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Alegoría de la poesía, 1895 —Santiago Rusiñol ANTOLOGÍA POÉTICA 2º ESO IES DIEGO TORTOSA

ANTOLOGÍA POÉTICA 2º ESO IES DIEGO TORTOSA · que los alumnos y alumnas vayan adquiriendo el hábito del comentario de texto. ... Soneto del amor oscuro 5.3.1. TEMA: Educación

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Alegoría de la poesía, 1895 —Santiago Rusiñol

ANTOLOGÍA POÉTICA 2º ESO

IES DIEGO TORTOSA

Selección de poemas y propuesta de trabajo

ALICIA NÚÑEZ BRUNTON M. CONCEPCIÓN PIÑERA MORENO

2011

INTRODUCCIÓN Esta antología de poemas propone, ante todo, dos objetivos claramente definidos: El primero, continuar el estudio de la lírica iniciado el curso anterior, profundizando en cuestiones tales como la cronología, los movimientos literarios o la iniciación al comentario de texto, como preparación a los cursos posteriores. El segundo, si cabe más importante que el primero, que los alumnos y alumnas aprecien el valor del texto lírico como fuente de placer estético y aprendan a valorar la importancia cultural de los autores a lo largo de los siglos; este mismo objetivo es el que nos ha impulsado a ilustrar cada texto con una imagen coincidente en temática, aunque no siempre en el tiempo.

Para conseguir estos dos objetivos, planteamos una selección de poemas muy variada: diversidad de autores, diversidad de épocas, diversidad de temas, estrofas, versificación…, todo ello enfocado a que los jóvenes obtengan el máximo rendimiento en su labor, pero tratando, al mismo tiempo, de hacerlo de la forma más amena posible.

Los poemas son susceptibles de relacionarse con temas de la actualidad y que pueden ser interesantes para el alumnado de esta etapa: el tránsito a la adolescencia, el amor, las relaciones familiares, el entorno social, etc. Con esto, cumplimos otro objetivo importante: la educación del alumnado en los valores que les permitan crecer como personas libres y conscientes de la sociedad y el mundo en que vivimos.

Para profundizar en el estudio del texto lírico, incluimos un repaso de las

principales nociones de métrica: rima, estrofas, y también de las figuras literarias más usuales (metáfora, hipérbaton, aliteración, etc.), con ejemplos representativos.

Por último, una plantilla-modelo de comentario del texto lírico, muy sencilla, para

que los alumnos y alumnas vayan adquiriendo el hábito del comentario de texto. Así, el marco de trabajo que proponemos es el siguiente: 1. Tengo cultura literaria: identifico el autor, la época y el movimiento literario. 2. Tengo instrucción académica: Sigo las pautas indicadas para la realización del

comentario de texto. 3. Tengo opinión propia:

a. Me informo sobre determinados aspectos de la realidad b. Relaciono el texto con uno o varios de estos aspectos de la realidad c. Comparo mi información con el texto d. Opino

Con este marco de trabajo, los alumnos/as no solo se acercan al hecho literario, sino que son capaces de relacionarlo con su experiencia propia (siempre teniendo en cuenta la etapa vital en la que se encuentran), y ejercitar, como conclusión, su capacidad crítica.

ÍNDICE de POEMAS Y TEMAS PROPUESTOS 1. Los abuelos de Indiana Jones: Los héroes y sus hazañas

1.1. Anónimo: Mío Cid (La batalla de Alcocer) 1.2. Rubén Darío: Caupolicán

1.2.1. TEMA: Superhéroes hoy 2. Cuéntame un cuento: los primeros narradores

2.1. Berceo: El clérigo ignorante 2.2. Arcipreste de Hita: Disputa de un griego y un romano

2.2.1. TEMA: Del Juglar a la telebasura 3. La infancia: paraíso perdido

3.1. Antonio Machado: Caballitos de madera 3.1.1. TEMA: El síndrome de Peter Pan

4. El amor y sus demonios 4.1. Me enamoré de un fantasma

4.1.1. Gustavo Adolfo Bécquer: Rima XI 4.1.1.1. TEMA: Mitomanía

4.2. Te quiero como eres 4.2.1. Agustín García Calvo: Libre te quiero 4.2.2. Mario Benedetti: Táctica y estrategia 4.2.3. Luis Alberto de Cuenca: El desayuno

4.2.3.1. TEMA: Educación sentimental 4.3. Locura de amor

4.3.1. Garcilaso de la Vega: Soneto 4.3.2. Miguel Hernández: Soneto

4.3.2.1. TEMA: Violencia doméstica 4.4. Corazón partío

4.4.1. Gustavo Adolfo Bécquer: Rima LIX 4.4.2. Rosalía de Castro: El clavo

4.5. Te echo de menos 4.5.1. Antonio Machado: Caminos

4.6. Morir de amor 4.7. Garcilaso de la Vega: Égloga I (penúltima estancia) 4.8. Antonio Machado: Silva-romance (de Campos de Castilla)

5. Razones que la razón no entiende: mis crisis 5.1. Gerardo Diego: Revelación 5.2. Federico García Lorca: Hay almas que tienen

5.2.1. TEMA: La libertad de pensamiento 5.3. Federico García Lorca: Soneto del amor oscuro

5.3.1. TEMA: Educación para la salud 6. Los buenos consejos

6.1. José Agustín Goytisolo: Palabras para Julia 6.1.1. TEMA: Las relaciones familiares

7. Pongámonos serios 7.1. La infancia vulnerada

7.1.1. Miguel Hernández: El niño yuntero 7.1.1.1. TEMA: La explotación infantil

7.2. Mejor, solidario 7.2.1. José Agustín Goytisolo: Nadie está solo

7.2.1.1. TEMA: Los derechos humanos 7.3. Además, hay otros

7.3.1. Federico García Lorca: Prendimiento de Antoñito el Camborio 7.3.2. TEMA: La multiculturalidad

7.4. Llegamos al final 7.4.1. Jorge Manrique: Coplas 7.4.2. Francisco de Quevedo: ¡Ah, de la vida! (soneto)

7.4.2.1. TEMA: Los mayores hoy

1.- LOS ABUELOS DE INDIANA JONES: LOS HÉROES Y SUS HAZAÑAS POEMA MÍO CID. Anónimo. S. XII BATALLA DE ALCOCER (Cantar I; fragmento) Embrazaron los escudos delante del corazón, las lanzas ponen en ristre envueltas con su pendón, todos inclinan las caras por encima del arzón y arrancan contra los moros con muy bravo corazón. A grandes voces decía el que en buen hora nació: "¡Heridlos, mis caballeros, por amor del Creador, aquí está el Cid, don Rodrigo Díaz el Campeador!" Todos caen sobre el grupo donde Bermúdez entró. Éranse trescientas lanzas, cada cual con su pendón. Cada guerrero del Cid a un enemigo mató, al revolver para atrás otros tantos muertos son. Allí vierais tantas lanzas, todas subir y bajar, allí vierais tanta adarga romper y agujerear, las mallas de las lorigas allí vierais quebrantar y tantos pendones blancos que rojos de sangre están y tantos buenos caballos que sin sus jinetes van. A Santiago y a Mahoma todo se vuelve invocar. Por aquel campo caídos, en un poco de lugar de moros muertos había unos mil trescientos ya.

CAUPOLICÁN. Rubén Darío. S. XX

Es algo formidable que vio la vieja raza: robusto tronco de árbol al hombro de un campeón salvaje y aguerrido, cuya fornida maza blandiera el brazo de Hércules, o el brazo de Sansón.

Por casco sus cabellos, su pecho por coraza, pudiera tal guerrero, de Arauco en la región, lancero de los bosques, Nemrod que todo caza, desjarretar un toro, o estrangular un león.

Anduvo, anduvo, anduvo. Le vio la luz del día, le vio la tarde pálida, le vio la noche fría, y siempre el tronco de árbol a cuestas del titán.

«¡El Toqui, el Toqui!» clama la conmovida casta. Anduvo, anduvo, anduvo. La aurora dijo: «Basta», e irguióse la alta frente del gran Caupolicán. Grabado. Leyenda del Caupolicán.

2.- CUÉNTAME UN CUENTO: LOS PRIMEROS NARRADORES El clérigo ignorante. Gonzalo de Berceo. S. XIII (Milagros de Ntra. Sra. Milagro IX) Érase un simple clérigo que instrucción no tenía, La misa de la Virgen todos los días decía; No sabía decir otra, decía ésta cada día: Más la sabía por uso que por sabiduría. Fue este misacantano al obispo acusado De ser idiota, y ser mal clérigo probado; Al Salve, Santa Madre tan solo acostumbrado, Sin saber otra misa ese torpe embargado […] La Virgen Gloriosa, que es madre sin diccion, Apareció al obispo en seguida en visión; Le dijo fuertes dichos, en un bravo sermón, Y le descubrió en él todo su corazón. […] “Si tú no le mandares decir la misa mía Como solía decirla, gran querella tendría, Y tú serás finado en el treinteno día: ¡ya verás qué vale la saña de María!” Fue con esta amenaza el obispo espantado, Y mandó luego enviar por el cura vetado, Le pidió su perdón por lo que había errado, Porque en su pleito fue duramente engañado. Le mandó que cantase como solía cantar, Y que de la Gloriosa fuese siervo en su altar: Y si algo faltase en vestir o en calzar, Él de lo suyo propio se lo mandaría dar.

Disputa de un griego y un romano. Juan Ruiz, Arcipreste de Hita. S. XIV (Libro de Buen Amor) [Los romanos solicitan que los griegos les den sus leyes. Los griegos quieren averiguar si son lo suficientemente cultos para aplicarlas; para ello, los griegos plantean una entrevista entre uno de sus sabios y un romano; de entre los romanos, solo se atreve a ir un aventurero.]

El griego, reposado, se levantó a mostrar Un dedo, el que tiene más cerca del pulgar, Y luego se sentó en el mismo lugar. Se levantó el bigardo, frunce el ceño al mirar. Mostró luego tres dedos hacia el griego tendidos, El pulgar y otros dos con aquel recogidos A manera de arpón, los otros encogidos. Se sentó luego el necio, mirando sus vestidos. Levantándose el griego, tendió la palma llana Y se volvió a sentar, tranquila su alma sana; Se levantó el bellaco con fantasía vana, Mostró el puño cerrado, de pelea con gana. Ante todos los suyos opina el sabio griego: “Merecen los romanos la ley, no se la niego”. Se levantaron todos con paz y con sosiego, ¡Gran honra tuvo Roma por un vil andariego! Preguntaron al griego qué fue lo discutido Y lo que aquel romano le había respondido: “Afirmé que hay un Dios y el romano entendido, Tres en uno, me dijo, con su signo seguido. Yo: que en la mano tiene todo a voluntad; Él: que domina al mundo su poder y es verdad. Si saben comprender la Santa Trinidad, De las leyes merecen tener seguridad”. Preguntan al bellaco por su interpretación: “Echarme un ojo fuera, tal era su intención Al enseñar un dedo, y con indignación Le respondí airado, con determinación,

Que yo le quebraría, delante de las gentes, Con dos dedos los ojos, con el pulgar los dientes. Dijo él que si yo no le paraba mientes A palmadas pondría mis orejas calientes.

Entonces hice seña de darle una puñada Que ni en toda su vida la vería vengada; Cuando vio la pelea tan mal aparejada No siguió amenazando a quien no teme nada”.

Por eso afirma el dicho de aquella vieja ardida Que no hay mala palabra si no es a mal tenida, Toda frase es bien dicha cuando es bien entendida. Entiende bien mi libro, tendrás buena guarida. La escuela de Atenas. Rafael Sanzio. S. XVI

3.- LA INFANCIA, PARAÍSO PERDIDO

Caballitos de madera. Antonio Machado. S. XX

Yo conocí siendo niño, la alegría de dar vueltas sobre un corcel colorado, en una noche de fiesta. En el aire polvoriento chispeaban las candelas, y la noche azul ardía toda sembrada de estrellas. ¡Alegrías infantiles que cuestan una moneda de cobre, lindos pegasos, caballitos de madera.

Carrusel. Marisa Norniella. S. XX

4.- EL

AMOR Y SUS DEMONIOS

Sueño de una noche de verano. Ilustración: Arthur Rackham. S. XX

ME ENAMORÉ DE UN FANTASMA

Rima XI. Gustavo Adolfo Bécquer. S. XIX —Yo soy ardiente, yo soy morena, yo soy el símbolo de la pasión, de ansia de goces mi alma está llena. ¿A mí me buscas? —No es a ti, no. —Mi frente es pálida, mis trenzas de oro, puedo brindarte dichas sin fin. Yo de ternura guardo un tesoro. ¿A mí me llamas? —No, no es a ti. —Yo soy un sueño, un imposible, vano fantasma de niebla y luz. Soy incorpórea, soy intangible, no puedo amarte. —¡Oh ven, ven tú! John William Watherhause. S. XIX. Beatriz y Dante a las puertas del Paraíso.

TE QUIERO COMO ERES El beso. Gustav Klimt

El desayuno. Luis Alberto de Cuenca. S. XX Me gustas cuando dices tonterías, cuando metes la pata, cuando mientes, cuando te vas de compras con tu madre y llego tarde al cine por tu culpa. Me gustas más cuando es mi cumpleaños y me cubres de besos y de tartas, o cuando eres feliz y se te nota, o cuando eres genial con una frase que lo resume todo, o cuando ríes (tu risa es una ducha en el infierno), o cuando me perdonas un olvido. Pero aún me gustas más, tanto que casi no puedo resistir lo que me gustas, cuando, llena de vida, te despiertas y lo primero que haces es decirme: «Tengo un hambre feroz esta mañana. Voy a empezar contigo el desayuno».

Táctica y estrategia Mario Benedetti. S. XX Mi táctica es mirarte aprender como sos quererte como sos mi táctica es hablarte y escucharte construir con palabras un puente indestructible mi táctica es quedarme en tu recuerdo no sé cómo ni sé con qué pretexto pero quedarme en vos mi táctica es ser franco y saber que sos franca y que no nos vendamos simulacros para que entre los dos no haya telón ni abismos mi estrategia es en cambio más profunda y más simple mi estrategia es que un día cualquiera no sé cómo ni sé con qué pretexto por fin me necesites

El beso. Augoust Rodin. S. XX

Libre te quiero Agustín García Calvo. S. XX

Libre te quiero, como arroyo que brinca de peña en peña. Pero no mía. Grande te quiero, como monte preñado de primavera. Pero no mía. Buena te quiero, como pan que no sabe su masa buena. Pero no mía. Alta te quiero, como chopo que en el cielo se despereza. Pero no mía. Blanca te quiero, como flor de azahares sobre la tierra. Pero no mía. Pero no mía ni de Dios ni de nadie ni tuya siquiera.

LOCURA DE AMOR Soneto. Garcilaso de la Vega. S. XVI Escrito está en mi alma vuestro gesto, y cuanto yo escribir de vos deseo; vos sola lo escribiste, yo lo leo tan solo, que aun de vos me guardo en esto. En esto estoy y estaré siempre puesto, que aunque no cabe en mí cuanto en vos veo, de tanto bien lo que no entiendo creo, tomando ya la fe por presupuesto. Yo no nací sino para quereros; mi alma os ha cortado a su medida; por hábito del alma misma os quiero.

Retrato de una joven Cuanto tengo confieso yo deberos; Domenico Veneziano. S XV por vos nací, por vos tengo la vida, por vos he de morir y por vos muero

Soneto. Miguel Hernández. S. XX (El rayo que no cesa)

Como el toro he nacido para el luto y el dolor, como el toro estoy marcado por un hierro infernal en el costado y por varón en la ingle con un fruto.

Como el toro lo encuentra diminuto todo mi corazón desmesurado, y del rostro del beso enamorado, como el toro a tu amor se lo disputo.

Como el toro me crezco en el castigo, la lengua en corazón tengo bañada y llevo al cuello un vendaval sonoro.

Como el toro te sigo y te persigo, Creta (Pintura). II milenio a. C.

y dejas mi deseo en una espada, como el toro burlado, como el toro.

EL CORAZÓN PARTÍO RIMA XLVI. Gustavo Adolfo Bécquer. S. XIX

Me ha herido recatándose en las sombras, sellando con un beso su traición. Los brazos me echó al cuello y por la espalda partióme a sangre fría el corazón.

Y ella prosigue alegre su camino, feliz, risueña, impávida. ¿Y por qué? Porque no brota sangre de la herida. Porque el muerto está en pie. Caminante sobre el mar. C. D. Fiedrich. S. XVIII-XIX

EL CLAVO. Rosalía de Castro. S. XIX (Hojas nuevas) Una vez tuve un clavo clavado en el corazón, y yo no me acuerdo si era aquel clavo de oro, de hierro o de amor. Sólo sé que me produjo un mal tan hondo, que tanto me atormentó, que día y noche sin cesar lloraba como lloró Magdalena en la Pasión. "Señor que todo lo puedes -le pedí una vez a Dios- dame valor para arrancar de un golpe clavo de tal condición." Y diómelo Dios y lo arranqué, pero... ¿quién lo imaginara?... Después ya no sentí más tormentos ni supe lo que era dolor; supe tan sólo que no sé qué me faltaba en donde el clavo faltó, Dama leyendo y me parece... me parece que tuve añoranza J. B. Corot. S XIX de aquella pena... ¡Buen Dios! Este barro mortal que envuelve el espíritu, ¿quién lo entenderá, Señor?

TE ECHO DE MENOS

CAMINOS. Antonio Machado. S. XX (Campos de Castilla)

De la ciudad moruna tras las murallas viejas, yo contemplo la tarde silenciosa a solas con mi sombra y con mi pena.

El río va corriendo entre sombrías huertas y grises olivares, por los alegres campos de Baeza.

Tienen la vides pámpanos dorados sobre las rojas cepas. Guadalquivir, como un alfanje roto y disperso, reluce y espejea.

Lejos, los montes duermen envueltos en la niebla, niebla de otoño, maternal; descansan

las rudas moles de su ser de piedra en ésta tibia tarde de Noviembre, tarde piadosa, cárdena y violenta

El viento ha sacudido los mustios olmos de la carretera, levantando en rosados torbellinos el polvo de la tierra. La luna está subiendo amoratada, jadeante y llena.

Los caminitos blancos se cruzan y se alejan, buscando los dispersos caseríos del valle de la sierra

Caminos de los campos... ¡Ay, ya no puedo caminar con ella!

PAISAJE. Bejamín Palencia. S.XX

MORIR DE AMOR

ÉGLOGA I (penúltima estancia). Garcilaso de la Vega. S. XVI Divina Elisa, pues agora el cielo con inmortales pies pisas y mides, y su mudanza ves, estando queda, ¿por qué de mí te olvidas y no pides que se apresure el tiempo en que este velo rompa del cuerpo, y verme libre pueda, y en la tercera rueda, contigo mano a mano, busquemos otro llano, busquemos otros montes y otros ríos, otros valles floridos y sombríos, donde descanse y siempre pueda verte ante los ojos míos, sin miedo y sobresalto de perderte? Sueño de una noche de verano Arthur Rackham. SILVA-ROMANCE. Antonio Machado. S. XX (Campos de Castilla) Allá, en las tierras altas, por donde traza el Duero su curva de ballesta en torno a Soria, entre plomizos cerros y manchas de raídos encinares, mi corazón está vagando, en sueños... ¿No ves, Leonor, los álamos del río con sus ramajes yertos? Mira el Moncayo azul y blanco; dame tu mano y paseemos. Por estos campos de la tierra mía, bordados de olivares polvorientos, voy caminando solo, triste, cansado, pensativo y viejo. Henri Rousseau. Femme. S. XX

5.- RAZONES QUE LA RAZÓN NO ENTIENDE:

MIS CRISIS

Revelación. Gerardo Diego. S. XX Era en Numancia, al tiempo que declina la tarde del agosto augusto y lento, Numancia del silencio y de la ruina, alma de libertad, trono del viento. La luz se hacía por momentos mina de transparencia y desvanecimiento, diafanidad de ausencia vespertina, esperanza, esperanza del portento. Súbito ¿dónde? un pájaro sin lira, sin rama, sin atril, canta, delira, flota en la cima de su fiebre aguda. Vivo latir de Dios nos goteaba, La primera comunión. P. Picasso. 1896 risa y charla de Dios, libre y desnuda. Y el pájaro, sabiéndolo, cantaba

Hay almas que tienen. Federico García Lorca. S. XX (Libro de poemas. 1920) Hay almas que tienen azules luceros, mañanas marchitas entre hojas del tiempo, y castos rincones que guardan un viejo rumor de nostalgias y sueños.

Otras almas tienen dolientes espectros de pasiones. Frutas con gusanos. Ecos de una voz quemada que viene de lejos

como una corriente de sombra. Recuerdos vacíos de llanto y migajas de besos.

Mi alma está madura hace mucho tiempo, y se desmorona turbia de misterio. Piedras juveniles roídas de ensueño caen sobre las aguas de mis pensamientos. Cada piedra dice: "¡Dios está muy lejos!"

Soneto del amor oscuro. Federico García Lorca. S. XX

Tengo miedo a perder la maravilla de tus ojos de estatua, y el acento que de noche me pone en la mejilla la solitaria rosa de tu aliento.

Tengo pena de ser en esta orilla tronco sin ramas; y lo que más siento es no tener la flor, pulpa o arcilla, para el gusano de mi sufrimiento.

Si tú eres el tesoro oculto mío, si eres mi cruz y mi dolor mojado, si soy el perro de tu señorío,

no me dejes perder lo que he ganado y decora las aguas de tu río con hojas de mi otoño enajenado David. Miguel Ángel, S. XVI

Si el hombre pudiera decir… Luis Cernuda. S. XX

Si el hombre pudiera decir lo que ama, si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo como una nube en la luz; si como muros que se derrumban, para saludar la verdad erguida en medio, pudiera derrumbar su cuerpo, dejando sólo la verdad de su amor, la verdad de sí mismo, que no se llama gloria, fortuna o ambición, sino amor o deseo, yo sería aquel que imaginaba; aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos proclama ante los hombres la verdad ignorada, la verdad de su amor verdadero. Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío […]

6.- LOS BUENOS CONSEJOS

PALABRAS PARA JULIA José Agustín Goytisolo. S. XX Tú no puedes volver atrás porque la vida ya te empuja como un aullido interminable. Hija mía, es mejor vivir con la alegría de los hombres que llorar ante el muro ciego. Te sentirás acorralada te sentirás perdida o sola tal vez querrás no haber nacido. Yo sé muy bien que te dirán que la vida no tiene objeto que es un asunto desgraciado. Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso. La vida es bella, ya verás como a pesar de los pesares tendrás amigos, tendrás amor. Un hombre solo, una mujer así tomados, de uno en uno son como polvo, no son nada. Pero yo cuando te hablo a ti cuando te escribo estas palabras pienso también en otra gente.

Niña en la playa. Joaquín Sorolla. S.XX Tu destino está en los demás tu futuro es tu propia vida tu dignidad es la de todos. Otros esperan que resistas que les ayude tu alegría tu canción entre sus canciones. Entonces siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso. Nunca te entregues ni te apartes junto al camino, nunca digas no puedo más y aquí me quedo. La vida es bella, tú verás como a pesar de los pesares tendrás amor, tendrás amigos. Por lo demás no hay elección y este mundo tal como es será todo tu patrimonio. Perdóname no sé decirte nada más pero tú comprende que yo aún estoy en el camino. Y siempre, siempre acuérdate de lo que un día yo escribí pensando en ti como ahora pienso.

7.- PONGÁMONOS

SERIOS

Il penseroso. Thomas Cole. S. XIX

LA INFANCIA VULNERADA

El niño yuntero. Miguel Hernández. S. XX Carne de yugo, ha nacido más humillado que bello, con el cuello perseguido por el yugo para el cuello. Nace, como la herramienta, a los golpes destinado, de una tierra descontenta y un insatisfecho arado. Entre estiércol puro y vivo de vacas, trae a la vida un alma color de olivo vieja ya y encallecida. Empieza a vivir, y empieza a morir de punta a punta levantando la corteza de su madre con la yunta. Empieza a sentir, y siente la vida como una guerra, y a dar fatigosamente en los huesos de la tierra. Contar sus años no sabe, y ya sabe que el sudor es una corona grave de sal para el labrador. Trabaja, y mientras trabaja masculinamente serio, se unge de lluvia y se alhaja de carne de cementerio. A fuerza de golpes, fuerte, y a fuerza de sol, bruñido,

con una ambición de muerte despedaza un pan reñido. Cada nuevo día es más raíz, menos criatura, que escucha bajo sus pies la voz de la sepultura. Y como raíz se hunde en la tierra lentamente para que la tierra inunde de paz y panes su frente. Me duele este niño hambriento como una grandiosa espina, y su vivir ceniciento resuelve mi alma de encina. Le veo arar los rastrojos, y devorar un mendrugo, u declarar con los ojos que por qué es carne de yugo. Me da su arado en el pecho, y su vida en la garganta, y sufro viendo el barbecho tan grande bajo su planta. ¿Quién salvará a este chiquillo menor que un grano de avena? ¿De dónde saldrá el martillo verdugo de esta cadena? Que salga del corazón de los hombres jornaleros, que antes de ser hombres son y han sido niños yunteros. Vieja despiojando a un niño. Sebastián Murillo. S. XVII

MEJOR, SOLIDARIO

En este mismo instante... José Agustín Goytisolo. S. XX En este mismo instante hay un hombre que sufre, un hombre torturado tan sólo por amar la libertad. Ignoro dónde vive, qué lengua habla, de qué color tiene la piel, cómo se llama, pero en este mismo instante, cuando tus ojos leen mi pequeño poema, ese hombre existe, grita, se puede oír su llanto de animal acosado, mientras muerde sus labios para no denunciar a los amigos. ¿Oyes? Un hombre solo grita maniatado, existe en algún sitio. ¿He dicho solo? ¿No sientes, como yo, el dolor de su cuerpo repetido en el tuyo? . Fusilamientos del 3 de mayo. Fco. de Goya. S.XVIII ¿No te mana la sangre bajo los golpes ciegos? Nadie está solo. Ahora, en este mismo instante, también a ti y a mí nos tienen maniatados

ADEMÁS, HAY OTROS. . . Prendimiento de Antoñito el Camborio. Federico García Lorca. S. XX Antonio Torres Heredia, hijo y nieto de Camborios, con una vara de mimbre va a Sevilla a ver los toros. Moreno de verde luna anda despacio y garboso. Sus empavonados bucles le brillan entre los ojos. A la mitad del camino cortó limones redondos, y los fue tirando al agua hasta que la puso de oro. Y a la mitad del camino, bajo las ramas de un olmo, guardia civil caminera lo llevó codo con codo. El día se va despacio, la tarde colgada a un hombro, dando una larga torera sobre el mar y los arroyos. Las aceitunas aguardan la noche de Capricornio, y una corta brisa, ecuestre, salta los montes de plomo. Antonio Torres Heredia,

hijo y nieto de Camborios, viene sin vara de mimbre entre los cinco tricornios. Antonio, ¿quién eres tú? Si te llamaras Camborio, hubieras hecho una fuente de sangre con cinco chorros. Ni tú eres hijo de nadie, ni legítimo Camborio. ¡Se acabaron los gitanos que iban por el monte solos! Están los viejos cuchillos tiritando bajo el polvo. A las nueve de la noche lo llevan al calabozo, mientras los guardias civiles beben limonada todos. Y a las nueve de la noche le cierran el calabozo, mientras el cielo reluce como la grupa de un potro.

Noche estrellada. Vincent van Gogh. S. XIX

LLEGAMOS AL FINAL Coplas a la muerte de su padre. Jorge Manrique, s XV Recuerde el alma dormida, avive el seso y despierte contemplando cómo se pasa la vida, cómo se viene la muerte tan callando, cuán presto se va el placer, cómo después de acordado da dolor, cómo, a nuestro parecer, cualquiere tiempo pasado fue mejor. Y pues vemos lo presente cómo en un punto se es ido y acabado, si juzgamos sabiamente, daremos lo no venido por pasado.

No se engañe nadie, no, pensando que ha de durar lo que espera más que duró lo que vio, pues que todo ha de pasar por tal manera. Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar que es el morir: allí van los señoríos derechos a se acabar y consumir; allí los ríos caudales, allí los otros medianos y más chicos, allegados son iguales los que viven por sus manos y los ricos.

La persistencia en el tiempo. Salvador Dalí. S.XX

¡Ah, de la vida..! Francisco de Quevedo. S. XVII

¡Ah de la vida!” … ¿Nadie me responde? ¡Aquí de los antaños que he vivido! La Fortuna mis tiempos ha mordido; las Horas mi locura las esconde.

¡Que sin poder saber cómo ni adónde, la salud y la edad se hayan huido! Falta la vida, asiste lo vivido, y no hay calamidad que no me ronde.

Ayer se fue; mañana no ha llegado; hoy se está yendo sin parar un punto; soy un fue, y un será y un es cansado.

En el hoy y mañana y ayer, junto pañales y mortaja, y he quedado presentes sucesiones de difunto. El poeta pobre. Carl Spitzweg, 1835

CONTENIDOS DE REPASO 1.- LOS VERSOS Se llama verso a cada línea de escritura en la poesía.

RIMA: es la coincidencia total o parcial de sonidos entre dos o más versos, a partir de la última

vocal acentuada. RIMA ASONANTE: sólo coinciden los sonidos vocálicos. RIMA CONSONANTE: coinciden sonidos vocálicos y consonánticos.

VERSO SUELTO: no rima con ningún otro, se llama verso suelto y se marca don un guión (-)

MEDIDA: cómputo silábico de cada verso. Según el número de sílabas, los versos son de: Arte MAYOR: veros de nueve o más sílabas. Se señala con letra MAYÚSCULA.

Arte menor: versos de dos a ocho sílabos. Se señala con letra minúscula. (Observar cuadro de estrofas.)

Para medir los versos hay que tener en cuenta:

1.- La SINALEFA: unir la última sílaba de una palabra, si termina en vocal, con la primera de la siguiente palabra, si empieza también por vocal, y contar como 1 sílaba:

Ej.: y el ca ba llo en la mon ta ña 8 sílabas 2.- El final de verso: a.- si un verso termina en palabra AGUDA, se cuenta una sílaba más.

Ej.: en tu bal cón sus ni dos a col gar (10 + 1) = 11 sílabas b.- si un verso termina en palabra ESDRÚJULA, se resta una sílaba.

Ej.: des de las to rres de Cór do ba (9 – 1) = 8 sílabas LECTURA EXPRESIVA DEL VERSO: hay que tener en cuenta los ACENTOS y las PAUSAS.

Ej.: Juventud divino tesoro, (pausa) ¡te vas para no volver! ( pausa) Cuando quiero llorar no lloro Encabalgamiento del verso 3 sobre el 4; se señala con el arco. y a veces lloro sin querer.

ESTROFA: conjunto de versos combinados según su número de sílabas y la rima entre ellos.

Nº de versos Nombre Estructura Arte 2 versos Pareado A A Mayor 3 versos Terceto A B A Mayor 4 versos Redondilla a b b a menor 4 versos Cuarteta a b a b menor 4 versos Cuarteto A B B A mayor 4 versos Serventesio A B A B Mayor 4 versos Cuaderna vía A A A A Mayor

14 versos Soneto

A B B A A B B A C D C D C D

Mayor

Nº indefinido Romance - a – a – a – a … menor

2.- LAS PRINCIPALES ESTROFAS Tienes dulces años, mas no son tus años; Tienes dulces años, mas no son tus años; Pareados , Yo quiero ser llorando el hortelano de la tierra que ocupas y estercolas, compañero del alma, tan temprano. Alimentando lluvias, caracolas y órganos mi dolor sin instrumento, a las desalentadas amapolas Tercetos (encadenados) Anoche cuando dormía soñé ¡ bendita ilusión ! que una fontana fluía dentro de mi corazón. Di : ¿ por qué acequia escondida, agua, vienes hasta mí, manantial de nueva vida en donde nunca bebí ? Cuartetas Ven muerte tan escondida, que no te sienta venir porque el placer de morir no me torne a dar la vida. Redondilla

Mester traigo fermoso non es de juglaría mester es sin pecado, ca es de clerecía fablar curso rimado por la cuaderna vía a sílabas cunctadas, ca es gran maestría. Cuaderna vía Enhiesto surtidor de sombra y sueño que acongojas al mundo con tu lanza. Chorro que a las estrellas casi alcanza devanado a sí mismo en loco empeño. Cuarteto Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla, y un huerto claro donde madura el limonero; mi juventud, veinte años en tierras de Castilla; mi historia, algunos casos que recordar no quiero. Serventesio La luna vino a la fragua con su polisón de nardos. El niño la mira mira. El niño la está mirando. En el aire conmovido mueve la luna sus brazos y enseña, lúbrica y pura, sus senos de duro estaño. Huye luna, luna, luna. Si vinieran los gitanos, harían con tu corazón collares y anillos blancos. Niño, déjame que baile. Cuando vengan los gitanos, te encontrarán sobre el yunque con los ojillos cerrados. Huye luna,luna, luna, que ya siento sus caballos. Niño, déjame, no pises mi blancor almidonado. Romance

PRINCIPALES FIGURAS LITERARIAS

1. FIGURAS DE CARÁCTER LÓGICO a. Hipérbole. Exageración. Me duele hasta el aliento... b. Personificación o prosopopeya. Atribuir a un ser (animado o no)

propiedades de seres animados.: El sol acariciaba su piel c. Antítesis. Contradicción: Es tan corto el amor y es tan largo el olvido d. Ironía. Expresar lo contrario de lo que se dice: Una comida eterna, es

decir, sin principio ni fin e. Gradación. Enumeración en orden progresivo. Puede ser ascendente

(clímax) o descendente (anticlímax): Nacen, crecen, se reproducen y mueren (ascendente); En polvo, en humo, en sombra, en nada (descendente).

f. Comparación o símil. Dos o más términos unidos por “como”, “igual que”, “tal que”, etc. Espadas como labios

2. FIGURAS DE CARÁCTER FÓNICO

a. Aliteración. Repetición de sonidos para expresar una idea: Infame turba de nocturnas aves (repetición de u y r = murciélagos).

b. Onomatopeya. Imitación de sonidos y ruidos. Se consigue mediante la aliteración: En el silencio solo se escuchaba un susurro de abejas que sonaba.

c. Paranomasia. Palabras que se parecen aunque no sean iguales: sociedad- suciedad.

3. FIGURAS DE CARÁCTER GRAMATICAL

a. Epíteto. Adjetivo que expresa una cualidad propia del nombre al que acompaña: verde hierba, blanca nieve.

b. Asíndeton. Supresión de nexos, sensación de rapidez: Acude, corre, vuela, traspasa la alta sierra...

c. Polisíndeton. Acumulación de enlaces, sensación de lentitud: “Y llegó, y me vio, y la vi, y nos miramos...

d. Anáfora. Repetición de una o más palabras al principio de una frase o verso.: Miró su desamparo, miró la indiferencia, miró...

e. Hipérbaton. Alteración del orden lógico de las palabras en la frase: En una de fregar cayó caldera.

4. FIGURAS DE CARÁCTER SEMÁNTICO

a. Metáfora. Identificación entre dos términos. Hay tres tipos: Impura (aparecen los dos términos: Tus labios son dos rojos claveles), Pura (solo aparece el término figurado: besar esos rojos claveles) y Visionaria (propia de la poesía del 27, suele ser metáfora de una metáfora: su luna de pergamino = pandereta).

b. Sinestesia. Cruce de impresiones que se perciben por diferentes sentidos: Una dulce melodía.

PLANTILLA PARA EL COMENTARIO DEL TEXTO LÍRICO PRESENTACIÓN El presente texto es obra de ___________________, poeta del siglo __________, que pertenece al movimiento literario. ESTRUCTURA EXTERNA (medida de los versos, rima, estrofa…) OPCIÓN A (POEMA ESTRÓFICO) El poema está formado por versos de ________ (número) sílabas. Su rima es _____________ (asonante/consonante) y su esquema métrico es ________________________. Por tanto, está formado por __________ (número) estrofas llamadas _______________________. OPCIÓN B (POEMA NO ESTRÓFICO) El poema está formado por versos de ________ sílabas. Su rima es _____________ (asonante/consonante). Su estructura es libre: los versos se combinan al gusto del poeta. ESTRUCTURA INTERNA (contenido) Por su estructura interna, podemos dividir el poema en _______ (número) apartados. El primero comprende los versos ________ (número) y en él, el poeta ____________________________________________________________________________________________________________________________________________ (Continuar apartados si los hay) Se aprecian las siguientes figuras literarias: __________________ ________________________________________________________ FORMULACIÓN DEL TEMA Finalmente, podemos decir que el texto tiene como tema principal __ __________________ (formulación del tema). Otros temas que trata son ________________________________________________________