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1 Aquiles Julián ARGUCIAS 2 TIEMPO CONTRA EL l ctofilia d i g i t a l e

ARGUCIAS CONTRA EL TIEMPO, POR AQUILES JULIÁN, REP. DOMINICANA

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Poemario de Aquiles Julián, con una amplia selección de su poesía de los últimos años.

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Aquiles Julián

ARGUCIAS

2

TIEMPO CONTRA EL

l ctofilia d i g i t a l

e

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2

Argucias contra el tiempo

Aquiles Julián

poemas

l ctofilia d i g i t a l

e

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© 2011 Lectofilia digital

1ª edición, abril 2011

Editado en Rep. Dominicana

Se autoriza la reproducción parcial o total de esta obra y su difusión.

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A Cristina

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Índice Presentación 8 Historia universal 12 Palabras de un anciano a su hijo 14 Sorprendido en una calle de Pompeya 16 Afiliación 18 A Joseph Brodsky 20 Kavafis 22 Anda con sus certezas 24 El poeta 26 Y si mañana, en vez de mí 28 Pequeña declaración de amor 30 Lorca 32 Roque Dalton 34 Cada palabra viene con su zurrapa 37 A un soldado en Irak 39 Cortázar 41 El poeta renuncia a su cadáver 44 Nada queda de ti 46 Un minuto antes de entrar al motel 48 Cristina 50 Vuelto hacia ti 52 Mujer, yo escribo estas palabras inútiles 53

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Recomendaciones 55 25 de diciembre 57 Consejo 59 A esta lluvia le faltan sapos 68 A dónde escaparás que no llegues al mar 63 Calles 65 Dónde tu espera te espera 67 Al margen 69 El maquillista 71 Instrucciones al hijo 74 Hoja de vida 77 Encargo para el supermercado 78 Obras completas 80 Tenemos a bien recomendar… 82 Como un islote 84 El día de Pilniak 86 Algunos de mis contemporáneos, yo mismo incluso 88 Construimos estatuas para que otros las derriben 91 Si una mujer se llueve ahora 94 Oscuras vehemencias 95 Elegía a la enfermera del barrio 96 Hombre en medio del ártico 100 Pequeño mago 101 Mezclando los elementos del desastre 102 Una pared que no existe 104 Pies 106 Cris 107 De madera distinta 108

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Lúcida voz 109 Luz que escampa 112 Pájaro 114 Sólo 115 Inmortalidad 116 Sueño, y la casa… 117 Ángeles 119 Mujer, cuánto tiempo 120 Retorno 123 Testigo incómodo 126 Turismo sostenible 127 Frente al mar Rojo 129 Aquiles 131

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Presentación

Escribir poemas es una de mis pasiones. Los garabateo, los digito, los releo, los pulo, los guardo y van amontonándose en la memoria de la computadora, como antes se agrupaban en cuadernos que se extraviaban o que alguien, mi madre, por ejemplo, rescataba del olvido total. La poesía, se ha dicho y redicho al grado de que es verdad aceptada, no es mercadeable. Los poemas no venden. Los cuentos y las novelas entretienen, por lo menos; distraen. Los poemas no suelen ser del gusto del mercado lector. En realidad, vivimos una cultura que propone tantos medios de entretención, tanta distracción inútil, tanto ruido, que la poesía y la literatura, que tienden a problematizar, a profundizar, a indagar y despertarnos, no son materia grata. Claro, podríamos proponer una poesía un tanto light, pícara, doble sentido y buen gusto, lo suficientes como para que las damas se ruboricen, pero que no se escandalicen. El morbo las haría apetecibles.

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O algunos poemas que canten temas cívicos o al amor sin mayores complicaciones expresivas, masticados para el rápido entendimiento de una masa habituada ya a contenidos predigeridos. El asunto es que el poema es un artefacto peligroso. Suele salirse con la suya y alterar a las buenas conciencias. Una vez, en 1970, fuimos a declamar unos poemas en un evento que se realizaba en el antiguo centro de torturas de El 9, en la carretera Mella. Cuando nos tocó el turno, recitamos unos poemas pintorescos de Darío Suro, que concitaron los aplausos entusiastas de autoridades eclesiásticas, civiles y militares presentes. Pero luego, en la segunda parte, cambiamos a un poema político, no del gusto del gobierno de entonces. Alguien nos alertó que nos marcháramos: habían llamado al J-2 de la Aviación, la Inteligencia militar, para que nos diera un raspapolvos. Y tal vez algo un poco más severo. Hicimos caso y nos fuimos del lugar. No sé cómo terminó el acto. Un poema de Roque Dalton, “Buscándome líos”, siempre me recuerda mi relación con el poema. Como Vallejo, queremos escribir pero nos sale espuma. A Hans Magnus Enzersberger, el gran poeta alemán, debo un título: Poesía para los que no leen poesía, que le hurtaría con gusto.

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Hay todo tipo de poemas, porque hay todo tipo de personas. Si poiema es creación, sé que hay poemas que sólo yo podría escribir. Al igual que poemas que sólo tú, lector, podrías escribir. Hay temas que son tuyos y quizás de nadie más. Y una manera de decir que es tuya, irrepetible. Vivimos tiempos terribles, en que la inmensa mayoría de la humanidad, reducida a la búsqueda desesperada de la sobrevivencia, no tiene ni tiempo, ni hábito, ni gusto ni interés en leer poesía. No la cree necesaria. Y para ellos escribo estos poemas. En solidaridad.

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Historia universal

La irracionalidad tiempo atrás hizo desperdiciar las

proteínas.

De hecho, se mataban y dejaban podrir la dulce carne

tan suave al paladar que se deshace

en jugos y sorpresas.

Vean que despilfarro esas batallas.

Qué de platos exquisitos se perdieron

en Hiroshima

¿Han probado un sushi de japonés neonato? ¡Qué

delicia!

Tantas exquisiteces echadas a perder.

Del pasado sabemos

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que preferían alimentar los tiburones con carne

desesperada de inmigrante

que dar esa misma carne de comer al hambriento.

¿Y tienen los tiburones privilegios?

Pero la Era de la Razón se impuso, simple cálculos,

análisis costo/beneficio

y entender, como entendimos, que teníamos la

capacidad de producir, indefinidamente,

las proteínas necesarias. Ahora las matanzas poseen

un sentido:

abren el apetito y puede uno cargar con la mejor

parte del enemigo caído

para salar y guisar el mismo día.

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Palabras de un anciano a su hijo

No le creas a la vida: es un engaño

y tu apariencia por igual

Ahora te sientes ahí rozagante

Piensas que el mundo se coloca a tus pies para que

camines

sobre él

que si te estiras un poquito alcanzarás la más remota

estrella

y ves mis restos con conmiseración

pero mientras la vida te entretiene con esos

pensamientos

los años que transcurren te pisotean sin misericordia

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Pagas el precio de tu ignorancia

Nunca el mundo se hizo tapete para tus pies

Las estrellas remotas siguen allá, remotas

El posponer el esfuerzo te consumió la vida

Arribas al final a ocupar mi espacio

Este que te habla eres tú, eses que no me entiende

soy yo

Y este banco vacío en que no estamos

Es el final de ambos.

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Sorprendido en una calle de Pompeya

Sorprendido en una calle de Pompeya

comiendo o dedicado al dulce cotilleo

de camino a la casa o de regreso de ella

ejerciendo el pregón o buscando qué robar

enamorado o ciego o despechado

indignado por el último edicto del César

pensando seriamente embarcar a otro lado:

tal vez a Hispania o la dulce costa del África

que guarda

innúmeros tesoros

haciendo el amor los encontró

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o peleándose

durmiendo la hartura o penando

Por un trozo de pan

en las ergástulas húmedas y oscuras

o en la plaza

En algún sitio estabas

cuando fuego del cielo te ardió y la ceniza

dejó a la posteridad tu crispación y tu sorpresa.

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Afiliación

Fui a buscar mi afiliación al Ku Kux Klan

seducido por la sábana blanca, esa

apariencia de fantasma que emerge de la noche

con su tea y su rencor oscuro

Llené la aplicación, todo muy pulcro, organizado,

Rellené las ventanas y ellos, comprensivos,

me indicaban sonrientes cuáles datos obviar

Se veía claro que me querían allí, con ellos

¡Qué receptividad! ¡Cuánta organización!

Cada cosa en su sitio, orden escrupuloso

¿Por qué tantas calumnias, pensé, sobre esta orden?

¿No necesitaríamos de su consejería?

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Al firmar la solicitud al pie me agasajaron. Con júbilo

patente

me dieron la bienvenida y me invitaron

a jugar con ellos. La diversión empieza, pensé.

Acepté complacido y nos fuimos todos a un

descampado.

Entonces me pidieron cambiar mi atuendo: reglas del

juego son.

Me trajeron unos harapos, no la sábana blanca que

esperaba.

Y me indicaron que echara a correr despavorido

mientras ellos sonrientes rastrillaban sus rifles.

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A Joseph Brodsky

Supongo que descubres que Occidente

no teme a la poesía

En realidad no le interesa:

carece de valor de mercado

y el poeta sobrevive de migajas

¡Qué diferencia! Allá en La Gran Mentira

le temen más que al demonio (en quien no creen)

Al poeta le ven cundido de palabras

artillado de verbos

revestido de ideas peligrosas

Un poeta nunca está a salvo de sospechas

Un escritor nunca es digno de fiar

Si te le acercas sentirás un burbujeo

el descontento eterno en él habita

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No hay servilismo que recubra el peligro

Te hostigan, pero te temen

Te acosan, pero se asustan

Te recluyen te matan OK pero te tienen miedo

Saben que tus palabras les corroe el suelo

Y sólo es cuestión de tiempo para que La Gran Mentira se desplome

En Occidente las palabras se inflan, flotan ingrávidas

vueltas artificios inútiles

Revolotean en anuncios y discursos:

las pequeñas mentiras cotidianas que socavan la vida

Y luego de un período en que como animal exótico te exhiben

eres como pavesa que la brisa esparce

La cárcel por lo menos era un reconocimiento

más atroz sí pero más vivo que un premio

más terrible sí pero más real que una cátedra

más perverso sí pero con más sentido que extinguirse en medio

de la barahunda demente de Occidente.

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Kavafis

Un oscuro poeta, que sobrevive a las servidumbres burocráticas,

se abisma sobre una página

Hilvana y desestima palabras

Busca apresar la memoria de un aliento

o una imagen feroz que marcha por su mente

Elabora sus versos

sin mayor esperanza

Ya sabe que la poesía no le librará del naufragio

ya sabe que la vida es esa monotonía

de días iguales y papel borroneado

ya sabe que la gloria le negó sus favores

pero él escribe versos para sobrevivir

versos inútiles que a nadie importan

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y, sin embargo, son el testimonio

mayor de su existir

pedestal de palabras que expresa su agonía

y que le sobrevivirá para que

unos años después

a otro le estallen dentro sus palabras.

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Anda con sus certezas

Anda con sus certezas como otro andaría con un palo.

Mira desde su torre, desde esa altura de los inmortales, a los lentos de mente

los que afanamos, erramos, dudamos y creemos

Preguntas como avispas, los agudos alfileres de las dudas,

preguntas que no cesan

Y él las batea, las repele, las descricaja

con sus certezas impolutas

Dueño que es de explicaciones minuciosas

datos irrefutables sobre el número de pelos en una pulga

o la fórmula exacta para cuajar el hielo

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¿Quién, quién puede contra su bate? ¿Quién puede escalar

hasta su torre y cuartearla?

No hay hecho capaz de sacudir sus convicciones

No hay argumento que lo extrañe aún sea unos segundos de la verdad-a-toda-prueba

Firme en su muerte continúa su camino.

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El poeta

La toma con amor entre sus dedos

Le quita mugre

Sopla en ella su aliento

para entonces pulirla, descostrarla

corregirle algunos rasguñones

restaurarla y retornarle el brillo

Son leves las palabras

delicadas

Fácil de ser dañadas, pervertidas

Fácil se embotan y pierden consistencia

Se vuelven ruido

interjección apenas

Necesitan

este trato amoroso

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este cuidado

Alguien que las recoja y las redima

que les devuelva aliento y filo y vida

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Y si mañana, en vez de mí

Y si mañana, en vez de mí,

llega mi ausencia

y donde ahora estoy

queda un vacío

un hueco que no late

una tristísima

tierra de soledad

un cielo ciego

Y si entonces tus ojos

se despueblan

de mí

y tus oídos quedan huérfanos

de mi voz

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y mis torpezas se escurren y se pierden

y mi sombra

en la nada

se disuelve

y si se secan mis palabras

y se borran mis pasos

y mi recuerdo se destiñe en tu mente

¿Y si algún día

te preguntas

si fui o si me imaginaste?

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Pequeña declaración de amor

Cómo no amarte

pequeña isla a flote

cómo no arder bajo tu cielo

cómo no padecer y no gemir

Ya yo quisiera vivir indiferente

pero no puedo, islita

Amo tu polvo y tus pedruzcos

tu gente hirsuta y tu honor maltrecho

porque has sabido cuidarme de mí mismo

fuiste paciente frente a mis desvaríos

y te he visto perdonar sin rencor

Te hemos agraviado de mil y una maneras

soportas y prosigues

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y aún tienes tiempo para reír y reponerte

Gracias por regalarme el día soleado

la lluvia repentina

el calor abrasante y el mar multicolor

Gracias por cargarme de paisajes

Y pregones y música el corazón

Y por recordarme todas las bendiciones

que sin saber de ti recibo

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Lorca A Alexis Gómez Rosa

No importa tu renombre

(o quizás, por él mismo)

un puñado de airados te interrumpen

te maniatan

te arrancan del lugar en que te encuentras

eres el rito de iniciación

de seguro no te han leído

este tipo de gente no suele leer poesía

y se sienten oscuramente vejados por tu vida

de algún modo tus versos los insultan

y de alguna manera tu vida les infama

Una torva pandilla se presenta proterva

y se adueña de ti

Se decide cortar el ritmo de tu aliento

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aplastar tu rumor de mariposa

la límpida ilación de tu mirada

hacer añicos tu sonrisa

y darte un empujón a la inmortalidad.

Hay fatídicos hados ese día.

más tu voz clara permanece.

Y aún late.

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Roque Dalton

Y si ahora resulta que quien te apunta era

en tu

creencia

amigo

uno que andaba como tú

del mismo lado

y no entiendes

intentas dialogar

y no te escucha

simplemente te informa tu sentencia

y toda argumentación se cuela en el hosco agujero

del cañón

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Y si ahora tu vida

desgranada en conspiraciones

arduas tareas clandestinas

entrenamientos

viajes

cónclaves a escondidas

Imaginando tu algún día

el tiempo venidero de la

fraternidad

se condensa en la torva cavidad de la pistola que te

apunta

y en la mirada ya no fraterna ni cómplice del ex–

camarada

que dice saber que eres el enemigo

el mismo que antes era otro común a ambos

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pero que ahora eres tú y que tu vida es un estorbo un

riesgo una amenaza

algo que hay que extinguir y concluir

imperativo de la lucha

y tú sabes que faltan poemas por escribir

tareas que realizar

un proyecto social que te demanda

pero no hay forma de explicar y de que el otro

entienda

y en tu mente refulge la frase que salvará tu vida

y al momento de hablar la palabra correcta

la razón persuasiva

el dato irrebatible que alargará tu tiempo

el fogonazo te sorprende

y entras a la muerte sin poder siquiera abrir la boca.

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Cada palabra viene con su zurrapa

Cada palabra viene con su zurrapa

con su poso en el fondo

arañazos y embarres

trae su historia

sus pistas

sus residuos

de vida

y de andanzas

catástrofes

y fiestas

y entonces

para eso nos sirven

para usarlas de soporte

con los que compartir nuestro terror

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nuestro amor

nuestra esperanza

¿para qué otra cosa

nos podrían ser útiles

las palabras?

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A un soldado en Irak

Fuimos hacia la guerra con clarines

flameando en los discursos

Himnos sonando en los altoparlantes

Desfilamos con un paso único

desplegamos orondos las banderas e

hicimos mil promesas de victoria

¿Sabíamos a qué íbamos? No,

la guerra la conocíamos por películas

y seriales de televisión.

Nos retratamos junto a los cañones

y blandimos fieros las ametralladoras.

fotos para mostrar luego a los nietos

con pavorosas historias que nunca sucedieron.

Nos veíamos hermosos de uniforme:

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mucho más que bajo este barro,

con tanta metralla y balas en el cuerpo,

inesperadamente destrozados,

muerta la lengua que ya no habrá de contar

cuentos y mostrar fotografías a los nietos.

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Cortázar

Este hombre al que sus amigos en secreto detestaban

Pero usaban

Y al que sus ya no tan amigos amaban hasta el oscuro

fondo

Y que estaba en desacuerdo y, sin embargo, decía

estar de acuerdo

y al que la ira contra los verdugos conocidos le hacía

no ver

a los verdugos no conocidos y peores

este hombre que se desliza y se cuela por los poros

del día

y que persigue una palabra vana

una palabra inútil que refulge y que canta

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un ejercicio inútil de la cordura y del desamparo

¿Qué hace este hombre entre verdugos?

¿Cómo cohabita con los torturadores?

¿Cómo cree sus mentiras y sus fábulas?

Mientras dormita alguien languidece en la ergástula

mientras almuerza alguien se arrastra tras la paliza y

al final

encuentra una patada

Y este hombre que detesta a los pérfidos asesinos

es marioneta de asesinos más pérfidos aún

A este hombre lo amo

con un amor que tiembla y que solloza

Ese hombre soy yo, lo sé en el fondo,

ese hombre somos tantos, tantos somos,

siempre comiendo de la mano de criminales que nos

consienten

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a cambio de la complicidad y de mancharnos

las manos y el corazón con la sangre de otros

Sí, este hombre ingenuo que cree en las palabras

lo usan los que no creen en otra cosa que el poder

para que use sus palabras

ingrávidas, cromáticas, tiernas, recién horneadas

y encubra el palo y la macana y el puño que atropella

que aplasta y que reduce.

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El poeta renuncia a su cadáver

Dado a elegir renuncio a mi cadáver,

renuncio a tenerte algún día

espero no tener que juntarme contigo

Déjame aquí entre los flamboyanes florecidos

entre las risas desguarnecidas de los niños

entre pregones y afanes para siempre

Elijo convivir con quienes sueñan y aspiran

con los que plantan un árbol para otros

con los que aceptan oír al que no los complace.

Si se me da a elegir, renuncio a irme

prefiero oír la música, la fiesta

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del mediodía, la melodía de sazones y el húmedo

sabor

de los abrazos

¿Quién querría un vestuario de silencio y

sombra?

Aquí, urgido entre la gente,

musitando o a gritos declarando la vida

la alegría, el júbilo y las lágrimas

si es de elegir, renuncio a toda muerte

y prefiero la vida para siempre.

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Nada queda de ti

Nada queda de ti, sino tu sombra

sino el hueco que resiente tu falta

sino una puerta por la que entra la soledad y ahora

implanta su silencio y su ostracismo

Nada, ni una brizna de sonrisa

ni un leve guiño

ni un suspiro que se ahoga y se devuelve

Busco las lindes del espacio tuyo

los márgenes previstos de tu cuerpo

y lo que veo allí es menos que nada

la sinrazón de ser y de no estar

Nada queda sino un eco tardío

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la resonancia antigua de tu nombre

que no llega a ser gesto, vibración

un cristal que se hace transparente

y se disuelve en aire, se evapora

Nada queda de ti, ni una memoria

ni una migaja de recuerdo

ni una viruta o mota diminuta

Nada queda de ti sino el misterio

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Unos minutos antes de entrar al motel

No lo saben

pero el descuido o el afán o una cuenta incorrecta de

los días

provocarán que un espermatozoide y un óvulo se

encuentren

Eso no está en los planes

Después

ambos se mirarán

incrédulos

y luego decidirán asumir consecuencias

No lo saben aún

todavía no han llegado

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y han condenado ya a alguien a pagar una deuda

inmensa

no externa sino eterna

oirá hablar a sus padres (que no le contarán del

incidente)

de especies extintas y tiempos extintos

los oirá suspirar añorando las crisis del presente

que hoy les desesperan

y los escuchará hablar de árboles frutales en

montañas peladas

de baños en ríos que ya son cascajos apenas

y de un mundo más limpio que el que él vive.

No lo saben y ya son reos de ese delito:

han condenado a alguien a padecer la vida.

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Cristina

Viajaré por países lejanos

territorios para mí desconocidos

exploraré regiones perdidas

y todo dentro de ti, amor, dentro de ti

Me hundiré en tu geografía convulsa

en tus pantanos y recodos

caminaré interminablemente tus páramos y

en cada cruce de camino

elegiré cara o cruz adonde ir.

No importa qué dragones qué monstruos

innominados

me aguarden

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yo me internaré en ti

y no pienso, amor, ya regresar.

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Vuelto hacia ti

Vuelto hacia ti, hacia tu oscuro púlpito

desprendido del ruido y la barbarie

Vuelto hacia tu nada personal, desnudo

de tus propias mentiras y sandeces

Vuelto hacia la historia propia

y devuelto de la mentira de la historia

retorno hacia tu carne y retorno

hacia lo que formó tus huesos y tu sangre

Vuelto como quien se cae de náuseas

Vuelto con una coraza de hormigón

tránsido de amargura y desengaños

mira tus sombras, lo único que tienes

Y te ríes callado porque has vuelto.

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Mujer, yo escribo estas palabras inútiles

Mujer, yo escribo estas palabras inútiles

estas

palabras que sólo yo leeré

en la alta noche

sólo yo las musitaré para mí

mientras los demás duermen, fornican, ven TV

discuten las naderías del día

Palabras en que intento

vaciar mi corazón pero no puedo

palabras con las que me encubro y me disfrazo

tercas palabras que no sirven de nada

y que, sin embargo,

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escribo como quien escribe su sentencia

Mujer

sé un poco paciente

con este escribidor insomne

que no puede

dejar de desprenderse de estas palabras

que muerden y palpitan

y con las que cada noche se desangra.

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Recomendaciones

Si permaneces vivo

cualquier día te declaran el poeta vivo más

importante de tu patria

un pergamino

fotos

tal vez una pensión

una calle dedicada en la Feria del Libro…

Sólo es cuestión de tiempo y persistencia

en vivir

Te aconsejo

no mueras a destiempo

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porque entonces en vez del

reconocimiento

ganarás el olvido

Con todo

la gloria será efímera

y el olvido te sobrevendrá como quiera

¿Te imaginas? Sobrevivir por una nombradía

que se olvida al instante

¿Y eso, si permaneces vivo?

Es mejor que hagas lo que te dé la gana

y si tienes que morirte ahora, da lo mismo.

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25 de diciembre

Para los que agonizan

ahora

los que exhalan en unos segundos su último aliento

los que desmayan en celdas olvidadas

los que huyen, perseguidos

y sienten tras de sí el aliento de los perros de caza

Para los que se agotan en un esfuerzo inútil

los que sienten la vida como un castigo

los que presencian

imponentes el crimen

los que ponen el cuerpo para el látigo

los que padecen el abuso

y para los que lloran

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Para quienes no tienen a quién recurrir ya

los que se quedaron sin voz para clamar

los que sienten que nadie los ve y toma en cuenta

Para los que reciben el salivazo

los que son impedidos de

entrar

al banquete

los que se sienten menos que nadie

los marcados los que mueren cada segundo de cada

minuto

en las mil y una muertes en vida

Para ellos (y también para los otros) alguien nació

alguien nace en este momento

y viene

a su encuentro

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Consejo

No admitas

que me conoces

que hemos conversado y

compartido un pan

una humilde empanada de palabras

un jugo triste y pobre

Declara, por el contrario, en tu favor

haz tu acto de simple cobardía

niégame tantas veces

como puedas

o como te dejen

¿Es necesario uno más? Oculta

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cualquier vínculo

incluso, solicita

que te permitan ser el primero

en golpearme

sé firme y contundente en la tortura

tal vez te salves

tal vez eso te excluya

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A esta lluvia le faltan sapos

A esta lluvia le faltan sapos

hormigas voladoras

y el chapoteo de niños

Le faltan pequeñas mariposas

insectos que se acojan a la luz

que nos invadan la habitación y nos molesten

(y nos recuerden la vida,

Y nos obliguen a salir de la

rutina,

y nos concedan un poco de presente)

¿Qué es la lluvia sin el croar de las ranas?

¿Qué hemos vuelto, Señor,

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el mundo que nos diste?

¿Qué es esta lluvia que ya no es lluvia

porque la vida ha huido de ella?

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A dónde escaparás que no llegues al mar

A dónde escaparás que no llegues al mar

es más útil que cualquier alambrada

que una cerca eléctrica

que patrullas armadas y con perros feroces

Es el mar

la cortina de agua y tiburón y sed y sol y agua

y agua y agua

¿por qué lugar huirás que no te frene?

El sátrapa lo sabe

Él te deja jugar

un poco gato él, y tú ratón

y ésta su jaula.

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Una jaula cercada

en que él te deja corretear

pues sabe

que al final, donde quiera que llegues,

allí él te hallará

e irá con sus verdugos

las herramientas del suplicio listas

a verte aullar el peor de los gritos

mientras él te sonríe.

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Calles

Aquí, mientras me desplazo por las calles, topeto

con los esbirros y sus víctimas:

A ambos dedicamos nuestras calles.

Allí el infame que justificó el crimen

y aquí el que padeció la bala

Una esquina más allá el que pronunció el

discurso

a dos o tres cuadras del torturado

Cualquier plaza dedicada al orador felón

al que ocultó el hecho

al que se desgranó en loas

Y algunas calles para los que murieron

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Pero, eso sí, cuidando siempre

de que el esbirro y su víctima

muestra maravillosa de justicia,

en ninguna ocasión

hagan esquina.

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Dónde tu espera te espera

¿Dónde espera tu espera por ti?

¿Dónde te aguarda?

Paciente o desesperada, no lo sabes

dónde agoniza velando tu llegada

en qué lugar preciso está parada

en qué momento consulta su reloj

y mira una calle por la que nadie pasa

El día cae

y de repente, ¿No pensará tu espera

que su espera es en vano?

¿No sentirá inútil el esfuerzo?

¿No se irá entonces a otro lugar,

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desalentada?

¿No se habrá ido ya

cuando tú llegues un minuto después?

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Al margen

¿Quiénes cantaban cuando Homero

componía La Ilíada?

¿Quién estaba de moda?

¿Qué actor o actriz era famoso

cuando Li Po escribía sus poemas?

¿Quién era el deportista de moda

cuando Dante rumiaba su Comedia?

¿Quién era el divo

cuando Shakespeare?

¿Sobre quién se cernía la atención pública

cuando Cervantes escribía El Quijote?

El tiempo, leve, nos engaña.

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El estruendo se desvanece y nada queda

salvo estas páginas que alguien escribió

para que perdudaran.

Al final, pasarán los Stalin, los Mao y los Trujillo

y quedarán los poetas que en las cárceles

desde cuartos inmundos y en la humedad nocturna

se negaron a sumarse al coro,

a aplaudir la matanza.

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El maquillista

A Heberto Padilla

Inicialmente, pidieron al poeta

simplemente silencio. Le enseñaron las rosas y

ordenaron:

“Limítate a ellas. Habla de su perfume, su color, su

tersura.

aparta ahora la vista y déjanos actuar como

debemos”.

Luego se le acercaron de nuevo

y le instruyeron: “No hables de lo que ves, sino de

aquello

que querrías ver. De cómo el mundo será

después de que este horrendo tiempo pase

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y las tareas desgraciadas que nos tocan hacer

la hagamos. Pinta el sueño, pinta el futuro.

Sé un ingeniero del alma” y para eso

pusieron en sus manos premios, ediciones y

reconocimientos.

Entonces echó mano a sus palabras

y se extasió en contemplar el paraíso

mientras a su vecino lo sacaban a medianoche de la

cama

y lo perdían para siempre en una cárcel.

Por último se le acercaron,

sorprendidos por su habilidad para adecentar

con la palabra la vida sórdida y pidieron

“Escribe sobre nosotros.

Píntanos como debíamos haber sido.

Exalta nuestros hechos y disfrázalos.

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Haz que nos amen, nos veneren y respeten.

Muestra que eres capaz de todo,

como nosotros”

Y entonces con palabras que se podrían en sus manos

empezó a maquillar a monstruos.

Monstruo él mismo entre los monstruos.

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Instrucciones al hijo

No temas, hijo, ayuntarte al infame

aplaudir vociferar reunir palabras laudatorias

y ser voz relevante en el coro

No temas ser servil justificar halagar hasta la náusea

eso puede garantizarte pan y techo

y tienes posibilidad de preservarte de su ira

Mantén el oído alerta a los rumores

el ojo avizor a los conciábulos

no participes ni delates

siempre da a entender al próximo infame que puede

contar contigo

Mantén distancia con los aspirantes a héroes

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(son un peligro público)

Si el amo cae

si el complot tuvo éxito

si las muchedumbres se abalanzan sobre las estatuas

y las derriban

borronea rápido unas palabras de condena

di el suplicio al que fuiste sometido

revela que ocultaste protegiste

di que soportaste estoicamente por tu familia

pero que, en el fondo, nunca estuviste en contra

que aceptaste por prudencia, por tus padres, por

cobardía incluso

y descubre rápido quién es el nuevo amo

y ponte a su servicio

Mantendrás la cabeza sobre tus hombros

el pan no faltará en tu mesa

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Ya anciano encuentra a alguien que escriba tu

biografía

paga a periodistas que amplifiquen tu historia

miente, falsifica, adultera sin pena

que una fábula embellecida sustituya los hechos

qué un testimonio falaz preserve tu apellido

dona haz obras de filantropía

hazte un buen ciudadano ya al final

y sé el orgullo de tus nietos.

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Hoja de vida

Supones que el sicario hizo hoja de vida

¿A cuántos torturó? ¿En qué tipo de suplicio

se ha especializado?

¿Algún postgrado o certificación internacional?

¿Guantánamo? ¿La Habana? ¿Moscú?

¿Qué tipo de armas domina? ¿Por cuál

cementerio responde? ¿Cuántas viudas le deben su

condición?

¿Será mucho pedir que sus víctimas les

firmen cartas de recomendación?

Inclúyase dos fotos 2 x 2 y copia de la cédula.

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Encargo para el supermercado

Como que busques en el anaquel algún paquete

predigerido

de amor y me lo traigas

pulcro, pasteurizado, listo para consumir

Revisa la etiqueta, los ingredientes

y si tiene algún certificado ISO 2012 ó 5,000

patentes y permisos requeridos

y maneras de uso ¿vendrán también recetas?

Pregunta en qué lineal está

si hay afectos en cantidad suficiente

alguna oferta de caricias

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besos y abrazos en un combo o algún plan de esos

“Ame ahora”

que luego podemos redimir

en cuotas cómodas.

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Obras completas

Crees seriamente que es un homenaje y es una burla

Hurgan en tus papeles, persiguen aquel trozo

descartado

que no purificaste con el fuego

rebuscan en periódicos, revistas

álbumes y todo tipo de posible soporte

el poema que no llegó a cuajar,

la expresión infeliz, el vago gesto que quiso ser y no

logró fundarse

toda una retahíla de escritos que nunca quisiste que

quedaran

para que ahoguen, sofoquen, opaquen

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aquellos dos o tres poemas tuyos que merecen

sobrevivir y perdurar.

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Tenemos a bien recomendar…

Nuestro problema en realidad no es de

procedimientos,

es de fotografía

Tenemos que aprender cómo disimular los

garrotazos

qué zonas no tocar del cuerpo

dónde infligir dolor sin que genere ronchas

verdugones

marcas que nos delaten

Tendremos que promover algún entrenamiento

una certificación ISO

para que la tortura se haga con calidad total.

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Qué padezcan, pero que no se note

Qué emitan alaridos desgarrantes

pero que nadie pueda incriminarnos

Llevemos el suplicio a un nivel superior

y enseñémosles a sonreír a cámara previo al flash.

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Como un islote

Como un islote sobre ti cagan las gaviotas

Y aguantas o

no te das cuenta

O aceptas

O disfrutas

Hay muchas opciones de respuesta

Alrededor la mar se encrespa a veces

y otras se tiende mansa

El cielo se encapota

Y en otras en un inmenso lago azul sin una nube

Y como un islote mantienes

tu presencia

Indiferente al aguacero pertinaz

o a los vientos que presagian tormenta

o a la blonda mano del sol que te recubre

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entiendes y prosigues

Un peñasco inaudito

bajo el día indebido

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El día de Pilniak

Todos tenemos un juez Ulrich que ya tiene su sentencia lista

Lo otro es simple procedimiento

Podemos clamar desmentir justificar arrodillarnos

El tiene prisa en dictar el fallo pues hay otros cientos pendientes que fallar

y para todos tiene la sentencia lista

¿por qué, entonces, prolongar la farsa?

Todos sentimos que manejamos relaciones

Tenemos acceso a los despachos

y nos sentimos prendidos como un imperdible a las solapas del líder

Somos una especie de niño retozón

inquieto y manituoso, pero querido

y nos pensamos así, en especial queridos, y ¿por qué no? los más queridos

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¿no somos acaso los heraldos que cantan las proezas del líder?

¿no embellecemos con rimas y metáforas sus crímenes?

¿no fijamos en rutilantes versos para el porvenir su biografía?

A todos, en algún momento, nos procesarán

Ya partió el automóvil lleno de matones en el que vienen a prendernos

¿no sientes su ronquido ominoso?

Atisban, desde las ventanas discretamente abiertas, los vecinos

Nosotros, mientras tanto, pulimos un verso en que exaltamos la obra prodigiosa

del tirano

Creemos, ingenuos, estar a salvo

Soñamos las nuevas glorias con que nos honrarán

en el momento exacto en que tocan la puerta, la derriban

y vienen por nosotros

mientras el teniente Shevelev carga de tiros su pistola.

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Algunos de mis contemporáneos, yo mismo incluso

Algunos de mis contemporáneos, yo mismo incluso,

mandamos a Joseph Brodsky al gulag

Él persistía en cantar sobre los griegos cuando lo que el partido mandaba era cantar sobre Lenin o, mejor aún, sobre Brezhnev

(nos podrás escuchar excusarnos, justificarnos, desvincularnos,

inventar explicaciones que no calentarán aquellos días ateridos). Algunos

apretamos el gatillo que cegó la vida de Gumiliov

que reventó la cabeza de Pilniak

Y también fuimos de los que pedimos a gritos las condenas a muerte

o que clavamos a Trotsky la piqueta con ansia

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convencidos de que caminábamos en el sendero recto de la Historia.

Sólo que la historia no se escribe con mayúsculas

ni posee sendero alguno. Fuimos, en la mañana gris, a cumplir la tarea.

Le metimos el cañón de la ametralladora a Padilla en la boca

Y le vimos temblar, mearse y nos reímos de su miedo.

Vimos los ojos desconcertados de Roque Dalton

un segundo antes de que le restrallara el tiro y el poeta se desplomara sin sus versos.

Algunos de mis contemporáneos, yo mismo incluso,

cantamos melosos a los asesinos, medramos de las virutas del banquete

y por nuestras alabanzas recibimos viajes, preseas y ediciones

Sabíamos, claro que lo sabíamos, que los otros se podrían

pero inventamos honrosas explicaciones infames

Algunos uncimos nuestra alada palabra al torvo transitar de las orugas

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convencidos de que los tanques abrían el futuro

Fuimos albañiles del muro en Berlín

o participamos de la masacre a los obreros húngaros en el 56

En nombre de su liberación y sí, los liberamos de sus cuerpos y sus vidas

Erigimos mentiras clamorosas y ondeamos sus banderas

y creímos que la sangre que las teñía era tinta, simple tinta china

y no la de los estudiantes de la Plaza Tien´anmen

Nos sentimos excusados por nuestros versos

colegas de Neruda, Eluard y de Guillén

Así que sobamos la pistola y decimos que es una inspiración

y a continuación le descerrajamos un tiro a quien se ponga enfrente.

Ahora entiendo por qué algunos de mis contemporáneos

prefieren no creer en Dios ni el más allá

¿Ustedes imaginan todo lo que tendrían, tendríamos, que explicar?

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Construimos estatuas para que otros las derriben

Construimos estatuas para que otros las derriben

monumentos efímeros

elevados para la cólera de otros

los antiguos siervos de la gleba

el populacho la turba airada que en una riada de rabia y vociferaciones

se desmanda contra sus antiguos adorados

Nos podremos reunir en Yalta o en Postdam

o quizás en Teherán bajo el palio de misiles de largo alcance

como gritos colgados de la nada

Podemos estrecharnos las manos con Molotov y Ribbentrop

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y luego olvidar el acuerdo y modernos con fiereza

Este es el mundo que heredamos y corrompemos

el que destornillamos y cavamos y al que herimos

con la saña de perros enfurecidos

Qué naos ahora nos retornará al origen

Ya no tenemos esa ligera desviación del eje, ahora es mayor

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Si una mujer se llueve ahora

Si una mujer se llueve ahora

digo, aclaro, que cae chubasco torrencial o lluvia fina

ventarrón jubiloso o blando céfiro

Si una mujer se abate sobre uno

sobre el momento, sobre el instante

sobre cada palabra como un alud de palomas

como un torbellino feraz dorado y claro

como un rocío espeso y renovado

Si una mujer se vuelve ahora

aguacero pertinaz sobre tu cuerpo

¿qué tan horadado quedaría el corazón?

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Mi esposa cada día

Mi esposa cada día hace pequeños huecos al aire

y por ellos me empuja

túneles leves que hacen al día esponjoso

un entramado poroso el que ella sabe hacer en el día

al que dirige como un director de orquesta

en un repertorio de gestos, miradas, chasquidos

y palabras amables, cariñosas o de reconvención

Voy reptando por las distintas estaciones del reloj

bajo el cuidado tibio de Cristina

Yo, el beneficiario mayor de sus afanes cotidianos.

En unas horas, perforado por todos lados, el día cae abatido

El aire se hace grácil y entonces ella me acuna

y me coloca una medalla de niño bueno

mientras plácidamente ronco y la desvelo

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Oscuras vehemencias

La oscuridad tiene su propio diálogo

conviene que se exprese

El desconocimiento abre espacios

territorios que invitan a cubrirlos

Está la muerte y está la aventura

y en la mañana ambas se te ofrecen

como amantes

La siembra es lo importante

despojarte

dejarlo todo y partir sin carga alguna

Cuida tu piel del polvo que enmohece

Tarda la noche y cuando llegue

bienvenida

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Elegía a la enfermera del barrio

A Miriam Barrera Gautreaux

Crecí testigo de los pequeños heroísmos cotidianos de mamá

La incertidumbre del pan la hacía aferrarse a Dios. Él proveerá, decía

y de maneras que rozan el milagro

Dios no la defraudó. Mi madre, mientras tanto

era la médico

consejera

asistente

del barrio

que iba a consultarle porque mi madre no cobraba consulta

y miraba a sus vecinos con ojos de misericordia (mientras hacía memoria de sus días en la Clínica

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Internacional como enfermera, y hablaba del doctor Molina y

y otros fantasmas de los años 50).

Año tras año ella movía su artillería de vida

(ante la aguja diminuta vi temblar los violentos)

Mamá era la reina de las inyecciones , la que ponía a los comecandelas

a desmayarse. Señora del bencetazil y el antibiótico

del complejo B hierro y todo tipo de inyectable

de casa a casa por el barrio que aprendió de memoria sus pasos y los vio encorvarse

volverse inseguros, caminar de aquí a allá

Las calles de Villa Faro la vieron envejecer junto a sus jeringuillas

Un día el cabildo le hizo un reconocimiento:

a mamá le dieron una placa frente a sus hijos, en un parque y a ella

que se suponía endurecida por el arduo ejercicio de la enfermería,

se le anegó el corazón

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El pétreo corazón de una enfermera habituada a lidiar con el dolor humano

crujió y se astilló en lágrimas

Allí estaba mamá: enfermera, doctora, trabajadora social,

la que escuchaba las cuitas de chulos infectados y les inyectaba el bencetazil prescripto

la que hacía las visitas de rigor, su apostolado ambulatorio

en aquel viejo Villa Faro que perdió sus límites,

temblando emocionada junto a sus hijos, la gente de aquel barrio diciéndole te quiero.

Cuando mi hermano me llamó y me dijo así, a secas, “Mamá murió”

yo estaba convencido de que era inmortal

Aquella viejecita tendida y silenciosa

¿a quién ahora en el cielo estará inyectando? ¿Quién te necesitaba allá, mamá,

que nos dejaste? Y todo el barrio que ya era tu familia

te lloró, fue contigo y te rindió homenaje.

Vieja Miriam Barrera de inyecciones a crédito

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hospitalaria y frágil y entregada a los otros

Sé que camino al cielo ya te habrás detenido: alguien necesitaba de ti y tú acudiste.

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Hombre en medio del ártico

Mirar y donde quiera el vacío

Páramos en que el grito se agrieta y cae vencido sin encontrar oreja

un silencio que aplasta y no hay nadie

nadie con quien intercambiar un gesto

no es el lugar, puedes ser en el ártico

o en medio de la calle en Ciudad México

(por decir una ciudad poblada)

o ese residencial en que no conoces

quién vive en el piso tercero

cada quien habitando su desierto propio

cada quien recluido en su páramo

en medio de la ciudad en que tocó vivir

eres sólo ese hombre que en medio de ártico

No encuentra con quien cruzar unas palabras.

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Pequeño mago

Hay un momento en que inventas el mundo,

todo ocurre ante ti por vez primera

inventas el amanecer, la lluvia, el desparpajo

de las palmeras que sacuden la brisa

el perenne batir de las olas contra los arrecifes

el ronco rugido terrestre de las montañas

En tus ojos inician los días espléndidos de sol

también la bruma el progresivo desperezarse

el crepitar de los minutos

y tú, como un pequeño mago

miras el prodigio de la vida inventarse ante ti.

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Mezclando los elementos del desastre

A Álvaro Mutis

La tarde avanza mezcla

los elementos del desastre la mirada

que se desprende del rostro y flota desasida como aguamala

perdida entre los oleajes de luz que van rindiéndose

Arden los techos hay quienes duermen mientras caminan

zombies sonámbulos

Cada minuto cava su propio pozo

En fango triste se revuelca el fuego

esplende sus fulgores esgrime sus espadas llameantes sobre la cañada

cabalga entre humedales y marismas

Haz cálculos ahora

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eleva tus propias pirámides

artilugios inútiles; siempre podrán desentrañar los pasadizos

rebuscar las rutas tapiadas y alcanzar el lugar de reposo

pero allí ¿Qué encontrarán?

¿cuál será el pago del sudor y el esfuerzo?

Yo, el faraón, me elevo sobre tanta arena muda,

toda mi vida transcurrió en vano

y el único bien que hice fue involuntario:

un pan calmó un hambre con lo que sustrajeron de mi tumba.

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Una pared que no existe

Una pared que no existe es una estatua de la ausencia

una fruta de cemento que no florece y se yergue

altiva como una mirada

Hubo unos pasos que pudieron haberse dado sobre ella

una mirada que debió detener

Una pared que no existe carga con culpas posibles

Imagina el cansancio de los pájaros

no la encontraron para posarse y reposar su agotamiento

Una simple pared y el mundo es otro

Marca un límite define y crea dos lados

No es sólo una acumulación de bloques y cemento

es una duplicadora

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como un espejo que de uno hace dos

Quien no la levantó es culpable de haber dejado al mundo

sin un lugar para unos pasos, una frontera para una mirada,

un lugar de descanso para los pájaros

y un mundo pobre, vuelto uno cuando debió ser dos

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Pies

¿Qué sirve de los pies, qué pasos

guardan finalmente utilidad? En ellos no hay rumbos,

son simple movimiento ciego. Pies que se mueven, sí,

andariegos, caminan como si no lo hicieran,

andan hacia ninguna parte.

Así desgranan los escasos minutos de la vida.

Luego están las ampollas, el cansancio que los desmorona,

los ves y te dan pena estos pies maltratados,

como si su función fuera sólo caminar

y no llevarte a ningún lado.

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Cris

Cada noche navego hasta tus tibias costas

Llevo, como bien sabes, las velas desgarradas

Vientos violentos me azotaron

La quilla hendida, en realidad

no sé cómo pude salvarme del naufragio

cómo sobreviví hasta este instante

En tu rada segura me repongo

Reconstruyo el velamen, la arboladura

restauro mi bagaje, restaño grietas,

Y eso cada noche, noche a noche,

me alimentas del pan de tu corazón y tu sonrisa

me nutre tu cuerpo tibio mi ancla viva

A las cuerdas de mis brazos me acojo y con ellas

me aferro a la vida que es a ti que lo eres tú.

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De madera distinta

De madera distinta y distinto metal

de brisa si soy agua, fuego si tierra soy

prado reverdecido cuando soy gruta

pez que nada en el aire cuando soy piedra inmóvil

cuando llego a mis límites colocas la escalera

por ti alcanzo niveles imposibles

tus manos poderosas me impulsan y me llevan

donde nunca por mí podría llegar

Eres la piedra fundamental de mi biografía

añade música a mi nombre

nací para encontrarte, eres mi yo

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Lúcida voz

Lúcida voz

garabateas tu silencio

marcas

tu ausencia

un hueco en el estruendo

un vacío repentino

que al no decir proclama

El no hablar también yergue paredes

en que la voz habita

es su casa

Las estridencias

de los discursos y las proclamas

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los fastos delirantes

el rechinar continuo de la matraca

parloteo incesante

arcoíris de estruendo que no calla

decir que no lo es

ruido tan solo llenando el espacio

que dejó vacío

la palabra

En cualquier ejercicio

de la voz

más allá de piruetas

el aire prende en llamas

fuego que purifica

un carbón

encendido brillando en rojo fuego

cada letra un tizón

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sílaba-flama

¿Quién clavetea unos versos y los deja

prendidos en la tarde

y luego se marcha?

Árbol enraizado en los sentidos

que dan sabia y fuerza al sonido que hacia el cielo

se alza

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Luz que escampa

Cada segundo arriba con su campanada. Si la oyes

o no la oyes importa poco.

Así que el tiempo es un redoblar continuo.

Y tú estás a 2,000 campanadas de mí y yo

quizás a más, no sé.

Cada segundo llega con su termita. Corroe el hierro

y la piedra. Su herrumbe pulveriza la roca y cambia

el curso de los ríos.

Y arroja olvido sobre las hazañas de los héroes.

Y arroja lodo sobre principalías.

Y enmohece los blasones,

derrenga las heráldicas,

y torna inútil toda fama pues

al final nada queda

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El olvido como hongo se posesiona de todo y lo corrompe.

De este teclado nada sobrevivirá.

Escribo en una lengua muerta que luego sólo sabrán

eruditos decrépitos que morirán

sin dejar aprendices. Sabedor, por fin,

de la inutilidad de estos afanes.

¿Por qué, entonces, me doblo sobre la página, persigo

el adjetivo que matice, la palabra que ilumine,

p el hombre es así de ilógico y vano.

Hemos edificado reinos que ya nadie recuerda ni conoce.

Y sobre los restos de templos y palacios construimos otros.

Izamos velas y corrimos a perseguir el horizonte.

Y así de vano es el esfuerzo, pero en el camino

de alcanzar el límite,

poblamos nuevas tierras, sumamos islas y continentes,

llegamos a los pueblos bárbaros

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Pájaro

Este pájaro tiene una sombra que vuela

El ya no lo hace, renunció

pero su sombra no lo sabe.

Mientras el pájaro agobiado por el sol implacable

dormita en una rama

su sombra cruza el aire y lo remonta

liberada.

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Sólo

Sólo partir llevándote conmigo

Sólo ir donde sea contigo dentro

Sólo estar tan en ti que ya no sea

más tú misma que yo, más tú misma.

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Inmortalidad

Viéndote dormir entiendo

que este instante es inmortal

Por tu respiración cruzan los ángeles

y la luz se acoge a ella

El mundo existe para que tú respires

y duermas

Y yo vele a tu lado

Por los siglos

de los siglos

Amén

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Sueño y la casa…

Sueño y la casa parte conmigo

Vuelta navío expande sus velas y sus jarcias

levanta ancla, navega conmigo a bordo

ambos boyando en la corriente tibia del sueño

A veces calmo, a veces tempestuoso

cómo me sorprende verla incólume

reparadas las quebraduras padecidas la noche anterior

y aguardar en silencio el nuevo viaje

la nueva aventura

¿Podrá algún día suceder que ni ella ni yo volvamos?

¿Un accidente, acaso?

No hay temor, cada noche ella presta vuelve a ser

mariposa que se desata de la oruga,

navío secreto con disfraz de casa

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Salimos a la vida dispuestos a afrontarla

y en la mañana, cuando despierto, la encuentro allí

doméstica, cómplice y esperando.

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Ángeles

Si quieres verlos, los ve. Están ahí.

Revolotean entre las cosas.

Nos acompañan.

Suelen venir vestidos de personas: Cristina,

por ejemplo.

Y se dedican a la ardua tarea de enseñarnos,

de pulirnos,

de hacer que ascendamos un peldaño

desde nosotros mismos.

Tienen distintas caras.

Distintas estrategias.

Y Dios nos habla por ellos, cada día.

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Mujer, cuánto tiempo

Mujer, cuando tiempo y

cuándo esfuerzo y

cuántas pruebas hubieron de pasar.

La creación, cataclismos de estrellas,

la explosión de galaxias

girando en la noche estelar,

fulgiendo y colapsando,

un interminable chorro de radiante luz

estrellas, planetas, constelaciones

y luego la masa ígnea que luego fue la tierra,

magma bruto azotado por meteoritos

hasta que en la noche sideral pierde calor,

se enfría y nacen por la Palabra

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continentes y océanos

y el cielo se despeja para alimentar la débil vida.

Y así, desde la célula primaria,

escrita estabas tú, desde

el plasma, las primeras proteínas,

las primeras reacciones que dieron origen

a tu arquitectura.

Luego se fue puliendo en años, en milenios, en millones

de años tu entramado de carne y sangre y vida.

La humanidad hubo de venir caminando hasta ti,

a este momento.

Las epopeyas, mujer, el afanar interminable

de la historia del hombre,

las migraciones, las proezas marinas,

todas las aventuras humanas que ocurrieron, ocurrieron por ti,

pasaron para que yo pudiera llegar a este momento

de encontrarte, de conocerte y de colmarme de tu lumbre.

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Y ahora, sé, ya por ti

que no hay absurdo alguno: dotas

la vida de sentido

y sé que, por ti y para ti, es por lo que todo existe.

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Retorno

Unos años después

olvidándolo todo

conciábulos e infamias

el dardo artero

la minúscula torva infamia

el lodo triste

esparcido por aquí por allá

todo ya preterido

opacado por la niebla de los años

unos años después

¿ya lo tendrán previsto?

se pedirán sus restos

es buen asunto que la garganta hirsuta

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polvo esté hecha

se pasarán de largo las viejas disidencias

y también las mentiras esparcidas

Se pedirá que la magra osamenta

retorne a los calores de la isla

papeleos y notas diplomáticas

y un oportuno afine de la claque

para acallar la voz de quien se oponga

(porque no se puede perder la maestría ganada)

Retocados los textos

pulidas las aristas y reducidos a lugares perdidos

los versos urticantes

se maquillará todo

se dará la versión oficial definitiva

quién sabe qué se inventará

qué dulces fantasías aliviarán la carga

Roncos discursos

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enarbolarán tropos

al aire los clarines, las fanfarrias

y los hijos de los carceleros harán guardia en el féretro

para recordar al poeta, no importa en qué lugar se encuentre,

que la ira oficial sigue impoluta

y que le toca pernoctar cada noche

de ahora en lo adelante

entre esbirros.

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Testigo incómodo

He visto lo que no debía

me he dado cuenta al final

engañado al igual que muchos

ante mí impertérritos se quitaron su ropaje y entorchados

sus plumas y condecoraciones

para quejar en su incómoda mugre

los tiranos sonreían

como quien se excusa

y alegaban razones atendibles.

Luego me recordaron

que cuando ellos clavaban la daga o apretaban el dogal

yo también sujetaba a la víctima

por poderosas razones de Estado

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Turismo sostenible

Hay que enseñarle a la cigua que pose

entrenar las ballenas

y que la photosession se produzca

mientras se agita sonriente una bandera

Podría ensayarse el patrocinio

sobre lomos de cetáceos ¡tremenda idea!

la marca A mostrando sus bondades

mientras una foca aplaude delirante

Ir por la lagartija y domeñarla

para que haga quién sabe qué piruetas

enseñar a la bailar a las iguanas

y a la jutía domesticarle el canto

Entre las obras públicas diseñar nuevos saltos,

inventar cuevas y nuevos pictogrifos

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Nuevas aldeas en que remedemos

taínos primitivos

que inventen un tam-tam y un lenguaje y

unos ritos

y sonrían al ser fotografías y grabados

en camaritas digitales.

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Frente al mar Rojo

Aquí el mar ensaya su arquitectura frágil

Allá, a lo lejos, viene la polvareda

Te encuentras en el límite, a orillas del mar Rojo

y a tus espaldas viene gritando el Faraón

Viene a comerte vivo

a golpearte y matarte

viene con odio contra ti y tú ¿qué haces?

Frente a ti está el mar, el desafío,

y escuchas la promesa de echar a andar en él.

te angustias, mira la polvareda que se acerca y tal vez

ya escuchas el ulular de guerra

Frente a ti está el mar y basta

dar solo un paso al frente

confiado en quien te trajo aquí y no

te desampara nunca

Él sólo espera que tú des ese paso

para abrir el mar Rojo y demostrar su gloria.

Y tú ¿qué haces?

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El faraón se acerca cada vez más, viene por ti

el mar Rojo te espera

Y tú ¿no te decides?

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Aquiles

No hay Aquiles sin Troya y sin talón

Al final de los afanes, el guerrero descansa

cae la mano temida

y los ojos desafiantes se cierran para siempre

Si bien las horas se cargan de gloria y de leyendas

al final sólo quedan historias

que se pervierten de una boca a otra.

Todo termina por perder su brillo y nombradía.

Los oropeles caen

y el tiempo vuelve jirones la más brillante fama.

Ahora que la espada enmohecida yace junto a la

tumba

¿dónde quedaron las glorias y los lauros?

Ah, tú, guerrero, desde la sombra imploras

una segunda oportunidad

para cambiar tantas decisiones,

reducir los afanes y vivir, no para lo perecedero

swino para lo eterno.

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Pides algo imposible. Tu tiempo te fue dado

y en vez de convertirlo en motivo de gozo

te dejaste seducir por los discursos, el ruido de los

sables,

la gloria prometida

y marchaste animado a encontrar tu muerte.

Y tú no lo sabías.

Y tú no lo sabías, tonto Aquiles.

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Colección Lectofilia digital

1/ palabra dada / ensayos Aquiles Julián

2/ Argucias contra el tiempo /poemas Aquiles Julián

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Argucias contra el tiempo/ poemas

El libro

Si poiema es creación, sé que hay poemas que sólo yo podría escribir. Al igual que poemas que sólo tú, lector, podrías escribir. Hay temas que son tuyos y quizás de nadie más. Y una manera de decir que es tuya, irrepetible. Vivimos tiempos terribles, en que la inmensa mayoría de la humanidad, reducida a la búsqueda desesperada de la sobrevivencia, no tiene ni tiempo, ni hábito, ni gusto ni interés en leer poesía. No la cree necesaria. Y para ellos escribo estos poemas. En solidaridad. El autor

Aquiles Julián (El Seibo, Rep. Dominicana, 1953) Escritor, teatrista y cineasta dominicano. Ganador de importantes premios literarios en su país. Empresario de network marketing. Editor de varias colecciones digitales, entre ellas Muestrario de Poesía, La Biblioteca Digital, Libros de Regalo y

Lectofilia digital. Sus artículos se reproducen en medios y blogs de distintos países, entre ellos España, Perú, Uruguay y Estados Unidos.

2011

l ctofilia d i g i t a l

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