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    EL ARTEDE ESCRIBIRENVEINTELECCIONES

    Y

    LA FORMACINDEL ESTILOPORLAASIMILACINDELOSAUTORES

    POR

    ANTOINE ALBALAT

    Digitalizado por Marcelo Choren

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    NDICE

    ELARTEDEESCRIBIRENVEINTELECCIONES

    Prefacio

    Leccin I: CMOSELLEGAASERESCRITORLeccin II: LOSMANUALESDELITERATURALeccin III: DELAESCRITURALeccin IV: DELESTILOLeccin V: LAORIGINALIDADDELESTILOLeccin VI: LACONCISINDELESTILOLeccin VII: LAARMONADELASFRASESLeccin VIII: LAARMONADELASFRASESLeccin IX: LAINVENCINLeccin X: LADISPOSICINLeccin XI: LAELOCUCIN

    Leccin XII: PROCEDIMIENTODELASREFUNDICIONESLeccin XIII: DELANARRACINLeccin XIV: DELADESCRIPCINLeccin XV: LAOBSERVACINDIRECTALeccin XVI: LAOBSERVACININDIRECTALeccin XVII: LASIMGENESLeccin XVIII: LACREACINDELASIMGENESLeccin XIX: ELDILOGOLeccin XX: DELESTILOEPISTOLAR

    LAFORMACINDELESTILOPORLAASIMILACINDELOSAUTORES

    PrefacioCaptulo I: DELALECTURACOMOPROCEDIMIENTOGENERALDEASIMILACINCaptulo II: ASIMILACINPORIMITACINCaptulo III: EL PASTICHECaptulo IV: DELAAMPLIFICACINCaptulo V: ASIMILACINDELESTILODESCRIPTIVOCaptulo VI: LAIMITACINDESCRIPTIVAATRAVSDELOSAUTORESCaptulo VII: ELFALSOESTILODESCRIPTIVOCaptulo VIII: LADESCRIPCINGENERALCaptulo IX: ENSAYOSDEDESCRIPCINCaptulo X: DESCRIPCINACUMULATIVAYDESCRIPCINPORAMPLIFICACINCaptulo XI: ASIMILACINDELESTILOABSTRACTOPORLAANTTESISCaptulo XII: LA ANTTESIS, PROCEDIMIENTO GENERAL DE LOS GRANDES

    ESCRITORES

    Captulo XIII: DEALGUNOSPROCEDIMIENTOSASIMILABLESCaptulo XIV: ELESTILOSINRETRICA

    PREFACIO

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    ELOBJETODEESTELIBRO

    He ledo casi todos los Manuales y todos los Cursos de Literatura. Sonbuenas guas; pero ninguno ensea tcnica y prcticamente el arte deescribir.

    No he encontrado en ninguna obra la demostracin de losprocedimientos de estilo, la descomposicin del oficio de escribir, el anlisisintrnseco y detallado de la ciencia de las frases. Los libros de teora hacenadmirar el edificio, pero no ensean a construir.

    Bajo el ttulo de El arte de escribir, el filsofo Condillac ha publicado unaobra curiosa, pero que no es ms que una tentativa de desarticulacingramatical, en la que estudia los recursos de la lengua sin examinar laproduccin literaria.

    Existe, con el mismo ttulo, un libro de Antonio Rondelet, doctor enletras, que no es ms que una serie de reflexiones sobre las diversas

    operaciones del espritu, un conjunto de consejos generales sobre la maneraen que hay que prepararse para el arte de escribir.Slo hablo para recordarlo, del libro de Eugenio Mouton, que trata de la

    impresin y de la correccin de un libro.Vienen enseguida los Manuales.La demostracin del estilo no ha sido hecha por nadie. Es una laguna

    que yo he tratado de rellenar.Creo que se puede ensear a tener talento, a encontrar imgenes y

    buenas frases.Creo que, con medianas aptitudes puede cualquier persona llegar a

    crearse un estilo.

    El objeto de este libro es demostrar en qu consiste el arte de escribir;descomponerlos procedimientos del estilo; exponer tcnicamente el arte dela composicin; dar los medios de aumentar y de extender las disposicionespropias de cada persona; es decir, de doblar y de triplicar su propio talento;en una palabra: ensear a escribir a los que no saben, pero que tienen en smismos lo necesario para saber.

    Los jvenes, los principiantes, los estudiantes, todos los amantes de laliteratura y que tienen el gusto del estilo, esperan con impaciencia una obraque les aporte la demostracin clara de los procedimientos del arte deescribir.

    No se encontrar en estas pginas nada que recuerde la antigua rutina.He roto con los prejuicios de doctrina, las apreciaciones tmidas y losmtodos consagrados. No hay que buscar aqu las viejas clasificaciones, lasdivisiones arbitrarias ni los ejemplos anticuados.

    El enunciado del ndice indica el plan y el objeto de esta obra, quepodra titularse: La demostracin del arte de escribir, estudiada del lado delos artistas. Aqu se entra en el oficio y no se sale de l. Todo el provecho deun curso de literatura debe consistir en el estudio del oficio y de losprocedimientos, dos cosas que no se profundizan lo debido.

    Para terminar, advierto al lector que en la exposicin de este trabajo yen la factura de mis frases no debe buscar ninguna pretensin de estilo. He

    tratado de escribir sencilla y secamente una obra que no es ms que unatentativa de demostracin, reservando mi esfuerzo de escribir para obras depura imaginacin o de crtica propiamente dicha.

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    A. A.

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    LECCINPRIMERA

    Puede escribir todo el mundo? Se puede ensear a escribir? Cmo se llega a ser escritor. Primeras condiciones para

    escribir.

    Una cuestin se presenta ante todo: Se debe escribir? No es hacer unflaco servicio favorecer a emborronar papel? No hay bastantes escritores?Es necesario an alentar a los malos? Estamos inundados de libros; quser de la literatura cuando todo el mundo se dedique a ella? Ensear aescribir, no es impulsar a los dems a publicar tonteras? No es rebajar elarte, colocarlo al nivel de todos, y no se le disminuir al hacerlo msaccesible?

    Yo mismo he protestado en una obra especial contra ese mal de escribirque nos invade y que ha terminado por desalentar al pblico.Evidentemente, hay en ello un peligro; pero el abuso de una cosa no pruebaque sea mala. No se va a hacer todo el mundo escritor porque sepa escribirmejor. Todo el mundo habla, pero no todo el mundo es orador. La pintura seha vulgarizado, pero no se hace pintor cualquiera, ni todos los msicosescriben peras. Es excelente ensear a escribir; tanto peor para los queechen a perder el oficio.

    Por lo dems, los que quieran seguir los consejos que se dan en estaobra tendrn que aplicarse a escribir bien, y los que se apliquen se vernobligados a escribir poco. Estamos, pues, al abrigo de todo reproche.

    Por otra parte, se puede escribir no solamente para el pblico, sino paras mismo, por satisfaccin personal. Aprender a escribir bien es, tambin,aprender a juzgar a los buenos escritores. Habr as, ante todo, un mejoraprovechamiento de lectura. La literatura es un placer, como la pintura, eldibujo y la msica; una distraccin noble y permitida, un medio deembellecer las horas de la vida y los aburrimientos de la soledad.

    Otra objecin: Se me dir: Sus consejos sern buenos para las personasque tienen imaginacin, puesto que la imaginacin es la facultad maestra;pero dar usted imaginacin a los que no la tienen?, y cmo tendrnestilo?

    La respuesta es fcil. Los que no tienen imaginacin se pasarn sin ella.Hay un estilo de ideas, un estilo abstracto, un estilo seco, formado de solidezneta y de pensamiento puro, que es admirable. Todo se reduce a buscartemas.

    Cada uno puede escribir en la medida de sus facultades personales; unopuede presentar discusiones abstractas; otro pintar la naturaleza, abordar lanovela, dialogar situaciones.

    Si es usted capaz de redactar una carta, es decir, de relatar algo a unamigo, debe usted ser capaz de escribir, porque una pgina de composicines un relato hecho pblico.

    Quien puede escribir una pgina, puede escribir diez, lo que casi

    equivale a una novelita, y quien sabe hacer una novelita debe saber hacerun libro, porque una serie de captulos no es ms que una serie de novelitas.

    Por lo tanto, toda persona que tenga medianas aptitudes y algunas

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    lecturas puede escribir, si quiere, si sabe aplicarse, si le interesa el arte, sitiene el deseo de expresar lo que ve y de pintar lo que siente.

    La literatura no es una ciencia inabordable reservada a unos pocosiniciados y que exige estudios preparatorios. Es una vocacin que cada unolleva en s y que desarrolla ms o menos, segn las exigencias de la vida y

    las ocasiones favorables. Muchas personas que escriben, escriben mal; ymuchas que podran escribir bien, no escriben ni piensan en ello.Personas ordinarias, intendentes como Gourville, camareras como la

    seora de Hausset, Julin, el criado de Chateaubriand, viejos soldados,Marbot, Bernal Daz, etctera, nos han dejado relatos vivientes einteresantes.

    El don de escribir, es decir, la facilidad de expresar lo que se siente esuna facultad tan natural en el hombre como el don de hablar.

    En principio, todo el mundo puede contar lo que ha visto. Por qu no hade poder cada uno escribirlo? La escritura no es ms que la transcripcin dela palabra hablada, y por es se dice que el estilo es el hombre. El estilo mejorescrito es, con frecuencia, el estilo que mejor se podra hablar. As loentenda Montaigne.

    La gente del pueblo, para contar las cosas que ha vivido, tiene hallazgosfelices de palabras, originalidades de expresin y una creacin de imgenesque sorprende a los profesionales. Que una mujer de corazn, cualquieraque sea, escriba a alguien la muerte de una persona amada, y har un relatoadmirable que ningn escritor podra superar, ya fuera un Chateaubriand oun Shakespeare.

    Alfonso Daudet y Goncourt han buscado en todas partes a su alrededoresa expresin de la verdad inimitable. Goncourt copiaba servilmente los

    dilogos que oa. Las ms bellas frases de Manon Lescaut seguramentehan sido pronunciadas. Yo he odo a un campesino comparar el ruido de untrueno al que hace un pedazo de tela que se rasga. Las antiguas cancionespopulares son la obra annima de poetas oscuros.

    Pues si todo el mundo puede escribir, con ms razn podrn hacerlo laspersonas de mediana cultura, los jvenes que han ledo y que aman el estilo,las jvenes que hacen versos elegantes o anotan sus pensamientos en undiario ntimo. Hay muchsimas personas que, dirigidas y aconsejadas,podran formar y aumentar sus aptitudes hasta llegar a tener talento.Muchos ignoran sus propias fuerzas porque nunca las han empleado y nisiquiera sospechan que podran escribir. Otras, mal secundadas o disuadidas

    de su vocacin, se desalientan al ver su mediocridad, por falta de una guaque las perfeccione. He conocido a tres mujeres que nunca haban escritouna lnea y que sonrean de impotencia cuando les aconsej queescribieran. Se crean incapaces de tener talento. Se decidieron a empezarun diario segn preceptos y frmulas tcnicas, y hoy escriben descripcionesnotables, llenas de relieve, que slo por exceso de modestia se obstinan enmantener inditas.

    Las tres cuartas partes de las personas escriben mal porque no se lesha demostrado el mecanismo del estilo, la anatoma de la escritura, cmo seencuentra una imagen, cmo se construye una frase. Siempre me hasorprendido la cantidad de personas que podran escribir y que no escriben,o escriben mal, por no tener quien las saque de las mantillas en que estnaprisionadas.

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    He visto estilos experimentados desparramar perlas y oro por el suelo,plantas vivaces entre la mala hierba. Destacar el filn, sacar el diamante,escarbar el campo no es nada, y es todo.

    Cuando se rehacen sus frases, cuando se abre paso a sus imgenes,cuando se pule su estilo, cuando se limitan sus palabras, se quedan

    estupefactos: Nadie nos ha dicho nunca eso, exclaman, y se maravillan alver el precipitado verdadero, slido, brillante, que es bien de ellos y que haquedado en el fondo del crisol despus de esa operacin.

    La necesidad de un gua es absoluta para las naturalezas medias,porque aqu se trata, no de genios, no de futuros grandes hombres a quienesno se ensea nada porque ellos prescinden de todo, sino de aquellos quetienen una vocacin ordinaria y que pueden duplicar su talento con elesfuerzo y los consejos.

    Molire interrogaba a su sirvienta. Racine consultaba a Boileau. Flaubertescuchaba a Bouilhet. Chateaubriand se someta a Fontanes.

    Yo he querido ser un gua para los que no pueden tener otro. Miexperiencia personal seguramente vale poco. Sin embargo me ha parecidoque podra ser til a otros, y que sera de provecho publicar lo que yo heaprendido solo.

    El resultado de mis aos de trabajo y de lectura servir a los queempiezan en el arte de escribir, tanto a los que se preparanprofesionalmente como a los que quieren disfrutar de l como diletantes.

    LECCINSEGUNDA

    LOSMANUALESDELITERATURA

    Los manuales de literatura. Lo que deberan ensear. Ensean a escribir? Las demostraciones tcnicas. Hay un

    estilo nico? Cmo podemos conocer nuestras propiasaptitudes?

    Los antiguos manuales de literatura perdan mucho tiempo endesarrollar las diferencias entre los distintos estilos, el estilo sencillo, elestilo figurado, el estilo templado. Se pesaba y se discuta la fuerza de lasexpresiones, la calidad de las imgenes. Se enseaba a distinguir el gneropico del gnero dramtico, lrico o didctico. Se insista sobre los caracteresde la oda o de la epopeya.

    Todo esto no da ningn provecho. No nos ocuparemos de ello.Se insista mucho, tambin, sobre el estudio de los modelos, diciendo:

    Frmese usted estudindolos. Trate de escribir tan bien como ellos.Cierto que es una cosa excelente estudiar las obras maestras, pues la

    admiracin conduce a la imitacin, y la imitacin es un medio de asimilarse

    las bellezas de los dems. Pero se sealaban demasiado las perfecciones yno lo suficiente los defectos. Como el lector est inclinado a escribir cosas

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    para escamotear las dificultades y encontrar bellezas ficticias. Se trata dedescomponer la forma, de analizar los giros y las expresiones, dar a loslectores la sazn verdadera del estilo, el ngulo desde el que hay que verlo.

    La enseanza que concebimos ganara mucho si pudiera darse de vivavoz; no dara todo su fruto ms que en el caso de que pudiramos corregir

    personalmente composiciones hechas por los discpulos, y no trozos tomadosde libros, porque los deberes de alumnos contienen torpezas einexperiencias que slo en escaso nmero se hallan en los trozos impresos.Es fcil sealar los procedimientos en una materia sencilla; pero es msdifcil encontrar ejemplos, inventar faltas, preparar temas para correcciones.Supliremos este inconveniente lo mejor que sea posible.

    Nos dirn tambin: Su pretensin de ensear el estilo es quimrica.Qu estilo va usted a ensear? No hay un patrn nico de estilo. Cada autortiene el suyo. Michelet no escribe como Guizot; Bossuet no escribe comoFnelon; Montesquieu no se parece a Chateaubriand. Con qu derecho meimpondra usted una forma ms bien que otra? Sabe usted si la que meimpusiera convendra a mi temperamento? Me aconsejara el estiloregularmente construido, a m, que he nacido para escribir en estilo cortado,y dara usted Bossuet por modelo a alguno que tiene el temperamento deMichelet.

    Objecin especiosa. S, sin duda, hay tantos estilos como autores, ysera absurdo querer imponer uno, sea el que fuere. No es un estilo especialel que queremos proponer; queremos ensear a cada uno a escribir bien ensu propio estilo. Hay un arte comn a todos los estilos. Los principios, losmatices y las consecuencias de ese arte es lo que deseamos desarrollar. Esearte es lo que constituye la ciencia de escribir. Aunque las mismas

    cualidades de escritura no sean las mismas en todos los autores, un buenverso de Boileau es bueno por las mismas razones que un verso de VctorHugo. Un buen verso no tiene escuela deca Flaubert.

    Un buen estilo tampoco. Nuestras razones de admirar a los maestrosson las mismas en todas las pocas. Cuando hablo de Esquilo, puedenustedes creer que hablo de Bossuet. Pascal no es, con frecuencia, ms queun Guez de Balzac de genio; y, la elocuencia aparte, se ve perpetuamente aMontaigne detrs de Rousseau.

    No; no queremos obligar a nadie a adoptar tal o cual estilo, y a no serms que plidos imitadores. Lo que aconsejamos es: descomponer yasimilarse todos los estilos, y luego formarse uno. Trtese primero de

    escribir bien, y la originalidad de la forma llegar por s sola. En todo caso,hay una tradicin de estilo: la tradicin clsica, el molde regular y tranquilo,la estructura acadmica y lgica, en la que han escrito Fnelon, Rousseau,Chateaubriand y Flaubert. Sgase este patrn, pues es general y lo dominatodo.

    He aqu, a priori, la forma que es preciso proponer como modelo. Puedeestar seguro el lector de que, sin que lo note, su temperamento lamodificar, si ha nacido para modificarla, y que romper sin esfuerzo esemolde, si es demasiado estrecho para sus cualidades; el epteto le rebozar,si tiene la vocacin del epteto; el color aparecer, si tiene el gusto delcolorido. Crear por s mismo el detalle, el matiz, la florescencia de sutalento; pero, ante todo, debe adoptar el molde clsico, la forma prevista ysobria, la rectitud literaria, la temperancia, la probidad, el dibujo. Si sus

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    cualidades contienen en germen eflorescencias futuras, djelas brotar. Noeche a andar, como suele decirse, con el pie izquierdo y no empiece por loexcepcional, por lo exagerado, por lo violento y lo rutilante. Si tiene la vidaen s, crear el huevo; pero sepa que no hay desarrollo posible fuera delembrin ordinario.

    A lo que hay que aspirar, lo que hay que alcanzar es la forma resultantedel genio de la lengua; esa forma que ha bastado a los autores msdiversos, a los temperamentos ms difciles; a la que debemos, hastanuestros das, obras como Salamb y Tres cuentos, de Flaubert y los cuentosde Daudet. Esa forma acadmica no ha impedido a Bossuet ser unincomparable creador de palabras, ni a Chateaubriand escribir en susMemorias pginas de un color y de una valenta en las que se encuentra elfuturo pincel de Gautier, Saint Vctor y Goncourt.

    Un Manual sobre el arte de escribir es, pues, posible, necesario y lgico,tomando por modelo la construccin general de la frase tal como la hanexplotado varios siglos de excelentes literatos.

    La primera condicin preparatoria para escribir, es la de conocerse, ypara eso es preciso examinarse a s mismo, estudiarse, saber, como diceHoracio, qu peso se puede echar uno sobre los hombros.

    Cul es su vocacin? Cules son sus gustos? De qu es usted capaz?Cules son sus preferencias? Tiene usted aptitudes para la novela, para eldilogo, para la poesa, para la descripcin?

    Nada es ms difcil que conocerse a s mismo literariamente. Nuestraimaginacin tiene mirajes que nos engaan. El verdadero germen est, aveces, ahogado y no aparece hasta muy tarde. Gautier y los Goncourt secrean nacidos para la pintura. Rousseau no comprendi que era escritor

    hasta los cuarenta aos. Honorato de Balzac estuvo muchos aosescribiendo novelas de aventuras.Hay quien se cree colorista y ha nacido para el anlisis; hay quien es

    marino, como Loti, y ha nacido para escribir. Una casualidad nos revela anosotros mismos. No triunfaremos siempre en las cosas que ms nosagradan. Hay asimilaciones pasajeras que no son ms que engaos. Paratener completa certidumbre de nuestra vocacin, es necesario repetir losensayos, volver a empezar las pruebas, cambiar de ejercicio, pasar de unalectura a otra. Al fin, se afirma una predileccin, se traza un sendero enmedio de esos diversos caminos, y gracias a la intervencin de un amigo, ala ayuda de los consejos y los pareceres de un compaero inteligente,

    sabemos, por ltimo, lo que queremos y lo que podemos hacer.Sobre todo, no hay que cegarse sobre s mismo, porque sucede casi

    siempre que lo que ms amamos en nosotros son nuestros defectos.Debemos reaccionar, violentarnos, contrabalancear nuestras malasinclinaciones y dirigir nuestras disposiciones de inteligencia hacia el lado denuestras cualidades. Es muy raro que uno tenga el discernimiento y el valorde ser pura y sencillamente lo que es.

    Es necesario desde luego examinar la influencia del medio en que sevive, pues es con frecuencia el medio el que precisa y desarrolla nuestrasfacultades. El que vive en una aldea, tendr probabilidades de ser apto parapintar las costumbres rsticas e incapaz de pintar las mundanas. Cuandouno est cerca de las cosas que ve, acaba por no distinguirlas y no se le

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    ocurre expresar lo que mejor sabe. Es necesario un esfuerzo, unos pasoshacia atrs para darse cuenta.

    El que habla bien, el que posee el espritu de la conversacin, tieneprobabilidades de llegar a ser orador ms bien que escritor, y debe inclinarsehacia ese lado.

    Sera demasiado largo enumerar las diversas hiptesis que podramosexaminar para llegar al discernimiento de nosotros mismos. Lasobservaciones y los consejos varan para cada persona. El medio que nosdar ms luz sobre este punto, es la lectura.

    LECCINTERCERA

    DELALECTURA

    De la lectura. Consecuencias de la lectura. La asimilacinpor la lectura. La lectura es una creacin. Hay que leer

    muchos libros? Los autores que pueden asimilarse. Estudiosde los procedimientos por la lectura. Homero, Montaigne,

    Balzac, Saint Evremond, Bossuet, Rousseau. Cmo se debeleer? Las fichas. Cmo se toman notas? Qu debeescribirse en las fichas? La anatoma del estilo. El falso

    anlisis literario. El verdadero anlisis literario. El estilo, el

    oficio, el talento. Pastiches y comparaciones tcnica.

    Nuestros conocimientos son los grmenes de nuestras producciones,ha dicho justamente Buffon en su inmortal Discurso sobre el estilo. El talentono se crea. Se transfunde siempre por infusin, agrega, con no menosjusticia, Flaubert, que lo haba ledo todo. Rousseau antes de escribir, habaledo y reledo a Montaigne y Plutarco. Bossuet posea a fondo la Biblia y lospadres de la iglesia. La inmensa lectura de Montaigne es proverbial. Escribay hablaba el latn antes de abordar el francs. Chateaubriand confiesa que

    relea sin cesar a Bernardino de Saint Pierre.Todos los grandes escritores proclaman la necesidad de leer y de leerbien. La lectura es la base del arte de escribir. Habr excepciones, ejemplosde genio, un G. Sand que se improvisa escritor; pero hay que atenerse a lageneralidad.

    Provechosa para todos los grandes talentos, cuya personalidad vigorosaha formado, la lectura nos es necesaria con ms razn a nosotros losprincipiantes y los mediocres que tanta necesidad tenemos de fortalecernuestra inspiracin, de ayudar nuestra cultura y de extender, de alimentar,de transformar nuestras ideas. Para nosotros, el campo de nuestraimaginacin est baldo; puede producir; pero es preciso ararlo. Despus de

    una lectura es, casi siempre, cuando se manifiestan las vocaciones literarias,pues por ella es por lo que se abre nuestro espritu a los mltiples recursosdel arte de escribir. Ella nos los muestra puestos en prctica; nos revela los

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    medios de ejecucin; nos hace ver cmo se trata una situacin difcil, cmose pone emocin en las frases, cmo se varan las expresiones. Pasansucesivamente ante nuestros ojos escenas bien ejecutadas, descripcionesfuertes, dilogos perfectos, las habilidades del espritu, los procedimientosdel estilo, los efectos idnticos obtenidos por distintos arreglos, los ejemplos

    de estilo ms opuestos, las infinitas combinaciones de una ciencia aplicadapor temperamentos diferentes. Las delicadezas de nuestra inteligencia sedespiertan; nuestra imaginacin est mantenida en un estado de inspiracin;la asimilacin se opera. Es una larga creacin, una segunda naturaleza quese revela en nosotros, el nacimiento motivado y fecundo de nuestrascualidades nativas. Se puede afirmar que el hombre que no lee es incapazde conocer sus fuerzas, y siempre ignorar lo que puede producir.

    Nunca se repetir demasiado: hay que leer, leer siempre. Desconfiad delos que dicen: Yo no quiero conocer nada; no quiero leer nada; la naturalezame basta. Estos se exponen a no producir nunca nada bueno y a rehacercontinuamente lo que ya ha sido hecho; porque nadie podr negar que lalectura nos pone en guardia contra los temas y los procedimientos yaexplotados.

    Quiere usted saber si tendr talento? Lea. Los libros se lo indicarn.Escribe usted, pero se ve obligado a detenerse? Lea. Los libros le harn

    recuperar la inspiracin.Lea cuando quiera escribir; lea cuando sepa escribir; lea cuando no

    pueda escribir ms. El talento no es ms que una asimilacin. Hay que leerlo que los dems han escrito, a fin de escribir para ser ledos.

    La lectura disipa la avidez, activa las facultades, descrisalida lainteligencia y pone en libertad a la imaginacin.

    S de literatos de mrito que nunca se ponen a trabajar sin leer antesalgunas pginas de un gran escritor, medio excelente para volver aencontrar la inspiracin.

    La lectura es el gran secreto. Lo ensea todo, desde la ortografa hastala construccin de las frases.

    Hay que leer muchos libros o pocos? He aqu una cuestin tanimportante como delicada. Las lecturas diseminadas son sin provecho; lomismo la lectura de un solo autor, pues una asimilacin demasiado estrecha,hace caer en elpastiche y nos transfunde los defectos de un escritor. Eso eslo que le ocurri a Lamennais, en su Ensayo sobre la indiferencia, en el quesalta a la vista la imitacin de Rousseau: las mismas frases, los mismos

    giros, las mismas anttesis, las mismas vehemencias, la misma lengua.El timeo hominem unius libri es un viejo adagio. Temo al hombre de un

    solo libro! S sin duda, si ese libro es la Biblia u Homero, vastas selvasinagotables en variedad y en profundidad, en las que se encuentran todoslos genios y todas las escuelas; pero fuera de esas grandes obras, senecesita, creo, mucha prudencia y mucho tacto para limitarse a la lectura deun solo libro, si no se quiere caer en los inconvenientes que sealamos. Porlo dems, como ha dicho Spencer, hay estmagos que engullen muchosalimentos y no digieren nada, mientras que otros absorben poco y lodigieren todo.

    Sneca no quiere que se lea demasiado. Ve una depravacin de apetitoen una curiosidad demasiado universal, y cree que querer leerlo todo es, confrecuencia, exponerse a no hacer ms que recorrer con la vista lo que se lee.

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    No se puede, segn l, entrar en la sustancia de un autor ms que por unafrecuentacin asidua cuyo provecho slo se desprende a la larga. Terminasus consejos a Lucilio invitndolo a hacer una eleccin entre los mejoresautores. Es una regla ms prudente y conviene atenerse a ella.

    Pero qu autores elegiremos? En este punto difieren las opiniones.

    Ante todo, para formar nuestras aptitudes, para tener un golpe de vistaliterario completo, para despertar las facultades creadoras y lasdisposiciones imaginativas, es absolutamente necesario leer mucho, leer lamayor cantidad posible de buenos autores. Luego se eligen los mejores, y,entre stos, no los primeros, ni siquiera los ms puros y los ms sencillos,sino los que estn ms en relacin con nuestras inclinaciones, sobre todo losque puedan aprovecharnos ms directamente, los que podamos asimilar,porque hay autores que son asimilables y otros que no lo son.

    Esa es una distincin de extrema importancia para los que quierenaprender prcticamente a escribir y no ir a tientas durante aos a travs delos autores. Se dice fcilmente: Hay que leer a los maestros. Pero a qumaestros? Vamos a tratar de indicarlos, sin preocuparnos de los temas, delalcance social o moral, del valor filosfico o de la influencia de las obras; sintener en vista ms que el oficio, el arte de escribir, el provecho inmediatoque se pueda sacar de la lectura.

    Se ha desdeado demasiado hasta ahora ese lado de utilidad prctica;no se ve en la lectura ms que modelos de elevacin general sealados a laadmiracin del espritu ms que a la preparacin de la facultad de escribir.Se dice: Para formarse lase a La Fontaine, a Molire, a Boileau, a Corneille,etc. He aqu, evidentemente, cuatro autores que nos ensean hasta quperfeccin se ha elevado el arte literario, pero cuya lectura creo sera sin

    provecho inmediato para la formacin del estilo. Pasaramos aos leyendo aLa Fontaine, sin estar por eso ms adelantados, por la sencilla razn de queLa Fontaine es inimitable; se ha llevado con l el secreto de su oficio; esimposible saber cmo construa sus frases, por qu genio, o a costa de qutrabajo (1) obtuvo esa concisin y ese relieve. Hay, adems, en l, unachocarrera, unos giros de espritu tan originales, que nadie podr nuncadescomponer ni apropiarse.

    En cuanto a Boileau, es de una perfeccin de ajuste y de concisinverdaderamente admirables. Pero el lenguaje literario ha adelantado, se haensanchado; ya no es posible el verso clsico; los ros no remontan hacia susfuentes; el arte no es estacionario; el molde de Boileau ha sido abandonado.

    Quien lo imitara caera en la aridez y la vetustez. El modelo de energa y desobriedad que nos ofrece, podemos encontrarlo en otros autores.

    Respecto a Molire, ofrece un provecho de fondo ms bien que deforma, por la profundidad de su observacin desconcertante y su dilogoeternamente humano, aunque bajo contornos algo duros e incorrectos, hahecho tal vez con Corneille, los versos ms felices, ms bellos y msinesperados de la lengua francesa.

    La admiracin que sentimos por Corneille es, igualmente, ms objetivaque subjetiva. Vamos a l; l no viene a nosotros.

    En general, vale ms empezar por leer lo que sea sencillo, clsico,sincero, puro, recto de pensamiento y de sentimiento, para dar al gusto y alas ideas la rectitud y la claridad que son la base de las grandes obras. Eneso estamos de acuerdo. Pero, desde el punto de vista del oficio, para la

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    asimilacin tcnica y el provecho urgente, hay que leer, sobre todo, losautores que nos dejan ver sus procedimientos; aquellos en los que sepuedan discernir los medios de trabajo, los artificios de estructura, losdetalles del estilo, la ciencia de la expresin; por qu esfuerzo se encuentranyuxtaposiciones sorprendentes; cmo se obtienen la intensidad y el relieve;

    la preparacin y el ngulo en que hay que colocarse para hacer resaltar lasideas; la habilidad necesaria para desdoblarlas, etc. Saber veres la clave dela escritura literaria; y saber cmo hay que ver, es casi saber cmo hay queexpresar.

    A la cabeza de los autores que pueden ofrecer esa clase de enseanzas,es necesario colocar a Homero, que es an el gran escritor de todos lostiempos. En l se encontrar el primer modelo de la vida en la descripcin.Quien no lea a Homero no sabr nunca lo que es el realismo verdadero y elarte de describir.

    Volveremos a ocuparnos de l al analizar sus descripciones; pero,sepamos bien, desde ahora, que nadie ha superado jams a Homero. En lestn los grmenes de todas las escuelas; contiene la emocin, laelocuencia, la humanidad, la observacin, la pintura y el color, en tan altogrado, que aun es el eterno modelo del arte de escribir. Pero Homero noproduce todo su efecto ms que en una buena traduccin.

    Montaigne es tambin un tesoro de descubrimientos y de enseanzas.Nadie ha manejado el francs con ms fecundidad. Se encuentran en ltodos los gneros y todos los estilos. Rousseau, Pascal, Balzac, SaintEvremond estn en Montaigne. En cada pgina nos ensea el partido que sepuede sacar de un pensamiento; cmo se desarrolla; cmo se le da todo suvalor hacindolo brillar en facetas, descomponindolo, rompindolo en

    choques y en chispas. Ninguna lectura puede reemplazar a la lectura deMontaigne.Guez de Balzac es tambin muy til. Es el Malherbe de la prosa. Ha

    fijado el estilo francs antes que Los Provincianos y antes que losPensamientos de Pascal. Aunque insoportablemente precioso a veces, es uncurioso escritor, ms brillante que profundo, ms espiritual que elocuente,pero de un extremo relieve de pensamientos y de una armona exquisita. Losque lo han desdeado lo han ledo mal. Su estilo produce tal efecto, que sele ha acusado de no ser ms que retrica, y Saint Beuve ha dicho que se lepoda imitar perfectamente. Razn dems para leerlo bien y asimilrselo.Todo se reduce, luego, a no quedarse en su molde, despus de usado y a

    quitar la marca a sus procedimientos, si quedaran demasiado visibles.Aunque autor secundario y ms peligroso por su preciosidad, casi me

    inclino a recomendar la lectura de Saint Evremond. Pero sera necesario nopermanecer mucho en l y limitarse a algunas de sus Plticas, y a susConsideraciones sobre los romanos, que anuncian a Montesquieu.

    Viene ahora el divino Bossuet, el mayor creador de palabras y deexpresiones, el estilista ms asombroso que ha tenido Francia. Verbos,sustantivos, eptetos, acoplamiento de palabras, imgenes formidables, todolo saca de su genio. Es un deslumbramiento que brilla en cada pgina, unropaje fulgurante con el que viste pensamientos colosales. Su lecturaconmover la imaginacin, despertar en nosotros los grmenes del estilo ydar a nuestra facultad de escribir una ebullicin permanente. LosSermones, sobre todo, deben leerse.

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    Sigue Rousseau, un autor eminentemente asimilable y al que se puedetomar in fraganti. Conviene desconfiar de sus paradojas, pues en l el errortiene el aspecto de la verdad. El estudio de este escritor, formar el estilomejor que los mejores tratados tericos.

    Despus de estos autores, como el color y la imagen son necesarios,

    aconsejaremos la lectura de Chateaubriand, padre de todas nuestra escuelacontempornea y de nuestros ms recientes escritores. Hay en sus obrasuna parte anticuada, que ha envejecido, como Los Natchez; pero, otra partepermanece joven y no envejecer; lo personal y descriptivo, Atala, Ren, y,sobre todo, sus Memorias de ultratumba, en el que el talento llega a unaintensidad extraordinaria. Es el libro ms hermoso del siglo pasado.

    Queda indicada la seleccin que conviene hacer entre los autores quedebemos leer tcnicamente para el aprovechamiento de la forma.

    La lectura de los buenos autores es indispensable para formar el estilo;pero ahora se presenta una cuestin importante: Cmo se debe leer?

    El provecho de la lectura depende de la manera de leer. No hay obramala, ha dicho Goethe, en la que no haya algo bueno. Leer sin tomar notas,es como si no se hubiera ledo. Dentro de seis meses no sabremos ya lo quecontena el libro. Devorarlo todo, verlo desfilar todo, sin detenerse en nada,es un trabajo de Danaides que no conduce ms que a la indigestin y a laconfusin. Se dir uno ms tarde: Yo he ledo esto en alguna parte... Enqu libro fue?... De quin es tal pensamiento?... Y por ms que seescudrie en la memoria no se halla lo que se busca; habra que volver a leertodo lo que se ha ledo.

    Cuntos cotejos curiosos, cuntas bellas pginas se escribiran, si sepudiera precisar lo que agita la memoria, fijar lo que se entrev, localizar lo

    que flota! La memoria es cosa tornadiza. Si tuviramos que fiarnos de ella,no habra sabios. La verdadera memoria consiste, no en recordar, sino entener a mano los medios de volver a encontrar. La primera condicin paraleer bien, consiste, pues, en fijar lo que se quiere retener y tomar notas. Unlibro que se deja sin haber extrado algo de l, es un libro que no se ha ledo.

    He insistido antes sobre la necesidad de la lectura para crearse unaforma y un estilo. El provecho es el mismo para el fondo; la mismaadvertencia debe hacerse para las ideas; la inteligencia se asimilar lospensamientos; la imaginacin retendr las imgenes, y el sentido estticomezclar los contornos, los moldes, las formas.

    Para obtener este triple provecho, es absolutamente necesario tomar

    notas al leer, y slo hay una manera prctica de tomar notas: Algunosautores aconsejan hacer recopilaciones de trozos escogidos para compararlos pensamientos de los escritores sobre un mismo asunto, o unarecopilacin de pensamientos sobresalientes, de tal o cual escritor, parasaturarse de su espritu y penetrar en ellos todo lo ms posible.

    Esos medios no nos parecen prcticos. Son algo insuficientes y ficticios.Semejante trabajo tiene el peligro de caer en la mana, de acabar porcopiarlo todo, lo bueno y lo malo, y de coleccionar agendas. Los espritusmediocres se imaginan que aprenden mucho copiando mucho. Es un error.

    Pero ese trabajo de copia puede ser excelente si se hace con un fintcnico. Copiar un buen trozo de un autor es un ejercicio til para la cienciade las construcciones y de los giros. El estilo impreso se embellece, halagademasiado a la vista y causa ilusin; el mismo, escrito a mano, produce un

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    efecto distinto; se dira que acaba de escribirlo uno mismo; parece un deberde composicin. Es una perla sacada de un estuche y que se examina sobreel papel. No es posible, por consiguiente, dejar de recomendar un ejerciciotan til.

    Volvamos a la cuestin. Para leer bien hay que tomar notas; pero cmo

    tomarlas?En fichas, en tarjetas o pedazos de cartulina, arregladas en ordenalfabtico por nombres de autores. Es la nica clasificacin prctica. Unaclasificacin por orden de ideas da resultados confusos, pues como son muypocos los matices que separan, cabalgan las unas en las otras, se mezclan yno es posible aduearse de ellas.

    Estas fichas pueden tener tres objetos:1 Notas de erudicin.2 Citas sobresalientes.3 La transcripcin de nuestros propios juicios.Las fichas son indispensables a la erudicin. Todos los sabios las usan.

    Sin ellas no se retiene nada. Son el nico medio, en un momento dado, derecordar lo que se ha ledo. Se resumen los temas de las obras, se anotan losjuicios de los autores, las cosas que se relacionan, las asimilaciones y losrecuerdos. Hacer eso es acumular tesoros; basta, ms tarde, leerla pararecordar con toda claridad. Gracias a ese sistema no es difcil ser instruido.Los sabios no lo ignoran y por eso son modestos. Todos conocemos lasinnumerables llamadas de notas arrojadas al pie de las pginas en las obrasde erudicin. Eso no es ms que el resultado de un sistema de fichas larga ypacientemente acumuladas.

    Tambin puede anotarse en las fichas citas sobresalientes, frases

    tpicas, extractos sorprendentes, expresiones estudiadas, la parteprofesional del estilo. En eso estar el provecho de la copia de los buenosautores.

    Escribir, adems, en las fichas, nuestra crtica, nuestros juicios,constituye un ejercicio cuyas ventajas comprobaremos da a da. Leemos unlibro. Qu pensamos de l? Si no lo escribimos en seguida, lo olvidaremos.

    En el orden intelectual o puramente artstico, debe hacerse la anotacininstantnea, a medida que se lee. Repitmoslo: leer sin emplear estemtodo, es exactamente lo mismo que si no se leyera. Es leer como todo elmundo, y condenarse a no ser nunca alguien.

    La regla que debe dominar la preparacin literaria, es: verlo todo por s

    mismo, darse cuenta de todo, comprobarlo todo personalmente.No se crea que, para conocer una obra, basta leer las narraciones

    literarias que de ella se han hecho, o los libros de crtica. Ningn crtico, porfuerte que sea, reemplazar con nada la lectura de una obra, porque lo quediferencia a los autores son los procedimientos, los giros, los mtodos y laanatoma del estilo, y, adems, son muy pocos los crticos que se preocupande ensearnos el lado del oficio. A eso, pues, debemos llevar nuestraatencin, si queremos examinar y analizar a los escritores de nuestrasfichas. Hgase notar en la de uno (Michelet) el empleo de frases cortas paraexpresar lo que otro (Bossuet) dir en largos perodos. Este procede poryuxtaposiciones (Taine, Goncourt, Zola); aqul usa la frase coloreada peroclsica (Chateaubriand, Flaubert); el otro (Montesquieu) aprieta y anudafrases bastante cortas que hace chocar espiritualmente; ste (Rousseau)

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    maneja la anttesis con pasin; otro tiene la armona y la majestad en lacalma (Buffon), etc.

    Muchos profesores aconsejan hacer anlisis literarios, resumir losasuntos, reducir los desarrollos a la idea madre, exponer paralelas, sealarlas bellezas, examinar los caracteres, desprender el plan, caracterizar el

    estilo, exponer la accin, apreciar el tema, etc.Este trabajo podra ser fructuoso, si estuviera bien hecho; pero losejemplos de anlisis literarios que nos dan como excelentes estn hechoscon procedimientos de retrica tan superficial, que es intil aconsejar esosejercicios. Es perder tiempo, obligar a los principiantes a torturarse elespritu en una clase de estudio que no sobresale de los marcos de La Harpe.Hemos ledo estas especies de anlisis literarios propuestos por losmaestros, o publicados en las recopilaciones de composicin: anlisis de lafbula La encina y la caa, de Los animales enfermos de peste, Lagolondrina y los pajaritos. Todo se limita a repetir apreciaciones como stas:(Textual) El plan est bien seguido... Estos ocho versos son un retrato... Esun retrato bien trazado... Estas palabras son las propias de una persona deedad y prudente... El poeta nos pone la golondrina ante los ojos. Cuntadelicadeza y expresin hay en estos dos versos!... Este incidente es de unefecto encantador... Escuchemos los argumentos de la golondrina... Estaexclamacin tiene una vivacidad conmovedora... El drama va aprecipitarse... Este lenguaje es muy propio del joven presuntuoso... Con qunaturalidad y de qu manera tan conmovedora est pintado el carcter delos pajarillos... Estos versos son encantadores... Las expresiones estn llenasde delicadeza... Esta comparacin est llena de oportunidad...

    Estas lneas estn firmadas por un discpulo de retrica de un liceo de

    Pars, aprobadas por el profesor y publicadas en un Curso de literaturaescolar, premiado por la Academia. He ah esos pretendidos modelos deanlisis! Todo se reduce a una parfrasis del autor; se sigue la narracinenguirnaldndola de reflexiones aprobatorias. A eso le llaman hacer resaltarlas bellezas. Le dan a uno dos o tres llaves, algunas palabras de contrasea:plan, narracin, rapidez, carcter, composicin, marcha general, estilo,figura, unidad de accin, etc. Se prueban las llaves una a una y cuando vanbien a todas partes, y cuando todos los casilleros estn encajados, hecho eljuego. As es como se ensea a hacer anlisis, por un patrn nico, estrecho,insignificante.

    He aqu otro, debido tambin a un retrico: Examen del sueo de

    Paulina y del sueo de Atalia. Como esos dos sueos no se parecen, se haindicado la diferencia que hay en su alcance y sus consecuencias; en qudifiere la intencin, y cules son sus efectos. Uno de ellos anima la accin;en el otro la tragedia entera rueda sobre ese sueo; ambos excitan elterror y hacen nacer funestos presentimientos. Todo esto precedido de unpunto de vista sobre el papel de los sueos en el teatro, y algunasreflexiones fuera de la ejecucin de arte y del mrito literario.

    Se me contestar: Pero qu quiere usted exigir de un joven, de unalumno, de un nio? No se le puede pedir un conocimiento profundo de lascosas, un estudio hondo, ni consideraciones trascendentales. Con qureemplazar usted este mtodo?

    A esto contesto que es necesario dar otra direccin a las ideas deldiscpulo, a sus esfuerzos, a sus aptitudes de examen. Se le debe prohibir,

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    precisamente, escribir esas vulgaridades de apreciacin, esas puerilidades,esos cliss fciles, esos moldes listos para preparar pensamientos medianos.

    Qu se le debe preguntar? Es muy sencillo. Esto: Qu piensa ustedde ese estilo? De dnde viene su fuerza? Qu habra dicho en su lugar unescritor ordinario? Por qu procedimiento de ejecucin cree usted que el

    autor ha logrado la rapidez? En qu consiste la concisin? Qu seran esasfrases si no fueran concisas? Cmo y por qu hay vida en esa narracin?Qu es lo que constituye el relieve del estilo? Reconstituya los versos parademostrar cmo sera, si no tuvieran relieve. Dnde est el color de esanarracin? Dnde est el movimiento? Dnde cree usted que haytransiciones? Cul es, a su entender, el pasaje que ha sido ms difcil detratar? Qu giro de ingenio prueba ese trozo? De qu otro modo podrahaberlo tratado?, etc., etc.

    Se podra enumerar un largo cuestionario de este gnero, teniendo envista esencialmente el arte de escribir, el oficio, el talento y relegando asegundo trmino la apreciacin de las ideas, de los sentimientos y de lospensamientos, que es, sin embargo, necesaria y que tambin tiene suimportancia. En ese sentidoprctico es en el que habra que dirigir el juicio ylas aptitudes de un alumno, en vez de restringir su espritu a un trabajo deideologa.

    Nadie piensa en ello, porque nadie piensa en hacer crtica de oficio y secontentan con examinar los contornos de un libro, dando vueltas alrededorde la corteza sin atacar a la parte slida, examinando la casa en vez deabrirla, despojando el hueso sin romper la mdula.

    La lectura bien hecha comprende no solamente fichas, notas y anlisis,sino tambin otros muchos ejercicios aprovechables, como las

    comparaciones, elpastiche o imitacin, y la transposicin.Comparando fragmentos parecidos tratados por distintos autores, secomprobar la diversidad de la ejecucin, la oposicin de los estilos, lasventajas que uno puede tener sobre el otro, lo que hara falta agregar, eldoble aspecto que puede tener un asunto, etc.

    Tmese la tempestad que termina en Pablo y Virginia y comprese a latempestad de Chateaubriand en sus Memorias, y para tener una clara ideade la evolucin del lenguaje literario, agrguese la de un escritorcontemporneo, Pedro Loti, en El pescador de Islandia. Renuvense esosejercicios. Cuando en la lectura se encuentren trozos ya tratados, antensepara tenerlos a nuestra disposicin y hacer con ellos el trabajo que

    aconsejamos. Esta clase de extractos sera muy prctica.Elpastiche es tambin un buen medio de prepararse al arte de escribir.

    Cuando se tienen aptitudes de asimilacin y un gusto de lectura reflexivo, sellega pronto a imitar ciertos estilos; el de los retratos de La Bruyre, porejemplo, y a hacer retratos calcados de los suyos. Lo mismo se puede imitara Rousseau, a Bossuet, a Montesquieu, etc. Saber imitar es aprender a noimitar, porque es acostumbrarse a reconocer la imitacin y a prescindir deella ms adelante. El bailarn en cuerda floja usa balancn para dejarlodespus.

    La transposicin es tambin un modo de asimilacin y de lucidezmaravillosa. Poner en prosa lo que est en verso, poner en verso lo que esten prosa. Se ver as que todas las palabras que forman los versos de Racineson palabras sencillas, comunes, completamente apropiadas, no rebuscadas,

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    imposibles de reemplazar y se ver cmo con las palabras usuales denuestra lengua se puede hacer alta poesa.

    Ms adelante demostraremos la eficacia de esos ejercicios tcnicos; porel momento nos basta con indicarlos como aplicaciones de lectura, puestoque aun no tratamos ms que de la lectura.

    (1) La Fontaine rehaca diez o doce veces cada una de sus fbulas.

    LECCINCUARTA

    DELESTILO

    Del estilo. Qu es el estilo? La creacin de las palabras. La magia de las palabras. El Discurso de Buffon. El fondo y la

    forma, todo es uno. La forma modifica siempre la idea. Importancia de la forma. La forma es lo que da vida. La

    forma de Homero. Lo que est bien y lo que est mal escrito.

    Qu es el estilo?El estilo es la manera propia de cada uno de expresar su pensamiento

    por la escritura o la palabra.

    Por la escritura, el escritor.Por lapalabra, el orador.El estilo es la marca personal del talento. Cuanto ms original es el

    estilo, ms personal es el talento. El estilo es la expresin, el arte de laforma, que hace sensibles nuestras ideas y nuestros sentimientos; es elmedio de comunicacin entre los espritus.

    No es solamente el don de expresar nuestros sentimientos, es, tambinel arte de sacarlos de la nada, de hacerlos nacer, el arte de fecundarlos y dehacerlos salientes. El estilo comprende el fondo y la forma.

    Es necesario convencerse de que las cosas que decimos no impresionanms que por el modo de decirlas. En trminos generales, todos pensamos

    poco ms o menos las mismas cosas. La diferencia est en la expresin y elestilo. Eleva lo comn; halla nuevos aspectos en lo vulgar; engrandece losencillo; fortifica lo dbil.

    Escribir bien, es, a la vez,pensarbien, sentirbien y rendirbien.Lo que me distingue de Pradon, deca Racine, es que yo s escribir.Homero, Platn, Virgilio y Horacio, no sobresalen de los dems

    escritores, ha dicho La Bruyre, ms que por sus expresiones y por susimgenes.

    Nada vive ms que por el estilo, dice Chateaubriand. En vano se gritacontra esta verdad. La obra mejor entendida, y llena de las ms prudentesreflexiones, nace muerta, si le falta el estilo.

    El estilo es el arte de apreciar el valor de las palabras y las relaciones destas entre s.

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    Las ideas simples que representan las palabras del diccionario nobastan para formar un escritor. El que conozca todas esas palabras, puede,sin embargo, ser incapaz de trazar una frase, porque el talento no consisteen utilizar secamente las palabras, sino en descubrir los matices, lasimgenes, las sensaciones que resultan de sus combinaciones.

    El estilo es, pues, una creacin de forma por las ideas y una creacin deideas por la forma. El escritor crea hasta palabras para indicar una relacinnueva. El estilo es una creacin perpetua: creacin de arreglos, de giros, detono, de expresiones, de palabras y de imgenes. Cuanto ms sensible esesa creacin en la lectura, mejor es el escritor.

    Guy de Maupassant dice en alguna parte: Las palabras tienen alma. Lamayora de los lectores y hasta de los escritores no les piden ms quesentido. Es necesario encontrar ese alma, que aparece al contacto de otraspalabras, que brilla y alumbra ciertos libros con una luz desconocida, muydifcil de hacer brotar. Hay en los acercamientos y las combinaciones dellenguaje escrito por ciertos hombres, toda la evocacin de un mundo poticoque el pueblo de los mundanos no sabe ver ni adivinar. Cuando se le hablade eso, se resiente, razona, argumenta, niega, grita y quiere que se ledemuestre. Sera intil intentarlo. No sintiendo, no lo comprendera nunca.Hombres instruidos, inteligentes, hasta escritores, se sorprenden tambincuando se les habla de ese misterio que ignoran, y se sonren encogindosede hombros. Qu importa! No lo saben. Es como hablar de msica apersonas que no tienen odos.

    La gracia divina, ha dicho Bossuet, llueve sobre el rico como sobre elpobre.

    He ah una palabra tomada de una acepcin nueva y que forma una

    imagen soberbia.Lo mismo este otro pensamiento: Dormid vuestro sueo, grandes de latierra; y este otro: Derramar lgrimas y plegarias sobre una tumba.

    La palabra indeterminada, por ejemplo, es una palabra cualquiera,geomtricamente empleada, sin elocuencia, sin brillo. Bajo la pluma deChateaubriand, va a alcanzar un prestigio que pintar todo un paisaje lejano:

    La claridad de la luna, su claridad gris perla, descenda sobre la cimaindeterminada de las selvas.

    La palabra reposaba es tambin una palabra cualquiera. Refirindose aalgo que no reposa, se convierte en una palabra bellsima.

    La luna reposaba sobre las colinas lejanas. (Chateaubriand).

    Hasta hay palabras de una vulgaridad tcnica, oficial, que producengrandes efectos cuando un artista les encuentra una aplicacin imprevista.Hay algo ms incoloro que la palabra anunciador? Veamos cmo la utilizaPedro Loti:

    Los tristes chorlitos, anunciadores del otoo, haban aparecido en unatormenta de lluvia.

    Otro habra podido decir: Los chorlitos, esos tristes pjaros queanuncian el otoo, haban aparecido en una tormenta de lluvia.

    Ese sera un estilo de menos valor que el primero.El estilo es, pues, la manera que cada uno tiene de crear expresiones

    para manifestar su pensamiento. Puede ser largo, corto, coloreado, seco,abundante, vivo, peridico, segn los temperamentos.

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    Es difuso, plido, incoloro, cobarde, en los malos escritores; conciso,nervioso, con relieve, en los buenos.

    Es tan completa la unin entre el carcter y el estilo de una persona,que por eso ha podido decirse con razn esta verdad: el estilo es el hombre.

    La vivacidad de palabras, la energa de las concepciones, los mismos

    giros de la conversacin hablada, la originalidad de la imaginacin, todo esose pinta exactamente en el estilo del hombre. El estilo es el reflejo delcorazn, del cerebro y del carcter.

    Eso no es solamente verdad en los individuos, sino tambin en lospueblos.

    Los pueblos de Oriente, dice Blair, han recargado su estilo en todos lostiempos con figuras fuertes e hiperblicas. Los atenienses, pueblo sutil yculto, se formaron un estilo claro, puro y correcto. Los asiticos, amigos delfausto y de la nobleza, tenan un estilo pomposo y difuso. Las mismasdiferencias pueden notarse hoy da entre el estilo de los franceses, losespaoles, los alemanes y los ingleses.

    Saber muchas cosas no ensea a ser buen escritor; el estilo esindependiente de la erudicin. Por eso, al decir que es necesario leer muchopara ser capaz de escribir, se supone, bien entendido, que se tienenaptitudes para el estilo, por lo menos una mediana vocacin y un gustodeterminado. Sin eso, ni la erudicin ms inmensa, har encontrar un giro defrase. Hay hombres muy sabios que nunca sern escritores, y hay escritoresbrillantes que no saben gran cosa. El saber y el arte de escribir, son cosasdistintas, que no van siempre juntas.

    El Discurso sobre el estilo de Buffon contiene las mejores pginas queconocemos sobre este asunto. Nadie ha explicado mejor los procedimientos

    de un arte que puede considerarse como una ciencia, ni ha expuesto mejorlas diversas operaciones del espritu por las que se llega a hacer buenasfrases.

    Hay, sin embargo, en ese Discurso de Buffon una tendencia visible aaconsejar el empleo de los trminos generales y a dar al estilo una especiede giro sinttico y rgido, que constituye ciertas hermosas partes del estilo,pero que no es todo el estilo. Villemain ha tenido razn al sealar el carcterdemasiado personal de ese Discurso.

    Pero qu profundo sentido de la belleza escrita y cuntos consejosprcticos! Las obras bien escritas, dice Buffon, sern las nicas que pasarna la posteridad. Y agrega: Todas las bellezas que se encuentran, todos los

    giros de que est compuesto el estilo, son otras tantas verdades tan tiles ytal vez ms preciosas para el espritu humano, que las que pueden formar elfondo del asunto.

    Es estilo, dice Buffon, es el orden y el movimiento que se pone en lospensamientos. El orden, es decir, la lgica de las ideas, su encadenamiento,su fondo: el movimiento, es decir, la vida, la forma; el orden, que es laconcentracin, el giro, el conjunto; el movimiento, que es la imaginacin, elatractivo, el relieve.

    Aqu interviene la famosa distincin del fondo y la forma.Los unos los separan y los diferencian; el fondo son los materiales, los

    pensamientos, la sustancia, el asunto; la forma es la expresin, elrevestimiento, el traje. Son dos cosas aparte.

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    Los otros dicen: El fondo y la forma todo es uno; no se les puedeseparar, como no puede separarse el msculo de la carne. Es imposibleexpresar una idea que no tenga su forma, como no se puede concebir unacriatura humana que no tenga alma y cuerpo. Cuando se cambia la forma, secambia la idea, y del mismo modo, la modificacin de la idea arrastra a la de

    la forma. Trabajar la forma es trabajar la idea. La forma sepega a la idea.Esta teora es la verdadera y hay que atenerse a ella.En ciertos casos muy raros, el cambio de la forma no altera la idea. As

    ocurrir si yo digo: Llueve por: cae agua; llorar, por verter lgrimas;arrodillarse, por ponerse de rodillas; son un ruido, por se oy un ruido,habr empleado una forma mejor que no habr cambiado la idea; pero esoes ms bien una sinonimia que una modificacin de forma.

    Fuera de esta clase de correcciones puramente gramaticales, la ideasufre siempre los cambios de la forma. Yo escribo esta frase: Nuestroscorazones embriagados del amor mundano... La modifico y pongo:Nuestros corazones encantados del amordel mundo... (Bossuet). La idease ha modificado segn los matices de una forma nueva. Encantamiento diceotra cosa que embriaguez, y amar al mundo no es lo mismo que sentir amormundano.

    Escribo esto: Despus de la muerte veremos a Dios tal como es,alumbrando a todos los hombres con su presencia. Trabajo esa forma, lamodifico y encuentro esta: Despus de la muerte veremos a Dios aldescubierto, iluminando todos los espritus con los rayos de su faz.(Bossuet). Se me dir, tal vez, que solamente ha cambiado la forma y que laidea sigue siendo la misma; no, la idea tambin se ha modificado; tiene otroaspecto, otro sentido, otros matices, un encanto nuevo, una significacin

    distinta.En vez de hacer esta demostracin sobre algunas lneas solamente,puede hacerse sobre una pgina entera, sobre dos, tres, etc.

    He aqu una frase con una hermosa imagen, sobre la noche en lassoledades de Amrica:

    El genio de los aires sacuda en la noche su cabellera.Esa frase no me satisface; cae demasiado bruscamente; quisiera

    encontrar una palabra, un epteto que la redondeara y la clausurara...Busco... Pienso en el cielo azul, y encuentro:

    El genio de los aires sacuda en la noche su cabellera azul...(Chateaubriand).

    El esfuerzo, la preocupacin de la forma me ha hecho descubrir unaimagen que, por s sola, da una magia imprevista a la idea primitiva.

    He aqu otro pensamiento. Se trata de decir que las mujeres romanasson tan bellas como las estatuas de sus templos.

    Se las tomara por las estatuas de sus templos, descendidas de supedestal...

    Hermosa imagen, pero que no me basta; quiero realzarla, embellecerla.Todo lo que agregue ser un trabajo de forma sobre la idea.

    Obtengo esto:Se las tomara por las estatuas de sus templos, descendidas de su

    pedestal, y que se pasearan a su alrededor. (Chateaubriand).Y es precisamente, este ltimo perodo, lo que da a la imagen todo su

    prestigio, todo su efecto. Se dir que la ida no ha cambiado? S ha

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    cambiado, s. La primera frase era conocida; la habamos ledo en algunaotra parte; pero la segunda, que constituye el cuadro y la vida, esa es nueva,es creada.

    Luego, pues, la forma y el fondo todo es uno. No es posible, en generaly de una manera definitiva, tocar la una sin alterar la otra. Cuando se dice

    de un fragmento: El fondo es bueno, pero la forma es mala, eso nosignifica nada, porque es el valor de la forma lo que hace bueno al fondo.Habra que decir: El fondo podra ser excelente si la forma fuera buena,porque es la forma la que le da valor al fondo.

    Si yo grito: Oh, Jess, Dios crucificado!, empleo un estilo correcto,pero en esa forma se dice con mucha frecuencia. Quiero pensar una formamejor. Busco y encuentro: Oh, Jess, Dios anonadado! (Bossuet). Laexpresin es magnfica; pero, de pronto, la idea ha cambiado, ha brillado, esotra.

    Todos hemos podido comprobar que, trabajando, rehaciendo las frases,creemos no cambiar nada, no mejorar ms que la forma, y he aqu que todose amasa, las ideas se multiplican; se presentan incidentes, las proporcionescrecen, los prrafos aumentan; percibimos imgenes inesperadas, girosnuevos, tanta verdad es que no puede tocarse la forma sin trastornar la idea.

    La forma es tan inseparable de la idea, que la ltima encarnacin de laforma llega a no ser ms que la expresin de la idea pura.

    Entre otros consejos notables, y que es necesario retener para formarseidea del estilo, recomienda Buffon que se agregue el colorido a la energadel dibujo. Quiere que se d a cada objeto una luz fuerte; expresa eldeseo de que cada pensamiento sea una imagen. Este ltimo consejo es elque ha prevalecido cuando vinieron Bernardino de Saint Pierre,

    Chateaubriand, Tefilo Gauthier, y cuando la literatura francesa se cans dela belleza sin colorido.Resumiendo: El estilo es el esfuerzo por el cual la inteligencia y la

    imaginacin encuentran matices, giros, expresiones e imgenes, en las ideasy en las palabras o en la relacin que tienen entre ellas.

    Hay en este trabajo del estilo (y es un trabajo considerable) una parteque es el orden, el arreglo, la correccin, la ordenacin, las proporciones, elequilibrio, la preparacin de todas las piezas de ese tablero de ajedrez quese llama una frase, una pgina, un captulo.

    Hay tambin otra parte que es el movimiento, la creacin de palabras,de imgenes, su combinacin, lo que produce la intensidad, el efecto, la

    energa, el golpe de luz, el relieve.Hasta en la parte arreglo, el arte de colocar las palabras y de combinar

    las frases, es tambin una creacin.El sabor de esta creacin mltiple se evapora con frecuencia en la

    traduccin, precisamente porque constituye la esencia del estilo. Esto es loque hizo decir a Lamotte: Un gran nmero de bellezas de los autoresantiguos estn adheridas a expresiones particulares de su lengua, o arelaciones que, no sindonos tan familiares como a ellos, no nos causan elmismo placer.

    El cuidado de la forma es lo primero que debe preocupar a los quetienen gusto en escribir, pues ella comprende tambin el fondo, y es la queda valor a una obra. Emilio Zola, que no tuvo ms que un don muy brutal deescribir, y que nunca se dign perfeccionar su forma, se alz contra esta

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    teora. No es verdad, dijo, pese a Buffon, Boileau, Chateaubriand y Flaubert,que han repetido obstinadamente lo contrario, no es verdad que baste tenerun estilo muy cuidado para sealar para siempre nuestro paso en laliteratura. La forma es lo que cambia y pasa ms pronto. Es preciso, antetodo, que una obra sea viva, y slo puede ser viva con la condicin de ser

    verdadera. Se gana la inmortalidad poniendo de pie a las criaturas vivas.Nada ms falso que eso. La creacin de esos seres vivos no ir a laposteridad como no est servida por una forma irreprochable.

    Zola replica: Podemos juzgar nosotros la perfeccin del estilo deHomero y de Virgilio? Que Zola no pudiera juzgarla es muy posible; perohay personas que pueden hacerlo, y no es preciso haber hecho grandesestudios para leer a Virgilio en su texto. En todo caso, una tradicinininterrumpida de historiadores y autores antiguos nos dice que su estilocausaba admiracin en su tiempo, y es, precisamente, esa superioridad deforma lo que los ha inmortalizado. Si sus versos hubieran sido malos, suscontemporneos no los hubieran aprendido, y si su estilo hubiera sidomediocre, su obra no habra llegado hasta nosotros. No existe obra maestrasin forma cuidada, y una obra mal escrita no puede vivir, por la razn de queno hay una mala que haya alcanzado hasta estos tiempos. El fondo y laforma se corresponden. Don Quijote, que es un modelo de obra viva, es,tambin, un modelo de estilo, un modelo de perfeccin escrita, nico en sugnero en Espaa.

    Otra objecin: Cuando leemos a Homero, no es su forma lo queleemos, es una traduccin. No tenemos ms que su fondo. La forma pues, nose identifica con el fondo. Al contrario, puesto que es precisamente la formala que ha salvaguardado al fondo, y nosotros no tendramos probablemente

    el fondo si la forma no hubiera sido perfecta. Aqu es necesario, si se quiere,separarlos, puesto que se trata de una traduccin. Queda lo que puedeconservarse. Las buenas traducciones son las que conservan ms. Por otraparte, cuando se trata de obras maestras, la forma est tan mezclada con elfondo, tan pegada a la idea, que la idea misma queda patente despus queha desaparecido el encanto del texto. Por eso, en una buena traduccin, lasdescripciones de Homero son tan vivas como cualquier pgina de nuestrosmejores autores contemporneos.

    Fuera de estos principios, que hay que mirar como verdades absolutas,no se puede dar ms que una apreciacin vaga del estilo. Es preciso, comodice Pascal, haber arreglado el reloj, y burlarse de aquellos cuya hora vara.

    Hay un buen y un mal gusto, ha dicho La Bruyre, y sobre eso se puededisputar. Nada ms comn que los juicios hechos. Se cree acertar cuandose dice al azar: Esto est bien escrito; esto est mal escrito; Fnelon escribebien; Diderot escribe mal; Merime es un gran escritor, etc.

    LECCINQUINTA

    LAORIGINALIDADDELESTILO

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    Falsa divisin de los estilos y de los pensamientos. Por quvaran los estilos. Originalidad del estilo. La originalidad y lavulgaridad. El estilo falso. El estilo inexpresivo. El estilo de

    Merime. Cmo puede reformarse el mal estilo? Las

    expresiones vulgares. Las frases hechas. La naturalidad y eltrabajo. La palabra sencilla y la palabra natural. Procedimiento para adquirir la originalidad.

    La mayora de los tratados de literatura contienen, en materia de estilo,exposiciones y anlisis tericos. Se cree hacer obra de enseanza prcticadescomponiendo, como se dice, los elementos del estilo y sus cualidades,elementos generales, elementos particulares, cualidades generales,cualidades particulares: la claridad, lapureza, la correccin, la elegancia, la

    fuerza, la naturalidad, la nobleza, la riqueza, la magnificencia.Hay tambin figuras de palabras y figuras de pensamientos; tenemospensamientos fuertes, justos, finos, naturales; luego la catacresis, laalegora, la elipsis, la sincdoque, la prosopopeya, la onomatopeya, elpleonasmo, la antonomasia.

    Que no se busque nada parecido en nuestra obra. Hemos evitadocuidadosamente todo lo que parezca una divisin ficticia, toda especie declasificacin. Este libro no ha sido para ensear qu es un pensamientofuerte o un pensamiento fino, qu es claridad, qu es finura y qu esnaturalidad. Estas distinciones cargan la memoria, no ensea nada y sonesencialmente arbitrarias.

    Porque, en fin, un pensamiento fuerte es tambin un pensamientoverdadero, y yo no conozco un pensamiento justo que no sea al mismotiempo un pensamiento natural, ni un pensamiento sublime que no sea a lavez un pensamiento fuerte, verdadero, natural yjusto.

    Lo mismo ocurre con los estilos. No es verdad que sean numerados yclasificados en estilo sencillo, estilo templado, estilo sublime, etc.

    Precisamente, porque el estilo es sencillo, es a veces sublime. En todocaso, sencillo o sublime, debe ser siempre natural.

    No hay estilo florido, como no hay tampoco estilo templado. Soninvenciones que deberan desterrarse para siempre de la enseanza. Hay

    estilos apropiados al asunto, eso es todo lo que se puede decir; o tonos deestilo, tonos personales, sonidos diferentes, segn la elevacin, lainspiracin, el autor, el asunto, el objeto que uno se propone.

    Es superfluo ensear que las primeras cualidades del estilo son: 1, laclaridad; 2, la pureza, etc., lo que significa: se debe escribir para hacersecomprender, y se debe escribir en buen francs, dos cosas bien evidentes.

    El estilo difiere segn los asuntos y, a veces, segn los gneros; pero losgneros tienen cierta tendencia a confundirse. Por ms que se les distinga,acaban por tocarse. El espritu clsico no admita el estilo familiar en lastragedias. Sin embargo, Shakespeare lo emple.

    El estilo, concluye Condillac, vara en cierto modo hasta lo infinito, y

    algunas veces vara con matices tan imperceptibles, que no es posible notarel paso de los unos a los otros. No hay reglas para asegurarse del efecto delos colores que se emplean; cada uno juzga de distinto modo, porque se

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    juzga segn las costumbres que se han adquirido, y con frecuencia cuestatrabajo dar razones de esos juicios.

    Nos imaginamos gustosos tener ideas absolutas de todas las cosas deque hablamos, hasta el momento en que hace falta alguna reflexin paranotar que las palabras grandes y pequeas no significan ms que ideas

    relativas. As, cuando decimos que Racine, Boileau, Bossuet y la seora deSevign escriben con naturalidad, tenemos que tomar esa palabra en unsentido absoluto, como si la naturalidad fuera la misma en todos los gneros;y creemos decir siempre lo mismo, porque siempre empleamos la mismapalabra.

    Sin embargo, algunas grandes ideas, algunos principios generalesabarcan todos los dems, dominan la cuestin y deben guiarnos en elestudio de los diversos caracteres del estilo.

    Las tres cualidades que debe tener un buen estilo, y que resumen lasdems, son, en nuestra opinin:

    1La originalidad.2La concisin.3La armona.

    LAORIGINALIDADDELESTILO

    Hay un estilo hecho, un estilo vulgar, para el uso de todo el mundo, unestilo clis, cuyas frases neutras y usadas sirven para cada uno; un estiloincoloro construido solamente con las palabras del diccionario; un estilomuerto, sin llama, sin imagen, sin color, sin relieve, sin lo imprevisto; unestilo llano y elegante, gramatical e inexpresivo; el estilo de los escritores

    que no son artistas; un estilo burgus y correcto, irreprochable y sin vida.Con ese estilo no se debe escribir.Si debe usted escribir como todo el mundo, es intil que tome la pluma.Pero, si hay un estilo vulgar, debe haber un estilo original, pues la

    originalidad es lo contrario de la vulgaridad. Se dice corrientemente: Girosde frases originales, expresiones originales, imgenes originales, cualidadesque constituyen precisamente el estilo original, el que sorprende, el queseduce, el que tiene su marca personal. La originalidad reside, sobre todo,en la manera de decir las cosas, de expresar las ideas, de dar valor al fondo.

    La originalidad debe, por lo tanto, ser considerada como la grande, lageneral, la esencial cualidad del estilo.

    Es, pues, necesario, desde ahora, abandonar los prejuicios de escuela yformarse una idea nueva del estilo. En el colegio nos decan lo que deba ser;pero no nos lo enseaban. Sabamos bien que debamos tratar de escribircomo Bossuet (ms o menos, bien entendido) y no como Fnelon en suTelmaco; pero cmo hacerlo? Rondbamos alrededor de la casa sin poderentrar nunca. Buena o mala, tenemos una llave. Abramos la puerta.

    He aqu una descripcin de Nisard, Camino de Pau o Aguas Buenas,citado como modelo en un Curso prctico y razonado del estilo (10 edicin),cuyo autor es profesor de retrica.

    Bajan bosques hasta el borde del camino, que se arrastran a lolargo de la cuchilla y se pliega en todas sus sinuosidades; unarroyuelo, oculto bajo sauces, se desliza en el fondo del valle,

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    paralelamente al camino, por lo que el viajero marcha siempre entredos frescuras: la de la sombra y la de las aguas. Hay tambinbosques sobre la montaa opuesta; pero esos bosques no bajan: sedetienen en la falda, vias y praderas extendidas sobre la pendienteo el valle, con un extremo tocan las aguas del arroyuelo, con el otro

    van a unirse a la linde de los bosques. Nada ms suave que losmovimientos de esas dos pequeas cadenas; son sinuosas como elarroyo; tan pronto las veis hundirse y como ahuecarse, tan prontosalir en codos, tan pronto trazar una lnea recta que rompenbruscamente por un rodeo, se separan, se acercan; aqu se abren depronto como una decoracin de espera que ocultaba otra, y dejanver el Pico del Medioda, que guarda sus nieves todo el ao; puesellas se cierran, os envuelven, reducen vuestro horizonte y vuestrocielo: as durante algunas leguas.

    Ms lejos, el camino cambia, dejis el valle para entrar en unagarganta. Otra cadena de montaas forma esta garganta; otro ro sedesliza en el fondo, el hermoso camino blanco se contraeestrechndose y marcha an en compaa con el ro, porque es elmismo cuadro de antes, pero en miniatura, y con diversidadesmaravillosas.

    Despus de haber ledo esta descripcin, no se ha adelantado nada, nose ve nada, no estpintado nada. Es una pgina de gua Joanne, o Baedeker;no una descripcin, sino una enumeracin geogrfica: a la derecha hay esto,a la izquierda esto otro; luego se sube, luego se baja, etc., etc.

    El profesor de retrica, despus de citar este fragmento dice:

    No rene ese trozo encantador todas las cualidades que seexigen ms arriba a la descripcin? Es tan claro, es tan neto, que unocree formar parte del viaje. Se ve, se tocan los objetos. Hay unaverdad, una exactitud irreprochable en todo el cuadro; se lo siente,se le jurara sin haber hecho el camino, por la precisin de losdetalles. Tiene tambin el mrito de la sobriedad.

    Pregunto de completa buena fe: Cmo se quiere que un alumnoaprenda a escribir, cuando se le presenta como excelente lo que esdetestable y se le propone como modelo precisamente aquello de que debe

    huir a todo trance?He aqu un ejemplo de vulgaridad autntica. Todo el mundo puede

    escribir as, sin color, sin evocacin, sin imagen, sin pintura. Ese ejemplo deestilo vulgar es el que se encuentra en los ms bajos peldaos de la escaleraliteraria.

    Veamos ahora una pgina de otro escritor, que pasa por admirable, yque lo ha sido algunas veces. Es el triunfo del clis:

    Todas sus ideas eran confusas y se sucedan con tanta rapidezque ella no tena tiempo de detenerse en una sola (?). Era como esaserie de imgenes que aparecen y desaparecen en la ventanilla deun coche arrastrado sobre una va frrea. Pero as como en medio dela carrera ms impetuosa, el ojo que no distingue todos los detalles

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    logra, sin embargo, discernir el carcter general de los sitios quecruza, del mismo modo, en medio de ese caos de pensamientos quela asaltaban, la seorita de Piennes senta una impresin de espantoy se senta como arrastrada sobre una pendiente rpida en medio deprecipicios horribles. Que Max la amaba, no poda dudarlo. Ese amor

    (ella deca: ese afecto) databa de lejos; pero hasta entonces no sehaba sentido alarmada. Entre una devota como ella y un libertinocomo Max, se elevaba una barrera infranqueable que la tranquilizabaantes. Aunque ella no fue insensible al placer o a la vanidad deinspirar un sentimiento serio a un hombre tan ligero como lo era Maxes su opinin, ella no haba nunca pensado que ese afecto pudierallegar a ser un da peligroso para su tranquilidad.

    He aqu otro ejemplo de estilo vulgar del que es necesario huir. En lamedida de lo posible, no se debe nunca escribir con frases hechas . La marcadel verdadero escritor, es la palabra propia y la creacin de la frase.

    Los fragmentos que acabamos de citar, estn y estarn mal escritos,mientras se puedan reemplazar sus frases cliss por otras ms exactas;mientras se pueda pones una palabra sola en lugar de dos, dos en lugar detres, tres en lugar de cuatro, etctera. En fin, ese estilo ser malo mientrasse le pueda hacer mejor.

    Entonces, se me dir, ya no hay medio de escribir. Las personas queusted cita son escritores que se han hecho una reputacin. No es posiblereformar la lengua. Criticar es muy fcil. Cmo se puede cambiar eso?

    Probemos. Tomemos el ltimo ejemplo. Vamos a poner el estilo a laderecha, y la correccin que proponemos a la izquierda, subrayando lo que

    es vulgar o intil.

    Todas sus ideas eran confusas yse sucedan con tanta rapidez queella no tena tiempo de detenerseen una sola. (Quin? La rapidez?)

    Sus ideas eran tan confusas, tanrpidas que ella no tena tiempo deretener una.

    Era como esa serie de imgenesque aparecen y desaparecen en laventanilla de un coche arrastradosobre una va frrea.

    Parecan una serie de imgenesdesfilando ante la ventanilla de uncoche de ferrocarril.

    Pero as como en medio de la

    carrera ms impetuosa, el ojo queno distingue todos los detalleslogra, sin embargo, discernir elcarcter general de los sitios quecruza, del mismo modo, en mediode ese caos de pensamientos quela asaltaban, la seorita de Piennessenta una impresin de espanto yse senta como arrastrada sobreuna pendiente rpida en medio de

    precipicios horribles.

    Pero as, como en medio de una

    carrera loca, el ojo no distingue losdetalles ni precisa ms que elconjunto del mismo modo, enmedio de ese caos depensamientos, la seorita dePiennes senta el espanto de serarrastrada hasta un precipicio.

    Que Max la amaba, no podadudarlo. Ese amor (ella deca: ese

    No dudaba que Max la amaba.Ese amor databa de lejos, pero no

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    afecto) databa de lejos; pero hastaentonces no se haba sentidoalarmada.

    la haba alarmado hasta entonces.

    Entre una devota como ella y unlibertino como Max, se elevaba una

    barrera infranqueable que latranquilizaba antes.

    Entre una devota como ella y unlibertino como Max, se alzaba un

    obstculo que, antes, latranquilizaba.

    Aunque ella no fue insensible alplacer o a la vanidad de inspirar unsentimiento serio a un hombre tanligero como lo era Max es suopinin, ella no haba nuncapensado que ese afecto pudierallegar a ser un da peligroso para sutranquilidad.

    Sensible al placer de atraerseriamente (o de seducir, o deconquistar) a un hombre tan ligero,ella no haba pensado nunca queese afecto pudiera hacersepeligroso.

    Este es un gnero de demostracin que renovaremos con frecuencia enel curso de esta obra, trabajo que es absolutamente imposible hacer en elestilo de Pascal o de La Bruyre.

    Pero, se nos dir, en la refundicin que usted propone, no entran msque palabras comunes.

    Precisamente, las verdaderas palabras son las propias, las palabrasnaturales, las que no pueden ser reemplazadas.

    La tara del clis, de la frase hecha, no es la de ser sencilla, comn, yaempleada, consiste en que se la puede reemplazarpor otra ms sencilla; enque detrs de ella est la verdadera, la nica, la que hay que poner a todo

    trance, aunque se haya dicho mil veces: Para decir: Llueve, se dir siempre:Llueve.Ms adelante explicaremos por qu autores como Merime, Sand,

    Feuillet, etc., han adquirido renombre aun conservando los vicios quesealamos. Es que tenan otra cosa para compensar eso. En cuanto anosotros, si queremos saber escribir, debemos renunciar a la frase vulgar.Esto debe ser un principio absoluto. Si nos permitimos ese estilo hecho, quepasa por ser estilo, podremos llegar a escribir como todo el mundo, peronunca seremos escritores. Tendremos los defectos de los autores quesealamos, sin estar seguros de tener sus cualidades.

    Es necesario, por lo tanto, cuando se escribe, huir del uso constante, porcostumbre, de toda frase hecha, de toda expresin vulgar o toda la perfrasispor el estilo de las siguientes, que encontramos en escritorescontemporneos muy renombrados.

    LASFRASESVULGARES

    Derramar lgrimas. Por: llorar.Provocar una discusin. Verbo que sirve para todo:

    provocar lgrimas, provocar unincidente, provocar un duelo...

    Presa de una repentinaresolucin Por: bruscamente resuelto.

    Inspirar un sentimiento. Verbo que sirve para todo:

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    inspirar una resolucin, una pasin,inspirar confianza, la idea, elpensamiento.

    La serenidad reinaba en surostro.

    dem. La abundancia reinaba essus estados... Luis XIV reinaba en

    Francia. El orden reina en Varsovia.Llevar una acusacin. Como se lleva el fusil, o un

    paquete.Hacer violencia. Por violentar.Tomar la costumbre. Por: acostumbrarse.La tristeza estaba pintada en su

    semblante.Al leo, seguramente.

    El rubor colore sus mejillas. Por: se ruboriz.Por uno de esos fenmenos

    bastante frecuentes.Cul?

    Prestar odo. Por: escuchar con atencin.(Prestar odo... como se presta unbillete de cinco pesos).

    Abandonarse a sudesesperacin.

    Abandonarse a su dolor, a laesperanza, al destino...

    Saln magnficamente decorado. Pinte en qu consiste esadecoracin. Sin eso, la frase eshuera y no demuestra nada.

    Los principios que habaabrazado.

    Abrazar su carrera... y a suspadres.

    Se hallaba en el colmo de ladesesperacin.

    En el colmo de la dicha, en elcolmo de la miseria... El colmo delos colmos.

    Redobl sus transportes. Grandilocuente y sin significado.Ningn incidente vena a romper

    la monotona.Lenguaje abstracto,

    insignificante.Tena la clarividencia y la

    penetracin del amor.Sustantivos idnticos.

    Abandonar a alguien a losrigores de su destino.

    Grandes palabras, inexpresivasy vacas.

    Extenderse con complacencia. Sobre un pensamiento o sobre

    una cama?Una atraccin misteriosa. Acoplamiento obligatorio.Abrir su corazn. Como una puerta.Develar el estado del alma. Lo que no quiere decir nada, si

    no se dice otra cosa; y si se diceotra cosa, es intil.

    Respirar honradez. Respirar amor, respirar airepuro.

    Presentar el aspecto. Como se presenta una manzana.Expresin dulce y tmida. Lo que es tmido es siempre

    dulce.Esas palabras revelaban toda laimportancia que...

    Revelar la importancia, como serevela un misterio o un secreto.

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    Sus ojos tenan el poder. Como un dspota tiene el poder;en lugar de: sus ojos podan.

    A ese primer sentimientosucedi...

    Como Luis XIII a Enrique IV.

    El encanto de su cuerpo resida

    en...

    Como Luis XIV resida en

    Versalles.Producir una impresin. Por: impresionar.Bajo esa frivolidad aparente se

    ocultaba...Fraseologa por decir: esa

    frivolidad ocultaba.Imprimir la direccin de su vida. Imprimir una direccin, imprimir

    un movimiento, imprimir un libro.Adorablemente bella. Insignificante. Demuestre en

    qu.Una expresin de... se lea en

    sus ojos.Insignificante.

    Ofrecer un espectculo. Como se ofrecen caramelos.La acogida que le estabareservada.

    Estilo oficial.

    Alegra exuberante. Siempre!Era el complemento obligado

    de...Estilo abominable.

    La nueva perspectiva queacababa de surgirante sus ojos.

    Fastuoso y prudhonesco.

    Protestar enrgicamente. Siempre!Manifest la intencin de... Por: declar que...

    El conjunto de sus cualidadesfsicas y morales. Cmo puede uno formarse unaidea de ese conjunto?Ese proyecto que germinaba en

    su espritu...Por: ese proyecto que pensaba...

    Dnde puede germinar unproyecto, sino en un espritu, en uncerebro?

    Adivin instintivamente. Por instinto es por lo nico quese adivina.

    Ejecutar su resolucin. Por: hacer lo que haba resuelto.Boca encantadora. Siempre!Un aire de distincin estaba

    como extendido sobre toda supersona.

    Por: su persona era distinguida.

    Ejercer una influencia. Como se ejerce una profesin.Todas esas cualidades

    constituan...Estilo parlamentario.

    Las lneas armoniosas de subelleza.

    Por: su belleza armoniosa.

    Aliviar de un peso. Qu peso? Y por qu uno solo?Agotar las conjeturas. Como se agota un manantial.Un efluvio de pasin. Estilo de todas las novelas;

    efluvio de primavera, efluvio dedeseo.Una expresin indefinible anim Defina esa expresin o no hable

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    su semblante. de ella.Golpe de vista maravilloso,

    espectculo encantador, valledelicioso.

    En qu? Esos eptetos son nulosmientras no se demuestre en ques maravilloso, delicioso oencantador.

    Esto no quiere decir que deban proscribirse esas frases. Hay casos enque son necesarias, en que son muy bellas y en que nada puedereemplazarlas.

    Es necesario proscribir, tambin, todos los eptetos que podramosllamar obligatorios y con los que se cree indispensable acompaar ciertaspalabras.

    EJEMPLOSDEEPTETOSCLISSEINSIGNIFICANTES

    La irona amarga.Expediente favorable.Horror indecible.Una mirada fra y severa.Un sordo rumor.Un dulce xtasis.Una repulsin instintiva. (Siempre es instintiva).Un enemigo implacable, encarnizado.Una emocin contenida.Una tristeza grave.Impaciencia febril.

    Boca bien arqueada.Dulzura singular. (En qu?).Encanto penetrante.Clera implacableDulzura afectuosa. Bondad verdadera (1).Orgullo legtimo.Excesiva reserva.Contraste odioso.Alegra inesperada.Torpeza penetrante.Cabellera abundante.

    Exigencias imperiosas.Perversidad precoz.Rabia feroz.Recuerdo odioso.Desesperacin suprema.Mezcla singular.Delicadeza nativa.Etc., etc.

    Tal vez no se comprenda en el primer momento toda la importancia que

    tiene el no emplear semejantes locuciones. Pero brase un libro vulgar; secomprobar que est escrito en ese estilo; y que es por eso, nada ms que

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    por eso, por lo que no llama la atencin y por lo que se le olvida en cuantose ha ledo.

    Pueden permitirse esas locuciones y se las encuentra en los mejoresautores; pero la continuidad en el uso de ellas es lo que crea la vulgaridad yel carcter incoloro de un estilo.

    Si uno se las permite una vez, se las permitir dos veces, tres; y luegono podr detenerse en esa pendiente, pues es ms fcil escribir con el estilode todo el mundo que tener un estilo propio.

    Eso es a lo que el padre Bouhours llamaba hablar por frases como lassiguientes, que son algunas de las que l cita:

    Introducir el desorden en...Arrojar una tea de discordia.Or la voz del honor.Salir del recuerdo.Caer en la severidad de la justicia.La hidra de la anarqua, etc.Frases embarazadas y ridculas que se emplean por no encontrar la

    palabra propia, y que conducen a frases puramente grotescas, como:

    El seno de la Academia, el seno de la asamblea...Los desrdenes que devoran la iglesia...Sitiada por un diluvio de herejas...El horizonte poltico...El sol del progreso...El campo de las conjeturas...

    El terreno de las hiptesis...El arsenal de las leyes...La corriente de la opinin...La aurora de nuestras libertades...

    La originalidad es, por lo tanto, la condicin primordial, esencial delestilo. Para alcanzarla es absolutamente necesario evitar el estilo vulgar, ypara evitarlo se precisa saber qu es un estilo vulgar.

    Acabamos de demostrar en qu consiste. Primero en el hablar porfrases, en las frases hechas... que pueden reemplazarse por la frase justa.Con semejantes defectos, ser intil emplear elegancia, correccin y pureza,

    pues no se obtendr ms que un estilo soso, flojo, pedestre, ficticio, neutro,inexpresivo y sin relieve.

    Ese vicio conduce a otro, no menos peligroso: la perfrasis, que es unacircunlocucin, un circuito de palabras, para decir largamente una cosa quepodra ser dicha con brevedad.

    Hemos perdido un poco, en nuestra manera de escribir actual, esamana de la perfrasis, que haca estragos en los siglos XVII y XVIII y que hizoclebres a los Saint Lambert y los Delille. El conocimiento de Shakespeare y,sobre todo, la revolucin romntica inaugurada por Vctor Hugo, fueron pocoa poco desembarazando nuestra literatura de la obligacin en que se creade no llamar a las cosas por su nombre.

    Hoy, limpio el terreno, triunfa la palabra propia, la palabra exacta,aunque el empleo de la perfrasis, en ciertos casos, es legtimo y muy

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    literario. Lo que hay que evitar es el exceso, a menos que el pensamiento nogane en intencin, en espritu o en color. Es cuestin de tacto. Si hubieraobservado esta prudencia, Racine no habra escrito versos como estos:

    Cependant, sur le dos de la pline lquide,

    Selve a gros bouillons une montagne humilde(2)

    .

    Una montaa hmeda que se eleva en grandes borbollones sobre ellomo de un llano lquido, es un galimatas.

    Para nombrar al gusano de seda, Lebrun emplea sta perfrasis ridcula:

    Je me plais a nourrir encoreLamant des feuilles de Tisbe. (3).

    Y alude as al queso y la porcelana:

    Vanves, quhabite GalatheSaint du lait dlo dAmalthe,Epaissir les flots cumeux;Et Svres dune main agileVous ptrit lalbtre fragileO Moka nous verse ses feux. (4).

    Casimiro Delavigne, hablando de su coche de alquiler, ha dicho:

    Duremente cahot

    Sur les noble coussine dun char numerot.(5)

    .

    Burson tena razn al decir: No hay nada ms opuesto a la bellezanatural que el trabajo que se toman algunos para expresar cosas ordinariaso comunes de una manera singular o pomposa; no hay nada que degradems al escritor. Se le compadece, por haber pasado tanto tiempo en hacernuevas combinaciones de slabas, para no decir ms que lo que dice todo elmundo.

    Vase, en cambio, una soberbia perfrasis de Bossuet, aludiendo alconfesionario: Esos tribunales que justifican los que se acusan.

    Es, pues, necesario, desde el principio, evitar la frase y la perfrasis

    vulgares. La primera originalidad que se debe tener es: escribir con laspalabras naturales, propias, sencillas y exactas. Esas palabras sern tal vezms conocidas, ms empleadas an que una locucin falsamente elegante,pero no sern reemplazables, no se podr prescindir de ellas y es el empleode esas palabras propias, exactas, sean las que sean, lo que constituye lanitidez, la correccin, el brillo del estilo y su energa. Ciertos estilos, como elde La Bruyre, La Rochefoucauld, Fnelon y Montesquieu, deben todo sulustre a ese gran mrito.