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7/25/2019 Arqueologia Del Paleolitico
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Espacio Tiempoy Forma Serie I rehistoriay Arqueologa t. 10
1997
pgs. 15-25
Apuntes sobre el desarrollo de la
arqueologa paleoltica en la cornisa
cantbrica: las ltimas dcadas
J .
G O N Z L E Z E C H E G A R A Y \
V .
C A B R E R A V A L D S ^
Y F .
B E R N A L D O
D E
Q U I R S ^
RESUMEN
Este artculo tiene como objetivo
observar el desarrollo de los
estudios del Paleoltico en el Norte
de la Pennsula Ibrica durante las
ltimas dcadas. El trabajo consiste
en una rpida visin de los aos
setenta a noventa de los estudios de
arte rupestre y trabajos y
excavaciones arqueolgicas
relacionados con los cazadores-
recolectores pleistocenos con
especial mencin del Grupo de
Prehistoria Cantbrica.
Paleoltico cantbrico ltimas
dcadas.
ABSTRACT
The aim of this paper is to offer
the development of Palaeolithic
studies in North Cantabrian Spain in
the last decades. The work consist in
a quick vew over the different
approaches carried on from the
seventies until the nineties on cave
art and hunter-gathe rers studies
and excavations. One of the most
significant step in this bref history
is the formation of the so called
Group of Cantabrian
Prehistory.
Palaeolithic times cantabrian rea last
decades.
ANTECEDENTES. LOS AOS CINCUENTA Y SESENTA
El f i na l de la gu er ra C iv i l es pa o la 193 6-19 39) co inc id i , com o se
s a b e ,
con e l com ienzo de la S egu nda Gu er ra Mund ia l 1939-194 5) , con
InstituteforPrehistoric Investigations Santander/Chicago.
DepartamentodePrehistoriaeHistoriaAntigua UNED, Madrid.
readePrelnistoria Universidad de Len.
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J . GONZLEZ ECHEGARAY, V. CABRERA VALDS Y F. BERNALDO DE QUIRS
SUS secuelas de escasez de medios y restricciones drsticas en el mbito
de la colaboracin internacional. Esto quiere decir que la investigacin
prehistrica en las regiones de que hablamos sufri un parntesis de prc-
tica paralizacin en un perodo de ms de diez aos.
No vamos a referirnos a la historia de las investigaciones realizadas
en la cornisa cantbrica desde finales del siglo pasado hasta los aos de
la Guerra Civi l . M. S. Sautuola, H. Alcalde del Ro, H. Breuil , H.
Bouyssonnie, H. Obermaier, J. Carballo, L. Sierra, el Conde de la Vega
del Sella, E. Hernndez Pacheco, J.M. Barandiarn son entre otros, los
nombres que llenan este perodo tan fecundo en el descubrimiento y es-
tudio de los yacimientos paleolticos de esa rica zona de la Pennsula
Ibrica.
En los primeros aos cincuenta, resist iendo con notable mrito,
mantenan an el fuego sagrado J. Carballo en Cantabria y J.M.
Barandiarn en el Pas Vasco, pero ambos, sobre todo J. Carballo, eran
ya hombres muy entrados en aos. Este tena ms de 75 aos, y J.M.
Barandiarn en 1953, cuando regres del destierro, contaba ya con 64
aos.
Por entonces aparece en Oviedo una f igura nueva, Francisco
Jo rd, en la plenitud de su vida unos 40 aos), bien preparado, con ni-
mos de trabajar y en contacto, sobre todo a travs de su maestro Luis
Pericot, con los prehistoriadores extranjeros. La labor realizada por F.
Figura 1. Visita a Cueva Ctiufn, 197 4 Foto P. Saura).
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Apuntes sobre el desarrollo de la arqueologa paleoltica en la cornisa
Jord en Asturias, pese a las reducidas posibil idades reales de que dis
pona, es digna de todo elogio. Otra persona, que por entonces destaca
por su aportacin al mundo de la prehistoria, es el ingeniero E. Garca
Lorenzo en Santander, aunque en este caso se trata ms bien del des
cubrimiento de nuevas estaciones de arte rupestre Monedas , Chim enea s,
Cullalvera) y del estudio sobre los problemas de conservacin de los
con
juntos de arte rupestre. Tampoco puede olvidarse la labor de E. Ripoll,
quin,
aunque desarrollando sus principales investigaciones en Catalua,
dedica igualmente su tiempo a estudiar y publicar el arte rupestre de
Cantabria.
Hay un hecho, que marca un hito importante en la historia de la inves
tigacin en esos aos. Se trata de la reanudacin de las excavaciones ar
queolgicas en la Cueva del Pendo, a cargo de J. Martnez Santa Olalla
1953-1957), para las que rene un equipo internacional, en el que figura
ban cientficos tan destacados como el Dr. A. Cheynier o el matrimonio
Andre y Arlette Leroi-Gourhan. Desgraciadamente el resultado de dichas
excavaciones no fue por entonces publicado, y slo con las limitaciones
del caso pudo reconstruirse y estudiarse lo obtenido en las mismas 25
aos despus en una publicacin conjunta, dir igida por J. Gonzlez
Echegaray.
As llegamos a los aos sesenta, en los que se van a producir he
chos particularmente importantes para la historia de las investigaciones
prehistricas de la cornisa cantbrica. El primero es el descubrimiento de
importantes cuevas con arte rupestre, tanto en el Pas Vasco Altxerri y
Ekain) en este caso bajo la responsabilidad cientfica de J.M. Barandiarn,
y en Asturias Tito Bustillo ) gracias a M. Berenguer.
El segundo hecho importante fueron las excavaciones arqueolgicas
de Cue va Morn 196 6-196 9), donde confluye n por una parte sus direc
tores, J. Gonzlez Echegaray y L. G. Freeman, el primero de los cuales,
por su edad, podra marcar la transicin entre las generaciones anterio
res y las nuevas, y por otra parte, aparece con ellos un nuevo grupo de
colaboradores representantes de estas nuevas generaciones: J. Altuna,
J.M. Apellniz, A. Moure, A. Querol, S. Cerchn, G.A. Clark y otros. La
excavacin de Morn fue, en realidad, la primera realizada con criterio
cientfico moderno en la cornisa cantbrica. El yacimiento presenta una
amplia estrat igrafa, ha sido excavado dejando a la vista complejas
reas de ocupacin en sentido horizontal, que han permitido profundizar
en los problemas tcnicos de distr ibucin espacial de las piezas, y,
en definitiva, ha resultado de una gran riqueza en cantidad y calidad de
objetos. Adems, los resultados de la excavacin fueron estudiados y
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J . GONZLEZ ECHEGARAY V. CABRERA VALDES Y F. BERNALDO DE QUIROS
publicados en un tiempo rcord dndose a conocer a toda la comunidad
cientfica internacional. Los trabajos en cueva Morn tuvieron gran
inci
dencia en el desarrollo ulterior de las excavaciones en cueva. Desde un
punto de vista tcnico el registro intent conciliar la excavacin estrati-
grfica en vertical con la excavacin extensiva en reas que por idnti
cos motivos slo pudo rentabilizarse a partir de la primera capa muste-
riense.
La utilizacin de los sistemas de F. Bordes y D. de Sonneville-
Bo rdes no slo fueron un instrum ento de clasificacin del instrum ental
Utico
sino que el primero de ellos permiti la amplia discusin del mo
delo de ese autor sobre la cuestin musteriense y el problema de las
facies.
EL GRUPO DE PREHISTORIA CANTBRICA
Si a la excavacin de Morn se aade la convocatoria en Santander
del Simposio Internacional de Arte Rupestre en 1970 o SANTANDER
SYMPOSIUM organizado por M. Almagro Basch y M.A. Garca Guinea al
que asisten todos los mejores especialistas del mundo en aquel momento
y cuyas actas fueron esplndidamente publicadas se consuma as todo un
ciclo en el mundo de la investigacin p rehistrica que podra desembocar
en un apogeo de los estudios paleolticos de la regin ya en manos de la
nueva generac in a cuyos nombres ya citados habra que aadir los de I.
Barandiarn B. Madariaga V. Cabrera M. Cano Herrera F. Bernaldo de
Quirs A. Mou re J .M . Apellniz P. Utr il la M. Gonzlez Morales A.
Balden M.G. Mrquez Ura J. Fernndez Tresguerres y otros. Todos
eran amigos entre s y estaban dispuestos a llevar adelante un gran pro
yecto de investigacin seria sobre el Paleoltico de la cornisa cantbrica.
As se form el Grupo de Prehistoria Cantbrica que se present como
tal en el Simposio Le fin des temps glaciaires en Europe celebrado en
Burdeos en 1977.
Ya en esta lnea entusiasta de colaboracin se haban llevado a cabo
en 1974 las exca vac iones de la cueva de Rasca o dir igidas por J .
Gonzlez echegaray e I. Barandiarn donde colaboraron adems de P.
Utrilla
Ana Cava M. Hoyos y L.G. Straus. Por su parte tanto J . Altuna
como J. M . Ape llniz estudian conjuntam ente y presentan la publicacin
definitiva de Altxerri y Eka in mientras que J. Altuna excava el yacim ien
to de E kain y J .M . Ape llniz el de la cueva de Arena za en la que tam
bin se descubrirn pinturas. Parte del grupo se aglutina en otras exca
vaciones comenzadas pocos aos antes. Los aos que permaneci
unido el grupo se relaciona con una serie de excavaciones arqueolgicas
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Apun tes sob re el desarrollo de la arqueologa paleoltica en la cornisa...
que supusieron una react ivacin de los estudios de paleol t ico en la
zona. Haban comenzado por las campaas realizadas por A. Moure en
la cueva de Tito Bustillo en 1972 para continuar en las prac ticada s en
Los Azules por J. Fernndez Tresgue rres am bas en Asturias y en el ya
cimiento soltrense de Cueva Chufn en Cantabria por V. Cabrera y F.
Bernaldo de Quirs. Estas campaas supusieron una constante relacin
entre s de todos los miembros del grupo. En estos aos se realizaran
otros trabajos en la cornisa cantb rica entre los que cabe destacar las
excavaciones de Cova Rosa por F. Jord y el inicio de las excavaciones
en la Cueva de las Caldas por S. Cerchn ambas en Asturias.
El Grupo de P rehistoria Can tbrica se reuna al menos una vez al
ao
a 4 Km . de Santander en la casa-m useo de J. Ve larde el hroe
del dos de mayo de 1808 por lo que dada su ubicac in entre el grupo
de amigos era conocido como Grupo de Muriedas. Una de sus actua
ciones desconocidas pero importantes fue la protesta que se realiz en
1977 al entonces Ministerio de Educacin y Ciencia por el estado la
mentable que presentaban las representaciones del techo de Altamira.
La situacin de deterioro en la que se encontraba el Gran Panel fue
cons tatado du rante el Curso de Arte R upestre P aleolt ico en julio de
1976
en la Universidad Internacional Me nnd ez-Pe layo en el cual nos
encontrbam os los miem bros de grupo unos como becar ios y otros
ti
r l
Figura 2. Curso de Arte Rupestre Universidad Menn dez Pelayo 1976.
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J .
GONZLEZ ECHEGARAY, V. CABRERA VALDS Y F. BERNALDO DE QUIROS
como profesores del curso. Durante el mismo realizamos un calco que
firmamos todos como colaboradores del grabado de la galera de la
Cola de Caballo que representa una escena de dos bisontes y que
haban sido interpretados por H. Breuii como un mamut superpuesto a un
bisonte. El calco fue publicado por L.G.Freeman algn tiempo despus,
con el consentimiento de todos nosotros. La depuracin de la subjetivi
dad a la hora de realizar el calco fue asumida por todos los autores del
mismo, pues cada trazo se realizaba con el asentimiento de tres o ms
personas cada vez.
Gomo ya se ha indicado antes, el trabajo ms emblemtico del grupo
lo consti tuye el presentado al Coloquio Internacional, organizado por
Denise de Sonnevi l le-Bordes en 1977 en Burdeos. De acuerdo entre
todos los firmantes se distribuy un trabajo colectivo que representaba
la sntesis de los problemas cl imticos, econmicos y culturales del
Tardiglaciar en la Cornisa Cantbrica, tal y como se encontraban los es
tudios en 1977. Como ancdota podemos recordar que los miembros del
grupo invitados en solitario, cedieron una parte de su tiempo de presen
tacin para que pudiera ofrecerse al pblico la que se haba realizado en
comn.
Junto a los trabajos de campo citados se realizaron en los aos se
tenta numerosas revisiones de los materiales depositados en los museos
y que con stituyeron la base, en muchos casos, de Tesis Doctorales, cuya
publicacin se realizara en la dcada de los ochenta, en su mayora en la
serie de monografas del Centro de Investigacin y Museo de Altamira.
As tendramos la secuencia del Paleoltico Superior prcticamente al da,
ya que las investigaciones surgidas se centraron en la revisin del
Paleoltico Superior a fin de establecer una base sobre la que situar las
nuevas excavaciones. As pueden destacar los trabajos o tesis doctorales
de F. Bernaldo de Quirs para los inicios del Paleolt ico Superior
Auriaciense-Gravetiense), L. G. Straus y, ms recientemente M. de la
Rasil la para el Solutrense; P. Utri l la para el Magdaleniense Inferior y
Medio, A. Moure y, ms recientemente C. Gonzlez Saiz para el
Magdaleniense Superior-Final; J. Fernndez Tresguerres para el Aziliense
y G.A. Clark y M.R. Gonzlez Morales para el Asturiense. Dentro de estas
revisiones cabe sealar la realizada para el gran yacimiento de la cueva
del Castillo por parte de V. Cabrera y la revisin del Paleoltico Medio en
el Pais Vasco realizada por A. Baldeen. No podramos pasar por alto los
trabajos de actualizacin de los datos realizada por T. Chapa y M. I.
Martnez Navarrete con otros investigadores sobre los materiales que se
encontraban en el Museo de Ciencias Naturales de la Cueva de La
Paloma.
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puntes sobre
e l
desarrollo
de la
arqueologa paleoltica
en la cornisa ..
LAS LTIMAS DCADAS
Resulta imposible una enumeracin de trabajos sin cometer un agravio
comparativo por omisin. Entre las numerosas excavaciones en estaciones
del Paleoltico Medio y/o Superior realizadas en las dos ltimas dcadas,
algunas han retomado el anlisis de lugares ya conocidos y estudiados
hace aos, mientras que en otros casos se inician investigaciones sobre
yacimientos intactos. En el primer apartado debemos citar una vez ms los
trabajos sobre la Cueva del Castillo en Puente Viesgo, el estudio previo de
la documentacin y materiales y la excavacin del yacimiento posterior-
mente y que an contina, as como num erosas revisiones de materiales
que no fueron documentados en su momento como es el caso de las ex-
cavaciones de los aos cincuenta en la cueva del Pendo Ca ntabria).
En la regin asturiana deben researse ios trabajos de excavacin del
proyecto Valle Medio del Naln, en los yacimientos en cueva y abrigo de
La Via, La Lluera, Entrefoces, Entrecueves, bajo la coordinacin de J.
Portea, y Las Caldas, dirigida por S. Corchn. Estos trabajos han puesto
de relieve la importancia especialmente de La Via y Las Caldas como
yacimientos de amplia estratigrafa. El conjunto de abrigos y cuevas pre-
sentan sobre todo una importante secuencia del Solutrense y del
Magdaleniense Medio, en el caso de este ltimo muy importante , pues, se
pone de relieve los contactos con el rea pirenaica que hasta este mo-
mento formaba un grupo regional con muy marcado carcter.
Un yacimiento fuera del valle del Naln, pero as mismo estudiado en
los ltimos aos por J. Portea y M. de la Rasilla, es el de la cueva de
Llonn,
descubierto en los 70, que ha ofrecido un santuario especial de
poca solutrense. Cabe destacar asimismo la excavacin de la cueva del
Buxu por M . Menndez en los ochenta y que presenta un definido nivel so-
lutrense y, por ltimo, la continuacin de los trabajos en el yacimiento
nico por la secuencia y enterramiento azil iense de la Cueva de Los
Azules, estudio a cargo de J. Fernndez Tresguerres. En ios aos noven-
ta hay que mencionar las campanas en el yacimiento de la Gelga, con
una rica secuencia solutrense y magdaleniense. Todos estos trabajos se
recogen de forma habitual en los sucesivos
Excavaciones Arqueolgicas
en Asturias.
No podramos dejar la zona asturiana sin referirnos, aunque sea bre-
vemente, a las investigaciones que se realizaron en los aos ochenta en la
cueva de la Riera. Los trabajos fueron dirigidos por L. Straus, G. A. Clark
y M. R. Gonzlez Morales, dejando al descubierto una larga secuencia
solutrense y magdaleniense.
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J .
GONZLEZ ECHEGARAY, V. CABRERA VALDS Y F. BERNALDO DE QUIRS
En Cantabr ia en los l t imos ve in te aos se ha cont inuado la labor em
prend ida en dos yac imientos impor tan tes como son la Cueva de l Juyo y la
Cueva del Castillo. En el primer caso la direccin de los trabajos ha corri
do a cargo de L.G.Freeman y J.Gonzlez Echegaray y estas investigacio
nes han revalorizado la gran secuencia del Magdaleniense Inferior
Cantbrico que posee. Merece asimismo mencionar la campaa de 1981
en la cueva de Altamira, en la que se pudieron constatar una importante
serie de dataciones y la complejidad de la disposicin de las capas de
ocupacin del Magdaleniense Inferior y Solutrense en su base. El Castillo,
asimismo, ha presentado, adems de su formidable secuencia, los resul
tados a finales de los aos ochenta de dos subniveles auriacienses, uno
de ellos con una media de 40.000 aos y que se inserta en la polmica ac
tual sobre la formac in e inicio del Pa leoltico Superior.
A mediados de los aos ochenta dos yacimientos cantbricos pre
sentan una secuencia del f inal del Magdaleniense Superior y Azil iense:
son la Cueva de La Pila y del Perro. En los aos noventa se han conti
nuado trabajos y realizado varias campaas en La Fuente del Saln, bajo
la direccin de A. Moure y M. Gonzlez Morales, que dieron como re
sultado el descubrimiento de un hogar del Perigordiense Superior. En
los i j l t imos aos se ha comenzado la excavacin de una parte de la
Cueva del Pendo, yacimiento muy complejo y con una variada estrati
grafa. En los dos lt imos aos se ha comenzado la excavacin del ya
cimiento de la cueva del Mirn, por parte de un equipo hispano-nortea-
mericano dirigido por L. Straus y M. R. Gonzlez Morales que ofrece
unos resultados alentadores.
La presencia de equipos de nacionalidad mixta han enriquecido sobre
manera la investigacin en todos los campos. En nuestro caso debemos
destacar la estrecha colaboracin que siempre han mantenido L.G.
Freeman con J. Gonzlez Echegaray, ya desde los tiempos de Morn y
que ha culminado en la creacin en 1983 de la I.P.I. Institu for P rehistoric
Investigations) que colabora eficazmente en publicaciones cientficas o es
sede de investigaciones determinadas. De todas maneras, conviene re
cordar que por las especiales caractersticas de los inicios de la investiga
cin en la cornisa cantbrica, la relacin internacional ha sido siempre un
elemento primordial en la investigacin prehistrica de esta zona.
Todas estas investigaciones cuentan con los mtodos ms modernos y
los equipos interdisciplinares necesarios para poder llevar a buen fin los
resultados obtenidos a travs de los anlisis ms sofisticados, con los que
podemos contar. En este apartado es menester citar los trabajos de M.
Hoyos que es uno de los investigadores, del campo de otras ciencias, que
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Apuntes sobre el desarrollo de la arqueologa paleoltica en la cornisa.
ms re lac in ha ten ido con todos aquel los que nos dedicamos a l es tud io
del Paleo l t ico en la corn isa cantbr ica.
Las investigaciones en el Pas Vasco han continuado la fructfera lnea
establecida desde los tiempos de J.M. de B arandiaran en ella debemos
destacar por un lado en Guipzcoa la figura de J. Altuna quien ha mante
nido una importante lnea investigadora a travs de la Sociedad de
Ciencias Naturales Aranzadi y su revista
Munibe
y en Vizcaya los trabajos
eman ados de J.M . Apellaniz y su equipo expuestas a travs de Kobie.
Entre los yacimientos principales debemos citar las publicaciones de
las monografas de Ekain y Am alda donde se m antiene una clara lnea in-
terdlscipllnar en la que los distintos elementos estudiados se sintetizan en
sus conclusiones lo que les convierte en claros ejemplos a seguir. No po
demos olvidar los trabajos de E. Berganza en el yacimiento de Santa
Catalina donde encontramos materiales Azil lenses asociados a u apro
vechamiento de recursos marinos semejante a los citados de La Pila o El
Perro tamb in se cita Aziliense en la Cue va de Aren aza donde la Impor
tancia de sus niveles Neolticos nos permiten relacionarla con el mundo
del Valle del Ebro a travs de la presencia de cermica cardial. Otro
yaci
miento interesante publicado recientemente es la Cueva de Lamlak II en
la que se ha realizado dentro del los problemas del yacimiento un buen
aprovechamiento de la Informacin disponible.
Una aportacin que debemos destacar es la edicin anual de
Arkeoikuska
del Centro de Patrimonio Cultural Vasco de la Direccin
de Patrimonio Cultural del Gobierno Vasco. Esta publicacin permite un
seguim iento constante de las novedades y de los trabajos realizados lo
que la convierte en un documento nico en la perspectiva arqueolgica
espaola y un claro ejemplo a seguir por las dems Comunidades
Autnomas. En el la tenemos el seguimiento de lugares como Santa
Ca talina Antn Koba Lum entxa Ga razabal o AItzbItarte III entre otros.
EL
RTE PALEOLTICO
El arte debe ser considerado dentro del conjunto de manifestaciones
con
servadas del Paleoltico que han sido objeto de especial atencin en los l
timos aos. Un aporte original es el desarrollo del denominado anlisis de
autora por parte de J.M. Apellaniz. En estas dos ltimas dcadas varios
equipos estn desarrollando una lnea de Investigacin sobre documenta
cin del arte parietal y su interrelacin con los yacimientos arqueolgicos
situados en las reas de asentamiento de las respectivas cavidades.
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J . GONZLEZ ECHEGARAY, V. CABRERA VALDS Y F. BERNALDO DE QUIROS
Respecto a la docum entacin, hay que diferenciar una vez ms entre las re-
visiones que se han llevado o se estn llevando a cabo en alguna de las ca-
vernas descubiertas en ocasiones hace casi un siglo por ejemplo, la cueva
de La Pasiega de Puente Viesgo y cuevas de Covalanas y La Haza en
Ramales de la Victoria, en Cantabria) del estudio de nuevos descubrimientos
La Garma en Cantabria y Covaciella en Asturias).
En otros casos el registro no se ha limitado a las figuras parietales,
sino que es posible y se pretende ponerlas en relacin con los respectivos
yacimientos arqueolgicos: el proyecto Naln , cuevas de T ito Bustillo y de
Llonn en Asturias, Chufn y Fuente del Saln en Cantabria y de Ekan en
el Pais Vasco.
Como continuidad del ya citado SANTANDER SYMPOSIUM se cele-
bro en 1979, diez aos despus otro congreso internacional, que reuni a
los ms brillantes investigadores de la poca. Conocido como ALTAMIRA
SYMPOSIUM represento la puesta al da de las investigaciones realiza-
das hasta el momento. Esta reunin cientfica, celebrada dentro del
cen-
tenario de la Cueva de Altamira, sirvi tambin para sensibilizar al Estado
de los problemas de la misma, al dedicar una parte importante de las se-
siones a los problemas de conservacin. La sensibilizacin hacia los pro-
blemas del Arte Rupestre se plasmaron en la creacin del Centro de
Investigacin y Museo de Altamira, cuyo fin es conservar la cueva, y dar
a conocer los problemas y eventuales soluciones que a el se presentan, y
cuyo ultimo proyecto es la realizacin de la tan esperada replica de la
cueva.
Otro aspecto que no podemos olvidar son los trabajos de sntesis sobre
industria sea y arte mueble de I. Barandiarn y S. Cerchn, que sirvieron
de base hacia toda una nueva serie de estudios, al permitir a los investi-
gadores contar con un corpus exhaustivo sobre el Arte Mueble. Una visin
ms completa de su importancia se expone en el trabajo de M. Menendez
en este mismo volumen.
En los ltimos aos hay que destacar la importancia de varios proyec-
tos encaminados a la datacin directa de las pinturas por el sistema del
acelerador de partculas iniciado en 1991 por F. Bernaldo de Quirs, H.
Valladas, y V. Cabrera, que ha sido ampliado y complementado en los l-
timos aos por el equipo de la Universidad de Cantabria dirigido por A.
Moure en Cantabria y por J. Portea en Asturias. Estos trabajos represen-
tan un punto de inflexin en la investigacin del Arte Rupestre, y estn
sirviendo de base para nuevos acercamientos al tema, que permiten a al-
gunos autores hablar de un momento postestilistico, en el que se re-
nueva nuestra perspectiva hacia este fenmeno artstico.
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Apuntes sobre
el
de sarrollo
de la
arqueologa paleoltica
en la
cornisa...
SELECCIN BIBLIOGRFICA MENCIONADA EN EL TEXTO
A L T U N A ,
J .
et
all
1 9 8 4 ,
El
yacimiento prehistrico
de ia
cueva
de
El