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Apologiìa de Soìcrates, Platoìn(Cut)

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  • " L8. A'1,G~?.-s{NIVERSIDAD DE Nf"V.~RRABI;UOTECA r?EHUt.f!f~N~D/\m:5

    EDITORIALUNIVERSITARIA

    TRADUCCIN, ANUSIS y NOTASDEALEJANDRO G. VIGO

    ./

    APOLOGIADE./

    SOCRATES

    Platn

  • " L8. A'1,G~?.-s{NIVERSIDAD DE Nf"V.~RRABI;UOTECA r?EHUt.f!f~N~D/\m:5

    EDITORIALUNIVERSITARIA

    TRADUCCIN, ANUSIS y NOTASDEALEJANDRO G. VIGO

    ./

    APOLOGIADE./

    SOCRATES

    Platn

  • 11

    lCf. Jaeger (1957)p. 389.

    Se ha dicho con razn que Scrates goza del raro privilegiode haber sido elevado a travs de la historia al rango derepresentante de la humanidad como tal'. Desde posicio-nes muy diversas, yen pocas muy diferentes, la figura deScrates ha sido vista casi unnimemente como el ejemploparadigmtico de un cierto tipo de actitud frente a losproblemas fundamentales de la vida humana, particular-mente, en su dimensin tica, religiosa y tambin poltica.Esto vale no slo para los muchos y diversos adherentes ala figura y la actitud socrticas, sino del .msmo modotambin para quienes, como Nietzsche y en su tiempo yaAristfanes, se convirtieron en radicales crticos de Scra-tes, precisamente por estar convencidos de que encarnabade modo ejemplar los rasgos de una actitud decadente,dotada de un enorme potencial disolutorio. Este carcterindiscutiblemente paradigmtico de su figura explicatambin, en buena medida, el hecho de que el caso deScrates siga teniendo todava hoy para nosotros un inte-

    1. Scrates, laApologa y los escritos tempranos de Platn

    INTRODUCCIN

    (t'!

    Ii

    A.G.V.Santiago de Chile, agosto de 1997

    pude mejorar el texto en muchos y diversos puntos ascomo eliminar errores, no siempre de poca monta. El prof.Cmez-Lobo aport, adems, la reproduccin fotogrficaempleada para el diseo de la cubierta.

    A todos ellos debe el trabajo la mayora de sus aciertos.Los errores y las imperfecciones que seguramente anquedan deben ponerse en mi propia cuenta.

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    lCf. Jaeger (1957)p. 389.

    Se ha dicho con razn que Scrates goza del raro privilegiode haber sido elevado a travs de la historia al rango derepresentante de la humanidad como tal'. Desde posicio-nes muy diversas, yen pocas muy diferentes, la figura deScrates ha sido vista casi unnimemente como el ejemploparadigmtico de un cierto tipo de actitud frente a losproblemas fundamentales de la vida humana, particular-mente, en su dimensin tica, religiosa y tambin poltica.Esto vale no slo para los muchos y diversos adherentes ala figura y la actitud socrticas, sino del .msmo modotambin para quienes, como Nietzsche y en su tiempo yaAristfanes, se convirtieron en radicales crticos de Scra-tes, precisamente por estar convencidos de que encarnabade modo ejemplar los rasgos de una actitud decadente,dotada de un enorme potencial disolutorio. Este carcterindiscutiblemente paradigmtico de su figura explicatambin, en buena medida, el hecho de que el caso deScrates siga teniendo todava hoy para nosotros un inte-

    1. Scrates, laApologa y los escritos tempranos de Platn

    INTRODUCCIN

    (t'!

    Ii

    A.G.V.Santiago de Chile, agosto de 1997

    pude mejorar el texto en muchos y diversos puntos ascomo eliminar errores, no siempre de poca monta. El prof.Cmez-Lobo aport, adems, la reproduccin fotogrficaempleada para el diseo de la cubierta.

    A todos ellos debe el trabajo la mayora de sus aciertos.Los errores y las imperfecciones que seguramente anquedan deben ponerse en mi propia cuenta.

  • 13

    3ef. Corgemanns (1994) p. 45. Para los cargos formulados p~r Polcra-tes y su relacin con la acusacin de Meleto vase Eggers Lan (1966)p. 16 ss.I

    T

    IlI!

    T:on asuejecucin.Dehecho,tres~:I~Sprimerosescri::4 tos de Platn -a saber, la Apologa, el Criton y, de modo

    . ;.1, ............ menos directo, el Eutyrn- estn conectados con el proce-

    ...... so y la condena de Socrates. y aunque los dems dilogos(..~!' del perodo temprano, que tienen a Scrates como perso-'. naje principal, no muestran la misma vinculacin con el.. terna, el motivo del juicio y la condena a Scrates reapare-

    ce todava, con renovada fuerza, en un dilogo del perodode madurez tan importante como el Fedn, compuestotUlOSdiez aos ms tarde que la Apologa, cuya escenaprincipal, tras un breve dilogo introductorio, est situa-da, a modo de recuerdo, en los momentos que precedeninmediatamente a la ejecucin de Scrates en la prisin.

    Respecto de la Apologa hay que suponer que fue com-puesta no muchos aos despus de la muerte de Scrates,ocurrida en el 399 a.e. Se ha supuesto a veces que pudoser incluso el primero entre los escritos platnicos, atUlqueno hay modo de demostrar fehacientemente la correccinde tal suposicin. En todo caso, es plausible la hiptesisque postula para la composicin del escrito una fechaanterior al ao 393 a.e. El argumento habitual para ponerel 393 como fecha lmite de la composicin (terminus antequem) remite al hecho de que el escrito platnico no replicade modo directo a los cargos realizados contra Scratespor el sofista Polcrates en su Acusacin contra Scrates,publicada casi seguramente en ese ao", En todo caso, laApologa, que es el nico de los escritos publicados por

    12

    2Un buen tratamiento de conjunto del problema relativo a las fuentesde nuestro conocimiento de Scrates se encuentra en Guthrie (1988)p.313-361.

    rs que no se reduce al plano meramente histrico, sinoque se conecta tambin, de modo directo, con nuestraspropias dudas y convicciones respecto de los problemasfundamentales que el caso pone en juego.

    Ahora bien, la permanente presencia de la figura deScrates, un filsofo que no dej nada escrito, como un ejede referencia bsico a lo largo de un proceso de recepcinhistrica que lleva ya bastante ms de dos mil aos, nohabra sido ni remotamente posible sin la mediacin deuna tradicin literaria que, partiendo de la experiencia .histrica inmediata, conserv, configur y estiliz los ras-gos del personaje, hasta elevarlo a la categora de un ar-quetipo. A esa tradicin literaria pertenecen, entre otros,escritores como [enofonte, un seguidor e incondicionaladmirador de Scrates, y Aristfanes, uno de sus msincisivos crticos en la Antigedad, mencionado como talya en la Apologa escrita por Platn. Pero la figura principales aqu, sin duda, Platn msmo-, Puede decirse que elScrates que influy de modo directo y decisivo en larecepcin histrica posterior fue, casi siempre, el Scratesconservado y recreado por Platn.

    Como se sabe, la fascinacin por la figura de Scrates yel duro impacto producido por la experiencia de su juicioy condena a muerte dieron el impulso inicial a la carreraliteraria de Platn, quien se dedic, en un principio, a. escribir obras que retrataran la verdadera figura de sumaestro y el carcter de su indagacin filosfica, con el finde defenderlo y revindicarlo de las imputaciones que lle-

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    3ef. Corgemanns (1994) p. 45. Para los cargos formulados p~r Polcra-tes y su relacin con la acusacin de Meleto vase Eggers Lan (1966)p. 16 ss.I

    T

    IlI!

    T:on asuejecucin.Dehecho,tres~:I~Sprimerosescri::4 tos de Platn -a saber, la Apologa, el Criton y, de modo

    . ;.1, ............ menos directo, el Eutyrn- estn conectados con el proce-

    ...... so y la condena de Socrates. y aunque los dems dilogos(..~!' del perodo temprano, que tienen a Scrates como perso-'. naje principal, no muestran la misma vinculacin con el.. terna, el motivo del juicio y la condena a Scrates reapare-

    ce todava, con renovada fuerza, en un dilogo del perodode madurez tan importante como el Fedn, compuestotUlOSdiez aos ms tarde que la Apologa, cuya escenaprincipal, tras un breve dilogo introductorio, est situa-da, a modo de recuerdo, en los momentos que precedeninmediatamente a la ejecucin de Scrates en la prisin.

    Respecto de la Apologa hay que suponer que fue com-puesta no muchos aos despus de la muerte de Scrates,ocurrida en el 399 a.e. Se ha supuesto a veces que pudoser incluso el primero entre los escritos platnicos, atUlqueno hay modo de demostrar fehacientemente la correccinde tal suposicin. En todo caso, es plausible la hiptesisque postula para la composicin del escrito una fechaanterior al ao 393 a.e. El argumento habitual para ponerel 393 como fecha lmite de la composicin (terminus antequem) remite al hecho de que el escrito platnico no replicade modo directo a los cargos realizados contra Scratespor el sofista Polcrates en su Acusacin contra Scrates,publicada casi seguramente en ese ao", En todo caso, laApologa, que es el nico de los escritos publicados por

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    2Un buen tratamiento de conjunto del problema relativo a las fuentesde nuestro conocimiento de Scrates se encuentra en Guthrie (1988)p.313-361.

    rs que no se reduce al plano meramente histrico, sinoque se conecta tambin, de modo directo, con nuestraspropias dudas y convicciones respecto de los problemasfundamentales que el caso pone en juego.

    Ahora bien, la permanente presencia de la figura deScrates, un filsofo que no dej nada escrito, como un ejede referencia bsico a lo largo de un proceso de recepcinhistrica que lleva ya bastante ms de dos mil aos, nohabra sido ni remotamente posible sin la mediacin deuna tradicin literaria que, partiendo de la experiencia .histrica inmediata, conserv, configur y estiliz los ras-gos del personaje, hasta elevarlo a la categora de un ar-quetipo. A esa tradicin literaria pertenecen, entre otros,escritores como [enofonte, un seguidor e incondicionaladmirador de Scrates, y Aristfanes, uno de sus msincisivos crticos en la Antigedad, mencionado como talya en la Apologa escrita por Platn. Pero la figura principales aqu, sin duda, Platn msmo-, Puede decirse que elScrates que influy de modo directo y decisivo en larecepcin histrica posterior fue, casi siempre, el Scratesconservado y recreado por Platn.

    Como se sabe, la fascinacin por la figura de Scrates yel duro impacto producido por la experiencia de su juicioy condena a muerte dieron el impulso inicial a la carreraliteraria de Platn, quien se dedic, en un principio, a. escribir obras que retrataran la verdadera figura de sumaestro y el carcter de su indagacin filosfica, con el finde defenderlo y revindicarlo de las imputaciones que lle-

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    1}j

    ,1r

    I1..

    Desde el punto de vista del contenido, la Apologa de Scra-tes compuesta por Platn constituye en su parte funda-mental una reproduccin no literal del alegato de descar-go pronunciado por Scrates ante el tribunal ateniense,tras los alegatos pronunciados por sus acusadores.

    El juicio tuvo lugar en el ao 399 a. e, a comienzos delmes de Anthesteron, es decir, en poca cercana al inicio dela primavera boreal (febrero-marzo). Este hecho tuvo con-secuencias posteriores importantes, pues durante ese mesAtenas enviaba todos los aos un navo a la isla de Delospara dar gracias en el santuario de Apolo, y hasta elregreso de la delegacin no podan realizarse ejecuciones.Esto hizo que, tras el juicio, Scrates debiera aguardar enprisin un tiempo bastante prolongado, ms o menos unmes, antes de ser ejecutado, mientras que normalmente lasejecuciones judiciales se realizaban de modo inmediato,por lo general, al da siguiente del juicio. Las conversacio-nes que proveen la trama de los dilogos Critn y Fednestn situadas, precisamente, en los das de cautiverioprevios a la ejecucin de la sentencia.

    Todo indica que el proceso contra Scrates se inici ydesarroll de acuerdo con el curso normal de las causasjudiciales de este tipo .

    2. El juicio a Scrates

    justamente por eso puede sernas, tal vez, de mayor utili-dad, a la hora de intentar establecer, desde un punto devista ms propiamente filosfico que histrico, en quconsista realmente el sentido nuclear de la actitud y laindagacin de Scrates.

    14

    4Una tabla cronolgica de los escritos platnicos se encuentra enCmez-Lobo (1997) p. 80 ss. Para el estado de la cuestin relativa a ladatacin de los escritos platnicos puede verse Brandwood (1992).. 5Para la cuestin de la historicidad de la Apologa platnica vase

    Brickhouse-Smith (1989) p. 2 SS.; de Strycker-Slings (1994) p. 1 ss. Vase. tambin Guthrie (1990) p. 79-85.

    Platn que no presenta la forma literaria del dilogo, sehalla en vecindad inmediata, tanto desde el punto de vistacronolgico como desde el punto de vista del contenido,con los escritos del perodo socrtico ms temprano comoCritn, Ion, Eutifrn, Crmides y Laques".

    Sin embargo, aunque emparentada estrechamente conlos otros escritos referidos al proceso de Scrates, la Apolo-ga tiene, sin duda, una especial importancia como fuentepara el conocimiento de aspectos fundamentales de lafigura de Scrates. El escrito provee un rico y vvido retra-to del modo en que Scrates enfrent la instancia decisiva,en la que debi probar la firmeza de sus propias conviccio-nes frente a la amenaza cierta de la muerte. Como nosinforma el escrito (cf. 34a, 38b), Platn estuvo presente enel juicio. Y tradicionalmente se ha argumentado, con ra-zn, que necesariamente tiene que haberse ceido, al me-nos, en general a lo efectivamente ocurrido, tratndose dehechos de dominio pblico y estando interesado el propioPlatn, sobre todo, en mostrar la injusticia del juicio ycastigo a su maestro. Con todo, la versin de Platn segu-ramente no puede verse como una simple crnica de losacontecimientos, que pretenda ser histricamente fiel has-ta en sus mnimos detalles. Constituye, ms bien, unarecreacin genial, que apunta, sobre todo, a rescatar yponer de manifiesto el significado de lo acontecido''. Pero

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    I1..

    Desde el punto de vista del contenido, la Apologa de Scra-tes compuesta por Platn constituye en su parte funda-mental una reproduccin no literal del alegato de descar-go pronunciado por Scrates ante el tribunal ateniense,tras los alegatos pronunciados por sus acusadores.

    El juicio tuvo lugar en el ao 399 a. e, a comienzos delmes de Anthesteron, es decir, en poca cercana al inicio dela primavera boreal (febrero-marzo). Este hecho tuvo con-secuencias posteriores importantes, pues durante ese mesAtenas enviaba todos los aos un navo a la isla de Delospara dar gracias en el santuario de Apolo, y hasta elregreso de la delegacin no podan realizarse ejecuciones.Esto hizo que, tras el juicio, Scrates debiera aguardar enprisin un tiempo bastante prolongado, ms o menos unmes, antes de ser ejecutado, mientras que normalmente lasejecuciones judiciales se realizaban de modo inmediato,por lo general, al da siguiente del juicio. Las conversacio-nes que proveen la trama de los dilogos Critn y Fednestn situadas, precisamente, en los das de cautiverioprevios a la ejecucin de la sentencia.

    Todo indica que el proceso contra Scrates se inici ydesarroll de acuerdo con el curso normal de las causasjudiciales de este tipo .

    2. El juicio a Scrates

    justamente por eso puede sernas, tal vez, de mayor utili-dad, a la hora de intentar establecer, desde un punto devista ms propiamente filosfico que histrico, en quconsista realmente el sentido nuclear de la actitud y laindagacin de Scrates.

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    4Una tabla cronolgica de los escritos platnicos se encuentra enCmez-Lobo (1997) p. 80 ss. Para el estado de la cuestin relativa a ladatacin de los escritos platnicos puede verse Brandwood (1992).. 5Para la cuestin de la historicidad de la Apologa platnica vase

    Brickhouse-Smith (1989) p. 2 SS.; de Strycker-Slings (1994) p. 1 ss. Vase. tambin Guthrie (1990) p. 79-85.

    Platn que no presenta la forma literaria del dilogo, sehalla en vecindad inmediata, tanto desde el punto de vistacronolgico como desde el punto de vista del contenido,con los escritos del perodo socrtico ms temprano comoCritn, Ion, Eutifrn, Crmides y Laques".

    Sin embargo, aunque emparentada estrechamente conlos otros escritos referidos al proceso de Scrates, la Apolo-ga tiene, sin duda, una especial importancia como fuentepara el conocimiento de aspectos fundamentales de lafigura de Scrates. El escrito provee un rico y vvido retra-to del modo en que Scrates enfrent la instancia decisiva,en la que debi probar la firmeza de sus propias conviccio-nes frente a la amenaza cierta de la muerte. Como nosinforma el escrito (cf. 34a, 38b), Platn estuvo presente enel juicio. Y tradicionalmente se ha argumentado, con ra-zn, que necesariamente tiene que haberse ceido, al me-nos, en general a lo efectivamente ocurrido, tratndose dehechos de dominio pblico y estando interesado el propioPlatn, sobre todo, en mostrar la injusticia del juicio ycastigo a su maestro. Con todo, la versin de Platn segu-ramente no puede verse como una simple crnica de losacontecimientos, que pretenda ser histricamente fiel has-ta en sus mnimos detalles. Constituye, ms bien, unarecreacin genial, que apunta, sobre todo, a rescatar yponer de manifiesto el significado de lo acontecido''. Pero

  • 17

    8En cambio, [enofonte afirma que los amigos de Scrates participaronen la defensa (d. Apologa 22).

    primer turno presentaba sus argumentos la parte acusado-ra, es decir, el promotor formal de la acusacin y quieneshacan causa comn con l. En el caso del juicio a Scrates,adems de Meleto parecen haber alegado formalmente afavor de la acusacin tambin nito y Lcn (d. 36a-b). Acontinuacin, como segundo turno, se otorgaba el mismotiempo a la defensa para hacer su alegato de descargo.Tambin en este caso podan hablar, adems del acusado,quienes cooperaban en su defensa. Sin embargo, la Apolo-ga platnica implica que Scrates asumi en soledad latarea de defenders. A estos primeros alegatos de laspartes segua una primera votacin del jurado, en la quese decida exclusivamente por el veredicto de culpabilidado inocencia. Tras el anuncio del veredicto se abra, en casode culpabilidad, un tercer tiempo, de igual longitud quelos dos anteriores, destinado a establecer el tipo y/o elmonto de la pena a aplicar. Primero tomaba la palabra laparte acusadora para proponer una determinada pena.Luego la defensa haca una contrapropuesta. Para com-prender algunos aspectos de la lgica interna del procesocontra Scrates resulta importante recordar que, cuando laley no fijaba expresamente un tipo de penalidad para eldelito que era materia del juicio, el tribunal poda fijar pors mismo la pena, pero con la importantsima restriccinde que para ello deba limitarse a escoger entre la propues-ta de la parte acusadora y la contrapropuesta de la defen-sa, sin posibilidad de modificarlas. En casos que quedabanencuadrados en esta situacin, si la parte acusadora logra-

    16

    6Cf.Brickhouse-Smith (1989)p. 26.7Vase Riddell (1867) p. iv-vi: Brickhouse-Smith (1989) p. 26. El n-

    mero habitual, segn las fuentes, era de 500. Pero, sobre la base de datosreferidos a pocas algo posteriores, los estudiosos suelen fijar el nmeroms bien en 501, en la idea de que deba tratarse de tul nmero impar, afin de evitar la posibilidad de empate.

    El procedimiento se iniciaba con la presentacin formalde cargos ante el rey-arconte, quien, tras evaluar los argu-mentos de las partes, dictaminaba acerca de si las imputa-ciones tenan o no el mrito suficiente como para dar lugara un juicio. En caso afirmativo, el caso era remitido a lacorte que entenda en la materia correspondiente: en pro-cesos por impiedad, a la corte denominada Eliaia. El tribu-nal era colegiado, y no unipersonal. Los jueces eran elegi-dos por sorteo entre los ciudadanos que se postulabanvoluntariamente cada ao para desempear el cargo. Elnmero de jueces designados para cada proceso era eleva-do y, al parecer, poda oscilar fuertemente: desde unospocos cientos hasta miles, segn la importancia y la serie-dad del caso", No conocemos con certeza cul fue el nme-ro exacto de los jueces en el juicio contra Scrates. Pero laopinin mayoritariamente aceptada, la cual se basa en unaserie de conjeturas a partir de indicaciones de fuentesantiguas, fija su nmero en 5017. Los juicios eran pblicos.En la Apologa Scrates alude margina1mente a la presenciade oyentes, adems de los jueces encargados de dictarsentencia (d. 24e; vase tambin 33d-34a).

    Una vez reunido el jurado en el tribunal, se proceda aleer el texto de la acusacin. A partir de all, el procesocomprenda una secuencia fija de tres bloques de igualduracin, destinados a los alegatos de las partes. En el

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    8En cambio, [enofonte afirma que los amigos de Scrates participaronen la defensa (d. Apologa 22).

    primer turno presentaba sus argumentos la parte acusado-ra, es decir, el promotor formal de la acusacin y quieneshacan causa comn con l. En el caso del juicio a Scrates,adems de Meleto parecen haber alegado formalmente afavor de la acusacin tambin nito y Lcn (d. 36a-b). Acontinuacin, como segundo turno, se otorgaba el mismotiempo a la defensa para hacer su alegato de descargo.Tambin en este caso podan hablar, adems del acusado,quienes cooperaban en su defensa. Sin embargo, la Apolo-ga platnica implica que Scrates asumi en soledad latarea de defenders. A estos primeros alegatos de laspartes segua una primera votacin del jurado, en la quese decida exclusivamente por el veredicto de culpabilidado inocencia. Tras el anuncio del veredicto se abra, en casode culpabilidad, un tercer tiempo, de igual longitud quelos dos anteriores, destinado a establecer el tipo y/o elmonto de la pena a aplicar. Primero tomaba la palabra laparte acusadora para proponer una determinada pena.Luego la defensa haca una contrapropuesta. Para com-prender algunos aspectos de la lgica interna del procesocontra Scrates resulta importante recordar que, cuando laley no fijaba expresamente un tipo de penalidad para eldelito que era materia del juicio, el tribunal poda fijar pors mismo la pena, pero con la importantsima restriccinde que para ello deba limitarse a escoger entre la propues-ta de la parte acusadora y la contrapropuesta de la defen-sa, sin posibilidad de modificarlas. En casos que quedabanencuadrados en esta situacin, si la parte acusadora logra-

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    6Cf.Brickhouse-Smith (1989)p. 26.7Vase Riddell (1867) p. iv-vi: Brickhouse-Smith (1989) p. 26. El n-

    mero habitual, segn las fuentes, era de 500. Pero, sobre la base de datosreferidos a pocas algo posteriores, los estudiosos suelen fijar el nmeroms bien en 501, en la idea de que deba tratarse de tul nmero impar, afin de evitar la posibilidad de empate.

    El procedimiento se iniciaba con la presentacin formalde cargos ante el rey-arconte, quien, tras evaluar los argu-mentos de las partes, dictaminaba acerca de si las imputa-ciones tenan o no el mrito suficiente como para dar lugara un juicio. En caso afirmativo, el caso era remitido a lacorte que entenda en la materia correspondiente: en pro-cesos por impiedad, a la corte denominada Eliaia. El tribu-nal era colegiado, y no unipersonal. Los jueces eran elegi-dos por sorteo entre los ciudadanos que se postulabanvoluntariamente cada ao para desempear el cargo. Elnmero de jueces designados para cada proceso era eleva-do y, al parecer, poda oscilar fuertemente: desde unospocos cientos hasta miles, segn la importancia y la serie-dad del caso", No conocemos con certeza cul fue el nme-ro exacto de los jueces en el juicio contra Scrates. Pero laopinin mayoritariamente aceptada, la cual se basa en unaserie de conjeturas a partir de indicaciones de fuentesantiguas, fija su nmero en 5017. Los juicios eran pblicos.En la Apologa Scrates alude margina1mente a la presenciade oyentes, adems de los jueces encargados de dictarsentencia (d. 24e; vase tambin 33d-34a).

    Una vez reunido el jurado en el tribunal, se proceda aleer el texto de la acusacin. A partir de all, el procesocomprenda una secuencia fija de tres bloques de igualduracin, destinados a los alegatos de las partes. En el

  • 19

    El juicio a Scrates tom la forma de un proceso porimpiedad (asbeia). Sabemos de varios procesos de estetipo contra intelectuales y personas pblicas en Atenas, ysabemos tambin que, en general, solan encubrir tras lamotivacin alegadamente religiosa razones de otra ndole;predominantemente, polticas. Enmuchos casos, el proce-so por impiedad constitua, en la prctica, un recursopara forzar la salida al exilio del acusado, fin respectodel cual la motivacin propiamente religiosa jugaba unpapel secundario o incluso meramente instrumental. Eneste aspecto, el juicio a Scrates puede no haber sido laexcepcin, al menos, en la intencin de quienes lo inicia-ron. Sin embargo, el curso que tomaron posteriormente losacontecimientos lo convirti, finalmente, en un caso com-pletamente excepcional. De hecho, no sabemos de ningnotro caso en el cual el resultado de un proceso por impie-dad haya sido la condena a muerte y la ejecucin delacusado.

    3. La actitud de Scrates. Piedad, saber e ignorancia

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    El juicio a Scrates tom la forma de un proceso porimpiedad (asbeia). Sabemos de varios procesos de estetipo contra intelectuales y personas pblicas en Atenas, ysabemos tambin que, en general, solan encubrir tras lamotivacin alegadamente religiosa razones de otra ndole;predominantemente, polticas. Enmuchos casos, el proce-so por impiedad constitua, en la prctica, un recursopara forzar la salida al exilio del acusado, fin respectodel cual la motivacin propiamente religiosa jugaba unpapel secundario o incluso meramente instrumental. Eneste aspecto, el juicio a Scrates puede no haber sido laexcepcin, al menos, en la intencin de quienes lo inicia-ron. Sin embargo, el curso que tomaron posteriormente losacontecimientos lo convirti, finalmente, en un caso com-pletamente excepcional. De hecho, no sabemos de ningnotro caso en el cual el resultado de un proceso por impie-dad haya sido la condena a muerte y la ejecucin delacusado.

    3. La actitud de Scrates. Piedad, saber e ignorancia

    '-.:"'u-r;'1"P

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    11El contraste entre la actitud corporizada por Scrates y el trasfondode la religiosidad tradicional ha sido ntidamente elaborado por H.G.Gadamer en un excelente estudio. Vase Gadamer (1990).El componentereligioso en la actitud de Scrates ha sido enfatizado por Mondolfo (1963)p. 24 ss.

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    te'" liar forma de la piedad frente a los dioses. Platn explota'.1: L esta situacin en todo su potencial, a la vez, trgico e>' < irnico. Las actividades por las que se lo acusa de impie-;'( .. dad constituyen en su motivacin inicial y bsica, explica.~:: Scrates la respuesta a una exigencia del dios expresada\ ..' a travs del orculo.;: Con todo no es casual que haya podido tener lugar

    aqu un malentendido tan profundo entre las partes, yaque el tipo de servicio piadoso al dios que Scrates creenecesario llevar a cabo tiene poco o nada que ver con lasformas habituales de la piedad cvica ateniense. En talsentido Scrates encarna, de hecho, una nueva forma dereligiosidad una forma de religiosidad vinculada a lastendencias centrales del movimiento cultural y espiritualde la ilustracin del siglo Vl1.

    Uno de los componentes esenciales de esta peculiaractitud socrtica est dado por la conexin inmediata queScrates establece entre el rE!.~.t..Q.:Ptg-_(i_c.nt.~JQ...divino,por un lado y la actitud crtica frente al saber y el conoci-miento propia de la reflexin filosfica, por el otro. Scra-tes explica el origen de su actividad filosfica de indaga-cin como un intento por interpretar el sentido de lasentencia del orculo de Delfos, que declaraba, para suasombro, que no haba ningn hombre que lo superase ensabidura, mientras que l mismo crea estar consciente delos lmites de su saber y se tenia a s mismo por ignorante.

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    A este resultado excepcional e inesperado contribuye-ron sin duda muchos factores entre ellos, tambin elpeculiar tipo de actitud que Scrates adopt y puso demanifiesto en su defensa. Pues, distancindose crticamen-te de muchas prcticas habituales en los alegatos de estetipo, Scrates opt por realizar una defensa a travs de lacual se mostraba intransigente en cuestiones de principios,presentando su actividad pblica como fundada directa-mente en un conjunto de premisas y convicciones funda-mentales, respecto de las cuales se mostraba completa-mente reacio a todo tipo de concesin y negociacin. No setrataba simplemente del rechazo a una actitud pragmticaque abandonara determinadas convicciones en favor deuna supuesta utilidad ms inmediata. Por el contrario,Scrates crea estar obrando del nico modo que le asegu-raba, finalmente, no causar un verdadero dao, a s mismoy a la ciudad toda. Lo que estaba en juego era, en definiti-va, la oposicin entre dos conjuntos de convicciones acer-ca del bien y la felicidad -las de Scrates, por lID lado, ylas de la mayora de quienes deban juzgar su conducta,por el otro-, oposicin en virtud de la cual las razonesalegadas por cada una de las partes as como sus respecti-vas representaciones acerca de lo que podra contar comouna salida razonable resultaban, de algn modo, incon-mensurables.

    En dicha actitud de Scrates frente a sus jueces juegasin duda un papel especialmente relevante el componentetico y religioso. Un aspecto importante para comprenderla actitud general adoptada por Scrates frente a los juecesreside en el hecho de que en el marco de un proceso porimpiedad Scrates presenta su actividad, precisamentecomo un servicio al dios Apolo, es decir, como una pecu-

  • 21

    11El contraste entre la actitud corporizada por Scrates y el trasfondode la religiosidad tradicional ha sido ntidamente elaborado por H.G.Gadamer en un excelente estudio. Vase Gadamer (1990).El componentereligioso en la actitud de Scrates ha sido enfatizado por Mondolfo (1963)p. 24 ss.

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    te'" liar forma de la piedad frente a los dioses. Platn explota'.1: L esta situacin en todo su potencial, a la vez, trgico e>' < irnico. Las actividades por las que se lo acusa de impie-;'( .. dad constituyen en su motivacin inicial y bsica, explica.~:: Scrates la respuesta a una exigencia del dios expresada\ ..' a travs del orculo.;: Con todo no es casual que haya podido tener lugar

    aqu un malentendido tan profundo entre las partes, yaque el tipo de servicio piadoso al dios que Scrates creenecesario llevar a cabo tiene poco o nada que ver con lasformas habituales de la piedad cvica ateniense. En talsentido Scrates encarna, de hecho, una nueva forma dereligiosidad una forma de religiosidad vinculada a lastendencias centrales del movimiento cultural y espiritualde la ilustracin del siglo Vl1.

    Uno de los componentes esenciales de esta peculiaractitud socrtica est dado por la conexin inmediata queScrates establece entre el rE!.~.t..Q.:Ptg-_(i_c.nt.~JQ...divino,por un lado y la actitud crtica frente al saber y el conoci-miento propia de la reflexin filosfica, por el otro. Scra-tes explica el origen de su actividad filosfica de indaga-cin como un intento por interpretar el sentido de lasentencia del orculo de Delfos, que declaraba, para suasombro, que no haba ningn hombre que lo superase ensabidura, mientras que l mismo crea estar consciente delos lmites de su saber y se tenia a s mismo por ignorante.

    20

    A este resultado excepcional e inesperado contribuye-ron sin duda muchos factores entre ellos, tambin elpeculiar tipo de actitud que Scrates adopt y puso demanifiesto en su defensa. Pues, distancindose crticamen-te de muchas prcticas habituales en los alegatos de estetipo, Scrates opt por realizar una defensa a travs de lacual se mostraba intransigente en cuestiones de principios,presentando su actividad pblica como fundada directa-mente en un conjunto de premisas y convicciones funda-mentales, respecto de las cuales se mostraba completa-mente reacio a todo tipo de concesin y negociacin. No setrataba simplemente del rechazo a una actitud pragmticaque abandonara determinadas convicciones en favor deuna supuesta utilidad ms inmediata. Por el contrario,Scrates crea estar obrando del nico modo que le asegu-raba, finalmente, no causar un verdadero dao, a s mismoy a la ciudad toda. Lo que estaba en juego era, en definiti-va, la oposicin entre dos conjuntos de convicciones acer-ca del bien y la felicidad -las de Scrates, por lID lado, ylas de la mayora de quienes deban juzgar su conducta,por el otro-, oposicin en virtud de la cual las razonesalegadas por cada una de las partes as como sus respecti-vas representaciones acerca de lo que podra contar comouna salida razonable resultaban, de algn modo, incon-mensurables.

    En dicha actitud de Scrates frente a sus jueces juegasin duda un papel especialmente relevante el componentetico y religioso. Un aspecto importante para comprenderla actitud general adoptada por Scrates frente a los juecesreside en el hecho de que en el marco de un proceso porimpiedad Scrates presenta su actividad, precisamentecomo un servicio al dios Apolo, es decir, como una pecu-

  • 23

    peculiar -y pertinaz- forma de error e ignorancia, ha-cindole advertir precisamente los lmites de su propio

    "~""'",::

  • 23

    peculiar -y pertinaz- forma de error e ignorancia, ha-cindole advertir precisamente los lmites de su propio

    "~""'",::

  • 25

    13VaseDuke et alii (1995).

    Como base para la traduccin he empleado la versin deltexto griego fijada por W.S.M. Nicoll para la nueva edicinde Platn que se ha comenzado a publicar recientementeen el marco de la coleccin Oxford Classical Texts, comoreemplazo de la vieja edicin de J. Bumet-". No me heapartado del texto de Nicoll ms que en una sola ocasin,indicada en nota en el lugar correspodiente (vase abajo40a y nota complementaria 94 en p. 129).

    De acuerdo con los lineamientos generales de la Coleccin"Los Clsicos" he intentado dar una versin que facilite elacceso de un pblico amplio y que resulte cercana en loposible al uso actual del espaol, pero sin sacrificar preci-sin ni perder todo contacto con la sintaxis y el estilo deloriginal. Por lo mismo, en varios pasajes no me parecideseable nivelar, sin ms, todo motivo o nfasis de tiporetrico, pues eso hubiera significado dejar de lado unacaracterstica importante del estilo platnico en este escrito.

    4. La presente traduccin

    mino de la superacin del error y la ignorancia. Yel primerpaso para ello consiste, en definitiva, en reconocer comotales el error y la ignorancia mismos. Tal es, al menos, enparte tambin el significado de la famosa sentencia socr-tica, segn la cual la vida humana no debe sustraerse a lanecesidad de ser sometida a permanente examen, si es quede veras pretende ser una vida genuinamente humana(Apologa 38a).

    24

    12Parauna lcida discusin crtica de las principales paradojas de laposicin socrtica con relacin al conocimiento vase ahora Carone(1997). Sobre el terna de la declaracin socrtica de ignorancia vasetambin Vlastos (1994)p. 39-66,67-86.

    Al menos en un primer nivel de anlisis, hay una ten-sin manifiesta entre estos dos componentes esenciales dela actitud socrtica, la conciencia de los lmites del propiosaber y la conviccin fuerte en materias de crucial relevan-cia moral. De hecho, buena parte de la investigacin msreciente en torno a la filosofa de Scrates ha girado entorno de las paradojas que involucrara la actitud socrti-ca: Scrates no sabe,pero es sabio porque sabe que no sabe;Scrates no sabe cmo definir las nociones morales bsicascomo la piedad, la justicia o la valenta, que son objetohabitual de sus indagaciones, pero sabe que lo ms impor-tante son lavirtud y los bienes del alma, al punto de estardispuesto a morir, con tal de no actuar de modo contrarioa sus convicciones, etcteral",

    No es claro hasta qu punto Scrates mismo estuvo encondiciones de diagnosticar y, eventualmente, de resolversatisfactoriamente todas las dificultades vinculadas coneste complejo entramado de problemas. Pero hay razonespara pensar que, lejos de ver como incompatibles la bs-queda de la virtud y el reconocimiento de la propia igno-rancia, Scrates apuntaba ms bien hacia una dimensinen la cual ambos aspectos resultan tendencialmente con-vergentes. Pues si la ignorancia es un mal para el alma,tanto ms lo ser all donde no es reconocida como tal ypuede as incluso pasar falsamente por conocimiento.Donde el saber es finito y falible, como en el caso delhombre, todo genuino conocimiento se obtiene por el ca-

  • 25

    13VaseDuke et alii (1995).

    Como base para la traduccin he empleado la versin deltexto griego fijada por W.S.M. Nicoll para la nueva edicinde Platn que se ha comenzado a publicar recientementeen el marco de la coleccin Oxford Classical Texts, comoreemplazo de la vieja edicin de J. Bumet-". No me heapartado del texto de Nicoll ms que en una sola ocasin,indicada en nota en el lugar correspodiente (vase abajo40a y nota complementaria 94 en p. 129).

    De acuerdo con los lineamientos generales de la Coleccin"Los Clsicos" he intentado dar una versin que facilite elacceso de un pblico amplio y que resulte cercana en loposible al uso actual del espaol, pero sin sacrificar preci-sin ni perder todo contacto con la sintaxis y el estilo deloriginal. Por lo mismo, en varios pasajes no me parecideseable nivelar, sin ms, todo motivo o nfasis de tiporetrico, pues eso hubiera significado dejar de lado unacaracterstica importante del estilo platnico en este escrito.

    4. La presente traduccin

    mino de la superacin del error y la ignorancia. Yel primerpaso para ello consiste, en definitiva, en reconocer comotales el error y la ignorancia mismos. Tal es, al menos, enparte tambin el significado de la famosa sentencia socr-tica, segn la cual la vida humana no debe sustraerse a lanecesidad de ser sometida a permanente examen, si es quede veras pretende ser una vida genuinamente humana(Apologa 38a).

    24

    12Parauna lcida discusin crtica de las principales paradojas de laposicin socrtica con relacin al conocimiento vase ahora Carone(1997). Sobre el terna de la declaracin socrtica de ignorancia vasetambin Vlastos (1994)p. 39-66,67-86.

    Al menos en un primer nivel de anlisis, hay una ten-sin manifiesta entre estos dos componentes esenciales dela actitud socrtica, la conciencia de los lmites del propiosaber y la conviccin fuerte en materias de crucial relevan-cia moral. De hecho, buena parte de la investigacin msreciente en torno a la filosofa de Scrates ha girado entorno de las paradojas que involucrara la actitud socrti-ca: Scrates no sabe,pero es sabio porque sabe que no sabe;Scrates no sabe cmo definir las nociones morales bsicascomo la piedad, la justicia o la valenta, que son objetohabitual de sus indagaciones, pero sabe que lo ms impor-tante son lavirtud y los bienes del alma, al punto de estardispuesto a morir, con tal de no actuar de modo contrarioa sus convicciones, etcteral",

    No es claro hasta qu punto Scrates mismo estuvo encondiciones de diagnosticar y, eventualmente, de resolversatisfactoriamente todas las dificultades vinculadas coneste complejo entramado de problemas. Pero hay razonespara pensar que, lejos de ver como incompatibles la bs-queda de la virtud y el reconocimiento de la propia igno-rancia, Scrates apuntaba ms bien hacia una dimensinen la cual ambos aspectos resultan tendencialmente con-vergentes. Pues si la ignorancia es un mal para el alma,tanto ms lo ser all donde no es reconocida como tal ypuede as incluso pasar falsamente por conocimiento.Donde el saber es finito y falible, como en el caso delhombre, todo genuino conocimiento se obtiene por el ca-

  • 27

    23VaseHelm (1981); Weber (1995).

    de tipo escolar, resultan tiles en materia de sinta-y referencias textuales: la inglesa de J.J. Helm yde F.J. Weber23.

    LJ.a.uu'''U'~". ofrecida va acompaada de un conjuntoy de unos anlisis de contenido que preceden a

    ""'r'''''''''' del texto. La finalidad inmediata de los an-consiste en proveer una reconstruccin de la argu-

    desarrollada en la seccin correspondiente delque permita apreciar su alcance, sus presuposicio-

    ...... y eventualmente tambin los problemas que involu-........Por su parte, las notas son de dos tipos. Las colocadas) al pie de pgina estn destinadas a prestar ayuda en la\ .Iectura, y a facilitar la comprensin inmediata del texto.

    : ...Contienen aclaraciones de trminos O giros as como refe-............rencias histricas o textuales, pero no discuten problemas

    niabordan aspectos relativos a la interpretacin. Estas dosltimas funciones han quedado reservadas para las notascomplementarias, agrupadas por separado detrs de latraduccin. Sin embargo, dadas las caractersticas de lapresente edicin, las notas complementarias no pretendenningn tipo de exhaustividad y no proveen un comentariodetallado del texto, sino que se limitan a discutir conmayor amplitud algunas pocas cuestiones de importanciapara una interpretacin de conjunto. Puesto que no estndestinadas a facilitar la comprensin en una primera lec-tura, el lector no interesado en discusiones ms tcnicas ode detalle puede omitir, sin ms, su lectura.

    En la elaboracin de los anlisis y las notas he acudidoa una considerable cantidad de trabajos especializados, a

    26

    14VaseLled et alii (1981);Noussan Lettry (1973).15Eggers Lan (1966).J6Godoy (1996);vase tambin Godoy (1980).17VaseH. Tredenncik, "Socrates' Defense (Apology)" en Hamilton-

    Cairns (1963) p. 3-27.18VaseCroiset (1920).19VaseHofmann (1990) p. 1-69.20Bumet (1924).21Riddell (1867).22Vase de Strycker-Slings (1994).

    Entre las traducciones a diversas lenguas modernas que ..he consultado debo mencionar, en espaol, lasde J. Calonge Ruiz y L. Noussan Lettry-", que sobresalenpor su balance estilstico, pero dentro de una oncepcindiferente de la aqu intentada; la de C. Eggers Lan15, que,menos precisa en sintaxis y estilo, destaca por la erudicinde sus notas y comentarios; yfinalmente tambin la de G.Codoyl'', una traduccin austera y muy ajustada, que hasido ampliamente utilizada en Chile durante largas dca-das y que la presente versin viene ahora a reemplazar.Tambin debo mencionar las clsicas traducciones de H.Tredennick al ingls-", de M. Croiset al francs-" y de F.Schleiermacher al alernnl''.

    En materias de interpretacin filolgica e histrica, laedicin anotada del texto griego debida a J. Burnet no hasido todava superada=. Tambin la edicin anotada de J.Riddell sigue siendo de utilidad en muchas cuestiones dedetalle, y va acompaada de un excelente digesto de girosy expresiones platnicas-l. A estas dos ediciones clsicas,se agrega ahora el comentario debido a E. de Strycker y S.R. Slings, que abunda tambin en observaciones de tipofilolgico y gramatcal=, Dos ediciones anotadas ms re-

  • 27

    23VaseHelm (1981); Weber (1995).

    de tipo escolar, resultan tiles en materia de sinta-y referencias textuales: la inglesa de J.J. Helm yde F.J. Weber23.

    LJ.a.uu'''U'~". ofrecida va acompaada de un conjuntoy de unos anlisis de contenido que preceden a

    ""'r'''''''''' del texto. La finalidad inmediata de los an-consiste en proveer una reconstruccin de la argu-

    desarrollada en la seccin correspondiente delque permita apreciar su alcance, sus presuposicio-

    ...... y eventualmente tambin los problemas que involu-........Por su parte, las notas son de dos tipos. Las colocadas) al pie de pgina estn destinadas a prestar ayuda en la\ .Iectura, y a facilitar la comprensin inmediata del texto.

    : ...Contienen aclaraciones de trminos O giros as como refe-............rencias histricas o textuales, pero no discuten problemas

    niabordan aspectos relativos a la interpretacin. Estas dosltimas funciones han quedado reservadas para las notascomplementarias, agrupadas por separado detrs de latraduccin. Sin embargo, dadas las caractersticas de lapresente edicin, las notas complementarias no pretendenningn tipo de exhaustividad y no proveen un comentariodetallado del texto, sino que se limitan a discutir conmayor amplitud algunas pocas cuestiones de importanciapara una interpretacin de conjunto. Puesto que no estndestinadas a facilitar la comprensin en una primera lec-tura, el lector no interesado en discusiones ms tcnicas ode detalle puede omitir, sin ms, su lectura.

    En la elaboracin de los anlisis y las notas he acudidoa una considerable cantidad de trabajos especializados, a

    26

    14VaseLled et alii (1981);Noussan Lettry (1973).15Eggers Lan (1966).J6Godoy (1996);vase tambin Godoy (1980).17VaseH. Tredenncik, "Socrates' Defense (Apology)" en Hamilton-

    Cairns (1963) p. 3-27.18VaseCroiset (1920).19VaseHofmann (1990) p. 1-69.20Bumet (1924).21Riddell (1867).22Vase de Strycker-Slings (1994).

    Entre las traducciones a diversas lenguas modernas que ..he consultado debo mencionar, en espaol, lasde J. Calonge Ruiz y L. Noussan Lettry-", que sobresalenpor su balance estilstico, pero dentro de una oncepcindiferente de la aqu intentada; la de C. Eggers Lan15, que,menos precisa en sintaxis y estilo, destaca por la erudicinde sus notas y comentarios; yfinalmente tambin la de G.Codoyl'', una traduccin austera y muy ajustada, que hasido ampliamente utilizada en Chile durante largas dca-das y que la presente versin viene ahora a reemplazar.Tambin debo mencionar las clsicas traducciones de H.Tredennick al ingls-", de M. Croiset al francs-" y de F.Schleiermacher al alernnl''.

    En materias de interpretacin filolgica e histrica, laedicin anotada del texto griego debida a J. Burnet no hasido todava superada=. Tambin la edicin anotada de J.Riddell sigue siendo de utilidad en muchas cuestiones dedetalle, y va acompaada de un excelente digesto de girosy expresiones platnicas-l. A estas dos ediciones clsicas,se agrega ahora el comentario debido a E. de Strycker y S.R. Slings, que abunda tambin en observaciones de tipofilolgico y gramatcal=, Dos ediciones anotadas ms re-

  • 29

    29Cf. Burnet (1924).30Para un buen resumen del desarrollo de Apologa vase Guthrie

    (1990) p. 85-92.

    Las secciones I-V corresponden al primer discurso de S-crates, es decir, a su alegato de descargo. La seccin VIcontiene el segundo discurso, pronunciado despus delveredicto de culpabilidad, con la contrapropuesta de penafrente a la solicitud de pena de muerte elevada por losacusadores. La seccin VII, por ltimo, corresponde a latercera intervencin de Scrates, al dirigirse a los juecestras conocerse la decisin a favor de la condena a muerte-",

    1. Proemio (17a-18a)II. Plan de la defensa (18a-19a)IIl. Defensa de Scrates

    1. Defensa contra las primeras acusaciones (19a-24b)2. Defensa contra la acusacin de Meleto (24b-28a)

    IV. La misin divina de Scrates (28a-34b)V. Eplogo (34b-35d)VI. Contrapropuesta tras el veredicto de culpabilidad (35e-38b)VII. Despus de la imposicin de la pena (38c-42a)

    Siguiendo a Burnet-", he dividido el contenido de la obraen siete secciones principales, una de ellas con subdivisio-nes internas. El esquema de esta divisin del contenido esel siguiente:

    DIVISIN DEL CONTENIDO

    28

    24Yase Brckhouse-Smith (1989) y (1994).25YaseVlastos (1991) y (1994).26YaseReeve (1989).27Wase G6mez-Lobo (1989)y (1993).28YaseBenson (1992) y Vlastos (1971).

    '1~~1111~~~~;~:'~'\~~J)i:esb en los lugares corres-# . l~.dsica edicin anotada de Bur-{EH:; V'~>(~iW(~,l;.:riehEmsido de especial utilidad, entre las

    los trabajos de Th. e. Brick-~!J~~i~~~~i~%:J'$;~'~~;de G. Vlastos=, de c.uc. Reeve=,LC;L.-LJv....027, as como los ensayos contenidos en

    editadas por HH. Benson y G.Vlastos".

  • 29

    29Cf. Burnet (1924).30Para un buen resumen del desarrollo de Apologa vase Guthrie

    (1990) p. 85-92.

    Las secciones I-V corresponden al primer discurso de S-crates, es decir, a su alegato de descargo. La seccin VIcontiene el segundo discurso, pronunciado despus delveredicto de culpabilidad, con la contrapropuesta de penafrente a la solicitud de pena de muerte elevada por losacusadores. La seccin VII, por ltimo, corresponde a latercera intervencin de Scrates, al dirigirse a los juecestras conocerse la decisin a favor de la condena a muerte-",

    1. Proemio (17a-18a)II. Plan de la defensa (18a-19a)IIl. Defensa de Scrates

    1. Defensa contra las primeras acusaciones (19a-24b)2. Defensa contra la acusacin de Meleto (24b-28a)

    IV. La misin divina de Scrates (28a-34b)V. Eplogo (34b-35d)VI. Contrapropuesta tras el veredicto de culpabilidad (35e-38b)VII. Despus de la imposicin de la pena (38c-42a)

    Siguiendo a Burnet-", he dividido el contenido de la obraen siete secciones principales, una de ellas con subdivisio-nes internas. El esquema de esta divisin del contenido esel siguiente:

    DIVISIN DEL CONTENIDO

    28

    24Yase Brckhouse-Smith (1989) y (1994).25YaseVlastos (1991) y (1994).26YaseReeve (1989).27Wase G6mez-Lobo (1989)y (1993).28YaseBenson (1992) y Vlastos (1971).

    '1~~1111~~~~;~:'~'\~~J)i:esb en los lugares corres-# . l~.dsica edicin anotada de Bur-{EH:; V'~>(~iW(~,l;.:riehEmsido de especial utilidad, entre las

    los trabajos de Th. e. Brick-~!J~~i~~~~i~%:J'$;~'~~;de G. Vlastos=, de c.uc. Reeve=,LC;L.-LJv....027, as como los ensayos contenidos en

    editadas por HH. Benson y G.Vlastos".

  • 31

    lVer nota complementaria p. 107.

    No s, seores atenienses', qu efecto han producido 17amis acusadores en ustedes. Pues a m, al menos, casime hicieron olvidarme de quin soy. Tan persuasiva-mente hablaron. Y, sin embargo, prcticamente nadade lo que han dicho es verdad. Pero entre las muchasmentiras que dijeron hay una que me caus especialasombro: cuando les advirtieron que haran bien enprecaverse de que no los engae, puesto que soyhbil para hablar. En efecto, me pareci lo ms des- b

    En este exordio con que introduce su defensa, Scrates manifiesta suasombro ante el tenor de las acusaciones dirigidas en su contra, y antela elocuencia y persuasioidad del alegato de sus acusadores. Por suparte, Scrates niega tener especialeshabilidadesoratorias,y expresa suintencin de no apelaral mismo tipo de retricapara hacer su defensa,cuyo poder de conviccin deber basarsetan slo en la veracidad de loque va a decir en ella. En tal sentido, Scrates pide a los jueces que lepermitan apelar a su modo habitual de hablar en pblico, y que_f!.~ate!!qarl1:~~~tiIoy .lafonna _exterior de su alegato, sino tan slo a sucontenido.

    1.Proemio (17a-lSa)

    APOLociA DE SCRATES

    Platn

  • 31

    lVer nota complementaria p. 107.

    No s, seores atenienses', qu efecto han producido 17amis acusadores en ustedes. Pues a m, al menos, casime hicieron olvidarme de quin soy. Tan persuasiva-mente hablaron. Y, sin embargo, prcticamente nadade lo que han dicho es verdad. Pero entre las muchasmentiras que dijeron hay una que me caus especialasombro: cuando les advirtieron que haran bien enprecaverse de que no los engae, puesto que soyhbil para hablar. En efecto, me pareci lo ms des- b

    En este exordio con que introduce su defensa, Scrates manifiesta suasombro ante el tenor de las acusaciones dirigidas en su contra, y antela elocuencia y persuasioidad del alegato de sus acusadores. Por suparte, Scrates niega tener especialeshabilidadesoratorias,y expresa suintencin de no apelaral mismo tipo de retricapara hacer su defensa,cuyo poder de conviccin deber basarsetan slo en la veracidad de loque va a decir en ella. En tal sentido, Scrates pide a los jueces que lepermitan apelar a su modo habitual de hablar en pblico, y que_f!.~ate!!qarl1:~~~tiIoy .lafonna _exterior de su alegato, sino tan slo a sucontenido.

    1.Proemio (17a-lSa)

    APOLociA DE SCRATES

    Platn

  • 33

    +Ver nota complementara p. 108.5Hay aqu un juego de palabras entre la declaracin de encontrarse

    'como un extrao' o 'ajeno' (xnos cho) respecto del modo de hablarfrente al tribunal, por un lado, y la referencia al caso de un 'extranjero'(xnos) que tuviera que expresarse frente a quienes lo reciben comohusped en su patria, por el otro.

    6'Virtud' es la traduccin que he dado para el trmino griego arei. Heoptado por esta solucin tradicional, sobre todo, por la ventaja que ofrecepoder mantenerla en todos los casos a lo largo del texto. Pero los trminos'virtud' y aret no son equivalentes perfectos y tienen, en muchos casos,connotaciones diferentes. Una diferencia importante est dada por elhecho de que aret se emplea ms frecuentemente que 'virtud' con unsignificado carente de connotacin moral. En este sentido amplio, aretsignifica tanto como la' excelencia' o el 'buen cumplimiento de la funcin'de algo, con cierta connotacin de 'eficacia'. En este sentido no especfi-camente moral del trmino, Platn habla a veces de la aret de un cuchilloo de un caballo de tiro, para aludir a la eficacia en el cumplimiento de lafuncin propia de cada uno (d. p. ej. Repblica I 352d ss.), Tambinnuestro trmino 'virtud' admite usos extra-morales, como, por ejemplo,cuando se habla de las 'virtudes curativas' de una sustancia, para aludir

    Pues la situacin es la siguiente: esta es la primera dvez que subo al estrado de un tribunal, a pesar deque tengo ya setenta aos, y ocurre que me sientosimplemente como un extrao frente al modo dehablar propio de este lugar". Ahora bien, si yo fuerarealmente un extranjero", ustedes me disculparan,por cierto, que me exprese en el dialecto yen el modode hablar en los que fui educado. As tambin les 18apido ahora algo que, por mi parte, creo justo: que nose preocupen del modo como me expreso, sea mejoro peor, y que consideren y pongan atencin tan sloal hecho de si es justo o no lo que digo. Pues en estoconsiste la virtud del juez, y la del orador, en decir laverdad'',

    32

    2Ver nota complementaria p. 107.30bviamente, esta advertencia se refiere al modo en que Scrates

    piensa desarrollar su discurso, es decir, a su renuncia a valerse de losprocedimientos formales tpicos de la retrica, y no a la declaracin deque lo que va a alegar en su favor es verdadero y justo.

    vergonzado de su parte que no hayan tenido repa-ros, a pesar de que enseguida los refutar de hecho,cuando quede de manifiesto que no soy en absolutohbil para hablar, excepto que llamen "hbil parahablar" al que dice la verdad. Pues si es esto lo quequieren decir, entonces yo mismo convendra en quesoy un orador, aunque no al modo de ellos-, Enefecto, ellos, como acabo de afirmar, poco o nadaverdadero han dicho. Yo, en cambio, les har or todala verdad.

    Desde luego, por Zeus, no oirn ustedes, seoresatenienses, bellas formulaciones adornadas con gi-

    c ros y trminos , como las de ellos, sinocosas dichas improvisadamente con las palabras quese me ocurran. Porque estoy seguro de que lo quevoy a decir es justo. As que ninguno de ustedesespere otra cosa". Pues, sin duda, tampoco sera ade-cuado, seores, que, a mi edad, me presente anteustedes como lo hara un muchacho que intenta darforma a un discurso.

    Pero hay sobre todo una cosa, seores atenienses,que necesito y les pido: si advierten que apelo en midefensa al mismo tipo de conversacin que sueloemplear tambin en el gora junto a las mesas de loscambistas, donde muchos de ustedes me han odo, yen otras partes, no se asombren ni alboroten por ello.

  • 33

    +Ver nota complementara p. 108.5Hay aqu un juego de palabras entre la declaracin de encontrarse

    'como un extrao' o 'ajeno' (xnos cho) respecto del modo de hablarfrente al tribunal, por un lado, y la referencia al caso de un 'extranjero'(xnos) que tuviera que expresarse frente a quienes lo reciben comohusped en su patria, por el otro.

    6'Virtud' es la traduccin que he dado para el trmino griego arei. Heoptado por esta solucin tradicional, sobre todo, por la ventaja que ofrecepoder mantenerla en todos los casos a lo largo del texto. Pero los trminos'virtud' y aret no son equivalentes perfectos y tienen, en muchos casos,connotaciones diferentes. Una diferencia importante est dada por elhecho de que aret se emplea ms frecuentemente que 'virtud' con unsignificado carente de connotacin moral. En este sentido amplio, aretsignifica tanto como la' excelencia' o el 'buen cumplimiento de la funcin'de algo, con cierta connotacin de 'eficacia'. En este sentido no especfi-camente moral del trmino, Platn habla a veces de la aret de un cuchilloo de un caballo de tiro, para aludir a la eficacia en el cumplimiento de lafuncin propia de cada uno (d. p. ej. Repblica I 352d ss.), Tambinnuestro trmino 'virtud' admite usos extra-morales, como, por ejemplo,cuando se habla de las 'virtudes curativas' de una sustancia, para aludir

    Pues la situacin es la siguiente: esta es la primera dvez que subo al estrado de un tribunal, a pesar deque tengo ya setenta aos, y ocurre que me sientosimplemente como un extrao frente al modo dehablar propio de este lugar". Ahora bien, si yo fuerarealmente un extranjero", ustedes me disculparan,por cierto, que me exprese en el dialecto yen el modode hablar en los que fui educado. As tambin les 18apido ahora algo que, por mi parte, creo justo: que nose preocupen del modo como me expreso, sea mejoro peor, y que consideren y pongan atencin tan sloal hecho de si es justo o no lo que digo. Pues en estoconsiste la virtud del juez, y la del orador, en decir laverdad'',

    32

    2Ver nota complementaria p. 107.30bviamente, esta advertencia se refiere al modo en que Scrates

    piensa desarrollar su discurso, es decir, a su renuncia a valerse de losprocedimientos formales tpicos de la retrica, y no a la declaracin deque lo que va a alegar en su favor es verdadero y justo.

    vergonzado de su parte que no hayan tenido repa-ros, a pesar de que enseguida los refutar de hecho,cuando quede de manifiesto que no soy en absolutohbil para hablar, excepto que llamen "hbil parahablar" al que dice la verdad. Pues si es esto lo quequieren decir, entonces yo mismo convendra en quesoy un orador, aunque no al modo de ellos-, Enefecto, ellos, como acabo de afirmar, poco o nadaverdadero han dicho. Yo, en cambio, les har or todala verdad.

    Desde luego, por Zeus, no oirn ustedes, seoresatenienses, bellas formulaciones adornadas con gi-

    c ros y trminos , como las de ellos, sinocosas dichas improvisadamente con las palabras quese me ocurran. Porque estoy seguro de que lo quevoy a decir es justo. As que ninguno de ustedesespere otra cosa". Pues, sin duda, tampoco sera ade-cuado, seores, que, a mi edad, me presente anteustedes como lo hara un muchacho que intenta darforma a un discurso.

    Pero hay sobre todo una cosa, seores atenienses,que necesito y les pido: si advierten que apelo en midefensa al mismo tipo de conversacin que sueloemplear tambin en el gora junto a las mesas de loscambistas, donde muchos de ustedes me han odo, yen otras partes, no se asombren ni alboroten por ello.

  • 35

    7Esta referencia a Anito y quienes lo secundan da a entender que, pesea ser Meleto quien aparece como acusador formal, es nito, y no el jovenMeleto, el verdadero promotor de la acusacin. En su interrogatorio aMeleto, Scrates pondr de relieve reiteradamente que el joven no tieneuna idea cabal del significado de los cargos que est haciendo, y quenunca se ha preocupado realmente por los asuntos que constituyen lamateria de sus acusaciones. Vase 25c, 26a.

    8La expresin 'tener a cargo' (paralambnein) alude, bsicamente, a lafuncin de los maestros y preceptores en quienes los padres deleganparte importante de la crianza y educacin de los hijos. Sin embargo,puede estar tomada aqu en un sentido lo suficientemente amplio comopara aludir a cualquier tipo de influencia importante en la formacin delcarcter y las opiniones de la gente joven. De hecho, Scrates incluyepoco despus al comedigrafo Aristfanes entre quienes han influido deeste modo sobre la generacin de sus actuales jueces.

    "Ver nota complementara p. 111,

    e

    bEn efecto, tambin en el pasado, y hace ya muchosaos, han surgido ante ustedes muchos acusadoresmos, que tampoco dijeron nada verdadero. A ellostemo ms que a nito y sus compaeros". Pues,aunque tambin stos son temibles, aqullos 10 sontodava ms, ya que, teniendo a cargo a la mayorade ustedes desde la infancia", los persuadan, hacien-do acusaciones completamente falsas en mi contra,de que hay un tal Scrates, sabio varn, que especulaacerca de los fenmenos celestes e investiga todas lascosas subterrneas, y que convierte al argumentoms dbil en el ms fuerte. Quienes han difundidotal fama, seores atenienses, son mis acusadores mstemibles, pues quienes los oyen piensan que los queinvestigan tales cosas ni siquiera creen en los dioses",

    Adems, estos acusadores son numerosos y vie-nen acusndome hace ya mucho tiempo. Y, para

    34

    a sus propiedades teraputicas. Pero estos usos son poco frecuentes en elespaol actual. En el presente contexto, la referencia a la aret del juez ydel orador tiene, en primera instancia, un alcance extra-moral. Scratesno alude, directamente, a las cualidades morales del juez y del orador,sino ms bien a las exigencias que uno y otro deben satisfacer, si esperandar buen cumplimiento a su funcin especfica. Con todo es obvio que,almenos indirectamente, el punto tiene tambin implicaciones morales.

    IBa Pues bien, seores atenienses, en primer lugar, esjusto que me defienda de las primeras acusacionesfalsas en mi contra y de mis primeros acusadores, yluego de las acusaciones y los acusadores que hanaparecido despus.

    Scrates expone y fundamenta brevemente el orden de tratamiento queha escogido seguir en su defensa. Primero va a defenderse de ciertasacusacionesantiguas de tipo informal, difundidas por personas hostlesa l y a sus actividades, Despus se defenderde los cargosformuladosformalmente en su contra por sus actuales acusadores. Este orden detratamiento se justifica por dos razones; en primer lugar, porque lasantiguas acusacionesinformalesy lafalsa imagenpblica de su personaderivada de su difusin constituyen, a juicio de Scrates, el origenremoto de las actuales acusacionesformales; en segundo lugar, porquemuchos de losjueces que tienen ahora la misin dejuzgarlo han estadoexpuestos desdemuy jvenes a la influencia de quienes difundan talescalumnias en su contra. En tal sentido, Scrates explica que no temetanto a losnuevos cargosque se lehacen, sino ms bien a la posibilidadde que los jueces estn todava sujetos a la influencia de las muchascalumnias sobre su persona que oyeron desde nios, de parte de perso-nas mayores a cargode su crianza y educacin.

    II. Plan de la defensa (18a-19a)

  • 35

    7Esta referencia a Anito y quienes lo secundan da a entender que, pesea ser Meleto quien aparece como acusador formal, es nito, y no el jovenMeleto, el verdadero promotor de la acusacin. En su interrogatorio aMeleto, Scrates pondr de relieve reiteradamente que el joven no tieneuna idea cabal del significado de los cargos que est haciendo, y quenunca se ha preocupado realmente por los asuntos que constituyen lamateria de sus acusaciones. Vase 25c, 26a.

    8La expresin 'tener a cargo' (paralambnein) alude, bsicamente, a lafuncin de los maestros y preceptores en quienes los padres deleganparte importante de la crianza y educacin de los hijos. Sin embargo,puede estar tomada aqu en un sentido lo suficientemente amplio comopara aludir a cualquier tipo de influencia importante en la formacin delcarcter y las opiniones de la gente joven. De hecho, Scrates incluyepoco despus al comedigrafo Aristfanes entre quienes han influido deeste modo sobre la generacin de sus actuales jueces.

    "Ver nota complementara p. 111,

    e

    bEn efecto, tambin en el pasado, y hace ya muchosaos, han surgido ante ustedes muchos acusadoresmos, que tampoco dijeron nada verdadero. A ellostemo ms que a nito y sus compaeros". Pues,aunque tambin stos son temibles, aqullos 10 sontodava ms, ya que, teniendo a cargo a la mayorade ustedes desde la infancia", los persuadan, hacien-do acusaciones completamente falsas en mi contra,de que hay un tal Scrates, sabio varn, que especulaacerca de los fenmenos celestes e investiga todas lascosas subterrneas, y que convierte al argumentoms dbil en el ms fuerte. Quienes han difundidotal fama, seores atenienses, son mis acusadores mstemibles, pues quienes los oyen piensan que los queinvestigan tales cosas ni siquiera creen en los dioses",

    Adems, estos acusadores son numerosos y vie-nen acusndome hace ya mucho tiempo. Y, para

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    a sus propiedades teraputicas. Pero estos usos son poco frecuentes en elespaol actual. En el presente contexto, la referencia a la aret del juez ydel orador tiene, en primera instancia, un alcance extra-moral. Scratesno alude, directamente, a las cualidades morales del juez y del orador,sino ms bien a las exigencias que uno y otro deben satisfacer, si esperandar buen cumplimiento a su funcin especfica. Con todo es obvio que,almenos indirectamente, el punto tiene tambin implicaciones morales.

    IBa Pues bien, seores atenienses, en primer lugar, esjusto que me defienda de las primeras acusacionesfalsas en mi contra y de mis primeros acusadores, yluego de las acusaciones y los acusadores que hanaparecido despus.

    Scrates expone y fundamenta brevemente el orden de tratamiento queha escogido seguir en su defensa. Primero va a defenderse de ciertasacusacionesantiguas de tipo informal, difundidas por personas hostlesa l y a sus actividades, Despus se defenderde los cargosformuladosformalmente en su contra por sus actuales acusadores. Este orden detratamiento se justifica por dos razones; en primer lugar, porque lasantiguas acusacionesinformalesy lafalsa imagenpblica de su personaderivada de su difusin constituyen, a juicio de Scrates, el origenremoto de las actuales acusacionesformales; en segundo lugar, porquemuchos de losjueces que tienen ahora la misin dejuzgarlo han estadoexpuestos desdemuy jvenes a la influencia de quienes difundan talescalumnias en su contra. En tal sentido, Scrates explica que no temetanto a losnuevos cargosque se lehacen, sino ms bien a la posibilidadde que los jueces estn todava sujetos a la influencia de las muchascalumnias sobre su persona que oyeron desde nios, de parte de perso-nas mayores a cargode su crianza y educacin.

    II. Plan de la defensa (18a-19a)

  • 37

    a sus efectos en quienes quedan persuadidos de ella. En el segundo caso,el trmino debe traducirse ms bien por 'prejuicio' (vase p. ej. 19a, 19b,20c, 20d, etc.). El alcance de la expresin "mediante la envidia y lacalumnia" parece ser: los antiguos acusadores avivaban la envidia o elresentimiento contra Scrates por medio de calumnias.

    convencidos ya ellos mismos, convencan a otros. Pues no es posible hacer subir a este estradoa ninguno de ellos T refutarlo, sino que habr quedefenderse, sin ms, como combatiendo con som-bras, y refutarlos sin que nadie conteste.

    Pues bien, concdanme entonces que mis acusa-dores han sido, como digo, de dos clases: unos, losque me han acusado recientemente, y otros, a los queme estoy refiriendo, que lo han hecho hace mucho etiempo. Y acepten que debo defenderme primero destos, pues ustedes los oyeron antes y ms frecuen-temente que a los que han aparecido despus.

    Ahora tengo que defenderme, seores atenienses,e intentar quitarles en un tiempo tan breve este pre-juicio que han adquirido a lo largo de tanto tiempo. 19aQuisiera, por cierto, que as resultase, si ello es mejortanto para ustedes como para m, y lograr algo conmi defensa. Pero creo que ser difcil, y no se meoculta cunto. Pero que la cosa tome el rumbo quesea grato al dios. Por mi parte, tengo que obedecer ala ley y defenderme.

    36

    lOLa expresin ermen (se. diken kaiegorein, que he traducido por"realizar un juicio en ausencia", es de carcter tcnico-forense. Alude alos procesos llevados a cabo en ausencia del acusado, por no presentarseste ante el tribunal. Sin embargo, la aclaracin "sin que nadie pudieradefenderse" (apologoumnou OUdCllS) parece dar a la expresin un girodiferente: Scrates sugiere que, en su caso, el 'juicio en ausencia' haconsistido ms bien en que se lo acus sin darle ocasin de defenderse,pues se 10hizo de modo informal y a travs de calumnias y murmuracio-nes. Poco despus seala Scrates que, en este caso, no es el acusado, sinoque ms bien son los acusadores quienes no han acudido al tribunal Yprefirieron quedar en el anonimato, de modo que deber limitarse arefutarlos sin que ellos mismos le contesten. Vase l8d.

    llSe refiere al comedigrafo Aristfanes, quien en su obra las Nubespone a Scrates como protagonista, y 10 presenta de un modo que haprestado sustento a su falsa imagen de filsofo de la naturaleza y sofista,sospechoso de atesmo. Un personaje de la obra, Estrepsades, que sesiente estafado por la enseanza impartida por Scrates tanto a l mismocomo a su hijo, quiere finalmente incinerar a Scrates junto con sudiscpulo Querefonte, y le echa en cara el haber blasfemado contra losdioses (vase Nubes 1455-1509). Para un examen de la presentacin deScrates por Aristfanes vase Dover (1971);Nichols (1987) p. 7-28.

    12"Envidia" es la traduccin de phihonos, palabra que puede significartambin 'odio', 'resentimiento'. A su vez, "calumnia" traduce el trminodiabou, que aparece reiteradamente en el texto y presenta una importanteoscilacin de significado, ya que puede aludir a la calumnia misma o bien

    peor, les hablaron a ustedes a una edad en la que msfcilmente les hubieran dado crdito, puesto quealgunos de ustedes eran nios o muchachos, reali-zando prcticamente un juicio en ausencia, sin quenadie pudiera defenderse-v, y lo ms absurdo detodo es que ni siquiera se puede conocer ni sealar

    d sus nombres, excepto el de uno, que es escritor decomedas-'. Pero los ms difciles sontodos aquellos que los convencan a ustedes median-te la envidia y la calumnia--, y tambin aquellos que,

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    a sus efectos en quienes quedan persuadidos de ella. En el segundo caso,el trmino debe traducirse ms bien por 'prejuicio' (vase p. ej. 19a, 19b,20c, 20d, etc.). El alcance de la expresin "mediante la envidia y lacalumnia" parece ser: los antiguos acusadores avivaban la envidia o elresentimiento contra Scrates por medio de calumnias.

    convencidos ya ellos mismos, convencan a otros. Pues no es posible hacer subir a este estradoa ninguno de ellos T refutarlo, sino que habr quedefenderse, sin ms, como combatiendo con som-bras, y refutarlos sin que nadie conteste.

    Pues bien, concdanme entonces que mis acusa-dores han sido, como digo, de dos clases: unos, losque me han acusado recientemente, y otros, a los queme estoy refiriendo, que lo han hecho hace mucho etiempo. Y acepten que debo defenderme primero destos, pues ustedes los oyeron antes y ms frecuen-temente que a los que han aparecido despus.

    Ahora tengo que defenderme, seores atenienses,e intentar quitarles en un tiempo tan breve este pre-juicio que han adquirido a lo largo de tanto tiempo. 19aQuisiera, por cierto, que as resultase, si ello es mejortanto para ustedes como para m, y lograr algo conmi defensa. Pero creo que ser difcil, y no se meoculta cunto. Pero que la cosa tome el rumbo quesea grato al dios. Por mi parte, tengo que obedecer ala ley y defenderme.

    36

    lOLa expresin ermen (se. diken kaiegorein, que he traducido por"realizar un juicio en ausencia", es de carcter tcnico-forense. Alude alos procesos llevados a cabo en ausencia del acusado, por no presentarseste ante el tribunal. Sin embargo, la aclaracin "sin que nadie pudieradefenderse" (apologoumnou OUdCllS) parece dar a la expresin un girodiferente: Scrates sugiere que, en su caso, el 'juicio en ausencia' haconsistido ms bien en que se lo acus sin darle ocasin de defenderse,pues se 10hizo de modo informal y a travs de calumnias y murmuracio-nes. Poco despus seala Scrates que, en este caso, no es el acusado, sinoque ms bien son los acusadores quienes no han acudido al tribunal Yprefirieron quedar en el anonimato, de modo que deber limitarse arefutarlos sin que ellos mismos le contesten. Vase l8d.

    llSe refiere al comedigrafo Aristfanes, quien en su obra las Nubespone a Scrates como protagonista, y 10 presenta de un modo que haprestado sustento a su falsa imagen de filsofo de la naturaleza y sofista,sospechoso de atesmo. Un personaje de la obra, Estrepsades, que sesiente estafado por la enseanza impartida por Scrates tanto a l mismocomo a su hijo, quiere finalmente incinerar a Scrates junto con sudiscpulo Querefonte, y le echa en cara el haber blasfemado contra losdioses (vase Nubes 1455-1509). Para un examen de la presentacin deScrates por Aristfanes vase Dover (1971);Nichols (1987) p. 7-28.

    12"Envidia" es la traduccin de phihonos, palabra que puede significartambin 'odio', 'resentimiento'. A su vez, "calumnia" traduce el trminodiabou, que aparece reiteradamente en el texto y presenta una importanteoscilacin de significado, ya que puede aludir a la calumnia misma o bien

    peor, les hablaron a ustedes a una edad en la que msfcilmente les hubieran dado crdito, puesto quealgunos de ustedes eran nios o muchachos, reali-zando prcticamente un juicio en ausencia, sin quenadie pudiera defenderse-v, y lo ms absurdo detodo es que ni siquiera se puede conocer ni sealar

    d sus nombres, excepto el de uno, que es escritor decomedas-'. Pero los ms difciles sontodos aquellos que los convencan a ustedes median-te la envidia y la calumnia--, y tambin aquellos que,

  • 39

    .'".'.' lasacusaciones referidas.A tal fin, cuenta lafamosa historia vinculada..........................con la sentencia del orculo de Deljoe, que habra deCiarrioqie-j11ngn

    hariiJiilaospeii1:lai11sabidurii:Ante el asombro que-le procl}oestae .. .decwrlidri dez .iii'CClo,-Scrates -~ue no se consideraba sabio sino\i ms bien gnorante- decidi asumir la tarea de interpretar el sentido

    de la sentencia, como misin al servicio del dios Apolo, a quien estabaconsagrado el orculo de Delfos, partiendo del presupuesto de que eldios en algn sentido deba estar diciendo la verdad. Talfue el origen desu actividad pblica de indagacin y examen de quienes, en principio,parecan ser ms sabios, como los polticos, los poetas e incluso losartesanos. El resultado de esta tarea de examen fue doble. Por un lado,Scrates llegfinalmente a comprender que cuando el orculo le atri-bua una cierta sabidura, incluso superior a ladel resto, lohaca en unsentido muy peculiar del trmino: la sabidura de Scrates no consistaen la posesin de un tipo especial d~~;-;;~;"decoij._[dos-sofreqlgftnasilnto-rn1p;;t~';te:'sno mas hlen en ia conciencia de lapropia ignoran-ac-o; dicho -d- modo' :;:ndi preciso; -en-la c(jI1Cienda'de'los iimiies del-pr~pio saber. A esta peculiar sabidura]a~[[tlrnaScrates '.~'!.~idura1:~lnana;,p;1' oposicin a la pretendida sabidura en asuntos dIvinosq-;;i~-~tribua el cargo de indagar las cosascelestesy subterrneas. Porotro lado, la misma actividad de indagacin y examen de los queparecan ser sabioshizo que, paradjicamente, mucha gente comenzaraa atribuirle al propio Scrates el tipo de sabidura que sus interlocutoresse jactaban de poseer, y que Scrates mismo negaba tener, ya que atravs de la refutacin Scrates aparecafinalmente como superior aesos hombres presuntamente sabios. Esta aparente superioridad deScrates riotiu su popularidad entre los jvenes, que comenzaron aseguirlo y a tratar de imitar su mtodo refutatorio.

    Junto con dar razones en contra de la plausibilidad de las antiguasacusaciones informales, Scrates reconstruye as en sus elementos fun-damentales el trasfondo de los cargos hechos por los nuevos acusadoresen S11presentacin formal.

    38

    vincula a Scrates con la temtica de los primeros fil6sofos de lanaturaleza y proyecta sobre l la sospecha de atesmo, cargoformuladotambin contra filsofos como Anaxgoras. Los cargos 2) y 3), encambio, asimilan a Scrates ms bien a los sofistas y maestros deoratoria, cuyas actividades estaban en auge en ese entonces. Respectodel cargo 1), Scrates no critica directamente ese tipo de indagaciones,pero niega tajantemente poseer conocimientos de esa ndole o haberseocupado alguna vez de tales temas en sus conversaciones. Respecto delos otros cal'gos,su actitud es ms matizada: no hace referenciaexpresaal cargo2), sino que concentra su argumento en el rechazo del cargo 3),sealando que nunca actu como maestro pago, al modo de los sofistas.Puede no ser casual que Scrates evite referirse aqu expresamente alcargo de convertir el argumento ms dbil en el ms fuerte, pues elmtodo socrticode discusin, con su componente refutatorio, presentaindudablemente una semejanza exterior con las prcticas de discusionde los sofistas. Scrates puede haber pensado que no era convenientebasarsu estmtegia dedefensa en disquisiciones acercade las diferenciasde ambos mtodos de discusin, y haber optado as ms bien porenfatizar las diferenciasde motivacin respecto de las actividades de lossofistas, insistiendo en el carcterprofesional y lucrativo de stas.

    En apoyo de su rechazo de estos cargos Scrates ofrece una explica-cin del origen de su reputacin de sabio,a la cual aluden expresamente

    Scrates comienza la defensa eri contra de las primeras .a.c.usacia11g__.:iY.JfQr.rnalesenumerando los cargos, a la manera de una acusacin -._Jformal. Los cargos principales, que aparecen reflejados en la parodia desu figura realizada p0l' Al'stfanes, son tres, a saber: 1) ~'.cosa~.s.~!~t~rt4:zgfJ_syl~4~lcielo,2) conoenir el al'gumento ms dbilertel m.9ft1erte,y 3) ensear a otI'05l;"i~-clicadoe~ 15;25. Eica~go '15"

    .......

    1. Defensa contra las primeras acusaciones (19a-24b)

    In. Defensa de Scrates

  • 39

    .'".'.' lasacusaciones referidas.A tal fin, cuenta lafamosa historia vinculada..........................con la sentencia del orculo de Deljoe, que habra deCiarrioqie-j11ngn

    hariiJiilaospeii1:lai11sabidurii:Ante el asombro que-le procl}oestae .. .decwrlidri dez .iii'CClo,-Scrates -~ue no se consideraba sabio sino\i ms bien gnorante- decidi asumir la tarea de interpretar el sentido

    de la sentencia, como misin al servicio del dios Apolo, a quien estabaconsagrado el orculo de Delfos, partiendo del presupuesto de que eldios en algn sentido deba estar diciendo la verdad. Talfue el origen desu actividad pblica de indagacin y examen de quienes, en principio,parecan ser ms sabios, como los polticos, los poetas e incluso losartesanos. El resultado de esta tarea de examen fue doble. Por un lado,Scrates llegfinalmente a comprender que cuando el orculo le atri-bua una cierta sabidura, incluso superior a ladel resto, lohaca en unsentido muy peculiar del trmino: la sabidura de Scrates no consistaen la posesin de un tipo especial d~~;-;;~;"decoij._[dos-sofreqlgftnasilnto-rn1p;;t~';te:'sno mas hlen en ia conciencia de lapropia ignoran-ac-o; dicho -d- modo' :;:ndi preciso; -en-la c(jI1Cienda'de'los iimiies del-pr~pio saber. A esta peculiar sabidura]a~[[tlrnaScrates '.~'!.~idura1:~lnana;,p;1' oposicin a la pretendida sabidura en asuntos dIvinosq-;;i~-~tribua el cargo de indagar las cosascelestesy subterrneas. Porotro lado, la misma actividad de indagacin y examen de los queparecan ser sabioshizo que, paradjicamente, mucha gente comenzaraa atribuirle al propio Scrates el tipo de sabidura que sus interlocutoresse jactaban de poseer, y que Scrates mismo negaba tener, ya que atravs de la refutacin Scrates aparecafinalmente como superior aesos hombres presuntamente sabios. Esta aparente superioridad deScrates riotiu su popularidad entre los jvenes, que comenzaron aseguirlo y a tratar de imitar su mtodo refutatorio.

    Junto con dar razones en contra de la plausibilidad de las antiguasacusaciones informales, Scrates reconstruye as en sus elementos fun-damentales el trasfondo de los cargos hechos por los nuevos acusadoresen S11presentacin formal.

    38

    vincula a Scrates con la temtica de los primeros fil6sofos de lanaturaleza y proyecta sobre l la sospecha de atesmo, cargoformuladotambin contra filsofos como Anaxgoras. Los cargos 2) y 3), encambio, asimilan a Scrates ms bien a los sofistas y maestros deoratoria, cuyas actividades estaban en auge en ese entonces. Respectodel cargo 1), Scrates no critica directamente ese tipo de indagaciones,pero niega tajantemente poseer conocimientos de esa ndole o haberseocupado alguna vez de tales temas en sus conversaciones. Respecto delos otros cal'gos,su actitud es ms matizada: no hace referenciaexpresaal cargo2), sino que concentra su argumento en el rechazo del cargo 3),sealando que nunca actu como maestro pago, al modo de los sofistas.Puede no ser casual que Scrates evite referirse aqu expresamente alcargo de convertir el argumento ms dbil en el ms fuerte, pues elmtodo socrticode discusin, con su componente refutatorio, presentaindudablemente una semejanza exterior con las prcticas de discusionde los sofistas. Scrates puede haber pensado que no era convenientebasarsu estmtegia dedefensa en disquisiciones acercade las diferenciasde ambos mtodos de discusin, y haber optado as ms bien porenfatizar las diferenciasde motivacin respecto de las actividades de lossofistas, insistiendo en el carcterprofesional y lucrativo de stas.

    En apoyo de su rechazo de estos cargos Scrates ofrece una explica-cin del origen de su reputacin de sabio,a la cual aluden expresamente

    Scrates comienza la defensa eri contra de las primeras .a.c.usacia11g__.:iY.JfQr.rnalesenumerando los cargos, a la manera de una acusacin -._Jformal. Los cargos principales, que aparecen reflejados en la parodia desu figura realizada p0l' Al'stfanes, son tres, a saber: 1) ~'.cosa~.s.~!~t~rt4:zgfJ_syl~4~lcielo,2) conoenir el al'gumento ms dbilertel m.9ft1erte,y 3) ensear a otI'05l;"i~-clicadoe~ 15;25. Eica~go '15"

    .......

    1. Defensa contra las primeras acusaciones (19a-24b)

    In. Defensa de Scrates

  • 41

    14Yernota complementaria p. 112.15Gorgias de Leontinos es el famoso orador ymaestro de retrica, que

    aparece como uno de los interlocutores principales de Scrates en eldilogo platnico titulado precisamente Gorgias. Prdico de Ceos e Hi-pias de Elis son dos famosos sofistas, que aparecen como personajessecundarios en el dilogo Protgoras (vase su pintoresca presentacin en31Sb). (Hipias aparece, adems, como personaje principal en otros dosdilogos, a saber: Hipias mayor eHipias menor, de los cuales el primero, sinembargo, es objeto de prolongada discusin respecto de su autenticidad.)En el presente pasaje de Apol. los tres personajes mencionados estabanan con vida en el momento del juicio. En cambio, Protgoras, la otragran figura de la sofstica, haba muerto ya.

    to de si alguno de ustedes me oy alguna vez discu-rrir, poco o mucho, sobre tales temas14: A partir deello concluirn que tambin las otras cosas que lagente dice de m son de la misma ndole.

    Pero, desde luego, nada de eso es verdad. y sioyen a alguien decir que yo intento instruir a loshombres y gano dinero, tampoco esto es cierto. eClaro que tambin me parece bueno que alguienpueda instruir a los hombres corno Gorgias de Leon-tinos, Prdico de Ceas e Hipias de Elis15. En efecto,seores, cada uno de ellos es capaz de ir de ciudaden ciudad y persuadir a los jvenes, que bien podranconversar gratis con cualquiera de sus conciudada-nos, de que dejen de lado la compaa de stos para 20air a juntarse con ellos, pagndoles a cambio dinero yquedndoles encima agradecidos.

    A propsito, se encuentra entre nosotros tambinotro hombre sabio, procedente de Paros, que, segnme he enterado, se halla de visita en la ciudad. Puescasualmente me top con un hombre que ha gastado

    40

    13YaseNubes 218 ss. Scrates aparece en la escena sostenido en el airepor una especie de gancho amarrado a una cuerda, que lo hace bambo-learse sobre las cabezas de Estrepsades y un discpulo. La expresin"andar por los aires" (aerobaten) remite a Nubes 225, donde debe leerseenel doble sentido de levitar y de "andar por las nubes", como parte deuna caricatura de la actitud especulativa del filsofo.

    19a Recapitulemos, entonces, desde el comienzo cul hasido la acusacin de la que procede el prejuicio en mi

    b contra, el cual ha llevado despus a Melero, que ledio crdito, a presentar su escrito acusatorio. Vea-mos que dicen los que han levantado estas calumniasen mi contra. Es preciso leer sus acusaciones corno sise tratara de una declaracin jurada!scrates corne-te delit--Y_~e~_en lo ~no debe ind~g~Q.do las_s~sas subterrneau~l. cielo, _con~!!:tiendo elargumento m~_ diL~n el snsj:ue_rj:~,_)".~Il~and_

    e a_otr.os esta.JJusm.as__cosaf.Tal es su acusacin.En efecto, ustedes mismos lo vieron en la comedia

    de Aristfanes: all un tal Scrates, que se columpiade un lado a otro, declara que anda por los aires'? ydice muchas otras tonteras de las cuales yo no sabsolutamente nada. y no digo esto con la intencinde menospreciar tal ciencia, si hay alguien que seasabio en tales cosas. No vaya a ser que Meleto mehaga procesar por esta causa! Pero el punto es, seo-res atenienses, que yo no tengo parte en ninguna deesas cosas. Pongo como testigo de esto a la mayora

    d de ustedes mismos, y les pido a todos los que mehayan odo dialogar alguna vez -y tal es el caso demuchos de ustedes- que se instruyan e informenmutuamente. Infrmense, pues, unos a otros respec-

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    14Yernota complementaria p. 112.15Gorgias de Leontinos es el famoso orador ymaestro de retrica, que

    aparece como uno de los interlocutores principales de Scrates en eldilogo platnico titulado precisamente Gorgias. Prdico de Ceos e Hi-pias de Elis son dos famosos sofistas, que aparecen como personajessecundarios en el dilogo Protgoras (vase su pintoresca presentacin en31Sb). (Hipias aparece, adems, como personaje principal en otros dosdilogos, a saber: Hipias mayor eHipias menor, de los cuales el primero, sinembargo, es objeto de prolongada discusin respecto de su autenticidad.)En el presente pasaje de Apol. los tres personajes mencionados estabanan con vida en el momento del juicio. En cambio, Protgoras, la otragran figura de la sofstica, haba muerto ya.

    to de si alguno de ustedes me oy alguna vez discu-rrir, poco o mucho, sobre tales temas14: A partir deello concluirn que tambin las otras cosas que lagente dice de m son de la misma ndole.

    Pero, desde luego, nada de eso es verdad. y sioyen a alguien decir que yo intento instruir a loshombres y gano dinero, tampoco esto es cierto. eClaro que tambin me parece bueno que alguienpueda instruir a los hombres corno Gorgias de Leon-tinos, Prdico de Ceas e Hipias de Elis15. En efecto,seores, cada uno de ellos es capaz de ir de ciudaden ciudad y persuadir a los jvenes, que bien podranconversar gratis con cualquiera de sus conciudada-nos, de que dejen de lado la compaa de stos para 20air a juntarse con ellos, pagndoles a cambio dinero yquedndoles encima agradecidos.

    A propsito, se encuentra entre nosotros tambinotro hombre sabio, procedente de Paros, que, segnme he enterado, se halla de visita en la ciudad. Puescasualmente me top con un hombre que ha gastado

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    13YaseNubes 218 ss. Scrates aparece en la escena sostenido en el airepor una especie de gancho amarrado a una cuerda, que lo hace bambo-learse sobre las cabezas de Estrepsades y un discpulo. La expresin"andar por los aires" (aerobaten) remite a Nubes 225, donde debe leerseenel doble sentido de levitar y de "andar por las nubes", como parte deuna caricatura de la actitud especulativa del filsofo.

    19a Recapitulemos, entonces, desde el comienzo cul hasido la acusacin de la que procede el prejuicio en mi

    b contra, el cual ha llevado despus a Melero, que ledio crdito, a presentar su escrito acusatorio. Vea-mos que dicen los que han levantado estas calumniasen mi contra. Es preciso leer sus acusaciones corno sise tratara de una declaracin jurada!scrates corne-te delit--Y_~e~_en lo ~no debe ind~g~Q.do las_s~sas subterrneau~l. cielo, _con~!!:tiendo elargumento m~_ diL~n el snsj:ue_rj:~,_)".~Il~and_

    e a_otr.os esta.JJusm.as__cosaf.Tal es su acusacin.En efecto, ustedes mismos lo vieron en la comedia

    de Aristfanes: all un tal Scrates, que se columpiade un lado a otro, declara que anda por los aires'? ydice muchas otras tonteras de las cuales yo no sabsolutamente nada. y no digo esto con la intencinde menospreciar tal ciencia, si hay alguien que seasabio en tales cosas. No vaya a ser que Meleto mehaga procesar por esta causa! Pero el punto es, seo-res atenienses, que yo no tengo parte en ninguna deesas cosas. Pongo como testigo de esto a la mayora

    d de ustedes mismos, y les pido a todos los que mehayan odo dialogar alguna vez -y tal es el caso demuchos de ustedes- que se instruyan e informenmutuamente. Infrmense, pues, unos a otros respec-

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    20"Arte" traduce aqu el trmino griego ichne,el cual se aplica a todaslas actividades de tipo tcnico-productivo, desde los oficios manuales yartesanas, pasando por actividades tcnico-profesionales como las delnavegante y el mdico, hasta las vinculadas con lo que modernamente sedenomina 'bellas artes' (literatura, pintura, escultura, msica). Aunquesu uso en este sentido amplio ya no es tan frecuente, tambin nuestrapalabra 'arte' puede aplicarse de un modo que cubre prcticamente elmismo universo de actividades, y no slo las 'bellas artes'. As, porejemplo, se habla a veces de 'artes manuales', del 'arte del carpintero: obien del 'arte mdico', etc. El trmino griego tcltne alude, ciertamente, adeterminados tipos de actividades, pero acenta en todos los casos elhecho d