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ANEXO
LOS CRÍMENES EN LA PRENSA
(Algunas notas contemporáneas sobre los hechos que inspiraron Crónica de un crimen, de Justino Zavala Muniz y Tierra en la boca, de Carlos Martínez Moreno)
La revisión de los diferentes medios de prensa incluidos en esta selección, así como las transcripciones de las notas sobre los crímenes ocurridos en 1913 (en los alrededores de Melo) y en 1961 (en Montevideo) fueron realizadas por Florencia De León, Camila Peveroni y Constanza Palau. El ajuste de los textos para su edición, que supuso insertar títulos en las series, modernizar la ortografía, corregir las erratas advertidas y efectuar mínimas intervenciones aclaratorias estuvo a cargo del Ay. Pablo Armand Ugón y el Prof. Tit. Pablo Rocca.
Otros textos periodísticos han sido referidos en algunos de los textos de este dossier o han sido reproducidos en forma de foto acompañando los artículos, en especial sobre el caso de 1961. Cabe consignar, por último, que ninguna de estas notas tiene firma, ni las más extensas ni mucho menos las brevísimas. Estas últimas, en relación a los crímenes de 1913, son ostensibles reelaboraciones de cables trasmitidos desde un norte aún muy remoto para el asombro de Montevideo. Por entonces, todavía la prensa no se hacía demasiado eco de este tipo de acontecimientos macabros, como El Siglo que –según lo notificara Camila Peveroni– apenas dedica un par de párrafos al asunto. No en vano el diario capitalino más interesado en estos hechos fue La Tribuna Popular que comenzaba a explorar, con primario sensacionalismo, ese nicho de público con el cual pronto saldría a competir El Día, de lo que arroja prueba irrefutable la compilación de las repercusiones periodísticas en Montevideo, Florida y Buenos Aires del asesinato de Delmira Agustini y el posterior suicidio de su marido y matador (Cf. El crimen de Delmira Agustini, Pablo Rocca (editor). Investigación de Pablo Armand Ugón, Fiorella Banchero, Felipe Correa y Érika Geymonat. Montevideo, Estuario/Hum, 2014). La anonimia fue algo usual no sólo en los remotos orígenes del género policial sino que continuó siéndolo, como se hace evidente en las notas de 1961, cuando la crónica al uso se había consolidado y, junto a la lectura de los artículos sobre deportes, era la llamada de atención principal. Obsérvese que los protagonistas de Tierra en la boca, letrados a diferencia de sus predecesores, siguen su historia en la lectura de algún diario, tal vez uno de los tantos que se han relevado en esta ocasión por primera vez.
Una vez que se repasa estas fuentes está claro que tanto Zavala Muniz como Martínez Moreno leyeron estas u otras notas, que las tuvieron muy presentes para elaborar sus respectivas ficciones junto a muchos otros materiales (expedientes, fotos) y a diversos testimonios.
NOTAS Y CRÓNICAS SOBRE EL MÚLTIPLE CRIMEN DE CERRO LARGO
Melo, 1913
Crimen salvaje1
En la 11ª Sección y el día 9 a las 8 de la noche, fueron vilmente asesinadas tres indefensas
mujeres. ¿Cuál fue la causa de tan monstruoso crimen? Imposible precisarla, aun cuando no es
aventurado asegurar que ella debía ser nimia, si existía, y que solo se ve en los autores de esos
horribles asesinatos a la bestia enfurecida fosando en los cadáveres inertes de sus víctimas.
Y en efecto así es: la Sra. Manuela Leguisamo de Andrade, anciana de 78 años de edad, fue
encontrada con trece heridas y degollada.
María Josefa Andrade, de 44 años, presentaba nueve horribles heridas.
María Fátima Ramírez, de 17 años presentaba trece heridas de arma blanca y degollada. Las
heridas de esta desgraciada eran todas ellas de gran profundidad y cualquiera de las trece de carácter
mortal. Esto nos dice que en esa infeliz las fieras han descargado con más rabia su furor, ¿Por qué?
Ellos allá en sus instintos tigrunos lo sabrán.
Sólo consiguió salvarse de la horrorosa carnicería la niña Manuela Andrade de 10 años de
edad y la cual parece no fue vista por los asesinos.
El criminal Ferreira2
El viernes prestó declaración el criminal Nieves Ferreira, uno de los bárbaros asesinos de la
familia Andrade.
El pueblo se aglomeró en la plaza Constitución para ver pasar al hombre sin entrañas que se
cebó cobardemente en el cuerpo de infelices mujeres.
Al regresar Ferreira a la cárcel a las 9 p.m., el pueblo demostró su desagrado y si no hubiese
sido por la actitud persuasiva de la autoridad, quizás Ferreira habría recibido el merecido correctivo.
Toca ahora a la justicia aplicárselo.
El crimen de Conventos. Prisión de Barboza3
1 En El Pueblo, Melo, 12 de octubre de 1913, p. 3, col. 1.2 En El Pueblo, Melo, 26 de octubre de 1913, p. 3, col. 1.3 En La Defensa, Melo, 19 de noviembre de 1913, p. 3, col. 5.
Esta mañana a las 10 fue conducido a la Jefatura el criminal Justo Barboza, cómplice de
Nieves Ferreira en el asesinato de la familia Andrade.
Conducía a Barboza, el Comisario de la 4ª Sección, donde fue aprehendido. La entrada del
asesino en nuestra ciudad despertó, como es natural, viva curiosidad. Barboza declarará hoy ante el
Juez Letrado Departamental Dr. Felippone.
Cayó el pájaro4
Después de una activa y tenaz persecución de las Policías de este Departamento y de
Yaguarón, fue aprehendido el asesino Florencio Barboza, compañero de Nieves Ferreira en el inicuo
y cobarde asesinato de la infortunada familia Andrade.
Ayer entró a la Ciudad e ingresó a la cárcel esa fiera humana. Está, pues, completada la
pesquisa policial y los autores en la prisión, aunque no han hecho nada más que cumplir con su
deber, merecen una palabra de estímulo.
El detenido Barboza5
El jueves de tarde prestó declaración ante el Sr. Juez Letrado, el detenido Florencio Barboza,
uno de los cobardes asesinos de la infortunada familia Andrade.
Como sucedió con Ferreira, el pueblo se aglomeró en la calle 18 de Julio para presenciar el
pasaje del siniestro personaje.
Barboza declaró todas las incidencias del espantoso asesinato y cargó la mano a su
compañero Nieves, que ha de haber quedado más frío ante la declaración de su ayudante, que lo que
su nombre indica.
4 En El Pueblo, Melo, 20 de noviembre de 1913, p. 5, col. 3.5 En El Pueblo, Melo, 23 de noviembre de 1913, p. 5, col. 1.
Montevideo, 1913
Tres mujeres asesinadas6
Melo, octubre 10. Un espantoso crimen ha sido perpetuado cerca de esta ciudad, en un
pasaje que dista unos cinco kilómetros, y en él han resultado víctimas tres infelices mujeres. Se
llamaban estas Manuela Heguis de Andrada, una hija suya de nombre María Josefa, y otra joven de
nombre María Ramírez. Las tres fueron bárbaramente asesinadas. El victimario, o victimarios, se
ensañaron, sobre todo, con la primera, a la que degollaron.
Una niña de ocho años, llamada Manuela Heguis, logró escapar de la casa en momentos en
que se cometía el crimen.
Han sido reducidos a prisión dos individuos sobre los cuales recaen vehementes sospechas
de que hayan intervenido en el crimen.
En Melo tres mujeres asesinadas7
Respecto al suceso de que dimos cuenta anteayer, dice un periódico de la capital de Cerro
Largo:
“Tres mujeres indefensas, Manuela Leguis de Andrada, su hija María Josefa y María Ramia,8
fueron bárbaramente asesinadas. Una niña de siete a ocho años de edad, nieta de la primera de las
nombradas, escapó por milagro, a la saña de los asesinos.
No se cree que el móvil que empujó a sus autores para cometer el vandálico hecho que tiene
consternada a la población, sea el robo, aunque se asegura que doña Manuela Leguis de Andrada
había vendido hace poco algunas hectáreas de campo, obteniendo por ellas algunos pesos.
La saña con que han precedido los brutales seres, hace suponer que, sobre todo, pasiones
violentísimas han armado las manos homicidas, llevándolas a realizar la nota de barbarie ancestral
que comentamos. Dos de las víctimas aparecen degolladas, la otra apuñalada brutalmente.
Una de ellas presenta en las manos cortaduras y señales que no dejan lugar a duda de haber
sostenido fuerte y dolorosa lucha con sus victimarios”.
6 En La Tribuna Popular, Montevideo, 11 de octubre de 1913, p. 2, col. 6.7 En La Tribuna Popular, Montevideo, 13 de octubre de 1913, p. 10, col. 6.8 Así en el original.
En Cerro Largo el asesinato de 3 mujeres, ¿todo descubierto?9
Melo, octubre 17. El sábado anterior, como se recordará, fueron bárbaramente asesinadas,
durante la noche, la señora María Leguis de Andrada, una señorita hija suya y la señorita María
Fátima Rodríguez. Solo pudo escapar una niñita, nieta de la señora de Andrada, que huyó en
momentos que los criminales perpetraban el horrible crimen.
Según dice un periódico local, el instigador principal resulta ser Joaquín Pedro Silveira,
casado con la hermana de una de las víctimas María Fátima Ramírez.
El móvil del crimen fue el de la apropiación de herencia consistente en 160 hectáreas de
campo, 200 ovejas y unas pocas vacas, de propiedad de María Fátima, y que serían heredadas por la
hermana casada con Silveira.
En la realización del horrendo suceso intervinieron otros individuos que la policía busca
activamente.
Eso dice el periódico aludido, pero las autoridades guardan absoluta reserva, como si aún no
estuviera probado el delito que se imputa a Silveira.
El crimen de Cerro Largo. Asesinato de tres mujeres. Captura de los criminales10
Melo, octubre 19. Transcurridos varios días del horrendo crimen de que fue víctima la
familia Andrade, aún no se ha desvanecido el estupor que en todos los círculos causó tan salvaje y
cobarde asesinato, reclamándose para sus autores el peso inexorable de la ley, a que se hicieron
acreedores por tanta ferocidad.
Felizmente parece que la vindicta pública está en camino de ser satisfecha, recibiendo los
culpables su condigno castigo.
Las diligencias efectuadas por las autoridades oficiales, a fin de esclarecer el suceso (que
aparecía misteriosamente envuelto en las sombras, creyéndose en los primeros momentos que el
nefasto crimen quedaría impune), aunque no todo lo felices que se hubieran deseado, han sido
suficientes para poner en claro las cosas.
Se ha hecho público que el móvil del crimen, radica en el apropiamiento de 160 hectáreas de
campo y algunas vacas y ovejas, pertenecientes a la infortunada María Fátima Ramírez, que habían
de ser heredadas por una hermana suya, casada con Joaquín Pedro Silveira, que resulta ser el
principal instigador del alevoso asesinato de la Ramírez y las Andrade.
Florencio Barboza y Nieves Ferreira, a quienes busca activamente la policía, esperándose
9 En La Tribuna Popular, Montevideo, 18 de octubre de 1913, p. 10, col 4.10 En La Tribuna Popular, Montevideo, 21 de octubre de 1913, p. 2, col. 2.
que no tardarán en caer en sus redes, pues se sabe que ambos no han traspuesto la frontera, son
acusados por Silveira de ser los victimarios de la viuda de Andrade, su hija y Fátima. El primero,
asesinó a la viuda y Fátima, llevando su ferocidad hasta degollarlas, y en cuanto a Ferreira, no
extremó la nota roja: solo se contentó con apuñalar a María Josefa.
De las pesquisas verificadas resulta que el día 5 Ferreira llegó a la chacra de Silveira, con
quien mantuvo larga conferencia, indudablemente tramando el asesinato.
A la tarde, Ferreira se despidió de Silveira, alejándose con rumbo a Guazunambí, paraje
donde mora don Teófilo Fonseca.
En la casa de ese vecino se presentó a los dos días, es decir, el 7, reuniéndose a una
comparsa de esquiladores que trabajó en lo del citado señor Fonseca.
En la comparsa trabajaba Florencio Barboza, con quien Ferreira mantenía estrecha amistad,
a juzgar por las demostraciones de alegría con que se saludaron a la llegada de éste último.
Habiendo concluido al día siguiente la tarea de la esquila, la comparsa levantó campamento,
segregándose de ella los personajes atados, quienes el día de la marcha, estuvieron por largo rato
conversando bastante distante de sus compañeros.
Indudablemente fue en esas circunstancias que Nieves Ferreira puso a Barboza al tanto de la
trama urdida con Silveira para asesinar, a la familia Andrade, logrando inducirlo a tomar parte del
asesinato.
Ferreira y Barboza, llegaron el 9, día en que tuvo lugar el crimen, a casa del vecino Juan
Caetano, domiciliado en el camino que conduce de Guazunambí a Bañado de Morales, pidiéndole
Ferreira al dueño de casa un peso, que necesitaba para poder concurrir a una jugada de baraja que se
realizaría esa noche en casa de un vecino de la zona.
A la partida del sol de ese mismo día los asesinos fueron vistos a caballo en el Paso del
Sauce de Tacuarí, en cuyas inmediaciones residían las víctimas.
Vestían ambos de poncho negro. Barboza iba armado de un revólver viejo y un cuchillo,
conocido entre la gente de campaña con el nombre de fariñera de una longitud de 30 centímetros y
[ilegible] 3 dedos de ancho.
En cambio, Ferreira iba armado de un puñal, de dimensiones bastante grandes.
Al día siguiente del crimen, Ferreira volvió a la 10ª Sección, donde, igualmente que
Barboza, fueron vistos hasta el día 14. Durante esos días, en casa de varios vecinos del lugar
faltaron algunos caballos, lo que hace presumir, por ciertos detalles, que ellos fueron los autores de
esos abigeatos.
Sobre la culpabilidad de Barboza y Ferreira, las autoridades están en posesión de otros datos
que confirman la acusación de Silveira. Han tomado numerosas medidas precaucionales [sic] e
impartido las órdenes necesarias para dar caza a aquéllos. Sobre su eficacia, se tienen esperanzas
optimistas, esperándose que la captura se realice de un momento a otro.
Como se recordará, Ferreira sufrió doce años de penitenciaría, como autor de la muerte de
Ramón Libano, hecho ocurrido en la 10ª Sección, si mal no recordamos, allá por el año 1900.
Barboza también fue huésped de la penitenciaría, por varios años. En Junio de 1894, asesinó
en la 7ª u 8ª Sección, robándolo después, a un joven español.
En Cerro Largo. El asesinato de tres mujeres. Captura de uno de los criminales11
Un telegrama de Melo informa que fue capturado el criminal Nieves Ferreira, quien, en
unión de Florencio Barboza, cometió el triple crimen de que fueron víctimas la viuda de Andrade,
su hija y María Fátima Ramírez, hecho del que hemos dado amplias noticias.
Los guardias civiles que intervinieron en la persecución y aprehensión, confiesan haber sido
dura la tarea, pues Ferreira les burlaba con habilidad increíble, cansándolos y obligándolos a
desplegar incesante persecución, que duró varios días.
Se tienen grandes esperanzas de poder capturar al cómplice, Florencio Barboza, no obstante
ser él muy baqueano en los montes de Berachi, donde se refugió.
La captura de Ferreira se logró, como decimos, después de activa persecución.
Las autoridades policiales de la 4ª Sección, en unión del personal de la policía volante,
dieron el lunes una batida en las proximidades de la picada ancha del Yaguarón.
Ferreira y Barboza sostuvieron fuerte tiroteo con sus perseguidores, pero se vieron en la
necesidad de arrojarse al agua para no caer en manos de los policianos, internándose a pie en el
Brasil.
La guardia aduanera brasileña destacada en ese punto también inició la persecución de los
asesinos.
Debe recordarse que ambos delincuentes tienen cuentas pendientes con las autoridades del
vecino país.
Desde aquel momento se seguía de cerca a los criminales, hasta el punto de haberse hallado
algunos momentos casi en las manos de la policía.
Ayer tarde, a última hora, gracias a la obstinación policial, Ferreira, transido por el
cansancio, fue capturado.
Asesinato de tres mujeres. El horrible crimen de Conventos. Captura de Ferreira. El pueblo
11 En La Tribuna Popular, Montevideo, 24 de octubre de 1913, p. 4, col. 4.
quiere lincharle12
Melo, octubre 26. La sección policial empeñada en una tenaz persecución contra Nieves
Ferreira y Florencio Barboza, indicados como autores del bárbaro asesinato de la familia Andrade,
fue completada en parte, con la prisión del primero de los nombrados.
Ayer tarde, el Juez Letrado Dr. Felippone, lo sometió a un largo interrogatorio, que duró
unas cuatro horas y media. Según nos dicen, Nieves negó rotundamente su participación en el
asesinato de la familia Andrade.
La presencia del criminal en nuestra población produjo, como es natural, un movimiento de
curiosidad inusitada. Todos querían ver de cerca al feroz asesino, de modo que en pocos minutos
congregóse en las calles donde pasó Ferreira, multitud de personas, deseosas de ver y execrar al
bandido.
Ayer, día en que Ferreira debía declarar ante el Juez Letrado Departamental, volvió a
producirse el mismo espectáculo. Dos horas antes de comparecer Ferreira ante el Juez, la esquina de
las calles 18 de Julio y La Paz, negreaba de curiosos que soportaron a pie firme las dos largas horas
de espera.
Declaraba entretanto ante el Juez, el instigador del crimen, Silveira.
Recién a las 5 p.m., terminada la declaración de éste, fue conducido Ferreira desde la
Jefatura al Juzgado. Seguíalo la chiquillería que apostrofaba al criminal y le propinaba una rechifla,
que no fue sino el prólogo de las manifestaciones hostiles que habían de producirse luego, en la
noche. La declaración de Ferreira duró desde las 5 hasta pasadas las 9 p.m., y en todo ese lapso de
tiempo aumentó el número de personas que querían ver al criminal.
A las 8, era ya un verdadero gentío el que aguardaba su salida. Apareció por fin este a las 9
p.m., rodeado de dos soldados de la custodia, y entonces el público, que había entretenido sus
nervios con el vivo comentario de los sucesos, rodeó a Ferreira en actitud hostil, siguiendo en su
trayecto hasta la Jefatura.
Gritos de toda clase: “¡Asesino!”, “¡Bandido!”, “¡Cobarde!”, “¡Que lo linchen!” –escapaban
de la multitud.
Y a medida que la manifestación –digámoslo así, pues eran más de 300 personas– avanzaba,
la excitación del pueblo iba in crescendo.
A una cuadra de la Jefatura, alcanzó a Ferreira una linda trompada en el oído y otra seguida
en el hombro. El Comisario de policía se interpuso, evitando mayores excesos.
Podemos garantir, eso sí, que si el trayecto hubiese sido dos cuadras más largo, quizá se
12 En La Tribuna Popular, Montevideo, 29 de octubre de 1913, p. 12, col. 3.
habría aplicado por primera vez en el país, la bárbara “Ley de Lynch”, pues las voces del público no
aconsejaban otra cosa y la creciente indignación popular era muy capaz de haberla ejecutado. La
policía evitó en todo momento que Ferreira cayera en manos del pueblo.
Las declaraciones prestadas por Silveira y Ferreira, permanecen aún ignoradas, pues aunque
concurrimos esta mañana al juzgado no nos fueron suministrados datos de ninguna especie.
En cuanto al otro criminal, Florencio Barboza, la voz popular –que según el adagio es “vox
Dei”– lo dan por difunto, caído en el tiroteo de la guardia aduanera o después de vadear el
Yaguarón.
Fuimos esta mañana a la Jefatura con el propósito de ver a Ferreira y conversar con él unos
momentos, recogiendo sus “impresiones”, o transmitiendo al lector las nuestras, en caso de que el
hombre (¿verdad que duele llamar “hombre” a un monstruo así?) se declarara mudo y sordo como
una tapia–. Pero no pudo ser. Se nos hizo saber que, por orden del Juez, Ferreira permanecía
rigurosamente incomunicado.
Hoy fueron sometidos a un careo en el Juzgado, Silveira y Nieves Ferreira.
CRÓNICAS DE UN CRIMEN, UNA FUGA Y UNA CAPTURA
Montevideo, 1961
Apareció asesinado un sereno de barrio13
Hoy de madrugada, lo mataron a puñaladas.
Un hombre que desempeñaba funciones de sereno y vigilante nocturno en zonas suburbanas
de la ciudad, fue hallado muerto en la vía pública a consecuencia de haber sido herido de múltiples
y graves puñaladas.
Al parecer el alevoso crimen se materializó mientras la víctima cumplía su ronda habitual
por el sitio que tenía asignado en su recorrida, agregándose que tanto las causas que determinaron la
bárbara agresión así como también la identidad del o los homicidas, constituyen hasta el momento
factores de incógnita y para cuyo esclarecimiento las autoridades policiales están cumpliendo
intensas diligencias que se espera conduzcan a breve plazo a su total esclarecimiento.
No obstante, aunque el caso presenta ciertos aspectos de compleja índole, en lo que dice
relación con los datos que permitieron a la Policía efectuar el hallazgo del cuerpo de la víctima,
como asimismo el móvil y las circunstancias en que fue perpetrado el homicidio, la investigación
tiene en su haber valiosos elementos de partida y testimonios de testigos circunstanciales de la
agresión propiamente dicha, los cuales habiendo aportado ya una filiación bastante aproximada de
los autores del crimen, están facilitando al rastreo de pistas que se estiman de óptimas posibilidades
para lograr la captura de aquéllos.
La víctima del alevoso asesinato resultó ser Nicolás Dionisio Sambucetti Velázquez,
oriental, casado de 61 años, que se domiciliaba en Sipe-Sipe Nº 4124, ap. 1, quien, como se ha
dicho, se desempeñaba desde hace años atrás como sereno nocturno y vigilante en la zona
residencial comprendida en las adyacencias de la Avenida Millán y Casaravilla. El extinto residía en
la dirección indicada en compañía de su señora esposa y de un hijo mayor de edad que cumple
tareas de taximetrista en la zona del Prado, siendo estimada como persona de irreprochable
personalidad y quien a través de los largos años en el desempeño de sus labores de vigilante
nocturno no había podido granjearse enemistad de especie alguna. De allí precisamente que la
Policía estime que la salvaje y fatal agresión provenga de la circunstancia factible de que
Sambucetti Velázquez haya sorprendido en su ronda a delincuentes cuya filiación conocía y en el
momento en que estos intentaban la realización de un robo, decidieron de inmediato ultimarlo, para
evitar su denuncia.
13 En El Plata, Montevideo, 12 de febrero de 1961, p. 2.
Abona en favor de esta hipótesis la clara diferencia de edad entre el anciano sereno y sus
agresores –dos hombres jóvenes y de mayor fuerza física– como asimismo el hecho de que en un
comercio de carnicería situado en Millán y Casaravilla, a pocos metros de donde fuera hallado el
cuerpo del victimado, entre las rejas que cierran la puerta de acceso fue encontrado un trozo de
papel con todas las características de haber servido de envoltura a un trozo de hierro o barreta,
similar a otro que fuera recogido junto al cuerpo. Precisamente, este comercio de carnicería ya en
otras oportunidades fue visitado por ladrones de carne, presumiéndose entonces que el solo hecho
de cometer un hurto de tal naturaleza habría hecho optar lógicamente por la huida a delincuentes
desconocidos en el momento de ser sorprendidos y no a cometer el alevoso ataque que determinó la
muerte del sereno, si este llegó también a cerciorarse de la identidad y filiación de los mismos.
Una llamada telefónica
Aproximadamente a las dos de la mañana en la Seccional 20ª de Policía, se recibió una
llamada telefónica hacha por una persona aún no identificada, pero cuyos datos filiatorios se poseen
y, la cual expresó a los funcionarios que en el cruce de las calles Casaravilla y Bolacuá, dos
hombres se estaban batiendo a tiros. La comunicación anónima se efectuó desde la estación de
servicios automovilistas, situada en Millán y Petain, y el sereno a quien el informante nocturno
pidió el uso del teléfono conoce al mismo como persona vinculada a esa barriada.
El mismo denunciante anónimo dijo a la Policía que metros más delante de donde se estaba
produciendo el tiroteo en la intersección de las calles Casaravilla y Bolacuá, aparece también el
cuerpo de un hombre caído en la tierra, y que al parecer estaba en completo estado de ebriedad.
Descubren el crimen
De inmediato las autoridades de la Seccional 20ª, encabezadas por el Comisario Emilio
Máximo Guerra, el Segundo Ignacio Nieto y personal subalterno, se dirigieron al lugar indicado
constatando que en lugar del “borracho” referido por el denunciante se hallaba el cuerpo del
infortunado Sambucetti Velázquez ya sin vida y caído de cúbito dorsal presentando mortales heridas
de arma blanca en el cuello, tórax y abdomen.
De su cinturón canana faltaba el revólver de reglamento que siempre llevaba consigo y en
uno de sus bolsillos fue hallada la suma de siete pesos, integrada por un billete se cinco y dos de
uno.
Por el contrario, los funcionarios no pudieron hallar indicio o evidencia de especie alguna,
que atestiguara que en el lugar se hubiera producido “un tiroteo” como expresara el anónimo
denunciante.
Testimonio importantes
Las autoridades lograron recabar el valioso testimonio de dos testigos presenciales del
hecho. Se trata de dos señoras que habitan una finca en la calle Casaravilla, exactamente en el
mismo lugar donde yació el sereno herido de muerte. Las mismas han manifestado a la Policía que,
próximo a la hora 1:45 oyeron el estampido de varios disparos de armas de fuego. Atraídas por el
ruido se asomaron a una ventana alta de la finca, observando que en ese momento tres personas
venían corriendo por la calzada y se situaron frente al domicilio de ambas.
Allí, las señoras vieron que dos de los hombres –uno vestía camisa blanca y pantalón oscuro
y el otro de camiseta clara– golpeaban ferozmente a otro que se hallaba ubicado entre ambos,
observando después que el agredido comenzó a retroceder tambaleante, hasta caer de espalda a la
calzada.
Refieren también las señoras que luego oyeron decir claramente a uno de los agresores:
“Bueno, loco, ya lo degollamos” –contestándole su compinche: “sacále el revolver y vámonos
pronto de aquí”.
Estos son en síntesis, los detalles que presenta este bárbaro y alevoso crimen, presentando
un factor confuso en lo que dice [en] relación a establecer si el anciano sereno llegó a hacer uso
efectivo del revólver que le fuera sustraído, al ser atacado por los dos criminales, teniendo en cuenta
la versión del denunciante telefónico y el relato de las dos señoras, que coinciden en haber oído
disparos de armas de fuego antes de conocerse el desenlace del sangriento episodio.
Fue muerto un sereno por dos cacos, al cumplir con su deber14
Un modesto sereno del barrio Las Duranas fue brutalmente ultimado[,] en la madrugada de
ayer, por dos malvivientes a los que sorprendió, según todas las evidencias, cuando intentaban
consumar un robo. Recibió seis heridas de arma blanca, una de las cuales lo degolló. El deplorable
suceso, que contó con dos testigos fundamentales, provocó honda consternación en toda la zona de
Millán y el arroyo Miguelete y es objeto de exhaustivas pesquisas por parte de autoridades de la
Seccional 20ª y de Investigaciones.
“Dos locos peleando…”
La primera noticia del hecho tuvo cuando, poco más de la hora 2, un desconocido que daba
muestras de gran nerviosismo, se apersonó de Servando Paz Souto, uruguayo, soltero, de 24 años,
sereno del garaje y despacho de nafta “Mauá” sito en Millán y Petain, y le pidió para hablar con la
14 En La Mañana, Montevideo, 13 de febrero de 1961, p. 2
Comisaría 20ª. Antes de que el sereno le diera el número de la Seccional, el desconocido refirió que
en la calle Casaravilla había “dos locos peleando a balazos…”. Agregó: “Casi me matan y quiero
avisar a la policía para que vaya allá…”. Hecha la denuncia, el desconocido se alejó del garaje.
Impresionante hallazgo
De inmediato se hicieron presentes las autoridades de la 20ª en Casaravilla casi Bolacuá,
lugar indicado por el desconocido. Allí, frente al 878 de la primera calle mencionada, se
encontraron con el cuerpo exánime de un hombre, modestamente vestido, y en medio de un gran
charco de sangre. Dieron aviso de ello a su Seccional y, a poco, llagaban el Inspector de Zona,
Ramiro Fernández Regueiro; Comisario Emilio Guerra; Subcomisario Ignacio Nieto y los Oficiales
Ríos y Cioffi, de Investigaciones.
Al concurrir el Juez de Instrucción del 6º turno, Dr. Enrique Friguerio, se practicaron las
primeras pericias, comprobándose que el extinto era Nicolás Dionisio Sambucetti Velázquez,
oriental, casado, de 61 años, que desde hace tres lustros se desempeñaba como sereno en la zona y
vivía en Sipe Sipe 4124.
Importantes comprobaciones
El médico de policía comprobó que el cadáver presentaba seis heridas de arma blanca, cinco
en el tórax, y la restante en el cuello; esta última le había degollado. Junto al cuerpo se halló parte
de una hoja de diario, plegada tal como si en su interior hubiera envuelto un hierro. El resto de la
misma hoja estaba en los extensibles de una cortina metálica, al frente de un comercio de carnicería
sito en Millán y Casaravilla. Esto dio la pauta de que Sambucetti sorprendió a los cacos en
momentos que intentaban violentar la cortina metálica, para abrirse paso al interior del negocio y
consumar el hurto.
Testimonio de valor
Iniciadas las indagaciones en el barrio, poco después se lograba un importante testimonio.
Dolores Facal Pardiñas, española, soltera, de 36 años, vecina de Casaravilla 878 dijo que, hacia las
dos de la mañana, se despertó al sentir el ruido de una pelea frente a su casa. Tres personas –
agregó– eran las que mantenían el incidente. Una de ellas (el sereno) estaba en el medio. Quien
estaba a su frente le castigaba al parecer, a golpes de puño. El otro, estaba en actitud pasiva a sus
espaldas. Pasados unos minutos, la testigo oyó el ruido de un hierro al caer y, casi enseguida, uno de
los maleantes preguntaba a su compañero: “¿Le sacaste el revólver?”. La respuesta fue: “No… Lo
degollé… Ahora se lo saco”. Siempre según la testigo, ambos se dieron a la fuga. El que ella vio
golpeando al sereno, vestía camisa blanca y pantalón oscuro; el otro, ropas oscuras. Dolores Facal
manifestó a la policía que no dio gritos de auxilio, primero, porque creyó que sólo era una disputa
de borrachos y, además, porque temía alterar el reposo de una tía suya que padece del corazón. Su
actitud, naturalmente, no fue del todo acertada.
Se presenta el “desconocido”
En horas de la tarde de ayer, se presentó ante la Seccional 20ª el “desconocido” autor de la
denuncia que llevó al descubrimiento del crimen. Es vecino del barrio y se llama Julio Cabarco
Martínez. Precisando su declaración, expresó que cuando en la madrugada se dirigía a su domicilio,
sintió una detonación y el rebotar de una bala a su costado.
Vio a dos desconocidos que emprendían la fuga por Casaravilla al oeste y, poco después los
encontró en Millán y Clemenceau, en circunstancias en que uno pasaba un arma al otro. Cree que
ambos sostenían una discusión y asegura no haber visto el cadáver del sereno. Agregó que ambos se
alejaron por Millán hacia el norte.
Por su parte, Dolores Facal niega haber escuchado detonaciones y su testimonio solo se
remite a la pelea que presenció. Empero, la policía halló cuatro balas detonadas junto al cuerpo de
Sambucetti.
El objeto de hierro envuelto en diarios era, seguramente una [ilegible]. Empero, la Policía
[al] haber servido [ese objeto] para agredir a Sambucetti y [por] la herida que el infortunado sereno
presenta en el cuello, [dedujo que la herida] se la habría inferido el que estaba a sus espaldas,
mientras el otro lo golpeaba de frente. Asimismo, es posible que ambos maleantes hubieran
disputado por el revólver del sereno, luego de quitárselo. No otra cosa sino esto último, se
desprende del testimonio de Cabarco Martínez.
Sin novedades
Anoche La Mañana se interesó en la Seccional 20ª por la marcha de la investigación. Se
señaló que no había ninguna novedad de importancia y que de los varios detenidos en relación al
hecho, la mayoría ya estaban descartadas. No obstante, las autoridades aguardaban con optimismo
el resultado de diligencias que se estaban practicando al cierre de esta edición.
Apareció después de pasar por varias manos, el revólver del sereno asesinado15
Transcurridas las primeras veinticuatro horas de haber sido descubierto el cuerpo del
infortunado sereno Nicolás D. Sambucetti Velázquez, alevosamente asesinado en la intersección de
15 En El Plata, Montevideo, 13 de febrero de 1961.
la Avda. Millán y Casaravilla, las autoridades de la Seccional 20ª, con su titular, Comisario Emilio
Máximo Guerra, secundado por personal subalterno y elementos de la Policía Técnica, están
desarrollando una intensa labor de investigación, siguiendo varias e importantes pistas en procura
de la individualización de los dos criminales que ahora se sabe con certeza, provocaron la muerte
del sereno.
En lo que se refiere a esta parte de la pesquisa, una razón de lógica reserva rodea el
procedimiento que cumple la Policía, respecto a la nómina de los detenidos y demorados que están
siendo sometidos a interrogatorios y cuya nómina se omite a los efectos de no entorpecer cualquier
novedad importante que podría producirse de un momento a otro en el curso de la misma.
En consecuencia, sólo cabe informar que luego de la intensa barrida que la Policía efectuó
ayer por los barrios, tales como La Criolla, Cerrito, Tajos y Puñaladas, Chimborazo, La Floresta y
Cementerio del Norte, la redada ha permitido la detención de no menos de una veintena de sujetos
malvivientes, dedicados exclusivamente a la comisión de delitos tales como el scruche, y ladrones y
rateros de menor cuantía, muchos de los cuales poseen antecedentes.
Del Proceso que sigue pues el trabajo policial, confrontando los datos del crimen con las
andanzas de estos sujetos que están demorados o detenidos, bien puede entonces surgir en el curso
de las próximas horas la pista definitiva que conduzca a la detención de los criminales, ya que la
modalidad delictiva del robo se deduce de las claras evidencias que procedieron al crimen del
infortunado sereno.
Aparece el revólver de la víctima
Una novedad importante se ha producido en el curso de la noche de ayer y la misma la
constituye la aparición del revólver que portaba Sambucetti Velázquez, y el cual le fuera sustraído
por sus victimarios luego de la consumación del hecho.
Ayer de tarde se presentó a la Seccional 20ª José Trovatto Scor, italiano, soltero, de 23 años,
el cual es propietario del comercio de café y bar ubicado en Avda. Millán 4352, esquina Cnel. Raíz,
haciendo entrega de un revólver Johnson calibre 38 corto, niquelado, con cachas negras. El arma
fue reconocida por los familiares de Sambucetti Velázquez como propiedad de este, y en
consecuencia, se trata de la misma que desapareciera luego de cometido el crimen.
El comerciante Trovatto Scor ha explicado a la Policía las circunstancias que determinaron
la posesión del arma, de acuerdo a la siguiente versión: refiere que el viernes por la noche y en la
madrugada del día siguiente, entró en su comercio una pareja formada por un hombre y una mujer
jóvenes, los cuales estuvieron bebiendo por un rato, para luego retirarse.
Al poco tiempo la misma pareja regresó al comercio en compañía de otra, formada también
por un hombre y una mujer de edad madura, todos los cuales bebieron y comieron sándwiches en el
comercio. Abonada la consumición, estas cuatro personas se retiraron del bar, y siendo
aproximadamente la hora 1:45 o 2 de la mañana del día sábado –fecha del crimen– la primera pareja
que ha sido nombrada regresó al bar en compañía de un hombre y una mujer jóvenes, y también
efectuaron libaciones, tomando los hombres grapa y las mujeres anís.
El comerciante refiere luego que ya cerca de las horas diurnas del día sábado, los
parroquianos citados resolvieron retirarse del local, pidieron la adición de lo consumido, y que
ascendió a la suma de $ 4.20. Prosigue diciendo entonces, que uno de los hombres le expresó no
tener el dinero suficiente para abonar el gasto, y que en su defecto le dejaba su revólver en prenda,
hasta la mañana siguiente, en el transcurso de la cual volvería para pagar y efectuar el retiro del
arma.
Manifestó por último el comerciante, que tal procedimiento en principio no le causó
extrañeza, por cuanto algún parroquiano ha dejado a veces un arma de su propiedad, para no andar
encima con ella. Pero que al enterarse al día siguiente del crimen que se cometiera cerca de la zona
donde esta ubicado el bar, resolvió presentarse a la Policía y hacer entrega del referido revólver, que
como se ha expresado, es el que portaba el infortunado Sambucetti. Lo expuesto está dando por sí
solo un cariz muy significativo al proceso de este episodio, y el cual constituye una serie de
importantísimos elementos de investigación, tras los cuales los funcionarios policiales ya se
encuentran trabajando al máximo.
Cabe aclarar que un peritaje técnico del arma determina huellas de sangre y múltiples
impresiones digitales que están siendo examinadas con todo rigor.
También hay una herida de bala
Otra novedad importante que registró la indagatoria del caso en las ultimas horas de ayer, la
constituye el resultado que arrojó la autopsia practicada al cadáver de Sambucetti Velázquez. Aparte
de las terribles heridas de arma blanca que presenta en el cuello, tórax y parte media del abdomen,
el peritaje forense establece que el cadáver presenta además una herida de bala en el bajo vientre sin
orificio de salida, y un golpe contundente en la cabeza que tiene las características de haber sido
provocado por un objeto pesado, tal como si hubiera sido aplicado con un hierro u otro material de
extrema dureza.
En lo que refiere a la herida de bala, la policía técnica realiza el peritaje necesario a fin de
establecer si la misma pudo haber sido provocada por el arma del sereno, o si por el contrario otra
en poder de los homicidas.
Cabe aclarar finalmente que el revólver Johnson propiedad del sereno que el comerciante
Trovatto Scor hizo entrega en la Seccional 20ª, se hallaba totalmente descargado, teniendo la
confirmación de los familiares del mismo que en la noche del crimen, así como también en todas las
oportunidades en que aquel efectuaba su ronda, acostumbraba llevar su arma, con su carga
completa.
Surgen novedades en el crimen del sereno16
Activas investigaciones. Se hicieron numerosas batidas. Varios Lesionados en riñas. Incendios. Accidentes.
Se indica a Tomás Ismar Font Barreiro, como uno de los asesinos del sereno Nicolás D.
Sambucetti, a quien, como es de notoriedad, ultimaron dos hombres en la intersección de la Avda.
Millán y Casaravilla. El Comisario de la Seccional 20ª, Sr. Emilio Máximo Guerra, secundado por
personal subalterno, está cumpliendo activas investigaciones; se realizaron batidas en diferentes
barrios adyacentes y fueron detenidos numerosos sospechosos a los que se viene tomando
declaraciones. En el curso de las próximas horas y dada la importancia de las actuaciones de la
Policía, es posible que haya novedades fundamentales para el esclarecimiento de este crimen. Por
otra parte cabe señalar que los comunicados de la Jefatura informan que en los últimos dos días se
produjeron varios incidentes con heridos, hubo algunos incendios y se registraron diversos
accidentes de tránsito, sobre los que brindamos detalles a continuación. […]
Identificaron a los asesinos del sereno17
Un tiroteo policial y “particular”
Todo el país fue conmovido anoche por la noticia –propalada intensamente por radio– de
que la Policía acababa de mantener un tiroteo, en el cual se habían intercambiado veintiún disparos,
con los asesinos del sereno Nicolás Dionisio Sambucetti Velázquez, deteniendo finalmente a uno de
ellos. Lamentablemente esto no es cierto ya que si bien existió el tiroteo –se intercambiaron seis
disparos– no fue precisamente con el asesino buscado e individualizado, sino que el mismo
protagonizado por tres agentes de Investigaciones quienes consiguieron inclusive el apoyo de una
brigada de gases, para hacerle “el favor” a un amigo, a quien un hombre con antecedentes le había
robado la “mujer”. Desde luego que los superiores no sabían absolutamente nada y hasta más,
creyeron la fábula narrada por ellos de que allí en el domicilio de Ramón Gómez Báez (un hombre
que tiene una condena por homicidio) habían buscado asilo los asesinos prófugos.
Brigada de gases
16 En El Bien Público, Montevideo, 15 de febrero de 1961.17 En La Mañana, Montevideo, 15 de febrero de 1961, p. 2.
Lo concreto es que en Oficial de 20 metros, entre Ganaderos y Laguna Merín a las 20 horas
en dominios de la Seccional 19ª fue rodeado un rancho por los funcionarios Euclides Olivera, Luis
José Boubisan y Jorge Aboy, junto a quienes estaba un amigo de ellos, de apellido Leiva. Al realizar
el alineamiento comunicaron que según informes que poseían, allí había buscado refugio el asesino
del sereno y pidieron el apoyo de una brigada de gases, que se constituyó en el lugar.
Restacan la dama
Con Leiva a la cabeza (que no es funcionario pero tenía revólver) entraron en la casa y se
llevaron la mujer, después de este, que era el dueño de la “dama” que le había birlado Gómez Báez
y que así rescató, disparara un tiro.
Ramón Gómez Báez contestó el fuego con cinco disparos, de los que dice que tiró cuatro al
aire y otro contra una pared, pero seguramente se perdieron por mala puntería.
Al trascender la noticia diversos empleados que trabajaban en el hecho, especialmente de la
Seccional 20ª e Investigaciones (estos los oficiales Rius y Cioffi) se constituyeron en el lugar,
logrando Rius que se entregara Gómez Báez, quien probó que nada tenía que ver con los maleantes
buscados y sí con Leiva, quien “encabezara” el allanamiento y al que le habían “birlado la dama”.
Llevados todos a la Seccional 20º esclarecieron el hecho, habiéndose dispuesto el sumario
administrativo y el judicial. En momentos del cierre de esta edición los intervinientes en el hecho
están prestando declaración.
¿Qué pasó con el crimen?
Aclarado totalmente este malhadado episodio, entremos en la investigación especifica del
crimen del sereno, en el que se han producido novedades de significación, como que ya está
individualizado su autor, a quien se espera detener en cuestión de horas.
En la mañana del lunes se presentó en la Seccional 20ª José Trovatto Scor, italiano, soltero,
de 32 años, propietario del café de Millán y Coronel Raíz, haciendo entrega de revólver del
infortunado sereno que le había sido robado por quienes le ultimaron. Dos parejas se lo habían
dejado de “seña” por una consumición impaga.
El dueño del bar dijo que el jueves, viernes y sábado de la semana pasada una pareja, a la
que describió, llegaba a eso de las 19 horas y se sentaba siempre en la misma mesa (que da a la calle
y permite estudiarla) tomando algo ligero y permaneciendo largo rato allí.
Él sábado se encontraron con un matrimonio de edad con el que charlaron largo rato
despidiéndose y saliendo separados, para volver a entrar la pareja conocida ya tarde, en compañía
de otro.
Dejan el revólver
Allí estuvieron hasta después de medianoche, en que las mujeres quedaron solas, regresando
al rato sus compañeros quienes ordenaron una vuelta de grapa. Llegado el momento de pagar le
dijeron a Trovatto Scor que no tenían dinero pero le dejaban el revólver de seña. Este lo aceptó en
primer momento (el gasto era de $ 4.20) pero luego se los quiso devolver temiendo algo,
obteniendo como respuesta:
–Déjelo, vaya tranquilo, mañana le traemos la plata y nos llevamos el arma–, perdiéndose de
inmediato las cuatro personas en la oscuridad de la calle Millán.
El revólver, marca Johnson, 43.404[,] calibre 38 corto estaba descargado y manchado de
sangre por lo que el comerciante temió algo y decidió entregarlo a la Policía, que comprobó que
efectivamente era el del sereno.
Dispararon contra el sereno
Los proyectiles fueron encontrados junto al cuerpo, dos picados, uno detonado (no se halló
la cápsula) y dos intactos. En el abdomen del infortunado sereno estaba el plomo del detonado,
confirmándose entonces la hipótesis de que los maleantes, después de degollarlo, le sacaron el arma
y con ella le produjeron una herida más, ya cuando estaba agonizante, en el suelo. Esto es una
muestra clara de su ensañamiento y peligrosidad.
Ubican a la pareja de ancianos
Evidentemente eran esos dos hombres los autores del crimen y la única pista arrancaba de la
ubicación de la pareja de edad, que era conocida del barrio.
El Oficial Rius, después de intenso trabajo la logró encontrar y fue invitada a ir a la 20ª
donde se le interrogó. Ambos ancianos dijeron no tener absolutamente nada que ver con todo lo
relacionado con el crimen (lo que probaron), agregando que conocían al “Gallego” del café “La
Cueva” de Ganaderos y Juan Lavalle donde paraban ambos hombres.
Entre truco y copas se formó una amistad de años y así, en una ocasión fue invitado el
“Gallego” y su compañera a casa de los ancianos, después quedaron citados para beber una copa y
así se produjo el encuentro en el café de Millán y Coronel Raíz.
Los identifican
Con esos datos poco costó saber que “El Gallego” era en realidad Tomás Bismark Font
Barreiro, un sujeto de frondoso prontuario, con una muerte en su haber y que quien le acompañaba
se trataba de Isabel Ruiz Curtina, una mujer que a primera vista parece embarazada, pero que en
realidad sufre de una enfermedad en el vientre que le da ese aspecto. Y los amigos suyos son dos
sujetos conocidos como el “Chato” y la “Raquel”, cuyos nombres exactos hasta el momento no ha
sido posible conocer con exactitud.
No demoran en caer
Evidentemente ninguno de los cuatro tiene dinero, como lo prueba el hecho de que tuvieron
que dejar el revólver para pagar una consumición de $ 4.20 y no pueden haber ido al interior por esa
misma razón.
Están entonces en la capital donde “queman” ya que han sido individualizados y no
demorarán en caer, pues es muy difícil que, sin poder pagar, los encubridores y malvivientes los
“aguanten” mucho tiempo, sobre todo –y aquí utilizando palabras del slang– porque la bronca es
muy grande.
Las pesquisas, como es notorio, siguen avanzando a pasos agigantados y existen tres o
cuatro indicios que pueden conducir a los asesinos (los que además llevan el lastre de sus mujeres
en su huida) que pueden ser aprehendidos en cualquier momento.
Identificaron al asesino del sereno y, cuando era buscado, se dio muerte18
Tomás Font Barreiro se suicidó anoche en un paso nivel.
Anoche aproximadamente a las 20 horas, trascendió la noticia propalada incluso por varias
radioemisoras locales, según la cual una comisión integrada por tres funcionarios de la División
Investigaciones, y a la que luego se sumó una brigada de gases lacrimógenos de la Guardia
Metropolitana y efectivos policiales, tenía cercado a uno de los asesinos del sereno Sambucetti
Velázquez, habiéndose producido en el procedimiento un intenso tiroteo.
En realidad la noticia resultó falsa, por cuanto la actuación de los tres funcionarios aludidos
en primer término y que se trata de los empleados de Investigaciones, Oclides Olivera, Luis José
Barbisan y Jorge Silva Aboy, no tuvo vinculación alguna con el crimen de la Avda. Millán y
Casaravilla, respondiendo solamente a una solicitud de un hombre apellidado Leiva, amigo de
Olivera, y al cual éste en compañía de los dos funcionarios restantes se prestó a hacerle una
“gauchada” que a la postre casi resulta sangrienta.
Peligrosa recepción
En síntesis, el hecho referido ocurrió dentro de la siguiente secuencia: el citado Leiva pidió a
los tres funcionarios que lo acompañaran a una finca existente en calle de 20 metros entre
Ganaderos y Laguna Merín y en la cual se hallaba refugiada su compañera con un sujeto que posee
18 En El Plata, Montevideo, 15 de febrero de 1961.
frondoso prontuario policial, apellidado Gómez Báez. La finalidad del procedimiento, según versión
confirmada luego por las autoridades, era la de pedir explicaciones al habitante de la finca respecto
a su actitud de tener consigo a la mujer de Leiva.
Llegados al lugar los tres funcionarios y el citado Leiva, no tuvieron siquiera tiempo de
anunciar su presencia, por cuanto desde el interior de la finca sonó un disparo de revólver, seguido
luego por toda una serie de ellos, que obligaron a los que venían, a buscar rápido refugio entre la
maleza que circunda el lugar.
Refieren los funcionarios que repeliendo la agresión armada, efectuaron también varios
disparos de pistola, mientras observaron que dos personas salía precipitadamente por un costado de
la finca, perdiéndose pronto en la oscuridad del lugar.
Refuerzos y captura
Frente a la situación planteada y dado que desde la finca seguían haciéndose disparos,
Barbisan efectuó un rápido retroceso hacia la calle Ganaderos, llegando a un comercio próximo
desde donde solicitó telefónicamente el envío de refuerzos. De inmediato concurrieron al lugar los
oficiales Tapia y Ríos con personal a sus órdenes, una camioneta de la Guardia Metropolitana con
una Brigada de Gases, un patrullero de la Seccional 2ª y otros funcionarios policiales. La llegada de
estos refuerzos permitió bien pronto la reducción y captura de Ramón Gómez Báez y de la mujer
referida, pero mientras tanto, si en la finca pudo haber otros delincuentes protegidos, tal como
expresaron los funcionarios al observar la fuga de dos personas cuando se producía el tiroteo, en la
finca no se halló rastros de los mismos ni indicio alguno que atestiguara conexión con los
victimarios del sereno Sambucetti.
Es indudable que la situación de los tres funcionarios actuantes en este episodio resulta un
tanto confusa y contradictoria, por cuanto de las manifestaciones ofrecidas por el señor Jefe de
Investigaciones, se desprende su total desconocimiento previo de la actuación que aquellos iban a
cumplir anoche en la finca de Oficial 20 metros, no habiendo mediado tampoco la orden penitente
de cumplirla y menos de integrar con el citado Leiva una comisión policial a los fines solicitados
por este.
En su descargo, los funcionarios imputados en el hecho señalan que en la finca referida se
ocultaba uno o los dos criminales del sereno buscados por la Policía y que en conocimiento de ese
dato importantísimo no titubearon en efectuar el procedimiento a que se ha hecho mención.
Individualizan a uno de los asesinos
Retomando ahora el de la información relacionada al crimen del sereno Sambucetti
Velázquez cabe expresar que como resultado de la eficiente y tesonera labor cumplida en las últimas
horas por los titulares de la Seccional 20ª, Comisario Emilio Guerra y el Subcomisario Cabral,
secundados por el personal a sus órdenes, se ha logrado una importantísima novedad, cual es la de
establecer sin lugar a dudas la individualización de uno de los asesinos y la posible filiación de su
cómplice.
Sobre la base de los datos apostados por los testigos circunstanciales del crimen, más la
exposición realizada por Trovatto Scor, dueño del comercio de bar ubicado en la avenida Millán y
Cnel. Raíz, respecto a la concurrencia de las parejas que estuvieron en el local, en el transcurso de
la noche y madrugada de los días viernes y sábado pasados, el peritaje técnico del arma propiedad
del sereno, que el citado barista hiciera entrega a los funcionarios de la Seccional 20ª se fueron
cumpliendo una serie de exitosas indagatorias en el proceso aclaratorio del caso.
El resultado es que como lógica derivación de un bien planeado trabajo de pesquisa, se ha
logrado establecer concretamente que uno de los atacantes y homicidas del sereno es Tomás
Bismark Font Barreiro, alias “El Gallego”, “El Porteño” o “El Cholo”, oriental casado de 41 años,
quien habita con sus familiares en una finca situada en la calle Domingo Torres, barrio La Espada.
Este sujeto concurrió el viernes y el sábado al bar de Millán y Cnel. Raíz, en compañía de
una mujer que luego fue individualizada como Isabel Ruiz Curtino, oriental, soltera, de 26 años de
edad.
El día del crimen, los nombrados volvieron al bar acompañados por otra pareja, con la que
estuvieron de beberaje, retirándose todos para luego regresar, pidiendo al comerciante uno de los
hombres que ahora se sabe exactamente fue Bismark Font Barreiro, le guardara el revólver Johnson
calibre 38 corto, propiedad del infortunado sereno.
La filiación de Font Barreiro es la siguiente: estatura 1.65 mts., grueso, cutis blanco,
cabellos canosos y usa bigotes finos. La noche del crimen, vestía camisa blanca de nylon a mangas
cortas y pantalón amarillo oscuro.
Su compañera Isabel Ruiz Curtino, es de estatura baja, cutis blanco, usa el cabello corto y de
color natural negro, presentando en la mejilla izquierda un lunar oscuro bien visible. Vestía pollera
tableada con motivos floreados, buzo blanco, cinturón oscuro y calzaba zapatos de tacos altos.
La pareja que acompañaba a los aludidos y que la Policía tiene ya certeramente filiados
responde a la siguiente descripción: el hombre responde al alias de “El Chato”, es alto, delgado y
musculoso, representando unos 55 años de edad, usa cabello largo y ondulado peinado hacia atrás, y
en la noche de crimen llevaba camisa oscura a cuadros de manga larga y pantalón gris oscuro. La
compañera de éste es una mujer de nombre Raquel, es de complexión fuerte, alta de cutis morocho
y al parecer se halla en estado de gravidez. Usa cabello largo que le cubre el cuello y vestía polera
azul, con buzo blanco, calzando zapatos bajos color oscuro.
Las últimas horas de un delincuente
Ayer de mañana Tomás Bismark Font Barreiro tenía pleno conocimiento que la Policía lo
buscaba con afán como estrechamente vinculado al homicidio del sereno Sambucetti Velázquez. En
compañía de Isabel Ruiz Curtino, oriental, soltera, de 28 años, dio varias vueltas en busca de
refugio, pero como es natural en estos casos, encontró todas las puertas cerradas. Mientras tanto las
autoridades seguían de cerca los pasos del delincuente y próximo a la madrugada se supo que había
concurrido al mediodía a casa de un viejo conocido de nombre Manuel Do Santos Rodríguez,
oriental, casado de 48 años, afincado en la calle Ceibal, manzana 54, del barrio El Dorado en la
ciudad de Las Piedras. Do Santos no se encontraba en su domicilio cuando llegó Font Barreiro
acompañado de Isabel Ruiz. La esposa del dueño de casa les dijo que posiblemente regresaría en
horas de la tarde y ellos decidieron esperar. Aquella preparó un frugal almuerzo que todos comieron
en silencio. Pasaron las horas y como Do Santos no llegaba, Font Barreiro le pidió dinero prestado a
la mujer, para poder trasladarse a Montevideo y localizar a su amigo. Recibió el delincuente la suma
de tres pesos y ya próximo a las 6 horas la pareja tomó un ómnibus hacia la capital. En el camino
recién parece ser que hizo confianza a su compañera a la que le confesó que la Policía “lo buscaba
por cierto delito” y que antes de ser detenido se quitaría la vida.
En el Centro, la mujer perdió de vista a Font Barreiro. Este debió haber buscado a su amigo
y ya de noche, posiblemente regresó a Las Piedras. Con seguridad todos sus planes de ocultamiento
fallaron y emprendió la decisión tomada.
Denuncia sobre una muerte
En las últimas horas de ayer, para ser más precisos a las 23:50, se recibió en la Comisaría de
Las Piedras, una llamada telefónica de A.F.E., dando cuenta que en la vía férrea frente a la calle La
Paz, una persona del sexo masculino había sido arrollada por la máquina 1.528 que se dirigía a 25
de Agosto. Al lugar indicado por la denuncia concurrió el Comisario Adolfo Britos y personal
subalterno, comprobando que la víctima era un hombre de unos cuarenta años. Vestía un traje
marrón, camisa de nylon blanca a rayas y zapatos mocasines negros. En sus bolsillos no había
ningún documento que pudiese aportar dato alguno sobre su filiación ni tampoco llevaba dinero
consigo.
Después de las indagaciones correspondientes, las autoridades de Canelones irradiaron el
pedido de rigor, tendiente a individualizar a la víctima.
Simultáneamente con este hecho, se presentaba en el local de Investigaciones Isabel Ruiz
Curtino, en donde relató ante los jerarcas lo expuesto más arriba. Por eso es que cuando llegó a
poder de los funcionarios capitalinos la noticia del “accidente” sufrido en la vía férrea de Las
Piedras por un desconocido, este dejó de serlo al ser plenamente identificado por la Policía de
Investigaciones y de la Seccional 20ª.
Fue acarado el crimen del sereno19
La policía trata de localizar ahora al cómplice de Tomás Font Barreiro
Tomás Bismarck Font Barreiro, acosado por la Policía que lo había identificado como el
asesino del sereno Sambucetti Velázquez, se quitó la vida arrojándose el pasado martes a media
noche al paso de un ferrocarril, en las cercanías de Las Piedras. Las pesquisas se encaminan ahora
hacia la detención de su cómplice apodado “El Chato”. Como se recordará, luego del alevoso
crimen la Policía encaminó las pesquisas hacia la identificación del matador sobre la pista de un
revólver que le fuera sustraído a Sambucetti, con el cual se le hirió. Esta arma fue entregada en la
noche del hecho por una persona conocida por “El Gallego” o “El Porteño” al propietario de un café
ubicado en Millán y Cnel. Raíz, como garantía del pago de la consumición. Algunos testigos
describieron a la persona que había entregado el revólver, y por ese camino se llegó a la
identificación de Font Barreiro.
Tenía antecedentes
Tomás Font Barreiro tenía un frondoso prontuario policial por robos, desacatos, peleas, etc.
No tenía en su foja sin embargo, ningún homicidio. Tenía 41 años, era uruguayo y soltero. En el día
de ayer, conocida su muerte, se presentó a la Policía su compañera Isabel Ruiz Curtino, quien
informó acerca de los últimos pasos de Font desde la perpetración del crimen. Dijo que ella lo
ignoraba ya que Font nada dijo sobre ello hasta el martes en la noche, horas antes del trágico fin.
Arrollado
El martes a las 23:45, la Comisaría de Las Piedras fue informada de que pocos momentos
antes una máquina de A.F.E, había arrollado a una persona del sexo masculino en el pasaje para
peatones ubicado en la vía férrea y las calles La Paz y Ellauri, en aquella localidad.
Las autoridades policiales se trasladaron de inmediato al lugar del hecho y procedieron a
retirar el cadáver. Diligencias ulteriores permitieron determinar que se trataba de Font Barreiro.
Vestía traje marrón, medias rojas y camisa blanca. No llevaba encima documentos ni dinero.
Los conductores de la máquina Nº 1.528 de A.F.E, señores Ismael Trinconi y Omar López,
declararon que al pasar por el lugar antes indicado, un hombre se arrojó de improviso bajo la
máquina.
Se supo después, de Font, había pasado los últimos días escondiéndose, y sin dinero, lo que
lo llevó a un estado de desesperación, principalmente cuando tuvo la certeza de que la Policía lo
había identificado y lo buscaba activamente.
19 En El Bien Público, Montevideo, 16 de febrero de 1961.
Sigue la pesquisa
Las autoridades se esfuerzan ahora en la búsqueda de “El Chato” a quien se sindica como el
cómplice de Font en el asesinato del sereno. Se trata de un hombre alto y delgado, de complexión
musculosa y de unos 35 años de edad. También se busca a una mujer, su compañera, llamada
Raquel. En las últimas horas se han realizado intensas batidas en algunas zonas del norte de la
ciudad, aguardándose con optimismo el resultado final de las pesquisas.
Procuran dar caza al coautor del terrible crimen20
Acorralado, se suicidó Bismark Font BarreiroRamón Martínez Novo es el “Chato”
Anteanoche, en momento en que la Seccional 20ª era el centro de la intensa actividad en la
búsqueda de uno de los asesinos del sereno Nicolás Dionisio Sambucetti Velásquez, este, Tomás
Bismarck Font Barreiro, soltero de 41 años, acosado por una intensa como implacable persecución
que lo acorralaba por momentos y sin medios para intentar una posible fuga, terminaba su vida
arrojándose al paso de un tren en las cercanías de la estación de Las Piedras. Su cuerpo recién fue
identificado fehacientemente ayer de mañana pero no por eso cesó la labor de la policía que ahora
sigue, con el mismo denuedo, tras los pasos de su cómplice –concretamente identificado– que
anoche escapó por minutos a la acción de una comisión dirigida por los oficiales Rius y Ciolffi de
Investigaciones y el Comisario Guerra de la 20ª.
Se presenta Isabel Ruiz
Poco después, a media mañana, se presentó en Investigaciones la compañera de Font
Barreiro, Isabel Ruiz Curtinas, de 26 años, soltera, radicada en Hungría 2690, quien en primer
momento dijo desconocer el fin de su amigo.
Un intenso interrogamiento [sic] la llevó a narrar lo acontecido aquella noche, la del sábado
pasado, en que ella quedó junto a Raquel en el café de Millán y Cnel. Raíz.
Cuando los dos hombres regresaron nada dijeron sobre donde habían estado, pero Isabel los
notó muy nerviosos y fue testigo cuando entregaron el revólver como depósito por los S 4.20 que
insumía la consumición. Ella sabía que ninguno de los estaba armado y esto le llamó mucho la
atención.
Sin dinero
20 En La Mañana, Montevideo, 16 de febrero de 1961, p. 2.
Después se fueron cada pareja por su lado y Tomás Bismarck Font Barreiro y ella
pernoctaron en una casa desocupada, para trasladarse el domingo a casa de un familiar del hombre,
que estaba muy nervioso. Isabel creyó que todo se debía a que no tenía un centésimo.
La noche del domingo la pasaron otra vez en la misma casa abandonada y el lunes fueron a
la de otro amigo donde se quedaron a dormir.
El martes se trasladaron hasta la de Manuel Do Santos, en el kilómetro 24 de la Ruta 5,
paraje conocido como El Dorado en las inmediaciones de Las Piedras, donde almorzaron y
consiguieron tres pesos de la esposa de aquel para regresar a Montevideo, con el propósito de
encontrar al hombre que paraba por Miguelete y Sierra y a quien no pudieron hallar en su rancho.
Algo que le quemaba
En el ómnibus, Font Barreiro dijo algo: “tengo un lío grande encima y no encuentro
salida… creo que me voy a matar” y cuando Isabel creyó que iba a seguir contándole, un accidente
de tránsito cortó la confesión del hombre que, luego, al ser interrogado respondió con evasivas a su
mujer, como arrepentido de aquel momento de debilidad.
En Montevideo estuvieron dando vueltas por varios lados y al pasar frente a una casa
escucharon un informativo radial que decía que le buscaban por la muerte del sereno Sambucetti.
Confiesa el crimen
Fue entonces que narró el terrible secreto que le corroía: “esa noche fuimos a hacer un
trabajo que yo tenía estudiado en una carnicería de Millán y Casaravilla. El «Chato» traía una
barreta envuelta en un diario y ustedes en el café servían de coartada. Pero el sereno nos descubrió
cuando estábamos trabajando en la cortina. Allí vino una violenta discusión en la que sacó un
revólver que yo le manoteé. Y como teníamos miedo que nos diera la cana llamando algún policía,
le tire un balazo desde atrás. Debió entrarle por los riñones”.
“El Chato” lo degolló
El “Chato” asustado sacó una riñera con lo que le dio unos cuantos tajos y cuando estaba en
el suelo lo remató, degollándolo.
Isabel entonces lo aconsejó, diciéndole que lo mejor que podía hacer era presentarse pues no
creía que el balazo fuera la herida mortal. La respuesta fue terminante:
“–¡No! Sos loca. Yo ya estuve adentro varias veces y ahora sólo muerto me van a agarrar.
Yo no me entrego para pudrirme en la cárcel”.
“Ya era de noche y ambos –dice Isabel, aunque creemos que mienta– nos separamos.”
Posiblemente fue ella que lo abandonó, al saberlo buscado. No convenía seguir junto a él.
Son todas así.
Tomás Bismark Font Barreiro siguió caminado por la vía y esa fue la última vez que lo vio
Isabel.
Un muerto en la vía
A las 23:45 se recibió un llamado en la comisaría de Las Piedras, diciendo que en el pasaje
para peatones de las calles Ellauri y La Paz se había suicidado un hombre. Lo había arrollado la
máquina 1.528 que corría de Central a 25 de Agosto y guiaba el maquinista Ismael Tronconi, quien
al igual que el foguista Omar López afirmaban que la víctima se había tirado al paso del convoy.
Vestía las ropas que debía usar de acuerdo al informe policial el asesino prófugo y por eso se
pidió la cooperación de la Policía Técnica la que, a través de sus impresiones digitales, logró
identificarlo.
Procuran identificar al “Chato”
La Policía entonces comenzó a trabajar con Isabel Ruiz Curtinas, la que dio la filiación del
“Chato” de quien no sabía el nombre. Aportó también otros datos y finalmente le fueron presentadas
las fotos de por lo menos diez maleantes que coincidían, en su descripción, con el prófugo.
Sin titubear eligió a Ramón Martínez Novo, casado, de 34 años, un hombre de numerosos
antecedentes por robo, desacato, rapiña, etc., y por él se logró saber que la “Raquel” no era otra que
su esposa, Raquel Ferreira, de 25 años. La pareja hace años que no tiene domicilio fijo, viviendo a
salto de mata, del producto de los robos cotidianos, generalmente en pensiones de mala muerte.
No demorarán en caer
Esta pareja también carece de recursos, como para poder eludir a la Policía, ya que sus
“pares” sólo los cobijan si pagan bien. En caso contrario son capaces de ir a “soplar” dónde están,
para quedar bien con el Comisario de la Seccional donde han sentado sus reales.
Anoche se cumplieron diversas diligencias, escapando por minutos a la acción policial. De
decir algo más –especialmente el barrio donde se mueven y son buscados– sería ir contra el éxito de
la pesquisa. Agreguemos solamente que fue ocupada una valija, repleta de ropas de la pareja, con la
que pensaban huir. Dentro estaban los documentos de ambos y hasta unos telegramas recibidos
recientemente. En la credencial algunos números telefónicos (al igual que en el cable) y posibles
refugios. Martínez Novo no podrá afeitarse pues su maquinilla también fue ocupada, aunque los
policías dicen que no la precisará pues no le crecerá mucho la barba antes de que lo detengan.
Después, en Punta Carretas, hay buenos barberos que por años le tomaran “la mano” a su cara.
Las ultimas noticias, ya sobre el cierre, anuncian que están dispuestas tres batidas y
allanamientos para en cuanto despunte el día, las que, se espera, darán con el criminal.
Se identificó y se lo busca al coautor de la muerte del sereno21
Es Ramón Martínez Novo alias “El Chato”, se halla detenida su compañera
El proceso de esclarecimiento del crimen del sereno Sambucetti Velázquez, va entrando ya
en sus últimas etapas de total dilucidación, proporcionando la noche del día martes pasado un nuevo
y dramático capítulo con el suicidio de Tomás B. Font Barreiro, coautor del sangriento episodio.
La crónica que se ofreciera en la edición anterior, detalla los sucesos que fueron
encadenándose para que el asesino y suicida adoptara su trágica decisión final, única y desesperada
salida que al parecer vio ante sí, en trance postrero de eludir su inevitable captura y condigna
reclusión perpetua en la cárcel penitenciaria. También se consignó la noticia según la cual Isabel
Ruiz Curtinas, su compañera, habíase presentado a las autoridades de la Seccional 20ª previendo
que su actitud mejoraría su situación personal ante la justicia en el cuadro general de
responsabilidades que del hecho delictuoso se derivan.
La referida mujer ha venido a constituir una pieza fundamental en la investigación final del
caso, ya que sus declaraciones han permitido verificar –ratificando en un todo los datos primarios
que obraban en poder de la Policía– la identificación exacta del otro asesino del sereno Sambucetti
Velázquez.
La identidad del otro asesino
El mismo se trata de Ramón Martínez Novo alias “El Chato”, oriental, casado de 34 años, y
la mujer que lo acompañó la noche del crimen no es otra que su esposa Raquel o Luján Ferreira,
oriental, casada de 25 años, ambos sin domicilio estable y también con frondosos antecedentes
policiales, producto de sus delitos de robos y hurtos.
Esta pareja de delincuentes también carece de recursos económicos suficientes como para
poder eludir por más tiempo su inminente captura, sabiéndose con certeza que la gente de su calaña
viene negándoles albergue y refugio en base a su falta de dinero con que “pagar” el encubrimiento.
Es más, es sabido que en situaciones similares la gente del hampa cuando no ve plata suficiente
delante de perseguidos por la Policía, no solo les niega protección y encubrimiento sino que hasta
ha llegado a “soplar” a las autoridades el sitio donde deambulan los buscados en trance de
congraciarse momentáneamente un favor que, como es lógico, su acción está muy lejos de merecer,
pero no obstante la justicia utiliza al máximo, en trance de aclarar definitivamente un caso de
21 En El Plata, Montevideo, 16 de febrero de 1961.
características del presente.
Se presenta Raquel Ferreira
Que el terreno ya quema bajo los pies del ahora único y acosado prófugo de este episodio, lo
da el resultado de las últimas diligencias que anoche se cumplieron, escapando solo por escasos
minutos de su detención. Momentos antes, y de una finca allanada la Policía se había incautado de
una valija repleta de ropas perteneciente a la pareja. Dentro de la misma también se encontraron
documentos de ambos (credencial y cédulas de identidad con números telefónicos en sus márgenes)
y varios telegramas recibidos recientemente. Tal situación vino a desembocar en la madrugada de
hoy en una importante novedad, cual es la presentación voluntaria de Raquel Ferreira en la
Seccional 20ª. Al saberse buscada por la Policía, la compañera del asesino prófugo optó por
entregarse a las autoridades, hecho que agilitaría enormemente la culminación del proceso que ha
seguido la investigación de este caso.
La versión oficial del crimen
La Jefatura de Policía de Montevideo ha hecho llegar a nuestra redacción el comunicado
donde se ofrecen los distintos detalles que conformaron la comisión del crimen propiamente dicho,
como así también, las circunstancias que fueron determinando su esclarecimiento a través de los
últimos sucesos ocurridos. Su texto es el siguiente:
La Jefatura de Policía amplía comunicaciones anteriores referentes al homicidio del sereno Sambucetti Velázquez, haciendo saber que se presentó en el Departamento de Vigilancia de la Dirección de Investigaciones, de donde fue conducida a esa comisaría, Isabel Ruiz Curtinas, oriental, soltera de 26 años afincada en Hungría 3690, estableciéndose que la misma en la noche del día 11 concurrió con su compañero Tomás Bismark Font Barreiro, oriental, casado de 41 años, al bar ubicado en la calle Millán y Cnel. Raíz al cual posteriormente llegó otra pareja integrada por Ramón Martínez Novo, oriental casado de 34 años y su esposa Raquel Ferreira, oriental de 25 años, carente de domicilio estable. Que próximo a la hora 1:30 del día siguiente ambos hombres se ausentaron para regresar a los 20 minutos, tomando otras copas y en esas circunstancias, su compañero Font Barreiro, entregó el revólver antes mencionado (partes anteriores) al comerciante José Trovatto Scor, italiano de 32 años, afincado en Millán 4532, diciéndole que lo iba a retirar al día siguiente, ya que no tenía dinero suficiente para abonar la consumición que ascendía a la suma de $ 4.20. Continuó diciendo la Ruiz Curtinas, que luego de ello deambularon con sus compañeros por distintas zonas de la ciudad, llegando en un momento dado hasta la localidad de Las Piedras, y anoche, al pasar accidentalmente frente a una finca, oyeron un informativo radial en el que se indicaba a Font Barreiro como autor de la muerte del sereno Sambucetti Velázquez. Que aquel, en tal emergencia le detalló las circunstancias del crimen, expresándole que acompañado de Martínez Novo, alias “El Chato” durante la ausencia del bar,
habían concurrido a efectuar un hurto a una carnicería, donde encontraron al precitado sereno, quien al conocerle las intenciones mantuvo con los mismos una fuerte discusión, tras lo cual, Font Barreiro le descerrajó a aquel un balazo, hecho que motivó que el agredido cayera al pavimento. En ese momento Martínez Novo para rematar la acción, infirió al sereno varias puñaladas, abriéndole también la garganta. Agregó la Ruiz Curtinas que en varias ocasiones trató de convencer a su compañero que debía presentarse a la Policía, recibiendo de éste como respuesta “que lo agarrarían solamente muerto” y tras de ello se separaron. Font Barreiro siguió solo por la vía del ferrocarril en tanto su compañera optó por presentarse a las autoridades. Se prosiguen las diligencias al efecto.
Último momento22
Se entregó Martínez Novo
Sobre el cierre de esta edición, se nos informó que Ramón Martínez Novo alias “El Chato”,
coautor de la muerte del sereno Nicolás Sambucetti se había presentado al Departamento de
Vigilancia de la Dirección de Investigaciones, momentos antes, y que de inmediato fue conducido al
local de la Seccional 20ª donde está detenido y a disposición del Juez de Instrucción y Correccional
de 6º Turno.
Crimen del sereno: Ya semiaclarado23
Se presentó ayer el cómplice de Font Barreiro. Imputa la muerte de este
A las 14 horas de ayer se presentó en las oficinas de la Dirección de Investigadores Ramón
Martínez Novo, alias “El Chato”, que era buscado intensamente por la Policía al sindicársele como
cómplice o coautor del crimen cometido el pasado domingo, cuando fuera muerto el sereno del
comercio ubicado en la esquina de Casaravilla y Millán, Nicolás Sambucetti Velázquez. En las
declaraciones que formulara ante las autoridades el delincuente Martínez Novo confesó su
participación en el crimen pero responsabilizando directamente a su compañero, de causar la muerte
de Sambucetti Velázquez. También se presentó horas antes Luján Ferreira Arias de Martínez esposa
de Martínez Novo y que era igualmente buscada.
Declaraciones distintas
Sobre las 14 horas de ayer, en el Departamento de Vigilancia de la Dirección de
22 En El Plata, Montevideo, 16 de febrero de 1961. 23 En El Bien Público, Montevideo, 17 de febrero de 1961.
Investigaciones se presentó una persona que se identificó como Ramón Martínez Novo y como el
requerido por la Justicia en relación al asesinato el sereno Sambucetti. Al hacerlo entregó un
revólver calibre 32 corto.
En las declaraciones efectuadas negó haber sido el matador del sereno señalando que había
sido Tomás Font Barreiro el asesino. El citado delincuente se entregó a la autoridades aconsejado
por un pariente suyo que es funcionario policial y ante quien se presentó ayer de mañana. Se
encontraba ya prácticamente cercado y sin dinero. En la noche del miércoles había escapado apenas
de la persecución policial. Declaró que había pasado las dos ultimas noches en la zona del
Cementerio del Buceo y que durante el día se había refugiado en las orillas del arrollo Miguelete y
en los cantegriles de Aparicio Saravia.
Sobre el crimen en sí declaró que había sido invitado por Font Barreiro para robar en la
carnicería de Millán y Casaravilla pero actuando sólo de “campana”. Manifestó reiteradamente que
no había herido a Sambucetti sino que había sido su compañero el que le dio muerte con el cuchillo.
Posteriormente realizó declaraciones ante el Juez de Instrucción, que resolvió tomarle
nuevas declaraciones para aclarar el suceso. No coinciden estas declaraciones con las que hiciera la
compañera de Font Barreiro: Isabel Ruiz Cortinas. Esta expresó que su compañero le había dicho
que cuando forcejeaba con Sambucetti Velázquez se disparó un tiro que hirió al sereno y que luego
el “Chato” le habría herido con el cuchillo para degollarlo después.
Pero ayer de madrugada se presentó la esposa de Martínez Novo quien al saber que era
buscada se dirigió a las autoridades declarando que al volver al café donde las habían dejado –a ella
y a Isabel Ruiz– los delincuentes sólo habían dicho que “cometimos un delito”. Sobre el hecho
concreto declaró que al ser descubiertos por el sereno retrocedieron Martínez y Font Barreiro hasta
la oscuridad donde se le cayó al primero una barra de hierro que llevaba escondida. Allí atacaron al
sereno.
Otra declaración perteneciente a la principal testigo del hecho: una señorita que presenció el
crimen y que manifiesta que habría sido Font Barreiro el que actuara violentamente contra el sereno
Sambucetti Velázquez, mientras el “Chato” aparecía más pasivo.
Un detalle clave
Frente a estas distintas versiones la Policía ve bastante confundida la progresión de las
pesquisas para dirimir responsabilidades en el crimen. Pero hay un detalle que puede traer claridad a
la situación: en una casa deshabitada de la calle Sierra y que fuera donde pernoctara el extinto
maleante Font Barreiro en la noche del lunes, la Policía encontró un cuchillo manchado de sangre
que fue abandonado allí por el delincuente. Ahora se están haciendo las pericias técnicas para tratar
de comprobar si la sangre del cuchillo es la de Sambucetti Velázquez.
Cuando se arribe a una conclusión en este detalle y con las nuevas declaraciones que habrá
de tomar la Policía y la Justicia, es de esperar que quede prontamente terminado el misterio en torno
al “crimen del Sereno”.
Se entregaron ayer el “Chato” y su esposa, culminado pesquisa24
Un relato minuto a minuto de cinco días de fuga
Han quedado definitivamente clausurados, en todo lo relacionado con la labor policial, los
procedimientos vinculados, al crimen del sereno Nicolás Dionisio Sambucetti Velázquez que
perdiera la vida en la madrugada del domingo pasado con la aprehensión de Ramón Martínez Novo,
quien, conjuntamente con el suicida Tomas Bismark Font Barreiro, fueran sus asesinos. Ahora la
justicia deberá deslindar exactamente responsabilidades a través de las declaraciones del coautor del
homicidio, que se presentó pasado el mediodía de ayer en Investigaciones, las de su esposa Luján
(Raquel) Ferreira y las de la compañera de quien no tuviera coraje para afrontar a la Policía,
prefiriendo ultimarse, Isabel Ruiz Curtinas. Luján Ferreira, más conocida como Raquel, se presentó
en la mañana de ayer, en la Seccional 20ª algunas horas antes que su marido.
Exhaustivo interrogatorio
Durante más de cuatro horas el homicida fue interrogado por el juez de instrucción de turno,
el inspector Ramiro Fernández Regueiro, el Comisario Emilio Guerra, los Subcomisarios Luis
Cabral e Ignacio Nieto, los Oficiales Ismael Beson y Antonio Tripoldi, de la Seccional 20ª y los
Oficiales de Investigaciones (Departamento de Vigilancia) César Cioffi y Luis A. Rius, de brillante
actuación en la pesquisa, que llevó a aclarar totalmente, en pocas horas, un crimen que en primer
momento, pareció muy difícil.
A lo largo de su deposición, Ramón Martínez Novo, el “Chato”, hizo una relación de su vida
delictiva, hasta con lujo de detalles y con muchos visos de verosimilitud, aunque trata de colocarse
en la mejor posición posible frente a la justicia.
Se conocieron hace doce años en la cárcel
Hace doce años, cuando estaba purgando una pena en Miguelete, Ramón Martínez Novo
conoció a Tomás Bismarck Font Barreiro, naciendo allí una estrecha amistad que se continuó a lo
largo de toda su vida delictiva.
Salió primero el “Chato” en libertad y perdió de vista a su amigo, hasta que hace unos ocho
24 En La Mañana, Montevideo, 17 de febrero de 1961, p. 2.
años se volvieron a encontrar en el café “La Cueva” de Ganaderos y Juan Lavalle, tomando una
copa y combinándose para algunos “trabajos” posteriores.
No obstante ello, se perdieron hasta que en noviembre del año pasado se reencontraron
diciendo Font que tenía un “afane” en vista, pero que precisaban un vehículo, citándose para el día
siguiente cuando Font volvió a decirle que todavía andaba a pie. Así pasaron varios días, hasta que
el “Chato” lo apuró: “Vamos a hacerlo igual, aunque sea caminando; yo preciso plata”. Pero el
robo se desdibujó y no se concretó la faena ya que Font, a quien su compinche llamaba “El
Gallego”, decía que el coche le era indispensable.
El “Gallego” busca al “Chato”
La amistad había quedado indemne, pese a ese inconveniente, y así el sábado pasado de
noche, el “Chato”, que había salido, se enteró por su mujer, de que había ido a buscarlo el
“Gallego”.
Por dos veces, a las 23:30 y a las 24, fue hasta la casa de Font, en la calle Domingo Torres,
donde le dijeron que éste estaba en un baile de la Avda. Millán, hasta donde fue a buscarlo.
Los dos hombres charlaron y el “Gallego” le dijo que tenía una carnicería donde era fácil dar
un golpe.
–Qué ¿vas a robar carne? Le respondió en tono de broma.
–No, haceme caso. Es un trabajo fácil y que va a dar mucha guita.
Ambos hombres se separaron. El “Chato” fue a buscar una “uña” y de paso tomó un
revólver 32 corto, marca Colt, que había robado y el “Gallego” apareció con un cuchillo. La casa
del “Chato” quedaba en Yugoslavia 1172. Para llegar más rápido al lugar del robo tomaron un
taxímetro en Ganaderos y Garzón y se hicieron conducir hasta Millán y Cnel. Raíz, donde
descendieron. Dejaron a ambas mujeres en el café, donde luego empeñaran el revólver, y los
hombres fueron a “trabajar”.
Comienza el golpe
Font agarró la “uña” y la metió en el candado de la cortina de la carnicería en tanto el
“Chato” hacia de campana escondido tras una palma.
Fue entonces, que sorpresivamente, apareció el sereno, de entre las sombras y les dijo:
–Qué, ¿están por robar?
–No, somos parientes del carnicero.
Pero Sambucetti, que no creía en nada de eso, hizo ademán de sacar armas, por lo que fue
tomado del brazo izquierdo por el “Chato”, que a la vez lo “encañonaba”, en la espalda, con el
revólver.
Font lo agarró del derecho y comenzó a clavarle el cuchillo en el estómago, obligándolo
retirarse por Casaravilla hacia Bolocua.
El “Chato”, mintiendo, dice que oyó un estampido y a su vez apretó el disparador, hiriendo
al sereno y que luego se retiró. Ese fue el momento, agrega, en que el “Gallego” le dio varios tajos y
después, cuando estaba en el suelo, lo degolló, comentándolo con su compinche. (Esto está de
acuerdo con lo declarado por la testigo, detrás de una persiana, Dolores Facal Pardiñas).
El “Chato”, después, le dijo a Font: “¿Le sacaste el revólver?”. “No” –fue la respuesta y el
homicida que se presentó ayer, prendió un fósforo y encontró el arma; pero, no el tambor, que había
saltado en el forcejeo.
Estuvieron un minuto buscándolo hasta que apareció, junto a los pies del sereno, quien antes
de que el “Gallego” lo degollara había pedido por favor que no lo mataran. Font lo “despachó”
igual, porque lo había reconocido, ya que tenía miedo de que lo denunciara.
Regresan al café
Regresaron muy apurados por Bolocuá hacia Clemenceau y por esta hasta Millán,
dirigiéndose, hacia el norte, hasta el café de Cnel. Raíz, donde los estaban esperando sus
compañeras. Entraron directamente hacia el baño, para lavarse las manos. El “Chato” tenía
magullones en los nudillos de la izquierda y estaba bañado en sudor. Antes de salir del gabinete
higiénico, el “Chato” recomendó a su compinche, a quien entregó los dos revólveres:
–No vayas a empeñar el del sereno.
Volviendo a la mesa, Font se paró a conversar con José Trovatto Scor, dueño del café, a
quien le vendió un revolver, que él creyó era el del “Chato” cuando en realidad era el de
Sambucetti. Las armas eran muy parecidas y esta confusión los perdió. Recibió por ellas cien pesos,
ya que no fue dejada a cuenta de los $ 4.20, de una consumición, como dijo el comerciante, y tras
una vuelta de grapa se despidieron. Cuando salían, el limpiador del bar les dijo que el dueño quería
hablar con Font. “Decile al gallego que conversamos mañana”, fue la respuesta.
Y se fueron caminado hasta Millán y Duque de los Abruzos; allí el “Gallego” le dio 50
pesos, la mitad de lo que había obtenido por el revólver, al “Chato”.
“Mañana te espero a comer”, dijo Font y se fue para su casa de Domingo Torres, en tanto el
“Chato” y su compañera se dirigieron a la finca de la calle Yugoslavia.
Siguen juntos
El domingo, el “Chato” y su compañera fueron a almorzar a casa de Font, de donde se
retiraron a eso de las 14 horas, regresando a la casa de la calle Yugoslavia, citándose para el día
siguiente, a las 7, en un café de Sierra y Miguelete, donde Font iba a ver un amigo taxista, a quien
conocía por Manolo, para que le prestara plata o lo guardara en su casa de El Dorado (cerca de Las
Piedras), ya que se estaba armando mucha “bronca”.
El “Chato” al otro día no encontró a su amigo allí y tras esperarlo una hora, fue a Domingo
Torre 4272 donde Margot Font les dijo que había salido su hermano con Isabel en su busca.
Volvieron a Sierra y Miguelete y se cansaron de esperarlos, dando unas vueltas, por la estación de
ferrocarril hasta mediodía cuando volvieron a la casa de Font, donde encontraron a éste y fueron
invitados otra vez a almorzar.
Son descubiertos
En la sobremesa, Margot Font, comentando el crimen del sereno, al que conocía, contó lo
del revólver que acababa de escuchar por la radio. Los dos hombres se asustaron y se les fue el
hambre.
Hicieron un aparte y el “Chato” dijo:
–Bárbaro, ¿qué hiciste? Vendiste el revólver del sereno.
–No, estás loco, vendí el tuyo.
Y cuando fueron a ver el arma que tenía escondida el “Gallego”, comprobaron el error.
En ese momento el “Chato” anunció que se iba para Florida y fue a aprontar las valijas,
diciéndole a su compinche que lo acompañaba hasta la estación. Las dos parejas tenían los petates
armados media hora más tarde; pero, no fueron a tomar un tren como dijeron, sino que al quedar
solos, aclararon a las mujeres que lo que habían dicho era solo para engañar a los familiares de
Font, por si eran “apretados” por la Policía.
Van hasta Las Piedras
Después se dirigieron hasta Agraciada y Castro, separándose el “Chato” algunos minutos
para ir hasta la casa de su hermano, por allí afincado, donde depositó la valija. Inmediatamente,
tomaron un ómnibus hasta El Dorado, donde intentaron localizar a Dos Santos, el taxista que iba a
darles albergue, a quien no hallaron en su casa.
Por la noche, fueron a un baile en la zona y de madrugada se trasladaron a Las Piedras, de
donde regresaron en taxi, que pagó Font, y a quien le costó 20 pesos. El “Chato” y su compañera
fueron a dormir a su casa en la calle Yugoslavia y el “Gallego”, que ya se sabía descubierto, no
pernoctó en Domingo Torres, sino en una casa de inquilinato de la calle Sierra [hoy Daniel
Fernández Crespo] y Quito.
Font quedó de ir a buscarlo al día siguiente, martes, a la calle Yugoslavia; pero, como no
apareció, el “Chato” lo localizó y se dirigieron los cuatro a la Aduana, donde Font tenía un amigo en
la calle Yacaré, a quien iba a “pecharle unos pesos”. No lo encontraron y caminaron por la Ciudad
Vieja. Vieron un partido en la cancha de fútbol de la Liga Guruyú y tomaron sol en la escollera
Sarandí, regresando por la Rambla hasta Santiago de Chile. Allí, resolvieron separarse las parejas
porque era muy peligroso andar juntos. Quedaron de acuerdo en que el primero que cayera debía
“aguantar la bronca”. Esto es: no denunciar a su cómplice, atribuyéndose toda la responsabilidad.
Igualmente, se citaron para el otro día, a las 7 de la mañana en San Martín y Propios [hoy Br. Batlle
y Ordóñez].
En el ínterin, Isabel Ruiz Curtinas abandonó al “Gallego”, que terminó su vida tirándose al
paso de un tren en Las Piedras.
No podía aparecer
La noche del martes el “Chato” pidió albergue a un familiar, y pese a que asistió a la cita del
día siguiente en San Martín y Propios, su amigo no apareció, como era lógico. Pidió asilo el
“Chato” en el rancho de su amigo Mario, en las costa del Miguelete y Propios, y al día siguiente,
miércoles, compró un diario, enterándose de la muerte de Font, y de que él estaba también
descubierto. Fue cuando le dijo a su compañera que se fuera con su familia, que él se iba a entregar.
–No hagas eso que te la vas a comer grande, porque tenés muchos antecedentes…
–Bueno; pero, te vas igual y mañana esperame en Pando por si decido no entregarme y huir
al Brasil.
Cuando la mujer se fue, al volver al rancho, vio que la Policía llevaba a Mario y cuando
aquella se retiraba, entró a cenar y a robar una frazada con la que se cubrió para dormir, lo que hizo
en los vestuarios de una cancha de fútbol, cercana a la de La Luz.
Se entrega
Ayer de mañana, vio cómo la policía hacía una batida por la zona y huyó, llegando al
Hipódromo, donde se enteró de que su esposa se había entregado (lo que hizo de madrugada), por lo
que fue hasta la casa de un pariente, que lo condujo a Investigaciones, entregándose él también.
Consideración final
De acuerdo a la impresión recogida en fuentes oficiales, este relato de los hechos se
aproximaría bastante a la verdad, salvo algunas pequeñas alteraciones, con las que Novo trataba de
colocarse en las mejores condiciones posibles ante la justicia. Desde luego que él como coautor e
Isabel, como encubridora, sufrirán el peso de la ley ya que Raquel, como esposa de uno de los
asesinos, no es pasible de encubrimiento.
Además, en el conventillo de Sierra y Quito, donde durmió Font, apareció el cuchillo con
que fue ultimado el sereno, y esto unido al suicidio del “Gallego”, que es casi una confesión de su
culpabilidad extrema, ayuda a quitar en algo a Novo el peso mayor de la responsabilidad del
crimen.
Termina así exitosamente una pesquisa policial, cuyo triunfo se hace dos veces valioso, por
sí mismo y por los fracasos recientes de la Policía en otros hechos del mismo carácter.
Y cabe la vieja y aleccionadora reflexión: “El crimen no paga”.
Cómo murió el sereno según Martínez Novo25
Cómplice de Font Barreiro
Como se alcanzó a anunciar en nuestra edición anterior en carácter de noticia de último
momento, en horas de la tarde de ayer Ramón Martínez Novo alias “El Chato” se presentó en la
Dirección de Investigaciones siendo conducido de inmediato a la Seccional 20ª, donde desde el
comienzo estuvieron radicadas las actuaciones relacionadas con el crimen del sereno Sambucetti
Velázquez, y cuyo extenso trabajo indagatorio cumplido por sus funcionarios fue derivando hasta la
última culminación exitosa del caso y su total esclarecimiento.
Con ello se cierra el último y definitivo capítulo de todo el proceso que involucró el alevoso
asesinato del barrio Las Duranas, habiendo proporcionado este delincuente una versión exacta y
cronológica de los detalles propiamente dichos en que fuera perpetrado el hecho, como así también,
datos conexos de su relación con su cómplice y suicida Tomás Font Barreiro.
Amistad que nace en el presidio
En el curso de su amplia exposición, Martínez Novo dijo a las autoridades que hace
aproximadamente unos doce años conoció a Font Barreiro en el Establecimiento de Detención,
habiendo comenzado una amistad cuyo trato personal cesó temporalmente, por cuanto al poco
tiempo de haberla entablado él salió en libertad, en tanto su compañero continuó recluso
cumpliendo una condena por robo.
Andando el tiempo “El Chato” refiere luego que en noviembre del pasado año los dos
hombres vuelven a encontrarse accidentalmente en el café “La Cueva”, ubicado en la calle
Ganaderos y Juan Lavalle. De inmediato se fortalece aquella amistad que comenzara entre rejas y
ambos deciden “trabajar” juntos, robando comercios, autos estacionados en la vía publica y efectos
y valores. Es así que durante unos meses realizan varios robos y en determinado momento Font
Barreiro dijo a su amigo que necesitaba procurarse un automóvil para realizar “algo grande”.
Transcurren varias semanas pero la oportunidad buscada por Font Barreiro de hacerse de un auto no
25 En El Plata, Montevideo, 17 de febrero de 1961.
se presenta y finalmente, el día sábado 11 de este mes, Martínez Novo y su esposa Raquel Ferreira
se encuentra con Font Barreiro e Isabel Ruiz Curtinas en un baile que se realizaba en los cantegriles
de Ganaderos y Aparicio Saravia. Allí y en un aparte de la reunión, ambos delincuentes deciden
robar una carnicería “de la calle Millán”. Pero antes de realizar el golpe efectuaron una nueva
reunión en el bar situado en Millán y Cnel. Raíz, lugar donde regresaron en la madrugada en que
ultimaron a Sambucetti Velázquez.
Cómo ultimaron al sereno
Luego y a esta altura de las declaraciones, Martínez Novo refirió entonces los detalles y
pormenores que marginaron al asesinato del sereno. Dijo que, llegados al lugar donde se emplazaba
la carnicería, él hizo de campana mientras que Font Barreiro trataba de forzar con un hierro la
cerradura de la cortina metálica que guardaba la entrada del referido comercio. A los pocos minutos
de hallarse ambos en esa situación, sorpresivamente apareció Sambucetti Velázquez, quien al
observar sus movimientos, hizo ademán de sacar armas.
Martínez Novo entonces refiere que ante la emergencia y actuando con mayor celeridad que
el sereno, extrajo un revólver calibre 32 corto que portaba consigo y encañonándolo a los riñones de
Sambucetti tomó a este por el brazo, mientras que su compinche lo tomaba por el otro, punteándolo
en el vientre con el cuchillo.
Así condujeron a su víctima hacia la intersección de Casaravilla y Bolacua lugar donde se
produce el crimen. La versión de Martínez Novo expresa lo siguiente: “llegados los tres a la citada
esquina, el sereno nos pidió que no lo matáramos, y al sentir yo un disparo de arma de fuego,
oprimí el gatillo de mi revólver y herí al sereno en el vientre.”
Sigue su relato criminal, para decir que luego de herir de un tiro a Sambucetti, retrocedió
unos pasos, circunstancia en la cual Font Barreiro que tenía aún asido al sereno por un brazo,
comienza a herirlo repetidamente con un cuchillo. Caído ya en tierra Sambucetti, “El Chato” dijo
que su cómplice procedió a degollarlo “como medida de prevención por si el sereno, aún con vida,
llegaba a delatarlos”.
Consumado el hecho los homicidas recogen el arma del sereno muerto y regresan al citado
café de Millán y Cnel. Raíz, a reunirse con sus compañeras.
Una equivocación y una mentira
Hemos relatado ya en crónicas anteriores todo el proceso que siguió a la permanencia de los
dos asesinos y sus parejas en el interior del citado café, luego de cometido el crimen, como así
también la acción de Font Barreiro al dejar en prenda el revólver que creyó propiedad de Martínez
Novo, y resultó ser el de Sambucetti Velázquez.
A esta altura de su relato, este refiere que no teniendo plata para pagar el gasto realizado,
dijo a Font Barreiro que empeñara su revólver –idéntico al de Sambucetti– cosa que su cómplice
realizó pero en lugar de entregar al barista el arma de “El Chato”, pignoró la que habían sustraído a
su víctima.
Aquí surge conjuntamente con la fatal equivocación padecida por los criminales al entregar
el arma del extinto la mentira interpuesta en primer momento por Trovatto Scor, dueño del bar de
Millán y Cnel. Raíz. En efecto este al percatarse que el revólver –que en realidad pignoró en la
suma de cien pesos– presentaba manchas de sangre, se apresuró a entregarlo en la Seccional 20º
diciendo que le había sido dejado simplemente en custodia.
El comienzo del fin
Así las cosas y transcurriendo los días de haber dejado el revólver del sereno que creyeron
de Martínez Novo, los delincuentes se dieron cuenta de la terrible equivocación sufrida, y comenzó
lo que para los mismos puede calificarse de “el tiempo de la pesadilla”.
Deambulando sin rumbo ambos adquieren la certeza de su fatal equivocación, cuando, al
pasar frente a una finca oyeron un informativo radial en el cual se expresaba que el comerciante
Trovatto Scor había entregado un arma con huellas de sangre y la cual posteriormente se certificó
de propiedad del sereno Sambucetti Velázquez. Ante la grave situación que tal hecho significaba,
los dos delincuentes decidieron separarse, procurando con ello facilitar su evasión y dificultar las
pesquisas que realizaba la Policía.
Culminando ya su relato, Martínez Novo dice que al día siguiente de haberse separado de
Font Barreiro, leyó en la prensa el suicidio de éste, pero que tal hecho no le extraño mayormente
por cuanto había oído decirle “no me agarran vivo”. Después, y ya en medio de una situación
insostenible, huyendo a salto de mata con su compañero, “El Chato” comprende que su captura es
inminente y consultando a un familiar qué es lo que realmente debe hacer, éste le aconseja su
entrega inmediata a la Policía, cosa que realizó en horas de la tarde de ayer, ante las autoridades de
la Dirección de Investigaciones.
* * *
Índice
NOTAS Y CRÓNICAS SOBRE EL MÚLTIPLE CRIMEN DE CERRO LARGO
Melo, 1913
“Crimen salvaje”. El Pueblo, 12 de octubre “El criminal Ferreira”. El Pueblo, 26 de octubre “El crimen de Conventos. Prisión de Barboza”. La Defensa, 19 de noviembre“Cayó el pájaro”. El Pueblo, 20 de noviembre “El detenido Barboza”. El Pueblo, 23 de noviembre
Montevideo, 1913
“Tres mujeres asesinadas”. La Tribuna Popular, 11 de octubre “En Melo tres mujeres asesinadas”. La Tribuna Popular, 13 de octubre “En Cerro Largo el asesinato de tres mujeres […]”. La Tribuna Popular, 18 de octubre“El crimen de Cerro Largo […]”. La Tribuna Popular, 21 de octubre “En Cerro Largo. El asesinato […]”. La Tribuna Popular, 24 de octubre “Asesinato de tres mujeres. […]”. La Tribuna Popular, 29 de octubre
CRÓNICAS DE UN CRIMEN, UNA FUGA Y UNA CAPTURA
Montevideo, 1961
“Apareció asesinado un sereno de barrio”. El Plata, 12 de febrero “Fue muerto un sereno por dos cacos […]”. La Mañana, 13 de febrero “Apareció […] el revólver del sereno asesinado”. El Plata, 13 de febrero “Surgen novedades en el crimen del sereno”. El Bien Público, 15 de febrero “Identificaron a los asesinos del sereno”. La Mañana, 15 de febrero“Identificaron al asesino del sereno […]”. El Plata, 15 de febrero “Fue acarado el crimen del sereno”. El Bien Público, 16 de febrero “Procuran dar caza al coautor del terrible crimen”. La Mañana, 16 de febrero “Se identificó y se lo busca al coautor de la muerte […]”. El Plata, 16 de febrero“Último momento”. El Plata, 16 de febrero “Crimen del sereno: Ya semiaclarado”. El Bien Público, 17 de febrero “Se entregaron ayer el «Chato» y su esposa […]”. La Mañana, 17 de febrero “Cómo murió el sereno según Martínez Novo”. El Plata, 17 de febrero