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Traducción de EDUARDO L. SUÁREZ RICIIARD J. BERNSTEIN LA RESTRUCtrURACIÓN DE LA TEORíA SOCIAL Y POLITICA FONDO DE.CULTURA ECONÓMICA MÉXICO

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Traducción de

EDUARDO L. SUÁREZ RICIIARD J. BERNSTEIN

LA RESTRUCtrURACIÓNDE LA TEORíA

SOCIAL Y POLITICA

FONDO DE.CULTURA ECONÓMICAMÉXICO

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"

IN'TRODUCCIÓN

DURANTE los años sesenta, cuando escribía mi libro Praxis and Action) teníala impresión profunda de que algo nuevo se estaba. agitando --algo estabacambiando- en las pautas, los énfasis y los intereses de la vida intelectual.

Pel'cibía vagamente que;! a pesar de las marcadas 'diferencias y la falta decomunicación efectiva existentes entre las orientaciones intelectuales contemporáneas, hay algunos temas fundamentales hacia los que se ven atraídos

en forma constante e ineluctable los rnovÍmíentos posthegelianos. Tales

temas se centraban en los conceptos de la praxis y la acción en la búsqueda

de un entendimiento más profundo de la condición humana. Traté de

examinar la posici6n que ocupan los temas de la praxis y la acción en cuatro

movimientos contemporáneos: el marxismo, el existencialísmo, el pragmatis

mo y la filosofía analítica. Pero me concentré sobre todo en la aclaración

de las aportaciones de cada uno de estos enfoques diversos a nuestro en

tendimiento de la. actividad humana. Po r esta razón concluí el estlIdío

declarando que se trataba apenas de un inicio.

Cuando terminé el manuscrito> se libraba un debate nuevo donde aparecían muchos de los temas que yo había estado explorando en formasnovedosas e inesperadas. Un a de las consecuencias de los disturbios y fas

protestas socia:les y políticas de los años sesenta fue una serie de ataques yde críticas radicales contra los fundamentos mislnos de las disciplinassociales. ASl como se proclamaba en los Estados Unidos el fín de laideología --cuando los científicos sociales ortodoxos creían firmemente que

sus disciplinas habían encontrado finalmente un sólido cimiento empíricodesde donde podría esperarse el crecimiento sostenido y progresivo del conocimiento científico de la sociedad-, surgían otros temas espínosmL

Hubo quienes declararon que estaban podridos los cimientos mismos de

las ciencías sociales; que con frecuencia el conocimiento científico preten

didamente objetivo cm en efecto un a forma disfrazada de la idcología

que apoyaba al statu. qu.o; que la característica más pl'Ominente de "las ciencias sociales no era su capacidad para iluminar la realidad social y políticaexistente sino su incapacidad pará proveer alguna pel'specti-ya crítica sobrelo que estaba Q'curriendo; que las ideas expuestas en estas disciplinas daban

una legitimidad falsa al control técnico y la manipulación de la sociedadque estaba infectando todos los aspectos de la vída humana. Crecían el

escepticismo y la suspicacia acerca de la fe liberal tan arraigada' en lasdisciplina.s sociales: la creencia de que la ampliación del conocimiento empírico sistemático del funcionamiento de la sociedad y la política conducÍría

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12 INTRODUCCIÓN

_naturalmente a la fonnuJación inteligente- de_ po1ítícas, atenuaría las injus":'_

ticias sociales y nos pennitiría resolver los problemas de la sociedad. Aun

los defensores más acérrimos de la investigación empírica objetiva, libre devalores} reconocían que no marchaba bien en sus disciplinas, aunque

esto solía imputarse a la juventud y la inmadurez de las ciencias sociales.Las críticas crecientes de los propios colegas resuhaban más p e r t u r b a ~

doras para los profesionales que las críticas de los profanos, porque estas

últimas podían desecharse como la obra de marginados frustrados y malinformados. Presumiblemente se había ganado la batalla' por el reconocim í e ~ t o de las disciplinas sociales como ciencias genuinas. Er a razonableesperar que una nueva generación de estudiantes profesionales) adiestradosen las técnicas cuantitativas y empíricas de investigación más refinadas, ne

varan adelante la madmación científi ca de las disciplinas socia:les. Sin embargo}estos pmfesíonales manifestaron la insatisfacción más intensa y la críticamás acerba. 1vfuchos de los lideres de los movimientos estudiantiles de p r o ~testa de todo el mundo eran estudiantes de las ciencias sociales. Su críticade la sociedad estaba estrechamente unida a' su critica de sus propias

disciplinas.

Otros enfoques que se habían juzgado inaplicables, moribundos, refutados

o pasados demoda,

adquirieronde pronto un a

vitalidad nueva. Algunostemas forjados en las investigaciones conceptuales puras de la filosofía lingüística se utilizaron para cuestionar los fundamentos epistemológicos delas ciencias sociales. Los nuevos descubrimientos de la historia y la filosofía de la cÍencia planteaban una amenaza para la concepción misma delconocimiento y la teoría científicos que habían aceptado los científicos

---sociales como cosa obvia. La fenomenología y la hermenéutica, que 'los empiristas "durosH habían visto con suspicacia como intrusiones extranjeras"con piel de oveja'), aparecían ahora ante muchos pensadores jóvenes cornouna fuente de iluminación más genuina y perspicaz' de las relaciones socialesque las fórmulas gastadas de quienes se enorgullecían de contar con una

investigación empírica meticulosa y rigurosa. Resurgió con nuevo vigorinternacional el marxismo, doctrina que ha sido declarada muerta o defi

nitivamente refutada con mayor frecuencia ql.le cualquier otro movimientoteórico o práctico' contemporáneo.

La impresión inicial que n'os provoca la lectura de lo que se ha escritodurante el último decenio en las disciplinas sociales o acerca de ellas es la

dé un caos total. Todo parece estar "prendido con alfileres", Hay escasoo nulo consenso -excepto entre los miembros de la misma escuela o s u b ~escuela- acerca de los resultados bien estableddos, los pl'ocedímientos deinvestigación adecuados) los problemas importantes, o aun los enfoques teóricos más prometedores para el estudío de la sociedad y la política. Hay

INTRODUCCIÓN 13

aseveraciones y refutaciones} una verdadera babel de voces que l'eclamannuestra atención.

La polémica y los debates tan evidentes en 10s- años sesenta no se l i m i ~taban a - la estrecha cuestión académica de la posición de las disciplinassociales. La ferocidad de estos debates refleja un a preocupación por cues·tiones más profundas y más generales. Cuando los individuos sienten que'

viven un periodo de crisis, cuando los c 1 m ~ e n t o s parecen estar crujiendo y

las ortodoxias parecen derrumbarse} se crea un espacio público donde puedenformularse de nuevo algunas interrogantes básicas sobre la condición huma

na. En este estudio me propongo sobre todo adara.t') explorar o i n v e ~ t i g a restos temas más fundamentales. Espero poder demostrar que en un debate

que de otro modo podría p'arecer parroquial e interno sobre las cienciassociales, se han planteado interrogantes primordiales sobre la natul'aleza delos seres humanos, lo que constituye el conocimiento de la sociedad y lapolítica) la forma en que este conocimiento puede afectar nuestro comportamiento vital} y lo que es y debiera ser la relación existente entre la teoríay la práctica.

:NIuchos científicos sociales creen que gran parte de la confusión de los

años sesenta se ha evaporado feliZlllente en los setenta, en apariencia mástranquilos. Quienes consideran la sociedad como un complejo equilibrio dinámico que debe entenderse mediante un {(modelo estructural-funcional" oquienes creen que el enfoque nuevo, más avanzado, de "sistemas g e n e r a l ~ s "nos permite comprender cómo funciona realmente la sociedad, contemplanen retrospectiva el periodo de los años sesenta como una época de tensióntemporal donde hubo de reajustarse el "mecanismo de orientación". Dicenestos pensadores: dejemos que los críticos ruidosos - cada vez más escasos

griten que todo esto es "ideología burguesa". Si somos responsables, seriosy honestos, seremos modestos y realistas en nuestras afinnaciones tentativas,pero firmes en nuestra convicción de que el paciente trabajo empírico aumentará nuestro entendimiento científico de la sociedad y fjnalmente resultará'mucho más útil para la reforma social eficaz que todos los tratados polémicosde los llamados revolucionarios.

No niego que prevalezca esta actitud, sobre todo entre los profesionales delas ciencias sociales, ni que tal actitud esté apoyada por razones poderosas.Pero espero demostrar que tal jnterpretación de lo que ha ocurrido en losúltimos veinte años está fundamentalmente distorsionada. otra interpretación de lo que ha ocurrido y de lo que todavía se encuentra claramenteen proceso. Cuando dejarnos atrás la superficie retórica -cuando separamoslo correcto de lo errado, lo que está exagerado y lo que está en la mirade las crecientes críticas de las disciplinas sociales-) podemos discernÍr losgrandes lineamientos de un argumento complejo que se está desarrollando:

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14 INTRODUCCIÓN

una nueva sensibilidad que, aunque todavfi es muy frágil, está conduciendoa una restructuraóón de la teoría social y política. Uso la expresión "argu

mento" en un sentido doble. En un uso más antiguo, argumento significauna trama o una historia. Deseo trazar el bosquejo de esta trama y ponerloen primer plano. Pero también me refiero a un argumento en el sentidomás convencional de un a.rgumento racionaL En 10 que inicialmente parecenlíneas de investigación i n d e p e n d í e n t e ~ podemos detectar pasos o etapas de un

argumento complejo cuyo vigor total es mayor que el de cualquiera de sushilos separados. Un a teoría política y social adecuada; comprensiva, debea la vez empírica, interpretativa y crítica. Lo que entiendo por esto, por que

cualquier otra cosa no es satisfactoria) y cómo se involucran recíprocamentela investigación empírica, la interpretación y la evaluación crítica. en forma

dialéctica, es algo que se aclarará a medida que se vaya revelando la trama

subyacente.---Sin embargo) no inicié este estudio con una tesis clara que tratara de

probar. Púncipié más bien con vagos presentimientos y conjeturas acercade que algunas cuestiones básicas acerca de la acción, la sociedad y la teoríase estaban planteando sólo para esfumarse en la polémica; y que los criticos)' los defensores de las ciencias sociales estaban hablando i d i ~ m a s d i s t i n t ~ s .La primera' tarea era una revisión de 10 que se había convertido en el obtivo de tanta hostilidad y crítica: la convicción de qu e las disciplinas socialesdeb1an entenderse correctamente como ciencias natw'ales genuinas de losindividuos en sociedad, diferentes en grado pero- no en clase de las cienciasnaturales bien establecídas. Algunas de las críticas formuladas contra la ideamisma de una ciencia social modelada de acuerdo con las ciencias naturalesson superficiales y a veces tontas. Algunos criticos han escrito ~ o m o si estacreencia se basara en una falacia simple o simplista; que, por ejemplo, toda

la ciencia social es un positivismo i n g e n u o ~ y dado que el positivismo ha sidorefutado o por lo menos severamente modificado} podemos descartar simplemente las afirmaciones de una ciencia social que descansa sobre cimientos tan

falsos, Otros ha n sostenido que en el fondo de toda la ciencia social se

e n ~ u e n t r ala aceptación de una dicotomía rígida entre el hecho y el

: a l 0 . r ~y dado que esta distinción rígida es insostenible) se d e r r u m b ~ t o ~ a la C l : ~ C I asocial. Ha habido un esencialismo latente en algunas de las dISCUSIOnes critIcasde las ciencias sociales. Con frecuencia suponen los críticos -y también losdefensores- que la idea de la ciencia social que aplica los procedimientos delas ciencias naturales al estudio de la sociedad y la política involucra la acep·tación de "un gran principio". Si se expone y refuta este gran principio, ~ o d oel edificio se derrumbará y no habrá necesidad de examinar tos detalles tedIOSOS

de las diversas ciencias sociales.A un ruvel más sutil, desde que se han propuesto las disciplinas sodales

INTRODUCCIúN15

como dendas positivas genuinas, Jos·'oponentes han esgl'imido diversos argum e ~ t ~ ~ "de imposibilidad", "trascendentes" o "conceptuales" para demostrardeÍlmtlVamente que no se puede construir tal ciencia social, que la ideamisma de tal ciencia social es un a confusión conceptual. No creo que alguno

de estos. r ~ e n t o s de imposibilidad haya tenido éxito algW1a vez, y por

razones hlosoÍlcas creo que no puede existir tal argumento definitivo a priori

acerca de -la posición epistemológica del estudio de la sociedad.J. Durante

los últimos cien años hemos presenciado reiteradamente el fastidioso ritualde la presentación de argumentos trascendentes o de imposibilidad acerca dela verdadera naturaleza del estudio de la sociedad, a la que sigue otra rondade al'gumentos contrarías para demostrar la inadecuación de los anteriores:que no hay obstáculos teóricos insuperables para la construcción de una

ciencia natural empírica, positiva, de los individuos en la sociedad. De e s t a ~d ~ s c ~ s i o n e s han surgido algunas consideraciones importantes para el entendImIento de las disciplinas sociales, y no estoy sugiriendo que no haya faHasen la concepción de que las disciplinas sociales son ciencias naturales inmaduras o jóvenes, Pero las ,aseveraciones que contestan a la interrogante delcarácter realmente científico de los estudios sociales o de la existencia dealguna característica de la vida social que prohíba la aplicación de las téc

nicas científicas al estudio de los fenómenos sociales, tienden a oscurecer en

lugar de aclarar, las semejanzas y diferencias fundamentales existentes e ~ t T elas ciencias naturales y las disciplinas sociales. - - ~ " " ' - _ ' _ '

En primer lugar, traté de recuperar y articular el entendimiento que tienende su disciplina los científicos sociales ortodoxos, Entiendo por "científicossociales ortodoxos" aquel10s que conciben su disciplina como algo que difiereen ,grado> y en dase, de las ciencias naturales bien establecidas, y quienesestan convenCIdos de que se lograrán grandes avances si se imitan, modificany adaptan las técnicas que han resultado eficaces en nuestro entendimientocientífico de la naturaleza. No debemos pensar que la "ciencia sodal ortodoxa" es más monolítica 11 homogénea de ]0 que realmente es. Como veremos,hay fuertes desacuerdos} no sólo acerca de las características esenciales de la

ciencia natural, sino también acerca de las semejanzas básicas entre las cien.cías sociales y las naturales. Sin embargo, consideré importante subrayar lo

que nos dicen los científicos sociales practicantes conscientes de la metodología) en lugar de concentrarnos exclusivamente en Jo que dicen los filósofosde las ciencias sociales. La filosofía de las ciencias sociales se ha convertidoa menudo en una triste hermanastra de la filosofía de las ciencias naturalesy una excusa para tratar cuestiones epistemológicas generales no r e l a c i o n a d a ~con lo que ocurre efectivamente en las disciplinas sociales.

1 Véase Pra:l'Ís and Action, parte lV, en cuanto a la razón de mi escepticismoacerca de tales argumentos apl'iorísticos o trascendentes.

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16 INTRODUCCIÓN

Como-veremos en el capítulo 1,- los científicos sociales ortodoxos están _cQn-

vencidos de que su disciplina es un a ciencia natural genuina, aunque joven}a causa de su entendimiento de la naturaleza y la importancia de la teona

empírica, Po r lo tanto) es necesario explorar lo qu e se entiende precisamente

po r teoría empírica; en qu é se distingue de otros tipos de empresas teóricascorno ]a llamada teoría nonnativa; y po r qué se considera tan importante

para la posición científica de la s disciplinas sociales, Veremos que a pesar

de las marcadas diferencias existentes entre los científicos sociales ortodoxos,hay un a notable unanimidad en su entendimiento de los aspectos etimológicos y lógicos de la teona empírica, aunque no hay ningún consenso racional

acerca de lo qu e satisfaga, así sea aproximadamente, los criterios de tal teoría.Sólo después de la presentación de una interpretación naturalista de las

ciencias sociales podremos evaluar sus ventajas y desventaj'as, sus puntos

minosos y oscuros, Decidí concentranne en tTes orien aciones contemporáneas

que ha n cuestionado directamente las pretensiones de un entendimiento natu

ralista de las disciplinas sociales, Cada una de ellas ha dirigido su critica alos fundamentos de las ciencias sociales, y cada un a de ellas ha indicado loque es en su opinión un a alternativa más clarificadora para el estudio de lasociedad y la política,

La primera se basa en la filosofía analítica, sobre todo en "e l giro l i n ~güístico" asumido po r Ludwig \Vittgenstein y J. L. Austin. Ninguno de estosfilósofos estaba primordialmente interesado en las disciplinas sociales, osiquiera en la importancia de sus investigaciones para la teoría social. Pero

muchos pensadores que han sido influidos por ellos ha n sostenido que elnuevo entendimiento de la complejidad de l lenguaje, sobre todo el l e n g u ~ j ede la acción, refuta las pretensiones de los científicos sociales acerca de lanaturaleza" la descripción y la explicación de la acción. Ha n sostenido que

hay algo irremediablemente enado y conceptualmente confuso en el esfuerzoincesante po r forzar la descripción y la explicación de la acción hwnana enel marco de la ciencia natural empíl'ica.

A d e m á s ~ un a de las áreas más importantes) controvertibles y dinámicas

de la investigación filosófica reciente entre los filósofos analíticos ha sido

la historia y filosofía de la ciencia, En los últimos decenios ha habido una

virtual revolución en nuestro entendimiento de la "imagen de la ciencia",po r lo menos cuando se la compara con el llamado entendiniíento ortodoxo dela ciencia invocado po r los positivistas y los empiristas lógicos. La mayor

parte de l trabajo realizado en el campo de la historia y la filosofía de laciencia se ha referido a las ciencias naturales, pero es obvio que tiene c o n s e ~cuencias importantes para las ciencias sociales, La defensa misma de una

interpretación naturalista de las ciencias sociales depende de un claro enten

dimiento de las carac.teI'Ísticas primordiales de las ciencias naturales, y e s p e ~

INTRODUCCIÓN17

..cialmente del- papel desempeñado po r la::- t"eoría, En· 1-anueva interpretación t " medida en -que la

. . pos empmsta de ¡la ciencÍa ha m di f dtenduruento de las cienc a . lOIca nuestro en-

1 s natura es afecta toda 1 ' , . flas semejanzas v desem ' ,) ev a uaClOn m onnada de

,¡ eJanzas eXistentes entre 1 '. .naturales Es b bl' as CIenCias SOCIales y las ciencias

. pr o a e que nmguna obra haya te 'd ' .las concepciones recientes d 1 -.. , . ID o mayor influencla sobre, . e as CIenCIas Soclales que Th St .

tilte Revolutions de Th Kul e ructure 01 Se:.en-

que casi no se hao c u p a ~ : a ~

1 m.[ h a ~

ed.~ s p .

del FC EJ

1982J a pesar defluencia difusa y confusa ~ as , c l e n d i c ~ c b a s soc1ales. Kuhn ha ejercido un a ín-. mejor o lo malo 'd . d

en la fonna en qu e se ha o d ' . reSl e prllllor ialmenten apropIa o sus temas lo t di

y la sociedad. Se ha usado t' d s es u osos de la política, o Y es Ira o a Kuhn para a la '

mas dispares, contradictorias entre sí poyar s pretensIones

,El S ~ d o gran desafío para un ' entendimiento nat ' " ,phnas SOCIales proviene de la fenomenolo ' uralista de las disCl

fundador de la fenomenoloo-f A ~ q u e Edmund Husserl --elo·a contemporanea_ em p , .

examinando los fundamentos d 1 1? ' sus mvestigacionesfenomenológicos a todo el de, . OgIdca y las m ~ t e n : a t i c a s , aplicó métodos

dis ' . om:uuo e la expel1encla h Eclplmas sociales Husserl se . t b " umana.. •ntre las1 ' . lD eres a a mas dIrectamente en 1 . 1 '

en as razones de los Í!°acasos de la sicolo' , . a pSlCO og:xa,de colocar la icol ' . P g:ta tradlcIonal y en la necesidad

ps OgIa sobre un a flIme base feno 1"se desarrolló su filosofía la natural d l' meno ogIca. A medida queI ,eza e a mtersubJ'etividad 1 " butamente esencial para el t d· '. se VO VIO a SO-

o en en illllento mlS1ll0 de la feno l'Sm embargo fueron los 'd d meno ogla,, segw ores e Husserl q , .

plicaciones de la fenomenolo ' d" Ulenes exammaron las im-gl a para escnbIr y en t d l a ' d .

toda su complejidad. Alfred Schutz ori ' , en er VI a SOCIal enWeber de la sociología i L l t e r p r e ~ ' g m d a h n e n ~ e mteresado en la noción de

B uva, escubn6 en Husserl t b' 1

en e 1 " ~ o n - las herramientas in t 1 tal" -y am len1 f e cc u es requendas pa r 1 el '6os undamentos fenomenológicos de las disci . , a a a araCl n de

sofos ta les como l'vfaurice Merleau p pplinas socIalles, En Francia, filó-- onty y aul Rlcoeur - ,

en gran medida a Husserl tratar d d " ' , qwenes recurneronf ' on e lSCel'fllr cómo odri denomenología a entender la real'd d . 1 . P a ayu amos la

d I a SOCla ReClenteme t 'ores -sobre todo el filósofo 't 1" E " n e, vanos p e n s a ~

d I alano 'nzo Pacl han b de Husserl y l'vfarx. Lo que result " ,- usca o un a síntesis. a qwza mas notable ace d L •

Cl a de la fenomenología sobre J di, ' l.i . fea e Lel mf]uen-, 1 as SClp nas SOClales es el he h d '

glna mente tuvo escaso efecto sobre el t b ' , . . c o e que o r ] ~ .'I r d ra aJo empITlCO' SI n embar l'11 unos os decenios ha ejercido una. ' f I . ,) go, en os ·

, , . In llenera VItal sobre l a ' tí' ,emplnca, sobre todo en el campo de J ' 1 ' mves gaclón. d a SOCIO og:ta Ha y un m ' .

Clente e sociólo gos y etnometodólo o f ' " OVl1D1ento c r e ~y en Inglaterra quienes a m d g s e n o ~ e n ~ l o g : t c o s en los Estados Unidos

E ' enu o se an mspnado en H 11 tercer gran desafío para la teo ' , , ussef y en Schutz,

, 'f ' Tia empmca y para la " ,Clenti leos sociales ortod oxos d ' . .' conVlCClon de los

e qu e sus dISCIplInas se están convirtiendo en

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18 INTRODUCClé)N

_ciencias naturales bien desarrolladas, provino de .'Í'l. _ s ~ u e l a de F r a n c f o ~ , t _de teoría crítica. El nombre de "L a Escuela de Francfort" se difundió

pljamente después de la segunda Guerra Mundial y Sfi identificó con un

grupo de pensadores asociados al Instituto de Investigación Social, fundado

en Francfort en 1923. La mayoría de los miembros de l Instituto, incluidas

las figuras centrales de Horkheimer, Adorno y Marcuse, se vieron fuerte

mente influidos po r Hegel y po r :Marx. Durante el periodo de su exilio de

Alemania - que correspondió al periodo máscreativo

del Instituto-, estospensadores trabajaron colectivamente en los fundamentos de un a teoría

crítica de la sociedad que buscaban como un a alternativa a la ciencia social

burguesa, por un a parte, y aJ marxismo estalinista doctrinario. po r la otra.

Cuando se fundó el Instituto, uno de sus fines era la investigación empírica;

durante su residencia en los Estados Unidos, se dio a conocer sobre todo

por su estudio sobre la personalidad autoritaria y la sociedad de masas. Pero.

sus miembros siempre contemplaron con desdén y suspicacia profundos las

tradiciones anglosajonas del empirismo y el pragmatismo norteamericano.

Tras el retorno a Alemania en 1950, el más prominente y controvertido

de los pensadores surgidos del Instituto fue JÜIgen Habermas. Al revés de lo

que ocurre con los antiguos miembros de l Instituto, Habermas tiene un

entendimiento más sutil y comprensivo de los desarrollos recientes de lasciencias sociales, la filosofía analítica de la ciencia, y la filosofía del lenguajf"

y la lingüística teórica. Habermas ha revisado los fundamentos de la teoría

crítica y ha tratado de desarrollar un a teoría social comprensiva qu e sea un a

síntesis dialéctica de los temas e m p i r i s t a ~ , fenomenológicos, hermenéuticos ymarxistas-hegelianos. Como Schutz y muchos filósofos analíticos postwittgen:'

steinianos, Habermas ha criticado explícitamente las ciencias sociales como

las conciben y practican los científicos sociales ortodoxos, ha explorado ala.

gunas cuestiones epistemológicas que se encuentran en la base de -nuestro en

tendimiento de la realidad social y ha iniciado la difícil tarea de la elaboración

de una alternativa. al entendimiento naturalista de las ciencias sociales;

En virtud de que cada una de estas orientaciones se finca en los movi

mientos filosóficos qu e ha n modelado profundarpente la conciencia moderna)

y dado que cada un a de ellas trata de mostrar las fallas del cientificismo que

domina nuestra época - u n 'cientificismo qu e tiene consecuencias teóricas )'

prácticas perniciosas-, he decidido examinarlas en deta·He. Pero nunca traté

de escribir un a mera, reseña, ni de asumir la postura de un árbitro s u p u e s ~tarnente neutral que anote puntos para un bando o el otl'O. Mi objetivo prin

cipal es la elaboración de un a perspectiva desde la que podamos integrar 10

que hay.a de bueno en estas orientaciones contrapuestas y rechazar lo que

sea inadecuado y falso.A medida que avanzaba más entre este conjunto múltiple de materiales,

INTRODUCCIóN 19

mejor encajaban los fragmentos. Gradualmente se- aclaró que- no encaramos--------------

un a miscelánea de puntos críticos y argumentos particulares provenientes

de posturas no relacionadas. Mi entusiasmo aumentó cuando descubrí que,

a pesar de las tensiones y los conflictos, hay un a coherencia mucho mayor

de lo que hahía pensado al principio.

Po r ejemplo, cuando exploré las varias críticas de los fiIOsofos analíticos

de las ciencias sociales, me pregunté cuál era el entendimiento alternativo del

conocimiento social que estaban proponiendo. Estos críticos volvían una. yotra vez a ciertos temas que siempre ha n sido centrales en la tradición de la

sociologia interpretativa y ·la fenomenología. Po r lo tanto, er a natura1 que

investigara si la fenomenología ofrecía un a explicación más clara del enten

dimiento y la interpretación de la realidad social. Además,' a pesar de los

marcados desacuerdos existentes entre los empiristas "durosu

, sus críticos ana

líticos y los fenomenólogos, había ciertos supuestos estructurales comunes.

Estos pensadores proponían un a concepción de la teoría y del papel del

teóric9 que se aproximaría al ideal del Qbservador d e s ~ t e r e s a d o qu e explica,

entiende, interpreta o simplemente describe lo qu e es. Pero este entendi

miento de la teoría y del teórico contenía dificultades y problemas insolutos

que no se ponían de manifiesto. Estos mismos problemas, y sus ramificaciones,

son la fons et O'I'igo de .la teoría crítica de la sociedad.

Cuando realizaba esta investigación, un pasaje famoso de la Fenomenología

de la mente de Hegel me venía constantemente a la mente. En la Introduc

ci6n a la Fenomenología. Hegel describe cómo se aparecen inicialmente entre

sí -la Wissenschaft, o sea la comprensión científica completamente sistemá

tica de lo que es, y Das Natürliche B e w u s s t s e i n ~ o conciencia natural. Desde

la perspectiva de cada una de ellas, la otra a p a r e ~ e invertida. Advierte

Hegel:

La ciencia no puede rechazar simplemente un a forma del conOCllruentoque no es cierta, y tratar esto como un a visión común de las cosas, yluego asegurarnos de qu e ella misma es un a clase de conocimiento enteramente diferente, y afirmar que la' otra no importa en absoluto; ni puede

apelar al hecho de que en esta otra haya presagios de algo mejor. Alofrecer esa seguridad declararla qu e su fuerza y su valor residen en sumera existencia; pero el conocimiento falso apela también al hecho de

su existencia, y nos asegura que la ciencia es nada para él Sin embargo,

nuestra- seguridad hueca tiene justamente tanto valor como cualquier otra. 2

Aunque rechazo la pretensión de Hegel de que hay o puede haber una

Wissenschaft final completa, podemos extraer de este pasaje un a moraleja

2 The Phellomenology 01 Milld, pp. 134-135.

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20 íNTRODUCCIÓN

muy importante, - pertinente para-esta investigación.--En -las disputas-acerca

de la posición de las disciplinas sociales, sobre todo las que se basan en

diferentes puntos de vista filosóficos} pareceIÍa que nos enfrentáramos

a Huna seguridad hueca" que tiene "justamente tanto valor como cualquier

otra» Los pensadores contrarios escriben y actúan como si su punto de

vista fuese el único correcto y los demás no tuviesen "ninguna importancia

en absoluto". Para escapar de esta clase de escepticismo intelectual debemos

tratar de determinarcómo

elexamen

de una posición - lo que llamaHegel un a forma o configuración de la conciencia- con plena i n , ~ e g r i d a d >el entendim.iento de esta posición en sus propios términos, y su exploraci6n para localizar sus fallas y sus conflictos internos, pueden llevarn..os aW l entendimiento más adecuado y comprensivo. Éste es el movimiento

dialéctico qu e llama Hegel el paso de la Gewissheit (certeza) a la Wahrheit(verdad). Ha y una verdad por descubrir, algo correcto en cada una de lasformas de la conciencia exploradas po r Hegel; la tarea consiste en la iluminación de esta "verdad"} lo qu e requiere que se demuestre lo que es

falso y abstracto en estos varios momentos, y que se avance luego a un a

comprensión más adecuada.

Por analogía, entonces, en nuestro estudio de los entendimientos 11.vrues

de la teoría politica y social, es esencial la comprensión de cada uno deellos desde su propia perspectiva interna. o auto entendimiento, para ver

así cómo sus dificultades internas nos llevan a comprender su falsedad ounilateralidad y su verdad. Hegel nos enseña también que toda reflexión!lena debe principiar po r 10 que tengamos frente a nosotros; es jnútil·comlenar la visión común' de las cosas como algo carente de i m p o r t a n c i ~ .Es por esto que he principiado po r una investigación de un entendimiento

naturalista de las disciplinas sociales y su hincapié en la teoría empírica.Porque ésta es todavía - a ' pesar de numerosos ataques- la visión común

de las cosas.En un estudio que trata tantos pensadores y un material ta n diverso

como éste, siempre pueden plantearse interrogantes acerca del principio

de selección. Estoy muy consciente de la graIl cantidad de material per

tinente que no he discutido, y de las numerosas rutas alternativas que pudehaber seguido. La lógica de mi selección de problemas y temas se aclarará

a medida que avancemos, pero aquí puedo ofrecer un a explicación preliminar. Este libro está escrito primordialmente para quienes están fruniliarizados con la . tradiciones intelectuales anglosajonas y ha n sido modelados

po r ellas. Hago hincapié en esto porque la discusión contemporánea de lasdisciplinas sociales, sciences h'umaines) o Geisteswissenschaften, ha asumidomuchas formas diferentes en diversos contextos culturales. Po r ejemplo, si

me ocupara de las discusiones sostenidas recientemente en Francla sobre las

INTRODUCCIÓN 21

scitmces humaines, me en corriente:-; cllJZadas entre fenomenólogos, estructúralistas, posestructuralistas. y los nuevos defensores de

un a semiótica comprensiva. En cambio, si 'estuviese escribiendo para un

auditorio alemán y centroeuropeo, tendría que examinar las diversas formas del marxismo> la hennenéutica, la filosofía Existen:::, y la fenomenologi3que ha n moldeado las discusiones de las cuestiones vitales. En los Eirtados

Unidos, y en menor medida en otros países anglosajones, existe un a fuertetradición natUl"aIista de las ciencias socia:les. Muchos practicantes no ha n

vacilado en hablar de la ciencia social como una disciplina <'norteamericana"!y se han enorgullecido de su rompimiento COll las investigaciones más especulativa{i y filos6fica'i. Aunque exploraJ'é Ja importancia de la fenomenología y la teoría crítica de la sociedad -ambas <lnaigadas en las trad5-ciones continentales-, he introducido su discusión en los puntos donde

pretenden conegír las inadecuaciones de un . entendimiento naturalista delas ciencias sociales.

. Más importante aún -aunque necesitaría uno o dos volúmenes especmles para demostral'lo- es el hecho de que Jos mismos problemas básicosque se ponen de relieve en los debates anglosajones acelTa de 12 naturalezade las ciencias sociales y el papel de 1a teoría ocupan un Jugal r.entraJ en

las investigaciones continentales de las scicnccs /wmaincs v la CeÚtesu.ús-sen.scJwften. Difieren manifiestamente las opciones vivas se toman enseno y las formas de! discuf5o. pero hay preocupación por los mismosproblemas primordiales. .

Aquí y a lo largo de este estudio hablo de las «ciencias sociales" v los"estudi?s sociales". Ya he prevenido contra los peligros de un esenciaÍismo

~ a ' ~ n e ~ t a d o que no haga justicia a la diversidad y complejidad de lasinvestIgaCIOnes convencionalmente agrupadas bajo estos nlbros. Para elu

dir la superficialidad. me he concentrado en JO.5 campos de la sociolouÍay la politologÍa. Tradicionalmente se han planteado en- estas disciplinas laftcuestiones primordia1es acerca de la naturaleza r la posición de las cienciassociales, y Jo que sigllificael conocimiento de la sociedad y la política.

Pero en todo momento trataré de demostrar que lo que digo acerca deestas disciplinas se aplica a todo el conjunto de las ciencias sociales. '

Debo hacer otra advertencia. He titulado esta investigación "La r e s t r u c t u ~ración de teoría social . pOlítica": pero hay gran '-confusión lingüística-que refleJa una confuslOn sustanhva- acerca del sianifícado de '¡la

, . 131 "1 " -'. ," Llt e o n ~ ~ O C I a . y . a teona pohtica . A veces se usan estos términos para

refenrse pnmol'd¡almente a especulaciones filosóficas acerca de la natura

leza de la sociedad y la política. 1vIás recientemente, sobre todo a resultasdel creciente í n t e ~ é s por la teoría empírica, se utilizan estos ténninos para

denotar las teorías empíricas acerca de los fenómenos sociales y políticos.

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22 INTRODUCCIÓN

1ll.9-yorÍa de los científicos sociales ortodoxos reconocen un a distinciónentre la sociología y la politólogía, pero esta distinción se basa en 105

diferentes tipos de variables examinadas, o los pl'Oblemas típicos explorados,en estos campos diferentes. En la medida en que ambos campos aspiran a la

madurez científica y a las teorías explicativas verificables, bien formuladas,no hay diferencias esenciales o categóricas entre lo "social" y lo "político".Es análoga la dístÍncÍón qu e se establece entre la' física y la química. ASlcomo hay muchas áreas de yuxtaposición y de fecundación cruzada. en estasciencias naturales, ocurre lo mismo en la sociología y la politología".

Sin embargo) simpatizo con los pensadores que, como Hannah Arendt

y Habermas, han examinado la historia de los conceptos de lo "saciar' y lo "políticoH

, y nos ha.n mostrado no sólo que estos conceptos seaplicaron alguna vez a fenómtl:nos cat.egóricamente distintos sino también

que las disciplinas que estudian estos fenómenos tenían oh jetivos diferen es.:;Sus investigaciones no se limitan a la historia de los cambiantes significadosde estos conceptos. Nos ha n mostrado la importancia de la revoluciónconceptual que ocurrió cuando los modernos llegaron a considerar el estudio de la sociedad y la poHtica como algo básicamente similar y homogéneo,que difiere primordialmente en los tipos de las variables examinadas. lnde·

pendientemente de las también se perdió algo vital, o- mejord i c h o ~ se suprimió. En esta revolución conceptual moderna ha

conducido al olvido del entendimiento clásico -especialmen e el aristotélk"O- de ia política y la praxis. La disciplina de la política no se

vez como un estudio teórico del funcionamiento del sistema p o l . í t i c o ~sino como una disciplina que tiene como su telas un fin práctico: laconducción de una vida buena y j'usta en la Para muchos científicossociales, esta concepción de la política parece ahora apócrifa, po r noblee inspiradora que h ~ y a sido. Creen que refleja la confusión exÍstente entre

el hecho y el valor} entre lo empírico y lo n01."Iuativo, que presumiblemente ha inhibido el desalTollo científjco del estudio de la sociedad y lapolítica. En el capítulo IV explo-raré lo que está en juego cuando se distingue

entre lo HsocialH y lo "político", porque afecta directamente la comprensiónde la función crítica de la teoría. En realidad, no podemos retornar alentendimiento clásico de la política. Pero creo, como Habermas, que el problema fundamental de hoyes la conciliación del objetivo clásico de la

política -permitir que 105 seres humanos lleven vidas buenas y justas en unacomunidad política- con la demanda moderna del pensamiento social,que es el conocimiento científico del funcionamiento de la sociedad:.! .

s Véase a Hannah Arendt, Tlle Human Conditioll; y JÜ1'gen Habermas, Tlzeory

and Practiee,

-! Jürgen Habermasj Th80' f ' j and Practice, p. 44.

INTRODUCClóN 23

Quiero concluir estas observaciones introductorias situando esta investigación dentro de mis propias experiencias y convicciones personales. Estasexperiencias personales hqn siqo compartidas por muchos pensadores quetratan de pensar claramente acerca de los fenómenos sociales y políticos,y de relacionar sus pensamientos más profundos con sus modos de vida.Los pensadores contemporáneos del mundo anglosajón no pueden subestimarb medida en que sus peilsamientos j actitudes, creencias y aun sentimientoshan sido moldeados por las tradiciones empiristas, científicas y pragmáticas, au n cuando reaccionen en su contra. Estas tradiciones tienen grandesvirtudes que no pueden descartarse "a la ligera. En su mejol' aspectoJ estastradiciones han insistido en la claridad y el rigor. Ha n luchado por el

ideal de las verificaciones y las críticas públicas e intersubjetivas, dondetoda pretensión de conocimiento se reconozca como falible y sU,Íeta a posteriores investigaciones. Ha habido un escepticismo sano hacia la especulacióndesbocada y el pensamiento oscurantista. Estas virtudes intelectuales se han

ligado estrechamente a fas virtudes morales y políticas. Se cree que elconocimiento empírico sólido puede ayudarnos no sólo a escapa.r de lasuperstición y el prejuicio sino también a realizar un a acci6n ilustrada.Pero muchas de estas creencias que generaron tan altas esperanzas y expec

tativas en los pensadores de la Ilustraci6n se han frustrado. Parece habel'una progresi6n natural de los tempranos ideales de la Ilustración a losmodos de pensamiento positivistas y empiristas contemporáneos. Lo que una

vez fueron grandes ideas liberadoras se han convertido en sofocantes camisasde fuerza. Hay un nihilismo oculto en la dialéctica de este desarrolloque los pensadores anglosajones a menudo no ha n afrontado honestamente.La historia de la vida intelectual de los últimos doscientos años ha impuestorestricciones cada vez más severas a lo que puede considerarse como conocimiento genuino y ,a los límites del argumento racional. En su TractatusJ

Wittgenstein llevó esta dialéctica a su conclusi6n inevitable que en términos estrictos no podemos hablar siquiera acerca de los valores conalgún sentido) porque los valores caen fuera del mundo de los hechos

y de las proposiciones significativas acerca de estos hechos.El movimiento del pensamiento reflejado en esta dialéctica ha tenido

profundas consecuencias teóricas y prácticas, sobre todo en el estudio de lasociedad y la política. Por una parte, se nos dice que no podemos volverla espalda a la progresión incesante de la ciencia, que nuestra tarea, comoteóricos es la interpretación del mundo, es decir, el ofrecimiento de e x p 1 i ~caciones teóricas de los hechos que satisfagan los criterios rigurosos delconocimiento científico. Todavía se defienden verbalmente los ideales de laIlustración, pues se nos dice de continuo que, a medida que acumulemosconocimientos empíricos, podremos involucrarnos mejor en la acción y la

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INTRODUCOIÓN

refonna social ilustradas. Pero por otra parte se ha puesto en tela de duda

la posibilidad misma del discurso racional acerca de lo Q.ue sea ilustradoy lo que sea mejor. Se nos dice que tal discurso no sólo se encur:ntYfI

fuera del dominio de la ciencia} sino fuera también de' cualquier forma deargumento racionaL Presumiblemente} en último análisis) todas las posiciones de valor son subjetivas) arbitrarias) e igualmente injustificables. No hayprocedimiEntos de decisión racional que sean suficientes para juzgar entre

o r i e n t a ~ i o n e s de valor opuestas.,Los -problemas y las tensiones resultantes no son meramente illtelectuale<:..

Afectan las fonnas en que pensa.mos acerca de nosotros mismos en el

mundo y conducimos nuestras vidas. D u ~ a n t e los afias sesenta, esta experiencia fundamental de autoalienación y crisis fue compartida por mucho::;.

Algo estab a eiTado en la.s formas prevalecientes de la realidadsocial y política, y en las foonas establecidas'del pensamiento a ese respecto.Se volvió crítica la disparidad existente entre lo que se nos había enseñado aaceptar como las formas más refinadas del conocimiento humano y lo quesentíamos en nuestro "fuero internaD. Hubo excesos durante esteperiodo, y muchas vacilaciones. Pero no

grave. Muchos a sentir la necesidad de un entendimiento má s p e n e ~trante de 10 que había salido mal, o de ]a forma en - que la' camisa' defuerza del pensamiento establecido había l1egado a 'dominar la vida humana,

No- bastan la protesta superficial y la polémica, Lo, que se ' I'equiere es 'tillacrítica que trate de llegar a las ra.Íces ;' una revisión de lo quevivir un a vida. racional; y 'una relación de la teoría con la práctica, Es lahistoria de esta rebelión lo que quiero narrar en este trabajo, una historiac.uya conclusión: no se ha decidido aún,

l. LA TEORÍA EMPíRICA

Uno de los supuestos de la vida intelectualde nuestro país es que debe haber entrenosotros algunos hombres a quienes consideremos filósofos políticos. Filósofos profesío.nales, sensibles al cambio filosófico, deberánocuparse de las relaciones políticas y socia·les en el nivel de generalidad más amplioposible, .. Durante trescientos años de nuestra historia ha habido tales hombres que ego

cTlben eri inglés, desde principios del siglo XVlI hasta el siglo xx, desde Hobbes hastaBosanquet. Parecería que ahora no los tenemos ya. La tradición se ha roto y nuest1'O supuesto ya no es válido) a menos que pensemos que' la tradición está a punto derevivir . Por ahora, de todos modos, la fi

losofía política está muerta.PETER

Todo el conocimiento científico maduro esteórico. Evidentemente, esto no significa quelos hechos no importen . . . Los hechos debenordenarse en alguna forma para que podamos advertir sus conexiones, Cuanto mayorsea el nivel de generalidad del ordenamientode tales hechos, mayor será el alcance dela explicación y el entendimiento . .

Es claro que si la politología pudiera llegara tal teoría general, nos dada un entendimiento profundo y extenso de la vida política. En consecuencia, no hay necesidad deindicar que tal teoría sería conveniente acausa de su utilidad. Lo único que no es evi·dente es que la fonnulaci6n de tal teoríaes un paso posible y necesario en el camino

1 Philosoph'j', Politi!:! and Societ'J' (prlmera :!crÍeL comp. Peter Ladett} p. vii.

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26 LA TEORiA EMPíRICA

que conduce al conocimiento confiable y

perceptivo acerca' de la política.En los horizontes de la investigación po-

lítica que ahora se realiza en los EstadosUnidos, no puede verse tal teoría.

DAVID EASTON J 19532

Entre los numerosos motivos que impulsa-ron la llamada "revolución conductista

H

enla po itología, dos preocupaciones grandes y

potentes han desempeñado un papel impor-tante. Ambas han persuadido a Jos p o l i t ó l o ~gas a alejarse de la enseñanza. tradicionalde la politolog.ía, y ambas ha n persuadido

a los practican tes de la nueva politologíade que su. nueva ciencia habría de ser una

más de las ciencias na turale s . . . La prime-ra preocupación fue el temor de lo que

llamó David Easton, en The Politícal System,el "hipe rfac ismo" Los politólogos se ha-bían vuelto muy a menudo meros compi-ladores de hechos referentes a los sistemaspol.íticos

Jsobre todo hechos referentes a jas.

minucias de las constituciones. Nadie ne-gaba la importancia de los hechos j en efecto,se admitía. ampliamente que una politologíadesarrollada demandaría mucha más infor-mación fáctica de la que ahora poseemos.Pero se reconocía que las ciencias físicasdesarrolladas y prestigiosas distaban mucho

de ·ser compilaciones de hechos, y se advir-tió que, en sí mismo, el apego a los hechosresultaba enteramente inadecuado para ge-nerar algo que pudiera aspirar al nombrede ciencia poHtica. La cura del "hiperfac·

tismo" habría de ser la creación de un

cuerpo teórico organizado, porque sólo lateoría nos pennite clasificar y evaluar la im-portancia de los datos fáctÍcos adquiridospor el experimento y la observación. Pero

2 David Baston, The Political System, p. +.

LA T.EORíA ·EMPIRICA 27

teoría atenuaría también la segundapreocupación: el temor de que se tomara alos politólogos por ideólogos políticos. Por-que tal teoría habría de ser enteramente di-ferente de la teoría política "tradicional";

habría de ser empírica y descriptiva, nomoral y prescríptiva. La meta era la crea-ción de un cuerpo de teoría científica de·

bidamente validada, no la producción deideología.

ALAN RYAN, 1 9 7 2 ~

LA INFLUENCIA POSITIViSTA

ESTAS pagmas reflej'an la opinión prevaleciente durante los años cincuentaacerca del estado de la filosofía política y la politología. También proveenuna perspectiv.<'\¡ para la exploración de la naturaleza y la importancia dela teona empírica en las ciencias sociales. Aunque se refieren a la filosofía

política y. la politología j podríamos citar pasajes similares que reflejan lasmismas actitudes lntelectuales en todo el campo de las ciencias sociales. Ha

sido diferente el ritmo del desarrollo, pero todas las ciencias sociales han

experimentado durante' el siglo ·xx un a declinación de la reflexión especu-lativa y filosófica, y un aumento del optimismo acerca de los resultadosque podrían esperarse en cuanto se lograra un firme fundamento científicoy empírico.

La declaración de Laslett en el sentido de que "Por ahora, de todosmodos, la filosofía política está muerta'\ resultaba provocativa pero pa-

reGÍa ser la pura verdad. No podríamos citar un solo filósofo contemporáneocuyo pensamiento político y social" mostrara la amplitud de Hobbes, Locke,Bentham, o los Mills. Ningún contemporáneo desplegaba el poder} el alcance

y la profundidad de Mon esquieu, Rousseau) Hegel o lvfan::. Laslett teníarazón: la gran tradición se había roto, aunque sugiócra débilmente quepodría revivir.

Pero esto no ocurría por razones superficiales ni por falta de genio crea-tivo. El rompimiento de la tradición parecía ser la consecuencia inevitablede actitudes intelectuales profundamente arraigadas y prevalecientes en lavida cultural anglosajona. Pocos . pensadores anglosajones h an sido p o s i t i v i s t a ~

3 Alan Ryan, " 'Normal' Science or Political ldeology?'\ P h i l o s o p h y ~ Politics and

Society (cuarta serie), p. 86.

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LA TEORíA EMPíRICA

en el s e ~ t i d o estricto de Comte o del Circulo de Viena} pero el t e m p e r a ~l ~ e n t o positivista ha ejercido un a influencia profunda sobre ellos. B..;islc.a-

mente, el temperamento positivista só)o 'reconoce dos modelos dd conocimiento legítimo: las ciencias empíricas o naturales y las disciplinas formalestales como la lógica y las matemáticas. Todo lo que no pueda reducirse aesto, o que no pueda satisfacer los criterios severos establecidos po r estasdisciplinas, debe verse con suspicacia. Existe la tarea del análisis, el trabajo

de aclarar las carac.terlsticas distintivas de estos modelos, pero el análisismismo es un a disciplilla de segundo orden} un parásito que vive del primer

orden! el de las ciencias empíricas y fonnales.Pocos científicos sociales están dispuestos a que el estudio de la

filosofía: política y social no tiene ningún valor. Ta l estudio hMórÍco podría

ampliar nuestra perspectiva, sugeriT hipótesis empíricas para su verificación,y ocasionalmente revelar observaciones agudas qu e puedan rescatarse. Pero

el problema de estos grandes sistemas filosóficos es su t.endencia a confundir el hecho con el va.lor, los juicios descriutíyos con los prescriptívos.

¡- ----... . ~ ~Cualquiera que pueda ser el valor de tal estudIO} estos sistemas tradicionalesno se prestan a una formulación sistemática, rigurosa, que su

n ~ r i f í c a c i ó n empírica.

Los científicos sociales ortodoxos llegaron a contemplar la historia deI>U3 propias disciplinas con las lentes del positivismo. optaron po r la

teoría de la "separación". en cuyos términos podía compararse 10 que estabaocurriendo en el siglo xx con 10 que había ocunido en los siglos XVI rXVII, cuando se separaron las ciencias naturales y físicas de la tl'a- .dieión de la filosofía natural. La s consecuencias potenciales de esta nueva

era científica de las ciencia.s humanas no serían menos importantes que

las ocurridas ya en las ciencias físicas. Otros se inclinaron por la teoríade la '(continuídad'\ que consideraba el nuevo enfoque científico como larealización de la promesa latente de la tradición iniciada, por Platón y A r i s ~tóteles. Ambas versiones consideran que la historia de la vida intelectualpasa por la edad oscura de la especulación teológÍca, metafísica y filosófica;

y emerge en el triunfo de las ciencias positivas.El entendimiento que tenían los científicos sociales de sus propias dis

ciplinas se reforzaba por lo que estaba ocurriendo en la filosofiá. Un a veza.fianzado el trío de los primeros positivistas lógicos - lo analítico, ]0

sintético, o lo carente de sentido-) no había un lugar iegÚimo para la filosofía social y política. Había necesidad de desmantelar grandioso edificio: separarlo en sus componentes empíricos (sintéticos) y definitorios(analíticos) adecuados. Las actitudes acerca de los aspectos normativosde tales disciplínas variaban desde la postura más extrema y agresiva, deque todo ese discurso carece de sentido o es a. lo sumo emotivo, hasta la

LA TEORiA EMPíRICA 29

concepClOn menos extrema de que el. análisis filosófico- puede aclarar por

lo menos los usos de los térnlÍnos y discursos normativos. La ética debíaser desplazada po r la metaética. El filósofo debe elucidar el discursoético, no hacer pronunciamientos nOImativos, Lo mismo ocurriría, presumiblemente, con el discurso normativo apropiado paTa la vida social ypolítica, Digo "presunúblemente" porque, si bien es cierto qu e se dedicógran energía intelectual al estudio de la metaética, casi no había ningún

interésseno en

las cuestiones sociales y pol1ticasentre

los filósofos influidospo r el positivismo lógicp y el empici5mo lógico. Compartían estos filósofósla creencia prevaleciente a la sazón en el sentido de que, una vez aclarados

los problem.a.s realmente difíciles de la epistemología y ]a podrían

aplica.rse estos resultados a otros pro,bletmao.La situación no c<;lmbió al principio ni siquiera con la revolución del

ordinario" ocurrida dentro de la filosofía analítica. En la p r i ~mera oleada del mov.imiento de l lenguaje ordinario huoo ataques severoscontra el cientificismo excesivo del positivismo ortodoxo y una sensibilidadcreciente ante la complejidad, diversidad e inconvertibilidad de diferentesfonnas del lenguaje, así como un entendimiento nuevo del análisis filosófico. Ahora podríamos afitmar que el discurso moral -- o el discurso n o r ~mativo, en términos más generales- no era defectuoso porque dejara de

3atisfacer los cánones del disctrrso científico. El discurso moral exhibe supmpia estructura, su propia gramática y sus propi,as reglas. El filósofodebe elucidar y explorar este discurso y aclarar los matices sutiles de Jos

témrinos morales. Pero los filósofos del lenguaje ordinario compartían consus oponentes más indinados hacia el positivi¡:;mo la convicción de que latarea filosófica adecuada es la elucidación del discurso moral, no la. fonnu

lación de aseveraciones nonnativas disfrazadas ni la: justificación especiosa.También aquí se consideraba la filosofía como una d i ~ c i p l i n a de segundo

orden, aunque extremadamente importante.

En suma, se había roto la tradición de la filosofía politica y social'porque los desarrollos más refinados y ngl,ll'OSOS de la filosofía anglosajona

habían demostrado supuestamente que no hay, ni podría haber, ningtU1a

disciplina racional de esa clase que genere un conocimiento genuino, Po r

supuesto, los científicos sociales ortodoxos no lamentaron la desaparición

o separación de esta tradición. Por el contrario, la falta de desarroUo científico de sus propios ~ a m p o s se atribuyó con frecuencia al influjo inhibitorio

de esta tradición y a: las confusiones conceptuales que alimentaba acerca de ladistinción categórica existente entre la teoría empírica y la teoría normati\ra.

En su Critica de la razón P'UTa, Kant había descrito con perspicaciala forma en que las matemáticas '! las ciencias n::t.turales habían experimentado revoluciones conceptuales que las transformaron en ciencias ge-

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30 LA TEORíA EMPIRICA

nuinas ; --Una:- vez -ocurrida esta- -revolución, las ciencias naturales--exhibieron

las características de las disciplinas qu e maduran progresivamente e involucran el crecimiento del conocimiento humano. Los científicos sociales

o l ' t o d o ~ o s creen que ha venido ocurriendo, durante el siglo xx} una revolución análoga en el estudio científico de los individuos en todas sus complejas relaciones humanas. Clal"k Hull expresó en 1943 este sentimientocolectivo de lo que estaba ocurriendo, y este optimismo acerca del desarro

llo futuro de las ciencias sociales o conductlstas:

. . .hay razones para esperar qu e en los proxlmos ~ i e n años se ~ b ~ e r v eun desarrollo sín precedentes en este campo. Un a razon para el optuTIlsmoa este respecto se encuentra en la tendencia creciente, por lo menos entrelos - norteamericanos, a considerar las ciencias "sociales" o conductistascomo ciencÍas naturales genuinas y no como Geisteswissenschaft. Estrecha

mente unida a esta tendencia se encuentra la práctica creciente de excluirlas consideraciones lógicas, folklórÍGas y antropomórficas de la lista defactores explicativos qu e presumiblement.e son ante to.do conductist.as . EnteraITIente congruente con estas tendenCIas es el creCIente r e c o n o c l f f i l e ~ , t ode la conveniencia, en las ciencias de la conducta, de un a f?linulaClonexplicita y exacta, con verificación empírica en cada punto. SI estas tres

tendencias siguen aumentando, como parece probable, .hay buenas razonespara esperar que las ciencias de la conducta, e x p e n n ; ~ n t e n pront? undesarrollo comparable al manifestado por-·las CienCIas flSlcas en la epocade Copérnico} Kepler, Galileo y Newton.-I.

A medida qu e los científicos sociales confiaban cada vez más en la posición científica de su propia disciplina) sentían la necesidad de aclarar SUS

aspectos lógicos y epistemológicos, sobre todo. en. los sentidos. en que

pudiera compararse significativamente con las clenclusnaturalt$ bIen _establecidas. Ryan !le refiere al temor del Hhiperfactismo", pero otras influencias -instaban taITIbién a un a elucidación de la posición científica de lateoría empírica" Los científicos sociales practicantes _se p r e o c ~ p a r o n por

la confusión interna existente en sus propios CaITIpos. y a medida que los

filósofos de la cíencia entendían mejor las características primordiales de lasciencias naturales y el papel p r ~ c i s o que desempeña en ellas la teoría,ejercían un a influencia poderosa sobre los científicos sociales- de m e t o d o ~logia refinada.

{ Clark L. Hull, Principies DI B8havior, p. 400.

LA TEORÍA EMPÍRICA 31

Un a de las mejores presentacjones contemporáneas breves de la poslcloncientífica de las disciplinas soóales aparece en el libio de Robert lvIertonSocial Theory and Social Structure5 [hay ed. esp. del FCE, 1980]. En virtud

de que Mertori es un teórico social que ha contl'ibuido considemblemente ala investigación sociológica y revela' un conoclmiento detallado del alcance

de las ciencias sociales" y' una conciencia histórica de su desarrollo, su presentación de la teoría constituye un excelente punto de partida para una investigación de la tea,ría empírica. NIcrtan ha sido siempre un intelectual :moderado, y durante los años cÍnLuenta 'su concepción de las ('teorías de alcanceintennedio" sirvió como un credo que podían adoptar tranquilamente muchosclentíficos sociales diversos.

l'vlerton afronta el desafío de la explicación del desarrollo inmaduro delas ciencias socia.les pó r comparación con las ciencias naturales. Sostieneque la comparación del' estado actual de las ciencias sociales! en particular

el de la sociología, con el de la física ' contemporánea, no es sólo unerror, sino que tiende a ser un «masoquismo errado", El entendimiento de la

historia de la ciencia puede infundir a la vez humildad y una sensación

de liberación, sobre todo para los optimistas que piensan que la teoríasocial puede lograr grandes resultados dé un a plumada. Este optimismo

ingenuo i g n o ~ a la fonna en que varios siglos de investigación allanaron elterreno para' los grandes avances de la ciencia f-ísica. Es un enor suponer

que cetodos los prodiictos culturales existentes en 'Un momento dado de la

historia deben tener el mismo grado de madurez intelectual" (p. 6) . ,«Es

posible que la sociología no esté lista aú n para su Einstein porque no ha

encontrado aún su Kepler. Aun el incomparable Newton reconoció en su

(j Social TheofJ' flnd Sócia{ StTllctllU ha aparecido en tres ediciones y- numerosasimpresio""es. Se, publicó por primera vez en 1949, se revisó en 1957, y apareció

de nuevo revisada y ampliada en 1968. Muchos de los pasajes dtados en mi textohan sido tomados de la Introducción a la primera edición, donde Merton propuso

la necesidad- de "teorías de alcance intermedio". Esta Introducción aparece también

en la edición de 1957. Sin embargo, en la edición aumentada de 1968; Mertonamplió y revisó su introducción original en dos capítulos completos. En estos capítulos nuevos 1tIerton defiende su concepción de las teorías de alcance intcI'mediocontm muchas de las críticas que se hablan formulado dl,lrante 1m veinte años transcurridos, y también presenta una descripción más completa de la posición científicade la sociologia que toma en cuenta el trabajo aparecido ,recientemente sobre la historia y la filosofía de la ciencia. A menos que se diga olra cosa, todas las referencias

_a las pá.gínas de Merton corresponden a la primera edición de Social Theory and Social

Str'Ucture.

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32 LA TEORÍA EMPIRICA

momento. la _contribución indispensaNe de la investigac.ión. _acumulada, aIir~ ~ ' d ~ ~ '''Si he visto más alla, es porque me he parado sobre los hombrosde gigantes'" (p. 7) ,6 .

La moraleja que debe extraerse es que si hemos de comparar la socIOlo(Tía con las ciencias físicas, resultará más ilustradora la comparación del

~ s t a d o actual de la sociología con el estado de las ciencias físicas en su nacimiento. "Entl-e la física del siglo xx. y la sociología del siglo xx se interponen

miles de millones de horas-hombre de investigación sostenida) disciplinaday acumulada" {pp, 6-7).

Aunque subraya Merton la dispm'idad del desanollo de las ciencias soCial6S y las ciencias físicas, no duda de la posibilidad de llevar a las cienciassociales al mismo tipo de madurez científica. Como Hul1, está seguro deque puede haber un Kepler, un Newton o un Einstein de las cienciassociales. Su defensa de las teorías de alcance intermedio trata de ser una

estrategia sensata para el presente a fin de aproximarse a esa meta. IVIertones plenamente consciente de que gran parte de la investigación de la cienciasocial ha fluctuado entre los extremos violentos del "empirismo abstracto"y la "gran teoría" los extremos qu e C. Wright MilIs caricaturizara enforma brillante y criticara en forma devastadora.!

Pero para poder clasificar adecuadamente las teorías de alcance intermedio

debemos entender con mayor claridad la orientación teórica de las cienciassociales. La descripción de a c ~ i v i d a d e s que hace IVIerton, que con frecuenciase confunde con la teorla propiamente d . i c h a ~ no sólo resulta muy útil comomedio de prevención, sino también para la localización de las funcionesespecíficas de la teoría.

No debe entenderse la teorÍ;;t como un conjunto de «orientaciones generales

hacia los d a t o s ~ sugerentes de los tipos de variables que de algún modo

deben t.omarse en cueizta) )' no de pronunciamientos verificables de ~ e l a ~ciones e.'l:istentes entre va'riables especificadas") aunque esto constituye {(unagran parte de lo que ahora se llama la teoría s o c i o l ó g i c ~ H (p. 9) . SegúnMerton, esto es poco satisfactorio porque resulta demasú}.do amorfo. La

teoría no consiste en «puntos de vista" o "enfoques". La teoría que produt( "

, '1 n 1 'a 'ento \\teoremrus claros debe ~ O n & l s t l r . por o menos ~ e aros ~ ~ o n u n ~ nu / ' \ \ .verificables de lar; relaCIones eXIstentes entre vanables espeCIfIcadas .

6 En la edición de 1968 de Socú¡l Theory and Social Stlucture, Merton extiendesu lista de cientHicos naturales para. quienes no hay todavía equivalentes en las cíencias sociales. "Es posible que la sociología no esté lista aún para su Einstein porque

todavía no encuentra su Kepler, ya no digamo!l su Newton, Laprnce, Cibbs1 Maxwello Planck" (p. 47-).

1 C. Wright MiUs, Th e Sociological Imaginatioll [hay ed. esp, del FOE, 1974}especialmente los capitulos 2 y 3.

LA TEORíA BMPIRICA 33

. Nó--debe- confundirse li-Iem1a con la metodología, Po r supuesto, cien-tíficos sociales deben po'seer un refinamiento metodológico. Deben saber utilizarlas técnicas estadísticas y otras técnicas cuantitativas) y diseñar experimentos;deben entender la naturaleza de las inferencias y los requerimientos de un

sistema teórico. "Pero tal conocimiento no contiene ni implica el contenido

particular de la teoría sociológicaH (p. 84). Un a de las curiosidades. de lasciencias sociales -al revés de ]0 qu e ocurre en las ciencias naturales- es

el hecho de que la metodología ge ha convertido en un subcampo que cuentacon sus propios especialistas pl'Ofesionales. La preocupación excesiva' po r lametodologla se ha convertido a menudo en un a desviación de la tarea de

la construcción de sistemas teóricos sustantivos, Merton comparte la opiniónde muchos científicos practicantes en el sentido de que las discusiones metodológicas tienen con frecuencia mejores fmtos cuando surgen en relaCión conproblemas de investigación sustantiva específicos.

Tampoco debe confundirse la teoría con el "análisis de los conceptos sociológicos" tales como la posición, el papel, la Gemeinschaft, la interacciónsocial, la distancia social, ]a anomie> etcétera. La teorización sociológica no

puede realizarse sin el análisÍs de conceptos centrales que pueden intervenir

en un sistema teórico. Pero un análisis misceláneo de tales conceptos, que

ha preocupado a tantos teóricoss o c i a l e s ~

no genera un sistema teórico niequivale a tal sistema) integrado por proposiciones lógicamente integradas

que tienen consecuencias empíricas.Nos aproximamos a una de las principales confusiones acerca de la teoría

cuando tomamos erradamente las "interpretaciones sociológicas post f a c t u m ~ >(p_ 90) por la teoría propiamente dicha. Con frecuencia se ofrecen talesinterpretaciones para explicar las observaciones. Un teórico sodal confronta

diversos d a t o s ~ y ve que este material < ~ t i e n e sentido" o {{encaja" con una

interpretación dada. Pero la falacia lógica que se encuentra detrás de las interpretaciones post factum es la existencia de diversas hipótesis rudimen

tarias que en alguna medida se ven confirmadas o vedficadas por los «hechos"

pero que tratan de explicar estados de cosas opuestos y contradictorios, Lasinterpretaciones y explicaciones post factum son con frecuencia ta n flexibles:¡.

vagas o abiertas, que pueden ((explicar" casi cualesquier datos. Merton estáalerta a una observación subrayada po r Peirce y reiterada en nuestra propia

época por Karl Popper: teorías c i e n ~ í . f i c a s d e ~ ~ n ser refutables e i n v a l i ~dables, y no simplemente verificadas o c o n f i n n a d ~ s .

g Karl Popper subraya este punto en Th e Poverty oi Historicism: "Los debates másfructíferos sobre el método están inspirados siempre por ciel'tm problemas prácticosque encara el i n ~ e s t i g a d o r ; y casi todos los debates sobre el método que no tienental inspiración se ca'racterizan po r esa atmósfera de sutileza imítil que ha desprestigiado a la metodología entre los investigadores prácticos" (p. 57).

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34 LA TEORíA EMPíRICA

cientificossociaJes han pensado"que--la--funciórr"propia de la teoríaes la fonnulación de generalizaciones empíricas bien fundadas. Las g e n e r a ~lizaciones empíricas constituyen un a condición necesaria para el establecimiento de sistemas teóricos, pero no son suficientes. Aquí podemos ver congran claridad lo que entiende Ryan por la ansiedad del ¡Ihiperfactismd',o lo que C. Wl'ight Mills llamó "empirismo abstraído H

• Un mito primitivo,que ha afectado profundamente la investigación de las ciencias sociales, es

la creencia de que la verdadera función de la ciencia: es la recolección dedatos y la formulación de generalizaciones empíricas basadas en ellos. En el

siglo xx se ha n vuelto considerablemente más refinadas nuestras técnicaspara la recolección de datos. Ahora tenemos bancos e institutos de datoscuya tarea prinópal es la refinación de las técnicas de recolección de datos. También se cree con frecuencia que, si recolectamos suficientes datos y

descubrimos correlaciones entre eHos} podremo.$ llegar a esas generaHzacionesempíricas superiores que constituyen la ciencia genuina. Aun quienes sonvagamente conscientes de que la ciencia es algo más que la recoleccióndatos y la formulación de generalizaciones empíricas basadas en tales datos,están convencid'os de que éste es el procedimiento adecuado para allanarel teneno a las teorías más avanzadas. Éste es un "mito primitivo" porque es

completamente falaz} a pesar de que se comparte ampliamente y se afirmacon frec'uencia que Bacon y Milllo aceptaron y propalaron. Sería difícil nombrar un solo filósofo que alguna vez haya mantenido un a concepci6n tan simplista de la naturaleza de la ciencia} y por supuesto no se puede afinnar

ta l cosa de Bacon o MilI. Además, a pesar del desacuerdo amplio y a vecesprofundo que existe entre los filósofos contemporáneos acerca de la natura

leza y el papel de la teoría en las ciencias hay un consenso racional acercaI de que la teoría no consiste simplemente en generalizaciones empíricas basadas

1' -en la recolección o la obseIVación de los hechos. ,. Esta obscIVación será extr emad amen te importante cuando consideremos

algunos de los desafíos a la concepción de las ciencias sociales como cienciasnaturales genuinas. Muchos científicos sociales partidarios del empirismo in-,genuo están convencidos de que estos desafíos son especiosos o "carecen de

fundamentoH• Estos científicos se muestran incrédulos cuando sus oponentes

afirman que es imposible o errada la colección de datos) la búsqueda decorrelaciones y la formulación de generalizaciones empíricas verificables suge·ridas por los datos. Están convencidos de que esto no sólo puede hacerse sinoque se está haciendo en la mejor investigaci6n empírica. En virtud de queconsideran tal actividad como la quintaesencia de la'" exploración científica,no pueden entender 10 que sus oponentes encuentran tan obj'etable. Y preguntan: ¿ cómo podemos cuestionar siquiera la posibilidad o la importanciade una ciencia social que emplea técnicas de investigación metodológicamente

LA TEORÍA EMPíRICA 35

Pero más adelante--veremos que la cuestión primordial no es laposibilidad de recolectar e interpretar datos) s i n ( L J ~ L . . . s i g : r : l i f i c a c i ó n - d e . - e s t a _emp!.es_a _y-.laLinierencias-.quc_ podam os obten er de ella."Merton asegura que la literatura sociológica abunda en generalizaciones

emp.íricas: "proposiciones aisladas que resumen uniformidades observadas enlas relaciones existentes entre dos o más variables" (p. 92). Pero "una miscelánea de t3l1es proposiciones sólo provee la materia prima de la disci-

plina sociológica, La tarea teórica, y la orientación de la investigación empíricahacía la teoría, Se inicia cuando se establece tentativamente la influencia de

.tales uniformidades sobre un conj'unto de proposiciones interrelacionadas'l(p. 92).

Habiendo distinguido diversas actividades que se confunden con la teoría,MeTton se dispone a explicar lo que es la teoría s i s t ~ m á t i c a : x no sólo para lasociología sino para las ciencias sociales en-general. Primero subraya que lasgeneralizaciones apropiadas para .la teoría sistemática difieren significativamente de las generalizaciones empíricas misceláneas, basadas en la o b s e r ~vación de variables específicas. "El seglUldo tipo de generalización socio B

lógica, la llamada: (ley científica , difiere de lo anterior por cuanto es una

aseveración de la invaríaci6n derivable de una" teorí a" (p. 92). Como la

mayor ía de los cient.íficos "Merton está dispuesto a conce der queno han abundado hasta ahora los buenos ejemplos de tales leyes) aunque creeque "no faltan por enterd) las aproximaciones de este segundo tipo de generalización sociológica (p. 92). "Es probable que la escasez de tales leyesen el campo sociológico refIej'e" la biful'cación prevaleciente entre la: teoríay la investigación empírica. A pesar de los numerosos volúmenes qu e seocupan de la historia de la teoría sociológica, y a: pesar de la abundancia

de investigaciones empíricas, los sociólogos (incluyendo al autor de este libro)pueden discutir los criterios lógicos de las le}:es sociológicas sin citar un

solo que satisfaga plenamen e tales criteriosH (p. 92). Esta admisi6nparece casi un a retirada de los defensores de la calidad científica de lasdisciplinas sociales, especialmente de quienes están convencidos de que el

papel de la teoría y la explicación científica. es esencialmente el mismo enlas ciencias naturales y en las ciencias sociales. Sin embargo, Mel'ton ofreceun ejemplo de lo que quiere decir. Convie ne considera r su en detaJlc,porque muchas de las observaciones que :i\tLerton quiere subrayar acerca de lateoría sistemática, la explicación científica y el papel de las leyes científicas)pueden entenderse daramente por referencia a ta,} ejemplo, o sea una "reformulación" de la explicación que da Durkheirn a· la diferencia de las tasas destrlcidio existentes entre católicos y protestantes. 9

9 Una difkultad que aparece con frecuencia en la literatura de las dencias socialeses la d i ~ p a r i d a d existente entre los enunciados generales acerca de la natureleza de

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36 LA TEORíA EMPÍRICA

estabÍecldo-desde hace largo tiempo, como una urúforrriidad esta·dística, que en diversas poblaciones tienen los católicos una tasa de suicidiomenor que los protestantes" (p, 92), En la medída en que se formule c u i ~dadosamente tal afirmación, mientras pennanecen constantes otros factores,sólo tendremos un a generalización empírica, que no pretende enunciar una

invariación, El problema consiste en ofrecer un a explicación teórica de estaregularidad. Reiterando los supuestos teóricos de Durkheim de manera for

mal, Merton ofrece la descripción siguiente del análisis de Durkheim:

l. La cohesión sodal provee apoyo psicológico para el agrupamiento de losmiembros sujetos a agudas tensiones y ansiedades.

2. Las tasas de suicidio dependen de las ansiedades y tensiones no mitigadasa las que se encuentran sujetas las personas.

3, Los católicos tienen un a cohesión social mayor que los protestantes.4, Pat' lo tanto, son de esperarse tasas de suicidio menores entre los católicos

que entre los protestantes (p. 93).

En el contexto de su d j s ~ u ú ó n ) Merton no se preocupa po r justificar queésta sea un a reconstrucción adecuada de DurkheÍlll. Tampoco defiende la

verdad de las premisas pel·tincntes, ni analiza conceptos ta n cruciales y -elusivoscomo el "apoyo psicológicoH o las "ansiedades y tensiones no mitigadas". Sóloquiere comentar algunas de las características formales de este paradigma

del análisis teórico.Primero> observa Mel·toD, el alcance del hallazgo empírico original se ve

considerablemente ampliado po r ta·l análisis) porque la g e n e r ~ l i z a c i ó n se coñceptúa en absb'acciones de un orden más aIto: "Catolicismo-cohesión SQ .

cial-ansiedades mitigadas-tasa de suicidio" (p. 93), La ventaja de este pasoa la mayor abstracción es que ya no vemos la unifOlmidad como algo aislado,sino como un a relación 'Centre grupos poseedores de ciertos atributos conceptuados (la cohesión sodal) y el comportamien (p. 93).

las teorías, la explicación científica, las leyes) etcétera, y los ejemploa citado!! para

ilustrar estos puntos. IyIerton no es menos culpable de esto que muchos de sus colegasmenos refinados. En virtud de que en c!'!te contexto me interesa elucidar la postura

de Merton sobre la naturaleza y la función de la teoría en las ciencias- s o c i a l e s ~ pasaré

por alto muchas de las interrogantes que podrí;m plantearse acerca de la adecuaci6n

de la "rdonnulación" de DurkhcUn a manos de Merton. Las jnvestigaciones recientesponen en tela de juicio la corrección histórica y empírica de la l'econstrucción lógicade Merton. Véase a Steven Lukes, Emile Durklteim: His Lite and Work, capítulo 9;

Dominick La C a p ~ a , Emile Durkheim: Sociologist and PhilowpJuT, capítulo 4; Jack

Douglas, "The Sociological Analysis cf Social Meanings of Suicide", Archives europé·ennes de sociDlogÍe, 7 (1966); Y Hannan C. Selvin, "Durkheim's Suicide an d Problemsof Empírical Research", American J UT7Ial Df SociolDgy, 62 (1,958).

LA TEORIA EMPIRICA 37

-Segundoj--este--tipo--de análisis- explica--y -establece a la vez- J 'la--pertinencia---- -._

teórica de la urúfonnidad al derivarla de un conjunto de proposiciones illterrelacionadas

B

(p. 93). En consecuencia, provee una acumulación de la teorJay los halJazgos de la investigación, "Las unifonnidades de las difel'encias exist:ntes en la tasa de suicidio añaden confirmación al conjunto de proposiCIones del que han sido derivadas junto COn otras unifonnidades. Ésta es ' una

de las funciones principales de la teoría sistemática" (p: 93).

Tercero) la formulación anterior nos permite extraer diversas consecuenciasverificar la adecuación del análisis teórico y explicar otras regularidades a p a ~rentemente no relacionadas. Por ejemplo, la premisa inicial acerca de lacohesión social nos pennite investigar otros fenómenos, distintos del suicidio,como factores que influyen en el derrumbe de la "cohesión social'): fenómenostale& como el cqmportamiento obsesivo o la preocupación morbosa.

C u a t " t ~ ) la .teoria introduce un campo para el pronóstico. Por ejemplo, silas medldas mdependientes revelan un a disminución de la cohesión socialentre los c a t ó l i c o s ~ el teórico podría pronosticar (si se maritienen constantesotras variables) un a tendencia hacia el incremento de las tasas de suicidiode este grupo.

Quinto, jas funciones anteriores de la teOrla sugíeH'..n otra característica

de las teonas que, según Merton) Hno se aplica totalmente a la formulación deDurkheim"- (p. 94-). Para que un a teo1':Ía sea productiva) debe ser suficien.temen te precisa y determínada. "L a precisión es un elemento lnte!ITal delcriterIo de la verificabilidad» (p. 94). Merton nos previene s e n s a ~ a m e n t e

que, en esta _ tapa de la sociología, el grado de precisión y detemuna

Clon de una teoría es un a cuestión de buen juicio. La presión hacia la

p r e c ~ s i ó n excesiva en las ciencias sociales puede general" una actividad improductiva. Por ot.ra palte, sin embargo, un teóáco debe esforzarse por alcanzarpor 10 menos CIerto grado de precisión, para -que las teorías puedan verificarsey refutarse en forma empírica.

. r e f o r m u l ~ c i ó n . que hace :Melton del análisis teórico de D u r k h e i m ~ y lasvanas observaCIOnes que subra:ya, sólo pretenden ser ilustraciones: En estaetapa de, mi investigación, sería poco generoso si acusara a :NIerton de 110

afrontar los numerosos problemas que surgen cuando se trata de obtener un

entendimiento determinado y preciso de la 'teoría propiamente dicha. Perocreo que Merton se ocupa de los temas más fundamentales que ha n

preocupado a los científicos sociales y los filósofos de las ciencias sociales~ u ~ o elucidan la naturaleza de la teoría sistemática y la explicación cÍentlflca. El modelo de explicación científica teórica bosquejado por Merton

es lo que se I : ~ m a d o el modelo " ~ ! E ~ . Es "deductivo"

p ~ r q u e la expllCaclOn -e n este caso, la expbcacIOn de la regularidad empí-_l 'Ka de las tasas de s u i c i d i o ~ se hace mediante un a del'ÍvacÍón no trivial.

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LA TEOR.tA EMPfRICA

Dadas ] ~ ~ t ~ e s _ p r i m e r a s premisél;s . ~ _ c o n c l u s i ó n o b t e n i d a . es. l ó g i c a m e n t e . . . d e r i ~vable. Y si se cuestionara cualquiera de las tres premisas, presumiblemente

podríamos ofrecer algunas razones para su aceptación tentativa. Es hipo-o

tético porque no se afirma que sea infalible alguna de las premisas de esteesquema. Nuevas investigaciones conceptuales o empíricas podrían cuestionar,modificar, o au n destruir tales premlsas.

M'erton reconoce también que en la temía sistemática ha y un a necesidad explícita; o imp.licita de emplear leyes o -digamos con mayor cautela- asevera

ciones semejantes a leyes. Tales leyes deben distinguirse cuidadosamente de lasmeras generalizaciones empíricas. Es por virtud de estas presuntas leyes -1 0 que

ha n JIamado los filósofos "enunciados nomo ógicos" - que podemos fonnular

los enunciados empíricos contrarios que resultan ta n esenciales para la explicación y el pronóstico cientHicos. Esto se ilustra cuando Merton nos diceque los supuestos teóricos de Durkheim nos permitirían pronosticar que) sí

disminuyera ]a cohesión social entre los católicos, sena de esperarse en estegrupo (ceteris paribus) un a tendencia hacia el incremento de las tasas de

suicidios.

Por último, Merton advierte la estrecha conexión existente entre la explicación científica) la precisión; la verificabilidad y el pronóstico. Un a teoría (científica bien fonnulada es aquella que explica mostrando la fonna en que"llos fenómenos y las regularidades empíricas pueden derivarse de supuestos t, "")

teóricos y de condiciones iniciales adecuadas. Pero tal teoría debe enunciarse

con precisión suficiente para ser verificable. De otro modo) no podrfamos

distinguirla de un a explicación post factum, porque estas explicaciones seudocientíficas pueden satisfacer también el criterio de la derivabilidad.

El bosquejo anterior de la teoria sociológica propiamente dicha - u n bosquejo que trata de captar las caractensticas esenciales de la teona sistemáticaen cualquiera de las ciencias sociales- ayuda a situaT la recomendación

estratégica específica qu e hace Merton acerca de la necesidad de teorías de

alcance intennedio. Por un a parte, Merton se opone a los empirÍstas que

creen qu e podemos prescindir de la teoría. En todos sus escritos sostieneMerton qu e tal actitud es estrecha, improductíva, y en última instancia anti

científica. En el mejor de los casos, tal empirismo ingenuo conduce. a larecolección de datos sin ninguna dirección y a la acumulación caótica degeneralizaciones empíricas misceláneas. Esto no es lo que persigue la ciencia, y )

ciertamente no es la clave del éxito de las ciencias naturales. La investigación /"

empírica sin teoría es ciega) ,así como la teoría sin investigación empírica está ;,.vacía. También debemos ser modestos y realistas en nuestras aspiraciones.Sólo mediante la lenta construcción y verificación de teorías de alcance in-termedio -"teorías intelmedias entre las hipótesis de trabajos menores que 'J

surgen abundantemente durante las rutÍnas cotidianas de la jnvestígación

LA TEORIA EMPfRICA 39

.... _- 'y ' lás especulaciónes- inclusivas un esquéma:-C:once-pttiaI-maesfrode donde se espera obtener un número muy grande de uniformidades empí

ricamente observadas en el comportamiento sociarl (p. S) - podremos in

crementar la tradición acumulada de la investigación científica. A medida

que se verifican nuestras teorías más modestas y se examinan sus consecuencias -a medida que aprendemos del progreso de las ciencias físicas-,

descubriremos esquemas teóricos má s comprensivos en los que puedan inte

grarse las teorías de alcance intermedio.Aunque Merton es uno de los pocos científicos sociales contemporáneos

interesados en la hist01'ia y ]a sociología de las ciencias sociales! distinguela historia de la teoría frente a la "sistemática de la teoría". Con frecuencÍa-como se observa en los programas universitalios de las ciencias sociales-,

lo que se llama HteoDa" es poco más que una reseña de la historia de losgmndes sistemas del pasado. Ha y un a "confusión atractiva pero fatal de

la teoría sociológica utilizable con la historia de la teoría sociológica" (p. 4·).

Aunque la historia y la sistemática de la teoría sociológic.a deben i ~ c 1 u i r s een el adiestramiento de los sociólogos) no hay razón para fundulas y

confundirlas. La teoría sociológica sistemática .. representa la acumula

ción muy selectiva de las pequeñas partes de la teoría anterior que han

sobrevivido l1asta ahora a las pruebas de la investigación empírica. Pero

la historia de la teoría incluye también la masa mucho mayor de concepciones que cayeron en pedazos cuando se enfrentaron a las pruebas empíricas. Incluye también las salidas en falso, las doctrinas arcaicas y los err?:es

infructuosos del pasado. La familiaridad con todo esto puede ser un aux1liarútil para el adiestramiento del sociólogo, pero no sustituye el adiestramiento

en el uso efectivo de la teoría en la investigación. Podemos estudiar conprovecho gran parte de 10 que escribieron los padres de la sociología comoejercicios de realización de la investigación intelectual, pero eso es otra cosamuy distinta (pp. 4-5).

Lo que está diciendo aquí ivIerton parece tan atendible y sensato que podemos

pasar por alto sus implicaciones radica.les. Desde luego, refleja un a orto·

doxia prevaleciente entre los científicos sociales. La plausibilidad de la afirmación de Merton acerca de la confusión atractiva pero fatal entre la historiade la teoría y la sistemática de la teoría supone la aceptación de la analogía

existente entre las ciencias naturales y las ciencias sociales. En su concepciónhay muchas razones para leer Jos textos originales de Newton y pal'a estudiar

su época. Tendríamos un interés histórico en descubrir 10 que dijo e hizoN ewton, por oposición a las versiones que de sus hazañas aparecen en loslibros de texto; o podríamos examinar la obra de Newton como un modelopara el entendimiento del proceso de la investigación científica. Pero el

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LA TEORíA EMPÍRICA

estudio del Newton histórico no es esencial, .ni_j.l]lportante para.. eL físicoque,----- quiere investigar en su disCIplina y obtener un entendimiento teórico del mun-

do físico.

Además, el pasaje anterior indica los criterÍos con los 'que juzga el teóricosistemático contemporáneo estos intentos "nobles" del pa.'iado. Su interés,prin

cipal y debe ser) "las pequeñas partes de .1a te oría an erior qu e ha n

sobrevivido hasta ahora a las pruebas de la inve'}tigación, empírica" (p, 4) .

A 10 sumo) la: famrliaridad con la historia de nuestra disciplina es , un

auxiliar útil para la educación del sociólogo, pero no es un sustituto. en eladiestramiento del uso efectivo de la teoría en la investigación. Esta actitud

básica de MertonJ tan ampliamente compartida, tonsidera también que los

teóricos anteriores percibieron vagamente 10 que ahora vemos 'con claridad

mucho mayor. La teoría actual - e n la medida en que se fOl'mule rigurosamente y se verifique en el terreno empírico-- es la ,medida del éxito o el

fracaso de la teoría del pasado.La concepción de Merton tiene consecuencias importantes para la e d u c a ~

ción y el adiestramiento de los científicos sociales. En este momento quierollamar la atención del lector sobre -uno de sus efectos cola'terales. Dada la

estructura plural de ¡la; universidad norteamericana moderna, donde ha n solidotolerarse los enfoques diferentes, casi todos los departamentos respetables de

ciencia social tienen lugar para un "te6rico") po r lo 'menos. Pero ello suelereferirse a un a persona que tiene un curioso interés de anticuario o' historiador, cuya funcjón primordial es la enseñanza de los clásicos del éampo..El estudio de estos autores clásicos puede ser edificante, y útil para ampliar eladiestramiento de los científicos sociales, pe1'O no se considera c o m p a r ~ b l e conla actividad seria del adelanto de la teoría sistemática. En esta forma, un a

tolerancia manifiesta del estudio de la:' "teoríaH- los grandes esquemas teóricos

del pasado- se combina con un sesgo latente en su contra.

Las reflexiones de Merton sobre la na'rnraleza de la teoría sistemátiéa, ysu esfuerzo po r distinguirlas de otras clases de actividades comúnmente llamadas teóricas, tratan de allanar el camino para su propia obra de avancede la teona empírica sustantiva. Afinna Merton que "el análisis Ílmcional

es a la vez el más prometedor y quizá el menos codifícado de los enfoquescontemporáneos de los problemas de la interpretación sociblógica (p. 21).

Merton considera que su propio trabajo teórico se dirige hacia la reformu

laoi6n y codificación del análisis funcional, para que satisfaga o se aproxime

a los criterios establecidos para la teoría propiamente dicha. Pero antes derealizar un breve examen de la versión del funcionalismo de Merton, deseomostrar cuán generalizada y profundamente arraigada se encontraba la ideade la teoría empírica sistemática entre los científico's sociales ortodoxos.

El pronunciamiento de Mertan sirvió virtualmente ~ o m o una declaración

LA TEORíA EMPíRICA 41

4'------- ,·· , ·-- ,---(Jle·'princlplOs----adoptada--por muchos·· soeióltigós- Qutante los-:-a-ños C'.uaren"ta-'ycincuenta, pero uno de los objetivos de su crítica era la gran teor:ización deTalcott Parsons que dominaba a' la sazón ]a sociología norteamericana. EleSfuerzo de Merton po r distinguir la teoría propiamente dícha de las orientaciones sociológicas generales, el análisis de Jos conceptos sociológicos y lasinterpretaciones post tactum, puede interpretarse como una crÍtica implícitaai pensamiento de Parsons. La propuesta de las teorías de alcance intennedio

por p a ~ t e de Merton constituía un desafio directo al esfuerzo de Par80ns 'por

construÍr teoría sistemática comprensiva. Era de esperarse que Parsonsaceptara este desafio y contestara las críticas explícitas e implícitas de lvfer

ton. En su discurso presidencial ante la Sociedad Sociológica Norfeamericana,

pronunciado . uego de' ]a formulación de la posición de Merton, Parsons se

ocupó de esta cuestión. A su vez., : t " f e r ~ o n contestó a _ arsons en la edicÍónampliada de 1968 de Social Theor-y and Sodal Structure.

El aspecto más importante de este enfrentamiento no son los puntos de

diferencia sino los puntos de acuerdo. Queda claro que no hay desacuerdoesencial en 10 l'eferente a los puntos sustantivos de lo que es la teoría sistemática en -la sociología y -las ciencias sociales. El desacuerdo - e n la medída

en qu e lo haya - se refiere a la cuestión estratégica del procedimiento que

deban seguir los sociólog03 interesados en el avance de la teoría. Parsons,

no menos que Merton, espera que un a teoría general adecuada llegue aexplicar los fenómenos y las regularidades mostrando cómo pueden derivarsede los supuestos teóricos; que tal teoría será suficientemente precisa y determinada para prestarse a pruebas y refutaciones empíricas; que revelará leyessociológicas que ameri en adecuadas condiciones de negación en los hechos,así como hipótesis auxiliares aplicables; yque, por lo menos en principio) nospermitirá formular pronósticos acerca de los sistemas sociales y el cambio

social.Para mostrar el gran acuerdo existente entre Merton y Parsons, convendrá

cltar la extensa nota de pie de página qu e escribió l\1erton sobre este debate.

Considero importantes las observaciones formuladas por TaIcott Parsons

en su discurso presidencial ante la Sociedad Sociológica Norteamericana,luego de mi fomulación de esta posición. Po r ejemplo: "Al final deeste camino de creciente frecuencia y especificidad de tos islotes de ,conocimiento teórico se encuentra el estado ideal, en términos científicos, dondela mayoría de las hipótesis operativas efectivas de la ínvestigacÍón empírica derjvan directamente de un sistema general de teoría. En un frente

amplio .. , sólo la física ha alcanzado este estado entre todas las ciencias. No podemos esperar que nos aproximemos en alguna medida a esteideal. Pero no se sigue de aquí que sean Ínútile& los pasos que se denen esa dirección, por lej"os qu e nos encontremos de la meta. Por el cón-

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42 LA TEORíA EMPíRICA

trarlo; todo'- paso· real en -esa- dirección" es-···urr-aaelanto. Sólo· ·-err-esfe punto -- ......--------final se funden 103 islotes en una masa de tierra continentaL

"Así pues, la temía general puede proveer por 10 menos un ampliomarco de orientación . . También puede servir para codificar, interrelacionar y proveer un a gran cantidad del conocimiento empírico existente.También sirve para llamar nuestra atención sobre las brechas existentes en nuestro conocimiento, y para proveer cánones para la critica de lasteorías y las generalizaciones empíricas. Po!' último, aun cuando no puedan

derivarse sistemáticamente, resulta indispensable para la aclaraci6n sistemática y la formulación fecunda de hipótesis" (sin subrayado en el

original) .Parsons, "The Prospects of Sociological j American Sociological

Review) febrero de 1950, 15, pp. 3-16, en 7. Resulta significativo el hechode que una tebría general, como la de reconozca 1) que enefecto la teoría sociológica general provee raras veces hipótesis especificasque puedan deriva rse de ella; 2) que, por comparación con un campocomo el de la H s i c a ~ tales derivaciones son un objetivo remoto para lamayoría de las hipótesis; 3) que la teoría sólo provee una orien-tación general, y 4) que sirve como una para la codificación de lasgeneralizaciones empíricas y las temías En cuanto se reconoceesto, los sociólogos comprometidos al desarrollo de la teoría no

difieren significativamente, en principio,de

venahora

la mejorpromesa de la sociología en el desarrollo de teorías de alcance intermedioy su consolidación periódica,lo

1vfuchos científicos sociales aceptarían que el libro de Social Theory.

and Social St-ructure, es una de las obras clásicas de la sociología contemporánea. Un a de las razones principales de su éxito y SU influencia es la

presentaóón cIara, moderada, que hace Mel'ton del estado de la sociologíacomo un a ciencia joven pero creciente, así como su acerca desu desarrollo futuro como una actividad científica que lentamente construyey consolida sus; cimientos teóricos.

LA FORMULACIÓN DE NEIL SMELSER

Neil Sme1ser publicó en 1968 una colección de ensayos.! Essays in Sociological

ExplanationJ con el subtítulo de "Presentación te6rlca de la sociología comouna ciencia social y su a.plicación a los procesos del cambio sodal". Así comoel estudio original de Merton representó en su mejor expresión el entendi-

1.0 Robert K. Merton, Social Tlteor)' ttnrl Social Structure (edición ampliada de1968), p. 52.

LA TEORíA EMPíRICA 43

tenían los científicos socÍales-ortodoxos de su·-·propia disciplinadurante los años los ensayos de Smelser desempeña ron una fun·ción similar durante los sesenta. En los veinte años transcurridos entre los

ensayos originales de Merton y los de Smelser, había aumentado enotmc

mente el número y la diversidad de los estudios, no sólo en la sociología sinoen todas las ciencias sociales. Se había hecho un avance importante en los"miles de millones de h o r a s ~ h o m b r e de investigación sostenida j disciplinada y

acumulada" que existían en opinión de lvIerton entre la física del siglo xx

y la sociología del siglo xx. Pero sería ingenuo pensar que durante esteperiodo se había obselvado sólo el progreso sostenido de la sociología comouna disciplina científica. Fue durante este mismo periodo que un a gran diversidad de enfoques nuevos - que van desde la obra de Erving Goffman hasta

Harold Garfinke1 y la nueva escuela de etnometodólogos- empezaron ainfluir sobre la Estos enfoques nuevos no encajan fácilmente en

el marco de las teorías de alcance lntelTIledio proyectado po r Merton. Fue

también en este periodo cuando y enemigos estaban cuestionando loslogros y los fundamentos de las ciencias sociales.

Smelsef, profes or de en la Universidad de California en BerkeleYJ

se encontraba en el centro mismo de esta tormenta intelectual. Estrechamen-te asociado a Talcott Parsons (con publicó conjuntamente Economy

and SocietyJ, SmeIsel' había ya dos obras sociológicas sustancialese influyentes, Social in the Industrial Re vol1ltion (1959) Y T heory

01 Collective Behavior ( . Los títulos indican dos de las preocupacionesfundamentales de Sme1ser: el cambio y la teoría.

Smelser se ha mostrado sensible a dos acusaciones fonnuladas confrecuencia contra un marco que la teoría era tan grandiosa yabstracta que no explic aba o 'la investigación empírica concreta ,y qu e la estructura teórica de Parsons no explicar o iluminar los procesos muy importantes del cambio social. Las propias contribuciones deSmelser a la sociología, y su conocimiento amplio e Íntimo del conjuntode las cÍencias socia:les -incluidas la economía, la psicología y aun' lahistoria- j

lo convierten en un vocero ideal para la refOl1nulación de una

interpretación naturalista de las ciencias sociales: una queconsidera a las ciencias sociales como ciencias naturales "inmaduras" que COl1 w

tienen las semillas de un desarrollo refinado y maduro.Smelser es consciente de las críticas que se hacen a la sociología como

disciplina científica, y de los desarrollos recientes de la filosofía de laciencia. Expresa su optimismo acerca del desarroJIo futuro de las cienciassociales con mayor cautela que HulI o Merton. Pero lo más notablees su acuerdo fundamental con Merton en cuanto a la natura:leza, la función y las perspectiVaS de la teoría empírica en las ciencias sociales. Está

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LA TEORíA EMPíRICA

dispuesto _.a ._Gonceder - que- la soc101ogía,.--en.-.1967T"

siva¡ difusa, suave en el centro y nebulosa en los extremos" (p. 49).11 "El

escenario conteinporáneo es un asombroso remiendo de campos que dista

mucho del óptimo científico" (p. 53). Sin embargo, cree que acla

rarse la estructura de las varias ciencias sociales como disciplinas CtBl l-

títicas y que puede avanzarse hacia el logro de un a madurez mayor. Smelser

examina los de variables dependientes e independientes que carac

terizan jas diversas ciencias rociaJes} y los métodos de que

deben emplearse paTa especifical' estas variables y descubrir correlaciones y

relaciones entl'e ellas. Púo insiste, como lvIei·.ton, en qu e el listado de va

ríables dependientes e i"ndependientes l'no narra: toda la historia. Es nece-

sario . . . las formas en que un a disciplina un ordena-

miento lógico a sus variablesH (p. 5) . Distingue Smelser tres

tipos de ordenamiento lógico: hipótesis, o "enunciados de las condiciones

en que puede esperarse que varíen en- ciertas formas las va.riables depen-

dientes)) (p. 5) ; modelos donde se combinan y organizan varias en

un sistema; y donde los moddos se incorporan en su-

puestos -y postulados. "Tales definiciones, supuestos y constituyen

el marco teórico de un a disciplina científica. Dentro de este marco 'hacen

sentido' las hipótesis específicas. Para decirlo en términos más las

hip6tesis y los modelos deben detivarse con el mayor posible} de!

marco teórico" (p. 6) .

La descripción dé Sme1ser es suficientemente general para revelar la

estruc'tura básica de cualquier disciplina científica, incluidas las ciencias

f í ~ i c a s 'y las sociales. Comparte Smelser con Merton la convicción de que)

en las ciencias sociales) no basta recolectar datos, proponer hipótesis acerca

de la correlación de val;ables, o limitarnos a generalizaciones empíricas ad hoc.

También debe haber un ordenamiento lógico,que culmine en el descubri

miento y la construcción de marcos teóricos que expliquen los d a t ~ s y

;'den sentidou a nuestras hipótesis. Aunque Smclser no discute explícitamente

el papel de las leyes en la, explicación sOCrl016gica, concede que

Yo sería el último en disputar la importancia fundamental de las leyesen la explicación sociológica} y el último en negar que estas leyes deben

tener una derivación teórica y un a fundamentación Por otraparte, al estudiar un campo como el del cambio descubierto

una verdadera escasez de- leyes y un déficit de proposiciones derivadas

de la teoría, para no decir nada de las regularidades empíricas firmemente

11 Neil J. Smelscr, E.ssays in SOclolagical E.l(planaliolL A menos que se diga otra

cosa:, tod:1s las referencias' il las páginall de Smelser c.orresponden a este volumen.·

LA TEORtA EMPÍRICA

establecidas. Hay una discrepancla-·comiderable-entre- saber-lo

hacerse )' poseer recursos necesarios para hacerlo.12

45

Smelser afronta también -y derrota- W1a objeción común contra la idea mis

ma: de una ciencia social modelada. en las ciencias naturales. Se ha sostenido que

la c i e n c : i ~ s o ~ i a l descansa en un a e p i s t e m o l ~ g í a ingenua. Los científicos socia

les suponen que hay un campo de hechos objetivos. Los hechos anotados en

enunciados de observación se toman como el cimiento y la piedra de toque

de todas las teorías superiores. Los criticas sostienen luego que un enten

dimiento más refinado de la epistemología ha demostrado concluyentemente

la inadecuación de una concepción tan ingenua. Hemos aprendido que lo

que llamarnos hechos u observaciones están "cargados de teoría" y forjados

por nuestros esquemas conceptuales. No hay hechos sin interpretación o

que simplemente estén "allí'\ sin verse afectados por nuestros eSa

quemas teóricos y conceptuales.

'Creo qu e la apreciaci6n reciente de las formas en que los hechos y las

observaciones están "cargados de teoría" tienen consecuencias importantes

para el entendimiento de las disciplinas sociales, pero no creo que ello

demuestre en forma a1guna, o sugiera siquiera, la imposibilidad de la ca

lidad científ ica las disciplinas sociales. Irónicamente, la mayor parte de

las controversias relativas al significado preciso y la importancia de la

aseveración de que- toda observación está ({cargada de teoría" se han concen

trado en las ciencias físicas. La clasificación de los involucrados

no tiene consecuencias importantes para nuestro entendimiento de la ciencia,

pero nadie ha sostenido que la falta de un a distinción dara entre los hechos

y las teonas, o entre las observaciones y las teorías) existentes' en las ciencias

físicas, baste para poner en tela de duda la idea misma de la ciencia

física.

Smelser se ocupó de este problema.

En un a forma u otra) esta distinción [entre la · teoría y los hechos] es casi

universalmente aceptada po r los científicos sociales y de la conducta. Se

gún 'esta distinción) el mundo puede dividirse en hechos empíricos (datosconductistas) dados en el "mundo real" y teoría (conceptos, construccio

nes, madeJas) qu e se encuentra en el "mundo de las ideas»; y la

tarea fundamental de la investigación científica es la generación sistemá

tica de explicaciones mediante el establecimiento de alguna relación

apropiada entre la teoría y Jos hechos (p. 58).

12 Neil l Smelser, "Sorne Replies ;lnd Sorne Reflections", Soci%gicai 111qui'TYJ 39

(primavera de 1969), p. 211.

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46 LA TEORÍA EMPíRICA

--Pei;O- coro-o señala Smelser, --si álguna validez--en-- -esia:-- -distinción, también es demasiado simplista. Citando ]a descripción que haceLawrence J. Henderson de un hecho c omo Huna aseveración empíricamente verificable acerca de los fenómenos en términos de un esquema conceptual"(p. 58), Smelser subraya la importancia de la fra,se ('en un esquema con

c e p t u a r ~ . No hay rungún hecho sociológico aparte de un esquema concep·tual al que se refiera. "Cuando nos referimos a los hechos o los datos de

la conducta, nos referimos en efecto a un universo de enunciados cuyasreglas de organización están comúnmente arraigadas en las estructuras noexaminadas del lenguaje común y el sentido común. No puede haber un

hecho sin un marco conceptuar' (p. 58). Pero si bien es cielto que debemosabandonar la imagen ingenua de un mundo de hechos que componen el"mundo real", esto no decir que debamos d ~ a r t a r la impOltanciade la distinción intentada entre los hechos y la teoría, :Más bien debe reformularse eSta distinción como «una relaci6n entre dos marcos conceptualer"

(p. 58).

Consiste en la comparación de las convenciones lingüísticas y conceptualesmediante las cuales organizamos fenómenos que llamamos el mundo empírico con las convenciones lingüísticas y conceptuales que utilizamos para

organizar fenómenos que llamamos ideas. Si se alcanza cicf,ta relaciónentre los dos marcos, juzgamos que un a afirmación es Hválida" o " v e d ~ficada"; si se alcanza otra relación) juzgamos la afirmación " r e c h a z a d a ' ~o ((en necesidad de modificación" (pp. 58-59).

Surgen muchos problemas complejos cuando nos referimos a la relaciónexistente entre diversos marcos conceptuales: cuestiones qu e se enQuentranen el centro de las controversias de la filosofía de la ciencia, peÍ'o de lasque no se ocupa Smelser. En esta etapa de mi investigación, sólo quieroseñalár que, aunque muchos científicos sociales tienen una concBpcióningenua de lo que constituyan los hechos y 'los datos (como ocurre conmuchos científicos físicos), una interpTetación naturalista de las ciencias

sociales no se refuta demostrando que no existe una distinción tajante entreel hecho y la t,eorÍa.

EL FUNCIONALISMO y su cRÍTICA: GEORGE HOMANS

Como Merton, Smelser presenta sus observaciones acerca de la calidad cient í f i c ~ de la sociología) ]a n ~ t u r a l e z a de la explicación sociológica, y especia].mente ]a importancia de la teoría en las ciencias sociales, como prolegómenos

LA TEORÍA EMPÍRICA 47

sus-- propios- intelüos-de--c6ilstruc-dón de teorías suslantivas--de- te6rlasque puedan científicamente el cambio sociaL Cuando 'examinemostales teorías, no descubriremos sólo algunas defensas teóricas sino tambiénuna disparidad enonne entre los requer.imientos que establece Smelser para

la teoría y ]0 que en efecto propone. Pero podría objetarse que, al concentrarse en wlertonJ SmeIser y Parsons, mi discusión de la naturaleza de lateoría en ]a ciencia social ortodoxa se ha sesgado. Después de todo) estostres sociólogos distinguidos se ha n asociado al movimiento llamado 4<funcÍo

nalismo" o ( ' I u n c i o n a l i ~ m o estructural"} un a orientación que en opinión deMerton es "la más prometedora y quizá la menos codificada de las orientaciones contemporáneas hacia los problemas de la interpretación sociológicaH

• Pero el funcionalismo ha sido severamente criticado, aunque haya

sido una influencia dominante en la antropología social y la sociología. Laliteratura que critica el funcionalismo por razones sustantivas, metodológicas l

epistemológicas e ideológicas ha alcanzado proporciones voluminosas. En

consecuencia, podría pensarse que los supuestos fundamentales compartidospor los funcionalistas acerca de la calidad científica de las disciplinas sociales, y el énfasis que ponen en la 'teoría empírica, están conectados a sudistorsionada orientación funcionalista.

Esto no es cierto en absoluto. Aunque hay abundante desacuerdo sobre

toda clase de cuestiones entre los funcionalistas y algunos de sus críticosortodoxos, no hay desacuerdo importante acerca de la naturaleza de una

teona adecuada en las ciencias sociales. Los desacuerdos se refieren a laposibilidad de descubrir teorías empíl'icas mediante una orientación fundonatista.

Uno de los críticos más agudos del Iuncionalismo ha s:ido George Homans.Su ensayo titulado "Bringing Me n Back in)) ("La Reintegración de los Hom

bres") que fue su discurso presidencia1 de 1964 ante la Asociación S'ociológica N orteamerícana, provocó una verdadera conmoción en el tranquilomundo de los sociólogos profesionales, Homans¡ quen ha sido ocasional

mente un en fant terrible, por lo menos en comparación con los funcionalistas) ataca polémicamente a toda la escuela, desde Durkheim hasta Smel

ser. Afinna que "el funcÍonalismo no falló en sus intereses empíricos sino,curiosamente, en lo que constituía su mayor orgullo, en su teOlía general"(p. 811) Y La razón de este fracaso era que "con todos sus comentariosacerca de la teoría, los funcionalistas no pudieron aclal'ar nunca -y sébien 10 que digo- lo que es una teoría" (p. 811). Ha llegado el momento

13 George C. Homans, "Bringing Men Back In ' \ American Sociological ReviewJ 29(didembre de 1964). A menos que se diga otra cosa, todas las referencias a las páginasde llomans corresponden a este artículo.

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48 LA TEORÍA EMPíRICA

de "dejar hablar a - nuestros-- estudiantes acerca de la -Te61Ía---sociológica,mientras no les enseñemos lo qu e es un a teoría" (p. 811). Desconcertandoa sus oponentes, Homans les da un a lección elemental en la filosofia de laciencia, instluyéndolos acerca de "lo que es un a teoría". Presenta; luegoHomans lo que se ha convertido virtualmente en el entendimiento canónicode la teoría empírica invocada po r los empiristas lógicos y los proponentes

del modelo hipotético-deductivo de la explicación científica.Lo más irónico del ataque polémico de Homans es _ q u ~ > cuando se pone

a decirnos Hlo qu e es un a teoría") parece glosar la descripción que hizoJ\lIerton, en 1949) de la "teoría sistemática") al igual que la presentaciónque elaboró Smelser) en 1968, de] tipo de "ordenamiento lógico" que es

te6rico:

Para constituir un a teoda, las propOSICiones deben asumir la forma deun sistema deductivo. Un a de elJas, llamada de ordinario la. proposiciónde o r d e ~ menor, es la proposición que debe explicarse: po r ejemplo, laproposiCIón de que, entre más se industrialice un a sociedad más tenderásu organizaclOn familiar h acia' la familia nuclear. Las otras' proposicionesson proposiciones generales o. presentaciones de condiciones particulares

d a d ~ s . Las proposiciones generales se llaman así porque intervienen en

otros) quizá muchos otros, sistemas deductivos además del sistema en cuestión. En realidad, lo que a menudo llamamos un a teoría es un agrupamiento de sistemas deductivos qu e comparten las mismas proposicionesgenerales pero tienen diferentes proposiciones que deben explicarse. El

requerimiento crucial es que cada sistema debe ser deductivo. Es decir..,

la proposición de orden menor se sigue como un a conclusión lógica de lasproposiciones generales bajo las condiciones especificadas dadas . . . Cuandola proposición de orden inferior se sigue lógicamente, se' dice que se haexplicado. La explicación de un fenómeno es la teoría del fenómeno.Un a teoría no es nada -n o es un a teorÍa- si no es un a explicación(pp. 811-812).

Aunque la prosa es más dW'a que la de lvIerton o la de Smelser> el contenido acerca de "lo que es la teona" es esencialmente el mismo.lo! Pensamostambién en la d i s t i n c ~ 6 n establecida po r lvIerton entre la teoría propia

mente dicha y otras actividades llamadas con frecuencia teóricas cuando

Homans continúa explicando:

Podríamos definir propiedades y categorías sin tener todavía un a teoría.Podemos enunciar que hay relaciones entre las propiedades) sin tener to-

davía una teoría, Podemos decir que el cambio de una propiedad produ-

:ti , Véase también a George C, Homans, The NatuTe 01 Social Sciellce.

LA TEORíA EMPíRICA 49

eirá cierto en otra propiedad, sin tener una teoría. Sólotendremos una teoría cuando tengamos propiedades, y prOpOS1(:10nes queestablezcan relaciones entre ellas> y las proposiciones fannen un sistemadeductivo. La mayoría de . nuestros argumentos acerca de la teoría sederrumbaría si nos preguntáramos primero si tenemos una teoría acercade la cual discutir (p, 812). '

No quiero subestimar los claros desacuerdos de Homans con los funciona.,

listas. Pero estos desacuerdos no se refieren a "lo que es una teorla.", lo qu e

debíera ser idealmente. La esencia de l ataque de Homans es que "como

un esfuerzo teórico) el funcionalisrno nunca se aproximó a la satisfacción de

estas 'condiciones» (p. 812)-.

Además, Homans piensa que "aunque los Iundonalistas húbiesen trata·do seriamente' de satisfacer las normas de la teoría, Hhabrian fracasado'$(p. 812). El escepticismo de Romans se basa en esta convicción de que losfuncionalis1as ha n errado en cuanto a los tipos de proposiciones generaleso enunciados semej'antes a leyes que emplean en sus explicaciones supuestamente científicas. De acuerdo con Homans, las explicaciones adecuadas

de los fenómenos sociales sólo pueden dars.e "mediante proposiciones de la

teoría psicológica del aprendizaje" y no po r "proposiciones claramente so

ciológicas'" (p. 812). En suma, Homans cree qu e el 'funcionalismo se habasado en un error en el caso de la sociotogía

j porque los funcionalistas suponen que hay leyes sociológicas o proposiciones generales que explican losfenómenos sociales. Pero no hay tal cosa: sólo hay leyes psicológicas.

LA FALTA DE UNA TEORÍA EXPLICATIVA EN LAS

CIENCIAS SOCIALES

Hasta aquí he tratado de mostrar sobre. todo que, a pesar de numerososdesacuerdos marcados entre los cienuficos súciales ortodoxosJ hay un a unani

midad básica acerca de' la naturaleza de la teona empírica en las ciencias

sooÍales; ,acerca de la importancia de tal teoría para la obtención o la apro- 7ximación de explicaciones científicas; y acerca de la importancia del des- ,}

arrollo de teorías explicativas verificables, para que las ciencias s o c i a l e ~ 'maduren como lo ha n hecho las ciencias naturales. HullJ l\1erton, Parsons,Smelser )' ,Romans convienen no sólo en que ésta es un a posibilidad real,sino también en que ésta es la rurección en que deben progresar las disciplinas sociales. Me he concentrado primordialmente en el trabajo de los sod&.l¿gos, pero la ~ i s r : p . a h i s t o r i ~ básica podría narrarse en todas las cienciassociales. Un a vez que 'hayamos alcanzado .las teorías empíricas -af i rma el

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50 LA TEORíA EMPíRICA

argumento'-J ya ---no---l1aora ningUna - duda acerca de la calidad científicade las disciplinas sociales, y se verá claramente que la fanna y el éxito delas dmeren sólo en grado' de las ciencias naturales. Más adelante demostraré que esta concepción de la teoría empírica tiene poderosasconsecuencias teóricas y prácticas para el papel del teórico social en la sociedad; para la relación existente entre la teoría y la acción, el hecho y el

valor; y para la teoría emp.írica y la teoría normativa.

Pero es en este punto donde surgen al primer plano muchos de los problemas realmente difíciles. Lo que emerge de nuestra discusión hasta ahora

es a lo sumo un bosquejo de "lo que es la teoría!> en ciencias sociales.Los científicos sociales mencionados han explorado la situación metodológica y epistemológica de la teoría sólo en la medida en que ello ha sidonecesario paifa aclarar lo que están haciendo en su trabajo sustantivo> y

para lograr cierta perspectiva sobre las ciencias sociales contemporáneas.científicos sociales ha n ahandonado con frecuencia sus discu:s i ~ - ; ; el lugar mismo donde empiezan los filósofos de la ciencia sociai!}¡Ierton y Sme1ser, por ejemplo, subrayan la importancia de la distinción.existente entre las generalizaciones empíricas ad hoc y los tipos de genera-lizaciones requelidas por las explicaciones teól·icas. ¿Podremos hacer entonces un análisis de esta diferencia? ¿Podremos especificar lascondiciones necesarias y suficientes para destacar Jas proposiciones generales o los enunciados nomoiógicos esenciales para los marcos teóricos?

Además, todos los pensadores mencionados ha n subrayado que una caI ractenstica esencial de la explicación científica involucra la deducción y. la derivabilidad. ¿Podremos distinguir entonces,' claramente, entre las deri

) vaciones triviales y las explicativ as? También deseamos saber si toda expliI cación científica debe ser un a explicación por derivación. ¿ Ha y otras formas

de explicación científica legitima? Por ejemplo, ¿cómo deberemos analizar

las explicaciones que involucran principios probabilísticos y estadísticos? Un a

vez que aceptamos que no hay ninguna diferencia rn.arcada entre el hechoo ]a observación y la teoría, ¿ cómo podremos distinguir los esquemas conceptuales que nos permiten presentar hechos y observaciones de los es

quemas conceptuales que enuncian teorías destinadas a explicar fenómenos?¿Cuál es la relaci6n existente entre la explicación. científica y el

pronóstico?

La filosofla contemporánea de las ciencias sociales - as í como la filosofía de las ciencias naturaJes- ha ~ T a d o alrededor de ~ t a s cuestiones.15

15 Se encuentran dos esfuerzos importantes y comprensivos por adarar y contestarestas cuestiones )' otras relacionadas en Ernest Na gel, 'J'he Str1J.ctu7e 01 Scienr:e, y CarlG. Aspects of Scientitic Expla1la/ion.

LA TEORÍA EMPíRICA 51

No hay duda de que gran parte de este trabajo - como pued: advertirseclaramente en el caso de Homans- ha ejercido una influenCIa profunda

sobre las nociones que tienen los científicos sociales ortodoxos de "lo que

buscan"} y de los cánones aplicables a la teoría y la explicación c í e n t H i ~ aen sus campos. Pero ·hay también algunos problemas acerca de estas dIS-

cusiones y la cantidad de )' de refinamiento intelectual involucrados.Aunque tales discusiones tienen consecuencias muy para ~ u e s t r oentendimiento de la: ciencia) y en términos más generales para la eplstemologíaJ a menudo tienen e s c a ~ a imp0l1ancia para los problemas p-cicticos ysustantivos que afrontan en su investigación los científicos SOCIales.

Cualesquiera que sean las analog.ías que deseemos trazar y subrayar entrelas cieneias sociales y las disciplinas físicas, hay una diferencia impOlianteque virtualmente nadie disputa. La filosofía de las ciencias n a t ~ a l e s seha convertido recientemente en un campo apasionante y controverslal donde pocos problemas se ha n resuelto en definitiva. Pero no hay ningún desacuerdo entre los científicos practicantes o los filósofos en el sentido de que un

entendimiento adecuado de las ciencias físicas debe considerar y hacer justicia a la obra de tales como Copérnico, Kepler, Newton, ~ l n s l : e l l l ,Bahr, Dirac y muchos otros. Podemos discutir acerca de las características

y los análisis de sus contribuciones teóricas, pero su obra sirve como e j e m ~ l ode investigación científica y avance teórico. En cambio) no hay en la SOCIO

logía ni en la politología ningún cuerpo comparable en el que podamos

encontrar ejemplos de poderosas teorías empíricas explicativas. Parece serque en las ciencias sociales, el hincapié en "lo que es la teoría" es invera

sarr:ente proporcional a la capacidad para elaborar "teaáa propiamente

dicha".Esto no lo niegan ni los defensores más acérrimos de la calidad cíen

tífÍca de las disciplinas sociales, quienes apelan de ordinario a la juventud

de la disciplina, sosteniendo que el terreno está preparado ahora para elCopérnico o el Newton de las c i e n ~ i a s sociales, y hay ~ h o : a po rmenos aproximaciones a las normas rIgurosas de la teona explicatlva genUI-

na. Sin embargo! cuando observamos con detenimiento estas supuestasaproximaciones, vemos que distan mucho de las mismas nonnas de teoríalnvocadas po r los propios científicos sociales. Al revés de lo que ocurre conlos críticos que pretenden demostrar la imposibilidad de una ciencia de losseres humanos, no creo que esto pueda probarse de un a sola tirada mediante

argumentos conceptuales a priori. En el c a p í t ~ o u consideraré los ~ g u -mentas de filósofos analíticos tales como Peter Wmch y A. R. Louro, qUlenespretenden demostrar que la idea misma de un a ciencia social m ~ d e l a ~ a . enlas ciencias naturales involucra confusiones conceptuales y falaCias IOglcasinsu perables.

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LA TEOIHA EMPíRICA 5352 LA TEORíA EMPíRICA

____<________<_<_______<__________<_________-+ _____________e_<s_ _u__erzos a.nteriores que trataron de articular un a teof.Ía funcionaL En esteMuchos Jilóso[os -especialmente Karl Popper- han subrayado que no sentido, su análisis .. ~ - - - - ~ ~ - - - ~ ~ ~ Ú ; c : a de las f ~ r m u l ~ d ~ ~ e s - - d e 1

es un fracaso de la investigación científica. el hecho de que se refuten cons- que hacen poco más que bosquejar un a orientación general y quedan lejostantemente las hipótesis y las teorías, superadas por teorías refutables me- de la teoría propiamente dicha.i?l'es: .Según Popper, ésta es precisamente la característica de la investigación '¿ Pero lo hace Merton mejor que algunos de sus predecesores en lo tocanteclentlflca que la separa de otras formas de la activi dad intelectual. Pero a la codificación del análisis funcional para qu e podamos ver cómo satisfaceeste patrón - e l patrón de ia conjetura y la refutación- no se encuentra los cliterios de la teoría propiamente dicha? Algunos han respondido afir-en las disciplinas sociales. Ha y orientaciones generales que tienen su olto mativarnente a esta interrogante y han tratado de avanzar el análisis de lo

y su ocaso, sustituidas por otras consideradas más fructíferas y prometedoras. que se requiere para un análisis funcional adecuado. Por ejemplo] en unPero aunque este patrón guarda una semej'anza superficial con las ciencias ensayo importante inspirado por el trabajo de Mel'ton, el eminente filósofof1sicas} no hay mngún consenso racional entre los científicos sociales acerca de la ciencia Ernest NageJ presentó "Una formalización del funcionalismoH

de que estas teorías propuest as sean teorías emplr1cas genuina,>, l:efutadas El "objet ivo primor dial" de Nagel es "mostrar los vados elementos de lapor nuevas investigaciones y experimentos empíricos, La sucesión de orien. codificación de Mcrton como caracterlsticas íntimamente re1acionadas en untaciones . generales en las ciencias sociales guarda una semejanza mayor con patrón de análisis coherente, para volver así más evidentes los requel'imientosJa suces16n de lo que Thomas Kuhn llama <rescuelas". indispensabl es que debe tratar de satisfacer un a explicación funcional ade-

Escapa a los limites de este trabajo la demostración concluyente de j; cuada en el campo de la sociologia",16 Pero aunque tal es la intención

escasez de teorías empíricas bien formuladas en las ciencias sociales. Sin de Nagel) su análisis es en realidad una crítica devastadora de Merton.~ m b a r g o , hay un cuerpo de literatura extenso y creciente qu e revela las En su análisis cuidadosamente razonado, Nagel mue,stra los nUlTlemsosmadecuaciones empíricas; metodológicas, lógicas e ideológicas de las teana s problemas y distinciones que ]Vferton ha pasado por alto. En efecto) Nagelempíricas, incluidas las {(teorías funcionalistas", las "teonas del equilibrio'" muestra la disparidad existente entre la codificación de Merton y los Hre-

"teorías de sistemas

H

)'

las "teodas del intercambio socia!''', Aunque hay q'uerimientos indispenrsables que debe tra,tar de satisfacer una explicacióndlsputas . vehementes ace rca de la fecundidad real de estas teorías) y acerca funcional adecuada en el campo de la sociología" antes de que podamos

d.el ~ e , n t l d o ?n que se aproximen al ideCll de la teoría empírica) ningún considerarla una teorla empírica bien fonnulada. La codificación de 1vlertonCIentífIco SOCIal responsable ha afinnado que hayamos alcanzado algo c o m ~ es un a aproximación en el sentido de qu e las primeras teorías grjegas de .la

parable a las realizaciones de la ciencia física de los siglos X ' ~ T y XVII. . estructura atómica del universo son aproximaciones de la teoría atómicaPara ilustrar los tipos de dificultades encontrados} y por qué creo que contemporánea en el campo de la física.

aun al hablar de aproximaciones oscurecemos y falsificamos los problemas, Resul ta difícil disentir de 1as conclusiones de dos filósofos de las cienciasvoy a considerar bre,;:emente las teonas propuestas por Merton y por Smelser. sociales, de perspectivas muy diferentes} que han examinado los al'gumentosPor supuesto, no podemos infer ir que los fracasos de sus esfuerzos 'teóricns en pro y en contra dd análisis funcional y la teoría funcional. Richard S.

demuestren la imposibilidad de elaborar alguna vez una teDrÍa adecuada Rudner y Atan Ryan.

en las c i e ~ c i a s sociales. Pero en su trabajo podemos ver Jos tipos de bloques Rudner, quien defiende fuertemente una interpretación naturalista de lascaídos que' encontramos un a y otra vez en Jos numerosos intentos de avance ciencÍas sociales, dice 10 siguiente a propósito del funcÍonalismo:de _ a teoría empírica que se han realizado,

Para ver 10 que está errado en el funcionaIismo no necesitamos recurrira, sus numerosos críticos hostiles, sino a quienes 10 ha n defendido y han

adoptado una interpretación naturalista de las ciencias sociales. El propio1\1crton es un cntico agudo de algunas de las formas del funcionaJismoprevalecientes. En su Social Theory (lnd Social StruclmB empezó por despejar la escoria que cubría la exposioón superficial del fu_ncionalismo y elanálisis funcional. Su capihllo sobre las uFunciones manifiestas y latentes"trataba de codificar y adelantar a la vez nuestro entendimiento del análisisfuncional. En el proceso, l\1erton expone brillantemente los errores de los

Ni una sola de la miríada de afirmaciones de la Jitei"atura antropológica[y Rudner incluiría también la literatlll"a sociológica] puede aceptarsesin serias reservas, y no porque sea en principio imposible [a explicaciónfuncional efecto, las secciones precede ntes de este capítulo ha n tra

tado en parte de indicar cómo podrían dat'Se tales explicaciones e1t prin-

16 Ernest Nagel, "A Form::\lization oC Functionalism"J Logic Withaut Me . at)ky-

síes, p_ 248.

54 LA TEORti'\. EMPIRICk

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cipio), sino pOl'que ello es muy dificil, mucho más difícil de 10 que

parecen---advertiI·-jos-proponentes. Con gran frecuencia, estas afirmaciones

contienen a lo sumo descripciones más o menos correctas, antes que ex

plicaciones, de fenómenos específicos, expresadas o acompañadas de una

retórica que los incautos podrían tomar por explicaciones... Los resul

tados obtenidos hasta ahora sólo equivalen (por lo que se refiere a la

explicación) a la articulación de algunas conjeturas precientífícas o espe

ranzas piadosas de que pueda darse en última instancia una explicaciónfuncional del problema en cuestión. l7

Alan Ryan no sólo acepta las inadecuaciones lógicas y metodológicas seña

ladas por Rudner, sino que añade algunas otras críticas de su propia cosecha.

Merton, como otros científicos sociales ortodoxos, presenta una teoría empí

rica para fortalecer la calidad científica de la sociología y también para

eludir la acusación de que la teoría es, en las ciencias sociales, una foana

disfrazada de la ideología. (Merton trata explícitamente de demostrar que

el íuncionalismo es neutral en materia de sesgos ideológicos.) Pero Ryan

señala que

En la obra de ~ f e r t o n ) el ténnino "función" no sirve a ningún p l ' O p ó ~sito, salvo el de agradar a quienes creen en la autonomía de la socio

logía) y decorar la palabra "consecuencias", lo que indica que Merton

estaba impresionado con la bondad no buscada de las consecuencias degran parte de la vida social de los Estados y es esta equipal'a

ción de la (<función" con las "buenas consecuencias" lo Que domina ]a

1iterat ura sociológica de los últimos como se ilustra c ~ n . una ojeada

a una publicación como The American Sociological Review: Jos artículos

sobre temas tales como "Algunas funciones sociales de la ignorancíaH

resultan ser artículos sobre "Algunos efectos buenos, no buscados, que' la

ignorancia produce para casi todos)). El lector que lo dude deberá 'comprobarlo por sí mismo. la

El caso de Neil Smelser es más instructivo aún en cuanto a la localización

de las dificultades que encuentran los sociólogos cuando se ponen en efecto

a elaborar teorías explicativas sustantivas. Como he indicado, Smelser es

profundamente consciente de que el tipo de uteoria estructural-funcional"que ha adoptado de Parsons y ha tratado de refinar ha sido acusado de

vacuidad, de que no explica los fen6menos empíricos ni ilumina los pm -

blemas fundamentales del cambio social. En su Essays m Sociological Ex

planation hay varios ensayos que revisan algunas partes de su trabajo ante-

17 Richard S. RudnerJ Philosophy 01 SoGÍal Science, pp. 108-109.

18 Alan Ryan, The Pltilosophy 01 Social Scie11.ces, pp. 190-19-1.

LA TEORtA EMPtRICA 55

ciar .. y _ en 1969 . publicó ._un .._LeveladoL._.análisis. _ retrospectivo de._ su carrera___

intelectual: ('Sorne Personal Thoughts on the Pursult oE Sociological Problems" .

En su primer libro importante, Social Change in the Industrial R e v o ~ v , t i o n ,Smelser utilizó el modelo de la "diferenciación estructural" como el mstru

mento de "ordenamiento 16gico" necesario para presentar su estudio his

tórico del cambio estructural ocurrido en la industria algodonera británica}

y en la estlllctura familiar de las clases trabajadoras de esa í n d ~ s t r i ~ , entre

1770 y 1840. Como nos informa Sme1ser, se vio grandement: m f l U l ~ o ~ o rPal'sons cuando escribió esta sobre todo por las "potenCIales aplIcac10-nes empíricas":!.9 del modelo de la diferenciacion esüuctural. El modelo

trata de especificar un patrón general aplicable a diversos tipos de cambio

social. De acuerdo con el informe del propio Smelser, "deseaba evaluar

la potencialidad de la teoría de acción para el a ~ á l i s i : la d i n á m ~ c asocial en un contexto histórico concreto". Su estudIO hlStOl1CO de ]a m-

dustria algodonera británica trata de demostrar que su desarrollo exhibe

las etapas de ]a diferenciaci6n estructuraL . .

Más adelante, sin embargo, Smelser se sintió crecientemente msatIsfecho

con los fundamentos teóricos de su obra. Advirtió que había formulado varios

"supuestos símplificadoresHque debían ser revisados. Aceptó que, contra sus

expectativas originales, "mi explicación del cambio estl1lctural durante la

Revolución industrial británica no se derivaba, en términos estrictos) de lascateO'orías del marco de la temía de la acción [de Parsonst.26 Por último)

Smelser estaba consciente de cierta cantidad de manipulación teórica:

Por una parte, había presentado el I I l O C ~ e l o como u . n ~ , secuencia \ : m ? o r a ~de pasos; po r la otra, había r e ~ o n o ) : l d ~ las p ~ s l h i l l d a d e s b r ; n c ~ lpasos

H, "regresiones a pasos anterIores) secuenCIas truncadas. ' e ~ c e ; e : a ,

que podrían usarse como escapes teóricos si alguna secuencIa. hIst011..ca

particular no correspondía a la indicada: por. modelo de la dlfel'encla

ción. Sentí una vaga inquietud ante la poslblhdad que la represen

taci6n del modelo de diferenciación co mo una secuenCIa de pasos .o

temporales fuese teóricamente poco satisfactoria, pero no sabía

representarla en ninguna forma mejor. 21

En suma, Sme1ser percibía vagamente que el modelo de la diferenciación

estructural carecía de )0 que supuestamente era su virtud primordial: el

poder explicativo. A lo sumo, tal modelo constituye un a generalízación

19 Neil J. Smelser, {'Some Personal Thoughts on the Pmsuit of Sociological Pro

blems" Sociological Inquir,', 39 (primavera de 1969), p. 160.

26 lbid., p. 162.

:n ¡bid., p. 163.

57

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56 LA TEORÍA EMPíRICA

__ e ! l 1 p í r ~ ( ' ; ª ~ _disfr,az.a,-da::_q:ue _ Tepresenta formalmente __ UR _ patrón

cambio social. Pero si no podemos jndicar algunas de las conexiones causaleso nomológicas' existentes entre las diversas etapas de esta secuencia- tempo·

ral '-'-si no podemos explicar por qué algunas secuencias históricas divergendel modelo y otras no lo podremos tener un a descripción genera

lizada pero no una exPlicación de la secuencia histórica. Esto no quiere

decir que el uso de tal modeJo carezca de valor. Puede tener -aunque :mu-

chos, lo 'han refutado- gran valor para revelar las semejanzas ocultas en'tre

fenómenos aparentemente diversos) pero ello no basta para hacer avanzarla teoría explicativa empírica o para aproximarse a ella.

En su segunda obra importante} Theory 01 Collective Behauior, Smelserpensó que podría rectificar algunas de las dificultades teóricas que estabaadvirtiendo cada: vez más. En ' esta obra utiliza un modelo de "valo'r agregado". La idea básica de este modelo es mu y simple: en lugar de suponer

que las variables especificadas guardan un a relación de simple secuenciatemporal (como lo había hecho Smelser con el modelo de la diferenciaciónestructural) suponemos ahora que hay un a "lógica de la acumulación combinatoria de variablesll

,22 Un conjunto de variables, cada una de ellas indetenninada. en sí misma, se traduce sin embargo en un resultado determinado

cuando ocurre en un a combinación específica:

El modelo del valor agregado fue un esfuerzo por aumentar la determinación explicatoria mediante la, combinación de· varias variables - cada

una de ellas indeterminada en sí misma- en varios patrones diferentes,c a ~ a un o de. los c u ~ l e s se asociarla a un tipo diferente de comporta.:nuento colectIvo. Y fmalmente, el modelo del valor agregado se conceptuó

Gomo un a secuencia puramente analítica, antes que temporal ¿e trataba

de evitar así algunos de los problemas surgidos en conexiQn con la noción de las etapas temporales del modelo de la diferenciación estructp.ral. 2"

¿Pe m es éste realmente U11 progreso? ¿Logra aumentar este rnodelo la

U d ~ t e r m i n a c i ó n explicativa"? Desde un punto de vista conceptual, no nosencontramos en realidad más cerca -de la explicación teórica. Porque el mismo

problema que afectó a Smelser en su estudio de la industria algodonerabritánica surge aquí en una forma más refinada pe m no menos devastadora.De nuevo; el poder explicativo del modelo del valor agregado depende -de

la especificación de . as relaciones nomológicas o causales entre las nume

rosas variables identificadas. Si no especificamos estas relaciones, resultadifícil entender en qué sentido explica. científicamente los fenómenos per-

22 lbid.) p. 164.23 Ibid.

LA TEOR1A EMPÍRICA

__ tinentes_.:eLmode1o- _deLva lor. agr ega do. Sme1ser,_como_Jantos_ Dtros científ.icosrociales ortodoxos) ha subrayado que una teoría adecuada debe permitir

la derivación de generalizac:iones empírica5 a partir de nuestros supuestosteóricos. Reconoce que debemos poder derivar enunciados contrarjos acercade lo que ocurriría si se modificaran ciertas variables especificables enfonna independiente. Pero su modelo del valor agregado no satisface esterequerimiento. El propio Smelser plantea la interrogante rea1mente difícil cuando escribe:, "Si un a variable del modelo no se ve activada por

la variable inmediatamente 'precedente' en la serie del valor agregado,¿cuáles son las condiciones qu e la activan? Esta interrogante no se resolviósatisfactoriamente en Theory of Collectíve BehaviorJ -y no he podido con"testada a mi gusto después)'. 2+

El éxito o el fracaso de las ciencias sociales no depende de las aproxima

ciones de JvIerton o de SmeIser. Algunos sostienen, como Homans, que susesfuerzos no estaban condenados al fracaso porque hubiese algo intrínsecamente errado en la búsqueda de explicaciones teóricas en las ciencias sociales> sino porque los pa.rtidarios del funcionalismo han estado buscando

en el lugar errado.25

. Debiéramos meditar pOl' lo menos, cuando científicos sociales ta n prominentes, como Merton y Smelsef, conocedores de un a gran diversidad deenfoques. de las ciencias s o c i a l e s ~ ' no pueden elabOl"ar nada que se asemejegenuinamente) o se aproxime siquiera, a una teoría cÍentHíca' explicativa.La situación se agrava cuando advertimos que ninguna de las alternativas

propuestas hasta la fecha) en la sociología o la polirtología, se -ha 'acercado

algo a la presentación de tal teoría.Es precisamente esta paradoja, o por 10 menos esta disparidad tremenda

entre el concepto de la. teoría empírica adoptado por los cientlficos· socialesortodoxos y la incapacidad para a I c a n z a r 1 o ~ lo que ha llevado a un ntunero

creciente de pensadores a cuestionar los fundamentos mismos de la cienciasocial concebida como un a ciencia natural. Lo que resulta más perturbador

aún -desde la perspectiva de lo que pretenden hacer los teóricos empíricosól'todoxos- es la advertencia de la gran cantidad de lo que se ha presentado

como teoria en las ciencias sociales que resulta ser ideología disfrazada. Por

ambiciosas o modestas que hayan sido las pretensiones de los científicossociales ortodoxos de desarrollar la teoría empírica} tales científicos han insistido en que sus hipótesis y enunciados son neutrales en sentido valora-

2<i [bid., p. 166. Véanse otras críticas al trabajo de Smelser en mis comentarios, con1;;, respuesta de Smelser) en la "Review Symposium" de ESfa'Ys in Sociological Explat!.alioa, SotiÍological lnquiry, 39 (primavera de 1969)

25 Roma ns no triunfa alli donde han fracasado Smelser, Parsons y Merton. Véaseuna crítica de Romans en Pete!' P. Eken, Social E.>:chal1ge Theory.

LA TEORIA EMPIRICA LA TEORíA EMPÍRICA

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t ~ 9 J . enu!]g!?-dos sólo s u j e t o ~ . - ª . J 9 s ...cri.te.rips_ .de.Ja laconfirmación y la refutación públicas. Sin embargo} como veremos en el

capítulo u, estas teorías propuestas secretan valores y reflejan controyertiblesposiciones ideológicas acerca de lo que es correcto) bueno y

Hay diversas o racionaliz aciones de 10 que Rudner ha Ha-

rnado esta "consideración melancólica", la brecha existente entre nuestroentendimiento metodológico de lo que es la teOlía y la cientí·fica y la "escasez de cuerpos de teoría bien confinnada, bien articulada}

en todas las ciencias del comportamiento humano». 26 La mayoría de estasjustificaciones giran alrededor de la afirmación de que las ciencias socialesson disciplinas jóvenes o inmaduras, a pesar de que algunas' ha n reconocidoque son en realidad más qu e las ciencias naturales. Pero cuando

escuchamos estas raciona·lizacianes expresadas un a y otra vez - com o ha

ocurrido durante el último con tan escasa.s realizaciones tenemos derecho a; mostrarnos incrédulos. ¿No es quizá la fuente primordial

de este fracaso la falta de imaginación o de genio, sino un error radical encuanto al tipo de explicación j' de teoría apropiado para ¡las disciplinassociales? Ésta ha sido Ul la de las criticas principales contra las tres orientaciones que examinaré en las tres partes subsecuentes de este estudio. Pero

dado que en esta primera parte trato de comprender y de presentar lajustificación más fuerte posible de un entendimiento naturalista de las c i e n ~cias sociales, voy a examinar las respuestas fonnuladas contra este desafíoque constituyen obstáculos .insupera·bles para la elaboración de teor'Ías empíricas explicativas.

EL DEFENSOR DE LA INVESTIGACIÓN CIENTÍFICA SOClAL: ERNEST NAGEL

La. mayoría de los científicos sociales ortQdoxos -sobre todo de lós EstadosUnidos- no se han ocupado de los críticos que cuestionan los fundamentos

mismos de lo que están hac::íendo. Hull, 1vIerton} Smelser, Homaus) Parsonsy -entre los politólogos- Truman, Almond, Eulau y muchos otrosconsideran las disputas acerca de la calidad científica de las

disciplinas sociales y políticas como análOga<! a las disputas de anticuario

acerca de las ciencias flsicas cuando estaban separándose de ·la filosofía) oa la polémica tediosa del sjglo XIX sobre la ciencia y la religión. Prevalecela opinión de que se ha ganado la batalla por la calidad científica de lasciencias socia.les) y de que la tarea fundamental ahora es el trabajo seriode la investigación empírica )' la construcción teórica.

26 Richard S. Rudner, Pllilosoph)' of Social Science, p. L01.

tratado responsablemente de contestar la acusación de ..., ...............__..obsta.cutos i n S u p ~ r a b I ~ s y confusiones c o ~ ~ ; p · t ~ ~ ~ ~ · · e n la base la

la ciencia social. Un o de los más prominentes es Emest

NageL No es raro qu e los científiGOS sociales recurran a Nagel como un a

respuesta definitiva y autorizada a los criticos que a ~ e g u r a n que son v a c i ~lantes los cimientos de la ciencia social contemporánea.

La obra de Nagel, Th e Structure of Science) es un clásico contemporáneo .Es un a de las presentaciones más juiciosas} comprensivas y sistemáticamente

elabOl"adasde

la naturaleza de ja explicación y la teoría científicas. AdemásNagel) al revés de lo que ocul're con muchos filósofos de la ciencia, tieneun conocimiento Íntimo de las ciencias sociales. Nagel refuta directamente

los argumentos que tratan de demostrar la existencra de obstáculos ins; 'p e r a ~ a la j n Y e s t i g ~ de las ciencias s o ~ i a . I e s . Trata de demostrar que

tiiñguno de estos a r g u m e ~ t o - ~ conduce a tal conclu'Jón. Aunque la investigación social afronta problemas especiales, no hay diferencias marcadas odesemejanzas marcadas entre un a ciencia social apropiadamente concebiday cienCIas naturales.

-" --- . -------ocupanne de todos 105 argumentos de Nage\J pero deseo co-

mentar algunos aspectos prominentes de su análisis po r dos razones: primero,

ello ayudará a adarar nuestra apreciación del argumento en favor de un

\ entendimiento naturalista de las ciencias . segundo, ello contestará

J de las críticas más superficialles de un estudio cÍenufico del individuoen la sociedad.

sin embargo) considero mu y

de Nage1. Nagel no cree que ninguna característicaque distinga a la ciencia de 10 que no pero sostiene que una

adecuada de la ciencia incluye un a aclaración del ~ p e 1 de

leyes} las explicaciones, las teorías} y las formas _ ~ º : ! , ! u ~ l e j a s en g ~ _ e __ J ~ l j M~ o n f í r m ~ ~ · i c - ª ~ ..En Th;-Structu-r8 of

Sctence se ocÜpá primordialmente de la aclaración y la explicación de lasinterrelaciones de estos elementos estructurales. No considera fructífera, la discusión acerca de si la investigación social es Hciencia verdadera". "L a tarea

importante, sin duda, es el logro de cierta claridad en los problemas meto

dológicos fundamentales y la estructura de las explic'aciones de las dencias

sociales, antes qu e la concesión o negación de títulos honoríficos" (p. 449) .2'1'

No Nagel que haya graves obstáculos prácticos, con frecuencia más formidables de lo que creen muchos cÍentHicos pero tales dificultadesprácticas deben distinguirse celosamente de las imposibilidades conceptuales.

:17 Ernest Nagel, The Strllcture 01 Scitmce. A menos que se diga otra cosa, todaslas referencias a las páginas de Nagel corresponden a este volumen.

60 LA TEORíA EMPíRICA

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Nagel inicia su a n á l i _ s i ~ __ f q ! : L l ~ _ ~ ª _ I 1 1 j ~ ~ ~ ~ ! l _ muchos Cientí-ficos sociales ortodoxos- de que "e n ningún área de la investigación sociálse "ha establecido un cuerpo de leyes generales, comparables con las teoríasde las ciencÍas naturales en tém1inos del poder explicativo o de la capacidad

para producir pronósticos precisos y confiables" (p. 477):

Muchos científicos sociales opinan, además, que no ha llegado el momento-siquiera para las teorías destinadas a explicar sistemáticamente algunos as

pectos de los fenómenos sociales, En efecto, cuandó se han intentado tales

construcciones teóricas .de alcance restringido, como ha ocurrido en la ,economía o, en un a escala menor, en el estudio de la movilidad social

Jsu

valor empírico se considera ampliamente como un a cuestión todavía insoluta, En un a medida considerable, los problemas investigados ahora enmuchos centros de investigación empírica se refieren daramente a c u e s ~tiones de dimensiones moderadas y a menudo poco impresionantes (p, 498).

Pero au n concediendo todo esto, el débil estado actua'l de las ciencias socialesno impide la potencialidad del desanoHo científico,

La prjmera confusión lmpOl'tante que Nagel trata de aclarar .se refiere ala diferencia existente entre' la "experimentación controlada}) y la "investigación controladall

, Se o b j ~ t a a menudo que, en virtud de que la experimentación controlada es la condición sine qua non para el logro del conocimiento científico) y en particular para el establecimiento de leyes generales, y

dado que tal experimentación es imposible en los fenómenos sociales agran escala, no podemos descubrir y someter a prueba las leyes generalesaplicables a tales fenómenos, Pero señala la existencia de ciencias'físicas bien desarrolladas

lcomo la astronomía y la: astrofísica) que en ténninos

estrictos no son "ciencías experimentales"" Es cierto que en todas las ramas

de la investigación científica debe haber procedimientos que tengan "lasfunciones lógicas esenciales del experimento en la investigación" (p. 452).

Por ejemplo, debe haber una oportunidad para contrastar diversas ocasionesy para· distinguir :las hipótesis que pueden ser confil-madas o rechazadas.Además, con frecuencia se exagera y se entiende mal la aliificialidad puta.tivade' los experimentos de las disciplinas sociales. En las ciencias naturales hay

también algunos experimentos artificiales que, en virtud de la exclusión demuchos factores norma]es, nos ayudan a entender los· procesos físicos ' ~ r e a l l e s H ."Es una crítica enada de los e:x-pcrimentos de laboratoriq de la ciencia socialla que sostiene que, en virtud de que una situación de labol'atorio es 'irreal'

su estudio no arrojar ninguna luz sobre el compOliamiento social enla vida 'real'" (p . 456). En suma, la crítica de la ciencia social sobre estoslineamientos está destinada al fraca'So, Los críticos entienden erradamente

el papel y la función de los experimentos en la investigación científica) y

LA TEORíA EMPÍRICA 61

oscurecen el problema fundamental de la existencia o inexistencia de procedimientos para la reallizacÍón de una investigación controlada,

Otra dificultad c.itada a menudo en el establecimiento de generalesen las ciencias sociales es el hecho de que los fenómenos sociales están " h i s t ó ~ricamente condiciOTlados" o "culturalmente detennÍnados" (p. 458). Nag-eladmite la posibilidad de gue "las leyes no triviales pero confiables, establecidas acerca de los fenómenos sociales, tengan siempre apenas un a genera

lidad estrechamente restringida" (p. 460), Pero mientras que el descubrimiento de leyes transculturales es UI'). problema empírico insoluto, Nagel rechaza 108 argumentos que tratan de demostrar la imposibilidad de tales leyesen principio. Ni la incapacidad pa,ra pronosticar un futuro, indefinido po r

causa de la complejidad de los fenómenos humanos, ni el hecho de quemuchos aspectos de los fenómenos socia-les escapen al control del homqre,

son buenas razones para declarar :imposibles tales leyes. Podernos afrontar

las mismas dificultades con los fen6menos físicos.Además, quienes sostienen que las leyes transcultUl'ales resultan imposibles

porque todos los fenómenos sociales están históricamente condicionadosl s u b ~rayan con frecuencia, la manifiesta complejidad y diversidad de estos fenó,:,

menos. Por supuesto) si en nuestras explicaciones teóricas utilizáramos con

ceptos que denoten, características aparecidas sólo en un gmpo especial desociedades} no poddamos descubrir transculturales generales, Pero comoOCUlTe con los fenómenos físicos, no hay nada en el estudio de las oociedades

1 ql;le impida el descubrimiento de estructuras o correlaciones más básicas que

~ n o sean irnnediatamente evidentes. Es de preslUllÍrse que, si existen t ~ e s es-J tructuras comunes básicas ~ c o m o ha n sostenido muchos científicos sociales-,

su descubrimiento nos permitiría explicar teóricamente las características comunes de lo, que parece ser algo culturalmente relativo. Ninguno de losal'gumentos fonnulados po r los críticos elimina e!;ta posibilidad como algológico aunque no materializado todavía. No debemos confUndir la ignoranciapresente con la imposibilidad permanente.

Un al'gwnento que suele emplearse para demostrar la imposibilidad de laciencia social se basa en la consideración de que el conocimiento de losfenómenos sociales, al revés de ]0 que OCUlTe con Jos fenómenos físicos) es.

una val'jable social. Por ejemplo, en las técnicas de 1<11 entrevista que f o r ~man un a gran parte de la investigación de la ciencia social debemos a d v e r ~tir que los respondientes saben ,de ordinario que están siendo entrevistados) loque puede afectar sus respuestas. Se ha n fonnulado muchas críticas de lastécnicas de entrevista )'las conclusiones basad as en tales e-ntrevistas, p q r q l l ~ elinvestigador no toma en cuenta la circunstancia mencionada. Tampoc.o aqulniega Nagel la gravedad. de la dificultad, ni ofrece un a fónnula genera{ para

superarla. Pero el mismo planteamiento del problema apunta hacia: la solución.

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62 LA TEORÍA EMP[RICA

En las cienc:ias sociales, como en las ciencias físicas, surgl;n algunas dificul

tades porque se producen algunos cambios en el sujeto investigado a caUBa

de las mismas técnicas utilizadas en la investígación. Además, Nagel acepta

francamente que, en las ciencias sociales, tales cambios pueden atribuirse en

parte al conocimiento o a las creencias de los individuos. Pero esta diferencia

se refiere a las técnicas que deben emplearse para identifica,r y eliminar el

sesgo involucrado) no a la lógica de la situación. Po r el contrario, este

problema plantea un desafío práctico, no un obstáculo teórico, a la inves

tigación de la dencia social. Ta l problema exige el desarrollo de t é c n i ~ a s- p ~ ! ~ t ; J ~ z a c i ó n - º ~ ~ ! o r s i 6 n " " í ' e ~ m l ~ ~ cº-º=-

c ~ ~ L . : p . a r t i c i p f f f i t e .Hay otros dos argumentos conocidos acerca del conocimiento como una

variable social que Nagel quiere refutar. Tales argumentos se refieren a los

,llamados "pronósticos suicidas" y ('profecías automáticas". Los "pronósticos

suicidasH

tienen un a base sólida en el momento en que se pronuncian, pero

se ven refutados a causa de las acclones realizadas como consecuencia: de su

pronunciamiento. Esto ocurre cuando los expertos económicos hacen pronós

ticos acerca del estado futuro de la economía y los empresarios - e n respuestrt

a ~ s t o s pronósticos públicamente anunciados- actúan en forma tal que los

pronósticos no se cumplen. ¿ Pero qué prueba todo esto? Sólo "que las creencias acerca, de los asuntos humanos pueden generar algunos cambios c r u ~ciales en los hábitos del comportamiento humano que son los temas mismos

de estas creencias" (p. 469). Ello no prueba que no podamos hacer pron6s-,

ticos, ni siquiera que no podamos tomar en cuenta las fonnas en que los

pronósticos pueden verse afectados po r los sujetos conscientes de tales pro

nósticos. Los argumentos contra la ciencia social basados en las "profecías

de cumplimiento automático" --los pronósticos que son falsos en el m ~ m e n to de su pronunciamiento pero resultan finalmente correctos a causa de las

acciones derivadas de la creencia en ellos mismos-- pueden derrotarse en la

misma forma.

Nagel considera luego dos tipos de objeciones que han adquirido p r o m i ~

nenda en las críticas recientemente formuladas contra las ciencias sociales.Más adelante exploraremos en mayor detalle cómo se ha n presentado y ex

plicado tales críticas. Pero ahora resultará instructivo el examen de la forma

en que Nagel las prevé y formula, y la forma en que trata: de refutarlas.

Algunos sostienen que "resulta difícil, si no es que imposible, el logro de las

explicaciones objetivamente garantizadas de los fenómenos sociales, porque

tales fenómenos tienen un aspecto esencialmente 'subjetivo' o 'impregnado

de v a l o r ~ , H (p. 473). Aquí se objeta que no puede haber njnguna explicación

adecuada de los fenómenos sociales si no se consideran la m o t i v a c i o n e s ~ las

disposiciones, las metas perseguidas y los valores. Pero estos aspectos de los fe-

LA TEORIA EMPíRICA 63

nómenos humanos no son susceptibles de una inspección sensorial: son esen

cialmente subjetivos. En consecuencia, un tipo de investigación que se limite

a cuestiones públicamente observables, o a lo que sea "puramente conduc

tista" - como lo hacen las ciencias naturales-, no puede ser adecuada para

describir o explicar fenómenos humanos.

N agel se concentra en tres interrogantes primordiales planteadas po r este

argumento y otros similares acerca del tema de las ciencias ~ o c i a l e s :

( 1) ¿Son exclusivamente '(subjetivas" las distinciones requeridas para lae..'q)loracíón de ese tema? (2) ¿Es inadecuada una explicación «coñ:ductista" de los fenómenos sociales? y (3) ¿ Caen fuera del alcance de los

cánones lógicos empleados en las propiedades "objetivas" las imputaciones

de estados "subjetivos) a los agentes humanos? (p. 475).

La respuesta de N agel a estas interrogantes - una vez que se aclaran los

términos- es un enfático no. En primer lugar, au n cuando el comporta

miento estudiado por los científicos sociales se orienta innegablemente hacia

alguna meta consciente, no es indispensable que las ciencias sociales se r e s ~trinj'an al estudio de los estados psicológicos, ya, qu e deseamos conocer la forma

en que los factores naturales tales como la escasez o disponibilidad de recursos,

o el estudio objetivo de las leyes de la moderna química de los suelos, afectanel comportamiento social. La restricción de la investigación socia,l que excluya

la influ'encia de tales factores no subjetivos ]a derrotará automáticamente.

En segundo Jugar, Nagel piensa que la acusación de conductismo se ha

convertido en una trampa intelectual, y que los críticos hacen con frecuencia

un a caricatura cuando hablan del "conductismoH• Ha habido quienes defien

den un a versión filosófica del conductismo como una forma de materialismo

resumido, sosteniendo que toda conducta se reducirá finalmente y se definirá

explícitamente en términos de movimientos, puramente físicos. Y hay algunos

conductistas científicos que propugnan un a "ciencia del hombre' que se

limita a conceptos definibles en télminos del comportamiento humano explí

cito. Pero Nagel subraya que esto último es sólo un tipo de programa cien

tífico, y que ,sus objetivos "ciertamente no se han alcanzado, y quizá no sealcancen nunca" 480). Pero tales versiones sustantivas y filosóficas del

conductismo deben distinguirse 'cuidadosamente del conductismo como una!J

¡Ií Horientación meto dológica" que insiste en qu e ('el estudio controlado del com-

portamiento abierto es) sin embargo, el único procerumiento sensato para la

J btención de un conocimiento conflable acerca del individuo y la acción

social" (p. 480). Desde la perspectiva de tal conductismo metodológico liberal,

podemos interpretar los infonnes introspectivos como respuestas obselvables

que deben incluirse entre los datos objetivos estudiados, no como aseveraciol'les

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64 LA TEORÍA EMPÍRICA

referentes a estados psíquicos privados. Además) podemos adrnitir- qu e

existen los estados psíquicos privados sin dejar de insistir en que el' único

procedimiento para la obtención de un conocimiento científico confiable es

el estudio del comportamiento abierto. Cuando se inte.tpreta el conductísmocomo tal doctrina metodológica y se desembaraza de sus caricaturas, ya no

h,ay razón para considerar inadecuada un a explicación conductista de losienómenos _ ociales.

Al contestar la: tercera de las interrogantes planteadas antes, Nagel considera la que es en su opinión la objeción de quienes afilTIlan que el objetivode l ~ s ' ciencias sociales es el entendimiento de los fenómenos sociales, y qu e

esto involucra ,algunas categorías de la acción significativa para: la compren

sióri de' ·108- estados «subjetivosH de los agentes humanos. Subrayo que es asícomo Nagel entiende la objeción porque, cuando examinemos el trabajo deSchutz en el capítulo lIl, veremos que este autor acusa a Nagel y a otros investigadores de entender mal la naturaleza del Verstehen. Nagel no niega que

haya algunos estados subjetivos) psicológicos, imputables a los agentes hu

manos, ni que debamos entenderlos con frecuencia si queremos entender loque están haciendo l<?s agentes. Pero su tesis principal es que "los cánoneslógicos de la: evaluación de la inionnación objetiva pa m la imputación deestados' psicológicos que no parecen diferir. esencialmente (aunque a menudo

pueden aplicarse con menor rigor) de los cánones empleados para fines análogos por estudiosos responsables de otras áreas de la investigación" (página 984).

Cuando· se ocupa de la interrogante referente a los procedimientos necesarios· para el entendimiento de los fenómenos subj'etivos) Nagel reitera un a

distinción y un a doctrina aceptada por casi tod os los cien tíficos sociales .orto""'doxos y po r los filósofos qu e han defendido un a interpretación naturalista delas ciencias sociales: la distinción clara entre el contexto del dssc'llbrimiento

y .el contexto de la validación de las pretensiones de conocimientos.-

En sumaJ el hecho de que el cientifico social, al revés de lo que ocurre

con el ,estudioso de la natmaleza inanimada, pueda. proyectarse mediante

la _imaginación simpática hacia los. fenómenos qu e está. tratando de entender,resulta _pertinente para las cuestiones relativas a los orígenes de sus hipótesisexplicativas, pero no para las cuestiones relativas a su válidez. La c a p a ~cidad del investigador para entrar en relaciones de simpatía con los actoreshumanos en algún proceso social puede ser importante en ténninos heurÍsticos en sus esfuerzos po r inventar hipótesis adecuadas que expliquen' el.

proceso. Pero su identificación simpática con tales individuos no constituye·l.ID conoCimiento po r si mismo. El hecho de que logre tal identificaciónno anula la necesidad de una información objetiva) evaluada 'de acuerdo

-con principios' lógicos comunes a todas las investigaciones controladas,

LA TEORÍA EMPíRICA 65

para apoyar si f iriiputiCi6ii---de --eshidos sübjetivos a tajes agentes h u m a ~nos (pp. 48<j.-485).

El último conjunto de argumentos contra la posibilidad misma de la investigación objetiva en_ la ciencia social considerado po r Nagel se refiere alllamado problema de hechos y valores. Esta cuestión ha figurado prominen

t : m e ~ t e en .las críticas y ataques dirigidos en los últimos tiempos contra lasClenclas socIales. Pero err,amos cuando hablamos del problema de ahechos

y v a l ~ o r e ! ' ; " - , .pues el análisis demuestra que este título se aplica a diversasouestiones diferentes y vagamente relacionadas. Muchos de quienes con.centp m sus ataques' este problema afirman que "la 'neutralidad de valor' que

parece. tan . g e n ~ : a h z a d a en las ciencias naturales es. " a menudo imposibleen la mveshgaclOn social" (p. 485). . .

Nagel separa varios problemas particulares. Ha y algunas interrogantes

~ c e r c a de la selección de ,los problemas. Muchos críticos ha n señalado las~ n f . l u e ~ c i a s sociales ocultas, y no tan ocultas, en la selección de los problemasmvesngados po r los científicos sociales. Estas influencias pueden fluctuar

desde los tipos de investigación estimulados porque se dispone de fondos --defuentes gu.bernamentales o de fundaciones privadas con intereses especiales

hasta los upos de datos fácilmente disponibles como ocurre por ejemplo co n las

~ n c u e s t a s censales. Nagel no afirma qu e la investigación de La. ciencia social-:-:-o cualquier investigación científica- OCWTa en un vacío' social. No dudo

de a p l a ~ d i r i a el nuevo campo de la sociología de 'la ciencia, que trata de

e ~ t u ~ l ~ r y alslar las ~ a r i a b l e s que afectan los problemas investigados losClentíÍlcos. Pero por lmporl:4nte o interesante que sea el descubrimiento de

lo que influy.a en la selección de los problemas investigados -en las -cienciasfísicas tanto como en las ciencias la: influencia s o c i a l s o b ~ la

selección de problemas "no r e p r e s e n ~ a ningún obstáculo para la pl'Osecudóna f o r t u n a ~ ~ ) de ,l a investigación objetivamente controlada en cualquier campo J

de estudlO (pp. 486-487). Podemos preguntar por qué un científico estudia!

lo que estudia, pero esto es lógicamente distinto de la evaluación de laval idd'de sus mpótesis y sus afirmaciones objetivas. .

Además, se objeta. a veces que los científicos sociales se ven afectados enforma implícita o.explícita po r ((consideraciones de 10 bueno y 10 malo". Gran

parte. de la i ~ v e s t i g a c i ó n r e ~ l i z a d a en la ciencia social dru"ante el último sigloha :ldo. ,motlVada ,por un fuerte celo mOl'al y reformista, así como po r la

motwaclOn contrana: el temor o la sospecha del cambio social radical. "N o

puede disputarse seriamente qu e los científicos sociales imponen a _menudo

sus valor-es. en sus análisis de los .fenómenos socialesH (p. 488). .Qu é prueba? S ' N .I!.~ 5 t o . egun agel, sólo prueba la falibílidad de los seres humanos y '.la faci-

bdad con que pueden errar en sus pretensiones de conocimientos objetivos.

LA TEORíA EMPfRICA

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68 LA TEQRíA EMPÍRICA

derrota las objeciones tal como él las formula, no siempre todo el·vigor de estas objeciones. Vaya adarar esto: no pienso que haya otras objeciones no consideradas por Nagel, O variaciones de las objeciones po r él con

s i d e r a d a s ~ que prueben categóricamente la imposibillidad de la Ciencia sociaLCuando la cuestión se plantea en esta forma, Nagel gana. ,Pero cuándoabandonamos la obsesión de elaborar y derribar argumentos de imposibíbilidad -como creo que debemos hacerlo-, las objeciones planteadas por

críticos más refinados podrán contemplarse en una perspectiva muy dife

rente. En lugar de cuestionar la posibilidad lógica o conceptual de la cienciasocial, podemos cuestionar los énfasis, las preocupaciones y los problemaspresentes y prevalecientes. Las orientaciones intelectuales -incluida la de

apoyan cierto sentido de lo que son los problemas importantes,las líneas de investigación fructíferas, el planteamiento adecuado de losproblemas. Los desafíos más impOl"tantes e interesantes de cualquier orientación dominante son aquellos que nos obligan a cuestionar los énfasisimplícitos y explícitos que nos hacen advertir no sólo lo que está incluidoen primer plano sino también 10 que queda excluido o relegado a segundoplano como poco import ante) ilegítimo o poco práctico.

Además, no debemos dejarnos engañar por la dicotomía fundamentalque determina todo el contexto de la discw;ión de Nagel: la distinción

existente entre los obstáculos teóricos y los obstáculos prácticos. Porquelo que entiende Nagel por «teórico" en este contexto es la imposibilidadlógica: los argumentos que tratan de d e m o s t r ~ r la imposibilidad lógica oconceptual de la ciencia social. Todos los demás obstáculos se englobanbaj'o el rubro de lo práctico.

Nagel aclaTa bien este punto, pero muchos de quienes lo citan como aU a

toridad son mucho menos claros. El éxito de es la: demos.traci6n deque ninguno de los argumentos que reformula y examina puede negarla posibilidad del desarmllo científico de las disciplinas sociales. Irónicamente, sin embargo, cuando considera Nagel muchas de las objecionesdemuestra en efecto que en la mayoría de los casos tienen rugo de ra

zón. Porque si bien es cierto que fallan como argumentos de imposibilidad}

las objeciones revelan los complejos obstáculos encontrados: dificultadesprácticas mucho más formidables de lo que creen muchos. científicos sociales ortodoxos.

Pero debemos cuidarnos de no extraer conclusiones erradas del análisisde NageL Hay aquí un camino resbaloso en el que se han aventurado condemasiada facilidad muchos científiéos sociales ortodoxos. No se han o f r e ~cido buenas razones para demostrar la imposibilidad de ' la ciencia social:por lo tanto, es posible. Parecerla que desde este punto se da un pasopequeño cuando se afirma que) ya que es posible, es también probable

69

el -logro- de uI1a clencia·-social genuma-·sí- observamos· con-su ficient e-dete nim i ~ n t o y somos suficientemente ingeniosós para formular y verificar hipó

t ~ S l S ~ modelos y teorías explicativas. Entonces parece casi irresistible la creenCi a de que debemos adoptar una actitud científica adecuada' para promoverla n:adurez de las disciplinas sociales. No necesitam.os citar a Hume, quienprevmo contra los peligros del paso sin fricción del discurso acerca de lo

~ u . e es) 0. Jo que es posible, a lo que debiera hacerse. Los propios c i ~ n -bÍlcos s O ~ l a l e s ortodoxos nos previenen de continuo contra este peligro

jaun

que no SIempre son conscientes de sus propias tendencias a sucumbir antetal peligro. .

La conclusión más adecuada para la estrtltegia deIlacionaria de Nagelcuando ataca a los críticos de la calidad científica de las clisciplinas soc¡ales corresponde al propio Nagel: "Los problemas no se resuelven sólo con

~ e m o s t r a r que no son necesariamente insolubles; y el estado actual de lamvestigación social ind.ica claramente que algunas de las dificultades quehemos venido considemndo son graves en verdad" (p. 503 ) .

LA INTERPRETACIÓN NATURALISTA: UN A DESCRIPCIÓN GENERAL

Al explo.ra: t c o r í ~ empírica en las ciencias sociales y la interpretaciónde las dIscIplmas SOCIales como ciencias naturales] me he mantenido hasta

ahora cerca de los pensamientos y las palabras de voceros prominentes.Lo he hecho así deliberadamente por dos razones. Pl'imero, como indiquéantes) quiero evitar la acusación de que estoy presentando una caricatura.No creo que la idea misma de la ciencia social pueda desecharse llamándola«positivismo

H

) "conductismo" o "empirismo ingenuo". Segundo, sólo si presentamos el asun to en su forma más juiciosa y responsable podremos distinguir las Clí ~ c a s s u ~ e r f i c i a l e s de las criticas profundas. Pero ahora podemos ver surgIr una Imagen general, una que puede hacer justiciaa los supuestos y los principios básicos comunes, así como a las áreas de

desacuerdo j ~ t e r n o . Es una imagen con consecuencias importantes para

un , r a n c o n J u ~ t ~ de cuestiones, incluida la historia; de la teoría social ypohhca, los objetivos esenciales de la investigación social, el tipo de educación a:decuada pata los científicos sociales, el papel del teórico la relación existente entre la teoría y la acción) la relación entre hechos vvalores. J

En el fondo de esta interpretación naturalista se encuentra la convicciónde que el objetivo de las ciencias sociales es el mismo que el de lasciencias naturales. La recolección y el refinamiento de los datos el d e s c u ~l;>timiento de cOITelociones, y la formulación de generalizacione: empíricas

70 LA TEORíA EMPíRICA LA TEORfA EMPIRICA 71

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------ v e r i f i c a b l e s ; ~ - hi-pótesis -y- -modelOs} son actívidadesÍmportantes} pero no bastan'para establecer las sociales comociencias maduras. También deben surgir teorías verificables y bien confirmadas que expliquen los fenómenos demostrando cómo derivarseen formas no triviales de nuestros supuestos teóricos. En el fondo de 1a

explicación dentíf1ica debe haber el descubrimiento y la utilización de leyeso enunciados nomológicos.

Ha y quienes piensan que nuestra actual es ta n vasta qúe

es -preferible una concentración- en la tarea del' refinamiento de técnicaspara la recolección de los datos y la formulación de

pÍl'icas de 'bajo -nivel -ace'rta de variables y

Hay -quienes piensan que -tal actividad' es

si no está guiada- pOl' la búsqueda de teorías 'recoriliendan la ambición má s modesta de la elaboración de teorías de alcanceintermedio. Ha)1 disputas acerca de los tipos de enunciados semejantes aleyes qu e figura-rán en la explicación de los fenómenos por ejemplo,sí hay leyes sociológicas genuinas} o si las únicas adec uadas para

las explicaciones teóricas son leyes psicológicas a los individuos.y desde- 'luego hay disputas' acerca de- las orientaciones téóricas que resultenmás prometedoras y se aproximen más a los criterios y metodológicos

de la ' teoría propiamente dicha. Pero todqs estos desacuerdos y disputasOcurreri dentro del marco general que hemos' ,-en efecto, "tienensentídól

" dentro de este marco

.Este marco estimula un a actitud específica hacia la historia de las ciencias sociales y sobre todo hacia la histoda de la teoría social y política.Esta actitud traza' una distinCión básica entre la historia de la · teoría y la:

teona sistemática. Ya sea que consideremos anrtiguas o relativamente nuevasa las disciplinas sociales, y ya sea: que admirernds o desdeñemos a los gran

des- teól'icos del pasado, nuestro interés primordial por las. teorías delpasado --en la medida en que nos interese lateona sistemática- será labúsqueda en ellas de claves, conjeturas y sugerencias que puedan ayudarnosá elaborar la teorla empírica. Desde un punto de vista científico, Ji), -medidade ' las' teOl'Ías del pasado es y debe ser el estado actual de la teoría sistemática.

Ta l actitud tiene consecuencias- enormes para la educación de los científicos sociales. Y seri a -difícil sub estima r la transformación de los programas

de erueña.nza y las actitudes que ha ocurrido durante los últimos cincuentaaños, sobre todo en las universidades norteamericanas. Cualquiera que seael ' valor -del estudio de la historia de una disciplina y de los clásicos delpasado en el campo, no se considera eso el principal contenido intele'ctualen el adiestramiento de los cientlficos sociales. Como ocurre en el caso,_ -de

las--c1encias--físicas avanzadas, debe--ense-ñarse---a 105 estudiantes--las técnicasde investigación cuantitativas y empíricas más recientes; deben planteár-

. seles los problemas de las fronteras de la investigación empírica; debendominar las mejores teorüis y deben ser estimulados para qu e

desarrollen la imaginación creativa necesa.ria para el d e s c u b l ~ m i e n t o denuevas y mejores teorías.

Se piensa que el teórico y el empírico deben culti var W1 a

actitud desjnteresada cuando los fen6menos sociales y políticos.

Como ciudadano privado, o como experto que asume responsabilidades públicas, el teórico puede aplicar su conocimiento tentativo a los problemasvitales de su tiempo. Pero como teórico esforzm'se por ser objetivo yneutl·al. Puesto que sabemos cuán fácilmente permitimos que nuestros sesgosdistorsionen la descripción y de los fenómenos sociales, el teóricodebe estar siempre dispuesto a someter ms enunciados hipotéticos a la discusión y la verificación públicas, y debe abandona.r todas las tesis quesean refutadas de acuerdo con ]0 8 cánones de ]a investigación científica.Su trabajo como teót;co consiste en el mundo, no en cambiarlo:lo interpreta ofreciendo y sometiendo a prueba explicaciones teóricas. Elteórico sabe) o por lo menos cree, qu e si estamos seriamente interesados en"cambiar el mundo

H podremos mejor mediante el conocimiento

científico, sobre todo el conocimiento de las consecuencias probables dediferentes cursos de acción,Por lo tanto> el teórico un a distinción categórica. entre la teoría y

la práctica o la acción, que sean los sentidos de la Hacción"apropiados para el entendimiento de la investigación científica - p o r ejemplo, la experimentación deben distinguirse claramente de lasnornlas de la actividad en las que apliquemos conscientemente nuestro conocinúento te6rico a la solución de los problemas prácticos de la sociedad.

Por último, un defensor refinado de la ciencia social ortodoxaadmitir que hay r.puchos sentidos en que son importantes los valores y lasnormas para la investigación de la ciencia social. Podemos estudiar científicamente los valores y las norn13S. Podemos tratar de localizar las variables que refuerzan ciertos valores o estimulan la declinación de las normas.Podemos admitir, y aun estudiar) las formas en que los valores afectan laselección de problemas en _ a investigación social. Podemos ser sensibles alpapel de los valores en la evaluación de la información. Aunaceptar que la investigación de la ciencia sodal no puede muy lejos sin hacer uso de los juicios de valor "de caracterización)). y que debemos ser extremadamente cautos en la formulación de tales juicios. Podemosreconocer que los cientHicos sociales ha n fundido y confundido los juiciosde vaJor de caracterización con los juicios que expresan aprobación o repro-

72 LA TEOR1-A "EMPÍRICA

\,

LA TEORÍA ,EMPÍRICA

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badón -de un -modo implícito 0- explíci oo Pero-- ninguna--de--estas --admisiones

reduce o compromete el sentido básico en que hay un a distinción categó

rica entre hechos y valores. La tarea del científico social consiste en describir

y explicar los fenómenos' sociales con la mayor fidelidad posible. En este

sentido amplio, su tarea es la descripción y la explicaci'ón de los hechos.

Su tarea no consiste en la fonnulación de enunciados prescriptivos acerca

de lo que debe hacerse, ni en defender un a posición normativa.

Esta última observación trae al primer plano un a distinción que hasta

ahora hemos explorado sólo en un a forma oblicua: la' distinción - existenteentre la reoria empírica y la teoría normativa. He seguido la práctica

de los científicos sociales ortodoxos al hablar de la teoría empírica o la

teoría explicativa como equivalentes aproximados, pero la significación

retórica de la expresión "teórica empírica" la distingue claramente de ' a"teoría nonnativa". Ha y un consenso mucho menor entl"e los científicos

sociales or.todoxos acerca de la naturaleza de la teoría normativa que acerca

de la teoría empírica o explicativa propiamente dicha. Pero hay un acuerdo

esencial acerca de que, sea lo que sea, o como quiera que se describa) la

teoría nonnativa no debe confundirse con la teoría empírica. Para comple

tar nuestra imagen de la ciencia social ortodoxa, necesitarnos afrontar losproblemas prominentes involucrados en la distinción de la teoría empírica

frente a la teoría normativa.

Lo s PROBLEMAS DE LA TEORÍA NORMATIVA

Al explorar la influencia positivista de la ciencia social ortodoxa hemos

detectado un a actitud ambivalente hacia la teoría nonnativa. Por una

parte, se insiste en una distinción categórica entre la teoría empírica y la

teoria nonnativa, pero por otra parte hay un escepticismo generalizado

acerca de la posibilidad misma de un a teoría normativa. Veamos lo que

dijo al respecto David Easton en 1953:

Este supuesto, adoptado generalmente en las ciencias sociales de la actua

lidad, sostiene qu e los valores pueden reducirse en última instancia arespuestas emocionales condicionadas po r las e x p ~ r i e n c i a s de toda la vidadel individuo. En esta interpretación, aunque en la práctica ninguna pro

posición necesita expresar un hecho puro o un valor puro, los hechos

y los valores son lógicamente heterogéneos. El aspecto fáctico de un a-proposición se refiere a un a parte de la realidad; po r lo tanto, puedeverificarse po r referencia a los hechos. En esta [onna podemos· poner a

prueba su verdad. En cambio, el aspecto moral de una· proposiCión

expresa s6lo la respuesta emocional de un individuo ante' un estado de

~ e c h o s reale s --o--supuestos. --Indi ca la medida en que un -individuo desea

que exista un estado de cosas particular. Aunque podemos decir q1J,e el

aspecto de un a proposición referente a un hecho. puede ser verdaderoo falso, carece de sentido describir en esta forma el aspecto de valoi· de

un a proposición.28

Si tra zamo s las ¡'lnpl¡'cacl'ones d t d t d 'es e pasaje, po remos en en er por que

se mm a la teoría normativa: no hay ni puede haber ni"nguna disciplina

ni.cÍon¡3.1 de tal clase. El aspecto fáctico de un a proposición se refieré

a un a parte de la realidad. Como tal, puede ser verdadero o falso. Pero

el aspecto de valor de un a proposición no se refiere a· ningún hecho. En

términos estrictos no hay hechos mora.les, excepto en el sentido irónico

de que hay hechos acerca de los valOl·es. Podemos estar interesados en lo

que desean los individuos, o en las varia.bles que influyen sobre estos

deseos, pero tales cuestiones son empíricas fácticas, no normativas. Al

afirmar "proposiciones morales" estamos fonnulando' enunciados fácticos

disfrazados ---que pueden ser asimiiados por la denci'a- 'o expresando sólo

nuestras respuestas emocionales ante un estado "de hechos reales o supuestos.

Pero si aceptamos todas estas aseveraciones y sus implicaCiones, se sigue que

no hay ninguna disciplina racional que podamos llamar teoría normativa.

Sugerí _ ntes que, a pesar de la aseveración de Eastori en el sentido de

que este supuesto se adopta generalmente en las ciencias socia.Jes, la. m'ayo

ría de los científicos sociales ortodQxos no . ha n querido -o no han' que

rido con suficiente consistencia- llegar hasta aquí y descartar la mera posi

bilidad de la teoría normativa.

l'vfax Weber fue el pensador que se enredó más seriamente con losproblemas involucrados. Su posición básica constituye todavía la base de

la discllilión de la posición de la teoría normativa y de lo que puede lograr

y no puede lograr la ciencia sociall. Debernos tener cuidado al ~ x p l o r a r la

influencia· de Weber, porque el Weber que se cita como un a autoridad

en la construcción de los cimientos de un a concepción de la ciencia

social como Wertfrei es un Weber domesticado. Pocos científicos

dales han apreciado los temas nietzscheanos en sus reflexiones y l a ~ . for

mas complejas en que regresó Weber, directa e indirecta,mente, a_ los problemas un a y otra vez. A medida que se le aclaraban los límites de la

ciencia social, se preocupaba más y m ~ por sus consecuencias morales

y sociales, y específicamente po r sus consecuencias en lo tocante' a la e I e c ~ción índividuaL29

28 David Easton, The Political Sy;lo 17., p. 221.

29 Véase un examen de las diferencias existentes entre las concepciones de Weber

y la interpretación de t<lles concepciones por parte de los c i e n t í f i c o ~ sociales ortodoxos

74 LA T-BORtA BMP1RICA LA TEORíA EMPIRICA 75

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Los contornos básicos del pensamiento-de---Weber- fueron cortfigurados--por------ternas kantianos y neokantianos, en particular por la distinción kantiana

entre el "ser" y el "deber ser", la dicotomía existente entre el discursocientífico acerca de los fenómenos y el discurso moral basado en la razónpráctica pura. Kant subrayó esta distinción para justificar la autonomía,

la objetividad y la universalidad del juicio moral. Kant no tenía dudas

acerca de la posibilidad de la justificación racional de! imperativo

rico. Pero un a de las tensiones del pensamiento del siglo XIX era un e s c e p ~tÍcismo creciente acerca de la autonomía y la objetividad del juicio moraly su fundamento presumiblemente racional. Ningún critico iguala a Nietzsche en la profundidad y perspicacia de la exploración de la mitad moral o

nonnatíva de la dicotomía kantiana. Weber) como filósofo y como científicosocial} el absolutismo lógico de la dicotomía kantiana y sentía todala de la critica de Nietzsche al juicio mora1. Insistía ' ' ' 'eher en la

"heterogeneidad absoluta" de los hechos y los valores, y reconoda quela incluidas las ciencias sociales, sólo puede ocuparse del lado fácticode la: dicotomía. Planteó el problema en fonna dramática e incisiva cuando

consideró esta jnterrogante: ¿Cuál es el significado de la ciencia?'

To]stoÍ ha dado la respuesta más simple con estas palabras: "L a cienciacarece de sentido porque no responde a nue.<;tra interrogante, la única

interrogan e importante para nosotros: '¿ Qué haremos y cómo viviremos?l ..Es indiscutible que la ciencia no nos da una respuesta a esto. La únicadud;]; que subsiste es el sentido en que la ciencia no da "ninguna" res

puesta, y si la ciencia podría tener todavía algún valor para quien plantee-la interrogante correctamente.lIO '

Sin embargo, Weber no era un positivista} y ciertamente no propugnaba

una teoría emotiva del discurso nonnativo. Creía que, una vez aclarados

en Alvín W_ Gouldner, " A n t i · r ~ ú n o t a u r : Thc Myth ol Value-Free Sociology", For So-

c i ~ l o g y ; y la Introducci6n que escribe Dennis Wrong para Max Weber, comp. DennisWrong (Makers oE Modern Social Science). Una de las mejores discusiones de las

complejidades de las reflexiones de Weber sobre los problemas dd valor es la deW. G. RuncimanJA Critique of Ma x Web81's Philosop"y (JI Social Science (hay ed. esp.

FCE1 1976J. Se encuentra 'Una crítica aguda de Weber en los escrito; de Leo Strauss.Véase su discusión de Weber "Natural Right and the Distinction Between Fact and

lucs'\ NlItl.l'tal Right and Hístory, donde escribe Strauss: "Sostengo que la tesis deWeber conduce necesariamente al nihilismo, o a la concepción de que cualquier preferencia, po r malvada, min o insana que sea, d e b ~ juzgarse ante el tribunal de la razóntan legítima como cualquier o ~ r a preferendá" (p. 42).

so Max W e b e r ~ "Science as a Vocation". From M((x Weber: Essays in SociolDgy .

comp. H. H. Gerth y C. Wright MilIs, p. 143.

los' fundamentos, podrá --advertirse--que -la ciencia es i m p _ o r t a n t e ~ - p a r a : - eldíscUl"SO normativo, y aun que puede haber un a discusión racional de lasposiciones de valor básicas. Ta l discusión se limita esencialmente a tresfunciones:

( 1) "La elaboración y explicación de los axiomas de valor fmales, internamente 'consistentes\ de donde derivan las actitudes divergentes".31Este tipo de análisis no utiliza directamente 'las técnicaS empíricas ni

produce conocimiento de hechos nuevos. Pero es importante en lamedida en que puede volvemos conscientes de diferentes tipos de axiomas de valor y de -la consistencia de un conjunto específico de enunciados de valor.

(2 ) "L a deducción de 'implicaciones' (para quienes a ~ e p t a n ciertos jU1CIOS

de valor) que se sigue de ciertos axiomas de valor ilTeductibles, cuando

la evaluación práctica de situaciones fácticas se basa sólo en estosaxiomasj

,. Para hacer esto bien se requiere un análisis y una articulación cuidadosos de los axiomas de valor, y un entendimiento de susimplicaciones lógicas. Se también "observaciones empíricaspara: los análisis casuistas más completos posibles de todas las situaciones empíricas que son en princ:ipio susceptibles de una evaluaciónpráctica'), :a

( 3) i4La detenninación de las consecuencias fácticas que debe tener la.

realización de cierta evaluación práctica (1) po r encontrarse liga'da aciertos medios indispensables, (2) po r la inevitabilídad de ciertas repercusiones no deseadas clirectamenteH

•33

Esta última es eí área más importante en que la i ~ v e s t i g a c i ó n social empÍr.ica puede influir sobre nuestros valores. Podemos descubllr que no hemosmeditado sobre Jas consecuencias empíricas de nuestras elecciones y aedo-

!les, o que ignoramos sus repercusiones probables, o que cuando advirtamosalgunas de ,1-as consecuencias probables y no buscadas de los cursos de

acción propuestos) estos decubrimientos puedan inducirnos a revisar nuestrasevaluaciones prácticas. Un entendimiento más detallado de las consecuenciasprobables de diversos cu'rsos de acción puede llevarnos a abandonar o

81 Ma x Weber) "Thc Meaning of Ethical Neutrality", The Methodology 01 the

Social ScienclJS, traducción del alemán y compilación de Edward Shils y Henry A.

Finch, p. 20.62 lbid.

33 Ibid., p. 21.

76 LA TEORIA EMP1RICALA TEORÍA EMPÍR ICA 77

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iñódífícar' les axiomas de - valor existentes) o a--adoptar, atras'-nuevos., Por

ejemplo, podemos dejar de estar a favor 9d reciclaje de las fuentes e n e r ~géticas si descuhrimos que la cantidad de energía requerida p O l ~ el recidaj'ees mayor que la qu e se produciría con tales medios.

Debe ser obvIo que ninguna de estas tres funciones de la díscusiónciona! de los axiomas de va'Jo1" y los juicios de ,valor reduce la brecha que

media enh'e el hecho y el valor, o atenúa; la carga de la elección echada

sobre nosotros. En efecto, Weber quiere agudizar nuestras per,cepciones de

las consecuencias de la elección humana. El científico social como maestropuede decirnos: "Si asumes tal postura o tal otra, de acuerdo con laexpeliencia científica tendrás que usar tal medio o tal otro para llevar ala práctica tu convicción. Ahora bien, estos medios son quizá. tales que :úcrees, que debes rechazarlos. Entonces deberás escoger entre el fm )' el medlOinevitable. ¿ Justifica' el fin los medios? ¿ O no 'los justifica? El ri1aestropuede confrontarnos con la necesidad de esta elección. No' puede hacer

t " d a iT01l

si desea' pelmanccer corno un maestro y no conver Irse en un em gOt} •

Si somos absolutamente consistentes con ]a posición propugnada po r Weber,

au n las tres funciones de la discusión de los valores se basan en \..lna acepta

ción a priori de ciertos valores que en si mismos no pueden justificarseracionalmente. Sólo si aceptamos el valor de ser consistente, de estar res

ponsablemente consciente de [o que se sigue de los axiomas de v a ~ o r . qu e

sustentarnos} y dB basar nuestras decisiones y elecciones en un entendImiento

empírico informado de sus consecuencias probables, influirán tales análisisraciona:lmente sobre nuestras elecrciones. Pero de acuerdo con Weber resulte¡.

ábsolutamente inútil creer que podemos justificar tales valores básicos; sólopodemos optaT por aceptarlos.

Con su agudeza característica, Weber pel'cibló a dónde 10 conducían susargumentos, pero no retmcedió ante su conclusión. Temía las consecuenciassociales de la creciente "racionalización" de la vida social, con su inevitabledesencanto del mundo. Pocos científicos ortodoxos, incluidos quienes secreen seguidores de Weber, ha n !levado sus investigaciones tan lejos comoél lo hizo. La mayoría se ha n conformado con detenerse en un punto

intermedio inestable. Han supuesto qu e los hombres "ilustrados" comparten

los mismos valores básicos J y qu e la tarea importante consiste en obtener

un entendimiento empírico más pleno de las consecuencias de los curs{¡sde acción posibles así como los medios empíricos necesarios para promover

los valores defendid09 por los hombres ilustrados. Co n este cambio de Énfasis eluden el abismo descubierto po r Nietzsche y examinado por Weber: que

no puede haber fundamentos racionales finales para nuestros valores básicos.

3,< lvrax 'r\'ebel', "Scienct! <lS a Vocalion", p. ¡SI.

.. ···-1vluchas de' las-actitudes"corúeinporáneas preváJecientes"acerca de hl teona

normativa, y acerca, de la relación existente entre la ciencia empírica y lateoría normativa} son un a serie de notas 'de de página a las observaciones de Weber, quien provee también una justifjcación para quienes afir

ma n que las ciencias sociales pueden tener consecuencias prácticas cuando

se conciben como ciencias políticas, o cuando se cree qu e las ciencias políticasc o n s t i t ~ y e n un a subdivisión importante de las ciencias sociales. Podemos

estudiar emp.íricamente las consecuencias probables de diversos cursos de

acción propuestos. Las ciencias políticas pueden "Henar!! imperativos hipo.tétieo8. Asumirán la forma: lógica de un a demostración de que, si escogemos}deseamos, o valorizamos . 1 . ) segUra o probablemente resultará )'. No podemos

esperar que nos volveremos mu y refinados acerca de las consecuencias em

píricas probables:, sobre' todo en las situaciones complejas de ,las ,sociedadesindustriales modernas, a menos que prosigamos nuestras investigaciones c i e n ~tíficas tan lejos como ·podamos. Por ejemplo, es ingenuo propugnar el empleo

pleno si' no e ~ t a m o s conscientes de que} bajo ciertas circunstancias empíricas,tal, empleo pleno puede generar un a lnflación desbocada que a su vez

puede conducir a un desempleo grave. Toda persona racional modificaría

sin duda su opinión acerca del valor del empleo pleno en ' cuanto seinformase mejor acerca de sus probables consecuencias empíricas.

El carácter hipotético de la información obtenida de Ías ciencias socialesque se. presta a un a aplicación técnica ha sido la base de quienes propugnan

la "ingeniería social". Aunque muchos sienten aversión po r la expresión"ingeniería sociaP} a causa del espectro qúe levanta de una manipulación

consciente por parte de los tecnócratas) se comparte ampliamente la ideacéntral de la aplicación del conocimiento obtenido en la investigación de

la ciencia &Ocial a los problemas prácticos. Karl Popper hizo un a presenta

cÍón' y un a defensa clásicas del enfoque de la ingeniería social en The

Pou'erty 01 Historicism. Popper contrasta la "ingeniería social g r a d u a l ' ~ conlo es en su opinión la noción eHada de la ingeniería social utópica otótal. El ingeniero social'gradual "debe diseñar instituciones sociales, y reconstruir y administrar las que ya' e.xjsten'i (p . 64) Al revés de lo que

oc.urre con el pe"I1.,>ador utópico o totalizador, el ingeniero social gradualsabe 10 poco que sabe y que aprendemos de nuestros errores. "En consecuencia, l'ecorrerá su camino paso a paso, comparando con cuidado

resultados esperados con los resultados alcanzados, y siempre estará alerta

a las c.onsecuencias inevitables no deseadas de toda reforma; y no emprendel:á ,TefOI lTlas cuya, compJejidad y, alcance le imposibiliten la aclaración

35 Kad' R. Popper, The Pove.rty 01 Historicis-m. A menos que se diga otra cosaJ

todas las referencias a las páginas de Popper corresponden a I!ste volumen.

78 LA TEORÍA EMPíRICA LA TEORíA EMPíRICA 79

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de las causas y los efectos y "el ·conodmiento de' ]0· que -realmente estáciendo" (p. 67).

Para Popper, ni la tec.nología, ni la ingeruelÍa, ni la ciencia mismabastan para determinar y garantizar los fines que se alcanzarán o aproximarán mediante nuestros pasos cautelosos de reforma social. Acepta que

:'la íngeniena social pública o política puede tener las tendencias más

diversas, totalitari,,!-s tanto como liberales" (p. 66). La tarea de la aplicación de la solución final al problema judío por parte de los nazis fue

un a tarea de "ingeniería}] que involucraba muchas cuestiones técnicas acercade los mediQS más eficaces para atrapar a los j'udíQS, transportarlos a loscampos de concentración, y asesinarlos. Desde un punto de vista lógico, el

conocimiento técnico requerido para rea:lizar con eficiencia estas tar eas ( almismo tiempo que- se, libra un a guerra) es del mismo tipo que se necesitapara diseñar y controlar instituciones destinadas a promover el alto empleoen una econollÚa de tiempos de paz. La ingeniería· social' gradual es. neu

,tral en cuanto a los fines que se persigan. Popper cree que' puede haber

una discusíón critica racional de los fines) pero hay graves dificultades en sudefensa de esta pretensión fundamental.

En 1969) en una época en que la idea de , la ingenieria social estabasiendo vehementemente' atacada desde diversos puntos de vista, Philip lYl.

Hauser reíteró y defendió este ideal.3G

Hauser parece pensar que ele n f o ~

que de la ingeniería social es enteramente nuevo.} y que es el único enfoqueadecuado para la solución de los problemas sociales contemporáneos. Describe Hauser el papel del científico social como científico, cuya tarea

rnordial consiste en general' conocimientos mediante su recolección} proce·

samiento y análisis de datos. Este conocimiento puede servir .Juego como labase para la formación de un a política social po r parte del ingeniero social,quien está interesado en la "contabilidad saciar': "un sistema de controlde la información que sirve a las necesidades de los administradores de un

orgafl;ismo o un programaH (p. 15). Este enfoque nuevo está "más alláde la ingenuidad de las formas tradicionales del liberalismo y el conseryadurismoH (p. Í4). Éste es el único enfoque que puede afrontar, seriamentenuestros problemas sociales contemporáneos. Casi de pasada, nos dice Hauser

que

La contabilidad social sólo será posible después de que se logre un consenso sobre las metas sociales. El desaTrollo de metas sociales no es una

Philip M. Hallser, "The Chaotic Society! Product of the Social MorphologicalRevolution", American Soc;ologi¡;ol Review, 34 (febrero de 1969). A menos que se

otra eosa, todas las refel'encia!! a las páginas de Hau.!Ier corresponden a esteartículo.

"'--funcion'- ciimtífica iU--Uli-á filnéióÍl de ingeruerla-social. Es una funciónque debe realizarse po r el conjunto de la sociedad, actuando a través desus l í d ~ r e s políticos y de otra clase. En una sociedad democrática, reflejapresumIblemente los deseos de 1", mayol'ía de la población (p. ] 5) .

Pero Hauser subraya el papel que pueden desempeñar en tal fommcÍón demetas el científico social y el ingeniero social. Ellos son los expertos que

~ ( d e b e n trabajar en estrecho contacto con los líderes políticos y de otra

clase para ayudar a desarrollar una: amplia gama de elecciones, las quereflejarán, en la medida de lo posible, los _ equerimientos y las consecuez:¡.ciasde metas , específicas" (p. 15). Hamer elude los problemas realmente difícilesy permanentes que se encuentran en la base de la ingeniería sociaL La posibilidad misma de la ingeniería social depende de una especificación de las

metas sociales qu e quieren alcanzarse. No es muy ilumin.ante, por 10 menos.la aseveración de que Uesto debe realizarlo el conjunto de la sociedad".¿Cómo? ¿Por quién? ¿ Qué razón tenemos para suponer que haya algunasmetas compartidas por una sociedad "en conjooto"? ¿ Cómo d ~ c i d i r e m o s -y a

sea como ciudadanos, administradores o ingenieros sociales- cuáles metas deben alcanzarse? Hauser oscurece los problemas normativos centralesqu : deben confmntarse honestamente para que el enfoque de la ingenieríaSOCIal tenga alguna plausibilidad en absoluto y no se utilice como un instrumento de la dominación y la represÍón sociales.

CONCLUSIÓN: U N CRECIENTE SENTIMIENTO DE CRISIS

Con esta reseña de las diversas actitudes hacia la teoría nonnativa he completado la imagen generalizada que tienen de su propia' disciplina los científicos sociales ortodoxos. Está involucrado mucho más que un entendimientode la naturaleza y la importancia de la teoría e..xplicariva empírjca. El papelcentral asignado a tal teoría refleja una orientac.ión intelectual total. Estaorientación nos presenta un ideal de lo que constituye el' conocimiento teó.

rico de los fenómenos sociales y políticos, y de la fOlmaen

que debernos avanzar para aproximarnos a ese ideal. Es una orientación que matiza nuestroentendimiento de la historia de estas disciplinas y de las direcciones quepodemos esperar razonablemente en el futuro. Refleja un entendimientoparticular de la diferencia categórica existente entre la tCOlia y la accióncuando se contempla la: acción como la aplicación t é c n ~ c a de lo que apren

demos de la teoría. Tiene consecuencias normativas para el ndiestramlentode los cíentificos sociales y la actitud desinteresada que el teórico debe adoptar.

Llamo "ortodoxa" a esta posic.ión porque, a pesar de numerosos desacuerdos

80 LA TEORíA EMPÍRICA LA TEORÍA' EMPíRICA 8,1

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internos, ha sido y sigue siendo compartida poi-el grupo dominante -{fe-lOs--'

éientíficos sociales, profesionales. ,

Puede' añadirse 'un ' élemént9 más como remate de esta presentación. En

ténninos históricos no p o d e ~ o s ' s u b e S t i m a ~ el papel desempeñado po r laJlustración en la configuración y el Ímpetu de l desarrollo de las cienciassociales. Se ha acariciado desde hace mucho tiempo el ideal de que el adelanto

de la ciencia, y de l conodmiento científico de' los fenómenos sociales y políticos, debe hacernos progresar hacia los ideales y 'las. metas sociales aceptados

po r ios seres humanos razonables. Hemos aprendido que la obtenCión yutilización de - tal c'onoc'imiento resulta mucho más difícil qu e lo esperado

po r 'algunos de n u e $ t r o ~ antecesores de la Ilustración, pero esta meta -e s te

~ d e a l regulador- es todavía perseguida po r los científicos sociales.

En efecto, muchos se preguntarán si hay alguna alternativa razonable.

PeI,'O, a pesar de toda la' _atracción, el poder y la sensatez r é p r e s e n t a d ~esta: orientación, hay &ti interior algilllos problemas y conflictos graves.Y,a he señalado la tremenda disparidad existente entre la insistencia e'n lo

que es la teoría y la incapacidad' para alcanzarlo efectivamente. Podna

e s c r i b ~ r s e la, historia de' gran parte de la ciencia social, durante los últimos~ i g l o s en términos 'de 'las declaraciones de que tal ciencia se ha convertido,o está a punto de ~ n v e r t i r s e , en un a e m p r e ~ a genuinamente científi<:;a.

~ I ~ c h a s 'de las disculpas 'tradicionales po r el estado primitivo de la ~ o c i o -logía y la politología, en comparación con los criterios sostenidos po r loscientíficos sociales ortodoxos, parecen débiles y al mismo tiempo poco convincentes.

'Además, a 'pesar de la mpdestia oficial acerca del estado de las cienciassociales, se observa con frecuencia una anogancia peligrosa. ,Hauser es un

ejemplo típico cuando reconoce qu e "e n términos estrictos" la ingeniería

social depende de un a especificación de las metas sociales que quieran i:ll

canzarse, pero inmediatamente agrega que "el científico socia'! y el ingeniero' social se encuentran en' un a posición estratégica para pa,rticipar en

la' 'fo:r.macióh de metaS" (p. ' 15L trabajando en íntimo con tacto con loslíderes políticos y de otra Índole en el desarrollo de un a amplia gama.

de elecciones. Los juicios -nonnativos del propio Hauser quedan daramenteen evidencia 'cuando tiene la' temeridad de dedarar:

Creo que si esta naClOn hubiese tenido un Consejo de Asesores Sodalesdesde 1947, al lado del Consejo de Asesores Económicos, y si el Ejecutivoy el 'Congreso hubie'sen atendido las recomendaciones' de tal Congreso, ,la"crisis u r b ~ n a " que tanto D0 S afecta no habría alcan:zado sus gravesproporciones actuales -(p. 15).

,,-,,---- - Como' veremos"eIl-'eI capÍtUlo- ú,-'Ja-folma-en que HauseF transnlIte- con tanta

facilidad sus "juicios de valor de apreciación"; mientras se supone que rea

liza un análisis objetivo y neutral de la ciencia social y la ingeniería social,representa sólo la punta del iceberg. A pesar de todo 16 que se dice sobrela 'objetividad y la ' neutralidad 'valorativa, ,la- literatura de la ciencia socialy: la' llama'da teoría' empírica. rebosan' en jUicios" de valor explícitos e' implí

~ I t o s , yen ' · afirmaciones' nonnativas 'e ideológicas c o n t r o v e r t i b l ~ . 'Pero hay en la ol1.entación presentada otros .aspectos más prbfundaInente

perturbadores. Se' supone' que ,el conocirlliento, y en paiticular el 'conocim i ~ n . t o empírico detallado de i funcionamienfo rea1 de la sociedad y iapolítIca, provee la base de la acción ilusb'ada y la ref-orma social. .Peto

cuando nos concentramos 'en ]a dialéctica de los fundamentos episfemológic'os' de la ciencia social ortodoxa, detectamos las poderosas tendencias que

minan' este mismo ideal de Ilustración.' Cuando se ponen al descubiertotales ,tendencías, no sólo' surge un escepticismo' enonne acerca de la posibilidad de la -teona· nonnativa como 'una disciplina, racional, sino también ]a

sugerencia constante de que 'los "valores" son, en última instancia,' apenas

respuestas emocionales, subjetivas e irracionales. Se nos asegura un a y otra

vez que la formación de políticas, la aplicación del conocinúento científico,y la actividad de la ingeniería social, dependen de un a especificación de las

metas. Pero se nos da una infonnaóón nula o escasa acerca de la fonna enque debieran establecerse tales metas. Si no encararnos francamente estosproblemas, resulta obvio qu e las téc.nicas del control y la manipulación podrán

usarse igualmente para los fines más malvados o inconvenientes.

Además, a pesar de tod¡:¡ la insistencia qu e se hace en el científico socialcomo observador desinteresado, algo se ha perdido o suprimido de la tra

dición de la theoria de la qu e surgió la temía de la ciencia social. Se

suponía que un a de ,las funciones clásicas de la teoría era su eficacia prác

tica: su capacidad para ayudarnos a: distinguir la apariencia de la realidad,

lo falso de lo verdadero, y para proveer una orientación de la actividad

p:áctica. Anticipando un a observación hecha i n ~ i s i v a m e n t e por Habermas,

dIremos que lo que se suponía un a función primordial del bios theoretikos

ha q u e d ~ d o , ~ e s c a r t a . d a ahora po r "prohibiciones metodológicas". 7 ,. '

Los Clentthcos socia,les ortodoxos negar.ían que ha n abandonado esta fWl

ción de la teoría. Sostienen que sólo ahora, po r primera vez en la historia,podemos distingillr los aspectos más manifiestos y superficiales de la sociedady la política de -la fonna en que "realmente" son; sólo ahora estamos alcan

zando un conocimiento empírico sólido, en lugar de la opinión y la especu-

37 Jürgen Habermas, Knowledge and Human Interests, p. 304. Véase mi díscusi6nde este punto es, el capítulo IV, pp. 220 ss.

_ _-- .':'/ ----

82 LA TEORíA EMPÍRICA

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lación;' Pe-Fa aun- si'se concede' ta.rcdudosa pretensión;-·las-consecuenc.ias -prácticas de esta acumulación de conocimiento empírico no están nada claras.Está aumentando la brecha que sepa.ra a este conocimiento de su utilizaciónpara la creación de una sociedad buena y justa. No hemos cerrado la brecha

que media entre la teoría y la práctica, sino creado un vacío intelectual y

p ~ á c t i c o . En lugar de la utilización del conocimiento part.e de los reformadores sociales y políticos} encontramos su uso por q ~ e n q U l e r a que tengael poder para hacerlo. Y a pesar de toda la preocupación por la calidad

'científica de las disciplinas soóales y políticas, se elude o descarta, la ideamisma del teórico como critico de la sociedad y la política por "prohibicionesm e t o d o l ó g i c a s ' ~ .

Esta situación, de consecuencias potencialmente ominosas, ha generado uncreciente sentimiento de crisis, de protesta, -y una necesidad desesperadade revisar los fundamentos mismos del entendimiento, ortodoxo de la in\!"es

tigación social y política. En el resto de. este estudio exploraré }os e s ~ u e r ~ ~ smás. sedos que se han hecho p a r ~ reVlsar y rcstructurar la lDvesbgaclOnsocial y política.,

11. LENGUAJE, ANÁLISIS Y TEORÍA

Como ha demostrado brillantemente Hegel,la historia del pensamiento y la cultura esun ,patrón cambiante, de grandes ideas liberadoras que se convierten inevitablemente en

sofocantes camisas de fuerza y así estimulansu propia destrucción por nuevas concepciones emancipadoras y, al mismo tiempo, eSkclavjzantes. El primer paso hacia el entendimiento de los hombres es la toma deconciencia del modelo o los modelos quedominan y penetran su pensamiento Y' ácción. Como ocurre con todos los esfuerzostendientes a lograr que los hombres cobrenconciencia de las categonas en las que piensan, ésta es un a actividad difícil y a vecespenosa, susceptible de producir resultadosprofundamente intranquilizantes. La s e g u n d ~tarea es el análisis del modelo mismo, y estocompromete al analista a su aceptación, modificación o rechazo; y} en el último caso,a proveer un modelo más adecuado.

ISAlAH BERLIN, 19621

LA REVISIÓN DE LA TEoRÍA DE LAS CIENCIAS SOCIALES

EL PASAJE anterior ha sido tomado del elocuente y apasionado ensayo .deIsaiah Berlín, nDoes Politic.aJ Theory Still Exist?", apa-recido en la segunda

serie de' P h i l o s o p h y ~ Politics and Society. Fue escrito como respuesta directa

a la situación descrita por Peter Laslett cuando. declaró: "Por ahora, detodos modos, la filosofía política está muerta". Esta aseverac..ión categóricade -Laslett, aparecida en la· p1'Írnera serie de. Philosophy, Politics and Society.>

"se convirtió en el texto más citado de todo. el volumenH•2 Pero para 1962

escribían los editores de la segunda serie: "Sería muy satisfactorio que

,, 1 {gro,ah .Berlín, <lDoes . P o l i t i ~ a l Theory Still Exist?", PhilosoPhJJ

Politics and

Saciet)' (segunqa :Serie), comps. Peter Laslett y W. G. Runciman, p. 19.:2 Tntroducd6n, Philosophy> Politics an d S(Jciety (segunda serie), p. viL

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