Bbltk-m.a.o. E-002 Fas 39 - Lo Desconocido - Ovnis - ¿Por Que Los Raptos - Vicufo2

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  • rc

    INVENTARIO \ INV,ENTAfiIO\i\/\

  • DICON$COLOARAPSICOTOGIA EI{IGMAS OYNIS

    [t TRIANGUTO MORTAT D[ tASBIRMUDAS

    tA ISLA D[ PASCUA:Un ensayo del fin del Mundo?

    TICNOIOGIA DIL PASADO:Unos hallrzgos sorprendentes

    Le inminenci de [L FIN DEL MUNDOU poder mgico de tAS PIRAMIDIS[L DITUVIO Y [t ARCA D[ NOELA AITIANTIDA:Mito y realidrd

    IGIPTO MIIINARIO

    MINSAJES [N PIIDRAtOS MONSTRT]OS IMPOStst[SU enigma de TIAHUANAC0

    YAMPIROS Y HOMBRIS.IOBOS

    [t MUNDO MAYAy sus misterios

    MAGIA Y LEYENDAS DE LA INDIA

    [t UNIYERSO INCAtAS PIIDRAS D[ ICA:il legado de otra HistoriatAS PISTAS D[ NAZCAy otros dibujos areos

    tOS HECHOS MALDITOS

    [L IMPERIO AZTICA Y SUS SECRETOStA DISTRUCCION DEt COSMOS:Un hecho ineviteble

    n OVNIS:Une rerlided indiscutible

    ..J CUANDO tOS OYNIS ATIRRIZAN

    .[TECTOS ITECTROMAGNETICOS"DT I,OS OVNIS

    \c0M0 soN Los 0YNIS?OVNIS: LAS GRANDIS OLIADAS

    OVNIS:-JLAS DITICIMS MANIOBRAS

    OVNIS:''* LOS VIAJIS IMP0SIBIISLOS TRIPUIANTIS DEL COSMOS

    [NCUENTROS CON HUMANOIDESOYNIS [N Et PASADO

    0VNIS: P[UGR0: ABDUCCI0N'0YNIS: POR QUI tOS RAPT0S?

    OVNIS: SECTAS Y CUTTOS

    OVNIS SUBMARINOS

    tOS VISITANTIS D[ UMMOtA HISTORIA SICRITA D[ LOS OYNISLos 0YNIS,PROTAGONISTAS 0 TISTIG0S?

    LA MU[RT[:Rulidrd y trescendencia

    OTRAS YIDAS?lspritu y Reencrnrcicn

    [t ESPIRITISMOy sus mtodos

    CIARIYIDENCIA Y TEIIPATIA

    ASTROL0GIA: Teora y prcticr

    PRODIGIOS D[ LA SENSIBILIDAD

    LOS SUINOS y su signilicrdo

    TAR0T: f,lfuturo en los nrips

    VIAJI AL FUTURO;Clves de la Adivinecin

    BRUJIRIA Y SATANISMO

    QUIROMANCIA:f,l destino eil hs mrnos

    PROFXTAS Y PROFICIAS

    LAS FRONTIRAS DE tA MEMORIAtA TUIRZA DE [A MINTELA OTRA MIDICINA:Proceso a los curnderos

    PARAPSIC0I0GIA en animles y plantas

    llustracones:JEAN SEMMEL, ZEN, MA. OYARBIDE,TOMAS MENDEZ, LUIS DE MIGUEL

    Colaboradores:LEONOR ALARAZKI, JULIO ARCAS, VICEN-TE J. BALLESTER, J. J, BENITEZ, MERCEDESCASTELLANO, SINESIO DARNELL, AN-DREAS FABER KAISER, M.A LAURA FELIX,SA-LVADOR FREIXEDO, JOSE L. JORDANPENA, J. MIGUEL LOPEZ f BOR, JUANA IVIA-RIN, FRANCISCO PADRON, JESUS A. PEREZCASTAO, ANTONIO RIBERA, JOSE RUES.GA, ENRIOUE DE VICENTE, CARLO LIBERIODELZOTTI.

    lmpresin:GRAFICAS REUNIDAS, S. A.Avda. de Aragn, 56ISBN de la obra: 84-7701-143-5ISBN del fascculo:84-7701-142-7ISBN del tomo l: B4-7701-141-9Depsito legal: M. 28466-1989Printed in SpainDistribucin:MARCO IBERICA, S. A.o 1989 Ediciones lberoamericanasOUORUM, S. A.Redaccin y administracin :Diego de Len, 7 - 1s dcha.28006 MADRIDTel.: 564 58 63 Telefax: 564 54 9O

    Conseio editorial:CANDIDO CONDE,MANUEL GASCHDirector de la obra:FERNANDO JIMENEZ DEL OSODirector ejecutivo:JOAOUIN GOMEZ BURONDirector artstico:LUIS DE MIGUELFotografaslPABLO RODRIGUEZ,GIGI CORBETTA

  • VNIrpon u

    A la altura en que ya nos encontramosen el conocimiento del fenmeno ov-ni, y admitida Ia evidencia de que loscontactos se producen, llevndose acabo muchas veces tambin la abduc-cin del testigo, se plantea un dramti-co interrogante acerca de cul es la in-tencin que mueve a los tripulantes allevar a cabo sus acciones. Muchos se-res humanos han sido introducidos enlos ovnis, a veces en contra de su vo-luntad, y han sido sometidos a todaclase de anlisis y comprobaciones -manipulaciones tambin, en ciertoscasos - de todo tipo: fsicas, fisiolgi-cas y psquicas. Por otra parte, existensuficientes pruebas para afirmar quese estn llevando a cabo experimentosde ingeniera gentica. Es decir, quelos raptos tienen una finalidad concre-ta y prctica.

    I

    l,oRAPfo?

    261

  • n el ya grueso ar-chivo de supuestas comunicaciones dirigidas ala raza humana por parte de los tripulantes delos ovnis, abundan las que se refieren a unapreocupacin por el posible desastre quenuestro planeta sufrir en un breve lapso detiempo, un desastre que muy bien puede equi-pararse al que dara lugar al fin del mundo,predicho por los profetas y vdentes. Pero notodos los investigadores del tema estn deacuerdo en interpretar con tanta simpleza elasunto. Hay suficientes datos como para sos-pechar que nosotros no somos el motivo de lapreocupacin; o por lo menos no somos sola-mente nosotros el motivo. Por encima de loque dicen, se vislumbra la realidad de que loque "ellos" desean es preservar "su" mundode las repercusiones que la destruccin delnuestro podra acarrearle. Un desastre atmi-co, por ejemplo - y a ello se han referido losextraterrestres muchas veces - podra provo-car, por supuesto, antes que nada la destruc-cin del planeta Tierra, no se sabe hasta qupunto, pero s se sabe que hasta el extremo dehacer imposible la vida en ella. Pero esta des-truccin popdra producir tambin una reac-cin en cadena, que podra afectar igualmentea otros mundos, a otros soles. Veamos cmo.Es ms que posible que la destruccin, comoconsecuencia de un desastre nuclear, de nues-tro planeta produzca una perturbacin en lamasa del mismo, lo que a su vez se podra tra-ducir en una perturbacin de su rbita, la cualafectara a las rbitas del resto de planetas quegiran en torno al Sol, con lo que este astrotambin se vera afectado. No se sabe qu po-dra suceder en otros soles vecinos; pero sesupone que el efecto sera semejante al quehemos descrito para los planetas de la rbitadel Sol. Las perturbaciones en nuestro sol re-percutiran en otro sol, y las de ste en otro, yas sucesivamente...Tal vez la galaxia entera, abordo de la cual viajamos por el espacio, seviera afectada, y conmovida, es imposible adi-vinar hasta qu punto, Las dimensiones del de-sastre seran en este punto de la expansin decategora csmica. En otras palabras, pareceque lo que de verdad preocupa a nuestro "her-manos" csmicos no es la destruccin denuestro hbitat, sino la del suyo.Sin embargo, tampoco es eso slo lo que haceque los extraterrestres viajen por las distanciasespaciales hasta la Tierra. Hay otros intereses

    ms concretos, como ya hemos apuntado.Recordemos atentamente un suceso muy sig-nif icativo.

    Et Se trata de un caso de abduc-EXTRAO cin que ha sido estudiado des-RAPTO DE de todas las perspectivas posi-JUIIO F. bles, incluidas la psicologa y larc hipnosis, y acerca del cual to-

    dava se sigue especulando enlo que se refiere a su desarrollo y a sus conse-cuencias. EI mismo Julio F. relat con detallesel suceso a un redactor de la revista"Contactos Extraterrestres": "Ocurri el 5 defebrero de 1978, da en que se cerraba la vedade caza.Me levant a las dos de la madrugada.Y pese a que en los tres ltimos aos haba ca-zado en la provincia de vila, decid dirigirmehacia una zona llana de liebres, que ya cono-ca, cerca de Medinaceli, en la provincia deSoria, como siempre, con la nica compaade mi perro "Mus", un pointer ingls ligero, depura raza.. Era todava de noche. Cuando meencontraba a unos 50 kilmetros deMedinaceli, un impulso extrao me oblig adesviarme por un camino situado a la izquier-da de la carretera, 10 o 12 kilmetros antes dellegar al lugar adonde me diriga".Conviene que hagamos un alto en el relato deJulio F. para poner de manifiesto que ese im-pulso extrao al que se refiere es tpico de losabducidos instantes antes de producirse la ab-duccin. Prcticamente, todos los sujetos quehan sido contactados, abducidos o raptados,

    El raptocomienza conla llegada de unovi, que puedeser visible o nopara el sujetodel rapto. Perofrecuentementees en el interiordel mismodonde se llevana cabo lasintenciones delos raptores,W

  • OVNIS: Zpor qu los raptos? I

    Desde los pri-meros momen-tos en que co-menz a hablar-se de la posibili-dad de quenuestro planetafuera visitadopor los extrate-rrestres, se tuvoel convenci-miento de quepodamos serinvadidos y ata-cados por seresde aspectomonstruoso.

    W

    263

  • han dado comienzo a su aventura siguiendoese extrao impulso, fuera de toda Igica, queIos arrastra hacia un lugar determinado. En talcircunstancia parece que se produce una anu-lacin de la voluntad: el sujeto no pretende di,rigirse hacia all, pero no se opone, se sienteatrado irremisiblemente, y v"a. No falla."Y, cuando haba recorrido 100 0 200 metros-sigue su narracin el raptado - el coche se de-tuvo, falto de corriente; se apagaron las luces,y la radio enmudeci. Mi reaccin inmediatafue bajarme; y as lo hice. Abr el cap y medispona a mirar qu le pasaba a la bobina."Mus" sali del coche conmigo; y mientras yoandaba mirando el motor, advert que el perrogrua, se puso a mi lado, muy nervioso, conel pelo erizado. Aquello me aust, y mi reac-cin primera f ue coger la escopeta, u naWinchester de cinco tiros, y cargarla, mante-

    nindome a la espectativa"."De pronto, vi bajar por una loma prxima ados figuras humanas cuyo traje destacaba enmedio de la oscuridad. Nada ms verlos metranquilic. Senta dentro de m algo que medeca "tranquilo, que no pasa nada". Supe in-mediatamente que no eran de aqu. Se comu-nicaban conmigo mediante imgenes seme-jantes a diapositivas, que yo senta ms quevea. Ellos tambin podan leer mis pensa-mientos. Me miraban fijamente a los ojos conuna mirada penetrante y tranquilizadora. lbanvestidos igual los dos, con un traje de colorverde manzana todo de una pieza y sin costu-ras, como los pijamas de los nios. lncluso lassuelas de los zapatos eran una continuacindel pantaln, aunque se vea que eran ms du-ras. Lo nico que destacaba era un frunce en lacintura. Llevaban cubierta la cabeza por una

    Los relatos quehan aportadolos contactadosms importan-tes que hastaahora ha habidoen la historiadel fenmenoovni, pretendenconvencernosde que estamossiendo visitadospor seres debuena intenciny de un aspectomuy similar alque nosotrosofrecemos, aun-que ms arm-nico.

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  • OVNIS: ipor qu los raPtos? I

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    especie de "verdugo" - una capucha - que lescaa hasta por debajo de los hombros, de uncolor crema amarillento y una textura similaral punto cle seda, dejndoles el rostro al descu-bierto. Sus manos aparecan enfundadas enunos guantes hechos al parecer del mismomaterial que el verdugo".

    LA En lo que se refiere a los rasgosENIRADA fsicos, segn el testigo, en po-EN EL co se diferenciaban de noso-OVNI tros, aunque desde luego suW mirada era notablemente dife-

    rente. Piel blanca, complexinatltica, una estatura de 1,90 metros aproxima-damente, sienes abultadas y ni rastro de cejasni pestaas, a simple vista por lo menos' Losojos eran azules y muy grandes, mucho msgrandes que los de los seres humanos, eranredondeados y claros, con los iris y las pupilasostensiblemente grandes. La nariz era larga yafilada, los pmulos angulosos. Y nada msera destacable en su aspecto fsico. A pesar delaspecto humano, netamente humano, aunquesingular, Julio F. estaba seguro de que no erande este mundo, segn l mismo confes habersentido desde el Primer instante.Durante todo el rato que los extraos visitan-tes tardaron en acercarse, el perro se mantuvoal lado de su dueo, inquieto, te{-neroso y gru-endo, como si se hallara en presencia de algoque l sintiera extrao y peligroso. Julio F lotranquiliz. "Mus" en ningn momenbto hizointencin de atacar a los dos seres."Me pidie-ron mentalmente - sigue su relato el testigo yprotagonista - que les acompaase, mostrandoa la vez gran inters por "Mus", que se mantu-vo en todo momento muy excitado. Acept ycamin entre los dos, pese a no estar comple-tamente tranquilizado, recorriendo unos 150 o200 metros. Y al llegar a lo alto de la loma, lovi, asombrado: un enorme platillo plateado, si-milar a una seta. Tendra un dimetro de unos50 metros y pareca flotar inmvil a unos cua-tro metros del suelo."Del centro de la nave baj un cilindro sin jun-turas, que permaneci a un palmo del suelo,abrindose en el mismo una puerta de guilloti-na cuya existencia fui incapaz de apreciar'Entramos por ella. "Mus" se qued fuera, pesea que lo llam con insistencia, teniendo que in-troducirlo yo mismo. All, como en el interiordel platillo, ola lntendsamente a pino' Lugo elcilindro comenz a ascender, volvi a abrirsela puerta y salimos todos a un pasillo que noscondujo a un corredor circular que pareca ro-dear al platillo por su periferia. Al entrar en la

  • nave tuve una sensacin de mareo que luegose me pas. Dejamos dos puertas a nuestraderecha, llegando a una escalera similar a lade las piscinas! No me expliqu lo que hacaalgo tan rudimentario en un artefacto tan sofis-ticado. Subimos por ella. Yo. lo hice con ciertadificultad, ayudndome con una mano, puescon la otra sujetaba a "Mus"contra mi cuerpo,mientras la escopeta colgaba de mi hombro."Llegamos as a una sala circular de unos 20metros de dimetro. En ella haba otro indivi-duo vestido igual que mis acompaantes. Eltecho era abovedado. El suelo pareca de cris-tal Iiso, totalmente pulido y luminiscente. Entodo el interior del platillo reinaba una intensaluz blanca que no proceda de foco alguno, si-no que pareca emanar de todas partes. AIIdentro no se proyectaba sombra alguna. En elcentro haba una especie de consola con unapantalla parecida a las del cinerama, alargada,ms alta en sus extremos y que se estrechabaen el centro. Ante ella, dos sillones muy extra-os: descansaban en un slo soporte cnicoque se estrechaba al llegar al suelo, encajndo-se en una especie de gua sobre la que de des-plazaban cuando pulsaban unos botones ocul-tos bajo el brazo de los mismos. Me invitaron asentarme en uno de ellos y yo pens que podacaerse al soportar el menor peso, dada su apa-rente inestabilidad. Pero pude comprobar queera tan cmodo como resistente.

    RECUERDO Asombra desde luego com-DEt probar tan gran lujo de deta-INTERIOR lles en Ia descripcin que hizoDE! OVNI Julio F.de todo cuanto vio yW sinti en el interior de la nave.No se concibe fcilmente enun sujeto que forzosamente se deba hallar so-metido a una tremenda angustia. A no ser queadmitamos - y as debi ser - que los tripulan-tes lo tranquilizaran de alguna manera. Encualquier caso, el raptado era consciente de laimportancia y trascendencia de la experienciaque estaba viviendo, y se esforz en todo mo-mento por retener cuanto vea y senta. No esfcil hallar en el dossier de los abducidos rela-tos tan prolijos y exactos, tan tcnicos tam-bin, y tan claros y coherentes. "Distribudaspor la sala - sigue el relato -haba otras dosconsolas similares, llenas de lucecitas parpa-deantes y con un solo silln cada una. Detrsde mvi una suerte de armario, y a mi derechauna pantalla de cristal negro, que deba ser si-milar a las de rayos "X", pese a que cuando si-tuaron a "Mus" tras ella no logr ver nada.Luego me pidieron que me colocara yo para

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    Los datos e in-formes aporta-dos por los ab-ducidos son lamejor fuente deinvestigacin enel tema de losraptos. La ilus-tracin reprodu-ce un dibujo ex-plicativo deJulio F. referidoa su experien-cia.

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    examinarme, y entonces pude advertir que mellegaba a la altura del trax. Me pidieron luegopermiso para extraerle sangre al perro de unade sus patas, y lo hicieron con una jeringuillametlica parecida a la que usan los dentistaspara anestesiar, detalle que me llam mucho laatencin, pues me pareci tan anacrnica co-mo la escalera de mano. Sent en un momentodeterminado la necesidad de fumar, aunquecuando estoy en un sitio cerrado y sin cenice-ros nunca lo hago. Me supo mal tener quearrojar la ceniza al suelo tan limpio, pero nohubo ms remedio."Tena miedo de que me llevaran fuera de laTierra, sobre todo cuando me pidieron que mesentara. As que procuraba no perder de vistael terreno sobre el que flotaba la nave, que po-da ver, porque ya era de da, a travs de lasventanas circulares que rodeaban la habita-cin. Aunque, por otra parte, senta que si yono les daba mi autorizacin, no me llevarancon ellos. Al principio no me separaba de la es-copeta, pero luego acab confindome. En dosmomentos, a lo largo de mi estancia, escuchcomo un pitido estridente y muy agudo, simi-lar a Ia seal que emite un telfono cuando es-t comunicando. Aquello pareci alarmarlesmucho, y se dirigi cada uno a su puesto, fren-te a una consola, como si fuesen militares biendisciplinados. Entonces, la pantalla, que hastaaquel momento me haba parecido opaca, sedifumin y sobre ella apareci el busto de unhombre vestido como ellos, que les habl co-

  • 0VNIS: Ipor qu Ios reptos?

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    -i.'.'.':.-

  • mo si fuera un superior. Slo en esas dosoportunidades les vi mover los labios para ha-blar en un lenguaje extrao, duro, monosilbi-co y desagradable, similar al coreano o algoas.

    TRAS Et "Me hicieron muchas pregun-RApTO tas acerca de la organizacinEt social de la Tierra, sobre la eco-R.ETOpNO noma, sobre mi escopeta, si

    cazaba por necesidad o no, qume impulsaba a hacerlo. Por mi

    parte, yo una y otra vez les pregunt de dndevenan; y por toda respuesta en mi cabeza apa-recieron un 3, un 7 y una especie de cuadrado,que luego me dijeron era similar al smbolo deGminis. Pero no he sido capaz de entender loque me queran decir con eso. Luego me pidie-ron la escopeta para examinarla, y yo me apre-sur a descargarla antres de entregrsela, nose fuera a disparar. No me gust ver que la tra-taban como a algo rudimentario, como hara-mos nosotros con un hacha de piedra. Abr uncartucho con la navaja para que pudieran versu contenido y dej otro entero y dos cigarri-

    llos sobre la mesa. Supe entonces que ya po-da marcharme.Cont seguidamente Julio F. que, tras comuni-carle que pronto se volveran a ver, uno de lostripulantes lo acompa hasta el exterior, ba-jando por el mismo cilindro por el que accedie-ron a la nave. Una vez en tierra, se sinti des-lumbrado por el Sol, pues ya era plenamentede da. "Mus", al sentirse ya libre, se lanz co-rriendo hacia el coche, como una exhalacin.Julio tambin se dirigi al vehculo, pero sincorrer y sin volver la vista atrs. Luego, some-tido a hipnosis, confesara que no volvi lavista hacia atrs porque no poda hacerlo, nosabe por qu motivo, pero que, por supuesto,lo pretendi. Tena el hombre una rara y con-tradictoria sensacin: no le gustara volver apenetrar en el ovni, pero senta inquietud antela posibilidad, casi la certeza, de que jams lohara. Entr en su coche y se sent; mir su re-loj, que estaba parado marcando las 6,40. Esadeba ser la hora en que penetr en la nave.Estaba Julio un tanto aturdido, sin saber quhacer. Como deseaba conocer qu hora era,conect la radio, y encendi un cigarrillo.Ahora ya s fij su atencin en la loma tras la

    El rapto de que fue objeto unhombre veraz y equilibrado,que oculta su identidad verda-dera bajo el nombre de "Julio[", es sin duda alguna el quems detalles ha proporcionadoa los investigadores de abduc-ciones hasta el momento. Eneste caso, adems, se da la ci'-cunstancia de que el sujeto,por su formacin cultural, escapaz de realizar descripcio-nes, apreciaciones y compara-ciones que lamentablementese echan en falta en la mayorade los incidentes de abduccin,Todo hace suponer a los estu-diosos de este caso que lo quecuenta Julio I es cierto, De lse hace referencia detallada enel texto general de esta mono-grafa, Nuestro hombre vrviuna experiencia increble, rap-tado por unos extraos seresque llegaron del espacio lejano, unos seres a los que pudocontemplar con detenimiento yque le dejaron un recuerdo im-borrable.

    El rostro era muy extrao,pero de aspecto humano:un cerebro superdesarrolladoy grandes olos desprovistosde cejas y pestaas; y labiosmuy finos. ,t

    El mentn eradesmesuradamente alargadoy terminado en punta.El gesto era sereno, nosignificando en ningn momentoni un pice de agresividad.

  • OVNIS: ipor qu los raptos? -l

    Uno de los as-pectos ms des-tacados de laanatoma de losraptores deJulio F. era suanchtra dehombros: unacomplexindesmesurada, sila comparamoscon que es habi-tual entre noso-tros.

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    cual l crea que todava se encontrara el plati-llo. Unos diez minutos despus de haber pues-to en marcha la radio, dieron las diez de Ia ma-ana. Julio permaneci sentado ante el volan-te de su automvil, quieto, pensativo, reme-morando todo lo sucedido, hasta las doce, es-perando ver elevarse el ovni, sin resultado."Pens - sigue relatando su caso el protagonis-ta - que todo pudo haber sido una alucinacin;pero me resista a creerlo as. Adems, estabala marca del pinchazo en la pata de "Mus" y demi cartuchera faltaban los dos cartuchos quehaba dejado sobre la mesa. Siempre salgo acazar con la canana llena y otros tres cartuchosen el bolsillo. Y puesto que me haba traslada-do hasta all con la intencin de cazar, decidhacerlo. Ou otra cosa poda hacer? Sera lomejor no contar nada del caso a nadie, porquedifcilmente nadie me creera. Yo mismo erahasta entonces un incrdulo total hacia elasunto de los ovnis. Me puse a cazar, pues, yno se me dio mal el da. lncluso cobre algunascodornices, lo que en la provincia de Soria yen invierno es casi un milagro; pero as fue.

    tA Cuando Julio F. regres aINVEIIGA- casa, por la noche, no con-CION t nada a su mujer, por nopSICO1OGICA alarmarla en el caso deW que lo creyera. Una vez so-lo, revis todo su cuerpobuscando alguna huella o seal, pero fue envano, no haba nada sospechoso.En los das inmediatamente posteriores, Juliointent revisar el caso hasta en sus detallesms insignificantres. Tal vez por eso su relatoposterior result tan sorprendentemente com-pleto. Y de una cosa s estuvo plenamente se-guro tras esas revisiones: sus recuerdos abar-caban, como mucho, unos cuarenta y cinco mi-nutos, y l haba estado en el interior de aque-lla extraa nave poco ms o menos tres horas.Eso le desconcertaba. De manera que a los tresdas del suceso se decidi a contrselo a suhermano, quien precisamente era muy aficio-nado al tema de los ovnis.Hasta este punto de nuestra narracin, pode-mos considerar que hemos reproducido el re-lato de lo que conscientemente recordabaJulio F. de su abduccin, relato transcrito porel investigador espaol Enrique de Vicente,que se ocup ampliamente del caso en la re-vista "Contactos Extraterrestres".Se puso en contacto Julio F. con Jordn Pea,sin ninguna duda uno de los parapsiclogosmejor dotados de experiencia y metodologade Europa, quien estudi el caso muy a fondo,hasta sus ltimas consecuencias, empleandoen su investigacin la hipnosis, de la que serealizaron varias sesiones, algunas bajo la su-pervisin del Dr, Jimnez del Oso y en presen-cia de otros hipnlogos y estudiosos del temaovni.En las regresiones hipnticas a que Julio fuesometido, aport detalles de gran inters, queconscientemente no haba recordado, entreellos algunos referidos a sus reacciones antesde entrar en el ovni. "Estamos bajo el platillo -refiri, hipnotizado -...La escopeta..Siento queme tira del brazo hacia arriba...sube la navajaen el bolsillo...el pelo se me eriza..." Todas es-tas reacciones coinciden absolutamente conlas descritas - experimentadas - por muchaspersonas que se han hallado en las proximida-des de ovnis, y que muchos estudiosos atribu-yen a efectos del campo electromagntico ge-nerado, al parecer, por las naves. Pero lo mssorprendente corriienza cuando Julio recuerdaque escuch un intenso silbido en el interiorde su cabeza. Su relato en este punto es impre-siona nte:"No me puedo mover - dijo -. Me levantan."Mus" ladra. Ha cado al suelo. Lo han mata-

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  • vor d la veracidad. Luego, ya en estado cons-ciente, record que la esfera de la que salanlos hilos era.una bola dorada que se desplaza-ba de un lado a otro y tena el tamao de unapelota de balonmano. Y prosigue el relato bajoregresin hipntica: "Los hilos son de colores,y tienen en su extremo un dedal pequeo.Vienen hacia m. Abro la boca. No puedo ce-rrarla. Me miran. No puedo cerrar los ojos. Doshilos entran en mi boca. Uno va al exfago; losiento, me molesta. Otro queda en la boca, ba-jo la lengua. iHay hilos por todas partes! Otrova al ojo.Uno entra en el ano; dos por el pene.Me duele la uretra! Ou pasa? Ou quie-ren?, les pregunto. Van a tomar muestras delos lquidos de mi cuerpo, me lo comunicanmentalmente: jugos gstrcos, intestinales, sa-Iiva, lgrimas, semen, orina...Me pinchan en laespalda, en la rodilla, en la oreja, para e*iraer-me lquido cefaloraqudeo, sinobia, sangre. Nos cmo lo hacen. Ellos me miran."Tras los referidos anlisis, Julio F. fue conduci-do a otra estancia, donde lo sujetan a unasiento. "Mus" est all, vivo. "Se mueve to-do. Vamos a salir! No pasa nada, volveremos.No veo nada, todo est negro. Peso mucho!No puedo respirarl Ahora ya veo. Me han sol-tado. Voy flotando. Las ventanas. El suelo noestl Est todo negro. La Tierral Es muy gran-de, es azul...Veo espirales. El perro flota con-migo. Damos slo una vuelta. Veo toda laTierra...( sigue recordando Julio F. su viaje abordo de la nave )Me atan otra vez. Otra vezpeso mucho. Ahora ya veo el campo por laventana. "

    CONSIDE- Es a todas luces sorprendenteRACIONES el relato de Julio F. acerca de laMARGINA- aventura que le toc vivir, jun-tES to a su perro "Mus" dentro delre ovni. Uniendo las Partes de la

    narracin que corresponden asu recuerdo consciente con las obtenidas me-diante hipnosis, el primer hecho digno demencin es que no se pueden hallar signos decontradiccin: un relato completa al otro, demanera perfecta, dentro de lo absurdo e insli-to que el conjunto parece.Existe, adems, una evidencia de que el sujetodel rapto no fabulaba durante las sesiones hip-nticas, pues el simple hecho el recordar superipecia le haca volver a sentir - a padecer -la misma angustia que sufri cuando se esta-ban produciendo realmente los hechos.Igualmente, es una prueba valiosa de que nopadeci alucinacin alguna la constatacin deque el pinchazo recibido por el perro en una de

    Junto a seresde aspecto ne-tamente huma-no, o definitiva-mente mons-truoso, tambinabundan en loscasos de raptoslos tpicos hu-manoides, seresindudablementetumanos, peroinclasificables'por

    su morfolo-ga.

    W

    dol Me llevan. No toco el suelo. Ellos vienenconmigo. Me bajan por la escalera. Bajo solo.No toco nada. Me llevan por el pasillo y no mepuedo mover. Entramos por una puerta. Medesnudan. Me quitan todo. Estoy muy austado.El techo es como una media esfera, de cristaltransparente. El suelo es una reja plana.Debajo hay mucha luz. Tengo las manos haciaarriba, en aspa, no puedo moverme. Me miranfijamente. Hay dos individuos. No son los mis-mos de arriba..."

    Et FIN "Hay una esfera metlica - si-REAI DEl gue recordando Julio F. su es-RApTO tancia en el interior del ovni, so-rc metido a regresin hiPnticapor el investigador Jordn Pea-, flota frente a m...Se mueve...Salen hilos deella, lo hacen solos..."En este instante de su recuerdo, Julio F. co-menz a reflejar hallarse preso de una gran an-gustia, semejante sin duda a la que debi sen-tir cuando los hechos e verdad se produjeron;cosa que adems es un argumento ms a fa-

    210

  • 0VF'llS: ipor qu los raptos? I.- ;rencia - fic-],! colaborfe Jr'la manera*.r:raordinaria a:rEar el mito de,:s-rnponentes:^c rstruos Ile-3ados del espa-n,a para destruir: Eenero huma--,c Pero tanto*!.ageraron que-chas vecessus publicacio-.es y creacio-.es produjeron-nas risa quep3vor,

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    sus patas fue verdad, porque quedaron lashuellas del mismo. Y finalmente, sorprende yno poco la extraeza manifestada por Julio F.ante algunos tiles que, a su juico y a tenor dela avanzada tecnologa que se desprenda delsuceso y de su ambientacn, no deban en-contrarse all: la escalera de piscina y la jerin-guilla de metal.Los investigadores no han dado nunca el caso

    por cerrado, pero pocos son los que guardanen su nimo dudas acerca de su autenticidad.Posteriormente, Julio F. manifest que creahaber vuelto a tener contacto con sus raptores,aunque no estaba del todo seguro. Este ltimoextremo parece ser tambin un episodio repe-tido en los casos de raptos. Bsicamente, setrata de que el sujeto abducido padezca deter-minadas confusiones acerca de su propia ex-

    211

  • En la historia delas abduccionesno son raros loshumanoidesque presentanextraas y inex-plicables carac-tersticas anat-micas, como losque atormenta-ron a Zanfrettasometindolo atodo tipo deanliss y com-probaciones fisicas y psicol-gicas. Es posi-ble-yasopi-nan algunos in-vestigadores -que sea el terrorde los raptadosel que induzca arepresentar asa estos seres,No seran, porlo tanto, defor-mes, sino defor-mados por la vi-sin del pnico.lffi

  • OVNIS: ipor qu los raptos? Iperiencia y haga que esas dudas trasciendan alos dems, con lo que el suceso se pone en te-la de juicio, y muchas veces se devala. Encualquier caso, lo que est claro es que la mo-tivacin que ms se repite en los sucesos deraptos es el estudio minucioso, la exploraciny el anlisis de los sujetos raptados. Por qu?

    BUSCANDO Se estn aadiendo cadaUNA vez ms casos de raPto queNUEVA estn haciendo a los inves-RAZA? tigadores Pensar en la Posi-W bilidad de que los triPulan-

    tes de los ovnis que come-ten semejantes fechoras, lo que de verdad

    andan buscando es la ejecucin de una seriede experimentos de ingeniera gentica, queles permitan llevar a efecto, felizmente, cru-ces entre los seres humanos y ellos mismos.Ya relatamos en alguna monografa anteriorlas abducciones de que fueron objeto algu-nos campesinos - Villas Boas y da Silva, entreotros - a los que se hizo mantener relacionessexuales con hembras extraterrestres. El rela-to de Antonio da Silva, un aldeano prctica-mente analfabeto, describi posterormentela extraa cama en que tales contactos nti-mos se realizaron, un lecho con ciertas protu-berancias sobre el que Ias humanoides setumbaban de una manera determinada. Puesbien, algunos gineclogos opinaron que cier-

    ,/ lit

  • Desde los primeros momentosde la poca moderna de losovnis - es decir, desde queKenneth Arnold drfundi la no-trcia de su avistamrento de losdiscos voladores sobre elMonte Rainier, en el estado deWashington, en 1947 se plan-te el inters por un posiblecontacto con los seres presu-miblemente llegados del espacio, Esos contactos se interpre-taron de muchas maneras, pe-ro la mayora de las veces demodo desfavorable para loshumanos, que se temanseran atacados y maltratadospor los visitantes del Cosmos.Los escritores y dibujantes deciencia - ficcin colaboraron a

    tal interpretacin medianbtepublrcaciones que dieron suel-ta a una fantasa desmedida,aunque de verdadera calidadartstica y literaria. Tras aque-llos prrmeros momentos enque prolifer este tipo de pu-blicaciones, que tanto agrada-ba a la gente de la calle, se lle-g a una postura de especta-cin y muchos pensaron, y to-dava lo piensan, que los ovnisvienen para ayudarnos.Desgraciadamente, en los lti-mos aos se est poniendo demanifiesto que las intencionesde nuestros "hermanos csmi-cos" no son todo lo respetuo-sas que debieran.

    Un tpico de Ias ilustraciones de las revistas y publica-ciones de ciencia - ficcin fue la iconografa de la mujer.en sofisticado traje. atacada por el horrible monstruollegado en un ovni. As Io manifiesta esta portada, delao 1952.

    En 't959 Raymond Palmer editaba "FantasticAdventures". Leo Morey confeccion esta ilustrracinpara un relato titulado "lnvasores de Sirius". En ella serepresenta un efecto comn en los episodios de rapto: laparalizacin.

    Los seres llegados del espacio eran siempre representa-dos con formas monstruosas, y haciendo gala de unaviolencia tremenda, siempre atacando a los seres huma-nos, para destruirlos o llevrselos con ellos.

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  • OVNIS: ipor qu los raptos? I

    275

  • tamente era as como en esos lechos lashembras adoptaban durante el coito la postu-ra en que ms fcilmente podan quedar em-ba razadas.Durante los ltimos dos o tres aos, los estu-diosos del fenmeno ovni estn recabandoinformaciones de unos sucesos inexplicablesacaecidos, que se sepa hasta ahora slo enlos Estados Unidos, que son difciles de en-tender, y que pueden resumirse diciendo quealgunas mujeres jvenes han quedado em-barazadas segn su testimonio sin la inter-vencin de varn alguno durante un raroepisodio que deberemos considerar como unrapto o abduccin ms o menos encubierta.Se tratara, seguramente, de una insemina-cin artificial, de la que las interesadas seran

    ms o menos conscientes. Al cabo de unosmeses - tres, o cuatro a lo sumo - las embara-zadas han contado que unos extraos seresles han arrebatado el feto y se lo han llevado.lncluso, existen informes procedentes de lossupuestos extraterrestres en el sentido deque estn llevando a cabo cruces sucesivos,volviendo a hibridar el nuevo ser otra vez conun o una terrestre, y as mltiples veces ydesde hace ya muchos aos. De tal maneraque ya hay en la Tierra extraterrestres con as-pecto inequvocamente humano, que se con-funden con nosotros mismos, a los que no esfcil reconocer. As llevan a cabo en mejorescondiciones las misiones que se les hayanencargado, seas stas cuales sean. El asuntoparece pertenecer a los ms imaginativos

  • OVNIS: lpor qu los raptos? Icuentos de ciencia - ficcin; pero quiz nosea as. De momento, debemos consideraresta posibilidad de hibridacin como sloeso, una posibilidad.Volvamos a los casos tpicos de abduccin.Ya hemos dicho que, al parecer, lo primeroque pretenden Ios raptores es conocer enprofundidad a los raptados, fsica, fisiolgicay psicolgicamente. En ocasiones - y quizsiempre, aunque eso todava no podemos sa-berlo - se produce una manipulacin queafecta gravemente a la conciencia, y que con-vierte a los seres humanos raptados en servi-dores de la causa ajena de los tripulantes delos ovnis, dando lugar a sectas no menos fa-nticas que algunas muy conocidas de carc-ter religioso.

    tA ABDUG- Como Ya hemos indicado,CON DE una constante en el relato deFORTUNAT9 la casi totalidad de los abdu-ZANFR.EIA cidos es la referencia a expe-ffi ::H,.T ;:';;':,";j;:

    "',i'oilsistema nervioso central. Veamos un caso, eneste sentido muy importante, del que fue testi-go, protagonista y vctima un vigilante noctur-no genovs llamado Fortunato Zanfretta, en lanoche del seis al siete de diciembre de 1978.Es un caso clsico en los dossieres de los in-vestigadores.Estaba el vigilante Zanfretla encargado de cus-todiar un grupo de viviendas de veraneo en lalocalidad de Torriglia, en una zona de recreo yveraneo cercana a la ciudad de Gnova. Solarecorrer en su automvil frecuentemente todoel recinto de la urbanizacin, y as lo estaba ha-ciendo aquella noche. Observ, de pronto, cua-tro luces blancas cerca de una de las ltimascasas. Las luces se movan hacia adelante yhacia atrs repetitivamente, como trazando unrecorrido siempre repetido.Pens Zanfretta que se estaba cometiendo unrobo. De manera que abandon su coche, peroal momento de hacerlo se dio cuenta de quetodo el sistema elctrico del mismo se habainterrumpido. Tampoco la radio funcionaba.Estaba sorprendido, mas, atendiendo a su obli-gacin, se dirigi hacia donde estaban las lu-ces. Caminaba con un extraordinario sigilo.con el propsito de sorprender a los ladrones"in fraganti".Cuando lleg a la puerta pudocomprobar que sta se hallaba abierta, lo cualconfirm su sospecha de que alguien estabarobando all. Apag la linterna y ech mano desu pistola reglamentaria. Repentinamente, Iasluces cruzaron por delante de l y se perdierontras la casa.ZanfrelLa decidi apostarse tras una esquinapara ver cuntos eran los ladrones. Y cuandolo estaba haciendo recibi un fuerte empujnque lo lanz violentamente al suelo. Se le cayIa linterna, pero en el suelo se encendi denuevo. Pensando que le haban atacado Ios la-drones por la espalda, levant la linterna y en-foc hacia arriba a la vez que esgrima su pis-tola dispuesto a disparar. Pero la luz de su lin-terna slo ilumin unos tubos grises, que tam-bin se encontraban a su alrededor. Ou seraaquello? Hizo ascender an ms el haz de luzde su linterna, y entonces pudo ver el rostro dequien le haba da

  • (_'/ l

    en vez de orejas. Aquel ser monstruoso tenaen medio de la frente un ojo ms, rugoso ymuy extrao, pero muy luminoso tambin.Fue visto y no visto, cont despus FortunatoZanfrella. Aquel ser desapareci sbitamen-te. de una manera inexplicable.El vigilantesali corriendo hacia su coche, y oy enton-ces un fuerte zumbido. Se volvi, y sinti unrepentino calor. a la vez que contempl llenode estupor un gran objeto en forma de trin-gulo por encima de la casa. Lleg al coche ypuso el hecho en conocimiento de sus supe-riores a travs del sistema de radio. La radio-telefonista record haber escuchado aquellanoche hablar a Zantrelfa, que presa de pni-co, gritaba: " Madre ma, son horribles! Noson hombresl No son hombresl" Luego,Zanfrelfa se desmay.

    las puertas estaban cerradas; junto a la casa,otra huella semicircular, como la anterior. Erauna huella muy extraa, segn comprobarandespus, pues slo era visible por la noche.Dejando al margen muchos detalles, todos in-teresantes, que se dan el el caso Zanfrella, va-mos a centrar nuestra atencin principalmenteen los resultados de la regresin hipntica a laque fue sometido, durante la cual cont queaquellos seres lo condujeron a cierto lugardonde le colocaron algo en la cabeza, que leresult doloroso.Tres semanas ms tarde de este suceso quehemos recordado, Zanfrelfa, ya aparentementerestablecido de la fuerte impresin recibida,conduca su automvil por la misma urbaniza-cin. Era la noche del 27 de diciembre. De re-pente, la cabeza comenz a dolerle y lleg aperder la visibilidad a causa de una extraaniebla. Como no vea casi nada, quiso frenar;pero al intentarlo comprob que el pedal pare-ca haberse atascado. El coche, incomprensi-blemente, se mova por s solo hacia una calleen cuesta y aumentaba su velocidad. Fortunatono era capaz de controlar su coche. El autom-vil suba y suba la cuesta a buena velocidad.Y entonces cay en cuenta nuestro personajede que la cuesta pareca no acabarse nunca, yno era tan larga. A su alrededor ya no vea ca-sas ni rboles, slo oscuridad. Sbitamehte, elcoche qued frenado junto a un artefacto bri-llante y de forma ovoide. A Zanfrelfa en ese

    No siempre losabducidos seenfrentan a lostripulantes deun ovni en for-ma de platillo uovalada, comoparece lo msnormal; en oca-siones, se vende pronto anteestructuras denaves espacia-les que osten-tan las formasms inslitas,algunas que in-cluso parecenoponerse a losprincipios aero-dinmicos mselementales.

    W

    UNA HORADESPUES,UNA HORAPERDIDAffi

    Abri los ojos el guarda aPro-ximadamente una hora des-pus de haber comunicadopor la radio, y de habersedesmayado. Pero ya no se en-contraba entre las casas de la

    urbanizacin, no estaba junto a la casa dondeperdi el conocimiento, sino en un pequeoprado a ochenta metros de distancia de dondelgicamente debera hallarse. Senta sus ropasmuy calientes. Ou le haba sucedido? Depronto vio acercarse un coche con dos compa-eros suyos que acudieron a su llamada de au-xilio. Ya un poco ms tranquilo, Zanfretta y suscompaeros inspeccionan el lugar. Sobre lahierba fresca era perfectamente visible unahuella semicircular de unos ocho metros dedimetro. En la casa no faltaba nada, y todas

  • OVNIS: tpor qu los raPtos? I

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  • H. G. Wells, unode los primerosy ms grandesmaestros de laciencia - ficcin,ide para suobra "LaGuerra de losmundos" m-quinas que emi-tan haces deluz intermiten-te, algo quedespus se haconstatado enmuchos casosde avistamien-tos.

    ffi

    momento le dola la cabeza hasta casi extre-mos de no poder soportarlo. Sinti entoncesuna voz que le ordenaba descender del vehcu-lo. ( El radiotelefonista de servicio oy, a travsde la radio del coche de Zanfretta, decir a ste:"Me dicen que baje".)Alertados todos sus compaeros vigilantes porel aviso dramtico que hizo el encargado de laemisora, salen de inmediato en su bsqueda,pero no logran encontrarlo hasta casi una horay media despus, presa de una fuerte tensin,con las ropas muy calientes, en un lugar endonde los rboles aparecan daados, y en elque tambin se distinguan unas inslitas hue-llas de pies de medio metro de Iargo.Sometido nuevamente a hipnosis, Zanfrettaslo puede recordar una extraa pantalla ama-rilla que parece hablarle dicindole que "laprxima vez se lo llevarn para siempre".Algunas de sus declaraciones en estado dehipnosis son sorprendentes. Veamos:"- No logro tener los ojos abiertos - dice zan-f retta en estado de hipnosis, refirindose almomento en que est en su coche recorriendola urbanizacin que vigilaba -. Me siento can-sado. Pero el coche anda...y yo no lo estoyconduciendol...El auto se ha detenido...Debo

    bajar...Ellos me llaman...De nuevo la luz...Otravez vosotros! Ou queris de m? Dejadme enpaz. Yo no os he buscado. S que tenis nece-sidad de m, pero...yo no quiero. No quierol"Luego, refirindose a un artefacto que le hancolocado en la cabeza, exclamaZanfrefla:" Nol El casco sobre la cabeza nolHace dao! La sacudidal Hace calor.Dejadme en paz! Por qu me quitis la ro-pa?"Seguidamenle, Zanfretta parece recordar to-dos los pasos de una exhaustiva inspeccinmdica. Y, al parecer tambin, ante la negativade los raptores a la pretensin por parte delraptado de verlos, ste grita: "Ouitadme estode los ojosl Por qu ahora no queris quevea? Ya os he visto. Sois altos. Tenis una pielverde...asquerosa...y esas puntas sobre los Ia-dos de la cara. Esos ojos monstruososl Porqu no tenis boca? Tenis slo ese hierro. esareja que echa luces, y esas manos que termi-nan redondas..."Basten estos casos, que adems han sido resu-midos por imperativos de espacio, para quepodamos comenzar a dar una respuesta con-tundente al enigma que plantean los raptos.Desde luago, no vienen a salvarnos.

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