anarcosindicalismo e internacionalismo

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  • 7/31/2019 anarcosindicalismo e internacionalismo

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    Edita: Secretara de Relaciones Internacionales de la CGT

    Anarcosindicalismo e Internacionalismo

    Hace ahora 100 aos se celebr un congreso enBarcelona, en el que un buen nmero de traba-jadores y trabajadoras decidi organizarse paradefender sus intereses, quedando as constituidala Confederacin Nacional del Trabajo.

    Nuestra organizacin, la CGT, como heredera di-recta de aquellos hechos viene celebrando, durantetodo este 2010, no slo aquella fecha, sino tambinel enorme camino recorrido de todos estos aos,comprobando as, que con errores y aciertos, nues-tro modelo sindical continua llevando de manera im-plcita la misma propuesta de lucha que har posibleuna profunda transformacin social, yendo por tanto,ms all del marco estrictamente laboral.

    Por este motivo se vienen organizando actos desdeprincipios de ao, as se realiz una inauguracin enel Ateneo de Madrid, posteriormente se celebraronen Zaragoza las jornadas Anarcosindicalismo y la

    Accin Social y siguiendo con el programa acor-dado, en el pasado mes de junio se celebraron en Va-lencia unas Jornadas Internacionales, de las que osofrecemos, en este Materiales Internacionales, un re-sumen de los ms destacado.

    Debemos estar contentos y contentas, no solo porcumplir 100 aos, sino por seguir fieles a nuestrosprincipios. No todas las organizaciones pueden decirlo mismo, slo hay que ver las posiciones que man-tenan hace ms de 100 aos otras opciones sindi-cales diferentes al anarcosindicalismo y las que

    mantienen ahora, teniendo en cuenta adems, queel capitalismo no ha cedido ni un pice.En Valencia, en el Saln de Grados de la Facultad

    de Psicologa, se desarrollaron las charlas de esta Jor-nadas.

    Inauguraron el 10 de junio los compaeros de ESE(Unin Sindical Libertaria) que tras un corto docu-

    mental que refescaba los ltimos acontecimientos enese pais, ofrecieron su versin libertaria de los mis-mos. Explicaron, entre otros aspectos, la configura-cin sindical en Grecia, donde la ley slo permite laexistencia de un sindicato nico para el sector pri-vado y otro para los trabajadores del sector pblico.

    Ambos, son reformistas, algo contra lo que existe unalucha que trata de transformar la estructura. En estecontexto, ESE ha logrado cambiar en asamblearios ydemocrticos algunos de los sindicatos de rama,

    como el sindicato de editores y libreros de Atenas.El viernes 11 de junio aa charla gir en torno a "Lacomunidad indgena como propuesta antiestatal. Co-optacin, indigenismo y socialismo del s. XXI. El casode Bolivia" a cargo de Sergio de Castro,el cual recreel concepto del buen vivir, nocin transformadora yreivindicativa de las comunidades indgenas en luchapor sus derechos de identidad y resistencia contralos designios del capitalismo extractor y explotar dela naturaleza. Luchas que se confrontan contra la ex-tensin del Estado en los espacios de vida social delos pueblo indgenas.

    E sbado 12 de junio, Arstides Pedraza,de SUDVaud Suiza, disert sobre "Sindicalismo institucionalversus sindicalismo revolucionario. Balance interna-cional de una tensin". Una de sus tesis principaleshizo hincapi en el papel del sindicalismo revolucio-nario como motor de la guerra social entre clases, entanto que espacio histrico de expresin de los sec-

    tores salarizados no integrados en ni disciplinadosplenamente por el sindicalismo institucional (migran-tes, precarizados, cognitariado, servicios pblicos), lanzando el mensaje de autoorganizacin socialorientada al conflicto con el poder del capital y delestado, abrindose una nueva oportunidad de ex-pansin de las respuestas revolucionarias en el ac-

    tual contexto de crisis sistmica y global.El ltimo acto tuvo como protagonista la Ense-

    anza, con una mesa redonda formada por Sud Edu-cation, CNT-Francia, UNICOBAS Scuola y FE-CGT,que debati acerca de "La mercantilizacin de laeducacin. Necesidad de una coordinacin interna-cional como respuesta" Frente al deterioro progra-mado de la enseaza pblica, proceso que se repiteen todos los pases de la Unin Europea, con pare-cida intensidad en los ltimo aos, a favor de la en-

    seanza privada como autntico instrumento deseleccin clasista del alumnado, se reivindica la ne-cesidad de dignificar la labor del profesorado junta-mente con el protagonismo y la participacin de lacomunidad educativa (entorno, padres y estudian-tes). Se plante la necesaria revisin del concepto deenseanza pblica, como enseanza por y para laigualdad, defendiendo la escuela como espacio so-cial de lucha y expresin de la libertad de aprender,de la libertad de aprendizaje de los estudiantes,frente a la falsa libertad de enseanza de promuevela excelencia educativa y el elitismo de las escuelasprivadas.

    Este especial recoge en extenso las aportacionesde cada ponente. Esperamos que os guste este resu-men de las Jornadas Internacionales, que como elresto de actos no tiene ms ambicin que recordarnuestra historia para comprobar que seguimos man-

    teniendo vivos aquellos principios, adaptando la tc-tica a la situacin real que nos ha tocado vivir, paracontinuar caminando hacia el mismo fin que nos pro-pusimos hace ahora 100 aos.

    Secretario de Relaciones Internacionales dela CGT

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    Materiales Internacioales2 julio-agosto 2010

    A. La crisis ha llamado a la puertade Grecia.Los gobernantes y nuestros patrones nospiden que nos sacrifiquemos para sacar alpas de esta difcil situacin. Pero, de qucrisis nos estn hablando? Los trabajado-res estamos en crisis desde hace muchosaos, con salarios bajos, desempleo, terro-rismo patronal en los lugares de trabajo,

    despidos, etc. Las empresas capitalistasdurante aos han sido rentables. Los capi-talistas han ganado con nuestro trabajo yhan atacado nuestros derechos. Ahora nospiden que hagamos sacrificios de nuevoporque hay crisis. Una vez ms, nosotrossomos los llamados a pagar, mientras queellos continan teniendo beneficios.No vamos a pagar una crisis que no crea-mos nosotros. En las manifestaciones lagente grita "ladrones". Ellos han robado losfondos. Los partidos, los polticos, los capi-talistas y los curas estn sumidos en escn-dalos y en casos de enriquecimiento ilcito.Que paguen ellosNo aceptamos la excusa de la "economanacional", la justificacin de la "salvacin dela patria". Dentro de cada nacin hay dosnaciones: los oprimidos y los opresores.Ningn sacrificio para la salvacin de laeconoma nacional, ningn sacrificio parala salvacin de la patria. Luchar sin dar unpaso atrs por los derechos laborales.

    B. La vinculacin del pas con el FMIy la firma del Memorando se hantraducido en una serie de leyes an-tilaborales.Estas leyes imponen:- Mayor flexibilidad en las relaciones labo-rales- Restriccin de los derechos de la juventud(como lo que quisieron pasar en 2006 enFrancia con el contrato de primer empleo)- La reduccin de los salarios en el sectorpblico y el ataque a los acuerdos de nego-ciacin colectiva en el sector privado- Limitaciones en la indemnizacin por des-pido, y esto en una poca de despidos ma-sivos- El aumento de la edad de jubilacin y los

    recortes de las pensiones- La misma edad de jubilacin para hom-bres y mujeres, o sea aumento para las mu-jeres- Limitaciones en el acceso a las prestacio-nes sanitarias para trabajadores y jubila-dos- Privatizaciones (trenes, puertos, etc)- Aumento del IVA (dos veces en dosmeses) y de otros impuestos indirectos- Reduccin de los impuestos a las empre-sas- Cambios en la estructura administrativadel pas mediante el fortalecimiento de losgobiernos regionales debilitando munici-pios y comunidades.- El traslado de competencias, como la fi-

    nanciacin de escuelas, del gobierno cen-tral a los regionales, as como recortes delos gastos en educacin- Despido de todos los trabajadores tempo-

    rales del sector pblico, sin que se pro-duzca la contratacin de personal fijo parasustituirlos. Esto, junto con el recorte de losfondos, tendr como consecuencia el dra-

    mtico deterioro de los servicios sociales(salud, educacin, ayuda social, medio am-biente, etc).Hay que sealar que todo esto se produceen un momento en el que se hacen despi-dos masivos, se intimida a los trabajadorespara que acepten trabajar cuatro das conuna reduccin del 20% del salario y haydramticos aumentos en los precios de

    productos bsicos, las tarifas de los servi-cios pblicos y la gasolina.Estos cambios radicales no son un simpleempeoramiento de las condiciones de vidade los trabajadores. Es un empeoramientoenorme. Si esto continua as, en pocotiempo aparecern fenmenos de empo-brecimiento masivo y la pauperizacin.Tengamos en cuenta que en Grecia los sa-larios son ms bajos que en el resto de Eu-ropa, que todo es ms caro y que el "estadode bienestar" es muy dbil.

    Al mismo tiempo, estos cambios nos hacenretroceder 200 aos respecto al valor de lafuerza de trabajo. La clase obrera se con-vertir en una masa informe sin derechos,sin conquistas, fragmentada, fracturada ysin capacidad de respuesta y reivindica-cin. Eso ser ms doloroso para los msjvenes, para quienes preparan un futurosombro.

    C. Todo esto ha provocado una granira, una gran indignacin.

    A pesar de la reticencia de los dirigentessindicales del pas, desde octubre comen-zaron a convocarse huelgas a nivel nacio-nal. Hasta ahora se han hecho seis huelgasgenerales. La burocracia sindical no querala lucha, o quera solamente que se realiza-ran algunas huelgas para salvar su honra ysin perspectivas de victoria. En particular, laConfederacin General de Trabajadores enel sector privado (GSEE) ha tenido un papeldescaradamente traicionero, apoyando algobierno. La Confederacin General deEmpleados Pblicos (ADEDY) apoya lasdecisiones del gobierno de forma ms ca-muflada y discreta.Nota: En Grecia hay dos confederacionesgenerales, una de los trabajadores del sec-tor privado y otro de los funcionarios pbli-cos.La burocracia sindical ha quedado en rid-culo por esta actitud ante los empleados. Elpresidente de la GSEE no sale mucho porla calle, por las reprobaciones de la gente.ltimamente incluso evita aparecer en lasconcentraciones de trabajadores.El momento culminante fue la huelga gene-ral del 5 de mayo. Cerraron fbricas, em-presas, oficinas, tiendas, empresaspblicas. Los trabajadores descubrieron elvalor de una huelga general.Nota: en Grecia son bastante frecuentes lashuelgas generales. Por lo menos se convo-can con ms frecuencia que en Espaa o enFrancia. Pero no se preparan y no hay unesfuerzo real para que tengan xito y parti-cipacin total.El 5 de mayo, 200 000 trabajadores salie-ron a las calles de Atenas, participaron en

    las manifestaciones de la huelga y se diri-gieron hacia el Parlamento con muy malasintenciones. La gente estaba decidida aasediar e invadir el Parlamento para que no

    se aprobara el Memorando de la vincula-cin con el FMI. La gente gritaba "hay quequemar este prostbulo (refirindose alParlamento) y no se retiraba a pesar de losfuertes ataques de la polica. En Grecia lapolicia es cada vez ms salvaje. Es increblela cantidad de productos qumicos queusan contra los manifestantes, como si setratara de una guerra qumica.

    Lamentablemente, la muerte de tres traba-jadores en un incendio provocado en unasucursal bancaria ha minado la moral de laspersonas que protestaban. Este suceso ledio al gobierno, los patrones, la polica y losmedios de comunicacin la oportunidadpara atacar al movimiento obrero y callar lamagnitud de la enorme huelga de ese da.El incendio del banco MARFIN se puedecomparar con el incendio del Scala en Bar-celona en 1978.La accin de los grupos de violencia indis-criminada que se autodenominan "anar-quistas" y que consideran que laquintaesencia de la lucha social es romperescaparates y prender fuego a los edificios

    les vino como anillo al dedo a los enemigosdel movimiento obrero. Estos grupos ac-tan sin tener en cuenta el movimiento, losobjetivos y las perspectivas.La perspectiva de la lucha es difcil porquela gente se siente frustrada al ver que lasmedidas se aprueban, las leyes se votan,etc. Pero seguimos. A pesar de los esfuer-zos de los dirigentes sindicales por desin-flar los nimos habr una nueva huelgageneral cuando se vote la nueva Ley de Se-guridad Social.

    D. Una nueva dinmica nace a tra-vs de esta lucha.Se est fortaleciendo el deseo de accin in-dependiente de los sindicatos de base, parasuperar la parlisis y el papel traicionero delas Confederaciones Generales.Nota: En Grecia no hay pluralismo sindical,tal como existe en Espaa, Francia, Italia,

    etc Hay una confederacin nica. El marcojurdico no permite la existencia de ms deun sindicato por sector. No hay sindicatos,federaciones y confederaciones diferentes

    en funcin de la percepcin particularsobre el sindicalismo, la poltica especfica

    y la filosofa de cada uno.Hay bastantes sindicatos de base de diver-sas ramas, tanto del sector pblico comodel privado, que se coordinan sin jerar-quas, de forma horizontal. Han creado co-ordinadoras en varias ciudades y hanrealizado contactos y reuniones de coordi-

    nacin a nivel nacional. Encontramos coor-dinadoras en muchas ciudades: 45sindicatos en Atenas, 25 en Patras, 21 enTesalnica, 8 en Ioannina, etc.Estos centros de coordinacin organizan lapresencia masiva de los trabajadores en lasconcentraciones de las huelgas. Organizanla legtima defensa contra los ataques de lapolica. Organizan la informacin en los lu-gares de trabajo y los barrios. No estnexentos de defectos. Pero es un esfuerzoprometedor.Hay que destacar que estas coordinadorasestn convocando a todos los sindicatos debase, independientemente de su posicinpoltica. Es importante esto porque hay un

    polo dentro del movimiento sindical quecritica a las dos Confederaciones pero esun polo controlado por el Partido Comu-nista (KKE). Nos referimos al Frente deLucha de todos los Trabajadores (PAME).Es un conjunto de organizaciones sindica-les que son controladas por el Partido co-munista. Ningn sindicato puede participaren el frente PAME si no acepta las propues-tas polticas del Partido Comunista y su po-ltica. El PAME no est interesado enpromover la lucha comn de todos los quequieren luchar. Tiene como objetivo au-mentar la influencia del Partido Comunista.Esto es repulsivo para los trabajadores quequieren luchar. El PAME, a pesar de su ca-pacidad de mostrar una dinmica, debidoal mecanismo del Partido Comunista es in-capaz de mejorar la situacin del movi-miento sindical.En Grecia el partidismo en el movimientosindical es la gran enfermedad. No hayuna conciencia sindical y social indepen-diente entre los trabajadores. Todo es de-formado por la accin de los partidos. Hay

    Dinos Palaistidis y Angel Prez, de Unin Sindical Libertaria (ESE) de Grecia

    Que los orgenes del saqueo se conviertanen la cuna de la revolucin social

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    trabajadores que piensan de esta manera:

    "No puedo hacer huelga porque esto perju-dicara a mi partido, que ahora est en elgobierno." Los sindicatos no tienen autono-ma, se mueven sobre la base de los objeti-vos partidistas.Todos los partidos quieren la manipulacinde los sindicatos: los conservadores, el so-cialista, el comunista, las organizaciones deizquierda radical, la extrema izquierda, in-cluso los anarquistas que se ocupan delsindicalismo (aunque los anarquistas enGrecia no se ocupan mucho del sindica-lismo), todos hacen sindicalismo en trmi-nos ideolgicos, poniendo condicionesideolgicas a los trabajadores.

    E. INTERNACIONALISMO - luchacomn de los trabajadores en todaEuropa.Dicen que la crisis es un domin. La tor-menta de medidas contra los trabajadores

    se extender por toda Europa, en primerlugar por los pases del sur de Europa.Necesitamos una coordinacin cada vezms amplia de los sindicatos combativos yluchas comunes contra estas polticas.Creemos que una iniciativa importante esla coordinacin a nivel europeo que co-menz despus de la reunin en Pars en10-11/4. ESE est trabajando para que lossindicatos griegos se unan a la coordina-cin. Hasta ahora, slo el sindicato de tra-bajadores de libreras, papeleras yeditoriales de Atenas se ha sumado. Cree-mos que habr otras adhesiones de sindi-catos de base.En las huelga la gente gritaba dos consignasque indican la necesidad y el inters por lacoordinacin a nivel europeo."En Atenas, en Madrid y en Lisboa - todosa la calle, todos en la lucha "

    "En Grecia, Espaa, Portugal, el enemigoest en los bancos y en los ministerios."

    F. La actividad de ESE.ESE no es un sindicato. Es un pequeo co-lectivo de trabajadores que acta como unatendencia en el movimiento sindical e im-pulsada por las ideas del sindicalismo liber-tario (anarcosindicalismo).Tiene ncleos en 3 ciudades (Atenas, Sal-nica, Ioannina) y compaeros dispersos enotras 5 ciudades. Se trata de una fuerzamuy pequea, sobre todo jvenes. Nuestrapresencia en los sindicatos no es muygrande. Por una parte, esto se debe a quelos compaeros trabajan en sectores detrabajo precario, donde no existen sindica-

    tos. Por otra parte, todava no hemos lo-

    grado hacer un trabajo sistemtico para ga-rantizar nuestra intervencin en lossindicatos.Cmo podemos tener resultados positivos

    y dnde se vern?Es imperativa la necesidad de que exista unsindicalismo independiente y combativo.Nosotros, como ESE, estamos tratando depromover algunas ideas.- Los sindicatos deben defender los intere-ses de los trabajadores. No pueden ser so-metidos ni manipulados por los patrones,ni por los Estados, ni por partidos.Las demandas de los sindicatos deben co-rresponderse con las necesidades obreras

    y no con los intereses de los patrones. Nopodemos negociar cunto vamos a perder.Tenemos que luchar para ganar, tenemosque exigir lo que nos pertenece. Nosotrosproducimos la riqueza social. LO QUERE-

    MOS TODO Y LO QUEREMOS AHORA.Los sindicatos son organizaciones ampliasde la clase obrera y sta debe tener elpoder de decidir en primer lugar. Los parti-dos polticos, las organizaciones polticas,los grupos polticos son organizaciones "es-trechas" de la clase trabajadora y debenestar al servicio de los sindicatos, y no alrevs. Los sindicatos no deben funcionarcomo un lugar donde partidos polticos, or-ganizaciones, grupos hagan propagandatratando de imponer decisiones ya toma-das, manteniendo para ellos el poder dedecisin.El lema de ESE es: "Sindicalismo combativo

    y autoorganizado, no controlado ni por lospartidos ni por la patronal".- Los sindicatos deben tener caractersticaslibertarias. No deben trabajar con las es-tructuras burocrticas y las jerarquas. Nopueden reproducir en su funcionamiento

    interno los modelos de la sociedad capita-lista de explotacin. Los sindicatos son delos trabajadores y no de los lderes ilumina-dos. Los obreros deciden cmo luchar y loque pedimos. Las Asambleas Generalestienen la primera y ltima palabra. Los car-gos deben existir slo para la coordinacin.No queremos directores en los sindicatos.Hay directores en la produccin y luchamospor eliminarlos tambin all.- Los sindicatos deben ocuparse, ademsde las reivindicaciones econmicas, detodas las preocupaciones sociales, polticase ideolgicas de los trabajadores. Debenintervenir con actos culturales, publicacio-nes, actividades deportivas, campaas

    sobre cuestiones generales (guerra, nacio-

    nalismo, xenofobia, sexismo...), contra-in-formacin, la solidaridad internacionalista.Especial mencin merece lo de la ayudamutua. En los tiempos difciles que vienen(con el desempleo masivo y la miseria) serimportante mantener y consolidar la colec-tividad (sindicatos, colectivos, barrios, etc)

    y los lazos colectivos. Una cuestin impor-tante ms all de las reivindicaciones debeser la solidaridad y el apoyo mutuo... El mo-vimiento obrero, todos los movimientos so-ciales deben apoyar a la gente. Tratar decubrir necesidades bsicas, responder a larepresin, que se intensificar cada vezms.

    Veamos ahora la experiencia de Argentinay aprendamos de ella. All los movimientoshan descubierto nuevas formas de accin,por ejemplo, bloqueos en las calles (pique-teros). Pero estos movimientos se vieron

    obligados, junto con las asambleas popula-res, a hacerse cargo de todo, por ejemploponer cazuelas para dar de comer a lagente, organizar eventos para su entreteni-miento y formar estructuras de intercambiode bienes y servicios (trueque), porquetodo se haba hundido en la miseria y sehaba derrumbado.Lucha - Autoorganizacin - Solidaridad

    Ayuda Mutua: estas son nuestras consignasEl grupo de ESE de Atenas ya ha creado unfondo de apoyo mutuo. Algo parecido estnhaciendo algunos sindicatos. En algunosbarrios se intenta organizar mercados deintercambio gratuito de productos y en al-gunos lugares se han creado comedorescolectivos.Datos esperanzadores de este periodo:- Consideramos que la coordinacin de lossindicatos de base es un esfuerzo valioso yprometedor, donde nuestras ideas pueden

    ser cultivadas. Es un esfuerzo que si consi-gue estabilidad y continuidad, podr abriruna nueva pgina en el movimiento sindicalen Grecia.- Para nosotros tambin es importante quese haya iniciado la creacin de nuevos sec-tores donde trabajan muchos jvenes,donde el trabajo es precario. Estos sectoresson los de mensajera, el catering, la telefo-na mvil, etc. Estos sindicatos estn for-mados por personas jvenes y tienen unaire de juventud en el funcionamiento y laaccin. Se caracterizan por la democraciadirecta y un discurso y una prctica radica-les.- Adems de las huelgas generales contra

    las nuevas leyes, muy importantes son lasbatallas que se dan en el lugar de trabajo,contra el despido, los caprichos de losjefes, los recortes de salarios y de derechos.Las batallas contra la persecucin de acti-vistas y de trabajadores combativos.Hemos tenido xito pequeos pero signifi-cativos en este tipo de batallas. Despidosque fueron revocados, prohibiciones desindicalismo que no pasaron. Empleadosen lugares de trabajo que se unieron y conla ayuda de los sindicatos consiguieron susdemandas. Firma de convenios colectivos,a pesar de la negativa inicial de los patro-nes. Elemento clave para ganar estas bata-llas fue la solidaridad. La solidaridad deotros sectores. Estas batallas continuarncon la misma intensidad.- Creacin de una corriente de sindicalistascombativos, activistas del movimientoobrero. Estos combatientes no son anarco-sindicalistas, sin embargo estn muy cerca

    de nuestras ideas y nuestras prcticas (sin-dicalismo combativo, autoorganizacin, lasolidaridad, accin independiente de lospatronos, los partidos y los estados). Mu-chos de estos activistas tienen ms expe-riencia que nosotros en el movimientoobrero. Con estos activistas queremosestar juntos y ganarlos con las ideas liber-tarias. No olvidemos que en Grecia noexiste tradicin anarcosindicalista.Dentro de estos procesos y experimentosdel movimiento pueden consolidarse lasideas del anarcosindicalismo, puede forta-lecerse ESE (en nmeros, en influenciaetc.)

    G. Para concluir, debera decirsealgo que se oye muy poco, tanto enGrecia como en Europa...Si antes estbamos a favor del derrumbedel capitalismo, cuando el capitalismo es-

    taba creciendo, o cuando la crisis no eratan evidente y extrema, ahora queremos100 veces ms el derrocamiento del capi-talismo, ahora que est quedando claroque no puede garantizar ni lo mnimo: untrabajo y un sueldo.Nos presionan para recortar nuestras exi-gencias y limitar nuestras consignas en elnombre de la crisis. Nos presionan para ol-vidar las revueltas anticapitalistas y la revo-lucin social y conformarnos con pequeasdemandas y pequeas mejoras en esta p-sima situacin...Nosotros gritamos an ms fuerte: "ABAJOel capitalismo Abajo la Explotacin

    Viva LA REVOLUCIN SOCIAL"

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    Se mire por donde se mire, AmricaLatina se ha convertido en un refe-rente terico y prctico de lucha con-tra el capitalismo. Una lucha que,fundamentalmente, se est reali-

    zando desde dos marcos tericos y prcticosmuy diferentes. Por un lado, el llamado Socia-lismo del S. XXI que, a partir de la reformula-cin de las tesis clsicas vinculadas a la tomadel poder estatal, ha conseguido este propsito

    en diferentes pases. Por otro, aquellas luchasque hacen hincapi en la necesidad de cons-truir otra forma de poder antiestatal (1),desde abajo, y entre las que destaca la pro-puesta indgena como una alternativa de cam-bio estructural que va ms all de lo puramentetnico.En el presente texto trataremos de realizarun anlisis crtico del proceso bolivianocomo ejemplificacin de la tensin que seest dando entre los gobiernos alineadosen el llamado Socialismo del s .XXI en losque la propuesta andina ha sido asimiladaen su discurso y el movimiento indgenaen su vertiente de construccin de poderesantiestatales (2).

    Breve marco tericoAunque el concepto de Estado apareceen la tradicin europea de la mano de Ma-quiavelo, las bases tericas de las democra-

    cias representativas propias del estadoliberal no lo hacen hasta los s. XVII y XVIIIa travs de las llamadas teoras contrac-tualistas.Desde un punto de vista poltico y antropo-lgico, el contractualismo parte de unaconcepcin del ser humano como un indi-viduo abstracto que, desde su estado denaturaleza (Rousseau), pacta con sussemejantes entrar a formar parte de la so-ciedad, pasando de este modo a consti-tuirse en un ser cultural. Un contratosocial que se convertir en base del Es-tado y del sistema democrtico represen-tativo al que va asociado ste desde laModernidad, y en el que la voluntad indivi-dual es puesta bajo la suprema direccinde la voluntad de todos, sealando as alEstado como el nico espacio racional deconvivencia posible.

    Por su lado, John Locke abrir asimismo lasbases del liberalismo poltico y econmicoal defender que tal pacto tiene como prin-cipal finalidad la preservacin de la propie-dad privada individual, entendida comoelemento bsico del derecho natural.En cualquier caso, tal y como seala Zibe-chi, la forma de organizacin socio-polticabasada en el Estado supone la creacin deun cuerpo gubernamental enajenado de lasociedad civil, es decir, un espacio de go-bierno que existe y funciona al margen dela ciudadana. Todo lo contrario a los pode-res antiestatales en tanto stos constituyenuna forma de poder que, disperso y mul-tidireccional, no se conforman al margendel resto de la sociedad. Frente a la verti-calidad del Estado, los poderes antiestata-les representan de este modo una forma degobernar-se basada en esa horizontali-dad tan bien expresada por el neozapa-tismo a travs del famoso mandarobedeciendo.Histricamente, debido a la propia natura-leza globalizadora del Estado expresada

    en las palabras de Rousseau anteriormentecitadas, ste ha encarado su relacin conlos poderes antiestatales a travs de la bs-queda de la imposicin de la lgica estatal.sta tiene dos caminos. Por un lado, la re-presin contra los movimientos sociales,propia, especialmente, de los gobiernos ex-plcitamente alineados con el neolibera-lismo. Por otro, la bsqueda de laexpansin de Estado a travs de la desmo-

    vilizacin, la cooptacin, la centralizacin yla bsqueda de la representatividad enaquellos espacios que usualmente no en-

    cuentran en la democracia formal (y el Es-

    tado) su forma de organizacinsocio-poltica.

    La propuesta indgena: La comuni-dad y el Buen VivirUn ejemplo claro de poderes antiestatalesen el mundo indgena lo podemos encon-trar en la prctica de la comunidad pro-pia de la nacin aymara.La comunidad aymara, explica Zibechi, noes una realidad objetiva, sino una formade adoptar vnculos entre las personas, locual, adems, permite universalizar la pro-puesta ms all del estereotipo que asimilalo comunitario con lo rural, tal y comomuestra la ciudad aymara de El Alto. Unapropuesta que, por lo dems, debe convivirdentro del movimiento indgena con la de-manda de plurinacionalidad en tanto staltima, si bien supone una reformulacinpositiva del concepto de Estado-nacin he-redado de los procesos de independencia

    y parte de la ideologa colonial, sigue in-mersa en la lgica del Estado.Sin embargo, lo central de la propuesta in-

    dgena y ms concretamente andina loencontramos en lo que en castellano se hatraducido por Buen vivir (Suma Qamaaen aymara y Sumak Kawsay en kichwa).El Buen Vivir rompe de manera radical conlos fundamentos antropolgicos propios dela Modernidad. En primer lugar, entiende alser humano como un ser primordialmentecolectivo, y no individual, tal y como hemosvisto que hace el contractualismo. Lo cual

    lleva a una segunda caracterstica ntima-mente ligada a la primera: el fin de la opo-sicin Naturaleza/Cultura.

    Si, como veamos, en la Modernidad el ser

    humano se define como tal en el momentoen que deja su estado de naturaleza, enla cosmovisin andina la colectividad noslo se refiere al resto de los seres huma-nos, sino tambin a la Pachamama (MadreTierra), de tal manera que la oposicin Na-turaleza/Cultura como parte de la defini-cin del ser humano pierde su sentido.Como afirma Mnica Chuji, el que todoaquello que precede o permanece fuera delcontrato social se vea relegado a ese m-bito significativamente llamado estado denaturaleza, implica desnaturalizar alhombre y objetualizar a la naturaleza, con-virtiendo a sta o bien en un objeto de co-nocimiento (ciencia) o en un objeto delcual se pueden extraer todas las condicio-nes necesarias para la produccin material,que en la modernidad adquiere la modali-dad del capitalismo (3).

    A partir de esta ruptura radical con la Mo-dernidad, el Buen Vivir supone una triplealternativa socio-poltica, econmica y eco-lgica al capitalismo.

    La competitividad producto de la concep-cin del ser humano como individuo quedasustituida por una colectividad cuya baseexistencial es la reciprocidad y la redistri-bucin (por ejemplo a travs del trabajo co-munitario y la propiedad colectiva). Laconcepcin de la Naturaleza no como unobjeto externo sino como parte de nuestrapropia identidad implica, adems, una re-lacin econmica alejada del extractivismo

    capitalista. Asimismo, la forma de gobiernobasada en poderes antiestatales, en la ho-rizontalidad y en la realizacin de asam-bleas (en muchas ocasiones basadas en elconsenso y no en las votaciones) repre-senta de igual manera el correlato polticode esta concepcin antropolgica.

    El caso de Bolivia: indigenismo dels. XXIEl indigenismo, lejos de defender lo ind-gena, se refiere a toda una construccin an-tropolgica que busca la aculturacin conla intencin de asimilar lo indgena a la l-gica moderna del progreso y el desarrollode la nacin.Entre las diferentes estrategias indigenistasque se han dado a lo largo de la historia, laque nos interesa destacar aqu es aquellaconsistente en la asimilacin de lo indgenacomo parte de la identidad nacional. Una

    asimilacin, sin embargo, basada en la fol-clorizacin de sus smbolos y tradiciones,convirtiendo a lo indgena en una pieza demuseo vaco de contenido prctico,parte del pasado glorioso de la nacin yfuente de beneficios econmicos a travsdel turismo.En la actualidad, los pases socialistashan dado un paso ms en el largo procesode refinamiento de estas prcticas, dandolugar a lo que podramos denominar indi-genismo del s. XXI.El indigenismo del s. XXI parte de esa l-gica expansionista del Estado cooptando yasumiendo la propuesta indgena comoparte del discurso gubernamental-estatal.

    As, en Bolivia, y tambin en Ecuador, laaprobacin de nuevas constituciones queincluyen la plurinacionalidad y el Buen Vivircomo partes centrales de las mismas estn

    siendo acompaadas por una continuidaden las polticas centradas en el Estadocomo vertebrador casi nico de la vidasocio-poltica, as como de un modelo eco-nmico extractivista cuyas consecuenciasmedioambientales son bien conocidas. Enresumidas cuentas, el Estado (y la Nacin)han pasado de folclorizar las prcticas sim-blicas indgenas a hacerlo con la propiapropuesta social, poltica, econmica y eco-lgica del movimiento indgena.

    La Modernidad poltica del go-bierno bolivianoEn el ao 2005, Garca Linera declaraba:El Estado es lo nico racional en Bolivia.Toda lucha pasa por el Estado (4). Unaafirmacin as vincula al vicepresidente bo-liviano con las fuentes ms oscuras delpensamiento occidental. As, Hegel queentenda al Estado Absoluto como cristali-

    zacin plena del Espritu en su despliegueracional en la Historia defenda que todopensamiento no occidental incluido, porsupuesto, el indgena era irracional y

    Sergio de Castro Snchez, coordinador de la seccin Amrica Latina de Kaos en la RedSocialismo e indigenismo en Bolivia: Estado,

    Aculturacin y Modernidad frente al Buen Vivir

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    julio y agosto 2009 Materiales Internacionales 5

    por tanto se situaba al margen de la Histo-ria. Todo lo que no fuera parte de esta tra-

    dicin, simplemente era irracional. Tesissobre la que se construy la propuesta so-ciolgica de Comte idelogo de los pro-cesos independentistas criollos segn lacual toda sociedad no cientfica esten una fase de desarrollo inferior quenecesariamentedebe progre-sar hacia laracionalidadplena occiden-tal. Tesis que, ensimbiosis con lasociobiologa, lleva personajes comoGabriel Ren Morenoa afirmar que el indio yel mestizo incsicos ra-dicalmente no sirvenpara nada en la evolu-cin progresiva de lassociedades moder-nas. Tendrn tarde otemprano, en lalucha por la existen-cia, que desaparecerbajo la planta sobe-rana de los blan-cos puros opurificados.Bajo estos su-puestos tericos,las prcticas po-lticas del go-bierno bolivianoactual han ido pro-fundizando paulati-namente susprcticas indige-nistas frente auna propuesta

    indgena queconsidera irra-cional por per-manecer ajenatanto a la lgica delprogreso y el des-arrollo como al Es-tado.

    Poltica econmicaBien es sabido que tras elfracaso de la Cumbre Cli-mtica de Copenhague,Evo Morales propuso la re-alizacin de la ConferenciaMundial de los Pueblossobre el Cambio Climtico

    y los Derechos de la MadreTierra, celebrada en Cocha-bamba entre los das 19 y 22de abril de este ao.

    A sus 17 mesas de trabajo se uniuna ms, la llamada Mesa 18 que,impulsada por el Consejo Nacionalde Ayllus y Markas del Qullasusyu(CONAMAQ) aliada tradicional deMorales fue duramente criticada porGarca Linera, no siendo aceptadacomo parte de la Conferencia oficial.Rafael Quispe, Mallku de la Comisinde Industrias Extractivas de la CONAMAQ,haca unas declaraciones ms que clarifica-doras: Cuando fracas la COP 15 defini-mos con el hermano Evo Morales convocara una conferencia de los pueblos, no de losestados.Estas declaraciones no slo van en la direc-cin ya expuesta la reduccin a lo estatalde toda lgica de lucha social sino que lapropia creacin de una mesa paralela a laCumbre oficial seala tambin hacia la que

    es la base de la confrontacin cada vez msevidente entre el movimiento indgena bo-liviano y el primer presidente indgena de

    Amrica del Sur: la continuidad del modelo

    econmico extractivista, base del modelocapitalista. As, tambin en 2005, Garca Li-

    nera declaraba:El porvenir deBolivia es lomoderno, nola economafamiliar. Y

    aada: Lopremodernono puedetriunfar. Lotradicional y

    lo local sonf r u t o s

    de la dominacin. Elelogio de lo local y lo

    tradicional es elogio de ladominacin.

    La caracterizacin de la economa familiar(propia de los Ayllus) como premodernanos remite al pensamiento etnocentrista deComte en tanto sita las prcticas econ-micas indgenas como anteriores sub-desarrolladas a la propia de laracionalidad moderna, es decir, occidental.El Estado, constituido segn el pensa-miento liberal moderno como garante dela propiedad privada y del libre intercambiode mercancas lase capitalismo se con-

    vierte as en la base del nico modelo eco-nmico racional.Y en esa lnea est trabajando el gobiernode Evo Morales. En marzo de este ao, el

    presidente boliviano presentaba su Plan Es-tratgico 2010-2015. Con un presupuesto

    de 32.000 millones de dlares, el plan tienecomo finalidad profundizar en la explota-cin de los recursos naturales y en la cons-truccin de infraestructuras de transporte.Durante su presentacin, Morales decla-raba que la tarea ms importante de su se-gundo mandato sera la industrializacinde tantos recursos naturales que nosbrinda la Madre Tierra. Algunos integran-tes del gobierno boliviano ya han declaradoque la consulta previa a los pueblos indge-nas es una prdida de tiempo.Buena parte de ese dinero estar dirigido ala Iniciativa para la Integracin de la In-

    fraestructura Regional de Sudamrica(IIRSA), un faranico megapro-

    yecto de alrededor de75.000 millones de

    dlares que, a tra-vs de

    1 2

    Ejes de Des-arrollo pretende

    superar las barre-ras que la Natura-

    leza supone para eltransporte y mercanti-lizacin de los recursos

    naturales. Doce pasesde la regin incluidostodos los de la rbita del

    socialismo del s. XXIIestn inmersos de pleno

    en esta iniciativa que la Co-ordinadora Andina de Organi-

    zaciones Indgenas (CAOI) ya calificaracomo de ecocidio y etnocidio.

    ConclusinLa centralidad del Estado y todo el conglo-merado terico (y prctico) surgido en laModernidad europea que lleva a sus espal-das el socialismo del s. XXI ha convertidosu perfil supuestamente revolucionario enuna prctica poltica reformista que en ab-soluto est dirigida hacia un cambio verda-deramente estructural que suponga lasuperacin del capitalismo. En el terrenoeconmico, la continuidad del modelo ex-

    tractivista puede aspirar, como mucho, asuperar el neoliberalismo, pero a costa decaer en una nueva fase del capitalismo.En segundo lugar, y en lo que se refiere a

    su relacin con la propuesta de poder an-tiestatal venida de los pueblos indgenas,

    esa misma accin del Estado est llevandoa una nueva forma de indigenismo que, atravs de la asimilacin de su discurso porparte del poder, trata de neutralizarlo de-jando va libre al que ha sido el proyecto delos Estado-nacin latinoamericanos desdelos procesos de independencia. Procesosque, como hemos visto, interpretan la cos-movisin Moderna como nica garante delprogreso y el desarrollo de los pueblos.

    Post scriptumEn los das finales de junio, la confrontacinentre el gobierno y el movimiento indgenaboliviano se ha recrudecido. As, mientrasMorales celebraba multitudinariamente elnuevo ao Aymara convertido en fiestanacional los indgenas del oriente comen-zaban una marcha hacia La Paz en de-manda de sus derechos territoriales yautonmicos. Mientras Morales acusaba a

    los indgenas de estar recibiendo fondos dela USAID, se haca pblico que 22 proyec-tos del Plan Nacional de Desarrollo son fi-nanciados por esa misma organizacinestadounidense.Un desencuentro que tambin era esceni-ficado en Ecuador cuando la Confedera-cin de Nacionalidades Indgenas delEcuador (CONAIE) convocaba su propiacumbre paralela a la que a iniciativa delpresidente ecuatoriano, Rafael Correa lospases del ALBA realizaban en Otavalo

    junto a 300 autorida-des indgenas y afro-

    d e s c e n d i e n t e sinvitadas para laocasin y durante

    la cual tanto Correacomo Morales arre-

    metieron con

    dureza con-tra los ind-g e n a sinconfor-

    mes desus res-pectivos

    pases._______

    esprofesor de filosofa,

    coordinador de laseccin Amrica La-tina de Kaos en la Red

    y miembro del Colec-tivo Zapatista de Valencia, El Caragol. Miembro delConsejo Editorial de Desinformmonos, autor del libroOaxaca: Ms all de la insurreccin. Crnica de unmovimiento de movimientos (2006-2007), publicado

    por CGT.

    Ponencia presentada en las Jornadas Internaciona-les Anarcosindicalismo e Internacionalismo, cele-bradas en Valencia entre los das 10 y 12 de junio de2010 bajo el ttulo La comunidad indgena comopropuesta antiestatal. Cooptacin, indigenismo y so-cialismo del s. XXI. El caso de Bolivia.

    Ver Ral Zibechi, Dispersar el poder. Los movi-mientos como poderes antiestatales (Barcelona:

    Virus, 2007). Tanto ste como otros conceptos eideas, que aparecern fundamentalmente en la pri-mera parte del texto, han sido tomados de esta obra.

    Somos conscientes de que parte del movimientoindgena ha optado tambin por la participacinelectoral como forma de lucha. Creemos que esa op-cin es parte de la tensin que trataremos de anali-zar, pero no formar parte esencial de nuestroanlisis.

    CHUJI: Mnica: Pueblos Indgenas y Naturaleza

    en el discurso de la modernidadIntervencin en el seminario Pensamiento y movi-mientos sociales en Amrica Latina, citado en ZIBE-CHI, Ral: op. cit., p. 127.

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    Materiales Internacioales6 julio-agosto 2010

    No se trata de hacer un resumen de la his-toria del sindicalismo revolucionario. Tam-poco se trata de caer en la nostalgia de unaedad de oro, que no fue, no ha habido unaedad de oro del sindicalismo revoluciona-rio, no ha habido un momento en el que elsindicalismo revolucionario fue, salvo en al-gunos sitios, la fuerza determinante del mo-vimiento obrero; ha habido un cierto

    nmero de ciclos de lucha en que el sindi-calismo revolucionario se poda plantearser una alternativa para el movimientoobrero, sin haberlo logrado, por una seriede razones que se pueden explicar.Fundamentalmente los dos momentos enque el sindicalismo revolucionario se pudoplantear ser una alternativa son el mo-mento de su constitucin histrica, entre elfin del siglo XIX, aproximadamente de 1880hasta 1910; el segundo momento histricoes la inmensa radicalizacin de masas quese da despus de la primera guerra mun-dial, hacia 1918, que acompaa a la revolu-cin rusa y que culmina para elsindicalismo revolucionario, ms tarde for-malizado en anarcosindicalismo, en la de-rrota de la revolucin espaola.Todos sabemos que somos los actores deuna historia terriblemente minoritaria, pero

    el ser actores/as de una historia minorita-ria, no quiere decir que no tengamos, almenos, la posibilidad de conectar con uncierto nmero de prcticas del mundo asa-lariado, del proletariado, que son prcticasde rebelda, prcticas de cuestionamientodel poder y que ofrecen una especie demasa crticaen la cual po-demos inter-venir y en lacual pode-mos cons-truir un ciertonmero decosas.Pero la charlaque se plan-tea, y no esinocente, 'sin-dicalismo re-volucionarioversus sindi-calismo insti-tucional, unbalance', im-plica que ha-blemos de loque es el sin-dicalismo institucional, que lo interrogue-mos en su trayectoria histrica, en lo queha permitido al sindicalismo institucionalconstruirse como fuerza relativamente do-minante dentro de la prctica del movi-miento obreroEl sindicalismo institucional o reformista lopodemos definir con cuatro elementos:Primero, es un sindicalismo sistmico, esdecir, es un sindicalismo que funciona den-tro del sistema. Segundo, es un sindica-lismo regulacionista, es decir desarrolla,

    construye, una serie de estrategias que per-miten la reproduccin y la renovacin delsistema. Tercero es un sindicalismo concer-tativo. Y cuarto es un sindicalismo institu-

    cional, lo que significa dos cosas: es unainstitucin que reproduce en general la re-lacin de poder, a lo constituido comopoder, la divisin entre dirigentes y ejecu-tantes, y es al mismo tiempo algo que entradentro de la institucin de poder de la so-ciedad capitalista, es decir que son meca-nismos, estructuras, imaginarios, cada vezms prximos de funciones de tipo paraes-

    tatales.Pero decir esto no significa que nos encon-tremos ante fuerzas que son simplementeaparatos represivos de la mano de obra, elsindicalismo institucional-reformista, en suhistoria hasta los ltimos 10-15 aos, ha te-nido una carga real de reformismo limitado,

    y debemos y tenemos que interrogar estereformismo.Cuando hablamos de reformismo todosvemos la poca de la regulacin fordista delcapitalismo. de grandes compromisos so-ciales y polticos, capitalismo de tipo key-nesiano. Hasta cierto punto el sindicalismode tipo reformista ha sido uno de los facto-res que han permitido la produccin deeste gigantesco compromiso sociopoltico,

    y poltico-cultura, que ha funcionado du-rante decenios y que indiscutiblemente hadado a este sindicalismo una capacidad de

    mayora dentro de los sectores asalariados.Qu escapa al sindicalismo institucional?Voy a usar el concepto de plebe. Introdu-cido por Foucault, el cual plante que frenteal poder estn las clases populares, y unaserie de prcticas, figuras, deseos y aspira-ciones que escapan a una relacin regulada

    y previsible con elpoder. Y esto es loque tenemos, tam-bin, dentro delm o v i m i e n t oobrero.Si estudiamos lahistoria del movi-miento obrerodesde sus orgeneshasta hoy podemosver que empe-zando por los mselementales actosde trabajo y termi-nando por proce-sos de tipoinsurreccinales yrevolucionarios, hahabido siempredentro del movi-miento obrero algo

    que escapa fundamentalmente a los apara-tos, algo extraordinariamente profundo.Por ejemplo en la Inglaterra de fin de s. XIXhay un momento dado en que hacen irrup-cin en el escenario de la lucha social lostrabajadores no cualificados, que protago-nizan una oleada de luchas de accin di-recta a las que el sindicalismo de oficio,bastante estrechamente corporativo quetena la primera TRADE UNIONS, no esta-ban habituados. Lo mismo podemos ver en

    Alemania en los aos 18 a 23 con la en-

    trada en lucha de sectores como los mine-ros, de la industria qumica, algunossectores de la industria metaloelctrica,que hasta entonces, no estaban dentro del

    movimiento obrero organizado.Lo interesante de esto es verque siempre ha habido fueradel movimiento obrero organi-zado, fuera del reformismo quelo ha dominado, una serie de fi-guras pero tambin una seriede prcticas, de aspiraciones,de deseos, de movimientos

    que escapan a este refor-mismo.Hay momentos en que estasprcticas rebeldes, esta plebeproletaria, encuentra una for-malizacin organizativa y te-rica, y otros momentos en queno la encuentra, hay momentosen que esa formalizacin orga-nizativa terica-poltica, es una

    y hay momentos en que esotra. Para nosotros, para nues-tra historia, muy claramentehay un momento en que conec-tamos lo que ser el sindica-lismo revolucionario con estossectores plebeyos y con estasfiguras plebeyas del movi-miento obrero. Y hay en otromomento despus de la guerra

    del 14, en la poca del 18 y delos aos 20 en que esta cone-xin se va a perder y se va a perder en be-neficio de los partidos comunistas.Tenemos entonces un sindicalismo refor-mista versus el sindicalismo revolucionario,capacidad del sistema de producir reforma,frente a capacidad de interpretar y de orga-nizar la rebelda que no se puede funda-mentalmente satisfacer con las reformasque produce el sistema. En esto se juega lacapacidad de hegemona y de direccindentro del movimiento obrero.Dicho esto podemos plantear qu entende-mos por sindicalismo revolucionario.Por qu sindicalismo revolucionario y noanarcosindicalismo? El anarcosindicalismoes una construccin terica, poltica y es-tratgica que se formaliza en los aos 20ante la batalla que se da por una parte conel movimiento comunista naciente, y porotra parte con el sindicalismo revoluciona-rio que intenta disputarle la radicalidad almovimiento obrero.El anarcosindicalismo no es lo mismo queel sindicalismo revolucionario del perodo1880-1914, por una razn en el fondo rela-tivamente simple, porque surge en un actohistrico que no se esperaba. Este acto his-trico es el movimiento comunista.El sindicalismo revolucionario nace comola respuesta a una crisis bastante impor-tante del sindicalismo de tipo reformista yde la socialdemocracia que nace y se des-arrolla en los aos 1870-1880-1890. Nacecomo conjuncin de una crisis de sectoresde la socialdemocracia, relativamente im-portantes en prcticamente todos los pa-ses de europa, no en el estado espaol,pero s decisivos en Francia, en Alemania,en los pases nrdicos y en Estados Unidos.

    Hay una crisis dentro de la socialdemocra-cia y hay una crisis dentro del movimientoanarquista. La crisis del movimiento anar-quista es la crisis del ala antiautoritaria de

    la Primera Internacional y la crisis del inme-diatismo, que se concretiza en la llamadapropaganda por los hechos. Esta crisis con-duce a los sectores del movimiento obreroanarquista a plantearse la construccin deuna poltica de masas, una poltica de ac-cin directa de las masas. Es la confluenciade estos dos sectores, sector socialdem-crata de izquierda en crisis, y sector liber-tario en crisis, quienes inventan elsindicalismo revolucionario, y este sindica-lismo revolucionario conecta con una rapi-dez extraordinaria con los sectores queestn fuera de la capacidad de consenso yde compromiso con el capital.El sindicalismo revolucionario toma encuenta y trata radicalmente el problema deltrabajo como dominacin, conectando conlo que dentro del movimiento obrero es re-

    belda, es plebe. Para establecer esta cone-xin sociopoltca, el sindicalismorevolucionario ofrece un serie de ejes rela-tivamente simples. Vamos a recordarlos r-pidamente:El primero es el extraordinario paradigmade la accin directa. Qu significa la pol-tica de accin directa?Es establecer que dentro de la sociedad nohay instancia, institucin, punto de vista,voluntad que sea neutra, no lo hay; lo quesignifica que nosotros tenemos que defen-der nuestros intereses de una manera uni-lateral, la famosa unilateralidad proletaria,estableciendo una ntida separacin frenteal sistema la defensa de nuestros intereses,incluso los ms modestos.El segundo elemento coloca al capital y a laorganizacin del trabajo, que es la gnesismisma del contrato de trabajo, de la rela-cin del trabajo asalariado, como una rela-cin de sumisin dentro del modo deproduccin capitalista. Frente a esta sumi-sin, est la construccin de lo que podr-amos llamar la potencia proletaria, que

    Arstides Pedraza, miembro del secretariado federal de SUD Vaud SuizaSindicalismo institucional versus sindicalismo

    revolucionario. Balance de una tensin

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    se constituye desde la separacin y frenteal poder, para romperlo y construir su pro-

    pia alternativa. Aqu entra en juego el ter-cer elemento: la gimnasia revolucionaria,algo de lo que siempre se han redo los le-ninistas. Pero la gimnasia revolucionaria esalgo de una extraordinaria inteligencia,postula que en cada lucha, por pequea ymodesta que sea se juega todo el sentidode la liberacin, es decir que toda luchapor pequea y modesta que sea plantea lacuestin del poder, plantea la cuestin dela potencia, plantea la cuestin de la sepa-racin, que entre ellos y nosotros no hayconciliacin posible, es decir que entreellos y nosotros hay guerra. Dar guerra nosignifica que en todo momento estamos enbatalla abierta, significa que la guerra es eleje de nuestra construccin estratgicafrente al poder, es decir planteamos desdela lucha la cuestin de otra institucin dela sociedad y en ruptura con la manera ins-

    titucional en que se concibe el poder comoocupacin por la restitucin o reconstruc-

    cin del estado.Este momento es clave dentro sindica-

    lismo revolucionario, porque interpreta larebelda obrera que nace profundamentede las relaciones sociales, de la realidaddel trabajo, y de ah precisamente deriva lacapacidad de ligar las luchas parciales y lasluchas totales. Esta es la manera de plan-tear unidad dentro del movimiento obrero.El sindicalismo revolucionario, reivindicapara la posicin libertaria un papel de tipodominante, pero no de la misma maneraque el anarcosindicalismo lo hace veinteaos despus, es decir no de una maneraabierta. Esto se puede ver cmo lo re-suelve por ejemplo la Carta de Amians, delCongreso de la CGT de 1906.La poltica de los sindicatos se hace dentrode los sindicatos, es decir en autonomatotal frente al estado y a sus instituciones.Pero adems, ni aceptamos ni propugna-mos una poltica de lucha en primera per-sona, sino una lucha colectiva como lanica capaz de responder a lo que es fun-damentalmente la condicin del trabajoasalariado.Esto lo expresa la posicin los carnets de

    partido se dejan a las puertas del sindicatoy dentro del sindicato se hace la poltica

    que el sindicato decida en sus asambleas.Esto es de una radicalidad total, es tan ra-dical como lo que puede postular de ma-nera ms formalizada elanarcosindicalismo. Pero lo es en el movi-miento, lo es en lo que est pasando y sig-nifica que el sindicalismo revolucionario seplantea como rival de las dems estrate-gias sociales. Como rival pero tambin conuna capacidad de alianzas puntuales, deconvergencias frgiles y con una voluntadde hegemona y de dominacin estratgicasobre el medio plazo y el largo plazo. La ca-pacidad del sindicalismo revolucionario deser el motor, y de estar a la cabeza de unainiciativa poltico-cultural inmensa, le dioesa apertura.Pero el sindicalismo revolucionario y elanarcosindicalismo, y ms tarde las co-rrientes de tipo consejista, pierden la gran

    batalla de los aos 20 y pierden la gran ba-talla frente al fascismo.

    Si examinamos hoy el ciclo de luchas quese dio a partir de los aos 60, y que cul-

    mina en el 68 en Francia, en la radicaliza-cin y en la nueva fase del movimientoobrero espaol a finales del los aos 60 yprincipios de los 70, en el otoo largo delos italianos, veris que se manifiestan conuna fuerza absolutamente extraordinarialos elementos de plebe proletaria, lo-grando llevar la ofensiva en el coraznmismo del poder capitalista dentro de laproduccin, metiendo en el movimiento asectores nuevos que hoy estn en el cora-zn de la lucha de clases, por ejemplo elsector del empleo pblico, en parte fuer-temente intelectualizado; pero esto no setraduce en una revitalizacin, de la frmulade tipo anarcosindicalista y sindicalista re-volucionaria.Ese proceso pasa a travs de otras grandesrepresentaciones, por ejemplo elmaosmo, que es una representacin derebelda obrera totalmente mtica. Una re-presentacin mtica, totalmente mentirosade lo que fue la revolucin cultural chinapor ejmplo, pero sin embargo uno de losmitos movilizadores de la rebelda obrera,

    como lo que fue por ejemplo el mito de lahuelga general a principio del siglo XX.

    Sigue habiendo una radicalidad social, unapraxis social de rebelda, de insumisinque busca unas frmulas organizativas, te-ricas, simblicas en las cuales se puedaplasmar como permanencia y como cons-truccin estratgica y hasta cierto puntoesto es el reto y el desafo que nos toca en-frentar hoy. Nos toca enfrentar esto hoy,empleando una expresin de los italianos,con una composicin poltica y tcnica dela clase, que ha cambiado, es decir, hoy lagente que est al frente del combate, noson simplemente los batallones obreros yobreras que hemos conocido en los aos60 y 70 y que fueron terriblemente golpe-ados, todos lo sabemos, por los procesosde reestructuracin. Hoy seguramente unode los corazones de la lucha es la embes-tida del sistema contra el servicio pblico,el sector pblico. Dentro del sector p-

    blico estn los sectores ms modernos deun proletariado intelectualmente cualifi-

    cado, lo que la gente que trabaja con lastesis del capitalismo cognitivo llama la cog-

    nitocracia, es decir los trabajadores inte-lectualmente formados que salen de lamasificacin de los procesos de escolari-dad y de universidad y que indiscutible-mente no son ni pequeo burgueses, nisiquiera se pueden conceptualizar comocapas medias asalariadas, son sectores hi-percualificados dentro del proletariado,que son hoy atacados fundamentalmentepor la embestida capitalista.El sindicalismo reformista ha sido produc-tor de reformas, el problema que tenemoshoy, es que la regulacin capitalista y elnuevo capitalismo que enfrentamos no esproductor de reformas. En este sentido es-tamos en ruptura con lo que ha sido unciclo largo de la historia del capital, unciclo largo entre los aos 1870 y los aos1970, y hay una institucin nueva del capi-tal que no considera ya la reforma comouna variable de gobierno estratgico delsistema y en este sentido el sindicalismoreformista tiene que enfrentar algo querompe totalmente el esquema sobre elcual se ha construido. que es un capita-

    lismo que no integra la reforma.Nosotros tenemos la posibilidad histrica

    de conectar tres cosas: sectores del sindi-calismo radical, pequeos y modestospero ms numerosos que en los aos 60,la tradicional rebelda plebeya que recorrela formacin social proletaria en todas susfiguras, y el hecho de que estamos en unperodo nuevo. Podramos agregar a estoel hecho de que la crisis del sistema, la cri-sis sistmica atae como un elemento de-cisivo a una gran parte de lo queda de lacultura de izquierdas.La historia no se repite nunca y nos move-mos sobre un terreno que siempre es irre-gular y que es el de la guerra o la guerrillasocial, pero podemos decir que una vezms la historia pega a nuestra puerta por-que los elementos de la crisis general de loque est instituido nos permite dar unarespuesta, que es una respuesta de masas,mientras que el mecanismo de tipo sist-

    mico regulativo que encarna, en general laizquierda reformista y el sindicalismo re-

    formista de manera muy particular, notiene hoy respuesta y s tiene un miedo te-

    rrible para enfrentarse al sistema.Recordad bien que la socialdemocracia, enpor lo menos dos grandes ocasiones his-tricas y en el momento donde estamoshoy, abri las puertas a la barbarie. El pri-mer momento en la guerra del 14-18, mo-mento de la barbarie que va hasta elasesinato de Rosa Luxemburgo. El se-gundo momento, en contraste con lo quefue capaz de hacer la vieja Confederacin,es el hecho de que el sindicalismo social-demcrata alemn, el mayor de Europa, elprimero de mayo de 1933 llama oficial-mente a los trabajadores miembros de lossindicatos a que desfilen ante la tribunaoficial del 1 de mayo donde se encuentrael canciller Hitler. Esto simplemente nosindica hasta dnde puede ir una fuerza re-formista dominante en un momento enque ha dejado de existir los propios mr-genes de la reforma que la fundaba.

    miembro del secretariado federal deSUD Vaud Suiza y profesor de literatura, economa ehistoria

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    8 julio y agosto 2009

    Hortensia Ines (CNT Francia)La introduccin en el sistema educativo fran-cs de sistemas de evaluacin del alumnadopropios de la empresa privada se ve perfec-tamente ejemplificado en las llamadas libre-tas de competencias, que han sustituido elsistema de evaluacin anual o continua. Deeste modo, se fragmentan los conocimientosacabando con la comprensin global del pro-greso del alumno. Sufrimos otros procesos

    tales como la masificacin de las aulas, lamercantilizacin del oficio de enseante, laprecarizacion de las condiciones de trabajo ola congelacin salarial, concedindose cadavez ms privilegios a la enseanza privada.El capitalismo usurpa y mercantiliza el oficiode enseante, teoriza sobre nuestras tareas

    y jerarquiza cada vez ms los centros. Se danas por ejemplo nuevas estrategias como laimposicin de consejeros pedaggicos quemarcan las lneas a seguir, sustituyendo lasreuniones interdisciplinares. Se concedecada vez ms poder a los jefes de estudio,convertidos en gestores que buscan la renta-bilidad econmica del centro. Los directores

    y directoras, que siempre haban sido previa-mente maestros, son ahora profesionales sinexperiencia docente que imponen las prcti-cas y el lenguaje del marketing a la ense-anza.

    Este mismo proceso es sufrido por el propioalumnado, que ve negada su integridad aldesmenuzarla en competencias. Sin duda al-guna, el sindicalismo revolucionario debe porun lado hacer pblica y por otro sabotearesta situacin, negndose a la divisin entrelos trabajadores de la enseanza y oponin-dose a las reformas disfrazadas de moderni-zacin electrnica y que en realidad suponennuevos mecanismos de control tanto de las ylos profesores como de los alumnos. Frentea esta situacin, estamos elaborando un do-cumento comn que denuncia estas estrate-gias empresariales adoptadas por el estado,en forma de carta de prcticas profesionalesde resistencia.Finalmente, debemos ser conscientes de queslo luchando juntos y construyendo res-puestas a nivel internacional podremos con-trarrestar la ofensiva capitalista.

    Cybele (Sud Education, Francia)Los primeros en sufrir las reducciones en elgasto pblico son precisamente la sanidad yla educacin. En este ltimo caso, el recorteesconde un objetivo poltico, pues lo que sepretende es la privatizacion y mercantiliza-cin del sistema educativo. Esto se logra me-diante la participacin cada vez mayor de lasempresas y la creacin de sistemas jerarqui-zados en el seno de las escuelas y entre ellasmismas. Aparecen por un lado las escuelas-ghetto donde el objetivo es que el alumnadoapenas incorpore conocimientos ms all delo ms bsico, sin desarrollar en absoluto sucapacidad de anlisis y crtica; y por otro lasescuelas de excelencia para la lite. En lasprimeras, las condiciones precarias las sufrentambin los y las trabajadoras: profesores,personal de limpieza, de cocina...La jerarquizacin interna cada vez cobra msimporatancia, con la imposicin de la figura

    del director, sin ningn consenso en el senode la comunidad escolar. Recientemente seha introducido el puesto de jefe de maestros,que tomara las decisiones pedaggicas y deorientacin de la escuela.Hay que destacar el incremento del controlsobre el alumnado, con la introduccin en las

    fichas escolares de elementos que nada tie-nen que ver con su rendimiento acadmicotales como su situacin administrativa (si tie-nen papeles o no), su estado de salud, pro-blemas de comportamiento etc... hablndoseen algunas ocasiones incluso de pre-delin-cuentes. Estas fichas seguirn al alumnohasta la universidad, no quedando claroquin puede acceder a sus datos: padres, po-lica... Los maestros y maestras tambin ven

    controlada su actividad docente pues se pideque toda su actividad quede registrada en In-ternet.La evaluaciones cuantitativas estatales en pri-maria es otro aspecto que incrementa lacompetencia, as como el estrs y el indivi-dualismo entre el alum-nado. Adems, se haneliminado casi todoslos dispositivos deayuda para el alum-nado con dificultades,el profesorado carecede formacin previa, sehan eliminado materiascompletas, se exigenhoras extras... Altiempo que al alum-nado se le ofrece unasupuesta atencin par-ticular por personal noformado para ello y ge-neralmente en situa-cin precaria.

    Ante esta situacin, esfundamental trabajarcon toda la comunidadescolar: familias, aso-ciaciones, estudiantes,colectivos locales... queplanten cara a esta erade la mercantilizacinde la educacin. En todo caso, es fundamen-tal construir un discurso de lucha internacio-nalista, organizarnos para articularrespuestas, pues debemos entender que laofensiva tambin es global.

    Simoneta y Stefano d'Errico (UNICO-BAS Scuola, Italia)El gobierno Berlusconi ha hecho popular una

    definicin de lo que quiere que sea la educa-cin en Italia: se tratara del sistema educa-tivo de las tres I: ingls, informtica eimpresa. Esto supone en la prctica que sehaya recortado hasta eliminarlo el estudio deuna segunda lengua extranjera, se ha redu-cido a dos horas a la semana la asignatura deliteratura, el italiano ha pasado de nueve asiete horas semanales y el estudio de la his-toria en primaria no va ms all del imperioromano.Puede afirmarse que se est rebajando elnivel cultural del pas reservando menostiempo para las disciplinas criticas como filo-sofa o la historia. La Ministra de Educacin,Maria Stella Gelmini, ha rechazado la peti-cin popular de varios miles de familias ita-lianas que reclamaban un horario msextenso para el alumnado. Esto favorece a laescuela privada. Adems, el empleo pblicoen educacin se reducir en 132.000 puestos

    de trabajo, la poltica de austeridad obliga ano hacer contrataciones para sustituciones,el nmero de alumnos llega hasta los 27 poraula en primaria, o incluso hasta 30 o 32.Los maestros italianos son los peor pagadosde Europa. En mi caso, llevo enseandodesde 1980 y mi sueldo es en la actualidad

    de 1400 euros. El sueldo medio en la ense-anza es de 1500 euros al mes, y ser recor-tado en un 10-15% por acuerdo de todos lossindicatos salvo los de izquierdas y los debase. No obstante, precisamente los diputa-dos italianos son los mejor pagados y tan slorecortaron su sueldo en un 5%.En cuanto a la gestin de los centros educa-tivos, el gobierno Berlusconi ha propuestoque se entregue a los directores de centro la

    capacidad de poder despedir, transformn-dolos en verdaderos jefes de personal. Des-aparece con ello la asamblea de profesores yel consejo escolar pasa a ser presidido por elpropio director. En definitiva, cada vez ms laescuela se transforma en una empresa que

    en absoluto fomenta el aprendizaje crtico.Por todo ello, parece fundamental la redac-cin de una carta comn europea que analiceestas tendencias y presente otro tipo de pro-puestas contra la privatizacin y a favor de laescuela pblica.

    Emli Cortavitarte (FE-CGT, Espaa)En el caso del estado espaol, las tendencias

    legislativas en materia educativa van en dossentidos: en primer lugar consiste en aumen-tar el poder de las empresas insertas ya en elsistema educativo de dos maneras: primerose incrementa el dinero pblico que va aparar a estas empresas, es decir, o hay msrotacin o se conciertan ms centros. En elcaso de Catalua, el ao pasado las empre-sas privadas recibieron un aumento de susconciertos de un 3%, mientras que las escue-las pblicas sufrieron una reduccin de un10%. En segundo lugar, se privatizan cada vezms sectores, sobre todo aquellos que tienenuna mayor proyeccin econmica: interesaprivatizar la primera etapa de la educacin in-fantil (de 0 a 3 aos) y la formacin profesio-nal relacionada con la comunicacin y lasnuevas tecnologas. Cabe recordar que segnla LODE, promulgada en poca del PSOE yque supuso el inicio de la concertacin en Es-paa, slo se concertara la enseanza que

    la pblica no pudiera acoger y en todo casosolamente en etapas de enseanza obligato-ria. Sin embargo, el bachillerato no es ense-anza obligatoria y se concierta.La escuela pblica depende hoy en da enparte de las llamadas dotaciones de sufi-ciencia: slo se concede lo necesario para

    subsistir y el resto de fondos dependen delproyecto que se presente. Si el proyecto in-teresa se recibe ms dinero, pero si se tratade un programa humanista, lo ms probablees que no se reciba nada ms all de lo esen-cial. Se prima la introduccin del ingls me-diante la imparticin de algunas asignaturasen dicho idioma sin tener en cuenta la dificul-tad que ello supone en ciertos contextos. Asi-mismo, se considerarn superfluos, y por lo

    tanto no recibirn fondos, ciertos recursoscomo la presencia de un profesional de la psi-cologa en el centro.Por otra parte, la direccin ya no es elegidapor el consejo escolar sino por la administra-cin. Este mecanismo crea en la prctica la

    figura de directores profesionales que vanall donde les diga la administradcin educa-tiva sin necesidad de que pertenezcan al cen-tro donde deben ejercer dicha funcin. Estafigura tiene capacidad para elegir en algunoscasos a los sustitutos interinos optando porlos que considere ms adecuados, controlatoda la economa del centro, introduciendotcnicas propias de la gestin privada, etc...

    Contra este tipo de actuaciones, se han con-vocado desde nuestro sindicato diversashuelgas en distintos territorios (Catalunya,

    Andaluca...).En el caso de la universidad, ya a partir de laLOU deja de ser un espacio relativamente de-mocrtico y con el plan de Bolonia o espacioeuropeo de las enseanzas superiores se in-troducen explicitamente mecanismos decontrol y de introduccin del mercado dentrode los centros.En definitiva, la educacin forma parte de unplan estratgico de la Organizacin Mundialdel Comercio y de la Unin Europea quetiene dos bases: hay que convertir en negocio

    y privatizar todo aquello de lo cual se puedeobtener un beneficio (como algunos sectoresde la educacin) y hay que liquidar la excep-cionalidad europea que supone el llamadoestado de bienestar, lo que en el mbito edu-

    cativo supondr eliminar la escuela pblica,creativa y crtica..Es necesario intensificar la coordinacin in-ternacional que tenemos y ampliarla a otrossectores, que sin duda estarn trabajando enproblemas similares en el mbito de la UninEuropea, planteando incluso la posibilidad deconvocar una Huelga General en este mbito.

    Materiales Internacionales

    Sud Education y CNT (Francia), Unicobas Scuola (Italia), FE-CGT (Espaa)

    La mercantilizacin de la educacin. Necesidad

    de una coordinacin internacional como respuesta