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LA TÉCNICA Y EL TIEMPO 3 El tiempo del cine y la cuestión del malestar Bernard S fieg/er Editorial Hiru Hondarribia 2004

Bernard Stiegler La Técnica y El Tiempo III

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LA TÉCNICA Y EL TIEMPO

3El tiempo del cine

y la cuestión del malestar

Bernard S fieg/er

Editorial HiruHondarribia

2004

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Rcscrv.ulos iodos los derechos.Queda prohibido reproducirtor.rl o parcialmente esta obrapor cualquier medio, sin permisoprevio de eSla Editorial.

LA TÉCNICA Y EL TIEMPO

"1." II''/I/!/qlll' ct /,. 11'111/,/' (Tolllo ] ll)ID lkl'lmd Sliegler(\,) "lxhrions C;alilée" 2001

3El tiempo del cine

y la cuestión del malestar

l~')de 1:\ traducción: Beatriz ;\[oralcs Bastos1l,1 .\rglralerxe Hiru, S.L.

¡\p:m:ldo Correos N° 1842\l2~\l l londarribia (Cipuzko,\)

c-mail: hiru(ú)~usk:\lnet.net\I'\I'\\'. hiru-cd.corn

Bemard S tiegler

Disc'lio de la colección:1 :/'" ¡·(¡re .•.1

x Iaquciación:

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Traducción:

Beatriz Morales Bastos

Impresil'lIl: (;Iii/ird.,. Uz"r/il. SL.Dep,')'lt(l Legal: {\¡\-.;078-2tl04ISBl'\: X4-95786-77-X

( )bra publicada con la ayudadel i\lilli~tcri() francés de Cultura-Centre Narional du Livre

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1. El deseo de historias

La tendencia a creer en historias y fábulas, la pasión por los cuen tos,que aún habitan en el anciano que se las satisface al niño, se mantienende generación en generación porque son el vínculo entre estas genera-ciones. Insaciables, prometen otras generaciones futuras, la escritura denuevos episodios de una vida futura, que hay que inventar, que fabular.

Este muy arcaico deseo del relato domina todavía a las sociedadesmodernas: anima los más complejos y secretos engranajes. Pero las con-diciones para satisfacerlo se han transformado radicalmente.

Se ha convertido en e! objeto de una actividad industrial a escala mun-dial. Lo que Horkheimer y Adorno llamaron las "industrias culturales"constituye desde ahora el centro mismo del desarrollo económico, cuyomás íntimo resorte sigue siendo sin duda e! más antiguo deseo de histo-rias -que es él mismo la llave del deseo en general. Pero este deseo estáactualmente tan sometido a las condiciones de desarrollo de las industriasdela transmisión, cuyo triunfo conocen este final del siglo XX e inicio deltercer milenio, que podemos preguntamos sobre la perennidad de la posibi-lidad misma de transmitir, cuando menos como acto de una herencia, efec-tividad de una relación y enunciacion de tina filiación entre generaciones.

El comercio mundial se desarrolla movilizando unas técnicas depersuasión que deben todo a las artes de la narración. Ningún aconte-cimiento sucede independientemente de! deseo de historias. Las redes

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·-

mediáricas y las industrias de programas explotan esta inclinación a lafábula utilizando sistemáticamente los recursos específicos de las técni-cas audiovisuales: e! cine ocupa un lugar muy particular en este hori-zonte de cuestiones inmensas,

Las técnicas de la imagen y de! sonido -conjugadas desde hace pococon la informática y las te!ecomunicaciones- suscitan la creencia en lashistorias que ellas cuentan con una potencia completamente singular,nunca igualada, Pero al mismo tiempo arrojan la duda y siembran laincredulidad respecto al porvenir de! mundo que ellas contribuyenampliamente a conmocionar.

Si la intluencia de la narración filmada sobre su público procedefundamentalmente del más antiguo deseo de historias, de un deseo quese encuentra en cualquier época de la humanidad y precede a cualquierera particular de las artes y de las maneras de hacer creer en estas histo-rias, sin embargo hay que analizar con todo detalle la singularidad de lastécnicas aparecidas C011 el cine, que dominan más que nunca e! con-junto de las producciones de las llamadas industrias "de programas",para poder dar cuenta de la incomparable eficacia de la imagen animadasonora, para comprender el extraordinario efecto de creencia que éstaproduce sobre su espectador, para explicar cómo y' por qué el cine, C017-

vertido en televisión, es decir, en red técnica productora y difusor de sÍm-bolos producidos por una industria planetario; puede colmar el deseo uni-versal de ficción y con ello mismo condicionar el devenir de toda la huma-nidad a riesgo de agotar su deseo de historias,

Este análisis es tanto más necesario cuanto que la singularidad de!cine revela la singularidad del "alma humana" en tanto que tal: cxhu-ma tecnológicamente e! "mecanismo" de! "arte escondido" en sus "pro-fundidades".'

2. El aburrimiento

¿ Quién, alicaído en un domingo por la tarde de otoño, una de esastardes en las que no se tiene ganas de hacer nada y en las que, sinembargo, uno se aburre .de no hacer nada, quién no ha experimentadoe! modesto deseo de ver una película vieja, cuya historia poco importe,ya sea en el cine de aliado si se habita en una ciudad y se tiene un pocode dinero, ya sea en e! vídeo si se posee uno, ya sea, cansado, encen-diendo la televisión donde finalmente, aunque no haya una películasino una serie mediocre, incluso una emisión miserable, sin embargo sedejará llevar por el flujo de las imágenes?

¿Por qué no apaga entonces la tele para coger un libro, por ejemplo,un libro en el que se cuente una bella historia, una historia sólida y bienescrita? ¿Por qué en esos domingos por la tarde el movimiento de lasimágenes prevalece sobre el de las palabras inscritas en los libros bellos?

Es que no se puede hacer otra cosa que mirar. Y aun cuando lo quese mira sea una bobada, a poco que el director tenga alguna habilidadpara explotar las posibilidades video-cinematográficas, sabrá atraernuestra atención sobre el curso de las imágenes de tal manera que, seancuales sean, querremos ver las siguientes, Nos adheriremos al tiempo deeste transcurso, nos olvidaremos en él, nos perderemos quizá en él (per-deremos nuestro tiempo en él) pero, sea como sea, habremos sido losuficientemente captados, si no cautivados, como para llegar hasta e!final. Durante los noventa o cincuenta y dos minutos que habrá durado

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este pasatiempo, el tiempo de nuestra conciencia habrá pasado total-mente en e! de estas imágenes en movimiento, unidas entre ellas porruidos, sonidos, palabras y voces. Noventa o cincuenta y dos minutos denuestra vida habrán pasado fuera de nuestra vida real, en una vida o enlas vidas de los personajes, reales o ficticios, a cuyo tiempo nos habre-mas adaptado, cuyos acontecimientos, que nos ocurrirán como les hanocurrido a ellos, habremos adoptado.

Si por suerte la película era buena, nosotros que habíamos acudidoa ella con esa pereza total que sólo autoriza la imagen animada sonora,en la que se puede dejar que se haga todo sin intervenir para nada, nisiquiera, como es el caso de un libro, para recorrer las frases escritas yvolver las páginas con cuidado de no perder el hilo del texto, en el casode que la película sea buena saldremos, sin embargo, menos perezososy incluso rehenchidos de vida, cargados de emociones y de deseos deactuar o habitados por una nueva visión de las cosas, y la máquina cine-matográfica, haciéndose cargo de nuestro aburrimiento, lo habrá trans-formado en energía nueva, lo habrá transustanciado, habrá hecho aLgode nada -de este sentimiento terrible, casi mortal, de un domingo por latarde de nada. El cine nos habrá devuelto la espera de algo, que debevenir, que vendrá y que nos vendrá de la vida: de esta vida que se supo-ne que no es ficticia y que reencontramos cuando al abandonar la salaoscura nos sumimos en la luz del día que se acaba.

3. Los dos principios fundamentales del cine

En el cine nunca tenemos que tener cuidado de no perder e! hilo de!texto: no hay texto. 0, de haber uno, entra en nosotros sin que tenga-mos que ir a buscado. Se enlaza con nuestro tiempo, se convierte en eltejido temporal de estos noventa o cincuenta y dos minutos de concien-cia inconsciente que caracteriza al ser extrañamente inmovilizado por elmovimiento que es el espectador de una película.

Es que el cine conjuga dos principios fundamentales:

l. El registro cinematográfico es una extensión de la fotografía. Lafotografía es una técnica de registro analógico que he analizado, en Ladesorientación', como este efecto de real del que Roland Barthes habíadado cuenta demostrando que el noema de la foto es el "esto-ha-sido".

Llamo "referente fotográfico" no a la cosa [acultauuamentereal a la que remite una imagen o un signo, sino a la cosanecesariamente real que ha sido colocada ante el objetivo, sinla cual no habría fotografía. La pintura, por su parte, puedefingir la realidad sin haberla visto. [oo.] En la fotografía,nunca puedo negar que la cosa ha estado ahí. Hay doble rea-lidad conjunta: de realidad y de pasado.Mirando una foto, Incluyo fatalmente en mi mirada elpensa-miento de este instante, por breve que sea, en el que una cosa realse encuentra inmóvil ante el ojo. Transfiero a la toma pasada lainmovilidad de la foto presente, y es esta detención lo queconstituye la pose.'

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El instante de la toma coincide con el instante de lo que es captado yes en esta co-incidencia de dos instancias donde se funda la posibilidadde la conjuncián de pasado y de realidad que permite esta "transferen-cia" de la inmovilidad de la foto en la que el presente del spectator coin-cide a su vez con el aparecer delspectrum.4

2. Cuando se hace sonoro, el cine integra igualmente el registrofonográfico. El fonograma, como la foto, procede de una técnica dememorización artificial analógica. Por esa razón, lo que es verdadero dela foto lo es también, hasta cierto punto, de todo fonograma: cuandoescucho un concierto grabado en un disco, incluyo en mi audición queeste concierto "ha sido", ha tenido lugar. Pero la verdad de la foto sóloes la del fonograrna hasta un cierto punto porque en el fonograma tengoque ver con un objeto fluido, con un transcurso que modifica los térmi-nos del análisis: el objeto musical es un flujo en el que es imposible pro-ceder a una ruptura sonora instantánea. No conoce pose: compete a lafenomenología de lo que Edmund Husserlllamaba objetos temporales.

Si el cine puede ser sonoro es porque la película, en tanto que técni-ca de registro fotográfico capaz de restituir el movimiento, es ella mismaun objeto temporal que compete a análisis fenomenológicos propios deeste tipo de objeto. Una película, como una melodía, es esencialmenteun flujo: se constituye en su unidad como un transcurso. Este objetotemporal, en tanto que flujo, coincide con el flujo de la conciencia delque es el objeto -la conciencia del espectador.

Conclusión de estas dos observaciones, la singularidad de la técnicadel registro cinematográfico resulta de la conjunción de dos coincidencias:

- por un lado, la coincidencia fotofonográfica entre pasado y reali-dad ("hay doble posición conjunta: de realidad y de pasado"), que indu-

ce este "efecto de real", es decir, de creencia, en el que el espectador esinstalado por anticipado por la técnica misma;

- por otro lado, la coincidencia entre el flujo de la película y el flujode la conciencia del espectador de esta película que por el juego delmovimiento creado entre las poses fotográficas, relacionadas entre ellaspor el flujo fonográtlco, desencadena el mecanismo de adopción comple-ta del tiempo de la película por el tiempo de la conciencia del especta-dor que en tanto que es ella misma un flujo, se encuentra captada y"canalizada" por el movimiento de las imágenes. Este movimiento,investido del deseo de historias que vive en todo espectador, libera losmovimientos de conciencia típicos de la emoción cinematográfica.

4. La conciencia de "la ilusión cinematográfica"

En La imagcn-mouimicnto, Gilles Deleuze trata de invertir lo queHenri Bcrgson dice de la "ilusión cinematográfica" en La evolución cre-adora y que él resume de este modo:

[El cinc] procede con dos datos complementarios: unos cor-tes instantáneos que se llaman imágenes; un movimiento oun tiempo impersonal, uniforme, abstracto, invisible oimperceptible que está "en" la cámara y "con" el que sehacen desfilar las imágenes. El cine nos entrega, pues, unfalso movimiento, es el ejemplo típico del falso movimiento.Pero es curioso que Bergson dé un nombre tan moderno ytan reciente ("cinemJtográfico") a la más vieja ilusión ...d--lay que comprender que, según Bergson, el cine sería sólo

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la proyección, la reproducción de una ilusión constante, uni-versal? ¿Como si siempre se hubiera hecho cine sin saberlo?'

Sin duda Deleuze tiene razón al objetar a Bergson que la reproduc-ción de la ilusión es "también, en cierto modo, su corrección". Pero nosaca todas las consecuencias de ello -precisamente porque no tiene encuenta la especificidad de esta reproducción como técnica de registroanalógico-fotográfico, que integra el "esto-ha-sido" barthesiano, y comofusión de las poses instantáneas en el flujo de un objeto temporal. Poresa razón me parece que fracasa en explicitar lo que significa haber"hecho siempre cine sin saberlo" y en dar cuenta de lo que constituye la

[uerza de la imagen animada.

Husserl es quien ha pensado e! objeto temporal. Si embargo, es deli-cado criticar a Bergson y Deleuze en nombre de Husserl: él mismo des-cuida completamente en su análisis la cuestión de registro. Hay quedecir incluso que la excluye. He tratado de demostrar que con ellocomete un grave error', lo que me ha llevado a formar la hipótesis de unaestructura esencialmente cinemato-gráfica de la conciencia en general,como si ésta hubiera "siempre hecho cine sin saberlo" -lo que explica-ría la fuerza singular de la persuasión cinematográfica. Esta obra se con-sagrará al desarrollo de esta hipótesis. Para hacerla, debo recordar másadelante, resumiéndolo, lo esencial de lo que se estableció en el últimocapítulo de La desorientación, "Objeto temporal y finitud retencional"-pero respecto a una nueva problemática, la de "el efecto Koulcchou",

5. "El efecto Koulecboo"

Husserl se interna en el camino del objeto temporal cuando, en laquinta de las Investigaciones lógicas, trata de dar cuenta de la temporali-dad de toda conciencia como estructura de flujo. La cuestión es enton-ces analizar las condiciones fenomenológicas según las cuales se puedeconstituir este flujo. Ahora bien, para el fenomenólogo es imposible lle-var a cabo estos análisis directamente sobre la conciencia: como suestructura es intencional, toda conciencia es siempre conciencia de algo;dar cuenta de la temporalidad de la conciencia sólo es posible a travésdel análisis de un objeto él mismo temporal.

Husserl encuentra este objeto en 1905: es la melodía. Una melodíaes un objeto temporal en el sentido de que sólo se constituye en su dura-ción. El fenómeno de este objeto temporal es un transcurso. Un vaso,incluso un vaso de agua azucarada, es sin duda un objeto temporal enel sentido de que está en el tiempo y por esta razón se encuentra some-tido a las leyes de la física universal y de la entropía: es temporal porqueno es eterno. Esto es cierto de todo objeto real. Pero el objeto propia-mente temporal no está simplemente en el tiempo: se constituve tempo-ralmente, se trama al hilo del tiempo -como lo que aparece pasando,como lo que pasa, como lo que se manifiesta desapareciendo, comoflujo que se desvanece a medida que se produce. Y es el objeto apropia-do para dar cuenta del tejido temporal de! flujo de la propia concienciaporque el flujo del objeto tem para [ coincide absolutamente con e!flujo de

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la conciencia del que es objeto. Dar cuenta de la constitución del t1ujodel objeto temporal será también dar cuenta de la constitución del Hujo

de la c"onciencia del que es objeto.

En el objeto temporal que es una melodía Husserl descubre la reten-

ción pnmana.

La retención primaria es una especie de recuerdo, pero, sin embar-go, no es el recuerdo-evocación de la memoria. Unas veces Husserlllama a esto rcrrecuerdo, otras el recuerdo secundario.

El recuerdo primario es lo que el ahora de un objeto temporal quecst.i transcurriendo retiene en él de todos los ahora ya pasados de esteobjeto temporal. Aunque hayan pasado, los "ahora" que preceden en elobjeto temporal al actual ahora se mantienen en él y, a este respecto,permanecen presentes ;11 tiempo que se convierten en pasados, perma-necen presentes como habiendo pasado manteniéndose corno tales en elactual ahora -son mantenidos a la vez presentes y ausentes en el actualahora que pasa; y esto, mientras el objeto temporal no ha transcurridocompletamente, pasado completamente.

Cuando escucho una melodía, el objeto se presenta a mí transcu-rriendo. Dur8nte este transcurso, cada una de las notas que se presentaahora retiene en ella la nota que le ha precedido y ésta retiene él la pre-cedente, cte. La nota actual mantiene en ella todas Lis notas que la hanprecedido, es ci "ahora" como mant.enimiento de la presencia del obje-to: el presente del objeto temporal es su mantenimiento. Así es como seconstituye 1<1 unidad del objeto temporal. Porque retiene todas las notas,todos los ahora sonoros que la preceden, la nota presente puede sonarmclódicamente, ser musical, ser armónica o inarmónica, ser verdadera-mente una nota v no sólo un sonido II un ruido.

Por supuesto, estas retenciones primarias no pueden ser confundidascon recuerdos en el sentido de que, por ejemplo, se puede recordar unamelodía que se ha escuchado ayer. Porque en este caso sólo se trataríade una memoria de recuerdo, el recuerdo de algo que ha pasado peroque ya no está presente. Por el contrario, la retención primaria es unaasociación originaria entre el ahora y lo que Husserl llama su "recién-pasado", que permanece presente en el ahora.

El mantenimiento de lo recién-pasado en el presente que pasa es loque concuerda su contenido con lo que se presenta ahora y es lo queilustra de forma evidente la melodía, en la que está claro que la notasólo suena en relación a las notas que la preceden y la siguen (y las quela siguen son aquellas en las que resonará como la retención en la quese habrá convertido (1 su vez, pero cuya venida cuida ahora como pro-tenciones que ella misma entraña y mantiene desde las protcncionesque la han precedido). Es también lo que ilustra de manera particular-mente clara lo que se ha llamado "el efecto Koulcchov'", que FrancoisAlbera considera que no es más que un "mito" y subraya que el propioKoulcchov nunca lo ha descrito y que la experiencia que lo evidenciafue atribuida primero a Poudovkine." Esta experiencia consiste en inscr-tar varias veces el mismo plano de la cara del cómico Mosjoukine envarias secuencias, construidas en torno él este plano montado cada vezcon otros tres planos que representan tres sujetos muy diferentes. Ahorabien, el plano de la cara de Mosjoukinc, siempre idénricarnente elmismo, sin embargo habría sido percibido por los espectadores comotres planos diferentes que reproducen cada uno tres expresiones dife-rentes de una misma cara.

De hecho éste es el "cine" que la conciencia se hace' sin cesar, queproyecta sobre sus objetos lo que les precede en la secuencia donde losinserta y que ella sola produce. De hecho éste es también, en electo, el

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principio mismo de! cine: disponer unos elementos en un solo y mismoílujo temporal.

La teoría husserliana de la retención primaria es la base conceptualmás fecunda para analizar este cine generalizaoo. Franz Brentano es e!primero que ha tratado de pensar la retención primaria de lo "recién-pasado". Pero, según Husserl, ha fracasado en la medida en que plante-aba que la retención primaria, en tanto que pasado originariamenteengendrado por e! ahora presente de la percepción, era una producciónque la imaginación asociaba originariamente, como pasado, a esta per-cepción. En la versión brentaniana, era la imaginación la que destinabaa la retención el índice de pasado y la que al mismo tiempo arrastrabael ahora presente y sus retenciones en el transcurso en el acaba por des-vanecerse e! objeto temporal que pasa. Ahora bien, para Husserl, estepunto de vista e~ inadmisible porque quiere decir que el tiempo de unobjeto temporal es imaginado y no percibido -y, en consecuencia, quelos objetos temporales no son realidades sino efectos de la imaginación:esto viene a ser negar pura y simplemente el propio tiempo.

Sin embargo, planteando que la retención primaria no es un pro-ducto de la imaginación sino el fenómeno de la percepción del tiempopor excelencia, Husserl debe no sólo dútlnguir la retención primaria dela retención secundaria, como fácilmente se comprende que es necesa-rio, sino exactamente oponerlos.'J Oponer los recuerdos primarios a losrecuerdos secundarios, las retenciones primarias de la percepción a losrerrecuerdos de la memoria es instaurar una diferencia absoluta entrepercepción e imaginación, es plantear que la percepción no debe nada ala imaginación y que lo que es percibido no es en ningún caso imagi-nado, no puede en absoluto ser contaminado por las licciones en las queconsisten siempre las producciones de la imaginación: la vida es per-cepción y la percepción no es la imaginación.

En otras palabras, la vida no es el cine. Ni la filosofía.

L;:¡ vida como percepción del presente vivo no 170S cuenta historias.

6. Selección, criterios y registros

Sin embargo, e! "efecto Koulechov" en particular y el cine en gene-ral demuestran que como independencia postulada entre las retencionesrecién pasadas en el presente de un objeto temporal que pasa ahora yelrerrecucrdo del pasado de la memoria en general, esta oposición entrelo primario y lo secundario es un fantasma.

y si se pudiera demostrar que la realidad viva se acomoda siempre ala imaginación, sólo se percibe a condición de ser ficcionada, irreducti-blernentc habitada por fantasmas, quizá entonces se estaría finalmentellevado a decir que la percepción siempre está en relación uansductivacon la imaginación, es decir, que nunca hay percepción sin imaginaciónni lo inverso, ya que la percepción es la pantalla de proyección de laimaginación, al constituir la relación sus términos que, por lo tanto, nola preceden; por lo tanto, uno sería llevado a decir que la vida siempre escine y que por ello "cuando se ama la vida, se va al cine". Como si sefuera al cinc para reencontrar la vida. Para, en cierto modo, resucitar.

La filosofía preguntaría entonces: "¿De dónde vienen estos tantas-mas?". y después preguntaría también: "¿y acaso una vida debe resuci-

tal' incesantemente?".

Estas preguntas son lo que he tratado de afrontar explorando eljuego de un tercer tipo de recuerdo, ni primario, ni secundario, sino ter-

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auno: el tipo al que pertenecen los registros, en todas sus formas, queHusscrl designa él mismo como conciencia de imagen. Veremos tambiénmás adelante", volviéndonos hacia Freud, por qué estas retenciones ter-ciarias son igualmente los soportes de las protcncioucs donde se consti-tuyen las esperas que animan a una conciencia -sobre la base de archi-protenciones que son la muerte, el deseo de reproducción y el deseo degastar, y cuyo seno es el inconsciente.

La retención primaria, dice Husserl, se funda absoluta y únicamen-te en la percepción. Por lo tanto, las retenciones primarias que constitu-ven un objeto temporal no son el fruto de una selección de la conciencia.Porque si la conciencia del tiempo transcurriera seleccionando lo queretiene de lo transcurrido y si, en consecuencia, no retuviera todo lo queha transcurrido, entonces ya no se trataría pura y simplemente de per-cepción sino ya de una especie de imaginación -al menos por defecto.

Sin embargo, basta con haber escuchado dos veces seguidas lamisma melodía para constatar que en ambas audiciones la concienciano escucha con el mismo oído: entre ambas audiciones ocurre algo.' Sedebe a que cada audición da un nuevo fenómeno, más rico si la músicaes buena, menos rico si es mala; a que el melómano (el maníaco de lamelodía) practica la repetición en altas dosis. Evidentemente esta dife-rencia proviene de una alteración en el fenómeno de las retenciones -deuna ya nación de selecciones. La conciencia no retiene todo.

De IIl1a audición el otra ya no se trata del mismo oído precisamente por-qlle el oído de la segunda audición se 1hZ uisto afectado por el primero. Setrata de la misma melodía pero no de los mismos oídos, de la mismaconciencia. La conciencia ha cambiado entre ambas audiciones" porqueha cambiado de oído. Ha cambiado de oído porque le ha ocurrido elacontecimiento de la primera audición.

La conciencia se ve afectada por los fenómenos (jue por regla gene-ral se le presentan, pero lo es de manera particular por los objetos tem-porales. Esto nos importa porque la pc\ícu13, como la melodía, es un .objeto temporal. Por lo tanto, comprender la singularidad del afecto de 'la conciencia por los objetos temporales es empezar a comprender loque constituye la especificidad del cine, su fuerza, y cómo puede trans-[ormat la vida -por ejemplo, hacer adoptar THE AMERlCAN WAY OF

LlFE al 171 II 17 do entero.Esto supone analizar 13 especificid3d de la técnica de registro que

permite el flujo cinematográtlco Y los efectos que éste engendra sobre laconciencia, en tanto que ésta es ya cinematogrúpca en sus principios deselección de los recuerdos primarios -selección que supone unos criteriosde selección, que son proporcionados por el juego de los reCllerdos secun-darios y terciarios asociados, y el conjunto forma un montaje por mediodel cual se constituye la unidad de un flujo -de un Hujo de conciencia,pero que es idéntico en su forma al flujo en el que consiste este objetotemporal que es una película, resultado de un montaje.

Éstas son las condiciones de esta asociación de lo pnmario, losecundario y lo terciario, de este montaje_asociación-de-rctel\ciones que

vamos a explorar ahora.Decimos que la conciencia ha cambiado entre las dos audiciones y

que por esa razón de una audición a otra no selecciona los mismosrecuerdos primarios -aunque el objeto es el mismo, el fenómeno esdiferente cada vez. Pero ahora debemos preguntamos: ÜÓ/IlO es posibleque una conciencia pueda escuchar dos veces .ieg/liduj· el mumo oújeto tem-

poral?De hecho es imposible mientras no exista le técnica de registro anulo-

giccl de una melodía sobre unfonogramcl.

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En otras palabras, el hecho de la selección de las retenciones prima-rias por la conciencia y, por lo tanto, de la intervención de la imagina-ción en el centro mismo de la percepción sólo se ha hecho EVIDENTEpor la retención terciaria que es un fonograma en la medida en que porprimera vez éste hace posible la repetición absolutamente idéntica de unmismo objeto temporal en una multiplicidad de fenómenos que se suce-den como otras tantas circunstancias diversas del solo y mismo objeto.

Examinemos más de cerca esta insigne posibilidad.

Escucho por primera vez una melodía grabada en un soporte fono-gráfIco -analógico o digita\. Vuelvo a escuchar la misma melodía, mástarde. a partir de! mismo disco. Evidentemente, en la nueva audición e!sonido recién pasado, en tanto que constituye una retención primaria ala que se agregan otras retenciones primarias, en tanto que paj'a, ya nopas;}, no sucede exactamente de la misma manera que en e! curso de laprimera audición. Si no, no oiría nada distinto de lo que ya había oído.

Ahora bien, el sonido recién pasado, agregado a los demás sonidosrecién rasados antes que él y que esta vez pasa de distinta manera a laprimera vez, es absolutamente nuevo en su fundamento ya que, al ser elfenómeno otro fenómeno, la audición del mismo fi'agmcnto de músicame aporta tanto otra experiencia de esta música como la conciencia delhecho de que se trata efectivamente de la misma música repetida dosveces, cuyas dos experiencias diferentes me son dadas de este modo y, almismo tiempo, el pase del sonido recién pasado, la retención primariaen la que se constituye el transcurso en su factura propia y original, todoeso debe algo, en su pase mismo, al pase anterior aparentemente desvane-cido, de la audición precedente: ésta le debe su modificacion.

La retención se modifica pasando y con ello se vuelve pasado: laretención como pase es esencialmente modificación de ella misma.

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Ahora bien, esta modificación se arraiga aquí claramente en el recuerdosecundario de la primera audición -ine/lISo si por otra parte supera precisa-mente esta primera audición. Lo que oigo en el curso de la primera audi-ción procede del hecho de que ya lo he oído llllteriormente -pero de elloresulta precisamente Yparadójicamente que ahí oigo otra cosa. Porque laprimera vez no había oído nunca la melodía. La segunda vez, lo yaconocido me da milagrosamente lo desconocido. Lo que se presenta esya conocido, pero esto se presenla a la misma vez de otra manera, de

modo que lo esperado se presenta como inesperado.

Inscrito en mi memoria, la anterioridad de la primera audición com-pete al recuerdo secundario, es decir, a la imaginación Y a la ficción. Loextraño es evidentemente que este ya engendra lo todavía-lIo, que lo ya-oído da lugar a lo todavía-no-oído -que hace eco, como en otra parteveremos, a una espera protencional injertada en un juego de archipro-

tenClones.Es que la conciencia ha cdmbiado entre las dos audiciones porque

ha tenido lugar una vía. La retención primaria es una selección efectua-da segiÍn U1105 criterios establecidos CII el ClIJ'SO de vías precedentes que sonellas 17lismaj' seleccione.i .iCllida,i de otras uias má.i ({ntigllas. y o({(rre así por-que en tanto que memorización, la retención primaria es también un olvi-do primario, una reducción de lo que pasa a un pasado que sólo retiene enél lo que los criterios que constituyen las retenciones .ieclllldarias le per-miten seleccionar. Unas retenciones secundarias habitan de antemano

el proceso de relención primaria.Es el caso cuando ya he oído la melodía, pero también es el caso

cuando todavía no la he oído nunca porque entonces la oigo a partir deuna espera constituida por todo lo que ya me ha sI/cedido musicalmente

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·Ocurre así porque sólo existe IIICIl701/.~{/clóll como olvido y porque sóloexiste olvido en función de criterios -que pueden ser el objeto de unacrítica. Si memorizar no siznificara va olvidar, nada sería retenido oor-

L.J •. l

que nada pasaría, nada sucedería,

Admitamos que dispongo de una memoria infinita y que me acuer-do del día de ayer, ?'IIe acuerdo entonces de cada segundo y fracción desegundo de manera exactamente idéntica, Cuando llego al final de lasveinticuatro horas del día, me acuerdo de que en ese momento meacuerdo del día de ayer, del que de nuevo me empiezo a acordar de cadasegundo idéntica y exactamente, ete. la no hay ninguna diferencia -por-que no ha habido ninguna selección: el tiempo no pasa, Nada sucede,no puede sucederme, no hay, por lo tanto, ni presente (donde se pre-scnta siempre algo nuevo, incluido el aburrimiento de la ausencia denovedad), ni pasado: al ya no pasar el presente y al no suceder ya, ya nohay ningún pase posible en el tiempo, 'la no ha)' tiempo,

Acordarmc de ayer, en otras palabras, tener un pasado, es reducirayer a menos que hoy, es disminuir ayer. Sólo puede haber memoriaac.ibada. Esta finitud rctcncional es la condición de la conciencia entanto que es siempre un ílujo temporal. Lo que es cierto del recuerdosecundario lo es de todo tlpo de memoria y, por lo tanto, lo es tambiéndel recuerdo primario, Por esa LEón la retención primaria sólo puedeser una selección, efectuada según unos criterios surgidos ellos mismosde selecciones,

"recuerdo tcrciano" o de e~tJ "conciencia de imagen" que es el fonogra

-

ma en tanto que tal.

\' en esto consiste todo el reto,

-que responde a las Musas que guardan en mí la carencia cle origen demi deseo,

7. La revelación fonográfica

Sin embargo, en el caso que se evoca aquí, a saber, la audición deuna melodía registrada CIl un soporte fOflográfco) este recuerdo secundario,indisociabl« de este recuerdo pnniano, e.' también itulisociablc de este

Como Cjemplos de la "concienci:l de imagen" Y de lo que yo llamoaquí recuerdo terciario Husserl pone el cuadro o el busto, Para él esta"llguración por imagen", objeto de una "conciencia de \llugen", noclesempeíü estrictamente ningún papel en la constitución de un objetotemporal -ni, en consecuencia, en la constitución del propio Hujo deconciencia, Este tipo de recuerdo no sólo no pertenece a la percepción,sino que ni siquiera pertenece al t1ujo pas:ldo de la conciencia, al con-tr:lrio del recuerdo secund:uio que aunque ya no compete a la percep-ción está inscrito en el pasado del tlujo de la conciencia y pertenece aesta conciencia viva como su pasado porque ha údo percibido,

La conciencia de im;1gen no es un recuerdo de la conciencia, Se tratade un recuerdo artificial de lo que no ha sido percibido ni, por lo tanto,vivido por la lonciellCla, Un cuadro del siglo XIX es, desde luego, unaespecie de recuerdo, pero no se puede decir, piensa Husserl, que se tratade un recuerdo de qUien estJ mirándolo, Se tL¡tJ más bien de la huellade un recuerdo de quien la he¡ pll1udu, que en cierto modo ha exteriu-rizado v tli~\(.losu recuerdo, 1\1 que un siglo después permite a otra con-CIencia contemplado como una imagen del pasado, pero en llÍngún casocomo un recuerdo de su propio pasado VIVido, Ahora bien, en la feno-menología husoerlian;1 sólo lo que compete a la exjXI/encla-uIL'/da de la

1-L I

conciencia es estrictamente indudable y puede ser tenido en cuenta enel análisis de las condiciones de constitución de los fenómenos. La acti-tud fcnomenológica consiste en plantear la conciencia como constitu-yente del mundo y no constituida por él. Al ser el recuerdo terciario unarealidad mundana no puede ser constituyente. Necesariamente es deri-vado de la conciencia que, por lo tanto, no le debe nada.

Sin embargo, sólo desde que existe la posibilidad técnica de registraranalógicarnentc un objeto temporal musical y de repetido técnicamen-te se ha hecho evidente la relación entre las retenciones primarias y lasretenciones secundarias, porque es evidente que aunque se trate cadavez del mismo objeto temporal hay dos experiencias musicales diferen-tes. Sé que se trata del mismo objeto temporal porque sé que la melodíaha sido registrada por una técnica tal que hay coincidencia entre el flujode lo que es captado y el llujo de lo que graba. Sé que el tiempo del apa-rato registrador coincide con el tiempo del flujo musical. Esta coinci-dencia del flujo mecán leo con el flujo del objeto temporal produce, paraelj7ujo de Laconciencia de este objeto y de su registro, esta conjunción depasado y de realidad, y este efecto de real que Barthes había identifica-do en la foto y que aquí se renueva en el dominio del sonido, con laúnica diferencia de que en el caso de la foto se trataba de una pose mien-tras que en el caso de! sonido grabado, como en e! caso del cinc, se tratade un flujo.

secundario, se hace evidente. Esta evidencia sólo se puede deber al hechodel registro. Y ella es la revelación [anográfica de la estructura de todo

objeto temporal.

8. Vuelta a la Intervista

La conciencia de Imagen, a saber, aquí el fonograrna (pero tambiénpodría tratarse de una película), es aquello en lo que finalmente searraigan lo primario y lo secundario el uno en el otro, debido al hechode la posibilidad técnica de la repetición del objeto temporal (y nunca sesubrayará suficiente que antes del fonograma como antes del cinc estasrepeticiones eran estrictamente imposibles). Al mismo tiempo el arraigodel segundo primario en el recuerdo del primer primario, convertido en

Las consecuencias son considerables: los criterios según los cuales laconciencia selecciona las retenciones primarias y las hace pasar rcdu-ciéndolas ya no se deben sólo a las retenciones secundarias de la memo-ria vivida de la conciencia sino también a las retenciones terciarias. y e!cine es lo que mejor lo hace aparecer.

Para precisar este punto debo retomar y profundizar los análisis queya había propuesto de una escena de la Intennsta de Fe!lini.

11

En esta película Federico Fellini se mete en escena con MarcelloMastroianni en compañía del cual hace una visita a Anita Ekberg. En e!curso de la velada los tres ven la escena de la fontana de Trevi en LaDolcc Vita. Se ve, pues, a una actriz viéndose interpretar un personaje yla tensión extrema de esta secuencia resulta de la indecidibilidad de laescena: ella actúa de nuevo en una película de Fel1ini, pero interpretaque se mira interpretando hace treinta años y ningún espectador de lasegunda película puede escapar a la certidumbre de que, al ver esteregistro pasado, de su vida pasada, de su juventud pasada, Anita Ekbergno puede simplemente interpretar que se mira, a riesgo de decir que setrata de la Gran Actuación, de lo más serio: de! primer y último reto, delreto de todas las actuaciones -una mujer que se vuelve él ver treinta añosdespués, envejecida, no puede dejar de experimentar la horrible realidad

2928

En 1865, el joven Lcwis Payne trató de asesinar al secretariode Estado norteamericano, W H. Seward. Alexander Card-ner lo fotografió en su celda: en ella espera la horca. La fotoes bella, el muchacho también lo es: esto es el stadium. Peroel pUllctliJ7les: va a morir. 'úl leo al mismo tiempo: esto será yesto ha sido, observo horrorizado un futuro anterior en el quelo que se ventila es \;1 muerte. Dándorne el pasado absolutode Lt pose (aoristo), la fotografía me expresa la muerte enfuturo: lo mJS punz~ll1te es el descubrimiento de esta equiva-lencia: ante la loto de mi madre de niña me digo: va a morir:me estremezco, como el sicótico de Winniccot, a causa deuna catá.ifrofe que ya ha tenido IlIgar. Tanto si el sujeto ham uerto como si no, toda fotografía es esta catástrofe. u

"Toda foto es esta catástrofe", toda foto expresa este futuro anteriorcuyo reto es la muerte -y el resorte dramático de todo relato, de todacomedia y de toda emoción cinemato-gráfica.

Respecto a Anita, no se dice sólo: está muerta, va a morir. Ella sedice: "me vaya morir, me estoy muriendo". Este gemlldio preJCIlte es eldel fll~¡o-del flujo de su vida pasada, del /lujo que es la película en laque Anita es registrada y del flujo de su conciencia actual de esta pelí-cula que, al pasar, la lleva y la hace pasar, le da su tiempo que la con-duce hacia la ausencia de tiempo, al no-paso, a la memoria infinitadonde nada más será seleccionado, donde todo penm necerá retenidopara siempre en su instante. "El instante de mi muerte".

Pero todo esto se debe aquí al hecho de que la película es un objetotemporal en el que "la carne del actor se confunde con la del personaje,en el que el paj'e de la película es necesariamente también el pasado deeste actor, los instantes de vida del personaje son instantáneamente losinstantes del pasado del actor. Esta vida se confunde, en sus registros, conI I . "Ha e e sus personajes .

Esta confusión de la vida del actor con sus registros es la de las reten-cioncs primarias, secundarias y terciarias que coinciden en lIl7solo aconteci-miento: el acontecimiento propiamente clllemato-gráfico. Porque en estacoincidencia fílmica, tal como Fellini la escenifica extraordinariamenteincluyéndose al mismo tiempo en ella, para cualquier espectador de laIutcroista que haya visto antes La Dolce Vita, La Do/te Vlta también[arma necesariamente parte de Sil pasado y esta referencia a una películapasada no es simplemente una referencia a otra fIcción, hecha en unaficción lo que s610 sería una cita: esta ficción, La Dolce Vlta, citada enotra Iicción, la Intcroista, es a la vez:

del paso del tiempo ante el "esto-ha-sido" fotográfICO, ante esta "con-junción de realidad y de pasado" que produce la coincidencia argénticareanimada por el flujo temporal cinematográfico. Vemos a una actrizinterpretando que se mira actriz, como personaje real de una película deficción, pero sabemos que "al interpretar" que se mira que ha sido, loque experimenta ya no es una simple interpretación, una pura comedia,la simulación a la que todo actor e1ebe entregarse (interpretar talo cualpersonaje), sino la puesta en escena absolutamente trágica de su exis-tencia, en tanto que esta existencia está pasando irremediablemente ypara siempre -para siempre excepto en fa que concierne a la imagen Cllgén-

tica qlle el/u deja sobre una capa de Lapelícula: salvada.

Porque viéndose interpretar hace treinta años, Anita experimentapor ella misma este futuro anterior que salta a los ojos de Barthes queve la tato de Lcwis Payne unas horas antes de ser colgado:

3() 31

1. Una retención terciaria (un soporte de memoria artificial, unextracto del cual, un fragmento de película, se proyecta en otra película,se registra en otro ti-agmento de película);

2. Un objeto temporal que ha sido visto y vuelto a uet; y que actual-mente es vuelto a ver por el espectador de la Intetuista;

3. Al mismo tiempo, un recuerdo secundario de este espectador, quepertenece a su Hujo de conciencia pasado y presentemente reactivado;

4. Noventa minutos de la vida pasada de este espectador durante loscuales esta película, La Dolce Vita, ha sido vivida como retención conti-nua de retenciones primarias en el ahora de un relato que transcurre yque tenía por título (por unidad) La Dolce Vita, y que revive actual-mente en parte -la parte actualmente incluida en el flujo de la lnteruis-ta ...;

En el siguiente capítulo veremos que esta imposibilidad de distin-guir es también la obsesión de Kant en la Crítica de la razón pura.

En el tercer capítulo veremos que esta indistinción es la condiciónde constitución de un Nosotros -y que, sin embargo, hay qile distinguir.

9. América, América

Se podría dernostra r que esta cscen itlcación no hace más que dar aconocer una estructura mucho más general. Es una estructura de laobsesión y de la aparición ilusoria que Sócrates predijo ya a los atenien-

scs": es aquello que designa entonces la inmortalidad del alma.

La inmortalidad del alma hará pantalla a esta estructura (en la quese confunden percepción e imaginación, doxa y epistcmc, sensible e inte-ligible, que con todo hay que distinguir, aunque sin oponerlos) en laque se proyectará disimulándose en ella: esta pantalla de proyección estambién e! principio de una gran película, La Metafíúca, que inaugurae! personaje grandioso de Sócrates interpretado iJor Platón.

Fellini, al escenificar la maquinaria de! espectáculo, especialmenteal final de la Interoista, muestra cómo "funciona" la metafísica y, más

allá, esta "conciencia" que es producto de ella. Porque es en el cine, yporque éste es un objeto temporal, donde se revela con más fuerza estaestructura, con la fuerza de la evidencia.

5 .... incluida en el flujo de la Interuista, es decir, también en e! flujode la conciencia que pasa de Anita,

y por eso, p,ua el espectador que mira la Inten/ista La Dolce Vita yano es simplemente una ficción: se ha convertido en su pasado de talmanera que, mirando a Anita mirarse en el pase de La Dolcc Vita, elespectador se ve él mismo pasar. Él pasa ahí, aun cuando La Dota Vt'tclno pertenezca a su pasado como al pasado de Anita, de Mastroianni yde Fellini, que han vivido realmente lo que e! espectador ve en el "cine".El objeto temporal de la Interuista temporaliza haciendo volver el obje-to temporal La Dolce Vita que ha sido vivido tanto por los personajes dela Interuista como iJor sus actuales espectadores, cada UIIO en SlI papel.

La consecuencia es la imposibilidad de distinguir aquí entre realidad )'[iccion, entre percepción e imaginación mientras que, cada uno en supapel, todos se dicen también: "NOSOTROS pasamos ahí".

Uno se acuerda de lus personajes de Mi tío de América, cuyamemo-ria está tejida de citas cinematográficas. Al principio de su proyecto,

O)J_ 33

Rcsnais había pensado hacer una película constituida únicamente de(il:l~; tuvo que renunciar a ello por razones económicas:

1_:1 Idea de recurrir a extractos de películas cxisti.. desde 1~1primera Llse del guión, En cierto momento penS:ll110S inclu-so hacer una película a base exclusivamente de escenas saca-das .lc los millones de películas que forman la historia delcinc, La novela, el cinc y cl ieatro ilustran todos los COlT1pOr-tumicntos posibles. Puede que con tiempo y paciencia sehubiera conseguido, Pero desde el punto de vista Iinancicrohubiera sido una empresa loca."

COI1 colurnnatas'', una de esas moradas que Scarlctt. en Gane with theWiller', no quiere abandonar de ninguna 1l1(111er,1.¿Cómo no decirse,

viendo a Vivien interpretar él Blanchc, que ella, y Kazan, y cualquier

espectador de este Strectcar están obsesionados con Scarletr: su extraor-

dinaria belleza, su resplandeciente e insoportable lrcscura de frenética

jovencita del sur -r córno no dccírsclo? ¿Quién no ha visto, amado y

detestado a Sea den; Goue toit h de Wind, rodada doce años antes que!l

Strcetcur Namcd Drsire h;l sido el mayor éxito mundial de taja la histo-

ria del cinc, La película se ha puesto, ha pasado" en todas partes, Y con

ella, Scarlctt O'I-IarJ, es decir, Vivie» Lcight, adorada y odiada por el

mundo entero, Cuando Kazan hizo su elección no podía ignorarlo ni

desdefiarlo. .Cómo no estremecerse. como un sicótico, por una catas-

troíc que ya ha tenido lugar, cuando vemos a Blanchc partir para siem-

pre hacia su manicomio? .Cómo no sentir que !lOS volvemos locos nos-

otros mismos, arrastrados en esta locura del gran destino americano

-que, al mismo tiempo. no deja de vendemos, hacicndonos reír y llorar

de antemano sobre nuestra suerte, TI lE J\tvlEl\JC/\N V!/\'{ OF LIFE?t/unéric«, /unéncu!

En la memoria de Rcné lbgueneau. interpretado por Gérard Depar-

dicu, h;IY [can Gabin.

Gabin: una "vedette" del cine, se decía antes de la guerra. Luego sehablaba de stars. blrelb~: seres inaccesibles, intocables, Impasibles y, sin

embargo, sensibles, porque visibles; seres él medio camino entre lo inte-ligible, cups idcalidades íiguran en el espíritu griego (después de habersido las divinidadcs en el espíritu filosófico) 'i el mundo corruptiblesublunar, donde permanece el ojo que los contempla, él mismo tanfrá-gil, tan evidentemente abocado a la desaparición, susceptible: pasante."

Dchido a la coincidencia, inducida por el objeto temporal cincmaro-grállCú, entre vida rl·~¡J de los actores y VIda de sus personajes liclicios, lasi,tr hollywoodicnsc sólo se convierte en esta estrella haciendo posibleuna interpretación de obsesiones donde se confunden realidad y ficción,percepción e imaginación y con ellas, los recuerdos primarios, secunda-rl()s)' tcrcianos.

.·Lí pues, tilín J'C rrcucrda a J;í'uien Le/ght en A Strcctcar Nantcd Dcsirc",donde interpreta el personaje de Blanchc, una mujer del sur que ya noesi.i en su primera juventud, que ha perdido la casa familiar, una "casa

10. La repetición y el inconsciente

l()do esto sólo es posible I)orque lél estructura de la conciencia es

cinematográfica de parte a peine, si en general se llama cincmatográlico

a lo que procede por niontuíc de ul:ic/u.¡ /Cl7lputu IC,i , es decir, de objetosconstituidos por su ntorinucnto.

,H 3')

Si Husserl no afrontó la cuestión que se plantea con los registrostanto íouográficos como cinematográficos, en tanto que permiten larepetición idéntica del mismo objeto temporal que produce cada vez dosfenómenos diferentes, en cambio analizó cómo el recuerdo secundariopermite repetir a voluntad, por medio de la imaginación, un objeto tem-poral anteriormente percibido,

y ha señalado que en ese caso (por ejemplo, me acuerdo de unamelodía que escuché ayer) la conciencia dispone de una libertad queestá excluida en el caso de la percepción -porque entonces nos encon-tramos en la imaginación. Por ejemplo, puedo volver a recorrer elrecuerdo de un concierto escuchado ayer yendo más rápido o más des-paCIo:

..."con toda libertad" podemos meter fragmentos más gran-des o más pequeños de! proceso re-presentado con sus modosde transcurso y recorrerlo así más rápido o más despacio."

borrar más que la memoria terciaria: esto ya ha tenido lugar, "esto hasido", decimos. En efecto, en un caso se repite objetivamente: es el casode la retención terciaria analógica, fotográfica o fonográfica. Pero elfenómeno de conciencia (y el fenómeno es siempre el de la conciencia)es diferente cada vez. En el otro caso, esto se repite subjctivarnente (enla memoria secundaria): ahí sólo hay más el fenómeno de la repeticiónsin repetición objetiva y, por tanto, ya es necesariamente diferente entanto que fenómeno: de no ser así contradiría lo que Husserl decía ini-cialmente, es decir, la diferencia entre imaginación y percepción que élplantea en principio y que está confirmada por el hecho de que en laimaginación del recuerdo secundario, las esperas o protenciones ya hansido completadas, lo que la conciencia imaginan te no puede borrar.Como subraya Paul Ricoeur,

si la manera como e! rcrrecuerdo prescntifica el pasado dific-re fundamentalmente de la presencia del pasado en la reten-ción, ccómo una representación [de un objeto temporal pasa-do en la memoria secundaria] puede ser fiel a su objeto ?21

Husserl evoca entonces un fenómeno "notable", el de la recupera-ción, en el que

entonces me es dado e! pasado de mi duración, prccisamcn-dad . 1 ' J J "d Id' / 211te ado sllnp emente como' re-nano e a uracion.

Por lo tanto la "recuperación" es imposible. Más arriba he indicadopor qué todo esto está inscrito de antemano en la Ilnitud retencional dela conciencia, es decir, en el hecho de que la memoria es originaria-mente selección y olvido. Pero esto quiere decir que en toda rememora-ción de un objeto temporal pasado hay necesariamente un proceso dederushage", de montaje, un juego de efectos especiales, de ralcntí, deaceleración, ete. -e incluso de congelación de imagen: es el tiempo de lareflexión, que Husserl analiza precisamente como tal, un momento deanálisis del recuerdo, es decir, de descomposición de lo rememorado.

Pero puesto que por otra parte hemos visto que esta selección afectaen primer lugar a la propia retención primaria, podemos decir ahora

Esto significa que, en este caso, la memoria secundaria estaría encondiciones de repetir cómo ha tenido lugar, ni más ni menos, el objetotemporal primario. Pero esta recuperación es de hecho imposible, enprimer lugar porque es cierto que un objeto temporal no está constitui-do simplemente de retenciones, sino también de protenciones, es decir,de esperas, la segunda vez que lo escucho gracias a la retención tercia-ria, o bien si lo reproduzco imaginándolo gracias a la memoria secun-daria; en uno)' otro caso, las esperas que estaban vírgenes durante la pri-mera audición ya no lo están y esto la memoria secundaria no lo puede

36 37

que la conciencia siempre es, C/1 cierto modo, montaje de recuerdos prima-rios, secundario, y terciarios tinos por otros. Entendiendo que se llamaráretención terciaria a cualquier forma de "recuerdo" objetivo: cinernato-Q"rama, fotol!:rama, tonol!:rama, escritura, cuadro, busto, ocre también(..1 Ll L l

monumento y objetos en generaL tal como para mí testimonian unpasado que yo mismo no he vivido necesariamente.

El recuerdo en todas sus formas siempre sería en cierta medida unaespecie de derushage-montaje de tomas, del simple fragmento a frag-mento al gran arte dcl moniador, según la cualidad de la conciencia y lanaturaleza del objeto que élella se presenta y según los criterios, es decir,según los recuerdos secundarios, es decir, la expencncia de la que dispo-ne la conciencia para este objeto.

René Ragucneau, en lal escena de Mi tío de América, "proyecta" talescena de tal película con Gabin scbre lo que él vive en ese momentoque le sirve de soporte y/o de pantalla de proyección. Proyección que,desde luego, no es ajena a aquello de lo que Freud habla en su Metapsi-cologia.

11. Las protenciones de Four o'clock

Se llamará "conciencia a este centro de postproduccián o él este COI1-

/1'01 que asegura el montaje, la dirección, la rcalizacion de los nujos deretenciones primarias, secundarias y terciarias -cuyo inconsciente, car-gado de disposiciones protcncionales, es decir, especulativas también,sería el productor.

Hay posproducción cuando el derushage y el montaje se hacen endikrido: es el fenómeno del sueño. Hay control en directo cuando la con-ciencia "sube" a medida que "capta": es el estado de vigilia. El cinc es delorden del sueño. La vigilia es una especie de tele-visión. Desde luego,siempre es posible seriar despierto, Entonces se hablará de te1ccine.

La memoria es originariamente olvido porque es necesariamentereducción de lo que ha sucedido a! hecho de que ha pasado, de que setrata del pasado y de que, por lo tanto, es menos que el presente.

El pasado está disntinuido en el presente de su rememoración, si nono pasaría, y no sería pasado. Esta es la estructu ra norma 1 del pase engeneral, es decir, del tiempo, y por ello el cine y, más generalmente, cual-quier narración pueden y deben compendiar )1 condensar el tiempo delo que es narrado en cltiempo de la narración. Puedo contar en doshoras una historia de dos milenios. Toda transmisión del saber y toclaeducación, familiar o institucional, descansa sobre esta legalidad origi-naria de la relación de condensación que se oper:¡ entre el pasado (con-densado) yel presente (que condensa).

Esta condensación -csta conrracción, diría más bien Bergson- es unmontaje, una selección, un Jlorilegio de escenas anteriores, vividas pormí según ti mojo de la percepción o a través de lodo tipo de imágenes,proyectadas con motivo de 1,\ pantalla/soporte del presente. El cine esun caso cspccílico de esta generalidad, cuva especificidad se debe éllhecho de que se trata de un objeto temporal, cuyo tiempo de transcur-so, hoy denominado time-cede, se puede dominar COI1 máquinas de pro-ducción, de postproducción y de proyección o de percepción.

)~ 39

Recordemos brevemente el argumento: un marido celoso, relojero deoficio, quiere hace volar su casa a las cuatro de la tarde, mientras que sumUjer se encuentra en ella con su amante. En el momento en el queactiva ell7leCani.il770 de La bomba retardada (el detonador está dirigido porun despertador), sorprende a unos ladrones que después de una luchalo maniatan en el sótano poco antes de la explosión, sin que haya podi-do decirlcs nada. En el curso de los treinta y dos últimos minutos y vein-titrés últimos segundos de la película, que en total dura 48'23", el espec-tador asiste a la anticipación del momento de la explosión y al terror que, 'L ' 1d I J.esta provoca ... en e ... uia e e re,oJero.

Es fácil medir la condensación operada por Hitchcock porque en laúltima parte, que también es la más larga, se indica la hora dieciséis veces.

La primera parte, que presenta al personaje y sus intenciones, Jura9'OW'. Describe aproximadamente un día de la vida del personaje.

La segunda parte, que muestra la progresión de las sospechas hastael momento en que se toma la decisión de pasar a la ejecución del pro-yecto, dura 6'52". Describe dos días de la vida del personaje.

La última escena, que presenta la cuenta atrás de la explosión de labomba, describe en 32'23" dos horas de la vida del personaje. Pero alhilo de esos 32'23" en una progresión que no es lineal se estrecha la

relación entre el tiempo de vida del personaje y la duración de la pelí-cula: varía en función de algunos acontecimientos que ritrnan la espe-ra. (Hitchcock articula retenciones y protenciones para provocar el sus-pense por medio de un montaje que explica la progresión no lineal de

la relación de los tiempos.)

El último minuto antes de la explosión de la bomba dura ... setenta ydos j·cgllndas. Hitchcock ha ularvado y dilatado el tiempo de éste.

Recapitulación de la relación entre tiempo de la película y tiempo de la

cuenta atrás:

La condensación como montaje (que Freud analiza también en Laintcrprctacion de los sueños¡ puede convertirse entonces en aquello queHitchcock interpreta tan bien en Four o'clock" donde las disposicionesmás astutas entre retenciones y protenciones se realizan en relacióndirecta con el tiempo del reloj. Donde, por lo tanto, se puede analizardetalladamente la relación entre tunc-code y tiempo del reloj, y consta-tar la efectividad de la condensación.

Indicación del Indicación Tiempo de la

despcnador del time-codc pel íCII laluctnpode la escena

2h 00' 16'

2b 15' 25' 09' para 15'

2h 27' 26'20" 01'20" para 12'

2h 40' 27'27" 01'07" para 13'

2h 50' 28' 00'33" para 10'

3h 00' 29'3" 01 '3" para lO'

3h 04' 30'57" 01 '27" para 04'

3h 09' '1,'" " 02'26" para 05')) )

3h 11' 34'59" 01'28 para 02'

3h 28' 37'13 02'46" para 17'

3h 46' 38'26" 01' 13" pa ra 1H'

3h 52' 40'52" 02'26" IJara 06'

3h 56· 44·06" 03'46" para 04'

3h 58' 45'03'· 01'03" para02'

.3h 59' 45'34" 00'3" para 01'

4h 00' 46'46" 01 ' 12" pa ra O1'

4140

La bomba finalmente no explota. Evidentemente, lo sorprendente esque me vuelvo a estremecer cuando vuelvo él ver la película: adopto lasanticipaciones de! personaje, me meto "en su piel". No se elimina elerecto protencional por el hecho de que las esper,ls h;IY;1l1 sido satisfe-chas anteriormente. Porque vuelvo a ser atrapado por el J1ujo que, auncuando cada vez me dé cuenta de otra cosa, cada vez me vuelve a haceradoptar por abreviación, condensación, contracción, el tiempo del per-sonaje cuya dccontraccion de! último minuto en "tiempo real" (unminuto dilatado que dura setenta y dos segundos) exaspera íos efectosde todos los minutos precedentes contractados, condensados y abrevia-dos.

12. El eclipse

hacen evidente a contrario que debido él que el tiel7lj!o de la concienciauiua del espectador es siempre el de una contracción, de una condensa-ción, de una abreviación, de un montaje, es el tiempo del CIne, tiene lugarla conjunción del flujo de la película y del de la conciencia espcctarorial,y e! espectador puede adoptar el tiempo de los personajes que uienc {/injertarsc en m propio tiempo COI7I0 selecaon, contraccion y /llOllülje de J"l/J

propioJ" recuerdos.

Este minuto que dura un minuto es engastado como un eclipse ene! tiempo condensado del cinc. Es una parada ante la muerte, una para-da de muerte, la muerte como de-contracción total. El cine, es decir, elmovimiento, es decir, la vida, son mantenidos a raya, se inclinan: la agi-tación del corro que no era I11JS que empujones, gritos, compra y ventade acciones, todo eso se interrumpe. La exactitud del registro dcl minu-to suspende la vida como selección.

'Aquí un minuto vale millones", dice Piero (Alain Delon) en vozbaja a Vittoria (Monica Vitti). Después vuelven ;1 las cotizaciones.

¿Cuánto cuesta un minuto de película? La coincidencia de unminuto con un minuto demuestra que S1'7 esta coincidencia existe pre-cisamente el cine, ljue el cine, que utiliza otras coincidencias, no lanecesita, y que todo tiene un precio: el precio del tiempo que pasa -dela irreductibiliclad y de la irrevcrsibilidad de la selección. 'lodo cine es"hollywoodiano", toda película espera su "selección" y su precio, inclu-so esta película que, con su minuto de silencio que dura exactamente uncostoso minuto, pertenece al cine europeo que es continuación del neo-rrcalisrno, a b epoca de la "nouuellc uage", y muestra una "imagen-tiem-po" pura.

y sin cmbaryo, lo que torma el resorte de toda protención es el carác-ter irreversible de su realización. Esta irreversibilidad es precisamente laprotención que contiene toda protención, la archiprotención: el saberdel tiempo como tal, que traman las "escenas primitivas" que constitu-yen el fondo archiva! oculto de todas las drarnaturgias, que las puestasen escena de Hitchcock interpretan como ninguna otra."

EIl El ('di/he (1962) Antonioni hace an unciar en el COiTO de la Bolsala muerte de un corredor y escenitIca un minuto de silencio que dura:lproximadamente un minuto (56" según un magnetoscopio).

Este "tiempo real" no significa que el tiempo del cine sea tanto más"realista' o real cuanto más coincida con el tiempo de la vida. Se tratade un minuto de muerte. Y de un silencio y de una inmovilidad que

i2..¡)

13. El tiempo del otro

al otro que sí mismo, la novedad de sí mismo: la continuación de la his-toria que es un sí mismo cuya ocasión y posible transplantc de un epi-sodio suplementario es cualquier otro. Del otro sobre el que proyectoespero que entre en mi película, la apoye y le haga pantalla -corno pro-ductor, guionista, personaje, arnbientación, accesorio, ete. Es lo que másadelante" llamaremos la pre-tcxrualidad del )0 donde el Yo es ya unNosotros.

Porque, como dijo Bergson, el presente de la conciencia, que esmemoria, es contracción de todo el pasado y porque el tiempo, que esretención primaria, es selección por las retenciones secundarias, en lavida como en el cinc yo visiono, monto todo lo que ha sido rechazado-archivado: tomas de vistas, tomas de sonidos, tomas de olores, tomas detactos, tomas de contactos, caricias; retama todo eso que desmonto yremonto, que cobijo -esto da unos personajes y unas situaciones: laspersonas sobre las que proyecto un nuevo episodio, las cosas que for-man el decorado.

El otro no es sólo "los otros", también hago documentales, miro eljardín, la calle, la montaña o el mar, la carretera, los coches ante mí enla carretera, los transeúntes y las multitudes, y todas estas personas queobservo donde nada me sucede, pero que me llega en bloque.

También puedo tornarme' como otro, filmarrnc", "auro't-proyec-tarrne, injcrtarrnc sobre "mí mismo", tomar'trne" como tutor, comosoporte y como pantalla: por ejemplo, escribir. Es decir, "objcuvarrncpara mí mismo, "extcriorirza 1'''me, ,.expresar me: tercia rizarmc.

Sigue siendo montaje, es ya cine.

Mi tiempo siempre es el de los otros. El cine lo revela cinematográ-ticamente. Debido a que el llujo de la conciencia es contracción deltiempo el cine puede desencadenar este proceso de adopción en el quemi tiempo, durante el tiempo de una película, se convierte en el tiempode otro y en otro tiempo.

Mi tiempo se construye sentado sobre el tiempo que saca a los otros-incluido dándose a estos otros en un entrelazado de flujo y como desavias.

Por esa razón la soledad es tan difícil de soportar. En la soledad enla que el otro falta, ya no hay tiempo, "no pasa nada", "no sucede nada",me enfrento con el aburrimiento porque no encuentro más que la cás-cara vacía de un "yo" que el tiempo del otro ya no lleva.

Si en aquellos desapacibles domingos por la tarde, la distraccióncinematográfica o telcvisiva puede procurarme otra síntesis es porque el

}llljo [ilnnco viene a selecciona¡ por mí. Viene a alterarme )' a desalterar-me (a relajarme), a anirnarrne (es una especie estimulante) y me daacceso al otro que esui en primer lugar en mí y que sólo espera la vida,es decir, el cine, la iIllagen del otro, para ponerse en movimiento pro-yccui ndosc en él.

Sólo es posible encontrar al otro en sí mismo. Sólo es posible encon-trar en sí mismo -a la vuelta del otro, real o tlcticio- al otro de sí mismo,

4-f-l,)

14. La televisión

ción opto-química de las relaciones de contrastes engendrados por laemisión (otónica del cuerpo (otograí-!ado, lo que hace de la foto una téc-nica analógica-, el cine aúadc la dimensión de \;1 duración: sucesión delos totogramas )' persistencia rctiniuna d.m Ull objeto tctnpotul, consti-tuido por un antes, un durante v un después en movimiento -en movi-miento en la conciencia del espectador que transcurre a medida que su

objeto (la película) también transcurre. Ahora bien, la característica delos objetos temporales es que el transcurso de su tlujo coincide "puntopor punto":' con el transcurso del flujo de la conciencia del que son elobjeto -lo que quiere decir que la conciencia del objeto adopta el tictu-

po de este objeto: su tiempo e.' el del objeto, proceso de adopción a partir

del cual se hace posible el fenómeno de identificación típica del cinc."

A estos erectos propios de la fotografía y del cinc, la televisión afiaclcdos nuevas determinaciones:

1-Ltcia el principio de la segunda mitad del siglo X.X, el tiempo delcinc que está en su apogeo se convierte en televisión. En 1~5i, el l % delos hogares fLlnceses csui equipado con una televisión. En 1960 son el13.l %; en 1970, el 7(H~; en 1980, el 90,1%; en 1990, e19i,S %. Se cal-cula que hoy existen aproximadamente mil millones de televisiones enel mundo: la casi totalidad de 1.1población mundial est~ "cubierta".

El siglo XX, nacido del cinc, se termina con el dominio aplastantede las conciencias por los tiempos de I()~ objetos temporales audiovisua-les que difunden hacia ellas Cel1ten,11'C5 de canales a través de las parri-

lb., de programación que [arman un nuevo tiempo social, una nuevacalcndaricdad. Es el sector de lo que los economistas llaman las indus-trias de programas, que son muestra ellas mismas de lo que Horkhci-mcr y Adorno bautizaron en 19-17 corno la }\'lIltllrilldwtr/('.

l. Como técnica de teledifusión permite a un público de masas nurar

simultáneamente el mismo objeto tcmpotu! 1'/1 todos los pllllto,' de 1117 terri-

torio y hace posible la constitución de l7legilObjCtO.i temporales: ILlS parn-

lla, de progrlilJhlClólJ, en las que los tlujos de los diferentes objetos tcrn-perales audiovisualcs se encadenan unos con otros para formar la cm/e-lla de 1117 clldJij7uio -la "cadena de televisión".

2. Como técnica de captación )' de retutnsnnsion CII directo permitequc este público viva colectivamente y en cualquier punto del territorioel acontecimiento captado en el mismo momento en que h;1 tenidolugar -diíusión de Uil tipo de objeto telllporallll'e, del que \;1 copa delmundo de fútbol en Frallci:1 el 12 de julio de 1905 fue un caso excep-cional: aquí es inmediatamente la "recepción" del ncontccimicnto loque (OI1StltU)'C este acoruccnmcnto.

19u~¡\ que la técnica del cinc hereda de la técnica de la fotogr;lfía y seasocia <lh lonogr:did, \;1 té-cnica de la televisión añade al cine sus carne-tcrísucas cspcrificas, que producen el electo propiamente televisual.

Hemos visto que ;1 lel "objetividad Jel objetivo" lotogr:ílico, al "esto-ha-xido", en el que cree espontáneamente el espectador de la [()iogralla--cree que lo (Iue ve en el !()tograma "ha sido", porque sabe (con unsaber intuitivo) llue los totoncs dispuestos en el papel lotoscnsible han,ido emitidos por un cuerpo real que ellos reproducen por rcconsiitu-

i(l ii

Estos dos efectos propiamente tclevisivos transforman tanto la natu-raleza del propio aconlecimiento como la vida más Íntima de los habi-tantos del territorio. Las industrias de programas realizan una slncroni-~{fciÓIlsúbitamente aumentada de las diacronias constilutivas de las cultu-ras, es decir, también de las conciencias. Es este proceso lo que constitu-ye el tondo de la crítica de lo que Horkheimer y Adorno llamaron lasindustrias culturales.

6. En el último capítulo de La desoticntacián, op. at, "Objeto temporal y linitudrcicncional". También he mantenido que más tarde el propio Husscrl "corregirá"

parcialmente esta posición.

7. Xavicr Lcrnarchand es quien ha comparado el efecto Koulcchov con estosanálisis en Dljférancc el audiou! .•.icl ntnncnquc, tesis defendida en I;¡ Universidad detecnología de Cornpicgne, 1998.

S. Cl F Albcra, "Inrroducuon J Lcv Koulcchov", L'Ar! du cinéma el 1IIIIresécrits.Lausanne, L'Age d 'homme, 1994, p. 11.

1. N. de la T.: hay un Juego de palabras ya que en francés I,¡ expresión sfjáire ducinema significa "fantasear, Imagin;lr las cosas como uno dcsc.rría que fueran".

NOTAS

9. tire parece que [can-Michcl Salanskis no ha comprendido este último capl-tulo en la reseña, por otra parte meticulosa, que hizo de los dos primeros lomos deLa técnica y el tiempo, "Ecce [aber", Les TCI7I/,s niodemes, n" 60S, abril-mayo de 2000.Sostiene que en ellos denuncio la distinción hecha por Husscrl entre recuerdo pri-mario y secundario (es decir, subrayérnoslo de paso, entre percepción e imagin;¡-ción). Mi objetivo es, por el contrario, re-afirmar esta di ...tincion al tiempo que plan-teo que está debilitada por el hecho de que el propio Husscrlla entiende como unaoposiaán, En consccucncia.vo planteo evidentemente que una percepción nunca espur,l de toda imaginación, que toda percepción es una provcccián. Así recuerdo sim-plemente que una distinción no es una oposición \' que la mcrallsica empieza poresta confusión, sobre la que volveré ampliamente. También volveré, m.is adelante enesta obra y en el tercer tomo de La técnica .l' el tic/II/10, sobre diversas cuestiones sus-citadas por este artículo de mi ;lll1lgo Salanskis.

1. "Este esqucmatism., de nuestro entendimiento, relativamente a los Ienórnc-no, \' ;1 su simple lorma, es un arte escondido en las pro(undidaeb del alma huma-

na )' cuyo mecanismo siempre será difícil arrancar". lllmanuel Kant, Crltiqlle de lar,l/so" purc, traducciiín al francés de Treincsaygucs y Par aud, PUI\ 1944, p. 153.

1 Existen varias tr;¡ducciones al castellano de la Crítica de la razán pura, entre otras lapublicada por AILIguara, 1998.1

2. Op. 1'11., Clp. 1, p. 28 )' srcs.

3. Roland Rirlhes, La C/¡all/bre e/aire, Le Scuil-Gallim;lrd-Cahiers du cinérna,

19;<), p. 122. n¡';¡ducción al Glstellano: L, cámar« lúcida. Nota sobre la fotografía,P;¡id(IS Ihérica, 1989.¡

4. el La desorielltació", o/J. cit., p.31.

~. Gillcs Delcuze, Cinem» 1: L'I/IIlIgc-1lI0lfl'cl7Jet7t, Minuit, 1983, p. IO.lTr.1duc-

ción ;¡j castellano, La illl(/getl-llIol'ill/ietlto: estudios .•.obre cine 1 y 2, Paidós Ibérica,2003 \' 1996, rcspectir,¡melllc.¡

10. En La técnica .l' d tiempo. vol. 1\; Slmbolos )' diablos o la gllerra de los cj'j'íri-tIIS, de próxima aparición.

1 J. Bergson comprendía esto muy bien.

12. Fueron presentados por primera vez en 19X5 en Roma, a invitación de [canLauxcrois, y publicados en 19(JO cn L(/ Reuue /'/¡IIOJop/llqlle baJO el título de"Mernoircs gauche,'·. Después los retorné en el primer capitulo de 1.11 desorientaaán.Aliado aquí las consecuencias de los análisis del objeto temporal que propuse en el

4St9

11\.LII L/IIC rl ricnto se llct», de Yictor Flcming, 103().

dol' \' dc la 11l'lkuLi. pero l,ll11hién lk LI 1';\I1d.1 sonora en rcLI(JI',n ;1 Lls IIll;ígcnes \'CII relación al proCl'SO de ,1dopci(¡n rcsult.rntc de ello: cllnomelllo pl'i\lcild e, 1111"tiempo I'c,1I" CII\,~I1mb dl';II11;lturgi,1 es i;¡ illtcrpl'l't:l(\('lIl dc una p;ll'titllLI de I11llSi-el que se des;ll'rolLt reguLl\'ll1CnlC en la p<\llL1ILt. LI P;lrlitllLl dOCl11l'ciLI ,1hÍ elp,lpcl dcll'cloj en FOlIl'o'clol/¡. Un g.l'ilO lk D(Jl'Oll·,I.la hcroín;l, en Cl11l()l11elllo cru-

(i,d de un intento de ascsin.uo que dehí;1 h.ihcr tenido lug;\l' ,d S11I1,11'un golpe de

platillo" rompe a \;¡ \'CL el tiempo I'c.1I de la secuencia \' cl urrnpo de la músic»: se

interrumpe el COI1ClerlO. Doroica es, además, ('\I1I'll1tC.

24. En el último LOI1l0de L" técnic« Y el IICIII/'O. Sobre este concepto, c( i.unhión

13. Stiegkl', "el' qui ¡';Iut de¡';lul", 0.'111'1',11° 5-1, ll)<)~.

25. La expresión es llLoL. Husscrl. Lccous I)(){/I' 11111'1,/¡hlo/ll(;llIJluj;lI: de 1(/ ClJIlS-

Cima intinu: du tcint«, 0/1.0'1.

26. Y lo que SCI'ge Duncv v ¡c',ln-\[ichel Frodon lLII11;lll la "m;íqlllll,1 de domes-

tiCII'" cincln:llogr(¡llc;! \' el clcl'lu de "redención I1lecJnicl". Cr Jc<111-~[ichcl Frodon,

L(/ Projcclioll natioim!«. Ciucnm el nation, Odilc [acob, 1t)l)X.

último (',Ipílul() de e-ra J1li~111,1obr.i, ClI\'OS principales rcsult.ulos respecto ;\ lasIntenciones de esu nueva ()hr,1 ,lc,lbdn de ser rcsurnulos aquí.

U. ]{oland 1.l,lrtho, tll Chambrc cla11e, 01'. cit., p. 1-1X.

14. La dcsoncntccién, o/'. (/1 .. 1'. 39.

['i. el LI h:OIl((! v ClliC/III'0' \'01. 1\ de próxima .ipariciún.

111. .\L111l Re:.ll'us, C,[l'tI/i/-Sá:lle Cinau«, 11° 265, rnarzo de l'iRl, p. 7.

ll. N. de LIT: estos dos términos "susceptible: pasante" tienen en lrancés uuaslmdilud fonélica qlie xc pierde en 1:1traducción: passibk: /'a s.sant,

17. Una película .lc Lila 1'"'II.'lil de [9') 1 diti,lndida en Francia con el título deL'II tr.un 11 '11\' uoninu' Dcsir. 10:. de la T.: v en España con el de UIl tntnri« llamudof)1.ico·1

I11. ~. de \;1 T: otro luego de i',lLdll'a, :-,1 que el térmiuo /,I/.<'.'cr, "p,b;lr" lleneLlIilhll:ll el \i).!nilll:ldo de "pUI1CI'" una película.

1'). Edll1u!1d llu>sc:l/-<lOIl.' pOi!r une /,/¡/lIolllé/lo!ogJc de la «()Il.iC/1'/lCC int nnc c/II

10111',',Ir. H. Du-son, PUF 19hi. p. liG. [Traducción ,d castellano J-eCC/O/lC.' jJai'illill{/

,li'llrJ/llc/lollIgí(/ de la conciencia iutuu« del /i('/lII'IJ. Troua. 2002.1

1(1. M. ibid., p. ()O.

~ l. Paul Rlcucur. 7('1111'."el I\écll. t. 1lI, 1.(' 7im!)., nuont«, Le Scuil, I'JX5. ['. ~'5.1'[¡,ldulCllíll ,d c.istcllano: Ticripo » nnnvcián, Siglo XXi. il)!)6.1

i\: :\. de 1.1T: termino Inglés -llue 1n,111tCIlC11l0Sul COl1l0 se elnp\c;1 en el mi-gin,d- 'Ili!' en LI jcrg.1 Cinl'll1'lIo).!I·;ílicl se cmplc» p~\r,1 dc,igl1:1r cl uabajo, [l1'c\'io;1Imontaje. de vixiouar LOtI:1S¡,IS ill1ágcno tom.nl.is .lur.uur el I'Od;¡je )' de rctranscri-hirl:lS l'll urden c\,(l\wl(¡).!I(() ('11 tina hOI,1 de dCJ'lI..-/¡tigr.

1) Sl'I'le lk tell'\íslúl1 SII.,pioi(Jl!. [;h7.

~ '.1:'1 hombre IllIe'ir/MII dClllll.,illrlo 0(1.11',1 UI1 IU'::"Ir especial en <:1 cinc de Hiich-(Pck (que h,l o¡'recldo dos pucsLIs en csccn.: diícrcnrcs de e:'I,\ pclícul«) CI1 relación,11,1 tC'111plll',did,ld en el ,'111e. ,11 l!',II1,CUrSO de los l1ujL>s de la conciencia del cspccra-

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2. Dela imagen objeto a la imaginación trascendental

La diferencia que se impone más inmediatamente es que laobjetiva dura mientras que la mental es efímera, Del mismomodo. un recuerdo-objeto dura ! .. .j micntras que un recuer-do "mental" se bOITJ incluctablemcntc -y a corto plazo: lamemoria viva, la memoria vivida es esencialmente lo que Ila-quea, siempre JCJbJ por dejamos La muerte no es otra C()S~1

que una desaparición total de memoria.'I-:L1ce algunos JÍÍos escribía yo él propósito de la materialidad irre-

ductiblc de la imagen que

la Imagen en grnera! no existe, Lo que se IlJma la imagenmental y lo que 1'0 llJmaría aquí la imagen-objeto, inscritasiempre en una historia v en una historia técuirn, son doscaras de un único y mismo fenl)menO que no se pueden sepa-rar más que el si¡;nilicado }' el significll1te que en el pasadodetinían las dos caras del signo lingüístico,

Es ddinillVJ la critica que Jacques Derrida ha propuesto dela OPOJ/clÓiI de estos .los cOi:ceptos en el sentido de que el sig-ni/Junte serLl una uariacion COll!lllgClltc de una ¡'¡I/'ar/allte

idea! que seria el sigllificado, De! mismo modo que 110 exis-te "signifIcado tr;lsccndental" no existe imagen mental en¡.;enej";¡j o "imagincna trascendent;¡l" que precedería a lai'll<1gcn-objcto, Queda la cuestión de la ImaglllaclÓII trasccn.dental que no ah(mLlré aquí.'

Es preCIS;llllcnte esta cuestión de la ImagInación trascendental loqlle ;1 partir de ahora se trata de examinar retornando la cuestión de lail1l;lgel1-objeto desde el punto de vista de la flnitucJ retencional:

Si e\'idcntclllente hav una difcrCIICi,1 entre imagen mental eim;¡gcn-ohjeto que. sin embargo, 110 es u na oposición, estosignitica que éstas siempre tienen que ver una con otra y nin-guna puede reducir /;¡ dilcreucia de 1;1otra.

Planteando esta finirud rerencional como principio de cualquier otroanálisis filosófico es como desarrollé, en El pecado de Epimetco y La dCJ-

orientación, los conceptos de cpifilogéncsis y de retención terciaria, Sicriticando la concepción husscrliana del tiempo a la vez que se inspira-ba en ella Heidegger plantea que "el ente que somos nosotros mismos"siempre es heredero, siempre va precedido de un ya-ahí fáctico, de unpasado que él no ha vivido, que no es, por tanto, el JLI)'O, que sin embar-go debe convertirse en su pasado y que, por lo tanto, en cieno modotiene que adoptar, he tratado de demostrar que la consecuencia -queSein ttnd Zcit no asume y toda la cuestión de la política heideggerianatiende a esta ambigüelbd- es que tnás allá de las retenciones primarias yscatndanas analizadas por HII_ij"{'Ji debe haber retenciones terciarias, esdecir, huellas técnicas que hacen accesible al J)(fj"('!/I este pasado Iacricioque 110 es el SU)'O, que no ha vi vicio y que, sin embargo, debe conucrur-se en el suyo, del que debe heredar como su historia, 1"J1 es su hisrorici-el él d (Gc.,dllch t IicM(cit),

Lo que yo lla 1110 retención tercia ria, Heidegger lo llamó tambiénWr:ltgfj'dzidlt!<~/\C1t 00 histórico-mundano)', Pero renunció él inscrihirloen la esfera originaria de la temporalidad "auténtica",

Ahora bien, vamos a ver aquí que esta cuestión es el centro mismode los misterios /(a/ltiano.i que rodean la cuestión de ti imaginación tras-cendental.

'iú'57

3. Hollywood, capital del esquematismo industrial

La imaginación unificadora sería en cierto modo dejada de lado, eli-minada por la industrialización de la cultura que literalmente embrute-ce a sus clientes-sujetos y que aliena de la forma más radicalmente posi-ble al libre sujeto de la razón -al que, precisamente, ella sometería. Apartir de ese momento, la "mercantilización" general de los bienes cul-turales sería también necesariamente la liberación de aquello que lasociedad lleva consigo de más irracional-de menos "cultural" y de más"desrazonable": de más bárbaro.

Horkheirner y Adorno acusan así al cine de paralizar la imaginacióny, más generalmente, el discernimiento del espectador hasta el punto deque éste ya no es capaz de distinguirperccpcion e Imaginación, realidad yficción -discurso que hoy podría aplicarse tal cual a la realidad virtual oa los juegos electrónicos:

Cuanto más éxito tiene [la industria cultural! en ofrecer pormedio de sus técnicas una reproducción parecida de los obje-tos de la realidad, más fácil es hacer creer que el mundo exte-rior es la simple prolongación del que se descubre en la pelí-cula. La introducción súbita del sonido ha hecho pasar elproceso de reproducción industrial enteramente al serviciode este propósito. Ya no hace J~llLaque se pueda distinguir lavida real de la película. (P 133)

Hay, pues, un csqucmatismo industrial y hay una capital: Hollywood.

Sólo a partir del hecho de la técnica existe "cultura" y "espíritu".Adoptar este punto de vista tiene graves consecuencias respecto a la cri-tica que se puede intentar del concepto de industria cultural elaboradopor Horkheimer )' Adorno.

Para caracterizar esta industria ellos hacen referencia a lo que Kantllama el esquematismo de los conceptos puros del entendimiento./> Elkantismo distingue dos fuentes sin las cuales para el sujeto humano noes posible ningún conocimiento: la sensibilidad y el entendimiento. Laesquematización, operada por la imaginación, es lo que permite su uni-fIcación, es decir, al mismo tiempo la unidad de la propia conciencia.Ahora bien, al ser las industrias culturales industrias de lo imaginario,Horkheimer y Adorno describen la industrialización de [a ima¡:;inación. ~como una exteriorización illdllstria! del poder de esqllemallzaclóll y conello, como una re~l1c(/c1óll,como una cosificación alienante de la con-CIenCIa cognoscenle:

La iodastri» /J({ ptioado al individuo de su función. El primergrl'icio que la IlIdll.í/ria aporta al cliem» es eJI/llelllaúzaj' todopor él. Según Kant, un mec8nismo secreto que actúa en elalma preparaba ya los datos inmediatos de tal manera queestos se adaptan al sistema de la Razón Pura. Hoy este sccrc-lO ha sido desciti·ado.-

5~59

4. La obsesión común de Husserl, Horkheimer y Adorno,y la economía política de la conciencia

industrialcs-, ahora sabemos que esta distinción no debe mudarse enoposición ni, por lo tanto, esta denuncia en denegación: lo hemos corn-prendido a partir del fonógrafo en tanto que éste constituye por prime-ra vez la posibilidad de repetir idénricarnentc un mismo objeto tempo-ral que ofrece cada vez dos fenómenos diferentes, Esta repetición sólo esposible por medio del registro, por medio de esta reproduaibilidad tec-nológico-industrial que es el fundamento objetivo e inlracsrrucrural delas industrias culturales. de las que hablan Horkhcimcr y Adorno des-pués de Walter Benjamín, pero que. a pesar de Walter Benjamín, íraca-san en pensar lo mismo que Husscrl, mientras que es su objeto mismo(J diferencia de Husscrl): la Kulturindustric.

Su fracaso consiste en 110 haber comprendido que si es cierto que 1:1

composición de las retenciones primarias y secundarias, que constituyeel verdadero fenómeno del objeto temporal)' que explica que el mismoobjeto repetido dos veces pueda dar dos fenómenos diferentes, si, por lotanto, es cierto que esta composición csr.i sobrcdcterrninada por lasretenciones terciarias en sus características técnicas y cpokhalcs', el cen-tro de la cuestion de las industnas culturales es entonces que éj'ÜIS constitu-yell una realización industria! v, por lo tanto, sistctnátia! de nueras tccno-logi«: de las retenciones terciarias )', a través de ellas, de criterios de selec-cion de un nuevo tipo-y, en este caso, sometidos totalmente a 111 lógica delos mercados, es decit; 11 10j'accionistas.

Esto constituye una nueva época, verdaderamente revolucionaria, dela economía política de la CO11ciencia,

De manera muy gei1er~d la retención terciaria es esta prótesis de laconciencia sin la cual no habría espíritu, ni retorno, ni recuerdo delpasado no vivido, ni cultura, El fonograma es una prótesis semejante,pero constituye un tipo de ésta completamente singular -singular cu

De ser esto cierto, habría sin embargo que explicar por qué y decircómo la conciencia puede ser hasta ese punto penetrada y controladaíntimamente por el desarrollo de una película -y, por lo tanto, qué verdadde la conciencia)' de la "vida real" se releva al cine.

En el capítulo anterior hemos visto:

1. Que una película es un objeto temporal que "coincide" con laconciencia en tanto que proceso retcncional afectado siempre por lasrctcncioncx tercianas. y

2. Que, al analizar la singuhridad del objeto temporal Husscrl des-cubre ahí que no hay que confundir la retención primaria, constitutivadel objeto temporal y que pertenece al presente de la percepción, con larctcncion sccundaria, que puedo reactivar en intaginacion por el juego delrecuerdo :' que constituye el pasado de mi conciencia; en otras palabras,que Husserl afirma cuarenta años antes que Adorno y Horkheirner queno hay que confundir percepción e imaginación -y que, al contrario dell) (¡ue ser.i inducido por el desarrollo de las industrias culturales, esnecesario "que la vida red pueda distinguirse de la pclícuh",

3. Que si Husserl, Horkhcimcr y Adorno tienen mucha razón aldenunciar los peligros de una confusion entre percepción e imaginación,qlle sólo puede producir una COIlJIW'ÓIl mental -aquí, de dimensiones

GilGI

que hace evidente que como registro de una huella en un objeto, aquíun registro analosico, el recuerdo terciario sobtedetermina a su vez la arti-culacion de las retenciones primarias y secundarias. Es lo que hemos vistotambién analizando la lntciuista, pero habríamos podido demostrarloigualmente refiriéndonos a La rosa púrpura de El Catre, de Woody Allen,o a Smohc, de Wayne Wang.

Husserl quiere excluir que la percepción sea cine, sea "sólo cine", yque lo percibido nunca sea más que la pantalla de proyección del cine.y, por lo tanto, excluye de sus análisis la retención terciaria y, en espe-cial, el [onograma, ¿Por qué razón Horkheimer y Adorno hacen lomismo cuarenta años después de Husserl, pero sobre todo diez añosdespués de la escritura del famoso texto de Benjarnin, La obra de arte enla época de su reproducibilidad mecánica. cuyo inmenso alcance se lesescapa manifiestamente?" Respuesta: porque ellos apelan a la Critica dela razón pllra en relación a la cual una consideración, en la constitucióndel flujo de conciencia qlle es también el sujeto kantiano, del papel de laretención terciaria, es decu, de la técnica en genem/, C01710 sistema epifilo-gen ético , constituye un cuestionamiento radical. Así pues, el fracaso deambos alemanes emigrados él Estados Unidos que en 1947 se disponena regresar a su arruinado país sería sobre todo el Índice de un misteriodel pensamiento k..anúano que queda por explorar -el misterio del esque-marismo, cuya exploración bien podría mod¡fi"car la cuestion de los crite-rios en la Crítica de la razón pura-la cuestión de los criterios, es decir, lacuestián crítica por excelencia.

De este modo se requeriría una crítica de la Crítica de la razón pura,una "nueva crítica", como cuestión del cinc de la conciencia, es decir,también de la técnica en tanto que horizonte de toda retención terciariay condición inicial de una tecnología industrial, que apela a la elabora-ción de una economía política de la conciencia que en otra parte he lla-

nudo, y entre unas comillas que he explicado y que mantengo aquí, una" 1 ' 11 ,'" 111 L (O d el 1ceo ogia le espintu . os 'un amcntos e este programa son os que

constituyen el objeto de 13 ¡:¡resente obra.

La experiencia de una reprodllcClón idélltlca de un objeto temporalsólo fue posible por primera vez en toda la liistoria de la humanidad a par-tir de Cros y Edison: al inventar la fonografía analógica transformaronen profundidad el juego de 13 memoria, de la imaginación y de la con-ciencia. Esta transformación continuó con el cine, después con la tele-visión y la KIIltllrlndwtrie en general-que exterioriza y reifica al mismotiempo el trabajo de la imaginación sin embargo "trascendental".

¿Cómo fue eSLOposible!

5. La "triple síntesis" en la Crítica de la razón pura

Horkheimer y Adorno recurren al esquematismo de Kant como sieste concepto se diera por hecho, como si no conllevara problema algu-

no, cuestión crítica alguna.

El concepto del esquematismo se expone en el primer capítulo dellibro II de la Allalítlca imscendcnt»! ("Analítica de los principios") y con-tinúa, por tanto, el último capítulo del libro 1 ("Analítica de los concep-tos"). Este último capítulo se titula "Deducción trascendental de losconceptos puros del entendimiento". Esta deducción trascendental seopera a partir del concepto de lo que la Crítica de la razón pura denomi-

na una triple sintesis.

6361

que hace evidente que como registro de una huella en un objeto, aquíun registro analosico, el recuerdo terciario sobtedetermina a su vez la arti-culacion de las retenciones primarias y secundarias. Es lo que hemos vistotambién analizando la lntciuista, pero habríamos podido demostrarloigualmente refiriéndonos a La rosa púrpura de El Catre, de Woody Allen,o a Smohc, de Wayne Wang.

Husserl quiere excluir que la percepción sea cine, sea "sólo cine", yque lo percibido nunca sea más que la pantalla de proyección del cine.y, por lo tanto, excluye de sus análisis la retención terciaria y, en espe-cial, el [onograma, ¿Por qué razón Horkheimer y Adorno hacen lomismo cuarenta años después de Husserl, pero sobre todo diez añosdespués de la escritura del famoso texto de Benjarnin, La obra de arte enla época de su reproducibilidad mecánica. cuyo inmenso alcance se lesescapa manifiestamente?" Respuesta: porque ellos apelan a la Critica dela razón pllra en relación a la cual una consideración, en la constitucióndel flujo de conciencia qlle es también el sujeto kantiano, del papel de laretención terciaria, es decu, de la técnica en genem/, C01710 sistema epifilo-gen ético , constituye un cuestionamiento radical. Así pues, el fracaso deambos alemanes emigrados él Estados Unidos que en 1947 se disponena regresar a su arruinado país sería sobre todo el Índice de un misteriodel pensamiento k..anúano que queda por explorar -el misterio del esque-marismo, cuya exploración bien podría mod¡fi"car la cuestion de los crite-rios en la Crítica de la razón pura-la cuestión de los criterios, es decir, lacuestián crítica por excelencia.

De este modo se requeriría una crítica de la Crítica de la razón pura,una "nueva crítica", como cuestión del cinc de la conciencia, es decir,también de la técnica en tanto que horizonte de toda retención terciariay condición inicial de una tecnología industrial, que apela a la elabora-ción de una economía política de la conciencia que en otra parte he lla-

nudo, y entre unas comillas que he explicado y que mantengo aquí, una" 1 ' 11 ,'" 111 L (O d el 1ceo ogia le espintu . os 'un amcntos e este programa son os que

constituyen el objeto de 13 ¡:¡resente obra.

La experiencia de una reprodllcClón idélltlca de un objeto temporalsólo fue posible por primera vez en toda la liistoria de la humanidad a par-tir de Cros y Edison: al inventar la fonografía analógica transformaronen profundidad el juego de 13 memoria, de la imaginación y de la con-ciencia. Esta transformación continuó con el cine, después con la tele-visión y la KIIltllrlndwtrie en general-que exterioriza y reifica al mismotiempo el trabajo de la imaginación sin embargo "trascendental".

¿Cómo fue eSLOposible!

5. La "triple síntesis" en la Crítica de la razón pura

Horkheimer y Adorno recurren al esquematismo de Kant como sieste concepto se diera por hecho, como si no conllevara problema algu-

no, cuestión crítica alguna.

El concepto del esquematismo se expone en el primer capítulo dellibro II de la Allalítlca imscendcnt»! ("Analítica de los principios") y con-tinúa, por tanto, el último capítulo del libro 1 ("Analítica de los concep-tos"). Este último capítulo se titula "Deducción trascendental de losconceptos puros del entendimiento". Esta deducción trascendental seopera a partir del concepto de lo que la Crítica de la razón pura denomi-

na una triple sintesis.

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Lis tres síntesis de aprehensión, de reproducción y de reconoci-

miento que Kant distingue en la primera versión de la "Deducción tras-

ccndcnt.il'" son, en efecto, estrechamente solidarias de las retenciones

primarias, secundarias v terciarias, )' para las industrias culturales sólo

es po.,Ible "esquematizar todo para [sus clientes]' en la medida en L/lIe lasrct melones tercia rias dcsctn pciiu n aqui ien la constitncion de fa conciencia}1111papel prnnordial '-que evidentemente no es reconocido por Kant.

Además Karu habla de h diferencia entre retención primaria y sccun-

ebria, y en ciento modo la contempla sin hacerla ni vcrla. O mejor

dicho, esta diferencia le contempla, le concierne, pero él no la ve, De ahfuna gr:ll1 confusión entre dos versiones de una Deducción que se con-

iradiccn y, sin embargo. ambas son admitidas pOI' el autor como lcgíti-

ccndcntal de la apucepción (la Ill1agmaclón se relega entonces alsegundo plano y el entendimiento recupera su autonomía absoluL\).

2. Lo que Kan/ no consigue pensurn), por tanto, exprc,,'ilr claramente enr\ (no más que en 13 -aunque B resuelve la dificultad retrocediendo enrel"ción a A para eliminar la contradicción), es la c/ifercllC/u entre lasretenciones pnntana )' iCClllul.II'la pensadas mis tarde por ¡lusscrl y queen Kant no dejan de contundirse C0l110 síntesis de \a aprehen~iól1 y de

L.l reproducción,

3, Si puede existir un "esqucmaLlsl1lo industrial" es porque cl c,¡qlle-nta es onglllarlal77ellte y CIl Sil estrnctura /Il/Si7h1 Illdll.¡trlall.~(/blc: pa,,'{fporla rctcnrion terciar/a, C~ decir. por la técnica, la tecnología v, hoy, laindustria, El fracaso en la distinción de LIS dos primeras síntesis es tam-bién el fracaso en el reconocimiento del "sustrato' indispensable de latercera -cuya necesiJad, sin embargo, veremos (en el paI':Ígra(o l~) que,a su manera, en cierto ruedo enuncia la Critica de la I'IIZÓIljJltl'll.

Ahora bien, nadie ignora que esta Deducción, que precede y condi-

ciona la exposición del concepto de csqucmaiismo (capítulo I, libro TI,"Del csqucrnatismo de los conceptos puros del entendimiento"), existe

en dos versiones que son ampliamente contr.ulictorias y han sido objc-

to de abundantes comentarios de la tradición postcrítica. Aquí veremos

que estas dos versiones, reivindicadas ambas dos por Kant a pe~cll' de sus

Ibp;rantes contradicciones ((1 más adelante cpígralc K), tropiezan tanto

una como otra precisamente con la cuestión de Ull cinc de la concien-

ci.r, de un cine constitutiro de toda actindad consciente cttvas tres síntesisserían jJrecl.íil/71fllle unas opcractoncs.

6. La confusión de Kant

Por dccirlo en otras palahras:

La "triple síntesis" es una realización de lo que Kan: llama la

"csoonrancidad del entendimiento":I

El conocimiento es un conjunto de reprl'senlacionc, cornpa-r.ulas y rclacionad:ls 1 .. , ¡. l.'na síntesis corresponde siempre J

1.1 sinopsis (del sentido) \ L1 rcccprividad sólo puede h;\cerposible u nos (OIlOCl m ien tos uniéndose ;\ !;\ csponl:l1lcidJd(del cmcndirnicmo). A.hora bien, ésu es el principio de un atriple síntesis que se 11rcsenl.i en todo conocimiento v que

111;1 s.

l. El paso de la edición de ¡7K l. llamada A, a la dc I 7K7, llamada v

tcsurnonia un [racaso en 1(/ articulucio» de 1.7." tres síntesis ilc la Il7lilglllu-(Iún definidas en :\. retornadas en B bajo el concepto de la unidad tras-

ni()')

comprende: la síntesis de la aprehensión de las representa-ciones como modificación del espíritu en la intuición; la dela reproducción de estas representaciones en la imaginacióny la de su reconocimiento en el concepto. Por lo tanto, estastres síntesis llevan a las tres fuentes subjetivas de conoci-mientos cuyo entendimiento hacen posible ellas mismas ypor medio de él toda experiencia."

partir de este momento está obligado a plantear que la síntesis de repro-ducción es la retención en la propia aprehensión:

Si siempre dejara escapar de mi pensamiento las rcproduc-ciones precedentes (las primeras partes de la línea, las partesanteriores del tiempo o las unidades represenladas sucesiva-mente) y si no las reprodujera a medida yue llego a lassiguientes, nunca se podría producir ninguna representaciónentera, 1 ... ] ni siquiera las del espacio y del tiempo.';

En otras palabras, Kant comete precisamente el error que Husserlreprochará a Brentano. Porque habla manifiestamente de retencionesprimarias, mientras cree describir la síntesis de reproducción, tal comoésta haría posible la aprehensión y en ese sentido debe concluir que, porlo tanto, "la síntesis de la aprehensión está inseparablemente unida a la

síntesis de la reproducción".

En otras palabras, no dice que unas retenciones secundarias acom-pañen siempre, como criterios de selección, al proceso de retención pri-maria sino que la aprehensión es de entrada retención, es decir, repro-ducción, la cual se define claramente aquí corno lo que Husserl llamarcrrecuerdo en el sentido de retención secundaria.

Kant no dice lo que nosotros sosteníamos al concluir nuestra lectu-ra de Husserl, aunque casi lo diga -a saber, que primario y secundariosiempre se acomodan. Sólo lo diría si hubiera sabido identificar lo quehace la singularidad de la retención primaria. Ahora bien, precisamen-te no ha sabido distinguida de la retención secundaria y de esto es de loque es testimonio este texto. Kant cree describir en él la síntesis dereproducción ahí donde se trata de la aprehensión en tanto que fenó-meno de retenciones primarias que precisamente no deben ser contun-

La cuestión de esta triple síntesis y, en primerísimo lugar, de la pri-mera de estas síntesis, la llamada "de la aprehensión", es la cuestión deltiempo: si lo diverso de la intuición debe ser ordenado es porque todasnuestras representaciones "pertenecen al sentido interno",

todos nuestros conocimientos están sometidos a la condiciónformal del sentido interno, es decir, al tiempo en el quedeben ser ordenados todos, vinculados y puestos en rela-ción."

Por esa razón, en lo diverso la intuición debe "distinguir el tiempoen la serie de las impresiones". Esta distinción de la sucesión temporalcapaz de la intuición de cualquier fenómeno, sea cual sea, es lo quepermite la síntesis de la aprehensión.

Kant precisa entonces qué es la síntesis de reproducción:

U nas representaciones que a menudo se suceden o se acorn-pañan acaban por asociarse entre ellas y por formar así unarelación tal que en ausencia del objeto una de estas repre-sentaciones hace pasar el espíritu a otra, siguiendo una reglaconstante."

Kant describe aquí el fenómeno de la retención secundaria analizadapor Husserl. Ahora bien, el problema aparece al final del parágrafo:confunde esta capacidad de reproducción con la retención primaria. A

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dielas con las retenciones secundarias que constituyen la esencia de lasíntesis de reproducción.

Pero, por otro lado, en cierto modo Kant introduce así por defecto lacuestión de la relación entre primario y secundario que Husserl exclui-rá. Lo que significa que él reserva ya un lugar para la cuestión de unpapel de la imaginación en la percepción.

La confusión de las dos formas de retenciones es también la de lasdos síntesis y, evidentemente, pesará en la definición de la tercera sínte-sis. Sin lugar a eludas es esta confusión de 1781, que hace muy oscurassus palabras, lo que le obligará a escribir en 1787 una nueva versión dela "Deducción trascendental".

7. La síntesis de reconocimiento como unificación

del flujo de conciencia reproducible

mn qué puede consistir exclusivamente la síntesis de aprehensión,"la comprensión [del] desarrollo succsiuo de la diuersidad" si ésta no esprecisamente la tetcncum de [o desarrollado por lo que se desarrolla actual-mente] Kant sólo podría distinguir claramente esto de una retenciónsecundaria (de la reproducción "en ausencia del objeto" que define lasíntesis de reproducción) si considerara la primera síntesis como comer-uucton de lo "recién pasado" en el siempre presente y como protencum de lotodavía por llegar,

Interviene entonces la tercera síntesis, llamada de "reconocimiento":

Al mismo tiempo que nuestros conocimientos deben referir-se a un objeto, necesariamente deben concordar entre ellosen relación a este objeto, es decir, tener esta unidad que cons-tituye el concepto de un objeto."

La síntesis de reconocimiento asegura la coherencia de la concienciaconsigo misma en tanto que ésta es un flujo cuya unidad debe ser garan-tizada: este flujo no puede contradecirse él mismo. Esta unificación deLflujo sobredetermina como síntesis de reconocimiento la unificación delas síntesis de aprehensión)' de reproducción por medio de las cuales 1111

objeto puede presentarse a la conciencia unificado él mismo por el sim-ple hecho de la lInificación recognitioa del flujo de conciencia:

Está claro que la unidad que constituye necesariamente elobjeto no puede ser otra cosa que la unidad formal de la con-ciencia en la síntesis de lo diverso de las representaciones.Conocemos el objeto cuando en lo diverso de la intuiciónhemos operado una unidad sintética."

Esta unificación de la conciencia consigo misma a través de sus obje-tos es la proyección de la apercepción que Kant llama trascendental en

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la medida en que es testimonio de una necesidad a prion que expresauna regla (un concepto):

Pero esta unidad es imposible si la intuición no ha podido serproducida por esta función de la síntesis, según una reglaque hace necesaria a prion la reproducción de lo diverso yposible un concepto en el cual este diverso se unifica. Ahorabien, esta ttnidad de la regla determina todo lo dioerso y el lími-te para unas condicione; qlle hacen posible la unidad de la aper-cepciou. [... ] Si el concepto puede ser una regla de las intui-ciones es sólo porque representa en UIlOS fenómenos dados lareproducción necesaria en SIl diverso y, en consecuencia, la uni-dad sintética en la conciencia que tenemos de ello."

requerir ella misma la aprehensión sintética de lo diverso de la sensibi-lidad.

Ahora bien, esto sólo es posible a condición de que el flujo de con-ciencia sea él mismo reproducible: las tres síntesis son también la tra-ducción, en el fenómeno total de la conciencia, de las tres formas deretenciones -y de lo que las vincula necesariamente. Esto es lo quevamos a examinar ahora.

En resumen, la unidad trascendental de la conciencia es también lade sus objetos y, por lo tanto, del mundo en general -es lo que Kantdenomina una afinidad trascendental. El concepto unifica la diversidadde lo que se re-produce en la empiricidad como su esencia y su necesi-dad, pero en tanto que los pro-duce. De la re-producción de lo diversopasado abstrae su unidad que queda por llegar: la re-producción es másprofundamente pro-ducción porque el concepto pone en práctica lalegalidad a prior; del flujo temporal que constituyen las categorías. Encllo, esta unificación rccognitiua. que es también la del flujo mismo de laconciencia, es lo que a partir del pasado reproducible prepara el futuro ttni-tarro del flujo y de los objetos que se constituyen en él.

Pero, ¿POI' qué afirmar aquí la necesidad de lo que he llamado el recuer-do terciario? Porque el reconocimiento es una hipcrreproductibilidad,una legalidad de la reproducción en la que ésta se revela manifestarICnomenalmente no sólo una pro-ducción sino en cierto modo unarepro-ducción, es decir, una pro-ducción (reconocimiento) que suponela materia de una reproducción (de la síntesis de reproducción) al

8. Las dos ediciones de la conciencia de Kant

"ante el conjunto del público que lee"

Las dos primeras síntesis sólo fundan su unidad en la tercera sínte-sis de "reconocimiento": ésta inserta las dos primeras formas de síntesis,es decir de retenciones en e1f11ijo ltllificado de la conciencia. Kant llama aesta unidad del f1ujo la unidad de la apercepción. En otras palabras, elpapel de la tercera síntesis es el de hacer compatibles entre ellas todas lasretenciones primarias)' secundarias que tejen la tela de una concienciaen tanto que ésta es siempre la misma conciencia, sea cual se;1 la diver-sidad de las retenciones primarias y secundarias que la atraviesan y pormedio de las cuales se trama, es decir, deviene.

La tercera síntesis es lo que dispone y monta las dos primeras (queen cierto modo son tushes e illJ'eru) en U/1 solo y mismo transcurso tempo-ral -ya que toclo esto forma en cierto modo el cine de la conciencia queproyecta, al estarpro-tendida hacia su futuro."

71171

3. Que Kant sólo es el nombre del autor de esta obra y sólo nos inte-resa en tanto que tal, y al que sólo conocemos porque los flujos de suconciencia han sido retenidos por sus obras y como sus obras?

Esta situación, de la que procede la autoridad de Kant, sólo es posi-ble porque las síntesis primarias y secundarias de la imaginación sonesencialmente sintetizables por este flujo (de conciencia) de siutcsis queconstituye un "recuerdo objetivo" como un libro o una película.

Existen dos versiones de la Crítica de la razón pura -dos redacciones,es decir, dos archivaciones/síntesis de la historia de la conciencia delpropio Kant y, a través de él, de la historia de la conciencia ji"loJÓfica- laprimera de las cuales se publica en 1781 y la segunda en 1787, cada unacon un prefacio distinto, y en la segunda versión se operaron apreciablesmodificaciones de la Analítica trascendental, particularmente en lo queconcierne a la "Deducción trascendental de los conceptos del entendi-miento". Ahora bien, cqué nos dice el segundo prefacio de la segundaredacción acerca de lo que hay que pensar de la primera redacciónmodificada por esta segunda edición-redacción?

Resumido de forma brutal, nos dice que la j·egul1da edición 110 ((/lJI-bia nada de la primera, sino que es más clara -y que, en consecuencia, laprimera edición sigue siendo complcLamente válida a pesar de las dife-rencias de redacción. Más precisamente, nos dice que si esta segundaedición ha ensayado unas "correcciones",

estas correcciones suponen un ligero daño para el lector queno se podrían evitar sin hacer este libro excesioamentc roiutnt-liOSO.En efecto, más de un lector podría lamentar diversospasajes que sin ser, es cierto, esenciales para la integridad delconjunto, podrían ser útiles desde otro punto de vista, y queha habido que suprimir o acortar para dejar sitio J una expo-sición que ahora es, espero, más clara."

Ahora bien, ccómo no señalar que el fllljo de la conciencia del propioI\.oilt y que Kant toma evidentemente por objeto de análisis y por mode-lo dé la actividad de toda conciencia, se trama y se constituye en Sil un i-dad en el curso del traba]o de escritura de los libros que constituyen laobra de Kant? ¿Cómo no señalar:

1. Que esta unidad no es dada, sino prometida?

2. Que la fuerza de esta obra se debe a la unificación de los elemen-tos de conciencia materializados que constituyen las retenciones tercia-rias literales de esta obra"

Estas palabras son absolulamente sorprendentes si se considera queen ciertos aspectos la segunda edición parece en profunda contradiccióncon la primera -cn particular, sometiendo la imaginación a la legalidaddel entendimiento y el sentido interno a la unidad de la apcrccpción,donde la triple síntesis desaparece en beneficio de una distinción de dosnuevas síntesis llamadas figurada e intelectual" y donde, por lo tanto, seborra toda huella y toda cuestión de la posibilidad de una triple reten-cien. Ahora bien, estas contradicciones, que se refieren al papel de la terce-ra síntesis y di papel de la imaginación, son precisamente el indicio de unadtji"cllltad de Kant para resolucr la cuesuon de la contradicción -de la con-tradicción del yo consigo mismo, lo qlle es La telllPoralldad misma de este

D 1 11 "1' ,.»yo, que e euze ama su isura ."

Sin embargo, el prefacio de la segunda edición continúa explicando

tranquilamente que

esta nueva exposición no cambia además absolutamentenada en el fondo en relación a proposiciones y a sus pruebasmismas; pero, sin embargo, en algunas partes se aparta tanto

7273

de la antigua en la manera de presentar las cosas, que no eraposible intercalarla ahí.

Así pues, ambas ediciones se apartan considerablemente "en algunaspartes", pero sólo se trata de una separación de forma: nada se ve afec-tado respecto al fondo. Tanto es así que los editores contemporáneos deKant publican ambas ediciones en una 50Ia23, lo que el propio Kantsugirió:

9. El medio del yo como material de proyección

"retención terciaria" cualquiera, es evidente que el registro literal delflujo de la conciencia del propio Kant, tal como lleva a la escritura de laCrítica de la razón pum, es la condición esencial del análisis de la activi-dad de toda conciencia que ambicione ser esta obra. El pensamiento deKant solo puede presentarse ante nosotros como libro -adcrnás, exacta-mente como a él, excepto en que el pensamiento se presenta ante él y sehace presente en él en e! curso mismo de su escritura, es decir, de su17701Itaje... frente a él: sobre la pantalla de proyección que es la hoja depapel que sustenta el pensamiento, verdadera muleta del entendimiento.

Por esta razón en 1996 puse de relieve en La desorientación esta frasede Idea de una historia uniuersal desde el punto de uista cosmopoliuco:"Entiendo por uso público de nuestra propia razón el que se hace comosabio ante el conjunto de! público que lee" -es decir, evidentemente, el!tanto que uno mismo escribe. Es sabido que Kant nunca escribió nada alazar: Kant sólo puede tijar e identificar la unidad de la apcrccpcion de laconciencia que él es por medio de la posibilidad que tiene de inscribir, deconservar y de ordenar las retenciones primarias y secundarias (es decir,las síntesis de aprehensión y de reproducción) que efectúa la imagina-ción de su conciencia olvidadiza (cuya memoria es finita") bajo la formade retenciones terciarias (las frases escritas a través de las cuales se tramala Crítica de la razán Pllra). Inscritas, fijadas, conservadas, estas frasespueden ser releídas, criticadas, analizadas, objctivadas, seleccionadas ydispuestas. Conservar, discernir, comparar y finalmente montar en launidad de un libro que es también la unidad de Sil pensamiento: esto es loque Kant puede hacer con estas frases en tanto que son nuttcnalizacio-nes objetivas de sus retenciones primarias y secundarias que las hacenmanipulablcs. ~7

De 1781 a 1787 Kant puede reexaminar con toda tranquilidad!' elHujo pasado de su propia conciencia y buscar ahí la unidad perseveral1-

Este ligero daño que, además, cada uno puede reparar a SIl gwtopor medio de la comparación con la primera edición, seráampliamente compensado, espero, por una mayor claridad.

En resumen, existen profundas contradicciones entre 1781 y 1787,pero Kant quiere a toda costa mantener la unidad del flujo de su propiaconciencia en el curso de los años transcurridos, durante los cuales él haenvejecido seis años, sin negar nada de este pasado. Ahora bien, ¿quéocurre de 1781 a ln7 además de este hecho de que el tiempo pase?Ocurre que en el tiempo que transcurre tienen lugar dos acontecimien-tos y, en particular, una crítica pública de la Critica que obligará a Kantél redactarla de otra rnanera'', es decir, a rescribir la historia de su propio

fllljo de conciencia "ante el conjunto del público que lee","

La conciencia sólo puede convertirse en conciencia de sí en la medi-da en que puede exteriorizarse, objetivarse en la forma de huellas pormedio de las cuales al mismo tiempo se hace accesible él las demás con-ciencias. y aunque Kant no haga intervenir más que Husserl a una

7-175

te de los flujos de su conciencia futura en la medida en que él ha podi-do fijar, identificar y unificar lo diverso de sus pensamientos materiali-zándolos. Se convierte así en objeto de sí mismo y así puede convertirseen objeto de una crítica re-flexiva en la que él se auto-afecta: así y sóloasí puede proceder al examen de las condiciones de su propia posibili-dad que también son las condiciones de posibilidad de todos sus obje-tos. Condiciones cuya "posibilidad más extrema" Heidegger reprocharáa Kanr que descuide.

La crítica analiza y sintetiza. Pero sólo puede hacerla porque puedemanipular -y aquí, manipular el tiempo, es decir, el juego de las reten-ciones primarias y secundarias vía sus materializaciones terciarias.

Ahora bien, estas materializaciones criticas del sentido interno tambiénson rnanipulables por la industria de la cultura en tanto qlle ésta hace delas conciencias su materia prima, objetivable y reifiable porque origina-riamente está puesta fuera de ella misma. Y es, efectivamente, en estodonde hoyes nuevamente necesaria una critica en el sentido kantiano-una "nueva crítica".

En otras palabras, si Kant puede y debe escribir que lados los fenó-menos están en mí, es decir, que "son determinaciones de mi yo idénti-co, que expresan como necesaria una unidad total de estas determina-ciones en una única y misma aperccpción"", no es menos cierto que elyo no está él mismo simplemente en sí mismo, sino originariamente fuerade si-mismo. El yo está en medio de "él-mismo", es decir, de sus objetosy prótesis, medio que, en consecuencia, no es sólo él mismo sino su otro.

y se trata de un otro que le precede, de un ya-ahí, de un pasado queno ha vivido" y que sólo es su pasado a condición de convertirse en sufuturo. Esta estructura de precedente pro-tético, que funda la posibilidadde la terciaridad de las retenciones, es e! soporte proyectil '0 de la con-

76

r

ciencia: que le permite heredar del pasado de todas las conciencias quele han precedido -así de nosotros mismos en este momento: como con-junto de! público lector de los libros de Kant- es también lo que le per-

mite proyectar (imaginar) un futuro.Esto es lo que vamos a explorar a partir de ahora examinando la

cuestión del esquematismo, lo que también nos dará la oportunidad deevocar la versión B de la "Deducción trascendental".

10. Imágenes y esquemas: el entendimiento como poderde sincronización de los sentidos interno y externo

Para que sea posible la subsunción de las intuiciones a los concep-tos, explica la "Analítica de los principios" ("Doctrina trascendental del

juicio"),...hace [alta un tercer término homogéneo a la categoría ~or unlado v a los fenómenos por otro l...],Tal es el esquema tras-cendental. [...] Los conceptos encierran las condiciones forma-les de la sensibilidad \ ...] que contienen la condición genel'alque permite a la categoría aplicarse a cualquier objeto ... ;1

en el curso de la síntesis de reconocimiento. "Esta condición es e!esquema de este concepto. El esquema no tiene por objetivo una intui-ción particular sino la unidad en la sensibilidad". Por esa razón hay quedistinguir el esquema de la imagen. La imagen de un número, por

ejemplo,

CInco77

ó

5 •••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••••• oo'

................................................... , .....o

V

que también se puede representar por ...................................................................... , .

................. , , , .

o incluso, en el sistema de representación binaria, explotable por unamáquina, por

.........................................................

101,

así pues, esta imagen, que es empírica y, por tanto, contingente(puesto que el número puede representarse indiferentemente por mediode estas imágenes diversas). es algo completamente diferente del hechode pensar en este mismo número. Este pensamiento es

la representación de un método para representar una multi-tud (por ejemplo, mil [es decir, 1000J en una imagen, con-forme a determinado concepto, más que esta imagen mismaque, en el último caso, me sería difícil recorrer con los ojos ycomparar con el concepto.

En efecto, no "salta a la vista" que en la siguiente ¡igura hay mil(l.OOO) puntos:

Esta figura, aunque en griego esta palabra se diga sliema, sin embar-go no es un esquema en el sentido karuiano: sólo es UIlJ "imagen". Pero,entonces, ¿por qué la tlgurJ geométrica que originariamente es imageny trazado (grafeil1) se llama precisamente en griego skcma! Y «:n quémedida un número como mil es posible, como método conforme "a cier-to concepto" para la conciencia del que él es objeto, SIN UNA IMAGEN?

La respuesta está clara: en NINGUNA medida. En efecto, el núme-ro siempre supone en cierto modo una capacidad de retención terciaria(ya se trate de los dedos de un niño, del cuerpo de un brujo, de un ábacoo de un sistema de escritura alfanumérica}, que sola permite nombrar yobjetivar. Esta capacidad tiene una historia, en el curso de la cual en par-ticular un día se hizo posible la concepción del número 1.000 (mil). Aquíentendemos que esta concepción fue en primer lugJr un jJJ'OceJ'O.Huboun tiempo, muy reciente en relación a la muy larga historia de la huma-nidad, en que el número 1.000 seguía siendo literalmente in-concebiblepara la conciencia del hombre que aún no estaba equipado para el pe/J-sat, en el que 1000 (mil o la figura/imagen de antes o 1/1 [101000) aúnno estaba elaborado .

.........................................................

........................................................ ,

.........................................................

7H79

Kant sólo puede hablar él mismo del número mil (1.000, ete.) por-que dispone de sistemas técnicos y materializados de notaciones que per-miten manipulaciones de símbolos y fijar por medio de esta imagen (dela que resulta esta palabra, "mil", que es ella misma una Imagen -unaIl7Iagen sonorá¡ un resultado de una OPERACIÓN DEL ENTENDI-MIENTO QUE AQUÍ ES EN PRIMER LUGAR UNA OPERACIÓN CON-JUNTA DE LOS SENTIDOS INTERNO Y EXTERNO.

E igual que el cálculo, que en primer lugar es manipulación del sen-tido externo que controla el transcurso del sentido interno, puede sermentalizado e interiorizado a continuación, al olvidar su origen comomanipulación en el espacio en tanto que forma pura de la intuición parael sentido externo, bien podría ser que toda operación del entendimien-to (no estoy hablando aquí de la razón, que además no consiste en ope-raciones, sino en principios rectores de la unidad de las reglas del entendi-miento, que constituyen las leyes de la subjetividad bajo la autoridad delo incondicionado, es decir -volveremos a ello-, lo que nunca ha sido ninunca será presente: el pasado absoluto y su ret1ección: el futuro abso-luto), podría ser que toda operación del entendimiento tenga por origenconstitutivo esta sincronizacion que precede a la oposición entre lo exter-no y lo interno, entre lo de fuera y lo de dentro.

La sincronización de los sentidos interno y externo condiciona aquíla actividad del entendimiento sometido al mismo tiempo a la síntesispasiva -es decir, aquí pre-concebida= de sus "herramientas"." De hecho,el número en general sólo puede ser concebido a condición de ser repre-sentado en un sistema de huellas llamado sistema de numeración, quesiempre remite a un gesto que constituye él mismo una manipulacián desimbolos externos por naturaleza -y no existe cálculo mental que noresulte de la intenorizacion secundaria de un cálculo por medio de mani-pulaciones simbólicas, es decir, de un comportamiento manual.

KO

Uno nunca se cansa de evocar a los primeros hombres ljueempezaron a contar dibujando trabajosamenLe palotcs en laarena de las playas o de los desiertos. \ ... \ Tnnbién se puedepracticar el arte que consiste en cortar regularmente un trozode madera ... para conservar el recuerdo de un número. \ ... \

Todas estas traducciones maLeriales de un número aplican elprincipio de correspondencia \ ... \ pero \ ...1 las cosas se pre-sentan muy di["erentemenLe si, par;} cada oveja del rebaño, secoloca en un recipiente una bola de arcilla l···\ o si el hom-bre, ayudándose con una mímica expresiva, utiliza su cuerpocomo una máquina destinada a retener el número de pecesque ha pescado.

En el primer caso se posee una imagen abstracta del rebaño:u na bola de arcilla por cabeza de ganado. No hay Ileceúdad desaber nombrar los primeros números, es una COI/labilidad que sePllede practicar en silencio. \ ... \ Se puede situar el recipienteen los archivos del administrador pero el administrador sabíacontar mientras que el pastor era muy incapaz de haccrlo."

La concepción de un número resulta de gestos que por medio de surealización efectúan un principio de correspondencia. Estos gestos per-miten producir una Il1lagen que sin duda es abstmaa, pero que es unaIl1lagen-abstracta-OBJETO como soporte y condición de la proyecciólI deuna Il71agen-abstnlcta-,\fENT1L, y a la que no corresponde primero nin-guna imagen sonora ("No hay necesidad de saber nombrar los primerosnúmeros, es una contabilidad que se puede practicar el] slleIlClo"). La sono-rizccion del número es lo que después permitirá una manipulación [oua-tono ya no por medio de los dedos sino ror medio de las mondibnlas. Peroesta concepción del número mil supone las numeraciones escritas de lasque, por lo tanto, proceden sus fonaciones que no las preceden -esLadiode abstracción salido de las manipulaciones de símbolos llamado

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"numeración escrita de posición", donde está claro que el esquemasupondría la imagen cuando la posibilidad de la imagen supusiese reci-procament¿ la posibilidad del esquema: de la ej'qllel7lati~~aciónen el sen-tido en el que Kant trata de determinada, es decir, como proceso de pro-yección del sentido interno en los recuerdos terciarios que son las imá-genes accesibles al sen tido externo.

Simondon llamaba a esta reciprocidad una relación transductiva, altiempo que criticaba el hilemortlsmo en el que todavía se encuentra tra-bado el pensamiento kantiano.' Si hay que distinguir el esquema de laimagen, sin embargo no hay manifestación de esquema sin imagen, seao no mental. Cuando para dar una imagen de cinco Kant traza cincopuntos sobre una línea e inserta así el dibujo "..... " en una frase, desgra-ciadamente olvida que la palabra cinco es ya una imagen, surgida deuna larga historia.

Así pues, en lo sucesivo repitamos a título de la cuestión de la ima-ginación trascendental que no existe imagen mental sin imagen objeto.Igual que la imagen del rebaño de ovejas como representación abstractamatcrialman¿ constituida por un conjunto de bolas, los primeros núme-ros como entidades abstractas son en primer lugar unos soportes dememoria muy concretos: el flujo de la conciencia -en el que el númeroconstituye una determinación del sentido interno, en el que se sucedenunas unidades que forman una totalidad numerable y sintetizable en launidad de la apercepción- es retcncionalmem¿ finito. Como memoria desu propio transcurso, flaquea rápidamente y debe apoyarse en unossoportes externos, unas prótesis de la memoria que también serán unosfetichcs de la imaginación y las pantallas de proyección de todos sus ían-tasrnas." Las prótesis retencionales procuran así al flujo de la concien-cia (es decir, a la propia conciencia, que no es más que flujo) unas intui-

cienes espaciales del transcurso de sus intuiciones temporales ( = de ellamisma como atril). Por esta razón son posibles unos ats memoria.

Estas intuiciones espaciales tienen la ventaja de poder ser retenidas"objetivamente" al tiempo que autorizan la abreviación del desarrollodel flujo: si es posible leer cursiva mente el "número" representado másarriba por mil puntos, además de que esta lectura sería larga, siempre secorrería el riesgo de cometer un error; mientras que en el número escri-to 1.000, una imagen sustituye a una operación cursiva de transcurso deltiempo; ha sido abstraída de un desarrollo en cuyo equivalente ella se haconvertido -dcspués de que la conciencia se haya entregado a largasseries de ejercicios, empezando por contar con su cuerpo (con losdedos), después en una pizarra, luego en un cuaderno, después mental-mente- después manipulando un teclado que da órdenes a una rnáqui-na alfanumérica en la que el entendimiento delega algunas de sus ope-raciones.

Esta cquiualencta general donde el espacio da aspecto al tiempo es loque permite lo que Marx llama el "equivalente general": el capital,como dinero que permite acumular un valor abstracto porqlle es mani-pulable, también es, por tanto, tiempo puesto en reserva, conservado, encierto modo cristalizado o congelado, como diría Queneau. Por lo tanto,la retención terciaria, cuya forma más abstracta es el dinero y que per-mite la abstracción a partir del principio de correspondencia, abre almismo tiempo la posibilidad de la manipulación abrcviantc, de la quela numeración de posición es una explotación sistemática como sistemade equivalencias espaciales (las imágenes de los números) de operacio-nes temporales (de enumeraciones como transcursos falibles del Ilujo deconciencia).

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Si siempre dejara escapar de mi pensamiento las reproduc-ciones precedentes (las primeras partes de la línea, las partesanteriores del tiempo o las unidades representadas sucesiva-mente) y si no las reprodujera a medida que llego a lassiguientes, nunca se podría producir ninguna representaciónentera, 1 ... ] ni siquiera las del espacio y del tiempo."

empírico, en este mismo espacio empírico. Si Tales consttuvc la t1gura y nose contenta con seguida, construye unafigllra sin la cual no habría COIl-

cepto. La construcción de! concepto es la de la figura)' recíprocamente.En efecto, está acompañada de un discurso, pero este discurso está ins-crito él mismo en la letra: debe ser fijádo lo mismo que la figura debegllardar en e! espacio sensible la huella de un razonamiento sobre elespacio puro, es decir, sobre las condiciones de posibilidad a prior! de laintuición. Aquí, como en la numeración, no existe pensamiento posiblesin figuraciones que son también huellas, gestos del pensamiento talcomo éste debe apoyarse en sus inscripciones en e! espacio, inscripcio-nes que permiten liberar, en la intuición de lo dado empírico, una intui-ción pura de las condiciones formales de esta intuición empírica -y queson, ya lo habíamos subrayado, las muletas del entendimiento y no sólode la esperanza y de la te."

La pro-ducción es una figuración y la segunda edición la definecomo síntesis figurada. Si la figura no es aquí esencial, por no decir loesencial, ¿ por qué calificar esta síntesis de "figurada" (speciosa), por quétraducir speciosa por figür/ic/¡e ? "Figurar, da r una figura": es lo que sig-nifica el verbo slicmauzo. Examinamos la cuestión de las condiciones dela constitución de! esquema y del papel que desempeña ahí la imagen.Kant plantea que el esquema precede a la imagen: nosotros planteamosque son coemergentes -cs decir, en relación transductiva. Imagen yesquema son las dos caras de una misma realidad que constituye unproceso histórico condicionado por la estructura epifilcgenética'"- quedesigna el e,,·quema gmcral de las retenciones terciarias que forman elmedio de la conciencia, su mundo como espacialización del tiempo de lasconciencias pasadas y pasantes en tanto que Weltge,,·chichtlic/li(eit.

Heidegger dice que en la primera versión de la "Deducción trasccn-dental" la tercera síntesis es la del futuro y que por esta razón la sínte-

11. El medio de la conciencia como sistema generalde las retenciones terciarias y los gestos del pensamiento

Kant describe aquí la retención primaria, pero él cree estar ya en lasíntesis de reproducción. No ve, por lo tanto, lo que es la retenciónsecundaria en tanto que ésta no es precisamente la primaria. He demos-trado por qué la finitud retencional del flujo de conciencia induce lanecesidad de una tercera forma de retención cuya consecuencia es aquíla siguiente: si la síntesis jigurada, la sintests speciosa", que en la ediciónde 1787 se convierte en la uerdadera sintests de la imaginación productioa yno sólo reproductiva -es decir, la imaginación trascendental-, si, por lotanto, esta síntesis es lo que permite trazar mentalmente una linea paraconstituir el espacio", sin embargo esta facultad que es también el prin-cipio de la constitución geol71étrica no podría prescindir de trazar en efec-to la línea en e! espacio: C077 la mano.

Tales, cuya experiencia reveladora es convocada por el prefacio de17S7, en ningún caso podría razonar geomérricarnente" sin gestos querepresentan el espacio puro, es decir, las condiciones a ptiori del espacio

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sis de reconocimiento es también y al mismo tiempo síntesis de "prerrc-conocimiento?" -es decir, del proyecto. Así pues, las tres síntesis formanen su triplicidad las dimensiones del éxtasis temporal", aunque Hei-degger en ningún momento mencione la problemática rctencional hus-serliana ni, por tanto, en nuestra opinión identifique finalmente el cen-tro de la dificultad. En efecto, para nosotros la síntesis de aprehensiónes la de las retenciones primarias del presente; la síntesis de reproduc-ción, la de las retenciones secundarias del pasado y la síntesis de reco-nocimiento, la de las protenciones unitivas del flujo en su totalidad, esdecir, como proyección de su futuro y de su final. Pero es también lo quesupone este material de proyección (de imágenes) que e~ esta memoriade síntesis que nosotros llamamos retención terciaria.

Esta triplicidad extática del tiempo se pierde en la segunda versión acausa de insuficiencias en la exposición de las tres síntesis, pero tambiéna causa de contradicciones más prcfundas que constituyen los límitesdel gesto kantiano precisamente respecto a lo que aquí llamamos elmedio terciario de la conciencia. Sólo se puede comprender la tesis hci-deggeriana sobre el reconocimiento como proyección unitiva del futuro(que, por lo tanto, retomamos aquí por nuestra cuenta sin seguir, sinembargo, la letra de los distintos análisis heideggerianos de la deduccióntrascendental) si se admite que la [acticidad del pasado del Dasein es loque abre la posibilidad misma de su futuro (en "la posibilidad másextrema") porque este pasado es originariamente terciarizado, es decir,sintetizable como prótesis." Una verdadera crítica de la Crítica de larazon pllra, en cierto modo una crítica nueva, debe plantear la cuestiónde esta exteriorización originaria. Esto es lo que constituye la posibili-dad de la herencia -e:; decu, de la cdopcián.

Heidegger ve en toda concepción lineal del tiempo, que harán suyaambas versiones de la Crítica de la razón pura, la expresión típica de la

metafísica en general4\ lo que en la distancia kantiana de la primera ala segunda versión se traduce en la sumisión de la imaginación trascen-dental a la policía del entendimiento, bajo la jurisdicción de la razón, ylleva a la Crítica de la razón pura a entrar en el seno de la oposiciónmetafísica, tradicional desde Descartes, entre sujeto y objeto: la imagi-nación y el sentido interno sólo son entonces las marcas de la subjetivi-dad que el entendimiento Y sus categorías determinan para pasar a laobjetividad cuyo umbral indica la cópula es: éste es el elemento princi-

pal del paso de la versión A a la versión B.4!>

Pero Heidegger no ve que el verdadero problema es aquí la tercerasíntesis en tanto que ésta supone la exteriorizJción (WeltgeschichtLich/(elt)como impulso inicial de cualquier proyección (incluido en el sentidofreudiano) _y que su claro pensamiento por parte de Kant hubieranecesitado una distinción neta entre las dos primeras síntesis y, por lotanto, la concepción de la retención primaria como descripción de lasíntesis de aprehensión, es decir, de la donJción intuitiva del espacio ydel tiempo. Ahora bien, vamos a ver que en los "Paralogismos de larazón pura" la terciaridad es por defecto necesidad por el propio análisis

/(({ 11tiano.

~7H(¡

12. Paralogismos e inadecuaciones en el flujo.Resumen del capítulo y cuestión de la adopción

ción de su propio futuro, y el punto final se transformaría entonces enpuntos suspcnsivos (finalmente nunca hay punto final).

Porque siempre se presenta en la forma de un queda por llegar quees lo que Heidegger llama lo indeterminado, la falta de acabamiento delflujo también es en este sentido una irreductiblc inadecuación de la con-ciencia cOlIsigo misma, una diferancia en el sentido derridiano )' un pro-ceso de individuación en el sentido simondoniano. Esta inadecuaciónestá inducida por la situación de falta de acabamiento en "la posibilidadmás extrema" -que en El pecado de Epimcteo hemos demostrado quesupone la carencia de origen de Id proteticidad, es decir, la cpifilogéne-sis, que es una tecnicidad originaria y una Weltgesc/¡ic/¡tlicM(elt primor-dial.

La cuestión de la extenorización primaria y de la proyectividadresultante de ello a nivel de la tercera síntesis como capacidad de pro-ducción de huellas terciarias está originariamente relacionada con la dela íalta de acabamiento y la de la inadecuJción protencional del flujoconsigo mismo, en el interior de la cual sólo se pueden encontrar el filode un juicio y el riesgo de una decisión. Riesgo, porque la protención esproyección de lo que queda por llegar en su indeterminacióll que, abier-ta a las posibilidades de lo que todavía no es, sin embargo debe surgir dela unidad de lo que ha sido.

Esta unidad se constituye, pues, como unidad problemática e inte-rrogativa, la de lo que en El pecado de EjJiJ77eteo yo había llamado el¿Quiéll? cuya prótesis proyectiva es un Ql/é.

Evidel1lemente, esta interrogación no es otra cosa que la marca de la[altu de acabamiento del nujo. Si el punto de interrogación se convirtie-ra en un punto fina] yel ¿Quién? en un Quién (es decir, "Fulano quienfue tal'-punto final") el flujo habría alcanzado su término. '¡'él no habríaproceso protencional que estuviera en juego -sino para aquellos queeXclminarían entonces esta historia pasada y hercdarian de este flujo devida, acabado aunque rememorado eventualmente en la letra de unam:lterialización tcrciarin, rcactivando ahí y relanzando la indetermina-

En tanto que proycctiva, la síntesis de reconocimiento -que Hci-degger llama también de prerreconocimiento, que en cierto modo man-tiene juntos el pasado y el futuro del flujo, y trata de hacer/os compati-bles, si no puramente adecuados (sin lo cual ya no habría esta aperturaque es el futuro)- concentra en ella todo el reto de la inadecuación deltlujo de la conciencia de Kant consigo misma, de la que antes vimos querecurría él unas inscripciones terciarias de su flujo y que estas inscrip-ciones, inrerprerables, intensifican también esta inadecuación, es decir,la dioersidad de las interpretaciones posibles del flujo pasado de la con-ciencia de Kant "ante el conjunto del público que lec". Por esta razónen la segunda edición y en lo que Heidegger, como Dclcuze, analizacomo una distancia, este aparato de proyección (que es un "arte ocul-to"") se convierte en el agente secreto y en la linterna mágica del enten-dimiento.

Cuando la adecuación es efectiva ya no hay falta de acabamiento,aunque la adecuación ya sólo sea por defecto -el ')'0 pienso ya no puede

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acompañar a esta representación que, por tanto, no puede presentarse:el l1ujo ha acabado. El individuo lega entonces esta inadecuación acaba-da, si se puede decir, él la posteridad de sus herederos -en la forma deretenciones terciarias: una pipa, un trozo de jardín, unas cartas de amor,unas herramientas, una colección de mariposas, ropa blanca, unabiblioteca, e incluso una biblioteca de libros escritos por él, un gato,unas fotos, una concesión en el cementerio. Todo es posible, así como lafosa común y la escombrera.

y

medio de articulaciones de retenciones primarias y secundarias, y deprotenciones. En tanto que anticipaciones de las condiciones por llegarde la unidad del /1ujo, estas protenciones que manan presentemente(aprehensivamentc) del flujo pasado (por la imaginación rcproductora)son igualmente lo que proyecta la síntesis de reconocimiento. Ésta ase-gura el montaje de todas estas tomas de vistas, de tacto, de sentido exter-no en general, como rushes destinados a constituir la unidad de un soloy mismo t1ujo a Iin de cuentas adecuado a él mismo al final de su trans-curso, que difiere la protención proyectiva del reconocimiento precog-nitivo, un poco como manifiesta la última escena de Four o'clock: todoespectador de esta película "reconoce" el terror a la muerte que élmismo experimenta adoptando el tiempo del relojero porque desde elprimer segundo de la película "prcconoce" este "instante de su muerte"en cualquier acto de este relojero, pero sin hacer de ello el tema de loque mira: este presaber que lleva consigo a todas partes, y al cine en par-ticular, acompaña todas las representaciones cinematográficas como larealidad efectiva de su "Yo pienso" y este presaber que sabe de siemprees tanto una reminiscencia (un "reconocimiento") como un no-saber. Tales la complejidad de toda proyección protencional.

Sólo puede haber protcnciones en el flujo (reconocimiento precogni-tivo) en tanto que hay falta de acabamiento de este t1ujo que porquequeda por llegar algo del flujo que surge como su necesidad de lo queya ha advenido y se retiene como retenciones a partir de este momentosecundarias que llevan unas retenciones actualmente primarias. Peroesta falta de acabamiento es ella misma el huta de una inadecuación enel flujo que es una inadecuación del flujo consigo mIJIIlO, es decir, laposibilidad abierta sin cesar de encadenamientos múltiples, de disyun-ciones y de bifurcaciones entre las que las protenciones buscan la uni-dad del tlujo que nunca es dada, contrariamente a una ilusión que Karu

no hay nada de extraordinario en que, ya sea en 13 conversa-ción común, ya sea en los libros, se comprenda mucho mejor,por el paralelismo de los pensamientos que expresa sobre suobjeto, a un autor que lo que él se comprende a sí mismo, yello porque él no había determinado suficientemente su con-cepción)' porque hablaba así e incluso pensaba algunas vecescontrariamente a sus propios puntos de vista",

abierto como pcrmanecia a la i¡¡determinación de Lo qlle C/partir de suspropios puntos de uista faltaba todauia y faltaría siempre por encontrar esdecii; por I/egíll: A partir de esta illadeCltaáón terciaria, los herederos tra-tan de abrirse un futuro en la falta de acabamiento de todas las cosasque no deja de tratar de colmarse ... por medio de prótesis perfectas queintcnsitlcan la carencia que ellas tratan de colmar y constituyen siempremás manifiestamente el colmo de la carencia: la cuestión de la falta deacabamiento es precisamente la cuestión de la proteticiclacl -sin embar-go, siempre en la promesa, afirmada o negada, de la adecuación próxi-ma de un futuro absolum."

Si recapitulamos sobre el conjunto del recorrido clectuado en estecapítulo, diremos que la conciencia es un f1ujo que se constituye por

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analiza también como trascendental. Estos encadenamientos múltiplesy perpetuamente posibles son otras tantas intcrpretacion-, posibles delpasado de este flujo y de decisiones tomadas sobre su futuro. ¿Cuálesson los criterios de estas interpretaciones)

En Heidegger, la inadecuación es la consecuencia existencial de ladiversidad y de la facticidad de las posibilidades del ya-ahí que tengoL] ue ser: de las retenciones de las que heredo. En contra de Heideggerde ahí hemos deducido que la inadecuación es en primer lugar el hechode las retenciones terciarias de las que hemos visto por qué son tambiénlos criterios sobre cuyo fondo las retenciones secundarias se constituyenelbs mismas como criterios.

Unas retenciones son siempre e irreductiblcmen te interpretables (ytélmbién por ello hay inJelecuación) y sólo son interpretables en funciónde criterios. Pero estos criterios son también protenciones _y por ello elpasado como tejido de retenciones secundarias es ya a la inversa el teji-do protencional inscrito como su motivo (como este "monograma" delque habla Kanr a propósito del esquema) en las retenciones primariasque traman el presente. Estas prote/lciones son unos objetivos o unos

fines. como did Kanr: 10 son en tanto que someten las reglas del enten-dimiento a los principios de la razón, [a cual siempre es remontada enla serie fenomenal y, por tanto, temporal de las causas hasta lo incondi-cionado, es decir, hasta que ya no es temporal: hasta 10 que más ade-lante llamaremos el pasado absoluto. Ahora bien, este incondicionado,como pasado absoluto, a la inversa es también el futuro incondicional eincondicionalmente uno, es un fututo también absoluto -que constitu-ye el horizonte de toda libertad: aquí absoluto quiere decir absoluta:mente abierto y, sin embargo, necesario y necesariamente uno. Y quieredecir absolutamnn¿ uno)' abierto en el sentido de IncondiciollaLmenteuno y abierto, Es una obligación inscrita en la diferencia que se mantie-

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ne -y que la razón debe mantener abierta (es su mantenimiento, su rec-titud, su nobleza, su dignidad) -entie hecho y derecho.

Sin embargo, las selecciones en las retenciones primarias que hagodesde mis retenciones secundarias están ellas mismas sometidas a pro-cesos de selección salidos de un pasado que no he vivido, del que here-do como retenciones terciarias que constituyen el mundo en el que vivo,y QUE ADOPTO, donde las relaciones con lo incondicionado y con loincondicional se traducen en comportamientos inscritos en un sistemade retenciones terciarias que forman la realidad/facticidad de la cpifilo-génesis, es decir, del proceso de adopción en tanto que modo de vida del"ente que SOl7l0j'nosotros m IJI77 os" Alado de uida o existcncialidad en laadopcion en el sentido de q/lC, al deba adoptar sin cesar nueuas protais, yaque el medio tetcncionalltécnico es también el de una incesante inuentiui-dad, la retención terciaria es la adopción de nucuos modos de vida ellgen-drados por estos cambios técnicos y a la vez la adopcion de retenciones de unpasado colectivo que 110ha sido vivido que las prótesis técnicas hacenaccesibles y que permiten los injertos, migraciones, mezclas y!wiones pormedio de las cuales, COIIIO veremos, se puede constituir también el Nosotrosde 1111cine identijicador.

Mi tlujo de conciencia encadena sobre flujos de conciencia pasados,incluidos los míos, que me son reaccesibles por medio de las retencio-nes terciarias en diversas condiciones, más o menos fragmentarias, Estosencadenamientos que me dan acceso tanto a un pasado que no he vivi-do como a mi propio pasado y que puedo revivir así, me permiten unosreconocimientos y al mismo tiempo me son permitidos por ellos, queson también anticipaciones de las condiciones de coherencia de la con-tinuación de mi !lujo y que deben ser coherentes con los ílujos pasadosque las retenciones secundarias y terciarias me han hecho accesibles,incluidos los que yo mismo no he vivido pero que heredado AOOPI4N-

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DO la indeterminación determinante como promesa ejemplar de una eche-rencia que sigue estando ubsolutament¿ por ILegal:

ESta coherencia que sólo puede ser una unidad, prometida como unfuturo)' que busca su necesidad, está atravesada)' "hendida" por elhecho irreductible de que lo mismo da lo diferente, es decir, lo diverso,y que mi repetición me da a conocer como otro, que J"O)' yo mismo otro-es decir, que quizá "yo" no soy, que quizá sólo soy, como "yo", una fic-ción, una proyección, un fantasma de mí, de mí que adopta unos perso-najes, que me anulo haciéndome películas, fantaseando":

La forma en la cual la existencia indeterminada es determi-nable por el Yo pienso es la forma del tiempo l...]mi existen-cia indeterminada sólo puede ser determinada en el tiempo,como la existencia de un fenómeno, de un sujeto fenomenalpasivo o receptivo que aparece en el tiempo. De manera quela espontaneidad de la que tengo conciencia en el \'<) piensono puede ser comprendida como el atributo de un ser sus-tancial y espontáneo, sino solamente como la afección de unyo pasivo que siente que su propio pensamiento, su propiainteligenci;¡, aquello por lo que dice YO, se ejerce en él ysobre él, no por él. Empieza entonces una larga historiain:¡gotable: YO es otro, o la paradoja del sentido íntimo."

Esta fisura es el defecto del Yopienso -un defecto, una carencia irre-nunciable: sólo puedo ser otro en tanto que estoy inacabado. Esta faltade acabamiento es el hecho de Una inadecuación a mí mismo en el senode mí mismo, de mi t1ujo que, por tanto, no está terminado (lo que seráel J1ujo convertido en adecuado a sí mismo, por ejemplo, como melodíaacabada, totalmente transcurrida, que ha encontrado su unidad): nodejo de conucninnr en mí mismo en tanto que medio retcnciona] de mí-

mismo, no dejo de interprctarme- y de escribir/interpretar lo que quedapor llegar, lo que aún transcurre de lo advenido.

Por consiguiente, la identidad de la conciencia kantiana es improba-ble e hipotética; esta condición de derecho de! flujo, la identidad, no esefectiva, 110 es y de hecho no puede ser -110 puede ser de otra manera queproyectada: la identidad es e! cine necesario de la conciencia. Querer queel derecho sea un hecho sería sumergirse en una ilusión, la identidadsólo sería una proyección de! cine trascendental (que Kant llama ilusióntrascendental) de la que, sin embargo, nadie puede eJcapar (todo lo quehacemos tiene por objetivo y busca alcanzar un estado de hecho quecoincidiría con esta condición de derecho):

La identidad de la conciencia de mí mismo en diferentestiempos sólo es j ...1 una condición formal de mis pensa-mientos y de su encadenamiento, y en absoluto demuestra laidentidad numérica de mi sujeto en el que, a pesar de laidentidad lógica del yo, puede muy bien producirse un cam-bio tal que ya no permita conservar su identidad, al tiempoque permite continuar siempre dándole el título homónimode yo, entendiendo por ello lo que en cualquier otro estado,incluso en el carnbio completo del sujeto, podría, sin cmbar-go, conservar siempre el pensamiento dcl sujc!» precedente y deeste modo transmitirlo también al siguiente."

La identidad de la conciencia es su todavía-par-llegar, queda por lle-gar, es el futuro" de la conciencia que sólo se realizará al Iinal=un íina]en el que, sin embargo, ella ya no estará ahí para decir todavía "yo":"yo" sólo se puede decir en futuro. Siempre lleva consigo la pregunta¿Quién? Por tanto, la afirmación que es el "Yo pienso" siempre va acom-pañada de la pregullta "¿Q1Iién J·oyyo (todavía por llegar)?".

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l~ecordemos aquí una nota de la primera versión de la "Deduccióntr.isccndcnral" en su tercera sección:

Toda conciencia empírica tiene una relación necesaria conuna concicncin trascendental (que precede nuestra experien-cia particular), quiero decir, con la conciencia de mí mismoen tanto que apcrccpción original. Por lo tanto, es absoluta-mente necesario que en mi conocimiento toda conciencia sereíicra a u na conciencia (de mí mismo). Ahora bien, aquíhay una unidad sintética de lo diverso (de la conciencia) quees conocida a prior, y sirve también, precisamente, de funda-mento el proposiciones sintéticas a priori que conciernen alpensamiento puro, igual que el tiempo y el espacio sirven defundamento a proposiciones que se rehercn él la forma de lasimple intuición. Esta proposición sintética, que todas lasdiversas conciencias deben estar relacionadas con una únicaconciencia de si, es el principio absolutamente primero y sin-tético de nuestro pensamiento en general. Pero tampoco hayque perder de vista que la simple representación lé) es enrelación a todas la demás (cuya unidad colectiva ella haceposible) la conciencia trascendental. Ahora bien, aquí 110

itnporta que esta representacion sea clara conciencia (elllpirica}ti oscura; ni siquiera se trata de la realidad de esta conciencia."

y al final de los "Par;¡logismos de la razón pura", Kant concluirá que

en lo que llamamos el alma todo cst.i en un transcurso con-tinuo y no hay nad.i de permanente, excepto quiz;í (si setiene mucho interés en ello) el yo que sólo es tan simple por-quc esta representación no necesita contenido y, en conse-cuencia, tampoco lo diverso, lo cual hacc que parezca repre-sentar o, mejor dicho, designar un objeto simple. [... 1 Este yoes tan poco una intuición como un concepto de un objetocualquiera: sólo es la simple forma de la concicnr.ij."

%

En resumen, la efectividad de lo trascendental es lo que afecta alflujo, es una auto-afección que Husserl llarna también, como habíamosvisto en La desorientación, un objetivo: el objetivo de una unidad ideal.

13. Flasb-back: Lo que anima el cine husserliano

En el último capítulo de La desorientación y después de haber trata-do de dar cuenta del sentido filosófico y epistérnico de las ciencias lla-madas "de la cognición" y de su referencia a este reloj electrónico algo-rítmico que es un ordenador, yo había inscrito el sentido del recorridohusscrliano que lleva hacia la problemática del objeto temporal en elcontexto histonco, industria! y tecnológico de U11 devenir-objeta-temporalde todo acontecimiento inducido por lo que yo caracterizaba entoncescomo la síntesis industrial de la [ll1itud retencional, típica del siglo XX;"él través del desarrollo de las tecnologías analógicas y numéricas y lassíntesis técnicas ortotéticas que ellas constituyen -conrnocionando elmundo de la síntesis técnica literal que había sido la época orto-gráfica.

Prosigo aquí el análisis del devenir-objeto-temporal a través de lacuestión del cine (y, más allá, de la televisión) planteando que éste sólopuede afectar al sentido interno de los miles de conciencias del planeta por-que estructura ya la conciencia kantiana en sus tres síntesis (y toda con-ciencia concernida por ella -es decir, toda conciencia, sea cual sea) yque lo que en prirnerisirno lugar le falta a este cine kantiano y que leimpide pensar en propiedad lo que llamo aquí el cinc de la conciencia,además del hecho de que la reoclaaón tccno-logica de la cinematografía(en tanto que posibilidad de repetición idéntica de un mismo objeto

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temporal audiovisual) aún no ha tenido lugar, es el concepto husscrlia-no de retención primaria.

En el momento en el que exploramos más de cerca la decisiva cues-tión de la inadecuación en el seno del ílujo, tensión motora en el senodel movimiento que es el flujo que Simondon también llamó un defa-saje, conviene recordar en qué consiste el movimiento husserliano y quéfuentes encuentra en la lectura más cercana posible de la Crítica de la}'{iZÓ" plfra en la que evidentemente consiste.

Las Lecciones para una [enomenologia de la conciencia íntima deltiempo tratan de resolver la siguiente paradoja: la temporalidad de las"experiencias vividas" que se trata de describir tiene por objetivo unaidcalidad no temporal ella misma y es en el tiempo donde hay queencontrar la ornnitemporalidad, es decir, lo que se mantiene a todo lolargo del transcurso del tiempo. Yo había demostrado que la fenomcno-logía, que primordialmente considera los objetos a través de su fenorne-nalidad, es decir, a través de la manera como estos se presentan a la con-ciencia y ésta como el objetivo de su idealidad, es decir, de su unidad, eneste sentido es en primer lugar una eidéuca.

Esta cidética es llamada trascendental en la medida en que ella y lasidcalidades/unidadcs que la constituyen (las e/dé) no existen en el mundo(no más que el punto geométrico), mientras que el objetlvo es la condi-ción constituyente de lo real existente constituido así para y por la con-ciencia, igual que el punto que no existe constituye el espacio puro queconstituye el espacio empírico.

en el ílujo, que la Crítica de La mzátt pura no distingue claramente delobjeto:

Vivimos los [enomcnos como pertenecientes a La trama de laconciencia, mientras l/ue las COSJS nos parecen como pertene-cientes a mundo fenomenal. Los [cnámenos ellos mismos 110 se110S J77illlljl'ntall,se uioen."

Por decido de otra manera:

A este respecto, hay en Husserl un doble desplazamiento principal enre/ación a Kant, que representa indudablemente una aclaración de loque en Kant es sólo embrionario, a saber, la constitución del fenómeno

1. La cuestión kantiana de la objetividad, que se hereda de Descar-tes, bajo esta forma ya no es pertinente en Husserl, para el que !lO hayque conjundir la relación SUJETO/OBJETO con la relación del contenido deconciencia vivido actualmente "con la conciencia en el sentido de LA UNI-DAD DE LOS CONTENIDOS de conciencia". Porque "en el primer caso setrata de una relación entre dos cosas fenomenales; en el segundo, de larelación entre una experiencia-vivida singular y la complexión de lasexperiencias vividas" -cornplexión que define la conciencia aprehendidadesde el punto de vista fenomenológico. Se trata de sustituir el objeto yel sujeto por el fenómeno y el flujo de conciencia en el que se constituye.Esta complexión de experiencias vividas, que constituye la conciencia,forma el flujo que constituye también la unidad de esta conciencia, yaque ésta es el poder de unificación de las experiencias vividas.

2. La consecuencia de esta nueva relación fenómeno/flujo, que sus-tituye el objeto/sujeto, y puesta en movimiento por el cidos cuyo objetivoes toda conciencia a través de un fenómeno, es la aparición de un con-cepto inconcebible en Karn, el de cumplimiento intencional. que es laternatización expresa de la cuestión de la inadecuación en el ílujo-cuestión que, por el contrario, permanecía oculta en Kant.

Esta expresión de la inadecuación, aun cuando siga siendo insufi-ciente", es una contribución capital de la fenomenología, con el COI1-

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cepto de retención primaria -contribuciones en las que una "nueva crí-tica" debe apoyarse explícitamente. Por esta razón tenemos que volveraquí sobre nuestros análisis anteriores de la filosofía husserliana de lasexperiencias vividas.

Esta vuelta será tanto más provechosa para nuestro proceder cuantoque Husserl sostiene, en ciertos aspectos como Kant, que el fenornenó-logo no necesita substancializar un ego cualquiera para dar cuenta de launidad de la conciencia, lo que sería una manera de reificar el flujo y lequitaría su carácter puramente fluyente y, como decíamos en La des-oncntacion, "lo establecería como continente independiente de sus con-tenidos: una caja en la que se podrían hacer entrar experiencias vividasy que se podría considerar independientemente de ellos. Ahora bien, lafenomenología, que comienza por la experiencia-vivida y se mantiene enella, no puede plantear la conciencia como un marco que precede a suscontenidos: debe encontrarla en los contenidos mismos "y como su uni-dad" -lo que es también la afinidad trascendental en Kant.

Por esa razón, en un gesto muy próximo a Kant pero manifiesta-mente más tajante que él Husserl concluye que, por consiguiente, "el yofenomenológico reducido no es [...1 algo específico que estaría por enci-ma de las múltiples experiencias vividas, sino que simplemente es idén-tico a la unidad propia de su conexión".') Sin embargo, aquí es dondehay que hacer aparecer un nuevo concepto cardinal de la tenornenolo-gía que falta a la filosofía trascendental kantiana, el del cumplimiento.

En efecto, las experiencias vividas se encadenan unas con otras en eltlujo según unas leyes, es decir, unas regularidades ideales por medio delas cuales se satisfacen las condiciones de cumplimiento de una experien-cia-vivida -muy próximas en ello a la síntesis de reconocimiento y de laapercepción trascendental en la Crítica de la razon pura. El curnpli-

miento, que concierne a una realidad, es decir, una regularidad ornni-tem poral, es la marca de una inadecuación de la experiencia-vivida enrelación a su objetivo, pero esta inadecuación de la experiencia-vivida deun objeto en relación a la unidad ideal de este objeto está ella mismaatrapada C7Z UII fll~/Ó que tiene por objetivo SIl propia unidad en tanto queésta le falta: un fllljo que tiene por objetivo la unidad ideal de un yo que 110

existe más que ninguna idealidad, pero que se tiene por objetivo comounidad uni-total (y "ciencia rigurosa") en todo objetivo de cualquieridealidad, sea cual sea.

La eidética es, por lo tanto, una proyección hacia lo que todavía faltay hay un eidos del tlujo mismo, a saber, su fin unitario, que se proyectaen todo eidos fenomenal, como el Yo pienso acompaña a todas mis repre-sentaciones. El yo es él mismo un objetivo ideal, punto de huida siem-pre cambiante y a la vez siempre idéntico en su objetivo, como la melo-día de las Lecciones sobre el tiempo. Y como en la Analítica trascendental,este horizonte unitario escenifica (aufzlIfiihrell) los objetivos de todas lasexperiencias vividas asegurando su coherencia según las leyes de unaconocrgencia ideal de todas las experiencias vividas entre el/as que es a lavez la ley de una cohesión unitaria del Hujo que es la conciencia y, porlo tanto, de la conciencia consigo misma, y la ley de una cohesión de losobjetos del mundo cuyos fenómenos son estas experiencias vividas (loque Kant llama la afinidad trascendental).

Ahora bien, esta convergencia ideal es una divergencia de hecho-divergencia que e-mociona", motiva, pone en movimiento el Yo haciasu unidad como ejercicio de su libertad y de su voluntad. ¿Qué ocurrecon la distancia que hay entre este flujo que es el Yo tal como permane-ce inadecuado él sí mismo (porque desaparece en su adecuación) y elmundo en tanto que es él mismo un flujo, es decir, un dcueuir, que per-

100 lOI

dura prosiguiendo más allá de la conciencia de este mundo y más alládel propio mundo en tanto que ser-en-el-mundo?

Esta pregunta abre una doble problemática y nuestro último capítu-lo se consagrará a la exploración de la segunda, mientras que aquí nosencontramos precisamente en e! análisis de la primera:

- por una parte, cuando acaba y alcanza su adecuación, e! flujoinadecuado sigue siendo para unas conciencias supervivientes una rea-lidad terciaria que para ellas vuelve a ser un motivo de inadecuacionesmúltiples y relanza la falta de acabamiento de sus propios flujos;

- por otra parte, la distancia entre, por un lado, la conciencia y elmedio que forma con las otras conciencias, como COnjlfnto de flujos quese encadena C77 el seno de 1117 Nosotros y, por otro, e! mundo fenomenal queconsiste no sólo en experiencias vividas sino en cosas que pueden serobjerivadas, esta distancia es otra inadecuación que constituye el lugarde la libertad -es decir, de la moral y de la práctica, si hablamos el len-guaje de Kant- en el seno de la naturaleza, es decir, en el seno de todoaquello que puede ser objeto de los juicios determinantes de una razónteórica.

En la conclusión de este libro veremos que la problemática delrecuerdo terciario, que está en el centro de ambas cuestiones, nos llevará aperturbar esta vieja doxa metafísica según la cual, desde Aristóteles yhasta por lo menos Kant, la técnica (que es también e! medio organiza-do de las retenciones terciarias) no concierne ni al dominio práctico,hablando en sentido estricto, ni al dominio teórico en e! que se anula.La tecnocicncia, en e! seno de la cual ha salido a la luz una retenciónterciaria, Incluido en el nivel del ser vivo, conmociona literalmente lostérminos de! discurso filosófico sobre la técnica en e! sentido de que losvuelve del revés, de modo que lo que Arisróreles llamaba praxis y [rone-

l()~

sis se vuelve verdaderamente impracticable en la tecnociencia, igual-mente inconcebible en el lenguaje kantiano.

En el cine metafísico, la técnica no ha encontrado un papel, no exis-te rigurosamente en propiedad, sólo es un corrclato de la filosofía teóri-ca." Ahora bien, hoy se hace inconcebible no tomar acta de las conse-cuencias propiamente revolucionarias (en el sentido en el que se puedehablar de revolución copernicana) del hecho de que la ciencia, dominiode la razón pura teórica, requiera cada día, convertida en tecnociencia,unas respuestas "prácticas" en el sentido kantiano -es decir, "morales":la porosidad entre teórica)' práctica no deja de confirmarse ahí.

Sin embargo, continúa siendo completamente Impensada.

2Es posible ignorar aquí que la tecnocicncia es también aquello pormedio de lo cual la ciencia se convierte en cicncia-ticcion, se convierte en 1111

cinc, una ciencia además llena de imágenes, de modelos y de simulacio-nes que se realizan, lo que se pueden llamar quimeras, señuelos ontoló-gicos que son también percibidos por la doxa como realidades teratológi-cas y diabolicasi Esta cuestión de! diablo, de las quimeras y de la cien-era-ficción se plantea a partir de ahora tanto más necesariamente cuan-to que también es el reto de la industrialización de [as retenciones ter-ciarias en la producción de los símbolos por las industrias culturales.

Volveremos sobre ello en Símbolos y diablos". es imposible ignorarestas cuestiones.

Así pues, es su enfoque lo que necesita releer a Kant -como pensa-dor de lo diabólico y de los "vicios necesarios" de la "insociable sociabi-lidad''- a partir de Husserl no sólo desde el punto de vista de la reten-ción primaria, sino desde e[ punto de vista de lo que signillca [a críticade la conciencia como transcurso que animan unos procesos de cumplí-

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miento, que en cierto modo son los procesos motores de este proyectorque es la conciencia. La fenomenología, decíamos en La desorientación,sustituye relación sujeto/objeto por la relación

flujo / (contenido real ® contenido ideal},

Aquí el objeto se ha convertido en una cxpencncia-uiuida del objetodonde el contenido ideal concernido se distingue del flujo en el que seinserta el contenido real. Una experiencia-vivida de la conciencia es loque pone en práctica la intencionalidad de esta conciencia y ésta, altener por objetivo un objeto, es decir, al vivir este objeto como experien-cia-vivida fenomenal, experimenta entonces la difercncia entre el conte-nido presentemente vivido y el contenido ideal (eidético) al que aspira-diferencia yue ella trata de salvar y que Husserl llarna el cumplimien-to intencional, proceso que anima una espera cuyo carácter pro-tencio-nal no se podría ignorar.

En otras palabras, el flujo es una unidad cerrada sobre sí misma queatraviesan y traman unos "horizontes eidéticos" que son otros tantoshorizontes de espera y en cierto modo protenciones, síntesis precogniti-ras del reconocimiento, que proyectan la unidad [ueiu de ella, que tratade este modo de cumplirse, Je realizarse, de convertirse en lo que es, deacabarse en la prosecución de estas esperas primarias que son en ciertomodo los eidé. Por esa razón yo había planteado la siguiente cuestión(sobre la que volveré en el último volumen de La técnica y el tiempo):dado que los cidé no están ni en la conciencia que los tiene por objetivo(si no ésta no necesitaría satisfacer sus esperas ni llenar alguna distan-cia) ni en el mundo constituido por este objetivo (porque el mundo estáconstituido por él), sino que son proyectados por este aparato de pro-yección que es la conciencia, ¿DÓNDE ESTAN LOS EIDÉ -o incluso, dedonde uienen; ha sido captada, regútrada su imagen, ha sido encuadrada,

¡Oi

montada, graduada y, en caso afirmativo, cuándo y CÓI770?úII Negarse aafrontar estas cuestiones -a afrontarlas de un modo no empirista, pero

. sin flaquear ante la audacia en que consisten- sería simplemente dimi-tir ante la tarea de pensar y abandonar el pensamiento alnúlagro y a lamagia. Y si fuera necesario constatar que no es posible reducir milagroso magia, es decir, si se quiere, si fuera necesario tomar acta de una irre-ductible cinematografía del pensar, entonces sería posible y necesariosacar muchas conclusiones de este estado de hecho.

A este respecto nos permitimos volver a citar aquí La desorientaCIón:"Es la cuestión de un hueco o de una carencia en el seno mismo de unflujo que se desdobla y se proyecta él mismo como unidad ideal futura.Este fuera de sí eidético, que no es una trascendencia, sería una made-cuacion en el seno del flujo mismo. Si el flujo unitario fuera él mismo unobjetivo, archi-proceso de Cllmplil77iento que tiene por objetivo la unidadde un yo él través del encadenamiento de todas sus experiencias vividas,en cierto modo sería inadecuado para sí y entonces habría que describir

larelación completa

ifllljo/(C017twido real ® contenido Ideal)J® unidad Ideal del fll~O

Todo sucede como si el no-cumplimiento de esta idealidad unitariadel flujo le diera su carácter propiamente fluyente, su movimiento, esdecir, sufalta de acabamiento [falta de acabamiento especular, añadire-mos desde ahora] fuente de su dinamismo -pero, en este caso, el 'flujo deconciencia' se transjonna en el Dasein de la analítica trascendental heideg-

geriana, como scr-para-Ia-muerte"."¡

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14. Las muletas de la apercepción

Ahora bien, esta cuestión es también la que sostiene la refutación de!idealismo empírico (que hay que distinguir del idealismo trascenden-tal) en la exposición de los "Postulados del pensamiento empírico engeneral". Solamente por medio de la experiencia exterior "es posible sino la conciencia de nuestra propia existencia, cuando menos la deter-minación en e! tiempo de esta existencia, es decir, la experiencia inter-na''." Lo que significa:

l. Que la conciencia es pro-textual o pro-térica, y

2. Que esta pre-textualidad es una pro-vectiuidad, una proyección, unaanticipacion en este sentido: un horizonte de eJpera que se sustenta en pre-textos, [etiches y retenciones terciarias, porque, en resumidas cuentas, esde esto de lo que se trata: "La experiencia interior sólo es posible media-tarnente y por medio de la experiencia exterior"ó\ un flujo sin orillas niriberas no sería un flujo, orillas y riberas que no Huyen -o al menos, noal mismo ritmo que aquello que orillan y por eso dibujan. Es en estadiferencia donde se inscribe la retención terciaria: que ahí se graba, ahíse escribe y ahí se guarda relativamente a lo que transcurre.

En resumidas cuentas, habría entonces que dar cuenta de la expe-riencia "exterior" singular que es la retención terciaria aprehendida en tantoque tal por una conciencia, tanto como huella de "mí mismo" como huellade un alter ego. E instruir la dimensión pro-gramática de la temporali-dad del Nosotros, tal como en ella se traman calendanedadcs y cardinali-dades, a través de lugares y monumentos conmemorativos, instrumentosy dispositivos de prácticas rituales, dispositivos de bautismos y de atri-bución de nombres, ete., y todos los aparatos y complejos de retencionesterciarias por medio de los cuales unas colectividades de concienciasentran en relación con los espíritus, rezan y comulgan en nombre delEspíritu Santo, conmemoran el pasado común de un espíritu revolucio-

Así pues, como en el caso en Husserl, Kant dellne ya la identidadcomo una condición solamente formal, que no debe ser hipost;¡siada",pero que, sin embargo, la síntesis de reconocimiento está obligada apro-yectar en todo objeto. A este respecto Emmanuel Martineaud tiene todala razón al traducir auf,mfiihren por "escenificar""; para la traduccióndel principio de los "Paralogismos de la razón pura" donde Kant preci-sa que el concepto Yo pienso que "es el vehículo de todos los conceptosen general [...J sólo sirve para esceniflcar (aufzufü/¡ren) todo pensamien-to como perteneciente a la conciencia".6i A partir de este momento,

al no enCOntrar en el alma otro ¡-enómeno permanel1le que lasola representación: yo, que acompaña y relaciona todos losdemás, nunca podemos decidir si este yo (simple pensamien-to) no transcurre como los demás pensamientos que él sirvepara relacionarlos unos con otros."

En otras palabras, aunque como sostiene la J'egulldu uersián de laDeducción, el sentido interno, como transcurso, se distinga del poderunitirado

rde la apercepción y se ponga bajo su autoridad", el yo Podría

no ser él mismo más que LIn transcurso permanente. ¿Dónde estaríaentonces la permanencia más allá del hecho de este transcurso incesan-te, que nunca cesa, que constituye la ne-cesidad más elementa!? Ésta esla cuestión.

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=

nario, el acontecimiento de la fundación de una res publica y unen losflujos de sus existencias en una historia común, es decir, en historiacomúnmente adoptada. En esta dimensión y porque ella supone unmaterial es donde se pueden desarrollar las denominadas industrias" de

" "1 1"programas y cu tura es .

Estas industrias pueden "esquematizar todo para sus clientes" por-que el "yo" sólo es para proyectarse a través de las imágenes que élmonta y selecciona, ete., pero también porque puede y en verdad debe evi-dentemente delegar en él la selcccion, no sólo en virtud de la ley del míni-mo esfuerzo, sino porque él ya siempre ha delegado este poder e17la auto-ridad de sus ascendentes de los que él sólo hereda, adoptando sus expe-riencias pasadas como J1t pasado, es decir, como lo que lleva las prome-sas de su propio futuro en el horizonte de un Nosotros, concediéndoleun crédito absoluto y que lo domina. Sin esta creencia incondicional queevidentemente sólo puede ser una proyección no existe delegación dura-dera, es decir, sociabilidad (insociable). A través de estos delegados, lo

. que mira el "Yo" es la autoridad de un pasado absoluto. Esta autoridades la que confiere su eficacia a los símbolos.

El "Yo" que se proyecta muestra y selecciona sus imágenes-pretex-tos-imágenes-objetos soportes de imágenes mentales que son abstractasde la misma manera que el número fue en primer lugar un paquete debolas de arcilla "que representaba" o "simbolizaba" un rebaño. El "Yo"se proyecta manipulando primero unas retenciones terciarias y practicaahí unas selecciones sometiéndose a las categorías que son sus condi-ciones (que son las condiciones del "Yo" como condiciones de unidaddel flujo temporal en que consiste). Estas condiciones categoriales estáncondicionadas ellas mismas por los esquemas: "Por lo tanto, las catego-rías, sin esquema, sólo son unas funciones del entendimiento relativas alos conceptos, pero no representan a ningún objeto. Su significación les

viene de la sensibilidad que realiza el entendimiento al tiempo que lorestringe" .69

En otras palabras, las reglas elementales de captación, de montaje, demezcla, de dirección, de posproducción y de proyección del t1ujo son lascategorías. Lo que aquí llamamos flujo, Heidegger lo llama tiempo:

En tanto que intuición pura, el tiempo es lo que proporcio-na una vista anterior a toda experiencia. Por esta razón sedebe llamar imagen pura, la vista pura (según Kanr, la suce-sión de la serie de los ahora) que se ofrece en semejante intui-ción pura. El propio Kant lo dice en el capítulo del esque-matismo: "La imagen pura [... ·1 de todos los objetos de los senti-dos en general les] el tiempo"."

Los conceptos puros del entendimiento son unas reglas que elesquematismo "introduce [...] en el tiempo", dice Heidcgger." Formu-lación en verdad bastante extraña: estas reglas constituyen el tiempocomo tiempo, no lo preceden. Sea como fuere, las categorías son lasposibilidades del tiempo:

Correspondiendo a los cuatro momentos de la división de lascategorías (cantidad, cualidad, relación, modalidad), la vistapura del tiem po deberá manifestar cuatro posibilidades detomar forma: son "la serie del tiempo, el contenido del tiem-po, el orden del tiempo, el conjunto del tiempo"."

El condicionamiento mutuo de las categorías y de los esquemas(donde aquellas se concretizan como posibilidades del flujo del tiempo)es lo que en nuestros análisis de la relación entre imagen y esquema lla-mábamos una relación transductiva, en la que un término no precede aotro, ya que no es nada sin el otro: el "Yo" no es una caja que pueda lle-narse de contenidos, es una forma constituida por la dinámica de un

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transcurso y es sus contenidos (que adopta como adopta el tiempo de lospersonajes de las películas de las que es espectador) en su unidad detlujo.

(Este flujo es él mismo una forma en un f1ujo mayor, razón por lacual en La desorientación lo habíamos llamado un torbellino -como vol-veremos sobre ello más adelante y, sobre todo, en el último volumen deLa técnica y el tiempo.)

Ahora bien, la refutación del idealismo significa precisamente laposibilidad y la necesidad de la retención terciaria que es espontánea-mente el objeto para un sujeto, como un terreno y sus piedras que en elborde y fondo del torrente, visibles o invisibles, dan ritmo y forma a estetorrente:

El fenómeno que se presenta en el sentido exterior tiene [...]algo de Iljo y de permanente, que proporciona un sustratoque sirve de fundamento a 11sdeterminaciones cambiantes y,en consecuencia, un concepto sintético, a sabel~ el del espacioy de un fenómeno en el espacio; mientras que el tiempo, quees la única forma de nuestra intuición interior, no tiene nadade duradero y, en consecuencia, sólo nos hace conocer elcambio de las determinaciones y no el objeto determinab!e.73

Esto hay que relacionarlo con este otro texto:

La representación de algo de permanente en la existencia noes idéntica a la representación permanente porque éstapuede ser muy cambiante y muy variable, como todas nues-tras representaciones, incluso las de la materia, y, sin embar-go, éstas se refieren a algo de permanente que debe ser algodistinto de todas mis representaciones y exterior a mí, y cuyaexistencia está necesariamente comprendida en la determi-nación de mi propia existencia y no constituye Con ella más

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¡ ,

que una sola experiencia que nunca tendría lugar interior-mente si no fuera al mismo tiempo exterior (en parte)."

La refutación del idealismo significa la necesidad de la retención ter-ciaria como posibilidad de la inscripción de una representación permanen-te en algo de permanente y como sincronización de los sentidos interno yexterno garante de la identificación del flujo "que no tiene nada deduradero" ni, por lo tanto, de idéntico, substrato que es también la con-dición de la orientación." Esta durabilidad como muleta idcnuficatiuadel tiempo de la aperccpcion definido como proceso de unificación total-mente fluido él mismo y que, por lo tanto, no puede bastarse a sí mismo,confiere un lugar crucial a la retención terciaria: ésta constituye el flujopor su durabilidad como durabilidad del pasado, de lo que ha sucedido.

A este respecto, este objeto de! Yo pienso, por ejemplo, el libro deKant que estoy leyendo, o el libro de Kant publicado en 1781 que Kantrelce en 1787 al tiempo que lo rescribe, o e! telediario que de quince aveinte millones de conciencias francesas pueden ver simultáneamentecada noche, o también la final de la copa del mundo de fútbol a la quevarios centenares de millones de conciencias en e! mundo pudieronasistir el 12 de julio de 1998 por interrnediación de la televisión, esteobjeto que para el Yopienso hace las veces de retención terciaria es unaimagen-objeto que 170 es ni simplemente interna ni simplemente externa.Pero esto es cierto de toda retención tercia ria, es decir, de todo objetotécnico en tanto que éste puede convertirse en fetiche y pantalla de pro-yección -y huella, más o menos fiel y "exacta" (ortotética") de las expe-riencias vividas de flujos de conciencias pasados y desaparecidos.

La consecuencia de estos análisis es inmensa y por esa razón hemostenido que detenemos tanto en ellos: la retención terciaria es tanto eJpa-cial como temporal y condiciona incluso la posibilidad de distinguir el

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espacio y el tiempo, Por esa razón las industrias de la retención terciariaque son las industrias culturales y de programas son también industriasde la velocidad,

15. La sincronización de los flujos y la constitución

del mercado de las conciencias. Del "septicismo"

Esta espacialidad de la retención terciaria es lo que la condena atodas la manipulaciones posibles, En tanto que permite canalizar ladil'enidad de los flujos no sólo reteniendo su atención en el momentomismo (el el final del capítulo anterior) sino desencadenando con elloprocesos de selección en las retenciones primarias por medio de lasretenciones secundarias bajo control de retenciones terciarias que pue-den ser sincronicamem¿ seleccionadas, "dirigidas" y adoptadas a vecespor millones o decenas de millones de conciencias cada día, la espacia-lidad de la retención terciaria es lo que permite una caú-materiatizaciónde estas conciencias y, en todo caso, su "rcificación", masas de concien-cias que, por tanto, pueden convertirse en Lamateria primo para la indus-tria de las audiencia, que son las industrias de programas, Así, el final delsiglo XX ve constituirse un inmenso mercado de las concienciaO', conde-nado a convenirse en mundial por encima de cualquier barrera,

Ahora bien, este mercado, que efectúa unas inversiones a cambio delas cuales espera retribución, constituye un proceso protencional comple-tamente nueuo.

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Hemos demostrado que sólo puede haber protención porque hayinadecuación, Esta inadecuación, que es una realización de la indeter-minación de lo que queda por llegar (y de la interpretabilidad de lo quequeda del pasado) es lo que constituye la situación ordinariamente DIA-CRÓNICA de las conciencias unas respecto a otras, es decir, lo que consti-tuye la singularidad de los flujos de cada conciencia y, en otras palabras,de cada Yopienso, que así se dice ser un auto-movimiento, una autono-mía del pensamiento, en sentido estricto la apercepción de un sí mismocomo conciencia de sí: una reflexiuidad.

Ahora bien, la producción industrial de las retenciones terciariaspara unas masas de conciencias es un proceso de sincronización y deestandarización industrial de los criterios de selección que hace conver-ger los transcursos en que consisten estas conciencias en una sola ymisma sopa entrópica, fosa séptica" Jonde se descompone el espíritu,Este "septicismo es lo que Horkheimer y Adorno analizan como dis-positivo de alineación y de reificación de las conciencias,

Mientras que la diversidad de las interpretaciones posibles del flujopasado de la conciencia de Kant "ante el conjunto del público que lee"constituye una entropía negativa que es la oportunidad misma del pen-samiento, en primer lugar para el propio Kant expuesto a esta situaciónque "no tiene nada de extraordinaria", que, por lo tanto, es ordinaria, enla que se comprende "a un autor mucho mejor de lo que él se com-prende a sí mismo porque no había determinado suficientemente suconcepción y porque así hablaba e incluso algunas veces pensaba con-trariamente a sus propios puntos de vista", hoy el medio del espíritu(llamamos aquí espíritu al retorno de las conciencias ascendentes parauna conciencia o un conjunto de conciencias actualmente vivo) se haindustrializado y esta realidad comporta el riesgo evidente y absoluta-mente actual de una sincronización entrópica de las conciencias que

113

constituye literalmente la pO:iib¡¡idad del final de los tiempos -en el senodel dispositivo aquí descrito, porque evidentemente estos anália, IZOcon-ciernen de la misma manera a las conciencias que están excluidas del mundo

. industrial.

Esta poúbi/idad del final de los tiempos, que no es una probabilidad(no se podría probar semejante posibilidad) aquí quiere decir posibili-dad problemática de la I"CIluncia a la libertad y de lo que sólo podríaresultar de ello: el apocalipn, político-eJpiritlla! -si no material y corpo-ral: en cierto modo, el resultado de una bomba de neutrones del espíri-tu que después de su explosión deja una materia y una corporeidadinhabitadas, en cierto modo un mundo de autómatas.

16. La paradoja del nuevo proceso protencionaly la desbandada del deseo

En otras palabras. en tanto que proceso de sincronización el nuevoproceso protencional es paradójico y lleva ineluctablemente a una pér-dida de autoridad y de crédito, tlnanciero incluido. Al instaurar un pre-sente permanente en el seno de flujos temporales donde se tabrica horaa horJ y minuto a minuto un "recién-pasado" mundial, al ser todo elloelaborado por un dispositivo de sclec,ción y de retenCión en directo y entiempo real sometido totalmente a los dlculos de la máquina informa-tiva", el desarrollo de las industrias de la memoria, de la imaginación yde la información suscita el hecho)' el sentimiento de un inmenso agu-jero de memoria, de una pérdida de relación con el pasado y de una des-114

herencia mundial ahogada en un puré de informaciones de donde seborran los horizontes de espera que constituye el deseo .

Mientras que esta máquina es hecha para suscitar, intensificar yresucitar unos fantasmas que no pueden sostenerse por sí mismos pues-to que sólo son los fru tos de una organización sistemáticamente calcu-lada de la relacion entre linos sujetos y 1I110S objetos convertidos en unosconsumidores y U110S productos, está condenada a invertirse ya engendrarya sólo un desmoronamiento del deseo, finalmente extenuado de estarcada vez más sometido al cálculo y a la determinación "iJld~fereJItelJde fa

indeterminado, a riesgo de una desbandada mundial que ya temía Védéry:

Ahora habría l...]que preguntarse si este régimen de excita-ciones intensas y similares, de sevicias encubiertas, de rigoresutilitarios, de sorpresas sistemáticas, de facilidades y de gocesdemasiado organizados no debe ocasionar una especie dedeformación permanente del espíritu, haccrlc perder yadquirir unas propiedades -y si, en particular, los mismosdones que le han hecho desear estos progresos, como paraemplearse y desarrollarse, ¿ no estarán afectados por el abuso,degradados por sus propios efectos, agotados por su acto?"

El mundo que se abre con el llueva siglo, el de la integración digitaldonde el aparato de televisión se habrá converLido en un órgano de tele-acción, vive en el riesgo extremo de una depresión resultante menos deproblemas sin embargo patentes de sobrecapacidades de producciónque de problemas agravados de sub-consumo a causa de la liquidacionde la "economía libidinal" que sI/pone toda proyección -riesgo evidente-mente conjugado con los vastos desequilibrios que afectan además a laexterioridad de este sistema)' que cada vez pesarán más en él.

El objeto del deseo debe ser singular y el sujeto descante debe encon-trar reflejada en él su propia singularidad -es decir Sil diacronicidad rejlc-

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x/va. ,,, Ahora bien, el consumo, que dcuiene sin objeto (el producto no esun objeto, no está ahí para responder a un deseo sino para suscitar otransformar unas necesidades en bntasma colectivo, en comportamien-to de masas) no hace más que intensificar una frustración dcceptiua. Larealización de un marketing opcional y la supuesta dcsrnasificación delos mercados por la definición de una relación "one fa onc" entre el con-sumidor y el producto no cambia en riada la situación que aquí descri-bimos, no más, además, que la multiplicación de los vectores de difu-sión de programas audiovisuales y de información: frutos de un dispo-sitivo de marketing que pone en práctica unos criterios de amortizacio-nes, las "opciones" personales son sustitutos y la diversificación de losmedia no es más que la realización mejor dirigida, por medio de nuevasposibilidades de segmentación de los públicos, de los mismos criteriosretencionales gobernados por un cálculo.

La entropía del consumo estaría así condenada a la autoanulación, ala nulidad, a la nada. Además del hecho de que al tilo de los años en lasociedad nacen nuevas capacidades de análisis y de que una lenta diges-tión, quizá demasiado lenta y, en cualquier caso, demasiado tardía paralos centenares de millones de miserables que ella ha engendrado y losmiles de millones que engendrará todavía, además de una lenta diges-tión se produce, por tanto, un acontecimiento brutal, imprevisto y dealcance sin eluda milenario que habrá sido la crisis iniciada en el cursode los años setenta, sin duda es este sentimiento el que anima, funda y,sobre todo, une la riqueza de los discursos que hoy se elevan contra unaevidente irresponsabilidad de los amos de las audiencias y de los merca-dos plauetarios.

17. El futuro del espíritu

La integración digilJl de las industrias culturales por la convergen-cia de las tecnologías de la información, del audiovisual y de las teleco-municaciones comenzó a [males de los afios noventa _ampliamenteacelerada por la apertura en 1992 de la red de intcrnet al público delmundo entero a través de la puesta en práctica de la norma de inieropc-rabilidad TP-IP, por medio de la adopción de la norma de compresiónde imágenes y de sonidos ~lPEG Y por medio de la privatización masi-

va de los operadores de telecomunicaciones.Esta integración, llamada más generalmente "convergencia", consti-

tuye un nuevo marco de producción y de difusión de las "relencionesterciarias" Y un nuevo medio para el eopíritll. En el transcurso del sigloXX es cuando el medio del espíritu se ha convertido en el de una explo-tación industrial de los tiempos de las conciencias. No se trata de unaevolución monstruosa por medio de la cual el "esquematismo" pasaríade golpe fuera de la conciencia: la conciencia nunca ha sido cono-ciente desí misma de otra manera que proyectándoo'e fuera de J Pero en la época delas industrias de la información y, en particular, de las tecnologías aria-lógicas y numéricas que la hacen posible, esta conciencia exteriorizaday materializada se convierte en motivo de I7lc/I7,p,tlaáones de LosJllljos Yde proyecciones de masas tales que una pllra)' simple anulacum de la "COI1-

ciencia de si" por medio de Sil exteriorización se hace posible para lashipermasas de comumidores de productos y de modos de vida industrial

11 i116

consagrados a mercados a escala mundial: esto es lo que da a pensar lasincronización homogeneizante de los flujos de conciencias por mediode los objetos temporales audiovisuales, que no tardará en invertir lasfronteras nacionales y geográficas, ya que lo digital no carga con lasobligaciones de la difusión hertziana.

La crítica de la manipulación que permite esta sincronización de lasconciencias en la época de los objetos temporales audiovisuales e indus-triales de masas no puede ser una denuncia de una desnaturalización dela conciencia por el cine sino, al contrario, la puesta en evidencia de quela conciencia funciona como un cine, lo que permite al cine (ya la tele-visión) tener ascendiente sobre ella. Y por eso la crítica del cine y de latelevisión, como fenómenos sociales que podrían venir a destruir lapropia conciencia (es la cuestión de una "ecología del espíritu") apela auna nueva crítica de la conciencia misma, a volver a poner en marcha laempresa kantiana.

El "equivalente general", es decir, el dinero, condición del capital ydel mercado donde con las industrias culturales e! tiempo de las con-ciencias se ha convertido él mismo en una mercancía, está condiciona-do por la equivalencia general de! tiempo primario-secundario en susespacializaciones terciarias, manipulables, almacenables, intercambia-bles y, por consiguiente, de las que se puede obtener dinero. Esta cues-tión eapitaJista de la retención no fue pensada por Marx, lo que consti-tuye una gran debilidad, especialmente en la época de [as industrias cul-turales que, digitalizadas, se convierten en el sector que gobierna eldevenir industrial en general -se les llame o no "nueva economía".

En el devenir industrial de la cultura, lo que está en venta es la con-ciencia misma. Siempre se puede denunciar ahí una degeneración bár-bara, un estado de hecho monstruoso: no es más que la estricta cense-

cuencia de la finitud de los flujos de las conciencias en general y de suproteticidad originaria. No se puede luchar contra esta posibilidad sinhaberla reconocido como tal, es decir, sin haber obtenido de los análisisprecedentes la conclusión que de sin medio rctencional objetivo no hay"espíritu" y que la historia de este medio es también una historia de latécnica, es decir, hoy de la industria. El futuro del espíritu sólo puedeconsistir en una geopolítica de las tecnologías culturales que tambiénsería una política ecológica del espíritu. Porque una política de la con-ciencia (pero, cqué es una política sino, en primerísimo lugar, una polí-tica de la conciencia?) es necesariamente una política de la técnica.

y ésta, como vamos a examinar ahora, es también necesariamenteuna política de fa adopción.

NOTAS

1. Theodor Adorno y Max Horkhcimer, La Dlalccllqllc de la ra1.1011, "La pro-duction industriellc des bicns culturcls", Gallimard, col!. "Tel", 1974, p. 130.

2. u. ibid., p. 140.

3. B. Stiegler, "L'image discrctc", cap. III de Échograp/Ile de la lélél'iJ'/OIl, con[acques Derrida, Galilée, 1996. Este texto reproduce una conferencia pronunciadaen 1992 en la Escuela de Bellas Artes de Aix-cn-Provcnce.

4. Id., ibid., loc. CIt.

5. Cf Martin Heidcgger, Selll IIl1d Zeit, Nimcyer, 1986, parágrati) 75, y EI/'eca-do de Epll77eteo, op. ClI., j1. 347. Husserl por su parte habla de BildbClUIIJj·tscill, Cf La

118119

desoricntacion, op. cit. pamm. [Existen varias traducciones al castellano, entre otrasEl ser y el tiempo, FCE, 2000, y Ser)' tiempo, Tecnos, 2003.1

. 6. En el primer capítulo de la "Doctrina trascendental del Juicio", Crítica de larazou t=« 01'. cit., p. \50 [de la edición francesa antes citada].

7. T. Adorno y M. Horkheimer, La Dialcctique de la raisou, op. cit., p. 133. El

subrayado es mío.

8. Sobre el sentido preCISo de este término aquí, e]. los dos primeros tomos deLa técnica .1' el tiempo, passiin.

9. Lo mismo que demuestra, por ejemplo, Burkhardt Lindner iPonr une théoricde la rcproduaibilité, Francfort-sur-lc-Main, Goethe Univcrsitat, 1998), en el puntode vista de Horkheimer y Adorno, "la reproducción pertenece a la esfera de copla deun objeto dado", mientras que la reproducibilidad en el sentido de Waltu Bcnjarnin"no se refiere al conJUl1LO de los objetos dados", es decir, que lejos de ser una simplecopia de lo real, añade algo que ella constituye. Según Bcnjamin es esta constituti-vidad de 13 técnica de reproducción desarrollada por la industria lo que confiere, porejemplo, al cinc su fuerza analítica más allá de su poder de alienación -fuerza queparece que se les escapa totalmente a Horkheirncr y a Adorno. Pero, a la Inversa,Bruno Latour (Call/ers de médiologic, n" 1,1996) rnalintcrpreta totalmente a Benja-min -digo a la inversa porque en L' Ücuurc d'art ti l'erc de sa rcprodltctibllité techni-quc, en Walter Benjarnin, Esa" 2, traducción [al francés] de M. de Gandillac (Con-thier-Denoél, 1971), él lee un discurso contra la modernidad y la técnica, ahí dondeAdorno ve un discurso de la emancipación por medio de la técnica -dos lecturas tanesquemáticas como injustas para un texto que, por el contrario, trata de afrontar laenorme dificultad suscitada por la cuestión de la reproducibilidad.

lO. Cf B. Stieglcr, "Le temps des attrape-nigauds",Art Press, noviembre de 1999,número especial, y "Le prix de la conscience", Le Monde diplomatiquc, agosto de2000. ILa traducción al castellano, "El tiempo de los engañabobos" se puede leer enwww.rcbelion.org],

11. Kant, Critique de la raison purc, 0/1. cit., p. 107-123 A.

12.M, ibid., p. 109.

120

13. u. lb id., p. 111.

14. Id. ibid., pp. 1\2-113.

15. u, ibid., P J 14.

16. u. ibid., p. 117.

17. Id., ibid., p. lIS.

IS.ld., ibid., pp. 118-119. El subrayado es mío.

19. "Cuando el espectador nur.r, la cámara est.i invertida, hay una especie de

cámara en la cabeza: un proyector y que proyecta, Y además, cuando Lumiére

inventó el cine ... , cuando inventó la cámara, al mismo tiempo nos servimos de ello

para hacer el proyector, el mismo aparato servía a ambos". [ean-Luc Godard, lntro-

duction á nnc ocritablc liistoirc du cinema, Albarros, 1980, p. 1-15.

20. Kant, Critique de la raison purc, op. cit; pp. ~8-29. El subrayado es mío.

21. u, ibid., pp. 128-129 B.

22. CI: especialmente Dijfércllce e/ RépétltlOlI, PUF, 1968, p. 11G. [Traducción al

castellano, Dijere/lcia y rcpcticion, r úcar, 1988.1

23. Los franceses en paralelo, los alemanes en SCrlC, la primera sIgue a la segun-da.

2+. La segunda edición ofrece a Kant 13 ocasión de "eliminar, tanto como sea

posible, las dificultades y las oscuridades de las que pueden haber nacido varias fal-

sas interpretaciones en las que, quizá pOI' rru culpa, han caído hombres perspicaces,apreciando este libro",

25. Kant escribe en ldéc d'une lustoire nniuascllc ¡l1I pouu de uuc cosmopolitique

(traducción [al francés] S. Piobetra, Garnicr-Flammarion, 1990): "Entiendo por LISO

público de nuestra propia razón el que se hace como sabio ante el conjunto del

público que Ice". [Traducción al castellano: Ideas para IlIIa Historia uniuersal en clave

cosmopolita, Tecnos, 1987.J

12i

26. Igual que es finita la intuición del sujeto humano, es decir, sólo receptiva, adiferencia de Dios cuya intuición es productiva y cuya memoria, en Lcibniz, es infi-nita.

27. Conservación, comparación y discernimiento son precisamente las funcio-nes rUl1damentalcs de la imaginación tal como Kant las definió en AI/tropologíadesde el punto de vista pragmático. y, desde luego, aquí hay que hacer igualmentereferencia a los análisis de Husserl del papel de la escritura en la constitución de laidcalidad matemática -auálisis que he comentado en la misma perspectiva en Ladesorientacián.

28. Por retomar una expresión que el propio Leibniz empleaba a propósito de laescritura.

29. Kanr. Critique de la mÚOI/ purc, op. cit., p. liS.

30. Incluido hoy, con las tecnologías analógicas y numéricas de lo directo y deltiempo real, este pasado inmediato o recién-pasado de lo que ha pasado como aconte-cimiento mediático, que l/O he oioido, y que sin embargo se inscribe en la actualidadde mi presente. Sobre este punto, cj La desonentacián, op. cit., en particular p. 230.

31. Kanr, Critique de la raison pnre, op. CIt., pp. 151-152.

32. Sobre el concepto de síntesis pasiva en general, cj La dcsoncntacion, op. cit.,capítulo V

33. Gcnel'ieve Cuitcl, l-Jútoire comparéc des ntunération: éaites, Flammarion,I ()?5, pp. 19-20. El subrayado es mío.

3-1.Además es interesante indicar que [acques Rivelaygue, al que por otro ladoparece que se le escapan completamente todas estas cuestiones, explica que la cate-goría kantiana es una "relación [... ] [que] constituye los términos", lo que es mu)'

precisamente la definición de la relación rransductiva por Simondon.

35. Estas imágenes siempre en vía de tCtichización son también imágenes alu-cinatorias del cuerpo vivo protetizado que sostiene el flujo de 1;1 conciencia, delcuerpo del otro (del alter ego) y de la corporcidad como tal.

36. Kant, Critique de la raison pllre, op. CIt., p. 114.

122

37. u, ibld., pp. J 28-129 B.

38. "No podemos pensar una línea sin trazar/a por medio del pensamiento, UD

círculo sin describir/o".

39. "El primero que demostró el triángulo isósceles (ya se llamara Tales o comosea) tuvo una revelación; porque encontró que no debía seguir paso a paso lo queveía en la figura, ni consagrarse al simple concepto de esta figura como si ello debie-ra enscñarle sus propiedades, sino que tenía que realizar (o construir) esta figurapor medio de lo que él pensaba de ella y él mismo se representaba a priori por mediode conceptos (es decir, por construcción) ... ". Kant, Critique de la raisou pure, op. cu.,prefacio a la segunda edición, p. 17.

40. Porque hay muletas de la fe, como retornaré en Símbolos y diablos, o la gue-rra de 10;' espíritus. "Sin duda la esperanza necesita muletas, si nos atrevemos ahablar de muletas en materia de religión". (M. Naar, "Introducrion" a Kant, en LaRellgion dans leslimites de 111 simple IWJOII, tr. J. Gibelin, Vrin, 1996, p. 14.)

41. Sobre este punto, cj El pecado de Epimeteo, op. at., p. 260 )' siguientes.

42. M. Heidegger, Kant et le problém« de la méthaphvsique, Gallimard, 1953, y,sobre todo, lnterprétution phéuoménologique de la "Critique de la raIJOIIpure" deKaut, Callirnard, 1982, p. 316. [Existe una traducción al castellano de la primeraobra: [(({lit)' el problema de la metafísica, Gcdisa, 1992.'

43. M. I-Ieidegger, lntcrprétation pliélloméllologlqffe de la "Critique de la raisonpure" de Kant, op. cit., p.320.

44. Sobre este punto es posible remitirse al último capítulo de El pecado de Epi-me/ea.

-15. Cf., por ejemplo, M. Heidcgger, Intcrprétation p//(:lIoJlléJlologiqlle de la "Cn-tique de la ratson pure" de Kant, op. at., p. 302.

46. Cj Kanr, Criuquc de 1(/ taison pure, op. CIt., p. 119 TI, parágrafo 19 de laDrduccián.

l. N. de la T.: en el original hay un juego de palabras que se pierde en castella-no: VII/el ["Fulano"J quiju¡ tel.

123

17. Kant, Cntique de la tutson purc, op. CIt., p. 153.

4H. Id., ibid., p. 263 (Libro 1 de la Dialéctica trascendental, scccion primera: "Dela, ideas el/ gel/cm!").

19. Sobre este punto, cl LIl técl/lca )' el tiempo, vol. I\~de próxima aparición.

Ir. N. de la T.: de nuevo la expresión se[aire dn cinéma, "1;lntasear, hacerse pelí-culas".

50. G. Delcuze, Dlflérmce ct Répéúúol7, op. CIt., p. 116,

51. Kanr, Cntiquc de la mÚOIJ pllre, op. cit, p. 294.

m. N. de la T.: juego de palabras entre los términos C1JCOr('-(H'elllr ("todaví;l-por-Ilcgilr''), reste ti ucuir ("queda por llegar") )' aucnir ("futuro").

52. Kant, Critique de la taison pure, op. CIt., p. 131 A.

53. ld., lb Id .. p. 30R.

5i. Cf en particular La desorlel/taclÓIJ, op. cit., cap. IlI, "La industrialización dela mcrnori.¡", epígrafe 1, "La síntesis industrial de la finitud rercncional", p, 151 )'stcs,

55. E. Husserl, Rech ctch es loglqii6 Il, 2" parte, traducción I;¡/ francés I H. Elic,A. L. Kelkel, R Schércr, PUF, 1972, p. 119. El subrayado es mío. ITraduCCión al cas-tellano, lilvestlgaclol/es lógicas, Alianz;1 Editorial. 1999.'

56. En el último capítulo de La de.rorlmtaclólJ he tratado de indicar por qué _yvolveré ampJi~lmente sobre ello en el último tomo de La técnica y e! tiempo. Ademáses evidente que en Heiddeger la "diferencia onrológica" procede de esta problemá-tica del cumplimiento )' de la inadecuaciólI, al tiempo que la recusa.

57. Sin embargo, en las ldea, directrlcCJ' para una jmolllCllología, en la que rea-justará toda la ICnomellología en torno ;1 un ego restaurado, Husscrl efectuará unaretirada mucho más neta v cat,lstrótlca que la de Kanr al pasar de la primera a lasegunda versión de la Crítica de la razon puta,

IV N. de la T: juego de palabras intraduciblc al castellano entre los verbosanouooir, "emocionar", y mottuorr, "mover" que en l;¡ tercera persona de] singular

12'-i

del pl'Csellte de indicativo se escriben igual a excepción de b é Inicial del primero (é-IIIClit).

58. Como demuestra Picrre Aubcnquc: "En la introducción a la Crítica de la[acultad dejlizgar¡, .. 1 en la que se trata de dividir el 'sistema de la filosofía' en filo-sofía teórica y íilosofia práctica, Kant sólo habla de regla, 'técnicas' () 'práctico-téc-

nicas' (que corresponden a los 'imperativos hipotéticos' de los escritos éticos) pal';ldemostrar de nuevo que no conciernen propiamente a la (ilosofla práctica, sino quesimplemente son unas 'consecuencias de proposiciones teóricas', por lo tanto, unos'corolarios de la filosofía teórica "". La prudencc cliez Anstotc, PUF, 1993, p. 198.[Traducción al castellano, La prudcnci« en Anstotclrs, Crítica, 19~9. I

59. La técnica v el tiempo, \'01. 1\; de próxima aparición.

60. Recordemos aquí que el verbo eldó significa a la vez observar, representarse,Iigurarsc, aparecer; que el e/dbloll es el simulacro, el fantasma, la imagen y el retra-to, incluso la imaginación, etc.

oL La dcsonentacion, 0/7. cit. p. 301. Respecto al cumplimiento, "el parágrafo 5[de las illvcjúgae/ollej'lóglCIIsl aporta precisiones esenciales sobre esta cuestión de lainadecuación, es dccu; del cumplimiento. Toda percepción adecuada es una percep-ción interna, Pero toda percepción interna no es una percepción adecuada. Entrepercepción interna inadecuada)' percepción mtcrna adecuada existe la tendencia alcumplimiento -que siempre puede fracasar. La percepción interna es la percepciónde mis propias experiencias vividas. La percepción interna adecuada es la percep-ción de una evidencia {'/I mi experiencia-vivida, de mi experiencia-vivida comoexperiencia-vivida de evidencia: toda experiencia-vivida es evidente, pero toda expe-ricncia-vivida no es una experiencia-vivida de evidencia. Puesto que el psicólogo nolo ve, confunde percepción interna y adecuación. Ahora bien, su distinción permiteeliminar, pura y simplemente, desde el punto de uist« /elloIlJCliológlco, la perccpcion

externa, Ésta ya no tiene lug;¡r de ser: e! objetil'o del /,slcólogo CI1ella era la inadccua-(/Ó/I de! sujeto al objeto, el hecho de que ;ligo del objeto, en toda percepción externa,

escape siempre al sujeto. Lo qlit' debe ser estudiado /lO es I¡i madcatacion del sujeto alobjeto, sino la inadccuacion de la pacej7('ió/I siempre interna qlie tila experiellcla-I,¡'¡,i-da, qlie constituvc el objeto externo )', por lo tanto, la percepción externa, COIIla idcali-

12'i

dad conccmida en el sello de las experiencias vividas. La inadecuación del sujeto comoesfera de percepcIOnes internas al objeto como fuente de percepciones externas seconvierte así en la inadecuación del contenido real de la experiencia-vivida "poresencia percepción interna" con el comen Ido real de esa experiencia-vivida -que noes interna ni externa: ¿dónde está?".

62. "Es muy evidente que yo no podría conocer como objeto aquello mismo quetengo que suponer para conocer en general un objeto y que el yo determinante (elpensamiento) debe ser distinto del yo determinado (el sujeto pensante), como elconocimiento, del objeto. Con todo, nada es mJS natural y más seductor que la apa-riencia que nos hace perder la unidad en la síntesis de los pensamientos para unaunidad verdaderamente percibida en el sujeto de estos pensamientos. Se podría lla-mar a esta apariencia la subrepción de la conciencia hipostasiada (aperceptiollls subs-tantiatae¡", Kant, Crítica de la razon pllra, op. CIt., p. 325.

63. Cf M. Heidegger, lntcrprétotion phénoménologiouc de la "Critique de la J'C/I-,'011 pure" de Kani, op. cit., p.329.

64. Kant, Critique de la raison pure, op. cit., p. 278.

65. Id., ibid., p. 295.

66. u. Ibld., p. 131 B.

67. u, ibid., p. 206.

68. u, ibid., p. 207.

69. u, ibid., p. 1 '56.

70. M, Heidegger, Kunt et le problime de la inétaphvsiquc, op. cit., p. 161.

71. u, ibid., p. Hi2.

72. u, ibid., p. 163.

73. Kant, Critique de la iaison p"re, op. cit., p. 308.

74. Id., ibid., p. 28.

7S. Corno se verá en la lectura de Qu'est-C!' q"e s'onentci daus la pcnséc", tr. [alli-ancésJ A. Philonenko, Vrin, 1978. [Traducción al castellano, ¿Q"é slgllljica oticn-

¡2e)

~r

\

\

tarsc en el pen.il7/11lenlO?, Ul1l\'ersilbd Complutense de Madrid, Facultad de Filoso-

fía, 1995.]76. Sobre este concepto, ef "La época Ol'tográfica" en La desorlenlaClón, op. at..

p. 25 Y stes.77. "Pozo negro acondicionado de manera que las materias se transformen loo·]

en compuestos minerales inodoros e inofensivos", Le Robcr: [N de la t: Diccionario

de la lengua francesa, equivalente al diccionario de castellano de la Real Academia

Españoia.]78. Sobre este punto, ef el capítulO "La industrialización de la memoria" y el

fina] del capítulo "Objeto temporal Y tinitud retenclOnal" en La desorientación, op.

Cit.79. Paul Valéry, Propos sur l'intel/lgCllcc, en Oeilvres COllipli!te.\, t. I, Gallimard,

col. "La Pléiade", 1957, p. 104R.80. Y no hay reflexión que no sea erótica, como volveremos a ver en el próximo

volumen con El Banquete.

l27

debido al hecho de su posición vertical le tocó en suerte la/ ,razon.:

De creer a Hcrder, concluye Kant a su vez, "la razón es sólo unaadquisición" .

Querer determinar qué contextura de la cabeza, desde elpunto de vista exterior respecto a su forma y desde el puntode vista interior respecto al cerebro, está en relación necesa-ria con la aptitud para caminar en posición vertical; y, lo quees más, determinar cómo una organización orientada única-mente hacia este fin contiene el fundamento de la aptitudracional, en 1:J que debido a ello participa el animal, estaambición supera manifiestamente toda razón humana: queesta última siga a ciegas el hilo conductor de la tlsiología oque emprenda el vuelo a ejemplo de la metafísica.'

De hecho, la postura que aquí defendemos no es ni la de Herder,que ignora la "liberación de la mano" que abre el espacio de la mani-pulación fabricadora y de este correlato de la posición vertical que es latecnicidad, ni la de Kant, cuya filosofía trascendental no permite actua-lizar la vocación rctcncional de esta tecnicidad. Porque este medio reten-cional le es esencial, porque sin estos sttstratos que son sus objetos entanto que estos son siempre ya técnicos, su tuzon y su entendimiento sóloserían vapores, ya que el "constituyente" (el sujeto trascendental) estáconstituido a cambio por lo que él "constituye" -lo que significa que sólose constituye en un deJj¡¡¡fsy que, por tanto, siempre está en el problemade su propia re-constitución: es originariamente un sujeto re-constitui-do, sintético igualmente en este sentido (es lo que en El pecado de Epi-tncteo llamábamos su defecto de origen y es lo que en el próximo capí-tulo llamaremos el juicio protético a priori]. Pero en esta re-constituciónretencional sin la que este "constituyente" no sería nada la cuestión que

132

sigue planteada y sigue siendo irreductiblcmente 110 empírica, es el crite-rio, en tanto que es proycaioo.

Este análisis en el que la empina ya no es el simple compañeroa pos-teriori de una aprioridad trascendental, sin embargo no es por tanto unempirisrno. Las retenciones están inscritas en un proceso de proyecciónpor selección de protenciones que no es un simple asociacionisrno y delque el empirismo, que ignora profundamente el juego y el reto, es decir,el criterio, es un espectador que finalmente cree sin perspectiva en todolo que ve, "buen público" y mal crítico. Y lo que es más, que cree, aun-que erróneamente, que sólo cree en lo que ve.

Kant revalúa la empina, rinde homenaje a Hcrder y le opone preci-samente la cuestión del criterio. Pero no comprende la cuestión de laretención -ni Hurnc, que la confunde con la de la costumbre.

La doble recusación del empirismo y del trascendentalismo' queintentamos, por tanto, aquí está entre América del norte y Europa. Ladificultad del diálogo entre estas dos entidades espirituales traduce unadivergencia en la historia del "espíritu" entre empirismo anglo-sajón ytrascendentalismo europeo llamado "continental". Esta tradición anglo-sajona, que se ha extendido al continente norteamericano, se ha con-cretizado ahí por medio de una doctrina de la máquina de calcular y pormedio de una cultura de la máquina de cálculo, y por una puesta enpráctica de los saberes lógicos al servicio de la logística, lo que se llamóla cibernética, tal que finalmente Estados Unidos se convirtió en el granpaís de las tecnologías de la información y de la primera gran empresainformática transnacional que fue IBM. Esta concretización industriales lo que la filosofía, ya sea "continental" o "anglo-sajona", se reveladecidida y masivamente incapaz de pensar, incluso por parte de las"filosofías de la historia". Porque si Marx fue evidentemente un gran

l33

pensador de la historia (como Hurne) nunca pudo acceder a la cuestión. de la industrialización del cálculo y del medio retencional cuyo concep-to finalmente no tuvo más que sus predecesores.

Por tanto, nuestro intento aquí sería escapar a este antagonismo tra-satlántico constituido por una común falta de atención del espíritu a susmaterias como sus tratos de los l1ujos en los que él consiste.

La delegación de operaciones del entendimiento en las máquinas seha realizado esencialmente bajo la instigación de la industria nortea-mericana. No ha habido lugar de ver en la muy actual brutalidad de lasconsecuencias de este hecho una súbita alteración de la conciencia y,menos aún, un acontecimiento monstruoso. La conciencia es altera-ción. No decimos que ésta no pueda llevar a un estado de hecho élmismo monstruoso porque concluiría en la anulación de esta concien-cia: nosotros no excluimos esta posibilidad, muy al contrario. En cam-bio decimos que esta posibilidad está contenida en la conciencia misma,que la conciencia misma es esta posibilidad -en tanto que cine que pro-yecta sus fantasmas sobre tantas pantallas.

Respecto a la actual brutalidad de la geopolítica de la industria nor-teamericana, ésta resulta de una inversión masiva del capital en una tec-nología de rujJtura. En otras palabras, si la posibilidad de sincronizarunos tlujos de conciencia y de organizar industrialmente el cálculo y lapuesta en práctica de criterios de selección en las retenciones terciariasno constituye una ruptura en la estructura Íntima de estos flujos, talesque ponen en práctica unas síntesis, en cambio hay efectivamente unaruptura de sistema técnico)' ésta tiene consecuencias inmensas sobre lavida del espíritu y la historia de la conciencia. Estas consecuencias plan-tean con nuevos costes la cuestión crítica. Y es completamente nuevo queesta delegación esté a cargo del plan de la industria de modo que la cla-

13-1

bovacum de los criterios retcncionales se encuentre hegemónicamel1tesometida a las reglas de cálculo de los mercados -sea objeto de cálculode amortizaciones.

Habíamos visto -en La desorientación- que esta evolución es mues-tra de lo que André Leroi-Gourhan caracteriza como el tercer estadio delo que él llama "proceso de exteriorización": la del sistema nervioso,que sigue a la exteriorización del músculo permitida por la explotaciónde las energías naturales, precedida ella misma por la del esqueleto queen propiedad constituye la hominización. Las industrias culturales sonel cuarto estadio de esta "exteriorización", que alcanza entonces a laimaginación: esta delegación es lo que concretiza el cine, inventado enFrancia pero cuyo futuro industrial está en Estados Unidos, país tantode Hollywood como de IBM, donde el cine se convertirá en la televisión,es decir, en este fenómeno masivo del que Leroi-Gourhan esbozará en1965 algunos análisis' en el momento en el que el televisor, convertidoen doméstico, penetra a gran velocidad en los hogares europeos (46,5 %de las familias francesas en 1965, 537 % de crecimiento entre 1960 y1970).

2. La televisión de Pierre Bourdieu

El sociólogo Pierre Bourdieu ignora en Sobre la televisión 7 todosestos análisis antropológicos. Sobre la teleuision, un libro que se presen-ta como una lección de disciplina argumentativa y de rigor científicoque primero se administro a La tclcvision, es decir, a la vez sobre Lapanta-lla de la televisión ya la intención de "la televisión", de sus tclcspccta-

135

II

dores y de sus actores, Sobre la televisión no indica la menor referenciaal estado de una cuestión sin embargo analizada por otros y antes queél,.exactamente igual que proceden estos media totalmente desprovistosde memoria y atrapados en el instante cuyo funcionamiento en la tele-visión denuncia justamente Sobre la televisión: todo ocurre como si laconciencia del sociólogo hubiera interionzado finalmente el funciona-miento de aquello que ella critica.

El resultado que aquí nos interesa subrayar es que, a fin de cuentas,para el autor no se trata de afrontar ni un segundo una debilidad estruc-tural del pensamiento ante la tcleuisión que podría ser el problema prin-cipal o, en todo caso, previo, ni que este objeto apele a un esfuerzo teó-rico, íilosófico y científico excepcional y nuevo, a medida de la enormi-dad de sus efectos. Esta obra ignora o deniega que el paso de la panta-lla al libro sea un cambio de soporte que pediría por él mismo un pen-samiento del papel del soporte en general en el pensamiento y de estossoportes particulares que son la televisión y el libro. Se podría estar ten-tado de ver en esta pereza ante una tarea del pensamiento la causa de sugran éxito editorial: importando al libro las coacciones que le imponíala pantalla, Bourdieu habría realizado, sin quererlo, un excelente pro-ducto de marketing: fácil y rápidamente consumible. Olvidable. No-inolvidable.

De tener algún fundamento, esta explicación sería, sin embargo,insuficiente e injusta para los lectores del libro. La recepción excepcio-nal de este discurso indica en primer lugar una gran y grave inquietudde la sociedad francesa, en particular de su juventud, y la espera de pen-samientos capaces de dar cuenta de un proceso cuya marca principal esen nuestra época la televisión, pero que la supera. Quizá traduce tam-bién un movimiento de rechazo del dispositivo retencional dominantesospechoso en su naturaleza y calidad como lo son ahora las mercancías

136

r¡f¡f,¡:

t,f

industriales en general, especialmente alimenticias, y como lo fueronestos productos acerca de los cuales Sócrates quería ya convencer aHipócrates que cuando alimentan el alma constituyen un riesgo singu-

larmente grande:

Un sofista, Hipócrates, ¿ no sería un negociante o un tenderoque suministra los materiales con los que se nutre e! alma?[...] El riesgo es mucho mayor cuando se compra ciencia quecuando se compran alimentos. En efecto, lo que se come obebe se puede transportar en un recipiente distinto cuando secompra al tendero o al negociante y antes de absorberlo pormedio del beber o de! comer se puede depositar en casa. [... 1

Respecto a la ciencia, no se transporta en un recipiente: esabsolutamente necesario, una vez pagado el precio, recibidaen uno mismo, meterla en la propia alma y, cuando uno seva, el bien o e! mal ya está hecho.'

Ésta es efectivamente la cuestión que plantea el flujo inagotable que

la tclansion vierte en las conciencias con las que se enlaza su tiempo -yque en principio el libro permite evitar, él que es una especie de vasoque se puede examinar, cuestionar, criticar como no es posible hacer conla palabra o con el transcurso de las imágenes, incluso cuando este libroha sido "escrito" para la televisión. En resumen, toda esta hipomnesia o

mnemotécnica o rctcncionalidad terciaria, que examinamos aquí y cuyoproceso hace Plarón en Fedro en tanto que libro que sustituye e! flujo de

palabras vivas por una memoria artificial u muerta, es también lo quepermite la crítica de estos productos sofisticos, mientras que, como sesabe, los solistas utilizan por su parte e! texto, la técnica, las retenciones

terciarias para preparar sus efectos de directo en sus discursos orales queno son improvisados, que no salen directamente de! corazón, que noestán forjados en el fuego de! debate, sino que retranscriben unos eíec-

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tos retóricos preparados de antemano -lo que, al parecer, también hizoPierre Bourdieu ante su cámara.

, En resumen, Platón, que en Pedro critica el libro en tanto que per-mite diferenciar el efecto y el tiempo de la palabra en un tiempo de lec-tura sin emisor, acusa también éll sofista, en ProtágoraJ, de hablar endirecto, en un flujo que ya no da el tiempo de la reflexión.

Así pues, la cuestión es decididamente compleja: la hipomnesia per-mite poner estos productos del alma en reserva, en cierto modo en dife-rancia, y, al mismo tiempo, la tecnología hipomnésica contemporánea,la de los objetos temporales industriales, permite captar el tiempo de lasalmas para unirse él él Y hacer el bien o el mal sin poJ/bi/idad de /Jueltail trás.

Es precisamente de esta complejidad de lo que este producto hipom-nésico escrito -y que tan bien se ha vendido-, Sobre la televisión, alretranscribir directamente un discurso mantenido ante una cámara para/;1 televisión y enlazarse en falso directo y sin montaje con las concien-cias espectadoras de la cadena de televisión Pan, Premiere, no sabe +O noquiere- dar cuenta, al creer que puede ahorrárselo.

El éxito de esta obra mediocre es la manitestación de una desolacióncultural e intelectual a la que nadie escapa: la televisión no es sólo lal7liJeria de sus públicOJ, es el índice de una extrema pobreza del aparatoconceptual de su época ti-ente a la "realidad efectiva" de esta época. LaJllosotla de la miseria que inevitablemente suscita es también la miseriade esta tilosofía de televisión. Miseria o extrema pobrelél de la que latelevisión es evidentemente, y en muchos aspectos, una causa. Pero si lastesis expuestas en nuestros dos capítulos precedentes Son válidas, la apa-rición de esta "causa" sólo es testimonio del carácter cinemato-gráficode ia conciencia, que hace posible la televisión y que engendra ncccsa-13R

riamente, mientras permanece impensado, la parálisis de esta concien-cia frente a esta televisión.

Esto es patente desde la primera cuestión que pretende tratar PierreBourdieu: la del tiempo en la televisión, presentada como la imposibili-dad de llevar a cabo ahí un razonamiento y de desarrollar una argu-mentación -estado de hecho en efecto problemático y cuyos efectos evi-dentemente hay que denunciar: es lo que estamos esforzándonos enhacer aquí mismo. Pero esta cuestión del tiempo en la televisión es tam-bién y en primer lugar una cuestión de economía política y de ecologíaindustrial del espíritu, cuya naturaleza el sociólogo no parece haberdelimitado en absoluto y que exigiría proseguir la escritura de El capi-tal en el espíritu de Marx, si se permite decirlo: poniendo tanta atenciónen el genio de la gran industria como en la miseria del proletariado.

Esta empresa, inmensa, tendría además como consecuencia el tenerque volver sobre ciertos análisis de El capital para discutirlos, en parti-cular en relación a la cuestión del tiempo. En Marx intempesti]" y enespecial en el notable capítulo que lo abre, "Una nueva escritura de lahistoria", Daniel Bensaid demuestra a la vez que la filosofía de Marx estoda ella y primordialmente una filosofía del tiempo, es decir, del tiem-po abstracto que es el capital y de la medida del tiempo de trabajo, y queesta filosofía, que por tanto es una economía política, también es unafilosofía de la historia que al denunciar toda teleología destinal criticaen primer lugar en el idealismo un cine retrospectivo que proyecta sobreel presente y el pasado una necesidad futura por medio de un procesode adopción y de ficción que tratamos igualmente de describir aquí.Este proceso de adopción que pone en práctica lo que Marx llama en Laideología alemana unos "artificios especulativos" es también lo que des-cribe El dieciocho brtunario de Luis Bonapane."

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Si en la estela de Hegel pero dando la vuelta a sus palabras, Marxempieza precisamente por afirmar un "proceso de exteriorización", sipiensa la mercancía fundamentalmente como un proceso de fctichiza-ción, no analiza en propiedad la acumulación del capital intelectual queen nuestra época se convierte en un reto fundamental y, más general-mente, ignora lo que aquí llamamos la retención artificial. Aunque losCm ndisse piensan la máquina como exteriorización de los saberes (yvolveremos sobre ello), las herramientas de trabajo no se analizan con-venientemente como soportes de memoria)' se siguen pensando bajo lacategoría de los medios de producción y ello aunque, como subraya jus-tamcnte Bensaid, la espacialización del tiempo esté en el centro de laproblemática marxista: como 1" medida es una condición constitutivadel capitalismo, van a la par abstracción del tiempo social (rncrcanrili-zación de la fuerza de trabajo) y formalización del tiempo físico."

La cuestión del tiempo se plantea en la televisión como sector deactividad ind usrrial de difusión de pl'Ogra17hls porq ue e! flujo del objetotemporal audiovisual supone la esclavitud de una máquina y a una máqui-na. Además, exactamente igual que el tiempo del trabajo prolerarizadosuponía la esclavitud de la máquina (en el sentido que tiene esta pala-bra en mecánica) y del trabajador a esta máquina -trabajador a partir deeste momento privado de todo saber)', con este motivo, llamado no obre-J'O sino proletario. Como demostró Simondon, este proceso de esclavituddel trabajador lleva a una pérdida de individuación del obrero en benefi-cio de la máquina "portadora de herramientas"." Ésta es la miseria de!obrero proletarizado. Miseria que se acrecienta cuando esta máquina, alconvertirse en prograrnable y con mandos digitalcs, puede prescindir deeste proletario,

Aunque Mat x haya mantenido siempre que sólo a partir del análisisdellllatC/'ia! de la técnica)' de la tecnología se empieza verdaderamente a

pensar, Sobre la tcicuision, en el desastroso espíritu de una larga tradi-ción universitaria tan antigua como la filosofía, para la que técnica ytecnología son triviales, no propone análisis alguno de la dimensión téc-nica de la televisión -y menos aún de sus consecuencias fenorncnológi-cas en térnunos de individuación que desembocan en una pauperizaciónde la conciencia." Este espíritu desastroso, que constituye la actitudmetafísica por excelencia y que por tanto requiere una crítica radical yuna renovación de la crítica, tiene como consecuencia una total falta deatención a las cuestiones de la memoria objetiva)' a los dispositivosretencionales cuyas concretizaciones son las máq u inas.

De Horkheimer y Adorno a Bourdieu, la confusión de los "pensa-dores" ante la imagen animada y las industrias culturales es inmensa,Los criticamos aquí porque obstaculizan la posibilidad de pensar lo queha sucedido, lo que ocurre actualmente, y aquello de lo cual está por lle-gar lo esencial de la cuestión de la cinemato-grafía que conlleva su des-arrollo, Esta tarea del pensamiento es tanto más urgente cuanto que hoyse produce una convergencia tecnológica que redistribuye en profundi-dad la realidad empírica y el espacio de las decisiones políticas que hay

que tomar.

Las instancias políticas están gravemente desprovistas frente a estasituación, especialmente en Europa, Ahora bien, entre las primeras con-secuencias de esta convergencia, de la que Sobre la telcuision no dice niuna palabra, existe por supuesto la perspectiva de una nueva época y deuna intensificación sin precedentes de la globalización y, por tanto, dela terrible cuestión de los pueblos y de las naciones,

l~tl lil

3. Metrópolis. La adopción como condiciánde la unificación del nosotros

sitar el esquematismo porque el trabajo de la conciencia, es decir, del Yo,es ya en cierto modo cinemato-gráfico. lo mismo la geopolítica nortea-

. " .. / H 11 ["1;mencana cuyos misioneros están en o yWOOl explota a través desu industria cinematográfica una dimensión constitutio« de lo político, esdecir, del Nosotros: la adopción, cuya radicalidad Estados Unidos descu-bre y pone de manifiesto.

Habíamos visto que la conciencia de Kant, como toda concienciaque públicamente hace uso de su razón, puede y debe buscar la unidadfutura del flujo en que ella consiste identificando y materializando ladiversidad de lo que sucede en este flujo como pensamientos en formade retenciones terciarias, rcactivándolas después, ordenando, manipu-lando e interpretando para encontrar una continuación a este Hujo y, almismo tiempo, para abrirle un futuro coherente con este pasado en elque se mezclan, insertan e incrustan unos elementos de! pasado de otrasconciencias (como las de Hume, Wolf o Leibniz). Ahora bien, este pasa-do es reactivado y animado por un proceso ptotencioual que es un deseocomo conciencia de sí, es decir, un narcisismo, y este proceso de unifi-cación de la conciencia kantiana, yue es una proycccion ejemplar de loque anima toda conciencia, estructura también este Nosotros que Leroi-Gourhan llama e! deuenir-unijicador de los agrupamientos humanos -alque aspira el propio Kant como ideal de toda conciencia.

Un Yo que pretenda pronunciar unos enunciados racionales y uni-versalizables siempre debería poder decir "nosotros" y esto es además loque NOSOTROS hacemos aquí -al tiempo que "nos" preguntamos dequé "nosotros" hablamos y en nombre de qllé o de quién "nosotros nos"permitimos hablar en "su" nombre,

¿Cómo, por qué y en qué condiciones todavía podemos decir "noso-tros" ?

Upton Sinclair escribió en 1917:

Con el cinc el mundo se unifica, es decir, se americll1iza.H

Por medio del cine tiene lugar un proceso de unificacián mundial, delque Sinclair nos dice que sólo puede tener lugar bajo la dirección deAlIJérlca del norte. ¿Qué autoriza esta at¡rmación~ mn qué el cine esnecesariameni¿ unificador del mundo y por qué esta unificación delmundo significa necej'ariamellte su a.'llerica¡¡izaáón?

Habíamos dicho que el esquematismo sólo puede industrializarseporque siempre está atrapado ya en el juego de retenciones terciariasque son otras tantas proyecciones de! f1ujo de la conciencia fuera de sí,otras tantas materializaciones cuya manipulación está abierta a todas lasexplotaciones, incluidas -y cada vez más- las económicas. Ahora nospreguntamos por qué la industrialización del esquematismo es tambiénun proceso unitlcador del mundo y por qué este proceso puede y debeproducirse en Hollywood, Por qué, en otras palabras, Hollywood podíay debí~1 convertirse en la capital del mundo, la metrópolis.

El cinc, decíamos, se caracteriza por la coincidencia de los flujos dela película y de la conciencia del espectador, y por el fenómeno de adop-ción del tiempo de la película por parte del tiempo de la conciencia delque es el objeto. De hecho, así como el cine sólo ha podido venir a para-1-12

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El proceso de u1lificaclón del que habla Leroi-Gourhan es un procesode adopción por medio del cual es posible la cOnstilución, la solidariza-ción, la consolidación, la perpetuación y la extensión de un Nosotros,agregador de otros Yo y de otros Nosotros. En general se está de acuerdoen definir este grupo social elemental que es la etnia por el hecho decompartir un pasado cotnún s-v esta manera de pensar la etnia es tambiénaquella por medio de la cual la etnia, y más generalmente la comunidadterritorializada, se piensan ellas mismas. Ahora bien, semejélnte defini-ción, que acredita el mito de un origen puro, surgido de un pasadotransmitido uia el territorio, es por estructura y literalmente tlusorm, loque funda los grupos es su relación común con el futuro. La etnia (ymás allá, todo grupo social humano) es ante todo el reparto y la proyec-ción por parte de este grupo del deseo de un futuro común. Sin deseo noexiste grupo humano posible y es esta relación con el futuro lo que rigeel "devenir-unitlcador" de la etnia:

La etnia 1· .. 1 es menos un pasado que un futuro. Los rasgosiniciales, los del grupo lejano que crea b unidad política,están difuminados, si no borrados completamente. Para con-vertirse en un pueblo, la masa de hombres dispJres tiende aunitlcJrse sucesivamente en los planos lingüístico, social,técnico y Jnlropológico. Por lo tanto, ti'ente a concepcioneshJbituales de la Etnologí<l, vueltas normalmente hacia elpasado [...], ha)' otro aspecto de la Ciencia en el que el futu-ro rige la realización de unidades étnicas.lb

Un pasado realmente común de los miembros del grupo no sólo noes una condición de pertenencia a este grupo sino que verdaderamenteseria La illlPo.i/bilidad para este grupo de constituirse -lo que demuestraLeroi-Gourhan tomando el ejemplo de China. La relación con el futu-ro que funda los grupos supone evidentemente que comparten un pasa-144

do común, pero este pasado sólo puede ser común por adopción -ya queésta sólo puede concrctizarsc como proyección. Por muy ilusorio quesea, este pasado que constituye la il7lagen del Nosotros [uturo igual queel conjunto retencional primario, secundario o terciario constituye pro-yectá/ldolo el dispositivo protencional en que consiste el flujo identifica-torio de un Yo, es la adopción de un dispositivo común de navegaciónen el tiempo que constituye una panoplia "fantástica" de dispositivos"para ayudamos a devenir", según la expresión de Valéry:

El pasado, más o menos fantástico, o más o menos organiza-do después, actúa sobre el futuro con una potencia compara-ble él la del mismo presente. Los sentimientos y las ambicio-nes se excitan con recuerdos de lecturas, con recuerdos derecuerdos, mucho más de lo que resultan de percepciones ydatos actuales [...J. La idea del pasado sólo adquiere sentidoy constituye un valor para el hombre que se encuentra en símismo una pasión del futuro. El futuro, por definición, notiene imagen. La historia le da los medios de ser pensada.Ella forma para la imaginacion una tabla de situaciones )' decatástrofes, una galería de anccsiros, un formulario de actos,de expresiones, de actitudes, de decisiones ofrecidas él nucs-ira Inestabilidad v a nuestra incertidumbre, para ayudamos él

devenir. 1;

Sin embargo, este proceso de adopción sólo es eficaz si se oculta: sólotiene lugar, dice Rcnan, si se olvida:

El olvido, y yo incluso dirfa el error histórico, son un [actoresencial de la creación de una nación. 1 ... 1 La esencia de unanación es que todos los individuos tengan muchas cosas encomún y también que todos hayan olvidado muchas cosas."

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Esta capacidad de olvido es lo que realiza el proceso de selección, de"derushajes" y de "montajes" que constituyen e! t1ujo de! Nosotros(cuyas peripecias histórico-políticas son cada vez una nueva puesta enescena), es decir, la retención y la protención de sus consecuencias pasa-das v futuras, Los miembros de una misma etnia se caracterizan esen-cialmente por el hecho de que forman cuerpo en la unidad de un grupoque, al estar atrapado en el tiempo, encuentra esta unidad en e! hechode que la despliega y la afirma en e! curso de su devenir -que la proyec-ta por la puesta en práctica de esta selección y de unos "criterios" queella supone, La organización de! grupo está constantemente sobredeter-minada por el imperativo de reforzar la identidad de esta unidad quesiempre queda por ilegar, Éste es el "devenir-unitlcador" de la etnia, Alconjunto de este proceso es a lo que Étienne Balibar llama la etn¡cidad

ficticia 19, La mezcla es la condición de la constitución de los gruposhumanos, que se hacen cada vez más vastos a lo largo de la historiahumana -lo que desde luego no les impide diferenciarse en el planointerno, aunque sea por la inten:;itlcación de la ciivisión del trabajo,

Ahora bien, la condición de este proceso de adopción reside en la posi-bilidad, abierta por la epifilogénesis, es decir, por la memoria técnica, deacceder a un pasado que nunca ha sido u¡v¡do por aquel de quien espasado,ni por :;lIJ' a I7ceJ'trOJ' bioiógicOJ', El proceso de adopción su pone e! acceso aun pJsado jlcticio, pero cuya facticidad constituye el zócalo de un "ya-ahí" a partir del cual el heredero ilusorio puede querer un futuro enco/mún con aquellos que igualmente comparten este pasado por adop.cion e ¡[usonamente, En cierto modo el privilegio que Leroi-Gourhanconcede al (u/turo -es decir, a la proyección de un futuro común para e!Noml

mJ_ esta muy ptÓ"mo a la "ptimacía" del futulO en fa triple éxta-

SIS del tIempo del Dase!J¡ heideogcri~no 211 Ye' t bi / IJ 'd '" " - " b el, S Jm ren .lel eg-ger qUIen

pc.m", pensac esta fact,ndad del pasado h't,dado, este hecho de queH6

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yo herede de un pasado que no he vivido, que puede muy bien no ser elde mis ancestros y que, sin embargo, se convierte en m¡ pasado a medi-da que lo ttansjormo en [uturo. Heidegger es quien permite pensarloexcepto que, con todo, estaf¡losofía excluye la cuestión de la condición téc-nica de transnnsion de este pasado llamado aquí epifilogénesis y en Seinund Zeit, rféltgeschlc/¡tllcM(e1t, Ahora bien, esto modifica radicalmente elanálisis, Si las referencias hechas aquí mismo a Heidegger permitendesplegar esta cuestión de la adopción contra los nacionalismos y neo-fascismo hoy renacientes, es coidcntcmcnte a condición de ver en ello lamarca de U/la tecniadad primordial. como Heidegger dudó muy proba-blemente en hacer, para finalmente oponerse a ello, Porque en 1933 losanálisis del la herencia desarrollados en Scin und Zeit sin duda a Hei-degger le parecieron no sólo compatibles con su adhesión temporal alnazismo sino en el centro mismo de este efímero "compromiso" que des-cansaba en una exclusion, expresa o /10, de Laposibilidad del injerto y de laadopción en la medida en que tlnalmente éstos eran pura y simplemen-te asimilados a la posibilidad del cálculo.

En efecto, pensar la herencia desde la epifilogénesis significa que latecnología debe ser adoptada lo mismo que el pasado [acucio que permitela construcción de un Nosotros proyectivo. Y evidentemente ella permi-te también la adopción de las técnicas de proyección ellas mismas. Esteproceso de adopción es de entrada "material" e "ideal", y la mezcla enel origen de la etnicidad ficticia es J la vez un comercio de Loscuerpos, delas Ideas y de los bienes.

Adopcián de las técnicas (es decir, de los objetos del comercio cotidia-no) y adopción de lIll pasado [acucio que permite proyectar un futurocomún (bajo la autoridad escatológica de un juicio último que el sigloXIX llamará emancipación y progreso) y, por tanto, de constituir unNosotros, son dos [ortnas de adopcion requeridas simultáneamente por La

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-

carencia oiiginana de ongen cuyo relato mitológico es el pecado de Epi-meteo: la cuestión de la adopción es inmediatamente la de la protetici-dad y de lo que ella implica: el peso de la retención terciaria en la consti-tución de todos 10jflz~os -incluidos, por tanto, los migratorios.

4. La modernidad como organización de la adopción

Si la adopción es el modo de constitución de las comunidades, tam-bién es y en primer lugar porque los órganos técnicos, sin los que nosería posible ninguna comunidad humana, son amouibles, y porque lassociedades pueden al mismo tiempo intcrcambiarlos y adoptarlos. Éstaes la razón por la que las condiciones de adopción en general están direc-tamente relacionadas con Las eJ-pecifiCldades de la memoria epifilogenéticapropias de cada una de sus épOCCHy, cuando éstas existen, a las especifici-dades de las mnemotécnicas. Y también es la razón por la que la cues-tión de la adopción es indisociable de la del comercio y, por lo tanto, delmercado.

La técnica no deja de evolucionar bajo la presión de las tendenciastécnicas y al acelerarse súbitamente esta evolución a principios del sigloXIX con el capitalismo de la gran industria se hace indispensable Oiga-nizar la adopción de los nuevos productos industriales que se conviertenen lo que se llamará bienes de consumo. La resistencia de las sociedadesal cambio técnico es espontánea: la inercia social es la ley de esta rela-ción. La sociedad de donde surge la revolución industrial todavía ve enla estabilidad el orden mismo de las cosas, mientras que toda innova-ción viene a desestabilizar una situación familiar para todos, en la que

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casi lados encuentran un interés, al haber conquistado en ella unas ven-tajas o una renta de situación 0, más SImplemente, al haber adquiridounas costumbres. Finalmente, Y sobre Lodo, la evolución de los sistemastécnicos engendra unos fenómenos de desaJuste en relación a los demássistemas sociales. Ahora bien, [a revolución industrial induce un acerca-miento entre capital móvil y empresa, entre ciencia Y técnica, entreIlldostria Y técUlca que se conVierte en tecnología, de lo que resulta elinicio de un proceso de innovación permanente que se irá acelerando

sin cesar.Así pues, hay quc organizar la adoprión de la innovación por la

sociedad y forzar la penetración de la vida cotidiana por la técnica y losobj etos us uales nu evoS que ella permite p rod ucir -desde el ferroca rri

Ial

Cine ya la bicicleta, pasando por el cepillo de dientes y la pasta dentífri-ea: el desarrono de la información Yde lo que se convertirá en el marke-ting es la condiCión de esta sonalización de la novedad, pro,,"o de adop-ción de masas que se llama entonces el modernismo. La modernidad, queempieza antes de la revolución ind ustrial, pero de la que ésta es la "a-\ización histórica efectiva y masiva, designa la adopción de una nuevarelación CO/I el tiempo, el abaodooo del privilegia de la 'radicióo, la defioí-cióo de 011evos ritmos de uid a l' hoy, ooa iom ensa conmoción de las condi-ciones de la vida misma, tanto en su substralO biológico como en el conjun-to de SUj'dispositivos retenclonales, lo que finalmente desemboca en unarevolución iodastrial de la ,roosowióo y de los condiciones múmas de la

adopción.Lo que mide la ((modernidad" de IIn país modemo es el grado de olga-

nización de la adopción. Antes de la revolución industrial, la adopción secumplía según los ritmos Ylos ritos de la tradición que ve todo cambioen el horizonte de una estabilidad primordial Yeterna: es un accidente.La modernidad invierte este punto de vista: la estabilidad se convierte

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en la excepción y el cambio en la regla. Desde el siglo XIX la revoluciónindustrial impone el desarrollo de numerosas redes sin las que seríaimposible perrncabilizar la sociedad al cambio y, por tanto, amortizar lasinversiones requeridas por el desarrollo del maquinisrno que hay querenovar constantemente y que, por consiguiente, necesitan unos merca-dos cada vez más vastos. La información es lo q lle pone en relacióntanto inversorcs y empresarios como consumidores y productos. La pri-mera agenciJ de prensa, creada en 1843 por Louis Havas, explota la pri-mera red de telecomunicación, el telégrafo eléctrico, a partir de 1844.Esta información es de entrada una mercancía cuya producción indus-trial se ha convertido hoy en el primer sector de inversión.

La adopción, que no hace mucho estaba sobredcterrninada por unosrituales político-religiosos, puede entonces ser sometida a un cálculologístico del que hegemónicamente se encarga el sistema del marketingy cuyos vectores son los media. Éstos constituyen el nuevo medio reten-cional terciario. cuya materialidad hace posible la industrialización-que se traduce tanto en la invención de la prensa diaria, capaz deimprimir varios cientos de miles de ejemplares al día, como por el cli-ché. Estas técnicas son las que, conjugadas con la instrucción públicaobligatoria y con nuevas retóricas narrativas. el reportaje y la sección desucesos, es decir, el relato y la puesta en escena sensacionalista del devenirdel mundo, permitirán Id constitución de conjuntos de lectores que antesdcl Iinal del siglo XIX superan el millón de lectores. Esta industrializa-ción, que también es la del "espíritu", afecta directamente a las condi-ciones de constitución del Nosotros.

1. Supone que este pasado unificado pueda serlo ilusoria mente (y loes la mayor parte del tiempo): supone que este pasado del Nosotros noha sido vivido por este Nosotros, ni por quienes lo componen actual-mente, ni por sus ancestros.

2. Supone que este NOj'otI'OJ' constituye sin embargo un flujo cohe-rente -"su" Historia- por medio de un montaje y de una puesta en esce-na proyectiva, lo que quiere decir capaz de proycctarsc hacia delante,capaz de desear un futuro común aunque el pasado que lo abre no searealmente común.

Así pues, el proceso de unificación de un Nosotros es una identifica-ción, una organización y una lIlIificaclón de lo diverso del pasado de lacomunidad que permite I(]proveccián de su [uturo. Pero:

3. Supone que UI1 zócalo retencional permite el acceso a este pasadono vivido y su adopción en la proyección protencional, concretizada ellamisma por unos dispositivos terciarios de proyección.

4. El proceso de unificación es un proceso de adopción fundado enel "proceso de exteriorización", es decir, en el medio técnico en tantoque éste es también retencional.

5. Al hacerse industrial el medio técnico, las condiciones de adop-ción están sometidas a una nueva criteriología de retenciones y ponenen marcha un nuevo dispositivo protencional de vocación planetaria.

De esta evolución. cuyos efectos sólo se han hecho sentir verdadera-mente desde el despliegue masivo de la televisión por todo el planeta yque todavía se intensifica con las redes digiialcs )' lo que llamaremos lahiperindustrialización de la cultura, resulta que el dispositivo cada vezse percibe más como maléf/ro y, paradójicamente, como productor másde discordia que de concordia. más de arritmia que de sincronía, más dediábolos q uc de simbolos.

¡SO ¡51

5. Yo y Nosotros. Aparición de la cuestión del malestar

Yo y Nosotros no son, desde luego, lo mismo. Los Nosotros que for-man los grupos humanos y las civilizaciones no están ni vivos ni muer-tos en e! sentido del YO, incluso si una "mortalidad de las civilizaciones"se descubre como crisis de! espíritu en 1919 en una Europa en cenizasmientras que Hollywood sigue construyéndose.

Siempre se pueden liquidar las huellas terciarias, arrasar pueblos,quemar bibliotecas, eliminar idiomas y religiones, y, si es necesario, aquienes las practican como conjunto de Yo que forma un Nosotros pre-cisamente porque sincronizan en parte sus ¡·lujos en un calendariocomún por unos rezos. unos feriches, unas fiestas o unos cantos. Sepuede exterminar a los indios y "hacer tabla rasa" para "nosotros". Noes menos cierto que el Nosotros, si no es inmortal, no es mortal como elY(), porque no está vivo como él: no tiene retenciones primarias o uni-dad de una síntesis de aprehensión -no tiene "presente vivo" en el sen-tido del Yo husserliano. Por lo tanto, tampoco está expuesto a 10s para-logisrnos de la razón como e! Yo.

Pero tiene JIU paralogismos, cUyJ crítica es el objeto de la ji"lorofíapolítica. Porque por muy diferentes que sean el Yo y el Nosotros, la uni-dad del Nosotros siempre es proycctiva, como la de! Yo: no se nada, sigueestando por llegar y esta común proyectividad hace posible la cOIl!wlónde estos dos proceso, de indil'idllaC/ÓII. Es tanto más necesaria cuanto que)'0 siempre proyecta un nosotros, como nosotros ya habíamos visto. Diji-

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mas que Yo y Nosotros son procesos de individuación en e! sentido en elque lo entiende Simondon: el individuo, ya sea pJicológico o social, ymientras que el Nosotros no es in-divisible C01770 el Yo, es un procesoinacabado que consiste en un equilibrio metastablc. No está ni en equi-librio estable, lo que sería su acabamiento, ni en desequilibrio, lo quesería su descomposición -uno y otro vienen a ser su desaparición. No esni puramente sincrónico, lo que sería un estado de equilibrio, 111 pura-mente diacrónico, lo que sería un estado de desequilibrio.

Ahora bien, estos dos procesos de individuación, es decir, estos dosequilibrios mctastablcs, son dos caras de una sola y única realidad queel análisis debe separar para aprehenderías, pero que después debe reu-nir para comprender/as en la procesualidad única que las incluye y lascaracteriza: el individuo psíquico es originariamente psicosocial y losocial no es un agregado "intersubjetivo' de individuos ya constituidosantes que él. La individuación del Yo ES la de! Nosotros e invcrsarncnte,aun cuando Yo y Nosotros DIF1EI\i\N. Debido a que ocurre de estamanera es posible una adopción de los mismos objetos temporales pormasas de conciencias indivicl ua les que sincron izan así sus n ujos. Peroen este caso, vamos a vcrlo, no es evidente que siga siendo una rnctaes-tabilidad tal que Yo y Nosotros puedan dijerir duradera y dinámicamente,es decir, seguir diferenciándose e individuándosc permaneciendo a la vezdiferentej· y conuagcntcs. Y en esto es en lo que se puede temer que de lasincronización industrial de los tiempos de conciencia resulte un proce-so erurópico.

Por lo tanto, esta sincronización sólo es posible porque todo Yo es yaun Nosotros: Yo y Nosotros son dos caras de un solo y mismo proceso deindividuación. La individuación del Yo también es necesariamente ladel Nosotros que ella proyecta desde una "realidad preindividual" queles es común:

1-0J.l

Para el individuo la participación [en lo social] es el hecho deser elemento en una individuaciÓII más uasta por mediación dela carga de realidad prellldividual que contiene el illdividuo, esdecir, gracias a los potenciales que entraña."

Esta "caiga de realidad prei/ldividltal" es un potencial de adopción. Elproceso de individuación resulta de una inadecuación irrecluctible en elcentro del individuo, en tanto que inacJbado, pero también como juegode "fuerzas preindividua!es" en el individuo, es decir, de retenciones ter-ciarias interiorizadas e interpretables, que están igualmente en juego enla individuación socia! en la que el individuo psíquico participa indivi-duándose. Lo preindividual así interpretado (que no es conforme con lainterpretación del propio SimondonZ2

) es lo que habíamos llamado elya-ahí, como potencial de una inadecuación que instancia el individuopúcofógico. Pero lo que también se efectúa a través de éste es la indivi-duación social del grupo y de modo que él es también portador de lamÚI71Cl((liga de realidad preindit'idllal que tiende el potencial diferencialde una inadecuación.

En los dos procesos que son un Yo y un Nosotrn, hay Illetaestabdldaden la medida misma en que la individuación psicosocial es el diferi-miento de una identidad individual nunca constituida plenamente. Paraeste individuo que sigue siendo futuro, ya sea Yo o NOJo/m.l, la metaes-tabilidad es su duración, es decir, su falta de acabamiento, constitutivode su dinámica individuante, el diferimiento de su cumplimiento.

En la individuación psicosocial, lo preindividua! se individua a lavez socialmente y psíquicamente porque psíquico y socia! son dos polosde una re!::tción transductiva en la que se constituyen como resoluciónsiempre diferida -aunque productora de es/mcturas y de eJ'tab¡¡idadeJ alhilo de este diferimiento- de la tensión que entraña el ya-ahí preindivi-15'¡

dual que les es común y que se traduce en una inadecuación en el senotanto del Yo como del Nosotros.

Sin embargo, la inadecuación qlle anima tanto al Yo como al Nosotroses EN PRIAfER LUGAg una inadecuación del YoAL Nosotros y de NosotrosAL Yo: su convergencia ideal y proyectiva es una diuergencia efectiva quees el origen mismo de su dinámica individuarue. Yo y Nosotros, en tantoque forman las dos caras del mismo proceso de individuación, no coin-ciden,

La individuación bajo forma de colectivo hace del individuoun individuo de grupo, asociado al grupo por la realidadpreindividual que lleva en él y que, unida él la de otros indi-viduos, se individua en unidad colectiva."

Las dos individuaciones deben ser pensadas bajo la "categoría de lotransindividual que tiende él dar cuenta de la unidad sistemática de laindividuación interior (psíquica) y de la individuación exterior (colecti-va)" 24 y esta doble cara de la individuación, como composición de inade-citaciones, es una adopción, es decir, la proyección de UI1 futuro a partirde un pasado que 110 es el del Yo, sino aquel sobre el que se encadena elproceso de individuación del lO. En este sentido la individuación del Yoprosigue la individuación del pasado convertido en común al Nosotros,precisamente como in-dividuación tendencial, ideal y "fantástica". Indi-viduándose el Yo prosigue al mismo tiempo la individuación este Nosotrosél mismo a través de su propia individuación/diferenciación/unificaciónen el seno de un grupo de otros Yo que se individúan por su parte:

El adulto integrado I.... J prolonga y perpetúa el movimientode individuación que le ha hecho nacer, en vez de resultarsólo de esta individuación. [ .. ·1

155

La concordancia de lo individual Con 10 social se hace pormedio de la cOlnciJencia de dos reliculaciones, el individuoeSl,í oblig:1do a proteger su futuro a través de esta red socialque ya está ahí [,..J, Más que recuerdo verdadero el individuoretira del pasado social tendencia y empuje hacia semejanteacción; retira 10 que en él se asociará al dinamismo de sufUluro y no a la reticulación de su pasado individuaJ.15

Pero el Yo que nunca es el Nosotm, sólo pélrticipa en la individuaciónde este Nosoti'OS oponiéndose a ello al tiempo que se acomoda a ello: seindividua como 10 que en el proceso de individuación del Nosotros cons-tituye "una especie de inversión":

El alma social r el alma individu;¡1 operan en sentido inver-so, individúan al revés la una de la otra, Por esta razón elindividuo puede parecerse ;¡ sí mismo como huyéndose en losocial y contirmándose en la oposición a lo social."

Ahí está la e1ectividad de la inadecuación, Si el grupo es efectiva-mente una sincronía en tanto que es una "sincristalización", es decir, unproceso común de individuaciones que se producen juntas en una rela-ción transducliva en la que el grupo se [orm;¡ y se transforma, esta ÚIl-

cronia solo es posibl¿ desde una indeterminación d'áci'Onizame, la sincris-lalización sólo es posible porque el grupo es

tenso y p;¡rcialmente indetermin;¡do, como el ser preindivi-dual anles de la individuación

igual que lo es también el individuo psíquico:

Un individuo absolutamellle completo y perfecto no podríélentrar en un grupo; es preciso que el individuo sig

dsiendo

portaJor de tensiones, de tendencias, de potenciales,a¡56

III

I El ser se conserva aquí a través del devenir como transmisión indi-viduantc de una carga preindividual, es decir, como operación quereinscribc lo conservado en el t1ujo de una individuación, Pero, auncuando emplee la expresión ("red social que está ya ahí"), para Simon-don no existe el concepto de ya-ahí en sentido estricto, no más q\le el deretención, Simondon es un heredero de Bergson: como él y como Kant,ha omitido la singularidad de la retención primaria que descubre Hus-serl. N unca plantea 11 [ortioti la cuestión de la retención terciaria entanto que tal, aunque sólo hable de ella, especialmente cuando escribeque

no se pueden crear grupos puramente espirituales, sin cuer-po, sin límites, sin vínculos; lo colectivo, como lo individual,

, ,''xes psicosomanco.'

Yo ya había subrayado!" que la mctaestabilidad da cuenta de la indi-viduación pslcosocial como diferimiento de una identidad individualnunca constituida plenamente en tanto que hace frente a la identidad delos objetos técnicos y de todos los anijicios en general ya constituidos." Este"auancc" de las identidades técnico-objetivas sobre la identidad psicosocial170 Ó considerado por Simondon (en cambio es presentado por Marx,como subraya Daniel Bcnsaid). Ahora bien, también es la base de lo queen el capítulo precedente llamábamos la permanencia de los substratosque hacen posibles, como retenciones terciarias, la permanencia de lasrepresentaciones en el tlujo de la conciencia como sintesis de reconoci-intento.

III

IIiIIII

II

En el último volumen de La técnica)' e/ tiempo reexarninarernostodas estas cuestiones,

Retengamos por ahora que la individuación siempre es un procesobipolar inmediatamente multipolar: el individuo psíquico está en reía-

157

ción con el grupo como individuo social constituido por otros indivi-duos psíquicos y si en la proyección de su unidad todo Yo se proyecta através de la proyección de un Nosotros él mismo ilusoriamente unifica-do, este Yo siempre es individuación de varios Nosotros. Esta multi-pcr-tenencia originaria es hecha posible por la amovilidad de las retencionesy la facticidad de las adopciones resultante de ello. Y también es ellaquien pone el Yo en movimiento, que e-mociona al yo: esta sigue siendola efectividad de la inadecuación. Hay distancia en este Yo que proyec-ta necesariamente varias posibilidades ideales de él mismo como Nosotros.Hay emoción en esta medida, tirantez y dramaturgia, intrigas e histo-rias, tales como la metaesiabilidad se resuelve en movimientos, estruc-turas y trans-formaciones.

6. Excepciones y decepción

La rnultipolaridad es la actualizacion dia-cronizante del potencial dedesfase contenido en la "realidad preindividual", que la individuacióndel Nosotros sin-cristaliza en una sincronía siempre prouisional, meta-esta-ble en este sentido, y hay oposición tendencia! del individuo psíquico conel individuo social en la medida en que el Yo es siempre objetivo de unYo de excepción que es a La ucz:

- lo que se inscribe en el Nosotros como excepción irrcductiblc en elinterior de este Nosotros, como Yo excepcional en relación a los demásYo, irreductiblc a todos los demás Yo que forman el Nosotros y en estesentido opuesto a este Nosotros como una tensión que lo habita y poneen movirmento;

1'58

\

_ y en otro nivel, Yo que proyecta so propia excepción en un nivel deexcepción que confiere, cOIl[ia o delega ea Nosotros antes qoe en élmismo, en un Nosotros singolar coya singolaridad proyecta proyectán-dose él mismo como perteneciente a una comumdad de excepción.

Estas dos dimensiones de la excepcióo estio siempre en marcha, demanera patente o latente, incloido evidentemente en el modo privativodel sorrim

lentoea la banalidad dcceptiva, en toda individo

aClónpsico-

social. Siempre hay un Nosotros de excepción que mueve a algún Nosotrossea cual sea, incluso al nivel más universal, ya se trate, en Heidegg

er, del

"ente que 110S0tros somos /Iosotros mismos" coma ente privilegiado quesólo responde de la cuestión del ser, en la onlO-teología de la ¡odeo-

cris-

tiandad, del pueblo elegido Y de la criatora de Dios a so imagen, para larevolución burguesa, del pueblo investido de una misión cOSOlopolítica,en Marx, de la cOl11unidad revolucionaria de los más alienados, etc.

Este es el cine del Nosotros."Excepción" no debe ser aquí sacra\izado ni incluso valorizado: es

excepcional todo lo que partICipa en la diver5i Crcación en el interiormismo de la uni[¡cación, positiva o neganvamente, es decir, todo lo quecontnbuye al dinamismo con diversos costes. Hay seres excepcionalestanto por su belleza C0l110por su fealdad, tanto por su finura como porsu grosería. En cambro la positividad retencional de la excepción puedeser definida como lo que permite excluirse del fallecimiento Y puede, portanto, permanecer en memoria, como lo que puede permanecer más alláde sí como herencia más-allá de Sil nlOltalidad, como aquello por lo queel individuo lega su inadecuaCión acabada a la p05teridad de sus herede-ros en la forma de retenciones terciarias\l, en el sentido en el que yahabíamos evocado para el caso de la obra de Kant, pero que tambiénpoede ejercerse de manera moy general en todas las estructuras de

159

\¡\

\\

l

\

Esto sólo es posible porque

por mediación del objeto técnico se crea [...] una relacióninterhumana que es el modelo de la transindividualidad. [...]El objeto que sale de la invención técnica lleva consigo algodel ser que lo ha producido, expresa de este ser lo que es lomenos vinculado a un hic el nunc"

sión confusionalcs -de un "presente vivo" en el que las retenciones pri-marias y secundarias tienden a confundirse con las retenciones tercia-rias. Esta sincronización, que anula toda inadecuación por medio deuna especie de cortocircuito de la individuación, es decir, de la tempo-ralización, que anula, pues toda diacronización, es lo que elimina lotransmisible él mismo, es decir, la significación ella misma, es decir,finalmente el sentido como proceso de legación y de delegación de sig-nificaciones que engendran unos momentos de excepción.

Una sincronización está siempre en funcionamiento en las conme-moraciones públicas, en las fiestas, privadas o no, y en los momentos deculto, pero como momentos de cxcepcion. La felicidad que experimentanunas conciencias reunidas para escuchar una música, que acompaña ala mayoría de los ritos religiosos, si no a su totalidad, así como las fies-tas profanas y con frecuencias bailadas, practicadas todavía por las gene-raciones más jóvenes, demuestra hasta qué punto la sincronización esoriginalmente buscada. Pero demuestra también e! vínculo que hayentre sincronización y excepción por parte del Nosotros, diacronizacióny excepción por parte de! Yo, y que el Se impersonal siempre puede sem-brar confusión. Ahora bien, la sincronización que se hace casi perma-nente y sistemática con los media y que cada vez tenderá más a serlotambién en e! devenir-media de todos los instrumentos de trabajo y desocializacion, incluido en la escuela, como volveremos a ver, es el adve-nimiento por mediación de estos media de una pérdida de individuacióngeneralizada y de una desapaiicion de los momentos de excepción en e!flujo cronológico continuo de las industrias de programas distribuidashacia las hiperrnasas de conciencias. Esta pérdida de individuación, quees también un proce:;·ode decepción inmenso e inquietante, ya no afectasólo al proletariado como fue e! caso con la máquina "portadora deherramientas", sino a la sociedad en su totalidad y para el conjunto de

herencias, porque ahí se trata precisamente de la herencia en propiedady como condición de lo que Alain Badiou llama la "identidad del Hom-bre corno inmortal".'! En este sentido Simondon puede escribir que

la única oportunidad que tiene el individuo, o mejor, el suje-to, de sobrevivir en cierto modo es devenir significación,hacer que algo de él devenga significación.3;

La significación es esencialmente lo que, al estabilizarse y retenerse,puede ser transmitido ya que, visiblemente o no, se sustenta en estos JUJ-

tratos que también necesita el entendimiento para estabilizar el curso de suj71~¡0, es decir, de hecho para metaestabilizar!o -concepto post-newtonia-no que no podía sino escapársele a Kant,

Sin la posibilidad de esta legación de signifIcación ahí no podríahaber de-legación, es decir, socialización, representación social, ete.Inversamente, porque siempre hay ya delegación, es decir, tambiénexteriorización, puede haber legación y herencia. Ahora bien, esta lega-ción es lo que la sincronización inducida por el control industrial de lasretenciones hace cada vez menos probable.

Decíamos que en el nivel del Nosotros no hay el "presente vivo" enel sentido del Yo husserliano o, más precisamente, síntesis de aprehen-sión en el sentido kantiano. Sin embargo, esto es precisamente a lo quetiende la sincronización industrial de los tiempos de la conciencia",pero aquí se trata de una sincronización y de una síntesis de aprehen-

160161

" Isus modos de vida, "adoptados" en lo esencial por esta nueva vía que

. I k' "1 / d 1h " ]6 1 "constituye e mar 'etmg como teeno ogla e acer-creer : o a eco-nornía de las opiniones"."

Por esta razón el Yo puede creerse e! Nosotros, e inversamente: esentonces el dominio exclusivo del Se impersonal, que reina tanto sobrey por e! totalitarismo como sobre y por el consumismo y la gregariedadde las "sociedades de mercado" que paradójica y tan falsamente se dicen"individualistas". La sincronización de los Yo como flujo es la disolu-ción de la posibilidad de la excepción y e! tiempo de la decepción tantodel Yo como del NO.iot1'OS,que se borran en su confusión. Este tiempo dedesindividuación, cuya atlrmación "individualista" es a la vez e! índicede frustración y la denegación, es una época en la que la "cuestión de!ser" se convierte en la cuestión del malestar.

La cuestión del malestar es una nueva factura de la cuestión del maldonde la "cuestión del ser" es en cierto modo "liquidada" por e! deve-

11

nlr.

Lo veremos leyendo El banquete: no hay amor sin excepción. Elamor es un estado de excepción. Eras es este estado. Porque Orfeo seencuentra en un estado semejante se le debe perdonar. Malestar en laciuilizacion insiste en ello:

Al menos considerado de! exterior, el Yo parece comportarunos límites netos y precisos. No existe más que un solo esta-do -cxcepcional, es cierto, pero que no por ello se puede cali-t1car de mórbido- que sea capaz de modificar esta situación:en medio de! estado amoroso la demarcación entre e! yo y elobjeto corre el riesgo de borrarse."

El deseo sublimado de este estado es lo que da e! Nosotros, es la posi-bilidad siempre deseada de este estado que él proyecta, incluido bajo el

IG2

nombre de amor al saber que Hegel querría "depositar?" -un saber quejuzga siempre en primer lugar según la belleza de una demostración.

Este amor que funda la familia sigue ejerciendo su dominioen el seno de la civilización ... Perpetúa [... 1 su función que esunir al mayor número de seres humanos unos con otros L. .. lde manera más enérgica de lo que consigue hacerla el interésde una comunidad fundada en el trabajo ...411

y que no basta para constituir un verdadero proceso de adopción. Ypor esa razón

la imprecisión con la que el lenguaje usa e! término "amor"está justificada desde e! punto de vista genético.

Es esta filia la que hace deseable la sociedad y es e! infierno que nosprometía su extinción. Las sociedades archisincronizadas, en las que losmomentos de sincronía ya no son una excepción, cada vez menos socia-lizadas, son individualistas en el sentido moral: en el sentido en que lesfalta e! sentido moral. Pero ya no son indiuiduantes: son profundamentehostiles a los procesos de individuación, a la heterogeneidad, a la singu-laridad y a la excepción. Ya no son sociedades de individuos y de excep-ciones (lo que es siempre una diacronía en la que todo individuo esexcepcional, asíncrono), sino sociedades de hipettnasas y de dcccpcion.No son siquiera, lo veremos, sociedades de invención sino agregacionesmiméticas y adaptativas."

El entendimiento es ya y originariamente sincronización (del senti-do interno y del sentido externo) y lo social supone una rnetaestabiliza-ción sincrónica. Pero la síntesis sincronizante de! entendimiento supo-ne lo diverso diacrónico de la intuición y la metaestabilidad social estáritrnada por unos momentos Je excepción precisamente a falta de unaestabilidad pura que sería pura sincronía. La identificación del Yo, es

163

decir, el proceso de individuación y la cstabilizacián narcisista sin la cualno se reconocería, condición a la vez de su reflcxioidad y de su socialidad,

, supone igualmente una sincronía. Siempre hay sincronización: sin ellono hay ni Yo ni Nosotros.

I

¿ Cuál es, sin embargo, la relación íntima de esta necesaria sincroníasin la que no hay constitución de grupos humanos estables, ni indivi-duación colectiva, con lo diacrónico que es el tiempo de individuación enel horizonte de lo que se mantiene y que es también el futuro de este man-tenimiento y la perennidad de un Nosotros sincrónico? Y ccn qué con-diciones estas tendencias -diacrónica y sincrónica- son susceptibles deno ejercerse ya una con otra, es decir, una contra otra, en una contrapo-úción transductiua, sino una sin otra, en una locu ra destructiva en la que,aisladas, sus expresiones sin límite producirían además los mismos efec-tos, mientras que la sincronía pura apela en reacción a la diacronía puray a la inversa?

,1

Sincronía pura y diacronía pura vienen a ser lo mismo: la nada.

Es demasiado pronto todavía para explorar esta cuestión DEL IDIO-MA que es también la de lo diabólico y de lo simbólico. Digamos simple-mente que la sincronización debería rittnar la diacronía y no imponer-se a ella para borrarla, lo que sería la fusión del Yo en el Nosotros, esdecir, la dcsaparicion conjunta tanto de! Yo como del Nosotros en lo queSein une! Zcit llama e! Se impersonal -rnientras que poco tiempo des-pués su autor se hunde él mismo ahí: temible cuestión.

El Yo y e! NOj'otros difieren y su indiferenciación , reveladora de laindiferencia ontológlca en la que la sincronización de sus flujos absorbee! Yo y el Nosotros él mismo, tiende a aniquilar la diacronía en unafusión enrrópica política y económicamente hegemónica, totalizante ytotalitaria. El Nosotros convertido en Se impersonal no tiene futuro:

164

apersonal, ya no sabe ni quién es él ni qué tiene de los demás, ya no sabepreguntar "¿quién?" ni para él mismo ni para los demás, porque ya noconoce ni reconoce ni adopta a nadie ni acontecimiento alguno (ignorala hospitalidad y la adversidad), ni siquiera hace ya la diferencia entreun cquién? y un qué.

"El desierto crece", dice Nietzsche. Este desierto, que es una especiede infierno, este devenir por medio del cual se extiende la desertificación,no tiene futuro. Pero desde luego esto no significa que no pueda durar.La piedra en la luna que tampoco tiene futuro y la misma luna que esuna piedra duran desde hace miles de millones de años. Ahora bien, eltiempo dei desierto es el de la sideración.

Hemos visto a través de esta lectura demasiado rápida de Simondonque la posibilidad de la adopción descansa sobre el hecho de que Yo yNosotros son unos procesos de co-individuación inseparables y quesiempre hay que razonar en un solo y mismo impulso en términos deindividuación psíquica y colectiva. También hemos visto que lo quehace posible esta co-individuación es el medio ya-ahí preindividual yque este medio es la conservación individuante (trans-formadora) delser a través del devenir sostenido por la permanencia de los sustratosque son las retenciones terciarias ignoradJs tanto por Simondon comopor Kant y Heidegger. Finalmente, se ha visto que esta estructura co-indiuuluantc que autoriza la adopción sobre la base de la amouilidad de lossoportes técnicos de la retención psíquica y colectiva es lo que, en la épocade las industrias culturales, cuando esta retención se convierte en elobjeto principal del control industrial, engendra la confusión de las doscaras de! proceso de individuación y concluye en una pérdida de indivi-duación de la conciencia en tanto que tal, en una anulación de las posi-bilidades de excepciones, en una decepción de masa y en un tiempo demalestar en el que, como el obrero se había visto privado de su poten-

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cial de individuo técnico en beneficio de la máquina portadora deherramientas, el sujeto-consciente-de-objetos convertido en consumi-dor-de-productos se encuentra pnuado de la posibilidad de participar enla defillicióll y ('11 la puesta en [uncionamiento de criterios rctcncionalesconstitutiuos de la vida de su espíritu.

7. e 1 had a dream". La política estadounidense 1

de la adopción. 1912

Por muy diferentes que sean, el Yo y el Nosotros pueden llegar a con-fundirse proyectivamente, mientras que no pueden no proyectarse eluno en el otro, porque tienen en común el consistir en un transcurso,bordeado por las orillas de substratos "que sirven de fundamento a lasdeterminaciones cambiantes" 4, y que les S011 COI7lUIJej·. Este transcurso del'ro, como el del Nosotros. es una proyección cl/ya illtJión es precisamentecOllvelgcr con lo que es a la vez su condición y su diferencia.

Hollywood se ha convertido en la capital del esquematismo mundialporque el cine es una técnica de adopción de representaciones y de ilu-siones unificadoras. Estados Unidos lo descubrió antes que los demáspaíses -seguido de cerca por la Unión Soviética, la Italia fascista y laAlemania nazi- porque tenía que integrar unos l1ujos permanentes deemigrantes, incluidos aquellos que fueron obligados a ello como escla-vos y que después fueron "integrados", y a la vez porque al tener todopor construir de un país salvaje, si no virgen, cuyos habitantes había eli-minado, estableció una relación completamente nueva con la tecnolo-gía.

166

El papel del cine en el devenir de Estados Unidos sólo es posible por-que el Nosotros se constituye como el Yo: por proyección. Pero Américadel norte está obligada a escenificarse como ningún otro país y para elloel cine se hace necesario porque este país no hereda de ningúll dispositi-vo de proyección ya ahí, como demuestra Jean-Michcl Frondon citando ycomentando a Martín Scorsese";

"El director estadounidense siempre ha es lado más concerni-do por el dar forma a una ficción que por el desvela miento deuna realidad" (Vayagc de Martin Scorsese a ttaucrs le cinéniaamericaini. Tiene razón en la vieja problemática francesaMélics o Lumiére, pero de hecho la cuestión no se plantea asípara "el director estadounidense": el dcsvelarnicnto de surealidad es el dar forma a una ficción. Porque su realidad deestadounidense es una historia por construir, mucho másque un "ente-ahí" por grabar (ya que el ente-ahí ha sidoexterminado, volveremos a ello, precisamente para dejar sitioa la "realidad estadounidense")."

El territorio es una pantalla de proyección como otra. Es un disposi-tivo de esccnificación tan ilusorio como el cinc, ni más ni menos real,excepto que siempre está ya ahí: siempre hay un territorio sobre el quese inscriben unos símbolos que faltan a las inmensas llanuras indias porconquistar -que faltan a los conquistadores, pero que están claramenteahí para los habitantes.

A este respecto la relación con el territorio de los americanos delnorte probablemente es completamente nueva en la historia de lahumanidad -como lo es también el enorme genocidio comenzado porlos europeos de España, seguido por los europeos de todos los paísescoloniales, acompañado de la esclavitud y de la trata de negros (perotambién de chinos), terminado por los colonos americanos del norte y

167

que afecta a toda América. Frondon demuestra cómo el cine permitehacer pantalla a la realidad de este genocidio y de estas barbaries suce-sivas, cuya espantosa perseverancia son las innumerables ejecucionescapitales practicadas todavía hoy.

Si una pantalla de proyección territorial de entrada ausente acabapor constituirse al filo del tiempo de la construcción de Estados Unidos,no es ella la que forma el marco idcntificador del Nosotros estadouni-dense, sino a través de las imágenes que proporcionan los decorados decine. La pantalla territorial (como espacio retencional) está enrnarcadapor la pantalla cinematográfica (hollywoodiensc) que le precede.

Por regla general la relación con el tiempo y el espacio de las formasétnicas o nacionales de comunidades está sobrcdeterrninada por unaunidad territorial que funda un sentimiento de pertenencia. Ahí el terri-torio constituye él mismo el primer soporte de memoria colectiva(incluido para los nómadas), el espacio donde se nace, donde se vive,donde se habita y donde se dejan ias propias huellas: el espacio donde setransmite y que se transmite, que se hereda y que se lega, y a través de!cual se transmiten un pasado común y una filiación ancestral que fun-dan el sentimiento de pertenencia. En ello reside el privilegio del terri-tono.

Este privilegio está muy aminorado en Estados Unidos y e! esque-marismo industrial tuvo necesariamente que adoptar su forma dominan-te en Hollywood porque Estados Unidos fue el primer país de inmigra-ción -y no sólo de colonización y de esclavitud. Estados Unidos com-prendió muy pronto el poder de los objetos temporales audiovisualesporque como ninguna otra nación fue confrontado a la cuestión de laadopción, como subraya Tocquevillc:

168

Los emigrantes que en diferentes períodos vinieron a ocuparel territorio que cubre hoy la Unión americana, defería unosde otros en muchos puntos; su objeLivo no era el mismo Ysegobernaban según principios diversos."

La operación estadounidense de "proyección nacional" cinemato-gráfica permitió la unificación de esta diversidad. Debido a que había queproyectar permanentemente el modelo estadounidense a los inrnigran-tes recién llegados, así corno a los Estados que tras la Guerra de Sece-sión había que mantener unidos, Estados Unidos de América se convir-tió en el país del cine -mientras que la joven civilización norteamerica-na, nacida en este inmenso país que quedaba todo él por construir,heredera privilegiada cleI pensamiento empirista inglés, para la queLocke forja su discurso político"', desarrolló Yadoptó la tecnología siem-

pre más rápido que las demás.El éxito planetario de Gene ioith the unnd, que sublima la sangrante

desunión del norte y el sur, solda a ojos del munclo entero la imagen cle1In Estados Unidos que resuena en A Streetcar Named Dcsiie y en Ame-rica America: la cultura estadounidense de la adopción se hace así eficaz

a la vez en el interior y en el exterior de su territorio.

Esta política de la imagen del Nosotros es también un política comer-cial de la imagen del Yo que es el cOlwlmidor cuyo modelo inventa Esta-dos Unidos. Primero en este país y hoy casi por todas partes, "la inte-gración" se hace por medio del consumo; esto es precisamente lo que sellama la "americanización·'. Desde 1912 un senador estadounidenseenuncia lo que se convertirá en uno de los axiomas principales de lacivilización norteamericana del siglo XX: "Trade [ollou» [ilms ...";; Laadopción del tiempo del cine por el tleJllpo de la (onciencla hará de esta téc-nica UIl formidable instl'llJllento de promoción -el instrumento de promo-

\69

ción del modo de vida americano por excelencia y con ello de los pro-ductos y modelos económicos, tecnológicos, industriales, políticos ysociales que "propone" adoptar al mundo entero.

La apropiación cultural y la transmisión son siempre un fenómenode adopción, aunque este hecho esté disimulado la mayor parte deltiempo por la ilusión de un origen común. Los pueblos de todo elmundo han adoptado con un mismo movimiento la Coca-Cola y elMarlboro, y admit:ado hasta la adoración a las estrellas de Hollywood, yse han encontrado tan profundamente influenciados por lo que desdelos años sesenta se llamó the American way of li]«, que es en tanto quetal un modelo de vida que descansa en la adopción y que se propone a laadopción, que finalmente o bien han tratado de adoptarlo al menos enparte, o bien han construido su futuro por oposición a este modelo, esdecir, siempre en función de él y negociando con él.

Esta extensión cultural mundial, que es un fenómeno sin preceden-tes en la historia de la humanidad, cuyas consecuencias son enormes yestá aún muy lejos de haber sido vistas, sólo fue posible porque la adop-ción es L4 LEY de la transmision, mientras que la herencia de un pasadopuro, que habría sido nunca injertado e hibridado con una multitud deculturas extranjeras, nunca habrá sido otra cosa que una ilusión.

Notemos de paso -para volver a ello- que en Kant la disposicián a lahumanidad es la unión de vicios necesarios (de carencias irrenunciablcsiprovenientes de una disposicion al injerto, es decu; a la adopción, que estambién la condición de posibilidad tanto de lo simbólico como de /0 dia-bólico.

cuestión que plantea el cine de la nación. Esta ilusión necesaria e inevi-table el cine estadounidense ha sabido "satisfacerla" y a la vez desviadao invertirla con la mitología de la conquista del Oeste, que borra evi-dentemente la historia, que suprime la masacre de los indios" y con laque se han identificado tantos niños así como tantos adultos del mundoentero. El poder estadounidense, mucho antes que su moneda o su ejér-cito, es la forja de imágenes hollywoodienses, es la capacidad de produ-cir unos simbolos nuevos, unos modelos de vida y unos programas deconducta por medio del dominio de las industrias de programas a nivelmundial:

Las películas y los programas de televisión sustituyen venta-josamente a los GI's,1I Además, en vez de costar dinero, loproducen (mucho: el audiovisual es, después del aeronáuti-ca, el segundo puesto más beneficiado en la balanza comer-cial estadounidense) .19

8. Mundovisión. La comunión del 21 de julio de 1969

En el marco de la Guerra Fría esta política se concretiza y se refuer-a con la televisión por medio de la explotación de su dimensión espe-

cífica, la transmisión en directo:

La herencia de un pasado puro -creer en el propio pasado ilusoria-mente compartido- es una ilusión necesaria, inevitable, fundadora deuna soberanía plena y entera, y de un derecho absolutizable: tal es la

Así pues, ha sido filmado el hombre sobre la luna. 1 ... .1 Algu-nas imágenes, las más fascinantes, fueron captadas cámara alhombro por Amstrong, que barría el paisaje, determinaba laszonas, temblaba o daba la vuelta al encuadre (hasta hacer aveces la imagen ilegible), seguía los gestos de su colegaAldrin, encuadraba el módulo espacial, tenía en cuenta la

170 171

~I

dirección del enfoque, de la composición del plano, volvía aenfocar el espacio del cJmpo como un operador (dirigido porlos "directores" del centro espacial de Housron que desde latierra, desde su sala de control, aconsejaban a distancia alhombre con la cámara solo sobre su terreno). La televisiónretransmiti6 todas estas imágenes en un ilusorio "suspensoautorreferencial". Las trJnsmitió en Mundovisión. Conti-nuamente y en directo. [...] Era el 21 de julio de 1969. Aqueldía, el mundo entero estaba pegado al pequeflO tragaluz paraeste acontecimiento planetario. [...] Quien estaba ante el apa-rato aquella noche podía ver a la vez la propia luna, "al nat-ural", [... / y al mismo tiempo, justo al lado, sobre su pantallafosf()!'escente, como un enorme plano literalmente fantástico,a ambos astronautas en ese preciso instante ... Ver a los dosjuntos y al mismo tiempo. [...] Estar aquí en la tierra entrelos hombres (extraordinario sentimiento de "comunión" pro-curado por la conciencia de la visión simultánea en el mundoentero de estas imágenes en directo -todos somos terrícolasidentiflcado.r por la televisi6n que vemos y que nos mira), y almismo tiempo estar ahí abajo o, más bien, ahí arriba, en otro1 Suplaneta.

Es decir, ya en otro lado y mañana, en un futuro de extensión terri-torial del Nosotros. Se trata de conducir la aventura humana de un pla-neta unificado primero por las imágenes, enviadas en cierto modo "enavanzadilla", después por el mercado. "Todos terrícolas identificados porla televisión" bajo la bandera estrellada de Estados Unidos. Esta unifi-cación por la imagen es nueva bajo esta forma, como este "enorme planoliteralmente fantástico", pero el papel de la imagen -lo que es tambiénuna bandera- evidentemente no es nuevo en la construcción del Nosotroj':

172

~~~ ..u . .::...",

fHa habido la invención del plano enorme. Pero las vedettesde la Edad Media o Luis XIV no tienen ninguna relación conHitler o Nixon cuya imagen es bien diferente. La imagen deLuis XIV aparecía únicamente en las monedas; era la únicaimagen que conocía la gente, no había tantas otras imágenesque circularan, sino una o dos imágenes piadosas. Pero en laépoca la gente conocía a Luis XIV pon.¡ue lo veían todos losdías en este dinero."

El dinero es una retención terciaria primordial en el proceso sincro-nizador y unificador por medio del cual occidente conquista el mundo,pasando por Bizancio donde, en la crisis de la iconoclasia, Mane-joséMondzain demuestra que lo que está en juego es "la concepción mismadel poder':",

A finales del siglo XX la unificación por la imagen se convierte en lapieza maestra de un sistema tanto económico-político como geopolíticoen el que la tecnología, en un contexto de guerra comercial mundial,permite a la vez:

- en tanto que sistema técnico planetario de producción unificadapor unas normas técnicas internacionales, la globalización de la divisiónindustrial del trabajo para la producción de los bienes de consumo y undispositivo de telecomunicaciones gracias al cual se generalizan las des-localizaciones y la gestión empresarial a distancia, y

- como sistema técnico planetario de difusión de industrias de pro-gramas, principalmente estadounidenses, la constitución de mercadosde hiperrnasas en los países solventes.

Debido a que en la guerra económica mundial la conquista de losmercados se ha hecho más determinante que la mejora de la producti-vidad, en Estados Unidos la cultura se convierte en la industria que

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denunciaron Horkheimer y Adorno, y el desarrollo de este sector eco-nómico se convierte en una prioridad -lo que, según parece, no hancomprendido los europeos: la Comisión Europea consagró en 1999 el0,06% de su presupuesto al programa Media, esto es, la tercera parte dela ayuda aportada a los cultivadores de tabaco.

Debido a que la adopción es la cuestión central de la modernidad ydebido a que esta cuestión se plantea en Estados Unidos como en nin-guna otra parte, existe esta televisión de la que habla Sobre la televisióny ésta se desarrolla según el modelo estadounidense. Entendida así, lacultura, que desde luego no se limita a los dominios que en Francia sonlos del ministerio de Cultura, es la fabricación de lo simbólico por mediode la organización industrial de las retenciones cuyas condiciones sonsiempre técnicas.

La cultura en general es originariamente industrializable porqueestá soportada y constituida por suosrratos técnico y tecno-lógicos. Ahorabien, por muy contaminada que pueda llegar a estar constituye el ele-mento vital a través del cual se forjan los comportamientos colectivosque condicionan la unidad del cuerpo social así como sus capacidadesde anticipación y su relación con el futuro, es decir, su deseo de [uturo.En lo sucesivo en vías de hiperindustrialización, como veremos queimplica la digitalización, se convierte en la primera cuestión política: estambién la cuestión de la adopción en su más vasta extensión como polí-tica industrial que actualmente lleva el nombre de "sociedad de la infor-mación".

Entregada al mercado y despatrirnonializada (en el momento en elque el padre puede ser sustituido por una biotecnología), la culturaindustrializada es instrurncntalizada para el desarrollo de un nuevoespíritu, el de la "modernidad", más moderno que nunca, del modo de

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vida americano en el que el cálculo logístico se hace a partir de ahoracompletamente hegemónico, lo quc se coneretiza por medio de la liqui-dación del Estado, lOeonmcnwablemente acentuada por la digitahz

a-

ción integrado" dc los aparatos electrónicos de cálculo, de transmisióny de telecomunicación, y por mcdio dc la cual las industrias de infor-mación y de la comunicación alcanzan el estado de hiperindusttializa-ción de la cultura en el quc la red IP" permite a la vez la IOtcgración dela producción de bienes de consumo (prodúctico, intOgísuco, eic.), de suprooloción (nuevas industrias de programas surgidas de la convergenciadc las tecnologías) y de su diluSlón (comercio electrónico), donde elreceptor de televisión se transfotma en un órgano de teleacción", evolu-ciones por medio de las cuales el sistema técn ico se hace verdaderamente

imperial Y plalletario.El riesgo de esta sincronización industrial Ypianeta,.,a es la posibili-

dad de extenuat el deseo, es decir, el deseo de futuro y, por lo tanto, deinterJ'ltl7lpir el d""nir-unificador. La cuestión es, en efecto, saber si laconstrucción industtial de lo simbólico puede hacerse di,bólica, esdccir, si es susceptible de engendrar una enfermedad catastrófIca delespíritu en la que los símbolos puedan invertirse en "diablos"

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9. Aterradora fragilidad de lo maravilloso

Se tiene la sensación, y es un sentimiento fuerte, omnipresentequizá y quizá falso, aunque esto sería inesperado, de que como rodus-uialización de la cultura esta nueva época es el escenario de la muertedel arte o, al menos, dc que cstá muerto algo sin lo cual ya no existe arte

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y de que sin el arte ya no hay gran cosa que valga: yJ sólo existe males-tar. Se tiene la fuerte sensación de que esto que acaba deja el sitio a otracosa espantosamente llueva que empieza y como antítesis de este otro"comienzo" que Mauricc Blanchot llamaba lo "espantosamente anti-guo" cuya imagen de una inalterable juventud y como la fuente de uneterno espíritu de renovación proyecta de pronto Lascaux a los ojos desu amigo Georges Bataille:

Aparentemente la preocupación principal de los orígenes-como lo es todavía de las sociedades arcaicas- lue conciliarel trabajo y el juego, lo prohibido y la transgresión, el tiempoprofano y los arrebatos de 1.1 fiesta en una especie de equili-brio ligero donde los contrarios se forman sin cesar, donde elpropio juego adopta la apariencia del trabajo y donde latransgresión contribuye a la afirmación de lo prohibido,Nosotros exponemos con una especie de certeza que en sen-tido fuerte la transgresión sólo existe a partir del momento enque se manifiesta el arte mismo y que aproximadamente elnacimiento del arte coincide en la Edad del reno con untumulto de juego y de fiesta que anuncian en el fondo de lascavernas esas figuras en las que estalla la vida, que siemprese supera V que se realiza en el juego de la muerte y del naci-miento."

Las imágenes de Lascaux son las de un Nosotros inmenso, muchomayor que el del hombre que anduvo sobre la luna,

"Nosotros" le pertenecemos todavía, por muy olvidadizos y deshe-rcntes que seamos nosotros. Es a este Nosotros, es todavía a nosotros queestas imágenes, que la Tierra mantiene al abrigo como en una cripta, altiempo que mantiene cerca de nosotros el inmenso "ahora" que es lapresencia del arte, es para nosotros así como hacia nosotros que estas pin-turas dibujan un futuro inmenso -dcsrncsurado, sin medida,

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Esta desmesura, que nos viene de la retrospección de este tiempotanto más extrañamente antiguo cuanto que aparece maravillosamentey juvenil para siempre, Y como una promesa de invulnerable juventud,sin embargo es también la desmesura de este Nosotros "inquietante" delque habla Sófocles a través del coro de Antigona Nosotros somos lo másinquietante, monstruOSO, aterrador Y "maravilloso" como traducen dci-notel'Ol7 Heidegger-Khan, Holderlin-Lacoue-Labarthe, [can y Mayotte-

Bollack y Paul Mazon respectivamente:

Potla fa deillCl /(oudell al7t!7rópol7 deinoteion pele/,'"

He aquí las traducciones francesas que hemos podido reunir de este

verso:lvlúltiple lo inquietante, sin emb;Hgo más allá del hombrenada más inquietante se alza elevándose,';

Mucho es monstruosa, Sin embargo, no hay nada que seamás monstruosO que el homhre,"

¡Cuántos terrores' ¡Nada es más lerroríflco que el hombre!'"

Hay muchas maravillas en este mundo, nada hay más gran-

de que el hombre,""

Este deillotatoJ1 es también aq uel que puede "inesperar", por citar ala vez a Heráclito y Fran~oise Delbary-Jacerme

hl

, porque

sophOI1 ti to l7Iechlll10el1le/(hllil,i uper elpi,i e/(/¡olltotc men /(a/(ol1 allot. ep e,ith!OIl eppei,h2

Traducción de Mazon:Maestro de un saber cuyos ingeniosos recursos (l7Iec/¡anoell

te/(/1I1tlS)",177

Heidegger-Khan traducen SOp/1011 ti to mechanoen por "fabricantepor saber-hacer, posee la habilidad"; Hólderlin-Lacoue-Labarthe por"sabio en alguna parte y maestro del saber-hacer en las artes",

maestro de un saber cuyos ingen iosos recursossuperan toda esperanza (e/pis) ...

Los Bollack traducen uper e/pis ekholJ por: "lleva más lejos de lo queél cree", Heidegger-Khan "más allá de esperanza", Hólderlin-Lacoue-L b h " / d I '1 d " 63a art e mas e o que e pue e esperar, .

maestro de un saber cuyos ingeniosos recursossuperan toda esperanza

puede ;)doptar después tanto el camino del mal como el delbien.

Traducción de tote 171m kakoll allop ep csthlon eppei por Holderlin.Lacoue-Labarthe: "tan pronto va hacia el mal como va hacia el bien"."

Quizá sólo pertenecemos como nunca a este Nosotros que empieza enLascaux, esta cripta descubierta en el curso del siglo que acaba, porquetenemos la sensación de ser su posible límite y de ver su final al bordede este abismo tan fácil de fi-anquear que separa el bien de lo peor. EnLascaux vemos el nacimiento del Nosotros, es decir, su imagen, es decir,"el arte" y "la cultura", dominios separados. Sin duda en la época de laindiferenciación de los tiempos y de la movilización total de los rccur-

sos ya no estamos tan seguros de esta separación como lo estaba Batai-lle que escribía:

El conjunto de los datos históricos y etnográtlcos nos mues-tra una humanidad siempre de acuerdo con /lOJotI'OS en estepunto. para toda 1;)humanidad conocicj;:¡el mundo del traba-jo se opone al de la sexualidad y de la muerte. [... ' Lo que

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altera un orden de las cosas esencial ;)1 trabajo, lo que nopuede ser homogéneo en el mundo de los objetos estables ydistintos, la vida que se oculta o que surge, se debe situaraparte bastante rápido, se debe tener, según los casos, pornefasta, por perturbadora. por sagrada. Si se quiere ver, noexiste distinción entre lo sexual y lo sagrado. 1 ... 1 Este domi-nio inquietante, que todavía nos domina, se deja reducir aojos de quien mira más lejos al de la vida animal -que noestá sometida al trabajo. Es también el dominio a cuya fasci-nación obedecemos en este libro: el de la caverna de Las-caux."

En la modernidad de la procreación y de las biotecnologías, en laque el espacio de trabajo y la habitación se confunden como interfacesde una única y misma red de intercambios, en la que toda actividad quese convierte en mercancía puede y debe ser objeto de un cálculo de apre-ciación o de depredación, ya no hay ningún "dominio separado".

Maravilloso, sin embargo el hombre del comienzo es ya aterrador: ya"maestro de un saber cuyos ingeniosos recursos superan toda esperan-za, puede adoptar después tanto el camino del mal como el del bien", yquizá es por eso por lo que no se representa en imagen como señalaBataille: la única escena de la cueva en la que aparece el esquematismocomo un dibujo de niño frente al cual lo aplasta el realismo de un bison-te espléndido

como si por un espíritu de sistema el hombre hubiera sidopreservado de un naturalismo, que, si se trataba del animal,lograba una perfección que deja confundido."

Este "hombre de los pozos", primera imagen de un bípedo sin plu-mas cuya condición epifilogenética consagra a la elevación hacia la

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belleza y el bien, está aquí acostado, como si representara una aterrado-ra FRACIL!D.-1D de lo maravilloso.

En lo sucesivo, ccuál debía ser el sentimiento de los primeroshombres, en medio de los cuales, sin que evidentemente sin-tieran por ello un orgullo parecido a los nuestros (tan tonta-mente individuales), estas pinturas tuvieron evidentemenleun prestigio inmenso? El prestigio que, se piense lo que sepiense, se relaciona con la revelación de lo inesperado. Essobre todo en este sentido en el que hablamos del milagro deLascaux, porque en Lascaux la humanidad juvenil midió porprimera vez la extensión de su riqueza. De su riqueza, esdecir, del poder que tenía de alcanzar lo inesperado, lo mara-uilloso"

¿ Quién? ¿Noj'otro,i?

10. Adopción e invención. El país en el quetodo esposible. 1866-1776-1915

La fragilidad es en Kant el primer grado cle la inclinación al mal enla naturaleza humana. Pero también es la fragilidad como falibilidad desus producciones que puede afectar al hombre, que quizá es su marcaoriginal, su impresión como carencia de origen: en el pecado de Epi-rnetco se enlazan a la vez y en una común necesidad falibilidad técnica)' tl'agilidad moral y política -ti'agilidad del Yo y del Nosotros, que estambién la ley de su inadecuación. Para remediar los daños de estadivergencia en la convergencia, para metaestabilizar este desorden dia-

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crónico en la sincronía hay que garantizar todo dejándola abierta, Zeusenvía a Hermes para que lleve a los mortales aidó y di/(é.

Estados Unidos trató una segunda vez de representar el poder delNosotros estadounidense por medio de la transmisión mundial y endirecto del despegue de la nave C/¡allenger. Pero la técnica asociada a laciencia, el artefacto tecnocicntífico, originariamente y para siempre sttua-dos entre realidad y ficción, no siempre funcionan. Su ejecución no sóLoes cinc, 110 sóLo es lo imaginario. La nave explotará en vuelo ante loshorrorizados ojos de centenares de millones de rerrícolas.

El accidente del Challengcr fue sin duda la generalización de unanueva conciencia de acontecimiento cuyos elementos ya había analiza-do Pierre Nora él propósito del desembarco en la luna." Como demues-tra la figura de Epimeteo, los accidentes nos enseñan mucho. Y nosrecuerdan que la primera preocupación de la filosofía es también la máslegítima que existe: la conjusián entre lo real y lo imaginario (y en pri-mer lugar entre la esencia v la imagen, como dice la alegoría de la caver-na mcralisica" tan extrañamente lejana y próxima a Lascaux) es catas-trófica y debe ser denunciada. Pensar empieza por ahí: darse un criterioque permita disungnirur:

Nosotros pensamos filosóficamente desde que se ha planteó la cues-tión de las condiciones de establecimiento de este criterio. En conse-cuencia, no opone!' percepción e imaginación, denunciar -en la tenta-ción permanente de hacerlo- la metafísica por excelencia, demostrarque el nudo problemático de la Crítica de la tazán pum está ahí, que laoposición que opera en Husserl en la no-relación principial entre reten-ciones primarias y secundarias arruina su empresa, que sigue siendo deella de donde procede lo que retiene finalmente a Heidegger de tener encuenta la WeltgcJc/¡ic/¡t/ic/¡kcit v lo que llamamos la retención terciaria,

181

nada de esto nos exime, bien al contrario, de distinguir percepción eimaginación.

Todo es cuestión de distinción.

Lo real constituido por lo imaginario no coincide más con él que elYo con el Nosotros del que, sin embargo, es la condición y recíproca-mente. Estos términos están en relaciones transductivas y no hay rela-ción posible entre términos que se confunden. Tratar de imponer estacoincidencia provoca graves accidentes, calamidades incluso.

Sin embargo, esta distinción que no opone significa también que elfuturo no es en lo real-la percepción- y que lo real tiene un futuro queél no es: el futuro no es en lo que es (ya), afirma Valéry tras el desastrede la Primera Guerra Mundial, continuando en cierto modo el pensa-miento de Sófocles:

El hombre es este animal r ... ] que se eleva sobre todos losdemás [animales] por sus sueños [...] [a los que] trata incan-sablemente de someter [la naturaleza]. Quiero decir que elhombre se opone incesante y necesariamente a fa que es porla preocupación de lo que 110 es?

Los demás seres vivos [...] se adaptan [...] en equilibrio conel estado de su medio.

No tienen costumbre [...] de romper espontáneamente esteequilibrio. 1 ... ] No sienten el acicate de este mejor que es elenemigo del bien y que nos compromete a afrontar lo peor.

El hombre [...1 contiene lo que hace falta para disgustarsecon lo que le contentaba. A cada momento es otra cosa dife-rente de lo que es. No forma un sistema cerrado de necesida-des y de satisfacción de sus necesidades. Obtiene de la satis-facción no sé qué exceso de poder que echa abajo su contcn-

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to. Apenas calmados su cuerpo y su apetito, algo se agita enlo más profundo de él, lo atormenta, lo ilumina, lo condena,lo aguijonea, lo maneja secretamente. Y es el Espíritu, elEspíritu armado con todas sus inagotables cuestiones ...

...Opone el pasado al presente, el futuro al pasado, lo posiblea lo real, la imagen al hecho. Es a la vez lo que adelanta y loque retrasa, lo que construye y lo que destruye; lo que esazar y lo que calcula; así pues, es efectivamente lo que no esy el instrumento de lo que no es. Es, finalmente y sobre todo,el misterioso autor de estos sueños de los que yo les hablaba."

Este ser especular sólo proyecta ficcionando -es decir, realizando loque imagina y que no es: inuentando. Y de una vez por todas hay queadmitir que la rccttsacion de laficción en nombre de la verdad hace impen-sable la inucncion -la invención, es decir, la realidad en marcha, efectivay no soñada por los filósofos que tienen ellos también sus "invenciones",sus "cielos", y que hace falta- pero que hace falta criticar. Reevaluar laficción no quiere decir devaluar la verdad: esto signitlca plantear lacuestión de la verdad en la ficción y recusar las malas ficciones, la fic-ción como falsedad, denunciar a los falsarios.

¿Cómo no leer después, en estas líneas de Valéry que meditan sobrela crisis del espíritu ellropeo, un anuncio de lo que será la extraordinariainucntiuidad de! suciio estadounidense -es decir, su extraña capacidad deorganizar el polémico encuentro entre lo real y lo posible, entre e! presen-te y el futuro, la imagen y el hechor

Los euro~eos no han comprendido todavía qué es Estados Unidos,todo lo que hay de nuevo en él, todo lo que hay que aprender de él ytodo lo que nunca será europeo en él. Europa sólo encontró verdadera-mente a Estados Unidos cuando en 1866 el Great Eastern depositó ene! [ando del Atlántico un cable telcgdflco que unía Brest con Nueva

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York por medio de la primera línea de telecomunicación intercontincn-tal. Después Europa conoció mejor a Estados Unidos en el curso de lasdos guerras mundiales, de las que se sabe hasta qué punto modificaronla relación de los norteamericanos con el resto del mundo. El resultadode la segunda estuvo decisivamente condicionado por el dominio de lastecnologías de transmisión que ya habían desempeñado un importantepapel en las trincheras. La guerra psicológica llevada a cabo en el"segundo frente" fue una guerra de los media, y la guerra tecnológica dela criptología y de los instrumentos de cálculo permitió a Inglaterra y aEstados Unidos ganar la batalla del Atlántico, tras adelantarse a la Ale-mania nazi en la elaboración de la bomba de hidrógeno. Cuando Esta-dos Unidos puso en marcha el Plan Marshall después de la Liberación,llevó a cabo una política sistemática de difusión de la cultura estadou-nidense. Las sumas concedidas por Estados U nidos a las naciones a lasque ayudó él reconstruirse estaban condicionadas en particular por unaamplia difusión del cine estadounidense en estos países.

Norteamérica ha utilizado el cine como instrumento de guerra psi-cológica, ideológica y comercial. En esta guerra de imágenes, en el cursode la cual también ha luchado contra el nazismo alemán y después con-tra el comunismo soviético, ha tratado de hacer adoptar al mundo ente-ro the American woy of lij'c. Hacer adoptar este modo de vida consistíaen modificar los comportamientos y las representaciones, los hábitos deconsumo y los modelos de relación, haciendo "vibrar" al mundo enteropor una historia particular con episodios muy múltiples, desde Geneioith the U1¡'ndhasta Apollo 13 pasando por Charlot, el western, RonaldReagan y Dances tuith Wolves: la aventura de Estados Unidos. Con ayudade imágenes hollywoodienscs primero y con la de los culebrones televi-sados después Estados Unidos se ha convertido en el país de la modenu-dad por excelencia -y en el sueño de todos los candidatos a la emigración.

1Hi

De hecho, lo que la revolución industrial había iniciado en Europaen el siglo XIX, Estados Unidos lo hereda ejemplarmente en el sigloXX. Después de la Liberación parecía el país en el que todo es posible,en el que esta conmoción inaudita que había inaugurado la industriali-zación y que debía desarrollarse como proceso de innovación perma-

nente había encontrado su verdadera patria.

Estados Unidos sigue pareciendo hoy el país donde se realiza eldevenir. Incluso si, ahora, este devenir le parece a veces infernal y 11"\onS-truoso al resto de mundo sin devenir. Tal es lambién, quizá, la novedad.En el contexto de la globalización convertida en efectiva, teniendo encuenta en particular la integración digital de las tecnologías de infor-mación y de comuniCJción, Estados Unidos parece constituir la únicapotencia verdaderamente mundial -pero también, y cada vez más, unapotencia inti'Ín:jecamellte imperial, dominadora y amenazante.

Europa trata de seguirlo por el camino de su gloria y trata de seguircreyendo que se trata de una gloria compartida (occidental: nosotros,los occidentales). Ahora bien, este camino pas:\ por la política de lasmnemotecnologías: esto es lo que han olvidado los funcionarios denuestro pequeño cabo -porque veremos que en su tiempo Europa supollevar a cabo una política comparable. ¿Qué posibilidad tiene todavía el"viejo continente" de conseguir mantenerse como verdadera potencia,es decir, como fuerza de iniciativa? Esta pregunta, si alguna vez se plan-tea todavía", debe responder primero a esta otra pregunta: huál es la

verdadera fuerza de Estados U nidos r

Esudos Unidos forja la imagen de la modernidad tanto a través deCharlot, Lo que el uicnto se //euá y Mickey corno con la alta tecnología ylos rascacielos de Wall Street. La historia de América del norte es la dela apropiación de la mnemotecnología Y del dominio de los sistemas

185

industriales de retención tanto como tecnología de lo imaginario comotecnología del cálculo y de la logística. y, más recientemente, también esla .organización industrial, sistemática y razonada desde hace muchotiempo de su convergencia en un único y mismo sistema técnico, ínte-gramente digita!' Esta política de la tecnología es indisociable de supolítica de la adopción, ella misma en la base de su política de la inven-ción y de la creación artística.

La cultura de la adopción que es el fermento de la historia de Esta-dos Unidos constituye una incomparable capacidad de atraer y de reci-bir lo extranjero. Los principales cineastas europeos han ido a trabajar aHollywood (por no hablar de los científicos, artistas, escritores y uni-versitarios de todas las disciplinas y nacionalidades que Estados Unidosproduce como Hollywood produce películas). Aun cuando estos cineas-ras se han encontrado en conflicto abierto con la administración esta-dounidense, Estados Unidos ha sabido hacer de ellos los más ilustresrepresentantes de su "imagen". Cuando perseguido por el maccanhys-mo Chaplin rueda U/1 rey en Nueva York, y denuncia ahí la duplicidadde Estados Unidos, trabaja a su pesar y a pesar de todo para celebrar lagrande/II' estadounidense, que le habré) dado los medios de convertirseen uno de los mayores artistas mundiales haciendo brillar a través de éltoda la aventura de Estados Unidos.

La cuestion qlle testimonia así la [uerza de Estados Unidos y que Euro-1M 110 sabe plantearse es la de lo que relaciona adopción y técnica -una rela-ción que Estados Unidos siempre ha sabido hacer, es decir, explotar. Loque hace la fuerza de Estados Unidos es evidentemente el tener una ver-dadera política del desarrollo mnemotecnológico que es su política de laadopción en tanto que sirve desde hace décadas a una cultura delcomercio en todas sus formas, intelectual, artística, científica, diplomá-tica y más propiamente comercial -inteligencia del devenir que falta

IR6

gravemente en Europa: un proceso de adopción es algo completamente

diferente de un cuerpo de directivos.

La adopción da la invención porque la necesidad de adoptar unpasado que no ha sido vivido es indisociable de la necesidad de adoptartécnicas, es decir, objetos amovibles con los que se comercia, a través delos cuales unos Yo y unos Nosotros se hacen una competencia fundadorade lo que Kant llama la "insociable sociabilidad" y que Hesíodo llamaeris -emulación, discordia, rivalidad. Esta obligación, que es también loque obliga al propio Zeus a enviar a Herrnes a los mortales para llevar-les dil,/ y aidó, se ejerce sobre el naciente Estados Unidos confrontado asu desunión inicial de manera completamente original y excepcional-mente poderosa, y de donde resulta una capacidad de invención sin

igual.Sin embargo, la inventividad estadounidense, que ha sido necesita-

da y permitida por la invención de Estados Unidos a través de su cine ypor medio de la invención de este mismo cinc, tecnología de sueño,empieza mucho antes: desde 1776. Ella preside en cierto modo la decla-ración de Independencia de Estados U nidos. J acq ues Derrida, con oca-sión de la celebración en Virginia del bicentenario de esta declaración,analizaba en estos términos el discursofablllar de Thornas [eflerson:

No se puede decidir, y es todo el interés, la fuerza y el golpede fuerza de semejante acto declarativo, si la independenciaestá constatada o producida por este enunciado [la declara-ción redactada por [elfcrson].] ...] ms que el buen pueblo seha liberado ya de hecho y sólo levanta acta de esta emanci-pación por medio de la Declaración? ¿o bien se libera al ins-tante y por medio de la firma de esta declaración? ... Serequieren esta oscuridad, esta indecidibilidad entre, diga-mos, una estructurJ prcCormativa y una estructura constata-

lH7

Sin embargo, dudamos de que esta formidable inteligencia estadou-nidense del devenir sea portadora de futuro.

t :!I11

I 11. Calendariedad y cardinalidad en la épocadel "broadcast". 12 de julio de 1998

,1

En 1939 el 45% de los franceses escucha la radio. El broadcast, nom-bre estadounidense de los sistemas de difusión de flujos de programasque son las cadenas de radio y de televisión, se desarrolla sobre tododurante los denominados años "gloriosos", en el curso de los cuales seprecisa y generaliza el modelo del consumo. Durante la década de lossesenta (en 1969 el 13,1% de los hogares franceses está equipado conTV; en los 70, el 70,4%), a los ritos religiosos, la fiestas laicas, los días deculto y de reunión familiar se vienen a sobreimponer las "citas" de lasemisiones de radio y de televisión, y las [ranjas horarias elaboradas porlos responsables de lo que se comienza a llamar las parrillas de progra-mación, La principal de estas "citas", el telediario, da acceso a unaactualidad mundial que penetra cotidianamente en los hogares, mien-tras que aparecen los primeros acontecimientos planetarios estricta-mente televisivos, desde la coronación de la reina Isabel de Inglaterra ala copa del mundo de fútbol que Francia gana el 12 dcjulio de 1998 antecentenares de millones de telespectadores. Unos días después la prensafrancesa dirá que "el país recupera confianza en sí mismo".

El broadcast difunde a las grandes masas de oyentes o de telespecta-dores unflujo continuo de programas constituidos por objetos tempora-les audiovisuales de radio o de televisión que constituye un nueva edad

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Ide la calendariedad. En el siglo XX las industrias de programas vienena reconfigurar totalmente estos dos elementos sin los que ningunacomunidad humana, ningún Nosotros estaría en condiciones de estable-cerse y de perdurar:

-la calcndaricdad, que escande la vida social inscribiendo los ritmoscósmicos en una simbólica ritual: el calendario en tanto que tal, perotambién todo el baño de las singularidades locales que forman los pro-gramas de conducta, las sincronías sociales y sus diacronías locales;

-la cardmalidad, que traza los límites de los territorios, confina lasrepresentaciones y constituye los sistemas de orientación y los instrumen-tos de navegación tanto en el espacio como en el tiempo (de la carta marí-tima al thesaurus y al index, pasando por el manual escolar y los nombrespropios -tanto de calles y ciudades como de personas, que son entoncestanto elementos cardinales como calendarios).

Calendariedad y cardinal idad sobredeterminan todo movimientocolectivo -la historia misma, la geografía misma. Ahora bien, en menosde cincuenta años la televisión (después de que el terreno haya sido pre-parado por la radio) ha venido a absorber las calendariedades y las car-dinalidades locales al integrarlas en las parrillas de programación a tra-vés de las cuales ha segmentado a los públicos, los ha determinado, esta-bleciendo para ello franjas horarias y citas, y ha definido unos formatos

de programas (26', 52', etc.). La naturaleza de los acontecimientos y, adecir verdad, las condiciones mismas de la ocurrencia se han visto pro-fundamente modificadas con ello."

Lo que se instala así es un proceso de adopción. Un mismo progra-ma puede ser mirado por millones de espectadores a la misma vez, losmillones de conciencias que pueden enlazarse simultáneamente almismo flujo de un objeto temporal pueden ser sometidas a los mismos

191

efectos de creencia y de adopción. El bioadcast es una producción indus-trial de objetos temporales regidos en directo (incluso cuando no se pro-ducen en directo) para unas masas de conciencias que sincronizan susflujos. A~í es como desde la época de la radio (1923) se instala verdade-ramente la infraestructura a partir de la cual se desplegarán las indus-trias culturales en general. A finales de los años cuarenta este sistema seconvierte en televisivo.

12. Archifll1jos y parrillas de programación

ii

Habíamos visto que si en tanto que sucesión de fotogramas instan-táneos, la película es una extensión de la fotografía porque incluye enella el efecto de real fotográfico que ella anima, porque hace fundir lainmovilidad de las ochenta poses por segundo en el flujo continuo de lasecuencia que coincide con el f1ujo temporal de la conciencia del espec-tador", la televisión es a su vez una extensión del cinc. Y que en tantoque tecnología de transmisión por radiodifusión añade a las dos coinci-dencias que definen el cine la coincidencia del directo, es decir, la deltiempo de la toma por la cámara con el tiempo de la recepción por eltelespectador a través de la televisión y la coincidencia del tiempo deunas vastas masas de conciencias que miran el mismo programa y quese sincronizun aisladamente, a domicilio y sin ven-e, al tiempo qlle se sabenpertenecientes a la I7lÚI71C1I7lGJ'aante el mismo encadenamiento de pro-gramas. Tal es el nuevo medio retencional planetario para la individua-ción psicosocial de los Yo en los Nosotros. cCórno no estar todos IlOSOtroSprofundamente afectados por esto en tanto que J'OI71OS?

192

Al final de La desorientación lubíamos demostrado que lo quehemos estudiado aquí como síntesis de la conciencia hay que conjugar-lo con una síntesis protética que hace posible la síntesis industrial de lafll1itud retencional. Por lo que concierne más particularmente a las"actualidades", pero también a todas las emisiones de p\ató y las emi-siones de "varietés", la televisión abre la posibilidad de la transmisión endirecto de lo que es captado por el objetivo de la cámara vídeo y el"pasado" videográfico se convierte en un pasado inmediato, en un"recién pasado": el pasado que acaba de pasar ahora, que coincide conel ahora de la conciencia como síntesis de aprehensión y retención pri-maria de lo que ocurre Yque aquí es tambiénln177ediatamente lo que "nos"

ocurre.Esta coincidencia entre toma y recepción -condición tecnoindustrial

de la confusión de la individuación del Yo y de la del Nosotros, es decir,su desaparición en un Se impersonal convertido en mercancía comotiempo de una conciencia en venta en el mercado de los anuncios publi-citarios- parece eliminar lo que en el cine pertenece al tiempo de la pos-producción. Pero en realidad la televisión no elimina este tiempo. LooCIIlta porque le hace coincidir a su vez con las otras tres coincidencias:es el tiempo del control video, donde masas de varios millones de con-ciencias pueden venir a hacer coincidir los flujos de sus transcursos,homogeneizar sus retenciones secundarias y. someter~e a los criteriosindustriales de selecciones terciarias ellas mismas uniformemente "con-troladas" y ejecutadas por las distintas cadenas (a partir de los mismoscálculos de audiencias -y una cadena no tiene otro criterio).

Transmitida en directo la actualidad televisada, decíamos en LadesorientaCIón, es un pasado inmediato que hace pasar el presente y conello constituye un ya-ahí que cortocircuita todo lo que antes constituí-an los filtros a través de los cuales este ya-ahí establecía su autoridad. Si

\93

I1

los criterios de la retención primaria en el ahora de un objeto temporal,como selección, están abiertos previamente por las temporalizacionesanteriores convertidas en recuerdos secundarios, en la síntesis industrialde la tinitud retcncional, es decir, en la industrialización de la produc-ción de las retenciones terciarias, que también es una producción sinté-tica, en e! sentido de protética, de la síntesis que es la conciencia", estaselectividad es cortocircuitada por la inmediatez de las retenciones ter-ciarias qlle, en razón de la configuración del éxtasis temporal propio delas síntesis analógico-digirales, coinciden absolutamente con las rcteucio-nes primarias y secun darias. En efecto, «rimo distinguir en los objetostemporales que son las actualidades televisadas entre recuerdo primario,es decir, "recién pasado", y conciencias de imagen (en el sentido husser-liano) puesto que lo que ocurre ocurre in-mediatamente por la concien-cia de imagen?"

La expcricnaa-uiuida de esta actualidad es un objeto temporal q1le esitreduaiblemente una conciencia de imagen, mientras que el presentetiende a presentarse solo C0ll10 objeto temporal (oír la radio, ver la televi-sión). En este "presente colectivo" de la conciencia del Nosotros el "reciénpasado", este paso inmediato que es inmediatamente pasado, se encuen-tra ya constituido, en tanto que tal, como el ya-ahí, con toda la fuerza delya-ahí -tanto mi ya-ahí que no he vivido al tiempo que en cierto modolo he vivido "en suplemento", como el ya-ahí de "nosotros otros telespec-tadores", que, sin embargo, no es propiamente "el nuestro", Si siguesiendo posible e incluso imprescindible (sin ser una oposición) una dis-tinción entre recuerdos primario y terciario, sin embargo aquí se vuelveabsolutamente formal y vacía."

En tanto que técnica de difusión de imágenes captadas y dirigidas endirecto, utilizando después las técnicas de! telccinc y finalmente la gra-bación videográtlca por medio del magnetoscopio y el montaje que éste

19'¡

permite (al rcintroducir de este modo el tiempo de la posproducción),las cuatro coincidencias tele-visualcs forman un sistema global de pro-gramación de objetos temporales diversos, inscritos en la "parrilla" queorganiza las "citas", sistema de programación de objetos temporales queconstituye el are/7Ifliljo en el que se encadenan 10Jlhlj'os de los programas yque se llama precisamente una "cadena". En tanto que iudustna de pro-gramaj', el broadcast organiza una calcndariedad mundial controlada alsegundo, basada en el time-code y en una economía general del tiemposocial como sumas de conciencias sincronizadas en las que el precio deltiempo se calcula según unos criterios tales que en un mismo canal unminuto de publicidad televisada valdrá algunos miles de francos a las 15h y más o menos una centena de miles de francos a las 20:30 h. Las fran-jas horarias permiten distinguir a los públicos y los precios de los segun-dos de flujo, es decir, de conciencias, ya que a fin de cuentas todo elloestá sancionado por la tasa de audiencia. Esta economía del tiempo estambién una guerra entre los media por la conquista del tiempo limita-do que el espectador les puede consagrar. Sin embargo, esta explotaciónenloquecida de los tiempos de conciencia suscita problemas de agota-miento y de contaminación comparables a aquellos con los que se tro-pieza la explotación desenfrenada de los recursos naturales.

Si el análisis kantiano conduce a la distinción de las tres síntesis queen tanto que operaciones fundamentales de la imaginación trascenden-tal nos parece que requieren tres formas de retenciones que habíamosdefinido a partir del análisis crítico de Husserl, la eficacia simbólica delcine y de la televisión sólo es posible en la medida en que encuentra oda cuenta de estas estructuras cuya exteriorización hace posible la tec-nología ana lógica -en el sentido de Leroi-Courhan. A partir de estemomento ésta puede intervenir, en tanto que cine y después en tantoque televisión, en el curso de los flujos de conciencias individuales y

195

colectivas, y condicionar el esquematismo de la conciencia. La coinci-dencia de los flujos no significa que todas estas conciencias vean y vivanlo mismo. No decimos que el programa audiovisual "programe" eltiempo de la conciencia en el sentido de que lo determine: es un condi-cionamiento. Pero la eficacia de este condicionamiento es enorme y pre-cisamente se cuantifica por los cálculos de las matemáticas aplicadas ylas técnicas de la investigación operacional. Por esta razón los anun-ciantes están dispuestos a comprar las pantallas publicitarias en las quese pueden proyectar estas conciencias hasta el punto de adoptar nuevoscornportarruentos.

La organización en cadenas constituidas por unas citas sociales demasa para las que se producen los program,ls en función de los mismoscriterios de audiencia lleva, en efecto, al reforzamiento de criterios deretención que tienden él hacerse comunes a la masa de las conciencias.Es en este nivel donde se instala la entropía y es lo que explica la efica-cia simbólica singular de la televisión, incluso cuando los programas sonde muy mala calidad -además del carácter cinematográfico propiamen-te impresionante (huta del efecto de real, del carácter protencional, etc.)de un primer plano, de un montaje, de un guión bien hechos. Desde elmomento en que los elementos de programas seleccionados -noticias,informaciones, películas, emisiones de plató políticas, literarias, cientí-ficas, de variedades, documentales, ete.- están más o menos sometidosa los mismos criterios de selección y llegan a enormes masas de pobla-ción, actúan como un dispositivo homogéneo y estandarizado de reten-ciones terciarias que vienen ellas mismas a sobredeterrninar el juego delas retenciones secundarias, de las que habíamos visto que a su vez con-dicionan el las retenciones primarias.

Es más generalmente una especie de "efecto Koulechov" ampliadolo que actúa aquí en el nivel de los arclúfllljoj' de programas y, por lo

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196

tanto, en el nivel de las conciencias mismas -un programa que sobrede-termina la recepción de aquellos que le sucederán y que está sobrede-terminado por aquellos que le preceden. A partir de este momento, lasdiversas parrillas se imitan ampliamente: si una cadena ve crecer suscotas de mercado yendo sobre el mercado de la masa de concienciasadquiridas a la com petencia (y toda cadena concibe su parrilla con esteobjetivo), está obligada a interiorizar al menos una parte de los criteriosretencionales de esta competencia, en particular de aquellos que hanacabado por ser adoptados por la masa de los tiempos de concienciasque esta competencia puede reivindicar, y a sincronizar sus horas de"cita" con la calendariedad general para tener una oportunidad de recu-perar la audiencia en los momentos de cambios de programas. Por estarazón la diversificación de los canales de difusión, que permite unahipersegmentación del público, es menos un factor de ruptura con laentropía retencional que una mejora de la prccision de los objetivos COI1-

seguidos por el conjunto del sistema, aun cuando esta nueva organiza-ción evidentemente modifique de manera sensible las condiciones de lasincronización -y volveremos sobre este punto.

13. El giro decisivo de 1997: la época de lahiperindustrializacion de la cultura. Del emisor al servidor

Si como decía Jack Lang cuando era ministro de Cultura, el audio-visual "no es una mercancía como las demás" no es sólo porque es "cul-tural" y compete a la creación artística y a las "obras del espíritu", sinoporque, en tanto que programa)' objeto cultural, es el más eficaz y por Lo

197

tanto el primero de los instrumentos de lucha en Laguerm comercial 1771111-

diai" Y en la medida en que las tecnologías digitales permiten actual-mente que el audiovisual sea difundido por las redes dctclecornunica-cienes hechas inoperables por la norma IP, al convertirse el receptor detelevisión en una terminal de teleacción, el poder único del audiovisual,en el proceso de adopción desencadenado desde la revolución indus-trial, la "modernidad", va a encontrarse inconrnensurablcmente refor-zado -al precio de una sensible evolución de la naturaleza misma de losprogramas, de los objetos temporales en que consisten y del dispositivode producción y de difusión de las retenciones terciarias.

En el sistema técnico analógico de difusión de las imágenes de tele-visión, inspirado en el modelo establecido por la radio en los años vein-te en torno al emisor, la difusión de una imagen tenía que pasar nece-sariamente por una red de repetidores hertzianos, pesada, cara, quelimitaba el número de canales disponibles y unidireccional. La conju-gación de las normas MPEG (compresión de imágenes y de sonidos) )'TCP-IP (inreroperabilidad de las redes digitales) llevó a una red de difu-sión de programas audiovisuales proteiforme, mulricanal, muy capilar,"intcractiva", que permite utilizar la vía del teléfono para difundir unasimágenes animadas tanto a los televisores como a los ordenadores, quemultiplican en torno al archil1ujo un conjunto de posibilidades de laque aún cuesta imaginar la diversidad de nuevos usos y servicios quehace posible, pero de la que no cabe duda alguna de que llevará a unatnmsjonnacián radical de la relojería social de masas que hasta el morncn-LO era la televisión.

Mientras que por razones técnicas de prestaciones de transmisión lasredes de repetidores hertzianos son necesariamente nacionales, la redtelefónica digital es mundial. Así pues, la digitatizucióu illtegral queafecta a partir de ahora al audiovisual y al conjunto de las industrias de

19~

p rogra m" (cámar3S, con rrol, redes y leleviso res di gi ta les) se pl as /11" rd enla globailzació" de la difrwólJ telel'isiao Y de lo! servicios qae se agregarálJa ella, donde la imagen JLlquirirá un papel cada vez más importante,ampliado a todo tipO de acrividades utilllarias. El órgano de lclcacciónya no será solamente el principal elemento e!cctrónico de los hogares:será una herramienta de traba 10 nómada y un accesono iamo domésri-

co como profesional, con funciones múltiples.Esta infraestructura mundial de redes interoperablcs (cuyos prime-

ros pasos son las frecuencias UMTS" de teiefonía móvil y las redesXDSL

S! de telefonía fija) hará de la cuestión de la adopción el reto geo-

político por excelencia. Habíamos detlnido la adojJción a la vez:

1. Como proceso oculto de individuación de los grupOS humanos;

2. Como adquisición (en la época moderna) de bienes de conSUIT\O

vectores de un modelo de vida;3. Como fenómeno típico (en la época contemporánea) de la adhe-

sión de la concienóa al tiempo de un objelo ten'poral audiovisual Y

enlace de flujoLa integración de las redes audiovisuales en las telecomunicaciones

digitalizadas que vincula ya dJreclamente con los progromas difundidosunos dispositivos de promoción publicitaria Y unos servicios de transac-ciones comerciales~; hará de estas tres dimensiones de la adopción, sin-eronizándolas totalmente, una sola y misma realidad. La geopolíti<a dela adopCIón será el elemenro dCClSivo de las luchas económico-políticasen un contexto surgido de la última década del siglo XX que habrá vistola instalación mundial de la red ll': el número de servidores que estánconectados a ella ha pasado de veintiséis unidades en 1992 a cientotreinta en 1993, un n"lIón en 1997 v siete millones en 1999. Pero el

\99

número de ordenadores en el mundo sigue siendo relativamente bajo enrelación al número de televisores. La nueva estrategia estadounidensedescansa sobre esta constatación. Si aproximadamente el 50% de loshogares estadounidenses puede acceder a la red IP mientras que sola-ncnte del 10 al 20 % de los hogares europeos (según los países) estánequipados con un ordenador, en 1997 había mil millones de televisoresrepartidos por la totalidad del planeta.

Herbert Schiller cita un artículo en el que un ideólogo del PartidoRepublicano estadounidense llamado Kristol afirma precisamente en1997 en el Wclf[ Street [ournul que

un día próximo el pueblo estadounidense va a tomar con-ciencia del hecho de que [se ha convertido en 1 una naciónimperial. r ... ] Las naciones eUiOpeas son naciones depen-dientes, aunque disfruten de una muy amplia autonomíalocal. r ... 1 Nuestros misioneros viven en Hollywood.

David Rothkopf director general de K.issinger Associaies publica esemismo año en la revista Fore/gll Polley un ensayo de elocuente título, "111Ptaisc of Cultural Imperialism? ("¿Elogio del imperialismo cultura]?"),e11 el que se escribe que

para Estados Unidos el objetivo central de una política exte-rior de la era de la información debe ser ganar la batalla delos flujos de la información mundial, dominando las ondas,igual que Gran Bretaíia reinaba en otro tiempo sobre los,~mares.

Esta batalla de los t1ujos, que ya anunciaba Zbigniew Brzczinski enI %9H

', es la de los modelos que estarán en la base del nuevo sistema car-dinal )' calendario mundial que resultará de la convergencia de las tec-nologías. Ésta será la batalla de los modelos de la "sociedad de la infor-

200

marión". Ahora bien, el 3 de abril de 1997, mientras que el mundo

empezaba a tomar la medida del "fenómeno intcrner" (se acababa de

llegar a un millón de servidores), la Comisión Federal de Comunica-ciones (FCC), equivalente norteamericano a lo que en Francia es el

Consejo Superior del Audiovisual (CSA) y la Agencia de Regulación de

las Telecomunicaciones, anunciaba en Estados Unidos el cierre del plan

de frecuencias analógicas para la difusión hertziana de la televisión a

partir de 2006. Recomendaba además a las 3.800 estaciones norteameri-

canas que para 2003 estuvieran preparadas para pasar al "todo digital".Así, la desaparición del sistema técnico audiouisual analégico-hertziano,establecido setenta y cinco ,1I10S antes y cuyo órgano central era el emi-

sor, se programaba para un plazo inferior a diez años.

El sistema analógico-hertziano, que sigue en vigor, en competencia

transitoria con los satélites, está actualmente en curso de ser sustituido

por un dispositivo de difusión integralmente numérico, basado en IP yMPEG, en el que el scruidor sustituye al emisor: en el siguiente volumen

evaluaremos las principales consecuencias de ello. Digamos por el

momento que en un futuro próximo este sistema técnico digital difun-

dirá objetos temporales de nueuo tipo: hiperrnedias, delinearizables por-

que "c1icables". En un plazo las industrias culturales en su conjunto

redes plegarán sus productos en torno a este tipo de objetos. La actualcalendariedad televisiva, ritrnada por las cadenas de archiílujos consti-

tuidos en parrillas de programación, se verá profundamente transfor-

mada COIl ello. En torno al ílujo y a partir de él las industrias de pro-

gramas digitales darán acceso a unos siocli: Ellas integrarán en un sis-

tema los dispositivos calendarios y cardinales, al articular las parrillas dedlfwlón horaria e instrumentos de navegación y de orientación en unos

vastos bancos de imágenes. Esto tendrá como consecuencia una profun-

20\

l'

da evolución de los usos de la televisión para los que ha llegado elmomento de elaborar y de hacer adoptar nuevos modelos.

La construcción de los "rnega-objetos" y de los "archiílujos tempo-rales" que forman las cadenas seguía siendo hasta ahora esencialmentenacional porque la teledifusión hertziana analógica seguía siendo terri-torial. Al levantar lo digital esta limitación tecnogeográíica", hay quetomar muy en serio las declaraciones de Kritol y Rothkopf Y comosubrayaba Jacques Blarnont en una conferencia, la política espacial deEstados Unidos tiene por objetivo un control total de las telecomunica-ciones y especialmente de los sistemas de navegación por satélite, esdecir, de la cardinalidad"

Finalmente, la creación de Internet Corporaiion for AssignedNames and Numbers (ICA~N), agencia privada en la que el gobiernoestadounidense ha delegado sus prerrogativas para la gestión de la redIp, en particular para la atribución de los nombres de dominios y de lasdirecciones electrónicas, y cuyo consejo ha sido elegido por los intcr-nautas tijera de todo derecho político constitucional, constituye unpre-cedente geopolitico de extremo importancia, tanto más extrema cuanto q/lees llamatiua la falta de atencion de las autoridades el/ropeas a estas cuesuo-11es.

Frente a tan inmensos retos hay que admitir que la clase políticaeuropea y la alta función pública se encuentran catastrófica mente des-provistos de cultura y de inteligencia estratégica, totalmente intoxicadospor este mito que quiere que corresponda al mercado decidir opcionesestratégicas Jhí donde es muy evidente que el poder de Estados Unidosconsiste en que el Estado federal abre las perspectivas, incluido con elapoyo de las investigaciones públicas, eventualmente por la vía militar,de las que pueden apropiarse a continuación los actores del mercado.

202

También a este respecto es singularmente esclarecedora la siguienteobservación de [ean-Francois Abramatic, miembro de ICANN:

La financiación federal estadounidense ha \ ... \ permitido elnacimiento para el despliegue de intcrnct en los medios aca-démicos, al crear una primera infraestructura y, sobre todouna generación de competencias estadounidenses sin equi-valente en Europa. A partir de esta infraestructura, de estascompetencias ... y de una aplicación concebida en Europa, laWeb, la economía estadounidense a la búsqueda de unanueva frontera ha emprendido el desarrollo de nuevos mer-cados. Si Europa y Francia se contentan con servirse de laregla única del mercado en nombre del res pelo a la desregu-lación, la ventaja estadounidense es tal que la distancia debe-ría seguir ahondándose a favor de los nuevos entrantes (MCIWorldcom, Cisco, AOL/Netscape, Yahoo ...) o de los líderesreconvertidos (Microsoft, Sun lBH ..)

Hoy la prioridad operacional dada a la ejecución de la desrc-gulación de las comunicaciones constituye [en Francia] unfreno para el desarrollo de internet. por ejemplo, en el des-arrollo del bucle local (fOlfalt segunda línea, uso del cable,despliegue de ADSL..,)"

Tras el fracaso de la OCDE, que presionaba para lograr un acuerdomultilateral sobre las inversiones (Ar.fl) cuya firma habría permitido acualquier inversor internacional apropiarse de una empresa audiovisualde cualquier país del planeta, la existencia misma de sectores audiovi-suales públicos y nacionales se sigue debatiendo en las instancias de laOrganización Mundial del Comercio (OMC) y de la Comisión Europea-sustituida en Francia por unos diputados socialistas demagogos que nodudaron en proponer la supresión del canon audiovisual", con todomuy inferior a los de Alemania e Inglaterra. Ahora bien, además del

203

1:

hecho evidentemente importante de que a partir de ahora el esplendoreconómico de un país depende primordialmente de la vitalidad de susindustrias de programas, lo que cada vez será más cierto por el hecho dela convergencia tecnológica, cada vez es menos posible J'eparar el futuroindustrial del audiouisual digital de las cuestiones relacionadas con la edu-cación, cuyo enorme mercado mundial constituye a partir de ahora elobjctiio principal de! desarrollo de IOj'17ueVOJ'servicios, como puso en evi-dencia el encuentro internacional de Vancouvcr'" y como es objeto delAcuerdo General sobre el Comercio de Servicios (AGCS) actualmenteen discusión en el seno de la OMe.

Las industrias de programas, él partir de ahora indisociables de lastecnologías de tratamiento de la información y de los servicios de tele-comunicaciones, se han convertido en el elemento clave tanto del desarro-llo económico y de la influencia internacional como de la relación socialy, por lo tanto, del futuro de los grupos nacionales. En la época de lahiperindustrialización de la cultura el reto para Europa y el resto delmundo es límpido: se trata de la perennidad de las industrias de pro-gramas no estadounidenses y, al mismo tiempo, de las condiciones gene-rales de producción y de transmisión de los saberes, del "nuevo comer-cio" V del futuro planetario del proceso de adopción.

NOTAS

l. Hcrder, citado por Kant en su reseña de la obra de Herdcr, Idees e11 uttc d'unephilosophic de l'histoirc de l'lnonanué, en ()p";'(/tleJ sur l'Histoire, traducción [al fran-cés] S. Piobcua, Carnicr-Flamrnarion, 19YLl,p. 96.

2(H

2. Kant, Opuscules sur I'HIJtolre, op. CIt., p. 96.

3. u, ibid., p. 106.

4. el André Lcroi-Gourhan, Le GCJtc et la Parolc, t. 1., Albin Michel, 1965, y el

comentario de El pecado de Eplllleleo, op. CIt., p. 219 Y stes.

5. Llamo atrasccndcntal a esta Iilosofia ni empirista ni trascendental. El sentidode esta denominación que cuando menos por homología formal hace ceo de lo queBataillc llama forjando el calificativo complejo de l/teológico, se aclarará en el cuar-

to volumen de La técnica )' e/ÚCII/po.

6. A. Lcroi-Gourhan, Le Ges/c ('t 111Parolc. op. CIt., pp. 203-20i )' pp. 260-266.

7. Picrrc Bourdieu, Sur la télful.,lóll, Éditions Libcr, 1996. [Traducción al caste-

llano, Sobre la telcoisián, Anagrama, 1997.]

8. Platón, Protágoras, 314 a-b [:J. de la T: La traducción de este pasaje al caste-llano de la Editorial Credos traduce por "enseñanzas' allí donde el texto en francés

traduce "ciencia"].

9. Daniel Bensanl, :'v/arx IlllclI/pesl,j; Favard, 1996.

10. [acques Derrida escribió Spcctres de Marx principalmente en torno a este

texto. [Traducción al castellano, ES/JCCtroJ de JI,farx, Trotta, 1998·1

11. Aquí sería necesario y urgente volver sobre la posición que adoptó KostasAxclos en MI/IX pemellr de la teclmique (como invitaron a hacer [ean-Philippc Millcty el Colegio Internacional de Filosofía en un coloquio consagrado no hace mucho ala obra de Axclos): afirmar contra la escuela, acaJémica o marxista, que Marx esante todo quien piensa por primera vez filosóficamente la técnica, lo que constitu-ye el primer gran ataque frontal contra la metaCísica, como finalmente dice tambiénHeideggcr. A través del capital el pensador de la gran industria habría pensado la

técnica y como más allá del capital. e incluso del comunismo.

En muchos aspectos comparto el punto de vista de Alcxos -:} excepción de quela técnica en Marx íinalmcntc si¡;ue siendo pensada como un medio de producciónen la medida en que la comprehemión metafísica del tiempo, que no se cuestiona,domina todavía este pensamiento de la técnica. Pero Marx, lo recordó Raymond

205

Aron contra Alcxos (duranre la defensa de su tesis, según Fr,¡n~o¡s Chatelct que meinfOl"il1ó de estas palabrus) es ante todo el pensador del capital. Si Aran parece no

ver que este pcnsamicmn del capital también es e inJisoci,¡blcmcnte un pcnsa-miento de la técnica, sin duda es porque subestima una extraña convergencia entreHeiJegger y Marx, que evidentemente destaca Alcxos, concerniente al capital. EnHeideggcr capital quiere decir cálculo como temporalidad intrarnundana que quie-re determinar lo indeterminado. De hecho, hay una cuestión del cálculo común aflIarx )' Heidegger ,d confrontarse a la técnica, que es también la cuestión de la rela-ción con lo indeterminado del tiempo (r con la muerte), sobre la que volveré enSímbolos)' diablos, o la gnerra de los espíritus. En su intento de reducir el capital, esdecir, su impropiedad fundamental enmascarada por el discurso sobre la propiedaddel derecho burgués, Marx no logra constituir la cuestión de lo indeterminado, esdecir, del filial: de 11/ muerte y del muerto, de la técnica como reino de lo inorgáni-co organizado -que difiere la muerte por medio del trabajo- que es también lo queguarda el espíritu de los muertos, de aquellos que la han organizado. Pero el muer-to es también en lo que ha fallado Heidegger. Por lo tanto, lo que sigue estando encuestión aquf es la relación entre los medios y los fInes. Heidegger)' Marx tropeza-rían con la misma dificulrad.

I

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Desde este punto de Vista, la oposición que hace Bensai'd entre ontología hei-dcggcriana del tiempo r dcsonLOlogización marxista es apresurada (lf Marx intem-pesu] op. cit, p. 102). Entre Marx y Heidegger hay una comunidad de pensamien-to en su crítica del cálculo que sin duda es más interesante tener en cuenta comoprevia, antes que poner inmediatamente en evidencia lo que parece oponcrles. Por-que en lo que comparten hay también un común vag.1bundeo metafísico respecto ala cuestión de las relaciones entre espíritu y materia. Nos parece que Bcnsaul nocomprende la problemática de I-leidegger, esto es, la cuestión de la relación entredeterminación e indeterminado ni, por tanto, lo que ie cncierr., en una oposiciónque es un impasse en el que también se encuentra el "espectro de Marx", si se per-mite dccirlo, él que escribe que "el muerto sorprende di vivo", es decir, que lamáquina del capital come la fuerza encarnada dcl uabajo.

12. Cf El pecado de Eplmeteo, op. at., p. 101 )' stcs, y G. Simondon, Du mode d'e-xisteuce des obje/s teclllliques, op. cit., p. 15.

21ló

13. Entre los actores de la crítica social contemporánea y de la "resistencia",Bourdieu no es el único que ignora gravemente la necesidad de pensar la técnica ysubestima 1,1 inmensidad de esta obra. También es el caso de Susan George (Cf LeRrtf7PoJ'l Lugano, Favard, 1999) o de José Bové y Francois Dufour (Cf Le monde n'estpas UIIC niarchandisc. La Découvcrte, 2000 [traducción al castellano, El inundo 110 es111I<1mercancía, Icaria, 20011). Por el contrario Viviane Forrcsier ( Cf L'Horrc/lr éco-1I0/illq/le, Fayard, 1996, pp. 1'56-157) tiene el gr;¡n mérito de haber mantenido quela actual potencia del capital descansa en una comprensión Íntima de la técnicacibernética de la carecen gravemente los pensadores, actores y militantes políticos.

14. Citado por J.-~r. Frondon, La Projection nationale. Cinema el 1I11t/OIl, 0/7. cit.

15. Kriston en I+all Strcet [ourncl, citado por Herbcrt Schillcr.

¡6. A. Leroi-Gourhan, Alll/m et Techniqncs. Albin Michel, 1945, p. 30R. [Tra-ducción al castellano, Medio y técnicas, Taurus, IY89.1

17. P Valéry, Rcgards surle monde actuel, Galli m:1I'(1, 1945, p. 13. Excepto la pala-bra dcoenir, la cursiva subravada e~ mía.

IH. Ernest Rcnan, QII'est-ce qu'unc nation], Pocket, 1992, pp. 41-42.

19. Étienne Balibar, Irnrnanucl Wallerstein, Race, Natiou, C!fI.iJC, La Découver-te, 1997, p. 130. [Traducción al castellano, Raza, ilación)' clase, Instituto de EstudiosPolíticos para América Latina, 1991.1

20. En efecto, en Heideggn el futuro del }0 es indeterminado precisamente entanto que no se confunde con el de un Nosotros (porque entonces hahria caído en elSe impersonal). Pero sólo es como una ternporalización del ser que supone una"comprchcnsión del ser" legada pUl' un ya-ahí y a partir de la cual sólo es posibleuna "entente del ser" que sea futuro auténtico a la vez que un Yo y un Nosotros. Dehecho, en sentido estricto ya no se trata entonces ni de Yo ni de Nosotro .•., sino deDasein.

21. G. Si mondan, Elndioiduation jJj)'cllli¡lIe el collectiuc, Aubicr Moruaignc,1898, p. 1.

22. Me he explicado en "Ternps, tcchniquc et individuation dans l'ocuvrc deSimondon",IlIte/lcct/m, 11°26-27. 199R.

207

23. G. Simondon, ¿;llldi¡;idlllltiolJ jJ.,)'dJiqllc el collcctl¿,I', o/'. at., p. 19.24. u. ibid., p. J 2.

. 25. Id., ibid., pp. 176- J 77.

26. t«, ibid.

27. u, ibid., p. 183.

28. Id., ibid., pp. 176-/77.

29. CI B. Stieglcr, "Temps, techniq\Je et individuation dans l'oeuvre de Simon-don", 'In. eit.

30. Pertenecientes a unos "lindjes técnicos", Ll1 el scntido expuesto en DII modrdcxistcnr¿ des objels ledl/liqlles v en mi comelltano en El pecado de Epimcleo, metaes-

tablcs ellas mismas -nunca plenamente constituidas ni individuadas- pero para el

individuo psicosocial, en tanto que forman parte de su medio pre-lI1dividual, sonunas sobres:lturaciones del ser r V;I UIlOS individuos.

31. Cf más arriba, capítulo 2, IXlrágrafo 11.

32. Alain Badiou, L' ÉI/¡iqllc. Esmi SI/!"la consaenc¿ d« ¡v/al, Hatier, 1993. Volve-ré sobre este importante texto en el üitimo volumen de La téC//ica y el tiempo.

33. G. Simondon, DI/ mode d'exúteJ/ce des o~jelj' tec!l/Iiqlles, ojJ. cii., p. 207.

3-1. Id., ibid., p. 2-18. Sobre estas cuestiones, que profundizaremos en el ültimo

volumen, y sobre Simondon en general, se leerá con el mayor de los provechos un

trabajo de excepcional calidad, L'idée de Ic!ati¿,ilé p/l/lwop///qlle che: Simondnn, deJcan-Hugues Barthéléll1)', Universidad de NJnles (DEA).

35. Sobre este punto, cf La de.,wielltaáólI, ojJ. cit., findl del ültimo capítulo, pp,370-373.

36. l\etomando una expresión de Régis Dcbray.

37. Retomando una expresión de André Orléan en Le pOl/uoir de la fillallce,Odile Jacob, 1999.

20S

38. Sigmund Frcud, blaleisc daus la ciuilisetion, PUF. 1971, p. 7. [Traducción al

castellano, El malestar en la cioilizacion y otros ensayos, Alianza Editorial. 2003.1¡

IIí¡

39. Georg Wilhe1m Fricdricl: Hcgcl, Prefacio a la PMllollléllologle de l'cspnt,Aubicr, 1947. [Traducción al castellano, Fenomenologia del cspintu, rCE, 1999·1

40. S. Freud . .\1alaúc daus 111 cioilisauon, op. cit .. p. ')3.

-1l. "Lo que Nictzsche objetad a Darwin es que la adaptación es la negación de

la invención v que la teoría de la adaptación al medio es la de la aniquilación de lasexcepciones, es decir, del agotamiento de las posibilidades de evoluciones". BaruaraSticglcr, Nictsschc el la Biologic, PUF. 200 l.

1. f\' de la t.: Stieg1cr emplea el adjetivo américainc que, igu:lllJuc el sustantivo

correspondiente, Amaiqcc, se refiere en francés, mucho más que en castellano, aEstados Unidos)' no al conjunto del continente. Por esa razón lo hemos traducido

siempre como "estadounidense, Estados Unidos".

-12. Cf más arriba capítulo 22, epígr,dc 12.

43. Después de haber precisado que "una de las explicaciones más evidentes ylas consecuencias más ricas de esta similitud entre Estados Unidos y el cine es queambos se han encontrado por construir, en el mismo momento",

44. J-M. Frorulon, La Projection 11 11 tiona le. Cinana et nation, op. cit., p. 106.

45. Alcxis de Tocquevillc, lA Démocmtic l'II Amériquc, Callimard, 1961, p. 71.[Traducción al castellano, La democracia en América. Alianza EditoriaLI

46. Que empieza por la condena de la esclavitud, en 1G90. [olin Lockc, Deuxié-me /mlté d« gO/ll'cmemel11 (//,1/, traducción [JI francés] B. Wilson. Vrin, J 977. I1I'a-ducción al castellano. Segundo /I"dllido del gobierno ciuil, Ali,lI1z:l Editorial, 1994.1

47. CI r.-M. Frondon, La Projection III1t/Ol1l1le.Cinema el nation, o/!. C1/., p. 10-1.IN. de la T: "El comercio sigue ,1 las películas", en inglés en el originaLI

48. Lo que llevó a Ull "tabú inmediato y durante mucho tiempo radical, el de la

prohibición de la representación real de los indios y de los negros" en el cinc. ¡.-M.Frondon, La Projection nationalc. Cinan« el nation, op. cit., p. 120.

209

Il. N. de la T.: soldados del ejército estadounidense (siglas de Gooemment Issue).

49. Id., ibid., p. 209.

50. "Lhornrnc a marché sur la lune", en Frank Beau, Philippc Dubois y GérardLcblanc (dir.), Ciuéma et demiéres teclmologies, INA y De Boeck University, pp. 7-8.Esta producción televisiva tiene eco, cuarenta y cinco años más tarde, pero comocsccnificación de un acontecimiento real, en la película soviética de Protozanov quecuenta "la victoria de los ideales bolchcviques en Marte" (J.-M. Frondon, La Projec-tiou nationale. Ciuéma et nation, op. cit., p. 46).

51. J.-L Godard, lntrodaction ¡¡ une oéritablc histoire du cméina, op. cu., p. 59.

52. Marie-Iosé Mondzain, Image, iconc, écouomie. Les soutces Byzal1tilleS de l'i-maginaire contcmporain, Le Seuil, 1996.

53. Designamos así a la red llamada "interner", que algunos incluso escriben enmayúscula, como un nombre divino, y que habría que llamar lo internet como seh:lbla de lo inter-urbano, hablando un poco inglés. El problema es sobre todo queeste nombre oculta lo que designa: una red de redes hecha posible por una normallamada dcintcroperabilidad entre infraesrructuras numéricas y conformes al pro-tocolo llamado TPC-IP par:1 resumir Transmission Control Protocol-internet Pro-tocol. Esta es la razón por la que llamamos a la red "interner" red IP.

54. Thierry Breton declaraba recientemente que la televisión tal como la conci-be Thomson Multimedia se conviene en la principal vía de acceso a internet. Es loque desde 1997 decía Craig Mundie, vice-presidente de Microsoft. De hecho, e! tcle-visor se convierte en terminal de tcleacción porque se inscribe en una cadena deaparatos con los que a partir de ahora sabe comunicar. Este aparato es "una TV deindividuos y ya no un hogar", según Michel Ayel, de la sociedad Philips. Los recep-lores que esta empresa se dispone a poner en el mercado están dotados de una tar-jeta numérica Philips/Sony I3E1394 que permite un punto de entrada de datos depersona a persona, una salida de datos difundidos yel acceso a un mundo de pcri-féricos m uy abierto, mucho más alLí de los magnetoscopios y lectores de DVD. Suconexión rápida que si es preciso permite dispensar la cadena numérica del PC,puede soportar todo tipo de protocolos de internet y, en particular, comprende ellenguaje JAVA, es decir, permite el acceso a los servicios de teleacción.

210

55. Georges Bataille, Lascaus 011la Naúsal/ee de l'art , en Oenures Compléte: t. IX,Gallimard, 1979, p. 41.

56. Sófoclcs, AI/tígolla, 332-333, Les Belles Lertrcs, 1994.

57. M. Heidegger, lntroduction á la l7létaplzyúql/e, traducción [al francésJ GilbertKhan, Gallimard, 1967, p. 153. [Traducción al castellano, IlItrodlleciÓII a la metafísi-ca, Ccdisa, 1992.'

58. Sófoclcs, Alltlgone, traducción Holderlin, traducción Philippe Lacoue-Labarthc, Christian Bourgois, 1998, p. 47.

59. Id., ibid., traducción [can et Mayotte Bollac\.;., Minuit, 1999, p. 29.

60. Id., ibid., traducción Paul Mazon, Gallimard, col. "Polio", 1994, p. 96.

61. F. Delbary-Jacerme, "Lcxposirion de l'existencc a la vie nue", Que flttOi? 110

10, "Linespoir", L'Harmattan, 1998.

62. Sófocles, A/ltigo/le, op. CIt., p. 364-366.

63. Respecto a elpis recordemos aquí el papel esencial que adquiere en la narra-ción prorneteica que nos proporciona Hesíodo; el sobre este punto El pecado deEpil71cteo, op. CIt., segunda parte, capítulo 1, "El hígado de Epimcteo".

64. Traducción Paul Mazon, Les Belles Lcnrcs, 1994.

65. G. Bataille, Lascaux 011 la Naissance de l'ait, op. CIt., p. 35; el subrayado es deBataillc.

66. Id., lb id. , p. 65.

67. Id., ibid., p. J 6. El subrayado es de Bataille.

68. Cl Lade.iorlelltaClóll, op. cit., p. 182.

69. Plaión, La república, libro VII, 514 a y stcs.

70. I~ Valéry, La Crise de t'esprit, note, 011L'Europée»; en Ücuurcs completes, op.cit., p. 1001.

71. P V:déry, op. at., p. 1001-1002.

21 J

¡Il'i¡¡!! :1,¡,1,

11r : ~ !

:11,¡

72.Pero no es seguro que la cuestión del "viejo continente" se plantee todavía.

Quizi ya es demasiado tarde. Y si esto no es seguro, es seguro que el futuro es en

primer lugar transcontinental, más allá de esta falsa oposicián entre occidente y oticn-te que niega todo lo q1le /10 es él IglJ oran do al otro que secreta C71sí m1s1770. Desde que

el mundo se baglobalizado, occidente está por todas partes -por la extensión pla-nctaria de sus mnemotécnicas, de su sistema de producción y de sus mercados: yano existe otro exterior: lleva en sí bolsas de insolubilidad, desiertos abandonados, zonas

inalditasv condenadas, pero ya no existe extranjero que sería lo exterior, el límite y la

(romera de occidente. Sin embargo, lleva también su otro como su final: en el cora-

zón mismo de occidente trabaja un proceso de auto-inmunidad -del que habla [ac-

ques Derrida- por donde se anula. Occidente ya no tiene oriente: está desorientado

y morirá de ello, si no está ya muerto -se entropiza. La occidentalización realizada

como entropización mundial también es necesariamente una dcsoccidentalización.

La división se reconstituve desde el interior a la vez como locuras nacionalistas, sec-

tas, excesos de todo lipa, singularizaciones sin futuro, necrosis y rcactividad corn-

pensatoria, suicida e incontrolable: cntropía negativa fracasada. Pero también sebusca bajo la forma de una "nueva internacional" como afirmación de un combate

inédito que hay que IIe"Jr a cabo, fuera de toda frontera conocida, hasta fronteras

ellas mismas muy improbables todavía. Temo que Europa como "proyecto" político

que nunca habrá logrado convertirse en un sueño pertenece ya a este rcspecto al

pasado, temo que sólo tenga un lugar secundario en lo que aquí llamamos el futu-ro -en tanto que no es el devenir.

1'",

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1I I,1¡¡h

73. [acqucs Derrida, Otobiograji'cj·. Eenseigncmcnt de Nictzsclie el la poiitiqne du110m proprc, Galilée, 19~1, p. 20-21.

74. Cj. la cuarta proposición de la Idea de una lustoria uniuersal desde el plinto deoista costnopoliuco.

75. Sobre la noción de ocurrencia, el La desonentacián, op. cit., 176 y stcs,

76. Por el juego de la persistencia retiniana (que no hay que confundir con la

retención primaria pero que hace psicológica y técnicamente posible el efecto a par-ur de una retención terciaria).

212

T], y que produce la conciencia casi en el sentido en que este verbo, producir,tiene en el cine: lafillClllcia.

78. Es decir, la Bildbelliilbueill que en Husserl designa lo que nosotros llama-mos aquí retención terciaria.

79. Lo que precede resume la página 371 de La desorientación, op. cit.

80. La ligereza con la que los altos funcionarios y los políticos franceses trataneste problema demuestra hasta qué punto siguen sin ser en absoluto conscientes deesta realidad, es decir, son completamente cobardes, por no decir cínicos, ante undispositivo que es también el órgano de pruducción de sus imágenes personales.Esta capacidad de control de quienes se supone que guían el curso de la vida públi-ca por medio de lo que se ha convertido en la realidad masiva del espacio público esevidentemente un efecto directo del control industrial de la producción de las reten-ciones terciarias en la medida en que éstas constituyen finalmente la objetividad delmedio político mismo.

81. Permiten transmitir la información hipcrrnedia en LIS írecucncias de radiode los teléfonos móviles que se convertirán así en receptores de llujos de programasaudiovisuales y en terminales de acceso a las redes IP

82. Son redes capaces de transmitir la imagen de televisión por la red telefónicaconmuta da )', por lo tanto, de distribuir unos programas audiovisuales por ordena-dor sin pasar por los emisores hcrtzianos,

83. En 1998 la sociedad Avid Technology, líder mundial del montaje virtual,puso en el mercado un producto que integra en el Ilujo de las imágenes montadasuna "pista HTLM", es decir, una pista que al lado de la pista del sonido permitecrear desde el origen de la producción unos vínculos entre los planos y las secuen-cias del programa por una parte v los servicios de intcrnet por otra -por ejemplo,servicios comerciales.

84. Citado por Schillcr en "Vers un nouveau sicclc dirnpcrialisrne arnéricain'',Le Monde diplomatique, agosto de 1998.

85. Cf Zbigniew Brzezinski, La Révo!iJúoll tcchnctroniqne, Calmann-Lévy,1971, Y Armand Matrelard, "Cornmcnt cst né le myihc d'intcrnc:", Le Monde diplo-

213

niatique, agoslo de 2000: "Gracia, a su control ,k bs redes mundiales, Estados U ni-dos se ha convenido en \a "primera sociedad global de la historia", la que "máscomunica"; l...] es inevitable que los nuevos valores universales irradiados desde

. Estados Unidos cautiven la imaginación de toda la humanidad y susciten el mime-tismo". Conclusión, afirma Mattelard. acaba el tiempo de la "diplomacia de la caño-nera" -salvo, por supuesto, pal'a los recalcitrantes, como lraq y Yugoslavia.

86. A partir de ahora y en particular con vistas a conquistar el mercado del últi-mo modelo de los soportes ópticos surgidos de la tecnología del láser, el DVD, Idindustria estadounidense impone el multilingüismo a este tipo de producción (3veces en siete lenguas) para asegurar una difusión inmediatamente mundial de estosproductos desde el lanzamiento nacional. Pero lo digilal es la posibilidad de crearunas cadenas de telcuision y UIlOj' "¡¡re/Ilfllljo/' de programas de dimensión 17l111ld¡¡¡1-y,por supuesto, de concepción estadounidense: éste es el sentido de la fusiónAOL- Time Warner. La difusión hertziana ana lógica era necesariamente territorial.Porque no conoce estas barreras y permite la integración de todo tipo de redes, lodigitalllenrá a la globalización de la difusión de los programas audiovisiuales.

87. "La técnica de navegación por satélite fue desarrollada por Estados Unidosy la U nión Soviética por necesidades militares. Ahora bien, la aportación de estossistemas a muy numerosas actividades humanas es tal que hoy desbordan amplia-mente su vocación inicial y tienden a imponerse como un servicio de gran consu-mo, utilizado en muy numerosos sectores de la economía. La navegación por saté-lite parece una "malla" estratégica difícilmente eludible, no sólo en todas las fasesde la cadena espacial)' aeronáutica, civil y militar, sino también en otros dominiosesenciales flara la economía (telecomunicaciones, transportes, redes bancarias ...). Seproyecta el control del conjunto de la navegación aérea civil por GPS. Ahora bien,esta técnica es hoy patrimonio de Estados Unidos. La directriz de la Casa Blanca demarzo de 1996 situó el GPS bajo la autoridad de la US Air Force. A corto plazo laexigencia de un monopolio mundial sobre la navegación por satélite corre el riesgode crear una relación de dependencia estratégica en un número muy grande dedominios que competen a la soberanía nacional. .." Jacques Blamont, "Lespace,en¡eu maJeur de la société de l'inforrnauon", conferencia publicada por Le Mondedel 10 de octubre de 2000.

2li

I

88. J-F. Abramatic, Dél'cloppemcnt iedmique d'lnternet, informe para Christian

Piern::t, secretano de Estado para la Industna, p. \5.

89. En el mes de julio de 2000. La respuesta de Catherinc Tasca, ministra de

Cultura y de Cot11unicaClón, fue rápida, clara y negativa .

90. En el mes de mayo de 2000.

2\5

--......--......c._-' .., ~.

l. El sistema mnemotécnico mundial

Los hombres desaparecen, sus historias permanecen. Se trata de unagran diferencia respecto a los demás seres vivos. De estas huellas, algu-nas son producidas con una finalidad completamente diferente él la dela conservación de la memoria: un objeto de barro, una herramienta nose hacen para transmitir la memoria. Sin embargo, la transmiten espon-táneamente y por esa razón el arqueólogo los busca: con frecuencia sonlos únicos testigos de episodios más antiguos. Otras huellas están pro-piamente dedicadas a la transmisión de la memoria. Así ocurre con laescritura, la fotografía, la fonografía y la cinematografía. Con esta últi-ma la producción y la transmisión de estas huellas, que llamamos reten-ciones, se convierten en una industria.

Sostenemos que la técnica es de entrada un soporte de memoria: eslo que llamamos la epifilogénesis. Pero no toda técnica es, sin embargo,una 11lnemo-técnica: parece que los primeros sistemas mnemotécnicosaparecen después del neolítico. Forman lo que más adelante se conver-tirá en la escritura que utilizamos todavía hoy.

Esto quiere decir que los sistemas técnicos preceden a los sistemasmnemotécnicos y que estos últimos no se confunden con los primeros.Toda civilización se constituye en torno a un sistema técnico definidocomo estabilización de la evolución técnica en torno a adquisicionesanteriores y a una tecnología dominante propia de este sistema, ya queel conjunto de técnicas forma el sistema que mantiene unas relaciones

219

de interdependencia y el sistema cambia cuando cambia la tecnologíadominante en torno a cual se ha constituido.'

Un sistema técnico entendido así tiene un área de difusión y unaduración. El análisis demuestra que con el tiempo su extensión es ten-dcncialmentc cada vez m3S vasta, mientras que su duración es cada vezm3S corta. Está atravesado por unas tendencias evolutivas y entra en cri-sis regularmente, lo que ocasiona rupturas de sistema. En estos perío-dos de crisis el sistema evoluciona a gran velocidad lo que provoca"desajustes" con los demás sistemas sociales -derecho, economía, edu-cación, religión, representación política, ete. La estabilidad (siemprerelativa: es una meta-estabilidad) vuelve cuando estos "otros sistemas"han adoptado el nuevo sistema técnico.

El sistema técnico industrial cuyos primeros elementos se instalaronen Inglaterra él tina les del siglo XVIII hoy se ha globalizado -y ha entra-do en una época de innovación permanente tal que se le puede consi-derar profundamente inestable. Su área ya 110 puede extenderse a no serque abandone el sistema planetario y su duración ya no puede reducir-se: ya no existe estabilidad tecnológica en sentido estricto. Así pues yano se puede hablar de sistemas técnicos asiático, europeo y americano:un solo y mismo sistema planetario se ha desplegado especializándoseregionalmente, organizando la división industrial del trabajo en funciónde las oportunidades geogr3ficas o de las contingencias políticas defini-das desde el punto de vista de los inversores. Son en gran parte las tec-nologías de la información y de la comunicación las que han permitidoesta evolución por medio de la posibilidad que ellas abrían de organizar() la vez la automarización, el control a distancia de la producción y dela distribución, la circulación internacional del capital en tiempo real yla apertura de mercados intercontinentalcs para hiperruasas de consu-midores.

22tl

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Esto es bien conocido. Sin embargo, se ha señalado menos que laconsecuencia de esta inscripción de las tecnologías de la información enel centro del dispositivo industrial también constituía una ruptura sinprecedentes en relación a la historia de los sistemas técnicos desde suorigen, en la medida en que hasta el momento las mncmotécuicas siemprehabían constituido 1I1ldominio j'inglllar en relación a 10j'sistemas técnicosque sc sucedían a traués de! tiempo.

En efecto, mientras q1le se sucedían los sistemas técnicos de transformo-cion de la materia, el de los griegos y después el de los romanos "y de sussucesores" (coexistían otros sistemas en otras regiones en estas mismasépocas, especialmente aquellos calificados como "sistemas bloquea-dos"), pasando por la Edad Media y la Edad clásica hasta la primerarevolución industrial, la escritura alJé/bét/ca, principal dispositivo de reten-Cl017esterciarias sobre el que descansaba el poder teológico-político de losclérigos, formó un sistema »mcmotécnico estable durante más de veinticin-co siglos -que, desde luego, ha conocido diversas épocas, entre ellas laimprenta (y más adelante examinaremos las muy profundas consecuen-cias de ello), pero cuyo fondo de saberes y de saber-hacer, y cuyos prin-cipios generales y formales de reproduccion de la palabra no han evolucio-nado desde entonces.

Ahora bien, esta independencia de la mnemotécnica en relación al sis-tema técnico de producción /io)' ya 110es verdadera: el sistema técnico con-vertido en planetario es también)' en primer IlIgar 11/1 sistema mnemotécni-co mundial y en cierto modo hay fwión del sistema técnico y del sistemamnemotécnico, y, al I7lÚl7l0tiempo, globalizacion. Esta transformación seprodujo en el siglo XIX, que a este respecto constituye una transicióncon la aparición de las primeras tecnologías de comunicación, de infor-mación y de tratamiento de la señal. En el siglo XX las industrias de lacomunicación y de la información se convirtieron en el centro mismo

221

del sistema técnico de producción de bienes materiales, Así pues, lo queantes describíamos como una "convergencia" de las tecnologías infor-maricas, audiovisuales y de telecomunicaciones sería también la conver-gencia del sistema técnico de transformación de la materia y de las tec-nologías de memorización,

Pero esto no es todo, Hasta el siglo XIX la duración de vida de lossistemas mnemotécnicos pudo exceder a la de los sistemas técnicos por-que el control de IOj' dispositivos rctcncionales competía a los poderes teoló-gico-pollticos. Esto ern pezó a cambiar con la revolución industrial, épocaa partir de la cual se ha podido considerar la posibilidad de que Diosestuviera muerto, Si la historia puede y debe ser analizada esencial-mente como la relación entre la evolución de los sistemas técnicos, porun lado, y la de otros sistemas sociales por otra, lo que constituye el pro-blema de! ajuste, el análisis de las mnctnotccnias demuestra que éstas siem-pre sobrcdctcrminan las condiciones de este ajuste, es decir, del proceso deadopción: en tanto que técnicas de comunicación dirigen las relacionesentre individuos y colectividades, y en el interior de estas colectividades,entre los sistemas que las organizan,

El sistema técnico mundial se ha convertido esencialmente en un siste-ma mncmotécnico de producción industrial de retenciones terciarias y, portanto, de cntcnos de selecciones retencionales para unos flujos de con-ciencias inscritas en unos procesos de adopción, Esto significa que lascondiciones del ajuste conocen al mismo tiempo una inmensa conmo-ción, como se puede observar fácilmente analizando las primeras con-secuencias fiscales o judiciales, por ejemplo, del desarrollo de la red IP,donde se ve no sólo cómo un sistema técnico puede venir a conmocio-nar completamente a los demás sistemas sociales en cuyo seno se des-pliega, fenómeno clásico aunque aquí de una importancia excepcional,sino cómo él mismo constituye una especie de competencia de estos sis-

222

temas sociales y pretende ser en él mismo este sistema, fenómeno com-pletamente nuevo y consecuencia de la fusión del sistema técnico con elsistema mnemotécnico -así como de la reciente "elección" de autorida-des de regulación de esta red mundial por sus usuarios (por algurros deellos) en el seno de! ICANN,2

Esta red interoperable, que en este mismo momento se convierte ene! vector de las industrias de progra mas audiovisuales digitales, consti-tuye el elemento decisivo de la globalización del sistema técnico y a tra-vés de él la mnemotecnología se convierte verdaderamente en el centrode este sistema, al integrar calendanedad y cardinal/dad que constituyenlos agluúnantes primordiales de las sociedades, Calendariedad y cardina-lidad, que forman los sistemas retencionales constitutivos de las relacio-nes con el espacio y el tiempo, nunca son separables de las cuestionesreligiosas, espirituales y metafísicas: remiten inevitablemente al origeny al final, a los límites y a los confines, a las perspectivas más profundasde los dispositivos de proyección de todo tipo, La cardinalidad y lacalendariedad están hoy profundamente perturbadas, El día y la nochese confunden en la luz artificial de la bombilla eléctrica y de la pantallacatódica. Se anulan las distancias y los plazos de circulación de mensa-jes y de comunicaciones, y se globalizan correlativamente los programasde conducta, lo que se vive como una especie de enttopia cultural, esdecir, de destrucción de la vida porque, por razones sobre las que volve-remos detalladamente, todos los pueblos uiuen su singularidad culturalcomo una prueba de vltalidlld (de entropia negatiua}. Como ya hemosvisto, se instala el guiado por satélite, el direccionamiento electrónico seemancipa de los territorios y de las naciones, y, como veremos, a partirde ahora la geo-información y la info-movilidad se ocupan industrial-mente de la organización de los desplazamientos individuales y colccti-

223

vos, y explotan el espacio)' la relación con los lugares como una nuevamateria para inversiones.'

Estas conmociones de los sistemas retcncionales de acceso al espacioy al tiempo comunes (calendariedad y cardinalidad) que se declaró ver-daderamente de forma masiva tras la Segunda Guerra Mundial y queconoce una intensificación extrema con los fulminantes progresos de lastecnologías digitales engendra por el momento una inmensa desorien-tación que, si no se tiene en cuenta y si se desdeña la profundidad de lascuestiones que plantea, podría suscitar enormes resistencias cuyasma nifestaciones son los intcgrismos, los nacional isrnos, los ncofascis-mas y tantos otros fenómenos regresivos. Lo que está en juego es elcorazón de las culturas y de las sociedades, sus relaciones más íntimascon el cosmos, con su memoria y con ellas mismas. Ignorado o desde-ñado podría tener las más trágicas consecuencias, Debido a que lacalendarieclacl y la cardinalidad son las tramas elcmental-, de los ritmosvitales, de las creencias, de la relación con el pasado y con el futuro, elcontrol de los dispositioos de orientación [ututos será también el del ilJ/agi-nano 11711 ndial.

No cabe ninguna duda de que se anuncia un verdadero conflicto deculturas, es decir, una lucha para tratar de imponer unos modelos de con-ducta, unos programas coleaioos con los que dominar Losmercados, por-que ésta es efectivamente la cuestión que se oculta detrás de todas éstas:una guerrJ comercial mundial sin precedentes y sin piedad en la que lasredes digitales son ya, son en primer Iugar y serán cada vez más instru-mentos de lucha por la conquista del comercio mundial-del comerciomundial de mercancía, y del comercio mundial de ideas. Pero podemospreguntarnos si en este nuevo comercio no hay una contradicción explosiva, fuente de pérdidas de tazones -entendamos por ello pérdida de moti-aos, de capacidades de proyección.

22i

2. La reproducción digital de los territoriosy la geo-información

El Jumento de los puntos de contacto y de los dispositivos de comu-nicación entre los grupos humanos engendra una bajada tendencia! desus capacidades de resistencia a la concretización de las tendencias téc-nicas, es decir, a la adopción de nuevos modos de vida. En ELpecado deEpimeteo nos preguntábamos si esta perrneabilización tendencia! nolleva también a una disolución cada vez mayor del "medio interior" queconstituye el grupo social en el "medio exterior" que limita a este gruposocial.' El aumento de los puntos de contacto entre diversos mediosinteriores, acentuando la permeabilidad general a la tendencia técnicade todos los grupos (es decir, la entra pía) , haría [n ndir tcndcncialmcntc a

éstos en el "medio exterior" del mercado, que sería también lo que Simon-don llama el medio tccnogeográfico' cuando éste se hace primordial-mente mnemotécnico y, en tanto que tal, espacio de intercambioscomerciales sin espacio público.

Estos "puntos de contacto", que primero fueron bienes y personas,después imágenes, monedas, libros, mensajes telegráflcos y llamadastelefónicas, se hacen permanentes y universales: ya no son estrictamen-te plintos sino flLljos -lo que aquí llamamos enlaces y sincronizaciones-radiofónicos y televisivos, que acaban por integrarse totalmente en lasredes informativas digitales para dar acceso a reservas a partir de ahoraaccesibles desde los aparatos móviles, en cualquier circunstancia y en

225

cualquier momento, tanto terminales de teléfono y de televisión comode te!eacción-que veremos cómo modifican, mantienen y complican laorg.anización en flujos.

Esta intensificación de los puntos de contacto, su transformación enflujos y las transacciones resultantes (el comercio mundial en todas susformas) necesitan nuevas técnicas de asistencia a la orientación produci-das por las industrias de electrónica digital para navegar, ya no en elpasado de la experiencia legada por la historia, sino en el tiempo real delos acontecimientos informativos que se producen por centenares demillones en el planeta a cada segundo que pasa en los "espacios virtua-les" de datos.

Ponemos esta expresión entre comillas porque se trata de una metá-fora que puede ocultar la dinámica real de! proceso en curso. Aquí sellama "espacios virtuales" a los conjuntos retencionales de datos, con-servados físicamente en soportes digitales inaccesibles sin la mediaciónde un dispositivo de representación de estas informaciones y cuya ima-gen intuitiva se construye p:ua representar y hacer manipulables, pormedio de interfaces, estos estados de materia ifegibles para una concien-cia no equipada -y en ningún caso se trata de "inrnaterialidad": estanoción con la que se deleitan tantos charlatanes está perfectamenteyacía.

En la medida en que estos espacios electrónicos de datos pueden ser-"ir igualmente de superficies de proyección para actividades desarrolladasen tiempo real por mediación de redes y de centros servidores, y repre-sentadas en las pantallas de los ordenadores por medio de imágenesanimadas ellas mismas en tiempo real, se ha podido hablar de la cons-titución de un "espacio virtual" o "ciberespacio", como si estas imáge-nes fueran un espacio diferente del espacio "real". Si el fenómeno de

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replicación digital es muy importante y necesita análisis detenidos", estediscurso etéreo que oculta los verdaderos retos al tiempo que husmea enlos efectos de superficie de una pantalla más o menos táctil, contribuyea la pérdida general de inteligibilidad de lo que sucede y a lo que hacepantalla.

Estos retos conciernen a las posibilidades completamente originalesde proyecciones que ofrecen los dispositivos digitales de retenciones ter-ciarias. Si ahí no se trata de un espacio diferente del espacio real, es unaampliación del dispositivo por medio del cual el mundo se proyecta en undoble de una eficacia excepcional y original, que suscita un nuevo hori-zonte ilusorio e! cual abre a la vez nuevas perspectivas al Nosotros -yasu liquidacum como Se impersonal- y la era de un formidable señuelo:una nueva cinemato-grafía.

La capacidad de proyección específica en el origen de este fantasmade lo "virtual", que es la manera equivocada de plantear la cuestión,constituye en cambio y de forma evidente una ruptura principal en lahistoria tanto de los procesos de adopción como de los dispositivoscalendarios y cardinales, de los que tenderíamos a decir que con estenuevo dispositivo de difusión/retención, como escribe Heidegger en1926 a propósito de la radiodifusión,

el Dasein realiza un a-lejamiento del "mundo" todavía difícilde dominar con la mirada respecto a su sentido cxisicncial:este a-lejamiento adquiere la íorma de una extensión delmundo ambiente cotidiano.

Pero, como veremos, si la espacialidad se encuentra efectivamenteafectada por esto es en la medida en que, modalidad del "ser en elmundo", está sobrecieterminada de manera muy general por el sistema

227

de retenciones terciarias en que consiste este mundo -lo que en ningúncaso constituye "otro" espacio.

, Así pues, antes que de espacio virtual hay que hablar de un nuevosistema retencional, digital, que afecta a las intuiciones del espacio y deltiempo, ni más ni menos virtual que cualquier otra forma de retenciónterciaria, ): se trata tanto del tiempo como del espacio, a la vez de lacalendaricdad y de la cardinalidad. Y si el tiempo es siempre virtual,tomado actualmente y presentemente en el horizonte de un pasado vir-tual y de un futuro virtual, es precisamente en la medida en que unaretención terciaria, que siempre es a la vez espacial y temporal', electrónicao no, sigue siendo virtual en tanto que no participa en un acto de sclccciánde retenciones secundarias y primarias en el acontecimiento de una concien-cia actu al.

No hay, por tanto, "espacio virtual", En cambio, está en vías de des-plegarse una reproducibiJidad electrónica de los lugares, países y exten-siones geográficas: poco desarrollada todavía, abre inmensas perspecti-vas y constituye efectivamente una digualizacion de los territo 1'1 os y de losespacios de habitación que proceden del desa rrollo de los objetos nóma-das (entre ellos los teléfonos móviles), de las iníraestructuras que sonadecuadas a ello (en particular redes de frecuencia UTMS), balizas GPS(global position .iys/em), instrumentos de captación (tipo iuebcams, ban-cos de datos gcorefcrenciados -urbanos, militares, demográficos, econó-micos, logísticos, metereológicos, etc-, sistemas electrónicos de infor-mación geográfica (SIG), satélites y sistemas de ayuda para la navega-ción, etc., por medio de los cuales se está iniciando 1111 proceso de re-termo-rialización sobre las redes y por medio de las redes, que abre unas perspec-tivas completamente inéditas y redistribuye los retos geopolíticos de la"sociedad de la información","

228

Están en curso el mallaje y la representación digitales de los territo-rios, y la generalilación de las infraestructuras de emisiones de infor-maciones localizadas ve la instalación de una "segunda generación" detécnicas digitales de navegación: las de la gco-in!ormaC/óll. En efecto, ladigitalización de los territorios concierne a los sistemas de navegación enlos datos georeferenciales sobre unos fondos de mapas digitalizados enlos que también se integran fotografías, grabaciones en video, reproduc-ciones de patrimonios de todo tipo y vectores de trayectos, y, a la vez, alos dispositivos de balizaj: para la telefonía, la asistencia al vuelo y, másgeneralmente, la gestión de los aparatos móviles, de los objetos nóma-das y de los vehículos de todo tipo. Ahora bien, esto signitlca tambiénque el usuario se convierte él mismo en un dato" que circula en unos"paisajes de datos", es decir en unos datos electrónicos físicamente loca-lizados y situados en unas interfaces que simulan los espacios territo-riales. La geo-inrormación confiere así a los territorios una función téc-nica de navegación -como Simondon demuestra que el agua del mar seconvierte en un "medio asociado", una función técnica de la turbinaGuimbal que equipa las fábricas mar-matrices, un medio natural queestá integrado él mismo en el "proceso de concretización" y, por tanto,funcionalmente sobredeterminado por él que se ha cOI/vertido esencial-

mente en medio feCl1ogeográji'co.11l

229

3. Industrias de la transmisión y sistemas educativosa) Conciencias y substratos: evocaciones y desarrollos

La nueva época de la epifilogénesis, inducida por la evolución mne-motécnológica resultante de la fusión de las industrias del cálculo, de laproducción de los símbolos y de su telecomunicación, en la que ya no sepuede distinguir entre sistema técnico industrial y sistema mnernotéc-nico, es la instalación de una industria mundialmente integrada de latransmision. La transmisión es la función del dispositivo retencionalconstitutivo del vínculo social, es decir, de la individuación psíquica y

colectiva.

La adopción no es la transmisión. Ésta (la transmisión) constituye eldispositivo de legado, mientras que aquella (la adopción) es la asunciónde la herencia. Pero no hay adopción posible sin dispositivo de transmi-sión -que, evidentemente, puede muy bien no ser adoptado y desmoro-narse.

Esta nueva época de la epifilogénesis necesita la instalación de unacalcndaricdad y de una cardinalidad ellas mismas integradas y mundia-

les.

En los programas cósmicos y en la visión que de ellos da el cielo esdonde encontraron su fuente común los más antiguos sistemas cardina-les y calendarios (que proyectan orígenes y confines): la alternancia dedías y noches, el crecimiento de las lunas y la sucesión de las estaciones

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son las experiencias más universales de la calendariedad, que la mne-motecnia enriquece después con la anotación de los movimientos de losastros en las efemérides y con los cálculos astronómicos. Tras los relojesde sol y los relojes hidráulicos, los mecanismos permiten a partir delsiglo XVIII medir, objetivar y delegar en los artefactos motores el cóm-puto del transcurso horario del tiempo, lo que David Landes llama"guarda-tiernpos"," y sincronizar por medio del repique de las campa-nas la vida social, base de las primeras citas en las que hay que "ser pun-tual" 1: oficios religiosos, taller, escuela, ete. Repiq ue de campa nas queHusserl toma como ejemplo en sus Lecciones sobre el tiempo: es un obje-to temporal.

El ciclo, espectáculo inmenso en el que la humanidad aprende lacontemplación -la teoría- es igualmente el espacio de constitución de lacardinalidad y

en su sentido propio, orientarse significa: encontrar él partirde una región celeste dada -dividimos el horizonte en cuatroregiones- las demás regiones y sobre todo, oriente."

La orientación supone esta división y ésta desde luego no es másdada por la experiencia inmediata del cielo de lo que lo es el cómputocalendario de las efemérides, aun cuando éste se arraigue en

el sentimiento de una diferencia: quiero decir aquella entrela derecha y la izquierda.

Este "sentimiento" -sobre el que volveremos a través de la críticaradical que Heidegger hace de él- sólo puede declinarse y cuartearse enpuntos llamados cardinales ("dividimos el horizonte en cuatro regio-nes") a partir de una formaJización del espacio en la materialidad deuna superficie de figuración y de esquematización que se llama unmapa 11 -entre ellos el del cielo.

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En El imperio de los l7lapaj' Christian Jacob plantea que "e! espaciono preexiste a su mapa"": no hay espacio sin orientación, no hay orien-tación sin cuerpo portador de! sentimiento de una diferencia entre dere-cha e izquierda, no hay cuerpo que se oriente sin substratum de antici-pación y de reconstrucción del recorrido sobre un mapa mental que inte-rioricc una cardinalidad terciaria, sea cual sea: siempre habrá dispositivosde huellas y de lecturas topográficas, espacios de distribución figuradade las toponimias, mientras que el mapa en tanto que tal estaría prefi-gurado por un protornapa de la época neolítica, e! de la Roca de Bedo-lina, colgada sobre una llanura cuya representación está grabada en laroca.

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Cuando se tiene delante este protomapa, que también es un archi-mapa, se está igualmente en una posición excepcional colgada sobre e!territorio cartogratlado, en suspensión, en una epo/(hé de! mundo que estambién la condición de constitucion de este mundo: este lugar excep-cional demuestra cómo e! mapa da la posibilidad de la orientación-como proceso de reducción, de selección y de simbolización en el queel espacio del mapa conttacta el tiempo de la vida. Desde e! mapa de laRoca, que es esta contracción, antes que desde la Roca misma, quedesde la vista suspendida descubre el conjunto real de! espacio repre-sentado, es desde donde se accede a una visión de este territorio literal-mente geo-gráfico, es decir, humano, constitutivo de una "mirada abso-luta": una mirada inscrita en e! cruce de los confines cardinales."

Cardinalidad y calendariedad, que se establecen primitivamente enla inmediata inmensidad del cielo para desplegarse con la aparición delas mnernotécnicas en aparatos de medida y dispositivos de representa-ción fIgurada, abren la relación con el mundo, constitutiva de estemundo, como tiempo de este mundo y espacio de este mundo. Es impo-sible acceder al espacio o al tiempo de un mundo fuera de estos sistc-

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mas, entre los que evidentemente no hay que contar simplemente elcalendario y e! mapa, el reloj y la brújula, sino también todo lo que con-tribuye a establecer ritmos y lugares comunes: son unos dispositivosretencionales de un ni ve! superior, unas metarretenciones que organizane! acceso a las retenciones en general, es decir, su reparto, es decir, suadopción.

Como substtatos de slntcsis de los transcursos del sentido interno y de lasorientaciones del recorrido qlle corresponden a estos transcursos en los que serealiza el sentido externo estos dispositivos soportan las tres síntesis pormedio de las cuales lo diverso que se presenta en las formas espaciales ytemporales de la intuición se unifica en la apercepción como concepto,proyectado él mismo como esquema.

La globalización en curso, vivida a menudo como inminencia de un"fin del mundo", no sólo ni quizá principalmente por razones econó-micas sino más bien como inminencia de un desmoronamiento espiri-tual, civilizacional y existencia! resultante de un malcuarglobal, adquie-re todas sus dimensiones en la actual puesta en marcha de una calenda-riedad y de una cardinalidad planetarias,

A este respecto, la operación de marketing lanzada desde EstadosUnidos en torno a la fiesta de los mita/m, Halloween, merecería un aná-lisis en profundidad.

El que la Crítica de la razón pura no tenga en cuenta la cuarta sínte-sis hace imposible un pensamiento de los dispositivos calendarios y car-dinales como organización del espacio y del tiempo del Nosotros -es decir,como política. Heidegger, que examinó estos dispositivos o merodeó entorno a ellos bajo otros nombres (databilidad, publicidad, orientación,a-lejamiento, distancia, principalmente"), sin embargo no permite ir

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muy lejos en este sentido: se lo impide su distancia ante la cuestión dela Weltgej"c/úchtlich/(elt"

" Conc!uÍdmos el capítulo anterior planteando que la consecuenciadel control de las tecnologías de adopción por las industrias transnacio-nales de programas sería la mercantilización mundial de la educación(lo que es la condición de la constitución de una mundialiJad homogé-nea). Esto significa que la cuestión de los dispositivos retencionales ymeta-retencionales debe ser tanto más correctamente aprehendidacuanto que Lossistemas educativos S011 ante todo lugares de adquisición y detntcnortzacion de los dispoútiuos calendarios y cardinales -y, en este caso,en occidente fueron concebidos como dispositivos de adquisición de los[undamemo: cientíjl"cos y jl"losóficos de experiencias individuales y colec-tivas del espacio y del tiempo, como historia del espíritu, en tanto queéste es un Nosotros que nos engloba, que es mayor que el Nosotros actualy factual, y quC:'/lOS abre la perspectiva de un espacio y de un tiempo uni-vers,des- más allá del sentido físico de estas expresiones.

A las síntesis de la conciencia se sobreimpone originariamente la sín-tesis tecno- lógica de la retención terciaria. Esta cuarta síntesis, condi-cionando la síntesis de reconocimiento, soporta y articula al mismotiempo las tres síntesis de la conciencia, y se la puede llamar una "reten-ción de síntesis", como se llama sintético al artificio de una replicaciónproiética. En este sentido, a riesgo de chocar a la Escuela, se estaría ten-tado de hablar de proteticidad a priori. El juicio sintético a priori estaríaapoyado por una síntesis protética "apriori" -"a priori" que sin embar-go mantenemos entre comillas porque, considerándolo atentamente,hay aprioridad del juicio sintético de la conciencia en el después de unasíntesis protética y ti posteriori (es decir, empírico y que además pre-cedeen el tiempo a esta conciencia como la posibilidad de su ya-ahí), peroque hereda <ll mismo tiempo de la aprioridad de la síntesis del juicio

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que ella hace posible -en un después en cierto modo fabular, perforrna-tivo y fundador- y que, al ser una condición de posibilidad de la cxpericn-cia en tanto que ésta es recognitiua, es "trascendental", siéndolo al mismotiempo solo en y bajo las condiciones de la apostenondad de la historia delas in ucncioncs técn icas.

Llamamos a esta situación "a-trascendental",

Así hemos podido subrayar que el entendimiento que efectúa lanumeración es lo que ha interiorizado una operación que consistía enprimer lugar en una motricidad del sentido externo sincronizada con e!sentido interno, ya que esta conjunción de los sentidos interno y exter-no supone un sistema técnico de numeración que constituye el substra-to, elaborado en el curso de la historia de las conciencias, que permiteconservar la huella de un transcurso y estabilizarlo. Debemos remitiraquí a los análisis que propusimos de la geometrÍa1h

, en los que creemoshaber demostrado que la síntesis retencional literal, en tanto que vienea suplir él la jin¡tlld rctencional de la conciencia de protogeómetra, espresupuesta por el razonamiento geométrico, tal como Husserl preten-de dar cuenta, y permite la constitución de! Nosotros de la comunidad delos geómetras así como la apertura del horizonte infinito de la cienciageométrica como pantalla de proyección de este infinito -y no hay infi-nito sin pantalla.

Pero de manera mucho más general, la síntesis literal del flujo de laconciencia es también lo que hace posible la inucncion del principio decontradicción. Tomamos aquí la palabra "invención" en el sentido anti-guo de exhumación (,'invención de la santa cruz" 17). El principio de con-tradicción no es descubierto ni desde luego inventado en el sentido de"fabricado". Toda conciencia accede a él de entrada y en este sentido nohay descubrimiento. Pero no toda conciencia lo pone en íuncionamien-

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to con éxito, a falta del dispositivo de control de la unidad de flujo quepermite respctarlo y en este sentido, aunque no sea fabricado, es "inven-tado", es decir, hay una fecha a partir de la cual se formula en tanto quetal y en cieno modo producido, pro-elucido como se "produce" unaprueba ante un tribunal'", Este "en tanto que tal" supone un dispositi-vo que permite su proyección.

Es el "en tanto que tal" del principio de contradicción el que definela tesis o eL enunciado tético, es decir, la posición expresa típica tanto delrazonamiento apodíctico como de la publicación de la ley que funda lapolis. Lo que impone formalmente el principio de contradicción es sudevenir-público. Si este principio de contradicción sobredcteimina laactividad proyectiva de toda conciencia, no es conquistado apodicuca-mente mientras no se adquiera la posibilidad de registrar literalmente UIZ

enunciado lógico que transcriba 1/11 fllljo de conciencia -por el hecho, tam-bién ahí, de que la conciencia está sometida a la finitud retencional quele prohibe aprehender en su unidad de conjunto (es decir, unificar) elflujo temporal en el que ella consiste.

Por esta razón toda conciencia, aunque esté sobredeterminada poreste principio, sin embargo puede y debe ,)'ztjl-irpor el hecho de encontrar-se en contradicción con ella misma, de que es "en sí y para sí" antitéti-ea, y de que, sin embargo, siempre deba acabar por juzgar, es decir, pordecidir y zanjar haciendo la "síntesis" de esta situación existencia!' Estaexperiencia, que es una prueba permanente de la existencia, sin recur-so, sea cual sea la evidencia del principio, se llama el tiempo, estiradoentre el pasado que se ha olvidado para siempre y el futuro que no se haanticipado, horizonte de posibilidades que todavía no existen -expe-ricncia contradictoria del no-ser sin el que, como dice Valéry, no hayfuturo, mientras que no es concebible ningún futuro que no proyecte almismo tiempo la resolución final del principio y, por lo tanto, la unifi-

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cación del flujo de experiencias vividas en un horizonte de "paz deopuestos metafísicos"l' y en el ílujo lwivers¡t! de un Nosotros Ideal.

Asimismo, si la conciencia general satisface las condiciones de lo quela Crítica de la razón pura llama las analogías de la experiencia-perma-nencia (sustancia), producción (sucesión), comunidad (simultaneidad),sin embargo, no toda conciencia tiene ref1exiva y téticamente acceso alas reglas a pnori que determi nan la relación de todos los fenómenosentre sí en un mismo tiempo y que establecen estas analogías. El prin-

cipio de las analogías descansasobre la unidad necesaria de la apercepción, en relación atoda conciencia empírica posible (de la percepción) en cadatiempo y, en consecuencia, puesto que esta unidad sirve Fun-damentalmente a priori, en la unidad sintética de todos los!Cnómenos, desde el punto de vista de su relación con eltiempo. En efecto, la apercepción originaria se relaciona conel sentido interno (con el conjunto de todas las representa-ciones) y, hay que subrayado, a priori con su forma, es decir,con la relación de la conciencia empírica diversa en el ucm-

po."Pero no toda conciencia es "consciente" de lo que es la conciencia,

especialmente como unidad de un Hujo que lleva a cabo estas reglas dela experiencia: su formulación supone el arrazonamiento de este tlujo,su fljación y su espacialización.

Respecto a los juicios matemáticos, que "son todos sintéticos", supo-nen la síntesis protética ya posteriori de la unidad de la apercepción geo-métrica como conciencia de un Nosotros ideal que aparece después apriori, en el después de la experiencia de esta aoosuiioridad (que es laexperiencia de un pensamimto necesario que se necesita a medida que éstase engramll -ya que el pensamimto deL geómetra figura e inscribe para si

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II11Sl7l0Sil razonamicntoi y aunque el ponerlo al descubierto sea induda-blemente el descubrimiento de juicios sintéticos a prioiti, es decir, quecomportan "la necesidad que no se puede sacar de la experiencia" .10

Pero aqui hablamos de dos sentidos de la experiencia. Uno es la expe-riencia de lo que Izay de permancnte como espacio de los fenómenos acce-sibles a los sentidos externos y el otro, la experiencia de lo que hay de flu-yente y, sin embargo, de ltIllji'cable Idealmente en la aprehensión, lareproducción y el reconocimiento, y en el sentido interno tal como éstepuede apoyarse en las muletas de representaciones permanentes que sietn-pre pueden variar pero cuya inscripcion en la permanencia de las retencio-nes terciarias, que pertenecen ellas mismas a la vez al sentido interno yal sentido externo,permlte estabilizat; al sincronizar al mismo tiempo sen-tido Interno y sentido externo. Cuando volvamos sobre la cuestión de lagr3mática veremos que esto es igualmente cierto de las categorías."

Es en este sentido extremo en el que a las síntesis de la conciencia seles sobreimpone originariamente la síntesis tecno-lógica de la retenciónterciaria y por esta razón en "La industrialización de la memoria?" yohablaba de síntesis industrial de la [mitud rctencional. Ahora bien, estosignitlca que esta síntesis industrial cuestiona directamente la conciencia entanto que tal -es decir, en tanto que ésta ha podido aprehenderse "entanto que tal" en el curso de una época del pensamiento que es precisa-mente la época del pensamiento de la conciencia, llamada también lafilosofía moderna."

La posibilidad de este "cucstionarniento" significa que el flujo de laconciencia sólo tiene curso en la medida segtÍn los substratos que dibujan lasposibilidades de este curso. La conciencia es un flujo -que engendra tor-bellinos procedentes de lo que en el último volumen designaremos yanalizaremos como el fenómeno de la recurrencia: ésta está constituida

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por microt1ujos turbulentos- Y en el curso de este ílujo se fOrlTlan uni-dades de historias, que son siempre más pequeñas y a la vez mayoresque el Hujo de la propia conciencia. Así, la historia de la geometría esmayor que la del geómetra. \ al mismo tiempo, un geÓl1\etr3 siempre esmás que un geómetra. A este respecto la geometría es "más pequeña"

que el geómetra.Habíamos visto que un flujo de conciencia es un montaie que pro-

cede por captaciones, injertos, mezclas y posproducción de donde resul-ta un fenómeno de adopción: el que da la unidad proyectiva de un flujo.Captaciones, injertos, mezclas, po~producción Y montaie suponen unosinstrumentos retencionales en relación a los cuales el curso del t1ujocontrae unas obligaciones en las que se encuentra "cogido". Estas obli-gaciones ponen en juego las tres síntesis que de este modo están ellasmismas tecnoló-gicamente condicionadas por los substr3tos de lasretenciones terciarias que constituyen el curso del Hujo por su durabili-

dad.A partir del siglo XIX, está en curso una "nueva conciencia" que

comenzó a ser pensada en el siglü XVII como Yo pienso, ciento cincuentaaños después del descubrimiento de América y de la invención de laimprenta: se generaliza cuando sus substratos son interiorizados masi-vamente con la escolarización, al haberse convertido el libro en una

industria.\1I

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La Instrucción pública dispensada por la educación pública es la olga-nlzacióll nacional de la Interiori':;(lción (y de la naturalización) de la sí/lte-

sis protétlca "a prior!".Veremos que esta época de instalación de la conciencia que va de la

imprenta Y la colonización a [ulcs Ferry corresponde Igualmente a una gue-rra espiritual y tecnológica de la gramática, lo que Sylvain Auroux ha lla-

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mado "la gramatización", por medio de la cual Europa occidental tratade hacer adoptar su modelo teoló-gico político: estag/lcrm de la tipogra-fía que empieza a imponerse al mundo, como red colonial y "repúblicade las letras" es una guerra de los espíritus.

El Yopienso se concretiza y generaliza en el siglo XIX al término dela primera revolución industrial por medio de una interionzacion demasa de los substratos que condicionan su curso." El número de niñosescolarizados pasa de 1.939.000 en 1832 a 5.526.000 en 1886-1887. En1850 son el 47,5% de la población en edad escolar y en 1896, el 93,5W\:la interiorización se sisternatiza a través de la generalización de un sis-tema educativo que descansa en la alfabetización, la numeración, laliteración y la vocación de frecuentar las ideas universales -lo que losalemanes llamaron una Bildung", una "formación" en la que es tam-bién la proyección de una imagen (Eild).

Estaproyeccióll nacional literal es una sincronización que constituyela unidad del Nosotros democrático industrial, pero que también tienepor objeto una diacronizacián como adquisición de una facultad de juz-gar (y de sintetizar unas contradicciones)", o más exactamente, comoinvención de esta facultad ya ahí, pero que como principio de contra-dicción pide ser planteada, ex-presada en su uso público "ante el con-junto del público que lee" y, por tanto, practicada. Este uso público cons-tituye un espacio público, una respublica cuya institución es la escuela.

La proyección literal es el espacio y la pantalla de proyección de lares publica -y desde los griegos, de la polis. Pero, como veremos, sólo apartir de la cstundanzaaén tipográfica son posibles tanto la invención dela conciencia del sujeto como la del espacio republicano moderno.

Al mismo tiempo que se desarrolla la instrucción pública se instalala prensa escrita de masas, todavía bajo una fuerte influencia de la pren-

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sa de opinión que abrió el espacio de la confrontación de las ideas en elsiglo anterior. Desde luego no hay que infravalorar el hecho de que estaconciencia nueva es en cierto modo la estela del espíritu revolucionarionacido en el siglo XVIII como época de las Luces, en particular a travésde Rousseau, Kant y Condorcet, y, a la vez, un aspecto esencial de laorganización del proceso de adopción que habíamos llamado la moder-nidad tal como ésta procede de la revolución industrial (éste es el doblesentido de la instrucción pública obligatoria).

Hoy, cuando el entendimiento mecanizado y el esquematismo de lasindustrias culturales entran en converzencia este sistema educativo sur-b ,

gido del siglo XIX, inspirado en los siglos XVII y XVIII, como disposi-tivo de interiorización de las prótesis constitutivas de la historia de lossaberes y del Nosotros en tanto que conciencia universal que se des-prende de historias nacionales, es cuestionado por la transformación delsistema técnico en sistema mnemotécnico industrial y planetario deretención, y COIl él, la "conciencia": las industrias internacionales de pro-gramas tienden a sustituir a las industrias nacionales de programas que sonlos sistemas educativos nacionales, 10j' cuales ya no parecen compatiblesC011 los imperativos de la transm ision definida por el sistema industrial ymncmotécn ico pla netario. A travéj' de esta evolución se disputa una verda-dera guerra de los espíritus, llevada a cabo principalmente por EstadosUnidos, que veremos que no hace más que proseguir la que había ini-ciado el occidente europeo)' C1iyaposibilidad está originariamente inscri-ta en el proceso de adopción que caracteriza toda socialización.

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4. Industrias de la transmisión y sistemas educativosb) Orientación y retención

Hace mucho tiempo que se anunciaba la crisis de los sistemas nacio-nales de educación. Desde que las industrias de programas se hubieroninstalado ampliamente en la vida cotidiana y hubieron redefinido lacalendariedad, el sistema educativo, que era él mismo una tnstitucion deprogranJaJ' calendarios y cardinales, tenía necesariamente que sufrir estaevolución. Sin embargo, la potencia de su propio dispositivo había podi-do resistir hasta entonces a este elemento desestabilizador cuandomenos en apariencia, apoyada como estaba en el prestigio y las institu-ciones de un sistema mnemotécnico separado de los sistemas técnicos deproduccián desde hacía más de dos mil años.

El sistema educativo actual está constituido sobre la base retcncionalde esta época en la que un sistema mnemotécnico es independiente deun sistema técnico que todavía no está él mismo global izado ni total-mente inmerso en el mercado. Ahora bien, ya no ocurre lo mismo conla integración industrial de la transmisión, para la que la transmisión desabores constituye evidentemente el mercado principal. Esto es lo queilustró la presencia masiva de las industrias de programas digitales, apartir de entonces inseparables del sector editorial, durante el encuentrode Vancouver consagrado a los mercados mundiales de las nuevas tec-nologías de la educación.

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IEsta evolución era ineluctable: es la consecuencia directa de la pues-

ta en marcha de un dispositivo de orientación surgido de la industria dela transmisión, basado en los soportes retencionales digitalcs y quedesestabilizan la hegemonía de la síntesis literal al tiempo que la inte-gran en sus dispositivos hipertextuales e hipermedias. Esta industriadigital y transnacional de programas, nueva competidora de las institu-ciones de programas de educación pública que fueron "nuestros estable-cimientos de enseñanza" (subrayo en esta cita de Nictzsche) será incon-mensurablemente más poderosa que los media de masas que ya trastor-naron mucho la escuela yque se desarrollaron en Francia en menos detreinta años -con la liberalización de la televisión nacional y la apari-ción correlativa de la publicidad y después la privatización de las cacle-

nas,La escuela asumió casi hegemónicamente la función de orientación

calendaria y cardinal desde la segunda mitad del siglo XIX y hasta laaparición de las industrias de programas. Los periódicos diarios eranuna prolongación suya que evidentemente se beneficiaba del aprendi-zaje popular de la lectura. Las primeras ensei1anzas escolares son loselementos ortográficos y aritméticos (las bases de las teC/lologíaJ' de reten-ción de referellcia) y los elementos primarios de la historia y de la geo-grafía -los nombres de los ancestros y de los rerritorios nacionales, susproyecciones en las cartogratías geográficas y administrativas. Estos ele-mentos son las bases del proceso de adopción que, al enseñar un pasadocomún, crean las condiciones retenctonales terciarias e interiorizadas paraque el dispositivo de proyección de un futuro compartido se haga posi-ble y cada uno se pueda orientar idealmente en él según su propio jui-cio, es decir, según su libertad: así se forja la unidad de la nación en la

escuela.

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Sola la escuela supo dar una conciencia histórica a la concienciacolectiva, ella sola supo darle una conciencia geográfica y esto repercu-rió tanto en la historia de los propios saberes como en la geografía de lossaberes, es decir, en la contribución de todos los saberes a la compren-sión de la geoflsica y de las escalas, ya se trate de la escala de la percep-ción o de las de 10 infinitamente grande y de lo infinitamente pequeño,ya se trate del espacio simbólico de las lenguas o de los fenómenos artís-ticos, del espacio flsico de los fenómenos mecánicos, del espacio vital delos seres naturales, del espacio histórico de los hombres, etc.

La escuela, sistema de orientación en los saberes, es un dispositivode condensación, de abreviación, de contracción y de proyección de suhistoria y de su futuro, reiterados cada vez en los diferentes niveles posi-bles de adquisición de conocimientos para las conciencias: elemental (oprimario), superior (o secundario), universitario, ete. Como el espacio delmapa, como el tiempo del cine, el tiempo de la escuela es una contracción.Como recapitulaciones sucesivas de los progresos de los saberes (méto-dos), este sistema sólo puede funcionar en la medida en que un flujoretencional, ya sea el de un Yopienso o de un Nosotros, está él mismoesencialmente sujeto a contracciones, abreviaciones, condensaciones(incluidas en el sentido freudiano), algebratizaciones y teorematizacio-nes.

Porque es el saber el que está en sí mismo esencialmente consagra-do a las forrnalizaciones abrcviantes --y ell primer lugar en tanto quetransmisiones que el sabio se dirige así mismo: el saber siempre es unsaber-contraer (describir, analizar, formalizar, sintetizar). La formaliza-ción que supone la formación ya es en sí misma una contracción. Elpensador contracta y formaliza, y así es como piensa, forma y transfor-ma. En el último volumen veremos cómo plantea Bergson esta cuestión.La filosofía de Leibniz, algebrista y precursor de la síntesis numérica

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como Characteristica Un iuersalis. es un pensamiento de esta concisiónconstitutiva de los saberes,

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La escuela organiza la "conciencia de identidad" del flujo del Nos-otros como sistema de producción de este flujo según unos principios(científicos y republicanos o religiosos) de montajes)' de selecciones porreactiuacion de flujos de conciencias contractantes pasadas: las concien-cias de aquellos que supieron y cuyo saber se recuerda. Como sistemade orientación en la historia del Nosotros intelectivo, el sistema educati-vo debería ser también el lugar de interiorización de la [ormalizacion delas modalidades de constitución del flujo del Yo y con ello de la forma-ción de este Yo en tanto que flujo coherente -en primer lugar a través delanálisis de los elementos del discurso de éste. El análisis gramatical abre elacceso a la analítica del flujo de la conciencia a través de su palabra y del

flujo del Nosotros a través de sus reglas de uso y en sus dimensiones for-males, que a continuación permite el acceso al análisis lógico y a los jui-cios sintéticos y analíticos constitutivos de las disciplinas .

Decíamos que como substratos de síntesis de los transcursos del sen-tido interno y de las orientaciones de los recorridos, es decu; de losjuiciosprácticos o teóricos, que efectúan los sentidos externos como ejerciciosque corresponden a estos transcursos, los dispositivos retencionales sus-tentan las tres síntesis por medio de las cuales lo diverso, que se presen-ta en las formas espaciales y temporales de la intuición, se unifica en laapercepción como concepto, que se proyecta él mismo como esquemaen tanto que método. Estos dispositivos se interiorizan en la escuela ypara que estos métodos puedan ser adquiridos, la producción de esque-mas necesita unas prácticas que consisten en comportamientos motores detoda naturaleza: recitaciones, dictados, redacciones, cálculos, demostra-ciones, resolución de ecuaciones, comentarios de textos, disertaciones,

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experiencias y composiciones, que consignan unos cuadernos de ejerci-cios y que sancionan unos exámenes y unas oposiciones,

La educación pública era y sigue siendo un sistema del que el profe-sor es un elemento, en el que los cuadernos, los libros, las aulas y suspizarras son otros elementos, y el conjunto lleva a cabo con todas susconsecuencias el sistema mnemotécnico del alfabeto. Estos elementosforman un dispositivo retencional complejo en el que, en Francia porejemplo, al entenderse que la escuela que reproduce los saberes ele-mentales también forma a los futuros profesores, existen:

- exámenes y oposiciones por medio de los cuales estos profesoresson calificadoj' aptos para poner en marcha los soportes de enseñanza, esdecir para hacer adoptar e interionzar las retenciones acreditadas según loscánones de una disciplina;

- una inspección académica y una inspección general por medio delas cuales se definen los programas y su realización controlada;

- una universidad en la que se critican y rcelaboran los sabercs, esdecir. los criterios en los que consisten, y unas comisiones nacionales en lasque se evalúan estos trabajos;

- unas escuelas normales superiores y unos institutos universitariosen los que se forman especialmente los maestros y los profesores agrega-dOj·I\;

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- un mundo de la edición escolar y universitaria especializada en-lapublicación de los libros de texto y obras de inve.iúgación, es decir, en elestablecimiento y la difusión del dispositivo retencional en tanto que tal.

Además, esta edición especializada está enrnarcada por los saberesde todos los actores precedentes que elaboran para los libros de textounos pliegoj' de condiciones publicados por un boletín oficial de la edu-

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cación pública y para las ediciones universitarias, unos comités de lectu-ra constituidos por las comunidades científicas. En principio la edicióndebe someterse a estas instancias que acreditan las retenciones oficialespara producir los soportes que utilizan profesores, estudiantes, maestrosy alumnos. Finalmente, algunos profesores son los que producen loscontenidos editados -tarea prestigiosa, remunerada y codiciada.

Todo esto supone igualmente unas librerías, papelerías, bibliotecas,ete. Este sistema descansa en la cultura mnemotécnica que es común odebe hacerse común él todos estos actores, que es su medio y la condiciónde inuencion de Sil unidad de jlu]«: la cultura de lo escrito como síntesisliteral de losjlujos de conciencias pasadas, cuya conservación constituye eltesoro de los saberes accesibles y el juego de los substratos de la concienciaque tiende a ser públicamente consciente de sí misma.

Los principios que deben ser adquiridos por los beneficiarios de estesistema de transmisión, a saber, las nuevas generaciones que a través deél pueden recorrer en unos años la totalidad de los conocimientos racio-nales, según el dispositivo de contracción del tiempo del Nosotros que estambién la condición de la adopción, han sido forjados en y por esta cul-tura de lo escrito: son la concretización de sus posibilidades analíticas ysintéticas, y en tanto que tales constituyen los fundamentos de este pro-ceso de adopción en un país democrático moderno.

Ahora bien, no es en absoluto seguro que en el futuro todavía se pue-dan transmitir estos principios, ni siquiera que todavía se pueda verda-deramente hoy. Se vuelve marginal el dispositivo retencional en el quehan sido forjados, lo que tiene como consecuencia que el conjunto delsistema en cierto modo parece "girar inútilmente" y cambiar de función.Ya se ve ahí una especie de parque para la custodia y posible endereza-miento de unos humanos jóvenes. Ahora bien, este malestaren la educa-

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CLÓ11 quizá procede menos de una crisis social, económica, política eincluso moral que de una crisis propiamente extra-ordinaria de los saberes-pues ordinariamente el saber está en crisis.

Esta cxtra-ordinanedad crítica deja completamente desprouistos a losresponsables de la transmiston de estos saberes y los sume en una peligrosaculpabilidad, portadora inevitablemente de reactividad y tanto másvacía cuanto que los demagogos de todo tipo, premios Nobel incluidos,no dudan en denunciar a cada paso, en sus dificultades, una incompe-tencia o una ilegitimidad que sería el hecho de una deriva corporativis-ta o sindical -si no de una esencia intrínsecamente perversa del oficio'de docente. Ésta es una expresión singularmente sórdida del malestarque reina en Francia en toda la última parte del siglo XX.

5. Industrias de la transmisión y sistemas educativosc)Dijgregación de los saberes y denegación de los no-sabores

El problema es más noble. Es decir, que es mucho más grave y pre-ocupante, por muy ciegos que puedan seguir estando al respecto algu-nos advenedizos del reconocimiento científico. Si existe crisis social,económica, política y moral y si esto también suscita a veces, e inevita-blemente, un corporativismo efectivamente condenable, esto sólo sonconsecuencias. Estos efectos sociales, económicos, políticos y morales,que desde ahora se han vuelto verdaderamente insoportables en la vidade "nuestros" establecimientos de enseñanza, son los de la disgregaciónde los sabercs frente a las consecuencias del devenir tccnocicnttficode laciencia -incluidos unos saberes políticos que, al faltar y ser reemplazados

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ellos mismos por los saber-hacer", evidentemente no permiten pensarmás el futuro de la escuela que cualquier otra dimensión de futuro deun Nosotros.

Una gran mayoría de docentes, ya sean maestros, profesores o inves-tigadores, tienen la sensación de que si los saberes tecnocientíficos pro-gresan a toda velocidad, el saber como unidad idealmente universal de unNosotros ha entrado en un proceso irreversible de desmoronamiento en elque se aniquila -esto que tanto Husserl como Valéry presentaban ya,pero que a fin de cuentas, se revelaría inconmensurablemente más gravetras un siglo de tecnologización de las matemáticas por los instrumen-tos de cálculo y de aceleración de la "conquista de la ubicuidad": casiapocalíptico, quizá no para el mundo en general sino para el mundo dela racionalidad.

La "crisis de la escuela" no es esencialmente ni la indisciplina de losalumnos ni la "incivilidad" de los "barrios conflictivos", ni la disgrega-ción de la célula familiar, ni el peso demasiado grande de los padres ode las colectividades locales, ni el hecho de que los docentes sean fun-cionarios, ni tampoco el peso de la crisis económica, ni siquiera el cre-ciente peso de las industrias de programas y de los nuevos media. Tarn-poco es, desde luego, la emigración, hoy menos importante que no hacemucho y que es esencial para el desarrollo económico, social, técnico ycientífico de un país moderno, como ha demostrado el capítulo anterior.Es todo esto, pero como consecuencias diversas de la incapacidad de lossaberes para dar cuenta de la nueva situación y, por lo tanto, de la carenciade criterios de análisis y de teoremas sintéticos que permitan constituir undispositivo cpistémico de retenciones apropiado y como incapacidad resul-tante de FORJAR losfundamentos integradorcs de un Nosotros, es decir, deuna visión de futuro deseada en su misma indeterminación, en su

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improbabilidad factual, en la incertidumbre de susjrontcras y en su idea-lidad, en el sentido a la vez kantiano y husserliano de esta palabra.

Sólo una crítica permite el desenlace de una crisis. es decir, la aper-tura a otra época (portadora de otras crisis) y sólo unos criterios permi-ten llevar a cabo esta crítica. Es lo que designamos con el nombre de"nueva crítica". Ahora bien, si estos criterios son siempre y muy en pri-mer lugar unos criterios de tctcncion, es inconcebible que los procesos deruptura aparecidos en las tecnología.i retcncionales de las mncmotécn icas enel curso de las últimas décadas y que constituyen el carácter propia-mente extraordinario de esta crisis de las ciencias europeas convertidas entecnociencias americano-plalletarias, no sean teorizados en tanto que talespor los saberes y que todas las consecuencias de ello se saquen en mate-ria de sabcres y de no-sabcres.

Hoy se producen muchos no-saberes. lo que es inevitable teniendo encuenta unas inconcebibles aceleraciones y complcjitlcaciones resultan-tes de la tecnocientitlcación de tantos aspectos de la vida bajo la direc-ción del marketing, la crisis de los fundamentos inducida por las nuevastécnicas retencionales y, a la vez, lo que llamamos aquí la disgregacióntal como la engendra una nueva división del trabajo intelectual, cuyosefcctosya anunciaba Nietzsche en 1872:

La utilización, tan deseada en nuestros días, del sabio al ser-vicio de su disciplina, hace a la cultura del sabio cada vez másaleatoria e inverosímil. Porque el campo de estudio de lasciencias está hoy tan extendido que aquel que con unas bue-nas aunque no excepcionales disposiciones quiere produciralgo en él se consagrará a una especialidad muy particular yno se preocupará lo más mínimo por tajas las demás. Si ensu especialidad está por encima del vulgus, forma parte deéste para toclo lo demás, es decir, para todo lo que es irnpor-

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tanteo Así un sabio especializado exclusivamente se parece aun obrero de fábrica que en toda su vida no hace otra cosaque fabricar determinado tornillo o determinada empuñadu-ra para una herramienta o una máquina determinada, tareaen la que alcanza, hay que decido, un increíble virtuosismo."

Ahora bien, la proliferación de no-saberes inevitablemente resultantede esta situación que no ha hecho más que reforzarse con la continua-ción de la industrialización está enmascarada: es objeto de escandalosasden egacioncs , aunque, al contrario de lo que ocurría en la época deNietzsche, por parte de las más amplias masas de conciencias se sientaa partir de ahora que su "reificación" no consigue privar de todo juicio,de todo "albedrío", como se decía antes, de este "sentido común" que nocomprenden en absoluto los comerciantes de audiencias.

Así pues, estas masas de conciencias se ponen él dudar -pero peligro-samente. y no metódicamente, como sería el papel del saber y de sus porta-voces de hacer todo para dar a cada uno el deseo y no la angustia. En vezde ello, los media se hacen eco de remilgos positivistas que no engañana nadie, sólo a algunos periodistas necios, celosos, ansiogénicos", queacabarán por ser "sentados en el banquillo" como hoy los políticos.

El dispositivo retencional global y administrado públicamente quees el sistema educativo es un dispositivo de orientación que sólo puedefuncionar a condición de encarnar -a través de los profesores en tantoque seres movidos y emocionados por la preocupación por el saber y suconjianza en él, una confianza que no es precisamente ni negativa nipositiva sino interrogativa incluso ante las conciencias más jóvenes-, acondición de encarnar, afirmábamos, la diferencia), la conjunción entreel saber y el no saber y, por último, la experiencia siempre viva de unadiferencia que hay q1le aprender ti hacer y a conjugar, por muy frágil quepueda y deba ser, que hay que practicar lino mismo para poder transmi-

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tirla. que, en efecto, debe ser transmitida y recibida porque /lO se haceespontáneameni¿ y que en las conciencias que hay que educary formarencuentra lo que Kant llamaba un principio subjetivo de diferenciaciónque se trata de hacer crecer pracucándolo.

La motricidad de este dispositivo de proyección de un Nosotros idealque es e! sistema educativo moderno supone la afirmación constante deesta diferencia que encuentra varias expresiones y que, por ejemplo,plantea que si a=a, a es diferente de no-a, o que lo que es verdad esditerente de lo que es falso, o que el derecho obtiene su autoridad de sudiferencia radical con el hecho. Esta motricidad, sin la que el dispositi-vo ya no funciona, supone la afirmación de que el aprendizaje de estadiferencia (que no es, ella tampoco, una simple oposición) consiste endisciplinas que ponen en práctica unos criterios, siempre expuestos ellosmismos a la crítica.

Ahora bien, mientras que las ciencias se han convertido en tecno-ciencias, ya no se sabe qué son estas disciplinas y sus criterios y esta crí-tica parece haberse desmoronado ella misma. En las mejores condicio-nes se llama "resistencia". Pero, hesistencia a qué?

Una crítica es lo que analiza aquello a lo que se trata de resistir, si hayque resistir, y aquello que ha)' q1le intcriorizat; si ha)' que adoptado.

AqUÍ planteamos que lo que hay que analizar y criticar en prioridadconsiste en lo que llamamos dispositivos retencionales. A partir de suconocimiento es posible una comprensión de la radical novedad de larealidad tecnocientÍfica en relación a las disciplinas científicas tal comofueron definidas en sus principios de Kant a Platón -ya se trate de!lugar de los instrumentos en la experimentación y la simulación enciencias físicas, de la posibilidad misma de esta simulación como pro-yección, de los modelos cognitivistas de lo que es el conocimiento y del

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1

papel que estos desempeñan en la definición de las prótesis retcnciona-les contemporáneas, especialmente en el dominio económico y empre-sarial (lo que actualmente se ha denominado e! 1(llowledge mallage-mentí; de la conmoción de las condiciones de evolución del ser vivo per-mitida por su reificación molecular y su reproducibilidad industrialconsecutiva, de! papel de los archivos antiguos y nuevos en historia, dela inscripción de las formas de vida humanas en los espacios geográfi-cos, de! estudio de los textos por la lectura asistida por ordenador, de lascuestiones jurídicas inéditas constituidas por la nueva reproducibilidadindustrial, de la teoría de la calculabilidad en matemáticas, etc.

Del cómputo solar a la calendariedad mundial que instalan las redesdigitales, de la Roca de Bedolina a los Sistemas de información geográ-fica, los dispositivos retencionales que condicionan la orientación seorganizan en sistemas de "navegación" que conocen una mutaciónprincipal y una extensión de sus papeles para el control de los procesosy ello a la vez en e! dominio social y en el interior de las disciplinas tec-nocientíficas, puestas ellas mismas al servicio de esta nueva industria. Elpeso de esta evolución es tal que viene él desestabilizar a los demás dis-positivos de proto-orientación que son los sistemas educativos. Estos,que permiten la interiorización de los dispositivos retencionales funda-dores de las relaciones con el espacio y con el tiempo, son unas institu-ciones de programas cuya función es refundar los modos de acceso ordi-narios de las jóvenes conciencias (de los Yo que llegan en este Nosotrosial tiempo y al espacio de! Nosotros, modos de acceso ordinarios que pre-para por anticipado y por otro lacio, desde las estructuras educativas pre-escolares (familiares), aquello que Heidegger llama la preocupación -loque plantea la difícil cucstián de la selección en el sistema educativo: éstasólo puede ser tratada desde un pensamiento de la selección en gelleral que

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cutdcntemem¿ constituvc el centro de los dtspositioos rctcncionales y, a tra-vés de ellos, de las prácticas y teorías de la ciencia y de la tecnociencia.

La instrucción pública obligatoria (electiva aproximadamente en elmomento en que aparece el fonógrafo), proyecto de las Luces y a la vezdispositivo de ajuste y de organización de la adopción de la moderni-dad, constituye a finales del siglo XIX y hasta finales del XX el princi-pal sistema de orientación -lo que entonces significa: de orientación enel pensamiento por medio de la activación de principios de diferenciaciónque todos tienen (verdadero )' falso, etc.), pero que no todos actualizany formalizan, ya que no todos están formados. Este pensamiento en elque se trata de orientarse está disponible en tanto que corpus de estossubstratos de los que el Nosotros tiene necesidad y que son las retencio-nes terciarias las cuales hasta entonces se presentan principalmente bajola forma de estos "objetos investidos de espíritu" por medio de los cua-les Husserl designa especialmente a los libros, es decir, las síntesis lite-rales del reconocimiento. Lo que hoy hace caduco a este sistema, osupuestamente caduco, es que los criterios que pone en funcionamien-to ya no corresponden a los imperativos de adopción, de orientación yde navegación exigidos por la nueva realidad retencional.

Pero inversa mente se podría plantear que esta llueva situación reten-cional no tiene criterios y de hecho, a falta de algo mejor, aplica ciega-mente sólo los criterios de beneficio inmediato, teniendo en cuenta elhecho de q uc, como no se piensa la síntesis retencional, los saberes estánhoy en deshcrencia, a falta de una capacidad para producir una inteligi-bilidad general de los procesos en curso.

Puede parecer muy ingenuo formular así una causa posible delmalestar generalizado y de la indiferencirl ontológica en la que se des-pliega esta "cuestión del malestar". Sin embargo es la única manera

2'54

I1 concebible de proceder. Es imposible criticar un estado de hecho sin

proporcionar una explicación y, en este sentido, una necesidad. O bienuno se encuentra en una actitud de denuncia vana. La cuestión no essaber si aquellos que saben obtener beneficio de este malestar lo hacenconscientemente o no -si son agentes del mal. La cuestión es saber porqué se plantea la cuestión del malestar que también padecen aquellosque se benefician de él y cómo es posible hacer de manera que unNosotros concuerde en el reconocimiento de esta cuestión y, en la medi-da de lo posible, en su resolución por medio de una transformación enuna cuestión menos rnaléfica -en una proyección de un Nosotros, esdecir, en una capacidad de constituir un discurso de la universalizaciónque puede evidentemente e incluso debe inevitablemente ser un discur-so de la lucha, es decir, de la diferencia que sigue quedando por hacer.

Por consiguiente, la cuestión del mal que aquí se plantea no es la dela mala moralidad de los "aprovechados" del malestar de los demás, sinola de saber aquello que en el actual devenir permite la distinción entrelo mejor y lo peor.

En realidad dos razones, peso del mercado y carencia del pensa-miento, se refuerzan y concurren en el aumento del malestar:

- los criterios a corto plazo en los que los inversores industrialescreen encontrar su interés se oponen a la puesta en marcha de losmedios necesarios para una inteligibilidad de los procesos en curso;

- a la inversa, un cierta pereza del pensamiento y una instalación enla denuncia que es también un fondo de comercio en ocasiones bastan-te provechoso constituyen la coartada que proporciona el pensamientopara afrontar su verdadero objetivo y que refuerza en su mezquinopunto de vista b venalidad ambiente, en efecto más vulgar sin duda delo que nunca lo ha sido.

III

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II

El esfuerzo requerido es tanto más duro cuanto que la cuestión dela orientación escolar como selección se plantea también como conse-cuencia de todo lo que precede: al ser la cuestión de la transmisión la dela retención, es inevitablemente la de la selección. Esta cuestión de laselección que se plantea en la escuela es la traducción de los hechos quecuestionan una sociedad cuya fuente es de derecho la escuela, si no dehecho -derecho de la escuela cuestionado a través del hecho de la inte-gración industrial de la transmisión y que se declina en la mayoría delos dominios tecnocientíficos- y ahí está efectivamente la desorientación.Sólo a partir de un análisis sociológico, económico o incluso político sepuede responder al desafío de pensar la sclcccion en el sistema educativo.A partir de un pensamiento de la selección COl1l0 centro de la cuestión pri-inordial de la retención y, por lo tanto, a partir de una reeoaluacion episté-711 ica general (lo que aquí llamamos una nueva crítica) se puede y debeplantear la cuestión de la selección en la escuela.

Tratamos de aprehender los dispositivos retencionales en general yaquellos en los que consisten también las ciencias en particular a partirde lo que para nosotros constituye el gran logro del pensamiento filosó-fico, pasando especialmente por Kant, Husserl, Heidegger y Simondon.Pero planteamos que estos grandes pensamientos no han podido llevara término la comprensión de los dispositivos retencionales, llamadostambién síntesis, cuando finalmente no los han ignorado pura y sim-plemente -Iacques Derrida ocupa un lugar decisivo que trataremos deprecisar en Símbolos y diablos. Por esta razón, en el momento en quenuestra cuestión central es la orientación y su criteno, debemos examinarahora los análisis heideggerianos de la espacialidad y las críticas (y cri-terios) que éstos plantean a la cuestión kantiana de la orientación en elpensamiento surgido de un gran debate entre los AIlf!(I¿irer.

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NOTAS

1. Habíamos expuesto esta teoría en "Las teorías de la evolución técnica", Elpecado de Epimetco, op. CIt., cap. 1.

2. Cf más arriba el capítulo 1lI.

3. Corno testimonia un llamamiento a proposiciones de la Comisión Europea,anunciado el 19 de septiembre de 2000 en Bruselas, en el curso de una jornada deinformación sobre una CPA (Cross Program Action), extrañamente titulado "Siste-mas de info-movilidad y de informaciones geográficas inteligentes y ornnipresen-tes". Yo mismo he desarrollado esta problemática en un informe remitido al secre-tariado general del gobierno francés cl31 de marzo de 2000, Notre pmpective sur /'é-uolution des conditious d'améllagelllellt du temtoite dans le contcxtc de la société de l'il!-[ormation el dans le domaine culturel, disponible en la siguiente dirección electróni-

ca: rwww.pm.mtic.gouv.fr J

4. El pecado de Epimetco, op. cit., p. 95.

5. Cf sobre este punto G. Simondon, DlI mode d'existcncc des objets tcchniqucs,op. CIt., p. 50 Y stes. )' El pecado de Epimetco, op. clt., pp. 119-122.

6. Yo mismo he exarmnado estos objetos especialmente en un artículo del GranLaroussc anual, "Réaliré virtuclle et phénornénologie" l"Realidad virtual y [enome-

nología"], 1994.

7. Cf más arriba el capítulo 11, parágrafos 9, la y sobre todo, c112.I 8. Pero que no se confunda: esta "territorialización" no es en absoluto una

inversión de tendencia sino un enriquecimiento de la tendencia a la dcstcrritoriali-zación. Como he escrito en La desorielliacióll, un territorio se constituye en su exten-sión y su enriquecimiento por multiplicación de sus puntos de contacto internos )'externos, y desde este punto de vista sólo hay territorialización, es decir, incremen-to de la torna de habitación sobre su espacio, en la medida en que también hay y conel mismo movimiento territorialización, es decir, emancipación en relación J las

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determinaciones locales actuales. Es muy precisamente 10 que se produce con lo queaquí llamo rcrerritorialización,

9. Es además por esa razón por la que se considera el atribuir un número de

usuario definitivo y universal, y suprimir los números de abonados atribuidos hasta

entonces a las tomas de aparatos (sedentarios) o a los aparatos mismos (móviles), lo

que evitaría la multiplicidad de los números de llamada y facilitaría el georeferen-

ciamiento del usuario como dato.

10. Cf El pecado de Epimcteo, op. cit., pp. 119-122.

11. David Landes, L' hcurc qu'il cst, la tnesurc du tcmps et la [ormation du monde

tnodernc, París, Callirnard, 1987, p. 43.

1. N. de la 1'.: hay aquí un juego de palabras que se pierde en castellano: "ser

puntual" en francés se dice étrc c) l'hcure.

12. Kant, Qu'est-ce que s'oricnter dans Lapcnséc? op. clt., p. 77.

n. N. de la 1'.: "mapa" en francés se dice carteo

13. Christian Jacob, L'Emplre de, canes, Albin Michel, 1992, p. 50.

14.He tratado de desarrollar unas consecuencias fenomenológicas de estos aná-

lisis de [acob en "Etre la-bas", Alter, n° 4, Espace et imagination, 1996.

15. Cf M. Heidegger, Les problemesfolldamentaux de la phénoménologie, traduc-

ción [al francés] J.-F. Courtine, Gallimard, 1985, p. 314 Y stes. [Traducción al caste-

llano, Los problemasjundamcntales de la [enomenologia, Trotta, 2001.J

16. La desorientación, 01'. CIt., capítulo I, pp. 68-76, Y capítulo IV, pp. 361-369.

17. Como lo hizo Gérard Granel en un curso impartido en la universidad de

Toulouse en 1980 y consagrado a Fcdro y a Fcdáu bajo el título de "L'invention del'áme" ["La invención del alma"].

III. N. de la 1'.: otro juego de palabras: Stiegler dice pro-dult comme on "produit"

une piece dcuaut 1/11 tribunal: en francés esta expresión significa "presentar pruebas

:111teun tribunal".

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II

18. Cf. G. Granel, Le SCJiS du temps et la perceptlon chez Edtnund Hnsscrl, Galli-

mard, 1968.

19. Kant, Critique de la raison pille, op. cit., p. 174.

20. u, ibid., p. 40.

21. En La técnica y el tiempo, vol. IV, de próxima aparición.

22. La desorientación, op. clt., capítulo Ill.

23. Éste es lugar para disipar un malentendido. Hablamos de modernidad en unsentido distinto del que sacábamos de nuestros análisis de la revolución industrial enel tercer parágrafo del capítulo tres. La modernidad de la que hablamos ;I<]UÍ,carac-terística de una época de la filosofía, condiciona la aparición de la modernidad indus-trial, pero /lO es la realidad histórica, social, económica y política de esta modernidadque consiste en un nueuo proceso de adopción. Es a este respecto que [ean-FrancoisLyotard ha podido hablar de "postmodcmidad". Porque la "posrmodemidad" sólo esun avatar de la modernidad industrial -una época deceptiua de la modernidad en laque el devenir industrial invierte su signo porque lo que proyecta el Nosotros ya noes el progreso. Pero más valdría hablar de hipermodernidad o de ultramodcmidad enla medida en que, lejos de entrar en una pretendida sociedad "postindustrial" cono-cemos la época de la hiperindustrialización, es decir, de la sumisión de todos los dis-positivos retcncionales, biológicos incluidos, a la explotación industrial y, por tanto,la sumisión de los tiempos de conciencias y de sus soportes carnales a los nuevosmercados abiertos por estos avances tecnocientíficos. Decretar una posrmodernidadque sería la salida de la modernidad es sobrevaluar la definición de la modernidadpor la periodización de la historia de la filosofía y sub-evaluar el inmenso efecto deruptura que constituye la revolución industrial. La distancia entre Rousseau y Marxes infinitamente mayor que la distancia entre Nietzsche y nosotros. Esta observaciónno significa que la "postmodernidad" sea un concepto vacío: La condición postmo-derna fue un libro importante. Sin embargo, es necesario situar precisamente el inte-

rés y el sentido de época deceptii« de la modernidad.

24. Sobre la compleja articulación entre instrucción e Industrialización, en la

que ésta parece haber frenado en muchos casos, al menos en un primer momento,

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la alfabetización, el Francois Furet y Jacques Ozout, Lire et Écrire, volumen I,Minuit, 1977, pp. 259-269.

25. u. ibid., pp. 275-276.

26. Cf especialmente Kant, R(jlexiolls sur l'éducauon, tr, [al francés] A. Phila-

nenko, Vrin, 1967.

27. La cual supone una institución que suscita un problema de epistemologíajurídica, retomando la expresión de Catherine Kintzlcr, Condorcct, l'ntstructioupublique et la naissance du citoycn, Gallimard, colección "Folio", 1984, p. 32.

IV N. de la T.: los "profesores agregados" equivalen a los profesores de ense-fianza secundaria de nuestro sistema de enseñanza pública.

28. incluso por UIl mar/(eting especializado, en cierto modo un metamarketing, enel que el político se encarga menos de concebir "el cambio" que de oenderlo.

29. Friederich Nietzschc, Sur l'auenir de 110S établissenients d'enscignemenu, tra-ducción [al francés] J. L. Backcr, M. Haar y M. B. de Launay, en Ocuores Completes,t. 1, vol. II, Gallimard, 1975, p. 96. [Traducción al castellano, Sobre el porvenir denuestras escuelas públicas, Tusqucts, 1980.]

30. Respecto a la relación entre ciencia y medios de comunicación, Nietzscheescribe también lo siguiente: "Alcanzamos ahora el punto en el que el hombre deciencia en tanto gue tal ya no tiene en absoluto la palabra en todas las cuestionesgenerales de naturaleza seria y, sobre todo, en los problemas filosóficos más eleva-dos; en cambio, esta capa de cola viscosa que se ha deslizado actualmente entre lasciencias, el periodismo, cree cumplir ahí su cometido y lo realiza conforme a sunaturaleza, es decir, como su nombre indica, como un cometido de jornalero, perió-dico. El periódico sustituye a la cultura y quien todavía aspira a la cultura, aunguesea a título de sabio, se basa habitualmente en esta capa de cola viscosa que cemen-ta las junturas entre todas la formas de vida, todas las clases sociales, todos los artes,todas las ciencias. En el periódico es donde culmina el designio particular gue nues-tro tiempo tiene sobre la cultura: el periodismo, maestro del instante, ha ocupado ellugar del gran genio, del guía establecido para siempre, de aquel que libera del ins-Unte". Id, ¡bid.

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Capítulo cinco

HACER LA DIFERENCIA

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/,

1. La espacialidad del ser-en-el-mundo y

el "paso absolutamente desapercibido"

En sus análisis de la espacialidad Sein und Zeit objeta a Kant el olut-da de la mundaneidad -el Jn-der-Welt-Sein- de lo que da testimonio elrazonamiento de ¿Qué es orientarse Iorientieren J en el pensamiento?

Este pasaje de Sein 1I1ld Zeit, cuyo análisis ya habíamos iniciado enEl pecado de Epimaeo' nos interesa tanto más cuanto que también con-cierne a la radiodifusión que entonces está empezando a nacer.

En 1926 la radiodifusión civil de programas sólo existe desde hacealgunos años -apenas cinco anos. Hertz descubrió las ondas electro-magnéticas en 1888, once años después de la invención del fonógra fopor Edison y tres años antes de la aparición de la Filosofía de lu aritmé-tica de Husserl. En 1895 Marconi explota el descubrimiento de Hertz einventa los principios de la radiodifusión, cinco años después del cro-nofotógrafo de Marey, un año después de la cámara de los hermanosLumiere, que también es una aparato de proyección, y seis años antesde la publicación de las Investigaciones Lógicas. El trío do es puesto apunto en Estados Unidos por Lee de Forest en 1912, mientras que Hus-ser! dicta sus cursos sobre los objetos temporales y un ano antes de lapublicación de las Ideas relativas a una [enomcnologia pura y a una filo-sofía [enomcnologica. Los ampliticadores de tubos electrónicos se desarro-llan durante la primera Guerra Mundial mientras Heidegger redacta su

263

Tratado de las categorías y del significado en Duns Scot y Husserl retamasus investigaciones sobre el tiempo. Las primeras estaciones de radioempiezan a emitir sobre todo a partir de 1923, un año antes de la con-ferencia El concepto del tiempo.

Hitler da entonces sus primeros pasos en política.

Heidegger evoca la necesidad existencial de la radio a partir de loque Se in und Zeu llama e! a-lejamiento (Ent-fernltng) que con la orien-tación (AuJ}'ic/¡tung) es el concepto exisrencial de la espacialidad delDasein. Ahora bien? siendo consciente de que el sentido de esta muyreciente innovación técnica es "todavía d~f!cil de dominar con la mirada",olvida la vocación pro-gramática de la radio, es decir, su función reten-cional a la vez cardinal y calendaria.

Además, mientras está estableciendo con Edith Stcin las Leccionespara una [cnomen ología de la conciencia íntima del tiempo de Husserl', aquien dedica Sein und Zcit "con ocasión deIS de abril de 1926", es decir,por su sexagésimo séptimo aniversario, parece que se le escapa total-mente el carácter temporal de los objetos que la radiodifusión difunde yencadena. Se nos podría objetar que 3QUÍ, en el parágrafo vigésimo ter-cero de Sein und Zeit dedicado a la espacialidad, la cuestión no es eltiempo. Pero, aparte de que este argumento sería muy discutible, comovamos a ver y como sin duda habría subrayado el propio Heidegger paraquien e! espacio sólo puede ser pensado a partir del tiempo, no se hacemención alguna de la radiofonÍa en los análisis de la temporalidad;-incluido lo que Se in und Zeit llama la intratcrnporalidad, es decir, latemporalidad técnica de la "preocupación" y de la medida del tiempo.

Por esta razón la crítica en contra de Kant sobre la que descansa elanálisis de la espacialidad en Sein tuid Zeit se puede volver contra suautor: es lo que vamos a hacer aquí.

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Lo haremos demostrando que la analítica existencial no sabe esta-blecer que la mundaneidad, a partir de La cual solamente puede ser pensa-do el espacio, es de entrada retenciones y la necesidad de orientarse ahí, antesde toda distribución ya sea temporal o espacial de este estado de hechoen dispositivos calendarios y cardinales como substtatos de la espacialidad yde la temporalidad origin arias de! Dasein: como ya hemos subrayadovarias veces, una retención terciaria es a la vez e irreductiblemente espa-cial y temporal-un "espaciarnicnto de! tiempo" y una "tempor(al)iza-ción del espacio", es decir, una diferancia.

El análisis de la orientación en el espacio en que consiste el pará-

grato que se titula "La espacialidad del ser-en-el-mundo" plantea enprimer lugar que el DCHei¡¡sólo puede ser afectado por la espaciaJizaciondel ser-en-el-mundo porque él mismo es originariamente espacial en elsentido de que "inmediatamente y la mayoría de las veces" es "a-lejan-te", es decir, que tiende a acercar lo que está lejano, "a-leja" lo que estáalejado, tiene

una tendencia esencial J la proximidad. Todos los mojas decrecimiento de la velocidad en los que hoy nos vemos más omenos obligados él participar tiene por objetivo la superacióndel ser-alejado. Por ejemplo, con la "radiodifusión" el Daseinlleva a cabo un a-lejamiento del "mundo" todavía difícil dedominar con la mirada por lo que se refiere a su sentido cxis-tencial; este a-lejamiento reviste la forma de una extensióndel mundo ambiente cotidiano.'

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Así pues, con el a-lejamiento se articulan unas prótesis, de las que laradio sólo es un caso lo mismo que las gafas o incluso la calle -aunquesingularmente "difícil de dominar con la mirada por lo que se refiere asu sentido existcncial", Ahora bien, en su conjunto estas prótesis a-

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lejantes, "inmediatamente y la mayoría de las vcces",se olvidan esencial-mente:

ficidad de las "conciencias de imágenes" y otras retenciones sintéticasescapa, y por una necesidad que él mismo describe aquí sin ver sinembargo lo que describe, a la mirada a-lejante que Heidegger dirigesobre el Dasein y su ipseidad. Volvemos a insistir aquí porque sus con-secuencias son decisivas respecto a la cuestión de la orientación, quesigue a la de! a-lejamiento, y respecto a la crítica de ¿Qué esor/mla/:ft' r»el pemil miento r -por consiguiente, respecto <1 la cuestión del principiosu bjetivo de la diferenciación,

Porque Heidegger denuncia la "pura construcción del espíritu" quesería este principio puramente subjetivo de diferenciación entre la dere-cha y la izquierda del que Kant hace el principio a priori de orientacióndel sujeto en el espacio. Para Heidegger esta aprioridad de la orienta-ción es menos un principio de diferenciación (entre la izquierda y laderecha) que la espaciaLidad misma del Dasein como modo de su ser-es-el-mundo, es decir, la existencialidad de este ser-en-e! mundo o, en otraspalabras, e! hecho de que el Dascin está de entrada, siempre ya y nece-sariamente fuera de él. Este principio a prior! sólo es una manera "psi-cologizante" de no ver la I71I111dane/dada priori del Dasein -que veremosque se constituye en el saber originario de una diferencia ontologjca-

La preocupación de Kant por despejar un a prior! a partir de laorientación desde el sentimiento de la derecha y de la izquierda sólopone en evidencia e! ya-ahí del mundo al tiempo que se le escapa -y poresta razón Heidegger se vale de este texto como un caso ejemplar deceguera metafísica ante lo que ocurre en relación al ser de este ser-ahíque somos nosotros mismos, en tanto que originariamente situados en,por y como este ahí. Lo que es dado no es ni la izquierda ni la derecha,afirma Heidegger, sino el mundo, Ahora bien, nos parece importanteseñalar aquí que en su razonamiento "psicologizante" lo que Karu des-

cuida es precisamente la memoria:

Si la vista y el oído llevan lejos no es sobre la base de su"alcance" natural, sino porque el Dasein, en tanto que a-lejante está en ellos de manera preponderante, Por ejemplo,para quien lleva gafas, que sin embargo están tan cerca de élpor la distancia a la que están "en la nariz", en el seno delmundo ambiente esta herramienta utilizada está más alejadaque un cuadro colgado de la pared de enfrente. Esta herra-mienta tiene tan poca proximidad que con frecuencia inclu-JO pasa absolutamente desapercibida de inmediato, La herra-mienta para ver, e igualmente la herramienta para oír, porejemplo el auricular telefónico, se caracteriza por la no-imposición del ente inmediatamente al-alcance-de-la-mano.Lo que también vale, por ejemplo, para la calle -la herra-mienta para ir,;

Pero este "paso absolutamente desapercibido" no concierne sólo yprimordialmente al carácter naturalizado de las prótesis que son losobjetos en su inmensa mayoría, la cuchara como herramienta paracomer, el dinero como herramienta para intercambiar, la ropa comoherramienta para protegerse del calor o del frío, esconder la desnudez ymostrarse, todo lo que Heidegger llama "el complejo de herramientasde un mundo", También concierne y sobre todo al olvido de IOJ disposi-tiuos rctencionales que soporta este mundo de herramientas ellas mismasoluidadas como herramientas, dispositivos retencionales q uc constituyenprecisamente este mundo como mundo, y por medio de cuya interiori-zación vemos, sentimos, nos movemos y pensamos, cte.

Esto es cierto en particular yen un sentido especifico de la escritura,del documento y de los apoyos retencionales del ya-ahí propiamentemnemotécnicos. Ya hemos demostrado ampliamente" por qué la especi-

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Si tengo que orientarrnc, e! "simple sentimiento de la dife-rencia" entre mis dos lados no me sirve entonces absoluta-mente para nada mientras no se capte un objeto determina-do, de! que además Kant dice incidentalmente "que me

d d lazarnicnro" iacucr o e su emp azarrucnto .

Alexis Philonenko comenta la objeción insistiendo en la remem-branza que sustenta el objeto:

Se puede concebir fácilmente qué grave crítica del kantismopuede añadirse a esta observación. Este "recuerdo" al queKant concede tan poca importancia es en realidad la mani-festación del ln-der-Welt-Scin, del ser en el mundo; significa-por lo que concierne a la orientación- que sólo me orientoen e! mundo y a partir del mundo. Si se reflexiona bien sobreello, el análisis kantiano encierra un absurdo: trata de dar unsentido a [a orientación haciendo abstracción del mundo y dehacer posible una orientación en el mundo sin el mundo. Yesta contradicción se revela en el fracaso kantiano en fundaruna orientación en un principio puramente subjetivo.'

Pero si tengo que coger un objeto y entonces me acuerdo de su posi-ción, este objeto es él mismo un "ayuda-memoria" que no tiene nada desimplemente psicológico: en un sentido singular es un "substrato" del senti-do interno, una permanencia en el transcurso de un flujo, como habríadicho Kant.

Se podría reprochar a Kant el cometer aquí el mismo olvido que ensu análisis del esqucrnatisrno, llevado a través del caso de la numeraciónde los números 5 y 1000 como resultado de un método de abstraccióndel que creemos haber demostrado que hace abstracción de los disposi-tivos concretos de cómputo y de abstracción -la bola de arcilla, imagen-objeto y representación material-abstracta del rebaño- que permiten

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constituir un día un sistema decimal materializado que una enseñanzapermite mentalizar sobre la base de gestos repetidos.

Pero también se podría demostrar que en Kant y el problema de lametafísica Heidegger radicaliza la oposición que de ahí se deduce entreimagen y esquema, y que lo que él reprocha a Kant en Sei71und Zeit, éllo mantiene en otra parte sin percibir las consecuencias de ello. El 11-3-caso de Heidegger en pensar la retención terciaria bajo el nombre dadopor él de Weltgeschichtliciz/(elt, que es también su puro y simple olvido depensar el carácter existcnaal de la enseñanza, es su fracaso en pensar laesquematización, es decir, la imaginación trascendental, es decir, latemporalidad misma del Dasein, según sus propios análisis en la obraque se acaba de citar.

Porque lo que él reprocha aquí a Kant significa que el ser-en-el-mundo es un ser-en-Ia-"historicidad-mundana" del recuerdo del i

mundo, ein in-der-WeltgeJclndltligJ(elHeln, un ser en el mundo donde elmundo es memoria de objetos y objetos de memoria, más allá del "cornple- i

jo de herramientas" y de sus "remisiones" : un tejido de retenciones ter-ciarias que son la condición de las retenciones primarias y secundarias,como demuestra Scin und Zeit: sólo son posibles, nos dice la analíticaexistencia], él partir de la íacticidad de un ya-ahí.

Expulsando él mismo este tejido retencional de la constitución ori-ginaria del tiempo, de lo que él llama el "tiempo propio" del Dascin poroposición al "tiempo de la preocupación" del Se impersonal, bajo pre-texto de que la retención terciaria es también el soporte material del cál-culo y de la medida del tiempo, Heidegger se prohibe así una verdade-ra crítica, tanto de Kant como de Husserl: hace precisamente lo mismoque aquí le reprocha a Kant.

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Si Kant no ha podido descubrir esta contradicción, por medio de lacual pide ayuda al mundo para socorrer un principio a priori, y que essu cóntradicción -lo que demuestra que a ningún tlujo de conciencia, nisiquiera al de Kant, le es posible respetar sus principios unificadores,siquiera cuando han sido formalizados por esta misma conciencia- es,comenta también Philonenko,

en función de su concepción del espacio que él concibe comoel marco en el que el mundo se va a disponer; en otras pala-bras, el sujeto kantiano no es originariamente en relación aun mundo, sino sólo a un espacio; es originariamente sujeto-sin-mundo; porque posee un espacio podrá poseer unmundo y no porque posee un mundo p::Jsee un espacio, Apartir de este momento, si el espacio precede lógicamente almundo y condiciona sus dimensiones, el principio que per-mite operar una distinción en el espacio a pnori -el senti-miento de la izquierda y la derecha- también deberá perrni-tirme operar a posteriori unas distinciones en el mundo, Asípues, se ve lo que funda el análisis kantiano al mismo tiem-po que su contradicción; lo que se vuelve a cuestionar por lacrítica del principio kantiano de orientación en el espacio esla a prioridad del espacio y nada menos que esta a prioridad,El verdadero a priori, como muestra la necesidad del recuer-do de la posición de un objeto, no es el espacio en el sentidokantiano, es el ser-en-el-mundo."

Pero, de hecho, poseer un mundo sólo puede ser la espacialidad delDasein porque esta mundaneidad es ella misma la mundaneidad de latemporalidad que es el Dasein. La espacialidad es la mundaneidad delDasein. Ahora bien, la mundaneidad del Dasein es también y en primerIlIgm; C017l0ya-ahí, su temporalidad, Por consiguiente, la espacialidad delDasein es su temporalidad, En otras palabras, es necesario que la tem-

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poralidad sea ella misma nntndana en un sentido diferente del que Hei-degger concede a este calificativo cuando habla de la temporalidad"intrarnundana", pero que pCWI por esta "inuamundancidad", para quela mundaneidad de la temporalidad del Dasein como tener-que-ser sutiempo trame a ésta (la temporalidad del Daseill) como Loque condicionasu síntesis.

En resume, "el verdadero a priori, como demuestra la necesidad delrecuerdo de la posición de un objeto, no es el espacio en el sentido Kan-tiano, es el ser-en-el-mundo", es decir el tiempo como herencia (transmi-sión y adopción) de retenciones terciarias, y tal como éstas S011 a ¿t¡ pez

espaciales y temporales, es clecir, a fin de cuentas preceden (como diferan-cia) a la diferencia entre espacio y tiempo, Es en estos términos comohay que plantear la actualidad de la cuestión de la cardinalidacl y, portanto, de la espacialidad (de la espacialidad como mundo y no comoespacio): la cuestión de la cardinalidad se plantea indisolublementecomo cuestión de la calendariedad.

2. El sentido "existencial" de la educación

La cuestión de la cardinalidad se plantea indisolublcmente comocuestión de la calendariedad, pero Heidegger asimila ésta a la intratern-poralidad, es decir, a la medida del tiempo, que compete a la "concep-ción vulgar del tiempo", La intratcmporalidad, es decir, también lacalcndariedad, es lo que en Scin und Zeit, como tiempo de la medida ala vez común y calculable, oculta el fenómeno de la temporalidad origi-naria que es el tiempo "propio" del ser-para-la-muerte, es decir, el tiern-

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po de la indctcrminacián radical del futuro del Dasein -que recordamosaquí demasiado brevemente que en cierto modo está pre-afectado por laindeterminación radical del momento de!final de! Dasein, Indetermi-nación del futuro del Dasein significa indeterminación del "desenlace"de este flujo temporal que es una conciencia, que es también el Daseinheideggeriano, y que está completamente vuelto, originariamente y enpermanencia, aunque de un modo también originariamente ocultado,hacia el momento de su propio fin, su deceso.

En Sein und leit la intratemporalidad es lo que pone en marchaunos medios de determinación de este indeterminado, es decir, de huidade! Dasein ante su "tener-que-ser", es decir, que éste huye de la singu-laridad irrcductible de su destino, en el reparto un tiempo común, deuna sincronía, que Heidegger llama e! tiempo de la pre-ocupación.Evidentemente este tiempo común también es él un destino para todoDusein, pero, afirma Heidegger, es derivado, no es el tiempo originario:es el velarniento de lo que es el tiempo y la fuente de la inautenticidady de la impropiedad en la que el Dasein se convierte en el Se imperso-nal.

Ésta es la razón por la que Sein und Zeit acaba por excluir la Welt-gm)údltlidzl{eit: el documento y la huella, las antigüedades son asimi-ladas al dominio óntico e intratemporn] -es lo que resulta de lo quehabíamos visto en el parágrafo anterior- aun cuando parezca que paraHeidegger se deben distinguir estos elementos retencionales de las sim-ples remisiones cardinales que son los "signos", que él asimila pura ysimplemente a las seriales." Pero creemos haber demostrado que losdispositivos terciarios, de los que forma parte la calcndariedad en gene-ral, aun siendo, en efecto, sincronizantes son también las condiciones deacceso al ya-ahí y, por tanto, a lo indeterminado, puesto que Sein undZcit demuestra muy claramente que éste nunca es otra cosa que la rca-

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-,!I¡ lización de las posibilidades de la herencia facticia que constituye el

pasado de este Dasein como historia. A todas luces esta herencia sólo esella misma accesible como sistema de retenciones terciarias constituti-vas de un mundo. Así pues resulta imposible separar claramente tiem-po propio y tiempo de cálculo, diacronía de lo indeterminado y del"tener-que-ser" y sincronía determinante, Dasein y Se impersonal. Laproyectividad cinemato-gráfica de este flujo retcncional que es el tiem-po no lo permite.

Al plantear Heidegger previamente la necesidad de esta separación,al rechazar al m ismo tiempo el cine de la adopción y el proceso en el que ellaconsiste más ampliam en te, en especial como modernidad, asimila docu-mentos y huellas a la intratemporalidad y se le escapa el sentido de la cues-tián de la educación como sistema retencional.

¿Cuál es el sentido "existencia]" de la educación en sentido amplio?¿Qué análisis hay que hacer de esta modalidad específica de lo que sellama la instrucción, que constituye una época de puesta en marchapública y masiva de la mnemotécnica constitutiva ella misma del espa-cio público de la metafísica -donde se puede hacer uso de la razón, pormedio de signos o de señales, utilizando la mnernotécnica literal "anteel conjunto del público que lec"?

El sentido de la instrucción pública concebida así, además de unamodalidad de proceso de adopción entre muchos otros, es muy precisa-mente la interiorizacion de 1111principio subjetivo de diferenciación, lo quequiere decir: unos substratos que permiten llevar a cabo este principio,que no es nada sin ellos -pem que /10 son nada sin él. La síntesis literales el medio retencional que hace posibles estos substratos.

Lo que se le escapa a Heidegger es que la confusión entre la rnne-motécnica y la tecnología es lo que acontece esencialmente con la tec-

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nología contemporánea como "realización" de la metafísica moderna dela subjetividad. El Gcstell como dominio planetario de esta metafísica esla' globalización de la "comprensión que el ser-ahí tiene de su ser" y estosobre el modo de lo que llamamos la época del malestar. El sentido deesta evolución no es verdaderamente percibido por Heidegger porque leciegan su falta de atención respecto a los procesos retencionales y el pen-sar los procesos de adopción. Esto es así porque subestima el aconteci-miento colosal en que consiste la conjusion mnemo-tecno-lógica que lacuestión de la escuela no se le puede plantear -ya que esta instituciónde programa y de masa es además y por excelencia el índice de la demo-cracia, en relación a la cual él duda que ella pueda hacer frente él losdesafíos ontológicos que constituye la tecnociencia.

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!:! ¡ 3. La inciencia. Resumen y reinterpretacián de lo que precede

Es el momento de recapitular el camino recorrido en los dos capítu-los anteriores.

El sistema técnico convertido en planetario es también y en primerlugar un sistema mnemotécnico mundial. Ahora bien, hemos visto quelas mnemotecnias siempre sobredeterrninan las condiciones del ajusteentre sistemas que articula el devenir social, en el que el sistema técni-co es el factor primordial del desajuste: las mnemotécnicas proporcio-nan o condicionan los criterios de selecciones retencionales para los flu-jos de conciencias inscritos en los procesos de adopción por medio de loscuales son a la vez conciencias de un Yoy conciencias de un Nosotros -y,él decir verdad, de varios Nosotros simultáneamente.

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En la actual confusión mnemo-tecno-lógica, calendariedad y cardi-nalidad se integran, mientras que la intensificación de los contactosentre los grupos humanos acentúa de manera decisiva la permeabilidadgeneral al cumplimiento de las tendencias técnicas y, por lo tanto, elproceso de adopción de modos de vida siempre nuevos y más amplia-mente compartidos, y la confusión resultante de estos grupos en el mer-cado que se ha convertido un verdadero medio mnemo-tecno-geográfi-co que anula el espacio público en el espacio de los intercambios mer-cantiles para un Nosotros planetario en sufrimiento y cuya unidad, comosiempre, es totalmente ilusoria. Como siempre, pero en un sentidonuevo y que está cada vez más atornizado y correlativamente sentidocomo amenazante.

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Este nuevo horizonte ilusorio abre la era de un formidable señuelo,es decir, sin lugar a dudas, de un nuevo tipo de cinemato-grafía para un"Nosotros" más enigmático que nunca.

Este "Nosotros" es el de la industria mundialmente integrada de latransmisión en la que cardinalidad y calcndariedad, que siempre sontambién unos dispositivos de contracción del espacio y del tiempo (elespacio del mapa contracta el espacio del territorio como los tiempos dela película o del calendario contraen los tiempos que miden, celebran onarran), son en adelante los instrumentos muy profanos, comerciales,industriales y mundiales llamados a sobredcterrninar según los cánonesde la nueva industria de los dispositivos rctencionales los substratos desíntesis de los transcursos del sentido interno y de las orientaciones derecorrido de los sentidos externos que se manifiestan ahí -dado quesiempre hay unos dispositivos retencionales que sustentan las síntesisdonde la conciencia se unifica como flujo.

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La imposibilidad para el pensamiento filosófico moderno de pensarlos dispositivos calendarios y cardinales como organización de! espacio(del tiempo del Nosotros y, más generalmente, lo impensado de los dis-positivos rctencionales, son un obstáculo para la posibilidad de analizareste nuevo comercio y en particular esta novedad absolutamente Inauditaque representa la globa!lzaclón mercantil de la educación. Este bloqueohace impensables los propios sistemas educativos como lugares deadquisición y de interiorización a la vez de los dispositivos calendariosy cardinales, y de los substratos constitutivos de sus fundamentos (prin-cipio de contradicción, juicios sintéticos, saberes analíticos, saberesexperimentales, ete.) en la medida en e! que juicio sintético a prion estásiempre sustentado por una síntesis protética "a priori". Ahora bien, estaproteticidad significa que la síntesis industrial de la íinirud retencionalcuestiona directamente la conciencia en tanto que tal, como surgida dela época de la filosofía de la subjetividad concebida en su oposición a laobjetividad y que también se llama la filosofía moderna.

Este "cuestionamienro" es posible porque el flujo de la concienciasólo tiene vigencia, curso, según los substratos que dibujan las posibili-dadcs de su curso -de la puesta en Ilujo retencional en que ella consis-te. La conciencia que empieza a ser pensada en e! siglo XVII como Yopie/M adquiere su curso mastuamentr a partir del siglo XIX mientrasque sus substratos son súbita y obtigatoriamente interiorizados con laescolarización precisamente durante los CltI'JOj' que son impartidos porel maestro y después por el profesor a las jóvenes conciencias en funciónde programas oficiales. Es fa orgunización de la proyeccion nacional lite-ral y de un uso público de la razón ante un público constituido al mismotiempo como esencialmente lector, constitutivo del nuevo espacio públi-co de la democracia moderna e industrial cuya institución es la escuela.

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Al mismo tiempo que la conciencia en su curso, lo que se cuestionapor medio de la transformación de! sistema técnico en sistema mnemo-técnico industrial y planetario de retención es este sistema educativo,dispositivo de interiorización de las prótesis constitutivas de la historiade los saberes y, por tanto, del Nosotros en tanto que conciencia univer-sal que se desprende de historias nacionales. Se cuestiona tanto en ladefinición de sus programas como en la organización concreta de suscursos y, por último, en todas sus misiones.

De este modo, las industrias internacionales de programas tienden asustituir a las instituciones nacionales de programas. Este intento, quese exhibió en Vancouver en mayo de 2000 y que está a la orden del díade las futuras discusiones de la OMe en el marco de la preparación delAcuerdo general sobre el comercio de los servicios es la dcclaracián deuna nucua gllerra de los espíritus.

Un desenlace absolutamente negativo de esta guerra sería una catás-trofe inconcebible. Lo que hemos llamado la época del malestar es laexpresión de esta posibilidad y, al mismo tiempo, de una especie deceguera ante la realidad de lo que está en juego en el teatro de opera-ciones de lo que hay que llamar, en el sentido completamente literal deestas palabras. una polémica espiritual planctaria, con innumerablesramificaciones y consecuencias totalmente incalculables.

Pero, ¿a qué llamamos aquí "un desenlace absolutamente negati-vo"? ÉstJ es precisamente nuestra pregunta, para la que se impone lamayor paCienCia.

El sistema educativo actual debe ser profundamente repensado en lamedida en que ha surgido de una época en la que el sistema rnnemo-técnico no estaba integrado en el sistema técnico, el cual no era élmismo ni mundial ni estaba sumergido en el mercado, que no había

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anulado el espacio público. La polémica política entre el este y el oesteque dominó la postguerra ocultaba los retos reales de la polémica espi-ritual que ya se estaba preparando, como hemos visto en el capítulo lII.Mientras que en el curso de este período aparecieron las industrias deprogramas audiovisuales que vinieron finalmente a contestaría comoinstitución de programas, la escuela asumió basta hace muy poco lafunción de orientación asegurando la interiorización de las bases delproceso de adopción y de los instrumentos retencionales que permitenla instalación del dispositivo de proyección de un futuro nacional -esdecir, de contracción de la historia nacional, de situación de su lugar enla historia universal y en el espacio geográfico, y de acceso formal a suespíritu moral, literario, artístico y científico. En tanto que discursosobre el curso universal de las cosas este sistema de orientación en la his-toria del Nosotros intelectivo era al mismo tiempo el lugar de interiori-zación de la formalización de las modalidades de constitución del flujodel Yo y de la formación de este Yo en tanto que flujo coherente, es decn;conociente.

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Programa de restitución de una síntesis literal de los flujos de lasconciencias pasadas a través del juego de los substratos de la conciencia,no es seguro que este sistema educativo heredado del proceso revolu-cionario de las Luces y después de la revolución industrial, puedatransmitir todavía los principios forjados en la cultura republicana de loescrito que constituyen los fundamentos del proceso de adopción en unpaís llamado "democrático" y "moderno". No admitirlo sería perfecta-mente cobarde.

Pero sería completamente vano admitirlo si no se fuera capaz dedecir teórica y prácticamente en qué ya no permite satisfacer este sistemalas exigencias del proceso de adopción, del que aquí debemos precisarenseguida, como esperamos que el lector ya haya comprendido desde

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hace mucho, que éste no tiene estrictamente nada que ver COIl un procesode adaptación. La adaptación es el hecho de animales o de hombres ani-malizados -cs decir, de esclavos. Ni la escuela ni los dispositivos detransmisión son parques, establos o, como habría dicho Gilles Chatelet,pocilgas."

Este malestar en la educación procede de una crisis de los saberes deunas dimensiones y de una radicalidad completamente desconocidas,que quizá es incluso más que una crisis" y que se debe a la singularidadabsoluta de la tecnocicncia en relación a las posibilidades ji'/osóficas de pen-sada. Ahí está el carácter primordial de la desorientación reinante. Nos-otros afirmamos que esta situación casi-catastrófica procede de unacarencia de criterios de análisis y de teoremas sintéticos que permitenconstituir un dispositivo epistémico de retenciones apropiado, ahídonde se trata precisamente de dar cuenta de las consecuencias de {a apa-rición de nuevas tecnologías retencionales sobre la ciencia, la técnica yla tecnología y, por tanto, de la inversión, y sobre su acercamiento a par-tir de ahora definitivo, que induce lo que llamamos la confusiónmnemo-tecno-lógica.

La teorización de los procesos de ruptura aparecidos en las tecnolo-gías retencionales de las mnernotécnicas en el curso de las últimas déca-das es una tarea inmediata del pensamiento y que no se puede llevar enla ignorancia profunda del curso de la historia espiritual y filosófica queha abierto la posibilidad de estas evoluciones. El principal reto de laorientación y del dispositivo de adopción que ella sustenta -rnás gene-ralmente llamado educación- es a los ojos de toda filosofía el-Imperati-vo de transmrston de la diferencia y de Laconjunción entre saber y no-saber,diferencia que hemos asimilado al principio subjetivo de diferenciación,como condición de posibilidad de Laadopción-intcrionzaaón de todo crite-rio. Kant afirma la legitimidad y la necesidad de este principio, y el JlS-

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tema educativo se asigna como tarea el hacerla crecer practicándolo, parallevarlo a escena y en cierto modo hacer interpretar su guión a las jóve-nes almas que forman sus conciencias,

Los avances de la analítica existencia! de Sein und Zeit son esencia-les para la áspera y urgente investigación en estas cuestiones que impo-ne la situación engendrada por la aceleración de los procesos aquí des-critos, Sin embargo, estos análisis, que ignoran todo, y por razones quenada tienen de un olvido, de la cuestión de la educación C0l110 cuestión dela adopción, no permiten pemar la herencia como transmisión y adopciónde una diferencia por medio de la interiorización de retenciones terciarias,a la vez espaciales y temporales, que preceden a la dlfereJ/cIa entre espacio ytiempo y que constituyen las supelficies de proyección de un principio dediferenciación que es también una formulación pre-existencia! de la "di]e-rcncia ontológica".

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Por consiguiente, la cuestión que debemos analizar ahora es saberqué significa hoy el principio subjetivo de diferenciación, Y debemospreguntamos qué relación es susceptible de mantener este principio conlo que Heidegger llama la "diferencia ontológica", En este escarpadocamino queremos tener un panorama del centro de la crisis de los sabe-res y, por tanto, de los dispositivos de transmisión, en particular del sis-tema educativo, que afecta de incicncia a la época de la industria inte-grada de la transmisión como desorientación frente a los nuevos dispo-sitivos rctencionalcs. Precisemos que en ningún caso podemos negamosa examinar la hipótesis de que esta inciencia, que sólo puede ser unacarencia de criterio, incluso una carencia C01710 criterio, sea a fin decuentas tan necesaria e inevitable como el fantasma de la unidad de unNosotros. Incluso hacemos de esto nuestra principal hipótesis,

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En este caso, la crítica consistirá en primer lugar en saber designartanto esta inciencia como su necesidad. A continuación consistirá sinduda en definir los medios de orientarse en ella como espacio de "tinieblas"

Comienza aquí la necesidad de una vuelta atrás al origen de lamodernidad -y a través de él, al origen del proyecto escolar moderno-que en particular nos permitirá precisar aquello que llamamos "ciencia"

y "tecnociencia".

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4. Hacer la diferencia en el desierto 1

Con Descartes y los tiempos modernos en filosofía se establecen enun único y mismo gesto un nuevo pensamiento de la técnica, comopoder de dominio, y una oposición entre una subjetividad constituyen-te y una objetividad constituida, que se va a mantener al menos hastaKant.

Desde principios del siglo XX muchos filósofos tratan de no pensarya en estas categorías, especialmente en lo que éstas hacen de inconce-bible lo que ocurre con lo que se denomina tecnología, realidad efecti-va de lo que engendra la modernidad -pues la tecnología no designa

simplemente la técnica.

Incluso en su noción más común, la tecnología se resiste a encon-trarse reducida simplemente al estatuto de pura objetividad. Cualquie-ra se hace un día u otro sensible a su dimensión a la vez sistémica ydinámica -de modo que la categoría del objeto ya parece no bastar parapensaría. Si la técnica puede ser considerada objetiva en el sentido de

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que parece estar (sin razón) esencialmente constituida por objetos, yobjetos reales, manejables, que funcionan y que por este motivo son,corno todo lo que en general se llama el material técnico, "objetivables"y controlables a partir de los métodos científicos de la física (cálculo deresistencia de los materiales, de corrosión, tribología, mecánica de losfluidos, aerodinámica, térmica, etc.), es más difícil reducir la tecnologíaa una realidad que el sujeto maestro, es decir, cartesiano, podría darseen su fuerza constituyente como se da y se ocupa metódicamente de laobjetividad: es evidente que en la tecnología hay una fuerza heterogé-nea que se está tentado de llamar una tecno-lógica, potencia extraña ycasi extranjera, aunque completamente humana, como sobrehumana,cada vez más difícil de controlar y cuyo dinamismo entra en aparenteoposición con la subjetividad de una manera diferente de la aparenteoposición entre el sujeto y su objeto.

Este sentimiento de extraiieza da miedo y como su objeto no está deli-mitado, este miedo no es simplemente un miedo: es una angustia, laangustia que siempre provoca la posibilidad de un mal uo identificado.Expresada como talo disimulada por medio de una gran variedad decomportamientos neurálgicos y de discursos de negación, esta angustiaes un rasgo característico riel actual malestar.

Pero después parece que de hecho es la técnica, y no sólo la tecnolo-gía, la que no puede ser aprehendida desde la categoría de la objetivi-dad. La objetividad sólo se determina como tal en su oposición y susumisión a lo que no es objetivable, a saber, la subjetividad como con-dición de toda objctivación, o incluso: lo objetivante. Ahora bien, nosotrosmantenemos que la técnica -como permanencia de un soporte reten-cional- es constttuttua de la objetivación en tanto que consideración detodo objeto -por ejemplo, como proceso de idealización, en el sentidogeométrico-husserliano del término, y más allá, de toda ideacián. La

subjetividad planteada por la filosofía como suelo de certidumbre, esdecir, como fundamento, significa que el sujeto es la fuente autónomaoriginaria y absolutamente pura de sus objetos, que ella constituye y, porlo tanto, controla, domina y quiere sin que éstos la constituyan a cam-

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El lugar que hemos otorgado a las retenciones terciarias es exclusivode esta manera de pensar. Estas retenciones forma n un medio retencio-nal que es un material objaiuablc, aunque la categoría de objetividad nobaste para pensado, y que, por tanto, es industrializable: puede ser some-tido al cálculo. Ahora bien, esta calculabilidad, que tiende a reducir alestatuto de objetivable lo que justamente no puede ser reducido a ello,es lo que parece ser a la vez:

-lo que 110 sólo está permitido, sino que es hecho necesario por la mate-rialidad de las retenciones que es también su permanencia, es decir, quele confiere el estatuto de substratos de los flujos temporales;

_ lo que es incompatible )', parla tanto, contradictorio, si es puesta enmarcha sin límite y por ella misma, con los procesos de indiuuluaciou-de "subjctivación"- que sustenta en principio un medio retencional;

-lo que, por consiguiente, puede engendrar una cntropia generalizada.

La cuestión es en tonces saber en qué términos se puede pensar toda-vía una cliferencia, que serviría de regla para toda forma de cálculo, peroque no podría ser ella misma el objeto de un cálculo, y sin la cual ya nohabría criterio de orientación posible en este medio en devenir que nofuera el cálculo, es decir, que no fuera el crecimiento de la entropia -o delo que Nietzsche llama el desierto.

Esta diferellcia de entropla negativa, que no sería pues una oposición,es una relación en la que se integran los términos de la relación y en la

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quela relación desaparecería si se confundieran los términos. Esta rela-ción necesariamente dinámica es lo que traba la composición sin conju-s¡'ón del cquién? y del cqué", de lo probable y de lo improbable, de la sin-cronía y de la diacronía, del cálculo y de lo indeterminado, de la per-cepción y la imaginación, del Yo y el Nosotros, del pasado y el futuro, delfuturo y el devenir.

Pensamos y queremos que esta diferencia siga siendo irreductible,que se mantenga más allá del abandono de la relación opositiva y de lostérminos metafísicos que en ella se encuentran. Esta diferencia es la queestá amenazada en lo que Adorno y Horkhcimer llaman reificación(pero que e!los no pueden pensar, precisamente porque permanecen enla oposición) +O en lo que Marx llama alineación.

Si planteamos que pensamos y queremos que esta diferencia sigasiendo irrcducublc de derecho y que reine este derecho, es que 110 lo es dehecho y qlle, por lo tanto, hay que HACERLA de derecho. Es ella la que nosparece que está amenazada cuando el marketing mercaniiliza la COI1-

ciencia -si se nos permite crear el verbo mercantilizar sobre el modelo demerchandising. Esta indiferenciación es 1<1 continuación lógica de latransformación de! bipolo sujeto/objeto en pareja consumidor/produc-tor -en la que el productor cae en e! olvido.

Esta indiferenciación procede de la modernidad definida a la vezcomo movimiento iniciado por la filosofía moderna que plantea la defe-rencia entre el sujeto y el objeto y como proceso de transformaciónsocial emprendido por la revolución industrial, ella misma hecha posi-ble por el nacimiento de la subjetividad como época de la concienciaque se piensa como tal, pero que inuicrte este punto de partida e indlfe-rencia el sujeto y el objeto. Por lo tanto, una comprensión de esta evolu-

2H+

ción y de la singularidad de la situación actual es en primer lugar unacomprensión de la modernidad como siendo su fuente.

5. La diferencia como invención

El vínculo histórico entre técnica y objetividad se establece con Des-cartes que, al pensar a partir de entonces en términos de representación,constituye el sujeto como poder de control de la naturaleza por mediode una objetivación cuya mathesis uuiuersalis es el saber como método ycuyo instrumento es la técnica: este saber es un poder. Pero ahí sólopuede haber control precisamente porque el instrumento es él mismoobjetivable -lo que significa que no podría ser objetivante: no participaen la constitución del ego. Todos los pensamientos que de Marx a Hei-degger y más allá, pasando por Nietzsche, se opusieron a este punto devista inaugural de los tiempos modernos, es decir, al pensamiento entérminos de subjetividad, pusieron en duda el discurso del dominio y dela posesión que, como uoluntad del amo, se expresa de Descartes aHegel.

Husserl ocupa una posición singular en esta larga cadena, que evi-dentemente no está tan neta mente marcada por la ruptura que acaba-mos de evocar (en muchos aspectos Marx pertenece todavía a la figuradel control, aun cuando él quiera librarse de la subjetividad para pen-sarla). Al desmarcarse de la naciente psicología experimental cuandoesboza las lnuesiigacioncs lógica:;, cree ya que hay que resistir a una cier-ta "tecnologización" de las intuiciones originarias de Grecia, lo que élhará explícito en La crisis de las conciencias europeas: la cuestión de la

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tecnología concierne de entrada a la fenomenología. El concepto prin-cipal de Husserl, que se injerta en el que le debe a Brentano (la inten-cionalidad) y que será el incentivo en su lucha contra lo que el conside-ra ser el olvido de las intuiciones originarias de la ciencia, es la expe-riencia-vivida. La experiencia-vivida de la conciencia es la carne consti-tuyente de los procesos de ideación y de idealización y, con ello, de losobjetos mismos.

Heidegger es e! primero en deconstruir explícita, sistemática ypacientemente la metafísica de la representación, es decir, la oposiciónentre la subjetividad y la objetividad, y lo hace en un discurso sobre e!tiempo que revoluciona toda ontología. A sus propios ojos este gesto esla culminación de la fenomenología al tiempo que una ruptura con ella:hereda de Husserl alejándose de él muy precisamente en esta cuestiónde la experiencia-vivida. Porque al término de la fenomenología pareceabsolutamente necesario (inevitable) introducir la "experiencia-no-vivi-da" en la subjetividad, resplandece el concepto mismo de subjetividaden tanto que tal: en tanto que concepto jilosofico, la subjetividad esautofundadora, y esto es lo que arruina la constitutiuidad de la experien-cia-no-uunda que abre e! pensamiento de lo existencial, es decir, de loque ex-siste, es decir también: de lo que está originariamente fuera de sí.

Ésta es la razón por la que en El pecado de Epimeteo sostuve que Seinund Zeit es un comentario crítico de las Lecciones para una [enomcnolo-gÍa de la conciencia Íntima del tiempo: planteando en e! parágrafo 6 que"e! pasado no sigue al Dasein sino que lo ha precedido siempre" y afir-mando -corolario- que el privilegio de! futuro en esta temporalidad enla que están el presente como tal y con él la presencia del sujeto los cua-les se desmoronan, Heidegger transgrede el enunciado fundamental delas Lecciones, a saber, que la constitución originaria de la temporalidadexige una diferenciación radical entre las tres formas de retenciones.

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Husserl tiende a excluir la retención terciaria de la esfera constituyentede la temporalidad porque la posibilidad de! reparto empírico-trascenden-tal depende de ello. Y en él esta posibilidad descansa en e! privilegioexclusivo de la experiencia-vivida, es decir, del presente vivo.

. Heidegger parece introducir en lo constituyente lo que a los ojos deHusserl sería lo constituido porque e! Dasein no es otra cosa que un pro-ceso de herencia: e! Dasein está precedido por un pasado ya-ahí que élno ha vivido, que tiene que ser y hacer suyo, es decir, que "adoptar". Sinembargo, este reparto empírico-trascendental se mantiene finalmenteen Se in und Zeit a pesar de lo que hubiera impuesto una plena asunciónde! parágrafo 6: es la distancia ante la cuestión de la Vleltgeschichtlich/(eiten los parágrafos 73-75, en los que Heidegger finalmente excluye de laesfera originaria de la temporalidad los dispositivos retencionales queconstituyen las huellas objetivas de! pasado con sus modalidades histó-rico-técnicas, es decir, empíricas -negando al mismo tiempo que la heren-cia sea una adopción.

N egándose a conceder una constitutividad a los soportes amouiblesdel pasado no vivido que hacen a esta experiencia-no-vivida accesible ala experiencia-vivida, lo que llamamos los dispositivos retencionales,Heidegger trata de salvar lo trascendental que él llama aquí lo origina-rio, lo propio y lo ontológico, de lo empírico que ahí se ha convertido ala vez en lo ónrico, e! cálculo, la intratemporalidad y con ello, la tecni-cidad en todas sus formas, los cuales para él son sólo unos casos de ins-trumentos o de conductas de medida de! tiempo -rnicntras que e! tiem-po es lo indeterminado que no puede ser calculado. Y pierde una parteesencial de! terreno ganado por este "vuelco existencial".

Sin embargo, Heidegger es también e! primer filósofo que permitepensar e! objeto, es decir, el objeto técnico, sin referencia a la objerivi-

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dad. En su vocabulario lo objetivo se llama lo Vorlzandenes. Lo que hace"inmediatamente y la mayoría de las veces" frente al Dasein, que porestá misma razón no es un sujeto, es lo Zuhandenes. En lo Zuhandcnes.que siempre remite a otros objetos, lo que se constituye es la munda-ncidad del mundo, mundaneidad que es esencial al Dasein. Por ello e!Dasein no es un sujeto: mientras que éste constituye la objetividad quele debe todo y a la que él no debe nada, el Sein de este Da-san sólo es dapara verse afectado originariamente por su mundaneidad, cuya verdadcomo herencia es e! ya-ahí como pasado que él no ha vivido y que le haprecedido siempre.

Este objeto que no es "objetivo" es el qué. El Dasein que se mantie-ne frente a él, originariamente afectado por él en tanto que es su exte-rior, en tanto que pone a este Dasein fuera de sí que no es, por lo tanto,"subjetivo" es e! cquién? Contrariamente a Heidegger y sin embargo apartir de su analítica planteamos que lo que relaciona el cquién? con elqué es una relación tensa, pero en ningún caso una oposición cuyo fielde balanza se llamaría Vélfallen ("contrafuerte" o "decadencia"). Estarelación es la pro-reticidad. Pro-tesis quiere decir puesto delante y a lavez puesto por adelantado. Esta relación transductiva, en la que uno semantiene constitutivarncnte en composición con el otro, es una nego-ciación.

Ahora bien, esta negociación del ¿quién? C011 el qué supone una ente-riología de! cquién? que está precisamente constituida por el qué. Ésta esla dificultad. Esta dificultad significa que este criterio es retcncional en elsentido de qlfe es la intcriorizacián de un principio de diferenciación quesólo es intcnorizable porque a la vez:

- está ya en el cquién?

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- debe ser inventado, es decu; cxhumado de este cquién? y por él en elcurso de una exteriorización que necesita una in teriorizacion.

La dificultad se debe sobre todo al hecho de que este extraño j1lego, yaunque sea el juego de un después, sin embargo no es una sucesión demomentos: la interiorización no sigue evidentemente a la exterioriza-ción, ella es la exteriorización y es efectivamente exh umando el princi-pio de contradicción, es decir, inventándolo, como éste se (re)constituyedespués en principio. Sin embargo e! principio ya-ahí no precede a suformalización, que sin embargo sólo es posible porque él estaba ya-ahí"de derecho". En esta estructura fabularia y preformativa todo sucedecomo cuando [efferson inventa al buen pueblo estadounidense firman-do por él, en su nombre y rctroactiuamcnte. Ahora bien, veremos que

.esta dimensión fabulo-performativa opera en permanencia en la tecno-ciencia y en la gramática como reto de la guerra espiritual que es famodernidad que nace en el siglo XIX, la cual constituye e! teatro en e!que se inventa como fundamento lo que para Wittgestein sólo es la pri-mera persona de! singular y que marca e! triunfo de la tipografía.

Esta estructura fabularia no significa en absoluto que e! principio decontradicción sea una fábula o una invención en este sentido. Significaque su legalidad es ideal y fundadora de un derecho e indecidible dehecho, y que el salto del hecho al derecho es tan inevitable como irre-ductible es e! abismo que se abre entre ellos -lo que es una relación abis-mal.

Este juego extraño que atraviesa y constituye lógica, tecnociencia ygramática es también y en primer lugar el de la adopción de un devenir.Planteando que el Yo aparece en el siglo XVII en el mundo tipográficomantenemos que constituye una adopción por parte del Nosotros delproceso de devenir en el nuevo dispositivo retencional que se produce

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I1.1

como espacio público de las letras impresas que el siglo siguiente llama-rá "república de las letras". Esto significa que la adopcián no es una sim-ple adaptación al dcuen ir, sino precisamente su transformación piovectioaen futuro posible, es decir, como puesta en marcha de un criterio"inventado" en el sentido de que es proyectado en las pantallas reten-cionales que constituyen la maquinaria de su tiempo y donde tomaforma como pltesta en marcha de un principio de dijerenciación que esta-ba ya ahí "en el interior" y que, sin embargo, sólo es efectivo de derechosi en cierto modo se vuelve del exterior. Esta última afirmación quesigue siendo enigmática se aclarará en lo que viene a continuación.

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6. Devenir, futuro, indiferencia

Aquí hablamos de la adopción como un proceso de intcriorizacionproteiforme, en el que puedo adoptar/interiorizar afectivamente a ungato, a un niño o a un padre, moralmente una máxima, religiosamenteuna creencia, técnicamente una herramienta, socialmente un modo devida, políticamente la idea de un Nosotros, episténncamcnte la compre-hensión de una regla -adoptar/interiorizar Jigl1lji'ca aquí e inmediata-mente exteriorizar: mi sentimiento, mi comportamiento moral, mis prác-ticas religiosas, mi gesto técnico, mi manera de vivir, mi convicción y miacción, la puesta en práctica de una regla como concepto que sintetizaun diverso.

El devenir no es el futuro, decíamos respecto a esta cuestión de laadopción que es también fabulación necesaria. Esto quiere decir que laadopción no es una adaptación porque es una invención. Una adopción

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sin invención es el fracaso y el señuelo que engendran decepciones ymalestar. Es decir, reacciones que compensan una carencia de acción.

El hecho del devenir es hoy esencialmente el hecho tecnológico.Desde la hominización el devenir siempre tiene que ver con el hechotécnico que precedió la deriva genética, y más antiguamente aún lagénesis cósmica. Si se admite que el devenir consiste en una serie decambios de estados relacionados entre sí por unas relaciones de causa aefecto, no hay ninguna duda de que la suma de los cambios de estadossensibles a escala de los "entes que :'"0171 os nosotros mismos" en nuestra épocaestá amplia y manifiestamente sobredeterminada por los cambios de esta-dos tecnológicos. Si el devenir no es el futuro, no hay futuro sin deveniry hay devenir sin futuro.

El devenir sin futuro se llama la mecánica. Lo que confunde deveniry futuro se llama e1mecClnis17l0.

El devenir, que en sus grandes tendencias hoyes el hecho de la lec-nología, está adherido a la tecnociencia en tanto que actividad que COI7-

cibe en relación cada vez más estrecha con el marketing 18 cuolucién dela tecnología -al tiempo que, como veremos, está sometida a las dimen-siones sistémicas propias de la tecnología, en tanto que ésta pertenece aun sistema técnico convertido en mnemotécnico.

Este devenir es lo que, hoy, no es pensado no sólo porque la técnicacomo proceso dinámico de indioiduacion sigue siendo ampliamente igno-rada (a pesar de los trabajos decisivos cuyas enseñanzas hemos tratadode sacar en los dos primeros volúmenes de La técnica y el tiempo) sinoporque la tecnocicncia 110 lo es ella misma, MIENTRAS QUE ELLA ES LAINSTANCIA DE PUESTA EN PRACTICA EFECTIVA DE CRITERIOSRETENCIONALES.

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11,1

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Este im-pensado no es un impensado no identificado en el sentidode que una cosa olvidada no es pensada: es muy ampliamente pensado ysentido impensable y en tanto que tal forma el nudo de la angustia y delmalestar, lo que cierra las perspectivas a los saberes al tiempo que losencierra en los saber-hacer agitados de una tecnología mal-pensada.

La oposición entre tecnología y subjetividad sigue siendo todavíahoy el marco banal en el que se expresan la angustia y el malestar bajola forma de una palabrería cada vez más invasora y angustiosa. Sólo sepuede pensar más allá, lo que pasa por Husserl y Heidegger en su difí-cil relación con Kant, al tiempo que nos lleva lentamente hacia Nietzs-che. Porque, más allá de la representación concebida desde Descartes yla oposición banal y pobre a la objetividad, y que hay que superar, en"subjetividad" entendemos la uoluutad de la que dependemos más-alláde dicha subjetividad.

Rompiendo con el discurso del control, ninguno de los íllósofosnombrados abandona sin embargo la cuestión del querer -pero se abreun abismo entre saber y poder en el que ia susodicha tecnociencia, comoinstancia realización de los criterios retencionales, permanece del ladode este poder incipiente. El gran interrogador del poder, mientras que elpoder técnico se convierte en industria capitalista y tecnología, esN' h d '/ " '" E" "ietzsc e cuan o pregunta: cqué queremos nosotros r ste nosotrosentre comillas es cuestionado por la pregunta misma. Y sufre por ello: espuesto ante la cuestián de su malestar por su "inciencia" -Ilamamosincicnte a lo que debe decidir sin sabcr- que oculta esta "cuestión del ser"que Heidegger nos dice que constituye la existencialidad misma delDasein en su más vasta generalidad y después el hilo conductor de "lahistoria del ser".

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En resumen, este "nosotros" es el que se vuelve sordo a la "diferen-cia ontológica", pero que siempre QUiERE y quc sujrc POR. NO PODERNO QUERER, mientras que NO SABE LO QUE QUiERE,

7. Real y posible entre Kant y Heidegger

La diferencia ontológica es aqueJlo en lo que se puede constituir una"cuestión del ser" para un ente singular, que Heidegger no llama elhombre sino "el ente que somos nosotros mismos". El malestar de"nosotros" es la indiferencia ontológica. Llamamos indiferencia ontoló-gica a lo que realiza un proceso hegemónico de selecciones por mediode cálculos que anulan la diferencia ontológica en tanto que ésta signi-fica en primer Jugar que "el ser 170 es el ente". Lo que quiere decir:

l. Que no es pcnsable desde el ente uorhanden, es decir, "bajo-la-mano" en el sentido de "calculable, objetivablc y objetivado".

2. Que es esencialmente un saber originaL ("una comprehensiónordinaria y vaga del ser es un hecho") que es también un no-saber origi-nal, es decir, una cuestión (sin respuesta última, es decir, probable).

3. Que esta cnestion es aquello de lo que el Dasein responde, aquellode lo que se encarga en. tanto que un ente singular, que no es calculable,ni objeiivable ni objetivado, aun cuando pueda sumirse en JlI reificaciány su autonegación, es decir, en la detcrmmacion de Sil indetcrminidad ode su singularidad como Se impersonal,

4-. Que esta cuestión de la que responde el Duscin, la cuestión del ser,es lo que constituye la temporalidad de este Dasein.

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5. Que e! ser es épOClIJ') epohhalidad, es decir, suspensiones, interrup-

cienes, mptll1m.," A través de las épocas de! ser el Dasein es el ente que responde del

ser respondiendo de su tener-que-ser, el ente libre como ente abierto ala indeterminación de! futuro que, a través de su futuro, no es sólo e!suyo, sino lo que responde del futuro del ser, es decir, de la libertad de!ser en la diferencia ontológica: lo que es libre de no ser el ente.

Es decir, también de no ser lo real, por hablar como Valéry", sino{/n tes Loposible.

Ser anteslo posible qlle Lo real es una estructura de proyección que esmuestra de lo que llamamos cine y que "opone la imagen al hecho".

Esta libertad, que es una "voluntad" en un sentido no subjetivo, queHeidegger llama una "resolución" (Entschlosm¡heit), supone un criterio,es decir, un principio de diferenciación. Es lo que tanto de Kant como deHeidegger tienen por objetivo en la cuestión de la orientación. Pero elprincipio de diferenciación de Heidegger es una inuersián del que trata de[ormular Kant en primer fllgar ('11 que ahí está invertido lo que ordena larelación de lo posible CO/7 lo real.

En Kant lo posible se ordena a lo real que es la objetividad comosubstancialidad, Desde luego la objetividad es lo que el sujeto constitu-ye en la unidad de su apercepción, pero esta unidad es lo que es con-¡~)[!11e él la realidad como unidad del todos los fenómenos posibles entanto que fundados "en la existencia de un ser soberana mente real(supremo) 14, a saber, Dios.

En Heidegger, que en cierto modo prosigue así el giro copernicanohasta lo que parece ser su extremo ulterior, lo real es lo que se ordenasobre lo posible que es el Dasei» él mismo, en tanto que éste "es" sus

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"posibilidades" desde "su posibilidad más extrema", a saber, su propio

fin como "tener que ser".

Incluso ahí donde se trata no de una experiencia óntica, sinode una comprensión ontológica, la explicitación del ser tomainmediatamente su orientación en el ser del ente intramun-dano. A causa de esto, el ser del ente inmediatamente al-alcance-de-la-mano es fallido y el ente se concibe en primerlugar como complejo cósico bajo-la-mano (res). El ser recibeel sentido de la realidad. La determinidud [undamental del m'se convierte en la substancialidad . Conforme a este desplaza-miento de la comprensión de ser, el comprender ontológicodel Dasein entra él también en e! horizonte de este conceptodel ser. El Dasein, como cualquier otro ente, está realmentebajo-la-mano. Así es el ser en gfl7eral quien toma el sentido dela realidad. Como consecuencia el concepto de realidad VJ aobtener una primacía especifica en la problemática ontológi-ea. Ésta cierra el camino de una analítica existencia] auténti-ca del Dasein e incluso obstaculiza ya toda mirada sobre el serdel ente inmediatamente al-alcJnce-de-la-mano en el inte-rior del mundo. Por último, arrastra a la problemática onto-lógica en general hacia una dirección aberrante. A partir deeste momento los demás modos del ser están determinadosnegativamente y privativa mente en relación a la sola reali-dad.

Por esta razón no sólo la analítica del Dasein, sino también laelaboración de la cuestión del sentido del ser en general debeser separada de esta orientación unilateral sobre el ser en elsentido de la realidad. Se debe mostrar ante todo una cosa: larealidad no es sólo 1111 modo de ser entre otros sino que per-manece ontológicamente en una cierta conexión de deriva-ción con el Dcsem, el mundo y el ser-al-alcance-de-la-

l'mano.

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Esta derivación es una derivación a partir de! ser-para-la-muertecomo "posibilidad más extrema" del Dcsein:

La muerte, ella, es una posibilidad <leser q uc el Dasein tieneque asumir él mismo cada vez. Con la muerte e! Dasein seprecede él sí mismo en su poder-ser el más propio. En estaposibilidad para el Dasein se trata pura y simplemente de suser-en-el-mundo. Su muerte es la posibilidad de poder-no-estar-ya-ahí. Mientras que él se pre-cede como esta posibili-dad de él mismo, el Dasein está complctametuc asignado él supoder-ser más propio. Por esta pre-cedencia, se disuelvenpara él todas las relaciones con otros Dasein. Esta posibilidadmás propia, absoluta, es al mismo tiempo la posibilidadextrema. En tanto que poder-ser, el Dasein nunca puedesuperar la posibilidad de la muerte. La muerte es la posibili-dad de la pura y simple imposibilidad del Dasein. Así lamuerte se desvela como la posibilidad IIUL- propia, absoluta,insuperable. Como tal, es una pre-cedencia imigne ...

Sin embargo, su posibilidad más propia, absoluta, insupera-ble, no se la procura el Dasein después y ocasionalmente enel curso de su ser. Por el contrario, si el Dascin existe, es tam-bién y ya arrojado a esta posibilidad."

La rnundancidad donde se puede encontrar el ente uorhanden, esdecir, objetivable, pertenece al Dascin en primer lugar como el mundodel ente zuhandcn, es decir, e! mundo del ente de sus propias posibilida-des cxistcnciales. abordado desde entonces y orientado por la pre-ocupa-ción en la que e! mortal se sume por anticipado y que pre-cede a todossus objetivos sobre el ente. El ente sólo es uoihanden para el Dascin de

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un modo derivado: no es su modo originario. A este modo derivado es alo que se llama "objetividad" de la "realidad". Ésta es la razón por laque e! pensamiento de la subjetividad hace impensable el ente zuhan-

dell.

Heidegger censura a Kant el no ver que es el horizonte de la mun-dancidad el que puede darse un criterio de orientación del que vamos ademostrar que tanto en Kant como en Heidegger es una pregunta -lapregunta de una diferencia ontológica tal como HAY QUE HACERLA,porque es lo qlie quiere decir "responder a ello".

Pero hemos visto que Heidegger, al descuidar a su vez completa-mente la constitutividad de los procesos retencionales, es decir, su re-constitutividad originaria, que en nuestro análisis de la síntesis de reco-nocimiento habíamos llamado también la repro-ducibilidad, él mismono va hasta el final de su propia crítica, ni al extremo ulterior de lainversión, ni al I17Ú1770 tiempo al extremo de la PREGUNTA DEL"HACER" que pregunta la clijerencia, ella misma [undada en la inversiónde las relaciones entre real y posible, es decir, también de la pregullta de loque quiere decir hacer más allá de este hacer empobrecido -y sin embargomuy respetable- que es la pre-ocupación. Así es como la crítica de la sub-jetividad kantiana se vuelve contra la analítica existencia!'

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8. El objetivo de Kant a través del principio subjetivode diferenciación. Necesidad de creer

1,Hemos visto por qué Heidegger rechaza el análisis-alegoría por

medio del cual Kant introduce un principio subjetivo de diferenciacióncomo criterio de orientación: este principio subjetivo es precisamente loque prohíbe pensar la diferencia ontológica porque disimula que en laespacialidad está ya la mundaneidad -y nosotros añadimos: la reten-ción. Y esto quiere decir que descansa sobre el privilegio de la substan-cialidad.

Sin embargo, no sabemos todavía cual es el objetivo de Kant a travésde este principio, ni sobre todo por qué es necesario para la orientacióndel sujeto en el pensamiento, más allá 1) de las ideas de la razón que uni-fica bajo unos principios el uso de las categorías de! entendimiento, 2)de éstas que subsumen bajo sus conceptos las intuiciones de la sensibi-lidad y 3) de las tres síntesis que producen estos conceptos.

Tratando de comprenderlo quizá podremos empezar a cernir losmotivos por los cuales la tecnociencia, que sigt« siendo estructuralmcnteim-pensable en el marco ltantiano, necesita el análisis de la pro-vectioidad,es decir de la posibilidad del [atu to, como montaje rctencional, que exige,C0l710teeno-ciellcia-FICCIÓN, la probkmatizacion de UIl criterio.

El principio de diferenciación es el criterio que necesita la razón enlos casos de inciencia ell los que ella debe juzgar JlII disponer de 1111 saber

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11j

objetivo para conformar su JUICIO a un objeto de su intuición. Haymuchos casos de este tipo, afirma Kant, que por regla general son com-pletamente espcciosos, que conciernen a lo posible y 110 a lo real y queen absoluto interesan a la razón más que a título de curiosidades quesólo conducen a ensoñaciones que a 6n de cuentas le son perjudiciales:

Como los objetos de los sentidos no agotan todo el campo delo posible se pueden concebir muchos objetos suprasensiblessin que la razón experimente la menor necesidad de elevarsea ellos y menos aún de admitir su existencia···r···] Más biense atentará contra el uso de la razón por medio de algunasuposición de este tipo. Así pues, el dedicarse a estas investi-gaciones o jugar con ficciones de este tipo en absoluto es un»necesidad: es sólo una pu ra y simple curiosidad, que no llevamás que a unas cnsoñuciones"

En cambio hay un caso parecido en e! que la razón 110 puede no juz-gar. Es aquel en que debe juzgar cosas suprasel1sibles que constituyen un"espacio" de "tinieblas" en e! seno de las cuales ella afirma sin embargopoder orientarse simple y precisamente porque constitutiuamentc tienenecesidad de ello:

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IOcurre de otra manera con el concepto del primero de losseres a la vez como inteligencia suprema y bien soberano.Porque nuestra razón no se contenta con experimentar lanecesidad de poner al principio del concepto de todos losseres limitados el concepto del ser sin límites. Esta necesidadla lleva hasta a admitir su existencia."

¿ Según qué criterio la razón puede entonces orientarse en su juicio,a falta de poder referirse a un objeto real, entendido aquí como tempo-ral, espacial, dado a la intuición y que la razón no puede darse a símisma al no ser intuitus origlnariu)

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Muy audazmente Kant plantea que este criterio es esta necesidad de lapropia razón: su necesidad de juzgar en estas materias y su necesidad de"ser satisfecha", La razón puede aquí juzgar por el hecho mismo de quetiene necesidad de ello, Esta necesidad, que sólo es un criterio en lamedida en que es efectivamente el de la razón y no el de las inclinacio-nes de la sensibilidad, es un sentimiento aunque la razón no sienta: "Larazón no siente"; capta su imuficiencia y por medio de la tendencia alconocimiento produce el sentimiento de una necesidad"." Este senti-miento es el de una insuficiencia, es decir, de una carencia inductora deuna "tendencia al conocimiento", si no de una curiosidad por las ficcio-nes. Este sentimiento no sensible es un afecto, un amor al saber o undeseo de la razón -que no puede ser planteado corno principio, pero quees bien regulador, es decir, conforme a la vocación de la razón en gene-ral. Por ello podemos confiar en él. Debemos confiar en el deseo y en elamor al saber sin saber.

Hay que confiar en esta carencia, afirma Kant: podemos hacerloporque es necesario. Esta carencia es necesaria, irrenunciable. Diotimo,en El banquete, se lo dice ya a Sócrates y a su manera, que vamos a exa-minar. Hace falta esta carencia, tenemos necesidad de ella, es, comolímite, un poder de razonar y al mismo tiempo hay que confiar en ella:nos da el deseo y el amor, y nos da la razón misma, a saber, su motivo,lo que la pone en movimiento, este "móvil" que le dice: "imotor!" cornoun gran director. Por ello Alexis Philonenko tiene razón cuando man-tiene contra Reininger que esta necesidad no es un atributo de la razón,que la razón 110 tiene esta necesidad sino que lo es.

La razón es lo que se hace carencia. La razón es una carencia irre-Ill/ nciable.

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Porque la razón, porque es la de un ser sensible encerrado en unprincipio y un fin, debe poder arriesgarse a prolongar la experiencia encierto modo hacia arriba y hacia abajo, y por medio de una especie decapacidad de proyección, digamos de cine, sin ningún dato objetivo nireal en sentido de sensible. Hacia arriba, debe poder arriesgarse a con-cebir el origen. Hacia abajo, debe poder arriesgarse a concebir el fin. Yen ambos casos encuentra lo mismo: Dios, como pasado absoluto en elque se contempla el futuro absoluto del fin de todo.

Dios en tanto que el origen es lo real suprasensible corno totalidad delas posibilidades. Es una necesidad de la razón" de plantear la existen-cia de un ser soberanamente real (supremo) como fundamento de todaposibilidad"2u o también de plantear como "única posibilidad l...]la delSer ilimitado, en tanto que principio originario, y de considerar todaslas demás cosas como derivadas". Lo real de donde deriva aquí todoposible es tanto más real (supremo) cuanto que la razón necesita pro-yectarlo o retrovisarlo, proyectado hacia atrás corno lo que pre-cede atoda posibilidad. Esta realidad su prasensible es la condición de posibili-dad de toda realidad sensible existente o futura, es decir, posible.

Más adelante veremos que este origen es también el del pasado abso-luto y paternal tal como tiene necesidad de retenciones terciarias, a pro-pósito de las cuales Kant dice que si primero -a priori- no tuviéramosel principio de necesidad de la razón, estas retenciones no significaríannada: éste es el objeto de la polémica con Wizenmann para quien la fesólo es posible por medio de una "revelación externa", es decir, un tes-timonio del Texto -el Testamento, dispositivo retencional muy singu-lar">, al que Kant responde que esta revelación sólo es posible paraguien posee ya un principio de diferenciación subjetivo.

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Dios en tanto que el fin es el orden en la Naturaleza, la finalidad quees testimonio de una inteligencia suprema de la que la razón no puedeprescindir. "A menos de admitir un creaclor inteligente", es decir, queeste pasado absoluto que es el origen es retlejo del futuro absoluto (nou-mcnal) de los fenómenos, el orden y el curso de las cosas en su causali-dad incondicionada, "no se podría ' ...] ciar la menor razón inteligibleIde este orden y de esta finalidad en la naturaleza j sin caer en purosabsurdos"." Sin embargo, no se puede probar esta hipótesis, por muyracional que sea, por medio de un juicio determinante. Dios es impro-bable, como la finalidad en general, que sólo puede ser el objetivo deuna reflexión, un juicio que reflexiona, lo que aquí quiere decir literal-mente: especular, proyectado por un efecto cle espejo. Por lo tanto debe-mos creer en ello porque la creencia es "el asentimiento que satisfacesubjetivarnente, pero objetivamente vinculado a la conciencia de suinsuficiencia".

La razón es una carencia irrenunciable, una capacidad de ser emo-cionado, puesto en movimiento, una pasibilidad, como sin duda hubie-ra dicho Lyotard, que puede y debe ser movida por lo que en otro tiem-po se hubiera llamado un primer motor inmóvil, es decir, impasible, si110 un pasado absoluto. De un modo u otro, la razón necesita creer en launidad del flujo de tosjcnomcnos, en stt montaje, en los encadenamientos,necesita creer en ello a falta de saber -atirmación que escandaliza aHegel, quien quiere que la filosofía "deponga su nombre de amor porel saber para convertirse en saber efectivamente real"." La razón necesi-ta creer en ello para S('J' capaz de proyectar/os, es decir de ordenarlos segLÍneste proceso de unificación altamente improbable que es la apercepcion yque afecta tanto al Yo como al Nosotros.

Lo que para la razón teórica sólo es una hipátesis se convierte en unpostulado para la razón práctica -que es precisamente la razón del

30~

Nosotros. ÉstJ no puede plantear este criterio como brújula de sus accio-nes, ella que tiene que decidir sin cesar. LJ necesidad de la razón en suuso práctico "está condicionada y en esto ya no estamos obligados asuponer la existencia de Dios 'si' queremos juzgar, sino porque 'debe-

mos' juzgar" ."

Ahora bien, en la época de la tecnociencia esta división entre teoría ypráctica es muy problemática, mientras que el imperativo de orientarsesegún un principio de diferenciación en estas regiones tenebrosas en lasque la razón especula y [icciona necesariamente se encuentra reafirmadaen un sentido propiamente CONMOCIONA?\TE.

Para demostrarlo resumiremos primero el conjunto del recorrido de¿Qué es orientarse CII el pensamiento?

El sentido de la alegoría de la cámara oscura es permitir e! paso deuna orientación en el espacio matemático de la experiencia fundadasobre un principio subjetivo de diferenciación en los fenómenos a unaorientación en e! espacio lógico de! pensamiento a partir de un princi-pio subjetivo de diferenciación en los noumenos.

Se tratará de una función de la razón pura: la que regula suuso cuando partiendo de unos objetos conocidos -de la expe-riencia- la razón trata de elevarse por encima de lados loslímites de la experiencia."

Para hacerla la razón, que no dispone de ninguna "máxima positi-va", está obligada a "basarse en un principio subjetivo de diferenciación[...] e! sentimiento de la necesidad inherente a la razón". ¿Qué necesi-dad es ésta? La razón la encuentra

cuando no depende de nosotros querer o no querer juzgar(cuando por una pane es una necesidad real y como tal inhe-rente a la razón que nos fuerza a juzgar, pero que también

303

por otra parte, la insuficiencia de nuestro saber nos limita enrelación a los elementos exigidos para emitir un juicio)

y que, para juzgar, la razón, que "quiere ser satisfecha" pero que aeste nivel no tiene

ninguna intuición de un objeto, ni siquiera nada que separezca a un objeto [...] no nos queda más que examinarbien en primer lugar el concepto ... para ver si no encierraalguna contradicción. Después debemos [... .1 someter a losconceptos puros del entendimiento la relación de este objetocon los objetos de la experiencia.

Esta necesidad "que nos obliga a juzgar" a pesar de la insuficienciade nuestro saber, ¿no tiene algo que ver con aquello de lo que hablabaValéry? La razón está privada de sí misma, de su completud, de su aca-bamiento, ella se hace carencia y "quiere ser satisfecha" más allá de lassatisfacciones empíricas como

el hombre [...] contiene lo que es necesario p3ra estar des-contento de lo que le contentaba. A cada momento es unacosa diferente de lo que él cs. No forma un sislema/ormadode necesidades y de satisfacción de sus necesidades. Obtienede la satisfacción no sé qué exceso de poder que tira abajo sucontento. Apenas su cuerpo y su apetito están saciados, algose agita en lo más profundo de él, lo atormenta, lo ilumina,lo dirige, lo aguijonea, lo manipula secretamente. Y es elEspíritu, el Espíritu armado con todas sus cuestiones inago-tablcs ...

lEI hombre] es l.. ·J lo que no es yel instrumento de lo que no cs. Éles finalmente, es sobre todo, el misterioso autor de estos sueños de losque les hablaba."

304

Mientras que la razón kantiana no tiene tiempo que perder en enso-naciones, p;ua Valéry el espíritu del hombre, o el Espíritu como habi-tando al hombre -que no es ciertamente la razón y menos aún la razóntal como la concibe precisamente Kant- es esencialmente ensoñación. Ytécn ica )' guerra, como veremos.

Si lo que para uno es esencialmente ensoñación para el otro es curio-sidad vana, en ambos casos se trata de ficciones. Ahora bien, Kant plan-tea que hay una ficción (respecto a una estricta subjetividad) tal que nose puede hacer-otra cosa que plantearla como el origen yel fin de todofenómeno y, por lo tanto, como lo real supremo, fuente de todos losposibles. El principio subjetivo de diferenciación permite poner ordenentre unasjiccioucs para orientarse hacia y desde un supremo real literal-mente ficcional, una aparición, lo que llamábamos una provcccion nece-saria e ineoitable qlle permite la IIl1ijicacióll de 1111 fllljo, el de un Nosotrosen cierto modo delegado por lo uniuetsal y que adquiere aquí un sentidomuy amplio: el tlujo de la unidad de la totalidad de IOj' [enámenos engeneral.

Nosotros que escribimos V leemos estas líneas vivimos en una épocaen la que "el orden y la finalidad" en la naturaleza se han convertido enunos conceptos aa-objetivos, en unas "curiosidades culturales" de antesde la "muerte de Dios", en unas fantasías rcsiduales de la metafísica enlas ciencias y las conciencias: vivimos después de Larnarck, Palcy, Dar-win y las máquinas de secucnciat el genoma, y todos estos sabios de labiología molecular que han demostrado que este orden y este desordenque interesa tanto a Valéry como a Kant, aunque Valéry, que llega des-pués de la termodinámica que él conocía, da a estas palabras un senti-do completamente nuevo y actual, son unos fenómenos estadist ices enlos que juegan unas con otras)' contra las demás unas tendencias que

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engendran unas dinámicas cntropicas y de entropia negativa que no tienennecesidad alguna de "admitir un creador inteligente".

Ciertamente se podría demostrar que no es tan fácil desembarazar-se de estas cuestiones que conciernen a lo incondicionado en Kant yrecordar que este texto, ¿Qué es orientarse en el pensamientor, es exotéri-co y es muestra de la filosofía popular, ya que su lectura debe ser en elmejor de los casos preparatoria para la de la Crítica de la facultad de juz-gar, ahí donde en primer lugar se plantea que

si el concepto que determina la causalidad es un conceptonatural, los principios son técnicamente prácticos, pero si esun concepto de la libertad, son moralmente prácticos."

1;11 I

Pero dejemos esto.

Porque, no obstante, queremos poner aquí en evidencia que el repar-to neto y claro entre lo teórico y lo práctico que Kant plantea previamentey opera en toda certidumbre es la expresión de una concepción de la cienciacompletamente caduca hoy. Tanto la filosofía como la ciencia contempo-ráneas, es decir, el saber en general a fin de cuentas, y tras él la política,deberán efectivamente acabar por sacar las perturbadoras conclusionesde ello. Porque mucho más allá de este punto de historia de la filosofíase trata del centro mismo del malestar en la época tecnocientífica. Paradesarrollar este punto deberemos evocar en primer lugar la phronesisaristotélica expuesta en la Ética a Niconiaco, en el capítulo IV del sextolibro en el que Aristóteles cita este verso de Agathon:

La tec/l7Ié ama a la t~ié itcchnen tljen ej·terxe) como la t~'é amaa la techné (kit¡ t~ell tec/lIlell)

¿Qué significa esta cita?

306

NOTAS

l. Op. cit .. p. 368.

2. Las editará en 1928.

3. En cambio se hará una referencia :1 la radio nueve arios más tarde, en la Intro-duccián a la melafísica. Volveremos sobre ello en el último capítulo de esta obra.

4. M. Heidegger, Etre el temps, traducción lal francés] E. Martincau, Authenti-ea, parágrafo 23. [Existen varias traducciones al castellano de esta obrs; la úlnms.Ser)' tiempo, Tecnos, 2003.]

5. Id., ibid. El subrayado es mío.

6. En El pecado de Epimaeo, op. cit., segunda parte, capítulos II y m.7. M. Heideggcr, Etre el tCl7lpS, op. CIt., p. 96.

8. A. Philonenko, introducción a Qu'esl-ce que s'onenter dans la penséc? op. cit.,p.69.

9. Id., ibid., p. 69.

10. Cf M. Heidcgger, Etre el temps, op. cit., p. 77.

1l. Mientras daba el último repaso al manuscrito de esta obra antes de confiar-lo a la editorial Galilée, recibí un libro de mi amigo Philippe Chouler, coautor conPhilippc Riviere, La Bonne Écolc. l. Penscr l'écolc dans la ciuilisation industncllc,Charnp Vallan, 2001. Creo que comparto muchas de las propue~las enunciadas enesta obra llena de promesas, pero cuya lectura no he tenido tiempo de acabar en elmomento de redactar esta nota. En cambio, me sorprendió encontrar :111Í un discur-~o de la adaptación poco conforme a lo que creo conocer de las afinidades nietzs-chianas de Philippe Coulct: "La adaptación funcional a lo real industrial es la únicacondición de un verdadero Renacimiento del saber" (p. 14). Los autores piensanque "el término va a sorprender", pero hablan del término "funcional". Ahora bien,lo que me parece problemático aquí no es desde luego la necesidad [uncional, sino

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el programa adaptativo, Ojalá que el trabajo propuesto aquí pueda ofrecemos, aPhilippc Choulct, a Philippe Riviere y a mí mismo, la oportunidad y la ocasión dediscutir estas cuestiones en el nivel de calidad de esta excelente obra.

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12. "Una crisis es el paso de determinado régimen de funcionamiento a otro;paso que hacen sensible unos signos o unos síntomas. Durante una crisis el tiempoparece cambiar de naturaleza, la duración ya no se percibe como e! estado ordina-rio de las cosas; en vez de medir la permanencia, mide la variación. Toda crisisimplica la intervención de "causas" nuevas que perturban un equilibrio móvil oinmóvil que existía. ¿Cómo ajustar la idea de crisis que se acaba de recordar en unaspalabras a la noción de inteligencia?". I~ Valéy, Propos sur l'intelligcncc, op. CIt., p.

1041.

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Estas palabras confirman el programa de cuestiones funcionales que proponenChoulct y Rivicre. Pero, ccórno no notar que la crisis que perturba el espíritu deValéry, sobre la que él se interroga en ¡925, que ya en 1919 cuestionaba y de la queNietzsche habla también en 1872 a propósito de "nuestros establecimientos de ense-fianza", cómo no notar que, por lo tanto, esta crisis viene durando 111 menos cientooeinte uiios] En otras palabras, ¿ no está la cuestión en la inoersián de las relacionesentre permanencia y variación de modo que hay que hacer entrar en crisis el concep-to mismo de crisis? Ahí estaría además la cuestión que se debería objetar previamen-te a toda "nueva crítica" y, por consiguiente, a toda reivindicación criteriológica. Yesta es la razón por la que, vamos a verlo a continuación, el objeto de esta nueva crí-tica es en pnmer lugal'la posibilidad misma de una inversión y de una inversión delconcepto mismo de "posibilidad" y, con ello, de! concepto de "causa", operado a par-tir de una mutación rctcncional.

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1. N de la t.: Faite la différencc equivale en francés al castellano "diferenciar",pero hemos mantenido la estructura francesa por la relevancia que en el originaltiene el verbo "hacer", tanto en esta estructura como en otras, como el ya mencio-nado [aire dé/alft, "faltar".

13. "Opone el pasado al presente, el futuro al pasado, lo posible a lo real, la ima-gen al hecho. Es a la vez lo que adelanta y lo que retrasa, lo que construye y lo quedestruye; lo que es azar y lo que calcula; por tanto es efectivamente lo que no es y

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el instrumento de lo que no es. Finalmente es, es sobre todo, el misterioso autor de

estos sueii.os de los que les hablaba" (La Crisc de l'esprit, op. cit.).

14. Kant, Qu'est-ce que s'oricuter dans la penséc", oIJ· cit., p. 80, n. a. Cf nuestro

cometario más abajo.

15. M. Heidegger, Etre et temps, op., cit., p.12.

16. Id., ibul., p. 185.

17. Kant, QII'est-ce que s'orientcr dans la penséc], op. CIt., p. 79. El subrayado es

mío.

18. u, ibid., p. 80.

19. Id., ibid., p. 71. Citado por A. Philonenko. El subrayado es mío.

20. u. ibid., p. 80, n. a.

21. A. Philonenko, introducción a Qu'est-ce que s'oricntcr dans la pcnséc], op. CIt.,

p.46.

22. Kant, Qu'est-ce qlle s'oricntcr dans la penséc?, op. cit., p. 80.

23. G. W F. Hegel, Prefacio a La Phénoménologle de l'csprit, op. CIt.

24. Kant, Qu'est-ce que s'orienter dans la pensée], oIJ· cit., p. 81.

25.ld., ibid., p. 78.

26. P VaJéry, La Cnse de l'espnt, op. cit., pp. 1oe 1-1 002.

27. Kant, Critique de la faCilIté de jllger, Vrin, 1979, p. 22.

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1. De lo real a lo posible: la conmoción tecnocientífica

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Por medio de esta cita de Agatón Aristóteles plantea que la técnicapertenece al dominio de la contingencia, al que se opone la necesidadde la ciencia, Evicentcmente, este punto de vista es incompatible con lanoción misma de tecnociencia, cuyo nombre implica la colusión entretécnica y ciencia, Así pues, la tecnocicncia opera una conmoción delorden de las cosas respecto a las relaciones entre necesario y contingen-te -es decir, lo vamos a ver, también entre real y posible, y entre ser ydevenir.

Veremos también cómo el pensamiento moderno se aleja a la vez delpunto de vista antiguo )', sin embargo, mantiene este juego de oposicio-nes, que hace pura y simplemente imposible un pensamiento de la tec-nociencia, el cual sólo puede parecer a partir de entonces como una ver-dadera monstruosidad alumbrada por el espíritu.

Aristóteles designa lo contingente por medio de la expresión "to

endecl70I71C1l011 allos echcin" que Pierre Aubenque traduce como "lo quepuede ser distinto de como es",

Actuar y producir es en cierto modo insertarse en el orden delmundo para modificarlo: por consiguiente, es suponer quepuesto que ofrece esta libertad comporta cierro juego, ciertaindeterminación, cierta falta de acabamiento, El objeto de la

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acción y el objeto de la producción pertenecen por lo tanto aldominio de lo que puede ser de otro modo. Ahora bien, si ladisposición a producir acompañada de reglas se llama el arte(tec/lIIé), la disposición a actuar (praxiJ) acompañada dereglas se llama la prudencia.'

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Por lo tanto, acción de la praxis (moral) y producción de la poiesis(técnica) son juntas muestra del dominio de "lo que puede ser distintode como es": ni una, la praxis, ni otra, la techné, pueden ser ciencias. Latechné, que como toda la tradición, Aubenque traduce desafortunada-mente por la palabra "arte", pero que nosotros queremos entender aquíen primer lugar como su nombre la da a entender inmediatamentecomo técnica y sin que haya necesidad de contorsión alguna, la techné

concierne siempre a un devenir y aplicarse a un arte [es decir,a una tec/lI7éJ es considerar la manera de inducido a ser unade estas cosas que pueden ser o no ser y cuyo principio resi-de en el productor y no en la cosa producida.

En El pecado de Epimeteo ya habíamos comentado estas últimaspalabras o más bien su equivalente en la Física: significa que para Aris-tótclcs no hay ninguna dinámica cspccitica de la técnica, no más que paraningún metafísico -ni, por lo tanto, para Kant: éste es J'lI rasgo común.

Por el contrario, a partir de la revolución industrial el devenir técni-co pondrá cada vez más en evidencia su dimensión sistémica, que encierto modo se hará visible a simple vista)' para un ojo sensible a loscuerpos y a las almas heridos por el universo infernal de las máquinas.El devenir técnico hará aparecer una lógica euolutiua específica de estesistema dinámico, al poner la época tecnoaentijica en evidencia un pro-ceso de indiuiduacián técnico en sentido estricto, que Simondon llamaráel proceso de concrctización, y completar la teorización de las tendencias

3H

técnicas por Leroi-Gourhan y de los si.itemas técnicos por Bertrand Gille.El proceso de concretización, que da cuenta de la morfogénesis de losobjetos técnicos industriales, no gobierna sólo el devenir del objeto: diri-ge los conjuntos técnicos -y finalmente, a partir de ahora, como describí-amos en un capítulo anterior, el sistema mllelllo-técnlco IllltlldlaL. Es

decir, el medio retencional de espíritu.

Así pues, la revolución industrial hace aparecer una dinámica espe-cífica de los entes técnicos y de lo que habíamos llamado el reino de loinorgánico organizado. Esta dinámica sólo se hace sensible a partir de

este momento por dos razones:

_ por un lado, la arqueología y la paleontología empiezan a poner enevidencia que los objetos más antiguos se inscriben en unos linajes enlos que evolucionan sus formas según unas reglas que se pueden com-parar con las evoluciones del ser vivo constatadas a partir de esqueletos

fósiles._ por otro lado, y sobre todo, la colusión que se opera desde esta

época entre técnica y ciencia, y da la tecnología industrial, abre la era dela innovación permanente en cuyo seno la evolución de los objetos téc-nicos, que se acelera súbitamente, se hace patente como modernidad, yplantea precisamente el problema de la adopción de nuevos productos

industriales.Así pues, lo que hace sensible a los cuerpos y a las almas la dinámi-

ca inherente de la tecnología es la co-operación entre la técnica y la

ciencia en beneficio de la industria.

Es lo que es impensable para un filósofo griego. Lo que "puede sero no ser" es la contingencia, que "se debe entender no como una regióndel ser, sino como cierta propiedad negativa que afecta a los procesos

315

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naturales".' Todo esto quiere decir que la técnica es lo que, ontológica-mente y, por lo tanto, primordialmente, se opone a la ciencia comoj'abér-hacer inciente que se opone al saber apodíctico:

La intención de Aristótelcs no es oponer [la tec/7IIél al empi-rismo dubitativo y azaroso sino por el contrario, a la ciencia,de la que Aristóteles acaba de recordar que se refiere a lo queno puede ser de otra manera. [00.1 En un mundo perfecta-mente transparente a la ciencia, es decir, en el que se esta-blecería que nada puede ser de manera distinta de como es,no habría lugar para el arte [la técnica] ni, de manera gene-ral, para la acción humana.'

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Por esta razón" tcchnen tuchen estcrxe I(ai tuchen tccltncn": la técnicaama el azar. Y como señala Aubenque,

para comprender esta evolución del pensamiento, evidente-mente hay que liberarse de la mentaiidad moderna, que tien-de a ver en 1<1 técnica una aplicación de la ciencia

-y es lo que distingue a Kant de Aristóteles. Esta "mentalidadmoderna", que se ha hecho posible desde Descartes, sólo tiene sentido,sezún Aubenqucb

porque la ciencia moderna se contenta con seguir en la natu-raleza UJl;lS series causales múltiples cuya pluralidad mismadeja una parte a la contingencia y, por lo tanto, un campo ala actividad humana.'

Sin embargo, sería muy aventurado sostener semejante afirmación sise identificara la ciencia moderna con la ciencia contemporánea -comoespíritus demasiado impacientes tendrían la tentación de hacer. Con-viene limitar la ciencia moderna a la época cuyo eje es Newton, queabren Galileo y Descartes)' que cierran Kanr, Lavoisicr, Volta, Carnot o

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Larnarck, sin la cual estas palabras serían muy discutibles, en particularsi se admite que la biología es una ciencia.

Lo que aquí hemos llamado tecnología que, en efecto, se concibecomúnmente como ciencia aplicada por medio de métodos técnicos,autoriza un plinto de insta invertido y que calificamos aquí de conmocio-nantc, en el que es la ciencia la que se convierte en tecnología aplicada y 110

la tecnología en ciencia aplicada. La ciencia como tecnología a-plicadaproduce unos resultados formalizados que se hacen du-plicablcs, esdecir, reproducibles, generalmente por unos automatismos, )' que por tantoponen en marcha un universo especifico de reproducibilidad automática,mientras que ya no es en absoluto evidente que la ciencia contemporá-nea, como tecnociencia, se contente con J'egllir unas series causales: lasutiliza, es decir, las desvía como se explota la fuerza de un curso deagua, modificando este curso en su caudal, en su trazado y en la COIll-

posición de sus aguas, generalmente consumidas bastante rápido.

Como ya habíamos subrayado en La desorientación, la biologíapuede crear nuevas series causales modificando la causalidad existente,incluso reforrnándola él cierta escala de pertenencia o, más precisamen-te, perturbando el juego de las leyes definitorias de algunos seres vivos,o definitorias de condiciones de reproducción de estos seres uiuos, cuyaprincipal característica es precisamente la rcproducibilidad, )' no hay nadade azaroso en que sea sobre este punto sobre lo que la tecnocienciaresulta ser más "conrnocionante": se trata ya de una retención y de ungénero completamente paruculai:

y la cuestión de la reproducción ies decir necesariamente también de larctcncion}, e17el más vasto de sus sentidos y como condición primera de laindustrialización, es efectivamente la que dirige la lógica de lo que aquí lla-mantos la "conmocion". ]kremos en particular que. a diferencia de los jJeII-

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samientos antiguo y moderno, la ciencia contemporánea puede prescindir deeste gran teproductor 110 reproducido que es Dios, llamado igllaLmellte sersoberanamente real (supremo) )' fuente de toda posibilidad.

Habíamos mantenido que éste es específicamente el caso cuando elprograma genético se convierte en un dominio cuyas posibilidades pue-den ser teeno-lógicamente exploradas por la combinación de las tecno-logías de secuenciación del genoma y de la intervención en las secuen-cias por los instrumentos de la cirugía genérica -singularmente las enzi-mas de restricción. No cabe entonces duda alguna de que una serie cau-sal existente, que condicionaría la impermeabilidad de lo genético (ger-mell) a lo epigenético (soma), impermeabilidad característica de los seresvivos sexuados que constituía una ley causal de la reproducción y de laevolución de las especies, está pura y simplemente suspendida por lainucncián tecnocientlfica de una llueva forma de uida.

Esto es lo que llamamos la CONMOCIÓN TECNO-CIENTÍFICA.Ciertamente se podría objetar que la ciencia biológica es particular yque la delimitación Je su cientificiclad nunca ha sido simple. Pero, cnoes esto cierto de tocla ciencia desde el momento en que se integra en lainstrurncntalidad tecnocientítIca e intcrioriza COII ello /0:; criterios de Sileficiencia?

2. Orientarse en las tinieblas de los posibles tecnocientíficos

La com-posición de la ciencia y de la técnica en la época industrial',que rompe con su o-posición y después con su confusión en la actualtecnociencia productora de tecnologías, es muy precisamente lo que es

31B

impensable para Aristóteles, porque "para un griego la ciencia es unaexplicación total y, por tanto, sólo puede desarrollarse eliminando lacontingcncia'", ahí donde la tecnociencia abre, por el contrario, lainmensidad de un nuevo jllego de dccisién henchido de tinieblas, que 110 esel de las luces tcoremáticas sino del HACER hipotético-técnico, único aptopara modificar unos procesos, y donde hay que orientarse en La diuersi-dad de las posibilidades sobteabundantes qlle busca precisamente estaEXPLORACiÓN SISTEMÁTiCA DE LiS TiNIEBLAS.

Esta exploración ya se ha emprendido cuando a finales del sigloXVIII el empresario inglés Boulton conoce a Watt. En El pecado de Epi-meteo habíamos mantenido que su asociación inaugura 13 revoluciónindustrial definida corno disponibilidad de capitales, al hacerse éstoscada vez más móviles y desrcrritorializados, y partir a la conquista deoportunidades de inversiones cada vez más variadas que hace que lainvestigación parezca acabada.

Desde luego, sólo a principios del siglo XX estará verdaderamenteorganizada sistemáticamente, especialmente con Holst y la empresaPhilips: entonces se llamará investigación-desarrollo. Pero es desde elprincipio del maquinismo cuando se instala este proceso de innouaoon

permanente que aquí hemos llamado modernidad y que el investigadorya no duda en suscitar a !J vez por medio del marketing y de la organi-zación de la investigación-desarrollo, que explora sistemáticamente losposibles y lo real pasa a un segundo plano.

La ciencia ya no es entonces este tras lo cual invierte la industria,sino lo que está comanditado por la industria para abrir nuevas posibili-dades de inversión y de beneficios. Porque invertir es anticipar, en estasituación la realidad pertenece ya al pasado. La conjugación de la técni-ca, la ciencia y la movilidad de capitales dirige la apertura de un futuro

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111

sistemáticamente explorado por la experimentación. Esta ciencia C011-

vertida en tecnociencia es menos lo que deja/be lo real que lo que lo des-cstabiliza radicalmcrnc. La ciencia técnica ya no dice lo que es (la "ley"de la vida): crea una nueva realidad. Es una ciencia del devenir -y comodemostrarán Ilya Prigogine e Isabellc Stengers, de lo irreversible? Es loque vamos a examinar ahora más de cerca.

Para orientarse en lus tinieblas de losposibles tccnocicntijicos sistemáti-camente investigados por la inversión, existen al menos dos posibilida-des criteriológicas evidentemente relacionadas:

1. La primera posibilidad criterio lógica es la de una eficiencia concebi-da como probabilidad de un beneficio, de la que la cuestión es saber quésignifica bene:

- ccs el bien de Nosotros, esto es, de esta serie cronológica que integraen el infinito el fUllIro nbsolutizable de este Nosotros,

- o es el bien en el sentido del producto industrial, bien de COIWI17l0 queproduce un beneficio concebido en términos de ptouechabilidad respectoa inversiones que pueden ser amottizadas en 1111plazo razonablei

2. La segunda posibilidad criteriológicC/ es la de hacer qlle se puedainterpretar también de dos tnuncras:

- una es la FACTlBILlDAD, es decir, el cálculo de la relación cos-tes/ventajas, pero que plantea la cuestión de aquello que se llama"coste" y de aquello que se llama "ventaja",

- la otra es la DIFERENCIA QUE H.4Y QUE HACER y, por lo tanto, elotro sentido del verbo "hacer" que ella apela y que no podría estar condi-cionada por la eficiencia y la provechabilidad, porque esta diferencia,I/lle es una ficción, sólo puede apelar a una im-probabilidad radical y auna carencia de la razón.

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Ahora bien, podría ser que la carencia sea aquí y en tanto que tal unarazon, es decir, a la vez IIn motivo y una necesidad -en este caso el moti-vo y la necesidad de lo incalculable, incluido de la muerte, como lo quedetermina el Dasein y que es una GRAN CARENCIA del ser vivo, peroque es precisamente también La posibilidad de La vida C0ll10 principio deIIn Inmenso proceso de indiuiduación qlle se LLama la "evolución".

Por medio de esta doble alternativa, que no es necesariamente dis-yuntiva (es lo que llamamos la composición, ley de la adopción, ellamisma ley de la transmisión) aquí no hacemos más que introducir pro-gramática mente una reflexión futura sobre la necesidad de 1II1acarencia,sobre el fantasma de la jmfección q1le querría eliminada, sobre los diablosengendrados así por los símbolos)' que ocupará lo esencial de las obrasfuturas.

3. La práctica en la filosofía crítica

Las inmensas cuestiones que se nos Imponen así son totalmenteinconcebibles para la íilosoña antigua y moderna: tal es la necesidad deuna "nueva crítica". Para Aristóreles, el desarrollo del saber apodícticodebería ser la eliminación tendencial del saber técnico:

Así [la técnica] no progresa en el mismo sentido que la expli-cación científica: más bien desaparecería a medida que éstaprogresa.'

Esto también es cierto de Kant. Sin embargo hay una profunda dife-rencia entre Aristótelcs y Kanr en este mismo punto: para el primero, latécnica pertenece al dominio de la contingencia y de una falta de acaba-

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miento de la naturaleza, mientras que para Kant, pertenece al dominiode una falta de acabamiento de la ciencia:

Uno se contentaría con reírse de un mecánico empírico o deun artillero que quisieran criticar, el uno la mecánica engeneral, el otro la teoría matemática de los proyectiles dicien-do que quizá se ha concebido tlnalmente la teoría de éstos,pero que en la práctica no vale absolutamente porque, alaplicarla, la experiencia proporciona unos resultados com-pletamente distintos a los de la teoría (porque si se añadieraa la primera la teoría del lrote y a la segunda la de la resis-tencia del aire, es decir, de manera general, un suplemento deteoría, entonces estarían completamente de acuerdo con laexperiencia)",

Aquí la técnica es efectivamente ciencia aplicada: no tiene ningunaopacidad de derecho, sólo puede permanecer en la sombra de la razón dehecho -debido a la falta de acabamiento de la ciencia. Tanto para Kantcomo para Aristotelcs, la ciencia es lo que enuncia y formaliza lo real entanto que lo que 170 puede ser de otra manera. A este respecto, la ciencia esciencia del ser y desde luego lo es constatiuameni-,

Además, al pensar ambos la técnica como un medio para un produc-tor que es su fin, ninguno de los dos ve la dinámica sistémica que sus-tenta la euolucuin técnica, porque para estos pensamientos no hay evolu-ción técnica en sentido estricto. Pero para Aristóteles ésta sería más bienuna involución, es decir, lo que está llamado a eliminarse de derecho (sino de hecho), mientras que para Kant la evolución aparentemente téc-nica es de hecho una evolución científica.

Hemos visto que la evolución propiamente técnica se hace patente(y empieza a ser pensada por Marx, que apela claramente a una teoríade la evolución técnica inspirada en la que forjó Darwin para el ser

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vivo 10, pero todavía como medio de producción), cuando al acercarseciencia y técnica su confusión lleva a la tecnociencia en la que el deve-nir tecnológico se acelera de pronto hasta el punto de invertir su signo ysuscitar un sentimiento de amenaza o de destrucción.

Mientras que la revolución industrial había comenzado como nuevoproceso de adopción bajo el signo de una promesa de emancipación y deprogreso, las actuales tecnociencias, que esencialmente son puestas enmarcha de nuevos procesos de retención, de reproducibilidad y de trans-misión, están cada vez más confrontadas a riesgo de un rechazo de laadopción percibido como una amenaza de regreJión bajo el efecto de i17jer-tos que minan toda posibilidad de unificación de un Nosotros y provo-can, a falta de un criterio proyectable al infinito, es dccit; idealizable, reac-ciones de defensa inmunitaria -es una dimensión, lo que llamamos elmalestar como decepción,

Ahora bien, este criterio sigue siendo tncnconttable en un contextotecnocientífico 110 criticado en el que se han invertido las relacionesentre real y posible, en el que lo real se convierte en tina modalidad de loposible y en el que, por esta misma razón, se inualida la división kantia-na entre teoría y práctica.

En efecto, a diferencia de Aristóteles, en Kant el saber se distribuyeen dos dominios cuya confusión procede de la metafísica, cuyas tres Crí-ticas deben prevenir la razón: el dominio teórico yel dominio práctico.Sin embargo, este reparto constitutivo del criticismo y que siempre esarriesgado cuestionar es lo que obstaculiza un pensamiento renovado dela técnica en la época de la tecnología y de las tecnociencias -es decir,que constituye un obstáculo para la posibilidad de una economía políti-ca de la adopción.

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Al interrogar la causalidad Kant neutraliza la que en el dominio teó-rico resulta de los fenómenos de la voluntad y de hecho una cuestiónpráctica en su sentido, es decir, vinculada al reino de los fines bajo la leymoral, como si no existieran los actos técnicos y no plantearan cuestionesfrente a las cuales es menos evidente la posibilidad de separar lo teóricode lo práctico.

Como a sus ojos la técnica es de derecho homogénea a la teoría, nocomporta ninguna dimensión práctica: esto es lo que significa el ejem-plo del artillero que sólo por ignorancia de la teoría de la resistencia delaire puede oponer su práctica a la teoría balística y que, por lo tanto, notiene práctica en sentido estricto. En Kant sólo hay práctica si hay liber-tad realizada por una ooluntad.

Al examinar la relación entre una representación sintética y sus obje-tos, el parágrafo 14 de la "Deducción trascendental" excluye igualmen-te que la voluntad pueda producir causalmente su objeto "respecto a laexistencia" 11, precisamente porque la práctica técnica no tiene lugar deser: sólo es una consecuencia sacada de la teoría y de la cual la voluntadno es aquí ni la causa ni el efecto, sino el término medio.

4. El criticismo como negación de la invención

El problema es que este análisis no deja posibilidad alguna de darcuenta de lo que ocurre en el caso de la invención. En efecto, a una nega-ción de la invención es J lo que inevitablemente lleva el parágrJto 23 dela misma "Deducción trascendental" el cual expone la inutilidad denuestros conceptos sin intuición sensible correspondiente. Negación en

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la medida en que llamamos aquí invención no ya simplemente a lo queantes designábamos C01770 proceso de imenorizaciánkxteriorizacion, en elsentido de "la invención de la Santa Cruz", sino a lo que constituye elprimer término de lo que Simondon llama linaje técnico cuya génesis esprecisamente irreductible a una pura y simple explicación física y que esmuestra de un tipo de individuación particular: el proceso de concreti-zacion,

Si, en efecto, se admite que estos linajes sólo son posibles por mediode la invención de posibles que ya no están contenidos en lo real o, parahablar como Simoridon, si no se da por anticipado al individuo paraexplicar la individuación, porque ésta es toda la cuestión, hay que vol-ver a cuestionar la distribución de los papeles entre las dos fuentes deconocimientos que son la intuición y el entendimiento. ms todavíaposible decir que "la mayor extensión de los conceptos más allá de nues-tra intuición sensible no nos sirve de nada" 11 desde el momento en quela imaginación como facultad de invención se muestra, precisamente ensu época tecno-cicntífica, susceptible de hacer intuitivo lo que 110 lo eraen el momento de su representación y de lo que se puede llamar su COI1-

cepcion y que consistía en primer lugar en lo que hoy se llaman quimeras,es decir en ficciones surgidas de las especulaciones de la razón?

¿Qué ocurre entre el entendimiento, la intuición, la imaginación ylas ideas de la razón cuando estas quimeras, por ejemplo, pueden con-vertirse en producciones técnicas de serie, se convierten al mismo tiem-po en reproducibles, incluso en reproductoras, son puestas en el merca-do e introducidas en el proceso de adopción por la industria de las bio-tecnologías, de la agroalimentaria a la de la procreación artificial pasan-do por la fabricación industrial de prótesis vivas como injertos transgé-nicos? O también: ¿qué es un ej"quel77aen la época de la simulación

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generalizada como método de investigación? y h¡ué es una simula-ción?

El hecho de que el pensamiento kaniiano no conozca ruptura dederecho entre teoría y práctica técnica y que para este pensamiento latécnica sólo sea, al contrario del punto de vista de Aristótcles, cienciaaplicada, aun cuando permanezca inexplicada, este hecho es la conse-cuencia de esta concepción de un entendimiento encerrado en la intui-ción, que niega necesariamente la posibilidad de la invención defInidacomo lo que abre un nuevo linaje técnico: es la negación de los procesosde individuación técnica" en los que las relacione, transducuuas engen-dran unas l7lo1fogéllÓIs que llevan a unas sobredeterl71inacionesfunciona_les y en los que no se puede reducir la materia qlle funciona a la sola eje-cución de las leyes de la física, sino que es muestra de lo que habíamosllamado el reino de lo inoryánico organizado al que ahora se añade loorgánico desorganisado.

Al estudiar la génesis de lo que él llama los medios asociados, quellevan a un espacio inextricablemente teeno-geográfico en el que laindividuación tecno-lógica interviene evidentemente en las dinámicasgeotlsicas como factor de perturbación, Simondan introduce en la géne-sis técnica la necesidad de la anticipación, la cual debe dar cuenta de lascnsciianzas de la materia que funciona como revelación de carencias de fun-cionamiento ql/e pueden tnuertir sns úgnos (tal es el caso del autoencen-dido del motor Lenoir que se convierte en principio del motor Diese!) yesto como experiencia práctica que precisamente no se puede reducir auna pura y simple aplicación de la teoría tísica de la materia porque lamateria que funciona nunca es solamente la puesta en marcha de unfuncionamiento flsico, sino precisamente un complejo organizatioo aun-que no sea orgánico en sentido estricto. Esto es lo que significa el medio

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teenogeográtlco que evidentemente incluye también la geografía huma-na.

El desarrollo de objetos industriales aquí es en sí una experimenta-ción y una exploración de nuevos posibles y, por lo tanto, el mundo coti-diano es un laboratorio permanente (veremos que esto es especialmen-te cierto de la red IP). Ahora bien, en los dos primeros volúmenes de Latécnica y el tiempo habíamos demostrado que la posibilidad de la antici-pación está ella misma condicionada y sobredeterminada por las posibi-lidades de retenciones terciarias, es decir, por el medio técnico del espí-ritu. Así pues, lejos de ser reducible a la física, la técnica es un medio quecondiciona la temporalidad de la "razón práctica", es dccu; la voluntad, yque a cambio está atravesada por una causal/dad práctica, sometida ellamisma evidentemente a las coacciones de la causalidad física. Pero éstasigue siendo una noción completamente abstracta mientras no se leobjete el problema de las condiciones de su localización, es decir, de los

fenó17lellOs de equilibrios locales y mctacstablcs, es decir, de los desequili-brios potenciales que frecuentan la física desde el principio de este siglo.

Lo que llamamos la condicion cuando decimos que la técnica condi-ciona la temporalidad de quien quiere, no es evidentemente una deter-minación y por esa razón la condición técnica no es una negación de lalibertad práctica.

Pero, por una parte en cierto modo se trata de una libertad condicio-nada alInque sea incondicionado el] rclucion al mecanismo y, por otra, estacapacidad de anticipación técnicamente sobredeterrninada por el juegode dispositivos retencionales y proyectada en las posibilidades irrcducti-bles a la sola realidad física de la materia que funciona, hace caduca Laexclusion de "la causalidad por medio de la voluntad" en lo que conciernea la relación entre una representación sintética y su objeto.

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Ahí donde en Kant la técnica sólo es la ciencia aplicada porque sóloes el desarrollo analítico de los conceptos del entendimiento que cono-celos datos de la intuición, nosotros plan tearnos que la técnica es lo quepermite la constitución de esquemas, prácticos incluidos. Por lo tanto, sedeben cambiar por completo sus relaciones con la teoría y su lugar en lateoría. Si se le puede dar forma al ladrillo por medio de la mano delmoldeador es porque está guiada por un concepto de la arcilla que sólose ha podido adquirir en la [rccucntacion gesuta! de ésta: en el últimovolumen veremos que el análisis hiLeJ11Ó¡jicoque sustenta el razona-miento de Kant, después de Aristóteles y en conformidad con él, y quedirige la relación entre intuición y entendimiento es precisamente aque-llo que Simondon recusa en El individuo y su génesújíJico-biológica.

A la inversa, la tecnicidad originaria tanto de la teoría como de lapráctica y la cuestion ejpecífica de la práctica tccnoctcntitica resultante deello significa que la "libertad" causal a cuya cuestión la tecnología nosconmina hoy de manera expresa no es en nada una habilidad: por un ladoporque es una libertad condicional en la medida en que la libertad,in condicionada en consideración a las causalidades mecánicas, estácondicionada por las posibilidades que ofrecen los dispositivos retencio-nales de constituir unos t1ujos de conciencia y, por otra parte, porque lasdinámicas evolutivas de los sistemas técnicos son unos datos sistémicoscon los que se las debe arreglar la práctica tecnocientífica.

En esto la modernidad tecnocientítlca es aquello que despide a lamodernidad filosófica, cuyas figuras inaugural y terminal son Kant yDescartes. Yen 1969 Alexis Philonenko predecía la agonía de! kantismoen la época en la que "a partir de ahora la suerte de la razón [está] estre-chamente vinculada a la máquina" y en la que parece que "el kantismodescansa en una ciencia y en una comprensión de la ciencia que ya noson actuales"." Pero esta caducidad del discurso de la habilidad es pre-

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Icisamente el objeto de la denegación de los poderes contemporáneos loscuales ostentan tanto más escandalosamente sus veleidades cuanto queno cesan de tropczarse con el hecho de su impotencia -y 110 hablamossólo de los poderes públicos-, mientras que cada uno sabe profunda-mente que a partir de ahora la inciencia dicta la ley.

Esta contradicción, que en Francia se ha analizado como una pérdi-da de crédito de las "élires", es un factor principal de agravamiento delmalestar. Es particularmente corrosiva para la autoridad de los cuerposdocentes: el sistema educativo, que es lo que debe proporcionar unainteligibilidad de la situación del Nosotros, parece al contrario como loque hace este Nosotros propiamente incomprensible y, por tanto, iluso-rio: ahí está la fuente de la incivilidad que unos espíritus rústicos prefe-rirían limitar a unas causas menos complejas y más fáciles de recuperarpor su cuenta.

Para Kant sólo en e! dominio moral "la libertad puede superar todolímite asignado 1.,.1 donde la razón humana demuestra una verdaderacausalidad y donde las ideas se convierten en unas causas eiicientes (deunas acciones y de sus objeros)"." La ideas técnicas no son causas efi-cientes sino conceptos teóricos: en ausencia de toda cuestión prácticaconcerniente al dominio de la técnica, de la tecnología y de la tecno-ciencia, en e! criticismo, LA CUESTIÓN DEL FUTURO TODAVÍA NOSE HA HECHO CARGO, POR LO TANTO, DE LA DEL DEVENIR en laque desde luego no debe parar:;e, sino por la cual sólo puede pasar PARA.HACER AHÍ LA DIFEI{ENCIA

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Ahora bien, hemos tratado de demostrar que e! devenir es precisa-mente este dominio práctico de la técnica, como posibilidad del artifi-cio, que es muestra tanto de la naturaleza como de la libertad y en el quese plantea plenamente la cuestión de lo que hay que hacer (como diferen-

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cia] ahí donde hace falta la carencia que se convierte ahí en un criterio ydonde la experiencia no es, desde luego, "lo que proporciona la regla":

Respecto a la naturaleza, la experiencia es la q lIC proporcio-na la regla y la que es la fuente de la verdad; pero respecto alas leyes morales, la experiencia es (ipor desgracial) la que esla madre de la apariencia y es un intento altamente condena-ble el querer sacar de lo que se hace las leyes de lo que debohacer o querer rcducirlas a ello"."

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Si nuestras anteriores observaciones críticas respecto a la negaciónde la invención por el criticismo son fundadas, lo que aquí se dice de laapariencia concierne también a la causalidad eficiente de la razón nosólo C0l110 dominio moral (y político) sino como dominio técnico. Yestosignitlca que una política debe ser una política de la técnica, es decir, unpensamienm práctico de! devenir capaz de proporcionar una idea que pro-yecte el futuro de! que este devenir es portado); donde nada es más "conde-nuble que querer Jacal' de lo que se hace las leyes de lo que debo hacer o que-rer rcdttcirlas a ello ", lo ql/e se llama cinismo y renuncia, y que es el discur-so del mimetúmo y de fa adaptación que cottsidenunai condenable en quesirue de coartada para los hechos contra los derechos.

U na política de la técnica debería poder elaborar unas ideas prácticascapaces de plantear y de regular la cuestión de lo que Ilay que hacer en eldominio práctico tal C0ll10es muestra conjulltamellte de la naturaleza y dela libertad. Pero el que entonces plantea un problema es el concepto denaturaleza, Es precisamente este concepto, como totalidad de los fenó-menos, el que está completamente condicionado, tanto en Kant C0l110

en el pensamiento común, por el orden que somete los posibles a lo realde la substancialidad. Ahora bien, este ordenamiento está alterado porla actividad tecnocieanfica. Por esta razón las cuestiones vinculadas alas prácticas actuales surgidas de la teoría biológica son unos problemas

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indisociablemente teóricos y prácticos. Desde el momento en que sesitúan las cuestiones prácticas en la intersección de los dominios prácti-cos y teóricos, es decir, de la naturaleza y la libertad, que confieren a lasideas técnicas una causalidad eficiente, lo que entra en crisis es la tota-lidad del dominio teórico.

Esta cuestión se plantea singularmente en el dominio del ser vivo talcomo, al convertirse en un material para el sistema bioLógico industrial,constituye un nuevo disposttiuo de retenciones terciarias, en cuyo seno sepuede tomar un control sobre los procesos de retenciones a través de loscriterios que no tienen nada de científico ni de teórico y que permitenproducir en serie quimeras, clones y otros materiales transgénicos.

Pero la cuestión se plantea también con la multiplicación de los nue-vos tipos de medios asociados, tecnogeográflcos y comerciales, que hansurgido de la hiperindustrialización numérica y de la performatividadgeneralizada que se despliega ahí. Esta hiperindustrializaaón, como des-arrollo de industrias integradas de la transmisián, donde se fusionan tec-nologías de producción y mnemotécnicas, es también una hipcrrepro-ductibilidad técnica que tiene en común COIl las biotccnoloyias el instaurarnucuas condiciones de la reproducción en todas susiormas -y en particularde la reproducción de los sabcres.

Nos planteábamos la cuestión de saber en qué consistiría un princi-pio de diferenciación subjetiva en la época de las tecnociencias. Ahoracomprendemos que, como necesidad de la razón que se legitima ellamisma para orientarse en las tinieblas de las cosas suprasensibles, con-sistiría en una facultad de juzgar de la cualidad de ficciones tccnocicntlji-casoA falta de semejante criterio, es precisamente en esta cuestión dondela crisis encuentra su foco y revela su inmensidad como consecuencia yreto de la inversión industrial en losprocesos rctencionales, al no poder ape-

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lar ya la necesidad de la razón a un ser supremo soberana mente realcomo fundamento de toda posibilidad.

5. ¿Qué queremos? Actualidad del principiosubjetivo de diferenciación

La cuestión de Kant es saber cómo y por qué la razón puede serguiada y orientarse "en el pensamiento" cuando ya 110 puede recurrir a laexperiencia. Es la cuestión de Dios y de una fe racional -que se planteaante la inminencia del deceso de Federico el Grande, en el temor de unavuelta de la censura y en el contexto de un conflicto entre Mendelssohny Jacobi que es una verdadera crisis del AufkldJ'll1lg. Además del hechode que vamos a volver sobre la cuestión de la fe, de la fidelidad, de lacreencia y del Padre Eterno, este "Padre de todos los padres" que en elmonoteísmo hay que adoptar como todo padre debe adoptar para seradoptado, lo que nos interesa aquí es la cuestión de un pensamientoracional sin experiencia actual posible y que se encuentra, por lo tanto,obligado aficcionar.

Esta cuestión, que en Kanr es la de una necesidad para la razón teó-rica y de un deber para la razón práctica, nos interesa en el momento enque planteamos que al haberse convertido la ciencia en tecnociencia,revela ser también una tecnocienciaficcmn que plantea en un registro com-pletamente nueuo la cuestión del final de todas las cosas. Es decir, que esinmediatameni¿ práctica y no sólo teórica: vuelve él cuestionar la distin-ción kantiana -lo que tan lamentablemente maniftestan los "comités deética" y otros "consejos ciudadanos".

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Ahí es, efectivamente, donde hay que situar la extremidad de la noue-dad de este registro, que además es completamente indisociablc de losnuevos dispositivos rctencionales y sume en el desasosiego al sistemaeducativo como dispositivo de transmisión y de reproducción de lossaberes hasta el punto de amenazar de desmoronamiento, al ser estatecno-ciencia-ficción una revolución absoluta de la cuestión de la trans-misión, es decir, de la reproducción: esta tccno-cicncia-ficción es unaindustria de la reproducción como ficción, lo que algunos calificarán dereproducción ficticia, es decir, no sólo de producción de monstruos, sinode producción de seres diabólicos que amenazan al mundo como el Dia-blo, o como la venganza contra la posibilidad del Diablo. Volveremosdesde luego sobre este inmenso riesgo de dcmonizaciones de todo tipo.

La "razón" tecnocientifica estaría en ciento modo obligada ajiúio-nar, pero debería ficcionar racionalmente: una razón que ficcione unfinal de todas las cosas, como la razón kantiana que debe orientarse enlas cosas suprascnsibles, debe ¡Iccionar racionalmente un final de lanaturaleza -a saber, la perfección de Dios, que sólo puede ser una hipó-tesis improbable o una promesa según la misma estructura que la idea-lidad en general. "Nunca podría 1 ... ] presentarse ningún objeto adecua-do a la idea trascendental. [...1 La idea, como concepto de un máximo,nunca puede ser dada de manera adecuada"," en cierto modo siempre

falta -al tiempo que hace la diferencia: [altar es aquí hacer la diferencia. I

Esta ficción que se impone en lo que concierne a las cosas supra-sensibles, responde a una necesidad de la razón. La razón es esta necesi-dad: ella se hace carencia, nunca se basta, como dice V;:déry: en resumen,no es más que una interminable proyección de su unidad que no existe ytoda la cuestión es la de la relación entre la jJeJfección que se tiene porobjetivo y la carencia que hace falta para poder tener/a por objetivo en unaépoca en la que ya no es posible plantear un real supremo como patrón

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111

de todos los posibles -patrón, es decir, genitor, pero genitor sin genitor, esdecir, Padre Eterno y Pasado Absoluto, es decir, primer y último repro-ductor. En una palabra: Creador.

mn qué condiciones es posible una promesa de perfección, es decir,un deseo de la unidad del Nosotros, como deseo de conocimiento en par-lindar? Respuesta: a condición de que se preserve la carencia de larazón, es decir, su necesidad en tanto que principio de diferenciación. Apartir de entonces la cuestión es saber en qué condiciones se puede pre-servar esta necesidad, es decir, esta carencia, que ciertamente no sereproduce espontáneamente cada ocho horas como un hueco en el estó-mago de un ser humano de buena salud -y a partir de entonces se trata desaber si puede estar amenazado)', en caso afirmativo, por qué puede estar/o.

Pero esta necesidad de la razón teórica que es un deber de la razónpráctica, para la cual "ya no estamos obligados a suponer la existenciade Dios 'si' queremos juzgar sino porque 'debemos' juzgar" significaque la cuestión de este criterio necesariamente se presenta en la épocade la tecnociencia como conjugación de una necesidad y de un debei; esdecir, como perteneciente al dominio de una uoluntad. La cuestión quenos requiere expresamente la tccnocicncia, que requiere expresamenteque tengamos por objetivo la posibilidad y la necesidad de un Nosotrospara que podamos proyectamos como Yo es: ¿qllé queremos?

La tecnociencia nos requiere expresamente la cuestión de saber quéqueremos porque la ficción que la razón estaría hoy obligada a proyec-tar, como tecnociencia, se convierte en la ficción de una ciencia que ya noes lo que dice lo real sino lo qlle INVENTA lo posible. Es todavía y siempreLa cuestion de La invención (y por esta razón los tecnocientíficos están apartir de ahora más interesados en las patentes que en los descubri-mientos) y de la posibilidad de su adopción. Esta ficción nos pide unos

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criterios: tal es la condición de la adopción. Nos pide lo que queremosfrente a las inmensas posibilidades que ella abre irresistiblemente. Heaquí lo que espanta al saber actual, completamente de.iOrientado: faltanlos criterios demandados y debemos conjcsar que 110 sabemos lo quc que-remos, mientras que, como comprendió tan bien Nictzsche.vo podemos110 querer. Esto es lo que signiCican malestar e indiferencia ontológica.

Sólo podemos progresar en estas cuestiones a condición de intentaruna crítica de la tecnociencia, es decir, un discernimiento de la conmo-ción en la que ella consiste. Lejos de expresar las modalidades posiblesde lo real, la tecnociencia explora unas necesidades de las que lo realsólo es una concretización transitoria, un éxtasis momentáneo en unproceso y que no deja de devenir para transformarse. Esto era lo quequeríamos decir cuando planteábamos que ahí donde en la edad clási-ca la regla era la estabilidad y el cambio la excepción, hoy, época de lapermanente innovación, es la estabilidad la que se ha convertido enexcepción y el cambio en regla. Una de las innumerables consecuenciasde esto es que el ser vivo parece a la industria biotecnológica un estadode cosas posibles en un momento de la evolución, estado que nada prohi-be modificar para proseguir esta evolución a través de IlIlCVOS medios, loscuales son dados precisamente por el control de los dispositivos retcncio-

nales, material gen ético incluido.

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6. De lo posible a lo real: performatividadde la tecnociencia-ficción

La tccnologia es simultáneamente una época de la técnica y unaépoca de la ciencia: la época de la tecnociencia en la (Jue técnica y cien-cia establecen una nueva relación. LZI tecnociencia designa a la vez UIl

nuevo moclo de ser de la ciencia y un nuevo modo de ser de la técnicacuyo resultado se llama tecnología. La tecnocicnan es la ciencia puesta alscruiao de! desarrolle de la teclJología, pero, al mtsmo tiempo iuocrtida enSil concepto.

Llamamos tCC/lo!ogÍt¡ a la técnica que integrajl/llclollall17e!lte en ellael saber científICO, el cual ya no está en conflicto con ella. Ciencia y téc-nica se habían dctlnido de cnrrada, en la tradici6n antigua, por su opa ..sirián. Los tiempos modernos rcdujcron ln técnica a ser sólo una aplica-ción de la ciencia. La tecnociencia es la composicion de la ciencia y de latecnología. es decir, que la ciencia se somete ahí a las obligaciones de!devenir de la lecnología que íorman las condiciones sistémicas de suevolución.

La oposición tradicional entre ciencia y técnica descansa en un pos-tuludo olllológico en el que la ciencia l~cscribe lo rca] en su estabilidad,es decir, el ser, que también se dice p/¡yJ'/~\' y después uatura, La cienciadescribe la n:lluralcza como sucio de estabilidad de lo real, o como iden-ticlad ideal de lo re.il: como esencia. A este título su objetivo es el descu-

3;ó

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brimiento que constituye un. ideal de constatiuidud pura. Es decir, depura descripcián de lo real," Descartes define esta esencial descriptibili-dad como objaioidad.

Por el contrario la técnica es la inscripción en el ser de un posible. Esteposible no es científico mientras no está sometido a las leyes del ser(hecho compatible con el ser en tanto que estabilidad). Queda un acci-dente. En Kant este accidente se llama una ignoranci:¡ de la ciencia: paraél la técnica sólo es ciencia aplicada, lo que significa que lo posible sóloes una modalidad de lo real. En Aristóteles este accidente es el índice deuna contingencia. Pero esta contingencia está llamada a verse reducidapor el cpistcmc.

A partir del siglo XIX mientras que el cambio se convierte en la reglaal hacerse incierta la estabilidad, parece posible que la tecnología, sur-gida de la técnica asociada a la ciencia, se revele incompatible con el ser.Como posibilidad de deucnir, puede volverse monstruosa e11 el planoonlológico y, con ello, adquirir un carácter diabólico: es lo que mani-tiesta el mito de Fausto, pero más generalmente y mucho más antigua-mente, toda denuncia de la hibris que no es otra que la confusión delaccidente con la esencia y cuyo sentimiento acabará por generalizarseen el siglo XX.

Esta posibilidad de! ser es contradictoria con la ley del ser: es un no-ser en el ser, una nada, una potencia ilusoria de aniquilación que siem-pre acabará por rcvclarsc impotente -la de! aprendiz de brujo que,como Epimcteo, constata, aunque siempre demasiado tarde, las cense-cucncias prejor/lJatil'clJ' e incontrolables de sus aClOS.

Al contrario de! ideal de constarividad pura de la ciencia clásica, laesencia de la tecnología que produce la tecnociencia, cuyo objetivo es lainvención, siempre es, en efecto, pcrformarivc. Lejos de describir lo quc

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es, es decir, lo real, la invención tccnccientífica, cuya adopción es lla-mada la innovación, en tanto que hace aparecer uno nuevo que trans-forma el ser es la inscripcion de un posible que tiene lugar en exceso en elser, es decir, en la descripción de la realidad del ser: es heterónoma enrelación a la ontología -por esta razón puede ser aprehendida comoaccidentalidad pura.

La realidad interesa a la tecnociencia sólo secundariamente, comotrampolín para acceder a nuevas posibilidades.

MlentrCl:; que la ciencia sigue siendo clásica aprehende la heteronimiatécnica como apariencia provisional de transformación del ser. Para laciencia clásica esta alteración es ilusoria y se mantiene así mientras laciencia no ha enriquecido la descripción de la permanencia del ser, conobjeto de integrar lo posible técnico como simple modalidad de! ser, alborrar con ello su novedad y Ilevarla al seno de la conformidad con laidentidad ideal de lo real que dice el discurso científico del ser separan-do lo esencial de lo accidental. Aquí resulta entonces que lo posible apa-rentemente nuevo, revelado por la invención técnica, en realidad ya esta-ba contenido en lo real. Es el discurso antes citado de Kant.

Cuando la ciencia ya no es clásica, se reducen sus pretensiones demantenerse en un ideal de pura constatividad: en tanto que tecnocien-cia, ella misma se hace perfonnatioa. Lo que es una modalidad de lo realyJ no es lo posible. Lo real es lo que se vuelve un punto de vista provi-sional (actual) sobre lo posible. Ahí lo posible rompe con lo real. Laciencia explora todos los posibles sin cargarse ya con la idealidad del ser.Es lo que describen Nietzsche, como estadio nihilista de la voluntad depoder, Husserl, como crisis de las ciencias, y Heidegger como Zeit desWeltbllde:;, época de las imágenej' del mundo y Gestell, "arrazonarnicnto"o, más literalmente, dtspositiuo.

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También este posible es lo que ocupa los sueños del hombre deValéry que habita el Espíritu -y que pone este espíritu en crisis.

La sumisión de lo posible él lo real es una penmnencia del pensa-miento metafísico, es decir, de la relación opositiva que éste instauraentre ser y devenir y que la carJcteriza. Esta oposición metafísica tienecomo corre!ato una sumisión de lo posible a la autoridad de lo supre-rnarnentc real. Es lo que ilustra, por ejemplo, la posición actual del Vati-

cano sobre la procreación.

También por esta razón en Kant lo posible es una modalidad de loreal. Esto es lo que discute Heidegger, pero aquí exploramos por qué uopuede ir hasta el final de esta discusión. También es lo que discuteNietzsche, con los conceptos de voluntad de poder y de creación devalores. De todo eSLO se impone la siguiente conclusión: tomar la medi-da de lo que ocurre con lo que llamamos tecnociencia exige la crítica dela detcrminacion metajíúca de lo posible -ej' decu; el análisis crítico de losmecanismos de la proyección y de sus condiciones l'etellcionales.

Ya habíamos explorado el caso de la síntesis biotecnológica de la fini-tud retencional en la que, cuando un genético interviene hoy en unasecuencia molecular con el objetivo de "descubrir" el funcionamientodel ser viva, se da con ello los medios de fingir este mismo funciona-miento reproduciéndolo de otra manera, de inventar otro funciona-miento posible y de reivindicar ... la propiedad de una patente.

Ahora bien, ahí hay una paradoja considerable en la que se borra ladlferellcla entre constatiuidad descriptiva y pelfol'lIIatlvidad inscriptiva. Silos logros teóricos de la biología molccular son efectivamente los quehan permitido poner a punto las técnicas de secucnciación y manipula-ción del "genoma", la realización de estas técnicas también es la discu-sión más radical de estas teorías, si es cierto que Francois [acob estaba

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autorizado a escribir que el descubrimiento de la estructura del ADNpermitió establecer definitivamente el darwinismo contra el larnarckis-mo demostrando que "el programa genérico no recibe lecciones de laexperiencia" -en otras palabras, que la ley de la vida de los seres supe-riores no es otra cosa que la estanquidad principia! entre germen y soma,entre memoria genética de la especie y memoria nerviosa y cultural delos individuos.I') Ahora bien, cuando el genético manipula una secuen-cia gen ética crea un acontecimiento genético de nuevo tipo, en e! que lamemoria somática de un ser vivo superior entra en la memoria germi-nal. A este respecto, respecto a la "ley" de la vida de los seres superiores,está fuera de la ley. Fuera-de-Ia-Iey-del-ser: en un posible sin fl'eno de!que una ontología sólo puede predecir que no anuncia más que unaserie de accidentes.

y esto significa también que el descubrimiento de lo real se ha con-vertido en una invención que inualida este real. Porque este genérico yano describe lo real del ser vivo: inscribe ahí un nuevo posible, un posi-ble que antes no estaba contenido ahí y que, por lo tanto, no es una"modalidad de lo real".

A reserua de precisar que estepo.úble estaba ya ahí en la especie del i1011l-

brc técnico. Pero entonces este posible técnico impone a la teoría de! servivo que la técnica intervenga en la vida como instancia no viva queparticipa en un fenómeno vital y sea formalizada en tanto que tal. Esdeai, como soporte epifilogCllético de retenciones terciarias que hacen posi-bles dócubrill7icntos e i17VCllc/0I1eJ.

El análisis de la situación crítica de la recnociencu, el estableci-miento de una criteriología para juzgar la cualidad de sus funciones, laelaboración de la cuestión de saber lo que queremos, todo esto necesitauna reconsideración de lo que es la vida técnica ella misma (es decir,

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inventiva y íabricadora) -la cual, al menos desde la aparición de las pri-meras herramientas de piedra hace cuatro millones de años, ha hechovacilar siempre ya el postulado ontológico: es lo que hemos tratado deexponer en los dos primeros volúmenes de La técnica y el tiempo.

Con el proceso de exteriorización se instala una nueva forma dememoria, que ya no puede inscribirse en la división neodarwiniana. Elser vivo animal es una capacidad de rcproduccián por medio de la articu-lación de dos memorias que no comunican: la memoria genética, el "pro-grama" de la especie, y la memoria nerviosa individual. Si no hayherencia de los caracteres adquiridos es porque cuando e! individuoanimal muere, su memoria individual se borra en el momento en que élse apaga. No se conserva ni se transmite ni se acumula. Ahora bien, latécnica abre la posibilidad de itansmision de la experiencia individualmás allá de la vida del individuo: ella sustenta un tercer nivel de memo-ria, lo mismo que hemos estudiado aquí con el nombre de dispositivosde retenciones terciarias, Heredar una herramienta y adoptarla es here-dar una parte de la experiencia de aquel que la ha legado, es adoptaresta experiencia: es hacer de ésta su pasado, aunque éste no se haya vivi-do sino, en cierto modo, por delegación retroactiva.

La herramienta es ya una pantalla de proyección porque la adopciónde este pasado es inmediatamente una capacidad de proyección de unfuturo. Esta adopción es una "intcriorización" al mismo tiempo queuna "exteriorización", que necesita aprendizajes y prácticas por mediode los cuales se forja la coherencia inventiva (y no adaprativa) de unaindividuación él la vez física y colectiva. Hemos llamado epitllogenéticaa esta tercera memoria. Que la memoria se conserve más allá de loscuerpos -por medio de la organización de lo ino rgánico, porque unaherramienta, una escritura, una huella técnica no son otra cosa que unente inorgánico y sin embargo organizado, hasta que suceda la actual

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desorganizacion y reorganización de lo OIgállico, pasando por la ganaderíaque emerge en e! neolítico y acentúa la transformación de las condicio-nes' de la "presión de la selección"- es ya la suspensián de lo axiomático dela biología molecular. Así pues, volver a poner en marcha la cuestión delo posible sería reevaluar primero la tecnicidad originaria de la vidahumana -y más allá.

Ha llegado el momento de tomar la medida de la nueva situacióncreada para la ciencia y el saber que designa la expresión "tecnociencia",como cuestiona miento radical del postulado anta lógico según el cual loposible sería una modalidad de lo real. Si se debe consagrar una "mora-toria" de principio en materia de investigación biológica :J. hacer la prue-ba de este cuestionamiento, tiene un sentido. Si como es manifiesta-mente el caso consiste por el contrario en aplazar para más adelante estacuestión, es tanto más perjudicial cuanto que es imposible hacerla res-petar y cuanto que, por consiguiente, constituye un señuelo, una rnen-ti ra política y una mala película, una fantasía 11 para las jóvenes concien-cias que sólo piden comprender y preguntarse .

La manera como está actualmente asfixiado el debate -teniendo encuenta intereses industriales a muy corto plazo, es decir, muy mal com-prendidos- inclina a pensar que se ha hecho todo para enterrar estacuestión que es tanto más urgente cuanto que no concierne sólo a labiología molecular, ni siquiera solamente a la ciencia. La sociedad en suconjunto ha entrado en la era de una peljormatividad generalizada quea fecta a la estructura de todo tipo de acontecimientos, como hemos explo-rado ampliamente a través de nuestros análisis de! devenir de las indus-trias culturales" y COIl ellas de la propia conciencia. Esta cuestión des-cuidada es lo que contamina toda actividad educativa, que al mismotiempo parece vana, decadente, "séptica" y fuente de inciuilidad.

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La tecnociencia no es ciencia aplicada y menos aún, explicada: esciencia implicada. A la vez implicada por ser comanditada, y cuestiona-da y bajo acusación por su implicación que parece una complicidad.

Los científicos harían bien en pensárselo dos veces antes de barrer deun manotazo la angustia que suscita lo impensado contemporáneo,como algunos, evidentemente los más mediatizados, hacen a veces conmucha altanería. No queremos decir que los científicos tengan que vol-ver a una ciencia clásica y explicativa -lo que evidentemente no seríaposible ni interesante, mientras que la tecnociencia es con mucho igualde interesante que la cicncia-, ni desde luego que sean culpables decuanto ocurra. Mantenemos que la ocultación de la novedad de la situa-ción debe cesar imperativamente, por muy difícil, delicado, austero ylargo que pueda parece semejante explicitación. Difícil, delicado, auste-ro y largo, este proyecto es también excitante -cuando menos tanto comola ciencia y la propia tecnociencia.

7. El pueblo menos metafísico

Heidegger no ve la vocación calendaria y cardinal de la radio. Noentrevé su carácter retencional que de manera general no existe máspara él que para Kant. Este carácter no lo ha olvidado simplemente, loha apartado y por una razón de fondo: la retención de síntesis es lo quesustenta el cálculo, ella es la que hace pantalla a la temporalidad autén-tica, o propia, como lo que en tanto que "preocupación" trata y permi-te "determinar lo indeterminado". La retención, cree Heidegger, hacepantalla a la proyección (al proyecto) cuyo momento crítico, el elernen-

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to principal o lo que en un proyector sería su cruz de Malta. es laEntschlossenheit (la "resolución").

La retención de síntesis es en ciento modo la pantalla de la proyec-ción, Elln le hace pantalla, afirma Heidegger quien además siempre hadicho que como la ph\'S1,i /(I'ilflt'j'üll¡'/J/lel, el saber de b diícrcncia onto-¡tlgic:l es un saber que se retira, :d cual originariamente le es "hechapantalla", incluso el cual se hace pantalla.

Nosotros decimos pr.icticarncntc lo mismo, pero en absoluto lo deci-mos cle la misma manera, lo que supone, huce, una enorme diferencia:en esta lengua tan DOCO tilosótlca a sus oídos, el francés, se~ur;¡l1lente no

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entendemos lo (Iue sisnifica esta extraña v bella cxnrcsión, "/¡(/cCJ' I)an-•..'"' ,1

talla" COI7I0 podría entenderlo Heidegger. EstJ diferencia tic manerainvierte cornplctarucntc el pUllto de vista: nosotros planteamos que lapantalla es en todos los aspectos la condicion cle 12 proyección. Plantea-mos que la proyección, in que Heidegger llama la primacía del futuro,o necesariamente ilusoria y descansa en un dispositivo de seleccionesrctcncionales: ahí está el sentido la .rdopción del devenir corno [UiU¡'O vesto es lo que se desvela con la modernidad que cumple su pleno des-arrollo di otro lado del Atlántico para la reorganización del mundo ente-ro.

la que sentimos que está en jue¡!:o una Irreversible desaparición al mismotiempo que V como la aparición tlr una novedad extrema. Dogmati¡,ada,

cst.i pmblcrn;íticc, constituye incluso un dispositivo de bloqueo parucu-

la rmcn Le retorcido,

RespecLo ;11 pensamiento hc.dcggcriano cle la "historia del ser" que

desde principios de los arios treinta sustituye a la analítica existencia,

hace propiamente impensable el episodio contemporáneo de la gllelTa deLO,i ejpírltlls que J'ejllega en E:ihld()o' UnltloJ', país que parJ la Introduccióna Id mel4í_ilca sólo consiituve UIlO de lo,,!renoo' que aprieta Alemania -loque paLI Heidegger es también una llueva ocasión de volver J hablar de

la radio y de una manera singularlllt'nte actual:

ESlO es lo que ahí se desvela, aun cuando este "dcsvclarnicnto seanegativo: también es un ocultamiento o lo que 170.i p:Jrece así, a saber,que en adelante l'l devenir se nos presenta como posible anulación purJ\' vimplc de un devenir, LÍe UD:1 "ilia-rronia".

Desde ei punto de vista metafísico n,USi;1 y Estados Unidosson ambos lo mismo: el mismo Ircnesí siniestro de la técnic.idesencadenada v de la orgalli7,aciól1 sin raíces del hombrenormalizado, En una époc.i en la que el último rinconcitodel glubo terrestre ha sido sometido :1 la dominación de L:técnica y se ha hecho exp!oLlbk ecoi1Ómicalllcr~te, en la quecualquier circunstancia que se quiera, en cualquier lug:lI'que ~(' quiera, en CIJIL¡uicr momento que se quiera se h:1hecho accesible tan rápido C0ll10 se quiera, y en Ía que sepuede v;";r simult6ilc:lmente el atcnt.ido ~()nli-a un rey enFI'anci:l y un conrÍC'lLO sinlóruco en Tokio, en 1:1que cl ucm-po va es sólo "elocid:¡d, insuntancidad V simultaneidad. V

que e! tiempo CtI1110procedencia IGe,idllc/¡Iel 11:1 dcsaparcci-do del ser-Ahí .lc todos los pueblos, cuando el boxc.ulor esconsiderado el gr,lI1 hombre de un pueblo y el reunira millo-ncs de hombres en !11;lSa, ronstituvc un triuulo, entonces, ensemejante 01'0(;1, \;1 cuolión "~C()n qllé fIn) -¿dóndevamos:' -\ a co11linuación ~qué?" csui \'crd:lderamellte pre-sente \' atraviesa toda csu lirujcria como llll espectro.

Frente a esta situación de dcsvelamicnto en cieno modo cegador serequiere una "llueva c.itica", que la analítica existencia h.icc posible enciertos aspectos. Por ello una problemática heideggeriana de la "técnicamoderna no permite aprehender estas características de una época en

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Estamos atrapados en el freno. Como se encuentra en medio,nuestro pueblo sufre la presión más violenta del freno, él yuees el pueblo más rico en vecinos y también el que está más enpeligro, y con todo ello el pueblo metafísico."

IlEs sorprendente constatar a la vez:

-lo cruelmente fácil que sería burlarse de este texto;

-lo "elocuente" que es, a pesar de todo;

_. y de qué ceguera respecto a lo que sucede al otro lado del Atlánti-co es testimonio por la manera como se despacha limpiamente este tema-con el pretexto de que la técnica "allí" se desencadena írenéticamcnte,porque "allí" se trata de la "organización sin raíces del hombre norma-lizado", es decir, la organización de la adopción.

La misma ceguera perdurará hasta Tiempo y ser donde la técnicacontemporánea, que Heidegger decididamente no distingue de lo queél llama la "técnica moderna", es aprehendida exclusivamente comoproyecto cibernético en el que la lógica se ha convertido en logística ycálculo, mientras que la total falta de atención a lo que hemos llamadolos substratos de la apercepción y a la síntesis protética que condicionael reconocimiento tiene como consecuencia el que siquiera parecen serpercibidos la metrópolis del esquematismo industrial, la organizaciónmnemotecnológica en industrias de programas que sincronizan unosflujos de conciencias y la convergencia entre el sistema técnico y la rnne-motecnología que, sin embargo, es el elemento fundamental del "Gcs-uu:

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Estados Unidos, que desde luego no es lo mismo que Rusia, y desdeluego esto es más fácil decirlo ahora que en 1935, es sin duda el pueblo

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menos metafisico, pero también e! más portador de cuestiones filosóficaspara la tradición del pensamiento crítico surgido de la metafísica, por-que es el más equipado tecnológicamente, políticamente, culturalrnen-te y económicamente para el control de los dispositivos retencionalescontemporáneos. Estados Unidos es e! país que ha conducido la sínte-sis industrial, como puesta en marcha coordinada de las síntesis analó-gica, digital ya partir de ahora biológica que convergen todas en un soloy único sistema retencional industrial y constituyen el sistema mnerno-tecnológico mundial que coincide con el sistema técnico de producciónde bienes de consumo porque las máquinas, robots, secuenciadores bio-lógicos, prótesis nanotecnológicas y otros autómatas de la producción sehan hecho ellos mismos digitales.

Esta convergencia, que se concretiza especialmente por medio de!acercamiento entre las industrias de programas y las tecnologías de lainformación, cámaras, aparatos de fotos, magnetofones, teléfonos y tele-visores que a su vez se hacen digitales, es decir, compatibles con losordenadores y interoperables vía las redes, combina los procesos de dele-gaciones retencionalcs del sistema nervioso y de la imaginación, demodo que los que pasan bajo el control industrial son a la vez el enten-dimiento y el esquematismo -esperando la sumisión de los substratossomáticos y germinales.12

Sin embargo, la toma de control de los procesos retencionalcs es ellprimer ¡ligar la de las tecnologías de! espíritu en la medida en que se trataa la vez de sobredeterminar los procesos de decisión, de dotarse de lasherramientas de concepción necesarias para la tecnociencia y de neu-tralizar las resistencias de adopción. La influencia de Estados Unidos yde las ideas que ahí dominan sobre el resto del mundo es menos elhecho de un lobby poderoso y sistemático, que a todas luces existe, queel de los enormes medios de los que disponen los "misioneros" esta-

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dounidenscs de todas las categorías a través de sus tecnologías del espí-ritu, que se imponen a todas las demás civilizaciones [actualmente y porel mero juego del mercado.

Enunciamos aquí la necesidad de una nueva crítica, capaz de darcuenta de este estado de hecho, pero también de oponerle alternativasposibles, no porque seamos por principio hostiles al imperio estadouni-dense, e! cual es un hecho, sino porque pensamos que la política quelleva a cabo este imperio es peligrosa tanto para las culturas que tiendeél dominar y a absorber como para él mismo y para su equilibrio, esdecir, en resumidas cuentas, para nuestro equilibrio, nosotros que encierto modo nos hemos convertido todos en estadounidenses -desdeluego no en ciudadanos estadounidenses, quizá no de! todo en sujetos deEstados U nidos, sino indudablemente dependientes, en efecto, de todocuanto allí ocurre, es decir, "atncncanizados" para lo bueno y para lomalo.

8. La integración de los dispositivos retencionales

ampliada al ser vivo

A partir de ahora la digitalización se concretiza a gran velocidad.Esto quiere decir que la exteriorización de! entendimiento unificadorde la apercepción por las tecnologías del cálculo y del tratamiento infor-mativo, y la exteriorización de la imaginación por la industrializacióndel esquematismo se unen en el acercamiento entre estudios de cine yde televisión de Hollywood por un lado, empresarios de la informática,de las redes y de los servidores por otra, y ello con un objetivo planeta-rio. Esto es lo que, por las razones que hemos examinado en los capítu-los precedentes, parece la posibilidad creciente, por no decir inminente,de hacer que el Yo y e! Nosotros que se fusionan se conviertan en un Seimpersonal, y que el quién se convierta en un qué, o tienda a convertir-se en un qué, esto es, a funcionar más que a comportarse, lo que Adorno

llama la reificación.

Esta industria ve el desarrollo de inmensos grupos mundiales decomunicación (edición, prensa, radio, televisión, cine, multimedia, tele-comunicaciones, publicidad, consejo) porque se convierte también y, adecir verdad, en primer lugar en un sector editorial integrado, es decir, enun dispositivo de edición y de publicación tal que se acercan sensible-mente el objeto escnto y e! objeto temporal audiouisual, digitalizados.

El peligro de esta política, tanto más eficaz y amenazante cuantoque descansa en una comprensión sin igual del devenir, si no del futu-ro, se debe a los fenómenos entró picos que engendra necesariamente laindustrialización del control de los flujos. Se debe a la destrucción ten-dcncial de las diacronías, lo que engendra una pérdida de eficacia simbó-lica de las sincronías que ya no forman el cuerpo rítmico de aconteci-mientos excepcionales centrípetos y, al mismo tiempo, un aumento deefic(lcia diabólica, es decir, centrífuga, de los símbolos industriales. Laatomización del Nasa/ros es a todas luces una amenaza cotidianamcntcsentida, cada día de manera más neta, ordinaria, acuciante y concreta-lo que es universalmente enunciado y vivido como un constanteempeoramiento de la inseguridad.

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Existe una guerra encarnizada entre los grupos industriales paraapropiarse de las existencias retencionales que son los catálogos de obrasaudiovisuales, musicales, literarias, cuyos derechos de reproducción y deexplotación se trata de adquirir, lo mismo que otras industrias tratan deapropiarse del control molecular del ser vivo apropiándose de su des-cripción.

En la medida en que la educación escolar y universitaria descansanecesariamente en el dispositivo editorial que abre el acceso a la memoriade las disciplinas y constituye ella misma una institución de ayuda para"navegar" en los saberes, es evidente que la mutación tecnológica de lasindustrias editoriales, las cuales constituyen el medio retencional inme-diato que proporciona el material de base de los sistemas educativos, nopuede no llevar a una evolución muy profunda y rápida del propio sis-tema educativo: estos sistemas cada vez estarán más integrados en lasindustrias de programas.

Ahora bien, la indiferenciación factual entre el quién y el qué (dondeel quién pasa bajo el control del dispositivo retencional mecánico") sepercibe como el estadio más avanzado de la situación entrópica engen-

drada por las industrias de programas en las que el Yo se confunde conel Nosotros. En otras palabras, lo que parece el principal resultado deldesarrollo de las industrias de programas que tratan de apropiarse delmercado educativo está en completa contradicción con el ideal de unaeducación nacional de vocación universal: formar un Nosotros en laintensificación de lo que confiere al Yo, gracias a lo que este Nosotrosrepresenta de saberes transmisibles y formalizados, su diferencia singu-lar está en y en relación a este Nosotros que antes se llamaba su libre arbi-

trio.

La industria de las biotecnologías es el equivalente de estas nuevesindustrias de programas. La planetarización del sistema técnico conver-tido en sistema mnemotécnico mundial lleva al control integral de todaslas formas de retenciones por la combinación de las diversas tecnologíasde síntesis industrial de la finitud retencional, biotecnologías incluidas:las moléculas secuenciadas que se convierten en materias de inversión yde explotación son ellas mismas terciarizadas: las identificaciones mole-culares que resultan del mapa del genoma, las enzimas de restricciónque permiten la "cirugía genética", hacen manipulables las secuenciasque transmiten los caracteres gen éticos, manipulabilidad que es lacaracterística de las retenciones terciarias. Son estas retenciones biológi-cas terciarizadas las que constituyen la materia prima de la industria del

ser VIVO.

En otras palabras, si junto con los objetos temporales industriales lasconciencias se han convertido en un mercado para las ind ustrias de pro-gramas, llamado a arnpliarse a partir de ahora a las jóvenes concienciasde estudiantes como a la muy salvable e indispensable formación profe-sional requerida por la innovación permanente, los substratos biológi-cos de estas conciencias constituyen a su vez un mercado, precedido en

La reproducibilidad digital de estos objetos implica su "compresión"y su indexación, es decir, como volveremos a ver", unas nueuas [ormali-zaciones gramaticales (tanto para las lenguas, cuya "gramaticalización"se prosigue tanto por medio de las "industrias de la lengua" 2\ como paralos objetos audiovisuales discretizados", por ejemplo, a través del gru pointernacional de normalización MPEG 7), que permiten su almacena-miento en bancos de datos, su difusión por medio de las nuevas redes oen soportes ópticos, y la formalización de sistemas adaptados de asis-tencia a la navegación, lo que constituye una revolución principal de lacardinalidad.

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ello por los substratos biológicos alimentarios: maíz, saja, corderos,bovinos y otros cerdos, caros al llorado Gilles Chátelct.

9. Hiperindustrialización, hiperreproducibilidady performatividad generalizada

reproducida. Lo que hace la materia de la película es precisamente lapelícula, el soporte material, en tanto que es manipulable y duplicablea voluntad, porque de entrada es reproducción: la película se produce porla manipulación de lo reproducible. Esta reproducibilidad también esprecisamente lo que permite hacer de ella un objeto temporal, comocreemos que ha hecho evidente nuestro primer capítulo.

Esta pro-duccion que es originariamente reproducción, es decir, pro-ducción de serie sin original, es lo que yo llamo la rcpro-ducibilidad,

Pero lo que es cierto del cine lo es de manera mucho más general yel cine es la revelación de una necesidad que lo engloba: en toda repro-ducción hay un elemento de repro-ducibilidad que supera lo que comoproducto original, si es que lo hay, es "reproducido". Desde este puntode vista Adorno tiene razón al ver cierta debilidad en el análisis de Ben-jamin cuando éste parece oponer un período pre-reproductivo, en cier-to modo, y un período de reproducibilidad.

En efecto, tras citar a Valéry, comentar después a Marx y en particu-lar las relaciones dis-crónicas entre infraestructura y superestructura,Benjamin empieza diciendo que en el arte siempre ha habido repro-ducción: "Pertenece al principio de la obra de arte el haber sido siemprereproducible"." Pero además de que se trata de analizar los efectos de lareproducción mecanizada, Benjarnin tiende mucho más generalmente él

atenuar el alcance de estas palabras introductorias, a medida que avan-za su razonamiento, a forzar el rasgo de la oposición entre dos épocas,una de la producción manual, aun cuando de un modo u otro siempreesté acompañada de reproducciones, y otra de la rcproducibilidad mecá-nica, en la que el original acaba por desaparecer, como con el cine o lafotografía.

Por ello Adorno tiene razón al objetarle que

En resumen: con la integracián de la trallsmiúóll bajo todas j'wformasen el seno de este único y mismo dispositioo tecnológico, que en todas partespalie en marcha los mismos "criterios" de selección, se impone una inmensaCUESTIÓN DE L4 REPRODUCCIÓN, que sería muy superficial y peli-groso limitar solamente a las cuestiones llamadas "éticas" que plantea latecnología del ser vivo. Consagraremos las últimas páginas de este capí-tulo a explorar/o, analizando en primer lugar lo que llamaremos La l¡¡jJe-rrcproducibilidad industrial" engendrada por la digitalización.

La reproducibilidad analógica es lo que permite el nacimiento de lasindustrias culturales, de la fotografía, del cine, del disco y de la radiodi-fusión. Tuvo inmensas consecuencias en las artes, la "vida de los parla-mentos", los espacios públicos)' políticos en general, y en las condicio-nes de difusión de las obras del espíritu y los modos de vida de los públi-cos.

Ella permitió la industrializacion de la cultura en la medida en queautorizaba una producción en serie, es decir, una produccián que es origi-nariamenie una rcproduccián -una producción sin original, como subra-yó Benjamin a propósito del cinc. En efecto, en el cine la reproducciónes primero: no existe primero una producción que a continuación sería

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la objctioucion del dibujo de la caverna respecto a lo inmediata-mente uisto contiene ya el potencial del procedimiento técnico

- que produce el dej-apegodel acto subjetivo de la viSIón. En tantoque destinada a una pluralidad toda obra es ya, según suidea, su reproducción. El hecho de que Benjamin, en sudicotomía entre la obra de arte aurática y la obra de arte tec-nológica reprima este momento de unidad en beneficio dé ladiferencia, sería efectivamente la crítica de la dialéctica de su

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libro no han dejado de ponerlo en evidencia. Indiquemos ahora que estambién aquello en lo que consiste la vida.

La vida es originariamente una capacidad de reproducción y no deproducción, también es de hecho una reproducción sin producción pri-mera, una repro-ducción -a no ser que se admita que e! Creador, PadreEterno, Primer Reproductor, genitor inengendrado, Pasado Absoluto,no es propiamente re-productor sino productor absoluto, es decir, tam-

bién intuitus originariw.

Para Aristóte!es la técnica no tiene autonomía porque no tiene capa-cidad originaria de reproducción en sí misma, sino en aquel que la pro-duce: "Ninguna cosa fabricada tiene en sí e! principio de su fabrica-

ción" .31

La capacidad de reproducción de! ser vivo es una fuente proliferan-te de diversidad precisamente porque la reproducción nunca es la sim-ple copia sino la trans-formación de lo reproducido. Pero lo mismo ocu-rre cada vez con toda reproducción según modalidades propias. Técni-

ca incluida.

Ahora bien, al menos por cuatro razones hay que hablar a partir deahora de hiperreproducibilidad a propósito de la situación actual:

l. La tecnología digital permite reproducir cualquier tipo de dato sindegradación de señal con unos medios técnicos que se convierten ellosmismos en bienes ordinarios de gran consumo: la reproducción digitalse convierte en una práctica social intensa que alimenta las redes mun-diales porque es simplemente la condición de la posibilidad del sistema

mnemotécnico mundial.

2. Esta reproducibilidad digital permite efectuar unos tratamientos yunos cálculos invisibles sobre lo reproducido, que abren unas posibili-

Citando a Burkhardt Linder, esta vez contra Adorno, habíamos vistoa la inversa que, contrariamente a las apariencias, lo que Benjaminllama la reproducibilidad lejos de ser una simple copia de lo real, leañade algo que ella constituye. Esta constitutividad de la técnica dereproducción, desarrollada por lo que Adorno llamará a continuación laindustria cultural, la cual, según Benjamín, confiere al cine, por ejem-plo, su fuerza analítica, es decir, su capacidad de ampliación de la aper-ccpcion ,11 y no sólo su poder de alineación.

Pero habíamos añadido que también es lo que permite a Hollywoodconvertirse en la capital de! esquematismo, es decir, modificar la sínte-sis de la imaginación en la medida en que la síntesis de reconocimientoes esencialmente una síntesis de reproducción que, por consiguiente,apela a los substratos protéticos de una cuarta síntesis: la de las reten-ciones terciarias que forman e! medio de la reproducibilidad técnica engeneral. No existe reproducción que no trans-forme lo que ella re-pro-duce y que, por tanto, no sea una producción nueva, esto es, lo que nosotrosllamamos una rcpro-duccuni.

La desorientación ya había subrayado las consecuencias de este aná-lisis a propósito de la escritura, sobre las que vamos a volver, y todasnuestras investigaciones sobre e! objeto temporal al principio de este

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dades de simulaciones, de ma11ljmlaciones, de explotacioncs, de expcrimen-taciones y de proyecciones completamente nuevas.

3. Estas características del mundo informativo son también las delmundo biotecnológico, como posibilidades de replicaciones artificiales, declonactones, de producciones de quimeras y de transgénesis que sustituyenpura y simplemente a las condiciones llamadas naturales de reproduccióndel ser vivo.

de ellas, de los procesos. La tecnología digital es, en efecto, plurifuncio-nal en la medida en que la codificación binaria constituye un nuevo"equivalente general", retomando la expresión de Dominique Boullier.Este "equivalente general" es lo que permite una integración sin prece-dentes, sistemática, sometida a las mismas reglas de cálculo y de controlde las actividades económicas, culturales y sociales.

La red y sus terminales y servicios interoperables sirven tanto paradifundir la información como para distribuir obras, administrar bienes,pilotar aparatos o cadenas de aparatos, y para dar órdenes de compra, esdecir, para realizar actos económicos. Aquí llamamos hiperreproduciblea lo que gracias a esta eqtuualcncia general da un acceso casi ilimitado alos medios de reproducción de las retenciones, con unos costes muybajos y sin pérdida de señal, al tiempo que permiten la articulaciónautomática de estas retenciones y de los cálculos que se pueden efectuarsobre ellas con unos dispositivos de teleacción: tcleproducción, comer-cio electrónico, infogística, etc.

La hiperreproducibilidad del equivalente general digital hace posi-ble la hiperidustrialización en la medida en que un proceso se puedellamar industrial cuando existe movilización de la innovación tecnoló-gica surgida del acercamiento entre la técnica y la ciencia, inversionesen las máquinas y procedimientos surgidos de estas investigaciones tec-nológicas con unos fondos especulativos para L1 investigación de losmejores rendimientos financieros posibles, amortización de la inversióny liberación de una plusvalía por medio de una produccion de masas, esdecir tina prodttccion en serie que lleva a cabo una rc-producibilldad de losprocedimientos y de los métodos defabricación tal que los costes de esta pro-ducción disminuyen rápidamente por el efecto de economías de escala y decompetencia entre ¡OJ' diferelltó procedimientos disponibles. En otras pala-bras, la industria es en primer lugar lo que permite la reproducción en

4. Esta hiperreproducibilidaJ que es también una interopcrabilidadafecta e integra en sus efectos todas las formas de reproducción en uninmenso sistema de dup¿¡cacioneJ!replicaciolles de retenciones cuya comple-mcntariedad de las explotaciones no tardará en aparecer, lo que es unaconsecuencia del desarrollo de la transmisión industrial integrada, sur-gida de la fusión entre el sistema técnico mundial y la mnemotecnolo-gía.

La hiperreproducibilidad, que resulta de la generalización de las tec-nologías numéricas", constituye al mismo tiempo una hiperindustriali-zación de la cultura, es decir, una integración industrial de todas las for-mas de actividades humanas en tomo a las industrias de programas,encargadas de promover los "servicios" que forman la realidad econó-mica específica de esta época hiperinJustrial, en la que lo que antes erael hecho ya sea de servicios públicos, de iniciativas económicas inde-pendientes o el hecho de actividades domésticas es sistemáticamenteinvertido por "el mercado".

Llamamos aquí "cultura" a lo que constituye la carne de un mundocomo modos de vida. Este dispositivo de integración de servicios entorno a unos nujos de programas producidos por las industrias cultura-les es lo que lleva del receptor de televisión al órgano de teleacción y loque hace posible la coditlcación binaria de las informaciones y a través

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serie de j'aber-hacer por medio de la movilización conjunta de los saberescientíficos y metodológicos (de sabcres de ingenieros) y su trall~ferellciaa uniddde: I7UÍJ" o menos automatizables que constituyen ellas mismasunos dispositivos retencionales, que Marx llama "la fuerza de saberobjetivada".

también, y cada vez más, contaminaciones mentales e informativas,como atestigua en el seno mismo de las empresas el problema de la cog-nittue overflow svndrom, la sociedad no es "postindustrial" en nada.

La hiperindustrialización, sociedad de servicios hecha posible por elequivalente general digitaL donde las industrias de programas se con-vierten en el elemento clave de una guerra económica que también esuna guerra de los espíritus por la conquista de las conciencias, es decir,por la adopción de los productos, modos de vida y representaciones sur-gidos de esta hiperindustria, la hiperindustrialización, pues, desembocaen lo que más arriba designábamos como medio tecnogeográfico en elque se disuelve la diferencia entre medios interiores y exteriores, en elespacio de un nuevo comercio que es de cabo a rabo un mercado sin pie-dad ni gracia" -sin el gasto improductivo y la gratuidad ideal (que g uizásólo es un cine, una fantasía, pero un cine necesario) que siempre pare-ce ser el atributo de las cosas elementales: estrellas, viento, belleza,potlach, ideas, amor por el saber, espíritu ...

El proceso planetario que aquí describimos con el nombre de hipe-rreproducibilidad, en tanto que ésta caracteriza el sistema mnemotécni-co mundial que se fusionó con el sistema técnico de producción de todamercancía, es el resultado concreto y, a la vez, la condición del desarro-llo de la tecnociencia, tal como la analizábamos antes como exploraciónsistemática de todos los posibles: la petformatioidad tccnocicntiiica eshomogénea con la dimensión repro-ductioa de la reproducibilidad.

Esta reproducibilidad está hoy multiplicada y elevada a un nivelmuy superior de automatización debido a la digitalización. Las tecno-logías digitales son unos dispositivos de reproducción extremadamenteeconómicos, que permiten una transferencia de sabcres en los autóma-tas, una nueva "intermediación" que suprime muchos gastos denomi-nados improductivos, al cortocircuitar las redes tradicionales de distri-bución y acelerar exponencialmente los bucles de retornos sobre inver-siones y de retornos de usos.

La red Il~ ejemplar a este respecto, constituye un medio de innova-ción inconmensurablemente más rápido que todas las tecnologíasindustriales que la han precedido precisamente en razón de la hiperre-producibilidad que está en el principio de su funcionamiento. [ean-Franrois Abramatic subraya así que la enorme aceleración de la innova-ción engendradJ por esta intraestructura proviene del hecho de que esun soporte de servicios y, a la vez, un laboratorio permanente que alacercar desarrollo y despliegue "acorta el bucle que une ideas, prototi-pos, productos y servicios"." Esto significa que el usuario de la red IP secottuicrte en una función del sistema, como el agua que hace funcionar lafábrica marernouiz es plurifuncional y está asociada al funcionamientode la turbina GuimbaJ.

Contrariélmente a una leyenda difundiJa por unos sociólogos fran-ceses, aunque haya menos humos, o humos menos visibles, aunque lasconlaminaciones sean más discretas y ya no sean solamente físicas sino

35H359

una especie de gener:t1ización polémica que hJce pJsar larazón del por qllé al por 'lllé 170."

y esto significa una salida del pensamiento del objeto, es decir, de loreal, y una entrada en la exploración de los posibles que Bachelardllama el proyecto:

Por encima dcl.lllJeto, más Jllá del objeto inmediato, la cien-cia moderna Sé' funda en el proyecto. En el pensamiento cien-líflco, IJ meditación del objeto por parte del sujeto siempretoma la forma del proyecto. ;{,

Esto quiere decir que el fenómeno es construido por una rcnomc-notécnica:

Por lo tanto, la verdadera fenomenología científica es muyesencialmente una fenornenorécnica. Ella rcfuerza lo Cjue selransparentJ detrás de lo que Jparece. Es instruida por lo queella construye. L1 razón raurnaturga dibuja sus marcos sobreel esquema de sus milagros. La ciencia suscita un mundo ... '¡

L1 geometría euclidiana se convierte en una posibilidad de la pan-geometría de Lobatchcvski, de la que es un "caso particular?", como laastronomía de Newton es un caso particular de la panastronornía deEinstcin. "

En la física relativisra el observador es un dato de sistema observa-do, relatividad que le obliga a "incorporar [su] experiencia en [su] con-ceptualización". A partir de entonces "no se mantiene el carácter primi-tivo de la idea pura; la idea simple sólo se conoce en composición, porsu papel en los compuestos en los que se integra"."

La noción de medida única del tiempo, es decir, de unasimultaneidad independiente de! sistema de referencia, sólodebe su apariencia de simplicidad y de inmediata realidad aun detecto de análisis."

10. La física de los posibles

De manera general, analizar un problema consiste en reproducirloíormalmcnte, es decir, en descnbirlo en una terminología, definida pormedio de un cuerpo teorernático, que apela él mismo a un cuerpo axio-m,ítico. Un análisis cientíllco es ya una reproducción formal del fenó-meno analizado y por medio de un protocolo puede materializarse enuna experimentación "Jenomenotécnica" que permitirá hacer valerunos parámcrro, y atinar la descripción del fenómeno, es decir, su com-prensión.

LI reproducibilidad es siempre un elemento de trans-fónmción delo que reproduce. Si actualmente se plantea que desci'jbir es reproducir,la consecuencia es que una descripción :;/e!lIJHe es también una trans-

formación. Lo que quiere decir que nunca hay constatividad pura yque, en cierto moclo, siempre hay perfórmatividad.

Estas son LIs cuestiones planteadas por los análisis bache!ardi,InOsdel rclativismo einsteiniano. De manera gener;¡llo que Bachelard llamael "nuevo espíritu científico' pone en evidencia la inversión cle las rela-ciones entre lo real y lo posible que evocábamo , más arriba, y, J la vez,la perlormati"idad de la actividad científica. De ello resulta

l6n36]

Escribe Brunschvicg: en las relaciones de Heisenberg donde la expe-riencia de investigación de un objeto minúsculo "desplaza al objeto","por lo tanto, la experiencia hace cuerpo con la definición del Ser".I2 yfinalmente, lo que se convierte en un caso particular de lo posible es loreal:

Recordemos que se llama períormativo a un enunciado cuya enuncia-ción crea una situación que no existía antes que él. En este sentido larepro-ducibilidad es preforrnativa. Pero la experiencia científica talcomo es descrita aquí lo es igualmente. Se llama constatativo a unenunciado que da cuenta de una situación preexistente sin transformar-la. Aquí extendemos estas nociones a la experimentación y a la repro-ducción como enunciaciones formales concretizadas, materializadas ycon ello, funcionalizadas -alIado de lo que Bachelard llama las "biblio-rnenas"- donde la física contemporánea conoce una crisis de la consta-tatividad que hay que inscribir y analizar en el marco de lo que [ean-Hugues Barthélémy llama una situación "excepcionalmente herrnenéu-rica"."

De esta organización matemática de las posibilidades experi-mentales se vuelve entonces a la experiencia por medio deunas vías más estrechas. Se encuentra lo real como un casoparticular de lo posible.';

La sustancia química, objetivación substancial por excelencia, "ape-nas es ya una oportunidad de reacción?" en la "ley de los grandes núme-ros", lo mismo que

la onda es un tablero de juegos, el corpúsculo es una oportu-nidad."

La performatividad tecnocientífica es reforzada considerablementepor la puesta en marcha masiva de tecnologías de reproducción, es decir,de retenciones terciarias hiperreproducibles (y, por lo tanto, hipercalcu-lables) en la instrumentación científica en general.

Ya habíamos recordado" que Husserl denuncia en la algebratizaciónde la geometría una instrumentación en la que

se da por hecho que la signiflcación geométrica se relega a unsegundo plano e incluso que se la deja simplemente de lado;se calcula y sólo al final se recuerda que los números deberí-an significar magnitudes. Además, no se calcula "mecánica-mente" como en un cálculo numérico habitual, se piensa, seinventa, se hacen eventualmente grandes descubrimientos,pero con un desplazamiento inadvertido de sentido, quehace de éste un sentido "simbólico"."

1,·1

Respecto al determinismo científico, éste es un ordenamiento técni-co de la Naturaleza:

El Determinismo parte de opciones y de abstracciones y [ ...]poco a poco se convierte en una verdadera técnica. El deter-minismo científico se demuestra sobre fenómenos simplifica-dos y ~olidiflcados: el causalismo es solidario del cosismo[ ...].Debemos sorprendernos del carácter técnico del dctcrminis-rno científico. El verdadero orden de la Naturaleza es elorden que introducimos técnicamente en la Naturaleza."

A su vez, la física de Eisenberg "absorbe la física detcrminisrn""como un caso particular de lo posible.

Protocolo de re-producción explicitante de "el Ser" en primer lugar,la experiencia es a fin de cuentas su repro-ducción en el interior de uncampo de posibles. Una dimensión preformativa lo habita siempre ya.

Para Husserlla tecnificación de la ciencia es una pérdida del senti-do mismo de la actividad científica, un olvido de sus cuestiones propias,en beneficio de u nos objetivos e imperativos de eficiencia tecnológica, es

362 363

decir, de resultado tecnocicntífico. Para él esta situación constituye loque habíamos denominado una "ceguera eidética" de la ciencia tecnifi-cada'.

11. Las nuevas condiciones patrimoniales de la adopción

Pero también afecta a todos los sabercs productores, es dccit, reproduc-torés: después de la pérdida de individuación de los saber-hacer de losobreros, reducidos al estatuto de proletarios al servicio de las máquinas,esta rcpro-ducibilidad es también lo que viene él sustituir a las condi-ciones hasta entonces en vigor en el mundo de la agricultura, donde laproducción suponía que el productor controlaba la reproducción.

El culto, momento excepcional de sincronía del Nosotros, es tambiénel de su reproducción: esta raíz se entiende todavía en la cultura y en laagricultura porque ellas son un cuidado aporrado a la transmisión ya lareproducción. Industrialización de la cultura y de la agricultura plante-an fundamentalmente la misma cuestión: la de la modificación de lascondiciones de reproducción y de la cuestión del cuidado. Es decir, tam-bién de la enfermedad y de la salud.

Lo que se ve afectado y expropiado es la rcproducaon en tanto queéstase encuentra en el centro de todo procno de indiuiduacián. En Franciael agricultor José Bové se ha hecho célebre en especial llamando "mala-comida" al conjunto de las consecuencias agroalimentdrias nefastas deeste estado de hecho -cxprcsión substancialmcnrc primera de lo queaquí llamamos el "malestar' y cspcciticamente expresiva de la angustiaambiente por unas razones que da Plantón en un pasaje del Prótagoras"que ya hemos citado.

A este respecto, la gral'edad y la novedad de la puesta en circulaciónde organismos genéricamente modificados se debe menos a la alteraciónque representa en las condiciones de evolución del ser vivo -es decir,también de los alimentos, porque aunquc esta cuestión es considerable,no es nueva- que a la amenaza que representa de expropiacián radica! de/05 rcproductorcs-scleccionadorcs agrícolas en beneficio de grupos indus-trialcs además monopolísticos, cuyas consecuencias uniíorrnadoras

Sin embargo, también ahí planteamos que lo que Husscrl denunciaen el giro galileano estaba ya ahí antes que él y lo hacía a prior. posibley necesario: siempre hay un substrato retericional péml toda actividaddel entendimiento y de la razón, para toda teorización, así CO],10 paratoda experimentación, y lo que la época galileana generaliza sólo es laextensión de las consecuencias de este dato primario a II7Ja época en laque aparece una nueua técnica de rcproduccum en la especie de la impren-ta, mientras que se multiplican los instrumentos (de visión a distancia)que son ya "fuerza de saber objetivada", es decir, teoría concretizada enfuncionamiento.

En otras palabras, la repro-ducibilidad opera desde la "protogeorne-t ría": es una consecuencia de lo que analizábamos de manera más gene-ral en tocla síntesis de reconocimiento.

La perlormatividad de la hiperrcproducibilidad contemporánea, quetiene un efecto directo sobre las síntesis constitutivas de los tlujos deconciencia, arecra él esta síntesis rccognitiva de la apcrccpción de lasconciencias que son el objetivo del mercado de las industrias de progra-mas, así como a la síntesis rccognitiva de la apercepción de las concien-cias tccnocicntificas en el trabajo -evidentemente una organización e"pe-cdiCti de este trabajo está inducida por esta hipcrrcproducibilidad.

3114 365

podrían revelarse económicamente catastróficas y que, evidentemente,también ahí consiste en una toma de control de los dispositivos reten-cionales -y de los criterios de selección,

Este es el objetivo de la semilla "Terminator" del grupo Monsanto,. además de la integración sistérnica entre industria química de los her-bicidas, los pesticidas y los abonos, e industria biotecnológica de lassemillas: esta hiperindustrialización de la agricultura, como loma decontrol sobre un dispositivo retencional germinal, se ha hecho posiblepor el control informático-retencional del análisis genético -por mediode la hiperreproducibilidad digital.

La expropiación del agricultor es también el reto de las transforma-ciones de la reproducción animal y humana, es decir, de la evolución delser vivo en general y, más específicamente, de la tl.liación, lo que consti-tuye una nueva conmoción de las condiciones de la adopción, no sólo anivel del Nosotros constitutivo de todo agrupamiento humano, sino anivel del Nosotros que designa un nombre propio, cuya transmisión es lahuella de una historia familiar en sus dimensiones tanto genéricas comomis ampliamente patrimoniales, al ser esto un correlato de la conmo-ción tecnocientífica tal que cambia completamente la figura del genitori¡¡ellgendrado,

vida, arquitecturas, paisajes, ete., de los patrimonios familiares y de lospatrimonios bio-genéticos,

Todos estos patrimonios son reducidos en el sentido que esta pala-bra tiene en economía cuando designa un conjunto industrial de activosy de pasivos sobre los que se efectúan unos cálculos de amortización yde productividad, cuya propiedad colectiva se vuelve anónima, princi-palmente disponible a la venta, cuyo precio es, por lo tanto, el objeto delcálculo permanente de los inversores y que a partir de ese momento essusceptible de ser adquirido en cualquier momento en el mercado bur-sátil internacional.

Desde luego podemos preguntamos en qué medida este patrimonioes cesible en semejantes condiciones al tiempo que sigue siendo adopta-ble. cómo evaluar la indemnización y la remuneración de esta cesión y,más generalmente, en qué medida los procesos de individuaciones detoda naturaleza no pueden ser perturbados radicalmente por unasmodificaciones tan generales, enormes y brutales de las condiciones deadopción,

Así pues, la toma de control de la epifllogénesis por las tecnologíasde la transmisión es una nueva época de la reproducción de todas lasformas de patrimonios. Se trata tanto de los patrimonios llamados sabe-res, es decir, del entendimiento y de la razón exhumados en sus princi-pios por la historia de la filosofía y de la ciencia occidentales, como delos patrimonios económicos, es decir, de las posesiones socializadas deriquezas naturales o artificiales de producción de bienes, de los patri-monios culturales, lenguas)' literaturas, saber-hacer artísticos, modos de

12. El derecho de reproducir

La toma de control de los patrimonios, es decir, de las retencioneslegables, sean cuales sean sus formas, relaciona unos acontecimientostan diferentes en aparicncia como el cuestionamiento del derecho deautor, la privación de la capacidad de reproducción del agricultor-gana-dero (que se convierte en un trabajador a destajo), la compra de catálo-gos de programas audiovisuales y de agencias de imágenes, la procrea-

3M 367

ente de las secuencias molecularcs, las fusiones-adquisiciones.s, la estructuración digital en red de los territorios, la puestade satélites de observación o el control de la atribución dede dominios" en la World \Vide Web por el ICANN, nueva:stadounidense de control mundial de la cardinalidad.

dades de producción de íl(faenciaj' en un contexto de hipcrreproducibili-dad;

os los casos se trata de crear las condiciones que permitiránevas modalidades de la reproducción, en el seno de un proce-rindustrilización permitido por la interoperabilidad y la hipe-bilidad de la tecnología digital y ello, en la medida en que laue se plantea a la industria siempre es hacer reproducible un, llamado prototipo, después de estabilizar y optimizar las:s de su reproducción para finalmente reproducirlo en serie,'onomías de escala y alcanzar unos mercados de masas.

la de control sistemático de los patrimonios significa que aihora esta lógic2 se aplica a todos los dominios de la vida¡ue constituyen otros tantos nuevos mercados para continuarrrrollo temo-industrial, lo que se denomina a veces la "nueva, donde la cuestion J'C convierte evidentemente en la de saberua el derecho de reproducir, y con él, de definir los modelos deIS de reproducción como los modelos que hay que reproducir.n es: "¿Quién selecciona y con qué criterios?"

es justo plantear que esta situación resulta de la inversión del) real y de lo posible por la conmoción tecno-cicntítica, donde: dotarse de criterios de diferenciación para efectuar unas. entre unos posibles, lo principal del problema sería en pri-

- si ésta es una acentuación de la sincronizacion industrial (incluidocomo puesta en marcha integrada y unilateral de la diferenciación porla repro-ducción) ya iniciad él por las industrias de programas tradicio-nalcs (analógicas);

- y si en el caso de que no haya simplemente aumento de la sincro-nización ni, por tanto, confirmación de la cntropia por este sesgo, lasdiferencias que se podrían producir serían susceptibles de constituir undeucnir adoptablc, es decir, un futuro.

AI1or8 bien, la escritura, principal medio retencional en el que seconstituyó occidente, sistema mnemotécnico excepcionalmente establerespecto;} la evolución de los sistemas técnicos de transformación de 1:1

materia y principal dispositivo de reproducción de las retenciones ter-ciarias constitutivas de la racionalidad y de los sabercs occidentales,conoció en el seno de esta estabilidad global un período de acentuaciónrnuy sensible de su rcproducibilidad, que en su época hubiera podidoser calificado de hiperreproducibilidad en relación a la situación que lehabía precedido, Y constituyó una política del espíritu que normalizóun derecho de reproducción menos él través de los derechos del autor ydel editor que a través de la sincronización ortográfica, tipográfica y gra-matical de la diacronía de los patrimonios idiomaticos.

qué signitica aqui la repro-ducción que siempre comportaxlucción y en qué medida se pueden instalar nuevas capaci-

Al inicio del próximo volumen volveremos sobre este episodio cru-ci;11de la historia de las mnernotécnicas que fue la imprenta para obser-var, con Sylvain Auroux cómo con ella se inventó una historia del lcn-guaje que fue también la teoría del sujeto. Veremos cómo con la impren-ta se definió una relación entre lo sincrónico y lo diacrónico que íue a

369

la vez una política de la lengua y una guerra de los espíritus, al inaugu-rar una nueva era de la diferenciación idiomática.

vación de la filosofía Je las ciencias, cl L' Idéc de relatll'lté p/lllosop/llqlle chez Simon-don, op. cit

15. p. 265.

16. Kant, Critique de la I'I/ÚOIIpure, op. cit., p. 265.

l. P Aubcnquc, La Prndencc chez Aristotc, op. cit., p. 66.

17. u, ibid., p. 270.

I. N. Je la T.: juego de palabras entre [aire dejilllt, "faltar", )' [aire la dljJereJIce,

"hacer, establecer la diferencia; diferenciar".

18. Cuando se hace experimental, se da unos instrumentos que quizá, ya, vie-nen a "comprometer" su pureza, pero entonces ella no tiene conciencia.

~OTAS

2. u, ibid., p. 66.

3. u, ibid., p. 68.

4. u, ibid., p. 69.

19. Este punto de vista lo he desarrollado más ampliamente en La desorienta-cion, op. cit. 228 )' stes,

11. N. de la T.: lIWUl'{ÚS cinema en el original. De nuevo se emplea el término

cinema en el sentido de "fantasía ".5. El pecado de Epimctco. vol. I, op. cit., capítulo l.

6. r Aubcnquc, La Prudcncc chcz Aristote, oJ!. cit., p. 69.

7. I1)'<l Prigogine e Isabcllc Siengers, Lu Nouuclle Alliancc, Gallimard, 1979.

20. La desonentacion ya había comenzado el análisis de esta cuestión. Sobre esteterna leeremos con gran provecho Clio de 5 á 7, Les Actualité: ji'/lIIéú de la Libéra-tion: archives dn [utur, de Sylvie Lindepcrg, CNRS Édiiions, 2000.

21. )\1. Heidegger, lntroduaion ti la lIIé/ap/l)'úque, op. at., p. 49.

22. Esta última posibilidad es lo que recientemente denunciaba William Joy,director del desarrollo de la cmpre,a estadounidense Sun Microsysiems, cl LeMonde, 5 de julio de 20nO.

R. l' Aubenquc, LLi Pmdcuce chez Anstote. op. cit., p. 69.

9. Kanr, Sur le licu comniun: iI se pan qlíe ce sott justc CII théone. mais en practi-que cela nc uaut ricn, en Tliépric et Practique, Flarnmarion, colección "GF", 1994, p.46. [Traducción al castellano, T('oJ'Ía )' pnictica, Tecnos, 1986.J

10. [(arl Marx, Le Capital, libro 1. Gallimard, col. "La Pléiade", 1%3, p. 915.

11. Kant, Critique de la 1'17iso 1/ pure, op. cit., p. 10l

12. Id., ibid., p. 12ú. El subrayado es de Kant.

23. En La técnica J' ct tiempo, \'01. IV, de próxima aparición.

24. Cl Sylvain Auroux, "Vers la iroisicme révolution tcchno-linguistique", enLa Réuolution tcchnologiquc de la grallllllatúatiOI/, Murdaga, 1994, p. 155.

25. Cj. capítulo 1II, parágrd(o 13 en LIl técnica )' el tiempo, vol. IV, de próximaaparición,

26. Además es una optimizcción logísticll de lo que quizá Picrrc Legendre lla-maría el CCWOl:

13. Los habíamos examinado cn El pecado de Epnncreo y volveremos sobre elloen el ú lti mo volumen.

1i. A. Philonenko, L'Oeul're de K,II/I, Vrin, 1972, p. 334. [ean-Hugucs Banhé-lémy cita este pasaje en su trabajo que promete brillantemente una auténtica reno-

370 371

27. Ella cs. por lo tanto, la explotación industrial de lo que vo había llamado lahipcrreproducibilidad de la síntesis de reconocimiento (capítulo II, parágral() 6). Lahiperrcproducihilidad industrial saca partido de la mnemotécnica digiul en la quetiende él ser nuio el coste de la reproducción.

37. Id, ¿bid .. p. 17.

)8. Id., ibul., p. 31.

39. u. ibid., p. 46.

23. W Bcnj.irnin, L'()cl/u)'1' d'art á l'crc de Si! i'cproductibillté machiniquc, oji. ctt.,

p. S8.

40. Id., Ibld., p. 48.

41. Id., tbid., loc. Cit.

29. T. Adorno, Tliéorie esthétique, traducción [al írancés] [irnéncz, Klincksicck,197-+, pp. 51-52.

42. u. ¡bid" loc. cit.

30. W Iknjamlil, L'OCIIl'),C d'art el l'irc de fa )'cprodltcúbilit/l7ltic!¡/lliqllc, op. CIt.43. u. ibid., p. 62.

H. Id, ibid., p. S5.

45. Id., ibld. p. 101.

46. Id., ibid., p. lll. El subrayado es de Bachelard.

)1. Aristóreles. Fí,ICIi, libro ll.

32. La digitahzdclón es algo distinto de lo que en 1977 Sirnon Nora y AlainMine llamaron 1:1 informatización: un Jparato digiul, comu un aparato !owgráEco,110 es necesariamente un ordenador, aun cuando pueda ser compatible con un ordc-nador '-y sobre todo con la red de redes que une a los ordenadores entre sí. LJ digl-tal!/.,lCtÓIl es precisamente el desarrollo coruunto de la informática, de las releco-1l1l1l1iC1CHli1CS y de lo aurliovisual=-v más alLí, de todo tipo de sectores "COI11Ul1iCJI1'

les" de lo electrodoméstico, del automóvil, de Íos objetos "nórna.ias", cte. La nove-dad del fenómeno se elche precisamente él esta conjunción por medio de h cual sedcs:nrolLJ un sistema complejo que sustenta rnrl actividades v cuyo dispositivo ccn-tr.il dc producción)' difusión lo constituirán mariana las industrias culturales y de

47. u. ibld., p. 125.

48. Donde "la intuición sensible va no puede completar su formalismo p:1I'<I

darle UD sentido l ... ] lya que] este último [esJ en consecuencia resultado de unainterpretación" (L'Idéc de re!aúl'lté plll/O.iOplllq//e diez Simondon, oJ!. cit.) Y para lacual Simondon permite pensar la lisiea relativista como una !Is1ca de la relacióntransductiva, cuyos elementos son los individuos, mientras que la individuación es

pensada como "salto cuáruico".

33, J-F. Abramatic, Dfucloppc!77el7t tcchniquc de l'intcrnct, op. cit., p. 1n.

49. En El pecado de Epnnctco, o/J. cit., p. 1G.

50. E. Husserl, La Cnse des saenccs enropécnncs ella p/iéllollléllologle trasccnden-tale, traducción [al francés] G. Granel, Gallimard, 1976, p. ~2. [1'r,¡dUCClÓn al cas-rellano, La crisis de las ciencias clIl'Opcas v 1" fellol7lcllología t rasccnden tal, Crítica,

PW.~';¡-:¡mas.

31 Un mercado sano )' rico debería ser la base misma de la educación, de la

urbanidad y del refinamiento gr:1closOS, siempre en vista de lo suntuoso que nocucnra o que sólo cuenta par:l gasI3¡' m.is de lo razonable, para ciar sin reciprocidadromo In hace entender J:¡ raíz COmÚlll1lCI'CCS y IIlCl'CÚ. [N. de la T.: ambas en el ori-gen de I:¡ palabra Iranccsa que sigililica en castellano "merced, gracia, piedad"]

1990.[

51. C]. más arriba, capitulo TI, parági'~Jo 2.

3). C;;¡stOll I3acheLml, Le NOII1'cl E/m! sácll//jiq/lc, PUF, 1978, p. íO,

;6. Id" 11m!., p. 15.

m 373

ÍNDICE

Capítulo primero. EL TIEMPO DEL CINE, 7

J. El deseo de historias, 92. El aburrimiento, 113. Los dos principios fundamentales del cine, 134. La conciencia de "la ilusión cinematográfica", 155. "El efecto Koulechov", 176. Selecciones, criterios y registros, 217. La revelación fonográfica, 278. Vuelta a la lntauista, 299. América, América, 3310. La repetición y el inconsciente, 3511. Las protenciones de Fotlr o'clock, 3912. El eclipse, 4213. El tiempo del otro, 4414. La televisión, 46

Capítulo dos. EL CINE DE LA CONCIENCIA, 53

J. Siniestro espiritual, 552. De la imagen objeto a la imaginación trascendental, 563. Hollywood, capital del esquernatismo industrial, 584. La obsesión común de Husserl, Horkheimer y Adorno,

y la economía política de la conciencia, 60

.íntcsis'' en la Crítica de la tazon pura, 63Jn de Kant, 65de reconocimiento como unificación del flujoreta reproducible, 69

.ciunes de la conciencia de Kant "ante el conjuntoJ que ice", 71

el )'0 como material de proyección, 74y esquemas: el entendimiento como poderización de los sentidos interno y externo, 77de la conciencia como sistema general de lass terciarias y los gestos del pensamiento, 84nos e inadccuacioncs en el flujo. Resumen delcuestión de la adopción, 88k: lo que anima el cinc husserliano, 97as de la apercepción, 106iización de los tlujos y la constitución del mercado.iencias. Del "septicismo", 112ja del nuevo proceso protenciona 1 y la desbandada114lel espíritu, 117

6. Excepciones y decepción, j 587. "1 liad a dream", La política estadounidense de la adopción. 1912, 1668. Mundovisión. La comunión del21 de julio de 1969,1719. Aterradora CrJgilidad de lo maravilloso, 17510. Adopción e invención. El país en el que todo es posible .

1866-1776-19J 5,18011. Calendaricdad )' cardinalidad en la época del "broadcast", 12 de

julio de 1998, 19012. Architlujos y parrillas de programación, 19213. El giro decisivo de 1997: la época de la hiperinclustrialización

de la cultura. Del emisor al servidor, 197

Capítulo cuatro. EL MALESTA..ll EN NUESTROSESTABLECIMIENTOS DE ENSEÑANZA, 217

. YO Y NOSOTROS. LA POLÍTICAIDENSE DE LA ADOPCIÓN, 129

1. El sistema mncrnotécnico mundial, 2192. La reproducción digital de los territorios y la geo-información, 225), Industrias de la transmisión y sistemas educativos

a) Conciencias y subsiratos: euocacioncsv desarrollos, 2304. Industrias de la transmisión y sistemas educativos

b) Ünentuaon y retcncion, 2425. Industrias de la transmisión y sistemas educativos

d Di.\;~}'egació/lde los saberes y dcncgocion de los no-suberes, 248

. exteriorización' y gcopolítica del espíritu, J31n de Picrrc Bourdicu, 135La adopción como condición de la unificación'S, 1+2dad como organización de la adopción, 148¡J. Apa rición de la cuestión del malestar. 152

Capítulo cinco. HACER Lt\. DIFERENCIA, 261

1. La espacialidad del ser-en-el-mundo y el "pasoabsolutamente desapercibido", 263

2. El sentido "existencia!" de la educación, 2713. La incicncia. Resumen y rcintcrprctación de lo que precede, 274

diferencia en el desierto, 281encia como invención, 285futuro, indiferencia, 290

osible entre Kant y Heidegger, 293vo de Kant a través del principio subjetivo de diferenciación.lad de creer, 298

eis, TECNOCIENCIA y REPRODUCCIÓN, 311

¡J a lo posible: la conmoción tecnocientífica, 313se en las tinieblas de los posibles tecnocientíficos, 318ca en la filosofía crítica, 321smo como negación de la invención, 324eremos? Actualidad del principio subjetivo.nciación, 332sible a lo real: performatividad de la tecnociencificación, 336) menos metafísico, 343ación de los dispositivos retencionales ampliado al ser vivo, 349ustrialización, hiperreproducibilidad y performatividadcada, 3521 de los posibles, 360vas condiciones patrimoniales de la adopción, 364ho de reproducir, 367

COLECCIÓN PENSARI,

1. LA CIUDAD INTANGIBLE(ensayo sobre el fin del neolírico), Santiago Alba Rico

2. GEOMETRÍA Y TRAGEDIA, Carlos Fernández Liria

3. LA VIOLENCIA A LA BÚSQUEDA DE NUEVOSVALORES, [oxe Azurmendi

4. LA TÉCNICA Y EL TIEMPO-I. El pecado de Epimeteo,Bernard Stiegler

5. LA TÉCNICA Y EL TIEMPO-U. La desorientación,Bernard Stiegler

6. LA ECONOMÍA COMO IDEOLOGÍA.Mitos, fantasías y creencias de la "ciencia" económica,José M" Cabo

7. INTERVENCIONES. 1961-2001. Ciencia social y acciónpolítica, Pierre Bourdieu