Artículo de Wittgenstein

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    635 Alexander Ávila Martínez  Wittgenstein, una perspectiva para el análisis filosóficodesde la teoría de los juegos del lenguaje (pp. 63 - 73)

    Enero / 2012

     ABSTRACT

     This paper addresses the redenit ion experimented by the

    language during the twentieth century, with the help of the

    transformation from the monistic to the dualistic paradigm

    conducted by the Phenomenology. Within the process, we

    take a journey from the origins of analytic philosophy to

    the results of the transformation that took place starting

    on its own base. In this way, we make a scrutiny of the

    transformation process experimented by the conception of

    language’s nature between the rst Wittgenstein (Tractatus

    logico-philosophicus) and the second (Philosophical

    Investigations). In this regard, we open various possibilities

    for addressing studies about the use of language in various

    human achievements, having the theory of language games

    as background.

    KeywordsPhilosophy of language, phenomenology, analytic philosophy,

    language game.

    RESUMEN

    El presente texto aborda la redenición que tuvo el lenguaje,

    durante el siglo XX, de la mano de la transformación

    del paradigma dualista al monista llevada a cabo por la

    fenomenología. Al interior de tal proceso, realiza un recorrido

    desde la génesis de la losofía analítica hasta los resultados

    propios de la transformación que se llevó a cabo desde

    su propio seno. De esta manera, se realiza un escrutinio

    del proceso de transformación que tuvo la concepción

    de la naturaleza del lenguaje entre el primer Wittgenstein

    (Tractatus logico-philosophicus) y el segundo (Investigaciones

    losócas). En tal sentido, se abren diferentes posibilidades

    de abordar estudios sobre el uso del lenguaje en diversas

    realizaciones humanas, teniendo de fondo la teoría de los

     juegos del lenguaje.

    Palabras claveFilosofía del lenguaje, fenomenología, losofía analítica, juego

    del lenguaje.

     Alexander Ávila Martínez * 

     Wittgenstein,una perspectiva para el análisis filosóficodesde la teoría de los juegos del lenguaje

     Wittgenstein,a perspective for the philosophical

    analysis based on the language games theory

    * Licenciado en Filosofía y

    letras, Universidad SantoTomás. Magíster en Filosofía,

    Universidad Santo Tomás.Doctorando en Filosofía,

    Universidad Santo Tomás.Docente-Investigador de

    la Universidad Cooperativade Colombia, Sede Ibagué.Correo electrónico: alexander.

    [email protected].

    Fecha de recepción: 12 de julio de 2011

    Fecha de revisión: 4 de septiembre de 2011

    Fecha de aceptación: 12 de octubre de 2011

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     Alexander Ávila Martínez Enero / 2012

    INTRODUCCIÓN

    El legado de Ludwig Wittgenstein, en relación con la losofía

    del lenguaje, revistió un protagonismo insoslayable durante

    el siglo XX y, en lo que llevamos del XXI, continúa siendo una

    referencia inevitable y fuente de variados y siempre originales

    desarrollos. El artículo se centrará, principalmente, en el pen-

    samiento maduro del lósofo austriaco, denominado “el se-

    gundo Wittgenstein”. No obstante, desarrollar una clara inte-

    ligencia de la segunda parte del pensamiento de Wittgenstein

    requiere, además de una aprehensión estructural de la visión

    del Tractatus, una revisión de otras corrientes que le dan pri-

    macía al lenguaje y que comparten ciertos “aires de familia”.

    Para ello se revisarán algunas corrientes que hacen parte del

    entramado de la losofía analítica, dando primacía a los dis-

    cernimientos de Investigaciones losócas en relación con el

     lenguaje como uso y los juegos del lenguaje. El escrito sobre

    el segundo Wittgenstein  se compone de cinco partes que

    tienen una conexión entre sí: se empieza revisando algunas

    características del lenguaje para poder entender el análisis

    losóco que se hace del lenguaje en la losofía analítica; en

    el ejercicio posterior se realiza un breve resumen de la losofía

    analítica, que va desde el atomismo lógico hasta la escuela

    analítica norteamericana; en la tercera parte, se muestra al

    Wittgenstein del Tractatus y la transición que hace en El cua-

    derno azul y marrón hacia una visión del lenguaje como uso,

    este será un momento importantísimo para poder entender

    la cuarta parte de las apreciaciones del presente escrito, que

    tiene que ver con las características del Wittgenstein de las

    Investigaciones losócas; en este cuarto estadio se realizará

    un análisis claro de lo que es el lenguaje como uso y la teoría

    de los juegos del lenguaje.

    LA REFLEXIÓN SOBRE EL LENGUAJE EN LAFILOSOFÍA: SU NATURALEZA, SUS LÍMITES YSUS POSIBILIDADES

    Los seres humanos se caracterizan por cumplir tres condi-

    ciones: la racionalidad, la conciencia de esa racionalidad y la

    capacidad de comunicarse a partir del lenguaje. Dichos ele-

    mentos actúan no de manera secuencial sino simultánea, ge-

    nerando mutuas y complejas imbricaciones. Parte constitutiva

    de la racionalidad humana es su capacidad de relacionarse

    con el mundo, por ejemplo. Insistiendo en el carácter inclu-

    yente y relacional de las diferentes dimensiones humanas,

    Daniel Herrera (s.f.), expone en su texto  ¿Qué es la fenome-

     nología?, el momento especíco de la intuición husserliana

    fundamental:

    Husserl, en el año 1898, tuvo la intuición de que entre el hombrey el mundo existe una correlación, es decir, que yo no puedo

    comprender al hombre sin su relación con el mundo ni al mundo

    sin su relación con el hombre (Herrera, s.f., p. 6).

     Así pues, la imposibi lidad de desligar al hombre de su especí-

    co mundo de l a vida conlleva la imposibilidad concomitante

    de comprender la racionalidad al margen del lenguaje y vi-

    ceversa. El ser humano es el único ente que necesita com-

    prenderse para saber quién es, quién quiere ser y qué puede

    realizar; en otras palabras, el lenguaje no cumple únicamente

    el papel de lector o descifrador de lo que ya es el hombre

    sino que, además, es una instancia creadora que reelabora

    y reescribe continuamente el hombre a partir de los juicios

    que elabora sobre sí mismo y las decisiones y acciones que

    adelanta a partir de tales juicios. Racionalidad, conciencia y

    lenguaje se penetran mutuamente y dan razón de lo que es el

    hombre en medio de complejas interrelaciones. De tal modo,

    como una más entre múltiples posibles realizaciones, puede

    brotar la conciencia de la propia nitud, ese saber que no se

    es dueño del tiempo y que, por tanto, se necesita diseñar y

    proyectar la propia vida. En el ser humano, la conciencia es un

     proceso raciona l que se construye en el lenguaje.

     Ahora bien, desde tal marco fenomenológico, la conformación

    de la individualidad y la resignicación de la racionalidad a partir

    del lenguaje revisten una importancia mucho más inuyente y

    decisiva, pues en el lenguaje nos juzgamos y decidimos no solo

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    como individuos sino, además, como grupos sociales y como

    especie. El lenguaje es una manifestación social que le permite

    a las personas entenderse no solo por el idioma sino también

    mediante signos, expresiones y sonidos. El lenguaje es un ele-

    mento esencial de la cultura, mediante él y en él se construye

    la sociedad, dado que a través suyo los seres humanos se

    incorporan a la vida, acumulan conocimiento y consiguen que

    su historia permanezca vigente en el tiempo. Ya Husserl ha-

    bía subrayado la imposibilidad de comprender al hombre sin el

    mundo y al mundo sin el hombre, pero es necesario compren-

    der también que tal armación supera por mucho la necesidad

    que tiene cada ser humano de leerse a través de la sociedad

    para encontrarse a sí mismo y el papel fundamental que juega

    el otro en el proceso de la construcción de la propia identidad.

     Además de ello, el lenguaje le permite a los seres humanos

    comprender el mundo y participar en él; como herramienta el

    lenguaje ofrece la posibilidad de la comunicación, tiene distin-

    tas categorías que van desde elementos muy sencillos como

    el gruñido hasta formas más complejas que permiten expresar

    y comunicar las distintas esferas de la realidad humana. Sin

    el lenguaje, sencillamente no existiría vínculo social, las civi-

    lizaciones no podrían reproducirse a nivel cultural y los com-

    plicadísimos e intrincados procedimientos que mantienen enfuncionamiento la sociedad devendrían en el caos y en la nada.

     Así pues, el lenguaje no solo es creador de hombres, es tam-

     bién creador de sociedades.

     Ahora bien, en el seno del lenguaje también se esconden

    intrincados inconvenientes, razón por la cual se debe tener

    conciencia de que el mundo personal y social de los hombres

    encarna no solo las múltiples posibilidades del lenguaje sino,

     además, sus diversas di cultades. Para citar solo uno, podría-

    mos revisar la manera como una palabra puede tener signi -

    cados diferentes y así llegar al malentendido, el cual ha sido

    uno de los principales problemas del lenguaje a lo largo de la

    historia y se denota en varias áreas del conocimiento la lo-

    sofía, –por ejemplo–, pero también ese problema se evidencia

    en la interpretación de textos jurídicos y, en general, en todas

    las áreas especícamente humanas. Schleiermacher (1963)

    deende “…la unidad del hablar con el pensamiento, [pues]

    el lenguaje es la manera de ser efectivo del pensamiento. (…)

    No existe pensamiento sin lenguaje” (Schleiermacher, 1963,

    p. 34). El problema radica en que al interior de lenguaje tanto

    el pensamiento como el discurso son realidades autónomas,

    pero necesariamente complementarias. Lo cual implica que,

    a nivel general, el simple proceso de la comunicación adquie-

    re una complejidad impensable: en primer lugar se realiza el

    pensamiento al interior del individuo; en segundo lugar, el

    pensamiento es traducido en discurso; en tercer lugar, el dis-

    curso es recepcionado por otro individuo (soslayando las di-

    cultades propias de la traducción y demás); en cuarto lugar,

    es necesario traducir el discurso en pensamiento; y, en quinto

    lugar, en su conjunto debe realizarse teniendo en cuenta que

    …todo comprender se compone de los dos aspectos: el

    comprender el discurso como sacado del lenguaje [–teniendo en

    cuenta su inevitable significado social y, por lo tanto, contextual–]

    y el de comprenderlo como un hecho en la persona que piensa [– 

    teniendo en cuenta también su inevitable significado personal y,

    por lo tanto, contextual en un nivel diferente–] (Schleiermacher,

    1963, p. 39).

     Así las cosas, el lenguaje puede ser entendido no solo comoel símbolo de nuestra comunicabilidad sino además, y en un

    sentido desgarrador, es posible entender el lenguaje como

    el símbolo de nuestra incomunicabilidad, como la fuente de

    una inagotable variedad de malentendidos, al interior de los

    cuales nos relacionaríamos creyendo hablar de las mismas

    cosas cuando, en realidad, hacemos referencia a cosas com-

    pletamente diferentes. De esta forma, el lenguaje no es solo

    la herramienta que propicia y posibilita la construcción de los

    mundos personal y social sino además, y en un sentido que

    permite diferentes variables, su deconstrucción. En pocas

    palabras, el problema radica en la distancia irreductible que

    separa al signicante del signicado.

    El segundo Wittgenstein tiene una gran preocupación por el

    problema del signicado y, en Investigaciones losócas, pre-

    senta una solución viable cuando emite que las palabras tie-

    nen signicado solo en el ujo de la vida, pues el lenguaje es

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    muestra al lenguaje como lógicamente perfecto. Ese apartado

    se mostrará cuando se expliciten los conceptos de Wittgens-

    tein, pero antes es menester exponer la visión que del lenguaje

    tuvieron los representantes de la escuela de Viena y la forma

    como se nutrieron de las aseveraciones del Tractatus. 

    La escuela de Viena, a la que también se le conoce con los

    nombres de positivismo lógico y neopositivismo, fue un grupo

    de filósofos, matemáticos y hombres de ciencia, que se die-

    ron a la tarea de analizar el lenguaje de manera científica. El

    círculo de Viena se organizó como grupo en 1922 en torno a

    la figura de Moritz Schlick 1, profesor de filosofía de la ciencia

    de la Universidad de Viena, y se convierte en un movimiento

    filosófico internacional, principal promotor del positivismo ló-

    gico. Dentro de los autores relevantes del positivismo lógico

    podríamos mencionar a Otto Neurathc, Friedrich Waismann

    y Rudolf Carnap. La forma como esta corriente entendió el

    lenguaje consistió en el análisis del lenguaje científico y la

    incidencia de este en la conceptualización de la ciencia.

    En el año 1949, Wittgenstein termina de escribir Investigacio-

     nes filosóficas, obra que dio un viraje total a la forma como

    se trató el lenguaje y el problema del significado en la historiade la filosofía. El Wittgenstein que hallamos en el Tractatus

    Logico-philosophicus   es muy diferente al Wittgenstein que

    encontramos en las Investigaciones filosóficas, pues este

    pasó de concebir un lenguaje lógicamente perfecto a reivin-

    dicar un lenguaje más sencillo, más austero, por así decirlo:

    “un lenguaje para andar por casa” (Santamaría, 2007). Dicha

    visión del lenguaje entiende a este como uso, y se nutre de la

    teoría de los juegos del lenguaje.

    El segundo Wittgenstein es el asunto central que remite a este

    escrito y en páginas posteriores se explicitan sus conceptos;

    sin embargo, la cronología del devenir de la losofía analítica

    se nutre de manera notable de las disquisiciones del segundo

    Wittgenstein en la segunda mitad del siglo XX e incluso en esta

    primera década del XXI. Después de Investigaciones losócas 

    se gestaron nuevas posiciones acerca del lenguaje y el signi-

    cado que se fundamentaron en Wittgenstein.

     Algo que resulta supremamente paradój ico es que en Cam-

    bridge, lugar donde Wittgenstein pasó toda su vida intelec-

    tual, no se gestó una corriente tan fuerte como la que se

    produjo en Oxford. En Cambridge encontramos a John Wis-

    dom, quien sucede a Wittgenstein en la cátedra desde 1952

    y concibe a la losofía como una función terapéutica uniendo

    conceptos de lenguaje y psicoanálisis2.

    Las guras inglesas más representativas de la losofía analí -

    tica se originaron en la escuela de Oxford. Los lósofos que

    hacen parte de esta corriente siguen las orientaciones del se-

    gundo Wittgenstein, desarrollando la losofía del lenguaje or-

    dinario dentro de la tradición de la losofía analítica. Entre los

    autores más destacados de este movimiento deben mencio-

    narse Gilbert Ryle3, John Langshaw Austin y Peter Frederick

    Strawson. Estos autores desarrollaron una teoría sistemática

    del lenguaje y del problema del signicado y también intenta-

    ron reformular los problemas losócos, a los que considera-

    ban mal planteados por usos inadecuados del lenguaje.

    La última corriente que se mueve en esos “aires de familia”

    que tiene que ver con el estudio losóco del lenguaje, es una

    tendencia que se gesta en Norteamérica gracias al inujo dela Escuela de Oxford en John Searle, quien fue discípulo de

     Austin y Strawson. Searle se mueve en el análisis del sentido

    y la referencia que luego se convertirá en la teoría de los actos

    de habla4. Esta visión nutrirá la teoría causal de los nombres o

    de referencia directa o losofías de sentido en donde encon-

    tramos autores como H. Putman y S. Kripke. Este entramado

    de corrientes losócas, que se dieron en su totalidad en el

    siglo XX y que son fruto de la losofía anglo-norteamericana,

    tienen una relevancia única en la forma como se entiende hoy

    la losofía y son un elemento clave para revisar la forma en

    que el lenguaje se convirtió en un problema losóco supre-

    mamente estudiado hoy en la primera década del siglo XXI.

    Sin lugar a dudas, Wittgenstein se convierte en el eje central

    de la losofía analítica en sus dos percepciones. Con el Trac-

    tatus  formula la teoría de un lenguaje lógicamente perfecto

    o cientíco, allí el lenguaje tiene la propiedad de representar,

    1 Es considerado el compiladordel núcleo de ideas que

    constituyeron el positivismológico, el alma y el animador

    del Círculo de Viena. Sumuerte, causada por los

    disparos de Johann Nelböck,antiguo alumno suyo, en

    la escalinata de la entradaprincipal de la Universidadde Viena, causó la disolución

    del Círculo y la huida de susmiembros a Norteamérica.

    2 De sus obras destacanInterpretación y análisis  

    (1931), cinco ensayos

    publicados en Mind, sobreConstrucciones lógicas (1931-

    1933), Otras mentes  (1952)y La filosofía y su lugar ennuestra cultura (1975).

    3 Dentro de sus obrasrelevantes es preciso señalar

    Systematically MisleadingExpressions (1932), dondeestablece el marco conceptual

    de la filosofía analítica dellenguaje ordinario. Siguiendo

    al Wittgenstein de lasInvestigaciones filosóficas ve a

    la filosofía como una actividadque se encarga de esclarecer

    las confusiones conceptualesno a partir del análisisgramatical, sino mediante

    el análisis de los conceptosordinarios. Según Ryle, en la

    filosofía tradicional abundanerrores categoriales que sedesprenden del dualismo

    cartesiano.

    4 Searle abre una nuevapuerta en la reflexión

    sobre el lenguaje al darlepreponderancia en el lenguajeal aspecto comunicativo en

    relación con el aspecto dela significación. Searle cree

    que la unidad mínima decomunicación no es la frase,

    sino la forma en que esta seproduce, a lo que denomina

    acto del lenguaje. Estos actosdel lenguaje se clasifican encuatro tipos: enunciativos,

    proposicionales, ilocutivos yperlocutivos.

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    como en un espejo, la realidad del mundo; el lenguaje es

    la imagen del mundo porque tiene capacidad pictórica, o

    capacidad de representación. Esta visión se vincula con el

    pensamiento del atomismo lógico y de la escuela de Vie-na. Luego, el Wittgenstein de Investigaciones Filosócas 

    advierte que las palabras tienen signicado solo en el ujo

    de la vida y que el lenguaje es un “acto” y no una represen-

    tación; de esta manera inuye en las disquisiciones sobre

    losofía del lenguaje elaboradas por las escuelas de Cam-

    bridge y Oxford, y también inuirá en las averiguaciones que

    sobre el lenguaje se realizaron en la segunda mitad del siglo

     XX en Norteamérica.

    EL WITTGENSTEIN DEL TRACTATUS Y SUTRANSICIÓN HACIA LA VISIÓN DEL LENGUAJECOMO USO

    Ludwig Josef Johann Wittgenstein (1889-1951) nació en

     Viena en 1889, en una de las familias más ricas de Europa.

    Su familia era de origen judío, sin embargo, los inicios de

    la vida de Wittgenstein y sus hermanos se orientaron en la

    tradición católica. En 1906 empezó estudios de ingenieríamecánica en Berlín y luego de aeronáutica en Manchester.

    En su periplo en Inglaterra conoció en 1911 a Frege, quien

    le sugirió estudiar matemáticas y lógica en Cambridge con

    Bertrand Russell. Wittgenstein conoció a este último y estu-

    dió bajo su supervisión hasta el año 1914, cuando decidió

    participar en la Primera Guerra Mundial.

    En Italia fue prisionero de guerra en 1918, situación en la

    cual inició la redacción del Tractatus  que se publicó en

    1921, tres años después de ser liberado. Entre 1920 y 26

    se desempeñó como profesor de escuela en Austria. En

    1922 renunció a su herencia que lo posicionaba como uno

    de los herederos más ricos de Europa y debido a problemas

    económicos trabajo entre 1927 y 28 en ámbitos de jardine-

    ría y arquitectura en Austria. Volvió a Inglaterra en 1929, allí

    se doctoró con el Tractatus e impartió clase en Cambridge

    desde 1930 hasta 1933.

    Durante cinco años permaneció en la URSS y en Noruega y

    regresó a Cambridge en 1938, momento en el que asumió la

    nacionalidad británica y remplazó a Moore en la cátedra. Em-

    pezó entonces a tener una visión distinta sobre el lenguajedesde 1929 con la aparición de los Cuadernos azul y marrón, 

    visión explicitó cuando escribió entre 1939 y 1942 la primera

    parte de Investigaciones Filosócas.

    Con el advenimiento de la Segunda Guerra Mundial, Witt-

    genstein volvió a los campos de batalla, esta vez como cami-

    llero entre 1942 y 45. Acabada la guerra volvió a la docencia

    en Cambridge, de donde se retiró en 1947. Viajó a Irlanda y

    allí terminó de escribir Investigaciones Filosócas en 1949.

    Ese mismo año se le descubrió cáncer, motivo por el cual

    decidió regresar a Inglaterra en donde murió en 1951.

    La vida de Wittgenstein se encuentra llena de matices, de

    interrogantes y de características únicas, pues además de

    renunciar a su fortuna, siendo un intelectual considerado en

    Inglaterra como la máxima gura de la losofía, renunció a

    su cátedra en Cambridge para ir a trabajar con niños en la

    más recóndita montaña de Austria. Perseguido en su Austria

    natal por su origen judío tuvo que migrar y lograr por méritopropio ser considerado la máxima gura de la losofía inglesa

    siendo austriaco; reconocimiento muy difícil de conseguir.

    En cuanto a la vida personal de Wittgenstein se tejen tam-

    bién muchas versiones. A. Stroll documenta algunas de

    ellas, donde se tilda al autor de las Investigaciones Filosó -

    cas como homosexual promiscuo y nazi, entre otras. El mis-

    mo Stroll nos muestra cómo esas indicaciones nada tienen

    que ver con el pensamiento de Wittgenstein y se convierten

    en elementos de divagación para muchos. Lo que sí no se

    puede negar es que Wittgenstein es, sin lugar a dudas, uno

    de los lósofos más importantes e inuyentes del siglo XX.

    Dentro de sus obras principales es preciso destacar: Trac-

    tatus Logico-Philosophicus, Los Cuadernos azul y marrón,

    Investigaciones losócas, Sobre la certeza y Observaciones

    sobre los fundamentos de la matemática.

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    EL WITTGENSTEIN DEL TRACTATUS

    En el Tractatus, Wittgenstein muestra una visión metafísica

    del mundo que está notablemente inuenciada por el atomis-mo lógico de Russell. Describe al mundo como la totalidad

    de los hechos y al lenguaje como la totalidad de proposicio-

    nes que comparten una estructura lógica común: “La propo-

    sición muestra la forma lógica de l a realidad”. En el Tractatus 

    el lenguaje tiene la propiedad de representar, como en un

    espejo, la realidad del mundo; el lenguaje es la imagen del

    mundo porque tiene capacidad pictórica, o capacidad de

    representación. Existe, según Wittgenstein, un isomorsmo

    entre los nombres y los objetos, y las oraciones y los hechos

    que dan origen al signicado. Esta visión del lenguaje es es -

    tática y muestra al lenguaje como un mapa o pintura que

    tiene como único objetivo describir al mundo. Concibe que

    un nombre es signicativo si cumple con los requisitos de

    correspondencia fundamentándose en la lógica extensional

    y en el conocimiento ostensivo.

    LA TRANSICIÓN A LAS INVESTIGACIONES

     FILOSÓFICAS 

    En los Cuadernos azul y marrón, Wittgenstein hace una revi-

    sión de las teorías del lenguaje cientíco. Dicha revisión permi-

    te que surja la teoría de los juegos del lenguaje, donde empie-

    za a virar su posición acerca del lenguaje y del problema del

    signicado. En este periodo de transición empieza a entender

    que el signicado de una palabra es su uso en el lenguaje y

    no su verdad o falsedad lógica. El autor del Tractatus muestra

    que el lenguaje ordinario prevalece sobre el lógico, y por ello

    el signicado de las palabras se debe buscar en el uso nor-

    mal que tienen los seres humanos en sus diversos contextos,

    situaciones y estados. Este momento de transición muestra

    un Wittgenstein que admite que la función del lenguaje no es

    representar cientícamente al mundo, utilizando las palabras

    adecuadas o perfectas como se prorió en el Tractatus, sino

    que el lenguaje tiene múltiples usos que cumplen ciertas re-

    glas como en un juego, pues hablar y jugar es lo mismo.

    EL WITTGENSTEIN DE INVESTIGACIONES FILOSÓFICAS

    Para poder acceder a ese conocimiento necesitamos recorrerla última parte de nuestro trayecto. Para iniciar recordemos

    que Wittgenstein escribe en los periodos 1939-1942, y 1947-

    1949 Investigaciones losócas, armando que la teoría del

    lenguaje que presentó el Tractatus es inadecuada.

    En el prólogo de Investigaciones losócas (1998) indica:

    Hace cuatro años tuve ocasión de volver a leer mi primer libro

    (el Tractatus logico-philosophicus ) y de explicar sus pensamientos.

    Entonces me pareció de repente que debía publicar juntos esos

    viejos pensamientos y los nuevos: que estos solo podían recibir

    su correcta iluminación con el contraste y en el trasfondo de

    mi viejo pensar. Pues, desde que hace dieciséis años comencé a

    ocuparme de nuevo de filosofía, hube de reconocer graves errores

    en lo que había suscrito en ese primer libro (p. 34).

    Como se puede ver en el anterior fragmento, Wittgenstein

    abandona las posiciones del Tractatus,  que enfocan al len-

    guaje como representación de la realidad. Remitidos ya a Investigaciones losócas, es necesario aclarar que el libro

    consta de dos partes, la primera parte está escrita en párrafos

    numerados del 1 al 693, y la segunda parte, de aplicación

    póstuma, se compone de 14 capítulos.

    EL LENGUAJE COMO USO

    En Investigaciones losócas, Wittgenstein indica que las pa-

    labras tienen signicado solo en el ujo de la vida. El lenguaje

    es un “acto”, no una representación. Esa nueva visión acer-

    ca del lenguaje permitirá que se solucionen varios problemas

    losócos.

    Revisemos la visión que sobre la losofía presenta Wittgens -

    tein en  Investigaciones losócas  (1998): “Somos, cuando

    losofamos, como salvajes, hombres primitivos, que oyen

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    70   5 Wittgenstein, a perspective for the philosophical analysisbased on the language games theory (pp. 63 - 73)

     Alexander Ávila Martínez Enero / 2012

    los modos de expresión de hombres civilizados, los malinter-

    pretan y luego extraen las más extrañas conclusiones de su

    interpretación” (p. 98). Según el autor, la losofía y los lósofos

    son los culpables de gran parte de los sinsentidos que existenhoy en losofía, y por ello se necesita de un nuevo método

    que traiga consigo la consecución de expertos lósofos, que

    consigan una autonomía de la losofía. Esos sinsentidos Wit t-

    genstein (1998) los muestra así:

    Los resultados de la filosofía son el descubrimiento de algún que

    otro simple sinsentido y de los chichones que el entendimiento se

    ha hecho al chocar con los límites del lenguaje. Estos, los chichones,

    nos hacen reconocer el valor de ese descubrimiento (p. 101).

    El principal propósito de Wittgenstein en las Investigaciones

    losócas es mostrar que el lenguaje debe pasar de condicio-

    nes de verdad, característica defendida por el modelo clásico

    vericacionista o de correspondencia, a condiciones de justi-

    cación de carácter lingüístico-pragmático. Para Wittgenstein

    el modelo clásico comete el error de creer que un nombre es

    signicativo si se cumplen los requisitos de correspondencia,

    es decir, un nombre tiene signicado si se da una relación

    nombre-objeto. Como puede notarse en Investigaciones lo-sócas, Wittgenstein rechaza las ideas del atomismo lógico y

    del Tractatus. Russell ya no es el maestro, es el enemigo por

    combatir, y el Tractatus un conjunto de ideas susceptibles de

    recusación; además de esto, se puede denotar que Wittgens-

    tein en su nuevo modelo pasó de concebir un lenguaje lógica-

    mente perfecto a reivindicar un lenguaje sencillo, el lenguaje

    cotidiano con el cual nos comunicamos siempre. La propues-

    ta de Wittgenstein muestra una concepción del lenguaje ba-

    sada en condiciones de aseverabilidad, donde las palabras,

    los enunciados o los términos deben ser parte del entramado

    lingüístico en donde el uso va a ser criterio válido para su sig-

    nicatividad, es decir, la búsqueda del signicado no recae en

    la extensión, sino que recae en el uso del lenguaje.

    Para poder lograr ese proceso de signicatividad mediante

    el uso, se hace necesaria una recusación de las corrientes

    que pensaron un lenguaje lógicamente perfecto, pues el refe-

    rencialismo que los caracterizó hizo que la losofía quedara

    inmersa durante mucho tiempo en un problema sin salida

    que necesitaba ser solucionado. En palabras de Wittgens-

    tein (1998): “¿Cuál es tu objeto en la losofía? –Mostrarle a lamosca la salida de la botella cazamoscas” (p. 132).

    La salida a ese problema, el mostrarle a la losofía cómo

    salir de esa botella cazamoscas, debe empezar a construirse

    atacando el concepto de denición ostensiva. Esa denición

    conecta incorrectamente, en la mayoría de los casos, al len-

    guaje con la realidad, trayendo paradojas y confusión.

    Revisemos el pensamiento de Wittgenstein (1998):

    Se puede definir ostensivamente un nombre de persona, un

    nombre de un color, el nombre de un material, un material,

    el nombre de un punto cardinal, etc. La definición del número

    dos “esto se llama dos” –mientras se señalan dos nueces– es

    perfectamente exacta. ¿Pero cómo se puede definir así el dos?

    Aquel a quien se da la definición no sabe qué se quiere nombrar

    con “dos”; ¡supondrá que nombras ese g rupo de nueces! Puede

    suponer eso; pero quizá no lo suponga. A la inversa, cuando

    quiero asignar un nombre a ese grupo de nueces, él podríatambién malentenderlo como un numeral. E igualmente,

    cuando explico ostensivamente un nombre de persona, él podría

    considerarlo como nombre de un color, como designación de

    una raza e incluso como nombre de un punto cardinal. Es decir,

    la definición ostensiva puede en todo caso ser interpretada de

    maneras diferentes (p. 83).

     A partir de este numeral se denota que la principal confusión

    es no distinguir entre el signicado del nombre con el por-

    tador del nombre, creyendo que para nombrar es necesa-

    rio señalar. Wittgenstein propone en lugar de una visión del

    lenguaje fundamentada en la denición ostensiva, entender

    que el signicado depende siempre del uso, y que es el uso

    el que da sentido a las palabras. Dicho de otra manera, el

    signicado de un nombre propio no lo da el objeto al que se

    reere sino el uso del contexto donde funciona la palabra.

    Este elemento será clave para poder entender la incidencia

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    715 Alexander Ávila Martínez  Wittgenstein, una perspectiva para el análisis filosóficodesde la teoría de los juegos del lenguaje (pp. 63 - 73)

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    del segundo Wittgenstein en la interpretación de textos jurí-

    dicos a la que nos referiremos en la parte nal de este escri-

    to. Por ahora adentrémonos en la teoría del lenguaje como

    uso. Revisemos de nuevo las Investigaciones losócas:

    Para una gran clase de casos de utilización de la palabra

    “significado” –aunque no para todos los casos de su utilización–

    puede explicarse así: El significado de una palabra es su uso en

    el lenguaje. Y el significado de un nombre se explica a veces

    señalando a su portador (p. 123).

    El Wittgenstein de Investigaciones losócas presenta que

    el signicado de una palabra no depende, en la mayoría de

    los casos, de su referente. El signicado de una palabra o un

    nombre, depende de su uso en cierto universo lingüísti co. Al

    respecto, Santamaría (2007) arma:

    Wittgenstein insiste reiterativamente en que el significado de

    un nombre se da en el contexto concreto y particular donde

    se usa tal palabra. En el contexto habla el sentido, y por eso

    mismo conocer el significado de una palabra es conocer el uso

    en su contexto específico ya que perder el contexto es perder el

    significado. (Santamaría, 2007, p, 23).

    Santamaría (2007) brinda una conclusión sobre el proble-

    ma del signicado y su posible solución a partir del lenguaje

    como uso:

    El significado de un nombre, de una palabra, de una proposición,

    de una oración, depende de su uso en cierto universo lingüístico,

    no de su referente. Es así, que bajo esta misma idea, todas las

    palabras hacen parte de la gran familia del lenguaje donde

    tiene usos diferentes dentro del entramado lingüístico donde

    se desarrollen. Debemos pensar –según el autor de las

    investigaciones– en el lenguaje como una caja de herramientas,

    donde hay martillo, tenazas, sierra, destornillador, regla, pegante,

    clavos y tornillos. Tan diversas como las funciones de las palabras.

    Dentro de esa gran familia del lenguaje, las palabras u oraciones

    funcionan de varias maneras (Santamaría, 2007, p. 26).

    LOS JUEGOS DEL LENGUAJE

    Para entender este neologismo que presenta Wittgenstein,

    se hace necesario recurrir a Investigaciones losócas:

    Hay innumerables géneros: innumerables géneros diferentes

    de empleo de todo lo que llamamos “signos”, “palabras”,

    “oraciones”. Y esta multiplicidad no es algo fijo, dado de una

    vez por todas, sino que los nuevos tipos de lenguaje, nuevos

    juegos del lenguaje, como podemos decir nacen, y otros

    envejecen y se olvidan. […] La expresión juego de lenguaje

    debe poner de relieve aquí que hablar el lenguaje forma

    parte de una actividad o una forma de vida. Ten a la vista la

    multiplicidad de juegos del lenguaje en estos ejemplos y en

    otros:

    Dar órdenes, y actuar siguiendo órdenes –describir un objeto

    por su apariencia o por sus medidas– fabricar un objeto de

    acuerdo con una descripción (hacer un dibujo) – relatar un

    suceso – hacer conjeturas sobre el suceso – formar y comprobar

    una hipótesis – presentar los resultados de un experimento

    mediante tablas y diagramas – inventar una historia; y leerla –

    actuar en teatro – cantar en coro – adivinar acertijos – hacer unchiste; contarlo – resolver un problema de aritmética aplicada

     – traducir de un lenguaje a otro – suplicar, agradecer, maldecir,

    saludar, rezar (Wittgenstein, 1998, p, 129).

    Con el lenguaje se puede hacer muchas más cosas que

    solo describir: es posible dar órdenes, rezar, contar his-

    torias, hacer chistes, cantar, adivinar, suplicar, agradecer,

    maldecir, saludar. El lenguaje es un instrumento de la vida,

    por lo que habrá tantos tipos de lenguaje como esferas

    fundamentales de la realidad, por ejemplo existe un lengua-

     je cient íco, otro que es propio de la pedagogía; también

    existe uno que es propio de la economía, o de la política, o

    del derecho y otros muchos más. Los juegos de lenguaje

    son los diferentes tipos de lenguaje que se dan en la cultura

    y mediante ellos podemos no solo entender sino también

    participar en distintos universos lingüísticos.

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    72   5 Wittgenstein, a perspective for the philosophical analysisbased on the language games theory (pp. 63 - 73)

     Alexander Ávila Martínez Enero / 2012

    El abogado, por ejemplo, está inmerso en un juego lingüístico

    diferente al del psicólogo, por lo tanto el signicado de una

    proposición, o de los nombres, ha de ser comprendido en

    el ámbito de su contexto y en los términos de las reglas del juego, y el uso que hace de los nombres cada comunidad

    lingüística, que previamente los ha aceptado como válidos en

    su lenguaje. De la misma forma que el fútbol tiene unas reglas

    y deben cumplirse esas reglas para poder jugar al fútbol, el bi-

    llar tiene unas reglas distintas a las del fútbol, pero si se quiere

     jugar billar es necesar io cumpl ir las reglas del billa r. Fútbol y

    billar son juegos, pero cada uno tiene sus reglas propias e

    independientes, esas reglas deben respetarse y no se pueden

    mezclar para poder jugar bien cualquiera de esos juegos. De

    la misma forma que en esos juegos existen reglas y deben

    ser cumplidas, en los distintos juegos del lenguaje, las reglas

    que cada comunidad lingüística ha aceptado deben cumplirse

    para poder ser entendidas y que se transmita el signicado y

    el sentido dentro de cada uno de esos contextos.

    Cuando Wittgenstein hace alusión a los juegos del lenguaje

    está mostrando que hablar es como jugar: el lenguaje per-

    tenece a los miembros de un sector que se comunican entre

    sí. El cirujano y la instrumentalista, el juez y el litigante, el in-

    geniero y los obreros, cada una de estas personas utiliza el

    lenguaje en un contexto, es decir, se hace un uso del lenguaje

    dentro de cada comunidad lingüística. Cada lenguaje tiene

    unas reglas propias, mostrándose el lenguaje como parte dela vida y cultura de cada sector. Los sectores del lenguaje o

     juegos del lengua je, se identi can. Por ejemplo: el cirujano,

    el juez y el ingeniero se encuentran en la noche, cenan, to-

    man unas cervezas, hablan de fútbol, cine, mujeres. El juego

    del lenguaje cambia, ahora se mueven en el ámbito del trato

    social, no podrán utilizar el lenguaje que utilizaron en el an-

    terior contexto, pues ahora están en otro. Utilizar el lenguaje

    fuera de contexto da origen al sinsentido y esto es lo que

    produce confusión.

    Revisemos el pensamiento de Wittgenstein en Investigaciones

    losócas (1998): “Llamaré también ‘juego del lenguaje’ al todo

    formado por el lenguaje y las acciones” (p. 97). Wittgenstein

    muestra que el lenguaje no reeja al mundo, ni tiene como úni-

    co objetivo descubrir al mundo. El lenguaje es producto de la

    conducta humana y tiene varias funciones, por ello el lenguaje

    debe interpretarse no solo gramaticalmente, sino también des-

    de la pragmática: “Cuando hablo del lenguaje (palabras, frases,

    etc.) tengo que hablar el lenguaje de cada día” (p. 96).

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    735 Alexander Ávila Martínez  Wittgenstein, una perspectiva para el análisis filosóficodesde la teoría de los juegos del lenguaje (pp. 63 - 73)

    Enero / 2012

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