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145 PORIK AN AUGUSTO VEL`SQUEZ FORERO * AUGUSTO VEL`SQUEZ FORERO 1 EL AUTOR Economista U.P.T.C, Especialista en Sociología Política y de la Administración Gubernamental - USTA, Especialista en Formulación y Evaluación Social y Económica de Proyectos - Universidad Católica de Colombia. Magíster en Estudios Políticos Universidad Javeriana, profesor de la Universi- dad del Cauca: Facultad de Ciencias Contables, Económicas y Administrativas, Departamento de Economía. ¿Apología o falacia neoliberal?

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145PORIK ANAUGUSTO VELÁSQUEZ FORERO

* AUGUSTO VELÁSQUEZ FORERO1

EL AUTOR

Economista U.P.T.C, Especialista en Sociología Política y dela Administración Gubernamental - USTA, Especialista enFormulación y Evaluación Social y Económica de Proyectos- Universidad Católica de Colombia. Magíster en EstudiosPolíticos Universidad Javeriana, profesor de la Universi-dad del Cauca: Facultad de Ciencias Contables, Económicasy Administrativas, Departamento de Economía.

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RESUMEN

Las siguientes notas son una reflexión sobre la posible existencia de unafalacia neoliberal, tomando como punto de referencia el documento ela-borado por el profesor de la Universidad Nacional de Colombia, JorgeIván González, intitulado: �No hay falacia neoliberal� y el libro delsacerdote Alberto Múnera. D, titulado: �En las fuentes del neoliberalismo.Aproximación crítica teológica a fundamentos teóricos del neoliberalismoen Friedrich A. Von Hayek�. Con estas dos posturas y aproximacionesteóricas acerca de lo comúnmente divulgado como lo neoliberal, presentoen forma muy sencilla las dimensiones teóricas del neoliberalismo, susfortalezas y debilidades dentro de una sociedad convulsionada por losadelantos del postindustrialismo del siglo XXI. El artículo deja en clarocómo se ha malinterpretado lo que algunos académicos se han dado encalificar como �modelo neoliberal� y su respectiva vulgarización comoalocución ideológica; de igual forma, se manifiesta en este ensayo que elneoliberalismo por más excluyente que sea como discurso económico ypolítico tiene serios apologistas ubicados en diversos campos disciplinarese instituciones tanto públicas como privadas.

PALABRAS CLAVES: Neoliberalismo, modelo, liberalismo, posliberalismo,equilibrio general, mercado, globalización, apertura y falacia.

SUMMARY

The following notes are a reflection about the possible existence of aneoliberal fallacy, taking as frame of reference the paper done by JorgeIván González, professor at the Universidad Nacional de Colombia, en-titled � No hay falacia neoliberal� (There is no neoliberal fallacy) as wellas Alberto Múnera´s book entitled � En las fuentes del neoliberalismo.Aproximación crítica teológica a fundamentos teóricos del neoliberalismoen Friedrich A Von Hayek� (In the neo -liberalism sources. Critical -theological approximation to neo - liberalism in Friedrich A Von Hayek).With these two postures and theoretical approximations about what wascommonly issued as neoliberal, l submit in avery simple way theoreticaldimensions of neo - liberalism, its estrengths and weaknesses within asociety convulsed by the advancements of the post industrialism of theXXI century. The paper makes clear how it has been interpreted whatsome academicians have been rating as �neoliberal pattern� and its re-spective vulgarization as ideological allocution. By the same token, it isstated in this essay that notwithstanding how excluding neoliberalism beas economical and political speech, it has serious apologists placed atseveral disciplinary campuses and institutions as public as private.

KEY WORD: Neoliberalism, pattern, liberalism, post-liberalism, gene-ral equilibrium, market, globalization, opening and fallacy.

Recibido: noviembre 16 de 2004 Aceptado: junio 24 de 2005

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�Heme aquí desnudo, sin nada que me defienda. No mequeda nada que hacer en este mundo; me arrojan deentre lo míos; lo que antes me sostenía, ahora me falta.¿Qué es esta patria en la que he creído? Acaso todo enmí ha sido error; quizás era mejor pensar, haber pensa-do más en mi bien personal, y abandonar esa utopía delbien común.¿De qué ha servido el sacrificar mi tiempo,el hacerme seguidor e incensario de gentes que valíantanto menos que yo?... La vida entera desperdiciada,todo vano, todo inútil�

Maquiavelo

El �modelo neoliberal� como propuesta política, económi-ca y social del capitalismo ha entrado en declive, lo cualimplica reconocer su propio fracaso2 a la luz de los nuevosacontecimientos de la sociedad del siglo XXI. �El modeloneoliberal� nos dejó más exclusión de los sectores popula-res en el campo de la política, aumentó la brecha entre ricosy pobres, deterioró significativamente el poder de comprade los salarios de la clase trabajadora mundial, privatizólas mejores empresas estatales al igual que los servicios ofre-cidos por éstas, destruyó los patrimonios culturales de or-ganizaciones indígenas y étnicas, mercantilizó labiodiversidad existente de la mayoría de los países del ter-cer mundo y creó un nuevo sentido de dominacióngeoeconómica a partir de sus principales mensajeros de la__________

2 Es posible hablar de un fracaso del neoliberalismo en cuanto los indicadoressociales se han visto fuertemente afectados por la instrumentalización y puestaen marcha de sus políticas. La pobreza mundial se incrementó, al igual que elhambre y la miseria; y cerca de 1500 millones de personas viven bajo estasituación (Ver informe sobre el desarrollo del Banco Mundial, 2002), por tanto,la dinámica del capitalismo actual se fortalece en la dicotomía de la relacióncapital - trabajo y deja por fuera cualquier principio humanista de reconocer alindividuo como actor social. La mentalidad economicista de maximizar bene-ficios y minimizar costos ha hecho del neoliberalismo una moda intelectualexcluyente y fundamentada únicamente en factores de rentabilidad del capitaly deterioro de las condiciones de vida de un volumen altamente significativode la población mundial. Por la condiciones de existencia de la sociedad delsiglo XXI, el neoliberalismo debe ser replanteado, bien como alternativa dedesarrollo o como discurso ideológico y político, porque sus argumentos noresponden a una fundamentación básica de la teoría del bienestar de quienesdeben soportar sus dudosos designios.

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pobreza: El FMI (Fondo Monetario Internacional) y el BM(Banco Mundial). Con el descrédito del neoliberalismo afinales del siglo XX, e inicios del XXI, el capitalismo occi-dental ha movido otra ficha para poner en jaque a los po-bres del mundo: la globalización3 aparece como su mejoralternativa para resolver su agónica crisis.

Por las inconsistencias económicas del �modeloneoliberal�, la política se redimensiona a seguir apos-tándole a la democracia como instrumento parareestablecer la nueva hegemonía imperial. La democra-cia burguesa ha demostrado ser de lo más temible en elmundo de la política al excluir a millones de trabajado-res y campesinos de las decisiones más significativas enel ejercicio del poder: el neoliberalismo demostró ser unmodelo represivo y totalmente contradictorio a los inte-reses de la clase obrera internacional, por eso también haencontrado fuertes polos de resistencia que le vienen di-ciendo no a la globalización, no al ALCA, no al nuevoimperio liderado por la talla de países como los EstadosUnidos, Inglaterra y sus aliados. Pero, como el fracaso esla madre del éxito, la mal llamada comunidad interna-__________

3 Vale aclarar que el fenómeno de la globalización no es nuevo y en este caso merefiero al impacto de las políticas internacionales emitidas por el nuevo ordenmundial para regular el comercio, las finanzas y la cultura global, es decir,hago alusión a la posible desaparición del Estado nación y de las fronterasnacionales en la sociedad postindustrial del siglo XXI. Por tanto, la globalizaciónno es un proyecto nuevo si tenemos en cuenta que ya Marx en 1848 planteaba losiguiente: �Mediante la explotación del mercado mundial, la burguesía ha dadoun carácter cosmopolita a la producción y al consumo de todos los países. Congran sentimiento de los reaccionarios, ha quitado a la industria su base nacio-nal. Las antiguas industrias nacionales han sido destruidas y están destruyén-dose continuamente. Son suplantadas por nuevas industrias, cuya introduc-ción se convierte en cuestión vital para todas las naciones civilizadas, por in-dustrias que ya no emplean materias primas indígenas, sino materias primasvenidas de las más lejanas regiones del mundo, y cuyos productos no sólo seconsumen en el propio país , sino en todas las partes del globo. En lugar de lasantiguas necesidades, satisfechas con productos nacionales, surgen necesida-des nuevas que reclaman para su satisfacción productos de los países más apar-tados y de los climas más diversos. En el lugar del antiguo aislamiento y laautarquía de las regiones y naciones, se establece un intercambio universal delas naciones. Y esto se refiere tanto a la producción material, como a la intelec-tual. La producción intelectual de la nación se convierte en patrimonio comúnde todas. La estrechez y el exclusivismo nacionales resultan de día en día másimposibles; de las numerosas literaturas nacionales y locales se forma una li-teratura universal� (Marx, 1976: 114).

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cional o el nuevo imperialismo ya tienen lista sus nuevaspropuestas de expoliación y reactivación para un mons-truo que se creía estaba agonizante: el capitalismo siguecausando sus temibles estragos bajo otras manifestacio-nes dentro de la órbita de circulación y acumulación delcapital. El actual proceso de globalización se convierteen una de las cuantas alternativas inventadas por el ca-pitalismo internacional para resolver los problemas derentabilidad de los capitales financieros y el libre flujo demercancías entre países.

En cuanto a lo económico, �el modelo neoliberal� seautoniega porque concentró la riqueza en las pocas mul-tinacionales norteamericanas y europeas, mientras quelas economías del tercer mundo se desangraban por susbajos niveles de competitividad y la especialización enla producción. La apertura de los mercados se dio deafuera hacia adentro y no de adentro hacia fuera; es de-cir, las balanzas comerciales de los países pobres siguie-ron siendo negativas porque durante el auge de la libera-ción de mercados debieron sustituir producción nacio-nal para comprársela a los mercados emergentes de lospaíses industrializados. Esto produjo mayores nivelesde desempleo para los países periféricos y agotó susposibilidades de crecimiento y desarrollo dentro de unescenario supuestamente propicio para salir de las yaacostumbradas crisis. �El modelo neoliberal� hizo máspobres a los países pobres y volvió más ricos a los ricos4 .

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4 �Pero la �modernidad� neoliberal parece más cercana al bestial nacimientodel capitalismo como sistema mundial que a la �racionalidad� utópica. La�moderna� producción capitalista sigue basada en el trabajo de niños y muje-res y trabajadores inmigrantes. De los 1,148 millones de niños en el mundo, porlo menos 100 millones viven literalmente en la calle y 200 millones trabajan, yse prevé que serán 400 millones para el año 2000. Se dice, además, que 146millones de niños asiáticos laboran en la producción de autopartes, juguetería,ropa, comida, herrería y química. Pero esta explotación de trabajo infantil nosólo se da en los países subdesarrollados: 40% de los niños ingleses y 20% delos niños franceses trabajan para completar el gasto familiar o para sobrevivir.También en la �industria� del placer hay lugar para los infantes. La ONU cal-cula que, cada año, un millón de niños entra al comercio sexual�(Subcomandante Marcos, 2001: 68). Como complemento a la anterior reflexiónsobre las condiciones de pobreza y miseria derivadas de la aplicación de laspolíticas neoliberales, se adicionan las siguientes cifras que ayudan a clarificar

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Dentro de esta lógica del capital transnacional, el desa-rrollo económico es cada vez un discurso disparejo por-que no integra bajo las mismas condiciones a los fuertesy a los débiles de la economía mundial5 .

La democracia6 como una de las abanderadas delneoliberalismo no fue más que una moda intelectual bajola cual se impulsó las arbitrariedades del poder hegemó-nico internacional. A nombre de la democracia millonesde seres humanos aguantan hambre en el mundo, se ex-propia la tierra de los indígenas, se tumban gobiernoscon identidad nacional y se montan títeres al servicio delgran imperio; de igual forma, se invaden naciones bajo elpretexto de la paz mundial y el terrorismo para poderlessaquear sus recursos y riquezas naturales, tales como el

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el panorama de las desigualdades sociales en el siglo XXI: �Más de cien paísescon una población de 1.000 millones de personas (una cuarta parte de la pobla-ción mundial) viven en la miseria absoluta. Mientras tanto los principales 285multimillonarios del mundo tienen una fortuna que supera la renta de la mitadmás pobre de todos los habitantes de la tierra. En general, el 20% de la pobla-ción mundial que gozan de la renta más alta, hacen suyo el 86% del consumoprivado , mientras el 20% más pobre sólo consume el 1,3% de los productosmundiales. En África una familia hoy consume 20% menos de lo que consumíahace 25 años . Unos 89 países hoy están en condiciones económicas peores quehace diez años y más de 600 millones de hombres y mujeres en el mundo notienen techo. Hasta el 2010, más de 1.400 millones de personas no tendrán ac-ceso a agua potable y servicios higiénicos básicos. El 65% de la poblaciónmundial nunca en su vida ha hecho una llamada telefónica en todo Manhattenhay conexiones telefónicas que en toda África. Otro 40% de la población mun-dial no tiene acceso a energía eléctrica; los gastos para alimentar los animalesdomésticos en Estado Unidos y Europa superan los gastos para combatir elhambre en el �Tercer Mundo� . Los norteamericanos gastan 8 billones de dó-lares en el consumo de cosméticos cada año; mientras que los Europeos desti-nan 11 billones de dólares para el consumo de helado� (cifras: MovimientoAntiglobalización, otro mundo es posible: www. antiglobalización.org). Estosería más que suficiente para garantizar una educación elemental, agua potabley servicios higiénicos a 2.000 millones de seres humanos del planeta que nocuentan con lo más mínimo para sobrevivir a la barbarie del capitalismo sal-vaje de la nueva era global.

5 �En EE.UU, metrópoli de la globalización financiera, el número de excluidos delos beneficios del sistema supera los 40 millones de personas y el salario obreromedio baja desde 1973; en Gran Bretaña, más de una cuarta parte de los niños notiene acceso a los servicios públicos; en Francia seis millones de personas sonradicalmente marginadas y el número de parados de larga duración crece apesar del aumento del empleo. Actualmente, a un niño que crece en mal ambientesocial le es cuatro veces más difícil que hace 30 años obtener buenos resultados enla enseñanza superior. En los países del sur, 2000 millones de personas sobrevi

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petróleo, el oro y el carbón. Las democracias liberaleshan venido perdiendo su legitimidad dentro de un con-texto mundial que reclama más participación, menosopresión, más autonomía de los pueblos y mayor liber-tad en los procesos de toma de decisiones políticas. Losgobiernos de los países capitalistas desarrollados hanutilizado la jerga de la democracia como un instrumentoque les permite poner a circular por el mundo los capita-les financieros con altas tasas de rentabilidad, a ultranzade los principales indicadores sociales de la clase obrerainternacional. Mientras los demócratas ven con agradocómo la riqueza y el poder se concentran en pocas ma-nos, los pobres del mundo y los excluidos le siguen apos-tando a propuestas alternativas para resolver el proble-ma de la desigualdad en el planeta.

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ven con menos de dos dólares diarios, y 160 millones de niños pasan hambre; elcontinente africano, casi entero, está aislado de las corrientes económicas y finan-cieras del resto del mundo. En Mayo de 2001se celebró en Bruselas la III Confe-rencia de las Naciones Unidas sobre los países menos avanzados (PMA); lasanteriores convocatorias habían tenido lugar en 1981 y en 1991, una cada déca-da, lo que contrasta con la proliferación de asambleas que todos los años se cele-bran de otros organismos multilaterales, dominados y financiados preferente-mente por los países más ricos. Los datos aportados en esa conferencia son sufi-cientemente explícitos de una globalización mutilada: en 1971, los PMA eran 25;hoy son 49, de los cuales 34 son africanos. Mientras la renta per cápita de los paísesindustrializados se sitúa alrededor de los 25.000 dólares anuales, ninguno delos 49 PMA alcanza los 900 dólares anuales, y cuatro de ellos (Sierra Leona,Etiopía, República Democrática del Congo y Burundi) apenas llegan a 150 dóla-res. El 80% de la población del planeta no dispone de protección social. Los PMAreciben, tan solo el 0.5% de las inversiones directas mundiales. En la conferenciase recordó también que sólo cinco países del mundo (Suecia, Luxemburgo, Ho-landa, Dinamarca y Noruega) destina a ayuda al desarrollo el 0.7% de su PIB, ylos países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)- los más ricos del mundo - han reducido esa ayuda a la mitad en la últimadécada, pese a que prometieron gastar el 0.7% del PIB en ayuda al desarrollo.Según Horts Kóhler, director del FMI, sólo dedican a ayuda al desarrollo unamedia del 0.2.4%, lo que supone cada año una media de 100.000 millones dedólares menos. Kofi Annan, secretario general de la ONU, declaraba en Bruselasque 630 millones de personas [el 10% de la población mundial ] quieren entrar enel mercado global como productores y consumidores, y el presidente francésJacques Chirac hablaba de la necesidad de una mundialización de la solidari-dad� (Estefanía, 2002: 80, 81, 82).

6 En términos de lo planteado por Dahl, la democracia liberal es preferible alcualquier otra forma de gobierno por las siguientes razones: � 1) La democra-cia ayuda a evitar el gobierno de autócratas cueles y depravados, 2) La demo-cracia garantiza a sus ciudadanos una cantidad de derechos fundamentalesque los gobiernos no democráticos no garantizan ni pueden garantizar, 3) La

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Las democracias liberales7 son viables para los gobier-nos de corte capitalista altamente desarrollados, por-que a partir de sus axiomas tienen disculpas para im-poner la soberanía del imperio sobre el resto del mun-do. Las relaciones de intercambio desigual impuestaspor estos países a la periferia internacional le ha traídocomo consecuencia las siguientes distorsionessocioeconómicas: hambre, desempleo, saqueo de recur-sos naturales (petróleo, oro, uranio, esmeraldas entreotros), salarios por debajo del nivel mínimo de subsis-tencia, analfabetismo, desnutrición, violencia armada,explosión demográfica, bajas coberturas de serviciospúblicos, privatizaciones, reformas laborales y salaria-les en contra de los intereses de los trabajadores, exclu-sión de género, racismo y demás adjetivos relacionadoscon la pobreza de éstos países identificados como deltercer mundo o como �países en vías de desarrollo�.Para los países no industrializados, la democracia libe-__________

democracia asegura a sus ciudadanos un ámbito de libertad personal cuantomayor que cualquier alternativa factible a la misma, 4) La democracia ayudaa las personas a proteger sus propios intereses fundamentales, 5) Sólo un go-bierno democrático puede proporcionar una oportunidad máxima para quelas personas ejerciten la libertad de autodeterminarse, es decir, que viven bajoleyes de su propia elección, 6) Solamente un gobierno democrático puede pro-porcionar una oportunidad máxima para ejercitar la responsabilidad moral,7) La democracia promueve el desarrollo humano más plenamente que cual-quier alternativa factible, 8) Sólo un gobierno democrático puede fomentar ungrado relativamente alto de igualdad política, 9) Las democracias representa-tivas modernas no se hacen la guerra entre sí, 10) Los países con gobiernosdemocráticos tienden a ser más prósperos que los países con gobiernos no de-mocráticos� (Dahl, 1999: 72). De acuerdo a lo anterior, considero que la demo-cracia es un proyecto inconcluso para los países del tercer mundo, más cuandoen éstos impera el autoritarismo electoral y la violación en su totalidad de losdiez principios formulados por Dahl para legitimar el modelo de la democra-cia como alternativa de gobierno.

7 �Si democracia es gobierno del pueblo sobre el pueblo, en parte será un sistemagobernado y en parte gobernante. ¿ Cuándo es gobernante? Obviamente cuandovota en las ocasiones electorales. El nombre �gobernante� asignado en las elec-ciones no se debe subevaluar, pero tampoco sobrevaluar. Las elecciones soneventos discontinuos, distanciados por largos intervalos. Además, entre lasopciones electorales y decisiones de gobierno se interpone un amplio margen dediscrecionalidad: las elecciones establecen quien gobernará, pero ¿ dónde ycómo se forman las opiniones en cuestión? Al respecto observaba Dicey (1905,p.3) que �el verdadero fundamento de todo gobierno es la opinión de los gober-nados �. De lo que resulta que las elecciones son un medio cuyo fin es el gobiernode opinión, un gobernar que ampliamente responde y corresponde a la opiniónpública� (Sartori, 1994: 55).

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ral como proyecto político debe ser replanteada a luz desus propios intereses y del futuro que le depara a estospueblos en medio de una sociedad postindustrial avan-zada y de una economía cada vez más globalizada. Sila globalización no es equitativa en cuanto al reparto delos territorios, los mercados y la circulación del capitallas dimensiones políticas del actual modelo imperial setornarían más exclusivas para un reducido grupo depaíses (Comunidad Internacional, G7 y Unión Euro-pea) y menos atractiva para el grueso de la poblaciónmundial, conformada por países con un capitalismotardío y en proceso de transición.

Aunque en América Latina y en otras regiones del mun-do las dictaduras políticas han venido desapareciendopara darle paso a gobiernos electorales, no significa quela democracia haya sido la mejor elección para estospueblos. La moda política en los albores del siglo XXI es ladel �neoautoritarismo electoral� 8 ; es decir, hacer creerante el mundo que la participación y la competencia polí-tica son la garantía para resolver los problemas políticos ysociales a nivel global. Las democracias liberales tan sóloreconocen en la sociedad civil a un gran potencial de vo-tantes y desconocen el accionar de estas masas para latoma de decisiones. Desde este punto de vista, la democra-cia pregonada por los gobiernos neoliberales se convierteen una herramienta para consolidar las estrategias lucra-tivas de los capitales transnacionales. No puede haberacumulación sin un sistema coherente que permita lasdisparidades entre la relación capital - trabajo.

La propuesta política y económica del neoliberalismo noes más que un mito dentro de los tantos discursos difun-didos por académicos y líderes políticos al servicio delsistema capitalista internacional. Las creencias acercade la libertad, la igualdad, la racionalidad económica, lacompetencia, los nuevos agentes, la energía individual,la transferencia tecnológica, la participación social, etc,__________

8 Véase, James Petras. Globaloney (la globalización de la tontería). El lenguajeimperial, los intelectuales y la izquierda. Editorial Antídoto, Colección Herra-mienta, Buenos Aires - Argentina 2000, pp. 33, 75, 76, 81.

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no fueron más que alegorías para vender una idea a par-tir de los intereses de la banca mundial, las multinacio-nales, el mercado y los propósitos de acentuar la acumu-lación de capital en territorios con altos potenciales desuministros de materias primas. En la actualidad asisti-mos al festín más embriagante del modelo neoliberal ycelebramos el nacimiento consanguíneo del discurso dela globalización, el cual se orienta bajo las mismas direc-trices, pero le pone un tinte más dinámico a la economía,la política y la cultura, al pretender eliminar las fronte-ras, los Estados - nación, la cultura, la identidad y forta-lecer la estructura de los mercados a partir de la consoli-dación de una aldea global.

Una de las principales falencias del �modelo neoliberal�es su inconsistencia con las diferentes políticas socia-les a nivel local, regional e internacional. El talón deAquiles del neoliberalismo se encuentra en el deteriorode las condiciones de vida de los obreros, campesinos yla clase media; la privatización a ultranza y la genera-ción de fuertes polos de miseria entre la población mun-dial. Probablemente para las empresas capitalistas éstaera la mejor opción para crecer en términos económicosy a expensas de la desigualdad social, mas no la mejoralternativa para consolidar una sociedad cosmopolitaen medio de semejante barbarie global.

A pesar de todos los posibles tropiezos delneoliberalismo en materia de indicadores sociales, to-davía hay quienes lo reivindican como una propuestaviable para dirigir los destinos del capitalismo interna-cional. Los defensores de la economía neoclásica y enespecial los apologistas del equilibrio general le apues-tan a las reglas del mercado conductista y rechazan ensu totalidad la posibilidad de una falacia neoliberal,debido a las inconsistencias teóricas presentadas en loque hoy se ha dado en llamar �modelo neoliberal�. Re-cientemente, Jorge Iván González, profesor del departa-mento de economía de la Universidad Nacional, elabo-ró un documento en el que reflexiona sobre el calificati-vo de la llamada falacia neoliberal. El artículo del profe-

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sor en mención9 defiende la tesis acerca de una malver-sación del concepto de �modelo neoliberal�, en cuanto aHayek y Mises se les puede considerar como auténticosliberales por las reivindicaciones hechas a la soberaníadel consumidor a partir de la autonomía del mercado ydel individuo como sujeto económico. La postura del pro-fesor González se orienta a defender la tesis sobre lainexistencia de una posible falacia neoliberal, teniendoen cuenta que lo neoliberal es algo etéreo construido apartir de un discurso ideológico sin fundamento teóricoe inspirado fundamentalmente en la instrumentalizacióntecnocrática: �No hay duda de que Mises y Hayek conso-lidan el pensamiento liberal y en ese sentido sonposliberales. Pero ello no significa que sean neoliberales.Lo neoliberal es tan burdo e incoherente que jamás ha-bría sido aceptado por Mises y Hayek. Ambos rechazande manera radical el abuso de la razón que conduce auna casuística simplista, que sólo cabe en aquellas men-tes tecnocráticas (o totalitarias) que pretenden ordenar elmundo a su manera� (González, 2003: 86).

No es posible entonces pensar en la posibilidad de un�modelo neoliberal� 10 , tal como lo hemos venido creyen-do desde la década de los ochenta del siglo pasado, debi-do precisamente a que esta argumentación de lo neoliberalse sintoniza con la tecnocracia del institucionalismo in-ternacional, liderada por el FMI, el BM y la OMC (Orga-nización Mundial del Comercio), mas no con los funda-mentos esenciales de la escuela económica austriaca,porque: �Lo neoliberal es inconsistente y ambiguo pordos razones: primero por sus fundamentos teóricos (eco-nómicos y filosóficos son débiles) y, segundo, porque sus__________

9 Véase, Jorge Iván González. �No hay falacia neoliberal�. En la compilación:La falacia neoliberal: crítica y alternativas. Editorial Antropos Ltda., Univer-sidad Nacional de Colombia, Darío I. Restrepo Editor, Vicerrectoría Acadé-mica, Sede Bogotá. Impreso en Bogotá - Colombia, 2003, pp. 85 - 105.

10 �Al afirmar que lo neoliberal es inconsistente no niego que algunas consignasy prácticas que allí se derivan tengan mucha fuerza. Bordieu (1998) consideraque hay una utopía neoliberal que opera como máquina infernal. Sin entrar enla discusión sobre el significado que le atribuye Bordieu a la utopía, no hayduda que algunos acontecimientos del mundo contemporáneo se presentan comoavasalladores. Y si se quiere como infernales� (González, 2003: 88).

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propuestas de política económica no son precisas y seprestan a múltiples interpretaciones. La ambigüedad yla inconsistencia de lo neoliberal dejan sin piso la califi-cación de falaz� (González, 2003: 87).

Desde la perspectiva del pensamiento económico segenera un gran debate epistemológico en el momentode pretender identificar la esencia teórica de lo queusualmente hemos dado en calificar de neoliberal. Silo neoliberal es excluyente e individualista no se po-dría ubicar bajo este contexto las tesis fundamentalesdel pensamiento de Mises y Hayek, tal como lo plan-tea el profesor González porque se incurriría en unerror de interpretación de los contenidos esenciales dela teoría del equilibrio general y la mano invisible deAdam Smith, porque al fin y al cabo Walras(1926) fueun defensor del socialismo al apoyar la Comuna deParís y Smith, un redentor del mercado al considerarque las fuerzas del orden natural conducían la econo-mía hacia el equilibrio general: �Esta reflexión dejapor fuera todas las consideraciones de Smith (1759)sobre la simpatía y la magnanimidad. La sociedadideal, decía Smith, no es la de la persona egoísta, sinola de personas magnánimes� (González, 2003: 89). Porlo anterior, se puede comprender, entonces, que niSmith ni Walras fueron unos defensores simplistas del�mercado� como instrumento esencial para lograr elequilibrio en la economía; por el contrario, sus tesisson más profundas de lo usualmente divulgado por lapropaganda vulgar ideológica, porque sus argumen-tos también están vinculados de una u otra forma a laconducta humana: �La idea neoliberal del mercado noes la de Walras, mucho menos la de Mises, o de Hayek.Las consideraciones de Walras (1926) sobre el merca-do están precedidas de reflexiones sobre la justiciacomo equidad, como imparcialidad y como igual tra-tamiento al otro. Y al explicar las relaciones entre losprecios y las cantidades, Walras discute lasimplicaciones éticas que se derivan de la escasez cuan-do ésta se origina en una mala distribución de la pro-piedad� (González, 2003: 89).

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El debate sobre lo neoliberal surge al interior de sus fuen-tes epistemológicas y con respecto a la distorsión quevienen produciendo sus mensajes políticos en la nuevaera del capitalismo internacional. No existe una falacianeoliberal, sencillamente porque los argumentos de esteproyecto político y económico no responden a las direc-trices de quienes se han considerado sus directos funda-dores; sin embargo, no se puede desconocer que a nom-bre de la libertad de mercado, la soberanía del consumi-dor y la racionalidad del mecanismo de los precios se havulnerado la autonomía de economías campesinas y desubsistencia, se le han colocado talanqueras a las econo-mías solidarias y a la organización cooperativista mun-dial en pro de un capitalismo salvaje y devastador, y seha pretendido darle el calificativo de liberal a decisionestotalmente exclusivas del mercado y de instituciones quedefienden a ultranza de los trabajadores del mundo, losbeneficios de las empresas multinacionales; sin impor-tar quien haya formulado doctrinalmente estos argumen-tos, lo cierto es que el neoliberalismo se ha valido de losaxiomas liberales para justificar su accionar en las eco-nomías del siglo XX y XXI.

Desde una posición teórica se podría argumentar que elneoliberalismo es ajeno a los principios del liberalismo(Mises y Hayek) y posliberalismo e incluso está desco-nectado de los planteamientos walrasianos del equili-brio general, al contemplar la posibilidad de un escena-rio monetario regulado por normas institucionales, y,demás, por el desconocimiento de la variable tiempo encada uno de sus esquemas funcionales. Al neoliberalismotambién se le discute su categoría de eficiencia, en cuan-to es exclusivo y no tiene en cuenta al otro para la tomade decisiones; por tanto, asume criterios de individuali-dad propios del egoísmo de los filósofos liberales quedieron origen a la economía como una ciencia al serviciodel capitalismo; entre esos filósofos liberales11 podemosmencionar a Locke, Hobbes, Petty, North, Law, Hume,__________

11 Véase, Eric Roll. Historia de las doctrinas económicas. Capítulo III: �Los fundado-res de la economía�. Editorial Fondo de Cultura Económica, traducción deFlorentino M. Torner, primera reimpresión , Bogotá - Colombia, 1993, pp. 89 - 139.

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Cantillon, Steuart, y Smith entre otros, cuya permanen-cia en el tiempo fue anterior a Hayek y Mises. Por tanto,la discusión planteada por el profesor González es váli-da siempre y cuando la concepción del pensamiento li-beral en economía se remita única y exclusivamente a losaportes de los autores que el defiende en su ponencia:Hayek, Mises, Walras y Pareto. Desde esta dimensión,no es posible comparar la racionalidad objetiva del ópti-mo de Pareto12 con la lógica de eficiencia inspirada en lapropuesta del neoliberalismo, precisamente por su altogrado de exclusión y de rivalidad contemplados en laórbita del mercado y en las decisiones de corte social; esdecir, no es posible concebir un liberal paretiano porquela eficiencia de Pareto por más neoclásica que pueda sertiene siempre presente la situación del otro a partir decualquier decisión tomada en el escenario económico:�si podemos encontrar una forma de mejorar el bienestarde alguna persona sin empeorar el de ninguna otra, tene-mos una mejora en el sentido de Pareto. Si una asigna-ción puede ser mejorable en el sentido de Pareto, estaasignación se denomina ineficiente en el sentido de Pareto;sino puede ser mejorable en el sentido de Pareto13 , estaasignación se denomina eficiente en el sentido de Pareto�__________

12 �Una organización óptima de Pareto es aquella en la que cualquier cambio quefavorezca a algunas personas perjudica a otras. Es decir, una organización esóptima de Pareto si, y sólo si, no hay ningún cambio que favorezca a una o máspersonas sin perjudicar a nadie. Por consiguiente, cualquier punto de la curvade contrato es un óptimo de Pareto, y la curva de contrato es el lugar geométricode óptimos de Pareto� (Gould y Lazear, 1977: 686).

13 �Así, las fuerzas libres del mercado, sobre la base de cada ente buscando subeneficio se encargarían de generar automáticamente la situación más eficienteposible desde el punto de vista de la asignación de los recursos productivos (locual debe empezar a sonar familiar con los postulados de los fisiócratas y deA. Smith). Por esto tal situación se considera óptima. Y se le llama �de Pareto�porque en esa situación de máximo ninguna firma puede aumentar su produc-ción sin aumentar su propio presupuesto para gastar en factores, lo que con unpresupuesto social dado implicaría reducir el presupuesto y la producción deal menos otra firma, mientras que si hubiera alguna firma en desequilibriopodría aumentar la producción sin aumentar su presupuesto y, por tanto, sinreducir la producción de otras firmas, simplemente cambiando su propia com-binación de factores, proposición que estableció Vilfredo Pareto en forma muyprecisa. Menos precisamente, pero quizás muy ilustrativamente, podría decir-se que tal situación es óptima en lo referente a la asignación de los recursosproductivos porque no existe ninguna forma mejor de combinarlos desde elpunto de vista de maximizar la producción social� (Cuevas, 1993: 568 - 569).

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(Varian, 2002: 15). Desde esta perspectiva, lo usualmentedivulgado como neoliberal no coincide con el sentido deeficiencia propuesto por la escuela neoclásica matemáti-ca o de Lausana (1848 - 1923).

Pienso que lo identificado como neoliberal supera lasbarreras tanto de los argumentos liberales de los autoresMises y Hayek como los de la posibilidad de encontrarun equilibrio general en la economía14 a partir de lasleyes del mercado, la conducta del consumidor, el siste-ma de precios y la racionalidad neoclásica de un posibleóptimo de Pareto tomando como punto de referencia lainclusión del otro; aunque en la mayoría de las veces nose tiene claridad sobre cual es la situación real del otroen términos de sus preferencias y su situación social.Para Jorge Iván González, lo neoliberal se ajusta más alConsenso de Washington y a los propósitos financierosde la banca privada internacional, porque sus argumen-taciones políticas persiguen unos fines totalmente con-trarios a los axiomas del liberalismo postulado por Misesy Hayek. La visión del Consenso de Washington es decorte neowalrasiano y apunta a un manejo de la econo-mía más normativo que positivo al recomendar los si-guientes diez aspectos para los países pobres del tercermundo que aspiran a obtener ayudas financieras de lasprincipales organizaciones económicas a nivel interna-cional (FMI, BM y OMC): 1) mayor disciplina fiscal; 2)reorientación del gasto público hacia los sectores que ofre-cen altos rendimientos económicos y el potencial paramejorar la distribución del ingreso, como la atención bá-sica en salud, la educación primaria y la infraestructura;3) reforma fiscal tendiente a reducir la tasa marginal yaumentar la base; 4) liberación de las tasas de interés; 5)la búsqueda de una tasa de cambio competitiva; 6) libe-ración comercial; 7) liberación de los flujos de la inver-

__________

14 �El equilibrio general del intercambio ocurre en un punto en el que la tasa mar-ginal de sustitución entre cada par de bienes es la misma para todas las partesque consumen ambos bienes. Este equilibrio del intercambio no es único; puedeocurrir en cualquier punto de la curva de contrato (cuando hay muchas partesque intercambian, se habla más propiamente de la hipersuperficie de contrato)�(Gould y Lazear, 1977: 686).

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sión externa directa; 8) privatización; 9) desregulación,con el fin de facilitar que los agentes puedan entrar ysalir de los mercados; 10) asegurar los derechos de pro-piedad15 . Es entonces desde este ordenamiento como seconcibe el enfoque económico y político delneoliberalismo, mas no desde las fuentes teóricas deMises y Hayek como han pretendido mostrar algunosideólogos (Ahumada 1998, Borja 1993, Caicedo 1995,Cardona 1999, Chica 1992, Consuegra 1998, Fresneda1996, Kalmanovitz 1998, Mojica 1992, Murillo y Ruiz1992, Restrepo 1992 entre otros). De acuerdo a la tesisdefendida por González, lo neoliberal no correspondeepistemológicamente a la conformación de un modelo�estructurado y consistente� precisamente porque asu-me una identidad fuera de la praxis teórica del liberalis-mo y el posliberalismo pregonados por Mises y Hayek.Según el profesor González, lo neoliberal no correspon-de al liberalismo ni al posliberalismo ni mucho menos ala estructura económica neoclásica austriaca; es decir, elneoliberalismo no podría calificarse de falacia simple-mente porque no tiene un ordenamiento lógico en el cam-po del conocimiento y en las fuentes del pensamientoeconómico; lo cual no niega su capacidad de exclusiónen el contexto del mercado, la reducción de los beneficiossociales de los trabajadores y la proliferación de la po-breza en términos geométricos; es quizás desde esta pos-tura que el neoliberalismo sí es una falacia y una amena-za para los pueblos pobres del mundo.

Los principales argumentos de González, válidos a laluz de los postulados de Mises y Hayek, son los de lacatalaxia16 del mercado y el de la variable tiempo en laestructuración del equilibrio general de la economía.La catalaxia del mercado se refiere a tres aspectos fun-damentales que Hayek reconoce en la filosofía del pen-samiento económico liberal: 1) el intercambio; el mer-__________

15 Véase, González, 2003: 92.

16 �El término, fue propuesto por Whately (1885) �para explicar el orden delmercado�, es revivido por Mises en (1949). El término catalaxia viene delverbo griego katallattein (o katallassein)� (González, 2003: 92).

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cado sólo es viable y consistente si opera dentro deuna lógica de pleno intercambio mercantil, o, de lo con-trario, la economía y el comercio perderían toda su esen-cia porque a partir de esta dinámica fundamental selogra la satisfacción del bien común entre las partes,cuyas relaciones sociales se manifiestan a través de lalibre movilidad entre la oferta y la demanda; 2) ser ad-mitido en la comunidad; implica tener un reconoci-miento de aceptación tanto en las reglas de juego delmercado como de las condiciones del medio social enque se desenvuelven las diferentes actividades de lavida cotidiana; 3) cambiar, pasando de ser enemigo aser amigo; conduce a crear un ambiente sano y propi-cio para que el mercado sea lo más eficiente posibledentro de una sociedad regulada por la competencia yla lucha de intereses personales17 . La catalaxia delmercado �no es simplemente otra manera de calificarel mercado. Se trata de un enfoque cualitativamentediferente al de Walras y al de Edgeworth. Hayek avanzasobre Walras en el sentido de que explicita la dimensióndel otro, que no siempre aparece de manera clara en laobra de Walras. Y con respecto a Edgeworth amplía elalcance del contrato. El hecho de pertenecer a la comuni-dad y el proceso de conversión del enemigo en amigo abreel camino para contemplar otras dimensiones que no siem-pre están presentes en la relación contractual� (González,2003: 93). Estas tres directrices del liberalismo económicoasumidas por Mises y Hayek no se aplican en el contextode lo comúnmente denominado como neoliberal. Por tan-to, a nivel teórico, el profesor González manifiesta que exis-te una incoherencia al plantear a la luz del pensamientoeconómico la consolidación de un posible �modeloneoliberal�, debido a sus inconsistencias teóricas y a suspropias utopías como alternativa de desarrollo.

La segunda argumentación teórica expuesta en el docu-mento del profesor González es que Hayek incluye den-__________

17 �Con los enemigos no se negocia sino que se hace la guerra. El proceso de mer-cado implica que el enemigo pase a ser amigo. Desde esta perspectiva podríaponerse en duda la imagen, muy frecuente, que asimila el mercado al llamado�darwinismo social� (González, 2003: 94).

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tro sus análisis económicos a la variable tiempo para elalcance de un posible equilibrio general de la economía18

En este sentido, entra en confrontación con la teoría de lafunción tradicional de producción. La función de pro-ducción austriaca define el tiempo como una variableendógena, mientras que el enfoque de los libros demicroeconomía tradicional condicionan la función deproducción a la simple relación del número de trabaja-dores con el volumen de producción obtenido, es decir,desconociendo el tiempo al suponer una situación pro-ductiva de corto plazo en donde los factores producti-vos deben permanecer constantes. Aunque ya antesMarshall se había referido al corto y al largo plazo,Hayek le da prioridad a la variable tiempo por consi-derarlo de vital importancia para alcanzar una situa-ción de equilibrio general: �El tiempo endógeno, des-de la perspectiva de los austriacos y de losposkeynesianos, pone en evidencia la dimensión defuturo, y con ella la incertidumbre. Y la incertidumbreconlleva lógicas de desequilibrio. La perspectivaaustriaca trata de ser consecuente con el tiempo, en elsentido de que reconoce que su inclusión tiene un cos-to en términos de equilibrio y convergencia. Si el tiem-po es endógeno, la información es completa y la incer-tidumbre generan procesos no lineales que sólo excep-cionalmente son convergentes� (González, 2003: 96).Con estas argumentaciones, el profesor Jorge IvánGonzález desmiente todas las posibles atribuciones ideo-__________

18 �Las leyes del cambio (variaciones) del sistema de precios, igual que las leyesdel cambio de la demanda individual, se han de derivar de condiciones deestabilidad. Primero examinamos qué condiciones se precisan para que undeterminado sistema de equilibrio sea estable; luego, hacemos un supuesto deregularidad: que las posiciones que se encuentran en las cercanías de la posiciónde equilibrio también serán estables; y después deducimos leyes respecto a comoreaccionará el sistema de precios entre los cambios en los gustos y los recursos.¿Qué se entiende por estabilidad del intercambio? Para que el equilibrio seaestable se precisa que un ligero movimiento en dirección contraria a la posiciónde equilibrio engendre fuerzas que tiendan a restaurar el equilibrio. Esto signi-fica que un alza del precio por encima del nivel de equilibrio ha de provocarfuerzas que tiendan a producir una baja del mismo; lo cual, supone, en un régi-men de competencia perfecta, que un alza del precio hace que la oferta sea mayorque la demanda. La condición de estabilidad es que un aumento del precio haceque la oferta sea mayor que la demanda, una baja del precio que la demanda seamenor que la oferta� (Hicks, 1977: 66 - 67 ).

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lógicas del neoliberalismo19 a los planteamientos de Misesy Hayek, por considerar que estos representantes de laescuela económica austriaca parten de un referente libe-ral y concluyen en sus teorías con una visióneminetemente posliberal, contraria a lo comúnmente co-nocido y divulgado como lo neoliberal.

Los aspectos teóricos planteados por el profesor de econo-mía de la Universidad Nacional de Colombia, Jorge IvánGonzález, pretenden desconocer y ocultar las verdaderascalamidades de la utopía neoliberal, ya que según él todoslos académicos del mundo entero están equivocados al iden-tificar al neoliberalismo como un modelo que lleva implíci-tas sus propias falacias. El documento del profesorGonzález no es claro con respecto a las diferentes tenden-cias del liberalismo existentes en la historia del capitalis-mo; es decir, sus argumentos difieren de los liberalismosclásico, inglés, manchesteriano y francés; por lo tanto, nopodemos asumir como liberal únicamente los postuladosde la escuela austriaca. Al no aceptarse una falacia neoliberal,se estaría avalando las inconsistencias económicas, políti-cas y sociales de lo que en la actualidad ha dado en califi-carse de neoliberal, tales como: la garantía económica de lapropiedad privada y la libertad como fundamento de laautonomía de los individuos dentro de una sociedadliderada por los principios rectores de la democracia políti-ca, el reconocimiento de la sociedad como un orden espon-táneo o de mercado justificados por los principios de lasoberanía del consumidor, la existencia de una sociedadregulada por las leyes del mercado y un estado de derechoreglamentado por la justicia, la interacción política y socialmediatizadas por el orden institucional y el manejo de la

__________

19 �No hay una falacia neoliberal porque lo neoliberal es un discurso inconsisten-te, sin estatuto teórico propio, y sin solidez analítica. A partir de este cuerpoinforme, ambiguo y maltrecho, no se deriva una propuesta clara en el campo dela política económica. De allí se desprenden ideas descontextualizadas y enun-ciados panfletarios, profundamente ideologizados, que en manos de lastecnocracias nacionales e internacionales, se han convertido en un instrumentode lucha a favor de algunos principios conservadores. Lo neoliberal no es unmodelo. En el mejor de los casos, es un vademécum de frases sueltas que sonutilizadas por políticos, tecnócratas y banqueros para justificar decisionespolíticas y consolidar relaciones de poder� (González, 2003: 100).

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información, la conquista evolutiva de un Estado mínimo,reducido a la seguridad y a su no intervención en el merca-do, las divergencias entre un Estado minimizado y los inte-reses particulares de los individuos y una sociedad librerespaldada por el Estado a través de la política y el merca-do. Estas directrices del neoliberalismo provienen del dis-curso liberal clásico en donde prevalecen los criterios de laindividualidad, el egoísmo y la exclusión de los diferentesactores tanto en el mercado como en la política.

Comparto la apreciación de González respecto a la incon-sistencia de lo neoliberal, porque desde esta perspectiva lapropuesta económica del neoliberalismo se siguedeslegitmimando como alternativa política y económicapara las sociedades del siglo XXI; sin embargo, hay quetener cuidado con este tipo de apologías, porque pretendenvalidar en su totalidad las tesis económicas neoclásicas delequilibrio general y la soberanía del consumidor en unmundo mediado por la competencia, la desigualdad, elegoísmo y la individualidad bajo un contexto darwinista.Desde que el discurso neoliberal se impuso como una solu-ción al declive del capitalismo las tesis más trajinadas parajustificar su permanencia en la política internacional sonen parte algunos fundamentos del liberalismo y del para-digma económico neoclásico. Desde estas directrices, losllamados neoliberales retoman tres categorías neoclásicasbásicas: a) la economía capitalista se sitúa en un equilibrioestable, b) el equilibrio general de la economía responde a lautilización plena de los recursos productivos, es decir, seaproxima a una situación de pleno empleo, c) la asignaciónde los recursos es óptima, por tanto, se tiende permanente-mente a la consolidación de un estado de bienestar general.Es desde esta dimensión teórica que me atrevo a consideraral neoliberalismo como una falacia, en cuanto estos princi-pios no operan para las economías de los países atrasadosy del tercer mundo, tal como lo manifestó el premio Nóbelde economía (2001) Joseph Stiglitz en una de sus recientespublicaciones sobre el tema20 .__________

20 Véase, Joseph Stiglitz, E. Premio Nóbel de Economía 2001. El malestar en laglobalización. Editorial Taurus, primera edición, Santafé de Bogotá - Colom-bia 2002, pp. 44, 61, 108, 142.

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En este mismo sentido, los postulados del liberalismo sonasumidos por el neoliberalismo para sustentar lafuncionalidad de un proyecto con pobres resultados en lasregiones en donde más se necesita de la planificación y eldesarrollo. Los criterios de la libertad, la autonomía indivi-dual, el mercado y las fuerzas naturales de la oferta y lademanda son mistificados por los neoliberales para seguirmanteniendo una relación capital - trabajo, desigual en tér-minos de propietarios versus asalariados. Desde este pun-to de vista, lo comúnmente conocido como neoliberal esuna falacia, porque quienes defienden este proyecto del ca-pitalismo no han podido sostener a la luz los hechos econó-micos y sociales la validez del supuesto del bienestar, susevaluaciones no son consistentes con la realidad empíricade los fenómenos sociales sencillamente porque su sistemade reproducción del capital responde a una visión total-mente oligopólica; su conducta sobre la libertad debió con-formarse con el sacrificio de la opción liberal decimonónicade la igualdad; por tanto, su racionalidad individual seencuentra restringida a la gestión institucional.

La propuesta del neoliberalismo pretende esconder bajosu manto de inequidad la desigualdad existente entrelos propietarios de los medios de producción y el inmen-so ejército de fuerza de trabajo disponible para la indus-tria naciente del capitalismo del siglo XXI. Los princi-pios fundamentales del neoliberalismo conducen al au-toritarismo, al buscar por todos lo medios el rechazo y lanegación histórica de las conquistas de los trabajadoresy demás sectores vulnerables de la sociedad; en tantoéstos no podrán comportarse en todo momento comoagentes maximizadores y sus alternativas para solucio-nar las deficiencias económicas no se resuelven a travésde los mecanismos espontáneos del mercado. Es desdeestas reflexiones que considero viable el reconocimientode una falacia del proyecto neoliberal, en cuanto no res-ponde a los principios fundamentales de su inspiraciónteórica y, además, porque se autoniega en la praxis deldesarrollo social. Finalmente, debo reconocer que el pro-fesor González es coherente en su apreciación respecto ala inconsistencia del neoliberalismo en materia teórica,

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pero, a su vez, me urge prevenir a la comunidad acadé-mica sobre esta clase de defensores del neoliberalismo,porque pretenden a través de la academia desconocerlas verdaderas falencias del liberalismo, la democraciay el neoliberalismo. Si bien su crítica es sustentable entérminos paradigmáticos, también busca reducir todoslos alcances de la economía a la instrumentalizacióndel modelo neoclásico de equilibrio general, el cual des-conoce los procesos históricos y la realidad social delos individuos en el tiempo.

En una dirección totalmente contraria a la del profesorJorge Iván González, el sacerdote Alberto Múnera D, doc-tor en teología y filosofía, apunta a explicar en la mayorparte de su libro �En las fuentes del neoliberalismo�21 quela esencia fundamental del modelo neoliberal se encuen-tra en los postulados del economista austriaco FriederichA. Von Hayek. En un ejercicio de seguimiento académicoa la obra de Hayek, el doctor Múnera logra sintetizar enforma cronológica y muy clara los puntos traumáticos ydecisivos para comprender desde una visión del catolicis-mo la procedencia del �modelo neoliberal�.

En sus primeros apuntes, los argumentos del doctorMúnera son muy ajustados a las interpretaciones quecirculan en la mayoría de los textos relacionados con eltema cuando se refiere a la situación económica delneoliberalismo en América Latina. Desde esta perspecti-va trata temas muy comunes como las propuestas políti-cas para resolver la crisis, la reducción de los déficitsfiscales, el problema de la pobreza, el incremento de losimpuestos, la situación cambiaria, el proceso de__________

21 Véase, Alberto Múnera, D. En las fuentes del neoliberalismo. Aproximacióncrítica teológica a fundamentos teóricos del neoliberalismo en Friedrich A.Von Hayek. Publicaciones Editores, primera edición, Bogotá - Colombia, 2002.Capítulo primero: El neoliberalismo y el catolicismo, pp. 13 - 48; Capítulo se-gundo: Referentes antropológicos, la persona humana en el liberalismo deHayek, pp. 49- 73; Capítulo tercero: Referentes antropológicos: La sociedad y elbien común en el liberalismo de Hayek: Teoría del orden espontáneo, pp. 74 - 80;Capítulo cuarto: Mediación económica para la realización humana. El merca-do, el trabajo, la justicia o eticidad de la mediación económica en el liberalismode Hayek, pp. 81 - 113; Capítulo quinto: Eticidad de la propuesta económica enel liberalismo de Hayek, pp. 114 - 126.

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privatización, la dinámica de los salarios, el contextohistórico de tales políticas y los aspectos jurídicos y judi-ciales del neoliberalismo. Hasta aquí, todo parece nor-mal en cualquier estudio sobre la propuesta delneoliberalismo; sin embargo, cuando explica en formamuy detallada el origen y alcances del neoliberalismo, eldocumento del sacerdote toma importancia y se transfor-ma en un texto muy valioso para poder argumentar quesí hay una falacia neoliberal.

Como no se trata de hacer una reseña del libro del doctorMúnera, sí me gustaría tocar los puntos más relevantesdel libro para mostrar las fuentes de este paradigma po-lítico y económico y a su vez ubicar la posición del cato-licismo frente a este monstruo demencial que hemos bau-tizado con el nombre de neoliberal. El doctor Múnera síreconoce y demuestra que el neoliberalismo procede delos aportes de Hayek y Mises, e incluso toma partido y seidentifica con las tesis de este �modelo�, en especial cuan-do se refiere a los temas de la libertad, la justicia y elmercado. Lo anterior no quiere decir que la iglesia se iden-tifique como neoliberal; sin embargo, hay aspectos en losque se ponen de acuerdo y otros en los que la iglesia estotalmente contraria, dada su visión de una antropologíadesde el catolicismo. Me gustaría empezar resaltando lasituación en la que el liberalismo de Hayek asume los cri-terios del orden natural para darle explicaciones a la eco-nomía, la política y a las relaciones entre los hombres,porque desde esta postura el liberalismo y posliberalismotoman como punto de partida el desarrollo del sistemacapitalista, sin detenerse a explicar los fenómenos históri-cos y los conflictos sociales, tal como lo pregona la actualpropuesta del neoliberalismo. En este sentido, tanto el li-beralismo de Hayek como el catolicismo se ponen de acuer-do a través del orden natural para explicar la situaciónpolítica y social de los hombres en su accionar cotidiano;es decir, a partir de los procesos de producción ymercantilización de bienes y servicios.

Los argumentos del doctor Múnera explican cómo la igle-sia se opone a los principios fundamentales del

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racionalismo y el empirismo, porque más que la supers-tición estos elementos de la modernidad exigen entenderel mundo a través del uso de la razón. Si el neoliberalismono es racional desde el punto de vista económico, el cato-licismo tampoco es partidario del uso de la razón paraentender la conducta de los hombres en la tierra, porqueel orden natural considera que es justo que hayan ricos ypobres o que en el mercado unos ganen y otros pierdan,al fin y al cabo las estructuras de los mercados nuncaserán compatibles con el predominio de la ley o la justi-cia: alguien gana porque otros pierden y es natural estetipo de manifestaciones tanto del mercado como del or-den social prevaleciente.

En el análisis hecho por el doctor Alberto Múnera a laobra de Hayek se concluye que es vital para el desarrollodel sistema liberal la existencia de la desigualdad en lasociedad, porque es muy difícil mantener relaciones so-ciales y mercantiles en donde todos seamos exactamenteiguales; por tanto, la desigualdad es fundamental parael desarrollo de las libertades individuales y las del mer-cado, siempre y cuando éstas no vulneren los niveles deconvivencia y armonía social. Desde este punto de vista,los argumentos del sacerdote Múnera son coherentes paraexplicar que el neoliberalismo tiene sus raíces en los pos-tulados de Hayek y Mises, lo cual en cierta forma desvir-túa los planteamientos del profesor Jorge Iván Gonzálezacerca de la inexistencia de una falacia neoliberal.

Desde la perspectiva del orden, el doctor Alberto Múneranos trae a colación la diferenciación hayekiana entre el or-den espontáneo y el orden construido. La primeracategorización está ligada a las leyes naturales, mientrasque la segunda opera bajo el principio de la organizaciónhumana: los seres humanos conviven y comparten expe-riencias para transformar su propio entorno y a partir deallí construyen normas para ponerlas al servicio de su pro-pio bienestar. No obstante, la interpretación del bienestartiene complicaciones al interior de la propuesta liberal ymás cuando esta trasciende a explicar lo que hemos dadoen calificar de neoliberal. Si buscamos el bienestar en cual-

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quier sociedad, el principio de la distribución debe ser equi-tativo y responder con sentido de justicia respecto a losdemás; es decir, la toma de decisiones no puede generardesigualdad, por lo menos en este sentido lo comprende elcristianismo desde su interpretación teológica del amor entrelos hombres hacia el amor divino: amarse los unos a losotros es también amar a Dios. Desde esta orientación cris-tiana y antropológica los fines y principios de la iglesia nocoinciden con las tesis del neoliberalismo, porque el amor aDios22 implica superar las barreras del bien y del mal, mu-cho más allá del principio normativo de la equidad liberal.

La reflexión del sacerdote Alberto Múnera sobre las fuentesdel neoliberalismo no se conforma con identificar los pun-tos nodales y problemáticos del neoliberalismo, sino quelos estudia a partir de los fundamentos esenciales del libe-ralismo y el posliberalismo. En ese sentido, toca más a fon-do la discusión acerca de la distribución y la justicia comoinstrumentos para regular la acción de los hombres en lavida social, la política y el mercado. De acuerdo a su percep-ción, la distribución bajo una orientación liberal no puedeser medida a través de los criterios de la igualdad y la equi-dad, porque este es un instrumento de la planificación so-cialista, cuyas premisas inducen a generar mayor caos ydesigualdad, tal como lo vaticinan los postuladoshayekianos. La distribución nunca podrá ser consideradadesde los principios de la justicia social, porque este es untérmino que no cabe dentro de los argumentos del__________

22 �La única actividad que enseñó Jesús con palabras y hechos fue la bondad, eindudablemente ésta acoge una tendencia a no ser vista ni oída. La hostilidadcristiana hacia la esfera pública, la tendencia al menos en los primeros cristia-nos a llevar una vida lo más alejada posible de la esfera pública, puede tambiénentenderse como una consecuencia evidente de la entrega a las buenas acciones,independientemente de todas las creencias y esperanzas. Ya que resulta mani-fiesto que en el momento en que una buena acción se hace pública y conocida,pierde su específico carácter de bondad, de ser hecha sólo en beneficio de labondad. Cuando ésta se presenta abiertamente, deja de ser bondad, aunquepueda seguir siendo útil como caridad organizada, como acto de solidaridad.Por lo tanto: «Procura que tus limosnas no sean vistas por los hombres» . Labondad sólo existe cuando no es percibida, ni siquiera por su autor; quien se vedesempeñando una buena acción deja de ser bueno, y todo lo más es un miembroútil de la sociedad o un fiel cumplidor de las enseñanzas de una determinadaiglesia. Por lo tanto: «Que tu mano izquierda no sepa lo que hace la derecha»(Arendt, 1998: 79 - 80).

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neoliberalismo y responde más a los criterios de una or-ganización de orden totalitario. Por tanto, desde los axio-mas del liberalismo y el catolicismo se plantea una cen-sura al socialismo y a todas las formas de autoridad queimpiden el libre ejercicio de la autonomía individual ydel mercado. Considero que en este contexto tanto el ca-tolicismo como el neoliberalismo son compatibles en susformas de asumir el concepto de libertad, aunque no tan-to el de justicia social, pues este último responde más auna fundamentación espiritual y teológica del hombrefrente a su propia realidad: Dios es el principio y fin detodas las cosas; y desde esta concepción la divina provi-dencia predefine en forma natural el destino de los hom-bres en la tierra y en el más allá a partir de una interpre-tación filosófica de carácter metafísico.

Para el liberalismo hayekiano la justicia social sólo puedeser posible entre los hombres, mas no en las regulacionesdel mercado; por tanto, no se puede hacer una distribu-ción de los bienes y servicios mediante el reconocimientode la categoría �justicia social�: para los liberales,posliberales y neoliberales esta interpretación de la reali-dad no se ajusta a las condiciones del mercado sencilla-mente porque el mercado está dominado por leyes natura-les entre la oferta y la demanda. Participar del mercado esun acto regulado por decisiones a veces impredeciblespara la conducta del consumidor, mientras que los sereshumanos sí pueden actuar en su vida cotidiana bajo elprincipio de la justicia social y utilizar la caridad y el amoral prójimo como elementos de una antropología cultural eincluso pueden beber en las fuentes del catolicismo paramanifestar el amor entre los hombres23 como un principio__________

23 �Tal vez esa curiosa cualidad negativa de la bondad, su falta de manifestaciónexterna, hizo de la aparición histórica de Jesús de Nazaret un acontecimiento tanprofundamente paradójico; esa misma cualidad parece ser el motivo de que Jesúscreyera y enseñara que ningún hombre puede ser bueno. «¿Por qué me llamáisbueno? Nadie es bueno, salvo uno, que es Dios». La misma convicción se expresaen la historia de los treinta y seis hombres justos, en consideración a los cualesDios salva al mundo y quienes no son conocidos por nadie, y menos aún por símismos. Recordamos la gran perspicacia socrática sobre la imposibilidad deque el hombre sea sabio, de la que nació el amor por la sabiduría o filosofía; todahistoria de Jesús parece atestiguar que el amor por la bondad surge de la perspi-cacia de que ningún hombre puede ser bueno� (Arendt, 1998: 80).

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universal de fraternidad: darle de comer al hambriento yde beber al sediento son máximas que responden a unaidentidad humana fundadas en una antropología religio-sa de carácter universal, no hacerlo, implica violar un prin-cipio católico de hermandad y buena fe ante nuestros se-mejantes. En contraste con la fe cristina, el mercado es másautoritario y no permite ningún tipo de flexibilidad, por-que sus premisas inducen a reflexionar acerca de quienpuede ganar o quien puede perder en términos de unavisión paretiana del intercambio.

Aunque el comercio es una actividad humana de gana-dores y no de perdedores, desde el punto de vista de lateoría del bienestar económico, lo que una persona ganaen términos monetarios es porque otra lo pierde, inde-pendientemente del grado de satisfacción alcanzado porel perdedor en el momento de disfrutar los bienes y servi-cios transados por el mercado. La mano invisible de AdamSmith asume el bienestar general sin ninguna condiciónprevia en el proceso de intercambio y simplemente elmercado nos induce a obtener más utilidad a cambio delo que podemos dar con tal de alcanzar lo que queremos.Mientras el mercado interactúa con el juicio del valor ydel dinero, las relaciones entre los hombres para alcan-zar el bienestar social no están predefinidas por el feti-che dinero, sino más bien por el amor al otro. En estecontexto el catolicismo ha avanzado mucho más que cual-quier doctrina política o económica en el mundo. El amorentre los hombres debe superar las contradicciones pro-vocadas por el lujo, la belleza, la riqueza y la pobreza yubicarse en un plano netamente humanista, tal como loha proclamado históricamente el catolicismo.

La justicia social y la igualdad no existen para elneoliberalismo en los términos como lo entiende la gentedel común, sino a través de los principios fundamenta-les del liberalismo político, en cuyas premisas encontra-mos que la libertad es limitada y que la justicia no aplicapara regular las condiciones funcionales del mercado.En esos términos el neoliberalismo es una inspiración dela propuesta liberal de los economistas austriacos

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Friedrich A. Von Hayek y Ludwing Von Mises24 , si tene-mos en cuenta que éstos dos pensadores se reunierondespués de la segunda guerra mundial en Mon PélerinSuiza25 para hacer un equipo de trabajo con los más des-tacados políticos y economistas del momento que se en-contraban en contra de la planificación central y del Es-tado intervencionista benefactor: uno de ellos fue el pre-mio Nóbel de economía Milton Friedman, quien se en-cargó de difundir en la Américas el proyecto delneoliberalismo.

El libro del sacerdote Alberto Múnera, �En las fuentesdel neoliberalismo�, es una aproximación crítica alneoliberalismo desde los argumentos doctrinales del ca-tolicismo. En este sentido, se puede entender que el cato-licismo está en contra del neoliberalismo porque prego-na la libertad, la igualdad y la fraternidad entre los hom-bres; de igual forma, la tradición católica censura a laseconomías socialistas o planificadas por considerarlascomo un obstáculo para el logro de la perfectibilidadhumana. Desde este mismo contexto, no se pude desco-__________

24 �El neoliberalismo nació, pues, de la segunda guerra mundial, en una regióneuropea y América del Norte donde imperaba el capitalismo. Fue una reacciónteórica y política vehemente contra el estado intervencionista y de bienestar. Sutexto de origen es Camino a la servidumbre, de Friedrich Hayek, escrito en1944. Se trata de un ataque apasionado contra cualquier imitación de los me-canismos del mercado por parte del Estado, denunciada como una amenazaletal a la libertad, no solamente económica, sino también política. El blancoinmediato de Hayek en aquel momento era el partido laborista inglés en lavíspera de la elección general de 1945 en Inglaterra, que este partido finalmenteganaría. El mensaje de Hayek es drástico: a pesar de sus buenas intenciones, lasocialdemocracia moderada inglesa conduce al mismo desastre que el nazis-mo alemán: a una servidumbre moderna� (Anderson, 2001: 16).

25 �Tres años después, en 1947, en cuanto las bases del Estado de bienestar en laEuropa de la postguerra efectivamente se constituían, no sólo en Inglaterra, sinotambién en otros países, Hayek convocó a quienes compartían su orientaciónideológica a una reunión en la pequeña estación de Mon Pélerin, en Suiza. Entrelos célebres participantes estaban no solamente adversarios firmes del Estadode bienestar europeo, sino también enemigos férreos del New Deal estadouni-dense. Entre la selecta asistencia se encontraban, entre otros, Miltón Friedman,Karl Popper, Lionet Robbins, Ludwing Von Mises, Walter Lippman, MechaelPolanyi y Salvador de Madariaga. Allí se fundó la sociedad de Mon Pélerin,una suerte de francmasonería neoliberal, altamente dedicada y organizada,con reuniones internacionales de cada dos años. Su propósito era combatir elkeynesianismo y el solidarismo reinantes, y preparar las bases de otro tipo decapitalismo, duro y libre de reglas para el futuro� (Anderson, 2001: 16).

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nocer el trabajo político y social realizado por la teologíade la liberación a nivel internacional para buscar la igual-dad y la felicidad de los hombres en la tierra, sin que ellohaya implicado una desviación de los principios cristia-nos del amor por el prójimo y de las tesis fundamentalesdel catecismo cristiano; todo lo contrario, estos movimien-tos lucharon desde las bases de la teología para buscaruna mejor condición de los seres humanos a partir dereivindicaciones sociales por el derecho a la tierra, al tra-bajo, el respeto por los derechos humanos y la consoli-dación de una estructura fundada en el bienestar social,tomando como punto de referencia el amor a Dios porencima de todas las cosas.

Para concluir estas cortas notas acerca de la discusión delas fuentes del neoliberalismo, debo destacar el gran apor-te crítico del doctor Alberto Múnera al debate delneoliberalismo desde una postura cristiana pero tambiéncon una alta dosis de academia y, además, porque contri-buyó a esclarecer las bases epistemológicas delneoliberalismo. De igual forma, considero que su contri-bución va más allá del planteamiento de las fuentes teóri-cas del neoliberalismo, al hacer un aporte novedoso ycrítico desde la fundamentación doctrinal del catolicis-mo. Aunque no se puede desconocer el grado de inclina-ción del sacerdote Múnera por algunos de los principiosdel liberalismo hayekiano, encuentro en su trabajo un granaporte para confrontar la tesis del profesor Jorge IvánGonzález de la Universidad Nacional de Colombia, quiena través de su artículo26 defendió la tesis de la inexistenciade una falacia neoliberal. Con la crítica teológica a losfundamentos teóricos del neoliberalismo, escrita por eldoctor y sacerdote Alberto Múnera, queda aún más clarala existencia de una falacia neoliberal, no tanto por lafundamentación epistemológica del �modelo�, sino portodas sus arbitrariedades y discontinuidades generadas apartir de la decadencia de la virtud humana, algo que to-davía no ha contemplado el catolicismo y que espero losiga manteniendo desde su propia doctrina.__________

26 Véase, González, 2003: 85 - 105.

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