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UNLP-Facultad de Trabajo Social Cátedra TS III, año 2013- Traducción del texto: Juliana Andora Política Social, fundamentos e Historia Elaine Rossetti Behring e Ivanete Boschetti Ed. Cortez, 2009 (6° edición) Capítulo 1: Política social y método 1- La perspectiva funcionalista Hagamos una visita a los principales argumentos de Emile Durkheim en las conocidas “Reglas del método sociológico”, inicialmente publicadas en 1895, de donde podemos inferir sus orientaciones metodológicas centrales, que son las principales expresiones de la perspectiva funcionalista según la cual el objeto se superpone al sujeto. El llamado “padre de la sociología” inicia su texto clásico con una especie de manifiesto contra lo vulgar, o el sentido común, afirmando que “el objetivo de toda ciencia es descubrir, y todo descubrimiento desconcierta un poco las opiniones formadas” (1987: XV). Hasta ahí estamos enteramente de acuerdo con el autor, y vamos a ver cómo propone llegar a tales afirmaciones. Su propuesta metodológica se basa en tratar los procesos sociales como hechos sociales, o sea, como cosas que no se equiparan a la naturaleza, pero que deben ser analizadas a partir de procedimientos semejantes. Así, respondiendo a las acusaciones de que los sujetos son retirados del proceso de conocimiento, dice Durkheim: Es cosa todo objeto de conocimiento que la inteligencia no penetra de manera natural, todo aquello de lo que no podemos formular una noción adecuada por el simple proceso de análisis mental, todo lo que el espíritu no puede llegar a comprender sino bajo la condición de salir de sí mismo, por medio de la observación y de la experimentación, pasando progresivamente de las características más exteriores y más inmediatamente accesibles a las menos visibles y más profundas (1987: XXI). 1

Behring y Boschetti

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UNLP-Facultad de Trabajo Social

Ctedra TS III, ao 2013-

Traduccin del texto: Juliana Andora

Poltica Social, fundamentos e Historia

Elaine Rossetti Behring e Ivanete Boschetti

Ed. Cortez, 2009 (6 edicin)Captulo 1: Poltica social y mtodo1- La perspectiva funcionalista

Hagamos una visita a los principales argumentos de Emile Durkheim en las conocidas Reglas del mtodo sociolgico, inicialmente publicadas en 1895, de donde podemos inferir sus orientaciones metodolgicas centrales, que son las principales expresiones de la perspectiva funcionalista segn la cual el objeto se superpone al sujeto. El llamado padre de la sociologa inicia su texto clsico con una especie de manifiesto contra lo vulgar, o el sentido comn, afirmando que el objetivo de toda ciencia es descubrir, y todo descubrimiento desconcierta un poco las opiniones formadas (1987: XV). Hasta ah estamos enteramente de acuerdo con el autor, y vamos a ver cmo propone llegar a tales afirmaciones. Su propuesta metodolgica se basa en tratar los procesos sociales como hechos sociales, o sea, como cosas que no se equiparan a la naturaleza, pero que deben ser analizadas a partir de procedimientos semejantes. As, respondiendo a las acusaciones de que los sujetos son retirados del proceso de conocimiento, dice Durkheim:

Es cosa todo objeto de conocimiento que la inteligencia no penetra de manera natural, todo aquello de lo que no podemos formular una nocin adecuada por el simple proceso de anlisis mental, todo lo que el espritu no puede llegar a comprender sino bajo la condicin de salir de s mismo, por medio de la observacin y de la experimentacin, pasando progresivamente de las caractersticas ms exteriores y ms inmediatamente accesibles a las menos visibles y ms profundas (1987: XXI).Para desentraar ese proceso de conocimiento, el autor propone un conjunto de reglas intelectuales que constituyen su mtodo, con fuerte inspiracin en la tradicin empirista de Bacon y en el positivismo de Comte. El sujeto que investiga debe colocarse delante de su objeto en una perspectiva de exterioridad, tal como los fsicos, qumicos y bilogos cuando se aventuran delante de sus dominios cientficos, o sea, dejando de lado todas las prenociones. Los hechos sociales poseen una naturaleza exterior y colectiva, mejor dicho, estn centrados en la sociedad y no en los individuos. Pueden ser reconocidos por poseer la particularidad de ejercer influencia coercitiva sobre las conciencias individuales y por su rigidez en cuanto a procesos de transformacin. Cuando la naturaleza coercitiva de los hechos sociales deja de ser sentida, el hecho se transforma en un hbito. La educacin, por ejemplo. Es una institucin central, por medio de la cual son formados los individuos y transmitidos los hbitos. El hecho social en s, es distinto de sus repercusiones individuales, conviniendo desencadenar procedimientos metodolgicos para desprender el hecho social de toda contaminacin, a fin de observarlo en estado de pureza (1987:6). Le corresponde a la investigacin social, entonces, estudiar la gnesis y el funcionamiento de las instituciones sociales, apropindose de su realidad objetiva por medio de la observacin, descripcin, comparacin, junto a un movimiento que va de las ideas a las cosas en que el hecho comparece apenas para confirmar o infirmar ideas-, impregnado de prenociones ideolgicas que, segn el autor, desfiguran el verdadero aspecto de las cosas. Se trata de considerar los fenmenos sociales en s mismos separados de los individuos conscientes que formulan las representaciones sobre ellos; para esto es necesario estudiarlos desde afuera, como cosas exteriores, ya que de esta manera se nos presentan (1987:24). Las caractersticas de constancia y regularidad de los hechos sociales son indicios de su objetividad y de que el hecho social puede ser modificado por el simple decreto de la voluntad. Los hechos sociales, de esta forma, se plasman en acciones individuales y el investigador se ajusta a la naturaleza que presentan. De este modo Durkheim reafirma la necesidad de alejar sistemticamente todas las prenociones, dando lugar a la razn, a la explicacin por el entendimiento y no por el sentimiento.

Entonces, cmo analizar los hechos sociales desde esta perspectiva? Hay que tomar como objeto un grupo de fenmenos definidos por sus caractersticas exteriores comunes, llegando a una definicin previa, circunscribiendo el objeto. Son caractersticas superficiales, pero que se relacionan con las propiedades fundamentales de las cosas; son puntos de partida. A partir de ah, -que tambin es el suelo de las representaciones y del sentido comn, como admite el socilogo- se buscan puntos fijos de apoyo y las regularidades del objeto.

Durkheim realiza una distincin entre fenmenos o hechos sociales normales y patolgicos: los que son como debieran ser, y los que debieran ser diferentes. Es interesante observar cmo cae en contradiccin flagrante: cmo huir de las prenociones en esos trminos? Intenta resolver el problema de la objetividad sealando que el investigador observa los hechos, no los juzga. Entonces cul sera el criterio para realizar la distincin sugerida? Para l, siguiendo los criterios de la biologa para la clasificacin de las especies, son normales los hechos que presentan formas ms generales en una determinada fase de su desarrollo, y son mrbidas o patolgicas las excepciones a la regla. Tales caractersticas deben ser sometidas a prueba, a verificacin, as tambin como a la comparacin con sus formas pasadas para que se pueda llegar a una caracterizacin precisa de su condicin normal o patolgica. Se llega as a los tipos sociales: definiciones de especies (hechos sociales) que congregan determinadas caractersticas relevantes, en un proceso que denomina morfologa social, y que parte de los tipos ms simples, como la horda, o protoplasma social donde existe apenas la solidaridad mecnica (tipos que todava no pasaron por procesos de segmentacin y diferenciacin y son la base natural de toda clasificacin), hasta los ms complejos la divisin social del trabajo y la progresiva cohesin social por medio de la solidaridad orgnica (las instituciones y corporaciones). Para Durkheim, las sociedades son combinaciones diferentes de una nica sociedad original y existen especies sociales por la misma razn por la que existen especies en biologa!Y cmo explicar los hechos sociales, en esa perspectiva? Durkheim propone conocer el funcionamiento de los fenmenos sociales, buscando las causas que los producen y sus funciones el resultado socialmente til- que desempean. En sus palabras:

Lo que es preciso determinar, es si hay correspondencia entre el hecho considerado y las necesidades generales del organismo social, y en qu consiste esta correspondencia y sin preocuparse en saber si ella es intencional o no. Todas esas cuestiones de intencin son, adems, muy subjetivas para ser tratadas cientficamente. (1987:83)

Entonces, para Durkheim, es en la naturaleza de la propia sociedad que se debe buscar la explicacin de la vida social, partiendo del supuesto de que en esta el todo no es igual a la suma de las partes, pero que constituye un sistema con caractersticas propias, cuyo movimiento supera los estados de conciencia de los individuos, y se explica en funcin de las condiciones del cuerpo social en su conjunto. Las causas de los hechos sociales son, entonces, encontradas entre los hechos sociales anteriores, y su funcin estar relacionada a un fin social, y nunca a los estados de conciencia individuales. El origen de un hecho social se debe buscar en el medio social interno, visto aqu como un organismo social compuesto por cosas y personas, siendo estas ltimas el factor activo. Corresponde al investigador descubrir las propiedades de ese medio social fundamental para la comprensin de la evolucin colectiva y que alteran el curso de los fenmenos sociales. Valorando la relacin del pasado con el presente, Durkheim afirma que los perodos histricos no se generan en etapas continuas.

El mtodo de las variaciones concomitantes es el instrumento central de los investigadores para el anlisis de los hechos sociales. En qu consiste? A partir de la observacin de un nmero significativo de pruebas (casos variados), observar concomitancias y variaciones, establecer metdica y rigurosamente correlaciones que lleven a las leyes que revelen el desarrollo integral de la especie social a la que se est observando. Concluye el autor que, para alcanzar la objetividad cientfica, cabe despedirse del ropaje filosfico y ser independiente en relacin a las doctrinas de la prctica el individualismo, el comunismo y el socialismo. La propuesta no es reformar los hechos sociales, es expresarlos, considerando que no son sino las experiencias metdicas las que, por el contrario, pueden arrancar a las cosas su secreto (1987:126).

Es evidente que el trabajo de Durkheim es plenamente de su tiempo: tiempo de Belle poque, de revolucin tecnolgica y de la oda al camino de Galileo y a las ciencias naturales, de transferencia mecnica de la teora de la evolucin de las especies de Darwin para el anlisis de lo social, de donde resultan las analogas organicistas con la fisiologa del cuerpo humano, tan fuertes en el pensamiento social del perodo. No obstante, la influencia de esa forma de pensar perdura hasta hoy en el campo del pensamiento social, y en tiempos neoliberales tal vez estemos asistiendo a un cierto revival. Ejemplo de esto es el rescate de la idea durkheimiana de anomia para la explicacin de las transformaciones contemporneas, que seran una especie de condicin patolgica general de la sociedad, marcada por la desagregacin y por el desequilibrio social, manifiesto en la incapacidad de la sociedad de ejercer su accin sobre los individuos, llevando a disfunciones y conflictos. En el estado de anomia hay una especie de corto circuito entre los rganos que componen el organismo social, as como un relajamiento de las normas sociales. Se trata en la actualidad, de un rescate de esa perspectiva analtica para describir la desorganizacin del capitalismo contemporneo, la nueva cuestin social y los tambin nuevos formatos y coberturas de poltica social ante la crisis del modelo anterior de regulacin y de conciencia colectiva, en el contexto del colapso de las instituciones que armonizaban la sociedad, en especial de la relacin salarial. De ah la necesidad urgente de realizar la crtica de esa perspectiva, sealando los lmites de sus soluciones metodolgicas, que tiene implicancias para el develamiento de los procesos sociales.

Apoyndonos en Lowy (1987), vemos que el positivismo est marcado por algunos axiomas: la sociedad est regida por leyes naturales; puede ser estudiada por los mismos mtodos y procesos de las ciencias naturales; y debe ser estudiada de forma objetiva y neutra. La sociologa ntidamente positivista de Durkheim incorpora esas dimensiones, lo que resulta en conclusiones conservadoras, como ejemplo, el de sealar la desigualdad social como una ley natural e inmutable y a las revoluciones como algo tan imposible como los milagros. De esta manera solo es posible lidiar con la inevitable divisin social y tcnica del trabajo y con los problemas que devienen de estas relaciones a partir del desarrollo de corporaciones e instituciones que tendran la funcin de cohesin social, evitando el estado de anomia de donde se puede inferir el lugar de la poltica social. Segn la consistente crtica de Lowy, la distincin entre lo normal y lo patolgico configur una estrategia nada neutra- de legitimacin y presentacin de los conflictos de clase como un estado mrbido del cuerpo social (Lowy,1987:28), en el cual un rgano social la clase obrera- tendra la equivocada pretensin de erguir una sociedad superior negando la verdad elemental, segn Durkheim, de la imposibilidad de un rgano de sobreponerse a los dems que componen naturalmente el organismo social. La visin de los hechos sociales como cosas cuya naturaleza no se modifica por la voluntad justifica, al fin y al cabo, el orden burgus, al naturalizar su dinmica, homogeneizando los dominios cientficos de las ciencias naturales y sociales. Aunque el objeto de las ciencias sociales est repleto de poltica y las visiones del mundo sean elemento constitutivo del punto de vista del investigador, Durkheim ofrece una solucin imposible, prxima a la solucin de Adam Smith para el problema de la competencia entre los capitalistas: la apelacin a los sentimientos morales. Durkheim propone sinceramente la sangre fra del investigador, la oposicin a las pasiones, la serenidad y las precauciones sistemticas. Se trata evidentemente, al igual que la solucin smithiana para explicar el mercado como elemento de cohesin social en un contexto de intensa competencia, de una gran mistificacin. Veamos lo que nos dice Lowy:

Liberarse por un esfuerzo de objetividad de las presuposiciones ticas, sociales o polticas fundamentales de su propio pensamiento es una hazaa que hace pensar irresistiblemente en la clebre historia del barn de Mnchhausen, este hroe picaresco que consigue, a travs de un golpe genial, escapar del pantano donde l y su caballo estaban siendo tragados, al arrastrarse as mismo por su propia cabellera...Los que pretenden ser sinceramente seres objetivos son simplemente aquellos en quienes las presuposiciones estn ms profundamente enraizadas. Para liberarse de esos preconceptos es necesario, antes que nada, reconocerlos como tales: ahora, su principal caracterstica es que ellos no son considerados como tales, sino como verdades evidentes, incontestables, indiscutibles. (1987:31-32)

Acerca de las reglas intelectuales, la crtica que se puede hacer, es que sus aportes a pesar de ser relevantes en el caso del propio autor basta leer con atencin sus estudios sobre el suicidio, las formas elementales de la vida religiosa y de la divisin social del trabajo- tendern a cierta superficialidad. Si la realidad es el punto de partida del proceso de conocimiento, la descripcin de procesos y su clasificacin podrn llevar a una representacin catica del todo y no a la aprehensin de su lgica interna.

2- La influencia del idealismo

Ahora es el momento de tratar el universo del idealismo, o sea, aquella perspectiva metodolgica segn la cual el sujeto se sobrepone al objeto.

Se trata aqu de una forma de interpretar y pensar la sociedad sobredimensionando el papel del sujeto, lo cual concibe la realidad como resultado del pensamiento, desconsiderando las condiciones y determinaciones objetivas. Aqu el dilogo se realiza con la filosofa clsica alemana, en especial con Kant y Hegel, cuyas reflexiones estimularon, en parte, esa visin. Por qu en parte? Marx tambin bebi de la fuente de la filosofa clsica alemana, especialmente de Hegel, participando directamente del llamado hegelianismo de izquierda, pero combati intensamente al idealismo.

Segn Kant, que buscaba develar los lmites formales del conocimiento, la razn es inteleccin, entendimiento. Para l, es posible conocer la realidad en sus manifestaciones y expresiones lo que da pie a las reflexiones funcionalistas y a aproximaciones con las ciencias naturales anteriormente tratadas- , pero la esencia ltima del ser es incognoscible. Como no se puede conocer la cosa en s, el conocimiento es siempre relativo y producto racional del sujeto que conoce, cuando este somete sensaciones y experiencias a los esquemas y reglas apriorsticas del pensamiento, a la razn terica. A su vez, Hegel mantiene un dilogo crtico con Kant, afirmando que la literatura kantiana tendra sentido en caso de que la razn fuese apenas entendimiento. Para Hegel, el entendimiento es positivo: parte de la existencia fctica del ser y fija sus determinaciones. Inmediatamente la razn es negativa: disuelve las determinaciones fijadas por el entendimiento en el movimiento del ser, que aparece como un proceso, de manera que el ser es permeable por la razn, diferente de lo que pensaba Kant. Es posible conocer la cosa porque ella es movimiento dialctico. De ah ciertamente derivaron los descubrimientos marxianos, que avanzaron en esa lnea de argumentacin, superando al maestro.

Hubo un determinado segmento del pensamiento social, derivado de esas reflexiones clsicas, con nfasis en Kant, el historicismo alemn neokantiano del siglo XIX, de Dilthey y Rickert, que distingua dos tipos de ciencia: las de la naturaleza, que buscaban causalidades para realizar previsiones, en donde hay una relacin de exterioridad entre el sujeto y el objeto y se busca obtener explicaciones, leyes y conexiones; y las del espritu, centradas en la historia, la cultura y la sociedad, donde lo esencial no son las causalidades sino las motivaciones que producen los movimientos de los sujetos, las descripciones cualitativas de los tipos y formas fundamentales de la vida del espritu. Aqu no hay una relacin de exterioridad ni preocupacin con la explicacin. El sujeto es parte del proceso que precisa ser comprendido: no se trata de explicar los hechos y sus causas, sino de comprender el sentido de los procesos vivos de la experiencia humana. Esta perspectiva la sociologa comprensiva- ser la marca del pensamiento de un autor cuya influencia en el debate contemporneo es fundamental: Max Weber. Su trabajo realiza una aproximacin de los procesos sociales a partir de la comprensin de las intencionalidades y acciones de los sujetos, que se sobreponen a las condiciones objetivas que las circunscriben. En este sentido, las preocupaciones weberianas estarn centradas en la captacin de la relacin de sentido de la accin humana. Para l, conocer un fenmeno social sera extraer el contenido simblico de la accin o acciones que lo configuran y no solamente el aspecto exterior de esas mismas acciones (Tragtemberg, 1980:VIII e IX). Pero el anlisis de sentido de los comportamientos humanos se somete a prueba, a validacin objetiva.

Observemos mejor la perspectiva metodolgica de Weber. Segn Lowy (1987), Weber tiene una singularidad, la de hacer una combinacin sui generis de temas historicistas y positivistas, no obstante la problemtica claramente antipositivista del historicismo alemn. Sin embargo, desde el punto de vista de la relacin entre visin social del mundo y ciencia, Weber postul la neutralidad axiolgica de las ciencias sociales. De que se trata? l enfrent la problemtica de la relacin entre valores y ciencia en un momento histrico diferente al de Durkheim, cuya solucin ya conocemos. Al contrario de Durkheim, Weber reconoce esa relacin, pero los valores aqu no estn relacionados a los proyectos societarios, a las clases sociales, sino a culturas, naciones, religiones. Son los valores los que permiten seleccionar en el caos infinito de los fenmenos sociales, aquello que es significativo. Para Weber, la vida cultural y los fenmenos sociales existen siempre relacionados a los puntos de vista, que son una condicin indispensable para atribuirles significado y relevancia. Los valores orientan la eleccin del objeto, la direccin de la investigacin emprica, aquello que es importante y accesorio, el aparato conceptual utilizado y la problemtica de investigacin y preguntas que se hacen o no a la realidad. En la lnea del historicismo alemn, Weber criticaba la transposicin de la lgica de las ciencias naturales a las ciencias sociales, y en esa lnea, la problemtica weberiana es totalmente antipositivista. Sin embargo, si los valores orientan la eleccin de las preguntas, Weber postula la necesidad de neutralidad axiolgica cuando se va camino a las respuestas: ellas deben ser neutras, ya que la investigacin debe caminar por reglas objetivas y universales. Los presupuestos de la investigacin son subjetivos, pero los resultados deben ser vlidos y objetivamente aceptables: en la esfera de las ciencias sociales una demostracin cientfica, metdicamente correcta, que pretende haber alcanzado su objetivo, debe poder ser reconocida como exacta de la misma manera ac y en China (Weber en apuntes de Lowy,1987:37) De esta premisa resulta el imperativo categrico de la separacin rigurosa entre hechos y valores, presente tambin en Weber, quien afirmaba que la interferencia de los valores impide la comprensin integral de los hechos y que los datos no pueden ser pedestales para los juicios de valor.

A pesar de la coherencia lgica de Weber, el vnculo entre conocimiento y valores no es solamente lgico, sino social y estructural, inscripto en la realidad, en la medida que los hechos sociales se relacionan con las opciones prcticas y polticas de las clases y sussegmentos; y los valores influencian la actividad cognitiva como un todo el conjunto de la investigacin- y no nicamente la definicin del problema, la respuesta est hondamente determinada por la formulacin de la pregunta.

Sin embargo, la obra de Weber como ya dijimos, posee tambin una dimensin historicista, cuyas proposiciones metodolgicas incorporan las siguientes dimensiones: todos los fenmenos culturales y sociales son histricos; los hechos naturales y los histricos no se asemejan; y el objeto y el sujeto estn inmersos en la historia, con la que se identifican, lo que produce una unidad inseparable entre juicio de hecho y de valor, cayendo en un relativismo absoluto, en el cual todas las interpretaciones son verdaderas, pero limitadas y relativas a un punto de vista. En esa perspectiva, el gran esfuerzo del pensamiento es el de en encontrar un conocimiento social universalmente vlido. Esa ambigedad entre positivismo e historicismo es lo que confiere originalidad a Weber, y una especie de circulacin en territorios que estrictamente lo recusaran, por ejemplo la sociologa conservadora americana de fuerte matiz positivista (Parsons) y la sociologa crtica del conocimiento (Mannheim, Lucien Goldmann).

Para operar el proceso de conocimiento a partir de esa ambigedad, Weber desarrolla la metodologa del tipo ideal, cuyo lugar en el proceso de conocimiento es exclusivamente heurstico, pero que constituye el significado del fenmeno cultural para el sujeto que investiga. Segn Tragtenberg (1980), el tipo ideal de Weber no se identifica con la conceptualizacin generalizadora de las ciencias naturales, en que uniformidad y regularidad observadas en un fenmeno de la misma clase (especie) son comparadas tratando de identificar caractersticas generales y hechos que se desvan de la regla, por ejemplo la propuesta metodolgica de Durkheim. El tipo ideal describe el movimiento normativamente ideal de una accin racionalmente dirigida a un fin (orientada a un objetivo y con valores claros, con coherencia lgica entre medios y fines), lo cual es contrastado con la realidad, permitiendo situar los fenmenos sociales en su relatividad, en relacin al tipo ideal un sistema comprensivo de conceptos- lo que permite formular en la secuencia hiptesis explicativas. El tipo ideal no existe en la realidad, que fluye, o sea, no se encuentra en la realidad el tipo puro, de modo que no puede ser clasificada de forma rgida. Segn Tragtenberg, el trabajo weberiano se dedic, en el contexto del tenso final del siglo XIX e inicio del XX, con un fuerte movimiento obrero socialista presente, a oponer al descubrimiento marxiano de un factor econmico como determinante del ser social otros factores, principalmente el ambiente cultural, como lo que imprime sentido a la accin humana. Ejemplo de esto son sus trabajos sobre sociologa de las religiones, especialmente el clsico La tica protestante y el espritu del capitalismo (2004), segn el cual, el capitalismo moderno no hubiera sido posible sin el cambio espiritual bsico realizado por la Reforma protestante, en su tendencia especfica hacia el racionalismo econmico, especialmente en el calvinismo, aunque l no considerase al capitalismo como mera consecuencia de ese proceso, sino como un moldeamiento cualitativo del ethos capitalista, lo que constituye un hallazgo importante.

Desde el punto de vista del debate que realizamos en este libro, cmo el recorrido weberiano influencia la tematizacin de la poltica social? Adems de su perspectiva metodolgica, que implica la construccin ideal de tipos, y que mucho ha influenciado el debate y la investigacin comparada de modelos de patrones de proteccin social, sus investigaciones sobre asuntos econmicos y polticos tambin estn presentes en el debate. Ejemplo de eso son sus estudios sobre la constitucin de autoridad y legitimidad que constituyen el Estado una comunidad humana que pretende el monopolio del uso legtimo de la fuerza fsica dentro de un determinado territorio (Weber en apuntes de Tragtenberg, 1980: XXII), para lo que precisa tener una autoridad legtimamente constituida. A partir de ah, en su tambin clsico Las tres formas de dominacin legtima (1984), Weber desarrolla los tipos de autoridad racional-legal, tradicional y carismtica- , cada una de las cuales corresponden a un determinado formato de relacin entre Estado y sociedad, con sus correspondientes criterios de justicia y cuerpo administrativo. De ah deviene la importante discusin acerca de burocracia y del patriarcado. La poltica social sera un mecanismo institucional tpico de la racionalidad legal contempornea.

3- La contribucin de la tradicin marxista

Pasemos, ahora, a observar las potencialidades metodolgicas de la teora social de Marx y del marxismo contemporneo para el abordaje de la poltica social. A nuestra manera de ver, el mtodo crtico-dialctico traza una solucin compleja e innovadora desde el punto de vista de la relacin sujeto-objeto: una perspectiva relacional, que huye del empirismo positivista y funcionalista y del idealismo culturalista.

El anlisis de las polticas sociales como proceso y resultado de relaciones complejas y contradictorias que se establecen entre Estado y sociedad civil en el mbito de los conflictos y lucha de clases que involucran al proceso de produccin y reproduccin del capitalismo, niega la utilizacin de enfoques restringidos o unilaterales, comnmente presentes para explicar su surgimiento, funciones o implicaciones. Los anlisis pluralistas, por ejemplo, habituados al racionalismo tecnocrtico fuertemente inspirado en Weber, la mayora de las veces, se limitan a discutir su eficiencia y eficacia en la resolucin de problemas sociales sin cuestionar su (im)posibilidad de asegurar justicia social y equidad en el capitalismo. Este abordaje no consigue ir ms all de la demostracin de la conquista de derechos en la sociedad burguesa, bajo la gida de la expansin de las polticas sociales.

En otro campo analtico, desde los anlisis de Marx sobre la legislacin fabril en Inglaterra (Marx, 1984) hasta las producciones ms recientes en el campo marxista, sobre todo partir de los aos 1970, se problematiza el surgimiento y el desarrollo de las polticas sociales en el contexto de la acumulacin capitalista y de la lucha de clases, con la perspectiva de demostrar sus lmites y posibilidades en la produccin de bienestar en las sociedades capitalistas (Mishra, 1995). Ese campo, sin embargo, no es homogneo, y algunos autores de esa tradicin terica tambin restringen el anlisis de las polticas sociales a explicaciones unilaterales y empobrecidas. Despus de todo, sabemos que hubo momentos histricos de invasin positivista en la tradicin marxista, por ejemplo de sus fronteras con el positivismo el estructuralismo- y con otras tradiciones tericas, resultando en formulaciones eclcticas . Son ejemplo de anlisis unilaterales en el campo de la poltica social aquellos que sitan el surgimiento de las polticas sociales como iniciativas exclusivas del Estado para responder a demandas de la sociedad y garantizar hegemona o, en otro extremo, explican su existencia exclusivamente como resultado de la lucha y presin de la clase trabajadora. En ambas predomina una visin del Estado como esfera pacfica, desprovisto de intereses y lucha de clases. Tambin son ejemplares, en esa direccin, los abordajes que, al estudiar los efectos de las polticas sociales, las entienden slo como funcionales a la acumulacin capitalista, tanto desde el punto de vista econmico como poltico. Desde el ngulo econmico, las polticas sociales asumen la funcin de reduccin de los costos de reproduccin de la fuerza de trabajo y elevan la productividad, as como mantener elevados niveles de demanda y consumo, en pocas de crisis. Desde el ngulo poltico, las polticas sociales son vistas como mecanismos de cooptacin y legitimacin del orden capitalista, por la va de la adhesin de los trabajadores al sistema.

Estos enfoques no son en s equivocados, pues las polticas sociales asumen de hecho esas configuraciones. Pero son insuficientes y unilaterales porque no exploran suficientemente las contradicciones inherentes a los procesos sociales y, en consecuencia, no reconocen que las polticas sociales pueden ser centrales en la agenda de lucha de los trabajadores y en el cotidiano de sus vidas, cuando consiguen garantizar beneficios para los trabajadores e imponer lmites a los beneficios del capital. Marx al analizar las primeras legislaciones fabriles de Inglaterra en el siglo XIX, reconoce que esas legislaciones sociales, al imponer lmites al capital, representan una victoria de la economa poltica del trabajo (Marx, 1984). Tal reconocimiento no puede inducir a una mistificacin de las polticas sociales, que adems no constituiran un proceso social estrechamente analizado por l, por no estar generalizado en su tiempo. Sin embargo, se puede considerar el captulo de El capital sobre la jornada de trabajo y la legislacin fabril como de fundamental importancia para comprender ese tema. El anlisis marxiano mostr claramente la impotencia de las legislaciones fabriles en la superacin del orden burgus, pero revel su carcter contradictorio, sus multicausalidades y multifuncionalidades.

La investigacin bajo el enfoque del mtodo de la crtica de la economa poltica propuesto por Marx consiste, entonces, en situar y analizar los fenmenos sociales en su complejo y contradictorio proceso de produccin y reproduccin, determinado por mltiples causas en la perspectiva de totalidad como recurso heurstico, e insertos en la totalidad concreta: la sociedad burguesa. Como reconoce Lenin, Marx no nos dio una lgica, sino la lgica del capital (apuntes de Lowy, 1985), o sea, la condicin histrica y social de la poltica social debe ser extrada del movimiento de la sociedad burguesa. En esa perspectiva, que es crtica, histrica y ontolgica, el sujeto que quiere conocer no slo describe, mapea o retrata. Ese es un trabajo pre-terico importante. Pero lo central en esa lnea de anlisis es que el sujeto procura reproducir idealmente el movimiento del objeto, extraer del objeto sus caractersticas y determinaciones, reconstruyndolo en el nivel del pensamiento como un conjunto rico de determinaciones que van ms all de sus manifestaciones inmediatas.

Las consecuencias de esa perspectiva para la relacin sujeto/objeto son las siguientes: este es un sujeto activo, inquieto, que indaga al objeto, procurando ver lo que pasa en l, su movimiento real. Sujeto y objeto son histricamente situados y en relacin, considerando las particularidades de las relaciones sociales como objeto, de forma que no hay ninguna perspectiva de neutralidad y la condicin para una aproximacin ms profunda en relacin al movimiento esencial del objeto es exactamente el reconocimiento de esa determinacin de las visiones sociales del mundo que impregnan sujeto y objeto.

El mtodo, en la perspectiva marxista, no se confunde con tcnicas o reglas intelectuales como las que analizamos en los tems anteriores: es una relacin entre sujeto y objeto que permite al sujeto aproximarse y apropiarse de las caractersticas del objeto. En esta perspectiva, el conocimiento no es absoluto, pero es posible aprehender las mltiples determinaciones de los procesos sociales histricamente situados, porque el ser social se objetiva la sociabilidad es objetivacin. Sin embargo, la sociabilidad burguesa se objetiva de forma fetichista en las formas econmicas y relaciones sociales, con lo que se torna decisivo no sucumbir a la ilusin social as producida, para poder vislumbrar la esencia por detrs de esa ilusin (Lukcs, 1989:20).

La investigacin marxista se caracteriza as, por no dejarse engaar por aspectos y semejanzas superficiales presentes en los hechos, procurando llegar a la esencia del fenmeno (Marx, 1982). Es en esta perspectiva que se sita el anlisis de las polticas sociales en este trabajo. Estas no pueden ser percibidas solamente en su expresin fenomnica. Buscamos captar su movimiento esencial en la sociedad burguesa, desde sus orgenes hasta el da de hoy. Para realizar esa va metodolgica huyendo de definiciones y buscando determinaciones, es preciso aprender que el fenmeno muestra la esencia y, al mismo tiempo, la esconde, pues la esencia se manifiesta en el fenmeno, pero slo de un modo parcial, o bajo ciertos ngulos y aspectos. El fenmeno aparentemente muestra algo que no es l mismo y vive gracias a su contrario. La esencia no se da inmediatamente, ella es mediada por el fenmeno y se manifiesta en algo diferente de aquello que es. Sin embargo, la esencia se manifiesta en el fenmeno y, por eso, el fenmeno revela la esencia (Kosik, 1986:12). De este modo, las polticas sociales no pueden ser analizadas nicamente a partir de su expresin inmediata como hecho social aislado. Al contrario, deben ser situadas como expresin contradictoria de la realidad, que es la unidad dialctica del fenmeno y de la esencia.

Para abordar las polticas sociales en su complejidad histrico-estructural, se supone que existe algo susceptible de ser conocido como estructura del fenmeno, como esencia del fenmeno, y que existe una verdad oculta en las manifestaciones primeras de los fenmenos (Kosik, 1986). La existencia de lo real y las formas fenomnicas de la realidad son diferentes y muchas veces absolutamente contradictorias en relacin a la lgica interna del fenmeno, su ncleo esencial. Los fenmenos que pueblan el cotidiano y la esfera comn de la vida humana con su regularidad, inmediatismo y evidencia- penetran en la conciencia, asumiendo un aspecto independiente y natural, y constituyen lo que Kosik (1986:11) denomina pseudoconcrecin. El anlisis fenomnico de la realidad, que no llega a su esencia, pertenece a este mundo de la pseudoconcrecin y se limita a la descripcin y comprensin: del mundo de los fenmenos externos (que se desarrollan en la superficie de los procesos esenciales); del mundo del trfico y la manipulacin (praxis fetichizada de los hombres); del mundo de las representaciones comunes (proyecciones de los fenmenos externos en la conciencia de los hombres); y del mundo de los objetos fijados, que dan la impresin de ser condiciones naturales y no son reconocidos como accin de los hombres (Kosik, 1986:11).

As, descubrir la esencia de los fenmenos, en la perspectiva crtica-dialctica, presupone situarlos en la realidad social bajo el punto de vista de la totalidad concreta que, antes que nada, significa que cada fenmeno puede ser aprendido como un momento de la totalidad. Un fenmeno social es un hecho histrico en la medida en que es examinado como momento de una determinada totalidad y desempea una funcin doble: definir a s mismo y definir el todo, ser al mismo tiempo productor y producto, conquistar el propio significado y al mismo tiempo conferir sentido a algo ms (Sweezy, 1983). En ese sentido, todo fenmeno social analizado, y aqu se ubican las polticas sociales como procesos sociales inscriptos en la sociedad burguesa, debe ser comprendido en su mltiple causalidad, as como en su mltiple funcionalidad en el mbito de la totalidad concreta, como principio estructurante de la realidad. La totalidad concreta es un complejo constituido de complejos que se articulan, es un campo de fuerzas contradictorias que dan vida y movimiento a esa totalidad y una dimensin de proceso, con lo que se incorpora la dimensin fustica (Goethe) de la negacin.

La totalidad comprende la realidad en sus ntimas y complejas determinaciones, y revela, bajo la superficie de los fenmenos, sus conexiones internas, necesarias para su aprehensin. Se coloca en anttesis a la posicin del empirismo, que considera las manifestaciones fenomnicas y causales no llegando a alcanzar la esencia de los fenmenos. Desde el punto de vista de la totalidad, se comprende la dialctica como causalidad de los fenmenos, de la esencia interna y de los aspectos fenomnicos de la realidad, de las partes y del todo, del producto y de la produccin. Ocurre una deformacin del concepto y una banalizacin de la totalidad cuando esta es explicada de forma simplista como todo est en relacin con todo o el todo es ms que la suma de las partes. En la filosofa materialista, histrica y dialctica, la totalidad no significa la suma de todos los hechos. En trminos de Kosik totalidad no significa todos los hechos, significa: realidad como un todo estructurado, dialctico, en el cual o del cual un hecho cualquiera (clases de hechos, conjunto de hechos) puede llegar a ser racionalmente comprendido. Acumular todos los hechos no significa an conocer la realidad; y todos los hechos (reunidos en su conjunto) no constituyen, tampoco, la totalidad (Kosik, 1986:35-36).

El autor explica que la dialctica de la totalidad concreta no tiene la intencin de conocer todos los aspectos de la realidad, sin excepciones, ni pretende ofrecer un cuadro total de la realidad, en la infinidad de sus aspectos y propiedades. En verdad, los hechos expresan un conocimiento de la realidad si son comprendidos como hechos de un todo dialctico, esto es, determinados y determinantes de ese todo, de modo que no pueden ser entendidos como hechos aislados. No pueden ser comprendidos y explicados como tomos inmutables, indivisibles e indemostrables, o sea, al referirnos a las polticas sociales, estas no pueden ser interpretadas como hechos en s, sino como partes estructurales de la totalidad (Kosik, 1986:36).

La perspectiva del mtodo dialctico materialista no es captar y agotar todos los aspectos, caracteres, propiedades, relaciones y procesos de la realidad. Es, s, una teora de la realidad y del conocimiento que se tiene de ella como totalidad concreta. La dialctica comprende la realidad como un todo que posee su propia estructura (no es catica), que se desenvuelve (no es inmutable, ni dada de una vez y para siempre) que se va creando, (no es un todo perfecto y acabado, es histrica y social). Para Kosik (1986:52), la totalidad concreta como concepcin dialctico-materialista del conocimiento de lo real es un proceso que comprende algunos momentos indivisibles: el primero es la destruccin de la pseudoconcrecin (o sea, de la fetichizada y aparente objetividad del fenmeno) y el conocimiento de su autntica objetividad; el segundo es el reconocimiento del carcter histrico del fenmeno; y el tercero es el conocimiento del contenido objetivo y del significado del fenmeno, de su funcin objetiva y de su lugar histrico (Kosik, 1986:52).

El mtodo dialctico de aprehensin de lo real en sus ricas determinaciones consiste en elevarse de lo abstracto a lo concreto siendo esta la manera de proceder del pensamiento para apropiarse de lo concreto pensado (Marx, 1982:14). Lo concreto es la sntesis de mltiples determinaciones, asumiendo la caracterstica de unidad de lo diverso. El pensamiento solo puede comprender lo concreto en un proceso de sntesis, a partir de la reconstruccin progresiva de ese concreto, en aproximaciones sucesivas, rechazando suposiciones simplificadoras, y teniendo en cuenta cada vez un nmero mayor de fenmenos reales. En ese movimiento, es preciso identificar las mltiples determinaciones y relaciones del fenmeno e investigar las categoras generales (partes del todo) para, a travs del anlisis de la estructura interna del fenmeno, llegar a su sntesis (Rosdolsky, 2001).

Al explicar ese movimiento dialctico, Kosik nos aclara que el todo no es inmediatamente accesible al conocimiento por el hombre, de modo que, para comprender ese todo, para tornarlo claro y explicarlo, el hombre necesita hacer un desvo: lo concreto se torna comprensible a travs de la mediacin de lo abstracto, el todo a travs de la mediacin de las partes (Kosik,1986:30).

Es un movimiento en el cual todo inicio es abstracto, porque lo concreto en este momento es punto de partida cuando todava se manifiesta aparentemente. A partir de la negacin de la inmediaticidad y de la evidencia, se busca la superacin de este momento para llegar a la concrecin de los fenmenos, que ahora se constituyen como un rico complejo de determinaciones. Para Kosik, el progreso de lo abstracto a lo concreto es, por consiguiente, en general un movimiento de las partes hacia el todo y del todo hacia las partes; del fenmeno hacia la esencia y de la esencia hacia el fenmeno; de la totalidad hacia la contradiccin y de la contradiccin hacia la totalidad, desde el objeto hacia el sujeto y del sujeto hacia el objeto (Kosik, 1986:30).

Ese movimiento en espiral y por aproximaciones sucesivas exige del investigador un proceso de decisin sobre lo que se debe abstraer y lo que no se debe, sobre la definicin del problema de investigacin y sobre los elementos esenciales de ese problema. La tarea de abstraccin, nos dice Sweezy, es colocar lo esencial en relieve y tornar posible su anlisis (1983:24). Para hacer eso, es preciso formular proposiciones iniciales sobre lo que es esencial, desarrollarlas y comparar las conclusiones con los datos proporcionados por la experiencia, de modo de descubrir las verdaderas interrelaciones entre los factores econmicos y no econmicos en la totalidad.

El pensamiento que quiere conocer las polticas sociales en sus mltiples dimensiones y determinaciones no se contenta entonces, con los esquemas abstractos de explicacin, ni con las simples y evidentes representaciones del sentido comn. Por el contrario, se esfuerza por develar el significado real de las polticas sociales que se esconde bajo el mundo fenomnico de la apariencia. No considera las polticas sociales como productos fijos, como objetos reificados (cosificados), como algo independiente y a-histrico. No acepta su aspecto inmediato y aparente. Al contrario, ese pensamiento utiliza el mtodo dialctico materialista que permite comprender y revelar que las formas cosificadas se diluyen, pierden su rigidez y naturalidad para mostrarse como fenmenos complejos, contradictorios y mediados, como producto de la praxis social de la humanidad.

Desde este ngulo, el estudio de las polticas sociales debe considerar su mltiple causalidad, las conexiones internas, las relaciones entre sus diferentes manifestaciones y dimensiones. Desde el punto de vista histrico, es preciso relacionar el surgimiento de la poltica social a las expresiones de la cuestin social que poseen un papel determinante en su origen (y que dialcticamente tambin sufren los efectos de la poltica social). Desde el punto de vista econmico, se hace necesario establecer relaciones de la poltica social con las cuestiones estructurales de economa y sus efectos para las condiciones de produccin y reproduccin de la vida de la clase trabajadora. Dicho de otra forma, es necesario relacionar las polticas sociales a las determinaciones econmicas que, en cada momento histrico, atribuyen un carcter especfico y una configuracin determinada al capitalismo y a las mismas polticas sociales, asumiendo as, un carcter histrico-estructural. Desde el punto de vista poltico, se preocupa en reconocer e identificar las posiciones tomadas por las fuerzas polticas enfrentadas, desde el papel del Estado hasta la actuacin de grupos que constituyen las clases sociales y cuya accin es determinada por los intereses de clase en que se sitan.Estas dimensiones historia, economa, poltica y cultura- no pueden y no deben ser entendidas como partes estancas que se separan o se complementan, sino como elementos de la totalidad, profundamente imbricados y articulados. Una dimensin fundamental y orientadora de anlisis es la idea de que la produccin es el ncleo central de la vida social y es inseparable del proceso de reproduccin, en el cual se inserta la poltica social sea como estimuladora de la creacin de plusvala socialmente producida, sea como reproduccin de la fuerza de trabajo (econmica y poltica). En ese sentido, la teora del valor-trabajo, cuya operacin tambin es histrica y permeable a la accin de los sujetos no es, por lo tanto, una especie de respiracin natural del capitalismo-, constituye una herramienta importante para pensar la poltica social, ya que esta es una mediacin en el circuito del valor. La condicin/posibilidad de implementar polticas sociales se relaciona a los movimientos de la tasa de lucro y de extraccin/realizacin/apropiacin de la plusvala socialmente producida, a la relacin capital/trabajo, en sentido poltico y econmico, y que est en el origen de los grandes ciclos econmicos de estancamiento y expansin del capitalismo. Tanto que su articulacin fui conmemorada en la posguerra, en los llamados aos gloriosos, y tambin fue execrada en la hegemona neoliberal, tomada como derrochadora, cuando las clases dominantes no se vinculan ms al pacto de los aos de crecimiento y critican los impuestos excesivos para mantener pretendidos privilegios.

El anlisis de las polticas sociales bajo el enfoque dialctico precisa considerar algunos elementos esenciales para explicar su surgimiento y desarrollo. Lo primero es la naturaleza del capitalismo, su grado de desarrollo y las estrategias de acumulacin prevalecientes. Lo segundo, es el papel del Estado en la regulacin e implementacin de las polticas sociales, y lo tercero, es el papel de las clases sociales. En esa direccin, no se puede explicar la gnesis y desarrollo de las polticas sociales sin comprender su articulacin con la poltica econmica y la lucha de clases. Es imprescindible analizar aspectos centrales de la poltica econmica como ndices de inflacin, tasas de inters, tasas de importacin/exportacin, distribucin del producto interno bruto en los presupuestos de las polticas econmica y social, grado de autonoma del Estado en la conduccin de la poltica econmica, acuerdos realizados con organismos internacionales como Fondo Monetario Internacional, grado de acumulacin y concentracin de la riqueza socialmente producida, de modo de mostrar sus efectos en la conformacin de las polticas sociales.

En el mbito poltico, es imprescindible comprender el papel del Estado en su relacin con los intereses de las clases sociales, sobretodo en la conduccin de las polticas econmica y social, de manera de identificar si se pone nfasis en la inversin social o privilegia polticas econmicas; si acta en la formulacin, regulacin y ampliacin (o no) de derechos sociales, si posee autonoma nacional en la definicin de las modalidades e inclusin de las polticas sociales o sigue imperativos de los organismos internacionales; se si se invierte en polticas estructurantes de generacin de empleo y renta, si fortalece y respeta la autonoma de los movimientos sociales; si la formulacin e implementacin de derechos favorece a los trabajadores o a los empleadores. En fin, debe evaluarse el carcter y las tendencias de accin estatal e identificar los intereses que se benefician con sus decisiones y acciones.

De la misma forma, es fundamental identificar las fuerzas polticas que se organizan en el mbito de la sociedad civil e interfieren en la conformacin de la poltica social, de modo de identificar sujetos colectivos de apoyo y/o de resistencia a determinada poltica social, as como como su vinculacin a intereses de clase. Esas fuerzas sociales pueden situarse tanto en el mbito de los movimientos sociales de defensa de los trabajadores, como en la defensa de intereses de empleadores y empresarios, as como como de organizaciones no gubernamentales que muchas veces se autoproclaman imparciales y que, sometidas a un anlisis minucioso, terminan revelando sus intereses de clase.

Hay tambin una dimensin cultural, que est relacionada a la poltica, considerando que los sujetos polticos son portadores de valores y del ethos de su tiempo. Si relacionamos las polticas sociales a las estrategias de hegemona, eso significa su configuracin a partir de una direccin intelectual y moral, que est imbricada a los proyectos sociatarios con implicancias para la concepcin y la legitimidad de determinados niveles de proteccin. Ejemplo de eso es el perodo en que estamos viviendo, de retorno de los valores liberales, de responsabilizacin individual por la condicin de pobreza, lo que justifica ideo culturalmente la focalizacin de las polticas sociales. De acuerdo con Motta (1995), la ofensiva neoliberal tambin forja una cultura de la crisis, que da nuevos formatos a la seguridad social en la contemporaneidad. Considerando la importancia de los medios de comunicacin masiva, esa dimensin, hoy particularmente, no puede ser remitida a un lugar menor en la totalidad concreta.

Tales elementos no constituyen tpicos o indicadores de anlisis, al contrario; al contrario, son referencias que ayudan a situar y a comprender el sentido y significado de las polticas sociales y permiten identificar tanto las determinaciones econmicas como las relaciones de poder, de coercin y amenaza, legal y polticamente sancionadas que determinan los lmites o el grado de bienestar social que la poltica social tiene condiciones de producir en el mbito del capitalismo (Offe ,1991). Por otro lado, son indicativos que permiten observar las contradicciones y los movimientos objetivos y subjetivos que componen ese proceso y situar a la poltica social en el contexto de los proyectos societarios, en especial su lugar en la agenda contra-hegemnica de los trabajadores.

Finalizando, cabe referir que la perspectiva de superacin del mundo del capital articulada a la gua del mtodo y que es indisociable de este ltimo- constituye un elemento orientador importante del anlisis que ser desarrollado en los prximos captulos de este libro. Como nos ensea Lukcs, la sociedad burguesa la totalidad concreta y sus contradicciones- es el sustrato del mtodo, cuya proposicin central es develar tales contradicciones buscando alimentar un proyecto de transformacin social. Se trata de un nivel de observacin radicalmente crtico, y que no reconoce en el mundo del capital ninguna posibilidad de conjugacin positiva entre su acumulacin y el principio de igualdad. Por lo tanto, si la poltica social es una conquista civilizatoria y la lucha por su defensa sigue siendo fundamental, pudiendo ganar en pases como Brasil una radicalidad interesante, ella no es la va de solucin de la desigualdad que es intrnseca a este mundo, basado en la explotacin del capital sobre el trabajo, en el fetichismo de la mercanca, en la escasez y en la miseria en medio de la abundancia. El ltimo periodo de la historia de la humanidad trat de deshacer la ilusin de Marshall (1967), para quien las conquistas de ciudadana podran superar la desigualdad. El neoliberalismo y su actual salida belicista muestran que hubo una especie de revancha de la desigualdad sobre la ciudadana. Lo que paradojalmente atribuye una radicalidad inusitada a la lucha en defensa de la ciudadana, en la cual se incluyen los derechos sociales y humanos.

Filmografa recomendada:

-Un da, un gato. Checoslovaquia. 1963. Direccin: Wojtech Jasny, 90 min.

-Isla de las flores. Brasil. 1989. Direccin. Jorge Furtado. 13 min.

-Secretos y mentiras. Inglaterra/Francia. 1996. Direccin: Mike Leigh, 142 min.

Para profundizar acerca del historicismo, sus principales corrientes y autores, consultar Lowy (1987).

Las principales obras de Parsons son La estructura de la accin social (1937) y Los sistemas en las sociedades modernas (1960), que pueden ser encontradas en varias ediciones. La principal obra de Karl manheim es Ideologa y utopa (1986). Lucien Goldmann public la Sociologa del romance (1967), La creacin cultural en la sociedad moderna (1972) y Ciencias humanas y filosofa (1986).

Sobre el pluralismo en el anlisis de la poltica social, consultar Draibe y Aureliano (1989) y Muller y Surel (1998).

Ver en Anderson (1976), Quiroga (1991), Coutinho (1972).

Esta es una obra imprescindible para la comprensin de las ideas de contradiccin y negacin, y que tienen una fuerte influencia en la obra marxiana. Ver Goethe, 2006.

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