guerrero
consagrado por cientos de batallas: La guerra es el
compendio de todos los males y la tirana es el
compendio de todas las guerras, clara admonicin a
quienes han hecho abuso de este medio en contra del
pueblo. Porque, hay que explicarlo una vez ms, no
han sido los pueblos quienes han incitado a la guerra,
sino que sta ha sido impuesta desde el siglo XIX al
menos en Colombia para construir un Estado Nacin
al servicio de las clases dominantes y para
perpetuarse en el poder, conformando una sociedad
en donde dominan los monopolios, el latifundio, las
castas polticas y militares tradicionales.
Llevamos dos aos largos de negociaciones entre el
Gobierno nacional y las Farc-Ep y las muestras de
apuesta por la paz hechas por vastos sectores de la
poblacin agraria y urbana han sido grandiosas y
permanentes. De igual manera se han pronunciado
los acadmicos, los sindicalistas, algunos gremios, las
iglesias y un sector del llamado pas poltico. Pero an
son muy grandes las fuerzas de la ultraderecha y el
militarismo, que presionan permanentemente para
que el proceso de paz salte hecho aicos y se retorne
al estado natural, es decir, a lo que ellos llaman,
acabar con el terrorismo, en un necio pero bien
calculado inters por no permitir las profundas
transformaciones econmicas, sociales, polticas y
culturales que se desataran en el caso de un posible
acuerdo y un pos acuerdo. En ese contexto hay que
entender los ltimos acontecimientos: el ataque de la
guerrilla a un comando de las fuerzas armadas
increblemente inerme, la continuacin de los
bombardeos por parte del Ejrcito, el aleve ataque a
u n c a m p a m e n t o g u e r r i l l e r o e n G u a p i , e l
levantamiento del cese unilateral del fuego por parte
de la insurgencia, la continuidad en las operaciones
militares, pero tambin la voluntad expresada para
continuar los dilogos, la posibilidad de continuar con
la comisin mixta que emprendera el desminado, la
carta del Jefe Guerrillero Timochenko expresando en
todo su sentir la ambigedad del Gobierno en los
propsitos del proceso, y la pretensin de la
ultraderecha en aislar al Gobierno y a los sectores que
nos la jugamos por la paz. Esta pretensin se expresa
en la creacin de una atmsfera de guerra, la
generacin de un ambiente de escepticismo en la
poblacin y, por supuesto, la exacerbacin del
militarismo ms extremo que tiene su expresin no
slo en las fuerzas armadas sino en la llamada
sociedad civil ligada a los ms protervos negocios.
Son los que Otto Morales Bentez, recientemente
fallecido, llamaba, los enemigos agazapados de la
paz, que hoy ya no actan tan en la sombra, sino que
poseen un brazo poltico dispuesto a jugrsela toda
por obtener el poder poltico regional en las
elecciones de octubre de este ao.
No hay que llamarse a engaos. Los sectores
democrticos (Frente Amplio, Frente Unido, Clamor
soc ia l por la paz , etc . ) t ienen la inmensa
responsabil idad histrica de derrotar a los
guerreristas, porque si no se dar al traste con los
profundos anhelos de paz del pueblo colombiano. Y
e l lo a p l a z a r , p o s i b le m e nte , lo s c a m b i o s
democrticos que la patria requiere para ponerse a
tono con la oleada progresista que se vive en Amrica
Latina. No es una cosa de poca monta, ni algo que se
resuelve en La Habana. Se necesita el pueblo en
movilizacin y organizacin para exigir que el proceso
contine, para pedir que se vincule al Eln lo ms
rpidamente posible a las negociaciones con el
Gobierno, que se llegue al cese bilateral del fuego para
que se brinde confianza de la ciudadana en que la paz
con justicia social s es posible, para pelear por
garantas efectivas para los movimientos sociales y
polticos que buscan su insercin en el mapa poltico
nacional sin que por ello sean perseguidos y
victimizados, para buscar que en las regiones y
territorios las comunidades se empoderen sin que
penda sobre ellas la espada de Damocles de la
violencia. En fin, para que la dignidad del pueblo sea
alcanzada y podamos decir algn da no el aforismo
si quieres la paz, preprate para la guerra (si vis
pacem, para bellum), sino otro de perspectiva
humanista: si quieres la paz, preprate para la paz (si
vis pacem, para pacem).Y ello requiere de la ms
amplia unidad y la ms rica creatividad. Marcha
Patritica se la juega por esa perspectiva, por la
unidad y por el fortalecimiento del movimiento por la
paz!AAAGGG
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El Valle por la Definitiva Independencia
9AbrilCauca, valle, nario y choc
En las Calles de Cali
2015
El Pueblo En Marcha!El Pueblo En Marcha!El Pueblo En Marcha!odos estbamos ansiosos esperando el momento
Ten que la marcha saliera de sus sitios en la ciudad de Cali. Estos eran: el parque del avin en el norte de la ciudad y el coliseo del pueblo en el sur. Detalles de
ltima hora, delegaciones que an no llegaban de algn
lugar del norte del Valle o del Cauca, que si la logstica
estaba funcionando, en fin, angustias que no faltan
cuando se trata de que un evento de tal magnitud salga
lo mejor posible.
Estamos hablando, claro est, de la marcha del 9 de abril
de 2015, en el marco de la conmemoracin del Da de
las Vctimas, que es al mismo tiempo un homenaje al
enorme caudillo popular Jorge Elicer Gaitn cuya
parbola vital es mucho ms intensa que la fecha de su
inmolacin y cuyas enseanzas para el movimiento
popular son recogidas una a una por las nuevas
generaciones, hacindolas redivivas en un nuevo
proyecto de nacin. Y como lo record un annimo
poblador de uno de los barrios de Cali, es tambin la
fecha en que naci don Antonio Nario, el precursor de
la independencia en el siglo XIX y difusor de los
derechos humanos en estas tierras.
Un profundo uff, lo logramos, sali de varios pechos
cuando culmin la intensa jornada. Y es que no fue fcil.
La iniciativa de Marcha Patritica fue tomando cuerpo
desde comienzos del ao en otras plataformas que la
fueron haciendo suya y la fueron concretando en el
Frente Amplio por la Paz, en Clamor Social por la Paz y
en la Cumbre Agraria, tnica y Popular. Tampoco all fue
sencillo. Incluso se atraves una iniciativa del profesor
Antanas Mockus que pretenda un idlico reencuentro
entre los sectores uribistas, los sectores santistas y las
izquierdas en lo que llam marcha por la vida que fue
convocada para el 8 de marzo. Alguien podra deducir
maliciosamente que se tratara de una estrategia para
quitarle protagonismo a la propuesta de los sectores
alternativos en torno a meterle pueblo al proceso de
paz. En fin, seguir el interrogante para el balance.
Afortunadamente, si ese fue el propsito, no se
consigui.
Ya decantada la fecha, haba que elegir las consignas
centrales que motivaban la marcha. Esto es muy
importante porque si no se delineaban, podra ser
utilizada por el propio Santos que habla de una paz pero
sin mayores compromisos ni transformaciones en el
modelo socio-econmico y poltico. Entonces se habl
de tres grandes consignas: 1. Por el cese bilateral del
fuego; 2. Por la paz con justicia social; y 3. Por la
Asamblea Nacional Constituyente. En el devenir, los
diversos sectores y plataformas que se aglutinaban en
torno al Frente Amplio por la Paz empezaron a proponer
otras consignas, que no se oponan a las tres grandes y
que se fueron incorporando al corpus: Por un proceso de
negociacin con todas las insurgencias; Por la reparacin
integral a las vctimas del conflicto armado, en el
entendido que las causas del mismo estn en la
inequitativa sociedad que construy esta oligarqua de la
que hablaba Gaitn y que an sigue gobernando a
nuestra Patria, sin ceder un pice en sus intereses
egostas; Contra el Plan Nacional de Desarrollo, que es
una verdadera afrenta al espritu que anima a la mesa de
dilogo en La Habana. As, las cosas, estaba claro, que no
se le estaba haciendo el juego de ninguna manera a la
pretensin de Santos por hacerse abanderado de la
paz, as en abstracto, cuando por el contrario, ha sido
tozudo en dar mayores muestras de flexibilidad para
lograr el desescalamiento del conflicto armado.
Por: Carlos Alberto Snchez Collazos / Comisin Departamental de Paz
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Ahora tocaba hacer un llamamiento a todos los
sectores, polt icos y sociales, de la sociedad
vallecaucana para lograr la articulacin suficiente de
voluntades en torno a la organizacin de la marcha. Y
empezaron a llegar y a confluir: Marcha Patritica,
Unin Patritica, Partido Comunista, Alianza Verde
(sector Progresistas), Proceso de Unidad Popular del
Suroccidente Colombiano, Polo Democrtico
Alternativo (sectores Polo Paz, Vamos por los Derechos,
Polo a Tierra, Colectivo Social Unmonos), Congreso de
los Pueblos, as como organizaciones sociales tales
como Organizacin Regional Indgena del Valle del
Cauca Orivac, Ruta Pacfica de Mujeres, Central Unitaria
de Trabajadores, los campesinos de Astracava,
Movimiento Social de Unidad tnica y Popular, equipo
del peridico Desde Abajo, Asoediles, Fundacin
Ecopas, el Observatorio de Realidades Sociales de la
Iglesia Catlica, entre otras organizaciones. Todos se
sentan convocados en el Frente Amplio por la Paz. Los
que no hacen parte del Frente Amplio, tambin
confluyeron. Y se fue construyendo un espacio para la
organizacin de la marcha del 9 de abril, pero con la mira
en avanzar unitariamente hacia otras tareas.
El propsito de organizar una marcha sin parangn en
Cali se iba cristalizando en la medida en que se iban
formando las comisiones: la poltica, la de derechos
humanos, la logstica y la de comunicaciones. Muchos
sectores de la sociedad vallecaucana empezaron a
darse cuenta de lo que se estaba gestando. Y, aunque no
exenta de las contradicciones propias de los procesos, lo
cierto es que siempre imper el espritu unitario y
constructivo. Poco a poco se iba acercando la fecha. An
no dimensionbamos la organizacin que brotaba de
los territorios, a lo largo de los ros del sur del Choc y del
Pacfico centro y sur (Buenaventura, Bajo Calima, Guapi,
Lpez de Micay, Timbiqu y Tumaco) y sus procesos
Mosuep y Moepp, o en el Alto Naya, o en la zona andina
vallecaucana, caucana y nariense, desde el Pata,
pasando por Balboa, remontando los resguardos
indgenas, surcando el norte caucano y el sur del Valle,
avanzando por el rea metropolitana de Cali, el centro y
el norte del Valle, all en cada rincn en donde operan
los procesos indgenas del Conpi, del Cric y de Orivac, en
donde proliferan las organizaciones campesinas de
Astracava. Toda esa variada gama de expresiones de lo
agrario, de lo tnico y popular brot maravillosamente
el 9 de abril, azotando con sus cnticos y bailes, con sus
consignas, con sus guardias indgena y campesina, con
sus banderas y pancartas, avanzando con seguridad al
vaivn del propsito que los una: Que pare la guerra,
pero que no pare el proceso de paz. Y ese brote nico y
vital se uni con ese otro mundo de los excluidos
urbanos: con los estudiantes y sus rostros alegres y su
nimo firme, con los obreros y su conviccin, con la
Central Unitaria de Trabajadores y varios sindicatos, con
los profesores universitarios, con las mujeres, con los
ambientalistas, con los lgbti, con las organizaciones de
vctimas, con los maestros, con las organizaciones
barriales, con los defensores de derechos humanos, con
los medios alternativos de comunicacin, con las
organizaciones comunales, con los pensionados, con
los profesionales, con los miembros de las iglesias,
especialmente la catlica, con los artistas que unieron
sus voces y sus instrumentos a la jornada, y por
supuesto con las banderas ondeantes del Congreso de
los Pueblos y su banda marcial, del Polo Democrtico
Alternativo y su consigna Marchamos por la paz, contra
el neoliberalismo, contra Santos y Uribe, de la Unin
Patritica, simbiosis de las luchas campesinas y urbanas,
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El Valle por la Definitiva Independencia
del Partido Comunista y su consigna que llama a unir
todas las rebeldas, de Marcha Patritica y su llamado a
la segunda independencia, de Progresistas y su
apuesta por la recuperacin de lo pblico con total
transparencia, de la Ruta Pacfica y su cartel: No
pariremos un hijo ms para la guerra. Y la presencia del
gobernador del Cauca Temistcles Ortega, quien se la
jug ntegro porque la jornada saliera bien. Entonces
nos permitimos soar por un momento con lo que el
viejo Gramsci llam el bloque histrico del pueblo,
para oponerlo al bloque de poder oligrquico. Y
soamos que no ramos ya oposicin, sino real
alternativa de poder. Y recordbamos a Jorge Zalamea
cuando deca Crece, crece la audiencia. Le
comentamos a un compaero lo importante que era
mantener la unidad en estos momentos. Y l nos
respondi con la sabidura del dirigente popular
avezado: ahora es cuando necesitamos que la poltica
se vuelva arte.
Y lleg el momento del cansancio pero tambin de la
satisfaccin. Entraban y entraban decenas, cientos,
miles de personas al Paseo Bolvar. A cierta distancia,
el Libertador Simn Bolvar observaba trmulo en su
corporeidad de piedra a los marchantes, tal vez
hacindose eco de lo que de l escribi el gran Neruda:
Despierto cada cien aos cuando despierta el pueblo.
Y tal vez hubiese sonredo en el fondo de su alma
revolucionaria al or a los jvenes corear: Alerta, alerta
que camina la espada de Bolvar por Amrica Latina. Y
all, la tarima, tan peleada a los dueos del poder local y
regional, en donde se hablaba de la paz con justicia
social, del cese bilateral del fuego, de la asamblea
nacional constituyente y se saludaba a los marchantes.
Por all desfilaron las declaraciones regionales y
nacionales en voces polifnicas, para mostrar el arco
de amplitud conseguido. Y sonaban los acordes del
rap, de la salsa, de la msica andina. Y la voz del nio
que nos arrug el corazn a todos, cuando desde su
inocencia manifest su anhelo de paz, anhelo
profundo y sincero. Y el discurso del gobernador
caucano Temstocles Ortega, unitario y esperanzador.
Y el discurso del delegado del arzobispo Daro de Jess
Monsalve, evocando la parbola de Camilo Torres.
Y la plaza llena. Y la comunin entre las manos callosas
y las frentes adustas de nuestros campesinos con la
alegra de los jvenes. Y el movimiento de caderas de
nuestras mujeres del Pacfico, con los rostros
reflexivos de los acadmicos. Y el comentario general:
la sacaron del estadio o nunca en mi vida haba visto
una marcha tan grande y una concentracin tan
gigantesca. Y el sarcasmo: qu dirn el alcalde y el
gobernador, pensaran que no iba a venir tanta gente.
Nadie mencion a Uribe, pero como lo escribi
nuestro Nobel durante la poca de la tregua que el
movimiento insurgente realizara con el gobierno de
Belisario: Viva la paz con los ojos abiertos, es decir, ojo
avizor ante las provocaciones de la ultraderecha,
puesto que estemos en plenas negociaciones no
significa que la lucha de clases haya cesado, sino que
por el contrario, se exacerba el militarismo ms
obtuso.
Podrn cortar las flores, pero no detendrn la
primavera. Aqu hay un pueblo dispuesto a jugrsela
por conquistar la democracia, aquella que nos
sealaba el maestro Carlos Gaviria, una democracia
que no se limite slo a la formalidad de los comicios,
sino que le permita el acceso a los recursos, que le
posibilite la plena concrecin de los derechos, a la
equidad y a la libertad. Mucho ha sufrido este pueblo
colombiano, pero mucho tiene por aportar. Ahora
sabe que puede ser dueo de su propio destino, que
puede desatar el poder que tiene en sus manos y no
endilgrselo a quienes los ha sojuzgado, humillado y
explotado, sino que puede decidir y que en esa
decisin va implcito el cmulo de transformaciones
democrticas y progresistas que le favorecern.
Esa certeza debe ser recogida por las dirigencias de las
izquierdas. El compromiso es mantener el espritu
unitario que ha servido para librar batallas contra el
rgimen: la campaa electoral para las elecciones
presidenciales pasadas, el paro nacional agrario, el
apoyo al proceso de paz, entre otras. Ahora nos
acercamos a las elecciones regionales y locales de
octubre de 2015 y el pulso entre la derecha y los
sectores alternativos va a ser crucial, puesto que va a
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estar signado por el contenido programtico que recoja
las ms urgentes necesidades del pueblo, pero tambin
por el sentido que se le d al apoyo al proceso de paz.
Las izquierdas deben dar muestras de grandeza, de
pensar en las profundas transformaciones que requiere
el pas y la consolidacin del sujeto histrico de esas
transformaciones que