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“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico
de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
ESTUDIO DE CASO EN TRES ESCUELAS PÚBLICAS
DE MANAGUA
Estudio de caso en tres escuelas públicas de Managua:
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus
estudiantes con padre y/o madre migrantes” 1
Managua, Octubre 2015
1 En base a la investigación realizada en el marco de la convocatoria de los “Fondos Concursables” de la Agenda de Investigación otorgados por la Universidad Centroamericana.
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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EQUIPO DE TRABAJO
Lea Montes Lagos
Directora del SJM – Nicaragua
Emma Pelegrín Cruz
Responsable del área de investigación del SJM-Nicaragua
Jairo Luna
Asesor metodológico
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
4
CONTENIDO
1. Resumen de la propuesta…………………………………………………….............................. 5
2. Planteamiento del problema ……………………………………………..................................... 6
3. Objetivos del proyecto …...……………………………………………………………………9
4. Justificación ...………………………………………………………………………………….9
5. Marco teórico ………………………………………………………………………………….10
6. Diseño metodológico…………………………………………………………………………..13
7. Análisis de resultados. Introducción………………………………….……………………….16
7.1. Situación psicosocial de hijos(as) menores y adolescentes con padre y
madre migrantes …………………………………………...............................................................19
7.2. El contexto de los alumnos con padre y madre migrantes en el entorno escolar………..26
7.2.1. Identificación de los alumnos con padre y madre migrantes por
parte de las autoridades educativas………………………………….......................................26
7.2.2. Percepción de maestros sobre la realidad migratoria de sus alumnos………….......29
7.2.2.1. Situación emocional de los alumnos con padre y madre migrantes…...………..29
7.2.2.2. Conducta de los alumnos con padre y madre migrantes………………………..32
7.2.2.3. Rendimiento académico de los alumnos con padre y madre migrantes…….…..34
7.2.2.4. Tutores de los alumnos con padre y madre migrantes ……………………..…..36
7.2.2.5. Casos de alumnos con padre y madre migrantes……………….……..…………38
7.3. Respuestas del sistema educativo a las situaciones de los alumnos con
padre y madre migrantes………………….………...…………………………………………41
7.3.1. Procesos de evaluación de los estudiantes…………………………………………...45
7.3.2. Consejería escolar……………………………………………………………..……...52
8. Conclusiones…...………………………………………………………………………….…....56
9. Recomendaciones………………………………………………………………………….…...58
10. Bibliografía………………………………………………………………………………....…..59
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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1. Resumen de la propuesta
Como todo fenómeno, la realidad migratoria es percibida a través de los sentidos, pero, como
fenómeno esencialmente humano, además, impacta en las emociones, directamente al corazón.
Estudios avalados nos señalan que el dolor de la separación de un padre o de una madre (duelo)
trae consigo efectos negativos en los procesos de desarrollo bio-psico-social del menor, que pueden
ir desde las sensaciones de soledad y de tristeza hasta problemas de integración en la sociedad. El
tipo y grado del impactos y sus percepciones, las formas de recepción y expresión, dependen en
gran medida de los contextos en los cuales se circunscribe el menor o adolescente. Si bien la
familia es el primer centro de imputación para la definición del estado emocional del menor y
adolescente, la escuela, en cumplimiento de sus particulares metas y objetivos, viene a jugar un
papel fundamental en la conformación del impacto, percepción y recepción de la vivencia
migratoria de un padre o madre. De ahí la importancia de generar entornos favorables que apoyen
a los alumnos menores y adolescentes, en las dificultades que puedan surgir como consecuencias de
la salida de uno o ambos progenitores.
La escuela, como generadora de procesos de aprendizaje, ocupa un lugar prioritario en la
orientación de los impactos de la migración en sus alumnos/as hacia disposiciones constructivas.
Su labor como promotora del desarrollo integral de sus estudiantes, atiende, especialmente, a su
(pre)disposición a integrarse en dichos procesos, verificando sus aptitudes, y, especialmente, sus
emociones como herramientas del menor y adolescente para alcanzar sus metas escolares. De ahí
depende, una efectiva ciudadanía de sus alumnos/as con padre o madre migrantes, quienes, a partir
de un entendimiento consciente y afectivo de su realidad, les impulse, y no desincentive, en sus
capacidades y habilidades hacia su formación. Evaluar si los planes y programas educativos
contemplan contenidos, acciones e instrumentos dirigidos al tratamiento de la experiencia
migratoria de los alumnos con padre/madre migrantes, es el objetivo de este trabajo de
investigación, que se centró en el análisis del papel de dos escuelas públicas de educación primaria
o secundaria en Managua2 y en la Escuela Belén, centro subvencionado de primaria, ubicado en el
barrio de Santo Domingo. La metodología fue cualitativa, exploratoria y descriptiva. El tiempo de
la investigación y resultados se extendieron por un período de 12 meses.
2 Por deseo de los responsables de los centros educativos públicos en los cuales se realizó el presente estudio,
nos reservamos el derecho de exhibir el nombre de dichos establecimientos educativos, información que, no
obstante, se acreditó debidamente ante el Comité organizador y evaluador correspondiente adscrito a la
convocatoria de los “Fondos Concursables” ya mencionada.
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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2. Planteamiento del problema
A partir de la década de los 80, Nicaragua pasa de ser un país de inmigración para configurarse
como un país de emigración. El informe “El Perfil Migratorio de Nicaragua 2012”, elaborado por
la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), sitúa a Nicaragua como el segundo
país emisor de población de la región centroamericana. Según dicho informe (OIM, 2013, p.37), los
datos aportados en base al censo de 2005, complementado por el análisis de los censos de los países
receptores de nicaragüenses, resulta en un balance de 600,000 a 800,000 nicaragüenses residentes
en el exterior, es decir, entre el 10 y el 13% de la población.
Según la OIM (2013), de 2000 a 2011 “los flujos migratorios se intensifican (…) según las
estimaciones del INIDE, siendo que el comportamiento negativo de los saldos migratorios del país
se mantendrá de forma moderada dentro de los próximos 50 años”. (p. 36). Nicaragua, por lo tanto,
ha incursionado en una realidad migratoria sin precedentes.
Para el año 2005, la población migrante nicaragüense se conforma en un 89,1% por personas que
se ubican en el rango de edad de 15 a 65 años, según datos del INIDE (OIM, 2013), mientras que
el 73,3% refiere al grupo de edad de entre 15 a 34 años, según la misma fuente. Esta realidad invita
a considerar el importante número de estudiantes menores y adolescentes nicaragüenses con padre
y/o madre migrantes.
Si la escuela se presenta como el segundo espacio, detrás de la familia, al que el alumno menor y
adolescente destina su mayor tiempo, entonces la contribución que el centro educativo haga en
favor de sus alumnos con padre y/o madre migrante, a través de sus metodologías, sensibilidad o
su capacidad para atender este tipo de situaciones, será fundamental para una completa integración
de sus alumnos en los procesos de aprendizaje, meta última escolar, que permitirá un desarrollo
sano de la persona y así su conformación como ciudadanos plenos en el ejercicio máximo de sus
facultades en favor propio y en el de la sociedad en la que se integren.
En efecto, los estudios realizados vinculan el aprendizaje educativo con la adquisición de las
condiciones físico-mentales necesarias para vivir en sociedad, a partir de un desarrollo adecuado de
las capacidades y de las aptitudes individuales y sociales de cada ser humano. A nivel individual, el
menor y el adolescente consiguen, a través de la educación, capacidad intelectual y emotiva que les
empodera: asumiendo una realidad dada, la educación les ayuda a controlar e incluso a aprovechar
unas emociones desfavorables en beneficio de su propio desarrollo, abriéndoles, por tanto, un
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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abanico de posibilidades para elegir su opción de vida; a nivel social, la educación los forma en su
faceta ciudadana en los valores cívicos: ciudadanía, democracia, tolerancia, salud, cultura de paz y
la no violencia, la participación pública e incidencia política. En otras palabras, la educación
convierte a los menores y a los adolescentes en ciudadanos adultos capaces, libres, responsables y
con valores.
Pero es que, además, la educación puede incidir de forma positiva en aquellos grupos que
emocionalmente se han visto afectados de forma negativa tras la experiencia de un duelo. La
migración causa en los hijos de migrantes diversas emociones: dolor, soledad, incomprensión,
inseguridad, miedo, frustración y tristeza, cuando no se llega a situaciones de abuso o violencia
intrafamiliar, factores todos ellos que, en su conjunto, inciden de forma negativa en los procesos de
aprendizaje.
Al respecto, UNICEF y PNUD (2013) señalan expresamente que:
El desarrollo socioemocional de las personas está estrechamente relacionado con la dinámica
migratoria de sus familias. Algunos estudios sobre el impacto migratorio han destacado las
consecuencias emocionales de la ausencia de la figura materna sobre los hijos e hijas que
quedan al cuidado del padre u otro familiar, con el eventual apoyo de la familia extensa (…).
Liwsky (2012) considera que “la disociación del niño o niña respecto a sus espacios naturales y
culturales de relacionamiento, incide directamente en la dificultad de asimilación para
establecer nuevos modelos de conducta y socialización. El desprendimiento de sus vínculos
familiares más cercanos representa una dificultad para una adecuada inserción social en un
nuevo medio, que puede incluso determinar la disminución de sus capacidades naturales para
aprovechar los contenidos pedagógicos de la escuela”. (p. 4)
Si el éxito en la educación descansa en una predisposición o en un estado emocional previo,
entonces nos encontramos, sin lugar a dudas, ante un segmento de la población en riesgo, el cual
debe ser atendido y contemplado en las políticas públicas y programas educativos. En este
contexto, la invisibilidad por parte de las instituciones educativas de grupos sociales relevantes con
problemáticas emocionales, puede tener en sus sujetos más vulnerables un efecto contrario a la
función educadora: si la educación nos ayuda a revertir una condición negativa en aprovechable
para el bien personal y social, la ausencia de una educación eficaz liberadora puede profundizar una
predisposición negativa, provocando, en primera instancia, un daño personal, que se puede traducir
en bajo rendimiento académico, deserción, depresión o, incluso actos de violencia, limitando las
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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posibilidades de elección del menor o del adolescente o su total anulación, lo cual lo haría caer en
un autodeterminismo fatal.
En este sentido, el Estado está obligado a lograr --por medio de sus políticas y de sus instituciones
públicas-- que la educación cumpla con sus objetivos, es decir, formar individuos --ciudadanos--
capaces que coadyuven a la construcción de sociedades sanas, por lo que en sus manos está que
este segmento de la población aproveche de forma efectiva las bondades que la buena educación o
“educación con calidad” tiene para ellos.
La forma en cómo el Plan Educativo aborde en el diseño de sus planes y programas la realidad de
estos grupos vulnerables, en concreto, y la realidad del país, en general, ayudará a los profesores a
visibilizar el fenómeno de la migración de forma adecuada; les enseñará a desarrollar las
competencias emocionales para manejar de forma positiva las emociones y las realidades que
afectan a sus alumnos, proponiendo técnicas o alternativas que permitan revertir el impacto
negativo de una realidad migratoria en actitudes positivas, contribuyendo al cumplimiento exitoso
de los fines educativos.
Es por ello que la inclusión y el tratamiento del fenómeno migratorio en los planes y programas
educativos redundarían en el cumplimiento de Nicaragua en sus compromisos por alcanzar una
“educación de calidad”. Y es que, si bien el derecho a la educación es ya un derecho humano y
constitucional, el derecho humano al acceso a una educación de calidad se propone como nuevo
objetivo a cumplir por los Estados. Así, en los objetivos propuestos en las “Metas educativas 2021:
la educación que queremos para la educación de los bicentenarios”, promovida por los ministros de
Educación iberoamericanos, se incluye como prioridad: “Mejorar la calidad de la educación y el
currículo escolar”.
La pregunta con la que cerramos, por tanto, es: ¿están diseñados los programas y planes públicos
educativos y escolares para dar respuesta a las problemáticas que puede suscitar la salida de un
padre/madre a un estudiante menor o adolescente?, ¿a qué tipo de consecuencias nos estamos
enfrentando?, ¿cuáles son las prácticas o metodologías que están siendo aplicadas por las escuelas
ante este tipo de situaciones?, ¿son éstas efectivas?, ¿cuáles son los requerimientos que una
“educación de calidad” pide para abordar este tipo de situaciones?
El sistema educativo es y debe ser fuente de promoción de capacidades, garantía del desarrollo
personal del alumno. Por ello, si la separación de un padre/madre puede producir un deterioro de
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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los estados emocionales, plataforma fundamental para puede menoscabar no cuenta con una
política que tenga como función la visibilización y atención adecuada hacia sus alumnos con
padre/madre migrante, los procesos de aprendizaje no solamente pueden no estar dando los frutos
esperados sino que incluso, pueden revertirse.
3. Objetivos del proyecto
A. Objetivo general
Analizar la escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógica de sus
estudiantes con padre y/o madre migrantes a partir de un estudio de caso en tres escuelas
públicas de Managua.
B. Objetivos específicos
Describir los contenidos en los programas de educación primaria o secundaria del MINED
que tengan o puedan tener una afectación directa en el tratamiento de casos de estudiantes
con padre y/o madre migrante.
Identificar la gestión, acciones, planes, prácticas, contenidos e instrumentos escolares
impulsados por las escuelas seleccionadas en relación a la visibilización y tratamiento a
partir de las necesidades de los estudiantes con padre y/o madre migrantes.
Presentar aportes que fortalezcan en los planes educativos la formación pedagógica de sus
alumnos a partir de su realidad migratoria.
4. Justificación
Con base en lo anterior, podemos afirmar que esta investigación tiene plena vigencia, pues
responde a necesidades actuales e imperantes de carácter social al interior de Nicaragua, pero
también es parte de un trabajo de análisis que contribuye al cumplimiento de compromisos
políticos que ha asumido Nicaragua al exterior, lo que hace a este proyecto válido y relevante. Los
beneficiarios serían, en primera instancia, los alumnos de primaria y de secundaria con padre y/o
madre migrante, pero también la comunidad escolar, el claustro docente y la dirección del centro,
por cuanto tiene como razón última aportar información e insumos relevantes a sus fines
educativos, de manera sistemática y formal, a partir de un conocimiento más fundamentado sobre
la realidad migratoria en sus aulas, sus consecuencias y exigencias.
La familia puede igualmente beneficiarse de este estudio, al tener como objetivo aportar insumos
que sirvan a la comprensión de los procesos emocionales de sus miembros con realidad migrante y
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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sus efectos en los procesos pedagógicos, con el objeto de mejorar la calidad de su educación. De
este modo, toda la sociedad nicaragüense podría ser otro destinatario del estudio, pues
promoviendo una educación de calidad, se promueve la formación de jóvenes nicaragüenses en las
más óptimas condiciones posibles para su integración en la ciudadanía a la que estén llamados a
conformar.
No se conocen estudios en Nicaragua que hayan desarrollado esta temática con estas
características y desde este enfoque, siendo que los pocos existentes abordan la situación
migratoria desde otros ángulos.
5. Marco teórico
A. El valor de la Educación
El valor de la educación escolar en el desarrollo de la persona es ya hoy una afirmación
incontestable. La educación es el medio a través del cual el ser humano adquiere los atributos
necesarios para su sano desarrollo y le predispone a una vida plena en sociedad. La UNESCO,
además, reconoce el papel de la educación en la construcción de sociedades pacíficas. Bokova
(2012), expresa al respecto: “UNESCO continues to accomplish every day its fundamental
humanist mission to support people in understanding each other and working together to build
lasting peace”.
A partir de ahí, que los Estados que se han definido a sí mismos como democráticos y
respetuosos de la dignidad humana, han buscado en la educación escolar la herramienta esencial
para el adecuado desarrollo no solo de sus individuos, sino del país en su conjunto. La relación
directa entre educación y mejoramiento de las condiciones de bienestar tanto físico como
psíquico es hoy incuestionable.
B. El derecho a una educación de calidad
La Constitución Política de Nicaragua (1987), garantiza a todos los menores y a los
adolescentes no solo el acceso a la educación, sino el acceso a una educación que cumpla con su
desarrollo humano. En su artículo 43 señala, expresamente que:
(…) las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a la educación, orientada a desarrollar
hasta el máximo de sus posibilidades, su personalidad, aptitudes y capacidades físicas y
mentales, al respeto a su madre y padre, a los derechos humanos, al desarrollo de su
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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pensamiento crítico, a la preparación de su integración ciudadana de manera responsable y
a su calificación del trabajo para adolescentes, (…)”.
También el artículo 7 de la Constitución Política de Nicaragua (1987), hace referencia a que:
(…) es deber de la familia, la comunidad, la escuela, el Estado y la sociedad en general
asegurar, con absoluta prioridad, el cumplimiento de los derechos y garantías de las niñas,
niños y adolescentes referentes a la vida, la convivencia familiar y comunitaria, identidad,
nacionalidad, salud, alimentación, vivienda, educación, medio ambiente, deporte,
recreación, profesionalización, cultura, dignidad, respeto y libertad.
Así mismo, el artículo 33 del mismo texto indica:
(…) todas las niñas, niños y adolescentes tienen derecho a disfrutar del más alto nivel
posible de salud física y mental, educación, tiempo libre, medio ambiente sano, vivienda,
cultura, recreación, seguridad social y a los servicios para el tratamiento de las
enfermedades y rehabilitación de la salud (…).
Por su parte, el Código de la Niñez y de la Adolescencia (1988) señala en sus considerandos que
“es responsabilidad gubernamental promover y apoyar políticas, programas y proyectos, en
favor de la niñez y la adolescencia, prevaleciendo siempre como principio fundamental de la
Nación el interés superior de las niñas, niños y adolescentes”, y en su artículo 12 indica los
objetivos de dichas políticas, cuando expresa:
(…) Las niñas, niños y adolescentes tienen derecho intrínseco a la vida desde su
concepción y a la protección del Estado a través de políticas que permitan su nacimiento,
supervivencia y desarrollo integral y armonioso en condiciones de una existencia digna.
En efecto, este Código es una respuesta expresa a lo exigido en la Convención sobre los
Derechos del Niño, del 20 de noviembre de 1989 (ratificada por Nicaragua el 5 de octubre de
1990. Téngase en cuenta que para efectos de este texto, por “niñez” se entiende a “todo ser
humano menor de dieciocho años de edad”), como así reza su artículo primero y lo explicita la
propia norma (entiéndase el Código de la Niñez y Adolescencia ya mencionado).
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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La Convención sobre los Derechos del Niño
(1989), establece en su artículo 29 que:
1. Los Estados Partes convienen en que la
educación del niño deberá estar encaminada a:
a) Desarrollar la personalidad, las aptitudes y
la capacidad mental y física del niño hasta el
máximo de sus posibilidades (…)
Por lo tanto, estas normas nos sugieren no un
derecho a la educación en abstracto, entendido
como la mera asistencia a un centro educativo,
sino a una educación “de calidad”, la cual sirva al entendimiento de su propia realidad,
promueva sus capacidades y habilidades con fines prácticos, que participen en la resolución de
sus propias inquietudes.
El informe presentado por ENTRECULTURAS (2013), a partir de los datos obtenidos por el
Sistema de Información de Tendencias Educativas en América Latina (SITEAL), avala lo antes
expuesto desde la perspectiva latinoamericana, y señala:
Latinoamérica es un ejemplo claro de la doble lectura que nos ofrece el acceso a la
educación frente a la calidad. En América Latina las cifras de cobertura educativa han
alcanzado niveles muy altos. Según cifras recientes aportadas por el SITEAL, el 97% de
los niños entre 7 y 12 años accede a la escuela, así como el 83% de los adolescentes. Sin
embargo, el 18% no encuentra en ella una respuesta real y eficaz: más de 6 millones han
abandonado la misma y más de 15 arrastran fracaso. Siete de cada diez de estos menores
provienen de entornos familiares con privaciones económicas.
Además, de acuerdo con el estudio citado de SITEAL, los propios estudiantes no
encuentran que el sistema sea suficientemente flexible para adaptarse a sus circunstancias,
y no sienten que la escuela responda a las necesidades de su vida cotidiana. En otras
palabras, la ausencia de calidad educativa está comprometiendo seriamente las importantes
mejoras en el acceso que se han venido dando en el subcontinente en las últimas décadas.
(p. 21)
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
13
Es justamente en el marco del Foro Mundial sobre la Educación de 2000, ya mencionado más
arriba, que los ministros de educación latinoamericanos se deciden a impulsar el proyecto
“Metas educativas 2021: la educación que queremos para la educación de los bicentenarios”,
incluyendo como una de las metas “Mejorar la calidad de la educación y el currículo escolar”.
(OIE, 2010).
Los Planes de Estudios o currículos tienen una incidencia de primer orden en los resultados de
aprendizaje, pues, justamente, son los instrumentos por medio de los cuales se lleva a cabo la
enseñanza. Es por ello que la relatora especial de NNUU para el Derecho a la Educación,
Katarina Tomasevski, hiciera incidencia en el contenido del currículo escolar, es decir, en el
diseño de los objetivos, criterios, metodologías y técnicas de evaluación, los cuales debían ser
flexibles y contener una “oferta educativa adaptada al contexto y a cada población específica”.
(ENTRECULTURAS, 2013)
La población estudiantil nicaragüense necesita en sus Planes de Estudios contenidos y
metodologías adecuadas que les permitan asumir la realidad de su contexto humano y social,
para así canalizar positivamente sus emociones, preparar para la convivencia y crear espacios de
entendimiento y de participación democrática equitativa.
6. Diseño metodológico
El enfoque epistemológico de la metodología de esta investigación es exclusivamente cualitativo,
debido a que la problemática en cuestión requiere de un conocimiento en profundidad de procesos
que implican situaciones emocionales, perceptivas, y de contrastación con una realidad que se
impone y se verifica. Toda esa información se recoge, se analiza, se interpreta y valida. Se trata,
por lo tanto, de labores de interpretación y de la construcción de juicios de valor sobre una unidad
de análisis específica, en este caso, “la escuela” ante la experiencia migratoria familiar de sus
alumnos, rescatando las valoraciones de todos los miembros de la comunidad educativa de las
escuelas seleccionadas (estudiantes, docentes y familias, con énfasis en los hijos y en las hijas de
migrantes y sus familias), sin perder como referente cuál debe ser el papel que ha de jugar la
escuela frente a este fenómeno en base a sus propias directivas: normas, currículum y planes
educativos.
Por el nivel de alcance del estudio, la investigación se define como exploratoria y descriptiva; por
la ocurrencia temporal de los hechos, el estudio es transversal, ya que se ubica en un momento
único, delimitándose entre agosto de 2014 y agosto de 2015.
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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A. Unidades de análisis y sujetos de estudio
i. Unidades de análisis documental
Las unidades de análisis documental utilizadas para la revisión de evidencias
documentales son:
Normativa vigente sobre educación en Nicaragua
Programas educativos vigentes de educación primaria y secundaria del MINED.
Proyecto educativo de las tres escuelas seleccionadas para el estudio.
Información general de estudiantes registrada por los centros educativos (siempre
que fue posible).
ii. Sujetos de estudio, criterios de selección y actividades realizadas
Centros educativos
Colegio Belén: Centro subvencionado de primaria
COLEGIO N°2: Centro público de primaria
COLEGIO N°1: Centro público de primaria y secundaria
Colegio Belén
Grupos focales:
- Con maestros (as)
- Con alumnos hijos(as) de migrantes
- Con tutores
Entrevistas:
- Con la dirección
- Con dos maestros
- Con dos alumnos hijos(as) de migrantes
- Con un tutor
- Con dos psicólogos en prácticas
COLEGIO N°1
Grupos focales:
- Con maestros(as)
- Con alumnos hijos(as) de migrantes
- Con tutores
Entrevistas:
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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- Con la dirección
- Con la subdirección
- Con un alumno
- Con dos exconsejeros escolares
COLEGIO N°2
Grupos focales:
- Con el profesorado
- Con el alumnado hijos(as) de migrantes
- Con tutores
Entrevistas:
- Con el director
- Con dos maestras
- Con tres alumnos
- Con dos consejeros escolares
Entrevistas con expertos
Rafael Lucio, director del Instituto de Educación de la UCA
Cefas Asencio, experto en educación.
Dinorah Medrano, coordinadora de la Carrera de Psicología de la UCA
Martha Cabrera, psicóloga experta en estados de duelo.
Mariana Wayla, psicóloga del Centro de Salud Roberto Clemente (MINSA)
Jeannette Hernández, psicóloga de Casa Alianza.
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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7. Análisis de resultados
Introducción
La pauta del quehacer educativo desde la escuela, en los niveles de primaria y secundaria, viene
determinada en la actualidad por el llamado “Currículo Básico Nicaragüense”, documento
aprobado en 2009. El currículo se constituye para el proceso de enseñanza-aprendizaje en el
referente fundamental, con base en el cual se definen los objetivos, los contenidos, los métodos
y los procedimientos que los docentes deben implementar en sus aulas. A este currículo se
vienen a sumar acciones del propio sistema educativo que coadyuvarían a su eficacia, y que, para
los efectos de este trabajo, mencionamos especialmente la Consejería Escolar (donde se incluye
la llama “Escuela de padres”) y la Normativa de Evaluación de los Aprendizajes para la
Educación Básica y Media.
El Currículo Nacional Básico refleja una nueva forma de entender la educación, la docencia y el
aprendizaje, rompiendo con un sistema anterior que, como señala el Plan Estratégico de la
Educación 2011-2015, desatendía aspectos básicos de lo que debe ser una formación humana y
ciudadana; una formación humana basada en el protagonismo del ser, de la persona, un
aprendizaje en valores, útil y eficaz desde una perspectiva humanista (MINED, s.f., pp. 29 y
30); por otro lado una ciudadanía no solo teórica, sino especialmente práctica, la cual, apoyada
en la formación en valores, se incorpore a la comunidad, aportando enfoques participativos, a
partir de un pensamiento lógico y reflexivo, con sus actitudes, capacidades y habilidades.
Si tuviéramos que condensar los objetivos de este nuevo currículo, el mismo podría reflejarse en
la siguiente afirmación, la cual tomamos del Plan Estratégico mencionado de forma textual.
El nuevo Currículo Básico Nacional (MINED, 2009) plantea:
(…) avanzar hacia un aprendizaje concebido como un proceso socializador, en el que los
actores sociales comprometidos en el proceso educativo, construyan conocimientos
validados con la práctica, en la solución de problemas a partir de sus experiencias, el
diálogo, las reflexiones críticas y a través de la interacción con los otros, desarrollados en
relación al contexto social y cultural. Procura que la Escuela se transforme en un centro en
el que se promueve de forma reflexiva y coherente, el Desarrollo Humano integral de las y
los estudiantes”. (p. 30).
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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Para cumplir con dicho objetivo, el currículo modifica el anterior proceso de aprendizaje basado
en la repetición de conceptos dados, sin aplicación práctica, para ser sustituido por un
aprendizaje basado en el desarrollo de competencias por parte de los alumnos, y que viene a
redundar en aquellos centros de imputación que habían fundamentado el cambio: el ser (o el
deber ser) y la socialización para la ciudadanía.
El propio currículo (MINED, 2009) se adhiere a:
“una educación importante y significativa para la vida, que satisfaga necesidades, intereses
y expectativas del estudiante, tomando en cuenta las condiciones del país y buscando la
superación de las mismas, por medio de un nuevo currículo diversificado, que conlleve a la
vinculación de la teoría con la práctica, a la superación de la pobreza y al ejercicio
democrático y comunitario”. De ahí, que con el objeto de que el currículo sea eficaz deberá
ser “pertinente”, es decir, que “la educación, su concepción, diseño, planes y programas de
estudio, así como los resultados del proceso de enseñanza aprendizaje, sean coherentes con
el contexto natural, social y cultural, y sean útiles para la vida de una persona en sus
múltiples roles en una sociedad y en períodos determinados”, lo cual lleva al propio
currículo a apostar por su “flexibilidad” a la que conceptualiza como su adecuación “a las
características y al grado de madurez de los estudiantes, lo mismo que a sus necesidades
socioculturales y a las condiciones concretas en que se desarrolla el proceso educativo,
permite que el Currículo se pueda contextualizar y hacer las adecuaciones curriculares de
acuerdo a las necesidades, problemas e intereses del estudiante”. (pp. 21-22).
De acuerdo con el Currículo Nacional Básico (MINED, 2009), esta pertinencia y flexibilidad
serían instrumentos válidos para la búsqueda de eficiencia en la implementación del currículo, a
la cual vendría a servir otra característica que se atribuye el currículo, la llamada
“descentralización” y que se vendría a dar respuesta a las particularidades “con esquemas más
flexibles, que suponen el desarrollo, a través de la educación de las capacidades locales, para
identificar problemas específicos, diseñar soluciones viables, implementarlas y evaluar sus
resultados” (p. 24).
En este sentido, cobra importancia el llamado plan de desarrollo propio de cada centro escolar,
sobre el cual, el documento en comento señala que:
El Currículo será flexible en cuanto a la organización y puesta en práctica de las
competencias, pues, aunque el mayor fondo de tiempo será para la implementación del
currículo nacional; sin embargo, se priorizarán e incorporarán contenidos y competencias
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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de relevancia y pertinencia al contexto de los centros educativos. En general, las
competencias y los contenidos serán analizados, interpretados, comprendidos y aplicados
en el marco de las realidades locales de los centros y comunidades educativas. (p. 75)
En vista a lo anterior --y, en primer lugar--, nos encontramos ante un currículo que busca ser
ante todo eficaz por lo realista, es decir, que busca en la satisfacción de las necesidades y de los
intereses personales, comunitarios y nacionales, el objetivo del propio aprendizaje, el cual se
fundamenta en su capacidad para resolver dichas necesidades y cumplir con esos intereses y
expectativas.
En este sentido, se deriva la importancia de un diagnóstico nacional, el cual vendría a sostener
no sólo la razón del cambio del sistema pedagógico sino también la apropiación de los
contenidos, metodologías y procedimientos en el currículo. Posterior a dicho diagnóstico,
correspondería otro elaborado por el propio centro educativo, el cual vendría a reforzar la
contextualización del plan de estudios, aportando las realidades más cercanas y urgentes de los
educandos para así, desde la pertinencia y flexibilidad, aprovechar la vía de la descentralización,
instrumentos todos ellos al servicio, únicamente, de la eficacia en la implementación del
currículo, y, por tanto, al servicio del aprendizaje del alumnado.
En los resultados siguientes, se irán analizando los diversos aspectos del currículo con base en
las situaciones y en los contextos encontrados en el trabajo de campo.
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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7.1. Situación psicosocial de hijos(as) menores y adolescentes con padre y madre
migrantes
El desarrollo personal y social de un ser humano está directamente vinculado al
aprendizaje, hasta el punto de que no hay desarrollo humano sin aprendizaje. Sin embargo,
los seres humanos están sujetos a un esquema muy rígido de desarrollo, pues para que se
produzca lo que se llama un “desarrollo sano”, se requiere de la existencia de una serie de
condicionantes, cuya ausencia repercutirá directamente en los procesos de aprendizaje. Si
hay un punto de convergencia entre especialistas y expertos en psicología y en desarrollo
de aprendizajes de las personas, es el que sitúa la afectividad como primer gran
condicionante para un desarrollo sano. Las emociones positivas que genera un contexto
afectivo y amoroso repercutirán directamente en un proceso óptimo de aprendizaje. Como
señala Maturana (1990):
(…) al declararnos seres racionales vivimos una cultura que desvaloriza las emociones y
no vemos el entrelazamiento cotidiano entre razón y emoción que constituye nuestro
vivir humano, y no nos damos cuenta de que todo sistema racional tiene un fundamento
emocional. Las emociones no son lo que corrientemente llamamos sentimientos. Desde
el punto de vista biológico, lo que connotamos cuando hablamos de emociones son
disposiciones corporales dinámicas que definen los distintos dominios de acción en que
nos movemos. Cuando uno cambia de emoción, cambia de dominio de acción. (p. 15)
Y así lo manifiesta el propio Currículo Nacional Básico (2009) en referencia a los procesos
de aprendizaje, y lo hace de la siguiente forma:
Las investigaciones han demostrado que desde antes de nacer los niños y las niñas
desarrollan la capacidad de percibir los estados emocionales de los adultos cercanos a
ellos, si éstos son positivos se favorece la seguridad en sí mismo, la toma de decisiones y
las relaciones intra e interpersonales en las diferentes situaciones donde se encuentran.
Es por ello, que la formación personal y social de todo ser humano, se construye sobre
la seguridad y confianza básica que se inicia en la familia, comienza a fortalecerse desde
el nacimiento y depende en gran medida de las pautas de crianza y de los vínculos
afectivos que se establecen con los padres de familia y otros adultos, que son
significativos en la vida del niño y la niña. (…) Así mismo, es importante destacar el
desarrollo de los valores que se forman desde la familia, se fortalecen en la escuela y se
proyectan en la sociedad, mediante la expresión del dominio de las emociones,
permitiendo la convivencia social y pacífica en los niños y niñas. (p. 59)
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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La familia, concebida como una red con fuertes vínculos afectivos, es, por lo tanto, el
primer centro de imputación en la construcción de la seguridad y de la confianza
necesarias para el desarrollo de la autoestima, de la identidad personal, de los valores y de
las habilidades para la sociabilidad. Dentro de la familia, son los padres, por excelencia, la
fuente dispensadora principal de la afectividad a sus hijos, y así es cómo ellos lo entienden
y lo viven.
La figura del padre o de la madre afectiva representa a través de su posición en la familia la
plataforma sobre la cual se va a impulsar la conformación de la estructura psicoemotiva del
menor a través del amor y de la motivación. Como señala la psicóloga Dinora Medrano,
coordinadora de la Carrera de Psicología de la UCA, son los padres quienes, en primer
lugar, “apuestan por su hijo”. Una apuesta que se transforma en seguridad en sí mismo, en
valoración y en asunción de sus capacidades y de sus habilidades, en otras palabras, en su
aceptación personal: “un niño y una niña que es estimulado, se fortalece en sus capacidades,
sus destrezas, sus habilidades y el niño puede tener más claro cuáles son sus límites”,
refería Jeannette Hernández, psicóloga de Casa Alianza, o como nos expresaba Martha
Cabrera, psicóloga experta en estados de duelo, “familia es donde debería de haber un
espacio de amor y de aceptación incondicional”. De este modo, el menor se acepta a sí
mismo y acepta de buen grado su contexto. La aceptación de uno mismo es la respuesta a
la percepción del niño de sentirse amado.
Dinora Medrano nos comparte que “lo primero es la percepción que tienen los padres del
niño, así será la percepción que tiene el niño de sí mismo”. Esta percepción del sentirse
querido se alcanza en forma de abrazos y de besos cuando el hijo es menor, cuando aún no
se ha alcanzado un estado de mayor racionalidad; y llegados a la primera adolescencia, la
percepción del amor se expresa en la referencia presente ante los crecientes desafíos que la
vida va presentando.
En este contexto, Martha Cabrera alude a la “teoría del vínculo”, de Enrique Pichón
Riviêre, en virtud de la cual se explica que “el desarrollo futuro de un ser humano, en su
capacidad de construir vínculos, depende de cómo construyen vínculos él con sus padres”,
reproduciéndose un patrón de conducta, lo que en los casos de relaciones afectivas, “se
traduce en esos ciudadanos que son capaces de poner límites, que son capaces de construir
relaciones sanas”. La afectividad, el contacto físico, la presencia, la motivación y la
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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“apuesta” por los hijos, por parte de sus padres, son ingredientes excepcionales para un
exitoso aprendizaje y una óptima sociabilización.
Si bien pueden ser muchas y muy variadas las situaciones concretas que pueden venir a
alterar este contexto idílico, la migración del padre o de la madre es, sin duda, una de ellas,
situación caracterizada por la separación física continuada y por la esperanza del
reencuentro, un reencuentro que, en los casos analizados, después de tres, cuatro o hasta
diez años, no ha llegado a concretarse. Los efectos de la separación son variados e
igualmente los niveles de profundidad de dichos efectos, pero de lo que no les cabe duda a
las psicólogas entrevistadas es que, al margen del tipo de consecuencia o de su
profundidad, el daño ocasionado por la separación siempre está, y dependerá de otros
factores, ya sean internos o externos, la caracterización del daño, su superación o su
degeneración.
Si la privación de la presencia afectiva es el presupuesto, el vacío psicológico es la
consecuencia primaria. Cuando falla la parte afectiva, surge, según los psicólogos, un vacío
que puede llevar al impedimento de generación de facultades y de habilidades inherentes al
niño o al bloqueo de otras ya adquiridas, afectando de manera directa su proceso de
aprendizaje, y, así, su desarrollo personal. El nivel de gravedad de las consecuencias
depende del entorno en el que queda el menor o adolescente, y en su debido tratamiento
psicosocial. Si el nuevo escenario en el que se inserta el menor o adolescente está cargado
de afectividad y de valores, se minimizan las consecuencias; no obstante, las psicólogas
aconsejan que, en cualquier caso, el niño debe atenderse con un profesional de la
psicología, pues el ser humano es impredecible y aunque a simple vista no parecieran darse
síntomas, en el futuro pudieran aparecer. Como señala la psicóloga de Casa Alianza arriba
mencionada, “siempre hay un daño (…) no se sienten completos (…) hay adolescentes que
fueron criados por las abuelas, por las tías, y en el ambiente había mucho amor, mucho
afecto, pero al final se exteriorizan sentimientos de enojo y de rechazo hacia el padre o la
madre que se fue (…) desde ahí se mira que es un daño”.
El daño parece visualizarse más cuando la salida es de la madre. Como señalaron de forma
unánime las psicólogas entrevistadas, la madre es “insustituible” en estos periodos (aunque,
hay que señalarlo, todo depende de las relaciones de afectividad que se hayan creado con
cada progenitor, como señala la misma psicóloga). El problema, por lo tanto, se agrava
cuando en la gran mayoría de los casos trabajados nos encontramos con que la madre
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migrante ejercía el papel de madre y el de padre. La doctora Mariana Wayla, trabajadora
en el MINSA, expresa que “cuando la madre se va es lo peor, es una catástrofe sicológica la
que sufre el niño o la niña”.
Todas las psicólogas entrevistadas coincidieron en señalar que la salida del padre o de la
madre migrante se traduce en una sensación de abandono, al expresar incluso que “se
sienten abandonados (…) no hay tanto rencor cuando la madre es borracha y drogadicta,
pero sí cuando la madre no está”, nos expresaba Dinora Medrano. Po su parte, Martha
Cabrera añade que no mitiga la razón de que la madre lo hizo para que ella pudiera ir a la
escuela, porque el niño prefiere “estar con su mamá, comer tortillas con sal, pero estar con
su mamá”. Como expresó la doctora Dra. Wayla: “Ellos viven como en luto, como una
depresión, un duelo viven ellos, una pérdida, perdí a mi mamá y a mi papá…, es como que
estuvieran muertos, porque se van dos, tres años o no sé a los cuantos años regresan…,
ellos viven como un duelo de pérdida”.
La percepción del abandono genera sensaciones de vacío. Los casos que han llegado al
consultorio del MINSA indican este sentimiento: “Me siento vacía, me siento que no tengo
a nadie, por más que tenga a mi familia yo siento que estoy vacía, no tengo a nadie”.
Además, como señala Cabrera, en muchos casos esta situación se vive en mucha soledad, ya
sea por la propia personalidad del afectado, como por un ambiente que no entiende o
comprende la situación por la que está pasando el menor o adolescente, lo que profundiza
los efectos negativos.
Las consecuencias del vacío que deja la salida de la mamá, especialmente, no siguen un
patrón fijo, pues dependen de la propia personalidad del menor o del adolescente, y del
ambiente en el que el menor o el adolescente queda, interactuando ambos aspectos de
formas muy diversas y complejas. En las diferentes entrevistas fueron apareciendo
distintos síntomas que las especialistas habían registrado: desde expresiones apáticas,
aislamiento, no quieren comer o comen compulsivamente, tristeza, ausencia de interacción
normal con sus pares; pasando por ciertos grados de ansiedad, carácter inquieto o falta de
atención en las clases; pueden llegar a la hiperactividad o al síndrome de deficiencia
atencional, hasta la conducta agresiva, defensiva, rebelde, vocabulario indebido, violencia
hacia sí mismo (cortes en las manos, los brazos), violencia contra otras personas o contra
las cosas, embarazos prematuros, incursión en las drogas o en el alcohol, llegando incluso
hasta el suicidio.
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Las diversas reacciones a las muy complejas dinámicas y procesos de adecuación que
generan estas situaciones, responden a las herramientas o tipos de herramientas, internas
o externas, que posean los menores y los adolescentes para enfrentar sus realidades. Como
señala la psicóloga trabajadora del MINSA entrevistada, los menores cuentan con menos
herramientas, pues sus capacidades, habilidades y aptitudes limitan sus opciones, pero ello
no significa que los adolescentes, por el hecho de contar con mayores opciones, sean menos
vulnerables, por cuanto si bien se han desarrollado ciertas herramientas, estas no se
acompañan de un correcto “libro de instrucciones”, y así encontramos que los riesgos a
esas edades son mayores que los observados en la infancia: se autoinfligen daños, se
suicidan, se embarazan o se drogan. Y es que como señala Martha Cabrera, estas
estrategias “pueden ser autodestructivas, pueden ser dolorosas”, en cualquier caso, “creo
que una buena parte no tiene las herramientas para saber lidiar positivamente con eso”.
Una de las herramientas de tipo externo que favorece decisivamente la adaptación de los
menores y de los adolescentes a la nueva situación está relacionada con la red social del
niño. Un ambiente familiar donde rijan el amor, el afecto, el respeto, el diálogo efectivo y
afectivo, la preocupación por el desarrollo del menor y del adolescente y los valores, es un
ambiente que reduce los efectos negativos de la separación, permitiendo que lo trágico de
la separación no llegue a tener las extremas consecuencias ya señaladas. En cualquier caso,
y como señala la psicóloga, no se puede desdeñar el factor de la personalidad del menor o
del adolescente, y que incluso en ambientes favorables se presenten situaciones graves.
Sin embargo, a la vista de la experiencia de las psicólogas consultadas y del trabajo de
campo realizado, esta situación idílica no es, ni mucho menos, la generalidad.
Como veremos más adelante, y así como se repetía en los casos atendidos por las expertas,
los menores y los adolescentes cuyas mamás han salido, por lo general, quedan al cuidado
de la abuela, del papá, de las tías o de los hermanos o hermanas. Las actitudes y la
predisposición hacia los hijos de las personas que han salido están condicionadas por
diversos factores: edad, tipo de relación con la madre, regularidad de las remesas o por la
propia actitud de los hijos. Según las psicólogas, las madres intentan quedar al margen del
tipo de situaciones que se den, muchas veces imposibilitadas a tomar cualquier decisión, ya
sea por motivos legales (imposibilidad de regresar al país), por razones económicas, ya sea
porque no cuentan con otras personas en donde dejar al menor o adolescente, o porque,
simplemente, no les “ponen mente”. En algunos casos, y solo cuando la familia amenaza
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con tomar otras medidas porque sienten que la situación se les ha salido de las manos, es
que las madres regresan.
El problema que se ha encontrado en algunos tutores es la falta de comprensión de las
situaciones por la que atraviesan los hijos del familiar migrante. Los expertos informaron
que, en algunas ocasiones, los tutores se dirigen a los niños y adolescentes de manera
doliente, llegando incluso a convertirse en expresiones cotidianas, como “tu mamá te
abandonó”, “tu mamá ya no envía dinero”, que estigmatizan a los menores y les producen
efectos negativos en su autoestima; o en situaciones en las que el menor rompe a llorar, la
comunicación puede derivar de la siguiente forma: “Sos un bruto, no servís para nada, ¿por
qué llorás? Tu mamá está bien, tu mamá está trabajando para traerte dinero, te va a
comprar ropa, te va a comprar esto o lo otro…”, invisibilizando la necesidad de afecto que
padece el niño o la niña. Como nos señaló la doctora Wayla: “Hay mucha violencia, sobre
todo verbal”.
El papel de los tutores en algunos casos no es una función que asuman de forma de
voluntaria, con agrado, interés o benevolencia. La trabajadora del MINSA entrevistada,
comenta que a partir de su experiencia se trata más bien de una responsabilidad que se
asume, incluso, de manera forzada, aunque a veces es recompensada por el envío de una
contraprestación económica, lo cual va a generar dinámicas peculiares. En otras ocasiones,
los tutores se desquitan la atención haciendo trabajar al menor, como así lo expresó la
psicóloga del MINSA: “En la mente de los adultos, el niño tiene que dar, porque me
debe… que yo estoy matándome por él”, y sobre los casos más graves que ha atendido,
observa que “no he oído alguna que diga: ¡es una alegría que me dejó a esta niña, la quiero,
la cuido, la ayudo…!, nada, no hay ninguna. Están tratando, agarraron pero tratando cómo
delegar la responsabilidad a otros, eso es muy negativo, y eso el niño lo está oyendo, lo
está viendo y lo está absorbiendo”.
En el caso de los hermanos que se hacen cargo de sus hermanos menores, la experta de la
UCA ha observado algunas situaciones en las que “hermanos mayores quedan enojados
porque les pusieron a hacer de papá y de mamá sustitutos, muchos dejaron de hacer cosas
suyas por hacerlo, por cuidar a sus hermanos. Luego crean una frustración enorme, se
llama algo, hijos parentalizados, después están enojados con el papá, con la mamá y con sus
propios hermanos”.
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La abuela es la tutora por excelencia. La mayoría de las abuelas asumen su nuevo papel de
forma muy digna. Sin embargo, y aun en estos casos, las abuelas no solo no sustituyen a la
mamá que se ha ido, como se señaló más arriba, sino que por la edad y por sus
complicaciones no prestan la atención que debieran, ni en el aspecto cuantitativo ni en el
cualitativo. Esta situación se puede complicar cuando en el hogar viven varios familiares
como tíos, tías o primos. En estos casos, se pueden encontrar varias modalidades: la
atención, ya de por sí deficiente, se diversifica aún más, prestando menos atención al menor
o adolescente por la asunción de otras responsabilidades en la casa o en el trabajo; esta
menor atención puede estar impidiendo detectar situaciones más graves, como el abuso
físico o sexual, por parte de alguno de los familiares.
Una situación muy común que, con ocasión de la familia extensa, fue comentada por dos de
las psicólogas, fue en relación con cuestiones de autoridad. En algunos casos, y
normalmente por motivos de sobrecarga, el tutor principal comparte su responsabilidad y
delega en otros familiares sus funciones, apareciendo en escena tíos, tías o incluso primos
mayores, donde todos le mandan y le dicen qué tiene que hacer. Para Martha Cabrera, esta
situación genera confusión y puede ser muy desgastante para el niño. La referencia de
autoridad se pierde, entrando en escena diferentes y hasta contradictorios
comportamientos, valores, actitudes, perdiéndose la posibilidad de conformación de un
sistema de valores coherente y efectivo. Como señala la funcionaria del MINSA, “por ahí
tenemos que entrar nosotros, y siempre en estos casos, cuando me entero de quién es la
autoridad, que la mamá dejó a la tía, la tía la dejó al hijo mayor de ella porque trabaja,
después la tía porque ella vive largo del barrio, entonces le recomienda a otra tía, entonces
son tías que viven ahí a la cuadra. Hay un descontrol emocional, una confusión en la mente
(…) baja más la autoestima de lo que ya la tiene el niño o la niña, porque todo mundo le
está diciendo lo que va a hacer o descalificándola o diciéndole lo que no hizo”.
A tenor de lo anterior, y a la vista de las informaciones aportadas por las especialistas, la
salida de un padre, pero muy especialmente de una madre, conlleva un cambio emocional
de consecuencias impredecibles: se produce un cambio de acción, como se señalaba al
principio, que puede repercutir en una variación en el proceso de aprendizaje. Es por ello
que, tal y como expusieron las expertas, es fundamental que a la vista del menor cambio en
actitudes o comportamientos, el menor o el adolescente inmediatamente se someta a un
especialista, con el objetivo de minimizar las sensaciones de vacío, que no se exacerben más
los síntomas y no se produzcan situaciones más graves.
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Como señala Martha Cabrera: “Las experiencias no son ni buenas ni malas, dependen de lo
que se haga con ellas, porque si un chavalo tuviera un proceso, primero para decir cómo se
está sintiendo, si hubiera un espacio para compartir con otros cómo se están sintiendo,
porque su papá y mamá están fuera, también tendría la posibilidad de desarrollar sus
recursos, de racionalizar sus situaciones, de crecer, de canalizar sus rencores, sus
frustraciones”. Para la doctora, y en relación con adolescentes, el enfoque sicosocial es
necesario, “porque hace que veás que lo que vos sufrís por migración lo sufre Juanito, lo
sufre Pedrito, después vemos que no solo lo sufro yo, y uno comparten recursos, los
chavalos identifican recursos y se propicia el hablar, entonces, eso es importante”.
La funcionaria del MINSA comparte esta visión, refiriéndose a la “psicoterapia vivencial
que los alumnos más o menos saben que van a hablar de su problema. Y ahí puede hablar
de todo uno, es una forma de descargar, de sacar, y tiene que tener continuidad por eso,
porque no solo es un encuentro y cerrar, sino todo un proceso de sanación”. Para los niños,
la doctora utiliza estrategias con dibujos, “yo trabajo con juguetitos así con los niños y
vamos platicando con juegos, también con dibujos, jugamos con una terapia del arte,
estamos dibujando y estamos relacionando la vida real de ella”.
7.2. El contexto de los alumnos con padre o madre migrante en el entorno escolar
7.2.1. Identificación de los alumnos con padre o madre migrante por parte las
autoridades educativas
Los centros escolares donde se trabajó no tienen identificados a los estudiantes con
padres migrantes. Como así se desprendía de los conversatorios, no existe una política
por parte del MINED que comprometa a hacer esta categorización en su trabajo, ni
tampoco los centros envían estadísticas al respecto; así mismo, y con la información
que recibe el MINED de los colegios (ya sea por razones de evaluación, de
planeamiento u otras) no es posible obtener dicha información, por lo que la
institución de Educación desconoce en su totalidad el número de estudiantes con
padre y con madre migrantes.
Ciertamente, en las fichas de matrícula hay un espacio para que el padre, la madre o el
tutor complemente con su número de teléfono y dirección, sin embargo, no se trata de
datos formales que tengan por objeto dar información más precisa del entorno del
niño, sino de facilitar el contacto de un familiar para el centro escolar en caso de ser
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necesario. Incluso, se dan casos en que estando la mamá y el papá en Managua, es la
abuelita quien deja su número de teléfono y dirección en el cuadro destinado al tutor,
pues ella es la responsable del menor mientras las mamás, por ejemplo, trabajan en la
zona franca, dejando a sus madres como tutoras ante el colegio. La ficha de registro
pasa al cuaderno de registro de cada profesor.
Por otro lado, no existen expedientes por alumno que describan sus contextos
familiares, sociales o económicos, o su trayectoria escolar, ya sea por rendimientos o
por conducta --sobre este asunto se volverá más adelante--, y que permitan al maestro
conocer sus antecedentes. Esta situación hace que cuando el docente inicia el curso
con el grupo de alumnos, sean todos unos verdaderos desconocidos para él, y si tiene
algún conocimiento se debe a razones exclusivamente personales, pues no hay
procedimiento formal que le facilite información al respecto. Si el maestro requiriera
alguna información sobre algún alumno, la charla informal con otro maestro se la
podría suplir.
Por lo tanto, el modo en que un maestro llega al conocimiento de que su alumno tiene
padre o madre migrante es puramente informal: una reunión, un comentario, una
actitud. El mayor riesgo de esta informalidad la posibilidad de que un maestro tenga
un alumno durante todo un año y no llegue nunca a saber si tiene a su padre o a su
madre fuera del país. Esta situación no debe ser contemplada como excepcional,
debido, como se analizará más adelante, a la diversidad de perfiles que expresan estos
niños y adolescentes. Si el alumno no causa problemas en el aula que dificulten a la
maestra continuar con su clase, y si su rendimiento se sitúa en la media, entonces, la
forma como conoce la situación del alumno con respecto a sus padres, se debe por
hechos ajenos a la iniciativa del maestro; por otro lado, un comportamiento negativo
reiterado, un rendimiento muy bajo del niño o el cambio brusco en sus actitudes,
pueden llevar al maestro a solicitarle que llame al papá, a la mamá o al tutor del
alumno, y ahí constatar que uno de sus padres está fuera, o, más adelante, durante la
plática con el padre, la madre o el tutor.
A continuación presentamos algunas de las formas como el maestro obtiene la
información.
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Una maestra de secundaria del COLEGIO N°1 nos comenta que no sabe cuántos
alumnos tiene con papá o con mamá migrante: “Sinceramente, no he indagado, no me
he informado”.
Maestra de secundaria del COLEGIO N°2: “Me enteré cuando un día la llegó una
señora preguntando por ella, y ella estaba ahí afuera, y cuando se vieron se fundieron
en un abrazo y se pusieron a llorar. Ahí me enteré de que mi alumna tenía a la mamá
fuera”.
Maestra de primaria del COLEGIO N°1: “Tal vez ellos, por lo mismo que no quieren
que se les burle no nos dicen, y muchas veces le dicen mamá a la abuelita, y nos
mantienen que ella es su mamá, pero verdaderamente no lo es”.
Maestro de primaria de Escuela Belén: “Yo me doy cuenta cuando hago llamar a su
papá o a su mamá”.
Maestra de secundaria del COLEGIO N°1: (alumna de 13 años, su mamá falleció y el
papá está en Bluefields). “No sé cuándo murió su mamá (...) en las actividades del Día
de la Madre se manifestó muy triste y lloró (...) pero, la verdad, nunca me
mencionaron a su mamá, y la verdad es que a mí no me despertó ninguna inquietud
por conocer más allá, hasta ese día que fue como ahorita, el 14 o el 15 de mayo, que
hacíamos esa actividad y ella se manifestó muy triste y lloró”.
Maestra de secundaria del COLEGIO N°1: “Yo miraba que lloraba y le pregunté qué
le pasaba y él nunca me decía nada. Pero después, indagando, llegué al problema de
que su papá no estaba”.
Maestra primaria del COLEGIO N°1: “Yo me identifiqué con los niños, mediante la
conversación que tuve con ellos, a través de la conversación, preguntándoles, porque
recordemos que los primeros días de clase son para socializar tanto los compañeros
como maestros, y conocer al niño”.
Maestra de primaria del COLEGIO N°1: “En la casilla de matrícula que nosotros
hacemos en el colegio no hay una casilla que diga ´padres migrantes´, que se detecta
ya cuando el muchacho comienza a tener problemas de rendimiento, de agresividad,
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de no ir a la escuela, ausentismo, uno ahí detecta el problema que trae el muchacho, lo
que uno hace es llamar al que está a cargo”.
Maestras de primaria del COLEGIO N°1: “Yo me di cuenta a través de la
conversación, porque recordemos que los primeros días de clase es para socializar
tanto los compañeros como los maestros, y conocer al niño. Unos niños dan la
información con tristeza, otros no”.
Maestra de primaria del COLEGIO N°2: “Yo anteriormente ya le había dado clases a
una hermanita de uno de los niños que tengo, y yo notaba bastantes problemas
emocionales en la niña”.
Maestra de primaria del COLEGIO N°2: “Nosotros nos acercamos con ellos,
hablamos con ellos”.
Maestra de primaria del COLEGIO N°2: “(…) también la carita, yo tengo a esa niña
que el papá está en Estados Unidos… y la carita triste, le digo: ¿qué te pasa.
Estefany?, y entonces ella me comienza a platicar, empieza a hablar”.
Maestra de primaria de COLEGIO N°2: “Vienen deprimidos el 30 de mayo, y no
están sus mamás, si quieren celebrarlo no están con sus papás”.
7.2.2. Percepción de maestros de la realidad migratoria en los alumnos
A pesar de lo anterior, prácticamente todos los maestros expresaron una preocupación
sincera por la situación de los alumnos con papá o mamá migrante. Todos ellos
coincidieron en las difíciles situaciones en las que se encuentran estos niños y
adolescentes, convergiendo en dos puntos que, según ellos, se presentan de forma
generalizada: tristeza y falta de apoyo familiar. Procedemos a exponer estos y otros
indicadores expresados por los maestros, que nos permitieron conocer las situaciones
de estos estudiantes a partir de la imagen que tienen sus docentes:
7.2.2.1. Situación emocional de los alumnos con padre o madre migrante
Los siguientes testimonios son suficientemente indicativos de una realidad que los
maestros detectan en estos alumnos, lo cual coincide con lo expresado por las
profesionales psicólogas entrevistadas. Estados de tristeza, soledad, indiferencia o
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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rebeldía, pueden estar ocultando rabia y frustración hacia una situación
incomprendida, no atendida, que desborda sus capacidades.
Maestra de secundaria del COLEGIO N°1 señalaron: “La soledad es una
característica también que ellos reflejan (...) son introvertidos, no hablan, no les
gusta comunicarse, como que todo lo tienen interno, no lo expresan, no lo dicen, y
si lo hacen lo expresan como en rebeldía (…) como que si a nadie le interesa, a
nadie le importa, yo a nadie le importo, dicen ellos”.
Maestra de secundaria del COLEGIO N°1: “La verdad que la autoestima yo las
veo (…) debe ser el tipo de familia donde ellos viven, debe haber problemas (…)
Cuando uno ya se mete a indagar, ahí es donde uno se da cuenta, pero yo trato de
no indagar porque es meterse, yo solo trato de decirle: ´Mirá, vos sos importante,
es necesario que vos estudiés para salir adelante. No sé qué problemas tengás en tu
familia, pero eso no se resuelve deprimiéndote, sino que tratá de buscar cómo
salir´. En general, yo se los explico, porque yo sé que su autoestima está baja,
entonces yo lo doy general”.
Maestra de Secundaria: “Aquí, madres solteras abundan en cantidad, y como que la
figura paterna no es muy acentuada (…), pero cuando se va la mamá ahí sí como
que se desmoronó todo para esta criatura, y entonces ahí encontramos serios
problemas con ellos (…) tener buena relación con los padres de familia. La niña me
decía --la que está un poco más triste porque su mama está en Panamá-- que ella
no ha tenido nunca la figura paterna, ella quedó pequeña, de unos dos años. Eso es,
imagínese, no tener la presencia, cariño, amor del padre, y el único que tenía --de la
mamá-- tuvo que viajar hace dos años, dice ella”.
Maestro del Colegio Belén: “Solo se mejora la parte económica, y muchas veces ni
eso (…) yo tengo dos niñas que dan lástima, aquí les regalaron uniforme, aquí les
regalaron unos zapatitos a principio de año, porque esa niña viene aquí ¿para qué?
Está bien, se refuerza lo económico, pero no es en la mayoría de las familias (…)
son niños… crea a los niños desamorados porque viene el Día del Padre y no está
el papá, viene el Día de la Madre y no está la mamá, viene Navidad, y no estoy con
ellos, entonces quita el amor, hay desamor, me da lo mismo que esté o no estén mis
papás (…) ellos no te lo dicen, pero sí se les mira”.
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Maestra de secundaria del COLEGIO N°1: “Cuando llegan a ciertas edades, se
intenta tapar con la llegada de plata (…) se vuelven más materialistas”.
Maestra de primaria del COLEGIO N°2: “La migración es buena porque permite
mejorar el bienestar de los alumnos (…), pero a veces queda el papá con los
chavalos, y entonces ahí ellos empiezan… en la escuela uno nota aquella tristeza
del chavalito que está apartado, solito, entonces uno ya se arrima y le pregunta:
¿Qué tenés, amor? Ellos empiezan a estar platicando”.
Maestra del COLEGIO N°2: “Hay una mejora económica, pero le falta aquella
persona, ellos piden a su papá, a su mamá. Pero tampoco en todos, porque se van y
se olvidan que dejaron gente aquí, esa es la realidad, seamos realistas. Una parte es
buena para las personas que quedan a cargo de esos niños, porque muchas veces no
cumplen con darle lo que le hace falta al niño en la parte económica, y por otra
parte daña el desarrollo y crecimiento del niño (…) algunos casos sí mejoran, otros
no, andan con mochila barata, con zapatitos más baratos, su ropa, en general…
dicen que se ve mal que anden mal”.
Maestra de primaria del COLEGIO N°2: “Ellos expresan a veces: ‘Si estuviera mi
mamá…’, pero aquí tenés a tu abuelita, como que fuera tu mamá, ella no te tuvo
pero te está criando. Entonces, por ahí a ellos como que se les pasa: ‘Es cierto’,
dicen, ellos logran reconocer, aunque por dentro desearan que estuviera”. El niño
que yo tengo y que su mamá se fue hace dos meses, él se acerca y lo abraza y lo
aprieta a uno. ‘¿Verdad que usted es mi mamá?’ Sí, mi amor, soy tu segunda mamá.
Entonces ahí como que busca esa maternidad en uno. Son niños que tienen falta de
amor”.
Maestra de primaria del COLEGIO N°2: “Sí, les agarra nostalgia, a veces lloran
mucho. A la hora de clases, a veces el comportamiento es negativo, actúan
diferente, con cólera, con ira. Muchas veces, a mí me han comunicado algunos
niños: ‘Profe, que me hace falta mi mamá’. ‘Si mi mamá estuviera aquí, yo me
comportaría mejor’”.
Maestra de primaria del COLEGIO N°1: “Tengo un alumno de 10 años que su
papá está en Bluefields, trabaja allá, viene cada tres meses, pero parece que la
convivencia del niño era más con el papá. Él me ha expresado en cuanto a
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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sentimiento, tristeza, tiene su autoestima bien baja, el nivel académico es bajo. Yo
no sé cómo era antes, pues es la primera vez que lo tengo. Pero según lo que
investigué, me pasa lo de ella, nosotras somos como psicólogas, lo sacaron del
colegio anterior porque tenía el mismo problema (rendimiento escolar bajo). El
problema no es del colegio, no es del maestro, es del núcleo familiar. Parece que al
niño le hace falta la figura paterna, incluso ese niño es callado, no participa en
clase. Yo platiqué con él, platiqué con la mamá, orienté a la mamá sobre qué tenía
que hacer. Es callado, no participa, no trae los trabajos, las tareas. La mamá no
expresa nada, solo me dijo que le hacía falta su papá, nada más. Yo la aconsejé que
se acercara más al niño, que dialogara más con él. Están trabajando en ello”.
Maestra de secundaria del COLEGIO N°1: “(…) esa tristeza ellos la guardan, es
cabanga… ellos la caminan ahí y la guardan, ellos no quieren que uno sepa que
ellos caminan tristes, como el payaso, caminan maquillados, pero esa pena es
íntima de ellos pero uno capta, de repente tan retraídos, platican poco con sus
compañeros, son bien irresponsables, no cumplen. Si les dio la gana copiaron, si les
dio ganas hicieron la tarea, ¿quién me va a decir algo si ni mi mamá ni mi papá
están aquí?”.
7.2.2.2. Conducta de estudiantes con padre y madre migrantes
No se identificaron casos, en ninguno de los tres centros escolares, de caracteres
violentos con estos estudiantes. Únicamente se registró una pelea, pero, como así
señala en el propio testimonio, fue en acto de defensa y no de agresión. Es un
estudiante que no tiene registro de violencia. Por lo general, son estudiantes que
“pasan desapercibidos” para el sistema, pues si bien hay un buen número de
expresiones que los categorizan como “inquietos”, se podría decir que no son más
inquietos que otros, incluso, en varios casos, los maestros adujeron
comportamientos totalmente opuestos: pasividad, no participación, poca
comunicación. Sobre estos niños, como se verá, no hay ningún tipo de registro.
Maestra de secundaria del COLEGIO N°1: “Es que estos niños no son de los que
más problemas presentan, su problema es más la indiferencia (…) ahí se quedó
sentado pero de ser así súper indisciplinado, no. Yo digo que sí hemos tenido niños
que en su momento nos dieron algún tic de indisciplina, de pleito, de rabia, pero es
que los molestan tal vez o se burlan (...) aunque, en general, el perfil es diferente”.
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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Maestra primaria del COLEGIO N°1: “Yo no les conocía antes, es el papá que me
cuenta que antes no eran así. Ellos eran bien inquietos, bien rebeldes, su conducta
era indeseable (…) el padre era un buen padre, pero la mamá, ellos reflejaban que
les hacía falta” (alumno del año anterior).
Maestra de primaria del Colegio Belén: “Hay una niña que es bien inquieta, pero
ella es inteligente en las clases, pero es bien inquieta”.
Maestra de primaria del Colegio Belén: “Las mías son introvertidas, para que
participen tengo que sentarlas adelante, ¿verdad que sí?”.
Maestro primaria del Colegio Belén: “Él siempre quiere estar de primero en todo,
él es muy participativo, pero también es un poco inquieto, pero desde larguito se le
mira que él molesta aquí, molesta al otro”.
Maestro de primaria del Colegio Belén: “Es un niño que come a todas horas”.
Maestro de primaria del COLEGIO N°2: “Tiene a su mamá fuera y parece que se
lo dejó a su abuelita (y con el tío), ella le daba solo lo material, pero la abuelita es la
que llena el vacío de la mamá. Y él habla de su mamá y él me cuenta de su mamá, a
veces como que yo siento que él se imagina las cosas, como que no fuera verdad.
Desde que se ha ido su mamá habla más de ella, antes no hablaba. Ahora es más
inquieto, ahora falta a clases: que estaba enfermo, que no había podido venir
porque había problemas en casa, porque no se ha lavado la ropa. Una vez se me
retiró una semana y hablé con el tío, y me dijo que era porque estaba enfermo”.
Maestro primaria del COLEGIO N°2: “Empiezan a valorarse por lo que tienen
(…) autoestima baja porque se sienten solos, les hacen falta sus padres. Poca
sociabilidad, le dan más importancia al dinero, porque dicen: “Tal vez me voy a
quedar solo, pero voy a tener más dinero”, de pronto están bien y al rato cambian.
Están más bien agresivos a veces”.
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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7.2.2.3. Rendimiento académico de estudiantes con padre y madre migrantes
Por lo general, la percepción de los maestros es que estos estudiantes tienen bajo
rendimiento. En el único colegio donde se tuvo acceso a las calificaciones, el
Colegio Belén, este bajo rendimiento no era ni tan generalizado ni tan diferente al
resto de los compañeros de la clase. El problema es que no existe un estudio
específico sobre el rendimiento concreto de este tipo de estudiantes, lo cual puede
estar generalizando situaciones, cuando, además, esa parece ser la tónica de todos
los estudiantes, en general. En verdad, y ello fue igualmente identificado en los
otros colegios a través de los testimonios de los maestros, nos encontramos en esta
categoría con estudiantes tanto de bajo rendimiento, como de medio y de alto
rendimiento, y existe algún caso de alumnos con calificaciones muy altas. La
cuestión, por lo tanto, no es tanto si el rendimiento académico es bueno, malo o
regular, sino la causa de dicho tipo de rendimiento. En estas dispares situaciones se
intercalan aspectos que tienen que ver con la personalidad del alumno y con su
entorno familiar, como se verá más adelante, es decir, con las herramientas con las
que cuenta el estudiante y el uso que hace de ellas.
Una de las razones para el bajo rendimiento nos la ofrece la psicóloga Dinorah
Medrano: “Simplemente, porque quiere que la mamá venga y a él no le importa
que su mamá esté ganando más dinero porque es un niño, y los niños funcionan
bajo el principio de la inmediatez”. Al lado del bajo rendimiento por falta de
estudio, se observaron casos de bloqueo psicológico, de niños que tienen
dificultades para la escritura, mientras su lectora es buena, o para escribir los
números (maestros del Colegio Belén).
Maestro de secundaria del COLEGIO N°1: “Estos niños tienen bajo rendimiento
académico (…), ellos entran a clase, ellos vienen, ellos siguen, el problema está en
el autoestudio, no quieren, aquí dentro pasan toda la mañana, si usted quiere, pero
de agarrar el cuaderno, de trabajar no (…) no son los peores estudiantes, pero no
son aplicados”.
Maestra de secundaria del COLEGIO N°1: “Uno de ellos me dice: ‘¿De qué me
sirve (estudiar)? A nadie le interesa lo que yo haga (…)’. Entonces, tienen baja
autoestima, poco interés en el estudio, porque no hay una motivación (…) no me
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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está viendo y no me está exigiendo aquello, no estoy rindiéndole realmente cuentas
de lo que yo tengo que entregar, que es mi boletín o mi calificación, entonces, a
ellos no les interesa”. ”Son muchachos a quienes no les interesa nada, el
rendimiento académico es súper bajo, se les llama a la reflexión, se les trata con
cariño también, porque como tienen carencia de ese amor, a veces nosotros
pasamos a jugar el papel de madre (…) es difícil con estos estudiantes, estarles
llamando, llegando a la conciencia de ellos para que mejoren su situación, su
condición, la parte afectiva también la abordamos con ellos, que se sientan que
tienen a alguien que se interesa por ellos, esa es la parte”.
Maestra de primaria del COLEGIO N°2: “Son más despreocupados, porque tengo
un caso de un niño de que la mamá está fuera del país y él vive con sus abuelitos,
entonces yo le digo un día: ‘Va a ver que voy a llamar a su mamá’, le dije al inicio.
‘Voy a llamar a su mamá para platicar y decirle cómo se está portando’. ‘Llámela,
como no está aquí, yo vivo con mi abuelita, y mi abuelita no me pega, no me hace
nada…’. Hay esas actitudes de ellos”.
Maestro Colegio Belén: “Son chispa, lo que a ellos les falta es comprensión de amor
y una comprensión de respeto también. Que les diga: esto es lo que tenés que
hacer… porque en clases son bien vivos, porque los tres que yo tengo son buenos
en la matemática, son bien rápidos, bien inquietos, aquí y allá, pero cuando uno les
dice: ‘Mirá, te voy a tener que quitar puntos’, y hacen bien hecho el trabajo. Lo más
que tienen ellas es falta de comprensión, es darles un poco más de amor, de
sentimiento”.
Primaria del COLEGIO N°1: “En cuanto al rendimiento, no se puede generalizar,
hay situaciones positivas y otras negativas en las que el niño no rinde, no pone
interés en sus estudios, no se da cuenta de que el padre o la madre está afuera para
darles algo mejor a ellos, algunos no lo aprovechan”.
Primaria del COLEGIO N°1: “Eso de que los niños tienen buen rendimiento con
padres fuera, es porque la persona que está allá, económicamente, la remesa no les
falla al mes, siempre los están llamando los fines de semana, el día de su
cumpleaños, aunque estén fuera no se olvidan”.
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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Primaria del COLEGIO N°1: “Un alumno al que dejaron con su tío. Este niño no
entraba en clases, se mantenía fuera, pero cuando llegó a mi aula, a mi sección de
clases, yo comencé a hablar con él y con el tío, y hubo mucho cambio, ¡hasta ganó
un concurso de ortografía, de excelencia académica! Ahora me da pesar porque ya
está en primer año y lo miro fuera de las aulas, no entra a clases, ahí anda, se salió
de las manos otra vez el muchacho”.
7.2.2.4. Tutores de estudiantes con padre y madre migrantes
En general, la percepción que tienen los docentes de los tutores es negativa.
Partiendo de manera generalizada de que los tutores, cuando no son ni el padre ni
la madre, no pueden en ningún caso venir a cubrir el amor y el afecto de los padres,
existe, además, una falta de atención hacia los menores y los adolescentes, lo cual
se manifiesta no solo en el escaso apoyo escolar, sino también, en algunos casos, en
el maltrato verbal, en la ausencia de cuidado e incluso en situaciones de abuso. En
cuanto al padre como tutor, se han encontrado casos de padres que cuidan de sus
hijos de forma directa y sin mayor apoyo, y otros padres que se apoyan en las
abuelas. La responsabilidad del padre hacia sus hijos parece depender, en gran
manera, de dos circunstancias: personalidad del padre y su situación sentimental
(dejando a los hijos al cuidado de la nueva mujer).
Existe una cierta comprensión del difícil papel de algunos tutores, en concreto de
las abuelas, quienes por su edad y por sus bajos niveles académicos (algunas
incluso no saben leer ni escribir) no pueden significar un mayor apoyo para estos
niños. Por otro lado, el papel de las tías en su función de tutoras es visto, en
términos generales, de forma desfavorable. Si las abuelas y otros tutores apenas
llegan a las reuniones o cuando se les solicita, se resiente más el rechazo por parte
de las tías. El bajo rendimiento escolar se justifica por la falta de apoyo de los
tutores, y en los contextos de escasa atención familiar hacia los estudiantes. En
cuanto a los padres, no existe un gran margen de disposición al momento de elegir
a los tutores. De la familia más cercana se escoge a los familiares que estén
disponibles. Normalmente, la primera elección es la que se mantiene, solo se
observaron tres casos en los que el menor había sido trasladado de residencia: uno
de los casos, por decisión propia del menor, y dos por imposición del padre. En
estos casos, la menor salió de la casa de sus abuelos sin manifestar rechazo para
trasladarse a la casa de su padre; mientras que en el otro, en contraposición de los
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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deseos del menor, abandonó el hogar de los abuelos, con los efectos que ello pueda
traer. Estos casos se comentarán más adelante.
También nos encontramos con casos de hermanos(as) mayores al cuidado de sus
hermanos pequeños. En estos casos pueden surgir, como se verá, estados de
ansiedad en los hermanos tutores; o incomprensión por parte del hermano cuidado,
que no encuentra en su hermano(a) mayor el afecto y la atención que requiere.
Procedemos a presentar las percepciones de los maestros que nos compartieron de
forma expresa:
Maestro de secundaria del COLEGIO N°1: “Ya la abuelita está viejita y a la tía no
le importa, tiene que ver a los hijos de ella, o el papá está con otra señora, son
muchas circunstancias y factores que a estos jóvenes les afectan”.
Maestra de secundaria del COLEGIO N.1: “Pero esa tía o este pariente no da, no
llena ese amor materno o paterno, no llena totalmente ese vacío que hay (…)
Maestro de primaria del Colegio Belén: “No es que les dejen abandonados, pero les
dejan con personas que no saben dirigir (…), cuando nos vamos estamos pensando
en la vestimenta, en la marca (…), pero no estamos pensando quién va a dirigir,
solamente el padre o la madre pueden dirigir a estos niños. Hay abuelas que son
abusivas y abusan del dinero de los niños (…) El vacío que hay en el niño no lo
llena la abuela, ni el tío ni nadie”.
Maestro de primaria del COLEGIO N°1: “(…) otras veces el tutor con quien dejan
a los niños no es una persona responsable, ahí hay que ver mucho en eso, porque
(…) a veces la ayuda que los padres mandan no la ocupan en los niños, sino para
otras cosas, ni mucho menos le van a poner importancia a cómo van los niños en la
escuela, estar pendientes de los niños que no anden en la calle, que si se ponen a
estudiar (…) entonces el niño se desinteresa (…) poco interés en el estudio,
calificaciones bajas, la autoestima es baja porque se sienten solos (…) están dolidos
(…) no sienten confianza con el tutor (..) les hacen falta sus padres”.
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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Maestros de primaria del Colegio Belén: “La abuelita dice: Ya con la edad que
tengo no puedo, profesora, me siento cansada. Su papá está al lado mío porque vive
a la par, pero él no se interesa, la madrastra no quiere a los niños, los desprecia, les
hace desprecios, los golpea, a veces les pega. Yo doy hasta donde más puedo. Yo ya
no estoy para andar criando” (…) El problema es cuando el tutor tiene que mirar
por sus propios hijos, ahí el niño es perdedor, porque no es para él la atención”.
Maestro del COLEGIO N°2: “Los tutores no vienen, cuando se van las mamás es
difícil que vengan (…) los tutores nos echan más la carga a nosotros, nos dicen:
‘Déjelo sin recreo y que haga ahí la tarea’ (…). Incluso aunque el tutor dé amor,
nunca es igual. A veces también cuando los tutores caminan sofocados, que sé yo, y
no lo abrazan: “¡Quitate de ahí!”, entonces, hay ese rechazo. En cambio, nosotras
aunque estemos cargadas y topadas, cuando el chavalo se acerca y nos abraza,
nosotros lo abrazamos y le damos palabra”.
7.2.2.5. Casos
Caso número uno: B.R-10 años-Cuarto grado:
Es un niño que no tiene problema de comportamiento, no presencia violencia ni
agresividad. Su madre está en Costa Rica y no hay relación con el padre. Vive con
su abuela y con su tía. Tiene problemas de desorden alimentario (sobrepeso). El
maestro informa que tiene un problema compulsivo con la comida, hasta ha tenido
que llamarle la atención varias veces por introducir alimentos en el aula. No se
presenta a la materia de Educación Física ni hace examen, aunque la aprueba. No
presenta nunca las tareas, pues en la familia no recibe ayuda. Tiene problemas de
ortografía y de caligrafía. Su asistencia a clase es del 100%. Su rendimiento escolar
es muy bajo. Para el primer corte tiene un promedio de 67%. Tiene un 100% en
asistencia.
Caso número dos: E.M-14 años-Cuarto grado:
Es un alumno que trae graves problemas de conducta, éticos y de sociabilidad. Su
madre está en Costa Rica, y vive con el padre y con su abuela. El maestro no ha
conocido la cara de los tutores, pues nunca han llegado. Parece ser que este
adolescente invitó a un compañero de clase a vender “piedra”. El compañero se lo
comentó al maestro, y a la vista de ello, E.M dejó de asistir a la escuela,
“desapareció”. Según el maestro, es un joven al que utilizan otros adultos para
vender estupefacientes. Nunca hacía las tareas y faltaba mucho a clase. Parece que
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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ha regresado después de un mes de ausencia, y le explicó al maestro que la Policía
lo tuvo retenido. Él trabaja al tiempo que asiste a la escuela. No hay calificaciones
para el primer corte.
Caso número tres: S.J.-8 años-Tercer grado:
Su madre está en España y no convive con el papá alcohólico. Vive con su abuela y
con su tío. Es un niño muy distraído, inquieto, molesta a sus compañero, llegando
incluso a la agresión. Sin embargo, no irrespeta al maestro. Es muy participativo
en la clase y siempre quiere ser el primero en todo. Tiene dificultad en el
aprendizaje. Cuando estaba en preescolar, mordía a la maestra. En dos ocasiones se
ha apropiado de bienes ajenos, en concreto, de dos compañeros de clase: de un
celular y de un cuaderno. Su tío, en ambas ocasiones, se ha acercado a la escuela a
devolverlos. Parece que no hay violencia en la casa, pues preguntándole al niño
sobre las consecuencias que estos hechos le significaron en casa, únicamente
mencionó que una amonestación verbal. Sin embargo, el maestro le pone en
conducta un 90% “para animarle y no bajarle la autoestima”. No tiene un mal
rendimiento académico. Para el primer corte obtuvo un 80%. El estudiante siempre
llega con las tareas hechas, hay un apoyo importante en la casa, “se ve que la
familia le da amor y está pendiente”. Tiene un 100% en asistencia.
Caso número cuatro: SG-11 años-Quinto grado:
La mamá está en Costa Rica y vive con su tía. Hasta hace un año vivía con su
mamá en el país centroamericano, pero este año lo enviaron a Nicaragua, él dice no
saber por qué. Es un niño que se muestra en clase muy distraído, apartado de sus
compañeros, parece como que se aleja de los niños. Su forma de interactuar con sus
compañeros es de la forma de “juego de mano”. Al inicio del curso era inquieto,
insolente, ahora ha mejorado un poco. No participa nada en clase, hay días que se
le ve contento, “tal vez cuando habla con la mamá”, como señala la maestra. A
pesar de lo anterior, tiene interés por el estudio y presenta siempre las tareas. El
carácter de la tía es duro, y pudiera haber maltrato en la casa. El niño llega a la
escuela cansado porque dice que la tía le obliga a lavar coches (los tíos tienen un
negocio de lavar coches). La madre envía dinero desde Costa Rica. Obtuvo un 75%
de puntuación en el primer corte. Tiene un 90% en asistencia.
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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Caso número cinco: J.L.-19 años-Noveno grado de secundaria:
Su mamá vive en Panamá y le dejó a cargo a una hermana de 9 años, que va al
mismo colegio que él (no hay relación con el padre). Él se muestra tranquilo y no
tiene problemas de comportamiento en la clase. Su rendimiento académico es un
poco bajo, debido, según la maestra, a su deficiente asistencia a las clases, “se
duermen y no llegan”. Según J. L., él se tomó bien la salida, no así su hermana
pequeña, que todavía ahora, a pesar de haber pasado ya tres años, la sorprende
llorando alguna noche, el día de su cumpleaños o el día de las madres. No obstante,
no ha recibido ninguna llamada de atención sobre su comportamiento en clase por
parte de la maestra, pues sus calificaciones son buenas (la maestra me comentó que
lleva tiempo enviándole avisos a través de su hermanita para verse, y que nunca
llega). Según J. L., sus calificaciones también son buenas.
Según la maestra, la hermana sí muestra síntomas de ausencia de la mamá: “A
veces está inquieta, no habla, voy al baño, ella así anda (…) La niña me abraza y
me dice: ‘Yo quisiera tener una madre como usted’. Ella está baja por inasistencia,
se duerme y el hermano también, los dos se duermen. La mamá no viene, solo los
llama cada mes. La niña comenzó bien, pero últimamente se ha bajado y mucho
falta, pero no he tenido la comunicación con el hermano, viene aquí a clases, pero
no ha llegado, a veces lo llamo y dice: ‘Dígale a su profe que ahí llego’, pero
mentira, no se acerca”.
Caso número seis: L. R.-16 años-Quinto año:
Ambos padres se encuentran en los Estados Unidos, su mamá se fue hace un año y
su padre el anterior. Tiene seis hermanos. Ella vive con su abuela, la hermana
mayor y un hermanito de siete años. Al principio lo tomó tranquila, pero ahora le
hace mucha falta. Habla hasta tres veces por semana con la mamá “pero yo digo
que no es tanto hablar por teléfono, porque yo quisiera que ella estuviera aquí”.
Ella alega que su hermano “para su cumpleaños o cuando están solos se pone
triste, se ve que se pone triste aunque es un niño que se mantiene jugando, pero se
pone triste, y se ve que le hace, falta mi mamá y mi papá también”. Su rendimiento
académico no ha bajado. No comenta su situación con las maestras, no porque no le
den confianza, sino porque no quiere mezclar los asuntos personales con la escuela.
En su familia tampoco expresa sus sentimientos, “porque no me entenderían (…)
yo diría que lo que me hace falta es mi mamá, ellos no lo entenderían o lo tomarán
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como que fuera un capricho mío o no sé (…). La verdad, no sé si se siente triste,
pero yo sé que le hacen falta, pero yo sé que pueden decir que por mi edad, que
puede ser un capricho o que soy malcriada o algo así”. Ella echa de menos platicar
con un psicólogo, siente que necesita hablar con algún especialista.
7.3. Respuestas del sistema educativo a las situaciones de los alumnos con padre y
madre migrantes
El Currículo Nacional Básico (2009) recoge como objetivo general:
Crear las condiciones para transformar las prácticas educativas, a fin de mejorar las
oportunidades de aprendizaje de todos los estudiantes, con una educación orientada hacia
la vida, el trabajo y la convivencia, con un Subsistema Educativo que responda a las
exigencias del desarrollo del país y de la época actual, desarrollando un Currículo que
forme integralmente al estudiante en los aspectos físico, afectivo y cognitivo, para ejercer
una ciudadanía responsable y que pueda desenvolverse de manera adecuada y eficaz en
los diferentes ámbitos en que se desenvuelve. (p.11)
En concreto, y por lo que refiere a la Educación Básica y Media establece:
Formar a todos los niños, las niñas, adolescentes, jóvenes y adultos, sujetos de la
Educación Básica y Media, para el desempeño exitoso de su vida personal, social,
cultural, ambiental y laboral que contribuya al desarrollo humano sostenible; así como
para la continuación eficaz de sus estudios formales y no formales. (p. 14)
Estos objetivos se cumplirán en la medida en que el estudiantado vaya adquiriendo una
serie de competencias que le servirán para para entender, interpretar y transformar
aspectos importantes de la realidad personal, social, natural o simbólica. Cada competencia
es así entendida como la integración de tres tipos de saberes: “conceptual (saber),
procedimental (saber hacer) y actitudinal (ser)”.
Como se señalaba en otra parte de este trabajo, la transformación del alumnado hacia la
obtención de dichas competencias está indudablemente condicionada, en opinión de las
psicólogas consultadas, a una serie de circunstancias que definen el “estar”, el “sentir” o el
“vivir” actuales de la persona, los cuales se forman en la familia.
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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El Currículo no es ajeno a esta situación, cuando mencionaba “que la formación personal y
social de todo ser humano, se construye sobre la seguridad y confianza básica que se inicia
en la familia, comienza a fortalecerse desde el nacimiento y depende en gran medida de las
pautas de crianza y de los vínculos
afectivos que se establecen con los padres
de familia y otros adultos, que son
significativos en la vida del niño y la
niña”. Siendo consciente de esta situación,
el currículo, sin embargo, no incide en
esas otras situaciones de ausencia de
seguridad y de confianza necesarias para
el impulso de los procesos de aprendizajes,
y que servirían de guía a los centros
escolares para centrar la atención en
dichas situaciones.
En el contexto nacional que se incluye en el documento analizado, se presentan una serie
de dificultades, como la pobreza o el analfabetismo, que vendrían a imponer la exigencia de
una educación universal y de calidad. Si bien este diagnóstico es certero, se echa en falta la
mención de otras dificultades que, incluso, con una educación universal y de calidad,
pondrían en peligro los procesos de aprendizaje. Cuestiones como la violencia
intrafamiliar, la desintegración familiar, y en nuestro caso la migración, son realidades no
aisladas que el Currículo --cuya función es ser guía para el diseño de los planes de estudio--
debería tener en cuenta. De este modo, dichas categorizaciones serían tomadas en cuenta
en el ejercicio de las acciones encaminadas a la capacitación y evaluación de los procesos
educativos. El no mencionar de forma expresa las situaciones que dificultan el aprendizaje,
lleva a que unos problemas sean tomados en cuenta, pero otros sean totalmente ignorados,
como sucede con la realidad migratoria del país.
El sistema educativo nicaragüense, como todo sistema educativo, cuenta con una serie de
herramientas que les permiten conocer el nivel de progreso, calidad en la educación y los
procesos de aprendizaje. Estas herramientas tienen como objetivo detectar “problemas” o
“dificultades” en el sistema educativo y así, en su caso, tomar las medidas apropiadas para
resolver dichas situaciones. La diferencia entre un sistema nacional y otro reside, por
tanto, en la determinación de lo que se considera “problema”, pues será con base en ese
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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“problema” que se pondrá todo el aparato administrativo a su disposición. Es por ello que
para identificar lo que un sistema califica como “problema”, un camino directo es entrar a
conocer sus servicios e instituciones, pues ellas nos darán la pauta de lo que constituye lo
importante para dicho sistema. Dado que en este trabajo, el objetivo es averiguar las
respuestas de atención a cierta clase de alumnos, procederemos a abordar las instituciones
que se dedican a la obtención de información sobre estudiantes y a su atención. A partir de
dicho análisis, se podrá entrar a valorar las posibilidades, oportunidades y resultados de
dicho acopio de información y atención.
El método universal de acopio de información sobre los procesos de aprendizaje es la
“evaluación”, una evaluación que deberá cubrir, en principio, a todos los sujetos integrantes
en los procesos de aprendizaje. Como parte de dicha evaluación, las circunstancias
concretas de los sujetos son fundamentales, pudiéndose configurar esta en herramienta
muy importante para conocer de forma precisa, y para nuestro caso, la realidad migratoria
en las aulas y sus efectos en los procesos de aprendizaje de los estudiantes afectados por
ella.
En Nicaragua existen tres tipos de evaluaciones: al centro educativo, a los maestros y a los
estudiantes. Estas evaluaciones deben ser consideradas como insumos que pueden venir a
dar luz e información sobre la situación migratoria en los centros educativos, las
problemáticas en los aprendizajes de estudiantes hijos e hijas de migrantes, y servir de
diagnóstico para el desarrollo de políticas de aprendizaje.
Otro instrumento formal que permite al sistema conocer las dificultades en los procesos de
aprendizaje de los estudiantes es la llamada “Consejería escolar”. Debido a la importancia
de este instrumento para el caso que nos ocupa, procedemos a exponer los lineamientos
sobre los que esta institución se constituye, sus fundamentos, fines, objetivos y líneas de
acción.
Fundamentación
La educación es un derecho humano fundamental e insustituible.
Crisis de valores, crisis familiar, económica, social, política.
Un contexto de riesgo para la niñez y la adolescencia (el abandono escolar, el trabajo
infantil, la desintegración familiar, el desempleo, la delincuencia, las pandillas,
narcotráfico, alcoholismo, pornografía infantil, otros.
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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Otros problemas, vinculados a los ambientes de riesgos son la depresión, el estrés, la
pérdida del sentido de superación y hasta la pérdida del sentido de la vida.
La necesidad de asegurar una educación integral a los educandos.
Conceptualización
El enfoque de la propuesta es humanista, educativo, ciudadano y participativo, integral y
holístico.
Objetivo
Mejorar la calidad de vida del estudiantado a través del desarrollo personal, de la
formación de valores y de la orientación vocacional, incidiendo en la convivencia en la
escuela, en la familia y en la comunidad para el ejercicio de la ciudadanía responsable
Componentes
La labor de la Consejería Pedagógica se vincula con el Aprender a aprender, Aprender a
desaprender y a Re-aprender, Aprender para la vida.
La Consejería Pedagógica es el área de atención que pretende en el educando potencializar,
mejorar y remediar sus procesos de aprendizaje, dentro y fuera del aula, para el presente y
para el futuro.
Líneas de acción:
Potenciar sus destrezas de aprendizaje, identificando sus fortalezas.
Responder a los problemas de aprendizaje.
Orientar sobre el uso de técnicas de estudio individual y en equipo.
Ayudar a identificar las causas de los problemas de aprendizajes y las alternativas de
solución.
Buscar junto con los docentes del educando alternativas de solución a los problemas de
aprendizaje que se puedan estar dando en el aula de clase.
Identificar problemas de didáctica o uso de metodologías que estén afectando el proceso
de enseñanza-aprendizaje en el centro educativo.
Coordinar con el apoyo de la dirección del centro y con otros docentes, capacitaciones
sobre técnicas de aprendizaje.
Ayudar al educando o al grupo de estudiantes a elaborar su Plan Pedagógico Personal o
Colectivo, a través del cual logren como metas cambios sustantivos en su aprendizaje y
en su rendimiento académico.
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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Dar seguimiento sistemático al alcance de las metas de los planes pedagógicos, con el
apoyo de los docentes cuyos estudiantes estén siendo atendidos, promoviendo la
autoevaluación, la coevaluación y su evaluación.
Por lo tanto, la política educativa nicaragüense cuenta con dos sistemas formales, a través
de los cuales puede surgir información sobre los problemas referidos a los procesos de
aprendizaje de los hijos e hijas de personas migrantes. A continuación, se procede al
análisis de ambas categorías, en atención a la documentación consultada, entrevistas a
expertos y a trabajadores de la educación, y grupos focales con trabajadores de educación.
7.3.1. Procesos de evaluación de los estudiantes
La evaluación del aprendizaje de los alumnos está regulada por la “Normativa de
evaluación de los aprendizajes para educación básica y media”. Como se señalará más
adelante, es la evaluación en la que el sistema desborda sus mayores esfuerzos. Los
objetivos de la evaluación:
1. “Obtener evidencias de las competencias alcanzadas por las y los estudiantes (…).
2. Desarrollar estrategias metodológicas a corto, mediano y largo plazo, que
permita retroalimentar el proceso de enseñanza aprendizaje, con base a las
competencias alcanzadas por las y los estudiantes y las establecidas en el
Currículo Nacional Básico.
3. Identificar condiciones facilitadoras, oportunidades de aprendizaje, factores
asociados, metodologías y elementos que han mostrado tener un impacto en el
desempeño de las y los estudiantes para implementarlos en las aulas de clase.
4. Valorar el cumplimiento de los indicadores de la Calidad Educativa con base al
desempeño de las y los estudiantes”. (Art. 2 de la Normativa de Evaluación de
los Aprendizajes para educación Básica y Media).
En esta evaluación, entran en funcionamiento varios componentes tanto humanos
como documentales. El trabajo empírico nos permitió conocer las posibilidades del
conocimiento y de la información que en base al ejercicio evaluativo pueden surgir
sobre el alumno, pero también conocimos de los límites que a dicha información se
imponen. Los centros escolares entregan los llamados “informes evaluativos” de
manera cuatrimestral (corte evaluativo) y anual. Sin embargo, en dicho formato no es
posible conocer si el alumno es hijo(a) de padre o madre migrante. Entendemos que
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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esta información es relevante en aras a conocer situaciones que pueden estar afectando
el rendimiento educativo.
Si bien es cierto que el MINED tiene un registro de los alumnos, en dicho registro
tampoco se refleja esta situación, y ello por una razón muy sencilla: los centros
escolares no tienen registro de sus alumnos con padre y/o madre migrante.
Ciertamente, y como se señalaba en otra parte de este trabajo, el hecho de ocupar el
espacio de “tutor” en la hoja de registro de matrícula, no significa que los padres no
estén conviviendo con ellos. Si bien, y como igualmente se ha mencionado en este
documento, los rendimientos académicos varían de un alumno a otro en estas
circunstancias, no obstante, dicha afirmación es insuficiente para evaluar debidamente
los aprendizajes de estos estudiantes, y, así, para, identificar necesidades y adoptar
medidas apropiadas.
La evaluación de los alumnos comprende dos aspectos: cumplimiento de indicadores
de logro y conducta. Comentado lo relativo con respecto al cumplimiento de logros, la
conducta podría ser un indicativo importante que reflejara la situación de estos
alumnos. Pero suceden tres situaciones que vuelven a limitar la información. En
primer lugar, en primaria no se reprueba la conducta; en segundo lugar, y como ya se
analizó en otra parte de este trabajo, las categorías en conducta que pudieran venir a
tener un efecto directo en la calificación de materia, asistencia y puntualidad, no son
situaciones regulares en estos alumnos, más bien, al contrario, y en tercer lugar,
reprobar la conducta en secundaria se limita a casos extremos de grave indisciplina y
acciones que rozan o caen en lo delictivo. Aunque el perfil que los maestros señalaron
como característico de los estudiantes en situaciones migratorias no presenta, por lo
general, este perfil, sino hasta llegada una etapa, como coincidían las expertas en
psicología, de deterioro grave emocional, el cual aparece, por lo general, tras largos
años de inatención psicológica. Recordemos que las expresiones más aludidas de los
maestros y psicólogos para estos casos tempranos son: tristeza, apatía, baja
autoestima, soledad, hiperactividad, ausencia de comunicación con otros compañeros,
proclives al llanto en algunas situaciones o falta de atención en clase, síntomas que se
caracterizan por no ser “escandalosos”, pero que pueden encerrar, como ya se analizó
en otra parte, patologías graves si no son atendidos. Sin embargo, ninguno de estos
comportamientos y actitudes son evaluables en los boletines de registro.
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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Ello no significa que esta información no deba registrarse por el docente. Existe lo
que se llama “libro de registro” del maestro al que acompaña el llamado “libro
anecdótico”. En concreto, el libro anecdótico tiene como objeto recoger este tipo de
información sobre el alumno, información muy valiosa que sería de gran utilidad en
manos de un especialista, y es que consiste en recoger las incidencias, cambios de
actitudes, ciertos comportamientos o reacciones del alumno. Este libro anecdótico,
cuando se elabora, no sale del campo de dominio del maestro, es decir, no va a la
consejería escolar, ni al director, ni a los técnicos de “acompañamiento” enviados por
el MINED, ni a cualquier otro funcionario que por sus competencias pudiera
necesitarlo. Y no va, no porque esté prohibido, sino porque, por desgracia, nadie lo
pide. A continuación se presentan algunas referencias que maestros hicieron sobre el
libro anecdótico:
Maestra de secundaria del COLEGIO N°1: “Pues diría que son las hojas, por falta
quizá de manejo de nosotros, habilidad, no sé cómo llamarle, porque mire, si yo me
pongo a estar escribiendo la anécdota no es como esta, esto es que marco y sigo dando
la clase. Si yo me pongo a escribir que esto, que lo otro, que me dijo, que me tiró un
papel no doy la clase, y yo tengo que dar la clase en el tiempo estipulado”.
Maestro de primaria del COLEGIO N°1: “Tal vez el maestro lleva su anecdótico, pero
es más creíble el niño que la palabra del maestro (…) nos dijeron allí, no sé si en todas
las secciones que llevemos un cuaderno anecdótico donde vayamos reflejando los
problemas del niño, ¿pero quién va a resolver después, si yo lo escribo en mi cuaderno
y ahí lo tengo?”.
Si un maestro motu proprio busca información sobre un alumno nuevo que cursó el año
anterior en el mismo centro, lo único que puede hacer el maestro es abordar en el
pasillo o en la sala de maestros al maestro anterior, pues no existen expedientes de
alumnos en los centros que contengan este tipo de información. La ausencia de este
tipo de expedientes es una de las debilidades más graves que se han encontrado en el
sistema, pues dificulta enormemente cualquier intento de seguimiento importante
sobre el alumno. En general, hay un desconocimiento del comportamiento del menor
en años anteriores, aun cuando el menor estudiaba en la misma escuela.
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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Maestra de primaria del COLEGIO N°1: “¿Y cómo se portaba antes él? Ahí no le
puedo dar respuesta, porque yo entré de docente hasta este año, el 9 de febrero. Yo le
conozco a él hasta el 9 de febrero. ¿No sabe cómo había sido el comportamiento antes?
No, hasta el momento no sé, sería entrar en búsqueda de información”.
En vista de lo anterior, se evidencia que es el maestro, en primera instancia, quien
aborda esta problemática. Esta situación presenta muchos retos --para un maestro que
está desbordado de alumnos y de tiempo-- y muchas dificultades para un maestro que
no está preparado o tampoco se siente preparado.
Si bien el currículo señala que “se caracteriza al docente como un mediador(a)
pedagógico(a) de los aprendizajes, reconociendo que estos juegan un papel relevante
en el proceso docente-educativo, en donde el maestro actúa como un agente de cambio
en el aula, en la escuela y en la comunidad (…). Contribuye a la formación integral de
la personalidad del estudiante, desde la perspectiva psicosocial, proyectándolo como
actor responsable en la construcción del bien común y en la transformación social,
hacia un desarrollo con equidad”. No obstante, ni el tiempo ni la preparación están
permitiendo realizar debidamente el trabajo de atención a la problemática de alumnos
en situación de padres migrantes.
Como señalaron las psicólogas en las entrevistas, los maestros no están preparados
para atender o para diagnosticar este tipo de situaciones. Para las expertas, el maestro
debe únicamente saber identificar la problemática, pero no atenderla. Tratar de
abordar la problemática con estos niños o adolescentes puede producir lo que la
maestra Dinorah Medrano refirió como iatrogenia (se dice cuando un profesional hace
una intervención inadecuada, dañas al paciente, y en lugar de hacer bien lo
perjudicas).
Dos situaciones se revelaron en los conversatorios con dos psicólogas en las que
pudiéramos estar ante un caso de iatrogenia. En primer lugar, en referencia a la
práctica de algunas maestras de dejarse llamar “mamá” en virtud de una invitación de
la alumna o del alumno. Según Martha Cabrera, esta práctica es muy negativa para el
menor y puede estar produciendo más daño en el estudiante. En palabras de la
experta, “si las maestras se ponen a decir mamá o a decir papá están sustituyendo algo
que no se puede sustituir --que es la mamá y el papá--, y también tal vez con eso están
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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enmascarando un duelo, por qué la llama así, porque no es mamá, es maestra. Y para
las maestras es bien complejo, porque las maestras tienen sus propios hijos, ellos son
sus alumnos (…) y es que las maestras, yo diría, no tienen un manejo teórico como el
del impacto de la migración en los niños, o sea, yo siento que las maestras están
sobrecargadas, y pueden percibir el síntoma, pero no sabe cómo se conecta, no saben
qué hacer”.
La otra situación fue señalada por la doctora del MINSA, M. Wayla, y hace referencia
al llamado “déficit atencional”. Según la experta, “el déficit atencional es mal manejado
tanto por los padres como por los maestros, que a veces no son tan comunes, yo he
atendido muy pocos aquí, pero cuando vienen los capto que son muy mal manejados,
incluso por los maestros, porque creen que es por malacrianza, creen que la conducta
negativa del niño es porque es niño insoportable, es necio, entonces lo denigran, le
bajan su autoestima con palabras: ‘Mirá, acordate…, mirá que sos un chavalo que no
te soporto, no te aguanto, nadie te aguanta, andate’”.
Ciertamente, los maestros reciben capacitaciones regulares, lo cual mantiene al
docente actualizado. Sin embargo, las capacitaciones que recibe no están orientadas
hacia este objetivo. Los docentes entrevistados coincidieron en que de las
capacitaciones que reciben pocas son de utilidad para estos casos, recordando solo un
taller sobre comunicación afectiva. Si bien, este tipo de talleres son importantes para
los educadores, para sus estrategias de aula, no cubren los requisitos de una atención
de carácter psicológico como se requiere en estos casos, tal como señalaron los
expertos.
Como apuntaba una docente del COLEGIO N°1: “No, es que ahí si no, no nos
capacitaron en eso porque era un poco más a lo teórico, a cómo desarrollar planes
implementando los juegos, hacerlos más atractivos para la alumna, el alumno, pero así
que se abordaran temas, por ejemplo, cómo fortalecer la autoestima o cómo dar la
seguridad o cómo dar la confianza”. Hay que señalar que en el Colegio Belén, los
maestros no reciben capacitaciones al tratarse de un centro subvencionado: “Las
últimas que recuerdo son hace dos o tres años” --era “un capacitador por video, y
entonces bla, hablar y todo, no había interacción (…)”. No se repitieron “porque no
dio resultado”. Temas: “sobre energía, sobre política, más que todo en visión política,
por eso no dio resultados”. El tema migratorio nunca ha sido abordado en las
capacitaciones, afirmación unánime por parte de todos los educadores en los tres
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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centros. A pesar de lo anterior, el currículo básico nacional señala que “la estrategia
de capacitación se basará en un diagnóstico de necesidades, y desarrollará acciones
diferenciadas, de acuerdo con los resultados obtenidos”.
Es por ello que los maestros actúan de forma empírica, sin un protocolo de actuación
y sin respaldo de documentos o expedientes que les asistan. Mientras los casos que
ellos califican como “graves” los remiten a la dirección, el resto de situaciones menos
“graves”, son abordado por ellos, en la forma --coincidente con otros relatos-- en que
lo presenta una maestra de secundaria del COLEGIO N°1: “No hay tratamiento, pero
como maestros sí actuamos cuando logramos identificar y vemos el problema,
entonces, nosotros hacemos el papel de psicólogos, les ayudamos, les hacemos
reflexionar y así (…) es difícil con estos estudiantes estarles llamando, llegando a la
conciencia de ellos para que mejoren su situación, su condición, la parte afectiva
también la abordamos con ellos, que se sientan, que tienen a alguien que se interesa
por ellos, esa es la parte".
Otra maestra de primaria del mismo centro explica el procedimiento. Por lo general,
los maestros retienen los casos “no graves”, es decir, aquellos que no están impidiendo
el normal desarrollo de la clase: “Lo llevo a la subdirección, porque todo caso que aquí
se da, primero como docente lo mediamos en el salón maestra-alumno, luego un
procedimiento que vamos a verlo maestro-padre de familia-alumno, y el tercer paso
que damos es maestra-padre-alumno subdirección, y luego de la subdirección ya va
hasta la dirección, entonces yo el caso ya lo abordé maestra alumno”. En la dirección,
según relatos de algunos maestros, se sienta al alumno a dibujar o a escribir, si el caso
fuera más grave, se podría contactar a alguna institución pública como MIFAMILIA,
MINSA o la Policía.
Otra maestra de explica así su proceder: “Cuando un chavalo tiene problemas, cuando
uno no puede ya con el chavalo, uno viene a la dirección y expone el caso, lo ponen a
escribir, no sé qué escriben, a los maestros no les dan a conocer qué escribió o qué
dibujó, le dan eso y al ratito ya está en el aula otra vez. Yo, una vez tuve un problema
con un alumno y pedí el expediente. Me imagino que si es una organización en la que
hay seguimiento a un alumno debe haber expediente donde estén todas las incidencias
del muchacho, nadie tiene un expediente de un alumno que sea afectado por conducta,
viene, y al año siguiente sigue igual. No hay expedientes. No hay seguimiento, no hay
lugar acondicionado, que dé seguimiento tanto a alumnos como a padres”. Que sea un
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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consejero de planta, como el maestro. El que da Sociales, tiene toditas las horas
ocupadas, ¿cuándo va a atender? Así es consejera la subdirectora, vive con sus papeles
para acá y para allá, haciendo su trabajo administrativo, lo que le ponen es a escribir y
a dibujar. Y que el consejero sea psicólogo.
No hay protocolos de actuación, por cuanto los propios maestros no conocen las
patologías. Hay maestros, por lo tanto, que pueden estar reteniendo en sus aulas a
estudiantes con problemas graves, si bien “silenciosos”, y enviar situaciones de
trastornos leves. Además, la comunicación con los tutores, en nuestro caso, es, como
ya se señaló en otra parte, muy difícil, lo que además imposibilita la oportunidad de un
trabajo conjunto, que en su caso, podría venir a mejorar el desempeño del maestro, en
este aspecto, en la identificación de la problemática, siempre y cuando el tutor se
manifestara anuente. Pero, como ya se señaló, no es frecuente que los tutores acudan
al llamado del maestro.
Los TEPCE, son otro espacio donde los maestros tienen la oportunidad de capacitarse
y de exponer las situaciones concretas de sus contextos escolares, y que estas sean
tomadas en cuenta por las autoridades educativas. Sin embargo, la situación de los
hijos(as) de migrantes tampoco ha llegado a esta instancia. Un maestro del Colegio
Belén nos compartió su visión de los TEPCE: “El último viernes de cada mes son
intercambios de experiencias que hacen, que si planificaron la programación, que si
planificaron, si les dio resultados, como decir, aquí está la programación del mes de
junio (…) aquí están los indicadores de logros, los propósitos que ellos se proponen
lograr en el niño… que alcancen estos”. Sin embargo, cuando se refiere a conductas de
los alumnos o actitudes, una maestra de secundaria del COLEGIO N°2 nos señala:
“De conducta no, todos tienen que ser académicos, hablan de cómo va en rendimiento,
cuáles son las causas de los problemas de deserción o algo, que por qué trabajan, si se
cambiaron de domicilio, qué problemas familiares y demás. ¿Cuál es la finalidad de
que les pregunten? Nada, solo saber cuáles son las causas, escribirlo y plasmarlo”.
Mientras otro maestro del COLEGIO N°1 añade: “Se habla, pero indirectamente, no
es una cosa que esté coordinada así (…) se dice el patrón de conducta que lleva el
niño, la mayoría de los niños de los profesores que están ahí conmigo, por qué es mala
conducta, por qué es el bajo rendimiento (…). Pero se habla a forma de conversación
el tema, no es propiamente algo del MINED”.
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Si bien hay una buena opinión del trabajo en los TEPCE, para el tema que nos ocupa
no son útiles. Como así se revela en comentarios de maestros de primaria de
COLEGIO N°1: “El MINED nunca nos ha orientado (sobre cómo tratar a estos
niños), nunca nos ha dicho ustedes deben actuar así, él nos dice, ‘resuelva, hable con
los padres (…)’ en los TEPCE los comentamos, pero no resuelven nada, lo
comentamos entre todos los maestros, ¿pero qué solución? Ninguna”.
En verdad, parece que nos encontramos de nuevo con otra oportunidad perdida para
entrar de manera más profunda al conocimiento de los alumnos hacia los que se están
dirigiendo los esfuerzos. Como se señalaba en la primera parte de este trabajo, si no se
conoce a los alumnos, los diseños, las estrategias y, en general, todo esfuerzo está
destinado al fracaso.
7.3.2. La Consejería Escolar
La Consejería Escolar, como ya se expuso más arriba, tiene por objeto último resolver
situaciones que dificultan los aprendizajes. Todos los maestros coincidieron en la
importancia de estas consejerías, no así los alumnos entrevistados, quienes en su
mayoría desconocían su existencia, así como algunos de los tutores consultados. Sólo
en uno de los colegios analizados se cuenta con Consejería Escolar en forma; en otro
de los centros, si bien ya no hay consejería, los casos son enviados a la dirección que,
según el caso, requiere la intervención de la delegada distrital de la Consejería
Escolar; por último, en el centro subvencionado, el Colegio Belén, este servicio
desapareció hace cuatro años, y ya ningunos de sus trabajadores funge como consejero
escolar, o como señalan ellos, “más bien, todos”.
La Consejería Escolar trabaja en dos líneas de actuación: la atención individualizada y
los talleres de información para los alumnos en general. Procedemos a analizar la
vertiente de atención individualizada, por cuanto es la que ofrece una respuesta
directa a los problemas particulares de los estudiantes.
Este tipo de atención consiste en una conversación que el consejero escolar tiene con
un alumno a quien se trata de que exponga la problemática (“se desahogue”) o haga
examen de conciencia por el acto realizado y que ha provocado esta atención. La
consejería funciona, o bien a instancia del propio consejero (ya sea como consejero o
como maestro) o a instancia de otro docente (en este estudio, no hemos conocido casos
en lo que los directores hayan enviado a alumnos a la consejería escolar).
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En la actualidad, los requisitos para devenir consejero son inexistentes. Nombrados
por el director se valora la buena comunicación, la afinidad con los estudiantes, la
tolerancia, y, por supuesto, su disposición.
La problemática más concurrente que llega a la consejería es aquella que refiere a
indisciplina grave o a bajos rendimientos escolares, el resto, como vimos, se resuelven
en el aula. El bajo rendimiento escolar debe entenderse dentro de los supuestos de
materias reprobadas y no como el resultado de un balance entre capacidades del
alumno y sus calificaciones. Esta orientación, y en atención a los señalado en este
trabajo, hace que vuelva a invisibilizarse gran parte de los casos que involucran
estudiantes con padre y madre migrantes, por cuanto que, como ya se indicó, estos
estudiantes no suelen identificarse ni con indisciplina grave ni con rendimientos muy
bajos. En cualquier caso, y preguntada una consejera escolar del COLEGIO N°1,
sobre si en su experiencia de cuatro años había atendido a algún alumno de este perfil,
su respuesta fue negativa. Esta respuesta, no obstante, no pudo ser contrastada.
Los propios consejeros indicaron algunos de los inconvenientes que podrían venir a
reducir la optimización del servicio: la ausencia de una debida capacitación, la falta de
tiempo, especialmente, la falta de un espacio propio y reservado para las reuniones o la
propia carga emocional que le supone al consejero.
En cuanto a la ausencia de una debida capacitación, una consejera escolar de
secundaria del COLEGIO N°1 lo expresaba de la siguiente manera: “(…)
empíricamente, como yo considero que puedo darle una palabra a alguien, pero
preparación hacia eso no, y especifico: abordar el caso con X problemas no, yo lo llevo
conforme a lo que yo considero que yo puedo y hasta donde yo puedo llegar (…) pero
darle una pauta para resolver sus problemas, no la tengo”.
Sobre la falta de tiempo, una maestra no consejera exponía así su punto de vista:
“Fíjese que yo diría que eso no funciona, y no funciona no por maldad de ella, pero no
funciona por falta de tiempo, porque les digo, ¿todas las consejeras qué son?, ¿quiénes
son? Son maestras que tienen 40 horas asignadas, que tienen que estar dando clases,
¿a qué hora van a dar la consejería? No la dan. Consejera, subdirectora de primaria,
están con un papelero de estadísticas, ¿a qué hora va a tutorizar una consejería? ¿Va a
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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llevar un libro? Este niño tiene tal cosa, ¿a ver qué hora, si entran a las 7 y salen a las
12 igual que yo? No lo hacen. Solo de palabras consejería, pero que funcione no
funciona, porque hay limitante: el tiempo. Consejera debe ser una persona que venga
de las 7 a las 12 solo a consejería sin estar en las aulas, así, fijas, porque entonces,
¿cómo va a hacer para dar clases y darnos una tutoría de consejería?”.
Sobre la carga emocional que este trabajo representa, lo indica una consejera de
primaria del COLEGIO N°1: “Uno tiene que ser inteligente para sacárselo.
Sensaciones de pesadez, aburrimiento, desesperación. Yo me trabajo en mi parte
psicológica. Hay momentos que una necesita ayuda”.
Por otro lado, las consejerías escolares trabajan sin expedientes. Salvo una excepción,
el resto de las consejeras escolares declararon que al margen de las notas que ellas
toman de los casos observados, nadie les solicita informes ni la conformación de
expedientes. Ninguna envía informes a la Consejería Distrital, ni tampoco se les
solicita en las reuniones mensuales. Entendemos que esta situación es totalmente
anómala, pues si de lo que se trata es de dar un seguimiento a los casos y de establecer
un proceso escalonado de consultas, entonces el expediente es fundamental, no solo
para ahorrar esfuerzos, sino para el aprovechamiento de la información y de los
avances obtenidos. Solo una consejera escolar expresó que ella sí elaboraba informes y
enviaba los casos más urgentes. Según el director de este centro, la delegada distrital
visita el centro para dar continuidad a los casos. Ninguno de los alumnos
entrevistados ha sido convocado por la delegada distrital de la Consejería Escolar,
tampoco lo han sido los tutores contactados.
La labor de visita a padres es igualmente complicada. Desde el MINED se ha invitado
a los consejeros escolares para que realicen visitas a las familias. Sin embargo, hay
algunas reticencias. Para un consejero escolar del COLEGIO N°1: “(…) la idea es
buena, aunque correríamos peligro, porque si un agresor me puede agredir a mí, y
salgo rajado de la cabeza, o sea, que esto tiene que ser como con personas como del
Ministerio de la Familia, que tienen que ir personas ya capacitadas, preparadas, a
enfrentarse al peligro, la Policía, pero no yo, porque si no me van a matar”.
Por lo tanto, el esfuerzo que hacen los maestros, en primera instancia, y los consejeros
escolares, después, es indudablemente importante y necesario. Sin embargo, y al
margen de las mejoras formales y procedimentales que se requiere para un óptimo
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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aprovechamiento, consideramos que es importante tener en cuenta lo señalado por los
expertos, quienes coinciden en que dar consejos no resuelve problemas graves de
salud mental. Como indica la doctora Wayla: “Los consejos son para adultos
conscientes de sus problemas”.
Por otro lado, en algunos casos se trata de situaciones cuya complejidad, en efecto,
desborda sus aptitudes. Todos los expertos consultados afirmaron la ausencia de
preparación de los maestros para abordar estos problemas. Ahora bien, el papel del
maestro sigue siendo fundamental. Como señala Martha Cabrera, el maestro no
sustituye al psicólogo, pero sí debe saber categorizar correctamente a sus alumnos,
para así poderlos tratar y canalizar de manera debida.
En cuanto al caso del Colegio Belén, la ausencia de consejeros escolares ha convertido
a los maestros en consejeros. Así lo explica una maestra del centro: “…pero esas
consejeras somos nosotras mismas, las docentes que estamos al frente. Se tiene que
dar un espacio para poder trabajar con ellos y así hacer las transferencias”. Al centro
han llegado psicólogos que han tenido intervención con algunos alumnos. Sin
embargo, problemas de burocracia del centro han impedido un mayor
aprovechamiento del servicio. La misma maestra nos comenta que “el año pasado yo
miré que estuvieron trabajando, hicieron su diagnóstico final, este año también
trabajaron y coincidieron que hicieron su diagnóstico. Yo le solicité a la dirección que
me facilitara esa información para saber cómo trabajar con este grupo, ¿qué es lo que
hay?, ¿cómo hay?, ¿cómo entrar? (…) pero la dirección me ha dicho que no hay
diagnóstico”.
Por otro lado, y para el caso que estamos analizando, se trata de situaciones que, en la
mayoría de los casos, requiere la intervención familiar, para cualquier tipo de proceso.
Sin embargo, los expertos consultados desconfían de que la Psicología Clínica pueda
resolver por sí sola estas situaciones, y que debería estar complementada con otro tipo
de intervenciones. Martha Cabrera los expone de la siguiente forma: “Yo siento que
los sicólogos que muchas veces trabajan en las escuelas tienen un enfoque clínico, la
maestra le pone el chavalo difícil, el chavalo complicado, el chavalo que ya lo
estigmatizaron, y yo siento que más bien la salida que fortalezca las capacidades y las
redes entre los chavalos (…) yo creo más en el enfoque sicosocial, porque hace que
veás que lo que vos sufrís por migración lo sufre Juanito, lo sufre Pedrito, después
vemos que no solo lo sufro yo, y uno comparte recursos, los chavalos identifican
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recursos y se propicia el hablar, entonces, eso es importante”. La doctora del MIINSA
nos habla de “terapias vivenciales”, en las cuales los alumnos sacan sus problemas y se
enfrentan a ellos para después poder resolverlos.
8. Conclusiones
A. Situación psicosocial de hijos(as) menores y adolescentes con padre y madre
migrantes
- La migración, conlleva un dolor y un vacío en las personas afectadas que es llamado por
los especialistas “duelo”.
- La salida de un padre o una madre del hogar por razones de la migración afecta el estado
emocional de los hijos que quedan atrás y el daño que produce es proporcional a las
capacidades de defensa, instrumentos y habilidades de la persona. Por ello, son más
vulnerables a sufrir más el “duelo” aquellas personas que aún no han alcanzado un
desarrollo completo de su personalidad y de sus capacidades, siendo, por tanto, los
menores y adolescentes un grupo vulnerable a este impacto.
- El estado emocional de los alumnos tiene un efecto directo en la calidad de los procesos
pedagógicos, siendo que un estado mental sano promueve capacidades y habilidades
favorables para el aprendizaje, mientras que problemas emocionales dificultan o impiden el
desarrollo de las capacidades y habilidades.
B. El contexto de los alumnos con padre y madre migrantes en el entorno escolar
- Los estudiantes con padre o madre migrante están totalmente invisibilizados en el sistema
educativo, por lo que el MINED desconoce tanto el número de alumnos con esta situación
como las problemáticas concretas de este grupo de población en el contexto escolar y sus
particulares procesos de aprendizaje.
- Los centros escolares no cuentan con un diagnóstico que permita conocer la realidad de su
entorno. No existe tampoco un registro sistemático de los alumnos con padre/madre
migrantes, siendo que las problemáticas propias de este grupo no son, por lo tanto,
visualizadas desde esa perspectiva.
- Las formas de manifestación de esta situación por parte de los alumnos es variada y
depende en gran medida de la personalidad del afectado. No obstante, por lo general no
nos encontramos con alumnos con una violencia excesiva ni con alumnos con un llamativo
bajo rendimiento. Es por ello, que no suelen ser los candidatos para ser atendidos en
conserjería escolar, lo cual les invisibiliza aún más.
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- No existen espacios ni registros en los que los maestros puedan conocer de manera formal
de las situaciones particulares de sus alumnos. La superficialidad de una conversación
casual es la única fuente de información que el maestro tiene sobre el proceso de
aprendizaje de su alumno.
C. Respuestas del sistema educativo a las situaciones de los alumnos con padre y madre
migrantes
- El desconocimiento de esta realidad tanto por parte de las más altas autoridades en
Educación del país, como de las mismas autoridades de los centros impiden la toma de
medidas oportunas o la implementación de estrategias para mejorar la situación de estos
educandos.
- Si bien la problemática es bien conocida por las autoridades y docentes, la forma de
abordar dicha situación no responde a lineamientos orgánicos, estructurados, coordinados
o articulados, que tengan como base a una previa capacitación que les permita identificar,
tratar y canalizar debidamente estas situaciones. Se trata de orientaciones muy generales,
donde se impone el empirismo, lo cual, a pesar de toda la buena voluntad observada, no es
suficiente, e incluso puede ser contraproducente y provocar la llamada “iatrogenia”. Esta
debilidad en el acceso y tratamiento de la problemática por parte de los sujetos
responsables del aprendizaje, puede estar dificultando la adquisición y desarrollo de
competencias necesarias para un sano desarrollo del alumno.
- La Conserjería Escolar es el único instrumento por el cual sería posible conocer la
situación particular del menor o adolescente y aportar desde ahí una solución, ya sea desde
dentro, ya sea buscando una opción externa. Sin embargo, hay varios obstáculos.
o En primer lugar, el tipo de alumno que atienden no corresponde normalmente al
perfil del alumno con padre/madre migrante.
o El Consejero Escolar no trabaja en base a expedientes del alumno atendido, lo que
evita llevar una secuencia del proceso particular, y obligando a que los sucesivos
consejeros empiecen de cero, anulando los avances, en su caso, del trabajo realizado
por el anterior consejero y creando agotamiento y desconfianza en el alumno. Esta
situación es trasladable a los psicólogos escolares.
o EL Consejero Escolar no posee la capacitación necesaria para atender debidamente
este tipo de problemas, debiendo incorporarse un especialista psicólogo en el proceso
de atención y tratamiento.
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9. Recomendaciones
- Los centros educativos deberían elaborar con diagnósticos particulares que les permitan
conocer a su población estudiantil y utilizar su porcentaje de autonomía para diseñar
estrategias de atención y otros programas en favor de los alumnos en situación de padres
migrantes.
- Los centros escolares deberían contar con hojas de registro de matrícula que de manera
precisa recoja información sobre la situación migratoria de los padres de los estudiantes.
- Los centros escolares deberían contar con expedientes de cada alumno en el que se
reflejara su situación psicoafectiva, sociopedagógico y de aprendizaje.
- Tanto los docentes como las autoridades deberían recibir capacitación sobre la migración,
sus efectos bio-psico-sociales en los hijos menores y adolescentes que quedan atrás,
sugiriendo que dicha capacitación sea impartida una parte por un sociólogo y la otra por
un(a) psicólogo(a) experto(a) en duelos.
- El proceso de atención personalizada con el alumno con padre/madre migrante podría ser
el siguiente. Se recomienda que todos los alumnos con situación de padre/madre migrante
sigan esta ruta:
Maestro-a → Consejero Escolar → Psicólogo
(identifica el caso) (registra el caso y lo atiende (da tratamiento y
en primera instancia) coordina sus acciones con
dirección, maestros y
familia)
- Para lo anterior:
o Los maestros deberían recibir cursos de capacitación sobre las distintas etapas de
desarrollo de estos niños y adolescentes, para así entender mejor sus reacciones,
desarrollar un lenguaje afectivo y efectivo y detectar los problemas.
o Que cada consejero escolar tenga sus expedientes, los cuales debería entregar a la
dirección al final de año. Esos expedientes quedarían, por lo tanto, a disposición de
otro consejero o maestro que atienda por primera vez el caso.
o Que todos los centros de educación contaran con dos o más psicólogos de planta en el
centro.
“La escuela primaria y secundaria en el proceso de formación pedagógico de sus estudiantes con padre y/o madre migrantes”
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