56
Alfonso Reyes Ochoa Alfonso Reyes Ochoa (Monterrey , 17 de mayo de 1889 - México, D.F. , 27 de diciembre de 1959 ) fue un poeta , ensayista , narrador , diplomático y pensador mexicano . Se le conoce también como «el regiomontano universal». Semblanza biográfica Alfonso Reyes fue el noveno de los doce hijos del General Bernardo Reyes Ogazón y de Doña Aurelia de Ochoa-Garibay y Sapién, de importante familia jalisciense. Su padre ocupó importantes cargos durante los gobiernos de Porfirio Díaz (fue gobernador del estado de Nuevo León y Secretario de Guerra y Marina ). Alfonso Reyes realizó sus primeros estudios en colegios de Monterrey, en el Liceo Francés de México, en el Colegio Civil de Monterrey, y posteriormente en la Escuela Nacional Preparatoria y en la Escuela Nacional de Jurisprudencia , que tiempo después sería la Facultad de Derecho en la ciudad de México, en donde el 16 de julio de 1913 se graduó de abogado. En 1909 , fundó, con otros escritores, el Ateneo de la Juventud , donde Pedro Henríquez Ureña , Antonio Caso y José Vasconcelos Calderón , entre otros intelectuales, se organizaron para leer y discutir a los clásicos griegos , acuñar agudas reflexiones sobre

Alfonso Reyes Ochoa

Embed Size (px)

DESCRIPTION

txt

Citation preview

Alfonso Reyes Ochoa

Alfonso Reyes Ochoa(Monterrey,17 de mayode1889-Mxico, D.F.,27 de diciembrede1959) fue unpoeta,ensayista,narrador,diplomticoy pensadormexicano. Se le conoce tambin como el regiomontano universal.Semblanza biogrficaAlfonso Reyes fue el noveno de los doce hijos del GeneralBernardo Reyes Ogazny de Doa Aurelia de Ochoa-Garibay y Sapin, de importante familia jalisciense. Su padre ocup importantes cargos durante los gobiernos dePorfirio Daz(fuegobernadordel estado deNuevo Len y Secretario de Guerra y Marina).Alfonso Reyes realiz sus primeros estudios en colegios de Monterrey, en el Liceo Francs de Mxico, en el Colegio Civil de Monterrey, y posteriormente en laEscuela Nacional Preparatoriay en laEscuela Nacional de Jurisprudencia, que tiempo despus sera la Facultad de Derecho en la ciudad de Mxico, en donde el 16 de julio de 1913 se gradu de abogado.En1909, fund, con otros escritores, elAteneo de la Juventud, donde Pedro Henrquez Urea, Antonio CasoyJos Vasconcelos Caldern, entre otros intelectuales, se organizaron para leer y discutir a losclsicos griegos, acuar agudas reflexiones sobre la literatura y la filosofa universales, y llevar a cabo una importante labor de difusin cultural. De gran relevancia fueron las crticas que hicieron alpositivismoy al desarrollo que tuvo enMxicodurante elPorfiriato, mismas que suscitaron una verdadera revolucin cultural en el pas.En1911, cuando tena 21 aos de edad, public su primer libroCuestiones estticas.LaRevolucin mexicanade 1910 no favoreci a la familia Reyes, que tena buenas relaciones con la dictadura porfirista. Reyes recuerda que escriba en su cuarto de la ciudad de Mxico con una carabina cargada, cerca de su escritorio; de vez en cuando la miraba, preguntndose si tendra que usarla.En agosto de1912, fue nombrado secretario de laEscuela Nacional de Altos Estudios, antecedente de laFacultad de Filosofa y Letrasde laUNAM, donde imparti la ctedra de "Historia de la Lengua y Literatura Espaolas".En 1913, su padre particip en el golpe de estado en contra del presidenteFrancisco I. Madero, lo que derivar en la lucha fratricida conocida como laDecena Trgica. El general Bernardo Reyes muri el primer da de combate, en elZcalode la Ciudad de Mxico. Alfonso Reyes escribira luego un poema a la memoria de esa tarde. Este hecho y la posterior participacin de su hermano en el gobierno deVictoriano Huertalo hicieron marchar a Europa en junio de ese ao e incorporarse a la Legacin de Mxico enFrancia, puesto que desempe hasta1914.Estancia en EspaaReyes se exili luego enEspaa, donde residi desde1914hasta1924. Esta poca ser la de su mejor perodo de creacin y en la que se convertir, al mismo tiempo, en gran escritor y maestro de la investigacin literaria.EnEspaa, donde pas apuros econmicos, se consagr a la literatura y la combin con el periodismo; trabaj en el Centro de Estudios Histricosde Madrid bajo la direccin de DonRamn Menndez Pidal. En 1919 fue nombrado secretario de la comisin mexicana "Francisco del Paso y Troncoso", ao en el que efectu la versin en prosa delCantar de mio Cid.Varios de sus amigos lo instaron a naturalizarse espaol, pues as podra desempear un puesto en el gobierno, pero Reyes no sigui el consejo. Alguna vez se le present una oferta para la enseanza, pero la rechaz. Se interes en la estticadeBenedetto Croce. Public numerosos ensayos sobre la poesa delSiglo de Oroespaol, entre los que destacan:BarrocoyGngora; adems, fue uno de los primeros escritores en estudiar a sorJuana Ins de la Cruz. De1917sonCartones de Madrid, su breve y magistral obra,Visin de Anhuac,El suicida, y de 1921,El cazador. Fue colaborador de laRevista de Filologa Espaola, de laRevista de Occidente y de laRevue Hispanique. Son notables sus trabajos sobreliteratura espaola, sobreliteratura clsica antigua y sobreesttica, entre los que destacan, de esa poca, Cuestiones estticas(1911). En Espaa organiz una ceremonia el 11 de septiembre de 1923 en elReal Jardn Botnico de Madridpara honrar la memoria del poeta simbolistaStphane Mallarm.A partir de 1924 desarrolla una vida diplomtica y social en Pars, Buenos Aires y Ro de Janeiro. Traduce a Mallarm y edita su propio correo literario:Monterrey, publicado a partir de 1930. Se cartea con amigos dispersos por todo el mundo y dicta discursos, conferencias y contribuye a homenajes y reuniones culturales.Publica, entre otros,Cuestiones gongorinas(1927),Captulos de literatura espaola(1939-1945), Discurso por Virgilio (1931). De su obra potica, que revela un profundo conocimiento de los recursos formales, destacanIfigenia cruel(1924),Pausa(1926),5 casi sonetos(1931),Otra voz (1936) yCantata en la tumba deFederico Garca Lorca(1937).Dej asimismo una valiosa obra como traductor (Laurence Sterne,G. K. Chesterton,Antn Chjov) y como editor (Ruiz de Alarcn,Poema del Cid,Lope de Vega,Gracin,Arcipreste de Hita, Quevedo).Vida de diplomticoUna vez aquietados los vientos de la Revolucin, la fama de Reyes en Europa llega a Mxico y el Estado mexicano lo incorpora al servicio diplomtico.De1920a1939desempe diversos puestos dentro del servicio diplomtico mexicano. Primero, en junio de 1920, fue nombrado segundo secretario de la Legacin de Mxico en Espaa. Luego, encargado de negocios en Espaa (de 1922 a 1924), ministro enFrancia(de1924a1927) y embajador enArgentina(de1927a1930).Durante su estancia en Buenos Aires, Reyes recibe una carta y auxilia a un colega diplomtico y poeta, Pablo Neruda, que est atrapado y muriendo de aburrimiento en una perdida e ignota oficina comercial en Asia. De1936a1937es titular de la Embajada enBrasil, entre1930y1936.Influencia y reconocimientos Sepulcro de Alfonso Reyes en la Rotonda de las Personas Ilustres (Mxico)Durante su etapa como embajador en Argentina, Reyes se relaciona con la brillante generacin literaria de este pas sudamericano. La amistad deVictoria Ocampoy el dominicanoPedro Henrquez Urealo rene conXul Solar, conLeopoldo Lugones, con un jovenJorge Luis Borges, y, un an ms joven,Adolfo Bioy Casares, adems del celebradoPaul Groussac. Groussac me ense a escribir- deca con humildad y con frecuencia-. Por su parte, a Jorge Luis Borges sobre todo le subyugaba el refinado y seductor estilo literario del escritor mexicano;tal era la admiracin de Borges por l (Reyes era diez aos mayor), que lleg a considerarlo el mejor prosista de lengua espaola en cualquier poca,y en su recuerdo escribi el poema In memoriam.Los libros de escritores mexicanos van del Anhuac al Ro de la Plata, y en sentido inverso van los textos de autores argentinos.En abril de1939preside laCasa de Espaaen Mxico, una institucin fundada principalmente por refugiados de laGuerra Civil Espaola(a los que l, junto con Daniel Coso Villegas, ayud a asilarse) que despus se convertira en el prestigiadoEl Colegio de Mxico. El19 de abril de 1940 fue nombrado miembro de nmero de laAcademia Mexicana de la Lengua, contraparte correspondiente de la Real Academia Espaola, ocup la silla XVII y fue director de 1957 a 1959. Fue catedrtico y fundador deEl Colegio Nacional. En1945obtuvo elPremio Nacional de Ciencias y Artes en Literatura y Lingstica en Mxico.De 1924 a 1939 se convirti en una figura esencial del continente hispnico de las letras, como atestigua el propioJorge Luis Borges. Es el principal animador de la investigacin literaria en Mxico, y uno de los mejorescrticosy ensayistasenlengua castellana.En1949,Gabriela Mistral"lanza" la candidatura de Reyes para que se le otorgue el Premio Nobel de Literatura, pero el movimiento nacionalista mexicano, muy fuerte en ese momento, "obstruye" la candidatura pues, para su gusto, Reyes escribe mucho de los griegos y muy poco de los aztecas.En 1951 Reyes sufre un infarto y es atendido por el famoso cardilogo mexicanoIgnacio Chvez.Fue nombradodoctor honoris causaen letras por laUniversidad de Princetonen1950y en1958fue nombradodoctor honoris causapor laUniversidadLa Sorbona(en francsLa Sorbonne) de Francia. Ese mismo ao viaja en automvil de la ciudad de Mxico aEstados Unidos, para recibir el doctorado honoris causade laUniversidad de California en Berkeley. Las minifaldas que ve en un establecimiento de comida rpida en California le encantan: "Aqu las chicas sirven comida usando patines y con los muslos al aire, como en la Creta minoica", escribe en su diario. En27 de diciembre de1959 fallece en la ciudad de Mxico, vctima de una afeccin cardaca. Fue sepultado en laRotonda de las Personas IlustresElFondo de Cultura Econmicaha publicado los 27 volmenes de susObras completas, cuya edicin estuvo a su cargo hasta su muerte.Alfonso Reyes es un escritor clsico, formalista, comedido, su prosa nos hace pensar en el modelo apolneo deNietzsche. Sus temas y preocupaciones fueron siempre los grandes temas de la cultura clsica griega. Fue considerado porBorges "el mejor prosista del idioma espaol del siglo XX".Obra publicadaPoesa Huellas(1922) Pausa(1926) Cinco casi sonetos(1931) Sol de Monterrey(1932) Romances del Ro de enero(1933) A la memoria de Ricardo Guiralde(1934) Golfo de Mxico(1934) Yerbas del tarahumara(1934) Minuta. Juego Potico(1935) Infancia(1935) Otra voz(1936) Cantata en la tumba deFederico Garca Lorca(1937) Villa de Unin(1940) Algunos poemas, (1925-1939)(1941) Romances (y afines)(1945) La vega y el soto (1916-1943)(1946) Cortesa (1909-1947)(1948) Homero en Cuernavaca(1949) Poema del Cid (Traduccin)(1949) La Iliada de Homero. Primera parte: Aquiles agraviado. Traslado de Alfonso Reyes(1951) Obra potica(1952) Nueve romances sordos(1954) Bernardo Mandeville. El panal rumoroso o la redencin de los bribones. Parfrasis libre de Alfonso Reyes(1957) Cuatro poemas en torno a Monterrey(1957)Teatro Ifigenia Cruel(1924), obra puesta en metro msico porRoberto Tllez Oropeza(vaseIfigenia Cruel) y porLeandro Espinosa(vaseIfigenia Cruel), pero ninguna de las dos peras se ha representado.Crtica, ensayos y memorias Composiciones presentadas en los exmenes de primero y segundo curso de literatura, en la Escuela Nacional Preparatoria, por el alumno...(1907) Los "poemas rsticos" de Manuel Jos Othn. Conferencias en el Ateneo de la Juventud(1910) Cuestiones estticas, (1911) El paisaje en la poesa mexicana del siglo XVI(1911) El suicida. Libro de ensayos, (1917) Visin de Anhuac (1519)(1917) Cartones de Madrid (1914-1917)(1917) Retratos reales e imaginarios(1920) Simpatas y diferencias:Primera serie: Pginas del jueves(1921)Segunda serie: I Crtica/II Historia menor(1921)Tercera serie: I Simpatas/II El cisne(1922) El cazador. Ensayos y divagaciones(1921) L'evolution du Mexique(1923) Calendario(1924) Simples remarques sur le Mexique(1926) Reloj de sol. Quinta serie de "Simpatas y diferencias"(1926) Cuestiones gongorinas(1927) Fuga de Navidad(1929) La saeta(1931) Discurso por Virgilio(1931) A vuelta de correo(1932) En el da americano(1932) Horas de Burgos(1932) Atenea poltica(1932) En el ventanillo de Toledo(1932) Tren de ondas(1932) Voto por la Universidad del Norte(1933) La cada. Exgesis en marfil(1933) Trnsito deAmado Nervo(1937) La idea poltica deGoethe(1937) Las vsperas de Espaa(1937) Aquellos das(1937) Mallarmentre nosotros(1938) Captulos de literatura espaola:Primera serie (1939)Segunda serie (1945) La crtica en la edad ateniense (600 a 300a.C.)(1941) Pasado inmediato y otros ensayos(1942) Los siete sobre Deva. Sueo de una tarde de agosto(1942) La antigua retrica(1942) ltima Tule(1942) La experiencia literaria(1942) El deslinde. Prolegmenos a la teora literaria(1944) Tentativas y orientaciones(1944) Dos o tres mundos. Cuentos y ensayos(1944) Norte y sur (1925-1942)(1944) El Brasil y su cultura(1944) Tres puntos de exegtica literaria(1945) Los regiomontanos(1945) Los trabajos y los das, 1934-1944(1945) Las letras patrias(1946) Por mayo era, por mayo...(1946) Justo Sierra. Un discurso(1947) A lpiz. 1923-1946(1947) Grata compaa(1948) Entre libros, 1912-1923(1948) De un autor censurado en el Quijote (Antonio de Torquemada)(1948) Panorama de la religin griega(1948) Letras de la Nueva Espaa(1948) Sirtes (1932-1944)(1949) De viva voz (1920-1947)(1949) Mi idea de la historia(1949) Junta de sombras. Estudios helnicos(1949) Tertulia de Madrid(1949) Cuatro ingenios(1950) En torno al estudio de la religin griega(1951) Trazos de historia literaria(1951) Ancorajes(1951) Interpretacin de las edades hesidicas(1951) Medallones(1951) La X en la frente. Algunas pginas sobre Mxico(1952) MarginaliaPrimera serie (1946-1951)(1952)Segunda serie (1909-1954)(1954)Tercera serie (1940-1959)(1959) Memorias de cocina y bodega(1953) Trayectoria de Goethe(1954) Parentalia. Primer captulo de mis recuerdos(1954) La danza(1956) Dos escritos sobrePaul Valry(1957) Las burlas veras(1957) La filosofa helenstica(1959) Los nuevos caminos de la lingstica(1960) A campo traviesa. Trazos de Jean-Pierre Marcillac(1960) Al yunque (1944-1958)(1960) La aficin de Grecia(1960) Albores. Segundo libro de recuerdos(1960) El polifemo sin lgrimas(1961) Oracin del 9 de febrero(1963) Dante y la ciencia de su poca(1965) Universidad, poltica y pueblo(1967) Anecdotario(1968) Prosa y poesa(1975)Narrativa El plano oblicuo. Cuentos y dilogos(1920) El testimonio de Juan Pea(1930) La casa del grillo(1945) Verdad y mentira(1950) rbol de plvora(1953) Quince presencias(1955) Los tres tesoros(1955)Archivo personal Reliquias (Recuerdos, intimidades): Berkeleyana(1941) Astillas (Literatura menor, juegos de pluma): Burlas literarias (1919-1922)(1947) Tres cartas y dos sonetos(1954) Briznas I(1959) Residuos (Orillas, relieves, gangas y flecos de la obra): Cartilla moral (1944)(1952) Resumen de la literatura mexicana (siglos XVI-XIX)(1957) Instrumentos (Apuntes, notas, elementos de trabajo y estudio): Introduccin al estudio econmico del Brasil (1936)(1938) La inmigracin en Francia (1927)(1947) La constelacin americana. Conversaciones de tres amigos, Buenos Aires, 23 de octubre al 19 de noviembre de 1936(1950) De la antigedad a la Edad Media(1954) Troya(1954) Libros y libreros en la antigedad(1955) El tringulo egeo(1958) La jornada aquea(1958) Gegrafos del mundo antiguo(1959) Testimonios (Memorias, reseas): El servicio diplomtico mexicano (1933)(1937) La conferencia colombo-peruana para el arreglo del incidente de Leticia. Ro de Janeiro, 25 de octubre de 1933 al 24 de mayo de 1934(1947) Momentos de Espaa: Memorias polticas, 1920-1923(1947) Crnicas de Francia:Vol. I (enero a abril de 1925)(1947)Vol. II (abril a junio de 1925)(1952)Vol. III (julio a diciembre de 1925)(1955)Vol. IV (enero a junio de 1926)(1956)Vol. V (junio de 1926 a febrero de 1927)(1957) Documentos (Papeles ajenos): Manuel Garca Blanco, el escritor mexicano Alfonso Reyes y Unamuno(1956)Obras completasEditadas por elFondo de Cultura Econmicae ilustradas por el dibujanteEnrique Sobisch(1955-1993).Obras ilustradas La cena, con ilustraciones de Santiago Caruso (Mxico, La Caja de Cerillos, 2013)

EL LLANTO

Al declinar la tarde, se acercan los amigos;pero la vocecita no deja de llorar.Cerramos las ventanas, las puertas, los postigos,pero sigue cayendo la gota de pesar.

No sabemos de donde viene la vocecita;registramos la granja, el establo, el pajar.El campo en la tibieza del blando sol dormita,pero la vocecita no deja de llorar.

-La noria que chirra!- dicen los ms agudos-Pero si aqu no hay norias! Que cosa tan singular!Se contemplan atnitos, se van quedando mudosporque la vocecita no deja de llorar.

Ya es franca desazn lo que antes era risay se aduea de todos un vago malestar,y todos se despiden y se escapan de prisa,porque la vocecita no deja de llorar.

Cuando llega la noche, ya el cielo es un sollozoy hasta finge un sollozo la lea del hogar.A solas, sin hablarnos, lloramos un embozo,pero la vocecita no deja de llorar.

SOL DE MONTERREY

No cabe duda: de nio,a m me segua el sol.

Andaba detrs de mcomo perrito faldero;despeinado y dulce,claro y amarillo:ese sol con sueoque sigue a los nios.

Saltaba de patio en patio,se revolcaba en mi alcoba.Aun creo que algunas veceslo espantaban con la escoba.Y a la maana siguiente,ya estaba otra vez conmigo,despeinado y dulce,claro y amarillo:ese sol con sueoque sigue a los nios.

(El fuego de mayome arm caballero:yo era el nio andante,y el sol, mi escudero.)

Todo el cielo era de ail;Toda la casa, de oro.Cunto sol se me metapor los ojos!Mar adentro de la frente,a donde quiera que voy,aunque haya nubes cerradas,oh cunto me pesa el sol!Oh cunto me duele, adentro,esa cisterna de solque viaja conmigo!

Yo no conoc en mi infanciasombra, sino resolana.-Cada ventana era sol,cada cuarto era ventanas.

Los corredores tendanarcos de luz por la casa.En los rboles ardanlas ascuas de las naranjas,y la huerta en lumbre vivase doraba.Los pavos reales eranparientes del sol. La garzaempezaba a llameara cada paso que daba.

Y a m el sol me desvesta,para pegarse conmigo,despeinado y dulce,claro y amarillo:ese sol con sueoque sigue a los nios.

Cuando sal de mi casacon mi bastn y mi hato,le dije a mi corazn:-Ya llevas sol para rato!-Es tesoro y no se acaba:no se acaba y lo gasto.Traigo tanto sol adentroQue ya tanto sol me cansa.-Yo no conoc en mi infanciaSombra, sino resolana.

EL DESCASTADO

I

En vano ensayaramos una voz que les recuerde algo a los Hombres,alma ma que no tuviste a quien heredar;En vano buscamos, necios, en ondas del mismo Leteo,Reflejos que nos pinten las estrellas que nunca vimos.

Como el perro callejero, en quien unas a otras se borranLas marcas de los atavismos, O como el canalla civilizado-heredera de todos, alma ma, mestiza irredenta, notuviste a quien heredar.

Y el hombre slo quiere or lo que sus abuelos contaban;Y los narradores de historiasbuscan el Arte Potica en los labios de la nodriza.

Pudo seducirnos la brevedad simple, la claridad elegante,La palabra nica que salta de la idea como bota elLuchador sobre el pie descalzo...

Mientras el misterio lo consenta, mientras el misterioLo consenta.

II

Alma ma, suave cmplice:No se hizo para nosotros la sintaxis de todo el mundo,Ni hemos nacido, no, bajo la arquitectura de los Luises

Quin, a la hora del duende, no vio escaparse la esfera,rodando, de la mano del sabio?

Con zancadas de muerte en zanco chase a correr elComps, acuchillando los libros que el cuidado olvid enLa mesa.

As se nos han de escapar las mquinas de precisin,Las balanzas de Filologa,Mientras las pantuflas bibliogrficas nos pegan a laTierra los pies.

(Y un ruido indefinible se oa, y el buen hombre se dabaa los diablos.Y cuando acab de soar, pudo percatarse de que aquellanoche los ngeles -los ngeles!- haban cocinado para l.)

III

San Isidro, patrn de Madrid, protector de la holgazanera;San Isidro Labrador: qutame el agua y ponme el sol.

San Isidro, por la mancero que nunca tu mano tocara;San Isidro: qutame el sol, a cuya luz se espulg laCanalla; qutame el sol y ponme el agua.

Si por los cabellos arrastras la vida,como arrastra el hampn la querida.Ella trabajar para tiSan Isidro, patrn de Madrid: deja que los ngelesVengan a labrar,Y hgase en todo nuestra voluntad.

IVBblica fatida de ganarse el pan,desconsiderado miedo a la pobreza.Con la cruz de los brazos abiertosquin girara al viento como veleta!Fatiga de ganarse el pan:como la cintura de Saturno,cie al mundo la Necesidad.La Necesidad, maestra de herreros,Madre de las rejas carcelariasy de los barrotes de las puertas;Tan bestial como la coz del asnoen la cara fresca de La molinera,Y tan majestuosa como el cielo.

Odio a la pobreza: para no tener que medirpor peso tantos kilogramos de hijos y criados;Para no educar a los nios en escasez de juguetes y flores;Para no criar monstruos despeinados,que alcen maana los puos contra la nobleza de la vida.

Pero vale ms que eso ser un Prncipe sin corona, siUn Prncipe Internacional,Que va chapurrando todas las lenguasy viviendo por todos los pueblos,entre la opulencia de sus recuerdos?

Valen ms las plantas llagadas por la poca costumbre de andarque las sordas manos sin tacto, callosas de tanto afanar?

Bblica fatiga de ganarse el pan,desconsiderando miedo a la pobreza.

Alma, no heredamos oficio ninguno - ama loca sin economa.Si lo compro de pan, se me acaba;Si lo compro de aceite, se me acaba.Compraremos una escoba de paja.HaremosCon la pajaUna escalera.La escalera ha de llegar hasta el cielo.Y, a tanto trepar, hemos de alcanzar,Siempre adelantando una pierna a la otra.

{Huellas}

EL MAL CONFITERO

Es Toledo ciudad eclesistica.Para sola una noche del ao,Sus vides domsticasDan un vino claro.

Un vinillo que el gusto arrebolaDel epnimo mazapn,Y que predispone muy plcidamentePara recibir hasta el alma del aroma CanonicalDe las uvas negras en aguardiente.

Y es que la IglesiaConsiente la gula:Para cada antojo hay una licencia;Para cada confite, una bula.

Y cndida azcar chorreaPor el transparente de la Catedral;Y en sus brazos arrulla la VirgenAl pequeo dios comestible,Rosado y salmn;Y oh, que famosas tajadas de AlczarSi, como es granito, fuera turrn!

Y es que la Iglesia consciente la gula;Y monja s yo que toda es azcar.Y que tiene vicioso al cieloDe la miel hilada al pelo,Y sabe hacer unos letuarios de nueces,Y otros de zanahorias raheces,Y el diacitrn, codonate y roseta,Y la cominada de Alejandra,Y otras cosas tantas que no acabara.

Pero aquel confitero que haba,que en azcar y almendra y canelalos santos misterios haca?La Pentecosts y la Trinidad,Y el Corpus y la Ascensin,Y un Jess casi de verdadCon una almendrita en el corazn.

Pero tiene sus reglas el arte,Y a cada figura, su parte.Y tambin haba un LuzbelCon una cara cida y larga,Y le pona en el coraznUna inslita almendra amarga.

Terror de las madres: muerte solapadaen las golosinas!Sazn a mansalva,con el cardenillo de las cocinas!

Bien se yo que tiene sus reglas el arte,Y a cada figura le toca su parte.Mas garapiar almendras amargas,As sean las del corazn?Caridades escusadas,A fe ma, son.

Disfrazar un Luzbel con maa,que se lo confunda con un Salvador?Caridades excusadas,A fe ma, son.

Oh, buen hacedor!Hay arte mejor:No me vendas rencor en almbar,Si he de hallar acbarEn el corazn.

GOLFO DEMXICOVERACRUZ

La vecindad del mar queda abolida:Basta saber que nos guardan las espaldas,Que hay una ventana inmensa y verdePor donde echarse a nado.

LA HABANA

No es Cuba, donde el mar disuelve el alma.No es Cuba -que nunca vio Gaugin,Que nunca vio Picasso-,Donde negros vestidos de amarillo y de guindaRondan el malecn, entre dos luces,Y los ojos vencidosNo disimulan ya los pensamientos.

No es Cuba - la que oy a StravisnskyConcertar sones de marimbas y girosEn el entierro del Pap Montero,aigo de bastn y canalla rumbero.

No es Cuba -donde el yanqui colonialSe cura del bochorno sorbiendo "granizados"De brisa, en las terrazas del reparto;Donde la polica desinfectaEl aguijn de los mosquitos ltimosQue zumban todava en espaol.

No es Cuba - donde el mar se transparentaPara que no se pierdan los despojos del Maine,Y un contratista revolucionarioTie de blanco el aire de la tarde,Abanicando, con sonrisa veterana,Desde su mecedora, la fraganciaDe los cocos y mangos aduaneros.

VERACRUZ

No: aqu la tierra triunfa y manda-caldo de tiburones a sus pies.Y entre arrecifes, ltimas cumbres de la AtlnticaLas esponjas de algas venenosasManchan de bilis verde que se torna violetaLos lejos donde el mar cuelga del aire.

Basta saber que nos guardan las espaldas:La ciudad slo abre hacia la costaSus puertas de servicio.

En el aburridero de los muelles,Los mozos de cordel no son martimos:Cargan en la bandeja del sombreroUn sol de campo adentro:Hombres color de hombre,Que el sudor emparienta con el asno-y el equilibrio jarocho de los bustos,al peso de las cvicas pistolas.

Hern Proal, con sus manos juntas y ojos bajos,Siembra clerical cruzada de inquilinos;Y las bandas de funcionarios en camisaSujetan el desborde de sus panzasCon relumbrantes dentaduras de balas.

Las sombras de los pjarosDanzan sobre las plazas mal barridas.Hay aletazos en las torres altas.

El mejor asesino del contorno,Viejo y altivo, cuenta una proeza.Y un juchiteco, esclavo manumisoDel fardo en que descansa,Busca y recoge con el pie descalzoEl cigarro que el sueo de la siestaLe rob a la boca.

Los Capitanes, como han visto tanto,Disfrutan, sin hablarse,Los menjurjes de menta en los portales.Y todas las tormentas de las Islas Canarias,Y el Cabo Verde y sus faros de colores,Y la tinta china del Mar Amarillo,Y el Rojo entresoadoQue el profeta judo parte en dos con la vara,Y el Negro, donde nadanCarabelas de crneos de elefantesQue bombean el Diluvio con la trompa,Y el Mar de Azufre,Donde pusieron cabellera, ceja y barba,

Y el de Azogue , que puso dientes de oroA la tripulacin de piratas malayos,Reviven al olor del alcohol de azcar,Y andan de mariposas prisionerasBajo el azul "quep" de tres galones,Mientras consume nubes de tifonesLa pipa de cerezo.

La vecindad del mar queda abolida.Gaido errante de cobres y cornetasPasea en un tranva.Basta saber que nos guardan las espaldas.

(Atrs, una ventana inmensa y verde... )El alcohol del sol pinta de azcarLos terrones fundentes de las casas.(... por donde echarse a nado)

Miel de sudor, parentesco del asno,Y hombres color de hombreConciertan otras leyes,En medio de las plazas donde vaganLas sombras de los pjaros.

Y sientes a la altura de las sienesLos ojos fijos de las viudas de guerra.Y yo te anuncio el ataque a los volcanesDe la gente que est de espalda al mar:Cuando los comedores de insectosAhuyentan las langostas con los piesy en el silencio de las capitalesse oirn venir pisadas de sandaliasy el trueno de las flautas mexicanas.

CARAVANA

Hoy tuvimos noticia del poeta:Entre el arrullo de los rganos de bocaY colgados los brazos de las ltimas estrellas,Detuvo su caballo.

El campamento de mujeres bata palmas,Aderezando las tortillas de maz.Las muchachas mordan el tallo de las flores,Y los viejos sellaban amistades lacrimosasEntre las libaciones de la honda madrugada.

Acarreaban palanganas de agua,Y el jefe se aprestabaA lavarse los pechos, la cabeza y las barbas.

Los alfareros de las siete esposasAcariciaban ya los jarros hmedos.Los hijos del pas que no hace nadaEncendan cigarros largos como bastones.

Y en el sacrificio matinal,Corderos para todosGiraban ensartados en las picasSobre la lumbrarada de leos olorosos.

Hoy tuvimos noticia del poeta,Porque estaba dormido a lomos de caballo.Dijo que llevan a Dios sobre las astasY que tiene la noche cidas rosasEn las alfombras de los dos crepsculos.

PARA UN MORDISCO

Propio camalen de otros cielos mejores,A cada nueva aurora mudaba de colores.

As es que prefiriera a su rubor primeroEl tizne que el oficio deja en el carbonero.

Quiero decir ( me explico ): la mudanza fue tal,que iba del rojo al negro lo mismo que Stendhal.

Luego, un temblor de prpura casi cardenalicio(que viene a ser tambin el tizne de otro oficio)

se quebr en malva y oro con bandas boreales,que ni el disco de Newton exhibe otras iguales.

Es muy de Juan Ramn esto de malvas y oros,O del traje de luces de un matador de toros.

Y no s si atreverme, en cosa tan sencilla,A decir que hubo una "primavera amarilla",

Con unas vetas verdes, con unos jaspes grisesEn olas circunflejas como en el mar de Ulises.

Ulises yo, que apenas de Caribdis a Escila-de un vrtice a un escollo - saciaba la pupila!

Porque como es efmero todo lo que es anhelo,El color se evapora y otra vez sube al cielo,

Y ya sabemos que poco a poco se vaAun la marca de fuego de la infidelid.

Y se acab la historia - Tal era la mordidaQue luca en el anca mi querida.

IFIGENIA CRUEL

{Fragmento}

Pero soy como me hiciste, Diosa,Entre las lneas iguales de tus flancos:Como plomada de albail segura,Y como t: como una llama fra.

Sobre el eje de tu nariz recta,Nadie vio doblarse tus cejas,Ni plegarse los rinconcillosInexorables de tu boca,Por donde huye un grito inacabable,Penetrado ya de silencio.

Quin acariciara tu cuello,demasiado robusto para asido en las manos;superior a ese hueco mezquino de la palmaque es la medida del humano apetito?

Y para quin habas de desatar la equisde tus brazos cintos y untadoscomo atroces ligas al tronco,por entre los cuales punteanlos cuernecillos numerososde tu busto de hembra de cra?

Quin vio temblar nunca en tu vientreel lucero azul de tu ombligo?Quin vislumbr la boca hermticade tus dos piernas verticales?

En torno a ti danzan los astros.Ay del mundo si flaquearas, Diosa!Y al cabo, lo que en ti ms venero:Los pies donde recibes la ofrendaY donde tuve yo cuna y regazo;Los haces de dedos en compsDonde puede ampararse un hombre adulto;Las races por donde sorbesLas cubas rojas del sacrificio, a cada luna.

YERBAS DEL TARAHUMARA

Han bajado los indios tarahumaras,que es seal de mal aoy de cosecha pobre en la montaa.Desnudos y curtidos,duros en la lustrosa piel manchada,denegridos de viento y de sol, animanlas calles de Chihuahua,lentos y recelosos,con todos los resortes del miedo contrados,como panteras mansas.

Desnudos y curtidos,bravos habitadores de la nieve-como hablan de t-,contestan siempre as la pregunta obligada:-"Y tu no tienes fro en la cara?

Mal ao en la montaa,cuando el grave deshielo de las cumbresescurre hasta los pueblos la manadade animales humanos con el hato e la espalda.

Los hicieron catlicoslos misioneros de la Nueva Espaa-esos corderos de corazn de len.Y, sin pan y sin vino,ellos celebran la funcin cristianacon su cerveza-chicha y su pinole,que es un polvo de todos los sabores.

Beben tesgio de maz y peyote,yerba de los portentos,sinfona logradaque convierte los ruidos en colores;y larga borrachera metafsicalos compensa de andar sobre la tierra,que es, al fin y a la postre,la dolencia comn de las razas de los hombres.Campeones de la Maratn del mundo,nutridos en la carne cida del venado,llegarn los primeros con el triunfoel da que saltemos la murallade los cinco sentidos.

A veces, traen oro de sus ocultas minas,y todo el da rompen los terrones,sentados en la calle,entre la envidia culta de los blancos.Hoy solo traen yerbas en el hato,las yerbas de salud que cambian por centavos:yerbaniz, limoncillo, simonillo,que alivian las difciles entraas,junto con la orejela de ratnpara el mal que la gente llama "bilis";y la yerba del venado, del chuchupastey la yerba del indio, que restauran la sangre;el pasto de ocotillo de los golpes contusos,contrayerba para las fiebres pantanosas,la yerba de la vbora que cura los resfros;collares de semillas de ojos de venado,tan eficaces para el sortilegio;y la sangre de grado, que aprieta las encasy agarra en la nariz los dientes flojos.

(Nuestro Francisco Hernndez-El Plinio Mexicano de los Mil y Quinientos-logr hasta mil doscientas plantas mgicasde la farmacopea de los indios.Sin ser un gran botnico,don Felipe Segundosupo gastar setenta mil ducados,para que luego aquel herbario nicose perdiera en la incuria y el polvo!Porque el padre Mox nos aseguraque no fue culpa del incendioque en el siglo dcimo sptimoaconteci en El Escorial.)

Con la paciencia muda de la hormiga,los indios van juntando sobre el suelola yerbecita en haces-perfectos en su ciencia natural.

LA TONADA DE LA SIERVA ENEMIGA

Cancioncita sorda, triste,desafinada cancin;cancin trinada en sordinay a hurtos de la labor,a espaldas de la seora;a paciencia del seor;cancioncita sorda, triste,cancin de esclava, cancincancin de esclava nia que sienteque el recuerdo le es traidor;cancin de limar cadenasdebajo de su rumor;cancin de los desahogosahogados en temor;cancin de esclava que sabea fruto de prohibicin:-toda te me representasen dos ojos y una voz.

Entre dientes, mal se oyenpalabras de rebelin:"Guerra a la ventura ajenaguerra al ajeno dolor!Brreles la casa, viento,que no he de barrerla yo.Hlales el copo, araa,que no he de hilarlo yo.San Telmo encienda las velas,San Pascual cuide el fogn.Que hoy me ha pinchado la agujay el huso se me rompi;y es tanta la tiranade esta disimulacin,que aunque de raros anhelosse me hincha el corazn,tengo miradas de retoy voz de resignacin".

Fieros tena los ojosy ronca y mansa la voz;finas imaginacionesy plebeyo corazn.Su madre, como sencilla,no la supo casar, no.Testigo de ajenas vidas,el nimo le es traidor.Cancioncita sorda, triste,cancin de esclava, cancin:-toda te me representasen dos ojos y una voz.

LA AMENAZA DE LA FLOR

Flor de las adormideras:engame y no me quieras.

Cunto el aroma exageras,cunto extremas tu arrebol,flor que te pintas ojerasy exhalas el alma al sol!Flor de las adormideras.

Una se te parecaen el rubor con que engaas,y tambin porque tena,como t, negras pestaas.

Flor de las adormideras.Una se te pareca.. .Y tiemblo slo de vertu mano puesta en la ma:Tiemblo no amanezca un daen que te vuelvas mujer!

GLOSA DE MI TIERRA

Amapolita moradadel valle donde nac:si no ests enamorada,enamrate de m.

I

Aduerma el rojo clavel,o el blanco jazmn, las sienes;que el dardo slo desdenes,v slo furia el laurel.D el monacillo su miel,y la naranja rugada,y la sedienta granada,zumo y sangre -oro y rub-;que yo te prefiero a ti,amapolita morada.

II

A1 pie de la higuera hojosatiende el manto la alfombrilla;crecen la anacua sencillay la cortesana rosa;donde no la mariposa,tornasola el colibr.Pero te prefiero a ti,de quien la mano se aleja;vaso en que duerme la quejadel valle donde nac.

III

Cuando al renacer el day al despertar de la siesta,hacen las urracas fiestay salvas de gritera,por qu, amapola, tan fra,o tan pura o tan callada?Por qu, sin decirme nada,me infundes un ansia incierta-copa exhausta, mano abierta,si no ests enamorada?

IV

Nacern estrellas de orode tu cliz tremulento,-norma para el pensamientoo bujeta para el lloro?No vale un canto sonoroel silencio que te o!Apurando estoy en ticunta la msica yerra.Amapola de mi tierra:enamrate de m.

CONSEJO POTICO

La cifra propongo; y yacasi tengo el artificio,cuando se abre el precipiciode la palabra vulgar.Las sirtes del bien y el mal,la torpe melancola,toda la guardarropade la vida personal,aljalas, si procurasatrapar las formas puras.

La emocin? Pdela al nmeroque mueve y gobierna al mundo.Templa el sagrado instrumentoms all del sentimiento.Deja al sordo, deja al mudo,al solcito y al rudo.Nada temas, al contrario,si en el rayo de una estrellalogras calcinar la huellade tu sueo solitario.

QUDATE CALLADO...

Qudate callado y solo:casi todo sobra y huelga.De la rama el fruto cuelgay la rosa del peciolo,no a efectos del querer slo,sino a la inerte cegueraque la visin exageraen alcance y en sentido;y lo que cantas dormidoes tu cancin verdadera.

Qudate solo y callado:casi todo huelga y sobra.Ningn gasto se recobra,ni vale el oro cambiadola moneda que has pagadopor montones de velln.Que a hurtos da el coraznlos latidos que aprovechas,y aunque imaginas que pechas,lo debes al panten.

A CUERNAVACA!

A Cuernavaca voy, dulce retiro,cuando, por veleidad o desaliento,cedo al afn de interrumpir el cuentoy dar a mi relato algn respiro.

A Cuernavaca voy, que slo aspiroa disfrutar sus auras un momento:pausa de libertad y esparcimientoa la breve distancia de un suspiro.Ni campo ni ciudad, cima ni hondura;beata soledad, quietud que aplacao mansa compaa sin hartura.

Tibieza vegetal donde se hamacael ser en filosfica mesura...A Cuernavaca voy, a Cuernavaca!

II

No s si con mi nimo lo inspiroo si el reposo se me da de intento.Sea realidad o fingimiento,a qu me lo pregunto, a qu deliro?Bsteme ya saber, dulce retiroque solazas mis sienes con tu aliento:pausa de libertad y esparcimientoa la breve distancia de un suspiro.

El sosiego y la luz el alma apuracomo vino cordial; trina la urracay el laurel. de los pjaros murmura;

Vuela una nube; un astro se destaca,y el tiempo mismo se suspende y dura . . .A Cuernavaca voy, a Cuernavaca!

LAILYE

Lailye cundo vuelves a Mxico y me buscas,ya sea en Cuernavaca, ya sea en Tepoztln?Juntos recordaramos aquellas cosas bruscasdel asno, el indio, el loro, la araa, el alacrn . . .

A ti que te sorprendes -aunque jams te ofuscas-con nuestros usos y nuestra agua y nuestro panqu te parecera si vuelves y me buscas,ya sea en Cuernavaca, ya sea en Tepoztln?

Te acuerdas? Era entonces tu ser surco en amagos,flor de capullo, germen de amores y pasiones.Y ahora que te abriste al triunfo y los halagos

-oh suma de los pueblos, compendio de naciones!-,dime: a qu te sabra volver por estos pagos,estrella de los rumbos y de las tentaciones?

AUSENCIAS

De los amigos que yo ms queray en breve trecho me han abandonado,se deslizan las sombras a mi lado,escaso alivio a mi melancola.

Se confunden sus voces con la may me veo suspenso y desveladoen el empeo de cruzar el vadoque me separa de su compaa.

Cedo a la invitacin embriagadora,y discurro que el tiempo se conviertey acendra un infinito cada hora.Y desbordo los lmites, de suerteque mi sentir la inmensidad exploray me familiarizo con la muerte.

LA SEAL FUNESTA

I

Si te dicen que voy envejeciendoporque me da fatiga la lecturao me cansa la pluma, o tengo harturade las filosofas que no entiendo;si otro juzga que cobro el dividendodel tesoro invertido, y aseguraque vivo de mi propia sinecuray slo de mis hbitos dependo,

ctalos a la nueva primaveraque ha de traer retoos, de maneraque a los frutos de ayer pongan olvido;

pero si sabes que cerr los ojosal desafo de unos labios rojos,entonces puedes darme por perdido.

II

Sin olvidar un punto la pacienciay la resignacin del hortelano,a cada hora doy la diligenciaque pide mi comercio cotidiano.Como nunca sent la diferenciade lo que pierdo ni de lo que gano,siembro sin flojedad ni vehemenciaen el surco trazado por mi mano.

Mientras llega la hora sealada,el brote guardo, cuido del injerto,el tallo alzo de la flor amada,

arranco la cizaa de mi huerto,y cuando suelte el puo del azadasin preguntarlo me daris por muerto.

A ENRIQUE GONZLEZ MARTNEZ

Muchas sendas holl, muchos caminossolicitaron el afn creciente.de contrastar los usos de la gentey confundirme con los peregrinos.

Mezclaba los sabores de los vinosen cada clima caprichosamente,y yo no s si ello fue prudenteo si mis pasos fueron desatinos.

Haba que buscar la ruta ciertay ceir el desborde con el dique.Volv cansado, procur la puerta . . .

Y djame, poeta, que lo expliquecomo quien se despoja y se liberta:t estabas a la puerta, claro Enrique.

EL VERDUGO SECRETO

Vives en m, pero te soy ajeno,recndito ladrn que nunca sacio,a quien suelo ceder, aunque reacio,cuanto suele pedir tu desenfreno.

Me quise sobrio, me fing sereno,me dictaba sus mximas Horacio,dorm velando, festin despacio,ni muy celeste fui, ni muy terreno.

Poco me aprovech vivir alerta,si del engreimiento vanidosohallaste t la cicatriz abierta.

Hoy quiero rechazarte, y nunca oso.Vlgame la que a todos nos liberta,y al orden me devuelve y al reposo!

VISITACIN

-Soy la Muerte- me dijo. No sabaque tan estrechamente me cercara,al punto de volcarme por la carasu turbadora vaharada fra.

Ya no intento eludir su compaa:mis pasos sigue, transparente y claray desde entonces no me desamparani me deja de noche ni de da.

-Y pensar -confes-, que de mil modosquise disimularte con apodos,entre miedos y errores confundida!

"Ms tienes de caricia que de pena".Eras alivio y te llam cadena.Eras la muerte y te llam la vida.

MORIR

En el ms carioso lechome siento morir,cuando en la naturaleza,toda mansa como jardn.

Muelle, el ala del ngel blanco-qu piedad, qu ternura al fin!-,primera vez roza mis hombroscomo el arco roza el violn.

Esta frescura de saberque tambin nos vamos de aqu,qu novedad en la conciencia,qu persuasin blanda y sutil!

Que conformidad, qu tersura,qu dejarse ir!Sus filos y puntas los actosredondean al llegar a m.

Ni la sangra del estoicoque se amenguaba sin sentir,ni el spid que apenas besabael botn de ansioso carmn:

Lento declive, y tan seguro-hinchado de s-que ni da lugar a lamentosni a temores, ni

siquiera al vago cosquilleode ese minuto por veniren que se ha de abrir a mis ojosalgo que se tiene que abrir.

Qu natural lo que se acabacuando ya se apaga por s!Voy con la razn satisfecha,dormido, contento feliz.

Y yo que viv tantos aos,tantos aos como perd,sin dar odos a la esfingeque susurraba junto a m!

Yo no sabia que la vidase reclina y se tiene asen esa gula de la nadaque es su divn, es su cojn.