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REVISTA MEXICANA DE MEDICINA DE LA Volumen 3, número 3, enero-marzo 2011 Asociación Mexicana de Medicina de la Reproducción, A.C.

Asociación Mexicana de Medicina de la Reproducción, A.C. · 2019-03-03 · REVISTA MEXICANA DE MEDICINA DE LA Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011 CONTENIDO CONTENTS Revista Mexicana

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REVISTA MEXICANA DE MEDICINA DE LA

Volumen 3, número 3, enero-marzo 2011

Asociación Mexicana de Medicina de la Reproducción, A.C.

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Dr. Ranferi Gaona ArreolaPresidente

Dr. Carlos Gerardo Salazar López OrtizVicepresidente

Dr. Alfonso Orta GarcíaSecretario

Dr. Víctor Saúl Vital ReyesProsecretario

REVISTA MEXICANA DE MEDICINA DE LA

Dr. Álvaro Santibáñez Morales Tesorero

Dr. Raymundo Preciado RuizProtesorero

Dr. Gerardo Andrés Alba JassoDr. Juan Carlos Alcivia GarcíaDra. Gabriela García JiménezDra. Laura Hernández Gurrola

Dr. Marcelino Hernández ValenciaVocales

Mesa Directiva 2010-2011

Comité Editorial para la Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción

EditorDr. Gerardo Velázquez Cornejo 2008-2011

Co-EditoresDr. Juan Carlos Hinojosa Cruz 2008-2011Dr. Carlos G. Salazar López Ortiz 2008-2011Dr. Manuel Mario Matute González 2008-2011Dra. Imelda Hernández Marín 2008-2011Dr. Guillermo Santibáñez Moreno 2010-2011

Comité Editorial 2008-2011

Distrito Federal

Dra. Judith Ablanedo AguirreDr. Manuel Álvarez NavarroDr. Luis Ignacio Aviña CuetoDr. Juan Carlos Barros DelgadilloDr. Gerardo Barroso VillaMVZ Esperanza Carballo MondragónDr. Silvio Cuneo ParetoDr. Julio Francisco de la Jara DíazDr. Ranferi Gaona ArreolaDr. Fernando Gaviño GaviñoDra. Imelda Hernández MarínDr. Marcelino Hernández ValenciaDr. Juan Carlos Hinojosa CruzDr. Alberto Kably AmbeDra. Olivia Marín RomeroDra. Ma. Teresa Márquez CristinoDr. Manuel Mario Matute González Dr. Héctor Mondragón AlcocerDr. Carlos Morán VillotaM. en C. Paloma Neri Vidaurri

Dr. Carlos G. Salazar López OrtizDr. Héctor Rogelio Santana GarcíaDr. Álvaro Santibáñez MoralesDr. Claudio Serviere ZaragozaDra. Rosario Tapia SerranoDr. Sergio Téllez VelascoDr. René Toro CalzadaBiol. Gerardo Villegas MorenoDr. Víctor Saúl Vital Reyes

Otras sedes

Dr. Álvaro Sevilla y RuizDr. Ernesto Gallardo LozanoDr. Efraín Pérez PeñaDr. Carlos Félix ArceDr. Rafael Alfonso Sánchez UsabiagaDr. Eduardo del RíoDr. Adán Olivero CeballosDr. Alfonso Batiza ReséndizDr. Antonio Gutiérrez GutiérrezDr. Luis Arturo Ruvalcaba Castellón

Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011

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REVISTA MEXICANA DE MEDICINA DE LA

Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011

CONTENIDO CONTENTS

Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción es el Órgano Oficial de la Asociación Mexicana de Medicina de la Reproduc-ción, A.C. Los artículos y fotografías son responsabilidad exclusiva de los autores. La reproducción parcial o total de este número sólo podrá hacerse previa autorización del editor en jefe. Toda correspondencia relacionada con el contenido y suscripciones deberá dirigirse al editor en jefe: WTC Montecito 38, piso 15, oficina 29, colonia Nápoles, CP 03810, México, DF. Tel.: 9000-2863. E-mail: [email protected] Mexicana de Medicina de la Reproducción: Certificado de Licitud de Título en trámite. Certificado de Licitud de Contenido en trámite. Registro de Reserva del Derecho de Autor número 04-2008-063018255800-102. Autorización como Publicación Periódica por Sepomex en trámite. Publicación realizada, comercializada y distribuida por EDICIÓN Y FARMACIA, SA de CV, José Martí 55, colonia Escandón, CP 11800, México, DF. Tel.: 5678-2811, fax: 5678-4947. Correo electrónico: [email protected] por Computipo Scanner Editorial S.A. Azafrán 313 y 315, Colonia Granjas México, Delegación Iztacalco, CP. 08400. México, DF.

Editorial99 El Premio Nobel, el Dr. Robert Geoffrey Edwards y la

reproducción GuillermoSantibáñezMoreno

artÍCUloS dE rEViSiÓN101 Tendencias de la reproducción femenina y riesgos

asociados con el embarazo MarcelinoHernándezValencia105 Fragmentación del ADN del espermatozoide y su

influencia en la fertilidad de la pareja AlfredoGóngoraRodríguez,SergioSánchezGonzález,

SandraCubillosGarcía,SilvioCuneoPareto

artÍCUloS oriGiNalES112 Frecuencia de endometriosis en mujeres infértiles:

características clínicas y laparoscópicas RaymundoPreciadoRuiz,JoséAlfredoZúñigaMontiel,

MaríaNayeliSalasQuiroz,AntonioManuelGarcíaLunaGonzálezRubio,JorgeArturoTorresCalleja

118 Análisis endocrino y metabólico de los fenotipos del síndrome de ovarios poliquísticos

ReneJaimeToroCalzada,MaríadeLourdesEstradaSoria,MaraGuadalupeCárdenasNavidad

123 Efecto de la quimioterapia y el cáncer testicular avanzado o el linfoma de Hodgkin en la integridad del ácido desoxirribonucleico del esperma

CristianO’Flaherty,BarbaraFHales,PeterChan,BernardRobaire

CaSo ClÍNiCo133 Embarazo ectópico abdominal primario Héctor LuisMondragónAlcocér,GerardoVelázquez

Cornejo,MarleneLizbethZamoraRamírez

Editorial99 Nobel Prize, Dr. Robert Geoffrey Edwards and repro-

duction GuillermoSantibáñezMoreno

rEViEW artiClES101 Trends of female reproduction and risks associated

to pregnancy MarcelinoHernándezValencia105 Influence of sperm DNA fragmentation on fertility AlfredoGóngoraRodríguez,SergioSánchezGonzález,

SandraCubillosGarcía,SilvioCuneoPareto

oriGiNal artiClES112 Frequency of endometriosis in infertile women: cli-

nical and laparoscopic characteristics RaymundoPreciadoRuiz,JoséAlfredoZúñigaMontiel,

MaríaNayeliSalasQuiroz,AntonioManuelGarcíaLunaGonzálezRubio,JorgeArturoTorresCalleja

118 Endocrine and metabolic analysis of polycystic ovary syndrome phenotypes

ReneJaimeToroCalzada,MaríadeLourdesEstradaSoria,MaraGuadalupeCárdenasNavidad

123 Impact of chemotherapeutics and advanced testicular cancer or Hodgkin lymphoma on sperm deoxyribo-nucleic acid integrity

CristianO’Flaherty,BarbaraFHales,PeterChan,BernardRobaire

CliNiCal CaSE133 Primary abdominal ectopic pregnancy Héctor LuisMondragónAlcocér,GerardoVelázquez

Cornejo,MarleneLizbethZamoraRamírez

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99Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011

Editorial

Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción 2011;3(3):99-100

El Premio Nobel, el Dr. Robert Geoffrey Edwards y la reproducción

El Premio Nobel se otorga cada año a personas que  hayan  hecho  investigaciones  sobre-salientes,  que  hayan  inventado  técnicas  o equipamientos revolucionarios o que hayan 

hecho contribuciones notables a la sociedad.Los premios se instituyeron como última voluntad

de Alfred Nobel –inventor de la dinamita e industrial sueco–, quien firmó su testamento en el Club Sueco-Noruego de París el 27 de noviembre de 1895. Se ha hecho la interpretación de que, por su responsabilidad como empresario, se sentía culpable de haberse enrique-cido con una industria productora de dinamita, cuyos principales mercados eran la minería y la guerra. Ésta pudo haber sido la motivación principal de su afamado testamento, motivación quizá unida a la costumbre de la época de realizar acciones que al morir hicieran tras-cender el nombre.

De  acuerdo  con  la  voluntad  de Alfred  Bernhard Nobel, los premios se conceden en los campos siguien-tes: •  Física  (decidido  por  la Real Academia  Sueca  de 

Ciencias).•  Química (decidido por la Real Academia Sueca de 

Ciencias).•  Fisiología  o Medicina  (decidido  por  el  Instituto 

Karolinska).•  Literatura (decidido por la Academia Sueca).•  Paz  (decidido  por  el Comité Nobel Noruego  del 

Parlamento Noruego).•  Economía, creado por el Sveriges Riksbank (Banco 

Central de Suecia).En el testamento de Nobel este último campo no fue 

provisto de fondos; por eso, actualmente la familia de Nobel no lo acepta como premio. En 1968 se decidió 

no añadir en el futuro ningún otro premio “en memoria de Nobel”. En febrero de 1995 se decidió redefinir el premio de Ciencias Económicas por premio de Ciencias Sociales, con lo cual se posibilita que haya grandes con-tribuciones en Política, Psicología y Sociología.

Desde 1901 el Instituto Karolinska ha entregado el Premio Nobel  de  Fisiología  o Medicina,  con  el  cual galardonó  –hasta  el  año  de  2009–  a  195  científicos. En 2009 este premio estaba dotado con 10 millones de coronas suecas (un millón de euros).2

El 27 de septiembre de 2010 el Dr. Robert Geoffrey Edwards cumplió 85 años de edad y fue galardonado con el Premio Nobel de Medicina, 32 años después de que revolucionara el mundo con sus investigaciones sobre la fecundación in vitro.

En la investigación en medicina reproductiva es un fisiólogo pionero. Se doctoró a los 30 años en el Instituto de Genética Animal de la Universidad de Edimburgo. En 1963 ingresó a la Universidad de Cambridge y siguió con sus experimentos pero ya en reproducción humana; posteriormente, logró fertilizar un óvulo fuera del cuerpo femenino.3

Para tratar de implantar el óvulo fecundado en el útero de la madre se unió al ginecólogo Patrick Steptoe, quien desde entonces sería su compañero de investigaciones. Sus  intentos  se  iniciaron  en  1972  y  tuvieron  éxito  el 25 de julio de 1978, día en que nació –por técnica de fertilización in vitro– la niña Louise Brown –producto de un ciclo natural.

En 1980, en Cambridge, ambos fundaron la primera clínica especializada en fecundación in vitro y ocho años después el Dr. Steptoe falleció.4

Esta invención –la fecundación in vitro– impresionó al mundo y suscitó que un grupo de médicos se dedi-caran a solucionar los problemas de infertilidad de los matrimonios.

En ese mismo año (1980) apareció –en una revista especializada– un  reporte de Lopata y col.,  en el que hablaban de estimulación ovárica controlada.5www.nietoeditores.com.mx

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Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011100

Editorial

En aquella época la fecundación in vitro era una téc-nica nueva y excesivamente compleja. Hoy es la base de muchas otras técnicas alternas –aún más complejas–, que han hecho posible –hasta el momento actual– que aproximadamente  cinco millones  de  nacimientos  se hayan logrado en todo el mundo.

Por  haber  hecho,  precisamente,  una  investigación sobresaliente y por haber inventado una técnica nove-dosa, que ha contribuido notablemente al desarrollo de la  sociedad,  se  reconoció con el Premio Nobel al Dr. Edwards; sin embargo, en mi opinión –muy personal– se reconoció el desarrollo que como superespecialidad tiene la Biología de la reproducción.

La  responsabilidad  de  los  especialistas  dedicados a  esta  rama  es  de  gran  importancia,  porque  se  han involucrado en  la  solución de un creciente problema, por la edad avanzada en que la población mundial está queriendo reproducirse.

La  bioética  debe  imperar  en  esta  responsabilidad para evitar los excesos; como ejemplo, me referiré a la donación de gametos o embriones. Si los posibles niños no van a ser productos de padres biológicos, ¿no sería mejor escoger, de  los millones de niños existentes en nuestro alrededor, uno de tantos huérfanos vivos y sanos?

Otros  temas conflictivos, porque se relacionan con la  lógica  y  la  ética,  son  la  selección  embrionaria,  la 

criopreservación de gametos y embriones y, sobre todo, la maternidad sustituta.

Ojalá  nos  sintamos  culpables  como Nobel  cuando no cumplamos con el propósito para el cual fue creada esta  innovación  reproductiva:  solucionar,  de  acuerdo con  los  límites de nuestra  sociedad,  la  infertilidad de parejas unidas.

Dr. Guillermo Santibáñez Moreno

REFERENCIAS

1. Levinovitz AW, Ringertz N. The Nobel Prize: the first 100 years. Singapore: Imperial College Press and World Scien-tific Publishing, 2001.

2. Lindsten J, Ringertz N. The Nobel Prize in Physiology or Medicine, 1901-2000. Nobelprize.org. Consultado el 8 de octubre de 2010. Disponible en: http://nobelprize.org/nobel_prizes/medicine/articles/lindsten-ringertz-rev/index.html.

3. Edwards RG. The Nobel Prize in Physiology or Medicine 2010. Press Release. Nobelprize.org. Consultado el 4 de octubre de 2010. Disponible en: http://nobelprize.org/nobel_prizes/medicine/laureates/2010/press.html.

4. Steptoe PC, Edwards RG. Birth after the reimplantation of a human embryo. Lancet 1978;2:366.

5. Lopata A, Brown JB, Leeton JF, Talbot JM, et al. In vitro fertilization of preovulatory oocytes and embryo transfer in infertile patients treated with clomiphene and human chorionic gonadotropin. Fertil Steril 1978;30:27-35.

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101Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011

* Unidad de Investigación Médica en Enfermedades Endocri-nas, Hospital de Especialidades, Centro Médico Nacional Siglo XXI, IMSS, México, DF.

Correspondencia: Dr. Marcelino Hernández Valencia, correo electrónico: [email protected]: septembre, 2010. Aceptado: noviembre, 2010.

Este artículo debe citarse como: Hernández-Valencia M. Ten-dencias de la reproducción femenina y riesgos asociados con el embarazo. Rev Mex Reprod 2011;3(3):101-104.

www.nietoeditores.com.mx

En la actualidad, es común que las parejas de-cidan tener un hijo en la cuarta década de la vida, ya que antes de ese momento su intensa vida laboral no les deja la posibilidad de pen-

sar en un embarazo. Esto ha resultado en un incremento de 4% en el número de embarazos en mujeres mayores de 40 años,1 lo que eleva el riesgo de complicaciones para la madre y para el producto.

Artículo de revisión

Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción 2011;3(3):101-104

Tendencias de la reproducción femenina y riesgos asociados con el embarazoMarcelino Hernández Valencia*

RESUMEN

En las últimas décadas, la edad reproductiva femenina se ha elevado incluso en 4%, debido a la expectativa de vida actual y a los cambios sociales; sin embargo, esto ha potenciado el riesgo de complicaciones para la madre añosa y para el producto. Las complica-ciones del embarazo incluyen: pérdida fetal, trastornos cromosómicos, preeclampsia y diabetes gestacional. El ambiente intrauterino también tiene importantes determinantes en la fisiología endocrina del adulto; es lo que se llama “mecanismo epigenético” que induce la programación de la función de los órganos y deja predispuesto a cada individuo a sufrir diversas enfermedades crónicas. La esencia de la reproducción es la trasmisión adecuada de la carga genética en una célula germinal hacia la siguiente generación, por lo que cualquier alteración en las diferentes etapas que implica el embarazo representa un riesgo para la madre y el hijo.Palabras clave: reproducción, riesgo gestacional, edad de la embarazada.

ABSTRACT

The age of female reproduction has been increased in last decades until in 4%, due to the expectative of current life and the social changes; however, this represents a bigger risk of complications for the woman and her fetus. The complications of the pregnancy include fetal loss, chromosomal disorders, preeclampsia and gestational diabetes. Also, the intra-uterine environment in the fetal life has important implications in the adult endocrine physiology, to what has been called as “epigenetic factor” that induces the progra-mming of the organs function and predisposes each individual to suffer diverse chronic illnesses. Essence of the reproduction is the appropriate transmission of the genetic load in a germinal cell toward the following generation, thus any alteration in the different stages of a gestation represents a risk for the woman and her fetus.Key words: reproduction, gestational risk, pregnant woman age.

CAMBIOS EN LA EDAD L MOMENTO DEL EMBARAZO

La tendencia de la edad poblacional en México mues-tra que en las últimas tres décadas ha habido cambios importantes, ya que en 1980 el promedio de edad de la población era de 17 años y ahora es de 28 años. Esto significa que 1 de cada 10 mexicanos tiene más de 60 años, pero las proyecciones indican que en tres décadas  esta  cifra  será  de  1  por  cada  4  individuos (Figura 1); por tanto, los servicios de salud tendrán que dirigirse a la atención geriátrica. Se ha observado, sin embargo, que entre 1990 y 2005 descendió de 32.3 a 29.8% el número de mujeres que son madres a  la edad de 20 a 24 años, pero aumentó de 14.7 a 17.5% la cifra de madres de 30 a 34 años de edad. En 2005, 39.3% de las mujeres económicamente activas reali-zaba alguna actividad económica fuera del hogar, y en forma sorprendente, para 2009 este número aumentó a 41.6% de las madres.2,3

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Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011102

Hernández Valencia M

CONSECUENCIAS DE LA EDAD DE EMBARAZO

También se ha descrito, con base en la estadística, que el embarazo entre 40 y 45 años de edad representa un mayor riesgo de defectos en el feto, así como de enfer-medades  relacionadas,  situación que es cada vez más frecuente  en  las parejas modernas. El  incremento del riesgo  de  complicaciones  en  embarazadas  añosas  se puede percibir al estratificarlas por la edad que tienen al momento del embarazo, como se observa en el Cuadro 1. En el pasado, la vida reproductiva de las mujeres abar-caba desde la adolescencia hasta los 20 años de edad, y su existencia no se prolongaba más allá de 40 años, por lo que no se conocían los cambios biológicos fuera de la función básica del útero y los ovarios; no era frecuente el hallazgo de miomas uterinos como causa de pérdida fetal, tampoco se sabía que los folículos ováricos con que nace cada mujer  envejecen en correlación con  la edad, lo que incrementa las anormalidades genéticas.4,5

Trastornos genéticosLos folículos son potencialmente susceptibles de cambiar con el tiempo y causar trastornos genéticos que ocasionan errores en la división celular, con frecuencias tan altas que, 

por ejemplo, para el síndrome de Down se ha reportado un riesgo a la edad de 49 años de un caso por cada 10 recién nacidos; esto se ha hecho patente por la edad de embarazo actual y las condiciones de salud que permiten llevar a término el embarazo en la mujer adulta.6

Trastorno en el metabolismo de la glucosaEl embarazo representa una sobrecarga metabólica para el páncreas, y en la edad adulta ya no se puede compensar la producción de insulina de acuerdo con las necesida-des fisiológicas; esto hace que el feto se enfrente a la diabetes materna durante la gestación, lo que constituye un mayor riesgo de obesidad y enfermedad coronaria en la vida adulta.7

Además,  la  restricción de  los nutrientes en  la vida intrauterina genera bajo peso al nacimiento que en  la vida adulta predispone a padecer resistencia a la insulina, dislipidemia, hipertensión, enfermedad arterial corona-ria,  accidentes  cerebrovasculares  y  diabetes mellitus tipo 2 (Figura 2). Los cuidados neonatales han elevado las expectativas de vida de los prematuros: en 1970, la supervivencia de los que pesaban menos de 1,500 g era de 50% y en 2005 ya era de 90%. Esto tiene un costo considerable en la vida neonatal, en la adolescencia y 

Figura 1. Pirámide de población actual y proyectada que incluye diferenciación por género.

Millones de personas Millones de personas12 1 08 06 04 02 0 02 04 06 08 1 12 12 1 08 06 04 02 0 02 04 06 08 1 12

Edad 2010 Edad 20501009590858075706560555045403530252015105

1009590858075706560555045403530252015105

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103Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011

Tendencias de la reproducción femenina y riesgos asociados con el embarazo

muy frecuente por la reactividad vascular existente, lo que enfrenta al producto a un nacimiento prematuro y a todas las complicaciones que eso representa, ya que el tratamiento definitivo es suspender el embarazo para preservar la vida de la mujer. Los cambios críticos de este estado son el aumento de la resistencia vascular, la hipoperfusión en la microcirculación útero-placentaria que predispone a hipoxia e isquemia y, consecuentemen-te, mayor estrés oxidativo, manifestado por daño en la placenta y el endotelio.10-12

Aumento de peso en el embarazoSe ha planteado que la ingestión excesiva de alimentos durante el embarazo favorece el sobrepeso fetal que deri-va en obesidad y trastornos endocrinos en la vida adulta. Esto se debe a que el incremento del peso materno altera el ambiente intrauterino, produciendo cambios perma-nentes en el hipotálamo, islotes pancreáticos, el tejido adiposo y los sistemas que regulan el peso corporal. El excesivo aumento de peso materno y la adiposidad fetal están directamente relacionados, tal vez porque ambos comparten  genes  vinculados  con  la  obesidad.  Se  ha descrito que es más frecuente que las mujeres de mayor edad aumenten de peso durante el envejecimiento por los cambios metabólicos inherentes al envejecimiento.13,14

Ventajas de las madres adultasNo todo son situaciones adversas; existen ventajas de ser madre en la edad adulta, entre las que se encuentra que puede permanecer más tiempo con su familia, ya que  su  posición  laboral  permite  horarios  de  trabajo flexibles  y  condiciones  económicas  que  le  facilitan movilidad e independencia para determinar reuniones de trabajo. También la posición económica mejora la calidad de vida del recién nacido y optimiza su desa-

Figura 2. Representación esquemática de la influencia de los diferentes factores en la aparición de enfermedades crónicas.

Genética Privación de nutrientes Edad intrauterinos

Mecanismo de adaptación metabólica

Pequeño para la edad gestacional

Ambiente posnatal

Resistencia a Obesidad la insulina

Trastorno metabólico

Cuadro 1. Estimación de riesgos en el embarazo de acuerdo con la edad materna

Edad Pérdidafetal Trastornocromosómico SíndromedeDown Preeclampsia Diabetesgestacional

20 1:10 1:526 1:1,650 38:1,000 22:1,00025 1:8 1:412 1:1,250 37:1,000 36:1,00030 1:6 1:385 1:1,000 36:1,000 51:1,00035 1:5 1:120 1:400 39:1,000 67:1,00040 1:3 1:66 1:100 48:1,000 84:1,00045 1:2 1:21 1:30 49:1,000 86:1,000

en la vida adulta por todos los trastornos que afectan al individuo, ya que desde  recién nacido puede  requerir terapias neonatales y medicación especial. Los estudios de metanálisis estiman que 30% de los casos de diabetes tipo 2 se deben a bajo peso al nacimiento, por lo que los cuidados neonatales y el control de peso para evitar la obesidad pueden mitigar la reducción de la sensibilidad a la insulina y las alteraciones que la acompañan en la vida adulta.8,9

Hipertensión en el embarazoEs común que a los 40 años de edad las mujeres tengan hipertensión  crónica  que  se  puede  exacerbar  con  el embarazo y causar restricción en la circulación materno-fetal, lo que limita el crecimiento intrauterino. También puede sobrevenir preeclampsia sobreagregada, que es 

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Hernández Valencia M

rrollo posnatal. Otra ventaja de  los cambios sociales en México es la reducción del promedio de hijos, que era de siete por cada mujer en 1960, de 2.5 en 2010, y se espera que esté por debajo de dos hijos por cada madre  en  2040. Algunas  de  las  situaciones  que  han favorecido  estos  cambios  han  sido  las  campañas  de anticoncepción, ya que a 4 de cada 10 mujeres casadas se les realiza la salpingoclasia, lo que ha disminuido el tamaño de las familias.15,16

COMENTARIOS

La esencia de la reproducción es la trasmisión exitosa y adecuada de la carga genética en una célula germinal hacia la siguiente generación, por lo que cualquier alte-ración en las diferentes etapas de la gestación representa un riesgo para el desarrollo del producto y para la madre. Lo anterior debido a que se ha establecido que existe una lucha de supervivencia entre ambos.

Desde el punto de vista metabólico, se ha demos-trado  en  diversos  estudios  realizados  con mujeres embarazadas  con  tendencia  a  la  preeclampsia,  que desde la semana 10 disminuye la lipoproteína de alta densidad (HDL) y aumentan los triglicéridos, los ácidos libres,  las lipoproteínas de baja densidad (LDL) y la resistencia  a  la  insulina;  también  hay menor  capta-ción  de  la  glucosa,  hiperinsulinemia  compensatoria e hiperuricemia, por  lo que estos parámetros pueden utilizarse en la vigilancia obstétrica para anteponerse a una complicación de este tipo.

AgradecimientosSe reconoce al Sistema Nacional de Investigadores por su apoyo al autor. Este trabajo fue financiado en parte por el Fomento a la Investigación en Salud del IMSS.

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Artículo de revisión

Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción 2011;3(3):105-111

Fragmentación del ADN del espermatozoide y su influencia en la fertilidad de la parejaAlfredo Góngora Rodríguez,* Sergio Sánchez González,** Sandra Cubillos García,** Silvio Cuneo Pareto**

RESUMEN

La fragmentación del ADN del espermatozoide es actualmente una herramienta complementaria importante en reproducción asistida porque con ella se evalúa la calidad del semen de un paciente. Sin embargo, ningún parámetro seminal por sí mismo puede conside-rarse valor diagnóstico absoluto de infertilidad masculina. El índice de fragmentación del ADN permite inferir datos sobre la capacidad de fertilización del espermatozoide. Diversos estudios han demostrado que en hombres infértiles es mayor el índice de fragmentación de la cromatina de sus espermatozoides, y esto se ha correlacionado directamente con disminución de la calidad embrionaria, la tasa de implantación y el desarrollo a término de un embarazo sano.Palabras clave: fragmentación del ADN del espermatozoide, índice de fragmentación del ADN, cromatina, infertilidad, factor masculino.

ABSTRACT

The study of DNA fragmentation of the spermatozoa in assisted reproduction is currently considered a complementary tool in the evaluation of the quality of the patient semen. Nevertheless no isolated parameter of sperm study itself is considered an absolute diagnostic value. The DNA fragmentation index (DFI) allows determining fertilization capacity of the spermatozoa. Many studies have demonstrated in infertile males that an elevated DFI index of their spermatozoids correlates directly with a bad embryo quality, low implantation rate and low healthy term-pregnancy rate.Key words: DNA sperm fragmentation, DNA fragmentation index, chromatin, infertility, male factor.

* Centro de Fertilidad Humana en México, México, DF.** CONCIBE, Clínica de Reproducción Asistida, México, DF.

Correspondencia: Dr. Alfredo Góngora Rodríguez. Tuxpan 6-401, colonia Roma Sur, CP 06760, México, DF. Correo electrónico: [email protected]: septiembre, 2010. Aceptado: diciembre, 2010.

Este artículo debe citarse como: Góngora-Rodríguez A, Sánchez-González S, Cubillos-García S, Cuneo-Pareto S. Fragmentación del ADN del espermatozoide y su influencia en la fertilidad de la pareja. Rev Mex Reprod 2011;3(3):105-111.

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En la actualidad alrededor de 20% de las pa-rejas en edad reproductiva tiene problemas de esterilidad, de ahí que el factor masculino se  relacione  con  la mitad  de  los  casos  de 

infertilidad de una pareja.La observación anterior hace  imperativo que en  la 

valoración de una pareja con dificultades reproductivas se  analicen  las  características  del  semen.1 A pesar  de la información que proporciona la espermatobioscopia 

sobre la calidad seminal de un paciente, es indispensable establecer  otras  evaluaciones  de  rutina  que  propor-cionen  información  precisa  del  estado fisiológico  del espermatozoide, como  la determinación del  índice de fragmentación de  la  cromatina,  porque  se  estima que los parámetros seminales de 10 a 15% de los varones estériles están en rangos normales.2

El daño al ADN de los espermatozoides se considera una causa importante de infertilidad y de riesgo porque se  trasmiten defectos genéticos  a  la descendencia,  en especial  cuando  se  utilizan  técnicas  de  reproducción asistida en las que no es posible realizar una selección que permita excluir células cuyo código genético está dañado. Estudios recientes han demostrado que la tasa de daño al ADN de los espermatozoides de hombres con parámetros seminales normales es alta y que dicho daño se acentúa en condiciones patológicas que conducen a la infertilidad.3 

La transferencia de la molécula de ADN, desde el es-permatozoide hasta el óvulo, es decisiva para conseguir una fecundación con ciertas perspectivas de éxito; por 

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Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011106

Góngora Rodríguez A y col.

eso, dicha transferencia debe hacerse en forma íntegra e intacta.4

REFERENCIA DEL ÍNDICE DE FRAGMENTACIÓN DEL ADN EN LA FERTILIDAD

Parejas que pueden someterse a inseminación intrauterinaLos valores altos del índice de fragmentación del ADN reducen, de 16 a 4%5 o menos, el éxito del ciclo de inse-minación intrauterina.4 Sin embargo, los mismos valores del índice de fragmentación del ADN no influyen en el éxito de los ciclos de fecundación in vitro o de inyección intracitoplasmática de espermatozoides (sobre todo en este último ciclo debido a que es más exitoso),6,7 porque aun cuando la fragmentación del ADN tenga un efecto negativo en estos ciclos, el efecto queda enmascarado debido  a  que  la  selección  de  los  espermatozoides  se realiza antes de la fecundación.

Evaluación de la calidad seminal de pacientes o donantesLos criterios tradicionales de la Organización Mundial de la Salud y Kruger tienen limitaciones para evaluar la calidad seminal porque con base en sus parámetros hay una superposición de individuos fértiles e infértiles, por lo cual ambas poblaciones no se distinguen.8,9

Debido a lo anterior, es de suma relevancia conocer la capacidad del espermatozoide para trasmitir el ADN intacto; este estudio, que hasta el momento no se rea-liza de manera rutinaria,10 permitiría  tener una mayor información para diagnosticar la causa de la infertilidad masculina.8,9

La comunidad  internacional ha expresado  la nece-sidad de revisar y mejorar los criterios que se utilizan actualmente para evaluar la calidad seminal.11

Revisión de la eficacia de las intervenciones médicas y el tratamiento de enfermedades infecciosasa) Varicocele: en los pacientes infértiles con varicocele se  observa  una  alta  proporción  de  espermatozoides muy dañados de su ADN.12 La varicocelectomía reduce significativamente,  aunque  de manera  transitoria,  los niveles  del  índice  de  fragmentación  del ADN.13  Sin embargo, para evaluar  la eficacia de una varicocelec-

tomía las mediciones del  índice de fragmentación del ADN después  del  procedimiento  proveen  parámetros más cuantificables que la morfología. La medición del índice de fragmentación del ADN le permite al clínico evaluar al paciente y seleccionar a lo largo del tiempo las mejores muestras seminales. b) Chlamydia tracho-matis y Mycoplasma: el porcentaje de espermatozoides con fragmentación de ADN es significativamente mayor cuando  hay  infección  por Chlamydia trachomatis  y Mycoplasma.14 En estos pacientes el tratamiento antibió-tico disminuyó los niveles del índice de fragmentación del ADN.14 Los parámetros seminales restantes no están afectados por las infecciones del aparato genitourinario y  la medición  del  índice  de  fragmentación  del ADN permite a los clínicos evaluar la eficacia del tratamiento antibiótico, así como seleccionar las mejores muestras por utilizar durante el ciclo de reproducción asistida.

Encontrar explicación a los casos de infertilidad idiopática, fallo de ciclo y abortos de repeticiónAltos  niveles  del  índice  de  fragmentación  del ADN influyen en la tasa de fecundación15 y en la calidad em-brionaria,16 lo cual origina que haya un mayor índice de abortos de repetición17 y menores tasas de éxito de los ciclos.13 Los fallos se deben a una baja calidad del ADN del espermatozoide.

Cuando el valor del índice de fragmentación del ADN es mayor de 30%, el clínico debe considerar que existen factores  que  producen  una mayor  fragmentación  del ADN, como la medicación, los compuestos tóxicos, la fiebre, el tabaco, las drogas, las enfermedades infeccio-sas, el varicocele, la edad y la abstinencia prolongada.

CAUSAS DEL DAÑO AL ADN DEL ESPERMATOZOIDE

El daño al ADN del espermatozoide tiene un origen de naturaleza multifactorial.  El material  genético  puede resultar  con  defectos  durante  la maduración  del  es-permatozoide por anomalías en la condensación de la cromatina. La integridad de la molécula de ADN aso-ciada con roturas de doble cadena y de cadena sencilla o  con anomalías  cromosómicas,  como pueden  ser  las aneuploidías o las reordenaciones genómicas estructu-rales, se relaciona estrechamente con la infertilidad.4 La 

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Fragmentación del ADN del espermatozoide y su influencia en la fertilidad de la pareja

generación de radicales libres de oxígeno18 y los errores de intercambio, durante la espermatogénesis, entre las protaminas  y  la  fracción  de  histonas  de  la  cromatina pueden producir daño  irreversible en el ADN del ga-meto masculino. En  relación  directa  con  este  tipo  de acontecimientos,  la  apoptosis  desempeña  –durante  el proceso de maduración del espermatozoide– una función importante en la disminución de células con defectos en su cromatina.19

Adicionalmente, el daño al ADN del espermatozoide puede  incrementarse por administración de  fármacos, contaminación  atmosférica,  tabaquismo,  episodios  de fiebre  alta,  temperatura  testicular  elevada,  anomalías anatómicas –como el varicocele– y edad avanzada del individuo.12,20,21

TÉCNICAS DE ESTUDIO DE LA FRAGMENTACIÓN DEL ADN DEL ESPERMATOZOIDE

Las metodologías desarrolladas para estudiar la fragmen-tación del ADN de los espermatozoides pueden dividirse en dos grupos: la primera estrategia incluye las técnicas que miden la susceptibilidad diferencial del ADN para ser  desnaturalizado por  diversos  tratamientos. En  este grupo se incluyen la prueba de la estructura de la croma-tina espermática (SCSA por sus siglas en inglés),22-24 la detección de roturas del ADN-hibridación fluorescente in situ (DBD-FISH por sus siglas en inglés)25 y la prueba de dispersión de la cromatina del espermatozoide (SCD por sus siglas en inglés)14 (Cuadro 1). La segunda estrategia incluye las metodologías que marcan las roturas de doble cadena y de cadena sencilla del ADN. En este grupo se incluye el uso de procesos enzimáticos, como el TUNEL (TDT dUTP nick end labeling) y la traducción de Nick in situ (ISNT por sus siglas en inglés), para incorporar los nucleótidos marcados26,27 (Cuadro 1).

En  las  clínicas  de  infertilidad  la  prueba  de  la  es-tructura  de  la  cromatina  espermática  se  utiliza  como una herramienta diagnóstica y pronóstica porque es el método más aceptado para medir el índice de fragmen-tación del ADN. Sin embargo, en un análisis seminal la fragmentación del ADN aún no es un parámetro común debido a la relación costo-efectividad de las diversas me-todologías. El requerimiento de equipos especializados y el trabajo extensivo de las técnicas no permiten que en 

un laboratorio de andrología la fragmentación del ADN se establezca como un análisis de rutina.

La prueba de dispersión de la cromatina del esperma-tozoide, que se aplica recientemente y que se encuentra en el mercado como equipo de prueba  (Halosperm®), puede usarse fácilmente en el laboratorio de andrología como complemento. La técnica es un ensayo simple y rápido que permite generar información para investigar clínicamente  la  fragmentación del ADN del esperma-tozoide.28 Además,  con  esta  prueba  se  aprovecha  la preservación  de  la  cromatina  nuclear  para  realizar  el análisis  cromosómico  del  espermatozoide mediante hibridación fluorescente in situ29 (Figuras 1 y 2).

FRAGMENTACIÓN Y CALIDAD SEMINAL

En hombres con disfunción espermática es de vital im-portancia la relación que existe entre una calidad seminal mala y niveles altos de daño al ADN en sus células.

Esta observación tiene una relevancia mínima para la concepción natural, ya que la célula dañada no es hábil para fertilizar al óvulo. Sin embargo, con la implantación de la inyección intracitoplasmática de espermatozoides las  células  con  niveles  altos  de  fragmentación  de  su cromatina a menudo son las únicas células disponibles para llevar a cabo la fecundación.

Muchos programas de  reproducción asistida utilizan diversos ensayos para evaluar el daño al ADN. Además, han demostrado una correlación negativa entre la fragmentación del ADN del espermatozoide y las tasas de desarrollo em-brionario e implantación, así como una correlación positiva importante con el incremento de la tasa de aborto.30

La proporción de  espermatozoides  con ADN  frag-mentado parece ser más alta en hombres infértiles que en pacientes control fértiles.9,31 Además, en individuos con parámetros seminales anormales es más probable encontrar un alto porcentaje de daño en el ADN nuclear del  espermatozoide  que  en  hombres  con  parámetros seminales normales.31-33

Estas observaciones  indican que  los defectos en  la cromatina y en la estructura del ADN son parámetros importantes que deben evaluarse en un análisis básico de  semen  para  poder  determinar,  en  un  programa  de reproducción  asistida,  el  potencial  de  fertilidad  del espermatozoide.

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Góngora Rodríguez A y col.

Cuadro 1. Metodologías utilizadas para evaluar las alteraciones en el ADN del espermatozoide, así como algunas de sus ventajas e inconvenientes en relación con la aplicación clínica de rutina

Método Instrumental Detallesdelatécnica

TUNEL Microscopia de fluorescencia y citometría de flujo

En los extremos de las roturas existentes de ADN se incorporan nucleótidos marcados con un fluorocromo; la reacción, que se logra con una transferasa terminal, da una señal mayor en fragmentaciones de ADN.

SCSA Citometría de flujo La molécula de ADN se desnaturaliza mediante solución ácida; posteriormente, se marca con naranja de acridina, la cual se intercala entre las dos cadenas de ADN y la cadena sencilla de ADN (desnaturalizado); éste emite diferentes longitudes de onda –verdes y rojas, respectivamente– cuando es excitado. El ADN fragmentado se visualiza en color rojo debido a que es más susceptible de desnaturalización.

COMETA Microscopia de fluorescencia y electroforesis de ADN

En un microgel de agarosa se incluyen espermatozoides; éstos se someten a lisis, y los núcleos desproteinizados, a electroforesis. El ADN fragmentado avanza por acción del campo eléctrico y produce una imagen de “cometa”.

SCD Microscopia de fluorescencia y de campo claro

Se realiza un tratamiento ácido y de desproteinización. Se forman halos de dispersión de la cromatina, que dependen de la formación de bucles de ADN. Si no se generan halos, se considera que el ADN está fragmentado.

TUNEL: TDTdUTPnickendlabeling; SCSA: prueba de la estructura de la cromatina espermática; SCD: prueba de dispersión de la cromatina del espermatozoide.

Figura 2. Espermatozoide normal.

Figura 1. Espermatozoide con fragmentación del ADN.

POTENCIAL DE FERTILIZACIÓN DEL ESPERMATOZOIDE Y FRAGMENTACIÓN DEL ADN

Al parecer, los espermatozoides con integridad dañada de  su ADN,  independientemente  de  la  severidad  del daño, pueden fertilizar al óvulo a la misma tasa que un espermatozoide normal. Varios estudios han mostrado la relación que existe entre el índice de fragmentación del ADN y la fertilidad del espermatozoide después de la inseminación intrauterina, la fecundación in vitro y la inyección intracitoplasmática de espermatozoides y han establecido un valor umbral para estas variables en relación con la fertilidad. 

Los estudios han demostrado que un valor del índice de fragmentación del ADN superior a 27,34 3024 e –inclu-so– 40%35  se  relaciona  con  subfertilidad  o  infertilidad masculina. Aunque  también  se  ha  demostrado  que  un índice  de  fragmentación  del ADN mayor  a  27%  es compatible,  después  de una  inseminación  intrauterina, fecundación in vitro e inyección intracitoplasmática de espermatozoides,5,36 con un embarazo a término, pero con una probabilidad de éxito más baja.

Las  técnicas  de  reproducción  asistida  disponibles hacen  posible  que  el  espermatozoide  pase  la  barrera natural de fertilización a un grado variable (Cuadro 2). 

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Fragmentación del ADN del espermatozoide y su influencia en la fertilidad de la pareja

Cuadro 2. Relación entre el índice de fragmentación del ADN y el potencial de fertilización del espermatozoide

ÍndicedefragmentacióndelADN(%)

Potencialdefertilización

< 15 Excelente16-24 Alto25-30 Bajo> 31 Muy bajo

Por  eso,  el  índice  de  fragmentación  del ADN  se  usa como un factor pronóstico independiente de fertilidad masculina.24,37

REPERCUSIÓN DEL DAÑO AL ADN DEL ESPERMATOZOIDE Y RESULTADOS DE LAS TÉCNICAS DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA

Las técnicas de reproducción asistida se ven afectadas por el grado de daño que refleje el índice de fragmentación del espermatozoide, ya que el éxito de estas técnicas radica en la integridad estructural y funcional de los gametos.

Se ha sugerido que el efecto paterno en el desarrollo embrionario está mediado por la disfunción del centroso-ma o por la deficiencia de factores que activan al óvulo.38 Este efecto se ha observado, incluso, antes de la activación de la expresión del genoma embrionario, que comienza en la etapa de las cuatro células.6,39 Asimismo, el efecto paterno  tardío  puede  ser  dependiente  de  aneuploidías cromosómicas, daño al ADN o empaquetamiento anormal de la cromatina, lo cual afecta la activación ordenada de la expresión de los genes paternos.38

La estructura normal de la cromatina del espermato-zoide es fundamental para una correcta trasmisión de la información genética paterna; además, está ampliamente documentado que existe una correlación negativa entre la estructura defectuosa de la cromatina del espermatozoide y la fertilidad in vivo24,35 e in vitro.5,7,22,34,36,40-42

Además, estos estudios sugieren que el daño al ADN puede  servir  como un marcador  para  diagnosticar  un efecto paterno adverso en el desarrollo preimplantacional.

Aun cuando 30% de los pacientes que cursan un tra-tamiento de reproducción asistida tienen tasas altas de daño al ADN,5 pocas clínicas han establecido de manera rutinaria la evaluación de la integridad del ADN.

RELACIÓN ENTRE EL ÍNDICE DE FRAGMENTACIÓN DEL ADN Y LA EDAD DEL VARÓN

La  edad  paterna  se  ha  implicado  en  el  aumento  de la  frecuencia  de  abortos  espontáneos,43-46  trastornos autosómicos  dominantes,  aneuploidías  y  otras  enfer-medades.3,47-55 Aunque todavía se encuentra en estudio la influencia de la edad en la calidad espermática y las tasas de embarazo e implantación, se ha demostrado que hombres mayores de 45 años tienen parámetros semina-les anómalos y, con mayor frecuencia, disminución de la movilidad espermática.

Así como el índice de fragmentación del ADN aumen-ta con la edad, el incremento de daño al ADN predice que el  riesgo de conseguir un embarazo anormal  con hombres de edad avanzada es elevado.56

REDUCCIÓN DE LA FRAGMENTACIÓN DEL ADN DEL ESPERMATOZOIDE CON ANTIOXIDANTES ORALES

La  incidencia  de  la  fragmentación  del ADN  de  los espermatozoides  eyaculados  puede  ser  reducida  con antioxidantes  orales.57-62  Sin  embargo,  otros  repor-tes  cuestionan  la  utilidad  de  los  antioxidantes  en  el tratamiento de la infertilidad masculina.9,63,64 La adminis-tración de un gramo diario de vitaminas C y E durante un periodo controlado interfiere el proceso degenerativo de las células, con lo cual no sólo se arregla esta situación, sino que además se observa un descenso en el índice de fragmentación del ADN.59

También hay estudios que demuestran que después de dos meses de tratamiento antioxidante oral se reduce significativamente  la  incidencia  de  la  fragmentación del ADN de los espermatozoides.13,17 Tales estudios no excluyen la posibilidad de que el tratamiento antioxi-dante  también  puede  desarrollar  células  germinales durante el periodo testicular, así como ejercer un efecto benéfico en las células germinales, las células de Sertoli o ambos tipos de células,  lo cual propicia una mejor función de los mecanismos de defensa que protegen a las células germinales y espermatozoides contra daños a su ADN.17,65

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Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011110

Góngora Rodríguez A y col.

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111Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011

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Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011112

Artículo original

Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción 2011;3(3):112-117

Frecuencia de endometriosis en mujeres infértiles: características clínicas y laparoscópicasRaymundo Preciado Ruiz,* José Alfredo Zúñiga Montiel,** María Nayeli Salas Quiroz,** Antonio Manuel García Luna González Rubio,*** Jorge Arturo Torres Calleja****

RESUMEN

Antecedentes: la incidencia y los síntomas de endometriosis varían en las distintas poblaciones.Objetivos: determinar la incidencia de endometriosis y las características clínicas y laparoscópicas de mujeres infértiles con endo-metriosis.Material y método: en este estudio se analizó a 68 pacientes infértiles con endometriosis y se estableció el diagnóstico mediante laparoscopia; también se analizaron las características demográficas y clínicas de las pacientes. Resultados: de los 197 expedientes analizados, en 68 se reportó endometriosis (34.5%). La media de edad fue 30.3 ± 3.9 años. Cuarenta pacientes (58.8%) experimentaron infertilidad primaria, y 28 (41.2%), infertilidad secundaria. Respecto a la severidad de la endometriosis, en 34 pacientes (50%) fue leve; en 16 (23.5%), moderada, y en 18 (26.5%), severa. En 25% de las pacientes se apreció un solo foco endometriósico y en 75% los focos fueron múltiples. Los sitios donde comúnmente se encontraron fueron: los ligamentos uterosacros, el fondo del saco de Douglas y los ovarios. En las pacientes con diagnóstico de infertilidad primaria predo-minó el nivel socioeconómico medio alto, y en las pacientes con infertilidad secundaria, el nivel bajo. En la endometriosis severa el síntoma predominante fue dismenorrea moderada o severa y en la endometriosis leve o moderada el síntoma fue dismenorrea leve (p < 0.007); de las 16 pacientes con endometriosis severa, seis tenían endometriomas.Conclusiones: la incidencia de endometriosis en mujeres infértiles coincide con lo reportado en la bibliografía y con la edad de presentación. Asimismo, se observa una relación directa entre la severidad de la endometriosis y la intensidad de la dismenorrea. Palabras clave: endometriosis, infertilidad, dismenorrea.

ABSTRACT

Background: The incidence and symptoms of endometriosis varies according the different populations.Objectives: To determine the incidence of endometriosis as well as the clinical and laparoscopic characteristics in infertile women with endometriosis.Material and method: This study included 68 infertile patients with endometriosis diagnosed by laparoscopy, in all of them the demo-graphic and clinical characteristics were analyzed. Results: In 68 out of 197 medical files that were analyzed, endometriosis was reported (34.5%). The age average was 30.3 ± 3.9 years. 40 patients had primary infertility (58.8%) and 28 (41.2%) secondary infertility. According to endometriosis severity in 34 patients (50%) was mild, moderate in 16 (23.5%) and severe in 18 (26.5%). Only one endometriosic foci was found in 25% of patients and multiple in 75%. The most common sites in which it was found were the uterosacral ligaments, Douglas pouch and the ovaries. In those patients with primary infertility it predominates the medium-high socioeconomic level and in those with secondary infertility the low one. In severe endometriosis the predominant symptom was the moderate or severe dysmenorrhea, while in mild and moderate endometriosis was mild dysmenorrhea (p < 0.007). Out of 16 with severe endometriosis six han endometrioma.Conclusions: The endometriosis incidence in infertile women was similar to that reported in literature, as well as age of presentation. In the same manner it was observed a direct relation between endometriosis severity and dysmenorrhea intensity.Key words: endometriosis, infertility, dysmenorrhea.

* Médico especialista en Ginecología y Obstetricia, Biólogo de la Reproducción.

** Médico especialista en Ginecología y Obstetricia. Hospital Ángeles del Pedregal, México, DF.*** Médico especialista en Ginecología y Obstetricia, Biólogo de la Reproducción, Hospital Médica Sur, México, DF.**** Médico con maestría en Biología de la Reproducción.

Correspondencia: Dr. Raymundo Preciado Ruiz. Torre de Espe-cialidades Quirúrgicas, piso 7, consultorio 782, Hospital Ángeles del Pedregal, Camino a Santa Teresa 1055, colonia Héroes de

Padierna, CP 10700, México, DF. Correo electrónico: [email protected]: octubre, 2010. Aceptado: diciembre, 2010.

Este artículo debe citarse como: Preciado-Ruiz R, Zúñiga-Montiel JA, Salas-Quiroz MN, García Luna-González Rubio AM, Torres-Calleja JA. Frecuencia de endometriosis en mujeres infértiles: características clínicas y laparoscópicas. Rev Mex Reprod 2011;3(3):112-117.

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113Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011

Frecuencia de endometriosis en mujeres infértiles: características clínicas y laparoscópicas

La endometriosis es una enfermedad que con frecuencia  afecta  a  las mujeres  que  sufren infertilidad. El personal de salud debe valorar en forma multidisciplinaria esta enfermedad 

debido a sus efectos adversos para el estado reproduc-tivo. Lo anterior obliga al clínico a diseñar estrategias para establecer un tratamiento contra la endometriosis.1

En la población general la endometriosis afecta a 10 a 15% y se ha calculado que la padecen 30 a 40% de las mujeres con infertilidad.1

El origen de la endometriosis aún no es bien cono-cido. Entre las hipótesis que existen se mencionan la participación  del  epitelio  celómico,  la  diseminación vascular  y  linfática  del  endometrio,  las  alteraciones de  la  respuesta  inmunitaria  con  participación  activa de  los macrófagos  y  la menstruación  retrógrada  del tejido endometrial, de los ostium tubarios a la cavidad pelviperitoneal.2 Esta última hipótesis es actualmente la más aceptada.

La etapificación de la endometriosis se ha modificado en múltiples ocasiones. En la actualidad predomina la clasificación postulada por Acosta y la Sociedad Ameri-cana de Medicina Reproductiva.3 En dicha clasificación la endometriosis  se dividió en grado  I o mínima (1-5 puntos), en grado II o leve (6-15 puntos), en grado III o moderada (16-40 puntos) y en grado IV o severa (más de 40 puntos).4

La etapificación se basa en el número y profundidad de las lesiones y en los órganos afectados.

El cuadro sintomático predominante comprende dis-menorrea progresiva (a corto, mediano o largo plazo), dispareunia,  dolor  pélvico  crónico,  disuria,  tenesmo rectal sobre todo en el sangrado menstrual, anovulación e infertilidad.

Esta enfermedad se diagnostica con base en el his-torial  clínico,  examen  físico  y  visualización  directa de las lesiones (blancas, rojas o en grano de pólvora) mediante  laparoscopia,  las  cuales  se  comprueban con  toma  de  biopsia,  examen  histopatológico  y  –en algunas ocasiones– mediante la determinación sérica de marcadores,  como  el  factor  de  necrosis  tumoral alfa  (TNF-α),  las  interleucinas 6, 8 y 10  (IL-6,  IL-8 e IL-10) y el antígeno de superficie CA-125.5,6 Estos marcadores han demostrado tener sensibilidad y espe-cificidad muy bajas. 

En la actualidad se considera que el patrón de refe-rencia es la visualización directa mediante laparoscopia.6

El objetivo de este estudio es identificar la incidencia de endometriosis en mujeres infértiles sometidas a lapa-roscopia, así como analizar las características clínicas y laparoscópicas de mujeres infértiles con endometriosis.

MATERIAL Y MÉTODO

Se realizó un estudio retrospectivo, observacional, trans-versal, descriptivo y no controlado. Los datos se obtuvieron de la libreta de reportes de Cirugía y de los expedientes clínicos. En el  estudio  se  revisaron 197 expedientes de pacientes sometidas a laparoscopia por diagnóstico de infer-tilidad durante un año. De los expedientes que se revisaron, en 68 las pacientes tuvieron diagnóstico de endometriosis, por tanto, se analizó a estas pacientes.

Análisis estadísticoLos  resultados  se  expresan  en  números  totales  y  en porcentaje. Se utilizaron las pruebas de la ji al cuadrado y  exacta  de Fisher  para  establecer  la  diferencia  entre las mujeres con infertilidad primaria y las mujeres con infertilidad secundaria.

Un valor de p menor que 0.05 se consideró estadís-ticamente significativo.

RESULTADOS

Se revisaron 197 expedientes de pacientes sometidas a laparoscopia por diagnóstico de infertilidad primaria o secundaria durante un año y se identificaron signos fran-cos de endometriosis en 68 pacientes, lo que representó una incidencia de 34.5%.

La media de edad fue 30.3 ± 3.9 años. La mayoría de las pacientes refirió como ocupación principal el hogar y a ésta le siguieron empleos en oficinas. Los niveles socioeconómicos  bajo  y medio  alto  predominaron  y 20.6% de las pacientes fumaba. 

A 40 pacientes (58.8%) se les diagnosticó infertilidad primaria, y a 28 (41.2%), infertilidad secundaria. En el Cuadro 1 se describen las características generales de las pacientes.

En  las  68  pacientes  el  síntoma  predominante  fue dismenorrea, que fue leve en 50%, moderada en 22.1% 

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Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011114

Preciado Ruiz R y col.

y severa en 27.9%. De estas pacientes, 11.8% padecía dispareunia, y 10.3%, dolor pélvico crónico (Cuadro 2). 

Los  hallazgos  más  frecuentes  por  laparoscopia fueron: endometriosis mínima (25%), leve (25%), mo-derada (23.5%) y severa (26.5%). En 25% de los casos se  observó  un  solo  foco  endometriósico,  y  en  75%, múltiples focos.

La endometriosis se encontró con más frecuencia en el fondo del saco posterior de Douglas, en los ovarios y en los ligamentos uterosacros (Cuadro 3).

En casos severos fueron más frecuentes el endome-trioma (p < 0.004) y el daño tubario bilateral (p < 0.002) [Cuadro 4].

En pacientes con infertilidad primaria fueron más fre-cuentes la dismenorrea severa (p < 0.03) y los implantes múltiples (p < 0.0001) [Cuadro 5].

La dismenorrea severa y los focos múltiples fueron significativamente más frecuentes en pacientes con en-dometriosis severa que en pacientes con endometriosis leve (p < 0.007) [Cuadros 4, 6 y 7].

Cuadro 1. Características generales de las pacientes

Características n=68

Edad (años): 30.3 ± 3.9Ocupación Hogar Empleadas Profesionistas Estudiantes

34 (50%)19 (28%)

12 (17.5%)3 (4.5%)

Nivel socioeconómico Bajo Medio bajo Medio alto

1 (1.5%)38 (55.2%)29 (43.3%)

Tabaquismo Positivo Negativo

14 (20.6%)54 (79.4%)

Infertilidad primariaInfertilidad secundaria

40 (58.8%)28 (41.2%)

EumenorreicasOpsomenorreicas

57 (83.8%)11 (16.2%)

Inicio de la vida sexual (años) Grupo con infertilidad primaria: 22.1 ± 5.3 Grupo con infertilidad secundaria: 23.2 ± 3.9

Cuadro 2. Síntomas padecidos con más frecuencia

Síntomas n(%)

Dismenorrea Leve Moderada Severa

34 (50)15 (22.1)19 (27.9)

Dispareunia Positiva Negativa

8 (11.8)60 (88.2)

Dolor pélvico Positivo Negativo

7 (10.3)61 (89.7)

Cuadro 3. Hallazgos laparoscópicos de endometriosis en 68 pacientes (100%)

n(%)

Endometriosis Leve Moderada Severa

34 (50)16 (23.5)18 (26.5)

Número de focos Únicos Múltiples

17 (25)51 (75)

Implantes uterosacros Derechos Izquierdos Ambos

4 (5.9)7 (10.3)18 (26.5)

Implantes en la fosa ovárica Derecha Izquierda Ambas

3 (4.4)6 (8.8)3 (4.4)

Implantes en el ovario Derecho Izquierdo Ambos

10 (14.7)15 (22.1)12 (17.6)

Implantes en el fondo del saco Posterior Anterior

38 (55.9)4 (5.9)

Otras localizaciones Útero Peritoneo Peritoneo y útero Trompa de Falopio

2 (2.9)4 (5.9)2 (2.9)1 (1.5)

Endometrioma Sí No

6 (8.8)62 (91.2)

Diagnóstico concomitante Enfermedad pélvica Daño tubario bilateral Teratoma Miomatosis Pelvis congelada Adherencias

2 (2.9)7 (10.3)1 (1.5)4 (5.9)2 (2.9)2 (2.9)

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115Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011

Frecuencia de endometriosis en mujeres infértiles: características clínicas y laparoscópicas

silenciosa.  El  diagnóstico  se  establecía  después  de que  se  hacían  hallazgos  transoperatorios,  cuando  las pacientes se sometían a intervenciones quirúrgicas por otra causa,1-3 debido a que sus manifestaciones se hacían evidentes desde el punto de vista clínico cuando la en-fermedad se encontraba en etapas avanzadas.

En 1927 Sampson postuló la teoría de la menstruación retrógrada como causa de la enfermedad5 y en la última década el conocimiento y tratamiento contra esta enfer-medad han tenido un gran avance gracias al desarrollo de  la  laparoscopia,  la  inmunología  y  la  fertilización asistida, entre otras.7

De acuerdo con los hallazgos laparoscópicos asocia-dos con las manifestaciones clínicas de estas pacientes, podemos resumir que la endometriosis es causa directa de infertilidad. Esto se debe a que la inflamación pro-ducida por la endometriosis lesiona las superficies del 

Cuadro 4. Hallazgos laparoscópicos en relación con el grado de endometriosis

Endometriosisleve

Endometriosismoderada

Endometriosissevera p

Número de focos Únicos Múltiples

1420

214

117 < 0.002

Implantes uterosacros Derechos Izquierdos Ambos

267

116

105

NS

Implantes Fosa ovárica derecha Fosa ovárica izquierda Ambas

251

110

101

NS

Implantes ováricos Derechos Izquierdos Ambos

373

234

555

NS

Implantes en el fondo del saco Anterior Posterior

201

81

102 NS

Otras localizaciones Útero Peritoneo Útero y peritoneo Trompa de Falopio

1000

0200

1221

0.002

Endometriomas Sí No

133

016

513 < 0.004

Diagnóstico concomitante Sí No

1123

214

513 NS

Cuadro 5. Síntomas según el tipo de infertilidad

Síntomas Infertilidadprimaria

Infertilidadsecundaria

p

Dismenorrea Leve Moderada Severa

18913

1666

< 0.03

Dispareunia Sí No

436

424 NS

Dolor pélvico Sí No

238

523 NS

DISCUSIÓN

La  endometriosis  fue  una  enfermedad  desconocida durante mucho  tiempo  debido  a  que  su  evolución  es 

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Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011116

Preciado Ruiz R y col.

tejido y genera la formación de una cicatriz metaplásica, que es capaz de obstruir una o ambas salpinges, o uno o ambos ovarios. La incidencia de endometriosis en pa-cientes con infertilidad fue de 34.5%, lo cual coincidió con lo reportado en la bibliografía.8 En este estudio la infertilidad primaria fue más frecuente (58.8%) que la secundaria (41.2%).

En términos clínicos, el síntoma más importante de endometriosis es el dolor, que es más frecuente –hasta en 70%– en pacientes  jóvenes entre 20 y 35 años; su intensidad depende del lugar donde se localicen las le-siones.1,4,9 Todas las pacientes estudiadas refirieron dolor de diferente intensidad. La manifestación predominante fue dismenorrea leve, seguida de dispareunia y de dolor pélvico, sobre todo, en pacientes con implantes en los ligamentos uterosacros.

El dolor puede ser tan intenso que causa incapacidad, puede  aumentar  durante  la menstruación  o  el  coito  y puede acompañarse de disquecia, diarrea o rectorragia; sin embargo, la peor consecuencia es la infertilidad. 

El cuadro clínico y los estudios de laboratorio y gabi-nete ayudan a establecer el diagnóstico de endometriosis. Sin embargo,  la exploración laparoscópica,  la biopsia de las lesiones y su comprobación histopatológica son actualmente el patrón de referencia. 

Las  lesiones  son muy diversas y  comprenden desde puntilleo petequial hasta grandes endometriomas. En este estudio la mayoría de las pacientes padeció endometriosis leve y las partes más afectadas fueron los ligamentos utero-sacros, el fondo del saco de Douglas y los ovarios, hallazgos que coincidieron con lo reportado en la bibliografía.8

Cuadro 7. Pacientes con infertilidad primaria o secundaria en relación con los hallazgos laparoscópicos

Infertilidadprimaria

Infertilidadsecundaria

p

Endometriosis Leve Moderada Severa

21811

1387

0.03

Número de focos Únicos Múltiples

535

1216 0.001

Implantes uterosacros Izquierdos Derechos Ambos

4310

048

NS

Implantes en la fosa ovárica Derecha Izquierda Ambas

053

310

NS

Implantes ováricos Derechos Izquierdos Ambos

3108

754 NS

Implantes en el fondo del saco Anterior Posterior

251

133 NS

Otras localizaciones Útero Peritoneo Útero y peritoneo Trompa de Falopio

1410

1011

NS

Endometrioma Sí No

436

226 NS

Diagnóstico concomitante Sí No

1327

523 NS

Cuadro 6. Síntomas relacionados con el grado de endometriosis

Síntomas Endometriosisleve

Endometriosismoderada

Endometriosissevera

p

Dismenorrea Leve Moderada Severa

2275

916

378

< 0.007

Dispareunia Sí No

331

115

414 NS

Dolor pélvico Sí No

133

313

315 NS

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117Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011

Frecuencia de endometriosis en mujeres infértiles: características clínicas y laparoscópicas

CONCLUSIONES

En este estudio la incidencia de endometriosis en pacien-tes con infertilidad y la edad de presentación coinciden con lo reportado en la bibliografía. 

La aparición de un solo foco de endometriosis y la en-dometriosis leve se manifestaron con más frecuencia (50%) y el sitio más afectado fue el fondo del saco de Douglas.

Declaramos que es segura y eficaz la laparoscopia y que existe una relación directa entre el grado de endo-metriosis, la intensidad de la dismenorrea y el tipo de infertilidad.

REFERENCIAS

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2. Taylor MM. Endometriosis-a missed malady. AORN J 2003;77:298, 301-309, 312-316.

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Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011118

* Jefe del servicio de Ginecología y Obstetricia.** Clínica de Reproducción Humana.*** Residente de cuarto año de Ginecología y Obstetricia. Hospital General Tacuba, ISSSTE.

Correspondencia: Dr. René Jaime Toro Calzada. Lago Ontario 119, colonia Tacuba, CP 11410, México, DF.Recibido: octubre, 2010. Aceptado: noviembre, 2010.

Artículo original

Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción 2011;3(3):118-122

Análisis endocrino y metabólico de los fenotipos del síndrome de ovarios poliquísticosRené Jaime Toro Calzada,* María de Lourdes Estrada Soria,** Mara Guadalupe Cárdenas Navidad***

RESUMEN

Antecedentes: la primera estandarización para el diagnóstico del síndrome de ovarios poliquísticos se realizó en el Instituto Nacional de Salud Infantil y Desarrollo Humano de Estados Unidos en 1990; en ella se tomó en cuenta el hiperandrogenismo y la anovulación. En 2003, en la Reunión de la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología y la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva en Rotterdam, se añadió el concepto de ovarios poliquísticos y se consideró que tener dos de los tres criterios era suficiente; sin embargo, hay pocos datos sobre las complicaciones metabólicas que sufren las mujeres con los fenotipos definidos por el criterio de Rotterdam, especialmente en ausencia de hiperandrogenismo. Por ello, se ha puesto en duda la aplicación de estos criterios en la práctica clínica.Objetivo: conocer las características endocrino-metabólicas y clínicas de los diferentes fenotipos del síndrome.Pacientes y método: del 1 de enero de 2009 al 31 de mayo de 2010, en la Clínica de Reproducción Humana del Hospital General Tacuba del ISSSTE, se realizó un estudio prospectivo, observacional y comparativo de 70 pacientes de 15 a 45 años de edad con diagnóstico de síndrome de ovarios poliquísticos según los criterios de Rotterdam. Las pacientes se clasificaron en los cuatro feno-tipos, y se analizaron sus características metabólicas y endocrinas.Resultados: en el fenotipo completo y en el fenotipo C (hiperandrogenismo + poliquistosis), las características metabólicas y endocri-nas son más marcadas; en cambio, la relación cintura-cadera y la prolactina en el fenotipo B (hiperandrogenismo + ovulación) fueron estadísticamente más bajas. El fenotipo D (poliquistosis + anovulación) es el menos afectado metabólicamente y tal vez represente una transición a los estados más graves.Conclusiones: los fenotipos que incluyen hiperandrogenismo, ya sea el fenotipo completo o con poliquistosis, son los de mayor riesgo.Palabras clave: ovarios poliquísticos, fenotipos, síndrome metabólico.

ABSTRACT

Background: First standardization for diagnosis of polycystic ovaries syndrome was that of National Institute of Child Health and Human Development in 1990, which included hyperandrogenism and anovulation. In 2003, European Society of Human Reproduction and Embriology and American Society of Reproductive Medicine added concept of polycystic ovaries. There is a few information about metabolic complications in women with phenotypes defined according to Rotterdam criteria, especially in the case of phenotypes without hyperandrogenism.Objective: To elucidate metabolic-endocrine difference among polycystic ovaries syndrome phenotypes.Patients and method: We designed a prospective, observative and comparative study at Reproductive Medicine Clinic from General Hospital Tacuba (ISSSTE) that included 70 patients between 15 and 45 years old with polycystic ovary syndrome diagnosed according to Rotterdam definition, from January 1, 2009 to May 31, 2010. They were classified in four different phenotypes in order to analyze their endocrine-metabolic issues.Results: Complete phenotype and phenotype C (hyperandrogenism + polycystic) had remarkable metabolic and endocrine cha-racteristics. Patients with phenotype B (oligoovulation + hyperandrogenism) had lower waist-hip ratio and prolactin concentrations. Phenotype D (oligovulation + polycystic) represent a form of PCOS intermediate or milder metabolic risk profile.Conclusions: Phenotypes with hyperandrogenism are of higher risk, whereas phenotype without hyperandrogenism has a less risky metabolic profile.Key words: policystic ovary syndrome, phenotypes, metabolic syndrome.

Este artículo debe citarse como: Toro-Calzada RJ, Estrada-Soria ML, Cárdenas-Navidad MG. Análisis endocrino y metabólico de los fenotipos del síndrome de ovarios poliquísticos. Rev Mex Reprod 2011;3(3):118-122.

www.nietoeditores.com.mx

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119Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011

Análisis endocrino y metabólico de los fenotipos del síndrome de ovarios poliquísticos

En 1935, Stein y Leventhal  reportaron  siete casos de ovarios poliquísticos y amenorrea concomitantes  con  obesidad,  hirsutismo  e irregularidades menstruales desde la menar-

quia.1 La primera estandarización para el diagnóstico de este síndrome se hizo en 1990 en el Instituto Nacional de  Salud  Infantil  y Desarrollo Humano  de  Estados Unidos, y en ella se tomaba en cuenta el hiperandroge-nismo y la anovulación. En 2003, la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología y la Sociedad Americana de Medicina Reproductiva se reunieron en Rotterdam, donde añadieron el concepto de ovarios po-liquísticos y delimitaron el diagnóstico a dos de los tres criterios.2 La Sociedad de Exceso de Andrógeno unió, en 2006, la poliquistosis, la anovulación (o ambas) en el término “disfunción ovárica”; bajo este criterio, no existe síndrome de ovario poliquístico (SOP) en ausencia de hiperandrogenismo.3

Las mujeres  con  este  síndrome muestran  una  alta incidencia  de  intolerancia  a  la  glucosa  y  diabetes mellitus  no  insulinodependiente  en  comparación  con sujetos control.4 El riesgo de que estas pacientes tengan síndrome metabólico  es 11 veces mayor;5  también  se observa aumento de la relación triglicéridos-HDL.6 La mayor parte de estos datos se basa en estudios en los que se define al síndrome de ovarios poliquísticos bajo los criterios de Rotterdam. Hay poca información sobre las complicaciones metabólicas que sufren mujeres que tienen fenotipos definidos por las guías de Rotterdam, es-pecialmente el fenotipo carente de hiperandrogenismo.7,8 Por estas razones, se ha puesto en duda la aplicación de los lineamientos en la práctica clínica.9

El objetivo de este estudio es determinar la prevalen-cia de los antecedentes familiares y las complicaciones metabólicas  de  las  pacientes  con  síndrome  de  ovario poliquístico, así como las características endocrinas de los fenotipos de este padecimiento según los criterios de Rotterdam.

PACIENTES Y MÉTODO

Se realizó un estudio prospectivo, abierto, observacional y comparativo con pacientes de la Clínica de Reproduc-ción Humana diagnosticadas con síndrome de ovarios poliquísticos según los lineamientos de Rotterdam (ano-

vulación, poliquistosis ovárica, hiperandrogenemia  –o los tres– o hirsutismo) del 1 de enero de 2009 al 31 de mayo de 2010. Los criterios de inclusión fueron: tener entre 15 y 45 años de edad y padecer el síndrome. Los criterios de exclusión fueron: tener hiperplasia suprarre-nal congénita de aparición tardía, tumores productores de  andrógenos,  hiperprolactinemia,  hipotiroidismo, síndrome de Cushing y HAIR-AN. Se eliminaron  las pacientes cuyo expediente clínico estuviera incompleto.

Después de calcular la testosterona (0.1-0.9 ng/mL), la androsterona y la S-DHEA, se dividió a las mujeres en cuatro grupos según su fenotipo: en el fenotipo A se incluyeron las que tenían la tríada diagnóstica completa (oligo-anovulación, poliquistosis e hiperandrogenismo clínico o de laboratorio); en el fenotipo B, las que tenían hiperandrogenismo y oligo-anovulación; en el fenotipo C,  las  que  tenían  hiperandrogenismo  y  poliquistosis; y en el fenotipo D aquellas que tenían poliquistosis y oligo-anovulación.

La  poliquistosis  se  definió,  por  ultrasonido,  según los criterios de la Sociedad Americana de Medicina Re-productiva, ASRM (más de 12 folículos, de 2 a 9 mm): hiperandrogenismo clínico por más de siete puntos de la  clasificación  de  Ferriman-Gallwey modificada  por la ASRM y acné o hiperandrogenemia por aumento de testosterona (30 a 95 ng/dL) o sulfato de dehidroepian-drostenediona (18 a 391 mcg/dL).

Para cada uno de los grupos se tabularon los anteceden-tes familiares de hipertensión arterial sistémica y diabetes mellitus, la existencia de síndrome metabólico (definido por  IMC mayor de 30,  triglicéridos en concentraciones superiores a 150 mg/dL, presión arterial de más de 130/90 o tratamiento antihipertensivo, relación cintura-cadera mayor de 0.85, glucemia de más de 100 mg/dL o administración de hipoglucemiantes. No pudo determinarse la insulina). En el análisis se utilizó la ji al cuadrado y la t de Student. Se compararon las características endocrinas y metabólicas de los fenotipos B, C y D con las del fenotipo A.

RESULTADOS

Del 1 de enero de 2009 al 31 de mayo de 2010 se recluta-ron 70 pacientes con diagnóstico de síndrome de ovarios poliquísticos en la Clínica de Reproducción Humana. Los límites de edad de las pacientes fueron 15 y 45 años, y se 

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distribuyeron de la siguiente manera: 26 mujeres (37%) de 15 a 19 años, 12 (17%) de 20 a 29 años, 28 (40%) de 30 a 39 años, y cuatro (6%) mayores de 40 años.

En cuanto al fenotipo, y de acuerdo con los tres crite-rios, se encontraron 10 mujeres (14.2%) con fenotipo A; 36 (51.4%) con fenotipo B; cuatro (5.7%) con fenotipo C, y 20 (28.5%) con fenotipo D.

Los resultados, según las características clínicas de cada uno de los fenotipos, fueron los siguientes: cuatro pacientes con fenotipo A (40%) tenían síndrome meta-bólico;  ocho  (80%)  refirieron  antecedentes  familiares de hipertensión arterial; seis (60%) tenían antecedentes familiares de diabetes mellitus, aunque ninguna pade-cía diabetes mellitus ni hipertensión. En el fenotipo B (27.7%), 10 pacientes sufrían síndrome metabólico, 26 (72%)  tenían  antecedentes  familiares  de  hipertensión arterial, 22 (61%), antecedentes familiares de diabetes mellitus, dos (5.5%) refirieron tener hipertensión arte-rial y dos más (5.5%), diabetes mellitus. En el fenotipo C, dos pacientes tuvieron síndrome metabólico (50%), todas mencionaron antecedentes de hipertensión arte-rial sistémica y dos, antecedentes de diabetes mellitus (50%),  pero  ninguna  refirió  hipertensión  ni  diabetes. En  el  fenotipo D,  sólo  dos  pacientes  (10%)  tuvieron síndrome metabólico, 12 (60%), antecedentes familiares de hipertensión arterial, 10 (50%), antecedentes familia-res de diabetes mellitus, dos (10%) tenían hipertensión arterial sistémica y ninguna era diabética (Cuadro 1).

Los resultados endocrino-metabólicos para el feno-tipo A fueron: FSH, 4.3 mUI/mL; LH, 6.16 mUI/mL; prolactina, 33 ng/mL; IMC, 31.26; relación cintura-ca-dera, 0.92; glucosa, 89.4 mg/dL; triglicéridos, 214.4 mg/dL, y presión arterial, 122/80 mmHg. Para el fenotipo B fueron: FSH, 4.6 mUI/mL; LH, 6.4 mUI/mL; prolactina, 6.4 ng/L; IMC, 29.7; relación cintura-cadera, 0.84; glu-cosa, 93 mg/dL; triglicéridos, 194.72 mg/dL, y presión arterial, 116/76 mmHg. Para el fenotipo C fueron: FSH, 4.69 mUI/mL; LH, 2.13 mUI/mL; prolactina, 28 ng/mL; IMC, 31.7;  relación  cintura-cadera,  0.90;  glucosa,  90 mg/mL; triglicéridos, 183.5 mg/dL, y presión arterial, 50/50 mmHg. Para el fenotipo D, los resultados fueron: FSH, 4.4 mUI/mL; LH, 7.36 mUI/mL; prolactina, 10.5 ng/mL; IMC, 22.5; relación cintura-cadera, 0.81; glu-cosa, 85.4 mg/dL; triglicéridos, 87.58 mg/dL, y presión arterial 109/70 mmHg.

Los tres últimos fenotipos se compararon contra el fenotipo A, como se muestra en el Cuadro 2.

DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES

Este estudio permitió determinar las diferencias en los cuatro fenotipos según los criterios de Rotterdam, utili-zando como punto de comparación el fenotipo completo (hiperandrogenismo, oligo-anovulación y poliquistosis). Las  limitantes  fueron el número de pacientes y  el no contar con grupo control.

El fenotipo más común en las pacientes con síndrome de ovarios poliquísticos fue el B (oligo-anovulación e hiperandrogenismo); esto en contraste con los hallazgos de Shroff y col., en donde el fenotipo más frecuente fue el completo (A), mientras que los otros representaron 13 a 14%.8 Es posible, sin embargo, que el diagnóstico ultrasonográfico, realizado por el servicio de imagenolo-gía, no haya sido preciso, aunque esto le da un carácter de imparcialidad.

En el fenotipo A (completo) y en el C (hiperandrogenis-mo más poliquistosis) se encontró con mayor frecuencia (40-50%) síndrome metabólico, aunque no fue estadísti-camente significativo, tal vez por el número limitado de pacientes. En el  fenotipo B el  síndrome metabólico se encontró en 35%, en tanto que en el D resultó estadísti-camente menor (10%) cuando se comparó con el fenotipo A. Estos hallazgos son similares a los de Shroff y col., quienes mencionan que la frecuencia de síndrome meta-bólico de los fenotipos A, B y C correspondía a 35 a 44% y del fenotipo D, a 20%. Este resultado también coincide con los estudios de Legro y col., quienes no encontraron diferencias metabólicas (sensibilidad a la insulina, curva de tolerancia a la glucosa) entre los fenotipos A (oligo-anovulación, poliquistosis e hiperandrogenismo) y el C (hiperandrogenismo y poliquistosis).10 Esto sugiere que el fenotipo D (oligovulación y poliquistosis) está vinculado con un perfil metabólico de menos riesgo para padecer enfermedad cardiovascular,  intermedio entre un estado normal y los otros fenotipos.

En este estudio se observó que el síndrome de ova-rios poliquísticos afectó principalmente a personas con edad de 15 a 19 y de 30 a 39 años, tal vez debido a que el motivo de consulta son los trastornos menstruales en las adolescentes y los problemas de infertilidad en las 

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Análisis endocrino y metabólico de los fenotipos del síndrome de ovarios poliquísticos

mujeres mayores, lo que no significa que no se manifieste en la etapa reproductiva.

La frecuencia de antecedentes familiares de diabetes mellitus e hipertensión arterial sistémica fue muy similar en los cuatro fenotipos. Shroff y col. tampoco encontra-ron variaciones respecto a los antecedentes de diabetes mellitus y enfermedad coronaria. Al comparar las con-centraciones de FSH y LH en los cuatro fenotipos no se apreciaron diferencias significativas, aunque las cifras de prolactina fueron menores en los fenotipos B y D, y sólo en el primero fueron estadísticamente significativas. La asociación de hiperprolactinemia en el síndrome de ovarios poliquísticos es bien conocida, y en este estudio fue más importante cuando existía hiperandrogenismo y poliquistosis.

Para diagnosticar el síndrome metabólico se analiza-ron cada uno de los componentes, ya que podría crearse una falsa impresión al tomar en cuenta un solo criterio. En los fenotipos B y D fue significativamente menor la relación cintura-cadera, en tanto que en el D las concen-traciones de triglicéridos fueron más bajas; aunque no lograron significado estadístico, el IMC y la glucemia fueron menores  en  el  fenotipo D. En  conjunto,  en  el fenotipo D, donde está ausente el hiperandrogenismo y probablemente la hiperinsulinemia, los factores meta-

bólicos adversos son mínimos, por lo que se corrobora lo emitido por Shroff, quien sugirió que este fenotipo es el menos grave y la transición a un síndrome de ovarios poliquísiticos más severos. Tal vez pueda determinarse si estas diferencias son más marcadas haciendo estudios que incluyan un mayor número de pacientes.

En  conclusión,  es  evidente  que  el  diagnóstico  de síndrome  de  ovarios  poliquísticos  tiene  importantes implicaciones en la salud femenina, y que hasta la fecha ha sido poco valorado. Una vez que se diagnostica este padecimiento,  debe  informarse  a  las  pacientes  de  los riesgos a la salud a largo plazo a los que están expuestas.

Los hallazgos de este estudio sugieren que el hiperan-drogenismo con fenotipo completo o con poliquistosis es el de mayor riesgo. En cambio, el fenotipo sin hiperan-drogenismo tiene un perfil metabólico menos peligroso.11 Estos  resultados son aplicables sólo a esta población, puesto  que  el  síndrome depende  de  la  genética  y  del medio ambiente fetal.12,13

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Cuadro 1. Frecuencia de síndrome metabólico y antecedentes predisponentes

FenotipoA,n(%) FenotipoB,n(%) FenotipoC,n(%) FenotipoD,n(%) p

Síndrome metabólico 4 (40) 10 (27.7) 2 (50) 2 (10) >0.05Antecedentes de hipertensión arterial 8 (80) 26 (72) 4 (100) 12 (60) >0.05Antecedentes de diabetes mellitus 6 (60) 22 (61) 2 (50) 10 (50) >0.05Hipertensión arterial 0 2 (5.5) 0 2 (10) >0.05Diabetes mellitus 0 2 (5.5) 0 0 >0.05

Cuadro 2. Características endocrinas y componentes metabólicos en los diferentes fenotipos

FenotipoA

FenotipoB

FenotipoC

FenotipoD

FSH (mUI/mL) 4.3 4.6 >0.05 4.6 >0.05 4.4 >0.05LH (mUI/mL) 6.16 6.4 >0.05 2.1 >0.05 7.36 >0.05Prolactina (ng/mL) 33 6.4 <0.05 28 >0.05 10.5 >0.05IMC (kg/m2) 31.26 29.7 >0.05 31.7 >0.05 22.5 >0.05Relación cintura-cadera 0.92 0.84 <0.01 0.90 >0.05 0.81 <0.01Glucosa (mg/dL) 89.4 93 >0.05 90 >0.05 85.4 >0.05Triglicéridos (mg/dL) 214.4 194.7 >0.05 183.8 >0.05 87.5 <0.01

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Artículo original

Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción 2011;3(3):123-132

Efecto de la quimioterapia y el cáncer testicular avanzado o el linfoma de Hodgkin en la integridad del ácido desoxirribonucleico del esperma*Cristian O’Flaherty, Barbara F Hales, Peter Chan, Bernard Robaire

RESUMEN

Objetivo: determinar el efecto de la combinación de la quimioterapia en la calidad de los espermatozoides nuevos de pacientes con cáncer testicular avanzado y pacientes con linfoma de Hodgkin.Diseño: estudio prospectivo longitudinal.Ubicación: unidad académica.Pacientes: pacientes con cáncer testicular metastásico de reciente diagnóstico y con linfoma de Hodgkin que requerían quimioterapia, en comparación con voluntarios sanos de la comunidad pareados por edad. Intervención: ninguna.Criterio de valoración primario: se compararon los parámetros seminales, concentraciones hormonales, volumen testicular y pre-sencia de fragmentos de ADN en pacientes con cáncer y en voluntarios sanos de la comunidad, antes y después de la quimioterapia de los pacientes a los 6, 12, 18 y 24 meses.Resultados: antes de la quimioterapia, ambos grupos de cáncer tuvieron mala calidad seminal en comparación con los voluntarios de la comunidad. Entre los pacientes con cáncer testicular y linfoma de Hodgkin, 67 y 60%, respectivamente, tuvieron < 5 x 106 espermatozoides/mL a los seis meses después de la quimioterapia. A los 24 meses, 60 y 57% de los pacientes con cáncer testicular y linfoma de Hodgkin, respectivamente, tuvieron concentraciones espermáticas normales. La concentración de FSH fue significa-tivamente más alta en el grupo de cáncer, en comparación con los voluntarios de la comunidad a los 6 y 12 meses después de la quimioterapia. Antes de la quimioterapia, el daño al ADN espermático fue mayor en el grupo de cáncer que en los voluntarios de la comunidad; este daño aumentó aún más a los seis meses y se mantuvo elevado 24 meses después del tratamiento. Conclusiones: el esperma generado después de la quimioterapia mantuvo un grado significativo de daño a la cromatina. Por tanto, los supervivientes de cáncer testicular y linfoma de Hodgkin están en riesgo de tener un desenlace reproductivo anormal. Se recomienda abordar apropiadamente los riesgos reproductivos y la preservación de la fertilidad antes de la quimioterapia en estos pacientes.Palabras clave: quimioterapia, ensayo cometa, daño de ADN, perfil hormonal, función testicular.

ABSTRACT

Objective: To determine the impact of combination chemotherapy on the quality of newly generated spermatozoa from patients with advanced testicular cancer and patients with Hodgkin lymphoma (HL).Design: Prospective longitudinal study.Setting: Academic facility.Patient(s): Patients with newly diagnosed metastatic testicular cancer and with HL that required chemotherapy were compared with age-matched healthy community volunteers.Intervention(s): None.

En los pacientes con cáncer –después de recibir tratamiento con quimioterapia– su capacidad reproductiva puede disminuir o perderse, por lo cual se recomienda que se lleve a cabo la criopreservación espermática antes del tratamiento. Si bien éste es un procedimiento común, aún falta información al respecto.

Actualmente, es común que los pacientes oncológicos soliciten la criopreservación (o, bien, ésta es aconsejada por los médicos), pero en muchos casos, los pacientes no están informados del posible daño testicular. Este artí-culo es interesante, ya que muestra que aunque los pacientes no pierdan su función reproductiva, existe un daño al ADN, lo que puede causar infertilidad. Es importe informar a los pacientes acerca de este daño para que realicen la criopreservación antes de iniciar la quimioterapia como medida preventiva; sin embargo, deben saber que esto no es garantía, pues la fertilidad depende de la calidad espermática previa a los tratamientos.

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O’Flaherty C y col.

La incidencia del cáncer testicular y del linfo-ma de Hodgkin, dos enfermedades malignas comunes en hombres jóvenes, ha aumentado recientemente.1-3 Los regímenes quimiotera-

péuticos mejorados para tratar el cáncer testicular y el linfoma de Hodgkin han aumentado la supervivencia.4,5 Desafortunadamente, estos tratamientos tienen un efecto negativo en la salud reproductiva masculina6,7 y efectos nocivos en la función testicular, lo que incluye una dis-minución en la tasa de fertilización y pérdidas grávidas en animales.8-11 La quimioterapia produce azoospermia u oligospermia grave  en algunos pacientes con cáncer6,7 y puede  tener un efecto negativo en  la  integridad del ADN espermático. 

Hay mayor  información  que  indica  que  los  pará-metros  espermáticos  establecidos  por  las  guías  de  la Organización Mundial de la Salud12 no son predictores suficientemente  confiables  de  la  fertilidad masculi-na.10,13-16 Así, se necesitan mayores pruebas que evalúen objetivamente la calidad espermática, especialmente la integridad  de  la  cromatina  espermática,  en  pacientes con cáncer. Previamente reportamos un aumento en la fragmentación de las cadenas simples o dobles de ADN (determinada de acuerdo con el ensayo de cometa alca-lino) y una disminución en el nivel de protaminación y compactación de la cromatina (evaluada con los ensayos CMA3  y MBBr,  respectivamente)  en  el  esperma  de 

pacientes con cáncer  testicular y  linfoma de Hodgkin antes del tratamiento.16 El objetivo de este estudio fue determinar si se producen espermatozoides de calidad normal durante la recuperación de la función testicular después de la quimioterapia. 

PACIENTES Y MÉTODOS

Sujetos humanos y muestras espermáticasSe obtuvieron muestras seminales de una cohorte de sujetos (edad de 21 a 48 años) con cáncer testicular avanzado  (estadios  II  a  III;  n  =  16)  después  de  la orquidectomía unilateral o con  linfoma de Hodgkin (estadios II a IV; n = 16). Se reclutaron voluntarios sanos  de  la  comunidad  (n  =  11)  como  controles. Todos los sujetos tuvieron un periodo de abstinencia de tres días. Los pacientes con cáncer testicular reci-bieron dos a cuatro ciclos de bleomicina, etopósido y cisplatino (BEP, por sus siglas en inglés: 30 U de bleomicina, 100 mg/m2 de etopósido y 20 mg/m2 de cisplatino).17,18 Los pacientes con linfoma de Hodg-kin  recibieron  cuatro  a  ocho  ciclos  de  adriamicina, bleomicina,  vinblastina  y  decarbazina  (ABVD,  por sus siglas en inglés: 25 mg/m2 de adriamicina, 10 U/m2 de bleomicina, 6 mg/m2 de vinblastina y  375 mg/m2  de  dacarbazina).19-21  La  duración  de  un  ciclo  de quimioterapia fue de tres o seis a ocho semanas para los regímenes de BEP o ABVD, respectivamente. El presente estudio fue aprobado por el comité ético de revisión institucional y se obtuvo el consentimiento informado de todos los sujetos.

Los pacientes proporcionaron muestras de semen a los 6, 12, 18 y 24 meses después de terminar el último ciclo de quimioterapia. Se determinaron la concentración 

* Traducido de: O’Flaherty C, Hales BF, Chan P, Robaire B. Impact of chemotherapeutics and advanced testicular cancer or Hodgkin lymphoma on sperm deoxyribonucleic acid integrity. Fertil Steril 2010;94(4):1374-1379.

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Main outcome measure(s): Semen parameters, hormone levels, testis volume, and presence of sperm DNA strand breaks in patients with cancer and in healthy community volunteers were compared before and after the patients’ chemotherapy at 6, 12, 18, and 24 months.Result(s): Before chemotherapy, both cancer groups had poorer semen quality compared with community volunteers. Among patients with testicular cancer and HL, 67% and 60%, respectively, had < 5 X 106 sperm/mL at 6 months after chemotherapy. At 24 months, 60% and 57% of patients with testicular cancer and HL, respectively, had normal sperm concentrations. Level of FSH was significantly higher in the cancer group compared with community volunteers at 6 to 12 months after chemotherapy. Before chemotherapy, sperm DNA damage was higher in the cancer group than in community volunteers; this damage was increased further at 6 months and remained elevated 24 months after treatment.Conclusion(s): Sperm generated after chemotherapy maintain a significant degree of chromatin damage. Therefore, survivors of testicular cancer and HL are at risk of having abnormal reproductive outcome. Proper counseling to these patients on reproductive risks and fertility preservation before chemotherapy is recommended. Key words: chemotherapy, comet assay, DNA damage, hormone profile, testicular function.

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Efecto de la quimioterapia y el cáncer testicular avanzado o el linfoma de Hodgkin en la integridad del ADN del esperma

espermática, la motilidad progresiva y el porcentaje de formas normales en las muestras frescas, de acuerdo con las guías de la Organización Mundial de la Salud.12 La concentración espermática y la motilidad se analizaron con análisis seminal computarizado (IVOS; Hamilton Thorne, Beverly, MA). Se evaluó la morfología de 100 espermatozoides por muestra con el uso de  la  tinción de Diff-Quik  (Medion Diagnostics AG, Duedingen, Suiza) y las muestras con 30% o más formas normales se consideraron normales.12,22 Las muestras de semen se almacenaron a -80º C para la subsecuente evaluación de la calidad de la cromatina espermática. Las muestras de suero matutino se sometieron a análisis para testosterona total,  17β-E2,  FSH y LH  en  el Centro Reproductivo McGill.

Daño en el ADN espermáticoLa fragmentación de los filamentos de ácido desoxirri-bonucleico en los espermatozoides se determinó con el ensayo cometa,23,24 como se describió anteriormente.16 Se analizaron 100 células de cada muestra en forma alea-toria. Los resultados se expresaron como el porcentaje de ADN en la cola del cometa (ADN de cola), el largo de  la cola  (micrómetros) y  la extensión de migración (largo/cola  de ADN),  con  el  sistema  de  análisis  de imagen KOMET 5.0 (Kinetic Imaging Ltd., Liverpool, Reino Unido).

Análisis estadísticoLos  análisis  estadísticos  se  realizaron  con  la  paque-tería  SigmaStat  2.03  (SPSS  Inc.,  Chicago,  IL).  Los valores del cáncer testicular o el linfoma de Hodgkin se compararon con los valores de control pareados en tiempo  (voluntario  de  la  comunidad)  con  la  prueba del orden de Mann-Whitney. Se realizaron compara-ciones de diferentes parámetros antes y después de la quimioterapia con una prueba de t pareada o prueba de Wilcoxon de rangos pareados, como se especificó. Se determinaron las correlaciones entre los parámetros de análisis seminal con los valores de ADN espermático, las concentraciones hormonales y el volumen testicular, con el coeficiente de correlación de rango de Spearman. La información se presenta como medias del error es-tándar. Una diferencia se considera significativa cuando el valor de p es ≤ 05.

RESULTADOS

Análisis seminalAntes de la quimioterapia, la concentración espermática y  las  formas normales mostraron una  tendencia hacia la disminución en  los pacientes con cáncer  testicular, en comparación con el grupo de voluntarios de la co-munidad  (Figura  1A  y  1C).  La motilidad  progresiva fue significativamente menor en los sujetos con cáncer testicular  en  comparación  con  los  voluntarios  de  la comunidad  (Figura 1B). En contraste, los parámetros espermáticos de los sujetos con linfoma de Hodgkin no difirieron de aquéllos en los voluntarios de la comuni-dad. Después de la quimioterapia, las concentraciones espermáticas fueron bajas en ambos grupos de pacientes con cáncer (Figura 1A); 53% (cáncer testicular) y 40% (linfoma de Hodgkin), respectivamente, fueron azoos-pérmicos a los seis meses y 44% (cáncer testicular) y  38% (linfoma de Hodgkin)  eran gravemente oligozo-ospérmicos. A los 12 y 18 meses, 50% de los pacientes con cáncer testicular y con linfoma de Hodgkin se había recuperado; 13% de los pacientes con cáncer testicular y 6% de los pacientes con linfoma de Hodgkin continuaron teniendo oligozoospermia en el periodo de 24 meses. A los 24 meses, 60 y 57% de los pacientes con cáncer testicular y con linfoma de Hodgkin, respectivamente, tenía muestras normospérmicas. La motilidad progresiva fue significativamente menor en cada momento después de la quimioterapia en comparación con las cifras basales (Figura 1B). La motilidad progresiva se mantuvo baja hasta  18 meses  sólo  en  el  grupo  de  cáncer  testicular (Figura 1B); en los pacientes con linfoma de Hodgkin la motilidad progresiva fue similar a la de los voluntarios de la comunidad desde los 18 meses hasta el final del estudio. El porcentaje de esperma con formas normales fue el parámetro menos afectado por la quimioterapia. A los seis meses hubo una disminución significativa en las formas normales, pero desde los 12 meses en adelante la formas normales no difirieron de los voluntarios de la comunidad (Figura 1C).

No  hubo  diferencias  en  el  volumen  seminal  entre los grupos durante el estudio (los valores del volumen seminal  para  los  voluntarios  de  la  comunidad  fueron 2.0 a 2.5 mL; para los sujetos con cáncer testicular: 1.5 a 2.8 mL; para los pacientes con linfoma de Hodgkin: 

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Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011126

O’Flaherty C y col.

Figura 1. Parámetros espermáticos en pacientes con cáncer y voluntarios de la comunidad. Voluntarios de la comunidad (n = 9-11); pacientes con cáncer testicular (n = 8-16); pacientes con linfoma de Hodgkin (n = 8-16).* Valores significativamente más bajos en comparación con los de voluntarios de la comunidad en cada momento (prueba del orden de Mann-Whitney; p≤ 0.05).# Valores significativamente diferentes en comparación con los registrados a los cero meses en cada grupo (prueba de t pareada o prueba de Wilcoxon de rangos pareados; p ≤ 0.05).

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Efecto de la quimioterapia y el cáncer testicular avanzado o el linfoma de Hodgkin en la integridad del ADN del esperma

1.5 a 1.9 mL). Así, a los 24 meses, los números esper-máticos, la motilidad progresiva y las formas normales en pacientes con cáncer no difirieron de aquéllos en los voluntarios sanos. 

Perfil hormonalAntes de la quimioterapia, los pacientes con cáncer testi-cular tuvieron concentraciones séricas de FSH elevadas en  comparación  con  los  voluntarios  de  la  comunidad (Figura 2A). Hubo un aumento significativo en las con-centraciones de FSH y LH en los pacientes con cáncer testicular después del tratamiento, en comparación con los voluntarios de la comunidad (Figura 2A y 2B); estas hormonas se mantuvieron elevadas durante el periodo completo de seguimiento. En los pacientes con linfoma de Hodgkin,  sólo  se  elevaron  las  concentraciones  de FSH a los seis y doce meses, en comparación con los voluntarios de la comunidad o con los valores del inicio para estos pacientes; los valores subsecuentes fueron si-milares a los de los voluntarios de la comunidad (Figura 2). En forma consistente con los reportes previos,25  no hubo diferencias significativas en la testosterona total o libre o el 17β-E2 en pacientes con cáncer, en compara-ción con los voluntarios de la comunidad (información no mostrada).

Volumen testicularEl volumen testicular en pacientes con cáncer fue menor  seis  meses  después  de  la  quimioterapia, pero sólo estadísticamente diferente de los volun-tarios de la comunidad en pacientes con linfoma de Hodgkin  (Figura  2C).  El  volumen  testicular  tuvo una correlación  inversa con  la FSH  (r = -0.35) y LH (r = -0.27).

Daño al ADN espermáticoLos  pacientes  con  cáncer  tuvieron  un  elevado  daño al ADN  antes  de  la  quimioterapia  en  comparación con los voluntarios de la comunidad  (Figura 3). Seis meses  después  del  tratamiento,  el  daño  al ADN  es-permático fue incluso mayor en comparación con los datos iniciales para cada grupo de cáncer; el daño al ADN se mantuvo alto en las ventanas de tiempo de 18 a 24 meses.

Correlaciones entre los parámetros seminales, el volu-men testicular o las concentraciones hormonales y la integridad del ADN espermáticoLa concentración espermática y la motilidad progresiva se correlacionaron significativamente con los parámetros cometa (n = 140). La concentración espermática se co-rrelacionó con el ADN de cola (r = - 0.40), el largo de la cola (r = -0.30) y la extensión de migración (r = -0.44). 

El  conteo  espermático  total  se  correlacionó  con  el ADN de cola  (r = -0.41), largo de la cola (r = -0.30) y la extensión de migración (r = -0.43).  La motilidad pro-gresiva se correlacionó con el ADN de cola (r = -0.24), largo de la cola (r = -0.21) y la extensión de migración (r = -0.30). En contraste, las formas normales no cor-relacionaron con los parámetros cometa.

También  hubo  relación  entre  las  concentraciones hormonales  con  el  análisis  espermático  y  el  daño  al ADN espermático  (n = 133-140). La concentración de FSH tuvo una correlación positiva con el ADN de cola (r = 0.31), el largo de la cola (r = 0.25) y la extensión de migración (r = 0.38). Las concentraciones de LH se correlacionaron con el ADN de cola (r = 0.24), el largo de la cola (r = 0.25) y la extensión de migración (r = 0.30). Además, la FSH y la LH correlacionaron con la concentración espermática (r = -0.47 y r = -0.40, respec-tivamente),  la motilidad progresiva (r = 0.42 y -0.41, respectivamente) y las formas normales  (r = -0.40 y r =  -0.29,  respectivamente). No  se  correlacionaron  las concentraciones séricas de testosterona o estrógeno con los parámetros cometa. 

DISCUSIÓN

En este estudio prospectivo y longitudinal determinamos parámetros  seminales,  concentraciones  hormonales  y daño en el ADN espermático en pacientes con cáncer testicular  avanzado  o  linfoma  de  Hodgkin  antes  y después de la quimioterapia. Como se describió ante-riormente,16,26  los efectos nocivos en  la  integridad del ADN espermático se observaron en pacientes con cáncer testicular y en pacientes con linfoma de Hodgkin (Figura 3), incluso antes del inicio de la quimioterapia. El ADN anormal en el material seminal puede alterar la capacidad fértil de estos hombres. 

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Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011128

O’Flaherty C y col.

Figura 2. Hormona estimulante del folículo, LH y volumen testicular en pacientes con cáncer y voluntarios de la comunidad. (A) FSH. (B) LH. (C) Volumen testicular. Voluntarios de la comunidad (n = 6-11); pacientes con cáncer testicular (n = 11-13); pacientes con linfoma de Hodgkin (n = 6-12).* Valores significativamente más bajos en comparación con los voluntarios de la comunidad en cada momento (prueba del orden de Mann-Whitney; p ≤ 0.05).

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Efecto de la quimioterapia y el cáncer testicular avanzado o el linfoma de Hodgkin en la integridad del ADN del esperma

Figura 3. Daño en el ADN espermático en pacientes con cáncer y voluntarios de la comunidad. Voluntarios de la comunidad (n = 8-11); pacientes con cáncer testicular (n = 7-13); pacientes con linfoma de Hodgkin (n = 4-13). * Valores significativamente más bajos en comparación con los de los voluntarios de la comunidad en cada momento (prueba del orden de Mann-Whitney; p≤ 0.05). # Valores significativamente diferentes en comparación con los registrados a los cero meses en cada grupo (prueba de t pareada o prueba de Wilcoxon de rangos pareados; p≤ 0.05).

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Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011130

O’Flaherty C y col.

Antes de la quimioterapia, los pacientes con cáncer tes-ticular tuvieron concentraciones séricas elevadas de FSH, en comparación con los voluntarios de la comunidad. Cu-riosamente, Petersen y col.27 reportaron concentraciones elevadas de FSH y mala calidad seminal en pacientes con cáncer testicular antes de la orquidectomía. Este aumento en las concentraciones de FSH en pacientes con cáncer testicular  puede  deberse  a  la  enfermedad misma y  no representar un mecanismo compensatorio después de la extirpación del testículo afectado. 

En el presente estudio reportamos que la quimiotera-pia tuvo un efecto negativo en la función testicular, las concentraciones espermáticas, la motilidad progresiva y las formas normales en pacientes con cáncer desde los seis meses después de la quimioterapia, en comparación con los valores iniciales. Estos hallazgos concuerdan con los de estudios anteriores.6,7 Los efectos adversos de la quimioterapia en la función testicular se han demostrado previamente en modelos animales.8,9,28,29 La exposición de ratas macho a BEP (bleomicina, etopósido y cisplatino) causó degeneración de las células germinales, formación de células gigantes multinucleadas, derrama de células germinales inmaduras en el lumen, vacuolización de las células de Sertoli y aumento en  la apoptosis, especial-mente de las espermatogonias y los espermatocitos.29 

Después  de  la  quimioterapia,  las  concentraciones de FSH y LH estaban elevadas en ambos grupos, en comparación  con  los  voluntarios  de  la  comunidad. Se  han  reportado  concentraciones  elevadas  de  FSH en forma persistente en pacientes con cáncer después de la radioterapia o quimioterapia, el aumento en las concentración de FSH puede  indicar disociación del epitelio germinal en pacientes con cáncer testicular.30-33 Las ratas expuestas a dosis equivalentes en humanos de  BEP  tuvieron  concentraciones  aumentadas  de FSH y LH,34 lo que sugiere que el tratamiento mismo contribuye con  la  interrupción de  la  función  testicu-lar.  En  nuestros  grupos  de  pacientes  con  cáncer,  las concentraciones  de  FSH  se mantuvieron  altas  hasta 24 meses después de  la quimioterapia,  lo que  indica que  el  epitelio  germinal  aún  estaba  dañado,  incluso después de dos años de exposición a los medicamentos. La correlación negativa entre la FSH y el daño al ADN espermático, las bajas concentraciones espermáticas, la motilidad progresiva y las formas normales es otro 

indicador  de  la  insuficiencia  del  epitelio  germinal. Desafortunadamente, los mecanismos responsables de estos cambios aún se desconocen; con base en la obser-vación que el tratamiento con BEP afecta las células de Sertoli de la rata,29 se pretende especular que este tipo de  célula  testicular  puede  ser  responsable,  en  parte, por la disfunción del epitelio germinal. Después de la quimioterapia, el aumento de la LH en pacientes con cáncer con concentraciones normales de testosterona (Figura 2 e información no mostrada) sugiere una leve insuficiencia de las células de Leydig.25,30 

Un estudio previo7 efectuado con pacientes con cán-cer testicular reportó una recuperación de los parámetros espermáticos en el periodo de 12 a 24 meses después de la quimioterapia. La información que se muestra en la Figura 1 coincide con estos hallazgos. Sin embargo, a  pesar  de  la mejoría  o  incluso  la  normalización  del análisis seminal estándar, el daño del ADN espermáti-co se mantuvo elevado en los pacientes con cáncer, en comparación con los voluntarios de la comunidad. Con base en esta información y estudios en animales, es claro que los quimioterapéuticos administrados para tratar el cáncer testicular tienen un profundo efecto negativo en la producción de espermatozoides normales. 

En humanos,  la producción y  la maduración de  los espermatozoides toman aproximadamente 70 días.35 Por tanto, seis meses después de la quimioterapia hay nuevos espermatozoides presentes en el semen. Así, aunque se restablece la espermatogénesis, las células primordiales de las espermatogonias están afectadas; en consecuencia, los espermatozoides que se han producido pueden no ser normales y tener riesgo de producir una progenie anormal. Se forman aductos químicamente estables del ADN en los testículos de los pacientes con cáncer tratados con agentes alquilantes como el cisplatino36 y la dacarbazina.37

Especulamos  que  la  persistencia  de  estos  aductos del ADN pueden ser responsables de la formación de la fragmentación de la cadena de ADN durante la produc-ción espermática en pacientes con cáncer. 

Se  requiere mayor  investigación  para  descubrir los mecanismos que  rigen  la alteración de  las células primordiales de las espermatogonias después de la qui-mioterapia. Las ratas macho expuestas a un tratamiento con BEP similar al administrado en humanos recuperaron 

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Efecto de la quimioterapia y el cáncer testicular avanzado o el linfoma de Hodgkin en la integridad del ADN del esperma

la función (conteo espermático y morfología normales) nueve  semanas  después  del  tratamiento, momento  en el que había ocurrido un ciclo completo de espermato-génesis (52 días) y  tránsito epididimario (8 días). Sin embargo, cuando estos hombres se parearon con mujeres sanas  hubo  un  aumento  en  las  pérdidas  en  la  preim-plantación  (ovocitos  liberados  sin  fertilizar  o muerte embrionaria temprana), lo que claramente muestra que las anormalidades persistieron en el genoma paterno.29 En  los  espermatozoides  de  pacientes  con  cáncer  tes-ticular y linfoma de Hodgkin se encontró un aumento en la aneuploidía asociada con la quimioterapia.38 Estos hallazgos y el elevado y persistente daño en el ADN de los espermatozoides de pacientes con cáncer testicular y linfoma de Hodgkin después de la quimioterapia que se  reportan  aquí  indican  que  los  espermatozoides  de los  supervivientes de cáncer  tratados con quimiotera-pia pueden tener un riesgo significativo de desenlaces reproductivos adversos. Los profesionales de  la salud deben estar conscientes de estos riesgos potenciales y aconsejar a estos pacientes acerca de la preservación de la fertilidad en etapas tempranas del tratamiento contra el cáncer, antes del inicio de la quimioterapia. 

Los  pacientes  con  linfoma  de Hodgkin  tienen  un daño más alto y variable en el ADN espermático a los 24 meses, en comparación con el grupo de cáncer testicular. Esto podría deberse al tratamiento más agresivo al que deben someterse los pacientes con linfoma de Hodgkin. Previamente  se  encontró  una  situación  similar.38  La frecuencia de aneuploidías fue más alta en los pacientes con linfoma de Hodgkin, en comparación con los paci-entes con cáncer testicular después de la quimioterapia; el  tratamiento  contra  el  linfoma  de Hodgkin  tuvo  un efecto  nocivo  importante  en  la meiosis  que persistió, incluso, 24 meses.38 Así, después de la quimioterapia, la función testicular no se recuperó por completo, aunque el análisis seminal fue normal. A menudo se aconseja a los supervivientes de cáncer que intenten procrear sólo 12 a 18 meses después de la  terapia citotóxica contra el cáncer, para permitir una máxima recuperación de la función  espermatogénica  y minimizar  los  potenciales desenlaces reproductivos adversos debido a una alta tasa de aneuploidía espermática en el primer año después de la quimioterapia.38,39 Este estudio demuestra que el daño al ADN  espermático  en  los  supervivientes  de  cáncer 

después  de  la  quimioterapia  puede  durar,  incluso,  24 meses. Deben realizarse investigaciones enfocadas en los efectos a largo plazo de la quimioterapia en la ca-pacidad reproductiva de los hombres y estudios a largo plazo acerca de los potenciales defectos en la progenie, para determinar la seguridad del material espermático producido  después  de  la  quimioterapia  y  establecer nuevas herramientas para el pronóstico.

En conclusión, los pacientes con cáncer testicular y con linfoma de Hodgkin tienen insuficiencia de la fun-ción testicular persistente después de la quimioterapia, como  se  evidenció  con  el  perfil  hormonal  anormal  y el hallazgo de un daño significativo en el ADN esper-mático. Esta población de hombres jóvenes con cáncer tiene riesgo de volverse subfértil o infértil después de la quimioterapia y puede procrear hijos sin conocer las po-tenciales consecuencias negativas del ADN espermático dañado en su progenie. Además, es de gran importancia explorar  nuevas  estrategias  terapéuticas  para  reducir el  daño  causado  por  los  protocolos  de  quimioterapia actuales en la reproducción masculina. 

Traducción: Delia Bernal Cerrillo

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Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011132

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Caso clínico

Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción 2011;3(3):133-137

Embarazo ectópico abdominal primarioHéctor Luis Mondragón Alcocér,* Gerardo Velázquez Cornejo,* Marlene Lizbeth Zamora Ramírez*

RESUMEN

El embarazo ectópico abdominal es extremadamente raro y representa sólo 1% de todos los embarazos ectópicos. El saco gestacional de un embarazo abdominal generalmente se implanta en la pelvis o en áreas sumamente vasculares –como el hígado, el bazo y el mesenterio– y la morbilidad y mortalidad maternas de un embarazo abdominal pueden ser altas. El riesgo de mortalidad materna de un embarazo ectópico abdominal es siete a ocho veces mayor que el riesgo de un embarazo ectópico tubario y es 90 veces mayor que el de un embarazo intrauterino. Dadas la rareza del embarazo ectópico abdominal y la mortalidad que se asocia con él, la sospecha diagnóstica temprana y el tratamiento oportuno son esenciales. Se expone el caso de un embarazo ectópico abdominal primario que se implantó en la base de los ligamentos uterosacros; la sospecha diagnóstica se confirmó con una evaluación ecográfica de la pelvis y el manejo quirúrgico laparoscópico se realizó con éxito.Palabras clave: embarazo ectópico abdominal primario, ligamentos uterosacros, evaluación ecográfica, pelvis, laparoscopia.

ABSTRACT

Abdominal ectopic pregnancy is extremely rare and represents only 1% of all ectopic pregnancies. The gestational sac of an abdo-minal pregnancy is usually implanted in the pelvis or in highly vascular areas –such as liver, spleen and mesentery– and morbidity and mortality of abdominal pregnancy can be high. The maternal mortality risk of an abdominal ectopic pregnancy is seven to eight times greater than the risk of a tubal ectopic pregnancy and is 90 times greater than the risk of intrauterine pregnancy. Given the rarity of abdominal ectopic pregnancy and the mortality associated with it, the diagnostic suspicion and early treatment are decisive. This paper reports the case of a primary abdominal ectopic pregnancy implanted in the base of the uterosacral ligaments, the diagnostic suspicion was confirmed by ultrasound evaluation of pelvis and laparoscopic surgical management was successful.Key words: primary abdominal ectopic pregnancy, uterosacral ligaments, ultrasound evaluation, pelvis, laparoscopy.

* Coordinador Clínico de la Clínica de Reproducción Asistida.** Director de Enseñanza de la Clínica de Reproducción Asis-

tida.*** Médica residente de cuarto año de la especialidad de Gine-

cología y Obstetricia.Hospital Español, México, DF.

Correspondencia: Dr. Héctor Luis Mondragón A. Hospital Espa-ñol. Ejército Nacional 613, colonia Granada, CP 06000, México, DF. Correo electrónico: [email protected] Recibido: noviembre, 2010. Aceptado: diciembre, 2010.

Este artículo debe citarse como: Mondragón-Alcocér HL, Velázquez-Cornejo G, Zamora-Ramírez ML. Embarazo ectópico abdominal primario. Rev Mex Reprod 2011;3(3):133-137.

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Los embarazos  ectópicos  abdominales  son raros  y  representan  sólo  1%  de  todos  los embarazos ectópicos.1 Debe tenerse siempre en mente, como parte del diagnóstico, que 

el  embarazo  ectópico  puede  implantarse  en  un  lugar inusual. El  saco gestacional de un embarazo abdomi-nal  generalmente  se  implanta  en  la  pelvis  o  en  áreas sumamente  vasculares  –como el  hígado,  el  bazo y  el 

mesenterio–1 y la morbilidad y mortalidad maternas de un embarazo abdominal pueden ser altas. El riesgo de mortalidad materna de un embarazo ectópico abdominal es siete a ocho veces mayor que el riesgo de un emba-razo ectópico tubario y es 90 veces mayor que el de un embarazo intrauterino.2-4

El embarazo ectópico abdominal puede ser primario o  secundario. Para establecer  su diagnóstico,  el  emba-razo ectópico abdominal primario debe cumplir con los criterios  de Studdiford:5  trompas de Falopio  y  ovarios normales, no debe existir evidencia de fístula uteropla-centaria, el embarazo debe adherirse tempranamente a la superficie peritoneal y no debe haber dehiscencia poso-peratoria de la herida uterina si hubo cesárea anterior. En esta afección las posibilidades de vida para el feto son muy escasas porque ocurre momificación o maceración cuando el feto alcanza cierto tamaño, de ahí que 85% de ellos fallezca.4,6,7 El embarazo ectópico abdominal secundario ocurre con más frecuencia y es, por lo general, secundario a la rotura de un embarazo en la trompa o a un aborto tubario con implantación posterior en el abdomen.5-7

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Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011134

Mondragón Alcocér HL y col.

Los  factores  de  riesgo  de  un  embarazo  ectópico abdominal son similares a los de un embarazo ectópico tubario:  antecedente  de  infección  pélvica,  anomalías congénitas,  endometriosis,  embarazo ectópico previo, operación uterina previa y técnicas de reproducción asis-tida. El embarazo ectópico abdominal no tiene relación aparente con la edad de la paciente ni con la paridad, puede surgir en cualquier momento de la vida sexual de multíparas y nulíparas.1,2,6,7

El  diagnóstico de  embarazo  ectópico  abdominal  no es fácil establecerlo, se basa en la sospecha clínica y en la determinación,  en orina, de  la  fracción beta de hCG (gonadotropina coriónica humana)  [> 25 mUI/L];  en el diagnóstico se confirma mediante la cuantificación sérica de la fracción beta de hCG y mediante la valoración ultra-sonográfica de la pelvis ante la ausencia de saco gestacional intrauterino y sin evidencia de saco en los anexos.4,6,8

El diagnóstico diferencial de útero vacío con una frac-ción beta de hCG positiva puede despertar la sospecha de un aborto completo, un embarazo temprano (menos de  cinco  semanas)  o  un  embarazo  ectópico.1 Cuando el embarazo ectópico se sospecha, con ayuda de estos auxiliares diagnósticos se identifica entre 87 y 93% antes de la intervención quirúrgica.9-11

En  el  pasado  se  reportaban muertes maternas,  en-tre  4  y  29%  de  los  casos,  por  embarazos  ectópicos abdominales; por fortuna, estas cifras han disminuido debido  a  que  ahora  el  diagnóstico  se  establece más tempranamente y el manejo se hace por vía laparoscó-pica.1,11-13 Las complicaciones por embarazos ectópicos abdominales incluyen: abscesos pélvicos, peritonitis y sepsis por restos trofoblásticos retenidos. Aun cuando la mortalidad fetal es elevada (40 a 95%), existen algunos informes de embarazos abdominales que se han informes a término.1,4,10,14-17

Las modalidades terapéuticas incluyen una dosis única –administrada por vía intramuscular– de metotrexato a 50 mg/m2 de superficie corporal, con la que se ha obtenido 96.7% de éxito y no ha habido ningún efecto secundario; otro esquema consiste en administrar 1 mg/kg de peso corporal  cada 48 horas en cuatro ocasiones  (días 1, 3, 5 y 7). A este esquema se le agrega, como tratamiento de rescate, ácido folínico a 1 mg/kg con el propósito de disminuir  los efectos adversos del metotrexato. El uso de este medicamento con cualquier esquema incrementa 

y agiliza la reabsorción de tejido trofoblástico; sin em-bargo, esto produce una acelerada acumulación de tejido placentario intraabdominal necrótico, que en ciertos casos puede favorecer la aparición de infecciones; pero, si no se administra este tratamiento, puede retrasarse la absorción placentaria durante varios años.

El tratamiento quirúrgico es otra modalidad terapéuti-ca que se utiliza con frecuencia en embarazos ectópicos, especialmente en los casos en que hay duda diagnóstica.

COMUNICACIÓN DEL CASO

Mujer de 35 años, casada, nulípara, sin factores de ries-go para el padecimiento actual, con ciclos menstruales regulares y con un retraso menstrual de cinco semanas en relación con la fecha de la última menstruación.

Su padecimiento inició una hora antes de ingresar al hospital ya que al tener actividad sexual sufrió dis-pareunia y dolor súbito de moderada intensidad, tipo cólico, en el hipogastrio y en la fosa iliaca derecha y no tuvo sangrado vaginal ni otros síntomas. Al realizar la exploración física la paciente se encontraba estable en  términos  clínicos  y  hemodinámicos,  sus  signos vitales eran normales, su índice de masa corporal era de 22, su abdomen era blando, depresible y doloroso a la palpación profunda en la fosa iliaca derecha, no tenía irritación peritoneal, sus puntos ureterales eran negativos y tenía peristalsis. Al tacto bimanual se en-contró: útero en anteversoflexión de 7 X 5 cm y dolor a la movilidad cervical y de anexos.

Al  inicio  se  solicitó  una  determinación  cualitati-va  de  hCG-β  en  orina,  la  cual  fue  positiva,  con  una cuantificación de 2,832 mUI/mL; la biometría hemática fue normal y la ecografía abdominopélvica reveló: útero de 60 X 50 X 40 mm, endometrio trilaminar de 8 mm y anexo derecho con imagen quística de 20 X 20 mm, compatible con cuerpo lúteo (Figuras 1 a 4).

Debido a los hallazgos mencionados y a la imposibi-lidad de ubicar el saco gestacional, se decidió efectuar una laparoscopia, en la que se observó el útero normal,  cuerpo lúteo en el anexo derecho (Figura 5) e implan-tación de trofoblasto –de aproximadamente 1.5 cm de diámetro–  en  la  base  de  los  ligamentos  uterosacros (Figura 6); el tejido trofoblástico se extrajo totalmente con pinzas quirúrgicas, el lecho quirúrgico se electro-

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135Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011

Embarazo ectópico abdominal primario

Figura 1. Corte transversal del útero. Ausencia de saco ges-tacional.

Figura 2. Corte longitudinal del útero.

coaguló con energía bipolar para controlar localmente la hemostasia y la cavidad pélvica se lavó. 

La paciente tuvo una buena evolución posoperatoria, por lo que fue dada de alta dos días después. Las cuan-tificaciones de la subunidad beta de hCG fueron de 27 mUI/mL a los siete días y de 0 mUI/mL a los 15 días. El reporte de histopatología reveló un saco gestacional abdominal de 1 X 0.6 X 0.5 cm, vellosidades coriales de primer trimestre de gestación y una reacción decidual extensa con hemorragia reciente.

Figura 3. Anexo derecho. Cuerpo lúteo.

Figura 4. Anexo izquierdo normal.

DISCUSIÓN

Ante  la  sospecha  clínica,  los  factores  de  riesgo  y  las concentraciones séricas de la fracción beta de hCG, es muy importante que se realice –en forma minuciosa y completa– una evaluación ecográfica abdominopélvica y 

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Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011136

Mondragón Alcocér HL y col.

Figura 6. Tejido trofoblástico ectópico. Base de los uterosacros.

Figura 5. Anexos normales.

transvaginal de los ovarios, la pelvis y la parte superior del abdomen. En ocasiones, si la paciente se encuentra estable en términos hemodinámicos y si no existen crite-rios de urgencia quirúrgica, pueden solicitarse –en serie y cada 36 o 48 horas– las concentraciones séricas de la fracción beta de hCG.8,14 En este caso no había factores de riesgo para el embarazo ectópico de la paciente. La dispareunia y el dolor súbito que sufrió pueden relacio-narse con la localización del embarazo ectópico, ya que éste se implantó en la base de los ligamentos uterosacros.

El diagnóstico de embarazo ectópico abdominal tem-prano se basa en la sospecha clínica y no siempre es fácil definir su localización, para lo cual hay que auxiliarse con la TAC o con la resonancia magnética.18,20

Respecto al embarazo ectópico tubario, Condous y col.11  encontraron  que  la  ecografía  transvaginal  en  el diagnóstico de un embarazo ectópico tiene sensibilidad de 87%,  especificidad de 94% y valor predictivo positivo de 92.5%. En otro estudio14 tuvo sensibilidad de 93%, especificidad de 99% y valor predictivo positivo de 98%.

Cuando una masa anexial se encuentra por la ecografía transvaginal y ésta se combina con la cuantificación sérica de la fracción beta de hCG, la sensibilidad, la especificidad y el valor predictivo positivo aumentan a 97%.9,11

Aunque no haya evidencia de un embarazo ectópico en  los  anexos  y  aunque  no  haya  un  saco  gestacional intrauterino, el embarazo ectópico debe excluirse con base en la medición sérica seriada de las concentraciones de la fracción beta de hCG.4,6,21 En este caso la sospecha diagnóstica se confirmó mediante la determinación séri-ca de la fracción beta de hCG y mediante la ecografía.

Para  tratar el embarazo ectópico abdominal se han utilizado diversos tratamientos médicos, que incluyen metotrexato  local  o  sistémico,  cloruro  de  potasio, glucosa hiperosmolar  local,  prostaglandinas,  danazol, etopósido y mifepristona.3 La mayoría de los investiga-dores han informado diferentes tasas de éxito mediante la combinación local de cloruro de potasio y metotrexato; a veces han adicionado metotrexato sistémico.4

Cuando el tratamiento local ha fracasado o cuando el embarazo ectópico no es evidente, la laparoscopia es una herramienta diagnóstica y terapéutica ideal.

En  la  primera  década  del  siglo XX  Jacobaeus  es-tableció  la  laparoscopia,  que  desde  sus  albores  se  ha utilizado cada vez con más frecuencia;17 en 1973 Shapiro y Adler empezaron a usarla en el abordaje de embarazos ectópicos.  El  tratamiento  endoscópico  de  embarazos extrauterinos es un claro ejemplo de  las  aportaciones que la cirugía endoscópica ha hecho a la Ginecología, como menos morbilidad y mortalidad, menos tiempo po-soperatorio y menos complicaciones posquirúrgicas.12,13

En este caso de embarazo abdominal primario consi-deramos que el manejo laparoscópico era el ideal para la paciente, ya que ésta se encontraba estable en términos hemodinámicos;  además,  nuestra  sospecha  clínica  se basó en concentraciones séricas de la fracción beta de hCG, ausencia de saco gestacional intrauterino, anexos normales y una imagen ecográfica de un probable cuerpo lúteo. Con  la  laparoscopia  pudimos  localizar  el  saco 

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Embarazo ectópico abdominal primario

gestacional,  establecer  oportunamente  el  diagnóstico y el tratamiento y mejorar el futuro reproductivo de la paciente.

El  tratamiento del  embarazo ectópico abdominal temprano ha evolucionado considerablemente en los últimos 15 años; la laparoscopia es un procedimien-to que ofrece muchas ventajas, por ser más eficaz y menos  invasivo,  para  el  diagnóstico  y  tratamiento quirúrgico del embarazo ectópico abdominal tempra-no;  las  únicas  contraindicaciones  son  inestabilidad hemodinámica  de  la  paciente  e  inexperiencia  del cirujano tratante.12,13,22

CONCLUSIONES

El  embarazo  ectópico  abdominal  es  una  afección extremadamente  rara  y  asociada  con  una mortalidad muy  alta.  Por  esta  razón,  el  diagnóstico  temprano  es un factor determinante para reducir la alta mortalidad. Como gran  parte  de  los  embarazos  ectópicos  son  tu-barios,  el  clínico debe pensar en  la posibilidad de un embarazo  ectópico  abdominal  como  primer  paso  del proceso diagnóstico que debe seguir cuando sospeche un embarazo ectópico. Como segundo paso, debe analizar los datos de la presentación clínica, la anamnesis y la exploración física. El tercer paso lo constituye el apoyo que proporcionan la cuantificación sérica de la fracción beta de hCG y la exploración ecográfica minuciosa de la pelvis. Aun cuando la TAC y la resonancia magnética se han utilizado con éxito en algunos casos difíciles de diagnosticar, los elementos clínicos y paraclínicos que se han mencionado permiten establecer el diagnóstico temprano en la mayoría de los casos. Todo esto posibilita un manejo laparoscópico oportuno que evitará las gra-ves complicaciones que suelen acompañar al embarazo ectópico abdominal.

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Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011

Los manuscritos deben elaborarse siguiendo las recomendaciones del Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas (N Engl J Med 1997;336:309-15) y se ajustan a las siguientes normas:1.   El texto deberá entregarse impreso, por cuadruplicado, en hojas tamaño carta (21 × 27 cm), a doble espacio, acompaña-

do del disquete con la captura correspondiente e indicando en la etiqueta el título del artículo, el nombre del autor prin-cipal y el programa de cómputo con el número de versión. (Ejemplo: Estrógenos en el climaterio. Guillermo Martínez. Word 6.0).

2.   Las secciones se ordenan de la siguiente manera: página del título, resumen estructurado, abstract, introducción, material y método, resultados, discusión, referencias, cuadros, pies de figuras.

3.   La extensión máxima de los originales será de 15 hojas, de los casos clínicos 8 hojas y cuatro figuras o cuadros. Las revisiones no excede rán de 15 hojas.

  En la primera página figurará el título completo del trabajo, sin superar los 85 caracteres, los nombres de los autores, servicios o departamentos e institución (es) a que pertenece (n) y la dirección del primer autor. Si todos los autores pertenecen a servicios diferentes pero a una misma institución el nombre de ésta se pondrá una sola vez y al final. La identificación de los autores deberá hacerse con uno hasta cuatro asteriscos (*,**,***,****); si son más autores utilice números en super índice.

4.   Para fines de identificación cada hoja del manuscrito deberá llevar, en el ángulo superior izquierdo, la inicial del nombre y el apellido paterno del primer autor y en el ángulo derecho el número progresivo de hojas.

5.   Todo material gráfico deberá enviarse en diapositivas, en color o blanco y negro, nítidas y bien definidas. En el marco de cada diapositiva se anotará, con tinta, la palabra clave que identifique el trabajo, el número de la ilustra-ción, apellido del primer autor y con una flecha se indicará cuál es la parte superior de la figura. Si la diapositiva incluyera material previamente publicado, deberá acompañarse de la autorización escrita del titular de los dere-chos de autor. 

6.   Las gráficas, dibujos y otras  ilustraciones deben dibujarse profe sionalmente o elaborarse con un programa de cómputo y adjuntarlas al mismo disquete del texto señalando en la etiqueta el programa utilizado. 

7.   Los cuadros (y no tablas) deberán numerarse con caracteres arábigos. Cada uno deberá tener un título breve; al pie del mismo se incluirán las notas explicativas que aclaren las abreviaturas poco conocidas. No se usarán líneas horizontales o verticales internas. Todos los cuadros deberán citarse en el texto. 

8.  Tipo de artículos: la revista publica artículos originales en el área de investigación clínica o de laboratorio, edi-toriales, artículos de revisión, biotecnología, comunicación de casos y cartas al editor. Se reciben artículos en los idiomas español e inglés. 

9.   Resumen. La segunda hoja incluirá el resumen, de no más de 250 palabras y deberá estar estructurado en anteceden-tes, material y método, resultados y conclusiones. Con esta estructura se deberán enunciar claramente los propósitos, procedimientos básicos, metodología, principales hallazgos (datos concretos y su relevancia estadística), así como las conclusiones más relevantes. Al final del resumen proporcionará de 3 a 10 palabras o frases clave. Enseguida se incluirá un resumen (abstract) en inglés.

10.   Abstract. Es una traducción correcta del resumen al inglés.11.   Texto. Deberá contener introducción, material y métodos, resultados y discusión, si se tratara de un artículo 

experimental o de observación. Otro tipo de artículos, como comunicación de casos, artículos de revisión y edito-riales no utilizarán este formato.a)   Introducción. Exprese brevemente el propósito del artículo. Resuma el fundamento lógico del estudio u ob-

servación. Mencione  las  referencias estrictamente pertinentes, sin hacer una revisión extensa del  tema. No incluya datos ni conclusiones del trabajo que está dando a conocer.

b)  Material y método. Describa claramente la forma de selección de los sujetos observados o que participaron en los experimentos (pacientes o animales de laboratorio, incluidos los testigos). Identifique los métodos, apa-ratos (nombre y dirección del fabricante entre paréntesis) y procedimientos con detalles suficientes para que otros investigadores puedan reproducir los resultados. Explique brevemente los métodos ya publicados pero que no son bien conocidos, describa los métodos nuevos o sustancialmente modificados, manifestando las ra-zones por las cuales se usaron y evaluando sus limitaciones. Identifique exactamente todos los medicamentos y productos químicos utilizados, con nombres genéricos, dosis y vías de administración.

Normas para autores

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Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción  Volumen 3, núm. 3, enero-marzo, 2011

c)  Resultados. Preséntelos siguiendo una secuencia lógica. No repita en el texto los datos de los cuadros o figu-ras; sólo destaque o resuma las observaciones importantes. 

d)  Discusión. Insista en los aspectos nuevos e importantes del estudio. No repita pormenores de los datos u otra información ya presentados en las secciones previas. Explique el significado de los resultados y sus limitaciones, incluidas sus consecuencias para la investigación futura. Establezca el nexo de las conclu-siones con los objetivos del estudio y absténgase de hacer afirmaciones generales y extraer conclusiones que carezcan de respaldo. Proponga nueva hipótesis cuando haya justificación para ello.

e)  Referencias. Numere las referencias consecutivamente siguiendo el orden de aparición en el texto (identifique las referencias en el texto colocando los números en superíndice y sin paréntesis). Cuando la redacción del texto requiera puntuación, la referencia será anotada después de los signos pertinentes. Para referir el nombre de la revista utilizará las abreviaturas que aparecen enlistadas en el número de enero de cada año del Index Medicus. No debe utilizarse el término “comunicación personal”. Sí se permite, en cambio, la expresión “en prensa” cuando se trata de un texto ya aceptado por alguna revista, pero cuando la información provenga de textos enviados a una revista que no los haya aceptado aún, citarse como “observaciones no publicadas”. Se mencionarán todos los autores cuando éstos sean seis o menos, cuando sean más se añadirán las palabras y col. (en caso de autores nacionales) o et al.(si son extranjeros). Si el artículo referido se encuentra en un suplemen-to, agregará Suppl X entre el volumen y la página inicial.

  La cita bibliográfica se ordenará de la siguiente forma en caso de revista:  Torres BG, García RE, Robles DG y col. Complicaciones tardías de la diabetes mellitus de origen pancreático. 

Rev Gastroenterol Mex 1992;57:226-9.  Si se trata de libros o monografías se referirá de la siguiente forma:   Hernández RF. Manual de anatomía. 2ª ed. México: Méndez Cervantes, 1991;pp:120-9.   Si se tratara del capítulo de un libro se indicarán el o los autores del capítulo, nombre del mismo, ciudad de la 

casa editorial, editor del libro, año y páginas.12.   Trasmisión de los derechos de autor. Se incluirá con el manuscrito una carta firmada por todos los autores, 

conteniendo el siguiente párrafo: “El/los abajo firmante/s transfiere/n todos los derechos de autor a la revista, que será propietaria de todo el material remitido para publicación”. Esta cesión tendrá validez sólo en el caso de que el trabajo sea publicado por la revista. No se podrá reproducir ningún material publicado en la revista sin autori-zación.

Revista Mexicana de Medicina de la Reproducción se reserva el derecho de realizar cambios o introducir modifica-ciones en el estudio en aras de una mejor comprensión del mismo, sin que ello derive en un cambio de su contenido. Los artículos y toda correspondencia relacionada con esta publicación pueden dirigirse a la siguiente dirección: WTC Montecito 38, piso 15, oficina 29, colonia Nápoles, CP 03810, México, DF. Tel.: 9000-2863. Correo electrónico: [email protected]