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Arquías
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Según Arabea, el Pro Arquías de Cicerón, es más bien una defensa de las humanitas, de la
cultura literaria, concebida no como mera erudición, sino un saber que sigue cierto ideal
moral (393). Podemos observar que poco a poco, en el discurso, Cicerón irá hablando más
de las humanitas para justificar que se le debe dar la nacionalidad al poeta Arquías. Por esta
misma defensa de las humanidades, Arabea nos dice que Cicerón:
“inaugura con lucidez y brillo en el mundo latino la reflexión acerca de la
importancia de la actividad intelectual del hombre. Es una encendida
defensa de lo que fue, para el propio Cicerón, parte central de sus
intereses y ocupaciones: el cultivo del verbum, el disfrute de la palabra, el
gozo del despliegue de las ideas en el cuerpo siempre sugerente de la
lengua; en suma, la experiencia literaria, en sentido amplio.” (394)
Desde el principio, Cicerón no duda en ponerse como un hombre conocedor de las artes (Cic.,
ProArquías, 1), él era un hombre que apreciaba la cultura, para Cicerón las artes producían
mejores hombres (Ibídem, 15) y no sólo eso, sino que, además, producía un bien para la
comunidad (Ibíd. 12). Para Cicerón, las artes no son pasivas, para él tienen que repercutir
en la sociedad, es por eso que Arabea nos dice que: “A su juicio, las artes liberales son
estudios que no apartan al hombre de su comunidad ni lo recluyen en un otium cívicamente
improductivo: las artes liberales no son arte por el arte, sino arte por la vida.” (397).
Al ver este discurso es probable, nos dice Arabe, que Cicerón estuviera haciendo
una defensa de sí mismo, pues él era originario de Arpino (396), esta podría ser una de las
causas por las que defiende al poeta, pues al defenderlo se defiende también a sí mismo.
Así pues nos dice Arabea: “Cicerón, quizás el romano más ilustrado y reflexivo de su
tiempo, tenía la oportunidad de hacer la defensa de su propia cultura. A propósito del elogio
de las letras, intenta mostrar que su formación general humanística lo ha enriquecido como
orador y como político, impregnando de sabiduría y de sentimientos generosos toda su
actividad pública.” (397), en realidad, si ponemos atención al discurso, podemos observar
que en realidad Cicerón está diciendo que los romanos deben apreciar a todo aquí que sea
un hombre culto, que los artistas deben ser incluidos y amados por el pueblo romano. Así,
Ciceròn tenía muy fuertes razones para defender a Aquías, pues defenderlo es también
defender los meritos de las humanidades y de los hombres que las poseen. Por eso mismo,
nos dice Arabea: “Cicerón advirtió que la defensa de Arquias le proporcionaba una
inmejorable tribuna para referirse a otros temas que le interesaba abordar, ya que el juicio le
permitía disponer de un auditorio numeroso y selecto, dispuesto a oírlo con interés y
atención.” (396). Así, Cicerón podía hacerse oír por un numeroso grupo de romanos y
exponer su defensa de los hombres doctos.
Para Cicerón, las humanidades formaban mejores personas, pues, “La humanitas, para
Cicerón, es la cultura humana, la formación integral del hombre, en su dimensión tanto
intelectual (paideía) como moral (philanthropía), ganada a través de una educación
adecuada.” (Arabea 400). Por lo que la formación del mejor hombre sólo se logra a través
de las humanidades. El mismo Cicerón nos dice que para tener un hombre admirable es
necesario un hombre de buena naturaleza que además sea cultivado por las artes (Cic.,
ProArquías, 15), y es por eso mismo que la historia le ha dado a los hombres varones tan
cultos e ilustres (Ibídem 16). Pero, para este autor latino, las humanidades producen grandes
hombres mediante el ejemplo. Al tener grandes modelos de hombres educados, la historia
los guarda en su registro y los hará un ejemplo para las siguientes generaciones. Por eso
mismo, Cicerón considera tan importante la historia como una “magistra vitae” (Arabea
397), pues era a través de la historia que los hombres podrían aprender del ejemplo de sus
antecesores y mejorar los esquemas. Por eso mismo nos dice Cicerón: “Yo siempre, al
administrar la república, imaginándomelas, conformaba mi corazón y mi mente a partir del
recuerdo de estos hombres excelentes.” (Cic., ProArquías, 14).
Además, para este autor latino, la historia no era sólo una maestre, sino era la forma de
quedar vivo eternamente; de tener honor y gloria. Para Cicerón, sólo a través de la historia
se puede ser conocido a lo largo de las diferentes décadas, es por eso que en las últimas
partes del discurso defiende a Aquías como el hombre que va a glorificar a Roma en sus
escritos. Así pues, Cicerón dice: “Pero todos los libros están llenos, llenas las voces de los
sabios, llena la antigüedad de ejemplos: todas estas cosas yacerían en las tinieblas, si no
llegara la luz de las letras.” (Ibìd.14).
Cicerón, muestra las letras como algo siempre oportuno y favorable al hombre (Ib. 16).
Para él, la mejor forma de formar un hombre integro, capaz moral e intelectualmente, es a
través de las letras. Son las letras las que darán a los hombres los mejores ejemplares de su
especie, los cuales quedarán en la memoria de todos gracias a las letras mismas, que los
recordarán eternamente. Así pues, para Cicerón, la creación de un ideal de la cultura
humana es a través de las humanidades.
Bibliografía
ARABEA, Antonio. “El concepto de humanitas en el Pro Archia de Cicerón”,
Pontificia Universidad Católica de Chile, Vol.7, 2002, pp.393-400
CICERÓN, Marco Tulio, Discurso en defensa del poeta A. Licinio Arquías, trad.
Jaime Vásquez, España, Casa editorial Barcelona, 1974.