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ASINCRONÍA Y DISONANCIA Me dirijo al monitor (plano por supuesto) de mi PC, que para el que lo ignore (que serán pocos) no es lo mismo que el ordenador portátil, ni equivale tampoco a la tablet (tableta en castellano), sino que son a todas luces especies diferentes de una nueva fauna salvaje que de manera explosiva e imparable evoluciona a través de todo un abanico de variedades múltiples, intentando adaptarse al medio y ocupar nuevos nichos ecológicos de este ecosistema artificial, inserto de todas formas en un medio más amplio natural (pues son manos humanas y por tanto naturales las que de momento fabrican, manejan y dan de comer a estos cacharros), medio más amplio que en última instancia y allende toda frontera o concepto claro, podemos llamar, para entendernos entre nosotros, Cosmos con mayúsculas o Dios también con mayúsculas, y decía que intentan adaptarse y no sólo sobrevivir individualmente y de uno en uno, sino también tener descendencia (vanidad que han heredado de nosotros), a través de innovaciones útiles en el fenotipo o carcasa, pero también en el genotipo o software 2.0, 3.0, 4.0, etc., que les permitan competir y depredar (ojo al dato) con éxito, y... ¡Me he perdido! ¡Ah, si! Hablaba de especies tecnológicas y sus veloces mutaciones pues han cogido la autopista de la cultura tecnológica, mas rápida que la de los genes de carne y hueso, y decía que me dirijo al monitor plano de mi PC, que no sólo parece una televisión moderna de tamaño medio medido en pulgadas, sino que puede desarrollar funciones de tal TV, pasando de una a otra modalidad de servicio con sencillez alternativa y contingente, y una vez a su vera deslizo suavemente la yema de mi dedo índice derecho (que no ha de estar excesivamente frío) por un punto rojo que late a ritmo de corazón joven y deportista, en su esquina inferior homolateral, e interrumpo así su flujo vital para ahorrarme unos euros de la bárbara y desregulada factura, o en otros momentos lo que acaricio es el mismo punto rojo que me mira con mirada fija e hipnótica como la de HAL-9000 en la Odisea de Kubrick, y la consecuencia de todo ello es

Asincronía y Disonancia

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ASINCRONIA

ASINCRONA Y DISONANCIA

Me dirijo al monitor (plano por supuesto) de mi PC, que para el que lo ignore (que sern pocos) no es lo mismo que el ordenador porttil, ni equivale tampoco a la tablet (tableta en castellano), sino que son a todas luces especies diferentes de una nueva fauna salvaje que de manera explosiva e imparable evoluciona a travs de todo un abanico de variedades mltiples, intentando adaptarse al medio y ocupar nuevos nichos ecolgicos de este ecosistema artificial, inserto de todas formas en un medio ms amplio natural (pues son manos humanas y por tanto naturales las que de momento fabrican, manejan y dan de comer a estos cacharros), medio ms amplio que en ltima instancia y allende toda frontera o concepto claro, podemos llamar, para entendernos entre nosotros, Cosmos con maysculas o Dios tambin con maysculas, y deca que intentan adaptarse y no slo sobrevivir individualmente y de uno en uno, sino tambin tener descendencia (vanidad que han heredado de nosotros), a travs de innovaciones tiles en el fenotipo o carcasa, pero tambin en el genotipo o software 2.0, 3.0, 4.0, etc., que les permitan competir y depredar (ojo al dato) con xito, y...

Me he perdido!Ah, si! Hablaba de especies tecnolgicas y sus veloces mutaciones pues han cogido la autopista de la cultura tecnolgica, mas rpida que la de los genes de carne y hueso, y deca que me dirijo al monitor plano de mi PC, que no slo parece una televisin moderna de tamao medio medido en pulgadas, sino que puede desarrollar funciones de tal TV, pasando de una a otra modalidad de servicio con sencillez alternativa y contingente, y una vez a su vera deslizo suavemente la yema de mi dedo ndice derecho (que no ha de estar excesivamente fro) por un punto rojo que late a ritmo de corazn joven y deportista, en su esquina inferior homolateral, e interrumpo as su flujo vital para ahorrarme unos euros de la brbara y desregulada factura, o en otros momentos lo que acaricio es el mismo punto rojo que me mira con mirada fija e hipntica como la de HAL-9000 en la Odisea de Kubrick, y la consecuencia de todo ello es que suspendo la imagen de su mente y su mundo virtual desaparece ante mis propias narices, como desaparece el nuestro (supuestamente real) cuando cerramos los ojos y pasamos a modo standby, y mas definitivamente cuando exhalamos el ltimo aliento por mandato de un dedo inefable o divino.Ese simple y leve gesto que intercambio sin afecto ni especial empata con mi monitor de compaa, y que es pura magia incluso en pleno siglo XXI (magia de nfimo grado si se compara con el mando a distancia), por cotidiano ya me pasa desapercibido y lo realizo de forma automtica como quien respira, lo cual no deja de ser una combinacin muy significativa (y sintomtica) de gestos y actos, modos y actitudes naturales y artificiales, biolgicos y digitales, fisiolgicos y elctricos, mecnicos y msticos.

Es como si la mstica profunda de la fsica quntica que invade el mundo viniera a contactar con la selva prehistrica de mis dedos (parecidos a los de un mono) para darme un puntapi evolutivo: de antropoide arborcola a ngel cado del cielo.

De manera que ya dudo si soy yo el que toca a la maquina para ordenar su comportamiento, o es la mquina la que me toca a mi para contagiarme su programa, en un plido reflejo del gesto mrbido de la capilla Sixtina.Si un viajero del tiempo (ahora que esta tan de moda viajar en el tiempo) aterrizara desde la Edad Media en mi jardn, y me viera podar los almendros o asentar la tierra que remueven los mirlos, pongo por caso, se sentira casi en su mundo y a mi me vera como un fraternal colega humano, por mas seas horticultor y seor de su castillo.

Pero si por error de coordenadas viajeras aterrizara en mi estudio y me viera practicar ese simple gesto, esa honesta e inocente caricia en el punto rojo y palpitante de ese ser, que el ni concibe ni comprende, y viera sobre todo la desaparicin (de todo un mundo vivo y en color) que con ello provoco, pensara, y sobre todo s voy adornado de chndal fosforescente y piercing en la nariz, que est ante un mago poderoso y terrible.En este ltimo caso, si fuera toda una tropa medieval la viajera (algo as como el INSERSO del viaje en el tiempo), y tuviera la tal tropa una instruccin teolgica rudimentaria y cargada de mala leche, como era costumbre en aquel tiempo y an en el nuestro, yo podra acabar en la picota o el "rollo" echando humo por la chimenea como agente del maligno, al que en aquel tiempo oscuro y tenebroso se le supona envuelto en todo lo que oliera a ciencia y luces.No sera por falta de "rollos" ni de picotas, porque en mi zona son bastantes los pueblos que an las conservan (y funcionales), vestigio de tiempos terribles a Dios gracias desaparecidos de momento, o hasta que mujahidines y cruzados, moriscos y catlicos vuelvan a las andadas y a zurrarse pero bien.Lo que quiero decir en definitiva es que somos muy antiguos y humanos, bastante bestias por otra parte, pero nuestros instrumentos son sin embargo eficientes, sofisticados, y potentes. Cada vez ms. Es una extraa mezcla de wifis y mentes obtusas.Tuve un catedrtico de psiquiatra en mi vieja facultad salmantina, al que esta asincrona creciente y progresiva entre nuestro ser biolgico y nuestro poder tecnolgico, germen potencial de disonancias e interferencias no solo imprevisibles sino tambin ingratas, le daba miedo.

Yo le vea pasear a menudo bajo los soportales de la Plaza Mayor (la ms bella de Espaa) cargado de espaldas y con cara de preocupacin, y esto me daba que pensar sobre la soledad de los sabios.

Si adems digo que mezclaba ese pesimismo suyo con especulaciones muy fras y sensatas sobre el terrorismo futuro, no se necesita mas para tener alguna que otra pesadilla.

Menos mal que parece que ya huele a primavera, y los rboles y las flores no hay que conectarlos a la red elctrica.

A Dios gracias, y que sea por mucho tiempo.