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EL NUEVO REGIONALISMO Y REESTRUCTURACrON DEL SISTEMA MU DIAL I Francisco ALDECOA LuzARRAGA Catedratico de Relaciones Jnternacionales de la Universidad del PaIs Va sco Noe CORNAGO PRlETO Profes or Titular Inte ri oo de Relaciones Inlernacionales de la Universidad del Pais Vasco SUMARIO L PRe ENTACI6 '.- II . DEL IElO AL NUEVO REG !ONALlSMO: DE LA GEOPOLITIC A. LA GEOECONOMI Y LA t ifJ.iSOClE1)AO.-m. REPENSANOO LA REESTRUCTURAClON DEL Sk TEM M j DIAl.: ES1'RUCTURAS, INTERESES Y \. oRrs,- I V. LA REARTICULACION DE LAS R£L AC IONES ENTRE EL TADO. LA OCIEDAD Y EL MERCADO Y SU EN TRES MaDR a S E E NUEVO REGION ALIS MO.- V LI BERA lI ZACI6 ECONOMICA Y CEN- DEL PODER: L1MITACI ONE. soclopo LiTlCAS DEL MODELO ASIATICO 'DE EGJONALISMO DE I3 AJO PER- ill INSTITUCIO ·AL.-VL LA INS IClENCl/ I DEL MODELO ORT EAM ER ICi\ 0 : EL REGIONALISMO COMO NUEVA b IRA1EOIA D R ELACJOi DE Ul A pm " 1:! CIA HEGEM )NICA EN DECLlV PROCESO DE l\ fJACACI6 ! Eu- COMO EXPERlENCl 51 GULAR : LA MUTACLON I NTEGRAL DEL SISTEMA POLITICO EN PERS PEcn vA ES- i1NTW/,\ClONISTII .- V llJ. OTRA CARA DEL N UEVO REGIO ALISMO: A 0 OM!A :UBEST. :r . l, RF.ORGANl- DEL SISTEMA POLITICO Y LA GOBERNABIU DA D MtJLTINIVEL.- I X. lDENTJFICANDO ANALOGfA Y IllF(R['{CIA." ; E BOZO DE UN lUEVO MODELO DE ANALISIS COMP RADO DEL N EVO REGIONA U5MO. - X. Co - ! 11110i\ : EL. ViNCULO E RUCTURA ENTRE L 5 DOS CARAS DEL NUEVO REGIO 'ALIS MO. P RESENTACION EI present tra baj o se propone reali zar un analisis preliminar sobre el Iugar del re- gio nalismo n 1a r ees tructuracion del sistema mundial, aSI como las interacciones eo- Ire a mbos p roce os. Para elIo, p311imos de 18 distinci6n a grandes rasgos entre los que Il amar vi ejo y nuevo regionalismo, anahzando ad emas en torno a diferentes \ariahle s la 16gica que expJica esa transici6n. Fren te a los amllisis qu e tienden a pre- se Ill ar las m fe r utes iniciativas en curso subrayando sus aspectos comunes nos pro- po nem " p reI cootrario, poner de manifiesto sus diferencias fundamentales, no tan- r &lIe lrahajo con lituye la primera version de los resu ltados de una in ve sli gac i6n ma. ampli a sobre e.1 de imegracion europeo en pers pecli va internacional, que se vi en de sRnolland en la Secci6n de R datione. Inte rnacionalt' . de la mencionada universidad . R.E.D.I., vol. L,(1998). 1

Aldeco, Francisco y Cornago, Noé. “El nuevo regionalismo y reestructuración del sistema mundial”

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Aldeco, Francisco y Cornago, Noé. “El nuevo regionalismo y reestructuración del sistema mundial”. Revista española de derecho internacional. Vol. L, T. I, Madrid, España, 1998

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EL NUEVO REGIONALISMO Y REESTRUCTURACrON DEL SISTEMA MU DIAL I

Francisco ALDECOA LuzARRAGA

Catedratico de Relaciones Jnternacionales de la Universidad del PaIs Vasco

Noe CORNAGO PRlETO

Profesor Titular Interi oo de Relaciones Inlernacionales de la Universidad del Pais Vasco

SUMARIO

L PRe ENTACI6 '.- II. DEL IElO AL NU EVO REG!ONALlSMO: DE LA GEOPOLITIC A. LA GEOECONOMI Y LA

tifJ.iSOClE1)AO.-m. REPENSA NOO LA REESTRUCTURAClON DEL SkTEM M j DIAl.: ES1'RUCTURAS, INTERESES Y

\. oRrs,- IV. LA REARTICULACION DE LAS R£LAC IONES ENTRE EL TADO. LA OCIEDAD Y EL MERCADO Y SU

LRI~ALlZACI6 EN TRES MaDR a S E E NUEVO REGION ALIS MO.-V LIBERA lIZACI6 ECONOMICA Y CEN­

'!RAUL~CIOI DEL PODER: L1MITACIONE. soclopo LiTlCAS DEL MODELO ASIATICO 'DE EGJONALISMO DE I3AJO PER­

ill INSTITUCIO ·AL.-VL LA INS IClENCl/I DEL MODELO ORT EAMER ICi\ 0 : EL REG IONALISM O COMO NUEVA

b IRA1EOIA D RELACJOi DE Ul A pm "1:! CIA HEGEM )NICA EN DECLlV ~ .-VII. ~L PROCESO DE l\fJACACI6 ! Eu­Rnl'f~ COMO EXPERlENCl 51 GULAR : LA MUTACLON INTEGRAL DEL S ISTEMA POLITICO EN PERS PEcnvA ES­

i1NTW/,\ClONISTII .- V llJ. L· OTRA CARA DEL N UEVO REGIO ALISMO: A 0 OM !A :UBEST. :r. l, RF.ORGANl -

7~CI()\ DEL SISTEMA POLITICO Y LA GOBERNABIU DA D MtJ LTINIVEL.- I X. l DENTJFICANDO ANALOGfA Y

IllF(R['{CIA ." ; E BOZO DE UN lUEVO MODELO DE ANALI SIS COMP RADO DEL N EVO REGIONA U5MO.- X. Co -!11110i\: EL. ViNCULO E RUCTURA ENTRE L 5 DOS CARAS DEL NUEVO REGIO 'ALISMO.

PRESENTACION

EI present trabajo se propone reali zar un analisis preliminar sobre el Iugar del re­gionalismo n 1a reestructuracion del sistema mundial, aSI como las interacciones eo­Ire ambos proce os. Para elIo, p311imos de 18 distinci6n a grandes rasgos entre los que podemo.~ Ilamar viejo y nuevo regionalismo, anahzando ademas en torno a diferentes \ariahles la 16gica que expJica esa transici6n. Frente a los amllisis que tienden a pre­seIllar las mfe r utes iniciativas en curso subrayando sus aspectos comunes nos pro­ponem " p reI cootrario, poner de manifiesto sus diferencias fundamentales, no tan-

r &lIe lrahajo con lituye la primera version de los resu ltados de una invesli gaci6n ma. amplia sobre e.1 rrl\.·C~(1 de imegracion europeo en perspecliva internacional , que se vien desRnoll and en la Secci6n de Rdatione. Internacionalt'. de la mencionada universidad .

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en las re laciones entre Estados. y en los intercambios entre empresas sometidas mente diferentes regulaciones de caracter estatal, en una nueva economia politica glo­a rnuy y diferente de la anterior. que plantea desafios econ6micos, politicos y socia-1>31 rnu . I d I .. '6 s 'de pri rner orden, y que impone. no sin Importantes prob emas e eg. tllnac. n: y Ie. h ber definido plenamente su relevo, la transfonnac.6n del papel domest.co e 111 -

Sill a ional del Estado, como instancia privilegiada de regulaci6n y gesti6n '. temac . ali I d d' h Tras el desrnoronamiento del lIamado soc. smo rea, cuan 0 .c a reestructura-ci6n se va haciendo clara. e~pezamos a contemplar c6~0 el sistema mundtal caplI~­r La que en deftnitiva cons.ste en la aceptacl6n de la aSlgnac.6n de recursos a traves ;1 ';'ercado como principio organizativo, funcional y nonnativo. basico, esta dando lugar, dentro de un mismo sistema mundial integrado. a desarro llos muy dispares en los diferentes contextos regIOnales. No en va no, a nuestro parecer, cabe hablar de la paulatina cristalizaci6n de tres modelos netamente diferentes de organizaci6n capita­lista, que se expresan con especial claridad en 10 que podemos denominar la institu­cionalizaci6n del nuevo regionali smo'.

Es importante subrayar. que 10 que estamos sugiriendo no es la mera identificaci6n del surgimiento de tres grandes bloques econ6micos a escala mundial. tal y como su­gieren los estudios centrados en la conocida triada', En efecto. a com ienzos de los rulos noventa se convirti6 en un lugar comun la afirnlaci6n de que la economia inter­nacional se estaria configurando en torno a Jap6n. ESLados Unidos y Europa. y sus res­pectivas areas de influencia, como verdaderos megabloques dentro de la economia mundial, caracterizados por su pugna por el poderio comercial y financiero mundial . Por nuestra parte, nos referimos a una realidad mucho mas profunda que la identifi­caci6n de meros agregados econ6micos. No se trata tanto de comparar las magnitudes econ6micas como de analizar su naturaleza. composici6n y funcionam iento, aSI como sus relaciones entre sI, y sus efectos en la reestructuraci6n del s istema mundial. Es desde esta perspecliva que adquiere sentido analizar la existencia de tres grandes modelos de rearticu laci6n de las relaciones entre la economIa, la politica y la sociedad, en el plano internacional, y a su vez, en el seno de cad a ESlado. suslancialmenle di­ferentes de las que caracterizaron el orden que surgi6 de la posguerra.

Este problema, que constiluye una de las preocupaciones mas importanles en la agenda del nuevo regionalismo, tiene su origen en uno de los rasgos mas caracteris-

1 I 1 Enlre las discusioncs mAs dcstacadas sobre la transformaci6n de la cconomru poHllca Intemacional en nO! (n~ que hemos sci\aludo: vid. MURPHY. G. N. Y TOO7.E. R. (Ed,>.), 77,e New IlllenwtlC}1/o/ POlillCli/ Eco­o/my, OU~der. Lynne Rienncr. 1991; OvERSUK. K. (00.), Neo-Liberallsm alld Global H~g('mo"y: COUpIJ ~O'~1f}llfllhe Globol Poillical Ecol/omy. Londres. Routledge. 1994: Rosow. S. 1. : INAYA11JU.AII. N. Y Ru­Dr:.RH ' (Eds.), The Global £Collomy as Polmeal Space. Boulder. Lynne Rlcnner. 1994: Sn:OBS. R. y UN­R ~-L, G. (&1s.), Political EctJIlOm-" alld till' ChallKmg Globe" Order. Londrcs: Macmillan. 1994: PAI..AN.

R~l . IUS, B. (Eds.), TrruCf'Ildmg the Sfalt'-Clobal Db'ide, Tilt' Nt'o-StruclUralut Agellda /II Imemallofllll Sta~r/~tls. BOUlder. Lynne Rlcnner. 1994; y SAKAMoro. Y. (Ed.). Global Trcmifonllllliotl: Challenges 10 Iht'

~ Istem, TokiO, United Nations Unlvc~lty Press. 1994. es ALB IQnero cn la idenIJficaci6n de dlfcrcnt~ modelos de caplluh5.lllo dcnlro del mlMIlO sistema mundlal

~ i,RT. M,. Capllalismo COlliN! Capiralismo, Barcelona. PlIIdos. 1992. (EdS) Id. ~ . cj. entre los an~hMs Ill~S destacados en esa dlreccl6n: ANDERSON. K. Y BU.CKHURST. R. ClIJEU:1 ReglOflal[IIlegmllOlI (l1Id Ihe Global Tradillg System, Londrcs. I fan;ester-Whcmsheaf, 1993; Mu­nOrnica' JjJg' Y CtLIMtN~ F (et al)., MOlldwlis(ltioll et RegionalislII/oll; VII deji IHlUr I'Ellmpe. Puris. &0-tnf'm' ~ . 3; y OMAN, ell. G/oha/UOIIOII t'l Rl'glOnllllSlllioll: qllel.~ e"jeur IJOur In pay'· t!/1 del'eloppe '

.. r.ns. OCDE, 1994 .

REDI mI. L(l99R}, I

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licos, aunque menos advertidos, de las relaciones internacionale, conlempor~neas. Nos referimos a la creeienle adopci6n por parte de los ESlados de importantes com­promisos internacionales hacia dominios considerados hasta ahora propios de la po_ Iilica interna. Un proceso que puede tener implicaciones de relieve. en la medida en que la erosi6n de la aUlOnomia subestataJ por la adopci6n de tales compromisos in­lemacionales. pudiera poner en entredicho la filosofia politica. y la propia arquiteetura formal, del principio de autoorganizaci6n del Estado.

AI abordar los contomos fundamentales de esa cuesli6n resulta necesario subrayar que en contra de 10 que a menudo se sugiere. el problema que eslamos esbozando no se presenta solamente en el marco de la Uni6n Europea. Por el contrario, el fen6meno de la lransformaci6n del sistema politico intemo por efecto de los procesos de integraci6n y de la creaci6n de regimenes intemacionales. constituye un problema de dimensiones globales, cuya din~mica central. por muy diferentes que sean sus manifestaciones. ha de encontrarse en el proceso de reeslrUcturaci6n de la economia politica mundial. Un proceso que. tal y como anteriormente seiial~barnos parece cueslionar. sin haber defi­nido todavia plenamente su relevo. las formas c1:isicas de organizaci6n politica yeco­n6mica, en especial en cuanto afeclan al Estado, modilicando radical mente el contexlo institucional y el impacto de la acci6n de los poderes publico" lanto en cuanto afeeta a sus aspectos domesticos como a sus dimensiones inlemacionales.

En efecto. si en su genesis y desarrollo inicial el regionalismo esta muy relacionado con la recomposiei6n del orden econ6mico, politico y socialtras la segunda gran guerra. en la actualidad se producen desarrollos que exigen registros de explicaci6n muy dife­rentes. La eooperaci6n para la reeuperaci6n econ6mica en la posguerra, la regionaliza­ci6n de la seguridad coleetiva durante la politiea de bloques. y la alirmaci6n de la soli­daridad poseolonial fueron las bases sobre las que se construy6 la organizaci6n regional en su sentido clasico '. pero tales aspectos no resultan de gran utilidad para explicar los desarrollos institucionales mas recientes, verdadera redefinici6n en curso del regiona­lismo. Esa inadecuaci6n parece especial mente clara cuando se considera que uno de los rasgos mas caracterfsticos de la sociedad internacional de nuestro tiempo consiste, precisamente. en la configuraci6n en los ambitos mas disparcs de diversos procesos de integraci6n regional. muy desiguales en su planteamiento inicial. su grado de com pro­miso, 0 formali7aci6n juridica. pero cuya relevancia politica no deja lugar a dudas.

A 10 largo de e,ta lineas vamos a intentar earacterizar las diferencias bMicas entre el viejo y nuevo regionalismo. No en vano. nuestro analisi, se va a fundamentar pre­cisamente en su distinci6n. Para ello partimos de los siguientes presupuestos basicos:

I) En el viejo regionalismo convivian expresiones del modelo de economia de mer­cado capitalista con manifestaciones del modelo de economfa planilicada ea­racteristico del lIamado sociali~mo real. Frente a ello la aeepwci6n de la ecO­nomia de mercado como principia organizalivQ, funcional y nommtivo. basico de la asignaci6n de recurSDS. constituye un elemento cOl11un en todas las formas del nuevo regionalisll1o. a pesar de las grandes difcrencia~ que presenlan entre sf.

~ P:'Ira un alU1.li~js en prorundidud del reglOnalismo cll1sico. 'II!d. SOI1lUNO IlrREl>lA, J. M .• • La inslilll­cionali7.1lci6n del rcgionahsmo IOlcmacionaJ ... en A/us IIII~maclOlJals. n O 20. 1991. pp. 111 - 143.

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El viejo f gionaii smo se basaba en la homogeneidad ~ cio ultural ntre 10 E tado , como resu ltado de experiencias hist6ricas mun s, la proxi­rnidad geografica 0 de ci rta afin idad cultural , frente a ello el nuevo r gio­nalismo enfatiza la heterogeneidad d sus c mponentes afirrnando tanto Ia unjdad como la diversidad, y relalivizando ad rna, la irnportancia del factor (Jeognifico como criteri fundamental de participac i6n. EI vi jo regionaJ ismo caracterizaba igual mente par la homog neidad de sus ist.emru y regfm enes politicos 6, mien tra: qu I nu vo se eara ,t riza por la div r ' idad de mod los exi tent ,de de la homogen idad del m de-10 Eur peo que agrupa a democracia' pluralistas, a la radical heterogene i­dad d I mod 10 a. iat ieo, n el que convi v n democracia. plurali ta ' y re­olmenes autocraticos de di verso perfil. I:>

El i jo reoionalismo se araeterizaba adem as por la exi. tencia de p rcep-cion comun d eguridad entre 'u miembros, as f como de prioridades en poHtica ex terior, no '610 en el caso de las organizac iones de seguri dad, sino incIuso en olIas d ambitos muy divers '. ' EI nue 0 por contra, a;rupa a E 'lados con muy di fer nte p rcepcion de la seguridad y de su insercion en el mundo, Taj s I ca ' , de la r laci' n enlr Europa Oc idental ' Europa del Este, China y Japan, 0 Mexico y ._tado,- Unidos, EI vi jo regi nalismo s aracterizaba par pon r n con tacto Estado . con ru­vele de renta qu ival Il t s, forma n de estrauficacion 0 ial muy imilares. Frent a ello el nuevo regionali mo agrupa a Estados con structura,' eco­n6mica: Y 'ocial . , ni eles d renta radicalmente d i~ r nte ', como en los ca os mencionados con anterioridad. EJ i.io regionali. m , caracr rizaba por u caract r cerrado, introv rtido y exc1uyente, fr nte aJ nu vo regionaJi 'rno ab i rto que p I'mit multiples re-lacion 5 interregionale ' , Tal ' el ca, de l acu rdo interregional entre la Uni n EUfopea y M rcosur 0 entre MercoSLlf y TLCAN 0 la exi , teneia de diferentes SUbgTupos regionales dentro del oro de Coopt;raci6n Asia-Paci­fico/APEC,

7) E1 viejo regionaJ i rno se caract rizaba por su caracter int rgubemamental, y por el mantenimiento como ambito ' estanc - del sistema politico interno, y

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l si t ma d coop raci6n regional. EJ nuevo regionalism , por el contrario. diJuye crecientemente e a frontera , d stacandose p r u impacto domestico. Ello ha dad lugar, a nuevas modelo. de reorganiza i6n pol lt ica, que con in­dependenci a de su grad de fonnalizaci6n jurfdica, e caract rizan por 1a in, titucionalizacion de 10 que pod mos Hamar gobernabilidad mult inivel. Ello pone de man ifi esto 10 que podemos lIamar las dos cara del nuevo re­gionali smo: es de 'ir, el vInculo ~truL'tural ntr I s proceso. de regionaliza­ei n intemaciona l y la revalorization d los nivel subestatales d gobiemo, EI vi jo regionali5mo pr , entaba un procc .:;o polftico de caract r cxclusi a-m nte intergub rnamental. Fr nte a -'1I( , el IIuevo r gionalismo 'e caracte­riza p run proce:o polftico mucho mas abt rto, que permite un' pru1icipa---f,

'lh ' 'i rLamcnte ciialar la cxccpci(ln de algunos orguni smos de cooperaci6n militaI,

U.E.D.I .. 1'0 , L ( I W8),

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ci6n mucho m~s activa, a traves de cauces formales e informales, de actores muy dispares tales como grupos empresariales, gobiernos subestatales. mo­vimientos sociales, partidos polfticos y sindicatos, etc.

9) En el viejo regionalismo los Estados participaban con igual grado de com­promiso, 0 par decirlo de otro modo, can igual ritrno en las estructuras de cooperaci6n regional. EI nuevo regionalismo se caracteriza, por contra, par la existencia de formas de geometrfa variable, que permiten identificar, atendiendo al diverso grado integraci6n funcional y sectorial, diferentes circulos concentricos, con diferente grado de compromiso.

10) En consonancia can el concepto cl~sico de seguridad, el viejo regionalismo operaba bajo un principia de diferenciaci6n sectorial, que se plasmaba en la existencia de organismos de cooperaci6n tecnica y socioecon6mica, junto a organismos especificos de cooperaci6n militar. EI nuevo regionalismo, ins­pirado en el nuevo concepto de seguridad presenta, por contra, un canicter muchos m~ integrado, sin una divisi6n tan estricta de los ~Jl1bitos de acci6n.

En definiliva, el regionalismo c1asico tuvo su fundamento en una cierta formu la­ci6n geopolftica que encontr6 su inspiraci6n en el viejo realismo polftico. Como di­versos autores han puesto de manifiesto. el realismo. con sus estrictas definiciones so­bre las posiciones posibles en un debate normativo sobre la polftica mundial, iba a tener una repercusi6n muy profunda en la teorfa y la pr~clica de las relaciones inter­nacionales, inspirando modelos de organizaci6n regional adecuados a las neeesidades geopolfticas de la superpotencias hegem6nicas '. Tales fundamentos se vieron refor­mulados en los anos setenta y ochenta, cuando la condiciones criticas de la eeonomfa internacional tras la crisis del petr6leo, impusieron un giro hacia 10 que se ha dado en lIamar la geoeconom[a, impulsada par la reformulaci6n del realismo c1asico en neo­rrealismo, como respuesta a los nuevos planteamientos te6ricos que subrayaban las consecuencias de la interdependencia compleja.

En la actualidad, sin embargo, asistimos a un nuevo giro, de car~cter mas radical. hacia 10 que podemos llamar la geosociedad. que supone, una mayor atenci6n a las di­mensiones sociales de la agenda internacional, asf como a las posibilidades de refor­mular la politica social en el contexto de erosi6n del papel del Estado como instancia clave de regulaci6n y gestion. Un giro, este ultimo, que constituye un desaffo insu­perable para aquellas concepciones te6ricas que como el neorrealismo, pretenden anal izar las transformaciones internacionales como mera reestructuraci6n de poder en­tre superpotencias que compiten entre sf. No en vano, tal es la Iimitaci6n fundamental de los anal isis neorrealistas 0 intergubernamentalistas de la transici6n al nuevo re­gionalismo ' .

1 Como in(roducc i6n a las implicaciones de las dimensiones nonnalivus de la Lcoria intcmllcional, viti. AGUIRRE. t , «-La leona tlonnativa de las relaciones intcmacionaJes, hoy», en AA.VV. Cursm' de DeredlO In· temaciollai de Viloria·G{UleiZ. 1995, Madrid. TecnOs/UPVIEHU. 1996. pp. 45·96.

K La transici6n al nuevo regionalismo ha dado lugar ha un animado deb'lte, qu~ a nuestro parccer 110 !o.ubruya su ficicntemcnlc las difercncias entre los diversos modelos. Vid. par ej., PETlTEV1LLE, F. «Les pro· cesslls d'ill1cgrmion rcgionale, vecteurs de structuration du sysl?ml?- inlcmalional?~, en EtlIde,~ IntematiO· nale.f, vol. 28. n." 3, 1997, pp. 5 11 ·533; MnTELMAN. J. H. «Rcthmkmg the "New Regional ism" in the Con· text ofGlobalizmion», en Global Governance, vol. 2.1996, pp. 189·2 13; HURRELL. A. 'l(Explaining lhe

R.e.D.I" vol. L(l99S), I

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La te01'fa de los regimenes intemac ional s se propone el estudio de las form as de regulacion existentes en Ia sociedad internacional, .'obre diferentes ambitos, can in­dependencia de su grado de formalizacion juridica 12 . De igual modo, la teo ria de los rec,fmenes se interesa por el estudio de las condiciones que explican el surgimiento y la transformaci6n en el tiempo de los di ersos regimenes inte rnacionales, asi como de 10 pri ncipios reglas, nonnas y procedimientos de toma de decisiones que Ie clan form a 13 .

Su utilizacion en el analisis del nuevo regionali smo nos permite superar la situa­cion de incommensurabilidad que se produce cuando ] proceso de integracion euro­peo se analiza sistematicamente desde las teorias de la integracion, mientras el modelo norteamericano 0 asiatico se estudia desde las teorias de la cooperaci68 intemacional y el multilateralismo. Tales metodologfas dificultan la visualizaci6n tanto de sus ras­gos comunes como de sus importantes diferencias 1-1 .

De este modo, sugerimos un acercamiento difereote al estudio del nuevo regio­nalismo, a traves de Ia identificaci6n de una tipologia de los reg(menes internaciona­Ies 15:

1) Reg fmenes intemacionales de tipo declararivo, cuando no cntraiian ninguna obligaci6n ni compromiso efectivo rna. aila de la suscripci6n de una clecla­racion. Su importancia no debe ser, en todo casa, despreciada, en la medida en que en ocasione 1a discusi6n de los terminos ck una declaraci6n conjun­ta resulta un proceso poiftico mlly complejo. A su vez, la creacion de un re­gimen declarativo constituye general mente el punto de partida para el esta­blecimiento de nu vos ambitos de regulaci6n internacional, tal y como 10 muestra, por ejempl0, la institucionali zacion progresiva de regimenes tales como el de la proteccion del medio ambiente, los derechos humanos, 0 m,ls recientemente, la proteccion de los derechos de las minorfas y los pueblos in­digenas.

2) Reg[menes internacionales de lipo promocional, cuando en un ambito deter­minado de la cooperacion internacionallo Estado ponen a disposici6n de ese regimen recursos humanos, operacionales 0 financieros que puedan con­tribuir a I. a promoc16n de las disposicjones recogidas en el regimen en cues-

12 Sobre el mulLilateral ismo, y las orO'aruzac iones y regfmcncs intemacionales con 'jderarado como ins­titllciones con independen ia u grado de fonnalizaci6n juridica, vid. KR ASNER . S.D. (Ed,), In ternational Re­gimes. fthaca, ComelJ Un iven;ity Press, 1983; RUUOIE, 1. G. (EeL), Multilatemlism Malters: The Theory (Ind Praxis of an Instilutional Form, Nueva ark. Colu mbia Uni ver ity P(e:'. , 1993. y Rrr rBERG ER, V (Ed.), Re-~ illl e Theory and In ternational Relations, Oxford, b rendon Press, 1993. _

1,\ omo introducci6n H la leona de los regimenes int.emacionales, cntre nO$otros vid. BARBE. E .. «Cooperacion y con niCIO en las relaciones inlemacionaies: la teona del regim n internacional», n Alers IJ/-rem a f'i oIlClls , n." 17, 1989, pp. 55-67 . .

I~ En c ta dircccion coincidimos con: B E.cKERlNGE, R .. «R asse jng Regime : The Tntemational RegI­me Aspects f the European Union» , en Journal of Common Markel Studies. vol. 35, 0." 2. pp. 1997.

I ~ NucslrCl lllsiSlencia en la pOrLunidad de analizar 10 ' regfmenc Lnternacionales t!n cuanLo al grado de regulaci6n decl ivo que imponen con indcpedencia de su diver a formaiiL.aci6n jurfdica, no implica en modo alguno que oj vjdcmos la impOrLancia del anMisis jllrf~ico cOI~ pa~ado del nuevo regionaiismo. A I re ,­pecto, vicl. MANGAS . A" Analisis ('ompamri l'o del derecho lIuegraclOi/lSla el/ lo UE, GRAN. MERCOSUR. Madrid. IRELA, 1995.

R. E. D.J.. I/O!. L (1998) . J

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L UEVO REGIO ALI 1 Y REESTR CT RA "16 D - L SISTEM M DIAL 67

ti6n. Generalmente tales contribucion s suelen establecerse con caracter vo­luntario, por 10 qu su institucionalizaci6n uele re 'ultar debi], en ]a medida en qu su funcionarn.j nto descansa en principio de di crecionalidad de 10 Estados, pero excepcionalment , tal es el a .. o de la 0 DE 0 la OSeE pue­den alcanzar un gran relieve. Re ,'[l17enes de aplicacic.5n e!ectiva, cuando e stabl c n incentivos para fa­voreeer el cumplimiento de los compromiso" sin recurrir a procedimiento de controJ jurisdiccional, bien en sentido po:--i tivo mediant diferent forma, de grali fi cacion por la ob ervancia de los acu rdos, 0 m diante diversos proc -dimjentos extrajurisdiccionales de control, qu incent.ivan el cumplimiento d los acuerdos . Los regimen s internacionales de aplic tcion efe tiv3 son parti­culan nente frecuentes en aquellos ambitos de cooperaci6n de tipo funcional, com la cooperacion en materia de transportes y tel comunicaciones, en los que los Estados se enfrentan a important s costo a 'ociado " al incumpli­miento de los acuerdos. Reg{menes de imposicion, cuando ~ es tabJece a di sposicion del regimen instrumento politico jurfdico.; , d control efectivo del grado de obser­vanc.ia de los compromiso adquiridos, dotados de capacidad de sanci6n efectjva. EI establecimi nto de tales procedimientos xige un grado impor­tante de institucionali zac i6n de los compromisos, as! omo de formali za­cion jurfdica d las obligaciones. No obstant , tal s d . an-olios institu ' iona­les se producen dentro de un marco intergubernamental, en 1 que no se pr duce transferencia fo rmal d , oberanfa, ni por 10 tanto supranacionalidad. Regfmenes de inte raci6n , que ntrafian , rna' aHa d I mero desaTTollo de mecanismos d control para el cumplimi nto de los acuerdo" I tablec i­miento de instancias supranacionales de decision y all toridad sup radoras d la mera cooper-aci6n int rguberna m ntai. Elem nto fundamental de los r gf­men . de integracion, en 'uanto af ~ta a la r e ' truc urac i6n del si tema po­lftieo, es el principio d soberan fa compartida, y su articulaci6n fu ncional y normativa, en diferent s niveles institucionales de gobierno y di ferent s ni­veles de repre entaci6n politica .

~e trata d una tipolog(a ideal que es precjso aplicar con f[ xibilidad, y que tiene ~a Vlltud de pennitirnos relativizar las dimen iones j llrfdico-formales de los regfmenes IIllernacional como punto de partida para el am11 i. i politol6gico, y clarificar el di ­Verso alcance politico y la extraodin aria variedad del regionalismo como fomla de co­Operaci6n in. titucionalizada . . , ~C6mo urge y c6mo se transforman los regimene internacional ? La ex plica­

~I~~ a rca d 1 porque urgiria un tipo u atro de regimen en un ambito tematico heo­~1,.tfJ.co, 0 temporal determinado, 0 el estudio de las pau t.as d transfom13cion hist6rica ~ c, thverso. regimen intemacionales, 'e stable e a pru1ir de la identificac i6n Ie tres

rand Imen iones , qu pueden r cibi r mayor 0 mellor nfa, i segun Io . ca ·os :

I) Dimen iones ('structurales: es decir lodos aquellos condicionantcs estructll­rale , ya sean con6mjco , ecol6gicos, in. titucionales, 0 j urfdicos , ntr

RE D.I .. \'f/ /. l . (1 99R). I

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68 FRANCISCO ALDECOA Lu zA RRAGA Y OE CORNAGO PRIETO

otros, que puedan contribuir a entender, por encima de los intereses 0 valores en presencia, Ia creacion y transformacion de los diferentes regimenes inter­nacionales. Tales condiciones pueden considerarse no obstante desde dos grandes perspectivas radicalmente diferentes. Por un Iado, desde la posicion neorrealista, centrad a en la soberania estatal y la disparidad de poder de los Estados, como reflejo de las transformaciones de 1a estructura geopolftica y geoeconomica de la sociedad intemacional caracterlsticas de las ultimas de­cadas . Por otro, desde la perspectiva que ofrece la teoria critica internacional, como ajustes polfticos e institucionales impuestos por la necesaria adaptacion a la transformacion contemponinea de la economfa poiftica mundial !6.

2) Dimensiones estrategicas 0 utilitaristas, es decir, aquellas que nos permiten la identificacion y clarificacion de los intereses publicos y privados en presencia, cuya interaccion, a traves de cauces formales e informaJes, en el proceso po­lftico, puede contribuir a entender la natura1eza del regimen en cuestion asf como su transformacion. Esa perspectiva entiende con canicter general el de­sarrollo de los regimenes y la cooperacion intemacional como opcion estra­tegica en situaciones de interdependencia compleja, y de fonna mas precisa, como la creacion institucional mfnima optima para la reducci6n de costos de transaccion, la gestion de las extemalidades, 0 la superacion de situaciones de economfa de escala 17.

3) Dimensiones normativas 0 de vaLores , 10 que exige identificar la presencia de dete011inados valores culturaJes , eticos 0 ideologicos, que puedan afectar al surgimiento y en su caso la transforrnacion de los regfmenes intemaciona­les 18 . En efecto, parece razonable sefialar que la existencia de ciertos valores compartidos , una misma tradicion cultural, 0 alguna otra forma de identidad colectiva, pueden favorecer la emergencia de la cooperacion regional, y ma­nifestarse en diferentes expresiones del regionalismo 19.

Teniendo presente ese marco teorico, para analizar la dinamica de transicion del viejo al nuevo regionalismo, procederemos a identificar esas tres grandes variables ex­plicativas, geoeralmente utilizadas en el amilisis del surgimiento y transfonnacion de los regfmenes internacionales. En primer lugar, aqueJla que sugiere que los recientes desarrollos institucionales responden no tanto a los caJculos de interes, 0 las percep­ciones de los actores involucrados en tales procesos como a las transformaciones es­tructurales de la sociedad internacional contemporanea. Analizaremos tambien los

16 Como introducci6n a las corrientes estruc(Uralistas en la teoria intemacionaL vid. HAGGARD, S .. «Structuralism and its critics: recent progress in intemational re lations theory», en ADLER, E. Y C RAWFORD. B. (Eds. ), Progress ill posnvar intemotional relations, Nueva York, Colum bia University Press , L991, pp. 403-437.

17 Vid. en esa linea: AXELROD, R., La evolucion de la cooperacifJJ7, Madrid. Alianza Universidad, j 992. 1M Como ej emplo de la institucionalizaci6n del nuevo regionali smo can arreg10 a valores, \lid. ARENAL,

C. DEL, Y N AJERA, A., Espana e Iberoamerica. De La Hispanidnd ala Comllnidad Iberoomeric(JIlQ de No­ciones. Madrid, CEDEAL, 1990.

19 Sabre el consenso en torno a valores en 1a trans formaci6n de los regfmencs internac io nales, vid. ADLER, E., «Cognitive Evolu lion: A Dynamic Approach for the Study o f International Relations and Their Progress)~ , en ADLER, E. , Y CKAWFORD. B . (Eds.), Prog ress in postwar internaTional relations, of}· cit. pp. 43-88.

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EL NUEVO REGIONAl..ISMO Y REESTRUcrURACI6N DEL SISTEMA MUNDIAL 69

OS en curso desde aquella perspectiva que contempla los recientes desarrollos ~es ionales del regionalismo como opci6n estrategica surgida de la negociaci6n en­iflSutU~res con diferentes rec:ursos e intereses en condiciones de interdependencia ue acleja. Adoptaremos por ultimo una tercera perspecliva atenta a las dimensiones comp ales del proceso, desde la que las tensiones sociales y polilicas caracterfsticas de cUlwr;.esarrolios revelarfan la institucionalizaci6n problematica de una nueva arqui­tales ra polftica que afecta a los valores de la sociedad 20.

teC~o obstante, pese a la oponunidad de explorar la imponancia relaliva de esas tres di ensiones, parece razonable otorgar una ciena primada a la variable estructural en :10 variable explicativa fundamental de la transici6n del viejo al nuevo regiona­~smo. Nos haU~mos, en el presente, ante una verdadera reestructuraci6n de .Ia eco-omfa politica mternaclOnal. Reestructuracl6n tan Imponanle como cualqUiera de

~as que marcaron historia en el pasado, que como aquellas se manifiesta, simultanea­mente, eo las esferas domestica e internacional. publica y privada, planteando retos so­ciales y polfticos de primer orden. Tal proceso de reestructuraci6n a menudo se pre­senta, tras haberse ensayado previamente la oponunidad de Olros conceptos que fueron desechados, como un proceso de g/obalizacion. Concepto que surgi6 primero como noci6n estralegica en el mundo de los negocios. pero que hoy por hoy ha sido aceptado de fonna casi generalizada como el que expresa con mayor c1aridad anali­tica, una nueva realidad que se caracterizaria. a grandes rasgos. por los siguienLes as­pectos ":

I) La globalizaci6n de los flujos de inversi6n y de los mercados financieros, di­nfunica favorecida por la inestabilidad internacional de los tipos de cambio tras la quiebra de Breuon Woods, y el desmantelanlienLo generaiizado de las barreras al movimienlo inlernacional de capitales"; pero tambien por el grado actual de desarrollo tecnol6gico, que facilita la realizaci6n instantanea de operaciones produclivas y de especulaci6n a escala mundial. Esta situa­ci6n dificulta el reconciliar los objetivos de polilica macroecon6mica de los gobiernos con las cambianles condiciones eSLructurales que ofrecen las re­laciones financieras internacionales".

2) Un grado de integraci6n funcional sin precedentes entre actividades apa­rentemente dispersas en la economfa mundial. Fen6meno posibilitado por el

Viti; Sobrt: la revalorizaci6n de las dimcnsiones cullurnles en el an~hsls de las reJacio~ Intemacionales. 11 O~IN1, L., La po/(tica illlemaciOlraJ ('n un mUlldo posmooemo. Buenos Aires. GEL. 1992.

lmlc . Clenamen.te no puede desconocerse que la paJabra 4(globailzacl6nlt exprcsu tunto un conceplo es· Ire fiCO ~ an~ftICO. como Ideol6gico. Adquiere asf especial Intcres In dlsuncl6n eSLablccida por Beck en­pecfo~1UlCl6n como proceso. Riobaiismo como ldeologia. y gJobalidad como condlci6n y cfecto. AI w..

u' ~ Be:;.K. V., ,Que es la gJobaJi:.acioll ? Barcelona, Paidos, 1998. pp. 127 Y ~S. Itma, ' Id. t eJ., STRANG£. S .• CiJS;II0 Capitalmn. Londrcs. Basil Blackwell. 1986; AU8ER. R. D .. TII~ If/ · banca/Olla MOII~ Game. Nucvu York. Basic Bool..s. 1987: MIKDASHI, Z .. La mOlldialisa/lOn d~s marches leRrOl::~ ~t;II("'ciers. Defls et promesses. Pans. Economica. 1990. y O' BRIEN. R .. Global Flllallcwllll-

uSn. e ~nd a/Geography, Londres. RIIAlPinter. 1992. de sus ob~"? ellmpacto de 13 movilidad de capitale."i en la autonomfa del Estado en 13 formulaci6n y logro a StruClU ~tIVOS de polfticu econ6mlca. \'icL ANDREWS. D, M .. «Capital mobility and stale autonomy: toward Pp. 193.~~18~eory of international monelary relationslt. en IflffrtllltiollClf Sflldie~' QIIClnerly, vol. 38. 1994.

RE.D.I" 'Vol. L(l998), /

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70 FRANCISCO ALDECOA LuzARRAGA Y NOE CORNAGO PRIETO

desarrollo extraordinario de las t cnologias de la infonnaci6n y de la co­municaci6n, que ha provocado la aparici6n de nuevas e. lrategias d admi­ni straci6n y organizaci6n de las corporaeiones mu ltinacionales, y cambios radica\es en la condiciones de competencia internacional 24

.

3) La ereciente tl exibilizaci6n de la p roducci6n industrial, i..mpuesta p Ol' las condiciones actuales de competeneia internaeional que exigen capacidad de innovaci6n y de adaptaci6n nipida a las condiciones del mercado y a la evo­luci6n de 1a demanda. Esta flexibilizaci6n, aunque no ha terminado con la era de producci6n en masa, se plasma en la transformaei6n de los procesos pro­duetivos y de organizaci6n del trabajo, asi como en procesos de deslocaliza­cion y relocalizaci6n, con importantes repereusiones soc iales y polfticas 25.

4) La gran expansi6n del comercio mundial pese a las tentaciones proteccio­nistas de Ja ultima decada. Expansi6n impulsada por la progresiva liberali­zaci6n del comereio mundial, a traves del GATT/OMC Y de diferentes acuerdos regionales , pero tambien por la expansi6n e internacionalizaci6n de los servicios 0 la espectacular irrupci6n del comereio intrafirma. En un contexto en el que las fronteras nacionales han perdido gran parte de su re­levancia como criterio de segm ntaci6n de los mercados y la produccion de bienes y servicios se dirige cada vez mas hacia el mercado mundial, aunque la diversidad y peculiaridades j uridicas y polfticas nacionales dificul tan eJ estableeimiento homogeneo de fmIDas de reguJacion adecuadas a la realidad actual del comereio internacional 26

.

5) La transformaei6n de los vinculos existentes entre las empresas multina­cionales y los Estados. Transformaclon que a muy grandes rasgos se carac­teriza por un creciente alejamienro de las empresas , tan indudable como con­trovertido, de sus vLnculos nacionales; el caracter cada vez mas esquivo al control del Estado de sus evoluciones ; la interpenetraci6n cada vez nuts estrecha de los negocios y las politicas publicas , el fango cuasidiplomatico con que se administran las relaciones de interdependencia que se establecen entre ambas instancias, y e1 incremento del numero y variedad de los inter­locutores publicos de las grandes empresas 27 .

6) La exclusion de amplias zonas del planeta de una reestructuracion de 1a cco­nOJnia mundial que aunque se desarrolla a escala planetaria, solo permitc In integraci6n selectiva de los que ofreeen las mejores condiciones competiti­vas . Esta situaci6n, que sumerge a una gran parte de la hmnanidad en la mas

24 Vid. Cox, H, C LEGG, l , Y lmJO-GILUES, G. (Eds.) , The Growfh of Global Busin ess, Londre , Rou­tledge, 1993.

2~ Vicl. p. cj ., DICKEN, P ., Global Shiff: The lnternmionalization of Economic Activity. Londres, Paul e lla pmall , 1997.

21> A I respecto. via ., KAH LER. M .. «Regimen omerciaJ y divcrsidad nacional», en America La tina/III -

te rlwcional, vo l. I. n.O I, 1993 . pp. 7-41 Y B ERMEJO, R. , «La rceslructuracion del s istema comercial inlc r­nacional tras la Ronda Uruguay: La OMC», en AA.VV., Cu r.l'rn de Derec/w lnrernacionat de Vitoria- Cas-teiz 1997, Madrid , TecnoslU PVIEHU. 1998, pp. 89-126.

"? Vid. O STRY, S., Covernmellfs and Corporations jJl a ShriJ/kino World, Nueva York, Council on Fo­reign Relations, 1990: STOPFORJ), J ., Y STRA1"\!GE, S ., Rival Stares Rival Firms: Competitiol1 /or World Mar­ket Shares, Ca mbridg . Can bridg . ni versity Press, 199 1: MoRA.l'\i, T. (Ed.), Govemmenf.\· Wid TransJ/{/­tional Corporations, Lond rcs. Routledge, 1993.

R.£' D. T. . 110 !. L( I CJ9, ) . I

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£L NUEVO REGIONALISMO Y REESTRUCTURACION DEL SISTEMA MUNDIAI 71

absoJula pobreza. mientras surgen novfsim~s pOlencia",. comercjalc~ e in­dustriales, no encaja sin embargo en los f5clles eMereotlpos sobre el desa­rrol.lo y el subde,arrollo del Tercer Mundo que acapararon el debate en las Ii It i mas decadas. La creeiente interdependencia de las economia~ nacionales, que limita el grado de aUlOnomia de hI politica macroecon6mica de los Estados y com­promete su eficacla. debldo a los efectos. no slempre deseables. sobre las econom]as nacionales de las politicas adoptada, en otros lugares. Esta rea­lidad, con importantes repercusiones domesticas, plantea dificultades muy importantes a los gobiernos. y explica los esfuerzos de coordinaci6n inter­nacional de las pOliticas macroecon6micas entre los paises industrializados, caracter(sticos de las ultimas decadas '".

8) La paulatina consolidaci6n de diversos regimenes e instituciones interna­cionales, como centros de decisi6n y autoridad politica de indiscutible y cre­dente relieve para la economia mundial. Instituciones como In OCDE. el FMJ y el Banco Mundial, 0 la nueva OMC. enLre otras, que por encima de su muy diverso grado de formalizaci6n y alcance juridico, pareeen constiluir, en los ullimos anos, en perjuicio de la autonomia del ESlado, y medianLe el establecimiento de diversos regimenes no s610 de caracter declarativo 0 promocional, sino Lambien de aplicaci6n efectiva e imposici6n. en la nueva instancia privilegiada de decisi6n. regulaci6n y mediaci6n de intereses de la

9)

10)

economfa mundial "'. La configuraci6n de grandes megabloques econ6micos a traves de diversos procesos de integraei6n regional, muy desiguale, en su grado de compro-miso, formalizaci6n juridica, y alcance politico. pero cuya imponancia estii fuera de toda duda. AI margen de sus diferencias entre si, estos procesos se caracterizan t frente a las iniciativas que rracasaron en el pasado. par res­ponder a situaciones preexistentes de integraci6n real de las economias que parLicipan en elias, y par la compleja arquitectura de relaciones econ6micas y pollticas, publicas y privadas, entre los p'U1icipantes, y entre estos y su en-torno, a que dan lugar 'O La Lransformaci6n. en delinitiva. de una economia politica internacional ba­sada fundamental mente en las relaciones entre Estados, y en los intercambio, comerciales entre empresas sometidas en los aspectos industriales. linaneie­ros, fiscales, mercantiles y laborales, a muy diferentes regulaciones de ca­rdcterestatal. en una nueva economia poliLica global. muy diferente de la an­terior, que plantea desafios econ6micos. politicos y soc iales de primer orden. y que impone. no sin importantes problemas de legitimaci6n. y sin haber de-

-~-(Ed~. ~/~tre In .nblln~:lntc hibliogmffa puhllcada en 1o .. ailo .. ochcnla rc .. uila de partlcul'lr Illlcrc~: RU(iGIL. J

... S ,. Ammonites oj III1C'rdepcndt!,u,t,. Nueva York. COIUlllbHl Uni\er.lty Prt!~ ... I YIn. diah\ilti;bre lQ dCfimcI6n de un OIvd \upranaclonal de mcthaci6n dc Inlere!-.C". viiI. C()LlMA~. W. ", La mono

Iq U~ C[ Ics groupes d'lIIlcrel: un rutur mccrtam», en Ewtl/!.\ Intl 'nllII/(lfwh'.\, vol. XXIV, 11)93. pp. 631-651 tr,l1cglUs JI,de las m~OIfe ... tllcl{)ne .. de CSIC procC\O ctlnsiM.e en In adopcl6n pur lu .. TllUlllll:lClunales tic I.!<;~ P .. TrulI',\ C rcglonahZ.ilCI6n, ffeme a lil globallt.ucl6n ClInlCleri:-.llca de I()~ ullmlo~ aii{)~, I'id. p. CJ., ROBSON.

IIlI110l/ui Corpor(lri"".llllIIl ReXl()tUli E("UlIOIlli<' 11Ill'}fratum. Londrc\. Roullcdgc. 1991.

IU: .. f)J. 1'11/1. f IWRI. I

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72 FRANCISCO ALDECOA LUzARRAGA Y NOE CORNAGO PRIETO

finido plenamente su relevo, la transformaci6n del papel domeslico e inter­nacional del Estado, como instancia privilegiada de regulaci6n y gesti6n.

Sin desconocer su utilidad como aproximaci6n, la caracterizaci6n en esos terminos del proceso de giobaJizaci6n ha de ser considerada. no obstante, criticamente, en la medida en que introduce simplificaciones y ornisiones que contribuyen a extender la mirologia de la globalizaci6n a despecho de rninimizar la diversa plasmaci6n que la­les procesos esta teniendo en diferentes ambitos regionales. Aunque resulta incues­tionable la importancia de la reestructuraci6n de la economia pOlitica global para la comprensi6n de las transformaciones del sistema mundial, nos parece necesario sub­rayar que tal reestructuraci6n ha ido acompafiada. a su vez, de importantes cambios politicos y sociales JI. En efecto, los aspectos que hemos mencionado suponen una erosi6n de la capacidad de control y gesti6n de las politicas publicas, y favorecen la penetraci6n de la sociedad civil de los Estados por diversos actores transaccionales, circunstancia que incrementa la complejidad del proceso politico, y favorece la emer­gencia de instituciones internacionales como nueva instancia priviJegiada de regula­ci6n, gesti6n y mediaci6n de intereses.

En otras palabras, queremos destacar que la configuraci6n de diversas institucio­nes internacionales como centros de decisi6n y autoridad politica de indiscutible re­lieve, viene sefialando, en el contexto de una economia globalizada la emergencia, en perjuicio de la autonomia del Estado, de una nueva forma de rcgulaci6n y gesti6n de la articulaci6n entre la economia, la politica y la sociedad, que se expresa en nuevas estrategias de acci6n de los actores pubLicos y privados del proceso politico. y en la re­fonnulaci6n de sus intereses.

En efecto, una vez alcanzado un elevado grado de liberalizaci6n arancelaria y des­regularizaci6n financiera global, uno de los rasgos mas caracterfsticos de las nego­ciaciones internacionalcs sobre la adrninistraci6n de la economia mundial, consiste en la inclusi6n en la agenda de instituciones como la OMC, la OCDE, los recientes tra­tados de libre comercio. y por supuesto, la Uni6n Europea. de diversas materias, tra­dicionalmcnte alejadas de la discusi6n sobre la regulaci6n internacional del comercio y la inversi6n, que ahora son reconsideradas en cuanto afectan a la competencia mundial ". Nos referimos, no s610 a los subsidios a la industria y los cn!ditos a la ex­portaci6n, sino tambien a cuestiones tales como la legislaci6n sobre aspectos filOsa­nitarios, medioambientales, 0 sociolaborales ". Esta cuesti6n, para muchos la verda­dera caja de Pandora de la liberalizaci6n del comercio mundial, constituye uno de las manifestaciones mas reveladoras sobre los problemas que plantea el impacto de las

" Sobre las transformaciones del sistema inlemaclonal con particular atenci6n a sus dimensiones po­Iflicas y sociales, y la neccsidad de adoptar nuevos cnfoques tc6ricos. vid. ARENAL. C. DEL .• ~EI nuevo ~s­cenario internadonul y In Icoria de las relaciones intemacionales>l-. en: AA. VV .• f/acia /II/ mu!\'o orden 111-lemaciollol y eumpeo. £sfudio.f ell IlOmeJ/{lje (/1 Profesor Don Manllel Ore? de Vel{uco. Mndrid. Tecnos, 1993. pp. 77-99.

J2 Vid. al respecto. ADELMAN. C. C .. Inlemational Regulation: New RIlles ill (/ Changillg World Order. San Francisco. ICS Press. 1988; PRESTON. L E .. Y WINDSOR. 0 .. Tile Rult's offlle Game ill/"~ Global Eco­nomy. l3osLOn. K1uwer. 1992.

~J Como introducci6n aJ problema que estamos esbozando. cfr .. OSTRY. 5 .. «The Domestic Domain: The New International Arena». en Tr{Utsn(1(iotwl Corpomfioll.f. n.O II. 1992. pp. 7-26; KAHLER. M .. «RI!­gimcn comcrciuJ y divcrsidad nacional •. Amlrica La/lila Infernociollal. vol. 1. n." I. 1993. pp. 7-41.

R.£'D.I" \-01, l. (1998). I

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EVO REGIONALJSMO Y REESTRU URA06 D L SIST MA M NDlAL 73

. . ones in.tcrnacionales sobre el sistema poHtico estalal. Baste mencionar la po-. sutuCl . . . , d 1 AdM l' . • 0 • . , 'uscitada por las importantes ImplicaCIOnes mternas e cuer 0 u tmaclO-Ie nlCa s ' . 4

J d lnver iones que e negocra en el seno de la OCDE. oal p~)r ultimo, y de acuerdo al esquema pr ,, ~nt.ado anterio.r:men.te, ~ebemos ,:<?n. ide-

" ismo los valor s. En efecto, el entendlfruento de las ImphcaclOne politIc as de f ar aslJn~ . I' I f' 1" d I ' , 1 s rocesOs de cambio estructura , aSl con:? a re ~rmu. ~c.lOn e os I~tereses, so.o tale . .Pre sentjdo, cuando e consideran tamblen sus dlmenslOnes normatlvas. Es decrf, a1~~~0 en que las respu t~s poifticas a ~sos desaffos han de tener presentes, en cad.a e ontexto, los valores extendldos ~n.la SOCl dad 35. S.on tales valores, los que e~ .definl­~ otoro-an leoj6midad a las decl Lones de los goblernos, reforzando su establhdad, y uva. C> C>. .

)0 que es mas importante, co~solidando d~ este mo~o, un .~odelo de ~OCI dad. ~s des-de esta perspectiva, que adqurere re~evancla, Ia con~lder~clOn de los dlferntes sl~temas de valores exi 'tente~ e~ los tres eJemplos de reglOnailsmo q~e va~os a conslderar, como variables exphcatLvas fundamentales para entender, su dlspandad 6

V LA REDEFINICI6N DE LAS RELACIONES ENTRE EL ESTADO, LA I . SOCIEDAD Y EL MERCADO EN EL NUEVO REGIONALISMO Y SU CRISTALlZACI6N EN TRES MODELOS

En la actualidad existe un gran debate teorico sobre el papel que deben jugar Es­tado, Socivdad y Mercado, en la reorganizacion iot rna e internacional del sistema mundial. Se tJata, no ob tante, de tres nociones ellyo significado no siempre resulta fa­cH precisar. Las nocione ' de Estado, soci dad y mercado tjenen en el momenta pr -sente un alcance y signi ficado di tinto del d us respectivas formulaciones chisic.:as. EI Estado no el de Bodino, el m rcado no es el de Smith, y la .. ociedad tampoco pa­rece lajaula de hieno que sugieren las interpretaciones cony ncionales de Weber. Sin embargo, interesa reten r e as nociones en la medida n que sus diversas fonnas d ar­ticulaci6n red proca se hallan en eI centro mi mo de la reestructuracion del ,. istema in­ternacional y la redefinicion del r gionali mo 37 .

f\demas, sa redefinicion sefGl la que nos pelmita vincular estructuralmente las dos m,anllestacione clasicas del regionalismo; sto es , I regionali.' mo entendido como fe­nOllleno sube. tatal y el regionali rno intemacional. Realidade . que hasta ahora se han eSludiado separadarnente como si no llivieran relacion e ·tructural entr r.

Ie tempo .' ()m~ mue lra de un enfoque in titucional para cl estudio del impacto intcmo de las condicione: COI1-

WIl/ R r,\~ d la economfa poiflica mundial , vid. A I • ., Y THRIFT'. ' . (Eels.). Globali:;,atioll .. Insri/urioll.\'. " eglOtlal D velopmelll ill Europe, Oxford, Oxford Uni · ersity Press, 1994 ,

C. J)l I ~)br . la e Xl. tencia de di[crentes sist mas de va) res dentro del mismo sisl ma mundial, vid. REN I\L. M: ' S~lfI Odu~CI6n ala. relacio/les int('rna~ionales, 3.'1 cd .• ~ad.rjd, Teeno., 1990, pp. 3~~-338.

hio ill\lit~c~ L~ lm~ortancla d los valore .. oclales para cI entendmllcnto de los procesos pohucos y el cam­Versily p ~naI9'9Vtd. VAN DElli, J. W. & , RBROUGII, E. (Ed.), The Impact vfVallies, Ox furd. Ox oro nj ·

• res:-\, L 5.

Cl1C~atB)~I.r~a ~ j b li graffa, por 10 demtis muy val iosa, que considL:ram,o ' no subraya sulicicntemente est a BAkkY jo~ XI-OR . B. The Global System: EcO/wlIlies, Politics, Culture, ondres. Polity Pre.ss . 1995; Qlld R(,lll'~ . L R . .r. , GJo,?alization and Interdepelldence ;n the Illlemotional Political Economy: Ref/wrie Bueno, 'l\ ~ °t dres Pmter. L995: BAYARDO. R .• Y LACARRlE . M., Globali?aci6n e idelltidad cultllral. ()~ rnrtl UI;\::' , . ICCU, 1997: BAYLIS J. & SM1TlI S. ( d.), The Globalizatio/l vf World Politic, O xford , R1cnncr. 1 9ge~Il Y Press, 1997 ; MrITELMAI • J. H " GJo/Jaliwtion: .riticlll Rej7ecliolls, Boulder, L ynne

R.E.D.!., 1'0/. L (l9t)8) . J

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74 FRAl'iCISC'O AIJ)EC(J\ LUZARRAGA Y NOh CORNAGO PRIETO

Ese vinculo e'lmctural. se mueSlra en la paulatina cristali laci6n de tre, modelos neLamente diferente, de organizaci6n capitalista. dentro delmismo si;lema mundial. En efecLO. en esc contexto que acabamo, de esbonr. los de;affos que plantea la re­eslruCLUraci6n del sbtema internacional eSHin siendo objelo de diferentes respuestas politicas adecuadas a 10; diversos contexlos regionales IN.

En funci6n del cnfasis diverso. y de la propia noci6n diferente. de Estado. socie­dad y mercado. caracterislica de cada modelo. cabe identiIicar como especial mente perfilados IreS grandes modelos. que a grandes rasgos po<lemos presentar como el mo­delo asiatico. norteamericano y europeo N A pesar de que a primera vista puede pa­rccer exccsivo. proponemos vincular. con car~cter preliminar. la noci6n de Estado como dominante en elmodelo asiatico. la de mcrcado en elmodelo noneamericano, y la de sociedad en el modelo europeo.

Ello no supone dcspreciar en modo alguno el alcance de los procesos de nueva re­gionalizaci6n en curso en Africa. America Latina. el mundo ambe. 0 en el espaeio pos­sovictico. Por e l contrario. 10 que qucremos sugerir es que esos tres model os anterior­mente mencionados cons tiLUyen los Ires modelos de referencia fundamental exislentes en el mundo, en elmomento de fonnular la eSlrategia del nuevo regionalismo para res­ponder a los desaffos sociales. econ6micos y politicos de la economia global ....

En e l contexto de una economia de mercado globalinda. las diferencias entre esos lres grandes model os ,e;;alado;, se situan en la forma en que abordan la venebraei6n entre la politica. la soc iedad y elmercado. asi como en el modo en que enfatizan en mayor 0 mcnor medida cada uno U OlrO de esos Lres aspectos, como principia inspi­rador de sus rcspuesta,". De este modo, como hip6lesis de partida queremos sugerir las siguiente caraclerizaci6n de tales modelo;:

I) EI modelo asiatico, caraclerizado por la adopci6n bajo eSlricto conlrol gu­bernamental de diferentes medidas dirigidas a favorecer In intcgraci6n y Ii­bewli7aci6n de sus economias. asumiendo que cl COSIO social de las mismas scria reabsorbido sin mayor impaclO sobre e l sistema politico. No obstante,

Ill. Vid. WALU.ct:.. W. (Ed.). 771t DpulInicj of ReJ.:iOlu" IIIIt-gration. Londrc~. PllHer. 1991. MO.D. J .• Y PA­NAGARIYA. A. Nell Dlnlllll/{'s if! Re~f(mll' IlIte.~ra1io", Cambridge. Cambridge Univcri llY Prc~~, 1993; AX­UNt:o W. A (ed.}. 11u· Poliliml £('{}/lfIIl/\,lIfRt'RionaJ Irr/e.f: ralioll. Londrc\. Pinier. 1994: CALVO ilORNERO. A .• ImfRmciotr, t'coruimiw.'· f"fgiOlw/umo: PrifldpClles an~('fdos nRiolllJ/n. Madrid. Centro de Esludios Ram6R Arccc~. I99-L Go\'tnll. A .. Y PAYNE.. A. (ed.). Regiolllllism lind World Onlu, Londrc~. Macmillan, 1996,

W EI proplo CA~TEI .LS l!n .. u lililmo lfahaJo ~ugiere lamblcn cl pcrfi lamienlo de C\O~ LrC .. modelos, Vu!­CASTU.LS. M .. UI Em de III {,,/l,mllle/tln: Ecollomia, fJo/iI;('lI r sociedud (llImlno) Madnd. AlianZJ Unl­\-er-;idad. 1998.

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~I Nuestro sugcrcncia .. nbre la exi"lencia de Lre .. grande" modelo~ de re'gulilcl6n capllali~IJ denlro del mi'ilHo ... i"lcmil tnundlal. en tOOlO J dlfcrcme .. modo .. de rcgulacion entre la cconomfa. la polilica y la ,,0-ciedad. ~ in!!pml en elcno modo en I'I!'> :.Iponaclones de la!'> lI am"d:l~ leoria!'> rc~1I1aClum"'la~. algunos con rc"poIN.lblljdadc~ pul(tica. .. cn l it~ lila" de la ~ocialdemocroc ia y cI cCO'lOCla li'llllu. Al rc~pccIU. I·id. AGlU;· rA. M . RigllltJIwlI t'I a/~~s /Ill wpiwli!itfle. Pari:" Calmann-Uvy. 1976: ul'ur£. A .. "{,ra.r(~1 et mir(fcl~J· pmh/hllt.''i tI'lIIdll.Hrwli.I(I{iUI/ d(//JJ It.' fl US mOlld,. Par' .... La Decouverte. 1985; !klYIIt. R .. 1..l1 (hlor;~ d,'/o reglilation: 1I11 t.' {II/a/vw' cntiqlll', Pari~ , La Decouverte. 1986: OMINAM~. C .. EI Tucl'l' Mill/do ell Itl crisi.f. Bucno~ Airel,. G.E.L .. 1987; RORU.\. A, c.. Fl't!lIch Iht!Ol'ies of rt'glllallOlI alld COllcept/UIIS of tht, i"fenlfl-1/011(/1 c/iI'i.\iOll ofLl.loolir. Londrcs. Macmillan. 1994 . ..

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EL NUEVO REGIONALISMO Y REESTRUCTURACION DEL SISTEMA MUNDIAI 75

uas una dec3da~ de crecimienlo acelerado. los efeclOs de la desrcgulaci6n on6ntica ha tenido importantes consecuencias socialcs que eSlan afectando

"';a propia estabi lidad del sistema politico, viendose abocada la clase polftica, a el contexto de centralizaci6n del poder polftico caracterf'tico de la regi6n. :~ despliegue de nuevas po!fticas de COnLrol social, 0 en su caso, a la reforma acelerada del sistema polItICO. como estrategla sobrevenJda de gesu6n de los desaflos que plantea a la estabilidad del sistema la generalizaci6n del ma-

lestar social. 2) La respuesta norteamericana, cenLrada fundamental mente en la liberalizaci6n

del comercio a traves del TLCAN, se caracteriza a grandes rasgos, por poner en el centro el mercado como objetivo central del proceso, reduciendo las eventuales ndapUlciones del sistema polftico y socia l a las estrictamente ne­cesarias para ellogro de los objetivos econ6micos . No obstante, las medidas adoptadas en el plano de la liberalizaci6n econ6mica han tenido un efecto ma­yor del previsto sobre el sistema polftico y social, incrementando las desi­gualdades sociales y territoriales. surgiendo de este modo la necesidad de es­tablecer a posteriori diferentes medidas, tal y como ocurri6 durante la crisis del peso, dirigidas a garantizar la estabilidad del sistema polftico frente a los excesos de la desregulaci6n promovida en los aiios ochenta.

3) Frente a ello, el modelo europeo de regionalismo caractcrizado por una for­mulaci6n origi nal mucho mas audaz y elaborada, producto de una reflexi6n sistematica sobre los desafros que plantea la necesaria rearticulaci6n a escala internacional de la relaci6n entre la economfa, la polflica y la sociedad. par­liendo de la priorizaci6n del modelo europeo de sociedad y considerando el mercado y el propio sistema polftico. como instrumentos para la reeslructu­raci6n del mismo. Elemento fundamental de la transfonnaci6n en curso, en CUanto afecta a la reestructuraci6n del sistema polftico. es el concepto de so­beranfa com partida, que a pesar de no haber conocido su pleno desarro llo to· davia, adquiere cana de naturaleza juridica, superadora del concepto ciasico del Estado en In mutaci6n de una Comunidad Europea de naturaleza funda­mental mente econ6mica en una Uni6n Europea de naturaleza politica. ani­culada, funcional y normativamente. en diferentes nivele. de gobicmo y de re­presentaci6n polftica y en la moneda uniea como expresi6n de un nuevo modelo de sociedad europea.

m' Si nos fijamos en los indic'ldores basieos. esto es, el crecimiento en 10 econ6-colCO, el empleo en 10 social, y I" estabilidad gubernamental en 10 politico, nos en-

ntramos que I d< d d I aspe . en a ~ca a c os noventa. Europa esta aparentemente en los tres alios etos en peores condiciones. Por ello, parad6jicamente. durante los ultimos IU~il a Partrr de la consideracilin de los indicadores ba.sicos convencionales de eva­embar n, el modelo europeo pareda en peor situaci6n que el desw, competidores. Sin las Ira gO; en el ~omento presente. cuando se empie!.a a maJ1Jfestar la magniwd de lOs nu Os ormaClones en curso. Europa parece en mejor pOSlci6n para enfrentaC\e a lOs de e~s desaffos que plantea la reestructuraci6n del sbtema mundial para encarar

S lOS de la primera mitad del pr6ximo siglo. toda vel que en su seno los pro-

RFIH, I'() / . t(/9<J8J. J

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76 FRANCISCO ALDECOA LUzARRAGA Y NOE CORNAGO PRIETO

blemas que planlea la insuticiencia del ESlado como fonna primordial de organiza_ ci6n polltica, estarian en vfas de superaci6n, en el marco de la Uni6n Europea.

De eSle modo, y en contra de las estimaciones que se realizaban hace Ian s610 unos anos, enlendemos que los desarrollos habidos en Europa, consliluyen, en la perspecti­va de las importantes implicaciones de la entrada en vigor del Euro, la expresi6n mas caraclerizada, de las respueslas regionales a los desaffos de la reestructuraci6n del sis­tema mundial. No obslanle, queda por resolver el impacto que la articulaci6n entre esos tres grandes model os, el europeo. el norteamericano y el asiatico, pueda tener sobre la reestructuraci6n del sistema polftico global, en particular, el sistema de Naciones Unidas, y mas concretamente las instituciones de Brelton Woods, asf como su efecto demostraci6n en otras regiones cuyos procesos de reestructuraci6n no se ball an tan de­finidos en la actualidad, pero cuya fonnulaci6n se inspira, adecuada a los diferentes contextos de partida, en la experiencia adquirida por los tres modelos de referencia mencionados. Tal es el motivo por el que crecientemente adquiere senti do el anaJisis comparativo del nuevo regionalismo, asf como la exploraci6n de los escenarios diver­sos de cooperaci6n y conflicto abienos por la interacci6n entre los mismos " .

v. LffiERALIZACION ECONOMICA Y CENTRALIZACION DEL PODER: LIMITACIONES SOCIOPOLiTICAS DEL MODELO ASIATICO DE RE­GIONALISMO DE BAJO PERFIL INSTITUCIONAL

En el momenta presente coexisten en Asia-Pacifico iniciativas muy dispares que incrementan la complejidad de su esquema de inlegraci6n regional. Dentro de sus ex­presiones formaJizadas cabe destacar eJ Acuerdo de Libre Comercio de Asia/AFJ'A , surgido del seno de la ASEAN, y que se presenta como avanzadi lla de la nueva era de liberalizaci6n comercial en la regi6n. Sin embargo, lal iniciativa ha de entenderse en relaci6n a la inlegraci6n econ6mica de facto promovida por Japon y China en las ul­limas decadas. EI efecto conjunlo de lales dinamicas ha acabado encontrando reco­nocimiemo en el lIamado Grupo Econ6mico del Asia OriemallEAEC, que incJuye precisamenle,junto a todos los miembros de la ASEAN a China y Jap6n. Por illtimo, el F6rum de Cooperaci6n Econ6mico Asia-Pacifico/APEC, agrupa a todos los ante­riores junlo a Australia, los paises del NAFTA, Chile, y mas recientemente Rusia y Vielnam. Surge de este modo la necesidad de enconlr'df una 16gica a esle complejo es­quema de cooperaci6n regional.

A diferencia de Europa, America Latina 0 Africa, la inmensa regi6n de Asia, no se ha caraclerizado hist6ricamente por lendencias integracionistas, ni en la prliclica po-

41 Como imroducci6n al analisis compamdo del nuevo regionalismo. y IliS mlcracelones posibles entre los diferemcs modclo!<i cn la line:t que qucremos sugerir. \'id. COLF.MAN, w. D. , Y UNDLRHlu.., G. R. D. (Ed.): Regiollalism and Global Economic Itllegrarion: EllIvpe, Ibialllld Ihe Americas Londres. ROUllcdge,1998. NISHIJIMA, 5 .• y SMITII, P. II. (Ed.), Cooperm;oll or Ri\'alry: RegiollaiiflleJ(rm;on ill rhe Americas and lilt' Pacific Rim. Boulder. Westview Press. 1996; Mao. J .• y PANAGARIYA. A .. New Dynamics ill Regional In­legnllioll. Cambridge. C ... mbridgc UniversilY Press. 1993. y SMn·H. P. H. (Ed.), The Challenge of Integra­fi(m: Europe lind the Americll.S. Londrcs. Transaction Books. 1993: HETfNE. B.; fNOTAI. A.; SUNKEL. o. (Eds.). CQmp<wing Regiolllllismes: implic(ltiollsJor global dtn't:i(Jpmelll, Londrcs, M:..cmillan, 1999.

H.ED.I., WJr. L (1998). I

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. el terreno de la elaboraci6n le6rica 0 doctrinal. En efeclo. la experiencia de . a 01 en . '6 I '6 Uoc . undll gran guerra mundial. e l doloroso proceso de descoiontzaci n en a regl n,

18 ",gistencia Y gravedad de diversos conOI.clOs regl?nales. y l ap~opl3 blpolandad, Is petSfi' II'do duranle decadas la emergencla de IIlIClaUVas amblclosas de organlza-h n dl ICU .. . . a re ·onal. Sin embargo, ha s ido ese contexlo preclsam~me e l que lIev6 a los go-

c~6n ~ la regi6n. sin dejar de afinnar su recelo a cualquler fonna de cesl6n de so­blern~s e~tatal a valorar la diplomacia multilaleral como una fonna especialmeme beran," , '6 . aI I '1" 6 U < . da para prom over la concenaci n region y a reconci laci n. na prdcuca que ~U?dO plasmando en la creaci6n de diversos foros de cooperaci6n. hasta definir el so a: ;0 de regionalismo de bajo perfil que puede observarse en la aClualidad. m ;odO ella contrasta, por otro lado. can el elevado grado de interdependencia que h alcanzado las economfas de la zona. Esta circunstanc ia adquiere especia l rele-ancia cuando se considera que dicho proceso de imegraci6n real ha lenido lugar en

::: s610 unas decadas, en un contexto polftico panicularmente complejo, no por efecto de una voluntad decidida de integraci6n a traves del fonalecimiento de las ins­tituciones de cooperaci6n regional , sino mas bien por efeclo de la iniciativa privada. a Ir3ve~ de la inlemac ionalizaci60 de la producci6n, la inversi6n, 0 13 extensi6n del ca­mercio. aunque can fuene respaldo gubernamenlal ". Un proceso que se ha desarro­lIado provocando imponantes desequilibrios SOCi31es y territoriales. en ausencia de todo marco formal de integraci6n econ6mica, tenninando por establecer una inmensa regi6n relativameme estruclumda. sobre cuya instilucionali7-'lci6n poIrlica se discule en la actualidad .....

Entre las explicaciones que se han ofrecido en los ultimos anos 31 nuevo regiona­lismo en Asia Pacifico las aproximaciones estructuralistas ocupan un lugar primordial . Desde posiciooes neorrealistas se sugiere que los ultimos desarrollos inMirucionales en el area obedecen sobre todo a la reestructuraci6n internacional surgida lra~ la disolu­ci6n de la Uni6n Sovietica, en un contexto de debililamiento de la hegemon fa de Es­lados Unidos, y de reincorporaci6n de Jap6n a la gran diplomacia ".

Desde eSH perspecliva, la tendencia hacia la institllcionali zaci6n del regionalismo en Asia Pacifico, imposibilitada durante decadas por la polflica de bloques. encontrarfa Cn la s iluaci6n actual las condiciones necesarias para SlI desarrollo efectivo 46. Con­diCiones que exigen ahora 13 necesaria adaptaci6n polftica entre la diplolllHcia japo­~~~ .. I? pujanza econ6mica de los nuevos pafses industrialilados, y la paulatinn pero f IUIUva IOCorporaci6n de China a la economfa de mercado. Tales desarrollos se ve­

r an adem~s incentivados en un contexto de creciente regionalizaci6n de In economfa

I:Oln~1 ~a~\ cl ~nleltlO en cl que h~1 de .!I ilUar\( lodo cn\3)od e InlcrprcUtCl(}n "ohrc mH:l al1 \"a~_ l il li:" 1ASl.:.A.\f) ;cnte l ona de hhrc comerclo en e l \Cno de la Asoclac l('1n de Nacionc .. dd Sudc'le A!.latKo ('OC:~Tac~ ~royecto de creaci6n a mccho plalO de una gmn lon3 dc iLbrc COmcrclO en I()\ dOmllll()S de 13 I[~I'.C). \Id. Econ6mlca A <; '3 Pacffico fAPf:.C). o,e.' akam;c de Ilulllildn Grupo Econ6nuc..'o del E .. IL' de A~lil \ rr,.flIIC(' (Jf J~ HERON. R.o Y PARK. S. O. (EtI .... ). Ille A \uUI pti(:rfic Rm'lIIuJ Gtol1ll li ;:lIIum - Emapm e. Go-

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.. SU\licnc (Jor Ordu, Londrc\. Macmillan. 19Y6. pp. 169·1()6 PUIIIU,:ill Econo 1 phtntenmlcnto: CRO~I ·, D., .. Docs IIcgcmony Mmt~r? The Rcorgnnl /.ntloll llllh(' Pilellie

my_, Cn World Pvlit;cl'. \lo\. 45. n 7. 199.\, pr . 501 :'\25.

IU /) I., 1·"/ f. {l9'»IJ. I

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78 ':RANCISCO ALDECOA LUZARRAGA Y NOF CURNAGO PRIETO

mundial. por III necesidlld de d<Ir re'puesta, desdc plameamicntos neomercmllilistas, al relO del merclIdo tinico europeo y al proceso de liberalizaci6n comercial en America del Norte.

EI planteamiento ncorrealista ofrece, de esta forma, un punto de partida razonable para la explicaci6n del actual dinarnismo institucional en A,ia Pacffico a partir de la consideraci6n de las tran,formaciones en la estructura de poder en 13 regi6n, y el des­pliegue de estrategias diplomaticas por innuenciar el proceso con arreglo II diversas formulaciones del interes nacional. Sin lugar a dudas tal perspectiva es titil para ana­li zar los esfuerLos de Jap6 n y Estados Unidos por erigirse en nuevos hegemones be­I/;gnos, pero abordll los desarrollos en curso en clave intergubernamental, ignorando que tales desarrollos se vienen produc iendo II partir de la integmci6n econ6mica de facto, promovida fund amental mente por el sector privado, a traves de la inversi6n, el comercio, y III internacionalizaci6n funcional de los procesos de producci6n". Puede afmnarse incluso que la resistencia de los Estados de la region a ceder formal mente soberanfa en cualquier proceso de organizaci6n internacional, contrasta con su so­metimiento a la erosi6n de hecho, por efecto del comercio, la cooperaci6n empresariaJ y la inversion, de su capacidad de regulaci6n y gesti6n. Aspectos fundamentales cuya consideracion desde la perspectiva neorrealista resulta compleja ".

Mas atentas a esos desarrollos, las perspectivas critic;Ls subrayan igualmcnte las di­mensiones estructurales de la redefinici6n del regionalismo en Asia Pacffico. enten­diendo los desarrollos en curso como aj ustes institucionales necesarios para el soste­nimiento del modo de regu lac i6n asiatico. de igual forma que los desarrollos habidos en la Union Europea, 0 el modelo de liberalizaci6n comercial norteamerica no. corres­ponderfan , respectivamente, a los diferentes modelos de capitalismo que es posible identificar dentro del mismo sistema capitalista mundial ". Ese modo de regulaci6n, so­metido hoy a transformaci6n acelerada, se ha distinguido por la fuerte intervenci6n del Estado en la economfa. posibilitada por la centralizaci6n del podcr caracteristica en la regi6n 50. y por el elevado grado de interpenetraci6n exbtcnte entre los intereses de di­versos sectores econ6rnicos, quc no intereses sociales. y la propia formulaci6n que rea­lizml las autoridades gubemarnentaJes del intercs nacional, favoreciendo la extensi6n de una ideologia desarrollista que asocia consumo con bienestar". Desde esta perspecti-

,('I Vid. 31 re .. pecto. YA"'-iAGIlt..\RA, T .• _La Zona Econ6mica A~ia·Pacifico_. en America LllIilla 'merna­clollal. vol. I. O_P I. 1993. pp. 59·83: PttI\lO BARGA. C. A .• Y BANNISTER, G .. «Enst A~ i an mvcsuncnt and Lnlde: prospects for gro\\,lOg reglonahlllljon in (he 1990s ... en TrOll.wariol/ol Corporatiolls. vol. 3. ~ . I. 1994. pp. 97-137; KIRKPM1UCK. c., «Regionilhsallon, Rcgionali!'ll1l and Ea.'1 Asian Economic Cooperation", en Tht' World I:.COIlf}/IIY.1'OI. 17. n." 2. 1994. pp. 191-202 .

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EL NUEVO REGIONALJSMO Y REE T RUCTURACI6N DEL SISTEMA MUNO(AL 79

va las tensiones sociales produeidas por tales proeesos de ajuste institueional se verfan resueltas, si no por eompleto, mas 0 menos sufieientemente, con la legitimaei6n que puedan ofrecer, sjrnultaneamente, los procesos de apertura poHtiea y el fortaleeimien­to, en su caso, de las institueiones democrMicas 52 . Los cambios polfticos habidos en la region en los ultimos arios, revelarfan de esta forma no tanto el camino firme hacia ]a de~mocraeia, como el ineierto resultado de la renegoeiaeion de 1a relaei6n entre las eli­tes polfticas y empresaria1es euyo objetjvo ultimo selia el de promover, cediendo solo 10 estrictamente necesario, las condiciones de estabilidad social necesarias para ga­rantjzar el proeeso de aeumulacion 53 .

Los procesos de integraci6n que estin desembocando en 1a configuraci6n en la re­gion Asia Pacifico de un espacio polftico re]ativamente estructurado presentan como caraterfstica fundamental el rechazo de toda pretension de formalizacion excesiva de 10$ compromisos de cooperaci6n que pudieran establecer marcos jurfdicos demasiado rfgidos al funcionamiento del mercado, asi como la adopcion de mecanismos de de­cisi6n que pudieran erosionar la soberania estataL Existe ademas 1a voluntad de eludir cua]quier connotaci6n supranacionalista incluso en sus expresiones estrietamente re­t01'icas , y el objetivo claro de no desarrollar burocracias administrativas que encarez­can el sostenimiento de los regrmenes de cooperacion . Tales aspectos contrastan con otms mode10s de regionalismo caracterizados por su e]evado grado de desarrollo ju­r(dico formal, y revelao , a su vez, la importancia en la cultura polftica asiatica de 10 que se ha dado en Hamar polftica informal 54.

S610 desde la consideracion de tales rasgos especfficos del regionalismo en Asia puede entenderse, por ejemplo, ellento desalTollo administrativo e institucio­nal conocido por 1a ASEAN, desde su creacion en 1967 como mera declaraci6n de voluntad de concertaci6n, a la decisi6n de crear en su sene Ulla zona de Iibre co­mercia en 1992 55, Lo mismo puede indicarse de 1a iniciativa de Cooperac ion Eco­n6mica Asia Pacffico1APEC 56

, que surgio en 1989 como foro consultivo para faci­litar la adopci6n de una posici6n comLin de 1a resoluci6n de ]a Ronda Uruguay, y paulatinamente, y sin gran des desarrollos administrativos ni jurfdicos, se ha trans-

"2 Sobrc el impacto ocia l del modeJo de acumulacion ru; iatico, y las diversas reacciones popu lares que despiena, vid. LELE, L. & T'ElTEY, W. (Eds.), A~·i{l , Who Pays for Growth ?: Women. Environmen/ and Po­pular Movemems, Jclershot , Ashgate, J 996.

5. \!id. las di scusione recogidas en: B EL.L, D. A.; B ROWN, D.; JAYASURIYAK, K.; Jo ES, D. M. (Eds.), To­wards lIIilberal Democracv ill Pacific A ·ia, Nueva York. St. M artin Pre, s, 1995 .

Vid. C HE .Ci T., Y W OMACK, B ., «General Reflections on Informal Politics in East Asia», en Asiall .survey, vol. 36. n.'i 3 1996, PI'. 320-337.

55 Vid. GUTtERRE7. B. TooL «La ASEAN ante el t: l11ergenle orden mundial: Reordcnamicnto regional y di , plom<lcia colectiva en el pacffi '0», en Estudios In lemarionate ., vol. X X V I, n.(· 10 1, J 993, pp. 57-73; Y TH MBTPlLL.AI, P. . «Continuity and Change in sean : The Politics of Regional Cooperation in South East Asia», n AXLI E, W. A. (ed.) , The Political ECOTluJI1)' of Regioll{ll Integration. Londrcs. pjnter. 1994. pr . 105- 135 .

S6 La Cooperacion Economicn A ia Pacffico (APEC) surgi6 en 1989, a pmpue ·la de Austral ia. y par­licipan en ella ademas. Jap6n, Singapur, Mala. in, Tailandia, indonesia, Filipinas. Brunei, ueva Zelanda. Estados Unido: , Canada, y dcsdc 1991. Chin<.1.. Hong Kong, Taiwan, COrcCl del Sur, aSI como Papua Nueva GUinea, Mex ico I Chile de. de 1994; y Vietnam y Ru ' ia desde 1998. Sobre su ' antecedentes. y su evolu­cI 6 n , lIid. H1GOOlT, R., «A.sia Pacific Economic Cooperation: Theoretical Opportunities and Practjca l C;on~ lraints», en Pac/Fc Rel'iew. vol. 7, n." 4. \994, pp. 103-11 l:l, Y CLARKE. 1.. «The APEC a ' a scmi-solu-1I.o.n» en Orbis, vol. 39. n." l, 1995, pp. 8 1-96; CORBET, H ., \<L'APEC race a de nouveaux choix '>, en Po­I II/que Er/'al1gere. vol. 6 1, n." 2, \996, pro 353-368.

R.E.D.!.. 1'01. L (}998). I

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80 FRANCISCO ALOECOA LU7.ARRAGA Y NO~ CORN AGO PRIETO

fonnado en foro de negociaci6n, con el objetivo anunciado para el ano 2020, del li­bre comercio en la regi6n.

AI respecto es interesante senalar el peculiar procedimiento de toma de decisiones en el seno de la APEC. Los Estados establecen primero tras discusi6n y por consenso un escenario de resuhado 6ptimo de la cooperaci6n: a continuaci6n cad a Estado ex­presa el grado y contenido de compromiso que est~ dispuesto a adoptar uniJateraJ_ mente en esa direcci6n. Finalmente, y de nuevo por consenso se establece un acuerdo colectivo 110 viliculallle que establece unas paUlas para impulsar la cooperaci6n entre los miembros de la asociaci6n. Se trata en definitiva de eludir tada fonna de SUpra­nacionalismo, y de que cada Estado retenga siempre la autonomia en el momento de la decisi6n " .

Los aspectos senalados han lIevado a nurnerosos especialistas a sugerir el institu­cionalismo neol.iberal como la aprox.imaci6n m~s adecuada al estudio del nuevo re­gionalismo de bajo perfil caracterfstico de Asia Pacifico 58 . Sin embargo. conviene sub­rayar que dado el grado de liberalizaci6n actual del comercio mundial. puede cues­tionarse la racionalidad econ6mica del establecimiento de nuevas zonas de libre co­mercio. En efecto. la necesidad de precisar las reglas de origen y las !istas de pro­ductos. supone una complicada operaci6n burocr6tica y aduanem. para un objetivo que en gran medida se halla cubierto con las propias disposiciones adoptadas en el marco de la Organizaci6n Mundial del Comercio/OMC >Y.

Desde el punto de vista de sus repercusiones extemas adquiere sentido la contro­versia existente en el seno de la APEC sobre la decisi6n de extender la liberalizaci6n comercial - prevista para el 20 I 0 en cuanto afecta a las economfas mas desarrolladas del area, y e\ 2020 para tod" la regi6n- a los Estados no miembros sobre la base ge­neral de la c1ausula de naci6n m~s favorccida , 0 sobre la base de acuerdos recfprocos de libre comercio. Si la primera opci6n parece incentivar el surgimiento defree riders. la segunda pudiera inlerprelarse como una innecesaria complicaci6n burocnitica, re­veladora de un proteccionismo cono'ario a los resultados de la Ronda de Uruguay.

Esa dificultad de interpretaci6n puede verse refomlulada si se considera, y se tra­ta de un aspecto que ha pasado en gran medida inadvertido, que en ninguno de los do­cumentos oficiales de APEC se seoala especfficameme cl objetivo de extender for­mal mente zonas de libre comercio en la regi6n, si no Ian s610 el objetivo gen<:rico de liberalizar e\ comercio de la regi6n. en el marco de libera!izaci6n general de la OMC, impulsada por la cooperaci6n intergubemamental y empre arial en la regi6n. £D todo caso. manteniendo una perspectiva racional ista. la reducci6n de costos de tran­sacci6n no parece la unica motivaci6n del extraadinario inter':s que ha despertado en los ultimos anos la inslitucionalizaci6n del nuevo regionalismo en Asia Pacifico. Al­gunos observadores han subrayado. por ejemplo, que el desarrollo del multiiateralis-

\1 Sabre In IIphcaci6n pn.1clica de lUI procedimienlo a diven;os u:.pt:ctos. i'id. In mfonnacloo recogida cJ1 el ::icrvidor orll':lUl APEC: hnp:llwww.upccsec.org.sg/.

-~- En csa !fnen: AOOARWAL, V. K .• «Building Inlemalionallnslilulions in Asia Pacific». en Asian S/lr' \'ey. vol. 33. n." 11, 1993. Y ~\IILER. M .. «Insti tuuon Building in the Ptlcific >f, en MACK. A .. Y RAVEN""~ 1. (Ed ... ). Pac ific Cooperalion: Buildillg Economic and Security Regimes ill ,he Asia p(I('ific k egiol/, op. ell.

'" AI resPCCIO. vid, Dnm:Jt. H .• «:La inlegraci6n del PacCfico, los bloquc.'l regionales y In Organizaci6n Mundia! del Comcrciolt. en Mm'o Sodedad, n,U 146. 1996. pp. 57·72.

R.E.D.I .. vol. L (1998), I

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EVO RI.lGIONALISMO Y REESTRUCTURACL6N DEL. SISTEMA MUNDIAL 81

EL NU· Lj .

. ~ e explica tambien en cuanto ofrece una oportunidad de reforzar 1a ca­,no en la regIOn s iaci6n vis a vis de los intereses regionales [rente a Japan, Estados pac.ida~ :~an~~~~n Eul'opea, ~~1 .y como se puso de manifiesto durante las negocia-

~nId~S ue Ilevaron a 1a creaclO~l ~e la OMC. . . ~ / / . clones q .' ~ del multilatenalismo permitlna ademas atenuar la hegemoma Ja-

La extenslOn , ~ ' h h 1 d "d 1 estadounjdense en la [eglOn favoreclda ,asta a ora por e pre ommlO. e ponesa ~ d:> ambos en su proyecci6n jnternaclOoal. En todo caso, la consohda-b'J terahsmo e . ' . 1 , . . ~ db'

~ ~a . royecto quedarfa en entredlcho SIll a partIclpaclOn e am OS, Y SID su CIon de.

ese 1re 1a forma en que los intereses que les enfrentan quedarfan reformu­

consenso ~~eno de la nueva estructura de cooperaci6n regional. Igualmente, queda lados e~ t manera en que habra de resol verse la tensi6n existente en el seno de p~E~1 :tre Canada, Estados Unidos, Mexico, y los palses de la ASEAN, habida A t ~e sus respectivos compromisos con eI Tratado de Libre Comercio de Ame­c.uend~l NorterrLCAN, Y el Acuerdo Asiatico de Libre ComerciolAFTA, No en rIca 1 '~ / b' d / d I'd

O en la articulati6n de esa re aClOn estan a Iertos to aVla to os os escenanos e

van, '/60 conflicto y de cooperaclOn ,

Por otro lado, desde una perspectiva atenta a sus repercusiones en la po Utica in-terna, la adopcion de ciertos compromisos multilaterales de liberalizaci6n comercial parece reforzar la 1egit~imidad de las polfti.~as restrictivas de. los gobiernos de la. regi,6n frente a las demandas mternas de proteccIOn y de gasto SOCIal. Tales compromisos In­

crementan ademas la credibilidad interna e internacional de los procesos de apertura econ6mica y polftica ante diversos grupos de interes, y refuerza el atractivo de las eco­nomias de la zona ante los grandes inversores internacionale Il l, Con todo, el elevado grado de especializacion de las economias de la zona, su cankter desiguaJ, la depen­dencia del sector exterior para el abastecimiento del consumo interno, y la necesidad de acceder a nuevos mcrcados, explicaria, por su parte, que los desarrollos institu­cion ales en curso propongan como objetivo a cor to y medio plazo 10 que se ha venido en llamar regionalismo abierto, es decir, un regionalismo concebido no como una for­taleza proteccionista, sino mas bien como punto de partida, en el marco establecido por la actual regulacion mundial del comercjo, para una integracion mas efectiva, y una mayor capacidad de negociaci6n, en la economfa polftica mandia1 62.

. ~a,be ~nal~zar. igua.lmente los desarrollos que venimos discutiendo como la paulatll1a lOstltuclOnaltzaci6n de una nueva comunidad politica en Asia Padfi­~~:~. Aunque tal~s aproximaciones han sido objeto de criticas 64, parece razonable

nalar que la eXJste . d' I 'd . . '''-" nCla e Clertos va ores compartl os, una mlsma tradicion cul---60 Vid. al res" , . '. , {>erariOIl lind R.PCC.~o las uI:'ersas contnbuclOnes recogldas en: NISHIJ IMA, S., Y SM ITH, P. H. (Eds ,),Coo-Press,1996 Iva i1y ? ReglOl1alln.regralioll in the Americas and The Pacific Rim, Boulder, W eslview

I I '

E Vid. RAV E"IHlI I J C . . , .. . . , . Im)p(;enne/J( '. ;-".,« ompetlllg logICS of regIonalism III rhe ASia-Pacific» . en Revue d [nte ratIOn

, ~~ :<\I rcsp~~:~I'~/ .. 0./ ~lIropean integ):alion,vol. XVIII, .11." 2-3, '199.5. pp. 179- 199. . . adcr,~hlp», en The ~d.)~l1A . A, 1. , «Asia PacIfic ~ Conomlc Cooperat IOn an d Challeng s for Political Le-

( Vic!. Co a.1 1Illgtot/ Quarterly. vol. 19, n." L 1996, p. 264, \'01 Xx . RDONNI CR r A' P 'fi ' . ,. . .1' d . , f. " V. n," 4 1994 ", ~< sle aCl que: une region po ltlque en uevent r» , en Efu es intemal lOna es, le a?», en l...evic;th • pp, 6)3-670, Y D NDRES, A. P .. «l.Hacia una nueva Comun.idad del Pad6co As ia-

14 \lid . •. {/1l. n,('f,7,1997,pp. 93_ 1tt. Vol 71 p. cJ .• MANNING R A SP 'r f P if] C · .. . . -. n." 6 1994 , -' I, . - ., y TEfu'll. . , \< be Myth 0 the ac C ommuruty», en Foreign AjJm rs ,

. . pp. 79-93 .

RED. I., )10 / , L (1998), J

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82 FRANCISCO ALDECOA LUZARRAGA oF: COR NAG O PRIETO

tural , o alguna otra forma de identidad colectiva, pu den favorecer la emergencia de la cooperacion regional. Una d las expres· ones mas caracterizada d esta aprOxi_ macion la encon trarnos en 1a bibliograffa dedicada a analizar la importancia de cier­tos valores as iaricos para entender, . ucesivamente, el exito econ6mico de Japon, el desarro llo acelerado de los nuevos pais s industrializados, y los logros de la tran_ sicion china al capilalismo. Sin embargo, tales trabajos, que han alcanzado gran di­fu sion en los ultimos anos, parecen desconocer la extraordinaria diversidad CUltural asiatica proponiencIo, en cambio, una generali zacion mistificadora del 11 amado et­hos confuciano 65.

La cLlestion de los valores pLlede abordarse por supuesto desde otras perspecti­vas. Asf, numerosos analistas se muestran de aCLlerdo en subrayar, por ejemplo, que durante los anos de guerra fria, y pese a las diferencias importantes entre sus miem­bros, eJ anticomunismo fLle el mas poderoso ag1utinador de la ASEAN. En la ac­tualidad, sin embargo, como muestra 1a propia participacion de Vietnam y China en las iniciativas en curso, tal ideologfa ha perdido gran parte de su poder movilizador, incJuso si sus perfiles pareclan reconocerse de algun modo en la exclusion de Rusia, hasta Ja sexta Cumbre celebrada eo Kuala Lumpur en 1998, del Fomm APEC 66. POf

10 demas puede afirmarse que iniciativas como la APEC diffcilmente puede lograr un grado de cohe~j6n elevado, cuando en ella participan Estados de tradiciones y problematicas tan dispares como Australia e Indonesia, China y Filipinas, Singapur y Estados Unidos. 0 Tailandia y Japon. Con todo, la diversidad de criterios, y los re­celos recfprocos, han impLlesto como metoda de trabajo el progreso a traves del con­senso en los medios y objetivos a corto y medio plazo, que ha acabado por extender una cierta confi anza en las elites de la region. Por ultimo, aunque ella suponga trans­fOfmar 1a discusi6n sobre cultura eo discusi6n sobre geocultura 67, es interesante sub­rayar que en los ultimos aDos se registra una notable competencia entre China, Japan y Estados Unidos, par afirmar su liderazgo en los procesos en marcha a partir de la puesta en acci6n de diversas estrategias de acci6n en el plano de Ja cultura, los va­lores y la identidad 68.

Sin renuociar aJ uso de la coercion, tal y como revela su host.igamiento a Tajwan, China ha emprendido una polftica generalizada de buena vccindad, con el objetivo de favorecer la concertaci6n regional y el fortalecimiento y normalizacion de su insercion en el nuevo contexte de Asia Pacffico 69 . Por su parte Japon, consciente de que su po-

6~ Vid. c mo inlroduc ion a esos nfoques: B ERGER, P. L. H I. 0 , H. H. (Eds.) In Search of tI lI Asiall Deve lopmellf Model, New Brun. wick, Tran. action Book. , 19 8. .

60 Vid. a1 re~'pecto: PI EYE. D .. «Russia's 1 ol,ati on in lhe Asia-Paciric Zone», en Economie lnfernat/l~­nale, nY 6, 1994, pp. 117- 1 ) 2. Y ZI EGLER, C. «Russia in the Asia Pacdi : A Major P w r or Minor Parl!­cira ll l?», en Asiall SlIrvey, vol. 34, n." 6, 19'14 pp. 533 Y ss .

(,7 Sobre la impOrLo'lncia de la hegcmonia cultural pm·a cxplicar el poder eSlfUctural desde las perspcc­tiva$ neorrealista y crftica, cfi·., fKEN13ERRY, J. G., Y KUPo-JA N, CIJ. , «Socialization ~U1d Heg monic pow~r". en /ntemarional O}~'SaJ1 ization. vol. 44 n." 2, 1990 y R PERT. M . E., «Pr dueing Hegemony: Sta t /SoClclY Relaliol1s and the Po litic of Productivity in the United Slates», en (Illenw fiolla l Studies Quarrerly vol. 34. 1990 .

6tI Sohre las eSLrateg i a.~ hacia la reg ion Asia Pacifi co d China, Jap n y ESlados Unidos. vid. Y AJl UDA. M ., The Internatiollal Po/ilics of the Asia Pac(ftc. 1945-1995, Londre ,Routledge, 1996, pp. 1 05-254.

69 Vid. HSrUNG. J. c., «China' . Omni-direcLional DipJOIll~ICY), en Asian Survey, vol. 35 , n." 6. 1995. pp. 573-586.

R. E. D.I. . vo l . L (1998). I

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em6nica en la regi6n no puede constroir:", Mllamente con la integraci6n fun­,ici6n hog oducci6n, la promocl6n del comerclo extenor 0 e l IIlcremento de la IIl­cional d;,la pr ta vencer los recelos ilist6ricos de su, vecino, con iniciativas de gran

'60 Inten . . . I' I ' did \c!f'1 .. b6r 0 como el ofreclmJenlO de reparaclone~ por a, VIO aClOnes e os e-,aJur "m '~; durante 13 segunda guerrd mundial , la ayuda or.cial al de,arrollo, 0 la re-:ho' h~6ma~ucativa y cultural ". Aspectos que sin duda favorecen la emergencia de

"' .... "lCl n . J p6 I '6 72 Cl ~ ~ os nmislOSOS haem a n eo a regt n . ...,nUmleot 'ane los paJses del sudeste asiatico luchan por ejercer el liderazgo en I.

por su ~i6n institucional de la regi6n, tal y como qued6 de manifiesto en 1990 en rransfor~~~ premier malasio de asociar en el lIamado Grupo Econ6mico del Asia 18 !de~AEC, a todos los miembros de I" ASEAN con Jap6n y China, exluyendo de One?t'au'va al reslO de los miembros de la APEC, y en panicular a Estados Unidos, In lOlCIt .

ustraha Y Canada; 0 en la creac l6n en 1992 de nuevo en cl sellO de In ASEAN, del ~cuerdo Asiatico de Libre Com~rclo/AFTA, como avanzadl ll a de la nueva era de 10-beraJi13ci6n comercial en la regl6n 7.1. Otra cosa es el d,scern,r " ese consenso pre­sume la emergencia de unos valores comunes con fuene II11plantacl6n SOCIal, 0 51 se Ulllll tan s610, como razonablemente podemos afimlar, de un proceso de convergencia de intere,es Y valores entre las elites econ6micas y polfticas de la regi6n". Una obervaci6n que no desconoce I" extensi6n en los ultimos aiios de una nueva cullUra popular asiatica, por estereotipada que resu lte, que comien/a a ser conocida en el mundo occidental " .

Ante tales disputas por el liderazgo en la regi6n no sorprende la reacci6n de Estados Unidos, a l anunciar con gran y caJcu lado desp licgue su interes en el ~rea, con argumentos tan diversos como la necesidad de su presencia como garante de la seguridad en 13 regi6n, 0 su compromiso finne con un nuevo espiritu, pode­mos decir, entre mercanti l y amistoso de cooperaci6n. No en vano, es imponante ~cc~rdar que la incorpOl1lci6n de Estados Unidos al ji5rulll APEC no se produjo por I",Ctauva de sus promotores asi:1t.icos, si no por cfecto de las gestiones realizadas por Bu hal conocer e l conrenido de una iniciativa que minimizaba su presencia en la regi6n ,.,

---pp. ~Jk~' I!'JH LINCOLN. E. J .• Japan's Nt'''' Glolxll Rnle. W:.hhington. The Brookmg~ In""!tullon. 1993. \101 3O,~. 9,)'1~.fll, D., «1Oc Death ()r Hegemony: Why p.JX NIPpoOlcJ' lo; IInpo\!olble_, en ASlall SlInn.

I \id 1I"l/If~ 1:t;J!; er· BOlSS

t EAU Du Rootat. S . .t.e Japon el )' A')lc du Sud-E.\t: un OOU\,C<lU partenanal .... en Po­

l p;._ ."",vO.57,n.'3,t992,pp.541_550 I ..... una 'tllloraci6n de ..... " , - . . i, \' ;" 1~lt 199() . ,. • pon ~w del dc. ... pheguc de lalc:l> e\lrJleglm" ",d. DKlFn:. R., lap<UI .\ furt!IJ.:1I Po-

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84 FRANCISCO ALOECOA LUZARRAGA Y NOECORNAGO PRIfT()

VI. LA lNSUFlCIENCIA DEL MODELO NORTEAMERICANO: EL RE.. GIONALISMO COMO NUEVA ESTRATEGlA DE RELACION DE UNA POTE CIA HEGEMON ICA EN DECLIVE

En el momento de analizar el modelo noneamericano del regionalismo es intere, sante subrayar que las iniciativas que acabaron institucionalizando la liberalizaci6n CO­

mercial entre Mexico, Canad6 y EE.UU. tuvieron ~u origen en 13 constmaci6n de lres imponantes elementos estructurales de panida 7'. En primer lugar. el elevado grado de integraci6n econ6mica de facIO existente entre las tres economfas mencionadas. En Se, gundo lugar los desaJ'fos polilicos que plantea tal integraci6n habida cuema de la ex, traordinaria heterogeneidad socioecon6mica y pOlftica de 13 regi6n, en general, y en panicular entre Mexico y Estados Unidos. Por ultimo. el desafio que supuso para la economfa noneamericana la consecuci6n del mercado interior europeo en 1993 y los temore. de 10 que so dio en lIamar la fonalez.1 europea. y la necesidad de dar respuesta a las estrategias japones.s de Iiderar la reconliguraci6n econ6mica de la inmensa re, gi6n de Asia Pacifico ".

A panir de la consideraci6n de tales aspectos estructurales, la opci6n de formali, zar esa integraci6n silenciosa plante6 desde el primer momento la dificu ltad de esta, blecer el nivel de desarrollo polflico-institucional 6pti mo. Es precisamente esa dis­cusi6n. y los diferentes intereses que enfrentaba, la que dotar6 de senlido a la gran controversia politica que suscit6 el acuerdo de libre comercio entre EE.UU., Mexico y Canad6. Una controversia que desde la perspectiva que nos interes. subrayar aquf se resolvi6 finalmente priorizando el mercado sobre la polftica y la sociedad. No obstante es preciso subrayar que el impulso liberal que tom6 forma en el Tralado de Libre Co­mercio de America del NoneffLCAN no fue producto simplemente de la adminis­traci6n Bush, caracterizada por la orientaci6n neoliberal de sus polfticas. 0 del go­bierno liberal de Mulroney. sino que tam bien encontr6 un imponante re'paldo en la nueva clase poiftica mexicana fOnllada en la onodoxia del neoliberalismo en las m6s pretigiosas universidades de la Ivy League. que consideraba necesaria 13 reforma del seclOr publico mexicano y su reorientaci6n hacia el mercado, y veia en el fona leci­miento de sus relaciones con sus vecinos del none, la oponunidad de reforzar la credibilidad de su proceso de democratizaci6n 79.

Cienamenle la negociaci6n result6 larga y muy controvenida "'. no faltando. par­ticularrnente en Mexico y Canada. las voces que subrayaban los riesgos polflicos y sO-

Vid. al re'ipttlo. ROl:.Tr. R . .-Why IntegrntlM Now? U.S. IntcrcMs und Purpo~s,.. en: S\tJ1'1t ,P. II. (ed.), The ClllIlltllRt' of /1Ift'gratto" , Eumpe llnd ,ht Amt'rkUJ. Nonh-Soulh Center. Universi ty of ~haJ1ll.

c .... Brun~wick. Trn"I;.ilClion Publi1;hers. 1993. pp. 93·114 _ . • " Sabre cI COf1 l c~tO de ncgociacH'm de l NAFfA. y Ius contro\c"ia<t poHlIC3!-. que dc.'pcn6. wd. AI

I)J'CO,\. E .• 1 lacia la fonnali/..tlcl6n de la "inlcgracl6n silcnciosa" de MeXICO en 10 .. E.I,';ldQ!, Umdos: cI Tm­L.ldo de Llbrc COntcfClu de Amtrica del None_, en: AA.VV .• Hacilllln 1IJ/t'I"O oroell IIIltmUrlOflOI t'1J(tJ'

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R ED.I . !'tA. /. ( /998J. /

Page 27: Aldeco, Francisco y Cornago, Noé. “El nuevo regionalismo y reestructuración del sistema mundial”

EL NUEVO REGIONA.LISMO Y REESTRUCTURACJON DEL SISTEMA MUNDlAL 85

e entrafiaba 1a eliminacion de las barreras comerciaJes en la region, No obs­dales qUtrato de un proceso politico considerablemente abierto, en el que participaron

te se tal · b' ; t.all . ' a muy activa no solo los representantes gubernamen es, smo tam len, a tra-de rnane:uces aeneralmente informales , los representantes de diversos grupos de in­'ItS ~~~rporati~os. para los. que eJ resultado de la negociacion ~enfa una gran impor­tere~ strategica. Mayor dlficultad de acceso a ese proceso tuvleron, no obstante, las tanC

.13 e sociaJes, tales como los sindicatos, los movimjentos ecologistas, 0 incluso las

fuerzas polfticas canadienses 0 mexicanas en la oposician. De este modo, puede se­~uerz~! que en la negociacian del Tratado de Libre Comercio de America del Norte, nalar~ecieron los intereses corporativos sobre los de la sociedad 81.

p(ev~as posiciones c~(ticas ca~adienses 0 la fuerte oposicjon ~e 1.os s~ctores progr~­. tas y uitranacionallstas meXlcanos no afectaron, de manera slgmficatlVa, al perfil li-

SIS f h d . 1 . 1 beral del aCllerdo. En e ecto, aunqlle muc as voces enllnClaron a ausenCla en as ne-ociaciones de asuntos tan fundarnentales como la migracion, la proteccion del medio

;mbiente 0 la cohesion territorial, ei acuerdo final , como anteriolmente en el acuerdo previo entre Canada y Estados Unidos de 1989, quedo limitado a los aspectos con­vencionales de cualquier acuerdo de liberalizacion comercial, si bien con algunos de­sarrollos institucionales cuyas consecuencias convJene an a Iizar 82 .

EI Tratado, que tras SU fi.rma en octubre de 1992, no entra en vigor hasta 1994, esta redactado en teaninos tecnicos senalando diversos objetivos caracterlsticos de cualquier acuerdo de liberalizacion comercial , junto con otros de cankter singular:

1)

2)

La eliminacion de las batTeras arancelarias y no arancelarias allibre comercio entre Mexico, Canada y Estados Unidos de un modo escalonado y durante un perfodo de transicion de quince afios, a partir de Iistas de productos y una de­tinicion muy estricta de las reglas de origen. Ello afecto especial mente al sec­tor textil, automotriz y agropecuario, as! como a diversos servicLos en el am­bito de los transportes y telecomunicaciones. La promocion de Ia competencia leal entre las empresas de Ja region apb­cando la clausula del trato nacional y la simpJificacion de los procedimientos aduaneros, asf como la liberalizacion de las inversione ', los servicios finan­deros, y la movilidad del capita]; y la proteccion de los derechos de la pro-

--~:~;~~ (~~~2!7I e Premise an.d [he Promise: Free Trade in rhe Amedccl.\', New Brunswick. Transaction Pu-les 1II1~jMe " : .R:\NDALL, S, J; (e el ) . No,:lh America Wirhoul Borders?: In tegrating Cm.wOO. t~e Unite~ Sra ­Relatioll.\" / :co, Calg~, mverslly ?t. Calgary Press, 1992; WEINT~UB . S. , A Marnage of COllvemellce : y WF~J FY ) tw.ee~l MexLco and the Ullited SlafeS, Oxford, Oxford UmversJlY Pre. ,' , 1990; W ILSO , M. G., rit"(ls V;. 'l~' S., The North American Free Trade Agreement: Spurring Pmsperity and Srability in rhe Ame-

KI' E <11' 11ngton, The Heritage Foundatjon , 1991. . . ~A • ,l1lrc las pers . , . d . C E . . . . ,v1cxico G " 'l! . pecllvas Cnlicas po emos menclOnar: ° CliELLO, A. I TLC: UII cal/ejon sm I'allda, 1!Jl)3, PP. ~r;,t 1)~ 1992, BOLIVAR, ., «T LAN. Ganadores y pcrdedorcs», Nueva SociedaJ, num. 126. Pp. 127-139' - t: ASTANEDA, J. G., «NAFTA y el futuro de Mexico», Polftica Exterior. num. 35,1993. 46, 1992 'P.' MI 3ALG~SlNI, G. , «NAFfA: EI megamcrcado del Yuk6n a Yucatan>, Pape/espara /0 Paz, num.

~, ,p. 1-147 -\ SObrc t'II'" . . " Y SIIARPL < c, Implicaciones cnlendidas en scntido ampl io, resulta d particular interes: Me- KIN EY, J. ~·(' t i\·e.\" B'I IS' M. R. (eds.), Implications of a Nonh American f,u Trade RegiOn. Multidisciplinarv Pers-

t'hIlT(': ' GI~(; or lliv~IsilY, Waco, Texas, 1992; y DELAL BAcR, M. & W EIN'I'RAUB, .' . (Eds .). The NAFfA pp lng With Uncol/ventiollo/ Issues, Boulder, Lynne Ricnner, 1994.

R.E.D.!. , vol. L (19<)R). I

Page 28: Aldeco, Francisco y Cornago, Noé. “El nuevo regionalismo y reestructuración del sistema mundial”

86 FRANCIS 0 ALDECOA I zARRI\GA Y NOE Of~ GO PRJETO

piedad int lectual. Tales bjetivos se v n compi tado ' con I objetivo gen '~ rico de promoci oar la cooperaci6n tri lateral, r gional y multiJateral, d con~ formidad con las d i posici 0 s del GATT!)] .

3) Mas original resulta. en r lae i6n a exp riencia. precedentes de Ijberalizaci6n comercial la in. titu iona li zaei6n par I Tralado de un si. tema de arreglo de controver.~ ias f! • En efecto , el TLCAN rea una. in ti tuc iones comune , res~

ponsables de 1a aplicaci6n de l Tratado y busca asegurar su admi nistracion conjunta, aSI como la prey n i6n y la s luci6n d la controversias que pue­dan ~urgir en la interpretaci6n del mi mo.

E. tas disposicione , yen particular el e tablecimiento de u n ' j tema institucio­nal de arreglo de contro ersias en la interpr taci6n del Tratado, tienen su an te eelente inm d iato en 1 s mecanismos previstos anteriormente en e l A u fdo d Libre Co­mercio ntre aoada y Estados Un idos B5 . Diversos ob ervador s han sugerido que en el contexto de aquella negociaci6n Canada vio en eJ estableci rnjento de un sis­tema d soluci6n d disputas la garantfa de qu el aClI erdo estaria ba. ado n I res­peto recfproco de las reglas d 1 juego convenidas, y no en la di:paridad de poder y capacidad de coacei6n. Sin embargo, el acuerdo finalmente e. tablece un i.·tema hfbrido com binado d elemento de cankter intergubernam ental que op ran por cons nso , a tray ~ . de una comisi6n creada u tal efecto, y de pr cedimi ntos arbi­trale: en el caso de la eon troversias privadas ~6 . No ob ·tan te, . trata de un proce­dimiento que no opera en modo alguno bajo un prin ipio de 'egurid d juridica comparable, pOl' ej mplo, al que esta lece el d r cho c munitario n 1 mar 0 de la Union Europea, tanto en razoo de su menor prec i i6n j urfdica, como p Ol' f cto de La au ene ia en el 'eno del TLC AN de una cort ' upranaclona1 c mparable al T ribunal de J u ~ ticia de Ja Uni6n Europea 87 .

E:a ituac i6n suscit6 un ~an d bate n Caoada y E t' tdos nido, por 10: feetos 'obre las com petencias sobr los estado y provine ias d los proe so recientes de li­beralizaci6n com reial en e l continente . Se ugeria que habida cuenta del impacto de 1a di posicion s del TLCAN obre 1 quilibrio constitueional d ambos paIse, la ra­tifica i6n de I s acuerdo hubiera podido ex igir una reforma c n. ti tucional l)~ .

Durant el proc 0 de ratificaeion la admini traci6n C li nton logr6 introducir al­guna mod ificaeione fe p eto al aeu rdo inicial en I ambito del mpleo y 1 me-

Xl Una dc. cripci6n dClallada del TL A puede enconlrar e en MORt-IRA, H. (Coord.). Eflfendiel1dO 1'1 TLe. Fondo d Cullum Economica. 1995.

t;.l Ibidem, pp. 196-215. . . . . , AI respecto, I'id. MILLER. M. , «El Hcucrdo de Jibre comercio entre Canaoa y 'lados UOIUOS: lev

cione~ para America Lalina» , /lIIegraci611 LarilloCimeric{///(/. num. J 53, 1990. M \lid. al respecto, WINHAM, G .. «EI valor de Lin mccanismo objctivo para la resolucion de di 'pul~ e~

un <teu n.lo de libre comcrcio: un punta de iSla canadicnse», en V~GAS. G. (comp. ). Me.x{(;o Will' ellrbll

romer-cio on America clel Norte . Mexico, Colcgio de Mexico. 1992. . '67 Una dcfen 'a muy pondcratla tic la superioridad del modeJo eu ropeo de arrcglo de conu' JV~rsias . Jrcll­

te 'Li moddo que estahlecc cI TL AN. pued\! 'ncontrarsc en: ME 'THAL, A . & WI rt- R. 1.. ,Dispute C l~~C­ment under the ol1h american Frcc rade Agrecment and Lhc TralY of mopcan nion», en Revue d ll l -I($grarioll eurupeelmeJ./ollrnal of Ellropean I llfegration. v I. 17. [\,° 2-3. 1994, pp. 135-266.

Vid. p. ej ., W Ell R. . , « orcign Trade grcemcnl. : ew Feu ral Partner>, en Pub/illS, v I. 2..l. 1994, pp. J 13- 133

R.E. D.I .. 1101, L (1 998), ,

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bl. N ~ VO R :!GIO ALISMO Y REESTRUCTURACION DEL J 'lEMA MU D I L 87

, iente, r ro no d de la perspectiva d pro.~lOv .r eJ de~arr.o Jlo de n~ jor ' . ni-dlOiunb, 'otecci6n social 0 eco16gJca para la region . smo, rna ' bien, para ImpedJf la vetes .de pI parativa para las empre. a i.nstalaclas en Mexico la pni.ctica del dumping \; CI1(iUa co~nJ O~('l· c.:O re ' pondiendo de este m do a 1a demanda. de los . indicato y d . -ial 0 eeO .~. , . sOt:. ·z'lcwoe.- ecologlsta de los . tados VOId s. I olganl "' - I d " d I .1 as or 10 demeL, cuando se cumpl n cuat~·o anos d ~ ntra a en vlgor ,acueruo .

. p . iel1tl111ente 1 amllisi celebratonos que eonslguen It gar a onciuslOne po­nO,tal~a~ ~re los efe l s del TL AN a partir de la discu ion de indieadores t':tl e. sitIva

s ~~ncremel1to total del comereio intrazona, incluyendo ' I comercio intrai ndu '­c~,nr},~ aumento de la produccion t tal,o la mejora de la relaci6n entre procluctividad tn~~iat:rios. Claro que ell e ,a de p cho de analizar . ~ .impacto ~esi~ua l . obre el m­YI y la cohesion social , el mer m nto de los deseqlll hbnos terntonales n toda N r­ie~~lt~riCa Y en cada uno de l~~ E:tados; los dif renles resultados que alToja para

lOS v otros el baJa.nce cornel Cla I , UI Ademas, nacla par e indicar que el d arro110 de . a ' in, titueion pueda llevar a la creaci6n en el futuro de un mercado unico, y mucho menos que pu da contribuir a mejorar la cohesion ociaI. En ef ct.o. la libre rno il~dad de trabajadore. r ~ l ta una perspectiva improbabl 0 la r laclOnes ntr MeXICO us podero os ve mos. EJ modelo norteamericano de li beralizacion comercial no establece m didd5, ni fi nan­cieras ni institllcionalc, de integraci6n positiva, gu faciliten la elevaeion de los ni veles de cohesion so ial 0 territorial al modo Je la integraci .,. n eur pea, sino ma bien [or­mas de integraci6n n gativa, que a:um n e] costo social de In integraci6n n t 'rrninos de estricta eficiencia econ6mica, en la confianza de que el si. tema polIt ico sera capaz de administrar el impacto sociaJ, a 'egurando la estabil idad YO .

Ciertament, xisten estimaciones que sugieren qu el ratado ha ser ido a diferentes obj tivos polfticos, en pmticular la reformulaci 'n de la hegemonia de 10. ' Estados Unidos, en el momento en que em pezaba a verse cuestionada, 0 la vincu lac~6n estruclural de Mexico al mundo d 'arrollado. Sin embargo, 1 Tratado n ha t~OIdo el efecto anunciado en I incremento del biene'tar, sin ma bien al contra­no, ,l1,i ha r c1ucido ios cos ta s asociados a la inteoracion silcilciosa de.'de la que se p~rtl.O , .t~le~ como las practieas de dumping social 0 ecologico, el problema de ill ­I~~lgl UCIOI1 " D. al, 0 e) crimen organizado, La cris is del peso . upuso ademas un de­semboLso xlraodinar ia por parte de los stados nido. hacia Mexico, cuyo unico

Vid. en e 'U lin I .... 'w I C - ' . M ;, i 'o F d' J ea ce "ralona: EINTRA B, ., L TL (,llmpl Ires CII/OS: Unlt/jorme de sus m'llJlCes: III in Ull 1<1 cr~ "~ l: Cultura Econ61!l~ca, I ??7. qui .11 con~lgu prcscmar ~lltrc 1o. acUvos dcl,TLC N lu ,gc ' , Y ( '.\RR , J. 81S 0;1 P~',o 0 dC, I<~ cnsl,::' pO,hltc~ m~XI(;illl~l. Mas choctlme ~I cabe rc.,:ulta lOdavlU: LYNCH . 1. D .. If l'1i(Jficm 1/ <l llbitc AdmlnlSlratlon IInplicauol1 01 Ihe orth amencan Free Trade Agr(;(;ll1cnt» . en In ­r nllClllo ~> ~'~I!UtI o..f Pl/blic Admini.\IIwiOIl, vol. 19. n." 9, 1906. pp , 1555- 1595 , quicnt:~, junto al mcjo­nH 1 'ndo I~ a", II~fra~ lruclur • . del capllla!. y la pmtnot.:ion de 13 IIlnovaci6n y la producLividad, y dcsco­ProlllO'i{ln I ~ 1[1 ltlad, dcstacan "'ntre los 'feclo:-- lit.: TLC 1<1 promoei()n del dcsLlITnllo hurnano, Ia ' IIma1. ( c), oerechos humano. y la calidad Illculoi.unblcmal, y la c'ilabili7.<lci6n ue In cconomfu re-

I [. , Inter ' ' '-Ult -... 1 l '11.!i.lad n ,enalar, que in Iuso Cltjut!llos trabaJo. qu analiz.11l dircclilll1cnlc la c.:on ergem:io (:nlrc It ll ' ;1 ~ 'ultu~~~':l~n .ana, en eI marco del TL A '. Orlan pOl' ccnlrarsc en III con ergcncia com~rcial, po­II " \ 1./, M '~llntn1l7and() la alenei n LlI pr hlema de la conv 'rgcllcia 1>ocial. Vic!, p. cj .. INClI.L1IAIH. R, : XXI , 19<) 2. '. Y VITI .:., ., o/lvelgellcia en NOfu'lIIllerica : (~(J/I ll' rcio. pn{(riclI y w/turo . Mexico. Slglo

R.l..D. I .. WI (1!JCJ8). J

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88 FRA CISCO LDE OA LUZf RRAG Y OE CORN GO PRI ~TO

resul tado fue apuntalar un 'istema financiero n cri sis t rminal, comprometiendo la soberania de Mexico, y sancionando una v ~ rna la hegemonfa de Estados Unidos en 1a region 91.

En Canada tampoco son frecu ntes las valoraciones optimist, . sobre el impacto de la liber81izaci ~ n com r .iat. Par un lado sugiere que el acuerdo lejos de asegurar su mod 10 social 10 ha pu 'to n cri sis. Aclemas, 1 Acuerdo ha exacerbado la sensacion de de igualdad ten-itorial entre las difer nte ' provincias poni ndo n crisis el propio modelo federal. En Estados Unidos, cliv rsos alltores han sugericlo, inclllso, que las implicaciones de los nue os acuerdos en dominios tan dispares como 10 ubsiclios a la inversion, las medidas fi tosanitarias 0 las normas medioambientales, limitan eJ ambito de actuacion de los gobi mos locales y statales, alterando el equilibrio cons­titucional, e imponiendo una ori ntacion ultraliberal n. Otros especialistas senalan que las rep [cusiones de estos acuerdos sobre el propio equlibrio federal son tan notables, que puede afirmarse que asi timos de Jacto a una verdadera mutacion constitucional, que hubiera requerido, razonablemente, su aprobaci6n no por el procedimiento de or­dinario de un tratado com rcia! sino con la. garantfas especiale que exige una re­forma de 1a Ley Fundamental 93,

Ad mas la puesta en marcha de la lib ral izaci6n comerciaJ ha exa rbado los problemas como la ecologfa, el narcotnifico 0 la inmigraci6n iJegaI, es decir, lejos de favore r la eguridad estructu ra l, el Tratado ha incrementado la in 'eguridad en Ameri.ca del Norte, l\16xico, pOl' ejemplo, se ha visto obJigado en los ultimos aoos a reconsiderar los efectos del 'TLCAN 'obre u seguridad nacional , toda vez que se ha ido con. tatando 1 de igu a1 impacto territorial d I proc 0 de libera lizaci6n co­mercial 9s.

En definitiva, la re.-pu ta norL americana a los d saffos e tructural s que enahi­bamos a1 principio se ha ba ado en la liberalizaci6n del comercio a traves del TLCAN, poniendo en el c ntro 1 m rcado como objetivo central del proceso. Aunque en su di­

no inic ial su impacto ociopoliti o e instituciona1 parecfa minimo, la realidad ha sido muy diferente. En f cto, las medidas adoptadas en el plano de la liberali zaci6n

9 1 S brc la . ra fce.s de tales manifeslacioncs, vid. R ICO. C. F. . «Crisis y recompo icion de la h gem()~la norteam ricana» . en Mr\IRA. L. (Ed.), i lIa lluem hegemollfa florteamerical/o?, Bueno:> Airc , GEL. 1985, Y R ICO. . E , «El d~bate m icano sobre acucrdo: de libre comercio, global izacion economica 'j op­cione ' de de:arrollo realmen le xi (COle ' » , en AA. VV .. Cursos ell' Derecho /nrernacional de Vitoria-Gm­telz 1992, Bilba(l, PY IEIlU, 199 ,pp. 355-37 .

'.J~ Vid. al reo pc'( , ORTl IROP. M . «The Urugua Round : A GATTastrophe». en Alternatives. 0 1. 18. 11,)93. pr. 171 -200.

~J Sabre el impacto del CU TA, T L y el GAIT. cn el fedcraJ ismo de E lados ni<.los , en 18 linea que e.-tamas esbozando, vid. SCHAEI."FER, M. Y S Gl-R , T.. ~<M u l lilal raj Trade Agr m n and U.S. SLaleS):. en Jouma{ of World Trade. vo l. 2() n." 12, 1992. pp. 48-50: KELMAR, P , «B inationa l Panels f!.he anad~­United tatc. r 'C Trade Agre · menl in Acti on: The constitutional challenge onti nues», en Geor W~w fling/Oil lotlmal vf llltenwrio//a/ Law & Economy, vol. 27,1993. pp. 173-20 , Y W EILER C . <Foreig1l 1ra-de grecrnents: A ew cderaI Partner». n Publius, vol. 24 , 1994, pp . 113- 133.

94 La rec ient crisis de l peso y sus efec(os en la front ra, incluyenclo la emigrac ion, ha puesto de ma­nitiesto una vez mas estc problema. vic/. p. t:j., MUNGAR.i\y, A., Y 0 bGUEDA, J. M. , «La nueva fron ler~ oor­t : entre la devaluacion y la 187», cn Comercio E;aerior, 01. 45. n.U 6, 1995, pp. 450-459 . Para una Inler­p r c lac i o n leori co. vid. ROCHL! . J., <~ Red efi n ing Mexi can "natio na l ~c cl1ri(y" durin g an ' fa of p sts vercignly», cn Allemalill s. vol. 20. n.n 3. 1995, pp, 369-402.

\15 Como inlroducci n, )lid. Po . . M. Y PERE lVlENoo- , S., <dntegracion econ6mica l10rtearneri ana y cambio regional en M exicu». en omercio Exterior, n." 2, 1995, pp. 131- J 39.

IU:.D.I.. vol. 1998 . J

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EL NUEVO

. han tenido un efecto mayor del previsto sobre el sistema polftico y social. .,con6mlC3 do las desigualdades sociales y territoriales dentro de cada Estado, y en inercl11enw2 Ese impaeto ha adquirido diferen tes manifestaciones, desde la crisis del tada la ~~ ~ de Canad~ y Estados Unidos, a la crisis integral del modelo mexicano modelod~, ~urgiel1do de este modo la n~cesi~ad de establecer a posteriori diferentes de E. Las tal y como ocurri6, con espec.al re lieve durante la cn s.s del peso, dlrlg.das med•da .' la eswbilidad del sistema polftico frente a los excesos de la desregu laci6n gar~nu1-ar . 1"6 . I a 6 ' a promovidos por la llbera .zae. n comerc," .

.,con nue

VII. EL PROCESO DE UNlFICACION EUROPEA COMO EXPERIF;NCIA SINGULAR: LA MUTACION INTEGRAL DEL SISTEMA POLITICO EN PERSPECTIVA ESTRUCTURACIONISTA

En el momento de subrayar los rasgos mas dcstacados del modelo eumpeo de in­legraci6n, frente al modelo asiatico 0 norteamericano resulta fundamental analizar los desarrollos habidos en la decada de los noventa, don de se produce el proceso de mutaci6n de una comunidad de Estados de nalUraleza fund amental mente econ6mica en una Uni6n de naturaleza polltica aunque ineipiente. Nuestro objetivo es por tanto, hacer una reflex i6n politol6gica sobre cl alcance y contenido de los cam bios habidos en los ult.imos anos desde la puesta en marcha de la nueva dinamica a partir del mercado interior96.

Desde una perspectiva estructuraciollisllI, esto es, subrayando tanto e l aleance de las transformaciones del sistema mundial sobre la consolidaei6n de la Uni6n Europea. como a su vez, la incidencia de esa consolidaci6n en la propia transfonnaci6n del pro­pio istema internacional, haremos una valoraci6n de conjunto sobre la 16gica y el a l­cance global de esa mutaci6n 'J

La construcci6n europea se fundamenta en la doctrina de la seguridad estructu­ral que tiene su inspiraci6n mas nftida en la deelarac i6n Schuman, del 9 de mayo de 1950, donde se seiiala que la puesta en marcha de la CECA no s610 haee impen­sable la guerra entre los Europeos, sino estructuralmente imposible, ya que a partir de 10 solidaridad de hecho que se desarrolla a traVes del modelo funcionalista de incor-

Ci6~ A~fcrimos aJ modelo europco. nos rcfcrimos en reahdad a Ires drculos conct!nLricos. La cornbina­bl~ en ( os eslOs elementos nos pennlle pensar en 1a posibilidad de un desarrollo a lres nive lcs campal.­PaIse., trc sr, aunqu~ desarrollados por nucleas difcrentcs. EI pnmcro el del grupo del curo, rannado por II segund~uci ser.1n qUlenes posean una M>lidaridad mayor entre elias. hecho que se rcflcjarn extcmamenlc. EI que cl S I S~ &rupo de los actuaJe.s 15 eslados miembros de 13 Un i6n y. cllcrcero. el gmpo de los 26. A pesur de 1>Olfucaema ~ COOpcrnci6n refor/Alda prevlslD en el Tmlado no establece 13 expresa habilimci6n en matcnn Vil1enle a extenor, creemos. que puede pcns.1I"SC en que se eslablecernn algunos metamsmos de cfeclo equi · de mangra ra desarrolJar esta solidaridad. Por otro lado, estos 11~ nudeas 1<.on abierto~ y pcmlcables entre si. darn PO(hinq~e podemos JX!nsar que si algunos de los EslDdos Imembro~ no ralifican cl Tmlado de Amster­&tes() ntpid 1Jlc.orpo~ en su caso en cl lerccr ntic1eo. Al lm ~ll1o uernpo que exi~le la posibilidad de un m­el Segundo 0, aproximadamenlc en unos CinCO ano~ de dos 0 lfes candidalos de los I I que se Incorporen en ImaRined C&ruPO. S.obre Ius hlp6lcslS de ru turo, vcase WAU...ACF. H .. «Pan European Integration: A Real or . f'I La ommu~Hy1». en Gm'emmetlf and OPPOSiTio/l, vol. 32. n." 2. Spring 1997. pp. 215-233.

flo"a' Re,::rpect,va estructuruciolUsta ha sido dcsarrollada por WENDT. A .• Social Th~orv and /lIIemtl­OrIS, Cambridge, ClIl1lhndgc Uni versllY Pre!;s. 1999.

R £,D.I .. IIO/. t (I998}. I

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90 FRA~CISCO ALDECOA LUZARRAGA Y NOE CORNAGO PRIETO

poracion de la libre circulaci6n de factores y politicas comunes. de forma progresiva. se consiglle el objetivo estrategico de consolidar la paz entre los europeos. De este modo. la puesta en marcha del mercado comun se conviene. desde el primer mo­mento. en un metodo de trabajo para la consecuci6n dc un objetivo politico. Es en CSte sentido que hay que en tender el mercado como instrumento y no como objetivo en si mismo'lll.

Un arranque equ ivalente tendni, decadas mas tarde, la propue>ta de Delors en 1985 sobre la creacion del mercado interior para 1992. En efecto. para hacer po_ sible el modelo europeo de sociedad se establece una estrategia econ6mica. funda_ mentada en el mercado interior y la competit.ividad exterior. pero que no acaba cn si misma, sino que e~ un instrumento para po~ i bi l itar trans formaciones Illas profun­das 9". Estas precisameme se desarrollan a traves del Tratado de Un i6n Europea que es un nuevo impulso politico en si mismo. en cuanto define la nalllraleza politica de la Union. y un impulso politico aplazado, que va a tener una formalizaci6n econ6-mica. los famosos criterios de convergencia. que hagan posible el Euro, y que a su vez. se conviertcn cn elementos federalizantes y federalizadores del proceso de construccion ellropea. es decir, expresiones de una mayor federalizaci6n y a su vez motores de la misma. Construcci6n que es cambio frente al proceso constitucional interno en los Estados miembros. que es conLinuidad. ya que, incluso las pocus modificaciones constitucionales intern.s habidas en este perfodo se deben precisa­mente a la necesidad de adaptarse a las tran,fonnaciones producidas en los Tratados constitutivos ](X).

La prcgunta relevante a fonnular es si I" reforma en 13 que estamos racilitara 0 fre­nan'i 13 consecucion del modelo de la Uni6n. A nuestro entender. a pesar de todas las imperfecciones y Iimitaciones que tenga el Tratado de Amsterdam. y las crfticas ju­rfdicas a su mcdiocridad. sus disposiciones serviran para acelerar el proccso de con­solidaci6n de la Uni6n avanzando en la consecuci6n del reto de acerear al ciudadano y de fortaJecer la politica exterior 101.

Nuestro argumento general es que el modelo de Uni6n al que vamos esta basica­menle planteado por el primer Parlamemo Europeo clegido por sufragio univer aI

'I!! Una fomlUi<lc16n cJ:isica de eMe cnfoque nos In orrece TRUYOL Y SERRA. A .. UI iml'grarion t!tlmptll: Idell v reaJiriad. M~ldnd. Tccnm •. 1972.

w Jacquc~ Oclor., dlfcrcncia bien enlre modele social y politic:! \ocial. Para cl. cl modele M>CiaJ se fun­damenla en IfC\ nociones: compcllli\lidad. coopcr'dci6n. sabre todo en ImcMIgJci6n y de~arrollo. y so l ~da­ridad en Ire rc£ione!<. ricao; y robrc~. Par ello enllcndc que cI modelo curopeo de .!.ocicdud es una comblor ci6n del mcrcado y de !lU\ Hmlles. de compromlsos negocHldo!. entre el capllal y el IrabaJo, 'j de a intervcncI6n del ~tndo 0 de la comunidad allf donde no hucc dircclamcntl! competcncia: educacl6n. In­\'csIlgacI6n y ordcnacI6n del tcmtorio. Al f'C3PCCtO. lid. ALDH.'OA. F .. .:EI guo social en el Tratndo de :A-.n1~ terdam y sus 1I1Ipllc:tCIOnC)) fUtUnl31t, en AA.VV., lAS '/U('I'lIS pn/(riclls de empleo ell III U£: Ulla WSISt) drst/r £u.\kadi. Vilona·Gasleiz. Cohlemo Vu .... co/Eu'\ko JauriarilL.:I, 1998. p. 197. .

II •• Vid . .:I1 rcSPCCIO, 1)1' HI ItRAMil·.It. Tit .. COIISliflJliollS IIlII;(Jl1ale.f et COII.Wrtt('fitm t'llroptJelllle. p~~. LODJ. 1995: RIOI::.AlI J. (dlr.)./L.\ tUIl.\ membres (~e I'Vnirm ellropeelllle: at/flllwl;lm.\, murariolls, 't;;S;' 11IIICf!.~. Paris. Llhrmnt! Gcncralc: de Droll CI de I .. Jun3pnldcn<..'C. 1997: ROMeT\cII , D. , 't W(:'sSELS. w. (. :. The Ellmpeull Vllltill wul IIIt!mbe,. Sra/~s: Toward.) j/I,HifltrirJlluJjll.IUIII :'. Munchc))lcr. Manchester Ul1lvcr

~il't Prcs~. 1996. .. , • lUI Vid. al respcc lo. MANGAS M ARTiN. A .... Los relOs de In UII16n Europea Mle la ConfercncllI Inler

gubcmumcnwi de 1,),)6». en LINDE PANIAUUA. E. (Oir.). Los rt!lOs de 10 Vlli6n Europe" atlfe I'J ~iglo ,\ XI. M:tdnd, UN ED-Bunco del Cornercio. 1997. pp. 15·31.

RED.I., vol. L (1998). }

Page 33: Aldeco, Francisco y Cornago, Noé. “El nuevo regionalismo y reestructuración del sistema mundial”

1:1. '>J UEVO REG] ALlSMO Y R E, RU TURACI N D - L SI TEMA MUNDJ AL 91

,' , llllente a trove ' del Proyeeto de Tratado de ni6n ur p a, tambien 79 cspecld 'd" 11 19 .' Pray eto Spinell i de 1984, que no nt.ra en vigor lrectamente smo a

~ol1oci~O C(~1~10 I ) el conJ'un to d 1 proce a 102. EI primer plazo es I de la ntrada n vi­~ nspll dO( { , . I 1 ' d I P

lalOS. I ' , l'J . "l en 19 7, qu tendra un efecto aplazac 0 esto ~ , a consecUCJ n I Acta 11K ;: d 1 ·U . ~ 1 1"

tlOf de . " r (Jara 1993 ' 1 segundo plazo, el Tratado e a UlOO on a exp lCi -... do JOtt:r1O ' . 3 d ~ 1 f' I d J1le~ca la naturaleza P Uti 'a, en VIgor des de 199 , y que t 0 ra e 'to ap aza 0

tacl6n de d 'l',<:a p'ua 1999' la tereera fase es la del Tra. tado de Am t [dam, arac-me i.1 U I" " . de la I1lt "I (Jjro sociaJ qu impn me, y qu 19ualm nte tendra un efeeto apJazado n leril.ad~ por. ': lOen UIlI)lazo d cinco ailos de 1a reduccion a la mi tad del d s mpJeo n I dislmnuClOl t 'f C" bl a . 'on Europea, Quedan aun una CU'3.fta y qUinta as , que , .e tuaran po. J e-la 0 01 '1 declo!' del 2002 y del 2 08, re pectivamente con 10 cual se perfeccionan'i 1 rnente a re , d I' . E I' . . . rnodelo politico de la Ufli6n a tr~ve~ e e} ste Pi roc 0d~o .JhCO. dn e Pdr.'fimer ~~so .se tle-

e-olver h r forma in tl LUcJOna . y e proce 1m] nto e rno 1 lcaClOn, IOcor-ne que r s " . .

rando la doble legitimidad - parlamentana. e. l?tergubemam~nta~- ~ara que n Ia ~ . nte Conferencia se. abord de forma d fmltlva la profundlzaclon, Lncorporando slgUie . , E d" · . '1' j ' . dI E d ' la participaclOn del Pariamento uropeo en con IClones SInl] ar c a .as e os . ta os miembros 10., .

Estas fases estan unida por un (neulo stru lura! Ia resoluci6n de los cinco pro­blemas en los que se fundamenta el modelo de la Union di 'enado por el prime Par­lamento Europeo elegido pOl' sufragio universal . En el Tratado de rnsterdam:e da otro pequeno gran paso en cada una de e ta direccione . E te incul s manifi sta en cada uno de los elemento que anaJjzamos de forma muy c ucinta a c ntiouaci6n , y que constituyen los principal s problemas ,·tructurales. a! s gu t: se pretendc dar re.­puesla 1114 .

I) Democracia: las primeras mejora. en el si tema de cooperaeion aparecen en el Acta lJnien, en Maa ' ri ht e abordara con profundidad en Arnst rdam se da un doble progre n. En materia d dereehos humanos (art. ) se ta­b.leee lin sistema de proteec i6n y garantfas jurisdicionate. (art. L) , estable­clendo un si tema d saneiones n caso de violacion grave y persistente de los clere ho humanos pOl' part de un tado miembro, anadi .ndo adenl'ls una cJciusu la contra todo tipo de di criminacion (art . 6A) y una declarac i n <lllexa sobre la aboli ion de la pena de muerte. Pa r otro lado, se refu "'rza el papd de p " rlam nt al de apar cer el si ' lema de coopera ion n favor de l

---Ill, AI re X:cl ' ~ . . ..

Igln,' ' 1. I~H5'o\ wd. AWE OA •. ; La UI/UJI/ £lIropea y lu re/omw de fa Comullulad Ellmpea, Madrid. to, algo lll'i qu, ' f LDECOA. F. , «EI proyccto cle Tralado sabre la Uni6n Europen algo mas que un proyec­III !J . • 1-.. , La rl.'t trata~ >~ en ua~emo de Cienda Politica ~ ocio~()g[lI. 01. 17.1985. pr. 51-.64; L­\ 1l()~·III · (j!l \f('i-, I ~~a d~ l~l omumdad. problemii.' y perspCclJvas», U"S(),~ de Derecilo lntenwcuJIlaf de I Sohreiu ),. LelOa. PV/ H .19H7. pp. 16R-216. ( 1111'1, I' id. P J)~: l!), ldad d 'up rar las cont' rencias interglJbemarncnta\c~ en 10 ' proccliimientos de re­

~ nt·c ..... l:'n Wr. 1 ,J .. « rom 10. cd doors In uropean dcnlOcrm:y: beyond the intergu t:rnmt:ntal confe­'rmillfl . I.lIndr ,I./\ ~L. M. (-d.), The Eumpellll lIioll beyond Ams(eH/ulI/: New COl/cep t ,I' (!f European /11-

r . L~. cincol:· (JUtledge. 1998. pp. 47-00, " "1.hth': l1l:i FN~!l ~,! , que a cOnlinuaci6n ~eiialamos rueron id ' J1lilicadm por primt:w ve7 en: AI DECOA ,

pp ; on l ni(i,~ hul~'ICla Democracia. ondil.:ioncs estru luralc.., para la mutat.;i6n J' 1:.1 COlllunidad Eu-'" · lL~ . l opea para la onfiguraclon del Espacin Politico Europeo»., 'iwe/1/o. n." 11 4-1 15. 19lJ3.

H,E D,I .. mI. L (1998). I

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FRANCTSCO ALDECQA L UZARRAG Y NOE CORNAGO PRJ TO

de codec isi6n, ademas mejorado a traves de La supresi6n de la tercera lee, tura 105 .

Efic iencia: Es por donde comienza e] conjunto del proceso de reforma con, templado en el fam?so Libro Blanco y el Iofornlc del Coste de ia N o EUro, pa J06 . Con el Acta Unica se establecr el mercado interior y con el Tratado de Maastricht la U oi6n Econ6mica y Ivionetaria. Los avances sustantivos tras la incorporaci6n de estrictas condiciones para la convergencia econ6mica en Maastricht, no aparecen en el Tratado de Amsterdam propiamente dicho aunque son fruto del mismo Consejo, como consecuencia del Pacto de Esta~ bilidad, dando continuidad con ella a las exigencias de convergencia para la fase posterior a 1999. De esta fonna se consolida el Euro como instrumento que permite una mayor competitividad intemacional, precisamente ]a mejor expresi6n de la eficiencia. Eficacia: Desde el plimer avance relevante hacia la mayorfa cualificada con el Acta Unica y la codecisi6n en Maastricht Jlegamos a Amsterdam que sim­plifica y mejora los sistemas de toma de decisiones de fonna sustantiva sobre todo en los pilares primero y tercero -gran parte del cual se comunitarizani en cinco aiios a partir de ]a entrada en vigor del Tratado-. Ademas se esta­blece un sistema para los Estados que quieran seguir avanzando a traves de la denominada cooperaci6n reforzada, de dudosa utilidad . Es importante el cambio de percepci6n sobre 1a mayorfa cuahficada aunque no se resuelvan de forma definitiva los supuestos de unanimidad. Solidaridad: En el AUE se inicia con ]a cohesion, sfmbolo de 1a solidaridad entre regiones, con la polftica social e, incJuso con la poJitica de medio am· biente, pri.mera expresi6n de soJidaridad entre generaciones. En Maastricht, se desarrolla todo ella y se incorpora la solidaridad entre los Estados a tra­yeS del Fondo de Cohesi6n. En Amsterdam se avanza mediante un conjun­to de mecanismos especia]mente relacionados con la polftica social yean el empleo, que conlleva el denominado giro social, implicando ]a incorpora­ci6n del anterior Protocolo social a catorce en el cuerpo del Tratado ademas de otras medidas . Presencia en eL mundo: Se pasa de ]a cooperaci6n polfticaJCP fonnalizada en eJ Acta Unica a la Politica Exterior Comun/PEC. La CP del Acta Unica era declarativa, reactiva y de comportamiento y no de resultado. Con una s~pa' raci6n entre el ambito comunitario y la CP en ]a que s6lo habfa una obhga" ci6njuridica de consulta en ambitos de interes comun salvo 1a seguridad. LaS decisiones se tomaban por consenso. En el TUE se da un saIto cualitativo en esta matetia a] denominar PEC frente a cooperacion polftica. al ser proactiva,

· 105 Vid. VIClANO P ASTOR, R. , «E.I futuro de la Union E~ropea: Lpe:ficit demOCrlllico a deficit co~st~~: clonal?)), en LINDE PA NIAGUA, E. (Dlf.), Los relos qe ta l!~161! ... op. CU .. pp. 33-56 ; ."YEILER, 1. H. ~ .. ~u1Y Tt:: RN, U.; MAYER , '., «European Democracy anc11ts Cntlque ) West European Poilucs, vol. 18, o .. 3, Ell' 1997, pp . 4-39: aSI como las contribuciones recogidas en: TEL6 , M. (ED.), Democrarie ef crJnslrUCfl0'K. Iv ropeerll1e, Bruselas, Editions de Ja Universite de Bruxelles, 1995, y A NDERSEN, S. S., y ELIASSEN, . (Eds.), The European Union: How Democrafic Is II ? Lo.ndres, ~AGE, 1996. . ." . j(tJ

10(, Vid. CE~CHINr , p., Europa /992. una ap~./~~ta dejuluro : u~(orme del proyeClo de ~nl'esl.lgaClO" 88. cos/.e de la no Europa» pa/.roCLl1ada por 10 ComlSloJl de las ComuJlldades Europeas, Madnd, AJlanza, (9

R.E. D.!., vo l. l- (1998), J

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_ NUEVO REOIONALlSMO Y REESTRUCTURACr6N DEL SISTEMA MUNDIAL 93 EL

, (va a t.raves de acciones y posiclones comunes, a] tener obligacion de re-eJfUd~ y no s610 de comportamiento y, aJ superar parcialmente la separacj6n SU ta 1 ambito comunitado y el de la coooperaci6n. En Amsterdam se da un en~e e as en la direcci6n de Maastrich resolviendo algunas de sus deficiencias PasO m . ' d d h . 1 . 1 I . 't 'gar la unanimidad; meJorar la UOl a y co erencta; a lmpu sar a VI-al mil . 'b'I'dad de la eficacia de la Uni6n; y, al resolver los problemas de financIa-

SI I 1 . , . E . I / f . 107 " estableciendose una Pohtlca xtenor p us mas e ectlva .

Clon

. secuencia, tras el Tratado de Amsterdam, la Uni6n consolida, a nivel es-En con . d . d . d

ral , su natura1eza polltica, mc~rporan 0 un conJu~to ~ ~pOltaclOn~s nove osas ttUctu I modelo social. Nos refenmos a las nuevas dlSposlclOnes relatlvas a los de­respect~~darnenta1es, la democracia, y la no discriminacj6n, junto a la profundizaci6n recho

s 'ones como el desarrollo sostenible, 1a transparencia 0 la subsidiariedad, asf

de nOCI ., d 1 . d d ' 108 a los avances en la cuestIon e a ClU a ama europea . corn~n todo caso, la creaci6n de un espacjo de.hbertad, seguridad. y ju.sticia en el t~-

'torio de 1a Uni6n ha de contemplarse a medlO plazo, dado que lmphca la comuOl­:izaci6n de cuestiones como el paso de Jas fronteras exteriores , la inmigraci6n, el asilo, la cooperacion judicial civil y la cooperaci6n aduanera 109, Esta comunitarizaci6n se basa en el vinculo entre la libre circulaci6n de personas, inc1uida en el primer pilar y la necesidad de articular medjdas para garantizar la seguridad de las personas en di­cho espacio, a traves de la cooperaci6n judicial penal y policial, aunque siga siendo es­trictamente intergubernamental 11O

,

En otro orden de cosas, y a pesar de que existen posiciones muy crfticas en cuan­to al funcionamiento de la politica exterior comon, consideramos que si el Tratado de Maastricht posibil it6 la existencia por vel primera de una PEe de alcance global, tan­to en cuanto a su efectividad III, como a su am bi to de infl uencia en el conju nto de 1a sociedad internacional ll2 . EI Tratado de Amsterdam va a consolidar el modelo de la Uni6n y posibilitara un desarrollo de 1a acci6n extertor gracias a diversos avances ge­nerales y mejoras de caracter tecnico estableciendose las bases de 10 que podrfamos Hamar una Politica Exterior Cornun PLus,

--Of,~:7 EVid, en esa ](~ca: WHITMAN, R. G., From Civilian Power 10 Superpower ?: The Illfernational identity ponad;uropeall Umol1: !--ondres, Macmillan , 1998; libra de especial interes, desde su singular fotograffa de

IU8 V,;}I~lnos, perml tlmos recom.en~ar. . . _ . . (raile d' Am 'l r~,pecto, ! Er\N, c., «La cltoyennete europeenne: slgmftcatlon el perspectives dans Ie cadre du europeenne ~tCr '1~ » •. EfI~des Internafiol!(lles, 11.° 4, 1997, pp. 733-753; STOTILER, 1. E., «La citoyenneLe I..lA SALLA V e deficl~ de.mocratique», Etudes inlernationales, n.O 3, 1997, pp. 535-568; WI ENER, A. , Y D E­JOllnzal njc~;,«COnslltutlon-Making and Citizenship Practice. Bridging the Democracy Gap in the EU?,>,

111<1 AI . llllon Market Studies, vol. 35, n .O 4 , December 1997, pp. 595-614 d~ los Ciu;~~~ect~) , vid. TLLESCAS ORTI2, R. , «La respuesta aC(iV3 de ia Union a los problemas pri ncipales HIlI, 1998 anos», ORElA M. (Oir.), El Tratado de Amsterdam de fa Union Europea. Madrid, McGraw

III) V'i~

(Eds.). r;,~ ;!(;e~I,>ec!O, HElDENSOH ,K .. «Crime and Policing». en SY MES, v. ; LEVY, c. , y LJnL -WOOD. J. Pp. ~I! -103. lil t C?/ Europe: Problems (llld fs.~ues for the Twenty First Century. Londres , Macmi llan , 1997,

iiI; . La nplicaci(] d ' . 't c.a e.\·terio r c . )!1 e este debate esta muy desarrollado en C HURRUCA, c., GenesIs y desarrollo de fa po-eSII~ ,DOcloral (~'~~ 1991-96. Origen de La UE COm o (l ctor singular en la sociedad in ferrwcional, Leioa.

rn .- Vid. al ~~ . IEHU, l997. ull/dad ;lIterll~s~Ct() , 1a cOIl l ribuciones recogidas en: M ARlNO, F. (O ir) , Accidn exterior eal'opea )' co­

Clonal, Madrid, Universidad Carlos IU/BOE, 1998.

RED. I .. vol. L ( /998), 1

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94 fRANCISCO ALDECOA LUZARRAGA Y NOE COH AGO PRfETO

Sin embarg , desde la perspectiva del pre ente trabaj o nos interesa subrayar I efectos del Tratado sobre 1a onsolidacion del modelo de Ja Union. A pesar de qUe Os 1a li teratura cientlfica el Tratado de Amsterdam s calificado como mediocre e in ; ficiente. y sin entrar en eJ debate de SLlS defectos , nuestro interes radica en el signifi: cado del ~r~ta?o /e~ el proceso pO,lft i~o y en resal tar s.us elementos dina(~icos mas qu1e en SLl anaJ] SIS Jundlco. En otros termlOos nos resulta tnelevante que este muy lejos d constitu ir una catedral jurfdica cuando 10 que nos preocupa, 10 que queremos vel', es: servira para su cometido . Y, en es te sentido, a nuestro juicio va a conllevar a1 meno~ cinco grandes efectos en el proceso de consolidacion del modelo de la Union 11. •

I)

2)

3)

Con la reforma de Amsterdam se consolida el mensaje del modelo de la Union equivalente a cambio y anticipacion frente al de Comunidad de Esta­dos reflejo de pennanencia. El Tratado de Amsterdam es un paso mas en fa nocion de mutacion polftica consolidada, mientras que los Estados expresan la de continuidad. En una situacion economicamente mala la ciudadanfa se acerca mas a la nocion de cambio que a la continuidad. De hecho, Maastricht coincidio con un cicIo economico negativo y tumultuoso monetariamente; mientras que en Am terdam estamos en un cielo expansivo y con la moneda unica como referente de estabilidad . En e te sentido la variacion radica en que aparece el cambio social derivado de la dinamica de Ja Union y no de la de los Estados miembros. L a sociedad civil y la opinion publi ca demandan otra vez mas Europa. Son varios los movimientos sociales y ONGs qe tlin trabajando en esta direc­cion, aJgunos de sa bra conocidos , como la Union de Federalistas Europeos 0

el Movimiento Europeo; otros mas novedosos, como Refundernos Europa. Este conjunto de organizaciones plantea la necesidad de profundizar Ia cons­truccion europea incidiendo en la necesidad de cambiar el metoda de reforma. En cualquier caso se ponen por delante una vez mas los movimientos sociafes como ocurrio en los aiios constitutivos del nacimiento de la Comunidad E uropea I i4 . Este conjunto de inciativa sirven para retomar la alianza expre­sa entre los partidarios de 1a profundizac ion y los deseos generales de la so­ciedad civil. Dicba alianza habfa sido una constan te en los inicios de la cons­truccion europea y fue interrumpida como con. ecuencia de la aceleracioo

historica que incidini en la profu ndizacion de Maastricht 115. •

Relativa tranquilidad en el proceso de ratitlcaci6n. La situacion antes aludlda

prociucira cierta serenidad en e l proceso de ratificacion especialmente nece-

I I \ SlOS aspe~tos q u a cont~nuaci?n se se~alan fueron presentados con anlerioridad en AU:E(~'O~~ ~~ «Los ca~l blOs ~cclcllle~ de la w Cledad J.nte lllactOnal como eSLnI.?tum de oportun ldad para .eJ desart O~"it>11 las rela<':lones IOtcrnaCtOnales de la UllIon Europea}>. en M ARINO. F (Ed.), ACCl6n eXlenol" de /0 ellropea y comunidad i1llern aciona{, at>- cil. pp. 25-63 . . . ' arl-

114 Precisamente sc cumple el cincuentenario del Cangreso de La Haya, movinl1cnto soc ial que d~ 1l lO gen a la construccion ellropea. Sabre la consLrucc i6n hist6rica de la idea de Europa, vid. el brillante ,)rIlC dt de T RUYOL Y S ER RA , A ., «Europa como .idea y proceso». en O RETA , M., (Dir.) El Tra falio de Amslercilllll

la Union Europ ea . A.na lisis y olllNl larios. up . cit. . . . . (1.1' 115 A modo d~ ~Jemplo; 10 , . represenlante de 300 orgaruza<': lOn . no gllbel11arnenlale. reuJ1l ~o.s e.n 13 de

selas ante la C I11 1S1 6n Tn. tltuc lonal , ' I 7 de octubre de J 997. cxpre awn su parecer respeclo al J ratddO

R.ED.I .. vol . L (1 99 ). 1

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4)

5)

I;L 1'1 ' EVO R 0 1 ALISMO Y R ESTR r RAel J DE SIS • A M O J 95

., "'l tenjendo n Cllenta que n la actualidad son IS 1 Estados qu han d s8lh, Q 1 ., ' bl' weeder a la rali ficaci6n del nuevo Tra tado. ue ~s 0P.lDlOnes pu lea. no se ~ . aren s importante a efect ,' d una apr bacJ n '- lI1 sobr salt s. Parece I~~ente que , mucho menos complicad n. eguir sta cuando s '~cusa al

eVIL I d . d . d 1 . Tratado de Amsterdam ~o~ ser ~orto, ~n uga: e porII' ema, la 0 JOs ya uc. precisam nte esta ultima , ItuaclOn podna conllcvar un aurnento d la

difieultadt: , c mo en 'u dIa s pu, o de manifie ·to con el Tratado d Maas-, ) 116

trlC 1t ' . , . . . " Rcconciliac ion con ]a cludadama urop a, Gran parte de la opInion publica de los Estado ' miembro specialm nte como con ' 'cuencia del camino di­senado para cul minar la ni6n M n tarin, 1 con pr cupaci6n las medida reslrictivas que exigian I clImplimiento d los crit rios d convergencia y, por 10 tanto. se creo la imagen imb6lica del «Senor Maatricht» como un pode­roso enemigo de 10 ~ector , rna' de. fa or cido . Sin mbargo en la m dida que Amsterd.Hn refleja LI n giro social con I que s van a visuali "a1' medidas positivas en relacion a los derech s human s, I empleo, la salud, la s guridad y otras polft ica publi a , la ciu adanfa e robable que 10 id ntifiqu ju ta­mente en di r ci6n contraria, como un pa 0 hacia la d fensa del model s -cial eW'opeo y com la, primera, aportaci nes de I, E en la re~o luci n d los problemas reale que mas preocul an a los ciudadano '. En suma, mientras que el Tratado de Maa ui ch t por u cont nido a1 j6 a la ciudadanfa, el de Amsterdam quiza la acerque. La incidencia de la di~ rente posic ion britani a en el d sbloqu 0 de las futu­ras profundiz iones, Ha ta ahora ha sido un hecho notorio qu cl Reino Uni­do ha mantenido una po -tura en g nera l reti ente r 'pecto a h on tru Ion europea de arckter . upranancionul y, n particular al m 'todo omunilario. 1 nuevo Gobierno britanico laborista ba upu sto un giro en la polftica britani­ca. hasta el punto de qu hoy puede aflffilar. e que «Ia mu i a anglo ajona suena de forma completamente distinta», Ell e manifiesta :pecialmente n tres cuestion s clave, donde se ha producido un giro de acercamiento pro­gresivo: I) la moneda uni a, en relacion a la incorporacion del eino Unido a li;~ ,UEM; 2) n el mod 10 ocial, n relaci6n al de bloqueo para la incorpora­Clan d 1 Protocolo so ial en eI cuerpo del Tratado y J apoyo ofrecido a la in--­AITI\lerdam . r

I.: rporab'l a IrOlando que, 'i ien 10. r~ ullado. no re, pondfan a bs cxpeclati\JS de los dudad<U1u~, sc in 1<.:, h la , ~~g~,n~). 'p~ogre os wma la Ill) discriminaci6 ,In polilica de. cmplco. la iguuldad entre los, CXOS,

VlIldicacin • C:s s()ll clt~on que se dole 'II ParlamenlO Europco de poder constiluyente. Tal situaci6n de rei ~";I I't'ac<:i ~tCs c,on .tructlVas pur ce ju 'lamentc inversa a la que cx:urri6 en rclaci6n al Tralauo de Maastrichr: Iral<lllo. ~(n n gatlVa por parte de la opini6n publica y la , ociedad civil respeclO al akam:c y conI nido del IIn'ld\:rilr~/\~, { Tdam, lambien s cieno, se han Illi.mifcstado algun' org'U1izaciones en csta din:cci6n. al

l~lll 'ld(\, dd Ci~ll a r !o~a va dcma. in,uo lejo ', c mo pOl' ejemplo . O~ Dcmocracia, compu sta p~)r It ._" di-1.IIlUlneda un' ., flO ~UI pa d<.: las uCloncs qu sc ha pronunctado abJertam<:nte conlra In profun<.ill.Clcl6n y 'un" /'l:r <l1\ ~ll ~l.l esde tm pcrsepctivu radicalmenlc opuc 'ta lu crfti a del no Lambien ha surgido tk:t1e al -IIllu, I ' J a a l< ad 'om cI eurodiputado Jacyuc,> Lun<1c fumlamentada en l'on:-.idcrar exce~ival11enle

lIe ' d I "" ' ' Ii " p Ll un ' ~. a, r ~ rma, AI respcl,.:to, ~ ·Id. Ellrope, n .. 4065. de 8 de nCLunre de 1997, ,/1 ' , M , J '\ anult I ' relro~pec[ivo de particular intcnEs 'ohre ~1 proccso de rntificaci6n de Maa.lriL'h. \'id. (lllltlcr. W','o;; '! .llIIpel/eel niOIl: 7'/1(! Maa p"ic/7r Treaty (//1(/ the New Po/ilics of t;Uf'O/}(Jo/l Inregrm;o/l .

I ~I Pres 1996, pr. 101. 128.

R./:. D.I .• raJ. L (1 I)Yli ), J

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96 FRANCISCO ALDE OA LUZARRAGA Y 'Of: COR AGO PRIETO

serci6n de un capitulo sobre el empleo; y 3) en la Politica xterior Comun n en vano , en la C umbre de Pbrtschach, el Reino U nido ha propuesto recie~te~ mente la incorporacion de la UEO a la E 117 .

En definitiva, el Tratado de Amsterdam se ha engendrado y gestado en un entofOo complejo marcado por un grupo de transformaciones fundamentales, previsibLes y aun inconclusas que seguinin infl uyendo en el siguiente paso previo a su nacimiento, la ra. tificaci6n por los Estados miembros que deberei realizarse proximamente. Entre esos cambios previsibles figuran : 1) la conclusion de la union monetaria; 2) las negocia_ ciones para la ampliacion 118 y la creacion de un nuevo instrumento de consolidaci6n del espacio polltico europeo, la Conferencia Europea; 3) la decision sobre las nuevas perspectivas flOancieras y, 4) el desaffo de la seguridad y defensa europea posAms_ terdam.

1) La inevitabilidad de la Union Monetaria 119. Posiblemente una de las cues­tiones que mayor incidencia tendni en la consolidacion futura de la Union sera la puesta en marcha de 1a tercera fase de la Union Economica y Mone­taria. Como atinadamente Ramon Tamames ha puesto de manifiesto, coinci­diendo simbo]icamente con ]a celebracion del primero de mayo, festividad del trabajo, Europa rea]izara una declaracion de independencia similar a la que hicieron las Trece Colonias con la unificacion del dolar 120,

2) La consolidaci6n del espacio polltico europeo: ampliacion e instauraci6n de la «Conferencia EUfopea». En el Consejo Europeo celebrado en Luxemburgo los dias 12 y 13 de diciembre de 1997 se tomo una decision importante en torno ala ampliacion de la UE estableciendose dos grupos de estados candi­datos (5 + 1 + 5), siguiendo la denominada estrategia de preadhesi6n refor­zada como consecuencia de la evaluac ion de los criterios establecidos en el Consejo EUfopeo de Copenhague. Esta consiste en colocar a todos los Esta­dos candidatos de Europa central y oriental en condiciones de llegar a ser, con el tiempo , miembros de la Union Europea y, a tal efecto, de aJinearse en la

117 Este ~ambi? progresivo ~ieJle una oran .r~levancia porque, en definitiva , todo el esque ma de, oP!i';~ out, geomema van able, flexlblhdad. cooperaClOn re forzacJa, e rc ., estaba pensado sobre todo para sal v(~r, P?sic ion britanica, d.e tener que ir a la vcloci?ad del mas ~ento ~n el proceso de refonna. Sobre esta cu~suo~ v/d., D UFF, A., «Bn1 311l and Europe: the different relatlOnsll1p», en WESTLAK '" M. (Ed.). Th e EUloPe:6 Union beyond Amsterdam: New Concepts of European Integration, Londres, Routledge, 1998, pp. 3~- ~

118 Al respecto. vid. MA RIS AL. N . . «(Ampliaei6n y profundizacion ante Ja ClG 96», CuoderilOS ~u~ peos de Deusto, 0,° 15, 1996, pp. 87-102: y en extenso: PRESTON. CR, Enlargement and In tegratioJl m t European Union, London, Routledge. 1997 . dO

119 Tesis que venimos de fendiendo desde haee. ailos: «Quiza Ja apon 3ci6n mas importante del Trat~IJ1' yel rasgo de finitorio ~n. el fU1U;O .. era.la inev}tabilidad de Ja Uni on ~con6miea y Monetaria,_ya que 10 l/le~ portante es que la deCls.lon en u lt Ima mstan CJ 3 de pa. ar a 1a tercera fase y, por tanto, de acunar una rrlHlly da unica a traves de un un ico banco central ya eSla 10m ada. pase 10 que pase. a mas lardar eo \999. ( .. . ) J1l' que resal ta r que el com promiso del Tratado es nlUcho mas qu la irreversibilidad , e un auten lico ,co·c~ prollljs de inevitabilidad . 10 ella I erea una seri e de e feclos d demostrac ion en otros campos de ~ll~ t,cOI~S' despegue . ~) A LDECOA. F. (Dir.), De La ComU;l1idad Econ6mica Europea (J 10 UI/ion Europea: Una v/s/Oll J, de Euskadi, Vitoria, Diputaci6n ForaJ de AJava-UPVIEHU, 1993 . p. 21. . Je

12U Vid. TAMAM~S . R ., «El cuarto pilar: Ja Unjon Monetaria Europea», en Reflexiorl es sabre el./liturO

E uropu. Jomadas sobre la C1G '96 y el Tr{J(ado de Amsterdam, Madrid , FllJ\dac ion Hispan iaJEu 1997, p. )44.

R.E.D.l ., vol. L (YJY8), J ......... iiiiiiiiii ............... __

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fJ. NUEVO REGIONALISMO Y REESTRUCTURACION DEL SISTEMA MUNOIAL 97

medida posible con el acervo de la Uni6n desde antes de la adhesi6n. mayor los Acuerdos europeos, que siguen siendo la base de las reJaciones de JU~O '~n Europea con dichos ESlados 121 , esta estralegia se articula en torna a la "'ciones para la adhesi6n y al refuerzo de la ayuda de preadhesi6n. Ira asoc

la ailada del examen analftico del acervo de la Uni6n para cada uno de los

~~;~~s candidatos por separado In Ademas, se formaliz6 la creaci6n de la C ferencia Europea desde marlO de 1998 que agrupara a los qUlllce con los

one candidatos en un mismo foro intergubernamental de cooperaci6n en ma­oncria de polltiea exterior y de justicia e interior. te ' fi ' '<'' I df' Las nuevas perspectIvas In~cJ~ras .. cst,as c,onstlluyen e marco e ,re ~ren~la

3) de la discipl ina presupuestarla IlltennstlluclOoal. EI Acuerdo IntennstllUclO­nal de 1993 sobre disciplina presupuestaria y mejora de l procedimienlO de­lenninaba el marco de ingresos y gaslOs de la Uni6n hasta 1999. Y. segun 10 acordado en el Consejo Europeo de Edimburgo de diciembre de 1992. la CIG no parecfa el momento adecuado para discutir los temas presupuestarios y 0-nancieros. Pasada esta, y siendo pr6ximo el vencimiento de las actuales pers­pectivas fin ancieras. la revisi6n es inminente. Se trata. sin duda, de lIna de las decisiones basicas que habran de tomarse en breve cuyas implicaciones son evidentes ya que marcaran la autonomia presupuestaria de la Uni6n en la con­secuci6n de sus objetivos pam el periodo 2000-2006. Un periodo marcado por la adopci6n del euro y por las puenas abienas a nuevos socios.

4) EI desaffo de la seguridad y defensa posAmsterdam. La pregunta abiena al respecto de este diffeil asunto que supone la seguridad y I. defensa es en que medida sigue siendo preciso en la aClUal sociedad internaeional para un actor de a1eance global una polltica de defensa Ill. No vamos a ahondar aqui sobre eSle lema sino que unicamente deseamos plamear esta preguma apuntando que en el Tratado de Amsterdam (an. J . I) se va a permitir contemplar la di­mension exterior en orden a preservar la paz y fonalecer la seguridad inter­nacional; se sigue hablando de la definici6n progresiva de una politica de de­fensa comun, que podria conducir al cstablecimienlO de una defens" comun, si asf 10 decide el Consejo; y, de hecho, se instituye el objetivo de salva­guardar la independencia e integridad del territorio de la Uni6n. Si bien. aun­que en el Tratado se sefiale a la UEO como entidad sobre la que se basa la defensa de la UE, algunos estados continuan reiterando que, en 10 que se re­fi erea su seguridad y defensa, sera la OTAN la organizaci6n bajo la cual conSlderan estos aspectos garantizados En sintesis, las novedades directas mas imponantes las encontramos en: I) la asunci6n POI' el Consejo de I. loma de decisiones polflicas cOllcerniemes a las misiones Pelersberg que

----III \1.';-EHu. 1 ~4 al resPCCIO, SODUP\:. K. (Dir.). Los AWl'rd().~ de Awcioci6n COli EllrtJlJa CnITml. LCloa, liPV·

Il.I to ' ~rul a ~~U ~Ja eSlmtegia de preadhc~16n, lid. BAR8ULl:SCU,J. , IAI prelldhe.rMtI de los I'Cli.W!l de Ellmptl ..... U. 1M... til n £lIropea, elel1l(,IIIO d(/\'e IXlra fa III11'/ifCoClon ellrolJea. TC\ls Docloral. LelOa, UPV.

12) ":10,

11.._ Sobrc laic --uprqn Vitia [' aspectos comicnl"..a a surgir una lhlerci-:lntc blbliograrfa: Wl.STLA~I:., M. (Ed.), The

" )t')'ond Amsterdam: New Com:t'pls oJ £lIropelUl I lIIegraliOlI. Londres. Routledgc, 199~.

R./;. /J./ .. \'(1/_ L(l99'I), J

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98 FRANCISCO ALDECOA LU Z 'H RAGA Y NOf: CORNAGO PRfETO

quedan incorporadas; 2) la inclusion de la «abstenci6n constructiva» (al1. j

l 3), que no impedira la adopci6n de decisiones en este tipo de misiones; Y, 3) las di po iciones que permiten a la Union recurrir a la UEO para qu lLeve a cabo sus decisiones polfticas, con la partjcipacion ad hoc de los paises no ali, neados militarmente.

Por todo 10 anteriormente expuesto , y situandonos en un nivel de abstracci6n mayor, puede afirmarse, que en definitiva. desde el punto de vista te6rico 10 111,:\5 fe­levante es la apiicacion de una nueva nocion de soberanfa -Ia soberania comparti_ da- que ha perrnitido consoli dar un «proceso de creacion de una union cada vez mas estrecha entre los pueblos de Europa», que ya recogia el Tratado de Roma en su pre­ambulo y enfatiza nuevamente el Tratado de Maastricht. Desde el punto de vista de los derechos humanos se establece un sistema de reconocimiento, proteccion y garantia jurisdiccionales sin precedentes como no exjste en oingun otro grupo de Estados en Ja sociedad jnternacional y nunca ha existido . Desde el punto de vista economico se ha pasado de una econom{a debastada por la guerra a convertirse en la primera potencia comercial mundial , estableciendose las bases para la creacion de la moneda uDica en apenas doce meses. Desde el punto de vista social se ha consolidado un modelo pro­pio el del Estado de bienestar distinto de otros modelos capitalistas, Ahora de rostro mas humano asentado sobre desarrolladas clases medias y con fuertes poHticas pu­bJ.icas en materia de bienestar social. Desde el punto de vista polftico, se ha pasado de una Comunidad de Estados a una Union de naturaleza poJ(tica en donde el todo prima sobre cada una de las partes que 10 confonnan y su desarrollo pennit!ra el reconoci­miento de otras entidades politicas, incluso de base nacional, ademas de los Estados. De este modo, podemos senalar a manera de conclusi6n algunos aspectos que DOS per­miten subrayar la importancia del Acta Dnica Europea, el Tratado de Union Europea, y del Tratado de Amsterdam en la consolidacion sucesiva, del modelo economico, po­}ftico y social, donde el modelo social resulta ser el vertebrador del proceso a traves de la utilizaci6n de las posibilidades que ofrece como instrumento la economfa de mer­cado 124:

1) El giro social. As! como el Acta Dnica ha pasado a la historia como el Tra, tado por el cual se fonnaliza el modeJo de mercado interior y el Tratado de Maastricht configura la Uni6n Europea como modelo politico, eJ Tratado de Amsterdam se pueda calificar como Ia jnflexion hacia el giro social. En t~dO caso hay que tener en cuenta que este giro va a ser posible en su apJicac10n gracias a la convergencia nominal que se contemplaba en el Trat.ado ~e Maastricht. El giro social consiste precisamente en resolver la cuesti6n de ~ denominada convergencia real. El presupuesto basico que permite caliticar ~ Tratado de Amsterdam como el del giro social es la conviccion de la nece~' dad de atajar de forma prioritaria el problema del desempleo . El objetiVO e

124 Como ha seiialado Castells: «No hay una identidad europea. pew sl una identidad proyecto. que c~ La lucha por imponer modos alternatjyos de desarrollo c::con6mico. soc iabilidau y gobierno». en Cit TELLS . M .. La Sociedad de La [n!ormllcion. op. Cif. p. 367.

R, E.D.1 .. \'01. L (1998), I

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I:L NUEVO R GlO ALIS Y REESTR RACI6 D L srSTEM M DrAL 99

, " r el empleo y los instrum ntos que se establ c n senln su eJemento PrJOflZd . ' . 'b'l'd d , .', don de mejor se expresa e 'te gJro sOCtal. La nueva sellSI 1 1 a en re-basleo. , . I' / d' ., . I emple surge de la convicc ion de que este no tLene re aCIOn lfecta lacWfl ,i . , . . . d'd" I

I ~ 'eci mi nto econOO1 ICO 10 clial eXlge plantear e rne 1 as actlvas qu 0 con e <.,;) • " . 6 ' . C'an En todo caso se entl ende qu el creClmlento econ IllICO es una favolcz . ' . . ' . . . condil'ion necesaria aunque no " uficlen.t~dY sd ~pIezla a

f vI S lur~~rarLla Id a Ide

ue la relaci6n directa con la em~leablh a e 'ta en a ormaCIOn, a re 0 u­q., del problema del mpleo a IlI V 1 europeo se contempla dentro del re~ [-etOn . f d'l " , dIP 'ento del modelo social y no uera e e , menos aun sustltuyen 0 o. ara zaOl I . , . ' bl' I . b 110. se refuerzan un cooJunto de pollocas pu lcas comp ernent'lflas y. so re e . 1 I' , d . d d 125 wdo, se potenctan as po Ltlcas ._ ~:Le a. , ..

2) Consolidacion del modelo de la UnIon. Apar ce con mas I1lt1dez que nunca el triangllio profundizaci6n politica, regionali zaci6n y modele . ocial. Si he­mos definjd c ' mo el modele de 1a Uni6n ..; fundamenta en cinco factor s --democraci , eficacia, ficiencia, presencia en el mundo y solidaridad- , entendemos que el Tratado de Amsterdam va a consolidar este modelo y po­sibilitara un d a.rrollo d la acci6n exterior gracias a los avanc s general s y a las lllejora. de caract r tecni 0 que hemos indicado, , table 'iend la, bases de 10 que podrfamos Hamar una Polftica Exterior Comun «Plu .» , Por todo ello ntendemos que eJ Tratado de AmsterdillTl e en 'f misrno, x­presi6n de un giro social que al mismo ri empo, pot nciara fecto ~ futuros en esta direc i6n con 10 que ella supon para un acercarru nto d la socie­dad al modelo politico de la E. El caso britanieo s paradigmcitico en esta formulacion ya que va a gi rar a la vez y de rno 0 solemn , n las tres direccione. . n relaci6n a la ac placion d la ni6n Ell rop a n g n ral , que se puede manifestar en cu st ion s como la uni6n monetaria' r p cto a la regionalizaci6n, qu 'e manifiesta a traves de la d vo]uci6n de poderes mediante referendum a Gales y E eocia; y, n torno al mod 10 , ocial me­diante la superaci6n del veto a la incorporacion del protocolo ocial al ra­tado y al inter -s en materia de empleo.

3) La sociedad ci .i I otra ez por d lante como hace medio siglo n La Haya. Con cl Tratado de Arnst rdam se retoman 10 orfgene , en el metodo de cons­truecion europeo situandos ]a opini6n publica y In ciudadanfa por delante en la demanda de mas Europa. De Fortna similar a como sucedio haee cincuen­ta a~os. cuando ' abli6 ste pro e 0 como consecuencia de la , igencia d la SOCl "dad civil organi zada n torno al Movimi nto Europeo, ahora, 1a ' ONG. y (~tros grupo ' uropef-" tas vuelv n a tomar el protagonjsmo en 1a demanda de lTIas :uropa que, ademc:ls po ea 'aracterfstica rna ' pr6ximas al ciudadano. En SU~la , el ratado dAm. terdarn si nificara 1 principio de la inflexi6n en el parente. i de l aleja mi nto ntre la ciudadania y la onstrucci6n europea que se ha prod ucido a 10 l' rgo del proceso .

• VicJ -gIrl) . al r 'spe ('In /'Octal en d T" ,to A DABURU, E .. «Iniciativas de la Comisi6n por I l!mpleo», y 1)1£ 01\, E , «EI

/) t'O (." /£1 U r . I dtado .d7.Amstenlam Y SUli implica 'iones fllllll'US » , en AA.VY. . Las II/{(:' I 'CIS polfticlI.\· de .. I ta VI ' /Ort desde £usk(li ... . op. cir .. pp. 129- 116 Y 191 -208 r sp.

NED.I., \'01. L (1 91)81. I

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100 FRANCI'K'O ALDECOA LLf7...ARRAGA Y NO~ CORNAGO PRIETO

La Cumbre de Porstschach ha venido a confirmar estos planleamienlos, ya qUe evidencia la voluntad de los jefes de gobierno de asumir colegiada y directamente Un nuevo impulso politico en I. direccion de Europa. ESlo tiene especial relevancia en la medida en que a la misma se incorporan por primera vez dos nuevas jefes de gobier. no. Se vislumbra tambien el cambia de giro producido en la asuncion de la Polftica economica y en la nueva orientacion de la misma, hacienda menos Il ineapi!! en el vie. jo equilibria presupuestario y mas en la reactivacion economica y el empleo. AI res. peCIO. es interesante resahar la propuesta britanica en materia de idenlidad europea en la integrac ion de la Union Europea Occidental en la Union Europea. a pesar de que en los ultimos anos venia vetando propuestas similares. AI mismo liempo avanza la propuesla de sustiruir el Consejo de AsunlOS Generales. por dos distintos, uno el Consejo de Relaciones Exteriores. compuesto por los ministros de Asuntos Exteriores, y un Consejo de Coordinacion formado par ministros de Asunlos Europeos, cuya mi. s ion es asegurar la coherencia de las dimcnsiones y pollticas de los diferentes Con. sejos Secloriales.

Eslas manifestaciones nos son mas que los avances que se eSlan produciendo par efecto de la aparecion del euro en enero de 1999. La introducc ion de l euro tiene una gran relevancia ya que ha modi fi cado la propia esencia de la Union Europea. no solo eiertos procedimienlos y fonnas de f uncionamiento. sino lambien la cohesion en· tre los ESlados miembros. Ya que hace apenas cinco anos, algunos pafses comunita· rios. tales como Espana. Ilalia 0 Portugal. entre atros, se encontraban muy alejados del nueleo central. no solo en el plano politico y en el economico. sino en la propia ges· ti6n y cultura administrativa. ya que la moneda respondfa a clilerios muy distin tos. No se puede olvidar 10 que significaban las crisis monelarias, y las devaluaciones com· pelitivas. asf como las divergencias en los tipos de interes entre los Estados miembros. En suma. el euro es 13 recuperacion de la soberanfa monetaria que habfan perdido in­dividualmente. y can ella se consolida la cohesi6n economica, se salvaguarda la co­hesi6n polllica. y se posibi li ta, la cohesi6n social. Es en ese sentido, que en la medida en que conso lida la Uni6n Polilica. hace miis eficiente la uni6n economica, y posibi­lita e l modelo social. el euro es expresion del model a social europeo.

En definitiva, todo 10 anteriormente expueslO nos permite afinnar que el modelO europeo se caracteriza por una fonn ulacion original mucho mas audaz y eJabora~ produclo de una reflexi6n sistematica sobre los desaffos que planlea pard la necesana rearticulaci6n a escala intemacional de la relacion entre la economfa, la polltica y: sociedad. partiendo de I. priorizaci6n de la sociedad y considerando el mercado Y propio sistema pOlitico. como instrumentos para la reestructuraci6n de un nuevo 010-delo social. Elemento fundamental de la transformaci6n en curso, en cuanto afecUl' la reestructuraci6n del sistema politico, es el conceplo de soberanla com partida, que' pesar de no haber conocido su plena desarrollo lodavia, adqu iere carta de narurale juridica. superadora del conceplo clasico del Estado en la mutaci6n de una Comu'" Europea de naruraleza fundamcntalmente econ6mica en una Uni6n Europca de oal ralel .• :} polClica, articulada. funcional y nomlalivamenle. en diferente!io niveles de g bierno y diferentes nive les de represenlaci6n polflica y en la moneda unica como e" presi6n de un nuevo modele de sociedad europea.

Si bien cl debate de los valores es un debate complicado. nad ie discute en la ;

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EL . E aR 010 A ISMa Y REESTR crUR 16 N D::.L SIS MA MUN DIAL 101

. ad que precisamente Ja fonna de entender el me~c~do e consecuencia de.laex­'lJalt~, de uno valores comunes. que por un lado sltuan al mercado como In . .-Lru­preslOI~ can olidaci6n de un modelo unitario, tanto en 10 economico como en 10 po­~~~to ~o social , y por otro, Ie .asigna papeles espec[fj~~s, de ordenaci6n d la 1J1I~Od~d del bienestar. En el amph~ de?ate s.obre esta c~est.Lo.n se su Jen ubrayar los soc1e de democracia, libertad, sohdandad, 19ualdad y JustlCJa, entre otros, como va-alores . I' . . . I d' v . e sin ser unicamente europeos, adqUleren en la oglca europea una pec13 1-

lores ~ ... un que sirve para consolidar las caractensticas del modelo, dando lugar a unos men 10 . ,

, 0 especlfic . rasgE aplicaci6n de la teona de los regfm . nes, cabe afirmar, de 10 anteriormente ex-uest~. que el modelo europ.eo constituye la unica ma,ni,festaci6~ del nu~~o regi?,na­

roque poderoos caractenzar como un verdadero regimen de lOtegraclOn polItIca, IS;rador de 10 ' mero esquemas de integracion que nos suo-iere la leona economica. ~n aspecto, qu a consideracion sera consjderado de nuevo desde otro angulo.

VIII. LA OTRA CA RA DEL NUEVO REGIONALISMO: AUTONOMIA SU­BESTATAL, REORGANIZACION DEL SISTElVIA POLITICO Y LA GOBERNABILIDAD MULTINIVEL

El objetivo del presente apartado es poner de manifies lo el vInculo estructural existente entre Jas nuevas expresiones del regionalismo entendido como realidad subestataI. y el nuevo regionalismo ioternacional. Un vinculo structural que tiene su orfgen, como venimos sefialando, en las implicaciones polfticas intemas e interna­cionates en la reestructuraci6n del sistema intemacional.

Teniendo pre ente las consideraciones anteriore , pmcedemos a continua i6n a analizar a grandes rasgos las implicaciones sobre el equilibrio intergubern,mlental y la cohesion terTitorial deJ nuevo regionalismo. Aunque los contextos institu ionales en que se desarrolla la discusi6n en Asia Pacifico, America del Norte, la Union Europea, Son ~ustancialmente diferentes, su comparacion nos permit establecer algunas con­~I~sl~nes sobre las que merece la perra reflexionar. Como al comienzo de e. te trabajo Sen?~abamos, el nuevo regionalismo diluye crecientemente 1a Frontera entJe el sistema polItico interno e intemacional, favoreciendo con ella la mm'ilizacioll polftica subes-tatal Ello ~'e'fi I I' d fi .. , d d I l .. ,

I,', I> mam lesta en a pau alma e WICton e nuevos mo e o~ : l e orgaIllzaClOl1

po thc'\ que . d d . j de,·' / . 'd' d ra . (., con 10 epen enCla ( e su gra 0 de lorma JZaClOn Jun l a, po erno ca-t~~~nzar como nuevas formas de gobemabilidad multinivel, que revel an el vinculo es-

c ural entre I regionalismo subestatal y el nu \ 0 regionati smo intem.a :ion aI 126.

Este probl " 'b l' d . , I cicnt . , rna (Iene su ongen , como avanza amos en a lfi lro u CIOn, n a re-huci e exte,ns l m por parte de los Estados cI ,important . compromi os intemacionales CUYa

a ~~n1tniOs. con iderado. ha ta ahora propio~ de 1a politica inte rna. Compromi os o servancla compromet plenamente a lasstructuras int mas d 1 Estado, pero n

l~ Aun lI' . . ' . . , ' . ~(\l<l(s. G 'l--I C re~ ndos spcclulmente a I nl60 E urop a, como IOtroduccJ6n a cstos cnf oqllcs, vld. \(j\'crnan~', 0 0 It L., Y BLANl(, K., «European Tnlegralion from the L9ROs: State-Centric v. Multi-level

I <:llIr-c 'n~':, n Joumal of Common Markel Swdie .. vol. 34 n.U 3, 1996, pp. 41-378 Y MARKS, G., «An led pproa h to Multil 'vel emaoce» , en ReRiolla/ & Federal Studies , 01. 6, n." 2, 1996,

R.E.D.I .. \'0/. L (199R), J

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102 FRA NCfSCO ALDECOA LuzARRAGA Y NOE COR GO PRIETO

cuyo proc '0 de toma de decisiones los gobiernos locaJes y regionales no tienen ge~ neralmente acc so, incluso cuando afecta, como sucede muy a menudo, a cuestiones d su exclusiva responsabilidad y competencia. La cuestion adquiere particular relieve e~ [as Estados de est:ructura compleja, en la medida en que los gobiernos regionales Ve

comprometido por efecto de diversas instituciones internacionales, so ambito juris~ diccional, y con ella el valor de su autogobierno. Ciertamente se trata de una reaIidad que adquiere manifestaciones !TIuy dispares en los tres modelos que venimos conside~ rando. En efecto, sus perfiles son particulannente claros en el caso del modclo europeo y norteamericano. Sin embargo, el proceso de integracion de bajo perfil institucional de Asia Pacifico, tam bien puede consiclerarse desde esta perspectiva.

De este modo conviene reconsiderar la creciente definicion en Asia Pacifico de grandes ejes territoriales de desarrollo, no siempre coincidentes con las fronteras de Jos Estados, caracterizados por presentar una insercion espacial y funcionaI muy precisa en la economia mundial, y organizados con arreglo a una nueva division transnacional del trabajo. Estas iniciativas suelen ser celebradas como expresiones de una nueva revitalizacion economica, pero en realidad expresan los desafios a los que se enfrentan las pequenas economfa regionales ante los cambios en Ja economia po­lftica mundial. En la Zona Asia Pacifico de taca la configuacion silenciosa del Cfrculo Eeon6mico del Sur de China, entre Hong Kong, Taiwan y las provincias chinas de Guandong y Fujian, y de111amado Triangulo del Crecimiento que une Singapur, con el estado malayo de lohor, y la provincia indonesia de Riau 127. Esta nueva organiza· ci6n jerarquica del espacio internacional supone la puesta en marcha de verdaderos experimentos de competencia intel1erritorial, y un verdadero reto para aquellas re­giones que ocupan posiciones perifericas, y quedan abocadas a adoptar, con mayor 0

menor respaldo de los Estados, diversas medidas destinadas a paliar los efectos de ta­les procesos. EJlo en ausencia de todo marco de cohesion corrector de los desequili· brios territoriales que la liberalizacion economica puede producir 128.

Otra illlstraci6n nos la ofrece el caso de 1a Republica Popular China y la mane· ra en que el proceso de liberalizacion de la economfa esta afectando al equilibrio te· nitorial favoreciendo 1a movilizacion regional. La decision de las autoridades de priorizar, en 1979, e[ desan'ollo en 13 zona costera mediante Ja extension de zona.s Economicas Especiales en eatorce ciudades del litoral --en las provincias de Hebel,

127 Vid. PRIMO , c.. Y BANNISTER, G .. «East Asian investment and trade: prospects for growiIl,g rc~~ nalization in the 1 990s», en TransnLllional Corporations, vol. 3, n.O 1 1994, pp. 97- 136; Jo !?S, R. S.; KChi: R. E. , Y KLEiN, M., «(L'tntegra(ion economiquc entre Hong Kong, Taiwan et les provinces cotieres de la nic nc» , en Revue Ecol1omique de f'OCDE, n.1I 20, 1993 pp. 129-1 63; A SH, R. F Y K UEH, Y. x.,, <~ ~conor eTl

Iorcgr?lion within Greater China: Trade and investment. flow between, China, Honk ~ong and l a~.~a~;~: A The China QU(lrterly , vol. 136, 1993 . pp. 711 -745; PARSONAGE, 1. , «Sou theast ASia s Oro\,:!!h TJ1dn.::> (ch, subregjonal response to global trans forrnatioo>~, en Intemational Journ(lL of Urban and RegIOnal Res~(~93, vol. 16, L992. pp. 307-3 17: MILN ~, R . ,S .. «Singapore' s Growth Triangle>: , en Round Tt.~ ble , n." ~27, iole-pp. ~? 1-304. P~ra una cont~xtua lJ za~l~n de lale ~ procesos, Vt~. GARCI A S~G UllA , c., «EL proceso .~C.LO. p. graCLon comerelal del Paciju.: Rim aSll'\~IC? : el ~angulo. ?e ere ·lmJ.ento J ap?n- .!'r~s-DAEs~ ,.en BU:l~" a 8S­y PLAZA, S. (Coord.), Desarrollo eC0170mlCO e fntegracwn comercwl ell ASIQ Oriental, Madnd, A gt:JlC I panola de Cooperaei()n Internacional, 1996, pp. 195-223. . A,

12X e/I: p. ej. , RIM MER, P. 1. , «R gionallntl::gration in Pacific A. ia», en Ellvi ronmem lind PlaJIIIIJIJ: to vol. 26, 1994, pp. J 731- 1759; Y JO~JAN, A., Y KH A N~, J. , «~ol?omic Tn terdepende~ce and ChaJleng~/"_ the N ation State : The Emergenc..: ' 01 Na tIOnal EconomIc Ternlon es III the ASIa-PacIfic». en Journal o} lemational Af/airs. vol. 48, n ." 2, 1995, pp. 433-462.

R. E 7). 1 .. vol. L ( 1998), 1

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f..L NLlbVO REGIONALISMO Y REbSTRUCrURACl6N DEL S I STI~MA MUNDIAL 103

J' gsu Fujian y Guandong-, para maximi7..ar su relaci6n ceo. n6miea

-, ng Ian , " 'f I ' I ' hapvO . Taiwan. ha lIevado a otras reglOne~ ~ l~o~lIlzarse; ~.s . en os u umo~ c:ot' Jap6n ) 'd el Gran Crrculo Islamico, como ,"IClaUva de X'"Jlang para reforzar piIO' h~ su~~ ~con6micas con las republ!cas del Asia Central,o el lIan:,ado Gran Cir-5'" reiaclO~ "0 del Nordeste de Asia, hderado por Heilongjiang y Jilin para fona­CIllo Eeon Im~~n con Corea del None, y las republicas limrtrofes de la Federaci6n

r ~ureaci kCc ' ({usa "', referencia ahora a la discusi6n surgida en Canada y Estados Unidos, por

"aremos d " d I n obre las competencias sobre los esta as y prov,"CIaS e os procesos re-'_cfccIOS S , , I ' I' , d ,.,.. d> rberaJizaci6n comercial en el contmenle, aSI como por as IIUP IcaClones e dcntC' e ,,' vigor de la nueva Organizaci6n Mundial del Comercio, Esbozaremos el I Pucsla e , , ' • '0 de la ncgoctacl6n de esos acuerdos, y a los esfuerzos de los goblernos

coanar;ales por influenciar el resultado de la negocinci6n que erosionaba su aUla no-ube·tn ,'" I ed b I En el caso canadlense, eXIsuan clenamente a gunos prec enles so re eSla cues-~ en diversos conJlictos habidos en el seno del GATT por la exislencia en las pro-

'ocia, de diversas medidas discriminatorias sobre el comercio a In inversion IlQ, ~ fue a mediados de los ochenta, con mali va de la negociaci6n del Acuerdo de li­llie Comercio entre Canada y ESlados Unidos, cuando las i mpJicaciones federales de fa nueva regulaci6n internacional del comercio recibicron verdadcra menci6n, A par­tir dcl aprendizaje por los precedentes que hemos aludido, yen la medida en que el acuerdo eslaba lodavia por delinir. las provincias hicieron clara desde el primer mo­menlO su voluntad de intervenir en un proceso en el que formalmenle no 10 podran exigir, pero que afectaba direclamente a muchas de sus competencias de acuerdo aI marco con,titucional. Se trataba ademas de una reivindicaci6n muy coherente can el volumen, y la composici6n, del comercio bilaleral entre Canada y Estados Unidos, y su impol1l1ncia para las diversas provincias. y que no prejuzgaba la posici6n inicial de las provincias canadienses anle la expectaliva de un acuerdo de libre comercio COil su poderoso vecino 131.

Aunque en un primer momenlO 13 demanda recibi6 respueSlas muy d ispares. 5-nalmente, el gobiemo canadiense asegur6 que se establecerran los cauces necesarios ~. 13 panicipaci6n provincial. Las provincias aceplaron, por su pane, que 13 nego­clacI6n serfa desarrollada enterameme bajo la respons:lbilidad de la aUloridad federal, ~~. 'c establecieron diferentes comites intergubernamcntales, y lijaron encuentros pe_ Ie, ~cos q~e garantizaran e l imercambio de consultas y el acceso a la informaci6n, Se hro 0":6 Sin embargo cl acceso direclo a la negociaci6n, inclu so en calidad (I ~ miem-

servador, No obstante, aunque no se requerra constitucionalmente el tramile de

~ lal ~v~;:CI() \';d. YANG. D .• .cChina adJu'l~ to the world \!Conom)': the political economy of China"" J CContlrn '7m strategy •• en PadJit Afflllrs, "'_01. €H. n. 1.1991. pp. ·41-64; T/J· 'G. F. W .... TIle poll­Ilf>kt F!\l-." d 0. C;h!!1B' coasta l slrnlcgy». en A"wlI Sun'l'.\'. vol. 31. n " 3. 1991. pp. 270':!84. Y CHRIS­~ C({IflOI;IC X;nJIB.ng and the Great (,lam Ie Circle: The Impact of tran~natlonal furcc\ ilOd chlOe-.e re­IlU'r St-b~ talc~ annmg,., en 11,r C/ww Qllorterly. n.' 133, 1993. pr. 130· 151

nt.ltIOIJ(lt: D\f P~dentC:S. \',d. BERNIER, I.. Y BI~~. A , 11.\' prmmc(''i wllud"""c.\ ft Ie wmmuc:e I'("lq AI Il!'PtcIIt"'~~fJ"e (!('clllomiqui' 1'( Ildju.}(eme//( jlmdlqlle. Quc1X!t. CQ.R I.. 1988. 1,~411'lclde I 'A~' lid. BlRNIER. I & THERIEN. 1. P .... Le componement mtem:lIlonal du Quebct:. de

. Pp, 4~]'486 bcnu duns Ie dom:unc ~conomlquclt. en R r l'llt' i:.flltJ/! ,\ II/(e",lI(wlwle$. vol. XXV. 11. ~ 3.

R t 0.1 I"rII 1./ IYWiI. I

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L04 FRANCISCO ALDEC A LUZA RRAGA Y NOE CORNAGO PRIETO

aprobacion por las provincias, eJ Gobiemo no dio por bueno el texto del acuerdo has, ta que tuvo la seguridad d Iue estas consentfan en el, 0 dicho de otra forma, hasta qUe tuvo garantfas de que las provincias cooperarian en su aplicacion. Sin emb;u'go, al tj,

nal, las provincias no obtuvieron presencia alguna en las institllciones creadas para la administracion del Acuerdo. No lograron presencia en la Comision Mixta de Comer_ cio entre Canada y Estados Unidos, ni participar en la eleccion de las comisiones es­pecia1es de arbitraje, 0 en los grupos de trabajo que establecerian las reglas guberna_ mentales sobre subvenciones y derechos de compensacion. El Acuerdo contiene, sin embargo, algunas excepciones que lograron satisfacer reivindicaciones precis as de Va­rias provincias 13_,

Los desalTol1os institucionales habidos en la negociacion para la liberalizacion co­merciaJ entre Canada y Estados Unidos fueron puestos igualmente en accion durante las negociaciones del Tratado de Libre Comerdo de America del NorterrLCAN. En esta ocasion, eJ intercambio de informacion entre el gobiemo federal y las pro­vincias fue mas efectivo, manteniendose los contactos frecuentes, sobre la base de es­tricta confidencialidad, incluso en los momentos mas crfticos de la negociacjon. Aunque las novedades que implica la puesta en vigor de la Organizaci6n Munida1 de Comercio, han reavivado despues, en Canada y Estados Unidos, el males tar de los go­bienlos subestata1es, por la fonna en que afecta a sus competencias, la part.icipaci6n de las provincias canadienses en el proceso de Jiberalizacion comercial en America del Norte result6, en terminos generales, y pese a las sombras que arroja la compleja ar­quitectura jurfdica de los compromisos adquiridos, mucho mas satisfactoria politica­mente que la de sus vecinos del otro lado de la frontera . La experiencia contribuyo ademas a perfilar una via de entendimiento intergubernamental sobre 1a forula de vin­cular a las provincias en las negociaciones internacionales 133.

En Estados Unidos, por el contrario, los estados tuvieron menos posibilidades de influenciar las negociaciones que las provincias canadienses. S6lo fueron objeto de consultas ad hoc, sin periodicidad precisa, sobre algunos temas que n1 siquiera pu­dieron elegir. Por ello, dividieron sus esfuerzos entre sacar algun provecho de tales en­cuentros, e intentar hacer l1egar sus posturas ante los representantes en la camara de representantes y el Senado. Sn limitado acceso a la negociacion contrasta, sin em­bargo, con 1a posici6n privilegiada, practicamente en primera Hnea de la negociaci6n. de que disfrutaron algunos grupos de interes privados 134 . Tampoco result6 efectiva la influencia que los gobiemos regionales intentaron ejercer a traves de las asociaciones de gobernadores. Su intervenci6n pudo servir mas para legitimar el tenor ~e lO~ acuerdos, que para modificar su contenido en la direcci6n que hubiera convemdo a

132 Para una rererencia mas precisa, vid. HOCKING, B., «Mulrilayered diplomacy and the Canada-US f~~ lrade ncgoli d ions», en British Journal of Canadian Studies, vol. 5, 1990, pp. 311-31 2, Y LOU~G ARAT~-l'rro­«L'incidence de I' acord de libre-echange Canada-Etats UnlS sur Ie developpement de la paradlplom311C

vinciale» , en Themi.~, vol. 26, n.Q 3, I 992, pp .. 303-323. . . ' .. ' ' ~deral m Vid: al respec (o los comeJl(ano~ rccogJ.dos e~: HOCK.ING, B., «ManagIng forelgn re l a!J ons _lI~ It:s (JJJd

stales: hnkmg central and non-ccnlTallOtemallOnal mtere [[.; » , en H OCKING , B, (Ed .), Foreign RelattOn. Federal S/(ltes, Leices ter. Leicester Universi ty, P re:-s, J 994, p. ?8-89. . (0-

13-\ J I respecto, vid. DELAGRA ,L., «Coniilct LD Trade P ohey: The Role of the Congress and lhe P72. vince~ in Negotiating and Imp lementing the Canada-U.S. Free Trade Agreement» en Publiw;, vol. ., J 992. pp .15-29.

R. £. D.I., vol. T. ( ] 99, J. J

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E E VO REG10NALfSMO Y REE. TRUCTURACl6N DEL SJSTEMA MUNDIAL 105

equilibrio del si 't rna fed ral. De toclas formal'. puso de maniftesto la necesidad de re­callocer la dim nsi6n sub sta tal de la n gociacion internacional ::;obre cornercio 0 inversion.

Algunos autores han sugerido qu - las irnplicacione d los nuevou acuerdos en do-minio tan dispar como 10 ubsidios a la inversi6n 1a ' m didas fito. 3nitarias, 0 las nonnas medioambientales, Jimitan el ambito de actuacion de los gobi ernos locales y estatale . alterando el equilibrio constitucional. Un problema que hubiera requerido, razonablement su aprobacion no por el procedimiento ordinario de un tratado co­mercial, sino con las oarantia e .. pecial s que exige una refoIllla constitucional 135. Sin embargo, pese a las inquietude ' sub statales sobre esta cuesti6n, la eonsid 'raci6n de los efectos r gionales de la liberalizaeion comercial en America d J Norte no reeibi6 en el r sultado final de la negociaeion at neion alguna. n aspecto gu iba a tener re­percu iones muy notable no s610 en Estados Unidos y Canada, sino tambien en Mexico. en efeeto, el debat politico y la in ,·titueionalizacion del TL N, ha refor­zado el sentimjento d alienaci6n territorial de los estados sureiios, favoreci endo los movimiento. popular s y I al zamiento zapatista en el stado de Chiapas 136 ,

De 10 anterionnente expuesto, podemos concluir, que en contra de 10 que suele . e­nalars , 1 problema que e. lamos esbozando no afecta solamente a la ni6n Europea. POI' el eontrario, la transfonnaei6n del si t rna politico interne por efeeto d los pro­cesos de integraci6n y de Ia crencion de regimenes internacionale. , eonstituye un fe­n6meno de aJcance mundie 1. No obstan te, re: ulta indudable que -I proc .0 de cr a­cion d I Mercado -onico Europeo, con sus e~trictas normas de eomp tencia, y las dificllltad ~ de u pue ta en c cion, supu 0 para los gobierno locales y r gionale ' del ambito comunitario un importante aprendizaj sobr las repercusione, para la auto­nomia . ub statal de .... ta nu va dinamica en Ia poiftica mundi al 137 , Por un Jado, tanto la obervacion d . la practiea com el propio desarrollo juri . prudem:ial, no tardaron en poner de manifi esto que Ja integraeion de la. eeonomfas naciona les, una vez elimi­llaJos I . ob taculo en la' frontera , exige la coop raci6n ef cti a de la, au tOli dade. subestatales en la apJ icaci6n del der 'ho comunitario, y la observancia de la. normas de conducta que impone al s t r publico y pri\ado, el der eho de compeleneia l ~ • .

D5 AI respcclo, vic/. SCH EFFER . M., Y SINGER, T, «Multilateral Trade Agreement'; and U.S. tates», en Joul7lal ofWorltl Tracie, vol. 26, n." 12, 1992. pp. 48-50; KEt AR , P .. «Binational Panels of tile Canada-Uni­ted lates Free Trade grcement in Action: Th conSliluUonal challenge. conlinues» , en GeO/'Re Wm'hiflg ­COn Journal of !mema/iolla! Law & Ecof/omy, vol . 27 , 1993, pp. 173-208.

p" eJr. RENARD, M ., I<Le Chiapas cst aussi Mcxjquc», en Cahipr,\' de.\" Ameriques La/illes, n." 17, 1994, pp, _ -23; CLEAVER, H., «The Chiapas pri 'ing» en Studies ill Political Economy, n. '· 44, 1994. pp. 141 - 157; DIE 7 .. Goo ~(Lapatismo mo imientos etnico-regionalcs en Mexko», NiwI'(J Sociedad, n." 140 1995, p. :n-50, y ZEI~ME- 0, S .. «Zapalismo: regi6n y nacion». Nllt!l'{J .)()ciedad, n." 140, 1995, pp. 51 -57 .

117 Para Ull primer analisis comparau<> de lo~ d sarrollm. en cslc terreno en la limon Ellropea America del one, \lid. KRESL, P. K .. « lIbnatinnal Gov mmcnts ;md Regional Trad . Lit cralization in Europ~ and North Amcri<.:a») , en Rel 'll(, (rlnle~rati()/l Ellropeenlleljoul/a/ of European llllegratilJll , vol. XVII, n." 2-3. 1994. pp. 308-. 55 .

1 IX Vid. al respccl0, ANDRFLJ I I-'OR os, E.; D ,\Ulli\U, .; ROJ\ll ' RO , J., ('I al: l...a aplimci()/1 del derecho de la Comllnidad F.llmpl'o po,- 10.\ OI'R(lIIillIIOS SI/!Jeswrale ·. Barcelona, ln~tilul u'Estudis ulon mics. I~H6; R IIOD[ • R .. Ellropean policy makinI-:. Implell/elltution (/Ild sul)l/cllioJlal g(}l 'CI"IlIII{'I/IS: (/ SII}, II('\', Milas­tnchl, European Inslilule of Publi c Admini\lralion. 1986, _ 8,\1{ LS ,\zQUE/, J. ( onrd.). UJ OIlll/llidacl Europell, la il1SfW/cili regional y 1(1 ()r8(ll/i~,adrJlI adl/lin i.\lrwiva de [os ESfados lIIi{'mhms, Madrid, . iVI­

tas . 1993.

R.E. O.J. , v(li. L (11)1)8). I

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106 FRA CISCO ALDECOA LuzARR GA Y NOE CORN GO PR IETO

Par otro, la con tataci6n de esa realidad y sus efectos favoreci6 10 que se 11a deno~ minado movi lizaci6n polftica regional 139 . El devenir del proceso de integraci6n, Y la importancia adqu irida por la politica regional, acab6 por poner en evidencia el pro~ blema de la participaci6n ubestatal en el p roceso polftico comunitario, y la impor~ tancia de su reconocimiento insti tLlcional y polftico 140, Tal es el contexto en el qUe surgi6 1a discllsi6n sobre Ia parttctpaci6n regional en el proceso de construcci6n eu­ropea, bien mediante el despliegue de diversas modaJidades de actuaci6n como grupos de pres i6n, 0 a traves de los cauces formales que se habrfan de establecer a tal efecto. Una realidad que se refleja en e1 fen6meno de las oficinas regionales en BI1lselas, y sobre todo en el progresivo reconocimiento poiftico de las regiones en la Uni6n Europea 141,

Todo ella configur6 una realidad que iba a encontrar respuesta, por impulso de injciativas muy diversas, en algunas impOliantes novedades recogidas en el Tratado de Uni6n Europea, cuyo relieve politico, pese a sus limitaciones, nos pennitimos re­cordar una vez mas. Tales son, en breve, Ia creaci6n del Comite de las Regio­nes 142, las posibilidades de presencia de representantes de las regiones en el Con­sejo de Ministros, el reconocimiento incipiente de la participaci6n subestatal en el diseno y la gestion de la potitica regional y de fondos estructurales, asf como, aunque su contenido este todavia por clarificar, la inclusi6n del propio principio de subsidiariedad. Todo ello ha llevado a una reconsideracion general de las relaciones intergubernamentales en el ambito cOIllunitario, que junto a los aspectos chisicos de polftica intema, comienza a tener presente la dimension exterior de 1a propia auto­nomfa subestatal 143

, Una realidad que supone la manifestaci6n en el marco institu­clonal de la Union Europea de Un fenomeno de creciente relevancia fr1unclial 144. y que puede entenderse igualmente, en gran medida: como la respuesta subestatal a las oportun idades y los Ifmites para la accion que ofrece ese nuevo contexto insti­tucional que establece el sistema politico europeo. Un proceso que no ha becho sit~o empezar, y que se justifi ca tanto desde planteamientos juridicos, como de mera efl­ciencia en 1a gesti6n del proceso de integraci6n, as! como desde la perspectiva no[­mativa que se interroga sobre la naturaleza poiftica de la Union, y se plasma en in-

13~ Vid. H OOGHE, L. , «SubnaLional Mobilisation in U1e 'uropeaJl Union • en West European Po/iril·s. v,ol. 18, n." 3, 1995. pp 175- 198 ; M RKS . G. , Y LLA Mi\ZA RES , I. , « a transformacjon de la movilizaci6n regIO­nal en la Un i6n ~uropea» , en Revista (~e !nsti fu r:iones ,?!{/'Opeas, vol. 22, n.' I, 199~ , pp. 149-170. T. Y

1·10 Enlr qUlenes pa recen n <;u scnblf esta ImpresIOn, Vld. BORRi\S-ALOMAR, S.; C HR1STlA SEN., "» RODRfGUFZ POSE, A. , «Towards a "Europe of lhe Regions"'} Visions and Reality fron a CrilicaJ PerspcclIVl: . en Regi()~wl Politics & Policy. vol. 4, n." 2, J994, pp. \-17. ., . , , . , . " ' /I el

I,ll V/d al re pecto DE C I\ ST RQ RU,<\ NO, J. L., La emerRenlc p a rf lCtpaC lO11 pO/If/ca de las Jeg I01ll .. \ t proceso de consrm ccioll europea, Oiiati. IVAP/HAEE, 1994. . f \JlC

1,12 A l respeclo, c..fr., VAN DER PP, P , «The Committee of the Regions: The O uL<;et of a "Europe~) va-Regions" ?», en Regiona l Politics & Policy. vol. 4, n.O 2, 1994, P EREZ Go zA.LEZ., M " «AIg.u,nas o~se~a» . ciones . obre el Comitc de las Regiones y u fu n(;i <Sn en el proceso de onsl rucci6n de 1a Unton ElIIOP en f?evisra de I llSti luciolles Europe{/~, vo l. 21, n.o 1, 1994, pr· 31-59. . ., " .' the

l,n Vid, al respecto. S OLDATOS, P., y MICIlE!.MA NN, H. J ., «Subnallonal umLS paradlp io iTI3CY .In 'Jt\

conLexl o f European integration», en Journal of Eurupean lntegralion , n.') L5 , 1992, pp, I 29- l34. Y G:'\~{111" S ~GURA c., «La aClividad exterior de las omunidade Aut6nomas y la integraci6n europea», en MemiI

Ceri. n." 5, 1995 . pp. 19-22. ' . '.. , . . Reltr-H4 Vid. a1 resp cto, ALDE OA, F. & K EATING, M, (Eds ,), ParadtpLomacy III A ctIOn: Ihe Forelg ll

lion.s oI Subnafionol Cove mmel1ls, Londres, Frank Cass , 1999.

RE D.!. . vo l. L (J<J9R), 1

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.EI NUEVO REGIONAUSMO Y REESTRUcrURAC16N DEL SIS1EMA MUNDIAL 107

'. usiones docu;nales sobre el principio de subsidiariedad, y la cohesi6n te­,_.as dISC EP ...... • I IJS ttiton3 ~LO de 13 situaci6n en la Uru6n Europea nos ofrece un angulo privilegiado

III e:, 'Iderar los desarroUos que aconteeen al otro lado del Atlantlco, 0 en la 10-recons . ' '6 . pat" '6n de Asia Pacifico, SI n duda diferentes, pero cuya comparacl n arro]3 re-

Pl"n"" :~Uy elocuentes ~obre las re~rcusiones intemas de la reeslrUcturaci6n del sUltad . . undial. Por enclma de las diferenctas eXlstentes, 10 Importante es que pa­sistema n~esar una preocupaci6n generalizada por la inserci6n espacial y funcional. receo e:~nomfas locales y regionales en la economfa internacional, de;conocida en de la' c~o. y reveladora de una gran transformaci6n del papel del Estado como ins­el ~..aclave de regulaci6n y gesti6n en la ecoDomfa polftica mundial. Ello sin em­tanCla no puede hacemos ignorar las muy dispares condiciones institucionales en el bat8~s economfas regionales, y sus responsables de gobiemo, han de abordar tales re:afioS. Sin desconocer los aspectos especfficos que diFerencian los desarrollos .p, aconteeen en los tres modelo considerados, nuestro anal isis preliminar sobre la evoluci6n de este problema en la Uni6n Europea, America del None y Asia Pacffieo nos pemJite alinnar. en contra de las valoraciones mas freeuentes, que el problema de Ia erosi6n de la autonomla subestatal. que se produce en los !res casos. conoce sin embargo mejores expectativas de soluci6n en el modelo de integraci6n europeo, que los otros dos.

IX. rDENTIFICANDO ANALOGiAS Y DlFERE CIAS: ESBOZO DE UN NUEVO MARCO DE ANA.LISIS COMPARADO DEL REGIONALISMO

Procedemos ahora a identificar a1gunas analogfas y diFerencias entre los tres mo­delos del nuevo regionalismo que Hcabamos de presentar. Para cmpezar, podemos se­ftaJar que todos ellos parecen cumplir los rasgos que identificabamos al comienzo de nuestro trabajo como carHcteristieos del nuevo regionalismo. Sin embargo, una refle­xI6n mas detenida sobre cada uno de elias nos permite encontrar algunas diferencias dlgnlL~ de consideraci6n.

I) La aceptaci6n de la economla de mereado como principio organizativo, fun cional y normativo, basieo de la asignaci6n de rccursos, constituye un elemento comun en todas las Formas del nuevo regionalismo. 0 obstante. su de'pliegue esta dando lugar a Formas muy dispares de vertebraei6n entre la economfa, la polftica y la sociedad , Ello nos permite sugerir la paulat;na defilllcl6n, dentro del mismo sistema mundial, de tres grande, model os de capi tal is mo.

2) Tale, modelos se distinguen entre sf en funci6n del enfasis diverso, y de la nOCl6n diferente, de Estado. sociedad y mercado que sostienen entre sf.

h:&J & iruen!\anu: . - - • ( ~~ I.:UfI\n In... lI~ . con~~Bwr la e ... olucl6n de los t6~mos del ~balC: en 13 ~lLlma d~cada. J trave~ de 1m· fur l\:tlll:1on Prc'i~ 19~1gucn. KeATING, M .. Y JONES. B. (Eds.). Rl'/lIOllS m ,ht? Europeun Om",,,.,,,/)'. Oxford.

I Inl\ \:f'\lIy j) 05; JO;..lF's. S., y KEAl1NO. M. (Ech.), 71,e Europellll Union alld tilt Regiot/.I , Oxford, Ox­rcss, 1995.

H £ III 1'01. L (/998', J

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108

3)

4)

5)

FRANCISCO ALDECOA LuzARRAGA Y NOE CORNAGO PRIETO

Expresado de una forma muy senci ll a, pudieramos decir que en el mOdelo de America del Norte, el mercado y la polftica prevalecen sobre la sociedad' en el mOdelo de Asia Pacifico, la polftica y el mercado 10 hacen sobre la sO: ciedad: mientras en e l modelo de la Uni6n Europea. la sociedad y la polfti_ ca prevalecen sobre el mercado. Dandose la circunstancia parad6jica, que es precisamente en este ultimo, donde las posibilidades que ofrece el mercado se han utilizado de una manera mas radical. En ello se expresa la diferencia entre 13 concepci6n del mercado como medio para fines polIticos Y Sociales o como lin. ' Los tres modelos presentan un e levado grado de heterogeneidad sociocultu_ ral. Esto es particu larmente claro en el caso de Asia Pacffico, y en el de Ame-rica del NOlle. donde se agrupan Estados tan dispares como Thailandia y Austra li a, 0 Mexico y Estados Unidos, pero tambien resulta cierto para la Uni6n Europea en la perspectiva de la ampliaci6n. Sin embargo, solo la Uni6n Europea ha abordado en profundidad los problemas que ello pueda plantear sentando las bases para la definici6n de un polftica educativa y cul­tural que fomente. como se ha dado en decir, la unidad en la diversidad. Fren­te a ello, en los otros dos modelos analizados, las diferencias culturales sc plantean en terminos de pugna geocultural, en la que diversas potencias despliegan estrategias politicas dirigidas a asegurar su hegemonia regional. Los tres modelos considerados arrojan resultados muy dispares en cuanto afectan a la homogeneidad de sus sistemas y regimene; polIticos. Mientras en el modelo asiatico conviven democracias pluralistas como Jap6n y regi­menes autocraticos de diverso perfil como Vietnam 0 Indonesia, la presencia de un sistema politico democn\tico constituye, como es bien sabido, un re­quisito para la condici6n para el acceso a la Uni6n Europea. Ello tiene muy diferente efecto demostraci6n. En efecto, el requisito estructural de par­ticipaci6n en el modelo europeo supone un importante incentivo y refuerto de los procesos de cansolidacion de la democracia en la region. en la medi­da en que los Estados aspirantes, es decir, los candidatos, han de priorizar 13 consolidaci6n de sus sistcmas demacraticos en la perspectiva de adhesion. Ello no sucede en modo alguno en el cusa asiatico, donde por el contrariO. la reticencia de los Estados autoritarios de la regi6n. pese a su pruticipaci6n en el foro APEC, a impulsar los procesos de democratizaci6n ha ocusionado ~ posteriori. en el contexto de conflictividad social, diversos problemas poli­ticos de lllUY diffcil gestion. En el seno del NAFTA, la importante crisis po­IItica, econ6mica y social que sacudi6 la incierta democracia mexicana tJ1ls la entrada en vigor del TLCAN. nos sugiere parecida reflexi6n. . Los tres modelos considerados agrupan a Estados con estructuras econ6n"j cas y sociales. y Iliveles de renta radicalmente diferentes. Sin embargo. nl ~J modele asiatica ni el norteamericano han previslo mecanismo instituCIOn,1 ni linanc.:icro alguno de correcci6n de 1m, desequilibrios que pudiera DCa·

sionar In liberalil.aci6n cornercial entre areas social y econ6micamente tan dispares. POI' el cantrario, el lllodelo de la Uni6n Europea ha establecido me-canismos tinancieros e institucionales de cohesi6n social y territorial. sJ"

R.E-D.I .. \'01. I. (1998). I

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(L. NUSVO REGlONALlSMO Y REESTRUcrURACION DEL SISTEMA MUNDIAL 109

tuindose• por ello. mas. all~ de la mera confianza en cI diffcil equilibrio que die!".! surgir del func .onam.ento del mercado. . . .

~~ nuevO regionalismo diluye crecientemente la Frontera entre la polltlca 1/1-

6) tern a Y la polltica exterior, destacindose por slu IInpacW dom6

esdllclo: Todo ello ha acabado definiendo en los tres model os a reorgan.7.ac. n e SlSwma

Jltico favoreciendo la paulallna .denllficac.6n de tres IlIveles de acc.6n.

7)

POe a su vel interactuan entre Sl. subestatal. interestatal y supraestata!. Ello ;i~' embargo no puede hacernos ignorar las muy dispare, condiciones insti­LUcionales en las que los responsables subestatales han de abordar tales de­saffos en cada modeJo. En efecto, frente al creciente. reconocimiento polfti­co de las regiones en la UIlI6n Europea. los gob.ernos subestatales de America del Norte y Asia Padfico asisten desconcertados a la erosi6n de su capacidad de autogobierno, viendose obligados a la movili,wci6n regiona!. sin ningun respaldo institucional 0 financiero. que rcconozca formal mente su papel en las nuevas fonnas de gobernabilidad. EI nuevo regionalismo se caracteriza por un proceso politico mucho mas plural que el viejo proceso estrictamente intergubernamental caracterll.tico del pasado. Ello permite una participaci6n mucho mas activa. a traves de cauces fornlales e informales. de acwre, muy dispare, tales como grupos empresariales. gobiernos subestatale,. movimiento, sociales. partido, poli­ticos y sindicatos. etc. Sin embargo. esa realidad ha tomado una forma muy diferente en cada caso. Mientras, la gran capacidad de influencia de los intere es corporativo, a traves de cauces informales. caracterlstica del mo­delo asi~tico y norteamericano. dificulta la paulatina democrati7.aci6n de ,u, esquemas de integraci6n regiona!. la Uni6n Europea representa en la arena pulltica mundialla unica expresi6n de una incipientc in,titucionalilaci6n de lIna comunidad transnacional verdaderamente democr;ltica. que facilita a tra­ves de procedimientos formales e informales la panicipaci6n pluralista y la representaci6n democratica en el proceso politico.

8) Los tres modelos han dado lugar a procedimientos de tom a de decision muy dispares. Mientras que en el caso a,iatico los .cuerdos se establecen por consenso 110 villcl/lallle. funcionando bajo un principio de discreciona­lidad del Estado. el modelo naneamericano se rige por procedimientos de consenso. bajo lideralgo hegem6nico en el establecimiento de la agenda. Frenle a ello. en el modelo europeo se decide. bajo monopolio de iniciativa de la comisi6n. mediante lin procedimiento de mayorla cualilicada y pon­derada, en funci6n de diferentes equilibria, -entre el none y el ,ur. el eMe y el oeste. ricos Y pobre". grandes y pequenos. 0 I. diversa tradici6n cul­tural. En el modelo europeo. adem:,",. las decisioncs se hallan a su VCl 50-

9) mClidas a un doble control. jurisdiccional y parlarnentario. Elnuevo regionalismo se caracterila por la f6nnula de regionalismo abier­to que pennite establecer varias formas de relaci6n interregional a la vel. ya que no es excluyente. Tal es el caso. la reciente propu",ta de un acuerdo de hbre Comercio entre la UE y el TLCAN; 0 la coexistencia en 01 senD de APE del TLCAN y el AFTA. No ob'tante, In elecci6n de uno u otro como

R L f) / .• \ '(I/. f f 19%" I

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110 FRANCISCO ALDECOA LUzARR AGA Y NOECORNAGO PRI ETO

modeJo de referencia, puede afectar a la definicion de diferentes es trategia de articulacion de la economfa, la politica y la sociedad, y en definitiva a I~ vertebraci6n de muy diferentes modelos de sociedad, tales sedan las cOn. secuencias diferentes para el Mercosur de sendos acuerdos interregionales entre la UE y Mercosuf, y entre Mercosur y el TLCAN 146.

10) Los tres model os del nuevo regionalismo analizados, operan bajo un nuevo concepto de seguridad integrado, que sustituye el concepto de amenaza por el de riesgo . Ello no ha impedido, sin embargo, que tanto en Asia Pacifico como en el senD del TLCAN, se hayan producido graves problemas de se~ guridad -asf la crisis de Chiapas, eI crimen organizado en la frontera, 0 el desp]ome de las bolsas del sudeste asiarico- que ponen en entredicho precisamente, la capacidad de sus actuales marcos institucionales para es~ tablecer la seguridad estructural en su regi6n . Un aspecto que en el modelo europeo, en el senD de 1a Uni6n Europea, parece conocer vias de solucion.

Los tres modelos considerados presentan alguno de los elementos chisicos consi. derados por la teoria de 1a integracion econornica pero solo el modelo europeo nos pennite hablar de verdadera integracion polLtica. Aunque muchos analisis iosisten en presentar los tres casos como meramente reveladores de diferente grado de integracion economica, la realidad es muy diferente .

X. CONCLUSION: EL ViNCULO ESTRUCTURAL ENTRE LAS DOS CA· RAS DEL NUEVO REGIONALISMO

La utilizacion de la teona de los regimenes internacionales en el analisis del nue~ vo regionalismo nos permite superar la situaci6n de incommensurabiJjdad que se produce cuando el proceso de integracion europeo se analiza, sistematicamente. des~ de las teorfas de la integraci6n, mientras los modelos norteamericano 0 asiatico se abordan desde las t.eorfas de la cooperaci6n intemacional. En efecto, tales diferencias en la elecci6n de las herramientas te6ricas de analisis, dificultan la visualizaci6n tanto de sus rasgos comunes como de sus importantes diferencias 147 .

EI modelo asiatico puede caracterizarse como un regimen declarativo, con el~~ mentos de cankter promocional, mientras el modelo norteamencano constituye un.r~· gimen de aplicaci6n efectiva con elementos de imposici6n. Frente a elIos, la UOlon

)4f, Adquiere en e.ste scnrido particular inleres Ja prognosis que rea lizaba Jlace mas de ~na .dcC~e Grabendorff sobre la evolucion de esta cuesti6n: GRABENDORFF, W., Y ROElT, R. (I:<:ds .), Americlll.ill/fUJ, ropa Occidental y Estados Unidos: G' un nuevo lridngulo?, Buenos Aires , GEL, J 984. . , "i-

1~7 En relaci6n <:l este probJema. en un senlido mas general, veanse las interesantes refleJllOlleS rceo.:>

das en A RENAL, C. DEL. «El nuevo e,scenano illlemacional y la (e o ria de las relaciones internaC i ona leS"" .~g~ cit. en parti cular pp. 98 Y 99. don e! su autor seii ala <<ia nece idad de proceder a una evaluaci6n y reV1SJ'I_ cd tica de las actuates c~legori~s, ~onceptos y . (e.nnjnologfa, en orden a que refiejen adec~adamenle.!a r~~9 lldad que sc debe eSluular», anadlendo , aJ .retenrse a In neccs,dad. de 'uperar,Ia perspecllva eS!}I\oGt;.nLl1es• «No basta can ser conSClentes de que el obJcto de esmdlO e. l a socl edad mundlal n todas SllS dllnenSI?o cs necesario que tambien que esc objeto no se·u dj,.lor. ionado par la utilizaci6n de un lenguaj e, de una IdeO" logia. que responde 11 O(ra r aUdau, a Olra perspecliva. » (toe. cit.).

R.E-DJ . vol. L (1998). }

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E NUEvO R GIO ALI MO Y R - - STR U TURACI 6 DEL SISTEMA MUNDIAL tt J

Europea no s distingue <:>lament de lo~ .otr s cloS ~odelo ?orque a la lib r~ l.izaci ~ n mercial aiiade la adopcl6n de una poiItIca comerclal comun, la plena movIlidad de

CO . 1 . factor ,y la uni6n monetaria, sup~rando suceslvamente, os, concep.t?s conven~lO-, Ics de area de libre comercio, li mon aduan fa, m reado eomun, y UIllOn economl a.

~: Uni6~,E~ropea un .verdadero ,r~gim n d~ iot gn~ci~n,. 10 que entra~a la fee. ­tfUcturaClOn JOtegral del srst~ma polItIco, a. partIr d~1 pnnClpl? de s~be~afll~ eompar­lida. y su revertebraci6n funclOnaJ y normatl a. en dl~ r nte OIveles lIlstltuclOnales de oobierno y di ferentes niveles de representacion politi a. o AI proceder de este modo, nuestro objetivo no era, par tanto, realizar una descrip­cion sistematica de la diversa organizaciones exist ntes, sino abordar, desde una perspectjva abierta, t · prin~ipal interrogant s que pl~nteao .Ias iniciativa ~n curso, identiticando SliS rasgo ' mas not3bles, y de fonna mas precIsa, aqueJlos smgular s que nos permitan hablar de la exi :-; tencia de diferent modelos de integraci6n regional en el contexto de ree trucwraci6n del sistema internacional. De 'te modo, esperamos que la di cllsi6n sucesiva del modelo de Asia Pacffico, America del Norte y 1a Union Europea a partir de ese marco teorico comun, haya servido para poner de manifiesto, si­quiera como proposicion preliminar y abierta a discusion, la paulatina definicion, den­lro del mismo isterna mundial, d tres arande modelo de capitalismo. "se prace 0

que se expresa en los dif rente modelos d r ferencia que adopta el nuevo regional is-010, nos revela la paulatina ins titucionalizaci6n. dentro de una misma economia polfti­ca global, de tre modele de regulacion apitalista de las relacion ntre la economfa, la polftica y la ociedad. ale modele . e di ·tingu n entre S1 funcion del nfa i di­verso, y de la ooeion diferente. de stado, :~ ociedad y mercado que sostienen entre .'1.

EI nuevo regionalismo en Asia Pacffico . car cteriza , fre nt a otros modelo " y muye pecialmente frente al mod 10 de integraci6n europeo, por su rechazo front'I I a clIalquier forma de supranacionalismo politico 0 jurfdico. E r chaz exprescl una concepci6n de la soberan ia aferrada a la ' climensiones polftico-institucionales d 1 E~­tado. muy c her nte c n la centrali zaci6n del pod r polftico caracterf. fica de la ma­yorfa de los tado. d la region. Sin embargo, ese r chazo a la cesi6n de la soberanfa en I sentido formal conlra ta con la adaptacion de los gobiernos de la zona a la 16gica del mercado, al impulsar la integraci6n de. u. economias a traves de la organizaci6n transnacional de la produc i6n. 1a xten:i6n del comercio 0 la promocion de la in­versi6n. Tale. medidas fueron auoptada. partir de la presunci6n d qu e) costa so­cial d l' rn i mas serfa r ab orbido sin mayor impacto sobre el sistema polftico. Sin embargo, tra ' una decada de recimiento ac lerado, comienz ' n a haeer clara ' la,_ cOIl .'ecuencia. sociales y politica.- de la d sregulacion con6mica. on · cuencias qUe stan afec tando cr cientemente a 1a propia estabilidad estatal. D . este modo y corn re puesta a la generalizaci6n del male. tar popular por los rectos . ociale ' de ese n~od lo la cia ' polilica se e obligada al de pliegu d nuevas polfticas de control so­cial. en u a 0 a h reforma al,; lerada d I si tema polftico, c rno e. lrategia sobre­venida de gesti6n de los desequ il ibrios qu- ha provocado la liberalizaci 'n o

La r Pll:ta nortcamelicana. ('entrada fundam ntalmente en la liberalizaci6n d I corn r io a rrave . del TL AN ~ caract riza a grande ra.-gOL, por poner en el cenlro elillercado como objetivo central del pr e.-o, r duci ~ndo la . ev ntual s auaptac ioncc· <.It! sistema polItico y social a las estrictarncnte nee .. arias para ellogro de 10 objeti-

R. r:. D. l .. 1'01. l.( I W8), 1

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112 FRA CIS () , D' OA LuzA RRA Y NOE OR AGO PRTETO

vos con6micos. No obstant , la " m dida adoptada. n ) plano de la li berali zaci6n con6mica han tenido un decto mayor del previsto 'obr 1 si t rna polItico y social

incr mentando las desigualdade .. oci ales y territoriale , uf6iendo de te mod la ne: 'e idad d r sp~nder on medidas excepcionale , de 'd ' la crisis d 1 pe 0 al r feren~ dum de inti penckncia d' ,u bec eo arrada, dUigidas a garantiLar 1a stabilidad del sist rna polftico frente a los efecto sociopoifticos institucionale de la liberlcllizaci6n omerciaJ. Mientras en la Ulli ' n Europea e, tablecen Jas ba. de un nu 0 COn~

epto de ciudadan fa transnaciooaI, n el modelo norteam ricano los acuerdos se li~ mjtan a la libre circulaci6n de III rcanda sin abordar la movilidad de factor . . ni Por supuesto d trabajadores. En I modelo as iatico, in luso, ha 11 ado a plantearse la movilidad de personas restringida. a los titulares de un pasaport esp cial para em~ pre ario . En ambos ca os . consigui ron el vado indices de cr cimicnto a costa de un importante cos to social.

Frente a eUo, I modelo europeo de regionalismo se caracteri za pOl' una f nnula­cion original mucho rna ' elaborada, producto de una retlexi6n sistem,itica sobre los desaffos qu plantea la re structuracion del si tema intemacional, que parte de la pri(}­rizac i 'n del modele europ 0 de ' ociedad y considera el mercado y el propi sistema politico , como instrumentos para La r estructuraci6n del mismo. Elemen to funda­mental J la tran, formaci6n n urso, en cuanto aYe ta a la ree tructuraci6n leI sis­tema politico. es el cone pto de soberanfa compartida, que a pesar de no hab r cono­cido 'u pI n de an-ollo t davfa adquiere carta d natural ' a jurldica, superadora del cone pto clasico del Estado, n la mu taci6n de un' omunidad urop a de naturale­za fund dm ntalmente econ "' mica en una Union Eu ropea de naturaleza polftica. arti­culad n di f r Il t s ni Ie. de gobierno y de r presentacion politica, Sin m argo, ta­les nov dade ' en I plano institucional no SOil sino el resu ltado d las posjbilidades abi rtas pOl' Ii:! utili zacion dIm rcado como instrumcnto al erv icio d la p lftica y la socieciad, qu encuentra en su punto de Uegada, la moned '} unica, la expr si6n de un nuevo modele de ociedad. En definitiva, 1 fundamento poLfti 0 d I modelo de la

mon ta n la art iculaci6n de uno intereses compartidos, inspi rados por unoS va­lores comun s y una misma vision del mundo.

rm ulado de una manera audal ) mucho ma 'enci ll a, la moneda ·ta jugando clistinto papel en cada caso lanto en sus efectos int rnos como en su pI' yecci6n in­t rna ional. i el d61ar fu expre 'ion de la heg monia poHtica d I ' E:tad ' Unidos, y 1 yen 10 ha sido de 1a puj anza eeon6mica japonesa, el euw 10 $ de un nuevo J1l0~ delo ·oejal . E. mas, r cUHi ndo d nuevo a la p r pectiva estructumcionista . p eJ1~~')s anad~r, en ot:o ord n. d cosa , que el euro es tanto I re ultado Ie 1a reestru tl.InK)O~ del ~Jst 'ma IO ternac lOnal , omo de encadenante d · una nueva r e tructuraclon ?c mi n1 Cl , a traY ' d su efect s }bre el .j tema monetario intemacjonal, y I, - propla~ ins tititucion s que surgieron de Bretton Wood. 148.

La id ntificaci6n d tal , m d los tiene adema. un imp rtanlc fecto d mostra~ cion, en la medida n que los ni, m s consUtuycn la referen ia fundam ntal en .I mO

-

I~~ Un cfet:lO, 'Sle, "'lit! han sido incupaces de pr ver algunos de 10 crilicos mils radicalc.<; del ~j~ I,ell~~ de BrcH 11 Woods, per<> qU\! insist '11 en igno rar el rllcance polflico del eur~ . Vic~. ~n csa linea. come CJ~ I;It' plo. C A ;\NAGH, J.; W YSII M. D .. Y ARIHIP • M .. A/leJ'l/(/f{\'l/S al Ordell CCOI!017lu'o Global, Ma. a /la

BreI/Oil \Vood.>. Burcelona. !caria. 1994.

R. E. D .I. , vo l. L J WH), 1

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EL NUEVO REG10NALISMO Y REESTRUCTURACION DEL SISTEMA MUNDIAL 1 13

enW de redefinici6n de 1a cooperaci6n regional en Africa, America Latina, el mun­;0 Arabe 0 el Asia CentraL No tanto porque cada ~no de elIas establezca nuevas po­."bilidades institicionales de cooperac16n entre los dlferentes esquemas de cooperaclon ~l ajonal, como por el modo en el que 1a elecci6n de uno U olro como modelo de re­~':~encia} puede afectar a la ~efinicion de dif~l:entes estrategias. ~e aI1iculaci.~n de la >conomfa, la polftjca y la socledad, y en defimtlva a la vertebraClOn de muy dlterentes ~odelos de sociedad. Un aspecto euyo ana1isis habremos de emprender en otra oca­sion, pero cuya soja mencion favorece nuestra reflexion.

POl' ultimo, la aportaci6n que nosotros presentamos, a traves de este articulo, en tornO a1 nuevo regionalismo, es la identificaci6n del vinculo estructural entre 1a reva­lorizacion del regionalismo entendido eo el sentido subestatal , y el regionalismo in­terestata1, fenomenos que hasta ahora se han anaJizado separadamente.

Seran las nociones de economia, sociedad y Estado, y su nueva vertebracion, las que pelmitan la articulacion de ambos regionalismos, colocando a la reestrueturaci6n del sistema internacional en 1a base misma de ese vinculo estructural. Por ello , en­tcndemos que hoy es imposible estudiar eualquiera de los dos regionalismos por se­parado, ya que se han convertido, como eonsecuencia de la reestructuraeion del sis­tema ioternacional , en diferentes expresiones de la misma logica . Surge asf un nuevo concepto de relaciones intergubemamentales, que atraviesa la poJitica intema y la po­Utica exterior. El aleance y significado de esta transformaci6n conoce desarrollos muy diferentes en los tres modelos analizados. Sin embargo, por diversas que sean sus manifestaciones en Asia Pacifico, America del Norte 0 Ja Union Europea, su amllisis detenido revela que responden a una misma rea1idad .

En definitiva, podemos conduir, eJ nuevo regionalismo constituye la expresi6n de las diferentes respuestas regionales a los desaffos sociales y politicos de la globali ­zaci6n.

Leioa, oetubre de 1998.

S U M MARY

The article explores the underlying logic behind the transi tion frolll the old region alj~m to the so called /lew regionali ·m. Thi s transition can be explained as lhe regiona l reo ponse to the econontic and political challenpcs imposed by the international society re~ tructuring during the last decades. Nevel1hele, .. this re .­ponse ha. taken very differen rorms in different regional context. . dependi ng on the diver c modes of re­~rtielliatio ll between the market. the poli tical system and the values of society. Departing from a conceptual framework ba ed in the lheory of inte rn aLiona I regimes , the article analyzes com,ecutively the three more prOlllinent models of new regionalism. First, we delineate the ociopoli tical li mi tations of the de facIO eeo­Il.Olllie integra tion through APEC, chara lcrizcd by it::; 100v insti tutional profi le. and growing pol tical ten ­SIons b tween tbe eenll·aJil.ation of power and social demands for dcmocralization. Secont! , we analYLe the ~hOrtcomjngs of NAFfA . as model of economic liberali/.ation, without any particu lar provision devoted to a\'()~d its territorial and so 'ial impact. Third, we identify the european union integration model , stressing ils !\oclaJ and political dimension. Our analysis suggesLs that configuration of those new region<t lism modeL: . could b lIno "Tstood a~ the gradual crystallization or three dilTerent modes of capitalislll within the same World capiwlist system. FUl1hcl11lOre, tbe article contains a )'horl discussion about the repcrcussion ll lIpon suhllational autonomy of the European Union, AFfA or APEC. In so doing. the article 'uggesls lhal tile IlL'W in ternational regionalism. and recelll d velo!1 l11cnts in the licld of rcgiona political mobilization , are, in Some way, thc tw sides of the same reality.

R.ED.I .. pol. I, ( 1998 ), !