n on o d s A t i e Ca troAAn

Salas de ExposicionesÁrea de Cultura

Excmo. Ayuntamiento de Rincón de la Victoria

Antonio de CastroJaulas abiertas

Casa Fuerte Bezmiliana13 de mayo al 19 de junio

2011

Vivimos en unos tiempos en los que nuestra libertad cada vez está más limitada y nuestra intimidad amenazada; estamos vigilados por cámaras en la calle, en los edificios públicos, en las estaciones, etc., y continuamente se van haciendo más leyes que van limitando y amenazando nuestra libertad.

Antonio de Castro (Osuna, 1947) es un artista que reflexiona sobre todo esto y en esta exposición, titulada 'Jaulas abiertas', recurre a los pájaros como metáfora de la libertad. Sus obras son muy diversas y están resueltas con acrílico, acuarela, pastel, carbón, grafito, collage, piedras, esparto, hierro, etc., es decir, con una gran libertad de materiales y recursos técnicos propios de un artista de una larga trayectoria, que domina a la perfección las claves técnicas de su lenguaje y que se encuentra en plena madurez artística. Antonio de Castro ha desarrollado su trabajo como pintor, diseñador, ilustrador y cartelista y, de todo lo aprendido en estas parcelas artísticas, se vale para configurar una obra llena de libertad, de ironía, de elegancia, llena de precisión y equilibrio, sugerente y evocadora, obras muy distintas y en las que hace uso de una libertad tremenda para expresar lo que realmente le interesa.

En esta exposición podemos ver dibujos, pinturas, esculturas, un cómic 'Mano-Hito', una vídeo-proyección, e incluso se vale de elementos del propio edificio en el que expone, la Casa Fuerte Bezmiliana del Área de Cultura del Rincón de la Victoria, como unos pesebres, para crear una instalación y convertirlos en nidos y hacerlos dialogar con sus pinturas de la serie 'Aleteo junto al nido' y 'Bosque nevado', en las que podemos ver siluetas de pájaros recortados en cartón pluma, especie de bajorrelieves en los que ha prescindido del color y en donde se aplican elementos vegetales como el esparto y ramas secas, obras llenas de poesía y poder evocador.

En otras obras arruga el soporte (papel) sobre el que ha trabajado para conseguir un efecto tridimensional, como en la obra 'Paloma agredida', o 'En libertad', en la que podemos ver un conjunto de aves migratorias resueltas con tinta y acrílico y de una gran movilidad y dinamismo.

También recurre al collage utilizando materiales diversos como ramas, esparto y piedras pintadas con las que construye pájaros que tienen ciertos ecos de algunos tipos de cerámicas populares. Se vale de la Historia del Arte, como en 'El gorrión de

Sevilla', en la que de una forma bastante irónica utiliza la célebre obra de Velázquez 'El aguador de Sevilla'. En algunas obras vemos bodegones, o figuras humanas, en los que la línea va construyendo la forma en un proceso de síntesis que nos va acercando paulatinamente a la abstracción. Y, finalmente, en sus esculturas en hierro podemos ver dibujadas en el espacio unas palomas de una extraordinaria belleza y en las que se observa el proceso de simplificación formal y de síntesis de algunos de sus bodegones y figuras.

En una época en la que la mayoría de los artistas quiere mostrar una obra de una gran homogeneidad estilística, a Antonio de Castro esto no le importa nada y hace uso de una gran libertad para mostrarnos una obra abierta, en la que la unidad estilística no es lo importante, llena de recursos. Realmente lo que da unidad a su obra es el concepto, la idea, los pájaros como metáfora de la libertad, en una época en la que el ser humano está cada vez más limitado y reprimido desde todos los flancos.

Rafael Cerdá, pintor y catedrático de dibujo.

He tenido en ocasiones un sueño. Desde las almenas de un castillo imaginario, situado en lo más alto de un terreno escarpado me lanzaba al vacío, extendía mis brazos y lograba planear en el espacio, a veces bajaba hasta ras de suelo y mi cuerpo rozaba la hierba verde de una extensa campiña, para después volver a elevarme y seguir volando. Nunca he sentido mayor sensación de libertad.

He querido en esta muestra recordar aquel sueño y usar imágenes de pájaros

como metáforas de este sentimiento, hoy en día muy vendido pero muy adulterado.

Haciendo gala de esa libertad, en las distintas obras que podéis ver, no me he

sometido a ningún estilo, ni técnica, ni lenguaje plástico concreto, sino que he utilizado

e investigado diferentes opciones representativas que surgieron de forma espontánea,

siempre tras la búsqueda de un determinado mensaje poético, que procedería de la

forma, del color, del no color, de los materiales…

Mi agradecimiento al Ayuntamiento de Rincón de la Victoria y a su Área de

Cultura por su generosa invitación.

“Bendito sea el caos, porque es síntoma de libertad”.

Enrique Tierno Galván.

“El hombre nunca ha encontrado una definición para la palabra libertad”.

Abraham Lincon.

Para mi mujer, María, y mis hijos.

Corredor de fondoAcrílico y grafito sobre papel

Corredora de fondoCollageAcrílico y grafito sobre papel

Aleteos junto al nidoAcrílico y esparto sobre madera entelada

En el bosque nevadoAcrílico y ramas secas sobre madera entelada

El gorrión de SevillaObra a partir de El Aguador de Sevilla de VelázquezCarboncillo, pastel y acrílico

Frutero de William MorrisCarboncillo, pastel y acrílico

Pájaros de piedraCarboncillo, pastel y acrílico sobre piedra

Desnudo con pájarosAcrílico sobre cartón

A punto de nacerAcrílico y grafito sobre papel

ComicAcuarela

El nidoHierro, esparto y huevo

PalomaHierro forjado

PalomasChapa de hierro pintada y rayada

Antonio de Castrode.castro.j@hotmail comwww.antoniodecastro.es

Sobre mí…

Desde muy pequeño, alrededor de los siete años, durante los veranos, visitaba con frecuencia a mis tíos Carmen y Joaquín. Por aquel entonces yo era muy curioso y en aquella casa había cosas fascinantes: revistas antiguas, tebeos, extrañas y diversas máquinas de fotos, prismáticos, postales y gafas para verlas en tres dimensiones… y curiosamente nadie se oponía a que yo curioseara y jugase con todas aquellas maravillas.

El generoso dueño de todos aquellos objetos era D. Arturo, el padre de mi tío Joaquín, que había estudiado medicina y Bellas Artes en Madrid. Ya no ejercía la medicina, seguramente estaba jubilado, pero sí que aún pintaba en el estudio que se encontraba en la parte alta de la casa, y al que yo subía de vez en cuando.

No recuerdo el momento justo en el que me entregó papel y lápiz y me invitó a dibujar y a copiar láminas de bocas, narices, manos, pies, flores, paisajes…

Ese fue el comienzo. “El dibujo es la base”, me decía.

Allí fui aprendiendo, sobre todo a recoger la realidad en un papel mediante un lápiz y mi habilidad. Más tarde me daría cuenta de que la realidad era otra, que aquella estaba un poco disecada, como muerta, porque era la que otros, y no yo, habían presenciado. No obstante, me sirvió para familiarizarme con los materiales y para ir adquiriendo habilidades.

Los materiales con los que aprendí a trabajar eran aun muy limitados: papel, lápiz de grafito, de colores, tintas y acuarelas, pero ya con ellos podía expresarme y comunicar parte de mis ideas y de mis sentimientos.

Fui dándome cuenta poco a poco, a través de los libros de arte, que la pintura se había llevado a cabo de forma diferente a través del tiempo, que ésta no se limitaba a primero aprender y luego utilizar unas técnicas, de forma magistral en algunos casos (Velázquez, Goya, Rembrant, Rubens…), y en otros, podríamos decir que muy interesantes, ya que de forma aparentemente menos experimentada se lograban contenidos de gran valor plástico, y con una fuerte carga comunicativa. La pintura era un lenguaje vivo, y como tal capaz de evolucionar.

Recuerdo, que fue poco antes de comenzar la carrera, a los dieciséis años, cuando me atreví con mi primera obra personal con ciertas pretensiones.

Durante el verano, en el campo, con tizas y sobre la pared, ya había realizado algunos murales de carácter paisajístico, y entonces con mucho atrevimiento y ayuda de un soporte en condiciones, óleos, aguarrás, barnices etc. pinté mi primer cuadro con cierta influencia daliniana. En él aparecía una calavera, una mujer, un hombre arrodillado y un árbol seco sin hojas. Recuerdo que los colores que predominaban eran el rojo y el azul.

Tras terminar el bachillerato y la selectividad, comencé los estudios de arquitectura, este fue uno de los momentos claves de mi formación. Con Pérez Aguilera aprendí a utilizar el grafito y el carbón y a conseguir una rica gama de tonalidades a base de transparencias. Aprendíamos unos de otros y sobre todo nos pusimos en contacto con el mundo de la pintura contemporánea, tanto en el campo de la abstracción, como en el de la figuración. Creo que aprendí deprisa, fui amigo de alumnos muy aventajados. Me di cuenta de mis logros cuando recibí el segundo premio en el concurso de felicitaciones navideñas durante dos años consecutivos. Utilizaba técnicas novedosas y mis trabajos se podían considerar ya, mejores o peores pero contemporáneos.

Durante el curso 67-68, mágico 68, inicié Filosofía y Letras, para posteriormente estudiar la especialidad de Historia del Arte. Me dediqué entonces a lo que realmente me gustaba, pintar, visitar galerías y estar en contacto con lo que en ese momento hacían los pintores más innovadores: Cortijo, Santiago del Campo, Carmen Laffon, Gordillo, Sempere, Saura, Millares, Monpó, Palazuelo… rápidamente me di cuenta que el quehacer de la Escuela de Bellas Artes, más similar a lo que yo había aprendido con D. Arturo, estaba totalmente desfasado. Comprendí que la función del pintor no era demostrar su destreza, su dominio de la técnica o su habilidad profesional, sino su capacidad para comunicar, sorprender y descubrir lo evidente, pero que permanecía oculto para los demás, su poder para desvelar la belleza, la ternura o la cólera… lo que se sentía ante el mundo exterior e interior que le había tocado vivir y otra cosa muy importante y muy difícil, sin apartarse del pasado, crear su propio lenguaje.

Mi pintura en aquel momento, se relacionaba con las corrientes que más me habían influido: el nuevo realismo y el realismo mágico, haciendo incursiones de en el campo de la abstracción y más concretamente en el del informalismo, y fui seleccionado en el año 74 por la galería Juana de Aizpuru para una muestra de pintores jóvenes con unos dibujos de técnica mixta, grafito, acrílico y barniz sobre un tema de azotea. Zóbel al que conocí por entonces en la galería y quien me dedicó un interesante librito del que él era autor, comentó: “Tienes que seguir aprendiendo”, que si bien al principio me deprimió un poco fue a lo largo de mi vida el mayor de los estímulos.

Desde entonces ese es mi intento, seguir aprendiendo, de todo y de todos, mirar a mi

alrededor para poder contar a los demás mis descubrimientos, investigar con nuevos materiales y nuevos lenguajes, encontrar el mío propio pero no por eso creer que tiene que ser el definitivo.

Actualmente trabajo sobre ciertos temas, que podrían considerarse clásicos: paisajes, retratos, bodegones, pájaros… desde una figuración muy analítica y esquemática, con frecuencia relacionada y reducida a la geometría y en donde a veces se prescinde del color y otras este irrumpe de forma irreverente o delicada. La técnica suele ser mixta sobre tela, madera y cartón y en donde utilizo los acrílicos, el carbón, el pastel y a veces materiales como cartones y piedras para trascender de lo bidimensional… y siempre mirando, siempre aprendiendo.

Aunque mi trabajo en el terreno de las artes plásticas ha sido dilatado, pintura y escultura, carteles, ilustraciones, cerámica... incluso me atreví en una ocasión con otros dos amigos con una película de dibujos animados: La princesa y la sal, mi trabajo se ha ceñido fundamentalmente a la labor docente como catedrático de dibujo, siendo mínima mi experiencia en el campo expositivo.

Hasta ahora solamente he expuesto en los años 1972 y 1973 en una colectiva que organizaba La Escuela de Bellas Artes de Sevilla durante la primavera, en la galería Juana de Aizpuru de Sevilla en 1974, en la sala de La Diputación de Santander en el 1983, en Osuna, en La Casa de la Cultura en 2009, y en Linares, en la galería Cristóbal Bejarano en 2010.

Organiza

Área de Cultura. Excmo. Ayuntamiento de Rincón de la VictoriaFrancisco Javier Guerrero Jiménez. Concejal Delegado del Área de Cultura

CoordinaCarmen Aguilar López

Lugar Casa Fuerte Bezmiliana, Teléfono 952 40 39 23

Acto InauguralViernes, 13 de mayo de 2011. 20:30 horas

Horario visitasDe martes a sábados de 11:00 a 13:30 horas y de 18:30 a 22 horas. Domingos de 11:00 a 14:00 horas.

C A T Á L O G O

EditaÁrea de Cultura del Excmo. Ayuntamiento de Rincón de la Victoria

Diseño gráfico Carmen Aguilar

Textos Rafael Cerdá Antonio de Castro

ImpresiónMayorprint

Depósito LegalMA

Área de CulturaExcmo. Ayuntamiento de

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